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Diferencia entre jurisdicción y competencia

Puede decirse que la jurisdicción es la función que el Estado otorga a los órganos de administración de justicia (en este caso,
el Organo Judicial), para dirimir los conflictos sometidos a su conocimiento mediante decisiones con carácter de cosa juzgada,
Mientras que Por competencia entendemos a las facultades y atribuciones reconocidas a un Juez para conocer de un asunto
o un litigio. Para el jurista Piero Calamandrei la competencia es:

El conjunto de causas sobre las cuales puede él ejercer según la Ley, su fracción de jurisdicción.

Entonces podemos referirnos a la competencia como la medida de jurisdicción que algún órgano del Poder Judicial posee,
para conocer casos sobre una materia, territorio o cuantía en específico. Un ejemplo de ello pueden ser la competencia civil,
penal, de protección del niño, niña y adolescente, laboral, entre otras.

La competencia:

La definición de competencia tiende a confundirse con la definición de jurisdicción, pero son dos instituciones totalmente
distintas en materia jurídico procesal, que si bien es cierto en algún momento se interrelacionan hasta el grado que una no
existe sin la otra. Y es que de todas las definiciones que existen, la competencia es el derecho que tiene un juez o tribunal
para el conocimiento, tramite o resolución de una cuestión judicial, en cambio la jurisdicción es la potestad que tienen los
jueces de administrar justicia, es decir que la competencia es el limite de la jurisdicción.

Para el tratadista Agustín Gordillo: “La competencia es el conjunto de facultades que un órgano puede legítimamente ejercer,
en razón de la materia, el territorio, el grado y el tiempo.”

Couture la define como: “Medida de jurisdicción asignada a un órgano del poder judicial, a efecto de la determinación genérica
de los asuntos en que es llamado a conocer por razón de la materia, de la cantidad y del lugar. En estos conceptos se puede
observar que la jurisdicción es considerada como el poder del juez para impartir justicia y la competencia como la medida o
situación para ejercitar la jurisdicción.

Factores de la Competencia
Los factores de competencia son aquellos que la ley toma en consideración, para distribuir la competencia entre los
diversos tribunales de justicia del país.
Entre ellos encontramos:

 La materia: es la naturaleza jurídica del asunto litigioso. Que puede ser civil, mercantil, laboral, penal, constitucional,
etc.
 La cuantía: es decir, el valor jurídico o económico de la relación u objeto litigioso.
 El grado: que se refiere a la instancia o grado jurisdiccional, atendida la estructura jerárquica de los sistemas judiciales,
en que puede ser conocido un asunto. Puede ser en única, primera o segunda instancia.
 El territorio: es decir, el lugar físico donde se encuentran los sujetos u objeto de la controversia o donde se produjo el
hecho que motiva el juicio.

Clases de competencia:

Para poder delimitar perfectamente la competencia se hace necesario remarcar que debe atenderse ciertas circunstancias
como lo son: la materia, las personas, el lugar y la función, en palabras sencillas, donde, como, quien y cuando los asuntos a
repartir. Entonces se dice que la competencia debe obedecer a ciertas clases que son:

Competencia objetiva: Esta se puede definir como la que se integran en el orden penal para el enjuiciamiento en única o en
primera instancia de los hechos por los que se procede. Según el Diccionario de Derecho Penal y Criminológico, podríamos
decir que competencia es el derecho que tiene un juez o tribunal para conocer de una causa. En derecho penal la facultad
que tiene un juez para inquirir lo relacionado con la comisión de los delitos o para juzgarlo. Se determina la competencia en
razón de la naturaleza de los delitos tales como los de índole correccional, federal, penal económicos, etcétera.

Competencia territorial: Para poder definir esta clase de competencia debe hacerse ver que la territorialidad consiste en
que el legislador debe dividir el territorio en distintas circunscripciones territoriales atendiendo a razones de conveniencia, de
utilidad, de oportunidad, ajenas a razones estrictamente jurídicas, pues contempla primordialmente razones demográficas,
sociales y económicas, desde el punto de vista procesal las reglas de la competencia territorial están fundadas en razones
empíricas destinadas a neutralizar las cuestiones de competencia entre jueces del mismo tipo.

Competencia funcional:

Es una clase de la competencia que nos indica que órgano judicial va a conocer en cada fase procesal: instrucción, juicio,
recurso, ejecución, Sin perjuicio de las normas establecidas con relación a los recursos.
Reglas de la Competencia

Por razón de la cuantía:

Nuestro Código Procesal Civil y Mercantil en cuanto a la cuantía ha marcado tres categorías siendo estas: la ínfima, menor y
mayor cuantía. La división se produce al existir la necesidad de crear el Acuerdo número 3-91, ya que los juzgados de primera
instancia se encontraban saturados de demandas, produciéndose por ende un atraso en la pronta y cumplida administración
de justicia ya que estos no se daban abasto para poder resolver los conflictos que llegaban a su jurisdicción. Sin embargo, en
mil novecientos noventa y siete el acuerdo anteriormente descrito fue modificado por los acuerdos números 5-97 y 6-97,
debido a que la población y las transacciones legales se vieron incrementadas y la prestación del servicio por parte del
organismo judicial se estaba dando de manera deficiente fue necesario establecer una nueva y mejor distribución del trabajo
entre los órganos jurisdiccionales ya que la repartición de trabajo como la tenía contemplado el acuerdo 3-91 de la Corte
Suprema de Justicia se encontraba ya deficiente.

Sin embargo, el uno de febrero del año dos mil seis entro en vigencia el acuerdo numero 2-2006 el cual viene a modificar el
acuerdo numero 5-97 de la Corte Suprema de Justicia, quedando de la siguiente manera: Articulo 1. Se modifica el acuerdo
número 5-97 de la Corte Suprema de Justicia, el cual queda así.

a) En el municipio de Guatemala, hasta sesenta mil quetzales (Q 60,000.00).

b) En las cabeceras departamentales y en los municipios de Coatepeque del departamento de Quetzaltenango, Santa Lucia
Cotzumalguapa del departamento de Escuintla, Malacatán e Ixchiguán, San Marcos, Santa Maria Nebaj, Quiche, Poptun,
Peten, Santa Eulalia, Huehuetenango y Mixco, Amatiitlán y Villa 20 Nueva de este departamento hasta treinta mil quetzales
(Q 30,000.00)

c) En los municipios no comprendidos en los casos anteriores, hasta veinte mil (Q 20,000.00)

Articulo 2. En los municipios de Guatemala los jueces de paz del ramo civil, y los jueces de paz de los demás municipios de
la República, conocerán por el procedimiento que señala el articulo 211 del Código Procesal Civil y Mercantil, los asuntos de
ínfima cuantía que no excedan de diez mil quetzales (Q 10,000.00).

Articulo 3. Todos los asuntos de naturaleza civil y mercantil que se encuentren en tramite, a la fecha de vigencia de este
acuerdo, seguirán siendo sustanciados, hasta su fenecimiento, por los juzgados que conocen de ellos en la actualidad.

Articulo 4. La presente disposición no es aplicable para asuntos de familia.

Articulo 5. El presente acuerdo entra en vigor un mes después de su publicación en el diario de Centroamérica órgano oficial
de la Republica de Guatemala.

Dado en el palacio del Organismo Judicial, en Guatemala, el uno de febrero del año dos mil seis.

Con este criterio se parte de la idea, de que los asuntos de menor valor son menos complejos y por ello pueden atribuirse a
los Jueces Menores o de Paz, mientras que el mayor valor de un asunto hace aumentar su dificultad, y por eso se atribuyen
a los Jueces de Primera Instancia. Además en Guatemala se hace entrar en juego un criterio complementario, relativo a la
actividad económica de los distintos lugares de la República, de modo que la cuantía límite de la competencia entre unos
Jueces y otros no es siempre la misma. En relación a la fijación de la cuantía, la norma general es el Artículo 7 del Código
Procesal Civil y Mercantil: “Por razón de la cuantía son competentes los jueces menores, cuando el valor que se litiga no
exceda de quinientos quetzales. Sin embargo, son competentes los jueces de Primera Instancia para conocer de los negocios
de menor cuantía, cuando éstos son incidentales del proceso principal. La Corte Suprema de Justicia tendrá la facultad de
señalar, mediante acuerdo, un límite menor a la cuantía de los asuntos que se deban seguir ante los juzgados de Paz, cuando
lo crea conveniente atendidas las circunstancias especiales del municipio de que se trate y las disponibilidades de personal
técnico”. Por todos estos procedimientos se ha de llegar a la determinación del valor de lo litigado y a partir de ese valor queda
establecida la competencia. Debe destacarse la trascendencia de la regla propia del valor indeterminado, pues de hecho hace
que la mayoría de los asuntos terminen correspondiendo a los Jueces de Primera Instancia.

En conclusión se le asigna la competencia de ínfima y menor cuantía a los jueces de paz, llamados también jueces menores,
y la mayor cuantía a los jueces de primera instancia.

Por razón de la materia:

Atendiendo a las diferentes ramas del derecho, existe una clasificación de competencia referida o conocida, por ejemplo si se
trata de un asunto laboral, se acudirá a un juez o tribunal de trabajo; si existe litis entre particulares, se acude a un juez o
tribunal del ramo civil, dándose así en cada materia una jurisdicción que puede ser penal, económico coactivo, contencioso
administrativo, etc.
Sin embargo, en materia penal existe la competencia determinada es decir que tanto en la ciudad capital como en los
departamentos de la República existen juzgados penales específicos para atender esa materia, cosa distinta a lo que se da
en otras ramas del derecho, ya que existen juzgados que conocen de varias materias a la vez, es el caso de los juzgados del
ramo civil que conocen casos económicos coactivos, de familia, de trabajo, etcétera; dándose así una situación en que existen
varios jueces con la misma competencia territorial, pero con distinta competencia por razón de la materia, contrario sensu lo
que sucede en los juicios de cuentas, ya que estos al igual que los juicios penales tienen juzgado especifico tal y como lo
indica el Artículo 220 de la Constitución Política de la República de Guatemala al hacernos mención que “la función judicial
en materia de cuentas será ejercida por los jueces de primera instancia y el Tribunal de Segunda Instancia de Cuentas.”

Por razón de turno:

En esta clase de competencia entra en juego la competencia propiamente dicha y la jurisdicción, al referirse que hay jueces
que tienen una competencia determinada, pero por razones de encontrarse gozando de vacaciones otros inquisidores estos
cubren momentáneamente el puesto de estos últimos porque en ciertos y determinados días, no pueden recibir y tramitar
actuaciones de las partes cuando el tribunal al que sirven se encuentre cerrado. Para argumentar mas esta clase de
competencia es necesario hacer notar el amplio conocimiento del jurista Alsina, quien al respecto comenta que la competencia
por razón de turno se refiere siempre a jueces de la misma competencia a quienes se les fija determinados días para la
recepción de las causas nuevas; todo ello se debe a que el propósito de esta situación es hacer distribución equitativa del
trabajo entre los juzgados que se encuentran en turno.

Perpetua Jurisdicción:

La Perpetuatio Jurisdictionis es un principio derivado del concepto del debido proceso, con arraigo en las garantías
ciudadanas, de un juicio justo y con reglas cognoscibles, claras y controvertibles en instancia, esto es, con asidero
constitucional en las libertades y derechos ciudadanos – derechos fundamentales–, según el cual, una vez determinada la
jurisdicción y la competencia, tras la interposición de la demanda, esta no se puede modificar por razones de hecho o de
derecho sobrevivientes a ese primer momento procesal.

Según José Manuel Chozas Alonso, en su magnífico estudio de esta figura del derecho moderno, la define en sentido “propio”
diciendo que: “es el efecto procesal de la litis dependencia por el cual, una vez que se han determinado la jurisdicción y la
competencia de un Juez o Tribunal conforme a las circunstancias fácticas y jurídicas existentes en el momento de la
presentación de la demanda, no surtirán efecto alguno, sobre los citados presupuestos procesales, las posibles
modificaciones que pudieran producirse con posterioridad tanto respecto al estado de hecho como a la norma jurídica que los
habían determinado”

Competencia por prorroga:

La misma es señalada en varias disposiciones, tanto en el Código Procesal Civil y Mercantil como en la Ley del Organismo
Judicial, y suele en esas normas confundirse con la sumisión. Podría entenderse que la sumisión es un tipo de prórroga, pero
siempre que quedara claro que la prórroga no se refiere sólo a la sumisión. La declaración de que la competencia territorial
es prorrogable se encuentra contenida en al Artículo 3 del Código Procesal Civil y Mercantil y en el Artículo 116, inciso final,
de la Ley del Organismo Judicial, Decreto 2-89 del Congreso de la República de Guatemala, y lo que está diciéndose en ellos
es que, aparte de las sumisiones, pueden concurrir circunstancias que lleven a que conozca de un asunto un juez que, en
principio y según las normas legales de competencia; no tendría competencia para conocer de ese caso. Esas circunstancias
son las que se enumeran en el Artículo 4 del Código Procesal Civil Mercantil, y son:

- Cuando deban conocer jueces de otra jurisdicción territorial, por falta o impedimento de los jueces competentes.

- Dejando a un lado la incorrección de la expresión otra jurisdicción territorial pues se trata realmente de competencia y no de
jurisdicción.

Se está haciendo aquí mención de dos casos muy distintos: el primero cuando falte el juez competente, y el segundo relativo
a que en el juez competente concurra una causa de impedimento de las previstas en el Artículo 122 de la Ley del Organismo
Judicial, en cuyo caso el juez, según el Artículo 130 de la misma ley, se inhibirá de oficio y remitirá las actuaciones al tribunal
superior, para que resuelva y las remita al juez que deba seguir conociendo. Es de sentido común que esta causa de prórroga
no tiene relación alguna con la sumisión.

En general debe tenerse en cuenta que los impedimentos del Artículo 122 de la Ley del Organismo Judicial obligan al juez a
inhibirse de oficio y las excusas del Artículo 123 de la misma ley imponen al juez hacérselo saber a las partes para que éstas
la acepten o no, expresa o tácitamente, mientras que la recusación, que comprende las causas de impedimento y de excusa;
es un derecho de las partes.

En todos estos supuestos no se trata realmente de que se prorrogue la competencia en sentido estricto, debido a que no pasa
la competencia del juez de uno a otro lugar por razones atinentes al asunto, sino que se trata de motivos para que un juez
concreto no pueda conocer de un asunto determinado en atención a que se presume que el mismo puede no ser imparcial;
atendidas sus relaciones con las partes o con el objeto del proceso.

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