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Master De PTOJFIS
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All content following this page was uploaded by Master De PTOJFIS on 08 August 2015.
1
Francisca Fariña, Catedrática de la Universidad de Vigo y profesora del Máster Universitario
en Psicología del Trabajo y las Organizaciones, Psicología Jurídico-Forense y de la
Intervención Social (PTOJFIS) de la Universidad de Santiago de Compostela,
INFORMA favorablemente sobre el Trabajo Fin de Máster “COORDINACIÓN DE
PARENTALIDAD: UNA PROPUESTA DE INTERVENCIÓN” realizado por la alumna
Macarena Martínez Valladares en el marco del citado Máster Universitario en PTOJFIS
(curso 2014/2015), y hace constar que reúne todos los requisitos y condiciones para su
presentación y defensa pública.
2
Agradecimientos
Muchas gracias.
3
INDICE
1. RESUMEN……….………..………………………………………………………... 6
2. MARCO TEÓRICO…………..……………………………………………………. 8
1. Introducción………………………………………………………………….. 9
2. Separación y divorcio en España…………………………………………….. 10
3. Consecuencias de la separación y el divorcio………………………………... 13
4. La Coordinación de Parentalidad (CP)………………………………………. 17
4.1 Definición……………………………………………………….…. 17
4.2 Origen……………………………………………………………… 18
4.3 Directrices de la Association of Families and Conciliation Courts…..... 20
4.4 Guía de la American Psychological Association…………………... 22
4.5 Desarrollo de la CP en España……………………………………. 24
3. DISEÑO DE UN PROGRAMA PILOTO DE CP……………………………....... 28
1. Introducción………………………………………………………………..… 29
2. Protocolo……………………………………………………………………... 30
2.1 Derivación del juzgado…………………………………………….. 30
2.2 Lectura y análisis de la documentación judicial………………........ 30
2.3 Actuación del coordinador de parentalidad………………...……... 30
2.4 Comunicación con los juzgados……………...…………………...... 33
2.5 Registros…………………...……………………………………..... 33
2.6 Frecuencia………………………………………………………….. 34
2.7 Terminación del proceso……………………………………...……. 35
3 REFLEXIONES FINALES…...……………………………………………………. 37
4 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS…………………………………………….. 40
5 ANEXOS…………………………………………………………………………….. 49
ANEXO I. Directrices AFCC (2005)…………………………………………...... 50
ANEXO II. Guidelines APA (2012)……..……………………………………..... 80
ANEXO III. Acuerdo Coordinación de Parentalidad……………………………. 89
ANEXO IV. Entrevista semi-estructurada de CP…………………...…………… 96
ANEXO V. Cuestionario para progenitores………………………………….…... 110
ANEXO VI. Cuestionario para progenitores sobre derechos y deberes…………. 113
ANEXO VII. Cuestionario para progenitores sobre la relación con los hijos
o con el otro progenitor…………………………………………………………… 114
ANEXO VIII. Cuestionario sobre el Perdón…………………………………….. 115
4
ANEXO IX. Escala de Coparentalidad…………………………………………... 116
ANEXO X. Guía…………………………………………………………………. 118
ANEXO XI. Cuestionario de Satisfacción……………………………………….. 142
5
Resumen
De acuerdo con la literatura, alrededor de un 10% de las parejas con hijos permanece
fuertemente enfrentada tras la separación, lo que conlleva que los juzgados de familia
inviertan aproximadamente el 90% de su tiempo en ellas (Coates, Deutsch, Starnes, Sullivan,
y Sydlik, 2004), provocando un colapso en el sistema judicial, así como una gran
insatisfacción en los profesionales que intervienen en todo el proceso. Además, cuanto más
tiempo se dilata un caso en el sistema judicial, mayor es el coste, tanto para los tribunales
como para la sociedad (Henry, Fieldstone y Bohac, 2009). En este sentido, Babb (2014)
asevera “los tribunales de familia se han convertido en una sala de urgencias para tratar los
problemas familiares. Por lo tanto, tenemos que intensificar nuestros esfuerzos para mejorar el
sistema de justicia familiar” (p. 639).
La coordinación de parentalidad surge, en los años 90 en Estados Unidos, para dar una
respuesta judicial a la enquistación del conflicto parental entre los excónyuges y preservar el
bienestar de sus hijos. En España esta figura no se encuentra instaurada y sigue siendo
desconocida incluso por los profesionales. Tan sólo existe una experiencia piloto en Cataluña
que se está desarrollando en dos juzgados de familia. En Galicia, la Unidad de Psicología
Forense de la Universidad de Santiago ha realizado alguna coordinación de parentalidad, pero
sin existir un protocolo de actuación previamente definido por el juzgado emisor del caso.
6
entre los progenitores que han experimentado la ruptura de pareja, así como el de ayudar a
implementar el plan de parentalidad, buscando el bienestar de los hijos.
En este trabajo nos centramos en diseñar un programa piloto para llevar a cabo en la
Comunidad Autónoma de Galicia.
7
MARCO TEÓRICO
8
Introducción
9
la salud mental, especialmente los psicólogos jurídicos han dado diferentes respuestas, todas
ellas, explícita o implícitamente dentro de una perspectiva de justicia terapéutica, entre estas
la Mediación Familiar, los Puntos de Encuentro Familiar, las peritaciones psicológicas, los
programas de apoyo a las familias con ruptura de pareja, y la coordinación de parentalidad. En
este trabajo nos centraremos en esta última. Antes de ello haremos una breve referencia al
divorcio en España y a las consecuencias de la separación/divorcio en las familias.
La ley del divorcio quedó abolida tras la guerra civil y la instauración de la Dictadura.
Durante cuarenta años las parejas no pudieron separase o divorciarse. Con la muerte del
dictador se abre un nuevo período en todos los sentidos, también en lo referente a la
disolución matrimonial. En este sentido, la aprobación, en diciembre de 1978, de la
Constitución, introduce, en el art. 32 que la ley regulará las causas de separación y disolución
del matrimonio. Así, no sin polémica político/religiosa, el divorcio quedó nuevamente
legalizado en el año 1981, con la proclamación de la Ley 30/1981, de 7 de julio. Esta
modifica la regulación del matrimonio en el Código Civil y se determina el procedimiento a
seguir en las causas de nulidad, separación y divorcio. Esta Ley concede plena igualdad
jurídica a los cónyuges en cuanto a las causas de separación y disolución del matrimonio.
De esta forma, el matrimonio volvió a convertirse en una unidad jurídica disoluble por
las causas que dicha ley disponía. Según Ortuño (2006) esta ley continuaba reflejando el
antiguo modelo de separación-sanción, es decir, el divorcio era concebido como el último
recurso al que acogerse cuando era evidente que, tras un largo periodo de separación, la
reconciliación no era posible. Además, requería la demostración de causas para motivarlo. Por
otra parte la separación no disolvía el matrimonio, sino que para ello se contaba con la figura
del divorcio que se concebía como el segundo paso tras la separación.
10
En la actualidad, las rupturas matrimoniales son reguladas por la Ley 15/2005, de 8 de
julio, la cual modificó el Código Civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de
separación y divorcio. Dicha ley amplía la libertad de los cónyuges para solicitar la disolución
de la relación matrimonial. La causa determinante es la voluntad expresa de no continuar con
el matrimonio y no depende de la demostración de cualquier otro motivo; es decir, esta nueva
legislación y el nuevo régimen jurídico, se inspira en la idea de que la intervención legal debe
estar limitada a los efectos posteriores de la separación y el divorcio, sin inmiscuirse en la
propia decisión de la ruptura (Ortuño, 2006). Además, suprime la separación como trámite
previo y condicionante del divorcio, ambas son dos opciones diferentes que deben respetar el
transcurso de tres meses desde la celebración del matrimonio, excepto en casos de violencia
de género.
Estos cambios jurídicos permitieron grandes cambios sociales a partir de esta época,
con unas tasas de separaciones y divorcios cada vez mayores. Los últimos datos publicados
por el Instituto Nacional de Estadística (INE, 2013), reflejan que se produjeron un total de
100.437 sentencias de nulidades, separaciones y divorcios, lo que supuso una tasa de 2,1 por
cada 1.000 habitantes. Cabe destacar que el total de sentencias en 2013 experimentó un
aumento estimado del 0,8% respecto al año anterior. La duración media de los procedimientos
de mutuo acuerdo fue de 2,9 meses, mientras que la de los contenciosos fue de 9,6. La
custodia compartida de los hijos fue otorgada en el 17,9% de los casos (INE, 2013).
Los datos referentes a las comunidades autónomas que registraron las mayores tasas
por cada 1.000 habitantes fueron Canarias (3,0), la ciudad autónoma de Ceuta (2,8) y
Cataluña (2,5). Por el contrario, las que presentaron las menores tasas fueron Extremadura
(1,4) y Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha, Comunidad Foral de Navarra y País
Vasco (todas ellas con 1,7).
11
Fuente: Instituto Nacional de Estadística
Los últimos datos ofrecidos por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ),
correspondientes al primer trimestre del año 2015, indican en comparación con el mismo
período del 2014, que el número de demandas de divorcio ha aumentado un 2.2%. Así, en
primer trimestre de este año se han divorciado 33.009 parejas (19.595 de manera consensuada
12
y 13.414 no consensuada) y 1738 se han separado (1266 de forma consensuada y 552 no
consensuada), suponiendo las cifras más alta desde 2007.
13
como una “sobrecarga parental” (Fariña, Seijo, Arce y Novo, 2002); en cambio, el progenitor
no custodio tiene sentimientos de estar perdiendo el contacto con sus hijos (Amato, 2012).
Por otra parte, las familias que atraviesan una ruptura sufren una disminución de los
ingresos en el hogar (Braver, Shapiro y Goodman, 2006). Esta disminución de los ingresos
afecta a ambos progenitores, pero en especial al progenitor custodio, teniendo que reducir
gastos, dedicar más tiempo al trabajo, lo que puede provocar un menor contacto con sus hijos
y una menor supervisión en su educación (Kelly y Emery, 2003). La merma de ingresos de
estas familias se sitúa entre el 30% y 50%, lo que obliga a reestructurar múltiples factores: se
ven abocados a cambiar de vivienda e incluso de barrio, y a buscar formas para poder superar
las crisis económicas, las cuales pasan por dedicar más horas a la vida laboral o recurrir a las
ayudas sociales. En España no es infrecuente regresar al hogar de los padres, especialmente
en una época de fuerte crisis económica, como la actual; pasando a convivir varias
generaciones en la misma casa. Evidentemente toda esta coyuntura favorece la aparición de
estados depresivos y de ansiedad, así como de estrés (Fariña et al., 2002).
Además, la ruptura conlleva una redefinición de los roles parentales. Por lo general, el
progenitor no-custodio puede percibir que su influencia y contacto con sus hijos ha
disminuido, lo que puede provocar ansiedad, depresión y estrés (Adan, Baz, Bonasa, Cartil,
Espada, Pagés, et al., 2007; Braver, Shapiro y Goodman, 2006). Según Wall (1992) el no-
custodio mantiene contactos más frecuentes con los hijos cuando existe un bajo nivel de
conflictividad entre los progenitores, por ello es necesario fomentar una relación sana entre
ellos. Según Madden-Derdich y Leonard (2004) el nivel de satisfacción con el tipo de guarda
y custodia se relaciona positivamente con el bienestar de los hijos.
14
La ruptura también tiene consecuencias en el estado de salud de los hijos, los cuales se
encuentran expuestos a altos niveles de estrés. La gestión inadecuada de este proceso puede
considerarse como un maltrato a los hijos (Arce, Seijo, Novo y Fariña, 2002; Tejedor, 2006),
a nivel emocional, físico, por abandono físico o negligencia y por abandono emocional
(Fariña, Arce, Seijo y Novo, 2013). Por ello, diversos estudios concluyen que los menores que
se encuentran en estos procesos tienen a presentar problemas de salud física. Fariña, Arce,
Novo y Seijo (2012) realizan una agrupación de consecuencias con los respectivos autores de
las investigaciones:
-Hipertensión, asma y enfermedades de tipo coronario (Guzmán y otros, 2008; Krantz y
Manuck, 1984; Standing Comité on Legal Constitucional Affairs, 1998)
-Enfermedades del espectro respiratorio y alteraciones de la piel (Seijo, Souto y Arce, 2009)
-Alteraciones genitourinarias (Seijo, Souto y Arce, 2009; Seijo, Novo, Carracedo y Fariña,
2010)
-Quejas psicosomáticas (Orgilés, Amorós, Espada y Méndez, 2008)
-Disminución de la esperanza de vida y mayor riesgo de mortalidad (Brown, Anda, Felitti,
Edwars, Malarcher, Croft y Giles, 2010; Ge, Natsuaki y Conger, 2006; Martin, Friedman,
Clark y Tucker, 2005; Ringbäck, Hjern, Haglund y Rosén, 2003; Schwartz, Friedman,
Tucker, Tomlinson-Keasey, Wingard y Criqui, 1995; Singh y Yu, 1996;)
-Riesgo de suicidio o tentativa de suicidio de jóvenes menores de edad (Brezo, Paris,
Tremblay, Vitaro, Zocolillo y Turecki, 2006; D’Onofrio, Turkheimer, Emery, Slutske, Heath,
Madden y Martin 2006; De Goede y Spruijit, 1996; Fuller-Thompson y Dalton, 2011; Lester
y Abe, 1993; Lizardi, Thompson, Keyes y Hasin, 2009; McCall y Land, 1994; Woderski y
Harris, 1987)
-Tipos de cáncer relacionados con abusos de sustancias o inadecuados hábitos sexuales
(Brown, Anda, Felitti, Edwars, Malarcher, Croft y Giles, 2010)
-Aumento de conductas de riesgo para la salud (Doherty y Needle, 1991; Fergusson,
Horwood y Lynskey, 1994; Hoffman y Johnson, 1998; Flewing y Bauman, 1990;; Ringbäck,
Hjern, Haglund y Rosén, 2003).
15
-Reciben más atención psicológica y psiquiátrica (Mardomingo, 1994; Seijo, Novo,
Carracedo y Fariña, 2010)
-Alteraciones psicoemocionales de origen internalizante (Allison y Fustemberg, 1989; Amato,
2000; Amato y Keith, 1991; Camara y Resnick, 1989; Hetherington y Kelly, 2005; Landsford,
Malone, Castellino, Dodge, Pettit y Bates, 2006; Méndez, Inglés, Hidalgo, García-Fernández
y Quiles, 2003; Orgilés, Amorós, Espada y Méndez, 2008; Pons-Salvador y del Barrio, 1995;
Wallerstein y Kelly, 1980)
-Alteraciones psicoemocionales de origen externalizante (Allison y Fustemberg, 1989;
Amato, 2000; Amato y Keith, 1991; Camara y Resnick, 1989; Hetherington y Kelly, 2005;
Wallerstein y Kelly, 1980)
-Menor bienestar psicológico percibido (Orgilés y Samper, 2011)
-Presencia de psicopatologías en la edad adulta (Amato, 2000; Nunes-Costa, Lamela y
Figueiredo, 2009; Ross y Mirowsky, 1999; Seijo, Novo, Carracedo y Fariña, 2010;
Waterickx, Gouwy y Bracke, 2006)
-Conductas delictivas (Farrington, 1990; Frost y Pakiz, 1990; Harper y McLanahan, 1999);
Larson, Swyers y Larson, 1995; Rickel y Langer, 1985; Sampson, 1992).
Por último cabe destacar que el ámbito académico puede verse afectado. La
investigación concluye que los hijos de progenitores separados presentan un mayor fracaso
escolar y absentismo, además alcanzan niveles más bajos de graduación (Hill y O’Neill, 1994;
Popenoe, 1995).
16
4. La Coordinación de Parentalidad
Así bien, la Coordinación de Parentalidad (CP) tiene como objetivo (APA, 2012) la
ejecución de las sentencias judiciales respecto a la guarda y custodia de los hijos o las
estancias y comunicaciones con ambos progenitores. Además, la CP permite reducir el
conflicto y dotar de habilidades a los progenitores para resolver sus problemas sin encontrarse
en un continuo litigio.
17
4.2. Origen de la Coordinación de Parentalidad
De esta manera, en Estados Unidos, en los años ochenta, los jueces y funcionarios de
los juzgados se sentían frustrados con los casos de alta conflictividad y por su incapacidad de
implementar los planes de parentalidad. Por ello decidieron compartir estas experiencias con
los abogados de derecho de familia, de lo que surgió una nueva figura profesional con un rol
híbrido entre lo jurídico y lo psicológico. Los condados pioneros en implantarla fueron el de
Marin y el de Santa Clara, ambos en el Estado de California (Sullivan, 2013). En un primer
momento, esta figura tuvo diversas denominaciones, a saber: special master, wiseperson,
familycourtadvisor, mediator-arbitrator, parenting plan coordinator.
Una década más tarde, en los años 90, la AFCC realiza un esfuerzo formal
interdisciplinar para crear las estructuras legales de la CP (Sullivan, 2013). Por ello, la AFCC
ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de la Coordinación de Parentalidad,
promoviendo la creación de nuevos servicios para aquellas familias con un alto nivel de
conflicto (Press, 2013).
18
A su vez, en los años 90, en Colorado (Estados Unidos), un grupo de colegas
comienza a estudiar las familias con un alto nivel de conflicto, tomando el trabajo de Janet
Johnston. Una de las conclusiones es que la mediación y la evaluación de custodias no
siempre resultan procedimientos eficaces para este tipo de familias, evidenciando la necesidad
de crear sistemas nuevos. Así, en 1994, presentaron su trabajo en el primer simposio sobre
Evaluación de Custodias de la AFCC (Press, 2013).
Un año después, catorce estados de Estados Unidos ya contaban con la figura del
coordinador de parentalidad. Aunque ésta no se encontraba exenta de críticas, tales como la
información privilegiada que manejan o la delegación por parte de los juzgados. Por ello la
AFCC decide crear un grupo de trabajo para crear un modelo estándar y resolver estos
problemas (Press, 2013).
19
4.3. Directrices para la Coordinación de Parentalidad de la Association of Families and
Conciliation Courts (2005).
Las Directrices para la Coordinación de Parentalidad descritas por la AFCC tienen por
objeto proporcionar:
1. Directrices detalladas para la práctica de los coordinadores de parentalidad.
20
4. El coordinador de parentalidad no debe ejercer un doble rol consecutivo.
5. El coordinador de parentalidad debe informar a las partes de las limitaciones sobre
confidencialidad en el proceso de coordinación de parentalidad. No se divulgará
información fuera del proceso de coordinación de parentalidad, salvo por razones
legítimas y con fines profesionales autorizados. Fuera de la coordinación de
parentalidad, el/la CP debe mantener la confidencialidad de la información
obtenida durante dicho proceso, salvo si el juzgado ordena lo contrario mediante
resolución judicial o salvo si las partes establecen lo contrario mediante acuerdo
escrito.
6. El coordinador de parentalidad debe ayudar a las partes a reducir los conflictos
perjudiciales y a promover el mejor interés de los niños en base a las funciones y
rol profesional del/la CP.
7. El coordinador de parentalidad debe ejercer su función por pacto parental y/o
resolución judicial, en las que se especificarán y definirán con claridad su ámbito
de autoridad y sus responsabilidades.
8. El coordinador de parentalidad debe propiciar la comprensión del proceso de
coordinación de parentalidad por parte de los interesados de modo que puedan dar
su consentimiento informado sobre el mismo.
9. El coordinador de parentalidad debe informar claramente y explicar sus honorarios
y cargos a las partes.
10. El coordinador de parentalidad se comunicará con las partes, sus asesores
jurídicos, los/as niños/as y el juzgado preservando en todo momento la integridad
del proceso de coordinación de parentalidad y teniendo en cuenta la seguridad de
los progenitores y de los/as niños/as. El/la CP tendrá acceso a las personas
relacionadas con los distintos miembros de la familia y a los documentos
necesarios para poder cumplir con sus responsabilidades.
11. El coordinador de parentalidad debería tratar de facilitar el acuerdo entre las
partes, según corresponda, en todas las disputas que pudieran surgir en relación
con sus hijos/as. Si los progenitores no son capaces de alcanzar un acuerdo y si así
lo establece el juzgado o si se autoriza mediante acuerdo de aceptación de
coordinación de parentalidad, el/la CP debe tomar las decisiones oportunas con
respecto a las cuestiones objeto de conflicto.
12. El coordinador de parentalidad no debe participar en prácticas de marketing que
contengan información falsa o engañosa. El/la CP debe asegurarse de que los
21
anuncios relativos a su formación y competencias, los servicios ofrecidos o el
proceso de coordinación de parentalidad sean veraces y exactos. El/la CP no debe
afirmar que obtendrá ciertos resultados ni realizar promesas que impliquen
favoritismo alguno con la finalidad de obtener beneficios económicos.
Principio 1: Los psicólogos deben esforzarse para entender la complejidad del rol de la CP y
distinguirlo de otros roles profesionales.
Principio 2b: Los psicólogos deben esforzarse por comprender a las autoridades, la
terminología legal y los procedimientos que afecten a la práctica de la CP.
22
COMPETENCIAS NECESARIAS PARA LA COORDINACIÓN DE PARENTALIDAD
VIOLENCIA FAMILIAR
Principio 4: Los psicólogos aspiran a facilitar un ambiente saludable para los niños y
relaciones adecuadas entre los progenitores, que garanticen la seguridad de todos los
miembros de la familia en el proceso de coordinación de parentalidad.
CONSIDERACIONES ÉTICAS
Principio 5a: Los psicólogos deben esforzarse por estar familiarizados con las guías éticas y
profesionales que pueden ser relevantes para el establecimiento de la coordinación de
parentalidad, incluyendo “Los Principios Éticos de los Psicólogos y el Código de Conducta”
de la APA.
Principio 5b: Los psicólogos reconocen y responden a guías profesionales sobre temas de
multiculturalidad y diversidad en la adjudicación de servicios de coordinación de
parentalidad.
Principio 6: Los psicólogos crean y mantienen registros profesionales apropiados para el rol
del coordinador de parentalidad conforme a los “Principios Éticos de los Psicólogos y el
Código de Conducta” y a los requisitos legales.
23
RELACIONES DE COLABORACIÓN
24
sentencias que recomiendan la intervención de un coordinador de parentalidad. Así lo hizo la
Audiencia Provincial de Barcelona, Secc. 12ª, con la sentencia del 26 de julio de 2013,
dictada por el magistrado Pascual Ortuño y donde se recurre a la CP para intervenir en el
conflicto entre dos progenitores (Canturiense, 2014). Actualmente los tribunales comienzan a
solicitar la presencia de esta figura, para garantizar los derechos de los hijos y los
progenitores. La Audiencia Provincial de Barcelona actualmente está acordando el
nombramiento de coordinadores de parentalidad (Administrador de Lexfamily, 2015). En la
actualidad se está llevando a cabo un nuevo programa piloto en Cataluña a través de
la Fundación Filia de Amparo al Menor y el Centro de Mediación en Derecho Privado,
adscrito a la Conselleria de Justicia de la Generalitat de Cataluña (Europa Press, 2015).
25
Tabla 1. Conocimiento del coordinador parental. Tomado del estudio de Fariña Novo,
Vilariño y Seijo (2015).
Porcentaje Porcentaje
CUESTIONARIO SOBRE EL COORDINADOR PARENTAL
Errores Aciertos
Las funciones del mediador y el coordinador parental son las mismas 97,3 2,7
Todo abogado puede actuar como coordinador de parentalidad 94,3 5,7
Todo psicólogo puede actuar como coordinador de parentalidad 83,3 16,7
El coordinador parental no interviene cuando un progenitor intenta limitar o
81,8 18,2
impedir el contacto con las hijas e hijos al otro progenitor
La coordinación de parentalidad es siempre de carácter intrajudicial 77,1 22,9
El coordinador parental no puede actuar en casos de violencia familiar y de
55,9 44,1
género
El coordinador parental debe poseer autoridad para tomar decisiones sobre
41,2 58,8
cuestiones relativas a la coparentalidad
En la coordinación parental se realizan funciones de mediación entre los
34,3 65,7
progenitores
El coordinador parental controla el cumplimiento del plan de coparentalidad 32,4 67,6
Toda la información de la que dispone el coordinador parental es confidencial 31,4 68,6
Las familias, cuando se separan, pueden solicitar un coordinador de
23,5 76,5
parentalidad
El coordinador parental interviene cuando los progenitores presentan
22,9 77,1
necesidades especiales
El coordinador parental suele actuar cuando existe conflicto entre los
20 80
progenitores separados para llevar a cabo su plan de parentalidad
En la coordinación parental se media y arbitra cuando existe controversia entre
11,4 88,6
los progenitores llevando a cabo el plan de parentalidad
El coordinador parental ayuda a diseñar el plan de parentalidad 5,6 94,4
El coordinador parental guía a los progenitores para que actúen de manera
2,9 97,1
acorde al mejor interés de sus hijas e hijos
La coordinación parental ayuda a los progenitores a poner en práctica su plan
2,8 97,2
de parentalidad
26
Así, aunque tal vez tarde, parece idóneo que en España se empiece a considerar
práctica de la coordinación de parentalidad. En el apartado que sigue de este trabajo fin de
grado nos ocuparemos de diseñar un programa piloto para llevar a cabo en la Comunidad
Autónoma de Galicia.
27
DISEÑO DE UN
PROGRAMA PILOTO DE
COORDINACIÓN DE
PARENTALIDAD
28
1. Introducción
El desarrollo de este diseño se realizó con múltiples reuniones de psicólogos de los grupos
de investigación PS1 de la Universidad de Vigo y GI-1754 de la Universidad de Santiago de
Compostela. En dichas reuniones se realizó el diseño de la CP tras una revisión exhaustiva de
la bibliografía existente, elaborando diferentes documentos tales como la Entrevista semi-
estructurada de Coordinación de Parentalidad, el Acuerdo de Coordinación de Parentalidad y
diferentes cuestionarios que serán aplicados a los progenitores.
29
familia de los Juzgados de Pontevedra asume la coordinación del proyecto piloto de CP, en el
que se incluirán los Juzgados de Pontevedra, Marín y Caldas de Reis.
Para dar a conocer el diseño se concertó una reunión entre jueces, fiscalía y coordinadores de
parentalidad. En ella quedaron aceptados los documentos redactados por el equipo de CP. A
continuación, en una última reunión, la propuesta fue dada a conocer en el Consejo General
del Poder Judicial y la Xunta de Galicia.
A partir de este momento tanto los Juzgados señalados como el Grupo PS1 de la
Universidad de Vigo se comprometen para iniciar en octubre de 2015 el Proyecto Piloto CPP.
2. Protocolo
Los coordinadores deberán valorar la idoneidad del caso para ser objeto de la
intervención. Una vez aceptado, deberá leer y manejar toda la documentación disponible de la
familia antes de comenzar la intervención.
30
b. Sesión informativa:
Esta sesión se realiza de manera conjunta con ambos progenitores a menos que el Juez
establezca lo contrario o a juicio del coordinador si hubiera alguna causa que lo justifique
(violencia doméstica, nivel muy alto de conflicto). Supone el primer contacto entre los
coordinadores y los progenitores, donde se establece el tipo de relación que van a tener.
c. Sesiones individuales
31
los principales focos de conflicto, información sobre los hijos y su exposición al conflicto,
etc.
Además, los progenitores cumplimentarán los siguientes cuestionarios:
-Cuestionario para progenitores (Véase anexo V)
-Cuestionario para progenitores sobre derechos y deberes (Véase anexo VI)
-Cuestionario para progenitores sobre la relación con los hijos o con el otro progenitor
(Véase anexo VII)
-Cuestionario sobre el perdón (Véase anexo VIII)
-Escala de Coparentalidad (Véase anexo IX)
Al finalizar la sesión, se les entrega a los progenitores una Guía de ayuda para la “Ruptura
de Pareja no de Familia” (Fariña, Arce, Seijo, Novo y Vázquez, 2014) (Véase anexo X) que
deberá ser utilizada a lo largo de toda la intervención, donde se recogen los efectos de la
ruptura de pareja en los hijos, los derechos de los hijos y las obligaciones de los progenitores
en situación de separación y divorcio, así como los servicios disponibles para ellos.
De ser dos o más hermanos, se podrá hacer intervenciones conjuntas una vez que se
haya entrevistado a cada uno de ellos de forma individual y sea considerado oportuno por el
técnico.
d. Plan de intervención:
Para aquellas familias que lo necesiten, se cuenta con sesiones diseñadas para una
intervención individualizada. Dichas sesiones pueden ser:
32
• Sesiones educativas: Estas sesiones se realizan para dotar a los progenitores de
habilidades parentales y herramientas que nos permitan manejar la situación que
atraviesan y el conflicto. Se abordarán las necesidades que presentan sus hijos y las
consecuencias que puede provocar el mantenimiento de la situación actual. Las
sesiones educativas se ajustarán a las necesidades concretas de cada familia.
• Sesiones de gestión del caso: Estas sesiones, al contrario que las anteriores, no podrán
estar elaboradas de antemano, sino que serán planteadas en función del caso. En ellas
se trabaja el manejo del conflicto, facilitando que los progenitores lleguen a un
acuerdo en aquellas cuestiones que más dificultades planteen, estableciendo
prioridades. Para ello, los coordinadores de parentalidad recurrirán a herramientas de
mediación. No obstante, en ocasiones no será posible la consecución de acuerdos por
lo que serán los coordinadores los que deban tomar decisiones.
Si fuese necesario obtener más información se contactará con el tutor escolar de los hijos,
médicos, psicólogos u otros profesionales que hayan tratado o traten actualmente a los hijos, a
los progenitores o a otros miembros de la familia.
2.5 Registros
Teniendo en cuenta la problemática que nos ocupa y dado que el servicio, en este caso, es
intrajudicial, hemos de ser exhaustivos con los registros que se llevan a cabo con las familias.
33
En primer lugar, se debe llevar a cabo un registro de asistencia a las reuniones de CP,
indicando quién acude, la fecha, el tema a tratar y la correspondiente firma. También se debe
recoger por escrito y firmada la fecha de la siguiente sesión. Se procurará que las sesiones
interfieran lo menos posible con los compromisos laborales o escolares de los miembros de la
familia, por lo que una ausencia deberá ser debidamente justificada y comunicada
previamente con la mayor antelación posible. En el caso de que alguno de los progenitores no
acuda a las sesiones de manera reiterada se informará al Juez.
2.6 Frecuencia
34
2.7 Terminación del proceso
Una vez ha terminado el proceso, los usuarios, de manera anónima, cubrirán una
encuesta de satisfacción con el servicio (Véase anexo XI), que permitirá valorar el trabajo de
los coordinadores, la intervención y sus efectos. De la misma forma, se realizará una encuesta
de seguimiento trascurrido 3 meses y 1 año desde la finalización de la intervención, con el fin
de comprobar si se mantienen sus efectos.
35
JUZGADO
Derivación
del juzgado
Aceptación CP y
lectura/análisis de la
documentación
judicial del caso
Sesión
Informativa
No acepta Acepta
Sesiones de CP
1ª FASE
Informe de
seguimiento al
juzgado
Sesiones de CP
2ª FASE
Intermedia
Informe de
seguimiento al
juzgado
3ª FASE
Mantenimiento Informe final
Finalización de 36
la CP
REFLEXIONES
FINALES
37
A nuestro entender, y como señala Greenberg (2010), la coordinación de parentalidad
es una intervención necesaria y diferente para la resolución de conflictos. No en vano, la
investigación existente, aunque no es muy abundante, señala que este tipo de intervención
resulta beneficiosa para las familias, en especial para los menores; además, reduce
considerablemente las tasas de relitigación (Brewster, Beck, Anderson y Benjamín; 2011;
Coates, Deutsch, Starnes, Sullivan, Sydlik, 2004; Henry, Fieldstone y Bohac, 2009). Es por ello
que la CP se muestra como una herramienta importante al servicio de las familias y de la
Justicia, que debería ser promocionada y utilizada a nivel internacional.
Sin duda, este proyecto no podría efectuarse sin el compromiso de algunas personas
con la infancia, en este caso los agentes jurídicos implicados (la fiscalía de Pontevedra y en
especial, la jueza Mª del Mar Felices Esteban).
38
decisiones por ellos. De este modo les aportaremos herramientas que les serán útiles en su día
a día y que los menores involucrados agradecerán en el futuro.
39
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