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Apreciacion de la norma

La protección de los diseños industriales permite que los creadores obtengan una
retribución por los esfuerzos realizados y sirve también de incentivo para invertir en la
actividad de diseñar. Una de los objetivos básicos de la protección de los diseños
industriales es fomentar la actividad de diseño para la elaboración de productos. De ahí
que por lo general en las leyes de protección de diseños industriales solo se contemple la
protección de diseños que puedan utilizarse en la industria o cuya producción pueda
realizarse a gran escala. En la condición de “producción industrial” reside una diferencia
considerable entre la protección de los diseños industriales y el derecho de autor, puesto
que el derecho de autor tiene que ver exclusivamente con las creaciones estéticas.
No obstante, en algunos casos los diseños industriales pueden obtener protección por
derecho de autor, por ejemplo si el diseño en cuestión puede clasificarse como una obra
de arte aplicado. Por lo general, los diseños industriales que se prestan a la protección
deben ser nuevos u originales, criterios que podrían no cumplirse si los diseños no son en
gran medida diferentes de diseños ya existentes o de combinaciones de los mismos. En la
mayor parte de las leyes de protección de los diseños industriales se excluye de la
protección de los mismos todo diseño que obedezca exclusivamente a la función para la
que haya sido concebido el artículo.
En la medida en que el diseño de un artículo producido por un gran número de fabricante,
la protección de dicho diseño se traduciría en el hecho de impedir que otros fabricantes
puedan producir artículos que desempeñen la misma función. Por consiguiente, no
puede aspirarse a excluir la posibilidad de que terceros produzcan ese mismo tipo de
artículo, a menos de que el diseño sea lo suficientemente innovador e inventivo para
prestarse a la protección por patente. En otras palabras, la protección de los diseños
industriales que se contempla en las leyes solo se aplica a los diseños correspondientes
a artículos o productos o que estén integrados en ellos. Esa protección no impide, pues,
que otros fabricantes produzcan o hagan negocios con artículos o productos similares,
a condición de que en estos últimos no esté integrado o reproducido el diseño
protegido. Al registrar un diseño industrial se obtiene protección contra la explotación
no autorizada del diseño aplicado a artículos industriales. Se concede así al propietario
del diseño el derecho exclusivo a realizar, importar, vender, alquilar u ofrecer en venta
artículos a los que se aplique el diseño o en el que esté incorporado el mismo. La vigencia
de los derechos sobre los diseños industriales varía de un país a otro. Por lo general, el
plazo máximo oscila entre 10 y 25 años, período que se divide en plazos a su vez a los
fines de que el propietario renueve el registro para obtener una ampliación de la
protección.
Ese plazo de protección, relativamente corto, obedece probablemente al hecho de que
los diseños se asocian por lo general con lo efímero, lo que es sinónimo de aceptación y
éxito relativamente pasajeros, en particular en esferas sumamente dependientes de la
moda, como los sectores vestimentario y del calzado. Se ha convertido en herramienta del
derecho de la competencia, pero a pesar de su importancia no es tratada aún de manera
uniforme por parte de los operadores jurídicos andinos, quienes no poseen un modelo jurídico
común, ni patrones objetivos respecto a los fenómenos de confundibilidad y distintividad.
Dichos operadores carecen también de especialización comercial y desconocen a nivel judicial y
administrativo los elementos del mercado común y el alcance de las marcas de comercio, por
ello los métodos difieren entre corporaciones, generan variedad de fallos, se alejan de la sana
crítica y generan especulación e inestabilidad jurídica. Tal variedad impide estructurar
jurisprudencialmente el derecho de los activos intangibles. El cambio de perfil y de la actitud
subjetiva de los falladores por un modelo jurídico objetivo comercial, beneficiará al mercado
con jueces más cultos, armonizará la oferta pública de justicia y producirá certeza y seguridad
jurídica, como garantías de la libre decisión económica y de la competencia en términos de
igualdad en la economía de mercado.

Finalidad:

Tiene como finalidad principal el estudio de la Ley de Propiedad Industrial, la


importancia que tiene el Registro de la Propiedad Industrial su organización y
procedimientos.
La propiedad industrial constituye un que adquiere el inventor o descubridor con la
creación o descubrimiento de cualquier producto relacionado con la industria, y el
productor, fabricante o comerciante con la creación de signos especiales con los que
aspira a diferenciar los resultados de sus trabajos de otros similares. La propiedad
industrial designa los derechos sobre bienes inmateriales que se relacionan con la
industria y con el comercio y a su vez determina que los nuevos productos o
procedimientos que por su originalidad y utilidad deben ser de provecho exclusivo para
su inventor; por otro lado regula las denominaciones del producto o del comerciante
que sirven de atracción y convocatoria para la clientela. Los derechos de propiedad
intelectual son derechos absolutos o de exclusión que requieren, para su válida
constitución, la inscripción en el registro. Por otra parte, el interés general exige que las
concesiones exclusivas de propiedad industrial no son perpetuas, y ello determina que
las leyes concedan a los derechos citados un tiempo de duración distinto según las
distintas modalidades que discriminen esta propiedad especial y temporal. Transcurrido
el tiempo de existencia legal, caducan los derechos. La caducidad puede resultar por
efecto de otros motivos, como la falta de pago de las anualidades o cuotas
correspondientes, el no uso por el plazo que la ley determine en cada caso, y la voluntad,
por ende, de los interesados.
El encargado de de administrar y hacer cumplir las normas que consagran los derechos
de los inventores sobre sus creaciones (patentes), y de los comerciantes sobre los signos
que utilizan para distinguir sus productos y servicios (marcas) es el Registro de la
Propiedad Industrial.

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