PRINCIPIO DE PRECAUCIÓN

¿Qué es? Es la adopción de medidas de seguridad para evitar o disminuir un peligro cuando se
desconocen las consecuencias de un determinado avance tecnológico y se advierte que supone
un riesgo, científicamente posible pero incierto.
¿Cuándo surgió? A partir de los problemas ambientales de mediados del siglo XX. Se utilizó por
primera vez en la conferencia de la ONU de Estocolmo en 1972 y se consolidó
internacionalmente en la Declaración de Río de Janeiro de 1992.
¿Qué significa un riesgo inaceptable? Aquel que supone un peligro para derechos
fundamentales, tales como la vida, salud o los derechos de generaciones futuras y del
medioambiente.
¿Qué problemas tiene su aplicación? Puede provocar graves perjuicios económicos para los
Estados que lo adopte respecto de aquellos que no lo hagan, lo que conlleva, así mismo, de
forma paralela, una paralización, total o parcial, de los avances científicos.
¿Es alcanzable la nulidad total de riesgo? La prueba de que no existe riesgo alguno es imposible
en cuanto se trata de probar en negativo.
¿Cuál es la diferencia entre peligro y riesgo? Riesgo es un peligro que se puede y debe evaluar,
y en consecuencia se puede y debe controlar.
¿Cabe un lugar para la subjetividad? El principio de precaución no puede basarse
exclusivamente en sentimientos subjetivos de los ciudadanos. El miedo ante el riesgo es
selectivo y los seres humanos visualizan unos peligros y riesgos más fácilmente que otros y,
consecuentemente, se resguardan más de unos que de otros; los medios de comunicación
pueden crear –mediante información parcial, manipulada o falsa– miedos o esperanzas, que
afectan a ciudadanos y condicionan decisiones políticas.
¿Este principio se relaciona con algún otro? El principio de precaución siempre va ligado al
principio de proporcionalidad, esto es, las medidas de precaución adoptadas deben ser idóneas
y proporcionadas respecto del riesgo que se trata de evitar y en relación con el beneficio que se
pretende obtener.
¿La valoración del riesgo es definitiva? No. La valoración debe reconsiderarse con base en el
desarrollo de la actividad, a medida que se obtenga mayor conocimiento científico de las
consecuencias y de las medidas de precaución para control de riesgo.
Rodolfo Vázquez, Bioética y derecho, pp. 110-121.