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Turismo dentro de Desarrollo Sostenible

En las últimas dos décadas aproximadamente se han comenzado a


iniciar nuevas vías de desarrollo en el turismo, tanto en la demanda
como en la oferta. Estos cambios son consecuencia de una creciente
sensibilidad social por la calidad ambiental, pues son bien conocidos los
efectos de degradación paisajística, ambiental, social y cultural que el
turismo de masas ha generado a numerosas áreas del mundo.

Los nuevos turistas buscan espacios con menor impacto sobre el medio
y con una mayor integración de las características sociales y culturales
locales. Los espacios receptores buscan vías alternativas de desarrollo
que permitan reducir los efectos negativos del turismo sobre el medio,
que aseguren una más amplia diversidad de formas turísticas y, sobre
todo, que integren de forma más armónica las necesidades del turista y
de la población local.

El turismo no debe entenderse como una actividad económica aislada y


que funciona de forma independiente. Por el contrario, el turismo
depende de numerosos sectores de la economía que lo abastecen de
bienes y servicios (alimentación, transporte, seguros, energía,
tecnología, construcción, mobiliario, etc.). Se presentan en los espacios
turísticos presiones excesivas sobre el territorio y los intereses
socioeconómicos muy a menudo están enfrentados, se hace necesario
un enfoque que permita la confluencia de posiciones antagónicas que
contemplen la mayor parte posible de necesidades y prioridades de los
agentes sociales locales y los sectores económicos. En esta medida
cobra sentido la implementación de modelos de participación
ciudadana como paso fundamental hacia una gestión sostenible.

Este cambio en la concepción del turismo contemporáneo se inscribe


en un contexto más amplio: la necesidad de implementar modelos de
desarrollo sostenible, que hagan compatible el desarrollo económico
con la conservación de los recursos naturales y el incremento de la
equidad y de la justicia social. En este sentido, la sostenibilidad no es
una posible opción a la actividad turística, sino que es la única opción,
aquella que puede mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de hoy
y del futuro sin sobrepasar la capacidad de carga de los ecosistemas que
son el soporte de vida en la tierra.

El concepto de Turismo Sostenible parte de un concepto más amplio


como lo es el de Desarrollo Sostenible. Factor esencial para la gestión
sostenible de los espacios turísticos es la implantación de la ya
mencionada Agenda 21.

Como sostiene Helena Ullastres, geógrafa y responsable de campañas


de sensibilización y educación ambiental de la
organización Ecomediterranea, en su documento "El paisaje, objeto de
la mirada turística", el turismo debería reunir las siguientes
características. Debe ser:
• PLANIFICADO: debe tomar en cuenta las condiciones actuales
(diagnósticos) y las perspectivas futuras para definir una estrategia de
sostenibilidad, tomando en cuenta el contexto humano, físico, social,
económico y ambiental.

• INTEGRADO: la oferta turística debe ser el resultado natural de


todos los recursos turísticos locales, (ecológicos, culturales,
monumentales, artísticos, gastronómicos, folklóricos, mágico religiosos,
etc.).

• ABIERTO: siendo local, debe estar abierto al contexto y a los


espacios territoriales próximos.

• DIMENSIONADO: temporal y espacialmente. Es decir, propender


a eliminar la estacionalidad en periodos y territorios limitados.

• PARTICIPATIVO: participación de todos los agentes que


intervienen en el proceso turístico (gobiernos, empresas, población
local)

La Organización Mundial del Turismo (OMT) define el turismo


sostenible como aquel que «responde a las necesidades de los turistas y
de las regiones anfitrionas presentes, a la vez que protege y mejora las
oportunidades de futuro». Y es que este tipo de turismo es,
efectivamente, una oportunidad de futuro para muchas regiones que
tienen un gran potencial de riqueza que ofrecer al turista, pero también
mucho que ganar -y a veces que perder- con su presencia y la de las
empresas que operan en su territorio.

El turismo sostenible es un tipo de turismo enfocado a la gestión


de los recursos de manera que satisfagan todas las necesidades
económicas, sociales y estéticas, y a la vez que respeten la integridad
cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los
modos de vida de los países anfitriones.

El objetivo es conseguir que los recursos naturales y culturales se


conserven para su uso continuado en el futuro, al tiempo que reporten
beneficios y mejoren la calidad ambiental, sin perder el importante
potencial comercial que tiene un sector como éste. Sobra decir que el
reparto de los beneficios obtenidos debería ser justo. Sólo así el
turismo, que entonces sí podrá llevar la etiqueta de «sostenible», se
convertirá en una herramienta estratégica de desarrollo económico
local.

El turismo supone una gran oportunidad en algunas zonas en las


que no existen otras alternativas de actividad económica, y a su vez
ofrece la posibilidad de crear nuevas empresas locales, principalmente
pymes, y oportunidades de trabajo para sus habitantes. Pero todo ello
debe hacerse de forma sostenible, porque de lo contrario, el
intercambio sólo será beneficioso para una de las partes.
Sin embargo, y aunque el sector turístico siempre se ha
considerado un motor de desarrollo económico capaz de crear empleo,
modernizar las infraestructuras, impulsar otras actividades productivas,
o revalorizar los recursos autóctonos, en algunas ocasiones no es tan
evidente su capacidad de generar ingresos en los países de destino, ya
que suelen ser los países de origen los que más se benefi- cian de esta
actividad.

TURISMO SOSTENIBLE: LAS REGLAS DE JUEGO.

Aunque hay muchas formas de viajar y hacer turismo respetuosas


económica, social y ambientalmente con el país que se visita –o en el
caso de las empresas, donde se ubican sus infraestructuras o servicios–,
es habitual que los ciudadanos lo identifique con un concepto concreto:
el ecoturismo, que incide más en la vertiente ambiental que en la social
y económica, aunque sin olvidar éstas.

Según la definición de la ONG Ecotourism Society se trata de un


turismo en zonas naturales que contribuye a la protección del medio
ambiente y deja benefi- cios para la población local. Sin embargo esta
misma ONG advierte del peligro de «englobar» bajo este epígrafe otros
tipos de turismo de naturaleza poco o nada sostenibles. Para hablar de
un verdadero modelo turístico sostenible se necesita el compromiso y la
responsabilidad de turistas, turoperadores, anfitriones e instituciones
públicas. Sin todos ellos, conseguirlo será muy complicado. Es evidente
que los visitantes tienen una responsabilidad con la sostenibilidad del
destino y el medio ambiente en general en la elección de sus viajes, en
sus comportamientos y en sus actividades, pero también la tienen los
turoperadores, que deben explicar con precisión a los visitantes las
cualidades y los aspectos sensibles de los destinos que visitan; y de las
empresas del sector, para que conciban y desarrollen sus actividades
reduciendo al mínimo su impacto negativo, se cerciore de que la
planificación y explotación de sus instalaciones incorpora principios de
sostenibilidad, e incluso adopten alguna certificación fiable u otro
sistema de regulación voluntario y coopere con ONG que trabajen en
las zonas naturales protegidas.

La lista continúa con la utilización de materiales y productos, así


como recursos logísticos y humanos propios del lugar, la promoción
entre sus clientes de un comportamiento ético y respetuoso con el
medio ambiente, la generación de conciencia entre sus directivos y
empleados sobre temas ambientales y culturales a nivel local, nacional
y mundial, o que garantice una distribución equitativa de los beneficios
económicos entre turoperadores internacionales, emisores y
receptores, proveedores locales de servicios y comunidades locales
mediante alianzas estratégicas.La lista de «deberes» es larga. Por eso,
no es fácil dotar de contenido al –casi manido ya– concepto de
«turismo sostenible».

Los gobiernos, por su parte, también tiene mucho que hacer:


formular políticas y estrategias de desarrollo nacionales, regionales y
locales sobre turismo coherentes con los objetivos globales del
desarrollo sostenible a través de un amplio proceso de consultas con
todos los agentes implicados: el sector privado, las ONG, las
instituciones académicas, las comunidades locales, etc.

A esto se suma velar por la colaboración y participación


adecuadas a escala nacional, provincial y local de todas las instituciones
públicas competentes, crear los mecanismos de regulación y
seguimiento necesarios, u ofrecer incentivos a los operadores turísticos
y proveedores de servicios que apliquen los principios del turismos
sostenible y actúen con mayor responsabilidad ante las preocupaciones
ambientales, sociales y culturales.

En esta labor, todos tienen un cometido concreto y asignado. Pero


para todos, el diálogo multisectorial es un deber indispensable.

GESTIÓN AMBIENTAL

AMBIENTEPROTEGIDO ♦ 02/02/2012 ♦ DEJA UN COMENTARIO


La gestión ambiental es un conjunto de actividades,
mecanismos, acciones e instrumentos, dirigidos a garantizar la
administración y uso racional de los recursos naturales mediante la
conservación, mejoramiento, rehabilitación y monitoreo del medio
ambiente, aplicándose la política ambiental establecida mediante un
enfoque multidisciplinario. Se basa en un proceso permanente y
continuo, orientado a administrar los intereses, expectativas y recursos
relacionados con los objetivos de las políticas nacionales que tienen que
ver con el ambiente, teniendo un carácter intersectorial.

El objetivo fundamental de toda gestión ambiental es resolver,


mitigar y/o prevenir los problemas de carácter ambiental, con el
propósito de lograr un desarrollo sostenible, entendido éste como
aquel que le permite al hombre el desenvolvimiento de sus
potencialidades y su patrimonio biofísico y cultural y, garantizando su
permanencia en el tiempo y en el espacio.

Sin duda alguna, la gestión ambiental permite abordar los


graves daños que le hemos causado a nuestro planeta, producto de la
desmedida industrialización y del crecimiento desmesurado de la
población humana, lo cual pone en evidencia cada vez más el uso
inadecuado de nuestros recursos naturales y la avasallante
contaminación a la que estamos sometiendo al planeta, con la
deposición de desechos sólidos cada vez más difíciles de manejar, la
contaminación de nuestros recursos hídricos, los cambios atmosféricos
sufridos por la emanación de gases que generan el efecto invernadero y
la desaparición progresiva de nuestras especies animales y vegetales
por su explotación sin control y por la falta de preservación de las
mismas.

Las áreas que involucran la gestión ambiental pueden resumirse


en los siguientes puntos:

1. La Política Ambiental: Relacionada con la dirección pública y/o


privada de los asuntos ambientales internacionales, regionales,
nacionales y locales. Dicha política va de la mano con los acuerdos
internacionales que nuestro país firme en las diversas convenciones
ambientales que se celebran cada año en el mundo, las cuales, por
aprobación de la Asamblea Nacional, tienen un nivel constitucional (o
por lo menos deberían tenerlo).

2. Ordenación del Territorio: Entendida como la distribución de


los usos del territorio de acuerdo con sus características, lo cual
contribuye a una mejor distribución poblacional y a la preservación
natural en áreas densamente pobladas.

3. Evaluación del Impacto Ambiental: Conjunto de acciones que


permiten establecer los efectos de proyectos, planes o programas sobre
el medio ambiente y elaborar medidas correctivas, compensatorias y
protectoras de los potenciales efectos adversos. Dichas evaluaciones
deben ser realizadas por los órganos competentes y capacitados para
tal fin, evitando las improvisaciones y la dilución en asuntos no
trascendentales.

4. Contaminación: Estudio, control, y tratamiento de los efectos


provocados por la adición de sustancias y formas de energía al medio
ambiente. El abordaje de este gravísimo problema debe ser una política
de Estado.

5. Vida Silvestre: Estudio y conservación de los seres vivos en su


medio y de sus relaciones, con el objeto de conservar la biodiversidad.
Esto nos aseguraría la prevención de la extinción de especies animales
cada vez más en peligro de desaparecerse, debido a factores
multifactoriales.

6. Educación Ambiental: Cambio de las actitudes del hombre


frente a su medio biofísico, y hacia una mejor comprensión y solución
de los problemas ambientales. La educación ambiental debería
comenzar en el hogar y estar incluida dentro de la educación formal.

7. Estudios de Paisaje: Interrelación de los factores bióticos,


estéticos y culturales sobre el medio ambiente. Hacer más habitables
nuestras ciudades, armonizándolas con los espacios naturales.
COMUNIDAD RECEPTORA: ELEMENTO ESENCIAL EN LA GESTIÓN
TURÍSTICA

HOST COMMUNITY: AN ESSENTIAL ELEMENT IN TOURISM


MANAGEMENT

Juan Carlos Monterrubio Cordero

Doctor en Profesor-Investigador en Turismo. Universidad


Autónoma del Estado de
México. México.carlos.monterrubio@ymail.com.

RESUMEN
La comunidad receptora se ha considerado un elemento esencial
en el sistema turístico. Aunque su incorporación en los procesos de
planificación y gestión turística es frecuentemente mínima, su
importancia radica en el apoyo u obstaculización al desarrollo turístico.
En este sentido, la presente obra busca enfatizar la importancia de
incorporar la comunidad local en dichos procesos. Específicamente,
analiza la falta de atención académica en la comunidad receptora como
objeto de estudio. Asimismo, examina brevemente aspectos semánticos
del concepto “comunidad”. Finalmente, examina la comunidad
receptora como elemento esencial del sistema turístico para de esta
manera rescatar su importancia en la planificación y gestión turística.

Turismo y comunidad receptora. Un estudio en la costa


venezolana

Ver/

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Fecha

2009-04-30

Autor

Sánchez Tovar, Ligia

Palabras Clave

Actividad turística, Empleo,Comunidad receptora, Percepción del


turismo

Tourist activity, Employment, Host community, Tourism perception

Metadatos
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En este artículo, derivado de un estudio cualitativo, se indaga


sobre la percepción que tienen las comunidades receptoras sobre el
desarrollo del turismo en una de las zonas más atractivas de las costas
aragüeñas en Venezuela: Puerto Colombia-Choroní. Para la recolección
de la información se acude a la entrevista en profundidad dirigida a,
pobladores autóctonos y no originarios, dueños de posadas turísticas.
Se concluye que, en los últimos años, Puerto Colombia recibe el 90% de
los turistas que visitan Choroní; en el pueblo funcionan treinta posadas,
las cuales son insuficientes en temporada alta. Las comunidades
receptoras perciben de manera diferenciada el impacto que tiene el
turismo sobre el empleo de los jóvenes. La población autóctona
manifiesta que el turismo ha sido un depulsor del pueblo puesto que
éste se ha deteriorado producto de la pérdida de los valores culturales,
el agotamiento de los servicios públicos, la basura en las playas, el
consumo indiscriminado de bebidas alcohólicas en el malecón y la
proliferación enfermedades de transmisión sexual. La actividad turística
la desarrolla fundamentalmente la población no originaria, sin el apoyo
de las administraciones públicas nacionales ni regionales. La población
joven no ha sido formada para dedicarse a la actividad turística, lo cual
podría ser una de las razones que limitan el empleo en esta actividad
para los jóvenes; el tipo de empleo que genera la actividad turística,
para la población autóctona, es estacional, poco calificado y de baja
remuneración. A pesar de ello los jóvenes abandonan, temporalmente,
las actividades de pesca y agricultura para insertarse de forma marginal
e informal en las actividades vinculadas con el turismo.

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