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TRIBUNAL DE GESTION ASOCIADA-TERCERO

PODER JUDICIAL MENDOZA

foja: 136

CUIJ: 13-03664990-3( (012007-251230))

MUÑOZ VANESA CRISTINA Y OTRO C/ PROVINCIA DE MENDOZA .. P/


DAÑOS Y PERJUICIOS

*103690515*

Mendoza, 01 de Agosto de 2019.

Y VISTOS:

Los autos precedentemente individualizados, de los que;

RESULTA:

Que a fs. 17 se presenta el Dr. David H. Funes Vigliecca por la Sra. Vanesa
Cinthia Muñoz quién se presenta por sí y en representación de su hija menor
Xiomara Nasha Olguín Muñoz y promueve demanda sumaria de daños y
perjuicios contra la Provincia de Mendoza a fin de obtener el cobro de la suma
de pesos un millón quinientos dieciocho mil ($1.518.000) o lo que en más o en
menos resulte de la prueba a rendirse en autos con más los intereses que
correspondan desde la fecha del hecho que motiva esta demanda y hasta el
momento del efectivo pago con más las costas del proceso.

Relata el letrado que el 5 de febrero del año 2015, en el Departamento de


Luján de Cuyo, Complejo penitenciario N° III de Almafuerte Maipú el causante
Hugo Omar Olguín, padre del menor reclamante, se encontraba cumpliendo
condena en dicha penitenciaria en su celda siendo aproximadamente entre las
1:30 hs y 2:00hs de la madrugada sufre heridas cortantes con arma blanca en
cuello y cuerpo que le provocan la muerte, conforme consta en el informe de
defunción del Cuerpo Médico Forense del poder Judicial Mendoza.

Refiere que en dicho informe se consigna que la causa del deceso fue shock
hipovolémico, que consiste en un síndrome complejo que se desarrolla cuando el
volumen sanguíneo circulante baja a tal punto que el corazón se vuelve incapaz
de bombear suficiente sangre al cuerpo, asimismo se indicó que ese shock fue
causado por herida de arma blanca, es decir que murió como consecuencia de ser
apuñalado.
Indica que a raíz del hecho tomó intervención la Fiscalía N° 15 y la viuda
se presentó en la penitenciaría a pedir explicaciones sobre el hecho que produjo
el deceso de su marido y se le suministró información sumamente escueta.
Refiere que al ver el cuerpo de su marido pudo constatar la existencia de heridas
punzantes en el cuello y cuerpo.

Dice que como consecuencia del accidente el menor comienza a tramitar


sus primeros años de vida deberá crecer sin su padre y ha quedado a la deriva
económica y emocional.

Atribuye responsabilidad exclusiva a la demandada quién debe garantizar la


integridad y seguridad de los presos conforme a las normas Constitucionales que
cita.

Cita jurisprudencia y ofrece prueba.

II- A fs. 41/48 se presenta el Dr. Mario Dante Aranitti por el Poder
Ejecutivo de la Provincia de Mendoza y contesta demanda.

Tras las negativas de rigor, entiende que deberá verificarse en el caso si


ante lo ocurrido el Estado debe responder o no frente a conductas intracarcelarias
si el actor se colocó en una situación de riesgo y culpa asumiendo las
consecuencias de hacerlo. Alega que los hechos que ocurren en los
establecimientos carcelarios suelen ser confusos y que quien deberá aportar las
actuaciones que se hayan labrado como consecuencia del hecho es la actora.

Ofrece prueba.

A fojas 51 se reciben los autos N° 362/D/15 caratulados “Legajo Personal


del Sr. Hugo Omar Olguín” originarios de la Penitenciaría de Almafuerte,
ingresadas en calidad de AEV.

III.- A fojas 54 se presenta Fiscalía de Estado y contesta demanda.


Adhiere al responde efectuado por la Provincia de Mendoza.

IV.- A fojas 57 toma intervención la Asesora de Menores.

A fojas 71 se dicta auto de sustanciación de la prueba ofrecida. Además de


los instrumentos oportunamente incorporados se rindió el siguiente material
probatorio:

-A fojas 84 se agrega copia de la partida de defunción del Sr. Hugo Omar


Olguin.

A fojas 91/98 se recibe oficio informado por la Oficina de Estadísticas y


Censos.
Pericial psicológica a fojas 101/103.

A fojas 110 se reciben los autos N° 13.936/15 caratulados “F c/ Barrera


Ontiveros, Ariel Francisco o Barrera Ontiveros Ariel Francisco p/ Homicidio
simple” originarios de la Sexta Cámara del Crimen.

A fojas 124 se dispone la acumulación de estaos autos con los autos N°


300099 caratulados “Muñoz Vanesa pshm c/ Provincia de Mendoza” originarios
del Tribunal de Gestión judicial Asociada N° 3.

Dispuesta la acumulación y habiendo las partes alegado oralmente, a fojas


135 queda la causa en estado de dictar sentencia.

CONSIDERANDO:

I.- El presente caso debe resolverse conforme a la ley vigente al momento


en que la relación jurídica quedó consolidada (5/2/2015) es decir por el Código
Civil derogado en cuanto a los presupuestos de la responsabilidad, aclarando en
esta Instancia que tanto los intereses como la cuantificación del daño, al revestir
el carácter de “consecuencias de la relación jurídica”, lo será conforme las pautas
del Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación. Ello así dado que la Provincia
de Mendoza nunca adhirió a la Ley N° 26944.

La ley provincial N° 8968 (B. O. 11/05/17) sobre la responsabilidad


patrimonial del Estado no es aplicable al presente caso por cuanto el hecho
dañoso es de fecha anterior a la misma.

II- Hechos:

No se encuentra controvertido que el hecho tuvo lugar el 5 de febrero de


2015 en el complejo penitenciario Alma Fuerte de Maipú, Mendoza cuando el Sr.
Hugo Omar Olguín, interno del complejo fue encontrado muerto en su celda en
horas de la madrugada con heridas cortantes con arma blanca en el cuello y
cuerpo.

Del expediente penal que tengo a la vista surge que la muerte del Sr.
Olguín tuvo lugar por un Shock hipovolémico causado por lesiones ocasionadas
con arma blanca el día 5/2/2015 a las 02:00 aproximadamente en el complejo
penitenciario de Almarfuerte, sector de Admisión, ala 2, Celda 21 en
circunstancias en las que los internos compañeros de celda mantuvieron una
discusión la que concluyó con la muerte del Sr. Hugo Omar Olguín González .
Se imputó penalmente al Sr. Ariel Francisco Barrera Ontiveros, su compañero
de celda por la muerte del Sr. Olguín. A posteriori, fue condenado a la pena de
ocho años y diez de prisión por el homicidio simple (ver fojas 232/235)
reconociendo los hechos que se le imputaron.
Teniendo en cuenta esa plataforma fáctica es que la responsabilidad del
Estado en el caso concreto luce clara, aun considerando que el Sr. Olguín pudo
provocar o participar de la riña ello no habilita, desde la óptica civil, a
considerar que esa circunstancia configura hecho de la víctima por el cual el
Estado provincial no debe responder. Si bien la demandada ha invocado como
eximente la culpa de la víctima, mas no ha aportado prueba alguna que permita
llegar a esa conclusión. Ante una pelea o riña de los internos, el personal
penitenciario debía poner en marcha los mecanismos necesarios para evitarla e
impedir el desenlace fatal aplicando las medidas de seguridad que el caso
requería y controlando que los internos no porten armas blancas.

Se ha dicho que para que el Estado se exima de responsabilidad, “no se


trata exigir pruebas directas y contundentes de que fue una riña decidida por
los reos …. Sólo se requiere la acreditación de las medidas que, conforme a las
circunstancias de tiempo, modo y lugar, resultaban aptas para evitar, y en su
caso desarticular, la gresca que produjo los daños.”… la demandada debió
concentrar sus esfuerzos defensivos en aportar elementos de convicción que
permitan a las instancias jurisdiccionales verificar el cumplimiento de los deberes
que el derecho interno e internacional coloca en cabeza del Estado, esto es, todas
aquellas medidas tendientes a prevenir, disuadir, contener, desarticular y en su
caso investigar y sancionar, este tipo de acontecimientos, tales como requisas,
decomiso y control de ingreso de elementos prohibidos, dotación de personal de
custodia suficiente, capacitado y provisto de medios adecuados para cumplir
adecuadamente sus funciones; investigación seria y efectiva de los hechos en
orden a deslindar responsabilidades administrativas y penales … aún admitida la
participación de los internos en la producción del siniestro, ello constituiría una
eventualidad previsible en el régimen del penal, que pudo evitarse si aquél se
hubiera encontrado en las condiciones apropiadas para el cumplimiento de sus
fines”. (SCJMZA Suprema Corte de Justicia, tomó en consideración para dictar
sentencia definitiva la causa n° 13-00759800-3/1, caratulada: “GOBIERNO DE
LA PROVINCIA DE MENDOZA Y OT. EN J° 250.469/52.234 MONTUELLE
MASMOUK, ENRIQUE HUGO C/PROVINCIA DE MENDOZA P/Daños y
Perjuicios P/REC. EXT. PROV.)

La obligación de seguridad surge en forma específica en el ámbito provincial


de la Ley 7976 en su artículo 5 como la Ley 8465 en su artículo 195 establecen
que son funciones de la Dirección General del Servicio Penitenciario: a) Procurar
la reinserción social de los condenados a penas privativas de libertad; b) Velar
por la seguridad y custodia de las personas sometidas a procesos y de las
condenadas a penas privativas de la libertad, garantizando sus derechos
fundamentales; c) Adoptar todas las medidas que requiera la protección de los
derechos humanos de las personas privadas de libertad bajo su jurisdicción, en
particular, su vida e integridad física (…)”. (SCJMZA Suprema Corte de Justicia,
tomó en consideración para dictar sentencia definitiva la causa n° 13-00759800-
3/1, caratulada: “GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE MENDOZA Y OT. EN
J° 250.469/52.234 MONTUELLE MASMOUK, ENRIQUE HUGO
C/PROVINCIA DE MENDOZA P/Daños y Perjuicios P/REC. EXT. PROV.”).

Además de la norma específica citada, el deber jurídico de protección


la ha sido receptado en la Constitución Nacional (Art. 18) , art. 23 de la
Constitución Provincial y Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, Convención Americana sobre Derechos Humanos y art. 10 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

En casos similares, la jurisprudencia ha puntualizado que


“Corresponde atribuir responsabilidad exclusiva al Estado provincial
demandado por la muerte del familiar de los actores por cuanto medió
incumplimiento de su deber de garantizar la absoluta integridad psicofísica del
interno, mediante el ejercicio ininterrumpido de su actividad de vigilancia y
control…. La conducta de la víctima no puede ser considerada como causa del
daño sino como una mera condición contrariamente a lo que afirma el Estado,
quien se abroquela en que el condenado causó su propia muerte. Si se hubieran
efectuado los controles como correspondía y si se hubiera cumplido con el deber
de vigilancia y custodia el hecho difícilmente se hubiera producido. En
consecuencia el incumplimiento de las funciones de seguridad por parte del
Estado resulta ser la única causa configurativa de la responsabilidad, es a este
Estado a quien debe imputarse no actuar de la manera adecuada, en el caso no
solo porque la realidad general de dicho contexto carcelario se lo exigía, sino
por cuanto los controles impuestos resultaron absolutamente deficientes. (Z., R.
E. vs. Provincia de Mendoza s. Daños y perjuicios, 11/11/2016; Rubinzal Online;
155302/50700 RC J 6690/16).

En el caso particular es indudable que el Estado Provincial debía


observar un estricto deber de vigilancia, control y seguridad respecto del Sr.
Olguín, más allá de las causas por los cuáles éste último ingresó al penal o del
hecho de haber participado o incitado la pelea que tuvo un desenlace fatal.

Así, en casos similares, tales como el del reciente precedente


“Montuelle” ya citado por el que la Suprema Corte de Justicia en su mayoría
responsabilizó a la Provincia de Mendoza por los daños que un interno sufrió a
raíz de una riña en el penal, también en otros se ha puntualizado que: “Aun
admitida la participación de los internos en la producción del siniestro, ello
constituiría una eventualidad previsible en el régimen del penal, que pudo
evitarse si aquél se hubiera encontrado en las condiciones apropiadas para el
cumplimiento de sus fines.” (Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial,
Minas, de Paz y Tributaria de Mendoza S R. A. y otro p/ sus hijos menores c/
Torrales Miguel Ángel y ots. s/ daños y perjuicios MJ-JU-M-71007-AR |
MJJ71007 | MJJ71007, 3-feb-2012).

En base a lo expuesto es que la demandada resulta responsable por la


muerte del Sr. Hugo Omar Olguín, y procede por tanto el análisis de los rubros
solicitados.
III- Daños reclamados:

a.-Daño moral:

Se entiende al daño moral (hoy consecuencias no patrimoniales) más allá


de la órbita sensitiva, como un desmejoramiento espiritual o de la personalidad y
aunque no haya dolor. Las formas más frecuentes de daño moral residen en el
dolor, la angustia, la tristeza, etc. Por ello, la noción de daño moral ha sido muy
subjetivada y emparentada con los sufrimientos síquicos. Dicho perjuicio sería la
contrapartida de la felicidad, como estado de bienestar espiritual que gozaba la
víctima antes del hecho. Pero es evidente que la dimensión espiritual de la
persona no se reduce a su sensibilidad, sino que comprende la existencia
intelectual y volitiva, tanto en la soledad como en las relaciones con los demás.
(ZAVALA DE GONZÁLEZ, Matilde, “Resarcimiento de daños. Presupuestos y
funciones del Derecho de Daños”, Buenos Aires, Hammurabi, Tomo 4, 1.999,
pág. 178 y sgtes.)

En el régimen del Código Civil y Comercial de la Nación, de conformidad con la


definición de daño jurídico que emana del art. 1738, puede definirse al daño
moral (denominado en este artículo “consecuencias no patrimoniales”) como la
lesión de un interés no patrimonial de la víctima que produce consecuencias de la
misma índole. La consecuencia resarcible, en estos casos, consiste en una
modificación disvaliosa del espíritu, en el desenvolvimiento de su capacidad de
entender, querer o sentir, que se traduce en un modo de estar diferente de aquel
en el que se hallaba antes del hecho, como consecuencia de este y anímicamente
perjudicial.

La indemnización por daño moral no se reduce al precio del dolor o a la


pérdida de afecciones, sino que se apunta a toda modificación disvaliosa del
espíritu, sea en la capacidad de sentir, de querer, y de entender. A partir del
carácter resarcitorio de tal rubro, éste desempeña la función de satisfacer
perjuicios que no sean mensurables con exactitud, teniendo en cuenta las
condiciones personales de la víctima y la gravedad objetiva del perjuicio, como
así también el resto de las circunstancias del caso. (Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil, sala E, 1197/02/27, “Giménez, Pablo M. y otros c/
Schuartz, Eduardo”, LA LEY, 1997-C, 262 – DJ, 1997-2-656).

En el caso de autos, la Sra. Muñoz reclama la suma de $300.000 por sí y


la suma de $350.000 por su hija Xiomara la suma de $350.000.

De las constancias del expediente surge que la Sra. Muñoz se encontraba en


pareja con el Sr. Olguín, que tuvo una hija con este, (Xiomara) y que se
encontraba embarazada con de seis meses a la muerte del causante (cuyo daño
moral ha sido concedido en los autos acumulados).

En autos se rindió prueba pericial psicológica que da cuenta del impacto


negativo que la muerte de su compañero ocasionó en la vida de la actora.
La pericia presentada a fojas 101 da cuenta de que la Sra. Muñoz presenta
síntomas de depresión tales como, aislamiento social, crisis de llanto, sentimiento
de enojo, disminución del interés por el monto exterior, dificultad para expresar
emociones asertivamente. Los síntomas descripto influyen sobre el estado de
ánimo genera de la actora y la manera de relacionarse con su entorno, viéndose
así disminuidas sus relaciones sociales, actividades recreativas, laborales y
afectivas.

Siendo así no existe duda alguna de que la muerte del Sr. Olguin tuvo una
repercusión negativa en la vida de su compañera, la Sra. Muñoz por lo que el
rubro procede por la suma reclamada, que podrá ser destinada a la adquisición de
bienes o actividades placenteras que mitiguen el dolor padecido.

Por su parte, el rubro pretendido por su hija Xiomara también procede por
la suma reclamada más allá de la inexistencia de pericia en tanto es dable
suponer y presumir que la pérdida de un padre repercute negativamente en el
ánimo y personalidad de la menor.

El daño moral de los hijos por la muerte de los padres es uno de los
supuestos en que el daño surge de los propios hechos, pues se trata de una
consecuencia que naturalmente acontece(SCJMza. “Pereyra Vda. De Vargas,
Paulina y ots. en J: Pereyra Vda. de Vargas Paulina y ots. c/Otoniel Gómez y
ots.”. Fecha: 21/11/2001. LS 303:470).

Por ello es que el rubro procede por la suma reclamada por ambas accionantes.

b.- Pérdida de Chance:

“La pérdida de chance es una categoría de daño resarcible mediante la


cual se pretende reparar la pérdida de una posibilidad, de una oportunidad, de
obtener ganancias o una ventaja futura previsible o de evitar un per-juicio. A los
fines de la reparación de la pérdida de chance, la posibilidad no debe ser
simplemente una expectativa general o vaga, de acaecimiento eventual o
hipotético de alguna ventaja, sino que la pérdida ha de tener suficiente
fundamentación y entidad. A través de la pérdida de chance se pretende la
reparación de la probabilidad de éxito frustrada y constituye una consecuencia
mediata del perjuicio causado. No puede confundirse la pérdida de chance con
aquellos daños hipotéticos o eventuales (más allá de su cercanía) ya que la
pérdida de chance es un daño actual y supone posibilidad concreta y real de
obtener las ventajas esperadas o previstas o de evitar las pérdidas, mientras que
los daños eventuales e hipotéticos sólo tienen lugar en la imaginación o creación
de la persona que se dice afectada”.(MONJO, Sebastián. “La pérdida de chance
en la jurisprudencia”. Publicado en: DJ 06/11/2013, 1. Cita Online:
AR/DOC/3219/2013 y COMPAG-NUCCI DE CASO, Rubén H.. “El daño
resarcible y la pérdida de chan-ce”, Cita Online: 0003/010409.
Lo que se pretende reparar con este rubro es pérdida de una “chance” es
decir, la expectativa patrimonial de obtener un beneficio de resultado incierto.

Tanto la doctrina como la jurisprudencia han entendido que: “… el daño


producido por la pérdida de chance sólo resulta indemnizable en estos casos
cuando el grado de probabilidad de obtener la ganancia o de evitar la pérdida
adquiere dimensión suficiente. Ello descarta la posibilidad de reparación de un
perjuicio meramente conjetural o hipotético, lo que ocurre, por ejemplo, cuando
se trata del fallecimiento de niños de corta edad o, cuando, como en el caso, el
adolescente fallecido padecía de una enfermedad- si se entiende de tal modo su
adicción a las drogas- que perturbaba su entendimiento, le impedía cumplir con
sus obligaciones escolares, lo llevaba a incurrir en reiteradas conductas
delictivas, con un pronóstico altamente negativo en relación a la posibilidad de
superar, en el futuro, su situación vital altamente conflictiva” (CC3, autos autos
N° 113712 (32091) caratulados “Martinez Rosana del Carmen cc/ Dirección de
Niñez y Adolescencia Disc. Y Fam. DINAADYF por daños y perjuicios”, fecha
3/11/2009).

En el caso se reclama la suma de $850.000 en tal concepto. Al alegar


no se elevó el monto inicialmente reclamado.

En el caso de autos no ha quedado acreditado cuál es la actividad que


desempeñaba o podría desempeñar con una cierta probabilidad el Sr. Hugo
Omar Olguín y cómo concretamente asumiría la asistencia material a su hijo,
dado que ni siquiera se insinuó que el interno se encontraba en condiciones de
recuperar su libertad a la brevedad con promesas de trabajo ciertas, estudiaba,
participaba de talleres o que hubiere adquirido título habilitante mientras estaba
privado de su libertad o desarrollare oficio alguno a fin de obtener una ganancia
lícita.

En el expediente AEV surge que interno desempeñaba tareas de “agricultor” (ver


fojas 07) mas no se acompañó ninguna prueba que indicara que ello era así, como
podría haber sido la prueba testimonial, por el contrario a fojas 7/10 del
expediente AEV se evidencia que el Sr. Olguín Gonzalez tenía un prominente
prontuario.

En efecto, no se ha acreditado cuál es la probabilidad u oportunidad que el


causante podía obtener una vez recuperada su libertad.

La pérdida de "chance" constituye por sí un daño actual, configurado por el valor


económico de la probabilidad. Se plantea en casos en que un comportamiento
antijurídico interfiere en el curso normal de los acontecimientos, de un modo que
no puede saberse si el afectado hubiera obtenido o no el beneficio que ahora
aparece perdido, pero que al día de hoy constituye una oportunidad. Si bien la
"chance" en sí misma es resarcible, debe ser apreciada judicialmente según el
mayor o menor grado de probabilidad de convertirse en cierta lo que depende de
la prueba rendida en cada caso. (4cc Expte.: 50195 - VIÑA EL CERRO S.A.
C/VITTORI, ROBERTO Y OTS. P/COBRO DE PESOS Fecha: 04/09/2014).

Se ha puntualizado que "...parece acertado el criterio jurisprudencial que


resuelve que la vida no tiene un valor económico en sí misma, sino en función de
lo que ella producía para el damnificado, lo cual elípticamente es tanto como
decir que "la valoración de la vida humana no es otra cosa que la medición de la
cuantía del perjuicio que sufren aquellos que eran destinatarios de todo o parte de
los bienes económicos que el extinto producía, desde el instante en que esta
fuente de ingresos se extingue" (BELLUSCIO-ZANNONI "Código Civil,
Comentado, Anotado y Concordado". To. 5, art. 1085. Ed. Astrea, p. 196 obra
citada en 4cc autos N° 22.848/52.741 caratulados “SILVA, ANIBAL
FLORENCIO Y OVEJERO LUISA C/GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE
MENDOZA P/D. Y P.”, su acumulado EXPTE N° 28.046/52.728 “ASALGADO
MARIANELA POR SUS HIJOS MENORES SANTIAGO y MALENA
C/GOBIERNO DE LA PROV. DE MZA P/D Y P).-

Por último, es dable destacar que si bien no desconozco lo resuelto por la Cuarta
Cámara en el caso “SILVA, ANIBAL FLORENCIO Y OVEJERO LUISA
C/GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE MENDOZA P/D. Y P.”, entiendo que
existen diferencias notorias entre uno y otro supuesto fáctico. En aquél se
acreditó que el interno realizaba trabajos de albañilería y colaboraba
económicamente con su familia (padres e hijos respectivamente), mientras que en
el caso que nos ocupa se ha puntualizado que el Sr. Olguín era agricultor más no
existió prueba tendiente a acreditar esa circunstancia.

Nadie discute que quién ha cumplido con su pena privativa de la libertad puede
lograr una reinserción laboral sin embargo en autos no existen elementos
concretos que permitan concluir que el Sr. Olguín tenía en vistas y con cierta
posibilidad, la adquisición de un trabajo, actividad laboral, oficio o profesión
concreta. Es en este sentido que las consideraciones vertidas por el letrado de la
actora al alegar oralmente son ciertas, mas en el caso concreto no se aplican dado
que para que este rubro específico proceda no bastan las manifestaciones
genéricas.

En esta línea de razonamientos se ha dicho :


La chance es una conjetura más o menos probable que debe contemplar las
posibilidades normales en la vida futura que tenía el fallecido, siendo necesario
probar estudios u oficio alguno que permitan llevar a presumir que, en el futuro,
podría sostener económicamente su propia familia y, además, seguir ayudando a
su madre. (Expte.: 50227 - CAMARGO, CARLOS ALBERTO Y OTS. C/
ZAMBRANO, JESUS DAVID Y OTS. S/ D. Y P. (ACCIDENTE DE
TRÁNSITO) Y SU ACUMULADO "JOFRE, ROSA ESTELA C/ ZAMBRANA,
JESUS DAVID Y OTS. POR DAÑOS Y PERJUICIOS Fecha:
25/02/2014Tribunal: 5° CÁMARA EN LO CIVIL - PRIMERA
CIRCUNSCRIPCIÓN Magistrado/s: MARTINEZ FERREYRA - MOUREU -
RODRIGUEZ SAA (VOTO EN DISIDENCIA.)
Y más precisamente, se puntualizó en un caso similar que “La actora no ha
aportado ningún elemento de prueba que permita concluir que era destinataria de
parte de los bienes que su hijo fallecido producía, razón por la cual no puede ser
admitida la reparación del daño material, máxime cuando tampoco ha sido
acreditado que en orden a las particulares condiciones socioeconómicas de la
familia existiese una probabilidad de asistencia a su progenitora una vez obtenida
la libertad”. (1cc S. R. A. y otro p/ sus hijos menores c/ Torrales Miguel Ángel y
ots. s/ daños y perjuicios3-feb-2012).

En base a ello, estimo que corresponde el rechazo del rubro en trato.

V-Costas

Las costas del proceso se imponen a la demandada por lo que se


admite la demanda, y a la actora por lo que se rechaza la misma (rubro “pérdida
de chance”), arts. 35 y 36 del C.P.C. C y T, siguiendo el criterio esbozado por la
SCJMZA in re “Chogris”.

Los honorarios de los letrados intervinientes se regulan de conformidad


con lo dispuesto por la ley 9131.

Por lo expuesto y normas citadas;

RESUELVO:

I.- Hacer lugar parcialmente a la demanda interpuesta por la Sra. Vanesa Cinthia
Muñoz por sí en representación de su hija menor Xiomara Natasha Olguín
Muñoz contra de la PROVINCIA DE MENDOZA y en consecuencia condenar
a esta última a fin de que abone la suma de PESOS SEISCIENTOS
CINCUENTA MIL ($650.000) en el plazo de DIEZ DIAS de quedar firme la
presente con más los intereses establecidos en los considerandos y hasta la fecha
de su efectivo pago y que serán distribuidos de la siguiente manera: la suma de
pesos trescientos cincuenta mil ($350.000) a la menor Xiomara Natasha Olguín
Muñoz y la suma de pesos trescientos mil ($300.000) a la Sra. Vanesa Cintia
Muñoz.

II- Imponer las costas a la demandada perdidosa por los rubros cualitativamente
admitidos y a los actores por el rubro –perdida de chace- cualitativamente
rechazado (arts. 35 y 36 del CPC).

III.- Regular los honorarios profesionales a cargo de la parte demandada -por los
rubros cualitativamente admitidos-, teniendo en cuenta la efectiva labor
desarrollada en autos, a los doctores ALBERTO FABIO GAYA en la suma de
pesos DAVID FUNES VIGLIECCA en la suma de pesos ciento cuatro mil
($104.000), DAVID FUNES VIGLIECCA en la suma de pesos cincuenta y dos
mil ($52.000) sin perjuicio de los complementos e IVA que pudieran
corresponder.
IV.- Regular los honorarios profesionales a cargo de la parte actora -por los
rubros cualitativamente admitidos-, teniendo en cuenta la efectiva labor
desarrollada en autos, a los doctores MARIO DANTE ARANITI en la suma de
pesos treinta y dos mil ($ 32.000), ALICIA LÓPEZ REVOL en la suma de
pesos diez mil cuatrocientos ($10.400), CLAUDIA VALVERDE en la suma de
pesos treinta y dos mil ($ 32.000), ALBERTO FABIO GAYA en la suma de
pesos diecinueve mil seiscientos ($ 19.600), DAVID FUNES VIGLIECCA en la
suma de pesos treinta y nueve mil doscientos ($39.200) sin perjuicio de los
complementos e IVA que pudieran corresponder.

V.- Regular los honorarios de la perito interviniente en autos, MONTI


VICTORIA AYELEN en la suma de pesos veintiséis mil ($26.000) sin perjuicio
de los complementos e IVA que pudieran corresponder.

REGÍSTRESE - NOTIFÍQUESE.

NOTIFIQUESE A LA ASESORA DE MENORES CON REMISIÓN DE


AUTOS.

Firmado:

DR. ALFREDO DANTIACQ SANCHEZ


Juez

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