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construir el mañana
Miradas geográficas que contribuyen a leer el presente
Claudia Mikkelsen
Natasha Picone
(Compiladoras)
ISBN 978-950-658-466-5
Geografías del presente para
construir el mañana
Miradas geográficas que contribuyen a leer el presente
Geografías del presente para
construir el mañana
Miradas geográficas que contribuyen a leer el presente
Claudia Mikkelsen
Natasha Picone
(Compiladoras)
Mikkelsen, Claudia
Geografías del presente para construir el mañana : miradas geográficas que contribuyen a leer
el presente / Claudia Mikkelsen ; Natasha Picone ; compilado por Claudia Mikkelsen ; Natasha
Picone. - 1a ed . - Tandil : Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, 2018.
Libro digital, PDF
© 2018 - UNCPBA
www.unicen.edu.ar
Los trabajos que se presentan en este libro han sido evaluados por un Comité Científico externo y
lo expresado en ellos es responsabilidad directa de las autoras y los autores. A efectos de unificar
criterios de edición y maquetación, algunos originales han sufrido modificaciones de estilo.
Web: www.cig.fch.unicen.edu.ar
E-mail: cig@fch.unicen.edu.ar
ISBN 978-950-658-466-5
Agradecimientos
Este tomo es producto de la labor colectiva y conjunta de investigadores, docentes, autori-
dades, estudiantes y no docentes a quienes queremos agradecer.
En la persona de la decana de nuestra Facultad de Ciencias Humanas, Prof. Silvia Alicia
Spinello a todas las Secretarías, al Honorable Consejo Académico, a la Carrera de Geo-
grafía y sus tres claustros, al personal docente y no docente, por el acompañamiento, las
palabras de aliento y el trabajo realizado.
Al director y vicedirector del Centro Científico Tecnológico Tandil – CONICET, Dres. Car-
los E. Lanusse y Dr. Alberto H. Somoza, por avalar y acompañar el desarrollo de la activi-
dad que nos permite llegar al presente resultado y en su persona al Consejo Nacional de In-
vestigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) organismo que financió conjuntamente
con la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (AGENCIA) y la Comisión
de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires (CIC) el desarrollo de las V
Jornadas Nacionales de Investigación en Geografía Argentina (V JONIGAS) y XI Jornadas
de Investigación y Extensión del Centro de Investigaciones Geográficas.
Al director y vicedirector del Instituto de Geografía, Historia y Ciencias Sociales (IGEHCS),
Dres. Hernan Otero y Guillermo Velázquez, quienes en representación de la mencionada
Unidad Ejecutora UNCPBA/CONICET avalaron la realización de las JONIGAS y acompa-
ñaron en su desarrollo.
A la directora y vicedirectora del Centro de Investigaciones Geográficas (CIG) Dras. Diana
Lan y Ana Fernández responsables directas del desarrollo de las jornadas como así tam-
bién de darles continuidad, sin su dedicación y trabajo en el CIG las JONIGAS no serían
posibles. En su persona el agradecimiento extendido a integrantes, colaboradores y perso-
nal de apoyo del CIG.
Agradecer a las coordinadoras y los coordinadores de cada una de las sesiones, a las evalua-
doras y los evaluadores del comité científico por su labor y especialmente a las autoras y los
autores que participaron.
Agradecer a las y los artistas que con sus diversas intervenciones nos permitieron reflexio-
nar sobre la Geografía del presente desde el arte.
Sin el esfuerzo de cada uno de ustedes este libro no habría sido posible.
Índice por trabajos
Presentación................................................................................................................................................. 25
Claudia Mikkelsen y Natasha Picone
Este volumen de la obra Geografías del presente para construir el mañana denominado
Miradas geográficas que contribuyen a leer el presente”, finaliza un proceso de evaluación, edi-
ción y compilación de los trabajos que fueran presentados en las V Jornadas Nacionales
de Investigación en Geografía Argentina y XI Jornadas de Investigación y Extensión del
Centro de Investigaciones Geográficas, labor que nos llena de alegría y satisfacción.
El proceso de gestación del presente texto inició hace mucho tiempo, con cada idea, cada in-
cógnita, cada pregunta que los autores y autoras de los trabajos se plantearon al dar inicio a
la investigación. Comienza en la certeza de procurar contribuir al conocimiento desde la dis-
ciplina geográfica, abonando nuestro objeto de estudio, el espacio geográfico, aplicando para
ello diversidad de técnicas y métodos.
El texto resulta entonces del esfuerzo colectivo de sostener las líneas de investigación en
las que cada investigador/a desea y elige dejar su huella, comprendiendo que esa huella
se transforma en el libro en documento escrito que será empleado en futuras investiga-
ciones. De allí la importancia del compromiso y la responsabilidad académica al trabajar
desde la Geografía, disciplina que se enmarca en las Ciencias Sociales y que tiene a los
hechos sociales y al espacio geográfico como sus protagonistas.
Esperamos disfruten de los resultados aportados por las autoras y los autores a quienes
agradecemos por su confianza y dedicación, sin sus aportes este tipo de publicaciones no
serían posibles.
Introducción
Se pretende en este trabajo realizar algunas articulaciones entre el territorio, la red
urbana y las ciudades resultado de avances y cuestionamientos que venimos desarro-
llando en investigaciones sobre esta temática en estudios empíricos sobre circuitos de
la economía urbana 2.
Se parte de considerar que cada período produce espacio geográfico por lo cual re-
sulta fundamental comprender cómo el territorio, y en el caso de nuestro interés las
ciudades, son usadas por diferentes actores con desiguales grados de poder o fuerza.
Se observa que los procesos actuales aceleran la urbanización de la sociedad y del te-
rritorio al mismo tiempo que repercuten en la constitución actual de las redes urbanas
y en la dinámica y constitución de los circuitos de la economía urbana. Para pensar las
ciudades contemporáneas, las redes urbanas y el territorio, se cree necesario estudiar
las características del período que atravesamos y cómo éstas permiten nuevas compo-
siciones a los circuitos (circuito superior, con su porción marginal, y circuito inferior).
En especial estamos buscando nuevas y renovadas articulaciones entre los circuitos,
algunas jerárquicas y otras complementarias, muchas de ellas vía red urbana.
Para esto presentamos aquí algunos avances en esta línea a partir de, por un lado,
reflexionar y cuestionarnos sobre la red urbana como categoría conceptual en cuanto a
su valor explicativo y, por el otro, referir a algunas mediaciones que consideramos cen-
trales para pensar y estudiar hoy las redes urbanas en relación a los circuitos.
Este texto tiene dos partes. En la primera se realizará una relectura de autores y obras
que influyeron en los estudios de la red urbana, algunos conocidos y usados en Argen-
tina y otros que no fueron tan discutidos en este país ni tan estudiados en la Geografía.
En Argentina los trabajos en esta línea se han acercado más a estudios empírico-ana-
líticos del sistema urbano, con fuerte determinación de la variable demográfica como
explicativa de ese sistema. En la segunda parte del presente texto se plantean algunas
categorías de análisis e ideas que resultan de interés incluir en el esquema teórico y
empírico para pensar hoy la red urbana que estamos debatiendo y usando en nuestros
estudios sobre circuitos de la economía.
1 Se ha presentado un primer avance de este trabajo en la Mesa-redonda denominada: Geografia econômica: território
e rede urbana no período contemporáneo, realizada durante el II Congresso Internacional Caleidoscópio da Cidade
Contemporânea. Junio 2017. UFF. Campos, Brasil. Inédito.
2 Pueden encontrarse algunos de estos estudios en una publicación reciente del equipo coordinado por María
Laura Silveira (Silveira, 2016).
30 Josefina Di Nucci
la Región. Las Redes urbanas. Resultan de interés mencionar algunas ideas presentes en
ese texto:
la ciudad, sus alrededores y su estado de desarrollo, son inseparables (…) la ciudad forma parte
de un sistema urbano elaborado en el transcurso de un período histórico más o menos largo (...)
De ahí la ciudad debe estudiarse en un contexto doble: el regional y el ciudadano (…) Estas dos
nociones permiten conocer la estructura económica o social (George, 1982, p. 250).
Para este autor es importante estudiar las ciudades que conservan cierta autonomía fun-
cional pero que “sirven de engranaje para las restantes” ciudades (George, 1982, p. 251).
Para poder conocer su estructura propone atender a las relaciones que median entre ciu-
dad-campo y entre ciudad-ciudad. George (1982) describe minuciosamente los principales
lazos entre la ciudad y el campo, las que han servido, sin lugar a dudas, para los estudios
posteriores sobre los cambios en las relaciones de la red urbana existentes entre el campo y
la ciudad. Formula la existencia de una jerarquía urbana entre eslabones de la red, a medi-
da que es mayor la concentración de funciones urbanas. Propone entonces la siguiente je-
rarquía: aldea; centro; villa; pequeña ciudad; mediana ciudad; metrópoli regional y ciudad
capital o ciudad mundial.
Es interesante señalar también que para George (1982), y a diferencia de los estudios de
corte cuantitativo:
(…) la jerarquía no implica necesariamente la existencia de una red. Para que exista una red
urbana es preciso que surjan cierto número de relaciones y que éstas engendren, a su vez, lazos
funcionales permanentes entre los diversos elementos urbanos y entre éstos y el medio rural;
relaciones que, por implicar a menudo dominio o subordinación, se sitúan en el plano de la
jerarquización de las funciones urbanas. Puede ser que, además, aparezcan unas relaciones
complementarias (George, 1982, p. 278).
Siguiendo con una línea similar a la mencionada, son muy conocidas también las obras
de Rochefort (1960) La organización urbana de Alsacia: los fundamentos teóricos y la de Dugrand
(1963) Ciudades y campos en la Bas-Languedoc. Éstas son representativas de un enfoque rico
sobre lo que se denominó el armazón urbano4 es decir, las redes de ciudades, su jerarquía
y sus áreas de influencia.
Es relevante detenernos en el texto de Rochefort sobre Alsacia y, en algunos otros, que
figuran en la obra de edición brasilera de 1998 de Hucitec. El autor plantea que:
el desarrollo progresivo de la concentración económica modela un armazón urbano jerarquiza-
do cuya unidad ya no es la ciudad, sino la red regional. Ésta reposa sobre la combinación de tres
elementos: el centro regional, los centros de sub-región, los centros locales: esa estructura de-
termina las tres categorías fundamentales de una clasificación urbana (Rochefort, 1998, p. 13).
Se postula así la necesidad de conocer lo que él denomina la “inserción de la ciudad” (Ro-
chefort, 1998, p. 15) en la red urbana, es decir, el “lugar de la ciudad en la red urbana” (Ro-
chefort, 1998, p. 15), tanto para estudiar cuestiones propias de la ciudad, como puede ser la
fisionomía de sus barrios o el paisaje urbano, como para llevar a cabo cualquier programa de
reorganización, planificación, etc. Agrega que “todo comercio, todo servicio responde tanto a
las necesidades de los habitantes de la aglomeración donde ellos se localizan como a las de las
personas que habitan la zona de influencia de esta” (Rochefort, 1998, p. 15).
El planteo de dicho autor respecto a esta temática es central ya que considera que “la
unidad de la estructura de la geografía urbana debe ser la red urbana regional en la cual
era necesario resituar cada ciudad para interpretarla válidamente. Esa red constituía tam-
bién el armazón de un nuevo recorte regional” (Rochefort, 1998, p.17).
Este autor en la edición de Hucitec de algunas de sus obras señala que esa noción de red
urbana regional se ve desdibujada en la segunda mitad del siglo XX, ya que la iniciativa
económica tiende a concentrarse cada vez más en París y entonces, para “interpretar una
ciudad cualquiera ya no basta resituarla en una red regional, es preciso entender los lazos
de estructura que subordinan ésta a una unidad mayor constituida por el Estado o por
la zona de influencia de algunos grandes monopolios” (Rochefort, 1998, p. 18). Retoma-
remos estos planteos para pensar la red urbana en el período actual en nuestros países
donde dicha concentración es enorme.
El autor francés define los conceptos de red y de jerarquía urbana a partir de criterios
que clasifican las ciudades en función de la disponibilidad, complejidad y rareza de los
equipamientos y servicios, es decir, éstos serían los factores de diferenciación entre tipos
de centros. En general, esa jerarquía u orden en la red (que para el caso de comercios y ser-
vicios suele usarse la noción de red piramidal) se encuentra bastante desdibujada y resulta
ser más compleja.
Siguiendo esta línea de investigaciones sobre redes urbanas y regionalización debe des-
tacarse la importancia que por décadas tuvo justamente el papel de la red urbana en la
organización regional permitiendo para ese momento, un aire renovado a los estudios
regionales. Significativos son los trabajos de: Juillard (1962) sobre La région: essai de défini-
tion en el que demuestra la imposibilidad de concebir una región que no se halle centrada
en una ciudad; el de Dickinson (1934) (citado por Beajour-Garnier y Chabot, 1970) quién
definió la región urbana asociada a lo que denominó la ciudad metropolitana o capital de
una región; y particularmente, los trabajos de Kayser (1976, 1980) cuyas principales ideas
se desarrollarán a continuación.
Postula que la red urbana es la estructura geográfica de la región, la vida funcional de la
región, los flujos internos que la animan y la jerarquía de las polarizaciones que orientan y
activan esos flujos. Está presente aquí la noción de red urbana, en términos de estructura,
siendo sus “relaciones funcionales las que permiten estimar el dinamismo de una región”
(Kayser, 1980, p. 348). En la visión de este autor, las grandes ciudades controlan y ordenan
la organización regional aprovechando la red urbana, por lo cual,
las grandes ciudades proyectan sobre la región la red tentacular que conduce hacia ellas el máximo
de riquezas. Los nudos, o núcleos de esta red, de desiguales dimensiones, constituyen las ciudades
que sirven de relevo, de enlace, a la influencia metropolitana. (Kayser, 1980, p. 349).
Se va creando una jerarquía entre ellas en función de las características históricas pero,
especialmente, “de la aptitud para insertarse con flexibilidad (en el espacio y en la coyun-
tura) en el amplio movimiento de concentración industrial, comercial y bancario que ca-
racteriza a este período” (Kayser, 1980, p. 349).
Esta vinculación entre redes de ciudades y organización de la región, aparece en una
obra general muy conocida sobre Geografía Urbana como es el Tratado de Geografía Urbana
de Beaujeu-Garnier y Chabot (1970) quienes dedican una gran parte del libro a lo que ti-
tulan La ciudad en la región. Es bien interesante y completo este estudio sobre la forma en
que las ciudades establecen sobre la región lo que allí se denominan ‘tutelas’, las cuales se
clasifican en diferentes tipos: agrícola (en el sentido de propiedad, alimentos), comercial,
Red urbana, territorio y ciudades: una reflexión para estudiar circuitos de la economía urbana 33
y, con ello, la idea de que el “tiempo de las metrópolis es cada vez más el tiempo de las
grandes empresas” (Santos, 1991, p. 84). Se hace referencia aquí a aquello que se conoce
como la presencia omnipresente de la metrópolis en el territorio nacional, usando la
red urbana por medio de la cual traslada sus capitales hacia los lugares y retornan las
ganancias y la plusvalía. Se puede afirmar que esta situación está presente aún y con
fuerza en Argentina dada la enorme macrocefalia de Buenos Aires y, mucho más aún,
si pensamos en la red urbana de la provincia de Buenos Aires. Santos (1991) nos seña-
laba que ninguna ciudad, además de la metrópolis ‘llega’ a otra ciudad con la misma
celeridad. Ninguna dispone de la misma cantidad y calidad de las informaciones que la
metrópolis. De ahí que el autor formule un nuevo principio de jerarquía en la red urbana
que es el de la ‘jerarquía de la información’, que no está disponible de igual manera en
términos de tiempo.
A modo de cierre
Por último queremos dejar planteada aquí la necesidad de repensar la red urbana como
categoría de estudio a partir de la inclusión de esas otras categorías e ideas (puede haber
otras) que la complejizan, complementan, enriquecen, y que hacen posible su uso tanto
como categoría teórica-conceptual como empírica.
En nuestros trabajos, a estas articulaciones de categorías le sumamos la Teoría de los
Circuitos de la Economía Urbana propuesta por Santos6 para estudiar diferentes y diver-
sas temáticas relacionadas a lo económico, pero también a lo político, y a lo urbano. Tam-
bién consideramos centrales los trabajos de Côrrea (1988; 1989; 1999; 2004) quién ha sido
un gran estudioso de las redes urbanas latinoamericanas y, en particular de la relación de
éstas con los circuitos de la economía, proponiendo pensar las articulaciones de los cir-
cuitos de la economía (circuito superior y circuito inferior) con la red urbana, a partir de
una revisión crítica a la Teoría de los Lugares Centrales y una posible modificación para la
realidad de nuestros países
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6 Los dos textos centrales son: O Espaço dividido. Os dois circuitos da economia urbana dos países subdesenvolvidos (1975, 1979)
y el artículo sobre Una revisión de la teoría de los lugares centrales presente en el libro Economía Espacial. Criticas e alternativas
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38 Josefina Di Nucci
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Red urbana, territorio y ciudades: una reflexión para estudiar circuitos de la economía urbana 39
Introducción
Este artículo forma parte del trabajo de investigación La productividad territorial de
los conflictos ambientales. El caso del conflicto ambiental en Gualeguaychú por la instalación y
el funcionamiento de la pastera en Fray Bentos (Uruguay) que se desarrolla en el marco de
una beca de investigación categoría perfeccionamiento de la Universidad Nacional
de Luján.
Como parte del trabajo de investigación fue necesaria una profundización en las
propuestas metodológicas para la investigación geográfica acorde con los enfoques
teóricos provenientes de las perspectivas críticas y culturales. Este proceso tuvo como
resultado una propuesta metodológica que articula y complementa dos técnicas, la ob-
servación y la entrevista en profundidad con el objetivo de analizar e interpretar la pro-
ducción de marcas territoriales en el marco de conflicto ambiental que se desarrolla en
Gualeguaychú desde el año 2003.
El trabajo se posiciona desde el constructivismo geográfico, y desde ese enfoque se
puntualizan las decisiones metodológicas tomadas para el abordaje del problema de
investigación: la estrategia de investigación, el lugar otorgado al trabajo de campo y el
uso y la articulación de las técnicas de observación y entrevista en profundidad.
1 Al respecto del concepto de productividad territorial se recomienda el trabajo del geográfo francés Patrick Melé
(2006) y de Gabriela Merlinsky (2013).
42 Melisa Estrella
2 Para el abordaje de las marcas territoriales se trabaja sobre los aportes de Jelin y Langland (2003), Fabri (2010, 2013),
Besse (2005) y Lobato Correa (2007).
La articulación metodológica entre observación y entrevista para el estudio del... 45
La técnica de observación
La observación es una técnica de investigación social que consiste en utilizar los senti-
dos para observar hechos y realidades. Esta técnica se implementó con el objetivo de iden-
tificar marcas territoriales en Gualeguaychú vinculadas con el conflicto ambiental por la
instalación y funcionamiento de la pastera UPM (ex Botnia).
La observación directa en el terreno forma parte de la metodología tradicional de la Geo-
grafía, fundamentalmente vinculada a la tradición de las exploraciones de la Geografía al
servicio de la expansión territorial. Actualmente es una técnica ligada a la etapa inicial de un
proyecto en el que se busca enriquecer la información sobre el objeto de estudio.
La técnica de observación en este proyecto tiene dos particularidades. Por un lado, el
territorio a observar es ya conocido por haber sido trabajado en instancias anteriores,
por lo tanto, la observación tuvo por objetivo observar, describir y caracterizar una serie
de formas espaciales que a modo de hipótesis son marcas territoriales producidas en el
marco del conflicto bajo estudio. La segunda particularidad del uso de la técnica es que la
información obtenida mediante esta técnica tiene mayor sentido en la medida que es re-
validada por la información proveniente de las entrevistas; y para la realización de dichas
entrevistas la observación aportó un insumo clave: las fotografías.
Para la observación se confeccionó un listado de posibles marcas territoriales y una
46 Melisa Estrella
3 La matriz de observación se elaboró con el objetivo de recopilar y sistematizar información sobre cada forma espa-
cial. Las categorías principales de la matriz son localización, características -teniendo en cuenta tipo de forma, dura-
bilidad, autoría, funcionalidad, filiación al caso y momento de origen. También se incluye una descripción subjetiva
de la observadora.
4 El Proyecto de investigación La productividad territorial de los conflictos ambientales. El caso del conflicto ambiental en Gua-
leguaychú por la instalación y el funcionamiento de la pastera en Fray Bentos (Uruguay), comenzado en julio de 2016, es la
continuidad del proyecto de Beca de Iniciación Conflictos Ambientales, Participación Social y Formación Ciudadana. El caso
de la asamblea ambiental y la comunidad de Gualeguaychú en el conflicto por la instalación y el funcionamiento de la pastera en Fray
Bentos, Uruguay- desarrollado entre junio 2014 y junio 2016-.
5 Para profundizar sobre Arroyo Verde y la propuesta de considerarlo una constelación de marcas territoriales se
puede consultar Estrella (2017)
La articulación metodológica entre observación y entrevista para el estudio del... 47
gular de lo social. El criterio central para definir los perfiles fue la participación tanto en el
conflicto por las pasteras como en otros conflictos ambientales actuales6. Estos perfiles ya
han sido probados para la realización de entrevistas en la instancia de investigación previa
y permitió confirmar el supuesto a partir del cual esos criterios se habían puesto en juego
al dar cuenta de la heterogeneidad de las experiencias ciudadanas en torno al conflicto am-
biental por las pasteras y sus productividades sociales.
A diferencia de instancias de investigación anteriores en las que se utilizó un guión de en-
trevista semi-estructurado con algunas adecuaciones para cada perfil, en este proyecto se de-
cidió experimentar con una entrevista menos pautada y con mayor flexibilidad. La intención
de no trabajar con un guion de entrevista, sino de organizar la técnica a partir de pautas
generales, es permitir el fluir discursivo del relato y minimizar las interrupciones que gene-
ren rupturas. Tal como señala Lindon (1999) en este tipo de entrevistas la intención direc-
tiva del investigador solo se manifiesta en el inicio de la entrevista para que el entrevistado
inicie la construcción de su relato desde un ámbito de su vida.
Para ello se planificó la entrevista a partir de la combinación de preguntas y de la aso-
ciación libre en base al uso de las fotografías. Según Araya Umaña (2002, p. 54) “la aso-
ciación libre permite actualizar elementos implícitos o latentes que serían ahogados o en-
mascarados en las producciones discursivas”. En este sentido se espera que el ofrecimiento
de una serie de imágenes actúe como el disparador de asociaciones producidas que permi-
tan explicitar significados y prácticas. Se planteó como supuesto que la observación de un
sitio conocido favorece que los sentidos y significados del/la entrevistado/a se manifiesten
de manera más espontánea y con mayor profundidad que a través de una pregunta directa y
con la descripción oral del sitio. De esta manera se propuso una entrevista que se acerque a
lo que Guber (2011) define como una entrevista no dirigida y definida en términos de los
informantes.
La realización de las entrevistas tuvo en cuenta el procedimiento abordado por Guber
(2011) como atención flotante, que requiere de la espera activa del entrevistador que sigue
cuidadosamente el relato del entrevistado para detectar los fragmentos que se conectan
con las dimensiones de interés para la entrevista. Las intervenciones del investigador y la
posibilidad de repreguntas permanecen abiertas y puede aparecer con distintos grados de
directividad, tal como las presenta Guber (2011):
≈i) un simple movimiento con la cabeza, asintiendo, negando o mostrando interés;
≈ii) repetir los últimos términos del informante;
≈iii) emplear estas últimas frases para construir una pregunta en los mismos términos;
≈iv) formular una pregunta en términos del investigador sobre los últimos enunciados
del informante;
≈v) en base a alguna idea expresada por el informante en su exposición, pedirle que am-
plíe;
≈vi) introducir un nuevo tema de conversación.
A modo de pautas o recorrido general, la entrevista se planificó en torno a tres ejes,
6 Los perfiles son: 1) asambleísta histórico, que continúe participando por el conflicto por la pastera; 2) ex-asambleís-
ta, una persona que participaba en el conflicto y actualmente no; 3) una persona que no tomó parte en el conflicto por
la pastera pero que en la actualidad sí participa de un conflicto ambiental local; y 4) una persona que no participó del
conflicto ni participa actualmente en otro conflicto ambiental.
48 Melisa Estrella
cada uno de los cuáles se inicia con una pregunta concreta que tiene el carácter de pre-
guntas gran tour, según la caracterización que comparte Guber (2011) a través del trabajo
de Spradley (1979). Estas preguntas tienen una función de apertura y su grado de genera-
lidad permite utilizarlas en los cuatro perfiles de entrevistados. Luego, a partir del relato
que inicien los informantes se pueden incluir preguntas del tipo mini tour que apuntan a
unidades más pequeñas de tiempo, espacio y experiencia. De esta manera pueden incluirse
pedidos de ejemplificación o ampliación de algún aspecto del relato junto con otras pre-
guntas estratégicamente directivas vinculadas con las particularidades del informante
según el perfil que atribuye. El Cuadro 2 contiene la propuesta de entrevista que se llevó
adelante.
-¿Podría ordenar estas imágenes y contarme por qué las ordenó de esa manera?
En este punto se van a desplegar un conjunto de fotografías que representan marcas
territoriales vinculadas con el conflicto por las pasteras. Se espera que los lugares que
reconozca, el orden en que tome las fotos, las expresiones que use en su identificación per-
mitirán interpretar las representaciones del sujeto sobre esos espacios. Se parte de pensar
que el orden de las imágenes estará en función de una historia que el/la entrevistado/a
pueda contar a partir de su propia experiencia.
-¿Podría seleccionar tres imágenes? ¿Por qué las seleccionó? ¿Me podría decir dos palabras que aso-
cie con cada imagen elegida?
En este punto se va a utilizar el conjunto de fotografías de Arroyo Verde. Las pregun-
tas se harán de manera secuencial una vez que se agote el punto anterior. El propósito es
reconocer los significados que este territorio tiene para el sujeto y distinguir sus represen-
taciones respecto de las distintas marcas simbólicas que lo componen. Asimismo interesa
conocer de qué manera cambiaron las prácticas de la comunidad, a través de la mirada
del entrevistado, respecto al sitio de Arroyo Verde territorializado como espacialidad de
la resistencia.
Fuente: elaboración personal
Las entrevistas se realizaron durante diciembre de 2017. En los casos de los perfiles que
participaban o participan de algún conflicto ambiental, el contacto se estableció median-
te la técnica de bola de nieve. Con respecto al perfil cuatro, es decir, a la persona que no
toma parte en algún conflicto ni participó del conflicto por las pasteras, la búsqueda del
entrevistado se realizó mediante charlas informales en la vía pública hasta dar con la per-
sona adecuada y disponible para concretar la entrevista.
La articulación metodológica entre observación y entrevista para el estudio del... 49
Conclusiones
La articulación entre las técnicas de observación y entrevista en esta investigación geo-
gráfica de perspectiva crítica e interpretativa favoreció el acercamiento al objeto de estudio
al mismo tiempo que potenció la utilización de los datos provenientes de cada técnica.
Tal como señala Zusman (2011), desde una perspectiva clásica, la observación se vincula
con un trabajo descriptivo y vinculado a la percepción visual y su validación como lo real.
No obstante, en articulación con la entrevista en profundidad la técnica de observación
adquirió mayor relevancia y la información recogida obtuvo mayor validez al poder se
contrastada con las interpretaciones de los entrevistados.
Asimismo, la planificación de una entrevista no dirigida a través de un guión de pre-
guntas se vio favorecida con la observación previa y la obtención de las imágenes. El uso de
fotografías en la entrevista permitió el rescate de emociones y recuerdos, expresados tanto
en palabras, como en gestos y silencios por parte de los entrevistados.
Respecto del análisis y la interpretación de marcas territoriales, la articulación resultó
enriquecedora para advertir las diferentes interpretaciones que existen sobre estas formas
espaciales según el sujeto que las vivencia y de qué manera los sentidos y significados no
solo varían entre sujetos y sus posicionamientos y roles históricos sino también para el
mismo sujeto a través del tiempo (Jelin y Langland, 2003)
Coincidimos con Pedone (2000) al decir que las técnicas se encuentran subordinadas a
la teoría en un proceso de construcción y subordinadas a los procesos de reformulación
de la problemática de estudio, la cual orienta la selección de técnicas más apropiadas para
construir los datos. De esta manera, desde el constructivismo geográfico la articulación
entre observación y entrevista permitió una reconstrucción de los procesos de construc-
ción de marcas territoriales teniendo en cuenta los sentidos y significados que tienen para
los sujetos e incluso para el propio investigador.
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¿Cómo se produce un espacio discapacitante? Perspectivas
del espacio en la geografía de la discapacidad
Francisco Fernández Romero
Introducción
Desde el surgimiento del ‘modelo social’ de la discapacidad, existe dentro de las cien-
cias sociales una perspectiva que busca desnaturalizar el fenómeno de la discapacidad.
El argumento central de dicho modelo es que la discapacidad no es una propiedad
inherente a ciertos cuerpos (ni ciertas mentes) sino que surge en la interacción entre
algunos cuerpos y un entorno social que los ‘discapacita’. El foco de análisis y de in-
tervención, por lo tanto, se desplaza desde los cuerpos individuales hacia los modos en
que las prácticas sociales, los entornos materiales, las representaciones culturales, etc.,
contribuyen a generar barreras para el funcionamiento de ciertas personas.
Desde la Geografía, el modelo social de la discapacidad se ha retomado para indagar
sobre las maneras en que el espacio contribuye a los procesos de discapacitación de
quienes poseen ciertas diferencias corporales o cognitivas. Las investigaciones realiza-
das a partir de esta perspectiva han explorado diversas maneras en que el espacio (re)
produce relaciones sociales ‘capacitistas’, entendiendo el capacitismo como el sistema
de jerarquías y exclusiones -generalmente implícito e invisibilizado- que privilegia a los
cuerpos ‘capacitados’ por sobre los cuerpos discapacitados (recordando que el carácter
dis/capacitado de un cuerpo depende de un contexto socio-espacial). La geógrafa con
discapacidad motriz Vera Chouinard enumera algunas de las formas en que el espacio
participa de relaciones capacitistas:
Las geografías capacitistas son los entornos vividos que incorporan y perpetúan las barreras
físicas y sociales a la participación de las personas discapacitadas en la vida cotidiana, inclu-
yendo la carencia de puertas automáticas y rampas en edificios públicos, la ausencia de per-
sonas oyentes con habilidades de lengua de señas en eventos comunitarios tales como de-
bates de candidatos políticos, la ‘barrera impresa’ que enfrentan quienes tienen deficiencias
visuales cuando, por ejemplo, los materiales de lectura importantes no están disponibles
en braille, las pólizas de seguro que no incluyen discapacidades parciales, las definiciones
y criterios de evaluación de puestos laborales que se basan en estándares de rendimiento de
cuerpos capacitados, y las reacciones sutiles y no-tan-sutiles ante las personas discapacita-
das que cuestionan su derecho a ser y, en particular, a estar en espacios de cuerpos capacita-
dos. (Chouinard, 1997, p. 380)1.
Como se desprende de esta cita, la geografía no solamente ha abordado discapaci-
dades tales como la motriz o la visual, cuyo vínculo con el espacio geográfico podría
resultar más obvio debido a la existencia de barreras (y adaptaciones) materiales en el
entorno construido para personas con este tipo de discapacidades; sino también dis-
capacidades auditivas, cognitivas, cuestiones de salud mental, etc., cuyo vínculo con el
espacio podría ser menos evidente.
Si bien la mayor parte de las investigaciones recientes vinculadas a la geografía de
1 Traducción propia, al igual que las demás traducciones incluidas en este trabajo.
52 Francisco Fernández Romero
tienen ciertas características físicas o mentales; de esta manera se realiza una distinción
analítica entre, por un lado, las “deficiencias” o “déficits” (impairments) -diferencias en al-
guna estructura o función corporal-, y por otro lado la “discapacidad”, que es un estado
socialmente determinado que surge por las limitaciones que pueden experimentar las per-
sonas con ciertas deficiencias en un contexto dado3.
Gran parte de las primeras teorizaciones realizadas desde esta perspectiva partían de
perspectivas marxistas o estructurales para explicar el origen de la discapacidad o de la
exclusión de las personas con discapacidad; más adelante presentaremos algunas inves-
tigaciones geográficas que se enmarcan en esta corriente y que proponen como método
un “materialismo histórico-geográfico”. Más recientemente, desde aproximadamente la
década de 1990, se han realizado críticas a los abordajes más estrictamente materialistas
debido al hecho de que minimizan otros factores, tales como la cultura, y sobre todo de-
bido a que tienden a ignorar el rol del cuerpo en la discapacidad (Barnes y Mercer, 2004).
Esto último puede atribuirse al temor de volver a los modelos explicativos que ubican la
discapacidad dentro de los cuerpos individuales. Como respuesta, algunos autores han
intentado complejizar el modelo social de manera tal que tenga en cuenta la diversidad
de experiencias encarnadas (embodied), sin por ello recaer en un determinismo corporal;
también se ha buscado contemplar otro tipos de diferencia entre personas con discapaci-
dad tales como género, orientación sexual, raza, clase, etc. (Butler y Bowlby, 1997; Choui-
nard, 1997). En definitiva, el modelo social no puede considerarse como una perspectiva
monolítica: como indican Imrie y Edwards (2007), es necesario aclarar de cuál modelo
social se está partiendo.
Los desarrollos teóricos expuestos hasta aquí sobre discapacidad han provenido sobre
todo del ámbito anglosajón. Sin embargo, en los ámbitos académicos hispanohablantes
también se ha dialogado críticamente con esta perspectiva. En Argentina por ejemplo,
podríamos citar a Rosato y Angelino (2009) y Ferrante (2010). Específicamente dentro la
geografía hispanohablante, en cambio, existen escasas producciones que trabajen sobre
discapacidad desde la perspectiva del modelo social; algunos de los pocos ejemplos son
Hernández Flores (2012) y Olivera Poll (2006).
Más recientemente, desde ámbitos activistas y académicos españoles se ha propuesto un
nuevo modelo de abordaje de la discapacidad que parte del concepto de “diversidad funcio-
nal”. Sus defensores argumentan que el modelo social sigue considerando la existencia de
personas con discapacidad como un problema; si bien busca desplazar la causa de dicho
problema desde el individuo hacia el entorno, mantiene como objetivo lograr que las per-
sonas con discapacidad funcionen en sociedad de la misma manera que el resto. En con-
traposición, el nuevo modelo propone que se acepte la existencia de personas con diversidad
funcional, es decir, personas que realizan ciertas funciones -comunicación, desplazamiento,
etc.- de manera diferente (Romañach y Lobato, 2005; Palacios y Romañach, 2008).
Los estudios de la discapacidad generalmente no tienen en cuenta la dimensión espa-
3 Esta distinción entre déficit y discapacidad no solamente se utiliza dentro del activismo o la investigación académi-
ca sino que ha sido adoptada institucionalmente. Por ejemplo, la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) establece en su primer artículo que “Las personas con
discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo
que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad
de condiciones con las demás” (ONU, 2006, p. 4).
54 Francisco Fernández Romero
Geografía de la discapacidad
Dentro de la Geografía, la discapacidad comenzó a ser abordada entre fines de la déca-
da de 1970 y principios de la década de 1980. Las primeras investigaciones derivaron de
las geografías de la salud y de la conducta, por lo cual conceptualizaban la discapacidad
desde una perspectiva médica o rehabilitadora. Se focalizaban en mapear o describir pa-
trones de movilidad de personas con discapacidad y/o en generar sugerencias de interven-
ción, sobre todo a través del diseño o de la arquitectura. Si bien este tipo de indagaciones
fueron útiles para revelar las barreras físicas que limitan la movilidad de personas con
discapacidad y para proponer modos de superarlas, luego se ha criticado el presupuesto
implícito de que la discapacidad podría resolverse a través de soluciones técnicas (Imrie y
Edwards, 2007).
En la década de 1990 se comenzó a desarrollar el área disciplinar conocida como geo-
grafía de la discapacidad. Ésta se alimentó, por un lado, de los abordajes sociales de la
discapacidad y, por otro lado, de las discusiones teóricas provenientes de la geografía: en
un principio, se partía de conceptualizaciones materialistas, marxistas y constructivistas
sociales del espacio, y más recientemente, también de puntos de vista postmodernos y
postestructuralistas (Imrie y Edwards, 2007). Desde estas perspectivas, la geografía de
la discapacidad comenzó a focalizarse en los procesos sociales, políticos y culturales que
producen espacios excluyentes o discapacitantes, en vez de limitarse a una postura mera-
mente técnica que considera el entorno físico como una factor determinante y auto-expli-
cativo (Imrie y Edwards, 2007).
Como mencionamos anteriormente, el modelo social ha recibido críticas por ignorar el rol del
cuerpo en los procesos de discapacitación. Sin embargo, los abordajes geográficos de la disca-
pacidad han tendido a adoptar “una postura algo hereje con respecto a un modelo social 'puro'”
(Hansen y Philo, 2007, p. 495) debido a que generalmente han incluido la corporalidad dentro
de sus análisis. Además, varias líneas de investigación geográfica indagan sobre el rol de lo cul-
tural y de las representaciones en la exclusión de personas con discapacidad, como veremos en
el apartado siguiente.
El entorno construido
Varios de los primeros abordajes de la relación espacio-discapacidad se centraban en
el entorno material. Desde disciplinas tales como la arquitectura y el urbanismo (y, oca-
sionalmente, la geografía) se han realizado propuestas para modificar los entornos cons-
truidos con el objetivo de eliminar barreras para crear espacios más accesibles o, en otros
términos, con el fin de volverlos menos discapacitantes. Aunque el objetivo de este trabajo
no es analizar estas propuestas de intervención, las caracterizaremos brevemente con el
fin de luego contrastarlas con las perspectivas espaciales provenientes de la geografía de la
discapacidad; en efecto, esta clase de proposiciones han sido criticadas desde la geografía
debido a la concepción simplista del espacio que subyace a ellas.
Una de tales propuestas es el diseño universal, que busca crear entornos que sean acce-
sibles para cuerpos con toda clase de características4. Al centrarse en la modificación de
los espacios, esta corriente arquitectónica busca desplazar el ‘problema’ de la discapacidad
desde los cuerpos individuales hacia el entorno social; es decir, en vez de ‘corregir’ o ‘nor-
malizar’ ciertos cuerpos a través de la rehabilitación o tecnologías específicas, las inter-
venciones se centrarían en el contexto socio-espacial (Imrie, 2012). Una primera crítica que
se ha formulado al diseño universal es que tiende a focalizarse en la discapacidad motriz y
en la eliminación de barreras a la movilidad física. Ante esta falencia han surgido algunas
propuestas arquitectónicas centradas en otros tipos de diferencia corporal o sensorial;
por ejemplo, el paradigma arquitectónico estadounidense conocido como DeafSpace (‘Es-
pacioSordo’) se dedica a diseñar edificios en base a los requerimientos expresados por la
comunidad sorda. Partiendo de la idea de que ser sordo no es una discapacidad sino una
identidad cultural y una forma diferente de experimentar el entorno (que es lo que argu-
menta el movimiento sordo estadounidense), dicha corriente arquitectónica propone cier-
tos principios de diseño que se adecúan a una forma de comunicarse y percibir el entorno
que se basa en la visión, las vibraciones y el tacto (ver Edwards y Harold, 2014, para una
discusión crítica de DeafSpace).
Otra propuesta de modificación del entorno material y sensorial, en este caso realizada
4 El diseño universal ha tenido una amplia aceptación institucional; por ejemplo, se halla mencionado en el Artículo
2 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU (ONU, 2006).
56 Francisco Fernández Romero
desde la geografía, parte de considerar el modo en que las personas autistas experimen-
tan el espacio (Davidson, 2010). Si bien existe una amplia diversidad dentro del espectro
autista, la autora citada identifica como rasgo común un modo atípico de percibir y pro-
cesar estímulos sensoriales; por ejemplo, son comunes la hiper- o hipo-sensibilidad en
alguno de los sentidos o los problemas de integración sensorial que dificultan la interpre-
tación de múltiples estímulos simultáneos. Esto suele conducir a exclusiones espaciales,
ya sea porque el entorno crea una sobrecarga sensorial o porque el modo de lidiar con el
entorno sensible es juzgado como extraño por la mayoría “neurotípica” (no-autista). Da-
vidson (2010) indica algunos aspectos del entorno sensorial que comúnmente resultan
problemáticos (ruidos de fondo excesivos, luces titilantes, información visual confusa,
etc.) y sugiere modificarlos con el fin de crear espacios menos discapacitantes para perso-
nas con autismo.
Las tres propuestas de intervención mencionadas -el diseño universal, DeafSpace y las
recomendaciones de Davidson (2010) resultan coherentes con el modelo social de la dis-
capacidad: se basan en el argumento de que es necesario que los entornos se adecúen a las
capacidades de las personas, en vez de exigir que las personas se adapten a espacios pensa-
dos en función de cuerpos con ciertas capacidades motrices, cognitivas y sensoriales. Sin
embargo, desde la geografía se han formulado críticas a este tipo de propuestas debido a
los supuestos que presentan en relación con el espacio.
Por ejemplo, Imrie (2012) ha puesto en evidencia algunos principios teóricos del diseño
universal que no suelen ser explicitados por sus defensores. Esta corriente enfoca el proble-
ma de los entornos discapacitantes de manera tecnocrática; es decir, el supuesto implícito
es que el diseño y la tecnología tienen el potencial de resolver esta problemática, sin tener
en cuenta las relaciones sociales y políticas que están implicadas tanto en los procesos de
diseño (por ejemplo, las consideraciones económicas) como en las vidas de las personas
con discapacidad. Edwards y Harold (2014) señalan que los promotores de DeafSpace tam-
poco abordan discusiones en torno a las relaciones sociales de desigualdad que afectan
a las personas sordas, tanto en su vida en general como en los procesos de creación de
espacios. Podríamos formular una crítica similar en relación a las recomendaciones de
Davidson (2010): propone eliminar o modificar ciertos rasgos sensoriales discapacitantes
de los entornos casi sin indagar en los procesos sociales que tienden a generarlos, aunque
sí señala que los espacios suelen ser diseñados por individuos no-autistas (también realiza
algunas consideraciones que retomaremos más adelante en torno al efecto excluyente de
las actitudes capacitistas). En síntesis, podríamos considerar que las críticas recién ex-
puestas apuntan a poner en evidencia una consideración simplista del espacio como una
suma de elementos materiales (tangibles o percibibles a través de otros sentidos), sin tener
en cuenta los procesos de producción que los causan ni las relaciones socio-espaciales más
amplias en las cuales se insertan dichos procesos de producción.
En contraste con esta clase de propuestas de intervención, la geografía de la discapa-
cidad suele apuntar a la comprensión de los procesos más profundos que subyacen a la
creación de espacios discapacitantes en vez de limitarse al análisis del espacio tal cual es.
Uno de los principales autores que indagan en los factores estructurales que determinan
la relación discapacidad-espacio es Gleeson (1996, 1999), quien combina visiones materia-
listas provenientes tanto de la geografía marxista como del campo de los estudios de la
¿Cómo se produce un espacio discapacitante? Perspectivas del espacio en la geografía de la discapacidad 57
definitiva, para este tipo de propuestas una de las causas de la inaccesibilidad del espacio
sería la falta de conciencia o experiencia en torno a la discapacidad entre los individuos
que participan del diseño de edificios o entornos urbanos. Aunque hay un consenso am-
plio sobre la necesidad de que las personas con discapacidad participen de cualquier tipo
de decisión que los involucre (demanda formulada tanto desde el activismo como desde
los estudios de la discapacidad; Ferguson y Nusbaum, 2012)6, si adoptamos la perspectiva
de otros autores deberíamos concluir que no alcanza con considerar el rol que cumplen
los actores individuales. En efecto, los análisis de autores tales como Gleeson (1996, 1999),
Freund (2001) y Edwards y Harold (2014), al considerar los procesos sociales que enmarcan
el diseño y la construcción de entornos materiales, necesariamente implican una gama
más amplia de actores que operan a distintas escalas (desde los desarrolladores inmobilia-
rios que buscan maximizar su ganancia, hasta la burguesía como clase social que defiende
el capitalismo, entendido como modo de producción que produce discapacidades).
Sobre todo analizan los modos en que se construye el cuerpo discapacitado como “otro” a
través de discursos sociales y relaciones de poder que sugieren la equivalencia entre bello/
sano/bueno/no-discapacitado, por un lado, y feo/enfermo/malo/discapacitado, por otro.
A partir de sus entrevistas a personas con discapacidad visual, hallan que algunos de los
elementos que más influyen sobre sus experiencias en el espacio público son los siguientes:
la significación social otorgada a la normalidad corporal, el temor a las deficiencias cor-
porales y la subestimación por parte de las personas videntes respecto a las capacidades de
los ciegos y disminuidos visuales para manejarse de manera autónoma.
De manera relacionada, Hansen y Philo (2007) y Davidson (2010) resaltan la presión
que se ejerce sobre las personas con discapacidad para que actúen de manera “normal”
en el espacio público, en el trabajo y en otros ámbitos. Señalan que se naturalizan ciertos
modos no-discapacitados de lucir, ser y actuar en el espacio (junto con la naturalización
de ciertos ritmos y temporalidades de acción), y en consecuencia las formas “extrañas” o
“lentas” de existir o de moverse reciben respuestas tales como hostilidad, sospecha, com-
pasión, condescendencia y subestimación. Según Hansen y Philo (2007), “Frecuentemente
se trata a las personas con discapacidad como si su modo de hacer las cosas fuera disrup-
tivo para la velocidad, el flujo o la circulación ‘normales’ de personas, mercancías y capital
ya que ‘gastan’ más tiempo y espacio del que deberían, quizás reduciendo el margen de
ganancia” (p. 498-499)8. En los relatos autobiográficos analizados en ambos artículos,
queda en evidencia que hay otros modos de actuar que resultan más cómodos para nume-
rosos individuos con discapacidades motrices o autismo, como por ejemplo formas alter-
nativas de moverse por el espacio o de procesar información sensorial; sin embargo, estas
personas frecuentemente evitan este tipo de prácticas más “extrañas” debido a la presión
por comportarse de modo “normal”, lo cual tiene la ventaja de evitar algunas formas de ex-
clusión pero implica grandes esfuerzos de su parte. En consecuencia, los autores de ambos
textos defienden la necesidad de no solo transformar los entornos para que las personas
con discapacidades puedan desarrollar sus vidas con “normalidad”, sino también aceptar
“la normalidad de hacer las cosas de modo diferente” (Hansen y Philo, 2007, p. 502). Si
bien ambos trabajos se posicionan dentro del modelo social de la discapacidad, hallamos
similitudes en este sentido con la perspectiva de la diversidad funcional.
¿Cuál es la concepción del espacio subyacente a estos análisis? En mayor o menor me-
dida, está presente la idea de que el espacio no es un contenedor ni un escenario donde
ocurren los procesos sociales, sino una dimensión intrínseca a la vida social. Aunque los
autores no lo expresen en estos términos, se considera que las interacciones, actitudes y ex-
periencias descriptas no solo están situadas en espacios específicos, sino que además hacen
a la producción de esos espacios como excluyentes, discapacitantes o capacitistas.
Al igual que en el apartado anterior, hallamos diferencias entre autores en cuanto a
cuándo y dónde ubican los procesos que generan discapacitación. En general resulta
menos sencillo que en el apartado anterior identificar cuáles serían los actores responsa-
bles de la creación de espacios capacitistas. Por un lado, Hansen y Philo (2007) y Davidson
(2010) señalan que uno de los factores que más genera exclusión espacial a personas con
8 Estas representaciones sobre las personas con discapacidad tienen efectos sobre la materialidad del espacio. Para
Hansen y Philo (2007), las adaptaciones para hacer accesibles los espacios suelen ser mínimas y añadidas a posteriori,
ya que se considera que las personas con discapacidad en realidad no “pertenecen” ahí; solo se permite su presencia en
tanto no alteren la “normalidad” de los espacios y de los flujos.
60 Francisco Fernández Romero
Conclusiones
En el análisis desarrollado en este trabajo, nos propusimos analizar un conjunto de in-
vestigaciones provenientes de la geografía de la discapacidad con el fin de explorar las di-
ferentes maneras en que abordan el proceso de producción de espacios discapacitantes o
capacitistas. Consideramos que este eje de interrogación resultó útil para dilucidar las con-
ceptualizaciones del espacio subyacentes (las cuales generalmente resultaban implícitas) y
para explorar las particularidades que cada perspectiva espacial le otorga al análisis de la
relación espacio-discapacidad. En particular, nos focalizamos en los actores y procesos que
cada autor considera que participa de la producción de espacios discapacitantes y las inter-
venciones que se desprenden de cada forma de abordar esta cuestión.
Uno de los aportes de este análisis es la identificación de diferentes aspectos del espacio
que entran en juego en las problemáticas vinculadas a la discapacidad, los cuales sugieren
una variedad de ‘entradas’ posibles al tema desde la geografía; ya sea con fines de inves-
tigación académica o para la formulación de propuestas. Sea cual sea la perspectiva y el
recorte analítico adoptados, queda en evidencia la necesidad de explicitar cómo se concep-
tualiza la producción del espacio, precisando elementos tales como los actores, procesos y
escalas que son tenidos en cuenta, tanto al analizar procesos excluyentes como al formu-
lar las propuestas de intervención. De esta manera, el estudio de la discapacidad desde la
geografía contribuye a las discusiones disciplinares más generales en torno a los procesos
de producción espacial y su lugar dentro de procesos sociales más amplios.
Por otra parte, este trabajo pretendió introducir algunos de los aportes mutuos existen-
tes entre la geografía y los estudios de la discapacidad. En primer lugar, consideramos que
la perspectiva geográfica contribuye a explorar una de las propuestas centrales del modelo
social de la discapacidad, que es el postulado de que el contexto social produce discapa-
cidades entre quienes poseen ciertos tipos de diferencia corporal o mental. La geografía
permite analizar las maneras en que el proceso de producción del espacio genera efectos
discapacitantes sobre ciertos cuerpos y, a la inversa, las formas en que el capacitismo atra-
¿Cómo se produce un espacio discapacitante? Perspectivas del espacio en la geografía de la discapacidad 61
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62 Francisco Fernández Romero
Introducción
El presente trabajo se inscribe en la tesis de grado Geografía Humana y Morfología So-
cial. Dos proyectos disciplinares en pugna por la apropiación del estudio de la relación sociedad-na-
turaleza en el umbral del siglo XX, donde procuramos indagar el desarrollo de una disputa
que se comprende tanto epistemológica como institucionalmente entre la Geografía y
la Sociología en vinculación al estudio de la relación entre la sociedad y la naturaleza.
En este sentido, la porción del trabajo que pretendemos esbozar a continuación, se co-
rresponde más precisamente con la arista epistemológica que se encuentra atravesada
por las diferentes concepciones de medio que van configurando tanto Fredrich Ratzel
como Emile Durkheim en los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX. Así, en
primer lugar, procuramos recuperar las nociones de medio que estructuran las visiones
geográficas y sociológicas sobre la relación entre la sociedad y la naturaleza. De esta
manera, la controversia por comprender el desarrollo de las sociedades en vinculación
a un medio externo o interno, natural o social, se constituye en el fundamento episte-
mológico de la disputa que se va forjando entre Ratzel y Durkheim. En segunda instan-
cia, intentaremos mostrar como esa disputa epistemológica, empieza a entremezclarse
con los intereses institucionales, ya que Durkheim (1895) desde la Morfología Social,
no solo va a dotar de carácter explicativo a los hechos sociales en su dimensión mate-
rial y morfológica, sino que buscará legitimar el lugar de la Sociología como disciplina
científica. Así, a través de la Morfología Social, que sustenta su concepción del medio,
Durkheim (1898; 1899; 1900) sentará diversas críticas al proyecto ratzeliano, por medio
de las cuales mostrará sus intenciones por hacer de la Geografía una disciplina tributa-
ria de la Sociología. Por lo tanto, las diferencias en torno a las concepciones del medio,
acentuadas por el creciente interés de Ratzel (1897; 1994 [1900]) en la organización
política del suelo, van a marcar el punto de fuga desde el cual Durkheim dará lugar al
subcampo de la Morfología Social, y desde donde buscará hacer de la Geografía una
ciencia auxiliar, subsidiaría, de la Sociología.
Metodología
El abordaje que proponemos realizar, nos invita a ejercitar la (re)lectura de aquellos
escritos realizados tanto por Fredrich Ratzel, como por Emile Durkheim. Ello se debe
a que es en sus textos donde mejor podemos rastrear e indagar los bosquejos de esta
disputa epistemológica e institucional entre la Geografía y la Sociología. En este sen-
tido, consideramos que la metodología apropiada es el análisis de contenido, en tanto es
una técnica de interpretación de textos, sean escritos, grabados, filmados, u otra forma
64 Gonzalo Lus Bietti
diferente donde puedan existir toda clase de registros de datos, transcripción de entre-
vistas, discursos, protocolos de observación, documentos, etc.; cuyo denominador común
reside en su capacidad para albergar un contenido que leído e interpretado adecuadamente
abre las puertas al conocimiento de diversos aspectos y fenómenos de la vida social (An-
dréu Abela, 2003). En efecto, optamos por esta técnica porque nuestro trabajo utiliza como
fuentes de información textos escritos de distintas épocas y de diferentes autores en par-
ticulares contextos. De esta manera, nos basaremos en fuentes de información primaria,
es decir textos producidos por Ratzel y Durkheim (Ratzel, 1897, 1990 [1891], 1994 [1900];
Durkheim, 1898, 1899, 1900, 1993 [1893], 2003 [1895], 2016 [1905]), que nos darán la opor-
tunidad de establecer un análisis en profundidad de sus escritos, permitiendo interpretar
sus ideas en el contexto particular en el cual las pensaron; como así también fuentes secun-
darias que, como complemento teórico fundamental, estarán compuestos por una amplia
gama de textos que desde diferentes perspectivas (historiográfica, geográfica, sociológi-
ca, filosófica) hacen un análisis de estos autores, sus obras y sus ideas, posibilitándonos
establecer relaciones, simetrías y discusiones. Así, tomando en consideración el contexto
socio-histórico, procuraremos adoptar una actitud que supere la ‘clásica’ reconstrucción
historiográfica, pero además, buscaremos tender un puente entre el pasado y el presente,
en el sentido hermenéutico de Gadamer (1996)1, es decir “...el arte de dejar que algo vuelva
a hablar” (Gadamer, 1996, p. 259) a pesar de la distancia temporal y cultural. En rigor, a
través del análisis de estas obras, pretendemos indagar las formas en las que tanto Ratzel
como Durkheim comprendían la relación sociedad-naturaleza, las conceptualizaciones
que realizaron sobre la noción de medio y, en definitiva, los debates y/o disputas en torno
de tales formas de comprensión.
Desarrollo
El medio en el pensamiento ratzeliano
El proyecto antropogeográfico de Ratzel, proponía hacer de la Geografía una discipli-
na integradora que, conjuntamente con la Historia y la Etnografía, estudiaría la diversi-
dad de la unidad terrestre. Para Ratzel (1990 [1891]), desde esta perspectiva, la Geografía
tenía un rol particular que le confería cierta voz de mando entre el conjunto de las dis-
ciplinas, ya que su método observacional era capaz de otorgar una mirada ‘hologeica’
[Hologaische Erdansicht], es decir abarcadora de toda la Tierra, haciendo posible estudiarla
en su completud y siguiendo un criterio holístico. Así, de acuerdo a Moraes (1990), la
Geografía ratzeliana sería una disciplina que pondría en contacto los fenómenos na-
turales con los humanos, al ofrecer una explicación global que se abocaría al estudio
de los cuadros ambientales que componen la Tierra, investigando sus influencias en la
evolución de los pueblos.
En el marco de este proyecto, la concepción de medio ratzeliano partía de concebir la exis-
tencia de un entorno natural (Umwelt) que, en tanto entidad física, incluía al suelo (Boden)2, al
mundo animal-vegetal y también al clima. Para Ratzel (1990 [1891]), esta entidad natural no
podía comprenderse en forma aislada, ya que las sociedades están en constante relación con
ella. Por lo tanto, la idea de medio se configuraba a partir de la interacción entre la sociedad
y la naturaleza, siendo una categoría que integraba ambas cuestiones. En rigor, la forma en
la cual el medio es abordado en la concepción ratzeliana, se define a partir del análisis de las
influencias de las condiciones naturales sobre la humanidad.
En su obra Anthropogeographie (Antropogeografía) (1882-1891), el geógrafo alemán había
considerado que el estudio de la relación entre las sociedades con su medio físico ocuparía
un lugar central. Si bien su Geografía Humana se organizaba bajo una estructura tripar-
tita dedicada: a) al análisis de las condiciones ambientales sobre la humanidad; b) a la dis-
tribución de las sociedades humanas sobre el globo; y c) a la formación de los territorios; el
estudio de las influencias del entorno sobre la sociedad, se imponía articulando las otras
dos dimensiones.
Ahora bien, en este estudio de las influencias del entorno natural sobre las sociedades,
para Ratzel (1990 [1891]), primaba un condicionamiento más que una determinación, ya
que las mediaciones humanas podrían contrarrestar los efectos de la naturaleza. De esta
manera, según el geógrafo alemán:
No debemos, pues, considerar la variabilidad del hombre de manera tal que, en cierto sentido,
cualquier influencia externa deba dejar sobre él su marca, ni tampoco una marca característica
cuya naturaleza se pueda hasta reconocer; el hombre es un organismo que sigue las propias
leyes y que siempre de acuerdo con éstas, aunque de forma independiente, elabora todo aque-
llo que le proviene del exterior. Este afirmarse de la individualidad humana en medio de las
influencias externas, a pesar de las violentas relaciones que le son impuestas, constituye un
elemento esencial del concepto de vida (…) (Ratzel, 1990 [1891], p. 61, traducción propia)
En este sentido, Ratzel consideraba que el medio no es solo es una entidad física que
provee a las sociedades lo necesario para la vida, uniéndolas con el suelo, moldeando sus
establecimientos y formas de vida; sino que el alcance de su acción dependerá de la misma
humanidad, en su voluntad y capacidad de tomar ventaja de los elementos que la rodean
y en rigor, lo necesario para su supervivencia. Por lo tanto, es esta relación entre la huma-
nidad y su entorno, lo que define al propio medio.
En la concepción ratzeliana, el suelo no era solamente un elemento constitutivo del medio,
sino que también se incluía como parte de sus preocupaciones en la formación de los territo-
rios. En efecto, este interés cobró mayor relevancia en su obra Politische Geographie (Geografía
Política), publicada en el año 1897, donde amplió el análisis de las relaciones entre el Estado
y el suelo, a través del uso de los conceptos de ‘extensión’ (Raum), ‘frontera’ (Grenzen), y ‘posi-
ción’ (Lage), que proporcionan los parámetros de lo que denominó la organización política
del suelo. En este sentido, desarrolló una teoría del crecimiento de los Estados, concebidos
como organismos biológicos cuya vida depende de la ocupación del suelo por un pueblo, y
cuyo despliegue sobre una extensión de superficie, conforme su desarrollo, podría justificar
eventualmente una expansión de sus fronteras3.
2 Cabe destacar que a lo largo del texto traduciremos Boden por suelo o territorio.
3 En este contexto, Ratzel (1897) va a desarrollar la idea de espacio vital (Lebensraum), que pondría de manifiesto la
porción de superficie terrestre necesaria para la reproducción de una sociedad, de acuerdo al equipamiento tecnológi-
co, su demografía y sus recursos naturales disponibles. De esta manera, los Estados que se desarrollan y complejizan,
lucharían por un mayor espacio. Este proceso llevará a que los más poderosos anexen a los más pequeños, y a que la
66 Gonzalo Lus Bietti
En De La Division du Travail Social, Durkheim (1993 [1893]) afirmaba que las causas que
explican los progresos de la división del trabajo social pueden encontrarse en las varia-
ciones del medio social. De esta manera, para el sociólogo francés, el aumento de tal divi-
sión es el resultado de un proceso que favorece un acercamiento más íntimo y, al mismo
tiempo, permite hacer progresar la división del trabajo de acuerdo a una mayor cantidad
de individuos en contacto entre sí, que pueden actuar y reaccionar unos sobre otros, en el
mayor sentido de la competencia natural. Este acercamiento, concebido como ‘Densidad
dinámica o moral’ tendrá su correlato en la ‘Densidad material’ de una sociedad, es decir
el incremento de población acompañado por las mejoras tecnológicas en términos de los
medios de transporte y comunicación, que facilitan los acercamientos sobre la extensión
del área donde los individuos se encuentran. En efecto, la relación entre la densidad diná-
mica y material se entiende en el sentido de que tal aproximación no puede realizarse si
la distancia física no disminuye. Así, de acuerdo a Durkheim, el crecimiento y la conden-
sación de las sociedades, son propiedades que se relacionan y varían en el marco de un
medio social interno, ya que son el resultado de la misma dinámica social que, más que
permitir la división del trabajo, la necesitan y la obligan a llevarse adelante.
Por su parte, en Les règles de la méthode sociologique, Durkheim (2003 [1895]) consideraba
que la Sociología estaría centrada en el estudio de los ‘hechos sociales’, definidos como
cosas, cosas referidas a modos de actuar, de pensar y de sentir, exteriores al individuo, es
decir que se imponen desde afuera. Ellos existen en la sociedad, pero de modo indepen-
diente de la voluntad y de la conciencia individual; y al mismo tiempo, están dotados de
un poder imperativo y coercitivo en virtud del cual se imponen. Como consecuencia de
que los hechos sociales son el resultado de la combinación de la acción de varios indi-
viduos, éstos existen en la misma sociedad y tienen una función eminentemente social;
por tanto, la causa de los mismos no puede partir de la consciencia individual, sino de
hechos sociales precedentes. En otras palabras, en tanto prácticas y creencias sociales
que actúan sobre el individuo, el hecho social se explica por otro hecho social, señalando
que el desenvolvimiento y la dinámica social se definen por la misma sociedad, es decir,
que el medio social interno es el motor principal de la evolución colectiva. En palabras
del sociólogo francés:
(...) hemos planteado como regla que un fenómeno social sólo puede ser producido por otro
fenómeno social. Para demostrar esta aserción, en primer término, hemos mostrado que el de-
sarrollo histórico es inexplicable por los movimientos puramente individuales (…); es fuera del
individuo, en el medio que lo rodea, y por consiguiente, en su medio social donde conviene
buscar la causa de la evolución social. (Durkheim, 2016 [1895], p. 23)
Comprendiendo que las causas de la evolución social hay que buscarlas en el medio in-
terno, Durkheim va a entender que los efectos que pueda ejercer el medio externo sobre la
sociedad, no van a actuar sino a través del propio medio social:
No cabe duda que las condiciones exteriores en que viven los individuos los marcan con su
sello, y que, siendo diversas ellas los diferencian. Pero se trata de saber si esta diversidad, que,
sin duda, no deja de tener relación con la división del trabajo, basta para constituirla. Es expli-
cable, seguramente, el que, según las propiedades del suelo y las condiciones del clima, los ha-
bitantes produzcan aquí trigo, más allá carneros o vacas. Pero las diferencias funcionales no se
reducen siempre, como en esos dos ejemplos, a simples matices. (Durkheim, 1993 [1893], p. 45)
Esto se debe a que, para la Sociología durkheimiana, el medio externo, en un primer
68 Gonzalo Lus Bietti
momento, está en interacción con los individuos, pero a medida que se va formando el
segmento social, ese espacio físico se humaniza y cede lugar a la constitución de un medio
social interno, que se transforma en el motor de la evolución social. De esta manera, a dife-
rencia de Ratzel que entendía al medio como una configuración que resulta de la relación
que tienen los grupos humanos con el entorno natural, o más precisamente en la influen-
cia de las condiciones medioambientes sobre la humanidad; para Durkheim, el medio
solo puede entenderse como interno, ya que las influencias exteriores, medioambientales
solo actúan en la vida social a través del medio interno, es decir, quedan subsumidas en
él, dando lugar a comprender que el desarrollo social, puede ser entendido por el mismo
desenvolvimiento de la sociedad.
4 Para Durkheim, estos hechos están referidos al número y a la naturaleza de las partes elementales de la sociedad,
la forma en que éstas se disponen, el grado de cohesión que han alcanzado, la distribución de la población sobre la
superficie del territorio, las vías de comunicación, y las formas de las viviendas, entre otros.
Debates entre la Geografía y la Sociología. La disputa epistemológica entre... 69
Social como sexta sección titulada Morphologie Sociale, no solo venía a dotar de carácter
explicativo a los hechos sociales desde su dimensión material y morfológica, sino que fun-
damentalmente contribuía a legitimar a la Sociología como disciplina científica. De esta
manera, será principalmente desde este lugar, donde propondrá hacer de la Geografía una
disciplina subsidiaria de la Morfología Social.
En el primer volumen de L´Année Sociologique, Durkheim (1898) dedicará algunas pá-
ginas a reseñar y comentar el trabajo de Ratzel Der Staat und sein Boden geographisch beo-
bachtet (El Estado y su suelo estudiados geográficamente) (1896). Si bien allí considera
que el proyecto antropogeográfico intenta llevar a la Geografía al rango de una ciencia
verdaderamente explicativa, cuyo objeto no sería simplemente describir el aspecto de la
superficie de la Tierra, sino determinar la manera por la cual la configuración del suelo
afecta a la vida humana en general; Durkheim (1898) va a criticar el lugar que le cabe al
territorio en la organización social propuesta por Ratzel (1896). En este sentido, para el
sociólogo, si bien el territorio participa activamente en la constitución de la sociedad, no
es ni el único elemento de configuración de las relaciones sociales ni el motor principal:
Sin duda, los principios generales en los que se basa la teoría son muy cuestionables. Las socie-
dades no se componen de individuos autónomos, sin otro lazo entre ellos que el suelo sobre el
cual viven. La división de trabajo social y la especialización de las funciones que resulta de eso
no tienen efectos simplemente superficiales y hay algo muy ingenioso que reduce a este punto
su influencia para poner más en relieve la del territorio. Pero la idea general permanece. Era
apropiado para recordar a los sociólogos demasiado descuidados la importancia del factor te-
rritorial (…). (Durkheim, 1898, pp. 537-538, traducción propia)
De esta manera, si bien Durkheim pone de manifiesto que el suelo es un elemento que
está presente y tiene un papel activo en relación con las sociedades, y que, por lo tanto, es
preciso que sea tomado en cuenta por los sociólogos; para él no es el único elemento que
enlaza a los individuos, sino que fundamentalmente hay un vínculo social e interno.
En el segundo volumen de L´Année Sociologique (1899), Durkheim presenta la Morfología
Social tanto como herramienta conceptual como una perspectiva analítica; pero también
avanza un poco más, postulando el carácter integrador de la Sociología:
Los trabajos que se ocupan de estas cuestiones dependen actualmente de disciplinas diferentes.
Es la geografía que estudia las formas territoriales de los Estados; es la historia que vuelve a
trazar la evolución de los grupos rurales o urbanos; es la demografía que se ocupa de lo que con-
cierne a la distribución de población, etc. Hay, de nuestra creencia, interés en sacar a estas cien-
cias fragmentarias de su aislamiento y ponerlas en contacto bajo la misma rúbrica; para que
ellas tomen así el sentimiento de unidad. Veremos más adelante cómo una escuela de geografía
está intentando una síntesis bastante análoga bajo el nombre de geografía política. (Durkheim,
1899, pp. 520-521, traducción propia)
En este sentido, al igual que como lo proponía Ratzel con la Geografía; Durkheim busca
hacer de la Sociología una disciplina integradora, y con ello, una Geografía tributaria de
la Morfología Social:
Sin duda, los ríos, las montañas, etc., se incluyen como elementos en la constitución del subs-
trato social; pero no son los únicos, ni los más esenciales. Entonces, esta palabra geografía
induce fatalmente a concederles una importancia que no tienen (...) ¿Por qué conservar un tér-
mino que en este punto está desviado de su significación ordinaria? Por esa razón, una nueva
rúbrica nos parece necesaria. (Durkheim, 1899, p. 521, traducción propia)
En estas condiciones, cuestionar la palabra ‘Geografía’, por no dar cuenta de todo el
sustrato social, e integrarla en una nueva rúbrica, nos permite comprender que el campo
70 Gonzalo Lus Bietti
un pueblo no puede existir. Pero la verdad no puede dejar de ser la verdad. No se puede conocer
exactamente el papel desempeñado por el elemento humano en la política si se ignoran las con-
diciones a las que la acción política del hombre está sometida. La organización de una sociedad
depende estrictamente de la naturaleza de su suelo, de su situación (…) La historia nos muestra,
de una manera mucho más penetrante que el historiador, hasta qué punto el suelo es la base
real de la política. (Ratzel, 1994 [1900], p. 201)
En definitiva, Ratzel reafirma la influencia del suelo en la sociedad y en el desarrollo de
los Estados. Este es el fundamento de legitimidad de su Geografía Política.
En este mismo volumen de L´Année Sociologique, en la sexta sección Morphologie Sociale Emile
Durkheim (1900) vuelve a cargar contra Ratzel a partir de una crítica que realiza a su prime-
ra obra Anthropogeographie. Aunque no deja de reconocer las riquezas de la obra de Ratzel en
cuanto al estudio la relación entre la sociedad y la naturaleza, Durkheim vuelve a centrar sus
críticas en la indeterminación o ‘vaguedad’ del objeto geográfico:
Ya hemos tenido ocasión de indicar aquí mismo [en L’Année Sociologique] la importancia que
atribuimos a la obra de Ratzel. Estos libros no solo son ricos en visiones interesantes e ingenio-
sas, sino que tienen el gran mérito de sacar a la geografía del aislamiento en el que languide-
cía, de acercarla a la sociología, de hacer de ella una ciencia verdaderamente social, y deja así
abierto el camino para estudios que prometen ser fecundos. Pero a propósito de la Anthropo-
geographie debemos hacer un señalamiento que ya habíamos hecho cuando dimos cuenta de
la Politische Geographie. Si la ciencia que Ratzel propone fundar es eminentemente sugestiva,
tanto su objeto como su método permanecen aún muy indeterminados. Más arriba pudimos
ver que no era fácil decir con precisión a qué se refiere exactamente. (Durkheim, 1900, p. 556,
traducción propia)
En términos generales, la crítica de Durkheim vuelve a centrarse en los temas y formas
de estudio de la Geografía, indicando que la diversidad de cuestiones que aborda no solo
pueden ser igualmente estudiadas por las diferentes ramas de la Sociología, sino que:
Un solo y mismo científico no puede, pues, tener igual desempeño en semejante diversidad de
problemas. Esto es lo que hace un poco confusa a la impresión que deja la lectura de la Anthro-
pogeographie. (Durkheim, 1900, p. 557) (Traducción propia)
De esta manera, a partir de la crítica a la posición de Ratzel sobre la influencia del suelo
en las sociedades y en el Estado, Durkheim insiste nuevamente en la necesidad de que la
Geografía sea parte constitutiva de la Sociología, dejando en claro que lo social es explica-
do solo por lo social:
Si, esta vez, la sociedad depende del suelo, no es porque ha sufrido su acción sino, por el contra-
rio, porque lo ha asimilado. Es él quien lleva su marca, lejos de ser ella la que se amolda a él. Por
lo tanto, ya no es la tierra la que explica al hombre, sino el hombre el que explica a la tierra, y si el
conocimiento del factor geográfico sigue siendo importante para la sociología no es porque la
ilumine con nuevas luces, es que solo puede ser entendido por medio de ella. (Durkheim, 1900,
p. 558, traducción propia)
En definitiva, éste es el planteo que separa a ambos autores: si es el suelo quien explica
a las sociedades; o son las sociedades quienes explican al suelo. Finalmente, Durkheim
(1900) ve con buenos ojos el trabajo y la obra de Ratzel, en la medida en que sus estudios
sean entendidos y realizados en el marco de la Sociología; por el contrario, de ser llevados
adelante bajo la Geografía, están destinados a la indeterminación. Así, Durkheim (1900)
señala que la única ciencia capaz de integrar los conocimientos sociales y humanos es la So-
ciología y como tal, puede incluir otros saberes que se convierten en sus ramas auxiliares.
Para el sociólogo francés, los conocimientos abordados por la Geografía pueden adquirir
72 Gonzalo Lus Bietti
mayor significatividad si se comprende que la Tierra es explicada por la sociedad, tarea que
sería encarada por el sub-campo de la Morfología Social.
Conclusiones
Tal y como hemos podido apreciar, la producción de Fredrich Ratzel, fue objeto de
debate en L’Année Sociologique. Esta situación, de cierto modo, responde a que Ratzel era
en ese entonces una figura emblemática de las ciencias humanas y, concretamente para
los sociólogos, representaba el proyecto epistemológico de la Geografía que se estaba ins-
titucionalizando. En efecto, el proyecto antropogeográfico y político de Ratzel le sirve a
Durkheim como contrapunto para dar cuerpo al proyecto de Morfología Social. Mien-
tras que por un lado se ponía en el centro el estudio de las condiciones medioambientales
con énfasis en el suelo; por el otro, la preocupación por los hechos morfológicos de la vida
social se fue configurando como un producto de un marco institucional y de la conscien-
cia colectiva. En otras palabras, a la importancia que los geógrafos atribuían al medio
externo en su vinculación con la sociedad; Durkheim va a anteponer el medio social e
interno, como factor explicativo del desarrollo de la dinámica social. En rigor, las concep-
tualizaciones en torno al medio, se estructuran como eje vertebral del debate.
Las contribuciones de Ratzel (1882-1891, 1896, 1897, 1994 [1900]), como sus discusio-
nes en L´Année Sociologique lo demuestran, no solo constituían la imagen cristalizada de
la Geografía frente a los sociólogos y otras disciplinas humanas, sino que además repre-
sentaban en su autoridad, a la comunidad y al campo científico geográfico. Sin embargo,
desde el punto de vista de Durkheim, las ideas del geógrafo alemán solo saldrían de la
indeterminación y de la vaguedad con el abrigo sociológico, es decir, cuando la Geografía
fuera integrada por la Morfología Social. Para Durkheim y los sociólogos, Ratzel junto
con sus producciones, constituía el microcosmos geográfico representado en el macrocos-
mos sociológico. Esta idea que de cierto modo parafrasea a Bourdieu (2012) [1997] [1976],
propone dar cuenta de la lucha entre Ratzel y Durkheim por el monopolio de la autoridad
científica; lucha que implicó el desarrollo de estrategias que apuntaban a desprestigiar los
proyectos epistemológicos que cada uno proponía para estudiar la relación entre la socie-
dad y la naturaleza, y alcanzar la legitimidad científica. De esta manera, la tarea de ‘socio-
logizar’ el conocimiento geográfico, desplazándolo epistemológicamente (de sus objetos
de estudio) e institucionalmente (de su lugar dentro del campo científico de las ciencias
humanas), tiene su correlato en hacer de las aportaciones de Ratzel un microcosmos den-
tro del macrocosmos de la Sociología, como estrategia por detentar el monopolio de este
tipo de capital. En rigor, consideramos que la comprensión del lugar de la producción de
Ratzel, en la disputa y en el imaginario sociológico, nos permite entender esta instancia
del debate epistemológico-institucional, y en estos términos, de lucha por el monopolio de
la autoridad científica entre la Geografía y la Sociología en el umbral del Siglo XX.
Debates entre la Geografía y la Sociología. La disputa epistemológica entre... 73
Referencias
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tivo y antología de textos (De Humboldt a las tendencias radicales) pp.193-203. Madrid:
Alianza
Una contribución teórica para el estudio de la urbanización:
la teoría de los circuitos de la economía urbana
Derlis Daniela Parserisas y Guillermo Schiaffino
Introducción
El objetivo del trabajo es reflexionar sobre las principales ideas y conceptos pertene-
cientes a la teoría de los circuitos de la economía urbana propuesta por Milton Santos
para explicar el espacio de los países dependientes. Asimismo se muestran los principa-
les elementos constitutivos de la teoría y algunas formas de operacionalización a través
de diferentes trabajos realizados en ciudades de Argentina, Brasil y Chile.
En primer lugar se presenta la metodología empleada y luego el desarrollo del trabajo
que consta de tres partes: 1) La teoría de los circuitos de la economía urbana y el con-
texto histórico y geográfico de su elaboración; 2) Elementos constitutivos de la teoría:
modernización tecnológica, el circuito superior y el circuito inferior de la economía
urbana; y 3) Algunas formas de operacionalización de la teoría en ciudades latinoame-
ricanas. Finalmente se presentan las conclusiones y la bibliografía consultada.
Metodología
Para la elaboración del trabajo se consultaron fuentes secundarias principalmente
trabajos académicos como artículos en revistas, en congresos y capítulos de libros. En
primer lugar se examinaron trabajos de autores que fueron contemporáneos al mo-
mento de discusión en que Milton Santos propuso las ideas sobre la urbanización en
los países periféricos. Luego se consideraron artículos escritos por Santos durante el
periodo que escribió la propuesta teórica de los circuitos de la economía urbana como
así también sus ideas precedentes que aparecen en publicaciones previas referidas al
tema. En un tercer momento se analizaron artículos escritos desde el enfoque teórico
que muestran las diferentes formas de operacionalización de esta teoría.
Desarrollo
La teoría de los circuitos de la economía urbana y el contexto histórico y geográfico de su
elaboración
Cuando estudiamos o leemos las ideas propuestas por un autor es necesario también
considerar el contexto en que escribió y cuáles fueron los temas que en ese momento
eran de moda. La teoría de los circuitos de la economía urbana fue elaborada en la dé-
cada de 1970. Como señala Grimm (2011, p. 88) “se trató de una formulación teórica
efectivamente innovadora para el análisis del proceso de urbanización en los países
dependientes” que profundizó los diálogos con la economía política.
Podemos señalar que a finales de la década de 1960 y durante 1970 los debates sobre
el concepto de modernización y el proceso de urbanización provenían de diferentes
76 Derlis Daniela Parserisas y Guillermo Schiaffino
La teoría de los circuitos de la economía urbana fue elaborada para abordar el espacio
de los países periféricos, el cual “es marcado por enormes diferencias de ingresos en la so-
ciedad, que se manifiestan, en el nivel regional, por una tendencia a la jerarquización de
las actividades de la misma naturaleza, pero de niveles diferentes” (Santos, 1979, 2008, p.
21). Es así que en la organización del espacio existen dos circuitos económicos, el circuito
superior con su porción marginal y el circuito inferior, que son resultado del proceso de
modernización tecnológica y cada uno de ellos constituye un subsistema económico den-
tro del sistema urbano (Santos, 1979, 2008).
Como explica Santos (1979, 2008):
la existencia de una masa de personas con salarios muy bajos o viviendo de actividades oca-
sionales, al lado de una minoría con ingresos muy elevados, crea en la sociedad urbana una
división entre aquellos que pueden tener acceso de manera permanente a los bienes y servicios
ofrecidos y aquellos que, teniendo las mismas necesidades, no tienen condiciones de satisfa-
cerlas. Eso crea al mismo tiempo diferencias cuantitativas y cualitativas en el consumo. Esas
diferencias en las ciudades que son la causa y el efecto de la existencia de dos circuitos de pro-
ducción, distribución y consumo de los bienes y servicios. (p. 37)
En palabras de Silveira (2016a, p. 13): “las sucesivas modernizaciones capitalistas, tec-
nológicas y organizacionales, asociadas a las profundas desigualdades en la distribución
del ingreso en las grandes ciudades de los países periféricos, determinan el origen común
de los circuitos de la economía urbana”.
De esa manera, de acuerdo a su grado de capitalización y a sus formas de organización
las divisiones territoriales del trabajo pueden ser pensadas como un circuito superior, con
su porción marginal, y un circuito inferior. De ese modo, el circuito superior
está constituido por los bancos, comercio e industria de exportación, servicios modernos y
transportistas; mientras que el circuito inferior está constituido esencialmente por formas de
fabricación no intensivas en el uso de capital, por los servicios y comercios no modernos y de
pequeña dimensión. (Santos, 1979, 2008, p. 40)
Asimismo, dentro del circuito superior podemos encontrar una porción marginal cons-
tituida por formas de producción menos modernas desde el punto de vista tecnológico y
organizacional.
En síntesis, las actividades de ambos circuitos se diferencian fundamentalmente por el
uso de tecnología, capital y organización. Sin embargo, es importante mencionar que la
existencia de cada circuito es relacional, ambos se vinculan dialécticamente y, como expli-
ca Santos (1979, 2008, p. 56): “no hay dualismo: los dos circuitos tienen el mismo origen y
el mismo conjunto de causas” porque son resultado del mismo proceso de modernización
tecnológica en los países dependientes.
Entendemos, como lo explica Santos (1979, 2008, p. 38), que el circuito inferior “es
igualmente un resultado de la misma modernización, pero un resultado indirecto, que se
dirige a los individuos que sólo se benefician parcialmente o no se benefician de los pro-
gresos técnicos recientes y de las actividades a ellos vinculadas”. De ese modo, la oposición
dialéctica que existe entre los circuitos implica que: “ninguno de ellos puede tener auto-
nomía de significado, porque no tienen autonomía de existencia. Ambos son opuestos y
complementarios pero, para el circuito inferior, la complementariedad adquiere la forma
de dominación” (Silveira, 2009, p. 74). Por ello, mientras que hoy el circuito superior se
consolida al ritmo de la oligopolización de la economía y del territorio, el número de acti-
Una contribución teórica para el estudio de la urbanización: la teoría de los circuitos... 79
vidades basadas en un uso intensivo de la mano de obra y con un bajo grado de tecnología
y capital, no para de crecer.
Con respecto a las características de los dos circuitos, podemos señalar que la diferencia
más importante entre el circuito superior y el circuito inferior está basada en los diferentes
grados de tecnología y de organización.
Santos (1979, 2008, p. 43) explica que el circuito superior utiliza una tecnología de alto
nivel que puede denominarse como “capital intensivo”, mientras que en el circuito inferior
la tecnología es “trabajo intensivo” y frecuentemente es de carácter local.
Otra diferencia fundamental es que las actividades pertenecientes al circuito superior
disponen de crédito bancario. En cambio, en el circuito inferior las actividades se caracte-
rizan por el acceso al crédito personal y la necesidad de dinero en efectivo para realizar el
trabajo (Cuadro 1).
Cuadro 1. Elementos y características centrales de los circuitos de la economía urbana
Superior Inferior
Superior marginal
Formas de fabricación
Bancos no intensivas en uso de
Formas de producción
Elementos Comercio de exportación capital
menos modernas desde el
Industria de exportación Servicios no modernos
punto de vista tecnológico
Servicios modernos Comercios no modernos y
y organizacional.
Transportistas de pequeña dimensión.
Mayoristas Transportistas
Mayoristas
Trabajo intensivo
Tecnología de alto nivel
Capitales reducidos
Capital intensivo
Tiene un carácter emer- Créditos personales di-
Créditos bancarios insti-
gente en las ciudades rectos
tucionales
Importante franja com- Empleo voluminoso
Características Empleo reducido
petitiva de pequeñas em- Dependencia externa redu-
Dependencia del exterior
presas cida o nula
Encuentra su articulación
Encuentra los elementos
fuera de la ciudad y de la
de su articulación en la
región
ciudad o su región.
Por otro lado, “en el circuito superior los capitales son comúnmente voluminosos, en re-
lación con la tecnología utilizada. Al contrario, en el circuito inferior, las actividades ‘tra-
bajo intensivo’ utilizan capitales reducidos”. Asimismo, en el circuito inferior “el contrato
frecuentemente asume la forma de un acuerdo personal entre el patrón y el empleado”
predomina la importancia del trabajo familiar (Santos, 1979, 2008, p. 45).
Otra diferencia esencial es que el circuito inferior encuentra su integración localmente,
es decir, dentro de los límites de la ciudad, mientras que el circuito superior se articula
más allá de la ciudad y de su región. Como explica Santos (1979, 2008) este circuito tiene
la capacidad de “macroorganización del territorio”.
80 Derlis Daniela Parserisas y Guillermo Schiaffino
Conclusión
Consideramos que el enfoque teórico de los circuitos de la economía urbana es perti-
nente y actual para abordar la urbanización de los países dependientes en el periodo de la
globalización. Asimismo es relevante ya que se trata de una propuesta teórica formulada
desde estos países.
La teoría posibilita el abordaje de las formas de trabajo según sus diferentes grados de
poder y modos de organización en el territorio. Se presenta como un desafío teórico para
estudiar la economía política de la ciudad y del territorio. De allí que son necesarios los
esfuerzos de operacionalización y actualización de esta teoría.
Es importante hacer énfasis en que los circuitos de la economía urbana tienen el mismo
origen: la modernización selectiva e incompleta. Ambos se relacionan dialécticamente, es
decir, son opuestos y complementarios, aunque para el circuito inferior predomina una
relación subordinada. La existencia unitaria de los circuitos explica el fenómeno urbano.
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84 Derlis Daniela Parserisas y Guillermo Schiaffino
Problema de investigación
La población migrante limítrofe radicada en Argentina presenta diferencias si se encuen-
tra en provincias limítrofes o en provincias pampeanas, en lo que refiere a las características
demográficas, el perfil ocupacional y la incidencia de las redes sociales en la decisión de mi-
grar, se comporta de manera diferencial en la población paraguaya radicada en provincias
limítrofes en comparación con la que se encuentra asentada en jurisdicciones pampeanas.
Interrogantes
En cuanto a la localización espacial de la migración limítrofe paraguaya en Argentina
-¿Se localiza mayoritariamente en provincias limítrofes o en otras regiones del país?
-¿Existen diferencias etarias según las áreas de localización?
-¿Se asienta de manera mayoritaria en ámbitos urbanos o rurales?
En cuanto a la ocupación
-¿Cuáles son las principales ocupaciones que desempeñan en Argentina?
-¿Existen diferencias de la ocupación en relación con las provincias de localización?
Objetivos generales/específicos
Objetivos generales
≈Analizar el rol que cumplieron las redes de relaciones sociales entre los inmigrantes pa-
raguayos llegados a tres jurisdicciones provinciales del país, un caso limítrofe (Formosa)
y dos de la región pampeana (Santa Fe y Entre Ríos), tomando como referencia los datos
del censo 2010 (INDEC, 2010)
≈Analizar cómo se ha manifestado la migración paraguaya en nuestro país en los últimos
diez años, en función a las diferentes circunstancias político-económicas atravesadas
por Argentina, la cual actúa como centro de atracción de este grupo de población.
Objetivos específicos
≈Estudiar la importancia de las cadenas migratorias y redes sociales para el traslado e
inserción socio-espacial de los migrantes.
≈Cuantificar el stock de población migrante según la información disponible en los cen-
sos nacionales de población.
≈Reconocer cómo se visualizaron estos grupos de migrantes en los espacios urbanos de
las provincias de Formosa, Entre Ríos y Santa Fe
88 Elián Gabriel Babini y Mariano Germán Varisco
Justificación
Siendo nuestro país un Estado Nación que desde el mismo momento en que fue conce-
bido por los llamados padres de patria fue pensado como un territorio de puertas abiertas,
esto es expresado en el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional, donde dice: “para
todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino” (Constitución Na-
cional 1994, p. 10), se habla aquí de la amplitud y generosidad de Estado, haciendo que
mantenga su actualidad pudiendo verse esto reflejado en los datos censales con respecto
al movimiento migratorio. Se evoca de esta forma a la importancia que se le dio desde
sus orígenes a la posibilidad de que llegaran todos los ciudadanos que deseen trabajar y
ser útiles a nuestro territorio, lo cual en un momento fue llevado adelante por las grandes
oleadas migratorias europeas y desde la década de 1990, de manera más marcada, impli-
có la llegada de muchísima población de los países vecinos, y la comunidad paraguaya,
en particular, la cual fuera una de las que más ha cruzado las fronteras internacionales.
Dadas las condiciones cambiarias de las monedas de ambos países.
Alguno de los principales motivos de la llegada de los migrantes ha sido en busca de tra-
bajo y mejores condiciones de vida que en algunos casos puede tener respuesta en el vasto
territorio de nuestro país, lo cual permitía a los arribados desempeñarse en diferentes
tareas y actividades profesionales.
Considerando cuál fue el devenir de ambos Estados Nación podremos decir que en las
últimas décadas han mostrado variaciones en la evolución del proceso migratorio. Los
cambios políticos en Paraguay (caída del régimen Stronista en 1989) y la mutación de
la estructura económica en Argentina (iniciándose el proceso de desindustrialización en
1976) son factores macro evidentes en la captación censal de 1991, donde es visible un es-
tancamiento del stock de la población migrante paraguaya.
Esta situación fue revertida en la década de 1990, cuando las ventajas iniciales del mo-
delo de convertibilidad, con un aumento en la actividad económica y una significativa
diferencia cambiaria con las monedas de los países de la región, impactaron en la afluen-
cia de nuevos migrantes, también incidió la retracción de la economía paraguaya. Según
los registros de los años de llegada en los tres principales aglomerados urbanos donde se
agrupaba la migración paraguaya (Buenos Aires, Gran Posadas y Formosa), la corriente
dentro del período se concentró en los primeros años (1991-1995), para luego decaer en
el quinquenio siguiente, en concordancia con el aumento del nivel de desocupación y el
deterioro de las condiciones de trabajo (Maguid y Bruno, 2010).
Según datos censales de 2001,la población migrante siguió teniendo un importante
peso relativo respecto de la población residente en Paraguay (5,92%).
De cierto forma corrobora lo mencionado en el párrafo anterior con la información
sobre la dinámica reciente de la migración paraguaya (PNUD, 2009 y OIM, 2011) indica
un reflujo especialmente visible en el período de recuperación de la actividad económica
de Argentina (en particular, desde 2004). La recesión económica que comenzó en Argen-
tina en 1998 y la posterior finalización con el régimen de convertibilidad entre el peso
argentino y el dólar estadounidense en diciembre de 2001, fue el marco de una nueva
corriente de emigración en Argentina. Las corrientes de ambos países se integraron al
renovado sistema migratorio regional hacia España. Aun así, de acuerdo a la información
provista por la Encuesta Permanente de Hogares de Paraguay (PNUD, 2009), la migración
hacia Argentina siguió siendo mayoritaria en términos cuantitativos (60,8% de los emigra-
MIGRACIÓN PARAGUAYA: el caso de las provincias de Formosa, Entre Ríos y Santa Fe... 89
dos entre 2003 y 2007, estimándose en 155.607 personas), con un importante componente
de origen rural. La persistencia de la migración hacia Argentina y la reversión de las condi-
ciones favorables en España a partir de 2008 confluyeron en un superlativo registro censal
en el año 2010. La colectividad paraguaya mostró un alto nivel de crecimiento, tanto en
términos absolutos (comprendiendo un stock de 550.713 personas); como en términos
relativos, con una proporción de 8,54% respecto de la población residente en Paraguay,
nivel que iguala al período de mayor afluencia (1970). Esto mismo se ve expresado en un
crecimiento de 61,5% anual e implicando asimismo un alto impacto en la composición
de la migración limítrofe en Argentina, donde el 44,2% corresponde a la inmigración pa-
raguaya, como así también que la colectividad paraguaya se erige como el primer contin-
gente extranjero en Argentina (compuesto por 550.713 personas en 2010), estos datos y un
mayor detalle de los mismos se pueden visualizar en (Cuadro 1).
Cuadro 1. Población paraguaya en Argentina según año censal. Año 1869-2010
Población migrante paraguaya en
Población en Parguay
Argentina
Argentina
gentina
raguay
Año
1895 4.044.911 392.000 14.562 115.802 0,36 3,71 12,6 11.274 59,7
1914 7.903.662 606.000 28.592 206.701 0,36 4,72 13,8 14.030 36,0
1947 15.893.811 1.305.000 93.248 313.264 0,59 7,15 29,8 64.656 36,6
1960 20.013.793 1.906.641 155.269 461.683 0,78 8,14 33,6 62.021 38,6
1970 23.364.431 2.484.172 212.200 580.100 0,91 8,54 36,6 56.931 31,7
1980 27.949.480 3.197.754 262.799 734.099 0,94 8,22 35,8 50.599 21,5
1991 32.615.528 4.357.615 250.450 841.697 0,77 5,75 29,8 -12.349 -4,5
2001 36.260.130 5.456.418 322.962 916.264 0,89 5,92 35,2 72.512 24,5
2010 40.117.096 6.451.122 550.713 1.245.054 1,37 8,54 44,2 227.751 61,5
Fuente: Censos Nacionales de Población, Hogares y Viviendas de los años 1869; 1895; 1914; 1947;
1960; 1970; 1980; 1991; 2001 y 2010. Nota: Los datos sobre la población en Paraguay corresponden
a estimaciones y proyecciones para los años censales de Argentina (OIM, 2013)
Aproximación metodológica
El presente trabajo tiene por objetivo la caracterización de la migración paraguaya hacia
Argentina en su dimensión histórica y territorial. Se analizará su distribución espacial,
tomando como ejemplo tres provincias de nuestro país, una limítrofe para el -caso de For-
mosa- y dos que integran la región pampeana -caso de Santa Fe y Entre Ríos-. Asimismo,
se enfocará en la descripción demográfica y el estudio de los principales indicadores de la
inserción en el mercado de trabajo a escala nacional. Por último, se abordará la existencia
y uso de redes migratorias.
En el análisis del grupo migratorio será fundamental considerar la información que nos
brinda la base de datos Redatam a nivel provincial y departamental, lo cual nos permitirá
a posteriori efectuar un análisis comparado de dichos datos, los cuales serán expresados
en tablas estadísticas y representaciones gráficas y cartográficas.
Se tomará como base la teoría de Redes Migratorias (Massey, Arango, Kouaouci, Pelle-
grino y Taylor, 1998) para analizar así la existencia de un posible tejido de redes sociales
que permiten dar cuenta de la continuidad y establecimientos de ciertos movimientos
migratorios en el tiempo y entre lugares específicos.
Para el abordaje de esta teoría será necesario establecer una relación histórica de la in-
migración paraguaya hacia Argentina, como así también el requerimiento de trabajar con
información desagregada que hace ineludible el uso de la fuente censal. Aún con la proli-
feración de conceptualizaciones y mediciones alternativas, los censos de población siguen
erigiéndose como la fuente idónea, particularmente en la estimación de la cuantía de las
poblaciones migrantes (Martínez Pizarro, 2009). En consecuencia, se utilizará informa-
ción provista por los censos argentinos de los años 1869, 1895, 1914, 1947, 1960, 1970,
1980, 1991, 2001 y 2010 (OIM, 2013)
Marco teórico
Históricamente la movilidad espacial de la población ha sido parte del ser humano,
como ejemplo el poblamiento del continente americano, el cual se dio gracias a la mo-
vilidad de diferentes grupos a lo largo de la historia. El fenómeno de la migración es
amplio e involucra una dimensión temporal, que tiene que ver con el tiempo y la distan-
cia recorrida desde el lugar de origen hasta el lugar de destino. Temporalmente pueden
MIGRACIÓN PARAGUAYA: el caso de las provincias de Formosa, Entre Ríos y Santa Fe... 91
existir movimientos que varían de unos pocos metros a muchos kilómetros y en el que la
permanencia en el lugar de destino varía de unas pocas horas a muchos años. Una parte
considerable de estos movimientos son propios de las actividades cotidianas de la vida:
ir al lugar de trabajo y volver al lugar de residencia, ir de compras, hacer visitas, etc. Estos
movimientos, son diferentes del tipo de movilidad que implica una estadía continua o
permanente en el lugar de destino. Este tipo de movilidad es denominado como migra-
ción (Naciones Unidas, 1983).
Tomando la teoría de redes sociales para el abordaje del presente trabajo, la idea
central de esta teoría, forma parte de los principales abordajes actuales que permiten
estudiar la migración internacional considerando nuevos enfoques explicativos de los
proyectos migratorios.
En este sentido, dicha teoría posibilita lograr una compresión acerca de las causas que
explicarían no solo la toma de decisión de migrar, sino también y especialmente, por qué
algunos movimientos migratorios se dan de manera constante y permanente en un tiem-
po determinado desde un lugar de origen hacia otro de destino. Es decir, la existencia de
un tejido de redes sociales permite dar cuenta de la perpetuidad de ciertos movimientos
migratorios en el tiempo y entre lugares específicos.
Haciendo mención a la teoría de redes sociales se la vincula con la idea de “cadena mi-
gratoria”. Devoto (2003), sostiene que la cadena migratoria estuvo asociada en un primer
momento a la existencia de lazos familiares estrechos. Posteriormente, nuevos estudios,
comenzaron a poner la atención en enclaves étnicos, con una fuerte impronta espacial,
es decir, un carácter más aldeano o microregional, donde la idea de comuna-comunidad
toma una revalorización significativa de interacción social. La aldea era el lugar de perte-
nencia, la patria, el eje de todas las experiencias y de los mitos identitarios.
El principal objetivo de esta teoría se focaliza en considerar a las redes sociales como:
…un conjunto de lazos interpersonales que conectan a los migrantes, primeros migrantes y
no-migrantes en las áreas origen y destino mediante lazos de parentesco, amistad y de com-
partir un origen común (…) las conexiones de redes constituyen una forma de capital social que
la gente puede usar para tener acceso al empleo en el extranjero… (Massey, Arango, Graeme,
Kouaouci y Taylor, 2000, p. 26)
De esta manera, la red funciona como un tejido en el cual se dan fuertes relaciones entre
los primeros en migrar y los posteriores, junto a aquellos que no son migrantes pero que
inevitablemente participan de esta red otorgando trabajo, brindado alojamiento, facili-
tando información, etc. Así pues, la red de migrantes se retroalimenta a medida que van
llegando nuevos inmigrantes y a medida que se suman nuevos recursos y capital social.
De esta manera, dicho enfoque teórico permite combinar variables de análisis de nivel
macro y micro, abordando al fenómeno migratorio desde una de sus principales caracte-
rísticas actuales, la complejidad.
La combinación de factores micro y macro posibilitan explicar, como lo menciona Malgesini (1998,
p. 23), por qué una persona se convierte en emigrante o por qué dentro de un conjunto de indivi-
duos que comparten ciertas características sociales, culturales y económicas, se produce la migra-
ción de sólo algunos de ellos. La conexión entre las condiciones macro económicas y políticas con
las circunstancias personales, familiares y del entorno de los potenciales migrantes se producen a
través de las redes de diverso tipo… (Demarchi, 2011)
En relación a lo recientemente mencionado, se adopta entonces un nivel meso-social de
análisis del fenómeno migratorio.
A partir del estudio de las redes personales podemos avanzar en la comprensión de fenómenos
92 Elián Gabriel Babini y Mariano Germán Varisco
sociales de rango «intermedio» o «meso» (Ferrand, 2002; de Federico, 2002), es decir, fenómenos
en los que se presentan simultáneamente interacciones individuales, instituciones y estructuras
sociales observables empíricamente… (Molina González, 2005, p 73)
Intercambios culturales, relaciones entre clientes, familiares, organizaciones colectivas,
entre otros, son ejemplos de estas interacciones.
Teniendo presente algunas definiciones que permitan dar cuenta de la riqueza de la
teoría de redes sociales, Celton, Domenach y Giusti (1998) sostienen que las redes sociales
son consideradas
…como un conjunto de relaciones -de parentesco o no- que permiten a cada individuo conocer las
posibilidades de radicarse en un nuevo espacio y contar con la ayuda necesaria para hacerlo. Esta
ayuda puede referirse a la obtención de trabajo en el nuevo lugar o a la obtención de alojamiento al
momento de la llegada... (p. 31)
Considerando dicha definición, el análisis de la conformación de redes sociales explica
determinados aspectos demográficos y sociales no solo de las migraciones; también de
los diferentes procesos de inserción laboral e integración social y cultural posteriores al
momento de llegada de los migrantes.
Teniendo en cuanta diversos autores que plantean dicha teoría agregan aportes concep-
tuales como es el caso de Castells (2005, p. 444) sostiene que desde la teoría social, el espacio
no puede ser definido sin hacer mención a las prácticas sociales y agrega “…que el espacio
es un producto material en relación con otros productos materiales, incluidos la gente, que
participan en relaciones sociales determinadas [históricamente] y que asignan al espacio
una forma, una función y un significado…” (Castells, 1972 en Castells, 2005, p. 444).
Harvey (2004, p. 227) da cuenta de que “… el espacio y tiempo de la vida social permiten
iluminar los nexos materiales entre los procesos económicos, políticos y culturales, y que
la objetividad del tiempo y espacio está dada, en cada caso, por las prácticas materiales de
la reproducción social, que varían –las prácticas materiales – geográfica e históricamen-
te...” Así el tiempo social y el espacio social están construidos de manera diferencial.
Por otro lado, Massey (2005, p. 104) plantea tres proposiciones para conceptualizar el
espacio: “…1- el espacio es producto de interrelaciones; 2- el espacio es la esfera de la exis-
tencia de multiplicidad; y, 3- el espacio está en constante proceso de formación, debido
precisamente a que es producto de las relaciones que están implícitas en las prácticas ma-
teriales…” La autora conceptualiza al espacio “…como producto de relaciones, una comple-
jidad de redes, vínculos, prácticas, intercambios tanto a nivel muy íntimo (como el hogar)
como a nivel global…” (Massey, 2004, p. 78).
dos hacia las ciudades más grandes de la región (en particular las capitales), la emigración
de los nativos de las provincias del NEA (específicamente hacia el área metropolitana) y la
sustitución de la mano de obra nativa por parte de los migrantes limítrofes (fundamental-
mente paraguayos) en los puestos de trabajo tanto del interior rural como en los núcleos
urbanos de importancia (Bolsi y Meichtry, 1982).
Figura 1. Distribución de la población paraguaya en Argentina según provincias. Año 2010
Figura 4. Distribución de la población paraguaya en Entre Ríos según departamentos. Año 2010
Composición de la población
En el Gráfico 1 se observa, a través de la construcción de pirámides poblacionales de
tres provincias analizadas, las diferencias existentes en la composición de la población.
En términos generales se manifiesta una importante asimetría en la composición por
edades y sexo en los grupos de edades entre los 20 y 30 años, salvo el caso de la provincia
de Formosa que expresa una pirámide casi invertida donde el grupo de adultos mayores
supera al de niños y jóvenes.
El Grafico 1, en los que se vuelcan los datos del último censo poblacional del año 2010
(INDEC, 2010) podemos observar cómo en la provincia de Formosa, lugar al que gran
cantidad de familias paraguayas han elegido para establecerse en forma permanente, pre-
senta un predominio de las franjas etarias que superan los 60 y 70 años. Teniendo esto
relación directa con las cantidades de población que arribaron a nuestro país hasta finales
de la década de 1960, como se puede observar en los Cuadros 2 a 4 las redes de vínculos
que se poseían eran mucho mayor comparativamente con los que podemos observar en
décadas posteriores, si bien estos vínculos continúan existiendo fue en menor escala, qui-
zás ya para las décadas de 1980 y 1990 los condicionantes de atracción se sumaron a la
diversificación del trabajo concentrada en los departamentos en los cuales se localizaba
importantes ciudad o el área metropolitana de la capital provincial.
Focalizando el análisis en las pirámides de población de las provincias de Santa Fe y
Entre Ríos, en cambio, la pirámide se invierte y el mayor flujo migratorio se manifiesta
tanto en varones como en mujeres en la franja que va de los 20 a 34 años. Claramente, esto
confirma que aquellos grupos de migrantes que vienen con el propósito de buscar trabajo
para mantener o dar sustento a su grupo familiar eligen las provincias en las que hay más
demanda de obreros y trabajadores de la construcción (fundamentalmente), como el caso
de Santa Fe o para el turismo, hotelería y trabajo rural, como Entre Ríos.
Esto genera en el país de origen de los migrantes, fundamentalmente en la regiones
próximas a la frontera con Argentina, posible baja de la población económicamente activa,
ya que serán éstos quienes emprenden el proceso de trasladarse a provincias más distantes
de su lugar de procedencia, en parte por las mayores posibilidades de empleos más varia-
dos y fundamentalmente por la existencia, en muchos de estos sectores, de la provincias
de compatriotas conocidos de su ciudad o pueblo como podemos observar en Gráfico 1.
MIGRACIÓN PARAGUAYA: el caso de las provincias de Formosa, Entre Ríos y Santa Fe... 95
Gráfico 1. Composición de la población paraguaya según provincias en estudio y la Argentina. Año 2010
Argentina Formosa
Argentina Formosa
Cuadro 4. Hogares con al menos un nacido en Paraguay por conservación de vínculos con personas que
viven en ese país según año de llegada a Argentina del migrante más antiguo. Formosa. Año 2003
Vínculos con personas Año de llegada a Argentina del migrante más antiguo
Total
que viven en Paraguay Hasta 1969 1970/1979 1980/1989 1990/2003
Total 6.887 4.317 1.072 958 440
Tienen vínculos 2.748 1.514 515 464 255
Conclusión
La inmigración paraguaya es la mayor representativa en el país, de acuerdo con las cifras
del censo argentino en el año 2010 tiene a unos 550.713 residentes de este país, lo cual re-
presentan un 30,5 % del total de extranjeros, siguiéndole Bolivia y Chile en los siguientes
puestos. Respecto a su inserción laboral de este grupo de población es muy concentrada en
sectores específicos de la economía, como son el empleo en los servicios domésticos y no
doméstico y el sector de la construcción.
En los últimos cien años los migrantes paraguayos en Argentina representaron no
menos del 4% de la población residente en territorio paraguayo. De acuerdo a los antece-
dentes, éste ha sido el producto de una lógica de la exclusión política, radicalizada durante
el régimen Stronista, en convivencia y conectada con una estructura económica –poco
diversificada y con baja demanda de mano de obra- en permanente tensión con el creci-
miento demográfico. Asimismo, esas condiciones se han vinculado con la persistencia de
la demanda de mano de obra en Argentina, primero en la región nordeste y luego predo-
minantemente en territorio metropolitano y bonaerense.
La población paraguaya asentada en el nordeste de nuestro país hacia el año 2010 (agru-
pada principalmente en Formosa y Posadas, así como presente en varios departamentos
fronterizos) se encuentra sumamente envejecida dada la descendiente renovación de los
flujos, constituyéndose en población migrante histórica. Caso contrario se da en la pobla-
ción de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos.
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MIGRACIÓN PARAGUAYA: el caso de las provincias de Formosa, Entre Ríos y Santa Fe... 99
Introducción
El botulismo es una enfermedad neuroparalítica poco común pero potencialmente letal.
Es causada por neurotoxinas sintetizadas por diferentes especies de Clostridium1, princi-
palmente C. botulinum, bacteria anaerobia que forma esporas. Las esporas son la forma de
resistencia de este microorganismo y pueden permanecer años en estado de latencia. Las
mismas se encuentran distribuidas en la Naturaleza, siendo el suelo su principal reservo-
rio. Dada su ubicuidad, pueden encontrarse en todas partes del mundo.
En la actualidad, el botulismo del lactante BL (descripto en EEUU en 1976 y en Ar-
gentina en 1982) debe considerarse la forma clínico-epidemiológica más importante
del botulismo humano debido una serie de factores: 1) su elevada frecuencia registrada
en las últimas décadas; 2) la dificultad del diagnóstico diferencial con otras patologías
neurológicas del infante; y 3) su relación con el síndrome de muerte súbita infantil. El BL
afecta a menores de un año de edad y resulta de la producción in situ de la neurotoxina
botulínica luego de la colonización de C. botulinum en el intestino. Teniendo en cuenta
que el suelo es el principal reservorio de las esporas botulínicas, se infiere que la inhala-
ción y posterior deglución de las esporas vehiculizadas por el polvo ambiental, es proba-
blemente la principal forma de transmisión del BL. Por lo tanto, sería de esperar que en
regiones y/o en unidades ambientales donde existe un considerable número de casos de
botulismo de BL, la prevalencia de las esporas en suelos también fuese elevada. Además,
otros factores como tipos de suelos (clasificación, estructura y composición con algunas
variables como pH, materia orgánica y tipo de sales en los mismos), algunos climáticos
(régimen de precipitaciones, dirección predominante de los vientos), características to-
pográficas, la vegetación (contemplando las anemófilas y hierbas medicinales), y el escu-
rrimiento de aguas superficiales, tipos de cultivos podrían influir en la dispersión de las
esporas sobre la superficie terrestre. Con los aportes al esclarecimiento del mecanismo
de transmisión del BL sería posible programar estrategias de vigilancia epidemiológica y
prevención de esta enfermedad.
Teniendo en cuenta los elevados registros de casos confirmados de BL en la provincia de
Mendoza, en su contexto nacional, resulta imperioso continuar investigando en este tema,
con el fin de contribuir con información precisa en cuanto a su distribución por regiones
geográficas/ecorregiones o unidades ambientales en Mendoza.
Las esporas botulínicas son muy resistentes a variaciones de temperatura y humedad;
el suelo es su hábitat más frecuente, pero también se las hallan suspendidas en el ambien-
Metodología
En este estudio se consideraron todos los casos confirmados de BL a nivel nacional en el
período 1982-2016, teniendo en cuenta también los casos presentados hasta abril de 2017,
bajo los acuerdos de confidencialidad de las historias clínicas como se solicita por normas
de bioética. Se realizó un análisis estadístico sobre los datos obtenidos, y a partir de ellos
se elaboraron tablas de frecuencia de caso de BL por provincias y una serie de cartas que
evidencian los hospitales que notifican los casos sospechosos de BL de acuerdo con la
Guía de Prevención, Diagnóstico, Tratamiento y Vigilancia Epidemiológica del Botulismo
del Lactante del Ministerio de Salud, cantidad de casos confirmados por provincia y por
regiones argentinas. La cartografía se encuentra realizada en ArcGis 10.3, software que
permite digitalizar las cartas que se han obtenido hasta la actualidad, y las próximas, que
serán generadas a partir del relevamiento y correlación para el análisis de variables geo-
gráficas. Además, se pretende utilizar un drone para el relevamiento de campo, toma de
muestras de suelos en la provincia de Mendoza y su correspondiente análisis edafológico
para observar la composición de los mismos y, de este modo poder analizar su posible rela-
ción con la prevalencia de esporas de C. botulinum en las diversas unidades ambientales de
la provincia. Los métodos utilizados desde la Geografía para el tratamiento de los datos
es el inductivo-deductivo, bajo el enfoque sistémico.
Desarrollo
Se actualizó y unificó la base de datos de la casuística de BL a nivel nacional de los dos
Centros de Referencia del país: Área de Microbiología, Departamento de Patología, FCM-
UNCuyo (Mendoza) y Servicio de Bacteriología Sanitaria, ANLIS - Instituto Nacional de
Microbiología “Dr. Carlos G. Malbrán” (Buenos Aires). Se realizaron sugerencias de modi-
ficación a la ficha de notificación y pedidos de análisis de laboratorio para confirmación
de botulismo (alimentario, lactante y por herida) a Vigilancia Epidemiológica- Ministerio
de Salud de la Nación, con la incorporación de variables de origen geográficas. Actual-
mente se encuentran en procesamiento los datos estadísticos de la casuística en el período
1982-2016 a escala provincial. A nivel nacional se procesó la información con la correspon-
diente elaboración de las primeras cartas temáticas de distribución de casos y servicios
sanitarios emisores de muestras con sospecha y casos confirmados de BL.
La distribución de los casos notificados de BL, como se puede observar en la Figura 1,
evidencia las principales provincias que presentan esta enfermedad en lactantes y que se
encuentra vinculado sin dudas a la distribución de esporas en suelos -su principal reser-
vorio- pero también está vinculada a la notificación de casos de sospecha, como se aprecia
en la Figura 2. Sin embargo, si se analiza la tasa de diez años cada 100.000 nacidos vivos,
se observa que existen provincias con una baja frecuencia de casos de BL confirmados,
pero elevada incidencia en relación a dicha tasa. En el caso de la provincia de Mendoza, la
casuística es elevada y la tasa calculada también lo es, por ello el interés de investigar este
espacio geográfico. Lo llamativo es que las condiciones geográficas y ambientales de las
provincias con elevada frecuencia son diversas; lo cual ocurre también dentro de ésta.
104 Franco Bianco, Moira Alessandro y Rafael Fernández
Los resultados preliminares obtenidos hasta el momento se han elaborado sobre la base
del análisis de la casuística de BL a nivel nacional. La base de datos coincide con el mapa
de distribución de casos confirmados, que se encuentra publicado en la Guía de Preven-
ción, Diagnóstico, Tratamiento y Vigilancia Epidemiológica del Botulismo del Lactante
del Ministerio de Salud, aunque existen sitios que no se han cartografiado aún y presen-
tan un elevado número de casos confirmados.
Figura 1. Casos de botulismo del lactante en Argentina. Período 1982- 2015.
Tasa por 10 años y 100.000 nacidos vivos. Total: 879 casos
Conclusión
En un análisis aún más concreto, si se observa solo la cantidad de casos confirmados de
BL por provincias, sin tener en cuenta la ficha de notificación expedida por el Ministerio
de Salud, los datos cambian como se puede observar en la Figura 4, donde si figura la pro-
vincia de Tierra del Fuego con un registro, pero sigue sin registrar casos Santa Cruz. En
cuanto al número de registros también se advierte un aumento de casos, y a la provincia
de Mendoza ocupando el segundo lugar luego de Buenos Aires. Dichas premisas permiten
visualizar ciertos aspectos que deberán tenerse en cuenta en el desarrollo de la presente
investigación: a) la notificación de casos de sospecha por medio de la ficha del Ministerio
de Salud de la Nación, y su correspondiente estudio en laboratorio para confirmar el caso;
b) la capacitación del personal médico para la sospecha y un diagnóstico temprano frente
a un caso probable de BL; y c) la coordinación positiva que existe entre ambos centros de
Referencia de Botulismo en el país actualmente (Mendoza-Buenos Aires).
Se distingue en la Figura 5 que a escala regional, Cuyo y el AMBA son las regiones que
presentan mayor número de casos confirmados de BL con 332 casos sobre el total del país
para el caso de Cuyo, y 304 el Área Metropolitana de Buenos Aires. Se destaca nuevamente
que los casos confirmados aquí son los totales a nivel nacional sin discriminar la utiliza-
ción de la ficha de notificación del Ministerio de Salud.
106 Franco Bianco, Moira Alessandro y Rafael Fernández
Figura 4. Distribución de casos de botulismo del lactante (BL) por provincias de Argentina. Período 1982-2016
Figura 5. Distribución de casos de botulismo del lactante (BL) por regiones de Argentina. Período 1982-2016
Tabla 1. Distribución de casos de botulismo del lactante (BL) por regiones de Argentina. Período 1982-2016
Regiones fi fr%
CUYO 332 31,06
AMBA 304 28,44
PATAGONICA 170 15,90
PAMPEANA 134 12,54
NOA 111 10,38
NEA 18 01,68
TOTAL 1069 100
Fuente: Bianco y Abrahan. Año 2017
108 Franco Bianco, Moira Alessandro y Rafael Fernández
Figura 7. Distribución de casos de botulismo del lactante (BL) por provincias de Argentina. Período 1982-2016
componentes del ecosistema terrestre antártico lleguen con mayor facilidad hacia aguas
libres y entre en movimiento por las corrientes marinas antes mencionadas.
Si se contrasta la Figura 11, tomada prácticamente un mes después, a comienzos de
abril del 2017, se puede apreciar cómo ha incrementado considerablemente la extensión el
borde de hielo compacto en un período muy breve, sobre todo al este de la península en el
Mar de Weddell, y un borde marginal mucho más reducido que en la figura anterior.
Estas cartas que provee el Servicio de Hidrografía Naval, Ministerio de Defensa- Presiden-
cia de la Nación, evidencian cómo en la estación de verano favorece el contacto de microor-
ganismos a mar abierto. Por ello el interés de la toma de muestras de suelos para la detección
de esporas de Clostridium botulinum en el sector antártico, ya que también se ha mencionado
en la introducción la capacidad de dichas esporas a resistir temperaturas extremas.
Figura 10. Carta de borde de hielo marino alrededor de la península antártica. Marzo de 2017
Fuente: Servicio de Hidrografía Naval, Ministerio de Defensa- Presidencia de la Nación. Año 2017
Figura 11. Carta de borde de hielo marino alrededor de la península antártica. Abril de 2017
Fuente: Servicio de Hidrografía Naval. Ministerio de Defensa. Presidencia de la Nación. Año 2017
Factores ambientales y geográficos que influyen en la vinculación entre la distribución y... 111
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Soc. Sci. Med, 36(2), 119-123.
Una aproximación al estado de situación de saneamiento
urbano en municipios de la provincia de Santa Fe1
Gabriel Castelao, Néstor Javier Gómez y Norma Finelli
Introducción
La gestión de políticas públicas ambientales debe ser incorporada a los ámbitos locales
mediante su promoción y su acción a partir del necesario compromiso que deben asumir
las más altas autoridades (Intendente y secretarios) para introducirlas. En este contexto
no puede pensarse en un plan integral municipal sin que la dimensión ambiental esté
presente en el marco de la búsqueda del necesario desarrollo sostenible incluyendo a la
educación formal e informal como aspecto imprescindible para lograr la acción presente
y la prevención futura.
Por otro lado la gestión ambiental local no puede desconocer la estructura muni-
cipal respecto al desarrollo económico y al modelo imperante (turístico, industrial,
comercial, de servicios). Es en este marco que deben adoptarse una serie de acciones y
medidas dirigidas a sanear el ambiente en pos de evitar poner en riesgo la salud públi-
ca. El conjunto de normativas provinciales y locales resultan esenciales para el logro de
tal fin. Entre los programas a considerar en este trabajo resulta de importancia la Ges-
tión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU) y el Tratamiento de Efluentes
Cloacales e Industriales.
Este trabajo se focaliza en la existencia de servicios relacionados al saneamiento y
el tratamiento de residuos sólidos y de efluentes líquidos generados en los munici-
pios santafesinos
Se trabaja en base a un método cuyos pasos consisten en;
≈Búsqueda de información édita e inédita referida a la temática en cuestión. Se acude
a recursos bibliográficos vinculados a los servicios mencionados y publicaciones que
permitan el análisis de antecedentes en materia de prestación de los mismos en los
municipios.
≈Se procede al análisis de las normativas vigentes relacionadas al tema de interés.
≈Se tabula la información para la obtención de tablas de atributos y gráficos, y se cons-
truyen mapas temáticos.
≈Se interrelaciona la información y se obtienen conclusiones fundamentadas.
Se recurre a la implementación de entrevistas a personal jerárquico del Ministerio de
Medio Ambiente de la provincia de Santa Fe y se toma contacto con las direcciones de
Servicios Públicos y/o de Medio Ambiente de los gobiernos locales. Se trabaja con plani-
lla de cálculo MS Excel 2010 para ordenar la información y al software QGis 1.18 para
obtener cartografía.
1 Este trabajo se inscribe en el CAI+D-UNL denominado Calidad de vida en la Provincia de Santa Fe a inicios del siglo XXI.
Aproximación a los factores de diferenciación, recientemente aprobado y con periodo de desarrollo entre 2017 y 2020.
114 Gabriel Castelao, Néstor Javier Gómez y Norma Finelli
forman parte de la concesión con el 39%, y el 10% restante corresponden a los empleados de
la sociedad a través del Programa de Propiedad Participada. La presencia de los Municipios
en el directorio de la Empresa constituye una experiencia original en el país que representa
el anhelo de un nuevo modelo de gestión del servicio sanitario para las próximas décadas.
Respecto al tratamiento de residuos sólidos existen 30 consorcios conformados por co-
munas y municipios a nivel regional con la finalidad de aunar esfuerzos en el proceso de
reducir, acopiar, separar y reciclar para dar cumplimiento a los lineamientos de la ley pro-
vincial conocida como basura cero (Cuadro 3 y Figura 2).
Cuadro 3. Consorcios GIRSU conformados en la provincia de Santa Fe
Fuente:http://industriaambiental.com.ar
Servicio de cloacas
En primer lugar, en cuanto a la cobertura del servicio de cloacas, se observa que en
2001, el valor máximo de cobertura registrado había sido de 82,6% y en 2010, el máximo
de cobertura había alcanzado el valor de 87,6%, correspondiendo en ambos años el primer
puesto al municipio de Cañada de Gómez. En general, los municipios de situación ‘más fa-
vorable’ en este indicador se localizan, en los dos momentos analizados, en el sur y centro
provincial, aunque con mayor preeminencia en el sector oeste de las mencionadas regio-
nes. En tanto, en la categoría extrema, ‘más desfavorable’, una serie de municipios, tanto
en 2001 como en 2010 presentaban nula o muy escasa cobertura en este servicio. Desde el
punto de vista geográfico, los mismos se ubican tanto en las regiones norte, centro y sur.
En el sur, cabe consignar que mayoritariamente se trata de municipios asociados al Gran
Rosario. Respecto de la dinámica espacial, se observa cierta continuidad de la distribu-
ción de la situación relativa de los municipios. Los cambios más significativos refieren a
un incremento de los umbrales y techos de las categorías, denotando un avance, aunque
marcadamente heterogéneo en la cobertura del servicio de cloacas.
Agua de red
En tercer lugar, se encuentran los dos mapas correspondientes al servicio de cobertura de
hogares con agua de red. Se observa que en 2001, el valor máximo de cobertura registrado
había sido de 99,5% y correspondía al municipio de Rosario, en tanto que en 2010, el máxi-
mo de cobertura había alcanzado el valor de 99,0%, correspondiendo a Villa Constitución.
En general, los municipios de situación ‘más favorable’ se localizan, en los dos momentos
analizados, en la zona centro-sur provincial. En tanto, en la categoría extrema, la ‘más des-
favorable’, una serie de municipios tanto en 2001 como en 2010 presentaban nula o escasa
cobertura en este servicio y geográficamente se ubican a lo largo del oeste del territorio y
también en municipios conurbados en torno a las ciudades de Santa Fe y de Rosario.
Índice de Saneamiento
Finalmente, atendiendo a los indicadores considerados con anterioridad y el estado de
situación en la disposición y/o gestión de residuos sólidos urbanos de los municipios se
determina el índice de saneamiento (ISANE). Respecto de este último, y teniendo en cuen-
ta las diferentes formas en que los municipios gestionan los RSU, se contemplaron las
siguientes categorías: se otorgó 1 punto en aquellos casos donde los municipios depositan
los RSU en rellenos sanitarios; 0,50 para los casos donde los municipios han obtenidos
financiamiento para avanzar en esta cuestión; 0,25 para los que lo han solicitado; y final-
mente 0 para aquellos que no ingresan en ninguna de las categorías anteriores.
En síntesis, el índice de servicios (ISANE) calculado para los 55 municipios presenta
los valores más elevados (correspondientes a las categorías ‘más favorable’ y ‘favorable’)
mayormente en el centro y el sur provincial (Figura 4). Como contrapartida, los munici-
Una aproximación al estado de situación de saneamiento urbano en municipios de la provincia de Santa Fe 121
pios del norte presentan situaciones relativas ‘desfavorables’ y ‘más desfavorables’. Puede
plantearse la existencia de un patrón geográfico general que señala la disminución de los
índices desde el sur hacia el norte. En esta última región, la excepción a la regla planteada
lo constituyen Reconquista y Avellaneda. Lo mismo acontece en las áreas metropolitanas
de las dos grandes ciudades de la provincia. En torno a Rosario y a Santa Fe, algunos
municipios presentan índices ‘más desfavorables’. A su vez, ciertos municipios del oeste
santafesino presentan índices más bajos que los registrados en el este.
Figura 4. Índice de Saneamiento
Consideraciones finales
Los resultados expresados yla interrelación de capas de información vinculadas a pres-
tación de servicios, permiten definir categorías de análisis que dan cuenta de la compleji-
dad espacial-territorial y, como tal, es posible plantear algunas ideas.
En primera instancia, a escala local, la cobertura de los serviciosconsiderados en este
trabajo difiere acorde a la jerarquía de los municipios, presentándose entonces compor-
tamientos asimétricos según la magnitud poblacional de los mismos. Por otro lado, y
en una escala de análisis provincial, las asimetrías aparecen plasmadas regionalmente
–norte, centro, sur- con niveles de coberturas heterogéneas. No obstante aparecen excep-
ciones a este patrón dado por factores locales.
Indudablemente los municipios santafesinos actualmente afrontan desafíos importan-
tes en materia de saneamiento ambiental, por una parte derivados de los déficits observa-
122 Gabriel Castelao, Néstor Javier Gómez y Norma Finelli
dos y, por otro, producto de los cambios normativos que se han registrado recientemente
en el contexto provincial, orientado a una mayor sostenibilidad ambiental. En ese sentido
se destaca la existencia de una política provincial orientada a la gestión integrada fomen-
tando la agrupación de municipios y comunas para el tratamiento de los residuos.
En cuanto a los servicios de agua potable y cloacases posible mencionar la marcada
fragmentación en materia de agentes prestadores de los mismos. Cabe preguntarse si esta
situación incide en la calidad y cantidad de los servicios prestados.
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La escolaridad secundaria como un rasgo
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María Mercedes Cardoso, Laura Tarabella, Néstor Javier Gómez y Griselda Carñel
Introducción
En el contexto socio-económico latinoamericano, Argentina se considera un país en
vías de desarrollo, con severos problemas de pobreza e indigencia, desocupación, insufi-
ciencia en la infraestructura de comunicaciones, transportes y servicios, desindustrializa-
ción que se plasman en desequilibrios territoriales. Cuando las diferencias espaciales, que
revelan contrastes (tanto positivos como negativos) se convierten en desequilibrios, se está
aludiendo a “desigualdades y desajustes territoriales negativamente connotados (…) con-
secuencia de dinámicas muy heterogéneas en las que concurren varios factores” (Moreno
Jiménez y Vinuesa Angulo, 2009, p. 233) tanto físico-naturales, como antrópicos (que tie-
nen como sujetos a ciudadanos, agentes estatales, empresas privadas, organizaciones no
gubernamentales). La configuración territorial siempre es producto del devenir histórico,
es un proceso de construcción colectivo, dinámico y complejo.
En la provincia de Santa Fe los desequilibrios territoriales también están relacionados a
diversos factores; en este trabajo se focaliza en los rasgos de la distribución de los centros
educativos secundarios en relación con la población. A su vez, el trabajo analiza la temá-
tica descripta particularmente en los 55 municipios santafesinos, a fin de dar cuenta de
las disparidades entre las diferentes regiones en que puede subdividirse la provincia. Jus-
tifica este estudio la necesidad de identificar los desequilibrios territoriales provinciales
relativos a la educación, a fin de su dimensionamiento, para en ulteriores estudios, poder
monitorear su evolución.
Los servicios tienen la capacidad de incidir activamente en las relaciones de los indi-
viduos y agentes socio-económicos con el territorio. Es posible construir o remodelar un
territorio determinado, estructurar o reconfigurar una ciudad e incidir en su medio am-
biente, planificando, organizando, dotando y mejorando la prestación de servicios (Pé-
rez-Foguet, 2005). Tanto los servicios básicos esenciales (agua, luz, saneamiento, reco-
lección de basura, etc.), como los asistenciales (salud, seguridad, educación) (Antúnez y
Galilea, 2003)persiguen el objetivo de la eficiencia y la equidad socio-espacial. Desde esta
perspectiva contribuyen en términos generales al desarrollo.
La ubicación espacial de los servicios resulta ser de gran importancia en muchos aspec-
tos, especialmente en el ámbito de los servicios públicos, pues se orienta a la mejora de los
niveles de calidad de vida y equidad espacial de la población.
El progreso que alcanza la persona al tener acceso a la escuela secundaria, cursar y
titularse, es uno de los tantos factores que contribuyen a elevar el nivel de su calidad de
vida. Entre las diversas dimensiones que componen el complejo y dinámico concepto de
calidad de vida, el proyecto de investigación denominado Calidad de vida en la Provincia
de Santa Fe a inicios del siglo XXI. Aproximación a los factores de diferenciación, en el cual se
enmarca este trabajo, se ha focalizado en tres de ellas: socio-económica, servicios e in-
124 María Mercedes Cardoso, Laura Tarabella, Néstor Javier Gómez y Griselda Carñel
fraestructura y ambiente1.
En este contexto, este trabajo se orienta hacia un diagnóstico territorial de la escolari-
dad secundaria, obligatoria para todos los ciudadanos, a partir de la sanción de la Ley de
Educación Nacional N° 26206 del año 2006. El estudio de la relación entre la localización
de los centros educativos secundariosy el comportamiento de ciertos indicadores educati-
vospone en evidencia el cumplimiento o no de ese criterio de eficiencia y equidad. De ma-
nera indirecta, el análisis de la localización de los centros educativos estaría representan-
do la oferta de ese servicio en particular, y la demanda satisfecha (de mejor o peor manera).
Este estudio se propone aportar hacia un diagnóstico para la gestión de los servicios
públicos básicos y la orientación de las políticas públicas.
Metodología
La metodología propuesta puede desglosarse en dos momentos claramente definidos.
En primera instancia se analiza la situación abordada en el contexto general de la provin-
cia de Santa Fe. Para ello, se ha buscado considerar el comportamiento de algunos indica-
dores claves a través de los últimos años. Teniendo en cuenta las fuentes de información
disponibles se trabajó con datos comprendidos entre los años 2000 y 2010 emanados del
informe La educación en cifras llevado adelante por UNICEF (2018), el trabajo Taller regional
sobre educación inclusiva. América Latina, Regiones Andina y Cono Sur elaborado por la UNES-
CO (2007), datos del Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe y finalmente el
Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas del año 2010 (INDEC, 2010).
En un segundo momento, el trabajo se focaliza en el estudio de 55 municipios2 que
integran la provincia de Santa Fe, seleccionados por pertenecer a diferentes cohortes po-
blaciones (los más poblados), desde Rosario y Santa Fe, primeros en la jerarquía urbana
provincial, hasta aquellos que apenas sobrepasan los 10.000 habitantes -como Frontera,
Las Parejas, Las Toscas- así como aquellos que no alcanzan la mencionada cifra –Sastre,
Malabrigo, San Guillermo, entre otros-.Asimismo, los municipios nombrados cumplen
con la condición de ser representativos de las distintas regiones geográficas de la provin-
cia, tomando en consideración regionalizaciones como la de Manzi y Gallardo (1970).
Para la sistematización de la información se propone la elaboración de una matriz de
datos, incorporando una serie de variables que posibilitan analizar algunos aspectos cla-
ves de la situación educativa a nivel secundario. Las variables consideradas se tomaron de
diversas fuentes de información. Del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas
(INDEC, 2010) se pudo obtener: a) población total; b) población de 13 a 17 años; c) pobla-
ción de 13 a 17 años que asiste a establecimiento escolar; y d) asistencia a establecimiento
escolar de la población de 13 a 17 años, según edades simples. Se calcularon, a su vez, para
cada municipio, la: e) ‘tasa de asistencia’; y la f) ‘edad promedio de abandono’ de la escuela
secundaria. Del Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe se obtuvo el: g) nú-
mero de unidades educativas que cuentan con nivel secundario, h) patrón de asentamien-
to del establecimiento (urbano-rural), i) superficie del municipio (km2).
1 Este trabajo se inscribe en el CAI+D-UNL denominado Calidad de vida en la Provincia de Santa Fe a inicios del siglo XXI.
Aproximación a los factores de diferenciación, financiado por la Universidad Nacional del Litoral y dirigido por el Dr. Nés-
tor Javier Gómez. Periodo de desarrollo: 2017-2020.
2 En la provincia de Santa Fe un “distrito” (gobierno local) tendrá una “municipalidad” encargada de la administra-
ción comunal cuando alcance la cifra de 10.000 habitantes según la Ley N° 2756, de 1986. No obstante, se observan
“Municipalidades” que no alcanzan ese umbral poblacional.
La escolaridad secundaria como un rasgo de la calidad de vida 125
Con el objeto de referenciar cada uno de los municipios se les asigna un valor numérico
(código), el cual permite insertarlo en un SIG y poder operacionalizar los datos y obtener
nuevas variables mediante la combinación de las iniciales (ArcGis 10.3).
Desarrollo
En la organización del territorio se involucran una serie de principios que rigen la loca-
lización y distribución de los servicios básicos, entre ellos, la educación. Ellos son el prin-
cipio de cohesión socio-territorial, eficiencia espacial y competitividad, calidad de vida y
bienestar, sostenibilidad, equidad socio-espacial y justicia ambiental (Moreno Jiménez y
Vinuesa Angulo, 2009).
En el caso de esta investigación interesa ahondar en los principios de eficiencia espa-
cial-competitividad y calidad de vida-bienestar. En cuanto a la eficiencia espacial y su
vinculación con la competitividad refiere a la relación que debe existir entre los recursos
utilizados y los resultados obtenidos, es decir, partiendo de que los recursos económicos
del estado (para las escuelas públicas) o de los agentes económicos (caso de establecimien-
to privados sean confesionales o no) son escasos, este principio apunta a maximizar los
logros (que se traducirían en altos niveles de escolaridad). La eficiencia espacial difiere de
la económica (que se mide por el beneficio en términos monetarios) pues considera otros
aspectos como los resultados en término de ‘clima social’, mejoras ambientales, entorno
cultural favorecedor de las relaciones sociales, de la vida democrática, etc.
El segundo principio involucrado es el de calidad de vida y bienestar. La calidad de vida
es definido como “una medida de logro respecto de un nivel establecido como óptimo te-
niendo en cuenta dimensiones socioeconómicas y ambientales dependiente de la escala de
valores prevaleciente en la sociedad y que varían en función de las expectativas de progreso
histórico” (Velázquez, 2001, p. 15). Se trata de un concepto objetivo y subjetivo al mismo
tiempo, dado que incluye medidas relativas al bienestar físico, económico, material, como
a la satisfacción sentida por las personas. Entre ambos conceptos indisociables del desa-
rrollo, existe una relación positiva en la que la calidad de vida influye en el bienestar. La
educación es una de las dimensiones ineludibles de la calidad de vida.
Así, el diagnóstico que en esta investigación se genera, constituye un esbozo del grado de
ajuste del servicio educativo correspondiente al nivel secundario en la provincia de Santa
Fe a los principios de eficiencia espacial-competitividad y de calidad de vida-bienestar.
Cuando se trata de políticas públicas se persigue el objetivo de la equidad socio-espa-
cial encaminada a evitar la discriminación y desigualdades entre individuos de distintos
sectores, siguiendo el criterio rawlsiano, en lo que a servicios se refiere, mejorar al máximo
la situación de los menos favorecidos avanzando, por ejemplo, en la accesibilidad espacial.
La dimensión educativa se justifica desde el reconocimiento de la estrecha relación que
existe entre nivel de instrucción y la posibilidad de inserción laboral, donde las posibili-
dades son mayores para las personas más cualificadas y mejor formadas. La contracara
es el bajo nivel educativo y la situación de retroceso y marginalidad económica y social
derivada, la cual cercena las posibilidades de desarrollo.
En términos de eficiencia espacial, uno de los objetivos perseguidos por las políticas
públicas es el de la llamada inclusión: la inclusión educativa (según conceptualización de
UNESCO, 2007) es el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades
de todos los estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, las culturas
126 María Mercedes Cardoso, Laura Tarabella, Néstor Javier Gómez y Griselda Carñel
Fuente: UNICEF (2018). La educación en cifras. Indicadores seleccionados para la caracterización del sistema educativo.
Scasso, M.G. con base en datos de DiNIECE-ME. Relevamiento Anual de Matrícula y Cargos. Anuario estadístico 2010.
La escolaridad secundaria como un rasgo de la calidad de vida 127
Fuente: UNICEF. (2018). La educación en cifras. Indicadores seleccionados para la caracterización del sistema educativo.
Scasso, M.G. con base en datos de DiNIECE-ME. Relevamiento Anual de Matrícula y Cargos. Anuario estadístico 2010
promedio, quien debería recorrer una mayor distancia hacia el centro educativo. Se obser-
va un patrón similar en cuanto a la densidad tanto en el norte como en el centro y en el
sur provincial. Sin embargo, los municipios más populosos y sus áreas de influencia -Ro-
sario, Santa Fe, Rafaela- son los que registran las mayores densidades de escuelas de nivel
secundario. Otro aspecto a destacar lo constituye la incidencia del grupo etario a priori
demandante de la escuela secundaria, es decir aquel comprendido entre los 13 y 17 años.
En la Figura 2 se observa la incidencia de la estructura etaria de la población en los di-
ferentes municipios santafesinos. Los municipios norteños expresan una mayor presencia
proporcional de población comprendida entre los 13 y 17 años, llegando a duplicar las
tasas de los municipios sureños. Además, algunos municipios del centro y sur provincial,
en general que poseen una menor magnitud poblacional, también acusan tasas elevadas.
En el sector oeste de la provincia, como así también en los cordones periféricos metropoli-
tanos, las tasas que se registran son elevadas. Este dato podría estar indicando una mayor
demanda de este servicio, con relación a una mayor infraestructura y equipamiento edu-
cativo, que las políticas públicas deberían atender especialmente.
Por otra parte, también es el caso de municipios que se localizan en el radio de avance
del área metropolitana de Rosario -Puerto General San Martín, Pérez, Villa Gobernador
Gálvez-, a diferencia de los mencionados anteriormente éstos municipios son más pobla-
dos y una estructura económica más vinculada a los servicios y la industria.
A partir de la observación de mayores tasas de no asistencia a la escuela secundaria en
localidades menores, de gran componente rural, se consideró imprescindible incorporar el
análisis de la distribución de los establecimientos educativos de este nivel en ámbitos rurales.
Entre los municipios que no cuentan con establecimientos educativos de nivel secunda-
rio localizados en ‘entornos’ rurales se destacan (como es de esperarse) aquellos netamente
urbanos; también aquellos cuyos montos de población son considerables, y asimismo de-
terminados municipios de escasa magnitud poblacional, pero de significativa extensión,
donde podría existir una potencial demanda respecto de este tipo de servicio. En esta
última situación se encuentran un cierto número de municipios analizados -Sastre, San
Genaro, El Trébol, San Cristóbal, Romang, entre otros- (Figura 4). Este factor podría estar
incidiendo en el comportamiento de las tasas de abandono escolar y de no asistencia.
A los fines de profundizar el estudio se ha procedido a calcular un indicador estimati-
vo de la edad en que el alumno estaría
Figura 5. Edad promedio de población entre 13 y 17 abandonando la escolaridad secunda-
años que no asiste a establecimiento escolar, 2010
ria. Para cada año de edad simple, se
obtuvieron los dos subgrupos de pobla-
ción (asiste o no asiste) según la condi-
ción de asistencia escolar, para la fran-
ja etaria de 13 a 17 años. Teniendo en
cuenta la cantidad de población que no
asiste para cada año simple de edad, se
obtuvo una aproximación a la edad pro-
medio en que los adolescentes ‘dejan’ la
escuela secundaria.
La variable ‘Edad promedio de pobla-
ción entre 13 y 17 años que no asiste a
establecimiento escolar’ complementa
el panorama de las dificultades o caren-
cias en la prestación del servicio educati-
vo secundario y que permite contribuir
al diagnóstico general.
La Figura 5 muestra que en los mu-
nicipios de menor monto poblacional
y con mayor componente rural, la edad
promedio de abandono es más baja. Si-
milar situación se observa en los distri-
tos que rodean a las mayores áreas me-
tropolitanas de la provincia (Rosario,
Santa Fe, Reconquista-Avellaneda).
En tanto, es en los municipios de
magnitud poblacional intermedia,
Fuente: INDEC, 2010 donde se registra la edad promedio
La escolaridad secundaria como un rasgo de la calidad de vida 131
de abandono más alta. La figura anterior dio cuenta del indicador que señala la edad
media de abandono de la escuela secundaria. En esta instancia, interesa focalizar la
mirada en la cantidad de alumnos que efectivamente permanecen en el sistema, cla-
sificados en edades simples, tomando como referencia los datos del Censo Nacional
de Población, Hogares y Viviendas (INDEC, 2010). A tales fines, la Figura 6 expresa la
dinámica de la progresión escolar a través de la estructura del sistema educativo. Esta
figura permite visualizar el descenso de la matrícula en establecimientos educativos de
los 55 municipios estudiados, a partir de los 15 años, y de modo abrupto entre los 15
y 16 años, indicativo del fenómeno de incremento del abandono escolar o deserción en
relación directa con la edad.
Figura 6. Cantidad de alumnos según edades (13 a 17 años) en los 55 municipios, 2010
Conclusiones
Del diagnóstico de la población objetivo (de 13 a 17 años) y el interés por conocer el com-
portamiento de las variables en las distintas regiones del territorio provincial santafesino, se
obtuvo que los municipios del norte detentan una mayor proporción de población compren-
dida entre los 13 y 17 años, llegando a duplicar las tasas de los municipios del sur. Además,
algunos municipios del centro y sur provincial, que en general poseen una menor magnitud
poblacional, también acusan tasas elevadas. En el sector oeste de la provincia, como así tam-
bién en los cordones metropolitanos, las tasas que se registran son más elevadas. Este dato
podría estar indicando una demanda de este servicio no cubierta de modo eficiente.
En la provincia de Santa Fe, entre 2001 y 2010 la tasa de asistencia escolar a partir de
los 12 años desciende, y a ritmo más alto la comprendida entre 15 y 17 años. Uno de cada
4 adolescentes (23,1%) de la provincia de Santa Fe no asiste a la escuela. En los 55 munici-
pios estudiados se pudo corroborar que el mayor porcentaje de población de 13 a 17 años
que no asiste a la escuela secundaria se localiza en los distritos menos poblados, donde la
cantidad de escuelas en relación a la superficie es menor. También, es en este tipo de dis-
tritos donde la presencia de escuelas secundarias en ámbitos rurales es escasa o nula. La
eficiencia y la equidad socio-espacial que orientan los servicios básicos asistenciales (entre
los que se encuentran la escuela secundaria), no se estaría cumpliendo.
132 María Mercedes Cardoso, Laura Tarabella, Néstor Javier Gómez y Griselda Carñel
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Territorio y economía popular. Radicalización
de la violencia y expulsión a los manteros
senegaleses en La Plata (2015 -2018)
Martina Fantini y Nahuel Mamonde
Introducción
En los últimos dos años se ha manifestado en la ciudad de La Plata, así como en grandes
ciudades de Buenos Aires (como se ha podido ver en diferentes medios de comunicación)
un avance contra los trabajadores formales e informales de la economía.
Tanto en materia de políticas económicas, como sociales y de seguridad, se ha venido lle-
vando a cabo una cosmovisión individualista y emprendedurista del trabajo. Tal es así, que
bajo el lema de ir contra la ‘venta ilegal callejera’ se ha vivido este último tiempo, un avance
contra las estrategias de la economía popular, como es el caso de los manteros senegaleses.
Este trabajo apunta a poner de relieve la situación que dicha comunidad viene padecien-
do en las calles de la ciudad de La Plata provincia de Buenos Aires, con un patrón común,
la radicalización del desalojo y de la violencia.
Metodología
La metodología de trabajo utilizada es el estudio de caso intrínseco: es el caso en sí el
que una vez definido “…concentra toda la atención investigativa orientada a un análisis
intenso de sus significados con la intención de comprenderlo en su especificidad más que
buscando generalizaciones” (Marradi, Archenti, Piovani, 2007, p. 238). Para el relevamien-
to y análisis de la información se utilizó fundamentalmente la observación participante.
Desarrollo
Las causas de las migraciones senegalesas a la Argentina
La presencia de migrantes africanos en Argentina data desde finales del siglo XVI
(Zubrzycki, 2009) y se consolida en los siglos XVII y XVIII con la trata de africanos
esclavizados destinados a servir de mano de obra de los colonos europeos en América
(Kleidermacher, 2011).
Siguiendo a Kabunda (2017) en África existe una larga tradición de los procesos mi-
gratorios como resultado del nomadismo propio de la cultura de los pueblos de este con-
tinente; de las políticas de reclutamiento de la colonización europea para las minas y las
plantaciones; de las políticas irracionales de desarrollo poscoloniales, que favorecen las
ciudades y la industria en detrimento del mundo rural y de la agricultura, dando lugar al
éxodo rural; de las convulsiones internas nacidas de la inestabilidad política y de los con-
flictos armados; y en las últimas décadas, de las políticas neoliberales que crean las condi-
ciones de expulsión en el continente. Es decir, “una sangría para los procesos productivos
de estos países” (Kabunda, 2017, p. 43).
134 Martina Fantini y Nahuel Mamonde
3 La etnia mayoritaria en Senegal es la Wolof, –representan un 45% de la población, seguido por los peuls (22%),
serer (15%), diola (10%), mandingos (3%), junto a otras etnias más pequeñas numéricamente–, así como también su
idioma. Sin embargo, muchos hablan además árabe y los que han tenido la posibilidad de acceder a la educación
oficial hablan francés.
136 Martina Fantini y Nahuel Mamonde
estricto porque no son intercambiables en el mercado formal por no contar con título
de propiedad o porque su valor es insignificante. En efecto, la relación entre los trabaja-
dores y los medios de producción no es de propiedad sino de posesión o mera tenencia,
a veces personal, otras veces comunitaria.
A modo de síntesis este tipo de economía se caracteriza por tener un tipo de trabajo
desprotegido, estar bajo los efectos de la desregulación, desprotección, precariedad y para
institucionalidad de las relaciones laborales, de poseer poca tecnología, baja productivi-
dad (en términos capitalistas), informalidad en el intercambio y de establecer condiciones
precarias de trabajo.
dedicarse a la misma actividad. Les resulta parte habitual del comercio, siendo el contexto
cultural y territorial el que cambia: en la ciudad de Buenos Aires, la venta callejera está
prohibida por normativa, no está penalizada como actividad, pero incide en su estrategia
de adaptación. La falta de papeles y la persecución policial son los principales problemas
a los que se enfrentan diariamente. En esta situación también incide el racismo institucio-
nal y la falta de mecanismos donde poder denunciar los acosos.
4 López Melograno (8 de abril 2016) Vulnerables, los senegaleses quieren seguir trabajando. Diario Contexto. Recupe-
rado de http://www.diariocontexto.com.ar/2016/04/18/vulnerables-los-senegales-quieren-seguir-trabajando/
5 Senegaleses detenidos (15 de enero 2017) La Ciudad. Recuperado de http://www.eldia.com/nota/2017-1-15-senega-
leses-detenidos
6 La policía volvió a desalojar a los manteros en Once: al menos cinco detenidos (13 de enero 2017). M1. Recuperado
de http://www.eldia.com/nota/2017-1-15-senegaleses-detenidos
7 Violento desalojo en Quilmes: un video muestra a los policías agrediendo a los manteros (18 de abril 2017). InfoCie-
lo. Recuperado de https://infocielo.com/nota/78967/violento_desalojo_en_quilmes_un_video_muestra_a_la_poli-
cia_agrediendo_a_los_manteros/
Territorio y economía popular. Radicalización de la violencia y expulsión a los manteros... 139
Mientras tanto la municipalidad busca cerrar la negociación con manteros para erra-
dicar la venta ambulante en el centro15, esperan que se pueda avanzar en un listado de
postulantes a incorporarse a cooperativas que trabajan con la Comuna. La oferta consiste
en reubicarlos en dos predios alejados del casco urbano en la zona oeste y en el sur del
Gran La Plata, como así también de incorporar a los manteros y ambulantes en el circuito
laboral oficial con la idea de sumarlos a cooperativas de trabajo que realizan trabajos de
mantenimiento en escuelas y jardines.
Sin embargo, los representantes de la comunidad, afirman que “hay una política de
persecución y estigmatización muy dura”16 mientras en los medios de comunicación se
preparaba el terreno, con frases que referían a ‘competencia desleal’, ‘el centro platense en
manos de los manteros’ convertido en ‘tierra de nadie’, o plagado ‘competencia desleal’
los vendedores callejeros expresaban “estamos reclamando que nos dejen laburar, somos
laburantes y nos ganamos la vida de esta forma”17.
Conclusiones
En cuanto a la comunidad senegalesa en Argentina podemos decir que constituyen
un componente importante por la llegada y permanencia reforzando las redes que im-
pulsan la circulación de personas, bienes materiales y simbólicos entre Argentina y Se-
negal. Por un lado, se produce una construcción de la imagen del país de destino y
sobre todo, de las características de las distintas ciudades en base a la información que
circula entre los viejos y nuevos migrantes, teniendo en cuenta si constituye un espacio
oportuno para la venta ambulante.
Consideramos que seguirán ingresando jóvenes senegaleses al país y es necesario
un cambio en la legislación que permita su pronta regularización para facilitar su
proceso de integración a la sociedad de destino. A pesar de las normas internaciona-
les que en los últimos años han intentado generar un marco de protección para los
inmigrantes, sus derechos se ven menospreciados, especialmente si han inmigrado
de manera ‘irregular’.
En este sentido, si bien se produjeron grandes avances en cuanto a las políticas mi-
gratorias, la actual ley presenta grandes obstáculos respecto a la regulación de la si-
tuación de los migrantes. Motivo por el cual existe una gran cantidad de senegaleses
en situación irregular, lo que trae aparejado, entre otras situaciones, la dificultad en el
acceso al trabajo formal.
El trabajo informal al que acceden los migrantes senegaleses, caracterizado por la venta
ambulante, se ve condicionada por la violencia institucional y los reiterados desalojos de
la vía pública y el secuestro de la mercadería para la venta, por lo que esta coyuntura difi-
culta el trabajo diario de los migrantes.
15 Buscan cerrar negociación con manteros para erradicar la venta ambulante en el Centro (18 de diciembre 2017) El
día. Recuperado de https://www.eldia.com/nota/2017-12-18-1-55-30-buscan-cerrar-negociacion-con-manteros-para-
erradicar-la-venta-ambulante-en-el-centro-la-ciudad
16 Álvarez Mur, R. (13 de diciembre 2017). Manteros senegaleses reclaman sus derechos: “Hay una política de perse-
cución y estigmatización muy dura”. Contexto. Recuperado de http://www.diariocontexto.com.ar/2017/12/13/mante-
ros-senegaleses-reclaman-sus-derechos-hay-una-politica-de-persecucion-y-estigmatizacion-muy-dura/
17 Tras ser atendidos por funcionarios de la comuna, manteros levantaron el corte de 7 y 47 (13 de diciembre 2017).
El Día. Recuperado de http://www.eldia.com/nota/2017-12-13-9-52-0-vendedores-ambulantes-y-manteros-cortan-7-
y-47-la-ciudad
Territorio y economía popular. Radicalización de la violencia y expulsión a los manteros... 141
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142 Martina Fantini y Nahuel Mamonde
Introducción
El presente artículo surge de un proyecto de investigación que indaga el impacto en las
condiciones de vida de la población de los barrios del eje periurbano suroeste (barrio Las
Heras y Parque Palermo) por políticas públicas de infraestructura y equipamiento imple-
mentadas en la década del 2010. Oszlak yO´Donell, sostienen que:
Toda política pública constituye el conjunto de tomas de decisión de diferentes agencias e instan-
cias del aparato estatal que expresan una determinada modalidad de intervención del Estado, en
relación con una cuestión que despierta la atención, interés, o movilización de actores de la socie-
dad civil. (1995, p. 112-113)
Analizaremos el Estado en su forma social; como es la concepción y generación de
políticas públicas en el ámbito de la planificación urbana y habitacional; para luego
centrarnos en una de las modalidades de intervención del Estado, los Programas de Mejo-
ramiento Barrial (PMBs) orientados en soluciones focalizadas como estrategia de reduc-
ción de la pobreza.
La planificación del territorio como práctica sistémica en la cultura administrativa de
las ciudades, impone interactuar con el concepto de territorio y el enfoque de los siste-
mas complejos, permite analizar e interpretar numerosos procesos que tienen lugar en
la ciudad y en el periurbano; el complejo entramado de actores, idearios, procedimientos
burocráticos, iniciativas públicas y privadas, saberes técnicos, políticas públicas urbanas
y del hábitat; son factores con los que debe dialogar toda política pública con voluntad de
transformación política para llegar a constituirse en acción de gobierno.
Cabe preguntarnos si ¿este tipo de políticas públicas de mejoramiento del hábitat de la
población en situación de pobreza forma parte de la planificación de las ciudades?, ¿cuál
es su orientación?, ¿a quién sirven?, ¿a qué tipo de actores sociales favorece? en definitiva
develar si ¿permite este tipo de política superar los procesos de segregación y exclusión
socio-territorial, y ¿en qué medida conforman un parche o una necesidad?
La metodología aplicada hace referencia a la información cuantitativa disponible de
Organismos Estadísticos Nacionales y del propio PMBs. Su estudio es de desarrollo teó-
rico, confrontando datos empíricos de los procesos de planeamiento de la ciudad de Mar
del Plata, con la puesta en marcha del programa y experiencias previas de estudios en los
barrios a través de proyectos de investigación anteriores y de fuentes secundarias.
Concluyendo con reflexiones como la falta de comunión de las políticas urbanas con la
implementación de estos programas, conformando políticas habitacionales reduccionis-
tas de las problemáticas del hábitat.
144 Andrea Fabiana Hidalgo
Desarrollo
un doble negocio1 en el espacio urbano; ya que liberaron al mercado suelo de alto valor
(espacio urbano sonde se localizaba la villa) y trasladaron a la población sin indemnizarla.
Acompañando la lógica de la gestión municipal marplatense, se gestiona el Plan Estra-
tégico 2013-2030 con escasa participación ciudadana; donde la planificación es entendida
como una forma de despliegue de estrategias generales de desarrollo urbano para permitir
la puesta en marcha de proyectos de actuación (privada), acompañados por la necesaria
actualización de los reglamentos urbanísticos en función del sector privado.
Simultáneamente o más bien superpuesto a éste, se diseña el Plan Maestro de Trans-
porte y Tránsito 2012-2013 de poco alcance e implementación; y Mar del Plata entra en
la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles del BID, de la mano de grupos de
arquitectos de la elite internacional como Gehl Architects, que apuntaron a la sosteni-
bilidad ambiental y cambio climático, el desarrollo urbano integral, la gestión fiscal y
gobernabilidad; y se generaron e implementaron proyectos pilotos relacionados con la
movilidad urbana y el espacio público, en sectores del microcentro y la calle Güemes.
Hoy en día, éstas intervenciones son bastante discutidas en el mundo académico y pro-
fesional, por carecer de una política nacional que ponga las fichas en el desarrollo de
otro tipo de transporte público y una política local que desestime el uso del automóvil y
mejore el transporte público urbano.
La desregulación y el tratamiento preferencial a empresas del sector privado dedicadas
a operaciones inmobiliarias, dio lugar a un cambio rotundo en la fisonomía de la ciudad.
Las operaciones urbano-arquitectónicas generaron en los últimos años un gran desarro-
llo inmobiliario con un stock de más de 360 edificios de alta gama, en áreas selectas de la
ciudad y encarnados algunos de ellos también por arquitectos de elite internacional. Se
construyeron shoppings, hoteles 5 estrellas y una terminal de cruceros cuyo uso y funcio-
nalidad discrepa mucho del verdadero uso para la que fue diseñada, ya que en la actuali-
dad éste edificio fue destinado a la dirección de tránsito de la ciudad.
Las respuestas políticas y planificadoras focalizadas para la periferia de la ciudad, lle-
garon en el año 2010, para los barrios Las Heras y Parque Palermo entre otros y con un
alto contenido de violencia y estigmatizados por el resto de la ciudad. Se materializaron a
través una serie de equipamientos sociales imitando la propuesta de Mario Jauregui, para
el PROMEBA carioca.
En dicha oportunidad, el Programa de Mejoramiento Barrial implementado en Río de
Janeiro desarrolló un tipo de política para eliminar el déficit de ciudad, y no necesaria-
mente el déficit habitacional. Su máxima expresión en su implementación estuvo dada de
la mano del arquitecto argentino Jauregui quien parte de que:
Construir condiciones de urbanidad implica mejorar la condición real, física y psicológica del habi-
tante de un lugar que sienta que vale la pena que él se esfuerce económicamente (y hasta físicamen-
te) para mejorar su vivienda porque el Estado también está haciendo su parte por él y esta hacienda
infraestructura, espacio público, servicios sociales, equipamientos y creación de condiciones para
la evolución económica, social y cultural. (2010, p.17)
1 Problemática abordada por el arquitecto De Shant Héctor y la socióloga Canestraro María Laura, en la cual sostie-
nen que detrás de la relocalización de la villa hay un doble negocio, el de las tierra en donde está localizada la villa, la
falta de indemnización a la población trasladada para que la gente pueda comprar una vivienda en donde quiera, la
falta de libertad para elegir dónde quieren ir, además de que la nueva relocalización de esta población es en lotes pe-
riféricos de bajo valor. Recuperado de https://www.0223.com.ar/nota/2006-12-3-villa-de-paso-aseguran-que-detras-
de-la-relocalizacion-existe-un-doble-negocio
Políticas públicas en el periurbano suroeste marplatense; un parche o una necesidad 147
nos en una ciudad” como dice Jauregui (2016); constituyendo la política de Estado, y a su
vez una política pública en la agenda urbana a desarrollar; articulando la planificación
urbana con la habitacional en su máxima expresión.
El PROMEBA en los barrios Las Heras y Parque Palermo,una solución focalizada como
alternativa a la reducción de la pobreza urbana
Las transformaciones socioculturales, políticas y económicas sucedidas en el país y las
crisis cíclicas que han golpeado la ciudad durante las últimas décadas, han generando
profundos desequilibrios sociales que se manifiestan territorialmente vinculados a los
procesos de expansión urbana.
Si bien la ciudad continua conservando las características de ciudad balneario, se en-
cuentra desmantelado su tejido industrial y su composición social se caracteriza por un
empobrecimiento masificado. Los barrios del estudio de caso, se localizan en el sector su-
roeste del periurbano marplatense, y se estima una población aproximada de 4.763 habi-
tantes y 1.426 hogares (Censo PROMEBA, 2001). Constituyendo un área en torno al cual
operan importantes cambios, marcando esta tendencia de expansión con asentamientos
populares, vinculados tradicionalmente a la industria del pescado y la construcción así
como a actividades hortícolas, con distintos niveles de desocupación o subocupación; gene-
rando una marcada desigualdad social que permite que coexistan bolsones de pobreza que
se fueron formando con la radicación de población en las décadas de los años 1950 y 1960;
mediante sistemas de condominio de parcelas rurales, intervenciones en suelo urbano de
bajo precio adquiridos informalmente, sin servicios, y población no servida por el Estado.
En los últimos años, estos barrios se volvieron estigmatizantes para sus pobladores,
tanto por su vulnerabilidad social como por el grado de violencia institucional, simbólica
y física4 que generó las propias instituciones y el mismo tejido social. Es así que parte de
estos factores junto a la autoexclusión conllevan al fracaso en la gestión de mejoras en el
hábitat y del voluntariado activo, mientras que la fragmentación social es considerable al
igual que los bajos niveles de participación.
Teniendo en cuenta el concepto de servicio habitacional de Yujnovsky (1984), urbanísti-
camente hablando estos barrios no conforman áreas consolidadas dentro de la estructura
urbana de la ciudad. Presenta un área periurbana no consolidada, con en un porcentaje
menor al 70% del loteo edificado, un parcelamiento del lote tipo discontinuo con algu-
na intervención de erradicación de la villa de Paso en el barrio Las Heras5 pertenecientes
al Programa Dignidad6 acentuando los problemas de sociabilidad entre los vecinos. La
ausencia de algunos servicios públicos de infraestructura y equipamiento comunitario
insuficiente al igual que la escasa movilidad urbana; se complementan con la falta de pa-
vimentación de las calles y el mantenimiento del espacio público.
4 Fenómeno analizado en proyectos de investigación como Violencia y Espacio Habitado: “Comparación entre diver-
sos sectores urbanos de la ciudad de MDP respecto de las formaciones de violencia”. UNMdP-FAUD-CIC-2006
5 Con el objetivo de erradicar la villa de Paso en la ciudad de Mar del Plata, su población fue trasladada en distintos
barrios de la ciudad, Don Emilio, El Martillo y Las Heras; en éste en las inmediaciones de las vías del tren en desuso,
límite del barrio.
6 El programa contó con la construcción de 200 viviendas sociales, sin ampliación de los servicios de infraestructura
que luego de su post-ocupación el sistema de redes entro en colapso (principalmente cloacas) por ampliación del
servicio en el barrio y falta de mantenimiento. (2017). Recuperado de http://quedigital.com.ar/sociedad/las-heras-
rebalsaron-las-cloacas-de-las-viviendas-del-plan-federal/.
150 Andrea Fabiana Hidalgo
Forma parte de las condiciones del medio ambiente urbano, los focos de contaminación
producto de las actividades de cirujeo, el vertido de desagües cloacales en la vía pública,
las actividades de acopio de cereales y el uso sostenido de agroquímicos en el sector rural
inmediato; que complejizan las problemáticas ambientales sumado a éstas el tendido de
las líneas de alta tensión que pasan en inmediaciones a las vías ferroviarias en desuso7.
En la década del 2010, en los barrios Las Heras y Parque Palermo, fueron estos barrios
objeto de la implementación de políticas públicas focalizadas a traves del Programa de
Mejoramiento de Barrios. Este progama se encuadraba y respondia al componente 2 de
elegibilidad:Provisión de infraestructura, equipamiento y saneamiento ambiental8, con al
menos un 75% de la población sujeto al programa con NBI según lo establecido por elIN-
DEC9 para el Censo del año 2010.
Esteprogramaintegral en teoría contemplaba un proyecto urbano y de obras, un plan
para que los beneficiarios puedan obtener la legalización de la tenencia de la tierra; una
propuesta para el incremento del capital social y humano y la identificación de los reque-
rimientos de inversión en infraestructura privada y previsiones para dar sustentabilidad
a la infraestructura pública ampliada o construida; incorporando en el caso de no tenerlo
las redes de agua potable,tratamiento de las aguas servidas, energia eléctrica, desagües
pluviales, red vial, además de obras de mitigación ambiental y conexiones intralote.
Los criterios de la elegibilidad se dabaestableciendo como base que el equipamiento ur-
bano, comunitario o las redes de gas no podrian ser los únicos componentes del proyecto;
esto es importante porque establece la integralidad del proyecto “mientras que las obras a
construir, ampliar o mejorar con los recursos del programaestablece que no dependerán
de otros proyectos para poder entrar en ejecución” (Bases del Programa de Mejoramiento
Barrial10); valga decir sin importar la comunión en el caso de que la hubiere con la ejecu-
ción y puesta en marcha de alguna acción del Estado local en materia de planificación
urbana articuladaal Plan Estratégico y ala implementación de éstos programas de mejo-
ramiento barrial enciudad de Mar del Plata focalizados en estos barrios.
Siguiendo los planteamientos que proponen Oszlak y O´Donell (1995) para definir a las
políticas públicas, las tomas de decisiones en la implementación de éstas, en el estudio de
caso transformaron la carencia (de agua potable, cloacas, gas, etc) de un territorio social
redefiniéndola en unademanda,como instrumento de poder del Estado.
Se recortaron los contenidos originales del programa y se focalizó la estrategia de inter-
vención en un conjunto de obras (sin un programa ni plan especifico) con el objetivo de
“continuar y complementar las obras desarrolladas por el municipio (ejecución de la red
dedesagües cloacales) y comprendieron obras de infraestructura básica y de equipamiento
urbano y comunitario a desarrollarse en etapas progresivas”11; velada bajo la apariencia
fetichada de una respuesta a las necesidades sociales y alegando más a la necesidad de un
municipio en estado precario con falta de recursos municipales que buscó la oportuni-
7 Caracterización del diagnóstico para Barrio Las Heras y Parque Palermo de “Dossier Barrio Las Heras” y Ficha de
Proyecto Programa de Mejoramiento Barrial (Las Heras y Parque Palermo) del año 2011.
8 Bases, Reglamento operativo y anexos PROMEBA. Municipalidad de General Pueyrredón. Mar del Plata.
9 Cabe aclarar que entre ambos barrios llegan al 77,20% de NBI, cumpliendo con los rangos de elegibilidad que esta-
blece el PMBs.
10 Reglamento operativo del PROMEBA. Recuperado de hpp//www.promeba.org.ar.
11 Extraído de Ficha de Proyecto Programa de Mejoramiento Barrial. Préstamo BID 2662/3458.OC-AR. Buenos
Aires, Partido de General Pueyrredón. Barrios Las Heras y Parque Palermo. Año 2011.
Políticas públicas en el periurbano suroeste marplatense; un parche o una necesidad 151
dad definanciamiento con estos programas de las agencias internacionales para terminar
obras inconclusas y olvidadas.
Pero, ¿cuál es el nivel de democratización que alcanzaron estas intervenciones? Con el
carácter de consolidación y mitigación disfrazaron este proyecto municipal con dinero
internacional, en pos del carácter integral del programa,en el que se incluyeron obras de
infraestructura, equipamiento y de mitigacion ambiental; intervenciones que debieron
de realizarse a traves de la función social del Estado y su atención a los más desposeídos;
consolidan lo que Nuñez (2009, p 325-331) llama la estatalidad profunda: la actuación
coorporativadel municipio, conempresas de provisión de servicoscomo Obra Sanitaria
Sociedad de Estado (OSSE). Mientras que la burocracia politica, las empresas construc-
toras;junto con el juego del tráfico de influenciasen las sociedades de fomento y ongs,-
cuyo principal recurso que moviliza es el capital social, generanla estatalidad extensa
(Nuñez, 2009, p 331-340).
Reconvierten el capital, en capital político y simbólico capaz de ejercer mayor influen-
cia en el barrio en pro de generar el fortalecimiento del capital social y humano12 soste-
nido como premisa fundamental del prograrma, con el incentivo de los procesos partici-
pativos construyendo solidaridades e intercambiando capital económico por el trabajo
del vecino pauperizado;
OSSE aprobó el agua para las 24 manzanas del sasentamiento del barrio Las Heras a condición de
que los vecinos compraran todos los materiales necesarios y que hicieran las zanjas. Todo, todo, todo
lo hizo el vecino (…). El que no tenía, ´bueno, lo pongo yo, pero vos hacés toda la zanja´(…). Era una
manera de que todos tuvieran el agua” dice una vecina del barrio Las Heras. (Nuñez, 2009, p. 336)
Pero ¿cuáles son las consecuencias en la focalización social y territorial de este tipo de
programa? A pesar de los cambios de paradigmas; en muchos casos su implementación
responde más a la mirada tradicional de las políticas públicas reducccionistas y centradas
en la intervención la vivienda como producto terminado en sí mismo y los servicios de
infraestructuras se materializan a manera de enchufea la conexión a las redes urbanas de
servicios, que constituyen “las versiones tangibles de éstas redes son los servicios físicos
(electricidad, agua, desagues, gas, recolección de residuos, teléfono, etc) y los servicios so-
ciales (educación, sanidad, seguridad) (Pelli, 2007, p. 48) afirmando que:
La solución habitacional queda incompleta, y su alcance es superficial y en buena medida efímero,
como componente de un abordaje integral de la pobreza, sin ella no se incluyen tambien y con
igual jerarquia , mecanismos que garanticen la conexión adecuada al grupo domésticoa las redes
intangibles, tales como: a) las tramas de relacines sociales dentro del sistema urbano (…), b) la esc-
cala de distancias físicas y sociales (…), c) el repertorio de valores simbólicos de los lugares (…), d)
convenciones culturales y las normas jurídicas vigentes en la ciudad para el uso, mantenimiento y
gestión de la vivienda, etc. (Pelli, 2006, p. 49)
Por lo tanto, el mayor desafio para la generación e implementacón de éstas políticas es
que se las plantee en condiciones estructurales de equidad al acceso de los servicios ha-
bitacionales como abordaje integral del problema de pobreza y complejidad de la ciudad.
Dadas así estas políticas, transformando la carencia en demanda, podríamos de-
cir,que es en una interpretación oficial de la necesidad, convalidada pública y técnica-
mente, considerándola como referencia para las acciones y las políticas por parte del
Estado. Transformadas las carencias de un barrio en demandas, la empresa de servicio
ponela canilla o extendiende la red del serviciointercambiando capital económico por
12 La premisa fundamental y base de los PMBs es “el fortalecimiento del capital social y humano” a través de los canales
de la participación de los distintos actores sociales nucleados en organizaciones civiles, sociedades de fomento y ongs.
152 Andrea Fabiana Hidalgo
mano de obra gratuita de los vecinos que colaboran con el zanjeo y/o el cruce del ser-
vicio. En los papeles, se entrega la factibilidad en las oficinas públicas y empresariales
de que la obra esta culminada. El derecho a estos servicios de infraestructura provistos
por el PMBs pareciera terminar donde pasa la red, que como todo límite conforma una
manera de relación social, un espacio controlado y de control para la demanda; quien se
conecta y pague el servicio gozará de él.
La infracción a la conexión legal genera el inicio de un proceso social de exclusión que
genera distintas estrategias para la obtencion del recurso; porque resulta dificil, costoso y
complejo para los vecinos realizar la prolongación y conexión adecuada hacia el interior de
la vivienda, porque según sea el servicio se verán obligados a contratar mano de obra espe-
cilizada para obtener la aprobación de dicha instalación; significando el endeudamiento
o simplemente engancharse, hacer conexiones truchas o continuar viviendo en las mismas
condiciones en que lo hacían antes de la intervención del programa en el barrio, pero más
aún, acentuada la exclusión.
Ahora bien, este tipo de programas, es de suma utilidad de propaganda política, de
lobby partidario y de slogan con que Mar del Plata se muestra al mundo en la competitivi-
dad entre ciudades, buscando atraer inversiones o entrando en el circuito de las Ciudades
Emergentes y Sostenibles del BID.
En el hacer ciudad, con estas cuestiones los politicosse muestran hacia afuera, valoran-
do su imagen por su labor y buenas prácticas urbanas e inclusivas en la ciudad; y vienen al
dedillo para mostrar cuánto se hizo por lo que menos tienen, cubriendo ¿cómo se hizo?,
¿de qué manera?, ¿con qué relaciones?, ¿en beneficio de quienes?, y en definitiva ¿qué tipo
de ciudad se está generando?
Conclusiones
Este trabajo intenta develar esta dicotomía o divorcio entre las políticas públicas urba-
nas y las habitacionales; y especificamente la aplicación de las políticas de mejoramiento
barrial como otras tantas que no encuentran comunión con las políticas urbanas.
Hay dos cuestiones a tener en cuenta: en primer lugar, estos programas de mejoramien-
to barrial que se implementaron en Latinoamérica y Argentina, impulsados por los orga-
nismos internacionales de crédito de desarrollo, con el objetivo de apaliar los problemas
de los asentamientos informales en pos de la integración física y social, no surgieron de
la nada, sino que incorporaron en sus bases y fundamentos los aportes del campo ex-
perimental y académico en la década de 1970. En segundo lugar, parte del paradigma
que los sustentó fue brindar una atención más integral a la pobreza, integrando física y
socialmente estos asentamientos a la ciudad; pero sin embargo, debido al marco general
de actuacion definidos por los programas de ajuste estructural que se implementaron en
Latinoamerica, dejaron como consecuencia la atención focalizada de la pobreza que en
respuesta a la carencia de necesidades de una determinada pobación los gobiernos y sus
políticas públicas transformaron en demandas.
Se naturalizó la idea de la pobreza y se pasó de una política que cualificaba la cuestión
habitacional en la última década, a una política masificada que se centró en la focaliza-
ción de pequeñas acciones básicas y puntuales en el territorio, cuantificando sus resulta-
dos en el hacer político.
Es el Estado el que determina e instrumentaliza las políticas públicas en acciones bajo
Políticas públicas en el periurbano suroeste marplatense; un parche o una necesidad 153
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Mapeo migratorio como herramienta para
visibilizar heterogeneidades: el caso del partido
de La Matanza (provincia de Buenos Aires)1
Brenda Matossian y Susana María Sassone
Introducción
Desde la década de 1990, en muchas de las áreas metropolitanas del mundo, la migra-
ción se ha multiplicado y diversificado. Este fenómeno que asocia las movilidades hu-
manas con las ciudades globales ha recibido el nombre de “planeta nómade” (cf. Simon,
1998). La cuestión puede verse en la obra de Saskia Sassen (1991), Peter Taylor (1994), Peter
Marcuse y Ronald van Kempen (2000), Stephen Castles y Mark J. Miller (2004) así como
en las agendas de los organismos internaciones (Banco Mundial, Organización Interna-
cional para las Migraciones, Foro Económico Mundial), entre otros. El interés y la necesi-
dad del tema crecen y la explicación acerca de los modos en que las diferentes corrientes
migratorias participan de la metropolización es una tarea esencial para los investigadores
(Miret, 2009). Asimismo, esta presencia creciente no solo se da en las ciudades globales y
en las metrópolis; sino que hace décadas ya se suma también a las ciudades medias y, en
particular, a sus periferias marginadas (Sassone, González y Matossian, 2010).
Buenos Aires, en tanto metrópolis, es uno de esos casos (Sassone, 2002a y b) y la lite-
ratura especializada comenzó a utilizar el término gateways (Singer, 2008 y 2009; Price y
Benton-Short, 2007a y 2007b) para referirse al poder de atracción y al carácter de puertas
a la migración internacional de las grandes urbes globales. En este tipo de ciudades el
impacto, tanto en áreas centrales como en los suburbios, ha sido grande y las transforma-
ciones socioterritoriales asociadas directa o indirectamente con estos procesos ameritan
esfuerzos de investigación. Sin embargo, son más los trabajos concentrados en el área cen-
tral de la metrópolis (Sassone, 2007; Mera y Vaccotti, 2013; Mera y Marcos, 2015) y más
escasos aquellos enfocados en los territorios suburbanos (Sassone, 2014).
Se entiende el territorio como espacio apropiado, a partir de las propuestas ya conso-
lidadas desde la Geografía Cultural y Social (Claval, 1999; Di Méo, 2000, entre otros),
como sintetiza Horacio Capel (2016, p. 7) “El territorio es un espacio apropiado por los
grupos sociales, para fijarse en él, asegurar su supervivencia, construir viviendas y rutas,
explotar productos, delimitar dominios”. Esta apropiación puede ser tanto material como
simbólica; Giménez (2001) propone denominarla como utilitaria y funcional o simbóli-
co-cultural. En el caso de este trabajo, el interés se enfoca en la primera de ellas que apunta
a analizar la dimensión residencial a partir de la cual los migrantes se incorporan en el
espacio, en este caso en un ámbito urbano.
1 Este trabajo se enmarca en el PICT 3166/15 (2017-2019) Migraciones, interculturalidad y territorio: cartografías multies-
calares de la inclusión social. Ministerio de Innovación, Ciencia y Tecnología. Agencia de Promoción Científica y Tecno-
lógica ANPCyT / Préstamo BID, radicado en Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas, Unidad
Ejecutora CONICET(Buenos Aires, Argentina).
158 Brenda Matossian y Susana María Sassone
Metodología
La incorporación de la población migrante en el ámbito metropolitano puede ser abor-
dada desde distintas estratégicas metodológicas, tanto cuantitativas como cualitativas. El
enfoque mixto complementa y pone en tensión aspectos que suelen pasar desapercibidos
cuando se selecciona una única vertiente de análisis. En los casos en los que ésto es posible,
resulta significativamente enriquecedora la posibilidad de contrastar y cotejar resultados
obtenidos a partir de ambas estrategias metodológicas.
En el caso de este trabajo, por cuestiones de extensión y por la fase de investigación en
la que se encuentra el proyecto de investigación dentro del que se enmarca, la temática es,
a partir del análisis geodemográfico, desde una estrategia metodológica cuantitativa. Así
la materialidad de la vivienda, del espacio residencial, del barrio se expresa en una locali-
zación, en esa forma utilitaria y funcional de la apropiación ya mencionada en el apartado
anterior. Esta perspectiva de estudio permite inferir indicios respecto a las lógicas resi-
denciales de los migrantes en su distribución, mostrando o no niveles de concentraciones
mayores en ciertas áreas particulares según distintos factores. Estos serán contrastados
en una fase posterior de la investigación basada en metodologías cualitativas, en la que se
indagará sobre las estrategias residenciales de la población migrante, profundizando en
los factores que explican si responden a factores entre los cuales las redes sociales de fami-
liares y connacionales contribuyen a definir el espacio en el cual se asentarán.
El estudio geodemográfico de las migraciones, por lo general, parte del análisis de las me-
diciones censales en referencia a la pregunta respecto al país de nacimiento. En la Argentina,
todos los censos de población han utilizado esta pregunta, base para los abordajes desde
distintas ciencias sociales. Por lo general, los estudios migratorios desde esta óptica mantu-
vieron las escalas nacional y provincial como las privilegiadas, aunque las investigaciones
geográficas introdujeron el análisis según la división secundaria (partidos y departamentos)
e incluso, más recientemente, se trabaja con desagregaciones espaciales a nivel de fracciones
y radios censales gracias a la disponibilidad de las bases de microdatos espaciales y la con-
secuente generación de cartografía digital. Dentro de aquella primera tradición hay limita-
ciones para profundizar sobre distintas dimensiones al interior de la migración y quedan
invisibilizadas complejas heterogeneidades, en particular, en su relación con los territorios.
Mapeo migratorio como herramienta para visibilizar heterogeneidades: el caso del... 159
de los extranjeros del total del país residía en esta metrópolis, en alguno de sus partidos
o en su área central, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Nótese que Toronto concentra
un 46% de los inmigrantes de Canadá (World Economic Forum, 2017).
La composición de la población según su país de nacimiento (‘nativo/extranjero’) da
cuenta de la presencia de migrantes, importante para un primer diagnóstico en distintas
escalas, pero sin duda encierra complejas heterogeneidades analizables a través de las di-
mensiones internas del hecho migratorio en sí y de su indicador clave. Entre esas dimen-
siones se pueden señalar: a) la de los volúmenes y la de los niveles del índice Porcentaje
de extranjeros sobre el total de la población; b) la interescalar, esto es, aquella que indaga
las particularidades de la distribución de la población ‘no nativa’ (o extranjera) desde la
escala global a la escala micro-urbana, en la cual se identifican distintas áreas donde se
concentran en mayor o menor medida los grupos migrantes y; c). la composición según
los distintos países de nacimiento en una misma unidad espacial de escala mayor como
una fracción o radio censal, que contribuyen a discernir los perfiles de homogeneidad o de
diversidad migratoria en atención a los problemas de copresencia, con inclusión social o
con exclusión social. Cabe señalar que conceptos tales como ‘no nativo’ y ‘extranjero’ son
utilizados en este trabajo en tanto categorías de análisis retomadas de los propios releva-
mientos estadísticos, más precisamente de los censos nacionales de población, para indi-
car a la población nacida en un país distinto a aquel donde está siendo censado. Se respeta
esta categoría de análisis definida en la información censal, aunque con sentido crítico
pues este uso no es en términos esencialistas, sino que es resignificado en el reconoci-
miento de estos conceptos, en tanto construcciones sociales vinculadas a la conformación
de los estados nacionales, que se ven sometidas al monopolio de los medios legítimos de
movilidad y definen criterios de inclusión/exclusión de los inmigrantes (Gil Araujo, 2016).
Su uso, entonces, es de sentido funcional, en tanto categorías de análisis enmarcadas en
el aprovechamiento de la cobertura espacial y temporal brindadas por los censos, aún con
sus limitaciones y riesgos.
Como última aclaración metodológica, cabe recordar que el uso de la cartografía es
siempre intencionado, jamás inocente; este tipo de análisis implica una serie de decisiones
que condicionan, de un modo u otro, la presentación de los resultados y el mensaje de
éstos, definido a partir de: las variables escogidas, los indicadores, de los límites de clases,
de la escala cromática, de la información omitida, entre otros.
Desarrollo
Quedan interrogantes por responder en torno a la distribución espacial de migrantes,
a escala local, en la metrópolis de Buenos Aires. Los problemas de acceso a la informa-
ción, por un lado, y los criterios conceptuales utilizados que llevan a hablar de migración
limítrofe para agrupar a los nacidos en los países vecinos, por el otro, han hecho que esa
población se considere a lo largo de varias décadas como un todo homogéneo, cuando está
muy lejos de serlo. En 2010, los extranjeros en la Región representaban el 8,33% del total de
la población, mientras que la media nacional fue de casi 5%. Esta situación es señal de la
fuerte atracción que la gran metrópolis argentina ejercía para la inmigración internacio-
nal. Este último indicador -’porcentaje de extranjeros sobre la población total’- es el básico
y de síntesis para el análisis migratorio y se usa tanto a nivel país como a nivel intraurba-
no. Dentro de los partidos de la primera corona metropolitana se destacan La Matanza,
Mapeo migratorio como herramienta para visibilizar heterogeneidades: el caso del... 161
Lanús y Lomas de Zamora, en el suroeste, y General San Martín, en el noroeste, los que tie-
nen más de un 9% de extranjeros; Tres de Febrero y Vicente López tienen valores cercanos
al 8%, al igual que Avellaneda y Quilmes (Sassone y Matossian, 2014). Se avanzará hacia el
análisis detallado del caso del partido de La Matanza en una búsqueda por abordar esta
problemática desde una escala poco explotada.
Tabla 1. Localidades del Partido de La Matanza. Población Total y Extranjera, valores absolutos y relativos, 2010
Ahora bien, las columnas a la derecha de la tabla nos muestran también las localidades,
pero ordenadas según orden decreciente del indicador ‘porcentaje de población extranjera
en la localidad sobre el total de población extranjera en La Matanza’ (% PELoc/PELM).
Este orden responde también a la distribución de población extranjera en términos ab-
solutos (TP). Así vemos que la localidad con mayor cantidad de población ‘no nativa’ es
Villa Madero donde residen más del 15% de la población extranjera en el partido. Gregorio
de Laferrere y González Catán ocupan el segundo y tercer lugar con 13 y 11% respectiva-
mente. Otra forma de analizar la presencia extranjera en las localidades es hacerlo con el
indicador del ‘porcentaje de población extranjera sobre el total de población dentro de la
misma localidad’ (PELoc/PTLoc). Así vemos que Tapiales posee el valor relativo más ele-
vado con un 20% de extranjeros sobre el total de población, aunque cabe indicar que no se
trata de una localidad tan populosa, en relación con el conjunto del partido, ya que posee
23.000 habitantes. Aun así, es muy significativo el peso que el conjunto de los nacidos en
otros países tiene en ese sector. También se destacan con valores superiores a los del parti-
do (9,67%) los casos de Villa Madero (10,6%), González Catán (10,5%) y Ciudad Evita (9,7%).
en la localidad de Isidro Casanova. Es también de sumo interés indagar respecto a los límites
de clases, especialmente en los máximos y mínimos, que en el caso de los nacidos en Paraguay
alcanza el 100% de los extranjeros en algunos radios censales. Esta particularidad no se repite
en ningún otro caso, dado que el máximo porcentaje registrado para los nacidos en Bolivia es
de 89%, 71% para Italia y apenas 44% para Perú. Estos porcentajes indican los casos extremos
superiores de concentración de uno de los países de nacimiento entre todos los extranjeros.
Figura 2. Distribución de población extranjera por país de nacimiento:
Paraguay, Bolivia, Italia y Perú, según radios censales, 2010
Madero con un 57% de bolivianos sobre total de extranjeros. Asimismo, desde otra lec-
tura esta localidad contiene un tercio de la población nacida en dicho país con respecto
a la del total del partido.
La distribución para el único caso europeo entre estos cuatro países de nacimiento
señala una distribución completamente diferente respecto a los tres restantes. Los naci-
dos en Italia se concentran en el extremo norte del partido de La Matanza destacándose
Ramos Mejía y Lomas del Mirador en casi todos sus radios censales. A su vez, en ambas
localidades el peso de los nacidos en Italia es de casi un tercio del conjunto de los extran-
jeros, muy por encima del 9% para el total del partido. También muestra una presencia
destacada en San Justo y Villa Luzuriaga, como en el extremo norte de Aldo Bonzi, Ta-
piales y Villa Madero junto a la porción que limita con La Tablada. De estas últimas loca-
lidades, se destacan San Justo y La Tablada con porcentajes de más del 20% de italianos
sobre el total de extranjeros.
Finalmente, la población peruana se distribuye dentro del partido de una forma muy pe-
culiar, con concentraciones coincidentes a las del conjunto boliviano en el extremo noreste
del partido dentro de las localidades de Villa Madero, Tapiales y Aldo Bonzi, aunque con
valores absolutos y relativos mucho más modestos. Entre estas tres localidades, de acuerdo
con la Tabla 2, se destaca Tapiales con un 24% de sus extranjeros nacidos en Perú, frente
al 4,7% del total del partido, y Villa Madero por contener el 38% de los peruanos de todo
el partido. La cartografía también nos señala otras áreas con porcentajes medios, de repre-
sentación de esta colectividad en algunos radios de Virrey del Pino, aunque en este caso se
trata de cantidades moderadas en valores absolutos, como puede constatarse en la Tabla 2.
Tabla 2. Localidades del Partido de La Matanza. Población nacida en Paraguay,
Bolivia, Italia y Perú, valores absolutos y relativos, 2010
TP Paraguay
%PPerLoc/
%PPerLoc/
TP Bolivia
%PBoLoc/
%PBoLoc/
%PpaLoc/
%PPaLoc/
TPPerLM
TPBoLM
%PItLoc/
%PItLoc/
TPPaLM
TP Italia
TPItLM
TP Perú
PTELoc
PTELoc
PTELoc
PTELoc
Localidad
Nota: Las siglas de los indicadores utilizados se corresponden con TP: total población, PPa Población Paraguaya,
PBol Población Boliviana, PI Población Italiana , PPer Población Peruana, Loc Localidad, entre las principales.
166 Brenda Matossian y Susana María Sassone
Conclusiones
El partido de La Matanza suele ser asociado a una cantidad de prejuicios negativos vin-
culados con los imaginarios del ‘conurbano profundo’ o del ‘conurbano infinito’ (Zaraza-
ga y Ronconi, 2017), vinculados directamente con problemáticas urbanas (principalmente
las de seguridad, informalidad y pobreza, entre otras) a través de una tendencia a la ho-
mogeneización y simplificación. Lo mismo sucede con las formas a partir de las cuales se
mantiene el estigma sobre ciertos colectivos migrantes a los que se suele sobredimensionar
y desconocer. Desde una mirada geodemográfica fue posible realizar una aproximación
primera a la diversidad de la composición migratoria matancera, aun con las limitaciones
propias de estas aproximaciones y la particular expresión espacial que tiene al interior del
espacio urbano de cada una de las localidades. Así, el análisis de microdatos espaciales
permite un diagnóstico para comprender las heterogeneidades internas del partido. Res-
pecto a la relación con la distribución de la población migrante se encuentran ciertas con-
centraciones muy altas con indicios de espacios de diversidad entre la comunidad bolivia-
na y la peruana en el extremo noreste del partido. Por su parte, los nacidos en Paraguay y
en Italia mantienen patrones particulares bien diferenciados, en el primer caso en sectores
más suburbanos y alejados y en el segundo en el área urbana más compacta y cercana a la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Finalmente, esta indagación permite seleccionar áreas de estudio a escala barrial en las
cuales se profundizará el estudio de la diversidad migratoria a partir de estrategias cuali-
tativas. Se espera continuar avanzando en este sentido a fin dar cuenta de las complejida-
des al interior de dichos territorios.
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El estado local: como resultado capitalismo flexible
Pablo Peña
Introduccion
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rrana (30 de junio de 1999), 1a. Ed. en español. edición. México: Era. p. 561.
2 El mundo antiguo podía hacer gala de relativamente pocas grandes ciudades, tal es el caso de Roma, que tuvo una
población de más de 100.000 habitantes. Las ciudades como París y Venecia también habían alcanzado esta cifra en
el siglo XIX. Por lo general, la mayoría de los centros urbanos anteriores a la era industrial eran pequeños, con pobla-
ciones que variaban desde unos pocos cientos a cerca de 40.000 habitantes.
3 En Inglaterra, la demanda de reformas políticas por parte del proletariado, a partir de 1830, promueve una serie
170 Pablo Peña
ciudades de todas partes del mundo han tenido que ocuparse de importantes reformas ur-
banas para asegurar que las ciudades estén en condiciones de obtener recursos financieros
adecuados para pagar la infraestructura. También se transformó la planificación urbana,
para tomar en cuenta la necesidad de extender las instalaciones y servicios de infraestruc-
tura a lotes individuales de terreno.
Así, los nexos entre la provisión de infraestructura urbana, la administración urbana
del suelo, la planificación física, la tributación, la provisión de servicio y la administración
urbana en general, devinieron en un intrincado tejido en el desarrollo de la ciudad
moderna. Como producto de este proceso la ciudad capitalista y dentro de ella el hábitat
proletario4, donde las características negativas en que habitaban las clases trabajadoras,
ya integradas al nuevo modo de acumulación en que el trabajador se mide también en
términos de mercancía. La obtención de plusvalía a través de la renta del suelo y de la vi-
vienda, impulsa a los financieros e industriales a la construcción de viviendas obreras, no
solo para asegurar su fuerza de trabajo, sino también para extraer de la clase trabajadora
un fragmento más de su exiguo salario, a través del pago del alquiler. Engels describe las
características del primer tipo de vivienda proletaria o vivienda patronal en Inglaterra:
En 1883se promulga la ley de las fábricas la cual reduce la jornada laboral de las mujeres
y niños; en 1834, Ley de los pobres crea los asilos workhouses5, para obligar a la población
desocupada a trabajar y en 1838se realiza la primera encuesta sobre salubridad en los
barrios pobres de Londres. Las conclusiones emitidas en 1844-1845 de ellas surgieron las
intervenciones públicas a nivel de municipios y distritos:
1. Sistema de cloacas.
2. Organización de la limpieza urbana.
3. Control de la higiene en los nuevos barrios.
4. Ubicación de los Mataderos.
5. Normas mínimas de las viviendas de alquiler.
6. Pavimentación de calles.
7. Jardines públicos.
8. Abastecimiento de agua.
9. Sepultura de los muertos.
de leyes que adecuen el sistema parlamentario a los cambios distributivos de la población sobre el territorio, la sus-
titución de los condados rurales por las cabeceras urbanas industriales y faciliten la gestión y el control municipal
del funcionamiento de la ciudad. Las primeras leyes del urbanismo datan de 1874 en Suecia, 1901 en Holanda, 1904
en Alemania y 1909 en Gran Bretaña. En esta sucesión de medidas legislativas cabe señalar la participación de Lord
Shaftesbury y LordMorphet, así como la de dos higienistas, Edmund Chawick y Southwood Smith.
4 Proceso de concentración urbana responden a la lógica interna del desarrollo capitalista. Engels, La situación de
la clase obrera en Inglaterra, preanuncia la dinámica de crecimiento de la ciudad capitalista que culminará con la
formación de las megalópolis y las grandes con urbanizaciones industriales del siglo XX.
5 En la historia británica, una workhouse era un lugar donde la gente pobre que no tenía con qué subsistir podía ir a
vivir y trabajar. El ejemplo más antiguo de una workhouse data de 1682 en Exeter, aunque existen evidencias escritas
de la presencia de estas instituciones anteriores a esa fecha. Algunos documentos escritos hablan de una workhouse en
Abingdon hacia 1631.
El estado local: como resultado capitalismo flexible 171
Desarrollo
6 La crisis del petróleo de 1973 (también conocida como primera crisis del petróleo) comenzó el 23 de agosto de 1973,
a raíz de la decisión de la Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo (que agrupaba a los países árabes
miembros de la OPEP más Egipto, Siria y Túnez ) con miembros del golfo pérsico de la OPEP (lo que incluía a Irán) de
no exportar más petróleo a los países que habían apoyado a Israel durante la guerra del YOM KIPPUR (llamada así por
la fecha conmemorativa judía YOM KIPUR), que enfrentaba a Israel con Siria y Egipto. Esta medida incluía a Estados
Unidos y a sus aliados de Europa Occidental.
7 La Ley Nº 17507, faculta al poder ejecutivo nacional a autorizar soluciones tendientes a posibilitar la rehabilitación
de empresas que a la fecha de promulgación de esta ley se encuentren en virtual estado de cesación de pagos o que
afronten dificultades financierasSi bien se produjeron en la dinámica del proceso democrático un flujo reivindicativo
de gran consenso social que tendía a la defensa sistema productivo, base de la organización del trabajo asalariado,
como así también de aquel “Estado de Bienestar” que se consolidara definitivamente en la postguerra y que durante
años le aseguro una paulatina mejora del salario directo e indirecto (vivienda, salud, educación, recreación, etc.), ga-
rantizando la reproducción de la fuerza de trabajo necesaria al proceso de acumulación.
8 En 1968 se acogieron a la nueva legislación nacional 187 empresas. Finalmente pasaron a depender del Estado,
veinte empresas entre ellas SIAM, Opalinas Hurlingham, La Emilia. Se constituyeron empresas mixtas como rampas
de lanzamiento para la creación de capital privado, en particular el área petroquímica. (Petroquímica Bahía Blanca
como ejes de los polos petroquímicos de la Plata y Bahía). Por el Decreto Ley Nº 18832/70 pasaron a ser administradas
por el Estado 15 empresas en quiebra. Como resultado de la crisis el Estado absorbió empresas de los más variados
sectores, afectando la eficiencia global del gasto público.
9 Si bien se contó con el apoyo de las bases sociales necesarias como para que poder encarar un proceso económico y
social independiente, en el corto lapso de gobierno no se produjeron modificaciones fundamentales en la estructura
del sector público.
172 Pablo Peña
tarifaría, el acceso al crédito externo capaz de sustituir el poder financiero de las empresas
transnacionales y los grupos monopólicos locales. Las empresas públicas en la explotación
de los recursos naturales y los servicios públicos.
Pero si esto no fue posible, si se produjeron en la dinámica del proceso democrático un
flujo reivindicativo de gran consenso social que tendía a la defensa sistema productivo,
base de la organización del trabajo asalariado, como así también de aquel “Estado de
Bienestar” que se consolidara definitivamente en la postguerra y que durante años le
aseguro una paulatina mejora del salario directo e indirecto (vivienda, salud, educación,
recreación, etc.), garantizando la reproducción de la fuerza de trabajo necesaria al
proceso de acumulación.
La reorganización radical del modo en que funciona el capitalismo, habían acelerado
el proceso de cambio en las estructuras productivas, usando el cambio tecnológico para
reducir el poder de la clase obrera y sus sindicatos en los sectores formales de la economía.
A su vez como resultado de una tasa de crecimiento muy baja, el capital internacio-
nal es ahora más móvil lo que se caracteriza en la renovación del capital y la necesidad
de encontrar nuevos lugares de inversión, que llevan a una reorganización geográfica del
sistema de producción mundial en la que el capital impone sus condiciones en términos
de movilidad y de tecnología10.
10 Así como en el equilibrio del sistema fordista estaba dado por el conjunto de factores, externos a la planta de
producción en sí, que aseguraban el funcionamiento (sistema de regulación), el cambio más importante no solo se
produce en el interior de la planta (robotización, trabajo por equipos, etc.) sino en el contexto inmediato y mediato de
la producción (producción de manufacturas, diferentes relaciones y características laborales).
11 Término que se le debe a Bill Gates (flexibilidad) el magnate flexible. Pero Gates, como otros barones de la tec-
nología, capitalistas de riesgo y expertos en la reformulación de empresas. Sus productos aparecen en con fuerza el
mercado pero con la misma rapidez desaparecen.
12 Se crean nuevas instituciones que puedan cambiar la idea que tenemos de las cosas de forma irreversible, rom-
piendo así con toda nueva vida anterior. Así, en una red de trabajo flexible, el sistema es fraccionario, lo que permite
intervenir en una parte sin destruir las demás. Esto se puede llevar a cabo a través del Delayering, por el número menor
de directivos que tiene el poder sobre un número mayor de subordinados.
13 Por la que se permite realizar tareas múltiples de los trabajadores: Como consecuencia a esto, vamos a tener reduc-
ciones de plantillas ya que lo que se pretende es producir más con menos mano de obra.
14 Con la que se producen productos más variados y cada vez más rápido. Lo que se crean son sectores de producción
especializada. Nuevas tecnologías (mayor rapidez y mejor comunicación), Grupos de trabajo pequeños (para la mejora
en la toma de decisiones y su aprobación) y La demanda del mercado es la que dirige y determina la estructura interna
de las instituciones.
El estado local: como resultado capitalismo flexible 173
expensas de las comunidades o del Estado20. O sea, tales productos, cuya producción
exige periodo más largo de trabajo, sólo en una mínima parte quedan fabricados con
dinero del propio capitalista 21.
El resultado de las inversiones necesarias a este proceso; concreción de capital social fijo
en la medida que estas obras de urbanización son efecto de una inversión de largo período
que permanece en el continuo proceso de producción de instalaciones sin transformarse
o consumirse en un solo acto de producción, y son realizadas en una serie de actos de pro-
ducción social por efecto de inversiones preponderadamente públicas.
En el modo de producción capitalista también la tierra se transforma en mercancía,
así como el capitalista debe pagar un salario para apropiarse de la fuerza de trabajo del
trabajador, también debe pagar una renta para apropiarse de la tierra. Como la fuerza de
trabajo, la tierra también se transforma en mercancía.
Pero una peculiaridad de esta parte del capital constante22 es pues, ésta: Una parte del
capital ha sido anticipada en forma de capital constante, esto es, en forma de medios de
producción, que operan, ahora, como factores del proceso del trabajo mientras perdura la
forma uso autónomo con que entran en el proceso mismo. Y ello significa que una parte
del valor-capital anticipado queda fijada de esta forma, determinada por la función de los
medios de trabajo en el proceso productivo. Con la función, y por lo tanto con el consumo
del medio de trabajo, una parte de su valor se traspasa al producto, otra parte permanece
fijada al medio de trabajo y por ello al proceso de producción.
Por dicha peculiaridad esta parte del capital constante adquiere la forma de capital fijo.
La ciudad entonces, es para empresas industriales el lugar de funcionamiento, manteni-
miento y la existencia pre constituida del capital fijo23; y con ello permite que el capital no
se ocupe de los sectores no rentables, pero son necesarios para el proceso de la producción.
La ciudad también es una concentración de mano de obra 24, que la producción requiera.
Esta fuerza de trabajo se produce y reproduce por la existencia medios de consumo socia-
lizado25 y de transporte hacia los centros productivos, etc.
Siendo importante diferenciar con respecto al capital fijo (inmueble) propiamente
dicho lo que podríamos denominar como condiciones generales del proceso de trabajo,
es decir, entre la maquinaria que compete a una sola empresa y aquellos elementos que
incumben a más de una empresa sistematización del suelo en general, creando las condi-
ciones generales al proceso de trabajo; ordenando también aquellos elementos (viviendas,
calles, servicios, etc.) que transforman la fuerza de trabajo. Por lo tanto la investigación de
la problemática urbana requiere un enfoque amplio. La conformación de estos hechos es
compleja y en ella participa un conjunto de actores sociales privados y públicos, individua-
les y organizacionales.
20 En el modo antiguo era general el uso del trabajo forzado (fuerza de trabajo).
21 Los elementos infraestructurales, se los debe interpretar precisamente al revés, en la medida en que la forma a que
tales elementos se acogen despilfarra recursos abundantes. Esto es lo que explica el intento de maximizar la utiliza-
ción de la fuerza del trabajo por unidad de capital invertido; esto es lo que explica la prolongación de la jornada de
trabajo, la extracción de la plusvalía absoluta.
22 De los verdaderos y propios medios de trabajo.
23 Suministro de agua y de energía, medios de transporte de la mercancía, etc.
24 En las diversas calificaciones que la producción capital variable.
25 En particular la escuela pública como medio de consumo socializado, cumple el papel de formación y disciplina
miento (encuadramiento) de la fuerza de trabajo nueva, especialmente de adaptación sobre la base de un proceso de
aculturación.
El estado local: como resultado capitalismo flexible 175
el suelo urbano es desigual y a la vez combinado, el uso del suelo se construye históri-
camente y las inundaciones se conjugan causas naturales y humanas. Entre los factores
naturales se encuentran los geográficos y los meteorológicos. El aumento de las precipita-
ciones es otro factor natural que hace que se saturen los reservatorios del suelo y se eleven
así las napas, provocando mayores inundaciones. Mayormente riesgo por inundaciones
en asentamientos precarios del periurbano. El concepto de desastre es, por lo tanto, una
categoría social y en consecuencia sujeta a cambio. Interesa entonces indagar los factores
que inciden y se conjugan para la aparición del desastre o sea, los procesos sociales, econó-
micos y políticos que, como tales tiene origen histórico y se expresan en la organización
social y en las relaciones de poder.
El área de estudio está inserta en el Partido de General Pueyrredón, en el sector periférico
de la ciudad de Mar del Plata. La cuenca hídrica del arroyo el Barco presenta un curso
superior en área rural y periurbana e ingresa en la planta urbana ya en su curso medio,
cuenca de escurrimiento del Arroyo el Barco sobre el Barrio Parque Palermo y Las Heras.
El propósito de este trabajo está centrado en la identificación de una amenaza física, la
inundación urbana y como consecuencia de riesgo para la población como una problemá-
tica ambiental y las condiciones de vulnerabilidad en la construcción del espacio social,
aplicado a una cuenca hídrica urbana de la ciudad de Mar del Plata.
Como hipótesis se puede afirmar que la amenaza concretada en una población en
riesgo, con marcados signos de pobreza, favorece el escenario de vulnerabilidad global
de una población.
El análisis para el presente trabajo se focaliza en el sector urbano de la cuenca, el mismo
recorre tanto sectores a cielo abierto y también como entubados, involucrando una cuenca
creada artificialmente hacia 1913, producto del desvío realizado en dichos arroyos, para
liberar al centro marplatense de sus aguas y llevándolo a desaguar en su curso.
El crecimiento de la Planta Urbana en la ciudad de Mar del Plata ha resultado más acelerado
que la capacidad de respuesta de gestión oficial en la construcción de suelo urbano y proyección
de infraestructura, razón por la cual –a lo largo de la historia- las áreas periféricas y del periur-
bano han constituido espacios con múltiples carencias desde los aspectos social y ambiental.
Figura 2. Inundación del año 1913. Calle San Martin27
Fuente: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/
27 Por lo general, los estudios se referían a estos temas focalizan el análisis de un solo aspecto, poniendo énfasis en
una dimensión particular, la económica, la que dependía de la actividad turística del área central en relación a los
grandes hoteles y en décadas posteriores con el negocio en altura debido a la Ley de Propiedad Horizontal de 1948, en
otras actividades del sector turístico.
El estado local: como resultado capitalismo flexible 177
Fuente: https://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/
Conclusión
A esta tendencia de empobrecimiento generalizado Carlos Morales Schechinger28 la de-
fine como círculo vicioso en que se perpetúa la precariedad municipal, favoreciendo una
mayor especulación del suelo.
Las acciones tomadas por los propietarios de la tierra y las demandas por parte del ca-
28 Schechinger Carlos Morales (2018). Acceso al suelo para vivienda. Estrategia Nacional De Acceso Al Suelo Urbano,
Mesa De Conferencias, Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente Universidad de la Repú-
blica Uruguay.
El estado local: como resultado capitalismo flexible 179
pital financiero e inmobiliario que aprovecha las oportunidades de negocio, pero también
desventajas del resto de la población urbana.
Estas acciones influyen sobre el total del mercado de tierras centro y periferia y esto nos
obliga a contextualizar una nueva periferia y la permanente alternativa para el financia-
miento público.
Referencias
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180 Pablo Peña
1 El presente trabajo fue realizado en el marco del proyecto de investigación: Inmigración internacional en Villa General
Libertador San Martín (Entre Ríos): redes sociales y construcción de la espacialidad, dirigido por Mariela Demarchi y financia-
do por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Autónoma de Entre Ríos.
2 En diferentes archivos de la Universidad Adventista del Plata se mencionan los siguientes apellidos además de Ri-
ffel: Hetze, Block, Dietz de Schneider y Lust).
182 Gustavo Peretti y Mariano Varisco
en 1990 del Instituto Superior Adventista del Plata en Universidad3, situación que trae
aparejada la llegada de estudiantes y de profesores aunque en menor medida, no solo de
otros lugares de Argentina sino de otros países. El arribo se enmarca en un conjunto de
relaciones que se establecen por cuestiones religiosas entre personas que habitan en lati-
tudes muy distantes.
Imagen 1. Área más antigua de Libertador San Martín conocido como ‘Puiggari’.
Templo Adventista con cartel donde se menciona los orígenes de la localidad
Cuadro 1. Evolución de la población de Libertador San Martín y de la provincia de Entre Ríos entre 1960 y 2010
Años
Comprende Villa Libertador San Martín (4.566 habitantes) y Estación Puiggari (449 habitantes). En el
Censo de 1991 Estación Puiggari figura como localidad separada con el nombre de Puiggari
Fuente: elaboración personal con base en datos de los censos nacionales de población,
hogares y viviendas de los años 1960, 1970, 1980, 1991, 2001 y 2010. INDEC
Cuadro 2. Ritmo de crecimiento de la población de Libertador San Martín y de la provincia de Entre Ríos entre 1960 y 2010
Fuente: elaboración propia en base a datos de los Censos Nacionales de Población, Hogares
y Viviendas de los años 1960, 1970, 1980, 1991, 2001 y 2010. INDEC.
Fuente: elaboración propia en base a datos de los censos nacionales de población, hogares
y viviendas de los años 1960, 1970, 1980, 1991, 2001 y 2010. INDEC
Cuadro 3. Cantidad de habitantes según áreas. Libertador San Martín. Año 2010
Área Población
I 681
II 879
III 1352
IV 631
V 673
VI 591
VII 601
VIII 904
Total 6312
Cuadro 4. Cantidad de extranjeros por área. Libertador San Martín. Año 2010
Cantidad de Representatividad
Áreas Población total
extranjeros por radio (%)
I 681 29 4,1
II 879 147 16,7
III 1352 221 16,3
IV 631 216 34,2
V 673 136 20,2
VI 591 102 17,3
VII 601 127 21,1
VIII 904 130 14,4
Imagen 3. Zona de transición entre las áreas más Imagen 4. Ingreso a la Universidad Adventista
antiguas de la localidad del Plata
Las áreas V, VII y VIII, luego de la anterior tienen como rasgos destacados una elevada
presencia de jóvenes que se ubican entre los 20 y 24 años (Gráfico 3) representando por
lo tanto la zona donde se asientan en mayor medida los estudiantes universitarios que se
alojan fuera de las residencias universitarias. Según un informe de la Comisión Nacio-
nal de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU)4 realizado en el año 2015,se
da a conocer que la matrícula de la Universidad ronda los 3.500 estudiantes, de los cuales
gran parte son extranjeros, especialmente de Brasil y de otros países latinoamericanos.
Las áreas V y VII, que se localizan de manera contigua a la Universidad y al Sanatorio son
las que muestran luego del área IV, la mayor cantidad de extranjeros -20.2 y 21.1% respecti-
vamente-. La primera de estas áreas (V) se desarrolla de manera longitudinal a lo largo de
la calle principal -25 de mayo- (Imagen 5) en la cual se asienta gran parte de los comercios
y de los hospedajes que sirven para albergar a la numerosa cantidad de pacientes que se
atienden en el Sanatorio5.
En el área VI, si bien los segmentos etarios más numerosos se corresponden con los jó-
venes, se destaca la baja presencia de niños y la elevada cantidad de adultos que superan
los 50 años como así también de adultos mayores con edades que se ubican entre los 65
y 75 años (Gráfico 3). Esta área es una zona de expansión de la localidad que surge en la
década de 1980.
Imagen 5. Calle 25 de Mayo
4 http://www.coneau.gov.ar/archivos/libros_evaluacion_externa/70_Adventista_delPlata.pdf
5 De la entrevista realizada a un funcionario del área de Planeamiento de la Universidad surge el dato que el Sana-
torio recibe de domingo a jueves entre 600 y 800 consultas diarias de pacientes no solo de la localidad de Libertador
San Martín y de localidades cercanas sino de varias provincias de Argentina como así también de países vecinos entre
los que se destaca Uruguay.
Redes de sociabilidad e implicancias demográficas. El caso de la localidad Libertador... 189
Gráfico 3. Composición de la población según áreas de la localidad Libertador San Martín. Año 2010.
Área I Área II
Área V Área VI
190 Gustavo Peretti y Mariano Varisco
Conclusiones
En el presente trabajo se pudo constatar la importancia que revisten las redes de socia-
bilidad en el establecimiento de flujos migratorios. En el caso que nos ocupa se evidencia
el rol destacado de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la ocurrencia y permanencia de
desplazamientos poblacionales en la localidad de Libertador San Martín.
En el marco del poblamiento que da origen a fines del siglo XIX a la actual localidad, se
debe tener en cuenta el contexto político y económico del momento como así también la
política migratoria nacional derivada del mismo.
Desde el surgimiento de la localidad hasta mediados del siglo XX se produce un lento
pero sostenido crecimiento demográfico, pero es durante las últimas dos décadas que
manifiesta un acelerado incremento poblacional con consecuencias en su composición.
Los rasgos salientes del cambio demográfico que experimenta la localidad se evidencian
en el elevado componente migratorio extranjero como así también en la destacada par-
ticipación de jóvenes. El hecho de que durante casi diez años -2001 a 2010- se mantenga
la misma participación de jóvenes de entre 20 a 24 años con valores destacados, estaría
dando cuenta de la presencia de un flujo migratorio de tipo reversible en lo que respecta a
personas de dichas edades.
Un análisis de tipo espacial da cuenta que la presencia extranjera no se distribuye de
manera homogénea en el plano sino que lo hace en mayor medida en el área donde fun-
ciona la Universidad y el Sanatorio como así también en aquellas zonas que se localizan
de manera contigua.
Referencias
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Vías de circulación: vulnerabilidad y riesgo
por las inundaciones en los espacios urbanos
del noreste de la provincia de La Pampa
Daila Pombo, María Carolina Diharce y Leandro Palazzo
Introducción
La Argentina tiene un complejo y difícil escenario hídrico expuesto en muchas zonas
con excesos y, en otras, con importantes déficit de agua (Dapeña y Maggi, 2003). Desde
comienzos de la década de 1970 se advierte, en todo el país, el ingreso a un ciclo climático
húmedo que se caracteriza por un marcado aumento de las precipitaciones, que han su-
perado los registros históricos y la concentración, en pocos días, de grandes volúmenes de
lluvia (Domínguez y Carballo, 1987).
En las regiones húmedas y subhúmedas de la Argentina se evidencian importantes ex-
tensiones donde el exceso de agua provoca, con cierta frecuencia, condiciones de inun-
dación y anegamiento. La mayoría de estas áreas, se caracterizan por ser llanuras de baja
pendiente y/o cuencas cerradas, con escurrimiento y desagüe superficial lento a muy lento,
definidas por una dinámica hidrológica particular (Prego, 1990).
Las inundaciones y los anegamientos más o menos permanentes son fenómenos am-
bientales extremos de características excepcionales que, a partir de diversos grados de
magnitud, ocasionan efectos, generalmente, catastróficos (Durán y Buzai, 1998) sobre las
poblaciones, los bienes y servicios ambientales y las condiciones socioproductivas de las
áreas afectadas. Si bien se originan por fenómenos naturales, en la mayoría de los casos,
son eventos provocados por intervenciones antrópicas no controladas o mal resueltas, de-
rivados de las profundas mutaciones que alteran las condiciones ambientales a causa de la
modificación de los sistemas productivos agrarios.
La provincia de La Pampa no escapa a esta problemática. Las inundaciones están gene-
rando importantes problemas en una amplia franja territorial que cubre el noreste y este1
(Figura 1) del territorio, afectando superficies rurales, ciudades y pequeñas localidades.
Estas zonas contienen las áreas más productivas lo que provoca severas implicancias so-
cioeconómicas para toda la provincia.
Este trabajo pretende analizar el impacto de las inundaciones y anegamientos en los
espacios urbanos del noreste y este de la provincia, ya que ha convertido a estos espacios
en vulnerables y a estar en riesgo de aislamiento del resto de la provincia.
Desde la perspectiva teórico-metodológica se propone un abordaje integral y multidis-
ciplinar a efectos de poner en diálogo las dimensiones analíticas naturales y sociales que
intervienen en la dinámica espacial y dar cuenta de los desequilibrios e impactos diferen-
ciales ante la ocurrencia de eventos que colocan a las poblaciones en situación de riesgo.
El análisis e interpretación de los territorios por parte de la Geografía requiere abordajes
multidisciplinarios y multiescalares, que permitan comprender la complejidad social. En
1 Los departamentos de la provincia afectados son: Chapaleufú, Realicó, Rancul, Maracó, Trenel, Maracó, Conhelo,
QuemúQuemú, Capital, Toay, Catriló, Atreucó y Guatraché.
194 Daila Pombo, María Carolina Diharce y Leandro Palazzo
Metodología
Las causas se esbozarán más adelante, pero es necesario primero, sentar las bases teó-
ricas y metodológicas que darán sustento a la interpretación de los hechos y a la elección
de determinadas categorías analíticas que surgen de las escuelas geográficas críticas, sin
desdeñar los estudios espaciales analíticos, todos necesarios e indispensables si se quiere
comprender de forma completa la realidad geográfica actual.
En primer lugar, el concepto de red se define en el presente trabajo como un sistema
“interconectado de entidades lineales que forman una estructura espacial” (Comas y
Ruiz, 1993, p. 194) por la que transitan flujos de algún tipo: personas, mercancías, ener-
gía, información, etc. Tal definición no solo refiere a lo material de las redes (infraes-
tructura) y a los puntos de destino y origen de las mismas, sino también a la dinámica
social, que Milton Santos denomina el sistema de acciones y que abarca las relaciones
políticas, informacionales, económicas, y culturales que operan en ella y que la trans-
forman. La red también es social y política, por las personas, mensajes, valores que las
frecuentan. Sin esto, la red es, en verdad, una mera abstracción (Santos, 2000, en Ma-
drid Soto y Ortiz López, 2005).
En el proceso de construcción territorial las redes son una variable muy importante
puesto que se manifiestan en el ensamblaje de relaciones y círculos de poder, y es nece-
sario entonces, descifrar la complejidad de esa trama que las relaciones de poder tejen
durante la producción social que se materializa en contextos de tiempo y espacios con-
cretos y particulares.
Desde el punto de vista cuantitativo, el análisis de redes se centra en el estudio de la
distancia, la accesibilidad y la interacción espacial por medio del análisis y tratamiento
de los flujos y de las jerarquizaciones territoriales que estos establecen, el planteamiento y
simulación de modelos de demanda, entre otros. Sin embargo, también se hacen presentes
los análisis humanísticos y críticos que proponen metodologías cualitativas que tienen en
cuenta la imagen subjetiva de la representación de las redes de las cuales forman parte los
individuos y los grupos sociales.
Según Blanco (2014), la movilidad es una forma de apropiación de los lugares, tanto
material como simbólicamente, en el sentido de permitir el acceso a los lugares de trabajo,
de educación, de atención a la salud, ocio y recreación, visitas sociales, compras, etc. Las
prácticas de movilidad incluyen, excluyen, condicionan, habilitan, inhiben o potencian el
uso de la ciudad. Es en este aspecto que el estudio de la movilidad se vuelve central para la
Geografía, sobre todo en contextos de vulnerabilidad. En el caso de las inundaciones, en
el noreste pampeano en el año 2017, se produjo un cambio en las trayectorias, recorridos y
circuitos comerciales, educativos, impactos de diferente índole, todos en desmedro de los
derechos de los ciudadanos.
La movilidad se presenta como una necesidad y un derecho, que posibilita el acceso a
los servicios básicos para el desarrollo de la vida social, para la participación activa en las
necesidades económicas y para la socialización de las personas en un contexto territorial y
temporal. La movilidad es una relación social ligada al cambio de lugar y Gutiérrez la de-
fine como una práctica social de viaje que conjuga deseos y necesidades de desplazamiento
y capacidades de satisfacerlos (Gutiérrez, en Blanco, 2014).
En esta relación es relevante el análisis de las condiciones materiales del territorio, que
por ser construcciones sociales son dinámicas, sus representaciones y su apropiación, las
196 Daila Pombo, María Carolina Diharce y Leandro Palazzo
redes accesibles para el ejercicio de la movilidad y las condiciones propias de los sujetos
insertos en sus redes sociales.
La movilidad, como ya se ha afirmado, es una práctica social que se desarrolla en un
territorio, y como dice Haesbaert, está vinculada siempre con el poder y con el control de
procesos sociales mediante el control del espacio. Es decir, que el territorio es un espacio
apropiado y la movilidad constituye también un modo de apropiación del territorio. La
libre circulación por el territorio y la elección del modo y la frecuencia constituyen un de-
recho ciudadano (Haesbaert, 2012).
Esto permitirá determinar el capital espacial de los sujetos, es decir, la capacidad de
ser móviles en el espacio geográfico. Por otro lado, Blanco (2014) define las competencias
como las habilidades de los individuos derivadas de las cuestiones físicas (edad, por ejem-
plo), adquiridas (conocimiento de las redes principales y alternativas, disponibilidad de
diferentes modos de transporte) y organizacionales (planificación, previsión, etc.).
El concepto de vulnerabilidad en el contexto de las redes de transporte se relaciona con
su capacidad para seguir funcionando después de haber sufrido algún tipo de alteración,
es decir, la susceptibilidad de una red a que determinados incidentes puedan causar re-
ducciones en los niveles de servicios y las condiciones de accesibilidad (Berdica, 2002, en
Rodríguez Núñez y Gutiérrez Puebla, 2012).
En el contexto de crisis socioambiental, que constituyen las inundaciones de 2017, las
redes de transporte se encontraban en situación de vulnerabilidad, ya que la misma es
construida históricamente y socialmente. Las redes de transporte y, por supuesto, la po-
blación no se encontró preparada para hacer frente a las condiciones adversas antes, du-
rante y posterior al desastre que dejó un saldo importante de tramos de rutas inutiliza-
bles, durante meses, con el posterior efecto social y económico de los ciudadanos. Se trató
de un fenómeno que se volvió peligroso por las condiciones antrópicas que modificaron el
ambiente previamente, por ejemplo, los cambios en el uso del suelo.
Como explican Campos Vargas, Toscana Aparicio y Campos Alanis (2015), los riesgos
son construcciones sociales derivadas de las modificaciones antrópicas al ambiente. La
misma tesis, sostienen Maskrey (1997), quien afirma que la acción de la naturaleza no es
la que genera los riesgos, sino las condiciones sociales, la falta de planificación, y la escasa
visión a futuro por parte de las sociedades; y White (1974) que explica que los impactos ne-
gativos surgen de una transformación humana del medio, que se revierte en contra de las
sociedades que se encuentran en expansión, sobre todo en países de mediano desarrollo
(Maskrey, 1997, en Campos Vargas, Toscana Aparicio y Campos Alanis, 2015).
Campos Vargas y otros presentan la multiescaliaridad como dimensión para el análisis
del riesgo, en el sentido de que puede concebirse a escala global o como procesos globales
como la crisis ambiental, explotación irracional de los recursos, cambio climático, efectos
de procesos económicos, políticos y culturales, proceso que se combina con dinámicas a
otras escalas espaciales y temporales, en contextos sociales e históricos concretos, locales
o regionales (Campos Vargas, Toscana Aparicio y Campos Alanis, 2015).
Estos procesos se enmarcan dentro de procesos sociales que se derivan de modelos glo-
bales, desarrollados e instrumentados en diversos países en los que la localización y la
explotación del territorio propician su modificación y, en la mayoría de los casos, su de-
terioro ambiental, lo que puede aumentar la constante amenaza de riesgo de desastres.
Entonces, la sociedad puede convertirse en la generadora de una nueva gama de amenazas
por lo que se torna un tanto difícil concebirlos o llamarlos naturales y se les asigna la de-
Vías de circulación: vulnerabilidad y riesgo por las inundaciones en los espacios urbanos del... 197
2 Las rutas afectadas fueron y son: la RN N°188 (en el km. 488 entre la localidad de Coronel Hilario Lagos y la RPN°
7) y en el km 451 entre Realicó y Van Praet, y también a la altura de la localidad de Rancul realizando los desvíos por
la ciudad; la RN N°5 a la altura de la localidad La Gloria a unos 50 km al este de Santa Rosa; la RP N°4 a la altura de
la localidad de Arata; la RP N°9 en el cruce con la RP N°4, a la altura de Ingeniero Luiggi. Además, se han realizado
trabajos de prevención en la ruta que va a Colonia Barón, la RP N°7. Se produjo un corte total en la RN N°35 a la altura
de Embajador Martini, entre otras.
198 Daila Pombo, María Carolina Diharce y Leandro Palazzo
Figura 2. Localización de las localidades afectadas por inundaciones y anegamientos en la provincia de La Pampa
cognitiva del espacio por parte de los individuos o grupos sociales. Se trata de la incor-
poración de conocimientos (un saber hacer) que permite moverse en el espacio y adminis-
trar el tiempo como una herramienta estratégica. El segundo nivel está dado por el apego
afectivo que resulta en una “apropiación existencial” a través de la cual se desarrolla el
sentido de pertenencia al lugar a partir de la sensación de interdependencia a partir de la
ocupación física. Esta apropiación se asocia con la percepción y valoración de las prácticas
de movilidad. Finalmente se propone la apropiación identitaria o simbólica donde el terri-
torio aparece asociado a un grupo social al punto de representar uno de sus atributos fun-
damentales. En el caso de la ciudad de Santa Rosa, la intersección de las Rutas Nacionales
N° 5 y 35 le otorgan uno de sus principales atributos de identidad, porque fue la causa de
su emplazamiento (Blanco, 2014).
Las inundaciones en La Pampa durante el año 2017 generaron diferentes problemáticas
en cuanto a la apropiación del territorio por parte de los ciudadanos, ya que no fueron ca-
paces de tomar decisiones sobre la circulación en contexto de crisis socioambiental, pero
tampoco en el proceso previo de la toma de decisiones sobre las rutas alternativas.
Figura 3. Ruta Nacional N° 188, a la altura de la localidad de Rancul, cortada desde el 30 de marzo de 2017
Conclusión
Los estudios interdisciplinarios constituyen el modo óptimo de estudio de las rea-
lidades sociales que son intrínsecamente complejas. El análisis y comprensión de las
inundaciones en el norte y este pampeano requieren esfuerzos desde todas las ciencias,
a fin de aportar alternativas de circulación y transporte en contextos de crisis socioam-
bientales, abonando el terreno para la intervención estatal directa en la forma de plani-
ficación y prospección.
Las circunstancias de riesgo sufridas en el área de estudio son actuales, y se desenca-
denarán en el marco de precipitaciones abundantes y torrenciales en un corto o mediano
plazo. Desde la Geografía se propone la realización de un estudio cuantitativo a través de
los Sistemas de Información Geográfica, cruzado con análisis de tipo cualitativo, en los
que se recuperen las interpretaciones y voces de los sujetos locales y académicos. Sin duda,
200 Daila Pombo, María Carolina Diharce y Leandro Palazzo
Estado y Ciencia deben mancomunarse para evitar futuras nuevas pérdidas económicas,
pero sobre todo la pérdida del derecho a la circulación por parte de los ciudadanos.
Referencias
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Análisis y distribución espacial de factores socio-ambientales:
la salud en el noreste de la provincia de La Pampa
Daila Pombo, María Celeste Martínez Uncal, Danilo Leone Escuredo y Tatiana Waiman
Introducción
Para el estudio de patrones espaciales y temporales de enfermedades, se han elaborado
desde la década de1980, diseños epidemiológicos y técnicas estadísticas evidenciándose
así, la renovación por el interés en el estudio de los temas de la Salud Pública.
Como comenta Ramírez (2009), descubrir las desigualdades, las disimilitudes, las dife-
rencias entre los espacios y las sociedades ha sido un camino elegido por un gran número
de geógrafos que apuestan a la idea que bosquejó Smith en 1980 (p.54) “…el deber real no
consiste en explicar la triste realidad… sino en mejorarla” (Smith, 1980, p. 54 en Ramírez,
2009, p. 13). En definitiva, la Geografía es una ciencia que se ocupa del estudio de todo
aquello que acontece en el territorio con el objetivo de mostrar contrastes y similitudes.
Geógrafos y médicos han estudiado ampliamente temas relacionados a la distribución
de las enfermedades en el territorio.
Ciencias de vocación social ambas, la Geografía y la Medicina comparten el plexo en el que miría-
das de filamentos enlazados originan una malla sensitiva. Una especialidad de cada una de ellas,
la Geografía de la Salud y la Epidemiología, respectivamente, generan esta suerte de proyección
cruzada: el espacio como tema médico, por un lado, la salud como tema geográfico, por el otro.
(Pickenhayn, 2007, p.83)
Tradicionalmente, en el ámbito de la Geografía, el objetivo fundamental en temas rela-
cionados con la salud de la población ha sido el análisis de las variaciones espaciales de la
misma, en especial de los complejos patógenos o enfermedades endémicas y de las condi-
ciones ambientales que son o pueden ser sus causas (Howe, 1980).
Sorre (1955) describía los principios generales de la Geografía Médica asociándolos es-
trechamente de los complejos patógenos que, por otro lado, se hallan vinculados a las
condiciones del medioambiente.
Destacaba un primer enfoque general que consistía en mostrar el reparto de las enfermedades
(geografía de las enfermedades) para dar cuenta de la extensión de un fenómeno sobre la superfi-
cie del globo y, además, un enfoque o criterio regional, ya que cada región se caracteriza por una
asociación de endemias o de epidemias vinculadas a los caracteres geográficos (físicos, biológicos y
humanos); se consideraba así que el origen de las enfermedades se hallaba en los factores externos,
incluidos entre estos a los propios hábitos. (Sorre, 1955 en Ramírez, 2009, p.14)
Es así que, la Geografía Médica establecía una relación directa entre el entorno (espacio
geográfico) y el estado de salud (morbilidad y mortalidad de la población) (Ortega Valcar-
cel, 2000). Definiendo así el objeto de estudio el cual es mostrar el área de extensión de
una enfermedad y además conocer su localización, sus movimientos de retrocesos o ex-
pansión en superficie y buscar las circunstancias en que se desarrolla como, por ejemplo,
densidad de población, migraciones, modo de vida, rasgos físicos del territorio.
En la actualidad es internacionalmente conocida y aceptada la división convencional de la Geogra-
fía Médica o Geografía de la Salud (tal como se la denomina en el ámbito de la Unión de Geógrafos
Internacionales –UGI– desde 1976), en dos principales campos de investigación. (Iñiguez Rojas y
Barcellos, 2003, p. 331)
202 Daila Pombo, María Celeste Martínez Uncal, Danilo Leone Escuredo y Tatiana Waiman
1 Integran el área de estudio departamentos Chapaleufú, Maracó, QuemúQuemú, Realicó, Trenel, Conhello, Ran-
cún, Catriló y Capital.
Análisis y distribución espacial de factores socio-ambientales: la salud en el noreste... 203
El geógrafo debe ser capaz de detectar injusticias espaciales o territoriales así como las deficiencias
funcionales de los equipamientos; también puede percibir las implicancias espaciales que ayuden
tanto a combatir la enfermedad como a prevenirla, analizar las consecuencias geográficas que de
la enfermedad se derivan, proponer medidas de actuaciónpara mejorar la situación curativa, pre-
ventiva y de accesibilidad a los equipamientos. (Olivera, 1986, p. 359).
Metodología
En Salud Pública es necesaria la información geográfica (IG) sobre todo en áreas como
la sanidad ambiental y la epidemiología. En el primer caso, los riesgos ambientales para
la salud siempre estudiarlos a través del territorio considerando las variables geográficas
y su interconexión espacial. Un instrumento que resuelve incógnitas relacionadas con la
presencia de riesgos para la salud es la visualización topológica, como por ejemplo, en
este caso de estudio, si se piensa en una contaminación de los acuíferos por agroquímicos
(imazapir, atrazina, glifosato) con captaciones destinadas al abastecimiento público.
En cuanto a la epidemiología, se evidencia la asociación espacial con la superposición
de capas de información de factores de riesgo y de efectos, buscando posibles relaciones de
asociación y causalidad a partir de la superposición de áreas de influencia.
La cartografía convencional (que no es sinoun sistema de información geográfica sin apoyo de
medios informáticos) ha sido tradicionalmente utilizada en Salud Pública por su característica
fundamental: la posibilidad de representar de forma sintética la distribución espacial de una va-
riable y la de relacionar espacialmente, en un momento temporal concreto, un gran número de
variables mediante la superposición de capas de información homogénea referidas al mismo te-
rritorio. Además, presenta la posibilidad de convertir variables medidas de forma discreta en el
territorio, obtenidas mediante muestreos en puntos determinados, en variables continuas espa-
cialmente -simulando el modo en que se presentan en la realidad- a partir de diferentes modelos
Análisis y distribución espacial de factores socio-ambientales: la salud en el noreste... 205
de interpolación y regionalización. (Aránguez Ruiz, Soto Zabalgogeazcoa, Calle, Paz Collantes de,
y Frutos García García, 2004-2005, p. 141)
El análisis espacial tiene una gran amplitud y en su interior el análisis geográfico permite trabajar
en todas las escalas de análisis con altos niveles de integración de datos referenciados espacialmen-
te sobre la superficie terrestre (Buzai y Baxendale, 2006). En el sector de salud no todo puede ser
resuelto a partir de la aplicación de técnicas de Geoinformáticas, ya que se producen también una
importante cantidad de datos no espaciales. (Buzai, 2015, p. 31)
El Ministerio de Salud de la provincia de La Pampa cuenta con gran cantidad de datos
espaciales sin un procesamiento específico. Solo realizan el correspondiente al programa
al que están adheridos internacionalmente.
El Registro Poblacional de Tumores de la provincia La Pampa (RPTLPam), que cubre 22
departamentos, es el encargado de recepcionar, verificar, codificar, procesar, y controlar la
calidad de los datos, analizar y publicar los resultados brindando información fehaciente
sobre incidencia y mortalidad por cáncer.
El sistema de salud público de la provincia de La Pampa cuenta con establecimientos
asistenciales de diferentes niveles de complejidad que van desde el nivel 1 (menor comple-
jidad) al nivel 8 (mayor complejidad).
Los establecimientos se encuentran agrupados en cinco Zonas Sanitarias y dos Áreas
programáticas que son Santa Rosa y General Pico (Figura 2):
≈La Zona Sanitaria 1 comprende los departamentos: Toay, Capital, Catriló, Atreuco, Gua-
traché y Utracán (Ataliva Roca).
≈La Zona Sanitaria 2 comprende los departamentos: Rancul, Realicó, Capaleufú Trenel,
Maracó, Conhelo y Quemú Quemú.
≈La Zona Sanitaria 3 comprendida por los departamentos de: Hucal (Bernasconi, Abramo,
General San Martín, Hucal, Jacinto Arauz); Guatraché (Perú); Utracán (Colonia Santa
María, Unanue); Lihuel Calel (Cuchillo Co); Caleu Caleu (La Adela, Anzoategui).
≈La Zona Sanitaria 4 conformada por los departamentos de Chical Có, Chalileo y Loven-
tué.
≈La Zona Sanitaria 5 comprendida por los departamento de: Puelén (25 de Mayo, Colonia
El Sauzal, Puelén, Casa de Piedra); Utracán (Chacharramendi, General Acha, Quehué);
Limay Mahuida (La Reforma, Limay Mahuida); Curacó (Gobernador Duval, Puelches).
Fuente: elaboración Daila Pombo. Infraestructura de Datos Espaciales (IDE) de la provincia de La Pampa.
Adaptado en base a datos suministrados por el Ministerio de Salud, Gobierno de La Pampa, 2017
y analizar sus datos. Este Programa realiza una diferenciación de los tipos de cáncer por
sexo y más/menos frecuentes entre ellos (Cuadro 1). Los datos ingresados también se codi-
fican y verifican de forma estándar, facilitan la producción de análisis comparables entre
las poblaciones de registro. El objetivo principal del proyecto CanReg5 es proporcionar
una herramienta flexible y fácil de usar para lograr estos objetivos.
Cuadro 1. Tipos de cáncer según sexo
Topografía
Sexo Femenino (+ frecuentes) Sexo Masculino (+ frecuentes)
Mama Bronquios y pulmón
Colon Próstata
Cérvix Colon
Bronquios y pulmón Vejiga
SPD (Sitio primario desconocido) SPD (Sitio primario desconocido)
Glándula Tiroides Estómago
Útero (cuerpo) Riñón
Ovario Esófago
Páncreas Recto
Estómago Páncreas
Recto SNC (Sistema Nervioso Central)
Riñón Linfoma NO HODGKIN
Melanoma (piel) Testículo
Ganglio linfático (L.N.H.) Laringe
Útero (inesp) Hígado
Vejiga Melanoma (piel)
Esófago Vesícula
Cerebro Hueso
Hígado Mama
Vesícula HODGKIN (Ganglio linfático)
Las principales fuentes de información que el Programa utiliza para poder realizar una
diferenciación de los tipos de cáncer son: Establecimiento Asistencial “Dr. Lucio Molas”
(servicios de Patología, Oncología y Hematología), Establecimiento Asistencial “Gob. Cen-
teno” (servicios de Patología, Oncología y Hematología), Establecimientos Asistenciales
de la Provincia, Obras Sociales provinciales y nacionales, laboratorios privados de Pato-
logía y Hematología, Consultorios privados de Oncología, Registro Civil y Capacidad de
las Personas de la provincia de La Pampa, Ce.Si.Da. – Sistema Integral de Administración
Hospitalaria Provincial (SIAHo.hcu), Registro Oncopediátrico Hospitalario Argentino
(ROHA) y Secretaría Electoral Nacional de La Pampa (Piñeiro, 2015)
Con el propósito de analizar el comportamiento espacial de estas patologías, la geolo-
calización de los casos de afección es de gran importancia. Para lo cual la utilización de
Sistema de Información Geográfica de código abierto, permite analizar la temática desde
diversas perspectivas, mediante el desarrollo del componente locacional de cada uno de
los datos analizados. En este caso, y en lo que respecta al análisis de la dimensión espacial
de la salud, se hará uso de las técnicas de georreferenciación, con la incorporación de in-
formación ambiental y, poder así, realizar análisis espacial de casos de salud.
En función a la información socio-demográfica brindada por los institutos de estadís-
tica provincial y nacional se ha determinado como escala de análisis los radios censales
construidos a partir del Censo Nacional de Población y Vivienda de 2010 (INDEC, 2010).
La determinación de esta unidad espacial se relaciona con la necesidad de yuxtaponer
información sociodemográfica, ambiental, infraestructural, habitacional, etc.; y así poder
medir los niveles de autocorrelación espacial. De este modo se logra desarrollar una visión
integral de la problemática, superando la mera descripción espacial.
La confección de un sistema de información que reúna las variables anteriormente des-
criptas, se constituirá en una herramienta de importancia para comprender, en su comple-
jidad, la dispersión actual del cáncer en el Noroeste pampeano, pudiendo así, determinar
las posibles causas del mismo. En definitiva
el creciente uso de la Geoinformática para el análisis de la situación de la salud ha aumentado la
capacidad para formular y evaluar hipótesis sobre la distribución espacial de las condiciones am-
bientales y sociales, principalmente a través de la confección rápida de mapas temáticos. (Buzai,
2015, p. 35)
Reflexiones finales
Desde la década de 1990 se asiste a un renovado interés por la Geografía de la Salud,
dándole importancia al lugar y a la cartografía para su representación, componentes tra-
dicionales de la epidemiología. En el contexto de la provincia de La Pampa, se trata de pri-
vilegiar en este estudio: la localización, la distribución espacial y territorial en el análisis
de enfermedades que se considera de alta prioridad como es el caso de los diferentes tipos
de cáncer, ya que han aumentado en los últimos años.
El análisis espacial permite restablecer el contexto en el cual un evento de salud ocurre, y contri-
buye a la comprensión de los procesos socio-ambientales. El análisis espacial de condiciones de
salud, puede ser un instrumento de gran valor en la evaluación de impacto de procesos y estruc-
turas sociales, en la determinación de eventos de salud. La categoría espacio tiene valor intrínseco
en el análisis de las relaciones entre salud, sociedad y ambiente. Conocer la estructura y dinámica
espacial de la población permite la caracterización de situaciones de salud. Además, permite el
planeamiento de acciones de control y locación de recursos. (Barcellos, 2003, p. 312)
Análisis y distribución espacial de factores socio-ambientales: la salud en el noreste... 209
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Análisis espacial de la malnutrición por exceso en niños
de 1 a 15 años en la ciudad de Tandil, 2016-2017
Adela Tisnés, Juliana Mehring y Daniel Fernández
Introducción
El sobrepeso y la obesidad en la población representan actualmente uno de los desafíos
más importantes para los sistemas de salud en los países en desarrollo, pero también en
los países en vías de estarlo. El incremento de la obesidad y su gran extensión están rela-
cionados con los cambios en los patrones de alimentación, la actividad física, y a cambios
socioculturales que han sido parte de las variables que vehiculizan el proceso de transi-
ción nutricional.
Las tendencias al alza en los valores de estos indicadores deben sumarse a las diferen-
cias sociales en la obesidad, que provocan que sean las minorías y aquellos estratos de la
población con menor nivel educativo y socioeconómico los más afectados. En los pobres la
obesidad se asocia, entre otros, a episodios de desnutrición en la edad temprana, incluso
durante la vida intrauterina, a factores alimentarios, socioculturales y de género.
A pesar de vivir en países con producción suficiente y excedente de alimentos, como
Argentina, una buena proporción de población no accede a alimentos. Otros, tal vez no
puedan acceder a alimentos variados y de calidad, como los que son necesarios. De esta
manera, habitualmente es posible que las personas coman, se ‘llenen’ pero no se ‘alimen-
ten’ (de acuerdo a un análisis nutricional), o coman ‘mal’ porque gastan demasiado (de
acuerdo a un análisis económico) o comen ‘mal’ porque lo hacen sin acuerdo con las nor-
mas gastronómicas vigentes.
La relación entre la obesidad y la condición socioeconómica, a pesar de ser indiscutible,
es muy variable y compleja, ya que la asociación es diferente en contextos socioeconómicos
distintos y puede quedar disimulada por varios factores (ejercicio físico, dieta, factores
psicológicos, herencia, factores socioculturales) que influyen en la asociación.
Por tanto, si bien la relación entre las condiciones nutricionales de la población y las condi-
ciones socioeconómicas es compleja, es posible contextualizarla dentro de la llamada transi-
ción alimentaria. Esta construcción teórica da cuenta del conjunto de cambios alimentarios
que se suceden, asociadas a las diversas fases de desarrollo socioeconómico de las sociedades.
Puede ser considerado como una consecuencia no deseada del desarrollo tecnológico en la
industria de los alimentos, o, desde la perspectiva económica de Sen (2001), dicha transición
se plantea como un efecto particular del nivel de democracia de una sociedad. No existe
consenso al respecto, ya que otros investigadores proponen que es consecuencia del nivel
de ingresos, de la oferta y la demanda de alimentos, del cambio en el patrón de consumo de
alimentos, o de su desaparición o reemplazo por otros contrarios a la tradición alimentaria.
La transición alimentaria también se asocia con el efecto no deseado del aumento en el con-
sumo de algunos alimentos o grupos de alimentos, como las gaseosas y los refrescos azuca-
rados, la denominada comida rápida y el azúcar, así como con el desequilibrio general en el
consumo de grasas, carbohidratos y proteínas (Herrán, Patiño y del Castillo, 2016).
212 Adela Tisnés, Juliana Mehring y Daniel Fernández
demográfica, epidemiológica y nutricional que afrontan los países los coloca en una difícil
situación, donde los recursos asignados a salud compiten por solucionar simultáneamente
problemas relacionados con enfermedades no transmisibles y la obesidad, sin haber solu-
cionado aún los relacionados con enfermedades infecciosas y la desnutrición, típicas del
subdesarrollo (Sturm, 2002; London, Temporelli y Monterubbianesi, 2009).
En las últimas décadas a nivel mundial, las prevalencias de exceso de peso en adultos y
niños se han incrementado drásticamente debido a cambios en los patrones de alimenta-
ción y estilos de vida (Barría y Amigo, 2006; Caballero, 2007; Doak y Popkin, 2008). Esta
condición varía poblacionalmente de un país a otro dependiendo de su desarrollo econó-
mico. En los países menos desarrollados la problemática de la obesidad posee una relación
inversa respecto del nivel socioeconómico, en mujeres adultas pero, de manera puntual
en niños (Wardle et al., 2002; Barría y Amigo, 2006). De esta manera, en aquellos países,
las poblaciones de menores recursos presentan una doble condición: con exceso de peso
y desnutrición (Barría y Amigo, 2006; Caballero, 2007) sumando en ambos casos el ries-
go de padecer secuelas metabólicas, cardiovasculares y/o músculo-esqueléticas deletéreas
(Sweeting, 2008) como obesidad en la adultez (Tapia Ceballos, 2007).
La pobreza multiplica el riesgo de sufrir malnutrición y sus consecuencias. Las personas
pobres tienen una mayor probabilidad de sufrir distintas formas de malnutrición. Por su
parte, la malnutrición aumenta los costos de la atención de salud, reduce la productividad
y frena el crecimiento económico, lo que puede perpetuar el ciclo de pobreza y mala salud
El sistema alimentario ‘postindustrial’ se caracteriza por estar basado en alimentos pro-
ducidos y procesados mecánicamente, conservados para su comercialización a mediana y
gran escala. Los cambios en todas las esferas inciden en los patrones de alimentación, y la
consecuencia es el incremento de patologías relacionadas con la alimentación (obesidad,
sobrepeso, diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, cáncer).
A esto debe sumarse la cultura culinaria, los sistemas de transporte, el diseño arqui-
tectónico del ambiente, los estilos de vida urbanos modernos que acentúan o atenúan el
efecto de dichos determinantes distales. Algunos autores hablan de la obesidad como el
resultado de personas respondiendo normalmente al contexto obesogénico en el que se
encuentran inmersas (Galante et al., 2016).
Los productos ultraprocesados son formulaciones industriales elaboradas a partir de
sustancias derivadas de los alimentos o sintetizadas de otras fuentes orgánicas. La mayo-
ría no contienen, o contienen una proporción muy baja de alimentos enteros. Típicamente
son altamente calóricos, con un alto contenido de azúcares libres, sal y grasas y un bajo
contenido de fibras y micronutrientes. Ejemplos de este tipo de productos son las ham-
burguesas, snacks, pizza congelada, galletitas, golosinas, bebidas azucaradas, entre otros.
Tienen varias ventajas comerciales por sobre los alimentos frescos, perecederos y míni-
mamente procesados ya que se trata de productos durables, agradables al paladar y listos
para consumir. Su consumo ha aumentado rápidamente a nivel global, y en regiones como
América Latina están desplazando los patrones alimentarios establecidos (OPS, 2015).
En Argentina, como en el resto de los países de la región, el desarrollo de la indus-
tria de los alimentos favoreció la segmentación del mercado de acuerdo con el nivel
de ingresos, ofreciendo productos masivos, de baja calidad y con mayor contenido en
grasa y azúcares, a la vez que siguió ofertando alimentos artesanales y de alta calidad
para los sectores de ingresos altos. La oferta de productos agroindustriales ricos en car-
bohidratos refinados y grasas saturadas no beneficia la salud de la población ya que
Análisis espacial de la malnutrición por exceso en niños de 1 a 15 años en la ciudad de Tandil, 2016-2017 215
producen un mayor aporte calórico que el requerido, a expensas de calorías pobres nu-
tricionalmente. Estos condicionantes de la dieta junto con el desarrollo de hábitos poco
saludables producto de la creciente urbanización (como una baja o nula actividad físi-
ca), factores genéticos, y aspectos socioambientales (como la ausencia de instalaciones
deportivas y de recreación en espacios públicos, entre otros) influyen y condicionan la
presencia y el grado del sobrepeso y/o de la obesidad.
Metodología
En esta investigación se utilizan datos de niños de 1 a 15 años residentes en la localidad
de Tandil, que se atendieron en el Sistema Público de Salud de Tandil durante el 2016 y
el 2017, y se les tomó el peso y la talla. El total de niños analizados fue de 9.445. De cada
uno de ellos se tenía la información antropométrica mencionada anteriormente, además
del domicilio donde vive y el domicilio del efector de salud donde fue atendido. Con esta
información se aplicaron tres procedimientos que permitieron, en primer lugar, clasificar
a los niños según su peso y talla como: niños con bajo peso, niños con peso normal, con
obesidad y sobrepeso, siguiendo los lineamientos propuestos por la OMS (Calvo, 2009).
Luego se calcularon las prevalencias de obesidad y sobrepeso (conjuntas) para cada uno de
los efectores de salud de la ciudad de Tandil.
El análisis de prevalencia, como medida de frecuencia en epidemiología, mide cuántas
personas han tenido una condición (sobrepeso u obesidad en este caso), en un momento
dado durante un cierto período, como durante un año de calendario, en un área geográfi-
ca determinada. Algunas personas pueden haber presentado esa condición durante el pe-
ríodo considerado, pero otras pueden haberla tenido antes, o haberse curado durante ese
período. El punto importante es que toda persona representada en el numerador tuvo una
condición en algún momento durante el período y lugar especificado. Aunque desde un
punto de vista conceptual y metodológico estemos pensando en un solo punto temporal,
en realidad el estudio debería tomar mucho más tiempo.
En segundo lugar se aplicó un análisis de densidad de puntos Kernel, para dar cuenta
de la distribución espacial de los casos analizados en la ciudad, y se relacionó esa dis-
tribución con una clasificación socioeconómica de la población, construida a partir de
información sociodemográfica proveniente del Censo Nacional de Población y Viviendas
del año 2010 (INDEC, 2010).
divisiones administrativas. Pero, en los mapas que en este trabajo se realizan, debe defi-
nirse para cada píxel de la capa raster un entorno de carácter circular que será el utilizado
como base de referencia para calcular la densidad. El centroide de cada píxel se convierte
en el centro del círculo, el área que se defina a partir del círculo y los puntos que estén
comprendidos dentro del mismo se usarán para conformar el valor asociado al dividendo.
Cada punto puede tener además, un valor o un peso (referido por ejemplo a la cifra de
habitantes de ese lugar).
En el caso de la densidad Kernel los puntos del interior de los círculos son ponderados
de manera desigual, según su proximidad al centroide del píxel (los más cercanos pesa-
rán más y los más alejados pesarán menos). La densidad Kernel se ajusta a una superficie
curva uniforme sobre cada punto. El valor de superficie es más alto en la ubicación del
punto y disminuye a medida que aumenta la distancia desde el punto y alcanza valor cero
en la distancia máxima especificada, establecido desde el punto. Para calcular la densidad
de cada celda raster de salida, se agregan los valores de todas las superficies de kernel en
donde se superponen con el centro de la celda ráster. La función kernel se basa en la fun-
ción kernel cuadrática que describió Silverman (1986, p. 76 ecuación 4.5).
Básicamente, el análisis de densidad toma cantidades conocidas de un fenómeno (en
este caso los puntos que representan niños de 1 a 15 años con malnutrición por sobrepeso
atendidos en el sistema de salud público de la ciudad de Tandil) y las expande a través del
paisaje basándose en la cantidad que se mide en cada ubicación y la relación espacial de
las ubicaciones de las cantidades medidas (Moreno Jiménez, 2005).
Desarrollo
El cálculo de prevalencia de obesidad y sobrepeso en niños de 1 a 15 años en los centros
de salud públicos de la ciudad de Tandil, arroja resultados que se presentan en la Tabla 1,
y deben complementarse con la observación del Mapa 1 y Mapa 2.
La Tabla 1 presenta los valores de prevalencia en cada uno de los Centros de Salud Públi-
cos de la ciudad de Tandil, y esos valores de prevalencia se muestran ubicados en el Mapa
2, sobre la regionalización socioeconómica de la ciudad.
En principio puede observarse que los valores más elevados se encuentran en las áreas
rurales y en las periferias de la ciudad, y en las zonas donde el nivel socioeconómico es Bajo
y Medio Bajo. Aunque también hay valores de prevalencia relativamente bajo, en zonas de
Bajo nivel socioeconómico. Esto da cuenta, como se mencionaba anteriormente, que la re-
lación no es perfecta sino que coexisten situaciones diversas. No obstante hay que destacar
que vivir en la pobreza se considera como un factor determinante de obesidad, pero la inci-
dencia puede variar entre regiones, y en alguna de esas regiones pueden coexistir situaciones
de altos niveles de obesidad y sobrepeso, con población de bajo peso. La dieta de los hogares
pobres está conformada por alimentos accesibles al presupuesto y/o a la localización de la
vivienda y no necesariamente coincide con sus deseos o recomendaciones nutricionales. Así,
bajos niveles de ingreso favorecen el consumo de alimentos ricos en grasas y carbohidra-
tos, cuyos precios son menores en relación a alimentos ricos en fibras o proteínas y poseen
mayor poder de saciedad. Las restricciones de ingreso hacen que los hábitos alimentarios en
este segmento se relacionen con la cantidad y no con la calidad de los alimentos.
El hecho de observar los valores de prevalencia más elevados en las áreas periféricas y
con nivel socioeconómico bajo, no hace más que complejizar la salud de esas poblaciones
218 Adela Tisnés, Juliana Mehring y Daniel Fernández
de manera puntual, y define un desafío múltiple en términos de salud pública, ya que los
problemas nutricionales no hacen más que introducir más complejidad y complicación
sanitaria en esos niños que pronto serán adultos, que en la mayoría de los casos no habrán
superado satisfactoriamente la condición de obesidad o sobrepeso, ya que existe una rela-
ción positiva entre edad y obesidad a nivel nacional.
Los valores encontrados de prevalencia en la ciudad coinciden con valores medidos por
otras investigaciones a nivel nacional y provincial, y que muestran y resaltan además la
relación entre la obesidad y el nivel socioeconómico de la población. La medida de preva-
lencia, además de dar información sobre la posibilidad de padecer una condición de salud
(el sobrepeso y la obesidad en este caso), es una medida importante para estimar el coste
poblacional de un padecimiento, y ayuda a pensar en los servicios de salud y en las políti-
cas de salud necesarias.
Además de este análisis de prevalencia que aporta una idea del peso de la obesidad y el
sobrepeso en la población de niños de 1 a 15 años atendidos en el sistema de salud público
de Tandil, se agrega un análisis de densidad espacial Kernel (Mapa 3), que permite ver la
distribución en el espacio de los niños que registran esa condición de salud, en relación
también con las condiciones socioencómicas.
Mapa 1. Distribución espacial de efectores de salud Mapa 2. Prevalencia de obesidad y sobrepeso en niños
del Sistema de Salud Pública de la ciudad de Tandil de 1 a 15 años según efector de salud pública
Prevalencia
Efector
SPOB
Centro de Salud Arco Iris 0,54
Centro de Salud Rodríguez Selvetti 0,51
Sala Rural Cerro Leones 0,49
Sala Rural Gardey 0,44
Centro de Salud Barrio Maggiori 0,43
Sala Rural De La Canal 0,42
Sala Rural Azucena 0,41
Centro de Salud Villa Aguirre 0,40
Centro de Salud Barrio Palermo 0,40
Centro de Salud Las Tunitas 0,38
Centro de Salud Barrio Metalúrgico 0,37
Centro de Salud Villa Italia 0,36
Centro de Salud La Movediza 0,36
Centro de Salud Lisandro de La Torre 0,34
Centro de Salud Barrio Belgrano 0,34
Centro de Salud María Auxiliadora 0,32
Centro de Salud San Cayetano 0,29
Sala Unión y Progreso 0,23
Conclusión
¿Por qué es importante estimar la prevalencia? ¿Qué nos dice la distribución espacial de
la obesidad y el sobrepeso? La prevalencia es una medida importante y útil del impacto de
una enfermedad o condición en una comunidad. Por ejemplo, ¿cuántas personas en la co-
munidad son obesas o con sobrepeso? Esta información podría ayudarnos a determinar,
por ejemplo, cuántas clínicas, qué tipos de servicios de rehabilitación, de enseñanza en
prácticas saludables y cuántos y qué tipos de profesionales sanitarios se necesitan, prever
qué enfermedades serán prevalentes en unos años si esta situación no se atiende. La pre-
valencia es por tanto valiosa para planificar los servicios sanitarios. Cuando utilizamos
la prevalencia, también deseamos hacer proyecciones futuras y anticiparnos a los cambios
que es probable que tengan lugar en el impacto de la enfermedad. Pero si deseamos mirar
a la causa de la enfermedad, debemos explorar la relación existente entre una exposición y
el riesgo de enfermedad, y para hacerlo necesitamos la incidencia.
El vivir en la pobreza ha sido identificado también como un factor determinante de
obesidad aunque su incidencia puede variar entre regiones. La dieta de los hogares pobres
Análisis espacial de la malnutrición por exceso en niños de 1 a 15 años en la ciudad de Tandil, 2016-2017 221
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222 Adela Tisnés, Juliana Mehring y Daniel Fernández
Introducción
Una temática de interés común para la Economía y la Geografía es el encadenamiento
de las actividades económicas y sus relaciones con el espacio. Esta temática es abordada
desde una diversidad de enfoques teóricos que dan lugar a conceptos específicos según
la escala adoptada (mundial, regional, urbana), a estudios empíricos y a contribuciones a
políticas y planes de desarrollo territorial. Varios trabajos han analizado estos enfoques,
sus supuestos y antecedentes y descripto sus principales conceptos (Anlló, Bisang y Salva-
tierra, 2010; Narodowski y Remes Lenicov, 2012).
Uno de los conceptos que ha adquirido mayor tratamiento y difusiónes el de “cadena de
valor”. Este concepto surge en la década de 1990 engarzado en los discursos neoliberales
promotores de las ventajas y oportunidades que ofrece la globalización económica y está
orientado al desarrollo de la competitividad empresarial con un Estado subsidiario de la
misma. Ha sido utilizado en estudios académicos, en recomendaciones de organismos
internacionales de crédito para el desarrollo y fue adoptado por diferentes políticas públi-
cas nacionales y provinciales, aun cuando en los fundamentos de las mismas se incluyan
otros propósitos además de la promoción de la competitividad empresarial.
Este trabajo tiene como objetivo presentar una aproximación al concepto de cadena de
valor a partir de la interpretación del mismo desde una perspectiva multidimensional del
territorio en la cual la dimensión económica es analizada desde el enfoque de la economía
mixta. Se basa en el estado de avance de un estudio que toma como referencia la cadena
Hidrocarburos y como estudio de caso el Complejo Industrial La Plata de Yacimientos
Petrolíferos Fiscales (YPF) perteneciente a aquella. El estudio es parte de un proyecto de
investigación que tiene como propósito identificar enfoques conceptuales y metodológi-
cos que permiten explicar las diferentes articulaciones que se establecen entre las ramas de
la industria, de los servicios y el territorio1.
Metodología
La metodología del estudio interrelaciona seis instancias con momentos secuenciales y
momentos de desarrollo simultáneo, a saber:
≈construcción del marco teórico sobre territorio y su dimensión económica,
≈etapa exploratoria de relevamiento bibliográfico y documental sobre cadenas de valor,
≈elaboración del estado de la cuestión,
≈definición del estudio de caso,
≈trabajo de campo mediante observación directa y entrevistas a informantes calificados,
≈-análisis de la información obtenida.
1 El proyecto de investigación en el que se inscribe este estudio es “Territorio, actores, redes y cadenas de valor en la actividad
industrial” radicado en el Centro de Investigaciones Geográficas del Instituto de Investigaciones en Humanidades y
Ciencias Sociales de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Plata.
226 Héctor Luis Adriani, Nahuel Mamonde y Damián Giammarino
Territorio y economía
El estudio adopta una perspectiva integradora y multidimensional del territorio por
lo que es ineludible incluir en su definición el entramado de las dimensiones históricas,
espaciales naturales y construidas, sociales, políticas, culturales y económicas que lo con-
figuran y que a su vez, son por él transformadas. Varios autores definen territorio desde
esta perspectiva. Para Da Costa, citado por Blanco, “…la proyección de todo grupo social,
de sus necesidades, su organización del trabajo, su cultura y sus relaciones de poder sobre
un espacio es lo que transforma ese espacio de vivencia y producción en un territorio”
(Blanco, 2007, p. 40). Por su parte, para Milton Santos el territorio importa en cuanto a su
uso ya que remite a la idea de un espacio de todos y a todo el espacio. El territorio usado es:
…el espacio de todos los hombres, no importa sus diferencias; el espacio de todas las instituciones,
no importa su fuerza, el espacio de todas las empresas, no importa su poder. Ése es el espacio de
todas las dimensiones del acontecer, de todas las determinaciones de la totalidad social (…) El
territorio usado se constituye como un todo complejo donde se teje una trama de relaciones com-
plementarias y conflictivas. (Grupo Estudos Territoriais Brasileiros, 2000, p. 3)
Para Finquelievich y Laurelli el territorio es “…tanto el espacio como la trama de rela-
ciones sociales, políticas y económicas que se desenvuelven en él, lo conforman, y que son,
a su vez, modificadas por el mismo” (1990, p. 15). Para Haesbaert el territorio manifiesta
2 En este estudio se entiende por Gran la Plata el territorio conformado por los municipios de La Plata, Berisso
y Ensenada.
Cadenas de valor y territorio en la Argentina 227
Cadenas de valor
A diferencia del concepto de sector económico, el concepto de cadena de valor se centra en
las articulaciones tanto horizontales como verticales que en torno a una actividad se esta-
blecen entre diferentes actores económicos. Se define cadena de valor al conjunto de todas
las actividades que son necesarias para producir un bien o servicio desde su concepción y
diseño, pasando por las diferentes etapas de producción hasta el consumo final. Incluye el
conjunto de actividades ligadas a la creación, producción y comercialización que generan
valor dentro de una organización y pone énfasis en la dinámica de las relaciones inter e intra
sectoriales en diferentes escalas. El suministro de bienes y servicios abarca una amplia gama
de actores económicos y empresas de tamaños diversos, que van desde PyMES locales hasta
grandes empresas. A diferencia del concepto más genérico de cadena productiva que se cen-
tra en la secuencia de operaciones técnicas de elaboración de un bien o servicio, el de cadena
de valor destaca las estrategias de coordinación, las jerarquías y las diferentes relaciones que
se establecen entre las empresas y con otras instituciones, entre ellas las estatales, y la exten-
sión geográfica que ocupa: regional, nacional, global (Padilla Pérez, 2014).
En su relación con la dimensión espacial del territorio a escala regional/local, el princi-
pal concepto que surge en los estudios de cadenas de valor es el de cluster (OECD/ECLAC,
2012). Se trata de un espacio orientado fundamentalmente a la obtención de ventajas com-
petitivas, provenientes del aprovechamiento de economías de escala, de aglomeración o de
localización que redundan en reducciones de costos y/o mejoras de ingresos. Los clusters
son “…concentraciones de actividades similares y/o complementarias, sus proveedores es-
pecializados y un conjunto de instituciones públicas y privadas de apoyo que se localizan
en una determinada geografía beneficiándose de una serie de externalidades” (Anlló et
al., 2010, p. 16). A escala mundial el concepto de “cadena global de valor” (CGV) da cuenta
3 Si bien se registran diferencias según distintos autores entre los conceptos de economía popular, economía social y
economía solidaria, en este trabajo se hará referencia a las mismas bajo el concepto general de economía social.
228 Héctor Luis Adriani, Nahuel Mamonde y Damián Giammarino
4 Se entiende por período neodesarrollista el que se extiende entre los años 2002 y 2015 y período neoliberal al inicia-
do en diciembre de 2015 con la asunción del gobierno de la Alianza Cambiemos (Varesi, 2016)
5 Además de los ejemplos que se mencionarán puede destacarse la presencia del concepto en las políticas de los Minis-
terios de Agroindustria y de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
6 A partir de diciembre de 2015 el Ministerio de Industria fue disuelto. El nuevo gobierno creo la Subsecretaria de
Industria como parte de la Secretaría de Industria y Comercio en la órbita del nuevo Ministerio de Producción.
230 Héctor Luis Adriani, Nahuel Mamonde y Damián Giammarino
como el conjunto de todas las actividades que son necesarias para producir un bien o servicio
desde su concepción –I+D y la extracción de la materia prima-, pasando por las diferentes etapas de
producción (que involucran una combinación de transformación física y los insumos de diferentes
servicios) hasta el suministro al consumidor final para su uso (PEI, 2020).
Como puede observarse, las divisiones entre el sector industrial y los sectores primario
y terciario se desdibujan complejizando la comprensión de la dinámica de las actividades
económicas. El enfoque del PEI en términos de cadenas de valor involucró a las PyMES
en tramas productivas territoriales y/o por rama, particularmente en los segmentos con
escaso desarrollo en el país.
Paralelamente al PEI el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires presentó en 2012 el
Plan Estratégico Productivo 2020 (Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología de la
Provincia de Buenos Aires, 2012) en el cual se identificaron 35 cadenas de valor pertene-
cientes a la producción agrícola, pecuaria, industrial y de servicios, distribuidas en ocho
subespacios de la provincia. En convergencia a esta política el Banco de la Provincia de
Buenos Aires estudió estas cadenas con el propósito de construir un marco de análisis de
las posibilidades competitivas de la producción provincial. El estudio plantea que:
Cada una de las actividades que componen una cadena de valor debe ser considerada como un sis-
tema abierto, es decir, como elementos que afectan su propio entorno, pero que también se ven mo-
dificados por el mismo. En este sentido, comprender una cadena no implica solamente ser capaz
de cuantificar y definir su estructura, sino también de explicitar cómo la misma se articula con el
ambiente en la que se desarrolla. (Banco de la Provincia de Buenos Aires, 2013, p. 15)
De cada cadena se analizaron la producción, la presencia de PyMES, el empleo, el co-
mercio internacional y la localización. Con el cambio de gobierno en diciembre de 2015 el
PEPBA quedó suspendido7.
El Instituto Nacional de Tecnología Industrial INTI adoptó el concepto de cadena de
valor en varios de sus programas. Para el INTI una cadena de valor puede referir tanto a
una metodología analítica de operaciones de agregado de valor sobre una materia prima
como a un ideal de desarrollo, en todo caso con el objetivo de una producción de valor
competitiva y rentable. Según el INTI la relación entre cadenas de valor y territorio se da
en el marco de la ‘gobernanza’ de las cadenas. En su programa Desarrollo de Cadenas de Valor
el INTI se propuso aportar capacidades para asistir al desarrollo de las mismas en entor-
nos de baja competitividad territorial con propósitos de inclusión económica, agregado de
valor en origen y el desarrollo local/regional.
Otro organismo que ha incluido el concepto de cadena de valor en varias de sus políti-
cas es el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, INTA, que vincula el mismo al
concepto de desarrollo territorial y ha desarrollado numerosas experiencias.
En el período neoliberal iniciado a fines de 2015, la planificación del desarrollo ha
pasado a un segundo plano, la mayor parte de los planes estratégicos encarados en la
etapa anterior fueron anulados, no se actualizaron y perdieron visibilidad en los dis-
cursos. En los Ministerios del Gobierno Nacional pertenecientes al área de economía,
la figura de ‘emprendedor’ ha ascendido a un lugar de preferencia y en la mayoría de
los documentos relevados el concepto de cadena de valor presenta una inscripción dife-
rente, con una menor presencia en políticas activas ycon un significado centrado en la
7 Varias administraciones provinciales han encarado estudios, proyectos y acciones gubernamentales destinadas a la
formación de cadenas de valor. Entre las instituciones que brindaron apoyo técnico se destacan el Consejo Federal de
Inversiones (CFI) que viene colaborando con la Región Centro (Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos) y la Comisión Econó-
mica Para América Latina (CEPAL) con aportes a las provincias de Buenos Aires y Córdoba.
Cadenas de valor y territorio en la Argentina 231
tiene por objeto realizar una descripción analítica y estructural de dicha cadena11. Según
el informe la cadena está compuesta por cuatro grandes etapas: búsqueda, perforación y
extracción de petróleo y gas, también llamada upstream; transporte, también denominada
midstream; procesamiento; y distribución y venta de subproductos, estas últimas dos eta-
pas también llamadas downstream.
El Informe considera el período 2010-2015 y da cuenta de la configuración de las rela-
ciones económicas de la cadena y la situación productiva de la misma; el mercado global y
sus tendencias; el proceso productivo y su evolución; la localización territorial; la inciden-
cia de las políticas públicas, entre otros aspectos de relevancia. En el Cuadro 1 se identifi-
can los principales componentes de la cadena.
De acuerdo al Informe, la cadena Hidrocarburos, en el año 2015 extrajo 42.860 millo-
nes de m3 de gas natural, 31 millones de m3 de petróleo crudo, y refinó entre los principa-
les subproductos (gasoil, naftas, fuel oil) 29,1 millones de m312. El principal destino de las
ventas es el mercado interno que representa el 88% del total, de éste, el 36% corresponde al
interior de la cadena y el porcentaje restante al consumo final y a otros sectores produc-
tivos. La cadena presentó un déficit comercial entre exportaciones e importaciones: en
2015 las primeras ascendieron a 1.419 millones de dólares mientras que las importaciones
fueron de 7.105 millones de dólares.
Las principales cuencas productivas del país son la Neuquina con el 57% de la ex-
tracción del gas natural y el 40% de la extracción del petróleo, la Austral con valores del
23% y 4% respectivamente, Golfo San Jorge con participación del 13% en la extracción
del gas y el 49% en la del petróleo y Cuyana con valores del 7% y 5% respectivamente, en
último lugar se ubica la Cuenca del Noroeste.
Según el mismo informe la cadena de valor contaba en 2015 con 27.649 puestos de tra-
bajo13, de los cuales el 66% corresponde a la etapa de upstream.
Los principales establecimientos de refinación se encuentran en el cordón industrial La
Plata-Santa Fe y en Luján de Cuyo, Mendoza. El Complejo Industrial La Plata de YPF es
el más grande del país y uno de los mayores de Latinoamérica. Está localizado en el área
portuaria del Gran La Plata, provincia de Buenos Aires. Se destaca por contar con procesos
productivos complejos en establecimientos petroquímicos y de destilación, estos últimos
dan cuenta del 30% de la capacidad de refinación del país. En torno a este Complejo, de
manera similar que en otros establecimientos de YPF, se desarrollaron en la década de 1990
emprendimientos de servicios tercerizados en base a las indemnizaciones recibidas por los
trabajadores desafectados por la reestructuración de la empresa14. YPF ha mantenido una
relación asimétrica con ellos, imponiendo unilateralmente sus condiciones, llevando a que
las PyMES y cooperativas se organicen en asociaciones para enfrentar a la empresa líder.
Fuente: elaboración personal con base en Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas de la Nación (2016)
234 Héctor Luis Adriani, Nahuel Mamonde y Damián Giammarino
Conclusiones
Los enfoques conceptuales predominantes sobre cadena de valor plantean que es la eco-
nomía empresarial privada quien estructura las cadenas. El rol del sector público queda
limitado al degenerador de políticas destinadas a su promoción, fortalecimiento y desa-
rrollo. Prácticamente no hay referencias a relaciones entre cadenas de valor y economía
social. Recién en políticas públicas específicas es posible identificar esta relación.
Por el contrario, el estudio de caso de la cadena Hidrocarburífera y del Complejo Indus-
trial La Plata plantea la necesidad de construir una conceptualización de cadena de valor
que dé cuenta de la articulación de los tres subsistemas: empresarial privado, economía
pública y economía social, de sus dinámicas y tensiones. Esto se hace notorio en el estudio
de la gobernanza: el caso estudiado muestra que la cadena de valor Hidrocarburífera YPF
opera con una modalidad jerárquica: el subsistema empresarial público-privado subor-
dina al de economía social, situación acentuada negativamente con los cambios en las
políticas públicas a partir de diciembre de 2015.
Respecto a la relación entre cadenas de valor y territorio las conceptualizaciones domi-
nantes plantean un enfoque economicista del espacio, haciendo foco en los mercados, los
costos y las ventajas competitivas de los territorios, supeditando las dimensiones políticas,
culturales y sociales a la construcción de dichas ventajas. Esta subordinación de un terri-
torio a la dinámica competitiva y particularmente a los actores dominantes ya ha sido con-
testada por autores como Rofman (1999, 2013), de Jong (2001) y Silveira (2008). Por otra
parte en el caso de estudio del Complejo La Plata se ha podido constatar que el conjunto
de PyMEs y cooperativas tercerizadas no han dado lugar a procesos más innovadores ni
siquiera a la conformación de un cluster.
Respecto a las políticas públicas relevadas, aquellas puestas en marcha en el período
neodesarrollista, si bien incorporaron los conceptos de inclusión social y desarrollo regio-
nal/local y otorgaron al Estado un rol planificador, mantuvieron un eje significativo en el
desarrollo de las posiciones competitivas de las grandes empresas en las cadenas de valor.
A partir de diciembre de 2015 con el reingreso de las políticas neoliberales, el rol de inter-
vención estatal fue reorientado hacia el favorecimiento de los sectores más concentrados,
abandonando las políticas de planificación que habían sido puestas en marcha.
236 Héctor Luis Adriani, Nahuel Mamonde y Damián Giammarino
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Cadenas de valor y territorio en la Argentina 237
Introducción
En el período técnico científico informacional, las grandes firmas empresariales expan-
den su producción en diferentes lugares del mundo gracias a la difusión de un sistema
técnico mundial que habilita el flujo de mercancías, personas y capitales. De esta manera,
las empresas promueven una determinada división territorial del trabajo en cada forma-
ción socioespacial, generando especializaciones en los territorios. Al mismo tiempo, con-
forman circuitos espaciales de la producción, a partir de la coordinación de una topología
empresarial que permite poner la producción en movimiento desde diferentes lugares.
Sin embargo, dicha expansión ocurre de manera selectiva en determinados lugares, dis-
tinguiendo lugares del hacer y lugares del mandar. Es decir, que la división territorial del
trabajo actual produce una reorganización de las redes urbanas y las regiones, a partir de
los aconteceres que de ella se desprenden.
En el período actual, estos aconteceres son solidarios en tanto responden al motor último
que pone “en movimiento a la totalidad” (Santos, 2000, p. 138). La realización concreta de
esa totalidad en movimiento es el acontecer solidario, el cual se presenta como “acontecer
homólogo, complementar y jerárquico” en los territorios (Santos, 2000, p. 140). l acontecer
homólogo resulta de los procesos de modernización en zonas de producción agrícola o urba-
na, generando contigüidades funcionales en un área; mientras que el acontecer complemen-
tar es producto de las relaciones entre la ciudad y el campo, y entre las ciudades, a partir de
las necesidades de intercambio propias de las formas modernas de producción. Por último,
el acontecer jerárquico resulta de órdenes que provienen de otros lugares que concentran las
definiciones sobre las normas y las políticas de las empresas (Santos, 2000).
En los últimos quince años, la producción de maquinaria agrícola se ha constituido
como una de las actividades económicas más dinámicas en la provincia de Córdoba y
en Argentina, la cual mostró una reactivación a partir del crecimiento de la producción
general (con incrementos en las exportaciones y en la participación de maquinarias de
producción local en el total de ventas internas). Dicho crecimiento estuvo vinculado, en
parte, a la expansión y concentración de la producción en manos de las principales firmas
trasnacionales que lideran los mercados mundiales y a la creación y consolidación de em-
presas nacionales especializadas en determinados segmentos productivos.
En este marco, nuestro objetivo es realizar una primera aproximación a los circuitos
espaciales de la producción de maquinaria agrícola en la provincia de Córdoba, desde el
2001 a la actualidad.
Para ello, en primer lugar inscribiremos dichos circuitos a partir de las divisiones terri-
toriales del trabajo, presentes en la formación socioespacial argentina en la actualidad.
Luego, realizaremos un primer análisis de los circuitos espaciales de la producción de
maquinaria agrícola de la provincia de Córdoba a partir de las políticas de las empresas
240 Natalia Astegiano
globales y nacionales sobre el territorio. Por último, nos interesa reflexionar acerca de los
nuevos aconteceres vinculados a la consolidación de un modelo productivo en el agro, que
producen nuevas redes y jerarquías urbanas dentro del territorio provincial.
Metodología
Para poder analizar los circuitos espaciales de la producción de maquinaria agrícola
en Córdoba, realizamos un análisis de las empresas que fabrican maquinaria agrícola en
dicha provincia. Se indagó acerca de su localización, principales insumos y productos, sus
formas de distribución y comercialización, innovación tecnológica incorporada, vínculos
con otras empresas, sus mercados de venta, su participación/rol dentro de la producción
industrial local. Esta información fue reconstruida a partir del análisis de datos prove-
nientes del Registro Industrial Provincial (RIP) del año 2015, de las páginas web de las
empresas, y de información relevada por los portales web de Maquinac y Agrovoz.
Cabe aclarar que las empresas nacionales seleccionadas para el análisis son aquellas que
poseen no solo una gran presencia en eventos de exposición y venta de maquinaria en el
país, sino también en los mercados nacionales y extranjeros. Según los criterios del CLA-
NAE (Clasificador Nacional de Actividades Económicas del INDEC) del año 2010, estas
empresas son clasificadas como “medianas”.
1 La Ley Nº 14222 promovió la inversión extranjera directa en el sector de metalmecánica: cuatro meses después se
abrió la licitación para instalar una fábrica de tractores en el país (Langard, 2014).
242 Natalia Astegiano
en las importaciones respecto a la década de 1980 (Romero Wimer, 2010). A pesar de que
en Argentina ya había comenzado el proceso de modernización agrícola, las ventas de ma-
quinaria experimentaron una caída en relación a la década anterior.
La conformación del MERCOSUR en 1991 resultó una de las normativas claves para com-
prender la expansión de grandes firmas trasnacionales en América Latina. En este sentido, la
eliminación de los aranceles de comercialización entre Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay
permitió la organización de las estrategias empresariales en base a la conformación de este
mercado interno ‘ampliado’ (Langard, 2014). Desde mediados de la década de 1990 hasta
comienzos del 2000, las grandes empresas multinacionales reorganizaron su producción
trasladando sus plantas de Argentina a Brasil (a excepción de las plantas de producción de
motores de John Deere y Deutz), sin abandonar su presencia comercial en nuestro país.
La demanda mundial de maquinaria agrícola se ha incrementado en los últimos años
impulsada por el proceso de alza de los precios de los commodities, siendo América Latina
una de las regiones con alta demanda de esas maquinarias. En este sentido, se produjo
una especialización de la región como productora de commodities agrícolas, mediante un
proceso de modernización del agro que tendió hacia la intensificación de la producción, a
un alto grado de mecanización y a un aumento de las explotaciones agropecuarias (Gras,
2013; Lavarello, Goldstein y Hecker, 2010).
Es decir, la expansión de dichas empresas se consolidó a partir del proceso de moderniza-
ción del agro, que consistió en la utilización de una serie de innovaciones de las tecnologías
de información y comunicación, nanotecnología y biotecnología. Este conjunto de técnicas
implicó no solo cambios en la manera de producir en el campo, sino también en la produc-
ción de maquinaria agrícola que tendió a perfeccionar el control sobre el proceso produc-
tivo. Se consolida así un modo de producción hegemónico a nivel mundial que tiende a ser
único, pero que en cada territorio es mediado por la formación social (Santos, 1996).
A comienzos de la década del 2000, el alza exponencial de los precios de los commodities
a nivel mundial y el fin de la convertibilidad en Argentina, promovieron el aumento de la
demanda de maquinaria y de las importaciones desde Brasil, especialmente de cosechado-
ras y tractores. De esta manera, Argentina comenzó a representar un importante destino
de ventas para las grandes empresas trasnacionales (Langard, 2014).
El creciente aumento de la demanda nacional de maquinaria fue uno de los factores cla-
ves para la relocalización de las grandes firmas en el país. Desde el año 2006 las empresas
globales volvieron a localizar parte de su producción en Argentina, mediante la inversión en
nuevas plantas en las provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. De esta manera, los
circuitos espaciales de producción de maquinaria agrícola en Argentina experimentaron
una serie de transformaciones a partir de la llegada de esas firmas al territorio nacional.
A partir de la inversión2 en infraestructura industrial, comercialización y logística en las
principales ciudades del país, las empresas desarrollaron un proceso de difusión de deter-
minadas maquinarias claves para la intensificación de la producción agrícola intensiva. Si
bien las estrategias productivas de cada una de estas empresas son diferentes, todas se espe-
cializaron en la producción de tractores y cosechadoras. Cabe aclarar que dentro del merca-
do mundial de tractores y cosechadoras John Deere, Case New Holand y AGCO concentran
alrededor del 80% de las ventas (Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas, 2016, p. 11).
Las firmas globales AGCO y Case New Holland Industrial invirtieron en la construc-
2 La inversión en Argentina llevada a cabo por parte de CNH, AGCO y John Deere alcanzó los U$S 500 millones entre
el período 2012-2017.
Circuitos espaciales de la producción de maquinaria agrícola en la provincia de Córdoba 243
ción de plantas para el ensamble de tractores y cosechadoras a escala local y, de ese modo,
fueron avanzando en la producción de componentes nacionales, aunque ésta no superó
el 30%. En 2006 el grupo AGCO tercerizó el ensamblado de tractores e incorporó la pro-
ducción de tres modelos de la marca Agco Allis, mediante un joint venture con la empresa
Baden en Rosario y, recién en 2012, anunció la inversión para la construcción de la planta
industrial en General Rodríguez. A su vez, firmó convenios con la firma nacional Mainero
(provincia de Córdoba) para la producción de mixers y cabezales para recolección de gra-
nos y maquinaria para la postcosecha de granos.
Case New Holland (CNH) inauguró en 2013 su planta industrial en la ciudad de Cór-
doba para la producción de maquinarias agrícolas y motores para Case IH, New Holland
y Fiat Powertrain (Maquinac, 05/2013). La inversión resultó una estrategia de la empresa
en el Mercosur, con el objetivo de abastecer la demanda regional -hacia Bolivia, Paraguay
y Uruguay- y hacia Brasil en particular (con una proyección de exportación del 60% de sus
producciones). De esta manera, la producción industrial es diseñada a partir de una estra-
tegia de las grandes firmas para el MERCOSUR (La Voz del Interior, 14/08/2013).
Mientras tanto, John Deere reactivó sus inversiones desde 2009 en la fábrica de Grana-
dero Baigorria (provincia de Santa Fe) donde volvió a dedicarse a la producción local de
tractores, cosechadoras, plataformas y motores; y donde creó un Centro de Distribución
de Repuestos y una aduana domiciliaria propia (John Deere Sitio Web Oficial).
Dichas inversiones consolidaron aún más el proceso de concentración y expansión de las
firmas extranjeras productoras de maquinaria agrícola en Argentina, las cuales incidieron
también en un aumento considerable de las importaciones en el sector, tanto de equipos
completos como de piezas de equipos nacionales producidos por las empresas globales
en el país. Según cifras oficiales del INDEC, mientras que en 2015 la comercialización
de importaciones representaba el 12% de las ventas totales, en 2017 llegó a representar un
32%3. Al mismo tiempo, la venta de equipos nacionales aumentó en menor proporción, al-
canzando un 35% del total de los equipos vendidos en 2017. Si bien las grandes firmas han
controlado históricamente la venta de tractores y cosechadoras a escala global y nacional,
ahora también lo hacen con la venta en segmentos como pulverizadoras y sembradoras
(donde anteriormente había gran presencia de firmas nacionales).
Las firmas nacionalizan gran parte de la producción y el ensamble en los segmentos en
los cuales resultan altamente competitivas, con el objetivo de responder a la creciente de-
manda local y regional. Esas plantas se convierten entonces en unidades de producción re-
gionales a partir de las cuales abastecen a los países cercanos (Langard, 2011). Asimismo, las
inversiones se asientan sobre lugares anteriormente especializados no solo en la producción
agrícola para exportación, sino también en la industria metalmecánica y de maquinaria
agrícola. De esta manera, la producción y distribución de estos grandes sistemas técnicos
del agro continúa reforzando dichas especializaciones en el área concentrada de Argentina.
topología responde a los circuitos espaciales de producción de las empresas, es decir, a las
diferentes etapas de la producción en distintos lugares. Estudiar los circuitos espaciales de
la producción ayuda a comprender la especialización de la producción, de la distribución
y el consumo como un movimiento constante que se crea y recrea en los lugares de manera
diferencial (Santos, 1996).
Dentro de la provincia de Córdoba, la producción de maquinaria agrícola ha sido una
de las actividades más dinamizadoras de la industria luego del 2001, representando el
tercer rubro más importante en el desarrollo industrial provincial. Nuevas divisiones te-
rritoriales del trabajo vinculadas a la producción de commodities agrícolas han promovido
el desarrollo de circuitos espaciales de la producción de maquinaria agrícola, principal-
mente a partir de una red industrial, comercial y financiera de empresas globales y locales.
La conformación de dichos circuitos estuvo impulsada por un crecimiento industrial
que representó el 10% del total de industrias incorporadas en la provincia entre los años
2001 y 2015, y dentro del rubro en particular, representó más de la mitad de industrias
existentes al año 2015 (Buffalo y Astegiano, 2017). Del total de industrias vinculadas a
la maquinaria agrícola en el año 2015 (262), más del 60% inició sus actividades luego del
2001. Dentro del resto de industrias de maquinaria agrícola, un 70% inició sus actividades
durante la década de 1990, mientras que el 30% restante proviene de otros procesos de in-
dustrialización entre 1950 y 1980. Es decir, los actuales circuitos espaciales de producción
unifican divisiones territoriales del trabajo desarrolladas a partir de otras más antiguas,
principalmente aquellas surgidas después de 2001.
Si analizamos la distribución espacial de ese crecimiento industrial, la mayor cantidad
de empresas nuevas dedicadas a la producción de maquinaria agrícola se instalaron prin-
cipalmente en aquellos departamentos caracterizados por ser los principales productores
de commodities agrícolas de la provincia: Marcos Juárez, Unión, General San Martín, Ter-
cero Arriba, Río Segundo y San Justo. Los departamentos de San Justo, Capital y Marcos
Juárez presentaron la mayor participación de la producción de maquinaria agrícola den-
tro del índice de natalidad industrial (Buffalo y Astegiano, 2017).
De esta manera, “nuevas” especializaciones territoriales productivas (Santos y Silveira,
2001) se generan en el este y sur provincial, marcadas no solo por el crecimiento y la con-
solidación del modelo productivo del agronegocio (Gras y Hernández, 2013), sino también
por la producción industrial de maquinaria para el agro.
Las especializaciones territoriales productivas son fruto de las nuevas divisiones terri-
toriales del trabajo. Cada lugar, cada región, ofrece ciertas condiciones técnicas y sociales
-costo de transportes, circulación de información, fuerza de trabajo calificada, entre otras
cuestiones- que resultan favorables para la realización de determinadas actividades econó-
micas en el territorio (Santos y Silveira, 2001).
Dichas especializaciones productivas son impulsadas principalmente por las políticas
de las empresas de origen global y nacional, que usan el territorio de manera diferencial
para su expansión no solo dentro de Argentina, sino también en otros países de América
Latina. Entre las empresas globales que han expandido sus circuitos globales de produc-
ción en el país se destacan Case New Holland (CHN Industrial perteneciente al Grupo
Fiat) y Claas, las cuales han realizado grandes inversiones para la producción de tractores
y cosechadoras. Estos oligopolios forman parte del grupo empresarial que concentra el
mercado mundial de maquinaria agrícola, específicamente el de cosechadoras y tractores.
Sus políticas en la provincia de Córdoba y en el país han estado vinculadas a la inversión
Circuitos espaciales de la producción de maquinaria agrícola en la provincia de Córdoba 245
Fuente: elaboración personal con base en datos del RIP, Feria Agroactiva y Maquinac. Año 2018
Aunque algunas de esas empresas resultan de antiguas divisiones territoriales del tra-
bajo, la mayoría surgió en un contexto de consolidación de la producción de commodities
en Córdoba y en Argentina.
Estas empresas establecen determinados acuerdos de producción y comerciales con las
grandes firmas productoras de maquinaria agrícola a nivel mundial. Quizás los casos más
relevantes sean los convenios entre Akron y Kubota (Japón) para el ensamble de tractores
de baja potencia y los de YTO (China) con Zanello para fabricar y comercializar tractores
de hasta 220 HP. Asimismo, Econovo (empresa nacional ubicada en Oncativo) posee con-
venios con Farmtrac (India) para la comercialización de tractores de baja potencia y con
Escorts (India) para la comercialización de equipos viales y de construcción (Maquinac).
De esta manera, mientras las firmas globales amplían su red de producción y comercia-
lización, las firmas locales comienzan a participar en segmentos en los cuales no pueden
competir solas debido al alto grado de concentración en un reducido grupo de firmas
Circuitos espaciales de la producción de maquinaria agrícola en la provincia de Córdoba 247
Fuente: elaboración personal con base en información de los Sitios Web de las empresas. Año 2018
4 Desde el año 1997 se han incorporado aproximadamente unas 200.000 ha por campaña en este cultivo, con algunas
excepciones las campañas 2002/2003 a 2003/2004 y 2006/2007 a 2008/2009 en que la superficie aumenta en más de
500.000 ha (Astegiano, 2015).
Circuitos espaciales de la producción de maquinaria agrícola en la provincia de Córdoba 249
definiciones son tomadas por lo general en las casas matrices, ubicadas en Córdoba, Ro-
sario y Buenos Aires y en otros países5.
Los circuitos espaciales de la producción de maquinaria agrícola en la provincia de Cór-
doba tendieron a consolidar una red de ciudades donde se instalan tanto las industrias
nacionales como globales, y una red de concesionarios oficiales encargados de la distribu-
ción de la maquinaria y de los servicios de posventa. Según datos del Registro Industrial
Provincial del año 2015, la mayor parte de las industrias de maquinaria agrícola se locali-
zan en las ciudades de Las Varillas, Marcos Juárez, San Francisco, Bell Ville, Oncativo, La
Francia, Río Cuarto, Río Tercero, General Deheza, Córdoba Capital (Gráfico 2).
Sin embargo, al analizar la cantidad de industrias instaladas durante el período 2001-
2015, podemos observar también la importancia de otras ciudades. Si bien la mayoría de
las industrias se localizaron en Las Varillas, Marcos Juárez y San Francisco; otras localida-
des como Oncativo, La Francia, Bell Ville, Villa María y Córdoba presentaron un elevado
ritmo de crecimiento industrial (RIP, 2015).
Gráfico 2. Cantidad de industrias de maquinaria agrícola por ciudad en la provincia de Córdoba al año 2015
De esta manera, los espacios urbanos próximos a las áreas de difusión del agronegocio
poseen nuevas funciones, caracterizadas por la expansión del consumo productivo agrí-
cola (Elias, 2012), los cambios en el mercado de trabajo y la dinamización de un sector de
servicios (Elias, 2008). Como afirma Elias:
La producción agrícola y agroindustrial intensiva exige que las ciudades próximas al campo se
adapten para atender sus principales demandas, convirtiéndolas en su laboratorio, en tanto que se
proveen de la gran mayoría de aportes técnicos, financieros, jurídicos, de mano de obra, y de todos
los demás productos y servicios necesarios para su realización. Cuanto más modernas se tornan
estas actividades, más urbana se torna su regulación. (Elias, 2008, p. 8, traducción propia).
Según la autora, los espacios urbanos se constituyen entonces como nodos fundamen-
tales en las redes del agronegocio, asegurando las condiciones generales de reproducción
de esos capitales (Elias, 2012).
5 Estas empresas necesitan de una serie de tareas vinculadas a la técnica, marketing, administración, logística, ex-
portación y finanzas concentradas en algunas ciudades. Las políticas empresariales vinculadas a la producción de
innovaciones, al financiamiento de sus productos y a los procesos de fusiones y adquisiciones son comandadas desde
los principales centros de control de las grandes firmas.
250 Natalia Astegiano
Reflexiones finales
A modo de cierre podemos decir que en el período actual, la producción de maquinaria
agrícola en la provincia de Córdoba ha tendido a un proceso de concentración en manos
de firmas extranjeras, las cuales buscan posicionarse en un mercado en expansión dentro
de la Argentina y América Latina.
Sin embargo, existen una serie de empresas nacionales que han mostrado un crecimien-
to y una especialización en la producción de implementos agrícolas, y en menor medida,
de pulverizadoras y tractores. Estas industrias se instalan en localidades que se tornan los
nuevos núcleos productivos del agronegocio dentro de la provincia y que históricamente
han sido orientados a la producción agrícola de exportación.
De esta manera las nuevas formas técnicas están vinculadas a la redistribución de la
totalidad de funciones de la formación social socioespacial, pero también responden a las
herencias de las antiguas divisiones del trabajo. El espacio reproduce así la totalidad social
al evolucionar en relación a las necesidades del modo de producción, pero condiciona e
influencia la evolución de otras estructuras de esa totalidad (Santos, 1996).
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Cooperativismo y derecho a la ciudad: la lucha de los docentes
de la provincia de Buenos Aires por acceder a una vivienda
Marina Belén Boeri
nal del 2010 el déficit registrado fue de 25,77%1. El descenso en el porcentaje registrado
puede explicarse por el cambio de rol tomado en el Estado a partir del año 2003, aprecia-
ción que por cuestiones de extensión del trabajo no podrá abordarse en esta investigación.
Como señala Fidel, (2011, p. 7) “(…) el mayor dilema en relación al acceso a la vivienda
se da en torno al valor del suelo urbano, ya que éste constituye un bien natural pero que
sin embargo no es un bien libre, recibiendo un precio que lo hace disputable en el mercado
inmobiliario (…)”. Además, desde el sistema jurídico el suelo urbano se encuentra dividido
principalmente en propiedad privada, pública o colectiva, viéndose estas últimas en la dé-
cada de 1990 fuertemente disminuidas ante la venta de tierras públicas a sectores privados
y a precios vil, con el fin de beneficiar los sectores afines al gobierno menemista. Ejemplo
de esto, fue la venta en 1991 del Predio Ferial de Palermo, a la Sociedad Rural.
Estas políticas neoliberales fueron respaldadas por organismos de crédito y financia-
miento internacional, trayendo consecuencias notablemente visibles con el estallido de
la crisis de diciembre del 2001 en Argentina. De esta forma para la producción de ciudad,
se establecieron modelos opuestos y en pugna. Por un lado el modelo mercantil, reflejado
en el negocio inmobiliario del que solo participaron unos pocos para beneficio de grupos
privados que crecieron mucho frente al modelo de ciudad neoliberal.
(…) En este contexto, las ciudades (y sus zonas suburbanas de influencia) se han convertido en
blancos geográficos cada vez más importantes, y también en laboratorios institucionales para di-
versos experimentos de políticas neoliberales, como el marketing territorial, la creación de zonas
empresariales, la reducción de impuestos locales, el impulso a las asociatividades público-priva-
das y nuevas formas de promoción local (…) para el crecimiento económico orientado al mercado,
como para las prácticas de consumo de las elites, asegurando al mismo tiempo el orden y el control
de las poblaciones excluidas (…). (Theodore et al., 2009, p. 7)
Frente a este modelo urbano, los sectores excluidos respondieron impulsando la cons-
trucción de hábitats populares que se reflejaron en la expansión de villas, asentamientos
informales u ocupación de terrenos en la provincia. Ocurre que cuando un derecho como
el de la vivienda es cercenado, la búsqueda de una respuesta colectiva no demora en darse,
y como correlato se fueron evidenciado enclaves marginales y enclaves de lujo en la provin-
cia, reflejo de las desigualdades que profundizaba el sistema.
Por otro lado se encontraba el modelo del trabajo cooperativo evidenciado en la pro-
puesta de COOPTEBA para aquellos trabajadores de la educación que si bien no podían
acceder a una vivienda propia, sí presentaban un trabajo estable y registrado en una época
donde estos dos aspectos eran muy difíciles de encontrarse en la clase trabajadora.
COOPTEBA se encuentra reconocida por el INAES (Instituto Nacional de Asociativis-
mo y Economía Social) y desde su fundación todos los integrantes reciben una capacita-
ción obligatoria, basada principalmente en los principios cooperativos. Posteriormente se
debe efectuar una asamblea, en donde quienes se asocien a la cooperativa eligen cuáles son
las personas encargadas de ejercer diferentes funciones dentro de la misma. El asambleís-
mo, permite articular las relaciones entre todos los asociados a la cooperativa, favorecien-
do el vínculo y respeto mutuo. En la asamblea fundacional se discute primeramente en
torno al estatuto social que regirá sobre la cooperativa, cada socio posee voz y voto propio.
En general las asambleas y encuentros se desarrollan en escuelas, constituyendo éste un
espacio cómodo para los docentes que integran COOPTEBA.
Básicamente existen dos tipos de asambleas: las ordinarias que se realizan una vez al
1 Recuperado de http://interactivos.lanacion.com.ar/censo/#Viviendas_Total-2010
Cooperativismo y derecho a la ciudad: la lucha de los docentes de la provincia de Buenos Aires... 257
año y las extraordinarias que tienen lugar cada vez que lo disponga la dirección de la coo-
perativa o el 10% como mínimo de los asociados.
La entrega de la vivienda suele demorarse varios años, dado que los planes de vivienda
están pautados en relación al salario docente. Actualmente las cuotas que deben abonarse
a la cooperativa, oscilan aproximadamente entre $ 2.500 a $ 3.500 pesos mensuales. Lo
destacable del sistema de COOPTEBA es que tiene armado un orden de prioridad, cons-
truido con la información que acercan los afiliados al gremio. Es por eso que a partir de
las necesidades de los afiliados y del total de viviendas construidas por plan, un 60% son
entregadas por este sistema. El orden de prioridad es encabezado por quienes alquilan
vivienda y tienen hijos, seguida por quienes no alquilan pero viven en casas prestadas o en
casa de familiares. El 40% restante de las viviendas son entregadas por sorteo. La intención
es equiparar las posibilidades entre todos los asociados y por más que uno de los socios
quiera adelantar cuotas para acceder más rápido que los otros a la vivienda, esto no es po-
sible, ya que no se estaría respetando la génesis de toda cooperativa.
Las viviendas son construidas por las familias que nuclea la cooperativa. En caso de
no poder hacerlo, se solicitan los servicios de edificación a empresas elegidas en las asam-
bleas. Además COOPTEBA genera también una bolsa de trabajo, en donde cada socio
recomienda a familiares y vecinos, que podrían realizar alguna labor en la construcción
o mantenimiento de la vivienda. Una vez terminado el plan de la cooperativa, las vivien-
das se entregan en propiedad privada a sus dueños. Es entonces cuando de todas formas
se insiste en la organización de asambleas para resolver problemáticas o necesidades que
afecten a quienes habitan las viviendas, dado que la cooperativa utiliza el modo de cons-
trucción de multiviviendas en predios comunes a fin de abaratar costos.
Otra particularidad del caso de COOPTEBA es la del trabajo solidario, que básicamente
consiste en que cada socio colabore trabajando en la cooperativa, en alguna de las
comisiones que rigen el funcionamiento de la misma. Quienes así no lo desean, pueden
abonar un bono solidario que vendría a cubrir las ocho horas mensuales de trabajo que
se demandan por socio desde la cooperativa. Sin embargo aunque existe esta posibilidad,
en realidad el espíritu cooperativo clama porque cada socio participe activamente en la
cooperativa. Tal como expresa Aristondo (2003, p. 5) “(…) el cooperativismo (…) no sólo
centra su objetivo en dar solución habitacional definitiva a un grupo de personas, sino
también en fomentar el desarrollo social de los barrios, sobre principios de igualdad, de-
mocracia e integración (…)”. De ahí también la importancia de fortalecer el derecho a la
ciudad (Harvey, 2009) por medio de COOPTEBA, para potenciar un desarrollo a escala
humana (Max-Neef, M. 1993) que no solo busque satisfacer necesidades sociales como
el acceso a una vivienda, sino que también sea capaz de construir lazos sociales sólidos y
perdurables, capaces de resistir cualquier embate que impulse contra los trabajadores la
globalización neoliberal
lumbraron en los cientos de chicos que concurrieron a clase con el solo objetivo de poder
alimentarse. En ese sentido el rol docente en la escuela pública además de ser educador
derivó en contenedor social, en una etapa donde muchos de los padres de los alumnos se
quedaban sin trabajo y la crisis de la escuela pública se reflejaba en los docentes que ayu-
naban en la carpa blanca.
Miles de desocupados se movilizaron cortando las rutas de un país al que le quedaba
poco por privatizar. Frente a un estado desregulador (Russo, 1998) y afable a consoli-
dar las medidas disciplinadoras impuestas por el “Consenso” de Washington, los em-
pleados públicos se vieron notablemente perjudicados por el salario que percibían y las
condiciones de trabajo.
A partir de entonces, la protesta social fue clave para resistir y contraatacar al modelo
menemista. La lucha de los trabajadores de la educación tuvo que ser estratégica para re-
sistir y sostener la organización docente. Tal como señala Nardacchione (2012)
Desde 1996 hubieron tres tipos de transformaciones en el modo de protesta, el paso: a) de una
protesta general (de toda la administración pública) a una protesta sectorial (estrictamente educa-
tiva), b) de provincias más pobres a provincias más ricas y c) de eventos violentos y episódicos a una
disputa articulada políticamente (…).(p. 7).
Lo que ocurría en la provincia de Buenos Aires se reproducía en todo el país y el caso tes-
tigo se dio en la provincia de Neuquén, donde se articularon los movimientos de desocu-
pados con auge en la ciudad de Cutral-Co, junto a los docentes movilizados por la crítica
situación que se vivía. La respuesta desde el gobierno fue la represión con fuerzas militares,
cobrándose la vida de Teresa Rodríguez, una víctima más del modelo que quería callar con
represión lo que en las calles ya se gritaba a viva voz. Desde entonces el conflicto docente se
nacionalizó con la instauración de la carpa blanca frente al Congreso y el inicio del ayuno
docente un 2 de abril de 1997. La carpa se convirtió en un símbolo de lucha pacífica contra
las políticas neoliberales, los trabajadores de la educación recibieron el apoyo y respaldo de
muchos sectores que se sumaron a la iniciativa que en el marco de CTERA convocó a los
sindicatos de todas las provincias. Entre los reclamos más importantes se encontraba la
lucha por una mejora salarial, una Ley de Financiamiento Educativo, la derogación de la
Ley Federal de Educación, evitar que la precarización laboral y la desocupación afectaran
a la educación, disputar ideológicamente el proceso de desacreditación de la escuela públi-
ca y resistir la privatización pensada para el sistema educativo. La ubicación estratégica de
la carpa, como así también su persistencia, dio cuenta de una resistencia educadora a par-
tir de la construcción de un espacio público que contenía a todas las víctimas del modelo
neoliberal. En ese entonces fueron muchos los frentes de conflicto que el neoliberalismo
abrió, pero el conflicto docente despertó una lucha colectiva en defensa de la escuela de
todos, constituyendo un espacio público en un marco regido por lo privado e individual.
Tal como señala Dinerstein, (2013, p. 69) “(…) estas movilizaciones aportaron un aspec-
to novedoso a las luchas sociales de antaño, se caracterizaron por combinar altos niveles
de movilización con una fuerte intervención social en los barrios (…)”. Desde las escuelas
se resistía al neoliberalismo y desde las calles se daba a conocer con ollas populares y pi-
quetes, una problemática que cada vez generaba más excluidos.
Cabe preguntarnos entonces si la lucha y organización docente en pos de alcanzar una
vivienda constituye o no un movimiento social y en caso de serlo, qué tipo de movimiento
social sería. Tomando a Svampa, (2010) la organización docente se ubicaría dentro del
modelo de militancia denominado de matriz nacional-popular, ya que éste:
Cooperativismo y derecho a la ciudad: la lucha de los docentes de la provincia de Buenos Aires... 259
(…) se inserta en la “memoria mediana” (las experiencias populistas de los años treinta, cuarenta y
cincuenta), y tiende a sostenerse sobre el triple eje de la afirmación de la nación, estado redistribu-
tivo y conciliador, liderazgo carismático y masas organizadas -el pueblo- (…). (p. 8)
Los trabajadores de la educación organizados sindicalmente lucharon contra las medi-
das de ajuste educativo promovidas por el modelo neoliberal, organizándose con el fin de
no retroceder en las conquistas que hasta el momento habían conseguido. Esto nos per-
mitirá comprender, cómo un sindicato nacido en 1986, logró responder en la década de
1990, con una experiencia de cooperativas de viviendas que hoy se continúa expandiendo
por muchos partidos de la provincia de Buenos Aires. La cooperativa se sostiene en base
al compromiso de los docentes que adhieren a la propuesta y a la organización promovi-
da por SUTEBA. Fue así que mientras se resistía a las políticas de educación privatista,
los docentes iniciaban paralelamente la lucha por la vivienda para aquellos afiliados que
además de una casa, necesitaban vivir en un ámbito sostenido por los principios y valores
que rigen al cooperativismo.
Los trabajadores de la educación buscaron construir con COOPTEBA una alternativa
para superar las injusticias socioeconómicas que dejaba el neoliberalismo (Fraser, 1997).
Injusticias reflejadas en el incremento deshonroso del índice de indigencia y de pobreza
que se reflejó en todo el país, sumado a la privación de bienes materiales, reflejado en la
dificultad para acceder a la vivienda desde los sectores trabajadores.
Lo impactante en ese contexto fue la gesta de la organización docente en cooperativas
de viviendas. Esto reflejó una toma de conciencia de clase de los trabajadores de la educa-
ción, la cual los impulsó a luchar colectivamente en la provincia de Buenos Aires, ya que:
(…) La noción de clase no expresa su contenido crítico separada de la lucha, pues la clase como
forma crítica de existencia de la sociedad capitalista es lucha. (…) La clase según Marx, no es un
objeto sino el sujeto que lucha contra su reducción a objeto (…). (Tischler, 2004, p. 4).
En ese sentido, los docentes organizados colectivamente en SUTEBA, tomaron concien-
cia de la importancia de actuar frente a la situación y se movilizaron para dejar atrás la
visión sarmientista del educador y batallar contra el neoliberalismo. Ocurre que:
(…) todo movimiento social se configura a partir de aquellos que rompen la inercia y se mueven,
es decir, cambian de lugar, rechazan el lugar al que históricamente estaban asignados dentro
de una determinada organización social, y buscan ampliar los espacios de expresión (…). (Gon-
calves, 2001, p. 81)
Los docentes tomaron conciencia de que si permanecían en las aulas inertes, estarían
siendo cómplices en algún punto de las consecuencias que el sistema en la década de 1990
venía a consolidar. Porque un estudiante con hambre no está en condiciones de aprender,
pero sí aprende de un maestro que le enseña a luchar por lo que es justo. En ese sentido,
por su persistencia, coherencia y desarrollo, podemos enmarcar a estos docentes compro-
metidos dentro de lo que Castells denomina “movimientos sociales urbanos” (Castells,
2008). Esto puede afirmarse dado que primero, los docentes buscaron romper con la lógi-
ca neoliberal organizándose desde sus lugares de trabajo para responder creativamente a
la situación crítica que se estaba viviendo en la provincia. Pero a su vez constituyeron un
movimiento social de tipo urbano, dado que su organización se concretó en la ciudad de
la década de 1990, caracterizada por la segregación y la fragmentación urbana. Tal como
lo plantea Castells (2008) para otros espacios, los docentes organizados en COOPTEBA
hacían visible la demanda de otro modelo de ciudad y en ese sentido es que pueden re-
conocerse en la organización los tres objetivos básicos que el autor formula para todo
260 Marina Belén Boeri
movimiento urbano. En la Tabla 1 se sintetizan los objetivos que Castells (2008) plantea
como propios de un movimiento urbano analizándolos con el movimiento de docentes
nucleados en COOPTEBA.
Tabla 1. Objetivos básicos de movimientos urbanos según Castells y su concreción en COOPTEBA
Objetivos de Movimientos
Organización en COOPTEBA
Urbanos
Lograr para los residentes
una ciudad organizada en Los docentes organizados en COOPTEBA consideran a la vivien-
torno a su valor de uso y no da como un derecho. Su forma de organización es discutida y
como una mercancía. Alcan- votada en cada una de las asambleas que se desarrollan.
zar un consumo colectivo.
La identidad de la cooperativa se fortalece mediante las reunio-
Búsqueda de identidad cul-
nes que se gestionan para fortalecer la organización, además de
tural, del mantenimiento o
las jornadas de capacitación desarrolladas. Quienes participan
creación de culturas locales
de COOPTEBA están afiliados al SUTEBA y son docentes que se
autónomas. Construir una
relacionan diariamente en sus lugares de trabajo, compartiendo
cultura comunitaria.
en general los mismos intereses y preocupaciones.
gramas de ayuda financiera para las cooperativas. Creemos que en la actualidad las pro-
puestas cooperativas deben potenciar su accionar y para eso es necesario avanzar en el
fortalecimiento de una educación cooperativa, ya que:
(…) los derechos se tienen cuando -se- los ejerce (…) no hay derechos sin una organización que se em-
podere en esa lucha ni posibilidad de que efectivamente se cumplan si no es a través de un Estado
que actúe como garante de los mismos (...). (Álvarez, 2013, p. 1)
El caso de COOPTEBA da cuenta de eso y su desarrollo exitoso constituye un impulso
para no retroceder en lo logrado y avanzar así en el mejoramiento de la Cooperativa.
ya sabe que tiene una casa destinada para él y su familia. La adjudicación, consiste en
entregar la llave de la vivienda al asociado, para que éste tome posesión sobre la misma.
Esto se logra cuando la vivienda ya está terminada. Todas estas etapas son desarrolladas
y discutidas en cada una de las asambleas que se efectúan en el marco de la organización.
De ahí la importancia de la educación basada en principios cooperativos ya que debe sos-
tenerse en el asociado un compromiso activo con la cooperativa. COOPTEBA desarrolla
por eso, jornadas de capacitación, talleres de formación, concursos de fotografía entre
otras actividades, a fin de involucrar aún más al asociado con los principios cooperativos.
En ese sentido lo que se busca con este tipo de actividades es revertir lo que Claudia,
lamentándose nos comentó:
(…) yo te diría que tristemente, en el momento que se entrega la vivienda muchos compañeros toda
la formación cooperativa… se la olvidan (silencio pausado). Es triste lo que te digo, pero es así.
Entonces empiezan roces en los consorcios ¿vistes?, y no es el único caso el mío, el de mi consorcio
en particular. Tiene que ver con normas elementales de convivencia (…) Acá estás más próximo a
tu vecino, tenes por ejemplo un patio común, una zona verde en común. Tenés no se que poner,
acordar el reglamento del consorcio. Además el reglamento de consorcio, luego hay que respetarlo
y no siempre pasa, entonces a veces suelen haber roces que tienen que ver con la convivencia (…) La
verdad que eso si me parece lamentable que se olviden una vez que tienen la llave de lo que son los
principios cooperativos (…). (Claudia, docente)
Ocurre que la permanencia y militancia de los socios en COOPTEBA, una vez entrega-
da la vivienda, constituye todo un desafío que cada año debe superarse. Pero pese a que el
discurso predominante en la década de 1990 promovía el mero individualismo, hubo un
grupo de docentes que creyeron y se interesaron en la propuesta de COOPTEBA y mien-
tras eso suceda, otro modelo de ciudad es posible.
Conclusiones
Tras desarrollar este trabajo podemos concluir que COOPTEBA constituye una coopera-
tiva que contiene una significativa historia de lucha y organización docente. Su trayectoria
y vigencia reflejan que los docentes organizados en un sindicato constituyen un movimien-
to social urbano de características particulares capaz de proponer una vía alternativa a la
que plantea el tradicional mercado inmobiliario para acceder a la compra de una vivienda.
A su vez el éxito de COOPTEBA permitió que la propuesta pueda expandirse en muchos
distritos de la provincia de Buenos Aires constituyendo para muchas familias la única
opción viable para acceder a un techo digno. Esto reflejó la crisis de vivienda que instauró
el modelo neoliberal en el territorio bonaerense, sumado a la desmejora salarial que sufrie-
ron los docentes en la década de 1990.
Sin embargo COOPTEBA refleja también otro modelo de ciudad posible, basado en los
principios del cooperativismo. Al surgir en pleno auge del modelo neoliberal, su proyec-
ción no era favorable, pero pudo resistir y expandirse bajo un modelo de Estado que solo
pregonaba ajuste y desinversión en todos los ámbitos. Esto da cuenta de la fortaleza del
movimiento docente para resolver las dificultades que debieron enfrentar.
Hoy sin embargo la problemática de la vivienda continua vigente. En ese sentido es im-
portante que el estado intervenga más en la regularización del mercado inmobiliario y
además potenciar la organización social de quienes creen en otro vivir.
Cooperativismo y derecho a la ciudad: la lucha de los docentes de la provincia de Buenos Aires... 263
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Cambios en el sistema agroalimentario: el auge del
supermercadismo y sus implicancias en los productores
Delfina Borelli
Introducción
Las transformaciones en la producción de alimentos y el acceso a los mismos en Argentina
se entienden a partir de los cambios en la economía global y nacional producidos en la déca-
da de 1990, cobrando especial importancia la llegada de empresas transnacionales. Adquie-
ren un rol central en el sistema agroalimentario aquellas compañías vinculadas a la difusión
de “paquetes tecnológicos” en el agro y las relacionadas con la distribución minorista.
El trabajo indaga sobre este último actor. La centralidad adquirida por las grandes ca-
denas de supermercados genera cambios no solo en otras formas de comercialización (al-
macén tradicional, canal mayorista), sino también en la producción primaria, industrial y
en los mismos consumidores.
Este trabajo se concentrará en las cadenas de supermercados e hipermercados1, describien-
do, en primer lugar, dicha centralidad en las cadenas globales de valor. Seguidamente, se seña-
lan los cambios que hicieron posible la emergencia de estos actores como central. Asimismo,
se pretende caracterizar su operatoria y las estrategias de desarrollo comercial impulsadas.
La coordinación de la cadena de valor por el supermercadismo2, en tanto detenta capa-
cidad de compra e información de consumidores, genera diversas implicancias en los pro-
ductores. El trabajo pretende dar una aproximación a estas cuestiones, diferenciando los
impactos en función de las características de los proveedores. Por último, se presentarán
las principales conclusiones.
Para comprender la complejidad y multidimensionalidad del tema, se tendrán en cuen-
ta los aportes de Rolando García (2006). El autor parte de considerar el objeto de estu-
dio como un sistema complejo, en tanto “(…) representación de un recorte de [la] realidad,
conceptualizado como una totalidad organizada (de ahí la denominación de sistema), en
la cual los elementos no son "separables" y, por tanto, no pueden ser estudiados aislada-
mente” (García, 2006, p. 21). La complejidad está dada por la heterogeneidad de los proce-
sos y elementos (subsistemas) constituyentes, en tanto son de naturaleza diversa: política,
económica, social, jurídica. Asimismo, García (2006) insiste en la distinción de niveles de
análisis: los de ‘primer nivel’ hacen referencia a los efectos locales en el medio físico o la
1 A los fines de este trabajo se utilizan indistintamente los conceptos de supermercado e hipermercado. Cuando se
explicite su diferenciación, se toma en cuenta la definición del INDEC: los supermercados constituyen unidades de
venta que abarcan en un solo local, la venta de alimentos, bebidas, productos de limpieza y bazar y productos cone-
xos, no poseen atención personalizada (a excepción de rubros como carnicería, fiambrería y panadería) y ocupan una
superficie de venta que varía entre los 350 y los 2500 m2; los hipermercados constituyen unidades de venta donde a
los productos tradicionales de supermercados, se adicionan espacios de venta específicos como ser: electrodomésti-
cos, indumentaria, artículos de pesca, accesorios para automóviles, libros, videos y cds, etc., su superficie de venta es
superior a los 2500 m2 (excluyendo, por ejemplo, playas de estacionamiento, depósitos y áreas de servicios conexos).
2 Se entiende por supermercadismo a la comercialización minorista encarnada por aquellas grandes cadenas (más
de 80 bocas de expendio), en su mayoría de capital trasnacional, que utilizan prácticas de abastecimiento y logística
modernas e integradas y que detentan gran poder económico.
266 Delfina Borelli
sociedad; los de ‘segundo nivel’ constituyen meta procesos, de carácter más general, rela-
cionados a cambios en el sistema productivo y que tienen alcance nacional o regional; los
de ‘tercer nivel’ refieren a procesos más amplios, a cambios en la división internacional del
trabajo, en el comercio o en las fluctuaciones de capitales, de carácter global (García, 2006).
A partir de recopilación bibliográfica y del análisis de documentos oficiales y artículos
periodísticos, se pretende comprender las vinculaciones entre las cadenas de supermerca-
dos y los productores de alimentos, teniendo en cuenta la heterogeneidad de los elementos
de dicha relación (socioeconómicos, jurídicos, tecnológicos) y de las lógicas globales, na-
cionales y locales que inciden en las mismas.
por los operadores del mercado (y son de carácter voluntario), se tienden a acercar a las
normas de calidad internacionales (Salles de Almeida, 2008).
El énfasis en la demanda altamente segmentada y dinámica conlleva que la gran distri-
bución traslade la información sobre calidad, gustos, cantidades, packaging, entre otras,
hacia los productores. Esto induce modificaciones en las formas de producción, procesa-
miento y embalaje para cada uno de los nichos de mercado. De esta forma:
(…) las prácticas productivas del sector agroindustrial se ven sometidas a normas, regulaciones y
códigos, con estándares más elevados a los mínimos legales, que no se derivan de los controles ofi-
ciales (…) sino de las presiones ejercidas por los agentes de la distribución. (Gorenstein, 1998, p. 463)
Si bien este tipo de normas tiende a acercarse cada vez más a las preferencias de los con-
sumidores -segmentando cada vez más la demanda en distintos nichos de mercado-, en
la práctica se utilizan barreras a la entrada, ya que su cumplimiento depende de aplicar
ciertas tecnologías, de contratar auditores, entre otras. Al mismo tiempo, el sector privado
genera exigencias por encima de las provistas por la regulación estatal.
Siguiendo a Caracciolo (2015), el funcionamiento de las cadenas transnacionales de su-
permercados requiere la convergencia de los sistemas regulatorios, a través tanto de modifi-
caciones legislativas a nivel nacional como del establecimiento de normas de gestión priva-
da. Ello significa la apropiación de la garantía de calidad y de las certificaciones necesarias.
Las exigencias de calidad se encuentran, en mayor medida, en el caso de los productos de
marca propia. Pese a que se terciariza la producción y se disminuye el riesgo industrial, hay
una tendencia del supermercadismo a generar normas de producción, calidad, higiene, se-
guridad. En este línea, la Asociación de Supermercados Unidos (en adelante, ASU), elaboró
en septiembre de 2013, un manual para los proveedores de marca propia. Esta iniciativa de
la cual forman parte Carrefour, Coto, Jumbo, Libertad, La Anónima y Wal-Mart, especifica
los requisitos mínimos a cumplir por parte de los proveedores. Además, busca que los mis-
mos estén certificados por parte de la Global Food Safety Iniciative. De esta manera:
(…) un proveedor certificado no recibirá auditorías por parte de cada una de nuestras cadenas, pero
tendrá el seguimiento por quien las cadenas integrantes de ASU definan en cada caso, que nos per-
mita dar conformidad respecto del mantenimiento de la certificación y su consecuente garantía
de Inocuidad Alimentaria. A tal efecto, esta Asociación podrá realizar visitas acotadas en tiempo
y alcance, a los Proveedores ya certificados corroborando el cumplimiento de los estándares de-
finidos y/o especificaciones que hayan acordado con cada cadena en particular. (ASU, 2013, p. 2)
Este manual tiene como objetivo la eficiencia en costos en la cadena de suministro y la
reducción de la realización de auditorías. Consecuentemente se generaliza la tendencia, a
nivel de las mayores empresas del sector, a establecer normas de calidad por encima de los
estándares públicos, y en sintonía con las regulaciones internacionales.
Además de los mencionados plazos de pago y normas de calidad, se relevaron otras
condiciones de acceso al canal moderno. Entre ellas se pueden señalar: la aceptación de
descuentos (ya sea para que el consumidor se beneficie de promociones o por publicidad
en folletería de la empresa), el alquiler de espacios de góndola, devoluciones de mercadería
(La Nación, 2/10/1999; Página 12, 6/9/2015).
Cabe mencionar que en el entramado industrial conviven pequeñas y medianas empre-
sas con grandes firmas, y no todas se ven afectadas de la misma manera por la gran dis-
tribución. Entonces, por un lado, las relaciones gran industria-supermercados se realizan
en un marco que comprende las necesidades de dos grupos altamente concentrados. Las
grandes empresas industriales mantienen capacidad de negociación: pese a que hay una
Cambios en el sistema agroalimentario: el auge del supermercadismo y sus implicancias... 271
Conclusiones
Resulta importante comprender las transformaciones en la producción de alimentos a
partir de los cambios en la comercialización, que se dan de la mano de la emergencia de
un nuevo actor: las cadenas de supermercados. A partir de la década de 1990, y producto
de modificaciones en materia regulatoria y de inversiones, se comienza a delinear el rol de
comando del supermercadismo en el sistema agroalimentario argentino.
La capacidad de compra, el dominio de tecnología, logística y herramientas de gestión
lo colocan en una posición de jerarquía respecto a otros canales de distribución. Asimis-
mo, el contacto directo con el consumidor les permite identificar cambios en los hábitos
de consumo o en las formas de aprovisionamiento. El supermercadismo, así, deja de ser un
mero intermediario para detentar funciones de información, logísticas, financieras, tanto
con consumidores como con productores.
De acuerdo al análisis bibliográfico y a la información periodística, tanto las negocia-
ciones por los precios de comercialización como los plazos de pago que maneja el sector,
aparecen como las principales características que determinan la relación. Para los produc-
tores, significa modificar su gestión productiva y financiera para ganar en volúmenes de
venta; para el supermercadismo, resulta un aspecto clave de la rentabilidad.
Crecientemente, los requerimientos de calidad, las modificaciones en los productos, las
certificaciones, entre otros, aparecen como demandas de los consumidores ‘traducidas’
por el retail. Los cambios que identifica dicho sector se transforman en exigencias en tanto
requieren modificaciones productivas, organizativas y tecnológicas, en especial si existe la
competencia de los bienes de marca propia del supermercado.
A partir de lo analizado, una primera aproximación -que motiva futuros trabajos de
campo- se refiere a que quien comercializa y quien no con un supermercado, se determina
en función del cumplimiento mínimo de estos aspectos, siendo la capacidad financiera y
las economías de escala los principales determinantes en el acceso a la góndola. De esta
272 Delfina Borelli
forma se generan asimetrías a la hora de comercializar en el canal moderno. Para los peque-
ños y medianos productores las dificultades en torno a la comercialización con las cadenas
de supermercados pueden ser de diverso carácter: financiero, tecnológico, de logística, cali-
dad o costos. Identificar las características de la relación comercial entre estos dos sectores
permite conocer las regulaciones implícitas y explicitas de determinados mercados.
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Cambios en el sistema agroalimentario: el auge del supermercadismo y sus implicancias... 273
Introducción
Los precios del suelo urbano constituyen un indicador sintético de la cualificación ur-
bana-ambiental de los espacios intraurbanos (Baer, 2011), es decir son una expresión de las
valoraciones que la población y los distintos sectores de actividad tienen en relación a las
ventajas de localización que determinados terrenos y lugares de la ciudad reportan en fun-
ción de: la infraestructura básica disponible, la calidad ambiental, los entornos sociales,
las condiciones de accesibilidad, el nivel de conectividad, el tipo de actividades soporta-
das, las expectativas de valorización, etc. Al mismo tiempo los precios de suelo son una
manifestación de la renta, la cual constituye un fenómeno más abstracto: la derivación de
parte del excedente social que un conjunto de agentes realizan a quienes ejercen el domi-
nio de la propiedad de la tierra -en tanto mercancía irreproducible y monopolizable-, por
el hecho de ceder su uso (Jaramillo 2009). Esto significa que el control social de la propie-
dad territorial constituye una fuente de ingreso complementaria al trabajo y a la ganancia,
en tanto: condición de acumulación (Abramo, 2011) o factor indispensable en el proceso
productivo, bien de uso imprescindible en el proceso de reproducción social, o colocación
financiera (para una aproximación al carácter que asume la propiedad inmueble como
forma de ‘capital ficticio’, ver Harvey 2013).
La concurrencia de estas tres lógicas en el mercado de suelo urbano evidencia que el
acceso al hábitat se encuentra subordinado a la potencia de la demanda derivada de quie-
nes afrontan un proceso productivo (en especial aquel orientado a la mercantilización de
espacio urbano), o directamente, de quienes especulan con la tierra o despliegan a partir
de ella estrategias de reserva de valor. Cabe señalar que esta subordinación en el acceso a
la tierra como bien de uso resulta aún más evidente en aquellos sectores de bajos ingresos,
dado que la insolvencia mediatiza con mayor intensidad la satisfacción de la necesidad
habitacional. En paralelo, en Latinoamérica los condicionamientos estructurales han res-
tringido el despliegue de los procesos de “desmercantilización estatal” de la producción/
consumo de bienes y servicios urbano-habitacionales, intensificando la difusión de for-
mas de “desmercantilización social” regresivas en el acceso a los bienes y servicios urba-
no-habitacionales (Pirez, 2014).
En función de lo anterior se deduce que la formación de los precios del suelo en las
ciudades, por un lado, responde a un conjunto de atributos intraurbanos, frente a los
cuales, mapas de precios de suelo, resultan herramientas altamente eficaces para estudiar
los factores de diferenciación espacial y la articulación de rentas que operan detrás; por
otro lado, expresa dinámicas de carácter macroeconómico que responden un conjunto
de fluctuaciones coyunturales alrededor de la tendencia estructural al alza que tienen
los precios del suelo en el largo plazo. Según Jaramillo (2009) esto último se explica por
276 J. P. Del Río, G. Andrade, R. Coletti, P. Mariñelarena, M. Pacheco y P. Raymundo
Metodología
El objetivo de este trabajo es presentar la metodología de relevamiento, sistematiza-
ción y análisis de los precios del suelo para generar información básica para la planifi-
cación urbana y el diseño de políticas públicas más inclusivas en términos de acceso a
la tierra, los servicios urbanos y la vivienda. Además, se busca aportar a la generación de
una serie estadística de precios del suelo para el Gran La Plata a partir del relevamiento
agosto-septiembre 2016.
La sistematización de los datos permite la elaboración de un conjunto de mapas de los
precios de suelo. Complementariamente el análisis de las dispersiones estadísticas sirve
para ajustar los valores medios de suelo con destino residencial para un conjunto de áreas
homogéneas en las cuales se subdivide el aglomerado urbano analizado. En paralelo, la
consolidación de una base de datos georreferenciada de precios de suelo permite corre-
lacionar espacialmente estas observaciones con la cobertura de las áreas de servicios, la
zonificación de usos del suelo, los centros urbanos, los límites municipales, los corredores
de crecimiento urbano, etc. Esto permite elaborar un perfil de precios que indica la valori-
zación diferencial que existe entre las distintas zonas del aglomerado como insumo para
la formulación de políticas públicas.
La metodología de relevamiento se basó en la recopilación de la oferta de tierra en los
canales de comercialización que concentran la mayor parte del mercado inmobiliario.
Esto implicó la construcción de una base de datos que absorbió aproximadamente tres
cuartos del flujo de oferta. La unidad de análisis fue la oferta de lotes, terrenos, macizos,
fracciones o parcelas rurales. Además, se consideraron inmuebles edificados en aquellos
casos en los cuales los mismos fueron ofrecidos como lote o terreno con superficie edi-
ficada a demoler. Este tipo de oferta aparece usualmente en áreas centrales con fuerte
valorización para la construcción de vivienda multifamiliar en altura o uso comercial.
De allí que cuando un operador inmobiliario procedió a la tipificación de un inmueble
edificado como ‘lotes y terrenos’, se asume que el precio de venta refiere al uso potencial
que la mercancía-suelo puede adquirir (siendo despreciable el costo de demolición). El
período de relevamiento se fijó en los meses de agosto y septiembre, alejado del comien-
zo o la finalización del año, cuando el ingreso de nueva oferta es menor. Por otra parte,
salvo coyunturas específicas a considerar al momento de analizar los datos, la cotiza-
ción de los inmuebles tiene una inercia importante y responde a un mercado mayormen-
te dolarizado. Las actualizaciones de los precios y el componente inflacionario suele
estar cubierto por los márgenes de ajuste entre la tasación real y el precio publicado. En
el Gran La Plata el mercado de compra y venta de lotes o terrenos no presenta efectos de
estacionalidad a diferencia del mercado de alquileres que posee mayores niveles de oferta
con el inicio de año lectivo universitario.
La sistematización de los datos se realizó en una tabla donde para cada registro de
oferta se completaron: código de identificación único, inmobiliaria, fuente web o ana-
lógica, tipo de oferta, descripción de la oferta, ubicación, precio según moneda de oferta
(pesos o dólares), superficie y descripción de servicios. Además, se georreferenciaron los
registros de oferta (Figura 1), se trasformaron los precios de pesos a dólares según el tipo
de cambio de Banco Nación para el día en que se levantó la oferta, y se normalizaron los
precios por metro cuadrado.
278 J. P. Del Río, G. Andrade, R. Coletti, P. Mariñelarena, M. Pacheco y P. Raymundo
Análisis y resultados
El relevamiento de 1.659 registros de oferta dio lugar a 1.215 observaciones válidas
asociadas al uso residencial de lotes de menos de 2.500 m2 luego del proceso de norma-
lización y sistematización. El precio medio de los terrenos fue de 170 u$s/m2, el valor
máximo fue de 2.114 u$s/m2 en el área central con alto potencial constructivo y el valor
mínimo fue de 15 u$s/m2 en terrenos de gran tamaño (> 1200 m2 y < 2500 m2) sin servi-
cios y ubicados en zonas rurales en subdivisiones preexistentes la sanción de las norma-
tivas de usos del suelo vigentes, o bien en loteos ‘de hecho’ en zonas no habilitadas para
subdivisión de parcelas urbanas.
En la Figura 2 se observa la distribución concéntrica que adquieren los precios del suelo
hacia el casco fundacional y el ‘cono de alta renta’ que se estructura hacia el eje de crecimiento
noroeste, lugar donde residen los sectores de medio-alto y altos ingresos. Mientras que el casco
histórico de La Plata posee valores medios de 749 u$s/m2 y las localidades del eje noroeste de
La Plata (Tolosa, Ringuelet, Hernández, Gonnet, City Bell, Villa Elisa y Arturo Seguí) poseen
en conjunto de valores medios de 138 u$s/m2, el partido de Ensenada muestra valores de 97
u$s/m2, el eje sudoeste del partido de La Plata (San Carlos, Los Hornos, Las Quintas, Melchor
La construcción de mapas de precios del suelo como herramientas de planificación 279
Romero y Abasto) de 79 u$s/m2, el partido de Berisso de 78 u$s/m2 y el eje sudeste del partido
de La Plata (Villa Elvira, Altos de San Lorenzo y Sicardi-Garibaldi) de 68 u$s/m2.
Figura 2. Precios del suelo urbano, Gran La Plata, 2016
Subuniverso n = 1.215 uso residencial < 2.500 m2
La Figura 3 muestra que la dispersión de los precios del suelo a nivel del aglomerado ur-
bano adquiere una distribución asimétrica positiva, es decir, muy pocos registros de oferta
ubicados en el área central con alto potencial constructivo poseen precios elevados (> 450
u$s/m2) y traccionan la media hacia arriba. Mientras que la media general del aglomerado
se ubica en los 170 u$s/m2, la mediana es de 98 u$s/m2. Por otro lado, se observa que más
de 2/3 del flujo de oferta se localizan en áreas semi-consolidadas o en expansión, es decir
en lugares donde la disponibilidad de infraestructura es parcial o inexistente. Resulta sig-
nificativo recordar que según la literatura especializada la existencia de amplias zonas
urbanas con escasez de suelo servido y las fuertes asimetrías en la inversión en la redes
de infraestructura y en el espacio público refuerza la segmentación del mercado de suelo,
retroalimenta los círculos de especulación, e incide en el pago de un sobreprecio por parte
de la población producto de la escasez física relativa del suelo servido, equipado y bien
localizado (Kleiman, 2002; Smolka, 2003 y Morales Schechinger, 2008).
La Figura 4 grafica los precios medios para cada uno de los municipios del aglomera-
do urbano y, en el caso del distrito de La Plata, se distinguen los grandes corredores de
crecimiento urbano. La estadística descriptiva y el análisis de la distribución geográfica
de los precios del suelo evidencian que los valores de los terrenos no dependen solo de la
distancia al centro urbano, la extensión de los terrenos o la disponibilidad de infraestruc-
tura. La formación de los precios del suelo también se asocia al nivel socioeconómico de
los entornos urbanos, la zonificación en particular a través de los indicadores de potencial
constructivo y la antigüedad del área en el proceso de urbanización. Como se verá luego,
otro resultado de investigación, es la verificación de un elevado coeficiente de asociación
entre los precios del suelo y un índice de externalidades urbanas que sintetiza las dimen-
siones de análisis anteriormente mencionadas para 30 áreas homogéneas en las que se
subdividió el aglomerado urbano (Figura 6).
280 J. P. Del Río, G. Andrade, R. Coletti, P. Mariñelarena, M. Pacheco y P. Raymundo
se considera que los mismos son indicativos de cómo las decisiones de planificación vin-
culadas a transformar un área rural en urbano o complementaria, pueden impactar en
la formación de los precios del suelo y por tanto en la distribución de la rentas. Ejemplos
semejantes constituyen: el impacto que tienen la inversión en obras de infraestructura
en los distintos sectores de la ciudad, las decisiones públicas de cambio de la normativa,
o la asignación de indicadores urbanísticos de mayor aprovechamiento del uso de suelo.
Una aproximación más ajustada a los niveles de valorización inmobiliaria que generan
el conjunto de estas acciones de política urbana requiere introducir desde ya la variable
temporal asociada al ciclo de comercialización, los costos financiaros de inmovilización
de capital que suponen la inversión de capital en el proceso de urbanización, los des-
cuentos específicos de la superficie que debe cederse en cargas urbanísticas (vías, espacio
verde y equipamiento en el caso de los emprendimientos de subdivisión) y los costos pro-
ductivos que implica llevar adelante determinados emprendimientos. Sin embargo, una
aproximación al estudio de la rentabilidad o de la valorización inmobiliaria neta será
material de futuros trabajos.
Figura 5. Precios medios según zonificación y cobertura de servicios, La Plata
Antes de finalizar, cabe señalar que el alto grado de correlación entre los precios del
suelo y el índice de estructura urbana (Figura 6) informa de otro aspecto pocas veces con-
siderado en las decisiones de política urbana, la formación de los precios del suelo surge
de un conjunto de factores que se articulan en el complejo proceso de urbanización, los
cuales son en buena medida extrínsecos al lote y ajenos al esfuerzo del propietario.
En este sentido, el ejercicio presentado en la Figura 6 evidencia que el mercado de suelo
urbano es básicamente un mercado de externalidades. Por esta razón, en la literatura se
sostiene que la valorización del suelo es ajena al esfuerzo del propietario y el poder público
está legitimado para recuperar parte de su valor. En el marco constitucional argentino,
esto significa la posibilidad de diseñar política urbana y herramientas de planificación
que movilicen y recuperen hasta un 33% de la valorización inmobiliaria (según jurispru-
dencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación).
282 J. P. Del Río, G. Andrade, R. Coletti, P. Mariñelarena, M. Pacheco y P. Raymundo
Fig. 7. Ejemplo cruce entre observaciones de precios del suelo y áreas homogéneas
Conclusión
Los movimientos de precios del suelo que se producen en las ciudades producto del cre-
cimiento urbano, la inversión en infraestructura de servicios y los cambios de zonificación
asociados a mayores intensidades de uso, son ajenos al esfuerzo del propietario y constituyen
potenciales fuentes de financiamiento del desarrollo urbano. Uno de los grandes desafíos
de la política urbana actual es la recuperación de la valorización inmobiliaria en base a la
articulación de instrumentos fiscales, de regulación del mercado y de planificación urbana.
En la provincia de Buenos Aires, la Ley Nº 14449 incorporó a partir del año 2012 la
figura de la “participación municipal en la valorización inmobiliaria generada por la ac-
ción urbanística”. En su artículo 46 establece que constituyen “hechos generadores” para
La construcción de mapas de precios del suelo como herramientas de planificación 283
Referencias
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Organización de las Naciones Unidas (ONU) (2016). Declaración de Quito sobre Ciudades y Asen-
tamientos Humanos Sostenibles para Todos. Quito: Organización de las Nacionales Unidas.
284 J. P. Del Río, G. Andrade, R. Coletti, P. Mariñelarena, M. Pacheco y P. Raymundo
Introducción
En este escrito se presentan los avances realizados para la confección de una serie de pre-
cios del suelo urbano en el Gran La Plata (1995-2015), con el propósito de estudiar la evolu-
ción de los precios y contribuir a una investigación mayor vinculada al deterioro del poder
adquisitivo del salario en relación a la valorización de los inmuebles, dada la intensificación
de la función que adquirieron los inmuebles como activo financiero en las últimas décadas.
En este marco, el objetivo específico de este trabajo es documentar los procedimien-
tos técnicos vinculados a la elaboración, sistematización y normalización de una base de
datos asociada a diversos relevamientos de precios del suelo que se realizaron en el Gran
La Plata, entre 1995 y 2015. A partir de ello se realizan algunas reflexiones de carácter
metodológico vinculadas a la construcción, manipulación y análisis de precios de suelo.
Estas reflexiones tienen la vocación de generar intercambios con diversos grupos y
equipos de investigación de cara a consolidar metodologías de relevamiento y análisis
de los mercados de suelo urbano en nuestro país, que constituyen un déficit en el debate
y la formulación de las políticas urbanas. Los esfuerzos realizados para consolidar esta
base de datos surgen de la articulación de los proyectos de investigación H636 (SCyT-
UNLP) y el proyecto PICT2053 (ANPCyT). En el marco del análisis de los procesos de
mercantilización urbana, ambos proyectos registran entre sus objetivos particulares, la
necesidad de estudiar los movimientos estructurales y coyunturales de los precios del
suelo urbano (Jaramillo, 2009).
Cabe mencionar que pese a la austeridad del objetivo del trabajo, se considera que el
mismo constituye un aporte a la sistematización de información básica sobre precios de
suelo urbano, dada las restricciones que se enumeran a continuación.
Algunas cámaras empresariales o consultoras realizan relevamientos de precios, los
mismos no son públicos y se circunscriben a algunas pocas ciudades del país (y dentro de
ámbitos territoriales parciales). Además, los mercados inmobiliarios se caracterizan por
ser opacos y las estadísticas de los precios del suelo no constituyen una prioridad para los
entes públicos, ni para los sistemas estadísticos nacionales y provinciales. Los catastros
provinciales y municipales no utilizan metodologías de valuación basadas en observacio-
nes de mercado, lo que no solo genera asimetrías fiscales sino que además restringe el uso
de las valuaciones fiscales como fuente de información válida para estudiar la dinámica
inmobiliaria. Las tasaciones privadas o públicas no son compiladas en repositorios públi-
cos, menos aún las transacciones comerciales de compra-venta o alquiler.
Solo la Ciudad Autónoma de Buenos Aires construye sistemáticamente desde el año
2001 información de oferta de precios del suelo. Salvo esta experiencia oficial, en Argenti-
na la elaboración de estadísticas de precios del suelo urbano se reduce a estudios puntua-
les y a sectores urbanos particulares, o bien, a recortes temporales acotados que no per-
286 Juan Pablo Del Río, Lucía Matteucci, Mariana Relli, Violeta Ventura y Francisco Vértiz
gicos que se adaptan bien para estimar el precio de los terrenos al momento de construir o
desarrollar emprendimientos y realizar los cálculos de incidencia del suelo en la magnitud
de la inversión global del proyecto. Los métodos estadísticos, basados en observaciones de
mercado, son útiles para realizar aproximaciones empíricas globales (mediante estadística
descriptiva o inferencial), pero no suelen ser satisfactorios para el tratamiento de inmue-
bles individuales. Estos métodos masivos permiten analizar ciertas regularidades cuando
se cuenta con un número considerable de observaciones.
En términos generales los estudios que analizan la evolución de los precios del suelo a
nivel de aglomerados urbanos, priorizan la utilización de métodos estadísticos masivos y
comparaciones de mercado basada en grandes volúmenes de datos. Aunque como advier-
te Borrero (s/f) deben tenerse algunos recaudos acerca de la fuentes de datos, su recolec-
ción y considerar ciertos procedimientos de homogenización de modo de hacer compara-
bles las observaciones. Respecto a esto último, se sugiere considerar aspectos vinculados
a la homogeneidad de las zonas, las diferencias de superficie, la relación frente-fondo, los
efectos de micro-localización, los aspectos topográficos, entre otros. Ya que técnicamente
sería poco apropiado promediar el precio de un terreno de una zona céntrica servida con
alto potencial constructivo con el precio de otro terreno con la misma superficie pero en
una zona periférica y sin servicios. Del mismo modo, es poco probable que dos terrenos
lindantes pero de distinta superficie (por ejemplo: 300 y 1.500 m2) posean un precio uni-
tario (o por metro cuadrado) semejante.
Aunque una serie estadística temporal no es más que un conjunto de datos numéri-
cos recopilados y sistematizados de acuerdo a un determinado criterio y orden cronoló-
gico, la construcción de una serie estadística de precios de suelo urbano implica tomar
una serie de recaudos dada la heterogeneidad del bien en cuestión. El modo en el que
se clasifican el volumen de datos y cómo se ordenan, resulta clave para determinar si
es posible analizar tendencias regulares y variaciones cíclicas. Esto es particularmente
importante en nuestro estudio, por varios motivos: no en todos los cortes temporales de
la base de datos provienen de relevamientos realizados de manera directa por el equipo
de investigación1, no se utilizaron siempre las mismas fuentes de información (o cana-
les de oferta), ni tampoco se relevó una muestra con el mismo volumen ni distribución
espacial de las observaciones.
1 Como se verá luego en algunos casos se utilizan estudios previos realizados por otros investigadores o equipos de
trabajo, con criterios y fuentes diferentes.
2 El año con más observaciones cuenta con 1.640 registros y el año con menos observaciones cuenta con 211 registros.
Aportes para la construcción de una serie de precio de suelo urbano, Gran La Plata 1995-2015 289
3 En los relevamientos propios se recopiló la oferta en los meses de agosto y septiembre, pero la base cuenta con dos
años donde la oferta que surge de otros relevamientos corresponde al mes de marzo.
4 Si bien en todos los casos la mayor parte de la oferta tiende a concentrarse en los rangos de superficie de menor
tamaño, para el caso de terrenos mayores a los 2.000 m 2 observamos frecuencias muy dispares de oferta, más aún si
consideramos las fracciones o parcelas sin subdividir mayores a los 10.000 m 2.
5 Hay años que en determinadas zonas de la ciudad no contamos con observaciones de oferta y en otros años sobre abun-
da. Sin embargo esto no se explica por cambios en el flujo de oferta, sino por las publicaciones inmobiliarias consultadas.
6 La oferta no posee una cobertura homogénea en términos de diversidad de área con diferencia de servicios, indicado-
res urbanísticos o nivel socioeconómico. Esto significa que a partir de análisis específicos detectamos por ejemplo que
determinadas áreas del centro de la ciudad se encontraban sobrerrepresentadas y en otras subrepresentadas.
7 Para los años 1996,1998, 2002 y 2007 no fue posible realizar relevamientos ni recopilar estudios precedentes.
8 Se recurrió a estudios previos realizados en el marco de la FAU-UNLP, CONICET y otros organismos públicos por
diversas/os investigadoras/es, docentes y tesistas: Julieta Frediani, Gabriel Losano, Laura Aon y Juan Pablo del Río.
290 Juan Pablo Del Río, Lucía Matteucci, Mariana Relli, Violeta Ventura y Francisco Vértiz
9 El acceso a los archivos físicos de la imprenta donde se elabora el periódico fue originalmente la principal estrategia
para reconstruir de manera sistemática una serie histórica con una misma fuente de información. Pero lamentable-
mente se perdió el archivo físico de la imprenta durante la inundación del 2 de abril de 2013 de la ciudad de La Plata.
10 Predominan ofertas de propiedades en pesos en la medida que se desciende en los segmentos por rango de precios
y que los terrenos ofertados en pesos aumentan el cociente (precio en dólares) si disminuye el divisor (cotización del
dólar oficial).
11 Ello surge de distintas consultas realizadas a los agentes del sector.
12 Para definir este parámetro se analizaron las superficies de parcelamiento mínimo y máximo según zona y tipo de
uso en normativa urbana local para las subdivisiones residenciales y con otros destinos.
Aportes para la construcción de una serie de precio de suelo urbano, Gran La Plata 1995-2015 291
discontinuos (Figura 1), dado que los precios del suelo a nivel de los aglomerados urbanos
adquieren frecuentemente una distribución asimétrica positiva, es decir, muy pocos regis-
tros de oferta poseen precios muy altos y traccionan la media hacia arriba (normalmente
se trata de registros ubicados en las áreas centrales con alto potencial constructivo). Por
ello la dispersión de estas observaciones y su influencia en la media puede generar distor-
siones, especialmente, en un caso como el nuestro, donde la muestra de cada corte anual
no es totalmente representativa. En la Figura 1, a modo de ejemplo, se pone de manifiesto
la exclusión de valores extremos (corte de las colas de dispersión), ya que sobre un total de
950 observaciones válidas solo nueve (con precios mayores a 1.060 u$s/m2) traccionaba en
casi 10% el promedio del precio.
Figura 1. Ejemplo exclusión de valores extremos en gráfico dispersión
Dispersión precios 2015. Precios en u$s/m2 según cantidad de registros
que los precios medios sin valores extremos se desmarcan de las dispersiones de los subu-
niversos de registros de cada corte.
En la Figura 3 se grafica el resultado de un segundo ejercicio que consistió en homologar
los cortes temporales en base a tres criterios complementarios: distribución espacial, dis-
persión por alto potencial constructivo y escalonamiento de la muestra. Es decir, además
de trabajar con terrenos menores a los 2.000 m2, excluir registros con efectos marcados de
micro-localización y de cortar las colas de dispersión (Figuras 1 y 2), se seleccionó un su-
buniverso de terrenos para elaborar la serie solo con: i) terrenos que se encuentran ubica-
dos dentro del área urbana o complementaria; ii) que no estuvieran localizados en el casco
urbano de La Plata, donde el efecto de los indicadores constructivos y las dispersiones que
ello induce son más notables; y iii) se procedió a un escalonamiento del subuniverso para
cada corte anual, en base a la definición de una muestra aleatoria con 162 observaciones
(Figura 3). Dicha cantidad de observaciones surge de la aplicación de los criterios i y ii al
año con menor cantidad de observaciones.
Los resultados de esta segunda serie (Figura 3) muestran una magnitud de precios
medio menor, debido especialmente a la exclusión del área con mayor potencial construc-
tivo que tracciona la media hacia arriba. Asimismo, los resultados obtenidos expresan que
ambos métodos de elaboración de la serie de precios muestran tendencias semejantes en
la evolución del precio medio. En otras palabras, al intensificarse los recaudos metodoló-
gicos y trabajar con un subuniverso de registros que hicieran más comprable los 16 cortes
anuales, no se observan cambios drásticos en la tendencia a nivel de aglomerado del Gran
La Plata en el período 1995-2015.
Figura 2. Precio medio en U$S/m2 (sin valores extremos) del suelo
en terrenos < 2.000 m2. Gran La Plata, 1995-2015
Figura 3. Precio medio en U$S/m2 (sin valores extremos) del sueloen terrenos < 2.000 m2.
Gran La Plata, 1995-2015. En base a 162 registros aleatorios por año
En ambas series se pone de manifiesto que en 2010 se superaron los valores medios
de referencia de 2001, con una valorización que alcanza 195% si se considera la serie con
162 observaciones para el período 2003-2010 o del 213% en el caso de la serie general. Si
se considera la tendencia de valorización hasta 2012, momento de amesetamiento, la va-
lorización general del precio del suelo urbano alcanza un 372% y 464% respectivamente,
rondando el precio del metro cuadrado los 110 U$S o los 160 U$S en el período 2012-2015,
según se considere la serie con 162 observaciones aleatorias o la serie general.
Referencias
Baer, L. (2011). El mercado de suelo formal de la Ciudad de Buenos Aires en su contexto Metropoli-
tano. Tesis de Doctorado. FFyL. UBA. Buenos Aires.
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El circuito inferior de la economía urbana y la
producción automotriz1
Matías Donato Laborde
1 Este trabajo se desprende de la tesis doctoral titulada: Territorio y globalización en Argentina: Los circuitos de la
economía urbana vinculados a las empresas automotrices (2017).
296 Matías Donato Laborde
2 El Área Concentrada abarcaría el Área Metropolitana de Buenos Aires, la provincia de Buenos Aires y Córdoba, y
el centro y sur de la provincia de Santa Fe. La misma recibe el mayor monto de las inversiones públicas y privadas, de
capitales nacionales y extranjeros (Di Nucci, 2010).
El circuito inferior de la economía urbana y la producción automotriz 297
pensamos que ese dato nos aproxima más a la idea de territorio usado como un híbrido.
Una porción de la metrópoli donde convergen objetos, acciones y normas.
Imagen 1. Comercialización de autopartes nuevas y usadas en torno a la
Avenida Warnes, ciudad de Buenos Aires, 2017
Pero lo que nos interesa particularmente señalar aquí es la existencia de pequeñas ac-
tividades que revelan las dinámicas del circuito inferior al posibilitar, por un lado, la su-
pervivencia, por medio de la producción y el consumo, de los actores menos capitalizados
y, por otro, el funcionamiento de la base técnica contemporánea y la producción de la
unicidad técnica (Silveira, 2004).
Con respecto a la comercialización de automóviles, se puede afirmar la inexistencia de
un circuito inferior, aunque se encuentra un número considerable de actores que realizan
ventas esporádicas y que no poseen locales comerciales. Estos actores disponen de un nú-
mero menor de automóviles en relación a una concesionaria pequeña y su actividad está
centrada en la venta de automóviles usados. Además, en las entrevistas realizadas en los
talleres de reparación del circuito inferior se encontró que los propios mecánicos com-
pran, arreglan y venden automóviles.
elección de los repuestos: algunos optan por insumos originales de marcas hegemónicas,
mientras que otros eligen repuestos fabricados por actores de la porción marginal.
Se observan articulaciones horizontales dadas por la técnica y por ciertas especializa-
ciones entre talleres del circuito inferior. La división técnica del trabajo en los servicios de
reparación segmenta el mercado, ya que los talleres que realizan trabajos de mecánica en
general no pueden cubrir la totalidad de las reparaciones y requieren terciarizar ciertos
trabajos a talleres que posean máquinas para realizar los servicios requeridos. Esto genera
relaciones de cooperación entre mecánicos y muestra la densidad comunicacional3 del cir-
cuito inferior, una de sus características que hace posible su sobrevivencia.
Las articulaciones horizontales entre talleres no solo se dan por una cuestión técnica,
sino también por la necesidad de reparar de la forma más rápida el automóvil. Muchos
usuarios, como el caso de los taxistas, utilizan el automóvil como un medio de trabajo y,
por otro lado, buscan aquellos talleres que puedan reparar los problemas a un bajo costo
y en un menor tiempo para evitar el lucro cesante en su actividad.
Si se compara con los grandes talleres especializados, el tamaño de los establecimien-
tos del circuito inferior es pequeño y, en algunos casos, el predio es alquilado. La escala
de acción de los talleres mecánicos del circuito inferior es barrial, ámbito que posibilita
las relaciones interpersonales entre los mecánicos y los clientes, con fuertes trazos de
confianza recíproca.
No se ha podido constatar la existencia de un circuito inferior de producción de au-
topartes en la Región Metropolitana de Buenos Aires. Sin embargo, se pueden reconocer
determinadas producciones por parte de los mecánicos, que responden a demandas pun-
tuales. En estos talleres se visualiza el ingenio de los trabajadores y proliferan acciones,
como indica Ortega y Gasset (1957), propias del hacer artesanal.
Opuesto al circuito superior que utiliza una tecnología intensiva y moderna, el circui-
to inferior se mantiene gracias al trabajo intensivo. Operando máquinas y herramientas
antiguas, esas acciones intensivas y artesanales pueden resolver no pocos problemas téc-
nicos. No obstante, se pudo observar en algunos talleres que existe material tecnológico
moderno. El agregado de contenido técnico a los lugares es una contaste, empujado por las
innovaciones y las normas, los nuevos talleres deben tener elevadores electrohidráulicos
para lograr su habilitación.
Otra de las marcadas diferencias entre los actores de ambos circuitos es el uso de la pu-
blicidad. Pero, según Silveira (2014), el circuito inferior cada vez más realiza publicidad por
medio de banners, tarjetas, comunicación entre clientes y propaganda en radios y periódicos
comunitarios. Los talleres de reparación del circuito inferior no tienen capacidad para reali-
zar publicidad en los medios de comunicación masivos, aunque pueden destinar pequeñas
inversiones en radios locales y colocar carteles en la fachada de sus edificios. Su principal
estrategia está dada por la comunicación de boca en boca y la confianza de los clientes.
En la visita a un taller del circuito inferior, localizado en el barrio porteño de La Boca, en
la ciudad de Buenos Aires (Imagen 3), se pudo realizar una entrevista y hacer registros foto-
gráficos. El taller, de pequeñas dimensiones, no posee carteles en su frente y cuenta con una
importante cantidad de objetos técnicos como un banco para armar motores, criques hi-
3 Según Santos los lugares pueden definirse por su densidad técnica, por su densidad informacional, por su densidad
comunicacional, atributos que se interpenetran y cuya función los caracteriza y distingue (Santos, 2000). La densidad
comunicacional puede entenderse como el lugar del acontecer solidario, ese espacio creador de la interdependencia
obligatoria y de la solidaridad entre los sujetos (Santos, 2000).
El circuito inferior de la economía urbana y la producción automotriz 301
dráulicos de carro (primera foto de la secuencia), cargador de baterías, una fosa, entre otros.
Además, cuenta con una importante cantidad de herramientas con poco contenido tec-
nológico, escaso espacio para trabajar y una superficie limitada para guardar los vehículos
que se encuentran en reparación. En la entrevista, el dueño del taller, aseguró que alquila
el local y que ese es el mayor costo que debe afrontar.
Imagen 3. Taller mecánico del circuito inferior en el barrio de la Boca, Ciudad de Buenos Aires. 2015
Como sostienen Gaudin (1978) y Santos (2000), existen técnicas flexibles y dóciles, por-
que requieren inteligencia para funcionar y responden a usos y escalas distintas. En uno de
los talleres visitados se constató la utilización de un sistema técnico basado en el uso de un
comprensor. El mismo se conecta a otros objetos como sopletes, tornos, destornilladores y
criques neumáticos, que permiten al mecánico el lavado y engrasado de piezas y motores,
aliviando los esfuerzos manuales del mecánico y disminuyendo el tiempo de trabajo.
Las técnicas utilizadas en los talleres del circuito inferior responden a la idea de Gau-
din (1978), quien explica que habría técnicas elitistas y técnicas populares, dos modos
extremos de existencia. Las primeras se deben a la demanda del poder, movilizan medios
considerables y utilizan especialistas, y las segundas resultan de la combinación del saber
hacer y de la imaginación de las masas, que inventa objetos para la vida cotidiana.
Podríamos así pensar que hoy las técnicas elitistas son propias del funcionamiento glo-
bal de las empresas automotrices, mientras que las técnicas populares están presentes en
los intersticios de las ciudades, en los pequeños talleres que arreglan automóviles y que
tejen horizontalidades en el medio construido de la metrópoli.
Una de las características que se destaca en los talleres del circuito inferior es el menor
302 Matías Donato Laborde
costo de la reparación con respecto a talleres de mayor porte. Mientras que en el circui-
to superior el remplazo de autopartes o sistemas de autopartes funciona como forma
predominante en los arreglos, en el circuito inferior se encuentran verdaderos injertos o
reutilización de materiales. Un ejemplo de un uso diferenciado de la técnica en función
de las necesidades de la población con bajos recursos es la re-utilización de piezas e insu-
mos que permiten alargar la vida del vehículo. Reparar de forma completa el motor de un
automóvil puede considerarse una práctica artesanal, y permite la reutilización de una
cantidad importante de piezas.
Esta diferencia en la forma de reparación entre ambos circuitos permite comprender
que los costos pueden ser menores en el circuito inferior. Los usuarios de los talleres del
circuito inferior pagan solo las piezas y el trabajo del mecánico, mientras que en los talle-
res del circuito superior y superior marginal se debe pagar un precio que incluye una gran
estructura física y organizacional, elevados costos financieros, publicidad y, en algunos
casos, los costos del franquiciado.
La modernización de los talleres del circuito superior trae como consecuencia una dis-
tancia tecnológica entre éstos y los talleres del circuito inferior. De esta manera, la incor-
poración de tecnología como computadoras a los automóviles y la utilización de scanners
en el diagnóstico, dificultan las actividades de reparación de automóviles y desplazan tra-
bajos del circuito inferior hacia el superior y superior marginal.
El avance tecnológico, la apertura de nuevos talleres especializados y la rigidez de las
normas vinculadas a las garantías de fábrica son algunas de las verticalidades que perju-
dican a los talleres del circuito inferior. Estas dinámicas, a veces combinadas a la aplica-
ción de normas de zonificación urbana, a menudo generan la expulsión de los talleres más
pequeños de los puntos estratégicos en la ciudad.
El circuito inferior no escapa al fenómeno de la aceleración contemporánea y es impe-
riosa la incorporación de técnicas y herramientas modernas en los talleres, con la necesi-
dad constante de inversión en nuevos objetos, como los scanner de diagnóstico o lectoras
de llaves que se utilizan para la realización de copias.
El circuito inferior es atravesado por lógicas verticales propias del sistema técnico he-
gemónico. El avance e incorporación de diferentes dispositivos técnicos y electrónicos en
las autopartes, el uso de nuevos software para detectar problemas en los automóviles son
procesos que los actores asimilan de manera desigual.
Reflexiones finales
El espacio banal de todos los actores y todas las intencionalidades permite ver más allá
de la acción de los agentes hegemónicos. En la Región Metropolitana de Buenos Aires
existe un circuito inferior de servicios automotrices con bajos contenidos de técnica, orga-
nización y capital. Diversos trabajos realizados por Silveira (2014; 2016), Creuz (2014), de
Oliveira Salvador (2012), Nogueira de Queiroz (2012), de Melo Coelho y Pereira (2011), Di
Nucci (2009), Montenegro (2006), entre otros, han dado cuenta cómo el circuito inferior
se torna un fenómeno indispensable para la comprensión de la actual economía urbana de
las ciudades. De esta forma, la gran ciudad es, por excelencia, el lugar que da la posibilidad
de supervivencia a los actores del circuito inferior.
Mediante las prácticas vinculadas a usos diferenciados de la técnica, el circuito inferior
se caracteriza por otras racionalidades, con objetivos y estrategias propias, que les permi-
El circuito inferior de la economía urbana y la producción automotriz 303
ten a los actores sobrevivir con escasos recursos. Al mismo tiempo los ingresos económi-
cos, producto de las actividades de reparación y servicios del circuito inferior, permiten a
una buena parte de la población consumir bienes y servicios generados tanto por el circui-
to inferior como en el superior.
Además, a partir del reconocimiento de la existencia de un circuito inferior asociado
fundamentalmente a los servicios de reparación de autos y distribución de repuestos, se
entiende como este circuito asegura la manutención y la permanencia de un parque auto-
motor antiguo, esencial para la circulación y valorización de los bienes, así como para la
creación de más empleo.
Por ello, el circuito inferior es responsable de la sobrevivencia de una importante canti-
dad de población y, además, tiene un potencial en el uso del material técnico que debe ser
tenido en cuenta a la hora de planificar la política pública.
A pesar de sus limitaciones y dificultades, evidencia una creciente tecnificación en los
servicios y reparaciones de autos que realiza. Estos medios productivos en manos de ac-
tores del circuito inferior pueden convertirse en prácticas contra-hegemónicas. El subsis-
tema técnico vinculado a la producción automotriz condiciona el futuro de la vida de
numerosos trabajos, pero también plantea la posibilidad de descubrir potencialidades
productivas y otros nexos entre los objetos y las acciones.
El circuito inferior no puede ser asimilado al sector informal pues su complejidad im-
plica entender las relaciones de dependencia con el circuito superior. Para superar las limi-
taciones y problemáticas del circuito inferior no basta con volverlo ‘más formal’, aumentar
sus contenidos técnicos y capitalizarse. La permanencia del circuito inferior perpetúa la
pobreza, pero también establece relaciones horizontales. Los saberes y vivencias cotidia-
nas de los actores que lo conforman alimentan la construcción de prácticas prefigurativas
de una posible sociedad más justa.
Referencias
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superior marginal e inferior en las ciudades brasileñas de San Pablo, Río de Janeiro,
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Donato Laborde, M.G. (2017). Territorio y globalización en Argentina: los circuitos de la economía
304 Matías Donato Laborde
Introducción
Partimos de considerar que el espacio geográfico es aquel que Santos define como “un
conjunto indisoluble, solidario y también contradictorio, de sistemas de objetos y siste-
mas de acciones, no considerados aisladamente, sino como el contexto único en el que se
realiza la historia” (2000, p. 54). Es la materialidad de la forma-contenido en la que se cris-
talizan las acciones (Santos, 1996), que puede ser estudiada a partir de dos dimensiones.
La primera es la existencia del territorio usado, resultado de las articulaciones entre las
variables de la época, entendido como un “(...) conjunto complejo de existencias materiales
e inmateriales en permanente transformación” (Silveira, 2006, p. 69). La segunda es el te-
rritorio siendo usado, es decir, la dimensión guiada por el movimiento, “(...) cuya dinámica
responde a los totalitarismos de la información y de las finanzas [que] podría también ser
resultado de otras posibilidades y combinaciones, que comienzan tímidamente a surgir
como formas de vida y de trabajo” (Silveira, 2007, p. 14-15). Así, territorio usado y territo-
rio usándose se constituyen en dos categorías de análisis que hacen a la comprensión de
las características de la formación socioespacial (Silveira, 2014).
El objetivo de este trabajo es presentar algunas reflexiones en torno al sistema de fran-
quicias, entendido como una modalidad de expansión de las empresas del circuito supe-
rior de la economía urbana (Santos, 1979).
Las ideas aquí planteadas se estructuran en tres apartados. En primer lugar, presenta-
mos algunas ideas y conceptos referidos al uso del territorio por parte de las corporacio-
nes, deteniéndonos en el sistema de franquicias, considerado como una forma de expan-
sión y de difusión del capital, propio del circuito superior. En segundo lugar, realizamos
una síntesis de los principales elementos del franchising, fundamentalmente referidos a la
preponderancia que adquiere la marca por sobre el producto. En este punto, nos aproxi-
mamos a la implementación y desarrollo de esta modalidad de comercialización en Argen-
tina. En el tercer apartado, centramos nuestra atención en las características que adquie-
ren las variables distintivas de los circuitos de la economía. En este sentido, analizamos la
organización, el capital (destacando los montos de ingreso y cuotas a la franquicia), y la
técnica (enfatizando sobre el comercio electrónico). Finalmente, se presentan reflexiones
finales a modo de conclusión.
≈Un uso del territorio que se origina por la variación en la actuación de las firmas, es
decir, de su incorporación en otras actividades que pueden o no estar vinculadas, en el
plano técnico, con su actividad de origen. De este uso del territorio se originan los con-
glomerados y se diversifica la corporación.
Por último, a estas tres formas de expansión que Corrêa señaló en la década de 1990, es
necesario agregar una cuarta, que es la del uso del territorio generado por la reproducción
de locales de una misma ‘marca’ a través de inversiones ajenas a la corporación, canaliza-
das en el sistema de franquicias. Podemos denominar a esta forma de expansión: retroali-
mentación/autogeneración del capital de la corporación.
Con frecuencia se observa que las grandes corporaciones, en la actualidad, combinan y
usan simultáneamente las cuatro formas de difusión del capital, y constituyen no solo sus
estrategias de expansión en el territorio, sino también las modalidades que adquiere el cir-
cuito superior en su distanciamiento con el circuito inferior. Ello implica nuevas formas
de comercialización y consumo.
generalmente la empresa no llega sin implicar cualquier tipo de ‘riesgo’ para su capital.
Así, la comercialización de las marcas y la preponderancia que adquiere en el período
actual, acentúa la fragmentación de los circuitos de la comercialización y consumo en las
ciudades. Las franquicias son, entonces, una consecuencia actual de empresas creando
marcas (y no solo productos) y dedicándose, cada vez con mayor exclusividad, a la venta
de las mismas.
Como indica Porto Sales (2014), la franquicia es la representación de la capacidad crea-
tiva y veloz de la acumulación del capital por medio del consumo dirigido, llevado a cabo
por empresas que se apropian de condiciones espaciales específicas, para asegurar el éxito
de la venta de sus productos y servicios a través de la primacía de la marca por sobre todo.
Este consumo dirigido (Lefebvre, 1972) es, a su vez, redefinido por el formato comercial
que proponen las franquicias, en donde la venta de la marca y su imagen predominan por
sobre la venta del producto. Aquí lo que se consume primeramente es la marca, luego la
experiencia que brinda el lugar de consumo del producto (es decir, se consume el lugar en
tanto éste es definido por la experiencia de consumo determinada por la identidad de la
marca) y, por último, se consume el producto.
La primacía de la marca alrededor de las actividades del circuito superior nos lleva a
considerar que los espacios de la comercialización y del consumo se vean complejizados
por el distanciamiento, cada vez mayor, entre el circuito superior y el circuito inferior, que
en el comercio adquiere ciertas particularidades.
Por un lado, entendemos que “cada vez más, las actividades del circuito superior están
basadas en la publicidad, siendo la marca un componente de altísimo peso y poder” (Di
Nucci, 2011, p. 137). Estas empresas pueden posicionarse en el mercado a través de la es-
tricta comercialización de la marca, ya sea propia o licenciada, valiéndose de técnicas so-
fisticadas y herramientas como la publicidad corporativa y el financiamiento de las ope-
raciones que necesitan para reproducir su capital, así como el otorgamiento de créditos al
consumo. A partir de las variables dominantes del período actual (información, consumo,
finanzas, entre otras), articuladas en su favor, las empresas hegemónicas producen “(…)
una lógica territorial, cuya manifestación visible es una topología; es decir, ese conjunto
de puntos y áreas de interés para la operación de la empresa que, ciertamente sobrepasa a
la propia firma y se proyecta sobre otros actores sociales” (Silveira, 2007, p. 20).
Junto a la lógica territorial de las corporaciones, encontramos las actividades del circui-
to inferior, cuya manifestación (visible e invisible), denota una articulación subordinada
a las variables dominantes como son ciencia, técnica, información y finanzas. De esta
manera, el circuito inferior despliega su actividad, su producción, su comercialización, y
las prácticas de consumo asociadas a ellas, a partir de otras estrategias propias y diferen-
ciadas, aunque también dialogan con el circuito superior en una relación a veces de com-
plementariedad, otras de resistencia y supervivencia.
Así, por ejemplo, y como estudiaron Schiaffino y Di Nucci (2015, p. 3) “(…) para el circuito
inferior la publicidad no resulta una variable central en la promoción de sus productos ni
tiene las mismas características que la realizada por las empresas del circuito superior”. Agre-
gan además que “(…) el sistema financiero bancario y no bancario comienza a hacerse presen-
te cada vez más en las actividades del circuito inferior, a partir por ejemplo de la utilización
de tarjetas de crédito y débito para realizar las compras” (Schiaffino y Di Nucci, 2015, p. 3).
Sin embargo, el peso que adquiere la marca en la comercialización y el consumo es tal,
que el circuito inferior acude, muchas veces, a la venta de productos de imitación de las
310 Maia Hiese
5 Existen franquicias de comercialización de productos, como por ejemplo Mimo & Co. (indumentaria), Cúspide
(librerías), Grido (heladerías), etc.; así como franquicias de fabricación, como por ejemplo Coca Cola (bebidas) y de
servicios, como ReMax (inmobiliarias), Fisk (capacitación), VanGo (servicio de pintura profesional), entre otros.
Uso corporativo del territorio: las franquicias como una modalidad de comercialización... 311
Fuente: elaboración personal con base en datos publicados por la GAF 2016-2017 y la GAF 2017-2018
En lo que respecta a la localización del negocio, las marcas solicitan a sus franquiciados
la instalación del local en los lugares de los espacios comerciales que para las empresas son
‘privilegiados’, ya sea por la situación y emplazamiento (que, por la accesibilidad, el nivel
de frecuentación, etc., le otorgan una ventaja económica respecto de otros) o bien por la
significación sociocultural y los imaginarios asociados a esos lugares (que se ajustan a la
imagen de marca de la empresa).
Es importante mencionar que el franchising se basa en dos tipos de exclusividad. La
primera es referida a la comercialización de los productos de la marca (o marcas6) que
distinguen a la empresa. Ante la instalación de un local franquiciado, solo allí pueden
ofrecerse los productos en cuestión. Ello repercute en los comercios tradicionales multi-
marca de la ciudad en donde se instalan, ya que, por lo general, a partir de la llegada de
un local exclusivo no pueden continuar con la comercialización de los productos de la
empresa. De esta manera, se reconfiguran las articulaciones y tensiones entre los distin-
tos agentes del espacio comercial.
El segundo tipo se refiere a la exclusividad territorial sobre la cual únicamente el fran-
quiciado tiene derecho de comercialización; es decir que no pueden establecerse otros lo-
cales de la marca (ni propios, ni franquiciados). Sin embargo, el alcance de dicha exclu-
sividad está determinado por la marca, por lo que si la empresa considera que allí puede
instalarse otra unidad (en base a criterios estipulados por el mercado de consumidores), la
exclusividad territorial del franquiciado se reduce.
En cuanto a las técnicas, podemos decir que en el sistema de franquicias están articula-
das en base al paquete conocido como know how, entendido como ‘forma de hacer’, y cuyas
especificidades son la expresión más clara de lo que Santos (2000) denomina “carácter
sistémico de la técnica”. El autor destaca que las técnicas hegemónicas son invasoras, velo-
ces y unificadoras de procesos globales, pero a su vez, fragmentaria por su presencia en los
lugares, de porciones de ese aparato técnico unitario y disperso. Agrega además al respecto
que “es el carácter sistémico de la técnica el que asegura, también, la complementariedad y
6 Encontramos marcas comerciales que, por definición, comercializan una cartera específica de marcas reconocidas
en el mercado. Tal es el caso, por ejemplo, de Open Sports (que comercializa Nike, Adidas, Reebok, etc.) y Grimoldi
(que comercializa Vans, Timberland, Hush Puppies, entre otras).
312 Maia Hiese
coordinación de los procesos, la sucesión de etapas, la garantía del resultado. Sin ello, las
empresas multinacionales no podrían existir” (Santos, 2000, p. 164).
Cabe mencionar aquí al comercio electrónico, o e-business que “(…) permite transac-
ciones comerciales en tiempo real y liberaliza el comercio mundial de bienes y servicios.
Pero sólo es accesible a unos lugares y sectores sociales muy específicos (…)” (García Ba-
llesteros, 1998, p. 59).
Para las empresas, el e-commerce implica la difusión de los límites de su oferta, una
mayor eficiencia en la logística de la distribución, del manejo de stocks y la reducción de los
costos locacionales y de personal; es decir, un aumento del lucro. Ello les permite hacer un
uso del territorio basado en estrategias multicanales, que van desde la expansión a través
de las fusiones con otras empresas, la multiplicación de las sucursales, la apertura de lo-
cales franquiciados y la venta online en plataformas (páginas web con carrito de compras,
servicios intermediarios de venta, pago y distribución), hasta aplicaciones móviles para
smartphones (m-commerce).
Sin embargo, a pesar de que el comercio electrónico es utilizado por las marcas franqui-
ciantes, en la mayoría de los casos los locales franquiciados no participan de la facturación
realizada a través de este canal. De esta manera, las ventas realizadas a través de las plata-
formas online, que tienen como ventaja el establecimiento de precios y mayores descuentos,
compiten con las ventas realizadas en locales físicos. Más aún, el consumidor fragmenta el
proceso de compra entre el local (en donde mira, prueba y elije el producto), y el comercio
electrónico (en donde finalmente efectúa su compra aprovechando los descuentos). Ade-
más, comprar por Internet implica la posibilidad de elegir entre una cantidad de produc-
tos que, la mayoría de las veces, supera las ofrecidas por los locales.
Para finalizar, podríamos decir que el contrato de franquicia de la marca, el estableci-
miento de la inversión a partir del cobro de un fee, cánon y regalías, así como la publicidad
y el comercio electrónico, son técnicas particulares que revelan la operación técnica (Sil-
veira, 2012), y una manifestación, es decir ‘lo que aparece’ (en su sentido fenomenológico),
de la racionalidad única global que dicta el ritmo presente.
Conclusión
El sistema de franquicias es una (y tan solo una) herramienta que las empresas del cir-
cuito superior utilizan como forma de difundir su capital. El franchising es el resultado de
la necesidad de crear nuevas modalidades de venta que permitan instalar, en los espacios
comerciales, lugares en los que se consuma simultáneamente la imagen de una marca ex-
clusiva y sus productos, sin requerir de un despliegue territorial propio de la empresa que
le demande un aumento en sus inversiones y costos.
Las dos partes que se ven implicadas en esta forma de contrato (franquiciado y franqui-
ciante), son desiguales en cuanto al poder y fuerza que pueden ejercer una sobre otra. De
hecho, este tipo de relación contractual se caracteriza, en general, por la desigualdad y asi-
metría en el poder y apropiación del territorio. Si bien la idiosincrasia del franchising impli-
ca el acceso por parte de empresarios medianos y pequeños a una comercialización de una
marca instalada en el mercado (facilitado por las posibilidades que ofrecen los sistemas
de crédito financiero), resulta ineludible señalar que las condiciones y contraprestaciones
que se ven implicadas en el ‘beneficio’ de la marca y la publicidad son, en muchos casos,
nuevas condiciones de dominación.
Uso corporativo del territorio: las franquicias como una modalidad de comercialización... 313
Referencias
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314 Maia Hiese
Introducción
El presente trabajo aborda las primeras indagaciones bibliográficas vinculadas a la pro-
blematización y construcción del objeto de estudio y plan de trabajo en el marco de la
asignación de una beca de CONICET para llevar adelante mi formación de posgrado.
En las páginas que siguen se presentan los principales antecedentes indagados en la cons-
trucción del plan de trabajo de investigación, los objetivos planteados, y la metodología de
trabajo prevista, considerando el análisis de la expansión y crecimiento de la periferia urbana
del partido de La Plata a partir de la articulación entre política urbana y mercado del suelo,
y sus consecuencias en las formas diferenciales de acceso a la ciudad en los últimos 25 años.
La expansión en la mayoría de las ciudades argentinas en los últimos 25 años estuvo
marcada por ciertas dinámicas políticas, económicas y sociales que podrían definir un
nuevo patrón de producción del espacio urbano. Se configuró un modelo de ciudad ex-
poliativo donde se profundizan los procesos de segregación y se reconfiguran las formas
de acceso a los servicios urbanos por parte de la ciudadanía. En estas condiciones, las
ciudades se han convertido en incubadoras para la reproducción del neoliberalismo, ya
que son terrenos de prueba y acción de innovaciones institucionales. Tomando en cuenta
la idea de neoliberalismo dependiente de la trayectoria (Brener, Peck y Theodore, 2015) se
sostiene que las políticas urbanas neoliberales pretenden transformar a las ciudades para
el crecimiento económico orientado al mercado y el consumo de las elites, asegurando al
mismo tiempo el orden y el control de las poblaciones excluidas.
El avance de este urbanismo neoliberal se torna evidente en la Región Metropolitana de
Buenos Aires en la década de 1990 con el desmontaje de los aparatos de planificación y la
valorización de las periferias metropolitanas, a partir de la construcción de un sistema de
autopistas y avenidas que facilitó el intercambio de movimientos entre el centro y la peri-
feria, favoreciendo fundamentalmente a los sectores medio-altos y altos.
La selección de La Plata como área de estudio se justifica, entre otros motivos, por el
carácter emblemático en su flexibilización urbanística. La sanción de dos códigos de or-
denamiento urbano en los años 2000 y 2010 con sus diferencias y matices, implicó un
proceso de ampliación de las áreas urbanas y complementarias, el aumento del potencial
constructivo en las áreas centrales, el desarrollo de nuevas áreas de emprendimiento de
urbanizaciones cerradas y la aplicación de mecanismos de excepción para la obtención de
permisos constructivos y/o de subdivisiones (Barakdjian y Losano, 2012).
2b Análisis de los Documentos de los Programas Lotes con Servicios y Lotes Consor-
ciados (Ley Nº 14449); normas de aprobación de Urbanizaciones Cerradas; entre
otros.
2c Realización de entrevistas semiestructuradas a funcionarios y profesionales de los
principales organismos estatales que participan en las políticas de producción de
suelo urbano.
3 Recolección, sistematización, georreferenciamiento y caracterización de la nueva con-
figuración urbana en la periferia de la ciudad a partir de información pública, releva-
miento y lectura de imágenes satelitales.
3a Identificación y caracterización de las diferentes modalidades de urbanizaciones
cerradas producidas en el período de estudio en relación a sus características ur-
banísticas, socio habitacionales, normas de aprobación, etc.
3b Crecimiento horizontal, georreferenciamiento y caracterización de los principales
loteos aprobados en ampliaciones urbanas en los últimos años, considerando su
perfil socio-habitacional, accesibilidad, conectividad, dotación de servicios de in-
fraestructuras y equipamientos comunitarios.
3c Caracterización del crecimiento, perfil socio-habitacional, ocupación y precios del
suelo de la periferia urbana de la ciudad de La Plata a partir de la construcción de
indicadores sociodemográficos a nivel de radio censal, bases existentes de precios
del suelo y lectura de imágenes satelitales en secuencia histórica.
4 Identificación y caracterización tipológica de los principales agentes inmobiliarios
de la ciudad que participan en las diferentes modalidades de producción de suelo
urbano en el área y periodo de estudio. Realización de entrevistas a informantes clave
y observación participante en el marco de jornadas, simposios que realizan Colegios
profesionales o Cámaras empresariales.
más pauperizados que, por la falta de una oferta acorde a su poder adquisitivo, se ven forza-
dos a localizarse en las zonas menos apropiadas de la periferia (Pintos y Narodowski, 2012).
Este proceso se explica por un conjunto de factores concurrentes: el cambio en los pre-
cios relativos al interior del sector de la construcción postdevaluación, el aumento de la
liquidez producto del crecimiento del PBI y de los precios internacionales de la soja, la
desconfianza en el sistema financiero luego de la crisis y las tasas de interés bancario bajas
o negativas en relación a la inflación (Del Río y Langard, 2014).
Autores como Harvey (2012), Abramo (2011), Jaramillo (2009), o Morales Schechinger
(2007) con diferentes matices, han dado cuenta de la importancia de incorporar a los
estudios del mercado de suelo en la comprensión de las formas históricas y espaciales
que asumen los procesos de urbanización. La mercancía suelo tiene varias característi-
cas específicas, entre ellas su carácter irreproductible (Topalov, 1979): cada mercancía
es única, donde la oferta es tan heterogénea como la cantidad misma de lotes oferta-
dos. Del lado de la demanda, las preferencias se concentran en pocas ubicaciones, y la
creación de nuevas localizaciones similares depende de un gran esfuerzo colectivo muy
lento y costoso; por lo tanto, la oferta de suelo es inelástica, es decir, estructuralmente
escasa (Morales Schechinger, 2007).
Hay que considerar que el suelo no se produce, es decir, que su precio no está asociado al
costo de los factores de producción como ocurre con el resto de las mercancías, sino más
bien a la puja que ejerce la competencia para acceder a él, por lo que el precio estará más
asociado a las expectativas de rentabilidad de su mejor y máximo uso posible (Smolka y
Sabatini, 2000). De esta manera, cuando se genera suelo urbano a partir de la ampliación
de infraestructuras y cambios en la normativa urbana, se genera un diferencial de renta
extraordinario. Cuando el Estado desregulariza el crecimiento urbano, la apropiación
de esa renta generada colectivamente queda en pocas manos y su ‘mejor y máximo uso
posible’ es el de la demanda más solvente, con sus consecuencias en el acceso a la ciudad
para las mayorías populares.
En Argentina diversos autores comenzaron a dar cuenta de la centralidad de los mer-
cados de suelo en el proceso urbano y sus consecuencias en el acceso a la ciudad. Se des-
tacan los trabajos de Baer (2011) en la ciudad de Buenos Aires, Baremboim (2013) en la
ciudad de Rosario, Cisterna (2015) en Córdoba, del Río y Relli (2013) en la ciudad de La
Plata, entre muchos otros.
La selección de La Plata como área de estudio se justifica, entre otros motivos, por el
carácter emblemático en su flexibilización urbanística. La impronta de algunas políticas
públicas de diferente escala en la región dan la pauta de las transformaciones a largo plazo
que nos interesa destacar, por ejemplo:
≈La sanción de dos códigos de ordenamiento urbano en los años 2000 y 2010. Cabe destacar
que en la sanción del año 2010 participaron únicamente actores con comprobados intere-
ses en incrementar la constructibilidad y liberalizar el suelo. Este proceso acompañó una
profunda mercantilización y financierización del espacio urbano materializado en un cre-
cimiento acelerado de la ciudad tanto en construcción en altura en el centro de la ciudad,
como en la extensión horizontal en su periferia (Losano 2011; Del Rio y Relli, 2013).
≈Por su parte, la implementación local del Programa Pro.Cre.Ar entre los años 2012 y
2015 evidenció una vez más la flexibilización de ciertos marcos regulatorios a nivel local
y la transferencia rentística a los propietarios originales de la tierra (Ventura, 2015).
Producción de suelo, política urbana y acceso a la ciudad. Algunas indagaciones... 319
Reflexiones finales
Al ser este artículo una presentación de las primeras indagaciones bibliográficas y de or-
ganización metodológica vinculada a la construcción de un plan de trabajo de investiga-
ción doctoral, se puede destacar a modo de cierre que el desarrollo presentado no pretende
ser concluyente ya que esta línea de trabajo se encuentra aún en elaboración. En adelante,
además de profundizar la indagación de la dinámica del mercado de suelo de la ciudad de
La Plata, estudios de renta urbana y procesos de suburbanización, interesa profundizar la
relación economía- ciudad abordando la extensa literatura reciente del tema.
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Transformaciones urbanas en Ushuaia. Dinámicas
territoriales y controversias en torno al uso del suelo
Celeste Molpeceres, Emiliano Spontón, Enrique Livraghi y Federico Oriolani
Introducción
Las dinámicas de cambio y expansión de las ciudades latinoamericanas dan cuenta, en
las últimas décadas, de transformaciones en el uso del suelo que en algunos casos devie-
nen en problemáticas sociales y ambientales para sus habitantes.
La ciudad de Ushuaia, ubicada en la provincia de Tierra del Fuego, Argentina, ha sido
escenario de constantes transformaciones territoriales con impacto en áreas de interés
ecológico. Los cambios socio-técnicos dan lugar a un proceso de urbanización sobre suelo
productivo, en particular a partir de la década de 1970, momento en que el gobierno na-
cional impulsa la Ley de Promoción Económica (Nº 19640/72) y el posterior proceso de
provincialización de Tierra del Fuego en la década de 1990.
Desde una perspectiva socio-técnica, este trabajo constituye una primera aproximación
a la de-construcción de la trayectoria de las transformaciones urbanas en Ushuaia desde
la década de 1970 hasta la actualidad.
El presente trabajo explora las transformaciones del territorio entre la década de 1970
y la actualidad, enfatizando en los cambios de las actividades, especialmente en la hortí-
cola, escenario donde emergen tensiones y conflictos respecto a los usos del suelo entre
quienes desarrollan actividades productivas para autoconsumo o comercial y los que mo-
torizan el mercado de nuevos espacios residenciales.
Se analizan las transformaciones considerando distintas etapas de la trayectoria so-
cio-técnica de construcción de la ciudad, estableciendo una periodización de acuerdo a
distintos momentos del desarrollo urbanístico, utilizando las nociones descriptas por
Hardoy y Schaedel (1969) y Reese (2006): expansión, consolidación y densificación.
Si bien los distintos momentos se identifican en la trayectoria socio-técnica del terri-
torio, los mismos son simultáneos y no constituyen procesos cerrados ni estrictamente
limitados en el tiempo. Sin embargo, la predominancia de las características de cada uno
de estos momentos contribuye a establecer la periodización de las transformaciones, como
herramientas de análisis teórico de los autores.
El estudio realizado constituye una primera aproximación al tema y aporta elementos
útiles para el diseño de políticas públicas, al tiempo que constituye una base para generar
planeamiento estratégico de desarrollo del área, y la metodología aplicada puede exten-
derse a otros territorios.
Metodología
Para alcanzar el objetivo de la presente investigación, en primer lugar, se recopiló, siste-
matizó y analizó la información científico-técnica disponible en torno a la cuestión a la
vez que se revisó el marco legal referido al fomento de la actividad industrial en la zona,
322 Celeste Molpeceres, Emiliano Spontón, Enrique Livraghi y Federico Oriolani
Área de estudio
La ciudad de Ushuaia, capital de la provincia de Tierra del Fuego (Imagen 1), cuen-
ta con una superficie de 23 km2 y una población estimada en torno a los 75.000 ha-
bitantes al 20151.
El territorio, con una temperatura media anual de 5,7ºC, presenta un relieve irregular,
caracterizado por valles glaciarios, turberas milenarias, sierras y hondonadas.
Bordeando la cuidad, de manera irregular se ubican los bosques nativos, formados
principalmente por las especies lenga, guindo y ñire, que cubren el 35% de la superfi-
cie de la provincia y en Ushuaia abarcan aproximadamente 7.000 hectáreas2 (Collado,
2001). Hacia el interior de la misma existe un escaso número de huertas urbanas,
que en general se caracterizan por ser de tamaño inferior a una hectárea, contar con
mano de obra familiar y los productores reciben ingresos extraprediales para subsis-
tir. Esta producción abastece el 1% del total de hortalizas consumidas en la ciudad
durante la temporada de verano.
Alineado con las intenciones gubernamentales de poblar la isla y dar un nuevo im-
pulso económico, a inicios de la década de 1980 se crea una entidad financiera oficial,
inicialmente denominada Banco del Territorio Nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e
Islas del Atlántico Sur. Simultáneamente, con el objetivo de legitimar y sostener nuevas
instituciones locales se crea el fondo permanente de apoyo a los bomberos voluntarios.
Al mismo tiempo, se inauguran nuevos barrios, como el Solier y se construyen obras
públicas destinadas al esparcimiento de los pobladores, como la pileta cubierta. Aerolí-
neas Argentinas también inaugura una nueva filial en el territorio tendiente a facilitar
la conectividad de la isla con el resto del país.
Las constantes transformaciones en la ciudad (Imagen 2) y el creciente interés del sec-
tor inmobiliario en la zona, convergen en una nueva modificación al Código de Planea-
miento, mediante Ordenanza Nº 166/83 que crea el Consejo de Asesoramiento del Código
de Planeamiento, integrado por representantes de los rubros: arquitectura, agrimensura,
construcción, turismo y comercio. Seguidamente, mediante Ordenanza Nº 169/83 se re-
duce el espacio de vereda en la zona céntrica de la ciudad, ampliando la capacidad de ocu-
pación del terreno. De lo cual se desprenden objetivos e intereses de corte inmobiliario y
comercial en los decisores de la planificación de la ciudad.
El período comprendido entre 1980 y 1991 tuvo el mayor incremento poblacional en
Tierra del Fuego desde la promulgación de la ley de promoción industrial (Imagen 3). Así
lo señalan Hermida, Malizia y Van Aert (2016) al contrastar la media nacional con la local
(Tabla 1). Carpinetti (2009) agrega que el crecimiento no se debió solo a las migraciones
internas, sino también a que la tasa de natalidad experimentó un paulatino ascenso, pro-
ceso conjugado con la disminución de la mortalidad que operaba desde la década de 1950.
Para responder a las demandas de la nueva población, se institucionalizan nuevos espa-
cios educativos, como la escuela Nº 15 en 1984. Asimismo, se conforman nuevos barrios
que son introducidos dentro del código de planeamiento dentro del área urbana, tal es
el caso del Barrio San Vicente de Paul, a través de la Ordenanza Nº 202/86. También, al
tiempo de proveer servicios de salud a la comunidad, se modifica nuevamente el código
de planeamiento dando lugar a la primera de la larga lista de excepciones a la regla para la
construcción de una clínica privada (Ordenanza Nº 225/86)3.
Imagen 2. Crecimiento del ejido urbano. Ushuaia 1972-1980
3 Luego, la excepción, aprobada por la Comisión, sería para la construcción de un edificio (Ordenanza 226/86), segui-
da de otras obras privadas (ordenanzas 236/87, 238/87, 241/87, 243/87, 245/87, 246/87, 247/87, 255/87, 263/87, 264/87,
267/87, 269/87, 270/87, entre otras).
Transformaciones urbanas en Ushuaia. Dinámicas territoriales y controversias... 325
Fuente elaboración personal con base en datos del INDEC 1950, 1960, 1970, 1980, 1991, 2001, 2010 y 2015
Tabla 1. Tasa de crecimiento medio anual de acuerdo con una función geométrica total
País y Provincia de Tierra del Fuego. Años 1970,1980, 1991, 2001 y 2010
Fuente: Hermida et al. (2016) con base en datos del INDEC. Censos Nacionales
de Población y Viviendas 1970, 1980, 1991, 2001 y 2010
logró implementarse, deviniendo en una zona de ocupaciones irregulares. Para los auto-
res, el proceso de expansión urbana condujo a que esos espacios no pudieran competir
entre el valor de la producción y las perspectivas inmobiliarias de su uso.
En este marco, se favorece el tráfico de camiones hacia y desde la isla con el objeto de
transportar insumos para las fábricas. Dado que este tipo de transporte contaba, en mu-
chos casos, con espacio de carga vacío, emerge la intención de algunos sectores por uniti-
zar cargas y ‘rellenar huecos’ con frutas, verduras y otros alimentos difíciles de conseguir
con asiduidad entonces en la isla. Esta situación dio impulso a la aparición de los primeros
mercados y con ello, la oferta más diversificada de bienes para la creciente población.
En esta etapa confluye por un lado, el incremento en la demanda habitacional dado por
la creciente migración interna, con la posibilidad de los pobladores de comprar alimen-
tos con cierta regularidad, dando lugar al loteo de las hasta entonces áreas productivas
para su posterior edificación. En palabras de Topalov (1979, p. 175): “... no habrá venta ni
cambio de uso del terreno mientras la sobreganancia del nuevo uso no sea superior a la
sobreganancia del uso anterior...”
Por otro lado, respecto a los bosques nativos en torno al ejido urbano, en general duran-
te esta etapa el desmonte se realiza en los bosques de lenga, la principal fuente de madera
para la industria del aserrado (Pastur et al., 2001). Hacia inicios de este periodo, a fin de
abrir vías de acceso en torno al centro urbano se extrajo gran cantidad de leña (Ríos, 2017).
En este sentido, Pastur et al. (2001) señalan que se realizaron cortas intensivas, llegando a
la tala rasa de importantes superficies que consistían en la remoción de todos los árboles.
Dada la explotación del bosque para la industria del aserradero sumada al proceso
de urbanización y al impulso a la actividad silvopastoril, los bosques más cercanos al
ejido urbano mostraron signos de agotamiento deviniendo en cambios en el paisaje.
En este marco, en los años siguientes las explotaciones forestales se trasladaron por
fuera del ejido urbano de Ushuaia.
En esta etapa, las intenciones del gobierno nacional por ‘poblar’ la Isla Grande de
Tierra del Fuego, frente a las rivalidades con Chile y la necesidad de dar un impulso a la
economía del país, convergen en el diseño de la Ley Nº 19640/72. Momento en que se
asiste al cambio de la televisión en blanco y negro por aquella a color y con ello, el inte-
rés de los nuevos empresarios nacionales por encontrar un nicho, importando insumos
sin pagar aranceles para producir tecnologías destinadas al mercado nacional haciendo
frente a la competencia internacional.
En este marco se favorece la migración interna hacia la isla, resultando en un incremen-
to poblacional. Durante el período bajo estudio, la ocupación del territorio avanza como
consecuencia del crecimiento poblacional, que entre las décadas de 1970 y 1990 aumentó
aproximadamente en 25.000 habitantes.
De esta manera las transformaciones del territorio acontecieron de modo espontáneo y
desordenado, emergiendo tensiones entre los usos del suelo y confluyendo, por un lado en
la disminución del número de huertas urbanas y en el ‘alejamiento’ de los bosques nativos,
dando lugar a desequilibrios socioterritoriales e impactos ambientales.
En este proceso de urbanización sobre suelo productivo, de acuerdo con Zulaica y Fe-
rraro (2010), el sector inmobiliario, regido por la conducta especulativa que caracteriza la
racionalidad dominante, adquiere suma relevancia en la transformación. Durante esta
etapa la infraestructura de servicios y red vial integrada comienza a delinearse pero sin
lograr dar respuesta a la complejidad que presupone la vida de la ciudad.
Transformaciones urbanas en Ushuaia. Dinámicas territoriales y controversias... 327
Fuente: Subsecretaría de Planeamiento y Gestión del Espacio Urbano, Municipalidad de la ciudad de Ushuaia
Transformaciones urbanas en Ushuaia. Dinámicas territoriales y controversias... 329
La carta orgánica de Ushuaia del año 2002, insta a la conformación del Consejo de Pla-
neamiento estratégico, con participación ciudadana, encargado de los ejes del desarrollo
de la ciudad. Dicho Consejo queda instituido mediante Ordenanza Municipal, por “todas
las instituciones, organizaciones civiles y vecinos de la ciudad que voluntariamente se ins-
criban al efecto” (Ordenanza Nº 2479/02, p. 1).
Por su parte la actividad hortícola mermó durante esta etapa, y para Vater, Bianciotto
y Blessio (2014), sufrió un deterioro paulatino. Los productores hortícolas se ubican en
los alrededores de Ushuaia, existiendo un reducido número de huertas urbanas, de pe-
queñas dimensiones para el autoconsumo, siendo las principales producciones frutilla,
lechuga, acelga y espinaca.
De acuerdo a los censos realizados en la provincia desde el 2000, disminuyeron los esta-
blecimientos comerciales dedicados a la actividad hortícola, que para el caso de Ushuaia
suman cinco y en torno a 180 huertas familiares para autoconsumo con una superficie
inferior a los 30 m2. La principal característica de esta actividad durante el período de
densificación se vincula a la reubicación de los predios hortícolas, concentrándose espe-
cialmente en el Valle de Andorra y en la supervivencia de algunos espacios productivos do-
mésticos. Respecto al bosque nativo, en menor escala que en las anteriores etapas, sufrió
modificaciones por incendios y apertura de nuevos barrios.
En términos generales la densificación de los últimos años en el sector se vincula con el
crecimiento de asentamientos de carácter precario. En estos casos, la consolidación no es
el motor del proceso sino la ocupación de terrenos. En contraste existen zonas reducidas
en las que hay proyectos de emprendimientos de barrios cerrados. Martínez y Pérez (2014)
el acceso a la tierra y la vivienda representa uno de los problemas sociales más graves en
el territorio, evidenciado a través del importante déficit habitacional, el elevado costo del
metro cuadrado construido y el surgimiento acelerado de asentamientos precarios.
A modo de síntesis, de esta primera aproximación al estudio de la trayectoria socio-téc-
nica de las transformaciones territoriales en Ushuaia desde 1972 a la actualidad se iden-
tifican los procesos de expansión (1972-1990), consolidación (1990-2000) y densificación
(2000-2017). Si bien estos momentos resultan herramientas útiles para realizar la periodi-
zación, los mismos son simultáneos y no constituyen procesos cerrados ni estrictamente
limitados en el tiempo (Tabla 2).
Se observa que a partir de la sanción de la Ley de Promoción Industrial, el flujo mi-
gratorio hacia la isla sentó las bases para la expansión del ejido urbano. En la primera
etapa las subdivisiones en el terreno se sucedieron de manera catastral y de hecho; tanto
para satisfacer las demandas habitacionales como para edificar nuevas estructuras insti-
tucionales que den respuesta a las necesidades de la comunidad en expansión: el primer
banco, el cuartel de bomberos, algunas escuelas. Así como también el parque industrial.
En este marco, poco a poco el sector inmobiliario y de la construcción avanza sobre los
espacios productivos de huertas urbanas al tiempo que los bosques son deforestados para
la apertura de caminos y la generación de nuevos lotes. Asimismo, la provisión de servicios
comienza a expandirse por la zona céntrica. En esta etapa se sanciona el código de urba-
nismo con intenciones de ordenar este crecimiento, con una comisión asesora compuesta
por representantes del sector inmobiliario.
En la segunda etapa el crecimiento poblacional alcanza su pico máximo en el período
bajo estudio, y junto con ello aumentan los metros construidos en la ciudad y la incorpo-
ración de lotes. Los servicios se expanden más, especialmente luego de la provincialización
330 Celeste Molpeceres, Emiliano Spontón, Enrique Livraghi y Federico Oriolani
de Tierra del Fuego, mostrando sin embargo, conflictividad respecto al sistema cloacal. El
bosque aledaño a la ciudad merma aún más, como consecuencia de la apertura de nuevos
caminos, lotes y en su interior comienzan a vislumbrarse la instalación de asentamientos
irregulares y precarios carentes de planificación y servicios. En relación a la producción hor-
tícola se reducen visiblemente las huertas urbanas y se consolida un nuevo barrio, el Valle de
Andorra como sector productivo de Ushuaia. Durante este período, se realizan numerosas
excepciones al código de urbanismo para la construcción, en general, de obras privadas.
En la tercera etapa, si bien se reduce el ritmo de crecimiento poblacional, se construyen
barrios privados y edificios al tiempo que persisten y aumentan los asentamientos de tipo
precario. Los servicios se extienden a nuevos barrios, y el sistema cloacal empieza a ser sa-
neado para reparar la contaminación a arroyos y bahía de etapas anteriores, sin embargo,
persisten algunas dificultades y la totalidad de los barrios no cuenta con los servicios bási-
cos. En esta etapa se diseña el Plan Estratégico de la ciudad, con la intención de incorporar a
nuevos actores a la toma de decisiones respecto del crecimiento territorial, incluyendo ahora
a ONG’s y organizaciones civiles. Sin embargo, la tardía incorporación de los usuarios en el
diseño de normativas da lugar a la construcción de regulaciones laxas y contingentes.
Tabla 2. Síntesis de la trayectoria de las transformaciones urbanas en Ushuaia
Finalmente la ciudad avanza por sobre suelo productivo, imbricándose en ellos y rom-
piendo su estructura funcional. En este sentido es posible identificar dos situaciones de
conflicto, en términos de Carut (2001):
≈Expansión versus infraestructura y suministro de servicios, en tanto la ciudad avanza y
los planes de suministro e infraestructura de servicios no logran responder a la deman-
da de los ciudadanos.
≈Especulación inmobiliaria versus usos del suelo. El sector inmobiliario y los agentes re-
lacionados con la producción de la tierra buscan absorber los beneficios de la ‘condición
urbana de la tierra’ y generan un loteo, más allá de la demanda que conlleva a la desar-
ticulación funcional y a la inexistencia de infraestructura mínima. En estos procesos
los pequeños propietarios ponen en venta sus parcelas, hecho que genera, por lo general,
una renta o beneficio superior al producido por la explotación (primaria intensiva).
Consideraciones finales
La dinámica de construcción de Ushuaia en relación a los usos del suelo, se caracteriza
durante el período bajo estudio (1972-2017) por una apropiación del territorio marcada
por la valorización del capital inmobiliario. En ese sentido el crecimiento de la ciudad fue
históricamente presidido por particulares; mientras que el Estado llegó a posteriori; esto
significa, en términos de Canestraro (2004) que los instrumentos legislativos no cuestio-
nan la centralidad no solo de la ciudad sino de la estructura fundiaria.
La urbanización ha estado regida por intereses privados, siendo el gobierno un actor
fundamental en la organización de dicho espacio. Durante las dos primeras etapas defi-
nidas en esta investigación (1972-1990 y 1990-2000), tiene lugar un tipo de planificación
tecnocrática que no considera a todos los usuarios. De esta forma la ausencia de los
actores crea las condiciones de no funcionamiento. La última etapa, de densificación
(2000-2017), puede asemejarse a una etapa de planificación estratégica, que incluye a los
usuarios y produce un acercamiento de productores y sociedad civil al gobierno. Sin em-
bargo, la tardía incorporación de estos actores genera que no logran establecerse alianzas
estables, deviniendo en soluciones de compromiso efímeras, confiriéndole inestabilidad
y vulnerabilidad a las soluciones planteadas. Si bien se promueve la concertación para
proponer ejes estratégicos de desarrollo, en realidad, responden a intereses particulares;
es decir que los planes estratégicos, y con ello la acción participativa, legitiman la cons-
trucción de un territorio ligado a ciertos intereses y no los del conjunto.
Para superar visiones deterministas y lineales es necesario promover la discusión y el in-
tercambio y fortalecer los mecanismos de participación de los distintos actores involucra-
dos. El análisis de una problemática socio-históricamente situada permite no solo generar
nuevas herramientas conceptuales sino también señalar el significado de aprender de la
propia práctica y el rescate de los saberes consuetudinarios.
El análisis permite reflexionar sobre la complejidad de los procesos de desarrollo, cons-
trucción y adopción de tecnologías orientadas a la resolución de problemas sociales. En
función de lo expresando anteriormente, es necesario generar estrategias de planificación
que direccionen los procesos de crecimiento urbano.
332 Celeste Molpeceres, Emiliano Spontón, Enrique Livraghi y Federico Oriolani
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El derecho a la ciudad en disputa. Políticas públicas
y estrategias de organización social por el acceso
al hábitat urbano en Tandil, 2001-2015
Dana Valente Ezcurra
Introducción
El presente trabajo constituye una aproximación exploratoria al tema de investigación
que aborda la estructura diferencial de acceso al hábitat urbano profundizando en el aná-
lisis de conflictos, disputas y estrategias en torno al derecho a la ciudad.
El objetivo de este trabajo se propone aportar elementos para el análisis de las políticas
públicas y las estrategias de organización social por el acceso al hábitat urbano en Tandil,
enmarcadas en un proceso de reestructuración económica y urbana que se vio profundi-
zado luego de la crisis de 2001 -y el abandono del régimen de paridades fijas vía mega-de-
valuación en 2002-, incrementando dinámicas de fragmentación y segregación territorial.
La estructura interna del presente trabajo, se compone de cinco apartados principales;
introducción, metodología, desarrollo, conclusiones y las referencias. En el desarrollo ar-
gumental se parte de recuperar definiciones conceptuales sobre el derecho a la ciudad, el
acceso al hábitat urbano y a la vivienda en el marco de las relaciones sociales capitalistas.
Posteriormente se analiza el acceso al hábitat como un proceso histórico para continuar
retomando las características de la urbanización en la ciudad de Tandil, y finalizar con
un análisis exploratorio de las políticas públicas y las diversas estrategias de organización
social por el acceso al hábitat urbano en Tandil.
Metodología
La perspectiva teórica retoma los aportes del materialismo histórico, recuperando obras
de distintos/as autores/as clásicos, de la Geografía Crítica, la Historia Social y del mar-
xismo británico. En cuanto a la conceptualización de los procesos urbanos, resultan fun-
damentales los aportes de Harvey (2004, 2008, 2012) sobre el derecho a la ciudad, quien
retoma los planteos de Lefebvre (2013), profundizando en la urbanización capitalista y
los nuevos modos de acumulación por desposesión. También se recuperan las concepcio-
nes de Santos (1996) y Castells (1999) sobre las características del espacio, la diversidad
socio espacial y las relaciones sociales que le dan forma, función y significación social en
cada proceso histórico en particular. Por otra parte, para un análisis concreto del proceso
histórico y social, resulta de gran aporte el análisis del desarrollo urbano y sus aspectos
territoriales desde los conceptos de correlación de fuerzas y homogeneidad, organización
y autoconciencia propuestos por Gramsci (2010), ya que permiten estudiar las tensiones
territoriales y conflictos, atendiendo a la correlación de fuerza que alcancen los grupos o
alianzas sociales conformadas en torno a ellos.
La presente investigación realiza una aproximación inicial a partir de la articula-
ción metodológica de técnicas cuantitativas y cualitativas, observando las variaciones
336 Dana Valente Ezcurra
Desarrollo
El derecho a la ciudad es reconocido en la Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad, impul-
sada desde Naciones Unidas mediante la ONU-Hábitat. En ella se lo define como el:
usufructo equitativo de las ciudades dentro de los principios de sustentabilidad, democracia, equi-
dad y justicia social. Es un derecho colectivo de los habitantes de las ciudades, en especial de los
grupos vulnerables y desfavorecidos, que les confiere legitimidad de acción y de organización, ba-
sado en sus usos y costumbres, con el objetivo de alcanzar el pleno ejercicio del derecho a la libre
autodeterminación y un nivel de vida adecuado. (ONU-Hábitat, 2004, Artículo 1.2, p. 2)
Sin embargo, el derecho a la ciudad no es solo eso. También constituye una herramien-
ta, en tanto que permite poner en evidencia a los conflictos y contradicciones urbanos
como parte de la disputa dada por mujeres y hombres del mundo en la construcción de
otras formas de habitar, y de otras relaciones sociales. Así, “Una transformación de la
sociedad supone la posesión y la gestión colectivas del espacio mediante una interven-
ción constante de los «interesados», con sus múltiples, diversos y contradictorios inte-
reses. Así pues, mediante la confrontación” (Lefebvre, 2013, p. 450-451). En este sentido,
Harvey plantea que:
La cuestión de qué tipo de ciudad queremos no puede estar divorciada de la que plantea qué tipo
de lazos sociales, de relaciones con la naturaleza, de estilos de vida, de tecnologías y de valores
estéticos deseamos. El derecho a la ciudad es mucho más que la libertad individual de acceder a
los recursos urbanos: se trata del derecho a cambiarnos a nosotros mismos cambiando la ciudad.
(Harvey, 2008, p. 23)
Desde esta perspectiva, el acceso al hábitat urbano como problema y objeto de investi-
gación requiere abordar como totalidad las diferentes acciones y relaciones que configu-
ran históricamente los procesos de desarrollo urbano, especialmente si se considera que
la situación de la vivienda debe comprenderse en su integración social, como realidad
constitutiva de cada organización, de cada grupo familiar, y como parte del hábitat.
Por ello, se entiende que “…el espacio es un mixto, un híbrido, formando (…) una unión
indisoluble de sistemas de objetos y sistemas de acciones” (Santos, 1996, p. 249). En con-
sonancia, desde este enfoque se analiza la vivienda como una unidad que forma parte
de un sistema integrado por el terreno, la infraestructura de urbanización, de servicios
y el equipamiento social, comunitario y ambiental. Por ende, es necesario remarcar que
al estar inserta en la estructura residencial, forma parte privilegiada de la organización
social y no puede ser analizada al margen de la misma. Sin embargo, quizás por su con-
El derecho a la ciudad en disputa. Políticas públicas y estrategias de organización social... 337
dición de bien concreto, la vivienda dentro del sistema capitalista ha sido presentada
como una mercancía más; reforzando su valor de cambio en detrimento de su valor de
uso (Topalov, 2007). Para aproximarse a la conceptualización de la problemática de la
vivienda es necesario subrayar el carácter social de las circunstancias y relaciones que se
definen en torno a ella -en su doble dimensión, tanto de valor de uso como de valor de
cambio-, y expresan el carácter social del trabajo que contiene ésta detrás de su aparien-
cia mercantil. En este sentido, la vivienda:
no es un mero lote de terreno ni se reduce a una unidad física individual (…) Despojar al concepto
de vivienda de su medio ambiente es negar las relaciones sociales que le dan existencia y ocultar el
hecho de que el desarrollo urbano es producto del trabajo social. (Astratta, 2011, p. 48)
Esta condición sustenta y da sentido a la idea del derecho a la ciudad, y es, a su vez, la
que ha permitido a los movimientos sociales apropiarse de dicho concepto como una he-
rramienta para definir sus aspiraciones; “…convirtiendo así el concepto en una 'categoría
de lucha urbana'” (Cortés, 2015, p. 51).
acceso a las tierras es un fenómeno de clase, o al menos, la arena donde estos conflictos de
clase se manifiestan” (Harvey, 2012, p. 174).
Esta reestructuración urbana es configurada tanto por las características de la dinámi-
ca de la urbanización del capitalismo mundial en la actualidad, como por las estrategias
desarrolladas por las/os sujetas/os en las luchas por el derecho a la ciudad. Al respecto,
Harvey sostiene que el aumento de las desigualdades debe rastrearse en un amplio abani-
co de procesos, como la mercantilización y privatización de tierras, la especulación inmo-
biliaria, la legislación y la penetración progresiva de lógicas privatistas en los imaginarios
sociales, lo que se expresa en la acumulación por desposesión, ya que el capital en su pro-
ceso de expansión geográfica y desplazamiento resuelve sus crisis de sobre-acumulación
a la que es proclive, “…creando un paisaje físico a su propia imagen y semejanza en un
momento para destruirlo luego” (Harvey, 2004, p. 103).
Desde esta perspectiva, para un análisis concreto del proceso histórico y social, resul-
ta de gran aporte el análisis del desarrollo urbano y sus aspectos territoriales desde los
conceptos de correlación de fuerzas, y homogeneidad, organización y autoconciencia
(Gramsci, 2010), ya que permiten estudiar las tensiones territoriales y conflictos, atendien-
do a las relaciones de fuerza que alcancen los grupos o alianzas sociales conformadas en
torno a ellos. Asimismo, la historicidad de los procesos de desarrollo urbano contiene, a su
vez, elementos estructurales, particulares y simbólicos que configuran la ciudad habitada
(Jathay Pesavento, 2013) y dan forma a estrategias y trayectorias específicas de organiza-
ción social por el acceso al hábitat urbano y la vivienda.
cios del suelo y cuáles fueron los sectores de la población que pudieron acceder al mismo
por vía del mercado. En relación con este punto, analizando el acceso al hábitat urbano y
su vinculación con el mercado inmobiliario, se puede identificar como éste último:
se ha transformado en un destino privilegiado de inversión financiera, lo que induce a que el suelo
urbano sufra un proceso de apreciación diferencial en relación a otros bienes y al ingreso y, por
tanto, sea cada vez mayor el esfuerzo que debe hacer un/a asalariado/a promedio para acceder a un
inmueble dentro del mercado. (Del Río, 2009, p. 17)
Paralelamente, la profundización del perfil turístico de la ciudad fue incrementando
las inversiones inmobiliarias en zonas serranas (Migueltorena, 2011, 2012; Migueltorena
y Lan, 2011), así como el crecimiento intraurbano bajo la forma principal de ‘verticaliza-
ción’, aspectos que, en concordancia con los planteos anteriores, evidencian un estadio
avanzado de apropiación del suelo urbano (Migueltorena, Franzzo y Lan, 2016).
Esta relación desigual en el acceso a los beneficios de la ciudad refuerza progresivamen-
te las tensiones territoriales y la informalidad urbana (Frank, Gargantini y Schweitzer,
2016), proceso que puede verse reflejado en la ciudad al realizar un análisis comparativo
de los Censos Nacionales de 2001 y 2010. A partir de los datos arrojados por el Censo 2010,
sobre 123.871 habitantes se registraron 50.450 viviendas particulares, lo que demuestra
un incremento en la cantidad de viviendas del 22,8% respecto a los datos de 2001, mientras
que la población solo creció en un 14,6% (INDEC, 2010). No obstante, a pesar del aumento
del número de viviendas los datos evidencian un incremento del déficit habitacional, al
registrar que el 17,2% de las mismas no estaban habitadas, y que los propietarios descen-
dieron un 8,2% (de un 70,4% a un 62,6%), mientras que los inquilinos crecieron un 9% (del
15,5% al 24,5% de la población)1.
Respecto a las situaciones de tenencia, el relevamiento de la Unidad Permanente de Es-
tudios de Trabajo Social (FCH UPEETS, 2011), realizado sobre 4.063 viviendas de barrios
periféricos, detectó un altísimo porcentaje sin escrituración (26% en Villa Aguirre, 48% en
Tropezón, 63% en Movediza, 43% en San Cayetano, 75% en San Juan, 64% en Parque la Mo-
vediza y 41% en Villa Gaucho), mientras que las viviendas sociales, también evidenciaban
un alto porcentaje sin escriturar (de 2.618 viviendas sociales solamente el 11,2% estaban
escrituradas en octubre 2010)2.
Por otro lado, el acceso a los servicios de agua de red, gas de red y cloacas, alcanzaba al
93,2%, el 76,6%; y el 73,5% de las viviendas respectivamente3, aunque el relevamiento reali-
zado por UPEETS en siete barrios periféricos de la ciudad, demuestra una yuxtaposición
territorial de las viviendas sin cobertura, siendo éstas afectadas también por el mal estado
de las calles, la falta de cordón cuneta y alumbrado público, la presencia de basurales,
pozos ciegos desbordados y olores nauseabundos, la recolección de residuos intermitente,
la falta de refugios en las paradas de colectivos e incluso la falta de acceso al transporte
público, expresado en el Informe de la FCH sobre Consecuencias sociales del servicio de
Transporte Público en Tandil (2012)4, que evidencia que un 25% de las viviendas no tenían
acceso a ninguna de las seis líneas de colectivos de la ciudad, mientas que un 40% no con-
taban con la posibilidad de acceder al Hospital Dr. Ramón Santamarina, y al Hospital de
Niños Dr. Debilio Blanco Villegas.
1 Publicado el 20 de noviembre de 2011. Recuperado de www.eleco.com.ar
2 Publicado el 23 de diciembre de 2012. Recuperado de www.eleco.com.ar
3 Publicado el 13 de mayo de 2013. Recuperado de www.eleco.com.ar
4 Síntesis del Informe publicada el 8 de febrero de 2013. Recuperado de www.lavozdetandil.com.ar
340 Dana Valente Ezcurra
espacial, y el crecimiento del mercado inmobiliario iniciado post crisis de 2001 en 2002.
La multiplicación de construcciones habilitadas como ‘excepciones’ -tanto por su altu-
ra, como por su ubicación, principalmente en el área serrana-, contribuyó a poner en de-
bate a la ciudad y sus beneficios. En términos de política de vivienda, las más importantes
tienen un correlato con las impulsadas a nivel nacional; el Plan Federal de Construcción
de Viviendas, construido en el Barrio Movediza entre los años 2008-2014; y el Pro.Cre.Ar,
desarrollo urbanístico iniciado en 2015.
Durante este período los conflictos sociales por el acceso al hábitat urbano en general
y la tierra y la vivienda en particular fueron en ascenso, registrándose ocupaciones de tie-
rras y viviendas de carácter colectivo entre los años 2009-2010 en los Barrios Movediza6 y
Smata7; en el año 2013, nuevamente en el Barrio Movediza8 9; y en el año 2015, en el Barrio
Villa Cordobita10. Estos hechos evidencian un proceso de organización y lucha social de
espiral ascendente, pudiendo identificarse grados de homogeneidad, organización y auto-
conciencia diferentes, expresados a su vez, en demandas, luchas, negociaciones y otorga-
mientos específicos de cada caso.
Otra estrategia de organización adoptada por diversos sectores fue la constitución de
Asociaciones Civiles abocadas al desarrollo de viviendas sociales. La composición social y
las trayectorias de las/os sujetas/os participantes son distintos, a modo de ejemplo basta
citar los casos de Mujeres Sin Techo11 (Asociación Civil del Corazón tandilense), conforma-
da en el año 2008, de carácter popular y con anclaje territorial fuerte en el Barrio Tunitas;
y de la Asociación Civil Docente por la promoción Cultural y la Solidaridad12, conformada
en 2010 por docentes de diferentes barrios en busca de acceder al ‘derecho a la vivienda
única’. Estas experiencias permiten identificar una diversificación respecto de los conflic-
tos sociales anteriormente mencionados, tanto en las clases o fracciones de clases socia-
6 Dos conjuntos habitacionales: PFCV I, de 139 viviendas (137 entregadas a adjudicatarios originales, dos ocupadas) y
PFCV II, de 200 viviendas (no todas se terminaron, 106 entregadas a adjudicatarios originales, 40 no construidas, 54
ocupadas). El Municipio llega a acuerdos con algunos ocupantes. No se desarrollaron desalojos compulsivos.
7 En el año 1975 se inicia la construcción del barrio para afiliados del Sindicato, 243 viviendas en el Barrio Villa
Laza. Entre los años 2000-2001 se produce la concesión de las obras de construcción, alcanzando solo 50 viviendas
inconclusas, ocupadas en 2009. El Municipio amenaza con desalojar. Finalmente, en 2010 se firma un convenio con
los ocupantes que permanecieron, para la construcción de 15 viviendas en comodato. Operatoria: convenio entre la
Dirección Ejecutiva de ANSES, el Instituto de la Vivienda y el Municipio de Tandil
8 Ocupación de 16 viviendas inconclusas pendientes de PFCV II. Intervención policial con fallo Judicial de desalojo. El
Municipio ofreció a las familias desalojadas materiales (300 bloques y chapas) o “alquileres de vivienda social”, con un
tope de $3.000, por el plazo de un año (siendo el pago del alquiler en los primeros tres meses del 100%, en los segundos
del 75%, del 6to al 9no del 50% y del 9no al 12avo del 25%)
9 Ocupación colectiva de tierras, con asentamiento de 96 familias en cuatro manzanas. Tras negociar con el Munici-
pio se relocalizan en tres manzanas e inician proceso de regularización vía Plan Familia Propietaria.
10 Ocupación de terrenos en área serrana; 130 familias organizadas por la Agrupación 1ero de Octubre se asientan
en tierras del Cerro Villa Cordobita, propiedad de la empresa Tandilia, en quiebra desde 1960. Con fallo Judicial
fueron desalojadas en forma violenta por personal de Gendarmería y Policía, quienes arrasaron con topadoras las
precarias construcciones.
11 Inicialmente integrada por 200 familias de Barrio Tunitas. En 2008 consiguen del Municipio ocho lotes y acceso al
Banco de Materiales Municipal. Autoconstruyen las viviendas y las asignan a integrantes más perjudicados. Posterior-
mente consiguen del Municipio 30 lotes más y compran en cuotas viviendas prefabricadas. En 2011 emprenden dos
proyectos urbanísticos (compra y urbanización de predios), con 144 viviendas entre ambos. Se financian en cuotas y
con la colaboración del IPV, la Subsecretaría de Vivienda de Nación y el Municipio de Tandil.
12 Inicialmente 200 familias de trabajadoras/es docentes compran seis hectáreas lindantes con el ejido urbano en el
Barrio Movediza, mediante un acuerdo con Municipio y rezonifican y parcelan la tierra por Plan Familia Propietaria.
La organización se encarga de urbanizar los terrenos. Posteriormente, se integran tresw grupos más en la misma zona,
mediante diversas operatorias habilitadas por la Ordenanza Municipal Nº 13579/13.
342 Dana Valente Ezcurra
Conclusiones
A modo de cierre, es necesario resaltar que las características de la fragmentación, se-
gregación y exclusión en el acceso al hábitat urbano, producto de las relaciones sociales
de producción capitalista, han sido profundizadas a raíz del proceso de valorización
diferencial del suelo urbano iniciado post 2001, aspecto expresado tanto en el dinamis-
mo de los capitales inmobiliarios, como en la multiplicación de conflictos socio-terri-
toriales que ponen en evidencia una diversificación en las estrategias de organización
de las/os sujetas/os sociales.
En la ciudad de Tandil se han desarrollado tensiones territoriales y conflictos en torno
al acceso al Hábitat urbano. Éstos han sido protagonizados principal (aunque no exclusi-
vamente) por sectores de trabajadores pobres y pertenecientes a la pequeña burguesía. Di-
fieren entre sí en su duración, ubicación, organizaciones o sujetas/os sociales protagonis-
tas, trayectorias y estrategias de organización, reivindicaciones, tratamiento en la opinión
pública, relación con los funcionarios municipales, judiciales y fuerzas policiales, etc.; lo
cual evidencia la multiplicidad de problemáticas y de formas de organización ante el dete-
13 Esta Asamblea multisectorial promueve la protección del medioambiente como parte del patrimonio de las futuras
generaciones, protagonizando a partir del año 2005 numerosas convocatorias a marchas, intervenciones artísticas,
jornadas de debate, consulta popular en diversos barrios de la ciudad por la adhesión a la Ley Paisaje protegido, co-
municados en medios, presentaciones ante funcionarios y organismos públicos.
14 Adjudicando bloques de seis lotes en Barrio Movediza, a ser asignados por Plan Familia Propietaria, responsabili-
zándose la organización de la urbanización y construcción de viviendas.
El derecho a la ciudad en disputa. Políticas públicas y estrategias de organización social... 343
rioro de las condiciones habitacionales, sociales, urbanas y ambientales. Esta disputa por
la ciudad se ve expresada tanto por las acciones colectivas de organización social como por
las Políticas públicas de acceso al hábitat urbano en general y a la tierra y la vivienda en
particular, dado que ambas se integran atravesando y conformando en su relación dialéc-
tica los procesos histórico-sociales de urbanización.
Otro aspecto a resaltar reside en la diversificación de las estrategias de organización
social para el acceso al hábitat urbano. Éstas adquieren diversas formas, significados
y funciones, entre las que se pueden mencionar: acción de protesta individual, con me-
diaciones institucionales o mediáticas; acción directa individual; asociacionismo y mu-
tualismo colectivos (con una gama de intervención amplia, desde la autoconstrucción y
la negociación sectorial con el Estado Municipal, hasta la proposición de Políticas Pú-
blicas de vivienda social en marcos de alianza multisectoriales); Comisiones Barriales
vecinales; acción directa colectiva (Ocupaciones de tierras y viviendas reiteradas 2008,
2009, 2011, 2013, 2014, 2015, 2016); Multisectoriales diversas (de las Sierras, de Tierras
Pro.Cre.Ar), Asambleas, Foros, etc.
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Parte 4
Ordenamiento territorial y desigualdades
Entre lo rural y lo urbano. Delimitación del
área urbana de la ciudad de Olavarría
Nahir Meline Cantar
Introducción
La conceptualización del espacio geográfico como objeto de estudio de la Geografía ha
sido un tema abordado por diferentes autores que adoptan una perspectiva amplia e in-
clusiva. En este sentido, se ha afirmado que el espacio “está formado por un conjunto indi-
soluble, solidario y también contradictorio, de sistemas de objetos y sistemas de acciones,
no consideradas aisladamente, sino como el contexto único en el que se realiza la historia”
(Santos, 2000, p. 54). Este autor lo concibe “como un conjunto de formas representativas
de las relaciones sociales del pasado y del presente, y por una estructura representada por
las relaciones sociales que ocurren ante nuestros ojos y que se manifiestan por medio de
los procesos y las funciones” (Santos, 1990, p. 138). Se ha señalado, además, que el espacio
constituye una instancia de la totalidad social, siendo al mismo tiempo productor y pro-
ducto, y por lo tanto condicionante y condicionador de los procesos sociales que en él se
dan, teniendo en cuenta que esos procesos sociales generan distintos tipos de apropiación
acorde a las intencionalidades (Mançano Fernandes, 2005) y a las estructuras de poder
(Haesbaert, 2005) en las relaciones sociales existentes.
Asimismo, las categorías espaciales son construcciones sociales, producto de un con-
junto de procesos históricos específicos dentro de un tipo de sociedad determinada (Ma-
tijasevic Arcila y Ruiz Silva, 2013). De modo que comprender estas categorías sociales re-
sulta de importancia, en tanto reflejan cómo actúa toda la sociedad y, por lo tanto, cómo
ella opera en relación con los individuos, las relaciones sociales y sus estructuras de poder.
Si bien el uso de categorías permite un análisis territorial a gran escala, no se debe caer en
simplificaciones, en tanto impiden un estudio de los matices únicos de cada porción del
territorio, y por lo tanto, la correcta gestión mediante políticas públicas masivas.
En este marco, resulta relevante analizar las categorías sociales rural y urbano, las cua-
les se encuentran hoy en día en debate. Esto se debe a que la relación entre los ámbitos
rurales y urbanos ha ido cambiando históricamente en relación a la época y a los modos
de producción (Lefebvre, 1968). En la actualidad, las nuevas tecnologías han reducido las
barreras espaciales de manera que “el espacio opere cada vez menos como una barrera
significativa a la acción comunicativa” (Matijasevic Arcila y Ruiz Silva, 2013, p. 26). El
desarrollo de los medios de comunicación, sumado al crecimiento de la accesibilidad a
materias primas remotas y la homogeneización de los estilos de vida han contribuido a di-
fuminar la línea que antes separaba claramente lo rural de lo urbano (Capel, 1975). A este
fenómeno se suma el creciente aumento de la población urbana mundial, ya que si bien
existe una disminución progresiva del aumento porcentual de población urbana mundial,
que registró su pico en el año 1963 (3,22%), hacia el año 2015 este porcentaje alcanzaba
un 2,05%. Esta tendencia se replica en Argentina, dado que para 1960 contaba con un au-
mento porcentual del 2,7%, y para el año 2015 registraba un 1,2%. En total Argentina tiene
350 Nahir Meline Cantar
un 91,02% de población urbana (INDEC, 2010), valor que supera ampliamente la media
mundial de 53,85% (Banco Mundial, 2015).
A partir de lo expuesto, en este trabajo se propone responder al siguiente interrogante:
¿Cómo se clasifica el espacio urbano/rural en la normativa municipal de la ciudad de
Olavarría y cómo esa regulación se contrasta con la dinámica territorial y de uso del
suelo real? Para ello se partirá del análisis de las categorías espaciales rural, urbano y los
espacios intermedios, para luego estudiar la normativa vigente en Olavarría y contras-
tarla con la delimitación dada por los radios censales (INDEC, 2010). Posteriormente
se mostrará la consolidación urbana a través del análisis de la distribución de algunos
servicios públicos seleccionados.
Desarrollo
Por el otro, se diferencia uno de otro por criterios cualitativos, como las funciones
administrativas o el criterio oficial otorgado por un Estado, o cuantitativos, como la
densidad o la cantidad de habitantes, que oscila en el mundo entre los 200 y los 30.000
habitantes (Capel, 1975). En Argentina se utiliza un criterio demográfico para hacer esta
clasificación. Según este criterio se considera como área urbana a aquellas zonas que
cuenta con más de 2.000 habitantes empadronados el día del censo en el radio censal,
incluyendo población diseminada. Las zonas que no superan dicho umbral son defini-
das como rural, diferenciándolas en dos subcategorías: rural agrupada y rural dispersa,
considerando rural agrupada a las localidades, es decir áreas con construcciones con una
distancia menor a los dos kilómetros, por el camino más corto y en línea recta, entre ellas
(Ares, Mikkelsen y Sabuda, 2011), que poseen menos de 2.000 habitantes, y designando
rural dispersa a la población diseminada en ‘campo abierto’. En general las críticas que se
efectúan a este tipo de clasificación apuntan a la información que se toma de base para
construir los indicadores ya que se considera a la población rural cuantificada sobre la
base de los censos de población. En este sentido, se ha afirmado que estas medidas “han
contribuido a subestimar la ruralidad en Latinoamérica y a identificar este como un con-
tinente muy urbanizado” (Matijasevic Arcila y Ruiz Silva, 2013, p. 34).
Por el contrario, las interacciones urbano-rural han modificado estas miradas tradi-
cionales y puesto ambos términos en discusión. Si bien existen autores que aseguran la
invasión de lo rural por el sistema global urbano, hay quienes señalan que estas posturas
solo impiden el desarrollo de nuevos criterios en pos de una mejora de la presencia real del
Estado en aquellos ámbitos más relegados (Matijasevic Arcila y Ruiz Silva, 2013).
Paralelamente existe la teoría del continuum que surge como respuesta a la ruptura de los
límites tradicionales y plantea la existencia de espacios híbridos (Reboratti, 2007; Barros y
Zusman, 1999) donde se presenta una difusión de los modos de vida urbanos en diversas
escalas con diferencias graduales que las acercan más a un extremo u otro (Da Silva, 2004).
Aunque esta teoría intenta superar la dicotomía rural-urbano, muchos autores la critican
porque su gradualidad se basa en dos extremos diferentes, o porque las características de
cada ámbito se pueden encontrar tanto en uno como en otro, coexistiendo lo ‘tradicional’
y lo ‘moderno’ (Matijasevic Arcila y Ruiz Silva, 2013). Las diferentes escalas que plantean
estos gradientes serán desarrolladas más adelante.
Coexistiendo con estas teorías, la teoría de la neorruralidad pretende explicar los
fenómenos de la penetración de las lógicas urbanas en el medio rural. Características
de la neorruralidad son la ruptura de la dicotomía rural-urbano; el reconocimiento de
personas dedicadas al sector de servicios como pobladores rurales y los nuevos roles que
surgen de las relaciones de producción, como el papel de la mujer o las comunidades
campesinas; la revalorización de lo rural como calidad de vida; y la multifuncionalidad
y pluriactividad en nuevas actividades relacionadas con la industria o la venta de ser-
vicios no relacionadas con la producción agraria (Kay, 2007; Matijasevic Arcila y Ruiz
Silva, 2013). Entre las principales críticas a esta corriente surge la dudosa novedad de
los fenómenos descriptos. En el caso de la Argentina, los fenómenos de repoblamiento
no se dan por una valoración ideológica en oposición al estilo de vida urbano, sino que
surge de un poblamiento de las clases más acomodadas sin la base de un sustento ideo-
lógico (Barros y Zusman, 1999).
352 Nahir Meline Cantar
Categoría rural
Lo rural ha sido tradicionalmente reconocido por aspectos como el tamaño reducido de
los centros poblados, la baja densidad demográfica y el predominio de la agricultura en la
estructura productiva (Matijasevic Arcila y Ruiz Silva, 2013; Reboratti, 2007). Respecto a
la definición de rural existen dos corrientes principales y contrapuestas (Da Silva, 2004),
que intentan dar respuesta a los cambios que han modificado las características tradicio-
nales de lo rural, entre ellos la gran modernización de la producción agroindustrial hacia
una producción más flexible y tecnologizada (Tadeo, 2010).
Por un lado hay autores que desde la década de 1990 hacen referencia a una “nueva rura-
lidad”, visión que resalta la multifuncionalidad de los espacios agrarios a partir de la incor-
poración de actividades no agrarias, y a una mayor interrelación entre lo rural y lo urbano
(Pérez, 2011; Kay, 2007). Estos autores afirman que es preciso superar el estereotipo que se
hace de lo rural como sinónimo de agrícola, de atraso, de naturaleza (Tadeo, 2010; Da Silva,
2004). Actualmente estos espacios son sinónimo de diversidad, pluralidad, dinamismo y
complejidad y reposan sobre una malla de articulaciones que excede el ámbito local (Rebo-
ratti, 2007). Estas percepciones colaboran en cambiar la visión tradicional de lo rural por
una más positiva, desde la cual lo rural se emplaza como espacio más saludable y de mayor
calidad de vida, amparado en un creciente malestar hacia lo urbano (Tadeo, 2010). En esta
línea, Pérez (2011) define al medio rural como el conjunto de regiones o zonas (territorio)
cuya población desarrolla diversas actividades o se desempeña en distintos sectores, como
la agricultura, la artesanía, las industrias pequeñas y medianas, el comercio, los servicios,
la ganadería, la pesca, la minería, la extracción de recursos naturales y el turismo, entre
otros. Los asentamientos que se encuentran en ese medio se relacionan entre sí y con el
exterior, interactuando con una serie de instituciones, públicas y privadas (p. 17).
Por su parte Ceña (1993, citado por Pérez 2011, p. 23) considera al medio rural como “...
el conjunto de regiones o zonas con actividades diversas (agricultura, industrias pequeñas
y medianas, comercio, servicios) y en las que se asientan pueblos, aldeas, pequeñas ciuda-
des y centros regionales, espacios naturales y cultivados...”. Al respecto de estas definicio-
nes, Reboratti (2007) argumenta que dicho tipo de interacciones no son nuevas y que ya
existían hacia principios del siglo XX, potenciadas principalmente por las dinámicas tra-
dicionales de los procesos productivos. En esta línea plantea que esta nueva teoría esconde
en la pluriactividad los resultados de la “explotación y el despojo campesinos” (Reboratti,
2007, p. 33) del neoliberalismo, acentuados en las últimas décadas.
Por otro lado, y en contraposición a la visión amplia de diversificación de actividades
en el medio rural, existe otra denominada ‘campesinista’, desde la cual se defiende una
producción de alimentos de mejor calidad con el propósito de fortalecer la economía cam-
pesina dentro de un modelo alternativo que se apoya en iniciativas locales y propugna el
desarrollo endógeno para lograr una mayor participación social, control local y autoges-
tión sobre el territorio por parte de la comunidad (Kay, 2007).
Categoría Urbano
Si bien lo urbano se relaciona con la ciudad, cabe aclarar que la noción de ‘ciudad’ englo-
baba “los tres sentidos clásicos de urbs (sentido material opuesto al rus), civitas (comunidad
humana, complejo orgánico de grupos sociales e instituciones) y polis (sentido político)”
(Alomar, 1961, p. 158, citada en Capel, 1975, p. 300). A partir del siglo XIX, la magnitud y
Entre lo rural y lo urbano. Delimitación del área urbana de la ciudad de Olavarría 353
Espacios intermedios
La mayor fluidez rural-urbana genera un movimiento continuo de personas en ambas
direcciones (Kay, 2007), el cual sumado a la expansión de la mancha urbana sobre el es-
pacio rural (Tadeo, 2010), propicia la creación de nuevos espacios que rompen con la di-
cotomía rural-urbana (Barros y Zusman, 1999). Estos espacios híbridos, intermedios, y
en constante transformación son denominados rururbanos o periurbanos, dependiendo
desde dónde se los mire, y dan cuenta de la existencia de gradientes que reflejan la hetero-
geneidad del territorio. Estos gradientes admiten las categorías de totalmente urbaniza-
do, periferia urbana, rural concentrado y rural disperso (Matijasevic Arcila y Ruiz Silva,
2013), aunque existen distintos tipos de clasificaciones.
Si bien para algunos autores (Barsky, 2005) las categorías periurbano y rururbano refie-
ren a lo mismo, otros autores (Barros y Zusman,1999) las diferencian en tanto la primera
da idea a un área periférica ubicada entre dos formas puras, la urbana y la rural, y la segun-
da “encierra en sí misma la idea de hibridez” (p. 75). En este sentido la categoría periurba-
no refiere a un territorio de “borde”, en consolidación y sometido “a procesos económicos
relacionados con la valorización capitalista del espacio, como consecuencia de la incor-
poración real o potencial de nuevas tierras a la ciudad” (Barsky, 2005, p. 3). Por otro lado,
la categoría rururbano refiere más a una condición del territorio, en la que un espacio de
características rurales presenta una dinámica urbana en aspectos de la vida cotidiana de
los habitantes, en las actividades económicas y en los modos de organización social. Estos
lugares son “áreas donde alternan usos rurales con usos urbanos del suelo, formas de
sociabilidad rural con formas urbanas, actividades económicas típicamente rurales con
actividades de servicios” (Barros y Zusman, 1999, p. 77). Este concepto se instituye como
una tercera forma, sumada a las formas puras ‘rural’ y ‘urbana’.
A pesar de sus diferencias, ambas categorías hacen referencia a la presencia de un
mosaico de ecosistemas por la multiplicidad de usos que presenta (Barsky, 2005). Den-
tro de esta mixtura de usos se presenta cierta rivalidad entre la ruralidad agraria y la
ruralidad residencial, según la cual las actividades de las primeras tienen que pelear el
espacio con la segundas debido a la valoración del campo como recurso escénico (Ba-
rros y Zusman, 1999; Tadeo, 2010).
El caso de Olavarría
Gran parte de los estudios referidos al fenómeno urbano toman como casos de estudio
a las grandes ciudades, sin embargo, éstas tienen un escaso peso en relación al conjunto
urbano mundial (Bellet Sanfeliu y Llop Torné, 2004). En este contexto, las ciudades me-
dias y pequeñas, consideradas aquellas con menos de 500.000 habitantes, contienen al
55,1% de la población urbana total (United Nations, 2012). Estas ciudades se consideran
intermedias no solo por su dimensión demográfica, sino principalmente por su función
de mediación de los distintos flujos existentes entre los territorios rurales y urbanos de
su área de influencia y otros centros o áreas. En este sentido, adquieren importancia por
su capacidad de tejer redes de relaciones, dar valor y dinamismo a las posibilidades de re-
forzamiento de la ciudad-región y de sustituir el sistema urbano jerárquico por uno más
abierto, dinámico e interactivo (Bellet Sanfeliu y Llop Torné, 2004). La ciudad de Olavarría
integra el partido con el mismo nombre y se ubica en el centro de la provincia de Buenos
Entre lo rural y lo urbano. Delimitación del área urbana de la ciudad de Olavarría 355
Aires, Argentina (Figura 1), ocupando fundamentalmente la región sur de la Pampa De-
primida. Limita al norte con Bolívar y Tapalqué, al este con Tapalqué y Azul, al sur con
Benito Juárez y Laprida, y al oeste con General La Madrid y Daireaux. Respecto de su ex-
tensión territorial, es el tercer partido de la provincia (7.715 km2, de los cuales solo unos
24 km2 corresponden a la ciudad) y de acuerdo con la clasificación de Vapñarsky y Goro-
jovsky (1990), Olavarría constituye una Aglomeración de Tamaño Intermedio menor (de
50.000 a 399.999 habitantes). Las aglomeraciones de tamaño intermedio menor han pre-
sentado un importante dinamismo en los últimos años, pasando de 3.950.000 habitantes
en 1980 a 7.502.000 habitantes en 2010, con un crecimiento poblacional absoluto de casi
el 90, conteniendo el 18,7% de la población total (Linares, Di Nucci y Velázquez, 2016).
La ciudad de Olavarría es la 41º aglomeración del país respecto a cantidad de población
y está incluida dentro del área Pampeana, la cual contiene un 91,7% de población urbana
siendo la segunda área más urbanizada del país luego del área Metropolitana. La población
total del partido alcanzaba a 111.708 habitantes en 2010 (INDEC, 2010), de los cuales un
80,3% habita en la ciudad de Olavarría, con un total de 89.721 personas. El partido tiene un
92,92% de población urbana, un porcentaje bastante menor a la media de la provincia de
Buenos Aires que es de 97,218% de población urbana (INDEC, 2010). Asimismo cuenta con
doce localidades y diez parajes rurales, los cuales se ubican en su mayoría hacia el sureste del
partido en cercanía a las zonas de explotación minera y a la ciudad de Olavarría, dándole a
esta última un gran dinamismo y una fuerte interacción entre todas las localidades. Junto
con Tandil y Azul conforma una red urbana articulada (Linares, Di Nucci y Velázquez, 2016).
Figura 1. Partido de Olavarría
el mapa del área urbana de la Municipalidad de Olavarría. Este plano ha sido recien-
temente modificado en el marco de la Ley Provincial Nº 8912 (1977), la cual rige el
ordenamiento del territorio de la provincia, mediante la propuesta de los municipios y
la aprobación del Poder Ejecutivo provincial. En este sentido la Ordenanza Municipal
Nº 4066/16 reemplaza la Ordenanza Municipal Nº 104/79 y establece las nuevas deli-
mitaciones para el área urbana y complementaria de la ciudad de Olavarría, así como su
uso, ocupación, subdivisión y equipamiento. Por otro lado se tomó como información
el área urbana delimitada según los radios censales del Censo Nacional de Población,
Hogares y Viviendas (INDEC, 2010) procesado a través del programa QGIS. De esta
superposición se detectaron: 1) áreas que coinciden entre el área urbana de la ordenan-
za municipal y el área urbana del CENSO 2010; 2) áreas que coinciden entre el área
complementaria de la ordenanza municipal y el área urbana del CENSO 2010; 3) áreas
urbanas del CENSO 2010 que no coinciden con ningunas de las áreas de la ordenanza
municipal antes mencionada; 4) áreas urbanas de la ordenanza municipal que no coin-
ciden con el área urbana del CENSO 2010; y 5) un área que responde al barrio Junta Veci-
nal Matadero, ubicado hacia el este de la ciudad, ya que el mismo figura como un barrio
registrado por el municipio de Olavarría.
De la detección de estas áreas se realizó una delimitación del área urbana de la ciudad de
Olavarría que se representó sobre una imagen satelital obtenida de Google Earth (Figura 2).
Figura 2. Delimitación del área urbana de Olavarría
Comentarios finales
Desde siempre, la geografía, persiguiendo el objetivo de crear una clasificación basada en catego-
rías exhaustivas y mutuamente excluyentes, buscó delimitar claramente y sin dejar lugar a dudas,
lo urbano de lo rural. La diversidad paisajística del mundo, entre otros factores, conspiró contra
este objetivo. (Barros y Zusman, 1999, p. 78)
La delimitación del espacio urbano de la ciudad de Olavarría ha permitido poner en
contraste al espacio formal con el espacio real, permitiendo arribar a las siguientes conclu-
siones. Por un lado, se detecta que existen áreas urbanas dentro de la ordenanza munici-
pal que no registran un poblamiento dentro de los estándares de clasificación territorial
358 Nahir Meline Cantar
del INDEC. Esta situación lleva a la reflexión de que la delimitación del área urbana de la
ciudad se ha utilizado como una herramienta de gestión y planificación, en tanto colabo-
ra a que el crecimiento de la ciudad se distribuya hacia el oeste y el norte, y no hacia el sur
y sureste que es donde se encuentran la mayoría de las localidades del partido, y más im-
portante aún, las explotaciones mineras. Por el otro lado, se detectan áreas que responden
a los criterios de “área urbana” del INDEC, lo que hace suponer una ocupación real del
espacio, pero que no figuran dentro del área urbana o complementaria de la ordenanza
municipal, aun cuando los registros del censo (INDEC, 2010) son previos al de la nueva or-
denanza municipal (2016). Asimismo, se puede ver que en su mayoría éstas áreas no están
conectadas, al menos formalmente, a la mayoría de los servicios urbanos de la ciudad,
situación que lleva a la reflexión sobre el contexto de la ocupación de esos sectores. Por úl-
timo, se puede afirmar que el criterio de delimitación del área urbana de Olavarría se basa
en criterios cualitativos, en tanto no responde a una ocupación real del territorio, sino a
una clasificación otorgada por el criterio del Municipio de Olavarría, en contraposición al
criterio demográfico que se utiliza a nivel país (a través del INDEC).
Este trabajo ha permitido la reflexión sobre la fiabilidad que tienen las categorías de
clasificación del territorio para reflejar su ocupación real. Como se ha demostrado, las ca-
tegorías no son simples criterios de clasificación, sino que responden a posturas políticas
e intereses concretos, de modo que pueden ser utilizadas como herramientas de gestión o
como métodos para fortalecer una idea o una tendencia en detrimento de otra.
Asimismo, en concordancia con muchos de los autores mencionados en este trabajo,
los sistemas de producción y comunicación y los flujos de las dinámicas territoriales
han roto las tradicionales barreras espaciales y nos desafían a replantearnos las catego-
rías territoriales. Aunque un análisis macro de la situación nos lleve a pensar que se está
tendiendo a una urbanización total del territorio, múltiples ejemplos de la ruralidad
argentina y del mundo, sobre todo aquellos que viven en situaciones de carencia múl-
tiple, nos interpelan sobre esta afirmación. Esta tendencia a la monocromatización del
territorio no se determina por si los espacios son rurales o urbanos, sino que responden
al acceso a fuentes de tecnología e innovación. En este sentido, entre las principales
diferencias que se encuentran entre ambos ámbitos (rural y urbano) está el acceso a ser-
vicios e infraestructura. Como se ha afirmado, los niveles de acceso a servicios e infraes-
tructuras son fundamentales en la estructuración de la pobreza crónica (Kessler, 2014),
por lo que podemos asumir que en igual condiciones de pobreza, los pobres rurales,
aquellos excluidos de los avances tecnológicos (Reboratti, 2007), son más vulnerables
que los pobres urbanos. En este sentido, en un mundo cada vez más desigual, es válido
preguntarse si la tradicional dicotomía rural/urbano no está siendo reemplazada por
la incluidos/excluidos.
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Introducción
En este trabajo se muestra parte de los resultados del Proyecto de investigación en curso
denominado Dinámica territorial en Buenos Aires. Cambios en el patrón de urbanización, usos del
suelo e impactos socio-económicos y ambientales asociados1 en su tercera etapa, cuyo objetivo es
analizar, aportar información y articular reflexión y debate sobre la dinámica territorial,
múltiple y compleja, y la problemática de los procesos socio-económicos, territoriales y
ambientales de diversos espacios geográficos como consecuencia de los cambios en el pa-
trón de urbanización, usos del suelo e impactos asociados.
La investigación se centra en algunas de las ciudades cabeceras de partidos con rela-
ción a ciertas localidades y pueblos que articulan social y territorialmente en el ámbito
ampliado del área de influencia de la Universidad Nacional de Luján (UNLu), relaciona-
do con la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA). De manera tal que se posibilite
el conocimiento de realidades territoriales particulares, las cuales tienen desarrollos que
mantienen fisonomías rurales, pero a la vez están impactadas por los nuevos usos del
suelo y las demandas asociadas.
La dinámica socio-territorial acaecida en los espacios urbanos, periurbanos y rurur-
banos de los pueblos y localidades de estudio correspondiente al área de influencia de la
UNLu se manifiesta en una constante transformación de usos del suelo e impactos so-
cio-ambientales y económicos asociados.
A modo de ejemplo representativo se exponen dos estudios de caso: la planta depura-
dora en Open Door, partido de Luján, y cambios en el uso del suelo rural y la migración
boliviana en el partido de Exaltación de la Cruz en el área cercana a la ciudad cabecera
Capilla de Señor, realidades que tanto en el imaginario colectivo como para el contralor
local y provincial refieren a zonas rururbanas y rurales sin conflictos socio-ambientales
significativos, como contracara de la dinámica de la realidad misma de las ‘microgeogra-
fías’ de la cuenca del Río Luján.
Metodología
En el marco de las consideraciones teóricas de la Geografía crítica y de la Geografía de
la percepción, la propuesta metodológica implica la elección de ejes estructuradores que
posibiliten el análisis de la temática planteada. A tal efecto, se requiere la articulación de
múltiples variables y determinaciones y, a su vez, una investigación histórica y espacial
1 Directora Dra. María Lidia Soria, Codirectora Lic. Cecilia María Chiasso. Integrantes: Dra. Beatriz Goldwaser,
Mg. Adriana Pereyra, Prof. Pablo Gamundi, Prof. Clara Cantarelo, Lic. Silvia Bechtholt y Lic. Patricia Pedrós. Es-
tudiantes: Tania Ramírez y María Iribarren (Profesorado en Geografía), Patricio Ortiz (Lic. en Geografía), Tec.
Sofía Martín Müller, Julio Minutti, Eliana Meza, Magdalena Mullieri, Judit Abajan y Milena Martín (Licenciatura
en Información Ambiental). Externo: Lic. Luis Fernández. La temática y ciertos avances de este Proyecto han sido
presentados en otros Congresos científicos.
362 Cecilia Chiasso, Lidia Soria, Pablo Gamundi, Patricia Pedrós, María Iribarren y Tania Ramírez
crítica mediante procedimientos que intenten resignificar los procesos y cambios socio-te-
rritoriales y ambientales, objeto del presente trabajo. Entre ellos se destaca el relevamiento
de material bibliográfico, estadístico, jurídico y cartográfico en organismos públicos y pri-
vados para analizar y cartografiar los datos obtenidos a la vez que se requiere la búsqueda
de información sobre los procesos histórico-geográficos y ambientales mediante fuentes
escritas, historias de vida y los conocimientos que sobre las localidades objeto de estudio
tengan los actores sociales representativos del lugar. En función de la información obteni-
da en los datos primarios y secundarios, se construirán mapas temáticos como síntesis de
las problemáticas planteadas en la investigación.
Cabe destacar que en cada una de las localizaciones seleccionadas se realizará trabajo
de campo para corroborar las cuestiones planteadas, mediante entrevistas, encuestas, tes-
timonio de vida, observación directa y registro fotográfico.
Se pone en discusión y contrastación la información y datos obtenidos a través de las
diferentes fuentes y procedimientos metodológicos, a fin de elaborar resultados significa-
tivos y propositivos teniendo en cuenta, a su vez, los debates que se vienen dando a nivel
académico-científico y, también, considerando la difusión que este tipo de problemáticas
ha instalado en los medios y en el cotidiano de las personas en general.
Desarrollo
De ideas y realidades
El fenómeno urbano-territorial y ambiental de Buenos Aires, en su conjunto como ex-
presión de la singular estructura económica y social que presenta la Argentina, ha sido
estudiado desde distintos ángulos del campo ideológico como temático en numerosos
trabajos académicos y científicos de relevancia predominando el análisis comparativo con
otros conglomerados urbanos de América Latina.
En esta propuesta, como insumo fundamental para trabajar los antecedentes sobre el
tema, se ha partido de las investigaciones que se han denominado ‘microgeografías’ y que
se deriva como resultado de la investigación en su primera y segunda etapa. En varios
trabajos (Goldwaser, 2012; Goldwaser y Soria 2012; Soria y Goldwaser, 2012; Goldwaser,
Soria, Chiasso, Pereyra y Repetto, 2011) se explicita que los procesos de cambio en el uso
del suelo no son nuevos en los espacios urbanos y periféricos, dado que las ciudades ca-
beceras que conforman, no solo la RMBA sino también otros partidos de la provincia de
Buenos Aires, se han organizado con lógicas que respondían a las necesidades de un Es-
tado industrialista que demandaba mano de obra y una situación coyuntural del campo
como factor de expulsión de población, por las condiciones socioeconómicas en general y
de los trabajadores en particular. Favorecido este desarrollo por los medios de transporte
y la accesibilidad a los créditos para el lote y la vivienda autoconstruida, estos factores fue-
ron transformando la ciudad fordista periférica.
A partir de la década de 1980, esta unidad urbana comienza un proceso de fragmen-
tación para dar lugar a un cambio sostenido de nuevas lógicas residenciales. La metró-
poli bonaerense se va configurando paulatinamente y se reestructura a partir de tres
presupuestos básicos en la elección de las familias que cambian su residencia urbana
central: la búsqueda de un estilo de vida diferente, la seguridad personal y familiar que
supuestamente le ofrece una urbanización cerrada y la búsqueda de cierto status. Estos
Dinámicas y realidades socioterritoriales en la provincia de Buenos Aires 363
corona de la provincia de Buenos Aires que la rodean. Al respecto, si le sumamos los parti-
dos que forman la denominada tercera y cuarta corona, que se hallan en permanente ex-
pansión y consolidación, se constituye la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA).
En este sentido, el área de estudio del presente proyecto corresponde a los partidos
y las localidades que se encuentran fuera del AMBA. Entre ellos se han seleccionado
algunos partidos con su localidad pertinente de estudio: Luján-Open Door, Exaltación
de la Cruz-Capilla del Señor-Parada Robles, San Andrés de Giles-Cucullú, San Anto-
nio de Areco,Mercedes-Goldney, Baradero-Santa Coloma y Villa Portela, Campana-Las
Praderas, Pilar-Derqui-Parada El Gallo y General Rodríguez-Barrio Bicentenario.Estos
espacios geográficos (localidades y pueblos) de escala de análisis micro los hemos deno-
minados ‘microgeografías’.
En este contexto, dicho concepto se utiliza no solo para establecer análisis críticos y
explicaciones sobre la organización de las ciudades y la interrelación con las localidades y
pueblos respecto de las actividades socioeconómicas tradicionales y la aparición de nuevas
dinámicas socio-territoriales, sino también para la identificación de los impactos ambien-
tales que pudieran existir o surgir en dicha relación, con una mirada que atraviesa tanto a
la macro como a la micro geografía.
Asimismo, se tienen en cuenta y aplican conceptos y metodología propia de la investi-
gación ambiental, en particular, referidas a la identificación y valoración de los impactos
ambientales en el marco de la integración ambiental y siempre desde la noción de ambien-
te como sistema complejo, al decir de Gómez Orea (2013, p. 39) el ambiente “…es el conjun-
to de factores físico-naturales, sociales, culturales, económicos y estéticos que interactúan
entre sí, con el individuo y con la comunidad en la que vive, determinando su forma, ca-
rácter, relación y supervivencia”.
Debemos resaltar que una de las fortalezas de la investigación recae en la articulación
entre el ordenamiento territorial-ambiental y la dinámica de la realidad de los territo-
rios objeto de estudio.
En tanto el desarrollo de la investigación se halla en su etapa final, mencionaremos bre-
vemente algunos de los casos que se vienen trabajando para luego centrarnos especialmente
en el caso de Luján y la localidad de Open Door con la problemática de la planta depuradora
de efluentes cloacales, y el caso del cambio en el uso del suelo rural y la migración boliviana
en Parada Robles en cercanía a Capilla del Señor en el partido de Exaltación de la Cruz.
En el caso del partido de Baradero, con sus pequeñas localidades Santa Coloma y Villa
Portela que han sufrido una permanente transformación como consecuencia del nuevo
uso de espacios y con renovación edilicia, dedicados al turismo rural que satisface a una
creciente demanda ávida de lugares tranquilos y alejados de la gran ciudad, interesa inda-
gar sobre la percepción de la población y las cuestiones ambientales derivadas.
Por otro lado, la pequeña localidad de Goldney en el partido de Mercedes y la tradicio-
nal ciudad cabecera de San Antonio de Areco en el partido homónimo también se encuen-
tran con procesos de reconversión en función de la actividad turística trayendo en conse-
cuencia problemáticas asociadas producto de esas rápidas transformaciones.
También se ha analizado el caso del Barrio Bicentenario en el Partido de General Rodrí-
guez y su creación como consecuencia de la implementación del Plan Federal de Vivien-
das que trajo además del asentamiento de la población beneficiaria, otras consecuencias
socio-ambientales por haberse instalado en terrenos con pasivos ambientales claramente
desaconsejados para su uso residencial.
Dinámicas y realidades socioterritoriales en la provincia de Buenos Aires 365
Otros aspectos analizados referidos a cambios en el uso del suelo e impactos ambienta-
les como consecuencia de las actividades humanas es el caso de Parada El Gallo en Derqui,
partido de Pilar. En este espacio periurbano se han instalado industrias contaminantes
en contravención con el código de zonificación del partido de Pilar que no lo permite y
con gran oposición de la población local. Asimismo, en el caso del Barrio rururbano Las
Praderas en el partido de Campana se manifiestan los conflictos socio-ambientales por
la instalación de la empresa Land Nort en el sector NO en el marco de una permanente
interpelación relacional y ambiental entre el barrio y la ciudad cabecera.
Por otro lado, en el pequeño poblado de Cucullú en el partido de San Andrés de Giles
se indaga sobre ciertas enfermedades olvidadas con relación a la situación y los pro-
blemas socio-ambientales derivados que conllevan cambios en el uso del suelo a fin de
plantear posibles estrategias que en virtud de los resultados obtenidos desde el campo
sanitario, hagan posible mecanismos de participación en la búsqueda conjunta de so-
luciones ante otros desafíos de carácter socioeconómico y culturales en el marco de la
ordenación ambiental del territorio.
2 Esta investigación es llevada a cabo en el marco del Proyecto por los Prof. Pablo Gamundi, Prof. Clara Cantarelo y
Prof. Patricio Ortiz y la estudiante avanzada María Iribarren del Profesorado en Geografía de la UNLu.
366 Cecilia Chiasso, Lidia Soria, Pablo Gamundi, Patricia Pedrós, María Iribarren y Tania Ramírez
3 Este caso es investigado en el marco del Proyecto por la Prof. Patricia Pedrós, con la colaboración de la estudiante
avanzada Tania Ramírez.
368 Cecilia Chiasso, Lidia Soria, Pablo Gamundi, Patricia Pedrós, María Iribarren y Tania Ramírez
A modo de conclusión
La investigación se encuentra con avances significativos que dan cuenta de la tendencia
analítica propuesta. Se han trabajado en cada una de las localidades las siguientes etapas
con diferente grado de avance: relevamiento y análisis bibliográfico, estadístico, legal y
cartográfico, observación directa, muestreo fotográfico, entrevistas a informantes clave,
realización de encuestas, sistematización de la información primaria y triangulación de
fuentes, encontrándose en pleno desarrollo la redacción y compilación de los escritos fina-
les que culminarán en una publicación.
En este sentido, los resultados alcanzados pueden favorecer tanto el saber académi-
co-científico como el diseño de políticas de uso del suelo y de ordenación del territorio
relacionadas con el trabajo, el transporte, la residencia, la recreación, el comercio, las cues-
tiones ambientales, entre otros aspectos. Asimismo, la producción y transferencia de la
información obtenida puede incrementar el conocimiento y tratamiento de los impactos
socio-ambientales y territoriales derivados de la interrelación escalar en la compleja diná-
mica territorial, cuestión central de la investigación.
Finalmente, el conjunto de ‘microgeografías’, entre ellas los casos testigos presentados,
370 Cecilia Chiasso, Lidia Soria, Pablo Gamundi, Patricia Pedrós, María Iribarren y Tania Ramírez
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Vulnerabilidad socio-territorial y construcción
de indicadores. El caso de Alpa Corral,
sierras del sur de Córdoba
María Guillermina Diaz y Gilda Cristina Grandis
Introducción
El análisis de la vulnerabilidad se puede abordar desde dos grandes líneas de investiga-
ción, por un lado los abordajes técnico-correctivos finalistas, que incluyen los vinculados
a las empresas de seguros (actuariales), naturalistas, ingenieriles, económicos y técnicos
en general; y por el otro los abordajes de construcción social, que incluyen aproximacio-
nes político-económicas, sociales y psicológicas, generalmente enmarcadas en la teoría
social del riesgo. Esta última forma de abordaje fue la elegida como la adecuada para el
desarrollo de esta investigación, debido a que analiza la vulnerabilidad social centrando la
atención en los procesos sociales, económicos y políticos que inciden en su construcción,
convirtiéndola en un concepto estrictamente social.
En este sentido teórico se aborda el presente trabajo, el cual intenta ser un aporte para
pensar el estado de situación de la vulnerabilidad que denominamos socio-territorial.
Desde el punto de vista metodológico, Maldonado y Cóccaro (2011), construyen una he-
rramienta de estudio efectiva para el análisis de la Vulnerabilidad Socio-Territorial (VST)
a través de una matriz que interrelaciona indicadores cuantitativos de diversa índole con
diferentes dimensiones que conforman la VST.
Bajo esta mirada, el trabajo se centra en realizar un análisis de la VST en la localidad
serrana de Alpa Corral, provincia de Córdoba, en base a la matriz de VST de Maldonado y
Cóccaro (2011) construyendo un grupo de indicadores cuantitativos y cualitativos especí-
ficos para su medición. Para ello el estudio plantea en un primer apartado la localización
y caracterización del área de estudio, junto al análisis de las teorías y metodologías recopi-
ladas sobre la Vulnerabilidad Socio-Territorial (VST); en el segundo apartado se desarrolla
la metodología llevada a cabo en la investigación y la medición de los indicadores y valora-
ción de la VST en relación a la amenaza de crecientes fluviales súbitas en Alpa Corral. Por
último se presentan los resultados obtenidos a través de tablas y cartografía pertinente.
Según Vázquez et al., (1979), las sierras se encuentran enmarcadas dentro de la isoter-
ma media de 16°, la isoterma máxima media de 20° y la isoterma mínima media de 9°,
también se ven no solo influenciadas por los vientos de bajas temperaturas del sur sino
que también se deben agregar los efectos de la altitud para ser considerada ésta una región
donde comienzan tempranamente las heladas. La precipitación media anual, correspon-
diente a dieciséis años de observaciones en la estación de Alpa Corral, es de 901 mm, con
déficit de agua en invierno.
De acuerdo con la descripción fitogeografía de Cabrera (1976), esta zona pertenece al
Distrito Chaqueño Serrano dentro de la Provincia Chaqueña, dado que el mismo se ex-
tiende hasta los 33º de latitud sur por las Sierras Cordobesas, siendo la vegetación predo-
minante el bosque xerófilo, interrumpido o alternado con estepa de gramíneas duras.
En relación a las actividades económicas desarrolladas en el área de estudio, se destaca
el turismo que convierte a la localidad de Alpa Corral en uno de los principales centros
turísticos del sur cordobés; junto con la ganadería y la silvicultura, principalmente en la
zona serrana, y la agricultura en el piedemonte.
Cabe mencionar que en el año 2014 el ejido urbano se extendió, abarcando gran parte
de la unidad estructural serrana, aunque también una parte de la ampliación se encuen-
tra en la zona pedemontana. El estudio se centra en el ejido urbano completo. De esta
manera se toma la división realizada por Brandi, Grandis y Carezzano (2015) en relación
al mismo, en la cual dicho ejido fue dividido en cuatro zonas: Los Pinares, Villa Santa
Eugenia (Unión de los ríos), Alpa Corral propiamente dicho (antiguo ejido urbano) y Villa
Jorcoricó, esta última ubicada en el piedemonte.
ción se retoma el enfoque que analiza la vulnerabilidad social centrando la atención en los
procesos sociales, económicos y políticos que inciden en su construcción, convirtiéndola
en un concepto estrictamente social. Así, la vulnerabilidad es, generalmente, una conse-
cuencia de modelos de desarrollo que, en nombre del crecimiento productivo y económico,
reproducen relaciones sociales desiguales. En ese proceso, los distintos actores sociales
usan y reproducen el territorio de diferentes maneras, y por lo tanto, construyen escena-
rios con diferentes niveles de vulnerabilidad. Es por eso que se considera oportuno cali-
ficarla como ‘socio-territorial’, destacando la emergencia de grupos vulnerables producto
de la forma en la que se usa el territorio.
Todos los abordajes tienen elementos en común:
≈Descriptivo y normativo
≈Distinción entre la realidad y la posibilidad
≈Contiene tres elementos: resultados no deseados, probabilidad de ocurrencia y estado
de realidad.
La compleja tarea de estimar la vulnerabilidad social en un territorio determinado se
puede abordar desde distintas escalas de análisis que van desde el nivel municipal hasta
el nacional, pero todos comparten el punto de partida teórico que señala la existencia de
una base común que explica la vulnerabilidad social a distintas escalas ante cualquier
amenaza, sin dejar de señalar que lo anterior constituye un acercamiento preliminar que
luego debe ser detallado en función de las condiciones locales y las amenazas específicas,
en el caso que nos ocupa son las crecidas fluviales súbitas.
Los ciclos de generación, exposición y efectos, exigen la implementación de nuevas estra-
tegias de análisis científico, de prevención, de argumentación y discusión pública. Se debe
integrar el riesgo en una visión más abarcativa de sociedad y naturaleza. La complejidad
y agravamiento de los riesgos se encuentran por detrás de la crisis ambiental contemporá-
nea. Es por ello que los riesgos como STA (sistemas socio-técnico-ambientales) deben ser
comprendidos al interior de las sociedades concretas, con sus características y dinámicas
sociales, económicas y culturales.
La vulnerabilidad es un proceso multicausal en la que confluyen la situación de riesgo
e incapacidad de respuesta. Así, el riesgo debe ser pensado en un tiempo determinado y
es allí donde se debe intervenir. De esta manera la gestión del riesgo debe abarcar el ciclo
del riesgo compuesto por catástrofe (que implica el desastre), la respuesta, la mitigación,
rehabilitación, reconstrucción, prevención y alerta (saber qué hacer y cuando).
Jöern Birkmann (2007), toma a la vulnerabilidad como punto de partida para la reduc-
ción del riesgo. Este abordaje combina la susceptibilidad de las personas y comunidades
expuestas incluyendo en su estudio sus habilidades sociales, económicas y culturales de
superar el daño que podría ocurrir.
Así, la vulnerabilidad socio-territorial es la susceptibilidad social a sufrir daños por
cambios en el contexto. Se construye y explica por procesos de producción sociales vincu-
lados a la forma de uso y apropiación del territorio.
Se entiende por contextos vulnerables, aquellos en los cuales los riesgos son agravados
como consecuencia de la vulnerabilidad social que permite la (re)producción social de
poblaciones, sectores productivos y territorios vulnerables a los riesgos, al mismo tiempo
que los procesos decisorios y las instituciones responsables del control y regulación no lo
atenúan de forma efectiva, por lo menos, para ciertos grupos y territorios (de Firpo Souza,
374 María Guillermina Diaz y Gilda Cristina Grandis
Metodología específica
En la investigación se llevaron a cabo dos instancias metodológicas de forma simultá-
nea. Una consistente en tareas de gabinete, en la cual se trabajó con información teórica y
estadística, y otra correspondiente al trabajo de campo, el cual consistió en la observación
directa y la realización de entrevistas a los diferentes actores sociales involucrados. Por
último se desarrolló, en una tercera etapa, cartografía temática mediante la utilización de
datos georreferenciados a través de software de uso libre.
En este trabajo se retomó la metodología desarrollada por Maldonado, Grandis, Brandi,
Sosa y Valenzuela (2011), en la cual se construye una herramienta de medición de vulnera-
bilidad a partir de una matriz que interrelaciona indicadores cuantitativos y cualitativos
de diversa índole con diferentes dimensiones que conforman la vulnerabilidad socio-te-
rritorial, los cuales son representados espacialmente. La matriz se basa en el concepto de
necesidades y satisfactores de Desarrollo Humano de Max-Neff (Grandis, 2007, citado en
Maldonado et al., 2011), el cual expresa que no existe una correspondencia unívoca entre
una necesidad específica y su forma de satisfacerla, sino que cada satisfactor puede actuar
de forma simultánea sobre varias necesidades. De este modo, se entiende que la VST tam-
bién surge de un sistema complejo de condiciones socioterritoriales y factores interactuan-
tes que la determinan, y que el análisis de la metodología de matrices permite reconocer
dicho entramado. Tal esquema metodológico se replicó para este trabajo pero consideran-
do las particularidades del área de estudio y de la amenaza analizada. Por otra parte, la
citada metodología se combinó con el planteo de Holand, Lujala y Rod (2011), que esbozan
dos índices de Vulnerabilidad: Índice de Vulnerabilidad socioeconómica (SEVI) e Índice de
Vulnerabilidad ambiental (BEVI). El primero mide la vulnerabilidad originada en las limi-
taciones económicas a escala de individuo, hogar y municipio, nivel de educación, oportu-
nidades de empleo, status social (alto, medio, bajo) y, cambios y desafíos en la estructura
demográfica. El segundo considera las restricciones debido a la alta densidad de población
y factores de infraestructura. Incluye aspectos como la distancia al hospital más cercano,
número de rutas de evacuación/escape, la edad de las casas e infraestructura.
Sobre esta base, se definieron dos variables: una socioeconómica y otra territorial, cada
una de las cuales está conformada por dimensiones e indicadores. Dentro de las variables
socioeconómicas se encuentran cinco dimensiones, la primera es la dimensión socioeco-
nómica, la que según Maldonado et al. (2011) agrupa indicadores que directa o indirecta-
mente refieren a la caracterización socio-económica de los actores sociales. Esta dimensión
abarca un total de tres indicadores, que proveen información en relación a la condición
laboral, características generales de la vivienda y composición del hogar. Se supone que a
mejor condición socioeconómica, menos vulnerables son las personas.
Dentro de dicha variable también se ubica la dimensión habitacional, que está repre-
sentada por dos indicadores que hacen referencia a la forma de tenencia, tipo y calidad de
Vulnerabilidad socio-territorial y construcción de indicadores. El caso de Alpa Corral... 375
vivienda y provisión de servicios en general. Aquellas personas que sean propietarios de una
vivienda de buena calidad y con provisión general de servicios serán menos vulnerables a
eventos peligrosos. Asimismo la dimensión demográfica, se compone de dos indicadores
que pretenden captar las características esenciales referidas a la situación demográfica y
composición del hogar de la unidad de análisis. Se trabaja bajo el supuesto de que mientras
mayor sea el grupo de personas fuera de edad laboral (menores a 14 y mayores a 65), la uni-
dad mínima de análisis tendrá el mayor nivel de vulnerabilidad. En relación a la dimensión
sanitaria, ésta se compone de tres indicadores, referidos por un lado al acceso a la cobertura
de salud y condiciones de salubridad de la vivienda. Se piensa que mientras menos cubier-
tas estén las condiciones sanitarias óptimas, más vulnerables son las personas. La última
dimensión que conforma la variable socioeconómica es la institucional, que está compues-
ta por seis indicadores que intentan captar la fortaleza institucional para abastecer de ser-
vicios básicos a la población y generar programas relacionados a la gestión del riesgo.
Dentro de la variable territorial se encuentran solo dos dimensiones, la dimensión ac-
cesibilidad y la territorial. En relación a la primera está conformada por dos indicadores,
y se basa en el criterio de que ante un evento peligroso, las condiciones de accesibilidad,
tanto para evacuación como para ingreso a las instituciones sanitarias y de emergencia,
son fundamentales. Y la segunda dimensión se refiere a todos los elementos que hacen a
la producción del espacio, es decir el medio construido. Se compone de siete indicadores.
En el caso del presente estudio, la unidad de trabajo es el ejido urbano ampliado de la
localidad de Alpa Corral en el año 2014. Para la medición de los indicadores se utilizaron
los datos del Censo de la provincia de Córdoba para el año 2008, encuestas y entrevistas a
informantes clave, la observación directa del territorio a través del trabajo de campo y la
utilización del programa Google Earth.
Los indicadores socioeconómicos y territoriales se midieron en la zona de Alpa Corral
propiamente dicha, dando como resultado un índice de VST total. En cambio, en las zonas
de Villa Jorcoricó, Villa Santa Eugenia y Los Pinares (incorporadas a la localidad de Alpa
Corral en el nuevo ejido urbano aprobado en 2014) solo se midieron los indicadores terri-
toriales, debido a la falta de datos censales en estas áreas para el cálculo de los indicadores
socio-económicos, por la incorporación de las mismas al ejido urbano en años posteriores
a la realización del Censo. Los pasos que se siguieron para realizar el cálculo de los indi-
cadores fueron los siguientes:
≈Determinación del indicador y búsqueda del valor del dato puro (a partir del censo, las
entrevistas y la observación directa).
≈Ponderación del dato puro según su significación de vulnerabilidad.
≈Calculo a través del método de la media ponderada.
≈Valoración de la media ponderada a través de la escala de Vulnerabilidad Socio-Territo-
rial (VST)
La escala asignada para valorar cualitativamente la VST es la siguiente:
≈Valores de índice entre 0 y 0,38: VST BAJA
≈Valores de índice entre 0,39 y 0,76: VST MEDIA
≈Valores de índice entre 0,76 y 1: VST ALTA
Luego se midió la VST para cada dimensión, resultante de la media de todos los in-
dicadores previamente trabajados, y posteriormente la VST total por zona. Las matrices
resultantes se presentan en la Tabla 1.
376 María Guillermina Diaz y Gilda Cristina Grandis
Fuente:elaboración personal
Resultados
En la Tabla 2 se presentan los resultados del índice de VST total para la localidad de
Alpa Corral propiamente dicha. A través de la tabla se puede ver el comportamiento parti-
cular tanto de cada indicador como de cada dimensión.
Se observó que los valores de VST altos se encuentran en los indicadores correspon-
dientes a la dimensión institucional, sanitaria, accesibilidad y territorial. En cuanto a las
dimensiones socioeconómica, habitacional y demográfica, los valores de VST son bajos
Vulnerabilidad socio-territorial y construcción de indicadores. El caso de Alpa Corral... 377
Tabla 3. VST en la localidad de Alpa Corral y zonas aledañas, Villa Jorcoricó, Villa Santa Eugenia y Los Pinares,
incorporadas al nuevo ejido urbano ampliado en el año 2014 (Córdoba, Argentina), para indicadores territoriales
Tabla 4. Escala de VST en la localidad de Alpa Corral y zonas aledaña, Villa Jorcoricó,
Villa Santa Eugenia y Los Pinares, para indicadores territoriales
Zonas Vulnerabilidad
Alpa Corral Media
Va. Sta. Eugenia Baja
Va. Jorcoricó Baja
Los Pinares Baja
Fuente: elaboración personal
Conclusión
El estudio realizado sobre la VST permitió captar las particularidades de la localidad
de Alpa Corral, observándose problemáticas en relación a las variables socio-económicas
y territoriales relacionadas con la amenaza de crecientes fluviales súbitas. Se observa, a
partir de la medición de los diferentes indicadores, la existencia de valores de vulnerabi-
lidad tanto alta, como media y baja, los cuales tienen una expresión espacial muy marca-
da, lo cual puede observarse en la cartografía final. Sin embargo, al no poderse medir las
dimensiones de la variable socio-económica por falta de datos en algunas zonas, conlle-
va a que la expresión territorial de dicha variable de la VST se convierta en una limitación
al momento de su evaluación.
Con respecto a la metodología, específicamente el uso de matrices, se destaca como for-
taleza la posibilidad de hacer análisis hacia el interior de la misma, permitiendo evaluar
diferentes aspectos de las dimensiones que la componen, de manera particular, y a la vez
arribar a un número global de la VST.
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lidad socio-territorial a amenazas múltiples en pequeñas localidades. Construcción de
380 María Guillermina Diaz y Gilda Cristina Grandis
Introducción
El presente trabajo tiene por finalidad avanzar en el análisis de dos áreas urbanas dife-
rentes pero que experimentan fenómenos similares en cuanto al uso del suelo en los espa-
cios periurbanos. Inicialmente concebimos al espacio geográfico como un espacio vivido,
es decir cargado de significados, que debe considerarse como un conjunto indisociable en
el que participan por un lado, cierta disposición de objetos geográficos, objetos naturales
y objetos sociales, y por otro, la vida que los llena y anima, la sociedad en movimiento
(Santos, 1996, 27-28). Milton Santos plantea que se puede analizar desde diferentes pla-
nos. Uno, asociado a los componentes u objetos que resultan de las prácticas sociales que
se acoplan a elementos naturales físicos existentes; y otro de tipo social, ya que el grupo de
individuos organizados en sociedad, recrean, adaptan y reestructuran ese medio, a partir
de sus intereses (económicos, sociales, culturales, etc.). Ambas partes, y las relaciones entre
ellas, configuran en su conjunto el espacio geográfico como construcción social o de los
seres humanos en sociedad.
Resultado de ello, la organización del territorio urbano aparece como un sistema cultu-
ral que se referencia a otros sistemas culturales durante la producción de la ciudad. Esto
es un proceso de referenciación motivado por cambios en la estructura de alguno de los
sistemas que afectan la organización del territorio.
En cada época aparecen nuevas formas de organización del territorio, señalizadas por
eventos o procesos particulares que lo diferencia de otras entidades urbanas. Esta relación
entre la forma de organización del espacio urbano como un producto del juego de los ac-
tores sociales (tanto propietarios de las tierras, como inversores, y agentes inmobiliarios),
define el contenido de este trabajo, que pretende además ilustrar sobre la conformación de
nuevas centralidades urbanas.
El objetivo último de este trabajo consiste en la evaluación y el ulterior análisis del im-
pacto de las nuevas centralidades en zonas periféricas (de la ciudad de Córdoba y Puan)
a través de sendos estudios de caso, tomando como ejemplos la radicación de un empren-
dimiento comercial del Grupo Tagle en el barrio 20 de Junio, al noreste de la ciudad de
Córdoba y paralelamente, el loteo de Reserva de la Laguna de Puan, en Puan, al sudoeste
de la provincia de Buenos Aires, un predio de quintas, que proyecta ser un barrio privado,
con casas de fines de semana, cancha de golf, bajadas privadas a la laguna de Puan, entre
otros beneficios.
En ambas ciudades se han evidenciado en las últimas décadas grandes procesos eco-
nómicos y sociales resultado de los cambios generados por la globalización, que conllevó
a nuevas modalidades de expansión urbana y a la vez a la concentración de capitales. A
partir de aquí es necesario realizar una interpretación de la estructura funcional de la
ciudad y los cambios que el espacio ha adoptado para contener a esa organización. Parale-
382 Gladys Marcela Julio y Carina Alejandra Bustamante
y las características especiales, en general, que son irrepetibles. Es decir, cada lote urbano
no posee otro igual y adquiere condiciones únicas lo que le otorga un rol relevante que se
traduce en la asignación de valor.
La fragmentación y jerarquización del territorio se acentuó en la década de 1990 debido
a las dinámicas de acumulación del capital que se vio plasmada por medio de procesos de
producción y el uso del espacio urbano que conllevó a la disyunción del conjunto social.
Para Dilon, Cossio y Pombo
El capital está incluido en el territorio a través de infraestructuras físicas, denominado capital
inmobiliario, que le permite facilitar su movimiento y circulación. El capital financiero se ma-
terializa en el accionar de los propietarios de la tierra urbana y de los promotores inmobiliarios
mediante una lógica de mercado que diferencia áreas articuladas, valorizadas y dinámicas y áreas
marginadas, desestructuradas y debilitadas. (2010, p. 1)
Como revela Santos (2000)
Los nuevos espacios no son homogéneamente capaces de rentabilizar una producción. Cada com-
binación tiene su propia lógica y autoriza formas de acción específicas a agentes económicos y
sociales específicos. Como ejemplo, las acciones hegemónicas se establecen y realizan por medio
de objetos hegemónicos y así, privilegian ciertas áreas. Luego, como en un sistema de sistemas, el
resto del espacio y el resto de las acciones están llamados a colaborar. Por lo tanto los lugares se
distinguirían por la diferente capacidad de ofrecer rentabilidad a las inversiones. (p. 208)
En cuanto al Estado en su postura de organizador territorial, está siendo cada vez más
reducida su participación debido a los embates económicos que obligan a implementar
mecanismos y leyes que fomenten la inversión de capitales privados en el sector inmobilia-
rio. Es decir, al aplicar estrategias para lograr atraer inversionistas modificaron la dinámi-
ca y los procesos de reestructuración y conllevaron a la promoción de competitividad entre
los territorios lo que trajo como consecuencia en forma paulatina y continua las grandes
desigualdades y estimulando la fragmentación territorial y social. Las necesidades impe-
rantes de atraer el poder económico logró afectar inequitativamente la reconfiguración
espacial en los sectores urbanos en muy corto tiempo.
Se han realizado diversos estudios sobre los cambios espaciales producidos en la ciudad
de Córdoba en la última década. Entre ellos se destaca el trabajo de Cuenya (2009, p. 1),
quien analiza las modificaciones claves que los grandes proyectos producen en la estruc-
tura urbana y pretende identificar “cuáles son los intereses dominantes que, operando en
distintas escalas con distintas lógicas, contribuyen a promover esos cambios; y finalmente
delinear algunos conflictos que allí se derivan”.
Otro trabajo relacionado con la configuración territorial de la ciudad de Córdoba es el
de Tomadoni, Búffalo y Berti, quienes analizan el caso del sector metalmecánico en Cór-
doba y hacen referencia a
los impactos territoriales en las diferentes regiones metropolitanas, como resultado de los pro-
cesos de reestructuración producto de la globalización, son de caracteres heterogéneos acorde a
la articulación construida por cada territorio en relación al sistema global. En Córdoba dichas
articulaciones se traducen en mutaciones en la lógica de configuración industrial lo cual genera
cambios en el patrón de localización industrial y fuertes impactos en el desarrollo urbano de la
ciudad capital (2001, p. 1-2)
Los barrios, localizados tanto hacia el interior como hacia el exterior de la Av. de Cir-
cunvalación, en forma adyacente a la misma, en general se sitúan hacia el noroeste, sudes-
te y sudoeste de la ciudad. Desde 1985 gran parte del crecimiento urbano de Córdoba se
produce por extensión en la periferia. Mientras que hacia el sur, este y oeste las urbani-
zaciones ocupan hasta los límites del ejido urbano, de manera dispersa, hacia el norte y
noroeste el crecimiento desborda los límites jurisdiccionales de la ciudad y avanza hacia el
territorio metropolitano, con características de continuidad o conurbación2.
2 Extraído de http://blog.ucc.edu.ar/ssh/files/2014/10/BARRIOS-CIUDADES-ENFOQUE-URBANO-AMBIENTAL.
pdf
386 Gladys Marcela Julio y Carina Alejandra Bustamante
La actividad económica de Córdoba partir del año 2004 comienza un nuevo ciclo es-
tructural en la industria, acentuándose el rubro automotriz. La ciudad es sede de las ter-
minales de Renault, Fiat, Iveco y Marco Polo, las cuales atraen a una sucesión de empresas
autopartistas a su alrededor, así como también una fuerte avanzada del sector tecnológico
con la instalación de empresas relacionadas con la alta tecnología.
El Grupo Autocity, ubicado en la esquina de Colón y Sagrada Familia, desde su apertura
en 1980, junto a una reconocida trayectoria comercial empresaria, ha sido el impulsor de lo
que hoy se reconoce como el ‘polo de venta por excelencia de 0Km’ de la ciudad de Córdoba.
Cambios en el uso del suelo en las ciudades de Córdoba y Puan ¿Conformación de nuevas centralidades? 387
En el año 1981 abre sus puertas la empresa Tagle en la esquina de Colón y Sagrada Fami-
lia, conformando un polo de desarrollo del sector, con un notable crecimiento de marcas y
competidores. En el año 2004, como consecuencia de la alianza mundial Renault-Nissan,
M. Tagle y Cía. incorpora la comercialización de vehículos Nissan. Acompañando a la
comercialización automotriz, se da la instalación de nuevas entidades comerciales tales
como hipermercados, bancos, compañías de seguros, etc., generando un polo de desarro-
llo muy importante en la actualidad.
Desde 2011, por etapas fueron trasladándose todas las Concesionarias del Grupo Tagle
hacia el oeste de la ciudad a un predio comprendido por las calles Santa Ana al 6300, Av.
Circunvalación (Camino Carlos Paz), Alto Alegre y Sargento Gómez del barrio 20 de Junio
con el fin de realizar una Megaconcesionaria que contendría todas las marcas comercia-
lizadas por la empresa ya que el emplazamiento que ocupó hasta ese momento (Avenida
Colón y Sagrada Familia) no poseía las dimensiones necesarias debido al crecimiento de
la Empresa y al ritmo sostenido de las ventas (Imagen 1).
Imagen 1.Vista Panorámica (Maqueta)
localidad ubicada al suroeste de la provincia de Buenos Aires, es cabecera del distrito ho-
mónimo y linda con los partidos de Adolfo Alsina, Saavedra, Tornquist, Villarino y la
provincia de La Pampa al oeste. De acuerdo a datos extraídos de sitio oficial del Distrito,
posee una superficie de 6.835 km2 (Figura 3).
Figura 3. Localización del partido de Puan
En el área ubicada al noroeste de esta localidad, desde hace unos años, comienza a ob-
servarse una fuerte presencia de nuevos inversores que han decidido transformar suelos
antiguamente destinados para las prácticas primarias, en lugares de residencia intermi-
tente, campos de golf, estancias de veraneo y descanso o de fin de semana, actividades tu-
rísticas y recreacionales. En este sentido, también se observa un núcleo de inversión dirigi-
do a la construcción de un hotel de categoría, con una inversión proyectada en $3.000.000
-según declaraciones del Intendente municipal- en el Balneario Municipal, a cargo de un
grupo inversionista, zona colindante al área de este estudio, en dirección sur.
El núcleo urbano de Puan se encuentra emplazado en la zona de la Pampa Interserrana,
constituida por una planicie de altura promedio en los 212 m s.n.m. interrumpida por el
extremo occidental del Sistema de Ventana o Sierras Australes que emerge como una isla.
Presenta un predominio económico basado en las actividades agrícolas ganaderas, mues-
tra una incipiente diversificación en el uso del suelo, tornándose dinámico y mutando en
su especialización productiva enfocándose en el valor del suelo, no como unidad produc-
tiva sino como inversión y capitalización.
Los primeros indicios hacia este camino signado por la globalización, podemos encon-
trarlos en el año 1995 cuando sucede el lanzamiento de la Fiesta Nacional de la Cebada
Cervecera, con la novedosa propuesta de trasladar el evento desde la plaza principal de
la localidad hacia el sector periurbano de Puan, a un predio de 20 hectáreas, a orillas del
lago, distante 3 kilómetros de la localidad de Puan. El complejo cuenta con un sector des-
tinado a puestos de artesanos, patio de comidas a cargo de las instituciones locales, cam-
ping, campo de jineteada, confitería, proveeduría y espacio para la práctica de diferentes
deportes tales como golf, hockey, fútbol tenis, kayak, esquí acuático, kite surf, con una
exclusiva cancha de golf de 18 hoyos (Imagen 2) .
Cambios en el uso del suelo en las ciudades de Córdoba y Puan ¿Conformación de nuevas centralidades? 389
Fuente: fiestadelacebadapuan.com.ar
Primeras conclusiones
La ciudad de Córdoba padece una serie de embates sobre la organización espacial donde
su mancha urbana irregular producida por el ámbito social, económico, cultural y políti-
co, ha contribuido a ensanchar las brechas entre los grupos sociales. Por caso, la sobreva-
luación del suelo, la cual se encuentra sujeta a las nuevas comercializaciones estipuladas
por grandes corporaciones de capitales nacionales, lo cual hace que se repita el mismo tipo
de proceso que las multinacionales generaron en la década de 1990.
Estas corporaciones se articulan de manera similar en sus funciones, como anteriormen-
te lo hicieron, a través de los cambios de roles en los actores sociales (el Estado, la Muni-
cipalidad, las corporaciones nacionales y extranjeras como así también los vecinos de este
barrio específico) en lo atinente al poder en la toma de decisiones y el manejo de recursos.
Estas nuevas centralidades generadas en el último período de la década de 1990 conti-
núan proyectándose hacia el siglo XXI, y es necesario disponer de un análisis detallado
sobre estos fenómenos territoriales que se basan fundamentalmente en la concentración
de capitales sin precedentes. En este sentido Puan, parece reconfigurarse como un área que
ofrece la posibilidad de descomprimir aspectos negativos de las grandes ciudades asocia-
dos al caos vehicular, la contaminación, la inseguridad, entre otros, recibiendo pobladores
temporarios, generando un nuevo escenario, desconocido para la pequeña localidad.
La conformación de nuevas centralidades y configuraciones espaciales genera un esce-
nario cambiante con tendencia al enfrentamiento entre grupos sociales, lo cual se mani-
fiesta profundizando y agudizando la fragmentación social.
Si se quiere encontrar alternativas a este estado de situación, se hace necesaria una in-
vestigación profunda para impulsarlas, ya sea desde el ámbito privado o público (a través,
por ejemplo, de nuevas reglamentaciones).
Aunque en estas primeras líneas investigativas, ambas ciudades parecen estar experimen-
tando procesos diferentes, podemos señalar un importante punto en común relacionado al
paisaje. Las porciones de territorio objeto de estudio, presentan inmejorables condiciones
paisajísticas y ambientales, posicionadas como una de las mayores ventajas comparativas
con respecto a otras de la periferia de las ciudades y sus entornos, tradicionalmente consi-
derada como un área de reserva, alejada de lo urbano y la contaminación, por su entorno
rodeado de vegetación, próxima a serranías cordobesas y a la laguna de Puan.
Los cambios en la centralidad urbana revelan la nueva situación urbana donde se perci-
ben al menos tres modificaciones claves en la estructura de la centralidad de las actuales
metrópolis y que según Cuenya (2009, p. 1 ) son: la modificación en la rentabilidad de los
usos del suelo; la modificación de los mecanismos funcional y físico espacial de áreas cen-
trales estratégicas; y la modificación de los mecanismos de gestión pública. Estas modifica-
ciones se han presentado en todos los procesos de regeneración urbana de manera histórica.
Dentro de las dimensiones de las nuevas urbanizaciones y usos del suelo, se podría infe-
rir que el Grupo Tagle opera como el ente generador de una nueva centralidad, el cual con-
voca a nuevas actividades económicas en el sector y conlleva a la especulación inmobiliaria
y a la sobrevaloración del suelo en el barrio 20 de Junio y debe considerarse su repercusión
social, económica que afecta a los habitantes de este lugar para el caso del oeste de la ciu-
dad de Córdoba. En el caso de Puan, la figura de Hugo Ruesga Inmobiliaria, firma que
impulsa los loteos de ese sector, cuyo titular es además el presidente de la Fiesta Nacional
de la Cebada Cervecera desde el año 1993 a la actualidad.
Cambios en el uso del suelo en las ciudades de Córdoba y Puan ¿Conformación de nuevas centralidades? 391
Conclusión
Estos trabajos tienen como fin geográfico analizar los impactos que generarán ambas
infraestructuras en estas dos ciudades, y la compleja transformación de la relación so-
ciedad-naturaleza con los cambios venideros. Se torna prioritario estudiar la relación
sociedad-naturaleza de manera integral, con miras al futuro, para así poder comprender
el comportamiento del espacio como producto social.
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Parte 5
Problemáticas de los territorios rurales
Implicancias socio-territoriales de las plantaciones
foresto-industriales en Argentina (1998-2018).
El caso de la provincia de Misiones
Dafne Salomé Alomar Messineo y Micaela Zabalza
Introducción
Históricamente, la plantación de árboles se centró en aquellas especies cuyos frutos
contienen valor nutritivo (olivos, higueras, palma datilífera, frutales tropicales, manza-
nos, etc.). Otros árboles han sido cultivados por el valor de sus hojas y frutos como forraje
para los animales domésticos, por las propiedades medicinales de algunos de sus órganos
o por su valor estético o religioso. Aunque la teca y los eucaliptos comenzaron a ser plan-
tados en Asia, África y América Latina en el siglo XIX, las plantaciones centradas en la
producción de madera industrial constituyen un fenómeno del siglo XX, en general resul-
tado de la previa sobreexplotación de madera de los bosques nativos. Tales plantaciones se
están expandiendo en América del Sur (Carrere y Lohmann, 1994).
El presente trabajo se propone analizar las implicancias socioterritoriales de las planta-
ciones foresto-industriales en Argentina (1998-2018) con la finalidad de demostrar cómo
el crecimiento del sector en el actual contexto de acumulación por desposesión (Harvey,
2004), impulsó transformaciones productivas: la concentración y extranjerización, conso-
lidación del monocultivo forestal intensivo en utilización de insumos importados, con-
flictos por la apropiación de la tierra y profundización de la flexibilización laboral.
A partir de la Ley N° 25080, prorrogada y modificada por la Ley Nº 26432, se entiende
a las mismas -también definidas “Bosques implantados o cultivados”- como:
El obtenido mediante siembra o plantación de especies maderables nativas y/o exóticas adaptadas
ecológicamente al sitio, con fines principalmente comerciales o industriales, en tierras que, por sus
condiciones naturales, ubicación y aptitud sean susceptibles de forestación o reforestación y que al
momento de la sanción de la presente ley no estén cubiertas por masas arbóreas nativas o bosques
permanentes o protectores, estos últimos definidos previamente como tales por las autoridades
provinciales, salvo la existencia de un plan de manejo sustentable para bosques degradados a fin
de enriquecerlos, aprobado por la provincia respectiva. (Ley Nº 25080, art.4)
La complejidad de las problemáticas emergentes en las transformaciones del sector fo-
restal, lleva a la necesidad de buscar marcos de análisis que den cuenta de la multidimen-
sionalidad de las mismas. Tomando como referencia teórica la visión sistémica de Rolando
García (2006), se buscó identificar aquellos procesos y niveles que permitan comprender
las transformaciones del sector.
García parte de entender el sistema como un conjunto organizado de relaciones entre
los elementos y entre las relaciones, que tiene propiedades diferentes a la suma de las par-
tes. Desde esta perspectiva el sistema no está dado, se construye a partir de interpretacio-
nes y abstracciones que son resultado de una visión del mundo que resulta de la historia y
que está asociada a las relaciones de poder y condiciones sociales específicas.
Por lo tanto, partimos de la siguiente hipótesis: la etapa forestal favorece la concentra-
ción y extranjerización del sector y consolida el monocultivo forestal, intensivo en utiliza-
ción de insumos importados.
396 Dafne Salomé Alomar Messineo y Micaela Zabalza
Metodología
La primera etapa de la cadena foresto-industrial (etapa forestal) comprende tres gran-
des actividades: la producción de plantines; el procesamiento de los suelos y cultivo de los
bosques (silvicultura); y la cosecha final del monte (Anlló, Bisang, Stubrin y Monasterios,
2013). A partir del análisis de los subsistemas físico-ambiental, jurídico, económico, social
y técnico (García, 2006), se permitirá dar cuenta de la complejidad y multidimensionali-
dad de la problemática.
El estudio de la etapa forestal entendida como un sistema complejo debe ser estudiado
en tres escalas interrelacionadas: en la escala global, se pondrá atención a las lógicas y las
dinámicas de los actores transnacionales; en el nivel medio, procesos más amplios llama-
dos “metaprocesos” o procesos nacionales y regionales; y finalmente, en el nivel local aná-
lisis de carácter diagnóstico, que buscan describir la situación real y sus tendencias en el
nivel fenomenológico más inmediato. En este último punto, se considerará a la provincia
de Misiones como caso representativo.
La metodología a utilizar combinará herramientas cuantitativas y cualitativas. Se co-
menzará con una recopilación bibliográfica y de fuentes indirectas, con particular aten-
ción en la normativa nacional vigente. Se utilizarán datos de organismos oficiales (INTA,
MINAGRI, Subsecretaría de Desarrollo Foresto Industrial e INASE) y documentos de or-
ganizaciones sectoriales.
Partiendo del análisis del Mapa de Viveros Forestales del Instituto Nacional de Semillas
(2018), se tomó como caso representativo la provincia de Misiones. Los datos, actualizados
al año 2018, permitieron observar qué 68 agentes -inscriptos en el RNCyFS-, son titulares
en el Listado Nacional de Materiales Básicos Forestales, su origen (nacional o extranjero) y
en qué categoría se inscriben. Dicho análisis permitió observar el grado de concentración
y extranjerización de la primera actividad de la Etapa Forestal.
Con el mismo objetivo se analizó el grado de concentración y extranjerización en la
propiedad de la tierra, a partir del Inventario Forestal Nacional creado por el Ministerio
de Agroindustria de la Nación y la Subsecretaria de Desarrollo Forestal de la provincia de
Misiones. Allí se identificaron 405 mil hectáreas en la provincia de Misiones que fueron
geo-refenciadas y cartografiadas individualmente en el año 2017, incorporando la identi-
ficación de los propietarios (MINAGRI, 2018).
Unidos, China y Brasil; 54 países solo poseen un 10% del total de su superficie cubierta por
bosques y otros 10 no tienen bosques. La superficie forestal mundial se caracteriza por ser un
36% de bosques primarios, 57% de bosques regenerados naturalmente y 7% de bosques plan-
tados. Los últimos cubren un total de 264 millones de hectáreas, de los cuales, tres cuartas
partes son con fines productivos y un cuarto con fines de protección (Ferrer y Lirola, 2012).
Cuanto más se ve forzada la industria en pasar de bosques naturales a plantaciones de
madera para pulpa, mayor es el incentivo para llevar la producción de materia prima fibro-
sa al sur. Por un lado, pese a que las tasas de crecimiento varían de un lugar a otro, y de-
pendiendo también de los métodos empleados, lo cierto es que especies como el eucalipto,
crecen en conjunto mucho más rápido en el sur de lo que lo puede hacer cualquier especie
comercial en el norte, lo cual significa que están disponibles antes y que las plantacio-
nes requieren una extensión de tierra menor. Países como Brasil, Chile, Uruguay pueden
producir 20-44 m3/ha/año de madera dura de eucalipto, contra los 4-6 m3/ha/año que
producen las plantaciones en países del norte que industrializan madera, como Suecia y
Finlandia (Overbeek, Kröger y Gerber, 2012).
Ahora bien, si la fertilidad del suelo es un factor central en el desarrollo las mismas,
existen otras medidas para ‘mejorar’ los bosques:
1- Investigación de árboles apropiados para cada medio ambiente y selección de aquellos
que presentan mejores cualidades para el propósito buscado.
2- Adopción de todo el paquete de la Revolución Verde: mecanización, herbicidas, ferti-
lizantes químicos y plaguicidas.
3- Selección genética tradicional (fitomejoramiento), para “mejorar” el desempeño de
las plantaciones en términos de rendimiento de madera; clonación de árboles; desarro-
llo de árboles genéticamente modificados (Carrere y Lovera, 2004).
Acompañando el desarrollo de las actividades mencionadas anteriormente, se fue de-
sarrollando la moderna ciencia forestal, denominada silvicultura. La misma surgió en
los países del norte, fundamentalmente a consecuencia del desarrollo industrial, con sus
necesidades de madera y materias primas agrícolas. La deforestación resultante obligó
tempranamente a estos países a buscar nuevas formas de manejo y de restablecimiento de
bosques. Esta ciencia impuso una estricta separación entre manejo forestal y agricultura y
se enfocó casi exclusivamente hacia la producción de cantidades y calidades uniformes de
madera. Las múltiples funciones de los bosques nativos y de las masas boscosas comuna-
les, plenas de diversidad, fueron reconceptualizadas como “desprolijas”, “desordenadas” y
con predominio de “malezas”. Los productos forestales no madereros fueron clasificados
como “productos menores”. Aquellos árboles añosos, cuya tasa de crecimiento había cesa-
do como para justificar su existencia en términos económicos, fueron descartados como
“sobremaduros”. La flora y fauna sin valor de mercado o que reducían la producción ma-
derera fueron calificadas como “improductivas” y se convirtieron en candidatos para su
erradicación. Los bosques debían ser reemplazados por un “orden” de tipo fabril, donde se
conservarían solo unas pocas especies comercialmente valiosas y en este sentido las plan-
taciones constituyen el mejor ejemplo del modelo. Las semillas, plantas, nutrientes, tasas
de crecimiento y turno de cosecha se convirtieron todos en elementos a ser controlados
por el ser humano. Las consecuencias sociales y ambientales fueron minimizadas como
problemas que podían ser “mitigados”. Los problemas que la moderna ciencia forestal
plantea y resuelve son, en resumen, aquellos que resultan de una política de control cen-
398 Dafne Salomé Alomar Messineo y Micaela Zabalza
lulosa y papel, de manera que la producción primaria sea lo más eficiente posible con el
objetivo al 2030 de incrementar la superficie en 800 mil hectáreas, con una captura neta
de 15 millones de toneladas de CO2, el 6,7% de las medidas acordadas en el marco del
Compromiso Ambiental asumido por el país ante organismos internacionales (Escobar,
2017). Dicho propósito se efectiviza con la llegada de Mauricio Macri a la presidencia, am-
pliándose los subsidios a las empresas: de 100 millones de pesos se pasó a 265 millones, y
las promesas del Ministerio de Agroindustria de aumentar a 350 millones de pesos.
Por sus características, la actividad forestal requiere contar con la mayor certeza en
cuanto a la identidad del material de propagación con el que se trabaja. A raíz de esto,
surge el Sistema de Certificación de Especies Forestales1: es un proceso voluntario, que
se basa en el seguimiento del material desde el momento de la cosecha de la semilla o
recolección en el caso de material clonal, hasta la producción del plantin, si fuera el caso.
Para ello se establece un sistema de clases y categorías para los materiales básicos, según
sea su nivel de grado de selección.
Existen parámetros técnicos que definen a qué categoría pertenecen, con excepción del
material clonal, inscripto en el Registro de Cultivares que, en todos los casos, es material
mejorado genéticamente y de categoría “Calificado”. Este sistema también permite gene-
rar un flujo de información actualizado, como un mapa de viveros, tendencias del sector
a través de la oferta y demanda de materiales, etc.
Los materiales básicos de los cuales se obtienen semillas Certificadas deben responder
a requerimientos técnicos que se dicten a tal fin, y se categorizan de la siguiente manera:
1. Ensayado: aquel en que sus progenies se han manifestado superiores en comparación
con estándares en ensayos comparativos.
2. Calificado: aquel cuyos componentes han sido seleccionados a nivel individual sin
haberse realizado ensayos sobre este material.
3. Seleccionado: aquel que es elegido fenotípicamente a nivel de poblaciones.
4. De Fuente Identificada: categoría mínima admitida con respecto a la cual únicamen-
te se tiene información sobre la situación geográfica del área o región donde la semilla
es recolectada.
La categoría otorgada a todo material básico expirará automáticamente al cabo de 10
(diez) años a partir de la fecha de su categorización. Al finalizar dicho período podrá reca-
tegorizarse (INASE, Res. Nº 256/99, art. 17).
A continuación se analizará el Mapa de Viveros Forestales tomando como caso repre-
sentativo la provincia de Misiones. A partir de los datos del INASE, actualizados al año
2018, se observará qué agentes -inscriptos en el RNCyFS- son titulares en el Listado Nacio-
nal de Materiales Básicos Forestales2, su origen (nacional o extranjero) y en qué categoría
se inscriben. Dicho análisis permitirá observar el grado de concentración y extranjeriza-
ción de la primera actividad de la Etapa Forestal.
El total de Certificaciones Forestales en la provincia de Misiones al año 2018 es de 66
(sesenta y seis) variedades forestales.
Se detallará a continuación qué agentes presentan títulos de variedades, su origen y
la cantidad:
≈Del total de los titulares de variedades (16), 50% son empresas, 50% agentes particulares.
≈Del total de las empresas titulares de variedades (8); 62,5% son nacionales privados, 25%
extranjeros privados y 12,5% nacional mixto.
1 El Sistema de Certificación de Especies Forestales está reglamentado por la Resolución del Instituto Nacional de
Semillas (INASE) N° 256/99.
2 En el Listado Nacional de Materiales Básicos Forestales se inscriben los Materiales Básicos Forestales aprobados,
asignando a cada uno un número intransferible. El INASE mantiene actualizado dicho listado y publicando los
datos, novedades presentadas y/o aquellos materiales dados de baja (INASE, Res. Nº 256/99, art. 11).
402 Dafne Salomé Alomar Messineo y Micaela Zabalza
≈Del total de variedades forestales (66); 59,1% se categorizaron como “Calificadas”; 22,7%
“Seleccionada” y 18,2% de “Fuente Identificada”,
≈Dado que la categoría “Calificada” constituye la acreditación más alta obtenida en el
INASE hasta el momento, se considera relevante analizar qué porcentaje de empresas
y agentes particulares obtuvieron dicha certificación. En este sentido, se destaca que
del total de certificaciones “Calificadas” (39) un agente particular (15,4%) obtuvo va-
riedades de dicha categoría, y el resto (84,6%) son grandes empresas nacionales y una
extranjera: Arauco S.A.
A partir del presente relevamiento, se analiza que uno de los insumos centrales para las
plantaciones industriales -a saber, las semillas genéticamente modificadas-, debe ser regis-
trado acorde a normativas nacionales, con los correspondientes costos que conlleva la acre-
ditación. Como puede observarse, un número reducido de actores (privados nacionales/
extranjeros) acceden a dicha certificación, siendo los grandes actores privados (nacionales
y extranjeros) los que concentran Materiales Básicos Forestales con la categoría más alta.
Siguiendo esta lógica, se buscó evidenciar, además, la concentración y la extranjeriza-
ción en la propiedad de la tierra, a partir de la creación y desarrollo del Inventario Fores-
tal Nacional por parte del Ministerio de Agroindustria de la Nación junto con la Subse-
cretaria de Desarrollo Forestal de la provincia de Misiones. Así, se identificaron 405 mil
hectáreas que fueron geo-refenciadas y cartografiadas individualmente en el año 2017,
incorporando la identificación de los propietarios (MINAGRI, 2018). A partir de la siste-
matización de los datos se observa la Tabla 1:
Tabla 1.Clasificación de propietarios según hectáreas que poseen
Fuente: elaboración personal con base en datos del Ministerio de Agroindustria de la Nación. Año 2014
Conclusión
En el presente trabajo se procuró identificar los distintos factores que dan impulso al desa-
rrollo de la actividad forestal en el mundo y, particularmente, en nuestro país. Seguidamente,
se trató de indagar la relación que existe entre la actividad foresto industrial, en la provincia
de Misiones, con los actores tanto nacionales como extranjeros que operan en ese territorio.
A partir de esto, se pudo comprobar la existencia de implicancias territoriales produc-
to de las plantaciones foresto industriales en Argentina, durante los años 1998-2018:
entre ellas, la concentración y extranjerización de la etapa forestal o el primer eslabón
de dicha cadena productiva.
Como conclusión se evidenció cómo la Ley Nº 25080 y la prórroga de la misma (Ley Nº
26432), lograron incentivar el desarrollo junto con la ampliación de las plantaciones in-
dustriales a partir de incentivos económicos y tributarios otorgados a los principales acto-
res. Asimismo, se comprobó que en Misiones, las plantaciones industriales se desarrollan
por medio de monocultivos, principalmente de pino.
Seguidamente, se evidenció que tanto los insumos (semillas) como la propiedad de la
tierra se encuentran concentrados y extranjerizados, siendo la empresa Arauco S.A. (capi-
tal chileno) la líder en ambas actividades.
Cabe destacar que las implicancias socio-territoriales incluyen no solo las mencionadas
anteriormente, sino también la conflictividad entre los diversos usos de la tierra, deri-
vando en conflictos con las comunidades locales y pueblos originarios por el avance de la
frontera agropecuaria y mediante desplazamientos forzosos.
Las plantaciones mono-específicas a gran escala constituyen una forma de respuesta
del modelo económico predominante frente a estas crisis, sin atacar sus causas de fondo.
Encierran la promesa, por ejemplo, de satisfacer la demanda de madera (fundamental-
mente de los países desarrollados), sin por ello plantearse el tema de cómo estabilizar o
reducir dicha demanda.
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Maquinaria agrícola en el partido de Balcarce:
comercialización y dinámica territorial (2010-2017)
Mariana Paola Bruno, María Paula Viteri y Marcelo Sili
Introducción
El sector agropecuario ha experimentado profundas transformaciones durante las úl-
timas tres décadas y éstas giraron en torno a la articulación y relación que existe entre
la siembra directa y el paquete tecnológico de semillas transgénicas y agroquímicos. La
expansión del área sembrada y el incremento de los rendimientos productivos, inyectaron
mayor dinamismo al sector de maquinarias y equipos agrícolas. En este contexto, las ciu-
dades intermedias1 adquieren un rol destacado como centros de distribución de los bienes
de capital y de interconexión entre los actores globales y locales/territoriales.
Varios autores (Barsky y Gelman, 2001; Ghezán, Mateos y Elverdín, 2001; Teubal, 2003;
Reboratti, 2006) han analizado las transformaciones en el sector agropecuario en referen-
cia a los procesos de agriculturización, pampeanización y los efectos negativos del modelo
hegemónico, tales como la concentración de la tierra, el desalojo de las comunidades, el
aumento de la vulnerabilidad ambiental y el éxodo rural, entre otros. Estos efectos fue-
ron más radicales y más perceptibles en las regiones extra-pampeanas, donde asume gran
importancia la conflictividad social y el desalojo de las comunidades originarias. Mien-
tras que en la región pampeana se consolida el modelo hegemónico que se venía gestando
desde la década de 1970, y donde la penetración de las empresas multinacionales se esta-
blece en alianza con los capitales locales (Manzanal, 2017).
En términos territoriales, se des-construye el límite entre el espacio rural y el espacio
urbano, consolidándose un espacio rural-urbano, en el cual las localidades se convierten
en el asiento de los productores y trabajadores agrícolas, y de capitales relacionados con la
economía agraria. En estos espacios rural-urbanos reside la gestión de la agricultura y de
las actividades relacionadas a ellas (Cloquell, Albanesi, Nogueira y Propersi, 2011).
En el presente trabajo nos proponemos analizar la dinámica territorial que se genera a
partir de la comercialización de maquinaria agrícola centrando la atención en los actores
que se dedican a la venta, fabricación y/o reparación de equipos e implementos agrícolas
y sus relaciones multidimensionales y multi-escalares, en un espacio concreto como es el
partido de Balcarce, en el sudeste de la provincia de Buenos Aires.
Como otros partidos de la zona, Balcarce cuenta con la radicación de varias empresas
nacionales y multinacionales. Para conocer el efecto que tienen las empresas de bienes y
servicios para el agro en el desarrollo local, en primer lugar presentaremos el marco teórico
que focaliza en las interacciones sociales multidimensionales y multi-escalares. Seguida-
mente se analizan los orígenes del sector de maquinaria agrícola en el país y su trayectoria
durante los diferentes períodos históricos. En el siguiente apartado, se caracteriza a las
empresas vinculadas a la maquinaria agrícola a nivel local, según las principales activida-
1 Ciudades Intermedias: centros urbanos en donde se desarrolla la gestión de la agricultura (Cloquell et al., 2011).
Estos centros tienen la particularidad de establecer una red de relaciones (económicas, sociales y culturales) con el
mundo rural y con los otros núcleos urbanos (Manzano y Velázquez, 2015).
406 Mariana Paola Bruno, María Paula Viteri y Marcelo Sili
presas dedicadas a la fabricación y/o venta de bienes y servicios para el agro, radicadas en el
partido de Balcarce. La base de datos se conformó a partir de información secundaria (Di-
rección de Recursos y Secretaría de Producción de la Municipalidad de Balcarce, Cámara
de Comercio e Industria de Balcarce, Fundación Lucha Contra la Fiebre Aftosa) e infor-
mación primaria, recabada en distintas exposiciones locales (EducoAgro 2016, ExpoRural
Balcarce 2017) y entrevistas semi-estructurales aplicadas a informantes calificados del
sector público (12) y privado (5) entre los meses de enero y octubre de 2017.
Las 111 empresas se ordenaron según la Clasificación Nacional de Actividades Econó-
micas (INDEC, 2010) en cuatro dígitos y se seleccionaron, para el presente trabajo, aque-
llos actores que participan en la fabricación y/o venta de agro-partes, bienes de equipos
(tractores, cosechadoras, sembradoras, pulverizadoras) e implementos agrícolas; talleres
de reparación y reposición de piezas; y prestadores de servicios posventa.
Entre los meses de mayo de 2017 y enero 2018 se entrevistaron diecinueve (19) responsa-
bles de empresas dedicadas a la venta y/o reparación de maquinarias y/o agro-partes. Las
entrevistas semi-estructuradas indagaron sobre los orígenes de la empresa, la principal
actividad que desarrollan, el tipo de bienes y servicios que ofrecen, las relaciones locales
y extra-locales con proveedores y clientes y las características del personal ocupado. Ade-
más, se preguntó sobre las articulaciones con instituciones públicas y/o privadas.
La información fue sistematizada y analizada en función de las siguientes dimensiones:
las ‘características del sector empresarial local’, según las principales actividades, el em-
pleo que generan y el origen de las empresas; y las ‘redes multiescalares’ que entretejen los
actores locales, con proveedores, clientes e instituciones público-privadas, contemplando
las perspectivas de los propios entrevistados (Long, 2007).
tasas de interés). El comportamiento de las firmas fue diferencial según el sector. Para el
caso de tractores y cosechadoras, varias empresas salieron de la actividad y otras reduje-
ron su capacidad. Las firmas orientadas a la fabricación de sembradoras, implementos y
pulverizadoras, fueron menos afectadas por sus especificidades intrínsecas a las geogra-
fías locales (Moltoni y Masiá, 2012).
En la década de 1990 la consolidación del modelo productivo basado en la incorpora-
ción de biotecnología y el sistema de siembra directa, requirió de maquinaria de mayor po-
tencia. Si bien la fabricación de sembradoras y pulverizadoras, logró seguir desarrollando
tecnología de producto y liderando el mercado; la producción de cosechadoras y tractores,
se vio perjudicada porque se requería aumentar la escala de producción en plantas más
grandes. En lo que respecta a la demanda de maquinaria agrícola, si bien en los primeros
años de la década de 1990 se recupera, por la estabilidad macroeconómica y el aumento
de la producción, para mediados de la década registra una fuerte caída. En el caso de trac-
tores, las multinacionales redefinieron sus estrategias, relocalizando las plantas en Brasil
(Moltoni y Masiá, 2012).
En la década de 2000, la tendencia macroeconómica gira hacia la reindustrialización
de la economía por sustitución de importaciones, con valorización del sistema produc-
tivo sobre el financiero. En este contexto, el sector de maquinaria se ve favorecido por el
aumento de los precios internacionales de commodities que permiten seguir consolidando
el modelo productivo de siembra directa (Vigil y Magri, 2014; Romero, 2015). Algunos
subsectores como las pulverizadoras y sembradoras continúan liderados por capitales na-
cionales (Gorenstein y Moltoni, 2011).
En el 2016, el sector de maquinaria agrícola representa el 25,2% del valor agregado de la
rama de maquinaria y equipos y el 1% del sector industrial nacional (Garfinkel y Ramón
2016). En el sector maquinarias existen diferentes subsectores: tractores, cosechadoras,
pulverizadoras, sembradoras e implementos agrícolas (Lavarello y Goldstein, 2011). A su
vez, por origen de los capitales se pueden reconocer distintas estrategias de innovación
y productivas (Langard 2016). En general, las empresas transnacionales dominan en los
sectores de mayor costo de producción y desarrollo tecnológico, como son los tractores y
cosechadoras. Estas firmas constituyen cadenas globales de valor, con escasos y mínimos
procesos de aprendizaje locales, tendiendo a desestructurar la trama local de producción.
La mayoría de los insumos son importados y la producción es exportada-importada in-
tra-firma y poseen muy baja integración vertical (Langard, 2016).
Las firmas de capitales nacionales (sembradoras, pulverizadoras e implementos agríco-
las) revalorizan y desarrollan capacidades tecnológicas acumuladas en períodos previos.
Estos fabricantes se abastecen de insumos, partes y componentes principalmente del mer-
cado nacional, importando menos del 10% de los bienes intermedios. A diferencia de las
multinacionales de tractores y cosechadoras, estas firmas diversifican sus proveedores y
cuentan con una alta productividad aparente (Langard, 2016).
La mayoría de las plantas productivas de maquinarias agrícolas (90%) se concentran
en las provincias de Buenos Aires (Chivilcoy, Carmén de Areco, 9 de julio, Tandil y Ola-
varría), Santa Fe (Belgrano, Caseros, Castellanos y Las Colonias) y Córdoba (Marcos
Juárez, San Justo, Unión, Río Segundo y Juárez Celman) (Garfinkel y Ramón, 2016). En
su conjunto, la industria de maquinaria agrícola genera más de 47 mil puestos de traba-
jo de forma directa (Bragachini, 2011). Se trata de empresas que requieren de mano de
obra calificada (ingenieros, técnicos y operarios calificados). No obstante, ante la escasez
Maquinaria agrícola en el partido de Balcarce: comercialización y dinámica territorial (2010-2017) 409
Fuente: elaboración personal con base en entrevistas realizadas entre mayo de 2017 y enero 2018
2 Para el presente trabajo se entiende por capitales regionales aquellas empresas cuyos dueños son argentinos, y cuen-
tan con sucursales dentro de la provincia de Buenos Aires. Capitales nacionales: empresas cuyas casas centrales y
dueños están ubicados en diferentes provincias del país.
412 Mariana Paola Bruno, María Paula Viteri y Marcelo Sili
quinas pos-cosecha) compran los insumos (hierro, acero inoxidable) en el mercado local-re-
gional (Balcarce, Tandil, Mar del Plata) y nacional (Cordón Industrial Rosario-La Plata).
Las firmas de capitales regionales y nacionales han ingresado al territorio a partir de
fines de la década de 1980, buscando representaciones exclusivas. Las empresas regionales
son sucursales de concesionarios oficiales a nivel provincial de las marcas internacionales,
es decir que venden exclusivamente la marca a la que representan. La exclusividad en la re-
presentación de una marca implica someterse a las ‘reglas de juego’ y ‘objetivos’ que sugie-
re la empresa líder. En este sentido, las relaciones entre concesionarios oficiales y empresas
transnacionales se materializan en metas comerciales, capacitaciones al personal que se
imparte desde la fábrica, el marketing empresarial (carteles de publicidad, vestimenta, sof-
tware exclusivos). Los concesionarios adquieren beneficios y bonificaciones en la compra
de bienes en función de su performance como vendedores.
Tabla 2. Empresas vinculadas al sector de maquinarias e implementos agrícolas según
el origen de sus capitales y vínculos con proveedores. Balcarce 2017
Cantidad de
Capitales Vínculo con Proveedores
empresas
6 Local, regional y nacional
Local 3 Representantes de multi-marcas nacionales
4 Representantes de multi-marcas nacionales e internacionales
Regional 4 Concesionario oficial de marca internacional
Nacional 2 Centros de distribuciónoficial
Fuente: elaboración personal con base en entrevistas realizadas entre mayo 2017 yenero 2018
En el caso de los fabricantes nacionales, han ido incorporando, en mayor o menor me-
dida, las innovaciones comerciales implementadas por las transnacionales. No obstante,
varios responsables de la venta de bienes manifiestan algunas dificultades en materia de
logística;
...no es tan perfecta la entrega del producto, no tienen una buena programación. Porque ellos te exigen comprar
antes de la siembra y por ahí, la mitad de los repuestos que le pediste no lo tienen… te cuesta laburo conseguirlos.
(Entrevista Nº 17, Dueño de Empresa MA, 15/01/2018).
En lo que respecta a la articulación con los clientes, la mayoría de los entrevistados
consideran a los contratistas sus principales compradores. Esto se acentúa en las firmas
especializadas en la venta de pulverizadoras, cosechadoras o sembradoras. Para las empre-
sas que ofrecen una mayor diversidad de productos y marcas, principalmente de capitales
locales y con años de experiencia en la comercialización, cuentan con una clientela más
diversificada entre productores pequeños, medianos y grandes. En el caso de las empre-
sas cuya actividad principal está orientada a la venta y/o reparación de equipos de riego
o fabricación de implementos (máquinas de pos-cosecha), sus principales clientes son los
productores paperos. Mientras que para los fabricantes de bombas y cabezales de riego, las
empresas semilleras constituyen los principales usuarios.
A pesar del avance de la tecnología y de los medios de comunicación vía internet, el
‘boca a boca’ sigue siendo la mejor estrategia para captar clientes, tal como lo expresa el
siguiente testimonio:
Para nosotros, el boca a boca es el que corre más rápido, ¿no? Tanto lo bueno como lo malo. Acá haces algo mal
y se entera todo el mundo. Si no le cumpliste a un cliente con la fecha de entrega, es mortal. (Entrevista Nº 18,
Dueño de Empresa MA, 19/01/2018).
Maquinaria agrícola en el partido de Balcarce: comercialización y dinámica territorial (2010-2017) 413
Asimismo, cada firma manifiesta ofrecer un servicio que lo diferencia del resto de sus
competidores y les garantiza cierto prestigio y una buena fidelización con el cliente, como
por ejemplo, la entrega en tiempo y forma del implemento fabricado (Entrevista Nº 18,
Dueño de Empresa MA, 19/01/2018), o la prueba de placa de siembra de forma gratuita
(Entrevista Nº 17, Dueño de Empresa MA, 15/01/2018).
Los actores estudiados no solo permiten conectar a Balcarce con otros lugares a partir
de la compra de insumos, sino también a través de sus clientes, expandiendo el área de
influencia. El Gráfico 1 representa para cada empresa la distribución de sus clientes a es-
cala local, regional y nacional. Las primeras once empresas son de capitales locales, cuyos
dueños tienen larga trayectoria comercial en el partido. Más del 50% de sus ventas corres-
ponden al mercado local, basta con mencionar el “apellido” de sus dueños, que se conoce
la trayectoria del negocio. Esta cuestión es señalada por Carabajal (2013) para el caso de
las agronomías en otros espacios geográficos.
Gráfico 1. Distribución del mercado por empresa. Balcarce. Año 2017
Fuente: elaboración personal con base en entrevistas realizadas entre 2017 y enero 2018
La extensión del mercado está vinculada, entre otros aspectos, al servicio de posventa
que es destacado tanto por los empresarios locales como por los usuarios de maquinaria
agrícola. Por el lado de la oferta, se sostiene que es fundamental contar con un radio de
acción acotado que le permita brindar un servicio adecuado:
y… uno no quiere vender más por el tema de la posventa afuera, sino venderíamos más. Las cosas que vendes, las
tenés que atender. (Entrevista Nº 2, Dueño de Empresa MA, 07/06/2017)
Por el lado del usuario, se considera necesario contar con un servicio posventa en el
momento y lugar preciso. De lo contrario, el usuario podría trasladar su compra a otra
localidad:
Elegimos [marca con representante en Balcarce] porque supusimos que el servicio que brindaría era bueno.
Porque tenés una sucursal en Tres Arroyos, una en Tandil, pero el servicio de Balcarce es deplorable, es malo.
(Entrevista a Contratista, 20/01/2017).
Pareciera que la buena interacción entre la venta y la compra es fundamental a la hora
de fidelizar relaciones.
Las empresas que se dedican a la fabricación de implementos (bombas y cabezales de
riego, implementos de pos-cosecha para hortalizas), cuentan con un mercado más exten-
dido, alcanzando el mercado nacional e, incluso, internacional.
414 Mariana Paola Bruno, María Paula Viteri y Marcelo Sili
Por último, las empresas de capitales extra-locales presentan diversas situaciones. Las
firmas nacionales que ingresaron de forma directa al territorio y cuyos responsables de
los locales no están históricamente vinculados con los productores lugareños, destinan
más del 60% de sus bienes y servicios al mercado regional. En el caso de los concesionarios
exclusivos de las firmas internacionales, la distribución del mercado es más variada. Esto
evidencia que las empresas de capitales locales de mayor antigüedad, se encuentran más
arraigadas al territorio, dificultando la entrada de firmas extra-locales. Esto es expresado
por uno de los entrevistados:
Acá, en Balcarce, al nuevo le cuesta el doble, la gente es complicada…cuesta entrar… (Entrevista Nº 4, Dueño
de Empresa MA, 14/08/2017).
A fin de visualizar redes multidimensionales, se indagó en la relación entre las empre-
sas de maquinaria agrícola y otros actores locales presentes en el territorio. En general,
las articulaciones entre los actores estudiados y el resto de las instituciones locales son
escasas. Los principales vínculos se establecen con la escuela agropecuaria “San José”
y la Sociedad Rural de Balcarce, a través de las exposiciones que estas instituciones or-
ganizan una vez al año. A excepción de las empresas vinculadas a los equipos de riego,
el resto de las firmas manifestó participar de estos eventos. Cabe destacar el protago-
nismo adquirido en los últimos años por la comisión organizadora de la Exposición
EduCoAgro del Colegio San José. En dicho evento, se observa una amplia participación
de actores locales y extra-locales. En menor medida, las empresas estudiadas articulan
con otras instituciones públicas-privadas locales, a partir de presupuestos y compra de
alguna maquinaria y/o implemento (Estación Experimental –Instituto Nacional de Tec-
nología Agropecuaria Balcarce y la Municipalidad de Balcarce), organización de charlas
técnicas y talleres prácticos (Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional de
Mar del Plata, Colegio San José) y adhesión a instituciones locales (Cámara de Comercio
e Industria de Balcarce, Federación Agraria Argentina).
En síntesis, podemos observar cómo las empresas vinculadas a la maquinaria agrícola
en el partido de Balcarce, se encuentran insertas en relaciones multi-escalares a partir de
sus articulaciones con proveedores, clientes e instituciones locales. En el caso de las em-
presas oriundas de Balcarce, establecen múltiples relaciones con diversos proveedores a es-
cala nacional e internacional. Estas relaciones se reducen al ámbito local-regional cuando
hacemos referencia a la distribución del mercado. Por su parte, las empresas extra-locales
mantienen relaciones multi-escalares con proveedores exclusivos ya sean de origen nacio-
nal o internacional y con los clientes de la zona.
Conclusiones
Los resultados del presente trabajo constituyen una primera aproximación a la com-
prensión de Balcarce como un lugar-territorio, a partir de los actores vinculados a la pro-
visión de bienes y servicios para el agro. Centrando la atención en aquellos actores ligados
a la venta, fabricación y/o reparación de maquinaria agrícola fue posible visibilizar un
espacio construido por actores heterogéneos en lo que respecta a las actividades que de-
sarrollan, las estrategias que desempeñan y las marcas a las que representan. Respecto
a sus orígenes como empresas e inicio de la actividad en Balcarce, se registran múltiples
temporalidades en un mismo lugar.
Un recorrido por los orígenes y marcas que representan las firmas de maquinaria agrí-
Maquinaria agrícola en el partido de Balcarce: comercialización y dinámica territorial (2010-2017) 415
cola estudiadas, muestra diferentes formas de inserción territorial de las empresas líderes
a nivel nacional e internacional. Si bien el subsector de maquinarias siempre estuvo inter-
nacionalizado, a partir de la década de 1980 y particularmente en la década del 2000, se
incrementa la presencia de marcas internacionales, a través de concesionarios exclusivos
regionales, imponiendo sus lógicas organizacionales. En cambio, las marcas nacionales no
buscan exclusividad, sino que reparten sus ventas con diferentes representantes como es-
trategia para aumentar su volumen de venta. A partir de las entrevistas realizadas, se obser-
va cierta preferencia por las marcas de prestigio internacional con buen servicio posventa.
Respecto a las redes que se entretejen entre los actores y sus vinculaciones dentro y fuera
del territorio, observamos -a través de la compra de insumos/maquinarias y la venta- el au-
mento de las múltiples escalas de relación. La compra de insumos y bienes a comercializar
genera relaciones multi-escalares con proveedores locales, regionales y nacionales. Las fir-
mas de capitales locales, representantes de varias marcas, crean redes de provisión densas
y diversificadas alcanzando los diferentes niveles escalares. Las redes de provisión de los
actores, que hemos considerado de capitales regionales y nacionales, se limitan a las casas
matrices o importadores directos, vinculándose directamente con pocos proveedores.
En lo que respecta a la redes que se generan con los clientes, pareciera que la modalidad
de venta, y particularmente de servicio posventa, está vinculada a relaciones de amistad
y confianza históricas. Esto lleva a mejorar, relativamente, el posicionamiento de los ven-
dedores locales con mayor trayectoria comercial respecto a ‘nuevos’ actores. Las empresas
que llegaron después de la década de 1980, se posicionan más desde la representación de
una marca con prestigio extra-local.
Las relaciones entre las empresas de bienes y servicios para el agro, y entre éstas y las
instituciones públicas y privadas son muy escasas y puntuales. Las empresas carecen de
una tradición asociativa y/o antecedentes de iniciativas de cooperación, por lo que preva-
lecen los comportamientos individuales y la desconfianza entre las empresas, limitándose
la participación de las firmas a una simple adhesión a la entidad local que los representa.
Una mayor articulación aparece con algunas instituciones educativas, como por ejemplo
con la escuela secundaria agro-técnica. En cambio, las relaciones con el municipio apenas
pasan por contribuciones impositivas y/o la compra de maquinaria e implementos. La
falta de articulación a nivel local y el escaso interés de conformar redes con otras institu-
ciones, nos interroga acerca del rol del Estado como agente de desarrollo. No se observa
interés en fomentar articulaciones que permitan conocer los intereses de todos los actores
económicos instalados en el partido.
A pesar de la falta de articulación formal entre lo público y lo privado, este trabajo
muestra la presencia de múltiples actores heterogéneos, que con sus diversas trayectorias y
redes hacen de Balcarce un lugar de encuentro entre lo global y lo local. La globalización
se ve reflejada en la presencia de las empresas multinacionales, no solo de maquinarias
sino también agroindustrias como Mc Cain, y sus lógicas organizacionales, que tienden a
reconfigurar el territorio. No obstante, los actores locales siguen siendo considerados por
los productores al momento de comprar un equipo, dado que prevalecen las relaciones de
confianza y amistad que garantizan el servicio posventa, siendo este último uno de los
aspectos fundamentales al momento de seleccionar al vendedor.
Si bien no fue objeto del presente trabajo, no podemos dejar de señalar que la dinámi-
ca expansiva en torno a la producción agropecuaria y todas las actividades conexas, que
exceden las estudiadas para este trabajo, no siempre se corresponde con una mejora en la
416 Mariana Paola Bruno, María Paula Viteri y Marcelo Sili
calidad de vida de los habitantes. Resulta una contradicción entre la dinámica productiva
y las problemáticas para la sociedad en general y la distribución de los beneficios. Por lo
que resulta pertinente indagar en futuras investigaciones en estas cuestiones para poder
llegar a una compresión más profunda de la complejidad territorial.
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Significados, experiencias y vivencias del auge y
decadencia del ferrocarril en Pardo y Coronel Boerr
(Las Flores), Crotto (Tapalqué) y Cacharí (Azul).
Aportes desde la Geografía Humanística
Agustina Canova, Gabriela Rampoldi y María Gabriela Sanhueza
Marco teórico
En la Geografía Humanística se destacan las intenciones, principios, objetivos y propósi-
tos de las acciones humanas; propone un enfoque comprensivo que permite el conocimien-
to a través de la experiencia vital concreta. Son geografías que buscan valores, símbolos,
significados. Priman la diferencia, lo singular, y en relación con ello, el lugar, la localidad,
la región. Estos conceptos adquieren un nuevo significado, asociados a la percepción sub-
jetiva. “Son espacios de experiencia personal, espacios vividos, espacios símbolo para los
individuos. Son áreas recubiertas de significado” (Ortega Valcárcel, 2000, p. 300).
Los conceptos más importantes de esta Geografía Humanística, son el de mundo vivi-
do, es decir, el mundo de la experiencia de cada persona, el mundo que lo rodea, del que
forma parte y que puede transformar con su acción. Otro concepto clave en la explica-
ción humanística es el de lugar. Está dotado de historia y de significado, los lugares son
percibidos como “centros de significados o intenciones, entendidos tanto culturalmente
como individualmente” o como entidades que encarnan la experiencia y las aspiraciones
de la gente (Tuan, 1971, en Delgado Mahecha, 2003, p. 114). El lugar como entidad física,
como punto o área, como simple objeto, adquiere una dimensión subjetiva, se convierte
en imagen individual, se modela de acuerdo a los valores e intereses de las personas. Son
espacios vinculados a la existencia de cada individuo, a sus experiencias particulares, a su
relación personal con el entorno, a la percepción que de él mismo tiene, de acuerdo con las
condiciones culturales y personales. Y, por último se destaca la experiencia, que se refiere
a la totalidad de nuestras relaciones con el mundo: sensaciones, percepciones, emociones
y pensamientos. La experiencia es tanto sensación como pensamiento, y se refiere a las
distintas formas en que una persona conoce y construye la realidad.
Durante la década de 1990 se produjo el cierre de ramales ferroviarios que permitían el
desarrollo y la integración de varios pueblos de la provincia de Buenos Aires, entre ellos,
Coronel Boerr y Pardo (Las Flores), Crotto (Tapalqué) y Cacharí (Azul). Estos pueblos con-
sideraban al ferrocarril como símbolo de progreso, intercambio y desarrollo. Por ello se
busca conocer e interpretar cuál fue la visión de los pobladores que vivieron y atravesaron
esta situación. Tomando como enfoque teórico a la GeografíaHumanística se plantean los
siguientes interrogantes que guiarán la investigación: ¿cómo se construye el lugar a partir
del auge y decadencia de los ferrocarriles en los pueblos investigados? ¿Qué historias y sig-
nificados están vinculados al ferrocarril? ¿Qué rol cumple la experiencia de los pobladores
a través de las vivencias, sentimientos y valoraciones asociadas al ferrocarril? ¿Cómo es el
mundo vivido de estos pobladores? ¿Qué vínculos han desarrollado con el ferrocarril?
420 Agustina Canova, Gabriela Rampoldi y María Gabriela Sanhueza
Consideraciones metodológicas
Para esta investigación se desarrollará una metodología cualitativa:
Los métodos cualitativos están destinados a asegurar un estrecho ajuste entre los datos y lo que la
gente realmente dice y hace. Observando a las personas en su vida cotidiana, escuchándolas hablar
sobre lo que tiene en mente y, viendo los documentos que producen, el investigador cualitativo
obtiene un conocimiento directo de la vida social. (Taylor y Bogdan, 1987, p. 21)
Las técnicas cualitativas que se utilizaron en esta investigación fueron:
≈Entrevistas en profundidad: orientadas a comprender las perspectivas que tienen los in-
formantes respecto de sus vidas, experiencias o situaciones, tal como las expresan con sus
propias palabras. Las entrevistas fueron realizadas a diferentes actores sociales involucra-
dos en la temática del desarrollo de los ferrocarriles en los pueblos, tales como pobladores
antiguos y actuales, funcionarios relacionados al transporte, trabajadores ferroviarios, etc.
≈Historias de vida: se seleccionaron algunas historias de vida de los pobladores con el
objetivo de poder elaborar una memoria personal de sus experiencias.
≈Fuentes documentales: artículos periodísticos, informes de organismos públicos mu-
nicipales, documentos personales (relatos de los individuos involucrados, como cartas
privadas, relatos históricos).
≈Utilización de imágenes, fotografías, y mapas históricos y actuales.
Mapa 2. Localización de los pueblos de Coronel Boerr y Pardo (Las Flores), Crotto (Tapalqué) y Cacharí (Azul)
Resultados
Teniendo en cuenta el auge y decadencia del ferrocarril en los pueblos y ciudades in-
vestigadas, hemos seleccionado ciertas variables que se relacionan con los sentimientos,
afectos y recuerdos que tienen las personas de ese entonces, su forma de trabajo, las viejas
características del pueblo, viejas amistades.
Las personas entrevistadas son habitantes de los pueblos investigados, que, durante el
auge del ferrocarril se beneficiaron tanto económica como socialmente de su funciona-
miento, teniendo en cuenta que la creación del ramal ferroviario trajo consigo puestos de
trabajo y una forma de trasporte más ágil para esos comerciantes que tenían que viajar a
Buenos Aires en búsqueda de mercadería y el transporte de materiales, piedras, etc.
Vínculos afectivos con el lugar a través de la estación del ferrocarril:
vivencias cotidianas con el lugar
Todas las personas entrevistadas presentan un fuerte vínculo afectivo con el lugar, esto
se debe a que la mayoría recuerdan a la estación como un lugar concurrido, un punto de
encuentro y como un lugar clave para el desarrollo del comercio entre los pueblos y ciuda-
des. Esto se vio reflejado en los siguientes fragmentos de las entrevistas:
Primeramente fui a echar abono a la tierra para sembrar papa después me dijeron que me quedara, estuve todo
el verano y me quedé 35 años. (Raúl, de Coronel Boerr).
Y yo nací en Pardo, viví en el campo y en el ‘57 me vine para acá, así que hace más de 60 años que estoy. (Abel,
de Pardo)
Yo me jubilé del ferrocarril, estuve 31 años. Me afectó mucho que de un día para el otro dejara de pasar el ferro-
carril, me daba lástima. (“Pocho”, de Cacharí).
El tren revolucionó los medios de transporte humanos, la mercadería, aceleró la comunicación postal, amplió y
perpetuó la frontera. (Julio, de Tapalqué)
Era sumamente importante porque primero era el único medio de locomoción que teníamos para ir a la ciudad,
tomábamos uno a las nueve de la noche y volvíamos en el de las seis de la mañana cuando queríamos ir a salir al
baile por ejemplo. (Miguel, de Coronel Boer).
Da lástima ver como está actualmente la estación, sabes la gente que viajaba. Te da una pena bárbara ver como
esta todo actualmente. (Juan, Cacharí)
Se notaba en el hombre el aprecio que tiene con el lugar en el que vive, mediante el relato, se
notaron sentimientos de afecto y pensamientos acerca de la utilidad que tenía el ferrocarril:
Todos los comerciantes en ese entonces viajaban en el ferrocarril en busca de mercadería hacia la ciudad de
Buenos Aires. (Roberto, Coronel Boerr)
Los recuerdos que tiene esta persona ‘del pueblo’ tienen que ver con los lugares que se
concurrían, la vida social de las personas y los lugares que frecuentaban, también recordó
a la actividad de la policía, el comercio, la forma en la que enviaba el dinero recolectado del
ferrocarril, las características de su trabajo.
Actualmente hay muchos cambios en el pueblo, antes todo era tapera y tierra, en ese entonces no había muchas
casas, ahora se está agrandando un montón el pueblo y también hay asfalto. (Juan de Cacharí)
Se destacan los recuerdos con respecto al auge del ferrocarril y cómo la sociedad de ese
entonces utilizaba el mismo para su desarrollo cotidiano. En cambio una vez que dejó de
pasar el ferrocarril por este pueblo, en el año 1999 luego de la privatización del mismo en
manos del ex Presidente Carlos Saúl Menem, las personas que trabajaban allí tuvieron
que buscar otra forma de subsistencia, los comerciantes comenzaron a utilizar nuevos me-
dios de transporte para ir en busca de mercadería y, el pueblo que constantemente recibía
nuevas personas (pasajeros) se vio totalmente desolado. Aunque, las personas lograron a
partir de empresas y obras que el pueblo siga estando en pie.
El ferrocarril en Coronel Boerr y Pardo
En cuanto a las entrevistas realizadas en Boerr, al analizar los vínculos afectivos con el
lugar, se puede observar que ambos entrevistados presentan vínculos muy arraigados debido
a que pasaron la mayor cantidad de los años viviendo en esos lugares, estableciendo vínculos
económicos, sociales y recreativos que les permitieron avanzar en sus vidas. Al analizar pun-
tualmente cada uno de los casos, el primero de los entrevistados es el panadero (Roberto),
quien aún sigue viviendo en este pueblo, recuerda al mismo, que en su entonces el ferrocarril
era de suma importancia para el pueblo, ya que éste era el medio por el cual se trasladaban
los productos de un lugar a otro y permitía que el pueblo se abasteciera de insumos para su
subsistencia donde se destacaban cereales y animales además de que éste le permitía viajar
hasta la ciudad junto con sus amigos. Aunque las cosas hoy hayan cambiado podemos con-
cluir que hoy en día el pueblo dejó de ser el mismo porque éste no logró avanzar tecnológica-
mente y adaptarse al cambio; en el segundo caso entrevistamos a un antiguo trabajador del
pueblo, quien ya no vive hoy en él, pero al momento de recordarlo tiene en cuenta muchas
situaciones por las cuales ha pasado, donde resalta su vida laboral y social, rescatando que
el ferrocarril para él era el principal medio de transporte que tenían para poder enviar los
insumos producidos y también destaca al ferrocarril como el principal medio de comunica-
ción, sin embargo al momento de expresar sus deseos en cuanto al pueblo, concuerda con el
entrevistado anterior, y expresa que el pueblo se ha quedado en el tiempo donde la tecnolo-
gía lo sobrepasó y lo ha llevado a quedar aislado de la ciudad cabecera (Las Flores).
Al realizar la entrevista en la localidad de Pardo, logramos constatar que la persona en-
trevistada tiene un fuerte afecto por su pueblo, donde resalta por completo el desarrollo de
su vida completa, recordando sus amistades, trabajos y vivencias. En cuanto al desarrollo
del ferrocarril recuerda que éste fue fundamental para el pueblo, era lo que le “daba vida”
al mismo, y destaca que en ese momento la cantidad de población era totalmente distinta
Significados, experiencias y vivencias del auge y decadencia del ferrocarril en... 425
a la actual. No obstante, desde una mirada más actual, éste destaca que el pueblo “no tiene
futuro”, ya que es absorbido por la ciudad cabecera y no le permite avanzar.
Ambos pueblos, luego del cierre del ferrocarril se encuentran totalmente despoblados y
casi podríamos decir abandonados, esto se debe a que, aquellas personas que vivían en el
lugar y trabajaban en el ferrocarril o en alguna actividad relacionada a éste se tuvieron que
mudar en búsqueda de nuevos empleos y los pueblos, al no brindar desarrollo económico
a sus pobladores, quedaron despoblados y sin actividad.
El ferrocarril en Tapalqué y Crotto
Desde las perspectivas utilizadas para nuestra investigación en la entrevista realizada al
señor Lujan desde la variable de los vínculos y sentimientos con el lugar, podemos indicar,
según las entrevistas analizadas, que el ferrocarril aporta lazos afectivos de aquella época vi-
vida, la cual expone recuerdos de un pueblo que fue tan activo e importante para toda la po-
blación de la región, aunque se destaca que en ese entonces no había tecnología como lo hay
hoy, ni gas ni luz, aunque el ferrocarril era importante, la época en ese pueblo les fue sufrida.
En estos pueblos aún quedan presentes las amistades, debido a las largas horas laborales
que se compartían y al trabajo pesado que se realizaba, ya que no existía en esa época tanto
desarrollo económico. Sin embargo estos hombres a pesar del cansancio generado por las
largas jornadas de trabajo conseguían juntarse en algún bar o pulpería de la zona y comen-
tar así, sus anécdotas de la semana. Aunque muchos de ellos estaban de paso por el poblado
en busca de trabajo temporal y luego se iban a otros pueblos en busca de nuevas esperanzas.
En consecuencia, los habitantes de esa época, tan sentida y recordada para todos, no
dejan de anhelar un futuro para su pueblo y más que buenas intenciones porque juntos
consiguieron vivir ese período de esplendor que nunca olvidarán.
Análisis de imágenes
Pardo (Las Flores)
En el pueblo de Pardo, la estación ha sido modificada (Imagen 1) ya que se pudo com-
probar a través de las imágenes que sus elementos han sido destinados a otras actividades,
como es el caso de uno de los galpones donde ahora hay una fábrica de cerámicos y otro
que fue destinado a una sala de reuniones comunitarias, mientras que sus vías están sien-
do renovadas (Imagen 2), ya que en este pueblo sigue circulando el tren pero no se detiene
en la estación. A su vez se puede observar que aún persisten algunos elementos de señali-
zación del ferrocarril, pero estos solo se encuentran cuidados por la delegación del pueblo
ya que no cumplen con su antigua función.
Imagen 1 Imagen 2
Cacharí (Azul)
A partir de las siguientes Imágenes 5 y 6, se pudo observar que la estación de Cacharí se
conserva en el tiempo y está muy cuidada (Imagen 5). En ella actualmente se desarrollan
talleres manuales y en los galpones se guardan elementos pertenecientes a la municipali-
dad y a la escuela de equinoterapia. Desde la municipalidad se está gestionando para que
se logre, como en el pasado, que el tren de pasajeros vuelva a realizar su parada en Cacharí
y así poder crear puestos de trabajo y más ingresos para el pueblo ya que, actualmente el
tren pasa pero no se detiene. También se destaca en las fotos que al lado de los galpones
hay silos, los mismos corresponden a la Compañía Cerealera de Rauch.
Imagen 5 Imagen 6
Crotto(Tapalqué)
Las Imágenes 7 y 8 muestran la gran importancia que ha tenido el ferrocarril para este
pueblo. Se puede observar cómo los años todavía guardan vestigios de aquella época tan
gloriosa y moderna para su tiempo. El ramal se encuentra a un costado del pueblo, sin
embargo los pastos altos dejan ver que aún sus ruinas son importantes para este lugar. Si
Significados, experiencias y vivencias del auge y decadencia del ferrocarril en... 427
bien existen cosas deterioradas por el paso del tiempo, su estación se encuentra pintada y
arreglada, sus vías permanecen cuidadas producto del mantenimiento que se les brinda
por personal idóneo que se encarga de mantenerlas limpias y sin obstáculos sobre sus rie-
les. Hoy es visitada por las escuelas y estudiantes de la zona, y fotografiada por turistas
que persiguen esos memorables recuerdos. Quizás no importe que sus trenes hoy no les-
brinden la comodidad que podría ser, pero lo que sí importa es no poner en el olvido todo
lo que representó para que sus vidas progresaran.
Imagen 7 Imagen 8
Conclusión
Una vez que los ferrocarriles dejaron de tener la importancia adquirida durante el pe-
ríodo 1940-1970, el desglose del sistema ferroviario en la década de 1990, impactó directa-
mente en los pueblos que nacieron y se desarrollaron vinculados al mismo, en las formas
de vida y en las experiencias de las personas ligadas a esos pueblos.
En cuanto a las experiencias de los pobladores vinculadas al desarrollo de los ferroca-
rriles, se destaca que estos guardan en su memoria la mejor versión de los pueblos en los
cuales habitan, debido a que la estación era en ese entonces un punto de encuentro y un
lugar clave para el desarrollo tanto económico como social de las localidades. Si se tiene
en cuenta el espacio vivido de las personas, la mayoría concuerdan que el ferrocarril era el
principal elemento que se destacaba en los pueblos, ya que el mismo era muy concurrido
gracias a la circulación del tren de pasajeros y de carga. Con respecto a los sentimientos,
se observó un fuerte arraigo al lugar a partir de que estas personas de distintas maneras,
requerían del ferrocarril para el empleo de sus actividades.
En torno a ello, se puede concluir que aquellos pobladores que presenciaron el auge y la
decadencia del ferrocarril tienen un fuerte sentido de pertenencia hacia el lugar, tanto con
el pueblo como con la estación, que se manifiesta en expresiones como “me afectó mucho
que de un día para el otro dejara de pasar el ferrocarril, me daba lástima”, “me daría nostalgia irme
del pueblo”; a su vez se notaron los deseos y expectativas de los pobladores sobre el futuro
del ferrocarril y sus pueblos donde se expresaban expectativas de crecimiento y desarrollo
tanto económico como social.
Este trabajo también captó nuestro interés, ya que cada una de las integrantes pertenece
a localidades que en su historia se destaca el auge del ferrocarril en su desarrollo, tanto
económico como cultural y a partir de allí queríamos conocer cómo era cada uno y su
428 Agustina Canova, Gabriela Rampoldi y María Gabriela Sanhueza
evolución en cuanto a su pasado y presente. Nuestros deseos hacia estos lugares son una
reactivación de las estaciones con el propósito de mejorar el desarrollo económico y social
para que éstos alcancen una ‘nueva vida’.
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Biocombustibles y especialización productiva
agropecuaria: densificación de la agricultura científica
Ricardo Alfio Finola
Introducción
En los últimos cinco años se han instalado en el sur de la provincia de Córdoba tres
plantas de producción de bioetanol. La primera, Bio4 (Bioetanol Río Cuarto S.A.), insta-
lada en la localidad de Río Cuarto, comenzó a producir en el año 2012 (primera planta de
bioetanol de maíz en la historia del país), es una empresa construida por grandes produc-
tores de la región; la segunda, emplazada en la localidad de Alejandro Roca, emerge pro-
ducto de un joint venture realizado entre Aceitera General Deheza S.A. y Bunge Argentina
S.A. y comenzó a producir en agosto de 2013; y la última inaugurada en la localidad de
Villa María en el año 2014 por ACA-Bio, es una empresa compuesta por la Asociación de
Cooperativas Argentinas y otros productores adheridos. Este proceso convoca a analizar
las transformaciones territoriales devenidas de la producción de biocombustibles y a in-
dagar en torno a si éste genera una instancia de diversificación tanto productiva como de
técnicas de producción primara o, por el contrario densifica el actual modelo de moderni-
zación agropecuaria representado por la agricultura científica. De esta manera, el presen-
te trabajo se enmarca en la investigación (como parte del Doctorado en Ciencias Sociales
que me encuentro realizando) que pretende analizar las transformaciones territoriales
devenidas de la producción de biocombustibles, planteadas como un eslabón más de los
agronegocios que consolida el medio técnico-científico-informacional en el sector agrope-
cuario y cumple un rol importante en el proceso de acaparamiento global de tierras.
Se busca entonces una relación conceptual entre agricultura científica, medio técni-
co-científico-informacional, agronegocio, hegemonía e intelectuales, para así abordar en
forma analítica los procesos de transformación territorial donde la industria de biocom-
bustible se inserta y para nutrir el marco teórico de la investigación anteriormente mencio-
nada. De esta manera se usaron entrevistas a informantes claves y revisión bibliográfica.
Para analizar lo planteado con anterioridad, se parte de considerar que la agricultura
está controlada por la gran industria y por distintos actores del capital financiero que
determinan las decisiones en la producción agropecuaria. Esta dependencia industrial y
financiera deriva en la llamada “agricultura científica globalizada”, y es propia de un pe-
riodo técnico-científico-informacional (Santos, 2000). Cuando la producción agropecua-
ria tiene una referencia planetaria recibe influencia de aquellas leyes que rigen en otros
campos de la producción económica. De esta manera la competitividad, típica de las acti-
vidades de carácter planetario, conduce a una profundización de la tendencia a la instala-
ción de una agricultura que es globalizada y científica.
El capital financiero se caracteriza por tener menos compromiso con la producción y
en buscar el negocio de mayor ganancia sin importar el rubro. En consecuencia, en las
últimas décadas, las formas de vincularse con el sector agropecuario son más flexibles,
desde el tipo de actividades que se realizan en el ámbito rural a los actores que participan
y el tipo de tenencia de la tierra, al cambiar la configuración de actores y acciones típicas
430 Ricardo Alfio Finola
en el sector agropecuario por perfiles más empresariales, orientados a los negocios sin
compromisos fuertes con una actividad particular ni con la propiedad de la tierra. Todo lo
anterior comienza a ser abordado bajo el término de agronegocios. Esta diversidad de accio-
nes dentro del sector agropecuario obliga a abordar el concepto de acaparamiento de tierras,
ya no visto como el control del capital fundiario tierra, sino como el control ejercido por
medio de distintos eslabones en la cadena de valor agroindustrial que determina lo que se
produce en esas tierras.
Como el agronegocio es globalizado, ergo se realiza totalmente a partir de la dialéctica
entre el orden global y el orden local, las regiones están conectadas directamente con los
centros de poder y consumo a nivel mundial por medio de actores de escala trasnacional.
En consecuencia las escalas locales y regionales (con sus particulares configuraciones de
actores) se articulan permanentemente con la internacional y el territorio se organiza (se
transforma) en base a imposiciones del mercado, comandado por grandes empresas nacio-
nales y multinacionales (Elias, 2011).
El proceso de transformaciones que tiene como protagonista la agricultura científica,
que define el qué hacer y la forma de hacerlo, se encuentra en condición de hegemonía.
Ésta ha reconfigurado las relaciones de poder dentro del territorio generando un nuevo
pacto territorial (Santos, 1987) que para existir y permanecer debe legitimar esa relación de
poder espacial, entendido como producto y escenario de relaciones sociales. Tanto en el
plano jurídico, de esta manera la organización normativa puede ser funcional a la división
territorial del trabajo hegemónica, como estructural, donde algunos grupos económicos
y políticos imponen actividades económicas y nuevas o renovadas jerarquías regionales
(Silveira, 1997) como la mejor opción productiva posible.
Es por ello que podemos hablar de una hegemonía en cómo trabajar el campo, enten-
diéndola como producto de una combinación de fuerzas y del consenso que se equili-
bran (Gramsci, 1975) entre los distintos actores que intervienen en el territorio, sin que
la fuerza de un subconjunto (o actor) supere demasiado al consenso o aceptación de la
mayoría, sino que más bien aparezca apoyada por éstos, donde la conducción del proceso
está consolidada por distintos agentes que legitiman la agricultura científica como la forma
de producir en el campo. Estos últimos son los intelectuales (Gramsci, 1975): expertos (en la
agricultura científica), técnicos asesores o vendedores y empleados de medios de comuni-
cación responsables de dicha legitimación y difusión.
Los procesos de construcción hegemónica siempre giran en torno a un sujeto, actor o
conjunto de actores que, por efecto del desarrollo capitalista y su particular inserción,
están en condiciones de proponer una visión de la sociedad que de una manera u otra se
hace cargo de las perspectivas de otros grupos subalternos, de sus demandas y expecta-
tivas de mejoramiento y de unificarlos sea en la reproducción o en el enfrentamiento al
orden de poder existente y la redefinición integral del mismo (Vilas, 2017).
En este sentido Gramsci es el primero en plantear que los intelectuales cumplen una fun-
ción indispensable en la construcción de la hegemonía, pues ellos son los encargados de
legitimarla y perfeccionarla. Desde esta visión el intelectual es un educador de masas,
un organizador; es cuadro de la sociedad que media entre el origen de su formación y un
sector de la sociedad1. Aquel intelectual que no cuestiona el origen de su formación y se
mantiene orgánico a los sectores de poder es legitimador de la relación social en la que
está inserto. Estos “intelectuales son los ‘empleados’ del grupo dominante para el ejercicio
de las funciones subalternas de la hegemonía social y del gobierno político” sus funciones
son generar “consenso espontáneo” en la población, “consenso que históricamente nace
del prestigio (y por lo tanto de la confianza) que el grupo dominante deriva de su posición
y de su función en el mundo de la producción” en ellos (Gramsci, 2004, p. 9).
El surgimiento de un nuevo eslabón agroindustrial (la producción de biocombustibles);
que demanda como materia prima cultivos específicos de la agricultura científica otor-
gándole nuevos destinos agroindustriales (haciéndolos cultivos flexibles), aumentando la
densidad de incorporación técnica por parte de los productores y condicionando la deci-
sión en la esfera de la producción y de la circulación; no es otra cosa que una revalidación
del poder de un medio técnico-científico-informacional en el territorio.
Para que la industria de biocombustible sea ‘eficiente’ necesita la concurrencia de mate-
rias primas específicas. De esta manera la incorporación de un nuevo eslabón productivo
a la cadena agroindustrial como lo es el biocombustible, al igual que cada nuevo objeto
técnico, trae consigo la imposición de una norma en virtud de la precisión necesaria para
operarlo, como lo son las leyes de promoción para su producción 2 densificándose territo-
rialmente el medio técnico-científico-informacional, éste representa un verdadero enlace
entre ciencia, técnica e información que surge como característica esencial del período ac-
tual (Silveira, 1997). Así, la agricultura científica (que por su esencia técnica no puede ser otra
cosa que tendencialmente globalizada) se expresa en términos tanto estructurales; por su
aumento en inversión, adopción tecnológica y previsibilidad de venta de la producción por
parte de los productores sumado al fortalecimiento de negocios por parte de proveedores
de insumos para la producción agropecuaria, afianzando la funcionalidad de ese territo-
rio para con la industria; como superestructurales (por medio de intelectuales) a través de
normativas, estrategias de difusión y publicidad que reivindican este tipo de agricultura y
sus eslabones agroindustriales próximos en la cadena de valor.
De esta manera se establece, o mejor dicho se impone, una forma de hacer agricultura a
la que se le suman impulsos de especificidad productiva dentro del rubro. Así las empresas
transnacionales controlan la producción desde eslabones claves en la cadena de valor sin ne-
cesidad de participar en la disputa por el control de facto o jurídico del capital fundiario (sea
desde su propiedad como por su arriendo) donde se realiza la producción agropecuaria. Si
bien este uso del suelo puede estar en manos de productores agropecuarios de distintas es-
calas, el control sobre la decisión de qué producir y del destino de la misma está cada menos
bajo la influencia de estos últimos, ya que esas decisiones son parte del actual acaparamiento
global de tierras (de lo que se produce en ellas) conducido por actores de envergadura mundial.
1 De esta forma, también un sargento de escasa formación académica es un cuadro, y por consiguiente, un intelectual.
El jornalero que dirige un sindicato, si es un dirigente capaz, aunque fuese analfabeto es un intelectual, por cuanto
es un dirigente de masas.
2 Régimen de Promoción para la Producción y Uso Sustentable de Biocombustibles mediante la Ley Nº 26093, sancionada en
2006, a lo que se le suma en el año 2007 la sancionada Ley Nº 26334 que aprueba el Régimen de Promoción de la Produc-
ción de Bioetanol (Finola y Maldonado, 2017)
432 Ricardo Alfio Finola
Fuente: Finola y Maldonado, 2017 (con base en MAIZAR y Bolsa de Comercio de Rosario)
3 Los cultivos flexibles más utilizados en Argentina para la producción de biocombustibles, por ser promovidos en forma
previa al auge de los biocombustibles, son la caña de azúcar (en el norte del país), el maíz y la soja. Paralelamente, el culti-
vo de soja ha avanzado a una tasa mayor que los demás desplazando a otros en la superficie sembrada y siendo el cultivo
protagónico en la actual expansión de la frontera agropecuaria secundado por el maíz (Finola y Maldonado, 2017).
4 “En un siglo, la producción de granos en la Argentina aumentó un 1,000%, pasando de 10 millones de toneladas de
trigo y maíz en la década de 1910 hasta los 102 millones en 2010-11. En el promedio de las campañas 2010-12 el 97%
del volumen estuvo integrado por principalmente por soja (47%), maíz (23%) y trigo (15%); y en menor medida por
sorgo granífero (4%); cebada cervecera (4%) y girasol (4%)” (MAIZAR, 2015, p. 7-8). Para la campaña 2014/2015 el área
sembrada (en millones de hectáreas) de soja fue de 19.7, la de maíz fue de 6, la de trigo fue de 5.2, con una productivi-
dad (en millones de toneladas) de 61.4, 33.8 y 13.9 respectivamente (Bolsa de Comercio de Rosario, 2015).
Biocombustibles y especialización productiva agropecuaria: densificación de la agricultura científica 433
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bles (consulta 05 de diciembre 2017).
Problemáticas asociadas a las transformaciones
socioterritoriales rurales en el partido de Necochea,
provincia de Buenos Aires. Un análisis desde
la década de 1990 hasta la actualidad
María Esther Gómez
Introducción
En el marco general del país, con valorización de commodities y paquete tecnológico, el
perfil productivo pampeano migró desde una producción mixta, agropecuaria y diversa
entre cereales y oleaginosas hacia una agriculturización dominada por la soja. El sudeste
pampeano no quedó fuera de esta tendencia. Sin embargo, el cambio en los usos del suelo
y las decisiones productivas enmarcadas en la línea señalada, llegaron retrasados respecto
de otras áreas de la región. Mientras en la zona núcleo el cambio fue notorio desde fines de
la década de 1990, en el sudeste bonaerense ese cambio se acentuó desde los primeros años
del siglo XXI (Riviere, Ares y Mikkelsen, 2008; Lódola, Brigo y Morra 2010; entrevistas a
campo; Gráficos 3 y 4).
En el contexto de esas transformaciones territoriales, producto de los cambios que se
iniciaron en la década de 1990, la región pampeana en general y el sudeste bonaerense
en particular, muestran tendencias tanto a la continuidad y profundización de algunos
procesos preexistentes como a rupturas que derivan de una nueva concepción del campo,
lo rural y lo agrario. Entre las continuidades se pueden mencionar el éxodo rural -que se
acelera-; la persistente ausencia de agricultura familiar como modalidad representativa
del campo pampeano; la modalidad de la doble cosecha con producciones orientadas a
economías de escala, con destino exportador; la tendencia a la concentración producti-
va; y la pluriactividad de los empleados o residentes rurales (Riviere, Mikkelsen, López y
Ferrante, 2007; Shmite, 2009). Estos aspectos caracterizan un modo de explotación insta-
lado en la región que ha construido condiciones de centralidad dentro del agro nacional.
Su condición de central la vuelve más estable y con mejores perspectivas ante cambios
coyunturales, de mercado o tecnológicos.
La contracara de lo señalado son las rupturas experimentadas desde la década de 1990
tanto a nivel regional como dentro de los partidos del sudeste bonaerense. La valorización
de las commoditties y la acentuación del destino externo de las producciones, entre otros
factores, inclinaron las decisiones productivas hacia un cambio en el uso del suelo lleván-
dolo a una progresiva agriculturización en desmedro de actividades ganaderas o mixtas.
También se fue simplificando el espectro productivo hacia una doble cosecha trigo-soja,
dejando de lado otras opciones. La zona del sudeste de Buenos Aires ha sido tradicional-
mente zona de trigo y girasol, pero este último ha perdido terreno frente al avance de la
soja (Riviere et al., 2008).
El extendido y persistente proceso de agriculturización es estratégico para la construc-
ción de las nuevas territorialidades pampeanas. Los cambios en el uso del suelo agrario se
han acelerado, permitiendo un avance de actividades agrícolas sobre espacios tradicional-
mente ganaderos. Este corrimiento hacia la agricultura (y especialmente hacia la soja) pro-
440 María Esther Gómez
Metodología
El presente trabajo forma parte de una investigación mayor en el marco de una tesis de
maestría. Si bien dicha tesis aborda cuestiones territoriales con enfoque de género, se ha
recortado en esta presentación el análisis de las problemáticas rurales asociadas a trans-
formaciones recientes del perfil productivo del área estudiada. Por ello es que el objetivo
central que abordo en este artículo es el de relevar cambios, en los últimos 20 años, en el
uso del suelo rural del partido de Necochea, asociados con las transformaciones de los
perfiles productivos locales, y diferenciar las implicancias que sobre varones y mujeres
tuvo la implantación de nuevas prácticas y actividades productivas regionales.
La tradición metodológica en la que se inserta este trabajo es la cualitativa con enfoque
etnográfico. La elección de la tradición cualitativa se basa, entre otras razones, en que
ésta obliga a replantear los modos de formulación del problema y de la investigación en
su conjunto. Esa línea es la que propongo para este caso, en el cual hay escasos y parciales
antecedentes de un abordaje territorial desde un enfoque de género. La finalidad es, sobre
todo, la exploración y el descubrimiento de relaciones entre las variables seleccionadas
(territorio, población, trabajo, perfil productivo y género). Este abordaje se vincula con las
reflexiones de Lindón (2008) quien propone el método cualitativo en geografía para com-
prender el espacio como construcción social y experiencia vivencial. Sostiene la autora que
uno de los aspectos más complejos es que para esta mirada el espacio ya no solo es algo material
y en consecuencia, medible. El espacio así concebido también es la inmaterialidad asociada a lo
material. Entonces el desafío se perfila en encontrar -en el contexto de cada investigación- formas
para lograr la comprensión de la vivencia espacial del otro. (Lindón, 2008, p. 11)
Para ello será necesario recurrir a técnicas de investigación que se originan en otras
ciencias sociales, dejando que las prácticas más propias de la geografía complementen a
las primeras. Esas técnicas que se proponen se sintetizan en tres caminos posibles: a) la ob-
servación de las prácticas; b) dar cuenta de esas prácticas y su espacialidad a través de di-
versas imágenes; y c) acceder “a las prácticas y sus espacios a través del discurso del propio
Problemáticas asociadas a las transformaciones socioterritoriales rurales en el partido de Necochea... 441
sujeto que realiza esas prácticas” (Lindón, 2008, p. 14). En esta investigación se ha apelado
a los tres caminos para captar lo que Lindón resume como “la trilogía clave para descifrar
en la investigación geográfica cualitativa (…) 'formas espaciales, prácticas espaciales y sig-
nificados de los lugares'” (2008, p. 14). Ha sido de gran valor la técnica de la entrevista pro-
funda como manera de acercarse a la comprensión y significado de la construcción de los
lugares a través de los actores/as y las prácticas espaciales que ellos/as realizan. Algunos
aportes obtenidos con entrevistas se mencionarán a lo largo de este artículo. El trabajo de
campo fue realizado entre 2014 y 2015.
No obstante lo expresado, también recurrí a información cuantitativa de manera mode-
rada pero necesaria para establecer tendencias y elaborar tablas y gráficos con resultados
de información recolectada. Es decir que, a lo largo de mi investigación, incorporé algunas
técnicas cuantitativas para enmarcar y ampliar la comprensión de mis hallazgos.
Por otro lado, dado que mi investigación pretende abarcar las rupturas y continuidades
del caso elegido durante unos 20 años, también incorporé de manera alternada apartados
con metodología comparativa y, en menor medida, histórica.
de las hectáreas del partido estaban destinadas a esos tres cultivos, mientras que en 2002,
para los mismos cultivos, eran el 60% y en 1988, el 36%.
La ganadería, la otra actividad dentro del rubro agropecuario, también se destaca dentro
del espacio rural necochense. Sin embargo, los mejores rindes de la agricultura provocaron
una reducción de los stocks vacunos carniceros en las últimas dos décadas (Gráfico 4).
La tendencia fue, desde principios de la década de 1990 hasta 2013, a reducir los rodeos
(con algunos altibajos). Desde 2014 la baja en el precio de la soja, las dificultades para la
comercialización de algunos cereales y el mayor precio de la carne impulsaron nuevamen-
te a la actividad ganadera, que empezaba a mostrar leves síntomas de recuperación. Sin
embargo, al tratarse de ganadería carnicera a campo no tiene el efecto de retener o retor-
nar población a las zonas rurales. Los tambos, que sí requieren de población rural para su
actividad diaria, son muy escasos en Necochea.
La población rural local acompañó, desde diferentes roles, las transformaciones des-
criptas. El despoblamiento rural se acentuó a partir de la ampliación del agronegocio. Las
migraciones consecuentes tuvieron impacto en las localidades del partido.
Gráfico 1. Producto Bruto Geográfico según Gráfico 2. Producto Bruto Geográfico según partido por
partido por años. Participación del partido actividades. Participación de actividades agropecuarias
de Necochea en el total provincial en la composición del PBG de Necochea
Fuente: elaboración personal con base en Fuente: elaboración personal con base en
Lódola, 2005 y Lódola et al., 2010 Lódola, 2005 y Lódola et al., 2010
Gráfico 3. Superficie sembrada según años y cultivos seleccionados sobre hectáreas totales
y sobre hectáreas agropecuarias del partido de Necochea. En porcentaje
Fuente: elaboración personal con base en Riviere et al. (2008), CNA 2002
y Anuario 2012 Ministerio Economía Buenos Aires
Problemáticas asociadas a las transformaciones socioterritoriales rurales en el partido de Necochea... 443
Fuente: Ministerio de Asuntos Agrarios Provincia de Buenos Aires (para datos 1994
a 2006 y datos 2013), Agrositio (2009) (para datos de 2008 y 2009)
Fuente: elaboración personal con base en Censos Nacionales de Población y Vivienda (INDEC, 1991; 2001; 2010)
444 María Esther Gómez
Gráfico 6. Evolución de la población urbana y rural del partido (últimos tres censos). Localidades del interior del partido
Fuente: elaboración personal con base en Censos Nacionales de Población y Vivienda (INDEC, 1991; 2001; 2010)
Tabla 1. Evolución del Índice de masculinidad (IM) de la población total y de la población rural del partido de Necochea
La población rural del partido (Tabla 2) ha descendido de manera abrupta entre los cen-
sos 2001 y 2010, en coincidencia con el momento del cambio de perfil productivo hacia el
modelo del agronegocio hoy imperante. De representar el 10% en el censo 2001 pasó a ser
el 3,55% en 2010. En parte, este cambio se debe a la fuerte concentración de la población
del interior del partido en las localidades de Juan Fernández y La Dulce-Nicanor-Olivera,
ambas con más de 2.000 habitantes. Si se considera a estas dos localidades como pobla-
ción rural concentrada (por su estilo de vida y fuertes vínculos con el entorno rural), la
población rural pasaría ser el 8,77% en 2010. En cualquiera de los dos casos, la tendencia es
al éxodo rural y con ello a la desarticulación del tejido social rural que cumplió funciones
de arraigo y construcción de territorio (Peirano, 2006) hasta la llegada del agronegocio.
Tabla 2. Evolución de la población rural del partido (tres últimos censos). En porcentaje
Reflexiones finales
A lo largo de este trabajo se ha manifestado un complejo proceso de re-configuración
territorial. El cambio de un perfil productivo de larga tradición típicamente pampeana a
otro mucho más enlazado con las grandes cadenas de comercio global deja huellas en el es-
pacio geográfico. De una progresiva e inexorable des-territorialización se puede tender una
re-territorialización bajo nuevos paradigmas. Nuevos actores sociales y lógicas productivas
desarticulan el tejido social que sostenía la tradicional vida rural. Una nueva ruralidad
emerge en el marco del agronegocio. Los desafíos se plantean para construir nuevas territo-
rialidades que, sin desconocer lo global, sean capaces de comprometerse con lo local.
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448 María Esther Gómez
Introducción
Los ámbitos rurales perimetropolitanos han experimentado importantes transfor-
maciones territoriales en las últimas décadas como consecuencia de las dinámicas de
expansión del capital en el sector inmobiliario y agropecuario. El partido de Luján se
localiza a 80 km de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y forma parte del
continuo rural-urbano donde los procesos contrapuestos de urbanización -provenien-
tes del Gran Buenos Aires (GBA)- y de la agriculturización/oleaginización -proveniente
de la zona núcleo-, se territorializan en el partido construyendo ruralidades dinámicas
y en conflicto.
Frente a estas dinámicas, los productores agropecuarios desarrollan diferentes estra-
tegias productivas y laborales, que muchas veces tensionan la coexistencia entre usos
del suelo urbano y rural, así como entre usos rurales intensivos y extensivos. El ámbito
rural se complejiza a partir de la instalación de nuevos espacios residenciales, la expan-
sión de la agricultura de commodities, el desarrollo de nuevas actividades agropecua-
rias capital intensivas y el corrimiento de actividades de abasto. Las políticas públicas
locales y las instituciones nacionales con injerencia en la zona, se caracterizan por el
abordaje segmentado a partir de acciones que muchas veces resultan insuficientes, pa-
liativas y hasta contradictorias. Asimismo, las particularidades de la interfase rural-ur-
bana, contrapone lógicas de gestión del territorio complejizando aún más el abordaje
de la planificación estratégica.
En este trabajo se presentan resultados del proyecto de investigación Productores agrope-
cuarios en el partido de Luján, provincia de Buenos Aires1, a partir del relevamiento de encuestas
y entrevistas a productores agropecuarios e informantes calificados, realizadas entre los
meses de marzo y agosto de 2017. Ante la falta de información oficial, inicialmente se
buscó realizar un diagnóstico actualizado del sector agropecuario y la estructura agra-
ria de este partido, que fue identificado como el más complejo y conflictivo -dentro el
continuo rural-urbano con eje en la Ruta Nacional Nº 7- en investigaciones anteriores.
Luego, se profundizó el análisis en los conflictos territoriales que se desarrollan en torno
al acceso a la tierra y a los usos del suelo. En este trabajo, focalizamos en el desarrollo de
la producción hortícola en el partido y el reciente conflicto en torno a la nueva traza de la
Autopista Buenos Aires-Bragado.
nos para polo. Efectivamente, los resultados de las encuestas indican que la cría de caba-
llos le sigue en importancia, está presente en el 27% de los predios y es la tercera actividad
en cuanto a frecuencia. En este caso la producción se orienta a la cría de caballos de polo
y a la venta a cabañas para actividades de turismo y recreación. Se trata de usos del suelo
vinculados a actividades compensadoras (García Ramón, Tulla i Pujol y Valdovino Perdi-
ces, 1995; Barros, González Maraschio y Villareal, 2005), es decir, producto del desarrollo
de usos rurales extra-agrarios, esencialmente residenciales y turísticos.
Esta actividad se ha difundido notablemente en las últimas décadas en partidos cer-
canos a CABA, como Cañuelas, General Rodríguez y Luján. Se trata de una actividad es-
tacional que recibe extranjeros para la temporada de polo. La cría de caballos de polo se
puede realizar en predios relativamente chicos, con manejo estabulado. Las tareas asocia-
das son las de adiestramiento y las relativas a la reproducción, son referidas por una de las
técnicas entrevistada de la siguiente forma:
Esta actividad avanzó más rápido que la normativa: por ejemplo, hace poco ingresaron al país 6 potrillos clona-
dos, no hay regulación al respecto. También hay cabañas que se ocupan del manejo genético y eso está prohibido.
(Entrevista a técnica)
También se ha registrado producción porcina con el 13% y ovina en un 10% de los pre-
dios. En estas actividades, exceptuando un caso de un predio con producción intensiva de
porcinos, la cría se destina al consumo familiar y, en algunos casos, opera como factor de
capitalización, como deja ver uno de los productores de la zona sur del partido
Tengo lechones para consumo, cuando se puede compro unas madres, para tener para consumo… y por las
dudas… después cuando hay necesidad se vende, es así la cosa. (Entrevista a productor)
La avicultura es una actividad en expansión en el partido, también con un 13% de los
casos y con integración vertical con agroindustrias de alcance regional. Se relevaron tam-
bién dos establecimientos tamberos, uno que remite a La Serenísima, usina láctea locali-
zada en el vecino partido de General Rodríguez, y otro a una fábrica de muzzarella local,
Cabaña Basqué. Ambos poseen más de 100 vacas en ordeñe -140 y 130, respectivamente- y
constituyen el 7% del total de tambos que funcionan actualmente en Luján. Según lo in-
formado en entrevistas a técnicos locales.
En la actualidad solo 28 tambos están en producción, de los cuales 4 son grandes y remiten a La Serenísima y
establecimientos que elaboran muzzarella, como La Abadía, que produce 9 mil litros por día o La Basqué, que
produce 3 mil litros y compra otros 12 mil a tambos de la zona. Los más chicos venden a queserías de la zona que
producen muzzarella y ricota. (Entrevista a técnico)
En referencia al manejo, el técnico entrevistado aporta que la intensificación de la pro-
ducción excede a la cría de pollos y chanchos, dado que hoy en día gran parte de la produc-
ción ganadera se hace con suplementos a corral:
Los productores de acá hacen feedlot en proporciones, como suplemento, con maíz de ellos solo o con silos de
mezcla preparada. Pero las vacas no pastorean sino que están confinadas en corrales, por eso la grasa es distinta
también. (Entrevista a técnico)
Esta carne se destina al mercado interno ya que la exportación está muy limitada toda-
vía. El suplemento alimenticio representa una estrategia de supervivencia para producto-
res ganaderos con escasa superficie y diversidad de animales en cría.
La horticultura es la segunda actividad relevada en cuanto a frecuencia, con el 36,6%
de los casos. Llamó nuestra atención la cantidad de predios dedicados a esta actividad, en
un contexto de retracción de la actividad en la zona y su concentración en el sector sur del
Aglomerado Gran Buenos Aires (AGBA). No obstante, se trata de una tendencia esperable
452 Fernanda González Maraschio, Natalia Alejandra Kindernecht y Gerardo Daniel Castro
a partir de la creciente presión inmobiliaria que expulsa actividades de abasto hacia par-
tidos cada vez más alejados. En el apartado siguiente se profundiza en las transformacio-
nes experimentadas por la producción hortícola en los últimos años y las características
de la horticultura en Luján.
Finalmente, registramos casos de cría de ciervos para cotos de caza (600 cabezas), de
cría de aves de raza y de apicultura, que incluimos en la categoría ‘otros’. El productor
apícola encuestado es actualmente el presidente de la Asociación Apícola de Luján (ALPA)
y fue posteriormente entrevistado para indagar en la dimensión relativa a los conflictos te-
rritoriales. Tanto él como el encargado de una cooperativa apícola de la zona que también
entrevistamos, sostienen que la apicultura en Luján es una actividad en retroceso y que se
ha concentrado en solo dos o tres productores grandes.
La horticultura en Luján
Para analizar la producción hortícola en el partido en estudio, es necesario contextua-
lizar con las transformaciones experimentadas por este subsector de la producción agro-
pecuaria y sus consecuencias tanto en la estructura agraria y las prácticas de los sujetos
que la componen, como en la configuración territorial de la actividad. Por lo tanto, co-
menzaremos por caracterizar los cambios evidenciados en la provincia de Buenos Aires en
general, y luego describiremos las tendencias observadas para el partido de Luján.
Fuente: elaboración personal con base en datos del CHBA (2001); CHFBA (2005)
454 Fernanda González Maraschio, Natalia Alejandra Kindernecht y Gerardo Daniel Castro
4 Resolución Nº 044/00.
5 Página 12 (edición martes 8 de agosto de 2000). Recuperado de https://www.pagina12.com.ar/2000/00-08/00-08-
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6 Página 12 (edición martes 8 de agosto de 2000). Recuperado de https://www.pagina12.com.ar/2000/00-08/00-08-
08/univer01.htm
7 Página 12 (edición martes 8 de agosto de 2000). Recuperado de https://www.pagina12.com.ar/2000/00-08/00-08-
08/univer01.htm.
8 El Civismo, 2013. “En mayo de 1976 es secuestrada Mónica Mignone, la hija de Emilio, militante de la Juventud
Peronista, Licenciada en Pedagogía, docente en la UNLu y en la Universidad de El Salvador. Ese mismo año, también
es secuestrado Jorge Elischer, del Partido Revolucionario de los Trabajadores, celador del Instituto Alvear. También
María Marta Vázquez, secuestrada la misma noche que Mónica, y que en 1977 fuera arrojada al mar en los llamados
‘vuelos de la muerte’. En el mismo año, es secuestrado el compañero de María Vázquez, César Lugones, veterinario que
se desempeñaba como docente de la UNLu. Finalmente, la docente Elvira Elacurria de Del Castillo, quien va a ‘renun-
ciar’ -nunca se encontró su renuncia por escrito- en el mes de julio de 1976 y, ocho meses después, será secuestrada en
la provincia de Córdoba, en marzo de 1977”. Recuperado de http://www.elcivismo.com.ar/notas/20013/
9 Página 12 (edición martes 8 de agosto de 2000). Recuperado de https://www.pagina12.com.ar/2000/00-08/00-08-
08/univer01.htm.
10 Resolución del Honorable Consejo Superior N° 140/06
Productores agropecuarios de Luján. Aproximación al conflicto entre el uso hortícola y el residencial... 457
11 Recuperado de http://argentina.indymedia.org/news/2007/04/506808.php
12 Recuperado de http://www.infoban.com.ar/despachos.asp?cod_des=7484&ID_Seccion=2
13 Recuperado de http://noticias.universia.com.ar/en-portada/noticia/2006/06/09/369952/unlu-logran-reducir-im-
pacto-autopista.html
14 Estas computadoras efectivamente fueron entregadas por el Banco Santander Río y no por OCOVI.
15 En el marco del ahogo financiero de las Universidades Públicas, sobre todo como consecuencia de la aplicación de
la Ley de Educación Superior Nº 24521 que habilita a la búsqueda de formas de financiamiento complementarias
al del Estado Nacional bajo el art. 59 inc. C. Las instituciones universitarias “Podrán dictar normas relativas a la ge-
neración de recursos adicionales a los aportes del Tesoro nacional, mediante la venta de bienes, productos, derechos
o servicios, subsidios, contribuciones, herencias, derechos o tasas por los servicios que presten, así como todo otro
recurso que pudiera corresponderles por cualquier título o actividad”
16 Texto ordenado del Plan de Desarrollo Urbanístico para el Partido de Luján. Ordenanza Nº 6548/16.
458 Fernanda González Maraschio, Natalia Alejandra Kindernecht y Gerardo Daniel Castro
prepara las condiciones para una futura expansión del área urbana. Se admite localiza-
ción de urbanizaciones especiales” (Municipalidad de Luján, 2013)17.
Otra diferencia se observa en la reducción del ACRE 2 y ampliación ACAI (Área Com-
plementaria Agropecuaria Intensiva), lindero al Barrio Las Casuarinas. Siendo el ACRE 2
parte del área complementaria, residencial extraurbano, donde se ubican quintas y gran-
des parcelas que luego pueden ser fraccionados, permitiéndose el desarrollo de urbani-
zaciones cerradas. Por otro lado, el ACAI se amplía de la agricultura intensiva, también
del área complementaria, según el texto de la ordenanza expresa que esta área es “como
transición ciudad-campo” cuyo fin es un “modo de proteger el entorno de áreas de valor
ambiental”. De este modo, en esta zona podrían localizarse emprendimientos productivos
intensivos como huertas, galpones de pollo o chancherías, producciones que generan fric-
ciones evidentes con los usos residenciales permitidos en la zona ACRE.
rural-urbana, donde se registra la enorme puja entre actividades y usos del territorio.
En el primero de los casos, en los ámbitos perimetropolitanos las dinámicas de expansión
del capital en el sector agropecuario e inmobiliario impactan notablemente en los precios
de la tierra dificultando el acceso y la permanencia de los productores agropecuarios. Las
dinámicas de la expansión inmobiliaria generan la elevación del valor de la tierra dislocan-
do los usos agrícolas tradicionales de los espacios rurales, en tanto la renta urbana supera
con creces el costo de oportunidad de una ocupación agrícola tradicional (Craviotti, 2007).
Pero no debe soslayarse la rentabilidad de la producción sojera que, aunque en una im-
portante proporción se basa en la estrategia de toma de tierras, también operó a favor de la
valorización de la tierra, alcanzando en los partidos de la zona núcleo valores récord que se
fueron trasladando a partidos vecinos con similar perfil productivo (González Maraschio,
2017). De este modo, el cultivo de soja también alcanza el Gran Buenos Aires y se desarro-
lla a solo 50 km de la ciudad de Buenos Aires, en cualquier lote o fracción de tierra donde
la normativa por acción u omisión lo permita (Giusti y Prividera, 2015). En este sentido,
al no mediar intervención estatal, en Luján observamos que la soja opera como una suerte
de ‘barrera de hecho’ frente a los procesos de urbanización. No obstante, la citada nor-
mativa para el ordenamiento territorial terminaría favoreciendo los usos residenciales de
la tierra. Como consecuencia de ambos fenómenos, Luján ha venido experimentando un
incremento sostenido del precio de la hectárea entre 1994 y 2014. A lo largo de los 20 años
analizados, el precio creció 6,8 veces respecto del valor al inicio del período, alcanzando
un incremento total del 575%.
Para algunos productores entrevistados, este importante incremento de los precios de la
tierra está directamente vinculado a la expansión de la soja. Un productor hortícola declaró:
Los sojeros hacen que nos aumenten los alquileres… como alquilan cantidad de tierra, a nosotros nos sube el 25%
cada año. (Productor hortícola)
En zona la hectárea se cotiza a 35 mil dólares, lo que hace desistir a cualquier compra de tierras, debería estar
regulado, algún tipo de ordenamiento para que no se sigan vendiendo campos o algo así. (Productor avícola)
El precio por hectárea es tan alto que no se puede afrontar con ninguna producción agropecuaria. (Productor
ganadero)
El impacto del incremento de los precios afecta especialmente a las producciones inten-
sivas con trayectorias de arrendamiento de la tierra, que se encuentran sometidas a esta
doble presión “desde afuera” y “desde adentro”:
…las explotaciones agropecuarias hortícolas que proveen de alimento al mercado interno -a dife-
rencia de las commodities-, se ven presionadas desde fuera de la ciudad, por el creciente incremen-
to de los cultivos extensivos, con la soja como su principal abanderada. Desde el interior de la ciu-
dad, la presión inmobiliaria ejerce desde otro sentido, el mismo efecto. Quienes alquilan la tierra
se ven obligados a pagar costos de arrendamiento fijados por el precio internacional de la soja en
pleno aumento, o por la valorización inmobiliaria de las áreas rurales con los fines de construir UC
[urbanizaciones cerradas]. La consecuencia final es el encarecimiento de los costos de producción y
venta de alimentos de los habitantes de la RMBA. (Giusti y Prividera, 2015, p. 10-11)
Sin embargo, entre los entrevistados el impacto de la expansión urbana es identifica-
do a partir de otros problemas vinculados a aspectos sociales y ambientales. Algunos
testimonios indican:
La expansión urbana trae por un lado la inseguridad. Y por otro el asfalto, que hace barrera que no deja pasar
el agua. (Productor hortícola)
La urbanización trae nuevas zonificaciones y perjudica a las producciones tradicionales… ahora con este “Plan
Regulador” me van a intimar para dejar la producción… (Productor avícola)
460 Fernanda González Maraschio, Natalia Alejandra Kindernecht y Gerardo Daniel Castro
El entrevistado se refiere al COU, pero cabe señalar el poco conocimiento que los entre-
vistados denotan sobre la normativa, en gran medida debido a las diferentes versiones que
circularon y la demora en la sanción.
… lo que estuve escuchando es, como que no había prioridad para cuidar la tierra para trabajarla y si para
hacer negocios inmobiliarios, eso es lo que estuve escuchando, ahora las normativas nunca las leí. (Productor
apícola)
Este tipo de conflictos integran la segunda categoría analizada, que busca agrupar las
principales tensiones identificadas a partir del uso del suelo. En primera instancia, de-
bido a la configuración territorial del partido de Luján como interfase rural-urbana, se
enfocaron los conflictos que ocurren a partir de la confrontación de usos residenciales y
usos agropecuarios. Sin embargo, hemos identificado importantes tensiones al interior
del sector agropecuario, reforzando la importancia del sector agropecuario en el partido.
Nuevamente la producción de commodities aparece como centro del conflicto, especialmen-
te frente a aquellos emprendimientos agroecológicos a los que se vincula el tercer tipo de
horticultores identificados en el partido.
Mi principal conflicto es con los métodos que utiliza la agricultura convencional, sobre todo por la fumigación.
Es muy difícil llevar adelante una propuesta alternativa si te fumigan en el campo de al lado y ni siquiera te
avisan. (Productora agroecológica)
El testimonio deja en evidencia que la aplicación de productos fitosanitarios, asociada
al manejo productivo basado en las semillas transgénicas y la siembra directa, provoca
una de las principales tensiones entre actividades y usos del suelo agropecuario19. Por otro
lado, un grupo de entrevistados también identificó conflictos a partir de actividades in-
tensivas, especialmente la avicultura y los establecimientos ganaderos de engorde a corral
o feedlots, que provocan emanación de olores y concentración de insectos y otras plagas,
que afectan el uso residencial localizado en predios vecinos.
De este modo, la indagación en terreno ha permitido identificar un importante peso
de la dimensión ambiental entre los conflictos territoriales por el uso del territorio. Los
conflictos ambientales reflejan la puja por la apropiación de territorio (Pinto y Carneiro,
2012) y son inherentes a los procesos desiguales de construcción, atribución de significa-
dos y apropiación de los espacios y sus recursos naturales (Moraes Muñiz, 2009). Repre-
sentan focos de disputa de carácter político que generan tensiones y ponen en cuestión las
relaciones de poder que facilitan el acceso a esos recursos, que implican la toma de deci-
siones sobre su utilización por parte de algunos actores y la exclusión de su disponibilidad
para otros actores (Merlinsky, 2013).
En el caso de los horticultores de Luján, tanto por la heterogeneidad que encontramos
al interior del grupo, como por las dinámicas territoriales a las que se enfrentan, aún no
han desarrollado estrategias de reproducción social que les permitan hacer frente a estas
presiones y empoderarse en la competencia por la tierra. Amenazados en el centro y este
del partido, por el avance urbano de la mano del polémico tramo de la autopista a Mer-
cedes, y, en el oeste y norte, por la producción de commodities, se constituyen en un grupo
vulnerable que reproduce territorialmente las desigualdades socio-económicas que les im-
pone el poder del capital.
19 Entre los años 2010 y 2011 numerosas organizaciones se movilizaron en contra de las aplicaciones de agroquímicos
presionando al gobierno local para el ordenamiento de las pulverizaciones. El proceso largo y conflictivo culminó con
la sanción de la Ordenanza Nº 5953/2011 que prohíbe las aplicaciones aéreas y establece una zona de amortiguación
de 500 metros desde las áreas urbanas para las aplicaciones terrestres. La normativa aún no ha sido reglamentada.
Productores agropecuarios de Luján. Aproximación al conflicto entre el uso hortícola y el residencial... 461
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462 Fernanda González Maraschio, Natalia Alejandra Kindernecht y Gerardo Daniel Castro
Como señalan Elias (2006) y Elias y Pequeno (2007), la conformación de las ciudades
de agronegocio tiene su origen en dos procesos fundamentales: la adaptación a las nuevas
funciones y la creación de nuevas ciudades. A lo anterior se podría agregar también aque-
llas ciudades que renuevan continuamente su función agrícola. Sostenemos que el proce-
so de consolidación de la modernización agrícola ha renovado y densificado el contenido
de los vínculos urbano-rurales en ciudades de la región pampeana tradicionalmente vin-
culadas a la actividad agropecuaria con orientación exportadora, tales como Río Cuarto,
Venado Tuerto, Pergamino, entre otras; mientras que en el proceso de expansión de esta
modernización, expresado a través del corrimiento de la frontera agrícola, ha involucrado
la adaptación de los contenidos urbanos a nuevas funciones antes no ejercidas, en ciuda-
des tales como Bandera (Santiago del Estero) y Charata (Chaco).
En este trabajo centraremos nuestro análisis entonces en el proceso de expansión de
la frontera agrícola y su vínculo con los centros urbanos. Un aspecto importante a ser
destacado es el hecho de que en las fronteras agrícolas modernas, en la actual fase de fi-
nancierización, la existencia de tierras a bajos precios de mercado, constituye una variable
importante para el gran capital. Se trata de áreas ‘disponibles’ para ser incorporadas al
agronegocio pero que no constituyen espacios vacíos y que generalmente están ocupadas
por otras actividades, con otros contenidos socio-territoriales. Con todo, son potencial-
mente utilizables, susceptibles de ser incorporadas al agronegocio, no siendo las activida-
des económicas preexistentes suficientemente fuertes para resistir a los nuevos intereses.
Constituyen tierras que aún no han sido preparadas para las actividades agrícolas moder-
nas, a causa de su localización, sea en relación a la logística de los puertos de almacena-
miento, a los grandes centros de producción agrícola o de consumo productivo; por estar
localizadas en áreas de precaria infraestructura, las cuales generalmente se encuentran
bajo responsabilidad del Estado; o por presentar problemas de titulación.
Metodológicamente nuestro análisis se sustentará en revisión bibliográfica, en datos
estadísticos y censales vinculados a la producción agrícola y a la dinámica demográfica
de los centros urbanos analizados, en información provista por las páginas web de las
empresas analizadas y en información de precios de mercado de la tierra agrícola provista
por la Compañía Argentina de Tierras.
lar que esta provincia aporta el 58% del total del algodón producido a nivel nacional para
el año 1970 y el 69% hacia el año 1990. Santiago del Estero tiene muy poco desarrollo agrí-
cola al inicio del periodo, con menos de 100.000 hectáreas; el principal cultivo era repre-
sentado por el maíz, siguiendo en importancia el algodón, el trigo y el sorgo. Al finalizar
el periodo, en la campaña 1989-1990 el maíz ha reducido su superficie en un 60%, por lo
que los cultivos más importantes son, en orden de importancia por superficie sembrada,
el sorgo, el algodón y el maíz, sin embargo, entre los tres cultivos no superan las 100.000
hectáreas. La agricultura moderna no se ha hecho presente aún en estos territorios, predo-
minando la ganadería extensiva, las grandes superficies de bosque nativo y pastizales y la
economía de tipo campesina o de pequeños productores.
Hasta aquí entonces, este periodo podría pensarse como el estado de situación a partir
del cual se introduce el modelo de agronegocios, se consolida en la región pampeana y se
expande hacia otros sectores del país (Imagen 1).
Imagen 1. Expansión de la frontera agrícola en Argentina, periodo 1970/1990
asiento allí Basf, Bunge, Monsanto y Nidera, poseen plantas de acopio Bunge, Compañía Ar-
gentina de Granos y Aceitera General Deheza, y concesionarias John Deere y Massey Ferguson. En
comparación con el crecimiento poblacional de la provincia de Santiago del Estero, esta
localidad también registra un comportamiento diferencial, ya que mientras el total de po-
blación provincial se incrementa en un 19% entre 1991 y 2001, y un 11% entre 2001 y 2010;
Bandera crece en un 62% en el primer periodo indicado y un 31% en el segundo6.
Los sistemas de ingeniería, que posibilitan desarrollar el agronegocio en áreas de fron-
tera agrícola moderna, también están compuestos por los sistemas de transporte que
permiten trasladar los granos a los puertos o a las agroindustrias. Desde las privatiza-
ciones y el desmantelamiento del ferrocarril a inicios de la década de 1990 en Argentina,
el Estado Nacional no participa en la logística del transporte. En 1992 Aceitera Gene-
ral Deheza, tercera exportadora nacional de granos, adquiere la concesión del ferroca-
rril Nuevo Central Argentino que atraviesa gran parte del área sembrada con soja en el
país, desde el centro-oeste de Tucumán, Santiago del Estero, Santa Fe, Córdoba y Bue-
nos Aires. Lógicamente esta situación coloca en un lugar hegemónico y privilegiado a
la empresa nacida en la ciudad de General Deheza, provincia de Córdoba. Lo que no se
transporte por las vías del ferrocarril, debe transportarse por las rutas provinciales y
nacionales a través de camiones.
La existencia de los ‘lugares de reserva’ es otro de los elementos que se conjugan para
explicar la expansión de la frontera agrícola, más aún cuando se considera que esas tie-
rras poseen un valor de mercado significativamente inferior a las de la región pampeana.
Elias (2006) va a señalar que el bajo precio de la tierra se encuentra entre los factores más
atractivos para los nuevos ajustes territoriales productivos agrícolas, puesto que la inten-
sificación del valor de cambio en detrimento del valor de uso promueve un crecimiento
geométrico del precio de la tierra. Efectivamente para el caso Argentino, Cuello (2014, p.
181) observa que a partir del año 2003 “se produce un aumento generalizado en los precios
de la tierra. De esta manera, a partir de esos años se evidencia una revalorización total de
las tierras o una puesta en valor de nuevas tierras para diferentes usos”.
Las tierras ‘disponibles’ serán consideradas como tales cuando se encuentren ocupadas
por otro tipo de actividad agrícola o ganadera o por bosques o pastizales naturales. Rosati
(2013) realiza un minucioso análisis sobre los patrones de expansión de la frontera agríco-
la indagando, entre otras cosas, si el denominado proceso de sojización acontece en reem-
plazo de otras actividades agrícolas y ganaderas e incluso en reemplazo de bosque nativo o
no. Luego de analizar las variaciones anuales de los diversos cultivos, el autor concluye que
el de la soja se expande reemplazando otros cultivos y actividades, tanto en el seno de la
región pampeana como en las regiones extra-pampeanas. Observa que a partir del periodo
1998-1999/2009-2010 la modalidad de expansión sojera combina sustitución y expansión
simultáneamente. También señala que “la expansión de la soja se da en zonas en la que
predominan pequeños productores no capitalizados” (Rosati, 2013, p. 118).
Volveremos a decir que el precio de la tierra es otro factor clave para la expansión de la
frontera agrícola moderna. Si bien no se poseen datos referidos a la evolución del precio
de la tierra en las distintas regiones del país, sí es posible presentar algunos datos referi-
dos a su valor actual. Sobre la base de información provista por la Compañía Argentina
Conclusiones
Hemos observado que la expansión de la frontera agrícola hacia regiones extrapam-
peanas ocurre después de la consolidación de la modernización agrícola, de la mano del
modelo de agronegocio, en el seno de la región pampeana y sus áreas marginales. Una vez
consolidado este modelo, vastos sectores del norte del país, principalmente, se constituyen
en nuevas zonas de expansión de la agricultura moderna, por ende, en zonas de avance de
la frontera agrícola. La particularidad que reviste esa nueva frontera es que avanza, entre
otras, sobre formas de producción no capitalistas, esencialmente campesinas, lo que pro-
fundiza la magnitud de las transformaciones territoriales registradas de cara a la nueva
configuración de la división territorial del trabajo. A su vez, y en parte por lo anterior, esos
sectores no siempre se encuentran preparados para recibir la expansión del modelo, siendo
necesario primero la expulsión de los campesinos y/o pequeños productores y en seguida,
o simultáneamente, la preparación de la tierra a fin de tornarla apta para el desarrollo de
la agricultura moderna, renovando la especulación inmobiliaria en esos lugares.
De esta manera, esos sectores (aunque en ciertas ocasiones discontinuos en el espacio)
son incorporados al mercado global, determinados por impulsos exógenos y utilizados
bajo las pautas de la agricultura moderna de la mano de la expansión del capital finan-
ciero, tornándose extraño el territorio para aquellos que hasta entonces habitaban (o ha-
bitan) en el lugar. A pesar de lo anterior, solo resta decir, siguiendo a Elias (2006), que se
engañan quienes imaginan que ha cesado la expansión de las formas no capitalistas de
producción, al contrario, tales formas continúan reproduciéndose, solo basta buscar en
los intersticios del sistema para encontrarlas.
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Ferias comerciales en contextos de producciones
primarias intensivas. Analizando las territorialidades de
la Coopetariva La Union y Yoel en el partido de La Plata1
Daniela Patricia Nieto, María Victoria Suarez y Brenda Sosa
Introducción
El caso de las ferias comerciales informales ha sido objeto de estudio de múltiples au-
tores desde diversas disciplinas y perspectivas de conocimiento: economistas, sociólogos,
políticos, geógrafos e historiadores; sin embargo nos encontramos con una mirada desde
el sector urbano, no así desde ámbitos periurbanos permeados por comunidades de mi-
grantes que desarrollan un tipo de actividad económica agrícola.
Algunos de los conceptos teóricos examinados para analizar este tipo de ferias comer-
ciales refieren sobre espacios de consumo, ferias informales, shopping centers populares,
todos conceptos que aportaron al análisis teórico de presente artículo.
En las salidas de campo nos encontramos con más de una feria comercial, en esta opor-
tunidad trataremos el caso de la feria comercial Yoel y la Cooperativa agrícola La Unión, em-
plazadas en la zona rural-periurbana del partido de La Plata, en medio de las quintas de
producción de hortalizas y flores; allí no solo se despliegan actividades comerciales, sino
también actividades socio-culturales.
A priori, identificamos estas ferias como una territorialidad emergente producto de la
reproducción de los grupos sociales presentes en el área (trabajadores migrantes, princi-
palmente de países limítrofes) de la actividad primaria intensiva.
Por lo tanto proponemos presentar un estudio de dichas ferias, analizando el contexto
de surgimiento y su organización, las características que poseen y las territorialidades que
surgen como consecuencia de las relaciones sociales, de la apropiación del espacio y de las
prácticas espacio-temporales que llevan adelante.
Para cumplir con nuestros objetivos se tuvo en cuenta la revisión de categorías teóricas
principalmente las referidas a ferias populares informales, análisis del Censo Nacional de
Población, Hogares y Vivienda (INDEC, 2010), entrevistas con informantes claves y obser-
vaciones directas en el área de estudio.
3 Esta perspectiva es denominada “estructuralista” o “neo-marxista”, por entender que es una característica estruc-
tural del sistema capitalista
4 Milton Santos (1979, p. 147 a 203) caracteriza al circuito inferior a través de la inclusión de actividades de pequeña
dimensión, con producciones de mano de obra intensiva: “Tales actividades cubren un amplio espectro, incluyendo
minoristas, artesanos, pequeñas manufacturas, los servicios, especialmente en las tareas domésticas, de transporte
independiente, entre otros”. Agrega además a los comercios no modernos de pequeñas dimensiones. Este circuito está
conectado con los sectores más bajos de la economía moderna.
Ferias comerciales en contextos de producciones primarias intensivas. Analizando las.... 477
Las ferias Yoel y La Unión, como se analizará posteriormente, comparten algunos de los
aspectos considerados por los autores arriba mencionados; dado que constituyen un espa-
cio de consumo en un sentido amplio y evidencian características de informalidad.
Ahora bien, desde nuestra disciplina geográfica y desde nuestro proyecto, hablamos que
estas ferias son un emergente de la actividad primaria intensiva que se desarrolla en su
entorno y es nuestra intención analizar las diferentes territorialidades que generan los
actores sociales involucrados.
Territorializarse, “significa crear mediaciones espaciales que nos proporcionen un efec-
tivo 'poder' sobre nuestra reproducción como grupos sociales (para algunos también como
individuos), poder que es siempre multiescalar y multidimensional, material e inmaterial,
de 'dominación' y 'apropiación' al mismo tiempo” (Haesbaert, 2011, p. 82).
Marcos Saquet (2015) entiende:
la territorialidad en cuatro niveles correlativos: a) como relaciones sociales, identidades, diferen-
cias, redes, mallas, nudos, desigualdades y conflictividades; b) como apropiaciones del espacio
geográfico, concreta y simbólicamente, implicando dominaciones y delimitaciones precisas o no;
c) como comportamientos, objetivos, metas, deseos y necesidades; y d) como prácticas espacio-tem-
porales, pluridimensionales, efectivadas en las relaciones sociedad-naturaleza, o sea, relaciones
sociales de los hombres entre sí (de poder) y con la naturaleza exterior por medio de los mediadores
materiales (técnicas, tecnologías, instrumentos, máquinas, etc.) e inmateriales (conocimientos, sa-
beres, ideologías) (Saquet, 2015, p. 99-100)
Asimismo, Sack (1986, en Haesbaert, 2011, p. 73) propone una visión de territoriali-
dad eminentemente humana, social. La territorialidad humana implica “el control sobre
un área o espacio que debe ser concebido y comunicado”, pero ésta es “mejor entendida
como una estrategia espacial para obtener, influir o controlar recursos y personas, por el
control de un área y, como estrategia, la territorialidad puede ser activada y desactivada”
(Haesbaert, 2011, p. 74).
Por otro lado, Sack afirma que “la territorialidad es una expresión geográfica básica del
poder social. Es el medio por el cual espacio y sociedad están interrelacionados” (Sack,
1986, en Haesbaert, 2011, p. 73).
Por ello, toda relación de poder mediada territorialmente es también generadora de identidad, ya
que controla, distingue, separa y, al separar, de algún modo nombra y clasifica a los individuos y a
los grupos sociales. Y viceversa: todo proceso de identificación social es también una relación polí-
tica, accionada como estrategia en momentos de conflicto o negociación. (Haesbaert, 2011, p. 76).
Por último, es interesante señalar la trascendencia que le asigna Sack a las dimensio-
nes económica y cultural de la territorialidad, “íntimamente ligada a la manera como las
personas utilizan la tierra, cómo ellas mismas se organizan en el espacio y cómo le dan
significado al lugar” (Sack, 1986, en Haesbaert, 2011, p. 74).
fuerte porcentaje de extranjeros presentes en los radios censales donde se encuentran las
ferias, alcanzando en algunos casos hasta un 40% de extranjeros por radio censal. Precisa-
mente los radios censales donde se emplaza la feria Yoel y la Cooperativa La Unión, presentan
porcentajes que fluctúan desde el 16 al 26%, con radios adyacentes que poseen hasta un
40% de inmigrantes (según nuestros recorridos de campo, pudimos constatar que predo-
minan mayoritariamente migrantes de origen boliviano) (INDEC, 2010).
A su vez, unas 6 mil hectáreas aproximadamente, del cordón productivo platense (85%),
son administradas por inmigrantes bolivianos (arriendos, mediería o en propiedad),
según estimaciones del presidente de la Asociación de Productores Hortícolas de La Plata,
Alberto Pate (Diario El Día, 2015).
Imagen 1. Ubicación de las ferias en el contexto productivo periurbano
Fuente: elaboración personal con base en imagen Digital Globe, 12 de diciembre 2017
Fuente: elaboración personal con base en imagen Digital Globe, 12 de diciembre 2017
Ferias comerciales en contextos de producciones primarias intensivas. Analizando las.... 479
5 Nos referimos a la crisis del año 2001 con la pérdida del Plan de convertibilidad y a partir del último cambio de go-
bierno a finales del año 2015 con la implementación de las políticas neoliberales y de ajuste estructural llevadas adelan-
te por el actual gobierno; sin desconocer las fluctuaciones del período Kirchnerista: 2003-2007 de alto crecimiento, con
superávits y tipo de cambio alto, 2008-2011 de alta desaceleración del crecimiento y el del 2012-2014 de estancamiento.
480 Daniela Patricia Nieto, María Victoria Suarez y Brenda Sosa
medio de las quintas, que se utilizaba como lugar de encuentro entre paisanos, luego la feria
comenzó a funcionar dentro de un invernáculo al que se le fueron agregando varios puestos.
Yoel responde a un solo dueño, propietario del predio donde se emplaza la misma; de
nacionalidad paraguaya y vive a pocos metros donde se instalan los puestos de venta.
La Coope, nació en una zona diferente de donde se ubica actualmente a partir de sucesi-
vos encuentros de un pequeño grupo de bolivianos desde el año 2001; el actual presidente
Oscar Velazco Sánchez, recuerda que años más tarde: “se juntaron algunos socios y pudieron
comprar un predio”, con la finalidad de emprender este espacio comercial.
En ambas ferias encontramos feriantes y consumidores de distintas nacionalidades, sin
embargo, en la La Coope, predominan inmigrantes de la comunidad boliviana (95%); el resto
son de nacionalidad peruana, paraguaya, argentina y boliviana de segunda generación.
En cuanto a la organización física del predio y de los puestos, Yoel posee alrededor de 55
puestos bajo un tinglado general y seis puestos por fuera del mismo; y el paseo de compras
de La Coope, consta de 69 puestos en funcionamiento dentro del espacio techado a lo que
denominan Paseo de compras: La Esperanza. A su vez, en las afueras de la feria encontramos
entre 15 y 20 puestos que no son fijos.
Los productos que ofrecen son similares: indumentaria textil, artículos y reparación de
electrónica, calzado, productos andinos y comidas típicas, entre otros.
Las dos ferias poseen una pequeña área de servicios; en Yoel encontramos un patio de
comidas al paso, servicio de peluquería unisex, un comedor Leandro, oferta de productos
andinos traídos desde Bolivia (variedades de papas, quinoa, amaranto, willcaparu, etc.),
entre los más significativos. La Coope brinda servicios similares a los mencionados, se
agregan servicios de remises, un supermercado y un “chamán” (así denominado por los
usuarios que lo consultan).
Sin embargo, la organización administrativa y legal de una y otra es diferente: Yoel es un
emprendimiento privado donde los feriantes responden a un solo propietario. En relación
a este aspecto, en su interior se desarrollan altos niveles de informalidad como por ejem-
plo el que refiere al acceso a los puestos y la relación contractual que esta operación im-
plica: los contratos son de palabra con el dueño de la feria. En cambio La Coope se encuen-
tra registrada en el INAES (Instituto Nacional de Cooperativismo y Economía Social), se
ubica en terrenos privados, comprados de común acuerdo entre los socios de la cooperati-
va dando lugar a una propiedad común de cuatro o cinco personas. La cooperativa se halla
administrada por un consejo directivo y con un presidente elegido por todos los socios en
una Asamblea General anual. Entre las funciones que debe llevar adelante le corresponde
realizar reuniones periódicas con los feriantes y con el resto de los socios.Posee más de 200
socios y la mitad son productores primarios. El presidente agrega:
Tenemos alrededor de 100 productores, los que regularmente están trabajando son más de 50, se dividen en
cuatro grupos y cada uno tiene su jefe de grupo (delegado). De esta forma estamos tratando de llegar a todos (…)
y conocer más de cerca sus necesidades. (Oscar, presidente Cooperativa La Unión)
El acceso a los puestos se encuentra más reglamentado: el futuro feriante debe ser
socio de la cooperativa, sin excepción, debe haber solicitado el puesto y haber sido eva-
luado por el consejo directivo (testimonios de feriantes expresaron que es discrecional el
otorgamiento del mismo).
En relación a la dinámica cultural, las ferias son sede de variadas actividades (principal-
mente de la colectividad boliviana), donde en fechas puntuales se congregan para realizar
distintos festejos, como por ejemplo el 27 de mayo día de la madre (en Bolivia), el 15 de
Ferias comerciales en contextos de producciones primarias intensivas. Analizando las.... 481
Nota: el subrayado hace referencia a los indicadores que se tuvieron en cuenta en el análisis de cada categoría de territorialidad
Fuente: Elaboración propia sobre la base del texto de Marcos Saquet, p 99-100, 2015
482 Daniela Patricia Nieto, María Victoria Suarez y Brenda Sosa
Territorialidades como
a) relaciones sociales: las ferias son espacios de encuentro de las comunidades de inmi-
grantes, ofician como lugares de reuniones periódicas entre paisanos (sociales, po-
líticas, culturales, etc.). Los servicios ofrecidos (comerciales y culturales) invitan al
consumo y estimulan la afluencia semanal o quincenal de los encuentros.
Ambas ferias concentran un alto porcentaje de inmigrantes, en La Coope alcanza entre
un 90 y 95% pertenecientes a la comunidad boliviana, 6 y un 5% aproximadamente de
otras nacionalidades incluida la argentina. El acceso a los puestos comerciales en ambas
ferias es discrecional, ya sea que se pertenezca a la comunidad de inmigrantes o no.
En este sentido las relaciones sociales que construyen las comunidades de inmigrantes
en ese espacio particular (las ferias) generan un proceso de identificación, tanto social
como política, que funciona como estrategia en momentos de conflicto o negociación.
De esta manera, coincidimos con Haesbaert (2011) que la/s comunidades utilizan
lo identitario para obtener, influir o controlar personas y/o recursos en un espacio
determinado.
b) comportamientos, metas, objetivos, necesidades: las ferias han surgido por y para ofre-
cer servicios a una población inmediata relacionada con inmigrantes. Si bien es un
espacio de satisfacción de necesidades materiales, oficia también como un espacio
de significación, comunicación, clasificación y diferenciación por parte de los que
acuden semanalmente a este espacio de consumo. Se pudo observar en el trabajo de
campo que los visitantes acuden con vestimentas típicas, hablan en su lengua nativa,
consumen comidas y bebidas andinas, entre las prácticas cotidianas que llevan ade-
lante para diferenciarse.
c) apropiación del espacio geográfico: se encuentran emplazadas en áreas de produccio-
nes primarias intensivas. Ubicadas en radios censales con porcentajes de inmigrantes
sobre el total de la población, que van desde 16 al 26% y radios adyacentes que poseen
hasta un 40% de inmigrantes.
En el caso de la feria Yoel, el dueño ejerce un poder hacia los feriantes y en La Coope
los socios fundadores dirimen a quiénes les otorgan los puestos comerciales del
paseo de compras.
Como se describió precedentemente, en estos espacios se celebran todas las festivida-
des relacionadas principalmente con el país limítrofe boliviano pero también perua-
no; generando una impronta cultural muy fuerte donde la apropiación del territorio
no solo es concreta sino que se encuentra cargada de simbolismos culturales.
De esta manera, la apropiación del espacio como parte constitutiva de la territoria-
lidad emergente de las ferias posee dimensiones económicas, políticas y culturales,
y como plantea Sack (1986, en Haesbaert, 2011, p. 74) está “íntimamente ligada a la
manera como las personas utilizan la tierra, cómo ellas mismas se organizan en el
espacio y cómo le dan significado al lugar”.
d) prácticas espacio temporales: en esta categoría trabajamos por un lado, las mediacio-
nes espaciales, que proporcionan un efectivo poder para la reproducción social tanto
de los feriantes como el dueño de Yoel o La Coope, y por otro lado las relaciones con el
entorno externo.
6 Cabe aclarar que muchas veces los descendientes de la comunidad Boliviana, nacidos en Argentina, se definen como
oriundos de Bolivia, posiblemente ese sea uno de los componentes del alto porcentaje de inmigrantes Bolivianos.
Ferias comerciales en contextos de producciones primarias intensivas. Analizando las.... 483
La relación entre los feriantes y las autoridades de las ferias se encuentran mediadas por
ciertas reglas o normas implícitas que regulan el funcionamiento diario de la misma.
En relación al acceso, la comisión directiva de La Coope o el dueño de Yoel son quienes
deciden y otorgan los puestos comerciales. También son los que sancionan ante faltas
recurrentes por parte de los feriantes y quienes quitan el beneficio de formar parte del
paseo de compras. En ambos casos de manera discrecional.
También se visibilizan relaciones de poder entre los feriantes, los mismos hacen valer
su antigüedad como socios de La Coope y/o el tipo de relación que posean con las au-
toridades para obtener una mejor ubicación de los puestos.
Asimismo se entablan prácticas espacio-temporales con el entorno, en este caso es-
pecífico, entorno productivo: La Coope posee 200 socios, todos ligados directa o in-
directamente a la producción primaria de la zona. En este sentido los testimonios
expresan que en la familia de productores, el hombre es el que trabaja de lunes a
viernes en la producción y la mujer e hijos complementan los ingresos de la familia
trabajando en las ferias. Uno de los entrevistados señalaba: “el marido hace de pro-
ductor en la semana, y la mujer, los hijos lo ayudan para hacer otro negocio (…) hacen comida,
hacen el tema de la feria para vender algunas cosas”. De esta manera logran aumentar los
ingresos familiares. A su vez, pudimos detectar que los feriantes se organizan para
poder trabajar en otras ferias simultáneamente durante los fines de semana, ven-
diendo los mismos productos.
Referencias
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Especialización de la producción agropecuaria en el sur
cordobés, modelo de agronegocio y relación campo-ciudad
Ana Laura Picciani y Gabriela Inés Maldonado
Introducción
En el trabajo se presenta el proceso de reorganización espacial que atraviesa el espacio
agropecuario del sur cordobés durante los últimos 30 años ante una continua moder-
nización productiva, con especial énfasis en las características de la participación de las
pequeñas ciudades y su relación con las actividades que se desarrollan en su entorno rural.
Específicamente, en trabajos anteriores se ha analizado esta relación en otras localidades
del sur de Córdoba (Picciani, 2015; Picciani y Maldonado, 2017; Picciani, Maldonado y
Finola, 2017). En esta oportunidad se pretende estudiar la actual situación de la localidad
de Las Acequias, perteneciente al departamento Río Cuarto de la provincia de Córdoba,
como articuladora con su entorno rural para la difusión de las nuevas técnicas de produc-
ción agropecuaria, por medio de las empresas allí asentadas que acopian granos y comer-
cializan agroquímicos y semillas.
De esta manera, en una primera parte se desarrollan los aspectos teóricos con las cate-
gorías de análisis que permiten explicar el proceso de modernización. A continuación se
contextualiza y caracteriza el área de estudio intentando identificar cómo se materializan
los datos del actual período de modernización a nivel local (ciencia, técnica, información
y finanzas) y qué transformaciones socioterritoriales ocurren en ese marco. Se analizará
la evolución demográfica y económica de la localidad seleccionada en el presente estudio,
para, por último, abordar la medida en que se reestructuran -tanto funcional como rela-
cionalmente- los vínculos urbano-rurales así como también algunos rasgos que adquiere
la economía urbana ante la expansión del modelo productivo de agronegocios. Se puede
afirmar que la antigua relación campo-ciudad, en la cual el primero abastecía a la se-
gunda, se altera; ahora son las ciudades las que se especializan para ofrecer los insumos
necesarios al campo modernizado. La hipótesis de este trabajo es que la especialización
productiva de los espacios rurales que resulta del modelo de agronegocios implica una
creciente regulación urbana de la actividad agropecuaria.
La metodología a emplear para el desarrollo de este estudio consiste en el análisis de
datos estadísticos, censos agropecuarios y de población, de la mano de entrevistas a infor-
mantes claves que aportan interpretaciones de los procesos en estudio.
adoptadas por actores locales, tanto en la región pampeana como en zonas extra-pam-
peanas (por ejemplo en el norte argentino); mientras que los eslabones de elaboración
industrial y de comercialización se han mantenido en las zonas históricamente centrales
de producción agropecuaria (Finola, 2015).
Ante esta organización de los territorios agrícolas el medio rural se transforma en es-
cenario de nuevas prácticas productivas y usos del suelo, lideradas por actores sociales,
a veces incluso tradicionales de la actividad, que llevan adelante esta modernización y
especialización productiva, generando relaciones de cooperación con las empresas, los
productores y el Estado subsumidos en la lógica de la competitividad. En contradicción
con lo anterior, configuraciones territoriales que apuntaban a un orden local y a una ló-
gica interna, deben adaptarse a esta renovada división territorial del trabajo que impone
qué, cuándo y cómo producir.
de los contenidos técnicos, científicos, informacionales y financieros propios del funcionamiento hegemónico de la
economía internacional y representado por bancos, comercios, servicios e industrias que no sólo incorporan sino que
también generan y promueven los determinantes del periodo. Este circuito posee una porción marginal, que corres-
ponde a aquellos sectores y actores que de forma complementaria pero subordinada se relacionan a él; y, b) el circuito
inferior, representado por las formas de producción no intensivas en técnica, ciencia e información, que generan bajas
ganancias y en donde la variable relativa a la contigüidad espacial adquiere especial relevancia.
488 Ana Laura Picciani y Gabriela Inés Maldonado
8 Momento en el que comienza a internalizarse el paradigma de la revolución verde, que implicó la siembra de aque-
llos cultivos más productivos (girasol, soja, maíz) como el uso de insumos químicos a la hora de producirlos.
Especialización de la producción agropecuaria en el sur cordobés, modelo de... 489
triguera alcanzó los 6.000 dólares la hectárea; en la zona de invernada llegó alrededor de
los 7.500 dólares y en la zona de cría en alrededor de 2.500 dólares.
Cuadro 1. Superficie sembrada con soja y maíz en las campañas 1992-1993 y 2013-
2014, en el departamento Río Cuarto (Córdoba, Argentina)
Gráfico 1. Evolución del valor de la tierra en Argentina en dólares por hectárea, periodo 1977-2011
por medio de agentes oficiales que reproducen -sobre la base de los procesos de moderni-
zación organizacional, financiera y técnica de la actividad agropecuaria- la lógica comer-
cial global de las empresas a las que representan y profundizan la dependencia a los siste-
mas técnico-científico-informacionales producidos por las trasnacionales (Finola, 2015).
Las personas que trabajan tanto en CAG como en ATS, para el caso de la localidad de Las
Acequias, viven en el pueblo y se emplazan acatando normas de comercialización y control,
establecidas por sus casas matrices ubicadas en otras ciudades de la región (especialmente
Adelia María, General Deheza y Río Cuarto). Cada persona encargada de la sucursal desa-
rrolla diferentes mecanismos para la vinculación con sus clientes, sustentados en técnicas
de venta basadas en el trato personal, cotidiano y bajo códigos atravesados por las relaciones
que nacen en el lugar pero que no dejan de estar atentos a las exigencias del negocio agrícola.
Las razones por las cuales estas sucursales se asientan en la localidad bajo estudio se
deben a la búsqueda de la producción de los campos aledaños tras la competencia con
el resto de las empresas que operan en la zona, por lo cual la empresa debe ‘salir’ a bus-
car clientes. Los aspectos de logística vinculados especialmente al transporte también se
constituyen en una variable de peso a la hora de diseñar la red de sucursales, ya que depen-
diendo de qué sucursal se trate será el recorrido que realice el transporte de carga de los
granos, permitiéndoles así organizarse para la reducción de costos.
Otras de las empresas asentadas en la localidad bajo estudio son Inagro S.A. y Olam
Argentina. La primera se trata de una empresa nacional dedicada al retiro, tratamiento y
gestión ambiental sustentable de todo tipo de residuo industrial de origen vegetal. Cuenta
con sus propios servicios de transporte y logística y con plantas de tratamiento en la pro-
vincia de Santa Fe.
Por su parte Olam es una empresa manisera de capitales hindúes, establecida en el país
desde el año 2009. Dicha empresa contaba en Dalmacio Vélez, en la provincia de Córdoba,
con una planta procesadora de maní, una planta de acopio en Las Acequias y oficinas en
Río Cuarto. En el año 2016 Olam fue vendida a la firma Olega la cual aún no comenzó a
trabajar en la zona. La causa de la venta, de acuerdo a lo expresado por el gerente general
de Olam, se debió al costo elevado de los fletes internos para transportar el maní, puesto
que lo transportaba desde la zona de Huinca Renancó, desviando los camiones hacia Las
Acequias, lo que implicaba hacer 150 kilómetros de más para que esa producción llegue
a la planta de procesamiento. Inicialmente la planta de Olam en Las Acequias había sido
concebida como el lugar de desembarco de la compañía en el negocio manisero en Argen-
tina y allí se pensó construir una procesadora, pero el costo del gas y la posibilidad de
adquirir la planta de Dalmacio Vélez hicieron desistir al grupo multinacional de origen
hindú de la inversión prevista.
Tras la venta de la firma Olam, en el año 2015, la planta dejó de producir temporaria-
mente, situación que generó que unas 70 personas hoy no tengan un puesto laboral que
en temporada de cosecha aseguraba un ingreso económico a una gran cantidad de fami-
lias locales. Como atenuante, la Municipalidad otorga tareas a quienes las solicitan en las
obras que tienen en marcha, tales como cordón cuneta, limpieza de calles y otras activi-
dades. Se da la particularidad de que el municipio intenta aplicar medidas paliativas a un
contexto amenazante de despoblamiento y aislamiento. La empresa local Todo Campo
SRL se ubica allí desde hace 20 años y se dedica a la venta de implementos agrícolas (ma-
quinarias, repuestos y herramientas), que comercializa a todo el país ocupando mano de
obra del pueblo, la cual no llega a superar las seis o siete personas.
492 Ana Laura Picciani y Gabriela Inés Maldonado
Por otra parte existen estancias como El Señuelo, una estancia de 2.000 hectáreas que
data de principios del siglo XX y que actualmente es administrada por un gerente, miem-
bro de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola
(AACREA). Según Gras y Hernández (2013) esta organización se ha mantenido a lo largo
del tiempo como una propulsora de la modernidad en el agro, lo cual aporta para com-
prender el tipo de actores sociales que conformaban desde sus orígenes a la misma y que
en la actualidad se constituye como el empresariado agrícola.
Los productores y pobladores de la zona coinciden en señalar que la localidad de Las
Acequias se caracterizaba por ser una zona de pequeños y medianos productores de entre
200 a 500 hectáreas que vivían en el campo y que a su vez, aunque no la mayoría, tenían
una casa en el pueblo y que, luego de la llegada del proceso de agriculturización, las ex-
plotaciones dejaron de ser habitadas y trabajadas por sus propietarios, para convertirse
en tierras arrendadas para el cultivo de soja, maíz y maní, principalmente. Las colonias
agrícolas como Villa Erminia, La Brianza y La Tercera, ubicadas al sudoeste de la localidad
de Las Acequias, tenían una escuela rural y eran colonias en las cuales cada 100 hectáreas
había un productor con su familia instalada en el campo. En la actualidad estas colonias
se encuentran totalmente deshabitadas.
Con la expansión de la agricultura orientada a la producción de commodities para la ex-
portación, pobladores y productores rurales del área de estudio se vieron desplazados,
fortaleciéndose en cambio los productores capitalizados o los nuevos inversores que, en
general, no viven en los pueblos en los que invierten. Este manejo empresarial del negocio
agrícola requiere de propietarios de tierras o arrendatarios con los cuales comercializar por
medio de relaciones contractuales para asegurarse del stock necesario. Si bien en la zona
existen muchos campos destinados a feed-lot, quienes deciden producir soja o maíz lo hacen
asociándose con las empresas de acopio que poseen sucursal en Las Acequias, ya sea CAG o
ATS, o bien empresas que van a la localidad a buscar el grano, tales como Inagro o Cargill.
Según los entrevistados a cargo de la sucursal de CAG y ATS, un 80% de los clientes se
presentan a la oficina por una relación comercial de muchos años, mientras que en otras
sucursales el comerciante tiene que salir al campo a buscar al productor para poder reali-
zar su intermediación en la venta de granos.
Normalmente la relación comercial funciona con presupuestos, o sea vos sos productora y venís y me pedís presu-
puesto de tanta cantidad de insumos, yo lo preparo, lo consulto con la gente de Río Cuarto que es la que maneja
todo ese tema (…) Es muy difícil que el cliente te compre insumos y no te entregue cereal, aunque se puede dar.
Hay otros que te entregan cereal y no te compran insumo, porque por ejemplo acá hay mucha gente que es de Río
Cuarto y tienen los campos acá y por ahí al insumo lo compran en Río Cuarto y al acopio por una cuestión de
comodidad lo hacen a través de las empresas locales. (Encargado de CAG).
Es decir, que quienes se instalan (sucursales de empresas) tienen como primer objetivo
acopiar y extraer la producción agrícola más que ofrecer servicios que favorezcan una interac-
ción de flujos. Por lo señalado, la localidad en estudio no deja de ser un nodo de articulación,
pero no con el propio entorno rural productivo sino con otros puntos o áreas que conforman
el circuito espacial de producción de commodities. El rol asignado a esta ciudad en la distri-
bución de tareas en el marco de este modelo productivo debilita su vínculo ciudad-campo.
Por otro lado, la organización de las empresas en red posibilita el establecimiento de
círculos de cooperación con firmas de ramos complementarios (logística, semillas, agro-
químicos y maquinaria). A su vez, los Estados cooperan mediante la implantación en el
territorio de fijos que facilitan la fluidez del territorio. Un ejemplo de estos fijos es la cons-
trucción del Gasoducto para el desarrollo agropecuario del sur (departamentos Juárez Celman
Especialización de la producción agropecuaria en el sur cordobés, modelo de... 493
Cuadro 3. Población según categoría ocupacional y sector en el que trabaja en Las Acequias. Años 2001 y 2010
Total Población
Categoría ocupacional
Población
Localidad
ocupada
Traba-
Total
Año
Obrero o empleado Cuen-
Pa- jador
% tapro- % %
Pú- Pri- trón Fami-
% % pista
blico vado liar
2001 2216 662 100 15,11 337 50,91 45 6,80 155 23,41 25 3,78
Las
Acequias
2010 2443 1068 150 14,04 521 48,78 150 14,04 213 19,94 34 3,18
Conclusión
Se puede concluir entonces que en el sur de la provincia de Córdoba, sobre la base de los
procesos de modernización organizacional, financiera y técnica de la actividad agrope-
cuaria, se desarrollan estrategias territoriales que son desplegadas por las empresas tras-
nacionales o nacionales de alcance global con el objetivo de extraer la renta de la zona.
Se reconoce así que las transformaciones acontecidas en el actual pacto territorial del
agronegocio no solo implican cambios en el uso del suelo o cambios tecnológicos, sino
también una forma de organización del espacio que reconfigura las relaciones entre lo
urbano y lo rural, entre el campo y la ciudad. El actual proceso de modernización agro-
pecuaria necesita de la estructura urbana para desarrollarse, esto hace que las relaciones
entre el campo y la ciudad se intensifiquen o cambien de contenido. En el caso de Las
Acequias, la llegada o instalación de empresas -locales o no-, genera otro tipo de dinámi-
ca de la economía urbana en la ciudad. Por un lado desarrolla la economía urbana de la
localidad al modernizarse creando mayor necesidad de servicios mediados por la técnica
y la ciencia, y por el otro ese desarrollo muchas veces es volátil al estar subordinado y con-
dicionado a las reglas impuestas por el modelo del agronegocio que desarticula la relación
campo-ciudad. Este fenómeno se observa cuando la población de Las Acequias está pen-
diente al arribo de empresas agroindustriales que brinden empleo a su población, empleo
que no necesariamente implica una relación de dependencia por lo cual crea una mayor
precarización de las relaciones laborales.
La menor cantidad de población viviendo y trabajando en los campos, como así también
el decrecimiento del trabajo familiar y del cuentapropista, revela en una forma de produc-
ción apoyada en una fuerte especialización y tercerización de la producción agropecuaria
que divide territorialmente el trabajo ajustándolo a las exigencias de las empresas y no a
las necesidades locales.
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de Geografía.
496 Ana Laura Picciani y Gabriela Inés Maldonado
Introducción
Los recursos de tierras son frágiles, limitados, no renovables y representan aproxima-
damente una tercera parte de la superficie total de nuestro planeta. Entre estos recursos
se incluye el suelo, reconocido como un componente clave del capital natural (Robinson y
Lebron, 2010) y el bienestar humano, que debe ser conservado, y el cual es la base para la
sustentación de la vida vegetal y animal.
Dentro del sistema suelo transcurren funciones de gran relevancia, tal es el caso de la
regulación del ciclo del agua, la preservación de la biodiversidad y el almacenamiento y
reciclaje de carbono y nutrientes (Ferreras, Toresani, Faggioli y Galarza, 2015). Por todo
ello, también resulta fundamental para el desarrollo de las actividades agropecuarias.
Los desafíos que actualmente enfrenta el planeta, como el crecimiento demográfico y la
evolución hacia una dieta más rica en proteínas, demandan que la producción agrícola con-
tinúe incrementándose (Coppens, Meers, Boon, Buysse y Vlaeminck, 2015), convirtiendo a
la obtención de alimentos en el principal factor que ejerce presión sobre el recurso suelo.
Desde hace décadas es reconocido el impacto del agotamiento de los nutrientes del suelo
generado por diversas acciones antrópicas (Hale, Grimm, Vörösmarty y Fekete, 2015), des-
tacándose la producción de cultivos (Velde et al., 2014) y sus efectos, ya que se trata de un
tipo de actividad que representa una de las principales causas de alteración antrópica de
los ciclos globales del N y P.
La mayoría de los suelos dedicados a la producción de granos dentro de la Región Pam-
peana Argentina (RPArg) se han considerado altamente fértiles en su condición prístina
(Lavado y Taboada, 2009) por lo cual la mayor parte de la historia de los cultivos se desa-
rrolló sin el aporte de fertilizantes (Carta, Ventimiglia y Rillo, 2001).
Hasta inicios de la década de 1970 el modelo de producción dominante era la alternan-
cia entre agricultura y ganadería (Pengue, 2001). Los ciclos agrícolas extractivos y exporta-
dores de nutrientes eran intercalados con un ciclo de utilización ganadera-pastoril, la cual
resultaba una actividad de extracción muy inferior a la agricultura de cosecha, y permitía
restituir al suelo gran parte de la materia orgánica (MO) y la fertilidad nitrogenada. La
adopción de un modelo basado en rotaciones, con periodos bajo cultivos anuales y bajo
pasturas, logró conservar la tasa de pérdida de fertilidad en niveles moderados.
A partir de la década de 1980 se produjo una expansión de la agricultura con disminu-
ción de los periodos bajo pasturas, intensificándose hacia modelos de “agricultura con-
tinua” desde principios de la década de 1990. Este proceso denominado agriculturiza-
ción, fue definido como un continuo y creciente aumento en la superficie destinada a
producción agrícola (a costa del desplazamiento de los demás usos del suelo) y se encuen-
tra relacionado a cambios tecnológicos, intensificación ganadera, expansión de la frontera
498 Nahuel Sequeira y Rodolfo Tula
Metodología
Teniendo en consideración lo dificultoso que puede resultar trabajar con balances de
nutrientes, se intentó alcanzar una simplificación metodológica. Por lo tanto, se realizó
un balance aparente (acotado), ya que no considera las transformaciones sucedidas dentro
del sistema suelo-planta, ni las pérdidas gaseosas, por lavado o erosión (Ciampitti y Gar-
cía, 2008). Asimismo, tampoco se tuvieron en cuenta los ingresos generados por el aporte
de nutrientes de los residuos de cultivos realizados en un mismo lote, ya que se considera
un reciclaje dentro del mismo sistema suelo (Manchado, 2010).
Consecuentemente, como extracción de nutrientes se consideró únicamente aquella
generada por la producción en toneladas (tn) de granos; y en el caso de la reposición, se con-
sideraron la superficie sembrada en hectáreas (ha), la aplicación de fertilizantes efectuada
en kilogramos por hectárea (kg ha-1), el ingreso de N por precipitaciones (kg) y la fijación de
N (kg) llevada a cabo por el cultivo de soja. La información acerca de la producción y super-
ficie se encuentra referida a los cinco principales cultivos agrícolas presentes en el partido.
Por otra parte, en muchas regiones, la fertilización química puede ser considerada como
la vía de mayor importancia en relación con la reposición de los nutrientes extraídos. Por
lo tanto, realizar una estimación del balance de nutrientes que únicamente incluya como
entrada la aplicación de fertilizantes y como única salida los productos de cosecha (en
áreas donde las otras salidas son relativamente escasas), resulta ser un correcto indicador
de la sustentabilidad de los sistemas agrícolas (Roy, Misra, Lesschen y Smaling, 2003).
Para concretar el análisis, la metodología aplicada se fundó en una adaptación del indi-
cador de balance de N y P presente en el software Agro-Eco-Index de Viglizzo (2003). Con
este fin, se generaron las fórmulas correspondientes, y se estableció una comparación entre
los resultados alcanzados a nivel de partido para las campañas 2002/2003 y 2014/2015.
Los datos acerca de los principales fertilizantes empleados, sus dosis de aplicación y la
cantidad de N y P aportados por cada uno de ellos, derivó del análisis de entrevistas se-
miestructuradas realizadas a informantes calificados.
De cualquier modo, es importante remarcar que no se fertiliza el total de las tierras con-
signadas a cada uno de los cultivos presentes en el partido. Esta información fue obtenida
a partir de la evaluación de las entrevistas llevadas a cabo, y concuerda con los valores se-
ñalados para la RPArg, según informes elaborados por la FAO (FAO, 2004) y la Asociación
Civil Fertilizar (ACF, 2014).
500 Nahuel Sequeira y Rodolfo Tula
Para el total de información relativa a los cultivos, tal es el caso de la superficie sembra-
da y toneladas producidas, y datos sobre los valores medios de precipitación en las cam-
pañas evaluadas, se acudió a bases de datos del sistema “Datos Abierto Agroindustria” del
Ministerio de Agricultura de la Nación (DAA, 2017) e INTA Benito Juárez.
En relación conla ejecución del balance de nutrientes propiamente dicho, en primera
instancia, se efectuó un análisis acerca del ingreso y egreso de N, a partir de las siguientes
fórmulas:
(1) IN=Ip+If+Ifb.
Donde: IN: Ingreso de N; Ip: Ingreso de N a partir de precipitaciones (0.6 kg N.100 mmlluvia-1); If:
Ingreso de N a partir de la aplicación de fertilizantes; Ifb: Ingreso de N por fijación biológica de
leguminosas. En este caso se toma el valor asociado a la soja, la cual fija aproximadamente 0,05 kg
N. kg grano-1.
(2) EN=Nexp.
Donde: EN: Egreso de N; Nexp: Estimación del N exportado con el producto (en granos) que sale de
los establecimientos.
(4) EP=Pexp.
Donde: EP: Egreso de P; Pexp: Estimación del P exportado con el producto (en granos) que sale de
los establecimientos.
Por último, los resultados conseguidos para ambas campañas fueron contrastados, y de esta
forma resultó posible observar la realidad de los niveles de estos dos nutrientes para el partido.
Finalmente, las potenciales consecuencias ambientales fueron abordadas mediante el
análisis de trabajos antecedentes sobre el área y la temática en cuestión.
Como resultado de todo lo anterior, Andrade y Satorre (2015) aseguran que se generó
una regresión en la superficie destinada al doble cultivo trigo/soja y en gran parte de la
RPArg se originó una adopción casi masiva de la cebada como sustituto del trigo. Por este
motivo, al aumentar la superficie sembrada con soja de segunda, también comenzó a au-
mentar aquella implantada con cebada.
Por otro lado, en los últimos años el cultivo de soja se ha convertido en uno de los moto-
res de la economía nacional. Para ello, factores como la expansión de la superficie de tierra
destinada a su producción, mayores rindes obtenidos en zonas marginales (derivados de
la aplicación de nuevas tecnologías), la suba de los precios internacionales del grano y la
mayor demanda mundial de alimento, han sido determinantes y convirtieron a la soja y
sus derivados en el principal producto agropecuario nacional (Goytia y Marcolini, 2013).
Esta situación se corresponde con lo mencionado por Trigo (2016) quien establece que,
a partir del ingreso de la soja tolerante a glifosato en 1996, en nuestro país se generó un
quiebre indiscutible en la tendencia de expansión del área sembrada. Sin ir más lejos, para
el período 1971-1996, la tasa anual de aumento del área fue de 3,5%, mientras que para el
período 1997-2015, la tasa pasó a ser de 9,4% anual.
Parte de la expansión de esta oleaginosa se debió a la reducción de sus costos de im-
plantación. Cuando se analiza el peso de las variables económicas sobre la utilización de
la tierra y la elasticidad de sustitución entre cultivos en la RPArg, la decisión de sembrar
algunos como trigo y maíz se encuentra llanamente relacionada con el precio que se es-
pera que logre el producto en el mercado. Opuestamente, para el cultivo de soja cobran
relevancia los costos de implantación y producción. Por lo que, mientras estos se reducen,
se acrecienta proporcionalmente el área sembrada. Como consecuencia de ello, y dado
que la soja es un cultivo muy extractivo de nutrientes, se generaron procesos de degrada-
ción y agotamiento que ponen en peligro la sustentabilidad de los sistemas productivos
(Zazo, Flores y Sarandón, 2011).
A medida que el proceso de agriculturización fue avanzando, las pérdidas de nutrientes
y su costo de reposición fueron en aumento. Esto estuvo asociado al incremento continuo
de la extracción de los nutrientes causado, en parte, por la expansión de las superficies
sembradas y por otra, por el aumento del potencial de rendimiento de las variedades o
híbridos utilizados y a la nula o escasa reposición de nutrientes (Flores y Sarandón, 2002).
Si bien en los últimos años se ha venido observando un claro incremento en la incor-
poración de fertilizantes nitrogenados y fosforados a los planteos de cereales y, en menor
medida, de oleaginosas (Flores y Sarandón, 2002), se trata de un cambio más asociado a la
posibilidad de aumentar los rendimientos de los cultivos que a una conciencia acerca de
la necesidad de reposición de nutrientes para conservar el capital natural. Además, los ba-
lances permanecen generando resultados negativos, por cuanto las reservas en los suelos
se reducen afectando la sustentabilidad de los sistemas productivos.
Relacionado a lo anterior y teniendo en consideración entrevistas efectuadas a infor-
mantes clave de la zona y trabajos antecedentes se pudo establecer que, en el partido de
Benito Juárez, en concordancia con las tendencias observadas en el resto del país, no son
fertilizadas la totalidad de las tierras destinadas a la actividad agrícola (García, 2006;
Díaz Zorita y Grasso, 2016). Por el contrario, los niveles de la práctica de fertilización va-
rían considerando el cultivo que se evalúe (Gráfico 2).
Se evidencia que en la campaña 2014/2015, los porcentajes de tierras fertilizadas son
mayores que en la de 2002/2003 para los cinco principales cultivos desarrollados. Asimis-
Balance de nitrógeno y fósforo y sus potenciales consecuencias ambientales en... 503
Teniendo en cuenta los datos sobre los principales cultivos (ha sembradas, ha fertiliza-
das, producción en tn, fijación biológica por parte de la soja), las dosis de aplicación de los
diversos fertilizantes empleados (kg. ha-1) y sus aportes de N y P (gr. kg-1), y el promedio
anual de precipitaciones (mm), se efectuaron estimaciones acerca de los valores con rela-
ción a los ingresos y egresos de nutrientes dentro del partido.
Como consecuencia de ello, es posible determinar resultados deudores que concuer-
dan con lo planteado por Iglesias et al. (2008) para la Argentina, Manchado (2010) en
relación con el sur de la provincia de Buenos Aires, y Sequeira y Vázquez (2016) para el
partido de Benito Juárez.
Cuando se analizan los valores de la Tabla 1, se demuestra que tanto el balance de N,
como así también el de P, expresan un resultado negativo. En la primera campaña anali-
zada (2002/2003), el N presenta un balance que alcanza un valor de -787,89 tn y el de P es
igual a -590,83 tn. Para el caso de la segunda campaña (2014/2015), la deuda de N alcanza
un total de -2806,58 tn, mientras que la de P es igual a -1649,09 tn.
En cuanto a los valores de reposición también existen diferencias entre ambas campa-
ñas, y los valores hallados se condicen con un decrecimiento promedio del 29,41% en las
dosis de fertilizantes aplicadas entre ambas campañas (Tabla 2).
Tabla 1. Balance de Nitrógeno y Fósforo para las dos campañas analizadas
Ingreso total Egreso total Balance N Ingreso total Egreso total Balance P
Campaña
N (tn) N (tn) (tn) P (tn) P (tn) (tn)
2002/03 4703,12 5491,02 -787,90 313,04 903,87 -590,83
2014/15 12438,04 15244,63 -2806,58 486,31 2135,40 -1649,09
Tabla 2. Dosis de aplicación de los principales fertilizantes empleados en el partido, para ambas campañas
Dosis 2002/2003 Dosis 2014/2015
Cultivos Fertilizantes
(kg. ha-1) (kg. ha-1)
Soja Fosfato Monoamónico 42,5 30
Fosfato Diamónico 85 60
Maíz
Urea 127,5 90
Girasol Fosfato Diamónico 25,5 18
Fosfato Diamónico 68 48
Trigo-Cebada
Urea 114,75 81
Para la primera se repone un 85,65% del N, del cual solo un 64,91% es de origen an-
trópico (mediante fertilización) y el 35,09% restante pertenece al ingreso a través de pre-
cipitaciones y a la fijación biológica por parte de la soja. Para el caso del P, la reposición
alcanza un 34,63%.
Por otra parte, en la segunda campaña se repuso un 81,6% del N (26% mediante fertili-
zación) y un 22,8% del P. Para ambas campañas, la totalidad del P repuesto es a través de
la aplicación de fertilizantes.
Conclusiones
Una de las más transcendentales causas de la degradación del suelo es la pérdida de su
fertilidad, como derivación de balances de nutrientes negativos.
Para el partido de Benito Juárez, en las campañas 2002/2003 y 2014/2015, los balances
de ambos nutrientes analizados demuestran resultados deficitarios. En este último perío-
do existe un aumento en las tn perdidas de N y P, alcanzando valores del 256,21 y 179,11%,
respectivamente.
Por consiguiente, se plantea la necesidad de continuar evaluando la situación de los
nutrientes en el partido y su evolución en el corto plazo. Y, por otra parte, abordar este
problema a partir de estrategias integradas, que no piensen a la fertilidad de los suelos
desde una visión únicamente económica, sino también desde una perspectiva que persiga
la sustentabilidad de los sistemas de producción.
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Balance de nitrógeno y fósforo y sus potenciales consecuencias ambientales en... 507
Introducción
En Argentina, la instauración del modelo de apertura económica implantado en la dé-
cada de 1990 acarreó profundos cambios económicos, políticos y sociales. El sector agro-
pecuario no resultó ajeno al conjunto de mutaciones estructurales, producidas funda-
mentalmente en la Región Pampeana. La Región Pampeana Austral (RPA) (o la pampa
húmeda) incluye la principal zona agrícola de la Argentina. En recientes décadas se produ-
jeron una serie de cambios sustanciales en los sistemas agrícolas pampeanos, sobre todo
por la rápida expansión del cultivo de soja y, asociado con ella, la instalación masiva del
procedimiento de siembra directa. Según datos de las últimas campañas agrícolas (Szpei-
ner, Martinez-Guerza y Guerza, 2007), Argentina es la tercera productora mundial de soja,
cultivo que en un 84% se realiza en la Región Pampeana. De este modo, en pocas décadas
el mosaico productivo en estudio, que incluía una variedad de cultivos y ganadería, se
transformó en una extensa área altamente homogénea.
La soja, un cultivo casi irrelevante para la producción agrícola de la Argentina a comien-
zos de la década de 1970, se convierte en la principal oleaginosa del campo argentino. En
el año 2006 representó alrededor del 50% del área sembrada en el país. El poroto de soja
y sus derivados (pellets, aceites, etc.) constituyen el principal rubro de exportación de la
Argentina (Aizen, Garibaldi y Dondo, 2009). Esta expansión en el área cultivada con soja
se vio acelerada por la introducción del doble cultivo, mediante la práctica de la ‘soja de
segunda’, lo que permite realizar dos cosechas anuales (combinación trigo-soja) donde
antes se realizaba una y que conlleva una intensificación en el uso de la tierra (Paruelo,
Guerschman y Verón, 2005; Trigo, 2005), también producto de la expansión sojera es que
se da el reemplazo del área sembrada con otros cultivos o destinada a la ganadería (Sato-
rre, 2005), mediante el proceso que se denomina agriculturización.
La producción de soja resistente a los herbicidas genera diversos problemas ambientales
directos como la deforestación, el avance de la frontera agropecuaria, la degradación de
los suelos y la contaminación del aire y las aguas superficiales y subterráneas (Segrelles
Serrano, 2007), como así también la desaparición de paisajes enteros, pérdida de la diver-
sidad productiva y aceleración de procesos degradatorios, muchas veces ocultos detrás de
las variedades de altos rendimientos (Pengue, 2006).
En ese contexto, el presente trabajo propone definir de manera preliminar unidades
ecológicas en un partido de la RPA, Tres Arroyos, y analizar el proceso de agriculturiza-
ción en dichas unidades entre 2002 y 2017, utilizando sensores remotos. A partir de los
objetivos mencionados, la principal finalidad es aportar información de base que contri-
buya a lograr un manejo ambiental apropiado en cada unidad delimitada en este estudio.
Metodológicamente, se sostiene en la revisión bibliográfica y en el análisis y sistemati-
510 Patricia Vazquez, Laura Zulaica, Claudia Mikkelsen, Ailín Somoza y Mónica Sacido
Área de estudio
La República Argentina se subdivide en subregiones, tal como lo proponen Viglizzo,
Pordomingo, Castro y Lértora (2002), quienes realizan una clasificación teniendo en cuen-
ta fundamentalmente la calidad de sus suelos y las precipitaciones. En esa clasificación,
el partido de Tres Arroyos se inserta en la Región Pampeana Austral (RPA) (Figura 1). La
RPA se caracteriza por ser una pradera llana con suave declive al mar y suelos fértiles. Se
encuentra atravesada por un cordón serrano, el sistema de Tandilia, que alberga una am-
plia diversidad de especies y ofrece un paisaje de valor ambiental y turístico.
El partido de Tres Arroyos, ubicado en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, posee
una superficie de 5.963 km2. Limita hacia el este con el partido de San Cayetano, hacia el
norte con los partidos de Adolfo Gonzáles Chaves y Coronel Pringles, hacia el oeste con el
partido de Coronel Dorrego y hacia el sur con el océano Atlántico.
Fue fundado el 24 de abril de 1884 por orden del entonces gobernador de la provincia
de Buenos Aires, Dardo Rocha. La ciudad homónima debe su denominación al hecho de
estar ubicada en proximidad de los arroyos Orellano, Del Medio y Seco. Hacia 1886, tal
como se anuncia en el portal de la Municipalidad de Tres Arroyos, el gobernador Carlos
D’Amico autorizó al Ferrocarril del Sud prolongar sus servicios de transporte de pasaje-
ros y carga, permitiendo comunicar a la ciudad y al partido con Juárez, Lobería y Bahía
Blanca. El arribo del tren fue de gran significación, tanto en lo demográfico como en la
posibilidad de comercialización de los productos y en la fundación de otras estaciones del
ferrocarril, que luego conformarían pequeños aglomerados, los cuales tendrían diversa
suerte con el transcurrir de los años (Mikkelsen, 2013).
La ciudad de Tres Arroyos, cabecera del partido, se encuentra emplazada entre la Ruta
Nacional Nº 3 que conecta con la ciudad de Bahía Blanca y el Puerto Ingeniero White y la
Ruta Provincial Nº 228 que la vincula con Necochea y el Puerto de Quequén. Además de
la ciudad cabecera que concentra los organismos de gobierno y la administración central,
debemos mencionar un conjunto de localidades, entre ellas Copetonas, San Mayol, Mi-
caela Cascallares, San Francisco de Belloq, Orense, Balneario Reta, Balneario Claromecó,
como así también los denominados ‘parajes’ como Estación Claudio Molina, Estación Las
Vaquerías, Estación Barrow, Estación Vázquez, La Sortija y Lin Calel.
Demográficamente interesa señalar que el partido de Tres Arroyos hacia 2010 concen-
traba, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC, 2010) un total de
57.110 habitantes, de los cuales 51.011 (89,32%) son registrados como población urbana
y 6.099 (10,68%) como población rural, pudiendo distinguir en este último grupo 2.759
(4,83%) personas habitando en lo rural agrupado y 3.340 (5,85%) en lo rural disperso.
El partido en los dos últimos periodos intercensales (1991-2001 y 2001-2010) muestra un leve
decrecimiento demográfico ya que de 0,01 entre 1991 y 2001 paso a -0,02 entre 2001 y 2010.
Desde el punto de vista fitogeográfico, el área de estudio forma parte de la Provincia
Pampeana descripta por Cabrera (1976). La vegetación nativa es variada, con más de mil
especies de plantas vasculares con predominio de pastizales donde se destacan las gramí-
neas como Stipa, Poa, Piptochaetium y Arístida, entre otras. Debido a las favorables condicio-
Zonificación ecológica y expansión agropecuaria en el partido de Tres Arroyos: un estudio... 511
Métodos y técnicas
Con la finalidad de caracterizar de manera preliminar las diferenciaciones en los usos
de suelo generados por la expansión agropecuaria al interior del partido, se realizó una
zonificación de carácter exploratorio que permitió definir unidades ecológicas. Para ello
se adoptó el concepto de paisaje (Burel y Baudry, 2002), cuya aplicación permite delimi-
tar, identificar y caracterizar unidades que presentan cierta homogeneidad interna en
la escala de análisis adoptada (1:500.000). Las unidades ecológicas de Tres Arroyos se
delimitaron tomando como base cartográfica las cartas topográficas del Instituto Geo-
gráfico Militar (IGM) y los límites de las unidades de suelos publicadas por SAGyP-INTA
(1989) en escala 1:500.000. Se integraron los atributos bióticos y abióticos: geomorfoló-
gicos, edáficos, condiciones de drenaje y vegetación. Las unidades se representaron espa-
cialmente utilizando gvSIG (versión 1.11).
Posteriormente, se utilizaron dos imágenes satelitales clasificadas (ISC), una captada
por el sensor TM de la misión Landsat 5 para el año 2002, y otra actual captada por el sen-
512 Patricia Vazquez, Laura Zulaica, Claudia Mikkelsen, Ailín Somoza y Mónica Sacido
sor OLI de la misión Landsat 8 para el año 2017, con Path/Row 225-86, adquiridas de la
página correspondiente al Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (INPE, 2017) y de la
página del U. S. Geological Survey (USGS, 2018), respectivamente. Se empleó el Software
ENVI 5.1 para el procesamiento de las ISC, y se siguió la metodología utilizada en estudios
anteriores (Vazquez, Sacido y Zulaica, 2012a, 2012b; Vazquez, Zulaica y Requesens, 2016;
Vazquez, Zulaica y Benavidez, 2017; entre otros). Una vez adquiridas las ISC se obtuvieron
los estadísticos y se estimó la superficie de cada uso determinado. Los resultados se corro-
boraron con entrevistas realizadas a personal de la Cooperativa Agrícola de Tres Arroyos y
también a partir de datos obtenidos a partir de estudios previos de la región (Ruiz Gonza-
les, Somoza, Vazquez y Zulaica, 2015). Por último, se observaron los impactos ambientales
derivados del proceso de agriculturización en las unidades ecológicas del partido.
Resultados
En función de los objetivos perseguidos, los resultados se organizaron en tres apartados
principales. En primer lugar se definen y caracterizan las unidades ecológicas del partido,
luego se analizan los usos del suelo en los dos momentos seleccionados y su evolución,
para finalmente describir los impactos ambientales más relevantes del proceso de agricul-
turización en las distintas unidades.
Unidades ecológicas
A fin de analizar el proceso de agriculturización en el partido de Tres Arroyos con-
templando su diversidad ecológica, se realizó una zonificación preliminar que permitió
definir cuatro unidades con características particulares: unidad ecológica de Llanuras
onduladas (UE1), unidad de Llanuras onduladas y suavemente onduladas (UE2), unidad
de Llanuras planas y suavemente onduladas (UE3), y unidad ecológica de Costas (UE4).
La UE1, se localiza hacia el noroeste del partido, abarcando un 10% de la superficie
total. Está conformada por paisajes de relieves ondulados con pendientes comprendidas
en general entre el 3% y 5%. Predominan los suelos clasificados a nivel de subgrupo como
Argiudoles típicos, cuya susceptibilidad a la erosión conforma un factor limitante.
La UE2, abarca un 70% de la superficie del partido y está conformada por paisajes de
relieves ondulados y suavemente ondulados con pendientes comprendidas en general
entre el 1% y 3%. Predominan los suelos clasificados a nivel de subgrupo como Argiu-
doles típicos, aunque pueden asociar Hapludoles típicos en pendientes más pronunciadas y
Hapludoles tapto nátricos y Natracuoles típicos en áreas con drenaje deficiente y en las proxi-
midades de cursos de agua.
Ambas unidades contienen suelos profundos, aunque a veces interrumpidos por la pre-
sencia de tosca y poseen buenas condiciones de drenaje superficial e interno. Producto de
su aptitud agroecológica, estas áreas han sido sustituidas por cultivos, siendo las activi-
dades agrícolas las predominantes. Previo a su conversión extensiva en agroecosistemas,
estas unidades ecológicas se caracterizaban por la presencia de pastizales en los que abun-
daban gramíneas de los géneros Stipa y Piptochaetium.
La UE3 ocupa un 15% del partido y el promedio de las pendientes es inferior al 1%. Se
caracteriza por la presencia de un drenaje superficial e interno imperfecto y asocia vías de
escurrimiento. Los suelos predominantes son Argiudoles ácuicos. No obstante, en las lomas
Zonificación ecológica y expansión agropecuaria en el partido de Tres Arroyos: un estudio... 513
aparecen Argiudoles típicos y en áreas con drenaje deficiente Natracuoles típicos. Como con-
secuencia de las limitaciones asociadas con el drenaje deficiente, algunos sectores de este
paisaje conservan pastizales nativos ya que los suelos anegables impiden o dificultan el
desarrollo de actividades productivas. En consecuencia, las actividades predominantes en
este paisaje son las ganaderas.
Finalmente, la UE4 se extiende en un 5% del partido y presenta en general geoformas de
acumulación (dunas) y también playas. El desarrollo de los suelos es muy débil y cuando
existe es incipiente, característico del Orden Entisoles. Los suelos dominantes integran el
subgrupo Udipsamentes típicos, cuya textura superficial y subsuperficial (areno-franca) fa-
vorecen un drenaje excesivo. En menor medida se presentan Cuarcipsamentes típicos y Haplu-
doles énticos. Este paisaje no es apto para el desarrollo de actividades agropecuarias. Dadas
las características físicas y químicas de los materiales que integran la unidad de Costas,
las principales limitantes son la erosión eólica actual y la baja capacidad de retención de
humedad. Las comunidades de vegetación natural han sido modificadas, aunque se con-
servan sectores con especies costeras nativas.
Ahora bien, si nos enfocamos en el uso ganadero, se observa que los pastizales y pas-
turas disminuyeron en un 38,70% entre 2002 y 2017, coincidiendo con lo expresado por
Paruelo et al. (2006), quien observa que, con respecto a este uso, se han generado varios
cambios en la actividad, a partir de un reordenamiento territorial y una reducción de la
superficie dedicada a la misma. Los autores destacan además que este proceso ha llevado
a su vez, a un aumento de la carga animal en aquellas áreas que quedaban disponibles.
El resto de las clases de uso de suelo, médanos y playas (12,81%), cuerpos de agua (24,05%)
y área urbana (18,37%), manifiestan cambios poco significativos respecto de la superficie
ocupada, en comparación con las transformaciones derivadas de la agricultura y pasti-
zales naturales y pasturas, utilizadas para el pastoreo de ganado principalmente. En los
casos de médanos y playas y cuerpos de agua, en general los cambios tienen que ver con
dinámicas asociadas con procesos naturales locales y regionales, respectivamente.
En cuanto a las áreas urbanas y en vinculación con lo planteado anteriormente, in-
teresa referir que la ciudad cabecera en los registros censales analizados (INDEC, 1991;
2001; 2010), muestra a diferencia del partido en su conjunto, un crecimiento positivo, más
fuerte en el primer intercenso que en el segundo. En este sentido, la tasa de crecimiento
demográfico de la localidad de Tres Arroyos entre 1991 y 2001 fue de 0,23%, mientras que
entre 2001 y 2010 alcanzó 0,11%. Este hecho se complementa con la expansión del área
urbana de la ciudad cabecera. Verificándose además el mismo proceso en el conjunto de
localidades menores costeras del partido, con valores positivos en su dinámica demográfi-
ca a lo largo de los dos últimos periodos censales, estas son: Reta, Balneario Orense y Cla-
romecó. Estas localidades han tenido un crecimiento demográfico más significativo que
Tres Arroyos en los años analizados, fundamentalmente Reta (5,38%) y Balneario Orense
(4,52%). En Claromecó, el crecimiento fue menos significativo (0,67%).
La superposición de las unidades ecológicas sobre las imágenes clasificadas permite
observar que en 2002 la agricultura de siembra directa se comenzaba a expandir sobre la
UE2, área donde prácticamente no se presentan limitaciones para el desarrollo de cultivos
Zonificación ecológica y expansión agropecuaria en el partido de Tres Arroyos: un estudio... 515
anuales. Considerando que esta unidad ocupa una superficie que alcanza el 70% del parti-
do, es posible aseverar que presenta condiciones óptimas para la expansión agropecuaria.
En ese mismo año se advierte un indicio del avance de la agricultura sobre la UE1 que
también muestra condiciones óptimas para el desarrollo de la actividad. En este caso, las
pendientes algo superiores a la unidad anterior constituyen una limitante vinculada con
la conservación del recurso suelo en el largo plazo.
Sin embargo, en 2017 se verifica además un aumento notable de las áreas agrícolas en
la UE3, que manifiesta limitaciones asociadas a excesos hídricos. Este avance se produce
fundamentalmente hacia el noroeste y sudoeste y se relaciona con la presencia de lomas
o lomadas con mejores condiciones de drenaje superficial e interno. Aunque las áreas con
cuerpos de agua se incrementaron levemente en el período, la agricultura avanzó sobre
esta unidad hacia el noreste y en el centro-oeste aunque conservando una matriz domi-
nante conformada por pastizales y pasturas.
En este contexto, es importante destacar que las actividades agropecuarias, movidas
principalmente por los mercados externos, conforman uno de los principales factores de
impacto ambiental debido, por un lado, a su avance sobre nuevas áreas y por otro a la
mayor artificialización de áreas rurales existentes.
Impactos ambientales
La agricultura moderna generó la simplificación de los sistemas productivos y del pai-
saje agrario pampeano. Las nuevas tecnologías, principalmente basadas en el elevado uso
de insumos, y una rentabilidad positiva en el corto plazo, determinaron un reemplazo de
las producciones tradicionales como girasol, maíz, lino, lechería, producción ganadera,
por el nuevo cultivo de soja. Esto originó un cambio en el modelo productivo ganade-
ro, dado que las tierras de aptitud agrícola fueron utilizadas para la siembra de cultivos
anuales en sistemas altamente simplificados, de base puramente agrícola, mientras que
los sistemas de producción ganadera fueron confinados a pequeñas superficies (engorde
a corral o feed lot) o desplazados a regiones extrapampeanas. La producción ganadera pas-
toril, a campo, asociada a la producción agrícola, posibilita indirectamente la provisión de
servicios ecológicos que desaparecerían si la producción de carne se hiciese a corral y los
sistemas productivos se convirtieran en puramente agrícolas.
Dado que los modelos de producción agrícola y ganadera muestran una clara tendencia
a fragmentarse en el territorio, aún sin resentir la capacidad productiva, la pérdida de los
servicios ecológicos que ello implica queda enmascarada (Iermanó, 2015). De acuerdo con
Vazquez y Zulaica (2011) y Somoza, Vazquez y Zulaica (2018), en la actualidad, las empresas
multinacionales tienden a crear amplios mercados internacionales para un solo producto
(como es el caso de la soja), generando así las condiciones para la uniformidad genética del
espacio rural. Aunque un cierto grado de homogeneidad de los cultivos puede tener ciertas
ventajas económicas, posee dos inconvenientes ecológicos: primero, la historia demuestra
que un área extensa dedicada a un solo cultivo es muy vulnerable a un nuevo patógeno o
plaga y; segundo, el uso extendido de un solo cultivo lleva a la pérdida de diversidad genéti-
ca. Además, lo mencionado se traduce en impactos sobre agua y suelo por el uso intensivo de
agroquímicos, aumento de procesos erosivos, disminución y fragmentación de la biodiver-
sidad e impactos sobre la salud derivados de la contaminación asociada al uso de paquetes
tecnológicos cuyos efectos sociales y ambientales a largo plazo son aún desconocidos, uso
indiscriminado de derivados de combustibles fósiles, disminución de nutrientes en suelos
516 Patricia Vazquez, Laura Zulaica, Claudia Mikkelsen, Ailín Somoza y Mónica Sacido
(N, P y K principalmente), entre otros. Cuestiones a las que se deben sumar desde lo econó-
mico las dificultades de sostener la matriz productiva centrada en un único producto.
El partido de Tres Arroyos no escapa a lo mencionado anteriormente. Los impactos más
significativos tienen lugar en la UE2 que ha sido extensivamente modificada, para inten-
sificarse luego en UE1 y UE3.
En función de lo expresado, actualmente existe un consenso sobre la necesidad de al-
canzar una agricultura sustentable. La crisis ambiental y socio-económica de la agricul-
tura industrializada ha llevado al surgimiento de la Agroecología como enfoque teórico
y metodológico que pretende alcanzar la sustentabilidad agraria desde las perspectivas
ecológica, social y económica. La Agroecología ofrece las bases científicas y metodológicas
para las estrategias de transición hacia la construcción de un nuevo paradigma de desa-
rrollo y una agricultura sustentable, que se estima conveniente de introducir en las unida-
des ecológicas del partido de Tres Arroyos.
Consideraciones finales
Desde mediados de la década de 1990, y siguiendo las tendencias nacionales y regionales,
el partido de Tres Arroyos ha experimentado un proceso de expansión agrícola iniciado
previamente, pero potenciado a partir de la liberalización al mercado de la soja transgénica.
El estudio realizado muestra que, en 2002, las unidades ecológicas de Llanuras ondula-
das y suavemente onduladas (UE2), y la de Llanuras onduladas (UE1), que representan el
80% del partido, constituyen el área donde se inició y consolidó la expansión agrícola. En
relación con ello, permiten verificar que el mayor avance de la agricultura estaría asociado
con la implementación del doble cultivo (cereal/oleaginosa). Un segundo flujo expansivo,
evidenciado en la imagen de 2017, ocurrió en unidad de Llanuras planas y suavemente
onduladas (UE3). Las limitaciones de la unidad ecológica de Costas (UE4) impiden la in-
troducción de cultivos, con lo cual se mantiene estable.
La dinámica del proceso de agriculturización ha estado acompañada por un aumento en
los riesgos ambientales asociados en primer lugar al reemplazo de sistemas ganaderos basa-
dos en pastizales naturales y pasturas por sistemas agrícolas, por sistemas de estabulado, lo
que contribuye a la homogenización de los paisajes agropecuarios, con pérdida de diversidad
genética, impactos sobre agua y suelo por el uso intensivo de agroquímicos, aumento de pro-
cesos erosivos, aumento de malezas resistentes, pérdida de nutrientes, uso de combustibles
fósiles que contribuyen al cambio climático, pérdida de eficiencia energética, entre otros.
A partir del trabajo realizado, se destaca la necesidad de realizar estudios más profun-
dos que permitan clasificar las imágenes separando las clases de uso en las unidades eco-
lógicas definidas y estimar los impactos ambientales por cada uno de ellos. En este senti-
do, el análisis de los cambios en la cobertura y uso del suelo en las unidades diferenciadas
permitirá realizar una lectura de los distintos escenarios del proceso de agriculturización,
debido a que se evidencia que la expansión agropecuaria se manifiesta de manera dife-
renciada al interior del partido. En tal sentido se plantea pertinente generar bases para la
gestión ambiental del territorio en un futuro próximo.
Finalmente, señalar que el presente trabajo intenta contribuir con un primer diagnós-
tico que permita alcanzar un manejo ambiental apropiado del espacio rural y aportar al
ordenamiento territorial del Partido.
Zonificación ecológica y expansión agropecuaria en el partido de Tres Arroyos: un estudio... 517
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518 Patricia Vazquez, Laura Zulaica, Claudia Mikkelsen, Ailín Somoza y Mónica Sacido
Introducción
El siguiente trabajo propone una contribución al análisis sobre los estudios e investiga-
ciones referidos a la producción de hábitat rural. Concretamente, enfatizamos en procesos
de surgimiento y/o expansión de asentamientos rurales relacionados con cambios en la di-
námica productiva y laboral de ciertas actividades agrícolas. Por este motivo nos interesa
abordar las formas de acceso y producción de hábitat en parajes y asentamientos rurales,
tomando como caso de estudio la provincia de Misiones.
Nuestra investigación se centra en los asentamientos rurales en el nordeste de Misiones,
específicamente aquellos que se fueron desarrollando sobre la Ruta Provincial Nº 17 entre
las localidades de Pozo Azul y Bernardo de Irigoyen, en el límite entre los municipios de
San Pedro y Bernardo de Irigoyen. En lo que refiere a este trabajo, focalizamos el análisis
en una localidad llamada Dos Hermanas, que es parte representativa de este proceso de
expansión, acceso y autoproducción del hábitat. Se trata de un proceso de concentración de
viviendas que conforman pequeños aglomerados con ciertas características urbanas (como
la existencia de calles y de servicios), que resultan de procesos autogestivos de la vivienda de
la población local (mayormente trabajadores rurales y agricultores familiares de la zona).
En una parte significativa de este tramo, la ruta atraviesa grandes propiedades que han
sido epicentro de un conflicto por la tierra iniciado desde principios de la década de 1990
(Kostlin, 2005). Se trata de un área cuyo poblamiento responde a varios procesos -la ins-
talación de obrajes para explotación del monte nativo, el avance de la frontera agrícola
de la mano del tabaco, entre otros-, y que ha ido avanzando a partir de la ocupación es-
pontánea de tierras fiscales y privadas, principal vía de reproducción de la pequeña agri-
cultura (Schiavoni, 2008). Más recientemente, el conflicto por la tierra que dio lugar a
una Ley de expropiación en el 2004 dinamizó el proceso de ocupación y asentamiento de
la población en el área (Arzeno y Ponce, 2013). No solo se instalaron mayor cantidad de
productores tabacaleros, sino que el propio proceso de lucha dio lugar al surgimiento de
organizaciones campesinas que desarrollan la producción de alimentos para autoconsu-
mo y comercialización. Entre otros procesos de ocupación y transformación del espacio,
se destaca el asentamiento de los trabajadores y agricultores en áreas próximas a la ruta, al
tiempo que mantienen sus chacras en zonas más alejadas -patrón de asentamiento propio
de la dinámica de frontera agrícola, donde se alterna la residencia en un lugar accesible
con la actividad productiva más alejada, (Baranger y Schiavoni, 2005)-. Este proceso se ha
ido acentuando en la última década, en la medida que la ocupación y poblamiento de las
1 El siguiente trabajo se inserta dentro del programa (Des) ordenamiento territorial e inclusión socio-espacial: desafíos para
la agricultura familiar en el campo de las políticas públicas en Argentina. Estudios de caso. Financiado por la Universidad de
Buenos Aires, Programación científica 2016, UBACyT y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica,
PICT 2015-2440. Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Geografía “Romualdo Ar-
dissone”, Grupo de Estudios Geografías Emergentes.
520 Aymara Suyai Zanotti
tierras se fue consolidando y el Estado empezó a intervenir con algunas acciones de regu-
larización de la tenencia y programas productivos o de asistencia social (Arzeno y Ponce,
2013; Arzeno, Deheza, Muñecas y Zanotti, 2015). Sin embargo, el área está atravesada por
dinámicas económicas y productivas que exceden el ámbito local, incluso el provincial,
y que motorizan esta dinámica de ocupación y asentamiento. En particular cabe desta-
car dos procesos: por un lado, tal como analizaron Albertí (2015) y Schiavoni y Albertí
(2014) la conformación de un ejército de reserva de peones forestales que son reclutados
por empresas de Entre Ríos y Corrientes; se trata de una población que se ha nucleado en
torno a estos asentamientos en crecimiento, donde instalaron sus viviendas, al tiempo
que mantienen las chacras para la producción de alimentos para el autoconsumo y even-
tualmente el excedente para la comercialización, en los momentos en que no migran a la
forestación. Por otro lado, la expansión productiva de las empresas tabacaleras que, a tra-
vés de la agricultura de contrato que establecen con pequeños productores, van avanzando
territorialmente en la zona, dinamizando el proceso de ocupación. A esto cabe agregar la
consolidación de la población campesina organizada en torno a la lucha por la tierra, que
ha avanzado en la producción y comercialización de alimentos de forma incipiente.
Teniendo en cuenta los antecedentes, el contexto territorial específico y las dinámicas
productivas y laborales que se dan en este territorio, sumado a que el Estado provincial
tiene una participación activa en la producción de espacio habitacional en general y en
el proceso de regularización de la tenencia de la tierra; nos proponemos, en este trabajo,
caracterizar y estudiar las concepciones de vivienda y hábitat que tienen los principales
organismos estatales provinciales que intervienen directamente en estas cuestiones y el rol
que cumplen en los procesos de acceso y tenencia de la vivienda. Por otro lado, nos interesa
analizar las principales estrategias y mecanismos que se activan y surgen de la población
a la hora de autoproducir hábitat, específicamente en el proceso de ocupación de tierras
y en las formas de construcción de las viviendas. Para abordar estas cuestiones, trabaja-
mos en la sistematización de información proveniente de entrevistas a referentes claves2
realizadas en el trabajo de campo llevado a cabo en la provincia en septiembre de 2017 y el
análisis de fuentes periodísticas y documentos estatales.
Marco de referencia
Para avanzar en lo que refiere al estudio sobre la producción de hábitat y específicamen-
te en espacios rurales, partimos de considerar que es una idea sobre la cual no hay una
concepción acabada o cerrada. En nuestro caso, creemos pertinente pensar la producción
del hábitat como una forma concreta de producción de espacio material y simbólico, en
donde lo local y el lugar juegan un rol importante, dando características propias a ese
proceso. En este sentido, recuperamos la idea de Santos (2000) sobre los cuadros de vida,
entendidos como aquellos aspectos o realidades particulares de cada individuo que son
parte constitutiva de su ciudadanía, de esta forma, las soluciones buscadas para los pro-
blemas reafirman el sentido de lo particular del lugar. De esta forma, lo local y el lugar
2 Se entrevistaron a referentes del Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (IPRODHA), del programa Vivien-
da Rural como así también responsables del diseño y desarrollo del Programa Misionero de Urbanización 2016-2026.
En la localidad de Dos Hermanas, se realizaron entrevistas a referentes claves como dirigentes de Unión Campesina,
dirigentes políticos que tuvieron cargos en el Concejo Deliberante del municipio de Bernardo de Irigoyen, trabajado-
res del Centro de Salud de Dos Hermanas y vecinos con participación en la comunidad y que son protagonistas del
proceso de producción de hábitat.
Estrategias de acceso y producción del hábitat en asentamientos rurales de Misiones... 521
cobran vital importancia a la hora del análisis, no solo como contenedores del proceso que
se está estudiando, sino como un ‘espacio vivido’, como un conjunto de experiencias que
contienen todo un bagaje histórico y de prácticas previas que se revitalizan y toman fuer-
za a la hora de buscar soluciones a ciertas problemáticas (en este caso particular la de la
producción de hábitat), es decir, como una forma de resistencia y de reafirmar un modo de
vida. De esta manera, queremos remarcar lo particular del caso, por su contexto territorial
y por las formas que adopta la problemática del hábitat.
Tenemos en cuenta que esta problemática no solo se limita a la construcción de la vivien-
da, sino a otras dimensiones materiales y simbólicas que forman parte de la producción
del hábitat en un sentido amplio. Estas dimensiones, tanto materiales y simbólicas, se (re)
definen en el proceso de producción concreto y espacial específico. En este sentido, parti-
mos de considerar que no hay una única ni excluyente forma de producir hábitat. Es por
esto que, en este trabajo, al ser de carácter exploratorio, nos proponemos profundizar en el
análisis sobre una dimensión material del proceso de producción del hábitat, como es la
producción de vivienda (bajo condiciones concretas del caso) y una dimensión simbólica en
particular, como son las redes de solidaridad que se activan a la hora de producir hábitat.
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, consideramos a la vivienda como
un conjunto de servicios habitacionales que deben dar satisfacción a necesidades humanas pri-
mordiales: albergue, refugio, protección ambiental, espacio, vida de relación, seguridad, privaci-
dad, identidad, accesibilidad física, etc. Estas necesidades varían con cada sociedad y grupo social
y se definen con el devenir histórico. Tanto la producción de los servicios habitacionales, como la
política de vivienda, tienen lugar en una sociedad determinada, con una cierta organización social
y relaciones de poder. (Yujnovsky, 1984, p. 17)
En este sentido y haciendo referencia a los espacios rurales, consideramos que la vivien-
da se produce con una particularidad, fuertemente arraigada a las actividades económicas
agrarias, en donde existen casos en los que se comparten espacios productivos y de vivien-
da en un mismo predio o en otros casos la construcción de la vivienda está arraigada al
dinero ganado en actividades extraprediales. En lo que refiere a este trabajo, nos interesa
analizar aquellos procesos de producción de vivienda que se caracterizan por la participa-
ción de actores de forma organizada o individual, que contribuyen a la autoconstrucción
de los espacios habitacionales y que responden a prácticas, a priori, de subsistencia.
El proceso de conformación de asentamientos a través de la autoproducción de vivienda
(que englobamos dentro de la problemática del hábitat) en un contexto de disputa por la
tierra, aparece aquí no solo en cuanto a producción de espacio físico, a través de ‘prácticas
espaciales materiales’ (como la producción de viviendas y servicios urbanos), sino también
como un mecanismo de apropiación simbólica del espacio, una forma de vida, de sociabi-
lización y de habitar, dando forma al ‘espacio vivido’ como expresión de la resistencia coti-
diana y como una condensación de procesos que dan lugar a la configuración a ese hábitat
y por lo tanto del espacio. Asimismo, la producción del hábitat, analizando su dimensión
material y simbólica, puede contemplar distintos aspectos, como, por ejemplo: la auto-
gestión y autoconstrucción, siendo éste el caso de las personas que se hacen cargo de la
producción y edificación de su vivienda haciendo uso de los activos que disponen (Cuen-
ya, 1997). Esta autoproducción del hábitat conlleva muchas veces la única alternativa de
acceso a la vivienda en un contexto de mercantilización y producción privada, y en donde
muchas veces el Estado, específicamente hablando sobre la vivienda en ámbitos rurales,
lleva adelante políticas, que como vamos a analizar más adelante, son utilizadas por una
522 Aymara Suyai Zanotti
porción mínima de la población rural (solo aquellos que se encuentran más capitalizados
o poseen el título de propiedad de la tierra).
inversiones realizadas, resalta la idea de que los beneficiarios con viviendas nuevas y que
posean un salario por debajo del salario minino, paguen por las viviendas que el Estado
construye, así sea una población de muy bajos recursos, como una forma de “retribuir aque-
llo que el Estado invirtió” y también como una forma de “apropiación” de ese espacio3. Otras
de las maneras en que se podría observar una lógica rentista o mercantil en los programas
del Estado provincial, sería con la localización propuesta para aquellos grandes predios
de viviendas sociales, planificados de tal manera que se intentaría reducir costos en la
instalación de servicios como agua, luz, gas, etc. Esto, en principio no generaría oposición
por parte de los beneficiarios o de otros agentes que intervienen en el proceso de produc-
ción de vivienda, sin embargo, muchos de estos predios se piensan para zonas distantes
de las grandes centralidades (por una cuestión de costos e inversión), es por esto que en
un futuro sería interesante analizar hasta qué punto esa distancia es una dificultad en la
movilidad cotidiana que vive en estos lugares.
En lo que refiere a este organismo, en principio, nos interesa resaltar las formas políti-
cas en que se traducen algunas perspectivas sobre la vivienda y la tierra, y que entran en
dialogo con otras formas de producir vivienda desde la población, por ejemplo, la auto-
producción, y que en sumatoria hacen al proceso de producir hábitat. Es por esto, que a
continuación, presentamos algunas características generales del paraje Dos Hermanas y
cuestiones relevantes que hacen al contexto específico de la autoproducción de la vivienda.
del monte y también gente nueva de otras zonas de la provincia como Colonia Aurora, San
Vicente y de otras partes del sur provincial. Muchas de estas personas compran las mejoras
en la chacra. Por otro lado, en lo que refiere al crecimiento del último tiempo, creemos que,
sumado a lo anterior, también se da un proceso de concentración de la población en este
paraje por la oferta de servicios como la educación, teniendo en cuenta que gran parte de
la población recibe subsidios estatales, como la Asignación Universal por Hijo, que exigen
la asistencia de los beneficiarios a la escuela. Un buen indicador de todo este crecimiento
es el aumento de las matrículas escolares, sobre todo en las primarias.
Las tierras donde se localizan los lotes de los pobladores están mensuradas desde hace
treinta años, pero muchas no poseen título, solo algunas de ellas lograron regularizar por
completo la tenencia de la tierra. Según los relatos de los pobladores, el proceso de con-
centración y avance de la población se realiza: a) dentro de los lotes mismos de la familia
(muchas veces por el crecimiento de éstas); b) por la ocupación de lotes nuevos sobre un
sector que responde a tierras de reserva municipal; c) sobre tierras privadas del IPRODHA;
o d) por la compra de pequeños loteos en chacras sin mensura ni título, todos estos pro-
cesos de ocupación de tierras se profundizarán en el próximo apartado. En lo que refiere
a la vivienda, en general, responden a procesos autogestivos, muchos de los cuales se ven
favorecidos gracias a las redes de contacto4 en la localidad, por ejemplo, la compra de ma-
teriales a conocidos o la construcción de las casas con ayuda de familiares y cercanos.
También nos resulta de interés mencionar aquellas políticas públicas de vivienda que
tuvieron lugar de desarrollo en estos asentamientos, entre otros dentro de la provincia.
En su mayoría estas políticas ya fueron ejecutadas y en lo que respecta a nuevos planes a
ejecutarse, estarían siendo afectados por el nuevo Programa Misionero de Urbanización
2016-2026, anteriormente analizado. Se ejecutaron cuatro programas de vivienda en la
localidad, de los cuales tres estuvieron destinados a la mejora y ampliación de la vivienda:
Plan techo, Mejor Vivir y Vivienda progresiva y el otro a la construcción de un barrio de vivien-
das sociales ejecutado por el IPRODHA. Es importante señalar que estos programas de
vivienda en parte estarían supeditados a poseer el título de la propiedad, que en el caso de
Dos Hermanas es casi inexistente. A pesar de que en su mayoría los lotes están mensura-
dos, solo algunos vecinos pudieron adquirir el título de propiedad o el permiso de ocupa-
ción otorgado por el municipio.
A continuación, presentamos las principales trayectorias laborales de la población local
y que a nuestro entender nuclea los mecanismos económicos a través de los cuales la po-
blación accede a la compra de materiales para la construcción de la vivienda y esto a su vez
activa otros mecanismos simbólicos de producción de hábitat. Por un lado, una parte de
la población que vive en este paraje se emplea en el raleo forestal que se lleva a cabo en Mi-
siones, Corrientes y Entre Ríos. Este tipo de actividad por contrato temporal les permite a
muchos de los habitantes combinar el trabajo en la chacra, dedicado al autoconsumo, con
trabajo asalariado. En trabajos de Albertí (2015) y Schiavoni y Albertí (2014) se analizan
las migraciones de los trabajadores forestales del nordeste de Misiones, específicamente
Dos Hermanas, que trabajan en las plantaciones de eucalipto en las provincias de Corrien-
tes y Entre Ríos. Recuperamos estos trabajos para indagar, en el trabajo de campo, sobre
las opciones laborales de la población. Se reconoce que, en este pueblo, gran parte de la
4 En esta localidad existen dos corralones de materiales que pertenecen a las primeras familias del lugar, esto facilita
el fiado de materiales a pesar de que se reconoce que no se le entrega materiales con crédito o pago posterior si no son
conocidos y de confianza.
Estrategias de acceso y producción del hábitat en asentamientos rurales de Misiones... 525
población masculina migra temporalmente, es decir por 45 días, al raleo forestal, siendo
este uno de los principales ingresos salariales que tiene la familia. Según los referentes
claves, esta actividad sigue siendo la principal vía de acceso al salario que tienen las fami-
lias, a pesar de que en el último tiempo mermó la cantidad de trabajadores que migran al
raleo para trabajar en actividades que se encuentren en la zona, como trabajos en chacras,
comercios, etc. Uno de los principales motivos en el retraso en la migración o la decisión
de no migrar, en parte, se justificaría por el acceso a la educación media. Sumado a las
actividades asalariadas en el raleo, parte de esta población mantiene una chacra para la
producción de alimentos para el autoconsumo, es decir que destinan una parte de su tiem-
po al trabajo parcial asalariado y otro tiempo para la agricultura de subsistencia (Baran-
ger y Schiavoni, 2005). En muchos casos, este predio productivo se localiza en un espacio
distinto al lugar en donde se edifica la vivienda, éstas, a su vez, se encuentran próximas a
la ruta y a los servicios, sobre todo a las escuelas. Por otro lado, aquellos varones que no se
emplean en la forestación, tienen trabajos en la zona, vinculados a la agricultura y trabajos
extraprediales. Las parejas o esposas de los trabajadores forestales y agrarios de la zona se
emplean en sus chacras donde producen alimentos y/o como empleadas en comercios en
Dos Hermanas o en Bernardo de Irigoyen.
Según informan referentes claves, en los últimos diez años se pudo observar un creci-
miento y concentración de la población de manera notoria, sumando a las causas anterio-
res y de manera co-constitutiva, se ha notado el crecimiento del mercado interno. En gran
parte, esto se justificaría a partir de la circulación de dinero que llegó con las jubilaciones
(en muchos casos sin aportes) y por la Asignación Universal por Hijo. Muchos de los re-
ferentes que fueron entrevistados reconocen que estos dos ingresos dieron un impulso
interesante al mercado interno y que también motorizó el crecimiento y concentración de
la población en Dos Hermanas.
A continuación, proponemos analizar las principales estrategias que hacen concreta-
mente a la producción de espacios habitacionales y que serían acciones y reacciones en el
espacio de muchas de las dinámicas económicas y territoriales que atraviesan este asenta-
miento y a la población que lo habita.
Reflexiones finales
A lo largo de este trabajo se recorrieron distintas dimensiones que hacen a la producción
del hábitat y las formas de transformar el espacio. Queremos en primer lugar, reflexionar
sobre algunas cuestiones teóricas para dejar planteados ciertos interrogantes. Sobre la
idea de producción del hábitat, desde la geografía, creemos que es una categoría que no
está cerrada, al contrario, hay múltiples interpretaciones sobre ella. En lo que respecta a
nuestro trabajo, nos resulta útil pensarla como una categoría que contiene varias dimen-
siones, materiales y simbólicas, que la conforman y que hacen a un todo, nos resulta esca-
so acotar la cuestión solo a la construcción de la vivienda, sino por el contrario, creemos
que ese es el puntapié para desarmar y armar una red de dinámicas territoriales que atra-
viesan lo complejo de este caso. En particular, la cuestión del hábitat en espacios rurales,
su funcionalidad y rol, son cuestiones para seguir indagando en un futuro.
Sobre el rol del Estado y las políticas habitacionales que emplea, creemos que el sentido
que se le da a la vivienda se piensa desde una lógica de mercado y se aleja de las prácticas
simbólicas que construyen las formas de habitar el espacio. Particularmente los programas
destinados a espacios rurales distan de poder solucionar el acceso a la tierra y a la vivienda,
en principio porque se piensan para productores más capitalizados que con los que trabaja-
mos, y, por otro lado, para población que ya posee el título de la tierra. También queremos
remarcar, que, en parte, se planifican las cuestiones de vivienda rural desde una lógica urba-
na, en donde muchas veces los ingresos por salario fijo representan el grueso de los ingresos
y la funcionalidad de las viviendas responden a las necesidades propia de la vida urbana.
En lo que refiere estrictamente a la localidad de Dos Hermanas, tenemos varias cues-
tiones sobre las cuales reflexionar. En primer lugar, sobre las trayectorias laborales y su
funcionalidad a la hora de construir espacios de vivienda. Consideramos que la migración
temporaria da una característica singular a este lugar, otorgándole un valor especial a la
vivienda, no solo por la inversión generada sino también por el valor simbólico, ya que
también es el espacio en donde se afianzan los vínculos. Por otro lado, es parte constituti-
va de la autogestión del hábitat, que va desde la ocupación de la tierra, la construcción de
las primeras casas de madera hasta asentarse a través de la construcción de viviendas de
materiales. Desde otro punto de vista, se afianzan las redes de contactos y relaciones, que
se activan a la hora de trabajar en la construcción.
La autoconstrucción y autogestión del hábitat, no es un hecho deliberado en el sentido
más tácito de la palabra, pero si son prácticas consientes, sin embargo, están tan natura-
lizadas en el accionar cotidiano, que representan las formas más viables y posibles para
poder acceder al hábitat. Lo interesante de esta cuestión, es que reconocen en el lugar par-
ticular la posibilidad, es decir en donde se dan todas las condiciones posibles, para poder
llevar a cabo estas formas de acceso al hábitat.
Teniendo todas estas cuestiones en consideración, y siendo conscientes que este trabajo
es preliminar y como resultado de los primeros trabajos de campo exploratorios, cree-
528 Aymara Suyai Zanotti
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Estrategias de acceso y producción del hábitat en asentamientos rurales de Misiones... 529
Desarrollo
La conceptualización de espacio y lugar ha adquirido nuevos matices en los recientes
trabajos geográficos. Algo similar puede decirse en relación a la conceptualización de gé-
nero en los trabajos teóricos del feminismo. En esta parte del trabajo intentaremos plan-
tear ideas de algunos estudiosos preocupados no solo por estas categorías sino por las
relaciones que surgen entre ambos campos del conocimiento.
La mayoría de los trabajos sobre las ciudades contemporáneas son abordados desde el
funcionalismo, es decir, prima la preocupación por las transformaciones significativas
2 Concepto que se utiliza para referirse a un sistema sociopolítico en el que el género masculino y la heterosexualidad
tienen supremacía sobre otros géneros y sobre otras orientaciones sexuales. Es una de las facetas de análisis feminis-
tas interseccionales usados para explicar la estructura social moderna, basada en un sistema jerárquico de fuerzas de
poder y opresión entrelazadas
El movimiento de mujeres interpelando a la sociedad en el espacio urbano. El caso del... 537
uno de los tantos colectivos de mujeres contra la violencia machista. Surgió de la necesi-
dad de decir ‘basta de femicidios’. La convocatoria nació de un grupo de periodistas, acti-
vistas, artistas, pero creció cuando la sociedad la hizo suya y la convirtió en una campaña
colectiva. Al sumarse miles de personas, cientos de organizaciones en todo el país, escue-
las, militantes de todos los partidos políticos, el Ni Una Menos instaló en la agenda pública
y política las principales demandas de los feminismos.
del partido oficial (macrismo). El principal punto de encuentro fue nuevamente la Plaza
del Congreso, en la ciudad de Buenos Aires, y varias localidades y ciudades de Argentina.
Se estimó la asistencia de 200.000 personas.
El 19 de octubre de 2016, el colectivo Ni Una Menos, junto a otras 50 organizaciones femi-
nistas y de mujeres, convocó al ‘Paro de Mujeres’. La iniciativa planteó un paro de activida-
des de una hora (entre las 13:00 y las 14:00), y también una marcha hacia la Plaza de Mayo.
Miles de mujeres en todo el país suspendieron sus actividades. Muchas se vistieron de negro,
siguiendo una consigna que se generó en las redes sociales. Pasadas las 17:00 horas, una
gran cantidad de personas se concentró en el Obelisco y comenzaron a movilizarse hacia
la Plaza de Mayo, portando carteles en los que pedían el fin de la violencia de género. Este
reclamo fue coincidente en otros lugares del mundo, expresándose en más de 80 puntos.
Unos meses después, el 8 de marzo de 2017, se realiza el ‘Paro internacional de mujeres’
que movilizó nuevamente a miles y miles de personas que quieren ponerle fin al machis-
mo en todas sus formas: se reclamó por el fin de la violencia física, verbal, psicológica,
obstétrica, económica, sexual, institucional, simbólica y laboral hacia toda mujer. En esa
oportunidad se dio a conocer que la cantidad de femicidios registrados durante el período
2008-2016 fue de 2.384 casos; y que durante el año 2016, en Argentina asesinaron cada 30
horas a una mujer solo por ser mujer.
Durante el año 2017 se sumaron marchas y concentraciones contra la violencia hacia las
mujeres en otros países: Chile, Uruguay, Perú y México.
El 3 de junio de 2017 se realizó la tercera marcha consecutiva organizada por el colecti-
vo Ni Una Menos, esta vez bajo la consigna ‘Basta de femicidios, el gobierno es responsable’.
El acto central se realizó en Buenos Aires, con una marcha hacia la Plaza de Mayo y en
más de ochenta ciudades argentinas. También se realizó en Montevideo (Uruguay). En
esa oportunidad, Ni Una Menos y diferentes organizaciones sociales elaboraron y dieron
lectura a un documento pidiendo “basta de violencia machista y complicidad estatal” con
fuertes críticas al gobierno por los presos políticos, en su mayoría mujeres, y por el gran
endeudamiento (u$s 77.000 millones en dos años de gestión) que “empobrece sobre todo a
las mujeres y a nuestros hijos”, aumentando la fragilidad y la violencia. Otro fuerte recla-
mo fue y es la despenalización inmediata del aborto.
Para el momento en que se está escribiendo este artículo se encuentra en preparativos
el ‘Paro Internacional de Mujeres’, “Las mujeres pararemos nuestro consumo, el trabajo
doméstico y los cuidados, el trabajo remunerado y nuestros estudios, para demostrar que
sin nosotras no se produce, y sin nosotras no se reproduce”, dice una de las convocatorias
al paro de este año, que se hace en el Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo de 2018.
Participarán más de 80 países.
El proceso iniciado por el colectivo Ni Una Menos en los tres últimos años -previamente
descrito de manera muy breve-, ha permitido visibilizar de forma masiva las principales
demandas de políticas públicas que afectan a mujeres e identidades de género disidentes
sobre la violencia machista y los femicidios, en particular, y por la igualdad de derechos y
de oportunidades en todos los niveles, en general. Hay coincidencia con Mariana Enríquez
cuando expresa en el prólogo al libro ¿El futuro es feminista? (2017):
Después de la primera movilización de Ni Una Menos los encuentros, los foros, los mensajes, los
chats, los muros de Facebook, las calles, las reuniones, todo se convirtió en una hiperasamblea
donde se labraron amistades y disgustos, donde se tomaron posiciones. Los temas a discutir son
muchos y todos relevantes no sólo para las mujeres sino para la política en general. (p. 14-15)
540 Mónica Colombara y Ana Karina Laguna
En este sentido, un factor a destacar es el rol que cumplen varias de las integrantes del
colectivo quienes se desempeñan en diferentes medios de comunicación (gráficos, televi-
sivos, radio, entre otros) y/o son referentes del mundo de la cultura (actrices, escritoras,
dibujantas, etc.) y de la academia, de manera tal que los temas de la agenda feminista son
tratados, analizados, trabajados, denunciados diariamente, en otras palabras, son ‘visibi-
lizados’, e instalados en la sociedad.
Asimismo, hay que destacar el rol que cumplen las redes sociales en este proceso dándole
mayor alcance y dinamización, las tecnologías de la web 2.0, la constitución de blogs y/o
páginas web que replican y/o generan información sirven de apoyo para la difusión de con-
tenidos, contribuyen a la toma de conciencia y llegan a desempeñar un papel crítico en la
determinación de la agenda política. Resulta interesante considerar que la representación
cartográfica de los femicidios (Figura 1) o de los lugares de encuentro en el caso de mani-
festaciones (Figura 2), también dan lugar a una mayor participación social.
Figura 1. Lugares de la Convocatoria al Paro de Mujeres 08/03/2018
Fuente: http://parodemujeres.com/map-of-events/http://bit.ly/womens-stricke-map
Fuente: https://www.google.com/maps/d/viewer?mid=1hW6hvJ_PH5reiwriolif4qizeZs&hl=en_
US&ll=-31.684475631440456%2C-62.175858025000025&z=5
El movimiento de mujeres interpelando a la sociedad en el espacio urbano. El caso del... 541
La apropiación del espacio urbano público para la protesta y la demanda de políticas pú-
blicas por parte no solo del colectivo Ni Una Menos sino también de diferentes expresiones de
otros colectivos feministas son muestras del proceso de empoderamiento que miles de mu-
jeres adquieren y expresan en el espacio público en ejercicio de sus derechos y de ciudadanía.
Es reconocido que en América Latina -y en general en los países del sur- las mujeres
tienen desde hace varias décadas un protagonismo mayor en las luchas sociales y en los
procesos de autoorganización colectiva.
Al relacionar las categorías género y lugar debemos tener en cuenta que las actuaciones
sociales, entre ellas un amplio espectro de interacciones en múltiples lugares y situaciones
-por ejemplo, en el trabajo, la casa, la plaza, la calle, el bar o el gimnasio- y las distintas for-
mas de pensar y representar el lugar y el género se relacionan entre sí y se crean unas a otras.
La literatura científica en la que se explora la experiencia de las mujeres a partir del rol
que desempeñan cuando hacen presencia en el espacio público es escasa. Es necesario con-
tinuar con la observación sistemática de la vida de las mujeres en el espacio urbano, para
poner de manifiesto la variedad de actividades que realizan y la diversidad de ejes en torno
a los que se organizan: el trabajo, la recreación, la vida familiar, y, muy especialmente las
protestas, marchas y manifestaciones en las ciudades y pueblos como forma de visibilizar
sus demandas ante el poder político y la sociedad en general, en busca de respuestas a la
violencia de género y los femicidios en especial. De esta manera, es posible conjeturar que
el espacio público, constituye no solamente un espacio físico sino también una realidad
material socialmente construida. Todos y todas actuamos como nos dictan nuestras ideas,
que siempre responden a una creación cultural y están histórica y espacialmente situadas.
Conclusión
Este breve trabajo pretende presentar un tema de la agenda política feminista: el incre-
mento de la violencia de género y los femicidios y la respuesta de los feminismos y del mo-
vimiento de las mujeres. Sus efectos generan grandes transformaciones en la subjetividad
de las mujeres. Asimismo también modifican la forma de interpretar los espacios públicos
y lugares y nos obligan a repensarlos teóricamente desde la praxis política feminista.
Reiteramos -tal como planteamos al comienzo- que estas experiencias proponen repen-
sar el espacio, repensar el lugar, repensar la geografía a la luz de las relaciones sociales, de
género y de producción. Preocuparnos por entender a la geografía no solo en términos de
relaciones sociales, sino, además, en términos de relaciones de género.
Cuando las mujeres manifestamos masivamente nuestras demandas, el simbolismo co-
lectivo se manifiesta en la ciudad, allí es donde el poder se hace visible. En ese espacio la
sociedad desigual y contradictoria puede expresar sus conflictos; la expresión del conflic-
to permite que nos sintamos ciudadanas, con derechos.
Por otro lado, hacemos nuestras las palabras de Dora Barrancos (2014, p. 8) cuando dice
que “lo que importa es el reconocimiento de sí, la adquisición de nuevas sensibilidades
y sentimientos sobre la propia existencia, el salto formidable de dejar el sometimiento y
conquistar, con la autonomía, planos de mayor dignidad”.
Las movilizaciones generadas, promovidas por las comunicadoras del colectivo Ni Una
Menos muestran una enorme y comprometida respuesta de participación, de ellas y de gran
parte de la sociedad, en las calles y plazas de muchas ciudades y pueblos de nuestro país.
Hay preocupación y necesidad urgente de poner en marcha acciones coordinadas que ata-
542 Mónica Colombara y Ana Karina Laguna
quen el problema desde el origen de la cultura machista, desde las mínimas expresiones
de la violencia hasta la mujer golpeada y/o femicidio. Para eso el Estado, los poderes reales,
junto a la ciudadanía deben sumarse al esfuerzo realizado por las organizaciones de muje-
res, feministas, ONGs y personas comprometidas que trabajan en esto desde hace tiempo.
También tomamos palabras de Claudia Korol (2016) cuando expresa en un reportaje
“no creo que sea un acto definitivo, pero sí un momento de toma de conciencia de la socie-
dad que condena a la violencia y a la impunidad”.
Y no olvidemos las de Rita Segato (2017) cuando en una entrevista periodística expresa que
la única alternativa frente a esta guerra contra las mujeres es el encuentro de las subalternidades
y la celebración, incluso cuando la reunión sea por pedido de justicia de un femicidio o por el
esclarecimiento de crímenes contra la impunidad y complicidad mafiosa. El afecto y la alegría no
deben estar ausentes en las reuniones de mujeres. Los encuentros, las manifestaciones, las con-
vocatorias, deben oficiar y constituirse en campos de resistencias y redes de contención, ya que
los movimientos emancipatorios de mujeres describen en sus cartografías la condición política
de un espacio territorial y creativo.
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menos
Kume Felen: el derecho al buen vivir. La dimensión
espacial en la resistencia de las mujeres mapuche
Celia Amanda Coultas
Introducción
El análisis de caso sobre la defensa territorial de las mujeres mapuche se desarrolla a
través de dos hipótesis. La primera establece que las mujeres mapuches al ser las mayo-
res responsables de la preservación de la identidad cultural, el mantenimiento del lazo
social y el vínculo con la tierra, son sistemáticamente atacadas y perseguidas de modo
que sea más sencilla la apropiación de los recursos económicos vinculados al ambiente
por parte de grupos multinacionales. La segunda, subsidiaria de la primera, señala que la
persecución sobre el colectivo femenino de estas comunidades ha tenido una continuidad
histórica, en función de la importancia del mismo. Ésta se ha ido desarrollando, en el
contexto de distintos intentos de usurpación territorial, llevados adelante primero por los
conquistadores españoles, luego en la campaña militar de exterminio de pueblos origina-
rios a mediados-fines del siglo XIX y finalmente en la actualidad, a través de las políticas
económicas neoliberales, al considerar al territorio como un objeto más de consumo.
El objetivo fundamental del presente trabajo es investigar el intento de apropiación del
espacio, para modificar su uso, desde una mirada geográfica y de género. Es decir: intro-
ducir desde la perspectiva del Ecofeminismo en la Geografía una novedosa modalidad de
análisis que incluye la mirada que tiene sobre su territorio el colectivo femenino mapuche.
Este análisis permitirá poner el acento en la diversidad, más que en las generalizaciones,
en la multiculturalidad, más que en el reduccionismo con pretensiones universalistas y la
preservación del desarrollo y continuidad de la vida más que el crecimiento como mero
aumento del capital. El análisis del trabajo se realizará a través del método cualitativo:
ya que el mismo se adapta a estudios de pequeña escala como es el presente, y poniendo
énfasis en la descripción de las cualidades del fenómeno. El mismo se realizará a través del
análisis bibliográfico de estudios realizados desde la antropología y la historia.
Desde una perspectiva de género, se estudiarán las relaciones que la comunidad mapu-
che tiene con el espacio que habita y, específicamente, la posición que ocupan las mujeres
en su comunidad, su relación con los hombres, la participación en la toma de decisiones y
su involucramiento en los problemas sociales.
Posteriormente se propone examinar un caso: el juicio penal por intento de homicidio,
al que fue llevada Relmu Ñanku por la justicia Argentina, en el momento de defender la
ocupación de las tierras de su comunidad por parte de la petrolera canadiense Apache. Se
expondrá la intención de apropiarse de tierras y recursos, por medio de multinacionales,
para luego llevar adelante distintos niveles de negocios. También se explicitarán los efec-
tos que dichos emprendimientos producen: la apropiación y el despojo de las tierras de
las comunidades que ancestralmente las habitan como las consecuencias negativas del
cambio de uso del suelo como son la contaminación de recursos vitales y la pérdida de
biodiversidad. El análisis de este caso permitirá poner énfasis en algunos conceptos esen-
546 Celia Amanda Coultas
2 El censo 2010 de Argentina estima en cuanto a los pueblos originarios un total de 955.032 personas (Censo Indec 2010).
Este dato señala un incremento de dicha población que se reconoce como tal del 59% si la comparamos con la encuesta
Complementaria de Pueblos Indígenas 2004-2005 (ECPI), que dio una cifra de alrededor de 600.000. (García Vázquez, 2014)
548 Celia Amanda Coultas
lugar que históricamente han ocupado, un medio para la acción y un vínculo para generar
una praxis transformadora no solo para reivindicar su cultura sino también y fundamen-
talmente sus saberes y derechos sobre la tierra. Esta resistencia no debe ser tomada como
una simple oposición de carácter negativo, sino estudiada como un movimiento crítico
y positivo. Esto puede abordarse a partir de un eje que claramente marca el contrapunto
entre el universalismo homogeneizante de la ciencia sometida y dirigida por el capital,
que reduce toda existencia a nivel de mera mercancía, en contraposición al rescate de las
particularidades que permiten reconstituir una dimensión humana de la existencia y que
se expresan básicamente a través de ese concepto fundamental: la diversidad.
Finalmente, otro concepto central será el de invisibilización. El mismo, analizado am-
pliamente por la Sociología, es utilizado para designar una serie de mecanismos culturales
que lleva a omitir la presencia de un determinado grupo cultural. Afectan principalmente
a grupos sociales sujetos a relaciones de dominación, como las mujeres, las minorías, los
pueblos no europeos. Suelen estar relacionados con procesos destinados a imponer la su-
perioridad de un grupo social sobre otro y en este particular la creación de sentido (García
Vázquez, 2014). Para generar dicho efecto se verá en el caso a analizar, cómo actúan el ca-
pital y el Estado, articulados a través del dominio de la comunicación y la producción de
sentido tendiendo a desvirtuar, desnaturalizar y fundamentalmente a invisibilizar por un
lado el accionar destructivo del capital y por otro las formas de resistencia que se preten-
den implementar, para minimizar o neutralizar estos intentos.
Espacios en resistencia
El presente análisis abarca una extensa porción del territorio argentino ubicado al su-
roeste del paralelo 38ºS y hasta el 44ºS, abarcando las provincias de Neuquén, Río Negro
y Chubut (Imagen 1). La elección del área se debe a que en ella se registraron episodios de
resistencia significativos: es lugar de asiento y convivencia de distintos lof mapu y donde
se podrán observar los distintos aspectos, en los que las prácticas extractivas propias del
neoliberalismo económico producen una sistemática destrucción del ambiente. En este
punto es necesario aclarar, que en relación a las exigencias del presente trabajo, se limitará
el análisis de uno de los casos exclusivamente, producido en el lof mapu Wilkun-Newen, ubi-
cado en la localidad de Portezuelo, a 30 km de Zapala en la provincia de Neuquén3.
Se destaca la importancia que el espacio analizado tiene en relación a los recursos na-
turales: es un área de recursos hídricos, utilizados tanto para el riego como para la pro-
ducción de energía eléctrica. Por otra parte, el sur de Neuquén junto con Río Negro forma
parte de la zona petrolífera y gasífera más importante de Argentina (Chiozza y Figueira,
1981). En dicha zona se encuentra el yacimiento de Vaca Muerta, la principal formación de
shale de la Argentina con gran potencial por sus características geológicas y su ubicación
geográfica (YPF, 2013). Se agrega además la minería, en especial la extracción a cielo abier-
to de oro4. Constituye también un espacio de turístico por excelencia. En la actualidad,
3 Los otros espacios de resistencia señalados en el mapa están referidos a la tenencia de la tierra: el caso de Fidelia Aypa-
llán y el estado provincial en el Bolsón, Rosa Nahuelquir y la multinacional Benetton en Leleque, Moira Millán y el Es-
tado nacional en la cuenca del río Carrenleufú y Cristina Lincopan y la petrolera Apache en la comunidad de Gelay Ko.
4 En Esquel en el año 2003, por medio de una votación democrática, se dijo no a este tipo de mega emprendimientos.
El 82% de los votantes se pronunció en contra de la megaminería y el uso de cianuro. El Concejo Deliberante, a conse-
cuencia sancionó la Ordenanza Nº 33/2003, que declaró a Esquel municipio no tóxico y ambientalmente sustentable.
(Consejo Deliberante Esquel, 2003)
Kume Felen: el derecho al buen vivir. La dimensión espacial en la resistencia de las mujeres mapuche 549
Fuente: Google Earth. Datos de estimación personal de la ubicación de los lof mapuche y otras áreas de conflicto
5 En su elección todos participan: ancianos, mujeres, hombres niños. En general es un cargo que ha sido ocupado
mayoritariamente por hombres, pero también las mujeres están habilitadas si son elegidas para ejercerlo.
550 Celia Amanda Coultas
6 En Los vengadores de la Patagonia Trágica (1972), Osvaldo Bayer indica que 42 millones de hectáreas fueron entregadas
a 1.800 estancieros de la Sociedad Rural, organización que cofinanció la Campaña contra los pueblos originarios. El
resultado de la misión militar fueron 14.000 indígenas muertos y otros de 14.600 tomados como esclavos.
7 Hacia 1870 los habitantes originarios de la región de La Pampa y la Patagonia argentina eran unos 30.000. Al fina-
lizar la invasión se los despojó de su tierra y se las incorporó al territorio nacional. En seis años habían muerto más de
2.500 indígenas. Los prisioneros (alrededor de 14.000) fueron confinados en reservas o trasladados para servidumbre
(Bandieri, 2000).
8 Así en el artículo 75, inciso 17, que reemplaza a la norma constitucional de 1853 se establece: “Son atribuciones del Con-
greso de la Nación: Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto
a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades
y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas
y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o
embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten.
Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones” (Constitución Nación Argentina, 1997, p. 27).
Kume Felen: el derecho al buen vivir. La dimensión espacial en la resistencia de las mujeres mapuche 551
administrativos y religiosos. Desde tiempos históricos han existido lonkos femeninas9. Por
otra parte, existe otro rol de autoridad esencial que es la machi. Miguens (2001) señala que
en esta forma de organización social, aparentemente masculina, la mujer tenía un rol
fundamental, el chamanismo, las machi, son mujeres (hay quienes afirman que también
puede ser ejercido por homosexuales), que desempeñan tareas de diagnóstico y cura de
enfermedades, interpretación de sueños y comunicación con fuerzas sobrenaturales.
El contacto de este pueblo con la cultura occidental europea produce dos cambios cul-
turales importantes. El primero con los españoles; si bien los mismos no pudieron impo-
nerse como autoridad territorial, la introducción del caballo y su asociación con el hombre
modificó el rol desempeñado por la mujer en sus comunidades10. El segundo cambio cul-
tural se produce en la actualidad, cuando muchas referentes de la comunidad señalan la
necesidad de cambio en relación al exclusivo rol de las mujeres mapuche de transmitir la
cultura. En 2008, en el primer foro de Mujeres Indígenas, sus dirigentes expresaron:
Por siglos, ha recaído sobre nuestros hombros por voluntad propia u obligadas por las circuns-
tancias históricas de nuestros pueblos el sostén no solo de nuestras familias, sino también de
salvaguardar nuestras culturas, hemos sido las responsables de que los valores y principios se
mantengan vivos en nuestras culturas. Por esto hemos tomado la decisión de ser sujetas activas y
protagonistas de la historia y dejar de ser objetos folklóricos. (Declaración, 2008, p. 1)
La resistencia
Aranda (2015) para Amnistía Internacional, dio cuenta de la existencia de 183 conflictos
de las comunidades originarias de nuestro país que tienen en relación a sus territorios11.
El 28 de diciembre del año 2012, en el paraje Portezuelo Chico, a 30 kilómetros de Zapala,
Neuquén, cuando los miembros de la comunidad bloqueaban un establecimiento petrolero
9 Janequeo en 1587 derrotó al invasor español y se constituyó en jefa máxima. En el presente es más común la elección
de una mujer como lonko mapuche (Zúñiga, 2001)
10 Empezó a dedicar más tiempo a las tareas de su grupo familiar, sustituyendo el caballo su función de traslado de los
enseres domésticos. Cambiaron las formas de caza, ya que el territorio se expandió y se fortaleció el cacicazgo. La mirada
misógina del conquistador se impuso y las mujeres sufrieron desde ese momento, por obra de los jefes tradicionales que,
a fin de mantener su poder, y una mejor relación con los españoles, comenzaron a asumir la propiedad de las tierras
comunales y a expropiar a las integrantes femeninas del uso de la tierra y de sus derechos sobre el agua (Miguens, 2001).
11 En una página denominada Territorio Indígena, confeccionada con el fin de visibilizar los mismos, están mapeados
y con una muy breve explicación de los derechos vulnerados en cada caso por diferentes empresas multinacionales
y/o locales. Es de esta página que se tomó el relato de los sucesos y el juicio llevado adelante contra Relmu Ñamku.
Recuperado de http://www.territorioindigena.com.ar/?tipo_conflicto=1.
552 Celia Amanda Coultas
de la empresa Apache (multinacional canadiense, con sede en Texas, Estados Unidos) llegó
una orden judicial para desalojarlos. La comunidad da cuenta que en el momento de los
hechos estaban enterrando a una niña nacida con malformaciones, que según estudios
médicos se debieron a la contaminación ambiental producida por el fracking. En ese con-
texto, la auxiliar de justicia Verónica Pelayes llegó hasta la comunidad e intentó notificar
que se debía permitir el paso de la petrolera. Estaba acompañada por policías, guardias de
seguridad de la compañía, empleados de la empresa, camionetas y una retroexcavadora.
Las piedras fueron la única forma de frenar ese avance. Verónica Pelayes sufrió una herida
en el rostro, con rotura de tabique. De inmediato la comunidad pidió disculpas y responsa-
bilizó al poder judicial, funcionarios políticos y a la petrolera. La fiscalía imputa a Relmu
Ñanku de homicidio agravado, y a otros dos compañeros de lesiones graves: “Es la primera
vez que una piedra, que además no está demostrado que haya sido arrojada por Relmu, es
considerada tentativa de homicidio”, explicó el abogado de la acusada, Kosovsky (Aranda,
2015). El juicio tuvo siete audiencias y, tras la deliberación, el jurado encontró a la acusada
“no culpable” de los delitos de lesiones graves y daño agravado (Diario Página 12, 2015).
Estas son algunas de las declaraciones de Relmu en el juicio: “Muchas luchas están
lideradas por mujeres porque cuando se pone en riesgo la vida de nuestros hijos, somos
nosotras las que salimos a defenderlos” (Diario Página 12, 2015). “En el banquillo de los
acusados debieran estar los gerentes de las petroleras, el gobernador y sus ministros, y
algunos funcionarios del Poder Judicial. Pero estoy yo, por ser pobre, india, mapuche, y
mujer”, denunció Ñamku. “Estoy muy feliz, festejando. Esto marca un precedente, pudi-
mos sacar a la luz la voz de los pueblos originarios” (Aranda, 2015).
Este juicio llevado adelante con fines de disciplinamiento tuvo ciertas particularidades:
en principio la instauración de un juicio por jurados, y entre los mismos la presencia obli-
gatoria de mujeres y representantes de la comunidad en partes iguales12. Se constituyó así el
primer jurado Intercultural de América Latina: conformado por seis mapuches y la traduc-
ción simultánea al mapudungun, el idioma oficial del pueblo. Esta conformación permitió la
presentación del caso en su real dimensión: por un lado, que se trataba de la discusión de los
derechos de los indígenas y no como lo presentó la fiscalía como una mujer tratando de tirar
una piedra para asesinar a otra. Eso causó un gran impacto en el mundo y, según Kosovsky,
“Argentina cortó de cuajo con la discriminación por género” (Diario Página 12, 2015).
12 En el caso de Neuquén, el artículo 19 de la Ley Nº 2784 especifica: “En los procedimientos se tendrá en cuenta la
diversidad étnica y cultural”. Luego, en el 198 en el que se determina la forma de selección del jurado, dice: “El jurado
deberá quedar integrado, incluyendo los suplentes, por hombres y mujeres en partes iguales. Se tratará de que, como
mínimo, la mitad del jurado pertenezca al mismo entorno social y cultural del imputado” (Dominzaín, 2015).
13 Por tal motivo, debe aclararse que la ubicación dada en el mapa que aparece al inicio del informe es simplemente estimativa.
Kume Felen: el derecho al buen vivir. La dimensión espacial en la resistencia de las mujeres mapuche 553
insignificante. Por ejemplo, la noticia del juicio a Relmu Ñanku, fue levantada por los
diarios de tirada nacional La Nación y Clarín por ser el primer juicio por jurados y por
la novedosa integración del mismo: pobladores originarios y mujeres en partes iguales.
Otra forma más de invisibilización está dada en aquello que se pone como relevante, en
qué es lo que se informa. En estos artículos lo destacado no es la lucha de los pueblos y
sus mujeres por las tierras, sino la agresión a la fiscal, realizada por supuestos terroristas
(los mapuche), como han sido calificados en las notas. Poniendo el acento en la violencia
de unos, y desestimando de plano las causas que pudieron haber llevado a la misma. El
único medio de tirada nacional que toma los casos, los sigue y tiene corresponsales en el
lugar es el diario Página 12. Tanto en el cuerpo principal como en su suplemento Las 12,
lo central es la problemática de las mujeres en la sociedad patriarcal y en especial las más
marginadas dentro de la misma: pobres, minorías e indígenas.
Conclusiones
El análisis de caso permite observar que el principal avasallamiento se produce sobre las
mujeres de la comunidad mapuche, con el fin de destruir el lazo social e impedir así el sosteni-
miento de la identidad cultural asociada intrínsecamente a la pertenencia a un territorio. Por
otro lado, que es una práctica que se repite, llevada adelante desde los poderes institucionali-
zados en diferentes momentos históricos: en el pasado colonial primero, en la conformación
del estado nacional después y en el presente por parte de empresas multinacionales, usando
como instrumento de los poderes del estado para apropiarse una vez más de los recursos y
de las tierras. Se ha podido constatar también el lugar destacado que la mujer mapuche ha
tenido a lo largo de la historia, no solo por aquellas relevantes en su accionar contra las inva-
siones de los huincas, sino y por sobre todo, la mujer del común que lucha por sus derechos, su
tierra y le defensa de un modo de vida. Esa lucha desigual desde el inicio, hace imperiosa la
necesidad de visibilizar a estas mujeres que viven lo que en las teorías feministas se denomina
interseccionalidad; es decir, una múltiple discriminación por ser mujer, por ser mapuche, por
ser pobre, dándose la misma en relación al Estado argentino y a la sociedad en general.
Estas formas de violencia que se ejercen sobre las mapuche afectan su acceso a la salud,
la educación, el trabajo y la vivienda, es decir la posibilidad de gozar de derechos humanos
fundamentales consagrados en nuestra constitución, desde 1994.
Se observa actualmente que debido a la crisis de valores, de recursos, a la forma en que la
cultura occidental y en especial el capitalismo y la sociedad patriarcal están conduciendo
a la destrucción del planeta, empieza a emerger una nueva sociedad, guiada por otras for-
mas de liderazgo donde por ejemplo, las jóvenes mujeres mapuche cuestionan las verdades
instauradas desde dentro y fuera de su cultura. Quizás impelidas por las circunstancias a
tomar esos lugares de lonko porque los hombres se ven obligados a migrar por cuestiones
de trabajo y subsistencia, llevan adelante las transformaciones sociales que, no sin esfuer-
zo, están dando continuidad y proyección de futuro a sus comunidades.
En este punto, resulta muy importante destacar, sobre todo desde el quehacer de la Geo-
grafía la concepción que tiene la cultura mapuche, respecto a que su existencia individual
está íntimamente ligada a la pertenencia a un territorio, y que esa pertenencia, es en base
a una relación de respeto mutuo: de Kume Felen: buen vivir. Este concepto basado en el
equilibrio, requiere de relaciones de igualdad entre los géneros y con la naturaleza toda.
554 Celia Amanda Coultas
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Villa Libertador General San Martín (provincia
de Entre Ríos): prácticas cotidianas y experiencias
espaciales vinculadas al adventismo1
Mariela Demarchi y Javier Castelnuovo
Introducción
1 El presente trabajo forma parte de un proyecto de investigación denominado Inmigración internacional en Villa General
Libertador San Martín (Entre Ríos): redes sociales y construcción de la espacialidad.
2 Junto a esta aldea surgen en el territorio entrerriano otras colonias denominadas Aldea Jacobi, Aldea Protestante,
Aldea Brasilera, entre otras. La denominación de aldea hace referencia a los inmigrantes rusos alemanes provenientes
de las aldeas sobre el río Volga en Rusia.
3 En un contexto difícil como consecuencia de conflictos bélicos y ante la invitación de Catalina La Grande se tras-
ladan a la zona del río Volga, en Rusia, a mediados del siglo XVIII. Entre 1964 y 1767 se ubicaron en forma de aldeas,
unos 30.000 alemanes, a lo largo de las márgenes de este río (Plenc, 2013).
558 Mariela Demarchi y Javier Castelnuovo
Imagen 1. Espacio geográfico en estudio: Villa Libertador General San Martín, Puiggari y Aldea Camarero
Fuente: http://www.turismoentrerios.com/puiggari/plano.htm
Jorge Riffel junto a su esposa e hijo, conforman una de las familias que eligen como des-
tino la República Argentina para migrar. Mientras que un hermano de Jorge Riffel, Fede-
rico se radica en Kansas (Estados Unidos). Esto no es un dato menor, ya que será gracias a
este vínculo familiar y entre estos dos espacios el motivo por el cual Jorge Riffel conoce los
principios del adventismo y se propone entonces expandir la religión entre sus allegados,
es decir, a otros migrantes ruso-alemanes que conformaban esa red de relaciones sociales.
Al menos en un primer momento, la fe adventista será un movimiento casi exclusivamente
relacionado a los inmigrantes provenientes del Volga.
raciones a ella, retroalimentando el tejido social y haciendo cada vez más densa su trama.
Volviendo al momento en que Jorge Riffel regresa a Argentina ya como miembro de
la iglesia adventista, del trabajo exploratorio de documentos y publicaciones respecto al
tema, es posible dar cuenta de la importancia que tuvo dicho momento.
El encuentro de Jorge Riffel y su familia con Reinhardt Hetze en el pequeño puerto de Diamante,
provincia de Entre Ríos, Argentina, marcó el inicio de la proclamación del mensaje adventista en
el cono de América. Las palabras fervientes del primer misionero de sostén propio cayeron en los
oídos atentos de su primer converso. Mientras el carro ruso del anfitrión transportaba trabajosa-
mente a los viajeros ese viernes de principios de 1890, se impartieron lecciones bíblicas destinadas
a perdurar y a extenderse a los rincones más apartados del continente… (Plenc, 2013, p. 14)4
De esta manera, el regreso de Jorge Riffel al lugar, da inicio a la obra evangelizadora como
auténtico apóstol junto a Hetze, del adventismo en Sudámerica 5. Se da comienzo a los que
algunos han denominado “…la primera Escuela Sabática de Sudamérica…” (Plenc, 2013, p.
17) haciendo referencia a la celebración del primer culto en el lugar oficiado por Riffel. La
siguiente cita da cuenta de la pronta conversión de familias del lugar y la llegada de nuevas:
…Riffel decidió evangelizar el área de Crespo y se radicó en un lugar conocido como Aldea Jacobi.
Pronto llegaron las otras tres familias y pusieron manos a la obra, alternando el cultivo del maíz
y del trigo con la proclamación de las buenas nuevas. Se les unieron ocho familias y pronto había
veinte nuevos guardadores del sábado que se congregaban en casa de los Hetze. (…) El crecimiento
del núcleo adventista hizo cada vez más evidente la necesidad de un pastor… (Plenc, 2013, p. 17)
En este proceso de conversión de familias y llegada de nuevas se genera el incremento y
fortalecimiento de los vínculos de parentesco y de fe. Se establecen amistades y principal-
mente uniones matrimoniales entre hijos y/o nietos de los primeros migrantes ruso-ale-
manes, hoy adventistas. Se observa en los relatos y escritos la existencia de matrimonios
entre descendientes de los primeros inmigrantes asentados en el lugar cuyos apellidos fue-
ron nombrados al comienzo de estas páginas.
Finalmente, cabe mencionar la importancia superlativa que tuvieron las instituciones
como actores sociales dentro de la estructura social y como organizadores del espacio
geográfico. La iglesia creada en 1894, el colegio adventista (hoy Universidad Adventista
del Plata) en 1898 y el sanatorio adventista en 1908 son las instituciones a partir de las
cuales queda reflejada materialmente en el espacio la obra evangelizadora y la consolida-
ción de la religión. A estas tres instituciones se le sumaron las editoriales que cumplieron
un rol fundamental en la publicación de escritos en relación a los principios del adven-
tismo. Uno de los objetivos más firmes de la fe adventista era la institucionalización en
las distintas regiones de Sudamérica. Tanto las instituciones como las congregaciones
colaboraron en la expansión del adventismo. La iglesia y las instituciones se alimentaban
mutuamente. “…El crecimiento de la iglesia contribuía con las instituciones, y las institu-
ciones ayudaban al crecimiento de la iglesia…” (Greenleaf, 2011, p. 75)
Con el paso de los años, en el espacio geográfico se comenzó a observar una creciente
organización en torno precisamente a dichas instituciones, las cuales fueron evolucionan-
do de manera relevante, creciendo tanto cuanti como cualitativamente en sus funciones,
convirtiéndose como ya se ha dicho en estas páginas, en un centro de salud y educativo de
gran importancia, tal es la importancia que casi de manera exclusiva ambas instituciones
en el marco de prácticas adventista instauran un determinado orden en el lugar.
4 Daniel Plenc es doctor en Teología de la Universidad Adventista del Plata. Docente de la Facultad de Teología y di-
rector del Centro de Investigación White.
5 De esta manera los denominó Francisco Whestphal, primer pastor en llegar a la zona entrerriana a pedido de Jorfe Riffel.
Villa Libertador General San Martín (provincia de Entre Ríos): prácticas cotidianas y... 561
6 Geografía de la vida cotidiana es, dentro del Tratado de Geografía Humana (2006), un capítulo considerado por
los autores como un ‘campo emergente’. Lindón entiende que si bien no es un campo configurado y reconocido en
la comunidad geográfica, es cada vez mayor la aparición en diversos contextos, de fragmentos y elementos propios
de esta geografía.
7 En esta cita Pred hace referencia a los escritos por Hägersntrand y la importancia que él establece en el individuo
como punto de partida para determinados estudios.
8 A estas vertientes se agrega una más denominada ‘desplazamiento’ haciendo referencia a la movilidad de la población.
562 Mariela Demarchi y Javier Castelnuovo
En este sentido, en la villa se pueden observan ‘prácticas fijas’ que se encuentran ín-
timamente vinculadas al adventismo y que en sí mismas tienen un significado para sus
habitantes que le dan sentido a una forma de vivir. Y estas ‘prácticas fijas’ llevadas a cabo
tal como se llevan a cabo implican ‘cumplir’ con los principios de la religión.
Uno de los preceptos fundadores de la fe adventista es la relevancia puesta al séptimo
día de la semana, el sábado, el cual es considerado como un día de reposo y de adoración
a Dios. Tal es así que en la villa desde la puesta del sol del día viernes hasta la puesta del
sol del día sábado, la rutina tanto laboral como no laboral se organiza en torno a este
principio religioso. Los negocios se cierran, la Universidad culmina con su programación
semanal y en los hogares, las familias se disponen para este día, en el cual las actividades
se centran en la lectura de la Biblia, la asistencia a la Iglesia y unas pocas tareas más como
acciones caritativas, paseos al aire libre y vida familiar. Se evitan hacer todas aquellas ac-
tividades en torno a la recreación, como competencias deportivas, fiestas, compras, entre
otras. De este modo el viernes, es el día empleado en gran medida a la realización de tareas
que permiten ordenar y limpiar la casa y preparar la comida para recibir el sábado, el cual
será un día dedicado al servicio de adoración.
Estas ‘prácticas fijas’ se relacionan con los ‘escenarios’ y con los ‘patrones y rutini-
zación de las prácticas’ (segunda y tercera vertientes mencionadas más arriba). Los
escenarios son los espacios y tiempos de encuentros con otras personas, son escenarios
cotidianos. En este caso, en la villa dichos escenarios de encuentros son fundamen-
talmente la Iglesia y aquellos lugares en torno al ámbito familiar, la reiteración en el
tiempo de dichas prácticas materiales y no materiales logra entonces una rutinización
y patrones de comportamiento.
Otra creencia de relevancia es la referida a la ‘naturaleza humana’, en la cual los seres humanos son
una unidad indivisible de cuerpo, mente y espíritu, en este sentido, se explican y fundamentan mu-
chas de sus prácticas relacionadas a la salud. Se promulga la abstinencia de carne de cerdo, sangre,
crustáceos y otros alimentos proscritos como ‘animales inmundos’ al igual que la abstinencia de
alcohol y tabaco. De este modo, los adventistas, mantienen a partir de dichas prácticas, un estilo
de vida saludable, ya que el cuerpo es considerado el Templo del Espíritu Santo… (Demarchi, Cas-
telnuovo, Peretti y Varisco, 2016, p. 10).
En este sentido y siguiendo dicho principio, es posible observar a partir del trabajo de
campo y específicamente de las entrevistas, que el significado de este precepto se asemeja
con la idea de ‘prohibición’.
Algunas de las entrevistas realizadas han sido a alumnos de la Universidad Adventista
del Plata, quienes se encuentran viviendo en los edificios pertenecientes a la residencia
universitaria en la cual se distinguen el hogar de varones, pintado de color celeste y el de
mujeres en color rosado. En el relato de los entrevistados aparece de manera reiterada la
idea de ‘prohibición’, una prohibición vinculada con la perpetuación de prácticas deriva-
das de los propios principios del adventismo, y, como muchos expresan, “por la misma so-
ciedad y cultura”. La prohibición se centra en lo vinculado al consumo de alcohol, tabaco
y determinadas comidas, como así también en el caso de los estudiantes a determinadas
prácticas, como por ejemplo, salidas nocturnas y cumplimiento con ciertos horarios. En
cuanto a lo primero, al alcohol y tabaco y algunas comidas en la villa se encuentra ‘prohi-
bida’ su venta en los negocios. Dicha prohibición tal como se mencionó, está dada por una
práctica religiosa-cultural, no por una normativa municipal9. Respecto a esto, algunos
9 Es importante mencionar que en la actualidad es posible observar en la villa una escasa presencia de locales donde
se comienza a vender alcohol y a ofrecer como parte del menú, comidas en base a carnes.
Villa Libertador General San Martín (provincia de Entre Ríos): prácticas cotidianas y... 563
10 Entrevistado 1: Estudiante de primer año de la carrera de Ingeniería en Sistemas. Universidad Adventista del Plata.
Interno en Hogar de Varones. Procedencia: Coronda. Santa Fe.
11 Entrevistado 2: Estudiante de primer año de la carrera de Ingeniería en Sistemas. Universidad Adventista del Plata.
Interno en Hogar de Varones. Procedencia: Córdoba.
12 Entrevistado 3: Estudiante de la carrera Contador Público. Universidad Adventista del Plata. Internado en el Hogar
de Varones. Procedencia: Jujuy
564 Mariela Demarchi y Javier Castelnuovo
Conclusiones
Debido a las características del presente trabajo, en estas páginas solo se muestran algu-
nos pocos fragmentos de algunas de las entrevistas realizadas como parte del trabajo de
campo con la intención de describir aspectos de la vida cotidiana que permiten explicar la
dinámica y organización espacial en este caso de Villa Libertad General San Martín.
Es posible observar en el lugar una fuerte presencia de lo simbólico. Las acciones
materiales son el resultado de significados, sentidos e intenciones llevados a cabo por
sujetos individuales y colectivos. En este proceso se hacen presentes determinados ri-
tuales, conocimientos, habilidades propias de un sistema religioso-cultural plasmado
espacialmente. La omnipresencia de las instituciones como el Sanatorio, la Universidad
y la Iglesia confirman el significado de los preceptos del adventismo, son precisamente la
realidad material de lo simbólico. Pero sobre todas las cosas, lo simbólico se manifiesta
claramente en la dinámica de la vida cotidiana, es decir, en la sucesión de tiempos, en la
rutina y las prácticas diarias.
Se priorizaron, en este caso, fragmentos de las entrevistas correspondientes a los estu-
diantes para dar cuenta de cómo el significado -adventista- ordena la vida cotidiana de
los internos de la residencia universitaria, cuestiones que pueden ser extensivas a otros
sectores de las sociedad en la villa.
A modo de cierre, interesa lo expuesto por Castro (2004 en Lindón, 2006) quien sostiene que
…la incorporación de la vida cotidiana como categoría de análisis en las ciencias sociales es particu-
larmente necesaria: su abordaje posibilita acceder al conocimiento de los microespacios sociales de
las redes de relaciones que en ellos se desarrollan. Se define a la vida cotidiana como un espacio de
construcción y entrecruzamiento donde las circunstancias políticas, culturales, históricas, económi-
cas y personales, posibilitan que el hombre construya su subjetividad y su identidad social… (p. 389)
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566 Mariela Demarchi y Javier Castelnuovo
Introducción
El presente trabajo tiene como objetivo analizar los vínculos entre espacialidad e identi-
dad a partir de un caso particular de un escenario peregrino, como es el de la comunidad
boliviana migrante en Argentina en su peregrinación anual a Luján.
Todos los primeros domingos del mes de agosto, y desde hace seis décadas, los migrantes
bolivianos radicados en distintos sitios de la Argentina peregrinan a la ciudad de Luján,
en la provincia de Buenos Aires, desplegando un paisaje religioso que pone en escena las
prácticas propias del colectivo migrante y que funciona, además, como cristalizador de
una identidad que conjuga lo étnico y lo religioso.
Desde hace algunos años, este acontecimiento se convirtió en uno de los más trascen-
dentes del calendario peregrino de esta hierópolis, y fue mutando de acuerdo a como se
desarrolló el proceso migratorio de esta colectividad en el país. Su importancia radica
en que se ha ido incrementando la cantidad de asistentes (sean estos peregrinos de la
comunidad o público que concurre al evento) a tal punto de convertirse en la segunda
más importante de la agenda de celebraciones (luego de la peregrinación juvenil a pie),
y además por la notoriedad y visibilidad que tiene en el nivel de lo local. El conjunto
de prácticas que se llevan en torno a la Plaza Belgrano, frente a la Basílica Nacional de
Luján, activan un escenario festivo cuya complejidad combina elementos religiosos, ét-
nicos, políticos y culturales, en general.
Proponemos entonces, desde un abordaje geográfico cultural y con herramientas cua-
litativas, pensar el fenómeno como un escenario geográfico en la medida en que ese espa-
cio/tiempo condensa prácticas, representaciones y espacios de representación (Lefebvre,
1991). Allí, todos los registros materiales e inmateriales se asocian a hechos, a representa-
ciones, a experiencias de sujetos que operaron en algún momento y cuya sedimentación
configura el paisaje actual. Pero además, esos constructos espaciales no están libres de
tensiones y disputas que tienen un anclaje territorial, por ello es importante poner la lupa
en las singularidades de esos escenarios para poder advertir las características y procesos
que lo desbordan y enlazan con lógicas que están por fuera de ellos, inclusive que pueden
vincularse con procesos de traslocalización/trasnacionalización, más aún para el caso de
una comunidad extra-nacional. Las formas particulares en las que se activa el escenario
operan bajo la lógica del insideness (interioridad) propuesto por Relph (1976) para pensar
las espacialidades efímeras y su proceso de construcción/desarticulación.
Con el objetivo de profundizar en el contexto en el que se da la práctica religiosa comu-
nitaria, el trabajo se divide en cuatro partes. En un primer apartado se repasa el contexto
analítico desde donde mirar fenómenos religiosos de raíz geográfica; un segundo acápite
se propone explorar el proceso migratorio de los bolivianos hacia Argentina para entender
los vínculos entre migración y religión de una comunidad migrante; una tercera sección se
568 Fabián Claudio Flores, Marcos Bruno Giop y Tomás Facundo Giop
mete de lleno en el caso del evento espacial y las particularidades que adoptan las prácti-
cas religiosas; y finalmente en un cuarto apartado, y a modo de cierre, se esbozan algunas
conclusiones y nuevos interrogantes que dispara este caso.
Marco teórico-metodológico
Como se ha dejado explícito, el abordaje que se propone se encuentra enmarcado en la
Geografía Cultural, particularmente orientada a los flujos religiosos en la historia recien-
te de la Argentina, centrándose en las construcciones de escenarios peregrinos y festivos.
Desde esta perspectiva, se entiende que la cultura es la forma integral de vida creada his-
tórica y socialmente por una comunidad, pero que además debemos comprender que la
cultura es más que simplemente una construcción social con una instancia de expresión a
través del territorio; en verdad, está formada espacialmente (Cosgrove, 1984).
El espacio, en este sentido, se interpreta como un ámbito de desencuentro(s) y encuen-
tro(s) de trayectorias diversas, influidas mutuamente e incluso en conflicto entre sí (Mas-
sey, 2005), abarcándolo desde una mirada compleja y amplia, para entenderlo no solo
como un producto social, sino más bien como una construcción con historicidad y mate-
rialidad propia junto a un conjunto de significados y sentidos brindados por sus propios
sujetos y/o grupos (Lindón, 2008).
Los abordajes geográficos han tenido un interés fundamental por la larga duración,
relegando lo fugaz a espacios marginales. La emergencia de la categoría de escenario geo-
gráfico permite recuperar esos fenómenos de corta duración pero de gran densidad te-
rritorial. Así, la categoría de escenarios es concebida como “el espacio de un conjunto de
prácticas móviles y concertadas por distintos sujetos, y un marco en el que toman sentido”
(Lindón, 2006, p. 431). No obstante, el concepto brinda una gran potencialidad de análisis
ya que, más allá de dicha dimensión social, también parte de una materialidad definida.
Al comprenderlos inmersos en procesos culturales amplios, poseen una base institucional
relevante y objetivable, evitando limitarnos de esta manera exclusivamente a lo simbólico.
Esa materialidad, justamente, es la que adquiere significado a partir de los sujetos y los
grupos, y según cómo éstos la carguen de valoraciones y le adjudiquen utilidades, entre
otras cuestiones; esto es desarrollen prácticas y produzcan espacialidad.
Por tratarse de una activación de corta duración (unas doce horas aproximadamente)
pero que produce grandes transformaciones espaciales, la fiesta religiosa y el paisaje peregri-
no de la comunidad boliviana es un fenómeno que se concibe como un escenario espacial.
En dicho escenario se ponen en juego relaciones de poder tejidas a partir de la complejidad
de actores que intervienen: el Equipo de la Pastoral Boliviana, el Estado Municipal, la Emba-
jada de Bolivia, la Asociación de ex Pasantes, los devotos y el público observador, en general.
Por otro lado, es relevante también establecer herramientas metodológicas orientadas
particularmente para el estudio de la relación entre los migrantes y las devociones maria-
nas, como importantes dispositivos de construcción identitaria1 que se encuentran sujetas
a constantes cambios y transformaciones, necesarias de ser observadas e interpeladas.Sin
pensar en dinamismo e historicidad no podemos entender la(s) morfología(s) que adquie-
1 Entendiendo a la identidad como una construcción compleja, no monolítica, en la cual se intersectan, por un lado, los
discursos y prácticas que intentan “interpelar” a los individuos como sujetos sociales de discursos particulares y, por otro,
los procesos que generan subjetividades, que los construyen como sujetos susceptibles de “decirse” (Hall, 2003), se puede
sostener que las identificaciones se encuentran cada vez más fragmentadas en tanto se construyen de diversas maneras.
Interioridad/exterioridad en un paisaje peregrino de migrantes a Luján (Buenos Aires) 569
Desarrollo
2 Se entiende, siguiendo a Hobsbawn como “tradiciones inventadas”, ya que “implica un grupo de prácticas, normal-
mente gobernadas por reglas aceptadas abierta o tácitamente y de naturaleza simbólica o ritual, que buscan inculcar
determinados valores o normas de comportamiento por medio de su repetición, lo cual involucra automáticamente
continuidad con el pasado” (2002, p.8).
570 Fabián Claudio Flores, Marcos Bruno Giop y Tomás Facundo Giop
política de erradicación de las villas, se generó una relocalización cuasi forzada, instalán-
dose las comunidades bolivianas en patrones, por lo general, de alta concentración.
Desde una perspectiva socio-histórica, las migraciones bolivianas hacia Argentina
fueron sufriendo cambios constantes. Susana Sassone y Geneviève Cortés (2014) pro-
ponen un modelo de movilidad que se erige en tres etapas: una primera, de carácter
estacional y predominantemente masculina, que se gesta a fines del siglo XIX y se sitúa
en torno a las provincias del noroeste argentino; una segunda, más de tipo regional y
que combina movimientos estacionales y no tanto, que gestan los primeros circuitos
laborales-productivos, activando las primeras redes migratorias en gran parte de Ar-
gentina y con creciente relevancia de las mujeres migrantes; y una tercera, que se robus-
tece desde la segunda mitad del siglo XX y con dos tendencias claves: por un lado, una
gran cantidad de familias enteras asentadas de manera permanente, incluso varias con
una clara capacidad de acumulación de capital, generándose sustanciales desigualda-
des hacia el interior del colectivo migrante; y por otro, las mujeres y los jóvenes asumen
un nuevo protagonismo, principalmente aquellas, como verdaderas organizadoras de
la economía doméstica 3.
En esta dinámica migratoria, los movimientos poblacionales son acompañados por,
entre otros, desplazamientos culturales. La circulación de las prácticas religiosas es un
componente crucial de los movimientos migratorios. En este sentido, mujeres y hombres
llevan consigo su conjunto de creencias y prácticas y, una vez en su destino, intentan po-
nerlas en juego. De esta manera, esta ‘mochila’ de ritos y devociones se internacionalizan,
manteniendo ciertos rasgos pero, a la vez, incorporando otros. No se produce un traslado
automático de las creencias y las prácticas, sino más bien procesos complejos de reinter-
pretación y resignificación de estos sistemas culturales en las zonas donde se instalan.
Estos procesos son resultado de negociaciones y tensiones entre los actores y los contextos
en donde se despliegan estos dispositivos religiosos.
Esta ‘mundialización’ de festividades no es sinónimo, necesariamente, de una recons-
trucción exacta de la identidad del migrante, ya que según el destino de la migración y el
grupo, los actores del culto, su nivel y modo de institucionalización, la incorporación de
nuevas variables e incluso su grado de banalización comercial, variarán con fuerza (Sas-
sone y Baby-Collin, 2012). De esta manera, podemos entender a los diversos modos en
que las poblaciones inmigrantes de un lugar se apropian de la internacionalización de
sus devociones como reveladores de su realidad, de los conflictos en que están inmersos
e, incluso y más importante, del modo en que están construyendo y reconstruyendo sus
identificaciones en espacios/tiempos concretos.
En el caso particular del colectivo inmigrante boliviano en Argentina, el desarrollo de
prácticas socio-espaciales orientadas a las devociones marianas, son una herramienta
vital para la comprensión de sus realidades, conflictos e intereses.
3 En el nivel de lo religioso, las mujeres asumen un papel trascendente, debido a que muchas de las imágenes traídas desde
Bolivia a Argentina, en torno a las cuales giran las peregrinaciones, fueron ingresadas por mujeres, quienes una vez aquí
asumen su cuidado. A partirde esto, una de las hipótesis que se sostiene es que el crecimiento de la devoción mariana se
debe, al menos en parte, a este aumento no solo en cantidad de los migrantes, sino en la notoria relevancia de las mujeres
dentro del colectivo migrante boliviano y las trasformaciones que se fueron gestando hacia el interior de la comunidad.
Interioridad/exterioridad en un paisaje peregrino de migrantes a Luján (Buenos Aires) 571
4 La Cripta de la Basílica es un sitio que se encuentra en el subsuelo del templo que funciona como repositorio de las
principales advocaciones marianas y otros objetos que eran entregados a la Virgen en agradecimiento. De este modo,
la Cripta representa en la actualidad, una especie de museo mariano con réplicas provenientes de distintos puntos
del país y del mundo; imágenes que en su mayoría fueron donadas por organizaciones estatales, no gubernamentales,
embajadas y colectividades.
572 Fabián Claudio Flores, Marcos Bruno Giop y Tomás Facundo Giop
los propios devotos vinculados a la comunidad y menor presencia del público en general,
lo que refuerza el sentido de interioridad, a pesar de que ocurra en pleno espacio abierto y
público de la plaza Belgrano.
El segundo momento se lleva a cabo con el desarrollo de la peregrinación en sí misma.
Aquí vale la pena hacer una salvedad en lo que refiere a la conceptualización de esta cate-
goría, frecuentemente utilizada en la geografía de las religiones pero pocas veces proble-
matizada. No se trata de una práctica peregrina en el sentido más ‘convencional’, sino una
práctica específica en donde los migrantes entienden el peregrinar a través de la danza y la
música. Por eso es importante repensar la categoría en el marco de un retorno a la subjeti-
vidad y la experiencia espacial de los sujetos/grupos; así “dicho movimiento también con-
tiene, en diversas mezclas, la potente combinación de la experiencia individual y colectiva,
que le da la posibilidad de dar forma poderosa a uno, al otro, o la relación entre los dos”.
(Traducido de Taylor, 2012, p. 222).
Entonces, el cuerpo-peregrino está integrado por un conjunto de sujetos que confor-
man agrupaciones folclóricas que desempeñan distintas performatividades vinculadas a
diversas identificaciones regionales (en Bolivia). Para la peregrinación de 2016, se contabi-
lizaron unas trece confraternidades integradas por unos 5.000 miembros que participa-
ron de la veneración a la “Mamita de Copacabana”. Esa puesta en escena de cuerpos que
peregrinan con su danza implica una apropiación del espacio, más allá de lo material (el
tomar un espacio público); es una apropiación simbólica de cuerpos-territorios que ocu-
pan el escenario en clave identitaria: no son cualquier cuerpo-territorio, son expresiones
de la bolivianeidad, con todos sus matices y singularidades, solo la Virgen los une y los
convoca más allá de susdiferencias.
Esta forma particular del peregrinar, además está reglada por una serie de dispositivos
de control que incluyen formas de moverse, gestos, órdenes, estructuras y que responden a
relaciones de poder establecidas históricamente dentro y fuera de la comunidad. Se trata
de “un discurso kinésico que se predispone para convertir el paisaje corporal en un pai-
saje sagrado. Este discurso es comprendido, también, por los que cumplen con la función
de observadores o turistas religiosos” (Dawidiuk y Vogel, 2017, p. 11). Esta conjunción de
sentidos en los códigos del peregrinar, acerca al peregrino y al observador fortaleciendo el
insideness que se activa en pleno espacio público de un domingo lujanense.
Conclusiones
Penetrar en una interpretación densa de este tipo de fenómenos socio-espaciales de
corta duración permite repensar las formas más amplias en las que se producen y resigni-
fican los paisajes culturales de las ciudades que habitamos.
El caso de la peregrinación de migrantes bolivianos es un tópico interesante para in-
dagar -más allá de sus singularidades- en las morfologías que adquieren los escenarios
religiosos y las prácticas que en ellos despliegan los sujetos. Como se ha observado, el in-
cremento de la migración boliviana hacia la Argentina y las transformaciones en su com-
posición han consolidado este fenómeno mariano que se repite en la hierópolis lujanense
desde hace más de seis décadas.
La peregrinación y el evento festivo, entendidos en clave de escenario, operan como ar-
ticuladores de un discurso identitario que se expresa en la plaza a través de distintos ri-
tuales que configuran el paisaje religioso a través de la construcción de una interioridad,
574 Fabián Claudio Flores, Marcos Bruno Giop y Tomás Facundo Giop
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Transformaciones en el paisaje del barrio
Cerro Leones, Tandil
Flavio García
Introducción
La ciudad es el producto, en un espacio geográfico y tiempo histórico determinado,
de las interacciones entre lo material, lo simbólico y las vivencias individuales de sus
habitantes. La ciudad nunca ha dejado de ser un producto histórico en el que se pueden
rastrear sus huellas, desde su fundación hasta la actualidad. Hoy las ciudades son por
excelencia el producto de la dinámica capitalista, convirtiéndolas directamente en un
producto de consumo, dejando de lado muchas veces la cultura misma que las ha confi-
gurado a través de los tiempos.
El presente trabajo tratará de dar cuenta de un proceso de cambios dentro de un sec-
tor de la ciudad de Tandil, más precisamente el barrio de Cerro Leones, que ha perdido
ciertos ‘espacios comunes’, paisajes con historia e identidad, en pos de una racionalidad
económica que concibe a los lugares simbólicamente relevantes para la población solo en
un sentido físico y natural, olvidando su dimensión emocional. Intentando adueñarse del
paisaje solo en el sentido natural y físico, dejando de lado el carácter emocional del mismo.
Las ciudades contemporáneas están en continua transformación, en esta era de la glo-
balización, éstas deben reorganizarse para atraer inversiones privadas que las dinamice y
las transforme en competitivas. En ese sentido el barrio de Cerro Leones no es la excepción.
Atento a las distintas transformaciones que sufrió el territorio, y con ello las distintas
formaciones socioespaciales, entendiendo a éstas como la articulación entre los modos
de producción y espacio, que se sucedieron a lo largo de la historia del barrio, es que este
trabajo pretende analizar la situación actual del paisaje, más exactamente el paisaje que
encontramos hoy día en la antigua Cantera de Cerro Leones, considerando, además, su
relevancia histórica y cultural.
Desde la perspectiva teórica que asume este trabajo, el paisaje es concebido como
el resultado de una producción social del espacio, parte de la transformación colectiva de la natura-
leza y la proyección cultural de una sociedad en un espacio determinado, convirtiéndose en centros
de significación y de símbolos que expresan pensamientos y emociones diversas. (Nogué, 2007, p. 12)
El trabajo se centrará en uno de sus más antiguos barrios, Cerro Leones, situado al oeste
de la ciudad de Tandil. Abarca una superficie aproximada de 260 ha, y se encuentra en-
marcado al norte por la Ruta Nacional N° 226; al este por la Ruta Provincial N° 30; al sur
y al oeste por extensiones rurales y afloramientos serranos algunos con actividad minera.
El área seleccionada donde se desarrolla la investigación se sitúa en su totalidad al oeste
de la Ruta Provincial N° 30 (Mapa 1).
Este lugar es un sector periurbano, que se encuentra catastralmente dividida entre áreas
rurales y semi rurales, con lotes tipo chacras. En la actualidad carece de los servicios de gas
natural y cloacas, contando con una sola calle asfaltada, servicios de transporte público
acotados a una frecuencia de un servicio cada hora y media, como así también la presta-
ción del servicio de recolección de residuos que se efectúa tres veces a la semana.
Mapa 1. Ubicación del barrio Cerro Leones, Tandil y sus servicios socio-educativos y de salud
Referencias: 1) Centro Integrador Comunitario (Zona N° 13); 2) Jardín de Infantes N° 915; 3) Escuela Primaria N° 4; 4) Escuela
Secundaria N° 16; 5) Biblioteca y Sala de Lectura “Cerro Leones”; 6) Centro de Salud Comunitaria; y 7) Club Figueroa.
El último informe oficial fue realizado en el año 2004 por la Secretaría de Desarrollo
Social del Municipio de Tandil, Frente a Nuevos escenarios sociales. Propuesta de descentraliza-
ción y zonificación municipal, donde se transcribe la siguiente información: para este año
contaba con “32 manzanas, 107 viviendas y 319 habitantes, de uso residencial de baja den-
sidad con gran cantidad de lotes sin construcción, y una densidad de dos habitantes por
hectárea” (Secretaría de Desarrollo Social Municipio de Tandil, 2004).
Existe un relevamiento posterior confeccionado en el año 2010 por Obras Sanitarias
para la instalación de agua corriente, en el cual se detalla que en el barrio había aproxima-
damente unos 600 habitantes y 190 viviendas, por lo que comparando ambos informes,
es posible visualizar que en seis años la población aumentó casi el doble. En la actuali-
dad, según la información brindada por medio de entrevistas a los empleados del Centro
Comunitario Traful Curá y del Centro de Salud Comunitario, los habitantes rondarían
el millar, proyectando un aumento sostenido, dado que son varias las construcciones de
viviendas en curso próximas a ser habitadas.
Transformaciones en el paisaje del barrio Cerro Leones, Tandil 579
con particularidades propias, que conservó las costumbres heredadas del país de donde
provenían, formándose sitios muy peculiares con culturas e identidad propia. “Aproxima-
damente 4000 personas participaban de la actividad canteril, localizándose alrededor de
las principales canteras de ese momento: Cerro Leones y La Movediza” (Pizarro, Goldwa-
ser y Soria, 2016, p. 165).
En las canteras se implantó el pago por vales, reforzando la dependencia, con la circu-
lación de una moneda propia llamada pleca: piezas de bronce solo válidas dentro de la
cantera, de hecho el único almacén, pertenecía al mismo patrono que les pagaba.
El alambrado, las plecas, el aislamiento y la ignorancia, permitieron establecer una economía de
ciclo cerrado o redondo, en la que el producido del esfuerzo laboral se consumía dentro de ella y
las ganancias del patrono se multiplicaban. Lo que al principio quizá nació como un aparente
servicio para los obreros, en el fondo se trocaría paulatinamente en una forma complementaria de
dependencia. (Nario, 1997, p. 5)
Este aislamiento al mismo tiempo impedía que se infiltraran las ideas sociales anar-
quistas, “que perturbaren el orden establecido”, pero éstas no tardaron en llegar a Tandil,
y entre los años 1908 y 1909, se sucedió la llamada “Huelga Grande” de los canteristas,
lo que dio lugar a que los patrones firmaran el “pliego de condiciones” impuesto por los
obreros, y se formó el poderoso sindicato “Unión Obrera de las Canteras”, con cinco mil
afiliados (Villalba, Ulberich y Bravo, 2001).
Dicha Huelga Grande, rompió con la total dependencia, se suprimió la pleca como
medio de pago por los haberes. Ésto culminó el circuito económico cerrado pregonado
por los patronos. Se instalaron los primeros almacenes, y con ello la consiguiente ins-
tauración del barrio Cerro Leones, ya fuera de las cercas de la cantera. El barrio creció de
manera incipiente, al ritmo delcrecimiento de la actividad canteril, recordemos que esta
actividad requería de abundante mano de obra ya que los trabajos se efectuaban, la mayo-
ría, en forma manual.
A partir de mediados de la década de 1930, el reemplazo tecnológico comienza a producir
piedra triturada destinada a la construcción de carreteras, y cambia la escala de producción,
inversamente proporcional a la mano de obra, profundizándose los frentes de extracción y
declinando la cantidad de canteristas. Para esta década también comienza a reemplazarse
la extracción de piedras por el hormigón. La disminución del trabajo condujo a muchos de
estos trabajadores a buscar otras fuentes de trabajo (Sánchez y Cacopardo, 2012).
La explotación del granito siempre estuvo asociada a la obra pública, ya sea con cordo-
nes y adoquines en un principio, y más adelante, relacionada con la provisión de piedra
molida y partida para la construcción de rutas y caminos. Ya “en las últimas décadas, la
actividad no solo demanda de un número relativamente pequeño de trabajadores, sino
que los mismos, al menos en gran proporción, requieren una especialización menor a la
que desarrollaban los productores artesanales” (Fernández Equiza, 2001, p. 31).
En la década de 1990 las políticas neoliberales, con una amplia desregulación de la eco-
nomía, las privatizaciones, el proceso de apertura externa, la flexibilización laboral, y el
repliegue del Estado en el control y participación de los mercados, generaron el cierre de
cuantiosas firmas que no pudieron hacer frente a las nuevas reglas económicas. La cantera
Cerro Leones no resultó ajena a esta profunda crisis económica, y cierra definitivamente
en el año 1999, después de varios años de decadencia en la actividad. Sumado a las políti-
cas nacionales de corte neoliberal, también influyeron en el cese de la misma, un conjunto
de variables locales como la baja en la demanda del producto (piedra triturada o molida),
Transformaciones en el paisaje del barrio Cerro Leones, Tandil 581
1 Leyenda de Naincú y Los Guardianes de Piedra (Leyenda del Cerro de los Leones).
582 Flavio García
durante muchísimo tiempo en la entrada principal del predio de la cantera, y como cos-
tumbre todos los días de la madre se celebraba un pequeño acto que consistía en una misa
y la entrega de arreglos florales al pie del monumento, dicha ceremonia entró en decaden-
cia de la misma forma que la vida de la cantera, y se extinguió con el cierre de la misma en
1999. Diez años después un grupo de vecinos del barrio intentó retomar la ceremonia del
día de la madre en octubre de 2009, pero los dueños del predio de la ex cantera de Cerro
Leones negaron la entrada a todo persona ‘ajena’ al lugar, indicando que solo, si lo desea-
ban podían ingresar un par de personas hasta el pie del monumento a dejar los arreglos
florales y salir, ni siquiera se permitía ingresar al sacerdote que oficiaría la misa en honor
a las madres. Este hecho fue repudiado por la gran mayoría de la barriada, que optó por
solicitar el traslado inmediato del monumento a un lugar más ‘público’, donde se pueda
desarrollar el festejo de la misma manera que lo hacían los antepasados. La mudanza fue
consumada en enero de 2010 gracias a la decisión de los vecinos y la ayuda del Municipio,
que fue el encargado de proveer la logística para lograr el cometido (Imagen 3). El monu-
mento fue ubicado en la plaza central del barrio llamada “Plaza de la Democracia”. Y en
octubre del año 2010 se pudo volver a reiterar el festejo del día de la madre como lo hacían
los antiguos vecinos del barrio (Imagen 4).
Joan Nogué (2015) nos dice:
La vida es, en esencia y a la vez, espacial y emocional. Interactuamos emocionalmente y de manera
continua con los lugares, a los que imbuimos de significados que retornan a nosotros a través de
las emociones que nos despiertan. La memoria individual y colectiva, así como la imaginación,
más que temporales, son espaciales (…) Experimentamos emociones específicas en distintos con-
textos geográficos y vivimos emocionalmente los paisajes porque estos no son solo materialidades
tangibles, sino también construcciones sociales y culturales impregnadas de un denso contenido
intangible, a menudo solamente accesible a través del universo de las emociones. ( p. 141)
El tratamiento del paisaje como un proceso en el que las relaciones sociales y el mundo natural se
constituyen mutuamente en la formación de escenas visibles, espacios vividos y territorios regula-
dos, democratiza y politiza lo que sería una exploración natural y descriptiva de morfologías físi-
cas y culturales. Así pues se introducen cuestiones de formación de identidad, género, etnicidad,
entre otras. (Cosgrove, 2002, p. 78)
Los habitantes del barrio Cerro Leones sienten por este paisaje, eso que Yi Fu Tuan
(1974) llama Topofilia, sentimiento que experimenta el hombre por un lugar, seguramente
es porque ese lugar, ese territorio está lleno de vivencias, vicisitudes que marcan emocio-
nalmente al hombre y que por tanto tiene un simbolismo afectivo muy fuerte.
Los seres humanos creamos lugares en el espacio, los vivimos y los imbuimos de significación.
Nos arraigamos a ellos y nos sentimos parte de los mismos. Los lugares, a cualquier escala, son
esenciales para nuestra estabilidad emocional porque actúan como un vínculo, como un punto de
contacto e interacción entre los fenómenos globales y la experiencia individual. El espacio geográfi-
co es, en esencia, un espacio existencial, una inmensa y apretada red de lugares vividos, todos ellos
diferentes. (Nogué, 2015, p. 143).
Pero como dice David Harvey (2013)
vivimos en un mundo en el que la propiedad privada y la tasa de ganancia prevalecen sobre todos
los derechos en los que uno pueda pensar (…) Desde siempre, las ciudades han brotado de la con-
centración geográfica y social de un excedente en la producción (…) Y es el capitalismo el que pro-
duce continuamente el excedente requerido por la urbanización. (p. 19-21)
Este paisaje corre el riesgo de que la racionalidad económica de la mano de la especu-
lación inmobiliaria lo transformen en un barrio privado, tipo country, aunque el ordena-
miento territorial no lo permita actualmente. La presión de los actuales dueños del pre-
dio podría dar el resultado que ellos esperan prontamente, rectificando las afirmaciones
expuestas por David Harvey (2013); y así perder ese paisaje que forma parte de la historia,
tradición y cultura del barrio.
Observando la Imagen 5, y más allá de lo que nos indica Denis Cosgrove (2002)
Existen poderosas relaciones entre el acto de ver, la vista y el espacio (…) La vista, la visión y el pro-
pio acto de ver, traen consigo mucha más que una simple respuesta de los sentidos, algo más que
una huella pasiva y neutra de las imágenes formada por la luz en la retina del ojo. (p. 70)
Imagen 5. Vista panorámica a una de las cavas de la ex cantera de Cerro Leones, octubre de 2016
Conclusión
Un paisaje se puede explicar y apreciar por su historia, tradición y folklore, porque
mucho tiene que ver con sus habitantes y con las actividades que éstos desarrollan.
Este sería el caso de la ex-cantera de Cerro Leones, lugar que ha sido cuidado y favoreci-
do por la propia naturaleza, que ha sabido transmitir su esencia por generaciones, siempre
con un alto valor emocional, sentimental y afectivo en la comunidad que permanente-
mente supo valorar semejante paisaje.
Actualmente el área corre el riesgo de quedar vedada, para que solo unos pocos puedan
disfrutarla, debido a que la racionalidad económica y de mercado reinante, intentarán adue-
ñarse de la misma solo en el sentido natural y físico, dejando de lado el carácter emocional.
Con respecto al tema de la cantera ‘abandonada’ y su uso racional, ante el incipiente
crecimiento urbano del barrio, no se debe olvidar que la vida en Cerro Leones es singular,
su supervivencia no se parece a la del sistema medio del ciudadano de Tandil, por lo cual,
más allá de las nuevas estrategias económicas que se implementen, va a depender de las
autoridades el convertir los intereses contrapuestos en complementarios, haciendo partici-
par a todos los actores sociales comprometidos en la reactivación económica de Cerro Leo-
nes a través del turismo local, sin que por la racionalidad económica reinante, éste y otros
lugares del barrio, debido a su alto valor paisajístico se transformen en nichos de una ver-
dadera especulación inmobiliaria privada que puede incidir negativamente en la vida de
sus habitantes, trastocando su cotidianeidad y vulnerando su estilo de vida y su cultura.
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Transformaciones en el paisaje del barrio Cerro Leones, Tandil 587
Introducción
La ciudad de Santa Rosa (provincia de La Pampa) presenta, como la mayoría de las ciu-
dades intermedias y metropolitanas de la Argentina, procesos comunes vinculados con la
expansión física, problemas de acceso y disponibilidad de suelo urbano, insuficiente dota-
ción de equipamiento e infraestructura y problemas ambientales, entre otros. Algo carac-
teriza a la capital provincial y es la proporción de barrios de vivienda social, donde otras
investigaciones (Dillon y Cossio, 1997; 2009) y Cossio y Sardi (2017) dan cuenta de proble-
mas vinculados al hábitat-habitar y a la apropiación real de los lugares. La generación de
nuevos espacios planificados destinados a viviendas, da cuenta de conflictos vinculados
con la construcción de las relaciones sociales, con la necesidad de constituir una comu-
nidad y procesos de segmentación y fragmentación socioterritorial. De esta problemática
surge el proyecto La participación ciudadana en la gestión del hábitat en ciudades intermedias.
Las percepciones y representaciones urbanas1. En este artículo presentamos algunas líneas de
análisis surgidas a partir de las primeras pruebas en campo del protocolo de entrevista y
relevamiento visual en el Barrio Santa María de Las Pampas.
María Cecilia Múnera López (2016) recupera de Escuela de Hábitat (2013) la idea de que
no solo se habita en un lugar, sino que se habita en todo el tejido espacial, el cual se expan-
de y contrae en función del sistema de relaciones que tejemos, advierte que en un mismo
lugar coexisten y se encuentran múltiples fuerzas y lógicas derivadas de distintas escalas.
De allí que pensar hábitat implica reconocer la simultaneidad y proyectar las redes en, y desde, las
que simultáneamente se desenvuelve el ser, el vecindario, el barrio y la comuna, en términos de sus
relaciones con y en los territorios vecinos y la ciudad, y en términos de comprender la significación
[también en términos genéricos]. (Múnera López, 2016, p. 126)
El Barrio Santa María de Las Pampas fue adjudicado por el Estado en 2007, se localiza
al este de la ciudad; y su composición en su mayoría, es de población joven, núcleos fami-
liares con más de un hijo o hija, y alta proporción de jefaturas femeninas. La presencia
de mujeres en la vida cotidiana del barrio es marcada; de allí la necesidad de indagar sus
condiciones vinculadas con la movilidad, accesibilidad, equipamientos, percepción de la
seguridad, relaciones, participación, aspiraciones y deseos, entre otras dimensiones.
Para Henry Lefebvre la vida cotidiana está en la estrecha relación que ésta mantiene con
las formas de organización social, a partir de ella podemos seguir hilos conductores que
aporten al conocimiento de la sociedad (Lefebvre, 1981). Desde una perspectiva feminista
en geografía entendemos al espacio como parte integral de la producción de la sociedad
y en ella las desigualdades devenidas de los géneros como construcción social de la dife-
rencia sexual. La perspectiva de género nos aporta la comprensión de las interrelaciones
1 Aprobado el 16 de junio de 2017. Resolución Nº 247/17. Directora: Prof. B. Cossio. Codirectora: Esp. L. García. In-
vestigadoras e investigadores: Dra. D. Bassa, Esp. G. Sardi, Lic. F. Carcedo e Ing. P. Ermini. Asistentes: M. Uranga, M.
Lopez Rach, F. Civale, C. Romani, A. Barrios y F. Aimar.
590 Leticia Garcia, Beatriz Cossio y Franco Carcedo
entre géneros intersectados por otras categorías como clase, edad, etnia entre otras y los
diferentes entornos que también son construcciones sociales.
En esta primera instancia de trabajo nos proponemos analizar las características de la
vida cotidiana de las mujeres y las y los jóvenes del Barrio Santa María de Las Pampas, sus
percepciones y vivencias, de manera tal que puedan aportar no solo al mejoramiento de su
propio hábitat, sino también a una gestión social democrática, participativa, cooperativa
y alternativa. El relevamiento de información consta de registro de actividades y rutinas
producidas a partir de recorridos realizados por el equipo de investigación en dos momen-
tos diferentes (días y horarios), entrevistas en profundidad a mujeres habitantes del barrio,
entrevistas a un ex dirigente barrial y a la Asistente Social del Centro de Gestión Social de
la Municipalidad de Santa Rosa, La Pampa.
Aspectos teórico-metodológicos
Las ciudades son escenarios de nuevas formas de vida y también de crecientes tensio-
nes sociales. Los procesos y actores urbanos muchas veces son analizados como un corpus
social homogéneo soslayando que los sometimientos no son iguales para varones y para
mujeres. Ana Falú rescata la necesidad del abordaje interdisciplinario en los análisis sobre
el hábitat urbano entendido como construcción histórico-social. “En este sentido, la geo-
grafía y la sociología constituyen disciplinas básicas para la planificación urbana y ambas
se han cruzado en años recientes con los estudios de género” (Falú, 2002, p. 19). A través
de esta categoría podemos analizar cómo se expresan las desigualdades y diferencias en el
espacio urbano y de qué manera sus componentes materiales y simbólicos contribuyen a
reproducir relaciones de género en diferentes contextos espacio-temporales.
Existen diferentes estrategias y formas de percibir la ciudad por parte de la ciudada-
nía. De acuerdo con sus condiciones económicas y socioculturales, cada habitante tiene
diferentes formas de pensar e imaginar la ciudad y a partir de ello desarrolla prácticas
urbanas particulares. Las representaciones simbólicas y los imaginarios urbanos permi-
ten entender cómo percibimos, cómo usamos la ciudad y cómo proyectamos de manera
individual y colectiva ciertas maneras de entender la ciudad. Por ello, los imaginarios se
relacionan con imágenes mentales que son sociales y se expresan en las prácticas urbanas,
en las relaciones y tensiones entre ciudadanas y ciudadanos, en la apropiación y uso de los
espacios públicos. El hacer de los habitantes de una ciudad no es ajeno a estas imágenes
sobre el espacio urbano y la vida urbana. Por esto la categoría género-interseccionalidad es
central para el análisis de las diferentes maneras de vivir el hábitat.
La espacialidad, lejos de ser considerada únicamente como un ‘receptáculo’ donde
acontecen los fenómenos sociales, es problematizada y entendida como una dimensión
compleja de la vida social y urbana, en términos de espacio vivido-concebido. Este no es
otra cosa que un espacio con sentidos y significados, sentidos y significados no intrínse-
cos, sino otorgados por quienes lo habitan y lo vivencian.
La experiencia vivida, las condiciones materiales e históricas, las inmaterialidades, son
expresiones de la construcción social del hábitat y el desafío es problematizar esas condi-
ciones para promover una gestión participativa del mismo. Las relaciones sociales y la vida
cotidiana son ejes centrales que construyen los espacios de representación, en los cuales
los significados compartidos organizan las prácticas sociales que van reconfigurando el
orden simbólico sobre el lugar. Los antagonismos, contradicciones, tensiones y conflictos
La vida cotidiana de mujeres en un barrio de vivienda social de Santa Rosa, La Pampa 591
revelan las relaciones de poder y activan a las comunidades a interpelar las lógicas de pla-
neación del territorio impuestas por el poder estatal. Se trata de resituar lo barrial desde
los propios actores -las mujeres y las y los jóvenes- en aspectos vinculados con la conviven-
cia y los modos de participar y actuar en lo colectivo y en la vida cotidiana.
El estudio de la vida cotidiana es un campo común del feminismo y la geografía, al
que se le suma la importancia del contexto y el pensamiento sobre la diferencia, las tres
íntimamente vinculadas. Susan Hanson (1992) advierte que ambas comparten el interés
mutuo y el respeto intelectual por el mundo concreto y mundano de la vida cotidiana
donde encuentran significación y comprensión de las condiciones materiales de las ex-
periencias vividas por las personas. “Feminismo y Geografía tienen facilidad para ver las
conexiones entre lo pequeño (lo cotidiano) y la gran agenda del quehacer político así como
los eventos y procesos que ocurren en diferentes escalas geográficas” (Hanson, 1992, p. 21).
Por eso nos interesa rescatar la perspectiva de Henry Lefebvre, en este caso interpretado
por Alicia Lindón (1999; 2004) de quien recuperamos sus trabajos de investigación en el
campo de la vida cotidiana y su acercamiento epistémico al constructivismo geográfico.
En principio lo cotidiano no representa unas prácticas fragmentadas sino procesos enca-
denados, “lo cotidiano son los actos diarios pero sobre todo el hecho de que se encadenan
formando un todo” (Lefebvre, 1981, p. 8). Una cuestión central es que plantea las prácticas
sociales como praxis, es decir como totalidad social. Su concepción integra distintos nive-
les desde el nivel biofisiológico hasta el formal y abstracto de los símbolos, la cultura, las
representaciones, las ideologías. Encuentra relevante la praxis repetitiva que contribuye
a reproducir el mundo, y otra inventiva o creativa que produce una transformación de la
cotidianeidad. Entre ambas hay relación aunque no siempre equilibrio.
Es necesario ver el contexto de estas acciones, las relaciones sociales en las cuales toman
lugar “sobre todo porque su encadenamiento se efectúa en un espacio social y en un tiem-
po social” (Lefebvre, 1981, p. 8). En este sentido el autor entiende que
La vida cotidiana no son sólo las actividades (trabajo, vida familiar, ocio) también los deseos, las ca-
pacidades y posibilidades del ser humano con referencia a todos esos ámbitos, sus relaciones con los
bienes y con los otros, con sus ritmos, su tiempo y su espacio, sus conflictos. (Lefebvre, 1972, p. 8).
Alicia Lindón (2004) recorre las distintas vertientes de tradición marxista y fenomeno-
lógicas. Supera los dualismos reductores al proponer una perspectiva de la vida cotidiana
en la cual la idea rectora es el movimiento constante entre la invención y la rutinización:
“toda invención, en la medida en que se adopta (se instituye), de inmediato se constituye
en rutina y repetición” (Lindón, 2004, p. 46). La autora encuentra en las sucesivas lecturas
acerca de la vida cotidiana en Lefebvre, que detrás de la cotidianeidad alienada, rescata la
capacidad liberadora de lo cotidiano, una tensión constante entre la cotidianeidad con-
trolada y liberadora. En ese sentido Lefebvre expresa el interés que tiene la vida cotidiana
dentro de la modernidad, como el núcleo desde el cual las sociedades reiteran y repiten
tendencias, pero también donde rompen con éstas y construyen otras diferentes. En esto
radica la huella de Lefebvre según Lindón: en “pensar que lo cotidiano es la posibilidad de
realizar el cambio social, aunque constantemente es acechado para anular esa capacidad
que, sin embargo vuelve a surgir desde otro ángulo” (Lindón, 2004, p. 47).
Estas perspectivas teóricas necesariamente dialogan con un proceso de investigación
cualitativa. Según Vasilachis (1992), ese proceso supone: la inmersión en la vida cotidiana
de la situación seleccionada para el estudio; la valoración y el intento por descubrir la pers-
pectiva de los participantes sobre sus propios mundos; la consideración de la investigación
592 Leticia Garcia, Beatriz Cossio y Franco Carcedo
Desarrollo
Las voces que tenemos hasta aquí son las intermediadas por instituciones, por eso nos
interesa poner el foco de lo barrial desde las percepciones y la vida cotidiana como signi-
ficante espacial de quienes lo habitan. Para reconocer la dinámica y la vida del barrio es
necesario el relevamiento de las percepciones de quienes integran instituciones, actores
políticos, sociales, el estado y centralmente quienes viven, quienes desarrollan activida-
des para satisfacer sus necesidades. Como la ciudad es expresión de los procesos sociales
también representa en los usos y apropiaciones las relaciones de género que a su vez se
intersectan con la edad, clase, cultura, origen, etc.
Entrevistamos en esta instancia a modo de prueba y ajuste del protocolo de entrevista,
a cuatro mujeres de diferentes grupos etarios que habitan en el mismo sector del barrio.
Además de las condiciones materiales presentes o no en el barrio, nos interesa indagar
sobre la participación individual y colectiva, acerca de la percepción de seguridad y auto-
nomía desde una perspectiva de género para pensar cómo se materializarían en un urba-
nismo que incorpore este enfoque.
La vida cotidiana de mujeres en un barrio de vivienda social de Santa Rosa, La Pampa 595
El barrio es mi casa
Las relaciones más estrechas se dan en contexto de familia, se presenta un escenario
particular en las entrevistas realizadas y es la presencia de familiares directos en el radio
de pocas manzanas. Esto se vive como una fortaleza en el refuerzo de relaciones vinculares
596 Leticia Garcia, Beatriz Cossio y Franco Carcedo
entre abuelxs, nietxs, hijxs, hermanxs y sobrinxs en la vida cotidiana. Esto a su vez reduce
los lugares de referencia en el barrio, a su casa, la de algún familiar, o algún vecino que
frecuenta diariamente.
-Ma me voy a lo del abuelo…
-No porque está durmiendo, todavía es temprano. (Diálogo entre un hijo y la madre entrevistada) (Entrevis-
tada I)
Cuando nos vinimos teníamos a G. de dos años y a mi papa ya le costaba manejar. Así que no lo dejábamos que
viniera manejando y claro vivían en el 3000, lo extrañaba y se nos dio de comprar una casita acá a la vuelta. Él
ya la tenía saldada allá así que entregó un auto y se vinieron. Ahora los chicos agarran la bici y pican para lo de
la abuela. (Entrevistada II)
Soy una persona que llega a casa y me corro cinco cuadras a lo de mi hermana pero no entro en el barrio. (En-
trevistada I)
El acceso a la ‘casa’ se marcó como el momento más importante para el núcleo familiar.
Alguno de los casos fue producto de la asignación fortuita, pero en otros accedieron a la
casa por intermedio de la compra. La transacción la reconocen como clandestina y en si-
multáneo tramitan la nueva adjudicación en el IPAV.
La compra de tierra y vivienda en Santa Rosa presenta obstáculos vinculados con la
escasa disponibilidad de suelo y elevados valores de los mismos (Garcia y Cossio, 2017) la
oportunidad de acceso a la vivienda para sectores populares es a través del alquiler, cons-
trucciones de departamentos en los terrenos de vivienda de la familia o el otorgamiento
de vivienda social. Unas 10.000 viviendas son demandadas a nivel provincial, este déficit
anima un mercado clandestino de las viviendas sociales que deja intersticios posibles de
acceso para quienes no fueron beneficiadas en las distintas adjudicaciones.
Estuve anotada desde que V. era bebe, si habré ido con él en el changuito… me habían despedido justo que había
arreglado para comprar esta casa… tuve que vender todo… pero todo… con la indemnización y lo que juntamos
pudimos tenerla. (Entrevistada II)
Es muy elevada la condición de valoración de la casa y no importa el lugar o el barrio.
Me costó venir a este lugar, toda mi vida en la casa del Atuel, mi habitación, todo el mundo me conoce… era salir
de la zona de confort, algo nuevo, que vecinos nos iban a tocar.
Tengo algo contradictorio…. amo la casa de mi abuela, volví un año a vivir con ella porque no soportaba vivir
acá, porque mi vida estaba allá y me negaba a estar acá, no quería embalar nada. A mi hermano no. Y ahora
quiero la casa de mi abuela, pero quiero mi casa, a pesar del barrio y de las cosas que nos toco pasar.
Es una casa hermosa y es nuestra, y yo no sé si me iría de acá, tengo mi pieza…
Después de las inundaciones nos ofrecieron cambiar la casa, mi mama dijo al principio si y después evaluó que
es un terreno súper grande… no sabíamos dónde íbamos a parar. Ella hizo esta ampliación de tres habitaciones
y nos quedo una casa re cómoda. (Entrevistada III)
La casa y las relaciones familiares se unen en una relación dialéctica. Las mujeres en-
trevistadas tienden a “traer a sus familias al barrio”. Así se establece una red familiar que
colabora en la atención de adultos mayores y de niñas, niños y adolescentes.
El barrio es la casa y la de su familia. Este juego de relaciones tiene su expresión espacial.
Fijan como lugares de referencia a “sus casas”, como lugares de vida y proyección, desde ese
lugar el barrio tiene valor porque les permite disponer de los lazos familiares en el mismo.
Esto de alguna manera compite con el uso y apropiación del barrio en su conjunto.
Sinceramente yo no ando en el barrio, no conozco el barrio por dentro, si he pasado en colectivo, cuando estoy
vaga y no camino voy en colectivo… Andar por dentro del barrio no, si cuando pasaba en el colectivo. Me pasa
que no se cómo es con respecto a la seguridad. El lugar de referencia es la parada de colectivo en la esquina. Que
La vida cotidiana de mujeres en un barrio de vivienda social de Santa Rosa, La Pampa 597
yo sepa mi hermano no ha ido al SUM si a la canchita, su amigo vive a tres cuadras. (Entrevistada III)
La Figura 4 sintetiza la cartografía elaborada por cada una de las mujeres acerca de los
lugares de referencia y circulación en su barrio. La misma esta mediada por sus rutinas
diarias y por relaciones que establecen, en las viviendas propias, de familiares y las calles
donde entran y salen del barrio. Las relaciones fuera del barrio son fluidas alrededor de
vínculos de amistad, asistencia a instituciones educativas, trabajo, prácticas religiosas,
consumo en comercios del centro de la ciudad y prácticas deportivas.
Figura 4. Barrio Santa María de las Pampas. Uso y circulación de las entrevistadas
por espacios del barrio y fuera del barrio
Relación cero
Las entrevistadas vienen de otros barrios de la ciudad, en ellos han establecido relacio-
nes y hábitos de consumo que siguen sosteniendo. Las que tienen hijos en distintos niveles
educativos no asisten a las instituciones del barrio y en consecuencia las relaciones que
establecen en general son con el afuera del barrio.
No conozco a nadie, no me relaciono con gente de acá, de hecho con los vecinos es hola y chau. Crecimos y cada
uno su vida, pienso que increíble lo que una pared separa porque tenemos el tapial acá y no me entero de la vida
del vecino, ni hablar con los de atrás. (Entrevistada III)
Hace diez años que vivo en el barrio y no conozco la gente, solo conozco al de al lado, la señora de la esquina,
el de atrás y paramos de contar. Yo no estoy mucho tiempo aunque cuando estaba tampoco. (Entrevistada II)
Estas apreciaciones acerca de las relaciones y los lugares tienen relación directa con la
participación y la socialización del hábitat. En ningún caso hay registro de actividades
que se desarrollen en el barrio, no han participado en las elecciones de la comisión vecinal
aunque sí reconocen que mejoraría el barrio con actividades para la población más joven y
los adultos mayores. Ante el conflicto por las inundaciones una de ellas participó activa-
mente aunque antepone ciertos problemas de la exposición pública.
No conozco a nadie que se junte, la escuela por ahí… Vienen de afuera… ojo en una de esas hay y yo no la se… Está
pasando como el país cada uno se queda en lo suyo, no sabes que va a pasar.
598 Leticia Garcia, Beatriz Cossio y Franco Carcedo
A modo de cierre
La necesidad de un desarrollo urbano más equitativo y accesible a toda la ciudadanía,
requiere de actuaciones públicas que reconozcan no solo las necesidades sino las diferen-
tes formas de vivir la ciudad. Las condiciones sobre las cuales se desarrolla la vida coti-
diana de diferentes grupos sociales superan muchas de las posibilidades de intervención
porque exige del conocimiento profundo de los actores y hacedores de ciudad, en este caso,
los colectivos sociales.
Estas primeras aproximaciones ponen en escena a las mujeres como productoras de
La vida cotidiana de mujeres en un barrio de vivienda social de Santa Rosa, La Pampa 599
espacios. Familia, vivienda y entorno inmediato son los espacios simbólicos y materiales
entramados en la vida cotidiana de las mujeres entrevistadas. El marco de posibilidad de
integración familiar en el barrio otorga fortalezas en la atención de los adultos mayores
y niños. No podemos generalizar que esto distraiga relaciones por fuera de las familias,
pero la dinámica de socialización del hábitat es muy restringida.
Las dotaciones de bienes del barrio como las escuelas no son utilizadas y los espacios
públicos que se usan son los inmediatos a la vivienda, donde se puede ejercer control.
Las adjudicaciones de las viviendas se otorgan en su mayoría a las mujeres y también
son ellas las que gestionan la adquisición por otras vías, utilizando en todos los casos sus
sistemas de relaciones más inmediatos. Aparecen como frontera las diferencias sociales y
culturales, más que las económicas. Las prácticas de cuidado de la vivienda, de sus padres,
hijas e hijos se proyectan de alguna manera en imaginar acciones posibles en el barrio, a
partir de problemas que ellas reconocen en los más jóvenes, niños, niñas y adultos mayores.
Estas son consideraciones elementales surgidas de las primeras entrevistas que abordan
además otros tópicos. La interseccionalidad permite descencializar la categoría mujer y
poder mirar cómo las diferencias socioculturales, por edad ofrecen diferentes registros en
las entrevistadas. La vida de estas mujeres cambió de contexto material al llegar al barrio
hace una década, aunque cada una reprodujo sus relaciones previas en este nuevo lugar.
Estas prácticas contienen la fuerza de la reproducción de roles genéricos, de adaptación y
a su vez de resistencia a este espacio planificado pero también de posibilidades de cambio.
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Otras geografías, otros análisis: los espacios de ocio y
la diversidad sexual en la ciudad de Bahía Blanca1
José Ignacio Larreche
Introducción
Tradicionalmente, la geografía humana nos ha enfrentado a abordajes que han reves-
tido un desarrollo válido en virtud de teorizaciones pioneras del medio urbano, pero de
tibias aproximaciones comprometidas si las confrontamos con sucesos y sujetos contem-
poráneos. El objetivo que persigue este trabajo consiste en, de forma preliminar, robuste-
cer una mirada social de la alteridad, estructurada en el tiempo de ocio, las sexualidades
no hegemónicas y sus cartografías, en la ciudad de Bahía Blanca. Esta ciudad es la más
importante del sudoeste de la provincia de Buenos Aires, compuesta por poco más de
300.000 habitantes (INDEC, 2010), lo que la nivela a ser nominada de rango medio.
En La condición de la posmodernidad, Harvey (1998) alerta sobre la preocupación por
“otros mundos”, “otras voces” tan largamente silenciados, de los que gays y lesbianas
forman parte. Tomando como eje que “las relaciones de género y la sexualidad están
espacializadas” (McDowell, 2000, p. 101), esgrimiremos aproximaciones tendientes a
analizar las geografías de las sexualidades que implican singularidades para el caso
del colectivo LGBT2: el estigma, la discreción y la noche. Se sopesa la ‘textualidad’ de
la ciudad con aportes de la sociología y la antropología, en virtud de una comprensión
holística de las minorías y sus alcances performativos mediante estrategias de inves-
tigación cualitativas como entrevistas en profundidad y la observación in situ de estas
espacialidades para, entre otros cometidos, proyectar un registro de su presencia a lo
largo del tiempo en la historia local.
Como resultado, se ha corroborado una reclusión a los márgenes de estos espacios de
ocio que avisoran una marginalidad en la experiencia LGBT. Asimismo, “el ambiente” (Sí-
vori, 2005) será complejizado por otros elementos propios de la disco que nos urgen a ser
cuidadosos con la generalización de estos microespacios, en clave de verdaderos procesos
de socialización. De fondo, la cualidad de intermedia de Bahía Blanca es puesta en contro-
versia para demostrar la importancia de los trabajos situados.
1 Este trabajo se desprende de las observaciones del tesista, efectuadas en el marco de las tareas como becario docto-
ral, financiado por CONICET. La dirección del doctorando está a cargo de las Dras. Patricia Ercolani (Dto. Geografía
y Turismo, UNS) y Graciela Hernández (Dto. Humanidades, UNS-CONICET), respectivamente.
2 Se reconoce una disposición acotada, susceptible de ampliación, en el acrónimo LGBT que refiere a subjetividades
Lesbianas, Gays, Bisexuales y Travestis (LGBT).
602 José Ignacio Larreche
aducidos a otras disciplinas de las ciencias sociales, pero en este apartado, solo aspirare-
mos a presentar algunas piezas en la ciencia que nos (pre)ocupa y, específicamente, rea-
lizaremos un intento por esclarecer la consistencia de la línea de análisis denominada
‘geografías de las sexualidades’.
Primeramente debemos precisar que la temática se deprende del llamado giro cultu-
ral (cultural turn) que aspira a revitalizar al sujeto y su impronta en la construcción del
territorio que, a través de acercamientos más estables con otras ciencias sociales (antro-
pología, psicología social, sociología), promueven estudios implicados con la realidad
social de sujetos bien concretos. Esto no solo se traduce en un advenimiento, para al-
gunos institutos de geografía, de proyectos de investigación dignos del contexto que se
impone, sino complejos reajustes en referencia a los enfoques de investigación, técnicas
de análisis y especificaciones del corpus teórico, que a lo largo del trabajo serán desple-
gados. Como ya habría advertido Santos (1990), el encuentro con otras ciencias sociales
autentifica la propia y, en este sentido, se adhiere al pensamiento de otro geógrafo lati-
noamericano cuando explica:
…ese trabajo de legitimación no sólo debe realizarse hacia afuera, es decir, de cara a las demás disci-
plinas, sino que es pertinente también hacerlo hacia adentro ya que desafortunadamente muchos
geógrafos suelen contentarse de una versión light de la disciplina geográfica. Esto constituye un ele-
mento más que contribuye al detrimento de una reflexión geográfica constante y necesaria sobre
los propios campos de trabajo de la disciplina, sus fundamentos epistemológicos y sus formas de
trabajo. (Hiernaux, 2010, p. 47)
El hito fundacional de las geografías de las sexualidades se corresponde con la publi-
cación de la obra Mapping Desire3 por parte de los geógrafos británicos Bell y Valentine
en 1995, a pesar de que previamente se habían escrito artículos con intereses similares,
como el de Knopp en 19874. A partir de allí, inicia una proliferación de trabajos em-
prendidos por geógrafos y geógrafas afines a esta perspectiva, pero movilizados por
inquietudes disímiles. Resulta muy difícil confeccionar una inventario de las apues-
tas teóricas que se produjeron, principalmente por la extensión de páginas impuesta,
pero podemos enumerar temas vinculados a la configuración de espacios de gays y de
lesbianas tanto desde los recorridos cotidianos, como introspecciones más políticas
lindantes con las actuaciones de estos grupos en movimientos sociales, los efectos dia-
lécticos entre la corporeidad de sujetos y su correlato espacial y la concatenación entre
la subcultura gay y el capitalismo imperante, solo por citar algunos. En los albores del
siglo XXI los estudios serán mucho más comprometidos en lo concerniente al trabajo
de campo y la elaboración de cartografías microlocales: los espacios del deseo (las zonas
rojas); la práctica del turismo en diálogo con la modalidad del segmento LGBT; los gue-
ttos gays en barrios como Marais, Del Castro, Greenwich y Chueca, serán algunas de las
propuestas que inauguraron un segundo caudal de estudios. Si bien queda evidenciada
la diversidad de iniciativas desde su fresca irrupción en el quehacer geográfico, todos
estos esfuerzos se ven homologados por ser producciones del ‘norte’: británicos (Bell,
1991, 1995; Hubbard, 1998; Binnie, 1997, 2004); anglosajones (Brown, 2012; Knopp,
1992; Oswin, 2008); francesas (Leroy, 2005; Jaurand, 2015; Raibaud, 2007); o españolas
(Fernández Salinas, 2007; Santos Solla, 2003).
conocer esas cajas negras de la realidad social para poder cuantificarlas, cuestión por la
cual recibirá sus críticas posteriormente.
Se entiende que la contribución de esta escuela ha sido notable, principalmente por
poner de relieve los mundos (y sus problemas) de la vida cotidiana y sus manifestaciones
locales delineando procedimientos analíticos para ello. Siguiendo a Azpurua (2005) a par-
tir de la Segunda Guerra Mundial, la Universidad de Chicago no solamente es bastión del
desarrollo de los estudios apoyados en el paradigma cualitativo, sino que remarcablemen-
te se convierte después de la década de 1940, en la cuna del paradigma cuantitativo. En
geografía, esto se conocerá como la nueva geografía cuantitativa cuyas teorías gozan de
plena vigencia (Christaller, Burgess, Hoyts, Berry, VonThunen). Se considera que aquí resi-
den las críticas más sólidas de geógrafos que denostan sus abordajes de lo social. En esta
dirección, Soja (2008) en su obra Postmetrópolis: estudios críticos sobre las ciudades y las regiones,
esgrime una crítica a ponderar en relación a los alcances instrumentales de aquellos pos-
tulados a los que asocia con lo que se conoció como la ecología urbana. El autor asegura
que este término induce a la abstracción del fenómeno urbano ya que su real función se
encuentra, mediante la importación de esquemas de las ciencias naturales, en analizar la
anatomía interna, la circulación, los ciclos de vida de la ciudad en franca analogía con la
de un organismo biótico. Es por ello que en Chicago se defendían teorías de las aparien-
cias visibles y comportamientos mensurables en detrimento de posturas científicamente
más arriesgadas en la profundización de lo urbano:
…debemos señalar que se trató también de una confusa desviación de un modo más crítico de com-
prender la espacialidad y las reveladoras especificidades espaciales de la vida urbana. La Escuela de
Chicago y sus seguidores se encerraron en un punto de vista miope de la geohistoria de las ciuda-
des y crearon una ilusión despolitizada de la especificidad urbana que concentró la interpretación
en las apariencias y en los comportamientos superficiales. (Soja, 2008, p. 147)
Soja reconoce que esquemas urbanos de los neopositivistas garantizaban, en un prin-
cipio, la visibilidad de la segregación social según la clase y, más tarde, según el origen ét-
nico de las comunidades, aunque estos descubrimientos solo robustecían el cómo de los
interrogantes en materia urbana y respondían escasamente a su por qué. Es decir, eran
estudios de morfología social puramente estáticos que buscaban dar soluciones urbanís-
ticas, eclipsando fecundas discusiones teóricas que pusieran en relieve la complejidad, la
ciudad industrial en relación a sus aspectos económicos, políticos y, fundamentalmen-
te, sociales. Todavía hoy, algunos geógrafos guardan estas costumbres simplificadas de
entender las ciudades, premisa que ralentiza los giros de la geografía humana o, directa-
mente los oxida, desbaratando su movimiento reflexivo argumentativo. En este punto el
geógrafo francés Raffestin (1986) acusa el sesgo objetivista y materialista que dio tono
a la disciplina luego de la Segunda Guerra Mundial manifestando que la geografía ha
quedado reducida a su evidencia.
Hacia 1960, arriba la crisis urbana y con ella se erosionan los marcos interpretativos
para el tratamiento de la ciudad. Siguiendo, a grosso modo, a Harvey o al mismo Soja, la
ruptura se produce cuando la relación entre el auge del capitalismo y los procesos de ur-
banización quedan aunados como partes indivisibles de una lógica compartida. La estabi-
lidad del capitalismo, luego del auge económico en el período de la postguerra, demostró
ser proporcional a la dispersión de la desigualdad que se cimentó en las estructuras del
espacio, siendo la dicotomía centro-periferia y el rol de clase, dos principios que rigieron la
expresividad urbana que distaba ser razonablemente ambiental, como se había validado.
Otras geografías, otros análisis: los espacios de ocio y la diversidad sexual en la ciudad de Bahía Blanca 605
8 Azpurua (2005) señala que los representantes de Chicago también adscribieron nuevos posicionamientos en la dé-
cada de 1960, liderados por Schutz, y Garfinkel.
9 Wirth definía la ciudad como la localización permanente relativamente extensa y densa de individuos socialmente
heterogéneos.
10 Se tomaron los elementos del espacio urbano que propone el urbanista Kevin Lynch (1960).
606 José Ignacio Larreche
Se piensa que el letargo, más allá de las resistencias subjetivas de geógrafos y geógrafas,
en adscribir su responsabilidad disciplinar para enunciar reflexiones en torno a estos
temas que, evidentemente, reverberan en el espacio, pasa por dos motivos que propiciaron
el estancamiento de la complejidad de lo social a partir de conceptos que han quedado,
por un lado, vacíos de contenido en el marco de la posmodernidad y otros que siguen sin
aparecer, por el otro. Estamos hablando puntualmente de los conceptos de población y
minorías, respectivamente. En atención al objetivo original del trabajo, se emplearán solo
algunas guías para encauzar lo dicho. En sus inicios, los estudios de geografía humana
eran básicamente demográficos o de geografía de la población. Los fenómenos migrato-
rios y los desajustes en las tasas de mortalidad y natalidad han sido estandartes de esta
perspectiva. Sin embargo, éste ha sido un enfoque válido para la modernidad, aunque
lejanamente suficiente para la posmodernidad, testigo de una apertura hacia la alteridad
social más sinuosa y ecléctica. Harvey afirma que otras voces, otros mundos, a los que
asocia con mujeres, gays, negros y pueblos colonizados conforman y definen la condición
de la posmodernidad (Harvey, 1998).
Canales (2004) señala la necesidad de revisar los alcances de la población en sus usos
teóricos y sociales. El autor expone que la población implica un proceso de abstracción, no
de concreción, que reduce a los sujetos a su condición de indiferenciables, intercambiables
y adicionables, desvinculándolos de sus campos de estructuración social e histórica. En
consecuencia, la idea de agregado, de ilusión numérica y unidad que presupone la pobla-
ción, anula la diversidad, es decir, “la población que incluye a todos, sin exclusiones pero
también sin distinciones” (Canales, 2004, p. 58). La única regla es la homogeneidad que
rige por sobre el conjunto de individuos (no sujetos) que solo intenta diferenciarlos me-
diante una separación descriptiva, en la que estriban las llamadas subpoblaciones.
Enmarcados en una línea como la presentada, se recomienda que la geografía descarte
a la población como concepto instrumental e incursione en la idea de minorías, emplea-
da por la sociología. Giddens (1991) define a los grupos minoritarios como aquellos que
se encuentran desfavorecidos en relación a la mayoría de la población, por ser objetos de
discriminación o estigmas y, producto de ello, refuerzan un sentido de solidaridad de
grupo, de pertenencia común. Esta experiencia desventajosa hacia miembros autoadscrip-
tos de una minoría, se traduce en la imposibilidad de poder acceder a otros derechos y
oportunidades, que sí son accesibles a otros grupos. Siguiendo a Prieto Sanchís (1995)
lo que importa es que esa colectividad de referencia, por sus características más o menos
voluntarias, porta una cultura que resulta distinta y disidente frente a la que domina. Es
importante recalcar que la construcción de las minorías apunta a un aspecto relacional,
conflictivo más que autónomo. En el caso de las minorías sexuales son un tipo de mino-
rías que padecen una discriminación de hecho, que parte de cuestiones culturales que se
vinculan directamente con los roles de género que engranan la dinámica social.
Por último, cuando nos referimos anteriormente a la tenencia insatisfactoria de dere-
chos y oportunidades de estos grupos, se vislumbra que el desenvolvimiento de espaciali-
dades libres (Blidon, 2008) de las minorías sexuales puede ser una oportunidad bloquea-
da en algunas experiencias del territorio. Es por ello que, a continuación, daremos lugar
a una problematización situada que ahonda este disparador, alentando la posibilidad de
hablar de una ‘geografía de las minorías’.
Otras geografías, otros análisis: los espacios de ocio y la diversidad sexual en la ciudad de Bahía Blanca 607
La ciudad de Bahía Blanca conforma un nodo urbano de relevancia regional cuyas ac-
tividades culturales, económicas y educativas, la explican. Ahora bien, ¿qué supone esta
ciudad para otras expresiones de género?, ¿cómo se resignifica el concepto de ciudad in-
termedia desde un punto de vista sociosexual?, ¿qué performances subjetivas se inscriben
alrededor de la representación singular de este espacio geográfico?, ¿de qué espacios dispo-
ne este grupo para llevar a cabo un proceso de subjetivación ‘auténtico’? Estas preguntas
608 José Ignacio Larreche
11 Según un relevamiento de las fechas publicadas en el perfil público de la fiesta: Facebook Fiesta Hamsa Bahía Blanca.
Otras geografías, otros análisis: los espacios de ocio y la diversidad sexual en la ciudad de Bahía Blanca 609
12 En la Tabla 1 solo se incluyeron los espacios que la mayor cantidad de entrevistados y público LGBT reconocían.
Se debe resaltar que en algunos casos el desconocimiento se vincula a una cuestión etaria pero los gays y lesbianas de
entre 35 y 50 años aproximadamente, han sido el capital social más importante para un intento de sistematización.
En las entrevistas han surgido otros espacios pero que, por motivos de ser datos indirectos por referencias de conoci-
dos o su corta duración en el tiempo, no se han incorporado (Pomelo, Casa Zombie, Kream, Laberinto).
610 José Ignacio Larreche
venía en una idea de reconocimiento de la diversidad sexual: “todos sabían que era el boliche
gay de la ciudad”, “nos separaban pocos pasos de los boliches hetero”.
Por otro lado, se puede evidenciar que la coexistencia de dos espacios de ocio interesa-
dos en este público no ha tenido éxito (Bonifacio-Adonis Pub; Adonis Pub-La Jaula; Glam-Dis-
turbia) ya que se produce una atomización (“el ambiente no da para tener dos boliches”) propia
de ciudades de menor porte en comparación con Buenos Aires, Córdoba o Rosario, lo que
lleva a dificultades en el mantenimiento de un estilo de lugar adaptado a cada gusto per-
sonal. En lo relativo al cierre de estos establecimientos de ocio, los problemas asociados a
conflictos de intereses, internas personales, acusaciones por delitos o cuestiones coyuntu-
rales como Cromañón han repercutido estas espacialidades.
Resultan interesantes otros apuntes en torno a la concepción del espacio social: en los
primeros sitios dominaba una concepción de amistad, de lazos intersubjetivos que com-
pensaban la estigmatización de ser gay o lesbiana: “no importaba el que estaba al lado, todos
estábamos en la misma”. Asimismo vale subrayar que en los intersticios donde no se contó
con lugares de esta índole, gays y lesbianas maniobraron estrategias territoriales para le-
vantarlos: “si se cerraba algo, buscábamos armar otro lugar”, “hacíamos fiestas pseudo clandestinas
porque queríamos hallar nuestro lugar”, “íbamos boyando, de boca en boca,hasta encontrar nuestro
boliche”. Otro entrevistado15 refiere estas iniciativas como “ fiestas nómades” en donde no
importaba hasta que reducto llegar: “un día me tomé un taxi y gasté mucha plata hasta donde se
hacía la fiesta… era un garaje sucio pero yo sabía que tenía que ir”. El caso de Bonifacio refleja una
fase territorial interesante: “Bonifacio fue un espacio de conquista LGBT porque empezó siendo
para heteros” expresa con orgullo un informante16.
Finalmente, en lo recopilado Adonis Pub ha sido, según los entrevistados, “El lugar” ya
que no hubo una continuidad de fiestas tan firme: “abría todos los fines de semana y feriados”
y tampoco ha existido una centralidad en la accesibilidad tan preponderante. Su posición
de adelante se adiciona la existencia de un “balcón abierto” que conectaba su público con la
exterioridad de la calle.
Recapitulando, las espacialidades homosexuales son inestables, recurren a escenas
inundadas de oscuridad y socialización difusa, acarrean intervalos propios de una difi-
cultad estructural, propia de sociedades binarias: esta relación, por un lado, figurativa, re-
presentativa e imaginativa y, por otro lado, material y territorial pertenece a estos espacios
sexualizados. El ‘armario’ podría considerarse como una metáfora espacial para el ocul-
tamiento y la negación de vidas y deseos de lesbianas, gays, bisexuales y/o transexuales
(LGBT), que se despliegan vívidamente a través de innumerables actos prácticos y políticos
y a través de experiencias de amenaza y marginación (García Escalona 2000; Browne et al.,
2007) en donde la variable espacial es co-constitutiva. Seguidamente, esbozaremos por
qué la disco reposa en una espacialidad válida pero, en algunos contextos, insuficiente.
Conclusiones
En estas páginas procuramos demostrar una relación poco explorada en el campo de
la geografía regional y nacional: la construcción sociosexual de la ciudad. Se insistió en
la relevancia de discusiones con otras disciplinas sociales para superar el status quo del
tradicional análisis de la geografía humana e identificamos la categoría de población, la
relevancia de los procesos diurnos y el heredado interés por la macro escala urbana, como
principales escollos de las investigaciones en geografías nuevas.
A partir de entender la ciudad de Bahía Blanca como texto en consideración de la alteridad
sexual y el ocio, brotan nuevos interrogantes que nunca relegan el papel de las cartografías y
su función articuladora de otros mecanismos de socialización. La noche nos ha interpelado
como geógrafos y no podemos acuñar la idea de que se trata de un paisaje carente de ilumi-
614 José Ignacio Larreche
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El curriculum en la enseñanza de una
geografía con perspectiva de género
María Magdalena López Pons
Introducción
La escuela es un espacio de producción y reproducción de nuestras sociedades en di-
ferentes territorios y momentos históricos, entre estas reproducciones se encuentran las
construcciones de género.
Las construcciones y convenciones sociales y culturales influyen en los modos en los que
se presenta el curriculum formal y las características que adquiere el curriculum oculto
impartido por las escuelas. Que estas cuestiones sean visibles con una mirada crítica desde
diferentes cuestiones y problemáticas de género, no solo permite repensar los conocimien-
tos impartidos, sino cuestionar el lugar de la escuela en la formación de ciudadanos.
El presente trabajo pretende indagar sobre el abordaje de una geografía con perspectiva
de género en el Nivel de Educación Secundaria, a través de los lineamientos presentes en el
curriculum, las prácticas educativas, y el curriculum oculto.
Centramos el estudio en el Nivel Secundario del Sistema Educativo correspondiente a la
provincia de Buenos Aires (Argentina); compuesto por un Ciclo Básico y un Ciclo Superior de
tres años cada uno, estructurando el nivel en seis años; y conformando el bloque de educación
obligatoria conjuntamente con los niveles de Educación Inicial y Educación Primaria.
Aspectos metodológicos
El trabajo formó parte de un proceso de investigación de tipo exploratorio, intentando
profundizar el estudio en su trayecto metodológico y en el análisis teórico, donde se gene-
raron preguntas e hipótesis para futuros trabajos.
En un primer momento se indagó sobre los debates teóricos, los principales anteceden-
tes, y las discusiones en torno al universo a estudiar, a través de un análisis bibliográfico
y de documentación disponible en el contexto educativo. Posteriormente se realizó el tra-
bajo de campo basado en una metodología cualitativa que otorgó la posibilidad de pasar
de la realidad factual y de los hechos de nuestra experiencia (a través de nuestro trabajo
empírico), a la realidad simbólica; poniendo en valor significados y representaciones para
analizar la realidad como un proceso social; así como la detección de cualidades desde
contextos particulares.
Las técnicas metodológicas utilizadas se basaron en entrevistas en profundidad. Éstas
fueron de tipo semiestructuradas donde los informantes claves fueron docentes a cargo de
asignaturas con contenidos geográficos. Esta estructura de entrevista nos permitió abrir
el juego a posibles cuestiones que no se hubieran considerado a priori, y que en el recorrido
del trabajo de campo surgieran siendo significativas para explicar la realidad estudiada.
Se manejaron las mismas guías de preguntas para todos los entrevistados. Durante
el desarrollo de las entrevistas se enfatizó la conversación individual con cada docente,
alejando las posibilidades que en este proceso intervengan más cantidad de informantes.
620 María Magdalena López Pons
Cuando trabajas el tema… cuando los introducís a los chicos en el tema; sí, empiezan a cuestionarte cosas que les
parecen que no deberían ser… que esa situación es totalmente… que se yo… no se… que la inserción de la mujer
en el mercado de trabajo ¿porque no asumen algunos puestos? Cuando una les plantea, se imaginan como que
es algo que pasó hace mucho tiempo y se cuestionan ¿qué cosas habría que cambiar?… pero muy poco. (Entre-
vistada 8, 2016)
Y bueno… ahora últimamente sí, por todo esto de “ni una menos”, “ni una más”… los chicos como que están…
antes no pero a partir de toda esta movilización que hay este año. Yo noto que se habla más de eso. O sea, que los
chicos hablan del tema viste… de la violencia, del género, de la violencia de género, están medio, sí, sí, sí. (Entre-
vistada 4, 2016)
El surgimiento de estas discusiones suele enmarcarse en consultas y cuestionamientos
de los alumnos en los momentos de clase, o como un acompañamiento de los docentes
frente a circunstancias puntuales, pero generalmente, no forma parte sistemática de una
planificación de clase establecida. Esta situación se encuentra justificada en las entrevis-
tas por la ausencia de estos contenidos en el Diseño Curricular de Educación Secundaria.
Siempre los temas… cuando hay un caso puntual se hablan… se analizan… se hace reflexionar… pero no es espe-
cíficamente de los contenidos, es de una charla, de una situación que se plantea en el aula, pero… no pasa de ahí.
No es de contenidos. (Entrevistada 3, 2016)
Se requiere un esfuerzo que conlleva salirse de lo establecido en el curriculum, manejar
tiempos para cumplir con lo instituido, y generar materiales didácticos que permitan la
transposición didáctica de contenidos. A esto también debe sumarse lo expresado en las
entrevistas respecto a las dificultades que presenta la ausencia de formación de los docen-
tes con esta perspectiva.
Sí, se tendrían que abordar. El tema es que uno no sabe, por que como la formación no tuvo en cuenta eso… es
como que a uno le cuesta. Por ahí es como todo… es como las nuevas tecnologías, si uno no está capacitado, no
tenes capacitación, y, ¿Cómo lo vas a incorporar?.. ¿No? Si, si tendría que ser abordado…pero no me doy cuenta
de que manera; ¿entendes? (Entrevistada 3, 2016)
No se realiza porque muchas veces los docentes grandes no tenemos la formación. Desde las escuelas se está
abriendo un poco más a estos proyectos, así, como paralelos a los contenidos. (Entrevistada 3, 2016)
Entrevistadora: ¿por qué paralelos?
Si, porque por ejemplo violencia de género no se trabaja desde los contenidos… Viste si vos no buscás algún artículo pe-
riodístico… o algo para mecharlo en población o eso, es como que no se toca, se deja de lado. (Entrevistada 3, 2016)
Uno siempre se trata de abocar a lo que se pide dentro del Diseño Curricular, No?... entonces es como que se
aboca a eso! Tratamos de armar con profes de manera conjunta y uno se aboca a eso. (Entrevistada 2, 2016)
Si, creo que debería haber una modificación del Diseño Curricular e incluir más esta temática, creo yo… me
parece a mí. Porque es una problemática actual. (Entrevistada 2, 2016)
Creo que está planteado desde los Diseños y desde los proyectos institucionales, pero claramente en la práctica y
en el trabajo nuestro; no. Al menos yo en las que estoy, no. (Entrevistada 9, 2016)
Y… primero que en el Diseño Curricular como cuestión de género no está, y después para mí, la capacitación y
la preparación nuestra para abordar. (Entrevistada 9, 2016)
Si el Estado es quien me solicita a través de una normativa, que más allá de las demandas sociales como te venía
diciendo hace un ratito…, a través de resoluciones, a través de Diseños Curriculares, me solicita que incluya la
perspectiva del género por supuesto que lo voy a hacer. Una de las principales dificultades es que no está presente
desde el Estado. (Entrevistada 6, 2016)
Y por ahí nosotros, por la formación o por lo que sea, te inclinas más por tomar, ponele… que se yo… un estudio
de caso en base a la problemática de… no desde el género sino desde otra problemática, no abordado de ese eje…
pero bueno… si se podría. (Entrevistada 4, 2016)
El curriculum en la enseñanza de una geografía con perspectiva de género 623
...pero sé que la cuestión de la formación condiciona como trabajarlo, como abordarlo. (Entrevistado 5, 2016)
…al no saber cómo abordarlo, ¡es complicado! (Entrevistado 5, 2016)
Fuente: elaboración personal con base en la transcripción textual de entrevistas realizadas. Tandil, 2016
… bueno la docencia tiene la mayor cantidad de mujeres trabajando y en algunos hechos problemáticos siempre
los alumnos responden más a los varones… yo no sé si será de una postura bien de género. (Entrevistada 8, 2016)
Y si… Porque es como que prevalece mucho el tema de la superioridad o el hecho del machismo, como que está
muy instaurado. (Entrevistada 9, 2016)
Una de las formas en las que se manifiesta el curriculum oculto es en el uso del espacio,
donde en pocas oportunidades se cuestionan estas prácticas que se encuentran naturali-
zadas institucionalmente. Podemos evidenciar el comentario de una de las entrevistadas
respecto a una institución que transita en su labor docente:
En escuelas donde tradicionalmente eran escuelas de varones… hay algo que me causó mucha gracia… te lo
comento porque me causó mucha gracia en la propuesta del nuevo centro de estudiantes en una escuela donde
estoy… Fue el hecho de establecer espejos y de sacar los mingitorios del baño de mujeres, eso fue como que me
llamó la atención, en esta escuela por ejemplo tienen un solo baño para mujeres y hay cinco baños para varones,
en una escuela que tiene hoy alrededor de unas 300 alumnas más o menos… algunas mujeres tienen un solo baño
para 300 personas. Eso fue algo que me llamó la atención… más allá del espejo!... como los baños de varones no
tienen espejos… me llamó la atención la propuesta: que les habilitaran un baño, les sacaran los mingitorios por-
que no les gustaban, no los necesitan. (Entrevistada 8, 2016)
Las entrevistas nos permitieron acercarnos a la realidad institucional donde realizába-
mos nuestro trabajo de campo y; paralelamente, incursionar sobre las experiencias de los
docentes en otras instituciones, enriqueciendo y ampliando nuestro trabajo, como es el
caso de esta última intervención.
Los procesos de socialización en las instituciones escolares están atravesados por el cu-
rriculum oculto, donde las relaciones de género se reproducen en paralelo con el contexto
histórico social de los espacios que transitan alumnos y alumnas y profesores y profesoras.
Uno de los últimos comentarios sobre curriculum oculto hace referencia a los modos de
vestir en las instituciones, al igual que en el caso anterior, la experiencia no se corresponde
con la institución donde realizamos el trabajo de campo, sino a la práctica docente de la
entrevistada en otras instituciones:
El otro día con una profe hablamos en otra institución el tema del guardapolvo, o el largo o no del guardapolvo;
para las mujeres cierta exigencia y no tanto para los chicos, entonces hablábamos del nivel de provocar y ¿por qué
no provoca un varón que no tenga y una chica que tenga un guardapolvo corto o no? (Entrevistada 9, 2016)
Visibilizar y debatir el curriculum oculto, permite identificar estos contenidos y poner-
los en valor como construcción socio-cultural; permitiendo la factibilidad de que sean mo-
dificables y cuestionables en el contexto escolar y al interior de cada institución. Aunque
no todos los contenidos del curriculum oculto son negativos, en él se suelen manifestar es-
tereotipos de género presentes en nuestras sociedades que deberían ser puestos en cuestión.
Es importante destacar que una gran mayoría de las personas entrevistadas manifestó
no detectar cuestiones que puedan relacionarse con el curriculum oculto, cuando las ins-
tituciones educativas están construidas también por estas cuestiones. Esta naturalización
del curriculum oculto colabora con la invisibilidad y ausencia en el cuestionamiento de
prácticas. Aquí radica la importancia de generar espacios que propicien la discusión y de-
bate en la visibilidad de prácticas del curriculum oculto.
Ideas finales
El curriculum de la Educación Secundaria de la Provincia de Buenos Aires queda expre-
sado a través de los Diseños Curriculares y diversos documentos oficiales. En este aspecto,
626 María Magdalena López Pons
cuando nos centramos en los contenidos geográficos a enseñar encontramos una ausencia
de la perspectiva de género. Esta invisibilidad explícita provoca que las prácticas escolares
tampoco la consideren.
Como lo manifiestan las entrevistas realizadas, se suman otras dificultades como la
ausencia de materiales didácticos para considerar esta perspectiva, e incluso la carencia de
formación de los docentes respecto del tema. Siendo muy poco frecuente la enseñanza de
una geografía con perspectiva de género.
Paralelamente, se presentan prácticas en el contexto del curriculum oculto donde se
reproducen construcciones sociales y culturales de género que pocas veces encuentran un
espacio para ponerse en debate; y que dejan al descubierto estereotipos y construcciones
sociales y culturales de género.
En este contexto se hace necesario repensar el curriculum en la enseñanza de la Geogra-
fía para favorecer una perspectiva de género, transformando el espacio escolar en un lugar
de cuestionamiento y resistencia donde sea posible la transformación de construcciones y
convenciones sociales y culturales.
Referencias
Dirección General de Cultura y Educación (2007). Marco General de Política Curricular. Nive-
les y Modalidades del Sistema Educativo. Resolución Nº 3655/07° 1. Provincia de Buenos Aires.
Argentina. Recuperado de http://servicios2.abc.gov.ar/lainstitucion/organismos/conse-
jogeneral/disenioscurriculares/
Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires (2012). Diseño
Curricular para la Educación Secundaria 6º año: Orientación Ciencias Sociales. Coordinado por
Claudia Bracchi y Marina Paulozzo (1ª ed., 112 p.). ISBN 978-987-676-042-3. La Plata.
Recuperado de línea:http://servicios.abc.gov.ar/lainstitucion/organismos/consejogene-
ral/disenioscurriculares/secundaria/sexto/orientadas/sociales/geografia.pdf
Santos Guerra, M.A. (1996-1997). El curriculum oculto y la construcción de género en la
escuela. Revista Cooperación Educativa (42-43). España, 22 p. Recuperado de http://cate-
draunescodh.unam.mx/catedra/CONACYT/08_EducDHyMediacionEscolar/Conteni-
dos/MODULOS/Sesion_7/Contenidos/1_curriculum.oculto.y.construccion.del.genero.
en.la.escuela%20Santos%20Guerra.pdf
Torres, J. (1998). El curriculum oculto (6º edición). Madrid: Ediciones Morata S.L., 219 p.
El concepto de identidad en la novela
El africano de Le Clézio
Juan Cruz Margueliche
Introducción
Todo ser humano es el resultado de un padre y de una madre.
Se puede no reconocerlos, no quererlos, se puede dudar de
ellos. Pero están allí, con su cara, sus actitudes, sus modales
y sus manías, sus ilusiones, sus esperanzas, la forma de sus
manos y de los dedos de los pies, el color de sus ojos y de su
pelo, su manera de hablar, sus pensamientos, probablemen-
te la edad de su muerte, todo esto ha pasado a nosotros
Le Clézio (2008, p. 1)
Muchas veces nos encontramos con conceptos que son difíciles de definir por su carácter
de abstracción. Por un lado, producto de que los procesos socio-culturales se han vuelto
dinámicos a raíz de la gran movilidad espacial y comunicacional que se vive en los últimos
tiempos, y por el otro, debido al rol hegemónico que detentan los medios de comunicación
que penetran en los conceptos cargándolos de fuertes superficialidades, reduciendo la po-
lisemia e imponiendo falsas conceptualizaciones o por lo menos de manera unidireccio-
nal. Por ello, muchos conceptos han perdido su trayectoria primigenia conceptual y han
quedado anclados en concepciones de la vieja (pero aún vigente) estructura territorial que
han configurado los Estados Nación y que nos llevan a seguir pensando conceptos como
la identidad como un cuerpo inmutable desde las perspectivas esencialistas. En la obra
de Raymond Williams Palabras claves: un vocabulario de la cultura y la sociedad, el autor re-
construye el recorrido o trayectoria de los conceptos, teniendo en cuenta el contexto de in-
mersión de los mismos, para poder entender en los extremos temporales (origen y tiempo
actual) cómo se fue configurando ese concepto (Williams, 2003). En la misma sintonía de
discusión conceptual, Todorov (2014) en su obra El miedo a los bárbaros intenta partir de de-
terminados usos (antiguos) del término bárbaro para construir un significado que pueda
servir en la actualidad. Ya que hablamos de un concepto antiguo pero que ha mantenido
a lo largo del tiempo un uso despectivo cargado de atributos negativos1. Vale decir que ese
término se remonta a la Grecia antigua. Dicho concepto dividía a la población mundial
en dos partes: los griegos “nosotros” y los bárbaros “los otros”. Por este motivo, el trabajo
con la novela El africano del autor francés Le Clézio, nos aporta una suerte de ‘laboratorio
de experiencias’ a partir de sus referencias autobiográficas noveladas. También nos per-
mite, ‘saltar’ un escollo que es la mirada euroscéntrica propia de nuestras categorías occi-
dentalizadas, y nos aporta una experiencia in situ a través de la práctica de viaje del autor
desde Francia a Nigeria y dentro del mismo territorio africano. A este desplazamiento de
Le Clézio en el marco de la novela lo podemos pensar a través de la categoría de James Cli-
fford (1999) Itinerarios transculturales. Es a partir del viaje y los diferentes desplazamientos
1 El trabajo de Umberto Eco (2012) Construir el enemigo, también aborda el concepto de bárbaro pero para pensarlo
en una lógica de construcción en el marco de las hegemonías imperiales. Si no hay un enemigo, hay que construirlo.
628 Juan Cruz Margueliche
del autor y su familia (de Francia a Nigeria en el pueblo de Ogoja) que se describe y accede
a un espacio abierto y desbrozado. Pensando en clave las relaciones cambiantes de la an-
tropología y el viaje, puede ser útil pensar el campo del viaje y los desplazamientos como
un habitus, más que como un lugar; un conjunto de disposiciones y prácticas ‘corporiza-
das’. Cada viaje, traslado, percance, desvío, retorno, etc., configura una forma de habitar
y comprender el mundo (Clifford, 1999). Sin estos desplazamientos, la novela y con ello el
concepto de identidad no cobrarían los matices que más adelante analizaremos.
En El africano es donde podemos analizar un concepto de identidad que sale de los cli-
vajes tradicionales. La novela conforma un verdadero viaje de identificación con un ‘otro’
y consigo ‘mismo’ (el autor). Esta experiencia de vida del autor nos permite (re) discutir el
concepto de identidad, como algo siempre en construcción, nunca acabada y en un deve-
nir temporal. Algunos críticos de Le Clézio sostienen que la “extranjería” es un constante
proceso de desarraigamiento y desterritorialización del autor. Pero para Le Clézio es una
condición que hoy nos define como humanos, pese a que vivimos también en espacios
donde el hogar, la frontera y las normas sociales todavía son importantes y conforman un
escenario de regulaciones de nuestras prácticas. Esta especie de “exilio” literario, lo confi-
gura como un constante espectador de su vida. Pero Le Clézio no se considera un escritor
del exilio, sino un autor nómade que escribe en ese desplazamiento. Puede ver desde un
lugar desanclado la vida de otra manera, pudiendo seleccionar diferentes atributos de una
identidad híbrida. Un autor que escribe a partir de un desplazamiento que pasa a confor-
mar un habitar más que un lugar fijo, nos presenta en su novela el concepto de identidad
en varias dimensiones a destacar:
≈La identidad propia y personal que se configura en el desplazamiento y viaje entre los
dos continentes;
≈La constitución de una identidad personal: el paso a la madurez;
≈La condición de su cuerpo y de los otros;
≈La relación con su padre
La identidad del padre es otro tópico interesante. Hablamos de una identidad compleja
que se construye y se configura a partir de dos espacios: la Isla Mauricio (lugar de nacimien-
to) e Inglaterra (país al cual representa como médico colonial). En el caso del padre, también
se compone una identidad híbrida sobre la base de su origen africano y su nacionalidad
europea, como así también veremos a lo largo del trabajo de sus propias experiencias de vida
entre la Guerra en Europa y la guerra interna que debe afrontar en África como médico co-
lonial sufriendo en carne propia las desazón y desconsuelo del abandono de la metrópolis.
El trabajo que hacía mi padre, primero en Camerún y luego en Nigeria, creaba una situación ex-
cepcional. La mayoría de los ingleses destinados a la colonia ejercían funciones administrativas.
Eran militares, jueces, oficiales de distrito (…) Mi padre era el único médico en un radio de sesenta
kilómetros. Pero esta dimensión no tenía ningún sentido: la primera ciudad administrativa era
Abakaliki, a cuatro horas de camino, y para llegar había que cruzar el río Aiya en chalana y luego
una espesa selva. La otra residencia de un oficial de distrito era la frontera del Camerún francés, en
Obudu, al pie de las colinas donde todavía vivían los gorilas. En Ogoja, mi padre era responsable
del dispensario (un viejo hospital religioso abandonado por las hermanas), y el único médico al
norte de la provincia de Cross River. Allí hacía de todo, como dijo más tarde, desde el parto hasta la
autopsia. Mi hermano y yo éramos los únicos niños blancos de toda esa región. No sabíamos nada
de lo que puede formar la identidad un poco caricaturesca de los niños criados en las “colonias”.
(Le Clézio, 2008, p. 28-30)
El concepto de identidad en la novela El africano de Le Clézio 629
En el caso de esta novela, este desplazamiento de los protagonistas entre los dos con-
tinentes conforma la búsqueda y construcción de un sujeto identitario. Si bien la obra
también habla de su madre, nos centraremos en Le Clézio hijo y padre médico colonial.
En este nuevo contexto, Dupuy (2009) sostiene la supervivencia de la nación y del Esta-
do-Nación, como una forma tradicional pero aún válida, en especial por los lazos sociales
construidos y por su vinculación al sistema mundo capitalista. Pero que se desarticulan,
ya que los mayores intereses que confiere este tipo de espacio político están en el “afuera”
sobre todo en lo que concierne a intereses geopolíticos, económicos-financieros, necesidad
de recursos naturales, etc. La crisis del modelo Estado-Nación ante el fracaso de Estado
“contenedor” (de una cultura=un territorio) produce el resurgimiento de antiguas formas
de organización social como una manera de sostener una identidad comunitaria indis-
pensable (Dupuy, 2009). Si a ello le sumamos la crisis de la “metáfora insular” (Grimson,
2011) donde cada isla-cultura se interconecta producto de las nuevas dinámicas de tiempo
y espacio: migraciones (diásporas, comunidades transnacionales, refugiados, desplazados,
etc.), mercancías y comunicación (signos y símbolos), estamos en presencia de soberanías
móviles y con ello, una necesaria reconceptualización de categorías, que puedan dar lugar
a un mejor entendimiento de las prácticas socio-espaciales.
La novela El africano
La novela se enmarca en el periodo de la Segunda Guerra Mundial y el periodo colonial
de África por Europa. El autor nace en Niza en 1940 y escribe la obra en el año 2004, como
una forma de desarchivar sus memorias. Este trabajo, a nuestro entender innova identifi-
cando algunos tópicos que dan forma a la configuración y análisis de la identidad, antes
de la eclosión de los profundos cambios que se dan en el mundo actual. Si bien es escrita
varias décadas posteriores a los sucesos acaecidos, es interesante cómo el autor vuelve a
ese pasado y lo trae al presente en la novela. Sus recuerdos forman parte de una crónica
narrativa que pone en discusión ¿Quiénes somos? ¿Cómo se conforman y configuran las
identidades? Y cómo este concepto, la mayoría de las veces se nos presenta como algo he-
redado, acabado e inmutable dejando de lado el lugar que ocupa la relación a un ‘otro’ y a
un contexto espacio-temporal que forma parte también de su constitución.
La novela se entrelaza entre la vida del autor y la vida de su padre. Los tiempos y espacios
se desplazan entre dos continentes, pero también en dos personas que se van configuran-
do alrededor del entorno africano y europeo. No hablamos de un espacio determinista
pero sí de un contexto que despliega con fuerzas (África) sobre la base de las personalida-
des de los actores. La identidad, en ambos casos no es algo dado sino es una figura que
se construye. El contexto juega un rol importante ya que permite a los personajes acceder
a otros atributos sobre sus personalidades ya configuradas en un marco de desafiliación
territorial. En Le Clézio hijo, la naturaleza africana lo invita a explorar su vida y así consti-
tuir su ser. Y en cambio para su padre, el contexto africano es abrumador para su trabajo
como médico colonial. Pero más abrumador es el sello colonial que le impone el mismo
abandono que a su vez lo conecta e identifica con los propios africanos. A través del padre
de Le Clézio podemos evidenciar la perspectiva colonial representada en el abandono e
instrumento (des) humano para consolidar la dominación, tanto de los africanos como
de los representantes de ese ideario colonial. Es decir, el europeo esclaviza al africano y la
propia naturaleza del continente esclaviza al colono.
630 Juan Cruz Margueliche
La identidad
Lorena Quintana Monge (2016) realiza un trabajo denominado Enfoques y críticas del
concepto de identidad donde presenta una breve revisión teórica sobre los dos enfoques prin-
cipales del concepto de identidad: el esencialismo y el constructivismo bajo la finalidad
de comprender (o al menos acercarnos) a cómo la identidad se relaciona con los proce-
sos de globalización, identificación, locación social, grupalidad y sentido de pertenencia,
entre otros. Para la autora existen dos grandes enfoques en torno al concepto de identidad.
En primer término, menciona el esencialismo que da sentido al sujeto como una persona
humana totalmente centrada, unificado y dotado de capacidades de razón, conciencia y
acción considerándolo como algo inmutable, fijo y con un sesgo determinista. Y por el
otro lado el enfoque constructivista, en donde el sujeto es considerado como un individuo
sociológico abandonando el individualismo y dotándolo de significación en relación a los
otros. Es decir, un sujeto que es producto de la construcción social construido a partir
de procesos sociales comunicativos como constructos (culturales) más que identidades
dadas o fijas (Quintana Monge, 2016).
El concepto de identidad en la novela El africano de Le Clézio 631
Para este enfoque existe un carácter metamórfico de las identidades, a partir del re-
sultado de relaciones de poder en un momento dado. Hablamos de productos culturales
de luchas y negociaciones, pero situadas espacio-temporalmente en un terreno cultural
(Quintana Monge, 2016). Esta autora aclara que, a pesar de la existencia de estos dos en-
foques, hay hacia adentro de las mismas perspectivas, variaciones donde se configuran
sujetos descentrados, de identidades más fijas y otras fragmentadas y algunas de carácter
híbrido sujeto a contradicciones, pero siempre en relación a un otro en el marco de un
proceso dinámico, relacional y dialógico (Quintana Monge, 2016).
Barth (1976) descartaba la idea simplista de que existe un aislamiento geográfico y so-
cial dando lugar a una conservación cultural. Para el autor hay que examinar las caracte-
rísticas y los límites empíricos de los grupos étnicos, así como los problemas teóricos que
suscita una investigación semejante.
En el caso de la identidad, no hablamos de un objeto social acabado que se puede
describir a manera de inventario. Grimson realiza una distinción entre cultura e iden-
tidad, conceptos que muchas veces se toman como sinónimos. Cultura e identidad son
términos necesarios para comprender los mundos contemporáneos. Una parte de esa
confusión se deriva en que han sido sobrepuestos, mencionados a veces como sinónimos
intercambiables, lo cual dificulta quizás enunciar uno de los interrogantes clave de cual-
quier proceso social y simbólico: ¿cuáles son y por dónde se desplazan las fronteras de la
cultura y las fronteras de la identidad? ¿Cuándo coinciden, cuándo se solapan, cuándo
se encastran? (Grimson, 2010).
Grimson aclara que realizar esta distinción nos invita inevitablemente a transitar unos
caminos sinuosos para su construcción. Para el autor todos los seres humanos sentimos
que pertenecemos a diferentes colectivos, a aldeas, ciudades, países, regiones, al mundo. A
grupos etarios, de clase, género, a generaciones, movimientos culturales o sociales, entre
otras adscripciones. Estas clasificaciones y los modos en que nos relacionamos con esas
categorías identitarias están inscriptas en nuestras culturas. Pero hasta cierto punto cada
uno de nosotros escoge con qué grupos se identifica, cuáles percibe como otros, qué signi-
ficados y sentimientos nos despierta cada una de estas categorías. En esta primera distin-
ción, Grimson plantea que la cultura alude a nuestras prácticas, creencias y significados
rutinarios, fuertemente sedimentados, mientras la identidad se refiere a nuestros senti-
mientos de pertenencia a un colectivo. El problema teórico avanza, es que deriva del hecho
empíricamente constatable de que las fronteras de la cultura no siempre coinciden con las
fronteras de la identidad. Es decir, dentro de un grupo social del cual todos sus miembros
se sienten parte, no necesariamente hay homogeneidad cultural. La visión monocultural
pretende imponer una versión esencialista de la identidad. Promueven la inmutabilidad
de los atributos de las personas dejando de lado el contexto individual y colectivo, como
así también los procesos históricos de los actores y las interacciones en el campo social y
espacial. Aunque el multiculturalismo, también opera en gran medida en continuar fijan-
do las diferencias. Generando un multiculturalismo diferenciador y excluyendo. La lógica
cultural no conlleva a un entendimiento de la diversidad.
rarios expresan campos sociales, políticos y culturales que a partir de su autor intentan
introducirse en la vida de los lectores. Muchas veces estas producciones literarias permiten
expresar a los autores, abriendo la posibilidad de indagar otras miradas de la realidad de
manera creativa y singular. El Africano expresa la vida de Le Clézio que acerca una mirada
interesante de dos mundos en ese tiempo (y quizás hoy también) irreconciliables en térmi-
nos coloniales y desconocido en términos culturales. En el caso analizado, como hemos
venido mencionando en apartados anteriores, la novela permite expresar ciertos tópicos
condensados en una propuesta literaria. En segundo lugar, debemos plantear una meto-
dología de análisis y abordaje de la misma. Mencionaremos tres propuestas metodológi-
cas de abordaje para este tipo de trabajo.
La antropóloga Lila Abu-Lughod (1999) en su trabajo La interpretación de la (s) cultura (s)
después de la TV encuentra que debido al mundo interconectado que habitan las personas
sumado a los crecientes vínculos que existen entre ellos, es cada vez más difícil pensar
un mundo sin el conocimiento del otro a través de las representaciones que se tienen de
ese mundo a través de los diferentes formatos de expresión (TV, cine, series, novelas, etc.).
Lo que antes era un desconocido difícilmente catalogable, hoy las personas de una aldea
de la periferia en Egipto rápidamente encuentran vínculos y asociaciones con la imagen
de un turista, arqueólogo, investigador, etc. Es un mundo de materialidad pero que se
construye desde fuertes representaciones. Lo que la autora denomina “reducción crea-
tiva” para adecuarse a las vidas afectadas por los medios masivos de comunicación y de
esta manera iniciar algún camino de indagación y análisis de estos fenómenos. La novela
El africano de alguna manera nos permite trabajar en esas dimensiones de la reducción
creativa, y en esta especie de laboratorio de pruebas encontrar una identidad definida por
la construcción y no por la imposición.
Por su parte Janice Radway (1984) estudió sobre los lectores de novela rosa o novela ro-
mántica. Se preguntaba si este tipo de novelas era fundamentalmente conservadora o plan-
teaba la posibilidad de lecturas de oposición al sistema social. Pero agrega que existe la
complejidad de dar una explicación a este proceso (interacción entre lectoras y los textos), y
se debe al hecho de que la cultura es a la vez, perceptible e imperceptible, oculta y visible al
mismo tiempo. Pero también existe la influencia de determinadas estructuras culturales
asumidas de manera inconsciente, que constituyen la base fundamental de su identidad
y su actuación social. Para Radway la lectura supone una experiencia de aislamiento, que
no ofrece entre las mujeres (siguiendo su línea de trabajo de análisis de la novela rosa) que
compartan entre ellas una experiencia de oposición imaginativa. Las mujeres unen fuerzas
solamente de una forma simbólica y en cierto modo en la privacidad del tiempo libre. De
esta manera, podemos vincular la relación lectores y texto literario, en un marco que supera
la simple argumentación y se enmarca en la vida social de las personas (Radway, 1984).
Lughod al igual que Radway plantean analizar el impacto de las obras en los lectores
o televidentes, pero yendo aún más lejos que la mera recepción de un producto, sino en
el marco deconstructivo de los discursos que la originan como así también los procesos
sociales y políticos que las enmarcan. Es interesante poder indagar el entrecruzamiento de
diversas fuentes de expresión de la realidad, ya se literarias o expresiones televisivas, con
otros campos de la realidad social.
La tercera propuesta metodológica y la que proponemos en este trabajo se basa en la
denominada perspectiva geoliteraria. Es Alexander Von Humboldt junto a su trabajo con
J. W. von Goethe (poeta alemán) los precursores de esta perspectiva. La construcción de un
El concepto de identidad en la novela El africano de Le Clézio 633
Según Edward Soja (2001) lo primero que se necesita para estudiar el espacio es “un
lugar”. En el enfoque cultural (posmoderno) se requiere de lugares concretos y no de nocio-
nes espaciales abstractas. Debemos entender un caso estudiado como un “microcosmos”
producto de los habitantes que tienen de sí mismo y de las influencias culturales externas.
2 En la actualidad es un país soberano ubicado en el suroeste del océano Índico, a unos 900 kilómetros de Toamasina,
ciudad en la costa oriental más cercana de Madagascar y, aproximadamente, a 3.800 kilómetros en dirección suroeste
del Cabo Comorin en el extremo sur de la India. Esta isla fue ocupada por presencias extranjeras: en su mayoría por
Francia e Inglaterra hasta lograr su independencia. En 1957 el gobierno británico concedió la autonomía a la isla y
recién en 1963 se llevan a delante las elecciones.
El concepto de identidad en la novela El africano de Le Clézio 635
Bertazza (2007) describe la vida de Raoul Le Clezio (padre del autor) y nos permite com-
prender la vida de este personaje. Estudió medicina en Inglaterra, pero nunca ejerció allí,
cansado de las formalidades del cuerpo médico inglés, se inició como médico de frontera
en la Guyana británica durante dos años. De regreso a Francia, se casa con su prima her-
mana Silvie y poco después se embarca a Camerún. Al estallar la Segunda Guerra Mundial
queda atrapado en África. Tarda siete años en reunirse con su familia y en 1948 logra re-
tornar a África junto con ella. Como médico militar en Nigeria se queda hasta 1968. Más
de veinte años vivió en la naturaleza africana como único médico en territorios grandes
como países enteros a cargo de la salud de miles de personas. Se fue recién en 1950 cuando
el ejército consideró que había superado la edad de jubilación. “Cuando hablaba en francés
tenía el acento cantarino de Mauricio, o bien hablaba en pidgin, ese dialecto misterioso que
sonaba como campanillas” (Le Clézio, 2008, p. 187). “Veintidós años de África le habían
inspirado un odio profundo al colonialismo en todas sus formas” (Le Clézio, 2008, p. 200).
Las condiciones de vida en Nigeria, tanto para él como para su grupo familiar (esposa
y dos hijos varones) estaban dotadas de fuertes marginalidades. En su estadía no había
europeos, con lo cual lo exótico pasa a ser presente más en la mirada de los otros que en la
que ellos mismos puedan tener de su entorno. “Sólo éramos dos niños que habían atrave-
sado el encierro de cinco años de guerra (…)” (Le Clézio, 2008, p. 36).
Más o menos a los ocho años viví en el África occidental, en Nigeria, en una región bastante aislada
donde, fuera de mi madre y de mi padre, no había europeos y, para el niño que yo era, toda la hu-
manidad se componía únicamente de ibos y de yorubas. (Le Clézio, 2008, p. 8-9)
El traslado de Europa a África les había cambiado la vida por completo. De vivir en un
departamento en el sexto piso de un edificio burgués rodeado de un jardín en donde los
niños no tenían derecho a jugar, pasan a un mundo nuevo vasto, complejo y sublime que los
invitaba a reencontrase. Los años de separación forzada por la guerra, ponían a los hijos en
relación a su padre con una figura nueva a conocer y descubrir. Con lo cual la construcción
de la identidad es doble para el escritor de la novela. Por un lado la identidad de un niño
europeo en Nigeria, y conocer quién era su padre y con ello constituir su propia identidad.
y juventud. No está sentenciado por el eurocentrismo cultural para teñir su mirada sobre
el africano. Es una mirada contemplativa y exploratoria que no se centra en la otredad o el
exotismo. Y esta mirada se contrapone a lo que Mbembe sostiene en relación a la mirada
histórica que se tuvo de la raza (negra). La raza negra ha sido siempre una forma más o
menos codificada de división y organización de multiplicidades, de su fijación y distribu-
ción a lo largo de una jerarquía, y de su repartición en espacios más o menos estancos: la
“lógica del cercado”. El término ‘África’ remite a un hecho físico y geográfico, pero a su vez
este hecho geográfico indica un estado de cosas, un conjunto de atributos, incluso una
condición racial. A esto también se adhiere los supuestos atributos de la población que
habitan estos espacios. De esta manera las categorías conceptuales y espaciales se retroa-
limentan. Mbembe identifica tres dimensiones: por un lado, el “rechazo a ver”: práctica de
ocultación y divulgación. La “práctica de la denigración y el travestimiento”. Y por último
la “frivolidad y el exotismo”. Mbembe, lo expresa cuando ese objeto de tal prohibición se
explica por el hecho de que un esclavo negro no hay “nada que ver” sino más bien, una
“nada de ser”. Al excluir del campo de lo representable: el negro es producido y existe como
tal. Durante el siglo XVIII, en pleno siglo de las luces, cuando la Trata Atlántica alcanzaba
su punto máxime, el desarrollo de nuevas ideas da lugar a la “dialéctica de la distancia y de
la indiferencia”. Para que el negro pueda ser visto, antes de ser disfrazado con vestimentas.
Salir del mundo salvaje a través de la decoración (negros bromistas, buenos bailarines,
etc.) para ser aceptados y visibilizados (Mbembe, 2016).
En África, Le Clézio encuentra un “choque” entre dos mundos. El europeo: primeros años
de su infancia en la ciudad de Niza (Francia) atravesado por la pesadez colonial, que si bien
gozaba de otras condiciones lo sentía como un lugar de fuerte monitoreo. Y en el otro extre-
mo, África con su libertad. Son dos miradas que sirven para comprender cómo el autor se
posiciona ante la mirada del otro y de esta manera cómo construye su identidad. En Nigeria
suceden cambios en la percepción y en los valores de la mirada. En primer lugar, la primacía
del cuerpo sobre el rostro. Es la fascinación de los cuerpos de los habitantes nigerianos, que
marcan otras miradas. Aparece la identidad corporal como figura. “La llegada a África fue
para mí la entrada en la antecámara del mundo adulto” (Le Clézio, 2008, p. 61).
En África, el impudor del cuerpo era magnífico. Creaba distancia, profundidad, multiplicaba las sen-
saciones, tejía una red humana alrededor de mí. Armonizaba con el país ibo, con el trazado del río Aiya,
con las chozas del pueblo, sus techos color leonado, sus paredes color tierra. (Le Clézio, 2008, p. 12)
Recién en 1948 Le Clézio hijo se logra reencontrar con su padre a la edad de 8 años y
habiendo estado separado mucho tiempo por la Segunda Guerra Mundial. Es a partir
de todo este contexto que Le Clézio se pregunta si a su padre lo cambió la guerra o el
continente africano.
Reflexiones finales
El trabajo intentó abordar el concepto de identidad a través del análisis de la novela El
africano como una especie de laboratorio de pruebas para contextualizar dicho concepto y
de esta manera acercarnos a sus múltiples dimensiones. En palabras de Homi K. Bhabha
(2002), podríamos decir que la obra “el africano” se asienta en la categoría de in-between, es
decir ‘entre medio’ superando las taxonomías y propuestas binarias del discurso naciona-
lista. Para Fernández Bravo (2000) sería una forma de desarmar polaridades y jerarquías
que se suscitan de manera frecuente en los estudios del nacionalismo (o culturales). Le
El concepto de identidad en la novela El africano de Le Clézio 637
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638 Juan Cruz Margueliche
Introducción
La trata de personas con fines de explotación sexual es un fenómeno complejo que
puede abordarse desde diversas perspectivas. La más desarrollada en Argentina es la vin-
culada al derecho penal, partiendo de la propia definición. Ésta fue consensuada a nivel
mundial y es utilizada en Argentina como base a partir de la cual caracterizar las situacio-
nes de explotación sexual en la gran mayoría de los estudios que se realizan sobre el tema,
ya sean académicos, de organismos oficiales o activistas. Entonces:
Por “trata de personas” se entenderá la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción
de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto,
al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o re-
cepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad
sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la
prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la escla-
vitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos; (...). (Proto-
colo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, 2000)
Otra mirada sobre la trata de personas desarrollada de manera extensa es la que provie-
ne de la Sociología y la Antropología (Chejter, 2011; Sabsay, 2011; Varela y González, 2015,
entre otros). Sin embargo, en ninguna de estas perspectivas de análisis se considera la di-
mensión territorial de la trata con la profundidad que la misma requiere. En este trabajo
se abordará un aspecto de dicha dimensión a través de un análisis crítico de las represen-
taciones cartográficas que se han elaborado hasta el momento sobre la trata de personas
con fines de explotación sexual en Argentina.
Metodología
En este trabajo se propone un avance parcial que busca contribuir a un estado de la
cuestión de las cartografías de la trata de personas1 en Argentina, que, hasta el momento,
no ha sido tema de análisis. Para esto, se ha revisado de manera extensa la bibliografía aca-
démica que existe sobre la temática; las producciones cartográficas de las organizaciones
de la sociedad civil; los medios gráficos de tirada nacional así como los informes oficiales
de organismos internacionales y de instituciones nacionales.
Dentro de estos últimos, se analizan en el trabajo el informe de 2016 de la Oficina de
Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), el informe
de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el de la Unidad de Asis-
tencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas (UFASE) que lo realizó junto con el
Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP) y el informe
1 A partir de aquí, cuando se haga referencia a la “trata de personas” se estará hablando específicamente de la que tiene
por objeto la explotación sexual.
640 Magdalena Moreno
Como se mencionó, existen cuatro fuentes de suma importancia donde se pueden en-
contrar cartografías sobre la trata de personas: 1) el informe mundial sobre la trata de
personas de 2016 elaborado por la Oficina de Drogas y Crimen de las Naciones Unidas
(UNDOC); 2) el del MERCOSUR y el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Inter-
nacional y Culto de Argentina, en 2011; 3) el informe sobre la trata sexual en Argentina, de
2012, de la Unidad de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas (UFASE) y el
Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP); y 4) el informe
sobre la Trata de personas en Argentina, Chile y Paraguay que presentó la Organización
Internacional para las Migraciones (OIM) en 2008.
El informe de la UNDOC de 2016 presenta cartografías a escala mundial o regional por lo
que no se distingue información específica sobre Argentina, como puede verse en la Imagen 1.
Imagen 1. Principales destinos de los flujos transregionales y sus orígenes más importantes, 2012-2014
Imagen 2. Países de origen de víctimas detectadas Imagen 3. Países donde se detectaron víctimas
en América del Norte, 2014 (o más reciente) de Asia oriental y el Pacífico (2012-2014)
Estas cartografías indican que, a excepción de las provincias de La Rioja y San Luis,
para las que no se cuenta con información, toda la República Argentina está implicada
en el delito de la trata de personas. Es de destacar que este dato solo aparece entre todas
las cartografías encontradas, en la Imagen 4. A su vez, esta imagen muestra que en las
Las cartografías de la trata de personas con fines de explotación sexual en Argentina... 643
Fuente: UFASE-INECIP
Una primera lectura de la imagen permite reconocer las siguientes rutas: a) desde Salta
hacia Salta y Córdoba (pasando por Santiago del Estero); b) desde Jujuy hacia Mendoza
(pasando por Salta, Catamarca, La Rioja y San Juan); c) desde Tucumán a Catamarca; d)
desde Santa Fe a Santa Fe, Buenos Aires, Santa Cruz, Córdoba y Chubut (pasando por
Córdoba, San Luis, La Pampa y Río Negro); e) desde Santiago del Estero a Buenos Aires
644 Magdalena Moreno
(pasando por Córdoba y Santa Fe); f) desde Misiones (‘triple frontera’) a Corrientes (por
Paraguay) y a Santa Cruz; g) desde Misiones a Buenos Aires y Entre Ríos (por Brasil) y a
Santa Fe (por Corrientes); h) dentro de la provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, a partir de una lectura crítica de la cartografía se generan ciertos interro-
gantes: ¿los puntos de origen y destino de cada ruta se corresponden con una localidad
específica de cada provincia o se quiere representar a la provincia entera? ¿Se representan
con exactitud las trayectorias recorridas o rutas por las que fueron trasladadas las perso-
nas víctimas de explotación sexual (algunas, incluso, por el mar Argentino) o meramente
se marca la unión de puntos entre provincias (o dentro de una misma provincia)? ¿Quié-
nes recorrieron esas rutas: solo las personas explotadas? ¿Bajo qué modalidad se produjo
el traslado por esas rutas? ¿Cuál es la intensidad de los flujos marcados por las flechas?
Esta última pregunta puede ser respondida, de cierta manera, por las otras dos cartogra-
fías del informe de la UFASE-INECIP (2012) (Imágenes 7 y 8), que indican las principales
zonas de explotación (según las causas judiciales y los medios de comunicación).
Imagen 7. Principales zonas de explotación Imagen 8. Principales zonas de explotación
según el relevamiento de causas judiciales según el relevamiento de medios
(cuarenta y siete causas judiciales y artículos de la prensa) (OIM, 2008). Si bien se presen-
tan cartografías para las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Misiones, a los propósitos
de este trabajo se resaltan las de escala nacional (Imágenes 9, 10 y 11).
Imagen 9. Rutas de trata con Imagen 10. Rutas de trata Imagen 11. Rutas de trata
destino Comodoro Rivadavia con destino La Rioja con destino Buenos Aires
En la Imagen 9 pueden leerse las rutas hacia Comodoro Rivadavia desde diferentes locali-
dades de las provincias del norte y centro de la Argentina. Es de destacar que aquí se aporta
información más precisa sobre los lugares de origen de la trata de personas ya que se seña-
lan localidades específicas y no provincias enteras, como sucede en las imágenes que se han
analizado anteriormente. Empero, y al igual que las cartografías elaboradas por la UFA-
SE-INECIP (2012), no se brindan características de las rutas en relación a sus dimensiones.
Por su parte, la Imagen 10 muestra el origen de las mujeres explotadas en la provincia
de La Rioja, aunque aquí los puntos de origen se representan por países y provincias, es
decir, a una escala que no permite localizar con detalle dichos puntos. Lo mismo ocurre
con la Imagen 11 de Buenos Aires aunque presenta aún menos información sobre los
puntos de origen de aquellas personas víctimas de explotación sexual en la provincia.
En resumen, si bien las cartografías del informe de la OIM (2008) aportan, en algunos
casos, mayor precisión sobre los puntos de origen de las redes de trata, no se brinda in-
formación sobre los flujos de estas redes.
Conclusiones
Luego de la revisión documental y del análisis llevado a cabo de las cartografías exis-
tentes sobre la trata de personas con fines de explotación sexual que al menos mencionan
a Argentina, se generan algunos interrogantes.
En primer lugar, es de destacar la numerosa cantidad de cartografías que buscan mapear
un delito que ocurre a nivel mundial. Sin embargo, al querer estudiar las representaciones
del territorio a escala regional o nacional se encuentra una disminución considerable en
el número de producciones. En esta línea, es interesante remarcar que la gran mayoría de
los artículos académicos que abordan la problemática de la trata de personas no incluyen
cartografías que muestren una representación territorial de los estudios que realizan.
Por otra parte, es notoria la falta de cartografías continuadas a lo largo del tiempo que
permitan seguir la evolución del fenómeno a diferentes escalas. Como se ha visto a lo largo
646 Magdalena Moreno
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Introducción
El cinturón hortícola bahiense comprende el área de quintas de la localidad de General
Daniel Cerri y el espacio regado por el río Sauce Chico, que incluye las localidades de Al-
férez San Martín, Villarino Viejo, Colonia La Merced y Nueva Roma. Se trata de un espa-
cio con características geográficas, históricas y sociodemográficas particulares, las cuales
modelan su situación en la actualidad, como espacio concreto de análisis, el periurbano
reviste características antónimas (opuestas), que lo singularizan.
En primer lugar porque se está hablando de un espacio periurbano, muy cercano desde el
punto de vista físico a una importante ciudad del sudoeste de la provincia de Buenos Aires, la
ciudad de Bahía Blanca, pero a la vez lejano desde el conocimiento de los habitantes de dicha
ciudad. En este espacio, la horticultura se viene llevando a cabo casi desde su fundación. Los
primeros que iniciaron esta tarea fueron los inmigrantes, al respecto menciona Kraser (2014)
al referirse sobre los primeros pobladores de una de las espacialidades que conforman el es-
pacio periurbano de investigación1 más específicamente, General Daniel Cerri:
La población pionera fue conformada por la familia de los militares apostados en el Fortín, los
cuales adquirieron las tierras próximas. Poco tiempo después arribaron las familias de inmigran-
tes italianos y españoles. Al crecer el poblado los residentes se incorporaron al mercado laboral a
través de diferentes trabajos, siendo el más común el cultivo de hortalizas y verduras. (p. 117)
El espacio mencionado anteriormente reviste especial atención, tratándose de una es-
pacialidad que poseyó importante peso económico al desarrollarse actividades económi-
cas mixtas en sus inicios, donde coexistían un centro industrial (frigorífico, lavadero de
cueros y pieles y un puerto de exportación de los productos derivados de las actividades
generadas por las industrias mencionadas) con la hortícola (Marenco, 1994; Kraser 2014).
En la citada cuenca se encuentran quintas de superficies predominantemente pequeñas
que comprenden Colonia La Merced, Sauce Chico y Alférez San Martín hacia el sector
norte con diecisiete explotaciones de alrededor de doce hectáreas. Las quintas en proxi-
midad a General Daniel Cerri y las de Villarino Viejo (en el partido de Villarino) son muy
pequeñas presentando dimensiones de alrededor de cuatro o cinco hectáreas cada una
(Cristiano y Quartucci, 2012; De la Fuente, Diotto y Nieto, 2012).
El desarrollo hortícola en las áreas de estudio se encuentra directamente asociado a
las características migratorias del siglo pasado (italianos y españoles), que fueron quienes
asentaron las bases culturales para el desarrollo de dicha actividad, la cual modeló el pai-
saje periurbano de la ciudad de Bahía Blanca. Así es como la actividad hortícola se inicia
con el asentamiento de la población inmigrante, “la quinta en sus inicios prácticamente
1 Kraser (2014) en su tesis doctoral: Recuperación y re funcionalización del patrimonio local en los espacios perdedores de la ló-
gica global en el partido de Bahía Blanca, al referirse al espacio de la ciudad de General Daniel Cerri, identifica los grupos
pioneros que sobre esa ciudad se asentaron. Para esta investigación, dicha ciudad es un espacio borde que forma parte
del territorio de estudio.
652 María Belén Nieto
era considerada un lugar más de la propia casa en donde el ‘saber hacer’ se pone en prác-
tica” (Lorda, 2005, p. 5). Los cultivos predominantes en el área de estudio corresponden a
espinaca, acelga, lechuga crespa, mantecosa y criolla. Entre las crucíferas se destacan bró-
coli, coliflor, repollo blanco y colorado. También existe la producción de berenjena, choclo,
pimientos, tomates y zapallo calabaza.
Mayoritariamente el cultivo se realiza a cielo abierto, las producciones bajo cubierta
son muy pocas. En el caso de General Daniel Cerri, la totalidad de los quinteros practican
el cultivo ‘convencional’, las tierras son enriquecidas con fertilizantes y es notable el uso
de semillas mejoradas, las cuales les garantizan mejores resultados, así lo manifiesta una
pequeña productora hortícola en la entrevista:
…compramos semillas mejoradas y al suelo le ponemos fertilizantes porque así sabemos que vamos a tener mejo-
res verduras… (Entrevista realizada a M. productora hortícola en Junio de 2010)
El factor de vital importancia para el desarrollo de las actividades productivas y la su-
pervivencia de los productores del área estudiada, es el agua. Dicho recurso se encuen-
tra comprometido en este sector de la cuenca baja, principalmente por el uso irracional
de los productores de la cuenca alta y debido también al escaso o nulo control llevado a
cabo por los entes reguladores. Ante estas falencias, los productores del área estudiada
emplean agua proveniente de la capa freática, la cual se encuentra contaminada con ar-
sénico y flúor, así lo indican diferentes estudios realizados desde el año 2004 por parte
de la Municipalidad de Bahía Blanca a través del censo sanitario comunal (Espósito,
2014; Torrero, 2009).
La Cuenca Baja del Río Sauce Chico y General Daniel Cerri, han constituido la principal
fuente de abastecimiento de hortalizas de la región, destacando que tal característica se
encuentra en crisis actualmente, como consecuencia de la crisis económica, los procesos
de tecnificación a los que los productores de forma individual no pueden acceder y ante la
llegada de olas migratorias del noroeste del país y de Bolivia, que desplazan por su modo
de trabajar a los quinteros ‘criollos’.
Este espacio periurbano ha sido analizado desde diferentes perspectivas y disciplinas
(Albaladejo, Lorda y Duvernoy, 2000; Cristiano y Quartucci, 2012; De la Fuente, 2014;
Diotto, 2016; Lorda, 2005; Kraser, 2014; Kraser y Ockier, 2007); sin embargo desde la Geo-
grafía y tal como lo expresa García Ramón (1989; 2006) el espacio siempre fue considera-
do como un soporte neutro, homogéneo y asexuado y no se consideraba al género como
un factor que, junto con otros, fuera capaz de explicar los desequilibrios en el territorio
y la reproducción/perpetuación de los mismos en las dinámicas sociales. Es por ello que
en el presente trabajo de investigación, el enfoque de género está orientado a caracterizar
el trabajo de las mujeres hortícolas en las quintas a través de entrevistas a las mismas, su
grado de involucramiento y compromiso con la actividad, con el fin de presentar y anali-
zar el rol de cada una de ellas.
García Ramón y Ferré (2000) afirman que en las dos últimas décadas, son muchos los
autores que apuntan al “giro cultural” como determinante para revalorizar “lo rural”.
Ello es debido, en parte, a su fascinación conceptual por la diferencia y el atractivo metodológico
de la etnografía. En parte también, porque ello ha conllevado trabajar en nuevos centros de inte-
rés como la “otredad”, la construcción de la identidad y del paisaje, y el énfasis en la espacialidad
de la naturaleza (Cloke, 1997; Murdoch y Pratt, 1993). Y en esta nueva construcción de “lo rural”,
el postmodernismo también ha tenido mucho que ver, ya que desafía la universalidad de los con-
ceptos e intenta desagregar la ruralidad, se reconoce que hay que estar atento para oír otras voces
(las de las “otras geografías rurales desatendidas”), se acepta la existencia de “múltiples construc-
ciones culturales y múltiples significados adscritos al hecho de vivir en el campo. (Valentine, 1997
en García Ramón y Ferré, 2000, p. 25)
La Geografía Cultural constituye el marco epistemológico para estudiar las estrategias
familiares y femeninas de los pequeños productores hortícolas del periurbano bahiense, y
dar cuenta de la situación de las mujeres: sus oportunidades en el mercado de trabajo, sus
responsabilidades en las labores domésticas, el cuidado de sus hijos.
Vale detenerse aquí y explicar brevemente en qué consiste la renovación de la década de
1980 en Geografía, y bien lo expresa Paul Claval:
Los estudios culturales cambian de escala: no disponemos de los medios para aprehender la cul-
tura china o la cultura árabe pero, a cambio, es fácil observar cómo se construyen las categorías
utilizadas por un grupo particular en un ambiente dado. (Claval, 2002, p. 34)
Fernández Christlieb (2006), afirma que el cambio de escala permite estudiar sutilezas
de la cultura impresas en el espacio. “De este acto innovador surgieron las posibilidades de
ensanchar la discusión teórica sobre la Geografía Cultural” (Luna García, 1999, p. 76-79
en Hiernaux y Lindón, 2006, p. 227).
En consecuencia, se pueden estudiar de manera aún más interdisciplinaria aspectos
nuevos vinculados al paisaje: cultura y pobreza, cultura y género, cultura y sexualidad,
cultura y racismo, cultura y política, paisaje urbano, y las lecturas derivadas de un nuevo
enfoque en donde no todos los objetos culturales son materiales. Es interesante rescatar la
perspectiva de uno de los autores que aplica este enfoque, el cual sostiene que:
La Nueva Geografía Cultural significó un replanteamiento que tomó en cuenta no sólo las ex-
presiones materiales de la cultura sobre un área dada sino también el simbolismo que para los
habitantes tenían algunos de los rasgos del paisaje (…) los especialistas en geografía cultural (…)
también se dedicaron a comprender el significado de lo representado por los individuos y el modo
en que percibían y comprendían su ambiente. (Fernández Christlieb, 2006, p. 228)
Por otra parte, es necesario explicar profundamente el concepto de género, para lo cual
debe quedar claro que dicho concepto se refiere a las diferencias originadas social y cultu-
ralmente entre lo femenino y lo masculino y el término ‘sexo’, en cambio hace referencia a
las diferencias biológicas entre hombre y mujer.
Marta Lamas (1996), antropóloga mexicana, explica que el género es la construcción
sociocultural de la diferencia sexual. Basándose en Bourdieu (1986) trata de mostrar que
el género es una especie de filtro cultural con el que interpretamos el mundo y también
una especie de armadura con la que constreñimos nuestra vida. La eficacia de la lógica del
género es absoluta ya que está imbricada en el lenguaje y en la trama de los procesos de sig-
nificación. Acordamos con esta caracterización del género como resultado de la construc-
ción cultural de las diferencias sexuales y de relaciones de poder y, por tanto, dinámicas.
En este sentido, otro concepto importante a tener en cuenta es el de relaciones de género
que se remite a las relaciones de poder existentes entre hombres y mujeres.
654 María Belén Nieto
Se entiende por relaciones de género aquellas que son consecuencia de la diferente inserción de
hombres y mujeres en la familia y en la sociedad, y de la asignación cultural de roles diferenciados:
los hombres reciben la responsabilidad de ser proveedores del hogar y las mujeres las de la crianza
de hijos e hijas y el cuidado del hogar. Como resultado de esta diferente asignación de roles, cultu-
ralmente se asocia a los hombres con la producción y a las mujeres con la reproducción. La conse-
cuencia de ello ha sido la tardía incorporación de las mujeres al mundo del trabajo y su considera-
ción, en muchos casos, como fuerza de trabajo secundaria. Aunque en el presente esta concepción
ha aminorado, culturalmente aún prevalece y es la base de muchas de las discriminaciones contra
las mujeres, especialmente en el ámbito rural. (Ballara y Parada, 2009, p. 13)
El sistema género vigente en nuestras sociedades coloca a lo femenino en una posición
de inferioridad y subordinación en relación con la superioridad y dominación de lo mas-
culino. En este sentido Gamba, Diz, Barrancos, Giberti y Maffía (2009) exponen:
La perspectiva de género, en referencia a los marcos teóricos adoptados para una investigación,
capacitación o desarrollo de políticas o programas, implica: a) Reconocer las relaciones de poder
que se dan entre los géneros, en general favorables a los varones como grupo social y discrimina-
torias para las mujeres; b) que estas relaciones han sido constituidas social e históricamente y son
constitutivas de las personas y; c) que atraviesan todo el entramado social y se articulan con otras
relaciones sociales, como las de clase, etnia, edad, preferencia sexual y religión. (p. 122)
Para el presente trabajo se adopta como categoría de análisis las relaciones de género, ya
que las diferentes situaciones a las que se enfrentan las mujeres, no pueden ser analizadas
en forma aislada sino situando la vida de hombres y mujeres en un contexto más amplio
que el de diferencias entre los géneros.
2 Los nombres de los entrevistados presentes en el trabajo son ficticios para resguardar su identidad.
656 María Belén Nieto
bólica se les asigne. Del relato de Daniela se analiza la relación de género y territorio como
una construcción social producto del entrecruzamiento de particulares formas de tejer
relaciones sobre el entorno y en donde la relación de autonomía (en tanto concerniente a
este relato y para esta entrevistada), revisten de valor en los aspectos de independencia y
empoderamiento siendo los intereses prácticos formulados por ella misma (y de manera in-
dividual) en la búsqueda de cambios personales pero no vinculados a aspectos grupales, es
decir buscando satisfacer sus necesidades prácticas a través de las necesidades estratégicas.
Pero si las necesidades prácticas se vuelven estratégicas y movilizan en la búsqueda no
individual sino colectiva, generan estrategias de cambio en pos de un camino hacia lo equi-
tativo entre los roles. De esta forma, Carmen es una entrevistada de interés en lo que respec-
ta a la búsqueda de posibilidades de cambio y equidad a través del desarrollo, fomentando e
incentivando a la participación activa como promotora de ProHuerta; especialmente cuan-
do es la época de entrega de pollitas y ponedoras, convocando a los vecinos a las capacita-
ciones e interesándose cada vez que los técnicos del INTA se ponen en contacto con ella.
Hace aproximadamente ocho años alquilan el campo, el cual es destinado a la produc-
ción ganadera. Si bien ellos viven en la casa del campo, poseen una superficie pequeña
de tierra, realizando Carmen tareas de quinta para consumo familiar y cría de gallinas
ponedoras con la consiguiente venta de huevos entre conocidos y personal de la escuela.
Menciona sobre su trabajo:
La quinta te acobarda, el trabajo de treso cuatro meses, te lo mata la pedrada y te querés morir (…) nosotros nos
cansamos, no nos iba bien, entonces decidimos alquilar el campo y quedarnos con la casa, yo ahora me dedico a
las gallinas y tengo muy buen rendimiento y vendo muy bien con la gente de la escuela. (Entrevista realizada
a C. en octubre de 2015)
Tanto en el discurso de Carmen como en las actividades que desarrolla, se observa una
mujer emprendedora y con perfil de líder. Manifiesta un gran interés por todas aquellas
cuestiones que hacen al desarrollo y progreso de la actividad productiva en el área, ya sean
talleres de capacitación de aves de corral, talleres de manipulación de alimentos u otras
reuniones, y sin embargo, el rol masculino como proveedor de recursos a través del trabajo
asalariado, predomina por sobre la actividad reproductiva.
Un caso particular es el de Ana, quien desde julio de 2011 toma a su cargo todas las
actividades de la quinta. Desde esa fecha su esposo trabaja en Nueva Roma en la hacienda
de lunes a sábado regresando a la quinta en Alférez San Martín los sábados a la tarde. Ana
es la responsable absoluta de todo en su casa, de los hijos y de la quinta. La producción
(autoconsumo y venta) se comercializa en el mercado de Thompson y 1810 encargándose
a tales efectos su padre quien posee un puesto en el mismo.
Ana se define como una mujer emprendedora y entusiasta. Se observa su flexibilidad la-
boral al momento de las tareas productivas, ya que elabora dulces, conservas y panes. Para
los dulces se vale de las buenas relaciones de vecindad, donde su vecino le entrega membri-
llos con los que elabora dulces en barras. Las conservas que elabora para la venta, comenta
haberlas aprendido observando a su madre y en lo respectivo a la elaboración de panes ca-
seros y prepizzas, su foco principal de venta es durante el verano aprovechando la cercanía
del arroyo y la presencia de bañeros improvisando algunas veces un puesto de venta:
En el verano viene mucha gente a bañarse al arroyo, entonces le vendemos gaseosas frescas y también pizzas y
pan, hay que rebuscárselas… (Entrevista realizada a A. en octubre de 2015)
Si bien las decisiones las comparte con su marido (como fue el tener que marcharse a
Nueva Roma a probar suerte considerando ambos como un gran sacrificio que les brinda
658 María Belén Nieto
una posibilidad de progreso) como así las tareas de la casa, es su padre el principal conse-
jero sobre las labores a realizarse. Las manifestaciones de Ana, si bien implican autonomía
de acción, las nociones de empoderamiento masculino constituyen un sistema asimétrico
donde es el hombre -su esposo Diego- quien sale de la esfera del hogar para proporcionar
el abastecimiento, si bien en la esfera privada, es decir en el ámbito inmediato al hogar, ella
realiza actividades de tipo productivas, las mismas continúan siendo extensión de la acti-
vidad que culturalmente se le asigna a las mujeres (elaboración de alimentos y venta de los
mismos en su propiedad). A la vez que, quien aconseja en sus decisiones sobre el trabajo en
la quinta es su padre, fortaleciendo la noción de habitus masculino, reservado a las prácti-
cas de los hombres y en las que las mujeres quedan excluidas o en su defecto, dependientes
de los consejos del mismo (Bourdieu, 2000; Lindón, 2006 en Calvillo Velasco 2012).
Respecto a las actividades de tipo productivo que encarnan las mujeres entrevistadas y
en lo concerniente a la participación en la venta y comercialización, la mitad de ellas mani-
festaban formar parte de la misma. Tal es el caso de Betiana quien se encarga junto con su
esposo de la venta de frutas y verduras en el puesto que posee en el mercado de Thompson
y 1810. En relación al trabajo en el mercado, expresa que no le es de su agrado:
…pero te acostumbras, al principio éramos muy pocas mujeres, ahora hay más. Somos unas cuantas. Y al princi-
pio costaba ver a las mujeres vendiendo acá, pero yo me planté de igual a igual. No te podés bajar, hay que enca-
rarlos, y no ser menos”.“El mercado es un mundo de hombres, pero ahora somos varias mujeres en los puestos, y
también vienen muchas mujeres a comprar. (Entrevista realizada a B. en mayo de 2012)
Otra entrevistada fue Emilia, en el puesto de su esposo en el mercado de Thompson y
1810 quien lleva adelante las tareas de comercialización de los productos de su quinta en
el puesto del mercado. Cabe destacar que en ningún momento de la entrevista Emilia se
define como responsable de esta tarea, sino como ‘ayudante de su marido’, quien reviste el
carácter de Tesorero de la Cooperativa de Horticultores de Bahía Blanca.
Emilia se califica como ama de casa y según se desprende de la entrevista, es ella quien
conoce todo el movimiento del puesto, el precio de las verduras y hortalizas, los clientes e
incluso, proveedores de algunos productos de otros quinteros de la zona. Su esposo (Ri-
cardo) es el jefe de la explotación quien se encarga de la siembra y cosecha en la quinta
junto a un empleado. A ella no le gustaba el trabajo hortícola y acotaba al respecto:
Yo le doy una mano a Ricardo acá en el mercado. (Entrevista realizada a E. en mayo de 2012)
La postergación de las propias necesidades anteponiendo las necesidades de los otros
miembros de las familias o priorizando la búsqueda de un futuro mejor para los hijos,
es una característica del rasgo asimétrico de poder entre los roles (Borderías y Carrasco,
1994) siendo inherente al género femenino la preocupación y cuidado de la familia.
La no valoración hacia la propia actividad (ama de casa y la negativa a reconocer el
propio trabajo) remite a la valorización del género masculino por sobre el femenino y se
plantea en un marco de relaciones jerárquicas y autoritarias, disminuyendo la autonomía
y toma de decisiones de los diferentes miembros que integran el hogar.
A modo de conclusión
Considerando los aportes teóricos y las conclusiones obtenidas de las entrevistas, así
como contrastaciones sobre el terreno y luego del análisis presentado se ponen de mani-
fiesto los siguientes aspectos relevantes:
La actividad de la mujer se considera una ‘ayuda’, el carácter de su trabajo suele ser inter-
pretado como complementario, mientras que su presencia y labor sirven para consolidar
660 María Belén Nieto
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662 María Belén Nieto
Introducción
La niña fue sometida a una agresión sexual inhumana”, graficó
la fiscal marplatense María Isabel Sánchez, en un intento por
describir la forma bestial en la que fue asesinada una joven de 16
años por al menos dos hombres que se encuentran detenidos. Si
bien toda violación es “inhumana”, el acento fue puesto porque
los que asesinaron a Lucía Pérez en Mar del Plata la drogaron,
la violaron, la empalaron, le provocaron un shock cardíaco
derivado del terror que sufre una persona bajo la tortura y por
último lavaron su cuerpo, en un frustrado intento por borrar
sus huellas. Lo hecho por los asesinos de Lucía –podría haber
un tercer implicado– reúne en un solo caso tres de los crímenes
más horrorosos ocurridos en la Argentina. (Página/12, 2016)
Miriam Natiele Alencar Da Silva, de 19 años, fue arrojada muerta
de un auto en Villa Devoto. La joven de nacionalidad brasileña
era “mula” del narcotráfico, trasportaba 80 cápsulas de cocaí-
na. Dos de ellas se rompieron dentro suyo y le produjeron una
sobredosis. En las últimas horas, la Policía detuvo a dos sospe-
chosos a quienes les secuestraron 22.300 dólares, 3.500 euros
y 28.000 pesos. La víctima había venido desde Brasil junto a su
hermana menor, a quien los responsables abandonaron en el
partido bonaerense de La Matanza. (Tiempo Argentino, 2017)
Lucía Pérez y Miriam Natiele Alencar Da Silva, dos mujeres latinoamericanas que per-
dieron sus vidas en situaciones extremas en las que al menos dos elementos se repiten
con diferentes rostros: violencia de género y narcotráfico. En el primer caso, la adolescen-
te de 16 años de Mar del Plata fue a comprar marihuana y acabó drogada, violentada y
muerta brutalmente por hombres que vendían drogas en el barrio. Esa es la escala más
baja y final del narcotráfico, es la espacialidad de la venta de drogas por menudeo y ex-
pone cómo el acceso a las drogas ocurre en el barrio de manera distinta para hombres y
mujeres. El segundo caso evidencia el funcionamiento de las redes internacionales del
narcotráfico asociado con las redes de trata de personas. En esa espacialidad, los cuer-
pos de las mujeres son utilizados como recipientes para el transporte de drogas y una
vez que dicho recipiente no funciona más, es descartado y substituido. La joven brasileña
murió porque dos o tres capsulas de cocaína (de las 80 que llevaba) explotaron en sus
intestinos, su cuerpo fue entonces tirado de un auto en movimiento en el barrio de Villa
Devoto, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Los casos expuestos son paradigmáticos y expresan dos elementos que componen una
preocupante realidad de la República Argentina y de toda América Latina: 1) el exorbitante
incremento de la violencia de género; 2) el crimen organizado en la figura del narcotráfico
664 Heder Leandro Rocha
y la trata de personas, dos ejes que presentan en común la relación entre género, narcotrá-
fico y violencia, que Elsa Valdez (2014) explora en el artículo titulado Mujeres, narco y vio-
lencia: resultados de una guerra fallida. La autora identifica las construcciones hegemónicas
fuertemente categorizadas que recaen sobre las mujeres en el espacio del narcotráfico en
el norte de México y cómo esas construcciones transitan entre el paradigma de la “mujer
trofeo” (en contrapunto de la “madre/esposa”), la participación activa en el narcotráfico
y después las encarceladas. La autora, propone pensar esos elementos desde una mirada
interseccional con el enfoque de género, a partir de dos espacialidades: la del consumo en
el acceso a las drogas, como mujeres consumidoras y en la del tránsito de drogas, en donde
las mujeres transportan sustancias en sus cuerpos.
La metáfora de la intersección (o interseccionalidad) acuñada por Kimberlé Williams
Crenshaw (1989, p. 139) en el marco del Feminismo Negro norteamericano, a fines de
la década de 1980, posibilita comprender cómo los múltiples ejes de identidad que es-
tructuran las desigualdades sociales articulan y ubican a las personas en una posición
en el espacio/tiempo. Crenshaw evidenció, desde el campo del derecho, que la opresión
sufrida por las mujeres negras en Estados Unidos de América (EE.UU.) no podría ser
entendida solo desde un marco explicativo (género, por ejemplo) o como una suma de
opresiones (género + raza).Proponía entonces pensarla como una interseccionalidad,
donde una determinada configuración llevaba a una posición específica de discrimi-
nación y violencia que ni el feminismo, ni el movimiento antirracista lograban explicar
totalmente en aquel momento.
María Lugones (2005) apunta que la intersección o solapamiento de estas opresiones
es sobre todo una herramienta para el control y reducción, inmovilizando y desconec-
tando sujetos. En ese sentido, la geógrafa Gill Valentine (2007, p. 19) evidencia cómo la
configuración de las múltiples categorías de identidad que componen a las personas,
están relacionadas con las espacialidades vivenciadas por ellas. Para esta geógrafa, el es-
pacio surge como un elemento fundamental para la configuración de las intersecciones,
constituyendo así una potente herramienta de las geografías feministas en el sentido de
conceptualizar “las íntimas conexiones entre la producción del espacio y las produccio-
nes sistemáticas de poder”.
Brown (2012) llama la atención sobre cómo los trabajos sobre sexualidades y los dife-
rentes cruces entre ejes de opresión han contribuido con el avance de las reflexiones sobre
interseccionalidad, pero con una mayor producción sobre el cruce de género y raza. El
autor sugiere que otras configuraciones de cruces de ejes de opresión podrían ser revelado-
ras y que no podemos producir otras invisibilidades científicas. En este sentido es que se
presenta un ensayo/reflexión, hecho por un hombre blanco, manejando datos secundarios
y sin acceso a las fuentes primarias, pero que relaciona diferentes cruces de género, edad y
raza con el narcotráfico, las redes de trata y la violencia en la República Argentina.
tina (Sedronar, 2017), presenta tres resultados principales en relación a la magnitud del
consumo de drogas en Argentina: 1) en 2017 el alcohol, el tabaco y la marihuana fueron
las sustancias con las prevalencias de vida, año y mes más altas, respectivamente; 2) el
consumo reciente de alguna droga ilícita creció de un 3,6% en 2010, a un 8,3% en 2017; 3)
los varones presentan tasas de consumo superiores en todas las drogas ilícitas. En rela-
ción a la cocaína, el 5,3 % de la población entre 12 y 65 años consumió alguna vez en su
vida, el doble de lo registrado en 2010; y si observamos la franja etaria de la adolescencia,
el incremento fue el triple para 2017.
Dichos resultados hablan de la población total, pero cuando desagregamos los datos
por género, la evolución de la prevalencia de vida1 (la tendencia se repite en año y mes) del
consumo de alcohol y tabaco se evidencia otros elementos.
La Tabla 1 presenta un incremento de poco más del 10% en el consumo de alcohol entre
las mujeres en Argentina (estadísticamente el mismo incremento que los varones), mien-
tras que el consumo de tabaco aumentó 4,4% para el período, entre las mujeres, dos veces
más que en el caso de los varones. Cuando se hace el mismo ejercicio para las sustancias
ilícitas, el informe de la Sedronar (2017, p. 46) reconoce que “si bien los varones presentan
mayores prevalencias que las mujeres, en el caso de éstas, el incremento fue muy superior
al de los varones y para las cuatro sustancias”. El Gráfico 1 presenta la evolución de la pre-
valencia de vida en el caso de las sustancias de uso ilícito.
Tabla 1. Prevalencia de vida de tabaco y alcohol en la población de 12 a 65 años, Argentina
En el Gráfico 1 es posible visualizar que en la medida que la línea evolutiva del consumo
entre los hombres quedó por debajo de la duplicación en todas las sustancias, entre las mu-
jeres se triplicó excepto en el caso de ‘Alguna droga ilícita’. Dicha velocidad de expansión
queda evidente cuando se hace el ejercicio de dividir la tasa de 2017 por la de 2010, entre
las mujeres. Así, en comparación con el año 2010, la prevalencia del consumo en la vida cre-
ció: 3,6 veces para el éxtasis; 3,37 veces para la cocaína; 2,95 veces para la marihuana y 2,4
veces para alguna droga ilícita. Otros dos puntos señalados por la Sedronar(2017) son: 1) la
evolución de la incidencia 2 del consumo de marihuana entre las mujeres se cuadruplicó en
relación a la medición de 2017, pasando de 0,3% a 1,4%; 2) el número de nuevos usuarios de
alguna droga ilícita fue duplicado y entre las mujeres ocurre la mayor tasa de incremento.
1 La prevalencia “se define a una persona como consumidor de alguna de las sustancias analizadas si la usó por lo
menos una vez. Las medidas de prevalencia indican el uso de las sustancias. Se diferencian tres tipos de prevalencias:
mes, año, vida” (Sedronar, 2017).
2 La tasa de incidencia del consumo es obtenida “de la división del número personas que empezaron a usar drogas
durante un período específico de tiempo (un año o un mes) por el número de personas que corren el riesgo de usar
una droga determinada por primera vez. La “población en riesgo” es la población total bajo estudio menos aquellas
personas que ya han usado drogas antes del período de tiempo especificado” (Sedronar, 2017).
666 Heder Leandro Rocha
En línea con los datos de la Sedronar (2017) sobre el incremento del consumo de alco-
hol, tabaco y sustancias de uso ilícitos entre las mujeres, encontramos el informe de Bon-
figlio (2016) titulado Barómetro del narcotráfico y las adicciones en Argentina, elaborado por la
Universidad Católica Argentina (UCA) en 2016, con datos de la Encuesta de la Deuda So-
cial Argentina-Serie Bicentenario (2010-2015). Ese informe apunta que el registro de venta
de drogas en el barrio sufrió un incremento superior al 50% en el período 2010-2015 en
Argentina. Bonfiglio (2016, p. 11) señala que “a finales de 2015, casi 5 de cada 10 hogares
identifican la venta o tráfico de drogas en su calle, manzana o vecindario” y que el 62,5%
de las personas encuestadas afirma que sabe de la venta de drogas en su barrio, mientras
que el 28,5% reconocen la producción de pasta base allí.
Bonfiglio (2016) llama la atención sobre el deterioro de la vida de la juventud, especial-
mente en barrios informales del Conurbano Bonaerense, donde la mitad de los jóvenes
que viven en barrios informales están en hogares con necesidades básicas insatisfechas
y bajo la línea de pobreza, situación que empeora entre las mujeres. Eso ocurre porque
a ellas les tocan otras intersecciones como las responsabilidades familiares, la falta de
ocupación formal y el abandono escolar. En palabras de Bonfiglio (2016, p. 121) las jó-
venes bajo ese perfil “viven en condiciones más precarias que el resto de los jóvenes, y se
encuentran más excluidas de sus oportunidades educativas y laborales que las jóvenes sin
responsabilidades familiares”.
Otra cuestión señalada por Bonfiglio es sobre la relación consumo de drogas y delitos.
El informe apunta que “la incidencia del delito aumenta entre quienes consumieron dro-
gas durante el último mes, y especialmente entre quienes consumen de forma intensiva”
(2016, p. 14). Dicha relación es apuntada también por Innamoratto, Acquaviva, Cana-
vessi y Ruiz (2015) en el trabajo Vulnerabilidad social, adicciones y prácticas delictivas: Estudio
exploratorio, descriptivo e interpretativo. Los autores hacen un análisis de 1.140 encuestas
hechas con personas que estaban en tratamiento por consumo problemático de sustan-
cias psicoactivas, en cerca de 50 instituciones de tratamiento del Área Metropolitana de
Miriam da Silva y Lucía Perez: narcotráfico, interseccionalidad y violencia de género 667
Buenos Aires (AMBA). En ese análisis señalan que, de un lado, en los jóvenes de hasta 25
años de edad (576 personas) “el involucramiento en prácticas delictivas aumenta consi-
derablemente: apenas 2 de cada 10 mencionaron no haber cometido delitos” (Innamo-
ratto et al., 2015, p. 249) y por otro lado, cuando la pregunta fue hecha en relación a la
manera que las personas hasta 25 años obtenían dinero para consumir drogas, la pros-
titución surge en 23 casos (4%).
El trabajo de Innamoratto et al. (2015) no presenta datos detallados por género, sola-
mente que el 16% de la población encuestada está compuesta por mujeres. Pero la relación
entre la práctica de la prostitución y el acceso o mantenimiento del consumo de sustancias
ilícitas es evidenciada por un número importante de investigaciones (sobre el consumo
de crack véase Vernaglia, Vieira y Cruz (2015); Bertoni et al. (2014); Rocha, (2014); Chaves,
Sanchez, Ribeiro y Nappo (2011); Nappo, Sánchez y De Oliveira (2011). Oliveira y Nappo
(2008) en un estudio etnográfico desarrollado en la ciudad de San Pablo con 62 personas
usuarias y ex usuarias de crack, apuntó que en la mitad de las mujeres encuestadas, la
práctica de la prostitución fue utilizada en cambio de ‘crack’ y en algunos casos de ma-
nera ‘compulsoria’, es decir, cuando hombres negociaban favores sexuales de sus parejas
para traficantes, en cambio de crack. Eso refleja una diferencia bastante importante en la
forma en que los hombres y las mujeres obtienen dinero para iniciar o mantener su consu-
mo, ubicando obviamente a las mujeres en una posición de mayor vulnerabilidad (el caso
de Lucía Pérez expone como la vulnerabilidad puede llegar a un caso extremo).
3 La relación entre leyes de drogas demasiado punitivas y penas desproporcionadas en América Latina, es investigada
con detalle en Yepes, Guzmán y Norato (2012).
4 Informe elaborado por el Observatorio de Violencia de Género (OVG) de la Defensoría del Pueblo de la provincia de
Buenos Aires, en ocasión de la 60° Sesión de evaluación sobre el cumplimiento de la convención contra la tortura y otros
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5 Utilizando datos del Institute for Criminal PolicyResearch.
668 Heder Leandro Rocha
Corda (2011, 2012) señala la relación entre el encarcelamiento de mujeres por delitos re-
lacionados con drogas en Argentina y evidencia que después de la entrada en vigencia de la
Ley Nº 23737 (estupefacientes), la cantidad de mujeres encarceladas creció a una velocidad
mayor que la de los hombres. Así, al 31 de diciembre de 2015, según el Sistema Nacional
de Estadísticas sobre Ejecución de la Pena (SNEEP), había 2.963 mujeres privadas de su
libertad en Argentina, siendo que 1.096 lo estaban por la Ley Nº 23737. El Informe Anual
de 2016 de la Procuración Penitenciaria Nacional (PPN) apunta que la tasa de mujeres deteni-
das por dicha ley llegó al 61,2% en el Sistema Penitenciario Federal, siendo que 48% de las
mujeres detenidas por infracción a esa ley, tenía nacionalidad extranjera, en diciembre de
2015. En ese sentido Giacomello (2013) ya denunciaba en el informe Mujeres, delitos de drogas
y sistemas penitenciarios en América Latina, que nueve de cada diez extranjeras con privación
de la libertad en Argentina, lo estaba por delitos relacionados con las drogas a nivel federal
y habían sido correos humanos, en casi su totalidad no tenían antecedentes penales.
En el documento6 “Mujeres privadas de libertad en el Sistema Penitenciario Argentino”
la Subsecretaria de Política Criminal, de la Dirección Nacional de Política Criminal en
materia de Justicia y Legislación Penal del Ministerio de Justicia de La Nación, apunta que
mismo con la falta de detalle en los datos ofrecidos por el SNEEP, “es posible conjeturar
la alta incidencia de mujeres involucradas en casos de traslado de estupefacientes”. En ese
sentido el Observatorio de Cárceles Federales de la PPN (2014) afirma que la relación entre
el encarcelamiento de mujeres extranjeras en la esfera federal y los delitos por tráfico y/o
contrabando de sustancias ilícitas se explica de un lado, por las políticas antidrogas que,
como ya ha sido expuesto, castigan y criminalizan a los grupos más vulnerables de la so-
ciedad y, por otro lado, ubican las mujeres en la marginalidad de las relaciones de poder
de la economía del narcotráfico.
Este punto es fundamental pues evidencia que hay un cruce muy claro entre el narco-
tráfico y las redes de trata de personas, que de hecho, son dos de las actividades ilícitas
más lucrativas del mundo. El tráfico de seres humanos es uno de los mercados del crimen
organizado transnacional que más crece en el mundo, generando ganancias de aproxima-
damente 150 mil millones de dólares por año. Estos datos son estimativos de la Organiza-
ción Internacional del Trabajo (OIT) y presentados en el informe titulado de Transnational
Crime and the Developing World de la organización Global Financial Integrity (GFI, 2017).
La GFI (2017) analizó 11 actividades ilícitas para el año 2014. La trata es considerada la
tercera actividad ilícita más rentable en el mundo, superada apenas por el narcotráfico, un
negocio de entre 426 y 652 mil millones de dólares, y la falsificación. El mismo informe
GFI revela que para 2014, el kilogramo de cocaína al por mayor en Colombia tenía un pre-
cio de poco más de dos mil dólares, siendo que en Australia llegó a costar 200 mil dólares.
Esto quiere decir que el precio del kilogramo de ese producto aumenta dramáticamente
en la medida que avanza desde el sitio de producción hasta su llegada y comercialización
en los mercados consumidores, obteniendo un incremento de casi 9.000% en el caso de
Australia. La GFI apunta dos factores importantes para este increible incremento: el riesgo
y el comercio minorista. El último ya fue explorado en la sección anterior de este treabajo,
pero el riesgo se incrementa en la medida que más cantidad de drogas y fronteras deben
ser superadas para que la droga llegue a su destino. Más riesgos significan más costos en
toda la operación, costos que son transferidos para los consumidores finales en la venta
6 Recuperado de http://www.jus.gob.ar/media/3203102/Mujeres%20privadas%20de%20libertad%20en%20el%20Sis-
tema%20Penitenciario%20Argentino.pdf (consulta 11 de septiembre de 2017).
Miriam da Silva y Lucía Perez: narcotráfico, interseccionalidad y violencia de género 669
por menudeo. Pero, volviendo un paso atrás, una de las maneras utilizadas por el nar-
cotráfico para transportar drogas es justamente hacer del cuerpo humano un envase y
es justamente en este punto donde se ubica el caso emblemático de Miriam da Silva y su
hermana. No solo porque Miriam había ingerido las 80 cápsulas de cocaína en la ciudad
brasileña de Belém7, sino porque expone el funcionamiento de toda esta actividad crimi-
nal, que consiste básicamente en:
La captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la
amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso
de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios
para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explo-
tación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras for-
mas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a
la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos. (UNODC, 2000, p. 44)
Las razones que llevaron Miriam a aceptar transportar drogas en su cuerpo no las
vamos saber, ni los mecanismos utilizados por quien la agenció. De un lado, la ciudad de
Belém, en Brasil, tiene una población estimada de 1.452.275 de personas según el Instituto
Brasileiro de Geografía e Estatisticas (IBGE, 2011) y registró un incremento en la tasa de
homicidio por arma de fuego entre los años 2004 y 2014, de cerca de un 94%, ocupando en
este último año la novena posición donde ocurren más homicidios por arma de fuego en
Brasil, con una tasa de 42,7 homicidios por cada 100 mil personas, como indica la publica-
ción titulada Mapa da Violência-2016 de Julio Jacobo Waiselfsz (2016). Para la Organización
Mundial de la Salud (OMS, 2016), más de 10 homicidios por cada 100 mil habitantes ya
es considerado como una epidemia. Belém es la capital de la región norte de Brasil, donde
están ubicadas las 10 ciudades con peores Índices de Desarrollo Humano (IDH) del país,
según el IBGE (2011). Por otro lado, el surinamés Hendrik “Gino” BinkienaboysDasman
y su pareja, la dominicana Danilse Contreras de León fueron triplemente acusados8 por
tráficos de estupefacientes, contrabando y trata de personas en el caso de Miriam. “Gino”
ya había sido condenado9 en 2013 por un intento de contrabando de cocaína a Europa.
La combinación entre género, pobreza, raza y narcotráfico ubicó a Miriam en una posi-
ción de extrema vulnerabilidad y marginalidad, llegando al punto de su trágica muerte en
Villa Devoto, barrio de la capital porteña. Muerte que expone no solo la extrema violencia
con que los cuerpos de las mujeres son descartados en la lógica del narcotráfico y de una
sociedad machista y patriarcal, sino también de cómo los grandes medios10 reducen su
humanidad a “mulas del narcotráfico”.
Consideraciones finales
El ejercicio propuesto en este trabajo fue evidenciar cómo la interseccionalidad puede
ser una herramienta potente en el sentido de comprender cómo un mismo fenómeno geo-
7 Dicha ciudad es emblemática porque carga el nombre de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar
y Erradicar la Violencia contra la Mujer, realizada en 1994 y que es un importante marco internacional en la lucha
contra la violencia hacia las mujeres. Convención de Belém do Pará. Recuperado de https://www.unicef.org/argentina/
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8 Recuperado de https://www.clarin.com/policiales/gino-surinames-queria-argentino-preso-muerte-mula_0_
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9 Recuperado de https://www.clarin.com/policiales/mula-muerta-brasilena-perdida-unidas-vinculo-sangre-tra-
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10 Véase Clarin (2017), La Nación (2017), La Capital (2017).
670 Heder Leandro Rocha
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Introducción
En nuestro país, desde hace unas décadas atrás se viene implementando un modelo
de desarrollo vinculado a la extracción de recursos naturales que implica actividades de
tipo extractiva como la minera, el fracking y el agronegocio, entre otros, y que es impulsa-
do por grandes empresas transnacionales que dominan sectores claves de la producción
(Giarracca y Teubal, 2010). En palabras de Harvey (2004), dicho modelo se encuentra
ligado a un proceso de acumulación por desposesión, que implica la mercantilización y
apropiación de los bienes naturales y de territorios y con ello de derechos individuales
y colectivos. Entre los elementos comunes de esta dinámica se puede destacar “la gran
concentración de tierras, la escala de los emprendimientos, la tendencia a la monopro-
ducción o monocultivo, la escasa diversificación económica y una lógica de ocupación
de los territorios claramente destructiva” (Svampa y Viale, 2014, p. 16). El mismo man-
tiene una serie de continuidades con respecto al modelo extractivo clásico de América
Latina pero con la salvedad de tener un Estado con un rol más activo. A este fenómeno
se lo conoce como neoextractivismo.
El Estado interviene promoviendo la integración global verificado en proyectos y con-
creción de obras públicas, adecuaciones normativas, política fiscal, entre otros. Se trata,
además, de un Estado compensador que capta, o intenta captar, mayores proporciones
del excedente generado por los sectores extractivistas apelando a medidas como regalías
o tributos más altos. A su vez, los gobiernos defienden estas prácticas extractivas soste-
niendo que permiten recaudar fondos que son utilizados en programas de lucha contra
la pobreza (Gudynas, 2010).
Como parte de este modelo, la expansión arrocera experimentada en los últimos años,
implicó un cambio en la escala de siembra y producción, donde grandes emprendimientos
concentran importantes hectáreas y se apropian de valiosos bienes comunes como el agua
y el suelo, aplican paquetes tecnológicos de punta y concretan la construcción de la in-
fraestructura necesaria para la actividad. Teniendo en cuenta lo planteado anteriormente,
el Estado termina constituyéndose como uno de los principales propulsores del desarrollo
productivo arrocero (Vallejos y Pohl Schnake, 2014).
Pero también el modelo neoextractivo trae consigo daños ambientales, ya que implica
explotación y degradación de la naturaleza. Entre ellos, se enumera la contaminación
del agua, del suelo, del aire, la desertificación, los derrames de químicos (que destruyen
el suelo y contaminan el agua), etc., dejando a su paso tierras degradadas y cientos de
hectáreas de suelo infértil; en resumen, el deterioro general de los bienes comunes y de
los ecosistemas. En el presente trabajo se intentará abordar el proceso de expansión de la
siembra del cultivo de arroz en Corrientes desde la década de 1990 hasta la actualidad,
676 Santiago Báez y Ludmila Cortizas
1 En la cosecha 1998/1999 se sembraron 96.650 ha, mientras que la cosecha 2016/2017 alcanzó las 91.500 ha.
2 Se sembraron 105.200 ha de arroz en dicha cosecha, según datos del Ministerio de Agroindustria (2018).
Incidencias ambientales a partir del avance de la producción de arroz en la provincia de... 677
Gráfico 1. Superficie sembrada con arroz. Total histórico provincial por cosecha (1991-2017)
Fuente: elaborado por Báez y Cortizas con base en datos del Ministerio de Agroindustria (2018)
Fuente: elaborado por Baez y Cortizascon base en estadística del Ministerio de Agroindustria (2018) y QGIS
678 Santiago Báez y Ludmila Cortizas
Gráfico 2. Superficie sembrada con arroz. Total histórico por región. Cosechas 1991 a 2011
Fuente: elaborado por Baez y Cortizas con base en estadística del Ministerio de Agroindustria (2018)
Fuente: Bogado et al. (2012). Obras Hidráulicas para el Riego de Cultivo de Arroz en la Provincia de Corrientes-Argentina
Incidencias ambientales a partir del avance de la producción de arroz en la provincia de... 681
El gran avance de las hectáreas cultivadas produjo que también aumente la aplicación
de agroquímicos (fertilizantes, herbicidas, etc.) y con ello la contaminación del ambiente,
generando una gran degradación y pérdida de nutrientes del suelo, junto a diversas com-
plicaciones en la salud de la población aledaña. Las autoridades sanitarias indicaron que
desde el 2005, época en que re-comenzaron los sobrevuelos con agroquímicos en las plan-
taciones y hasta la fecha, las enfermedades alérgicas y respiratorias aumentaron en un 25
y 50%, sobre todo en niños (Gómez, 2008).
682 Santiago Báez y Ludmila Cortizas
Ayuí Grande (afluente del Miriñay) es otro ejemplo de estas irregularidades. En relación
con el mismo, se presentó un proyecto ideado por varias empresas para construir una
represa con el fin de inundar 11.000 hectáreas de tierra para cultivar alrededor de 20.000
hectáreas con arroz.
La construcción de represas implica la creación de un cuerpo de agua que previamente
no existía, es decir, se inundan hectáreas de tierras con ciertas características edáficas y
una configuración ecosistémica determinada. Al ser cubiertas por agua, que además per-
manece estancada, estos suelos comienzan a sufrir modificaciones químicas, alterando el
balance ecosistémico preexistente.
Consideraciones finales
En las páginas precedentes se ha intentado plasmar el análisis de una problemática
territorial producida en la provincia de Corrientes, derivada de la intensificación de la
producción arrocera y el incremento de su demanda. Partiendo de un visible aumento de
5 Fragmento de entrevista realizada a Graciela Gómez por Ecoportal, el 12 de agosto de 2008.
6 Fragmento extraído de la Jornada sobre Tecnología en Cultivo de Arroz, llevada a cabo en diciembre 2014, por la
Dirección de Gestión Sustentable de Recursos (UNLP). Dicha jornada estuvo a cargo del Ing. Agr. Alfonso Vidal
684 Santiago Báez y Ludmila Cortizas
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Creación de oasis forestales en la ribera
del lago Ezequiel Ramos Mexía
Luis Alberto Bertani y María de los Ángeles Tesoniero
Introducción
Picún Leufú, cabecera del departamento homónimo se encuentra emplazada sobre la
Ruta Nacional Nº 237, a una distancia de 135 km al suroeste de la ciudad de Neuquén. El
departamento tiene una superficie de 4.580 km2, y según el Censo Nacional 2010, su po-
blación alcanzaba a los 4.530 habitantes (INDEC, 2010). El perfil productivo departamen-
tal se caracteriza por presentar una agricultura bajo riego en las fértiles tierras del valle
del arroyo Picún Leufú y más recientemente, la habilitación de nuevas tierras bajo riego a
partir de la puesta en funcionamiento del canal La Picasita, reactivó el sistema productivo
al poner nuevas tierras bajo riego.
La economía está basada fundamentalmente en la producción de forrajes para alimen-
tar al ganado, y en menor escala se cultiva maíz, forestales, horticultura y diversos fruta-
les. De acuerdo al último Censo Nacional Agropecuario (INDEC, 2008), el departamento
produce casi el 25% de las forrajeras perennes de la provincia.
La puesta en marcha del canal La Picasita ha dado un nuevo empuje a la economía local y
ya se han instalado varios establecimientos ganaderos que producen bajo la modalidad de
feedlot y la ampliación de las áreas destinadas al cultivo bajo riego. La diversidad florística
del valle del arroyo más la diversidad de cultivos, han permitido obtener miel de óptima
calidad debido a la carencia absoluta de agroquímicos y pesticidas.
El área de estudio para el desarrollo de los ‘oasis’ forestales se encuentra al sureste
del ejido municipal de la mencionada localidad, comprende la península resultante del
llenado de la represa de El Chocón en el año 1971 (Imagen 1). Se trata de un sector alto
respecto al nivel de la desembocadura del arroyo Picún Leufú en el lago Ezequiel Ramos
Mexía, con una superficie de unas 1.576 hectáreas que no cuenta con población residien-
do en forma permanente.
La idea que sustenta este proyecto es la transformación positiva del paisaje árido a
través de la creación de áreas forestales a modo de ‘oasis’ en la península. Para ello se
cuenta con dos grandes aliados: a) el agua del lago Ezequiel Ramos Mexía que rodea la
península y que permitiría generar áreas de riego a costos razonables; y b) disponibili-
dad de sectores apropiados desde el punto de vista edáfico con potencial para el desa-
rrollo de pequeños ‘oasis’.
Esta propuesta de desarrollo forestal forma parte de un estudio más amplio cuyo
objetivo es “la búsqueda de alternativas para el desarrollo turístico recreativo y sus-
tentable de un sector ribereño del lago Ramos Mexía, próximo a la localidad de Picún
Leufú” (CFI, 2017).
688 Luis Alberto Bertani y María de los Ángeles Tesoniero
Nota: En el centro la actual península, antes del embalse del Lago Exequiel Ramos
Mexía. En el norte el arroyo Picún Leufú y al sur el río Limay
Bajo estas condiciones, la vegetación resultante está constituida por una estepa ar-
bustiva dominada por especies tales como jarilla hembra (Larrea divaricata), zampa
(Atriplex lampa) y alpataco (Prosopis alpataco) entre otras especies presentes (Imagen 4).
Otro rasgo distintivo de la vegetación de la península es la presencia de tamariscos
(Tamarix sp.) arbusto que puede alcanzar entre dos y tres metros de altura y que se
localiza en sectores inundables o próximos a la ribera del lago. Esta especie es abun-
dante donde estaba localizado el pueblo viejo de Picún Leufú (Imagen 5a). También es
común la presencia de olivillo (Aextoxicon punctatum) en lo sectores próximos al arroyo
Picún Leufú (Imagen 5b).
De acuerdo al régimen de humedad de tipo arídico, los suelos de estas regiones perte-
690 Luis Alberto Bertani y María de los Ángeles Tesoniero
necen al orden de los aridisoles, sin embargo de acuerdo a lo observado para la península
habría que sumarles otros pertenecientes al orden de los inceptisoles (suelos recientes for-
mados, débilmente estructurados), entisoles (suelos recientemente formados, y sectores
con asomos rocosos, carentes de formación de suelo.
Imagen 4. Vegetación natural de la península
Atriplex lampa (zampa), Prosopis alpataco (alpataco), Larrea divaricata (jarilla hembra)
La transformación sufrida por el paisaje en 1971 significó que a raíz de una acción
humana se produjo un cambio en el escenario natural, lo que dio comienzo a una serie
de procesos asociados a las nuevas condiciones locales, en particular en la franja costera,
que es la que tiene mayor densidad de uso en la actualidad. Esto provocó la formación
de playas, bahías, acantilados e islas que forman paisajes atractivos y que convocan a los
visitantes en verano que disfrutan de estos nuevos paisajes.
Sin embargo las constantes variaciones en el nivel del lago (entre 367 y 381,5 m) repre-
sentan un problema ya que ocasionan el permanente desplazamiento de la línea de ribera,
en particular en aquellos sectores de pendientes bajas como en la playa de La Virgen donde
la costa puede alejarse más de 1.000 metros. Sumado a esto, dado que el paisaje aún está
buscando un nuevo punto de equilibrio, la franja costera queda expuesta a procesos de
remoción en masa que ocasiona la caída de grandes bloques, originada por la erosión del
oleaje sobre los acantilados.
Ante estas condiciones de aridez surge la posibilidad de la oasificación como proce-
dimiento técnico de combate de la desertificación (Martinez de Azagra, Mongil y Rojo
Serrano, 2005). La propuesta es la creación de pequeños sectores en los cuales se puedan
mejorar las condiciones de humedad del suelo y posibilitar el desarrollo de una vegetación
forestal, a través del riego.
Creación de oasis forestales en la ribera del lago Ezequiel Ramos Mexía 691
Metodología
El nivel de detalle para el presente trabajo requirió un exhaustivo trabajo de campo,
debido a que la información existente carecía de la precisión necesaria. En una primera
instancia se analizaron fotografías aéreas e imágenes satelitales del lugar, lo que permitió
llegar a definir el área con potencialidad para el establecimiento de sectores a forestar.
Como resultado de ello se seleccionaron cuatro grandes sectores teniendo en cuenta que
puedan ser abastecidos con riego proveniente del lago, a través de una propuesta de riego
que contempla el uso de energía alternativa. En cada uno de estos sectores se hizo un rele-
vamiento en detalle para determinar la profundidad efectiva del suelo, con la finalidad de
asegurar un aceptable nivel de crecimiento de las especies forestales propuestas.
Los resultados de este estudio se presentaron en un taller participativo con la comuni-
dad, que posibilitó el debate sobre laspropuestas generales del plan turístico-recreativo
presentado, y las ventajas de contar con estos oasis forestales.
m donde habría que construir un nuevo reservorio. Desde este último reservorio será po-
sible llevar el agua hasta los otros ‘oasis’ previstos: a) Bifurcación y b) Playa Bonita, lo que
se detalla en el siguiente apartado (Imágenes 6 y 7).
Imagen 6. Área de forestación Los Tanques y Cerro La Virgen
Otro aspecto clave para esta consideración es la cantidad de agua necesaria para regar los
‘oasis’ propuestos. De acuerdo con estimaciones preliminares, mediante la modalidad de
riego por goteo, se necesitarían unos 10.000 litros/hectárea/día. A la infraestructura dispo-
nible habría que sumarle la construcción de los ductos e instalaciones para riego por goteo
(indispensable para este caso debido a las irregularidades del terreno), un cerco perimetral
(alambrado de 5 hilos) y el sistema de mangueras para el riego de cada uno de los árboles.
(Bertani y Audisio, 2017). Posteriormente se seleccionaron los sectores con mayor cober-
tura sedimentaria, considerados los más aptos para este fin, debido a que las raíces de los
árboles pueden penetrar sin dificultad hasta encontrar la roca cretácica (areniscas, limo-
litas, arcillolitas, etc.).
El tipo de suelo existente en la península no es el más apto para el desarrollo de áreas
forestales, pero tratándose de una propuesta con fines ornamentales (no productivos), con
riego, más la existencia de algún espesor razonable de cobertura sedimentaria, básicamen-
te de origen eólico, es suficiente para su desarrollo.
Con esta finalidad se realizaron mediciones en los distintos lugares seleccionados para
evaluar la profundidad efectiva del suelo, es decir hasta dónde podrán penetrar las raíces
de la planta sin dificultad.
Consideraciones finales
El proyecto de forestación de la península del lago Ezequiel Ramos Mexía es una mues-
tra del potencial transformador de la tecnología en las zonas áridas, modificando las
condiciones iniciales para un mejor aprovechamiento. Este tipo de intervenciones en
zonas áridas y semiáridas implican una alteración del equilibrio ecológico existente, por
lo que se precisa llevarlo a cabo con la mayor atención; la elección del sistema de riego
resulta fundamental para economizar el recurso agua y evitar situaciones adversas como
la salinización de los suelos.
La intervención implica mejorar las condiciones paisajísticas generando un espacio
atractivo que otorgue valor a un lugar que en la actualidad tiene muy bajo aprovechamien-
to para actividades turísticas recreativas.
En síntesis la formación de pequeños oasis conlleva a varios beneficios:
≈Estas formaciones vegetales protegen al suelo frente a la erosión y le aportan materia
orgánica, facilitando su evolución hacia un perfil más fértil.
≈La intervención de forestación crea condiciones favorables para el aumento de la biodi-
versidad; es de esperar un incremento de la presencia de aves e insectos que favorecerá
otros tipos de vegetación y fauna.
≈Desde el punto de vista de su recreativo paisajístico implicaría un aumento del área som-
breada y mayor diversidad, lo cual contribuiría a su atractivo como destino recreativo.
Creación de oasis forestales en la ribera del lago Ezequiel Ramos Mexía 695
Referencias
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Introducción
La Tierra constituye una fuente de diferentes recursos y la sociedad, provista de estrate-
gias tecnológicas, los utiliza para satisfacer necesidades específicas del desarrollo humano.
Es así que toda forma de la materia, viva o inerte, conforma un recurso natural en la medida
en que el hombre hace uso de ella con fines específicos. Si bien los recursos naturales son
innumerables, cabe destacar algunas finalidades de su uso, entre ellos: el uso con fines de
supervivencia (por ejemplo el aire y los recursos alimentarios); el asociado a construccio-
nes propias del desarrollo de diferentes estructuras en el medio rural y urbano; el uso de
materiales que viabilizan la generación e implementación de tecnologías (equipamientos,
maquinarias); el uso de plantas medicinales (recursos fitoterapéuticos) y el uso de fuentes
de energía con fines de implementar servicios energéticos (energía solar, eólica, nuclear,
combustibles fósiles) (Sánchez, 2009). En pocas palabras, constituyen fuentes centrales de
supervivencia y desarrollo de la sociedad y sus corrientes civilizatorias.
Tal como se afirma en un estudio realizado por la FAO (1996) es posible clasificar a
los recursos naturales de distintas formas. Se puede hacerlo de acuerdo a su origen y se
tendrán recursos que provienen de la tierra, recursos acuáticos, etc. Otra forma de clasi-
ficarlos es dividirlos en recursos renovables y no renovables, basándose en las posibilidades
de obtenerlos en forma continua o de que se agoten. Sin embargo, los recursos naturales
renovables también pueden deteriorarse o agotarse si las condiciones ambientales dejan de
ser favorables y su manejo es inadecuado para su renovación.
Uno de los recursos más importantes que brinda la naturaleza a la sociedad lo consti-
tuye el suelo, un recurso natural muy valioso y prioritario, que a menudo no se le presta la
debida atención. De acuerdo a lo expresado por Panigatti (2010) la importancia del suelo
radica en que sobre él se desarrolla prácticamente la totalidad de la producción agrícola,
ganadera y forestal, además de integrar los paisajes donde se prioriza el turismo contribu-
ye al mantenimiento de la biodiversidad y presta numerosos servicios ambientales.
El suelo es un cuerpo natural complejo, dinámico, caracterizado por una morfología
particular resultante de la interacción de un conjunto de factores responsables de su evo-
lución. Dichos factores conocidos como factores de formación del suelo fueron descriptos
por Jenny (1941) e incluyen: el clima, la roca madre o material originario, el relieve, los
organismos que se desarrollan en el suelo y el tiempo o edad del mismo.
El conocimiento de los suelos, de sus características y propiedades, así como de sus
potencialidades y limitaciones es fundamental para poder emitir juicios sobre el estado,
uso y manejo de la tierra. Siguiendo esta línea de ideas, Nuñez y Nuñez (2012) plantean
que uno de los instrumentos más idóneos para avanzar en el conocimiento de los sue-
los lo constituyen los inventarios de suelos, los cuales tienen por objetivo brindar datos
e información necesaria para interpretar y predecir el comportamiento de las tierras. El
desarrollo de la cartografía de suelos ha permitido sistematizar levantamientos de suelos
698 Johana De los Santos, Mariana Nuñez y Natasha Picone
Área de estudio
El departamento 25 de Mayo se encuentra localizado en el sur de la provincia de Río
Negro, Argentina y ocupa una superficie de 27.106 km2. Limita al norte con el departa-
mento de El Cuy, al este con el departamento de Nueve de Julio, al sur con la provincia de
Chubut y al oeste con el departamento de Ñorquincó. Está situado a los 40°15’ de latitud
Sur y los 70°22’ longitud Oeste (Figura 1) y es atravesado por la Ruta Nacional Nº 23.
La localidad cabecera de 25 de Mayo es Maquinchao. Lo integran también las locali-
dades de Ingeniero Jacobacci, Los Menucos y comisiones de fomento como Aguada de
Guerra, Pilquiniyeu, Clemente Onelli, El Caín, Colan Conhue, San Antonio del Cuy y
Mina Santa Teresita.
De acuerdo al trabajo de Burkart, Bárbaro, Sánchez y Gómez (1999), el departamento
se localiza en la eco-región denominada “Estepa Patagónica”. La vegetación predominan-
te es de matorrales achaparrados adaptados a las condiciones de déficit de humedad, de
bajas temperaturas, heladas y fuertes vientos. Está formada por arbustos bajos, muchos
con forma de cojín, otros espinosos, con hojas reducidas o áfilas. En menor proporción,
aparecen estepas herbáceas, de pastos xerófilos como los coirones (Morello, Matteucci,
Rodríguez y Silva, 2012). Entre las especies de fauna son comunes el guanaco, puma, zorro
colorado, mara o liebre patagónica, choique, entre otros (Burkart et al.,1999).
En cuanto a sus características climáticas, la región se ubica bajo clima seco y templa-
do-frío, con vientos muy fuertes de dirección oeste (Figura 2), nevadas durante el invierno y
heladas casi todo el año (Cabrera, 1976). La aridez es consecuencia de la presencia de la Cor-
dillera de los Andes, que opera como una barrera para las masas de aire húmedas desde el
océano Pacífico por los fuertes vientos del oeste. El agua se descarga en las laderas occiden-
tales y el aire se seca y calienta al descender por las laderas orientales (Morello et al., 2012).
Este proceso determina que la precipitación media anual del área no supere los 250 mm.
El diagrama ombrotérmico de la estación meteorológica Maquinchao (Figura 2) para
el período 2001-2015 presenta los datos de temperatura media mensual, temperatura
media anual y precipitación media mensual. A partir del diagrama se puede observar que
la mayor cantidad de precipitaciones se da en los meses de mayo y junio y en el mes de fe-
brero. También demuestra la cantidad de meses con déficit hídrico en el área, representado
por la curva de las temperaturas medias mensuales, la cual se extiende por encima de los
valores de las precipitaciones entre los meses de octubre a marzo. La temperatura media
anual del área es de 9,8°C con una precipitación media anual de 174 mm.
Las mencionadas características climáticas del área determinan suelos poco desarrolla-
Ordenación edáfica del departamento 25 de Mayo (Río Negro, Argentina) y análisis de... 699
dos, con escasa vegetación y propensos a la salinización en las depresiones dado que cuando
llueve, las mismas se convierten en lagunas y luego, al evaporarse el agua, precipitan las sales
que contienen y se forman costras de sal sobre la superficie.
Figura 1. Localización del departamento 25 de Mayo
Fuente: Elaboración personal (De Los Santos, Nuñez y Picone, 2018) con base en capas del IGN
Fuente: Elaboración personal (De Los Santos, Nuñez y Picone, 2018) con base en Servicio Meteorológico Nacional.
Materiales y métodos
Para llevar adelante el objetivo del presente estudio se utilizó la capa de suelos de la
Argentina publicada por GeoInta. Una vez seleccionada la misma se realizó el recorte del
700 Johana De los Santos, Mariana Nuñez y Natasha Picone
área de interés en el programa ArcGis 10® mediante la herramienta Clip. Luego se prosi-
guió a la reproyección de la capa, dado que ésta se encuentra en el sistema de proyección
determinado por el organismo que las provee. Este proceso efectuado también en el Ar-
cGis, consistió en trasladarlo al sistema de proyección que se adapta a la información
georreferenciada presente del área, efectuando la reproyección al sistema de proyección
POSGAR 94 - Argentina Zona 2, correspondiente con el área de estudio. En este caso, la
herramienta empleada se denomina Project.
Una vez finalizado el procesamiento del mapa se prosiguió a la realización de la ordena-
ción edáfica del área de estudio. Para esto fue necesario identificar las unidades cartográ-
ficas y la composición edáfica de las mismas presentes en el departamento. La descripción
de estos suelos fue realizada con base en la información que brinda el Atlas de Suelos de
la República Argentina (SAGyP-INTA, 1990).
Sobre la base de dicha información fue posible sistematizar los datos según las clases
taxonómicas definidas por la Taxonomía de Suelos (SoilSurvey Staff, USDA, 1975) orde-
nándolas de acuerdo al Orden, Suborden, Gran Grupo y Subgrupo al que pertenecen. A
su vez se realizó un cuadro que permite una lectura de la difusión de suelos en el área de
estudio, junto con las unidades cartográficas identificadas, el paisaje, composición edáfi-
ca, superficie y limitantes principales y secundarias.
Cabe destacar aquí que la metodología utilizada consistió únicamente en procesamien-
tos de imágenes satelitales sin la realización de trabajo de campo, siendo esto una primera
aproximación a las características edáficas del departamento.
Resultados
Como ya se mencionó, la ordenación edáfica de 25 de Mayo se efectuó a partir de la
identificación de los suelos presentes. De esta manera, en el área se reconocieron suelos
pertenecientes a los órdenes Aridisoles, Entisoles, Molisoles y Alfisoles. Los Aridisoles do-
minan por excelencia en el área, son suelos minerales que no disponen durante largos
periodos de agua suficiente para el crecimiento de cultivos o pasturas y, cuando hay pre-
sencia de ésta, se encuentra retenida a grandes tensiones, lo que inhibe que la planta pueda
utilizarla. En general se caracterizan por presentar un horizonte superficial claro y pobre
en materia orgánica (epipedón ócrico), de texturas gruesas, con baja actividad biológica y
a menudo acumulan yeso, sal, carbonato de calcio y otros materiales. En segundo lugar
de dominancia se encuentran los Entisoles, suelos que no evidencian o tienen escaso de-
sarrollo pedogenético. La mayoría solo tiene un horizonte superficial claro, de poco espe-
sor y generalmente pobre en materia orgánica (epipedón ócrico). En profundidad están
limitados por roca dura dentro de los 25 cm de la superficie o contienen más del 90% de
material grueso pedregoso, son generalmente suelos jóvenes. Por otro lado, los Molisoles
limitados a una pequeña fracción del lugar, son suelos con epipedón mólico, de colores
negros o pardos. Se caracterizan por la dominancia de arcillas y del catión calcio en el
complejo de intercambio catiónico que favorece la fluctuación de los coloides, por su ca-
pacidad de intercambio moderada a alta y la elevada saturación con bases (más del 50%)
(Soil Survey Staff, 1975; SAGyP-INTA, 1990). Finalmente los Alfisoles, también reducidos
a una pequeña parte del área, se caracterizan por presentar un horizonte subsuperficial
de enriquecimiento secundario de arcillas desarrollado en condiciones de acidez o de al-
calinidad sódica y asociado con un horizonte superficial claro, generalmente pobre en
Ordenación edáfica del departamento 25 de Mayo (Río Negro, Argentina) y análisis de... 701
materia orgánica o de poco espesor. Los suelos que pertenecen a este orden presentan una
alta saturación con bases en todo el perfil (FAO, 1996).
Los órdenes mencionados anteriormente registran la difusión de suelos que pertenecen
a los subórdenes siguientes de la taxonomía de suelos: Argides, Ortides, Fluventes, Orten-
tes, Psamentes, Acuoles, Xeroles y Ocracualfes.
Entre los suelos dominantes se encuentran los Haplargides lítico, Haplargides típico,
Torriortentes xérico, Haplargides lítico xerólico y Natrargides típico. Mientras que los sue-
los de mayor difusión en el departamento pertenecen al subgrupo denominado Haplargi-
des Típico en la taxonomía de suelos del SoilSurvey Staff (1975).
En el Cuadro 1 se presentan los suelos de 25 de Mayo. En el mismo se evidencia la do-
minancia de los suelos Aridisoles; de los 25 suelos difundidos en el área de estudio, 17
pertenecen a este orden, mientras que cinco corresponden a los Entisoles, dos pertenecen
a los Molisoles y solo uno al orden Alfisol.
Cuadro 1. Taxonomía de los suelos de 25 de Mayo
Fuente: Elaboración personal (De Los Santos, Nuñez y Picone, 2018) con base en Capa de suelo
del GeoInta y Atlas de Suelos de la República Argentina (SAGyP-INTA, 1990)
La Figura 3 presenta el mapa de suelos que componen las tierras del departamento 25
de Mayo y su ordenación edáfica. En el mismo fueron identificadas 43 unidades carto-
gráficas, las cuales hacen referencia al subgrupo de suelos dominantes en el espacio que
delimitan. Para una fácil comprensión, dicha figura presenta las nomenclaturas que luego
702 Johana De los Santos, Mariana Nuñez y Natasha Picone
Fuente: elaboración personal (De Los Santos, Nuñez y Picone, 2018) con base en capa de suelo del GeoInta
Ordenación edáfica del departamento 25 de Mayo (Río Negro, Argentina) y análisis de... 703
Ahora bien, a partir de los resultados del mapa de suelos, se puede recabar información
importante respecto de las limitantes que presentan los suelos del departamento, tanto
principales como secundarias. Tal como se muestra en la Figura 4, la limitante principal
predominante en el área es la profundidad efectiva somera, determinada por la poca pro-
fundidad de los suelos identificados, lo que recae en una serie de consecuencias tales como
menor capacidad de retención de agua y a su vez susceptibilidad a la erosión. Le sigue en
nivel de importancia la salinidad en los primeros 50 cm de profundidad. Esto se relaciona
706 Johana De los Santos, Mariana Nuñez y Natasha Picone
directamente con la alta evaporación del lugar, dando como resultado suelos salinos y
como consecuencia menos cobertura vegetal, ya que no todas las plantas logran adaptarse
a estas condiciones. También toman relevancia las limitantes de erosión eólica e hídrica
actual. Dichos procesos de erosión se manifiestan favorecidos por los factores físicos pre-
dominantes en la región, entre ellos los fuertes vientos, la escasa vegetación y los períodos
con precipitaciones escasas y mal distribuidas.
Por otro lado, entre los factores limitantes secundarios se hacen más significativos los
problemas de erosión eólica actual fundamentalmente, la salinidad y la baja retención de
humedad. Esto da cuenta de suelos secos susceptibles a una erosión más significativa.
Figura 4. Limitantes de los suelos de 25 de Mayo
Fuente: elaboración personal (De Los Santos, Nuñez y Picone, 2018) con base en capa de suelos del GeoInta
Conclusiones
La cartografía resultante del presente estudio conforma bases geográficas e instrumen-
tales centrales para concebir la ordenación ecológica y ambiental del departamento 25 de
Mayo. En ese sentido, los resultados obtenidos en el estudio aportan aspectos físico-geo-
gráficos centrales destacándose los siguientes: el mapa de suelos y su leyenda descriptiva
cuya estructuración permite comprender la organización y explicitar la heterogeneidad
edáfica, que describe caracteres útiles para los posibles usuarios del mapa y una georrefe-
Ordenación edáfica del departamento 25 de Mayo (Río Negro, Argentina) y análisis de... 707
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Paisaje protegido de Tandil: insustentabilidad
en los nuevos usos del suelo
María Celia García y Jorge Lapena
Introducción
La minería, la agricultura y la ganadería sobresalen como las principales actividades
económicas primarias del área serrana e inter-serrana. A su vez, el turismo se inscribe
como la actividad económica terciaria de mayor crecimiento en las sierras de Tandil, cuya
ubicación no solo es privilegiada debido a la cercanía y accesibilidad a la Ciudad Autóno-
ma de Buenos Aires, sino por el apoyo recibido como actividad desde el gobierno munici-
pal y la Cámara de Turismo local.
Las sierras que enmarcan por el sur y el oeste a la ciudad de Tandil pertenecen a la es-
tructura geológica cristalina de las sierras de Tandilia, que se formó en tiempos precám-
bricos, uniéndose al Cratón Río de la Plata (Ramos, 1999). Tradicionalmente estas sierras
formaron parte de un recurso natural tanto de atracción turística como para el desarrollo
de la actividad minera. No obstante, en la proximidad al centro urbano, las sierras están
perdiendo aquel paisaje de singular belleza natural a partir de la apropiación antrópica,
especialmente por las inversiones inmobiliarias.
Hasta un pasado reciente, las sierras -que hacían de entorno urbano-, estuvieron ex-
puestas a la explotación minera a cielo abierto. Hoy la actividad está restringida en el área
contigua a la ciudad y, por consiguiente, a la legislación ambiental, que llevó más de una
década de reclamos multisectoriales. Esta legislación declaró a las sierras como paisaje
protegido constituyendo un aporte fundamental para el turismo sustentable y, a su vez,
en un insumo que se tradujo en la prohibición de construcción en ámbito serrano a niveles
mayores a los 200 metros sobre el nivel del mar en el Plan de Ordenamiento Tandil (POT),
posterior a la ley de paisaje protegido (García, 2011).
Sin embargo, este escenario serrano -casi único en el mundo- cuenta con el impac-
to de la construcción de grandes residencias, viviendas particulares, comercios y otras
construcciones que comenzaron a registrarse desde 1998 en adelante (García, 2004).
A partir de esta apropiación del espacio, el patrimonio de espacio serrano, como ejem-
plar geológico de rocas precámbricas y como patrimonio escénico a apreciar tanto para
lugareños como para visitantes, se está perdiendo. Con ello, además de invisibilizar al
recurso turístico más tradicional de Tandil, se detectan serios problemas ambientales
que surgen de observaciones directas, comparaciones de imágenes satelitales y medi-
ciones en salidas de campo. Actividades que fueron llevadas adelante entre los meses
de mayo y junio de 2016 por docentes de la materia Geografía Física y Geografía Física
Argentina. Las asignaturas pertenecen a las carreras de Profesorado y Licenciatura en
Geografía, con sede en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional
del Centro de la Provincia de Buenos Aires y que, en parte, rescatan denuncias referidas
a la complejidad de abastecer de agua y cloacas al emplazamiento humano en el medio
serrano (García, 1991; 2005; 2010).
710 María Celia García y Jorge Lapena
Bajo el propósito de exponer un diagnóstico actual de las sierras, los valles inter-serra-
nos y el Lago del Fuerte, se encararon tareas de campo y análisis de imágenes (satelitales,
provistas por cubierta de Drone 2010 y seleccionadas desde Google Earth, además de fotos
propias) para verificar los grados de avance de construcciones edilicias en sierras y tipos
de impacto ambiental. También se inventariaron legislaciones y se evaluó integralmente
en qué sentido debe modificarse la legislación ambiental o aplicarse con mayor eficacia la
legislación vigente en pos de contribuir a un desarrollo turístico más sustentable.
Desarrollo
El sistema de Tandilia constituye un escenario natural único. Irrumpe con la monoto-
nía pampeana, desde Blanca Grande (partido de Olavarría) hasta el Cabo Corrientes (Mar
del Plata) con una extensión noroeste-sureste de unos 350 kilómetros. El rasgo visual más
saliente es el contraste entre las siluetas de sierras correspondientes arelictos de forma-
ciones granodioríticas rejuvenecidas y la horizontalidad de una extensa llanura que las
rodea, dominada por sedimentos del Cuaternario.
Dentro de este sistema serrano, el relieve cristalino, de formas romas y más antiguo (de
tiempos precámbricos), corresponde a las sierras de Tandil, en cuyo piedemonte se localizó
el fuerte que dio origen a su fundación en 1823, y en cuya extensión se ha desarrollado el
casco urbano principal, al menos hasta mediados de la década de 1990. De estas sierras
nacen cursos de aguas como el arroyo Chapaleofú Grande al oeste, nacientes de arroyo
Chapaleofú Chico y afluentes del río Quequén, al suroeste (los que en ambos casos sepa-
ran a estas sierras de las apenas más nuevas y de relieve tabular de la Tandilia Sedimenta-
ria, ubicadas más al sur); mientras que los arroyos Langueyú (que drena hacia las llanuras
del norte) y Tandileofú (cuyas aguas escurren hacia planicies del este) tienen sus nacientes
y cuencas superiores dentro de estas sierras.
Este medio físico es en apariencia estático y relativamente monótono pero, sin embargo,
tanto la dinámica natural de erosión e inundación por aguas superficiales, así como los
procesos de remoción, son importantes debido a las precipitaciones e inclinación de sus
pendientes. Así, a este marco físico y sus procesos naturales se le agregan las modificacio-
nes que la sociedad ha introducido, es decir, acelerando, alterando y hasta complicando su
dinámica natural.
Debido a la estructura geológica, las rocas de las sierras alternan cuerpos intrusivos
de un basamento cristalino con deformaciones internas (Dalla Salda, Bossi y Cingolani,
1988) en la que se reconoce una zona de basaltos (de fondo de mar en la sutura Tandi-
lia-Cratón Río de la Plata de acuerdo a Ramos, 1999 y García, 2014b). También en su reco-
rrido en el campo se aprecian materiales de intrusiones posteriores que conforman diques.
Las rocas de gran antigüedad, con más de 2.000 millones años representan un patrimo-
nio geológico único. Suele describirse a estas sierras como las más antiguas, aunque los
atractivos turísticos exceden esta particularidad.
Las rocas expuestas se encuentran meteorizadas en formas de bloques fallados y dia-
clasados y en pendientes más abruptas inclinadas. Ello se debe a la acción de tres tipos
de fuerzas subyacentes. Tienen su origen en una compresión y descompresión de rocas
debido a procesos de empuje (fallando bloques debido a fuerzas tectónicas) y a la denuda-
ción sufrida a lo largo de extensos periodos de erosión (descomprimiendo y produciendo
fracturas en diaclasas).
Paisaje protegido de Tandil: insustentabilidad en los nuevos usos del suelo 711
La tercera variable que inclina a los bloques diaclasados es la fuerza de la gravedad, que
se relaciona con el movimiento de masas de rocas y suelos (Patton, Alexander y Kramer,
1978). Este proceso se corresponde con la composición de las rocas, como por ejemplo las
milonitas, que son usadas como lajas, mientras que la formación de un sistema de diacla-
sas (fisuras) verticales, oblicuas y horizontales derivan de la influencia de fuerzas tectóni-
cas más recientes, propias del período Terciario o Andino. Las movedizas se definen en su
exterior por ser bloques de granodioritas separados por agentes y procesos más recientes y
actuales a los de su formación como rocas y donde la meteorización química, a partir de
la infiltración de agua por las diaclasas provocó cambios en el feldespato. De esta forma el
desprendimiento de minerales por efecto de la disgregación del granito y al quedar como
bloques suspendidos en pocos puntos y a alturas donde el viento efectúa su empuje, co-
mienzan a mecerse en búsqueda de un equilibrio.
Además de las fuerzas naturales, la actividad minera (que ya data del siglo XIX) tam-
bién ha acelerado la fracturación de bloques y así, el entrecruzamiento de las diaclasas,
podría haber influido en la caída de la Piedra Movediza de Tandil. Meineri (2008) sostiene
que en los cerros donde afloran las típicas rocas graníticas de color grisáceo, formadas
por desplazamiento de bloques, como por ejemplo el cerro La Movediza, los minerales
que cristalizan a las temperaturas más altas durante el enfriamiento del magma, son los
menos resistentes a la meteorización química; y los que se formaron posteriormente, los
más resistentes. La actividad minera con sus barrenados y aperturas de frentes influyen en
la entrada de agua y aceleran los procesos de meteorización.
Estas características en la formación, la composición y la disposición de las rocas distin-
guen bloques de gran resistencia, que por descamación (meteorización en capas esferoida-
les) definen cumbres redondeadas, con procesos de remoción y erosión posteriores que van
a depositar la arena disgregada desde grandes bochones. Estos pueden caer, pero también
quedar en equilibrio sobre los afloramientos rocosos, como sucede en las cumbres de La
Movediza, que hasta el presente resulta ser motivo de diversas explicaciones científicas,
tanto como de una atracción turística.
De esta manera, las geoformas de sierras redondeadas, la disposición de sus valles, los
zigzagueantes caminos de valles de cursos de agua que convergen en el Lago del Fuerte
(construido por un dique artificial desde 1962) conforman un entramado característico
de Tandil, cuya apreciación y valoración es diversa.
El turismo sustentable es una actividad comprometida a producir un bajo impacto ne-
gativo sobre el medio ambiente y la cultura local, al tiempo que contribuye a generar ingre-
sos y empleo para la población. Por otro lado debe responder a las necesidades de los turis-
tas y de las regiones anfitrionas presentes, a la vez que protege y mejora las oportunidades
del futuro (Castro Álvarez, 2008). Por ende, su concepción se orienta a la gestión racional
y equilibrada de todos los recursos, de forma tal que satisfaga todas las necesidades socia-
les, económicas y sobre todo, la integridad cultural y los procesos ecológicos que subyacen.
De acuerdo a la Organización Mundial del Turismo - OMT (Secretaría de Turismo de la
Nación, 2005) los principios que definen el turismo sustentable son:
≈se conservan los recursos naturales y culturales para su uso continuado en el futuro, al
tiempo que reportan beneficios;
≈el desarrollo turístico se planifica y gestiona de forma que no cause serios problemas
ambientales o socioculturales;
712 María Celia García y Jorge Lapena
Fuente: Figura Izquierda: fotograma zona del lago, Geodesia MOSP La Plata (vuelo 1980). Derecha: vista
de la ciudad desde el noroeste, con sierras al sur, ocupadas por canteras. Fuente: El Eco (1976)
En este sentido, entre 2002 y 2012, algunos estudios confirman que esta ciudad se inscribe
en el proceso de reposicionamiento turístico desarrollado por los destinos a nivel nacional,
como estrategia de dinamización territorial frente a la crisis y paralelamente alentada por
la práctica de un turismo interno en contextos de posconvertibilidad (Jacinto y Blas, 2016).
Este turismo de cualidades sustentables implica un espacio geográfico que asuma e
integre procesos de producción y gestión turística (López Palomeque, 1999) y, por ende,
la definición de un territorio que recupere un lugar destacado como ámbito creativo, di-
námico, competitivo, generador de oportunidades. Justamente, la derogación de la Ley de
Paisaje protegido de Tandil: insustentabilidad en los nuevos usos del suelo 713
Convertibilidad en 2002 favoreció este tipo de desarrollo turístico con regulaciones a las
políticas neoliberales de retiro estatal de años anteriores. Esto, sin duda, reorientó al mer-
cado turístico nacional desde la práctica del turismo emisor hacia el interno (Wallingre,
2007). Entre las acciones emprendidas desde la política municipal y en articulación con el
Estado Provincial, entre 2002 y 2012 se limitó la actividad minera en el interior del circui-
to turístico de la ciudad y las serranías aledañas.
Así se lanzó en 2005 el Plan Estratégico de Turismo Sustentable Tandil 2020 (PETS) que
hasta la fecha es considerado una propuesta superadora de atrasos, controversias y exclu-
sividades de la actividad turística, ya que promueve una planificación y re-planificación
de usos de suelo, cuidado del medio ambiente, desarrollo económico, inclusión social y
promoción cultural. El mismo es, a la vez, un instrumento surgido en el marco de la con-
certación público-privada bajo la figura del Instituto Mixto de Turismo como órgano de
gestión intersectorial de la actividad (Jacinto y Blas, 2016).
El marco legal que promovió la gradual emigración de las inversiones mineras en Tandil
se sustenta en la Ley Paisaje protegido y/o Espacios Verdes de Interés Provincial (Ley Nº
12704). El área protegida está delimitada por la intersección de la Ruta Nacional Nº 226
y las rutas provinciales Nº 74 y Nº 30. La misma conforma la base catastral y jurídica del
Plan de Desarrollo Territorial de Tandil, según Ordenanza Municipal Nº 9865.
Asimismo, el Plan de Manejo Ambiental del Área del Partido de Tandil de la denomi-
nada “La Poligonal” incorpora a las sierras aledañas a la ciudad como “Paisaje Protegido
de Interés Provincial” mediante la Ley Nº 14126 (Jacinto y Blas, 2016). En su artículo 3
establece que las autoridades municipales y provinciales deberán coordinar su accionar,
a los efectos de arbitrar los medios necesarios para procurar la preservación conforme lo
dispuesto en el artículo 5 de la Ley Nº 12704 de “Paisaje Protegido y/o Espacios Verdes de
Interés Provincial”. Esto implica protección del paisaje, manejo sustentable, planificación
territorial y educación ambiental e incluye en su rol asesor a la UNCPBA.
En 2016 la actividad minera casi se extinguió en torno a la periferia de la ciudad de
Tandil, después de una prórroga que extendió desde 2013 por dos años y cuatro meses la
explotación económica. No obstante, la ley no pone claramente restricciones a otras acti-
vidades como construcciones y forestación no autóctona, donde las sierras y el desarrollo
sustentable en sí mismo están en vilo. Solo si se explicitara o especificara más la ordenan-
za, en su artículo 2, podría proponerse más exhaustivamente la conservación del paisaje
serrano al interpretarse los alcances de preservar la integridad del paisaje geográfico, geo-
morfológico, turístico y urbanístico (Ordenanza Municipal Nº 9865).
Sin embargo, si bien estas canteras han dejado de funcionar, los cambios en destinos
del suelo serrano no marcan precisamente una orientación hacia lo que se entiende en este
trabajo como turismo sustentable, ya que la falta de equipamientos urbanos necesarios,
los riesgos de inundación y contaminación de aguas, así como de incendios de interface
y forestales se incrementan a medida que aumenta la carga de construcciones de residen-
cias, hoteles y cabañas en estas sierras (García, 2010; 2014a).
A simple vista y según se observa en imágenes satelitales o fotografías, tampoco se trata
de una reconversión de viejas canteras al turismo sustentable, sino por el contrario, un tu-
rismo ligado a comercios y ofertas hoteleras, o expansión del uso residencial de la ciudad
que asciende a paso galopante sierra arriba. En menos de los últimos cinco años, las sie-
rras han cambiado tanto su destino como su fisonomía. Por su uso dejó de ser un medio
natural donde caminar y observar públicamente a estas antiguas sierras. Pero además,
714 María Celia García y Jorge Lapena
Fuente: Figura izquierda, García, M.C., en salida de campo de junio de 2016. Figura derecha: García, M.C.,
selección de imagen del Barrio Golf Valle Escondido con imagen seleccionada desde Google Earth (2017)
Paisaje protegido de Tandil: insustentabilidad en los nuevos usos del suelo 715
Almada U$S 34.000 en terrenos de la misma superficie en senderos de la posta “El Qui-
jote” más de 200 metros del Club Náutico (Mitula Inversiones Inmobiliarias, 2016). Este
último loteo restringe el acceso a las sierras donde antes se realizaban caminatas, marato-
nes y travesías ciclísticas.
Fuente: Mitula Inversiones Inmobiliarias de Tandil (2016) y vista de Google Earth (2017)
En salidas a terreno, recorriendo circuitos serranos aledaños al Lago del Fuerte, se pudo
verificar una continuidad en la tendencia ediliciay su carácter de residencias para alquilar
por día o semanas. También existen carteles de nuevos loteos y publicidad virtual de futu-
ras urbanizaciones (Figura 9) en sierras antes dispuestas al acceso público. Ello denota un
mayor impacto futuro, ante falta de cloacas y desagüe aledaño al Lago del Fuerte.
En las cercanías al cerro Independencia (ladera noroeste del lago) se destaca la mayor-
densidad de nuevas viviendas, construidas después de 2010. Esta inversión inmobiliaria
de 320 lotes está administrada por una sola empresa y se ha aprobadopor habilitación
municipal (que antecede a la ordenanza, aunquesin especificar la sustentabilidad del tipo
y densidad de viviendas en lo referido a saneamiento).
Figura 9. Loteo al oeste del Lago del Fuerte
Además de los daños ambientales enunciados, hay que mencionar cambios en la biodi-
versidad y en el riesgo deincendios (Figuras 10 y 11). La urbanización de las zonas serra-
nas se realiza bajo un criterio de distribución disperso y heterogéneo, con un crecimiento
alternado entre el uso residencial y otros usos (turísticos, recreativos y deportivos en el
área próxima al lago y en áreas donde persiste la vegetación tanto endémica como inva-
sora (Fernández, 2012). Esta última y sobre todo con la retama (especie aceitosa), al estar
cada vez más expuesta al tránsito de vehículos, actividades domésticas de los hogares y al
acampe de los visitantes, representa un mayor riesgo de incendios no naturales. Ello y te-
niendo en cuenta que se extiende sobre laderas serranas de caminos inexistentes conlleva
a dificultades de accesibilidad para dotaciones de bomberos (García, 2014a).
Conclusiones
El desarrollo sustentable se proyecta como una meta, más que como una realidad en
el contexto serrano de Tandil. Si bien pueden distinguirse diferentes actividades susten-
tables que formaron a este escenario serrano, como por ejemplo, las visitas turísticas con
caminatas en las sierras, las específicas de algunos deportes (carreras de maratón en sie-
rras) y aquellas propias del uso recreativo que escogen los lugareños (mateada del fin de
semana) existen nuevos problemas ambientales.
Se reconocen avances inéditos en materia de legislación ambiental, principalmente
desde la promulgación de la Constitución Nacional de 1994. Esta concreción de la legis-
lación ambiental en las jurisdicciones locales se observaron cambios favorables, como por
ejemplo la relocalización de las actividades mineras en Tandil.
Esta limitación de la minería en la zona serrana aledaña a la ciudad de Tandil amplió
el espectro al turismo, tanto como a la expansión urbana. No obstante, ambos no pueden
ser considerados enteramente sustentables, al no responder a los principios de viabilidad
y equidad socioeconómica al común de los residentes o visitantes y, a su vez, al provocar
una degradación ambiental.
La inaccesibilidad o inequidad es más tangible pero carece en cierta forma de más am-
paro legislativo. No así el impacto ambiental, aunque éste es relativamente intangible y
por ende, más difícil de visibilizar ante la sociedad.
En conclusión, el nuevo destino en el uso de las sierras, debido a la dinámica inmobi-
718 María Celia García y Jorge Lapena
liaria sin control, produce una explotación no sustentable; que antaño se le objetaba a la
actividad minera a instancias de su desalojo, aunque con otras aristas. Este proceso im-
pulsado por el mercado inmobiliario se ha vuelto dominante sobre el suelo serrano y por
ello las sierras han quedado restringidas para el uso colectivo de la sociedad local y de vi-
sitantes. Su destino como lugar de residencia definitiva, hotelerías y cabañas contienen un
impacto ambiental intangible que debiera ocupar el centro del debate que antes ubicaba a
la actividad minera (impacto ambiental tangible).
La modificación de la Ordenanza Nº 9865 donde se explicite y especifique los crite-
rios de sostenibilidad ambiental en la zona serrana, es una de las propuestas; mientras
que sobre el sector ya construido (aunque aún sin servicios y equipamientos urbanos)
deben priorizarse obras que normalicen los problemas de saneamiento, tanto como ma-
yores controles respecto a conductas individuales que dañan al medio ambiente y aten-
tan contra el anhelado turismo sustentable. Y tal vez, pensar si es posible definir un área
estricta de reserva natural provincial o nacional para no perder las sierras como ecosis-
tema natural y espacio público.
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de septiembre de 2005.
Paisaje protegido de Tandil: insustentabilidad en los nuevos usos del suelo 719
Introducción
Los estudios de riesgo han adquirido especial relevancia científica y tecnológica en
las últimas tres décadas. Entre las distintas aproximaciones al concepto de riesgo, au-
tores como Maldonado (2013), Natenzon (1998) y Renn (1992), entre otros; lo conciben,
por un lado, como el resultado de la relación entre la amenaza y la vulnerabilidad y, por
otro, como la convergencia de la peligrosidad/amenaza y de la exposición/vulnerabilidad.
Se entiende el riesgo como la probabilidad de que algo potencialmente ‘dañino’ suceda,
haciendo énfasis en una ecuación en la que se conjugan tanto la amenaza como la vul-
nerabilidad; la primera definida por la probabilidad de que el evento suceda o no, y la
segunda, entendida desde la población que se encuentra expuesta a ese evento concreto
(Carballo y Goldberg, 2014).
En esta línea de análisis, el riesgo debe ser explicado a partir de la comprensión y con-
junción de los procesospolíticos y económicos, como también naturales y sociales, los cua-
les constituyen procesos de ocupación y transformación del espacio que generan parte de
los cambios que se desarrollan en la dinámica y configuración urbana. Rolando García
(2006) define este abordaje como un sistema complejo, indagando en la pluralidad y mul-
ticausalidad de procesos, estructuras y escalas de análisis, que hacen de un problema o
una situación de riesgo que pareciera ser simple, se convierta en complejo.
De esta manera el abordaje desde una Geografía Aplicada es central para entender la
capacidad de carga y resiliencia de los ecosistemas urbanos, evitando modelos de ciudades
difusas y fragmentadas en pos de construir ciudades más sostenibles, coherentes con el
sistema natural y el proceso de expansión urbana de la ciudad.
Este trabajo consistirá, por un lado, en poder estudiar de forma integrada el sistema na-
tural regionalsobre el cual se emplaza la ciudad, como su topografía, geomorfología, va-
riabilidad climática y la configuración territorial en la distribución de los usos del suelo.
Por otro lado,es central analizar suinfraestructura y red de drenaje (conductos, ramales,
entubamientos con sus caudales máximos) y los aspectos técnicos (gestión de obras, in-
fraestructuras y proyectos de pavimentación) para analizar la dinámica y velocidad del
escurrimiento y movimiento multidireccional del agua durante el desarrollo de un evento.
Los procesos físicosque intervienen en el ciclo hidrológico (Figura 2) y el poder distin-
guir y diferenciar, a partir de las ganancias y pérdidas de escurrimiento, su fase superfi-
cial, de cauces, de reservorios y subsuperficial a nivel de cuencas, serán de gran aporte en
las simulaciones para integrarlas como variables y parámetros que regularán el flujo del
agua dentro delmodelo de escurrimiento hidrológico-hidráulico.
Figura 2. Ciclo hidrológico a nivel de cuenca
Se puede afirmar que un sistema hidrológico es físico porque que pertenece al mundo
real; es secuencial porque consta de una entrada, salida y un medio de trabajo (materia,
energía, información) que pasa a través del sistema; a su vez es dinámico y complejo, por-
que recibe ciertas entradas cuantitativas y actúa de manera controlada bajo restricciones
definidas, para producir una serie de salidas cuantitativas.
Los modelos que se utilizarán serán el HEC-RAS para simular los eventos y posibles
crecidas y se recurrirá a un modelo complementario de evaluación de daños para valorar
y/o estimar obras y apoyar la toma de decisiones llamado HEC-FIA; ambos desarrollados
por elCentro de Ingeniería Hidrológica (HEC-Hydrologic Engineering Center) del Cuerpo de
Ingenieros de los Estados Unidos (US Army Corps of Engineers).
En este sentido se tendrán en cuenta variables que refieren a la vulnerabilidad y exposi-
ción de la población, como así también se respaldará mediante fotografías aéreas e imáge-
nes históricas del crecimiento urbano y expansión residencial de la ciudad, proyecciones
futuras a partir de las modelizaciones disponibles, información periodística y registros
fotográficos de los eventos ocurridos durante el año 2017.
Es importante destacar que al incrementar la escala, la complejidad y abstracción de
los modelos son mucho mayores, como así también los resultados obtenidos de las si-
mulaciones. Por ello, se seleccionarán zonas testigos extraídas de los resultados de la
investigación de grado.
Respecto al análisis de los eventos, se trabajará sobre datos históricos de precipitacio-
nes, se construirán curvas IDF e hietogramas con base enlas lluvias registradas durante
el año 2017. Las variables que se incorporarán serán la intensidad, duración, frecuencia y
recurrencia. Los resultados de estos escenarios permitirán evaluar el peso de las variables
y factores a lo largo de las modelizaciones, optimizar la búsqueda de patrones de distri-
bución espacial y validar las predicciones de riesgo y vulnerabilidad teniendo en cuenta el
costo ambiental, económico y social.
verdes y, a su vez, generando la coexistencia de distintos usos de sueloen una zona que
posee restricciones y prohibiciones según el Plan de Desarrollo Territorial (PDT).
Actualmente, según se observa en el Mapa 3, la ciudad se ha extendido hacia el sur hasta
cubrir el piedemonte de las sierras, hacia el oeste y este, cruzando los valles de los arroyos
y, hacia el oeste y este, por lo que el crecimiento urbano espontaneo se identifica hacia los
ejes norte y este de la ciudad (Lan, et al., 2010).
Mapa 3. Expansión urbana de la ciudad de Tandil. Período 1991-2002-2011
1 La selección de zonas testigo se encuentra referenciada en el mapa síntesis mediante la misma simbología adoptada.
Mapa 4. Mapa síntesis del peligro de anegamiento en la ciudad de Tandil
730
Peligro de anegamiento alto: (NO). Se Peligro de anegamiento medio y alto: (extremo norte). Peligro de anegamiento alto: (Eje norte-noreste).Constituye una de las zonas de
caracteriza por un área de baja pendiente, Se observan zonas inundables en algunos puntos riesgo con mayor vulnerabilidad debido a la presencia del arroyo Langueyú y a su
con muy poca presencia de vegetación, aislados y los alrededores con anegamientos que crecimiento urbano espontáneo. El tejido residencial convive con usos agrícolas,
por lo que existe impermeabilización y alcanzan los 200mm en las cercanías al Langueyú. Se ganaderos, servicios, industrias y conjuntos habitacionales planificados. Se observa
saturación del suelo. En las inmediaciones caracteriza por la presencia de las vías del FF.CC y se falta de accesibilidad a los servicios colectivos y presenta una gran densidad de
de la Ruta Provincial Nº30 se registran los encuentra integrada por población dispersa asociada a población. Las pendientes son bajas y con mayor proporción de vegetación y espacios
valores más altos de anegamiento. Es una actividades agroindustriales y producción agrícolas y verdes. La infiltración del suelo es muy poca debido a los distintos factores, por
zona ligada al desarrollo de actividades ganaderas que dificultan la absorción. Las pendientes lo que el proceso de escorrentía genera inconvenientes en algunos de los barrios.
industriales y agroindustriales. Posee una son bajas y dispone de mayores espacios verdes.
baja densidad de población y construcción Peligro de anegamiento medio y alto: (extremo
aunque ha experimentado una expansión noreste). Esta área ha crecido en los
últimos años acompañando al barrio
María Lorena La Macchia
Consideraciones finales
La determinación de zonas de peligro de inundaciones y evaluación de riesgo constituye
una gran contribución desde una mirada aplicada de la geografía y en lo que respecta a la
simulación hidrológica-hidráulica, ya que permite interveniren la toma de decisiones y la
gestiónde políticas de planificacióny desarrollo urbano bajo distintas acciones, medidas y
propuestas. Algunas de ellas partirán, por un lado, del estudio del sistema natural y de su
fragilidad ambiental haciendo énfasis en medidas que permitan desacelerar la velocidad
del escurrimiento. Para ello, es fundamental conocer en profundidad el sistema de drenaje
de cuencas sobre el cual se emplaza la ciudad.
En una siguiente etapa de la investigación en curso, se llevarán a cabo posibles predic-
ciones sobre lo que ocurriría si se conservaran los pulmones de manzana o si se densifica-
ra la superficie cubierta por espacios verdes, favoreciendo la infiltración y el escurrimiento
durante el desarrollo de un evento. También cabría preguntarse qué sucedería si incremen-
táramos las restricciones a la construcción residencial en zonas de riesgo, según el plan de
ordenamiento territorial de la ciudad (PDT).
Por otro lado, es sumamente interesante simular escenarios teniendo en cuenta el desarrollo
de obras de infraestructura o medidas tanto semiestructurales como estructurales, como por
ejemplo el desarrollo de obras de mantenimiento y mejoras, la ampliación de la red de conduc-
tos, ramales y sumideros, canalizaciones o la construcción denueva infraestructura para evitar
la saturación y la capacidad de captación de agua durante los eventos de precipitación.
Para concluir, es fundamental responder interrogantes o validar hipótesis a partir de la pre-
sentación de estos escenarios futuros, ya que permiten conciliar propuestas y diagramar medi-
das a mediano y largo plazo desde una visión interdisciplinaria de una geografía aplicada, con
el objetivo de construir ciudades más sostenibles y no difusas o fragmentadas, pensando en la
multicausalidad de los procesos que intervienen en la configuración territorial de la ciudad.
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Índices de confort climático aplicados a
la región del noroeste argentino
María Belén Ramos, Verónica Gil, Alicia María Campo y Ariadna Tanana
Introducción
Según Besancenot (1991) el confort equivale al reposo del organismo en su lucha contra
las agresiones exteriores. De esta manera y según expresa Capelli de Steffens, Piccolo y
Campo de Ferreras (2005, p. 69) un clima confortable es, en consecuencia, el que no obliga
al cuerpo humano a un gran esfuerzo para preservar la estabilidad de su medio interior
y que, con más razón, no lo somete al riesgo de hacer fracasar los principales mecanis-
mos reguladores del equilibrio biológico. El estudio de la sensación térmica de los seres
humanos es un tema de gran relevancia dentro de las aplicaciones climáticas y de gran
interés para la salud pública, el turismo y las actividades al aire libre.
De acuerdo con Huamantinco Cisneros y Piccolo (2010)
el clima y el tiempo son factores limitantes para el desarrollo de la actividad turística y, por otro lado,
dominantes en la demanda turística como la elección del destino o las actividades que se van a rea-
lizar, ya que la participación del turista decrecerá si el desconfort e insatisfacción aumenta (p. 202).
Esta interacción biometeorológica entre el individuo y el ambiente se pueden expresar
a través de índices térmicos con el fin de evaluar el confort y la tensión ocasionada por las
altas temperaturas con relación a las condiciones meteorológicas. Los índices son útiles
para determinar las posibles consecuencias de estados de tiempo susceptibles de generar
inconvenientes en la salud de la población. Su aplicación puede no ser igual para todas las
personas ya que los mecanismos reguladores son propios de cada individuo, pero repre-
senta una alerta digna de tenerse en cuenta. (Capelli de Steffens et al., 2005, p. 70)
La región norte está conformada desde el punto de vista de la regionalización turística
del Plan Federal Estratégico de Turismo Sustentable 2020 (PFETS 2020) (MinTur, 2010)
por las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Santiago del Estero y Tucumán (Figura 1).
Esta región contiene atractivos turísticos de gran relevancia a nivel nacional e internacio-
nal destacados por su singularidad natural y cultural. El atractivo de principal jerarquía
de la región es la Quebrada de Humahuaca, Patrimonio de la Humanidad por la UNES-
CO desde el año 2003. Sin embargo, los valles calchaquíes, los centros urbanos de Jujuy,
Salta, San Miguel de Tucumán y Santiago del Estero, los componentes histórico-cultura-
les del Camino Real en Santiago del Estero, el centro termal Río Hondo y Salinas Grandes
se configuran, entre otros, como atractivos de relevancia de la región Norte.
Desde el punto de vista climático, la región comprende dos dominios muy diferenciados
como consecuencia de su altura, la disposición del relieve y la distancia al mar. De esta
manera, el dominio atlántico se localiza principalmente sobre las laderas orientales de
las Sierras Subandinas, del Cordón del Aconquija y la llanura chaqueña mientras que el
dominio árido se extiende hacia la zona occidental.
El objetivo del siguiente trabajo consiste en la aplicación de índices climáticos de con-
fort anual con el fin de realizar un aporte significativo a la actividad turística de la región,
734 María Belén Ramos, Verónica Gil, Alicia María Campo y Ariadna Tanana
ya sea tanto para la planificación de actividades como para prevenir efectos adversos en la
salud de la población turística y residente.
Figura 1. Área de estudio. Región Norte
Materiales y métodos
Para calcular los índices de confort climático se utilizaron los datos meteorológicos co-
rrespondientes a la estadística climatológica del período 1981-1990 pertenecientes al Ser-
vicio Meteorológico Nacional (SMN, 1992). Este período se corresponde con una primera
etapa de análisis que continuará con las siguientes décadas estadísticas. Se seleccionaron
las variables correspondientes a temperatura, temperatura máxima media, precipitación,
humedad relativa y velocidad del viento. Las ciudades elegidas para el análisis fueron: San
Salvador de Jujuy, La Quiaca, Salta, San Fernando del Valle de Catamarca, San Miguel de
Tucumán y Santiago del Estero (Figura 1). La selección se centró en que en ellas hay esta-
ciones del SMN y que son los principales núcleos urbanos de la región.
Los índices seleccionados para calcular el confort bioclimático fueron:
≈diagrama bioclimático de Olgyay (1998). Este define una zona de confort para una
persona localizada a la sombra, con vestimenta ligera y en reposo, con una tempera-
tura comprendida entre los 21°C y 26°C y entre los 18 y 77 % de humedad relativa.
Los datos considerados fueron sensación térmica y humedad relativa. El cálculo de
la sensación térmica se realizó a partir de las tablas del Servicio Meteorológico Na-
cional, las cuales combinan la temperatura y el viento en el caso de valores inferiores
a 10ºC y superiores a 4 km/h (sensación térmica de invierno por el efecto combinado
de la temperatura y el viento) y la temperatura y la humedad relativa en los casos de
que la temperatura del aire supere los 26ºC y el 40% de HR. En este último caso tam-
bién se considera el viento cuando supera los 12,5 km/h (sensación térmica de verano
por efecto combinado del calor y la humedad).
Índices de confort climático aplicados a la región del noroeste argentino 735
Donde
Tmax es la temperatura máxima media y HR es la humedad relativa. Para este índice el rango de
confort está dado por las temperaturas comprendidas entre 15°C y 20°C y los rangos son: menor
20°C (Confortable); 20,1-25°C (Ligeramente desconfort); Mayor 25°C (Desconfortable).
≈el índice de Temperatura efectiva (TEf ) definido por García (2013, p. 239) como el
equivalente a la temperatura del aire en condiciones de calma que experimentaría un
sujeto en reposo, sano, a la sombra, vestido con ropa de trabajo, si la humedad relativa
fuera del 100%. Su fórmula es:
TEf= T-0,4*(T-10)*(1-HR/100) [2]
Donde
T es la temperatura media en ºC y HR es la humedad relativa en %. Este índice considera conforta-
bles las temperaturas situadas entre los 15°C y los 25°C. Los rangos son: Menor 15°C (Desconfort
por frío); 15-20°C (Ligero confort); 20,1-25°C (Confort); 25,1-35°C (Ligero desconfort) y Mayor
35°C (Fuerte desconfort).
≈el índice Humidex (Weather Service of Environment Canada, 2001) cuya ecuación es:
HUMIDEX= T+5/9*(e-10) [3]
Donde
T es la temperatura media y “e” es la presión de vapor. Los resultados obtenidos se clasifican de
acuerdo a la siguiente escala valorativa: 20-29°C (Confortable); 30-39°C (Algún desconfort); 40-45°C
(Gran desconfort), evitar los ejercicios físicos; > 45°C (Peligro) y > 54°C (Inminente peligro de sufrir
un infarto al corazón).
Donde
V es la intensidad del viento en m/s y Tmáx es la temperatura máxima media en ºC. Este índice
establece el poder refrigerante del aire y evalúa la cantidad de calor descontada al cuerpo duran-
te una unidad de tiempo, se expresa en kcal.m-2.h-1.Los índices mencionados son comúnmente
utilizados en el verano y, en este caso particular, se han utilizado debido a las altas temperaturas
medias que presentan las localidades analizadas durante todo el año, a excepción de La Quiaca.
Para esta ciudad se aplicó un índice adicional que considera el efecto del viento en los días de bajas
temperaturas.
Donde
V se refiere a la intensidad de viento en m/s, en este caso particular se utilizó la intensidad máxima
y T es la temperatura mínima media en ºC. La selección de las variables se realizó con la intención
de considerar el peor de los escenarios para los turistas. Por otra parte, la temperatura media en-
mascararía la realidad debido a la gran amplitud térmica diurna que presenta La Quiaca.
736 María Belén Ramos, Verónica Gil, Alicia María Campo y Ariadna Tanana
Resultados
El clima de la región Norte presenta contrastes que se acentúan de este a oeste como
consecuencia del aumento de la altura hacia el oeste y de la disposición del relieve con
sentido norte-sur. De esta manera se establecen dos dominios climáticos: el atlántico y el
árido. El dominio atlántico se caracteriza por precipitaciones estivales más intensas mien-
tras que el dominio árido tiene su origen en el efecto desecante que ejerce la orientación
meridiana de la Cordillera de los Andes y cuyos rasgos principales son: i) aire extremada-
mente seco; ii) escasa precipitaciones; y iii) altos coeficientes de heliofanía.
Las ciudades de San Miguel de Tucumán, Salta y San Salvador de Jujuy, ubicadas en el
dominio atlántico, se encuentran expuestas a los vientos provenientes del Anticiclón del
Atlántico Sur, los cuales descargan toda su humedad en las laderas orientales y valles de
las Sierras Subandinas y del Cordón del Aconquija. Las lluvias se concentran en verano y
oscilan entre 204 mm en diciembre para San Miguel de Tucumán y 191 mm en enero para
San Salvador de Jujuy. Asimismo, estas ciudades situadas entre los 24º y 27º de latitud
Sur y con alturas que varían entre los 431 msnm (San Miguel de Tucumán) y los 1.259
msnm (San Salvador de Jujuy) poseen valores altos de temperaturas medias (cercanos o
superiores a los 25ºC en verano y cercanos o superiores a los 12ºC en invierno). Por otra
parte, Santiago del Estero se ubica en el extremo más occidental de la llanura chaqueña y
se caracteriza porque sus temperaturas medias oscilan entre los 12,3°C en junio y 26,9°C
en enero. Según Iglesias de Cuello (1981)
las lluvias de verano coincidentes con altas temperaturas presuponen un balance hídrico negativo,
reducida humedad relativa, baja nubosidad, alto coeficiente de heliofanía y alta evapotranspira-
ción. La estación seca se prolonga de marzo a octubre, acompañada de intensas heladas favoreci-
das por el ingreso de aire polar continental, factor negativo para la agricultura ya restringida por
la exigüidad de las lluvias. (p. 196)
La Quiaca y San Fernando del Valle de Catamarca se ubican en el dominio árido, hecho
que se observa por el monto total de sus precipitaciones concentradas en verano, que no
superan los 380 mm y los 460 mm anuales respectivamente. Con respecto a la temperatu-
ra, las localidades presentan mayor contraste. La Quiaca situada a 3.442 msnm registra
valores medios que no sobrepasan los 13ºC en enero y mínimos medios cercanos a los 4ºC
en julio y junio mientras que San Fernando del Valle de Catamarca, situada a 500 msnm
registra la mayor amplitud térmica anual de todas las ciudades consideradas con tempe-
raturas medias superiores a los 27ºC en enero y febrero y mínimas que no alcanzan los
12ºC en junio y julio.
Con respecto al confort climático que presenta la región del Norte, área turística reco-
nocida nacional e internacionalmente, el diagrama bioclimático de Olgyay (1998) permite
establecer, a partir de un área definida como confort, los meses en que debido a las condi-
ciones de temperatura y humedad el organismo se siente más cómodo o placentero. Es por
esta razón que para su realización se calculó el valor de sensación térmica. Según el SMN
la sensación térmica cuantifica la dificultad que encuentra el organismo para disipar el
calor producido por el metabolismo interno y la incomodidad asociada con una humedad
excesiva. Si, por el contrario, la humedad es baja, el valor de la sensación térmica es menor
Índices de confort climático aplicados a la región del noroeste argentino 737
que el de la temperatura del aire. En este caso, el parámetro mide el aumento de la sen-
sación de bienestar, producido por un mayor enfriamiento de la piel debido a su vez a la
mayor evaporación de la transpiración favorecida por la baja humedad del aire. Cuando la
temperatura del aire es menor o igual que 32ºC (que es la temperatura de la piel), el viento
disminuye la sensación térmica. En cambio, si la temperatura del aire es mayor que la de
la piel, el viento aumenta la sensación térmica (SMN, 2017).
La Figura 2 muestra los diagramas de Olgyay (1998) realizados para las localidades
situadas en el dominio atlántico. En los mismos se observa que los meses de octubre y no-
viembre son aquellos que se ubican dentro de la zona de confort (en trazos negros en la fi-
gura) para las localidades de Santiago del Estero, San Miguel de Tucumán y San Salvador
de Jujuy mientras que en Salta, septiembre y octubre son los más placenteros. Los meses
de verano se presentan en una zona de desconfort por las altas temperaturas registradas
mientras que durante el invierno las mismas se ubican por debajo de los valores considera-
dos dentro de la zona de confort. La humedad es principalmente alta en las localidades de
San Miguel de Tucumán y Salta. De esta manera, “si los valores higrométricos son altos, la
evaporación será lenta y difícil y si se asocian altas temperaturas, se acrecienta la sensación
de desconfort” (García, 2013, p. 242).
Figura 2. Diagrama de Olgyay (1998) para las localidades del dominio atlántico
Con respecto a las ciudades ubicadas en el dominio árido (Figura 3) San Fernando
del Valle de Catamarca se ubica desde mediados del mes de septiembre hasta abril en
la zona de confort climático, mientras que La Quiaca se ubica durante todo el año muy
por debajo de dicha zona, presentando un fuerte desconfort por bajas temperaturas los
meses de invierno.
El índice Termo-higrométrico (THI Temperature-Humidity Index) que combina la tem-
peratura y humedad relativa permite también evaluar el confort o desconfort que percibe
una persona. Valores de THI superiores a 25, indican que la mayoría de las personas sien-
ten malestar o desconfort, mientras que un THI entre 15 y 20 es aceptado por la mayoría
como confortable o sensación de bienestar (García, 2013, p. 238).
738 María Belén Ramos, Verónica Gil, Alicia María Campo y Ariadna Tanana
En la Figura 4 se observa que, de acuerdo con este índice en el que se consideraron las
temperaturas máximas medias, todas las localidades se ubican en una zona de desconfort
entre los meses de octubre a abril, alcanzando Santiago del Estero los valores más eleva-
dos. El confort se alcanza en los meses de invierno principalmente. Es menester considerar
que, al tratarse de temperaturas máximas medias, la situación es agravante principalmen-
te hacia el horario de las máximas diurnas.
Figura 3. Diagrama de Olgyay (1998) para las localidades del dominio árido
Por otra parte, para las ciudades del dominio árido, San Fernando del Valle de Catamar-
ca presenta una situación similar a la mencionada anteriormente mientas que La Quiaca
está gran parte del año en la zona de confort (Figura 5). Esto se debe principalmente a que
al tener un clima árido con una gran heliofanía las temperaturas diurnas alcanzan valores
elevados en especial al mediodía y horarios posteriores cercanos.
Índice de Temperatura Efectiva (TEf) se muestra en las Figuras 6 y 7. En éstas se indica
que,en todas las localidades a excepción de La Quiaca, el área de ligero confort o confort se
ubica entre agosto y mayo, mientras que en junio y julio hay desconfort por frío ya que sus
valores se encuentran por debajo de los 15ºC. En el caso de La Quiaca, las temperaturas
en invierno están muy por debajo de la zona de ligero confort con valores cercanos, según
este índice (5ºC) en junio y julio.
Índices de confort climático aplicados a la región del noroeste argentino 739
El Humidex fue una innovación canadiense utilizada por primera vez en 1965 y está basa-
do en principios biometeorológicos. Es un número en grados que indica la temperatura efec-
tiva que siente el individuo bajo ciertas condiciones de humedad y temperatura ambiente.
740 María Belén Ramos, Verónica Gil, Alicia María Campo y Ariadna Tanana
Representa el efecto de calentamiento que perciben las personas debido a la falta de evaporación de
la humedad corporal, dando señal de agobio o bochorno. El calor produce un grado de estrés per-
sonal que puede variar en función de la edad y las condiciones físicas, estado de salud, actividad,
etc., de cada individuo. (García, 2013, p. 238).
De esta manera, en la transferencia de calor la evaporación es muy importante e influye
en la sensación de confort. Cuanto más baja sea la humedad relativa mayor será la evapo-
ración, por el contrario, cuanto más alto es el porcentaje de humedad más se dificultará la
eliminación de calor del cuerpo mediante el mecanismo de evaporación. Si esta situación
es, además, acompañada de altas temperaturas la sensación de desconfort será aún mayor
pudiendo provocar el sofocamiento.
El Humidex realizado para las localidades del dominio atlántico (Figura 8) sitúan a los
meses de septiembre y octubre y de abril y mayo en un área de confort entre los 20 y los
30ºC. De octubre a abril, las altas temperaturas y los valores elevados de humedad exponen
al organismo a una sensación de algún desconfort ya que los valores que se perciben se ubi-
can entre los 30 y 40ºC. En el caso de Salta, en el mes de enero el valor sobrepasa levemente
el límite de algún desconfort situándose en la percepción de gran desconfort. No obstante,
en ningún caso se observan valores de Humidex dentro del rango de peligro (> 45 ºC).
San Fernando del Valle de Catamarca (Figura 9) indica un comportamiento similar a
las localidades mencionadas precedentemente. Sin embargo, en el caso de La Quiaca, los
requisitos del índice no permiten su cálculo ya que las temperaturas son muy bajas.
El índice Termo-anemométrico (P) de Siple y Passel (1945) determina el poder refrige-
rante del aire. El mismo evalúa la cantidad de calor descontada al cuerpo durante una
unidad de tiempo y se expresa en kcal.m-2.h-1. El límite mínimo para este índice es de 50
kcal.m-2.h-1 ya que por debajo la sensación de desconfort se acentúa peligrosamente. Según
Besancenot (1991, p. 36) cuando la temperatura exterior supera los 33ºC, temperatura
habitual de la piel desnuda, el cuerpo es incapaz de ceder directamente al aire su exceso de
calorías, ya que este aire es más cálido que él. Huamantinco Cisneros (2012, p. 98) expresa
que las condiciones óptimas de confort se encuentran entre 300 y 599 kcal.m-2.h-1 pero al
considerarlo desde el punto de vista turístico, el rango se amplía de 50 a 599 kcal.m-2.h-1.
Figura 8. Humidex para las localidades del dominio atlántico
Las Figuras 10 y 11 muestran los resultados del índice P para las ciudades analizadas.
En las mismas se observa que la curva del índice es inversa a la de temperatura. En el
caso de las ciudades del dominio atlántico las temperaturas elevadas incrementaron el
malestar térmico, hecho que se evidencia en los valores cercanos a 50 kcal.m-2.h-1 durante
los meses estivales, excepto Santiago del Estero. A modo de ejemplo, San Miguel de Tu-
cumán registró en enero una temperatura máxima media de 31,3ºC y una velocidad del
viento de 9,2 m.s-1. En el caso de Santiago del Estero en los meses de noviembre a febrero
el índice está muy por debajo de la sensación de confort. Los registros de dichos meses
tienen temperaturas máximas medias superiores a los 32ºC con lo cual y de acuerdo a lo
expresado en el párrafo precedente, el aire deja de actuar como refrigerante para tener el
efecto contrario. De esta manera, la sensación de desconfort se incrementa peligrosamen-
te alcanzando en los meses de diciembre y enero valores negativos. En todos los casos los
meses de invierno son los que más se acercan al rango ideal de sensación de confort de este
índice. San Fernando del Valle de Catamarca presenta un comportamiento similar a San-
tiago del Estero. La Quiaca, resulta de acuerdo a este índice, la ciudad más confortable de
todas las analizadas. No obstante, el índice termo-anemométrico se aplica a ciudades con
altas temperaturas o para determinar el confort climático en verano. Por lo tanto, al igual
que sucede con el Humidex y el THI, no son efectivos para determinar fehacientemente la
situación de bienestar de La Quiaca. A tal fin es que se realizó para esta última localidad
el índice de Temperatura Equivalente que se aplica a la estación invernal o a localidades
con bajas temperaturas.
El índice de Temperatura Equivalente es un indicador de la sensación térmica de frío y
combina la temperatura medida y la velocidad del viento.
Cuando la temperatura desciende, el cuerpo humano activa una serie de mecanismos para mante-
nerse caliente. El organismo produce el calor que se necesita formando una fina capa protectora de
aire caliente que rodea la piel y la aísla de la temperatura exterior. En ausencia de viento, esa capa
circula por el cuerpo, pero cuando hay viento se ve desplazada y arrastrada, por lo que el individuo
siente más frío. Cuanto más intenso sea el viento, más esfuerzo tendrá que hacer el cuerpo para
renovar esa capa de aire que se pierde constantemente. (Capelli de Steffens et al., 2005, p. 75)
742 María Belén Ramos, Verónica Gil, Alicia María Campo y Ariadna Tanana
La Quiaca posee una gran amplitud térmica por sus características de sitio, por lo que el
índice de Temperatura Equivalente se realizó considerando la temperatura mínima media
dado que la temperatura media enmascararía la sensación real que sufre el turista durante
los valores térmicos más bajos. De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (2017)
La Quiaca presenta veranos con tiempo agradable al mediodía y en las primeras horas de la
tarde, fresco durante el resto del día y noches frías; otoños con días frescos y noches frías;
inviernos con fríos moderados durante el día y noches muy frías; y primaveras con tiempo
agradable al mediodía y en las primeras horas de la tarde, fresco durante el resto del día y
noches frías. El índice de TE realizado con las temperaturas mínimas medias indica valores
de -15°C en el caso del mes de julio y -13,5°C para junio mientras que, desde noviembre a
marzo el valor del índice se ubica por encima de la temperatura mínima media. El factor de
enfriamiento aplicado señala hasta 7,5°C menos en el caso de julio que indicaría la influen-
cia del viento en la sensación de confort analizada (Figura 12 y Tabla 1).
Índices de confort climático aplicados a la región del noroeste argentino 743
La Quiaca OBS E F M A M J J A S O N D
T° mínima
7,2 6,4 6,1 2,6 -3,4 -6,2 -7,3 -4,5 -1,5 2,5 5,1 6,5
media (°C)
TE 9,3 7,9 7,4 1,8 -9,0 -13,5 -14,8 -9,8 -6,9 1,0 5,7 8,2
Enfriamiento -2,1 -1,5 -1,3 0,8 5,6 7,3 7,5 5,3 5,4 1,5 -0,6 -1,7
Consideraciones finales
Las ciudades analizadas, a excepción de La Quiaca, presentan temperaturas medias ele-
vadas en la estación veraniega y superiores a 10°C durante el invierno. Las precipitaciones
son más abundantes en las urbes del dominio atlántico y se concentran durante el verano.
De esta manera, los índices calculados, basados en valores de temperatura y humedad,
han indicado desconfort térmico en los meses de verano. Con respecto a la influencia del
viento, el índice termo-anemométrico, indicó para los meses de verano que la sensación
de desconfort se incrementa como consecuencia del efecto contrario que posee el viento
cuando la temperatura ambiente sobrepasa la temperatura del cuerpo.
En cuanto a los índices propiamente dichos se puede sintetizar que según el diagrama
bioclimático de Olgyay para las ciudades de dominio atlántico, Santiago del Estero, San
Miguel de Tucumán y San Salvador de Jujuy, los meses de octubre y noviembre son aque-
llos que se ubican en la zona de confort mientras que para Salta la zona de confort corres-
ponde a los meses de septiembre y octubre. En el caso de las dos ciudades correspondientes
al dominio árido, San Fernando del Valle de Catamarca se ubica desde mediados del mes
de septiembre hasta abril en la zona de confort climático, mientras que La Quiaca se ubica
durante todo el año muy por debajo de dicha zona, presentando un fuerte desconfort por
bajas temperaturas los meses de invierno.
Según el índice Termo-higrométrico (THI) todas las localidades del dominio atlánti-
co se ubican en una zona de desconfort entre los meses de octubre a abril y el confort se
744 María Belén Ramos, Verónica Gil, Alicia María Campo y Ariadna Tanana
alcanza en los meses de invierno principalmente. Para las ciudades del dominio árido,
San Fernando del Valle de Catamarca presenta una situación similar a la mencionada
anteriormente mientas que La Quiaca está gran parte del año en la zona de confort. Por
su parte el Índice de Temperatura Efectiva (TEf) indica que, en todas las localidades a
excepción de La Quiaca, el área de ligero confort o confort se ubica entre agosto y mayo,
mientras que en junio y julio hay desconfort por frío ya que sus valores se encuentran por
debajo de los 15ºC.
El Humidex sitúa a los meses de septiembre y octubre y de abril y mayo en un área de
confort entre los 20 y los 30ºC para todas las localidades excepto La Quiaca. Para ésta los
requisitos del índice no permiten su cálculo ya que las temperaturas son muy bajas. Índice
Termo-anemométrico (P) indica que en el dominio atlántico las temperaturas elevadas
incrementan el malestar térmico, excepto en Santiago del Estero que presenta un compor-
tamiento similar a San Fernando del Valle de Catamarca y La Quiaca que resulta la ciudad
más confortable de todas las analizadas. No obstante, el índice P se aplica a ciudades con
altas temperaturas o para determinar el confort climático en verano. Por lo tanto, al igual
que sucede con el Humidex y el THI, no son efectivos para determinar fehacientemente la
situación de bienestar de La Quiaca. A tal fin es que se realizó, para esta última localidad,
el índice de Temperatura Equivalente que se aplica a la estación invernal o a localidades
con bajas temperaturas.
En este trabajo, los índices fueron aplicados a ciudades representantes de la región Norte
del PFETS y del dominio atlántico y árido que constituyen las grandes áreas climáticas
argentinas. Es fundamental la aplicación de estos índices climáticos dado que gran parte
de los atractivos son al aire libre y requieren de caminatas y traslados. De esta manera, se
tornan herramientas que contribuyen a la toma de decisiones en turismo (desde el punto
de vista de la oferta como de la demanda) para alcanzar la satisfacción de las expectativas
del visitante y el disfrute de una experiencia turística de calidad en el destino.
Agradecimientos
Este trabajo fue realizado en el marco de los proyectos de investigación subsidiados por
la Universidad Nacional del Sur: Geografía Física aplicada al estudio de la interacción
sociedad-naturaleza. Problemáticas a diferentes escalas témporo-espaciales (24/G067)y
Clima y Turismo en Argentina (24/ZG12).
Referencias
Besancenot, J.P. (1991). Clima y Turismo. Barcelona: Edic. Masson.
Capelli de Steffens, A.; Piccolo, M.C. y Campo de Ferreras, A.M. (2005). Clima urbano de
Bahía Blanca. Bahía Blanca: Editorial Dunken.
García, M.C. (2013). Clima urbano costero de Mar del Plata y Necochea-Quequén. GAEA. So-
ciedad Argentina de Estudios Geográficos. Serie especial Nº 12. Ciudad Autónoma de
Buenos Aires: BMPress.
Huamantinco Cisneros, M.A. (2012). Efecto de la variabilidad climática del balneario Monte
Hermoso sobre su geomorfología costera y el confort climático. Tesis doctoral. Departamento de
Geografía y Turismo, Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca.
Índices de confort climático aplicados a la región del noroeste argentino 745
Introducción
En Argentina, el neoliberalismo produjo importantes transformaciones económicas y so-
ciales en el sector de hidrocarburos. En la década de 1990, la desregulación de las actividades
económicas y la privatización de empresas estatales constituyeron los pilares de las reformas
del mercado y de la reestructuración del Estado. En ese contexto, se privatizó la petrolera
estatal, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), modificando radicalmente el modelo energé-
tico. Se intensificó la extracción de petróleo y gas, y se incrementaron las exportaciones hasta
2006. El resultado fue un profundo déficit hidrocarburífero y la necesidad de importar.
La primera década y media del siglo XXI encuentra a la Argentina en una compleja
problemática energética que impacta directamente en el desarrollo del país y en la pérdi-
da de autonomía respecto de la energía. Se sufren las consecuencias de años de abando-
no de la visión estratégica, siendo los hidrocarburos la fuente de energía más represen-
tativa en la matriz energética del país. A principios de 2012, el gobierno nacional estatizó
el 51% de Repsol YPF como una forma de dar respuesta al fracaso de las privatizaciones
petroleras y al vaciamiento de las reservas hidrocarburíferas. Sin embargo, la Argentina
atraviesa una profunda crisis de pérdida de autoabastecimiento, con efectos directos
sobre la balanza comercial.
El objetivo de este trabajo es realizar un análisis explicativo-interpretativo de las trans-
formaciones operadas en nuestro país en el sector de hidrocarburos en las últimas dé-
cadas. El abordaje metodológico toma como marco conceptual las políticas específicas
adoptadas a fines del siglo XX y en lo que va del siglo XXI para, a partir de allí, analizar
series de datos oficiales sobre exploración, extracción, exportación e importación de pe-
tróleo y de gas. Se mencionan los riesgos de incorporar las técnicas de fractura hidráulica
con el argumento de recuperar el autoabastecimiento.
gó a las empresas privadas la totalidad de las áreas marginales y centrales por el lapso de 25
años, lo que generó beneficios adicionales considerables para esos capitales. Todas las áreas
concesionadas pasaron a manos de las provincias productoras. El Poder Ejecutivo promul-
gó en octubre de 1992 la Ley N° 24145 de federalización de los hidrocarburos2 y de priva-
tización definitiva de la petrolera estatal. La ‘razón’ de la privatización de YPF se fundaba
en que era la única empresa petrolera que daba pérdidas. A fines de 1998 comenzó a llegar
la última gran transformación de la empresa petrolera nacional. En junio de 1999, Repsol
se quedó con el 98,3% de las acciones de YPF, modificando sustancialmente el mercado de
hidrocarburos de Argentina con su posición dominante. Desde ese momento, Repsol-YPF
fue la empresa más importante del sector con un perfil tendiente a lograr la mayor ren-
tabilidad. Desaparecida la empresa pública YPF, quienes poseían permisos y concesiones
fueron libres para disponer de los hidrocarburos extraídos (Decreto N° 2178/91).
Muchas de las concesiones fueron renovadas antes de sus vencimientos por 25 años
más3. Los precios del petróleo, que en el primer semestre del año 2008 superaron los 145
dólares el barril, a mediados de 2014 rondaban los 100 dólares, con el Estado nacional
como socio de las empresas, a través de las retenciones a la exportación de crudo. En fe-
brero de 2015 el petróleo crudo bajó a 50 dólares el barril, descendiendo a unos 42 US$ en
marzo. El escenario también favorecía a las provincias, pese al magro 12% de las regalías
petroleras4. Desde hace dos décadas se sabía que las ventas externas desde la década de los
años 90 se iban a transformar en un grave problema a mediano y corto plazo. Algunas pre-
dicciones aseguraban que desde el 2010 se comenzaría a importar hidrocarburos (García,
2005; Cacace y Morina, 2008). Y eso es lo que sucedió.
La política energética aplicada desde la década de 1990 restringió al mínimo las po-
sibilidades del Estado de regular la actividad. Desde que se privatizaron YPF y Gas del
Estado, se exportó irresponsablemente gas y petróleo, los dos combustibles básicos para
la generación de energía eléctrica 5. El sector energético quedó en manos de conglomera-
dos de empresas petroleras extranjeras administrando bienes estratégicos en función de
la rentabilidad privada. Ha sido un período con escasa o casi nula inversión pública en
producción y en infraestructura. Las empresas privadas solo invirtieron pensando en el
mercado exterior. Este comportamiento estuvo amparado por un marco legal favorable a
las corporaciones del sector y basado en la falacia de que las reglas del mercado mejoran
automáticamente la rentabilidad y las inversiones en los territorios poseedores de recur-
sos. El Estado privatizador no cumplió con ninguna de sus obligaciones de contralor. La
2 La reforma constitucional estableció que “corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos exis-
tentes en su territorio” (Ver artículo 124, segundo párrafo de la Constitución Nacional). Finalmente, en 2006, el
gobierno de Néstor Kirchner sancionó la Ley Nº 26197 (“ley corta de hidrocarburos”) que permitió instrumentar los
contenidos de la Ley Nº 24145 de 2002 que otorgaba la propiedad de los yacimientos de petróleo y de gas a las pro-
vincias.
3 En junio de 2000 se extendió la concesión del yacimiento gasífero Loma de La Lata, Neuquén, hasta 2017, a favor
de Repsol (Morina, 2002). En 2007 fue prorrogado el control de Cerro Dragón (en Golfo San Jorge, sur de Chubut y
norte de Santa Cruz), en beneficio de Pan American Energy, hasta 2027, con opción a seguir explotando el yacimiento
hasta 2047 (Cacace y Morina, 2008).
4 Las regalías hidrocarburíferas son el importe que pagan las empresas petroleras al Estado provincial por el dere-
cho a la extracción de petróleo y gas. Al deducir costos de traslado y otros gastos, sobre declaraciones juradas de las
mismas empresas, en muchos casos solo pagan un 8% de regalías. Ya el porcentaje pautado por ley es de los más bajos
a nivel mundial.
5 En 2012 el gas representó un 54,1% de la oferta interna de energía primaria para generar electricidad. El petróleo,
un 32,6%, el carbón 0,9%. La fuerza Hidráulica 3,9%, la Nuclear 2,9% y las fuentes Renovables 6,2% (Secretaría de
Energía, 2014).
Argentina: transformaciones en la explotación de hidrocarburos en las últimas décadas 751
ausencia del Estado argentino sobre el control de los recursos energéticos, considerados
como estratégicos en cualquier país del mundo, no tiene precedentes. La Argentina perdió
el autoabastecimiento y de forma desordenada debe importar faltantes que crecen a tasas
exorbitantes y por montos que se hacen insostenibles. En 2006, el país tenía un saldo de
balanza comercial energética positiva de 5.600 millones de dólares. En 2011 se volvió fuer-
temente negativa (US$ 2.784 millones), al igual que en 2012 (US$ 2.771 millones) y en 2013
(US$ 3.247 millones)6. La Argentina gastó 12.800 millones de dólares en importar energía
en 2013, equivalente entonces al 42% de las reservas del Banco Central7. Expertos en ener-
gía estimaron que las importaciones en 2014 llegaron a 15.000 millones de dólares8. Esa
es la inversión anual que se necesitaría para abastecer con gas y electricidad al consumo
doméstico y a la industria, pese al estancamiento de la economía desde diciembre de 2015.
El 16 de abril de 2012, el gobierno argentino anunció la expropiación del 51% de las
acciones de YPF S.A. al grupo Repsol por parte del Estado Nacional, despertando una
fuerte adhesión en amplios sectores de la sociedad. La medida se encontró enmarcada en
la Ley de Soberanía Hidrocarburíferade la República Argentina9. Repsol reclamaba 10.500
millones de dólares por las acciones expropiadas, en contraposición con el balance de YPF,
que contaba con un patrimonio de apenas 4.000 millones para el total de la compañía y,
por lo tanto, no más de 2.000 millones para Repsol. Pero la cuenta no incluía los pasivos
ambientales, entre otros daños e incumplimientos responsabilidad de Repsol. En este caso
el Estado argentino se hizo cargo de una compañía cuyo capital ha sido pulverizado.
La petrolera española realizó su demanda por la expropiación ante el Centro Inter-
nacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), del Banco Mundial.
Tras dos años de complejas negociaciones, Repsol aprobó el acuerdo definitivo con el
gobierno argentino para fijar la compensación por la expropiación del 51% de su filial
YPF. Se trata de los US$ 5.000 millones que la Argentina reconoció como indemniza-
ción por la confiscación de la petrolera, y que fueron cancelados con un paquete de títu-
los públicos (bonos del Tesoro)10, sin pagos en efectivo pero con garantías para su pago
efectivo en el futuro. Ambas partes desistieron de las acciones judiciales. En mayo de
2014, Repsol ya había vendido toda la cartera de bonos argentinos quedando extingui-
da la deuda de 5.000 millones de dólares reconocida por Argentina. Ahora esos bonos
argentinos están en otras manos11.
6 INDEC (2014).
7 Secretaría de Energía de la Nación (2014).
8 Instituto Argentino de la Energía General Mosconi, 2014
9 Ley Nº 26741 de Soberanía Hidrocarburífera de la República Argentina, Sancionada: Mayo 3 de 2012. Reglamenta-
da: julio 15 de 2013. Declárase de interés público nacional y como objetivo prioritario de la REPÚBLICA ARGENTI-
NA el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos, así como la explotación, industrialización, transporte y comer-
cialización de hidrocarburos, a fin de garantizar el desarrollo económico con equidad social, la creación de empleo,
el incremento de la competitividad de los diversos sectores económicos y el crecimiento equitativo y sustentable de las
provincias y regiones. Créase el Consejo Federal de Hidrocarburos. Declárase de Utilidad Pública y sujeto a expropia-
ción el 51% del patrimonio de YPF S.A. y Repsol YPF Gas S.A.
10 La Argentina pagó a Repsol un paquete fijo por un valor nominal de 5.000 millones de dólares compuesto por:
Bonar X (US$ 500 millones), Discount 33 (US$ 1.250 millones) y Bonar 2024 (US$ 3.250 millones). Y un paquete
complementario de 1.000 millones de dólares compuesto por: Boden 2015 (US$ 400 millones), Bonar X (US$ 300
millones), Bonar 2024 (US$ 300 millones).
11 Los Boden 2015 fueron vendidos a JP Morgan en mayo de 2014.
752 Graciela Patricia Cacace y Jorge Osvaldo Morina
nes como cortes programados de energía para la industria y colocaron a los argentinos
en el límite frente a aumentos de demandas estacionales, o frente a problemas técnicos.
Durante 2014, la actividad económica mostró un retroceso como consecuencia de la infla-
ción y la fuerte devaluación (enero 2014).
El debate sobre la política energética nacional no puede soslayar la necesaria modifi-
cación de la dependencia del combustible fósil como fuente de energía. Casi el 90% de la
energía que se produce y consume en Argentina proviene del gas natural y del petróleo. En
el caso particular de la energía eléctrica, el 60% está abastecido por centrales termoeléc-
tricas que en su mayoría utilizan gas natural, gasoil y fuel-oil. La producción de petróleo
y de gas en nuestro país, está descendiendo tendencialmente desde hace varios años. Por
su parte las reservas disminuyen permanentemente. En el año 2005, las reservas eran in-
feriores a las que el país tenía en 1988, y mucho menores a las de 1973. En 2007 el gobier-
no expresó que habían aumentado las reservas petroleras por primera vez en ocho años
gracias a inversiones de riesgo, pero lo cierto es que solo implementaron la técnica de sísmica
3-D, que permitió la perforación de nuevos pozos de explotación en Cerro Dragón–Golfo
San Jorge. Sin embargo, desde 1998, año en el que se registró un pico de casi 50 millones
de m3, la producción de petróleo en la Argentina baja en forma ininterrumpida con una
tendencia que parece continuar. En 2011 se extrajeron poco más de 33 millones de m3, lo
que implica una caída acumulada del 32% entre 1998 y 2011. Luego de la estatización par-
cial, la producción sigue en descenso. En 2013, la producción de petróleo llegó a 31.327.461
metros cúbicos, por debajo de los 32.997.883 metros cúbicos del año anterior, según datos
de la Secretaría de Energía (Cuadro 1). En el caso del gas, la producción fue de 41.708.300
miles de metros cúbicos, por debajo de los 44.123.065 miles de metros cúbicos de 2012
(Cuadro 2). La privatización y el modelo de explotación asociado condujeron a un fuerte
aumento de la extracción. Proporcionalmente, la exportación de petróleo crudo sin proce-
sar fue mucho mayor respecto del aumento de la extracción. Mientras ésta creció un 48%
entre 1988 y 2005, las exportaciones se multiplicaron por 12, llegando a multiplicarse por
28 en 1997. De este modo, la relación entre exportaciones y extracción cambió sustancial-
mente. De exportarse el 2,58% del petróleo producido en 1989, se pasó a exportar el 25%
en 2004. La máxima exportación se alcanza en 1996, con el 41% de la extracción nacional
(Mansilla, 2007). El aumento de las exportaciones fue mucho más allá de lo que permite
un manejo racional de un recurso no renovable. Las retenciones a la exportación de crudo
tuvieron un papel importante. Pero la recaudación de aquellos años se transformó en un
grave problema: la Argentina dejó de autoabastecerse. Las exportaciones de energía, que
años atrás aportaban una parte sustancial del ingreso de divisas al país, muestran una
sostenida caída. Desde la privatización de los hidrocarburos, en la Argentina se paralizó
la actividad de exploración y la actividad de explotación se desarrolló en las zonas que en
su momento investigó la estatal YPF.
Perdido el autoabastecimiento, Argentina restringió las exportaciones de gas dejando
casi sin sentido los ocho gasoductos que, con esa finalidad, se habían tendido durante la
década de 1990. El caso del gas es realmente preocupante. Se usa en vehículos, hogares,
la industria y la generación de electricidad. Abastece más de un 50% de las necesidades
energéticas argentinas. Y su producción cae. La escasez de gas natural es un problema
que obliga a importar volúmenes crecientes y costosos de gas, natural y licuado (GNL).
En el año 2010 se pasó de importar 3.612.263 miles de metros cúbicos a 11.809.593 miles
de metros cúbicos en 2013 (Secretaría de Energía) (Cuadro 3). La Argentina recibe gas ex-
754 Graciela Patricia Cacace y Jorge Osvaldo Morina
tranjero por dos vías: desde Bolivia a través de gasoductos, y desde ultramar en la forma
de gas natural licuado, que llega por barco a los puertos de Bahía Blanca y de Escobar
(en ambos casos, la operación está a cargo de YPF y de ENARSA en condiciones poco
transparentes). Desde 2008 se instaló un muelle en Bahía Blanca y se contrató un buque
regasificador. En 2013 se licitaron 83 barcos metaneros (tanques de GNL). La suba de la
demanda de gas del área metropolitana hizo necesario un segundo muelle regasificador
en Escobar, inaugurado en 2011. Los barcos regasificadores amarran durante todo el año
y el alquiler de un buque de este tipo tiene un costo de US$ 75.000 diarios. Ambas embar-
caciones son de la empresa Excelerate Energy, una compañía con sede en Texas, Estados
Unidos. Se proyecta una tercera planta regasificadora en el golfo San Matías, provincia
de Río Negro con inversiones provenientes de Qatar. Por millón de BTU (mbtu), unidad
de medida para el gas, las compañías que extraen gas reciben unos 2,5 dólares para pozos
en función y 7,5 dólares para la producción que surja de nuevas inversiones. Pero las im-
portaciones de gas de Bolivia se pagan a unos 11 dólares y las de GNL, alrededor de 16,5
dólares el mbtu. La importación total de energía (GNL, gas desde Bolivia, gasoil y fuel
oil desde Venezuela, más licitaciones ocasionales para urgencias) pasó de US$ 6.000 mi-
llones en 2011 a US$ 9.500 millones en 2012 y unos US$ 15.000 millones en 2013. Para
el Estado, que hasta diciembre de 2015 subsidió el 80%, implicó una sangría similar a las
erogaciones por el pago de la deuda externa (Fernández, 2013). Solo la importación de
GNL costó en 2013 US$ 2.665 millones, según datos de la Secretaría de Energía. Argenti-
na será por largo tiempo un importador energético masivo.
En 2005, el gobierno nacional decidió crear la Empresa Nacional de Energía Sociedad
Anónima (ENARSA), como un instrumento público tendiente a participar de la explota-
ción de los recursos hidrocarburíferos cuando YPF pertenecía a REPSOL y la Argentina
no contaba con una empresa de energía. ENARSA tiene el 35% de capital privado. Su ob-
jetivo declarado era “llevar a cabo el estudio, exploración y explotación de los Yacimientos
de Hidrocarburos sólidos, líquidos y/o gaseosos, el transporte, el almacenaje, la distribu-
ción, la comercialización e industrialización de estos productos y sus derivados directos e
indirectos” (Cacace y Morina, 2008, p. 138). Pero nunca se cumplió. La principal función
de la empresa ha sido y es operar en las importaciones de hidrocarburos financiadas con
aportes del tesoro nacional. Según la ASAP13, recibió 10.500 millones de pesos en 2011;
19.200 millones en 2012 (82% más) y 25.996 millones en 2013. En 2014 contó con una
partida de $24.000 millones.
La reforma Nacional del marco regulatorio del sector petrolero, bajo el Decreto N° 929 de
julio de 2013 fue favorable para las empresas. Sus 20 artículos parecen hechos a la medida
de Chevron. Así, se cedió a la demanda de triplicar el precio del gas en boca de pozo, de
2,5 a 7,5 dólares el mbtu. El decreto autorizó a exportar hasta un 20% de la producción sin
retenciones y garantizó la libre disponibilidad de los fondos de esas operaciones15. Incluyó
la renovación por parte de Neuquén de la concesión por 35 años de las áreas ya explotadas
por YPF de Loma La Lata Norte y Loma Campana. El decreto contradice los principales
lineamientos establecidos por el Decreto N° 1277 de 2012. Los detalles del convenio con
Chevron siguen en la penumbra, ni siquiera la propia Legislatura de la provincia de Neu-
quén conoce el contenido, pero sí se conoce que cualquier controversia se discutirá en
los tribunales de Nueva York. Como ha planteado el diputado provincial Raúl Godoy, el
gobernador Sapag se apuró a ratificar el acuerdo extendiendo las concesiones que tiene
YPF en una zona especificada como Loma de la Lata Norte y garantizando el negocio de
Chevron hasta 2048. Neuquén se compromete a no aumentar las regalías ni imponer nin-
gún canon extraordinario, ni aumentar la alícuota de los ingresos brutos (Godoy, 2013).
El secretismo es natural para los empresarios y sus representantes políticos. Con acierto
se decía sobre el final de la década de 1930: “[...] Los trusts no tienen secretos entre sí. El
secreto comercial de la época actual es un constante complot del capital monopolizador
contra la sociedad” (Trotsky, 2008, p. 75).
Un párrafo aparte debemos dedicarlo a recordar que se destrabó un gran embargo por
graves daños ambientales causados por Chevron en la Amazonía ecuatoriana (Fernán-
dez,2013). Sobre el final de mayo de 2013, la procuradora general de la Nación se pronun-
ció a favor de la petrolera controlada por la dinastía Rockefeller desde hace más de cien
años. Chiaramello (2013) reproduce conceptos del dictamen enviado por la funcionaria a
la Corte Suprema de Justicia:
El caso reviste gravedad institucional. La traba de un embargo por un monto de 19.021.522.000
de dólares sobre los activos y, en particular las cuentas bancarias de sujetos que desarrollan una
actividad de notorio interés público, como la exploración y explotación de hidrocarburos, puede
producir perjuicios irreparables. (p. 2)
La postura fue clara: defender al gigante norteamericano. No se incluyó en el dicta-
men qué tipo de explotación va a desarrollar la empresa en el país y por qué fue con-
denada por la justicia ecuatoriana. La tarde del 4 de junio de 2013, los magistrados de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación escucharon el pedido y, por unanimidad,
revocaron el fallo que ordenaba el cumplimiento del embargo. Las quejas de Chevron
Argentina, del CEO de YPF y de la procuradora se hicieron oír. También el apoyo del
gobierno nacional y el neuquino.
La apuesta por la explotación del gas no convencional significa consolidar una matriz
energética dependiente de los hidrocarburos, cuando se debería apuntar a la diversifica-
ción. Otro de los problemas radica en lo que sucederá con el 70% de la actividad petrolera
que actualmente se desarrolla fuera de YPF, que se rige por contratos leoninos que vencen
en muchos años (algunos en 2047) y con la libre disponibilidad del crudo por parte de
las corporaciones, más el poder discrecional de los gobernadores de las provincias pe-
troleras para manejar estos recursos. YPF, estatizada en parte, apuesta a la extracción de
que el acuerdo, además de Chevron, incluye a Gas Medanito, Exxon, PAE y CGC.
15 El beneficio alcanza a las empresas que inviertan al menos US$ 1.000.- millones en los primeros cinco años. Si
hubiera que frenar ventas externas por la demanda interna, se reconocerá el precio de exportación.
756 Graciela Patricia Cacace y Jorge Osvaldo Morina
hidrocarburos no convencionales (petróleo y gas) que son los que se encuentran en con-
diciones tales que no permiten su movimiento fluido, bien por estar atrapados en rocas
poco permeables, o por su alta viscosidad. El proceso de extracción de hidrocarburos no
convencionales es equivalente a la megaminería a cielo abierto, hoy muy cuestionada tanto
en nuestro país como en otros países debido a sus efectos nocivos. Ambas actividades de-
berían ser consideradas como actividades industriales. El procedimiento de extracción se
denomina fracking o fracturación hidráulica, y consiste en inyectar a presión agua, arena y
productos químicos para ampliar las grietas existentes en el subsuelo y así poder extraer
más fácilmente los hidrocarburos. Se realiza una perforación subterránea de manera ver-
tical, de unos 3.000 metros de profundidad, y luego otra de forma horizontal (perforación
con forma de letra L). Después se inyectan a través de la perforación millones de litros de
agua a alta presión, arena y aditivos químicos para fracturar la roca y así liberar el com-
bustible. Varias de las sustancias que se inyectan son altamente contaminantes e incluso
cancerígenas. Esta operación se puede repetir hasta cien veces por cada perforación. Final-
mente se hace fluir el petróleo o el gas hacia la superficie por medio de una tubería. Los
riesgos que conlleva son varios: se pueden producir explosiones y escapes de gas y de ácido
sulfhídrico altamente contaminantes. Como el gas no convencional que se extrae tiene
una alta proporción de metano, cualquier escape aumenta las consecuencias nocivas del
efecto invernadero. Por otra parte se necesitan toneladas de sustancias químicas que son
transportadas en camiones hasta los pozos. Muchos de los compuestos que se utilizan
durante el fracking son volátiles, por lo que también se contamina el aire. El país pionero
en esta técnica es Estados Unidos que cubre ya el 14% de su consumo de gas con más de
500 mil pozos. Este sistema es cuestionado ambientalmente. La extensión de este tipo
de metodología tiene fuerte impacto social y ambiental, produciéndose múltiples cues-
tionamientos, que han implicado su total prohibición en Francia (en 2011), así como la
suspensión y moratoria en diferentes regiones de Estados Unidos, Canadá, Países Bajos,
Australia y Sudáfrica. La opción por los combustibles no convencionales traerá profundas
reconfiguraciones de los territorios, tanto en el norte como en el sur.
En nuestro país la búsqueda de estos hidrocarburos está extendiendo la frontera ex-
tractiva a todo el territorio nacional, como por ejemplo Entre Ríos, Chaco, Santiago del
Estero y Buenos Aires. Por el momento YPF mantiene una producción anual mínima en
Vaca Muerta (Neuquén) que en 2012 fue de 1,18 millones de barriles (187.859 m3). En Za-
pala (Neuquén) es donde se hizo el primer pozo de fracking del país. Allí, la empresa esta-
dounidense Apache trabaja sin autorización de las comunidades indígenas, ni estudios
previos de impacto ambiental. Incluso Apache está extrayendo agua del acuífero Zapala,
mientras las comunidades carecen de acceso al agua. Cerca de Las Heras, provincia de
Santa Cruz, donde YPF perforó tres pozos con técnicas de fracking, se registró el primer
movimiento sísmico16 que podría estar ligado a esta actividad (2013). En Allen, provincia
de Río Negro, que tiene una matriz productiva centenaria ligada a la producción de peras
y manzanas de exportación, Apache comenzó a perforar con el método de la multifractura.
Hay 300 pequeños chacareros en el lugar y más de 170 perforaciones, casi todas de gas
no convencional. La incompatibilidad entre ambas actividades no es tan difícil de com-
prender. Muchos afirman que Allen podría convertirse en el mayor productor de gas no
16 Así apareció publicado en varios portales de noticias, tomando como fuente el Centro Nacional de Información de
Terremotos del Servicio Geológico de Estados Unidos. El movimiento telúrico no se percibió, pero quedó registrado en
los sensores de ese centro de alerta temprana.
Argentina: transformaciones en la explotación de hidrocarburos en las últimas décadas 757
convencional después de Vaca Muerta. A fines de mayo de 2014, YPF presentó una nueva
Vaca Muerta en Chubut en la cuenca del Golfo San Jorge. Además, técnicos de YPF presen-
taron al gobernador de la provincia de Entre Ríos un detalle de los estudios realizados en
el proceso de búsqueda de hidrocarburos. Se delimitaron dos regiones para profundizar
los conocimientos geológicos: una es la Zona Paraná y otro la Zona Federación, que inclu-
ye parte de Concordia. Es la zona del Acuífero Guaraní, una de las reservas de agua dulce
más importantes del planeta.
Conclusiones
Las consecuencias de la privatización de la explotación de los hidrocarburos han que-
dado a la vista. La pérdida del carácter estratégico de estos bienes y su consideración como
commodities significó, entre otros resultados, la pérdida del autoabastecimiento y, por
añadidura, un gigantesco déficit comercial sectorial. Las erogaciones por importación de
gas o derivados del petróleo, en los últimos años, han sido equiparables a los pagos de ca-
pital e intereses de la deuda externa. La tardía y parcial reestatización de YPF deja la mayor
parte de la actividad en manos de oligopolios extranjeros y algunos socios vernáculos. La
difundida confianza en recuperar el autoabastecimiento explotando el petróleo y el gas
no convencional, con las técnicas de la fractura hidráulica, cuestionada a escala interna-
cional y ahora también en nuestro país, demuestra que los riesgos sociales y ambienta-
les siguen siendo minimizados o directamente ignorados. Los acuerdos y asociaciones
con las corporaciones extranjeras más cuestionadas a nivel mundial por sus conductas
ambientales y económicas, son expresiones incontestables de la apuesta al extractivismo
depredatorio. Cualquier similitud con las políticas públicas orientadas a la expansión de
la gran minería transnacional o de la agricultura industrial transgénica no pueden enten-
derse como coincidencias.
Es imprescindible recuperar la propiedad y disposición de las riquezas hidrocarburífe-
ras para el país, concentrando la apropiación de la renta en el Estado. Pero vaya límite, se
trata de un Estado capitalista, socio y promotor de los intereses del capital concentrado,
garante de los negocios del lobby petrolero, mucho más desde diciembre de 2015, con el
CEO de Shell como Ministro de Energía.
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Argentina: transformaciones en la explotación de hidrocarburos en las últimas décadas 759
Anexo
Fuente: elaboración personal con base en datos de la Secretaría de Energía, la Dirección Nacional
de Exploración, Producción y Transporte de Hidrocarburos, el Instituto del Petróleo y del Gas, el
Instituto Argentino de la Energía Gral. Mosconi,Barneix, 2012y el Ministerio de Energía
760 Graciela Patricia Cacace y Jorge Osvaldo Morina
Fuente: elaboración personal con base en datos de la Secretaría de Energía, la Dirección Nacional
de Exploración, Producción y Transporte de Hidrocarburos, el Instituto del Petróleo y del Gas, el
Instituto Argentino de la Energía Gral. Mosconi, Barneix, 2012 y Ministerio de Energía
Argentina: transformaciones en la explotación de hidrocarburos en las últimas décadas 761
Fuente: elaboración personal con base en datos del Instituto del Petróleo y del Gas y del Ministerio de Energía (2016)
Planificación estratégica sustentable en el desarrollo
económico local. Caso: partido de Lanús,
provincia de Buenos Aires
Flavia Carabajal y María Sol Quiroga
Introducción
En el presente documento se expondrán los resultados del eje socio-económico de-
sarrollado en el marco de la investigación denominada Tecnologías de la Información y la
Comunicación (TIC´s) y su influencia en los cambios del espacio urbano en el Siglo XXI. Proceso
de reterritorialización y surgimiento de nuevos espacios sociales a escala local1, particularmente
aquellos resultados relacionados con la caracterización del espacio urbano socio-produc-
tivo y las actividades económicas. Cómo las TIC´s pueden modificar de manera positiva
o negativa el desarrollo de las economías locales y la importancia de que los gobiernos
sean proactivos al momento de fomentar y capacitar en todos los actores, para lograr una
planificación sustentable.
El partido de Lanús posee una alta tradición en el desarrollo de su actividad indus-
trial, en la que se destaca la actividad de las curtiembres, que aunque en la actualidad
se ve en baja, cabe recordar que Valentín Alsina ha sido declarada Capital del Cuero. En
consecuencia el partido de Lanús posee una alta población que, antes, por su capacidad
de absorber mano de obra en las industrias, y actualmente por su cercanía con la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, ve una alta migración. Esto tiene un efecto en el aumento de
asentamientos, que poseen escaza o ninguna planificación en su desarrollo, al igual que
la economía urbana del Partido.
Metodología de la investigación
El presente es un trabajo de carácter exploratorio, puesto que tiene como base el trabajo
de investigación citado previamente, y se realizó con el propósito de destacar los aspectos
fundamentales de la problemática entre la planificación estratégica sustentable y el desa-
rrollo de un plan estratégico de desarrollo económico local. Los resultados fueron usados
en el proyecto de investigación posterior.
El soporte físico, una extensa llanura con suave pendiente hacia el Río de La Plata, y con
numerosos cursos de agua tributarios de éste, convierten a muchas zonas en no aptas para
el asentamiento permanente. De forma tentacular, la urbanización de esta metrópolis se
produjo siguiendo los ejes viales de las antiguas rutas del Virreinato y los ramales ferrovia-
rios, diseñadas para llevar al puerto de Buenos Aires los productos primarios demandados
por las potencias europeas.
Lentamente, a las poblaciones de los centros formados en las estaciones, con sus servi-
cios y funciones, se sumaron oleadas de nuevos habitantes hacia la periferia, provenientes
de migraciones, en especial de naciones como Italia y España, que aportaron millares de
personas en busca de trabajo y bienestar.
En épocas más recientes, particularmente en la década de 1970 del siglo pasado, se agu-
dizaron fenómenos de migración interna, sobre todo de las provincias del noroeste argen-
tino (NOA) y noreste argentino (NEA), que fueron aumentando el proceso de ocupación
de tierras periféricas, muchas veces en zonas no aptas, evidenciándose situaciones particu-
larmente graves de exclusión y marginalidad.
Posteriormente, migraciones de países limítrofes continuaron el proceso de ocupación
en la periferia de los núcleos del AMBA, generándose nuevos asentamientos y densifican-
do los ya existentes. Además, la creación de barrios cerrados muchas veces aledaños a estas
barriadas humildes, aumentan la violencia por contraste manifiesto de condiciones de
desigualdad, contribuyendo a fenómenos de inseguridad que aumentan año tras año.
Tal como mencionamos precedentemente, se suma a todo esto, en la actualidad, nuevas
formas de exclusión denominadas fractura digital o “Tecno-apatrheid” (Mattelard, 2002).
Este fenómeno, agrega a las masas tradicionales de excluidos, a los imposibilitados de ac-
ceder a los beneficios de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Planificación estratégica sustentable en el desarrollo económico local. Caso: partido de Lanús... 765
Objetivos
≈Presentar un diagnóstico de la actividad económica local del partido de Lanús
≈Concientizar en la necesidad de romper con los paradigmas tradicionales en la forma
de pensar la economía urbana.
≈Propiciar un ámbito de reflexión con todos los actores claves para debitar propuestas
en el área del desarrollo sustentable local y urbano, incluyendo a la economía urbana.
≈Fomentar a la planificación urbana en el ámbito del desarrollo productivo local y ur-
bano.
Cantidad estima-
Rubro
da de industrias
Productos alimenticios 400
Industrias de bebidas 50
Textiles 140
Industrias del cuero 400
Industrias de papel y derivados 300
Industrias metalúrgicas en general 1000
Industrias de madera 300
Industrias de plástico y derivados 400
Talleres de servicio en general 1700
Fuente: elaboración personal con base en datos de Dirección de Industria de la Municipalidad de Lanús
Conclusiones y propuestas
A modo de conclusión, podemos observar que en el partido de Lanús se encuentran las
capacidades industriales y los recursos humanos para poder lograr el desarrollo del apara-
to productivo, acompañado de una fuerte inversión en el área de las I + D, acompañado de
una fuerte capacitación y sobre todo a través de un fortalecimiento en el ámbito educativo,
y en una creciente política de inclusión social, que permita acortar la brecha existente.
Una buena gestión del espacio público puede y debe ayudarnos a repensar de una proac-
tiva la utilización de los recursos de los que se dispone, se debe romper con el paradigma
de que la actividad económica pasa solamente por la instalación de industrias, son una
parte pero no el todo de la actividad económica.
Se deben continuar trabajando en fortalecer el desarrollo de la gestión de las I+D, con el
objetivo de innovar en los procesos productivos industriales tradicionales, involucrando
a los distintos actores, construyendo alianzas estratégicas, para conformar espacios de
trabajo donde se construyan herramientas y conocimiento que sirvan en la aplicación de
acciones de intervención concreta en el territorio.
La Universidad Nacional de Lanús, tiene una larga historia en relación a trabajar
conjuntamente con el municipio en distintas áreas, sobre todo en lo que se refiere a la
Gestión Ambiental Urbana, buscando la colaboración constante en la generación de lí-
neas de trabajo concretas y aplicables al territorio, que sean superadoras desde el punto
de vista del desarrollo sustentable en sus tres dimensiones (económico–social y ambien-
tal), dando el marco propicio a los tomadores de decisión para que puedan gestionar
desde un nuevo paradigma.
Partiendo de la premisa de la UNLa, que es una “Universidad Urbano Comprometida”,
ha participado activamente en la Comisión de Revisión del Plan Estratégico y actualmen-
te se encuentra participando en la creación del Instituto del Cuero, a través de un convenio
772 Flavia Carabajal y María Sol Quiroga
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Educación ambiental en barrios periféricos:
diagnóstico y primeros pasos
Adela Castro, Julieta Suqueli, Stella Maris Altamirano, Carolina Leniz y Mariana Camino
Introducción
La educación ambiental (EA) es un proceso de concientización y promoción social para
la resolución de problemas ambientales en pos del desarrollo sustentable, dirigido a todos
los sectores de la población, incluyendo el sistema educativo formal, el no formal y la co-
munidad toda. Es decir, consiste en trasmitir conocimientos sobre el ambiente e invo-
lucrar a la ciudadanía como agente transformador y partícipe en el proceso de toma de
decisiones. Un propósito fundamental de la EA es lograr que tanto los individuos como
las colectividades comprendan la naturaleza compleja del ambiente, resultante de la in-
teracción de sus diferentes aspectos: físicos, biológicos, sociales, culturales y económicos,
entre otros. Éste promueve el desarrollo de una percepción más clara en referencia a la
responsabilidad sobre las problemáticas ambientales (Durán, 2002). Por su parte, Richard
(2004) define a la EA como la formación del ser humano en actitudes, valores, destrezas
y habilidades para la comprensión de las relaciones entre ambiente y sociedad, los proble-
mas y situaciones derivados de dichas relaciones y la adecuada aplicación de este conoci-
miento en el manejo y planificación sostenible de los recursos naturales y culturales con
plena conciencia y respeto entre sociedades
Dichas problemáticas más acuciantes están generalmente asociadas a los sectores so-
ciales con mayor vulnerabilidad. El presente proyecto se implementa inicialmente en el
barrio Nuevo Golf, lindante a las áreas rurales del sector sur de la ciudad de Mar del Plata
(Figura 1), para luego replicarlo en otras áreas periurbanas.
Esta área piloto consiste en un asentamiento precario de aproximadamente 700 fami-
lias que surgió con la crisis de los años 2001-2002 y cuenta con una trama urbana irre-
gular que pone en evidencia la falta de planificación territorial. Se observa ausencia de
infraestructura de servicios básicos, viviendas precarias y familias monoparentales nume-
rosas en condiciones de hacinamiento e inestabilidad laboral. El máximo nivel educativo
alcanzado por el común de la población es el primario (Cacopardo et al., 2017).
El trabajo comenzó a partir de tres ejes previamente consensuados con los vecinos. El
arbolado público fue considerado como prioritario por los servicios ecosistémicos que
brindan, como lo expresa Priego González de Canales (2002) en su ensayo de Doctorado:
De todos es conocido que los árboles nos dan sombra, nos protegen de la lluvia y el viento, añaden
belleza a nuestro entorno, naturalizan las duras líneas urbanísticas, aportan a nuestros hogares
biodiversidad y mucho más. Por ello, que la mayoría de nosotros no podamos imaginar a la ciudad
sin árboles, han empezado a ser parte de la infraestructura al igual que lo son las calles, las farolas,
las escuelas, etc. El árbol urbano aporta beneficios que aparte de los estéticos están siendo estudia-
dos como una nueva manera de aumentar la Calidad de Vida. (p.6)
Los servicios ecosistémicos aportados por la biota fueron trabajados por separado en
talleres de reconocimiento de fauna y flora local, desde un abordaje científico-artístico.
En etapas de diagnóstico previas, se detectaron conductas destructivas de gran parte de
774 Adela Castro, Julieta Suqueli, Stella Maris Altamirano, Carolina Leniz y Mariana Camino
los vecinos hacia la fauna local, especialmente invertebrados y algunos vertebrados (como
aves, anfibios y reptiles inofensivos). Muchas de estas conductas están asociadas al desco-
nocimiento de la biodiversidad autóctona, su papel dentro de los ecosistemas naturales y
urbanos y mitos infundados.
Los invertebrados representan una gran proporción de la diversidad faunística y su im-
portancia dentro de los socioecosistemas se relacionan con diversos servicios ecosistémi-
cos: a) servicios de aprovisionamiento, ya que muchos invertebrados están relacionados
con bienes de consumo y comercio en las sociedades (ej. las abejas y su producción); b)
servicios de regulación, como la polinización de plantas cultivables, el control biológico
de plagas, o la purificación del agua por especies acuáticas; c) servicios culturales, como el
valor científico de organismos de estudio para monitorear el funcionamiento de los eco-
sistemas (por ejemplo, coleópteros, himenópteros), el valor turístico o estético de especies
carismáticas como las mariposas, que suelen ser designadas como especies bandera por
su valor en la conservación de la biodiversidad (ej. mariposas, libélulas) y; d) servicios de
apoyo, dado que los invertebrados son necesarios para el cumplimiento de otros servicios
ecosistémicos asociados, como el ciclado de nutrientes, la formación del suelo y el ecosis-
tema o son fuente de alimento para otras especies (Cardoso, Erwin, Borges y New, 2011).
En este ámbito y en esta etapa del proyecto se arribó a un diagnóstico preliminar que
permitió diseñar un plan de acciones cuyo objetivo es mitigar las problemáticas identifi-
cadas a través de la educación ambiental.
Metodología
El área de trabajo, como mencionamos en la sección precedente, se ubica en el Barrio
Nuevo Golf (38° 03’ 19” Latitud Sur y 57° 35’ 04” Longitud Oeste), en el partido de Gene-
ral Pueyrredón, provincia de Buenos Aires (Figura 1).
La etapa diagnóstica se diseñó mediante un procedimiento participativo que consistió
en encuentros informales con vecinos, reuniones en la Asociación Vecinal “Barrio Nuevo
Golf” y Comedor Comunitario “Dulces Sonrisas”, presentación del proyecto y posterior
debate, entre otros. De este modo se generó información acerca de la percepción y grado
de valoración y sensibilización ambiental de los vecinos del barrio.
En la etapa de implementación se desarrollaron tres ejes temáticos oportunamente
ponderados: arbolado público y reconocimiento de la biota local, fauna y flora. Las me-
todologías empleadas para cada uno de ellos requirieron de la participación de expertos
y estudiantes universitarios idóneos. Cada actividad se elaboró en reuniones donde se eva-
luóel perfil de los destinatarios y se definieron los contenidos mínimos necesarios. Cada
encuentro se inició con una lluvia de ideas (brainstorming) seguida de breves presentacio-
nes introductorias acorde a las actividades, seguidas por salidas al terreno. Asimismo se
confeccionaron las listas de los materiales necesarios y se definieron las estrategias para
conseguirlos, mediante la compra o donaciones.
Los talleres de reconocimiento y valoración de los servicios ecosistémicos de macro y
meso fauna como así también de las especies vegetales requirieron de prácticas de labora-
torio (con microscopios ópticos, lupas binoculares y lupas de mano. Todas las actividades
se complementaron con talleres artísticos: pintura, fotografía, narración, ya que la mayo-
ría de los participantes son niños y adolescentes, pero éstas eran compartidas también por
sus padres o adultos presentes.
Educación ambiental en barrios periféricos: diagnóstico y primeros pasos 775
Desarrollo
Las actividades realizadas en pos de los objetivos definidos fuerondesarrolladas en tres
ejes temáticos descriptos a continuación.
a) b). Jornada de reparto de árboles y arbustos para las viviendas de los vecinos; c). Hilera de árboles
plantados en la calle Cerrito, cancha de fútbol; d). Salix sp. plantado en la vereda de una vecina; e).
Plantación efectuada por vecinos e integrantes del proyecto.
Fuente: (a, b, c, e) Imágenes propias; (d). Lorena Reliz, vecina del Barrio Nuevo Golf
Conclusiones
≈La plantación de árboles en el barrio generó un aumento de la conciencia ambiental
en relación a ellos y un compromiso social, dado que los vecinos eligieron las especies
destinadas a sus veredas y se comprometieron a mantenerlas.
≈Si bien muchas de las especies utilizadas en el arbolado urbano son exóticas, se rea-
lizaron aclaraciones sobre las mismas y se espera profundizar sobre la valoración de
especies nativas de Argentina aptas para el arbolado urbano (ej. jacaranda, lapacho,
palo borracho,ceibo, etc.)
≈A través de talleres participativos se analizaron las ventajas y los cuidados que deman-
da el arbolado urbano e incorporamos el concepto “Dasonomía”.
≈De un total de aproximadamente 150 árboles, hasta el momento solo hay que reempla-
zar un 10%, las causas de estas pérdidas fueron la mortalidad natural, falta de riego y
un caso por vandalismo.
≈Los talleres de reconocimiento de la biodiversidad de fauna y flora local modificaron
considerablemente la actitud de los vecinos, principalmente de los niños, frente a los
seres vivos. En posteriores encuentros que abordaron otras temáticas ambientales, la
valoraciónde la fauna y la flora local se vio replicada en destinatarios que no habían
participado en estos talleres, lo que pone de manifiesto que dicho cambio actitudinal
se sustenta y se multiplica en el tiempo.
≈Los distintos encuentros fueron enriquecedores para todos los integrantes (vecinos y
Educación ambiental en barrios periféricos: diagnóstico y primeros pasos 781
Agradecimientos
Los autores de este trabajo valoran la colaboración recibida de diversos sectores y que
contribuyeron con el cumplimiento de los objetivos planteados, al poeta e ilustrador Juan
Lima, a los viveros Van Hedden y Antoniucci; al Dr. Darío Porrini y la Dra. Mariana Fer-
nández Honaine. Asimismo, valoramos la participación de los Licenciados Luciano Pe-
ralta, Sebastián Lupo, Juan Arcusa y Laura Ricci, como así también al Ingeniero Arturo
Otero, y a los integrantes del Proyecto Alfabetización Geodigital: desde la escuela al barrio, por
un hábitat natural saludable de la UNMdP.
Referencias
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“¿Es lo mismo ser un país con un extenso litoral atlántico que un país marítimo?”
Federico Lorenz (2018), Director del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur
Introducción
Metodología
Se describen algunas de las características que ayudan a pensar en la pesca de escala
industrial dentro de las actividades ligadas a la lógica extractivista, que según Norma
Giarracca y Miguel Teubal (2010) tienen múltiples aspectos en común.
784 Victoria de Estrada
Desarrollo
1 Charteo significa alquiler de permisos de pesca a buques de terceros países para la extracción de especies exceden-
tarias. Los países involucrados en la operación negocian cada año un canon que pagan por la cesión de los permisos.
Esto motivó la entrada de buques factoría asiáticos para la pesca de calamar.
2 En mayo de 1994 entró en vigor el Acuerdo Sobre las Relaciones en Materia Pesquera entre la CEE y Argentina. El
acuerdo propiciaba la incorporación de buques pesqueros a la flota argentina a cambio de la posibilidad de pescar
en el caladero nacional. Este mecanismo venía siendo utilizado para trasladar la crisis de los caladeros europeos a
los países del sur. Para la Argentina representó un aumento global de los buques que operaron en el mar, provocando
una presión muy fuerte sobre los recursos, lo que llevó a la merluza a los niveles más bajos de su historia, y todo esto
por la insignificante suma de 34 millones de dólares que aportó la CEE en materia de cooperación científico-técnica
al Estado argentino. A partir de este acuerdo, un grupo de empresas pesqueras salió altamente beneficiado por su
asociación con capitales de origen europeo.
3 Teniendo en cuenta el rendimiento máximo sostenible de cada especie, según datos proporcionados por INIDEP.
¿Pesca sin Pescadores? 785
Federal Pesquero, órgano responsable de su aplicación, asigna una cuota de captura a cada
permiso de pesca4.
Se esperaba que al otorgar un derecho exclusivo sobre una fracción de la captura máxi-
ma permisible se eliminen los incentivos para la sobreinversión en capacidad. Presumien-
do que cada agente económico optimizaría su inversión de capital sin exceder su capaci-
dad de pesca. Se planteó este régimen para eliminar el problema de la libre entrada a la
pesquería, ya que el ingreso de nuevos pescadores no estaría restringido; los que deseaban
hacerlo debían comprar cuotas a armadores existentes, lo cual debía implicar que la cap-
tura no aumente con el ingreso de nuevos pescadores (Mizrahi, 2000).
Para tener una idea del cambio relativo de explotación que se vivió en la década de 1990,
se puede mencionar que el volumen desembarcado anual promedio fue de 985.516 tone-
ladas, más de tres veces superior al volumen de la década de 1970. En la década de 1990 se
desembarcó una mayor cantidad de pescado que en los cuarenta años anteriores, generan-
do una presión creciente sobre especies como la merluza hubbsi, dando lugar a la posterior
prohibición de la pesca de merluza por parte del Consejo Federal Pesquero.
Hacia fines de esa década, el puerto de Mar del Plata experimentó el más alto nivel de
inactividad de su historia: la mayoría de los establecimientos solo trabajó cuatro meses
durante el año 1999 y la producción se redujo a un tercio del promedio anual regular.
En ese período y comienzos del siglo XXI la desocupación alcanzaba al 20% y la pobreza
afectaba al 40% de la población (Sevares, 2004). En este marco de crisis de empleo se hacía
impensable para comunidades costeras que dependen directamente de la pesca, la recon-
versión de una fuerza de trabajo que en algunos casos representa a varias generaciones de
pescadores.
Se vinculan con el interés de grandes corporaciones que las impulsan y que controlan sectores
clave del espacio económico donde operan
Grandes empresas extienden su poderío hacia adelante y hacia atrás en la cadena
agroindustrial, específicamente en el sector pesquero. Los principales grupos empresarios
que lideran la pesca argentina se transformaron en agentes integrados que controlan la
captura y el procesamiento, que manejan instrumental económico clave como transporte
y almacenamiento en frío y que incluso controlan la comercialización a través de canales
establecidos con sus socios foráneos (Mateo, Nieto y Colombo, 2010).
Por su parte, el otorgamiento de las Cuotas Transferibles de Captura establecido a par-
tir del Régimen Federal de Pesca (Ley Nº 24922) convirtió a la explotación pesquera en un
negocio inmobiliario, concentrando la actividad en pocas empresas: el 35% de las cuotas
de merluza está en poder de cuatro grupos empresarios; 160 se disputan el saldo y nume-
rosas pequeñas y medianas empresas no tienen acceso al recurso. En el caso del langosti-
no, solo 14 empresas capturan el 75% de este recurso (Lerena, 2016).
4 Los permisos de pesca son habilitaciones para acceder al caladero. El permiso de pesca podrá ser transferido a otra
unidad o unidades de capacidad equivalente, que no implique un incremento del esfuerzo pesquero.
786 Victoria de Estrada
5 Se refiere a las zonas marítimas donde los pescadores “calan” sus redes por la existencia de condiciones favorables
que facilitan la abundancia de pesca, que pueden ser capturados.
¿Pesca sin Pescadores? 787
Significan actividades con alto consumo de otros recursos no reproducibles, como el agua, la tierra
fértil, la biodiversidad
El mar argentino contiene un alto grado de biodiversidad como consecuencia del tipo de
costa, de la clase de fondo, del aporte de los grandes ríos, de la confluencia de las corrientes
marinas que derivan de las aguas frías de la Antártida con las aguas cálidas provenientes
de Brasil, mientras que las pesquerías del mundo siguen disminuyendo a gran velocidad.
7 Entre los apremios que pueden traer las gaviotas cocineras: la relación de depredación que se ha establecido con la
ballena franca austral.
8 Sin embargo, esta hegemonía, que era de alrededor del 80% hasta la década de 1990, disminuyó al 35% luego de la
incorporación de los buques congeladores hacia finales de la misma, por lo que crecieron en importancia los puertos
patagónicos.
¿Pesca sin Pescadores? 789
Conclusiones
La sobrepesca actual de muchos recursos acuáticos atenta contra los actores sociales y
las economías locales que dependen de la salud de los ecosistemas marinos. La cohesión
territorial de las zonas costeras depende en gran medida del apoyo a actividades generado-
ras de empleo, como la pesca artesanal. El empleo en la pesca artesanal involucra a miles
de familias en municipios costeros en la Cuenca del Plata, zonas costeras de Santa Cruz,
Chubut, Río Negro y Tierra del Fuego. Gran parte de ese empleo no requiere estudios for-
males, por lo cual es relevante en términos de inclusión social.
La depredación del recurso pesquero en el mar argentino repercute en la seguridad de
los pescadores artesanales, ya que se deben desplazar de las zonas tradicionales de pesca
para extraer el recurso en zonas distantes, sin disponer de los instrumentos de navega-
ción, seguridad y auxilio apropiados. Considerando que los costos ambientales y sociales
podrían ser mayores que los beneficios de la producción, se hace necesario repensar una
política pesquera sustentable que evite el crecimiento no económico (Daly, 2008)
Destinar la riqueza de los ecosistemas marinos para la obtención de divisas favorece un
modelo de desarrollo orientado al beneficio de empresas -concentradas y extranjerizadas-.
En perjuicio directo de las comunidades del litoral marítimo que dependen de la susten-
tabilidad del recurso para su desarrollo. Mientras se depreda el caladero de nuestro país,
se quitan oportunidades de crecimiento a poblaciones vulnerables: tanto por los ingresos
económicos que la pesca artesanal genera en las economías locales, como por los aportes
nutricionales que provee el pescado para la alimentación.
Hans Jonas (1995) aporta claridad cuando sostiene que nosotros no tenemos derecho a
elegir y ni siquiera a arriesgar el no ser de las generaciones futuras por causa del ser de la
actual. Debido principalmente a dos factores: la fragilidad de la pesca artesanal en Argen-
tina, que corre el riesgo de transformarse, en un futuro no muy lejano, en una actividad
con riesgo de desaparecer; y el hecho de que los pescadores artesanales son los garantes de
la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad de nuestras aguas.
La salud de los ecosistemas acuáticos y la biodiversidad asociada con ellos constituyen
la base fundamental para la subsistencia de los pescadores artesanales. Pero ¿por qué de-
bemos limitarnos a pensar en la subsistencia de ellos? ¿Cómo no forman parte del núcleo
central de las actividades económicas que reciben mayor atención por parte de inversiones
privadas y públicas en comunidades costeras?
Lamentablemente, estamos asistiendo al avance irrestricto de un modelo agroindus-
trial concentrado, de gran escala, que depende de insumos, maquinaria, en reemplazo de
trabajadores con saberes transmitidos de generación en generación. El sector pesquero,
como se ha aproximado en este aporte, no es ajeno a este modelo. Ante lo cual, sería im-
portante apostar a una sociedad que incorpore el mar, las costas, la pesca, los puertos, los
pescadores, como actores de un sector estratégico.
Millones de kilómetros cuadrados de Océano Atlántico Sur son parte de nuestro terri-
torio, tanto como la pampa, los Andes, el monte. Esas aguas inmensas y abiertas son una
parte importante de nuestro país. Es un ejercicio transformador el que propone el actual
director del Museo de Malvinas e Islas del Atlántico Sur: transformar nuestras costas de
límites en posibilidad. Imaginar otra Argentina. Una Argentina con pescadores, que pre-
serven y aprovechen los recursos de los ecosistemas marinos de forma sustentable.
790 Victoria de Estrada
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Conflictos ambientales en la ciudad de Tandil
Ana María Fernández
Introducción
En trabajos anteriores (Fernández Equiza, 2017; 2007), nos preguntábamos cuales son
los procesos, a distintas escalas que concurren a caracterizar el crecimiento de la ciudad
de Tandil y los principales conflictos. Continuando en esa línea de investigación, el obje-
tivo del presente trabajo es sistematizar la información sobre los conflictos ambientales
generados en la ciudad de Tandil en los últimos veinte años y presentar el análisis de uno
de ellos: los conflictos por la construcción en el Valle interserrano Don Bosco
Un breve repaso histórico del crecimiento de la ciudad de Tandil permite observar que
el mismo está determinado por las dinámicas político económicas dominantes en cada
momento más que por una planificación integral con criterios urbanos y ambientales y
objetivos de largo plazo.
El inadecuado manejo del agua, los pasivos ambientales mineros e industriales, las con-
secuencias de un crecimiento disperso y del avance sobre las sierras, así como la ausencia
de una política de accesibilidad a la vivienda en condiciones dignas, son parte de un estilo
de crecimiento puesto en discusión por numerosos conflictos.
El secuestro democrático sobre el que nos advierte Oxfam (2014) implica que los sectores
con más poder económico detentan mayor capacidad de ver representados sus intereses
en las decisiones políticas y por lo tanto retroalimentan y profundizan las desigualdades.
Esto se refleja en el crecimiento fragmentado y polarizado de la ciudad, en las dificultades
crecientes para mejorar la calidad de vida del conjunto de la población, y en las dificulta-
des para la movilidad social.
La política concreta de ordenamiento en las últimas décadas, ha estado orientada por
una concepción ideológica dominante neoliberal, que considera que el estado debe tener
un rol subsidiario del mercado y orientado a “atraer inversiones”. La gestión estatal de muy
baja autonomía se evidencia en la elaboración de las normas, en la gestión y en el control.
En las normas provinciales y en el Plan de Ordenamiento Territorial existen objetivos
que tienden a valorizar la ciudad como bien común. No obstante, no se aplican, y la elabo-
ración de las normas complementarias que les brindarían mayor operatividad son boico-
teadas por los grupos de interés económico. La no publicación del Plan de Manejo especial
de la Zona Protegida Sierras de Tandil es un ejemplo del éxito de estas presiones. A once
años de la aprobación del PDT, un plan que debía estar a los 520 días, aún no fue aprobado.
Al mismo tiempo la gestión municipal conjuga una política de no control, dejar hacer y
legalizar mediante cobro de multas, con el ejercicio de las excepciones realizadas con o sin
convenio urbanístico, configurando una política altamente discrecional.
A excepción de algunos procesos que responden a políticas nacionales del periodo 2003-
2015, como el uso de terrenos urbanos de dependencias nacionales para localizar un pro-
yecto de PROCREAR, la urbanización de Tandil responde mayoritariamente a la dinámi-
ca del mercado inmobiliario.
No existe un Banco de Tierras y la mayor parte de la oferta de terrenos accesibles a la
794 Ana María Fernández
Metodología
La metodología utilizada partió de la revisión bibliografía y la recopilación de fuentes
indirectas. Posteriormente se realizó el trabajo de campo, entrevistas a informantes cla-
ves y análisis de documentos en los cuales se manifiestan los actores involucrados en los
conflictos. La sistematización y tratamiento de los datos se realizó considerando el marco
de análisis. Entre los principales resultados del trabajo se encuentra en primer término, el
cuadro de situación que sistematiza información básica de los principales conflictos iden-
tificados en el partido de Tandil en los últimos veinte años. Posteriormente se presenta un
conflicto con mayor detalle y a partir de su análisis se caracterizan las visiones y valores
en disputa en la construcción social de la ciudad.
el conflicto ambiental resulta de posturas opuestas en cómo se percibe el ambiente, en los valores
que se atribuye al entorno y a las relaciones del ser humano con este y en los significados que re-
visten las acciones sobre el medio (…) Alude a una dinámica de oposición o controversia, disputa
o protesta entre actores que se reconocen en oposición, más allá de que consideren legítimos o
atendibles los reclamos. (Santandreu y Gudynas, 1998, p. 32-33)
Los motivos de disputa en este tipo de conflictos son los impactos ambientales, es decir
las modificaciones sobre los componentes físicos y biológicos del ambiente y la valoración
social que se hace de ellas. Puede ocurrir que unos actores aludan a su gravedad y otros
lo minimicen y/o que reconociendo los impactos, existan distintas posiciones respecto a
cómo enfrentarlos.
Santandreu y Gudynas (1998) distinguen los siguientes tipos de conflictos ambientales:
Manifiestos (expresión concreta de la disputa y posición en el presente) o Latentes (algu-
no de los actores no se expresa aunque haya impacto); de hecho (la actividad generadora
de daño está en pleno desarrollo) o de acecho (la actividad generadora no se encuentra
presente, solo su anuncio o posibilidad); simétricos o asimétricos (acceso similar o no de
todos los actores a pruebas técnicas, mecanismos jurídicos y legales, a medios masivos de
comunicación, etc.)
Los autores utilizan cuatro categorías de actores del conflicto. Tres tomadas de Padilla
y San Martín (1996): receptor (conjunto de personas físicas o jurídicas afectadas directa
o indirectamente por un impacto ambiental), el generador (grupo de personas físicas o
jurídicas cuya acción u omisión amenaza u ocasiona un impacto ambiental) y regulador
(grupo o persona jurídica que tiene por cometido regular la gestión de los bienes ambien-
tales). A estas le suman la categoría de iniciador (conjunto de personas físicas o jurídicas
que enteradas del impacto ambiental inicia y desarrolla el conflicto. Puede coincidir o no
con el receptor (Santandreu y Gudynas, 1998).
Habiendo definido al conflicto como un proceso, puede analizarse su desarrollo tem-
poral en tres momentos: inicio, desarrollo y finalización (Imagen 1).
Imagen 1. Desarrollo Temporal de un conflicto ambiental
Momento del
Conflictos Impactos principales Tipo Iniciador desarrollo tem-
poral
Impactos de voladuras en distintos pun-
tos de la ciudad y el campo.
En desarrollo
Impactos por destrucción de las Sierras,
Los conflictos identidad y patrimonio natural tandi-
Vecinos Dilatado
con las canteras lense. De hecho
Ongs
de piedra. Impactos de la sobrecarga de camiones.
Parcialmente
Sitios de sobrecarga y rotura de rutas.
encauzado
Impactos de los pasivos ambientales
abandonados
Impactos por afectación de cuencas
hídricas y principales áreas de recarga
del acuífero. Ausencia de red de agua y
Los conflictos cloacas y dificultades para hacer un ade-
por la construc- cuado tratamiento de efluentes in situ. De hecho En desarrollo
ción sobre las Afectación de fauna y flora. Afectación Ongs
Sierras del paisaje. Desmonte de cobertura para De acecho Dilatado
construir casas y caminos. Cambio en la
escorrentía de las aguas y aumento del
riesgo de inundaciones en otras zonas
de la ciudad y el campo.
La política de (des)regulación del merca-
do inmobiliarios, los procesos especula-
tivos y la deliberada abstención del esta-
do municipal en la generación de tierra
Los conflictos
urbana accesible a sectores populares, De hecho En desarrollo
por el acceso a Vecinos
derivan tanto en el avance indebido del
la tierra urbana Ongs
uso residencial sobre ámbitos naturales De acecho Recurrente
protegidos, una apropiación elitista de
las Sierras y otros sectores, como en la
toma de tierras por movimientos socia-
les.
Contaminación de aire y polución sobre
Los conflictos En desarrollo
los barrios aledaños De hecho
por impactos Vecinos
Contaminación del suelo, rellenos in-
industriales. Ongs Intermitentes
adecuados con arenas de fundición De acecho
recurrentes
Vertidos de efluentes en arroyos.
Los conflictos Contaminación por vertidos de efluen-
por la conta- tes industriales, de efluentes con resi-
En desarrollo
minación del duos cloacales, de residuos generales. Su
De hecho Vecinos
Arroyo Lan- impacto se agrava cuando se producen
Dilatado
gueyú inundaciones con riesgo sanitario para
la población.
798 Ana María Fernández
Basurales clandestinos
Conflictos por
Negativa municipal a una política inte-
la gestión de En desarrollo
gral con separación en origen Vecinos
residuos domi- De hecho
Alto costo ambiental y económico del Ongs
ciliarios Dilatado
enterramiento de residuos
Finalizado
Conflicto por la Energía no renovable
Vecinos Solución por
instalación de Alto consumo de agua y vertido de De acecho
Ongs deslocaliza-
termoeléctrica aguas residuales
ción
La relocalización hacia Barker cesó so-
Conflicto por la bre Tandil los impactos en la etapa de
instalación de construcción, pero su operación puede De acecho
Latente
termoeléctrica generar impactos por polución en áreas
en Barker cercanas como la localidad de Vela, en el
partido de Tandil
Conflicto por el
Fumigaciones en áreas pobladas En desarrollo
uso de agroquí-
Fumigaciones que afectan otros cultivos De hecho Vecinos Dilatado
micos
Modelo de agricultura insostenible Intermitente
máxime cuando se trata de un área de recarga del acuífero del cual se abastece la ciudad.
También se registran problemas importantes originados por el cambio en la escorrentía de
las aguas producidas por el crecimiento de las construcciones, infraestructura y transfor-
maciones de la cobertura vegetalen las laderas y en el valle. Estos cambios en la escorrentía
determinan mayor ocurrencia de inundaciones aguas abajo y han derivado en la necesi-
dad de realizar sucesivas obras de canalización. Actualmente, a la vera de la Avenida Don
Bosco, se han construido enormes fosas y los vecinos colocan puentes y alcantarillas para
poder entrar a sus casas. Como el ritmo de alteraciones se intensifica, las obras defensivas
realizadas son insuficientes y el Municipio ya ha incorporado al plan de obras la construc-
ción de un gran canal artificial de cemento. Este proceso de urbanización del valle interse-
rrano genera fuertes conflictos. Utilizando las categorías del marco conceptual propuesto
pueden distinguirse como generadores a los agentes inmobiliarios que promueven la ur-
banización de la zona, y las empresas y particulares que presionan para obtener permisos
excepcionales para aumentar la densidad, como iniciadores a los vecinos, que expresan
sus demandas de abastecimiento de agua, de detener las alteraciones que generan mayores
inundaciones y por conservar las condiciones de tranquilidad y contacto con la naturaleza
del área. También como iniciadores, se identifica a la Asamblea en Defensa de las Sierras
que reclama la conservación de las cuencas hídricas, así como los valores ambientales y
culturales de las sierras valoradas como Patrimonio Natural y Cultural. Como regulado-
res se identifican a las autoridades con competencia en el ordenamiento, el ejecutivo local,
el legislativo local, la justicia y las autoridades provinciales.
El conflicto se pone de manifiesto ante cada proyecto que intenta un avance de los usos
con impactos negativos. Entre otros, se presentan tres generados en los últimos dos años:
a-Intento de apropiación del Parque Cinque. Un descendiente de quienes habían dona-
do al municipio una ladera serrana, tomó parte de las tierras y comenzó a alambrarlas.
Un vecino inició el reclamo para que el Municipio accionara judicialmente. La Asamblea
acompañó el pedido de los vecinos. También parte de los concejales. El municipio accionó
y la justicia obligó al ocupante a devolver el terreno.
b-Intento de aprobación del Convenio Urbanístico Nº 8, por el cual se autorizaba el lo-
teamiento de una chacra que conforma una Zona especial de Interés urbanístico (es decir
un terrenoreservado en el ordenamiento vigente para ser usado para equipamiento urbano
o regional) y cuya expropiación aprobada por Ley Provincial N° 12819 no fue concretada
por las autoridades municipales. Vencido el plazo establecido por la ley, inmediatamente
varios particulares herederos de esas tierras, representados en parte por abogados que a
su vez eran funcionarios municipales, presentan un pedido para que se apruebe un cam-
bio de uso, de zonificación, e indicadores muy superiores a los del área circundante para
subdvidir en más de 40 lotes. Ofrecían entregar al municipio la parte del terreno ubicada
sobre la ladera del cerro. Ante esto, representantes del Movimiento 1 de octubre, argu-
mentaron en un documento público que el Intendente pudo comprar las 16 hectáreas por
210.000 pesos, pero eligió no hacerlo para generarle un negocio privado. También aducen
que si quisiera generar suelo urbano podría haberlo comprado y si quería respetar la ley
de paisaje protegido lo dejaban como espacio verde público, pero no le interesa ni generar
suelo urbano para los trabajadores ni preservar la naturaleza, pero si favorecer a sus socios
(ABCHOY, 01/02/2016).
En terreno, ya con anterioridad se observaba no solo la apertura de calles, sino la
construcción de viviendas. Es decir que algunos lotes fueron vendidos y las casas cons-
Conflictos ambientales en la ciudad de Tandil 801
truidas sin que existan jurídicamente los lotes. Esta situación irregular fue calificada
por algunos actores como una estafa. En Audiencia Pública, uno de los participantes
explicitó esta situación:
Nosotros compramos los terrenos por ofertas de inmobiliarias. Nosotros hicimos los boletos com-
pra-venta en una Escribanía Pública. Se nos dijo a nosotros que los planos del loteo estaban apro-
bados y que ya salían. Pero pasan los años, van a salir, van a salir, pero no van a salir. (Fidel Andrés,
Acta AP, 2016, p. 13)
Es decir, deja en claro las irregularidades. Sin embargo el mismo participante también
expresó:
No somos ocupas, hemos pagados estos terrenos. De acuerdo a lo que es este país y su Constitu-
ción, la propiedad privada es inviolable. Hemos adquirido derechos porque hemos pagado. Nos
merecemos respeto y no ser juzgados, porque en este momento estamos siendo juzgados. (Fidel
Andrés, Acta AP, 2016, p. 13)
Es decir, ante la estafa, el ponente reclama al Estado, no a los estafadores, que le dé una
“solución”. Esgrime que es el pago lo que le da derechos, una visión de la propiedad como
derecho absoluto, que no se corresponde con el marco jurídico vigente y es fuertemente
cuestionada por otros actores.
En la misma audiencia pública, la Arquitecta Nora González en nombre de la Asamblea
en Defensa de las Sierras manifestó, además del rechazo al proyecto por sus impactos am-
bientales, cuestionamientos a las formas de actuación de los reguladores que permiten el
avance de hecho de actividades no permitidas y luego las convalidan:
Cabe investigar la responsabilidad del Municipio en varias etapas de este proceso, aunque ya se ha
mostrado varias veces acá hoy, al no actuar ante la vista de la construcción de viviendas en un lote
a plena vista de la Avenida Don Bosco, cosas que se hacen repetidas veces en las sierras y en el resto
de la ciudad. (…) el intento de resolución de esta situación ilegal con un Convenio Urbanístico, es
totalmente inadecuada y sienta precedentes desastrosos para la ciudad (…). No corresponde resol-
verlo en el Concejo Deliberante sino en la Justicia, a quien debiera recurrir los eventuales damnifi-
cados por las acciones de los particulares involucrados. (Acta AP,2016, p. 17)
Por su parte Rosario Barranquero cuestionó el hecho de habilitar un loteo, trasladando
la responsabilidad del estado de proveer agua y saneamiento a los particulares:
Expreso desde el conocimiento científico propio y de los colegas del CINEA que han estudiado en
profundidad los temas detallados, mi desacuerdo con la aprobación del Convenio Urbanístico tal
y como está planteado en este momento. No sólo por poner en riesgo los recursos hídricos super-
ficiales y subterráneos de la zona, sino también por exponer a los compradores de los lotes a las
limitaciones que implica no contar con un medio natural propicio para asegurar la provisión de
agua y el tratamiento de efluentes sin perjuicio del medio que los rodea y, por ende, de su propia
salud. (Acta AP,2016,p.14)
También en la audiencia, una participante señalo el hecho de que el Agrimensor que
estaba presentando el proyecto de loteo es al mismo tiempo integrante de la Comisión de
Gestión Territorial, la cual está integrada por funcionarios y por representantes de colegios
de técnicos y profesionales involucrados en la construcción, y asesora sobre la aceptación
o no de los proyectos de convenios urbanísticos. A su turno, dicho Agrimensor manifestó
es cierto porque yo en un plazo estuve en esa Comisión y cayó este expediente pero las razones de
mi aprobación eran exclusivamente por la cuestión legal de la ley de expropiación caída. No tengo
ningún otro interés y me rio de la acusación. (Schang, J.M., Acta AP, p. 29)
En la dinámica de este conflicto, fue significativa la acción legal. Nora González presen-
tó un amparo judicial. Fue logrado en primera instancia. El ejecutivo ante la magnitud del
conflicto y la imposibilidad de obtener los votos necesarios retiró el proyecto que preten-
802 Ana María Fernández
¿Quién representa al futuro en el presente? se preguntaba Hans Jonas (1995) para re-
flexionar sobre los desafíos de construir una ética acorde a las capacidades actuales de in-
Conflictos ambientales en la ciudad de Tandil 803
Conclusiones
≈Existen un número importante de conflictos ambientales en la ciudad de Tandil, la
mayoría de ellos se encuentran en desarrollo, dilatados.
≈Los generadores de los principales conflictos son las empresas mineras y especulado-
res inmobiliarios.
≈En la mayor parte de los conflictos el iniciador es un grupo de vecinos y reaccionan a
un impacto indeseado de una actividad de los generadores sobre sus formas de uso o
de valoración de su territorio.
≈Las Ongs tienen un papel importante en el análisis de los conflictos, en el estudio de
aspectos técnicos y legales, en la difusión de la visión de los iniciadores en la esfera
pública y en la elaboración de estrategias de lucha.
≈Los conflictos por la construcción en el Valle Interserrano Don Bosco ponen en evi-
dencia el rol sesgado de los reguladores quienes por acción u omisión favorecen los
intereses de los generadores
≈En el conflicto analizado, así como en los demás, la tensión, la disputa no solo se
constituye con relación a las formas contradictorias de valoración y apropiación real y
simbólica del ambiente. En todo momento pone en discusión la cuestión democrática.
¿Quién decide que se hace en la ciudad de todos?
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Estimación de la erosión actual y potencial de suelos
destinados a actividades hortícolas en
el periurbano de Mar del Plata
Laura Zulaica, Patricia Vazquez y Daiana Daga
Introducción
La pérdida de suelos por erosión es uno de los principales problemas ambientales de
las regiones en las que se llevan a cabo actividades agrícolas, como sucede en la región
pampeana. Entre estas actividades, las hortícolas asocian usos intensivos del recurso
suelo que pueden comprometer la sustentabilidad en el mediano y largo plazo. La pérdi-
da de nutrientes y de la estructura del suelo, son algunas de las consecuencias derivadas
de la erosión que pueden limitar usos futuros afectando la provisión de servicios ecosis-
témicos (MEA, 2003).
En la región pampeana, la producción hortícola se ha intensificado y especializado sin
considerar las potencialidades y limitaciones del recurso que la sustenta. Como señala
Dogliotti, Van Ittersum y Rossing (2005), una de las principales consecuencias de esta es-
trategia es el deterioro de la fertilidad (física, biológica y química) del suelo, que demanda
cada vez mayor cantidad de insumos para mantener y aumentar los rendimientos.
Los problemas mencionados anteriormente alcanzan menor o mayor intensidad depen-
diendo de la modalidad de desarrollo de las actividades hortícolas y de la aptitud de los
paisajes sobre los que se realizan. En este sentido, Burel y Baudry (2002) definen al paisaje
como un nivel de organización de los sistemas ecológicos superior al ecosistema que se
caracteriza esencialmente por su heterogeneidad y por su dinámica, controlada en gran
parte por las actividades humanas.
En el partido de General Pueyrredon y especialmente en su periurbano, las actividades
hortícolas poseen gran relevancia ya que sustentan la provisión de hortalizas de la ciudad
y la región. Desde el punto de vista económico, dichas actividades contribuyen de manera
significativa al Producto Bruto Geográfico local. El valor agregado de la fruti-horticultura
local (quintas, papa, frutas y flores) para el año 2010 representaba el 77% del valor agregado
por la agricultura del partido; el resto correspondía a cereales y oleaginosas (INTA, 2015).
De ahí su importancia para estimar la erosión actual y potencial de los suelos productivos
que comprometen la sustentabilidad ecológica1 y también social del territorio periurbano
y la provisión de servicios ecosistémicos asociados con la producción de alimentos.
El Cinturón Hortícola del Partido de General Pueyrredon se localiza en una franja de 25
km que bordea a la ciudad de Mar del Plata principalmente en torno a las Rutas Nacional
N° 226 y Ruta Provincial 88, formando parte de su periurbano. Al interior del periurbano
marplatense definido en estudios antecedentes (Ferraro, Zulaica y Echechuri, 2013; Zulai-
ca y Ferraro, 2013), la horticultura se extiende fundamentalmente en áreas próximas a las
localidades de Batán y Sierra de los Padres y se destaca en asentamientos tales como La
1 La sustentabilidad ecológica es aquella que contribuye a mantener las características ecosistémicas que permiten el
desarrollo de la vida y la base material de las demandas sociales y económicas.
806 Laura Zulaica, Patricia Vazquez y Daiana Daga
Metodología
La metodología propuesta para este trabajo incluye tres apartados generales. En pri-
mer lugar, se caracteriza la horticultura en el área de estudio y sus principales transfor-
maciones. Posteriormente, se definen las unidades de paisaje dentro del periurbano de
Mar del Plata sobre las que se realizan actividades hortícolas. Por último, se estima la
erosión actual y potencial de los suelos, destacando algunos de los impactos más rele-
vantes del proceso.
En función de lo anterior, se recurrió a estudios antecedentes realizados en el área. Para el
análisis de las transformaciones derivadas de la actividad, se partió fundamentalmente de
trabajos previos (Zulaica, Ferraro y Vazquez, 2012; 2013) en los que estimó sobre imágenes
Landsat 5, sensor TM, la superficie hortícola al aire libre y bajo cubierta para el periurbano
de Mar del Plata en distintos momentos (1989, 1999 y 2009). Luego, se utilizó el estudio de
Daga, Zulaica y Vazquez (2017) quienes digitalizaron las áreas hortícolas bajo cubierta y a
campo del área sobre la imagen satelital Landsat 8, sensor OLI, del año 2015. Las imágenes
fueron procesadas utilizando el software ENVI 5.1 siguiendo el procedimiento indicado en
otros estudios realizados en la región (Vazquez, Zulaica y Requesens, 2016).
Posteriormente se definieron y ajustaron unidades de paisaje, partiendo del concepto
adoptado por la Ecología del Paisaje, cuya aplicación permite delimitar, identificar y ca-
racterizar unidades que presentan cierta homogeneidad interna en la escala de análisis
adoptada (1:100.000). Ello requiere interpretar los resultados de investigaciones pre-
vias(Del Río, Massone y Cionchi, 1995; Ferraro y Zulaica, 2011) e integrarlos conside-
rando el concepto de paisaje.
Dichas unidades se definieron tomando como base cartográfica las cartas topográ-
ficas del Instituto Geográfico Militar (actual Instituto Geográfico Nacional, IGN) y los
límites de las unidades geomorfológicas definidas en la Carta Ambiental del Partido de
General Pueyrredon. Se caracterizaron e integraron los atributos bióticos y abióticos:
geomorfológicos, edáficos, condiciones de drenaje y profundidad del agua subterrá-
nea y cobertura vegetal dominante. La nomenclatura otorgada a las unidades parte del
nombre de la geomorfología del partido caracterizada en la Carta Ambiental y ajustada
por Ferraro y Zulaica (2011).
Una vez definidas las unidades se identificaron las series de suelos dominantes en cada
una para poder estimar la erosión actual y potencial. Se recurrió para ello a las cartas de
suelos, escala 1:50.000 del INTA (1970), disponibles en la página de geoINTA 2.
La delimitación de las áreas hortícolas sobre los suelos predominantes en las unida-
2 Recuperado de http://visor.geointa.inta.gob.ar/
Estimación de la erosión actual y potencial de suelos destinados a actividades hortícolas en... 807
A= R.K.L.S.C.P
Donde:
A: Pérdida de suelo actual (t. ha-1.año-1)
R: Erosividad de las lluvias (hJ cm/m 2 h)
K: Susceptibilidad del suelo a la erosión hídrica (t m 2 h/ha hJ cm)
L S: Factor topográfico (adimensional)
L: longitud de la pendiente(m)
S: pendiente (%)
A los factores L y S se los denomina factor topográfico (LS) y se los estima conjuntamente
C: Factor cultivo o cobertura (adimensional)
P: factor práctica conservacionista(adimensional)
El producto de estos seis factores estima la erosión hídrica actual (A) para una situación
determinada de clima, suelo, relieve, cultivo y manejo. La Erosión Potencial (EP) se obtie-
ne a partir del producto de R, K y LS y se la define como la máxima posible para un sitio
determinado, es decir, considerando un suelo desnudo durante todo el año.
A fin de estimar la erosión con la ecuación mencionada, se utilizó la aplicación web
de Gvozdenovich, Barbagelata y López (2015) del INTA, que permite realizar cálculos de
pérdidas de suelo según la información disponible en cada caso. Para ello se utilizaron
especialmente los datos de las series de suelo predominantes en cada unidad de paisaje
considerando la proporción que ocupa cada una de ellas en la superficie total. Por último,
se analizaron los resultados obtenidos y se evaluó de manera preliminar la problemática
de erosión actual y potencial en el área.
Fuente: elaboración personal con base en Zulaica et al. (2012; 2013; 2016) y Daga et al. (2017)
Estimación de la erosión actual y potencial de suelos destinados a actividades hortícolas en... 809
Unidades de paisaje
Las actividades hortícolas se llevan a cabo en ecosistemas con características diferencia-
das dentro del periurbano, que pueden interpretarse en términos de paisaje.
Si se parte de la base de que el paisaje representa un sector del espacio donde existe un
cierto nivel de organización del conjunto de componentes específicos del ambiente geo-
biofísico local, es necesario analizar las interrelaciones entre ellos (Ferraro y Zulaica, 2011)
a la hora de definir unidades con cierto grado de homogeneidad. En este sentido, el con-
cepto de paisaje, sostiene que éste representa una convergencia de atributos, interacciones
y dinámicas específicas de un área que definen expresiones visibles cuya interpretación
requiere de un abordaje sistémico (Tricart, 1977; Zonneveld, 1989; Forman, 1995; Farina,
1998; Naveh y Lieberman, 2001).
La importancia de identificar las unidades de paisaje radica en que las mismas (que pue-
den interpretarse en términos de sistema), representan una fuente de recursos naturales
que condicionan el desarrollo de las distintas actividades humanas y su sustentabilidad
ecológica depende del tipo e intensidad de las intervenciones y del grado de vulnerabilidad
de las unidades.
Estudios previos identificaron seis paisajes (Figura 2) en el periurbano de Mar del Plata,
siendo que en tres de ellos se desarrollan las actividades hortícolas. Dichos paisajes pue-
den denominarse de la siguiente manera: paisaje periserrano y de llanuras onduladas,
paisaje de llanuras onduladas y suevamente onduladas y paisaje de llanuras planas.
El paisaje periserrano y de llanuras onduladas, posee pendientes que oscilan entre el 1% y
5% y se caracteriza por la presencia de sedimentos y sedimentitas de baja consolidación, de
textura limo-arenosa, limo-arcillosa y, en algunos sectores, arenas medianas a finas. Posee
buenas condiciones de drenaje superficial e interno hallándose el primer nivel de agua sub-
terránea entre los 5 y 20 metros. El paisaje de llanuras onduladas y suavemente onduladas,
presenta pendientes con escaso gradiente entre el 1 y 3%, a veces cortadas profundamente
por los valles de los cursos de agua; los sedimentos se depositaron entre 18.000 y 10.000
años antes del presente, cubriendo antiguas divisorias y obliterando los valles preexisten-
tes. Presenta buenas condiciones de drenaje superficial e interno y la profundidad del pri-
mer nivel de agua subterránea se halla entre los 5 y 20 metros. En ambos paisajes, los sub-
grupos de suelos dominantes corresponden a los argiudoles típicos. La vegetación natural ha
sido completamente sustituida y se califica como de baja importancia ecológica.
El paisaje de llanuras planas, conforma una planicie eólica retrabajada por un sistema
fluvial mal integrado al que se asocian depresiones anegadizas (bajos y bañados). Pre-
senta una escasa pendiente con divisorias extendidas de escasa expresión topográfica y
muy suave pendiente (en general inferior al 1%). Presenta bajo potencial de escurrimiento
superficial, lento drenaje interno y la profundidad del primer nivel de agua subterránea se
halla entre los 0 y 10 metros. Los suelos dominantes también son argiudoles típicos, aunque
asociados con otros que pueden presentar excesos hídricos y por lo tanto deficiencias en el
drenaje superficial e interno (hapludoles tapto-árgicos y argialboles típicos). La vegetación natu-
ral se conserva en distintos sectores del paisaje en diferentes niveles de degradación y se la
considera de moderada importancia ecológica.
La mayor parte de las áreas hortícolas se extiende sobre la serie de suelos denomina-
da Mar del Plata, MP (INTA, 1970), que predomina fundamentalmente en la unidad de
paisaje denominada paisaje de llanuras onduladas y suavemente onduladas. En segundo
810 Laura Zulaica, Patricia Vazquez y Daiana Daga
lugar,la serie ocupa casi la totalidad de paisaje periserrano y de llanuras onduladas sobre
el que se presenta además la serie Tandil (Ta). Finalmente, y ocupando la menor superficie,
se realizan actividades hortícolas en el paisaje de llanuras planas, en el que predominan
las series Mar del Plata, Maipú (Mpu) y ocasionalmente Los Pinos (LP).Los datos físicos y
químicos de los perfiles, junto con las características de la región y las prácticas realizadas
permitirán estimar la erosión en las áreas hortícolas.
Figura 2. Periurbano de Mar del Plata: unidades de paisaje
Permea-bili-
MO Limo +arena Grado de Arcilla K (hJ cm/
Unidad Serie dad
(%) muy fina (%) Estructura (%) m2 h)
(cm/hora)
2 (granular 3 (moderada:
Paisaje de ambien- MP 6,94 75,2 23,1 0,267
fina) 2 a 6,25)
tes periserranos y
llanuras onduladas 3 (moderada:
Ta 6,74 70,0 3 (granular) 29,4 0,274
2 a 6,25)
Paisaje de llanuras
2 (granular 3 (moderada:
onduladas y suave- MP 6,94 75,2 23,1 0,267
fina) 2 a 6,25)
mente onduladas
2 (granular 3 (moderada:
MP 6,94 75,2 23,1 0,267
fina) 2 a 6,25)
4 (moderada-
Paisaje de llanuras
Mpu 7,39 67,2 3 (granular) mente lenta: 29,1 0,269
planas
0,5 a 2)
2 (granular 5 (lenta:
LP 5,18 76,1 22,5 0,433
fina) 0,125 a 0,5)
Longitud de la
Unidad de paisaje Serie Pendiente (%) LS
pendiente(m)
Paisaje de ambientes periserranos y MP 200 1,5 0,30
llanuras onduladas Ta 200 3,0 0,70
Paisaje de llanuras onduladas y sua-
MP 200 1,5 0,30
vemente onduladas
MP 200 1,5 0,30
Paisaje de llanuras planas Mpu 200 0,75 0,14
LP 200 0,50 0,10
Los valores de los factores cultivo o cobertura (C) y prácticas conservacionistas (P) de-
penden del manejo que cada productor realice en el establecimiento hortícola. En este
caso, el valor C utilizado (0,31) corresponde a una secuencia de cultivos hortícolas, Horti-
cultura Convencional, obtenido de un estudio realizado en Uruguay (Hill, Clérici, Man-
cassola y Sánchez, 2015), que es semejante al valor utilizado para monocultivos de grano
grueso con labranza convencional. Dado que en la mayoría de los casos no se aplican
prácticas conservacionistas, el valor P asciende a 1 en todos los casos.
El producto de todos los factores permitió calcular A para cada serie de suelos. El valor
A de cada unidad se obtiene a partir de la sumatoria de los valores de cada serie multipli-
cados por la proporción que ocupa en la unidad.
La erosión potencial (Po) se calculó de la misma manera que A, pero a partir del produc-
to de los factores R, K y LS, es decir, sin considerar C ni P.
La Tabla 3 muestra los valores de erosión actual y potencial de las unidades sobre las
que se realizan actividades hortícolas.
Tabla 3. Unidades de paisaje: Estimación de la erosión actual (A) y potencial (EP)
Proporción
Unidad Serie R K LS C P A EP
(%)
Paisaje de ambientes MP 90 318 0,267 0,3 0,31 1 7,9 25,47
periserranos y llanuras Ta 10 318 0,274 0,7 0,31 1 18,9 60,99
onduladas 9,00 29,02
Paisaje de llanuras on-
duladas y suavemente MP 100 318 0,267 0,3 0,31 1 7,9 25,47
onduladas
MP 50 318 0,267 0,3 0,31 1 7,9 25,47
Paisaje de llanuras Mpu 40 318 0,269 0,14 0,31 1 3,7 11,98
planas LP 10 318 0,433 0,1 0,31 1 4,3 13,77
5,86 18,90
Cuando se comparan los datos de erosión actual en las tres unidades se verifica el valor
máximo en el paisaje de ambientes periserranos y llanuras onduladas, con una pérdida
promedio de 9 tn/ha/año, en segundo lugar se encuentra el paisaje de llanuras onduladas y
suavemente onduladas (7,9 tn/ha/año) y finalmente el de llanuras planas (5,86 tn/ha/año).
Si se toma como promedio el valor de erosión del paisaje sobre la serie en la que poseen
máxima extensión las actividades hortícolas al aire libre (serie MP), es posible calcular
para 2015 un total de 69.512,1tn/año que se pierden del recurso. La estimación de la ero-
sión hídrica en distintos cortes temporales indica que entre 1989 y 2015 (Figura 3), la pér-
dida de suelos hortícolas se habría incrementado un 85,2%.
Los resultados obtenidos en el cálculo de erosión potencial muestran un máximo de
29,02 tn/ha/año y un mínimo de 18,9 tn/ha/año. Al estimar un promedio de 25,47 tn/ha/
año, la pérdida potencial de erosión de suelos para 2015 alcanzaría las 224.110,5 tn/año.
En este contexto, es importante tener en cuenta que la cubierta vegetal (factor C) brinda
protección al suelo frente a la fuerza erosiva de las precipitaciones, controlando no solo la
energía con la que llegan las gotas de lluvia a la superficie del suelo, sino la velocidad de
la escorrentía superficial. Las estimaciones realizadas para cultivos hortícolas con algún
tipo de rotación conservacionista (Hill et al., 2015) permitirían reducir de 7,9 tn/ha/año a
valores comprendidos entre 2,5 y 5,5 tn/ha/año.
Figura 3. Estimación promedio de la evolución de la erosión en áreas hortícolas del periurbano de Mar del Plata
224110.53
2015 69512.1
8799
206307
2009 63990
8100
184402.8
1999 57196
7240
120982.5
1989 37525
4750
Por otra parte, las prácticas de conservación de suelos disminuyen las tasas de erosión
de una parcela a partir de trabajos culturales o disponiendo la vegetación siguiendo cur-
vas de nivel, en fajas o en terrazas para cortar las líneas de escorrentía. La influencia de la
práctica de conservación consiste entonces en reducir la longitud del declive efectivo del
escurrimiento, que modifica el valor P de la ecuación. La aplicación por ejemplo de siem-
bra en contorno con labranza convencional implica una reducción del 50,6% en los valores
de pérdida de suelo, cuyo promedio pasaría de un 7,9 tn/ha/año a un 3,9 tn/ha/año.
La aplicación conjunta de rotaciones conservacionistas y prácticas de cultivo en contorno
reducían aún más los valores de erosión. En este sentido, se estiman valores comprendidos
entre 1,4 tn/ha/año y 2,7 tn/ha/año de erosión actual, que implican una reducción del
82,3% y 65,8%, respecto de los calculados para la serie MP.
Los valores de pérdida de suelo fueron aplicados considerando establecimientos con
814 Laura Zulaica, Patricia Vazquez y Daiana Daga
Consideraciones finales
En un contexto de intensificación productiva, la contaminación de los alimentos y el
ambiente y las pérdidas reales y potenciales de suelos como consecuencia de la erosión,
sugieren que es relevante evaluar el grado de sustentabilidad de los sistemas hortícolas. En
función de ello, el uso de indicadores adquiere cada vez mayor importancia para afrontar
los retos en el abordaje de la sustentabilidad de agroecosistemas. Así, la Ecuación Uni-
versal de Pérdida de Suelos aplicada a unidades de paisaje definidas para el periurbano
productivo de Mar del Plata, constituye un indicador relevante para estimar la erosión en
áreas en las que se desarrollan prácticas productivas intensivas como son las hortícolas.
La posibilidad de evaluar cuantitativamente las pérdidas de suelos en función de di-
ferentes alternativas de uso y manejo, constituye una base fundamental para tomar de-
cisiones tendientes a la sustentabilidad de la horticultura. Como sostiene Altieri (1997),
alcanzar niveles de sustentabilidad adecuados permite mantener o mejorar la productivi-
dad, reducir riesgos e incertidumbre, aumentar los servicios ecológicos y socioeconómicos,
proteger la base de recursos y prevenir la degradación de suelos, agua y biodiversidad, sin
disminuir la viabilidad económica del sistema.
Los resultados obtenidos permiten afirmar que los sistemas hortícolas convencionales
presentan altos niveles de erosión, especialmente en el paisaje de ambientes periserranos
y llanuras onduladas. Sin embargo, las estimaciones realizadas ponen en evidencia que la
incorporación de rotaciones y prácticas de manejo conservacionistas reducen significati-
vamente la pérdida de suelos.
En relación con ello, la evaluación preliminar de la erosión y el conocimiento de sus
implicancias ambientales, permitirá avanzar en el diagnóstico de la situación actual y de-
finir estrategias de gestión acordes con los principios de sustentabilidad.
Por último, se enfatiza en la importancia de la evaluación integral de los sistemas hor-
tícolas y en la necesidad de profundizar en la aplicación metodológica a partir de datos
relevados en campo.
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Estimación de la erosión actual y potencial de suelos destinados a actividades hortícolas en... 815
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Parte 9
Investigación y docencia en la
enseñanza de la Geografía
La Geografía como disciplina escolar
Ricardo Luis Cáceres y Sandra Gómez
Introducción
El presente trabajo intentará abordar las diferentes posturas que han formado parte
de la discusión teórica en torno a la Geografía como disciplina escolar, lo cual implica
poner en evidencia la importancia de considerar a la Geografía, en el proceso de enseñan-
za-aprendizaje, dentro un marco autónomo, es decir, producto de la creación disciplinaria
que se encuentra fuertemente influenciada o producida por la cultura escolar (Audigier,
1992; Rodríguez Lestegás, 2000; Hollman, 2006).
Cabe acotar que este artículo aborda la discusión teórica respecto a las formas de en-
tender y concebir la Geografía que se enseña en las escuelas secundarias y constituye la
presentación de los adelantos de la tesis, que tomó como área de estudio a un grupo de
diez escuelas de la ciudad de Paraná y a cursos de Cuarto, Quinto y Sexto año del Ciclo
Orientado, de la especialidad Humanidades.
Este marco geográfico sirve de ámbito de contemplación y análisis de la situación
provincial actual, en el escenario de los cambios acontecidos a partir de la denominada
“Re-significación” de la escuela secundaria en Entre Ríos, que comienza a darse a partir de
2007 (Consejo General de Educación de la Provincia de Entre Ríos, 2008).
En una primera parte, se buscará establecer los pormenores del modelo de “transposi-
ción didáctica” (Chevallard, 2013, p. 11), el cual como bien señala Villa (2009) se nutrió de
validez con la Reforma Educativa de la década de 1990. Estas transformaciones ayudaron
a configurar una Geografía disciplinar dentro del campo de las Ciencias Sociales, desde el
punto de vista epistemológico, “siendo su objeto de estudio y trabajo los procesos sociote-
rritoriales asociados a la vinculación entre las relaciones sociales y las dinámicas natura-
les” (Tobío, 2016, p. 401-402).
En una segunda instancia se intentará establecer los principales argumentos que com-
plementan la idea de transposición y, en mayor medida, contraponen los fundamentos que
justifican el desarrollo de las disciplinas escolares como elemento de análisis particular,
entre las que la Geografía forma parte. La última parte está dedicada a reflexionar sobre
los elementos que marcan la identidad, singularidad y las constituciones epistemológicas
de la Geografía escolar. Además, se procurarán dar a conocer los principales rasgos que
caracterizan en la actualidad a la disciplina.
Para realizar un primer acercamiento al análisis de la enseñanza de la Geografía esco-
lar, no podemos perder de vista los cambios y los diferentes paradigmas que han orien-
tado, no solo la selección de los contenidos a enseñar, sino también los procedimientos
metodológicos utilizados a tal fin. Al respecto, Benejam (1997) afirma que la priorización
de determinados principios y conceptos a ser enseñados, se relaciona con la manera de
entender el mundo, dando lugar a una superposición de ciencia e ideología en la toma de
dicha decisión.
La naturaleza del espacio escolar crea un currículo propio, la vida cotidiana extrapola
y limita las pretensiones científicas en las maneras de hacer y en las formas de utilizar el
822 Ricardo Luis Cáceres y Sandra Gómez
Desarrollo
El presente trabajo, en su primera parte, expone los principales antecedentes en la con-
formación del currículo escolar y de la denominada cultura escolar, desde una mirada que
permita entender los cambios producidos en las formas en las que se fue llevando a cabo
la enseñanza de las disciplinas escolares.
Otro momento lo configura la discusión teórica planteada desde el análisis del con-
cepto de “transposición didáctica”, desarrollado por Chevallard, el cual define como “el
trabajo que transforma de un objeto de saber a enseñar a un objeto de enseñanza” (Cheva-
llard, 2013, p. 45), en contraposición a las posturas que sostienen a las disciplinas escolares
como una creación propia de la práctica educativa.
En último término se procede a dar cuenta de la situación actual respecto de las concep-
ciones que estigmatizan a la Geografía escolar en los tiempos que corren, principalmente
en nuestro país, haciendo hincapié en algunos autores de referencia.
Este es el terrible secreto que el concepto de transposición didáctica pone en peligro. No basta sólo
con que se profundice una brecha: es preciso que esa brecha necesaria sea negada y excluida de las
conciencias como problema, si subsiste tal vez como hecho contingente. (…) El saber enseñado debe
aparecer conforme al saber a enseñar. O mejor, la cuestión de su adecuación, no debe ser formula-
da. Ficción de identidad o de conformidad aceptable. (p. 17)
Esta ficción de conformidad aparece y se mantiene puesto que el saber a ser divulgado,
conjuntamente con el que se genera en las altas esferas científicas, como elementos de
referencia y argumentos legítimos de conocimiento, pasa a ser olvidados durante los pro-
cedimientos de la transposición didáctica. El saber enseñado, por lo tanto, es reconocido
como producto de origen desconocido, atemporal, sin lugar de procedencia y sin autor
reconocible, ya que el docente se considera un mero transmisor, que solo consigue trans-
mitir bajo la condición de la no producción (Chevallard, 2013).
Esta característica expresada en el párrafo anterior se contrapone, en parte, con lo que
sostiene Benejam (1999) respecto de la función docente y, principalmente, la finalidad de
la educación como actividad social y socializadora, la cual es fruto de esa comunicación
y ejerce la función de desarrollar las capacidades personales y su incorporación cultural.
Queda expuesto, entonces, que tanto la función del docente como la del estudiante, no
son consideradas para nada pasiva, tal como se puede deslizar de los fundamentos teóri-
cos en los que se basa la denominada transposición didáctica. Benejam (1999) plantea un
proceso, que si se quiere, puede ser entendido en sentido inverso a la dirección promovida
desde el modelo transpositivo, lo que queda evidenciado en el afán por acercar la lógica del
alumno a la de la ciencia.
La misma autora deja en claro la importancia que se le otorga a la interpretación en el
proceso de enseñanza-aprendizaje, donde el juego dialéctico ocupa un lugar destacado, ya
que los saberes que son enseñados entran en una etapa de formulación y reformulación
en base a las intervenciones, no solamente del docente, sino también de los estudiantes,
quienes a través de sus conocimientos previos, sus predilecciones y potencialidades inte-
ractúan en un sistema que no es para nada unidireccional, el cual aplicado a los conoci-
mientos sociales implica “(…) desarrollar la capacidad de procesar información de manera
más comprensiva, la capacidad de justificar una interpretación o valorar una intenciona-
lidad, y la capacidad de contrastar la propia justificación con las interpretaciones de los
demás” (Benejam, 1999, p. 223).
En relación a los conocimientos involucrados en el proceso de enseñanza, Chevallard
(2013) hace alusión a diferentes tipos de saberes, de acuerdo a las distancias que separan
unos de otros. Es así que por un lado se reconoce la separación entre los saberes enseñados
y los considerados como saberes sabios, los que deben guardar, a pesar de esa distancia,
una relación cercana para dar legitimidad respecto a su enseñanza.
También remarca la existencia de un alejamiento entre lo que es enseñado por la escuela
y los conocimientos que pudieran poseer quienes conforman el estrato social más elevado
fuera del sistema educativo, es decir, aquellos grupos compuestos por padres o por quienes
estén cercanos a dicho sistema. Este tipo de saber es lo que Chevallard (2013) denomina
“saber banalizado” (p. 30), esto es, vulgarizado por los grupos sociales.
Al respecto Tobío (2016), refiriéndose al caso de la Geografía escolar en nuestro país,
advierte esta situación donde la necesidad de “hacer explícitos los problemas de una con-
cepción educativa basada en una férrea lógica comunicacional mercadotécnica” (p. 412)
conlleva a banalización de los contenidos.
La Geografía como disciplina escolar 825
(…) los propósitos y las finalidades de la enseñanza escolar de las ciencias sociales y de sus discipli-
nas no son las mismas que las de las ciencias referentes. Hay que conocer las finalidades de éstas
para tomar decisiones en relación al saber que más y mejor conviene seleccionar para los propósitos
que hemos de plantear desde la escuela. (Pagès y Santisteban, 2014, p. 20-21)
Chervel (1991), si bien reconoce el vínculo existente entre los saberes escolares y aquéllos
que se originan en los ámbitos científicos, deshecha de plano la posibilidad de realizar una
transmutación de los conocimientos enseñados desde dicha esfera erudita, puesto que con-
sidera a la escuela como un lugar donde se dan reconocimientos a las demandas sociales, lo
que determina la conversión y generación de saberes específicos de enseñanza-aprendizaje,
es decir, de una cultura escolar que se encuentra diagramada en disciplinas escolares.
Cuesta (1993) hace referencia a que ese esquema disciplinar toma en cuenta que los es-
pacios curriculares enseñados en las escuelas tienen su propia lógica de elaboración y sus
propios marcos normativos de modificación. La producción de conocimientos que surge
desde la escuela tiene como meta brindar a los estudiantes lo que se denomina “cultura
escolar” (Chervel, 1991, p. 99), ya que de ella se sirve para poder satisfacer las demandas
que la sociedad le reclama, es decir, la transmisión de una forma particular de ver y operar
en el mundo en el que está inserta (Chervel, 1998).
Por su parte, Coicaud (2003)advierte que considerar a las disciplinas como el resultado
de la selección y organización de contenidos para su enseñanza, necesita su contemplación
como “productos que deben analizarse desde su construcción socio-histórica, dado que son
obras del ‘mercado cultural’ que pueden ser puestas en tela de juicio, constituyendo además
sólo una de las posibles formas que puede adoptar el curriculum de estudios” (p. 54).
La denominada cultura escolar permite entender a las escuelas como ámbitos relati-
vamente autorregulados y no como lugares de recepción pasiva de los lineamientos pro-
puestos en las reformas educativas o consecuencia de los aportes culturales de la sociedad
(Hollman, 2006). Santomé (1994) sostiene que todo “lo que las alumnas y los alumnos
aprenden mediante un modelo de enseñanza y aprendizaje específico está determinado
por variables sociales, políticas y culturales que interaccionan en un determinado espacio
geográfico y en un particular momento histórico” (p. 32).
Gonçalves (2011) se refiere al estudio de las disciplinas escolares, como una vía para el
análisis de la cultura escolar, ya que expone las connotaciones, pormenores, inconvenien-
tes, creaciones y temas del área concerniente a la geografía, generándose un ambiente áu-
lico de interlocución y con prácticas diferentes. Por ello mismo se remarca la importancia
de pensar en una epistemología de la geografía escolar, como una tarea de reconstrucción
puertas para adentro.
La importancia de conceder a la Geografía escolar una entidad propia, es destacado
también por Rodríguez Lestegás (2007), quien estima que:
La didáctica de la geografía tiene que abordar el proceso de elaboración y transmisión de un con-
junto de competencias que determinan la educación geográfica de los niños y jóvenes escolariza-
dos, el problema de la geografía escolar ya no es su conformidad con el saber científico de referen-
cia, sino su grado de eficacia con respecto a la formación que se pretende, por lo que el concepto
de disciplina escolar resulta fundamental para construir el conocimiento didáctico. (Rodríguez
Lestegás, 2007, p. 533)
El funcionamiento de los conocimientos escolares requiere de su abordaje de manera
autónoma y concreta. Los conceptos de cultura escolar y de disciplina geográfica son fun-
damentales para comprender lo que sucede en el proceso de enseñanza de la Geografía;
constituyen basamentos de un modelo concreto, totalitario y eficiente, que permite la con-
La Geografía como disciplina escolar 827
Otro de los rasgos que identifican a la Geografía escolar está representado por los
métodos de enseñanzas, los cuales, siguiendo a Rodríguez Lestegás (2007), constituyen
estrategias similares, en las que se emplean recursos didácticos que pueden ser consi-
derados como de difusión y uso común en el ámbito escolar. Por su parte Villa (2009)
remarca la trascendencia de los textos escolares, los que presentan una cantidad exor-
bitante de información, y donde predominan la localización de lugares y topónimos en
materiales cartográficos.
El uso del mapa en las clases de Geografía pasa a ser otro elemento que representa la
metodología empleada. Tal como lo expresa Audigier (1992) “no hay curso de geografía
digno de este nombre que no presente un mapa a los alumnos” (p. 22). Sin embargo, Lois
(2017) plantea que en la actualidad determinadas prácticas han ido modificándose, como
por ejemplo la producción de material cartográfico, como así también la creciente inca-
pacidad en el análisis de ese tipo de imágenes, las cuales han ido siendo reemplazadas
por el ejercicio que incentiva el reconocimiento de formas en el territorio y la localización
espacial de las mismas.
Como tercera fisonomía característica de la Geografía escolar, resaltan los procedi-
mientos de evaluación, calificado como común. Villa (2009) advierte que si bien se han
incorporados nuevos criterios a la hora de evaluar, esto es, seguimiento de los estudiantes
mediante el cumplimiento de entrega de actividades, trabajos, participación áulica, entre
otros, todos ellos tendientes a considerar la evaluación como un proceso y no como un
mero resultado, éstos no han logrado conseguir su cometido.
Como cuarta característica se distingue lo que Audigier (1992) denomina “sistemas de
motivaciones” (p. 21), cuya función principal es la de captar la adhesión de los estudiantes
a los proyectos de enseñanza presentados por los maestros. En esta disciplina, los conte-
nidos con alta carga de actualidad, así como la problematización de los mismos pueden
jugar un rol más que importante para atraer la atención de la clase, puesto que lo que es
vivenciado o se considera próximo, puede captar el interés, siendo esto más difícil con
temáticas que se presentan lejanas o desconocidas para los estudiantes (Audigier, 1992).
Es importante remarcar lo considerado por Villa (2009) respecto a la característica alu-
dida anteriormente. La misma sostiene que:
En cuanto a motivación, muchos educadores piensan que los contenidos de Sociales pueden ser
motivadores por sí mismos. Diferentes investigaciones muestran que no es así, los niños y jóvenes
no tienden puentes por sí mismos entre sus intereses y los aportes que la enseñanza realiza a los
mismos. (p. 130)
Las últimas transformaciones (Ley de Educación Nacional de 2006 y Ley Provincial de
2008) plantean cambios paradigmáticos desde el punto de vista del abordaje de la Geo-
grafía escolar, lo cual queda evidenciado en los contenidos curriculares seleccionados y
en las estrategias propuestas para su abordaje. Esta reforma privilegia la adopción de una
postura crítica y el ejercicio de una práctica que estimula el aprendizaje atendiendo a la
complejidad de los hechos y la problematización de la realidad.
taun ámbito epistémico autónomo, puesto que el conocimiento es generado para, por y en
el ambiente escolar y en el de la disciplina geográfica, ya que es “indisociable de otros espa-
cios de formación, siendo un lugar de convergencia tensa y creativa de visiones producidas
por las más diversas instancias culturales” (Gonçalves, 2011, p. 6).
Tal como sostiene Audigier (1992), la geografía que se enseña en la escuela no constituye
solamente una simplificación o adaptación de lo que se podría considerar una verdadera
geografía, sino que es la resultante de una geografía de referencia, de carácter científica,
por un lado, y de los diferentes usos sociales, por el otro.
En la medida que las historias de la geografía escolar, las tramas de producción de cono-
cimientos y los estudios de la cotidianeidad escolar realicen aportes fundamentales para
la comprensión de los procesos sociales, es menester que la misma se constituya en un
campo de investigación específico y ocupe un lugar central en las investigaciones, ya sea
para los propios docentes que forman parte de ella, como para los académicos o especia-
listas en políticas educativas (Gonçalves, 2011).
Las prácticas áulicas demuestran que su abordaje como campo de investigación encie-
rra un alto grado de complejidad, cargado de cuestionamientos que son loables de indagar
para dilucidar la trama en las que se desenvuelve la educación geográfica y en las que per-
manecen interrogantes tales como: ¿qué contenidos son privilegiados en la enseñanza de
la Geografía y por qué?, ¿cuál es el criterio utilizado para su selección?, ¿qué estrategias de
enseñanza y aprendizaje son puesta en práctica para abordar dichos contenidos?, ¿cuáles
son los criterios e instrumentos que se delinean en pos de la consecución de los objetivos
trazados?, ¿qué gado de relación existen entre el enfoque adoptado por el docente respecto
a la metodología empleada en el proceso de enseñanza-aprendizaje? y ¿cuáles son los crite-
rios e instrumentos de evaluación y acreditación de aprendizajes utilizados respecto a los
modelos de evaluación?
Referencias
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830 Ricardo Luis Cáceres y Sandra Gómez
Aspectos introductorios
El espacio pampeano argentino posee una gran diversidad interna, generada por las
relaciones entre procesos geomorfológicos, climáticos, edáficos, biogeográficos y las di-
námicas sociales, a través del tiempo. Estas diferencias geográficas generadas a escalas
locales y regionales, resultan, como expone Comerci (2014) de legados histórico-espaciales
y de una perpetuación reconfigurada de los procesos ambientales, político-ideológicos y
económicos que se desarrollan en el presente e influyen en la modificación o no de los
espacios. En la provincia de La Pampa, constituida como espacio de borde del espacio
pampeano, la diversidad y los contrastes se hacen más evidentes debido, precisamente, a su
ubicación en la zona de transición entre los dominios subhúmedos, semiáridos y áridos.
Estos contrastes permiten la ocurrencia de eventos catastróficos como inundaciones en el
este y noreste o grandes focos de incendios en el centro, sur y oeste de la provincia provo-
cando severas consecuencias que alteran las geografías de las zonas afectadas.
Específicamente, los incendios rurales han sido producto de múltiples causas, por
ello es importante analizarlos desde diversas dimensiones (político-ideológica, económi-
co-productivas y socioculturales) para comprender un sistema complejo y multifacético.
La recurrencia de los focos ígneos se produce, generalmente, durante los meses de verano
(diciembre a marzo) en zonas de mayor labilidad ambiental, afectando grandes superficies
y causando severos efectos sobre el ambiente y las poblaciones.
Según Néstor Stritzler y María Elena Fuentes (2017) las precipitaciones de la primavera
pasada y las temperaturas moderadas fueron responsables de grandes acumulaciones de
material combustible fino en los pastizales, sumado a la merma del stock ganadero que
limitó el consumo y transformó estas áreas en sistemas con muy alta posibilidad de in-
cendios. Paralelamente, la falta de mantenimiento de picadas contrafuego y de banquinas
agravó la situación provocando impactos territoriales de relevancia.
En el presente trabajo se pretende analizar los incendios en la provincia de La Pampa
desde una perspectiva geográfica, indagando los eventos ocurridos en los períodos 2016-
2017 y 2017-2018, así como sus causas y consecuencias (cantidad de hectáreas quemadas,
pérdidas humanas y económicas, responsabilidades e intencionalidades). A su vez, procu-
ra recuperar las voces de los sujetos (el Estado, la población civil, brigadistas, bomberos,
medios de comunicación, investigadores, productores, entre otros) que, directa o indirec-
tamente, intervienen en los eventos.
Finalmente, la investigación intenta ser insumo para la elaboración de una propuesta
didáctica para la enseñanza y el aprendizaje de la problemática en el nivel secundario.
Desde el punto de vista metodológico, al tratarse de una investigación en proceso inicial,
se rescata la bibliografía específica sobre el tema –escasa desde una perspectiva geográfi-
834 María Carolina Diharce, Micaela Anahí Herlein y Beatriz Dillon
ca-, los informes técnicos emanados del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
(INTA), testimonios y publicaciones periodísticas, los que se ponen en diálogo con la teo-
ría geográfica para comprender los procesos desde una perspectiva muldimensional.
1 En términos generales, en estas zonas, las temperaturas máximas en verano alcanzan los 42°C y en invierno los
-10°C. Los suelos disminuyen el contenido de materia orgánica de NE a SO y la vegetación se vuelve xerófila y halófita
(INTA, UNLPam, 1980)
2 En ambientes como los de La Pampa la frecuencia de la intencionalidad de los incendios varía en función de la
existencia de importantes masas de vegetación en concurrencia con periodos más o menos prolongados de sequía. En
ambientes semiáridos las plantas deshidratadas se van secando y provocan la emisión de etileno, un compuesto quí-
mico presente en la vegetación y altamente combustible. Tiene lugar entonces un doble fenómeno: tanto las plantas
Incendios en La Pampa: un análisis del impacto territorial (2016-2018). Cómo enseñar... 835
alcance espacial e intensidad, han sufrido modificaciones a partir de los cambios socioe-
conómicos que se dieron en la región a fines del siglo XIX (Lerner, 2004). La sustitución de
forrajeras bajas por pajas, con el consecuente aumento de combustible fino y senescente,
sumado a la arbustización por tala indiscriminada del bosque, ocasionó un aumento en la
recurrencia de los fuegos los que modificaron su estacionalidad y afectaron severamente
la vegetación natural y los ejemplares prístinos de caldén (prosopiscaldenia).
Figura 1. Espacios geográficos de la provincia de La Pampa Figuras 2 y 3. Caldenes y pastizales quemados en La Pampa
como el aire que las rodea se vuelven fácilmente inflamables, con lo que el riesgo de incendio se multiplica. Y si a estas
condiciones se suma la existencia de períodos de altas temperaturas y vientos fuertes o moderados, la posibilidad de
que una simple chispa provoque un incendio se vuelven significativa (Dillon, 2017).
836 María Carolina Diharce, Micaela Anahí Herlein y Beatriz Dillon
En general, las superficies afectadas por el fuego en La Pampa son muy importantes,
registrándose un promedio de 300.000 hectáreas por año en los últimos cinco años3. El
daño causado por los incendios se refleja en las estadísticas oficiales que indican que entre
1976 y 2001 se quemaron, en La Pampa, 11.289.363 hectáreas, 6.476.653 metros de alam-
brados y provocaron la muerte de más de 40.000 cabezas de ganado (Lell, 2004). El men-
cionado autor consigna que, según datos de la Dirección de Bosques de la provincia de La
Pampa, el 40% de los bosques remanentes de caldén están afectados por incendios.
Algunas investigaciones (Dillon, 2017) dan cuenta que las causas inmediatas que origi-
nan son humanas4. Entre las más preocupantes se encuentran las irresponsabilidades pri-
vadas y públicas como la falta de mantenimiento y control de las picadas contra incendio5
y el mal estado de desmalezamiento de banquinas en rutas y caminos vecinales, la falta
de planificación en el control y manejo del fuego, entre otras. Por su parte, los incendios
provocados por tormentas eléctricas (caídas de rayos) son proporcionales, como se ha ex-
presado, al grado de combustión que presenta la masa vegetal6.
luta (pe. el espacio pampeano a través de sus límites), dentro de lo cual se implementan
una serie de normas, historia, cultura, economía y población que lo diferencian de otros
espacios; la segunda, es el espacio relativo, el del movimiento, el cambio, la distancia,
asociado a un tiempo determinado, es decir, se conforma como hecho geohistórico. A
partir de estas dimensiones se podrían plantear algunas preguntas relacionadas con el
tema de los incendios: ¿Cómo se comportan los incendios en la provincia de La Pampa?
¿Cuáles son las causas y consecuencias en cuanto a la destrucción del patrimonio fo-
restal autóctono, de la infraestructura, de la pérdida de vidas humanas, de las pérdidas
económicas y de infraestructura pública y privada? ¿Podrán recuperarse los espacios
afectados? ¿Podrían prevenirse? Es decir, devienen de esta acepción de espacio algunas
particularidades de las zonas incendiadas ya que se trata de espacios individualizados.
Finalmente, Harvey (2012), completa y complejiza las definiciones anteriores con la di-
mensión relacional; es decir, un espacio-tiempo definido por la realidad concreta, espe-
cífica, en la cual juegan un rol esencial las decisiones y las intencionalidades de los su-
jetos. Desde este punto de vista, surgen algunos interrogantes: ¿Qué espacio relacional
domina los incendios en La Pampa? ¿Qué acciones sociales anteriores y posteriores a los
eventos resultaron decisivas para evitarlos? ¿Qué rol juegan los medios de comunicación
y las redes sociales como configuradores de espacio-tiempo diferentes? y las más im-
portante, ¿qué posibilidades tenemos como ciudadanos de comprometernos seriamente
para cambiar la situación? ¿Qué está en nuestras manos para modificar el curso de las
acciones que en principio parecen naturalizadas?
Ante lo expuesto, el interrogante que surge para abordar la problemática de los incen-
dios en la provincia de La Pampa es: ¿cómo lograr el estudio de una geografía responsable,
comprometida y ciudadana aplicada al estudio de estos eventos?7.
Los informes oficiales como los medios de comunicación reproducen discursos que
abonan la teoría según la cual los incendios en La Pampa son ocasionados por fenómenos
naturales (tormentas eléctricas), más que por la acción humana, y sin embargo, décadas
de estudios indican que los incendios se deben, en su mayoría, a prácticas que realiza la
sociedad (Lell, 1990) y a la falta de previsión y prevención, lo que genera una elevada incer-
tidumbre en la población afectada y en la ciudadanía en general.
De acuerdo con Beck (1992) y Giddens (1993), entre otros teóricos sociales, la noción
de riesgo se relaciona con la probabilidad de resultados imprevistos o de consecuencias
perjudiciales no buscadas, que se derivan de decisiones, omisiones o acciones de los acto-
res sociales. Esta idea sustituye a aquellas asociadas con situaciones imprevistas surgidas
como resultado de un acto divino, fortuna o fatalidad (Giddens, 1993).
El conocimiento sobre la cobertura vegetal, las temperaturas, precipitaciones, tormen-
tas, la presencia y estado de las picadas en las zonas potencialmente incendiables son im-
portantes para poder alcanzar una correcta planificación y ordenamiento del territorio.
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria INTA utiliza imágenes satelitales inte-
gradas a Sistemas de Información Geográfica con las cuales se calcula y anticipa las zonas
7 Una de las herramientas indispensables para el análisis de las problemáticas ambientales es la teoría social del ries-
go, ya que permite estudiar de manera integral teniendo en cuanta no solo el evento, sino también otras dimensiones
como la vulnerabilidad (condiciones socioeconómicas previas al evento, y la capacidad institucional de la población
para prepararse, prevenir y recuperarse), peligrosidad (el potencial peligroso inherente a cualquier fenómeno natural
o antrópico), exposición (la distribución de la población y bienes materiales potencialmente afectables), e incertidum-
bre (limitaciones de cualquier índole en cuanto al conocimiento del evento que impidan el manejo de las múltiples
variables que intervienen en el problema) (Barrenechea, Gentile, González, y Natenzon, 2000).
838 María Carolina Diharce, Micaela Anahí Herlein y Beatriz Dillon
en riesgo de incendio8.
En los dos períodos analizados, los incendios se produjeron en los departamentos Caleu
Caleu, Chicalcó, Utracán, Chalileo, Curacó, Guatraché, Hucal cubriendo extensas superfi-
cies. Según los informes emitidos por el INTA (Vázquez, 2018), desde el 24/11/2017 hasta
el 30/01/2018 se identificaron 7.725 focos de calor mediante sensores, que afectaron un
total de 608.263 ha9. Uno de los focos afecto 18.000 ha del Parque Nacional Lihué Calel,
el mismo se inició por una chispa mientras un productor trabajaba en la construcción de
una picada contra incendios (Figuras 4 y 5).
Figura 4. Imagen de las columnas de humo durante Figura 5. Incendios en el Parque Nacional
los incendios del mes de enero de 2018 en La Pampa Lihué Calel, 2018
8 “Parte de la información se genera con los satélites MODIS AQUA – TERRA (1 km 2 de resolución). Mediante la
combinación de la información de diferentes bandas permiten detectar focos de calor o de altas temperaturas que
implican una posibilidad de incendio y obtener la posición geográfica, la intensidad, la hora de detección, el país, la
provincia, la división departamental, si pertenece a un área natural protegida y la cobertura vegetal. Esta información
se genera de forma automática y es posible enviar un mensaje de texto alertando de estos focos de calor, por ejemplo a
Defensa Civil, para que realice su inspección” (Fuentes y Bellini Saibene, 2017, p. 1-2).
9 Los incendios más grandes ocurrieron en el Noreste del departamento Lihuel Calel y al Noroeste del departamento
Hucal, entre el 27 y 28 de diciembre de 2017, que arrasó con 98.000 hectáreas y cobró dos víctimas fatales en las inme-
diaciones de la localidad de Bernasconi (Vázquez, 2018).
Incendios en La Pampa: un análisis del impacto territorial (2016-2018). Cómo enseñar... 839
mirada interdisciplinaria.
En este sentido, se pretende llevar al aula el análisis y estudio de los diferentes procesos
que están presentes en la sociedad (económicos, políticos, sociales, culturales, ambienta-
les), es decir, una diversidad y pluralidad de contenidos actuales teniendo en cuenta la his-
toricidad de los procesos a partir de múltiples metodologías aplicadas para comprender
su materialización.
Para Viviana Zenobi (2006), esta realidad compleja y cambiante hace necesario buscar
otras perspectivas disciplinares y estrategias de enseñanza que permitan a los estudiantes
comprender, contextualizar y explicar los nuevos fenómenos. La Geografía puede ser un
instrumento valioso para estimular el pensamiento crítico porque trata temáticas intrín-
secamente polémicas y porque puede propiciar situaciones de aprendizaje que quiebren
la tendencia a considerar la geografía escolar como algo tedioso, poco útil y desligado de
lo cotidiano.Para llevar a cabo esta renovación de la geografía escolar, la autora propone
diversas estrategias: el acercamiento a producciones académicas actualizadas; la necesi-
dad de “problematizar la realidad, hacer evidentes los conflictos, develar las contradicciones, las
diversas lógicas e intereses que se ponen en juego” (Zenobi, 2009, p. 98). Estas propuestas,
son viables de realizar si el/la profesor/a adopta una postura crítica, comprometida y logra
generar el interés en los alumnos y las alumnas.
Por su parte, Brisa Varela (1999, p. 106) sostiene que trabajar a partir de problemas es
una estrategia didáctica de gran significatividad para el sujeto que aprende, oponiéndose
a los métodos memorísticos-descriptivos, implementado al mismo tiempo el interjuego
de escalas. “Trabajar desde problemas permite encontrar sentido a la organización de los
contenidos”. Se acuerda con Fernández Caso (2007) que:
Introducir en la agenda escolar temas controvertidos o dilemáticos, sistema de creencias y valores,
es también contribuir decididamente en la formación de ciudadanos capaces de intervenir y parti-
cipar en la resolución de los problemas de la sociedad en que viven. (p. 34-35)
En el mismo sentido, Raquel Gurevich (1998) entiende que
Los contenidos no son independientes de la forma en que son presentados: importa en el contexto
de trabajo, el tipo de preguntas, los ejercicios que se plantean, la invitación al trabajo colectivo (…).
Contenidos y formas están recíprocamente vinculados, configurándose a la vez. (p.180)
Seguidamente se presentará un esbozo de una propuesta educativa para estudiar las
geografías de los incendios en La Pampa, a partir de conceptos clave (recursos natura-
les, actores sociales, intencionalidad, peligrosidad, vulnerabilidad, riesgos, entre otros)
que permitan analizar la (re)construcción del espacio a partir de un tema significativo. A
su vez, la problematización en el aula permitirá reflexionar, analizar y argumentar para
poder adquirir capacidades, haciendo más rico el aprendizaje y la enseñanza.
Los propósitos y actividades que a continuación se presentan constituyen solo una
aproximación a una forma de abordaje posible. Las actividades, los textos y el material di-
dáctico pueden ampliarse o ser reemplazados por otros según los propósitos establecidos
para la clase.
Figura 6. Identificación de áreas quemadas en la provincia Figura 7. Identificación de áreas quemadas en la provincia
de La Pampa entre el 27/11/ 2017 y el 30/01/2018 de La Pampa entre el 02/01/2017 – 06/01/2017
zan someramente algunas actividades, la que serán evaluadas una vez puestas en práctica.
11 En la imagen del período 2016-2017, las zonas incendiadas se indican con rojo, mientras que para el período 2017-
2018 con gris (en este mapa se señalan con rojo los sectores con alto riesgo a incendios).
Incendios en La Pampa: un análisis del impacto territorial (2016-2018). Cómo enseñar... 841
A modo de cierre
La investigación de las consecuencias geográficas de los incendios es una tarea compleja
puesto que involucra una serie de procesos que implican cuestiones naturales, culturales,
políticas, ambientales, sociales, económicas, entre otras. Se conjugan una serie de intereses
cargados de intencionalidades ideológicas que superan el hecho mismo del evento catastró-
fico convirtiéndolo en problemático más allá del hecho mismo. Los incendios en La Pampa
se han considerado desde “una profecía apocalíptica” (Ministrode Ambiente y Desarrollo
Sustentable, Rabino Sergio Bergman, en Perfil.com5/01/2017) a eventos “difíciles de contro-
lar y de prevenir” (Secretario de Ecología de La Pampa, en La Arena 6/01/2017). El hecho es
que más allá de las pérdidas económicas existe una multiplicidad de variables a analizar
842 María Carolina Diharce, Micaela Anahí Herlein y Beatriz Dillon
para comprender los cambios en el espacio geográfico y en las relaciones entre los sujetos
que lo componen. Por ese motivo, este es solo un avance inicial de una investigación que
necesitará de mayor profundización si se quiere lograr un abordaje crítico y comprometido.
De allí que, cualquier propuesta para trabajar con los estudiantes de los colegios se-
cundarios pone a los y las docentes ante el desafío de construir espacios para la duda,
cimentar el aprendizaje a partir de enseñar a pensar sobre el contexto de la emisión de los
discursos, así como reflexionar sobre quiénes son los realmente afectados ante cualquier
catástrofe que se produzca en los territorios. En definitiva, aprendizajes y enseñanzas sig-
nificativas suponen una trayectoria común donde estudiantes y docentes sean partícipes
y gestores de la construcción de su condición de ciudadanos activos, a la vez que responsa-
bles, críticos y propositivos ante eventos catastróficos, cualquiera de ellos sea.
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¿De qué manera se construyen las bases de la crítica en la
práctica docente de Geografía? Un análisis sobre las narrativas
de observación de residentes en la ciudad de Mar del Plata
Diego Joaquín García Ríos
Introducción
Este trabajo se enmarca en la estructura de dos materias que forman parte de la prác-
tica docente de dos profesorados de Geografía de la ciudad de Mar del Plata: Espacio de
la Práctica Docente III del Instituto Superior de Formación Docente N° 19 (en adelante,
ISFD N° 19) y Didáctica Especial y Práctica Docente de la Universidad Nacional de Mar
del Plata (UNMDP). Ambas asignaturas son dictadas en el tercer y cuarto año de la carrera
y revisten una importancia trascendental en el recorrido académico de los profesores en
formación que allí estudian.
Si bien las trayectorias de los estudiantes son diferentes debido a la estructura formal
de cada carrera, ambas materias constituyen un mismo momento de inflexión puesto
que es allí donde se llevan a cabo los primeros pasos en la práctica concreta frente a estu-
diantes de escuelas secundarias. Durante el dictado teórico-práctico de cursada, se hace
hincapié en la necesidad de tener una lectura profunda del Diseño Curricular (DC) con
el que se practicará y en la importancia de romper con ciertos esquemas profesorales que,
sin darnos cuenta, muchas veces replicamos en el aula. En este sentido, se realiza un tra-
bajo minucioso sobre qué Geografía queremos enseñar y para qué, se discute acerca de la
importancia de planificar de manera autónoma y genuina, se piensan estrategias didác-
ticas innovadoras y se reflexiona sobre la evaluación como una instancia formativa, pero
por sobre todas las cosas, se busca propiciar el entendimiento de mantener la coherencia
epistemológica entre la elección de una Geografía crítica y la pedagogía crítica. Si no se
construye en función de este binomio relacional, difícilmente podamos acercarnos a ese
propósito que está muy presente en los DC y en las fundamentaciones de los estudiantes:
la idea de formar ciudadanos críticos.
En este sentido, mediante un análisis de las narrativas de observación realizadas por el
profesor de práctica, intentaremos dilucidar y analizar aquellos pasajes de clase en donde
existió una incipiente construcción de pensamiento crítico en los estudiantes promovi-
da por el practicante, mediante diferentes estrategias señaladas por autores que trabajan
sobre la temática. Luego, nos preguntaremos por qué razones esta construcción anhelada
solo se reduce a momentos de clase y no se corresponde con una concepción más sostenida
y generalizada de la práctica.
tión pública provincial, dos escuelas de gestión privada y una escuela de gestión pública
municipal. También es diferente la composición de las cátedras: en el caso de la práctica
del ISFD N° 19, el profesor a cargo es uno solo, mientras que la situación de la práctica
en la UNMDP es diferente, puesto que existe conformación de cátedra (una profesora
adjunta, una ayudante graduada y dos adscriptos: un graduado y una estudiante). No
obstante, la realidad de una cátedra de práctica docente y su propio engranaje de funcio-
namiento son más complejos y van más allá de quién sea responsable de la materia. Para
ello, tomamos la descripción de Leduc (2016):
(…) el docente formador es el mediador pedagógico que interviene en la articulación teoría práctica
cuya experiencia en el análisis de prácticas y diversas situaciones orienta y acompaña a los residen-
tes en la lectura e interpretaciones de las diferentes fases.; el docente co-formador posee saberes
prácticos y experiencia que le permiten un rol tutorial que guía desde el campo de acción y explicita
lo observado, otorgándole racionalidad a las prácticas; el residente en proceso de formación entien-
de las prácticas de sus pares y las propias desde la experiencia vivida, los conocimientos teóricos y
las herramientas propuestas; por lo tanto hay dificultad para el análisis de su propia práctica. De
allí la necesidad del trabajo colaborativo. (p. 251)
Esta trama de actores enriquece el proceso de residencia de un practicante, puesto que
aporta un sinnúmero de complejidades en la observación que hacen que las trayectorias
de la práctica gocen de un mayor estudio y que, por ende, sean más significativas. En
palabras de Barbier (2000), cuando el análisis de las prácticas supera la descripción, se
acrecientan los niveles de inteligibilidad para los residentes acerca de sus propias prácticas
y las condiciones de una actividad inédita.
Dentro del proceso de residencia se condensan una serie de elementos: desde el más
racional que tiene que ver con los rasgos de la planificación, el estudio de contenidos y
su manera creativa de trabajarlos en el aula; hasta el más emocional, donde entran en
juego los diferentes componentes biográficos del pasado y las relaciones que sostiene el
practicante con el grupo de trabajo. Este interjuego de variables genera que el residente se
conforme en una suerte de artesano (Alliaud, 2017) que debe apelar a la permanente crea-
tividad para lograr significatividad en sus clases.
La creatividad es un producto del pensamiento crítico que hace a las personas más flexibles. Sabe-
mos que pensar ofrece dos partes que coexisten: lo lógico y lo creativo. No podemos dejar de lado
lo emocional, incluido muchas veces en el acto de razonar, debido a que ambos se complementan.
La creatividad proporciona fluidez, flexibilidad, originalidad, sensibilidad ante los problemas y
la capacidad de reelaborar. (Martín Sánchez, Martínez Fabián, Águila Moreno, y Cáceres Muñoz,
2017, p. 23)
Así, la práctica docente se comporta como un palimpsesto de complejidades donde se
puede decir que la vida del practicante, al menos durante esas semanas, pasa en gran parte
por su período de residencia. Y no es un elemento menor: esta instancia es vislumbrada,
acaso, como el momento bisagra en donde los estudiantes de un profesorado se dan cuen-
ta si es lo que quieren realmente para su futuro laboral y personal.
Por ello, el profesor de la práctica docente debe ser muy consciente a la hora de selec-
cionar las escuelas en las que los estudiantes desarrollarán su residencia, pues los cur-
sos seleccionados deben cumplimentar el equilibrio exacto entre no hallar situaciones
ideales donde los estudiantes se muestran proactivos a todas las propuestas y donde los
practicantes se encuentran casi tan cómodos como en su institución formadora de nivel
superior; y, por otro lado, intentar no seleccionar situaciones de curso traumáticas donde
el clima institucional y áulico se torna muy difícil para el desarrollo de una clase. Estas
¿De qué manera se construyen las bases de la crítica en la práctica docente de Geografía?... 847
De biografías y prácticas
En ambas cátedras (ISFD y UNMDP) se les propone a los estudiantes, antes de su resi-
dencia, una mirada introspectiva hacia el propio pasado a partir de sus biografías escola-
res. Una vez analizadas las diferentes experiencias que han tenido como alumnos a la hora
de relacionarse con la Geografía, en la mayoría de los casos se vislumbra que han tenido
una formación muy tradicional, no solo desde lo disciplinar sino desde lo pedagógico.
En aquellos tiempos, predominaba la Geografía descriptiva (básicamente física) donde el
profesor entendía al espacio geográfico como un estático recipiente natural que contenía a
las actividades humanas. Para ello, se apelaba a la enumeración de elementos de un paisaje
y se llevaban adelante prácticas evaluativas centradas en actividades simples y memorís-
ticas. Es interesante mencionar que todos los estudiantes, en sus entrevistas biográficas,
señalaron a estas prácticas como aquello que no quieren ser, como prácticas que no quie-
ren replicar. En contraste con su biografía, discursivamente, todos aspiran a ser profesores
848 Diego Joaquín García Ríos
En este trabajo didáctico, la profesora indujo el interés porque trabajó desde el asombro
y les propuso a sus alumnos el desafío de pensar en cada actividad práctica que tuvieron
frente a sus ojos. Ella acompañó de manera personalizada y ayudó a los estudiantes a que
‘se realicen’ preguntas reflexivas sobre lo que estaban aprendiendo en ese momento. Las
preguntas socráticas (Davini, 2015) constituyen la base sobre la que se construye pensa-
miento crítico en un sujeto. Este enfoque hermenéutico propicia un acercamiento hacia la
crítica en el sentido que las respuestas se dan en forma de nuevas preguntas y/o sugeren-
cias, lo cual obtura toda posibilidad de que la profesora dé instrucciones, correcciones o
respuestas ‘hechas’.
Los individuos pueden tener la habilidad para hacer algo, (…) pero no estar dispuestos a hacerlo. Se
puede decir entonces que los buenos pensadores críticos tienen habilidades de pensamiento crítico
y disposiciones de pensamiento crítico. La tarea fundamental del docente consiste en identificar
las habilidades del estudiante, fomentar una actitud positiva en ellos para adquirir la disposición
de aprender de forma significativa. (p. 28)
Sabemos que esta construcción no es tarea simple para un profesor puesto que, traba-
jando con adolescentes y jóvenes es todo un desafío. Empero, el docente puede propiciar
una serie de estrategias de trabajo que estén vinculadas con el desarrollo de dicha actitud,
la auto motivación y el desarrollo de la meta cognición. De no existir estas características
de acercamiento al sujeto que aprende, difícilmente pueda construirse un lazo de aprendi-
zaje y, mucho menos, el desarrollo de un pensamiento crítico.
El logro de esta construcción puede conseguirse de diferentes maneras. La idea será ex-
poner cada una de ellas a partir de situaciones de la práctica de los residentes observados.
Según Cáceres Serrano y Conejeros Solar (2011), el pensamiento crítico tiene relación con
criterios metodológicos y conceptuales. Esto lo podemos identificar en el registro de cáte-
drade una clase del practicante P.
Es interesante la metodología de trabajo propuesta por el practicante, quien expone las estadísticas a trabajar de
una manera relacional con respecto a la conceptualización anterior, en un diálogo permanente con los alumnos,
atendiendo a sus pautas de trabajo planteadas inicialmente. Muy buena la aclaración sobre la diferencia entre
reserva y producción, en virtud del emergente de un alumno. Hubiera sido bueno que fije esa diferencia concep-
tual en las carpetas de los chicos. (Profesor de Práctica Docente)
Cuando los alumnos participan en función de los tipos de producción, se puede evidenciar un desarrollo del pen-
samiento a partir de las intervenciones y la concentración demostrada hacia el profesor. Las mismas tienen que
ver con hipotetizaciones generadas a partir del espacio cedido por el practicante a tales efectos. Incluso, es intere-
sante cuando el practicante constata con preguntas y repreguntas constantes sobre lo explicado. Salvo cuestiones
de redacción, la tarea de los alumnos es correcta. (Profesor de Práctica Docente).
Aquí se puede apreciar cómo el practicante hizo uso de un conjunto de herramientas meto-
dológicas que le permitieron abordar su objetivo. En palabras de Martín Sánchez et al (2017):
Este modelo considera que para ser buenos pensadores críticos es importante poner en juego los
elementos del pensamiento y enseñarlos explícitamente. Los elementos son los siguientes: todo pen-
samiento tiene un propósito, que da lugar a preguntas, usa información, utiliza conceptos, hace
inferencias, se basa en suposiciones, genera implicaciones e incorpora un punto de vista. (p. 23)
La capacidad que tiene el sujeto que aprende de resolver problemas demuestra que exis-
tió una internalización a partir de aquello que se le enseña. Esa acción analítica no puede
tener existencia si no hay aprendizaje anterior y aflora cuando se ponen en práctica todos
los elementos del pensamiento y estándares intelectuales en el análisis y evaluación de un
pensamiento aprendido y propio, debido a que el individuo se compromete a buscar res-
puestas desde sus mismas fuentes de desarrollo intelectual.
Conclusión
Cada una de las estrategias trabajadas en este trabajo encontró su fiel corresponden-
cia en algún pasaje de las clases realizadas por los practicantes de Geografía observados.
Todos ellos, bajo nuestra perspectiva, experimentaron momentos pedagógicos donde se
cimentaron las bases para la construcción de pensamiento crítico en el aula. No obstante,
se trató de situaciones puntuales, concretas y, en muchos casos, aisladas de lo que fue todo
el desarrollo de la residencia.
En las instituciones formadoras se trabaja fuertemente sobre estas cuestiones que, al
entender de las cátedras que componen la práctica, constituyen una aproximación del
residente hacia la Geografía y pedagogía críticas. Sin embargo, en la práctica concreta,
los estudiantes terminan resguardándose en una supuesta seguridad otorgada por el es-
tudio de los contenidos disciplinares, dado que en la mayoría de los casos predominó un
componente expositivo importante donde se trabajó sobre la base del estímulo-respuesta.
Existen muchos autores que señalan que durante el proceso de residencia termina siendo
más fuerte el componente de la biografía escolar que la formación inicial transitada, la
cual es de baja intensidad. Pero lo curioso en nuestra situación es que se trabajó con los
estudiantes sobre esta hipótesis durante las cursadas, de hecho, todos ellos admitieron
coincidir con una Geografía crítica para trabajar en la escuela, para poder romper con
aquellas clases tradicionales con las cuales aprendieron la materia en la escuela. No obs-
tante, existe una cuestión formativa de su trayectoria que es muy fuerte y contundente a la
hora de pensar y actuar en una clase.
Si bien todos los pasajes analizados en este trabajo constituyen situaciones que se direc-
cionan hacia un desarrollo de la crítica en la Geografía escolar, desalienta pensar el poco
tiempo que les queda transcurrir en el profesorado a estos estudiantes para poder ¿corregir?
¿De qué manera se construyen las bases de la crítica en la práctica docente de Geografía?... 855
ciertas prácticas decadentes, en palabras de Jorge Huergo (2010). Quizás, una vez recibidos,
la socialización profesional o la formación continua ayuden a revertir esta situación, pero
también debemos ser cautelosos y ser conscientes que estas dos instancias también pueden
ser escenario para reforzar y cristalizar aquello que se (auto)crítica de la práctica docente.
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Análisis institucional, organización curricular y
enseñanza de la Geografía del Programa de inclusión
educativa Vos Podes, Santa Rosa (La Pampa)
Micaela Anahí Herlein, Melina Luján Ardusso y Wanda Dominique Martínez
o reinserción escolar para los adolescentes que no logran ingresar, permanecer y/o finali-
zar las trayectorias de la escuela común. Desde la perspectiva metodológica, se recuperó
bibliografía específica, materiales curriculares, resoluciones del diseño curricular, obser-
vaciones de clases y la información primaria surgida de los testimonios emitidos por los
referentes claves como los estudiantes, el personal docente y no docente.
generar cambios significativos y subjetivos en los estudiantes (Di Pietro y Abal Medina, 2013).
Es una muy buena oportunidad para poner en funcionamiento una práctica educativa alternativa a la tradicio-
nal, si bien no dista de muchas diferencias estructurales…sino que la diferencia se da notoriamente en la llegada
a los estudiantes, de vínculos. Considero que es un universo que se va consolidando con el paso del tiempo y ha
permitido un lugar a muchos estudiantes que por diferentes motivos no han podido seguir sus trayectorias en
otras instituciones (...). (Profesor de Geografía del Programa Vos Podes, Santa Rosa, 2017).
Vinculado al tiempo de duración del proyecto educativo, se propone por la Resolución
N°1496/14 del Ministerio de Cultura y Educación de la Provincia de La Pampa, una trayec-
toria de cuatro años estructurada en dos ciclos de dos años de duración cada uno: Ciclo
Básico y Ciclo Orientado; ambos con régimen de acreditación anual y/o cuatrimestral
según corresponda. Es importante tener presente que los tiempos de cursada requieren de
flexibilidad horaria, en este sentido se propone la organización pluricurso de manera que
los alumnos puedan avanzar a medida que aprueban los espacios curriculares correlati-
vos. En relación al sistema de evaluación, el Director considera que:
(…) conociendo los contextos y condiciones de vida de los estudiantes, teniendo presente que la mayoría de las
adolescentes son mamás y papás, los docentes implementan la evaluación en proceso, esto es la realización de
trabajos prácticos en el aula, trabajos prácticos evaluativos, actividades en general evaluativas ya sea orales o
escritas. (Director Programa Vos Podes, Santa Rosa, 2016)
En cuanto a la importancia de la Geografía en los diseños curriculares del programa,
la carga horaria semanal para la estructura curricular del Ciclo Básico es de cuatro horas
de carácter cuatrimestral. Se divide en Geografía I y Geografía II, con un régimen de co-
rrelatividad entre las mismas, mientras que en el Ciclo Orientado no se encuentra estees-
pacio curricular.Cabe destacar que, como existe vinculación entre cátedras analizando
dimensiones políticas, sociales, económicas, entre otras, se atiende a las necesidades de los
estudiantes, se vinculan e integran constantemente los espacios curriculares, los docentes
y los contenidos que se abordan.
La orientación promueve una Geografía formadora de ciudadanos con sentido crítico, a
partir de la incorporación de saberes que desarrollen la reflexión en torno a los principios
y fundamentos sobre los que descansan los sistemas de producción y reproducción de la
vida en sociedad. A su vez, contribuye al análisis e interpretación de las diversas perspec-
tivas propias del campo disciplinar, así como al desarrollo de habilidades que permitan la
realización de análisis complejos y situados para la participación en diferentes procesos
organizacionales y sus dimensiones administrativas (Materiales Curriculares, Orienta-
ción: Economía y Administración, 2013).
La Geografía está presente solo en el primer año de la estructura curricular, por lo cual,
realizar un buen recorte de contenidos sería una de las primera instancias que debería
realizar el docente. En este recorte, tener en cuenta que los alumnos que asisten a este pro-
grama han tenido la capacidad de re-insertarse en el sistema educativo, aunque en otro
formato, por lo cual, diseñar clases convencionales y/o tradicionales con estudios memo-
rísticos y repetitivos no serían convenientes utilizar en este programa.
Por lo tanto, se pretende otorgar a los y las estudiantes las herramientas conceptuales
para conocer, analizar, interpretar y comprender tanto el territorio como los actores sociales
que intervienen en la construcción del mismo, muchas veces trabajando y ejemplificando
con una escala local. El docente, es quien tiene la habilidad de generar diversas estrategias
para lograr el proceso de enseñanza-aprendizaje en función al grupo de estudiantes para el
que piensa y elabora la propuesta pedagógica. En la entrevista con el Profesor de Geografía
(2017), se pudo recabar que a la hora de priorizar diferentes saberes para la enseñanza de
dicha disciplina se interesa, en primer lugar, en dejar en claro cuál es la participación social
que posee la Geografía en la vida cotidiana de las personas. Frente a esto, considera nece-
sario hacer hincapié en una Geografía social y crítica, donde el espacio geográfico es una
construcción social, donde existen relaciones de poder, ciertas intencionalidades materia-
les e inmateriales y que siempre se encuentran territorializadas en el mundo.
“El abordaje de temáticas significativas, complejas y actuales desde la enseñanza de la
Geografía merece su tratamiento desde la multidimensionalidad y multiperspectividad
de los procesos y de los sujetos sociales” (Acosta, 2016, p. 182). La presencia de temáticas
de actualidad, la necesidad de comprender y explicar problemas y la participación crítica
en la resolución o mitigación de los mismos estarán favorecidos en la medida en que se
realicen recortes de contenidos de alta significatividad social y que al mismo tiempo sean
tratados con rigor y precisión científica (Blanco et. al., 2001).
Ante lo expuesto, la enseñanza de la Geografía en el Programa Vos Podes, se centra en
temas relevantes y significativos. El Profesor (2017) en su entrevista planteaba el gran de-
safío que es pensar y planificar saberes centrales cuando solo se dicta Geografía en el pri-
mer año. Considera que es necesario trabajar todas las escalas propuestas por un sistema
educativo tradicional, pero elaborando diseños de programas integrados, es decir, pen-
sando siempre en la multiescalaridad de los saberes. A raíz de esto, surge la idea de realizar
el Taller de Geografía de La Pampa de forma multidisciplinaria, abordando saberes de Arte,
Literatura, Música, Matemática, entre otras, desestructurando las clases tradicionales,
donde la creación, la expresión, el arte y la crítica son centrales. Frente a ésto, el docente
considera que su interés central es que los y las estudiantes desarrollen diversas capacida-
des fundamentales ante los contenido, principalmente hace referencia a la compresión,
observación, análisis y luego la capacidad de verbalizar/expresar la opinión de cada uno
de ellos en relación al saber.
El desafío en este tipo de instituciones está en pensar otro formato de escuela, en otras
metodologías e innovar en estrategias pedagógicas, jugar con escalas y desarrollar temáti-
cas de interés en las y los estudiantes permitiendo lograr un aprendizaje en proceso, siem-
pre conobjetivos teóricos y cognitivos claros. En definitiva, el objetivo que se proponen es
formar ciudadanos con espíritu crítico y con capacidad de reflexionar, analizar e interpre-
tar los diversos procesos y cambios de este mundo cambiante.
De acuerdo con Maddonni (2014), se cree que esta experiencia escolar, con sus fortale-
zas y debilidades, conserva una propuesta y horizonte democrático y público, construido
864 Micaela Anahí Herlein, Melina Luján Ardusso y Wanda Dominique Martínez
a través de valores para adolescentes con plenos derechos, ya que a su interior, todos los
actores que conforman esta propuesta, debaten y discuten, es decir, ponen en práctica el
derecho de ciudadanía y así encuentran un nuevo significado de ser estudiante, como
así también apropiarse de la escuela. En el desarrollo de la entrevista al docente, surge la
siguiente pregunta: ¿Por qué elegís trabajar en una institución de estas características? El docente
destacó en primer lugar que no encuentra una respuesta específica, pero está seguro de
que está vinculado a su personalidad de relacionarse e interesarse por aquellas personas
que por diversos motivos y contextos no tienen o no saben cómo poner en práctica la co-
municación/expresión de sus intereses y/o situaciones problemáticas.
Reflexiones finales
En el marco de la Ley de obligatoriedad N° 26.206/06, de la educación inclusiva y del
contexto escolar actual es necesario implementar nuevos formatos escolares que incluyan a
todos los y las estudiantes. Ante esto, el Programa Vos Podes se implementa en la ciudad de
Santa Rosa, priorizando estas características actuales educativas. Según el equipo de ges-
tión, superó las expectativas esperadas, aunque están presentes falencias o problemáticas
propias de la implementación reciente. En el año 2017 egresó la primera promoción del Pro-
grama inclusivo y la primera promoción de jóvenes y equipos de gestión que se han adapta-
do al contexto escolar actual. Esto genera la necesidad de diseñar propuestas innovadoras
que orienten a los y las estudiantes a adoptar una actitud crítica en este mundo cambiante.
Desde la enseñanza de la Geografía, aunque se dicte solo en el primer año según la es-
tructura curricular, se ha adaptado al programa y a la enseñanza a través del trabajo en
distintas escalas de análisis, el constante trabajo en pareja pedagógica y el desafío de pen-
sar nuevas estrategias, nuevos temas, nuevas aulas, y principalmente pensar a la educación
en general como multidisciplinaria.
Decidimos concluir compartiendo una reflexión final realizada por el Profesor de Geo-
grafía en su entrevista a partir del interrogante planteado: Si tuvieras que recomendar el tra-
bajo en este contexto de flexibilidad a los y las estudiantes de Residencia Docente para que realicen sus
prácticas allí… ¿Qué es lo que destacarías? ¿Qué aporte considerás que pueden brindar los estudiantes
universitarios a la institución?
Sirve poner en práctica y comunicar sus apreciaciones personales de la realidad, saberes, inquietudes, necesida-
des y energías por sobre todo para afrontar las responsabilidades que tienen como estudiantes y residentes…es un
espacio donde primero somos los profes quienes debemos mostrar y comunicar nuestra carta de presentación…
es una población de estudiantes con enormes estigmas sociales, miedos, lo cual no les permite abrirse fácilmen-
te. En el aula no solo se comparten saberes…sino emociones, sensaciones y ánimos. (Profesor de Geografía del
Programa Vos Podes, Santa Rosa, 2017)
Esta investigaciónsurgió en el marco de la Cátedra de Residencia Docente en el año 2016,
y es solo un avance de una investigación que necesitará de mayor profundización si se quie-
re lograr un abordaje crítico y comprometido, por lo cual, queda abierta a posibles avances.
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Análisis institucional, organización curricular y enseñanza de la Geografía del Programa... 865
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Geografía, enseñanza y memoria. Investigación
en Didáctica de la Geografía1
María Cristina Nin
Introducción
El abordaje en clave de Derechos Humanos es componente importante de la educación.
En este sentido, desde la década de 1980 se ha iniciado en América Latina un proceso de
incorporación creciente de esta temática. En muchos países de la región la perspectiva de
la enseñanza en Derechos Humanos ha sido incluida en sus currículum. De este modo, se
estimula la formación ciudadana, la formación para la vida democrática a partir del traba-
jo de valores como el respeto a la vida, la libertad, la justicia, la solidaridad, la honestidad,
la convivencia pacífica y la responsabilidad ciudadana, entre otros.
La universidad es la institución que impulsa la enseñanza de los Derechos Humanos,
dado que en el proceso de enseñanza y aprendizaje se piensa, se cuestiona, se crea, y fun-
damentalmente, es el espacio educativo que puede y debe generar cambios en la configura-
ción de los valores. En esta línea de pensamiento, Eco expresa que “La universidad es aún
el lugar en el que son posibles los debates y las discusiones, mejores ideas para un mejor
mundo, la amplificación y la defensa de los valores fundacionales de carácter universales
(…)” (Eco, 2015, p. 32). Buscar la relación entre educación superior y Derechos Humanos
implica, entonces, entre muchas otras acciones, abrir cauces de reflexión, estimular el aná-
lisis del estado actual del mundo, restituir la memoria, la ética y la política al proceso de
integración de las sociedades singulares en un conjunto mundial. Significa ayudar a abrir
una poética de lo diverso, una política de la pluralidad (Ripa, 2014).
Las instituciones de enseñanza superior pueden contribuir de diferentes formas a la
educación para los Derechos Humanos, la paz y la democracia. Es por ello que resulta per-
tinente la investigación acerca de problemas de enseñanza que contemplen la paz, los De-
rechos Humanos, la justicia, la democracia, el ejercicio pleno de la ciudadanía y la respon-
sabilidad social. El siglo XX se caracterizó por ser uno de los más crueles de la historia de la
humanidad, dado que está marcado por dos guerras mundiales y genocidios desarrollados
en distintos territorios. Por otra parte, también se destaca por una fructífera producción
científica que, desde distintas perspectivas teóricas, abordan los escenarios de violencia y
no respeto por la vida. Esta dicotomía es la que nos compromete como docentes a instalar
el debate en torno a la tensión que se produce en relación a los avances de la ciencia y la pro-
ducción intelectual versus la destrucción de la vida humana. Explorar en la contradicción
mencionada se convierte en una responsabilidad de los formadores de profesores.
La enseñanza enmarcada en una educación en Derechos Humanos se corresponde con
el paradigma de la pedagogía crítica. Desde esta perspectiva la educación contribuye al
empoderamiento social, es decir al cambio personal y social. De este modo, se contribuye
a formar sujetos activos, cooperativos y socialmente comprometidos. La enseñanza del
1 Este trabajo corresponde al Proyecto de Tesis de Doctorado en Geografía. Universidad Nacional del Sur (2017). Se
desarrolla en el marco del Programa de Investigación Contextos territoriales contemporáneos: abordajes desde la Geografía.
Aprobado por Resolución N° 093-14 - CD - FCH – UNLPam, (2014- 2021).
868 María Cristina Nin
a confundirlos, a pesar de sus orígenes e intenciones diferentes. Con anterioridad al acto de pensar,
es necesaria una operación abstracta preliminar: la definición y el esclarecimiento de las catego-
rías por medio de las cuales se piensa. Es preciso diferenciarlas, separarlas del sentido usual en el
que se las emplea comúnmente. (2004, p. 14-15)
El espacio geográfico debe leerse como el espacio construido y como tal, con toda
la carga de percepciones, valores y sentimientos que la gente le imprime. La evolución
histórica y epistemológica del objeto de conocimiento de la Geografía se da en un con-
texto espacio-temporal que se corresponde con la evolución y la conceptualización ac-
tual de la sociedad, tal como se aborda desde las ciencias sociales en general y desde la
Geografía en particular.
Para comprender y explicar en clave geográfica el par dicotómico construcción/decons-
trucción que se desarrolla a distintas escalas, se requiere la puesta en juego de nuevos
conceptos, así como la resignificación de conceptos clásicos de la Geografía. El docente
como actor político y agente del Estado participa en decisiones curriculares cuando pla-
nifica, gestiona su clase e interviene en la elaboración de un proyecto institucional, por
tal motivo, es necesario que se apropie de los marcos normativos y políticos nacionales y
provinciales. Tal como expresa Benejam (2001)
El hecho de enseñar algo a alguien, exige que el profesor tome una serie de decisiones (sobre el
contenido, el método, las estrategias de aprendizaje, los materiales, etc.). La didáctica tiene por ob-
jeto que el enseñante decida de manera consciente, responsable y pertinente. Para ello la didáctica
indaga en el estudio de la teoría y en el contexto práctico donde opera. (p. 62)
Instalar en las aulas la reflexión acerca de la memoria tiene estrecho vínculo con pensar
la enseñanza en clave de Derechos Humanos. Los conflictos y tensiones que caracterizan
la realidad social forman parte de la experiencia de vida de los sujetos. En este sentido, la
memoria forma parte de una construcción cultural que es compartida porque trasciende
los límites de la vida privada y se incorpora a la vida pública. Tal como expresa Makowsky
(2002, p. 145), “(…) extendiendo los hilos de sus narrativas en los que se anudan recupe-
raciones, revisiones, y también invenciones sobre el pasado”. Las acciones humanas son
las que activan el pasado, recuperan los recuerdos de los acontecimientos traumáticos y
promueven el debate, la revisión y la construcción de la memoria.
La memoria, entonces, se produce en tanto hay sujetos que comparten una cultura, en tanto hay
agentes sociales que intentan “materializar” estos sentidos del pasado en diversos productos cul-
turales que son concebidos como, o que se convierten en, vehículos de la memoria, tales como
libros, museos, monumentos, películas o libros de historia. (Jelin, 2002, p. 37)
La escuela y el aula son espacios de construcción de la ciudadanía, y es responsabilidad
de quienes elaboran el currículum, de quienes planifican y desarrollan la enseñanza, esti-
mular el análisis de la sociedad desde la perspectiva de los Derechos Humanos. Esta tarea
implica poner en juego múltiples escalas para abordar problemáticas locales, nacionales
y/o internacionales. De este modo se instala en las aulas la reflexión de hechos traumáti-
cos que suceden en la misma escuela, en el entorno familiar, en la ciudad, en el país que
habitan y en otros territorios. Lo expuesto facilita la construcción de la memoria colectiva,
y por esta razón “(…) tal vez sea necesario reconocer que no es posible pensar la educación
y la cultura al margen del espíritu trágico de nuestra época” (Falchini, 2009, p. 19).
Con el propósito de instalar prácticas educativas que promuevan la enseñanza de la
historia reciente, el Ministerio de Educación de la Nación lanza en 2006 el Programa Edu-
cación y Memoria. Para ello elabora y difunde materiales curriculares y promueve acciones
de capacitación docente a nivel nacional:
870 María Cristina Nin
obstante esto, la expulsión de la población de sus propios territorios, “(…) había sido un
preludio y un medio de destrucción física en los dos genocidios arquetípicos de principios
del siglo XX, el Holocausto y Armenia” (Shaw, 2013, p. 104). Esta dimensión territorial de
los genocidios es la que habilita a la Geografía a no ignorar estas temáticas en las aulas.
Existen discusiones, de orden jurídico, político y sociológico respecto a este concepto. A
nivel jurídico y gracias a los aportes de Lemkin, el genocidio se constituye en una categoría
jurídica, es a partir de la Segunda Guerra Mundial cuando comienza a circular como la de-
finición de un nuevo tipo de delito. A partir de discusiones de orden político en las Nacio-
nes Unidas el concepto quedó limitado a la destrucción de determinados grupos: étnicos,
nacional, racial y religioso. En el plano histórico sociológico Feierstein (2003) manifiesta
que el genocidio no solo es la aniquilación de una fuerza social sino la destrucción de rela-
ciones sociales en el conjunto de la sociedad a la cual va dirigido. Los procesos genocidas
generadores de traumas sociales producen la necesidad en la ciudadanía de construir ac-
ciones y espacios de memoria colectiva. Las investigaciones de Carretero, Rosa y González
(2006) expresan que se puede hablar de memoria colectiva para hacer alusión a los
procesos de recuerdo y de olvido producidos en colectividades y sociedades, que se apoyan en ins-
trumentos del recuerdo, ya sean objetos materiales (por ejemplo: monumentos y lápidas conme-
morativas, la toponimia urbana o geográfica, los nombres que se imponen a edificios o buques, las
imágenes que se imprimen en el papel moneda), mediadores literarios (relatos, mitos, entre otros),
o rituales (conmemoraciones, efemérides). (p. 22)
En este sentido, todos los instrumentos materiales presentes en el territorio se constitu-
yen en argumentos para la representación de algo que ya no está pero que sí sucedió. El rol
de la educación, de los profesores de geografía, es otorgar estrategias a los estudiantes para
agudizar la observación y para que no exista la posibilidad del olvido.
Esta investigación se orienta a la reflexión de las posibilidades que ofrece la geografía
en la enseñanza del pasado reciente. Consideramos que todo trabajo áulico debería estar
enmarcado en tomar posición frente a la realidad y en la comprensión crítica de procesos
que, si bien son pasados, han dejado sus huellas en el territorio que transitamos diaria-
mente. Es por ello que
(…) no se trata de plantear si hay que olvidar o recordar los acontecimientos controvertidos del pasa-
do. El recuerdo y el olvido son parte indisociable de la memoria colectiva de las sociedades. El desa-
fío es analizar el sentido y la función que la articulación de ambos tiene en cada sociedad que está
atravesada y constituida por procesos históricos traumáticos. (Carretero y Borrelli, 2010, p. 103)
El aula se convierte en el espacio en el cual el profesor realiza mediaciones entre el co-
nocimiento académico y el escolar. Para la problemática seleccionada, indagar en los es-
tudios académicos acerca de la memoria colectiva se convierte en la puerta de entrada y el
camino de construcción de conciencia ciudadana y habilita la posibilidad de instalar la
práctica de incorporar múltiples enfoques a la producción de la memoria colectiva.
En este sentido, Rosa asevera que
La memoria es una facultad individual, pero los colectivos también recuerdan. Lo hacen a través
de prácticas del recuerdo. Para ello, le atribuyen un valor simbólico a elementos del paisaje, crean
artefactos para el recuerdo (monumentos, memoriales), establecen rituales para el recuerdo o crean
narraciones que dan cuenta de acontecimientos significativos del pasado. (2006, p. 45)
En Argentina, los trabajos acerca de la Memoria de Dussel (2001), Jelin (2002), Siede
(2007), Varela (2009) y Rosemberg y Kovacic (2010) aportan nuevas miradas a la construc-
ción de ciudadanía. La memoria fue y es un contenido relevante en la educación de los
jóvenes. Enseñar la memoria posibilita comprender el pasado, proyectarse como ciudada-
872 María Cristina Nin
nos hacia el futuro, es decir, establecer contacto entre las generaciones. El eje clave de la
transmisión de la memoria es el dolor humano transformado en trauma histórico. Dussel
expresa que esta transmisión “(…) comparte los dilemas de toda transmisión cultural y de
toda acción pedagógica, sus paradojas éticas y sus encrucijadas políticas (…)” (2001, p. 67).
Pensar la enseñanza con el propósito de facilitar el encuentro de nuestros alumnos con el
pasado contribuye a “(…) hacernos cargo de la responsabilidad que tenemos, como parte
de la sociedad en que vivimos, de transformar los dolores del pasado en esperanzas sobre
el futuro” (Dussel, 2001, p. 96). Se entiende por memoria,
(…) al conjunto de representaciones del pasado que un grupo produce, conserva, elabora y transmi-
te a través de la interacción entre sus miembros. (…) la memoria colectiva no es algo dado y fijo, sino
que es un lugar de tensión, de luchas continuas, que contiene una dimensión conflictiva inherente
en sus procesos de construcción. (Rosemberg y Kovacic, 2010, p. 11)
El aula se convierte en el lugar adecuado para construir, y reconstruir el contexto his-
tórico, social, político, económico, cultural de tiempos trágicos del siglo XX, es decir para
comprender la noción de memoria colectiva. “Las huellas en la memoria escapan a nuestra
voluntad y, generalmente, aluden a marcas que otros dejaron en nosotros. El compromi-
so, en cambio, es siempre una respuesta electiva y voluntaria” (Siede, 2007, p.138). De este
modo, el proceso de enseñanza contribuye a la formación de la subjetivación y apropiación
política de nuestros actos. En este sentido, la escuela es un lugar de memoria, porque es
en ella donde se articulan el pasado y el presente. Varela postula en su libro Geografías de la
Memoria que los
procesos de construcción de la memoria colectiva nos interpelan como ciudadanos y cientistas
sociales en el tiempo presente. Como pocos temas, este se nos revela a los argentinos relacionado
con la experiencia política del pasado reciente cuyas implicancias nos comprometen y trascienden
a quienes nos sentimos parte de una generación. (2009, p. 23)
En este trabajo se piensan en clave pedagógica los aportes que la enseñanza de la geo-
grafía realiza o puede realizar, a la comprensión de procesos traumáticos queforman parte
de la memoria histórica de diferentes sociedades. Procesos sociales que han transformado
territorios, eliminando poblaciones, han provocado el desplazamiento forzoso de otras,
en síntesis, han contribuido a reconfigurar organizaciones espaciales y por ello, importan
a los estudios geográficos.
Presentación de la problemática
El problema a investigar se centra en indagar los aportes de la enseñanza de la geografía a
la comprensión del concepto de genocidio y la construcción de memoria colectiva. A partir
de los cambios que se producen en la enseñanza con la promulgación de la Ley N° 26206/
2006 (Ley de Educación Nacional) y las modificaciones curriculares que de ésta se derivan,
se producen interrogantes en el campo de la enseñanza de la Geografía que orientan esta
investigación. Indagar los aportes teóricos y las producciones académicas que conforman
las explicaciones acerca de este concepto; las propuestas de los diseños curriculares y la
interpretación que los docentes realizan de éstos se constituye en el problema clave. Es por
ello que en esta investigación se pretende indagar el rol de la enseñanza de la Geografía
ante el desafío que implica abordar esta problemática desde la multidimensionalidad so-
cial, cultural, política y ética. En síntesis, los genocidios ocurridos en el siglo XX son un
problema territorial y por lo tanto, compromete a los investigadores geógrafos a abordarlos.
Geografía, enseñanza y memoria. Investigación en Didáctica de la Geografía 873
En este contexto, las preguntas que orientan la investigación y que contribuirán a explicar
el problema planteado son: ¿Cuál es el estado del debate académico respecto a la temática de
los genocidios del siglo XX? ¿Cuál es el rol de los docentes en este nuevo contexto educativo?
¿De qué manera actualizan las perspectivas de investigación respecto a este concepto? ¿Los
docentes consultan los aportes del Programa Educación y Memoria para planificar las prác-
ticas de enseñanza? ¿Las propuestas curriculares posibilitan la enseñanza de un concepto
clave como el de genocidio y la construcción de memoria colectiva? ¿Los materiales curri-
culares vigentes en la provincia de La Pampa posibilitan la enseñanza de temática? ¿Cómo
relacionan los docentes los lineamientos propuestos en el Programa Educación y Memoria
con los materiales curriculares? ¿Es posible abordar la problemática de los genocidios en
diferentes contextos territoriales a través del trabajo articulado de varios profesores y, por lo
tanto, de diversas disciplinas? ¿Qué aportes realiza la enseñanza de la Geografía a la forma-
ción de ciudadanos responsables, críticos y comprometidos ante este tipo de problemáticas
sociales? ¿Se instalan en el aula prácticas de debate y reflexión en torno a las problemáticas
territoriales contemporáneas desde la perspectiva de los Derechos Humanos?
El objetivo general es reflexionar acerca de la enseñanza del concepto de genocidio y los
aportes de la geografía para la construcción de memoria colectiva.
Los objetivos específicos son; analizar los aportes del Programa Educación y Memoria
propuesto por el Ministerio de Educación de la Nación; analizar las propuestas de los
Materiales Curriculares de la provincia de La Pampa y las del Ministerio de Educación
de la Nación en relación a la enseñanza de los genocidios del siglo XX; indagar acerca
del rol del docente como profesional de la enseñanza de una Geografía comprometida
con los problemas de la sociedad; identificar estrategias de enseñanza que estimulen el
debate y el respeto por ideas diversas y que promuevan la solidaridad; analizar propues-
tas editoriales para la enseñanza secundaria en relación al problema de investigación;
interpretar prácticas de enseñanza de la Geografía en relación a los genocidios del siglo
XX, desde la perspectiva de los Derechos Humanos, como constructoras de memoria
colectiva; promover la reflexión acerca de la importancia de formar ciudadanos crítico-
sen la cultura de la paz y respetuosos de los derechos Humanos; proponer estrategias de
abordaje de la problemática planteada.
Metodología de la investigación
La presente es una investigación educativa, y en este sentido, Carr y Kemmis consideran
a este tipo de investigación como aquella que “(…) hace de la práctica una cosa más ‘teóri-
ca’ en el sentido de enriquecerla mediante la reflexión crítica, sin que por ello deje de ser
‘práctica’ por cuanto ayuda a formular más concluyentemente los juicios que informan
la práctica educativa” (Carr y Kemmis en Imbernón, 2002, p. 20). Desde una perspectiva
interpretativa se pretende, tal como plantea Imbernón (2002), analizar y comprender si-
tuaciones educativas para orientar la mejora de prácticas educativas y/o sociales.
Esta investigación tiene como propósito la búsqueda de interpretación y comprensión
de la enseñanza de la Geografía en relación a un problema social relevante como es la
construcción de la memoria colectiva, desde la perspectiva de los Derechos Humanos.
Se realizarán análisis de los materiales curriculares nacionales y provinciales de la Edu-
cación Secundaria, esta interpretación se retroalimentará con entrevistas a profesores de
enseñanza secundaria e informantes clave del sistema educativo.
874 María Cristina Nin
Las fuentes para obtener los datos serán de tipo secundarias y primarias. Las prime-
ras se basarán en el análisis de diferentes tipos de documentos, ya sea bibliografía, reso-
luciones, leyes, materiales curriculares, planificaciones, libros de textos, entre otros. Las
segundas se recopilarán a partir de entrevistas en profundidad. Los datos se contextuali-
zarán situándose en una perspectiva interpretativa debido a que se intentará comprender
la conducta humana a partir de los significados de los sujetos que intervienen en el hecho
educativo (Bolívar, 2002). Tal como expresa Pagés:
A través de la enseñanza, el profesor transmite un modelo de sociedad y de persona en función de
unos determinados valores; selecciona y ordena unos hechos, unos conceptos, unas teorías y unos
procedimientos; plantea unas determinadas actividades con las cuales sus alumnos asimilarán los
valores, los hechos y los conceptos, etc. (1998b, p. 212-213)
La investigación permitirá dar cuenta de fundamentos teóricos y también generará nue-
vas interpretaciones que posibilitarán pensar y planear con la intención de mejorar las
prácticas de enseñanza de la geografía. Mirar las prácticas de enseñanza, es promover es-
pacios de reflexión que posibiliten construir nuevas hipótesis, realizar diferentes interpre-
taciones y elaborar nuevos aportes teóricos. La investigación pretende que teoría y práctica
dialoguen (Latorre, 2003).
El universo de estudio está constituido por profesores de cuarto año de la Educación Se-
cundaria de la ciudad de Santa Rosa y los agentes del Estado que trabajaron y/o trabajan en
los diseños curriculares de la provincia de La Pampa. La unidad de análisis es individual (pro-
fesores y los agentes del Estado que participan y/o participaron de las reformas curriculares).
El recorte temporal comprende desde el período de creación de los Núcleos de Aprendi-
zajes Prioritarios (2004) hasta la actualidad. Dicho recorte temporal se corresponde con
una etapa de profundos cambios desde el punto de vista curricular y por lo tanto, las reper-
cusiones en la enseñanza constituyen un campo a explorar en la Didáctica de la Geografía.
El Plan de tareas consiste en: analizar los materiales curriculares nacionales y provinciales;
interpretar los Programas Educativos Nacionales vinculados a la temática de investigación;
entrevistar a los diferentes actores seleccionados y analizar sus narrativas según su grado de
responsabilidad en la enseñanza; interpretar la documentación académica (libros, artículos
de revistas científicas) y documentación de divulgación (periódicos, literatura, internet).
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El modelo de producción Inca en la agricultura de la
Quebrada de Humahuaca. Elaboración y propuesta
de un material educativo interdisciplinario
Edgardo Salaverry
Introducción
El análisis de la sociedad como objeto de estudio de las Ciencias Sociales se sustenta en
relación a dos variables: el tiempo y el espacio. El tiempo como concepto es inseparable de
la Historia y de todas las Ciencias Sociales, ya que el tratamiento de cualquier problemáti-
ca social siempre tiene en cuenta la sucesión de los hechos y fenómenos a través del tiempo,
considerados como parte de un proceso que tiene lugar en un determinado espacio(Cor-
dero y Svarzman, 2007, p. 34).
En este sentido Benedetti (2009) afirma que este espacio devenido en “territorio no es un
soporte material, un objeto sobre el que se desarrollan los procesos; (sino que...) el territorio
mismo es un proceso, que atraviesa y es atravesado por otros procesos” (p. 3). Esta dinámica
da lugar al desarrollo de múltiples sucesos y conflictos que responden a un contexto histó-
rico, político, social, económico, tecnológico, cultural y territorial determinados.
La construcción y deconstrucción del territorio constituye como categoría de análisis,
la impronta material de los procesos sociales cuya transformación responde a distintos
factores que intervienen a lo largo del tiempo. Estos cambios y continuidades que resigni-
fican el proceso de organización del espacio en el tiempo, tienen su impronta distintiva a
escala regional como modelo de un paradigma integral.
El Noroeste argentino (NOA) como unidad territorial alcanza su categoría institucio-
nal de región geográfica durante la década de 1960 en el contexto de las políticas desarro-
llistas, con la puesta en marcha del “Sistema Nacional de Planeamiento y Acción para el
Desarrollo”, a partir de la sanción de la Ley Nº 19964 del año 1966.
La regionalización es una formade clasificar y distinguir el espacio de acuerdo con las
características propias que lo hacen diferente a los espacios periféricos, otorgándole como
unidad espacial; singularidad y jerarquía propia. Cada región establece en su territorio
una estrecha y dinámica relación entre sus elementos naturales y humanos que cambia a
lo largo del tiempo, estableciendodistintas configuraciones que representan el momento
histórico que atraviesan (Fernández y Salaverry, 2016).
Los conceptos de región y territorio como categorías de análisis suponen un intento de
identificación, delimitación y singularización espacial y a su vez presentan algunas diferen-
cias conceptuales. En las regionalizaciones la observación radica en la diferenciación geográ-
fica, mientras que en las territorializaciones la atención está puesta en el control del espacio.
Como citó Benedetti (2009, p. 2), para Sack la territorialidad es la “…estrategia de un
individuo o grupo de afectar, influir o controlar personas, fenómenos y sus relaciones, a
través de la delimitación y ejerciendo control sobre un área geográfica. Esta área puede ser
denominada territorio” (…).
Por eso es muy importante “(…) la incorporación de la noción de temporalidad en la
878 Edgardo Salaverry
terogeneidad de los procesos cognitivos y las distintas formas de aprendizaje; lo cual, hace
necesario un proceso de selección y adaptación de los contenidos a desarrollar y las formas
de enseñarlos dentro de los respectivos marcos disciplinares, para alcanzar la resignifica-
ción de los mismos en el interior del aula. Estos lineamientos pedagógicos implican entre-
gar a cada estudiante las herramientas que le permitan crear sus propios procedimientos
para resolver una situación problemática, en una construcción subjetiva que le permite
seguir aprendiendo. La enseñanza como práctica se concibe entonces como un “proceso
dinámico, participativo e interactivo por parte del sujeto, de modo que el conocimiento
sea una auténtica y activa construcción operada por el sujeto cognoscente” (Carretero,
2009, p. 31). De esta manera la confección de nuevos materiales bibliográficos que ana-
lizan estudios de casos cercanos, nos permite convocar el aporte de los estudiantes para
completar y actualizar el trabajo desde una construcción colectiva e interdisciplinaria que
fortalece un aprendizaje significativo.
Metodología
El presente trabajo de investigación es desarrollado de acuerdo al método Cualitati-
vo orientado a la comprensión e interpretación de los fenómenos sociales como situacio-
nes únicas y particulares, en la búsqueda del significado y sentido de los hechos que los
propios sujetos sociales o grupos sociales experimentan. En este sentido la investigación
implica la producción de un nuevo conocimiento dirigido a su aplicación en problemas
prácticos que nos permitan alcanzar nuevos conocimientos.
El análisis de los conceptos de región, territorio y territorialidades desde distintos auto-
res,ponen en tensión la visión estática de los mismos, dando lugar a distintas perspectivas.
La investigación histórica del proceso de construcción y deconstrucción del NOA en
general y su impacto en las actividades agrícolas en la Quebrada de Humahuaca en parti-
cular,nos permite aplicar estos conceptos para ser analizados endiferentes contextos polí-
ticos, económicos, sociales, históricos y culturalesen la región a través del tiempo.
El ordenamiento del material teórico de fuentes históricas y geográficas contribuyó a la
redacción de un texto informativo a utilizar como material bibliográfico en una propues-
ta de enseñanza interdisciplinaria, que nos permite no solo aplicar conceptos, sino tam-
bién promover la investigación en los estudiantes para completar y actualizar el material
educativo.
Desarrollo
El Noroeste Argentinoo región del NOA,constituye una de las regiones concebidas a
partir de un criterio Estadístico.
En los diez Censos Nacionales de Población realizados en Argentina a partir de la segun-
da mitad el siglo XIX; la información estadística es analizada y organizada por provincia.
A partir del censo de 1947 se establecieron las regiones geográficas teniendo en cuenta las
similitudes que presentaban los datos estadísticos de algunas provincias y la presencia de
circuitos productivos que actúan como nexo entre cada uno de sus territorios (Figura 1).
La región del NOA conformada por las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán,
La Rioja y Santiago del Estero se asienta en un ambiente de montañas, valles y quebradas;
donde predomina un clima árido signado por una desigual distribución de las precipita-
880 Edgardo Salaverry
ciones. Las quebradas de origen geológico y fluvial presentan formas de valles alargados
y agostos y constituyen las vías de comunicación terrestre más utilizadasen esta región
desde tiempos remotos. De sur a norte las más signifi-
Figura 1. Regiones para la publicación
de estadísticas del Instituto Nacional cativas y atractivas son la Quebrada de Humahuaca y la
de Estadísticas y Censos, INDEC del Toro con un recorrido de sureste a noroeste comuni-
cando los Valles Calchaquíes con la Puna de Atacama,
Las Flechas y Santa María- Guachipas; tal como lo se-
ñala la Figura 2 (Fernández y Salaverry, 2016).
También encontramos extensos valles en zonas alla-
nadas y de abundantes precipitaciones en los cuales se
practica la agricultura intensiva y se asientan importan-
tes ciudades como Salta y San Salvador de Jujuy. Entre
los más conocidos tenemos el Valle de Lerma en Salta,
el de Jujuy, los Valles Calchaquíes y el Valle de Siancas.
La configuración del ambiente de la región ha sufri-
do transformaciones a lo largo del tiempo de acuerdo
a la organización económica y social en distintos con-
textos. Se entiende por Ambiente a un sistema complejo
que resulta de la interacción entre los sistemas sociales
y naturales. En este análisis surge el concepto de recur-
sos naturales ya que es la sociedad, a partir de los me-
dios de cuales dispone, la que le otorga valor a ciertos
Fuente: Colección Educ.ar
elementos de la naturaleza que le permiten satisfacer
sus necesidades, convirtiéndolos en recursos.
Dicha valoración cambia a lo largo del tiempo según los niveles tecnológicos, las políticas vigentes
y los principios ideológicos y éticos. (…) El Ambiente es una compleja trama de relaciones sociales,
políticas y económicas que imponen una determinada forma de vinculación con la naturaleza.
(Zenobi, 2009, p. 3).
Figura 2. Principales estructuras de relieve del NOA
Fuente: http://www.tierra-inca.com/album/photos/
Fuente: http://www.tierra-inca.com/album/photos/
tierras fiscales y privadas. Los sistemas productivos se constituyen a partir de los ambien-
tes diferenciados, pero además influyen aspectos históricos y culturales, en una suerte de
imbricación o superposición de prácticas agropecuarias, las culturales locales y las prácti-
cas modernas, orientadas al mercado”.
El sistema de producción tradicional, altamente flexible y adaptable presenta prácticas
agropecuarias distintivas que datan de varios siglos en la región. La siembra de una im-
portante diversidad de cultivos locales ha cobrado importancia en los últimos años, como
puesta en valor de aquellos productos que han sido la base de la seguridad alimentaria de la
región. El sello autóctono de las prácticas, la independencia de recursos externos en la pro-
ducción; la capacidad de observación de la naturaleza y en la valoración de la cultura local;
fortalece una menor dependencia de las economías de mercado (Golsberg, 2015, p. 37).
La estructura productiva en la Quebrada desde el punto de vista tecnológico está con-
formada por agricultores convencionales o mixtos como resultado de las interrelaciones
que se generaron desde la colonia hasta la actualidad con las culturas locales. Caracteriza-
da por su identidad andina, las superficies de cultivo no superan las dos hectáreas donde
tiene lugar una agricultura de tipo familiar.
La incorporación de tecnología se hizo presente en las últimas décadas de la mano con
el desarrollo de tecnologías agroecológicas para el manejo sanitario y nutricional de los
cultivos, entre lo que se destaca: la selección de agentes de control biológicos de plagas y
hongos fitopatógenos, el desarrollo de formulados artesanales de hongos enteropatóge-
nos, antagonistas y la producción de abonos foliares (Bonillo,2012, p. 3).
El modelo de producción tradicional que aún perdura en las actividades productivas de
la Quebrada es la consecuencia de la conquista y colonización dando origen a un modelo
de producción con aportes de ambas culturas. El mismo consiste en una serie de prácticas
agrícolas con las siguientes características:
≈La minga como forma de trabajo comunitario para la siembra
≈La aplicación de fuerza animal para los trabajos de labranzas (bueyes, asnos, etc.).
≈Las chacras producen cultivos consolidados (maíz, acompañado de poroto, girasol con
zapallos o quinua).
≈La aplicación de abonos orgánicos a las tierras, en general guanos, estiércol provenien-
te fundamentalmente del ganado menor.
≈la siembra manual en suelo húmedo con la asistencia de animales de tiro para tapar
las semillas.
≈La siembra de semillas siempre de a pares. Nunca se siembra una semilla sola.
≈El manejo del agua de riego como una forma de justificar las plantas.
≈La diversidad como tradición de respeto al ambiente.
≈La utilización de formas caseras y rituales para el control de plagas y enfermedades.
≈La observación de señales de la naturaleza, la luna y los astros para la toma de decisio-
nes o la aplicación de una práctica determinada.
≈La selección de las propias semillas y su renovación periódica en ferias de trueque.
≈La rotación de cultivos y el descanso de terrenos.
Todas estas características que aún hoy se mantienen, son las bases de un desarrollo sus-
tentable, desde la cosmovisión de los pueblos originarios de los Andes (Rodríguez, 2009, p. 5).
La práctica actual de la agricultura se caracteriza por presentar un sistema mixto de
El modelo de producción Inca en la agricultura de la Quebrada de Humahuaca. Elaboración... 885
Conclusiones
La región del NOA como un espacio con entidad propia es el producto de un proceso
social, político, económico y cultural que trasciende distintos contextos históricos.
La radicación de los primeros pueblos sedentarios sustanció las primeras transforma-
ciones sociales desde la observación y contemplación de la naturaleza, dando origen a su
ambiente con una fuerte impronta. Con la llegada de los europeos nuevos intereses sus-
tancian la intervención en la región, configurando al mismo espacio con otras territoria-
lidades en un nuevo contexto.
Siglos más tarde, su incorporación al territorio argentino como parte de un Estado mo-
derno profundizó la transgresión cultural hacia este pueblo con el objetivo de construir un
espíritu Nacional signado de preceptos foráneos que respondían al capitalismo mercantil.
El estudio de la Quebrada de Humahuaca en la provincia de Jujuy como un espacio
representativo de la región, nos permite analizar su incorporación en la actualidad al
mercado global con una producción agrícolaque utiliza prácticas y técnicas que han
trascendido en el tiempo, salvaguardando este legado como parte de su identidad, su
cultura y respeto por el ambiente.
La elaboración de una propuesta didáctica interdisciplinaria que aborde un análi-
sis del territorio como una construcción de identidad colectiva, cuyo valor comunitario
forma parte de su cultura y esencia como pueblo en distintos contextos; pone en tensión
la concepción estática delos conceptos a partir de su aplicación práctica que fortalece la
construcción subjetiva del conocimiento. Además la convocatoria a que los estudiantes
participen de manera activa en una investigación para completar y actualizar este ma-
terial bibliográfico desde una mirada interdisciplinaria, consolida la apropiación de un
aprendizaje significativo.
Referencias
Arzeno, M. y Troncoso, C. (2012). Actividades agrarias, turismo y contradicciones del desa-
rrollo en la Quebrada de Humahuaca, Jujuy. Revista de Geografía Norte Grande, 52, 71-90.
Santiago.
Benedetti, A. (2009). Territorio, concepto clave de la geografía contemporánea. Revista
12(ntes). Digital para el día a día, ISSN 1852-6497, pp.1-4.
Bonillo, M.; Álvarez, E. y Hamity, V. (2012). Tecnologías agroecológicas: Producción y uso de abo-
886 Edgardo Salaverry
Introducción
La Unión Europea es una unidad regional heterogénea, con una amplia diversidad po-
lítica, económica y sociocultural que se organiza en torno a un conjunto de institucio-
nes y normas específicas. La interpretación de problemáticas actuales de la Unión Euro-
pea asume un rol importante para conocer la dinámica de la unidad supranacional y, al
mismo tiempo, identificar las tensiones emergentes en la trama territorial, sin perder de
vista su particular inserción e interacción a escala global. El juego interescalar de relacio-
nes sociales y productivas que funciona anclada a los Estados más dinámicos de Europa,
genera acciones de reconfiguración territorial permanentes.
El comportamiento de las diferentes variables socioeconómicas en cada uno de los paí-
ses miembros posibilita identificar desequilibrios territoriales de la Unión Europea de 28
miembros (UE-28). Las manifestaciones de las desigualdades regionales constituyen una
característica del mundo actual. Al respecto, Amin expresa que “(…) la polarización se con-
vierte en el producto inmanente de la expansión mundial de un sistema que, por primera
vez en la historia, integra en una misma lógica económica -la capitalista- al conjunto de
pueblos del planeta” (1997, p. 95).
Ahora bien ¿de qué manera se manifiestan las desigualdades en el seno de la Unión
Europea? La cartografía desigual de Europa está delineada por indicadores que “(…) real-
zan la dimensión social, productiva y de desarrollo de estos contrastes, al tiempo que son
tanto razones de tipo histórico como de naturaleza política las que contribuyen a explicar-
los” (López Palomeque, 2000, p. 419). Estas diferencias se profundizan por el impacto de
otros factores más actuales, tales como la innovación tecnológica, la atracción de inversio-
nes de capital, la relocalización de actividades industriales y de servicios, la transferencia
de recursos financieros de unos territorios hacia otros, la reconfiguración de la división
espacial del trabajo, entre otros.
En el mundo globalizado actual, Europa continúa atrapada en las antiguas divisiones
espaciales (fronteras, culturas, identidades nacionales). Los ciudadanos irlandeses, cata-
lanes, escoceses, bretones, flamencos y valones, entre otros, siguen interesados en la de-
fensa de su soberanía, pero en el contexto de la Unión Europea, las estructuras políticas
nacionales ceden lugar a formas de organización territorial supranacional. La geografía
brinda las herramientas metodológicas para pensar una sociedad compleja y multidimen-
sional como la europea, y habilita el análisis de una unidad supranacional como la Unión
Europea y la diversidad de Estados-nación que la constituyen. A escala supranacional la
1 Este trabajo se desarrolla en el marco del Programa de Investigación Contextos territoriales contemporáneos: abordajes
desde la Geografía, aprobado por Resolución N° 093-14 - CD - FCH – UNLPam. y corresponde a un avance del Proyecto
de Investigación Territorios dinámicos, tramas complejas. Deconstruyendo las relaciones de poder, los actores y las tensiones en
diferentes escalas, con Resolución de extensión a marzo de 2019 (Resolución N°382/17-CD-FCH-UNLPam).
888 Stella Maris Shmite y María Cristina Nin
cambios en la configuración del territorio y en las propias redes de relaciones de los suje-
tos sociales, todo en una dinámica de transformaciones que, en algunos casos, impulsa la
emergencia de problemáticas territoriales de escala local y/o estatal.
Desde la perspectiva de la geografía política, el territorio es el espacio geográfico sobre
el cual el Estado ejerce el control político. Este concepto hace referencia a una organiza-
ción institucional (el Estado) que despliega su normativa jurídico-institucional sobre una
superficie delimitada. Entendido de este modo, es el espacio geográfico donde el Estado
expresa su poder y constituye el elemento esencial en la organización social, política y
económica de la población. Sin embargo, desde la perspectiva cultural, la definición de
territorio también se aplica al conjunto de relaciones existentes en un espacio geográfico
concreto, pero no necesariamente definido por una jurisdicción estatal. El concepto de te-
rritorio refiere a diversos aspectos (naturales y sociales), a la compleja relación entre ellos y
a la dinámica transversal del poder presente en las acciones de la sociedad. De acuerdo a lo
expresado por Raffestin (1993), el territorio es la manifestación espacial del poder creado
a partir de las múltiples y heterogéneas relaciones sociales, que constituidas de acuerdo a
la presencia de energía -acciones y estructuras concretas- y de información -acciones y es-
tructuras simbólicas-, pueden favorecer la emergencia de nuevos territorios (territorializa-
ción), deshacer los existentes (desterritorialización) o reconstruirlos (reterritorialización).
Desde una perspectiva geográfica, Haesbaert (2004) analiza la territorialización como un
proceso de dominio político-económico y de apropiación (simbólica y cultural) de los es-
pacios geográficos por los sujetos sociales. En síntesis, el territorio es la espacialización
de las intencionalidades y/o decisiones individuales y colectivas de los sujetos sociales en
tanto actores, y se expresa en las redes de relaciones e intercambios (de cooperación o de
conflicto) que de ellas se derivan.
En cada territorio la articulación de la trama socio-cultural y político-económica es
única, y en este sentido, resulta clave para interpretar el proceso de construcción territorial
de la Unión Europea. El concepto territorio refiere a los diversos factores localizados en un
determinado espacio, a la compleja relación entre variables naturales y sociales, y a las rela-
ciones y acciones que llevan a cabo los diversos agentes sociales en ese espacio. Coq Huelva
explica de qué modo se aplica a la compleja trama de hechos sociales de una comunidad,
con la diversidad de intereses propia de ese grupo, que está organizado en función de las
relaciones entre los distintos actores, con rasgos particulares en cuanto a la identidad y la
cultura de ese lugar. Al respecto señala que el territorio no es el soporte de las actividades
económicas como factor de localización, por el contrario, representa una configuración de
múltiples agentes y diversidad de elementos económicos, sociales, políticos e instituciona-
les que tienen un modo específico de organización y regulación (Coq Huelva, 2003).
El territorio se puede pensar como un espacio donde se despliega una red de relaciones
sociales, o un conjunto de ellas, constituida por nodos (instituciones, empresas, organi-
zaciones, etc.) interconectados por flujos que en su conjunto (nodos + flujos), conforman
una estructura. Las redes se hacen, se construyen, y de este modo, la evolución de esas
redes en el tiempo y la forma que adopte el sistema de relaciones, le otorgarán determi-
nadas propiedades al territorio, propiedades que, en definitiva, definen la configuración
territorial. Las redes y los flujos existentes en el territorio permiten analizar y comprender
los fenómenos espacio-temporales localizados a escala local. La complejidad y heteroge-
neidad de estos fenómenos es cada vez mayor debido a los progresos técnicos en las redes
de transporte (de bienes, de información, de personas, de dinero virtual, etc.) pero, sobre
890 Stella Maris Shmite y María Cristina Nin
todo, como producto de la dinámica interacción de los procesos sociales, es decir, como
producto de “(…) las relaciones entre los distintos sujetos o actores de una sociedad locali-
zada territorialmente” (Pujol, 2004, p. 164).
La Unión Europea se define como una unidad desde la perspectiva jurídico-institucio-
nal, pero con la coexistencia de múltiples territorialidades. La multiterritorialidad, tal
como sostiene Haesbaert (2004), es ante todo, una forma dominante, contemporánea y
posmoderna, de la reterritorialización. Es resultado de la supremacía de relaciones socia-
les construidas a través de territorios-red, sobrepuestos y discontinuos. Sin embargo, hay
que tener presente que las formas más antiguas de territorialidad continúan presentes,
formando una amalgama compleja con las nuevas modalidades de organización territo-
rial. La emergencia de este proceso de multiterritorialización no implica la ‘creación’ de
un nuevo territorio como si se tratara de la suma de las partes de un todo. Siguiendo con
lo expresado por dicho autor, no se trata de una transformación meramente cuantitativa:
más territorios, mayor movilidad, mayor dinámica de transformación. Hay una transfor-
mación cualitativa: se trata de un nuevo fenómeno espacio-temporal, más fluido, fuerte-
mente moldeado por las relaciones sociales multiescalares. La multiterritorialidad es la
expresión espacial de las desigualdades y de los desequilibrios socio-territoriales que se
observan en el paisaje y no son más que la tensión que producen las relaciones asimétricas
entre los diversos agentes sociales.
Los desequilibrios territoriales
Como la capacidad de los agentes sociales y políticos, así como el alcance de las activida-
des desarrolladas son desiguales y convergentes en determinados espacios, la apropiación
del territorio y, por consiguiente, la creación de territorialidad, genera una geografía del
poder caracterizada por la desigualdad, la fragmentación, la tensión y el conflicto, tal
como expresa Sassen (2001).Las expresiones territoriales de los procesos de reestructura-
ción socio-económica han provocado, por una parte, la marginación de algunos territo-
rios y por otra parte, la reconversión y el aumento de la competitividad de otros, con un
importante aumento del poder económico a escala local, regional y global. Para Harvey
(2003), el concepto “desarrollo desigual” está conformado por la fusión de dos elementos:
las escalas variables y la producción de diferencias territoriales. Las escalas en las que se
organiza la actividad humana dependen de las innovaciones técnicas, como también de
las condiciones políticas y económicas en permanente transformación. Hay que tener en
cuenta que la intensidad de los efectos positivos y negativos del capitalismo global varía
de un territorio a otro. Se pueden describir un conjunto de cambios globales a partir del
desarrollo neoliberal de la globalización, pero es preciso tener en cuenta que en contextos
locales también se configuran mil y una opciones a la globalización capitalista, cuya ex-
presión territorial son las consecuentes geografías desiguales.
En el análisis de las primeras ampliaciones con respecto a las últimas, es necesario tener
en cuenta que son dos épocas diferentes en el contexto internacional y por lo tanto, las
variables políticas y económicas son muy disímiles. En este sentido, es importante consi-
derar que la
(…) territorialización es, finalmente, resultado de las luchas políticas y de las decisiones tomadas
en un contexto de condiciones tecnológicas, políticas y económicas. La formación de la Unión
Europea […] es un largo caso histórico de proceso de transformación de la territorialidad de una
escala a otra. (Harvey, 2003, p. 96)
Las fisuras en la trama territorial de la Unión Europea como temas relevantes... 891
Existe una escala que implica la división política entre localidades y Estados-nación, pero
también existen las diferentes regiones de Europa, las que expresan territorialmente las nue-
vas realidades que se están construyendo en la Unión Europea: áreas centrales y periféricas.
Un territorio central es aquel que por el nivel de desarrollo alcanzado, tiene roles y fun-
ciones que permiten identificar la concentración de capitales y empresas, la población y
la mano de obra más calificada, y resulta atractivo para las migraciones y para las inver-
siones. “Es decir, es un espacio fértil para el capital” (Toledo Olivares y Romero Toledo,
2006, p. 20). Por el contrario, “(…) el territorio excluido ha sido analizado bajo el concepto
de espacio periférico” (Toledo Olivares y Romero Toledo, 2006, p. 20). Estos últimos son
definidos como aquellos lugares o regiones que no se encuentran integradas, o están poco
integradas a las regiones centrales o a los polos de la economía global.
Los territorios periféricos se caracterizan por especializarse en actividades productivas
complementarias de los territorios centrales, por lo general de menor valor agregado y
más intensivo en el uso de recursos naturales y mano de obra. También se distinguen por
presentar bajas tasas de inversiones de capital, mayores niveles de desempleo y precariedad
laboral, junto con ingresos per cápita más bajos (Toledo Olivares y Romero Toledo, 2006).
Estas características dan lugar a la configuración de una débil estructura empresarial,
representada por enclaves territoriales dinámicos localizados en regiones con una débil
integración productiva.
Las sucesivas ampliaciones de la Unión Europea han agudizado la brecha entre las regio-
nes. Las disparidades siempre existieron al interior de esta organización supranacional pero
es con las últimas ampliaciones, la Europa de los veinticinco y recientemente la de los vein-
tiocho países donde se llega a “(…) la duplicación de tales disparidades e incluso en algunos
aspectos, a que las mismas se hayan triplicado, haciendo así mucho más evidente la necesi-
dad de contar con una política regional comunitaria solvente y eficaz” (Villaverde Castro,
2007, p. 11). Con las últimas incorporaciones a la unidad supranacional, la periferia pobre
se ha desplazado de la Europa del Sur hacia la Europa del Este (Villaverde Castro, 2007).
No solo desde la perspectiva económica se manifiestan desigualdades, también desde
los aspectos socio-culturales se advierten diferencias al interior de la Unión Europea. Los
“(…) procesos culturales siguen siendo desiguales socialmente y desequilibrados territo-
rialmente (sigue habiendo ‘regiones ricas’ y ‘regiones pobres’)” (Nogué y Albet, 2004, p.
168). Las personas tienen un desigual acceso a los bienes y servicios, al tiempo que las
antiguas fronteras culturales (étnico-lingüística) que parecían inalterables en el tiempo y
fuertemente ancladas en el territorio, son vulneradas por los procesos dinámicos de mo-
vilidad demográfica actual. “Es en la permeabilidad y fluidez de los espacios y los grupos
marginales donde las personas (individual y colectivamente) negocian y definen sus iden-
tidades culturales” (Nogué y Albet, 2004, p. 168).
Finalmente, es importante destacar que las regiones se configuran como una conjun-
ción única, singular e interdependiente de procesos endógenos y exógenos. A partir de la
crisis de 2008, agravada por las políticas económicas implementadas por los Estados en el
contexto neoliberal a escala global, provocó la profundización de las diferencias sociales
y regionales. La necesidad de aplicar con rigor la gestión del presupuesto comunitario se
tradujo en la reducción del gasto social y el aumento de los impuestos. Los nuevos Estados
miembros de la Europa del Este, si bien respetaron los criterios impuestos por los países
miembros de la zona Euro (antiguos integrantes), son los que manifiestan las mayores
debilidades. Las diferencias económicas y las desigualdades sociales se incrementaron a
892 Stella Maris Shmite y María Cristina Nin
Los nacionalismos
El abordaje de la problemática de los nacionalismos permite comprender la articulación
y/o tensión de las normas supranacionales y nacionales con las reivindicaciones territo-
riales de autonomía que se manifiestan al interior de la Unión Europea (UE). Mientras la
trama política y económica tiende a manifestarse relativamente cada vez más homogénea,
la trama socio-cultural de los Estados-nación muestra líneas de debilidad, al tiempo que
sigue pendiente una expresión territorial que demuestre claramente la difícil experiencia
de la proclamada convivencia intercultural. Diversas manifestaciones de identidad terri-
torial a través de los nacionalismos, emergen en Europa, algunas son tan antiguas como la
Europa misma y otras, son un reflejo de las dificultades institucionales para articular las
prácticas políticas y económicas de los Estados nacionales frente al poder supranacional.
En este sentido, el caso de Irlanda representa las dificultades inherentes al largo camino
en la conformación del Estado-nación (Irlanda), el conflicto con Reino Unido y la lucha en
Irlanda del Norte. En Irlanda del Norte católicos y protestantes conviven, aunque muchos
son pesimistas en cuanto a la resolución definitiva del conflicto. La necesidad de un diá-
logo constructivo está instalada en las nuevas generaciones, y por lo tanto, quizás asuman
el rol de contribuir a la unidad. La bonanza económica del país acaecida a fines del siglo
XX y principios del XXI, parece haber desdibujado las tensiones existentes. En Irlanda la
unidad política es un anhelo aún no concretado. En la trama de identidad y soberanía
subyace el germen de las reivindicaciones nacionalistas. Con el Brexit emergieron variables
primordiales que el Reino Unido debe resolver, entre ellas la frontera entre el Ulster (Irlan-
da del Norte) e Irlanda que seguirá como Estado miembro de la Unión Europea.
El territorio supranacional constituido por la Unión Europea es un espacio político
abierto, es un constructo social que está en un continuo proceso de transformación. Según
Rifkin (2005), los Estados-nación intentaron asimilar las minorías a las culturas naciona-
les dominantes, sin demasiado éxito debido a la resistencia de las culturas locales. Estas
resistencias locales adquieren protagonismo y presionan sobre las decisiones políticas y
económicas, de modo que son incluidas en el análisis de los acontecimientos socio-cultu-
rales de la sociedad europea contemporánea. Sin dudas Europa es una de las regiones de
mayor diversidad cultural,
(…) es un caleidoscopio de diversidad cultural. Los habitantes de la Unión se hallan fragmentados
en un centenar de nacionalidades distintas que hablan ochenta y siete lenguas y dialectos dife-
rentes, lo que convierte a esta región en una de las zonas de mayor diversidad cultural del mundo.
(Rifkin, 2005, p. 317)
A pesar de la unidad en la diversidad proclamada por la Unión Europea, existen múltiples
unidades culturales que están dispersas en Europa, que se presentan como insulares, es
decir, ancladas en determinados lugares, que muchas veces se comportan como xenófobas
y sienten temor por el efecto que pueda tener la europeización y la globalización al interior
de sus comunidades. La Europa actual, con las múltiples naciones que integran el paisaje
cultural, resulta de un proceso de construcción social que como tal, está profundamente
imbricada con el territorio;
(…) está atrapada entre la vieja política de los territorios limitados y la nueva política del espacio
Las fisuras en la trama territorial de la Unión Europea como temas relevantes... 893
global. La Unión está tratando de encajar las realidades globales, políticas y comerciales que están
surgiendo con las constricciones que le imponen sus miembros, unos miembros cuya autoridad y
legitimidad está impregnada de territorialidad. (Rifkin, 2005, p. 341)
En el nuevo diseño de la trama política de la Unión Europea, tanto a escala infraesta-
tal como supraestatal, se presentan alteraciones significativas en el status tradicional de
ciudadano/a. La ciudadanía tiende a fragmentarse al interior de los Estados-nación y, al
mismo tiempo, a globalizarse a escala transnacional. Por definición, ciudadano europeo
es cualquier persona que tenga la nacionalidad de un Estado miembro de la Unión Euro-
pea. La ciudadanía de la Unión Europea (UE) complementa la ciudadanía nacional sin
sustituirla. Este status de ciudadanía fue establecido desde 1992 en el Tratado Constitu-
tivo de la Comunidad Europea (Consejo de las Comunidades Europeas, 1992), el mismo
establece una serie de derechos: libertad de circulación y de residencia en todo el territorio
de la UE, derecho de sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales y europeas,
protección diplomática y consular, entre otros derechos ciudadanos. Por ciudadanía se en-
tiende un conjunto de prácticas jurídicas, políticas, económicas y culturales, que definen
a una persona como miembro de un Estado-nación.
Según el derecho internacional, cada Estado puede determinar a quién considerará ciudadano.
Las leyes nacionales que definen la condición de ciudadano varían de modo significativo según
el estado, al igual que las definiciones de los derechos y obligaciones que conlleva la ciudadanía.
(Sassen, 2010, p. 355)
El reconocimiento del status jurídico-político de ciudadano es la combinación de iden-
tidad nacional y territorio, y constituye el componente esencial de la ciudadanía nacional.
De acuerdo con Barbero González y Ariza (2010), la ciudadanía nacional se basa en la de-
fensa de la nación como forma de identidad y cohesión de una población que se asienta en
un territorio claramente delimitado, que se organiza bajo la forma política de un Estado.
Es el Estado el que le reconoce a un individuo su status jurídico y político sobre la base de
criterios subjetivos (identidad nacional) y objetivos (nacimiento, o permanencia prolonga-
da dentro de las fronteras nacionales). Esto supone que los individuos se identifican con
la nación y comprometen su lealtad. Sin embargo, como consecuencia de las transforma-
ciones globales y, especialmente, los cambios generados por las migraciones contemporá-
neas, no solo emergen ciudadanías desnacionalizadas o desvinculadas del Estado-nación,
sino que este modelo tradicional resulta poco apropiado para responder a las demandas y
prácticas sociales actuales.
La construcción de la Unión Europea como un ente político y jurídico supranacional,
pone en riesgo el concepto de ciudadanía. Se podría hablar de una ciudadanía desterri-
torializada ya que no existiría un vínculo nacional directo con los países miembros. Tal
como sostienen Soysal, Bauböck y Bosniak, “(…) no podemos ya hablar con sentido de una
ciudadanía nacional, sino de distintas formas de ciudadanía desnacionalizada” (2010, p.
22). Pero además, dentro de los Estados miembros existen comunidades nacionales mi-
noritarias y comunidades inmigrantes. Estos aspectos parecen dificultar el proceso de
construcción de una ciudadanía comunitaria.
A partir de la caída del Muro de Berlín y el derrumbe de la Unión de Repúblicas Socia-
listas Soviéticas (URSS), el mapa político de Europa se transformó rápidamente. En cada
uno de los Estados que pertenecían al bloque soviético, distintos sectores de la sociedad
civil se movilizaron al tiempo que se debilitaron las unidades estatales como núcleo. Es
entonces cuando hacen eclosión los nacionalismos, localismos, etnicismos, racismos. La
894 Stella Maris Shmite y María Cristina Nin
coincide con la división política en dos regiones: Valonia que reúne el 42% de la po-
blación, ubicada al sur con lengua francófona, y Flandes con el 52% de la población,
en el norte, con lengua flamenca. “Bélgica, en suma, concitaba todos los ingredientes
que han propiciado los movimientos separatistas de Europa: una antigua división te-
rritorial, reforzada por una brecha lingüística, igualmente venerable y aparentemente
insuperable (…) y sustentada en acusados contrastes económicos” (Judt, 2013, p. 1.015).
En Flandes existen movimientos nacionalistas moderados, por ejemplo el ganador de
las elecciones parlamentarias de 2010, el partido Nueva Alianza Flamenca, que no des-
carta la separación de Bélgica. Según Stroobants la línea de fractura que amenaza la
unidad está constituida por “(…) la convivencia entre un Flandes más rico, más de dere-
chas y que reclama más autonomía, y una Valonia socialista y federalista” (2013, p. 50).
≈Córcega. Los habitantes de la isla mediterránea, los corsos constituyen el 1% de la pobla-
ción francesa (Berentsen, 2000). Desde siempre se han manifestado en descontento con
su pertenencia a Francia. Además de cuestiones culturales como la lengua -más cercana
a un dialecto italiano que al francés-, la religión católica también es motivo de dife-
renciación. Por otra parte los procesos de modernización y desarrollo económico que
caracterizan a Francia, no han influido en la calidad de vida de la población de Córcega.
≈Bretaña. Ubicada en la península de Bretaña, en el noroeste de Francia, los bretones
representan el 3% de la población total (Berentsen, 2000). Tienen una lengua y una
herencia cultural de origen celta. En la actualidad la mayor parte de la población es bi-
lingüe, habla tanto francés como bretón. Otra diferencia está marcada por la práctica
del catolicismo, a diferencia del laicismo que predomina en la región de Paris.
Estos movimientos subyacentes en la Unión Europea indican que mientras la trama
política y económica es cada vez más cerrada y firme, la trama socio-cultural es aún muy
débil, pues sigue pendiente la difícil experiencia de convivencia intercultural. Se presenta
una clara paradoja: el proceso de construcción territorial comunitaria lleva más de medio
siglo, con importantes logros políticos y económicos; sin embargo, no ha logrado desarro-
llar la capacidad de contener a todas las identidades locales y favorecer una amplia partici-
pación ciudadana. Esta organización supranacional sigue funcionando como una Europa
de los Estados-nación y continúa pendiente el diseño de políticas de reconocimiento de la
multiculturalidad que favorezcan una participación amplia de la población en la gestión
territorial a escala local, desde su rol de ciudadanos europeos.
Tal como lo expresa Augé (2007), frente a un mundo globalizado, quedamos atrapa-
dos en las antiguas divisiones espaciales (fronteras, culturas, identidades) que siempre
han sido el fermento activo de los enfrentamientos y la violencia. Las instituciones y las
normas comunitarias carecen de respuestas satisfactorias a estos problemas, y particu-
larmente, no expresan soluciones prácticas para los ciudadanos que conviven día a día
con los problemas de la UE. Las políticas y acciones aplicadas en la gestión del territorio
comunitario no satisfacen todas las demandas, no responden de igual modo en todas las
regiones a la aceleración del proceso de globalización. Muchas acciones continúan centra-
das en la interpretación de la dinámica de la población en el territorio, en la preocupación
por las fronteras, por los migrantes, por el desarrollo de las regiones. Al mismo tiempo, el
proceso de construcción social de una comunidad multicultural parece estar lejano.
Cabe preguntarse ¿por qué las minorías localizadas territorialmente siguen sostenien-
do los movimientos nacionalistas y las reivindicaciones de autonomía con el propósito de
896 Stella Maris Shmite y María Cristina Nin
y la multiperspectividad para identificar los actores intervinientes, sus intereses, las racio-
nalidades de sus acciones y las relaciones de poder; aplicación de conceptos clave en el aná-
lisis de la problemática seleccionada; lectura crítica de diversas fuentes (testimonios orales
y escritos, material periodístico, audiovisual y digital, fotografías, mapas, imágenes, na-
rraciones, entre otras), contrastando puntos de vista y reconociendo los argumentos que
sustentan cada una de las posturas.
El análisis territorial a partir del poder de los actores sociales y los intereses geoestra-
tégicos puede ser el inicio de nuevas líneas de interpretación de la problemática que se
pretende abordar. La generación de nuevos interrogantes a partir de cada propuesta de
enseñanza estimula la investigación y la mirada crítica de problemáticas territoriales con-
temporáneas. De este modo, los estudiantes como futuros profesores internalizan esta
metodología de enseñanza y podrán aplicarla a futuro en el aula.
Incorporar la dialéctica investigación-enseñanza en la formación de profesores acre-
cienta la formación de docentes críticos de la realidad, que ponen en juego clases diná-
micas e innovadoras que resultan de un proceso previo de investigación. En este marco
y a partir de esta propuesta, se pretende estimular y construir en los futuros docentes de
geografía la capacidad de indagar, analizar e investigar cada una de las temáticas que se
decidan enseñar.
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Las fisuras en la trama territorial de la Unión Europea como temas relevantes... 901
Introducción
En la actualidad la enseñanza de las ciencias sociales constituye un ámbito de prácticas
atravesado por problemas y desafíos tanto para los profesores que enseñan en la escuela
secundaria como para quienes se dedican a su formación. Muchos de estos se relacionan
con viejos problemas que es preciso pensar nuevamente a la luz de los contextos actuales.
En este caso nos referiremos al valor didáctico de la imagen en la enseñanza de la historia
y la geografía. En efecto, la escuela “como hija directa de la imprenta y la cultura letrada”
ha pasado por diversas posiciones, de cuya coexistencia aún se puede dar cuenta, y que
van desde su exclusión a partir de la valorización de la cultura letrada y el intelecto en
desmedro de la percepción y lo sensible, hasta su inclusión como fuente de motivación del
aprendizaje cuyo origen se encuentra en el Orbis Pictus de Comenio y como el lugar desde el
cual favorecer la denuncia para evitar la alienación ideológica a través de la promoción de
miradas críticas (Abramowski, 2010).
La importancia de la utilización de imágenes en la enseñanza se ha sostenido en dos
argumentos que hoy se consideran insuficientes: el “argumento cultural”, que en el esce-
nario actual sostiene que es necesario apoyarse en lo visual en tanto se trata del lenguaje
privilegiado de los jóvenes, y el “argumento didáctico”, en el que la imagen es el puntapié
inicial para el aprendizaje del verdadero contenido que está fuera de la imagen, no te-
niendo un valor por sí misma como fuente de aprendizaje (Dussel, 2010). Como plantea
Devoto (2013), en la enseñanza de la historia, las imágenes suelen ser utilizadas como ‘re-
cursos ilustrativos’, como apoyatura de significado detextos escritos y no como vestigios
medianamente autónomos pasibles deaportar alguna información más o menosprecisa
acerca de una sociedad o cultura determinada del pasado. También se erigen como “he-
rramientas periféricas” de una secuenciadidáctica en las que se apela a ellas paravalidar
conclusiones alcanzadas porotros medios y a partir de otras fuentes. Por el contrario, es
posible sostener que la imagen enseña, transmite algo, fija una memoria y estructura una
referencia común (Dussel, 2010), motivos por los cuales se entiende que se justifica su in-
clusión en la enseñanza actual.
El objetivo de este trabajo es promover la utilización de imágenes fijas en la enseñanza
de la Historia y la Geografía a partir de la recuperación del tratamiento realizado durante
la formación inicial de futuros profesores de Historia y Geografía en el Taller de Orga-
nización de la Práctica Docente. En este espacio curricular los estudiantes elaboran un
material curricular para apoyar el aprendizaje de estudiantes de la escuela secundaria en
el contexto del cual toman una serie de decisiones didácticas, entre las que cuentan la in-
clusión de imágenes para promover el aprendizaje de contenidos históricos y geográficos.
En la primera parte se incluyen aspectos teóricos que permiten fundamentar la enseñanza
con imágenes así como lineamientos en torno a cómo promover su tratamiento en el aula.
906 Sonia Araujo, Daniel Suárez y Lucrecia Díaz
Abramowski (2006) retomando a Mirzoeff (2003), define como la inmediatez sensual las
imágenes que excede al mensaje intrínseco que contienen.
Según la historiadora del arte Laura Malosetti Costa, lo que le otorga primacía a las
imágenes visuales en materia de aprendizaje es su poder de activación de la atención, de
las emociones en el observador (Abramowski, 2006). Esta es una característica que, aun-
que intangible y difícil de precisar, toda vez que concurren varios factores y el poder de las
imágenes varia de una a otra expresión, le otorga un potencial que al menos no debería ser
descuidada en la formación docente
La polisemia
Otro rasgo central de las imágenes es su ambigüedad, su polisemia, su apertura a múl-
tiples significados ¿cómo es posible que frente a un mismo registro visual dos personas
observen cosas diferentes? Las imágenes no son transparentes ni unívocas: “No existe un
significado único ni privilegiado frente a una imagen sino que ésta renueva sus poderes y
sentidos completándose en la mirada de cada nuevo espectador” (Abramowski, 2006, p. 3).
Si nos detenemos en la tarea cotidiana que los docentes efectúan con las imágenes, la po-
lisemia puede llegar a explicar cierta sensación de falta de control o desorden en el trabajo
pedagógico con ellas, sensación que “es deseable animarse a transitar pues los resultados
pueden ser insospechados” (Abramowski, 2006, p. 3).
La relación entre palabras e imágenes
Cuando se trata de evaluar la relación entre texto escrito e imágenes, ese fluir donde
las palabras dotan de sentido a las imágenes fijas, de una forma que se propone siempre
parcial, incompleta e impredecible, los docentes deben afrontar los desafíos de ofrecer a
los alumnos las herramientas metódicas para que hagan hablar a las imágenes, ya que
como sostiene Lobato, las imágenes son «mudas» y en ocasiones nos dejan mudos, per-
plejos, sin palabras (Lobato, 2008 en Buletti, 2015). Desde esta doble perspectiva inicial,
el silencio del registro visual y nuestra capacidad de mirar, el desafío radica en hacer que
las imágenes hablen, comuniquen, propongan un itinerario que nos relacione con un con-
ocimiento intrínseco a la propia imagen y en diálogo con otras fuentes. Así emerge la
relación entre palabras e imágenes, lo cual hace que si bien “las palabras y las imágenes
son irreductibles unas a otras pero, al mismo tiempo, están absolutamente intrincadas”
(Abramowski, 2006, p. 3), por lo que es “recomendable dejar un poco solas a las imágenes
y no encerrarlas de inmediato en la prisión de algunas palabras; así podrán ´transpirar´
lo que tienen para transmitir” (Abramowski, 2006, p. 3). Pero tampoco se trata de toma
de posiciones extremas como abandonarlas a su suerte y simplemente guardar silencio,
en tanto que existen opciones que suponen matices por explorar, en especial a la hora de
pensar en la ‘transmisión’.
sucesivas aproximaciones que pueden dilatar o inhibir sus posibles sentidos. En suma,
la imagen propone un intercambio más inmediato, más horizontal aunque no exento de
dificultades, donde lo que vemos no nos excluye de antemano, sino que por el contrario,
pone en funcionamiento lo que sabemos, lo que creemos saber, e incluso es posible que,
ante una experiencia visual, nos encontremos «viendo» más allá de lo que sabemos o de lo
que esperábamos ver: una imagen puede cuestionar nuestros saberes y desestabilizarlos.
Es por esto que la simple pregunta ¿qué ves? puede inaugurar recorridos inesperados.
(Abramowski, 2006).
conceptuales y metodológicas.
De manera que si pensamos en los registros visuales y la capacidad de entregarnos un
testimonio del pasadoy también del presente, la fotografía tendría un halo de cierta su-
perioridad, ya que las condiciones de producción parecerían menos subjetivas que las que
adquiere toda manifestación pictórica, a la que con más naturalidad se la relaciona con
la simulación. En este punto, podríamos preguntarnos: ¿qué ponderación hacen quienes
escriben los libros de texto escolares sobre estos registros?, ¿se privilegia la superioridad
testimonial de la fotografía o la carga de subjetividad inherente a la representación pictó-
rica en el análisis de las fotografías y las pinturas?, ¿qué uso haremos de la imagen dentro
de los materiales curriculares: se impondrá como ilustración u oficiará como puente hacia
un análisis crítico?
Finalmente, otro aspecto a considerar vinculado a la fotografía, es el de la relación con
la memoria, una relación estrecha ya que según establece Devoto (2013), y en sintonía con
lo que sostiene Abramowski (2006) sobre el poder de las imágenes,
la fotografía es un soporte para la memoria, y uno de los más privilegiados. Representa un dispo-
sitivo ventajoso para atesorar recuerdos, poder visualizarlos: y por qué no, crearlos… “[…] A la hora
de recordar, la fotografía cala más hondo (que otros medios). La memoria congela los cuadros; su
unidad fundamental es la imagen individual. (…) La fotografía es como una cita, una máxima o un
proverbio. (Sontag, 2003, p. 31 en Devoto, 2013, p. 82)
De forma que si evaluamos a la fotografía como productora de la memoria visual colec-
tiva, se constituye en un instrumento importante para reflexionar acerca de qué es lo que
a través de los libros escolares “esas sociedades -intencionada o involuntariamente- han
elegido para incorporar a su acervo, para recordar, y qué cosas han condenado al olvido”
(Devoto, 2010, p. 82). En definitiva, como propone Devoto “entre recuerdo e imagen existe
una relación dialéctica, la fotografía motiva, fuerza a la memoria, es por naturaleza nos-
tálgica, tanto como la memoria, a la par, altera la imagen de acuerdo con sus antojos o
necesidades” (Devoto, 2010, p. 83).
Con respecto a la utilización de los mapas, en general son concebidos y utilizados como
un producto cartográfico objetivo, neutral, exacto y preciso, que se mantiene ‘fiel’ a la rea-
lidad representada en el mismo. En contraposición a ello, coincidimos con Olson (1997 en
Tarquini, 2013) en que los mapas constituyen representaciones sociales y culturales que
son producto de diferentes cosmovisiones y por lo tanto son resultado y a la vez impulso-
res de diferentes interpretaciones acerca de lo que representan. Esto es así porque la inter-
pretación de dichos mapas se encuentra condicionada por el contexto político, socioeco-
nómico y cultural en el que cada uno fue creado e interpretado; por lo tanto, no existe una
lectura unívoca de los mismos. Asimismo, los mapas constituyen instrumentos de poder y
conocimiento que ameritan de su “lectura entre líneas” (Olson, 1997)
cobre valor como fuente de aprendizaje en sí misma y no como simple subsidiaria del texto
escrito.En concordancia con esto, se analizará el tipo de consignas que, como “enuncia-
dos orientadores de los procesos de escritura en el aula”, pautan el uso y procedimiento
de lectura de esas imágenes para trabajar diversos contenidos disciplinares de Historia y
Geografía (Camelo González, 2010). En este sentido, las consignas ameritan una reflexión
particular en cuanto habilitan un modo de acercamiento a la lectura e interpretación de
imágenes.Es preciso analizar si en su enunciación la imagen es concebida como texto o
como un recurso didáctico visual. Los ejemplos constituyen diferentes modos de abordaje
y tratamiento de imágenes que expresan dificultades en la formulación de sus consignas
y revelan algunas contradicciones entre las propuestas planteadas por los futuros docen-
tes, sus objetivos, las posibles interpretaciones por parte de los alumnos y las habilidades
requeridas para la resolución de dichas propuestas.
En la propuesta se presenta la imagen con el texto que se expone entre comillas. Con
respecto a este modo de inserción surgen algunas reflexiones que es preciso considerar. En
primer lugar, se pretende incluir una explicación sin considerar el contexto de la imagen
y en la que la explicación va más allá de lo que ella expresa. En este sentido, no hay una
diferenciación entre las dimensiones denotativa y connotativa, lo que la imagen expresa
y lo que se puede interpretar. Se observa claramente cuando se dice “Los consejos de an-
cianos (como el que se ve en la imagen)…”, pues la imagen solamente muestra tres varones
con ciertas características físicas y en un ámbito particular, no el Consejo de Ancianos que
resulta un concepto abstracto que requiere explicación. En segundo lugar, predomina el
valor del texto escrito, la imagen tiene un lugar secundario, por cuanto prevalece el texto
donde se explica la conformación y las funciones de los Consejos de Ancianos. En tercer
lugar, no se invita a pensar la imagen como una figuración o representación a partir de
la cual comenzar a hacerse preguntas, con el propósito de ampliar los contenidos con-
ceptuales que se busca enseñar. En síntesis, de este modo queda de manifiesto la falta de
vinculación entre la imagen y el tratamiento conceptual.
La utilización de imágenes en la enseñanza de las Ciencias Sociales: Historia y Geografía 911
En este ejemplo nuevamente se observa el predominio del análisis del texto escrito. Por
un lado, no se realiza una descripción de lasimágenes que, si bien coinciden en que cada
una propone un slogan, tienen diferencias en cuanto a sus características: en el tipo de
letra utilizado, el lugar donde se ha escrito, la presencia de dibujos o caricaturas. En este
sentido, la descripción ayudaría a establecer hipótesis que darían lugar a la dimensión
connotativa. ¿Qué valor agrega el dibujo a la consigna?, ¿por qué se habrán elegido esas
imágenes para representar el texto?, ¿qué significan?, ¿qué otras podrían haberse utilizado
en ese contexto?, ¿y en la actualidad, cuáles se te ocurren?
En este caso, bastante común, el mapa se incluye para ‘mostrar’ un contenido específico,
incluido en el texto escrito que lo acompaña. Por un lado, el mapa contiene información
que podría ser trabajada para ampliar los contenidos conceptuales desarrollados. Por el
otro, incluye ciertas convenciones o referencias que podrían ser abordadas en el tratamien-
to del contenido. La utilización del mapa en este ejemplo da cuenta de la ausencia de una
problematización de un recorte temático que invite a la discusión y participación de los
alumnos como productores de conocimiento y como sujetos activos que involucre su pos-
tura frente a una situación-problema. Esta perspectiva se interrogaría sobre el sentido y
el vínculo que existe entre los elementos del lenguaje cartográfico: uso de colores, referen-
cias, fuente, escala.
Ejemplo 5. Imágenes con un fuerte potencial para la comprensión de conceptos sin un tratamiento
complementario entre imagen y palabra
“Parte 2: fragmentación.
En el texto se explica que el proceso de globalización
permite que el mundo esté conectado.
¿Crees que la globalización llega a todo el mundo por
igual? Justifica.
Parte 4: ¿democracia?
¿Crees que gozamos de un sistema totalmente demo-
crático? Justifica teniendo en cuenta la imagen.”
La utilización de imágenes en la enseñanza de las Ciencias Sociales: Historia y Geografía 913
Reflexiones finales
El análisis de los casos seleccionados evidencia las dificultades que tienen los estudian-
tes-futuros profesorespara otorgar valor a las imágenes como fuente de aprendizaje. Con-
tinúa prevaleciendo la supremacía del lenguaje escrito que, si bien es fundamental en la
enseñanza, no permite construir perspectivas potencialmente fértiles para complementar
y enriquecer los aprendizajes. Este escenario en parte es el resultado de la biografía escolar
de los estudiantes en los diferentes niveles educativos, incluyendo el tránsito por la univer-
sidad durante su proceso de formación.
Como fue planteado, la lectura de la imagen requiere de sustentos teóricos que den
cuenta de la complejidad de su tratamiento en la escuela. Éstos, a su vez, son fundamental-
es para pensar una construcción metodológica para su abordaje en el aula desde el diálogo
y complementariedad entre el lenguaje escrito y el lenguaje visual.
En este contexto la formulación de las consignas es crucial para organizar el proceso de
lectura e interpretación de las imágenes teniendo en cuenta la situación de aprendizaje, los
objetivos didácticos y los destinatarios.
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La utilización de imágenes en la enseñanza de las Ciencias Sociales: Historia y Geografía 915
Introducción
En diferentes circunstancias de la vida cotidiana se transmite y construye un modelo de
género que naturaliza los roles que a lo largo del tiempo han sido socialmente aceptados.
Esta propuesta aborda esta cuestión para desnaturalizar y visibilizar las prácticas des-
iguales respecto al trabajo entre varones y mujeres.
Nos preguntamos ¿cómo podemos contribuir, desde nuestra realidad cotidiana en Ne-
cochea, a la superación de algunas ideas construidas sobre género que están naturalizadas
y reforzadas a través de prácticas y medios de comunicación y que es necesario poner en
tensión para promover el cambio?
Una de las posibles respuestas es a través de la generación de espacios donde sea posible
evidenciar y reflexionar sobre estas cuestiones; construir, de-construir y reconstruir ideas,
temores, modelos y prejuicios acerca de la sexualidad y el género.
Se propone, entonces, un espacio interdisciplinario en 5º año modalidad Comunicación,
un curso con 36 estudiantes,donde será posible encontrar ciertos saberes específicos desde
las áreas Geografía y Observatorio de Cultura, Sociedad y Comunicación; pero sobre todo
construir un espacio de reflexión y construcción de conocimiento sobre las mujeres y el
mercado de trabajo en nuestra ciudad, haciendo hincapié en la conceptualización de tra-
bajo productivo y reproductivo.
Como docentes nos propusimos construir un espacio superadordel rol de espectador/a
ingenuo/a y analizar críticamente el discurso de los medios de comunicación; gestar espa-
cios interdisciplinarios que problematicen la lectura de la realidad desde una perspectiva
de género; construir conocimiento a partir de la investigación social y divulgarlo; visibilizar
la doble jornada laboral de las mujeres en Necochea; reflexionar sobre la propia práctica.
Desarrollo
Este proyecto surge con la inquietud de abordar la ley de Educación Sexual Integral
(ESI) de manera transversal, superando las barreras disciplinares y curriculares.
Siguiendo a Motta (2002) concebimos a la interdisciplinariedad como un diálogo,
una relación recíproca entre disciplinas en torno a un mismo objeto. Se produce cuando
hay coordinación entre representantes de diversas disciplinas, que acuerdan un objetivo
común y ciertos contenidos y definiciones. Entonces, entendido así, lo interdisciplinario
busca la construcción de cierto lenguaje y puntos de vista comunes entre perspectivas y
discursos disciplinares previamente independientes.
Para la construcción de estas perspectivas comunes tomamos el Observatorio de Cultu-
ra, Sociedad y Comunicacióncomo el espacio articulador de perspectivas y discursos de la
Geografía, entre otras Ciencias Sociales y la Comunicación.
918 Florencia Inés Colatriano y Mariana Misuraca
El Observatorio se caracteriza por ser un espacio desde donde analizar los fenómenos que
se presentan en el escenario de la acción de la cultura y la sociedad, y es definido en el diseño
curricular como un “espacio organizado que produce conocimiento a partir de recopilar,
ordenar analizar e interpretar los fenómenos emergentes de las expresiones culturales y las
interacciones al interior de la sociedad, vinculada ella al accionar comunicacional”1.
La Ley de Educación Provincial Nº 13688, en consonancia con la Ley de Educación
Nacional Nº 26206, plantea que los y las estudiantes tienen derecho a “una educación
integral e igualitaria, que contribuya al desarrollo de su personalidad, posibilite la adqui-
sición de conocimientos, habilidades y sentido de responsabilidad y solidaridad sociales y
que garantice igualdad de oportunidades y posibilidades” (Artículo 88).
Teniendo en cuenta este marco legal, como así también el Programa Nacional de Edu-
cación Sexual Integral, Ley Nº 26150, y los diseños curriculares vigentes para la provincia
de Buenos Aires, hemos seleccionado los contenidos que abordamos durante la práctica:
≈Contenidos de Geografía
»Modelo económico neoliberal: orígenes, implementación, consecuencias. Crisis del
2001. Rol del Estado.
»Mercado de trabajo: conceptualización, características en Argentina, situación de las
mujeres.
»Condiciones de vida.
1 Diseño Curricular para la Educación Secundaria 5to año. Observatorio de Comunicación, Cultura y Sociedad (2010).
Mujeres y mercado de trabajo en Necochea, visibilización de la doble jornada laboral 919
tos con otras ideas que los problematicen y permitan su complejización, posibilitando una
lectura desde la perspectiva de género.
En este sentido, se propone la realización de un collage. A partir de siluetasde hombre
y de mujer, se recortarán de distintas revistas todos los elementos que asignen a uno y
otra. Luego se realizará el análisis y puesta en común, haciendo hincapié en los trabajos,
acciones y gustos asignados a uno y otro. Luego de esta actividad, los y las estudiantes se
organizaron en equipos que se sostendrían a lo largo del trabajo.
En segundo lugar se fueron abordando desde cada espacio curricular, distintos concep-
tos de manera teórica (trabajo productivo/reproductivo, neoliberalismo, desigualdades,
violencia, tratamiento de la cuestión de género desde los medios de comunicación, proble-
máticas vinculadas a las mujeres y el trabajo, entre otros).
A continuación, se propuso la lectura del trabajo de investigación de Lan (2001) que se
tomó como modelo para los proyectos que realizaron los y las estudiantes ya que en este
trabajo se abordala valoración del trabajo de las mujeres en el marco del neoliberalismo.
Esta actividad fue realizada de manera conjunta por las dos docentes.
Las actividades propuestas para el abordaje del material teórico no presentaron mayores
dificultades. Sin embargo, a partir del diseño de las encuestas y del proyecto de investi-
gación se generaron tensiones en aquellos grupos donde se evidenciaba falta de lectura y
análisis del marco teórico2, ya que no podían avanzar con las producciones. Esto generó al-
gunos conflictos que hicieron necesaria la intervención docente en algunas oportunidades.
Luego de diseñar el proyecto de investigación de manera colectiva, cada equipo presentó
un modelo de encuesta que fue puesto a consideración de todos los equipos y se acordóun
formato común3.
Entendemos que no hay una única manera para realizar el trabajo de campo, sino que
cada uno es diferente y, porlo tanto, es necesario idear estrategias específicas y creativas a
partir de laspreguntas que orientan la investigación (Zusman, 2011).
Para realizar el trabajo de campo las docentes determinaron tres barrios, teniendo en
cuenta las diferencias socioeconómicas y territoriales. Se realizó una división de cada
barrio en tres secciones y cada equipo eligió una donde realizar la encuesta de manera
aleatoria. Cabe destacar que esta actividad se llevó adelante fuera del horario escolar.
A partir de aquí, se recuperó el entusiasmo y el protagonismo de los y las estudiantes
que se mantuvo hasta el final del proyecto.Una vez sistematizados los resultados de las
encuestas, cada equipo elaboró un informe sobre la sección del barrio analizada articu-
lando con el marco teórico.
Durante la Semana de las Ciencias y las Artes que se desarrolla en la institución, se convo-
có a la Dra. Diana Lan a dar una charla Género y poder: los circuitos espaciales de la violencia
doméstica y los y las estudiantes presentaron sus trabajos de investigación ante estudiantes
de secundaria superior a modo de cierre del trabajo interdisciplinario.
Para una mejor comprensión de la organización de las actividades se presenta el Cuadro 1.
2 El marco teórico se presentó como un dossier de lecturas seleccionadas por las docentes (ver bibliografía).
3 Ver anexo.
920 Florencia Inés Colatriano y Mariana Misuraca
Conclusiones
Trabajar interdisciplinariamente en la escuela secundaria organizada de manera com-
partimentada y con escasos tiempos de trabajo institucional fue el mayor desafío que tu-
vimos que asumir. Horas de reuniones, discusiones, lecturas compartidas, planificación
y evaluación nos permiten comprender por qué este tipo de experiencias no abundan. Sin
embargo, la calidad de las producciones, la vinculación con el grupo, el compromiso fren-
te al proceso de enseñanza-aprendizaje y la apropiación de los contenidos nos permiten
afirmar que esta modalidad de trabajo es enriquecedora y significativaen la escolarización
de nuestros/as estudiantes y también para las prácticas docentes.
Algunas conclusiones a las que arribaron los equipos de trabajo:
≈El trabajo reproductivo, mayoritariamente, es realizado por mujeres; los hombres co-
laboran en pequeñas medidas comparados con éstas. Sin tener ninguna carga mayor
de horas de trabajo productivo que las mujeres, los hombres realizan muy pocas tareas
del hogar.
Mujeres y mercado de trabajo en Necochea, visibilización de la doble jornada laboral 921
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15-32. En Memoria Académica. Recuperado de http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/
art_revistas/pr.5089/pr.5089.pdf
Anexo
Encuesta:
≈Sexo:
»Femenino
»Masculino
≈Nivel de estudio:
»Primariocompleto/incompleto
»Secundariocompleto/incompleto
»Terciariocompleto/incompleto
»Universitariocompleto/incompleto
≈Edad:
»15-18
»19-25
»26-35
»36-46
Mujeres y mercado de trabajo en Necochea, visibilización de la doble jornada laboral 923
»47-60
»Más de 60
≈Composición del hogar
≈Presencia de trabajo
≈Tipo de trabajo
≈Cantidad de horas de trabajo (diarias):
»Media jornada (4 horas)
»Jornada completa (8 horas)
»Más de 8 horas
≈Aportesjubilatorios y obra social
≈Realización de tareasdomésticas
≈Quiénrealiza el trabajoreproductivo
≈Horas dedicadas a las labores del hogar
Experiencias, subjetividad y mapeo: los niños y las
niñas y su percepción del barrio Movediza Tandil
Albertina Fabi y Sabina Prado
Introducción
En el marco de la cátedra Taller y Práctica de la Enseñanza de la Geografía se planteó la
incorporación y aplicación de la Geografía en un ámbitode educación no formal ya esta-
blecido. En función de esto, se nos encomendó participar en el proyecto Pampares, perte-
neciente a la Sala Abierta de Lectura. En un primer momento, realizamos una entrevista
a la institución para obtener información pertinente no solo de la misma, sino también
del proyecto mencionado. Luego de ello realizamos observaciones en cada uno de los tres
talleres dentro del barrio Movediza -taller de juegos, taller de cerámica y Bibliomóvil- que
conforman Pampares. A partir de aquí, elaboramos nuestra propuesta de acción, teniendo
en cuenta no solo nuestra formación disciplinar, sino también los fines que perseguían las
autoridades de la institución. Una vez concluida, llegó el momento de intervenir en cada
uno de los talleres durante las últimas semanas de junio de 2017. Nuestra actividad se
llevó a cabo dentro del espacio de la práctica no formal, que superó nuestras expectativas
debido a la amplia recepción de la propuesta planteada.
Metodología de acción
La propuesta que se presentó para trabajar en los talleres de Pampares implicó dos mo-
mentos comunes a los tres talleres, para luego plantear un tercer momento que se desarro-
lló dependiendo de los intereses e inquietudes de cada grupo y la dinámica que el tallerista
consideró pertinente. Los objetivos planteados fueron:
≈Reconocer e identificar en el barrio Movediza lugares/espacios con los que los niños
y las niñas se identifican.
≈Explorar en esa identificación de los lugares/espacios el reconocimiento de objetos/
materiales de la vida cotidiana.
La opción metodológica para los talleres fue la construcción por parte de los niños y
las niñas de su propia cartografía, pudiendo identificar los lugares que para ellos resul-
tan significativos.
Experiencias, subjetividad y mapeo: los niños y las niñas y su percepción del barrio Movediza Tandil 929
Mapeando Movediza
La primera de las intervenciones fue al aire libre. Uno de los principales inconvenientes
que tuvimos fue el espacio, debido a que por el frío en ese momento y el viento, nos debi-
mos quedar todos dentro del pequeño espacio de la combi para trabajar, lo que irritaba a
los niños y las niñas ya que están acostumbrados a desplazarse libremente por el barrio en
sus bicicletas. Primeramente, explicamos la tarea a los niños y las niñas, fue difícil que en-
tendieran qué era lo que debían dibujar, ya que el barrio Movediza implica un espacio muy
amplio para ellos, en este sentido decimos, que Movediza hace referencia a una totalidad
en su percepción de las diferentes escalas. Según Seeman (2012) la escala no es meramente
matemática, su uso implica una aproximación a lo real, siendo la escala la relación entre
la dimensión de un objeto observado y su representación en sentido de una aproximación
a lo real. Lo que se refleja en el mapeo no es todo el barrio Movediza sino que trabajamos
en conjunto con los niños y las niñas para que pudieran comprender acerca del espacio
vividoy los lugares cotidianos, mediante preguntas sobre sus rutinas. Lindón (2007) nos
habla de vivencia experiencial, es decir el conocimiento personal, que una persona puede
tener de fragmentos de la superficie.
El conocimiento de los lugares por experiencia es diferente de los cúmulos de información que se
pueden almacenar y poseer de los más diversos lugares. El conocimiento experiencial es singular,
también muy localizado en el espacio y el tiempo y está asociado a que representan para las perso-
nas los encuentros, las situaciones allí vividas y las experiencias del lugar. (Lindón, 2007, p. 220)
Es por esto que el mapeo refleja fragmentos de una totalidad establecida como barrio
Movediza. El barrio es un espacio personal y propio que construye cada sujeto en relación
con los demás integrantes de la comunidad. En el espacio vivido se refleja una mayor sub-
jetividad de los individuos, debido a que afloran los sentimientos dados por la experiencia
espacial (Pinassi, 2015).
930 Albertina Fabi y Sabina Prado
La segunda parte consistió en incorporar a los dibujos sus representaciones del barrio, a
partir de los emoticones seleccionados. Para esta actividad no hubo inconvenientes ya que
todos tenían determinado acceso a la tecnología de mensajería instantánea y conocían el
motivo de su uso y los diferentes significados. Contar con este tipo de simbología es muy fa-
vorable a la hora de trabajar con niños poco familiarizados con el lenguaje escrito y les per-
mite expresar sentimientos, emociones, acciones y situaciones mediante una ilustración.
Imagen 2. Intervención en el Bibliomóvil La segunda parada del Bibliomóvil (Ima-
gen 2) fue en Misiones y Pasaje Primero. Allí
había muchos más chicos, iniciamos las ac-
tividades también dentro del Bibliomóvil,
pero luego decidimos poner una manta al
sol y ubicarnos en ronda para trabajar mejor,
no solo por el gran número de niños que nos
acompañaban que no entrabamos en el pe-
queño espacio, sino también por la experien-
cia en la parada anterior sobre sus ganas de
permanecer al aire libre.
La actividad se desarrolló de manera muy
calma, todos participaron y dibujaron su ba-
rrio, algunos con más detalle que otros, pero
todos identificando al menos su casa y los es-
Fuente: Natalia Vuksinic pacios que frecuentan.
El taller de Juegos (Imagen 3) se llevó a cabo en el CIC (Centro de Integración Comu-
nitario). Ubicado en calle La Pastora entre Chubut y Misiones, es un espacio público en
donde se llevan a cabo diversas actividades en diferentes aulas, en una de ellas que está
preparada para la Escuela de Adultos de educación primaria, proyecto Pampares tiene su
espacio de juegos. Los niños y niñas que concurren al taller permanecen en una franja eta-
rea que va desde los 8 a 11 años. La actividad Imagen 3. Intervención en el taller de juegos
se desarrolló en 1 hora 30 minutos, debido a
la complejidad del grupo, ordenar a los chicos,
explicar la actividad, lograr que la interpreten
nos llevó gran parte del tiempo.
Luego de un instante, se les presentó a los
más pequeños la primera actividad. La misma,
consistía en resolver adivinanzas sobre insti-
tuciones, calles, lugares del barrio. La respues-
ta de las adivinanzas se materializó mediante
emoticones de redes sociales, que los integran-
tes localizaron en un mapa del barrio. Los
niños y las niñas rápidamente demostraron
un gran interés por la actividad, a su vez, las
adivinanzas no resultaron difíciles de resolver.
Es interesante analizar que un número consi-
derable de emoticones fueron localizados en el Fuente: Natalia Vuksinic
entorno próximo al CIC, cabe aclarar que la
mayoría de los pequeños viven a una cuadra del lugar, precisamente en la esquina de Los
Experiencias, subjetividad y mapeo: los niños y las niñas y su percepción del barrio Movediza Tandil 931
Lirios y De la Canal. A partir de esto, se puede determinar que transitan a diario un espa-
cio que no se aleja demasiado de las viviendas donde residen. No obstante, después de que
resolvieron unas seis adivinanzas, comenzaron a mostrar signos de aburrimiento, lo que
derivó en un giro de la actividad planificada. Decidimos entonces optar por una nueva
estrategia a partir de preguntas disparadoras sobre sus sensaciones, percepciones, signifi-
caciones sobre el barrio y no perder de vista el objetivo principal que era el mapeo.
Imagen 4. Intervención en taller de cerámica Finalmente llegó la última intervención
(Imagen 4), que estaba pautada de manera
similar a lo acontecido en el Bibliomóvil. En
este caso contábamos con un espacio físico
más amplio y cerrado, ya que el taller de ce-
rámica se desarrolla en el espacio de Envión,
en la calle Paseo de los niños y las niñas es-
quina calle Azucena. Con respecto a la acti-
vidad, encontramos mayores resistencias con
este grupo, que son más grandes que los del
Bibliomóvil y el Taller de Juegos. Esto implicó
que muchas veces dejaran los dibujos incom-
pletos, pidieran hojas nuevas, no quisieran
dibujar, que se quisieran ir, que todo el tiem-
po decían que no sabían dibujar, que no les
Fuente: Natalia Vuksinic quedaba bien.
Resultados
Una vez finalizadas las intervenciones en los diferentes talleres fueron recolectadas las
producciones finales y realizamos un análisis vinculando las categorías geográficas traba-
jadas con lo que los niños y las niñas expresaron en sus producciones personales.
En primer lugar podemos afirmar a partir del análisis realizado que existe una marca-
da fragmentación de las diferentes partes del barrio desde la percepción de cada niño/a
con los cuales trabajamos. En este sentido cada uno de los talleres se identificó de manera
individual. Con respecto a los espacios que eran considerados destacados por parte de la
institución en determinados sectores del barrio, no fueron identificados por los niños y
las niñas de igual modo. Lo que sugiere una percepción diferenciada y acorde a su edad.
Por ejemplo, el ‘basurero’ en la calle Pasaje Primero, no fue referenciado por los niños y
las niñas de ese sector del Barrio como un basurero sino como un área de juego. La pie-
dra Movediza característica del lugar, visitada por turistas y que le da nombre al barrio
fue identificada como objeto ornamental alejado de sus vivencias cotidianas. La policía
aparece identificada en muchas de las producciones y en la mayoría de los casos la ubican
en la entrada del barrio, asociada en algunos casos a imágenes de enojo, o de malestar, lo
mismo ocurre con los perros callejeros que aparecen en la mayoría de las producciones.
Los niños y las niñas en su mayoría identifican espacios de ocio y bienestar por sobre
los de miedo o malestar. Estos últimos: lugares de violencia y oscuridad son espacios que
transitan los más grandes. Identifican las instituciones presentes en el Barrio y cuál es el
aporte que hace cada una de ellas. El Bibliomóvil es el espacio que mayor identificación
y sentido de pertenencia genera en los niños y las niñas. En lo que respecta a ubicación,
932 Albertina Fabi y Sabina Prado
Conclusión
En primer lugar consideramos que el desarrollo de una actividad creativa como fue
el diseño del barrio (Imagen 5), fomentó la expresión y comunicación de los niños y las
niñas, lo que a su vez enriqueció la identidad colectiva y la convivencia social del barrio.
Además, en este proceso se incorporó la dimensión espacial desde una perspectiva hu-
manista, teniendo en cuenta a los objetos
Imagen 5. Selección de producciones finales
y subjetividades de los niños y las niñas,
dando lugar a la identificación de los lu-
gares transitados y que se relacionan di-
rectamente con su vivencia experiencial.
Desde nuestra perspectiva, el trabajo
con mapas nos permitió conocer la reali-
dad y las percepciones de cada uno de los
grupos que poseen sobre Movediza. Los
espacios que transcurren los chicos en el
barrio aparecen limitados en pequeñas
escalas, materializadas en la cuadra de
su casa, entorno a la escuela y actividades
que realizan en el transcurso del día. Los
diseños cartográficos dan cuenta de una
escala menor,en relación a la ciudad de
Tandil y a su vez menor hacia adentro del
barrio Movediza.
Nuestras expectativas fueron supe-
radas en la ejecución de la propuesta.
Debido a la complejidad del barrio y en
Fuente: Natalia Vuksinic, 19-22 y 23 de Junio
particular a la trayectoria de cada uno
de los niños y las niñas y el contexto que transitan cotidianamente, considerábamos
que nos faltaban elementos en nuestra formación para trabajar y abordar la situación
de manera fructífera. Sin embargo, gracias a las observaciones y el diagnóstico previo
a la intervención, pudimos elaborar una propuesta exitosa, ya que captó la atención de
la mayoría de los niños y niñas. La instancia de juegos y actividad lúdica nos permitió
acercarnos a un nuevo grupo etario, diferente al que nos prepara el contexto formal-es-
colarizado en el profesorado.
Consideramos que la propuesta llevada a cabo resulta válida para trabajar en aulas de
nivel secundario básico ya que el uso de emoticones relacionados a las nuevas tecnologías
despierta interés en estos grupos y permitirían trabajar contenidos del diseño curricular
referentes a la ciudad y al espacio vivido dentro de la educación formal. En este sentido
coincidimos con las afirmaciones de Colon Cañellas (2005) y Sirvent et al. (2006) quienes
aseguran que existe una complementariedad entre Educación No Formal y Educación
Formal en referencia a términos, conceptos, y estructuras
Experiencias, subjetividad y mapeo: los niños y las niñas y su percepción del barrio Movediza Tandil 933
Referencias
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El espacio se construye y se transforma.
Argentina: siglo XX cambalache o piezas
de un rompecabezas global?
Patricia Beatriz Fili
Introducción
La comprensión del conocimiento geográfico, tal como se lo propone en estos con-
tenidos, constituye un aporte valioso para la formación de ciudadanos en y para la
democracia, así como para el desarrollo de capacidades intelectuales que permiten
comprender y explicar cuestiones territoriales que son relevantes en el mundo actual,
en sus diferentes regiones y en la escala local. A la vez, la enseñanza del conocimiento
geográfico en la escuela secundaria puede favorecer a que los alumnos asuman su pro-
tagonismo en los procesos de cambio social a partir del desarrollo de actitudes fun-
damentadas, críticas y comprometidas con los valores de una sociedad cada vez más
democrática, solidaria y justa.
Este sentido formativo de la asignatura se expresa en la selección, organización y se-
cuenciación de los contenidos de Geografía para los cuatro años que corresponden a cada
uno de los trayectos. Se entiende como contenidos no solo a los temas y conceptos -infor-
maciones, datos, teorías-, sino también a las herramientas y formas de conocer en Geo-
grafía, es decir, las diferentes maneras en que es posible vincularse y adentrarse en el co-
nocimiento geográfico a partir de la selección, la utilización crítica y la complementación
de diversas fuentes de información con el apoyo de algunas técnicas básicas para realizar
interpretaciones y elaboraciones a partir de ellas.
En cuarto año se plantea la enseñanza de las problemáticas políticas, sociales, históri-
cas y culturales que dan lugar a asimetrías territoriales. Se enfatiza en el papel histórico
del Estado como actor territorial clave por su protagonismo a partir de políticas públicas.
Al mismo tiempo se proponen contenidos, que por un lado presentan los principales pro-
cesos y transformaciones producidos en los espacios urbanos y rurales en la Argentina en
las últimas décadas y por el otro, permiten su contextualización desde el lugar y la inser-
ción del país en la economía global, el estudio de la actual estructura productiva argenti-
na, sus contrastes, sus problemáticas, los actores que participan, son contenidos centrales
en este año. Se pretende considerar en particular las articulaciones, fragmentaciones y
exclusiones en relación con un mundo crecientemente globalizado. A la vez, se incluye el
estudio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y/o el Aglomerado Gran Buenos Aires
promoviendo un abordaje que contemple un trabajo de campo sencillo y algunas tareas
propias de una investigación escolar.
El Estado y territorio argentino. La inserción política de la Argentina en el mundo, es un bloque
de contenidos que tiene por finalidad presentar la configuración actual del territorio ar-
gentino, sus relaciones con otros países y su inserción en el mundo como resultado de un
proceso histórico y de conflictos, negociaciones y decisiones políticas adoptadas durante
más de doscientos años. No se propone un estudio exhaustivo de dicho proceso sino una
936 Patricia Beatriz Fili
miento de consensos en el aula. En este sentido, es valioso que la/el docente ponga en juego
estrategias para la enseñanza que apoyen la construcción de descripciones, explicaciones,
interpretaciones y también de argumentaciones que colaboren a consolidar el aprendizaje
y la democrática tarea de negociar significado con los demás.
Objetivos
≈Conocer los hechos históricos fundamentales que explican la actual configuración
del territorio argentino.
≈Manejar con solvencia el mapa político argentino para localizar y buscar información
vinculada con los casos estudiados.
≈Conocer las relaciones y articulaciones que se establecen entre los diversos niveles del
Estado en la resolución de distintos conflictos.
≈Analizar la posición de la Argentina en un organismo supranacional frente a una
situación específica.
≈Seleccionar, utilizar y elaborar representaciones cartográficas variadas y esquemas a
escalas diferentes adecuadas a objetivos específicos.
Metodología
En los últimos años, la geografía escolar pretende generar situaciones de enseñanza que
inviten a los estudiantes a la comprensión y explicación de problemas socioterritoriales.
Este cambio supone un desafío para las prácticas tradicionales en las cuales las formas de
enseñar y aprender favorezcan la parcelación del conocimiento geográfico, su neutralidad
y objetividad, la preeminencia de los contenidos y las explicaciones de carácter físico-natu-
ral por sobre los de carácter social, político, económico y cultural. El sentido formativo de
la asignatura, el enfoque disciplinar y la concepción de ‘estudiante-ciudadano’ asumidos
se expresan en la selección, organización y secuenciación de los contenidos. Se entiende
por contenidos no solo los temas y conceptos -informaciones, datos, teorías- sino tam-
bién las formas de conocimiento en Geografía, es decir, las diferentes maneras en que es
posible vincularse y adentrarse en el conocimiento geográfico a partir de la selección, la
utilización crítica y la complementación de diversas fuentes de información con el apoyo
de algunas técnicas básicas para realizar interpretaciones y elaboraciones.
La estrategia didáctica priorizada es la del Estudio de Caso, que posibilita la articu-
lación de contenidos, ya sea hacia el interior del módulo o bien permite un abordaje
en profundidad que articula distintas escalas de análisis, diversos actores sociales y
múltiples dimensiones, generando una complejidad creciente de las formas de conoci-
miento de la Geografía, a través del trabajo crítico con diversas fuentes de información
y representaciones cartográficas, estudios de diversas escalas de análisis, la lectura y la
escritura de textos utilizando los conceptos propios de la disciplina, la formulación de
interrogantes e hipótesis, la organización de un trabajo de campo, la toma de encuestas
y entrevistas, entre otras.
938 Patricia Beatriz Fili
Secuencia Didáctica
“El Espacio se construye y se transforma”
Argentina: siglo XX cambalache o piezas de un rompecabezas global?
Referencias
Parte 1
Para ello debes tener una libreta y/o anotador en donde deberás tomar nota de todo lo
que te llame la atención, de los videos, música y letra del tango.
≈Identificar los elementos que puedas relacionar con los temas que trata la geo-
grafía de la Argentina. Después, leer la fotocopia del Mural del Bicentenario como
si fuera una línea de tiempo y elaborar un relato que incluya los elementos identi-
ficados anteriormente.
≈Pasaron ocho años del cumpleaños N° 200 de nuestro país, agregar tres dibujos o imá-
genes a este Mural de acontecimientos ocurridos en estos años, que pienses que ya for-
man parte de este espacio geográfico argentino que se construye y se transforma. Luego
ampliar este Mural agregando una hoja a la fotocopia y allí pegar los dibujos y/o imáge-
nes elegidas.
Parte 2
el apartado: ¿Qué significa que el país se globalizó sin integrarse?, y pensar en situa-
ciones de la Argentina que puedan explicarse con las ideas formuladas en el texto.
El espacio se construye y se transforma. Argentina: siglo XX cambalache o piezas... 941
Para pensar en
Enunciar una hipótesis acerca de las ventajas de formar parte de bloques de integración
regional. Intercambiar las ideas con el resto delos grupos.
El Mapa de mi país
Parte 4
Territorialidades diferentes
El nuevo mapa con los límites marítimos de Argentina aprobado por la ONU. El
reclamo argentino por las Islas Malvinas en el contexto de la Globalización.
a) ¿Cómo podría trabajarse el tema en la escuela? Desarrollar una actividad para reali-
zar en clase.
b) En el caso de que se reconozca la Soberanía Argentina sobre las Islas Malvinas, creen
un escudo y/o bandera que los edificios principales y en diferentes actos formales
representaría esta nueva autonomía.
Conclusión
Una visión de la Geografía plantea que el espacio geográfico es un conjunto de objetos
y acciones. Entre los objetos se incluyen los naturales y también los que fueron producidos
por las sociedades. Por su parte, las acciones se refieren a los hechos, procesos y actividades
que las personas realizan para darles vida y significado a esos objetos. La acción perma-
nente sobre los objetos a través del tiempo es lo que va construyendo y transformando el
espacio geográfico.El actual territorio de la Argentina se fue organizando como resultado
de múltiples proyectos yacciones que llevaron a cabo los gobiernos y la sociedad en distin-
tas épocas y contextos internacionales y de acuerdo con diferentes ideas e intereses.
En el inicio de ese proceso, en el territorio argentino quedaron conformadas dos gran-
des áreas asimétricas: la zona pampeana y la extrapampeana. Todas las transformaciones
repercutieron, de diversos modos, en estas dos zonas, pero la asimetría se mantuvo y se
expresó en las grandes diferencias que pueden observarse en distintos aspectos:
≈la población (formas de poblamiento, migraciones, condiciones de vida);
≈la economía (producción y circulación de capitales, mercancías e infraestructuras), y
≈el ambiente (valorización, apropiación y explotación de los recursos).
Para ello es importante que los estudiantes puedan conocer los hechos históricos funda-
mentales que explican la actual configuración del territorio argentino como resultado de
un proceso en el que se han desarrollado conflictos, negociaciones y decisiones políticas.
De esta manera se pretende generar situaciones de enseñanza que inviten a los estudian-
tes a la comprensión y explicación de problemas socioterritoriales. Este cambio supone un
desafío para las prácticas docentes en donde las formas de enseñar y aprender en donde el
enfoque disciplinar y la concepción de ‘estudiante-ciudadano’ asumidos se expresa en la
selección, organización y secuenciación de los contenidos. Por lo tanto, el objetivo es favo-
recer a que los estudiantes asuman protagonismo en los procesos de cambio social a partir
El espacio se construye y se transforma. Argentina: siglo XX cambalache o piezas... 943
Introducción
La Geografía como ciencia no está aislada de los cambios sociales, políticos, económi-
cos, culturales, pedagógicos y didácticos donde se encuentran las escuelas de nivel se-
cundario y constituyen el futuro campo profesional del estudiante del Profesorado en
Geografía. Los establecimientos son diversos y tienen proyectos educativos propios acor-
des al contexto, posicionamiento metodológico y epistemológico que los alumnos deben
conocer y reconocer como posibles escenarios laborales.
El plan de estudios de la carrera Profesorado en Geografía (UNRC) tiene una duración
de cuatro años (ocho cuatrimestres), y en el mismo se encuentran materias de carácter
obligatorio con una carga horaria de 2.855 horas y materias optativas con una carga hora-
ria de 435 horas. En relación a las horas totales del plan, las cátedras de formación docente
constituyen solo el 23,8%, completando el 76,2% restante las disciplinas específicas de la
ciencia geográfica.
La cátedra Práctica de la Enseñanza en Geografía corresponde al cuarto año de la ca-
rrera Profesorado en Geografía y pretende llevar a la práctica los contenidos construidos
por los alumnos, tanto en las disciplinas de formación docente como así también los co-
nocimientos específicos de la geografía bajo el rol de futuros profesionales. Es la primera
instancia en que los estudiantes comienzan a ejercer el rol docente, sin serlo aún.
El análisis de las vivencias, miedos, inseguridades y cuestionamientos de los estudian-
tes antes, durante y luego de sus prácticas de enseñanza fue lo que motivó a realizar la si-
guiente narración de experiencia. A su vez, se buscó dar respuesta al tratamiento de temá-
ticas propias de la Geografía con un predominio en los aspectos físicos y humanos, pero
con ausencia de contenidos específicos de la economía, siendo visible una escasa reflexión
e internalización de la transversalidad de la economía en la cotidianeidad y su relación
con contenidos propios de la Geografía en los diferentes años del Nivel Secundario, situa-
ción manifestada por docentes de instituciones educativas de la ciudad donde los alum-
nos realizaron su Práctica de Enseñanza.
Desde hace algunos años en las cátedras Didáctica Especial y Práctica de la Enseñanza
en Geografía se intenta llevar adelante un trabajo innovador extensivo a otras asignatu-
ras correlativas tanto del profesorado como así también bajo el formato de proyectos de
extensión al Nivel Secundario, ámbito donde ejercerán profesionalmente los alumnos y
futuros Profesores de Geografía.
La propuesta se encuadra dentro del Proyecto PIIMEG (Convocatoria 2017-2018) apro-
bado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNRC: Diagnosis del manejo de los contenidos
económicos para su aplicación en términos espaciales de docentes, graduados y alumnos en el Profeso-
rado y Licenciatura en Geografía donde uno de los problemas planteados hace referencia a:
falta de recursos metodológicos y competencias que posibiliten el trabajo de contenidos
946 Isabel Gualtieri, Ayelen Lavagnino, Analía Boetto y Pablo Pizzi
Desarrollo
La formación docente del Profesor de Geografía
La formación didáctico-pedagógica aspira a que el futuro profesor de Geografía sea un
educador que comprenda el contexto en que lleva adelante su tarea, conozca las caracterís-
ticas del desarrollo de sus alumnos y adapte a ello su enseñanza, sea capaz de diseñar un
programa de trabajo eficaz e innovador de su disciplina, planificar los procesos de apren-
dizaje con variedad de estrategias, reflexionar sobre su propia práctica docente, entre otras.
La formación docente debe ser entendida como trayecto, espacio flexible y de construc-
ción permanente, como un proceso integral que tienda a la construcción y apropiación
crítica de las herramientas conceptuales y metodológicas para el desempeño profesional,
centrando el protagonismo en quienes se forman, teniendo en cuenta las subjetividades,
creencias e hipótesis sobre las cuales sustentan su práctica.
Desde las diversas cátedras que integran la presente investigación: Práctica de la Ense-
ñanza en Geografía, Didáctica Especial y Geografía Económica, se propone analizar la
importancia de iniciar al alumnado en su práctica profesional antes de que acabe su for-
mación, para poder identificar fortalezas, oportunidades y debilidades al desempeño de
Microclases, instancia de formación docente en alumnos del Profesorado de Geografía 947
Metodología de trabajo
La actividad consistió en trabajar con los alumnos de tercer y cuarto año del Profesora-
do en Geografía que cursan las materias Didáctica Especial y Práctica de la Enseñanza en
Geografía en la elaboración de secuencias didácticas acordes con la realidad social donde
se implementaron.
Se buscó que los estudiantes adopten una postura de trabajo colaborativo y comprome-
tido con el desafío constante de conocer y respetar la diversidad de las instituciones y sus
contextos, creando diálogos abiertos, reflexivos y críticos, permitiéndoles a los educandos
construir sus propios conocimientos y tomar conciencia de los procedimientos que reali-
zan para alcanzarlos, logrando así un aprendizaje autónomo.
La intencionalidad fue la realización de una práctica acotada en el tiempo a manera de
Microclases, instancia de formación docente en alumnos del Profesorado de Geografía 949
3) Tercer momento o enseñanza Postactiva (análisis de lo ocurrido en la clase y en la fase del diseño)
La evaluación de la propuesta se realizó entre alumnos y profesores de las cátedras invo-
lucradas para extraer conclusiones generales sobre lo planteado.
Se llevó a cabo la socialización de la práctica abriendo un espacio a la reflexión y evalua-
ción, cada alumno relató su experiencia en la elaboración y puesta en marcha de su pro-
puesta áulica innovadora, caracterizando los diversos recursos y estrategias que utilizó.
Un importante momento de la práctica docente es el análisis de las tareas en el aula
misma, la perspectiva de un par que está compartiendo la misma experiencia, abre un es-
pacio a la reflexión en relación a cómo se desarrolla la exposición dialogada, el manejo de
los tiempos, el uso del vocabulario, el dominio del grupo. La capacidad de verse reflejado
en un par que genera devoluciones legítimas, permite potenciar la posibilidad de alcanzar
una mayor reflexión sobre la práctica en el aula, fortalecida por la mirada y la actuación
de un compañero.
Uno de los propósitos al momento de plantear la propuesta bajo la modalidad de pareja
pedagógica fue la posibilidad de alcanzar una mayor reflexión sobre la práctica en el aula,
fortalecida por la mirada y la actuación de un par, un colega, un compañero, revalorizan-
do de este modo el rol de la pareja educativa para facilitar a los estudiantes herramientas y
estrategias desde la planificación, puesta en acción, elaboración de materiales y reflexión
de intervenciones compartidas.
El practicante se destacó con fortalezas tales como el manejo conceptual, la utilización del mapa y el pizarrón.
Como debilidad remarco el manejo del tiempo, quizás tendría que haber dedicado menos tiempo a la primer
actividad para poder cumplir con el cierre de la clase y lo objetivos propuestos. (Cintia, 2017)
Finalizada esta instancia, los alumnos realizaron la autoevaluación de su propuesta de
enseñanza y práctica, señalando debilidades y fortalezas de la experiencia, y a su vez im-
plementando las modificaciones a las propuestas áulicas, si fueran necesarias, las mismas
surgidas del debate y socialización de la práctica con sus compañeros y docentes.
Esta nueva experiencia superó mis expectativas, si bien no fue una clase perfecta para mí fue un gran paso, pude
terminar la clase en el tiempo propuesto gracias al trabajo de los alumnos, que era uno de mis grandes miedos.
(María, 2017)
Me sentí muy cómodo con mi pareja pedagógica, estuvo presente en todo momento en el que necesite despejar
dudas o hacer correcciones en la planificación, además de darme algunos consejos de cómo organizar mi clase.
(Juan, 2017)
Microclases, instancia de formación docente en alumnos del Profesorado de Geografía 951
Por último se les solicitó a todos los alumnos que elaboren un informe final de ‘Microclase’
que consistió en un texto escrito donde se relata la experiencia vivida en este trayecto de for-
mación, haciendo hincapié en la autoevaluación, el análisis y reflexión de la propia práctica.
Es importante destacar que los docentes responsables de las cátedras estuvieron presentes
en todo el proceso formativo a través de reuniones de trabajo (clases y consultas) brindando
a cada alumno las correcciones y aportes en relación a la enseñanza y a la tarea docente.
Conclusiones
La experiencia Microclases me permitió llevar adelante una clase para poder experimentar nuestro rol como
docentes, desde el punto de vista práctico y desde lo teórico nos permitió planificar partiendo de nuestras ideas,
concepciones, conocimientos, y a su vez, corregir y aprender de nuestros errores. (Sofía, 2017)
… pude aprender a realizar una planificación, a redactar objetivos, a plantear actividades, conocer diversas he-
rramientas y recursos que pude utilizar para llevar a cabo el proceso de enseñanza – aprendizaje. (Juan, 2017)
La sociedad del siglo XXI demanda capacitar alumnos que se desempeñen con auto-
nomía, competencia y permeabilidad en los distintos escenarios en que puedan ejercer
su futura profesión, el desafío es cómo dar lugar para que cada uno construya su propio
recorrido. Durante el período de formación, el futuro profesor debe vivir experiencias
que desarrollen sus competencias personales, base fundamental en el ejercicio profesio-
nal y que tiene especial relevancia para la configuración de un perfil docente, por lo que
desde las cátedras -Didáctica Especial y Práctica de la Enseñanza en Geografía- se co-
menzó a pensar y a trabajar en diversas alternativas para lograr mayores intercambios, a
partir de un trabajo en conjunto, promoviendo la posibilidad de habilitar otros espacios
de discusión y acción.
El análisis de los relatos de experiencias sobre la práctica en el aula y el trabajo en pa-
reja pedagógica de los alumnos practicantes, resultó una estrategia muy positiva, ya que
lo que en primera instancia se planteó como un dispositivo de ayuda para disminuir el
temor de inseguridad, manifestado por los estudiantes para afrontar su primera expe-
riencia frente a alumnos, resultó más enriquecedor aún por todo lo que dicha experien-
cia supo generar en ellos.
La experiencia no solo me permitió evaluar a mi compañera, sino que pude autoevaluarme y analizar la impor-
tancia de comprender la educación como un proceso, el cual se va construyendo con todas las actividades pro-
puestas por la cátedra para iniciarnos en la docencia, el quehacer cotidiano de cada uno y las acciones recíprocas
que se promulgan en la mayor parte del tiempo. (Tomas, 2017)
La aproximación temprana al aula permite al estudiante ir complejizando sus cono-
cimientos, estableciendo mayores conexiones entre sus saberes y desplegando habilida-
des de comunicación que solo pueden ser desarrollados en un contexto real. Además se
buscó promover vínculos entre alumnos de la carrera Profesorado en Geografía de la
Universidad Nacional de Río Cuarto, alumnos y docentes de diferentes Instituciones de
Nivel Secundario de la ciudad y que los alumnos que se encuentran cursando “Didáctica
especial” tuvieran un primer contacto y experiencia como docentes llevando adelante
‘Microclases’, guiadas y orientadas no solo por los profesores de las cátedras sino tam-
bién por los alumnos que cumplían el rol de pareja pedagógica. Mediante esta actividad
se buscó también favorecer el intercambio de ideas entre alumnos de diversos años de
la carrera Profesorado en Geografía y el abordaje de contenidos Geográficos orientados
exclusivamente a lo económico.
952 Isabel Gualtieri, Ayelen Lavagnino, Analía Boetto y Pablo Pizzi
Referencias
Anijovich, R.; Cappelletti, G.; Mora, S. y Sabelli, M.J. (2009). Transitar la formación pedagógi-
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Una modalidad para transferir la perspectiva de género en
la currícula de Geografía: el Taller de las Desigualdades
en el mundo, tomando el caso particular de China
Diana Lan, Santiago Linares, Ignacio Iturrioz, Leandro Marzullo y Andrea Salla
Introducción
La Cátedra Libre denominada Género, Sexualidades y Violencia, sintetiza el problema acu-
ciante que atravesamos en la actualidad y persigue la meta de dar abrigo a todas las ini-
ciativas de la Facultad de Ciencias Humanas (FCH), en un momento histórico, donde
debemos formarnos para dar respuesta a las injusticias de la sociedad patriarcal, y a su vez
porque entendemos que desde las Ciencias Sociales tenemos la obligación de trabajar en
pos de la igualdad para pensar en otro mundo posible.
De la misma manera debemos reflexionar sobre el espacio como elemento central para
la comprensión de las relaciones de género. Cada organización espacial es producto y con-
dición de las relaciones de género instituidas socialmente, sin embargo se presentan jerar-
quizadas con primacía de los hombres en relación a las mujeres.
La universidad debe comprometerse frente a una realidad que nos golpea cotidiana-
mente, que ha adquirido una dramática visibilidad como es la violencia de género y en
particular la Geografía tiene mucho para decir para comprender el espacio producto de
las relaciones de poder.
En este trabajo se va a desarrollar la experiencia áulica, que se obtuvo al desarrollar el
Taller de Transferencia de Género (TTG), que surge como forma de acreditación luego de
realizar la Cátedra Libre Género, Sexualidades y Violencia donde abordamos temas referidos
a nuestra disciplina, la Geografía.
trayectos formativos de las carreras en nuestra facultad, asumiendo una decisión política
y un accionar sobre diferentes cuestiones tales como la violencia de género o el sexismo y
comprometerse frente a estas realidades.
Al finalizar los encuentros, para poder acreditar la Cátedra Libre como Seminario Cu-
rricular, los estudiantes deben realizar una presentación sobre un tema específico referido
a género en un ámbito áulico. Nuestro grupo desarrolló la temática Geografía de Género la
cual fue llevada a cabo dentro de la cátedra Técnicas en Geografía I en la que realizamos un
análisis con una orientación cuantitativa a escala mundial.
Presentación de TTG
El taller lo dividimos en cuatro momentos para la explicación: la historia de la geografía
feminista, explicación de distintos conceptos referidos al género, utilización de mapas y
gráficos para mostrar las desigualdades de género, y un estudio de caso para plantear las
desigualdades de género en China.
Para comenzar explicamos resumidamente el proceso histórico en el que se llevaron
a cabo las temáticas referidas al género y al feminismo, primero a nivel mundial, luego
a nivel latinoamericano y finalmente a nivel nacional, como también los objetivos de
estos movimientos y su historia. Cómo son sus orígenes en la década de 1970, la difícil
incorporación de este pensamiento en Latinoamérica, y su consolidación con la Geo-
grafía en la década de 1990 y la actualidad, desarrollándose principalmente en Brasil y
Argentina y comenzando a vincular los conceptos de género y territorio atravesados por
relaciones de desigualdad.
Para contextualizar el trabajo desarrollamos diferentes conceptos claves referidos al
género, utilizados frecuentemente para abordar estas cuestiones, tales como violencia
de género (cualquier acto violento o agresión, basados en una situación de desigual-
dad en el marco de un sistema de relaciones de dominación de los hombres sobre las
mujeres), los femicidios (acto de violencia extrema que conlleva al asesinato misógino
de mujeres cometido por hombres, solo por el hecho de ser mujer) y espacio de género
(lugar de choque permanente de la diversidad, el lugar de conflicto, en donde se atra-
viesa una construcción social entre hombres y mujeres) (Lan, 2011, p. 3), entre otros. El
conocimiento de los conceptos clave referidos al género y específicamente los señalados
anteriormente, en Geografía, nos permiten no estar ajenos a lo que se habla cuando se
tratan temas dentro de este ámbito.
Además, graficamos la situación de manera cuantitativa a través de diferentes mapas y
gráficos que ilustraban las desigualdades de género a nivel global (Gráfico 1), visto desde
distintos puntos como el acceso al trabajo, la preferencia de sexo sobre los hijos, o la legali-
zación del aborto, y así poder comprender cómo se viven y dan las diferentes situaciones de
desigualdad de género en diferentes culturas y ámbitos en el mundo. Por ejemplo, anali-
zamos en la Imagen 1 la situación legal de los abortos en diferentes países, o las diferentes
posibilidades de acceso a la educación en los distintos continentes, entre otros.
Para ejemplificar y mostrar concretamente un caso extremo en las desigualdades de
género, tratamos el caso de China, a partir de la legalización del aborto como una política
pública dentro de ese país, ya que por décadas sostuvo la obligatoriedad del “hijo único”,
desde el año 2015 se permitía alcanzar los dos hijos por pareja y en la actualidad ya se
eliminó esa restricción. De esta manera el aborto era obligatorio y la preferencia de hijos
Una modalidad para transferir la perspectiva de género en la currícula de Geografía:... 955
varones fué inmensa (Imagen 2). Entonces la situación de sobrepoblación repercute fuer-
temente en las mujeres en un contexto de una cultura fuertemente patriarcal.
Gráfico 1. Posibilidades de acceso a la educación
Conclusión
Como cientistas sociales, formadoras y formadores de profesionales que se desempeña-
rán en el ámbito educativo no podemos desconocer una de las dimensiones de la desigual-
dad que ha atravesado la historia de la humanidad como lo es la desigualdad de género.
Desconocer las normas y pautas culturales que asignan a las mujeres (y a otros grupos de
disidencia sexual) un estatus inferior en la interacción social, como pueden ser los valores
androcéntricos que subestiman los atributos asociados a la feminidad, justifican la vio-
lencia de género y promueven estereotipos sexuales.
Corregir las injusticias de género implica, en muchos casos, poner en marcha políticas
de reconocimiento que suponen una reestructuración profunda del orden simbólico-cul-
tural patriarcal y de la heteronormatividad, que se asocia con la deconstrucción, junto al
tipo de políticas afirmativas de la identidad que buscan devolver la estima a las mujeres (y
claro está a los diferentes colectivos sexuales) mediante un reconocimiento de sus atribu-
tos diferenciales y de su legítima lucha en favor de la igualdad económica, política y social.
La Cátedra Libre, los seminarios curriculares y su materialización en la multiplicación
del saber por medio de los TTG, constituyen un instrumento hacia la toma de conciencia
de que solo a través de la educación es que llegaremos a otro mundo posible.
En el desarrollo del TTG se realizó un recorrido general sobre lo trabajado en los dife-
rentes encuentros de la CL y se analizó el caso de China, para incentivar el proceso de en-
señanza y reflexionar sobre los distintos significados que pueden alcanzar las cuestiones
de género, dependiendo de los contextos históricos, políticos culturales y espaciales.
Una modalidad para transferir la perspectiva de género en la currícula de Geografía:... 957
Referencias
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Experiencias de articulación en Geografía1
Lidia Soria, Cecilia Chiasso, Mariana Alvarenga, Clara Cantarelo
Jonathan Moya Blanco y Aluminé Villarreal
Introducción
El Grupo de Estudios sobre Procesos Socioespaciales (GEPSE) del Departamento de
Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Luján (UNLu), viene realizando desde
hace varios años actividades de extensión con distintas escuelas secundarias e institutos
de nivel terciario del área de influencia de esta alta casa de estudios, cumpliendo así con
una de las funciones principales de la universidad; la extensión, además de la docencia y
la investigación.
En la experiencia con el nivel secundarioparticipan docentes y estudiantes avanzados
del Profesorado y la Licenciatura en Geografía de la UNLu, así como también profesores y
estudiantes de la materia Geografía de las escuelas participantes, cuyo propósito se centra
en la construcción de puentes académicos que buscan intercambiar y compartir saberes,
contenidos y metodologías de investigación.
Vale destacar que la puesta en práctica de esta interrelación y sus resultados recibieron
la aceptación y el reconocimiento tanto de las autoridades de la universidad como de las
autoridades regionales, distritales y escolares de la Dirección General de Escuelas.
En el presente trabajo se presentan los objetivos y metodologías que promueven a esta
experiencia de extensión, y el desarrollo y los resultados de esta tercera etapa. Por otra
parte se seleccionó un trabajo y los resultados arribados por los estudiantes-investiga-
dores, a modo de ejemplo, de los diferentes trabajos llevados a cabo en las escuelas y que
culminarán en una publicación.
Objetivo general
En el marco de este Proyecto se busca vincular la actividad docente, de investigación
y extensión del GEPSE del Departamento de Ciencias Sociales de la UNLu con escuelas
secundarias del área de influencia de la universidad, que según sus currículas educativas
deben desarrollar en su último año (6to. año) actividades de investigación escolar.
Objetivos específicos
Entre los objetivos específicos se destaca la transferencia pedagógica hacia la comunidad
educativa, la articulación con los directivos de las escuelas que participan en la organización,
desarrollo y ejecución del diseño del proyecto a llevar adelante y el asesoramiento a los profe-
sores durante la aplicación y desarrollo del Proyecto, así como el seguimiento de las etapas de
investigación a cargo de los estudiantes quienes son orientados por su docente tutor.
1 Continuación del Proyecto denominado: Articulación entre la Universidad y la Escuela de Nivel Medio: Investigación Escolar
y Académica. Segunda Etapa. 2015-2016. Directora Dra. María Lidia Soria, Codirectora Lic. Cecilia María Chiasso. In-
tegrantes extensionistas: Prof. Pablo Gamundi, Prof. Clara Cantarelo. Estudiantes: Jonathan Moya Blanco, Aluminé
Villarreal, Tania Ramírez.
960 L. Soria, C. Chiasso, M. Alvarenga, C. Cantarelo, J. Moya Blanco y A. Villarreal
Metodología
Respecto de la metodología empleada se basa en estrategias didácticas de estudio de
caso, como ya se mencionó, que conllevan al desarrollo y articulación de aspectos teóricos
metodológicos (Sautu, Boniolo, Dalle y Elbert, 2005) y de trabajo de campo, abordando
problemáticas socio-territoriales y ambientales locales en las escuelas involucradas a tra-
vés de un trabajo articulado de los estudiantes y sus profesores tutores quienes a su vez
reciben orientaciones y asesoramientos de los docentes-extensionistas acompañados por
los estudiantes que integran el GEPSE.
Las problemáticas locales de interés propuestas, seleccionadas en consenso con los
estudiantes y sus tutores de las escuelas participantes, se desarrollan bajo una propuesta
didáctica basada en la investigación escolar (García y García, 1993), en el marco de las
teorías y supuestos conceptuales propios de la Geografía (Capel, 2009). Por otra par-
te,las problemáticas locales se trabajarán en concordancia a los lineamientos dados, los
diseños curriculares vigentes de la provincia de Buenos Aires, y a través de tres fases
principales de trabajo: 1) Presentación del proyecto, metodología, criterios y formación
de grupos de trabajo; 2) Participación y trabajo de todos los actores involucrados en el
Proyecto, incluyendo actividades de trabajo de campo; y 3) Presentación y exposición de
los resultados de las investigaciones escolares en el ámbito universitario en el marco de
un trabajo conjunto, crítico y reflexivo.
En este sentido se destaca la importancia y dinámica de la metodología aplicada en tanto
propone estrategias de trabajo conjunto e interrelacionado entre los diferentes actores in-
volucrados en esteproyecto, cuya dinámica se extiende más allá de la propia Universidad.
Desarrollo
En cumplimiento de los objetivos planteados del proyecto se realizan diferentes activi-
dades, entre ellas, la presentación del mismo a los directivos y profesores de las escuelas,
la coordinación de las primeras acciones y la formación de equipos de trabajo, además de
la unificación de criterios utilizados para la realización de los trabajos. Por otro lado, se
continua con la etapa de participación y trabajo conjunto que contiene a todos los actores
que componen el Proyecto de Extensión, conformados como se menciona anteriormente
por docentesy estudiantes avanzados del grupo GEPSE, a fin de alcanzar la redacción del
informe y la posterior presentación final a modo de exposición por parte de los participan-
tes en la sede de la Universidad.
Es importante señalar que se realizan reuniones previamente programadas entre los
integrantes del grupo y los docentes-tutores de las escuelassecundarias a fin de intercam-
biar ideas e inquietudes sobre el desarrollo del proyecto, así como también acerca de los
aspectos teórico-metodológicos de la Geografía como disciplina. Además, se orienta en la
identificación y elección de las posibles problemáticas elegidas por los alumnos de 6to año
para que sean abordadas desde el marco de trabajo propuesto por el Proyecto. A la vez cada
encuentro propone articular las prácticas de investigación (García y García, 1993) realiza-
das bajo el contexto de la Universidad e interrogantes propuestos por los estudiantes y los
profesores de las escuelas.
La experiencia de participación mancomunada y los resultados de las investigaciones es-
colares constituyen, sin duda, el fin fundamental de esta actividad de extensión, dado que
es imprescindible articular la investigación realizada dentro de la Universidad en relación
Experiencias de articulación en Geografía 961
con la docencia en los distintos niveles de enseñanza. En este sentido, la práctica áulica
se torna muy valiosa para contribuir al proceso de investigación escolar por las distintas
acciones que se llevan a cabo, así como a los resultados exitosos del proyecto de extensión.
Los estudiantes de las escuelas trabajan orientados por sus profesores-tutores en las cla-
ses de Geografía, quienes forman grupos de trabajo mediante los cuales realizan las salidas
de campo, organización, redacción y elaboración del informe final (Chiasso et al., 2017).
Cada año de puesta en marcha del proyecto de extensión se fueron sumando progresi-
vamente escuelas, docentes y estudiantes de diferentes partidos (Gráfico 1).
En cuanto a los diferentes trabajos
Gráfico 1. Cantidad de escuelas que participaron en el proyecto
presentados, a lo largo de estos cinco
años de implementación del proyecto
Cantidad escuelas que participaron de extensión, se destacan como temáti-
en el proyecto
cas elegidas (Hiernaux y Lindón, 2006):
15
5 5 8 9 las transformaciones y diferentes usos
del suelo urbano, las problemáticas so-
2013 2014 2015 2016 2017 ciales y las ambientales, los derechos
sociales, entre otros; evidenciando la
Fuente: elaborado por el Equipo diversidad de intereses e inquietudes
que manifiesta cada comunidad edu-
cativa correspondiente a las escuelas que integran esta experiencia de extensión (Chiasso,
et al., 2016). En este sentido, en el ciclo lectivo del año 2017 se presentaron algunas de las si-
guientes investigaciones escolares que próximamente serán compiladas en una publicación:
1- Transformaciones Territoriales
≈El Paso del Espacio Rural a Rururbano en Saladillo entre los años 1990 y 2017 y Los
Cambios en el Uso del Suelo, La Conformación del Espacio Rururbano y el Desplaza-
miento Poblacional. EES Nº 2. Saladillo.
≈Los Cambios en la Territorialización del Contexto de la EES N° 5 Saladillo.
2- Cuestiones Ambientales
≈Contaminación de los Residuos Sólidos Urbanos entre la zona de Tres Marías y Tomas
Guido y Los Microbasurales en José C. Paz. EES Nº 1. San Miguel.
≈Podemos Transformar Un Espacio Negativo En Positivo. Podemos Transformar El Ba-
sural… Empecemos Hoy. EES N° 5. José C. Paz.
≈Inundación de la Localidad de Capilla del Señor (Exaltación De La Cruz) en Agosto del
2015: Causas, Efectos y Soluciones. Instituto José Manuel Estrada, de Capilla del Señor.
3- Cuestiones Sociales
≈El Pueblo QOM y la Conflictualidad sobre el Derecho a la Tenencia de Tierras. Instituto
San José. Moreno.
≈Cruce de Las Latas: Caos de Tránsito. EES N° 2. General Rodríguez.
≈Arte Urbano como Expresión Cultural de La Sociedad en Luján y Relevamiento del Viejo
Cementerio de Luján en el Barrio San Bernardo. Colegio Los Tilos, Luján.
962 L. Soria, C. Chiasso, M. Alvarenga, C. Cantarelo, J. Moya Blanco y A. Villarreal
≈La Percepción: Barrio Agua De Oro y Venta Ambulante en General Rodríguez. EES N°
2, General Rodríguez.
2 La EES N° 2 de General Rodríguez participa en el Proyecto de Extensión del grupo GEPSE por tercer año consecutivo.
3 Benítez, Diana; Cámara, Sharon; Romero, Carla; Segovia, Nahuel. 6to Año A.
Experiencias de articulación en Geografía 963
Objetivo general: Conocer los riesgos que se presentan a causa de los problemas de
tránsito en la parada Las Latas de General Rodríguez.
Objetivos específicos: Indagar porque la intersección de las rutas en la parada Las
latas se genera un problema de tránsito en las horas pico y como afecta este proble-
ma de tránsito a los vecinos de la zona. Entrevistar a las autoridades de Dirección
de tránsito para conocer las posibles soluciones que se le pueden dar a esta proble-
mática.Analizar recortes periodísticos y mapa de accidentes en la parada Las Latas.
Hipótesis: el problema de tránsito que hay en el cruce de la parada Las Latas, General
Rodríguez se debe al mal trazado de las calles y al incremento de vehículos de gran
porte que provienen del Polo Industrial, ocasionando accidentes.
Metodología: El abordaje metodológico que se utiliza para el desarrollo de la investi-
gación será a partir de la recolección de diferentes datos cualitativos y cuantitativos
los cuales se realizó una triangulación. Se realizaron encuestas y/o entrevistas a los
vecinos y peatones que viven y transitan por el cruce de Las Latas. También se ana-
lizaron planos y fotos de la zona incluyendo mapa de accidentes, y recortes perio-
dísticos. Se construyeron preguntas acordes a la problemática para la realización de
encuestas y entrevistas, tabulación de datos y confección de gráficos, utilización de
sitios referentes de internet, búsqueda de fotos que posibiliten analizar visualmente
la situación. Realización del informe final.
Antecedentes históricos de General Rodríguez: luego de la inauguración de la línea del
ferrocarril del oeste entre Moreno y la villa de Luján, el presidente de esta empresa
solicita al gobierno de la provincia la creación de una estación y el pueblo sobre el
ramal mencionado, entre los terrenos donados por el monje Nicolás Hernández; el
señor Julián Alfonso y por el Dr. Bernardo de Irigoyen. La autorización fue concre-
tada el 12 de mayo de 1865, dejando a disposición la formación de una comisión
vecinal con el objetivo de que fomente el pueblo.Luego de la intervención del ferro-
carril, se extendieron de inmediato los trabajos de fundación. A partir de esto el
pueblo quedó bajo la jurisdicción de la villa de Lujan, hasta la sanción de la ley del
25 de octubre de 1878, donde el pueblo de General Rodríguez dejó de pertenecer a la
jurisdicción de la villa de Lujan, creándose así el partido en honor al ex gobernador
de Buenos Aires; Martín Rodríguez.
Desarrollo: Durante varios meses se fue realizando la investigación sobre el mal tra-
zado de las calles ubicadas en el cruce de Las Latas de General Rodríguez; se analizó
cómo afecta a los peatones y a los vehículos que trascurren por esa intersección en
su vida cotidiana con la realización de encuestas.
Por otro lado, se hizo una entrevista al Director de tránsito para saber si se bus-
caba algún tipo de solución a este problema y para determinar cuál es el nivel de
accidentes ocurridos en ese cruce.
Llegando al final del informe con la realización de un trabajo de campo se ana-
lizaron fotos del lugar para observar el nivel de flujo de tránsito de ese cruce (Imá-
genes 2, 3, 4 y 5).
En las fotos se puede observar el gran flujo de tránsito que se presenta en el cruce
de Las Latas y en la Imagen 6 el enlace entre el cruce de Las Latas y el Polo Industrial.
964 L. Soria, C. Chiasso, M. Alvarenga, C. Cantarelo, J. Moya Blanco y A. Villarreal
Fuente: www.wikipedia.com
Gráficos 1, 2, 3 y 4
1 2
3 4
Gráficos 5, 6, 7 y 8
5 6
7 8
Luis Billone: Sí, en realidad Las Latas está ocupando uno de los primeros lugares accidentológicos en
la ciudad, ahí en Las Latas está planificado lo que es una rotonda; una rotonda y semáforos. Así que
bueno, está un poco estancada digamos la construcción o por el momento está un poco estancado lo que
es la materialización de esta obra.
Luis Billone: Bueno ya hay un presupuesto, hay un proyecto armado y nosotros creemos que en el año
siguiente seguramente van a estar colocados los semáforos en función a los accidentes, nosotros estamos
haciendo controles periódicos, de hecho entendemos que los accidentes se generan muchas veces por el
exceso de velocidad. Estamos haciendo controles con un vehículo foto multa; un vehículo que se dedica
solamente a controlar las velocidades máximas, el vehículo es móvil lógicamente y opera a la altura de la
fraternidad a la altura de Rafo ruta 24 a la altura del hospital, las últimas estadísticas accidentológicas
demuestran que comparando el primer semestre del 2015 con el primer semestre del 2017 disminuye-
ron un 38% los accidentes pero son estadísticas que… y esto por ahí es lo más creíble porque a veces las
estadísticas que hace el gobierno la gente quizá entiende que puede ser manejadas. En este caso estas
estadísticas fueron realizadas por diferentes ONG que están ligadas a la seguridad vial y bueno, han
demostrado que el primer semestre de este año como te estaba diciendo comparándolo con el primer
semestre del 2015 los accidentes bajaron un 38% y bueno, producto de los operativos, producto de que
hemos aumentado un 3000% la cantidad de contravenciones. O sea que en administraciones anteriores
se realizaban cien multas por mes y hoy se realizan tres mil, hemos aumentado un mil por ciento la
cantidad de secuestros; todo estos accionares nos dio como resultado una disminución como vuelvo a
reiteran que un 38% menos de accidentes.
Entrevistador: ¿Cree que el Polo Industrial que se ubica sobre la ruta 24 influye sobre el problema de
tránsito en la parada Las Latas?
Luis Billone: Sí, un impacto tiene; el Polo Industrial que tenemos en la ruta 24 lógicamente lleva a que
exista más cantidad de transporte, más cantidad de camiones, esos mismos camiones tienen la necesi-
dad, la mayoría, de cruzar por el cruce de Las Latas y esto genera más anarquía vial por eso no creo que
falte mucho tiempo para instalar semáforos en el lugar, el semáforo en realidad lo que hace es reducir y
mucho las posibilidades de accidentes pero lógicamente aumenta también quizá las famosas caravanas
de la ruta porque al estar regulados los pasos seguramente el automovilista va a tener que tener un po-
quito más de paciencia para poder atravesar Las Latas pero bueno es parte del ordenamiento y yo estoy
a favor del ordenamiento y estoy a favor de que si se tiene que tomar una medida y esta genera quizá
un poco más de retraso en el automovilista bueno, lo debe hacer en pos de la seguridad y esto lo digo
porque como se ha observado, hemos colocado reductores de velocidad en la parada Concordia, en todo
el trayecto Bernardo Irigoyen, en diferentes barrios de la ciudad donde era necesario que el automovi-
lista pase como se debe, a una velocidad que debe pasar un vehículo en una zona urbana,…nos estamos
tomando en serio de lo grave que es un imprudente al volante y aunque muchos disienten conmigo sobre
la colocación de loma de burro yo digo siempre lo mismo; estamos priorizando la vida humana antes
que un tren delantero.
En la Imagen 7 se puede observar con los puntos marcados los casos de accidentes
en el cruce de Las Latas hasta el año 2016.
Experiencias de articulación en Geografía 967
Conclusión
En este informe hemos expuesto los resultados de nuestra investigación sobre el
problema de transito que se puede observar en la parada Las Latas de General Rodrí-
guez, con la realización de encuestas a habitantes de la zona, entrevistas a los encar-
gados de dirección de tránsito de General Rodríguez, análisis de recortes periodísti-
cos, análisis de planos y mapa de accidentes. El procesamiento que se efectuó da una
notable referencia de que el cruce está mal diseñado; con los datos de las estadísticas
obtenidas de las respuestas percibidas por los vecinos y peatones que circulan por
esta zona (de 50 vecinos y peatones del lugar, un 56% opinó que la planificación del
cruce en relación a la infraestructura es mala, el mismo porcentaje de personas no-
tificó que la ocurrencia de accidentes en el cruce es a diario y un 50% manifestó que
los accidentes ocurridos eran más notables a las horas pico) Y encuestas realizadas
a conductores (de 50 conductores a un 38% se le dificulta al momento de concurrir
por este cruce, mientras que el 14% ha sufrido algún tipo de accidente en este cruce
y un 74% opina que se genera más tránsito en horarios pico). Por parte del director
de tránsito Luis Billone se considera que el Polo Industrial que se ubica sobre la ruta
24 es una gran influencia, ya que el cruce es el único método de que los vehículos de
gran porte puedan entrar y salir; además informa la existencia de un proyecto con
un presupuesto armado, donde está planificada una rotonda y semáforos. Estima el
inicio del proyecto para el año 2018.
968 L. Soria, C. Chiasso, M. Alvarenga, C. Cantarelo, J. Moya Blanco y A. Villarreal
Consideraciones finales
Para finalizar este trabajo queremos destacar la exitosa participación de jóvenes estu-
diantes acompañados por sus profesores a las Jornadas Anuales de Presentación, las que
concurren entre 150 y 200 estudiantes que exponen sus trabajos con diferentes temáticas
y experiencias a través de la utilización de diversas herramientas visuales como el Power
Point, videos realizados y editados por los mismos estudiantes, que representa la culmina-
ción de todas las etapas y actividades realizadas en el marco del Proyecto de articulación.
También es importante destacar que estas experiencias académicas se plasman en la edi-
ción de una publicación anual con recursos propios del grupo y de la UNLu.
Asimismo, un aspecto importante a señalar, es la actitud respetuosa y valorativa por
parte de los jóvenes, tanto de los que participan y exponen como aquellos compañeros que
asisten a la exposición, acompañados por sus profesores y autoridades, resaltando toda la
actividad realizada durante el año en sus aulas, y también el compromiso con ellos mis-
mos frente al desafío y la mirada hacia un cercano futuro con la posibilidad de continuar
sus estudios universitarios.
En las Jornadas de presentación de las investigaciones se genera un ámbito de traba-
jo articulado y momentos de reflexión y debate sobre nuevas herramientas de enseñan-
za-aprendizaje en las escuelas de nivel secundario, alcanzándose, de esta manera, uno de
los principales objetivos del Proyecto. (Imágenes 8 y 9).
Imágenes 8 y 9. Estudiantes participantes en la Sede Central de Luján, años 2016 y 2017
Referencias
Capel, H. (2009). Geografía Humana y Ciencias Sociales. Una perspectiva histórica. Rosario: Pro-
historia Ediciones.
Chiasso, C.; Soria, L. y Goldwaser, B. (2016). Prácticas de Extensión Universitaria. Terri-
torios y Currículas se acercan. Jornadas de Extensión del Mercosur (JEM). Centro Regional
San Miguel. Universidad Nacional de Luján. Tandil.
Chiasso, C.; Soria, L.; Gamundi, P.; Cantarelo, C. (2017). Geografía, extensión universi-
taria e investigación escolar. Congreso de Universidades Públicas Nacionales. Universidad
Nacional del Nordeste. Resistencia.
Experiencias de articulación en Geografía 969
Introducción
La ciudad es una de las más antiguas e inacabadas creaciones humanas, donde es po-
sible espacializar las relaciones sociales en su más íntima esencia social e histórica; pro-
ducto y obra del hombre, lo cual incorpora a su evolución el movimiento propio de la vida
humana, el dinamismo de la sociedad.
Además de imprecisa, la noción de ciudad refiere variadas acepciones, asociaciones, re-
presentaciones, símbolos y percepciones vinculados con la experiencia, lo vivido; con lo
imaginado y lo anhelado; con lo real, lo fáctico. Puede ser un conjunto de edificios, casas,
parques, calles, monumentos. En otro plano, puede ser un conjunto de intereses, senti-
mientos, emociones, tensiones y sueños vinculados a las relaciones entre las personas.
La ciudad es, en primer lugar, un producto humano que se mueve, construye, cambia y
transforma al compás de la vida humana, de la sociedad en el tiempo1.
Este proyecto tiene por objeto orientar a los alumnos para que, a partir de la conforma-
ción de equipos de cinco/seis integrantesplanifiquen una ciudad nueva, una urbaniza-
ción cerrada en la periferia o un área periurbana, como si fueran empresas constructoras,
previo trabajo de investigación que complementen los conceptos explicados en clase y los
contenidos previos que poseen los alumnos por el simple hecho de vivir en la ciudad de
Buenos Aires o en sus alrededores2 alrededores2.
Metodología
≈Primeramente en clase se dan los contenidos priorizados: diferencias entre espacios ur-
banos y rurales. Factores demográficos y actividades económicas predominantes. Tipos
de planos: ventajas y desventajas. Problemáticas urbanas. Cambios en los usos del suelo.
≈Repaso de contenidos dados en primer año: ambientes (características climáticas); re-
cursos: su clasificación y forma de aprovechamiento. Sustentabilidad. Energías alterna-
tivas.
≈Se analizan los conceptos relacionados con “segregación socio territorial” y sus repre-
sentaciones.
Desarrollo
a. Primer paso
Decidan qué tipo de ciudad es la que quieren planificar: una ciudad para que la gente
desarrolle una vida comunitaria o introspectiva, una ciudad que no se diferencie de la vida
1 Terán, Fernando. Ciudad y urbanismo en el mundo actual. Madrid: Ministerio de Asuntos Exteriores (s.a), 2 vols.
2 La Cueva, Aurora. La enseñanza por proyectos: ¿Mito o reto? Revista Iberoamericana de Educación N° 16. Educa-
ción y Pedagogía. IX (19): 39- 82, 1997.
972 Patricia Gladys Tomé
rural o cívica, una ciudad turística o multifuncional. Elijan un nombre para su ciudad o
barrio cerrado.En el caso de organizar un área periurbana deberán tener en cuenta qué
tipo de actividades económicas desarrollarán (por ejemplo: agrícola, industrial, etc.).
b. Segundo paso
Elijan un sitio de asentamiento teniendo en cuenta que puede ser uno conocido, uno de-
seable o uno imaginado. Consideren las condiciones que presenta el ambiente: las formas
del relieve, la cercanía al agua, el clima, la vegetación, etc. ¿La localizarán sobre un frente
marítimo, a orillas de un río o lago, en la montaña o en la planicie? Consideren para la
elección todos los pasos posteriores (por ejemplo las formas de alimentación energética,
las vías de comunicación, las actividades económicas, etc.).
c. Tercer paso
Piensen cómo serán los sitios en donde van a vivir las personas: viviendas individuales,
colectivas, etc. También consideren la distribución de la energía, cómo dispondrán los ser-
vicios y la evacuación de los efluentes cloacales e industriales y los residuos. Deben tener
en cuenta el uso de los transportes particulares y colectivos (ferrocarril, barcos, ómnibus,
etc.), y las vías de transporte. Lo mismo si deciden organizar un espacio rural.
Luego, diseñen de qué manera las actividades se desarrollarán en el espacio, y desig-
nen áreas para cada uno. ¿Dónde se ubicarán los espacios para el esparcimiento? ¿Habrá
plazas y/o parques? ¿Dónde se ubicarán las áreas comerciales, residenciales e industria-
les? ¿Habrá rascacielos, por qué? ¿Qué actividades económicas se realizarán en el espacio?
¿Primarias, secundarias, ambas? En el caso de espacios urbanos: elijan qué tipo de patrón
morfológico organizará la nueva ciudad de acuerdo a las características definidas (plano
en cuadrícula, radiocéntrico o irregular).
d. Cuarto paso
Observen cómo es su espacio ideal y cómo son los espacios reales; compárenlos e identi-
fiquen diferencias y coincidencias. Tengan en cuenta los problemas ambientales que pre-
sentan los espacios reales y planteen soluciones.
e. Quinto paso
Organicen un folleto digital (issue, calaméo) explicando las características de la ciudad
planificada teniendo en cuenta que debe figurar:
≈El plano según las características definidas por el grupo
≈El nombre elegido para la nueva ciudad
≈Los beneficios que supone habitar en esta ciudad ideal
≈Una descripción detallada de sus particularidades de acuerdo con lo pedido en los pun-
tos anteriores
Actividad final
Confeccionen una maqueta donde quede representado un sector o la totalidad del espa-
cio por ustedes proyectado (el tamaño no debe superar el de un banco del colegio).
Organicen una exposición oral de sus proyectos para explicar sus conclusiones y por
qué debería elegirse cada uno de los nuevos espacios urbanos, periurbanos o rurales
como ‘un lugar ideal’.
Pensando mi ciudad ideal 973
Conclusión
Estudiar la ciudad, lo urbano, implica, entre otras cosas, asumirlos como espacios geo-
gráficos apropiados y construidos socio-culturalmente para así formar ciudadanos há-
biles en el ejercicio de una crítica constructiva promovida a partir de la participación de
nuestros alumnos en proyectos que fomenten la consolidación de ciudades más sustenta-
bles y con mejor calidad de vida.
La propuesta se potencia con la creatividad y el análisis crítico a la luz de la incorporación
de la tecnología en educación y en la producción del conocimiento digitalizado, esto significa
que el trabajo no se limita a la acumulación de datos copiados de internet sino a la búsqueda,
análisis y justificación, debidamente fundamentada, de por qué se elige cada elemento.
Debemos incrementar las estrategias y los recursos orientados a la gestación de ciuda-
danos democráticos, participativos, sociales, políticos, activos y críticos, capaces de trans-
formar positivamente sus realidades para alcanzar mejores condiciones de vida.
Ejemplo de uno de los trabajos realizados
http://www.calameo.com/read/005366621afeebb18d24a
Presentación de maquetas
974 Patricia Gladys Tomé
Llegar y quedarse….no siempre es sencillo
Patricia Gladys Tomé y Betina Mangione
Introducción
Este proyecto se llevó a cabo en segundos años (Geografía de América) buscando, no
solo la recopilación de datos, sino también para promover el interés de los jóvenes por
conocer sus raíces, valorar las experiencias y generar un acercamiento con sus mayores
reconstruyendo sus propias historias de vida.
Organizar un proyecto escolar desde la Geografía, implica pensar en promover el respe-
to por las diferencias y el compromiso por una escuela inclusiva.
Las actividades propuestas tienen como objetivo que los alumnos logren:
≈Investigar sobre expresiones artísticas (poemas, pinturas, música, etc.) representativas
de los distintos movimientos migratorios.
≈Elaborar un glosario explicativo (wetbacks, refugiados, migraciones ilegales, etc.)
≈Analizar las dificultades que atraviesan aquellos que deciden dejar su lugar de origen
por diversas causas, utilizando como base los relatos que aparecen en diferentes fuentes
periodísticas
≈Reconocer y valorizar las huellas que dejan en la cultura de aquellos lugares a los que
llegan
≈Identificar las diferencias entre los distintos tipos de movimientos migratorios
≈Apropiarse de conceptos a partir de juegos didácticos (http://www.contravientoymarea.
org/)
≈Confeccionar, a partir del uso de alguna de las herramientas digitales propuestas y a
modo de conclusión, un relato ‘con ojos de inmigrante’ que refleje el aprendizaje logrado
a través del recorrido.
≈Presentar en un debate final los resultados logrados a partir de tomar la posición de un
inmigrante en este mundo globalizado.
Metodología
Primeramente en clase se dan los contenidos priorizados: Poblamiento originario y nue-
vos pobladores. El estudio demográfico de la población: distribución, crecimiento, estructura. El
bono demográfico. Movilidad espacial: las principales corrientes migratorias en el continen-
te. El origen de las problemáticas sociales. Culturas e identidades.
976 Patricia Gladys Tomé y Betina Mangione
Desarrollo
Les propongo:
1) Formen equipos de cinco/seis integrantes teniendo en cuenta una distribución equili-
brada con respecto al número de alumnos en el curso.
2) Investiguen sobre las obras y autores seleccionados: su relación con el tema de las migra-
ciones y los conceptos representados. Busquen ejemplos dentro de las mismas expresiones
Llegar y quedarse….no siempre es sencillo 977
Migrar no es un proceso fácil. Dejar el lugar de origen y adaptarse a uno nuevo, con cos-
tumbres e idiomas diferentes, resulta lento y es posible que los que lo tienen que hacer
sufran difíciles situaciones.
5) Para profundizar un poco en la vida de los inmigrantes, busquen y lean los siguientes
artículos completos en las fuentes señaladas y respondan:
a) ¿Qué problemáticas enfrentan los migrantes en los lugares de expulsión y en los de des-
tino?
b) ¿Qué características demográficas presentan los polos de atracción y cuáles los polos de
expulsión? (tipos de pirámides, índices demográficos, índices de calidad de vida)
c) Elijan dos países como ejemplo y busquen los datos estadísticos que justifiquen su elec-
ción.
d) ¿Qué medidas políticas creen podrían mejorar la situación de las personas que migran?
e) ¿Qué es el “bono demográfico” y cómo se relaciona con los movimientos migratorios?
980 Patricia Gladys Tomé y Betina Mangione
f) ¿Cuáles son las relaciones que mantienen los inmigrantes con su lugar de origen? Ten-
gan en cuenta cuestiones económicas, culturales y/o sociales.
g) ¿Qué es la “segregación residencial”? ¿Cómo se ve reflejada en las ciudades? ¿Generan
situaciones de tensión social?
h) Busquen artículos sobre conflictos generados a partir de la discriminación hacia los
inmigrantes. Señalen, en cada caso particular, el origen de los conflictos.
Nuestro país, tiene un rol activo respecto de los refugiados. Es bueno saber que estas per-
sonas, que han sufrido situaciones muy dramáticas en su vida y han escapado de grandes
riesgos y peligros, son reconocidas y apoyadas por el Estado nacional. Los refugiados,
con su enorme variedad de orígenes, aportan diversidad a la población de nuestro país.
Aquí tienen derecho a una residencia temporaria otorgada por la Dirección Nacional de
Migraciones, y para, lograr una integración real a nuestra sociedad se les otorga su DNI.
Esta protección implica que por ningún motivo pueden ser expulsados o devueltos a su
país de origen. Además, no pueden ser sancionados por ingreso ilegal a nuestro país, ni ser
rechazados en las fronteras. Tampoco pueden ser discriminados, y se les debe otorgar un
trato más favorable.
7) Ingresen a la página del ACNUR y averigüen:
a) ¿De dónde provienen los refugiados que hoy viven en nuestro país y qué derechos
tienen?
b) ¿Por qué fueron expulsados de su país, en la mayoría de los casos?
c) ¿Qué acciones de integración a la sociedad realiza el ACNUR con los refugiados en
nuestro país y a partir de cuándo?
d) Actualmente existen muchos refugiados en el mundo. ¿Cuáles son, por qué migran
y cómo son recibidos según las leyes migratorias de otros países? Considera solamente
algunos ejemplos.
Actividad final
a) A modo de conclusión organicen un PREZI con toda la información recopilada a lo
largo de la investigación. Tengan en cuenta que pueden complementar la presentación con
mapas, esquemas, imágenes, historietas, videos, música, artículos periodísticos y todo lo
necesario para explicar la hipótesis que encabeza el proyecto.
Recuerden que el PREZI se entregará enviando el link y al finalizar siempre deben apa-
recer las fuentes consultadas.
Llegar y quedarse….no siempre es sencillo 981
b) Confeccionen en formato digital un relato con “ojos de inmigrante” que refleje una
experiencia personal o no, real o imaginaria, como también puede surgir de la entrevista
a un familiar o amigo.
Para esta producción deben tener en cuenta todos los contenidos recorridos, pueden
complementar la presentación con fotografías o todo aquello que consideren relevante y
necesario.
Las herramientas digitales a utilizar pueden ser: thinglink, calaméo, movie maker, etc. Re-
cuerden que las presentaciones deben ser originales y reflejar la búsqueda de información,
la organización en equipo y el desarrollo de pensamiento crítico con relación a los temas
analizados y no simplemente una copia y acumulación de datos.
El debate final se realiza en la sala de audiovisuales con la presentación y defensa en
forma oral de cada trabajo.
Conclusión
En todos los proyectos suelen aparecer situaciones imprevistas relacionadas, muchas
veces, con la administración del trabajo en equipo, la habilidad para manejar las nuevas
tecnologías, la capacidad para identificar fuentes seguras de informacióny las dificulta-
des que se presentan a la hora de organizar una gran cantidad de datos que deben anali-
zarse y no simplemente copiarse y pegarse.
Debemos destacar como fortaleza en esta propuesta la capacidad de nuestros alumnos
para comprender los conflictos que surgen de la intolerancia hacia lo diferente, en algunos
casos, y de la promoción del respeto hacia los otros como base para lograr una convivencia
armoniosa que descarte cualquier tipo de expresión discriminatoria.
Debatir sobre temas relacionados con la discriminación y conocer la historia de vida, de
otros compañeros con los cuales comparten el aula, resulta enriquecedor.
El docente actúa como mediador para organizar la tarea de investigación que se realiza
en los equipos de trabajo reunidos en horarios de extra clase y se complementa con la pre-
sentación de informes sobre los avances logrados y consultas durante las clases. El tiempo
con el cual contamos durante el año se reduce, muchas veces, por factores totalmente ajenos
a nosotros (paros, tomas, jornadas de reflexión, elecciones del centro de estudiantes, etc.).
Algunos Links material elaborado por los alumnos
http://prezi.com/3tq1pohht4x_/?utm_campaign=share&utm_medium=copy&rc=ex0share
https://prezi.com/jbnidfpk-wfw/migracion/
http://www.calameo.com/books/004969317f18b574f5554
http://prezi.com/0pl-sz7dpu-j/?utm_campaign=share&utm_medium=copy
https://prezi.com/aibdugk8ryel/copy-of-migrar-para-vivir-o-vivir-para-migrar/
https://www.youtube.com/watch?v=5WKdotOfuBI&feature=youtu.be
http://prezi.com/sgzrsb1tf0w_/?utm_campaign=share&utm_medium=copy&rc=ex0share
https://prezi.com/qrszzikicok7/migraciones/
https://es.calameo.com/read/0048967484ab305d5470e?authid=0d17U3lAttwS
https://prezi.com/xohrcly-i7_n/migrar-para-vivir-o-vivir-para-migrar/
http://prezi.com/sgzrsb1tf0w_/?utm_campaign=share&utm_medium=copy&rc=ex0share
982 Patricia Gladys Tomé y Betina Mangione
Introducción
Durante el año 2017 se desarrolló la Cátedra libre Género, Sexualidades y Violencia en la
Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centrode la Provincia de
Buenos Aires. La Cátedra Libre (CL) es una propuesta académica que posibilita la reflexión
y el debate sobre temas de relevancia social que no integran el curriculum de una carrera
en particular y que facilitan la participación de la comunidad universitaria y de la socie-
dad en general (CL, 2017). Para los alumnos de grado de Geografía se constituyó como
un seminario curricular teniendo como instancia de evaluación la modalidad de Taller
de Transferencia de Género (TTG). La finalidad del TTG consistió en la difusión del co-
nocimiento académico y las experiencias adquiridas en torno a la temática de la CL para
lograr acercar el debate a ámbitos reticentes dentro de la misma Facultad. La transferencia
consiste en generar instancias de concientización conjunta, interpelación y construcción
colectiva del conocimiento a partir del diálogo.
Consideramos dentro de las opciones de acreditación acercar nuestra propuesta a una
Cátedra de la Facultad de Ciencias Humanas que no correspondiera a la Carrera de Geo-
grafía para ahondar aún más en el sentido de la transferencia impulsada desde la CL y
donde la perspectiva de género no fue tomada como contenido dentro del currículo de la
carrera seleccionada.
La metodología de trabajo consistió, en un primer momento en realizar una concep-
tualización teórica de definiciones básicas sobre género, territorio y relaciones de poder.
Lo que nos permitiría introducir distintas nociones que nos acerquen a un debate, en una
segunda instancia, signada por una serie de disparadores visuales (móviles y fijos) que
forman parte de la vida cotidiana. Las relaciones entre los sujetos son las que generan y
sostienen las relaciones desiguales de poder materializadas en el espacio. Acercar expe-
riencias de la vida cotidiana al espacio áulico permite (de)construir la noción del espacio
y género como producto social. El tercer momento, uno de los más ricos de la experiencia,
fue el intercambio real y genuino entro todos/as los/las participantes dando lugar al relato
de las experiencias individuales de los sujetos en el devenir cotidiano. El cierre de nuestra
práctica se constituyó como el inicio de posibles nuevos interrogantes e inquietudes entre
los participantes dando lugar a posibles nuevas transferencias y socialización.
Por lo expuesto, sostenemosque la educación como agente fundamental de socializa-
ción, no debe permanecer al margen del abordaje de la perspectiva de género, dado que
juega un rol fundamental en la transmisión de valores, estereotipos, prejuicios y reproduc-
ción de modelos de discriminación y opresión en los distintos ámbitos institucionales de
construcción y difusión del conocimiento.Las complejas relaciones que se establecen entre
el orden patriarcal y el orden social dominante en cada época actúan como mecanismos
legitimadores de tales cuestiones. De esta manera, “(…) visibilizar la estructura patriarcal
984 Sonia Vera, Sabina Prado y Lautaro Lanusse
La selección de los videos buscaba generar esta tensión entre los puntos de vista de cada
uno de los/las alumnos/as reflejando distintas relaciones de poder que tenemos naturali-
zadas en nuestra vida cotidiana. Los videos seleccionados fueron:
≈La sonrisa de Mona Lisa (2003). Director: Mike Newell. Fragmento: minuto 67 a minuto
72.
≈Mr. Musculo: La Historia de Rubén (2016). Agencia Ogivly & Mather.
≈Polémica en el Bar (8/11/2017) América 2 TV. Fragmento: minuto 6 a minuto 8.15¨
Consideraciones finales
El género como construcción social se ha creado y reproducido a través de las ideologías,
instituciones y prácticas cotidianas que la sociedad y la cultura han afianzado e impuesto a
lo largo del tiempo, dando como resultado la edificación social de un espacio heteronorma-
tivo. En este orden la educación como agente fundamental de socialización, no ha permane-
cido al margen, sino que juega un rol importante en la transmisión de valores, estereotipos,
prejuicios y reproducción de modelos de discriminación y opresión en cuento al género.
Para poder transformar la realidad del presente debemos trabajar en el abordaje de las
cuestiones de género desde el lugar que nos ocupa e interpela, como ciudadanos/as, alum-
nos/as, futuros/as docentes y cientistas sociales, dado que la consecución de la igualdad y
la equidad, deben ser la meta hacia la cual deben estar dirigidas todas nuestras acciones.
Por ello la CL y la experiencia del TTG se constituyeron como la posibilidad de generar
una instancia de concientización real reparando no solo en cuestiones estructurales sino
también en el pensamiento individual al interior de cada uno/una de nosotros/as, logran-
do un compromiso y una lucha constante.
A partir del diálogo permanente con los/las estudiantes sobre los relatos de la vida co-
tidiana se creó un ambiente propicio para el aprendizaje.Estableciendoun clima donde
prevaleció la aceptación, la equidad,la confianza y el respeto por parte de todos/as frente
a la palabra del otro.
Referencias
Asociadas por lo Justo (JASS) (2012). Diccionario de la transgresión feminista. Washington, DC:
JASS. Recuperado de https://geografiadegeneroargentina.files.wordpress.com/2017/08/
diccionario-feminista.pdf
Cátedra Libre: “Genero, Sexualidades y Violencia” (2017). Documento digital. Recuperado de
https://geografiadegeneroargentina.wordpress.com/catedra-libre-de-genero-fchuncpba/
Freire, P. (2002). Pedagogía del oprimido. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI Editores.
Hollman, V. y Lois, C. (2015). Geo-Grafías. Imágenes e instrucción visual en la geografía escolar.
Buenos Aires: Ed. Paidos.
Sabaté Martinez, A.; Rodriguez Moya, J. y Díaz Muñoz, A. (1995). Mujeres, Espacio y Socie-
dad: Hacia una Geografía del Género. España: SíntesisS.A.
Scott, J.W. (1996). El género: una categoría útil para el análisis histórico. En M. Lamas
(Comp.) El género: la construcción cultural de la diferencia sexual (pp. 265-302). México:PUEG.
UNCPBA (2016). Protocolo de actuación frente a situaciones de Violencia de Genero. Ordenan-
za del Consejo Superior de la UNCPBA Nº 4589. Recuperado de http://www.der.uni-
cen.edu.ar/uploads/protocolo/Protocolo-de-actuacion-frente-a-situaciones-de-Violen-
cia-de-Gen.pdf.
Varela, B. (2016). Geografía de género y discursos del cuerpo en los micros espacios escola-
res: entre la vigilancia y la displicencia. La Aljaba Segunda Época, V. XX, 223-241.
Parte 11
Tecnologías de información geográfica
Transformaciones en el centro histórico de la ciudad de
Luján en vinculación al establecimiento de comercios de
interés turístico-religioso durante 1887–1910. Perspectiva
técnica de elaboración de cartografía temática con SIG
Patricio Acosta y Luis Humacata
Introducción
Desde la coronación de la Imagen de Nuestra Señora de Luján y la colocación de la pie-
dra fundamental del santuario por iniciativa del Padre Jorge María Salvaire en 1887, se
incrementaron las prácticas peregrinas organizadas por diversas instituciones y la congre-
gación de fieles visitantes (Echevarría de Lobato Mulle, 1959), impactando de esta manera,
en la configuración espacial de la ciudad de Luján, en cuanto a: los servicios de transporte
(tranvía, ferroviario), el patrimonio arquitectónico colonial, la actividad comercial y admi-
nistrativa, la habilitación de sitios de esparcimiento y recreación, y la ejecución de obras
de infraestructura. Esto ha dado lugar ala generación de transformaciones espaciales en el
centro histórico de la ciudad, como la segregación entre el centro civil-comercial y el área
basilical respecto al tipo de actividades desarrolladas, usuarios, días y horas de circula-
ción. En este sentido, la línea de investigación del presente trabajo pone en consideración
una nueva dimensión que contribuye a la explicación del surgimiento de la segregación
entre elcentro civil-comercial y el área basilical. Se debe al establecimiento de comercios de
orientación turístico-religioso en torno al santuario en construcción.
El presente trabajo desarrolla los aspectos técnicos de la elaboración de cartografía
temática utilizando Sistemas de Información Geográfica (SIG), referida a los estableci-
mientos comerciales durante el periodo de 1887-1910, en la ciudad de Luján. Los proce-
dimientos consisten en la construcción de la base de datos gráfica y alfanumérica para la
representación espacial de entidades puntuales. Los resultados cartográficos obtenidos
serán la base para el análisis de la distribución espacial de los diferentes rubros comercia-
les en el marco de las transformaciones territoriales del centro histórico lujanense.
Metodología
Se ha procedido a la recolección y análisis de datos obtenidos a partir de dos grupos
de fuentes de información: las fuentes primarias y las secundarias. En relación al primer
grupo, se ha efectuado una serie de entrevistas a representantes de las asociaciones de
santeros de vía pública, para obtener información sobre los primeros años de existencia
del rubro. Se ha llevado adelante el análisis de testimonios de vivencias, ilustraciones
y fotografías históricas del centro civil-comercial (emplazado, principalmente, sobre la
calle San Martín) y el área basilical (comprendida por el santuario y la plaza principal).
En cuanto a las fuentes secundarias, se han consultado obras clásicas de la bibliografía
lujanense, informes de investigación de la Universidad Nacional de Luján, reproduccio-
nes de planos sobre el Pueblo de Nuestra Señora de Luján (año 1755) y de la Villa de
992 Patricio Acosta y Luis Humacata
Nuestra Señora de Luján (año 1890) obtenidos del Archivo Zeballos del Complejo Mu-
seográfico Provincial Enrique Udaondo.
Estas fuentes han sido de suma utilidad para establecer la ubicación y distribución es-
pacial de los comercios existentes entre los años 1887-1910, a partir de elaborar una base
de datos georreferenciada en Sistemas de Información Geográfica. Para ello se procedió
de la siguiente manera:
1. Se confeccionó el mapa base. Ha sido realizado teniendo en cuenta el plano de la Villa de
Luján de 1890. Esta tarea fue llevada a cabo a partir de la visualización del área de estudio
en Google Earth. En segunda instancia, se digitalizaron las entidades poligonales corres-
pondientes a las manzanas del centro histórico.
4. Carga de datos en la tabla de atributos. Se ingresaron datos relativos al rubro, titular y do-
micilio.
Fuente: elaboración personal con base en Google Earth 2017 Fuente: elaboración personal
Figura 3. Ingreso de entidades puntuales (comercios) Figura 4. Cartografía temática de rubros comerciales
Estos procedimientos técnicos (Buzai et al., 2013) resultan fundamentales para la realiza-
ción de cartografía temática de aspectos históricos, siendo imprescindible la integración de
fuentes de información así como el trabajo de campo en el reconocimiento de edificaciones
históricas. Asimismo se hace notar la posibilidad de realizar tratamientos de análisis espa-
cial en la base de datos georreferenciada (Buzai, Baxendale, Humacata y Principi, 2016).
Aplicación y resultados
Como ya hemos señalado, se realizó la consulta de diversas fuentes de información
referidas al centro histórico de Luján, tales como testimonios de vivencias, imágenes fo-
tográficas y obras de autores locales. La intención fue recopilar la mayor cantidad de in-
formación sobre los comercios existentes entre los años 1887-1910, y luego ordenarlos en
cuatro períodos (1880-1886, 1887-1893, 1894-1900 y 1901-1910) (Cuadro 1).
Esta sistematización está orientada a cartografíar los rubros comerciales y efectuar
comparaciones entre los periodos considerados (Figuras 5, 6, 7 y 8).
Cuadro 1. Comercios instalados en el centro histórico de Luján (por período y ubicación)
Conclusiones
Se han desarrollado los principales procedimientos técnicos para la elaboración de la
base de datos georreferenciada en SIG. Para ello se ha consultado una amplia variedad de
fuentes de información, además de realizar trabajo en terreno. La cartografía temática de
rubros comerciales del centro histórico de Luján realiza un valioso aporte para el análi-
sis de la localización y distribución espacial de la actividad comercial durante el período
1887-1910. El análisis de la distribución espacial de comercios en cada corte temporal ha
permitido aproximarnos alos cambios en los patrones de distribución espacial de los di-
ferentes rubros. De este modo, se hace notar la relevancia de los Sistemas de Información
Geográfica (SIG), como herramienta de apoyo al análisis histórico.
Como línea de análisis a futuro se plantea la aplicación de métodos estadísticos para la
obtención de medidas de centralidad y dispersión de cada rubro comercial en los periodos
considerados. De esta manera se generarán resultados cartográficos y valores cuantitati-
vos de la segregación espacial entre el centro civil-comercial y el área basilical.
Referencias
Acosta, P. (2017). Análisis de las transformaciones en el centro histórico de Luján (Provincia de Bue-
nos Aires, Argentina) en vinculación al establecimiento de comercios de interés turístico-religioso,
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Análisis espacial de los cambios de usos del suelo
con Sistemas de Información Geográfica
Luis Humacata y Gustavo Buzai
Introducción
El estudio de la dinámica espacial a través de la dimensión temporal constituye una
tarea de gran importancia en la investigación científica. Desde un abordaje principal-
mente espacial, la Geografía en su vertiente cuantitativa y racionalista ha desarrollado
relevantes avances en la sistematización de procedimientos analíticos con la finalidad de
determinar la evolución de los patrones de distribución espacial de usos del suelo. La tec-
nología de los Sistemas de Información Geográfica (SIG) ha posibilitado la obtención de
resultados cartográficos y numéricos de suma utilidad en el ámbito de la planificación
territorial. Los avances en la modelización de aspectos evolutivos del espacio geográfico,
como aquellos orientados al análisis del crecimiento urbano y cambios de usos del suelo,
brindan importantes herramientas metodológicas para el estudio de la dinámica de ocu-
pación del suelo a escala urbano-regional.
En el presente trabajo se desarrollan los aspectos conceptuales y metodológicos del aná-
lisis de la evolución espacial. Desde la perspectiva de la Geografía Racionalista, se proce-
de a establecer los alcances del concepto y su vinculación a los Sistemas de Información
Geográfica como herramienta orientada a la aplicación metodológica de superposición
cartográfica. En este sentido, se presenta la metodología de detección de cambios de usos
del suelo, cuyos resultados cartográficos y estadísticos permiten evaluar su magnitud, en-
focados en determinar las superficies de ganancias y pérdidas, cambio neto y total, y los
intercambios entre categorías de usos del suelo.
El área de estudio corresponde a tres partidos de la Región Metropolitana de Buenos
Aires (RMBA), donde se produce el crecimiento oeste de la aglomeración urbana. La rele-
vancia de la temática abordada está dada por el impacto negativo que genera el cambio en
los usos del suelo a través de la expansión urbana en espacios naturales de conservación y
en sitios de producción rural tradicional.
transcurre en el pasado, que contiene los períodos transcurridos que permiten analizar
los procesos que producen la situación actual. También cabe ser destacado que cada si-
tuación del pasado puede ser analizada como diferentes configuraciones de un presente
(diferentes geografías del presente) y, en este sentido, la comparación entre estas diferentes
geografías del presente permiten ver la evolución cambiante previa a la situación actual.
Cabe considerar también que la Geografía además de definirse básicamente como una
ciencia del presente que acude al pasado para ver la génesis de las configuraciones espa-
ciales actuales también puede considerarse una ciencia del futuro (ciencia prospectiva).
Los avances en esta línea de investigación, a partir de trabajos de modelización (entendida
como proceso que lleva a un modelado dinámico de datos espaciales), permiten obtener
resultados de simulación relativos a posibles situaciones futuras. Representan distribucio-
nes espaciales hipotéticas que generan visiones instrumentales de utilidad para el ordena-
miento y planificación territorial.
≈ Intercambio: se define como el doble del valor mínimo de las ganancias o las pérdidas.
≈ Cambio total: es el resultado de la suma de las ganancias y las pérdidas.
El cálculo de estos indicadores brinda valores cuantitativos de las superficies de cambio, que
pueden ser representados mediante gráficos que permiten la visualización del comportamiento
estadístico de indicadores específicos (Figura 1).
Figura 3. Procedimiento para la obtención del mapa de Ganancias y Pérdidas (Uso Agrícola) y de Transiciones
Aplicación y resultados
Esta metodología ha sido estandarizada a partir del módulo Land Change Modeler for
Ecological Sustainability, que se encuentra como una aplicación correspondiente a la verti-
calización (Eastman, 2007) del SIG IDRISI, y se ocupa del estudio de los problemas de
conversión acelerada de los usos del suelo con objetivos orientados a la conservación de la
biodiversidad (Eastman, 2012). De esta manera es posible obtener resultados orientados
al análisis estadístico y espacial, convirtiéndose en una propuesta metodológica de suma
Análisis espacial de los cambios de usos del suelo con Sistemas de Información Geográfica 1007
10360,44
20056,24
Pérdidas
1712,24
7839,32
141,48
0,32
0,44
1,88
0,12
132453,92
21282,48
78303,44
20056,24
Suma T1
1809,36
2858,44
1105,44
3003,16
2083,6
21326
682
1628,04
creativo
tivo-Re-
Depor-
219,84
725,92
946,04
0,28
682
0
0
la-Inten-
Hortíco-
1029,84
963,96
65,88
65,16
0,72
sivo
81747,32
70464,12
Agrícola
11283,2
1464,8
9745,2
70,96
0,32
0,12
1,8
0
0
10922,04
4087,72
15177,2
4255,16
167,44
Gana-
dero
0
tal-Na-
1146,2
1287,6
Fores-
127,8
141,4
tural
13,6
0
0
compacto
22227,28
21324,12
Urbano
799,96
903,16
29,36
70,52
0,16
3,16
0
0
disperso
3002,72
2032,76
5464,12
Urbano
352,44
2461,4
76,12
0,08
0
0
2083,48
2083,48
de agua
Cursos
0
0
0
1809,04
1809,04
Trans-
porte
0
0
0
vo-Recreativo
tura de trans-
Urbano com-
Hortícola-In-
Forestal-Na-
Infraestruc-
Categorías
Ganancias
Cursos de
Ganadero
Suma T2
Deporti-
disperso
Agrícola
Urbano
tensivo
pacto
porte
tural
agua
Los gráficos de la Figura 4 presentan las ganancias y las pérdidas y el cambio neto ex-
perimentadas por las categorías en el periodo 2000-2010. El primer gráfico nos indica que
las categorías que han ganado mayores superficies en valores absolutos son el uso Agrícola
(11.283 ha), Ganadero (4.255 ha), y Urbano disperso (2.461 ha); seguido de Deportivo-Re-
creativo (946 ha), y Urbano tradicional o compacto (903 ha). Por otro lado, las categorías
que han perdido mayores superficies en valores absolutos son el uso Ganadero (10.360 ha),
Agrícola (7.839 ha), y en menor medida Forestal-Natural (1.712 ha).
Figura 4. Ganancias y pérdidas y Cambio neto de usos del suelo entre 2000 y 2010
La diferencia entre las ganancias y pérdidas, da como resultado el cambio neto de cada
categoría. Los cambios netos positivos más significativos se dan en las categorías Agrícola
(3.444 ha) y Urbano disperso (2.461 ha), seguido con valores inferiores por los usos Depor-
tivo-Recreativo y Urbano compacto. Por otro lado, las categorías Ganadero (-6.106 ha),
Forestal-Natural (-1.571 ha) y Hortícola-Intensivo (-76 ha), presentan cambios netos nega-
tivos. Las mismas han experimentado una mayor proporción de pérdidas con respecto a
las ganancias que obtuvieron en el periodo analizado.
Los indicadores de cambios se presentan en la Tabla 3. Los mismos nos permiten cuan-
tificar la superficie (expresada en hectáreas) de cambio de cada categoría, señalando aque-
llas que han obtenido ganancias y/o pérdidas, la contribución de cada una al cambio neto
y total, y los intercambios entre la totalidad de categorías.
Tabla 3. Indicadores de cambios en el período 2000-2010. En hectáreas
Categorías Sup. T1 Sup. T2 Ganan- Persisten- Pérdida Cambio Cambio Intercam-
cia cia Neto Total bio
Infraestructura de 1809,36 1809,04 0 1809,04 0,32 0,32 0,32 0
transporte
Cursos de agua 2083,6 2083,48 0 2083,48 0,12 0,12 0,12 0
Urbano disperso 3003,16 5464,12 2461,4 3002,72 0,44 2460,96 2461,84 0,88
Urbano tradicional 21326 22227,28 903,16 21324,12 1,88 901,28 905,04 3,76
Forestal-Natural 2858,44 1287,6 141,4 1146,2 1712,24 -1570,84 1853,64 282,8
Ganadero 21282,48 15177,2 4255,16 10922,04 10360,44 -6105,28 14615,6 8510,32
Agrícola 78303,44 81747,32 11283,2 70464,12 7839,32 3443,88 19122,52 15678,64
Hortícola-Intensivo 1105,44 1029,84 65,88 963,96 141,48 -75,6 207,36 131,76
Deportivo-Recreativo 682 1628,04 946,04 682 0 946,04 946,04 0
La cartografía dinámica de los indicadores de cambios de usos del suelo nos permite
avanzar en la descripción y análisis de los patrones de distribución espacial de cada cate-
goría, destacando las superficies permanentes y aquellas que presentan mayor dinamis-
mo a través del avance o retroceso de la superficie ocupada. Con una superficie total de
132.454 hectáreas, el área de estudio cuenta con una mayor proporción de su territorio
que ha permanecido estable, representando una superficie del 85% (112.398 ha), siendo
la superficie de las zonas dinámicas de un 15% (20.056 ha), dando como resultado una
tasa de cambio global de 2.006 ha/año. El mapa que se presenta a continuación (Figura 5),
señala las superficies que han experimentado cambios desde el año 2000 al 2010. A partir
de la superposición de los dos mapas, es posible detectar cartográficamente aquellas áreas
que han cambiado de uso del suelo, siendo un total de 14 categorías, las cuales indican
cambios tanto positivos (ganancias) como negativos (pérdidas).
Figura 5. Cambios de coberturas/usos del suelo entre 2000 y 2010
Conclusiones
El estudio de la dinámica de la ocupación del suelo mediante la incorporación de la
dimensión temporal tiene como finalidad el descubrimiento de la variación espacio-tem-
poral de los patrones de distribución espacial de las categorías de usos del suelo. El análisis
y la modelización de estos cambios, posibilitado metodológicamente por el modelado car-
tográfico, aporta herramientas orientadas a la cuantificación de la magnitud y la distribu-
ción espacial de las categorías analizadas. De esta manera se procedió a la evaluación de
los cambios a partir de insumos estadísticos y cartográficos, lo cual brinda amplias posibi-
lidades para realizar un análisis detallado de los cambios reales en la ocupación del suelo,
especificando las superficies de ganancias, pérdidas, cambio neto y total, e intercambios.
El desarrollo metodológico que hemos presentado en este trabajo permite destacar la
relevancia de su incorporación en el estudio de la dinámica temporal en partidos que
están sujetos a procesos de urbanización de gran dinamismo y aparición de conflictos
ante cambios de usos del suelo, a partir de la generación de conocimientos en un nivel de
focalización espacial, en apoyo a la elaboración de un diagnóstico territorial de la evolu-
1010 Luis Humacata y Gustavo Buzai
ción espacial de la ocupación del suelo, constituyéndose en una valiosa herramienta para
el ordenamiento territorial a nivel urbano-regional.
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Simulación del crecimiento urbano de la ciudad de
Tandil (Argentina) aplicando el modelo SLEUTH
Santiago Linares y Keith C. Clarke
Introducción
Las áreas urbanas son las regiones más dinámicas del planeta. Su tamaño ha aumen-
tado constantemente durante el pasado y este proceso continuará en el futuro,especial-
mente en los países menos desarrollados (Martine, 2007). Monitorear el crecimiento ur-
bano y, en consecuencia, anticipar el alcance de éste, siempre se reconoce como un tema
de primera necesidad para cualquier organismo de gobierno responsable de la toma de
decisiones sobre la planificación urbana. Debido al aumento de la población mundial
y la salida progresiva de las economías nacionales de los sistemas meramente agrícolas,
las ciudades han experimentado un rápido y, a menudo, descontrolado crecimiento.Por
lo tanto, la urbanización es ahora una de las causas antropogénicas más importante de
muchos problemas socioeconómicos y ambientales tales como las islas de calor, crisis en-
ergética, contaminación del aire, problemas de salud pública, pérdida de tierras cultiva-
bles, destrucción de hábitats y la disminución de la cubierta vegetal natural.
Un aporte de la comunidad científica para solucionar y prevenir los problemas asociados
al crecimiento urbano sin restricciones fue el desarrollo y aplicación de modelos que per-
mitan medir cuantitativamente las interrelaciones intra e interurbanas de los factores aso-
ciados al crecimiento y conocer así la génesis y los posibles efectos futuros de su evolución.
Los modelos de crecimiento urbano son un tipo particular de modelado numérico que
incluye variables económicas, geográficas, sociológicas y estadísticas para explorar los me-
canismos de evolución urbana e interrelación dentro del sistema urbano (Li y Gong, 2016).
En ellos se ponen en relación diferentes elementos tales como usos del suelo, viviendas, po-
blación, empleo, localización de comercios, industrias y servicios, redes e infraestructuras,
movilidad y circulación (Wegener, 1994). Lejos de ser considerada un área del conocimien-
tos estática, los modelos de crecimiento urbano han evolucionado sustancialmente desde
sus orígenes hasta la actualidad (Linares, 2016), las innovaciones introducidas durante su
evolución podrían clasificarse en dos grandes dimensiones, una de ellas, podemos hallar-
la en la capacidad que han tenido para contemplar las interacciones locales y heterogene-
idad a micro escala, tal como lo hacen los Modelos Basados en Agentes y los Modelos de
Autómatas Celulares (Clarke, 2014), en contraposición a los clásicos Modelos de Trans-
porte y Uso del Suelo (Wingo, 1961). La segunda innovación por destacar es la capacidad
para simular procesos dinámicos no lineales en contraposición de las representaciones es-
táticas de antaño, recuperando los cambios que acontecen en cada unidad de tiempo du-
rante el proceso de simulación.Estos dos aspectosconfluyen en mejoras sustancialespara
modelar las relaciones espaciales y temporalesque ocurren en un proceso de urbanización.
En este trabajo hemos aplicado el modelo SLEUTH desarrollado por Keith C. Clarke, in-
vestigador del Departamento de Geografía de la Universidad de California en Santa Bárba-
ra, Estados Unidos. Es un modelo basado en autómatas celulares de crecimiento urbano y
cambios de uso del suelo que se ha aplicado en más de cien ciudades del mundo para simular
1014 Santiago Linares y Keith C. Clarke
Metodología
Área de estudio
Las simulaciones se llevaron a cabo en la ciudad de Tandil, provincia de Buenos Aires,
Argentina (Figura 1), utilizando como máscara de análisis los límites correspondientes al
área urbana y complementaria definida por el Plan de Desarrollo Territorial del Munici-
pio de Tandil (PDT). El área urbana es aquella destinada a asentamientos humanos inten-
sivos,como el uso residencial, comercial e industrial. Por otro lado, el área complementaria
adyacente al área urbana constituye la transición entre ésta y el área rural y representa
una reserva para la expansión del área urbanizada. Entre ambos, alcanzan en la ciudad de
Tandil un área de 10.195 hectáreas.
Tandil es considerada una ciudad intermedia en el sistema urbano argentino. Según el
último censo, la ciudad tiene 116.916 habitantes que representan el 94% de la población
del departamento (INDEC, 2010). Como centro regional, su economía se concentra bási-
camente en el sector de los servicios, en particular los educativos, culturales y agrícolas.
Sin embargo, la ciudad tiene un historial de desarrollo industrial relacionado con la pro-
ducción de autopartes y la producción primaria de roca para la construcción, una activi-
dad que se cerró en 2012.
Figura 1. Área de estudio. Ciudad de Tandil
Geodatos
Una de las primeras preguntas previas a la utilización de cualquier modelo de creci-
miento urbano es identificar las características específicas de la información requerida,
qué tipo de datos se necesitan para simular un escenario futuro y, luego, en qué formato
los datos deben almacenarse. A modo de síntesis, en la Tabla 1 se describen los principales
aspectospara tener en cuenta cuando se pretende utilizar SLEUTH: cantidad de capas de
entrada permitida y requerida, formatos de los archivos, tipo de información que repre-
sentan y rangos de valores posibles.
El modelado de los usos del suelo, y específicamente del crecimiento urbano, es un
proceso complejo en el que interactúan una variedad de factores, los cuales se clasifican
comúnmente en dos grandes grupos: factores geofísicos y factores socioeconómicos.Tam-
bién es recurrente la utilización de coberturas relacionadas con las regulaciones de uso del
suelo que restringen o estimulan la urbanización. En función a ello SLEUTH empleacinco
o seisvariablescon información sobre la pendiente, uso del suelo (opcional), restricciones
urbanas, mancha urbana, transporte y sombreado del relieve. En la Figura 2, se presentan
las cinco variables obligatorias como datos de entrada para aplicar el modelo a la simula-
ción del crecimiento urbano de la ciudad de Tandil.
Tabla 1. Datos de entrada al modelo SLEUTH
Características Descripción
Cantidad de capas de
Seis variables posibles y cinco obligatorias [algunas requieren más de una escena durante
entrada permitidas y
el periodo]
requeridas
GIF [8 bit escala de grises]
Formato del archivo
Las capas deben contener la misma proyección, extensión y resolución
1- Área Urbana: cuatro escenas para diferentes años [0 no edificado y de 1 a 256 edificado]
2- Transporte: cuatro escenas para diferentes años [0 no es vía de transporte y mayor a 0
es vía de transporte]
Tipo de información 3- Restricción: una escena [> 100 son áreas con restricción y <100 áreas sin restricción,
y rango de valores pero con diferentes elasticidades de cambios]
4- Uso del Suelo: dos escenas para diferentes años [codificación de categorías de 0 a 255]
5- Pendiente: una escena [% pendiente de 0 a 100]
6- Sombreado: Visualización del relieve de la imagen en base a un DEM [0 a 255, 0 = agua]
Calibración
La calibración del modelo incluye una amplia gama de herramientas y técnicas con el
objetivo deoptimizar el rendimiento del modelo. En todos los casos, la calibración busca
determinar el impacto de los cambios en una constante o variable particular en términos
de los resultados del modelo. Las constantes son los valores que permanecerán estables
en el modelo, y pueden ser definiciones del investigador sobre algunos parámetros (como
la máxima pendiente sobre la que se puede construir) o elementos estructurales del mod-
elo (como la definición del tamaño de vecindad de una ventana móvil de un autómata
celular). La determinación de estas constantes constituye la primera etapa de calibración
porque se define durante el diseño del modelo. Los métodos utilizados incluyen desde
el análisis visual de la correspondencia de los resultados hasta una variedad de medidas
estadísticas de exactitud.
El segundo tipo de calibración implica la aplicación repetida del modelo, la medición de-
laprecisión del rendimiento del modelo, y el ajuste de las variables de entrada hasta que se
maximice el rendimiento. Por lo general, un modelo se inicia en algún momento del pasado y
se ejecuta sin más entradas hasta el último período de datos conocidos (el presente), haciendo
coincidir periódicamente sus salidas numéricas y espacialmente distribuidas con datos reales.
Un tercer enfoque es automatizar el proceso de calibración. Se pueden compilar una
o más medidas que representan el rendimiento de un conjunto de parámetros y repetir
el proceso tantas veces hasta que se obtenga laconfiguración de mejor rendimiento. Los
modelos usan cada vez más los algoritmos de aprendizaje automático (Inteligencia Artifi-
cial) para lograr esta maximización; en SLEUTH se emplea un algoritmo genético de este
tipo que elimina por completo la interacción del usuariodurante el proceso de calibración.
En este trabajo el intervalo tenido en cuenta para la calibración del modelo fue de 26
años (de 1985 a 2011), mientras que el período de simulación fue de 22 años, de 2011 a 2033.
Factores explicativos
SLEUTH utiliza factores explicativos clásicos dependiente de las condiciones iniciales
del uso del suelo urbano como son la proximidad a las vías de transporte, el grado de pen-
diente, las restricciones a la urbanización y las elasticidades de transición entre diferentes
usosdel suelo;a la vez, emplea parámetros explicativos basados en la proximidad a otras
áreas edificadas como, la propensión a la dispersión, la auto-reproducción de nuevos cen-
tros de expansión y la propagación y aglomeración. A partir de ese conjunto de factores, el
potencial de cambio se calcula utilizando técnicas cuantitativas que determinan la proba-
bilidad de que una ubicación cambie de un estado no edificado a otro edificado, ponderan-
do los factores mediante mecanismos de iteración y retroalimentación (Algoritmos Genéti-
cos). Una de las principales diferencias entre el clásico enfoque basado en la aptitud del
suelo y este basado en la probabilidad es que en el primero no se considera explícitamente el
cambio pasado y simplemente se necesita un mapa de uso del suelo para su ejecución (t1), la
aptitud expresa el uso más apropiado de una parcela de tierra según una decisión subjetiva
basada en el conocimiento u opinión. Mientras que, en el segundo, que es el empleado en
SLEUTH, los mapas de potencial de transición derivan explícitamente de la transición real
en cambios pasados (de t0 a t1). Como resultado obtenemos el peso óptimo de los factores
expresados en un rango que van del 0 al 100, el cual podemos recuperar y analizar en los
archivos de salida generados durante el proceso de calibración (Figura 3).
Simulación del crecimiento urbano de la ciudad de Tandil (Argentina) aplicando el modelo SLEUTH 1017
Validación y simulación
La validación es la comparación entre el mapa simulado y el observado (verdadero).
Los dos componentes más importantes son el desacuerdo de cantidad (es decir, el cambio
neto) y el desacuerdo de ubicación (es decir, el cambio de localización).
SLEUTH genera trece indicadores que se pueden utilizar para determinar la bondad
del modeloposteriormente al proceso de calibración,dentro de los cuales se encuentran:
Product, es la multiplicación de todas las medidas de evaluación que se presentan a con-
tinuación; Compare, pone en relación la cantidad de pixeles urbanos para el último año
modeladocon la del último año del mapa de referencia; Pop, es el valor resultante de apli-
car una regresión por mínimos cuadrados entre la urbanización simulada y la real en
los años donde se ingresaron escenasintermedias para el control de la calibración; Edges,
es el r2 entre el número de celdas sin pixeles vecinos urbanoscon respecto a la cantidad
real para los años de control; Clusters, es el r2 entre los agrupamientos urbanos modela-
dos con respecto a los agrupamientosreales para los años de control; Cluster Size, es el
r2 entre el tamaño promedio de los agrupamientos urbanos modelados con respecto al
tamaño promedio de los agrupamientos urbanos reales para los años de control; Lee-
Salee, es un índice de forma, una medida de correspondencia espacial entre la mancha
urbana simuladapor el modelo y la extensión urbana conocida para los años de control,
se calcula dividendo la intersección sobre la unión de ambas; Slope, es el r2 entre la pend-
iente promedio de la urbanización modelada con respecto a la pendiente promedio de la
urbanización de referencia para los años de control; % Urban, es el r2 entre el porcentaje
de pixeles urbanizados modelados con respecto al porcentaje para los años de control;
X-mean, es el r2 entre el valor medio de X para los pixeles modelados con respecto al valor
medio de X para los años de control; Y-mean, es el r2 entre el valor medio de Y para los
pixeles modelados con respecto al valor medio de Y para los años de control; Rad, es el
r2 entre el valor de radio estándar de distribución de pixeles urbanos modelados con re-
specto al valor de radio estándar de distribución de pixeles urbanos para los años de con-
trol; y finalmente, F-Match es la proporción de usos del suelo correctamente asignado, se
obtiene del cociente entre el uso del suelo modelado correctamente sobre la suma del uso
modelado correcta e incorrectamente, este último indicador solo es utilizado cuando se
emplea deltatron. Todos los indicadores poseen un rango de 0.0 a 1.0, siendo 1 el ajuste
perfecto. La última innovación respecto al proceso de validación propone una medida
sintética denominada OSM (Optimal SLEUTH Metric) (Dietzel y Clarke, 2007). Esta me-
dida usa un subconjunto de siete de las Plan de Desarrollo Territorial del Municipio de
Tandil métricas, también combinadas por multiplicación, seleccionadas para reducir
las interdependencias entre las trece métricas.
Simulación del crecimiento urbano de la ciudad de Tandil (Argentina) aplicando el modelo SLEUTH 1019
SLEUTH realizala simulación tomando los datos más recientes como entradas y se
ejecuta hacia un futuro tan lejano como se establezca en la sección del rango de fechas
de predicción en el archivo de predicción de escenarios. Para simular usa cuatro tipos
de reglas de comportamiento de CA (Figura 5): crecimiento difuso o aleatorio, reproduc-
ción de nuevos centros de expansión, crecimiento orgánico o propagación y crecimiento
influenciado por la distancia a vías de comunicación (Clarke y Gaydos 1998, Candau,
2002). Los resultados del modelo incluyen informes, estadísticas para evaluar y observar el
comportamiento dinámico del crecimiento urbano pronosticado (población, dispersión,
agrupamiento y tamaño del agrupamiento), mapas de probabilidad, animaciones y mapas
del tipo de crecimiento. Si no hay datos de uso del suelo, el modelo simplemente simula el
crecimiento urbano.
Figura 5. Reglas de transición en SLEUTH
Resultados
Los resultados se presentan organizados en cuatro etapas, la primera presenta un con-
junto de medidas de validación propias del modelo referidas al periodo de calibración, la
segunda muestra una tabla y un gráfico donde se observa la cantidad neta de cambios que
se esperanproducto de ejecutar una simulacióny los cambios de referencia en la realidad;
la tercera presenta un conjunto de mapas individuales que permiten visualizar e interpre-
tar el patrón espacial de crecimiento para los años 2011/2013/2018/2023/2028/2033 y en
la cuarta y última parte se analizan mapas que aportan nueva información con respecto a
la calidad y reglas predominantes durante la asignación de cambios.
Compare: 0.92
Pop: 0.93
Edges: 0.96
Clusters: 0.99
Cluster Size: 0.51
Lee-Salle: 0.53
SLEUTH
Slope: 0.99
% Urban: 0.93
X-Mean: 0.76
Y-Mean: 0.97
Rad: 0.93
OSM: 0.62
Figura 6. Crecimiento del uso del suelo urbano (en celdas y hectáreas) según SLEUTH. Ciudad de Tandil (2011-2033)
a b
Conclusión
Esta primera aplicación de SLEUTH al contexto urbano argentino comprueba la ido-
neidad de este modelo para simular el crecimiento urbano fuera del ámbito regional de
creación. La fortaleza de esta herramienta proviene de la habilidad para calibrar y luego
modelar escenarios futuros, evaluar los coeficientes a modo de factores explicativos de la
Simulación del crecimiento urbano de la ciudad de Tandil (Argentina) aplicando el modelo SLEUTH 1023
expansión urbana, contrastar los resultados con una extensa variedad de medidas de va-
lidación y analizar los resultados cartográficos y alfanuméricos para estimar el patrón re-
sultante del crecimiento urbano. La simulación digital permite entre otras cosas, obtener
un conocimiento mesurable acerca de la influencia del entorno para explicar los cambios
de usos del suelo, los principales factores de restricción o estimulación a la urbanización y
la magnitud de cambios esperados en un futuro cercano.
Esperamos continuar las aplicaciones de SELUTH en áreas urbanas de Argentina,
no solo realizando escenarios predictivos, sino también exploratorios y normativos
donde podamos visualizar el efecto de un crecimiento acelerado, o de un desarrollo
urbano lento o un crecimiento deseable de acuerdo a lo estipulado en la planificación
de usos del suelo.
Agradecimientos
Esta aplicación forma parte de una serie de actividades de investigación desarrolladas
en el marco de un proyecto financiado por una Beca Externa Postdoctoral cofinanciada
entre la Comisión Fulbright y el Concejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técni-
cas (CONICET)durante elperíodo noviembre 2017 - febrero 2018, bajo la dirección del Dr.
Keith CLARKE en el Department of Geography, Univeristy of California, Estados Unidos.
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1024 Santiago Linares y Keith C. Clarke
Introducción
Este trabajo se enmarca en el proyecto de investigación Análisis espacial y evaluación de
zona de potenciales conflictos ambientales, productivos y patrimoniales ante la expansión urbana en
la cuenca del río Luján (Provincia de Buenos Aires, Argentina)1, que se realiza con apoyo insti-
tucional de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) de la
República Argentina, en la Universidad Nacional de Luján (UNLu) y forma parte del pro-
yecto de investigación correspondiente a una beca de investigación de la UNLu2 Evaluación
Multicriterio con Sistemas de Información Geográfica para la identificación de áreas con potencial
conflicto entre usos del suelo en la cuenca del Río Luján (Buenos Aires, Argentina).
El objetivo es determinar la distribución espacial de las áreas con potencialidad de
conflicto entre diferentes usos del suelo en la cuenca del río Luján, considerando la
dinámica urbano-regional de esta área bonaerense. Para lograrlo se utilizaron técnicas
de EMC apoyadas en el uso de SIG, y la aplicación del método Land Use Conflict Iden-
tification Strategy (LUCIS) (Carr y Zwick, 2006, 2007) como un modelo de resolución
estandarizada que presenta interesantes capacidades para identificar áreas potenciales
de conflicto entre usos del suelo urbano, agrícola y de conservación. El modelo busca
identificar el patrón de uso de la tierra que resulte más adecuado, basado en criterios
o preferencias específicas, convirtiéndose en un componente importante de ayuda a las
decisiones espaciales (Buzai y Baxendale, 2011).
La relevancia de los procedimientos metodológicos basados en EMC reside en que per-
miten analizar el espacio geográfico con fines de apoyo a su planificación. Conocer y ana-
lizar las áreas que presentarían conflictos a futuro en el área de estudio resulta de interés
para la toma de decisiones, principalmente en el ámbito de la planificación urbana.
1 Proyecto PICT 2014-1388. Director: Gustavo D. Buzai, Co-directora: Sonia L. Lanzelotti, Investigadores Luis Hu-
macata, Noelia Principi, Gabriel Acuña Suárez y Claudia A. Baxendale. Vigencia 2016-2018.
2 Proyecto de investigación propio, correspondiente a una beca de investigación, categoría perfeccionamiento, de la
Universidad Nacional de Luján (2016-2018), dirigida por el Dr. Gustavo D. Buzai. Periodo 2016-2018.
1026 Noelia Principi
La delimitación de la cuenca del río Luján fue actualizada por Lanzelotti y Buzai (2015),
a partir de un ajuste en los límites de la misma realizada con la utilización de imágenes sa-
telitales SRTM y ASTERGDEM 7 y procesadas con el complemento ArcHydro de ARCGIS
10.1 y corregidas mediante interpretación visual de imágenes.
La cuenca alta se caracteriza por presentar zonas principalmente rurales, llegando a
la cuenca baja que se encuentra en unas de las regiones urbanas de mayor importancia a
nivel mundial, la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires. Los partidos bonaeren-
ses que integran la cuenca son Campana, Escobar, Exaltación de la Cruz, General Rodrí-
guez, José C. Paz, Luján, Malvinas Argentinas, Mercedes, Moreno, Pilar, San Andrés de
Giles, Carmen de Areco, Chacabuco, San Fernando, Suipacha y Tigre.
La topografía general de la cuenca es suave, las máximas alturas se localizan en el oeste,
llegando aproximadamente a los 60 msnm y descendiendo en sentido sureste hasta alcan-
zar el nivel del mar. El curso fluvial principal de la cuenca es el río Luján, que realiza su
recorrido por la planicie ondulada de la Pampa, nace en la confluencia del arroyo de Los
Leones y del Durazno y la Cañada de Castilla, en la zona límite entre el partido de Carmen
de Areco y el partido de Chacabuco, con un recorrido de 115 kilómetros hasta su desem-
bocadura en el delta del Paraná, y luego 42 km más en dirección noroeste-sudeste hasta su
desagüe en el río de la Plata.
Figura 1. Cuenca hidrográfica del río Luján
realizar los procedimientos de evaluación. Se pueden definir dos tipos de criterios: los
factores que son aquellos que presentan valores continuos de aptitud locacional en cada
variableo los limitantes, también denominados criterios de restricción, que actúan con la
finalidad de asignar resultados en un sector delimitado del área de estudio con fin restric-
tivo. A través de la selección de variables que sean relevantes para el objetivo propuesto,
sus tratamientos para la generación de factores y restricciones, y la determinación de dif-
erentes formas de combinación de los criterios, nos dirigimos hacia la búsqueda de resul-
tados. Las formas de vinculación se denominan reglas de decisión y su proceso de aplicación
evaluación (Buzai y Baxendale, 2007).
La regla de decisión debe integrar de manera coherente los diferentes criterios implica-
dos en la evaluación. Cuando comenzamos a integrar cada vez mayor cantidad de criterios
en la regla de decisión, ésta se va complejizando y aquí la EMC es donde cobra su mayor
importancia.Una vez que la regla de decisión está estructurada, el paso siguiente es la
evaluación y será lo que finalmente generará el modelo de decisión.
Figura 2. Esquema de EMC con un objetivo
2. Creación de la base de datos espacial: En segundo paso es generar una base de datos es-
pacial con capas temáticas con información básica y relevante para cada uno de los tres
objetivos señalados en el primer paso. Aquí es donde deben definirse cuestiones técnicas
vinculadas a la creación de la base de datos espacial alfanumérica y gráfica, como así
también la extensión del área de estudio, el sistema de proyección y la unidad mínima de
representación espacial o píxel.
3. Análisis de aptitud: En el tercer paso se realiza el análisis de aptitud de cada capa temá-
tica determinando la aptitud relativa de las categorías de cada criterio definido para cada
objetivo (urbano, agrícola o conservación). Esto corresponde a la creación de factores o
limitantes para la aplicación de EMC.
4. Determinación de preferencias: En este cuarto paso se establece la importancia de cada
factor para cada objetivo específico. Se apela al conocimiento teórico de la problemática o
se utiliza la metodología denominada APH (Analytical Hierarchy Process) que fue propuesta
por Saaty (1990) y que permite disminuir el nivel de contradicción en la asignación de los
pesos. Para el desarrollo metodológico del trabajo elegimos trabajar el método de pondera-
ción por ranking recíproco propuesto por Malczewski (1999) porque llega a resultados simi-
lares de una manera más simple. Este método considera la formulación de un ranking de
importancia para cada variable, donde la variable más importante adquiere el valor 1, la
segunda el valor 2 y así sucesivamente. Luego, se estandarizan los valores de acuerdo a la
proporcionalidad de cada uno respecto del mayor valor posible y finalmente cada propor-
cional se divide por el valor de sumatoria de las proporciones. Con la utilización de este
método, el investigador debe decidir el ranking de los criterios pero los pesos o pondera-
ción se obtienen a través del método.
5. Aplicación de la regla de decisión y reclasificación de resultados: En el quinto paso se aplica
la regla de decisión y se reclasifican los resultados obtenidos, mediante el procedimiento
de combinación lineal ponderada, obteniéndose un valor índice para cada localización en
base a la definición de factores y los valores de ponderación. Aquí es donde se obtienen los
tres mapas de aptitud general: urbano,
Figura 3. Combinación de objetivos y determinación de agrícola y conservación, reclasificando
situaciones de potencial conflicto entre usos del suelo cada valor de aptitud de 1 a 3, como
alta, media y baja.
6. Identificación de áreas potenciales de
conflicto: En el sexto y último paso me-
todológico se realiza la identificación
de áreas potenciales de conflicto, me-
diante la combinatoria de las tres ca-
tegorías para cada objetivo a partir de
un gráfico tridimensional (Figura 3) de
27 combinaciones (A-Alto, M-Medio,
B-Bajo), conflictivas y no-conflictivas,
por tres mapas de aptitud. Conside-
rando el Objetivo 1, 2 y 3 las combina-
ciones conflictivas son las siguientes:
Fuente: Buzai y Principi, 2017_107 BBB, BMM, BAA, MAA, MMB, MBM,
MMM, ABA, AMA, AAB, AAM y AAA.
Evaluación Multicriterio (EMC) con Sistemas de Información Geográfica (SIG) para la identificación... 1029
3 El proyecto SIG-250 del IGN permite la descarga libre de diferentes capas temáticas a escala nacional y provincial,
en el siguiente enlace: http://www.ign.gob.ar/sig#descarga
1030 Noelia Principi
por aguas pluviales o por las de un río o laguna cercana. Consideración de los bañados
como 0, aplicación de cálculo fuzzy lineal decreciente (255-0 en distancias 0 a 10.000 me-
tros de los bañados).
Factor 5: Cursos de agua. Consideración de los cursos de agua, cálculo de un buffer de
distancia de 1.000 metros y luego cálculo de distancias, aplicación de cálculo fuzzy lineal
decreciente (255-0 en distancias de 0 a 2.000 metros considerando el buffer).
Se aplicación el método de ponderación por ranking recíproco (Malczewski, 1999) con-
siderando el siguiente orden en la importancia de los criterios: áreas urbanas (1), red vial
(2), cursos de agua (3), bañados (3) y estaciones de ferrocarril (4), dando como resultado las
ponderaciones 0,41; 0,21; 0,14; 0,14 y 0,10 respectivamente. Se aplica la EMC en software y
en la Figura 4 se muestra el resultado obtenido.
Figura 4. Mapa de aptitud urbana
Determinación de las áreas con potencial conflicto entre usos del suelo
Para continuar con la aplicación del método LUCIS se realizó una reclasificación de los
mapas de aptitud, en unidades, decenas y centenas para obtener todas las posibles com-
binaciones de zonas con o sin conflictos. Los valores 1, 10 y 100 indican una baja aptitud
en cada uso del suelo, mientras que los valores 3, 30 y 300 indican una alta aptitud. Al
realizar la combinación de mapas mediante modelado cartográficouna combinación que
arroje como resultado“333” representaría una combinación altamente conflictiva, ya que
sería de alta aptitud para los tres objetivos (3, 30, 300).
Con los mapas reclasificados se realiza la suma de los mismos y se obtiene un mapa
(Figura 7) con todas las combinaciones posibles entre los diferentes usos del suelo, con-
flictivas o no.
A partir del mapa de combinación de objetivos se pueden obtener de manera detallada
las áreas de cada zona conflictiva en kilómetros cuadrados. A continuación se presentan
los datos de conflictos agrupados en el área de estudio4 (Tabla 1).
Figura 7. Mapa de conflictos entre usos del suelo agrupados
Tabla 1. Resultados agrupados de áreas con potencial conflicto entre usos del suelo en la Cuenca del Rio Luján
Superficie
Combinación Aptitudes dominantes
(km2)
122-233-233 Agrícola-Conservación 252,26
4 La combinación “111” no presentó superficie con potencialidad de conflicto, por eso en la tabla de conflictos agru-
pados existen 11 combinaciones.
Evaluación Multicriterio (EMC) con Sistemas de Información Geográfica (SIG) para la identificación... 1033
Análisis de resultados
En el primer mapa obtenido, de aptitud urbana (Figura 4), se observa que la mayor
aptitud de expansión del uso urbano se localiza en las zonas cercanas al uso urbano ac-
tual, esto está vinculado a que en la definición de criterios y aplicación de la regla de de-
cisión el criterio de uso urbano actual tuvo la mayor ponderación, con un peso de 0.41.
En el mapa de aptitud agrícola (Figura 5), se observa que las áreas más aptas son las que
corresponden al uso mixto de la tierra (agrícola-ganadero), según la clasificación de las
coberturas del suelo del IGN. Mientras que las zonas de bañados y de acumulación de
conchillas presentan las aptitudes más bajas. En este caso, los criterios considerados
dieron mayor ponderación a las coberturas del suelo y, dentro de éstas, específicamente
al área de uso mixto de la tierra, además de considerar las alturas más propicias para
el desarrollo agrícola. Finalmente,en el caso del mapa de aptitud para la conservación
(Figura 6) muestran mayor aptitud las áreas de bañados y los cursos y cuerpos de aguas
y sus áreas cercanas, considerándose estas áreas como de mucha importancia para con-
servación de la biodiversidad.
Los resultados combinatorios de los mapas objetivos permitieron obtener el mapa final
de conflictos entre usos del suelo (Figura 7), con las tablas correspondientes donde apa-
rece la superficie que presentaría conflicto según el tipo de uso del suelo. En la Tabla 1,
con las áreas de conflictos agrupados, aparece la combinación urbano-agrícola como la de
mayor conflicto entre estos usos del suelo en la cuenca del río Luján, con 712,03 km2 afec-
tados. Le sigue en importancia la combinación urbano-agrícola-conservación con 564,03
km2 en posibilidad de conflicto futuro, finalmente la combinación agrícola-conservación
con 252,26 km2 con potencialidad de conflicto, y por último la combinación urbano-con-
servación con un valor de conflicto muy bajo, de 49,62 km2.
La superficie total de conflicto es de 1.577,94 km2, sobre una superficie total de
3.761km2. Es decir, de la totalidad de superficie de la cuenca del río Luján, un 41,95% se
encuentra en potencial conflicto entre usos del suelo. De ese porcentaje en conflicto, el
80,85% lo concentran los conflictos urbano-agrícola y urbano-agrícola-conservación, con
45,12% y37,73% respectivamente.
Conclusión
Los resultados obtenidos se consideran aceptables, responden a un resultado esperable
para una región con una dinámica regional muy activa, con zonas de transición entre
usos plenamente agrícolas y otras áreas urbanas, densamente pobladas, principalmente
las zonas cercanas a la ciudad de Buenos Aires, y con la presencia de cursos y cuerpos de
agua muy importantes en cuanto a la conservación de biodiversidad.
El trabajo permite evidenciar la potencialidad de la EMC con SIG para obtener resul-
tados en el marco de una Geografía Aplicable con importantes posibilidades de avanzar
hacia una Geografía Aplicada, que además puede ser transferible a organismos de gestión
y planificación para utilizar los resultados obtenidos con la finalidad de mitigar los efec-
tos socioespaciales negativos de la competencia por el territorio a futuro. Desde este punto
de vista ha sido muy favorable poder lograr correctamente el desarrollo teórico-metodoló-
gico de la aplicación basada en SIG y obtener como resultado final un escenario futuro de
conflictividad entre los tres usos del suelo considerados en la cuenca del río Luján.
1034 Noelia Principi
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Tratamiento y análisis de imágenes aéreas
históricas (1935-1962) en el Área Metropolitana
del Gran Resistencia, provincia del Chaco
Camilo Vera, Richard Pérez, Federico Arias y Osvaldo Cardozo
Introducción
La globalización es entendida como un fenómeno que funciona a diferentes escalas a
nivel mundial, pero es en la ciudad donde se pueden advertir los efectos más sobresalien-
tes de ella, ya que genera una gran atracción para actividades económicas de diferente ín-
dole, tales como la comercial, industrial y financiera, entre otras (Mateus y Brasset, 2002).
En la misma línea, esta atracción provoca –aunque no es la única causa- que la población
se sitúe de manera concentrada en las ciudades -urbanización- conllevando cambios tanto
en lo social, económico, demográfico y cultural.
En este sentido, cobra importancia la conceptualización de lo que se conoce como creci-
miento urbano, ya que al aumentar la cantidad de población en las ciudades y las activida-
des económicas se espera que haya un crecimiento de la ciudad en términos horizontales
-ocupación de espacios adyacentes- y verticales -mayor edificación-. Ante esta situación, es
significativo retomar el concepto de sprawl a la hora de tratar esta problemática, que res-
ponde en general -desde una óptica morfológica- a diferentes dimensiones o pautas, que
según Muñiz, García y Calatayud (2006) son cinco: a) una densidad de población decre-
ciente acompañada de un mayor consumo de suelo; b) un peso creciente de las zonas pe-
riféricas respecto a las centrales; c) un mayor aislamiento (falta de proximidad) entre cada
una de las partes de la ciudad; d) una menor concentración de la población en un número
limitado de zonas densas y compactas, y e) una creciente fragmentación del territorio.
Plasmado el contexto teórico, vale señalar que en las ciudades latinoamericanas, entre
fines del siglo XX y principios del siglo XXI se han caracterizado por un crecimiento po-
blacional que conllevó a la conformación de grandes aglomeraciones que sobrepasan sus
límites, establecidos por una política pasada. En la actualidad, éstas se expanden más allá
de su área administrativa original, llegando a ocupar los espacios de otras ciudades con-
formando una gran área metropolitana (Bottino Bernardi, 2009).
En este trabajo, se propone como lugar de estudio al Área Metropolitana del Gran Re-
sistencia (Figura 1), situada al sureste de la provincia del Chaco y compuesta por cuatro
ciudades, Resistencia (capital provincial), Barranqueras, Fontana y Puerto Vilelas. Para el
año 2010 este conurbano contaba con una población total de 385.726 habitantes (INDEC,
2010) que fue creciendo de manera discontinua con generación de nuevas pautas funciona-
les para servicios básicos como transporte, salud, educación, agua, electricidad, cloaca, etc.
Ante esta situación y al no existir antecedentes de georrefenciación de imágenes aéreas
antiguas, se propuso generar un mosaico de las fotografías aéreas correspondiente a las déca-
das de 1930 y 1960, ajustado a un sistema de coordenadas para su visualización en un Siste-
ma de Información Geográfica (SIG), cuyo fin es comparar la extensión del aérea urbanizada
e identificar los sectores donde se produjo la expansión física en este periodo de tiempo.
1038 Camilo Vera, Richard Pérez, Federico Arias y Osvaldo Cardozo
Figura 1. Localización geográfica del Área Metropolitana del Gran Resistencia, provincia del Chaco, República Argentina
Fuente: elaboración personal con base en datos del Instituto Geográfico Nacional
El estudio de los procesos de expansión espacial es un clásico en las investigaciones ur-
banas, y en el caso de Resistencia y su área metropolitana existen algunos antecedentes al
respecto, sin embargo, aquí se plantea una metodología no utilizada antes para el análisis
del crecimiento. En este sentido, Alberto (2009) expone la evolución de la mancha urbana
del AMGR con una importante serie temporal desde 1880, sin embargo, utiliza otras fuer-
tes de información y trata de ajustar los periodos de análisis con los censos nacionales de
población y vivienda.
Desarrollo
Materiales y métodos
En el periodo de tiempo analizado las únicas fuentes de información provienen de
vuelos aéreos realizados en los años 1935 y 1962. El primero de ellosse destaca por en
el valor de su recuperación al tratarse posiblemente deuno de los primeros registros
aéreo-fotográficos de la ciudad. Respecto a los fotogramas originales no se dispusieron
de ellos, de modo que el mosaico se armó con fotografías parciales del mismo. En el
caso del segundo periodo, tampoco se dispuso de los archivos originales, sino de copias
escaneadas de los mismos.
Una vez obtenidas las fuentes de información del área de estudio, se procedió a la toma
de puntos de control en terreno por medio de un receptor GPS (Juno Trimble) en diferentes
sectores de la ciudad (21 puntos). Éstos previamente fueron identificados en las imágenes
tanto en el año 1935 como 1962, para así buscar su localización actual. En la misma línea,
mediante el programa Canvas GIS, se organizaron las imágenes obtenidas y se transformó
al formato .jpg para georreferenciar cada una de ellas en el programa ArcGIS 10.5 a través
de la herramienta Georreferencing.
Por último, se obtuvieron las manchas urbanas de las ciudades de Resistencia, Barran-
Tratamiento y análisis de imágenes aéreas históricas (1935-1962) en el Área Metropolitana... 1039
queras y Fontana en los distintos años (es importante aclarar que no se alcanza a advertir
en las imágenes la ciudad de Puerto Vilelas), a través de un proceso de interpretación vi-
sual y digitalizaciónen pantalla, a partir de los cuales se calcularon los datos de superficie
total (ha), crecimiento absoluto (ha) y crecimiento relativo (%) para estas tres ciudades.
Resultados
Uno de los primeros datos obtenidos resultó de la interpretación visual de ambas imágenes
áreas, a partir de las cuales se generaron sendos polígonos que representan áreas con efectiva
ocupación urbana, conocidas como las manchas urbanas y que permiten analizar el sprawl.
La superposición en un SIG de los polígonos correspondientes al área urbana en 1935
y 1962, permite observar espacialmente el crecimiento urbano, los patrones que siguen
dicha expansión, así como cuantificar los volúmenes del cambio.
Como es de esperar, en un periodo de 27 años, las tres localidades experimentaron un
crecimiento de la superficie urbanizada. En este sentido, toda el AMGR se expandió unas
672 ha, lo que representa en promedio casi 25 ha al año y un incremento del 61% respecto
a la superficie de 1935. Dicho crecimiento no fue simétrico, ya que los mayores porcentajes
corresponden a Resistencia (65%) y Barranqueras (58%), aunque en términos absolutos es
notable la incorporación de 568 ha en el caso de Resistencia, frente a menos de 70 y 35 ha
de Barranqueras y Fontana respectivamente (Cuadro 1).
Estos volúmenes de crecimiento tampoco han tenido una distribución espacial uni-
forme. En el caso de Fontana, su patrón de crecimiento se orientó casi en forma exclusiva
hacia Resistencia siguiendo el trazado del ferrocarril que atraviesa el área metropolitana.
Una situación similar ocurre en Barranqueras, que canaliza gran parte de su crecimiento
hacia Resistencia siguiendo en este caso el camino de vinculación entre ambas, sin embar-
go, la mayor extensión se da en dirección sur hacia lo que luego será Puerto Vilelas. Respec-
to a Resistencia, su patrón espacial también responde al incipiente proceso de metropo-
lización, razón por la cual buena parte de su crecimiento se produce hacia Barranqueras
(sudeste) y Fontana (oeste y noroeste), aunque cabe indicar también que otro importante
avance se produjo hacia el sur (Figura 2).
Cuadro 1. Superficie total, crecimiento absoluto y relativo de la ciudad de
Resistencia, Barranqueras y Fontana año 1935-1962
Figura 2. Comparación de la mancha urbana de la ciudad de Resistencia, Barranqueras y Fontana año 1935-1962
Conclusión
Pese al gran auge del que gozan las imágenes satelitales en la actualidad, las fotografías
aéreas no pierden su vigencia, en especial cuando se necesita contar con información his-
tórica del territorio, y en momentos donde la tecnología satelital aun no existía.
Desde la perspectiva metodológica, el empleo combinado de herramientas provenientes
de los Sensores Remotos y Sistemas de Información Geográfica, han dado muy buenos re-
sultados para analizar la expansión urbana del espacio objeto de estudio. En este sentido,
la georreferenciación, digitalización y el proceso de superposición son claramente útiles e
importantes para poder generar información comparable, como insumo para comprender
los procesos geo-históricos que influyen en la conformación de una ciudad.
Esta fuente de información permitió, por un lado, cuantificar el volumen de nuevo
suelo urbano (un 61%) incorporado a las localidades que luego conformaran el AMGR, y
además corroborar el proceso de coalescencia urbana a partir de los patrones espaciales de
crecimiento observados, particularmente claros en Resistencia y Barranqueras.
Algo interesante de resaltar en dicho proceso, es la paulatina ocupación de distintos
sectores bajos desde el punto de vista topográfico como meandros abandonados y lagu-
nas. El efecto de la acción antrópica rellenando estos reservorios naturales, es una de las
causas de los continuos eventos de anegación que sufre la ciudad en la actualidad, un
proceso ya detectado en este análisis.
Referencias
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Área Metropolitana del Gran Resistencia (AMGR). XII Encuentro de Geógrafos de América
Latina. Montevideo, Uruguay.
Tratamiento y análisis de imágenes aéreas históricas (1935-1962) en el Área Metropolitana... 1041
Introducción
A partir de la década de 1950 se inicia un proceso de descolonización en el continente
africano, que permitiría el surgimiento de más de cincuenta estados-nación independien-
tes(al menos en términos formales) de las potencias europeas. Sin embargo, este proceso
aún permanece inconcluso, en tanto que la mayor parte del territorio correspondiente al
Sahara Occidental, ex colonia española, que permanece ocupado de manera ilegítima por
Marruecos. En la década de 1960 y 1970, el pueblo saharaui, habitantes originarios de
estas tierras, comenzaron a desarrollar diferentes acciones, con el objetivo de reivindicar
su derecho a la autodeterminación. A raíz de esta lucha surgen, en 1973, el Frente POLI-
SARIO y, en 1976, la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). No obstante, luego
del retiro de España, Marruecos dio origen a un proceso de ocupación del territorio del
Sahara Occidental, con la anuencia de las principales potencias del momento, que alcanzó
sus dos terceras partes y que permanece hasta el día de hoy.
Las Naciones Unidas se encuentran presentes también en el territorio, a través de la MI-
NURSO, una misión de paz que se crea en la década de 1990, y que tiene como uno de sus
principales objetivos la realizacióndel referéndum que determine el estatuto legal del Sa-
hara Occidental. A pesar de los acuerdos firmados, dicha instancia aún no ha tenido lugar
y la población saharaui permanece dispersa en diferentes territorios, siendo vulnerable
a sufrir atropellos y violaciones a los derechos humanos por parte del ejército marroquí.
Esta situación de indefinición jurídica parece eternizarse, ante la mirada indiferente de la
comunidad internacional y, en especial, de los actores con mayor injerencia en el escenario
mundial, que parece sacar partido del conflicto.
Este trabajo se estructura de la siguiente forma: en primer lugar se realiza una contex-
tualización de la situación actual del continente africano y de las numerosas variables
que se requieren tener en cuenta para comprender cabalmente los conflictos que allí se
desarrollan. En segunda instancia, se aborda el período de colonización desarrollado en
el Sahara Occidental por España, hasta la década de 1970. Luego se profundiza en la ocu-
pación del territorio por parte de Marruecos y las consecuencias que ésto generó para el
pueblo saharaui. Más adelante, se mencionan las acciones de resistencia llevadas a cabo
por el Frente POLISARIO y la conformación de la RADS. Finalmente se desarrolla la in-
tervención de Naciones Unidas a través de la MINURSO y los diferentes acuerdos de paz
y planes elaborados.
tatal en la mayoría de los países luego de la descolonización europea, a los altos niveles de
pobreza e indigencia que azotan a la población, a los conflictos armados (que en muchos
casos poseen aristasétnicas y religiosas), a la inserción subordinada a la economía global
ya lo que generalmente se denomina como la “maldición de los recursos naturales”.
Dupuy, Stanganelli y Costantino (2015), mencionan que si bien Europa incorporó a
África al sistema internacional a partir del siglo XVI, con el inicio del tráfico de esclavos,
la participación plena de este continente en la economía mundial se consolidaría con el
descubrimiento de las grandes riquezas mineras y, específicamente, con el comienzo de la
explotación del oro y los diamantes en Sudáfrica, en la segunda mitad del siglo XIX.
La distribución de los recursos mineros no resulta homogénea en el continente. Los
hidrocarburos se encuentran presentes especialmente en el norte; Libia y Argelia son gran-
des exportadores;.también Nigeria se caracteriza por poseer una de las reservas más im-
portantes del mundo. El fosfato es otro de los recursos mineros de gran importancia para
la economía de muchas regiones del norte de África, entre las cuales se incluye el Sahara
Occidental.En la región central se encuentra presente el cinturón del cobre, que abarca a
países como el Congo Belga, República Democrática del Congo y Zambia. En tanto, Sud-
áfrica cuenta con importantes yacimientos de platino, oro, carbón y diamantes (Dupuy,
Stanganelli y Costantino, 2015).
Durante el período de colonización, la explotación de estos recursos se realizó directa-
mente por las potencias europeas, quienes se repartirieron definitivamente el continente
africano en la Conferencia de Berlín, que se desarrolló entre 1884 y 1885. La ocupación del
territorio evidenció el equilibrio internacional de la época, ya que Gran Bretaña, Francia
y Alemania se quedaron con la mayor parte de las colonias, mientras que España, Italia,
Portugal y Bélgica, poseyeron porciones más reducidas. La división se llevó a cabo tenien-
do como referencia la ocupación costera y el trazado de paralelos y meridianos, ignorando
la distribución original de los grupos étnicos del continente, lo cual constituyó un caldo
de cultivo para los conflictos armados que se desarrollaron a partir del período de inde-
pendencias (Azcárate Luxán, Azcárate Luxán y Sánchez Sánchez, 2009).
La organización de la explotación de estos recursos minerales trajo aparejada la in-
versión por parte de los europeos para realizar infraestructuras, relacionadas con el de-
sarrollo del ferrocarril y los puertos, sentando las bases para la consolidación de mode-
los económicos liberales y una organización territorial inherente a la producción para
la exportación. “Bajo estas condiciones la sociedad tradicional africana pierde total-
mente su autonomía, tiene la única función de producir para el mercado internacional,
en condiciones que le quitan toda perspectiva de evolución hacia la modernización”
(Shmite y Nin, 2006, p. 48).
Hacia mediados del siglo XX, luego de la descolonización, los Estados intentarían con-
figurarse bajo el dominio de algún grupo étnico ligado al antiguo poder colonial. Sin
embargo, la falta de legitimidad de las nuevas instituciones sería un rasgo central de este
período, junto con la ausencia de instancias democráticas y la incapacidad de desarrollar
mejores condiciones de vida para la población y un reparto más justo de la riqueza. Como
consecuencia, en la actualidad se observa que en la mayor parte del continente africano
predominan economías especializadas en la exportación de productos agro-mineros, ex-
tremadamente vulnerables y desequilibradas regionalmente (Shmite y Nin, 2006).
La debilidad de los Estados que surgieron luego del proceso de descolonización en Áfri-
ca, se tradujo en una ausencia de soberanía económica que impidió el aprovechamiento de
El conflicto del Sahara Occidental: la colonización inacabada 1047
los recursos mineros para el desarrollo de sus sociedades. Los elevados costos de prospec-
ción y explotación inherentes a esta actividad generaron la necesidad de atraer inversiones
internacionales, posibilitando que las grandes empresas ocupen, en la actualidad, el lugar
vacante que dejaron las metrópolis europeas.
El Estado, siempre en manos de elites que pugnaban por mantener lucrativas relaciones con los
grupos transnacionales encargados de la extracción, resultaba la principal fuente de recursos para
aquellos sectores y grupos étnicos ligados a las mismas. Esto explica la avidez y violencia con que
las agrupaciones opositoras, por lo general con prácticas insurgentes, pugnan por desplazar y re-
emplazar a la elite de turno o por crear economías exportadoras regionales paralelas e ilegales,
manteniendo conflictos y guerras civiles que, en última instancia, terminan beneficiando a las
empresas extractivas.” (Dupuy et al., 2015, p. 428-429)
Shmite y Nin (2006) interpretan que los conflictos que hoy se suceden en África en-
cuentran su origen en causas históricas que se relacionan con la incompleta formación de
los Estados-naciones, las divisiones étnico-religiosas y los desequilibrios regionales; esto
se complejiza en la actualidad a raíz de la lucha por el control de los recursos naturales y
las demandas de autonomía e independencia.Dichos conflictos involucran a numerosos
actores, desde grupos étnicos y sociales locales hasta empresas multinacionales, lo cual
implica la necesidad de estudiar cada uno de ellos analizando las múltiples escalas y di-
mensiones intervinientes.
En la mayor parte de los casos, los problemas relacionados a la explotación de los recur-
sos naturales se ven agravados por las condiciones de marginación y pobreza en las que se
encuentra sumergida la mayor parte de la población africana. Esta situación es aprovecha-
da por los grupos paramilitares que se disputan el control y la comercialización de los mi-
nerales, reclutando a buena parte de sus integrantes de los grupos sociales más vulnerables.
A menudo, los conflictos armados también poseen una variable étnica, en tanto la po-
blación relegada en general se corresponde con aquellas minorías que quedaron fuera del
control de las instituciones estatales, generando rivalidades y tensiones en regiones que
no fueron delimitadas por su homogeneidad cultural, sino que heredaron sus fronteras
de las antiguas divisiones coloniales, que nada tenían que ver con la distribución de la
población originaria.
protectorados al oeste del continente. La misma fue disuelta en 1958, poco después de la
independencia de Marruecos. La zona sur del Marruecos español fue cedida al gobierno
de Rabat, mientras que el resto del territorio del Sahara español fue convertido en provin-
cia española, con su propia capital en El Aaiún, en donde se había establecido un asenta-
miento en 1940. La Provincia del Sahara era administrada por un gobernador general, un
militar con rango de general, que dependía del capitán general de Canarias para asuntos
militares y, para los asuntos civiles, de la Presidencia del Consejo de Ministros de Madrid,
por medio de su organismo colonial, la Dirección de Plazas y Provincias Africanas o, como
se la denominótras la cesión de Ifni a Marruecos en 1969, la Dirección General de Promo-
ción del Sáhara (Hodges, 1983).
El Sahara español erauna colonia casi olvidada, de poco interés para la metrópoli. No
obstanteal igual que España durante los años franquistas, también era gobernada con un
férreo control policial.
Las manifestaciones de oposición al estatus colonial eran violentamente reprimidas.
En realidad, el territorio era una colonia militar. Estaba gobernado por militares, y tras
la independencia de Marruecos se convirtió en la principal base de la Legión extranjera
española. En algunas ciudades y poblados, el número de soldados españoles superaba con
mucho a los residentes civiles.(Hodges, 1983, p. 16).
En las décadas de 1950 y 1960 comenzó el proceso de independencia de las colonias
africanas, a la vez que,en 1958, España declaró provincia al Sahara español (tal vez con el
propósito de no iniciar el proceso de descolonización). Posteriormente, el Sahara español
fue inscrito en 1963 en la lista de territorios no autónomos con arreglo al Capitulo XI de
la Carta de Naciones Unidas y la Asamblea General adoptó, en 1966, la primera resolución
que requería a España brindar las condiciones necesarias para organizar un referéndum
de autodeterminación en el Sahara Occidental (Abedrapo Rojas, 2015).
No obstante, en los últimos años del gobierno franquista,para España resultaba com-
plejo continuarcon su presencia plena en el Sahara Occidental, por ello
Intentó crear un Estado títere en el Sahara occidental que por su propia debilidad quedaría bajo
la órbita de Madrid. Con este propósito, el 20 de agosto de 1974, el gobierno español anunció
su intención de celebrar un referéndum de autodeterminación en el Sahara en los primeros seis
meses de 1975. La intención española era preservar sus intereses económicos en ese territorio.
(Agozino, 2011, p. 34)
El fallecimiento de Franco aceleró y modificó la “resolución” al conflicto (al menos
para España). En un ámbito de profunda confusión, en noviembre de 1975 se firmaron
los Acuerdos Tripartitos entre la potencia colonizadora, Marruecos y Mauritania, en la
cual Madrid les cede la administración del territorio,retirándose y renunciando a toda
responsabilidad sobre el mismo.España debía garantizar la independencia del Sahara Oc-
cidental, sin embargo no actuó en este sentido, dejándole vía libre a Marruecos para que
procediera con la ocupación. En 1979 Mauritania se retira después de haber alcanzado
diferentes acuerdos con el pueblo saharaoui y el territorio es ocupado totalmente por Ma-
rruecos (Comité del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
La libre determinación del pueblo saharaoui, 2015).
La acción de Marruecos
En 1975, Marruecos inicia la Marcha Verde, organizada por el rey Hassan II con 350.000
marroquíes, llamada por el mismo “la cosecha del año”, en la cual se tomó posesión de dos
El conflicto del Sahara Occidental: la colonización inacabada 1049
tercios del territorio. Esta acción formaba parte del proyecto denominado “Gran Marrue-
cos”, forjado por el partido Istiglal, presidido por Allal al-Fasi, quien abonaba a la teoría
de que todos los territorios ocupados por España en el norte de África debían transferirse
a Marruecos (Abedrapo Rojas, 2015).
Poco después de que Marruecos lograse su independencia en marzo de 1956 esta ideo-
logía seguirá siendo utilizada por la monarquía marroquí como elemento central de su
política tanto interna como externa.
La posición de Marruecos de recuperar sus territorios en el Sahara era bien visto por Estados Uni-
dos de América y Francia que temían que la aparición de un estado títere en esa región favoreciera
la expansión de la Unión Soviética en el frente atlántico de África a través de Estados ‘procuradores’
como lo eran en ese entonces Argelia, Libia e incluso Cuba. Es por ello que el secretario de Estado
Henry Kissinger expresó su apoyo a la soberanía marroquí sobre el Sahara. (Agozino, 2011, p. 35)
Poco tiempo después, en 1975, la cuestión del Sahara Occidental fue elevada al Tribunal
Internacional de Justicia, quienemitió su dictamen fallando en contra de Marruecos, ya
que si bien se reconocía que el sultán marroquí había tenido algún tipo de autoridad sobre
ciertas tribus de saharauis en determinado momento, ello no generaba derecho a reclamar
soberanía territorial (Colegio de abogados de New York, 2012). Marruecos interpretó de
manera muy parcial la sentencia del tribunal de La Haya, ya que enfatizó el reconocimien-
to de los vínculos entre el sultán marroquí y ciertosgrupos saharauis. Pero no consideró
la sentencia completa, en especial, aquella parte en la que se negaba que esos vínculos per-
mitieran establecer lazos jurídicos de soberanía territorial por parte de Marruecos sobre el
Sahara Occidental, indicando la necesidad de hacer prevalecer el principio de autodeter-
minación de los pueblos (López García, 2014).
La ocupación por parte de Marruecos conllevódiferentes formas de violación a los dere-
chos humanos: asesinatos, detenciones forzosas, desaparición de personas, torturas, entre
otros. A partir de estos hechos comienza un proceso de migraciones por parte de la po-
blación saharaui hacia lugares que no estaban controlados por el ejército marroquí. Sin
embargo, los ataques aéreos dirigidos a los centros de refugiados generaron que el Frente
POLISARIO decidiera dirigir la evacuación de las personas comprometidas hacia territo-
rios de Argelia (Forero Hidalgo, 2017).
En 1980 Marruecos comienza con su estrategia defensiva, que consistió en la construc-
ción de muros de arena para aislar zonas vitales. Los mismos constituyen una extensión de
2.500 km que encierran dos terceras partes del territorio del Sahara Occidental (Imagen 1).
El ‘muro’ tiene una eficacia innegable. Terraplenes de arena y de rocalla de 3 a5 metros de altura, de
4 a6 metros de ancho en la base, protegido por un foso en el que quedan bloqueados o se destrozan
los Land Rover que logran pasar a través de las alambradas y de los campos de minas, el ‘muro,
a la vez, es un conjunto electrónico, magnético y balística equipado con radares y con baterías de
artillería. (Balta, 1990, p. 167)
En 2001 se produjo la concesión por parte de Marruecos de la extracción de reservas de
gas y petróleo en la costa saharaui a empresas multinacionales, especialmente a Total Fina
ELN, de Francia, y Kerr- Mcgee, de EEUU. Además de las abundantes reservas de fosfato y
petróleo, también existían otros yacimientos de recursos estratégicos, como hierro, sales,
antimonio, cobre, níquel, uranio, estaño, entre otros. Según Abedrapo Rojas (2015), desde
la década de 1970 el Banco Mundial reconoce que el territorio del Sahara Occidental es el
más rico en recursos de todo el Magreb. Esta riqueza también incluye a los recursos pes-
queros, que en mayor medida son exportados a la Unión Europea y a Rusia.
1050 María Elisa Gentile y Alejandro Migueltorena
En este sentido, también en el Sahara Occidental los conflictos étnicos poseen un tras-
fondo relacionado con el control de los recursos, que involucran no solo a los actores
propios del continente africano sino también a capitales de envergadura mundial, que
se encuentran muy interesados en prolongar la ocupación marroquí para utilizarla en su
propio beneficio. Como señala Forero Hidalgo (2017)
La ecuación resulta sencilla: recursos estratégicos, materias primas y productos de exportación
generadores de divisas usufructuadas por Marruecos con el beneplácito de compañías trasnacio-
nales que se benefician del extractivismo voraz en un contexto regional y mundial propio de la
globalización imperialista, para lo cual recurren a la guerra y permanencia del conflicto como
mecanismo de control, sumisión del pueblo y apropiación del territorio. (p. 59)
También Forero Hidalgo (2017) menciona que, si bien históricamente Marruecos ha re-
cibido el apoyo de los Estados Unidos para mantener la ocupación, en las últimas décadas
ese aval no ha sido tan contundente, debido a que éste último teme un viraje antiocciden-
talista de la política marroquí, lo que complicaría el control del comercio de fosfato y de
aquellos recursos presentes en el territorio del Sahara Occidental.
en el que participarían los saharaouies que habían sido relevados en el último censo,
aproximadamente unos 75.000. Las opciones entre las que debían optar eran la indepen-
dencia o la integración a Marruecos. Mientras tanto, Sahara Occidental quedaría bajo la
autoridad de MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el referéndum de Sahara
Occidental), que se propondría como objetivo buscar una salida pacífica al conflicto y
determinar un alto el fuego.
Además, MINURSO debíaverificar la reducción de tropas de Marruecos en el territorio,
supervisar la cesación del fuego, tomar medidas con las partes para asegurar la liberación
de todos los prisionerospolíticos o detenidos del Sahara Occidental, identificar y registrar
a las personas con derecho a voto, organizar y asegurar la realización de un referéndum
libre y justo, y dar a conocer los resultados.
Uno de los problemas que paralizó el referéndum fue la dificultad para la identificación
de las personas que estaban en condiciones de participar del proceso, lo cual terminó por
frustrar las posibilidades de llevarlo a cabo, ya que ambas partes se negaban a cooperar.
En el curso del encuentro celebrado en la capital alemana, Marruecos declara abiertamente que
consideraba el Plan de Arreglo inaplicable y que estaba dispuesto a considerar solamente, a través
de ‘un diálogo franco con la otra parte’, una solución que reconozca de antemano su soberanía
sobre el Sahara Occidental. (Boukhari, 2004, p. 10)
Posteriormente, en mayo de 2001 se propone un “Acuerdo Marco” por un período de
aproximadamente cinco años (mayor al Plan de Arreglo),en el cual Marruecos sería reco-
nocido como “Potencia Administradora”, hasta la celebraciónde un referéndum.
Dos diferencias fundamentales respecto al Plan de Arreglo (Settlement Plan) eran: 1) la amplia-
ción del número de personas que tendrían derecho a votar en el referéndum y 2) la incorporación
implícita de una opción de autonomía parcial del Sahara Occidental dentro del Estado soberano
de Marruecos, añadida a las opciones del referéndum previamente establecidas de independencia
o integración. La ampliación de la lista de votantes permitiría votara todas las personas que estu-
vieran viviendo en el territorio un año antes de la celebración del referéndum, incluyendo así, cla-
ramente, a los cientos de no saharauis que habían ido a residir en el territorio desde la ocupación
marroquí. (Colegio de Abogados de New York, 2012, p. 20)
El Acuerdo Marco fue rechazado por el Frente POLISARIO, así como por Argelia, po-
tencia observadora y principal aliada del mismo. En 2003 se firma el Plan Baker (o Baker
II). Es el denominado “Plan de Paz para la libre determinación del pueblo del Sahara Occi-
dental”, que fue apoyado por unanimidad por el Consejo de Seguridad. Los puntos prin-
cipales del mismo eran:
1-Referéndum de autodeterminación para establecer el estatuto definitivo del Sahara
Occidental (bloqueado todavía por Marruecos).
2-Autonomía del Sahara bajo soberanía marroquí o la independencia.
3-Retirada de MINURSO.
Los votantes serían solo saharauis, aproximadamente unos 120.000.
El Frente POLISARIO aceptó, pero no así Marruecos para el cual la independencia no era
una opción viable, considerando que lo máximo que podía ofrecer era cierta autonomía.
La idea de la autonomía no era nueva; ya había sido planteada en 1980 por el anterior monarca
marroquí Hassan II, cuando declaro que ‘salvo el sello y la bandera’ todo lo demás era negociable,
lo que parecía contemplar la posibilidad de dotar de un amplio grado de autogobierno al territorio
del Sahara. (Fuente Cobo, 2011, p. 17)
En 2007, Marruecos presentó un plan de autonomía, en línea con lo aconsejado por
las Naciones Unidas y en enero de 2009, el secretario general de la ONU nombró como
enviado personal para el Sahara Occidental al diplomático estadounidense Christopher
El conflicto del Sahara Occidental: la colonización inacabada 1053
Ross, quien se declaraba partidario de buscar una solución al conflicto que tuviera en
cuenta el derecho a la autodeterminación de la población saharaui. Por otra parte, en
el informe de 2012 sobre la situación del Sahara Occidental, el secretario general de la
ONU mencionaba algunos obstáculos interpuestos por Marruecos con respecto al fun-
cionamiento de la MINURSO.
Según este informe, al actuar en el Sahara igual que en territorio marroquí, Marruecos contribu-
ye a enturbiar el conflicto. Además, el texto menciona ejemplos de confusión entre el Sahara –te-
rritorio no autónomo- y Marruecos, como por ejemplo la organización de elecciones marroquíes
en la zona, la obligación para los vehículos de la MINURSO de llevar matriculas diplomáticas
marroquíes, o bien la colocación de banderas de Marruecos alrededor del cuartel general de la
misión, creando así una apariencia que suscita dudas en torno a la neutralidad de la ONU. (Mo-
hsen-Finan, 2016, p. 3)
Para 2016, Marruecos pidió la retirada de MINURSO, debido a las declaraciones reali-
zadas por el Secretario General durante su visita en marzo de ese año. Efectivamente,Ban
Ki-Moon en su estadía en los campos de refugiados de Tinduf en Argelia, habló de la ocu-
pación del territorio por parte Marruecos:
al mencionar el termino ocupación- entendiéndose que se trata de la ocupación del Sahara por
parte de Marruecos (un 80% de la antigua colonia española)-, Ban Ki-moon niega a Marruecos el
derecho de estar presente en dicho territorio. A pesar de sus marcadas connotaciones, el término
no fue utilizado por casualidad. El secretario general podría haber hablado de “anexión”, que se
habría llevado a cabo en virtud del Acuerdo de Madrid, firmado el 14 de noviembre de 1975 entre
Marruecos, España y Mauritania, sobre la división del territorio, aunque ese tratado, ratificado
por las Cortes Generales españolas, nunca fue reconocido por las Naciones Unidas. (Mohsen-Fi-
nan, 2016, p. 2)
Por su parte, el 29 de abril de 2016, las Naciones Unidas adopta la resolución de exten-
sión del mandato de MINURSO en el territorio del Sahara Occidental.
Conclusiones
Debido al tiempo transcurrido desde que se originó el conflicto, nuevos problemas pa-
recen agravar el escenario y profundizar las diferencias entre los diferentes actores.Los
numerosos planes y propuestas elaborados fueron sistemáticamente rechazados, especial-
mente por Marruecos, o simplemente quedaron congelados.
A su vez, el muro continúa dividiendo al Sahara Occidental en dos territorios: el oeste,
ocupado militarmente por Marruecos (dos terceras partes) y, el este, territorio bajo control
del Frente POLISARIO, que administra los campamentos de refugiados, más de 160.000
personas.La zona de alto el fuego es vigilada por la Misión de las Naciones Unidas para el
referéndum en el Sahara Occidental. Mientras que el referéndum sigue siendo posterga-
do, ya que Marruecos, por recursos de apelación, exige que los marroquíes allí instalados
tengan derecho a voto.Hoy el pueblo saharaui es minoría frente a la población marroquí
debido al proceso de envío de colonos marroquíes al territorio.
Para la ONU es un territorio pendiente de descolonización y no reconoce la ocupación
de Marruecos. No obstante, en un contexto de ambigüedad, Rabat es importante para Oc-
cidente, ya que representa la estabilidad en el norte de África y es aliado en la lucha contra
el terrorismoyihadista. En cuanto al Frente POLISARIO, la preocupación de reiniciar la
lucha armada significaría quedar asociados al terrorismo islámico.Marruecos, a su vez,
sigue implementando la estrategia de ganar tiempo, esperando que en algún momento la
comunidad internacional acepte que los territorios conquistados le pertenecen.
1054 María Elisa Gentile y Alejandro Migueltorena
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El MERCOSUR en tiempos de retorno neoliberal
Gabriel Esteban Merino
6 Junto con Venezuela y Bolivia, el MERCOSUR tiene un PIB de 4.580.000 millones de dólares, lo que representa el
82,3% del PBI de Suramérica. Cubre un territorio de casi 13.000.000 de kilómetros cuadrados y cuenta con más de
275millones de habitantes, cerca del 70% de América del Sur (Merino, 2017).
7 “El intercambio comercial reproduce la lógica norte-sur y condiciona la industrialización regional. Entre 2010 y
2015 el 73% de lo exportado estuvo concentrado en Cobre y derivados (21%); Poroto de Soja (20%); Hierro (20%); y
Crudo de petróleo (12%). Cabe destacar que entre 2000 y 2005 el Crudo de Petróleo sólo había acumulado un 2% del
total exportado. Por otro lado, la inversión china se ha orientado principalmente hacia el sector de infraestructura
(ferroviaria, portuaria y energética) para garantizar el acceso a la extracción de materia prima. Todos los países de la
región concentran sus exportaciones a China en pocos rubros: Argentina (soja y petróleo, 78%); Brasil (soja, aluminio
y petróleo 74%); Chile (Cobre, 70%); Venezuela y Colombia (petróleo, 99% y 90%); etc. En contraste China tiene diversi-
ficadas sus exportaciones a ALC y son manufacturas de bajo, medio y alto contenido tecnológico.” Luciano Bolinaga,
“El desafíode América Latina es negociar con el socio chino” (Cronista, 20 de abril de 2016).
1058 Gabriel Esteban Merino
con Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, que serían según las apreciaciones del
canciller los socios tradicionales de Brasil; mantener las relaciones con los BRICS solo a
un nivel comercial, abandonando la intención geopolítica y la proyección geoestratégica
multipolar de dicha alianza11; tener como prioridad el acuerdo de libre comercio con la
Unión Europea; avanzar en un conjunto de acuerdos con los Estados Unidos, que invo-
lucran sensibles cuestiones en materia militar; ‘flexibilizar’ el MERCOSUR a través de la
creación de mecanismos que den más posibilidades de negociación con terceros países;
darle más relevancia a la Organización de Estados Americanos (OEA) para el tratamiento
de temas y el establecimiento de agendas regionales,en detrimento de las instituciones
regionales creadas que dejaban afuera a los Estados Unidos, especialmente la UNASUR,
suscitando resquemores de la potencia del norte12.
A ello se agrega los acuerdos para realizar las maniobras conjuntas con las fuerzas ar-
madas de los Estados Unidos en territorio brasilero, más específicamente en la triple fron-
tera con Perú y Colombia, lo que constituye la parte más visible de un conjunto de acuer-
dos para poner el complejo industrial-militar de Brasil bajo el ala del Pentágono y reducir
sus niveles irritantes de autonomía. Dichos acuerdos militares que se produjeron entre
Estados Unidos y Brasil, mediante los cuales se busca ‘volver a conectarse’ y ‘estrechar
lazos’. Después de más de seis años de negociaciones, el Ministerio de Defensa de Brasil y
el Departamento de Defensa de Estados Unidos (el Pentágono) firmaron el 22 de marzo de
2017 el Acuerdo Maestro para el Intercambio de Información en el área de investigación y
desarrollo en defensa13 14.
También resulta necesario destacar que de las 23 empresas involucradas en los escán-
dalos de corrupción de Brasil, haya dos que sobresalgan: Petrobras y Odebrecht. Como
11 En este sentido, Serra manifestó que “se buscará aprovechar las ventajas que ofrece el grupo de los Brics (Brasil,
Rusia, India, China y Sudáfrica), pero siempre con el comercio y las inversiones mutuas como principales metas, no
como contrapeso político.” La Nación, 19 de mayo de 2016.
12 Así lo considera un informe del Senado estadounidense sobre las amenazas para los Estados Unidos: “Los es-
fuerzos regionales que reducen la influencia de EE.UU. están ganando algo de tracción. Se planifica la creación de
una comunidad de América Latina y el Caribe, prevista para inaugurarse en Caracas en julio, que excluye a EE.UU. y
a Canadá. Organizaciones como la Unión de Naciones del Sur de América (UNASUR) están asumiendo problemas
que fueron del ámbito de la OEA. En efecto, los países de América del Sur, con una o dos excepciones, cada vez más
están recurriendo a la UNASUR para resolver los conflictos o disturbios en la región.” “El éxito económico de Brasil
y la estabilidad política lo han puesto en la senda del liderazgo regional. Brasilia es probable que continúe usando esa
influencia para enfatizar UNASUR como el primer nivel de seguridad y mecanismo de resolución de conflictos en la
región, a expensas de la OEA y de la cooperación bilateral con los Estados Unidos. También se encargará de aprovechar
la organización para presentar un frente común contra Washington en asuntos políticos y de seguridad regionales.”
Clapper, James R, “Statement for the Record on the Worldwide Threat Assessment of the U.S intelligence Community
for the Senate Select Committee on Intelligence”, 16 de febrero de 2011.
13 Esta cuestión se desarrolla en: “El avance militar de los Estados Unidos en la región a partir de acuerdos con Bra-
sil”, CEFIPES, 15 de mayo de 2017.
14 El destacado analista brasileño Luiz Moniz Bandeira afirma que fueron muchos los factores que llevaron a Was-
hington a trabajar contra el gobierno del PT y promover la caída de Dilma Rousseff: “Brasil ha denunciado en las Na-
ciones Unidas el espionaje de la National Security Agency (NSA) monitoreando las comunicaciones de la Presidenta
y la Petrobrás. Dilma llegó a cancelar una visita de Estado a los Estados Unidos en señal de protesta. Compró aviones
en Suecia, lo que representó duro golpe para la división de defensa de la Boeing, con la pérdida de un negocio por un
valor 4.500 millones de dólares. Siguió con el programa de construcción del submarino nuclear y otros convencio-
nales, con transferencia para Brasil de tecnología francesa. No compra más ningún equipo militar en los Estados
Unidos, porque el programa nacional de defensa, formulado y aprobado por el gobierno de Lula, solamente lo permite
con transferencia de tecnología para Brasil, cosa que no autoriza una ley del Congreso de los Estados Unidos. Brasil
es miembro fundador de nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, instituido en Shangai. Y a los Estados Unidos les
interesa acabar con el Mercosur, la UNASUR y otros órganos sudamericanos creados juntamente con Argentina.”
Entrevista a Luiz Moniz Bandeira realizada por Martín Granovsky (Pagina/12, 20/6/2016).
1062 Gabriel Esteban Merino
15 El 5 de junio de 2014 el periódico londinense Financial Times publicaba un artículo de la autoría de Jonathan
Wheatley, titulado “Critican al Banco de Desarrollo de Brasil”. Una de las principales críticas de los represen-
tantes del capital financiero global es que las grandes compañías brasileras al contar con el BNDES no deben
financiarse en el exterior, por lo cual no quedan subordinadas al poder financiero global ni ceden plusvalía en
concepto de pago de intereses.
El MERCOSUR en tiempos de retorno neoliberal 1063
16 En el mismo sentido, el presidente de Uruguay Tabaré Vázquez pidió formalmente a Chile acelerar la integración
de la República del Uruguay a la Alianza del Pacífico. También lo hizo el mandatario paraguayo Horacio Cartes im-
pulsaba dicho acercamiento con la AP desde que se presentó como candidato a elecciones luego de la destitución de
Lugo. Según Cartes, la AP hizo mejor los deberes que el Mercosur (Diario Hoy, 12 de noviembre de 2015).
17 Página12, 25 de enero de 2018.
1064 Gabriel Esteban Merino
dad, más que en el libre comercio lo central es el avance hacia una nueva institucionalidad
del capitalismo neoliberal transnacional dominado por el Norte global, que se expresa a
través de los propios Estados existentes y en las instituciones internacionales como el FMI
y el BM. Constituye una nueva estatalidad en tanto implica la creación de reglas cristali-
zadas en normas que establecen el desarrollo de una institucionalidad internacional, do-
tadas incluso de una burocracia transnacional, que se imponen sobre los Estados nacio-
nales para reglamentar el comercio (que incluye el digital), los servicios, las inversiones, las
Empresas de Propiedad Estatal, la propiedad intelectual, las compras estatales, la protec-
ción del medio ambiente y la legislación laboral. Estas normas implican la creación de un
conjunto de mediaciones que hacen de nudos de sutura a las contradicciones subyacentes
del capitalismo global, con capacidad coactiva. La dominación no aparece a partir de una
potencia externa o intereses de empresas transnacionales que se imponen sobre los Esta-
dos-nacionales, sino que dicha institucionalidad transnacional (sistema de mediaciones),
definida por algunos actores de poder particulares (invisivilizados en la universalidad de
la norma), absorbe y subordina la estatalidad nacional, y se establece como fuente de legi-
timidad legal, de consenso y coacción, es decir, de dominación legítima (Merino, 2018a).
pone de manifiesto que la agenda liberalizadora todavía no tiene la fuerza necesaria para
terminar de cristalizarse en políticas públicas a pesar de las ambiciones gubernamentales.
Conclusiones
El MERCOSUR en tiempos de retorno de fuerzas de orientación neoliberal en el poder
político de la mayor parte de sus países miembros se caracteriza por una adhesión al regio-
nalismo abierto. Bajo esta concepción hay un abandono de la idea de construir un bloque
de poder regional que se constituya como polo emergente en un escenario internacional de
creciente multipolaridad relativa. En este rumbo, hay un abandono de las alianzas geopo-
líticas con los polos de poder emergentes (cristalizados en los BRICS) para cuestionar el
orden mundial con dominio de Estados Unidos, Occidente y el Norte Global. Las relaciones
con las potencias emergentes se mantienen en un plano económico, el cual es inevitable ya
que China es el principal socio comercial de América del Sur. Por otra parte hay un fuerte
acercamiento a la Alianza del Pacífico no tanto por la importancia de avanzar en una agen-
da de liberalización comercial (lo cual existe en gran medida), sino para adoptar la institu-
cionalidad del capitalismo globalista neoliberal por la cual presionan las empresas transna-
cionales y actores afines en nombre de la ‘seguridad jurídica’. Debe destacarse que, a pesar
de la intención de los gobiernos del MERCOSUR, el creciente proteccionismo a nivel global
y el fortalecimiento de los bloques regionales dificulta la nueva estrategia. A lo cual debe
agregarse la creciente resistencia interna a la agenda neoliberal y al regionalismo abierto.
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La interdependencia, la estrategia china y
los límites del multilateralismo
Patricio Narodowski
Introducción
Este trabajo analiza el rol de China en el plano de las relaciones bilaterales y multi-
laterales. Se supone el escenario de entrelazamiento del comercio y los flujos de capital
entre EEUU y China que a su vez impulsó el comercio entre ésta y el resto del mundo, y
un contexto en el que EEUU se ve condicionado, pero en el que China no logra superar
sus propios límites y sigue teniendo un vínculo subalterno que no permite afianzar un
multilateralismo. Por eso se parte del enfoque que venimos sosteniendo en los últimos
trabajos, basados en la geografía interdisciplinariade la complejidad y que definen la
etapa actual de la economía y la geopolítica mundial como de nilateralismo condiciona-
do en el que los EEUU tienen una hegemonía condicionada justamente por ese entrela-
zamiento con la economía china (Narodowski, 2017).
Se estudiaron dos cuestiones particulares, por un lado la estrategia de China de abor-
daje de las relaciones bilaterales y regionales, más allá del aumento del comercio, tanto en
Asia, como en AméricaLatina y África. En segundo lugar, se estudia el intento de China
fundamentalmente asociada a los BRICs y a los modelos nacionales y populares de Amé-
rica Latinade generar un sistema financiero alternativo al del FMI basado en el dólar.
En ese sentido se estudian las propuestas del G20 y de los encuentros de los BRICs y por
último, el rol de los EEUU y del FMI en la crisis del 2008. La investigación se realizó en
base al análisis de documentos, medios de prensa, artículos académicos y otras fuentes
primarias y secundarias de consulta permanente.
Se ha trabajado con la hipótesis de quesi bien China ha avanzado en el desarrollo de
actividades de mediana y alta complejidad, aún no domina en los sectores de punta, sigue
especializada en la producción orientada directa o indirectamente al mercado de EEUU; y
además tiene un alto porcentaje de su población pugnando por entrar al mercado laboral,
lo que le genera serias dificultades para sostener el modelo. Por eso es que ‘el gigante asiá-
tico’ no ha podido construir alternativas institucionales autónomas estables y sólidas,
ni bilaterales ni regionales ni globales. Finalmente ha debido acoplarse a la estrategia de
los EEUU en la crisis del 2008.
ese contexto (Fraser Chase, 2015). En paralelo integra la Asia Pacific Economic Coopera-
tion (APEC) en el que la presencia de China impedía lograr un arancel externo común. El
mismo sentido tenía el Acuerdo del Pacífico (AP), que le permitía competir con el MER-
COSUR una vez fracasado el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y también
fortificar la zona contra el siempre activo comercio de Chile y Perú con China. El Proyecto
de la Asociación Transpacífico (TPP) debía servir al mismo objetivo, pero también se de-
moraba porque se corría el riesgo de permitir la triangulación de China.
En paralelo empezó a tener más actividad la Asociación de Naciones del Sudeste Asiáti-
co (ASEAN), pero China firmó un tratado de libre comercio (TLC) con los SEIN fundado-
res (ASEAN-6) y así se redujeron los aranceles de siete mil productos. Además, China logra
trato flexible con Camboya, Laos, Myanmar y Vietnam países con los que avanzado en
la nueva etapa de descentralización productiva. Incluso luego de la crisis del 2008 China
dio un préstamo a estos países en el marco del Fondo de Inversión de Cooperación de
China-ASEAN por el cual mostró querer convertirse en una especie de instrumento anti
cíclico en estas economías.
También ha logrado progresos en Asia central gracias a su alianza con Rusia, lo que le
ha permitido integrarse a la Organización de Cooperación de Shangai (OCS) donde están
además Kirguistán, Kazajistán, Tayikistan y Uzbekistán; en cambio, no lo ha logrado con
el Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudí, Kuwait, Katar, Omán, Bahrein y los
Emiratos Árabes Unidos), debido a la influencia americana en la zona.
Las pujas muestran con claridad la situación de condicionamiento mutuo existente,
pero en ese marco, los avances con Asean son los más importantes ya que la región se va
constituyendo en un gran centro de operaciones que trabaja para China, Corea y Japón de
un modo entrelazado, incluso al margen de los conflictos territoriales. Respecto al des-
tino de las exportaciones, en el 2015 el 26% fue a países del acuerdo, fuera de eso, el socio
mayoritario con el 11% es China pero en un nivel similar a EE.UU. y la Unión Europea
(UE), algo menos(10%) se dirigen hacia Japón y el 4% a Corea del Sur. Por el lado de las
importaciones, el 22% son intra-región, el 19% provienen de China, un 12% de Japón y un
7% de Corea del Sur (Internacion Trade Centre, 2017). Esta interrelación es fundamental-
mente intra-industrial y se produce con el eje de los diferenciales salariales, solo Indonesia
exporta fundamentalmente recursos naturales, Malasia en cambio exporta además de gas
y aceites, circuitos integrados y micro ensamblajes, Vietnam, tiene fundamentalmente ce-
lulares y calzado, Filipinas muestra un perfil similar, pero también produce manufactu-
ras de madera (Jaimarena y Narodowski, 2017) .
bertson (2009) y Labiano y Loray (2007) dicen que México aparece como el más vulnera-
ble. Ferraz y Ribeiro (2004) y Perrone y Barral (2007) lo muestran para Brasil. En la misma
línea está Jenkins (2009) que plantea que China reproduce el patrón centro-periferia y la
distribución desigual de los beneficios del comercio.
Este proceso se ha dado en marcos diversos, por un lado debido al siempre activo co-
mercio con Chile y Perú con quienes tiene TLC, por otro, muchos gobiernos de los años
2000 han intentado seguir una estrategia en la que China aparece como contrapeso en su
relación con los EEUU, sobre todo luego del rechazo del ALCA, el caso más claro pero no
el único es Venezuela ya que este país junto a Irán ha construido una relación muy estre-
cha. En ese marco, China ha intentado estrechar las relaciones de cooperación política y
militar. Sirve de ejemplo la presencia en el Canal de Panamá de la empresa hongkonesa
Hutchison-Whampoa, la venta de radares a Ecuador o el uso de tecnología china en el lan-
zamiento de satélites en Argentina; la cooperación aeroespacial con Brasil y, la utilización
de las ex bases rusas Bejucal y Lourdes en Cuba. También debe mencionarse como una
política estratégica de China, el apoyo financiero vía swaps. Claro que el advenimiento de
los gobiernos de derecha en Argentina y Brasil han puesto límites a estos procesos.
En el continente africano la ofensiva ha sido aún más importante. En el año 2000 se es-
tableció el Foro de Cooperación China-África y luego se produce la Cumbre China-África
del 2006, en donde se retoma el discurso de solidaridad de la posguerra. En paralelo se
había vencido la Convención de Lomé y se firmaba el Acuerdo de Cotonú que daba lugar a
un proceso de acuerdos específicos para la creación de áreas de libre comercio. Los EEUU
pugnaban por lo mismo, aunque solo avanzaba con el área de Sudáfrica y sus vecinos.
Todo en el marco del intento de integración africana a través de la Nueva Alianza para el
Desarrollo de África (NEPAD).
En ese marco, entre 1995 y 2010 el comercio entre China y ese continente se duplicó, en
detrimento de Europa fundamentalmente. El gigante asiático hoy es el tercer socio comer-
cial. Como en LATAM, las exportaciones de materias primas representan más del 90% y
solo los combustibles suponen más del 70%, por el contrario, las importaciones africanas
provenientes de China son sobre todo industriales. El superávit comercial de los países
productores de petróleo llegó a ser superior a 100.000 millones de dólares, pero el conti-
nente como un todo es deficitario. Para China se trata de un continente clave, el 20% de
sus compras de crudo son realizadas a países africanos, en orden de importancia, Angola,
Sudan, Congo, Guinea Ecuatorial, Nigeria. Angola le vende más petróleo a China que
Arabia Saudita. Es en estos países donde China concentra la mayor parte de la inversión
extranjera directa (IED) en los últimos años.
Hay un enfoque que valora el código ético chino que se basa en el dialogo sur-sur, sin
condiciones, en base a proyectos de desarrollo basados en nuevas infraestructuras y en
los que las materias primas se transan a un precio justo. También se resalta el hecho de
que África ha sido tradicionalmente considerada el ‘patio trasero’ de la UE y de EEUU y la
alianza con China representa un freno a esas potencias. Entre los defensores más fuertes
tenemos a RT (2015a y b), que en diversas notas salen al cruce de los críticos que acusan a
China de explotar a los países africanos.
Y de nuevo, como en América Latina hay una corriente que opina que China en África
reproduce una forma de colonialismo en el sentido de un vínculo asimétrico, como una
forma de competencia con las otras superpotencias (EEUU y UE), en tensión con Sudá-
frica fundamentalmente para controlar los recursos naturales (Izquierda Revolucionaria,
1072 Patricio Narodowski
2017). Incluso dicen que China mantiene un alto nivel de ocupación de las empresas pero
con mano de obra traída de China (Unceta Satrustegui y Bidaurratzaga Aurre, 2008); y
se mencionan los desplazamientos que China genera en las áreas petroleras o de grandes
obras de infraestructura.
Esos mismos puntos de vista mencionan el proceso de desindustrialización de algu-
nos países que habían logrado ciertos progresos, principalmente Sudáfrica, pero también
Kenia, Lesoto, Madagascar y Suazilandia, fundamentalmente en el sector textil por el
fin del Acuerdo Multifibras, con la consecuente pérdida de puestos de trabajo. Además
se suele mencionar que China impone condiciones ambientales que derivan en continuos
accidentes, condiciones laborales dramáticas incluso, prohíben los sindicatos, generando
una fuerte resistencia entre los trabajadores, en muchos casos llegando a la represión y los
asesinatos.Hay webs dedicadas a denunciar estas cuestiones, por ejemplo, Oozebap (Xiao-
tao, 2017). El mismo enfoque puede verse en Mosquera (2015) en la web América Economía.
Estas situaciones impiden a China presentarse fácilmente como una alternativa para
África, ni económica, ni política, como sucede en el resto de las regiones analizadas, las
otras potencias impiden acuerdos, y cuestionan la estrategia del país asiático, que no
logra consolidarse.
tento de ampliar la utilización del yuan siguió su curso. En ese sentido fue importante la
proliferación de swaps bilaterales con varios países. En 2014 se iniciaron de nuevo trata-
tivas aún no concluidas para un sistema de intercambio con Rusia sin pasar por el dólar
(RT, 2014a y b). Unos meses más tarde Rusia anunció aumentar sus reservas en dólarde
Hong-Kong, como una moneda atada al yuan chino y a fin de lograr que esta región ad-
ministrativa China se convierta en un centro financiero off shore. Los problemas de China
para sostener su propia tasa de crecimiento y el derrumbe de su cuenta corriente así como
la situación económica y política de Brasil pueden explicar la debilidad de estos proyectos.
La cumbre de los BRICs de 2017 no aportó novedades interesantes. Esta interpretación
estaría enmarcada en lo que Schulz (2016) llama ‘planteos escépticos’.
Lo expuesto hasta aquí podría considerarse la existencia de elementos de multilatera-
lismo aun en el FMI. Sin embargo, la crisis y la pos-crisis del 2008 muestran claramente el
rol unilateral de EEUU. La sucesión de hechos está descripta en Pozzo y Zapata (2011), allí
se ve además como China trabajó en conjunto para sostener el modelo actual. Contreras
Sosa (2014) muestra con gran claridad la discrecionalidad de la política monetaria de los
EEUU desde 2008 y el rol del FMI que avaló la misma.
Conclusiones
En este trabajo se trató de mostrar la estrategia de China en las relaciones bilaterales y
regionales y los intentos de China, los BRICs y a los gobiernos nacionales y populares de
América Latinade generar alternativas al sistema financiero dominado por EEUU y el FMI.
En Asia China ha querido avanzar en diversos acuerdos, pero Japón y Corea representan
un freno. Han logrado progresos en ASEAN dentro de un modelo de interdependencia
que beneficia a todos. En América Latina ha logrado TLC con las economías más abiertas
(Chile y Perú) y acuerdos con los gobiernos populares. En este último caso, la crisis de estos
proyectos ha limitado la estrategia. En África la penetración es mayor. En los dos conti-
nentes, el tipo de especialización implícita genera resistencias e impide un progreso mayor.
El mayor avance ha sido comercial.
En cuanto a la estrategia para lograr un sistema financiero alternativo al del FMI basa-
do en el dólar, lo que se ha visto es que las propuestas del G20 no prosperaron y tampoco
las de las reuniones de los BRICs. La salida de la crisis del 2008 con el protagonismo ame-
ricano y el acompañamiento chino parecen haber obturado estos intentos. Sólo quedaron
los swaps como herramienta. Es evidente que si bien hay una interrelación que condiciona
a los EEUU, se está aún lejos del multilateralismo.
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Parte 13
Espacio y desarrollo regional
Logística, multimodalidad y transformaciones
espaciales en el Paraná Medio
Álvaro Álvarez
Introducción
La década de 1970 inaugura un proceso de profundas transformaciones en los modelos de
desarrollo en la región como respuesta a una nueva crisis del sistema mundo capitalista que
traerá como consecuencia políticas de ajuste, medidas de reducción de costos de producción
para recuperar las tasas de ganancias y una mayor liberalización económica, entre otras.
El desmantelamiento de las políticas de intervención social y económicas del Estado de
Bienestar fue una de las medidas más visibles que generó en países como la Argentina un
paulatino cambio en el perfil productivo, abandonando la pretensión industrializadora
para reinsertarse en el mercado internacional a partir de un modelo de valorización finan-
ciera1 (Basualdo, 2006) que fue reforzando gradualmente el peso del sector primario de la
economía en la atracción de divisas.
Todo este proceso fue generando paralelamente profundos impactos espaciales. El
abandono de un modelo de desarrollo nacional en pos de una inserción subordinada y de-
pendiente de los grandes actores transnacionales fue transformando los usos del espacio
geográfico generando tensiones y disputas entre los actores tradicionales y estos nuevos
actores, con sus lógicas y dinámicas.
Las sucesivas décadas de hegemonía neoliberal en la región, con políticas aperturistas
y de regionalismo abierto, fueron adaptando el espacio a las condiciones de competiti-
vidad impuestas por el mercado internacional. En este sentido, la apertura de nuevos
nichos de acumulación y lucro a partir de una nueva tecnología aplicada a la producción
fue estableciendo los marcos para una renovada infraestructura acorde a las actuales
condiciones de intercambio.
El avance de la frontera agroindustrial hacia el noreste argentino es un ejemplo del desa-
rrollo de estos nuevos nichos de acumulación. Entrado el siglo XXI el denominado “con-
senso de los commodities” (Svampa, 2013, p. 1) permitió la recuperación de las economías
locales golpeadas por décadas de auge neoliberal a partir de la exportación de soja, sobre
todo al mercado asiático.
Esta sojización del litoral argentino, Paraguay, parte de Brasil, Bolivia y en menor me-
dida Uruguay, exigió y exige el desarrollo de grandes obras de infraestructura que se ade-
cúan a los actuales requerimientos del transporte y la logística internacional. Pero estas
grandes obras, vistas como una condición para maximizar los beneficios de los principa-
les actores económicos, generan enormes alteraciones sobre las comunidades preexisten-
tes y sus espacios de vida.
Este trabajo tiene como principal objetivo el análisis de algunos de los determinantes
1 Con la Reforma Financiera de 1977 comienza el predominio de la valorización financiera, ya que los productos
importados erosionan, vía precios, la producción interna y, mediante la apertura financiera, irrumpe el fenómeno de
endeudamiento externo tanto del sector público como privado que significará un factor fundamental para la instala-
ción de la valorización financiera a partir de una tasa de interés interna más alta que la externa.
1080 Álvaro Álvarez
cados y nuevas capacidades productivas: recursos estratégicos y trabajo. Pero para que
esta expansión espacial y temporal sea posible se necesitan nuevas técnicas y nuevas in-
fraestructuras, o la readaptación de la infraestructura existente, garantizando la apro-
piación de los nuevos espacios.
Se da una paulatina ampliación de la escala de producción de las empresas, una expan-
sión ilimitada y posibilitada por el desarrollo científico y tecnológico que desplazó ciertas
actividades del centro a la periferia y reforzó el sentido primario exportado de los países
subdesarrollados. La fábrica global se transformó en una realidad pero los países rezaga-
dos en el desarrollo industrial siguen ocupando un rol de meros productores de materias
primas con escaso valor agregado. Como afirma Harvey (2014):
Desde hace tiempo se mantiene un gran impulso hacia la ampliación de la escala geográfica
respecto a la que se define la actividad capitalista. Del mismo modo que la introducción de las
vías férreas y el telégrafo en el siglo XIX reorganizó totalmente la escala y diversidad de las espe-
cializaciones regionales, la ronda más reciente de innovaciones (desde el transporte en aviones
a reacción y los grandes contenedores a Internet) ha cambiado la escala a la que se articula la
actividad económica. Durante la década de 1980 se habló mucho del «automóvil global», cuyas
piezas se producirían en casi cualquier parte del mundo para ser ensambladas luego, aunque no
producidas, en la fábrica final. Ésta es ahora la práctica normal en muchas líneas de producción,
de forma que las etiquetas que dicen «made in the USA» han dejado de tener mucho sentido. El
desplazamiento empresarial hacia la escala global es mucho más significativo ahora que lo fue
en el pasado. (Harvey, 2014, p. 160)
La ampliación de la escala geográfica de la actividad capitalista llevó a una mayor di-
námica de los flujos, a una hiper-movilidad necesaria para garantizar una producción
des-localizada. Esto genera necesariamente una transformación en la logística y en la in-
fraestructura, que ya no tiene escala nacional, sino regional.
países miembros, se reúnen en Campo Grande, Brasil, donde tiene lugar el Primer En-
cuentro Internacional para el Desarrollo de la Hidrovía Paraguay-Paraná, con el objeto de
identificar las opciones más adecuadas para el desarrollo de la Hidrovía, como corredor
de transporte regional y como columna vertebral de una futura integración.
En la XIX Reunión de Cancilleres de la Cuenca del Plata, en 1989, el Programa Hidrovía
Paraguay-Paraná se incorpora al sistema del Tratado de la Cuenca del Plata y se crea el
Comité Intergubernamental de la Hidrovía Paraguay-Paraná (CIH):
El PROGRAMA HIDROVÍA PARAGUAY-PARANÁ (PHPP), en el marco del Tratado de la Cuenca
del Plata, surgió ante la necesidad de mejorar el sistema de transporte de la región debido al incre-
mento del comercio en la misma, ampliado luego con la creación del MERCOSUR, en razón de la
enorme potencialidad de los ríos Paraná y Paraguay como vías fluviales de múltiples usos.
Dicho proyecto se propuso facilitar la navegación y el transporte comercial, fluvial longitudinal,
mediante el establecimiento de un marco normativo que favoreciera el desarrollo, modernización
y eficiencia de las operaciones y que facilitara y permitiera el acceso en condiciones competitivas a
los mercados de ultramar.
Este corredor de la HPP permite dar acceso a amplias zonas productivas y agrícolas del interior
de Brasil, Bolivia, Paraguay y Argentina, a los puertos del Río de la Plata, y, desde allí, canalizar la
carga hacia los mercados de exportación. (CIH, 2017, p. 1)
Un salto significativo en la transformación de la logística y la infraestructura de la re-
gión es el que se da a partir del año 2000 cuando los 12 países de Suramérica consensuan
una cartera de proyectos de infraestructura en las áreas de energía, transporte y comuni-
caciones y le dan el nombre de IIRSA. El eje Hidrovía Paraguay-Paraná es uno de los nueve
ejes, franjas multinacionales denominadas de integración y desarrollo, que rediseñan el
mapa de la región en base a criterios geoeconómicos, priorizando la dinámica de los flujos
actuales y futuros (IIRSA-COSIPLAN, 2017).
La Cartera de Proyectos del IIRSA-COSIPLAN cuenta con 562 proyectos de integración,
por una inversión estimada de US$ 198.901 millones, distribuidos en todo el territorio
suramericano (IIRSA-COSIPLAN, 2017)
El Eje Hidrovía Paraguay-Paraná, que es el que se analiza en este trabajo, es según los
informes oficiales de IIRSA-COSIPLAN:
el segundo más vasto con el 20% de la superficie de Suramérica (4.201.862 km2) y el segundo con
mayor porcentaje de PBI de la región, con el 34% (1.491.032 millones). Es además el tercero con más
población, con el 29% de la población total del continente (119.035.634 habitantes). La infraestruc-
tura existente y proyectada para el Eje está estructurada por el cauce de los Ríos Paraguay y Paraná,
que tienen salida al Océano Atlántico. En consecuencia la trama de proyectos de mejoras en la
navegación y/o de accesibilidad a la Hidrovía desde vías laterales de tipo carretero o ferroviario,
se sitúan a lo largo y en las proximidades de esta vía. (CARTERA DE PROYECTOS IIRSA-COSI-
PLAN, 2017, p. 177)
La Tabla 1 aporta precisión sobre la distribución de la inversión estimada según grupo
de proyectos para la Hidrovía Paraguay-Paraná.
De la lectura de los proyectos oficiales se deduce que en la zona del Paraná medio es
donde se proyecta la mayor inversión y la mayor cantidad de obras. Es la zona donde el
sistema portuario tiene mayor desarrollo y una gran influencia sobre la dinámica de los
flujos agroindustriales. Es la más importante del país en lo referido a la exportación de
granos y subproductos, llegando a representar entre 65% y 70% de la exportación física
total, siendo mayor en término de valores. El cinturón portuario de Rosario y puertos ale-
daños se ha convertido en el polo sojero más importante de la región, y de los más impor-
tantes del mundo. Como lo remarca un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario, gran
1084 Álvaro Álvarez
parte de las cargas de granos que circulan por la hidrovía tienen como destino los puertos
ubicados en las inmediaciones de Rosario:
Los orígenes y destinos de las cargas granarias que viajan por el tramo “Santa Fe al norte” de la
Hidrovía Paraná - Paraguay muestran que el Gran Rosario se consolida como un nodo de destino
de gran relevancia y significación. En el año 2015, el Gran Rosario recibió alrededor de 3,5 millones
de toneladas de granos y derivados, lo que representó el 30% del total que baja por dicho tramo.
Captó el 38% de la soja y el 18% del maíz proveniente de Paraguay, Bolivia, Brasil y el Alto Paraná.
(Calzada, 2017, p. 2)
Sur) a través de las provincias de Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, La Rioja y San Juan y
la Cordillera de los Andes por túneles ubicados en la latitud del actual paso internacional de Agua
Negra. (Cassanello, 2015, p. 1)
En el Mapa 1, elaborado por el gobierno de San Juan en el marco del ente denominado
Región Binacional, que promueve la integración entre Argentina y Chile, para justificar
la inversión de 1.500 millones de dólares en la construcción de un túnel que atraviesa la
cordillera rumbo al puerto de Coquimbo en Chile, es posible identificar la posición estra-
tégica de Santa Fe como territorio articulador de flujos norte-sur y este-oeste.
Mapa 1. Corredor Bioceánico Central y Túnel de Agua Negra
Lo que lo convierte en un espacio operativo de mucha relevancia para los grandes grupos
exportadores, a lo que se le suman los intereses inmobiliarios en la reconversión del anti-
guo puerto en una zona comercial al estilo Puerto Madero en la Capital Federal.
A la reconversión portuaria debe agregarse, en su carácter multimodal, el proyecto de
construcción de un aeropuerto compartido entre Paraná y Santa Fe, la revitalización del
Ferrocarril Belgrano Cargas, el Puente Santa Fe – Paraná y la construcción de nuevas ca-
rreteras de acceso y circunvalación a la ciudad de Santa Fe.
El desarrollo en debate
Existe una visión generalizada, promovida por los grandes actores regionales, que la
provisión de una amplia red de infraestructura es una condición indispensable para el
desarrollo regional entendido sobre todo en términos de crecimiento económico, por las
condiciones de oportunidad que genera el aumento del comercio intra y extra regional.
Como la propia UNASUR fundamenta:
La provisión eficiente de servicios de infraestructura es uno de los aspectos más importantes de
una estrategia de desarrollo, tanto en los niveles nacionales como en los regionales. La falta de
infraestructura apropiada y de una eficiente provisión de sus servicios constituye un obstáculo pri-
mario en el esfuerzo de poner en práctica una política de desarrollo social con eficacia, alcanzar ín-
dices de crecimiento económico sostenido y lograr objetivos de integración. Dicha obstaculización
ocurre debido a que, por características propias, la infraestructura y sus servicios relacionados
actúan como vehículos para la cohesión territorial, económica y social puesto que además de tener
el potencial de mejorar la conectividad, reducir los costos de transporte y mejorar la movilidad y la
logística y, por ende, la competitividad y la actividad del comercio. (UNASUR, 2012, p. 7)
Es necesario poner en diálogo esta visión con una mirada crítica sobre los planes de
desarrollo de infraestructura regional en las últimas décadas y para esto resulta pertinen-
te intentar abordar dos preguntas interrelacionadas: ¿infraestructura para qué? ¿Infraes-
tructura para quiénes?
Para Milton Santos (1979) la economía de los países periféricos se compone de dos cir-
cuitos bien definidos, distintos pero interconectados: un circuito superior y uno inferior.
El primero está conformado por el comercio moderno y las industrias modernas, el co-
mercio de importación y exportación, la industria de exportación, el sistema bancario,
comerciantes mayoristas y actividades vinculadas al transporte y la circulación (logística),
todas actividades que son intensivas en capital y dominadas por el uso de tecnologías mo-
dernas en el proceso productivo. Actividades que disponen del acceso a crédito bancario,
a la financiariazación. En este circuito superior proliferan las empresas transnacionales
monopólicas u oligopólicas y el Estado juega un rol central en la construcción de los mar-
cos de posibilidad para el desarrollo de estos grandes actores como en la provisión de in-
fraestructura y fuentes de financiamiento.
El segundo, el circuito inferior de la economía, está conformado por las actividades
tradicionales, no modernas, que son intensivas en trabajo y de pequeña escala. Actividades
centrales en la subsistencia de amplios sectores sociales, dado que son fundamentales en
la generación de empleo y cubren un amplio espectro, e incluyen el trabajo artesanal, la
producción industrial y comercial minorista, los servicios, las tareas domésticas y de cui-
dado, el transporte de pequeña escala, entre otras (Santos, 1979).
Las obras vinculadas a la readaptación logística multimodal en el Paraná medio, en
la zona de Santa Fe, muestra la consolidación de un perfil productivo histórico en la
1088 Álvaro Álvarez
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Logística, multimodalidad y transformaciones espaciales en el Paraná Medio 1089
Introducción
La historia de la idea del desarrollo en el capitalismo ha estado atravesada por las luchas
populares contra él. Desde la consolidación de la idea misma en la primera mitad del siglo
XX, su puesta en práctica ha atravesado diversas etapas y estrategias. Aparentemente con-
tradictorias, las formas sociales del desarrollo en el capitalismo, en el centro y la periferia
del mundo, han sido la resultante y espejo de las demandas populares por encontrar formas
de vivir bien, en y más allá de ese desarrollo para el capital. En efecto, las luchas contra el
desarrollo, han sido simultáneamente luchas por la constitución de alternativas al mismo,
bajo formas diversas del buen vivir y múltiples prácticas de una suerte de economía popular.
En las siguientes páginas analizaremos cómo se constituye el desarrollo capitalista
desde mediados del siglo XX, y cómo las distintas estrategias de las fracciones dominan-
tes del capital a través del tiempo (keynesianismo/desarrollismo, neoliberalismo y neo-
desarrollismo) operaron como contrapunto de las exigencias y demandas de los sectores
populares a través del tiempo histórico. Mostraremos cómo las formas de la economía
popular (bajo diversos nombres) han expresado la necesidad de construir opciones para
la configuración de otras formas de vivir. Señalaremos también de qué manera, la mul-
tiplicidad de luchas articuladas, expresan los fundamentos de opciones sociales frente al
imperio del capital.
nacía una suerte de Estado integral, como Gramsci lúcidamente lo había definido: “sociedad
política + sociedad civil, o sea hegemonía acorazada de coerción” (Gramsci, 1984, p. 76).
El proyecto de desarrollo capitalista operó a partir de entonces como una forma de arti-
cular la nueva constitución política del pueblo con las necesidades de valorización y acu-
mulación. En el centro capitalista la política económica pretendía contener las demandas
obreras dentro del marco de las posibilidades del capitalismo de posguerra. El acuerdo
‘fordista’ buscaba lograr esto, manteniendo las pautas salariales (costos) dentro del plano
del crecimiento de la productividad. La presión obrera dentro del capital pasó además a
consolidarse como componente de la demanda global (Negri, 2002), alimentando la am-
pliación de la productividad del trabajo. En paralelo, se avanzó en la contención de las
demandas de las mujeres, a partir de la reconfiguración de la ‘familia modelo’ frente a
la creciente irrupción de ellas en el mercado de trabajo y el cuestionamiento a los ‘roles
tradicionales’ de género socialmente construidos (Dalla Costa, 1971). La guerra fría trans-
formó el imperialismo, desplazando las tensiones globales del centro a las periferias: las
batallas por el control de los cuerpos y territorios se expresó en la irrupción del capital
multinacional en los procesos de industrialización de las nuevas economías nacionales
formalmente independientes. No fueron ajenos a la agenda de las multinacionales, los
organismos internacionales nacidos de la pax desarrollista: el Banco Internacional de Re-
construcción y Fomento (BIRF, más conocido como Banco Mundial-BM) y el Fondo Mo-
netario Internacional (FMI), así como el plan Marshall. La contracara del Estado para el
desarrollo fue el desarrollo como intervención tecnocrática, como planificación integral.
Frente al avance del capitalismo multinacional, emergieron nuevas experiencias de orga-
nización social alternativas, capaces de prefigurar un futuro más allá del capital. El sueño
del socialismo en acto operó en ese momento para abrir los deseos por un cambio radical
en el centro y en especial en las periferias del mundo. La posibilidad de crear nuevos mun-
dos, de abandonar las distintas opresiones (de clase, género, etnia/raza, coloniales), alentó
la construcción de prácticas políticas orientadas a cuestionar los limitados (y limitantes)
parámetros del desarrollo capitalista. Era la era del dos, tres,... muchos Vietnam (Guevara,
1967), la época del Black Power (Davis, 2016) y de la campaña mundial del salario por el
trabajo doméstico (Dalla Costa, 1971), y también la era de las revoluciones en la revolución
(Hungría, Checoslovaquia, Yugoslavia) (Dunayevskaya, 1958) y las guerras de liberación
nacional (Fanon, 1961). Eran tiempos de un ‘nuevo comienzo’ práctico pero también teó-
rico (Dunayevskaya, 1958).
Se abría un amplio cuestionamiento a la tesis del desarrollo como modernización ca-
pitalista (Rostow, 1960) pero también como “soviets + industrialización” en Lenin, que
con la contrarrevolución de Stalin se había transformado en “gulags + industrialización”.
Mientras tanto el socialismo (real, como se lo comenzó a llamar) como el capitalismo (real-
mente existente) se evidenciaban como sistemas de opresión, dominación y explotación,
los pueblos del mundo se disponían a tomar el cielo por asalto, pero en la exigencia ya no
de una redistribución de ingresos, sino en la modalidad de pedir lo imposible (Marcuse,
1969) en la exigencia suprema del queremos todo (Balestrini, 1971). La periferia redescubría
el imperialismo (Fanon, 1961) pero también los límites del desarrollo capitalista nacio-
nal dependiente (Marini, 1973; Bambirra; 1978) mientras en el centro entraba en crisis la
subjetividad capitalista del hombre unidimensional (Marcuse, 1954). Las luchas populares
recuperaban la posibilidad de soñar con superar la mediación del capital y abrían el juego
a nuevas formas de la economía política del trabajo (Lebowitz, 2005): formas de autoges-
Desarrollo, socialismo y buen vivir 1093
tión obrera en Yugoslavia, ocupación de fábricas como método de lucha y forma de pro-
ducción, movimientos campesinos que demandaban la reforma agraria en toda América
Latina, etc. Todo lo sólido parecía disolverse en el aire, y la revolución social aparecía a la
vuelta de la esquina.
Así, la era desarrollista/keynesiana enfrentó rápidamente sus límites frente al alza en
las luchas nacional-populares, antiimperialistas y anticolonialistas. El proyecto de desa-
rrollo capitalista de posguerra, basado en la construcción de formas diversas del Estado
de Bienestar, sucumbió ante las presiones sociales multiplicadas, la circulación de las lu-
chas populares de norte a sur -y a través-, y los desafíos políticos de las nuevas izquierdas. El
tiempo de los años dorados duró menos de lo imaginado (De Angelis, 2000).
lación de fuerzas inclinada hacia los grandes capitales, el Estado asume un carácter cre-
cientemente autoritario aunque bajo la modalidad de democracia formal. Bajo una suerte
de presidencialismo depredador en permanente “Estado de Excepción” –en términos de
Agamben (Logiudice 2007), el Estado avanza con políticas de reestructuración, racionali-
zación y limitación (“moderación”) de las demandas populares; es decir, el ajuste como eje
de la estrategia para enfrentar la crisis.
El objetivo de tal estrategia fue reconstruir el desarrollo dando un salto cualitativo en
la composición del capital: ampliando la internacionalización y escala del ciclo del capital,
flexibilizando la composición del capital constante y fracturando la estructura del capital
variable (Ceceña, 1996). El capital constante se transformó a través de la revolución de las
TICs y el transporte para convertirse en más maleable, material y ‘virtualmente’ móvil.
Para ello operaron activamente las organizaciones supraestatales creadas en la posguerra
(sobre todo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional) para impulsar una
serie de reformas estructurales. El llamado Consenso de Washington (Williamson, 1990)
sería la síntesis de la primera generación de reformas, que tendrían su punto más alto a
mediados de la década de 1990 (Féliz, 2005). El Estado desarrollista se transforma a través
de la crisis impuesta por el neoliberalismo.
Conclusiones preliminares
Desde el desarrollismo keynesiano, a través del neoliberalismo y el neodesarrollis-
mo, las fracciones sociales hegemónicas dentro de los sectores dominantes (es decir,
del capital) han buscado canalizar las exigencias sociales de las mayorías dentro de
las necesidades sistémicas de la valorización ampliada del valor. Cada crisis ha sido
expresión de la forma en que las demandas populares han desbordado las estrategias
de integración sistémica.
Esas demandas han mostrado cómo detrás de cada expresión de lucha hay una apuesta
por la configuración de una alternativa al desarrollo capitalista. Las que aparecen como
formas de la economía social, popular o del trabajo, son en sí manifestaciones de una
economía política de las y los trabajadores que tiene un fundamento más allá del capital.
Se presentan como soluciones parciales e insuficientes a los límites que imponen la repro-
ducción ampliada del capital pero a su vez expresan en la práctica las alternativas reales
frente al imperio del trabajo abstracto.
Esas experiencias son, a su vez, expresión de la capacidad en acto del pueblo organi-
zado para superar las prácticas alienantes del sistema del capital, sino en su totalidad si
como utopía societal.
1100 Mariano Féliz
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Análisis de indicadores sociales de asentamientos urbanos
y rurales presentes en dos subcuencas ubicadas en el Valle
Antinaco – Los Colorados, provincia de La Rioja1
María Cecilia Gareis y Rosana Ferraro
Introducción
La generación de información desde la perspectiva de sistemas complejos (García, 2006)
resulta crucial para el entendimiento de las relaciones y dinámicas que se dan en los terri-
torios. Para ello, el análisis de datos de forma integral es un punto clave que los diagnós-
ticos deben cumplir para dar cuenta de la ‘realidad’ que pretenden abordar, comprender
y explicar para que los tomadores de decisiones puedan gestionar con un mayor conoci-
miento y entendimiento esas áreas.
La elaboración de un diagnóstico ambiental implica la sistematización de información
sectorial disponible que debe ser analizada desde una perspectiva integral, que vaya más
allá de la mera descripción de los factores ambientales que componen los subsistemas que
integran un determinado territorio y que constituya, como mencionan Baxendale y Buzai
(2011), un diagnóstico espacial integrado con visión de síntesis.
Es en este sentido que la sistematización de la información reviste un papel fundamen-
tal, en donde los indicadores constituyen una de las herramientas centrales a partir de los
cuales ‘medir’ aspectos determinados de esos sistemas complejos que interesan estudiar.
Un indicador es un signo, típicamente medible, que puede reflejar una característica
cuantitativa o cualitativa, y que es importante para emitir juicios sobre condiciones de
un sistema actual, pasado o hacia el futuro. La formación de un juicio o decisión se fa-
cilita comparando las condiciones existentes con un estándar o meta prevista (Quiroga,
R. 2007). Así, los indicadores ambientales permiten evaluar el estado de un sistema y los
cambios que se producen en él a fin de utilizar esa información en el ámbito de las políti-
cas públicas. (Gareis, Gonzalez Insúa y Ferraro, 2016, p. 65)
De esta manera, el empleo de indicadores ambientales contribuye a la elaboración de
líneas de base a partir de las que monitorear las condiciones ambientales de los asenta-
mientos, tanto urbanos como rurales.
Este estudio reviste particular importancia regional en la provincia de La Rioja dada la
carencia de trabajos académico-científicos que den cuenta de la relación entre los diversos
componentes ambientales, entendiendo por ellos a los aspectos naturales, sociales, cultu-
rales, políticos y económicos (Bárbaro, Gimelfarb, Wolberg y Antequera, 2015).
Ante la mencionada carencia, es que se plantea como objetivo del presente trabajo efec-
tuar un breve análisis socioeconómico de los asentamientos ubicados en dos subcuencas
de Antinaco – Los Colorados, correspondientes a los ríos Amarillo y Los Sarmientos, a fin
de describirlas y examinar sus particularidades y principales vinculaciones.
1 Este estudio se efectúa en el marco del proyecto titulado Caracterización socioecológica de los asentamientos ubicados
en las cuencas de los ríos Amarillo y Los Sarmientos, financiado por la Universidad Nacional de Chilecito, y se vincula
al proyecto de investigación Midiendo sustentabilidad urbana en tres escalas de análisis y aplicación: urbana-intraurbana;
local-región y nacional - Segunda Fase, financiado por la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universi-
dad Nacional de Mar del Plata.
1106 María Cecilia Gareis y Rosana Ferraro
Metodología
Como se hiciera alusión en la introducción, el desarrollo de este estudio se enmarca en
el enfoque teórico-metodológico de sistemas complejos2 (García, 2006). Esta perspectiva
se adopta en pos de superar la visión dicotómica y dualista entre lo urbano y lo rural, la
ciudad y el campo, etc., y analizar a los diferentes asentamientos presentes en el área de
estudio de un modo integral a partir de las relaciones que se establecen entre ellos y que
van más allá de los límites físicos o administrativos.
En concordancia con ello es que se define la unidad de análisis tomando en consideración
varios criterios en su definición: i) un criterio físico como es el de cuenca hídrica sumado a;
ii) un criterio geomorfológico a partir del cual se incluyen en el área los conos aluviales; y iii)
un criterio socioeconómico por encontrarse representadas todas las actividades económi-
co-productivas y principales núcleos de la región del Valle Antinaco-Los Colorados.
Por otra parte, la zona en la que se desarrollan los conos aluviales ha experimentado un
importante crecimiento en la superficie destinada a la agricultura y, que en los últimos
años, ha sido acompañado de procesos de crecimiento urbano.
En términos metodológicos se partió de considerar a este sistema complejo como a un
conjunto de elementos que se agregan y desagregan en subsistemas, que presentan una
estructura y múltiples puntos de equilibrio dinámico. Asimismo, se producen relaciones
entre estos componentes intrasistema y con elementos de otros sistemas.
Esas relaciones varían según la escala temporal y espacial, y si bien el área bajo análisis
se determina a partir de la necesidad de establecer límites al estudio, se entiende que éste
no es rígido sino permeable, que vincula a todos los elementos y relaciones contenidos en
su interior con otros sistemas menores y mayores con los que puede relacionarse o estar
inmersa dicha área de estudio.
Bajo esta concepción teórico-metodológica es que se procede a analizar las partes consti-
tutivas de ese sistema sin perder de vista las relaciones y la complejidad de todo el sistema.
La breve caracterización económica de la provincia de La Rioja se efectuó en base a
datos obtenidos de documentos técnicos de la Dirección Nacional de Relaciones Econó-
micas con las Provincias (DINREP, 2015) y del Ministerio de Hacienda y Finanzas Públi-
cas de la Nación (MHyFPN, 2016), mientras que el análisis de variables sociales se efectuó
a partir de los datos del INDEC (2010).
En pos de alcanzar el objetivo propuesto se seleccionaron un conjunto de indicadores
del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas CNPHyV (INDEC, 2010) que die-
ran cuenta de las dimensiones población, vivienda y hogares de los asentamientos bajo
estudio. Se desagregó a cada uno de ellos según variable, indicador, definición del censo
y categorías del indicador. Se procesaron los datos y se los agruparon por asentamiento.
Se efectuaron digitalizaciones y constataciones con imágenes de Google Earth Pro y con
salidas de corroboración a campo. En un paso posterior se crearon gráficos y se efectuaron
lecturas de cara a cada indicador seleccionado. Finalmente se efectuó una lectura integral
de los datos que dieron cuenta de la situación de cada asentamiento.
2 Enfoque que guía el desarrollo de los dos proyectos mencionados al inicio y a los que contribuye este trabajo.
Análisis de indicadores sociales de asentamientos urbanos y rurales presentes en dos subcuencas... 1107
Desarrollo
Área de estudio
Como se mencionara en trabajos anteriores (Montilla, Gareis, Bárbaro y Ferraro, 2016)
y como se observa en la Figura 1, el área bajo estudio fue determinada siguiendo como
base el criterio físico-natural de cuenca, entendida como la unidad básica de análisis. Así
el área de interés se encuentra conformada por dos subcuencas vecinas entre ellas, una
denominada cuenca del río Amarillo y que toma la porción norte del área de estudio y otra
denominada cuenca del río Los Sarmientos, que se corresponde a la zona sur bajo análisis.
Ambas pertenecen a un sistema mayor que, en conjunto con otras subcuencas, conforman
la Cuenca Antinaco-Los Colorados.
El área de estudio presenta tanto asentamientos urbanos como rurales y notables des-
igualdades demográficas que se derivan no solo de cuestiones históricas sino también de
particularidades naturales que ésta presenta (una variación altitudinal de 5.218 metros
entre la zona oeste y este3, la predominancia de ríos temporarios, las sierras de Famatina
y del Paimán y la zona de conos aluvionales) y de un conjunto de políticas provinciales y
nacionales (de estímulo al crecimiento económico de La Rioja por medio del fomento a la
actividad agrícola, turística e industrial de las últimas tres décadas, a las políticas habita-
cionales impulsadas por el gobierno provincial y nacional de los últimos años y a la aper-
tura de nuevos caminos y mejora de la infraestructura vial que han facilitado el acceso a
determinadas zonas del área en estudio) que se plasman en el territorio y lo transforman.
Figura 1. Asentamientos urbanos y rurales ubicados en las cuencas de los ríos Amarillo y Los Sarmientos
4 Si bien este último asentamiento se menciona y presenta en los gráficos, no se efectúan análisis en relación a los
datos que se presentan en ese radio censal por encontrarse fuera del área de estudio Guanchín, Miranda y Colonias
de Vichigasta.
5 En el CNPHyV de 2010 no se identifican como localidades a Anguinán, Los Sarmientos y San Miguel, no obstante el
tamaño y forma de los radios censales se condicen con las áreas que abarcan estos tres distritos por lo que se procedió
a considerarlos como tales y analizarlos en forma separada a la ciudad de Chilecito.
6 Se entiende por localidad a la concentración espacial de edificios conectados entre sí por calles (INDEC, 2010).
1110 María Cecilia Gareis y Rosana Ferraro
Categorías del
Variable Indicador Definición del censo
indicador
Área Urbano Espacios que albergan 2.000 o más habitantes. Urbano
Población
Población Cantidad total de población por unidad censal. Cantidad de personas
total
Los resultados muestran diferencias a nivel de asentamientos que dan cuenta de situa-
ciones disimiles que conviven y se articulan territorialmente.
En lo que respecta a la población (Figura 3), el asentamiento urbano que claramente
presenta la mayor población en la zona de estudio es Chilecito, y en menor cantidad Fa-
matina, Anguinán, Malligasta y Los Sarmientos, mientras que los asentamientos rurales
muestran una cantidad de habitantes menor a 900 personas.
La población de mayor edad (65 y más) varía entre el 2,2% (Colonias de Anguinán y de
Malligasta) y el 9,5% de la población total por asentamiento (Figura 4). Los radios urbanos
muestran una distribución similar en cuanto a proporción de población de cada grupo,
en donde más del 60% corresponde a población activa entre 15 y 64 años, mientras que
resulta ser mayor la proporción de población joven (entre 0 y 14 años) en el asentamiento
rural de las Colonias de Anguinán y Malligasta y que presenta la menor proporción de
población en edad activa y mayor a 65 años.
1112 María Cecilia Gareis y Rosana Ferraro
Fuente: elaboración personal con base en datos del CNPHyV (INDEC, 2010)
Fuente: elaboración personal con base en datos del CNPHyV (INDEC, 2010)
En cuanto a la calidad constructiva de las viviendas (Figura 5), predominan las de ca-
lidad constructiva insuficiente en los asentamientos rurales correspondientes a Colonias
de Anguinán y Malligasta, Santa Florentina y otros, Plaza Vieja y Alto y Bajo Carrizal con
valores que superan el 60% de las viviendas totales para el primer caso y el 50% en los dos
restantes, mostrando también una predominancia de viviendas con calidad insuficiente el
asentamiento urbano de Malligasta. Los asentamientos urbanos correspondientes a Chi-
lecito, Los Sarmientos y San Miguel son los que presentan una mejor calidad constructiva
en las viviendas y una menor proporción de viviendas con calidad insuficiente. Mientras
que los asentamientos urbanos de Malligasta, Anguinán y Famatina presentan una situa-
ción intermedia entre las dos antes descriptas.
En cuanto a la calidad de las conexiones (Figura 6), solo los asentamientos correspon-
dientes a Chilecito y San Miguel presentan una mayor proporción de viviendas con una sa-
tisfactoria calidad de las conexiones. Mientras que en Malligasta, Los Sarmientos, Angui-
nán, Tilimuqui y San Nicolás predominan las viviendas con conexiones de calidad básica,
al igual que para Famatina y el asentamiento rural de Plaza Vieja y Alto y Bajo Carrizal
en donde más del 70% de las viviendas tienen una insuficiente calidad de sus conexiones.
La peor situación la experimentan las Colonias de Anguinán y Malligasta en donde casi el
60% de las viviendas tienen una insuficiente calidad de las conexiones.
Análisis de indicadores sociales de asentamientos urbanos y rurales presentes en dos subcuencas... 1113
Fuente: elaboración personal con base en datos del CNPHyV (INDEC, 2010)
Fuente: elaboración personal con base en datos del CNPHyV (INDEC, 2010)
En cuanto a la tenencia de la tierra y propiedad de la vivienda(Figura 7) existen parti-
cularidades a nivel de asentamientos. La mayor proporción de propietarios del terreno
y el hogar se presenta en los asentamientos de Malligasta, Famatina y Los Sarmientos.
La mayor proporción de inquilinos se da en la ciudad de Chilecito y en el asentamiento
urbano Los Sarmientos. La proporción de ocupantes por préstamo se incrementa en An-
guinán, San Miguel, Tilimuqui y San Nicolás, Colonias de Anguinán y Malligasta, Santa
Florentina y otros y Plaza Vieja y Alto y Bajo Carrizal con valores que van entre 13% y 15%
del total de los hogares según asentamiento. Mientras que el ocupante por trabajo adquie-
re una proporción superior al 20% de los hogares en las Colonias y mayor al 10% en Santa
Florentina y otros, áreas en donde la actividad principal está asociada a la agricultura.
En lo referido al hacinamiento (Figura 8) se observan una mayor proporción de hogares
con valores altos de hacinamiento (más de tres personas por cuarto) en los asentamientos
rurales de Tilimuqui y San Nicolás (17% del total de hogares) y Colonias de Anguinán y
Malligasta (13% del total de hogares), siendo este último asentamiento el que mayor pro-
porción de hogares presenta con dos a tres personas por cuarto (29% del total de hogares).
1114 María Cecilia Gareis y Rosana Ferraro
Fuente: elaboración personal con base en datos del CNPHyV (INDEC, 2010)
Fuente: elaboración personal con base en datos del CNPHyV (INDEC, 2010)
Conclusión
La situación que experimenta la zona bajo estudio se condice con la tendencia nacional
e internacional en la que se presenta una mayor población en zonas urbanas en compara-
ción a las que habitan en zonas rurales.
Una lectura integral de los indicadores presentados y descriptos brevemente permite ob-
servar algunas particularidades a nivel de asentamientos. Se evidencian asimetrías en los
asentamientos en donde las Colonias de Anguinán y Malligasta presentan en proporción
menos población en edades de 65 a más años y una mayor proporción de población joven
(entre 0 y 14 años); también presentan una mayor proporción de viviendas con calidad
constructiva insuficiente y con calidad insuficiente en las conexiones, mientras que en la
tenencia de la tierra y propiedad de la vivienda presentan una proporción menor de propie-
tarios y cobra relevancia el ocupante por trabajo, resultando alto el porcentaje de hogares
con valores elevados de hacinamiento (situación que comparte con el asentamiento de
Tilimuqui y San Nicolás).
Por otro lado, Chilecito presenta mejores situaciones en cuanto a los valores que toman
los indicadores de viviendas y hogares, sitio en el que habita la mayor proporción de la
población del área en estudio. Los Sarmientos y San Miguel presentan en algunos indi-
cadores situaciones mejores en relación a los restantes asentamientos urbanos que se en-
Análisis de indicadores sociales de asentamientos urbanos y rurales presentes en dos subcuencas... 1115
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Ferias rurales en Villa Arias, nuevas formas de
pensar el humedal costero rosaleño1
María Isabel Haag y Matías Álamo
Introducción
En las últimas décadas se ha evidenciado un rápido proceso de cambios productivos y
demográficos en las áreas periurbanas en nuestro país, que ha provocado un fuerte impac-
to en la organización del territorio. En este contexto es posible observar las transforma-
ciones experimentadas en la localidad de Villa General Arias, localizada en el partido de
Coronel Rosales, en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, que surge como un centro
residencial y de actividades de quintas y granjas hacia fines de 1870. A partir de la déca-
da de 1940 sufre un proceso de urbanización, como consecuencia del asentamiento de
familias provenientes de las ciudades cercanas, quienes establecen sus residencias de fin
de semana y permanentes (Bróndolo y Bazán, 2000). En la actualidad se perciben nuevas
lógicas de producción y ocupación del territorio, asociadas a la multifuncionalidad, en las
que las ferias rurales y la recreación le imprimen un carácter distintivo al espacio.
Por otra parte, las particularidades del ambiente litoral en el que se localiza esta lo-
calidad, generan singularidades en lo que respecta al paisaje. Desde el punto de vista
ambiental el área de estudio presenta características específicas, debido a las dinámicas
naturales propias de un estuario en forma de gran embudo (Rosell, 2016). Es un am-
biente complejo donde los humedales2 se desarrollan bajo características biológicas, geo-
morfológicas y oceanográficas excepcionales. Forma parte del extremo sur de la llanura
pampeana que degrada hacia el Mar Argentino.
A partir de una caracterización general, el sector puede describirse como una costa
baja, sometida al flujo y reflujo diario de las mareas, donde se desarrollan ecosistemas
altamente especializados que configuran un paisaje singular. En él se incluyen las zonas
con inundaciones mareales esporádicas -donde prosperan comunidades estables de ve-
getación halófila- las cuales debido al ingreso alternado de las mareas y a sus caracteres
geobiofísicos, presentan una amplia gama de nichos ecológicos y fauna con adaptaciones
especiales (Rosell, 2016, p. 2).
En este espacio circundante al humedal, se localiza Villa General Arias, una localidad
de 1.845 habitantes (INDEC, 2010), ubicada a siete kilómetros de la ciudad de Punta Alta,
cabecera del distrito de Coronel Rosales, formando parte del periurbano de la menciona-
da ciudad. Otras fuentes bibliográficas refieren que la villa aglutina a 3.000 habitantes
1 El presente trabajo de investigación forma parte del Proyecto de innovación y transferencia en áreas prioritarias de
la Provincia de Buenos Aires 2016-PIT-AP-BA Los humedales costeros de la Bahía Blanca como espacio recreativo. Comisión
de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires y el Departamento de Geografía y Turismo. Universidad
Nacional del Sur. Directora Dra. María Inés Pérez.
2 “Los humedales son ambientes de transición tierra-agua, donde el suelo se encuentra inundado o saturado de
manera más o menos permanente, con aguas superficiales o subterráneas, dulces, saladas o salobres, estancadas o
corrientes, de régimen natural o artificial y con una flora y una fauna adaptadas a esas condiciones. Los mismos cons-
tituyen un ecotono, una zona de transición entre el agua y la tierra, que combina características de ambos ambientes
y que además tiene algunas características propias” (Boveri y Renella, 2013).
1118 María Isabel Haag y Matías Álamo
3 Entrevista a productor familiar SA, en la localidad de Villa Arias, partido de Coronel Rosales, realizada por Matías
Álamo, 11 de diciembre de 2017.
1120 María Isabel Haag y Matías Álamo
Fuente: Haag, 2017, con base en Colman, 2009; Nardi y Pereira, 2006; Anello, 2014;
Caballero et al., 2010; Pereira, 2007
la ciudad de Punta Alta hacia Bahía Blanca y viceversa, en proximidad de una construc-
ción con valor patrimonial conocida localmente como el castillo. Tenían una frecuencia
semanal, aunque no lograron continuidad en el tiempo, entre otros motivos, por el in-
conveniente que generaba el traslado de productos desde la quinta hacia la ruta y por el
tiempo destinado a la atención del puesto, que generaba la desatención de las actividades
prediales familiares.
La primer feria para Villa Arias surge en el año 2000: Cuando en el año `97 llegamos a la quinta vimos el
potencial del lugar y desarrollamos un proyecto que se llamaba Villa Arias Verde, nos acercamos al municipio
y nos escucharon y estuvieron predispuestos a trabajar en ese proyecto y trabajamos un año y en el año 2000 lo
lanzamos. Hicimos un relevamiento de toda la parte productiva de Villa Arias y eran 17 productores. Se había
logrado armar una feria al costado de la ruta, tenemos en el diario cuando se lanzó, la primer feria se hizo en la
sociedad de fomento porque ese día llovía. Se hacían una vez por semana, había miel, había chorizos, había pes-
cado, había huerta, había artesanía. Lo hicimos en función lograr que el productor tenga una estabilidad extra,
pueda decirle a su vecino que es el que produce el huevo, que produce pollo o que produce la verdura, era una
vidriera para el pequeño productor, pero no se le dio continuidad porque no vivimos en un distrito productivo,
es un distrito militar o civil. (Productor familiar SA, 11/12/2017).6
En el año 2016 se retoma la experiencia de las ferias rurales con características diferen-
tes, ya que se desarrollan en los establecimientos productivos locales, de carácter cerrado o
privado primero, y abiertas al público después. Esto significaba que solo podían participar
de la feria quienes recibían invitación por parte de la familia anfitriona.
Las mismas eran organizadas por tres productores y eran de carácter itinerante, aun-
que carecían de una frecuencia estipulada. Solo uno de los productores había partici-
pado de la primera experiencia de ferias en el año 2000 y para el resto significaba una
actividad nueva. Si bien el objetivo de las mismas era comercializar la producción local,
también se ofreció a los asistentes el disfrute del espacio, es decir se comienza a ofrecer el
predio con fines recreativos, lo cual fue valorado por los asistentes, quienes a pesar de la
finalización del horario de la feria, no se retiraban del lugar. Respecto de los inicios un
productor comenta:
El 20 de marzo de 2016 hicimos nuestra primera experiencia, fue un evento de huerta y jardín para nuestros
clientes nada más, les dijimos que se traigan sus reposeras, el mate, hicimos un evento de 3 de la tarde a 6, eran
las 6 y no se iban, no se querían ir y la verdad que pudieron pasar una tarde re-linda: Vinieron a comprar pro-
ductos, porque se llevaron productos de la huerta, compraron plantas, compraron macetas, compraron artículos
de vitrofusión, tanto la señora de cabaña como mi amiga, nunca habían feriado, no podían creer, vinieron 50
personas, era todo privado nosotros invitamos a algunos. (Productora familiar P, 11/12/2017)7
Hacia finales del año 2016, se generaron una serie de tensiones entre los tres emprende-
dores que desarrollaron las ferias, motivo por el cual las mismas se suspendieron momen-
táneamente. Posteriormente uno de ellos retoma la iniciativa y comienza a desarrollarla
en su predio, invitando a otros emprendedores e imprimiéndole un nuevo carácter, de
abiertas a todo público.
Cada feria que se organizaba, convocaba a más emprendedores y atraía más visitantes,
logrando reunir en el mes de marzo del año 2017 a más de 2.000 automóviles en el espacio
asignado para el estacionamiento. Esto generó la necesidad de contar con una organiza-
ción que incluya a otros integrantes, más allá del productor anfitrión, conformándose
una organización denominada Ferias Rurales de Villa Arias (FE.RU.VI.AR). Esta estableció
6 Entrevista a productor familiar SA, en la localidad de Villa Arias, partido de Coronel Rosales, realizada por Matías
Álamo, 11 de diciembre de 2017.
7 Entrevista a productora familiar P, en la localidad de Villa Arias, partido de Coronel Rosales, realizada por Matías
Álamo, 11 de diciembre de 2017.
1124 María Isabel Haag y Matías Álamo
un cronograma mensual de ferias, que fue reconocido por el Honorable Concejo Delibe-
rante local como de interés legislativo.
La comisión organizadora está integrado por diez miembros los cuales definen su re-
glamento de funcionamiento. Entre los objetivos planteados encuentran promover el de-
sarrollo y crecimiento de emprendimientos locales, propender al reconocimiento y valo-
rización del patrimonio económico a nivel local y regional y ofrecer otros atractivos en el
distrito con actividades educativas y recreativas gratuitas para la familia en su conjunto.
Las mismas se desarrollan de marzo a noviembre, con una frecuencia mensual y no solo se
comercializan productos alimenticios, sino que también se invita a participar a artesanos
y emprendedores locales.
La creación de esta figura asociativa, su capacidad de acción, coordinación y genera-
ción de redes de acción local y regional, permiten el surgimiento de nuevas iniciativas y
el sostenimiento de esta actividad en el tiempo, además de un reconocimiento social. Al
respecto Schavoni (2016, p. 299) resalta en el análisis de este proceso la importancia de la
familiarización de las relaciones económicas, destacando que “este tipo de coordinación
asocia personas (no agentes individuales) que actúan a través de sus conexiones domésti-
cas, dependientes, a su vez, de los momentos del ciclo vital. De allí la identificación de las
organizaciones con la noción de crecimiento”.
En las sucesivas ediciones de las ferias, se acentúa su carácter comercial, sobre todo aso-
ciado a los costos de funcionamiento de la misma y, en este contexto, es necesario recalcar
que cada feriante debe abonar un monto de dinero para disponer del espacio para comer-
cializar sus productos. El mismo ronda los $ 300 y está destinado a cubrir los gastos ge-
nerados en la organización como la preparación del predio, la contratación de un seguro
colectivo y a la dotación de infraestructura para el feriante, como la instalación de postes
y media sombra, para brindar refugio y reparo
Al principio cada uno traía su mesa y después se fue organizando una infraestructura básica (..) este valor es
abonado por parte del feriante porque a pesar de ello uno se asegura un volumen importante de ventas. (Pro-
ductor familiar LA, 8/12/2017)
La dinámica adquirida por cada feria en cuanto a cantidad de feriantes y de asistentes y
por consiguiente en la propia localidad, motiva la intervención del Municipio de Coronel
Rosales, constituyéndose en la actualidad en un actor de suma importancia, debido a su
capacidad de apoyo a FE.RU.VI.AR en lo que respecta a la colaboración en la adecuación
del predio y sus alrededores, al arreglo y riego de las calles de la localidad, a la promoción
y difusión del evento, a la asignación de espectáculos artísticos culturales (que generan un
ambiente festivo, alegre y atractivo para los visitantes) a la provisión de pequeños fondos
de inversión para la construcción de sanitarios, así como de capacitaciones y jornadas de
sensibilización para fortalecer el trabajo asociativo. En definitiva, el accionar interinstitu-
cional a nivel local permite actualmente la permanencia y vigencia de este proyecto comer-
cial de la pequeña producción en la localidad.
El intento por analizar este proceso reciente que se desarrolla en el periurbano rosaleño,
nos permitió comprender la trayectoria de experiencias anteriores, donde las relaciones de
proximidad entre las distintas organizaciones, han permitiendo la conformación, conso-
lidación y difusión de las ferias en esta pequeña localidad, con las tensiones y conflictos
que esto conlleva. La articulación entre actores, organizaciones e instituciones, permiten
la permanencia de esta iniciativa local, que genera ingresos no agrícolas, la valorización de
la actividad y también del paisaje y los recursos de Villa Arias.
Ferias rurales en Villa Arias, nuevas formas de pensar el humedal costero rosaleño 1125
Tensiones
Consideraciones finales
Con el presente trabajo intentamos dar cuenta de las transformaciones acaecidas en las
últimas décadas en los espacios periurbanos de nuestro país, las que le imprimen nuevas
lógicas y funciones; en tal sentido estas prácticas productivas y de comercialización llevan
a una apropiación particular del territorio local por parte de los productores y emprende-
dores que se nuclean en torno a las ferias rurales de Villa Arias.
Por lo tanto, a partir de estos nuevos significados y representaciones que adquiere el
territorio para los residentes y la valorización que los visitantes le otorgan a las ferias y,
por consiguiente a la localidad, se plantea la necesidad de generar nuevas propuestas que
8 Entrevista a productor emprendedora M, en la localidad de Villa Arias, partido de Coronel Rosales, realizada por
María Isabel Haag y Matías Álamo, 8 de diciembre de 2017.
1126 María Isabel Haag y Matías Álamo
permitan poner en valor los atributos tangibles e intangibles y detectar las potencialida-
des propicias para el ocio y el esparcimiento.
Las ferias rurales se fortalecen a partir de las acciones de integración entre los actores
públicos y privados y también por la valorización de las mismas de parte de los consu-
midores y visitantes. En esta primera instancia el análisis se centró en los productores
y sus experiencias de articulación, por lo que en futuras investigaciones, nuestro inte-
rés se centrará en conocer los hábitos, motivaciones y prácticas que los visitantes desa-
rrollan en estos espacios. Estas nuevas prácticas de recreación, ocio y esparcimiento se
inscriben como una estrategia que materializa la multifuncionalidad territorial rural en
función de la nueva demanda urbana que consume y se apropia de los recursos de espacio
periurbano y rural próximo.
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Ferias rurales en Villa Arias, nuevas formas de pensar el humedal costero rosaleño 1127
Introducción
La primera década de aplicación de la política cluster se dio en un contexto de postcri-
sis que reposicionó al Estado y a la industria nacional tras dos décadas de hegemonía de
políticas de corte neoliberal. Este período de importante crecimiento industrial comenzó
a ser problematizado por la literatura especializada como posneoliberalismo o neodesa-
rrollismo (Bresser-Pereira, 2006; Sader, 2008; Azpiazu y Schorr, 2010; Féliz, 2012; Rougier
y Schorr, 2012; Fernández y Seiler, 2016). Llamativamente, si bien este tipo de política era
impulsada desde el Estado nacional, en un período en el que éste tenía una fuerte presen-
cia en la economía, los programas concretos que impulsaban la institucionalización de
clusters estimulaban un tipo de asociación público-privada que significó el debilitamien-
to de la intervención directa del Estado y el posicionamiento del mismo como un actor
más en el fortalecimiento institucional. Una cuestión que no fue ni es menor tratándose
de clusters impulsados en países pertenecientes a la periferia capitalista con estructuras
estatales de por sí débiles (Fernández, 2017).
Numerosos estudios dan cuenta de la política cluster en el período neodesarrollista,
identificando sus potencialidades y debilidades. En este sentido, pueden identificarse es-
tudios de organismos de financiamiento internacional y de grupos de investigación verná-
culos. No obstante, poco se ha dicho de la situación de la política cluster post2015, luego
de que en Argentina –como en gran parte de América Latina– se produjera un quiebre con
el neodesarrollismo y comenzara un período en el que al menos se produce la revisión del
rol que ocupaba el Estado en el período anterior. En este sentido, la presente ponencia
busca realizar una primera aproximación a la situación de la política cluster abordando
sus principales características en el neodesarrollismo y tras el quiebre con el mismo.
Metodología
Para dar cuenta si existe continuidad o no de la política cluster, y bajo qué condiciones
se produce, se reconocerán los programas que operaron/operan y su vinculación con
las estructuras ministeriales del Estado nacional en ambos períodos. El abordaje se
complementa identificando la continuidad y la promoción de nuevas experiencias clus-
ters impulsadas desde diferentes escalas –nacionales, provinciales y/o municipales–. Se
buscará dar cuenta de la densidad institucional, los objetivos y acciones, y el financia-
1 Trabajo elaborado en el marco del Proyecto de investigación CAI+D 2016 Clusters: ¿política pública de desarrollo produc-
tivo y reconfiguración territorial? Los casos “Nuez Pecán” y “Lechero Regional” en perspectiva comparada (2003-2015). Universi-
dad Nacional del Litoral, IHUCSO-UNL/CONICET, Director: Víctor Ramiro Fernández.
1130 M. Seval, C. Davies, M. Carné, J. Juarez, C. Seiler y V. Fernández
miento, abordando puntos en común y diferencias entre dos casos impulsados a nivel
nacional, el Cluster de la Nuez Pecán y el Cluster Lechero, y un caso a nivel municipal,
el Cluster de la Cerveza Santafesina.
ra, 2006; Sader, 2008; Azpiazu y Schorr, 2010; Féliz, 2012; Rougier y Schorr, 2012; Fernán-
dez y Seiler, 2016), se caracterizó en Argentina, a grandes rasgos, por una fuerte presencia
del Estado nacional y sus intentos por construir una estrategia nacional que disminuyera
las disparidades regionales apelando a la difusión de la industria nacional.
Figura 1. Argentina: clusters impulsados por la política pública nacional,
territorialización de programas de UCAR y AGENCIA (2006-2015)
tucional (Amin y Thrift, 1995), es decir, la interacción en red de las instituciones locales,
regionales y nacionales. En este sentido, pese a posicionarse como alternativa en un perío-
do de fuerte presencia del Estado en la economía, los programas concretos que promovían
la institucionalización de CL estimulaban un tipo de asociación público-privada que sig-
nificó el debilitamiento de la intervención directa del Estado y su posicionamiento como
un actor más en el fortalecimiento institucional de la estrategia de desarrollo (Fernández
y Vigil, 2007; Seiler y Fernández, 2017).
Los programas CL comparten una lógica de acción centrada en la institucionalización
de la asociación público-privada como intermediaria entre la política pública y los bene-
ficiarios de la misma. Esta lógica generalmente responde a tres grandes etapas que siguen
un esquema como política pública nacional que -si bien no es el único- se presenta como
arquetípico: una etapa de formación del CL luego de admitida la presentación de los acto-
res regionales, una etapa de institucionalización con el reconocimiento de la asociación ad
hoc emergente, y una etapa en la que se le delega los instrumentos de política pública para
la ejecución del programa de mejora competitiva (PMC) que los actores regionales debatie-
ron a lo largo del proceso de institucionalización. Esto representa una lógica inversa a la
aplicada por el desarrollismo de mitad del siglo XX de arriba hacia abajo (top-down), preci-
samente porque los programas CL plantean un empoderamiento de los actores regionales
de abajo hacia arriba (bottom-up).
En este sentido las experiencias CL en Argentina se presentan como asociaciones ad hoc
entre empresas, asociaciones empresariales, organismos de ciencia y técnica, universidades
y el Estado, en todos los casos articulando actores de diferentes escalas (locales, provin-
ciales y nacionales)3. El rol principal de esta asociación es la administración de las líneas
de financiamiento ofrecidas por los organismos internacionales y la promoción con estos
fondos de actividades conjuntas vinculadas, generalmente, a la capacitación, la compra de
insumos y la venta del producto final, la mejora del producto y/o del proceso productivo, y
diversas actividades que logren ganar mayor competitividad a las empresas participantes
del CL y a la región vinculada a este proceso asociativo. De esta forma, la política CL se
constituye en un conjunto de instrumentos tendientes al cambio estructural, más allá de
que se expresen en forma desarticulada dentro de un ministerio como entre los diferentes
ministerios (Sztulwark, 2010; Dini, Rovira y Stumpo, 2014; Lavarallo y Sarabia, 2015).
3 No obstante, el caso del Programa de Sistemas Productivos Locales, aunque no supone la formación de esa institu-
cionalidad, sino más bien la formación de Grupos Asociativos entre las empresas, se presenta como un programa que
busca la asociación público-privada para dar lugar al Grupo Asociativo en cuestión.
Desarrollo y regiones tras el quiebre con el neodesarrollismo. Consideraciones sobre... 1133
Estado nacional. Por otro lado, vuelven a tener relevancia las funciones subsidiarias del
Estado en infraestructura y seguridad para garantizar, o al menos no obstaculizar, el des-
pliegue de la inversión privada4.
En este contexto, los programas CL continúan operativos o al menos formando parte
de los instrumentos con los que cuentan los diferentes ministerios, fomentando procesos
asociativos y cooperativos a través de la institucionalización de asociaciones público-priva-
das con miras a promover mejoras competitivas e inserción internacional. En la Figura 2 se
enumeran los programas que observan continuidad tras mediar una reestructuración en el
organigrama del Estado. En la actualidad el PROSAP de la UCAR se vincula al Ministerio
de Agroindustria y el Programa SPL de SEPYME se vincula al Ministerio de Producción
junto a otros instrumentos asociativos como el PAC y el Ciudades para emprender. La con-
tinuidad de estos programas se relaciona a los compromisos adquiridos con organismos
internacionales de financiamiento más que con su visualización como política estratégica.
No obstante, es oportuno señalar que, por la retirada del Estado que se aprecia en los últi-
mos años, esta estrategia de desarrollo es más coherente en este nuevo escenario nacional
que en el intento de reposicionamiento del Estado en el período neodesarrollista.
Figura 2. Política CL: reestructuración del Estado y programas CL (2005-2017)
formación de CL es más reciente; en este sentido es oportuno destacar el caso del Cluster
de la Cerveza Santafesina no solo por su incipiente conformación (post2015) sino por
adoptar esa denominación en la institucionalidad que construye.
En ambos casos, sean impulsados por la política CL nacional como por las escalas sub-
nacionales del Estado, la lógica de acción es similar. La institucionalización de la aso-
ciación público-privada entre empresarios e instituciones busca la construcción de una
red institucional para impulsar acciones de cooperación. En este sentido, se analizará la
institucionalización en torno al Cluster de la Nuez Pecán y el Cluster Lechero como ejem-
plos de la continuidad de la política CL nacional y el Cluster de la Cerveza Santafesina
como ejemplo de la formación de un nuevo CL en alianza con el Estado municipal tras
el quiebre con el neodesarrollismo. Visto y considerando que las experiencias CL en Ar-
gentina se presentan como asociaciones ad hoc entre empresas, instituciones y el Estado,
articulando actores de diferentes escalas, con el objetivo de la administración de las líneas
de financiamiento para la promoción de actividades conjuntas, en el análisis se conside-
rarán tres dimensiones: (1) los actores intervinientes en la asociación ad hoc formada para
llevar adelante el CL; (2) los objetivos y las acciones llevadas a cabo por cada CL; y (3) el
financiamiento que recibe el mismo para dar cuenta de cuál es la situación de los CL que
se encuentran ejecutando PMC o que han surgido post2015.
superaban las diez empresas y que buscaban la concreción de objetivos específicos (Naclerio, 2010). En relación a las
nuevas iniciativas puede mencionarse el Polo Tecnológico de Paraná (ver www.polotecnologico.org.ar).
Desarrollo y regiones tras el quiebre con el neodesarrollismo. Consideraciones sobre... 1135
7 Por ejemplo: la Semana de la Cerveza Artesanal, el Cerveceando Tour, el IPA Day o el Cocinadón.
8 Es el caso del evento itinerante Ciencia & Cerveza organizado en conjunto con el IPATEC-CONICET-UNCO, la
Cámara Rosarina de Artesanos Cerveceros y los Centros Científicos Tecnológicos CONICET de Santa Fe y Rosario.
1138 M. Seval, C. Davies, M. Carné, J. Juarez, C. Seiler y V. Fernández
Conclusiones
El quiebre con el neodesarrollismo que se produjo en Argentina a fines de 2015 no sig-
nificó el abandono de la política CL por parte del Estado nacional; los programas que de
ella se desprenden observan continuidad, aunque en otras estructuras ministeriales tras
mediar una reestructuración del Estado. En este sentido, un ejemplo claro es el PROSAP
Desarrollo y regiones tras el quiebre con el neodesarrollismo. Consideraciones sobre... 1139
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1140 M. Seval, C. Davies, M. Carné, J. Juarez, C. Seiler y V. Fernández
Introducción
El turismo costero de los pueblos balnearios del sudeste bonaerense ofrece una diver-
sidad de atractivos naturales y bienes patrimoniales culturales que constituyen la base
sobre la que se desarrolla la incipiente actividad turística y son una:
opción de destinos de playa en el litoral bonaerense, localidades que no superan los 500 habitantes,
no tienen una promoción turística masiva, con escasos servicios y están comunicadas por redes de
tercer orden donde es notorio la presencia de emprendimientos familiares y presentan una compo-
sición social abierta e integradora en el turista. (Hernández, 2008, p. 377)
El pueblo balneario San Cayetano si bien posee los elementos fundamentales que ca-
racterizan un destino turístico, como el producto turístico, con los factores, esto es el patrimonio
natural, el patrimonio cultural y algunos recursos de capital; los atractores que motivan desplaza-
mientos de turistas para las visitas y disfrute del balneario; muestra notoria vulnerabili-
dad en el tercer elemento, el referido a los sistemas de apoyo que son los que garantizan el
bienestar del turista. Aquí evidencia dificultades en transporte, alojamientos, gastrono-
mía, alimentos, combustibles, telefonía, gas, servicio eléctrico.
Estos pueblos o centros balnearios responden al proceso de poblamiento, urbanización
y evolución como asentamiento turístico-balneario (Ordoqui y Hernández, 2010).
Se caracterizan por la conservación del patrimonio natural, a diferencia de otros
destinos donde existe el peligro de urbanizaciones y la radicación de balnearios priva-
dos, sin control y planificación. En el Mapa 1 se localizan dichos pueblos balnearios
del sudeste bonaerense.
El balneario pueblo San Cayetano, localizado en la costa del distrito del mismo nombre,
excepcionalmente presenta un modelo urbano-turístico sostenible con fijación de méda-
nos, forestación de la planta urbana y una interesante franja costera de playa sin edifica-
ciones que responde a un área protegida por el Municipio, que prohíbe la urbanización, y
por ello los lotes y calles se encuentran distantes de la misma (más de 500 metros). Esto se
puede observar en la Imagen 1.
Muestra problemas en los sistemas de apoyo como destino turístico (Otero, 2014 s/d). Las
escasas inversiones públicas y privadas en el balneario San Cayetano en elementos de infraes-
tructura impiden el desarrollo de un Turismo sustentable que apunte al desarrollo local.
En este sentido es importante posicionar los estudios sobre Turismo Sustentable en
el balneario, para identificar las características del desarrollo local, la protección de los
recursos naturales que lo sostienen, el logro de rentabilidad y el respeto a la población
residente y al turista; concientizando sobre la necesidad de un ordenamiento territorial y
una planificación ambiental que contribuyan a un turismo responsable.
1144 Graciela María Berti
Fuente: Grupo Estudios sobre población y territorio de la Facultad de Humanidades, UNMDP 2012
En este contexto, el objetivo del trabajo consiste en analizar las características del des-
tino Balneario San Cayetano en relación con las posibilidades de desarrollo local, procu-
rando considerar los elementos que se orienten a un Turismo Sustentable.
Figura1. Localización de la Reserva “Arroyo Zabala y el
Monumento “Cauquén Colorado” en la provincia de Buenos Aires
correspondientes mediciones.
El 5 de febrero de 1969 se realizó una excursión al lugar donde proyectaban levantar
el balneario para su correcta medición y señalamiento; en la Postal 1 se puede observar
ese momento. De igual manera la intención era interesar sobre el terreno a los técnicos
de Vialidad de la Provincia para el trazado del camino de acceso. Ese día se colocó la
estaca fundacional. La Postal 2 muestra las primeras construcciones del balneario.
Postal 1. Excursión al balneario San Cayetano Postal 2. Balneario San Cayetano en 1970
Fuente: Archivo diario La Voz del Pueblo (2018) Fuente: Archivo fotográfico La Voz del Pueblo (2018)
slogan reza: Balneario San Cayetano. Naturalmente junto al mar (Imagen 2).
Se analiza la estructura productiva de este destino turístico de acuerdo al sistema FAS
(actores, atractores y sistemas de apoyo) como propone la OMT en el año 2005para orde-
nar y clasificar los principales elementos que de-
Imagen 2. Slogan del balneario San Cayetano
finen la estructura productiva y la adaptación en
el año 2007 que se hizo de los componentes del
modelo FAS, desde el CEPLADES1-TURISMO:
los factores, son aquellas condiciones de base
del destino constituidas por su patrimonio na-
tural y cultural y por aquellos recursos de capital
Fuente: Archivo de la Municipalidad de San Cayetano y humano que son determinantes en la competi-
tividad de los mismos; atractores-productos tu-
rísticos, son aquellos elementos del patrimonio natural o cultural de un destino turístico
que han sido puestos en valor mediante la aplicación de factores humanos y de capital y
que se encuentran actualmente en el mercado. Constituyen individualmente o con otros
elementos del destino, productos turísticos que actualmente, motivan desplazamientos
de turistas o recreacionistas para su conocimiento, experimentación y visita; y los sistemas
de apoyo, que son aquellas variables destinadas a atender a las necesidades de los turistas,
facilitar su viaje y la estadía en el destino.
Los elementos más relevantes de los sistemas de apoyo son los medios de transporte y
las comunicaciones; hospitalidad, los servicios de gastronomía y recreativos del lugar; ser-
vicios complementarios que contribuyen a mejorar la experiencia del turista en el destino
como por ejemplo salud, seguridad y otros como (oficinas de información turística) ban-
cos, servicio de correo, telefonía y otros. Todo ello permitirá lograr un destino que ofrezca
calidad turística, coherente y respetuoso con el medio urbano y natural, con la cultura del
distrito, a la vez que viable económicamente y teniendo como fin el interés público de la
población. A ello se debe apuntar desde la gestión pública y privada para completar una
estructura productiva adecuada ya que hasta el momento presenta deficiencias.
Muy importante es caracterizar el territorio donde está ubicado el balneario pueblo San
Cayetano, que según Bozzano, (2009, p. 199) responde a la articulación entre: “a) los acto-
res públicos, privados y ciudadanos que influyen; b) al medio geográfico, en tanto medio
natural y artificial o producido, como resultado híbrido de la aplicación de técnicas c) a los
sistemas de objetos y de acciones más significativos en cada territorio, respondiendo a lo
que Santos (2000, cap. 3) considera “como un conjunto indisoluble solidario y contradic-
torio, de sistemas de objetos y sistemas de acción en transformación permanente”; d) a los
principales acontecimientos en tiempo y espacio; e)a la percepción global, con sus relacio-
nes de verticalidad y horizontalidad que se encuentran, y se entretejen, en cada territorio.
El Pueblo Balneario San Cayetano es un destino emergente no tradicional, que debe
responder a las necesidades de un mercado cada vez más especializado como alternativa
de desarrollo. Cuenta con una oferta que está siendo valorada y considerada por los poten-
ciales turistas como una alternativa a los destinos ya consolidados. Pone en valor a locali-
dades como esta, a lo que Alburquerque (2001, s/d) denomina “diversificación productiva
como factor de solidez de la economía local” siguiendo la misma línea de lo que proponen
Boscherini y Poma (2000, s/d) para el desarrollo de economías locales.
1 Centro de Estudios para la Planificación y el Desarrollo Turístico Sustentable, dependiente de la Facultad de Turis-
mo, Universidad del Comahue, Neuquén, 2005.
Un balcón privilegiado sobre la costa atlántica: oportunidad y posibilidad para el desarrollo... 1149
Conclusión
El balneario San Cayetano nació como un espacio de pertenencia y preferencia por el
territorio y la comunidad local y necesita poner en valor el recurso natural que implica la
construcción de equipamiento para asegurar la accesibilidad al lugar.
Asimismo, es conveniente que el Municipio desarrolle una política de conservación del
recurso natural paisajístico, ya que sin que fuera el precepto fundacional, allá por la dé-
cada de 1970, la idea de trabajar en vinculación con el ambiente y su protección aparece
tempranamente en el discurso de los pioneros.
Es fundamental proponer elementos claves para el desarrollo local y la conservación
del medio ambiente respondiendo a un Turismo Sustentable que debe considerar lo
económico, lo social y lo ambiental en beneficio de la calidad de vida de los sancayeta-
nenses y de los turistas.
Se espera que el desarrollo y reflexiones de la investigación permitan concientizar en
general sobre la necesidad de un ordenamiento territorial y una planificación ambiental
que apunten a un turismo responsable en el balneario; donde se enfatice no solo en los
recursos naturales, culturales o humanos del lugar, sino también las emociones o los sen-
timientos que puede evocar el mismo.
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Introducción
Ubicados en el noroeste de la República Argentina, los Valles Calchaquíes, constituyen
una depresión geológica que se extienden en sentido norte-sur a lo largo 520 km y ocupan
el oeste de Tucumán; la porción noreste de la provincia de Catamarca y en Salta, se ubican
al centro-este de la provincia y coinciden en parte con los departamentos de La Poma,
Cachi, Molinos, San Carlos y Cafayate.
Las actividades económicas de los Valles Calchaquíes de Salta están basadas funda-
mentalmente en la producción agropecuaria (con serias limitaciones respecto a la dis-
ponibilidad de agua) y el turismo. Las actividades agropecuarias tienen una historia im-
portante en la zona; entre los productores la mayoría cuenta con explotaciones de tipo
familiar (con diferente grado de capitalización) y combinan la producción agrícola y ga-
nadera para el autoconsumo con la producción de cultivos comerciales. Entre las pro-
ducciones regionales podemos encontrar la cría para uso múltiple de ganado caprino
y ovino. Asimismo, dentro de la producción agrícola bajo riego, podemos encontrar al
cultivo de la vid para la elaboración de vinos de fama internacional, a la siembra de forra-
jeras, aromáticas como el pimiento para pimentón, comino, anís, el cultivo de tomates
y cebollas y a variedades diversas de frutales, zanahoria y poroto (Arqueros y Manzanal,
2004). El turismo también tiene una presencia relevante desde comienzos del siglo XX,
especialmente al sur de los Valles Calchaquíes donde la localidad de Cafayate comenzó a
ser visitada con fines turísticos (Flores Klarik, 2010a). Recientemente, ésta y otras locali-
dades del valle también han recibido a turistas atraídos por nuevos productos ligados a
lo rural y a lo agropecuario, como la ruta y el museo del vino (Cáceres y Troncoso, 2016),
el turismo gastronómico regional y también por el turismo rural, de contacto con la vida
campesina (como el que aquí desarrollaremos).
Estas nuevas actividades complementan los magros ingresos de los campesinos de este
territorio, que ven en el turismo una alternativa a la pobreza rural y a las recurrentes crisis
del sector. Recientemente se han incorporado otros actores sociales que gestionan un tipo
de turismo distinto, que ha cobrado fuerzas en esta región de Salta. Precisamente, la Red
de Turismo Campesino (RTC) de los Valles Calchaquíes, está asociada a esta nueva forma
de gestionar la práctica turística.
La RTC como nuevo actor en los Valles Calchaquíes del sur salteño
Tal como señaláramos en trabajos anteriores (Cáceres y Troncoso, 2014; Bertoncello,
Cáceres, Troncoso y Vanevic,2016; Cáceres 2016), la RTC surge oficialmente en 2008, aun-
que se han mantenido discusiones organizativas en distintas asambleas desde 2004. Esta
cooperativa agroturística, que se desprende de los Encuentros Zonales que el Programa
Social Agropecuario (PSA) realizaba en este sector de los Valles Calchaquíes de Salta,
cuenta con un Consejo Administrativo (presidente, vicepresidente, secretaria, tesorero
y vocales) que coordina las actividades llevadas a cabo por este emprendimiento, por el
cual convocan a elecciones cada cuatro años. Además, realizan una Asamblea Mensual
de la que debieran participar la mayoría de los socios. Generalmente se reúnen en el local
comercial que tiene la RTC en el centro del pueblo de San Carlos. Esta organización de
turismo comunitario cuenta con el asesoramiento permanente de un técnico en terre-
no, dependiente de la Secretaría de Agricultura Familiar perteneciente al ex Ministerio
de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. Este experto, es quien indica las líneas
de acción de la cooperativa, no solo al Consejo Administrativo sino a todos los socios, a
través de jornadas de capacitación en la que se discute bibliografía sobre cómo organizar
el turismo comunitario y que exponen experiencias sobre emprendimientos de turismo
similares en otras partes del mundo. De esta manera, el saber experto no solo acompaña
el ritmo de la cooperativa, sino que trae ideas y orienta los procesos de organización in-
terna de la RTC. En estas jornadas en las que está presente el asesor experto, cada campe-
sino comenta situaciones particulares referidas al campo (nivel de producción alcanzada,
problemas de riego, cuestiones de salud o financieras, etc.) y en muchas oportunidades es
asistido por este funcionario. En efecto, es en este tipo de asambleas en las que los cam-
pesinos nucleados en la RTC, ‘personifican’ al Estado en la figura del saber experto, que
no solo acompaña al emprendimiento comunitario, sino que trae novedades de nuevos
proyectos que pondrán en marcha los distintos Ministerios Nacionales.
Por otra parte, la RTC cuenta con una herramienta de control de la buena convivencia,
al cual han denominado Código Ético de Conducta para el Viajero Respetuoso. Este últi-
mo, votado en Asamblea al comienzo del funcionamiento de la organización comunitaria,
marca las características de las actividades de quien visita el emprendimiento, pero tam-
bién de quien hospeda (sobre este Código volveremos más adelante).
…un tipo de turismo autogestionado, que contribuye a la economía local, respetando la cosmovi-
sión de sus participantes y ofrece un tipo de actividades que no son las convencionales, en cuanto a
alojamiento, alimentación, guiado y esparcimiento. (Asamblea de Socios, Paraje San Carlos, 2011)
Así, el turismo comunitario al que se apunta centra su interés en atender las necesidades
colectivas y no persigue fines individuales. En una publicación del año 2006 proveniente
del PSA, la organización comunitaria se presenta como una iniciativa que piensa en “ofre-
cer un servicio turístico diferente, profundamente respetuoso de las familias campesinas,
de su cultura y su entorno natural” (El Pequeño Productor, 2006, p. 4). En efecto, los socios
de esta cooperativa agroturística expresan que su deseo de trabajar en un tipo de turismo
comunitario se basa fundamentalmente en que los beneficios se repartirán de forma equi-
tativa entre quienes participan de la RTC y alcanzará también a aquellos otros habitantes
de los poblados en los que se despliega la Red, que no están asociados a la cooperativa.
A partir de la iniciativa, los campesinos e indígenas de la región comienzan a avizorar un
período de cambios. Esto es, con este emprendimiento de turismo comunitario apuestan a
fortalecer y revalorizar lo cultural, lo campesino y lo territorial debido a que este proyecto
los incorpora en una actividad más participativa, de mayor protagonismo, menos invasiva
y que busca y promueve la autogestión local (Ragno, 2009). Y lo hace presentándose como
lo opuesto a las formas consolidadas de turismo en la zona que responden a las caracte-
rísticas del turismo masivo. Este último es entendido como agresivo y perjudicial. Quien
tuvo a su cargo la presidencia de este emprendimiento comunitario, en los primeros años
de funcionamiento, sostuvo que este
…modelo de turismo, está garantizando la sustentabilidad de los recursos, hablamos de recupe-
ración de comidas tradicionales, revalorización de la identidad cultural, conservación del medio
ambiente, sitios arqueológicos, todo lo que hace a la sustentabilidad y al cuidado del medio am-
biente, es lo que va a garantizar la sustentabilidad de la actividad turística en general. (Artesano de
la madera. Paraje San Carlos, 2011)
Por parte de los gestores de la RTC, sostienen que en el Valle Calchaquí existen problemas
comunes que pueden ser resueltos mediante la participación de todos los integrantes de la
comunidad con la toma de decisiones y el trabajo colaborativo en asambleas, para lo cual
…para evitar la individualidad, para fortalecer nuestra unión entre familias, pero también entre
nuestras 12 comunidades, hemos conformado entre todos, una sola cooperativa de alcance terri-
torial (…). Hemos elegido este formato de organización porque expresa nuestra forma de hacer y
de pensar: es horizontal, participativa, equitativa, igualitaria y promueve la economía local,
el saber campesino como valor agregado, la seguridad agroalimentaria tradicional y el comercio
asociativo a precios justos en mercados responsables. (http://www.turismocampesino.org/, 2012.
Énfasis agregado)
En este testimonio aparece un elemento clave del carácter comunitario de la propuesta.
Vemos que, desde la Comisión Directiva de la RTC, proponen un tipo de trabajo asocia-
tivo, colaborativo, participativo, equitativo y horizontal. Entienden que será mediante la
labor comunitaria que se alcanzarán mejoras en las condiciones de vida de los campe-
sinos vallistos. Ahora bien, esto presenta ciertas inconsistencias por varios motivos: (i)
Esta experiencia turística se presenta como ‘distinta’ por contar con un tipo de gestión
campesina e indígena, invitando a la participación activa en la toma de decisiones. De esta
manera, el ejercicio del poder al interior de este emprendimiento supone una horizonta-
lidad inusitada. No obstante, como otras experiencias colectivas, la RTC necesita de una
organización, razón por la cual surgen los consejos dirigenciales hacia su interior. Así, la
RTC tiene distintos órganos de gestión, que comandan toda actividad. Paradójicamen-
Las contradicciones del turismo alternativo: reflexiones en torno al turismo rural... 1157
te, este emprendimiento comunitario necesita niveles organizativos, los cuales conllevan
ciertas asimetrías. Por otro lado, (como ya se mencionara) la injerencia del saber experto
en la RTC habla de la presencia de alguien (sujeto o institución) que tiene un rol diferente
al proponer y orientar el accionar de la red. De hecho, se trata de un proyecto ‘extra-comu-
nitario’ en su origen, traído desde la política pública y que acompaña la propuesta de los
campesinos del valle; (ii) Lo anterior, permite discutir la concepción empleada por la RTC
respecto a ‘lo comunitario’. Si bien se remite en el discurso a la versión más idealizada de
la noción de comunidad, en realidad este colectivo está atravesado por ciertas asimetrías,
como cualquier grupo social. De esta manera, en la RTC algunos socios participan más
activamente en las decisiones de la cooperativa y se muestran proactivos en cualquier em-
prendimiento que surja desde la RTC. Mientras otros socios, por distintas razones (roles
asignados, cuestiones de distancia a los centros de reunión, problemas de salud, ausencia
de medios de transporte) no tienen una participación tan asidua en los eventos de toma
de decisión. Por otra parte, la concepción de lo comunitario que emplean (que es tomada
de la bibliografía propositiva elaborada por organismos internacionales y expertos), se
aleja claramente de las formas concretas de este emprendimiento conjunto. En definitiva,
la concepción ideal de comunidad funciona más como aspiración que como una idea que
describe una realidad existente -al menos en este caso- (Cáceres, 2016).
Lo expuesto en este punto, da cuenta de que las ideas de cómo encarar un emprendi-
miento de turismo comunitario están fuertemente influenciadas por la literatura propo-
sitiva sobre el tema, que expone cuáles son las características que debe tener un empren-
dimiento para ser considerado como turismo comunitario. La RTC se muestra, asimismo,
cumpliendo estos requisitos. Ahora bien, muchos de ellos son aspiraciones, deseos acerca
de cómo construir el proyecto orientado por sus ideas. Por otro lado, la concepción ideali-
zada de lo comunitario que orienta esta propuesta (como en gran parte de otras experien-
cias de Turismo Rural Comunitario -TRCo-) no reconoce las disparidades entre los parti-
cipantes o entre ellos y quienes ejercen roles específicos. Además, esta idea de comunidad
es impermeable a la conflictividad o las diferencias al interior del propio emprendimiento
de turismo comunitario; estos aspectos están invisibilizados o ausentes, ni siquiera apare-
cen como desafíos o problemas a superar.
recibir turistas respetuosos, deseosos de generar un intercambio cultural sencillo, con ganas de
compartir nuestro saber campesino, conocer paisajes e historia en compañía de guías locales, rea-
lizar actividades cotidianas del campo y llevarse a casa, productos y artesanías elaboradas en nues-
tras fincas. (RTC, 2006, p. 1)
Así, el viajero es entendido como ‘un compañero’ que comparte la cotidianidad de la
vida campesina; valora y respeta las costumbres de los pobladores rurales, la identidad
cultural y el silencio del campo adentro. Además, se le asigna al viajero otras ‘valoraciones
o cargas positivas’, al asumirlo como aquel que respeta la integridad del paisaje, en un
contexto de solidaridad y amistad. En efecto, la RTC busca estar en compañía y contacto
con aquellos viajeros que practican el turismo responsable, fomentan el comercio justo y
fomentan con su accionar el desarrollo local de verdad (RTC, 2007).
Como se mencionara, se busca que el viajero respete el hablar tranquilo y disfrute de los
silencios, sin exigencias de lo material. Estas cualidades son las que hacen del sujeto que
viaja por este sector del norte argentino, un ‘turista (o viajero en este caso) muy especial’
y sea considerado como un ‘viajero respetuoso’ (RTC, 2009). Nótese cómo los campesi-
nos de la cooperativa agroturística remarcan, de forma constante, que el viajero debe ser
respetuoso. En efecto, los campesinos nucleados en la RTC insisten en que el respeto por
sus tradiciones y costumbres debe ser la clave para la buena convivencia e intercambio
cultural. Razón por la cual, han elaborado un estricto proceso de selección del turista,
que concluye en que este emprendimiento turístico comunitario, sea visitado por viajeros
que cumplan con las características deseadas o esperadas por los campesinos. Esto es, el
viajero ve vedada su posibilidad de elegir, por sus propios medios, de vivenciar de cerca las
costumbres campesinas, si no cumple con aquellos requerimientos impuestos por quienes
gestionan esta actividad.
De hecho, los campesinos de la RTC han elaborado, desde las primeras reuniones man-
tenidas en 2004, un Código Ético de Conducta del Turismo Responsable. El mismo sigue los pa-
rámetros propuestos por la Organización Mundial del Turismo (OMT) y que se han apli-
cado con mayor fuerza en algunos emprendimientos de países, como Guatemala, Costa
Rica, Ecuador, entre otros, con una tradición mayor en este tipo de servicios turísticos.
En el Código es posible leer en varios artículos, la insistencia de los campesinos en que se
respete la naturaleza, la tranquilidad, la cultura, las costumbres, los horarios, la privaci-
dad y el trabajo de la familia anfitriona. Además, en la sede administrativa de San Carlos,
también se puede consultar el Código y, de hecho, si el viajero decide alojarse en la RTC,
deberá escuchar la ‘serena explicación’ que le harán quienes estén en la atención al público
en ese momento. Esa explicación constituye una charla obligada, una especie de ‘instruc-
ción al viajero’ que los turistas tienen que escuchar, en las que se les indica qué cuestiones
están permitidas y cuáles no, dentro de la RTC y el valor del respeto por sus tradiciones.
De esta manera, los anfitriones fundamentan la necesidad de que los futuros huéspedes
conozcan las normas con las que se manejan en la RTC y no se lleven ‘sorpresas’ o, lo que
es más importante, no reclamen ni demanden nada fuera de lo estipulado.
De esta manera, la RTC bajo la excusa de la buena información y explicación del fun-
cionamiento del emprendimiento turístico comunitario, imparte una serie de normas que
no solo condicionan el disfrute de las instalaciones y de los atractivos de la RTC, sino que
además orientan la selección de turistas que la red realiza. Nótese que aun tratándose de
un tipo de modalidad del turismo alternativa o postfordista, la realidad de la experiencia
comunitaria de la RTC, dista mucho de lo que se plantea en la literatura para este tipo
Las contradicciones del turismo alternativo: reflexiones en torno al turismo rural... 1159
en el mismo paraje por más de 3 (tres) días. Esto es así, debido a que, si ocurriera que los
viajeros deseen quedarse más tiempo en la comunidad, se entiende que estarían forzando
a que la familia abandone sus tareas de campesinos por estar al servicio de los turistas y,
por otra parte, esta situación conllevaría a que se incremente la desigualdad y se rompa
el equilibrio entre los socios del emprendimiento, ya que será una misma familia la que
genere más ingresos económicos a través de esta práctica.
Otra de las cuestiones que se deben tener presente, es que la cooperativa tiene sólo ocho
socios prestadores de alojamiento y varios de ellos muy distantes entre sí (hablamos del
orden de 20-50 kilómetros e intransitables en determinadas épocas del año). Esa distan-
cia, en varias oportunidades hace que el grupo familiar huésped de la RTC, resulte sepa-
rado en distintos alojamientos comunitarios. Por otra parte, hay momentos en los que el
sistema de rotación de turistas que existe en la red, asigna la entrada de visitantes a una
determinada familia, que por razones particulares en ese momento no puede recibirlos.
De este modo, tal situación conlleva a que la responsabilidad de asumir el alojamiento de
los visitantes nuevamente caiga sobre una familia que acaba de despedir huéspedes. Esto
es, el sistema comunitario de participación y equidad, se rompe y tendería a generar un
proceso de ‘empoderamiento económico’ de unos pocos sobre otros, dando paso a una
situación que dista de aquella propuesta equitativa y equilibrada que baja desde la comi-
sión directiva de la RTC como idea central. En efecto, vemos que existen familias dentro de
la RTC, que se benefician más que otras, con una actividad de la que participan muchos
otros. Así, el empoderamiento económico equitativo considerado por algunos académicos
como la ‘panacea del desarrollo’, se pone en cuestión cuando las formas concretas de apro-
piación de beneficios generan o refuerzan desigualdades sociales entre los campesinos del
sur Valle Calchaquí salteño.
Todas aquellas actividades que el viajero desarrolle en el territorio de la RTC se organi-
zan y se venden con anticipación y reserva previa, mayoritariamente a través de internet
o vía la agencia de turismo responsable. Este contacto con el viajero, anterior a su ingreso
a la RTC, se vuelve importante por varios motivos: (i) Informar respecto del alojamiento
disponible. Esto es, se les explica a los viajeros las características de la vivienda (cantidad
de habitaciones, si poseen electricidad o no, si el agua es o no potable, distancias de los
centros poblados, tipo de animales con los que cuenta la familia, etc.). Asimismo, también
serán informados respecto a los aspectos físicos de la región, en la que estos alojamientos
se ubican; (ii) Otra de las cuestiones que se evacúan con este tipo de contacto, tienen que
ver con aquellos aspectos organizativos de la estadía del viajero, en términos de horarios
del desayuno, almuerzo, merienda y cena, qué actividades realizarán y a qué otros artesa-
nos, socios de la RTC, visitarán y en el medio en el que se transportarán (caballo, bicicleta
o a pie) y; (iii) Finalmente, les permite a los campesinos aprovisionarse de todos aquellos
elementos que hacen a la atención de los visitantes. Esto es, comprar los insumos para la
elaboración de los platos de alimentos diarios, preparar la habitación y la vivienda donde
se dará la experiencia comunitaria.
Será entonces, esta reserva previa un canal para vehiculizar las inquietudes y organizar
el encuentro. Respecto a la comercialización, reserva previa y contacto con los posibles
viajeros que visiten la RTC, una socia productora de vino artesanal del paraje Payogastilla
sostenía que, en la oficina de atención al público, se realiza una selección del turista a tra-
vés del mail y que
Las contradicciones del turismo alternativo: reflexiones en torno al turismo rural... 1161
…el descarte es cuando se especifica qué se puede hacer y qué no (casi de manera automática). Una vez que de-
muestra interés el turista (que están seguros) se elabora una ficha de salud debido a los diferentes climas y porque
hay familias que poseen animales, incluso por el tipo de comidas. (Productora de vino artesanal. Paraje
Payogastilla, 2010)
El trabajo de organizar la estadía de los huéspedes, no termina con la reserva. Una vez
que se consensua con el visitante las actividades que realizarán, la región en la que se alo-
jarán y por la cantidad de días que lo harán, se establecen los costos finales de la experien-
cia campesina. El depósito del dinero en concepto del paquete turístico acordado “es un
pedido al viajero y una condición obligatoria que nace de nuestra necesidad de abonar con
anterioridad algunos servicios e insumos” (http://www.turismocampesino.org/, 2012). A
su vez, estos valores incluyen, además un aporte por visitante que se destina a un ‘Fondo
Común’ para la realización de obras comunitarias. Por otra parte, la RTC posee un ‘Fondo
Rotatorio Común’, que representa un porcentaje del total costo del paquete. Este fondo
rotatorio se utiliza para comprar insumos al por mayor, como marca colectiva a menores
precios. Así, en la RTC hay un fondo que circula y permite la gestión del emprendimiento y
otro que apunta a satisfacer necesidades de mayor envergadura, se trata del fondo común,
para cubrir parte de la gestión comunitaria.
Como se explicara en este trabajo, hay familias campesinas que, por estar asociadas a la
RTC, han recibido un monto de dinero proveniente del PSA o del PROINDER (Proyecto de
Desarrollo de Pequeños Productores Agropecuarios) para mejorar sus viviendas y de esta
manera, se incorporan en el rubro de alojamiento. En una asamblea campesina a comien-
zos de 2011 se dejó entrever que una vez que las viviendas ya están mejoradas, algunas
familias reciben y alojan a viajeros ocasionales por fuera de la organización. Esto es, no
informan su presencia a la central de reservas y atención al público en San Carlos, razón
por la cual se generan tensiones entre los campesinos que están en el rubro alojamiento,
básicamente por dos situaciones: (1) Cuando llega un viajero al territorio de la RTC, que
ingresa a la cooperativa por los medios habituales (que como se explicó, ha sido contacta-
do por mail, se le ha consultado acerca de enfermedades y qué actividades pretende reali-
zar), se le adjudica a través del sistema de rotación a una familia campesina que tendrá la
responsabilidad de alojarlo. El problema surge, cuando esta familia en ese momento está
alojando de forma ‘clandestina’ a otros viajeros que no han cumplido con los requisitos
de ingreso a la RTC. Esta situación rompe con los lazos comunitarios que intenta generar
la red y, además, el sistema de rotación sufre también modificaciones. Esto es así porque
desde la central de reservas en San Carlos, se debe asignar a los viajeros ‘legales’ a otra
familia o demorar su entrada con alguna excusa hasta tanto se desocupen algunas de las
escasas plazas disponibles; (2) Otra de las tensiones, ocurre al momento de realizar los
balances (anuales o mensuales), ya que hay familias que quedan muy ‘abajo con las ganan-
cias’ que este emprendimiento genera. Razón por la cual quienes administran la RTC tie-
nen que idear e implementar medidas que disminuyan tales diferencias. Quizás, el socio
que quedo más abajo en las ganancias, las equiparó con las recibidas por el alojamiento
de viajeros de forma ‘clandestina’ o ‘ilegal’, pero eso no queda en los registros de la RTC.
Esto permite cuestionar otro de los pilares de este emprendimiento: ‘su carácter equita-
tivo, distributivo, etc.’ La RTC tiene que implementar un conjunto de medidas para que la
propuesta que intentan sostener resulte ser lo más pareja e igualitaria posible. Es decir que,
esta faceta de supuesta igualdad entre los socios de la RTC no surge de manera espontánea,
solo por el hecho de que este emprendimiento se autodenomine como un proyecto comu-
1162 Carlos Cáceres
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1164 Carlos Cáceres
Introducción
En los últimos años pueden observarse diversos cambios vinculados con el turismo en
el destino Tandil. Básicamente los cambios más relevantes se ponen de manifiesto en la
utilización de los cerros que circunscriben a la ciudad. Los mismos han sido aprovechados
por los habitantes de la ciudad y prestadores turísticos para promover actividades, infraes-
tructuras y servicios para el turismo a partir de una creciente demanda originada por
una sociedad en continuo cambio que manifiesta una creciente tendencia en búsqueda
de satisfacer nuevas expectativas de esparcimiento y ocio primando en los turistas, princi-
palmente, una actitud más activa y participativa. Estas nuevas tendencias se han manifes-
tado en demandas de productos diferentes dando lugar, de esta manera, a la aparición de
turismos específicos o de nichos que se han difundido y diversificado de manera creciente.
Las características que viene tomando el turismo en el destino Tandil cumple con algu-
nas ideas de lo que varios autores definen como nuevas formas de hacer turismo marcadas
por una modificación en los gustos y preferencias de la demanda cuya principal caracte-
rística es la búsqueda de nuevas experiencias.
Lo antes mencionado da cuenta de que el turismo está cambiando en Tandil, acom-
pañando las tendencias más generales de transformación de la práctica turística en sí
misma, y esto también genera transformaciones en la localidad y sus alrededores.
Aclaraciones metodológicas
Para llevar a cabo este trabajo, que tiene como objetivo principal conocer cuáles son las
transformaciones socio-territoriales del destino turístico Tandil desde comienzos de la
década del 2000 analizando específicamente las formas de la implementación de políticas
sectoriales a la luz de las tendencias recientes que cobra el turismo,se generó información
que dio cuenta de los hechos que caracterizan los mencionados cambios en el destino.
Se trató de una investigación empírica-descriptiva basada en el análisis de datos em-
píricos con una integración metodológica cuantitativa-cualitativa con el objetivo de sis-
tematizar e integrar la información relevada mediante observación directa, entrevistas,
encuestas y fuentes escritas, entre otras, para poder explicar los procesos socioterritoriales
vinculados con la actividad turística. Ha sido también descriptiva ya que se analizaron
todas las interrelaciones de los actores vinculados a la actividad turística en dicho destino;
tarea que permitió describir y explorar los procesos antes mencionados.
Respecto al alcance espacial y temporal, el área de estudio que abarca la presente inves-
tigación incluye la ciudad de Tandil como eje principal del destino turístico Tandil. Según
el alcance temporal será diacrónica ya que se trata de un trabajo que intenta dar cuenta de
aquellas transformaciones territoriales vinculadas con el proceso de crecimiento y desarro-
llo de la actividad turística en el destino desde comienzos del 2000 hasta 2015. Si bien el
1168 Valeria Capristo
período seleccionado abarca quince años, en algunos momentos se hará una revisión a pro-
cesos que comienzan antes del mencionado recorte temporal con el objetivo de poder com-
prender de mejor manera los procesos de transformaciones socioterritoriales acaecidas.
Si tenemos en cuenta la generación de información primaria y obtención de datos se-
cundarios, se llevó a cabo un trabajo de campo con el objetivo de generar información
primaria. Aquí las actividades implicaron la confección de los protocolos de entrevistas
y la toma de las mismas con el fin de obtener una base de datos primarios. Para ello se
identificaron actores, procesos, articulaciones que pudieran brindar información valiosa
para la consecución de los objetivos. Las respuestas obtenidas se interpretaron pudiendo
determinar características distintivas y regularidades queproporcionaron abundante in-
formación y gran cantidad de elementos de juicio, permitiendo realizar un análisis des-
criptivo-cualitativo.
Fueron entrevistados propietarios de complejos de cabañas y actores vinculados a la
gestión pública a quienes se indagó acerca de las políticas públicas sectoriales, orientadas
a dar respuesta a las nuevas formas de turismo asociadas al posturismo, compuesto por
cuatro grandes aspectos. El primero, imagen del destino, se trabajó consultando sobre
las inversiones en obras públicas, las acciones de publicidad del destino y la articulación
entre sectores público-privados del destino. El segundo aspecto fue el del perfil del destino
donde se consultó sobre la gestión del patrimonio natural y cultural, la conservación y
puesta en valor del patrimonio natural y cultural, y, por último, la integración y comple-
mentariedad del turismo con otros sectores del ámbito municipal y de la economía local.
En cuanto al tercer aspecto: acciones de homogeneización normativa se ha consultado
acerca del marco normativo para la actividad turística del destino, su fiscalización y re-
gulación. El cuarto y último tema consultado fue sobre la percepción acerca de las pro-
blemáticas del sector y entre ellas se indagó sobre las ofertas de capacitación en el área de
turismo para adaptarse a los cambios, la existencia de políticas que fomentan o avalen las
prácticas turísticas actuales, y la identificación de las deficiencias y necesidades actuales
del sector. También se complementó, por otra parte, con el análisis de ordenanzas muni-
cipales, planes, proyectos, programas ideados e implementados (o no) durante el período
en estudio, con el fin de saber cuáles han sido las políticas que han fomentado y/o avalado
las prácticas turísticas actuales en el destino.
de 1980 para encargarse de las decisiones que las políticas públicas deberían perseguir en
materia de desarrollo turístico a diversas escalas: local, regional, nacional e internacional.
Según Kuper, Ramírez, Troncoso (2010) cuando se habla de planificación se hace refe-
rencia a un proceso que presenta una determinada metodología, un conjunto de prácticas
de análisis y estudios prospectivos con miras al futuro definiendo medios y acciones que
permitirán cumplir con los objetivos determinados para intervenir en una realidad con-
creta. Como resultado de dicho proceso se obtendrá un plan que será el que administre las
acciones a seguir presentadas de manera escrita.
La planificación estratégica surge en contraposición a la planificación tradicional que
tiene su desarrollo y amplia difusión durante la Segunda Guerra Mundial en el marco de
un Estado de Bienestar que necesitaba nuevos enfoques administrativos para intervenir
en la realidad ya que los antiguos enfoques basados en el período anterior de corte liberal
no le eran suficientes. Como lo expresa Villar, este Estado de Bienestar generó “el creci-
miento de los aparatos estatales y del gasto público, así como la proliferación de múltiples
regulaciones y normas, y la incorporación de la eficiencia gubernamental como fuente de
legitimidad en un marco de una nueva relación Estado-Sociedad” (Villar, 2011, p. 54).
Durante este período del Estado Benefactor, centralizado en la toma de decisiones y
gestión de políticas públicas con amplia interacción de la realidad social y económica,
comienza a aparecer la necesidad de comprender la lógica que conlleva a los complejos
procesos de decisión. Es allí que surge la necesidad de incorporar nuevas dimensiones al
análisis de las políticas públicas ya que
el proceso de elaboración de toda política pública implica decisiones e interacciones entre indivi-
duos, grupos e instituciones; decisiones e interacciones influenciadas por las conductas, las dispo-
siciones del conjunto de individuos, grupos y organizaciones afectadas. Por lo tanto, no deberíamos
estudiar solo intenciones sino también conductas. (Subirats, 1994, p. 41, en Villar, 2011, p. 54-55)
Para el turismo esto se convierte en un factor clave porque, en las políticas públicas turís-
ticas, se verán involucrados en el proceso actores estatales, sociales y privados entre otros.
Paralelamente se comienzan a difundir las teorías economicistas del desarrollo o
desarrollistas que promueven procesos de crecimiento económico y modernización
de las sociedades. En este modelo desarrollista el planeamiento es concebido como un
“instrumento para adecuar la expansión de un orden previsto” (Gorelik, 2002, p. 15, en
Kuper et al., 2010, p. 3).
Esta perspectiva abrió paso al surgimiento y la consolidación de “técnicos” que se es-
pecializaban en diversos aspectos de las políticas dentro de la administración pública lo
que trajo aparejada la construcción de grandes sistemas burocráticos sostenidos por estos
nuevos especialistas. Son estos técnicos-profesionales-expertos y luego técnicos burocráti-
cos (junto a dirigentes políticos) los que implementan de forma vertical las propuestas que
la sociedad debe recepcionar y acatar sin ningún tipo de participación. Esta etapa estará
marcada por procesos de elaboración de planes que “desde el punto de vista metodológico
son de elaboración lineal, secuencial, finito y a largo plazo.” (Kuper et al., 2010, p. 3).
A partir de la década de 1970 comienza a vislumbrarse un cambio, apareciendo ya aquí
la noción de planeamiento estratégico que toma por una parte lo que les parece positivo
del modelo de planificación anterior rescatando algunas ideas pero, especialmente, deli-
neando métodos y saberes diferentes y contrapuestos a lo anteriores.
Una de las principales críticas a la planificación tradicional se encuentra el ‘gigantismo’
que deberá descartarse, pero en oposición a esta crítica se rescata la concepción de la planifi-
1170 Valeria Capristo
cación como metodología con visión global y a largo plazo dando cuenta de un ‘plan proceso’.
Dentro de otra serie de críticas que se le hicieron también al modelo técnico-burocrático
podemos mencionar, por un lado, que las propuestas tecnocráticas no resultaron efectivas
a la hora de solucionar los problemas sociales y, por otro, a señalar su insuficiente capaci-
dad explicativa de los procesos de toma de decisiones que, por la intervención de múltiples
variables, se vuelven sumamente complejos.
Según Kuper et al., (2010) los conceptos vertidos anteriormente son los centrales que
dan origen a los principales ejes del nuevo enfoque caracterizado por contraponerse con
el enfoque anterior: flexible, focalizado, explicativo, guiado por planes de acción y proyec-
tos concretos en función de distintos ejes. La pregunta aquí sería ¿por qué se lo denomina
estratégico? Y la respuesta a esta pregunta será que lo estratégico estará dado a partir de ir
reasignando recursos según se vayan concretando etapas ya que esto permitiría tener una
constante revisión de los objetivos fijados al inicio. De esta manera este proceso de planifi-
cación cobra mayor significancia que los propios resultados obtenidos de esta planificación.
Según Villar (2011) la visión estratégica se convierte en una condición central para el desa-
rrollo de un destino turístico ya que esta visión le permitirá definir el perfil y la orientación
con el objetivo de establecer los ejes de las políticas. Por lo tanto, dichas iniciativas para el
desarrollo del destino turístico permitirán dotar de mayor coherencia a la hora de determi-
nar las acciones y asignar las prioridades. Un punto importante será el que pueda darse por
el acuerdo y la legitimación de la visión estratégica ya que de esta manera podría superar la
alternancia de los gobiernos, en tanto y en cuanto sea consensuada por los ciudadanos faci-
litando la formulación e implementación de estrategias efectivas en el largo plazo.
En este nuevo escenario ya no solo hay expertos sino que se plantean escenarios de ne-
gociación consensuados. Las acciones y programas políticamente acordados se desarro-
llan y concretan en el marco de un proceso de descentralización por la transferencia de
roles y responsabilidades gubernamentales nacionales a niveles intermedios y locales. En
este modelo prevalece la asociación pública-privada gestionando conjuntamente políticas
públicas con una fuerte presencia de todos los actores involucrados en los procesos que
a partir de dicha asociación estos sectores se vuelven cada más interdependientes en fun-
ción de objetivos comunes.
Haciendo referencia a las principales áreas de cooperación entre sectores público y pri-
vados en el ámbito de la actividad turística podemos afirmar según la Organización Mun-
dial del Turismo OMT que “el ámbito en el que se ha desarrollado hasta ahora la coope-
ración y la asociación entre los sectores público y privado en materia de turismo ha sido el
del marketing y la promoción” (OMT, 2001, p. 12). De esta manera se intenta involucrar al
sector privado en acciones que hasta ese momento solo llevaba adelante el sector público
desde lo presupuestario y desde su visión de desarrollo de la actividad.
Según el mismo documento, si bien esta área es la principal a la hora de hablar de
cooperación, hay también otras tres áreas en las que se trabaja, a saber: atractividad de
un destino, aumento de la productividad turística y mejoras de la gestión en general
del sistema turístico.
Volviendo a los planes estratégicos y, haciendo referencia a su estructura, se puede decir
que en líneas generales presentan según Kuper et al. (2010): un diagnóstico, líneas estraté-
gicas o líneas de actuación. En el diagnóstico se consignan los objetivos y se explicitan las
estrategias comunes, el diagnóstico se confecciona generalmente por la
El turismo en Tandil. Un análisis de la implementación de políticas sectoriales en turismo... 1171
Hacia noviembre del año 2007 asumió otra Directora de Turismo quién no alcanzó a
cubrir ocho meses al frente de la Dirección, siendo dentro de este corto período, suplanta-
da por la persona que finalmente asume a mediados de 2008.
Durante el período desde mediados de 2008 a principios de 2015 y, ya efectivizado en
su cargo el nuevo Director de Turismo,da comienzo a su gestión haciendo hincapié en los
siguientes ejes: en primer lugar, la redistribución de los recursos humanos con los que se
contaba en la Dirección y la asignación de nuevas tareas al personal, 12 agentes en total,
dispersos en tres lugares de atención e información al turista. Dichas oficinas de aten-
ción se encontraban abiertas al público los 365 días del año con horarios muy extendidos
haciendo que casi la totalidad del personal estuviera en tarea de información al turista.
Solamente se contaba con tres agentes capacitadas con formación en turismo, las tres con
título de Técnicas en Turismo. A éstas personas se le asignaron tareas diferenciadas que
consistían básicamente en interpretar la legislación vigente y analizar las posibilidades
de llevar a cabo unare-categorización de cabañas, que era un sector de alojamiento que
había sido categorizado localmente habiendo incompatibilidad entre ordenanza provin-
cial y municipal. Entonces el personal técnico estaba abocado a esa funciones y también
trabajando en la ordenanza de guías donde había que hacer seguimientos.
En el período mencionado la tarea principal fue la de poder reglamentar y que comen-
zara a funcionar con fluidez el IMT ya que se entendía que era una potente herramienta,
beneficiosa para el destino en general y para un desarrollo armónico del sector turístico
valorando positivamente la decisión de su creación impulsada por todas las partes pero
especialmente desde el sector privado que fueron quienes tuvieron iniciativa que fue inter-
pretada, concretada y aceptada por el poder político.
Por otra parte otro de los ejes de la gestión 2008-2015 fue la de incentivar y promover
la necesidad de la realización de un plan estratégico en el año 2008, solicitado insistente-
mente por el sector privado. Debido a que el IMT no tenía fondos para ir a contratar a los
profesionales que lo llevaran adelante, fue el Estado local quien asumió el costo de contra-
tación de los profesionales para llevar adelante la realización del PETS Tandil 2010-2016.
Cabe mencionar que este proceso, si bien fue solicitado por los prestadores involucrados
en el sector, fue un reflejo de las políticas implementadas a nivel nacional en el ámbito del
turismo con la realización del PFETS.
En concordancia con las tendencias actuales que caracterizan a la planificación estra-
tégica, se trabajó en ello en un proceso que involucró entrevistas personales, encuestas
electrónicas, reuniones de trabajo, y talleres de formulación participativa por parte de la
consultora para que el plan se construya con todos los sectores involucrados sin excepcio-
nes. Según el referente de la Dirección de Turismo en ese momento
salió absolutamente consensuado con cuatro directrices las cuales, en un relevamiento hecho en 2014 nos marcó
que habíamos alcanzado muchas más metas de las que pensábamos, en una revisación exhaustiva sale que ha-
bíamos estado trabajando en línea con lo que solicitaba el plan estratégico, pero por supuesto que hay mucho
más para desarrollar, hay mucho más para fortalecer también en el propio instituto porque sin dudad ese es el
camino. (Ernesto Palacios Director de Turismo (2008-2015), entrevista personal 15/09/2015).
Por su parte, en la actual gestión (abril de 2015-actualidad), se ha trabajado primero con
los recursos humanos disponibles en la dirección y sus tareas. En ese sentido se ha creado
una nueva área de Desarrollo de Productos Turísticos con las tres personas con formación
en turismo del municipio con las que cuenta la Dirección de Turismo (dos Licenciadas y
una Técnica) creando una nueva oficina que brinda servicio a todo un área turística, deno-
1174 Valeria Capristo
mina arco sur, que no contaba hasta el momento con este servicio, teniendo su epicentro
en el Dique y Lago del Fuerte.
El otro eje en el que se ha comenzado a trabajar es en el desarrollo sostenible y la gestión
de calidad en los servicios. En cuanto a las legislaciones para el sector, se sigue trabajando
en la revisión y reformulación, de aquellas que regulan el ordenamiento de actividades y
servicios, que se encuentran legislados a nivel local: Complejos Turísticos de Cabañas ca-
tegorizados en rocas, y Servicio de Guías de Turismo, que a su vez se encuentran también
legisladas a nivel provincial. Con el problema que primero se promulgaron en Tandil y
luego en provincia entrando, de esta manera, en incompatibilidad como ya se ha mencio-
nado con anterioridad.
El personal Técnico de la Dirección coincide en que más allá de los cambios de funcio-
narios que conllevan cambios en las estrategias en el manejo de la Dirección, consideran
que las políticas implementadas con mayor éxito entre 2001 y 2015 fueron: la creación del
IMT, el cual se convirtió en el canal de articulación entre los sectores público y privado
ejerciendo un rol participativo y representativo a fin de sugerir políticas turísticas innova-
doras, y colaborar en la implementación de éstas; la creación e implementación del PETS
Tandil 2010-2020; y la formalización del RMU (Registro Municipal Único de Guías de
Turismo) a través de la revalidación de conocimientos que se realiza periódicamente. Así
también destacan como políticas de importancia, si bien no dependieron directamente de
Turismo, el Plan de Ordenamiento Territorial (PDT) y la Ley Provincial N° 14126 que de-
clara Paisaje Protegido de Interés Provincial al área del Partido de Tandil denominada “la
poligonal”, conformada por la intersección de las actuales Ruta Nacional N° 226 y Ruta
Provincial N° 74 y N° 30.
A nivel de promoción de destino destacan el de posicionar a Tandil como destino turís-
tico en CABA y GBA con slogans como “Necesito Tandil... tan cerca tan lindo” (2003) “Tandil
lugar soñado” (2003) y, desde 2014, nuevamente “Tandil tan cerca tan lindo”.
También reconocen como un lineamiento importante al de encontrar la manera de or-
ganizar la oferta y recategorizar los emprendimientos de alojamientos especialmente los
complejos de cabañas, fomentando también la adecuación de los servicios, buscando la
calidad y sustentabilidad de los mismos y, por otra parte, trabajando junto a la Subse-
cretaría de Turismo de la Provincia de Buenos Aires implementando manual de buenas
prácticas, accesibilidad, ahorro de energías, entre otros.
Por su parte los prestadores manifiestan, en cuanto a las políticas implementadas para
el sector, que en un primer momento el estado local dio carta libre, como en cualquier ac-
tividad, para que surja. Después comenzaron a acotar y poner reglamentaciones, que hoy
deberían seguir mejorándose desde su óptica.
En lo que coinciden es que el municipio, de una manera u otra fue acompañando este
crecimiento aprendiendo sobre la marcha y sin mucha o con nada de teoría en un princi-
pio siguiendo a los a privados allá por mediados de la década de 1990. Dos entrevistados
así lo manifiestan con dichos como “muchas veces cerrando el chiquero después que se escapó
el chancho” (Propietario Complejo Cabañas. Inicio actividades 2003, entrevista personal
29/07/2015) ó “siempre vienen detrás de la bola de nieve” (Propietario Complejo Cabañas. Ini-
cio actividades 2005, entrevista personal 04/09/2015). Salvo el caso de un prestador que
manifestó que “las políticas para el sector turístico han sido nulas” (Propietario Complejo Caba-
ñas. Inicio actividades 2004, entrevista personal 11/05/2016) la gran mayoría manifiesta
que el municipio está presente, mal o bien están.
El turismo en Tandil. Un análisis de la implementación de políticas sectoriales en turismo... 1175
Si hacemos un análisis por períodos la mayoría de los prestadores afirman que con la
gestión 2000-2007 la diferenciación estaba dada por la calidad, creando desde la Dirección
de Turismo la categorización de rocas para las cabañas que fue un hecho que sirvió para
unir a los prestadores quienes se capacitaban y sumaban calidad, en función de sus posibi-
lidades, en sus servicios y, de esta manera llegar a un segmento ABC1 generando también
un conocimiento mutuo de prestadores y con la Dirección de Turismo. En conjunto se co-
menzó a hablar también de la creación del IMT, y se comenzó a hablar de Plan Estratégico.
Ya en el período 2008-2015 por el lugar de donde venía el entonces director de Turismo,
que era el Consejo Deliberante, se comienza a trabajar con una mirada sobre las ordenan-
zas, que permitían formalizar la actividad en el destino, y poder discriminar lo que estaba
por fuera y lo que estaba por dentro de la ordenanza.
En abril del año 2015 asume un nuevo funcionario en la Dirección y manifiestan que
es muy reciente su llegada pero que ha demostrado un perfil operativo y práctico pero no
pueden ver aún para dónde irá su gestión. Lo que si ha manifestado como preocupación
a la que se suman la de los prestadores es la de no contar datos cuantitativos del destino.
Con respecto a cómo se maneja el sector cuando surge algún conflicto, aún formando
parte de la mesa del IMT, van directamente con el reclamo al Intendente quien los escucha
y les dice según una entrevistada “ustedes se quejan y todos los demás sectores que se acer-
can me dicen que hago mucho para el turismo.” (Propietaria Complejo Cabañas. Inicio
actividades 2000. Entrevista personal 30/06/2015).
del Estado (Ejecutivo y Legislativo) que no participarían en carácter personal, sino repre-
sentando a las entidades que les otorgó el mandato.
La composición del Consejo Consultivo del IMT por reglamento fue, y sigue vigente
aún, dos representantes por las siguientes asociaciones: Asociación de Cabañas, Asocia-
ción de Guías de Turismo, Asociación de Hoteles, Bares, Restaurantes y afines, Cámara
de Turismo, Cámara Empresaria y Asociación Pequeña y Mediana Empresa; además se
cuenta con un representante de la Comisión Interna de Turismo del HCD, uno de la Di-
rección de Turismo, y, en carácter de organismo asesor, un representante de la Universidad
Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. La presidencia recae sobre el Inten-
dente Municipal, o quién éste designe y la vice-presidencia está en manos del Secretario de
Desarrollo Económico Local o quién éste designe.
El IMT se reunió por el lapso de dos años desde su creación en el año 2005 y los parti-
cipantes del consejo consultivo no lograban llegar a acuerdos consensuados. Uno de esos
temas de difícil resolución fue la creación de la tasa de Turismo que permitiría tener auto-
nomía de funcionamiento económico al Instituto.
En forma directa con el turismo y sus actividades asociadas, la creación del IMT trajo
aparejada la necesidad de funcionar con recursos propios, generados para tal fin, como
lo solicita la ordenanza de su creación. Para lograr ese cometido de generar recursos para
la ejecución de las acciones planteadas asegurando la calidad del destino se comenzó a
analizar la propuesta de crear una tasa de turismo. Finalmente después de muchos incon-
venientes y conflictos intervienen el Director de Turismo de ese momento y el Intendente
municipal reuniendo al sector privado y proponiendo que el Estado Local otorgaría el
dinero equivalente al recaudado por la tasa de su partida presupuestaria de Fondos Reser-
vados. Siendo la ordenanza de la creación de la tasa de turismo aprobada por unanimidad
por todos lo bloques del HCD.
Cabe aclarar que la alicuota de la tasa de turismo es siempre muy baja, muy pequeña y
de hecho ha tenido tan poca incidencia en quienes deben abonarla ya que la cobrabilidad
siempre ha sido muy alta. Para tener una referencia durante al año 2014 el aporte a través
de la tasa ascendió a $ 780.000 y, obviamente, el Municipio aportó igual cifra llegando a
un monto total de $ 1.560.000 para ejecutar en el ejercicio 2014. Por su parte esta cifra
ascendió, entre tasa y aporte municipal a $ 2.034.000 para el ejercicio 2015.
Ya hacia el año 2007 empieza a funcionar sin tanto conflicto el Consejo Consultivo del
IMT, y una de las primeras acciones fue la creación del área de Marketing y Comunicación
con el objetivo de emplear los recursos obtenidos de la tasa en campañas efectivas de pro-
moción reforzando comunicación y promoción en aquellos lugares que, desde el sondeo
informal que realizaban prestadores y personal de la Dirección de Turismo, provenían de
CABA GBA y La Plata.
Hacia 2008-2009 aproximadamente, según el Director de Turismo de esa gestión, se
comienza a vislumbrar un problema entre el sector privado ya que comenzaron a tener,
hacia el interior de sus asociaciones, un descreimiento de que el IMT era efectivo cosa que
ya habían superado los representantes de cada asociación que formaban parte del consejo
consultivo de ese momento quienes entendían que era beneficiosa y productiva para el sec-
tor dicha participación y decisión sobre algunos temas. Evidentemente había un problema
de comunicación hacia el interior de las entidades. Entonces para superar eso la propuesta
fue contratar un profesional en comunicación para que pudiera comunicar con eficiencia
hacia el interior de las asociaciones, pero a su vez hacia la comunidad en general. Es por
El turismo en Tandil. Un análisis de la implementación de políticas sectoriales en turismo... 1177
ello que comienza a trabajar un especialista en la temática quien en pocos meses, según
palabras de Palacios, “instaló en la comunidad de Tandil el IMT, que pasó en ese momento de la
nada a ser sobrevalorado, como que todo tenía que pasar sobre el instituto mixto, pasó a ser más de
lo que realmente era, y eso fue un gran logro.” (Ernesto Palacios Director de Turismo gestión
2008-2015, entrevista personal 15/09/2015).
Por su parte algunos prestadores, aquellos que en algún momento formado parte del
Consejo Consultivo, realizan apreciaciones sobre el funcionamiento del IMT explicando
que les parecía algo superador cuando se conformó. Una vez comenzadas las reuniones
ordinarias manifiestan que fueron difíciles los primeros tiempos y costó mucho su efec-
tiva implementación. Luego comenzó a fluir y con el devenir de las reuniones empezaron
a ver que había cuestiones que se definían de manera rápida y eficaz pero otras en las
que se encontraban con muchas trabas (específicamente administrativas para el pago de
proveedores, campañas publicitarias ya que se encuentran con una burocracia adminis-
trativa municipal que no les permite la liberación de los fondos de manera ágil). Rescatan
que como herramienta de gestión es muy buena, creen en esta interacción público-priva-
da aunque sienten que no está funcionando. Coinciden en este punto que falta mucho
tiempo y discusiones de mayor profundidad para funcionar como un verdadero Instituto
Mixto. Una de las entrevistadas manifiesta que no está dando resultados esta integración
público-privada porque “nos damos cuenta que termina manejando todo el municipio, o sea se hace
si el municipio quiere, si el municipio no quiere no se hace, es así” (Propietaria Complejo Caba-
ñas. Inicio actividades 2000, entrevista personal 30/06/2015). En este punto es importante
destacar que evidentemente las normas de funcionamiento no han sido del todo claras y
no se ha podido evitar que la gestión se concentre dependiendo de una administración y
gestión política municipal y al suceder ésto no podemos hablar de una verdadera política
de integración-pública privada tal como se ha mencionado en el marco teórico cuando se
explicita que muchas veces hay que poder discriminar, en estos procesos, quién toma las
decisiones ya que en el marco de la participación y el consenso estas estrategias pueden
convertirse en definitiva en una estrategia para convencer a los actores de cómo deben ac-
tuar sin dejarles margen de acción.
En cuanto a la consulta a los prestadores sobre estas cuestiones que no funcionan y el
porqué continúan con su participación pese a este problema, la respuesta fue porque una
de las cuestiones que funciona es la promoción del Destino posicionándolo específica-
mente en aquellos lugares desde donde llega la mayor cantidad de turistas y es por ello
que les resulta interesante participar, porque acuerdan que lo que se está haciendo es muy
bueno y favorece a todos. Destacan la fragmentación de las campañas para invierno y vera-
no. Dicen que deberán seguir desde el IMT trabajando en promoción y anexarle como otro
tema importante trabajar en calidad del destino. Expresan que también deberían poder
discutir cómo hacer para segmentar y trabajar para diferentes nichos de mercado.
Consideraciones finales
A partir del desarrollo del trabajo se puede afirmar que desde la primera década del
siglo XXI se han difundido y aplicado nuevas políticas de gestión pública a través de la
incorporación de métodos del sector privado buscando la eficiencia, sumado a esto co-
mienzan incipientemente en un primer momento y luego de forma más sostenida, la par-
ticipación activa de los diferentes actores sociales. Es en este contexto en el cual el destino
Tandil primeramente impulsa la creación del IMT en el año 2005 y, posteriormente es esta
articulación pública-privada, principalmente a instancias de los privados la que solicita en
el año 2008 la creación del PETS Tandil 2010-2020.
Si bien el Estado local se encuentra interviniendo en la actividad turística desde la déca-
da de 1990, en una primera instancia lo hizo promoviendo políticas que eran solicitadas
de manera individualista por aquellos prestadores que comenzaron a invertir en espacios
de servicios complementarios en Tandil. Posteriormente, y hacia la década del 2000, el
Estado, a través de su Dirección de Turismo, comienza a tener un rol preponderante regu-
lando la actividad turística del destino a través de la implementación de diversas políticas
para el sector: promoción, legislación, creación de IMT, realización del PETS, entre otras.
Todas acciones concretas para el desarrollo del turismo que apuntaron a instalarlo como
destino turístico alternativo acorde con las tendencias posfordistas.
Uno de los principales cambios que se dan desde comienzos de la década del 2000 es el
inicio de un proceso de trabajo conjunto entre actores estatales, públicos, privados, presta-
1180 Valeria Capristo
dores y comunidad en general para planificar el futuro de turismo en Tandil. De esta ma-
nera comienzan a implementarse políticas deplanificación estratégica a escala local que
se comienzan a ser visibles porque se implementan a nivel nacional, y aquí se replicaron a
escala local, ejemplo de ello fueron: la creación del IMT en el año 2005 y el Plan Estratégi-
co de Turismo que se materializó en el año 2010que serviría para tener una visión global y
a largo plazo de cuál sería el norte del destino.
Respecto al PETS existe un marcado desfasaje entre el plan propiamente dicho y su im-
plementación. Esto no quiere decir que no se haya hecho nada de lo planificado, lo que si
ha sido desorganizado. Dentro de los aspectos positivos tenemos que mencionar que cada
una de las instituciones participantes en el Consejo Consultivo ha trabajado con el Plan y,
de a poco, va delineando sus acciones dentro de los ejes establecidos y que dichas acciones
y actividades que han realizado se han tratado de enmarcar en el plan y eso es lo que en la
actualidad le han dado cierta estructura al Plan.
De todas maneras se marca como una deficiencia el trabajo en tres ejes: Desarrollo de la
Oferta, Calidad del Destino, y Gestión Institucional del Destino, rescatando que el eje de
Marketing Turístico (al trabajarse desde el IMT a través de un gerente) es el único que al
menos avanza. Asimismo, desde todos los sectores se coincide en que se debería comenzar
a trabajar en otras temáticas que superen a las de solamente trabajar con el Marketing
del Destino. Por otra parte lo estratégico de una planificación de esta característica es la
reasignación de recursos a medida que se concretan las etapas y esto es algo que en la ac-
tualidad, a seis años de presentado el Plan, nunca se hizo al igual que la revisión objetivos
de manera periódicalo que hubiera permitidovariarlos en función de las necesidades que
también se van modificando.
Por último se debe hacer una referencia a las reglamentaciones vigentes ya que hay una
importante deficiencia en el control de las mismas, como por ejemplo en la que regula la
actividad de los Guías de Turismo (porque no se realiza ni se penaliza el control de gru-
pos que llegan con sus coordinadores de viaje y cumplen funciones de guías al llegar al
destino tal como lo marca la ordenanza vigente) y las que aún no se han podido concretar.
En definitiva hay escasos controles, en todo sentido, en las actividades recreativas, en los
servicios de alojamiento y en los servicios en general en aquellos emprendimientos que se
encuentran trabajando de forma ilegal o sea sin habilitación municipal correspondiente.
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Las localidades de la Encuesta de Ocupación Hotelera. Un
análisis basado en su dinámica demográfica contemporánea
Matías Adrián Gordziejczuk
Introducción
En un informe de 2013, la Organización Mundial del Turismo reconoció a los cambios
demográficos como una cuestión crítica para el desarrollo futuro de la actividad. Sin em-
bargo, esta institución señaló que no todas las variaciones demográficas contemporáneas
repercuten necesariamente sobre el turismo, siendo las que más lo hacen el envejecimien-
to de la población, la reducción del tamaño de las familias y la multiculturalidad (OMT,
2013). A pesar de estas apreciaciones, la atención del Organismo ha estado más centrada
sobre las transformaciones que atestiguan los turistas a partir de sus demandas de viajes
que sobre quienes residen en los destinos turísticos.
Ante esta consideración, se destaca la importancia de conocer, también, la dinámica
demográfica de las comunidades locales por el hecho de ser quienes ponen a disposición
de los turistas el conjunto de productos y servicios que conforman la oferta turística (San-
cho, 1998). A modo de ejemplo, basta con pensar que el aumento en la tasa de dependencia
potencial (relación entre pasivos y activos) trae como desafío la integración social de los
migrantes permanentes y/o temporarios que, lógicamente, arriban viendo en el turismo
una posibilidad de inserción laboral.
Por tal motivo, el objetivo de este trabajo es caracterizar desde un punto de vista de-
mográfico a los 49 centros urbanos donde el INDEC releva la Encuesta de Ocupación
Hotelera (EOH), principal operativo estadístico nacional referido a la actividad turística.
Metodológicamente, se acude a la aplicación de tasas y medidas empleadas habitualmente
en Geografía de la población.
Al respecto de la EOH, su objetivo es medir mensualmente el impacto del turismo sobre
el sector hotelero y parahotelero a partir de un conjunto de indicadores elaborados desde
las perspectivas de la oferta y la demanda. La cantidad de localidades ha ido aumentando,
pasando de 17 en 2004 a 49 desde 2010, en base al criterio de reunir el 80% de las plazas
disponibles en cada una de las regiones turísticas definidas en el Plan Federal Estratégico
de Turismo Sustentable 2005.
A continuación se procede a especificar los indicadores demográficos seleccionados,
para luego desarrollar su comportamiento entre las localidades consideradas. Finalmente
se presenta una síntesis de los resultados obtenidos.
Metodología
La caracterización demográfica de las localidades de la EOH se basó en la consideración
de, por un lado, el tamaño y ritmo de crecimiento de la población y, por el otro, su estruc-
tura según sexo y edad.
A partir de la cantidad de habitantes en 2001 y 2010 se construyó la tasa de crecimiento
anual intercensal (TCAI) según la siguiente fórmula:
1184 Matías Adrián Gordziejczuk
Desarrollo
2 Buenos Aires 2.776.138 2.890.151 4,96 27 Rio Cuarto 144.021 157.010 10,65
Mapa 1. Argentina, localidades de la Encuesta de Ocupación Hotelera según tamaño demográfico en 2010
Gráfico 1. Tasa de Crecimiento Anual Intercensal 2001-2010 (‰) de las localidades de la EOH1
1 Tanto en éste como en los otros gráficos del trabajo se utilizan las siguientes siglas para referir a las localidades: SJU
(San Juan), MIR (Miramar de Ansenuza), MEN (Mendoza), CBA (Córdoba), BUE (Buenos Aires), SMI (San Miguel de
Tucumán), ROS (Rosario), PAR (Paraná), RES (Resistencia), SFE (Santa Fe), BAH (Bahía Blanca), LAF (La Falda), GUA
(Gualeguaychú), RCU (Río Cuarto), SRO (Santa Rosa), SDE (Santiago del Estero), MDP (Mar del Plata), COR (Co-
rrientes), VCP (Villa Carlos Paz), SLU (San Luis), SRA (San Rafael), RAF (Rafaela), SSA (San Salvador de Jujuy), FOR
(Formosa), VIE (Viedma), SAL (Salta), SFV (San Fernando del Valle de Catamarca), NEU (Neuquén), TER (Termas
de Río Hondo), TAN (Tandil), MAL (Malargüe y Las Leñas), POS (Posadas), RGA (Rio Gallegos), SCB (San Carlos de
Bariloche), PIN (Pinamar), MIN (Mina Clavero), LRI (La Rioja), USH (Ushuaia), SMA (San Martin de los Andes), VGE
(Villa Gesell), CAF (Cafayate), PIG (Puerto Iguazú), VGB (Villa General Belgrano), PMA (Puerto Madryn), CAL (Caleta
Olivia), VLA (Villa La Angostura), MER (Merlo), LGR (Las Grutas), ELC (El Calafate).
1188 Matías Adrián Gordziejczuk
Por otro lado, en base a la media de crecimiento destacada en el párrafo anterior se pue-
den clasificar a las localidades en seis categorías:
Una de ellas la integra la ciudad de San Juan por ser la única localidad con decreci-
miento demográfico (-4,06‰). Básicamente, se trata de una tendencia proveniente del pe-
ríodo intercensal anterior (1991-2001), en el cual el ritmo de decrecimiento fue aún más
significativo (-5,4‰ según Bertoncello, 2009). La conformación del Gran San Juan por la
contigüidad territorial establecida con las localidades aledañas de Chimbas, Rawson, Ri-
vadavia y Santa Lucia puede que sea uno de los factores explicativos de este proceso, pues-
to que la expansión urbana recae ahora sobre el territorio de otras jurisdicciones, aunque,
a su vez, también se debe considerar que San Juan registra uno de los mayores índices de
envejecimiento demográfico (66,7%) entre el conjunto de localidades.
Otra categoría refiere a las localidades con ritmos de crecimiento inferior a la media
(entre 0,1 y 21‰). Si bien este caso comprende a la mayor parte de los centros urbanos, 29
precisamente, al reunir ejemplares de cada uno de los tipos de jerarquía urbana menciona-
dos líneas arriba se infiere que son varios los motivos que confluyen en la determinación
de estos ritmos de crecimiento no tan acelerados desde un punto de vista comparativo. A
las dos ciudades grandes y cuatro ATI´s grandes, se añaden 20 de las ATI´s mediano, una
ATI pequeño (Termas de Río Hondo) y dos pueblos grandes ubicados en la provincia de
Córdoba (Miramar de Ansenuza y La Falda). En este sentido, el análisis de los indicadores
referidos a los componentes del crecimiento demográfico (saldos natural y migratorio) y la
estructura por sexo y edad serán de ayuda para entender dicho comportamiento.
Esto no impide reflexionar acerca de las localidades de menor tamaño que llaman la
atención por llevar un ritmo de crecimiento menos acelerado que el resto de las ciudades
con las que comparten jerarquía urbana. En este sentido, se piensa que los cambios ocurri-
dos en la demanda turística y en las formas de realizar turismo son factores que explican
la desaceleración en el ritmo de crecimiento demográfico, existiendo por detrás un proce-
so de empañamiento de ciertos puntos en el mapa turístico nacional.
Tal podría ser el caso de Termas de Río Hondo dada su vinculación con los orígenes
del turismo social, masivo y de salud para la tercera edad (Ramírez, 2011). Al observarse
que, junto a la capital santiagueña, se ubica entre las localidades con menor proporción
de nacidos en el extranjero (0,6% equivalente a 193 personas), se deduce que la situación
de bajo crecimiento demográfico comparativo puede ser a causa del peso que ejerce un
saldo migratorio negativo producido por una escasa inmigración que, a su vez, no logra
compensar al flujo emigratorio, orientado a sectores como el agro o la construcción, que
tradicionalmente ha caracterizado a la provincia de Santiago del Estero, jurisdicción, por
cierto, de escaso aprovechamiento y desarrollo turístico. Por su parte, La Falda ha pasado
de ser uno de los lugares predilectos del turismo de elite de fines del siglo XIX y princi-
pios del XX por la instalación del Grand Hotel Edén (Bertoncello, 2006), a ser una más de
las posibilidades turístico-recreativas que ofrece el Circuito de Punilla en la provincia de
Córdoba junto a ciudades como Cosquín, La Cumbre, Los Cocos, Capilla del Monte, San
Marcos Sierra y Cruz del Eje (Pastoriza, 2011).
Las restantes cuatro categorías conciernen a las localidades con ritmos de crecimiento
que superan la media de acuerdo a las siguientes particularidades:
≈No duplican la media: Malargüe, Posadas, Río Gallegos, San Carlos de Bariloche, Pi-
namar, Mina Clavero, La Rioja, Ushuaia, San Martín de los Andes, Villa Gesell, Cafa-
yate, Puerto Iguazú y Villa General Belgrano.
Las localidades de la Encuesta de Ocupación Hotelera. Un análisis basado en... 1189
De la misma forma, sobresalen por su bajo porcentaje comparativo las ATI´s medianas
cuyanas San Juan, Mendoza y San Rafael, las tres con valores del orden del 80%. En este
caso se piensa en el rol que ejerce la producción agropecuaria regional, en especial la vitivi-
nicultura, para la determinación de tal comportamiento demográfico en espacios urbanos.
En lo que concierne a los tres grandes grupos de edades, la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires y Cafayate constituyen las localidades con menor (16,3%) y mayor (30,7%) proporción
de población pasiva transitoria (0-14 años). Por su parte, el porcentaje de población poten-
cialmente activa (15-64 años) se distribuye entre La Falda (60,6%) y Ushuaia (69,5%), estan-
do esto último relacionado con el rol que ha jugado el histórico régimen de promoción
industrial y la reactivación de la producción fabril durante los últimos años. Claramen-
te relacionado a estos procesos, también se halla que Ushuaia es el único de los núcleos
turísticos que, en base a la clasificación citada en el apartado metodológico, puede ser
catalogado como población joven, dado que conserva un porcentaje de población pasiva
definitiva (65 o más años de edad) del 3,8 %y, a su vez, un índice de envejecimiento inferior
al del resto de las ciudades. En el otro extremo, y como dato predecible, se observa que la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires conserva la proporción más elevada (16,4%) de pasivos
definitivos y el mayor índice de envejecimiento, 100,3% (Gráfico 5).
Tal como se dijo en párrafos anteriores, San Juan y Mendoza se encuentran entre los cen-
tros urbanos con más altos índices de envejecimiento. Al margen del aumento en la esperan-
za de vida y la tendencia general al descenso de la natalidad, vuelve a destacarse que ambas
ciudades han conformado aglomeraciones y que posiblemente las estructuras demográficas
más jóvenes se localicen sobre localidades con las que han establecido contigüidad territo-
rial producto de la disponibilidad de tierras para la construcción de nuevas viviendas.
Por último, el índice de envejecimiento es el indicador que muestra a Mar del Plata más
próximo de un valor extremo. Por lo que ya se ha estudiado acerca de esta ciudad (Golpe y
Herrán, 1998), se sabe que uno de los motores que ha acelerado el proceso de envejecimien-
to ha sido el flujo migratorio de jubilados, provenientes en su mayoría del Área Metropoli-
tana de Buenos Aires, atraídos por la búsqueda de una mejor calidad de vida asociada a la
presencia de espacios de ocio al aire libre y equipamientos de salud especializados, aunque
también importan las redes de apoyo y los vínculos sociales reforzados temporada tras
temporada y la memoria emotiva que evoca un destino turístico tan emblemático para los
argentinos. De esta manera, se replica el modelo de costa geriátrica que presentan otras
zonas turísticas del mundo occidental como Florida en Estados Unidos y la Costa Azul
europea (Cogley, 2009).
Conclusión
Demográficamente, las localidades de la EOH difieren entre sí de manera considerable.
Ya sea por sus tamaños, ritmos de crecimiento o estructuras por sexo y edad, las desigual-
dades se ajustan a los patrones demográficos característicos de las regiones argentinas
dado que se observa, por ejemplo, mayor cantidad de población en localidades de las pro-
vincias pampeanas, ritmos de crecimiento extraordinarios en centros urbanos patagóni-
cos, quienes a su vez registran índices de masculinidad más altos, y estructuras etarias que
varían desde mayor protagonismo para los jóvenes en ciudades del norte y sur (aunque,
como es sabido, bajo niveles socio-económicos bien diferenciados) hasta procesos de enve-
jecimiento más pronunciados en áreas del centro del país, destacándose la Capital Federal.
Las localidades de la Encuesta de Ocupación Hotelera. Un análisis basado en... 1193
En este sentido, se piensa que, en gran medida, tales comportamientos se explican por
el hecho de haber incorporado en el relevamiento a las capitales provinciales (a excepción
de La Plata y Rawson), quienes resultan unidades representativas de las discrepancias pro-
pias del territorio argentino. Finalmente, como aspecto crítico y en defensa de la necesidad
de avanzar en la construcción de conocimiento sobre las relaciones entre dinámica demo-
gráfica y actividad turística, se señala que el listado de las localidades de la EOH amerita
ser revisado y actualizado en función de las tendencias del turismo contemporáneo y los
cambios ocurridos durante los últimos años en el mapa turístico nacional.
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1194 Matías Adrián Gordziejczuk
Presentación
La localidad de Tigre, cabecera del partido que lleva el mismo nombre, se encuentra al
noreste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (aproximadamente a 30 km del centro
de la ciudad) y forma parte de su área metropolitana (AMBA), integrando la denominada
‘segunda corona’ del AMBA. El partido de Tigre se extiende sobre una superficie total de
367,79 km2, de los cuales 221 km2 son de superficie insular. La parte continental se integra
a la pampa ondulada (llanura surcada por ríos y arroyos) y la parte insular al sector meri-
dional del delta del río Paraná.
Prácticamente desde sus orígenes, la localidad de Tigre ha estado muy relacionada con
las funciones productivas primarias en el delta (principalmente fruti-hortícola, y luego
se suma la maderera) y portuarias (dando salida a estas producciones hacia la ciudad de
Buenos Aires); pasando luego a cumplir también tempranamente (fines del siglo XIX) fun-
ciones turístico-recreativas; e industriales (ligadas a la producción maderera y naval, como
la industria de astilleros) y de dormitorio (para la Ciudad de Buenos Aires).
A partir de la década de 1990, el turismo, actividad tradicional de la localidad, comien-
za a ser fuertemente incentivada para constituirse como una de las principales de Tigre.
Nos preguntamos, entonces, cómo y por qué sucede esto; y por qué podemos referimos a
un ‘reposicionamiento del destino’.
Para responder a estas preguntas, primero expondremos muy brevemente la historia
turística de la localidad; apartado que se realiza con el objetivo de reconocer luego cuáles
son y por qué nos referimos a ‘nuevas características del turismo en Tigre’; o, dicho de otra
manera, por qué cambia, qué cambia, qué se mantiene, de qué manera y por qué en el des-
tino turístico Tigre en la década de 1990.
lidad comenzara a ser sede de diversos clubes de remo (y de las competencias o regatas), un
deporte practicado por comunidades de inmigrantes europeos que se habían instalado en
Buenos Aires. Fue a orillas de los ríos Tigre y Luján que se construyeron y consolidaron los
diferentes clubes pertenecientes a las diversas colectividades: inglesa, hispana, francesa,
nórdica e italiana, entre otras. Muchos de estos clubes, a medida que cobraron relevancia,
pasaron de modestas sedes a construir grandes edificios de arquitectura semejante a las
de sus países de origen. Por su parte, las regatas que se desarrollaban en Tigre configura-
ban un verdadero espectáculo que atraía una multitud de visitantes. Con ellas, además, se
daba comienzo a la temporada de verano en la localidad.
Fue entonces entre el deporte, su singular y ‘pintoresco’ paisaje (que los visitantes asi-
milaban a Venecia), sumado a la ya mencionada instalación de viviendas de la aristocracia
porteña y la cercanía a la gran metrópolis –y su accesibilidad mediante el ferrocarril-, que
la localidad se convirtió en uno de los destinos predilectos del turismo de elite en la Argen-
tina. Se construyeron entonces un hotel de lujo, el Grand Hotel y, años después, un club
‘de sociedad’, el Tigre Club.
El turismo de elite se materializó en Tigre con una serie de construcciones de ar-
quitectura europea, propias de la Belle Époque: grandes mansiones, el Tigre Hotel y el
Tigre Club y las sedes de los clubes de remo de las colectividades de inmigrantes. Allí se
realizaban las reuniones sociales y fiestas, se asistía a las regatas; ir a Tigre significaba
‘pertenecer’. La zona valorizada fue aquella cercana a la estación del ferrocarril (lo que
hoy sería el Paseo Lavalle Victorica).
Pero a este período de apogeo del turismo de elite en Tigre, sobrevino su crisis. Signos
de su declive fueron el cierre del Tigre Hotel en febrero de 1930 y su demolición en enero
de 1940, la decadencia del Tigre Club (que dejó de funcionar como club social de la elite) y
la venta de varias de las mansiones a instituciones diversas (asociaciones, sindicatos, etc.).
Para la década de 1940, la localidad se configuró como un destino turístico más acce-
sible, un lugar ideal para pasar el día o el fin de semana (facilitado por las mejoras en el
transporte, tanto de ferrocarriles como de líneas de colectivos). Además, el gobierno mu-
nicipal y asociaciones (como el Automóvil Club Argentino – ACA-) promovieron progra-
mas turísticos de breve alcance: paseos por el delta en el yate presidencial o en barcos de
gendarmería y días en campings o áreas con servicios. Para estos años, la zona que cobró
mayor importancia fue la de las islas del delta. Allí proliferaron las segundas residencias
de las familias de clase media (beneficiadas por la posibilidad de acceso a la propiedad).
También aumentó la cantidad de recreos (los cuales pasaron a prestar mayores servicios
–ya no solo de descanso para remeros-) y clubes en el delta (muchos de ellos sindicales o de
instituciones, y a los cuales pudo acceder una gran cantidad de personas).
En estos años, el deporte del remo (tan presente en la consolidación del turismo de elite
en Tigre) perdió importancia frente a las nuevas actividades (bañarse en el río, tomar sol,
pescar, etc.). Las regatas se trasladaron del río Luján a la Pista Nacional de Remo sobre
las aguas del Canal Aliviador del río Reconquista (Rincón de Milberg), y disminuyó el
número de remeros. Ante esta situación, los clubes de remo comenzaron a ampliar sus
prestaciones, configurándose como lugares con una variedad de servicios y equipamiento
para pasar el día en familia, nunca abiertos a todos pero sí a muchos.
En este período, una zona que perdió importancia como ‘lugar para estar’ fue aquella
que había sido núcleo en el turismo de elite, la que pasó a ser, mayormente, un área de
acceso a la localidad y ‘para tomar la lancha’. Muchas de las construcciones de la Belle Épo-
Turismo en Tigre (AMBA) en la década del noventa: reconversión y reposicionamiento de un destino 1197
que fueron demolidas (entre ellas, el paradigmático Tigre Hotel) o se vieron fuertemente
deterioradas. Otras fueron adquiridas por instituciones o sindicatos, como, por ejemplo,
la mansión Anchorena-Cobo que se convirtió en la sede social del Club Tigre a mediados
de la década de 1940, y la que fuera la mansión de la familia Bullrich en la década de
1970 que fue adquirida y transformada en un recreo por la Asociación Personal Empresa
Líneas Marítimas Argentinas (APELMA) –y luego, recreo del sindicato de docentes de la
provincia de Buenos Aires, SUTEBA-. Otro ‘sobreviviente’ del turismo de principios de
siglo que también cambió de dueños (y de visitantes) fue el ex Tigre Club: a fines de 1969,
la Sociedad Anónima Montylan vendió el edificio al Círculo de Suboficiales de Gendar-
mería, sirviendo durante esos años como hospedaje, restaurant y sitio de reuniones y
bailes de los miembros de la fuerza.
Otra cuestión a destacar es que a partir de la década de 1960 se comienza a promocio-
nar, tímidamente la visita (para los turistas/visitantes) a ciertos ‘sitios históricos’ y mu-
seos, como el Museo de la Reconquista (dedicado a la historia colonial de la localidad) y
el Museo Naval (dedicado a la historia naval de la Argentina). Asimismo, para la década
de 1970 se nombró como sitio turístico al Paseo Victorica (con la categoría de ‘paraje his-
tórico’). Unos años después, a fines de 1970, se incrementaron los paseos ofrecidos para
realizar en la ciudad de Tigre, promocionándose el Mercado de Frutos (feria y comercio
de productos de las islas en las dársenas del puerto de Tigre). Es decir, comienzan a pro-
mocionarse otro tipo de atractivos, que van más allá de los ríos, arroyos e islas y de los de-
portes. Sin embargo, esta oferta es, para estos años, todavía muy incipiente y predomina,
como se viene señalando, un uso turístico-recreativo muy asociado a ‘la naturaleza’ (verde
y río), al descanso y a los deportes náuticos. Tigre fue presentado como un lugar propicio
para escapar de la ajetreada ciudad de Buenos Aires, con la ventaja de encontrarse a pocos
kilómetros de ésta. El uso del automóvil –que fue cada vez más masivo- contribuyó, tam-
bién, al incremento del número de visitantes.
La mayor afluencia de turismo, en especial de las clases medias y populares, no fue vista
con buenos ojos por los anteriores visitantes, que, como ya se adelantó, progresivamente
fueron abandonando el destino. Tigre fue catalogado como un destino ‘en decadencia’: de
ríos contaminados y de espacios verdes y paseos degradados. Es el llamado ‘Tigre de los
mosquitos, barato y bochinchero’. Esta imagen de degradación fue aplicada a varios de
los destinos de la Argentina que fueron ‘sede’ del turismo masivo, así como a tantas otras
esferas de nuestra sociedad.
Sin embargo, durante la década de 1980 y con la vuelta del país a la democracia y lo que
luego serán los años neoliberales (en los cuales se profundizarán las medidas que ya habían
comenzado en la última dictadura cívico militar)2, Tigre comenzó a posicionarse como un
destino ‘alternativo’, producto, en parte, de haberse convertido años antes en refugio de inte-
lectuales y artistas. Y es a fines de esta década que comienzan a perfilarse lo que, en la déca-
da de 1990, serán los grandes cambios en la localidad (es decir, su reconversión), de la mano
de una importante intervención del gobierno local. ¿En qué consistieron estos cambios?
2 Para más información sobre la consolidación del modelo neoliberal en la Argentina y sus implicancias, puede con-
sultarse Svampa (2005).
1198 Romina Daniela Iuso
3 Su oferta de entretenimiento se basa en atracciones mecánicas, juegos y shows en vivo; y ofrece, además, variados
locales de gastronomía.
4 Información publicada en La inversión privada actuó como un lifting en el Delta, en La Nación, Buenos Aires, 13 de abril 1997.
5 Casinos: Apuntan a Duhalde, en diario Hoy, La Plata, 30 de marzo de 2000 [en línea].
6 Tanto desde el punto de vista turístico, como en general, ya que se trataban de tierras pertenecientes al ferrocarril
y terrenos baldíos de la municipalidad.
Turismo en Tigre (AMBA) en la década del noventa: reconversión y reposicionamiento de un destino 1199
tuarias y comerciales con las recreativas, paseo de compras y lugar atractivo para los visi-
tantes, tomando un renovado impulso desde fines de la década de 1990 cuando el Puerto
de Frutos incrementa el número de visitantes y la procedencia.
También para esta década comienza a promocionarse la oferta histórico-cultural de
Tigre (prácticamente ausente en décadas anteriores), principalmente a través de dos pa-
seos históricos, el Paseo Lavalle Victorica y el Camino Real. Se trata de circuitos delimita-
dos por la municipalidad en los cuales se pueden observar distintos ‘hitos’ de la historia
de Tigre. En el primero, principalmente se recorre la Belle Époque mediante los edificios
emblemáticos (y de arquitectura notable) de este período que han sobrevivido: el ex Tigre
Club (hoy Museo de Arte de Tigre), los clubes de remo de las diversas nacionalidades (entre
ellos, el famoso Club de Regatas La Marina, postal de Tigre durante años) y las mansiones
de estilo europeo (muchas de ellas hoy son hoteles boutique). Es de destacar que fue entre
mediados y fines de la década, que comenzó la restauración del edificio del ex Tigre Club
(construcción que se encontraba bastante deteriorada), la cual llevó a cabo la municipa-
lidad, con el objetivo, en un principio, de convertirlo en un centro cultural; pero luego se
decidió convertirlo en un museo de arte (el Museo de Arte de Tigre – MAT); sumando así
un nuevo museo a la oferta cultural que comienza a promocionarse en estos años en Tigre
(además de ser el broche de oro del Paseo Lavalle Victorica edificio majestuoso que se apre-
cia desde los paseos en barco y nueva postal e ícono de Tigre).
Paralelamente, la municipalidad también llevó a cabo un plan de remodelación y embe-
llecimiento de estos paseos que, además de históricos, son ribereños y que habían sido par-
cialmente abandonados o habían quedado subsumidos en los discursos (y algunas prác-
ticas) de ‘degradación’ del turismo de masas, y de los cuales reiteradas veces se denunció,
por ejemplo, la contaminación de los ríos, y de hecho, tanto en los paseos a pie, como en
los fluviales se evidenciaba el mal olor que provenía de las aguas. La municipalidad realizó
algunas obras de saneamiento para desafectar algunas zonas (principalmente del centro);
y el proceso de embellecimiento de la costanera se basó, mayormente, en la remodelación
del Paseo Lavalle Victorica y del litoral del río Reconquista: se parquizó toda la línea de
costa, se colocaron bancos, glorietas y juegos infantiles. La ciudad adquirió o recuperó así
los espacios verdes que habían permanecido olvidados durante mucho tiempo. A su vez,
en el Paseo Lavalle Victorica comenzaron a proliferar bares y restaurantes (que, ahora sí,
podían ofrecer una buena vista), constituyendo una nueva opción para el visitante.
Asimismo, la imagen de Tigre ‘limpio’ se buscó en concordancia con los ofrecimientos en
el delta, al tiempo que la naturaleza iba cobrando nuevos valores, principalmente relaciona-
dos con aquellos atributos positivos otorgados a una naturaleza prístina, al paisaje natural,
a su valorización terapéutica (la relación entre naturaleza y salud) y a la importancia del
conocimiento de la naturaleza (ya no solo para su disfrute sino como fuente de sabiduría)7.
Comenzaron a promocionarse nuevas actividades, como el conocimiento del interior de las
islas –en caminatas, cabalgatas, bicicleteadas-, el avistaje de aves y ‘safaris educativos’, entre
otras; y nuevos servicios, como los ofrecidos en los (también nuevos) spa y resorts.
También se mejoraron los puntos de acceso a la localidad. La remodelación de la Auto-
pista Panamericana jugó un papel importante, además de que en Tigre específicamente se
realizaron significativos cambios al respecto: se modificó el emplazamiento de la estación
de trenes (que entorpecía el tránsito en el área de la estación fluvial y el puente Buenos
7 Diversos autores trabajan con estas nuevas formas de valorización de la naturaleza, a nivel general puede verse
Nouzeilles (2002); y en relación al turismo de naturaleza, véase Bertoncello (1998), Castro (2008) y Schiwy (2002).
1200 Romina Daniela Iuso
9 El intendente expresaba en el año 1997: “El hito que marcó el boom fue la remodelación de la ruta Panamericana; gracias a la
inversión privada, la zona se fue transformando y los terrenos que eran lagunas o pantanos hoy están urbanizados”, en La inversión
privada actuó como un lifting en el Delta, en La Nación, Buenos Aires, 13 de abril de 1997.
10 Santiago Soldati fue uno de los símbolos de las privatizaciones de la década de 1990, período en el que consiguió
acciones en varias empresas privatizadas. El grupo Sociedad Comercial del Plata lo describe de esta manera: “A partir
del proceso de privatizaciones iniciado a principio de los años noventa, el crecimiento de Sociedad Comercial del
Plata S.A. impulsó el desarrollo de sectores tales como inmobiliario, transporte de petróleo, gas y electricidad, servicio
de provisión de agua potable, servicios de transporte ferroviario de cargas, televisión, telefonía e Internet y entrete-
nimiento, entre otros. Actualmente, Sociedad Comercial del Plata S.A. es un holding de inversiones accionarias en
empresas con presencia en el sector petrolero (upstream y downstream), transporte ferroviario, inmobiliario y en el
sector de entretenimientos (Parque de la Costa, Casino Trilenium y Teatro Niní Marshall).”, en Sociedad Comercial
del Plata, sitio web oficial [en línea].
11 Así lo reconocen las autoridades municipales (en sus discursos) y varias de las personas entrevistadas en el mes de
enero del año 2009.
1202 Romina Daniela Iuso
Reflexiones finales
Este trabajo tuvo como objetivo dar cuenta de cómo se produce, durante la década de
1990, el proceso de reconversión del destino turístico Tigre. Para ello, desarrollamos breve-
mente la historia turística de la localidad, con el fin de dar cuenta de qué es lo que cambia
y por qué; dado que gran parte de esta reconversión estuvo muy relacionada a cambiar la
imagen de degradación en la cual el destino había quedado subsumido. Pero, también,
por detrás de ello se encuentra nuestro presupuesto de que los atractivos turísticos no son
meros atributos o rasgos de los lugares, sino resultado de procesos de valorización social
guiados por representaciones e intereses sociales específicos, que se producen, también, en
ciertos momentos históricos precisos.
En Tigre, la reconversión está estrechamente relacionada con la decadencia de su acti-
vidad industrial, la descentralización administrativa y el nuevo protagonismo que cupo
a los gobiernos locales, que se vieron en la necesidad de procurar inversiones y a ser ellos
mismos de ‘desarrolladores’. En este contexto Tigre también sacó a relucir sus ventajas es-
pecíficas: el de sus características naturales únicas y el de haber sido un destino turístico
tradicional. Claro que se trata una elección de ciertas características sobre otras; y tam-
bién ello se puede ver a través de la historia de cómo se van identificando, seleccionando
y poniendo en valor diferentes aspectos de Tigre. Por ejemplo, las resignificaciones de la
naturaleza o la nueva apuesta por el turismo cultural (rescatando cierta historia de Tigre,
relacionada con lo que se considera un pasado de esplendor); o la instalación de nuevos
emprendimientos que requirió que el municipio ‘saque a relucir’ sus ventajas comparati-
vas (además de la voluntad y disposición política para otorgar ciertos beneficios a las em-
presas) como la de ya ser un destino turístico, es decir, un centro de atracción de visitantes
por sí mismo y con larga tradición en turismo.
En definitiva, podemos asegurar que el proceso que comenzó en la década de1990 en
Tigre sirvió al reposicionamiento del destino turístico y base para el desarrollo del turis-
mo en estas primeras décadas del siglo XXI.
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Turismo en Tigre (AMBA) en la década del noventa: reconversión y reposicionamiento de un destino 1203
Introducción
La Estancia Jesuítica La Candelaria fue declarada Patrimonio de la Humanidad en
2000, formando parte de un sistema mayor llamado Manzana y Estancias Jesuíticas de Cór-
doba. Constituye un testimonio excepcional de un vasto sistema religioso, político, econó-
mico, legal y cultural de los siglos XVII y XVIII. A dieciocho años de la declaratoria de la
UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, la Estancia La Candelaria posee grandes
dificultades de accesibilidad y no ha sido integrada a los circuitos turísticos actualmente
desarrollados dentro de la provincia de Córdoba.
El sector de estudio de esta investigación se ubica en el corazón de lo que antiguamente
fue la extensión de la Estancia La Candelaria. Actualmente estos terrenos se encuentran
dentro de los límites de cuatro departamentos de la provincia de Córdoba: Cruz del Eje,
Punilla, Minas y Pocho, cada uno de ellos con características diferentes y desarrollos eco-
nómicos desiguales (Figuras 1 y 2).
El sector elegido queda enmarcado por los cuatro modos de arribar a la Estancia:
≈Por el noreste, tomando la Ruta Nacional Nº 38, desde la Localidad de La Falda,
≈por el sureste, tomando la Ruta Provincial Nº 28 desde la localidad de Tanti,
≈por el suroeste, tomando la Ruta Provincial Nº 28 desde la localidad de Taninga,
≈por el noroeste, tomando la Ruta Provincial Nº 15 desde la localidad de La Higuera.
En este marco, el objetivo de este trabajo, enmarcado dentro de la Tesis de grado de ar-
quitectura, es aportar a la investigación y registro de elementos del patrimonio provincial
existentes dentro del espacio de análisis.
Metodología
Para el desarrollo de este trabajo se ha elegido una metodología cualitativa, asumien-
do que no existen realidades únicas sino productos construidos entre el investigador y
el sujeto investigado. Buscamos poder contribuir a través de esta investigación a futuros
proyectos que se desarrollen en el sector.
Desde la perspectiva metodológica adoptada: “La experiencia, así como los objetos de
la experiencia, son en todas las circunstancias el resultado de nuestro modo y forma de
experimentar, pues necesariamente están estructurados y determinados por el tiempo
1 Este trabajo es una revisión de una parte de la Tesis de grado de arquitectura: TICA: Proyecto Territorial. Plan de Articu-
lación Turística Estancia La Candelaria, presentada por las autoras en el año 2015 en la Universidad Nacional de Córdoba.
La Arq. Antonela Lucía Mostacero es integrante, asimismo, del proyecto de investigación titulado Estrategias de Re-
producción Social en espacios de borde del Centro de Argentina, dirigido por la Dra. María Eugenia Comerci en el pe-
ríodo 2017-2019. Proyecto de investigación con evaluación externa aprobado por el Consejo Directivo (Resolución CD
565/16), Facultad de Ciencias Humanas, Instituto y Departamento de Geografía, Universidad Nacional de La Pampa.
1206 Antonela Mostacero, Gabriela Gordillo Stemberger y Ana Pereyra Esquivel
el tiempo frío y por falta de maderas que en algunos lugares por allí tienen, (…).Las camisetas que
traen vestidas son hechas de lana y tejidas primeramente con chaquira a manera de malla menudét
de muchas labores en las aberturas y ruedos y bocas-mangas. “Crían mucho ganado de la tierra y
dánse por dio por las lanas de que se aprovechan (…). (p. 35-36)
de Achala, al pie del Gaspar (Rega, 2010). El casco principal fue localizado en una pequeña
hondonada protegida de los vientos, haciéndola poco visible a la distancia (Figura 6).
En 1767 los jesuitas fueron acusados en España de haber urdido un motín contra Car-
los III quien decreta su expulsión. A ella le sigue, en América, la expropiación de sus bienes
(Zanatta, 2012). En todos los casos las diligencias complementarias fueron encomendadas
a otras personas, que tomaron a su cargo la custodia, inventario y en ciertos casos, la ad-
ministración de los bienes incautados. Después del fraccionamiento de las tierras perte-
Estancia Jesuítica La Candelaria. Hitos y oportunidades latentes 1209
Mapeo de la información
Tras un intenso trabajo de relevamiento en la unidad de estudio se realizaron los ma-
peos de la información, necesarios para la caracterización del sector y su particularización
en el espacio y tiempo. El entrecruzamiento de los mapas permite ver las amplias relacio-
nes entre nuestros ejes de estudio: Movilidad, Natural y Cultural.
Las fuertes características topográficas condicionan el uso del territorio, el tipo de vege-
tación, los asentamientos urbanos y la movilidad entre ellos. En las zonas bajas de bosque
serrano atravesadas por ríos es donde se producen los asentamientos urbanos. Por ser
zona de picos montañosos es también zona de naciente de numerosos ríos y vertientes que
cruzan el territorio. La mayor concentración de habitantes de la zona se produce a lo largo
de la cuenca hidrográfica del Río Suquía.
Coincidiendo con lo observado en el análisis natural, los usos del suelo están condi-
cionados por la topografía del sector. El suelo urbanizado, la vegetación antropizada, así
como las actividades agrícolas extensivas se desarrollan en las cotas más bajas. Las lo-
calidades de mayor población se ubican de 500 m s.n.m a 1.000 m s.n.m. A medida que
se eleva el soporte la actividad agropecuaria intensiva se va reduciendo y la población se
encuentra más dispersa en unidades campesinas. Luego de observar los elementos identi-
ficados podemos notar que sobre el camino La Higuera-La Falda encontramos mayor pre-
sencia de elementos histórico-patrimoniales. Asimismo, pudimos notar que muchos hitos
patrimoniales se comportan también como centros convocantes, representando sitios de
pertenencia que identifican a poblaciones rurales.
Conclusión
A partir de las consideraciones antes realizadas y con el objetivo de aportar mayor cono-
cimiento del sector para posibles proyectos futuros, podemos llegar a las siguientes con-
clusiones. El espacio de estudio posee recursos de gran riqueza patrimonial (cultural y
natural) susceptibles de ser aprovechados como productos turísticos. Siendo la Estancia
La Candelaria parte de un sistema mayor llamado Manzana y Estancias Jesuíticas de Córdoba,
considerada testimonio excepcional de un vasto sistema religioso, político, económico,
1214 Antonela Mostacero, Gabriela Gordillo Stemberger y Ana Pereyra Esquivel
legal y cultural de los siglos XVII y XVIII, es necesaria su mayor vinculación con el resto
del conjunto patrimonial. Los medios para acceder a ella son insuficientes, de baja sos-
tenibilidad y gran impacto ambiental. La riqueza topográfica del lugar, unida a su rico
pasado, permiten la interpretación de la geografía cordobesa y su flora y fauna autóctonos
y su proceso de valorización de recursos a través del tiempo.
A modo de cierre de esta investigación, recomendamos los siguientes aspectos:
≈Propiciar la puesta en valor de la Estancia La Candelaria y de los actuales circuitos de
acceso a ella. Articular el resto de los elementos patrimoniales identificados al sistema
de revalorización para una correcta interpretación del territorio, lo podría además ser
una estrategia para que el circuito pudiese tener otro ritmo y servicios al visitante más
frecuentes.
≈Realizar una intervención de bajo impacto ambiental e implementar estrategias que
realcen las características de ruralidad, como los productos de turismo activo y turis-
mo religioso.
≈Promover diversos tipos de movilidad dentro del circuito, alentando aquellos de uso
sostenible, como la bicicleta o el transporte colectivo.
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Una propuesta de periodización para el análisis del
patrimonio cultural de Ingeniero White (Bahía Blanca)1
Andrés Pinassi
Introducción
Indagar acerca del patrimonio cultural de una localidad, implica analizar el proceso de
configuración socio-espacial que da surgimiento a las formas del espacio geográfico y a
las expresiones culturales, que en una determinada dimensión espacio-temporal pasan a
formar parte del cumulo de bienes históricos patrimonializados. La periodización, como
enfoque que integra la noción de tiempo y espacio, se presenta como una herramienta re-
levante para el estudio de una situación determinada.
Ingeniero White, localizado en el partido de Bahía Blanca, en el sudoeste de la provincia
de Buenos Aires (Figura 1), surge como resultado de la actividad portuaria en el marco del
modelo agroexportador. En este contexto, parte de los componentes histórico culturales
resultado del devenir local, constituyen en la actualidad bienes que han sido reconocidos
como patrimonio.
A partir de lo expuesto se presentan como interrogantes de esta investigación: ¿Cómo
abordar el estudio del patrimonio cultural de Ingeniero White? ¿Qué procesos sociales,
políticos y económicos sustentaron la configuración de ciertas formas del espacio geo-
gráfico devenidas hoy día en rugosidades y que constituyen testimonio del devenir espa-
cio-temporal local? ¿Éstas rugosidades configuran componentes del patrimonio cultural
whitense? En este trabajo, que se encuentra en una etapa inicial, se delinean las primeras
respuestas a una temática que resulta sumamente compleja, debido a la diversidad de ac-
tores e intereses que estructuran el territorio bajo análisis.
En primer lugar, se presenta un breve marco de referencia que da cuenta de la relevancia
de la periodización como parte de un enfoque geohistórico para el análisis del patrimonio
local; posteriormente, se presentan las variables que dan sustento a los períodos propues-
tos, para luego finalizar con el desarrollo de cada uno de los cortes espacio-temporales
delimitados, para el estudio del patrimonio cultural whitense.
1 Este trabajo forma parte de los avances de investigación del autor desarrollados bajo el programa de Postdoctorado
en Ciencias Humanas y Sociales, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
1216 Andrés Pinassi
la creación de nuevas formas que responden a las innovaciones producidas. En este sen-
tido, se produce el envejecimiento de determinados componentes construidos del espacio
geográfico. Por un lado, un envejecimiento físico, debido a la afección en los materiales
que los constituyen; y por otro, un envejecimiento social, que se asocia a la inutilización,
desuso o desvalorización de ciertos sitios, conduciendo a la generación de formas viudas
del espacio, a causa de cambios sociales (modas, gustos), como resultado de transiciones
que se dan en un marco económico, cultural y político de carácter mayor (Santos, 1996).
Estas formas geográficas materializadas en el espacio como representación del tiempo
pasado, constituyen lo que Santos define como rugosidades, es decir, “[…] lo que permanece
del pasado como forma, espacio construido, paisaje, lo que resta del proceso de supresión,
acumulación, superposición, a través del cual las cosas se sustituyen y acumulan en todos
los lugares” (Santos, 2000, p. 118).
Cabe preguntarnos, si estas rugosidades constituyen entonces el patrimonio de una lo-
calidad ¿Todas ellas o solo una parte? ¿Quién lo establece? Desde la perspectiva institucio-
nalizada de conceptualización del patrimonio, podríamos establecer como primera res-
puesta que gran parte de estas rugosidades, asociadas a algún valor o atributo particular,
resultan representativas del pasado de una sociedad, que configuran su legado histórico
e identitario, por lo que su preservación resulta fundamental. Sin embargo, estos inte-
rrogantes abren paso a pensar el patrimonio cultural desde otra mirada, considerándolo
como una elaboración discursiva por parte de actores sociales con determinado poder
sobre la comunidad, quienes establecen versiones patrimoniales a partir de la selección
de ciertas rugosidades del espacio, que responden a intereses o ideologías. Es así que se
produce un recorte de estos bienes culturales, mediante los procesos de patrimonializa-
ción (sacralización), estableciendo ideales de cultura. El patrimonio se trasforma así en
una construcción cultural (Prats, 1997; 1998; 2005; 2014) o en procesos de creación de
sentido y representaciones (Smith, 2011). Desde esta perspectiva cabe generar entonces
nuevas preguntas: ¿Cómo analizar estas construcciones sociales desde una perspectiva
espacio-temporal? ¿Qué variables considerar para explorar la noción patrimonial como
proceso en una sociedad? ¿Cómo concebir la elaboración de versiones patrimoniales como
parte de procesos sociales mayores?
que la afectó. Esta desaparición llevó a que a escala local hoy día se identifique solamente
una estación de tren, entre el trayecto que une el puerto Galván con el de Ingeniero White
(Zingoni, 2010). Dicho inmueble se suma al conjunto de construcciones del ferrocarril que
se emplazan en el predio que se extiende de forma paralela a la calle Guillermo Torres.
Figura 2.Antiguos elevadores de Ingeniero White
Con el fin de mantener vivas sus tradiciones y religión, a partir de ese año comenzó a de-
sarrollarse una procesión por las calles de la localidad en honor al santo patrono de la isla
(Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, 2017). Hoy día, la denominada proce-
sión de San Silverio, se institucionaliza como parte del patrimonio cultural inmaterial de
White, realizándose cada año el tradicional paseo terrestre y marítimo. De acuerdo a lo
establecido por Puliafito (2013, p. 306) en el año 1994, “San Silverio fue nombrado Patro-
no del Puerto y de los pescadores de Bahía Blanca”.
3 El proyecto de construcción de la antigua usina comenzó en el año 1929, dando inicio a la generación de energía en
1932 (Puliafito, 2013).
1222 Andrés Pinassi
valores simbólicos para los ciudadanos, mientras que, por otro lado, existen otros que se
encuentran al margen de cualquier propuesta de gestión patrimonial y que se traducen en
espacios urbanos deteriorados y sumamente vulnerables. Esta dicotomía es producto de
los intereses de los distintos actores locales que se relacionan de forma directa e indirecta
con la arena patrimonial: aquellos que bregan por los beneficios particulares, más que
por los comunitarios, como el caso de las empresas que estructuran el sector portuario
e industrial; el Estado, con las múltiples necesidades que atender y entre las cuales las
patrimoniales se posicionan como complementarias, en un segundo orden; y la sociedad
local, a través de sus diferentes instituciones, que intentan aportar al bien social a partir
de algunas iniciativas de carácter puntual.
En este contexto, interesa plantear nuevos interrogantes que sirvan como punto de
inicio para futuras investigaciones en la temática: ¿Quién o quiénes patrimonializan
los componentes históricos en Ingeniero White? ¿Cuáles son los beneficios buscados? ¿A
partir de qué iniciativas de gestión patrimonial? ¿Qué componentes quedan margina-
dos de estas propuestas? ¿Cuáles son los discursos o mensajes asociados? Estas pregun-
tas abren potenciales caminos en los que se pueda indagar, desde una perspectiva crítica,
acerca de aquellas acciones que determinan la selección y sacralización de determinadas
rugosidades del espacio geográfico, en detrimento de otras, conduciendo a disputas en
el ámbito cultural local.
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Turismo y territorio. Dinámica territorial de un destino
turístico termal. El caso de Villa Elisa, Entre Ríos
Lucas Manuel Ramirez
Introducción
Desde mediados de la década de 1990 el turismo termal ha crecido aceleradamente en
la provincia de Entre Ríos, siendo paradigmático el caso de Federación, localidad que con
la construcción e inauguración de un parque termalen el año 1997 y su posterior conso-
lidación como destino turístico termal (Ramírez 2012a y 2012b); impulsó el desarrollo
de similares experiencias en otras localidades de la provincia. De esta manera el formato
parque termal, en tanto específico equipamiento que posibilita el uso/disfrute del recurso
termal, se expandió y replicó -aunque con singularidades según el caso- en muy diversos
lugares, los cuales se fueron incorporando a la oferta de destinos turísticos de la provincia;
algunos de manera iniciática y centrando su atractivo en las termas -Victoria, María Gran-
de y La Paz sobre el eje del Río Paraná; Federación, Villa Elisa, Chajarí sobre el eje del Río
Uruguay; Basavilbaso y Villaguay al interior de la provincia-, mientras que otros destinos
turísticos ya consolidados incorporaron dicho atractivo/práctica a su oferta ya existente,
siendo representativos los casos de Colón, Gualeguaychú, Concordia, Concepción del
Uruguay y San José.
Así, a lo largo de los últimos 15 años, el turismo termal ha crecido sostenidamente y
conforma actualmente una modalidad turística consolidada en la provincia, expresán-
dose con: la gran cantidad de turistas que visitan los diferentes destinos cada año (en
su gran mayoría provenientes del Área Metropolitana de Buenos Aires); el crecimiento y
especialización de destinos turísticos que cuentan con el atractivo termal; el crecimiento
y diversificación de la oferta de servicios turístico-recreativos más o menos especializados
que posibilita la estadía de los turistas y las muy diversas formas en que el recurso termal
se valoriza y configura en tanto atractivo turístico1.
Villa Elisa se inscribe en dicho contexto y conforma un lugar con una, prácticamente
nula, tradición turística previa a su funcionalización como destino termal; siendo la va-
lorización y aprovechamiento de este recurso el motor de una acelerada transformación
socioterritorial, la cual inicia de manera embrionaria a mediados de la década de 1990 y
sucede hasta consolidarse como un tradicional destino termal de la provincia. La caracte-
rización de todo ese proceso, esto es la turistificación2 del lugar es objetivo de este trabajo,
1 Entendiendo dicha valorización como resultado de un proceso social -en sentido amplio- que involucra y articula
ciertas especificidades de objetos (materiales o simbólicas, naturales, históricas y/o culturales) con las prácticas de los
turistas (y las características contextuales de sus lugares de residencia, posibilitando la conformación de su mirada
turística) (Urry, 1996), las acciones de actores económicos, estrategias de agentes gubernamentales y las comunidades
de los lugares valorizados como destinos turísticos (Bertoncello, 2002, 2006 y 2008, Almiron, Bertoncello y Troncoso,
2006, Hiernaux 2002a y 2002b, entre otros).
2 Knafou (1996) utiliza este término para referir a los particulares procesos de funcionalización y especialización
que suceden en los lugares valorizados como destinos turísticos. Asimismo, refiere a los vínculos entre el turismo y el
territorio; identificando los actores -turistas, el mercado y promotores territoriales como “factores de turistificación”,
conformando un término que se adopta en este trabajo.
1228 Lucas Manuel Ramirez
3 Cabe mencionar que los resultados plasmados se desprenden de un proyecto de investigación doctoral llevado ade-
lante durante diez años y en el que se han concretado diferentes actividades: observación in-situ y registro fotográfico,
entrevistas semiestructuradas a informantes calificados, diseño y aplicación de encuestas a turistas, revisión y siste-
matización de fuentes estadísticas y periodísticas, diseño de una red conceptual, siendo todos estos, elementos que
conforman un estrategia metodológica de carácter descriptiva y exploratoria, que sostienen la información presente
en el texto y su correspondiente análisis.
4 Para mayor detalle sobre los rasgos urbanísticos y arquitectónicos de la ciudad de Villa Elisa, véase Frenguelli, 2016.
Turismo y territorio. Dinámica territorial de un destino turístico termal. El caso de Villa Elisa, Entre Ríos 1229
5 Dicha Asociación se encontraba conformada inicialmente por ocho vecinos, pero con el transcurso del tiempo,
fue creciendo y complejizándose. Para el año 2010, la entidad contaba con el apoyo de las autoridades municipales,
quienes tenían representantes (del Ejecutivo y Legislativo) que participaban de la toma de decisiones; asimismo, los
integrantes civiles ya no eran únicamente individuos, sino que existían representantes de las siguientes institucio-
nes culturales y económicas locales (de la ciudad y alrededores): Club Progreso, el Centro Empleados de Comercio,
la Sociedad Rural Colón, la Sociedad de Bomberos Voluntarios, el Centro Saboya, el Ferroclub Central Entrerriano,
el Centro Económico, la Asociación Civil La Fragua, la Cooperativa Arroceros, la Asociación Villa Elisa Turismo,
el Hogar de Niños, el Club Atlético, el Club Recreativo San Jorge, la Cooperativa Apícola, el Centro Piamontés y el
Centro de Transporte y Carga. Además, dicha complejización del entramado institucional constitutivo requirió de
la creación de un “Consejo Superior” para la toma de decisiones, el cual se encuentra actualmente conformado por
seis “consejeros titulares” y seis suplentes, elegidos mediante voto directo de todos los socios activos (datos obteni-
dos mediante entrevista a Eliana Francou, Humberto Orcellet, sistematización de Wallingre, 2011 y consulta del
sitio web oficial de la Asociación: http://adesarrollo.com.ar/) Asimismo y como se describirá, dicha entidad ha des-
empeñado un rol central -por su aporte económico y en la toma de decisiones- no solo a lo largo de todo el proceso
que desembocó en la inauguración del Parque Termal y su posterior gestión y administración, sino también en el
desarrollo y planificación turística del lugar.
1230 Lucas Manuel Ramirez
Fuente: elaboración personal con base en imagen satelital disponible en Google Earth
formas de hospedajes, además del tradicional ‘Hotel’, conlleva e implica de raíz un nego-
cio inmobiliario: un área destinada a la urbanización mediante loteos y construcción de
cabañas, la cual conforma una urbanización similar a un country7.
Si el análisis quedara solo en el complejo y lo que transcurre en su interior, la conclusión
se aproximaría a que el turismo termal en la localidad se concreta económica y territorial-
mente como un ‘enclave’, completamente ajeno y separado de su entorno. Sin embargo,
la dinámica turística es mucho más compleja y heterogénea, ya que Complejo y Planta
Urbana se articulan funcionalmente, dando lugar a una particular dinámica turística y
transformación del lugar, la cual será caracterizada en los siguientes apartados.
7 Cabe mencionar que Termas de Villa Elisa S. A. no participó solamente en la construcción del complejo sino que
constituye la personería jurídica encargada de gestionar todo lo que ocurre a su interior. La misma se ocupa ante todo
de garantizar las condiciones indispensables para el correcto funcionamiento de los servicios que se ofrecen dentro
del Complejo, esto es, se encarga de mantener el parquizado de todo el predio (incluyendo la plantación planificada
de especies arbóreas), también es la encargada de mantener la totalidad del equipamiento termal -el parque termal en
sí mismo- y finalmente se ocupa de la apertura de calles, trazado de manzanas, loteos y disponibilizar la red de agua,
cloacas y servicio eléctrico en la zona destinada a la urbanización. Urbanización que, como se ha visto, se concreta
con un solo tipo de edificaciones -bungalows/cabañas- y cuyo crecimiento se encuentra regulado mediante un marco
normativo municipal (Ordenanzas Municipales Nº 1036 y Nº 1160 que reglamentan el uso del suelo -y subdivisiones-
junto a las actividades a desarrollarse dentro del Complejo Termal).
8 Según datos diponibilizados por la Dirección de Turismo de Villa Elisa, durante el año 2002 (primer año que se
sistematizaron datos) se registraron 79.000 turistas y 26.000 excursionistas, mientras que en el 2012 la cifra llegó
a 111.000 para los turistas y 43.000 para los excursionistas; año a partir del cual la cantidad se estabilizó con una
leve tendencia al descenso.Asimismo y respecto al lugar de residencia de los visitantes, más del 70% proviene del
Área Metropolitana de Buenos Aires y/o resto de la provincia de Buenos Aires y en menor medida las provincias de
Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba como centros emisores secundarios (tendencia estable año tras año). Este último
dato resulta relevante en la medida que la gran mayoría de visitantes accede al lugar por la RN Nº 14 y por tanto
debe atravesar la ciudad para llegar al complejo termal (información sistematizada y datos construidos a partir de
trabajo de campo durante 2016).
Turismo y territorio. Dinámica territorial de un destino turístico termal. El caso de Villa Elisa, Entre Ríos 1233
rar la capacidad del complejo o por no poder acceder al mismo debido al costo de las tari-
fas), impulsando la conformación de una oferta turístico-recreativa (fundamentalmente
hospedajes y en menor medida locales gastronómicos) dentro de la ciudad.
Entonces, si analizamos la evolución de la cantidad de hospedajes y su tipo, desde el año
1999 hasta el 2016, podremos encontrar que la cifra aumentó exponencialmente, pasando
de solo dos bungalows y un hotel previa inauguración del Complejo termal, a 104 estable-
cimientos (habilitados/registrados por la Dirección de Turismo) en el año 20169, desagre-
gados en cuatro hoteles, una hostería, cinco apart-hotel, tres establecimientos rurales y 94
bungalows/cabañas (Figura 2). Este último tipo de hospedaje predomina fuertemente por
sobre el resto, siendo el que mejor se adapta (y requiere) el público que visita el lugar (tu-
ristas jóvenes-adultos organizados en grupos de tres personas promedio y con automóvil
particular). Además debe sumarse una oferta informal de casas particulares disponibles
(no registradas ni homologadas) que se ocupan en momentos de alta temporada. Si ahora
centramos la mirada en la localización y distribución espacial de los hospedajes, podemos
observar el siguiente plano:
Figura 2. localización de hospedajes dentro de planta urbana de Villa Elisa, año 2015
Fuente: elaboración personal con base en imagen satelital disponible en Google Earth
9 Cabe mencionar que dicho auge fue motorizado en su gran mayoría por pequeños/medianos inversores que cons-
truyeron establecimientos desde cero, o mediante pequeños emprendimientos adaptando funcionalmente una vivien-
da ya existente (en su totalidad o parte de la misma) para recibir turistas.
1234 Lucas Manuel Ramirez
Puede observarse en el plano que, en términos macros y como primer patrón gene-
ral, no hay una concentración específica de hospedajes, los mismos se distribuyen por
diferentes zonas de, prácticamente la totalidad de la planta urbana. Igualmente y de
forma más sutil, un segundo patrón de localización puede establecerse respecto a una
tendencia de localización de hospedajes en torno a la histórica Avenida Urquiza (tramo
de la RN Nº 130 que atraviesa la ciudad en sentido sureste-noroeste y que conforma su
centralidad en tanto eje comercial) aunque ésta no es muy marcada, pudiendo encon-
trar diversos establecimientos hasta tres o cuatro cuadras de distancia respecto al eje.
Un tercer patrón de localización se puede establecer en torno a una ‘micro-concentra-
ción’ de hospedajes en diferentes sectores; en estos casos alineándose en las cercanías
de ejes de calles que también presentan una centralidad (sea por su actividad comercial,
su cercanía a espacios verdes recreativos, o por ser ejes conmayor tránsito automotor),
aunque secundarias a la Avenida Urquiza.
Hasta aquí, se ha descripto la forma en que los servicios y actividades turístico-recrea-
tivas han surgido, crecido y consolidado al interior de la planta urbana, lo cual tiene re-
lación directa con las formas en que los turistas acceden y recorren la ciudad, siendo ésto
producto, en gran medida, de la localización del predio termal al norte (y ‘separado’) de la
planta urbana. Si bien esto conforma un factor explicativo, no es el único; y tal configura-
ción al interior del ejido debe ser puesta en relación-articulación funcional con el complejo
termal, para comprender la forma en que se configura el territorio turístico de Villa Elisa
en su totalidad. Proceso y forma que caracterizaremos a continuación.
Figura 3.La configuración del territorio turístico en Villa Elisa, año 2015
Fuente: elaboración personal con base en imagen satelital disponible en Google Earth
Para responder a estos interrogantes, debemos enfocarnos nuevamente en el rol del Es-
tado en su nivel Municipal respecto al control de su territorio/jurisdicción (área urbana y
rural), en este caso mediante el diseño, promulgación, instrumentación y aplicación de un
Código de Planeamiento Urbano y Territorial (CPUT) en el año 200510.
En general para todas las actividades/usos, y en particular para las actividades turís-
ticas, la aplicación del CPUT implica un control del territorio centrado en un particular
juego de posibilidades y límites para el desarrollo y localización de actividades, dando
como resultado -para el tema que interesa- una distribución fragmentada y especializada
de los servicios turísticos, la cual se expresa en la Figura 3.
Sintética y concretamente, el CPUT fracciona al territorio con la definición y aplica-
ción de las siguientes zonificaciones: ‘área urbana’, ‘área rural’, ‘área urbanizable’, ‘área de
urbanización diferida’, ‘área de urbanización condicionada’ y ‘área no urbanizable’ (para
mayor detalle, véase Ordenanza Nº 1317/05). Así y retomando la temática/problemática
que nos interesa -la configuración del territorio turístico en Villa Elisa- podemos indi-
car que el Municipio otorgó al Complejo Termal la zonificación ‘Área de urbanización
condicionada’ y a todo su borde exterior/área contigua junto al tramo de 4 km que lo se-
para de la planta urbana, la zonificación de ‘Áreas no urbanizables’.
10 Este instrumento normativo es el resultado y conforma un eslabón más de un proceso impulsado por las autoridades
municipales (en colaboración con la ADVEZ) con el objetivo de orientar el desarrollo de actividades y transformación
del territorio municipal (contemplando tanto el área rural como urbana) en el contexto de pleno y acelerado crecimiento
del turismo desde la inauguración del Complejo termal en el año 1999 y tiene como gran meta: “El presente Código de
Ordenamiento Territorial y Ambiental tiene por objeto regular la Subdivisión, Uso y Ocupación del suelo, preservación de
las condiciones Ambientales y todo otro aspecto que tenga relación con el ordenamiento territorial del Municipio de Villa
Elisa, provincia de Entre Ríos” (Ordenanza Nº 1317/05, p.5).
1236 Lucas Manuel Ramirez
Reflexiones finales
A partir del caso presentado y analizado, una primera reflexión se establece respecto a la
caracterización del proceso de aprovechamiento del recurso, especialmente en su génesis,
esto es, desde las ideas embrionarias hasta la inauguración del complejo termal. Lo aquí
ocurrido, centrado en las formas de participación/intervención de los actores involucra-
dos en un específico entramado social del lugar y contexto socioeconómico mayor, resulta
central para comprender la transformación ocurrida en Villa Elisa.
Así, destaca en especial las formas de intervención del Municipio (en todas las etapas
y respecto al control de su territorio) y la alta participación/involucramiento/compromi-
so de actores locales -individuales y colectivos, más o menos organizados- impulsando
y motorizando una transformación que ocurrió en gran medida ‘de abajo hacia arriba’;
en parte, aprovechando los lazos de confianza -que se generan en una dinámica social
de pequeña localidad- y usufructuando un faceta de emprendedurismo tanto individual
como colectiva en un contexto de crisis de las actividades económicas tradicionales. De
esta forma, fueron ciertas condiciones específicas del lugar las que predominaron y, por
tanto son indispensables de identificar, para comprender la turistificación del lugar y la
configuración de su territorio turístico.
Una segunda reflexión se establece respecto a la articulación función de los tres segmen-
tos identificados, lo cual genera una dinámica económico-territorial de cooperación-com-
petencia entre el complejo y la ciudad. Precisamente, a lo largo de todo el texto se ha des-
Turismo y territorio. Dinámica territorial de un destino turístico termal. El caso de Villa Elisa, Entre Ríos 1237
cripto y explicado cómo se configuran y articulan tres fragmentos para conformar el lugar
turístico. De estos fragmentos, uno funciona por restricción mientras que los otros dos
-complejo termal y ciudad- se configuran en torno a la prestación de diferentes servicios
turístico-recreativos: el complejo, concentrado/monopolizando el acceso al recurso termal
y tanto éste como la ciudad, prestando los servicios de hospedajes en gran medida y gas-
tronómicos en menor importancia.
De esta forma, podría argumentarse en términos generales que, en la medida que la
cantidad de turistas se sostenga -o se incremente- tal como se presentó en los últimos
diez años, complejo y ciudad se articulan/funcionan de forma ‘cooperativa’; esto es, se
configura una dinámica que permite al visitante optar por múltiples opciones de hospe-
daje a partir de su precio, ubicación, tipo, calidad, comodidad, etc., y así, quedarse en el
lugar (sea en el complejo o la ciudad) para disfrutar de las prácticas termales.Dinámica
que, vale aclarar, puede variar y derivar en una dinámica de competencia, en función de
la cantidad de visitantes recibidos, lo cual depende en buena medida de las condiciones
macroeconómicas en específicos contextos nacionales y también de las especificidades de
los lugares de origen de los mismos, para este caso, lo que sucede en el AMBA, provincia
de Buenos Aires, ciudad de Córdoba y Rosario (siendo, como hemos visto, los principales
centros emisores).
Referencias
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discusión de sus relaciones a partir de casos de Argentina. Estudios y Perspectivas en Turis-
mo, 15(2), 101-124. Buenos Aires: CIET.
Bertoncello, R. (2002). Turismo y territorio. Otras prácticas, otras miradas. Aportes y
Transferencias. Tiempo Libre, Turismo y Recreación, 6(2), p. 29-50. Mar del Plata: Centro
Estudios Turísticos, Univ. Nac. Mar del Plata.
Bertoncello, R. (2006). Turismo, territorio y sociedad. El ‘mapa turístico de la Argentina’.
En A.I. Geraiges de Lemos, M. Arroyo y M.L. Silveira América Latina: cidade, campo e turis-
mo. San Pablo. CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.
Bertoncello, R. (Comp.) (2008). Turismo y geografía. Lugares y patrimonio natural cultural de la
Argentina. Buenos Aires: Ediciones CICCUS.
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2012) desde la óptica del desarrollo territorial. Villa María: Universidad de Villa María.
Hiernaux, N. (2002a) ¿Cómo definir el turismo? Un repaso disciplinario. Aportes y trans-
ferencias, 6(2), 9-28. Mar del Plata: Centro Estudios Turísticos, Univ. Nac. Mar del Plata.
Hiernaux, N. (2002b). Imaginarios sociales y turismo sostenible. Cuaderno de ciencias socia-
les 123, 7-35. San José (Costa Rica): Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
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Recuperado de https://redatam.indec.gob.ar/argbin/RpWebEngine.exe/PortalAction?-
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Instituto Nacional de Estadística y Censos (2010). Censo Nacional de Población y Vivienda.
Recuperado de https://redatam.indec.gob.ar/argbin/RpWebEngine.exe/PortalAction?-
BASE=CPV2010B
1238 Lucas Manuel Ramirez
Introducción
El enfoque del ocio humanista resalta al ocio y la recreación como factores para el desa-
rrollo humano (Cuenca, 2014 en Lema y Monteagudo, 2016), pero también destaca la ver-
tiente social y comunitaria del mismo. Como expresan Lema y Monteagudo (2016), la voca-
ción del ocio es incentivar procesos de transformación y mejora, tanto personal como social.
Desde la perspectiva geográfica, los espacios de ocio ocupan un rol social central des-
plazando a otros espacios relevantes como la familia y el trabajo en la conformación de
identidades sociales (Villalón Ogáyar, 2014). Esta relevancia responde al proceso de identi-
ficación social a partir del consumo y el ocio de la sociedad actual.
Los espacios de ocio públicosa su vez, constituyen lugares de cohesión y participación
ciudadana pero también de resistencias, conflictos e iniciativas locales. Como expresa
Borja (2002)
El espacio público cumple funciones urbanísticas, socio-culturales y políticas. (…) El espacio pú-
blico es el lugar de la convivencia y de la tolerancia, pero también del conflicto y de la diferencia.
Tanto o más que la familia y la escuela es el lugar de aprendizaje de la vida social, del descubrimien-
to de otros, del sentido de la vida. (p. 10)
El mismo autor destaca que “…el ámbito de barrio es a la vez el lugar de vida social y de
relación entre elementos construidos, con sus poblaciones y actividades” (Borja, 2002, p. 22).
Es en este contexto que seselecciona como área de estudio al Parque Noroeste de la ciu-
dad de Bahía Blanca, por ser considerado un espacio de ocio público testigo dediversos
procesos de resistencia, conflictos e iniciativas de la comunidad barrial. A su vez, esta línea
de investigación forma parte de la tesis doctoral1 cuyo eje central es el ocio y su vincula-
ción territorial.
Después de décadas de demandas constantes de la población, se logra por iniciativa de
los vecinos del lugar, la creación del Parque Noroeste en un sector del Complejo Ferrovia-
rio Estación Noroeste. De esta manera, se inicia un proceso espontáneo de refuncionaliza-
ción de espacios ferroviarios en desuso como lugar de recreación.La propuesta de refuncio-
nalización del complejo ferroviario en un espacio de ocio público, es llevada adelante por
la comunidad barrial ante la posibilidad de hacer uso del sector, una vez que el municipio,
en el año 2009, recibe en custodia el complejo e inicia tareas de saneamiento.
Por lo tanto, el objetivo de la investigación es analizar las repercusiones del desarrollo
de la propuesta del Parque Noroeste de la ciudad de Bahía Blanca, para identificar proce-
sos sococioespaciales generados a partir de esta iniciativa de la comunidad.
La escala de análisis elegida para la investigación es la barrial, ya que retomando la idea
1 Doctorado en Geografía del Departamento de Geografía y Turismo de la UNS. Tesista: Rosake, Paola; Directora:
Dra. Ercolani, Patricia.
1240 Paola Rosake y Patricia Ercolani
de Borja (2002), es el nivel microterritorial el que resurge como contra cara de la escala
global, resistiendo a los procesos homogeneizadores de la globalización.
Como expresa Hiernaux (2008), el análisis geográfico de los espacios de ocio en general
y los turísticos en particular, han sido marcados desde sus inicios por una orientación
economicista, con un enfoque estructuralista (neoclásico o crítico/marxista) y una escala
pequeña de análisis. El giro cultural de la Geografía Humana (Lindón y Hiernaux, 2006)
y de su rama, la Geografía del Turismo, resalta la subjetividad y la gran escala como nivel
de análisis, entre otros aspectos. Por lo tanto y retomado las ideas de Hiernaux (2008),
una geografía que trata de acercarse más a los individuos, sus prácticas y los espacios de
esas prácticas.Desde este enfoque se aborda el estudio del Parque Noroeste, atendiendo al
sujeto individual y colectivo en relación con su espacio cotidiano y considerando al ocio
como práctica social destinada a la autorrealización pero también y como opina Molina
(1992), a generar consecuencias sociales.
Aspectos metodológicos
La metodología de investigación utilizada abarca estudios descriptivos y explicativos
para determinar las repercusiones socioespaciales del Parque Noroeste como espacio de
ocio y recreación para el sector y la ciudad de Bahía Blanca.
Se caracteriza el área de estudio de manera descriptiva, definiendo sus funciones y el rol
que cumple para los barrios aledaños y la ciudad. Además, se explica cómo contribuye el
parque a la distribución de los espacios públicos recreativos de la ciudad y cómo ha sido el
proceso de valorización social del sector.
Como fuentes de información primaria se utiliza bibliografía y también artículos pe-
riodísticos, además de cartografía y material fotográfico de carácter relevante para la in-
vestigación.Como trabajo de campo se realizan entrevistasa integrantes de la ONG Parque
Noroeste,también se toman encuestas a los usuarios del parque y relevamiento fotográfi-
co. Se utiliza además, la observación en el área de estudio como herramienta fundamental
para la investigación, la cual presenta un enfoque cualitativo.
Según estudios realizados (Ercolani 2005; Rosake y Ercolani, 2012; Rosake y Ercolani
2016), el Parque de Mayo y el Parque de la Independencia son los de mayor preferencia
como en épocas pasadas, junto a la incorporación en la actualidad del Paseo de las Escul-
turas y el Paseo del Arroyo Napostá.
El Paseo de las Esculturas junto al Paseo del Arroyo Napostá, se destacan sobre otros espacios por
concitar el interés de la población, sin distinción de edades. Es utilizado con diferentes intencio-
nalidades, frecuencia y horarios.
La incorporación del Paseo de las Esculturas, ubicado sobre el sector entubado del Arroyo Napos-
tá, con una superficie de 1,5 has, significó un cambio en relación al uso de los espacios de ocio. El
eje en torno al cual se estructura, está conformado por diez esculturas que fueron realizadas con
material en desuso de los ferrocarriles. Al valor que posee el conjunto de esculturas testimoniales
de la estética contemporánea, debe sumarse la parquización, la presencia de una fuente dotada de
un atractivo juego de aguas y luces y el adecuado emplazamiento. Su concreción permitió recupe-
rar un área que durante muchos años permaneció en estado de abandono, a pesar de abarcar un
amplio sector del radio céntrico.
Ubicado en un ámbito estratégico, resulta un espacio público dispuesto para la convivencia y se
ha convertido en un escenario urbano con identidad propia y como motivo de atracción para los
bahienses (Rosake y Ercolani, 2016, p. 19).
Asimismo,con respecto a la distribución de los parques y paseos urbanos en la ciudad
de Bahía Blanca, la mayoría se encuentran concentrados en la zona norte y noreste. El
Cuadro 2 muestra los principales espacios verdes a escala urbana, los parques lineales y
las principales plazas barriales de la ciudad, su año de inauguración y localización en la
ciudad. Del mismo se desprende la evidente distribución desequilibrada de la oferta de
espacios verdes de la ciudad.
1242 Paola Rosake y Patricia Ercolani
Año
Localización
Inauguración
Parque de Mayo 1910 N
Parque Independencia 1916 NE
Campaña al Desierto 1996 NE
Parques Urbanos Mirador Manuel Belgrano 1996 NE
Parque de la Ciudad 1993 NO
Complejo Marítimo Almirante Brown 1982 SO
Parque Ilia 1910/15 SO
Camino Parque Sesquicentenario 1986 N
Paseo de las Esculturas 1994 N
Paseo de la Mujer 1993 N
Parques lineales
Paseo Arroyo Napostá 1993 N
Sarmiento (AV. Cabrera) 1994 N
Paseo “La Carrindanga” 2010 N
Plaza Rivadavia 1880 Centro
Plaza Pellegrini 1910 Centro
Plazas y Plazoletas
Plaza Brown 1904 Centro
Plaza del Teatro 1901 Centro
Fuente: Rosake y Ercolani, 2012
El rol de los espacios de ocio públicos a escala barrial: repercusiones socioespaciales del... 1243
El ferrocarril llega a Bahía Blanca en el año 1884 y las distintas empresas ferroviarias
que se radicaron en la ciudad (Ferrocarril del Sud, Bahía Blanca al Noroeste, Buenos Aires
al Pacífico y Rosario Puerto Belgrano), adquirieron localizaciones diferenciadas, buscan-
do preferentemente ubicarse el margen de la ciudad.
La empresa del Bahía Blanca al Noroeste, la cual es comprada luego por Buenos Aires
al Pacífico, realiza obras vinculadas al crecimiento del barrio y la ciudad. Se destacan la
Estación Noroeste y el Mercado de Concentración de Lanas, Frutos y Cueros “Victoria”
que le otorga a Bahía Blanca relevancia en los movimientos comerciales; también ha sido
la responsable de los servicios de tranvías, agua, luz y gas para la ciudad (Municipalidad
de Bahía Blanca, 2000). Asimismo, la inauguración en el barrio de la iglesia y el colegio La
Piedad en 1894 (Cernadas y Marcilese, 2009) reflejan la relevancia que adquiría el sector
dentro de la ciudad en la época.
La nacionalización de los ferrocarriles a mediados de la década de 1950 reactivó el com-
plejo ferroviario y concretó la realización de una obra emblemática del sector: el galpón de
1244 Paola Rosake y Patricia Ercolani
El Parque Noroeste
El Parque Noroeste se encuentra en el Complejo Ferroviario Estación Noroeste, lega-
do que la empresa ferroviaria BBNO dejó en el sector.Ubicado desde las calles Juan Mo-
lina a Rondeau entre las calles Sixto Laspiur y Malvinas (Figura 3). Durante décadas es-
tuvo oculto tras un paredón que separaba al sector del resto de la ciudad, acarreando
problemas de conectividad e inseguridad.El mismo surge a partir de la organización de un
grupo de vecinos del barrio que conforman la ONG Parque Noroeste, luego que el muni-
cipio en el año 2009 recibiera el complejo en custodia por parte del gobierno nacional
, e iniciara tareas de saneamiento en el sector. Sin embargo, aún no se encuentra declarado
como espacio verde de la ciudad por parte del gobierno local.
Asimismo, el espacio que ocupa el parque se encuentra fragmentado por la presencia
de empresas y clubes que no tienen vinculación con el mismoy ocupan terrenos cedidos y
concesionados (Figura 4). Según las entrevistas realizadas, esta situación genera conflictos
de usos entre los vecinos que quieren desarrollar el parque, y algunas empresas y clubes.
Luego del traslado al municipio de la custodia del sector, el mismo presenta un pro-
yecto de recuperación del suelo ferroviario en el año 2011. El primer uso propuesto para
el área es el de un gran Parque Deportivo, en donde se construiría un Polideportivo (Cas-
tillo, 2017). Sin embargo, esta ambiciosa propuesta queda solo en proyecto y las únicas
acciones llevadas a cabo por el municipio fueron a partir de los reclamos constantes de la
población:la apertura de la calle Blandengues y la demolición del paredón del ferrocarril
El rol de los espacios de ocio públicos a escala barrial: repercusiones socioespaciales del... 1245
en casi su totalidad, que dificultaba la conexión del sector con el resto de la ciudad. Una
vez llevada adelante la propuesta del parque, el municipio colabora con la instalación de
un sector de juegos, cestos de basura, dos bancos de cemento, una senda 150 de metros y
la plantación de árboles.
Figura 3. Ubicación del área de estudio dentro del Barrio Noroeste
3
2
33
3 22
2
1: Empresa Gilli y Cía
1: 1: Empresa
Empresa Gilli
Gilli y Cía
y Cía
1: Empresa
2: Empresa Lucaioli Gilli y Cía
2: 2: Empresa
Empresa Lucaioli
Lucaioli
3:Futbol
1: Empresa 2:Mundial
Gilli Empresa Lucaioli
y Cía Club
1
2: Empresa 3:Futbol
3:Futbol
Lucaioli Mundial
Mundial Club
Club
4: Club 3:Futbol Mundial Club
Ferroviarios
11
1
4: 4: Club
Club
3:Futbol Mundial Ferroviarios
Ferroviarios
Club
4 4: Club Ferroviarios
44
4: Club Ferroviarios
4
Con el objetivo de conocer el perfil delos usuarios del Parque Noroeste, en el año 2016 se
realizaron 53 encuestas2, la muestra de la misma es no probabilística y si bien no permite
hacer generalizaciones, la información relevada es útil para la investigación. Las encues-
tas indican que los grupos etarios que predominan entre los encuestados son aquellos
entre los 14 a 55 años, asistiendo en grupos familiares o de amigos. El mayor porcentaje
encuestado reside en el Barrio Noroeste (67%), mientras que un 20% en los barrios aleda-
ños (Pampa Central, Maldonado, Villa Nocito y Almafuerte.). El motivo de visita que se
destaca entre los usuarios encuestados es el de reunión con familiares y/o amigos, seguido
por juegos y paseo con mascotas. El 58% de los encuestados considera una característica
de atracción la cercanía del parque de su hogar y un 32% la vegetación que posee el sector.
El 49% considera que hay características negativas en el parque, la más destacada fue la
falta de instalaciones, la falta de alumbrado y otros. Finalmente cuando se le pregunto
qué función consideraban que cumple el parque, el 68% opinó que la función del Parque
Noroeste es de reunión y recreación.
2 Las mismas se realizaron en el marco del PGI (24/G076) Directora: Ecolani, Patricia, co-directora: Rosake, Paola.
3 Espacio de contención y promoción social creado por la vecina del barrio Isabel Trujillo en el año 1887.
4 Movimiento independiente que acompaña a las organizaciones barriales.
El rol de los espacios de ocio públicos a escala barrial: repercusiones socioespaciales del... 1247
que desde el año 2014 el Festival por la Unión Barrial. En el año 2015 tuvo una gran con-
vocatoria, el mismo coincidió con el festejo del día del niño y contó con la participación de
otras organizaciones como oratorios del sector, para llevar a cabo actividades de kermes
para los niños, además de bandas musicales (Castillo, 2017). Este festival constituye el
evento más relevante y convocante del parque, ya que atrae a población de diversos secto-
res y hace visible la propuesta a toda la ciudad. Se destacan también otros eventos comolos
Carnavales en febrero y la Fiesta de la Primavera en septiembre que es organizada por los
vecinos de la ONG Parque Noroeste con ayuda de la delegación, pero el alcance de estas
propuestas es barrial.
Como último antecedente notable de acción barrial es la propuesta de forestación como
acto de resistencia, ante la posibilidad de la instalación de un depósito de chatarras ycom-
pactadora de automóviles en el lugar por parte del Municipio. Como se expresa en elportal
de noticias Andar:
Esta medida del poder ejecutivo no sólo desoye las voces de técnicos y profesionales que recomendaron
la preservación del espacio por su valor histórico, arquitectónico y cultural sino que, fundamental-
mente, desconoce todo el trabajo de vecinos, organizaciones, centros culturales y ONG que buscanla
recuperación del espacio público. Frente al avasallamiento del medio natural, los vecinos autoconvo-
cados comenzaron una campaña de resistencia pacífica y forestación del predio. (Andar, 2017)
Ante esta situación, los vecinos convocaron a una organización pacífica para resistir
el avance de las maquinarias. Juntaron además firmas y realizaron una jornada cultural
ocupando el lugar. “La movilización ciudadana recibió un amplio y plural apoyo en el
Concejo Deliberante…” (Andar, 2017) y el poder ejecutivo dejó sin efectola propuesta.
En el transcurso de estos años se observa el trabajo permanente de vecinos e integrantes
de la ONG, realizando distintas tareas de limpieza, mantenimiento, riego, construcción
de bancos entre otras acciones, además de tramitar pedidos al Municipio de seguridad
y equipamiento para el parque. Actualmente la ONG reclama la declaratoria de espacio
verde por parte del Municipio, según testimonios de voluntarios.
Conclusiones
El enfoque del ocio humanista resalta su rol para el desarrollo humano individual rele-
gando muchas veces la vertiente social y comunitaria del mismo. Sin embargo, en el ám-
bito urbano, los espacios de ocio resultan buenos indicadores para analizar diversos pro-
cesos socioespaciales desarrollados en las ciudades, asociados a resistencias e iniciativas
colectivas.A escala barrial, pueden ser considerados lugares de identificación social por
parte de la población, y por lo tanto, pueden constituir espacios para afirmar la identidad
y la construcción de ciudadanía en el ámbito local.
La ciudad de Bahía Blanca no es ajena a los procesos urbanos contradictorios, vincula-
dos a los cambios económicos y culturales globales y sus repercusiones locales desiguales.
Sus diversas realidades sociales contrastan con su fortalecimiento externo como ciudad
portuaria e industrial y es la escala barrial la que resurge como lugar de resistencias e ini-
ciativas de la población.
Con respecto a los espacios de ocio público de la ciudad, la misma cuenta con diversos
parques y paseos urbanos, sin embargo su distribución es desequilibrada. En este sentido,
la propuesta de un parque en el sector sudoeste de la ciudad, puede contribuir a equilibrar
la distribución de los espacios públicos recreativos en Bahía Blanca. Sin embargo, y como
1248 Paola Rosake y Patricia Ercolani
opina Castillo (2017), aún no despierta el interés municipal para intervenir en una pro-
puesta recreativa inclusiva de toda la población local. Las actuaciones sobre el mismo son
espontáneas y llevadas a cabo porlos vecinos del sector.
En relación al Barrio Noroeste, su comunidad barrial ha tenido y tiene un rol activo en el desarro-
llo del sector.No ha dejado de velar por el cuidado del legado ferroviario ante un estado ausente,
por considerarlo parte de la identidad barrial y ha realizado constantes reclamos a diversos niveles
de gobierno en relación a los saqueos observados, los problemas de inseguridad y conectividad que
las tierras e instalaciones ferroviarias en desuso generan.
Por lo tanto, no es casual, que la propuesta de refuncionalización del complejo ferrovia-
rio Estación Noroeste en el Parque Noroeste, seallevada adelante por los vecinos del lugar.
Tampoco es casual que la nueva función sea la de un espacio de ocio público, ya que la
valorización social del Parque Noroeste está fuertemente asociada a la identidad barrial
arraigada a sus orígenes ferroviarios, pero también, a las demandas sociales actuales re-
lacionadas con las mejoras en la calidad de vida en las ciudades, en la que los espacios de
ocio públicos cobran un rol relevante.
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El rol de los espacios de ocio públicos a escala barrial: repercusiones socioespaciales del... 1249
Introducción
El Programa Federal de Turismo fue creado por el Gobierno Nacional en vísperas de la
crisis argentina del año 2001, con el objetivo de contribuir a la estabilidad económica del
sector hotelero que manifestaba una marcada disminución de su demanda comercial. El
impulso de esta iniciativa implicó un cambio sustancial en elsistema de turismo social
argentino que mostraba cierta estabilidad desde su irrupción en la agenda pública hacía
más de medio siglo. Los complejos vacaciones de Embalse y Chapadmalal, que desde su
creación en el Primer Peronismo centralizaron las prestaciones de turismo social, pasan
a complementarse con este nuevo Programa, que ofrece servicios subvencionados en dife-
rentes destinos del país a partir de una articulación con el sector hotelero.
El lanzamiento de esta iniciativa significó la incorporación de fundamentos económicos
asociados al turismo social, a fin de solucionar ‘problemas de estacionalidad’ y de ‘capa-
cidad ociosa’ de la oferta comercial, aumentando la actividad del sector y el empleo y revi-
talizando las pequeñas y medianas empresas hoteleras, que pasan a complementarse con
las tradicionales causas sociales que le dieron origen y consolidaron su desarrollo a lo largo
del siglo XX, a partir del derecho a las vacaciones pagadas y el principio de justicia social.
A partir del enfoque de análisis de políticas públicas, la presente investigación busca res-
ponder: ¿Qué sucede con el Programa Federal una vez implementado? ¿Cómo se articulan
los fundamentos económicos y sociales que le dieron origen? ¿Cómo se configura esta
iniciativa en el territorio? ¿Cuál es su injerencia en el mapa turístico nacional? A dos déca-
das de su implementación, y habiendo destinado recursos públicos en el área de manera
sostenida, aun no existen estudios que permitan identificar sus alcances y limitaciones.
Para dar respuesta a estos interrogantes se utilizan como técnicas de investigación el
análisis documental y la realización de entrevistas a los actores clave que participan del
Programa desde diferentes ámbitos: actores públicos, a cargo del diseño y la gestión de
la iniciativa; actores privados, hoteleros a cargo de las prestaciones; y los propios turistas
sociales, que constituyen sus beneficiarios finales.
Los primeros programas de turismo social en Argentina se implementaron en la década
de 1940, cuando el Primer Peronismo reconoció en el ocio un área clave para el impulso de
políticas públicas (Pastoriza, 2003). A partir de un sistema de colonias vacacionales que
configuróel propio Estado, el gobierno impulsó propuestas subvencionadas destinadas
a facilitar las prácticas turísticas de los colectivos obreros, como un símbolo de justicia
social, asociado al derecho a las vacaciones pagadas.
Desde entonces, la política de turismo socialpasó por ciclos pendulares de bloqueo y
activación asociados a la alta inestabilidad política que atravesó el país a lo largo del siglo
XX, aunque siempre manteniendo los fundamentos de inclusión social que le dieron ori-
gen.Los interregnos democráticos reposicionaban esta política en la agenda gubernamen-
1252 Erica Schenkel
tal a partir del sistema de colonias de vacaciones que había instaurado el peronismo, espe-
cialmente con las Unidades Turísticas de Embalse y Chapadmalal, que fueron las únicas
que persistieron los periodos de vaciamiento.
En el marco de la reconversión de la política turística de finales de siglo XX, que se
adapta a los principios de desregulación y privatización, acontece una modificación del
turismo social en la agenda pública (Schenkel, 2017). Los gobiernos asumieron nuevas
funciones en el área, proclamando al turismo como factor de crecimiento y de inter-
nacionalización, dentro de un proceso de retracción de la intervención del Estado y
aumento de la iniciativa privada. Desde entonces, se origina una reformulación de la
política de turismo social, que amplió la participación a actores privados, planteó ob-
jetivos económicos asociados al crecimiento y la competitividad del sector e identificó
nuevos grupos de destinatarios.
En este marco la Secretaría de Turismo formaliza acuerdos periódicos con diversos mu-
nicipios y hoteleros (2002-2015), confeccionando el Registro de Destinos, previa evaluación
de las planillas de solicitudes enviadas por los municipios, en función de los servicios ofer-
tados, como plazas hoteleras, gastronomía, circuitos de interés turístico, periodo ofrecido
y vías de acceso; y el Registro de Prestadores, a partir de la evaluación de la documentación
enviada por los hoteleros, de acuerdo a criterios de infraestructura, equipamiento, servi-
cios ofrecidos, precios y excursiones.
Las empresas hoteleras asociadas al Programa se han renovado periódicamente, al-
canzando un máximo histórico de 125 establecimientos en el año 2009, que luego se
reduce a una quinta parte ante la quita de subsidios (entre los años 2009-2013). A julio
del año 2015 se presentan acuerdos con 40 hoteles, en veintiocho localidades de once
provincias: Sierra de la Ventana, Miramar, Mar de Ajó, Mar del Plata y San Clemente del
Tuyú, en la provincia deBuenos Aires; Santa María, en Catamarca; Huerta Grande, Mar
Chiquita, Villa Carlos Paz y Mina Clavero, en Córdoba; El Hoyo, Puerto Madryn, Esquel,
Lago Puelo y Trelew, en Chubut; Concepción del Uruguay y Colón, en Entre Ríos; San
Rafael y ciudad de Mendoza, en Mendoza; Puerto Esperanza, Puerto Libertad y Wanda,
en Misiones; Las Grutas, en Río Negro; ciudad de Salta, en Salta; Santa Lucía, en San
Juan; Villa Merlo en San Luis; Rosario, en Santa Fe; Termas de Río Hondo, en Santiago
del Estero(Figura 2).El conjunto de localidades ofrecidas representa un crecimiento sus-
tancial en los destinos, si se compara con los inicios del Programa, e implica una mayor
distribución de la demanda subvencionada entre diferentes provincias del país (Direc-
ción de Prestaciones Turísticas, 2014).
En las entrevistas realizadas a los hoteleros con acuerdos vigentes5, coinciden en desta-
car la importancia que tiene el flujo de turismo social en la ‘desestacionalización’ de sus
economías, permitiendo solventar importantes costos fijos y mantener puestos de empleo,
aunque señalan la necesidad de aumentar la cantidad de arribos para que estos beneficios
5 De los 40 hoteles con convenio, en los meses de abril y mayo del año 2014, se logra entrevistar a 32 autoridades a
cargo de los respectivos establecimientos.
Análisis del Programa Federal de Turismo. Alcances y limitaciones a dos décadas de su implementación 1255
se consoliden: “cuantos más lleguen, mejor” (Entrevista a hotelero del Programa Federal,
2015). Explican que si bien los márgenes de ganancia por plaza disminuyen considera-
blemente si se los compara con la demanda comercial, el turismo social origina ingresos
adicionales que de otro modo no se hubieran conseguido, permitiendo mantener en mo-
vimiento la estructura, atrayendo visitantes que eligen el hotel al detectar ocupación y sir-
viendo de promoción para nuevos turistas (por recomendación o incluso futuros viajes de
los propios beneficiarios). Los hoteleros de destinos emergentes, como sucede con Huerta
Grande en Córdoba, Wanda en Misiones o Santa María en Catamarca, agregan beneficios
asociados al “conocimiento del lugar”, señalando que la mayoría de los arribos son tu-
ristas que de otro modo no hubieran elegido la localidad para vacacionar: “no sabían que
existíamos” (Entrevista a hotelero del Programa Federal, 2015).
Estos beneficios asociados a los hoteleros, favorecen al mismo tiempo a las comunida-
des de destino en las cuales se emplazan, a partir de la generación y/o sostenimiento de
empleos e ingresos (Figura 2). En los cuestionarios realizados, los organismos de turismo
con acuerdos vigentes destacan que el flujo de turismo social “contribuye” a impulsar el
sector turístico en periodos de temporada baja, manteniendo “ingresos” y “empleos”, be-
neficiando a la “comunidad” en general y al “sector comercial” en particular, aunque ma-
nifiestan cierto desconocimiento acerca del Programa6. Las principales ventajas señaladas
se encuentran en los destinos emergentes, generalmente pequeñas localidades del inte-
rior, que muestran un alto interés por la iniciativa, destacan el impacto del turismo social
como “promotor” de la actividad turística local, aportando un flujo turístico adicional
“a lo largo del año”, debido a que la diferencia de los destinos maduros, no presentan una
marcada estacionalidad (Entrevistas a Directores de Turismo, 2014).
Figura 2. Destinos del Programa Federal, con los respectivos establecimientos hoteleros
6 De las 28 localidades con acuerdos vigentes, entre los meses de abril a octubre del año 2014, respondieron el cues-
tionario 21 organismos de turismo.
1256 Erica Schenkel
En cuanto a los destinatarios del Programa, se canalizan a partir de tres planes. Conti-
nuando con los tradicionales, se ofrecen Tercera Edad y Familiar (Resolución Nº 248/00);
y posteriormente, se incorpora Estudio e Investigación (Resolución Nº 481/13). El Plan Fa-
miliar se destina a grupos familiares de ‘escasos recursos’ con atención en forma directa o
a través de convenios con organismos públicos y privados vinculados a la acción social; el
Plan de Tercera Edad se destina a jubilados, pensionados y personas mayores de 65 años in-
tegradas en Centros de Jubilados o en forma individual y organismos estatales y privados
orientados a la acción social; y el Plan Estudio e Investigación, se destina a la atención de colec-
tivos de universitarios que emprendan investigaciones en destinos del Programa Federal.
En concordancia con la finalidad social de los programas, la tarifa de los planes es
fijada periódicamente por el Ministerio de Turismo a partir de una norma específica. El
MINTUR determina la fijación de tarifas de acuerdo al destino, duración de estadía y
régimen de alimentación, con el objetivo de asegurar el sostenimiento de la ecuación eco-
nómica sin desalentar la demanda social (Resolución Nº 1256/04). El Programa modifica
el régimen de pensión completa por media pensión. El subsidio se sostiene hasta el 80%,
luego se elimina, manteniendo solo las tarifas reducidas; se incorpora nuevamente con
el 60% en el caso de los jubilados, personas con discapacidad y estudiantes terciarios y/o
universitarios; y el 40% para familias (Resolución Nº 211/13); para luego ascender al 70% y
50% respectivamente (Resolución Nº 17/14).
En la actualización del año 2015 se incluyen estadías de cinco noches con media pen-
sión a un precio por destino de entre $960 (pesos novecientos sesenta) hasta $1.150 (pesos
mil ciento cincuenta). Estos acuerdos tarifarios significan una reducción media superior
al -150% con respecto a los precios ofrecidos por los mismos establecimientos fuera del
Programa, con un mínimo de -50% y un máximo de -440%, con una diferencia en aumen-
to a medida que asciende la categorización del hotel (Figura 3).
Figura 3. Precios de turismo social en relación a las tarifas comerciales de establecimientos del Programa Federal
Fuente: Planillas tarifarias y precios de establecimientos incorporados al Programa Federal (DPT, 2014)
Si bien las tarifas de turismo social se presentan marcadamente por debajo de las
comerciales, siguen siendo excluyentes para los principales destinatarios del programa,
‘personas de escasos recursos de todo el país’,que a su vez deben costear el servicio de
transporte para arribar al destino. De acuerdo a las tarifas actualizadas al año 2014, una
‘familia proveniente de Buenos Aires’7,que constituyen los principales usuarios del tu-
7 Para la proyección de costos se considera que las personas que perciben los menores ingresos en el entramado social,
principal destinatario formulado de los programas, presentan una media de cinco integrantes por hogar según la En-
cuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2012/2013 (INDEC, 2013); y el principal punto de procedencia es la Ciudad
Análisis del Programa Federal de Turismo. Alcances y limitaciones a dos décadas de su implementación 1257
rismo social, requiere de un mínimo de $3.400 por el total de la estadía, teniendo como
destino Concepción del Uruguay, y un máximo de $7.500, para Lago Puelo; montos que
ascienden a $4.600 y $17.700 en el caso de requerir el servicio de ómnibus (Figura 4).
Estas tarifas se calculan computando el máximo subsidio destinado a grupos familiares
(50%), que de no aplicarse en su totalidad implicaría un aumento proporcional8. A dife-
rencia de Unidades Turísticas, el Federal incluye un servicio de alimentación reducido
de media pensión, debiendo el beneficiario costear una colación adicional en destino
(Resoluciones Nº 72/13 y Nº 17/14).
Figura 4. Costos totales por familia para acceder a los destinos de turismo social, a tarifas actualizadas del año2014
*Tarifa reducida por tres días de estadía; **Sin servicio de media pensión
únen los mayores costos proyectados, como sucede con aquellos destinos del sur del país,
quedan restringidas al quintil 5, con una renta entre los $14.800 y $180.000 (Figura 4).
Este perfil socio-económico queda de manifiesto en los cuestionarios realizados a los
turistas sociales que configuran un usuario alejado al criterio de equidad económica y
federal al que aspira el Programa9. Ocho de cada diez entrevistados afirman residir en el
Área Metropolitana de Buenos Aires, perciben el costo del viaje como “muy económico”,
se indican como “viajero frecuente”, que realiza turismo como mínimo una vez al año, y
arriba al destino principalmente en auto particular. Asimismo señala la “alta satisfacción”
por el servicio de estadía, limpieza y alimentación, manifestando expresiones como: “es-
pectacular”, “maravilloso”, “excelente”, “de primer nivel”, “no tengo críticas” (Entrevistas a
grupos de beneficiarios, 2014-2015).
Reflexiones finales
El análisis del Programa Federal deja de manifiesto los importantes alcances económi-
cos que puede traer aparejado el desarrollo de iniciativas de turismo social, contribuyendo
a la estabilidad económica del sector turístico a partir de la inducción de un flujo turístico
subvencionado, capaz de sostener ingresos y empleos en temporada baja; así como su difi-
cultad por contribuir a los demás objetivos formulados, en las esferas social y territorial.
La expansión del turismo social contribuye a mejorar la situación problemática vincu-
lada a la inestabilidad económica del sector turístico, pero no responde al problema aso-
ciado a la inequidad social en el acceso al ocio, la principal demanda a responder según
el objetivo formulado.Los virtuosos impactos económicos asociados a la generación de
ingresos y empleo, contrastan con los escasos resultados sociales, tendientes a incorporar
a las prácticas turísticas a aquellos que aún se encuentran excluidos de su disfrute.
Este desvío en el perímetro de la políticatambién se vislumbra en los destinos y presta-
dores del Programa, con escasa participación de los emergentes y de las pymes hoteleras,
principales destinatarios de la iniciativa. El poder de influencia de los destinos maduros y
de ciertos empresarios hoteleros, tanto en el marco decisional como entre las preferencias
de los propios turistas, dificultan su inclusión efectiva. A pesar de priorizar el fortaleci-
miento de destinos poco consolidados, el Programa incluye mayormente localidades con
un desarrollo turístico avanzado, consolidando el desequilibrado mapa turístico que pre-
senta el país en términos territoriales. Aún quedan sin incorporar numerosas provincias
del interior, como son los casos de Tucumán, La Rioja, Jujuy, Chaco, Formosa, Corrientes,
La Pampa, Neuquén, Santa Cruz y Tierra del Fuego, que no cuentan con destinos integra-
dos a la red de turismo social.
En cuanto a las empresas hoteleras, son pocas las pequeñas y medianas empresas que
terminan accediendo al Programa. La mayoría de los establecimientos constituyen impor-
tantes hoteles con una categorización igual o mayor a tres estrellas, incorporando incluso
cadenas hoteleras, como es el caso de Rayentray, que concentra tres de los cinco hoteles
ofrecidos en Chubut, centralizando los destinos de Esquel, Puerto Madryn y Trelew; y
otros importantes grupos empresarios, como sucede con el Grupo Clima en San Luis, que
es propietario de todos los establecimientos que se ofrecen en la provincia. La informali-
dad de los vínculos con los prestadores, incluyendo falta de documentación e incumpli-
9 Entre 2014 y 2015, se realizan 54 cuestionarios a beneficiarios del Programa Federal, contactando a las últimas
personas alojadas en los establecimientos con acuerdos vigentes.
Análisis del Programa Federal de Turismo. Alcances y limitaciones a dos décadas de su implementación 1259
miento con la forma, contenidos y requisitos exigidos, facilita este desvío de destinatarios
(SIGEN, 2005, 2009).
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Resolución Nº 72/13. Ministerio de Turismo de la Nación. Boletín Oficial de la República
1260 Erica Schenkel
Introducción
El confort térmico es definido por la Asociación Americana de Ingenieros de Calefac-
ción y Ventilación (ASHRAE por sus siglas en inglés) (1996) como “la condición mental
en la que se expresa satisfacción con el ambiente térmico”(citado en Tornero, Pérez Cueva
y Gómez Lopera, 2006, p. 153). Fernández García menciona (1996, p. 199): “La confor-
tabilidad térmica puede ser definida como el conjunto de condiciones en las que los
mecanismos de autorregulación son mínimos o como las zonas delimitadas por unos
umbrales en la que el mayor número de personas manifiesta sentirse bien”. Los sujetos y
el ambiente intercambian energía de manera constante, ya que de allí deriva el balance
de energía calórica del cuerpo humano.En virtud de lo mencionado, Chávez del Valle
(2002) menciona que el confort térmico está vinculado con el estado térmico del sujeto,
relación que se genera en función de la cantidad de calor producida por la actividad que
el sujeto esté desarrollando.
Los componentes del confort son, según Slater (1985) (citado en Viñals, Morant y
Teruel, 2014), físicos, fisiológicos y psicológicos. Los dos primeros están vinculados direc-
tamente con las características del medio, razón por la cual los índices construidos para
su medición se consideran objetivos porque tienden a afectar de modo similar a todos los
sujetos. Por su parte, el componente psicológico presenta un mayor grado de subjetividad
y variación debido a las distintas formas de percibir la realidad con relación al perfil
sociodemográfico del individuo y sus rasgos personales. En este sentido, la satisfacción
“es un sentimiento de bienestar o placer” (Viñals et al., 2014, p. 304) alcanzado ante el
cumplimiento de una necesidad y/o deseo; resultado de la valoración cognitiva y emocio-
nal por parte del sujeto durante su experiencia en un determinado espacio. Ochoa de la
Torre, Marincic Lovriha y Alpuche Cruz (2009) suman a los tres componentes anteriores
el factor arquitectónico, es decir la configuración espacial del sitio, considerando la capa-
cidad de adaptación y control que el sujeto posee en un lugar particular y que le permiten
aumentar su grado de confort.
La medición del confort puede efectuarse a partir de la aplicación de índices de carácter
cuantitativo y/o cualitativo. Los primeros se basan en la aplicación de modelos teóricos
cuyo objetivo es calcular el balance térmico de un individuo para luego relacionarlo con
las respuestas fisiológicas en diferentes ambientes. Es decir, se pretende determinar en qué
condiciones el sujeto siente frío y calor. Los índices cuantitativos presentan diferentes gra-
dos de complejidad, sin embargo, en términos generales su fin último es el de cuantificar la
influencia del clima en el bienestar térmico de las personas (Valera Bernal, 1998). Los índi-
ces cualitativos implican el diseño y aplicación de encuestas a una muestra representativa
de la población objeto de estudio teniendo en cuenta la sensación de confort, expectativas,
motivaciones, tiempo de permanencia en el mismo espacio, percepción de la seguridad,
país de origen, género, tipología de espacio y/ equipamiento y tipo de actividad realizada,
1262 Ariadna Tanana, Verónica Gil, Cecilia Rodriguez y Alicia Campo
entre otras cuestiones (Viñals et al., 2014). Las respuestas se contrastan luego con los datos
obtenidos de mediciones de parámetros ambientales simultáneas a las encuestas.
El confort es concebido como un factor de suma importancia en la satisfacción de la
experiencia turística ya que repercute en la percepción del visitante con respecto al lugar
y a la calidad de la práctica desempeñada. Diversos estudios han abordado la estrecha
relación existente entre la actividad turística y el clima (Besancenot, 1991; Gómez Martín,
1999, 2005; Matzarakis, Moses e Iziomon, 1999, Matzarakis, de Freitas y Scott, 2004; Valle
Melendo, 2006;Matzarakis, 2007; Matzarakis, Schneevoigt, Matuschek y Endler, 2007;
Lin y Matzarakis, 2008; Cruz Báez, 2010; Scott y Lemieux, 2010), configurándose este
último, en función de sus características, como un factor limitante del turismo o como
un recurso en sí mismo. Besancenot (1991, p. 9) afirma: “el turismo está literalmente deter-
minado, a corto plazo, por el tiempo que hace y, a más largo plazo, por el clima, definido
como la serie de estados sucesivos de la atmósfera”. Se evidencia, en la anterior cita del
autor, la importancia que le otorga al clima en el momento de la planificación del viaje del
turista (considerando también las características climáticas del país de origen), mientras
que vincula la satisfacción de la experiencia in situ con las ‘buenas’ o ‘malas’ condiciones
del tiempo meteorológico. Gómez Martín (1999) identifica al clima como un factor de
localización turística, en tanto que es un elemento geofísico del espacio geográfico en el
cual el turismo se desarrolla, pues es su soporte físico. Además, la autora entiende al clima
como recurso natural, pues si bien es independiente de la existencia de la actividad turís-
tica en el espacio, la incorporación del clima en la conformación de un producto turístico
implica su ‘mercantilización’ y configuración como uno de los factores que motivan los
desplazamientos de los visitantes. No obstante, vale aclarar que el clima en sí mismo no es
un atractivo turístico con capacidad independiente de generar desplazamientos, pero sí es
un elemento necesario que complementa la oferta.
Los visitantes al momento de la planificación de su viaje evalúan y valoran las caracte-
rísticas climáticas, lo cual influye en: la elección del destino, la percepción con respecto a
su seguridad y su participación en las actividades turístico-recreativas (Becken, 2010). La
oferta turística también debe disponer de información vinculada al clima del destino, su
variabilidad inter-estacional y el grado de confort en cada momento del año, ya que estos
datos suponen un insumo necesario para la planificación y gestión de los destinos y de
los productos turísticos (Matzarakis et al., 1999). En consonancia con Ochoa et al. (2009)
el estudio del confort, previo y durante la planificación de un destino, puede optimizar
el grado de satisfacción de los visitantes y por lo tanto derivar en el aumento de la estadía
media, la fidelización del turista y la eficiencia energética y económica a partir de la apli-
cación de la arquitectura bioclimática en el diseño de la planta turística. Por otro lado, tal
como lo mencionan de Freitas, Scott y McBoyle (2008), las compañías de seguros, a partir
de las investigaciones con respecto al confort en destinos turísticos, pueden generar y/o
adaptar sus productos a las preferencias climáticas de los visitantes; así como también es
factible la incorporación del clima en modelos que estén abocados a estimar la evolución
de la demanda y los flujos turísticos en la escala mundial.
Ante lo expuesto, el clima, el confort y la actividad turística están interrelacionados. Los
elementos climáticos incorporados a los índices de confort clásicos (índice de temperatura
efectiva, índice termo-anemométrico, índice del poder de enfriamiento del aire y Humidex)
son: la temperatura del aire, la humedad, la velocidad del viento y la radiación solar (Fer-
nández García, 1996; de Freitas et al., 2008; Huamantinco Cisneros y Piccolo, 2010). La
Aplicación del Índice Clima Turismo (ICT). Caso de estudio: Salta, Argentina 1263
complejidad inherente al sistema climático y turístico y sus relaciones mutuas han exigido
la elaboración de índices que permitan integrar y calificar los recursos climáticos para el
turismo. En este sentido el Índice Clima Turismo (ICT) desarrollado por Mieczkowski
(1985) es uno de los índices más completos, ya que incluye en su cálculo siete elementos
climáticos, que devuelven un único valor que permite determinar el grado de confortabi-
lidad para cada mes del año. El objetivo del ICT es evaluar de forma sistemática los ele-
mentos del clima que resultan de mayor relevancia para Mieczkowski en la satisfacción/
calidad de la experiencia turística del visitante en términos generales (Mubarak Hassan,
Varshosaz y Eisakhani, 2015).
El ICT ha sido aplicado por diferentes autores en diversos destinos del mundo, entre
los cuales se pueden mencionar: Vancouver, Calgary, Edmonton, Yellowknife, Winnipeg,
Toronto, Montreal y Summerside (Scott y McBoyle, 2001) Batumi y Tbilisi (Amiranashvili,
Matzarakis y Kartvelishvili, 2008), Mazandaran (Gandomkar y Mohseni, 2011) y Dezfoul
(Mubarak Hassan et al., 2015).
En la Argentina se han llevado a cabo estudios que abordan el confort climático en las
ciudades como pueden ser los casos de Bahía Blanca (Capelli de Steffens, Piccolo y Campo
de Ferreras, 2005; Torrero y Campo de Ferreras, 2005; Ferrelli y Piccolo, 2017), Tandil (Pi-
cone y Campo, 2016), Monte Hermoso (Huamantinco et al., 2010) y Pehuen-Có (Bustos y
Piccolo, 2011; 2012; Bustos, Piccolo y Perillo, 2016). Sin embargo,dichas investigaciones no
han reparado específicamente en la medición del confort y su relación con el turismo, a ex-
cepción del trabajo de Bustos y Piccolo (2012) en el cual se aplica la metodología ‘Esquema
de Información de Clima para Turismo’ (CTIS por sus siglas en inglés) propuesta por Mat-
zarakis et al. (2007) a Pehuen-Có, un destino litoral de la costa atlántica bonaerense. Por
ello ante la escasez de estudios que apliquen índices climático-turísticos, este trabajo tiene
por objetivo calcular el ICT para tres períodos decádicos (1981-1990, 1991-2000, 2001-
2010) en la ciudad de Salta, destino que corresponde a la región turística Norte según el
Plan Federal Estratégico de Turismo Sustentable 2020 (PFETS 2020) (MinTur, 2011). Este
trabajo supone una primera aproximación al cálculo de índices de confort bioclimáticos
aplicados a destinos turísticos, de modo tal que en el mediano plazo se pretende calcular
el ICT en otros destinos representativos del país a los fines de generar análisis comparati-
vos y comprender si existe una relación directa entre parámetros ambientales, percepción
de turistas y residentes y movimiento de los flujos turísticos en la escala nacional.
Metodología
En este trabajo se aplica el Índice Clima Turismo (ICT) elaborado por Mieczkows-
ki (1985). Este índice está constituido por siete variables: Temperatura Máxima media
(°C), Humedad Relativa Mínima media (%), Temperatura Media, Humedad Relativa
media, Precipitación (mm), Heliofanía Efectiva (horas) y velocidad del Viento (km/h).
Las primeras dos variables son agrupadas por el autor en el Índice de Confort Diurno
(CID) al cual le otorga un peso relativo de 40% en la fórmula del ICT. Luego la Tempe-
ratura media del aire y la Humedad Relativa media las combina en el Índice de Confort
Diario (CIA) atribuyéndole un peso relativo del 10%. Los tres elementos restantes son
independientes ya que no los agrupa en ningún subíndice, atribuyéndoles los siguientes
pesos relativos en la fórmula: 20% a la Precipitación y Heliofanía Efectiva y 10% para la
variable velocidad del Viento.
1264 Ariadna Tanana, Verónica Gil, Cecilia Rodriguez y Alicia Campo
Para la evaluación del CID y el CIA Mieczkowski (1985) toma como referencia el sis-
tema de calificación de confort térmico de ASHRAE de modo que los valores de ambos
sub-índices varían entre -3 y 5. La precipitación, la heliofanía efectiva y la velocidad del
viento se evalúan en un rango de 0 a 5. El resultado final se obtiene de la suma de los va-
lores ponderados de las cinco variables, valores categorizados por el autor como excelen-
tes a partir de valores del ICT mayores a 80 (Tabla 1). Los datos utilizados para el cálculo
del ICT son de tipo mensual ya que Mieczkowski (1985) considera, especialmente en la
actividad turística, que el visitante está interesado en la disponibilidad de información
concreta con respecto a un mes o temporada, antes que en las condiciones climáticas
medias anuales del destino.
Los datos utilizados para el cálculo del ICT se obtuvieron de las estadísticas climáti-
cas del Servicio Meteorológico Nacional correspondientes a la estación Salta Aero para
los períodos 1981-1990 y 1991-2000. Los datos de la serie 2001-2010 fueron descargados
de la página web1 Meteomanz.com la cual brinda datos meteorológicos que se obtienen
de mensajes SYNOP2 y BUFR 3 emitidos por estaciones meteorológicas oficiales, así como
también existen datos basados en modelos de predicción globales.
Tabla 1. Esquema de clasificación de los valores del ICT
Valor numérico
Categoría descriptiva Categorías de mapeo
del ICT
90 – 100 Ideal
Excelente
80 – 89 Excelente
70 – 79 Muy Bueno
Bueno y Muy Bueno
60 – 69 Bueno
50 – 59 Aceptable
Aceptable
40 – 49 Marginal
30 – 39 Desfavorable
20 – 29 Muy Desfavorable
10 – 19 Extremadamente Desfavorable Desfavorable
9 – -9 Imposible
-10 – -29 Imposible
Fuente: Tanana (2017) con base en Mieczowski(1985)
1 La descarga de datos fue de carácter diario, alcanzando un volumen total de 31.765 datos meteorológicos, insumo
a partir del cual se realizaron los cálculos mensuales y anuales de los datos.
2 SYNOP es un mensaje numérico que posee datos de observación meteorológica, cuyo formato está definido por la
Organización Meteorológica Mundial (OMM) (Meteomanz, 2017).
3 BUFR es un formato de datos binario que posee datos de observación meteorológica. Su formato también está
definido por la OMM.
Aplicación del Índice Clima Turismo (ICT). Caso de estudio: Salta, Argentina 1265
Desarrollo
La aplicación del ICT en la ciudad de Salta para los períodos 1981-1990, 1991-2000
y 2001-2010 (Tabla 2) presenta puntajes comprendidos entre 52 y 83 sin acentuadas va-
riaciones en las puntuaciones mensuales de cada serie. No obstante, se identifica un im-
portante cambio con respecto a los puntajes obtenidos y la categoría descriptiva del mes
de abril dado que en las dos primeras décadas de análisis el puntaje del ICT implicó la
clasificación del confort en las categorías Muy Bueno y Excelente respectivamente, mien-
tras que en la serie temporal 2001-2010 la puntuación disminuye a Bueno. Este cambio se
identifica principalmente en la variación de las precipitaciones mensuales. Para 1981-1990
la precipitación se registra en 46 mm, en 1991-2000 en 20,7 mm y entre 2001-2010 en 71,22
mm. En este sentido Mieczkoswki (1985) afirma que la precipitación tiene un efecto signi-
ficativo en la comodidad climática de los turistas, tanto a través de las cantidades totales
que caen como a través de su distribución en el tiempo. Esto permite inferir la existencia
de la relación inversa entre el mayor volumen de precipitación de la última década analiza-
da y su menorpuntaje de ICT en comparación con los dos períodos anteriores.
4 El PFETS 2016 define a la puerta actual como un componente del espacio turístico que habilita el acceso simbólico y
funcional a los demás componentes y se caracteriza por su equipamiento y confluencia de los nodos de comunicaciones
(MinTur, 2005).
5 El área de uso turístico actual es aquella parte del territorio de escala variable, que se distingue por la concentración de
un gran volumen de la demanda turística.El turismo es para este tipo de componentes una actividad de suma importancia
para la economía (MinTur, 2005).
6 El corredor turístico actual es aquel espacio geográfico y/o culturalmente homogéneo que se estructura a partir de rutas
troncales de circulación vial, poseen además atractivos turísticos de jerarquía que motivan los desplazamientos de flujos
turísticos internos e internacionales (MinTur, 2005).
1266 Ariadna Tanana, Verónica Gil, Cecilia Rodriguez y Alicia Campo
Tabla 2. Cálculo del ICT mensual para los tres períodos analizados
Los meses de mayo, junio, julio, agosto y septiembre son para los cuales el puntaje del
índice es más alto y por ello se lo clasifica en las categorías Muy Bueno y Excelente. La
primera década de datos (1981-1990) se caracteriza por una temperatura media del aire de
12°C, humedad relativa media de 70,8%, precipitación media de 5,9mm, heliofanía efecti-
va media con un valor de 5 horas y velocidad media del viento 6,4 km/h. La segunda serie,
1991-2000, presenta una temperatura media del aire de 12,5°C, humedad relativa media
igual a 69%, el valor medio de las precipitaciones entre mayo y agosto equivalente a 5,7mm,
heliofanía efectiva media de 6 horas y la velocidad media del viento se registra en 7,4 km/h.
La tercera serie de datos climáticos, 2001-2010, se caracteriza por una temperatura media
del aire igual a 12,5°C, humedad relativa media de 67%, precipitación media de 8 mm,
heliofanía efectiva media de 5 horas y velocidad media del viento de 10,5 km/h.
Los meses de enero, febrero y diciembre sonlos menos confortables para la práctica tu-
rística, debido a la obtención de un puntaje final del ICT que varía ente 50 y 60 puntos,
razón por la cual se le atribuye a estos meses la categoría de confort Aceptable y Bueno.
Los valores medios para el primer decenio analizado son: temperatura del aire 20,9°C,
humedad relativa 78,3%, precipitación 182,6 mm, heliofanía efectiva 5 horas y velocidad
del viento 5,1 km/h. El intervalo 1991-2000 se caracteriza por una temperatura media del
aire de 21°C, humedad relativa de 77%, volumen medio de precipitación igual a 148,2 mm,
heliofanía efectiva media de 6 horas y velocidad media del viento de 5 km/h. El último
período 2001-2010 registra una temperatura media del aire de 21,3°C, humedad relativa
76%, precipitación media 102,2 mm, heliofanía efectiva media 5 horas y velocidad del vien-
to promedio igual a 9,8 km/h.
La Figura 1 expone la síntesis de los puntajes obtenidos por el ICT en las tres déca-
das analizadas. Se puede observar que el comportamiento de las tres curvas es similar,
pues en términos generales se identifica un crecimiento a partir del mes de marzo, al-
Aplicación del Índice Clima Turismo (ICT). Caso de estudio: Salta, Argentina 1267
canzando los puntajes máximos entre mayo y septiembre (meses de mayor confort para
la práctica turística) y con tendencia decreciente a partir de octubre. No obstante, vale
mencionar que el puntaje mensual obtenido para la década del 2001-2010 ha disminui-
do con respecto a las anteriores.
Figura 1. ICT para la ciudad de Salta. Período 1981-2010
Discusión
La literatura existente refiere al ICT como el índice más utilizado para la medición de
las características climáticas y el confort en un destino turístico,lo cual permite identi-
ficar en un año cuál es la temporada más apropiada para la actividad turística. Sin em-
bargo, algunos autores expresan que el ICT tiene tres grandes debilidades (Tang, 2013; de
Freitas et al., 2008; Scott y Lemieux, 2010; Millán López, 2016):
≈El ICT no es aplicable a toda la diversidad de prácticas turísticas sensibles al clima.
≈Los elementos climáticos y los rangos establecidos por Mieczkowski (1985) para la
construcción y evaluación del ICT son subjetivos. Siendo esta la mayor crítica, ya que
los rangos de evaluación de cada variable son fijados a criterio del autor sin un estudio
previo de la percepción con respecto al confort que los turistas tienen efectivamente.
1268 Ariadna Tanana, Verónica Gil, Cecilia Rodriguez y Alicia Campo
Conclusión
El resultado de la aplicación del Índice Clima Turismo de Mieczkowski en la ciudad de
Salta arroja que para los períodos decádicos 1981-1990, 1991-2000 y 2001-2010 los meses-
comprendidos entre mayo y septiembre son los que obtienen mayor puntaje del ICT, lo cual
implica la valoración del confort como: Muy Bueno. La temperatura media de los meses
de mayor confort es de 12°C, la humedad relativa media es de 68%, la precipitación media
de 6,5 mm, la heliofanía efectiva media se registra en 5,3 horas y la velocidad media del
viento es de 8,1 km/h. Los meses con menor puntaje del ICT, valorados dentro de la cate-
goría de confort Aceptable y Bueno, son diciembre, enero y febrero, con una temperatura
media de 21,1 °C, humedad relativa media igual a 77,1%, precipitación media de 144,3 mm,
heliofanía efectiva media de 5,3 horas y velocidad media del viento registrada en 6, 6 km/h.
Pese a los puntajes obtenidos del ICT se cree importante que a posteriori estos resultados
sean validados con la percepción de los turistas. En la discusión se plantean las críticas
que diferentes autores realizan con respecto al índice elaborado por Mieczkowski, entre
las cuales la que tiene mayor peso es la subjetividad en la construcción del ICT, ya que los
rangos de confort y disconfort son determinados a priori por el autor con base en biblio-
grafía biometeorológica sin considerar las valoraciones del turista en el destino.
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Turismo brasileño en Buenos Aires. La definición de la
mirada turística a través de medios especializados1
Claudia Alejandra Troncoso
Introducción
A pesar de los flujos turísticos que históricamente han conectado a Brasil con la Ar-
gentina, poco se sabe acerca de las visitas de los turistas brasileños y en particular qué
aspectos de la Argentina buscan conocer, cuáles son sus expectativas, a qué información
acceden sobre el turismo en el país antes de realizar el viaje, quiénes proveen esta informa-
ción y cómo la ofrecen, etc.2. Este trabajo se interesa por conocer, al menos parcialmente,
cuáles son los aspectos que caracterizan la visita turística de brasileños a la Argentina.
Especialmente nos preguntamos acerca de cómo se compone el conjunto de ideas e imáge-
nes sobre la Argentina y las propuestas para visitarla que circulan en la sociedad brasileña
(y, está claro, entre sus turistas o potenciales turistas). Este tema, en sí suficientemente
amplio, puede desdoblarse en varios ejes de indagación. Aquí buscamos conocer cómo la
Argentina es presentada en la publicación periódica dedicada al turismo de mayor circu-
lación y permanencia en la sociedad brasileña: la revista Viagem e turismo. El objetivo del
trabajo es identificar la forma de presentar la experiencia de viaje turístico de brasileños
a la Argentina que ha realizado esta revista desde 1996 (momento en que comienza a ser
editada). En particular, el acento se coloca en conocer cómo esta publicación presenta a la
ciudad de Buenos Aires como destino turístico y de qué manera se presenta la experiencia
de visitarla para el turista brasileño a lo largo de las dos décadas de edición de la revista.
Esto contribuiría a conocer algunos aspectos del proceso por el cual la Argentina se (re)
crea en tanto destino turístico internacional, en este caso, colocando la atención en torno
al viaje de un turista particular, el brasileño, y atendiendo a los actores e ideas que le dan
forma a una imagen de la Argentina como destino internacional que circula en la sociedad
de origen de estos turistas.
1 Este trabajo fue realizado con una beca postdoctoral del Proyecto Nº079/14 en el marco del Programa de Centros
Asociados de Postgrado Brasil-Argentina (CAPG-BA) financiado por el PIESCI –Argentina- y CAPES –Brasil-). Asi-
mismo, esta investigación es producto de la investigación realizada como parte del Postdoctorado en Geografía Hu-
mana (Departamento de Geografía, FFLCH, Universidade de São Paulo bajo la supervisión de Rita Cruz).
2 Una aproximación, mediante el análisis de documentos de gestión pública elaborados en la Argentina, puede en-
contrarse en Decasper y Servalli (2016).
1274 Claudia Alejandra Troncoso
Coincidiendo con lo que plantean otros autores (Daye, 2005) los artículos de revistas
especializadas, por un lado, realizan presentaciones de los lugares que en ocasiones inten-
tan estar imbuidas de cierta neutralidad (y señalan por ejemplo, aspectos positivos pero
también negativos de los lugares), pero por otro, este tipo de artículos suele incorporar
cierta información que puede interpretarse como una forma sutil de publicidad (reco-
mendaciones de ciertos locales, agencias, hoteles) -además de los avisos publicitarios de
prestadores turísticos que incluyen estas publicaciones-. En este sentido, no es aventurado
suponer una complicidad entre prensa especializada e industria turística (Daye, 2005) e
interpretar las imágenes generadas por la primera como imágenes inducidas, en el sentido
que le otorgaba originalmente Gunn (1972).
Por último, la creación de imágenes e ideas acerca de un lugar turístico se alimentará
de ciertos imaginarios4 acerca de los lugares (y las sociedades visitadas), a la vez que los
reforzará o cuestionará. En otras palabras, la imagen de un destino promovida por actores
interesados en la promoción turística puede tener trazos de la forma en que ese lugar fue
pensado, imaginado, retratado por los medios de comunicación no especializados en tu-
rismo, la literatura, el cine, etc. (Morgan y Pritchard, 1998; Urry, 2004) y viceversa.
En cierta medida, estos actores generadores de imágenes turísticas contribuyen a crear
expectativas (Urry, 2004) de una geografía turística para el turista (que va unida a una po-
sible, potencial, futura experiencia turística). Asimismo, este conjunto de ideas e imágenes
será aprovechado económicamente en tanto acompañará y habilitará la reproducción de
opciones para el consumo turístico como parte de la experiencia de viaje (Britton, 1991).
tas brasileños representaban el 14,35% del total de los turistas internacionales llegados a la
Argentina por vía aérea 5, en 2005 el 17% (teniendo en cuenta la misma vía de acceso)6 y en
2015 la cifra es similar, 16,78% (contempladas todas las vías de acceso)7. A su vez, constitu-
yen en la actualidad el segundo grupo más numeroso (luego de los que llegan de Chile que
representan un 20%) (Ministerio de Turismo de la Nación, 2016).
Un estudio llevado adelante por el Ministerio de Turismo de la Argentina señala que
aproximadamente hacia inicios de la década de 2010 la mitad de los turistas brasileños
que visitan la Argentina lo hacen por primera vez y la otra mitad ha repetido este destino
(Inprotur, Facultad de Ciencias Económicas-UBA, 2011); como se verá más adelante, para
cada uno de ellos habrá diferentes propuestas turísticas. Asimismo, las estadísticas ofi-
ciales argentinas indican que los turistas brasileños (que ingresan por los aeropuertos de
Ezeiza, Aeroparque y Córdoba) tienen una estadía promedio en el país de alrededor de 6,6
noches (Ministerio de Turismo, 2014).
La ciudad de Buenos Aires es uno de los destinos argentinos más frecuentados por los
turistas brasileños. Los datos oficiales argentinos señalan que el 81,9% de los turistas de
esta nacionalidad (que ingresan por los aeropuertos de Ezeiza y Aeroparque) visitan este
distrito (Ministerio de Turismo, 2014).
Parte de los turistas brasileños que llegan a la Argentina lo hacen a través de la adqui-
sición de un paquete turístico (los datos oficiales argentinos afirman que el 24% de los
turistas brasileños que en el año 2014 llegaron a Argentina por vía aérea lo hicieron me-
diante esta modalidad) (Ministerio de Turismo, 2014). Estos paquetes comprenden los
servicios básicos de traslado (vía transporte aéreo) y alojamiento al que puede sumarse
algún servicio complementario (entrada a espectáculos, ascenso a pista de esquí, etc.).
Los paquetes suelen variar en duración, precio, servicios y destinos incluidos. En oca-
siones ellos se arman para combinar más de un destino (la combinación Buenos Aires y
Bariloche es la más frecuente).
Los paquetes de viajes a la Argentina comercializados en Brasil se encuentran en manos
de varias empresas. Hasta comienzos de la década de 2000 se destacaba Soletur, una de
las principales operadoras turísticas brasileñas, especializada en viajes al exterior, que ex-
perimenta un proceso de quiebra en 2001 (Trigo y Arendt, 2007). En la actualidad, de las
empresas que comercializan paquetes a la Argentina,dos de ellas (CVC y Agaxtur), ade-
más, tienen presencia permanente en el país con filiales en la ciudad de Buenos Aires. En
el caso de CVC se trata, asimismo, de la mayor empresa de viajes y turismo que opera en
Brasil y logrando a mediados de la década de 2000 dominar el 70% del mercado doméstico
brasileño (Trigo y Arendt, 2007). Tiene presencia tanto en el mercado mayorista del turis-
mo brasileño como en el minorista. Cuenta con más de 700 agencias de viajes propias con
presencia en Brasil y otras 8.000 agencias acreditadas (Cruz, 2016)8.
5 La cifra de turistas brasileños arribados a la Argentina en 2000 por vía aérea fue de 169.942 (Secretaría de Turismo,
2005).
6 Los valores absolutos de las llegadas de turistas brasileños vía áreas en 2005 es de 318.867 (Ministerio de Turismo,
2011).
7 Para 2015 la llegada de turistas brasileños por todas las vías está estimada en 962.610 (Ministerio de Turismo de la
Nación, 2016).
8 Desde sus comienzos en la década de 1970 se dedicó al turismo para trabajadores industriales de la ciudad de San Pablo
y recién a comienzos de la década de 1990 comienza a realizar viajes internacionales (Trigo y Arendt, 2007; Cruz, 2016).
Turismo brasileño en Buenos Aires. La definición de la mirada turística a través de medios especializados 1277
9 En http://publiabril.abril.com.br/marcas/viagem-e-turismo/plataformas/revista-impressa.
10 Ellas incluyen: Grande San Pablo, Grande Rio de Janeiro, Grade Recife, Grande Porto Alegre, Grande Salvador,
Grande Belo Horizonte, Grande Curitiba, Grande Brasilia, Grande Vitória, Grande Florianópolis, Grande Goiania,
interior del estado de San Pablo.
11 Datos teniendo en cuenta la circulación del mes de julio de 2016 (http://publiabril.abril.com.br/marcas/via-
gem-e-turismo/plataformas/revista-impressa).
12 La nota de tapa se titula O melhor da Argentina y la imagen muestra a una pareja de bailarines de tango en Caminito.
13 Dedicado a Buenos Aires, titulado Buenos Aires en dose dupla y compuesto por una foto de una pareja en un local
gastronómico porteño.
14 Dedicado a Argentina y Chile con el título As surpresas de Argentina & Chile con foto de viñedos.
15 La nota de tapa lleva por título Experiencias na Argentina! y se compone de una foto que muestra viñedos sobre el
fondo de la Cordillera de los Andes.
16 En mayo de 2003 se incluyó una guía llamada 48 horas em Buenos Aires y en marzo de 2007 una titulada 31 atraçõe
para experimentar Buenos Aires.
17 El número de junio de 1999 incluyó una guía titulada Bariloche. Tudo para você curtir a capital do inverno, en julio de
2003 y junio de 2007 se incluyeron dos guías sobre esquí que incluyeron Bariloche entre otros destino (Gelo Quente y
Esqui & snow na America do Sul, respectivamente).
18 El relevamiento de los números que componen Viagem e turismo desde su creación (1996) fue realizado en las bi-
1278 Claudia Alejandra Troncoso
bliotecas de la ECA-USP, EACH-USP y en la Hemeroteca de la Biblioteca Mario de Andrade de la ciudad de San Pablo.
19 “Mais barata do que nunca, charmosa e classuda como sempre. Buenos Aires está a sua espera –seja para conhe-
ce-la, seja para redescobri-la” (“A Argentina é nossa”, mayo de 2003, p. 47)
20 Véase también el artículo “9 experiencias exclusivas em Buenos Aires” de octubre de 2016.
Turismo brasileño en Buenos Aires. La definición de la mirada turística a través de medios especializados 1279
lugares más transitados21, los clásicos shows incluidos en muchos paquetes turísticos22 (y
elegidos como excursión opcional por los turistas brasileños23), las clases para aprender a
bailar que se ofrecen en la ciudad24 y las milongas como versiones alternativas y locales a
los espectáculos de tango a los que suelen asistir los turistas25.
Otro de los puntos fuertes que no deja de mencionarse en todos los artículos dedicados
a la ciudad es la carne vacuna. El centro de la gastronomía porteña lo constituye este in-
grediente principal de platos distintivos, entre los que se destaca en sus versiones asadas:
A variedade da mesa portenha tem os representantes da tradição como as parrillas e cortes de
carne que beiram a perfeição em alguns endereços -o cozimento na brasa é uma instituição local
(“9 experiências gastronômicas em Buenos Aires”, septiembre de 2016, p. 84)
Buenos Aires como ciudad literaria también aparece intensamente promocionada. Aquí
el énfasis es en las figuras destacadas de la literatura local como Borges y Cortázar26 y la
oferta de librerías que presenta la ciudad (claramente entre ellas ocupa un lugar destacado
El Ateneo Grand Splendid27).
Uno de los elementos que aparece con frecuencia en los artículos de la revista es la iden-
tificación de Buenos Aires como destino de compras. Las fluctuaciones en las cotizaciones
de las monedas siempre han tenido influencia en las decisiones en materia de turismo y
esto afecta el carácter de destino de compras de un determinado lugar. Así, antes de la
devaluación del peso argentino en el 2002 la Argentina resultaba un destino caro para
buena parte de los turistas internacionales. Esto no era una excepción para los brasileños,
para quienes la elección de Buenos Aires parece justificarse en tanto alternativa a un viaje
al exterior a destinos más alejados:
Buenos Aires está cara, é verdade. Sua tia não estava exagerando quando contou ter pago 3 dólares
por uma Coca-Cola, mas ainda assim continua uma boa opção para se divertir muito sem gastar
como numa cidade europeia, por exemplo. Principalmente, na temporada de verão no hemisfério
norte, só com o que você economiza na passagem aérea da para pagar uma semana e hotel em Bue-
nos Aires, uma boa parrillada e as entradas para um concerto no Teatro Colón. É ainda sobra para
aquela blusa de cashemere da Calle Florida, que você vai usar para tomar um café com petitfours
no salão do Café Tortoni. (“Buenos Aires em 7 passos”, julio de 2000, p. 64)
El panorama cambia con la devaluación del peso argentino (y la crisis asociada) y esto
queda en evidencia en el título “Mi Buenos Aires barato” que encabeza un artículo de 2002
dedicado a señalar las opciones de compra en la ciudad y el copete que lo acompaña: “A
crise derrubou os preços –mas não o glamour. Um guia com os melhores lugares para fazer
compras na capital argentina” (p. 37). Más adelante, em el texto del artículo se afirma:
21 Ver, por ejemplo, el artículo de julio de 2000 “Buenos Aires em 7 passos”; allí la fotografía que da inicio al artículo
muestra a una pareja bailando con el epígrafe “Tango: paixão portenha” (p. 64).
22 En relación con esto suelen mencionarse los lugares más concurridos por los turistas como Señor Tango, Madero
Tango y Esquina Carlos Gardel.
23 Esto lo manifiesta el vice-presidente de la CVC en un artículo sobre Buenos Aires aparecido en la edición de marzo
de 2007 cuando Buenos Aires aparece en la tapa de la revista.
24 Véase el artículo de marzo de 2003 “Meu primeiro tango” (p. 81) cuyo objetivo es mostrar una clase de tango como
opción para los turistas.
25 “Quer ver como os argentinos dançam tango na vida real? Vá a uma milonga. Não tem o charme nem a grandiosi-
dade dos shows de tango, mas é um jeito mais pitoresco de esticar a noite sem acabar numa discoteca” (Guia 48hs em
Buenos Aires, mayo 2003).
26 Véase, por ejemplo, el número de marzo de 2007, el cual cuenta con una nota titulada “A cidade de Borges” (p. 65).
También en el número de Septiembre de 2015 se hace referencia a la existencia de tours dedicados a Cortázar y Borges.
27 Puede consultarse la Guia de viagem “31 atrações para experimentar Buenos Aires” que acompaña el número de
marzo de 2006.
1280 Claudia Alejandra Troncoso
É hora de aproveitar as liquidações de inverno, na Avenida Santa Fe, a ‘Quinta Avenida’ dos
portenhos, na Calle Florida e nos shoppings. Nas Galerías Pacífico (o centro comercial mais
famoso da Florida) a Cacharel, uma das lojas caras da cidade oferece descontos de ate 50% para
camisas italianas (p. 38) [...] …os preços na Argentina estão bem mais baixos no por causa do cam-
bio, mas dos descontos: como os argentinos não compram nada, os comerciantes tem que baixar
mais e mais suas ofertas (“Mi Buenos Aires barato”, septiembre de 2002 p. 37) […] Mesmo que a
loja não anuncie liquidación, muitas oferecem descontos se você tem dinheiro no bolso (“Mi Buenos
Aires barato”, septiembre de 2002, p. 38)28
Algunos puntos geográficos de la ciudad también se sugieren como visitas ineludibles.
Los barrios de La Boca (y especialmente Caminito), San Telmo y Recoleta forman parte
de todos los listados y circuitos que comprenden los ‘imperdibles’ de la ciudad, así como
la calle Florida, el Obelisco y el Cementerio de la Recoleta 29. Puerto Madero es otro de los
barrios que se presentan descritos y profusamente fotografiados en los artículos de la re-
vista. De este barrio se destaca su carácter reciente y su condición de ser un área que estuvo
sujeta a procesos de renovación ancladas en una infraestructura que adquirió carácter
patrimonial (Bertoncello, 2006):
Com seus prédios de tijolos vermelhos totalmente restaurados, Puerto Madero é hoje um charmo-
so bairro a beira-do-rio, apinhado de bons restaurantes e escritórios elegantes. (“Buenos Aires em
7 passos”, julio de 2000, p. 68)
Assim como alguns cariocas torcem o nariz para a Barra da Tijuca, há portenhos que não engolem
Puerto Madero. Nós, brasileiros, não estamos nem aí e paramos para a enésima foto na Puente de
laMujer, do arquiteto Santiago Calatrava. Madero revitalizou muito bem a antiga área portuária
decadente. (“Meninas ricas”, abril de 2012, p. 86)
Estos clásicos de las visitas turísticas que realizan los brasileños están acompañados de
nuevas propuestas presentadas como opciones novedosas por la revista y como un com-
plemento o contrapunto con la versión más clásica y consolidada de la visita a la ciudad.
Aquí el contraste entre un barrio consolidado de las visitas turísticas (Recoleta) y otro más
reciente (Palermo Viejo):
se as ruas arborizadas e os prédios charmosos da Recoleta sintetizam a Buenos Aires clássica e eu-
ropeia, e no bairro de Palermo Viejo, a 10 minutos do centro, que você vai encontrar a Buenos Aires
rejuvenescida. Antigo reduto das colônias armênia e russa, Palermo Viejo reencarnou como o novo
polo da moda e do design. (“A Argentina é nossa”, mayo de 2003, p. 48)
Ambas versiones de la ciudad, la clásica y la renovada, se presentan, respectivamente,
como opciones para quienes visitan la ciudad por primera vez (iniciantes30) y para aquellos
ya conocedores del destino (iniciados)31. Para aquellos ya conocedores de Buenos Aires, sin
embargo, los lugares más visitados continúan siendo interesantes al menos para obtener
fotos emblemáticas de la ciudad turística32.
28 El artículo está compuesto por fotos de vidrieras con carteles de liquidación, además de otras de los lugares de
compras más concurridos por los turistas en esa época como Galerías Pacifico. También mediante las fotos se seña-
lan qué rubros aprovechar y allí se destaca la indumentaria y las antigüedades. Dos fotos, una que muestra una vista
aérea nocturna de la 9 de Julio y otra de una vidriera con el cartel “liquidación total” van acompañadas del siguiente
epígrafe: “Dois marcos da capital argentina: o obelisco da 9 de Julio e os descontos nas vitrines” (p. 38-39).
29 Véase artículo “A primeira vez que vi você” de marzo de 2007 (p. 48) que presenta un recorrido por los atractivos
ya consagrados de la ciudad.
30 Así se hace referencia a estos turistas en el artículo “A primeira vez que vi você” de marzo de 2007 (p. 48).
31 Este es el caso del artículo “As duas Buenos Aires” de marzo de 2007, cuyo copete explica: “Uma é a do Caminito, do
Obelisco, do alfajor, dos pacotes. A outra é a de Palermo Viejo, San Telmo e... dos portenhos, digamos. Um conselho?
Fique com ambas” (p. 45).
32 “A Buenos Aires de clichês pode render, no mínimo, boas fotos. Portanto, não a despreze. O nosso roteiro começa
Turismo brasileño en Buenos Aires. La definición de la mirada turística a través de medios especializados 1281
justamente no cartão-postal mais manjado da capital, o Caminito” (48 horas em Buenos Aires, online).
33 Véase por ejemplo, el artículo de mayo de 2003 donde a partir de un mosaico de fotos se destacan objetos de diseño
que ofrece la ciudad (p. 49).
34 Consúltese, por ejemplo, la nota de marzo de 2007 (p. 70) que destaca la oferta hotelera del barrio.
35 Esta misma idea había organizado un número anterior de marzo de 2006 titulado “Boas novas de Buenos Aires.
Uma seleção do que ha de novo –e imperdível- na capital da Argentina (p.58).
36 Como, por ejemplo, la mención a Boedo como capital mundial del tango (p.62).
37 En el artículo se asegura que “as tradicionais marcas argentinas estão todas lá” (“Novos aires” noviembre de 2015,
p. 62) lo que da una idea de que el turista brasileño, además de interesarse por la compra de marcas internacionales
a precios convenientes en la Argentina, también conocen y valoran ciertos bienes de la industria nacional argentina.
38 En un número anterior ya se afirmaba que, entre otras cosas, Buenos Aires “… tem uma nova cena, alinhada com
tendências como a valorização de ingredientes locais, o boom da coquetelaria e a onda das cafeterias” (“9 experiências
gastronómicas em Buenos Aires”, septiembre de 2016, p. 84), además de ser “invadida” por “mercados de rua e feiras
de comida gourmetizadas” (“Novos aires”, noviembre de 2015, p. 62).
39 Aparecen mencionados el Centro Cultural Néstor Kirchner (CCK) (2015), el Museo del Bicentenario (2011) y el
Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur (2014).
1282 Claudia Alejandra Troncoso
Para abril de 2013 los recorridos tematizados a partir de la vida del Papa incluso pare-
cen dejar atrás la novedad atribuida a Palermo en el título que propone: “Argentina. Lejos
de tudo. A Buenos Aires off Palermo do novo papa” para señalar qué otras cosas de la ciu-
dad pueden verse más allá de lo ya conocido.
Pero además de estos cambios en los atractivos mostrados también la revista introduce
como novedad aspectos de la ciudad que se supone que forman parte de la vida cotidiana
del local. La renovación de opciones, en este caso, alineada con las nuevas tendencias en el
turismo actual y la definición de un turismo de distinción (Cohen, 2005) es presentada a
partir de la propuesta de vivir como un porteño:
Fugindo da Buenos Aires típica. Faça como os argentinos: passe a manha no Parque de Palermo
(peça para descer perto do JardínJaponés). Aproveite para visitar o Museo Nacional de Belas-Artes
[...]. Passeie pela Recoleta, dessa vez prestando atenção não nas vitrines, mas nos prédios e nas
praças. (Guía 48hs em Buenos Aires, mayo de 2003)
Retratos turísticos de larga data, apoyados en imágenes e ideas acerca de la ciudad que el
turismo y la cultura popular han contribuido a delinear se hacen presentes en las formas
de introducir a la ciudad de Buenos Aires en esta publicación especializada de circulación
brasileña. Eventos particulares y transformaciones propias de la ciudad (muchas de ellas
orientadas hacia el propio turismo) también son retomados y reforzados por la prensa es-
pecializada para mostrar un conjunto de atractivos de un destino clásico para el público
brasileño pero que a la vez multiplica sus posibilidades para ser visitado repetidamente.
Así, la Buenos Aires europea, ciudad cultural y tanguera se conjuga con las posibilidades
que ofrece como destino de compras de bienes y actividades variadas que se actualizan
conforme las tendencias del consumo.
Conclusiones
El análisis de la forma de presentar Buenos Aires en la revista Viagem e Turismo permite
asomarse a una de las tantas maneras de presentar la ciudad turística. En efecto, el análi-
sis acerca de cómo un destino en particular es presentado por la literatura turística espe-
cializada (en este caso, la generada por un medio de comunicación)hace posiblevislumbrar
parcialmente la manera en que se define una imagen del destino. La revista Viagem e turis-
mo, como toda publicación especializada, forma parte de aquellos medios turísticos que
se constituyen en voz autorizada para retratar destinos turísticos, a la vez que exponen
sus potencialidades (y sus límites) para determinados públicos. En este sentido, la pro-
puesta que realiza la publicación define una geografía turística presentada para el turista
brasileño en función de lo que interesa a ese público particular. Presenta una selección y
organización de la información para el potencial consumidor perpetuando ciertas ideas y
alimentando determinados imaginarios geográficos acerca de Buenos Aires. Se establece
así una geografía turística ‘posible’ (viable, segura, cómoda) según lo que ofrece el sistema
turístico. En efecto, lo que aparece en los artículos es lo efectivamente realizable: aquello
que se puede concretar a través de la adquisición de un paquete y de la contratación de ma-
nera individual de una serie de servicios básicos, según lo aseguran las ‘claves de acceso’, la
información práctica que acompaña los artículos.
El análisis aquí realizado podría ser un punto de partida para contrastar estas formas
de presentar la ciudad con otras realizadas por otros actores, lo que permitiría dar cuenta
de estrategias, puntos de vista y resultados coincidentes, complementarios o contradicto-
Turismo brasileño en Buenos Aires. La definición de la mirada turística a través de medios especializados 1283
rios en las formas de presentar este destino. Asimismo, el análisis aquí realizado podría
dar lugar a estudios posteriores que ahonden en cómo Buenos Aires es presentada en el
conjunto de destinos que se colocan a disposición del turista brasileño en estos medios de
comunicación: ¿con qué otros destinos se articula?, ¿de qué manera?, ¿con cuáles compite?,
etc., constituyen potenciales interrogantes para continuar desdoblando los múltiples as-
pectos de la relación entre promoción y definición de la imagen turística de los lugares.
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