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INTRODUCCIÓN ............................................................................................................. 1
CONCLUSIÓN ............................................................................................................... 11
FUENTES....................................................................................................................... 12
INTRODUCCIÓN
La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra
la Mujer, “Convención de Belém Do Pará”, fue suscrita en el XXIV Período Ordinario de
Sesiones de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos en
1994, en Belém Do Pará, Brasil. México suscribió dicha convención en 1995 y fue hasta
1998 que se ratificó.
Como resultado de esta iniciativa mexicana, en octubre de 2004, los Estados Parte
aprobaron por aclamación el Estatuto del Mecanismo de Seguimiento de la
Implementación de la citada Convención (MESECVI), el cual tiene carácter
intergubernamental y está facultado para formular recomendaciones a los Estados
Parte y dar seguimiento a la aplicación de las disposiciones de este instrumento a
través de un sistema de cooperación técnica para el intercambio de información,
experiencias y mejores prácticas entre los gobiernos del Hemisferio.
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1. BELENM DO PARA SEGÚN AUTORES
1.1 LA CONVENCIÓN
La Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra
la mujer – conocida como Convención de Belém do Pará – es la primera convención
continental específica que tiene como objetivo la lucha contra esta manifestación
extrema de la discriminación estructural y social que viven las mujeres.
Esta Convención fue adoptada el día 9 de junio de 1994 durante el Vigésimo Cuarto
Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de los
Estados Americanos.
La definición de lo que debe entenderse como violencia contra las mujeres, consignada
en los artículos 1 y 2 de esta Convención marca un hito y es un punto de inflexión para
una comprensión integral de la complejidad de las interrelaciones que reproducen la
condición de subordinación social de las mujeres y en las cuales la violencia – en sus
diversas manifestaciones y escenarios – es el mecanismo que permite sostenerla y
perpetuarla.
Artículo 1: Para los efectos de esta Convención debe entenderse por violencia
contra la mujer cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause
muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el
ámbito público como en el privado.
b. que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona y que
comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas,
prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en
instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar, y
c. que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, donde quiera que
ocurra.
La Convención de Belém do Pará fue ratificada por Costa Rica en el año 1995. Desde
entonces ha inspirado y guiado el desarrollo de la política pública nacional sobre
violencia contra las mujeres y continua siendo el referente para medir el avance hacia
su erradicación.
Este instrumento de derechos humanos es una gran conquista de las mujeres del
continente, de sus organizaciones y de los Estados parte que de manera visionaria
reconocieron que la erradicación de la violencia es un requisito indispensable para que
las mujeres puedan hacer un ejercicio efectivo de todos los demás derechos que les
corresponde como seres humanos.
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población en general a sumarse a esta conmemoración para promover un mayor
conocimiento y divulgación de los alcances de este instrumento de derechos humanos.
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INAMU (Junta Directiva, Oficinas Centrales, Oficinas Regionales, Delegación de la Mujer)
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Para asegurar la implementación efectiva de la Convención se requiere un proceso de
evaluación y apoyo continuo e independiente, para lo cual existe el Mecanismo de
Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (MESECVI)2
Convención de Belém do Pará, por lo que los pasos a seguir en este sentido deben ser
recibidos con beneplácito. No obstante a ello, el Comité también desea manifestar que,
según expresan distintas organizaciones de la sociedad civil, algunos de estos
proyectos podrían afectar la esencia de la Convención de Belém do Pará.
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Secretaria de Gobernación “Dra. Olga Sánchez Cordero”
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como en el privado, que garantice el acceso a la justicia y la reparación de las víctimas
y que garantice presupuestos significativos que permitan llevar a cabo acciones y
programas nacionales para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las
mujeres, a fin de garantizar una vida libre de violencia para todas las mujeres, niñas y
adolescentes del país. En definitiva, una ley que incorpore los estándares y
compromisos emanados de la Convención Belem do Pará, instrumento internacional
suscrito y ratificado por la República Dominicana.
2. BELEM DO PARA
La Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia, elaborada
con la participación de mujeres, activistas y defensoras de los derechos humanos de las
mujeres, forma parte de la nueva generación de leyes aprobadas en toda la región y
recoge los aportes de un número importante de países que han incrementado las penas
y tipificado el feminicidio. Es cuando se analiza su cumplimiento que se ubican los
principales desafíos y, aunque no es este el lugar para identificar la agenda legislativa,
vale la pena subrayar que no por mucho legislar los derechos de las mujeres se
respetan: un ejemplo claro de cómo el machismo mete la cola es que la Ley integral
contra la violencia, junto a sus aportes, abre las puertas para la impunidad al no prohibir
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Thomas Struth in conversazione con James Beacham
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completamente la conciliación y con ello alentar la búsqueda de soluciones
extrajudiciales. Al respecto, de lo que se trata es de adoptar medidas que tiendan a
reforzar la efectividad de la garantía de acceso a la justicia y, en este sentido, se reitera
la importancia de asegurar la eliminación de distintas modalidades de conciliación, no
solo en los planos normativos, sino también en las conductas y prácticas del poder
judicial5. Tampoco se cuenta con investigaciones que permitan conocer los casos de
conciliación no reportados, alentados por las familias, las autoridades policiales y hasta
las autoridades originarias. Es probable que un estudio de esas características ofrezca
pautas que permitan mejorar el acceso a la justicia.
2.2 LA LEY
A lo largo de los años se han identificado múltiples formas de violencia física, sexual y
psicológica y se ha tipificado al feminicidio como el asesinato de mujeres por razones
de género. Ha sido la lucha feminista de la última mitad de siglo, a menudo
desconocida, la que ha logrado que la violencia contra las mujeres sea un problema
público y prevalente, meritorio de acciones estatales para su prevención, investigación,
sanción y reparación. Desde la pionera Convención de Belém do Para (1994) hasta la
Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer (CEDAW) y su Protocolo Facultativo (1999) así como numerosos acuerdos
internacionales adoptados por consenso dan cuenta de la importante batalla de las
ideas que ha tenido lugar para el reconocimiento de los derechos humanos de las
mujeres. La democracia sostenida —qué duda cabe— ha sido el escenario para la
aprobación de leyes en todos los países.
Sí, Bolivia podría ganar el campeonato mundial de leyes, coinciden las invitadas. La Ley
integral 348, la Ley de trata y hasta una ley premiada internacionalmente: la Ley 243
contra el acoso político y la suscripción de todos los tratados internacionales de
derechos humanos, dan la razón a quienes consideran que si esto fuera una
competencia, Bolivia estaría ocupando los primeros lugares.
La Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia, elaborada
con la participación de mujeres, activistas y defensoras de los derechos humanos de las
mujeres, forma parte de la nueva generación de leyes aprobadas en toda la región y
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recoge los aportes de un número importante de países que han incrementado las penas
y tipificado el feminicidio. Es cuando se analiza su cumplimiento que se ubican los
principales desafíos y, aunque no es este el lugar para identificar la agenda legislativa,
vale la pena subrayar que no por mucho legislar los derechos de las mujeres se
respetan: un ejemplo claro de cómo el machismo mete la cola es que la Ley integral
contra la violencia, junto a sus aportes, abre las puertas para la impunidad al no prohibir
completamente la conciliación y con ello alentar la búsqueda de soluciones
extrajudiciales. Al respecto, de lo que se trata es de adoptar medidas que tiendan a
reforzar la efectividad de la garantía de acceso a la justicia y, en este sentido, se reitera
la importancia de asegurar la eliminación de distintas modalidades de conciliación, no
solo en los planos normativos, sino también en las conductas y prácticas del poder
judicial5. Tampoco se cuenta con investigaciones que permitan conocer los casos de
conciliación no reportados, alentados por las familias, las autoridades policiales y hasta
las autoridades originarias. Es probable que un estudio de esas características ofrezca
pautas que permitan mejorar el acceso a la justicia.
En esa línea, preocupa que a pesar de contar con recursos del impuesto sobre los
ingresos petroleros (alrededor del 60% de esos ingresos se entregan a los
departamentos), los gobiernos subnacionales no asumen la obligación que tienen de
combatir la violencia contra la mujer y van priorizando otros aspectos en su planes
operativos como temas de carreteras y servicios, dejando a un lado el trabajo que se
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tiene que hacer en la lucha contra la violencia. Un estudio realizado luego de siete años
de creación del impuesto, muestra cómo los diferentes niveles de Gobierno han
acumulado millonarios saldos en cuentas bancarias de presupuestos que no se han
ejecutado en su totalidad, y se ha pasado de una etapa deficitaria a una etapa
superavitaria.
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hacer leyes y aumentar las penas ha sido muy fuerte, pero que pocos países, incluido el
nuestro, han invertido en prevención.
Nos interesa que ustedes puedan intervenir en lo que a juicio de cada una son los
cuellos de botella, los nudos; dónde tenemos que desatar, cómo podemos mejorar ese
acceso a la justicia y, sobre todo, poner el énfasis en los desafíos.
Entonces, invito a Ana María, a quien me da mucho gusto tenerla aquí como
representante del Ministerio de Justicia, para que ella pueda gatillar e iniciar la primera
ronda de intervenciones de la que pretendo ser una enérgica moderadora, para que
aprovechemos una distribución equitativa de la palabra. Le pido a Ana María que
pueda, desde la perspectiva del Ministerio de Justicia, hablar sobre cómo se ve el
fenómeno de la violencia contra la mujer, y, sobre todo, nos haga conocer las políticas
del Estado Plurinacional.
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CONCLUSIÓN
Las conclusiones del Foro Hemisférico Belém do Para, señalando que a 20 años de la
Convención, el área de prevención de la violencia es donde menos se ha avanzado a
nivel regional “la no violencia es un sueño inalcanzable y requiere del compromiso
social y político de todos y todas”.
Con posterioridad se otorgó un espacio para hablar sobre los beneficios de las leyes
integrales y la experiencia a nivel regional. Esther Prieto, experta en derechos
humanos, habló sobre la incidencia en Paraguay de la Convención de Belém do Pará,
señalando que gracias a la Convención ratificada por el país, hubo un destape en las
denuncias sobre violencia contra las mujeres.
Mónica Bayá, se refirió a los desafíos en la elaboración de una Ley integral, desde la
experiencia de Bolivia. La mayoría de las leyes en materia de igualdad y no
discriminación han sido conquistas del movimiento de mujeres y acotó que aún no hay
una ley integral en materia de violencia contra las mujeres, lo cual es una deuda del
Estado.
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FUENTES
Texto
Web
http://www.scielo.org.bo/
https://asuncion.sites.unicnetwork.org/
https://www.panoramical.eu/
https://www.oas.org/
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