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Indice
1. Introducción…………………………………………………………….……….3
2. Medio Ambiente…………………………………………………….………….5
3. El Horizonte Medio………………………………………….…………………9
4. Complejo arqueológico de Huari……….……………………………….13
5. Conchopata………………………………………………………………………..38
6. Museo………………………………………………………………………………..46
7. Apreciación crítica……………………………………………………………….46
8. Recomendaciones……………………………………………………………….48
9. Conclusiones………………………………………………………………………49
10. Anexos………………………………………………………………………………..54
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Introducción
El presente informe trata sobre los sitios de Wari, Conchopata y Pampa de la Quinua,
ambos en el departamento de Ayacucho, los cuales fueron visitados por la base-16
de la carrera de Arqueología, en el marco del curso de Arqueología de los Andes
Centrales IV, el cual es dictado por el Dr. Piter Van Dalen Luna. Dicho viaje fue
guiado por el arqueólogo Ismael Pérez, quien es especialista en el Horizonte Medio
en Ayacucho, y quien trabajó y aún trabaja en el sitio de Huari,habiendo realizado
múltiples publicaciones sobre el sitio
Junto con Tiahuanaco, la cultura Wari fue una de las que marcó el periodo conocido
como Horizonte medio, el cual es caracterizado por la expansión de ambos estilos
alfareros
Por si mismo, el sitio de Huari resalta entre otros sitios ubicados en la sierra. Se
encuentra en una posición que dificulta el acceso al agua y la agricultura, pero que
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a su vez facilita el acceso a la roca y la arcilla. En sus puntos más altos, el sitio
permite un control del valle.
Aún no se ha logrado determinar con exactitud su tamaño, pero se sabe que habría
tenido grandes dimensiones, mayores a la de otros sitios de la época. Por lo tanto,
habría albergado a una gran población.
Más aún, la zona monumental del sitio nos da una muestra de la complejidad a la
que había llegado esta cultura. Se destacan grandes plazas en las que se habría
agrupado la gente en ritos, palacios y templos que habrían correspondido a la élite,
y muros de hasta 8 metros.
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Medio ambiente
El relieve del territorio ayacuchano es accidentado en las vertientes del Pacífico, así
como en los sectores de cañones fluviales formados por los ríos Apurimac y Pampas.
Al norte y al noreste, la topografía es también muy irregular. En la zona de altas
mesetas o puna, la topografía es suave, con pocas irregularidades, salvo cuando
existen de forma residual. (IGL, 1984)
En los pisos andinos medios y superiores, como son aquel en el cual se encuentra
ubicado los sitios arqueológicos mencionados en el presente informe, los climas van
desde templado en la zona Quechua, pasando por templado frío en la zona Suni, y
frío en la Puna, hasta frío glacial en Cordillera. Se puede observar diferencia térmica
entre el día y la noche, manteniendo una temperatura positiva en casi todas las
regiones, excepto en la Cordillera En todas estas regiones las precipitaciones(IGL,
1984)
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En la Ceja de Selva, el clíma es templado-calido, con altas temperaturas en el día y
bastante frescas durante la noche. A lo largo de todo el año se mantiene una alta
nubosidad. En esta región hay abundantes precipitaciones(IGL, 1984)
Se debe advertir que según los estudios de Thompson sobre el nevado Quellcaya
(2014), es posible que el clima en Ayacucho durante el Horizonte Medio fuera algo
más árido que el actual. “De acuerdo al registro del glaciar de Quellcaya, las
precipitaciones y la temperatura entre el 500 y el 1000 d.C. habría sufrido pequeñas
variaciones, pero habría permanecido estable, en términos generales[…]Hacia el
950 habría habido un pico de precipitaciones, que habrían ido declinando luego
hasta el 1200 d.C.[…] Las culturas del horizonte medio fueron contemporáneas con
un período de creciente aridez”(2014, p 265)
Los ríos que cruzan su territorio pertenecen a la cuenca del Pacífico y del Amazonas.
Los primeros son de poca magnitud por el escaso volumen de sus aguas, e incluso
muchos de ellos no llegan al mar durante el invierno. En verano su caudal puede
llegar a incrementarse al extremo de causar inundaciones en el fondo de los valles.
(IGL, 1984)
La región Quechua
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En la región Quechua, la estación de lluvias comienza entre Octubre y Noviembre,
llegando a su fin hacia mediados de Marzo o Abril. El resto del año está
caracterizado por un clima entre templado a cálido, generalmente caracterizado por
un bajo nivel de precipitaciones. Tanto las lluvias como el deshielo de glaciares dan
origen a los ríos, los cuales desembocan posteriormente por el Océano Pacífico
La flora en esta área es abundante, y varía de acuerdo a la altitud. Entre las plantas
más características se encuentran el pacae(Inga feuilleei), papa(Solanum
tuberosum), maíz(Zea mais), oca(Oxalis tuberosa), olluco (Ullucus tuberosus), frijol
(Phaseolus vulgaris), pallares (Phaseolus lunatus) entre otros. Por otro lado,
también se encuentra una gran variedad de plantas silvestres, tales como el molle
(Schinus molle), la tara (Tara spinosa), la retama(Retama sphaerocarpa), el tankar
kichka (Berberis vulgaris), el lambras o aliso (Alnus glutinosa), entre otros. Muchas
de estas son aprovechadas para diversar actividades humanas, como sería el teñido
de telas o de cerámica, el uso medicinal o ritual, o la ornamentación
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en cinco sectores: El margen oriental del Cerro Churucana, una estribación de
apenas medio kilómetro de largo , el punto más alto donde la cresta se adhiere al
lado del valle; el margen occidental del Cerro Churucana, un afloramiento volcánico
que habría sido un volcán, el cual ahora se encuentra inactivo, Huari Pampa,
ubicado a 2 km de la meseta volcánica, y el cerro San Cristobal (Isbel, 1991)
Pérez (2000) indica que el sitio ocupa tres zonas de vida naturales: En la parte baja
del complejo existe una zona de estepa espinosa montano bajo subtropical Se
caracteriza por un clima subhúmedo y productivo, con vegetaci6n arbustiva y
arbórea de pacaes, lucumos, chirimoyas y paltas, entre otros. A la parte intermedia
corresponde una zona de bosque seco montana bajo subtropical, conformada por
una amplia planicie donde se encuentra el area monumental de Huari. Se trata de
una zona más semiarida, con vegetaci6n xerofftica, donde persisten molles y taras.
Esta rodeada por barrancos y pendientes. La parte alta del complejo comprende
una zona de bosque húmedo montana bajo subtropical, donde aún existen
diferentes ojos de agua que abastecen a las actuales poblaciones de Pampachacra,
Collcca, Cruz pata y Huacaurara. En esta zona existen algunas elevaciones,
roquedales, pampas y amplios espacios abiertos propicios para el cultivo de papa,
quinua, olluco, asi como para labores de pastoreo y caza de vizcachas. Estos
recursos habrían sido utilizados en tiempos prehispánicos
Las colinas que rodean a Huari tienen un bajo porcentaje de humedad, y sus suelos
no son propicios para la agricultura. Eso dificulta la producción agrícola, problema
que debieron haber enfrentado también las poblaciones Wari (Isbel, 1991)
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Es una zona volcánica, por lo que el suelo es poco profundo. Si bien actualmente la
capa madre se encuentra a una profundidad considerable, se ha encontrado
cerámica cercana a la roca madre, lo que indica que el suelo es producto de la
ocupación urbana. (Isbel, 1991)
Al ser una zona volcánica, recursos como la roca, usada en la arquitectura Wari,
son de fácil acceso. La roca, tanto ígnea como sedimentaria, ha sido extraída en
grandes cantidades, con el fin de emplearla en las construcciones. La arcilla y los
pigmentos usados en esta también son accesibles, lo cual había facilitado el
desarrollo alfarero de esta sociedad. La época seca entre Mayo y Noviembre habría
sido ideal para el secado y la cocción de cerámica. (Isbel, 1991)
El horizonte Medio
Como se ha mencionado antes, se define como “un período marcado por una gran
expansión de la Cultura Wari cuyo núcleo se encontró en la zona de Ayacucho, una
expansión que probablemente involucró una conquista militar. Sus huellas se
encuentran en la mayor parte del Perú, en la sierra desde Sicuani hasta Cajamarca,
y en la costa desde Ocoña hasta Chicama” (Rowe).
Isbel (2000) señala lo siguiente “con toda seguridad las mas grandes y poderosas
de los Andes Centrales, que representaron el diagnostico arte religioso de modo
mas prominente, Tiwanaku, ubicada al sur, en el altiplano boliviano, y Huari, en la
sierra central del Perú” Durante este período, se nota la expansión del estilo
correspondiente a estas dos culturas.(Fig 1)
Señala también la expansión del culto hacia un ser; el llamado dios de los Báculos.
La representación más prominente es un ser antropomorfo con el rostro en posición
frontal. Algunos diseños solo se limitan a su rostro, circunscrito por una ancha banda
con apéndices semejantes a rayos que se proyectan hacia afuera. Otras
representaciones muestran el ser completo, de rostro radiante, de pie, con los
brazos levantados, y cogiendo un báculo u otro objeto similar en cada mano (Isbel,
2000) (Fig 3)
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Dorothy Menzel(1964), en base a la secuencia cerámica hallada preparó una
cronología para el Horizonte Medio en el Perú, la cual aún hoy es utilizada por los
investigadores del Horizonte Medio
Ella dividió el Horizonte Medio en cuatro períodos, los cuales abarcaban desde el
500 d.C. hasta el 1000 d.C. A su vez, subdividió los dos primeros períodos en A y B
A este período corresponden los estilos Concho Pata, Robles Moqo, Chaquipampa.
Se puede ver rezagos del estilo Huarpa durante este período
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Por otro lado, en la época 2 los sitios de Ñawi Pukyu y Chakipampa son
abandonados, y no volverían a ser ocupados durante el Horizonte Medio. Además,
no se fundarían nuevos sitios Wari en Ayacucho. Este despoblamiento del valle de
Ayacucho podría deberse a una concentración de la población en el sitio de Huari,
el cual había aumentado demográficamente su tamaño
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extiende por el norte hasta Chicama y por el sur hasta Nazca, por lo que se deduce
que la sujeción a Wari no habrían mermado su influencia, al contrario, habrían hecho
que la influencia de Pachacamac creciera. Asimismo, la influencia de Pachacamac
está en relación con el eclipse del estilo Nazca. Se puede ver que Pachacamac
ejerce influencia directa sobre el estilo Ataraco B. El estilo Viñaque también habría
influenciado en gran manera a Nazca
Menzel (1964) no precisa la situación de Nazca durante este período. Sin embargo,
se sabe que Nazca habría perdido gran parte de su poder e influencia en relación
con Pachacamac
Por otro lado, en el extremo norte, se puede ver que en Cajamarca floreció el estilo
Cajamarca III. Por otro lado, en Ancash, surgió el estado que Bennett definió como
Geométrico sobre Claro. Este estilo tendría ciertas similitudes con Cajamarca III.
Estos estilos demuestran que el control de Wari durante este período no fue
hegemónico, y que existieron otras entidades que también lograrían difundir su
influencia
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que la caída del núcleo conllevó al rápido final de todo el fenómeno; o si por el
contrario fue un fenómeno de erosión, donde poco a poco la pérdida de influencia
en provincias generaría una crisis que a la larga llevaría al desprestigio de las élites
Wari y al colapso de Wari. (Menzel, 1964)
En la costa también se puede notar esta depresión, aunque fue menos severa. Ica
y Nazca mantienen su relativa prosperidad, aunque se puede notar una caída en la
producción alfarera, especialmente en la producción de cerámica fina. En cuanto a
Pachacamac, su esfera de influencia se reduce en relación a la de Nazca, y la
producción de cerámica fina también disminuye notablemente
La época 4 está caracterizada por una deriva del estilo Wari a estilos regionalizados,
que no se encuentran bajo el dominio directo de una misma entidad. Comienzan a
aparecer entidades como Lambayeque, Ichma, entre otras, las cuales comenzarían
a cobrar mayor fuerza. Se da paso así al Intermedio Tardío
Antecedentes
“El mayor río de ellos tiene por nombre Viñaque, a donde están unos grandes
y muy antiquísimos edificios, que cierto según están gastados y arruinados
debe haber pasado por ellos muchas edades. Preguntando a los indios
comarcanos quién hizo aquella antigualla, responden que otras gentes
barbadas y blancas como nosotros, los cuales muchos tiempos antes que los
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Ingas reinasen, dicen que vinieron a estas partes e hicieron allí su morada. Y
de esto y de otros edificios antiguos que hay en este reino me parece, que
no son la traza de ellos como los que los Ingas hicieron o mandaron hacer.
Porque este edificio era cuadrado y los de los Ingas largos y angostos. Y
también hay fama que se hallaron ciertas letras en una losa de este edificio.
Lo cual ni lo afirmo, ni dejo de tener para mí que en los tiempos pasados
hubiese llegado aquí alguna gente de tal juicio y razón, que hiciese estas
cosas y otras que no vemos”(Cieza, p 234)
Antes de proseguir sobre los siguientes trabajos realizados en Huari, hay que
mencionar los trabajos de Alphonse Stübel en Tiahuanaco, luego presentados por
Max Uhle, los cuales marcaron la pauta de las interpretaciones en las primeras
décadas del siglo XX (Chirinos,2006). La definición de un estilo”Tihuanacoide”,
realizada por Max Uhle,
Es importante mencionar los trabajos de Benedicto Flores, Pio Max Medina, Manuel
Bustamante, Alberto Arca Parro y Víctor Navarro del Aguila, los cuales realizaron
excavaciones limitadas a partir de 1925. Sin embargo, los trabajos científicos
empezaron en 1931, con la visita de Julio C. Tello. Realiza excavaciones en las
camaras megalíticas denominadas Chaukallas, en el ahora sector de Cheqo Huasi,
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con estructuras de dos y tres pisos bajo tierra, en la zona denominada lawaricuna,
al noroeste de la cueva del Infiernillo. . En 1940, Tello volvería a excavar allí, aunque
no llegaría a publicar sus resultados. Tello comenzó a describir la importancia de
este sitio, sugiriendo que habría desempeñado un rol muy importante en la
distribución de lo que él llamó “Cultura Wari”, la cual incluía varios de los sitios sitios
llamados anteriormente “Tiahuanacoides” en la costa y en la sierra. Esta propuesta
encontró apoyo rápidamente entre los arqueólogos peruanos.
Uno de los arqueólogos que apoyó la hipótesis de Tello fue Larco, quién había
advertido, hacia 1948, la presencia de cerámica Wari, lo cual le llevó a crear un
estilo denominado como “Wari costeño”, el cual habría puesto fin a la tradición
mochica, irrumpiendo mediante la dominación militar y la imposición de costumbres.
La importancia del estilo Wari, y su influencia se evidenció cada vez más,
fortaleciéndose la teoría que sustentaba la existencia de un imperio panandino.
(Chirinos,2006).
Chirinos (2006), señala “En las publicaciones de la época hay una serie de
características que luego se repetirán frecuentemente y que constituyen los rasgos
“típicos” del Horizonte Medio: edificación de centros urbanos, expansión y conquista,
continuas guerras internas y colapso de los sistemas hidráulicos”. Poco a poco,
estas características van configurando lo que comenzaría a ser conocido con el
nombre de Horizonte Medio
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En 1960. John Rowe crearía la cronología del valle de Ica, la cual sería usada como
cronología maestra en todos los andes Centrales. Este es uno de los hitos más
importantes de la arqueología peruana, y su vigencia continua hasta el día de hoy.
Rowe (1963) denomina Horizonte Medio “un período marcado por una gran
expansión de la Cultura Wari cuyo núcleo se encontró en la zona de Ayacucho, una
expansión que probablemente involucró una conquista militar. Sus huellas se
encuentran en la mayor parte del Perú, en la sierra desde Sicuani hasta Cajamarca,
y en la costa desde Ocoña hasta Chicama”. Rowe señala el pararelismo existente
entre Wari y Tiahuanaco, aunque separa ambos estilos.
En 1964, Doroty Menzel refina la cronologría elaborada por Rowe para el Horizonte
Medio, creando un paradigma que incluso hoy es usado en el estudio del Horizonte
Medio. Esta cronología ordena temporalmente los eventos de la prehistoria andina,
pero también establece una relación específica entre las entidades culturales de
Wari y Tiwanaku; en líneas generales, sostiene la difusión de la iconografía y la
ideología asociadas con Tiwanaku a Wari en una fase temprana del Horizonte Medio
(Chirinos,2006).
Se han propuesto varios modelos para explicar la forma en la cual, desde su núcleo
en Ayacucho, Wari pudo extender su influencia. El material arqueológico ha servido
para caracterizar los diferentes elementos del sistema: una arquitectura ortogonal
planificada (producto de una organización estatal), cerámica característica con un
gran área de distribución (a manera de horizonte estilístico), asentamientos en
diferentes valles en los que Wari ingresa abruptamente (colonias dentro de un
sistema imperial) y una estructura administrativa similar a la Inca (Chirinos, 2006).
Entre estos modelos, el que mayor impacto y aceptación ha tenido es el modelo
Imperial
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El modelo de Lumbreras se basa en sus excavaciones en 1964 en el sitio, la cual
se realizó cerca de las colinas de Robles Moqo, marcado por el materialismo
dialéctico, señala que la expansión Wari fue la expansión violenta de una clase
dirigente imperialista. Dentro de su concepción, la expansión del Imperio Wari tuvo
dos momentos: uno de expansión militar y conquista, y otro en el cual se
introdujeron en los territorios conquistados las creencias y costumbres, o lo que para
el materialismo dialectico es conocido como la superestructura. Dentro de esta
concepción, el colapso de Wari se habría dado debido al antagonismo de clases, en
el cual la clase dominada se habría sublevado de forma violenta contra la élite Wari.
Señala Lumbreras (1974b) “El desarrollo de las fuerzas productivas urbanas,
permitió la formación de una clase ‘urbana’ local, la que entró en contradicción con
los imperialistas. Con o sin apoyo de todo el pueblo, lucharon por la liberación y lo
consiguieron. La lucha de liberación de los pueblos pudo durar mucho tiempo; esto
fue provocando el deterioro de la metrópoli que, al verse negada de los recursos de
las colonias ingresó en un acelerado proceso de desintegración que condujo,
finalmente, no sólo a la pauperización de un área acostumbrada a alimentarse del
tributo sino también a la desaparición de Wari”
Tanto Isbel como Schreiber aceptan que, si bien es problable que Wari fuera un
estado de características imperialistas, este planteamiento difícilmente se puede
probar de forma concluyente. Señalan que varias de las características que
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aparecen en los asentamientos incas, y que Lumbreras da por sentado en Wari, no
aparecen o son escasas; como es el caso de los caminos. El planteamiento de Isbel
considera que no cabe duda de que Wari fuera un imperio. Sin embargo, es poco
problable que su expansión se haya dado de forma autoritaria y militarista, como lo
señala Lumbreras. Por el contrario, considera que para poder controlar a personas
de tan diversas etinas y creencias, se precisó de un importante aparato ideológico
que le permitiera difundir su religión, no solo como medio pasivo para mantener el
status quo, sino como un agente activo que penetraría en otros territorios. De ese
modo se explica que Wari no tuviera necesariamente un control absoluto sobre todo
el territorio en el que se evidencia su estilo. (Isbel, 1984)
Sin embargo, los trabajos de Schreiber se vieron truncados por la violencia desatada
en Ayacucho durante la década de los 80, lo cual la obligó a centrar sus trabajos en
Ica, buscando patrones de asentamiento con el fin de sustentar sus hipótesis
Fuera de los modelos imperialistas, se comienza a observar en varios sitios del norte
como Galindo y las huacas de Moche, e incluso en la costa central, en sitios como
lo fueron Supe y Ancón, que la presencia Wari no está tan definida como lo estuvo
en el caso de la sierra sur. Esto llevó a muchos investigadores a plantear que Wari
habría sido un estado con un alcance limitado, siendo esta supuesta extensión que
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se observa en el registro arqueológico producto no de una conquista militar, sino del
intercambio comercial(Chirinos, 2006).
Shady explica, por otro lado, que la gran variabilidad que en encuentra entre los
distintos estilos alfareros durante el Horizonte Medio se refleja en ”el prestigio
simultáneo de estilos alfareros que identifican a culturas regionales; la distribución
continua que en el área espacial regional muestran cada uno de estos estilos (y que
podría reflejar el ámbito de prestigio o de influencia cultural de un estado); y, al lado
de ellos, la presencia de objetos foráneos, provenientes de áreas vecina o distantes,
o la combinación de rasgos estilísticos alfareros de diversas procedencias en ciertos
estilos locales” (Shady 1989).
Chirinos(2006) señala que, desde la década de los 90, con el fin del conflicto armado
interno, se ha venido dando un nuevo boom de investigaciones relativas al Horizonte
Medio. Las investigaciones, tanto en sitios nucleares como Huari, como en sitios
periféricos en otras provincias se multiplicaron en gran medida. Chirinos (2006)
menciona algunas de ellas “The Nature of Wari: A Reappraisal of the Middle Horizon
Period in Peru, editado por Robert Czwarno, Frank Meddens y Alexandra Morgan,
y que recogía las ponencias presentadas al simposio sobre el Horizonte Medio que
formó parte del 46to. Congreso Internacional de Americanistas realizado en
Ámsterdam en 1988. Por su parte, en 1991 se publicó Huari Administrative
Structure: Prehistoric Monumental Architecture and State Government, editado por
William Isbell y Gordon McEwan, y que presenta los trabajos presentados a la Mesa
Redonda organizada por Dumbarton Oaks en 1985.”
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Sin embargo, en estos trabajos se ha podido notar que la idea de Wari, concebido
como un imperio unificado, ha sido dejada de lado en favor de una observación de
la intercacción entre las distintas regiones. Se concibe el Horizonte Medio como una
época de grandes interacciones regionales, y no como una en la cual, desde su
núcleo en Ayacucho, el estado Wari imponía ciertos patrones culturales
El sitio
Se ubica entre los pueblos de Pacaycasa y Quinua y limita, por el norte, con las
quebradas de Ocopa y Pacaycasa; por el sur, con Cchella Huayqo y Mito Qasa; por
el este, con Chipingura y Collcca Huayqo y, por el oeste, con Trigo lorna, en el fundo
de Huayllapampa, margen derecha del rfo P6ngora, conocido aguas abajo como
Vifiaque 0 Vinaque (Pérez,2000)
Sobre la extensión del sitio, esta es ampliamente discutida por varios investigadores.
Canziani (2009: 296) se presume que el área general del sitio de Huari tendría una
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extensión de alrededor de 1,500 ha, ocupando el área nuclear cerca de 250 ha, las
cuales estaban divididos en dos sectores: uno norte y uno sur. Isbel(1991) estima
el área nuclear del sitio de forma mucho más modesta: apenas 7,5 Km 2. Por su
parte, Lumbreras (1974) estima una extensión de la ciudad entre 120 a 150 ha. Por
último, Idilio Santillana (2000) propone que el sitio ocupa un área de unas 2,000 ha,
siendo su núcleo urbano de 400 ha, que es donde se ha encontrado la mayor parte
de vestigios arqueológicos
Esta confusión respecto a la extensión del lugar e debe a que este no ha sido
excavado en su totalidad, y la mayor parte del sitio aún no ha sido objeto de
excavaciones arqueológicas. Además, el sitio ha sufrido una transformación
importante, debido tanto a la creación de nuevos espacios de cultivo que se
sobrepusieron a los restos arqueológicos, como al huaqueo, el colapso de
estructuras, o el crecimiento de plantas(Tantaleán, 2013). A esto se suma el hecho
de que el sitio esté cortado por la carretera que une la ciudad de Ayacucho con la
selva de San Francisco, a partir del valle de Ocopa, a 2550 metros sobre el nivel del
mar, hasta cerro Churrucanna, a 3030 metros sobre el nivel del mar, a la altura del
desvio de la carretera que va hacia Acos Vinchos(Pérez, 2000) Lo que sabemos en
la actualidad sobre Huari se debe, principalmente, a los trabajos de Tello y Bennett
antes mencionados y a las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en las
décadas del 70 y del 80 por William Isbell y sus asociados, especialmente en el
sector denominado como Moraduchayoq (Tantaleán, 2013)
Según Pérez (2000), el sitio se haya dividido en dos sectores: alto y bajo. En la parte
alta se encuentran los sectores de Uchpa-Qoto, Robles Moqo, Canterón, Ruyac
Perqa, Campanayoc, Molinuyoc, Infiernillo, etc.; en la parte baja estan Sullu Cruz,
Capillapata, Vegachayoc Moqo, Monqachayoc, area del Museo de Sitio,
Moraduchayoc, Cheqo Huasi, Muyu Perqa, quebrada Ocros, etc.
Se puede evidenciar también que la mayor parte del área monumental está
delimitado por murallas de piedra, la cual a su vez encierra áreas más pequeñas,
las cuales contienen estructuras menores, de diferentes tamaños, formas o
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funcionalidad, las cuales están interconectadas por caminos, callejones, patios,
terrazas,y otros espacios abiertos(Pérez, 2000)
La muralla periférica puede llegar a tener una altura de hasta 8 metros en algunos
sectores, como es el caso de Uchpa-Qoto y Capillapata(Pérez, 2000). Refiriendose
a las murallas, Pérez(2000) señala “Presentan juntas de dilataci6n y segmentos
horizontales a cad a cierta distancia y altura, a los que se ados an estructuras
menores con paramentos verticales, algunas con piedras salientes como para
recibir envigamientos de dos y tres pisos sobre el suelo”. Por esto, se sabe que
algunas de estas estructuras adosadas a las murallas tenían más de un nivel.
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Se han encontrado áreas hundidas en Monqachayoc y Canterón, tomados como
grandes patios con estructuras que no se encuentran al nivel de la superficie. Como
se ha señalado anteriormente, la mayor parte del sitio se haya sin excavar.
Isbel (1991) señala que Wari tuvo varios períodos constructivos, siendo el más
temprano correspondiente a finales del Intermedio Temprano, en la zona de Cerro
Churucana. Por ello, no es sorprendente ver que el patrón arquitectónico cambie en
varias zonas. Asimismo, señala que las murallas habrían sido añadidas en un
momento tardío, con el fin de delimitar espacios privados
Sector alto
Ushpa Qoto
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Empezando en el norte, Ushpa Qoto es el primer sector que presenta grandes
edificios, con muros de 5 o 6 metros de alto (Lumbreras,1974a). Su nombre parece
significar “colina de cenizas” Desde Robles Moqo hasta la pendiente de Sullu Cruz
se distribuyen edificios circundados por grandes murallas, algunas de las cuales
tuvieron hasta 200 o más metros de largo. Las murallas son bastante anchas en su
base, teniendo hasta 3 metros o más de espesor, estrechándose hasta apenas 60
centímetros de espesor en su parte más alta (Lumbreras,1974a) A partir de ello,
algunos investigadores han señalado que la verdadera función e la muralla sería
servir como camino, si bien Lumbreras (1974a) dice “es difícil decidir esta función,
por la destrucción de muchos segmentos”
Las paredes están construidas de piedras irregulares unidas con barro arcilloso,
buscando que las caras de los paramentos sean mas o menos “planas”. Las
esquinas buscan aproximarse al ángulo recto, aunque el terreno no siempre permite
esto. Lumbreras (1974a) señala que los muros no siempre se encuentran
“amarrados” con los mismos elementos, por lo que se unen por medio de cuerdas
de fibra vegetal, con el fin de asegurar la estabilidad de la estructura. Se puede
observar que algunos de los muros son verticales en el lado interior, mientras que
el lado exterior mantiene un talud con un ángulo que varía entre los 15 y 30 grados.
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Robles Moqo
Las paredes son similares a las de Ushpa Qoto, siendo construidas de piedras
irregulares, usando como mortero barro arcilloso. Al igual que en Ushpa Qoto, se
buscó que la cara más plana de las piedras diera hacia la parte exterior del muro.
Las esquinas buscan aproximarse al ángulo recto, aunque el terreno no siempre
permite esto. Lumbreras (1974a) señala que los muros no siempre se encuentran
“amarrados” con los mismos elementos, por lo que se unen por medio de cuerdas
de fibra vegetal, con el fin de asegurar la estabilidad de la estructura. Se puede
observar que algunos de los muros son verticales en el lado interior, mientras que
el lado exterior mantiene un talud con un ángulo que varía entre los 15 y 30 grados.
Se han encontrado hiladas de piedras saledizas, las cuales habrían servido para
sostener la “viga madre”, por lo cual se puede deducir que esta estructura habría
tenido un techo. Observando estas vigas, se puede ver que algunas de las
estructuras habrían alcanzado a tener entre 2 a 3 plantas(Lumbreras,1974a)
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No se han encontrado evidencias de puerta o dintel, aunque en este caso se supone
que, de haber existido, estos habrían sido hechos con troncos de árboles. Los
trechos de las estructuras también habrían sido hechos con troncos de árboles, y
posiblemente recubiertos con material vegetal(Lumbreras,1974a). La evidencia
iconográfica nos permite suponer la existencia de techos cónicos inclinados a una
agua hacia el interior. No hay evidencias de techos de dos aguas
Estos canales no son exclusivos de este sector, y se pueden hallar en otros sectores
amurallados como Ushpa Qoto. Esta compleja red de canales habría servido no
solo para la comodidad de los individuos asentados en los “barrios”, sino habría sido
una necesidad vital. Tal como se señaló antes, el emplazamiento de Wari es
bastante seco en la actualidad, y los estudios paleoclimáticos indican que durante
el Horizonte Medio habría sido aún más seco. El agua habría sido traída desde muy
lejos, y los canales constituirían parte de la tradición hidráulica en Ayacucho, la cual
había empezado desde Rancha.
Robles Moqo destaca por la presencia de gran cantidad de material cerámico. Los
trabajos de William Isbel en este sector permitieron determinar lo que se conoce
como Estilo Robles Moqo. Este estilo se caracteriza por presentar diseños grandes,
los cuales cubren totalmente la superficie, su decoración es aplicada en ambas
superficies tanto externa como interna, representaciones de mazorcas de maíz
Canterón
Se trataría de una gran depresión, de casi seis metros de profundidad. Sobre esta
área no se ha encontrado demasiada información, pero se especula que habría sido
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una especie de cantera, de la cual se habría extaído parte de la roca para la
construcción de las estructuras cercanas
Infiernillo
Las investigaciones del Dr Pio Max Medina indican que al interior de la cueva se
halló una momia sumamente seca. Lumbreras(1974a) también refiere que,
mediante una conversación con Lucio Alvizuri, se enteró que dentro de la cueva se
encontraron varios restos humanos en lo que parecerían ser una especie de
cámaras internas.
A las cuevas se conecta una especie de cisterna o pozo profundo desde la parte
superior del cerro en el cual estas están alojadas, la cual habría servido para facilitar
el acceso y transporte del material arcilloso. (Lumbreras,1974a)
Sector bajo
Vegachayoq moqo
Este es uno de los sectores más impactantes, debido a que es una de las muestras
más claras de la llamada estructura en D. Su nombre se debe a que el terreno en el
cual está ubicado pertenecía a un individuo cuyo apellido era Vega
27
La estructura se encuentra al costado de las galerías del sector conocido como
Monqachayoc
Monqanchayoc
Este sector, cuya traducción literal sería “El lugar de las monjas” se encuentra
ubicado en el extrema oeste del complejo de Huari, en la parte más baja y plana del
area urbana
«Por los arios de 1637, en el pueblo de Quinua, que dista dos leguas de
Guamanga, se descubrió casual mente un palacio subterráneo con grandes
portadas de piedra y suntuosos edificios... Se registraron otros monumentos
con luces habiendo los que descendieron al subterráneo dejado un hila a la
entrada que les sirviese de norte a su salida ... »
El arqueólogo Ismael Perez(2000) señala que en el lado norte del sector se puede
encontrar una estructura en D, con acceso en el lado recto, el cual mira hacia el
Oeste. A esta estructura se anexan un conjunto de galerías y otros adosamientos
estructurales con ambientes subterráneos de varios niveles, estos últimos
asociados a dos grandes depresiones, las cuales parecen haber sido causadas por
efecto del huaqueo. En esta zona se pueden encontrar algunas piedras que parecen
haber sido trasportadas y talladas durante el período colonial, y las cuales forman
una especie de canales o tuberías. Al margen sur de la carretera se puede encontrar
otras cámaras megalíticas, las cuales guardan cierto parecido con las de Cheqo
Huasi
28
de dos pisos, construidas directamente sobre la roca madre; Estas han sido
excavadas en su integridad y se halló la proyección de otras galerías, principal
mente hacia el lado sur, el cual aparece cortado por la carretera. Las galerías tienen
corte transversal trapezoidal y miden entre 11,3 a 11,45 metros de largo, 1,4 a 1,5
metros de ancho en la base y 2,25 metros de alto. Presentan mochetas y canaletas
verticales con orificios circulares o ductos de ventilación y/o de ofrenda en los
bloques de piedras megalíticas que forman los techos; no se han encontrado
indicios de enlucidos internos y los pisos son de diatomita (Pérez, 2000)
Al lado sureste de las galerías excavadas bajo la dirección de Sandoval entre 1978
y 1979 se han encontrado dos grandes depresiones, las cuales muestran abundante
desecho de piedra tallada. Ambas áreas habrían sido convertido en canteras y se
cree que muchas de las piedras extraídas de este lugar fueron utilizadas para
revestir la estructura de ladrillo y cementa del actual museo de sitio construido en
las inmediaciones del sector(Pérez, 2000)
29
Al presentar cuatro niveles de estructuras se encuentran asociadas de manera, que
visto desde arriba, y teniendo un plano sobre las estructuras rectangulares, se
asemejan a la forma de una llama, lo cual es de suma importancia, puesto que está
relacionado con la finalidad con la que se construyeron dichos recintos.
Comenzamos con la descripción del primer nivel, la cual está delimitada por un muro
perimétrico, de forma rectangular, con orientación de oeste a este hacia las galerías
funerarias, formando la apariencia de una “T”, cuyos accesos laterales, están por el
norte, sur y el este. Las galerías del lado sur, parecen haber sido construidas en
otro momento, debido a que sin estar adosadas al sitio, se tiene una forma
rectangular, completando solo con las galerías del lado norte. También se aprecia
que el lado este, se encuentra a mayor altura, además de tener un grado mejor de
conservación. Hay un muro que lo divide en dos ambientes, cuyos paramentos
fueron realizados con piedras talladas reutilizadas. Hacia el lado sureste, hay restos
de una sucesión de pisos superpuestos en varios niveles.
30
El tercer nivel está vinculado con los espacios en donde se tienen los enterramientos
sagrados, cuyo acceso fue clausurado por la misma ocupación Huari. Dentro del
nivel, se encuentran pequeñas celdas, y a su vez, pasadizos muy angostos. La
distribución de este nivel da la impresión que tuvo una planta en forma de un
camélido geométrico, plasmado a manera de perfil, y es en pasadizo del rabo, en
donde se tiene una estructura circular que conectaría al cuarto nivel (Pérez, 2000).
Este último nivel, está representado como una tumba profanada sobre un posible
personaje importante.
Capillapata
31
Lumbreras (1974a) los habitantes actuales de la zona le asignan a la estructura
una función defensiva o militar.
Esta estructura se trata de otra de las murallas que encierra un “barrio” o “ciudadela”,
las cuales, como hemos visto en el caso de Ushpa Qoto o Robles Moqo son
características de la ciudad.
Para concluir, cabe señalar la presencia del Pati en este sector. Actualmente los
Pati no aparecen con un orden uniforme, pero se puede notar por su disposición
que se encuentran rodeando los muros del sector, en el interior de los recintos, de
tal forma que pareciera formar una pequeña galería entre el muro y los árboles, si
32
bien esto ya no se puede notar a primera vista. (Lumbreras;1974a) De este cuadro
se llega a otro reciento al este; y al parecer debió haber una puerta en el muro sur,
la cual actualmente ya no se puede encontrar. Por este acceso se puede acceder a
un canchón muy largo de planta triangular, al cual se adhiere un terraplén, a modo
de montículo o pirámide, de 5 metros de alto, de un solo cuerpo y construido con
cierto talúd (Lumbreras;1974a) En la misma orientación se puede encontrar una
terraza o callejón angosto paralelo al muro, a ambos costados del terrado.
Lumbreras (1974a) señala que este terrado es macizo y tiene el aspecto de un gran
altar o proscenio, que se conecta en la parte posterior con otros recintos
Todas estas características nos permiten deducir que Capillapata habría sido un
recinto ceremonial acompañado de otros edificios públicos o de élite (Lumbreras;
1974a) Esto explicaría tanto el cuidado al momento de construirlo como el por qué
se haya en mejor estado de conservación que los otros sectores. Esta hipótesis se
puede verificar por la prescencia de un muro de piedra labrada, el cual contiene
petroglifos con dibujos de serpientes. Este muro se encuentra en una especie de
terraza con la faz occidental visible. Allí mismo hay vestigios de una cabeza lítica
tallada en piedra, la cual o no habría sido concluida, o se habría deteriorado por
alguna condición extraordinaria (Lumbreras;1974a)
Cheqo Wasi
EI sector de Cheqo Huasi se ubica en la ladera oeste del cerro San Cristobal, donde
nace la quebrada Ocros, que cruza el área monumental por donde pasa un camino
antiguo(Pérez, 2000) Comprende una extensión aproximada de 2 a 3 hectáreas, la
cual está cortada por la carretera, dividiéndola en Cheqo Huasi este y oeste. Es
uno de los sectores más visitados, y muchas veces el único al cual acceden los
turistas.
En el sector este están las cámaras líticas, las cuales fueron estudiadas por Tello
en 1942, quien no llegó a ninguna conclusión definitiva, siendo que también que el
informe de Tello no ha sido publicado y Bennett (1953), Lumbreras (1974a) señala
que en el sector se han encontrado varias cajas de piedra bien labradas, cuya
33
función era desconocida hasta ese momento, pero de la cual se especulaba que
podrían haber sido tumbas o cisternas para la distribución del agua. Sobre estas
“cajas líticas” Lumbreras(1974a) dice:
En el extremo sur se ubican cuatro de las cámaras megalíticas excavadas por Tello
en 1942. Al costado de estas se especula que habría existida una quinta cámara, la
cual habría sido destruida durante la construcción de la carretera, acto que fue
denunciado por Pablo Macera en el diario La Prensa (1974)
34
sido construida planificada mente en el exterior sur de la sala ceremonial de 14
hornacinas. (Pérez, 2000) Se puede advertir una clara influencia Tiahuanaco
asociado al primer momento ocupacional de la estructura
La investigación de Ismael Pérez (2000) nos muestra que la primera cámara rompe
con la función inicial de un amplio corredor techado con columnas y corresponde a
un segundo momento ocupacional. La segunda y tercera cámara corresponde a un
tercer momento y están acondicionadas a recintos del segundo momento. Se
encuentran adosados a la construcción inicial de las estructuras. Se puede advertir
que ambas estructuras están disturbadas, pero no todo el relleno es producto de
esta distribución. Por el contrario, se puede advertir que parte de este relleno ha
sido colocado de forma intencional en tiempos arqueológicos, siendo este parte del
sellado de las estructuras. Este sellado se debió a una posterior o cuarta ocupación,
la cual habría tenido un carácter doméstico rodeando las estructuras funerarias y
con piso de tierra formado a la altura del piso del primer nivel de la Cámara
Megalítica 1, explorada por Tello, hasta donde Ilego la excavación sin definir
estructuras mas profundas. (Pérez, 2000)
Según Ismael Pérez (2000) el mausoleo puede ser dividido en tres cámaras: una
principal y dos secundarias. La principal tiene una planta rectangular y mide 2,83
metros de largo por 1,7 metros de ancho por 1,7 de alto. Está construida con
35
grandes bloques piedras labradas, trabajadas de tal modo que sus ángulos encajan
de forma extraordinaria con una especie de Ilaves en la parte superior de los lados
este y oeste que soportan el techo. La cámara presenta orificios horizontales en la
pared que se conecta al corredor y orificios verticales en las los as que forman el
techo y piso. Los orificios presentan manchas de tinte rojo, lo cual ha sido
interpretado como señal de la práctica de ofrendas, en las cuales participó el uso de
cinabrio líquido, tal como se ha podido verificar en otros asentamientos de la época.
EI exterior se conecta con un corredor, el cual presenta evidencias de enlucido fino,
el cual no solo revestía la cámara, sino llegaba incluso al área de la gradería de
acceso al nivel superior, donde, asimismo, también se han hallado restos de pintura
blanca. (Pérez, 2000)
Con respecto a las cámaras secundarias, Ismael Pérez(2000) indica que una ocupa
el lado norte separada por un metro de la cámara principal. Mide 1,5 metros de largo
por 1,1 metros de ancho y 1,7 metros de alto. Presenta un orificio en el techo y piso
que conecta al nivel subterráneo. Al momento de ser excavada, la cámara contenía
escombros con abundantes vestigios óseos, muchos recubiertos con cinabrio
Con respecto a la otra cámara secundaria, Ismael Pérez (2000) indica que esta
ocupa el ángulo noreste del mausoleo, a 1 metro de la cámara anterior. Tiene forma
de «L» y mide 1,7 de largo, 1,05 de ancho por 1,55 de alto. EI techo de esta cámara
presenta también orificio en el borde del techo, mientras que el piso se encuentra
cubierto con sedimento, producto de filtraciones de lluvia.
36
Ubicado en el sector bajo, este museo se en la misma zona del complejo y que se
exhibe la colección arqueológica que son rescatadas de las excavaciones del sitio
wari, y que encontramos cerámicas, monolitos, textiles, líticos etc. Macera (1974)
denuncia que este museo fue construido usando en parte piedras del propio
complejo, específicamente del sector de Cheqo Huasi
37
Conchopata
Antecedentes
Al igual que en Huari, muchas de las primeras publicaciones respecto al sitio las
llevaron a cabo intelectuales huamanguinos durante la década de los años 30, con
el objetivo de construir una identidad ayacuchana alrededor de la reafirmación de
las raíces tradicionales. Estos, agrupados en el Centro Cultural Ayacucho
comenzaron a prestar atención hacia los sitios arqueológicos en la región. Sin
embargo, estos intelectuales no tenían formación en el método arqueológico, y
muchas de sus afirmaciones no tenían forma de verificarse de forma empírica. En
este contexto Benedicto Flores publica, en 1938 la primera información referida a
Conchopata. Él atribuye al complejo el ser la morada y el cementerio de los pokras.
Menciona asimismo, la presencia de viviendas, entierros y basurales con
fragmentos de cerámica decorada con diversas imágenes a las que denomina
«jeroglíficos». (Ochatoma y Cabrera, 2000) También en 1938, Alfredo Parra
Carreño refiere que este sitio era habitado por los pokras. Años después, Pio Max
38
1.40 metros de ancho por 2 metros de largo (Lumbreras, 1974a). Estas, junto con
el abundantes contenido superficial fueron extraídas y enviadas al Museo Nacional
de Arqueología y Antropología, en donde hasta el día de hoy se encuentran.
39
las obras de construcción del nuevo aeropuerto de la ciudad de Ayacucho.[…]
La cuarta campaña fue conducida, en conexión con el Proyecto
Arqueológico-Botánico que dirige Richard Mac Neish, en agosto de 1970, en
la misma zona de las excavaciones realizadas en 1961-1962. En esta
ocación excavamos 145 unidades de un metro cuadrado, todas ellas ligadas
a un complejo de casas dentro de un cercado que incluye un gran patio hacia
el oeste, dentro del cual etaban nuestras primeras 5 calas”
Entre febrero y marzo de 1991, Ismael Pérez y José Ochatoma realizaron trabajos
de salvataje, a raíz de la construcción de un muro en el extremo norte del Sector A,
cerca a la avenida del Ejército. Durante el proceso de estas excavaciones se
descubrieron parte de una vivienda-taller, compuesta por patios y recintos
40
relacionados con la producción alfarera, entre cuyas evidencias se identificó un
horno (Ochatoma y Cabrera, 2000)
41
este año, maquinaria pesada destruyó gran parte de las estructuras descubiertas
por los investigadores
El Sitio
Las excavaciones en Conchopata sacaron a luz uno de los más grandes depósitos
de ofrendas, consistente en fragmentos de urnas gigantes, elaboradas
magistralmente, que tenínan diseños de seres míticos semejantes a los
42
representados en la Portada del Sol en Tiahuanaco, en especial a la deidad
conocida como Dios de los Báculos, hecho que denota claras evidencias acerca de
la religión e ideología tiahuanaco-wari. (Ochatoma y Cabrera, 2000).
Estos importantes hallazgos fueron hechos en depósitos, y parece que las urnas
fueron rotas de forma intencional para después ser colocadas en estos depósitos y
enterradas
43
tiene evidencia de tres suelos apisonados de barro compactado con piedra y
diatomita. Muros a doble hilada con piedras o mampostería irregular.
44
trasladados de otro asentamiento, es importante el contexto en donde se está
desarrollando, puesto que al tener al yacimiento de Conchopata como un centro de
gran importancia para la región sur, estos procesos de rompimientos de cerámica
estaría vinculado a las practicas funerarias. Aunque prevalece el hecho que las
vasijas utilitarias están presentando un aspecto más sencillo, con trazos de líneas
geométricas, y sin engobe. El tipo de cerámica ceremonial comprende grandes
urnas, conformado por el estilo Conchopata, la cual es perteneciente solamente a
la región de Ayacucho.
45
Se menciona también la visita al Museo Histórico Regional Hipólito Unanue
(Ministerio de Cultura), ubicado en el distrito de Ayacucho aproximadamente a 1.5
km al norte de la plaza de armas de Ayacucho.
Apreciación Crítica
En el caso de Huari, es impresionante observar el tamaño del sitio, el cual sin duda
debió haber albergado a una gran población. Este sitio debió haber sido el centro
de un estado expansionista, aunque estos términos deben entenderse de distinta
manera a la que se entienden cuando se refiere a sociedades occidentales. Es muy
probable que la expansión del estado Wari no se haya dado de forma totalmente
militarista, y es muy posible que en ciertas zonas no ejercieran control, sino alianzas
con las élites locales, con las cuales habrían intercambiado recursos y cerámica
Sobre el estado de conservación del sitio, se puede advertir que es muy diverso.
Algunos sectores, como Cheqo Huasi o Capillapata, se encuentran en muy buen
estado de conservación, mientras que hay otros en los cuales es difícil advertir las
estructuras existentes. El que grandes sectores del sitio hayan sido recortados,
como fue el caso del sector atravesado por la carretera, constituye un problema
para poder formular una hipótesis general sobre el sitio. Aun así, los esfuerzos
realizados por muchos investigadores ayudan a echar luz sobre el funcionamiento
y la organización existente en este sitio durante el Horizonte Medio. Es muy
probable que, con un mayor presupuesto y un mayor número de investigaciones
enfocadas en todos los sectores, se logre dar una visión en conjunto de la evolución
de este sitio a lo largo del tiempo
46
El sitio arqueológico de Huari habla, por sí mismo, bastante sobre la sociedad
existente en el Horizonte Medio. El que arqueólogos como Lumbreras (1974a),Isbel
y Schreiber (1978) o Tantaleán 2013) hayan intentado enunciar modelos basándose
en gran medida en el sitio es una muestra de ello.
Sobre el sitio de Conchopata, es lamentable ver la forma en la cual este sitio ha sido
recortado. Es muy probable que las futuras investigaciones hayan sido truncadas, y
que, en gran medida, sea difícil extraer mayor información del sitio no por la
ausencia de esta, sino por el hecho de que esta se ha perdido por la expansión
urbana. En ese contexto, es una suerte contar con cierto número de investigaciones
realizadas en el sitio antes comenzara a perderse por culpa de la expansión urbana
Sin embargo, hay que apuntar que el Museo de Sitio de Huari, por su tamaño, es
insuficiente. El área del museo es bastante pequeña, y no cumple del todo con dar
una idea inmediata de la importancia del sitio. Es posible que un visitante que no
cuente con los conocimientos adecuados en arqueología minimice los hallazgos
encontrados en el sitio al encontrar que el museo tiene una colección escasa.
47
En cuanto al Museo Histórico Regional Hipólito Unanue, cabe felicitar su labor en la
preservación y difusión del patrimonio arqueológico e histórico de Ayacucho. Este
museo cumple a plenitud su labor, dando una visión cronológica del desarrollo de la
sociedad prehispánica en Wari, y mostrando piezas representativas de Wari
Recomendaciones
Por otro lado, se precisa por parte de las autoridades pertinentes un mayor interés
por Wari, ya que grandes segmentos del sitio corren el riesgo de perderse en un
futuro próximo, si esto no se evita. Articulando las investigaciones científicas con los
esfuerzos de conservación y puesta en valor es posible obtener un sitio que se
articule al panorama social y económico de Ayacucho
48
Conclusiones
El sitio de Huari habría sido el núcleo de un estado, el cual a su vez habría sido
parte de un fenómeno en el cual su influencia habría alcanzado la mayor parte de
la costa y sierra de lo que actualmente sería el territorio peruano. Junto con
Tiahuanaco, Wari habrían sido las principales entidades en lo que hoy en dia se
conoce como Horizonte Medio
El modelo por el cual Wari se extendió aún es tema de debate, pero es muy probable
que haya sido un imperio. Durante la época 1 del Horizonte Medio, Wari habría
extendido su influencia rápida y abruptamente, fundando centros ceremoniales y
administrativos desde Pikillacta, en Cusco, hasta Huamachuco, en La Libertad
Wari tuvo una densa población, la cual no puede ser determinada con precisión,
pero puede ser deducida por las características del sitio. Asimismo, no se habría
construido de forma planificada ni en una misma etapa constructiva; y lo que hoy en
día conocemos como Wari no sería sino la última fase de una serie de
reconstrucciones y renovaciones, las cuales se habrían dado a medida que Wari iba
aumentando en importancia
Muchos de los rasgos que luego se encontrarían en el fenómeno inca pueden ser
encontrados en Wari. Aún así, es precipitado indicar una directa relación entre
ambos fenómenos. Lo que si es cierto es que muchas de las características
encontradas por los primeros europeos en Cusco pueden encontrarse en Wari
49
En cuanto a Conchopata, esta habría sido una importante aldea alfarera. Su
importancia es notoria, ya que desde aquí se habría creado la cerámica destinada
a las distintas a la reproducción de la ideología Wari. Sería uno de los pocos
ejemplos de aldeas alfareras encontrados para el Horizonte Medio en Ayacucho, y
sin duda el más importante
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53
Anexos:
Imágenes
Figura 1: Mapa de las zonas huari-tiwanaku mostrando los principales sitios William Isbel (2000)
54
Figura 2: Mapa de los sitios Huari más importantes en Ayacucho William Isbel (2000)
55
Figura 3: Fragmento de vasija gigante de Conchopata con representación frontal, procedente de la
ofrenda de cerámica votiva gigante William Isbel (2000)
56
Figura 4. Pocitos circulares. Archivo propio. (2019).
57
Figura 6. Representación del árbol de Paty. Archivo propio. (2019).
58
Figura 8. Bloques de piedra tallada. Huayhuameza, M. (2019).
59
Figura 10. Mausoleo de Checohuasi. Huayhuameza, M. (2019).
60
Figura 12. Muros de mampostería. Huayhuameza, M. (2019).
61
Figura 14. Muros de mampostería. Huayhuameza, M. (2019).
62
Figura 16. Recintos cuadrangulares. Huayhuameza, M. (2019).
63
Figura 18. Vegachayoq Moqo. Archivo Propio (2019).
64
Figura 20. Galerías subterráneas. Archivo propio (2019).
65
Figura 22. Canaleta de basalto. Huayhuameza, M. (2019).
66
Figura 24. Restos óseos de las galerías subterráneas. Huayhuameza, M. (2019).
67
Figura 25. Cerámica estilo Ocros. Huayhuameza, M. (2019).
68
Figura 27: Plano
Parcial del área
monumental de
Wari. Ismael
Perez (2000)
69
Figura 28: Plano Parcial del área monumental de Wari. Ismael Perez (2000)
70
Figura 29: Ubicación del sitio arqueológico de Conchopata en Ayacucho. Isbel y Schauner (2012)
71
Figura 30: El sitio de Conchopata hacia el año 2000, Ismael Perez (2000
72
Figura 31: Imagen de guerrero sobre balsa de totora. Ochatoma y Cabrera (2000)
73
Figura 32. Plano de Conchopata, sectores A y B. Tschauner, H. y Isbell, W. (2012):
74
Figura 33. Conchopata, parte superior sector B y parte inferior sector A. Ochatoma,
J. y Cabrera, M. (2000).
75
Figura 34. [Fotografía de Aron Grados]. (Huamanga, Ayacucho). Sitio arqueológico
de Conchopata.
76
Figura 36. [Fotografía de Aron Grados]. (Huamanga, 2019). Niveles subterráneos.
77
Figura 38. [Fotografía de Aron Grados]. (Huamanga, 2019). Recinto en forma “D”.
78
Figura 40. [Fotografía de Aron Grados]. (Huamanga, 2019). Sectores afectados por
el aumento demográfico.
79
Figura 34. Museo Regional Hipólito Unanue. Huayhuameza, M. (2019).
80
Figura 36. Instrumentos agrícolas. Huayhuameza, M. (2019).
81
Figura 38. Representación de un entierro. Huayhuameza, M. (2019).
Tablas
82