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Que moraleja tan cierta porque a veces tratamos de arreglar los problemas del mundo, no es el mundo el que tenemos
que arreglar o salvar, es el hombre el que se tiene que arreglar y salvar, el problema es que el hombre no quiere,
reconoce que necesita un cambio, pero no quiere cambiar. Y es allí donde aparece ese gran amor de Dios.
Y como somos de su propiedad, nos hizo hijos, nos aceptó en su familia, nos hizo participes de sus planes
y proyectos y el deseo de Dios es que nosotros seamos como El, por eso debemos de renovar y cambiar
nuestra forma de pensar.
De la única forma de cambiar mi conducta, mis costumbres, dejar el mundo, transformar o renovar mi
mente, es que algo poderoso me cambie desde adentro. Solo hay una cosa que puede cambiar mi corazón,
mi mente, mi alma y es la palabra de Dios.
Hebreos 4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el
espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Todo cristiano debe de estar fundamentado en la palabra, amarla, estudiarla y vivirla, por eso un
cristiano que no conozca, no ame la palabra, No es cristiano, ni conoce, ni ama a Dios.
Juan 14:23-24 Jesús dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
El que no me ama, no guarda mis palabras.
Dios nos ha dado su Palabra y tenemos delante nuestros ojos y al alcance de nuestras manos nada más ni
nada menos que la misma Voz de Dios, es cierto que fue escrita por 40 humanos, pero es un solo autor, uno
solo la inspiro la dirigió, la dicto. Por eso la primera doctrina de nuestra iglesia es:
La palabra de Dios nos enseña lo que es verdad, lo correcto, nos hace ver lo que está mal en nuestra
Vida, habré nuestros ojos y nos muestra el camino correcto.
La palabra nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Corrige nuestros
malos caminos, la manera de pensar, nuestros comportamientos y hábitos, cosas insignificantes como la
manera de hablar, de vestir, de actuar.
La palabra nos educa en una vida de rectitud, nos hace nacer de nuevo y si antes éramos mentirosos,
ladrones, adúlteros, fornicario, deshonestos, por medio de la palabra somos nuevas criaturas. (Metamorfosis)
La palabra nos instruye, nos alimenta, nos inspira hacer lo bueno, hacer obedientes, hacer fieles a
permanecer en sus caminos, a llevar la palabra a nuestros hogares, trabajo, colegio amigos familia.
Josué 1:8 Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo
lo que allí está escrito. Sólo entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas.