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101 Hábitos Saludables Para

Mejorar Tu Vida
2 Lleva tu almuerzo hecho en casa a tu trabajo, en vez de ir
a comer afuera o en la cafetería de tu trabajo.
3 Toma una cápsula de Omega-3 por día. Tu cuerpo
necesita esos ácidos grasos saludables para un mejor
funcionamiento.
4 Escoge un día a la semana en el que no comas carne del
todo y mantenlo así siempre.
5 Toma un multi-vitamínico por día, es altamente probable
que no estés obteniendo las vitaminas y minerales que
necesitas con tu dieta actual.
6 Cambia tu pan cuadrado blanco por uno integral o de
grano entero.
8 Añade a tus platillos especias que te ayuden a acelerar tu
metabolismo. Esto te ayudará a quemar grasa y
acumularla menos.
9 Consume al menos 2 frutas (o 2 porciones de fruta) por
día.
10 Consume al menos 2 verduras (o 2 porciones de verduras)
por día.
13 Duerme 8 horas por día. Como mínimo 7 horas. Tu cuerpo
te lo está pidiendo a gritos.
14 Desayuna en casa. Siempre. No te vayas al trabajo o
escuela/universidad sin antes desayunar.
15 Come menos chocolate tradicional y más chocolate negro.
17 Añade canela a tus platos más a menudo. La canela tiene
increíbles propiedades que mejoran tu salud.
18 Deja de ver televisión o usar el computador al menos 1
hora antes de irte a dormir. 2 horas sería lo mejor.
19 Raliza 10 sentadillas apenas te despiertes. Esto activará tu
cuerpo y hará maravillas a largo plazo.
20 Tómate al menos 15 minutos 2 veces por semana para
hacer ejercicios de estiramiento. Estira cuello, brazos,
piernas, pies, manos, espalda, pecho y cintura.
21 Toma 8 vasos de agua por día. Al menos 6.
24 No comas antes de dormir. Deja al menos una hora de
tiempo. 2 sería lo óptimo.
27 Come porciones más pequeñas de comida. Verás como
mejora tu digestión.
28 Come 5 veces al día para mantener activo tu metabolismo,
6 si quieres aumentar masa muscular.
30 Baja tu consumo de bebidas gaseosas al máximo. Se
puede vivir perfectamente sin ellas.
31 Toma más te caliente. Te verde, te negro, te blanco, te de
menta o te de manzanilla son excelentes opciones.
36 Sal de paseo con tu familia (o solo) al menos una vez por
mes. Si puedes aprovechar esta oportunidad para hacer
ejercicio, mucho mejor!
37 Si quieres postre, remplaza los dulces, golosinas o
pastelería por una fruta o mezcla de ellas. Si pudieras
deshacerte de esa costumbre de tener un postre luego de
cada comida, mucho mejor.
40 Come más nueces. Las nueces son una excelente fuente
de grasa saludable (grasa que quema grasa).
41 Piérdele el miedo al huevo e inclúyelo (completo) más a
menudo en tus platos, es una excelente fuente de proteína
y grasas saludables.
49 Cambia el arroz blanco y pastas blancas por su versión
integral. La fibra que te estás perdiendo en estos
momentos podría estar haciendo maravillas por ti.
55 Come menos embutidos.
56 Cocina más a la parrilla o al horno y menos de forma frita.
58 Hazte una limpieza dental aunque sea una vez este año.
61 Date la oportunidad de conocer otro país, al menos el que
te quede más cerca y accesible. Aprende de su cultura,
sus costumbres y su gente.
62 Toma menos alcohol.
64 Baila. Aunque sea sólo(a) y cuando nadie te vea, pero
baila.
80 Haz una caminata diaria o al menos cada 2 días. 30
minutos son suficientes. Si puedes ir con alguien
excelente.
82 Habla con tu pareja, al menos 30 minutos, todos los días.
Sin televisión o internet de por medio, solo tú y el(lla).
85 Consume más alimentos quema grasa, mantendrás a tu
cuerpo en mejores condiciones.
86 Mastica cada bocado al menos 10 veces. Algunos dicen
que 20 es lo mejor.

Hábitos para tener buenas vibraciones


5. Meditación. La meditación tiene como objetivo adquirir mayor
destreza en el manejo de la mente para permanecer equilibrados. Si la
practicas diariamente, serás capaz de concéntrate mucho mejor y
tendrás más facilidad para quitarle atención a esos molestos
pensamientos negativos.
6. Un día a la semana despiértate sin despertador. Esto reduce los
niveles de estrés, pues la orden que le das al subconsciente es que no
hay prisa por hacer nada, que no hay obligaciones.
7. Visita la naturaleza una vez a la semana. Reducirás también tu
nivel de estrés. Hay estudios científicos que demuestran que esto es
así. Además, te nutrirás de energías positivas y verás todo con más
claridad.
8. Realiza una actividad que absorba toda tu atención. Así cortarás
el flujo de pensamientos negativos. Conozco mucha gente que va a
clases de baile flamenco porque dicen que, para seguir los pasos,
tienen que estar tan concentrados que no pueden pensar en otra cosa.
9. Vive en un lugar que tenga buenas energías. Ni se te ocurra
hacerlo en otro sitio pues entonces es posible que sientas que tu vida
no va bien.
10. Visita lugares que tengan buenas vibraciones. Te cargarás de
ellas y, por tanto, las llevarás contigo.
11. Relaciónate con personas que tengan una energía agradable.
Exactamente por la misma razón que el hábito anterior.
12. Celebra cualquier cosa. Hace poco un amigo me contó que se
había ido a cenar con su novia para celebrar que habían comprado un
vuelo para las vacaciones. Cada vez que tengas una buena noticia,
celébrala para explicarle a la vida que quieres más de eso.
13. Cada día haz una actividad que te guste. Cuando haces lo que te
gusta sonríes y disfrutas y, cuando eso pasa, te cargas de energía
positiva. Puede ser algo tan sencillo como llamar a un amigo para
contarle esa anécdota tan graciosa que te ha sucedido.
14. Reorganiza y limpia tus armarios. Los armarios son un reflejo de
cómo almacenamos la información en nuestra mente. Si cada cierto
tiempo sacas todo y lo vuelves a colocar, meterás aire fresco a tus
ideas. Cuando lo hagas aprovecha para tirar o regalar algunas cosas
que no te sirvan, pues en el fondo estarás sacando de tu mente
pensamientos que ya no van contigo.
15. Limpia tú mismo/a tu casa y que no lo haga otro. Que me
perdone el colectivo de las empleadas del hogar, pero cuando limpias
tu casa limpias tu alma. Si otro limpia tu alma, nunca va a quitar toda la
suciedad, pues habrá cosas que a él no le duelan. 
16. No te quejes. La queja es una energía adictiva. Cuanto más la
consumes, más quieres. Tanto es así, que, sin darnos cuenta,
tendemos a buscar situaciones en las que podamos pegarnos un buen
chute de “queja”. Cuando dejamos de consumirla conscientemente,
desaparece la tendencia a crear situaciones en las que podemos
quejarnos.
9. Dile sí a la fibra. Ésta te ayuda a combatir el estreñimiento, a
no sentirte inflamada, metabolizas mejor las grasas y te sientes
más satisfecho. De acuerdo con los nutriólogos, el consumo de
fibra al día debe ser entre los 25 y 35 gramos. La encuentran en
cereales integrales, fruta, vegetales, etc.
Cómo hacer meditación

El proceso
La meditación es un proceso muy personal. Cada uno debe de
adaptarlo a sí mismo y encontrar el método que le haga sentirse
más cómodo. Cada persona es diferente y, lo que puede valer para
uno, puede ser muy perjudicial para otro.
Necesitamos un “calentamiento previo” que nos ayudará a hacer una
transición hacia un estado relajado, independientemente cuál sea tu
método.
Mi objetivo, cada vez que hago meditación, es conseguir un estado
de calma física y mental. El estrés produce efectos perjudiciales en
mi cuerpo y en mi vida. Sobre todo, me dificulta ver con claridad la
solución a problemas. Y me oculta el lado positivo de las cosas. Desde
un estado de calma, esas dificultades desaparecen en gran medida y
empiezo a ver las cosas positivas.
Paso 1: Relajación
Este paso es una transición hacia el estado de calma mental. Su
objetivo es estabilizar nuestra Energía. Cuando nuestra Energía
está “revuelta” no nos sentimos bien. Por tanto, no podemos pensar con
claridad. Se dice, comúnmente, que estamos “desarmonizados”.
La mayor parte de nuestro tiempo lo pasamos pensando. Pensando en
cosas inútiles. Nuestra Energía mental se desordena. Pasa algo parecido
a lo que ocurre cuando estás buscando información en un montón de
papeles que están sobre una mesa durante 4 ó 5 horas. Al final, la mesa
está llena de papeles totalmente desordenados. En esa mesa no puedes
trabajar y, ni mucho menos, encontrar información. La relajación te
ayuda a poner la mesa en orden.

Lo primero que hago es decidir de antemano el tiempo mínimo


que voy a estar meditando. Si decido que voy a estar 30 minutos,
programo el temporizador de mi teléfono móvil en una cuenta atrás
para que me avise con una alarma cuando se haya consumido el
tiempo. Así, puedo relajarme, ya que elimino una distracción muy
importante: no tengo que estar pendiente del reloj.
Después me siento cómodo y asumo que voy a estar tranquilo durante
30 minutos. Algo así como lo que haces justo antes de irte a dormir:
asumes que vas a entrar en un estado de relajación. Paso muy
importante. Si no lo haces, mejor no te sientes a meditar, en serio.
El siguiente paso es dejar que mi respiración sea fluida. No trato de
alterar su ritmo. Que sea el que tenga que ser, pero que sea fluido.
Pongo mi atención en el proceso de respirar y eso me ayuda a
relajarme. Funciona bien.
Mantengo este proceso hasta que me siento 100% calmado. No lo dejo
antes nunca.
-“¿Qué haces si no consigues calmarte?”- (puedes saltarte esta parte si
a ti no te ocurre esto)
Puede ocurrir que estés tan nervioso o inquieto que no consigas
relajarte. Es posible que te ocurra las primeras veces. Será buena señal,
porque querrá decir que tu mente se está revelando ante ese frenazo al
que le estás sometiendo. Ya sabes que, cuando le cambias las reglas del
juego, se queja.
Si no puedes calmarte, tienes que concentrarte más todavía en el aire
que entra y sale por tu nariz sin alterar tu ritmo de respiración. Durante
un rato largo. Haz el esfuerzo de no pensar en otra cosa. Sólo en tu
respiración. Que tu concentración sea mayor. A mayor peso a levantar,
mayor esfuerzo. Si haces esto, tu mente va a tratar de distraerte. Es lo
más normal del mundo. A todo el mundo le pasa. Si te das cuenta de
ello, vuelve a concentrarte en tu respiración. Algo existe únicamente
cuando le prestas Atención. Si centras tu Atención sólo en tu
respiración, el resto dejará de existir. También aquello que te hace estar
inquieto. Por lo tanto, podrás calmarte.
Cuanto más inquieto estés, más Atención tienes que poner a tu
respiración y durante más tiempo. Más esfuerzo.
Una vez que estés calmado al 100%, sigue al paso 2. No avances si no
has llegado al 100% de calma.
Paso 2: Ordenar ideas
Soy muy pesado con el tema, pero es que esta etapa no puede
afrontarse si no se está 100% en calma. Sencillamente, no servirá de
nada. Su objetivo es alcanzar una calma mayor poniendo en
orden en nuestras ideas. Ya nos olvidamos de la respiración y nos
centramos en nuestras cosas.
A partir de ahora, lo más importante es la intención. Has conseguido
tener una máquina súper potente a tus órdenes y tienes que
dirigirla hacia donde más te interese. Fiera domada. Es el momento
de subirte a sus lomos y hacer que te lleve donde quieras.
En mi opinión, deberías dirigirla a poner orden, pero es sólo una
sugerencia. Donde hay desorden no hay eficiencia. Y donde no hay
eficiencia se desperdicia Energía.
Todos tenemos algo en lo que estamos pensando la mayor parte del día,
algo que nos preocupa. Focalízate en esa idea y piensa lo siguiente:
“Voy a solucionarlo. No sé muy bien cómo, pero voy a encontrar una
solución“. Cuanto más convencido lo pienses, más efecto tendrá.
Repítete el pensamiento tantas veces como sea necesario hasta
que te convenzas de ello. Cuando te hayas convencido, vuelve a
pensar en eso que te preocupa. Empezarás a ver pequeñas soluciones.
Es hora de decidir en qué momentos del día vas a aplicarlas.
Visualízate haciéndolo. Esto es muy muy importante. Visualizarse.
Parece una tontería, pero lo que estás haciendo es quitarle el miedo a
“tu cerebro” para cuando tenga que enfrentar esa situación. Como
cuando convences a un niño de que no va a pasar nada malo
“¿Qué pasa si no tengo preocupaciones? ¿Qué pasa si he encontrado
solución a todas mis preocupaciones en 2 minutos?”
Entonces eres afortunado. Aprovecha la oportunidad. Visualiza cómo
te gustaría que fuese tu día. Desde que te levantes hasta que te
acuestes. Todo. Olores, sabores, miradas, colores, sensaciones. Todo. El
día ideal. Pero siente que estás viviendo en ese momento cada una de
las cosas que visualizas, que si no no vale. Si este es tu caso, ya me
contarás que efectos tiene esto en tu día
IMPORTANTE: Cuando suene la alarma, termina la meditación
diciéndote a ti mismo: “Cedo el control a la parte más sensata de mi,
esa que soy cuando estoy calmado. Si, a lo largo del día, hay algún
momento en que pierda el norte, no pasa nada, porque mi parte más
sensata estará al mando, llevándome a actuar de la manera más
conveniente“. Es importante que lo hagas. Si no lo haces, no pasa nada.
Lo que ocurre es que no te estás dando la orden de estar calmado ante
una situación que normalmente te genera estrés.
Duración y frecuencia
Cada cual debe fijar la duración de su meditación. Hay gente que
empieza con un periodo con el que se sienten cómodos y poco a poco
van alargándolo.
Yo hago 30 minutos, como mínimo. Con menos no me relajo y no
soy capaz de poner la mente en orden. Busca tú tu mínimo de
tiempo y no bajes de ahí.
La frecuencia debe de ser como mínimo diaria. Si no lo haces todos
los días, los efectos no se notan. Ya que gastarás mucho tiempo de tu
meditación en poner orden y no podrás avanzar. Es algo así como tener
una botella agujereada y echarle agua sólo de vez en cuando. Siempre
va a acabar por quedarse vacía. Tu sabrás cada cuanto necesitas “echar
agua a la botella”.
Lo ideal es que lo hagas 2 veces al día. Una por la mañana y otra por
la tarde/noche. La meditación de la mañana te ayudará a afrontar el día
con calma y la de la noche te permitirá analizar el día. Ambas son igual
de necesarias. Puedes hacer sólo una y no pasa nada. Si haces 2, el
resultado es mejor. Pero vaya, te invito a que pruebes a hacer sólo una
al día durante una semana y, durante la semana siguiente, dos al día.
Quédate con lo que mejor te sientas.

Respiración alterna para Empezar el Día con Buen


Pie
Los yoguis ya descubrieron hace muchos años que, cada cierto tiempo (horas), la
actividad cerebral se centra en uno de los dos hemisferios. Para llegar a esta
conclusión, observaron que dependiendo del momento del día, tenemos más
facilidad para respirar por uno de los dos orificios nasales, el izquierdo o el
derecho.
En este artículo te proponemos un sencillo ejercicio de respiración alterna que te
ayudará a equilibrar la actividad de los dos hemisferios cerebrales, y con ello,
conseguirás una mayor productividad durante el día, un mejor descanso por la
noche, y un buen equilibrio entre la actividad y la serenidad para afrontar los
quehaceres diarios.

Respiración y hemisferios cerebrales


Si prestas atención, te darás cuenta de que, dependiendo del momento del día, te
resulta más fácil respirar por uno de los dos orificios de la nariz, ya que se
encuentra más despejado. Cuando respiramos más fácilmente por el orificio
izquierdo, quiere decir que en ese momento tenemos más actividad en el
hemisferio derecho del cerebro. Cuando respiramos con mayor libertad por el
derecho, quiere decir que tenemos mayor actividad en el hemisferio izquierdo.

El hecho de mantener uno de los dos orificios nasales obstruidos, puede generar
pequeños trastornos que nos impiden realizar nuestras actividades diarias de
manera óptima. Cuando es el orificio derecho el que se encuentra total o
parcialmente obstruido, se relaciona con un aumento del estrés y  confusión
mental. Mientras que cuando es el izquierdo el que dificulta el paso del aire, nos
encontraremos fatigados y faltos de energía.
El ejercicio de yoga de respiración alterna que te proponemos a continuación sirve
para equilibrar la energía y la acción óptima de los dos hemisferios del cerebro.
Puedes realizarlo por la mañana, por la noche, o en cualquier momento del día. Te
ayudará a concentrarte y a afrontar los retos diarios con mayor concentración,
optimismo y creatividad.
Ejercicio de respiración alterna

Busca un lugar de la casa tranquilo y sin ruidos. También puedes


realizarlo en un parque o en un entorno natural que favorezca la
concentración.
Colócate en la postura de loto, o en cualquier otra postura que te
permita un fácil acceso del aire a los pulmones y una colocación
estirada de la columna vertebral.
Tapona con el dedo pulgar de la mano derecha el orificio derecho de la
nariz y respira por el izquierdo contando lentamente de uno a cuatro.
Mantén taponado el orificio derecho con el dedo pulgar y tapona ahora
también el izquierdo con el dedo índice. Retén el aire mientras cuentas
de uno a cuatro lentamente.
Mantén taponado el orificio izquierdo con el índice y libera el orificio
derecho para expulsar el aire lentamente mientras cuentas de uno a
siete.
Deja la misma colocación, y ahora respira por el mismo que tenías
abierto, es decir, el derecho, y cuenta durante la inspiración de uno a
cuatro.
Tapona los dos orificios mientras retienes el aire mientras cuentas
lentamente de uno a cuatro.
Mantén taponado el orificio derecho mientras liberas el aire por el
izquierdo contando lentamente de uno a siete.
Y así sucesivamente.
A los pocos minutos entrarás en un estado de concentración total y sentirás una
serenidad que te permitirá encontrar soluciones creativas y ejecutar con eficacia
los asuntos del día.

Consideraciones para realizar el ejercicio de


respiración alterna
Si por la mañana, al despertar, percibes que respiras con el orificio
izquierdo, sentirás cansancio a lo largo del día, por lo que conviene
hacer unos ejercicios de respiración por el orificio derecho, taponando
el izquierdo, para abrir la obstrucción y favorecer la entrada de aire por
el derecho. De esta manera tu cuerpo estará más preparado para la
acción.
Si por las noches percibes que respiras mejor por el lado derecho,
conviene realizar unos ejercicios de respiración solo por el lado
izquierdo taponando el derecho, para abrir la obstrucción y favorecer
la entrada de aire por el izquierdo. De esta manera tu cuerpo estará
más preparado para el descanso.

Ejercicio de respiración
para estimular la actividad
cerebral
Deberás buscar un lugar cómodo y sentarte de forma
que tus músculos no estén tensos y te sientas
cómodo, pero para este ejercicio deberás permanecer
sentado y no acostado.
Una vez hayas encontrado tu posición inhala aire
lentamente por tu nariz y retenla unos segundos. Con
el aire retenido mueve la cabeza hacia atrás y
adelante unas tres veces, mentalizándote en cómo la
energía vital fluye en tu cerebro con tus
movimientos de cabeza.
Exhala lentamente por la boca y repite el ejercicio
durante entre cinco y quince minutos. Verás que te
sientes mucho más liberado y con mayor facilidad
para trabajar o estudiar.

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