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El proceso de tratar una superficie con el fin de decorarla o protegerla comienza con una
serie de operaciones destinadas a acondicionar y preparar dicha superficie para recibir la
aplicación de pintura. El sistema completo incluye tanto la superficie como la pintura,
es decir forman una sola unidad, por lo tanto cualquier factor que afecte la estabilidad
del substrato para recibir y detener el acabado final influirá decisivamente en la
durabilidad del sistema.
Los métodos a continuación mencionados corresponden a los sistemas aceptados por las
Normas NACE y SSPC.
Este método se utiliza como pre limpieza con lavados de solventes, que consiste en
remover los materiales extraños sobre una superficie como aceite, grasa, manchas u
otros, con el uso de solventes, emulsiones, compuestos limpiadores, limpieza de vapor o
productos similares, es decir, métodos que involucren una acción solvente o limpiadora
(Manual de formación de pinturas arquitectónicas, 2000).
Consiste en pasar un soplete oxiacetileno de alta temperatura a gran velocidad sobre las
superficies metálicas, logrando desprender la mayor parte de óxidos, cascarillas o
películas viejas. Después de efectuar adecuadamente el proceso, se lava la pieza
metálica con agua limpia y posteriormente es sometida a un tratamiento con una
solución alcalina para neutralizar los residuos corrosivos procedentes del ácido sulfúrico
que pudiera haber quedado en contacto con la superficie y procedente del lavado ácido.
(Manual de aplicación e inspección de los sistemas de pinturas utilizadas para la
protección de las superficies de las estructuras en el área industrial, 2006).
La limpieza por chorro es un método a través del cual se preparan las superficies
metálicas para pintarlas, basado en la remoción de toda la capa o cascarilla de laminado,
óxido, pintura o materias extrañas mediante el uso abrasivo impulsado por medio de una
tobera o ruedas centrífugas. Las superficies quedan libres de aceite, grasa, suciedad,
óxido, cascarilla de laminado, productos de corrosión, pintura o cualquier otra materia
extraña. La superficie preparada con limpieza al grado metal blanco a chorro es definida
como una superficie con color uniforme gris blanco metálico, ligeramente rugosa lo
cual es favorable porque crea un perfil de anclaje que permite una mejor adherencia de
la pintura. La superficie limpia puede tener un color influenciado por la clase de medio
abrasivo usado (Manual de formación de pinturas arquitectónicas, 2000).
Esta calidad de limpieza se utiliza en trabajos de calidad exigentes como para inmersión
en agua salada, estructuras expuestas a ataques químicos y donde se requiera un buen
patrón de anclaje.