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Relatos desde la legalidad.

Buenas prácticas de las familias


guardabosques.

Autores/as: Moreno Rozo, Olga Mireya; Ojeda López, Susana Inés; Ruiz Torres, Claudia
Angélica.
Título completo: Relatos desde la legalidad. Buenas prácticas de las familias
guardabosques.
Editorial: Agencia Presidencial para la Cooperación Internacional–Oficina de las
Naciones Unidas contra la Droga y el Delito
País: Colombia
Año: 2007
Nº de páginas: 196
Disponible en:
http://www.unodc.org/documents/colombia/2013/Agosto/DA2013/Relatos_desde_la
_Legalidad_copia.pdf

Palabras clave: buenas prácticas en desarrollo alternativo, guardabosques, cultura de


la legalidad, Programa Familias Guardabosques.

Objetivo

El objetivo principal que persigue este documento es que sea de utilidad para la toma
de decisiones de las familias guardabosques de todo el país, y para los interesados,
sean especialistas o no. Además, se pretende ser un recurso importante de consulta y
debate respecto a buenas prácticas en intervenciones de desarrollo alternativo.

Resumen del contenido

Colombia continúa padeciendo el problema de los cultivos ilícitos. El gobierno


colombiano ha abordado el tema a través de acciones contra la actividad ilícita
combinando medidas de erradicación con estrategias de persuasión para combatir la
producción, el comercio y consumo de drogas. Igualmente, los programas de desarrollo
alternativo han venido cobrando relevancia como instrumento efectivo en la lucha
contra la producción de ilícitos, debido a las nuevas dinámicas de los cultivos de coca
que están siendo intercalados con cultivos legales, lo cual limita la efectividad de las
fumigaciones aéreas y posiciona al desarrollo alternativo como estrategia más idónea y
sostenible ambiental, social y económicamente para erradicar los ilícitos.
Dentro de este contexto, el presente libro tiene por objetivo ser un testimonio
sobre las buenas prácticas que se pueden apreciar a través de cada historia relatada
desde las familias y su relación con el Programa Familias Guardabosques (PFGB). Los
autores son tan sólo cronistas de esta realidad que los guardabosques construyen día a
día.

Así pues, esta publicación presenta seis experiencias de familias guardabosques


de diferentes lugares de Colombia, que evidencian el inicio y consolidación de procesos
de desarrollo en distintos ámbitos.

Los logros ambientales que las familias de los ejemplos que se muestran, se
suman a los proyectos en arreglos agroforestales que han puesto en marcha en todas
las regiones del país, principalmente en las líneas de café especial, caucho, cacao,
además de los proyectos forestales y de bienes y servicios ambientales, tales como la
producción de miel y el ecoturismo.

Cabe resaltar que para lograr poner en marcha sus proyectos productivos, las
familias guardabosques han ahorrado más de 20.000 millones de pesos y han
adquirido cerca de 32.000 hectáreas en todo el país.

Los óptimos resultados obtenidos por las familias guardabosques han movido
esta iniciativa que pretende documentar las buenas experiencias de algunas familias,
en distintos ámbitos, con el propósito de que otras comunidades del país, con
características similares, así como las instituciones del orden nacional, regional y local,
puedan replicar las buenas prácticas que han rodeado a estas comunidades.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) realiza el


monitoreo, seguimiento y evaluación a los programas de desarrollo alternativo
impulsados desde el Programa Presidencial contra Cultivos Ilícitos (PCI), de la Agencia
Presidencial para la Acción social y la Cooperación Internacional. En este contexto, de
manera conjunta, se identificaron los seis casos representativos de la realidad de
trabajo y superación que viven las comunidades rurales que voluntariamente deciden
erradicar los cultivos ilícitos, en el marco del Programa Familias Guardabosques, los
cuales se han nombrado anteriormente.

Así, en el municipio de la Vega, en el departamento del Cauca, se documentan


dos experiencias exitosas. De una parte, el proyecto de café de las familias
guardabosques y de otra, la preocupación de las cuencas y protección del medio
ambiente liderado por la comunidad.

También, en el alto Patumayo (donde el programa interviene en los municipios


de Santiago, Sibundoy, San Francisco y Colón), se resalta cómo la comunidad ha
retomado los valores tradicionales de la cultura indígena, lo cual ha impulsado el
respeto por la tierra, los valores positivos, el agua y los recursos naturales.

Otros ejemplos de la transición hacia la cultura de la legalidad se presentan en


el artículo que hace referencia al municipio de Valparaíso, en el departamento de
Caquetá. En dicho artículo, sobresale la importancia de la voluntad de las comunidades
de tener un futuro mejor para sus mujeres y sus hijos y la importancia de la existencia
de líderes comunitarios.

Otro aspecto que el Programa Familias Guardabosques promueve es la puesta


en marcha de alternativas productivas ilícitas que generen una economía lícita y
creciente en cada región. El artículo sobre el municipio Necoclí, es un buen ejemplo de
este caso, pues las familias guardabosques han demostrado cómo a través del ahorro
colectivo es posible adquirir tierra y confinación para sus proyectos productivos.

Finalmente, el proyecto de ecoturismo de la Sierra Nevada de Santa Marta,


abordado desde la óptica de la construcción de las posadas turísticas de veinte familias
guardabosques, ejemplifica buenas prácticas en términos organizativos, trabajo
comunal y unión de los beneficios entre otros.

En conclusión, los artículos que se recogen en esta publicación resaltan


aspectos positivos que han logrado las familias guardabosques de distintas regiones del
país. Los aspectos más relevantes en los procesos autosostenibles de desarrollo en
estas comunidades son la asociatividad, el trabajo comunitario, la participación
democrática en las decisiones de la comunidad, el ahorro colectivo, la legalización de la
propiedad de la tierra, la existencia de un esquema de apoyo interinstitucional y la
vinculación de los actores locales relevantes para los procesos de desarrollo, la puesta
en marcha de actividades de protección y recuperación del medio ambiente, entre
otros.

Estos son aspectos que el Programa Familias Guardabosques promueve y cuya


relevancia han recorrido las comunidades, dados los beneficios en términos de calidad
de vida, dignidad y bienestar en sus veredas.

Se espera que las organizaciones y líderes comunitarios, los operadores de


proyectos productivos, sociales y ambientales, las instituciones locales, regionales y
nacionales, así como las ONG’s y demás actores retomen las buenas experiencias de
estas familias y las repliquen en otros lugares del país o profundicen los procesos de
desarrollo ya existentes.

Finalmente, se quiere hacer un homenaje a las más de 53.000 familias


guardabosques que hay en la actualidad en 57 municipios de Colombia, que trabajan
con convicción por la paz y el desarrollo del país.

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