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ISSN: 1577-3442
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América sin nombre, nos 13-14 (2009) 64-72
de Zubiaga «la Mariscala», Flora Tristán y servido para conseguir una emancipación que
Clorinda Matto de Turner. Un acercamiento no sólo era la de sus respectivos pueblos sino
a sus vidas y obras descubre inmediatamen- también la de su propia individualidad, y, en
te que en las últimas décadas se ha logrado el caso de las grandes protagonistas, casi siem-
ganar importantes espacios de reflexión, en pre desterradas, exiliadas y calumniadas para
la bibliografía dedicada a la historia y la lite- así borrar toda huella de su memoria. De esta
ratura de la mujer en Hispanoamérica, y más manera, la cuestión igualitaria que sirvió de
concretamente en el Perú1. Al dar un paso más base ideológica a las revoluciones burguesas
hacia la indagación sobre la presencia de todas se diluyó con la toma del poder por parte de
estas figuras en las historias de la literatura los criollos ilustrados, que hicieron recaer el
peruana o en obras literarias de recuperación pasado colonial sobre estos grupos marcados
histórica, se constata de inmediato que el ca- nuevamente por la exclusión, el olvido o el
Micaela Bastidas.
lado del tema requeriría de un trabajo mucho silencio. Ello derivó en un hecho que no po-
más amplio de investigación. Por ello, voy a demos pasar por alto, y es que aquellas excep-
tratar a estas cuatro autoras para detenerme, cionales mujeres que conquistaron los grados 1
Véase las obras sobre el tema
de manera muy selectiva, tan sólo en algunas militares como fruto de los conocimientos y que se encuentran citadas en
cuestiones fundamentales para la reflexión energía puestos en defensa de la emancipa- este artículo.
sobre las motivaciones que impulsaron en ción, cuando consiguieron salir del silencio
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el siglo XX críticas, presencias y ausencias fue para ser recuperadas como la amante del Cf. Alejandra Ciriza, «La for-
de estas mujeres en los anales de la literatura libertador Bolívar –Manuela Sáenz–, la esposa mación de la conciencia social
y política de las mujeres en el
peruana. del guerrillero Manuel Padilla –Juana Azur- siglo XIX latinoamericano. Muje-
Dos ideas iniciales conectan la acción de duy–, la mujer de Túpac Amaru –Micaela res, política y revolución: Juana
Azurduy y Manuela Sáenz», en
las citadas mujeres, ideas que no sólo sinte- Bastidas–, etc2. Arturo Andrés Roig, El pensa-
tizan el rol por ellas desempeñado en Perú, Comencemos por esta última. Recorde- miento social y político ibero-
sino que aglutinan, en general, el papel de la mos que la vejatoria situación histórica en la americano del siglo XIX, Madrid,
Editorial Trotta, CSIC, 2000, pp.
mujer en la historia occidental desde el siglo que vivían los indígenas peruanos hacia fines 143-168.
XIX. La primera es bien conocida, y es que el del siglo XVIII, heredada de los tres siglos
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activismo de las mujeres y sus reivindicacio- de dominación española en América, estalló Sobre esta cuestión resulta im-
nes de igualdad con respecto a los hombres en 1780 en la que fue la gran insurrección, de prescindible el libro de Silvia
Arze, Magdalena Cajías y Xi-
ha ido históricamente unido a la crítica por signo indígena, por la independencia hispano- mena Medinacelli, Mujeres en
ellas realizada a la discriminación racial de las americana, la mítica rebelión de Tinta prota- rebelión. La presencia femenina
minorías, como la población negra o indíge- gonizada por la pareja Tupac Amaru II –José en las rebeliones de Charcas del
siglo XVIII, La Paz, Ministerio
na. Así, al igual que en el mundo anglosajón Gabriel Condorcanqui, descendiente de la de Desarrollo Sostenible, Subse-
fueron las sufragistas las que demandaron dinastía imperial incaica– y Micaela Bastidas. cretaría de Asuntos de Género,
1997. Véase también el trabajo
la abolición de la esclavitud, iniciada con la Ésta fue la primera gran heroína de la libertad de Leon G. Campbell, «Women
defensa de la libertad de la población negra que, con esta rebelión, trató no sólo de liberar and the great rebellion in Peru»,
The Americas. (AAFH/TAM),
en Estados Unidos, en el Perú es una mujer, a su pueblo de la explotación, sino también de 42:2 (Oct. 1985), pp. 163-196;
Clorinda Matto de Turner, la que a finales restablecer la tradición indígena –de herencia y el artículo de María Teresa
del siglo XIX llevó al ámbito público la dis- prehispánica– de participación de la mujer en Díez Martín, «Perspectivas histo-
riográficas: mujeres indias en la
criminación racial de los indígenas peruanos la vida social y política3; tradición que el sis- sociedad colonial hispanoameri-
y su situación de humillante explotación y tema colonial había tratado de abolir hasta los cana», URL: «http://maytediez.
blogia.com/2007/022704-
servidumbre. extremos más vejatorios para la mujer indíge- perspectivas-historiograficas-
La segunda cuestión de la que quiero na, víctima de todo tipo de abusos. Por otra mujeres-indias-en-la-sociedad-
colonial-hispanoamer.php».
partir explica el olvido al que se sometió a las parte, hay que tener en cuenta que esta mujer,
mujeres principales de la emancipación hispa- que se convertiría en símbolo de la lucha con- 4
noamericana cuando este proceso se dio por tra la opresión y la explotación colonial, fue Véase el libro de Juan José
Vega, Micaela Bastidas y las he-
concluido y los tradicionales grupos margina- el nombre más visible de una verdadera legión roínas tupamaristas, Lima, Uni-
dos de la sociedad –indígenas y mujeres–, que de luchadoras andinas, quechuas y aymaras, versidad Nacional de Educación
La Cantuta, 1972.
sirvieron muy activamente a la causa indepen- que participaron en aquel levantamiento di-
dentista, fueron devueltos a la esfera de exclu- rigiendo ejércitos o realizando las labores de
sión social –del poder y del saber– que habían estrategas en la lucha4.
ocupado durante los siglos del coloniaje. En Algunas crónicas del momento retrataron De Micaela Bastidas a Magda
el caso de las mujeres, fueron nuevamente a Micaela Bastidas como figura más valiente y Portal: recuperaciones crítico-
literarias de las independentistas
recluidas en sus hogares o en los conventos, audaz que el propio Tupac Amaru, forjando del Perú
relegadas del escenario público que les había una imagen de superioridad que confirma EVA Mª VALERO JUAN
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arquetipo de las heroínas de la Independencia, Lastres titulado Una neurosis célebre. El ex-
con su uniforme militar y ejerciendo no sólo traño caso de «La Mariscala» (1945), la novela
la milicia en aquellos años, sino después el histórica Bajo el signo de la Mariscala (1960)
mando político con más autoridad que su ma- de Francisco Vegas Seminario, y Pancha Ga-
rido, Agustín Gamarra, uno de los primeros marra, la mariscala (1967) de Carlos Patrón.
presidentes del Perú independiente11. Tanto Pero este proceso de restitución comenzó
fue así que durante el período de mandato de sin duda mucho antes, cuando otra mujer a
este último, entre 1829 y 1833, en Perú se la quien Francisca Zubiaga conoció fugazmente,
llamó la Presidenta. Pero su aguerrido carácter Flora Tristán, la ensalzó en su obra Peregrina-
y su brava personalidad le valieron el despre- ciones de una paria (1837) como prototipo y
cio final de su pueblo y el exilio a Valparaíso, ejemplo de la mujer emancipada y transgre-
donde murió en el más absoluto anonimato. sora que se atrevió a invadir y a apropiarse Francisca Gamarra, «La Ma-
Como Manuela Sáenz, finalmente exiliada de los tradicionales poderes del hombre. riscala».
en Jamaica, o Juana Azurduy, guerrillera Nacida en Francia en 1803 y sobrina del últi-
principal de la independencia del Alto Perú mo virrey del Perú –Pío Tristán y Moscoso–, gún reza en el pie del título, era
un «poema dramático… escrito
y teniente coronela del ejército argentino que recordemos que Flora Tristán fue una de las para la Compañía Mario Padín,
murió en la indigencia, Francisca de Zubiaga primeras utopistas decimonónicas, la gran y para su representación en el
teatro Municipal», hoy Teatro
fue repudiada por la nueva sociedad peruana incoforme, precursora del feminismo y de las Segura. Constaba de un prólogo
surgida de la independencia, que expulsó a reivindicaciones obreras a través de la cuales, y seis jornadas, pero debido
aquellas mujeres del poder político y, como he como ha subrayado Vargas Llosa, se adelantó a que no fue editada en su
momento como libro formal, su
adelantado al principio, las devolvió al lugar con su obra La unión obrera de 1843 a la idea texto ha llegado hasta nosotros
del que provenían, el hogar y el convento. De que Marx lanzaría seis años después, en 1848, de manera fragmentada. Algu-
nas escenas fueron divulgadas
este modo, todos los que eran diferentes –in- en su Manifiesto comunista: la gran unión por el diario El Tiempo (Lima, 4
dígenas, negros, mujeres– fueron excluidos en internacional de los trabajadores para lograr de setiembre de 1916).
el proceso de construcción de las sociedades la justicia y la igualdad14. De hecho, Marx y 13
modernas nacidas de las revoluciones emanci- Engels reconocieron esta acción precursora Ambas obras de Valdelomar se
padoras. La igualdad de derechos ante la ley, de Flora Tristán en la obra La sagrada familia encuentran en sus Obras com-
pletas, Tomo I, edición, prólogo,
que fuera el pilar ideológico de aquellas revo- (1844): «en la proposición de Flora Tristán cronología, iconografía y notas
luciones, resultó así la farsa de un proceso en es donde por primera vez encontramos esta de Ricardo Silva-Sansteban, Li-
ma, Ediciones Copé, 2001.
el que la revolución devino en restauración. afirmación (la necesidad de la organización
Sin embargo, la visibilidad de estas mujeres de los trabajadores): ella pidió lo mismo y su 14
Flora Tristán «concibió una idea,
tiene que ver con el futuro y con un tejido que insolencia al haberse atrevido a adelantarse a de la que nadie le ha reconocido
se va construyendo a lo largo del siglo XIX la ‘crítica crítica’ es lo que le significó ser tra- aún la autoría, y que sólo seis
para, en el siglo XX, encontrar los exponentes tada de ‘canaille’»15. La cuestión es que en su años más tarde, en 1848, Carlos
Marx lanzaría en su Manifiesto
principales de recuperación de su memoria. viaje al Perú entre 1833 y 1834 conoció a «la comunista: que solamente una
Así por ejemplo, la repercusión histórica de Mariscala» justo antes de la partida de ésta al gran unión internacional de los
trabajadores de todo el mundo
Francisca Zubiaga ha sido posible gracias a destierro, y la impresión que le causó la «ex- tendría la fuerza necesaria para
obras literarias y ensayísticas contemporá- presidenta» determinó su decisión de conver- poner fin al sistema presente e
inaugurar una nueva era de jus-
neas. El escritor Abraham Valdelomar le de- tirse en la inigualable activista social y política ticia e igualdad sobre la tierra».
dicó una biografía novelada en 1915 titulada que protagonizó la batalla por la libertad de la Mario Vargas Llosa, «La odisea
La Mariscala, así como una obra teatral que, mujer y la justicia desde su regreso a París en de Flora Tristán», en Letras libres,
Año 4, 45 (2002), pp. 35-41.
con el mismo título, escribió en colaboración 1835 hasta el año de su muerte, en 1844. URL: «http://www.letraslibres.
con José Carlos Mariátegui en 191612, donde Tras su estancia en Perú, la francoperuana com/index.php?art=7807».
la pintaron «con alma de caudillo, apóstol y escribió la obra que más fama le ha dado, 15
guerrera», y la mitificaron como adalid de la Peregrinaciones de una paria (1838), en la Cit. en Cecilia Bustamante, Inte-
lectuales peruanas de la genera-
libertad y de grandes ideales forjadores de un ción de José Carlos Mariátegui,
destino mejor para el Perú13. Incluso también 11 da como ‘la Marsicala’»,URL: Cagua, Editorial Letralia, 2005.
Clorinda Matto –quien mantuvo una ideolo- Véase Ana María da Costa «http://www.gloobal.net/ie- URL: «http://www.letralia.com/
Toscano, «Una mujer con po- pala/gloobal/hoy/index.php ed_let/peruanas».
gía conservadora en relación con los valores der ‘Doña Francisca Gama- ?id=912&canal=Ponencias&g
de la mujer en el seno de la familia– le dedicó rra’: ‘La Mariscala’», en Sara hoy=0005&secciontxt=1».
Beatriz Guardia (ed.), Escritura
un texto a esta heroica guerrera en su libro de la historia de las mujeres en 12
Bocetos al lápiz de americanos célebres (1890), América Latina. El retorno de La firmaron con los pseudó-
De Micaela Bastidas a Magda
las diosas, Lima, Ed. Minerva, nimos que ambos utilizaban
con el objetivo de restituir la tan injuriada me- 2005, pp. 361-377. También en aquellos años, Conde de
Portal: recuperaciones crítico-
literarias de las independentistas
moria de la Mariscala. A estas recuperaciones publicado con el título «Doña Lemos (Valdelomar) y Juan del Perú
literarias hay que añadir el ensayo de Juan Francisca Gamarra más conoci- Croniqueur (Mariátegui). Se- EVA Mª VALERO JUAN
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que trazó el retrato más vivo de la incipiente de su interés por esta mujer que vivió durante
historia de la república peruana independien- unos años en la ciudad natal del novelista
te, y en cuyo último capítulo, titulado «La (Arequipa), ha vivificado la biografía de Flo-
expresidenta del Perú», relató el inolvidable ra Tristán en su novela El paraíso en la otra
encuentro entre estas dos grandes mujeres, esquina, en la que recorre imaginariamente la
dejando así, a través de la escritura, el último breve trayectoria vital de la franco-peruana,
retrato del trágico final, entre el destierro y la con el contrapunto de otro recorrido con el
enfermedad, de «la Mariscala». que ésta se entrelaza: el de la bohemia y aven-
A su vez, tras su regreso a Francia en 1834 turera biografía del nieto de Flora Tristán, el
y la publicación de su obra, Flora Tristán tam- pintor Paul Gauguin.
bién sería repudiada por la sociedad peruana, El tejido literario, intertextual e historio-
Flora Tristán.
que condenó a la quema pública –en la Plaza gráfico se va hilando a través de todas estas
de Armas de Arequipa– sus Peregrinaciones, recuperaciones que se realizan desde diferen-
por atentar contra la alta sociedad limeña en tes ámbitos y con una continuidad forjada
16 la severa crítica que allí proyectó. En el proe- por todos estos autores. Así, algunas ideas de
Flora Tristán, Peregrinaciones de
una paria, en Gustavo Bacacor- mio, titulado «A los peruanos», Flora Tristán Flora Tristán tendrían su continuidad en el
zo (ed.), Flora Tristán, Personali- se permitió dirigirse a sus «medio compatrio- pensamiento de nuestra última protagonista,
dad contestataria universal, To-
mo II, Lima, Biblioteca Nacional
tas» para realizar un cuadro desolador sobre Clorinda Matto de Turner, la primera nove-
del Perú, 2000, pp. 15-16. la organización social del Perú independiente, lista peruana que inauguró el indigenismo
fundamentalmente sobre la pervivencia de las literario con su obra principal, Aves sin nido,
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Clorinda Matto de Turner, Aves lacras de la Colonia, sus instituciones, su so- de 1889. La novela puede definirse como un
sin nido, en Las mejores novelas ciedad feudal y violenta, con el fin de corregir alegato étnico-social en el que planteó un pro-
de la literatura universal, Tomo
22, Siglo XIX. La novela his- sus defectos más sobresalientes: grama para la regeneración del indio peruano
panoamericana, Benito Varela basado fundamentalmente en los valores de la
Jácome (ed.), Madrid, Cursa,
1983, p. 744.
Al ver que andáis errados y que no pensáis, ante educación y de la cultura. Con esta obra nue-
todo, en armonizar vuestras costumbres con la or- vamente era otra mujer la que se adelantaba
ganización política que habéis adoptado, he tenido al gran defensor del indigenismo, José Carlos
el valor de decirlo, con riesgo de ofender vuestro Mariátegui, puesto que se anticipó a la idea
orgullo nacional […] He dicho, después de haberlo de este último según la cual «la solución del
comprobado, que en el Perú la clase alta está profun- problema del indio tiene que ser una solución
damente corrompida y que su egoísmo la lleva, para social» –coincidiendo por otra parte con los
satisfacer su afán de lucro, su amor al poder y sus planteamientos de Manuel González Prada–,
otras pasiones, a las tentativas más antisociales […] y fue la primera que formuló desde el espacio
Cuando la totalidad de los individuos sepa leer y es- de la novela los grandes problemas que unas
cribir, cuando los periódicos penetren hasta la choza décadas después estarían en el centro del pen-
del indio, entonces, […] adquiriréis las virtudes que samiento de Mariátegui: el abuso del poder
os faltan […] Instruid, pues, al pueblo; es por allí por de las elites no indígenas, la discriminación
donde debéis empezar para entrar a la vía de la pros- racial, la depresión educacional, la margina-
peridad. Estableced escuelas hasta en las aldeas más ción socioeconómica de los indígenas, las hu-
humildes: esto es lo urgente en la actualidad16. millaciones y vejaciones cometidas en la sierra
con las mujeres por parte de las elites guber-
Reivindicaciones en las que, por supuesto, namentales y eclesiásticas: en sus palabras,
incidió en la necesidad de educación de am-
bos sexos, como lo haría medio siglo después la carencia de escuelas, la falta de buena fe en los
Clorinda Matto. Pero tras su muerte, su obra párrocos y la depravación manifiesta de los pocos
y en general su figura fue olvidada hasta bien que comercian con la ignorancia y la consiguiente
entrado el siglo XX. Justo cien años después sumisión de las masas alejan, cada día más, a aquellos
de su muerte, en 1944, nuevamente sería Maga pueblos de la verdadera civilización, que, cimentada,
Portal quien le dedicara una obra cuyo título agregaría al país secciones importantes con elementos
es ya un reconocimiento a su actividad fun- tendentes a su mayor engrandecimiento17.
dadora: Flora Tristán, la precursora, en la que
De Micaela Bastidas a Magda
inicia un rescate de su obra, acción y pensa- Clorinda Matto puso por tanto las bases
Portal: recuperaciones crítico- miento que se ha intensificado notablemente para democratizar la idea de igualdad con un
literarias de las independentistas
del Perú en las últimas dos décadas. Desde el ámbito indigenismo que en estos orígenes se formu-
EVA Mª VALERO JUAN literario ha sido Vargas Llosa quien, llevado laba como integrador y armonizador (tal y
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20 juicio que la dejaría en una especie de adoles- –y significativo– el hecho de que Mariátegui
José de la Riva-Agüero, Carácter
de la Literatura del Perú Inde- cencia literaria: –el principal ideólogo sobre «el problema
pendiente, en Obras comple- del indio»– silenciara casi por completo a
tas, Lima, Pontifica Universidad
Católica del Perú, 1962, pp.
La señora Matto de Turner ha publicado también, Clorinda Matto, y que no fuera el primero
255-256. además de algunas colecciones de artículos cortos en recuperar su figura, no sólo como una de
21
y ligeros, una novela, Herencia, impregnada en las primeras novelistas peruanas sino tam-
Ventura García Calderón, Del el naturalismo de Zola, atestada de observaciones bién como precursora en las reivindicaciones
romanticismo al modernismo. fisiológicas, y de metáforas atrevidas y casi todas sociales que él mismo formulara, si bien con
Prosistas y poetas peruanos,
París, Sociedad de Ediciones Li- frustradas; y otras dos novelas, Aves sin nido e Ín- diferentes planteamientos a los que luego me
terarias y Artísticas, 1910, pp. dole, más interesantes que la anterior, porque pintan referiré. En todo caso, lo sorprendente de
XII y XIII.
las costumbres de la Sierra. Estas dos últimas son esta ausencia no sólo resulta de la proximi-
22 novelas de tesis. Tratan de probar cuán insufrible es dad de formulaciones respecto al «problema
Véase Sara Beatriz Guardia, la tiranía de los párrocos en el interior de la república del indio» –a pesar de esas distancias que
«Mariátegui y la literatura escri-
ta por mujeres», en su Voces y […] A decir verdad, si aprobamos el fin docente, el tienen que ver sobre todo con los medios
cantos…, op. cit., pp., 89-113; levantado propósito educador que anima las novelas que cada uno propone para la resolución del
y Modesta Suárez, «José Carlos
Mariátegui. Reflexiones en torno de la señora Matto, su estilo y la disposición de la «problema»– sino también del hecho de que
a una estética femenina», en intriga están muy lejos de satisfacer. Tal vez si nues- Mariátegui tuvo siempre en cuenta la litera-
Ronland Forgues, Mariátegui:
una verdad actual siempre re-
tra compatriota hubiera continuado ensayándose en tura escrita por mujeres22.
novada, Lima, Empresa Editora el difícil arte del novelista, si se hubiera dedicado a Sara Beatriz Guardia, en su artículo «Ma-
Amauta, S.A., 1994. él asiduamente, habría llegado a adueñarse de sus riátegui y la literatura escrita por mujeres»
23 secretos y habría podido entonces escribir la novela recorre y analiza esa presencia de la mujer en
El primero es «La santificación de la Sierra, la novela regional, y ser algo así como la obra completa de Mariátegui: comienza el
de Juana de Arco y la mu-
jer francesa» (El Tiempo, Lima, una Pereda en pequeño. Pero las que hasta ahora ha recorrido por su artículo «Mujeres de letras
23 de agosto de 1920), en publicado no pasan de tentativas»20. en Italia» (en el que reivindicó la emancipa-
Cartas de Italia; el segundo es
un comentario sobre el libro
ción espiritual de la poesía femenina, y en el
de Joseph Delteil, publicado en Además de confinar a la autora a la mera que se detuvo en la literatura de Ada Negri); y
1926: «Juana de Arco de Joseph tentativa, y sin relieve ninguno para el devenir continúa con las mujeres históricas que fasci-
Delteil» (Variedades, Lima, 6 de
febrero de 1929), en Signos de la historia literaria peruana, el fragmento naron a Mariátegui, con especial predilección
y obras. contiene elementos significativos de evidente por Juana de Arco (sobre la que publicó dos
24 machismo así como del habitual hispanismo artículos23 y a quien consideró una de las más
Véase su comentario sobre la de Riva-Agüero, puesto que de haber conse- extraordinarias mujeres de la historia), Geor-
obra de Charles Maurras, Los
amantes de Venecia. En Cartas
guido escribir la novela de la sierra, Clorinda ge Sand (a quien admiró y ensalzó como mu-
de Italia (Venecia, septiembre de Matto tan sólo podría haber sido «un Pereda jer y como escritora24), Isidora Duncan (que
1920; El Tiempo, Lima, 11 de en pequeño». consideró al mismo nivel que Lord Byron25),
febrero de 1921).
Tras esta primera inclusión, a la postre ex- o el personaje de Nadja de André Breton26.
25 cluyente, en el canon de la literatura peruana, Teniendo en cuenta esta preocupación por
«Las memorias de Isidoro Dun-
can» (Variedades, Lima, 17 de la autora resulta insignificante y casi desapa- reivindicar la memoria histórica de todas estas
julio de 1929), en El artista y rece en otras historias de la literatura peruana, mujeres, ¿cómo se explica que el Amauta no
la época.
como por ejemplo la de Ventura García Cal- se ocupara de las dos grandes escritoras perua-
26 derón, que tras calificar a Mercedes Cabello nas de finales del siglo XIX, Clorinda Matto y
«Nadja de André Breton», Va- de Carbonera de pedante, poco didáctica y Mercedes Cabello de Carbonera? El hecho es
riedades, Lima, 15 de enero
de 1930. con un estilo marcado por «el lenguaje libre y que ninguna de ellas aparece en su «Proceso
desarticulado de todas las cartas de mujeres», de la literatura», ni siquiera mencionadas en el
tan sólo dedica dos líneas a Clorinda Matto capítulo dedicado a Manuel González Prada,
que relegan su figura y su obra al mero interés con quien ambas escritoras siempre van de la
anecdótico: «Si recuerdo la novela Aves sin ni- mano en los anales de la literatura peruana, así
do de Clorinda Matto de Turner he concluido por ejemplo en la «historia» de Riva-Agüero.
con el fugaz naturalismo del Perú»21. Es más, si se revisa la obra completa de Ma-
Tras estas valoraciones provenientes de la riátegui tampoco se encuentra ningún artículo
generación del 900, cabría esperar, dentro de sobre estas narradoras. Tan sólo este recuerdo
una lógica de coincidencias en los objetivos, de Matto de Turner en el artículo «El proble-
De Micaela Bastidas a Magda
que fuera José Carlos Mariátegui quien res- ma primario del Perú»:
Portal: recuperaciones crítico- tituyera la trascendencia de la autora como
literarias de las independentistas
del Perú iniciadora de la novela indigenista. Sin em- Dirijamos la mirada al problema fundamental, al
EVA Mª VALERO JUAN bargo, resulta especialmente sorprendente problema primario del Perú. Digamos algo de lo que
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diría ciertamente Clorinda Matto de Turner si viviera trada); ideales de armonía y necesaria asimila- 27
José Carlos Mariátegui, «El
todavía. Este es el mejor homenaje que podemos ción en los que vendría a coincidir medio siglo problema primario del Perú»,
rendir los hombres nuevos, los hombres jóvenes del después Ciro Alegría en El mundo es ancho y en Peruanicemos el Perú, Lima,
Empresa Editora Amauta, 1970,
Perú, a la memoria de esta mujer singular que, en una ajeno (1941), y que serían vistos sin embargo p. 30.
época más cómplice y más fría que la nuestra, insur- por José María Arguedas como el peligro más
gió noblemente contra las injusticias y los crímenes acuciante para la preservación de la pureza 28
«En estos versos del pórtico de
de los expoliadores de la raza indígena27. cultural del mundo indígena; en definitiva, el Los Heraldos Negros principia
factor decisivo para la aculturación. acaso la poesía peruana. (Perua-
na, en el sentido de indígena)».
El recuerdo es ciertamente positivo, pero Así, es preciso partir de las bases ideoló- «El proceso de la literatura», en
el hecho es que esta «mujer singular» –como gicas de Clorinda Matto y Mariátegui para op. cit., p. 208.
él la califica– no aparece en su calidad de escri- leer en los Siete ensayos lo siguiente: «No nos 29
tora (novelista, periodista) en ninguno de sus contentamos con reivindicar el derecho del Véase los trabajos de Antonio
artículos, de lo que se infiere su irrelevancia indio a la educación, a la cultura, al progreso, Cornejo Polar: «Aves sin nido:
indios, notables y forasteros»,
para Mariátegui en el «proceso de la literatu- al amor y al cielo. Comenzamos por reivindi- en La novela peruana; siete estu-
ra» peruana. Cabría entonces preguntarse por car, categóricamente, su derecho a la tierra», dios, Lima, Horizonte, 1977, pp.
7-32; «Prólogo» a Clorinda Ma-
los motivos y reflexionar sobre las posibilida- y para entender que esa reivindicación «a la tto de Turner, Aves sin nido, La
des que explican esta ausencia. educación, a la cultura, al progreso, al amor y Habana, Casa de las Américas,
1974, pp. vii-xxxv; «Prólogo» a
En primer lugar, sería preciso recordar que al cielo», que Mariátegui de algún modo mi- Clorinda Matto de Turner, Heren-
en base a la estructuración marxista con que nimiza con una sutil sonrisa, era la propuesta cia, Lima, Instituto Nacional de
Mariátegui periodiza la literatura peruana en de Clorinda Matto, y que para él resultada Cultura, 1974, pp. 7-21; «Prólo-
go» a Clorinda Matto de Turner,
tres fases –colonial, cosmopolita y nacional del todo insuficiente si no iba unida al factor Índole, Lima, Instituto Nacional
(coincidiendo con las etapas aristocrática, principal: el económico, el derecho a la tierra. de Cultura, 1974, pp. 7-32.
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la autora afirma su «convicción sobre la im- Como hemos visto fue Magda Portal quien
portancia decisiva de las novelas de Clorinda aglutinó toda la tradición feminista que he re-
Matto de Turner en el proceso de la literatura corrido en un nuevo activismo social formula-
peruana». Asimismo, Vargas Llosa, en La do tanto desde el ámbito político como desde
utopía arcaica, sitúa a Clorinda Matto como el literario35, siguiendo la estela de Clorinda
«primer escritor indigenista» y revaloriza su Matto o Mercedes Cabello con una concep-
obra como fundadora de toda una tradición: ción comprometida del arte, y en concreto de
la poesía. El citado poema a Micaela Bastidas
Magda Portal. Su novela Aves sin nido inauguró una larga sucesión o su ensayo El aprismo y la mujer (1933)36,
de libros comprometidos en los que se retrata, desde en cuya primera parte –«Posición de la mu-
diversos ángulos, la vida campesina, denunciando jer peruana»– expresa su reconocimiento a
32 las injusticias y reivindicando las costumbres y nuestras protagonistas, (Francisca Zubiaga,
Vargas Llosa, La utopía arcaica, tradiciones indígenas hasta entonces ignoradas por la Flora Tristán y Clorinda Matto) supone una
México, FCE, 1996, p. 21.
cultura oficial. Es imposible estudiar la historia rural justa recuperación, en clave de herencia, de
33 del continente y entender el destino del hombre de la acción y el pensamiento de estas grandes
Sobre la relación de Mariágetui
con Marga Portal véase: Cecilia
los Andes desde el fin de la Colonia hasta la época mujeres de la historia.
Bustamante, Intelectuales perua- contemporánea sin acudir a la novela indigenista. Ella Todas ellas comparten en sus biografías
nas de la generación de José es a menudo el único testigo de esa historia32. la persecución y la exclusión: desde Micaela
Carlos Mariátegui, op. cit., pp.
22-24; Marta Bermúdez Ga- Bastidas, ejecutada; Francisca Zubiaga, exi-
llegos, «Magda Portal, la eter- Otra suerte correría la escritora Magda liada y fallecida en la soledad; Flora Tristán,
na rebelde», en Betty Osorio
y María Mercedes Jaramillo,
Portal en la obra de Mariátegui, quien le la paria –como ella misma se intituló– cuyas
Las desobedientes. Mujeres de dedicó un capítulo en su «Proceso», cuando Peregrinaciones forman parte de la larga lista
Nuestra América, Panamericana
Editorial, Santa Fé de Bogotá,
tan sólo había publicado su primer poemario de libros que fueron a parar a la hoguera
1997, pp. 288-308. y un libro en prosa. En esta obra primeriza de la historia; y Clorinda Matto, que sufrió
el «espíritu rebelde» y el «mesianismo re- persecución y exilio, así como la quema de
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Cecilia Bustamante, op. cit., p. volucionario» de los que hizo gala la autora su imprenta y la prohibición de su novela
23. en el seno de la tradicional sociedad peruana Aves sin nido; llegamos a Magda Portal, que
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evidencian una cercanía de posicionamientos en su libro Hacia la mujer nueva reivindicó
Véase el artículo de Lady Rojas- ideológicos que refuerzan el ensalzamiento la memoria de todas ellas y que ya en pleno
Trempe, «Mujeres y movimien-
tos sociales en América Latina:
por parte de Mariátegui de su figura33. Sin siglo XX no escapó de las persecuciones de
Ángela Ramos y Magda Portal, embargo, también el nombre de Maga Por- sus predecesoras. La progresiva recuperación
escritoras políticas de pie en la tal se trataría de borrar como consecuencia desde el siglo XX de estas protagonistas de
Historia del Perú». URL: «http://
www.flora.org.pe/DEBATE.htm» de la intensa actividad política que marcaría la emancipación política, cultural y literaria
una vida de exilios, deportaciones, prisión y peruana –y también la de la emancipación de
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Magda Portal, El aprismo y la
persecución continua; pero también de lucha la mujer– es la mejor muestra de una andadura
mujer, Lima, Editorial Cooperati- incansable por aquellos derechos de la mujer histórica de las mujeres que, en su pertinaz
va Aprista «Atahualpa», 1933.
que ya reclamara un siglo antes Flora Tristán oposición a las más cruentas formas de ex-
–como el derecho al voto– y por una actividad clusión, consiguieron trazar en el Perú, desde
abrumadora de conferencias, publicación de su historia independiente, el camino hacia la
revistas y campaña feminista por toda Lati- igualdad social; una utopía que, lejos de ser
noamérica. Todo ello derivó, como recuer- realidad en las puertas del siglo XXI, continúa
da Cecilia Bustamante, en «una devastadora moviendo la acción y la pluma de las grandes
campaña de desprestigio personal, ataques a obreras de la libertad y del pensamiento en
su vida privada y el tradicional silenciamiento América Latina.
de su obra y personalidad»34.
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