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"Año de la lucha contra la corrupción e impunidad"

FACULDAD DE CIENCIAS SOCIALES - ARQUEOLOGIA

HORIZONTE MEDIO - HUARI

TEMA: INFORME DEL VIAJE A AYACUCHO, HORIZONTE MEDIO

CURSO: ANDES CENTRALES IV

PROF: PIETER VAN DALEN

ALUMNO: NUÑEZ URVIOLA, JOSÉ DAVID – 16150327

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Indice
1. Introducción…………………………………………………………….……….3
2. Medio Ambiente…………………………………………………….………….5
3. El Horizonte Medio………………………………………….…………………9
4. Complejo arqueológico de Huari……….……………………………….13
5. Conchopata………………………………………………………………………..38
6. Museo………………………………………………………………………………..46
7. Apreciación crítica……………………………………………………………….46
8. Recomendaciones……………………………………………………………….48
9. Conclusiones………………………………………………………………………49
10. Anexos………………………………………………………………………………..54

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Introducción
El presente informe trata sobre los sitios de Wari, Conchopata y Pampa de la Quinua,
ambos en el departamento de Ayacucho, los cuales fueron visitados por la base-16
de la carrera de Arqueología, en el marco del curso de Arqueología de los Andes
Centrales IV, el cual es dictado por el Dr. Piter Van Dalen Luna. Dicho viaje fue
guiado por el arqueólogo Ismael Pérez, quien es especialista en el Horizonte Medio
en Ayacucho, y quien trabajó y aún trabaja en el sitio de Huari,habiendo realizado
múltiples publicaciones sobre el sitio

El sitio arqueológico de Huari se encuentra en la región de Ayacucho, desde los


2,800 msnm en su zona más alta, hasta los 2650 msnm en su zona más baja,
localizándose en una planicie elevada que separa las cuencas de Huanta al norte y
la de Huamanga. Se ha planteado este sitio como el centro de un estado expansivo
que, desde Ayacucho, se habría extendido la sierra desde Sicuani hasta Cajamarca,
y en la costa desde Ocoña hasta Chicama.

Junto con Tiahuanaco, la cultura Wari fue una de las que marcó el periodo conocido
como Horizonte medio, el cual es caracterizado por la expansión de ambos estilos
alfareros

Muchos investigadores consideran a Wari como el precursor del fenómeno Inca,


pero esto no está del todo determinado. El modelo que habría tenido Wari ha sido
planteado desde un estado militarista imperial, entendido dentro de los términos del
materialismo dialéctico(Lumbreras,1974a; Tantaleán,2013), pasando por el modelo
de un estado que ejercía una dominación blanda sobre las regiones, y llegando a la
idea de un estado limitado que habría difundido su cultura a través de relaciones
comerciales.

Por si mismo, el sitio de Huari resalta entre otros sitios ubicados en la sierra. Se
encuentra en una posición que dificulta el acceso al agua y la agricultura, pero que

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a su vez facilita el acceso a la roca y la arcilla. En sus puntos más altos, el sitio
permite un control del valle.

Aún no se ha logrado determinar con exactitud su tamaño, pero se sabe que habría
tenido grandes dimensiones, mayores a la de otros sitios de la época. Por lo tanto,
habría albergado a una gran población.

Más aún, la zona monumental del sitio nos da una muestra de la complejidad a la
que había llegado esta cultura. Se destacan grandes plazas en las que se habría
agrupado la gente en ritos, palacios y templos que habrían correspondido a la élite,
y muros de hasta 8 metros.

Otro de los sitios importantes para la comprensión del fenómeno Huari es


Conchopata. En la actualidad el sitio se haya terriblemente recortado, tanto por la
carretera como por la expansión urbana. Sin embargo, Isbel calcula que habría
ocupado un área de hasta 20 hectáreas.

Los hallazgos en Conchopata no dejan de ser impresionantes. Ya en las primeras


expediciones realizadas por el doctor Julio Cesar Tello se logró encontrar una gran
cantidad de material cerámico de alta calidad. Los trabajos posteriores, realizador
por Isbel, nos indican que Conchopata habría cumplido una importante labor en la
expansión de Wari, siendo que esta parece haber sido acompañada por la extensión
del culto al “Dios de los Báculos”

Conchopata fue considerado como un taller alfarero, el cual habría exportado


cerámica hacia otras provincias. Esto habría sido de gran importancia, y nos permite
entender la forma en la cual Wari expandió su influencia a lo largo del Horizonte
Medio. Otros hallazgos como la tumba de un guerrero, o el templo en D, nos
muestran que el sitio habría tenido también una gran importancia ceremonial

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Medio ambiente

Medio ambiente en el departamento de Ayacucho

Para hablar las condiciones ambientales en las cuales se desarrolló la sociedad


Wari durante el Horizonte Medio, es necesario entender el medio ambiente actual
de la región de Ayacucho

El departamento de Ayacucho se localiza en la siera centro-sur peruana, teniendo


además sectores que se ubican en la Ceja de Selva y en la Selva Alta, los cuales
se ubican al noreste de su territorio y una reducida área al sudeste que llego a la
parte alta de la costa(IGL, 1984)

El relieve del territorio ayacuchano es accidentado en las vertientes del Pacífico, así
como en los sectores de cañones fluviales formados por los ríos Apurimac y Pampas.
Al norte y al noreste, la topografía es también muy irregular. En la zona de altas
mesetas o puna, la topografía es suave, con pocas irregularidades, salvo cuando
existen de forma residual. (IGL, 1984)

Actualmente, el clima es variado. Sub-tropical desértico en las Yungas marítimas,


que abarca las partes altas costeras, con temperaturas diurnas máximas superiores
a 25°C, con precipitaciones escasas y estacionales(IGL, 1984)

En los pisos andinos medios y superiores, como son aquel en el cual se encuentra
ubicado los sitios arqueológicos mencionados en el presente informe, los climas van
desde templado en la zona Quechua, pasando por templado frío en la zona Suni, y
frío en la Puna, hasta frío glacial en Cordillera. Se puede observar diferencia térmica
entre el día y la noche, manteniendo una temperatura positiva en casi todas las
regiones, excepto en la Cordillera En todas estas regiones las precipitaciones(IGL,
1984)

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En la Ceja de Selva, el clíma es templado-calido, con altas temperaturas en el día y
bastante frescas durante la noche. A lo largo de todo el año se mantiene una alta
nubosidad. En esta región hay abundantes precipitaciones(IGL, 1984)

En la Selva Alta, el clima es tropical con ligeras variaciones de temperatura durante


la noche(IGL, 1984)

Se debe advertir que según los estudios de Thompson sobre el nevado Quellcaya
(2014), es posible que el clima en Ayacucho durante el Horizonte Medio fuera algo
más árido que el actual. “De acuerdo al registro del glaciar de Quellcaya, las
precipitaciones y la temperatura entre el 500 y el 1000 d.C. habría sufrido pequeñas
variaciones, pero habría permanecido estable, en términos generales[…]Hacia el
950 habría habido un pico de precipitaciones, que habrían ido declinando luego
hasta el 1200 d.C.[…] Las culturas del horizonte medio fueron contemporáneas con
un período de creciente aridez”(2014, p 265)

Los ríos que cruzan su territorio pertenecen a la cuenca del Pacífico y del Amazonas.
Los primeros son de poca magnitud por el escaso volumen de sus aguas, e incluso
muchos de ellos no llegan al mar durante el invierno. En verano su caudal puede
llegar a incrementarse al extremo de causar inundaciones en el fondo de los valles.
(IGL, 1984)

La vegetación en el departamento de Ayacucho varía de acuerdo a la región. Es


escasa en las vertientes occidentales, gramínea en la puna. Hay presencia de
bosques de galerías en el fondo de los valles y vegetación tropical al norte y noreste.
(IGL, 1984)

La región Quechua

El sitio arqueológico conocido como Huari corresponde a la región Quechua, según


la clasificación por el doctor Pulgar Vidal. Esta es una región escarpada, la cual
acoge la mayor parte de la población serrana en la actualidad. El clima de esta
región es templado-seco, con lluvias periódicas de diciembre a marzo, con
variaciones sensibles de temperatura entre el día y la noche, pero con la moderación
apropiada y permisible para la vida humana (Anaya, p 6)

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En la región Quechua, la estación de lluvias comienza entre Octubre y Noviembre,
llegando a su fin hacia mediados de Marzo o Abril. El resto del año está
caracterizado por un clima entre templado a cálido, generalmente caracterizado por
un bajo nivel de precipitaciones. Tanto las lluvias como el deshielo de glaciares dan
origen a los ríos, los cuales desembocan posteriormente por el Océano Pacífico

La flora en esta área es abundante, y varía de acuerdo a la altitud. Entre las plantas
más características se encuentran el pacae(Inga feuilleei), papa(Solanum
tuberosum), maíz(Zea mais), oca(Oxalis tuberosa), olluco (Ullucus tuberosus), frijol
(Phaseolus vulgaris), pallares (Phaseolus lunatus) entre otros. Por otro lado,
también se encuentra una gran variedad de plantas silvestres, tales como el molle
(Schinus molle), la tara (Tara spinosa), la retama(Retama sphaerocarpa), el tankar
kichka (Berberis vulgaris), el lambras o aliso (Alnus glutinosa), entre otros. Muchas
de estas son aprovechadas para diversar actividades humanas, como sería el teñido
de telas o de cerámica, el uso medicinal o ritual, o la ornamentación

Una particularidad en cuanto a la flora es el árbol de Pati (Eriotheca vargasii) Este


árbol actualmente se puede hallar en abundancia en la región, pero se cree que no
es una especie endémica, sino que habría sido transportado por los antiguos
pobladores, posiblemente con fines estéticos o rituales

En cuanto a la fauna, se puede encontrar entre las especies domesticadas a la llama


(lama glama), la alpaca(Lama paco), y el cuy(Cavia porcelus). Entre los animales
silvestres se encuentran zorro andino (Lycalopex culpaeus), la vizcacha (Lagidium
viscacia), el puma (Puma concolor), la perdiz (Alectoris rufa), el picaflor (Trochilidae),
la vicuña (Vicugna vicugna) y el guanaco (Lama guanicoe).

Medio ambiente en el emplazamiento de Huari

En cuanto al sito Huari en particular, este se ubica en un pequeño valle tributario en


la esquina noreste del Huamanga, siendo esta posiblemente una localización
estratégica que les permitiría controlar todo el valle. Está ubicado en la unión de las
montañas que separan las cuencas del Huamanga y el Huanta. Estas montañas
tienen una altitud de entre 2600 m.s.n.m. y 3000 m.s.n.m., y pueden ser divididas

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en cinco sectores: El margen oriental del Cerro Churucana, una estribación de
apenas medio kilómetro de largo , el punto más alto donde la cresta se adhiere al
lado del valle; el margen occidental del Cerro Churucana, un afloramiento volcánico
que habría sido un volcán, el cual ahora se encuentra inactivo, Huari Pampa,
ubicado a 2 km de la meseta volcánica, y el cerro San Cristobal (Isbel, 1991)

Pérez (2000) indica que el sitio ocupa tres zonas de vida naturales: En la parte baja
del complejo existe una zona de estepa espinosa montano bajo subtropical Se
caracteriza por un clima subhúmedo y productivo, con vegetaci6n arbustiva y
arbórea de pacaes, lucumos, chirimoyas y paltas, entre otros. A la parte intermedia
corresponde una zona de bosque seco montana bajo subtropical, conformada por
una amplia planicie donde se encuentra el area monumental de Huari. Se trata de
una zona más semiarida, con vegetaci6n xerofftica, donde persisten molles y taras.
Esta rodeada por barrancos y pendientes. La parte alta del complejo comprende
una zona de bosque húmedo montana bajo subtropical, donde aún existen
diferentes ojos de agua que abastecen a las actuales poblaciones de Pampachacra,
Collcca, Cruz pata y Huacaurara. En esta zona existen algunas elevaciones,
roquedales, pampas y amplios espacios abiertos propicios para el cultivo de papa,
quinua, olluco, asi como para labores de pastoreo y caza de vizcachas. Estos
recursos habrían sido utilizados en tiempos prehispánicos

No hay fuentes de agua permanentes vinculadas directamente a Huari, e incluso


hoy en día la agricultura depende de las precipitaciones. Este problema habría sido
solucionado mediante una compleja red de acueductos. Hoy en día, el uso de
canales es también común entre los habitantes del valle, aunque las zonas de
cultivo se han desplazado hacia los 3000 m.s.n.m. Esta zona, por la abundancia de
pastos, es adecuada para la ganadería, actividad que hasta el día de hoy es
practicada por los habitantes del valle

Las colinas que rodean a Huari tienen un bajo porcentaje de humedad, y sus suelos
no son propicios para la agricultura. Eso dificulta la producción agrícola, problema
que debieron haber enfrentado también las poblaciones Wari (Isbel, 1991)

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Es una zona volcánica, por lo que el suelo es poco profundo. Si bien actualmente la
capa madre se encuentra a una profundidad considerable, se ha encontrado
cerámica cercana a la roca madre, lo que indica que el suelo es producto de la
ocupación urbana. (Isbel, 1991)

Al ser una zona volcánica, recursos como la roca, usada en la arquitectura Wari,
son de fácil acceso. La roca, tanto ígnea como sedimentaria, ha sido extraída en
grandes cantidades, con el fin de emplearla en las construcciones. La arcilla y los
pigmentos usados en esta también son accesibles, lo cual había facilitado el
desarrollo alfarero de esta sociedad. La época seca entre Mayo y Noviembre habría
sido ideal para el secado y la cocción de cerámica. (Isbel, 1991)

El horizonte Medio
Como se ha mencionado antes, se define como “un período marcado por una gran
expansión de la Cultura Wari cuyo núcleo se encontró en la zona de Ayacucho, una
expansión que probablemente involucró una conquista militar. Sus huellas se
encuentran en la mayor parte del Perú, en la sierra desde Sicuani hasta Cajamarca,
y en la costa desde Ocoña hasta Chicama” (Rowe).

Isbel (2000) señala lo siguiente “con toda seguridad las mas grandes y poderosas
de los Andes Centrales, que representaron el diagnostico arte religioso de modo
mas prominente, Tiwanaku, ubicada al sur, en el altiplano boliviano, y Huari, en la
sierra central del Perú” Durante este período, se nota la expansión del estilo
correspondiente a estas dos culturas.(Fig 1)

Señala también la expansión del culto hacia un ser; el llamado dios de los Báculos.
La representación más prominente es un ser antropomorfo con el rostro en posición
frontal. Algunos diseños solo se limitan a su rostro, circunscrito por una ancha banda
con apéndices semejantes a rayos que se proyectan hacia afuera. Otras
representaciones muestran el ser completo, de rostro radiante, de pie, con los
brazos levantados, y cogiendo un báculo u otro objeto similar en cada mano (Isbel,
2000) (Fig 3)

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Dorothy Menzel(1964), en base a la secuencia cerámica hallada preparó una
cronología para el Horizonte Medio en el Perú, la cual aún hoy es utilizada por los
investigadores del Horizonte Medio

Ella dividió el Horizonte Medio en cuatro períodos, los cuales abarcaban desde el
500 d.C. hasta el 1000 d.C. A su vez, subdividió los dos primeros períodos en A y B

La época 1 A correspondería a la creación de Wari como entidad propia, y a su


consolidación ya sea como estado o como entidad religiosa. Menzel(1967 )define
“En la época 1A del horizonte medio, un nuevo estilo de cerámica ceremonial sin
antecedentes locales apareció en el área de Ayacucho.” Durante esta época, se
nota una evidente influencia de Nazca. Por otro lado, los temas iconográficos que
se tratan son parecidos a aquellos que aparecen en la cerámica Tiahuanaco,
especialmente la representación del ser que aparece en la portada del Sol, o el
llamado Dios de los Báculos

A este período corresponden los estilos Concho Pata, Robles Moqo, Chaquipampa.
Se puede ver rezagos del estilo Huarpa durante este período

La época 1B corresponden a una consolidación del culto al dios de los Baculos.


Huari se convierte en el centro de un fenómeno que abarca, en ese momento, desde
Acarí hasta Chancay en la costa, y que en la sierra llega hasta Abancay, e incluso
comienza a influenciar en la sierra norte

A este período corresponden los estilos de Chaquipampa B, a la Cerámica de gran


tamaño Robles Moqo, y a la cerámica de tamaño medio Robles Moqo

En la época 2 la expansión de Wari se detiene por alguna razón, y comienza a


disminuir. Se puede dividir esta época en dos épocas: A y B. Durante este periodo
aparecen dos tipos de cerámica: la cerámica Viñaque, nativa da Ayacucho, y la
cerámica Ataraco, que muestra cierta similitud con la cerámica Nazca y
Pachacamac. Se pueden encontrar representaciones iconográficas del culto
“tiahuanaco” en cerámica menos fina, lo cual es interpretado por Menzel como un
incremento de la religión Tiahuanaco en las clases populares

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Por otro lado, en la época 2 los sitios de Ñawi Pukyu y Chakipampa son
abandonados, y no volverían a ser ocupados durante el Horizonte Medio. Además,
no se fundarían nuevos sitios Wari en Ayacucho. Este despoblamiento del valle de
Ayacucho podría deberse a una concentración de la población en el sitio de Huari,
el cual había aumentado demográficamente su tamaño

Los cambios en el patrón de asentamiento y en los materiales durante la época 2A


reflejan una severa crisis, como una pandemia o un cataclismo. Sin embargo, Wari
consolida su influencia en la costa, pudiéndose hallar cerámica estilo Wari en Huari,
Nasca, Pachacamac, Ancon, Supe, y Casma. En lo general, el territorio Wari parece
haberse mantenido estable, sin presentar ningún cambio significativo durante esta
época.

La cerámica hallada en Nievería o Pachacamac, de estilo Wari pero con temáticas


iconográficas distintas señalan que el control del Wari sobre estar regiones no era
total, y las élites locales mantenían gran parte de su independencia. En palabras de
Menzel(1964) “La organización religiosa de Wari no fue efectivamente centralizada”

En la época 2B se retomó la expansión de Wari, la cual se daría de forma abrupta.


Cerámica estilo Viñaque B, o variaciones locales del mismo son hallados por toda
la sierra, llegando incluso a Cajamarca por el norte, y por el sur a Cacha., cerca a
Sicuani y Chiquipampa, en el departamento de Arequipa. En la costa, en su época
de la mayor expansión Wari abarcaría desde Chicama por el norte hasta el valle de
Ocoña por el sur

Se construyen nuevos y enormes complejos en Wiracochapampa, cerca a


Huamachuco, y en Pikillacta, en la parte baja del valle de Cusco. Esto indica una
mayor centralización del poder durante este período, similar a la que habrían tenido
los Incas

La distribución y la influencia de Wari en el estilo Pachacamac B es notoria, por lo


que se deduce que Pachacamac entraría dentro del área de influencia de Wari. Es
posible que Pachacamac conservara gran parte de su independencia como centro
ceremonial/pequeño estado, pero se vería sujeto a Wari. El estilo Pachacamac B se

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extiende por el norte hasta Chicama y por el sur hasta Nazca, por lo que se deduce
que la sujeción a Wari no habrían mermado su influencia, al contrario, habrían hecho
que la influencia de Pachacamac creciera. Asimismo, la influencia de Pachacamac
está en relación con el eclipse del estilo Nazca. Se puede ver que Pachacamac
ejerce influencia directa sobre el estilo Ataraco B. El estilo Viñaque también habría
influenciado en gran manera a Nazca

Menzel (1964) no precisa la situación de Nazca durante este período. Sin embargo,
se sabe que Nazca habría perdido gran parte de su poder e influencia en relación
con Pachacamac

Por otro lado, en el extremo norte, se puede ver que en Cajamarca floreció el estilo
Cajamarca III. Por otro lado, en Ancash, surgió el estado que Bennett definió como
Geométrico sobre Claro. Este estilo tendría ciertas similitudes con Cajamarca III.
Estos estilos demuestran que el control de Wari durante este período no fue
hegemónico, y que existieron otras entidades que también lograrían difundir su
influencia

Hacia el final de la época 2 se puede ver un declive en Wari. Menzel (1964)


menciona que incluso gran parte del propio sitio de Huari habría sido abandonado,
ya que es muy difícil hallar cerámica atribuida a la época tres en el sitio. En las
provincias, no se puede encontrar que la influencia Wari continúe expandiéndose;
por el contrario, esta parece reducirse. Aun así, se continua produciendo cerámica
de estilo Wari en Nasca, lca, Pachacamac, Chancay, y Huarmey. En Lima,
Pachacamac continuaría su ocupación, pero sitios que habían sido importantes
Cajamarquilla como Maranga son abandonados. (Menzel, 1964)

El declive de Wari en Ayacucho trajo consigo importantes cambios en los


asentamientos urbanos: no se fundarían nuevas grandes ciudades en el área otra
vez, y los últimos sitios habitacionales serían muy reducidos y difíciles de encontrar.
No se vuelve a producir cerámica fina. Así, se sugiere que el decrecimiento político
fue acompañado por crisis económica y una reducción demográfica. Tantaleán
(2013) señala que no se sabe del todo si este fue un fenómeno cataclismico, en el

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que la caída del núcleo conllevó al rápido final de todo el fenómeno; o si por el
contrario fue un fenómeno de erosión, donde poco a poco la pérdida de influencia
en provincias generaría una crisis que a la larga llevaría al desprestigio de las élites
Wari y al colapso de Wari. (Menzel, 1964)

En la costa también se puede notar esta depresión, aunque fue menos severa. Ica
y Nazca mantienen su relativa prosperidad, aunque se puede notar una caída en la
producción alfarera, especialmente en la producción de cerámica fina. En cuanto a
Pachacamac, su esfera de influencia se reduce en relación a la de Nazca, y la
producción de cerámica fina también disminuye notablemente

La época 4 está caracterizada por una deriva del estilo Wari a estilos regionalizados,
que no se encuentran bajo el dominio directo de una misma entidad. Comienzan a
aparecer entidades como Lambayeque, Ichma, entre otras, las cuales comenzarían
a cobrar mayor fuerza. Se da paso así al Intermedio Tardío

Muchos autores, a la luz de nuevas investigaciones, señalan que esta cronología


debe ser ajustada. Se ha considerado, por ejemplo, que la mayor expansión de Wari
se dio en la época 1, siendo la época 2 una época de calma y prosperidad. A pesar
de estas críticas, esta cronología sigue siendo válida, y aún es usada en el estudio
del Horizonte Medio.

Complejo arqueológico de Huari

Antecedentes

A pesar de su gran importancia, el sitio arqueológico de Wari apenas es mencionado


en las crónicas. Uno de los cronistas que lo menciona es Cieza de León, quien lo
menciona con el nombre de Viñaque.

“El mayor río de ellos tiene por nombre Viñaque, a donde están unos grandes
y muy antiquísimos edificios, que cierto según están gastados y arruinados
debe haber pasado por ellos muchas edades. Preguntando a los indios
comarcanos quién hizo aquella antigualla, responden que otras gentes
barbadas y blancas como nosotros, los cuales muchos tiempos antes que los

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Ingas reinasen, dicen que vinieron a estas partes e hicieron allí su morada. Y
de esto y de otros edificios antiguos que hay en este reino me parece, que
no son la traza de ellos como los que los Ingas hicieron o mandaron hacer.
Porque este edificio era cuadrado y los de los Ingas largos y angostos. Y
también hay fama que se hallaron ciertas letras en una losa de este edificio.
Lo cual ni lo afirmo, ni dejo de tener para mí que en los tiempos pasados
hubiese llegado aquí alguna gente de tal juicio y razón, que hiciese estas
cosas y otras que no vemos”(Cieza, p 234)

Otro de los cronistras que menciona al sitio de Wari es Bernabé de Cobo(1892),


quien, en su libro Historia del Nuevo Mundo, menciona:

“No hace poco en confirmacion de esto, la antigualla de algunos edificios


arruinados que vemos en este reino, de piedras grandfsimas y bien labradas,
como son el de Tiaguanaco, el que esta debajo de tierra dos leguas de
Guamanga”(Cobo,p 111)

Posteriormente, en el año de 1877, el explorador estadounidense Ephrain Squier,


quien, reportando un informe elaborado por Llano y Zapata; refiere “En el año de
1637, el pueblo de Ginoa, a diez kilómetros de la antigua Guamanga, se descubrió
accidentalmente un palacio subterráneo, con grandes portales de piedra y edificios
suntuosos”(p. 303).

Antes de proseguir sobre los siguientes trabajos realizados en Huari, hay que
mencionar los trabajos de Alphonse Stübel en Tiahuanaco, luego presentados por
Max Uhle, los cuales marcaron la pauta de las interpretaciones en las primeras
décadas del siglo XX (Chirinos,2006). La definición de un estilo”Tihuanacoide”,
realizada por Max Uhle,

Es importante mencionar los trabajos de Benedicto Flores, Pio Max Medina, Manuel
Bustamante, Alberto Arca Parro y Víctor Navarro del Aguila, los cuales realizaron
excavaciones limitadas a partir de 1925. Sin embargo, los trabajos científicos
empezaron en 1931, con la visita de Julio C. Tello. Realiza excavaciones en las
camaras megalíticas denominadas Chaukallas, en el ahora sector de Cheqo Huasi,

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con estructuras de dos y tres pisos bajo tierra, en la zona denominada lawaricuna,
al noroeste de la cueva del Infiernillo. . En 1940, Tello volvería a excavar allí, aunque
no llegaría a publicar sus resultados. Tello comenzó a describir la importancia de
este sitio, sugiriendo que habría desempeñado un rol muy importante en la
distribución de lo que él llamó “Cultura Wari”, la cual incluía varios de los sitios sitios
llamados anteriormente “Tiahuanacoides” en la costa y en la sierra. Esta propuesta
encontró apoyo rápidamente entre los arqueólogos peruanos.

Uno de los arqueólogos que apoyó la hipótesis de Tello fue Larco, quién había
advertido, hacia 1948, la presencia de cerámica Wari, lo cual le llevó a crear un
estilo denominado como “Wari costeño”, el cual habría puesto fin a la tradición
mochica, irrumpiendo mediante la dominación militar y la imposición de costumbres.
La importancia del estilo Wari, y su influencia se evidenció cada vez más,
fortaleciéndose la teoría que sustentaba la existencia de un imperio panandino.
(Chirinos,2006).

En 1950, Wendell Bennett llevó a cabo excavaciones de prueba y produjo el primer


plano del sitio. Las diferencias arquitectónicas le llevaron a plantear dos fases
constructivas: una de grandes lajas talladas de piedra y otro de piedras no
trabajadas. La mampostería de grandes lajas talladas, por el tipo de acabado y
disposición, los montículos asociados y las esculturas líticas le sugieren influencia
de Tiahuanaco. (Chirinos,2006).

Asimismo, Bennett señaló, en el Handbook of South American Indians, señala que


debió exsitir un punto de origen en la sierra para todos los estilos denominados
como “Tihuanacoide Costeño”. Si bien en su publica

Chirinos (2006), señala “En las publicaciones de la época hay una serie de
características que luego se repetirán frecuentemente y que constituyen los rasgos
“típicos” del Horizonte Medio: edificación de centros urbanos, expansión y conquista,
continuas guerras internas y colapso de los sistemas hidráulicos”. Poco a poco,
estas características van configurando lo que comenzaría a ser conocido con el
nombre de Horizonte Medio

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En 1960. John Rowe crearía la cronología del valle de Ica, la cual sería usada como
cronología maestra en todos los andes Centrales. Este es uno de los hitos más
importantes de la arqueología peruana, y su vigencia continua hasta el día de hoy.
Rowe (1963) denomina Horizonte Medio “un período marcado por una gran
expansión de la Cultura Wari cuyo núcleo se encontró en la zona de Ayacucho, una
expansión que probablemente involucró una conquista militar. Sus huellas se
encuentran en la mayor parte del Perú, en la sierra desde Sicuani hasta Cajamarca,
y en la costa desde Ocoña hasta Chicama”. Rowe señala el pararelismo existente
entre Wari y Tiahuanaco, aunque separa ambos estilos.

En 1964, Doroty Menzel refina la cronologría elaborada por Rowe para el Horizonte
Medio, creando un paradigma que incluso hoy es usado en el estudio del Horizonte
Medio. Esta cronología ordena temporalmente los eventos de la prehistoria andina,
pero también establece una relación específica entre las entidades culturales de
Wari y Tiwanaku; en líneas generales, sostiene la difusión de la iconografía y la
ideología asociadas con Tiwanaku a Wari en una fase temprana del Horizonte Medio
(Chirinos,2006).

Se han propuesto varios modelos para explicar la forma en la cual, desde su núcleo
en Ayacucho, Wari pudo extender su influencia. El material arqueológico ha servido
para caracterizar los diferentes elementos del sistema: una arquitectura ortogonal
planificada (producto de una organización estatal), cerámica característica con un
gran área de distribución (a manera de horizonte estilístico), asentamientos en
diferentes valles en los que Wari ingresa abruptamente (colonias dentro de un
sistema imperial) y una estructura administrativa similar a la Inca (Chirinos, 2006).
Entre estos modelos, el que mayor impacto y aceptación ha tenido es el modelo
Imperial

El modelo imperial surge en la década de los 70, aunque su rastro se puede


encontrar en Rowe o en Menzel. De este parten dos grandes modelos: uno
representado por el antropólogo Luis Guillermo Lumbreras, y el otro representado
por William Isbel y Katharina Schreiber

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El modelo de Lumbreras se basa en sus excavaciones en 1964 en el sitio, la cual
se realizó cerca de las colinas de Robles Moqo, marcado por el materialismo
dialéctico, señala que la expansión Wari fue la expansión violenta de una clase
dirigente imperialista. Dentro de su concepción, la expansión del Imperio Wari tuvo
dos momentos: uno de expansión militar y conquista, y otro en el cual se
introdujeron en los territorios conquistados las creencias y costumbres, o lo que para
el materialismo dialectico es conocido como la superestructura. Dentro de esta
concepción, el colapso de Wari se habría dado debido al antagonismo de clases, en
el cual la clase dominada se habría sublevado de forma violenta contra la élite Wari.
Señala Lumbreras (1974b) “El desarrollo de las fuerzas productivas urbanas,
permitió la formación de una clase ‘urbana’ local, la que entró en contradicción con
los imperialistas. Con o sin apoyo de todo el pueblo, lucharon por la liberación y lo
consiguieron. La lucha de liberación de los pueblos pudo durar mucho tiempo; esto
fue provocando el deterioro de la metrópoli que, al verse negada de los recursos de
las colonias ingresó en un acelerado proceso de desintegración que condujo,
finalmente, no sólo a la pauperización de un área acostumbrada a alimentarse del
tributo sino también a la desaparición de Wari”

Por otro lado, la interpretación de Isbel basa su interpretación en sus trabajos en


Wari, como lo fueron el Proyecto Arqueológico Conchopata, o el Proyecto de
Prehistoria Urbana Wari. Se destaca también en su plateamiento la influencia de la
llamada New Archaeology, mediante el uso de las herramientas metodológicas que
caracterizan esta escuela.

Comparando, en primer lugar, estructuras definidas como Wari con estructuras de


la ocupación anterior en la misma zona, buscan determinar si se trata de una
secuencia cultural continua o un cambio abrupto, y además se comparan
estructuras Wari entre sí, para confirmar si pertenecen a una misma tradición.
(Chirinos, 2006).

Tanto Isbel como Schreiber aceptan que, si bien es problable que Wari fuera un
estado de características imperialistas, este planteamiento difícilmente se puede
probar de forma concluyente. Señalan que varias de las características que

17
aparecen en los asentamientos incas, y que Lumbreras da por sentado en Wari, no
aparecen o son escasas; como es el caso de los caminos. El planteamiento de Isbel
considera que no cabe duda de que Wari fuera un imperio. Sin embargo, es poco
problable que su expansión se haya dado de forma autoritaria y militarista, como lo
señala Lumbreras. Por el contrario, considera que para poder controlar a personas
de tan diversas etinas y creencias, se precisó de un importante aparato ideológico
que le permitiera difundir su religión, no solo como medio pasivo para mantener el
status quo, sino como un agente activo que penetraría en otros territorios. De ese
modo se explica que Wari no tuviera necesariamente un control absoluto sobre todo
el territorio en el que se evidencia su estilo. (Isbel, 1984)

Schreiber busca definir el Imperio Wari, comparándolo con otros imperios


prehistóricos como Mesopotamia, pero en especial comparándolo con el imperio
Inca, entendiendo este como la culminación de un proceso de formación en los
Andes Centrales. Mediante el estudio de patrón de asentamientos, centra sus
investigaciones en sitios periféricos a Huari, tratando de entender mediante estos la
relación de estos sitios con el núcleo

La hipótesis de Schreiber se puede resumir, en palabras de Kaulicke(2001), en lo


siguiente “En la visi6n de Schreiber, Huari fue un imperio que funcionaba con 10
que ella llama un «mosaico de control», que difiere del imperio de los incas por su
caracter mas selectivo, canpreferencias en una zona ecol6gica especifica y control
s610 indirecto sabre la costa”

Sin embargo, los trabajos de Schreiber se vieron truncados por la violencia desatada
en Ayacucho durante la década de los 80, lo cual la obligó a centrar sus trabajos en
Ica, buscando patrones de asentamiento con el fin de sustentar sus hipótesis

Fuera de los modelos imperialistas, se comienza a observar en varios sitios del norte
como Galindo y las huacas de Moche, e incluso en la costa central, en sitios como
lo fueron Supe y Ancón, que la presencia Wari no está tan definida como lo estuvo
en el caso de la sierra sur. Esto llevó a muchos investigadores a plantear que Wari
habría sido un estado con un alcance limitado, siendo esta supuesta extensión que

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se observa en el registro arqueológico producto no de una conquista militar, sino del
intercambio comercial(Chirinos, 2006).

La investigadora más importante dentro de este modelo es Ruth Shady.


Shady(1988) señala que “No hay indicadores que sustenten la existencia del imperio
ayacuchano Huari en las épocas 1 ó 2 del Horizonte Medio. En su lugar se
encuentran Estados regionales que están acrecentando su poder y prestigio y
surgen centros de activación económica, distribuidos a nivel regional y de acuerdo
a la ubicación de los polos de desarrollo”

Shady explica, por otro lado, que la gran variabilidad que en encuentra entre los
distintos estilos alfareros durante el Horizonte Medio se refleja en ”el prestigio
simultáneo de estilos alfareros que identifican a culturas regionales; la distribución
continua que en el área espacial regional muestran cada uno de estos estilos (y que
podría reflejar el ámbito de prestigio o de influencia cultural de un estado); y, al lado
de ellos, la presencia de objetos foráneos, provenientes de áreas vecina o distantes,
o la combinación de rasgos estilísticos alfareros de diversas procedencias en ciertos
estilos locales” (Shady 1989).

Chirinos(2006) señala que, desde la década de los 90, con el fin del conflicto armado
interno, se ha venido dando un nuevo boom de investigaciones relativas al Horizonte
Medio. Las investigaciones, tanto en sitios nucleares como Huari, como en sitios
periféricos en otras provincias se multiplicaron en gran medida. Chirinos (2006)
menciona algunas de ellas “The Nature of Wari: A Reappraisal of the Middle Horizon
Period in Peru, editado por Robert Czwarno, Frank Meddens y Alexandra Morgan,
y que recogía las ponencias presentadas al simposio sobre el Horizonte Medio que
formó parte del 46to. Congreso Internacional de Americanistas realizado en
Ámsterdam en 1988. Por su parte, en 1991 se publicó Huari Administrative
Structure: Prehistoric Monumental Architecture and State Government, editado por
William Isbell y Gordon McEwan, y que presenta los trabajos presentados a la Mesa
Redonda organizada por Dumbarton Oaks en 1985.”

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Sin embargo, en estos trabajos se ha podido notar que la idea de Wari, concebido
como un imperio unificado, ha sido dejada de lado en favor de una observación de
la intercacción entre las distintas regiones. Se concibe el Horizonte Medio como una
época de grandes interacciones regionales, y no como una en la cual, desde su
núcleo en Ayacucho, el estado Wari imponía ciertos patrones culturales

Kaulicke(2001) dice, refiriéndose al horizonte medio “Estas reflexiones se presentan


con el fin de visualizar un mundo andino dinamico y fluctuante, como una inmensa
red de intercomunicaciones complejas dentro de una trama que comparte rasgos
basicos, pero los modifica creando patrones historicos de sistemas politicos
interrelacionados de forma directa y, tambien, menos directa” Refiere así a que el
fenómeno Wari fue “un mosaico de culturas” en las cuales Wari no ejercía el control
de forma absoluta.

El sitio

El sitio arqueológico conocido como Huari se encuentra en la región de Ayacucho,


desde los 2,800 msnm en su zona más alta, hasta los 2650 msnm en su zona más
baja, localizándose en una planicie elevada que separa las cuencas de Huanta al
norte y la de Huamanga. Rodeando estas cuencas se despliegan extensas zonas
de puna donde los cultivos y la ganadería de altura, debieron de ampliar la gama de
recursos alimenticios y productivos disponibles. La presencia de terrazas agrícolas
abandonadas en los alrededores del sitio, podrían corresponder a los esfuerzos
realizados para ampliar el acceso de los habitantes de la ciudad a mayores recursos
alimenticios (Canziani, p 296)

Se ubica entre los pueblos de Pacaycasa y Quinua y limita, por el norte, con las
quebradas de Ocopa y Pacaycasa; por el sur, con Cchella Huayqo y Mito Qasa; por
el este, con Chipingura y Collcca Huayqo y, por el oeste, con Trigo lorna, en el fundo
de Huayllapampa, margen derecha del rfo P6ngora, conocido aguas abajo como
Vifiaque 0 Vinaque (Pérez,2000)

Sobre la extensión del sitio, esta es ampliamente discutida por varios investigadores.
Canziani (2009: 296) se presume que el área general del sitio de Huari tendría una

20
extensión de alrededor de 1,500 ha, ocupando el área nuclear cerca de 250 ha, las
cuales estaban divididos en dos sectores: uno norte y uno sur. Isbel(1991) estima
el área nuclear del sitio de forma mucho más modesta: apenas 7,5 Km 2. Por su
parte, Lumbreras (1974) estima una extensión de la ciudad entre 120 a 150 ha. Por
último, Idilio Santillana (2000) propone que el sitio ocupa un área de unas 2,000 ha,
siendo su núcleo urbano de 400 ha, que es donde se ha encontrado la mayor parte
de vestigios arqueológicos

Esta confusión respecto a la extensión del lugar e debe a que este no ha sido
excavado en su totalidad, y la mayor parte del sitio aún no ha sido objeto de
excavaciones arqueológicas. Además, el sitio ha sufrido una transformación
importante, debido tanto a la creación de nuevos espacios de cultivo que se
sobrepusieron a los restos arqueológicos, como al huaqueo, el colapso de
estructuras, o el crecimiento de plantas(Tantaleán, 2013). A esto se suma el hecho
de que el sitio esté cortado por la carretera que une la ciudad de Ayacucho con la
selva de San Francisco, a partir del valle de Ocopa, a 2550 metros sobre el nivel del
mar, hasta cerro Churrucanna, a 3030 metros sobre el nivel del mar, a la altura del
desvio de la carretera que va hacia Acos Vinchos(Pérez, 2000) Lo que sabemos en
la actualidad sobre Huari se debe, principalmente, a los trabajos de Tello y Bennett
antes mencionados y a las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en las
décadas del 70 y del 80 por William Isbell y sus asociados, especialmente en el
sector denominado como Moraduchayoq (Tantaleán, 2013)

Según Pérez (2000), el sitio se haya dividido en dos sectores: alto y bajo. En la parte
alta se encuentran los sectores de Uchpa-Qoto, Robles Moqo, Canterón, Ruyac
Perqa, Campanayoc, Molinuyoc, Infiernillo, etc.; en la parte baja estan Sullu Cruz,
Capillapata, Vegachayoc Moqo, Monqachayoc, area del Museo de Sitio,
Moraduchayoc, Cheqo Huasi, Muyu Perqa, quebrada Ocros, etc.

Se puede evidenciar también que la mayor parte del área monumental está
delimitado por murallas de piedra, la cual a su vez encierra áreas más pequeñas,
las cuales contienen estructuras menores, de diferentes tamaños, formas o

21
funcionalidad, las cuales están interconectadas por caminos, callejones, patios,
terrazas,y otros espacios abiertos(Pérez, 2000)

La muralla periférica puede llegar a tener una altura de hasta 8 metros en algunos
sectores, como es el caso de Uchpa-Qoto y Capillapata(Pérez, 2000). Refiriendose
a las murallas, Pérez(2000) señala “Presentan juntas de dilataci6n y segmentos
horizontales a cad a cierta distancia y altura, a los que se ados an estructuras
menores con paramentos verticales, algunas con piedras salientes como para
recibir envigamientos de dos y tres pisos sobre el suelo”. Por esto, se sabe que
algunas de estas estructuras adosadas a las murallas tenían más de un nivel.

Es interesante señalar que, si bien la ciudad tiene un patrón ortogonal que es


notable en varias zonas, parece no haber surgido de forma planificada. Esto se
puede explicar fácilmente si se toma en cuenta de la cultura Wari habría surgido de
la aglomeración de individuos de la etnia Warpa influenciados culturalmente por
Tiahuanaco y por Nazca(Tantaleán, 2013)

En ciertos sectores, se puede notar que las principales estructuras ceremoniales o


administrativas habrían estado enlucidas de una capa de barro, la cual habría
estado recubierta por un pigmento rojo y blanco, tal como se puede apreciar en
Cheqohuasi, Moraduchayoc, Vegachayocmoqo y el área circundante al del museo
de sitio. Especialmente en el caso de Vegachayocmoqo, se puede notar que, en el
paramento escalonado oriental del montículo central, se encuentran rastros de
enlucido de colores llanos, como amarillo, verde y negro, los cuales habrían formado
parte de los murales que habría tenido la estructura.

Una de las estructuras características de la cultura Wari en el Horizonte Medio son


las estructuras con planta en forma de D, las cuales, en el sitio de Huari, se pueden
encontrar en los sectores de Sullu Cruz, Capillapata, Vegachayocmoqo,
Monqachayoc y Cheqo Huasi(Pérez, 2000). Sobre estos últimos, señala Pérez
(2000) que se puede notar que muchas de las estructuras contenidas en estos
sectores aún no han sido excavadas, siendo las que se encuentran definidas
aquellas que habrían sido excavadas en la década de los 70

22
Se han encontrado áreas hundidas en Monqachayoc y Canterón, tomados como
grandes patios con estructuras que no se encuentran al nivel de la superficie. Como
se ha señalado anteriormente, la mayor parte del sitio se haya sin excavar.

Un elemente que se encuentra presente en la trama urbana es el arte rupestre, en


especial los petroglifos. En los petroglifos es común la representación del árbol Pati,
especie exótica traída en tiempos arqueológicos al valle, y que habría cumplido un
posible valor ceremonial o estético. Lumbreras(1974a)dice sobre los Pati ”Hay,
además, en este recinto, unos árboles muy extraños que se conocen como “Pati”,
que casi nunca tienen hojas y parecen árboles secos; este árbol no existe sino en
asociación con sitios Wari y aquí aparece con cierta abundancia; muchos
campesinos que no son de Wari ni siquiera conocen su nombre y actualmente los
campesinos que viven en la zona no los usan para nada especial y lo toman
simplemente como un raro árbol silvestre. […] Podemos advertir que su disposición
general es alrededor del muro, en el interior del recinto, como formando una galería
entre el muro y la hilera de árboles” Sobre este punto volveremos más adelante al
tratar de forma específica el sector de Capillapata, pero el texto nos permite
vislumbrar la importancia que habría tenido el Pati para la cultura Wari

También se pueden encontrar pocillos o concavidades circulares excavados en la


roca, los cuales habrían podido ser recipientes o “espejos” de agua, y los cuales
habrían participado en ceremonias de culto a los astros. Además, se han encontrado
lo que parecen ser planos de ciertos sectores tallados en roca

Isbel (1991) señala que Wari tuvo varios períodos constructivos, siendo el más
temprano correspondiente a finales del Intermedio Temprano, en la zona de Cerro
Churucana. Por ello, no es sorprendente ver que el patrón arquitectónico cambie en
varias zonas. Asimismo, señala que las murallas habrían sido añadidas en un
momento tardío, con el fin de delimitar espacios privados

Sector alto

Ushpa Qoto

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Empezando en el norte, Ushpa Qoto es el primer sector que presenta grandes
edificios, con muros de 5 o 6 metros de alto (Lumbreras,1974a). Su nombre parece
significar “colina de cenizas” Desde Robles Moqo hasta la pendiente de Sullu Cruz
se distribuyen edificios circundados por grandes murallas, algunas de las cuales
tuvieron hasta 200 o más metros de largo. Las murallas son bastante anchas en su
base, teniendo hasta 3 metros o más de espesor, estrechándose hasta apenas 60
centímetros de espesor en su parte más alta (Lumbreras,1974a) A partir de ello,
algunos investigadores han señalado que la verdadera función e la muralla sería
servir como camino, si bien Lumbreras (1974a) dice “es difícil decidir esta función,
por la destrucción de muchos segmentos”

Lumbreras(1974a) también señala la ausencia de puertas en los muros, por lo que


especula que el acceso a este sector se habría realizado a través de caminos
epidurales, a los cuales, a su vez, se había accedido a travez de rampas o escaleras

En el interior de la estructura se encuentran edificios de distintas formas, lo cual


sugiere que habrían cumplido diversas funciones

Cerca de Ushpa Qoto se encuentra puede encontrar una cierta cantidad de


turquesas trabajadas, en fragmentos, o sin elaborar, por lo que el arqueólogo Luis
G. Lumbreras (1974a) especula que Ushpa Qoto habría sido un “barrio” o gran taller
de artesanos dedicados al trabajo en este material. También se han encontrado
puntas de proyectil talladas en pdernal o sílex, lo cual indica la presencia de un taller
o almacén de estos artefactos en Ushpa Qoto

Las paredes están construidas de piedras irregulares unidas con barro arcilloso,
buscando que las caras de los paramentos sean mas o menos “planas”. Las
esquinas buscan aproximarse al ángulo recto, aunque el terreno no siempre permite
esto. Lumbreras (1974a) señala que los muros no siempre se encuentran
“amarrados” con los mismos elementos, por lo que se unen por medio de cuerdas
de fibra vegetal, con el fin de asegurar la estabilidad de la estructura. Se puede
observar que algunos de los muros son verticales en el lado interior, mientras que
el lado exterior mantiene un talud con un ángulo que varía entre los 15 y 30 grados.

24
Robles Moqo

Robles Moqo es otro de estos recintos amurallados cuadrangular, en cuyo interior


los compartimientos o recintos se hayan anexos a la muralla, como Ushpa Qoto.
Toma su nombre de la colina en la cual se ubica. Se pueden encontrar en su interior
distintas estructuras, de diversos tamaños, lo cual sugiere una distinta funcionalidad
entre ellas.

En 1971, el arqueólogo Gary Vescelius excavó un recinto que, aparentemente,


contenía un cierto número de viviendas y un gran taller alfarero, en torno a un núcleo
central, el cual habría servido como depósito en la conservación, almacenamiento
y tratamiento de la arcilla y el material alfarero. (Lumbreras,1974a) Esto nos da
muestra de un gran nivel de planificación y organización social

Lumbreras (1974a) señala que se trataría de un recinto entre los muchos en el


sector, siendo una “ciudadela” o “barrio” amurallado. Al igual que Ushpa Qoto,
cuenta con murallas que pueden llegar a tener hasta 6 metros de altura, llegando
hasta los 3 metros de espesor en la base y los 60 centímetros en el ápice.

Las paredes son similares a las de Ushpa Qoto, siendo construidas de piedras
irregulares, usando como mortero barro arcilloso. Al igual que en Ushpa Qoto, se
buscó que la cara más plana de las piedras diera hacia la parte exterior del muro.
Las esquinas buscan aproximarse al ángulo recto, aunque el terreno no siempre
permite esto. Lumbreras (1974a) señala que los muros no siempre se encuentran
“amarrados” con los mismos elementos, por lo que se unen por medio de cuerdas
de fibra vegetal, con el fin de asegurar la estabilidad de la estructura. Se puede
observar que algunos de los muros son verticales en el lado interior, mientras que
el lado exterior mantiene un talud con un ángulo que varía entre los 15 y 30 grados.

Se han encontrado hiladas de piedras saledizas, las cuales habrían servido para
sostener la “viga madre”, por lo cual se puede deducir que esta estructura habría
tenido un techo. Observando estas vigas, se puede ver que algunas de las
estructuras habrían alcanzado a tener entre 2 a 3 plantas(Lumbreras,1974a)

25
No se han encontrado evidencias de puerta o dintel, aunque en este caso se supone
que, de haber existido, estos habrían sido hechos con troncos de árboles. Los
trechos de las estructuras también habrían sido hechos con troncos de árboles, y
posiblemente recubiertos con material vegetal(Lumbreras,1974a). La evidencia
iconográfica nos permite suponer la existencia de techos cónicos inclinados a una
agua hacia el interior. No hay evidencias de techos de dos aguas

Las excavaciones de Lumbreras en 1964 nos muestran la existencia de canales al


pie de los muros, los cuales delimitan los edificios. Esto comprueba la hipótesis de
la existencia de una compleja red hidráulica que habría permitido el abastecimiento
urbano del agua. Los canales tenían 50 centímetros de ancho y 40 de alto, estando
cubierto por completo por lajas que servían a manera de vigas. Estaban
impermeabilizados con greda, y en el piso se había colocado una capa de arena
fina de unos 4 o 5 centímetros de espesor.

Estos canales no son exclusivos de este sector, y se pueden hallar en otros sectores
amurallados como Ushpa Qoto. Esta compleja red de canales habría servido no
solo para la comodidad de los individuos asentados en los “barrios”, sino habría sido
una necesidad vital. Tal como se señaló antes, el emplazamiento de Wari es
bastante seco en la actualidad, y los estudios paleoclimáticos indican que durante
el Horizonte Medio habría sido aún más seco. El agua habría sido traída desde muy
lejos, y los canales constituirían parte de la tradición hidráulica en Ayacucho, la cual
había empezado desde Rancha.

Robles Moqo destaca por la presencia de gran cantidad de material cerámico. Los
trabajos de William Isbel en este sector permitieron determinar lo que se conoce
como Estilo Robles Moqo. Este estilo se caracteriza por presentar diseños grandes,
los cuales cubren totalmente la superficie, su decoración es aplicada en ambas
superficies tanto externa como interna, representaciones de mazorcas de maíz

Canterón

Se trataría de una gran depresión, de casi seis metros de profundidad. Sobre esta
área no se ha encontrado demasiada información, pero se especula que habría sido

26
una especie de cantera, de la cual se habría extaído parte de la roca para la
construcción de las estructuras cercanas

Infiernillo

Este sector corresponde a la parte alta de Huari. Consiste en una cueva,


posiblemente natural con alteraciones por la presencia humana, y parece haber
servido para la extracción de recursos como la arcilla

Las investigaciones del Dr Pio Max Medina indican que al interior de la cueva se
halló una momia sumamente seca. Lumbreras(1974a) también refiere que,
mediante una conversación con Lucio Alvizuri, se enteró que dentro de la cueva se
encontraron varios restos humanos en lo que parecerían ser una especie de
cámaras internas.

Lumbreras(1974a) señala que la cueva es bastante profunda, y que se la puede


dividir en varios sectores, los cuales habrían servido a manera de cámaras o
vestíbulos. Señala también que las paredes interiores parecen haber sido trabajdas,
ya que muestran la presencia de estrías que sólo serían posibles con la presencia
de instrumentos punzocortantes.

A las cuevas se conecta una especie de cisterna o pozo profundo desde la parte
superior del cerro en el cual estas están alojadas, la cual habría servido para facilitar
el acceso y transporte del material arcilloso. (Lumbreras,1974a)

También se han encontrado petroglifos grabados en la roca, y “pocitos” que habrían


servido como recipientes para alguna sustancia (Lumbreras,1974a)

Sector bajo

Vegachayoq moqo

Este es uno de los sectores más impactantes, debido a que es una de las muestras
más claras de la llamada estructura en D. Su nombre se debe a que el terreno en el
cual está ubicado pertenecía a un individuo cuyo apellido era Vega

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La estructura se encuentra al costado de las galerías del sector conocido como
Monqachayoc

Monqanchayoc

Este sector, cuya traducción literal sería “El lugar de las monjas” se encuentra
ubicado en el extrema oeste del complejo de Huari, en la parte más baja y plana del
area urbana

El sector barca una extensión de aproximadamente 4 hectáreas, posee vestigios de


arquitectura monumental y está separada de los sectores de Vegachayoc Moqo y
Sullu Cruz por anchas y altas murallas que delimitan una posible calle (Pérez, 2000)

A este sector parece ser al cual Cobo se refería al mencionar :

«Por los arios de 1637, en el pueblo de Quinua, que dista dos leguas de
Guamanga, se descubrió casual mente un palacio subterráneo con grandes
portadas de piedra y suntuosos edificios... Se registraron otros monumentos
con luces habiendo los que descendieron al subterráneo dejado un hila a la
entrada que les sirviese de norte a su salida ... »

El arqueólogo Ismael Perez(2000) señala que en el lado norte del sector se puede
encontrar una estructura en D, con acceso en el lado recto, el cual mira hacia el
Oeste. A esta estructura se anexan un conjunto de galerías y otros adosamientos
estructurales con ambientes subterráneos de varios niveles, estos últimos
asociados a dos grandes depresiones, las cuales parecen haber sido causadas por
efecto del huaqueo. En esta zona se pueden encontrar algunas piedras que parecen
haber sido trasportadas y talladas durante el período colonial, y las cuales forman
una especie de canales o tuberías. Al margen sur de la carretera se puede encontrar
otras cámaras megalíticas, las cuales guardan cierto parecido con las de Cheqo
Huasi

Lo más resaltante de este sector es la presencia de un gran número de galerías, las


cuales están dispuestas una a continuaci6n de otra, de sureste a noroeste, en el
lado norte de Monqachayoc. Pérez (2000) señala que se tratarían de cuatro galerías

28
de dos pisos, construidas directamente sobre la roca madre; Estas han sido
excavadas en su integridad y se halló la proyección de otras galerías, principal
mente hacia el lado sur, el cual aparece cortado por la carretera. Las galerías tienen
corte transversal trapezoidal y miden entre 11,3 a 11,45 metros de largo, 1,4 a 1,5
metros de ancho en la base y 2,25 metros de alto. Presentan mochetas y canaletas
verticales con orificios circulares o ductos de ventilación y/o de ofrenda en los
bloques de piedras megalíticas que forman los techos; no se han encontrado
indicios de enlucidos internos y los pisos son de diatomita (Pérez, 2000)

De estas galerías procede un conjunto de entierros humanos pertenecientes en su


mayoría a individuos adultos masculinos, los cuales han sido encontrados por
Solano y Guerrero en 1984. El análisis del material óseo procedente de las galerías
de Monqachayoc, revela la existencia de, aproximadamente, 87 individuos, en su
mayor parte adultos sobre los 45 anos de edad, con estaturas entre 1,62 y 1,69
metros (Pérez, 2000) Según el análisis dentario, gozaban de una buena
alimentaci6n, mostraban poca caries y los maxilares señalaban que el cráneo habría
sido ancho, probablemente con nariz ensanchada y pómulos salientes, tal como
aparece en las representaciones iconográficas y escultóricas de vasos y cantaros
de la cerámica Wari(Pérez, 2000)

Al lado sureste de las galerías excavadas bajo la dirección de Sandoval entre 1978
y 1979 se han encontrado dos grandes depresiones, las cuales muestran abundante
desecho de piedra tallada. Ambas áreas habrían sido convertido en canteras y se
cree que muchas de las piedras extraídas de este lugar fueron utilizadas para
revestir la estructura de ladrillo y cementa del actual museo de sitio construido en
las inmediaciones del sector(Pérez, 2000)

Encima de las galerías subterráneas, observa un techo construido con un gran


bloque de piedra, realizado en una sola pieza, cuyas paredes tuvieron rasgos de
ser recubiertas con lajas alargadas a modo de enchape, es muy importante la
observación hacia los tubos labrados en piedras, puesto que daría el significado que
en el desarrollo de la organización social y el proceso de abastecimiento, presentan
señales de haber sido utilizados para el transporte de agua a la ciudad.

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Al presentar cuatro niveles de estructuras se encuentran asociadas de manera, que
visto desde arriba, y teniendo un plano sobre las estructuras rectangulares, se
asemejan a la forma de una llama, lo cual es de suma importancia, puesto que está
relacionado con la finalidad con la que se construyeron dichos recintos.
Comenzamos con la descripción del primer nivel, la cual está delimitada por un muro
perimétrico, de forma rectangular, con orientación de oeste a este hacia las galerías
funerarias, formando la apariencia de una “T”, cuyos accesos laterales, están por el
norte, sur y el este. Las galerías del lado sur, parecen haber sido construidas en
otro momento, debido a que sin estar adosadas al sitio, se tiene una forma
rectangular, completando solo con las galerías del lado norte. También se aprecia
que el lado este, se encuentra a mayor altura, además de tener un grado mejor de
conservación. Hay un muro que lo divide en dos ambientes, cuyos paramentos
fueron realizados con piedras talladas reutilizadas. Hacia el lado sureste, hay restos
de una sucesión de pisos superpuestos en varios niveles.

Para el segundo nivel, pertenecen conjuntos arquitectónicos por debajo de la


superficie, cubierto con un relleno conformado por diatomita y tierra. Se aprecian un
total de 25 compartimientos pequeños, donde predomina la forma rectangular, y
completando con dos cuadrangulares y uno circular, distribuidos longitudinalmente
en cuatro filas. Esta estructura de forma circular tiene un aproximado de cinco
metros de profundidad, con dos gradas de acceso, una más ancha que la otra, de
donde se tienen hallazgos de pequeñas cuentas, algunas láminas de plata con
forma de camélido y felínica.

En el relleno excavado, se han registrado gran cantidad de material asociado, donde


se encuentran restos óseos tanto humanos como de animales, fragmentos de
cerámica en las que predomina el estilo Viñaque, el estilo negro asociado,
Chakipampa temprano, estilo Ocros, Ocros-chakipampa, estilo huamanga, huarpa
tricolor, entre otros. También estarían asociados los objetos de plata y oro, como
las láminas en las gradas de la tumba circular, y pequeñas cuentas en forma circular
y lenticular, hechas de spondylus. Se han encontrado restos de maquetas líticas,
hechas en roca caliza rosácea.

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El tercer nivel está vinculado con los espacios en donde se tienen los enterramientos
sagrados, cuyo acceso fue clausurado por la misma ocupación Huari. Dentro del
nivel, se encuentran pequeñas celdas, y a su vez, pasadizos muy angostos. La
distribución de este nivel da la impresión que tuvo una planta en forma de un
camélido geométrico, plasmado a manera de perfil, y es en pasadizo del rabo, en
donde se tiene una estructura circular que conectaría al cuarto nivel (Pérez, 2000).
Este último nivel, está representado como una tumba profanada sobre un posible
personaje importante.

Las estructuras subterráneas que se han encontrado en Monqachayoc,


corresponden a las únicas localizadas en el complejo Huari, sin embargo es
probable que se puedan encontrar en futuras investigaciones, a su vez, abarcar
mayores sectores para el estudio y conservación de recintos en el patrimonio
cultural. Con respecto al tercer nivel, en donde se reconoce la formación de recintos
representado a un camélido, es necesaria la correspondencia que se le atribuye a
la ideología de las ocupaciones Huari, puesto que el camélido está muy
representado en la iconografía de los elementos materiales, tales como la cerámica,
los textiles, y algunos objetos de metal. Tal y como lo redactan los estudios
etnohistóricos, la figura de camélido tuvo una relación con respecto a un periodo de
sequía por la cual atravesaron las poblaciones de la cuenca del valle de Ayacucho.

Capillapata

Capillatapa, que también recibe el nombre de Capillayoq, es uno de los sectores


más importantes del sitio arquelógico de Huari. Se ubica en el sector bajo, a dos
kilómetros al suroeste de Ushpa Qoto, y por encima de la quebrada de Pacaicasa.
Lumbreras (1974a) señala que entre Capillapata y Ushpa Qoto habría existido un
muro alto y otras estructuras, las cuales actualmente no pueden percibirse por el
nivel de deterioro de estas, y por la falta de investigaciones arqueológicas

Esta estructura es observable incluso desde la quebrada de Pacaicasa. La


estructura más importante del sector es la llamada "Capilla", aunque según

31
Lumbreras (1974a) los habitantes actuales de la zona le asignan a la estructura
una función defensiva o militar.

Esta estructura se trata de otra de las murallas que encierra un “barrio” o “ciudadela”,
las cuales, como hemos visto en el caso de Ushpa Qoto o Robles Moqo son
características de la ciudad.

El recinto se encuentra en un muy buen estado de conservación. Tiene un plano


cuadrangular, y está al norte del sector de Capillapata. Es una estructura
cuadrangular de 50 por 50 metros aproximadamente, y en los muros interiores se
han hallado hoyos a manera de hornacinas, en las cuales parece haber estado
adosadas las tallas líticas que se conocen como “Cabezas clavas”. Las
excavaciones de Lumbreras en 1964 desvelaron una cabeza clava con forma de
cabeza antropomorfa, la cual actualmente se conserva en el Museo Regional de
Ayacucho. Por el estilo, esta cabeza guarda cierta similitud con aquellas que se
encuentran en el Templo Semisubterráneo de Tiahuanaco. Lumbreras (1974a)
señala la probabilidad de que se puedan hallar hasta un centenar de artefactos
parecidos en el sector, los cuales aún no habrían sido hallados.

Capillapata difiere de las estructuras de Robles Moqo y Ushpa Qoto en varios


sentidos: su estructura está construido con materiales más “seleccionados” o mejor
trabajados, lo cual hace que la estructura tenga un aspecto más uniforme y
“elegante”. Se señala que esta diferencia podría responder a una diferencia en
cuanto a etapa constructiva, o podría ser una diferencia funcional; como se
mencionó antes, la ciudad ha sido construida en una misma etapa, y a lo largo de
todo el sitio se pueden advertir vestigios de diversas etapas y estilos constructivos;
lo cual habría estado relacionado a las distintas etapas de mantenimiento y
reconstrucción de la ciudad.

Para concluir, cabe señalar la presencia del Pati en este sector. Actualmente los
Pati no aparecen con un orden uniforme, pero se puede notar por su disposición
que se encuentran rodeando los muros del sector, en el interior de los recintos, de
tal forma que pareciera formar una pequeña galería entre el muro y los árboles, si

32
bien esto ya no se puede notar a primera vista. (Lumbreras;1974a) De este cuadro
se llega a otro reciento al este; y al parecer debió haber una puerta en el muro sur,
la cual actualmente ya no se puede encontrar. Por este acceso se puede acceder a
un canchón muy largo de planta triangular, al cual se adhiere un terraplén, a modo
de montículo o pirámide, de 5 metros de alto, de un solo cuerpo y construido con
cierto talúd (Lumbreras;1974a) En la misma orientación se puede encontrar una
terraza o callejón angosto paralelo al muro, a ambos costados del terrado.
Lumbreras (1974a) señala que este terrado es macizo y tiene el aspecto de un gran
altar o proscenio, que se conecta en la parte posterior con otros recintos

Todas estas características nos permiten deducir que Capillapata habría sido un
recinto ceremonial acompañado de otros edificios públicos o de élite (Lumbreras;
1974a) Esto explicaría tanto el cuidado al momento de construirlo como el por qué
se haya en mejor estado de conservación que los otros sectores. Esta hipótesis se
puede verificar por la prescencia de un muro de piedra labrada, el cual contiene
petroglifos con dibujos de serpientes. Este muro se encuentra en una especie de
terraza con la faz occidental visible. Allí mismo hay vestigios de una cabeza lítica
tallada en piedra, la cual o no habría sido concluida, o se habría deteriorado por
alguna condición extraordinaria (Lumbreras;1974a)

Cheqo Wasi

EI sector de Cheqo Huasi se ubica en la ladera oeste del cerro San Cristobal, donde
nace la quebrada Ocros, que cruza el área monumental por donde pasa un camino
antiguo(Pérez, 2000) Comprende una extensión aproximada de 2 a 3 hectáreas, la
cual está cortada por la carretera, dividiéndola en Cheqo Huasi este y oeste. Es
uno de los sectores más visitados, y muchas veces el único al cual acceden los
turistas.

En el sector este están las cámaras líticas, las cuales fueron estudiadas por Tello
en 1942, quien no llegó a ninguna conclusión definitiva, siendo que también que el
informe de Tello no ha sido publicado y Bennett (1953), Lumbreras (1974a) señala
que en el sector se han encontrado varias cajas de piedra bien labradas, cuya

33
función era desconocida hasta ese momento, pero de la cual se especulaba que
podrían haber sido tumbas o cisternas para la distribución del agua. Sobre estas
“cajas líticas” Lumbreras(1974a) dice:

“Eran subterráneos o al menos lo eran parcialmente; sus paredes son en


realidad grandes lozas muy bien labradas, algunas de ellas cuadradas, de
unos tres metros de lado y ocupan toda la pared de un cuarto; los techos y
los pisos son también de piedra labrada de la misma manera. Para lograr un
ambiente hermético lo Wari procedieron a tallar las piedras como se tallaba
la madera por el método conocido como “Machimbrado”, es decir engastando
unas piedras con otras. En la parte superior o en algunas de las lozas
laterales aparecen unos pequeños agujeros a manera de respiradores, que
son la única comunicación que las cajas tienen con el exterior”

Benavides (1979,1984,1991) llevó a cabo un estudio más exhaustivo. Él logra


demostrar por el contexto que la función de las estructuras megalíticas fue funeraria
este modo. Benavides define 20 cámaras megalíticas, agrupadas en recintos de
mampostería ordinaria de forma rectangular, cuadrangular yen «D», planteando que
corresponden a mausoleos 0 lugares para enterramiento de personajes de alta
jerarquía social huari. Estas cámaras están distribuidas en cerca de 750 m2 en la
parte baja de Cheqo Huasi.

En el extremo sur se ubican cuatro de las cámaras megalíticas excavadas por Tello
en 1942. Al costado de estas se especula que habría existida una quinta cámara, la
cual habría sido destruida durante la construcción de la carretera, acto que fue
denunciado por Pablo Macera en el diario La Prensa (1974)

En el marco del proyecto Protección y puesta en valor del complejo Huari, se


intervino el área trabajada por Tello para acondicionarla y darle una mejor
presentación. Se retiraron los escombros alrededor de las cámaras, definiéndose
una capa de relleno intencional de tierra y diatomita con restos óseos, en donde las
cámaras 1, 2 Y 3 están acondicionadas a recintos de mampostera ordinaria, con
excepción de la Cámara 4, la cual habría sido estudiada por Tello, y la cual habría

34
sido construida planificada mente en el exterior sur de la sala ceremonial de 14
hornacinas. (Pérez, 2000) Se puede advertir una clara influencia Tiahuanaco
asociado al primer momento ocupacional de la estructura

La investigación de Ismael Pérez (2000) nos muestra que la primera cámara rompe
con la función inicial de un amplio corredor techado con columnas y corresponde a
un segundo momento ocupacional. La segunda y tercera cámara corresponde a un
tercer momento y están acondicionadas a recintos del segundo momento. Se
encuentran adosados a la construcción inicial de las estructuras. Se puede advertir
que ambas estructuras están disturbadas, pero no todo el relleno es producto de
esta distribución. Por el contrario, se puede advertir que parte de este relleno ha
sido colocado de forma intencional en tiempos arqueológicos, siendo este parte del
sellado de las estructuras. Este sellado se debió a una posterior o cuarta ocupación,
la cual habría tenido un carácter doméstico rodeando las estructuras funerarias y
con piso de tierra formado a la altura del piso del primer nivel de la Cámara
Megalítica 1, explorada por Tello, hasta donde Ilego la excavación sin definir
estructuras mas profundas. (Pérez, 2000)

La Cámara 4, la cual también habría sido estudiada por Tello, corresponde a un


mausoleo que ocupa un área de 48 m2, delimitado por una estructura de forma
rectangular con doble jamba en el lado este y adosado al norte a un muro
aparentemente más antiguo (Pérez, 2000) EI interior de la estructura rectangular
estaba cubierto con escombros en los niveles superiores, sobrepuesta a una capa
de relleno que cubría las tres cuartas partes de la altura de las cámaras megalíticas
asociadas a un pequeño corredor con graderías en el ángulo sureste de acceso al
nivel superior, o techo de las cámaras (Pérez, 2000) EI corredor presenta también
un acceso vertical a la altura de la entrada de doble jamba, donde se forma una
pequeña recamara de acceso a un nivel subterráneo con planta que se asemeja a
la figura de un camélido, la misma que fue registrada por Benavides (Pérez, 2000)

Según Ismael Pérez (2000) el mausoleo puede ser dividido en tres cámaras: una
principal y dos secundarias. La principal tiene una planta rectangular y mide 2,83
metros de largo por 1,7 metros de ancho por 1,7 de alto. Está construida con

35
grandes bloques piedras labradas, trabajadas de tal modo que sus ángulos encajan
de forma extraordinaria con una especie de Ilaves en la parte superior de los lados
este y oeste que soportan el techo. La cámara presenta orificios horizontales en la
pared que se conecta al corredor y orificios verticales en las los as que forman el
techo y piso. Los orificios presentan manchas de tinte rojo, lo cual ha sido
interpretado como señal de la práctica de ofrendas, en las cuales participó el uso de
cinabrio líquido, tal como se ha podido verificar en otros asentamientos de la época.
EI exterior se conecta con un corredor, el cual presenta evidencias de enlucido fino,
el cual no solo revestía la cámara, sino llegaba incluso al área de la gradería de
acceso al nivel superior, donde, asimismo, también se han hallado restos de pintura
blanca. (Pérez, 2000)

Con respecto a las cámaras secundarias, Ismael Pérez(2000) indica que una ocupa
el lado norte separada por un metro de la cámara principal. Mide 1,5 metros de largo
por 1,1 metros de ancho y 1,7 metros de alto. Presenta un orificio en el techo y piso
que conecta al nivel subterráneo. Al momento de ser excavada, la cámara contenía
escombros con abundantes vestigios óseos, muchos recubiertos con cinabrio

Con respecto a la otra cámara secundaria, Ismael Pérez (2000) indica que esta
ocupa el ángulo noreste del mausoleo, a 1 metro de la cámara anterior. Tiene forma
de «L» y mide 1,7 de largo, 1,05 de ancho por 1,55 de alto. EI techo de esta cámara
presenta también orificio en el borde del techo, mientras que el piso se encuentra
cubierto con sedimento, producto de filtraciones de lluvia.

Se han encontrado evidencias de un muro perimétrico, el cual rodea al área de los


mausoleos. Este presenta un forado en el ángulo noroeste, el cual es producto de
profanaciones, y el cual a primera vista parece ser un espacio por el cual se ingresa
al nivel subterráneo, el cual está cubierto de escombros que impiden determinar su
asociación con otras estructuras más profundas. Estuvo vinculado, sin duda, al
enterramiento de un determinado jefe de notable prestigio y rango social del
gobierno imperial residente en Huari

Museo de sitio de wari

36
Ubicado en el sector bajo, este museo se en la misma zona del complejo y que se
exhibe la colección arqueológica que son rescatadas de las excavaciones del sitio
wari, y que encontramos cerámicas, monolitos, textiles, líticos etc. Macera (1974)
denuncia que este museo fue construido usando en parte piedras del propio
complejo, específicamente del sector de Cheqo Huasi

37
Conchopata

Antecedentes

A diferencia del sitio arqueológico de Huari, el sitio arqueológico de Conchopata con


ha sido descrito por ningún cronista, quizá por la ausencia de monumentalidad o
riqueza, o quizá porque, para la llegada de los conquistadores, el sitio ya habría sido
abandonado y se encontraba en gran parte bajo tierra

Al igual que en Huari, muchas de las primeras publicaciones respecto al sitio las
llevaron a cabo intelectuales huamanguinos durante la década de los años 30, con
el objetivo de construir una identidad ayacuchana alrededor de la reafirmación de
las raíces tradicionales. Estos, agrupados en el Centro Cultural Ayacucho
comenzaron a prestar atención hacia los sitios arqueológicos en la región. Sin
embargo, estos intelectuales no tenían formación en el método arqueológico, y
muchas de sus afirmaciones no tenían forma de verificarse de forma empírica. En
este contexto Benedicto Flores publica, en 1938 la primera información referida a
Conchopata. Él atribuye al complejo el ser la morada y el cementerio de los pokras.
Menciona asimismo, la presencia de viviendas, entierros y basurales con
fragmentos de cerámica decorada con diversas imágenes a las que denomina
«jeroglíficos». (Ochatoma y Cabrera, 2000) También en 1938, Alfredo Parra
Carreño refiere que este sitio era habitado por los pokras. Años después, Pio Max

Medina menciona que la alfarería encontrada mostraba en su iconografía motivos


similares a aquellos encontrados en la Portada del Sol, en Tiahuanaco. Este fue uno
de los primeros trabajos que vinculó el estilo hallado en Conchopata con Tiahuanaco
(Ochatoma y Cabrera, 2000)

Sin embargo, las primeras investigaciones cientíicas en Conchopata fueron


realizadas en 1940, por el Museo Nacional de Arqueología, teniendo como director
al doctor Julio Cesar Tello. Durante estas excavaciones se halló gran cantidad de
cerámica, las cuales pertenecían a urnas de carácter ceremonial. Tello halló las
urnas a aproximadamente 30 centímetros debajo de la superficie, asociadas a unas
paredes que formaban una serie de espacios subterráneos de forma rectangulas de

38
1.40 metros de ancho por 2 metros de largo (Lumbreras, 1974a). Estas, junto con
el abundantes contenido superficial fueron extraídas y enviadas al Museo Nacional
de Arqueología y Antropología, en donde hasta el día de hoy se encuentran.

En base a estas urnas, Dorothy Menzel definiría el llamado estilo Conchopata, el


cual se definiría como por la presencia de urnas gigantes las cuales muestran
diseños representando seres míticos del altiplano, especialmente una versión local
del ser que aparece en la Portada del Sol, el cual fue identificado como “el dios de
los Báculos”. Este ser, en la cerámica Conchopata, tiene una cabeza rectangular
con un tocado de apéndice de rayo y penacho de plumas, los apéndice termina en
una cabeza de perfil felínico, una cabeza de águila de perfil y un disco redondo, este
empuña u bastón encada mano tiene colmillos, ojos divididos verticalmente y la cara
con marcas debajo de los ojos, todas estas son características del estilo Tiahuanaco,
además incluye dos variantes de figuras aladas de perfil. Tiene gamas de colores
como el rojo, purpura, gris mediano, gris oscuro, crema, carne, blanco y negro,
algunos en diversos tonos

Posteriormente, entre 1960 y 1964, el doctor Luis Guillermo Lumbreras realizó


excavaciones en el sitio. Lumbreras (1974a) describe las excavaciones de la
siguiente manera:

”En esta primera campaña trabajamos con los estudiantes de Antropología


de la Universidad de Huamanga; hicimos 5 pequeñas calas de 2x2 metros
trabajando fácilmente en la recuperación de tres capas estratigráficas, que
nos dieron cuna notable cantidad de cerámica principalmente decorada que
fue depostada en la Universidad.[…] La segunda campaña nos permitió
excavar 11 cuadros de 3x3 metros; en area, con bordos intermedios de un
ancho de 1 metro; se excavó en una extensión de 30 metros de E a W, con
3 metros de ancho; sólo en el sector que llamamos “central”, en las unidades
comprendidas entre E-18-25y S65-72, es decir en un cuadro de 7x7 metros,
se excavaron también los bordos. La tercera campaña fue hecha en octubre
de 1964, oportunidad en que excavamos los sectores B y C del sitio. Nuestros
trabajos tuvieron un carácter estrictamente de salvataje, a consecuencia de

39
las obras de construcción del nuevo aeropuerto de la ciudad de Ayacucho.[…]
La cuarta campaña fue conducida, en conexión con el Proyecto
Arqueológico-Botánico que dirige Richard Mac Neish, en agosto de 1970, en
la misma zona de las excavaciones realizadas en 1961-1962. En esta
ocación excavamos 145 unidades de un metro cuadrado, todas ellas ligadas
a un complejo de casas dentro de un cercado que incluye un gran patio hacia
el oeste, dentro del cual etaban nuestras primeras 5 calas”

De estas excavaciones, Lumbreras (1974a) concluye que Conchopata habría sido


un taller alfarero de la época, o quizá algo más tardío.

En 1965, Mario Benavides publicaría un informe en el cual se muestra el análisis


tipológico e iconográfico de la cerámica decorada obtenida por Lumbreras.

En 1977, William H. Isbell, Anita Cook y Abelardo Sandoval participan en


excavaciones de emergencia en el sitio a raíz de la apertura de una zanja para la
instalación de tuberías de desagüe en la margen derecha de lo que actualmente es
la avenida del Ejército. (Ochatoma y Cabrera, 2000) Durante el proceso de estas
excavaciones se logró rescatar gran parte de material cerámico perteneciente a
distintos tipos de objetos. Entre este material destaca cerámica con iconografía que
muestra el culto al “Dios de los Báculos”. Estas serían similares a aquellas descritas
por Tello

En 1982, Denise Pozzi-Escot realiza excavaciones intensivas en el Sector A,


encontrando un conjunto de estructuras de planta cuadrangular y rectangular, con
accesos y áreas de circulación, a las que se asociaban instrumentos de producción
alfarera como alisadores, pulidores, moldes, discos y paletas. Esto permitió ampliar
la información relacionada con la manufactura de cerámica, los talleres y las
unidades domésticas. (Ochatoma y Cabrera, 2000)

Entre febrero y marzo de 1991, Ismael Pérez y José Ochatoma realizaron trabajos
de salvataje, a raíz de la construcción de un muro en el extremo norte del Sector A,
cerca a la avenida del Ejército. Durante el proceso de estas excavaciones se
descubrieron parte de una vivienda-taller, compuesta por patios y recintos

40
relacionados con la producción alfarera, entre cuyas evidencias se identificó un
horno (Ochatoma y Cabrera, 2000)

Entre 1992 Y 1993, bajo la dirección de Ismael Perez, un equipo de estudiantes de


arqueología de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga realizo
trabajos en menor escala en el Sector B, logrando descubrir varios espacios
arquitectónicos vinculados a un taller de alfareros. (Ochatoma y Cabrera, 2000)

De agosto de 1997 hasta enero de 1998, José Ochatoma y Martha Cabrera,


apoyados por la Wenner-Gren Foundation for Anthropological Research, dirigieron
una nueva investigación sobre el sitio, siendo directores de otro equivo de
investigadores. Sobre esta intervención Ochatoma y Cabrera (2000) describen

“La zona intervenida por el equipo de investigación se ubica en la parte


central del Sector B, en la margen derecha de la avenida del Ejército y la pista
de aterrizaje (Fig. 4). Se la dividió en subsectores de 10 por 10 metros, los
que, a su vez, se subdividieron en cuadrículas de 2 por 2 metros. Debido a
las características que presentaba el terreno -una planicie sin presencia de
arquitectura visible- se iniciaron las excavaciones en cuadros alternos 0 con
el sistema de damero, hasta que se ubicaron cabeceras de muro, para luego
continuar siguiendo las estructuras arquitectónicas. En las áreas disturbadas
se hizo una limpieza y perfilamiento de las zanjas cavadas para cimentación
de viviendas modernas, 10 que permitió observar la estratigrafía, así como la
presencia de muros”

En setiembre de 1998, un equipo integrado por William H. Isbell y Anita G. Cook


intervino el sitio con carácter de urgencia, debido a la ocupación imprevista y la
apertura de zanjas para viviendas modernas, las cuales lamentablemente
destruyeron parte de los espacios arquitectónicos definidos anteriormente. Las
excavaciones estuvieron financiadas con un fondo de emergencia otorgado por la
National Geographic Society y en ellas participaron estudiantes y docentes de la
Escuela de Arqueología e Historia de la Universidad Nacional de San Cristóbal de
Huamanga. (Ochatoma y Cabrera, 2000). Lamentablemente, hacia diciembre de

41
este año, maquinaria pesada destruyó gran parte de las estructuras descubiertas
por los investigadores

El Sitio

El complejo arqueológico de Conchopata se encuentra en la provincia de Huamanga,


departamento de Ayacucho, sierra central del Perú. Hoy en día se encuentra muy
cercano al actual aeropuerto de la ciudad de Ayacucho, y se ubica a
aproximadamente 2 kilómetros al noreste de la Plaza Mayor (Ochatoma y Cabrera,
2000).

EI complejo se encuentra en la region Quechua 0 de Bosque Seco Montano, a 2760


metros sobre el nivel del mar. Sus coordenadas son 74°12'36" de latitud oeste y
13°18' 15" de latitud sur. Limita, por el este, con la pista de aterrizaje del aeropuerto
y el campo ferial Canaan Bajo; por el norte, con las instalaciones del actual
aeropuerto y el cuartel de infanterfa del ejercito; por el oeste, con la quebrada de La
Totorilla y, por el sur, con el barrio de Conchopata y la urbanización Pfo Max Medina
(Ochatoma y Cabrera, 2000).

La geomorfología del terreno es de roca calcárea de origen volcánico, con


afloramientos de rocas deleznables utilizadas desde la antigüedad como materiales
de construcción. Es un lugar con escasavegetaci6n en el que aún existen plantas
como el molle (Schinus molle), cabuya (Agave americana), tuna (Opuntia ficus),
amor seco (Bidens pilosa), tara (Caesalpina tinctorea), nuchku (Solanum nigrum),
anku kichka (Opuntia subulata), pusuquy kichka (Opuntia tunicasa), piki pichana
(Chekoria pinnata), sillkaw (Bidens pi/osa), cebadilla (Datura stramonium), entre
otros. (Ochatoma y Cabrera, 2000).

Aparentemente en el área existía una especie de manantial o pozo, lo cual aún se


puede evidenciar por algunas depresiones halladas cerca al aeropuerto. De ahí
parece derivar el nombre de Conchopata

Las excavaciones en Conchopata sacaron a luz uno de los más grandes depósitos
de ofrendas, consistente en fragmentos de urnas gigantes, elaboradas
magistralmente, que tenínan diseños de seres míticos semejantes a los

42
representados en la Portada del Sol en Tiahuanaco, en especial a la deidad
conocida como Dios de los Báculos, hecho que denota claras evidencias acerca de
la religión e ideología tiahuanaco-wari. (Ochatoma y Cabrera, 2000).

Estos importantes hallazgos fueron hechos en depósitos, y parece que las urnas
fueron rotas de forma intencional para después ser colocadas en estos depósitos y
enterradas

Al interior de la estructura ceremonial se hicieron hallazgos parecidos a estos. Se


trata de uno de los más importantes hallazgos, ya que era la primera vez que se
encontraban estas urnas finas dentro de contextos claramente definidos y
asociadas a otros elementos. Las ofrendas, en su mayor parte urnas del estilo
Conchopata, no estaban vinculados al “dios de los Báculos” sino a guerreros
armados sobre balsas de totora y personajes con el rostro escult6rico y atuendos
elaborados, quienes habrían sido parte de la élite gobernante. Junto a estos se
encontraron cantaros gigantes del estilo Chakipampa, fragmentos de escudillas del
estilo Huamanga, tiestos del estilo Huarpa y objetos íntegros, tales como una olla
doméstica, un vasa del estilo Huari negro y una jarra del estilo Ocros. Este hallazgo
se realizó en una estructura arquitectónica que corresponda, sin duda, a un recinto.
(Ochatoma y Cabrera, 2000).

Se han tenido delimitadas las áreas de almacenamiento, áreas de depósito, canales


de drenaje, hornos, áreas de producción de turquesas, áreas de enterramiento,
áreas de depósito de ofrendas, áreas de unidades habitacionales, tanto en los
sectores A y B, de las que se pueden sacar características correspondientes al
desarrollo de la planificación urbana (Ochatoma & Cabrera, 2000).

Las áreas de almacenamiento muestran plantas cuadrangulares y rectangulares,


con desarrollo de mampostería ordinaria, cuyo pavimento presenta una mezcla de
diatomita, roca caliza y arena, debajo se presenta una capa de relleno de tierra
sobre la superficie verdadera, a modo de nivelar el terreno.

En las áreas de depósito, se han encontrado instrumentos alfareros como los


alisadores, pulidos de basalto, asociados a fragmentos de cerámica. También se

43
tiene evidencia de tres suelos apisonados de barro compactado con piedra y
diatomita. Muros a doble hilada con piedras o mampostería irregular.

La presencia de canales de drenaje era indispensable para la evacuación de agua


en los procesos de manufactura, se han encontrado que estos canales estaban por
debajo de los pisos, en dirección a la quebrada de La Totorilla. Por ello, se supone
que la construcción de los canales fue planificada, y se realizó antes de la
construcción del resto de la estructura.. Estaban cubiertos por una compactación de
barro, cantos rodados, o de toba volcánica. Estaban hechos por dos hiladas de
piedras separadas por 12 cm aproximadamente. (Ochatoma & Cabrera, 2000).

En el yacimiento se han encontrado evidencia de tierra quemada, que estarían


relacionados hacia la quema de cerámica a fuego abierto, donde las piezas eran
dejadas en el suelo para luego depositar el combustible en las piezas. Sin embargo
se ha tenido registro de los restos de un horno (Pérez, 1992), cuya profundidad está
comprendida entre los 60 a 80 cm, y un diámetro de 3 m aproximadamente.
Teniendo en consideración que para el desarrollo de una cocción de cerámica, es
necesario tener una experiencia en el control del manejo de calor constante, a su
vez de presentar una adecuada circulación de oxígeno. En los recintos se pueden
observar manifestaciones de defectos de cocción, así como una gran cantidad
asociada de tiestos de cerámica. El espacio arquitectónico presenta una planta
rectangular alargada, cuyos muros fueron hechos de mampostería ordinaria,
utilizando piedras canteadas de toba volcánica y arenisca.

Al ser un sitio de especialización alfarera, es de notoria importancia, señalar que se


presentan estructuras en formas “D”, dando un nuevo enfoque sobre la realización
de estas estructuras, en donde se debieron asentarse las actividades de mayor
importancia. Se señalan que en las estructuras arquitectónicas se manejaron
espacios en donde se desarrollaron depósitos rituales, en donde se vinculan
entierros de camélidos, de cuyes y el desarrollo de roturas intencionales de urnas
y cántaros con acabados y decoraciones muy finas, llegando a ser los principales
depósitos de actividades rituales. Es común tener registrado que las vasijas de
cerámica, fueron destruidas en el mismo lugar, aunque en algunos casos, son

44
trasladados de otro asentamiento, es importante el contexto en donde se está
desarrollando, puesto que al tener al yacimiento de Conchopata como un centro de
gran importancia para la región sur, estos procesos de rompimientos de cerámica
estaría vinculado a las practicas funerarias. Aunque prevalece el hecho que las
vasijas utilitarias están presentando un aspecto más sencillo, con trazos de líneas
geométricas, y sin engobe. El tipo de cerámica ceremonial comprende grandes
urnas, conformado por el estilo Conchopata, la cual es perteneciente solamente a
la región de Ayacucho.

La arquitectura que presenta el sitio de Conchopata, está relacionado con las


construcciones para fines domésticos, ya sea el caso edificios, templos con patios,
algunas estructuras con forma rectangular, galerías, estructuras con fines
mortuorios y avenidas. Se han excavado estructuras a las que se han dado la
funcionalidad de áreas domésticas, perteneciente a uno de los dos fenómenos de
arquitectura urbana, estos recintos si presentaron planificación, mientras que otras
entraban en el rango de irregulares, con varios sectores en “D”. La distribución de
los espacios arquitectónicos hace presenciar que no tuvo una planificación, pero se
pueden identificar indicadores de unidades habitacionales, que permiten definir la
funcionalidad del espacio doméstico, a su vez que presentaron otras actividades
asociadas entre sí, la práctica de elaboración de manufactura, y el desarrollo de
actividades funerarias en cada recinto. Se han identificado áreas de descanso, con
presencia de revoque de barro y en algunas estructuras con enlucido de color
blanco, pavimento con diatomita, presencia de superposiciones de suelos. También
se relaciona con la presencia de fogones, utensilios domésticos asociados,
desechos de consumo, concentraciones de ceniza con piedra calcinada, entre otros.
Otro recinto característico es la presencia de patios cuyas dimensiones son más
grandes que las otras estructuras, no presentan enlucido, y tienen varios accesos.
Algunas unidades habitacionales están conectadas con pasadizos angostos de
recinto a recinto.

Museo Regional Hipólito Unanue

45
Se menciona también la visita al Museo Histórico Regional Hipólito Unanue
(Ministerio de Cultura), ubicado en el distrito de Ayacucho aproximadamente a 1.5
km al norte de la plaza de armas de Ayacucho.

En la construcción de este museo, se encuentra el objetivo de desarrollar


conocimiento sobre la secuencia de ocupación desde los primeros asentamientos
semi-sedentarios, hasta el grado de apogeo que se presentan en las concepciones
de espacio cultural, manifestando los elementos materiales que caracterizaron cada
secuencia ocupacional, con el grado de interacción que se manifiesta con
poblaciones contemporáneas y lejanas, teniendo el tallado lítico como una influencia
de asociaciones externas a los terrenos de la región.

Apreciación Crítica

En el caso de Huari, es impresionante observar el tamaño del sitio, el cual sin duda
debió haber albergado a una gran población. Este sitio debió haber sido el centro
de un estado expansionista, aunque estos términos deben entenderse de distinta
manera a la que se entienden cuando se refiere a sociedades occidentales. Es muy
probable que la expansión del estado Wari no se haya dado de forma totalmente
militarista, y es muy posible que en ciertas zonas no ejercieran control, sino alianzas
con las élites locales, con las cuales habrían intercambiado recursos y cerámica

Sobre el estado de conservación del sitio, se puede advertir que es muy diverso.
Algunos sectores, como Cheqo Huasi o Capillapata, se encuentran en muy buen
estado de conservación, mientras que hay otros en los cuales es difícil advertir las
estructuras existentes. El que grandes sectores del sitio hayan sido recortados,
como fue el caso del sector atravesado por la carretera, constituye un problema
para poder formular una hipótesis general sobre el sitio. Aun así, los esfuerzos
realizados por muchos investigadores ayudan a echar luz sobre el funcionamiento
y la organización existente en este sitio durante el Horizonte Medio. Es muy
probable que, con un mayor presupuesto y un mayor número de investigaciones
enfocadas en todos los sectores, se logre dar una visión en conjunto de la evolución
de este sitio a lo largo del tiempo

46
El sitio arqueológico de Huari habla, por sí mismo, bastante sobre la sociedad
existente en el Horizonte Medio. El que arqueólogos como Lumbreras (1974a),Isbel
y Schreiber (1978) o Tantaleán 2013) hayan intentado enunciar modelos basándose
en gran medida en el sitio es una muestra de ello.

Es interesante evidenciar la pequeña cantidad de investigaciones que se pueden


hallar sobre sectores no relacionados al área nuclear de Huari. Esto puede deberse
a la falta de monumentalidad, o a la pérdida de espacios arqueológicos. Aun así,
sería bastante interesante que se investigara y publicara una mayor cantidad de
artículos referentes a la vida de las clases populares durante el Horizonte Medio en
Ayacucho.

Sobre el sitio de Conchopata, es lamentable ver la forma en la cual este sitio ha sido
recortado. Es muy probable que las futuras investigaciones hayan sido truncadas, y
que, en gran medida, sea difícil extraer mayor información del sitio no por la
ausencia de esta, sino por el hecho de que esta se ha perdido por la expansión
urbana. En ese contexto, es una suerte contar con cierto número de investigaciones
realizadas en el sitio antes comenzara a perderse por culpa de la expansión urbana

También es lamentable lo mal cuidado que se encuentra este sitio. En la actualidad,


este sitio se encuentra de tal manera que la persona no conocedora de arqueología
podía confundirlo con un terreno baldío. Esta falta de notoriedad y de integración
del sitio en la trama urbana no hace sino agravar los problemas antes mencionados

Con respecto al Museo de Sitio de Huari, y al Museo Histórico Regional Hipólito


Unanue, se debe señalar que ambos cumplen con la función de mostrar tanto al
especialista aquellas colecciones que habría estudiado, y de mostrar a aquellos que
no conocen con anterioridad los estilos.

Sin embargo, hay que apuntar que el Museo de Sitio de Huari, por su tamaño, es
insuficiente. El área del museo es bastante pequeña, y no cumple del todo con dar
una idea inmediata de la importancia del sitio. Es posible que un visitante que no
cuente con los conocimientos adecuados en arqueología minimice los hallazgos
encontrados en el sitio al encontrar que el museo tiene una colección escasa.

47
En cuanto al Museo Histórico Regional Hipólito Unanue, cabe felicitar su labor en la
preservación y difusión del patrimonio arqueológico e histórico de Ayacucho. Este
museo cumple a plenitud su labor, dando una visión cronológica del desarrollo de la
sociedad prehispánica en Wari, y mostrando piezas representativas de Wari

Recomendaciones

Para las próximas intervenciones, ya sean estas directas o indirectas, es necesario


que los investigadores tengan en cuenta las investigaciones previas, pero vayan
más alla de estas. Planteamientos como el modelo de Wari, el motivo del colapso
de la sociedad Wari o la relación de este con otras regiones aún son motivo de
discusión entre arqueólogos, y aún se esperan más investigaciones para poder
tomar de forma definitiva una opinión sobre estas. Wari ha sido poco excavado,
pese a su importancia, y es recomendable incrementar los trabajos de conservación
y preservación en el sitio. Asimismo, se debe buscar que tanto Wari como
Conchopata se integren con la población, haciendo que esta asimile los restos
arqueológicos no como meras “ruinas”, sino que puedan ver en estos un mecanismo
para afianzar su identidad y para poder encaminarse a un desarrollo sostenible.

Se espera en el futuro poder entender el fenómeno Wari a cabalidad, al ser este un


fenómeno de gran importancia para la sociedad andina, comparable al fenómeno
Inca en varios aspectos. Por ello, se debe trabajar tanto en buscar obtener una
mejor visión del sitio por sí mismo, como en articular el sitio junto con todo el territorio
en el que Wari habría ejercido poder. Para esto, es necesario investigaciones
objetivas y limpias, que no busquen exaltar la imagen de Wari de forma artificial,
sino por el contrario que busquen en la evidencia material los necesario para poder
lograr un resultado imparcial

Por otro lado, se precisa por parte de las autoridades pertinentes un mayor interés
por Wari, ya que grandes segmentos del sitio corren el riesgo de perderse en un
futuro próximo, si esto no se evita. Articulando las investigaciones científicas con los
esfuerzos de conservación y puesta en valor es posible obtener un sitio que se
articule al panorama social y económico de Ayacucho

48
Conclusiones

El sitio de Huari habría sido el núcleo de un estado, el cual a su vez habría sido
parte de un fenómeno en el cual su influencia habría alcanzado la mayor parte de
la costa y sierra de lo que actualmente sería el territorio peruano. Junto con
Tiahuanaco, Wari habrían sido las principales entidades en lo que hoy en dia se
conoce como Horizonte Medio

Wari habría surgido de la influencia Tiahuanaco y Nazca sobre los señoríos


asentados Ayacucho. Esta influencia se puede percibir en el material arqueológico
encontrado hasta el momento.

El modelo por el cual Wari se extendió aún es tema de debate, pero es muy probable
que haya sido un imperio. Durante la época 1 del Horizonte Medio, Wari habría
extendido su influencia rápida y abruptamente, fundando centros ceremoniales y
administrativos desde Pikillacta, en Cusco, hasta Huamachuco, en La Libertad

Estas características imperiales se ven reflejadas en el sitio arqueológico Huari, tal


como lo señala Tantaleán (2013). La presencia de espacios privados, de grandes
barrios clasificados por la producción, la diferencia entre los estilos constructivos,
etc parecen señalar que el sitio habría sido la capital de un imperio

Wari tuvo una densa población, la cual no puede ser determinada con precisión,
pero puede ser deducida por las características del sitio. Asimismo, no se habría
construido de forma planificada ni en una misma etapa constructiva; y lo que hoy en
día conocemos como Wari no sería sino la última fase de una serie de
reconstrucciones y renovaciones, las cuales se habrían dado a medida que Wari iba
aumentando en importancia

Muchos de los rasgos que luego se encontrarían en el fenómeno inca pueden ser
encontrados en Wari. Aún así, es precipitado indicar una directa relación entre
ambos fenómenos. Lo que si es cierto es que muchas de las características
encontradas por los primeros europeos en Cusco pueden encontrarse en Wari

49
En cuanto a Conchopata, esta habría sido una importante aldea alfarera. Su
importancia es notoria, ya que desde aquí se habría creado la cerámica destinada
a las distintas a la reproducción de la ideología Wari. Sería uno de los pocos
ejemplos de aldeas alfareras encontrados para el Horizonte Medio en Ayacucho, y
sin duda el más importante

La presencia del entierro de vasijas, entierro de un guerrero, y estructuras como el


templo en D nos sugieren el sitio habría tenido gran importancia durante el Horizonte
Medio, y que habría sido importante también desde una perspectiva ideológica, más
allá de lo meramente productivo

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53
Anexos:
Imágenes

Figura 1: Mapa de las zonas huari-tiwanaku mostrando los principales sitios William Isbel (2000)

54
Figura 2: Mapa de los sitios Huari más importantes en Ayacucho William Isbel (2000)

55
Figura 3: Fragmento de vasija gigante de Conchopata con representación frontal, procedente de la
ofrenda de cerámica votiva gigante William Isbel (2000)

56
Figura 4. Pocitos circulares. Archivo propio. (2019).

Figura 5. Pocitos circulares asociados a floras cactáceas. Huayhuameza, M. (2019).

57
Figura 6. Representación del árbol de Paty. Archivo propio. (2019).

Figura 7. Talla de petroglifos. Huayhuameza, M. (2019).

58
Figura 8. Bloques de piedra tallada. Huayhuameza, M. (2019).

Figura 9. Cueva del Infiernillo. Huayhuameza, M. (2019).

59
Figura 10. Mausoleo de Checohuasi. Huayhuameza, M. (2019).

Figura 11. Interior del mausoleo. Huayhuameza, M. (2019).

60
Figura 12. Muros de mampostería. Huayhuameza, M. (2019).

Figura 13. Sector de Capillapata. Huayhuameza, M. (2019).

61
Figura 14. Muros de mampostería. Huayhuameza, M. (2019).

Figura 15. Canchones. Huayhuameza, M. (2019).

62
Figura 16. Recintos cuadrangulares. Huayhuameza, M. (2019).

Figura 17. Bloque de talla lítica. Huayhuameza, M. (2019).

63
Figura 18. Vegachayoq Moqo. Archivo Propio (2019).

Figura 19. Vegachayoq Moqo. Huayhuameza, M. (2019).

64
Figura 20. Galerías subterráneas. Archivo propio (2019).

Figura 21. Estructuras asociadas a las galerías. Huayhuameza, M. (2019).

65
Figura 22. Canaleta de basalto. Huayhuameza, M. (2019).

Figura 23. Tallas líticas. Huayhuameza, M. (2019).

66
Figura 24. Restos óseos de las galerías subterráneas. Huayhuameza, M. (2019).

67
Figura 25. Cerámica estilo Ocros. Huayhuameza, M. (2019).

Figura 26. Objetos simbólicos. Huayhuameza, M. (2019).

68
Figura 27: Plano
Parcial del área
monumental de
Wari. Ismael
Perez (2000)

69
Figura 28: Plano Parcial del área monumental de Wari. Ismael Perez (2000)

70
Figura 29: Ubicación del sitio arqueológico de Conchopata en Ayacucho. Isbel y Schauner (2012)

71
Figura 30: El sitio de Conchopata hacia el año 2000, Ismael Perez (2000

72
Figura 31: Imagen de guerrero sobre balsa de totora. Ochatoma y Cabrera (2000)

73
Figura 32. Plano de Conchopata, sectores A y B. Tschauner, H. y Isbell, W. (2012):

74
Figura 33. Conchopata, parte superior sector B y parte inferior sector A. Ochatoma,
J. y Cabrera, M. (2000).

75
Figura 34. [Fotografía de Aron Grados]. (Huamanga, Ayacucho). Sitio arqueológico
de Conchopata.

Figura 35. [Fotografía de Aron Grados]. (Huamanga, Ayacucho). Recintos


cuadrangulares.

76
Figura 36. [Fotografía de Aron Grados]. (Huamanga, 2019). Niveles subterráneos.

Figura 37. [Fotografia de Aron Grados]. (Huamanga, 2019). Hoyos circulares.

77
Figura 38. [Fotografía de Aron Grados]. (Huamanga, 2019). Recinto en forma “D”.

Figura 39. [Fotografía de Aron Grados]. (Huamanga, 2019). Recinto en forma


circular.

78
Figura 40. [Fotografía de Aron Grados]. (Huamanga, 2019). Sectores afectados por
el aumento demográfico.

Figura 41. [Fotografía de Aron Grados]. (Huamanga, 2019). Recintos


cuadrangulares conectados por pasadizos.

79
Figura 34. Museo Regional Hipólito Unanue. Huayhuameza, M. (2019).

Figura 35. Cerámica escultórica. Huayhuameza, M. (2019).

80
Figura 36. Instrumentos agrícolas. Huayhuameza, M. (2019).

Figura 37. Cerámica estilo negro sobre blanco. Huayhuameza, M. (2019).

81
Figura 38. Representación de un entierro. Huayhuameza, M. (2019).

Figura 39. Tallas megalíticas. Huayhuameza

Tablas

82

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