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UNIDAD IV

DERECHO A LA INTIMIDAD
DERECHO AL HONOR
DERECHO A LA IMAGEN Y A LA VOZ
DERECHO A LA INTIMIDAD

I. TERMINOLOGIA DE INTIMIDAD

Uno de los primeros aspectos que salta a la vista a la hora de


aproximarse a la idea de intimidad es la diversidad de al terminología utilizada.
Los italianos hablan preferentemente de “riservatezza”. En Francia suele
preferirse la expresión “vie privée”. Los países anglosajones utilizan el termino
“privacy”. En Alemania se habla de “privatsphare” 1.

CONCEPTO DE INTIMIDAD

El jurista García Amigo define a la intimidad como: “La vida Privada de


cada particular es el circulo de actos y actividades personalísimas que forman
el núcleo del a vida individual y familiar”2
La intimidad, definitiva y fundamentalmente se basa se basa en la
dignidad de la persona humana.
Según el concepto que da el diccionario de la lengua, intimidad es:
“Parte personalísima, comúnmente reservada de los asuntos, designios o
afecciones de un sujeto o de una familia”, poniendo de relieve en esta
especificación que la intimidad es algo que la persona o la familia se reservan
para si, queriendo excluir a los demás con respecto al conocimiento de ese
“algo”.3
La palabra intimidad se emplea para hacer referencia al conjunto de
actos, situaciones o circunstancias que por su carácter personalísimo no se
encuentran por regla general o de ordinario, expuestos a la curiosidad y a la
divulgación. El derecho a la Intimidad protege tanto la intimidad de la persona
como la de su familia, y comprende la libertad del individuo para conducirse en
medio de determinados espacios y tiempos, libre de perturbaciones
ocasionadas por terceros, así como la facultad de defenderse de la divulgación
de hechos privados.

INICIO DE LA NOCIÓN DEL DERECHO A LA INTIMIDAD4

El derecho a la vida privada o the Rigth of privacy, como se le conoce en


el Common Law norteamericano, tiene su origen en 1890, cuando dos jóvenes
abogados de Boston, SAMUEL D. WARREN Y LOUIS BRANDEIS, escribieron
un ensayo titulado “The Rigth to Privacy”, publicado en el Harvard Law Review.
El origen de este autónomo derecho está marcado por el conflicto con el
derecho a la información.
En efecto, Samuel D. Warren, fue casado con la hija de un conocido
Senador de la República de apellido Bayard, y debido a la vida azarosa que
llevaba fue objeto de comentarios respecto a facetas que correspondían a su

1
CONSEJO GENERAL DEL PODER JUDICIAL DE ESPAÑ). Honor, Intimidad y propia Imagen.
Madrid 1993. Pág. 81
2
GARCIA, Amigo. Instituciones de Derecho civil I. Parte General. Editoriales de Derecho
Reunidas S.A. Madrid. 1979. Pág. 311
3
CREVILLEN SANCHEZ, Clemente. Derechos de la Personalidad. Madrid 1995. Pág. 75
4
VAZQUEZ RIOS, Alberto. Derecho de las Personas Tomo I. Editorial San Marcos. Lima, 1997.
Pág. 131- 132.
vida privada; esto incomodó grandemente al joven abogado, quien se asoció
con Louis Brandeis, quien posteriormente sería nombrado magistrado de la
Corte Suprema de los Estados Unidos de Norteamérica, y escribieron el
ensayo en referencia, donde desarrollaron el concepto “to be let alone”, es
decir, el derecho a la soledad, el derecho a no sufrir interferencias, ni del
Estado ni de terceras personas, en asuntos que sólo corresponden a la esfera
de su privacidad.
El origen está relacionado con el desarrollo vertiginoso de la información
y fundamentalmente con los medios de comunicación masiva, en este entonces
representado por los diarios. Los autores mencionados, rechazaron las
extralimitaciones en que incurrían dichos medios de información en el
tratamiento de ciertas noticias que no obedecían a un interés general, y que,
por el contrario, solo constituían invasión a la esfera de la privacidad.
Nace así el Rigth of Privacy, que fue desarrollado posteriormente en
base a la labor jurisprudencial de los tribunales norteamericanos, adquiriendo
dimensiones y proyecciones inusitadas, en función al progreso y desarrollo de
la sociedad norteamericana. La semilla la sembraron los jóvenes abogados,
adquiriendo este derecho, a partir de ese momento, autonomía.
Lo que motivó el artículo, fueron los ataques de que era víctima Samuel
Warren, por parte de la “prensa amarilla” a la vida social de su familia.
Conforme refiere Gonzáles Sepúlveda “Los autores dan énfasis sobre la
necesidad de una protección a la vida privada contra los excesos de la prensa
y se refieren a un número de sentencias inglesas y americanas, en las que
varios actos que implican en realidad, intromisiones en la esfera de la vida
privada, habían considerado en diversos aspectos, violación de propiedad,
abuso de confianza, etc. concluye que estas sentencias en realidad basadas,
sino explícitamente, en un principio general que era tiempo de reconocer, un
derecho que tenía la función de proteger la “personalidad inviolada.
El origen norteamericano marca el inicio universal del Right of Privacy
conocido en, América Latina y en el Perú en particular, como Derecho a la
Intimidad. Este Derecho sin embargo, fue reconocido por la Constitución
Política del Peru de 1867, aun cuando no genero ningún desarrollo doctrinario,
fue considerado nuevamente en la Constitución de 1979, posteriormente se
desarrollo en forma limitada en el Código Civil de 1984 y finalmente algunas
conductas que afectan la vida privada de las personas son tipificadas como
delitos en el Código Penal de 1991.
A diferencia de los Estados Unidos de Norteamérica, nuestra
jurisprudencia ha sido prácticamente nula en el desarrollo de este derecho, a
pesar de la profunda sensibilidad que nos caracteriza. Y, si bien es cierto que la
fuente principal de derecho norteamericano está dado por los precedentes
judiciales y por ello el gran desarrollo jurisprudencial de este derecho como en
otros, vitales para el ser humano, también es cierto (que por ser nuestra fuente
principal las normas escritas) ello no debe impedir que la jurisprudencia
desarrollo el derecho en estudio captando circunstancias particulares que nos
brindan los casos concretos.

CONCEPTO DE DERECHO A LA INTIMIDAD

Para Juan Espinoza, “el Derecho a la Intimidad es una situación jurídica


en la que se tutela el espacio individual y familiar de privacidad de la persona,
conformados por experiencias pasadas, situaciones actuales, características
físicas y psíquicas no ostensibles y, en general, todos aquellos datos que el
individuo desea que no sean conocidos por los demás, porque de serlo, sin su
conocimiento, le ocasionarían incomodidad y fastidio. 5”
El derecho a la Intimidad se proyecta en dos dimensiones: como secreto
de la vida privada y como libertad. Concebida intimidad como secreto, atentan
contra ella todas las divulgaciones ilegitimas de hechos relacionados con la
vida privada o familiar, o las investigaciones también ilegitimas de
acontecimientos propios de dicha vida. Concebida como libertad individual, la
intimidad trasciende y se realiza en el derecho de toda persona a tomar por si
sola decisiones que conciernen a la esfera de su vida privada.
El núcleo esencial del Derecho a la intimidad define un espacio
intangible, inmune a intromisiones externas, del que se deduce un derecho a
no ser forzado a escuchar o a ver lo que no se desea, así como un derecho a
no ser escuchado o visto cuando no se desea.
En un sentido positivo, por lo tanto el derecho a la Intimidad implica la
libertad de toda persona a decidir que hacer con su vida privada así como
guardar reserva sobre aquellos aspectos de la misma que no desea que sean
conocidos por los demás. Esta es precisamente la característica del arbitrio,
facultad de toda persona para adoptar en la intimidad los comportamientos o
actitudes que mejor correspondan a sus orientaciones y preferencias, y que le
permiten, entre otras cosas, ejercer en el plano de la intimidad su derecho al
libre desarrollo del a personalidad y a la libertad de conciencia.
De otra parte el derecho a Intimida significa no ser molestado y
mantener una vida privada sin interferencias de ningún particular ni del Estado.
Esto implica la inviolabilidad, es decir, la prohibición de interferir arbitrariamente
en diferentes aspectos de la vida privada, tales como el escenario intimo
(domicilio, oficina, etc.) los medios relacionales (correspondencia o cualquier
otra forma de comunicación) o la conducta personal.

TEORÍAS EN RELACIÓN AL DERECHO A LA INTIMIDAD

Y en cuanto al contenido de este concepto, son múltiples las teorías o


posiciones doctrinales que se han dado para delimitar el contenido del derecho
a la Intimidad.

Entre las varias doctrinas referentes al tema, se citan: 6

A. La Alemana de Hubmann, que reconoce tres esferas: la intimsphare


(secreto), la Privatsphare (lo Intimo) y la Individualsphare (individualidad de la
persona)
B. La Italiana de Frosinni, que distingue cuatro fases de aislamiento: soledad,
intimidad, anonimato y la reserva;

C. La Norteamericana de Jhon. Shattuck, sostiene que la privacy abarca cuatro


aspectos, a saber:

5
ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Derecho de las Personas. 4º Edición. Gaceta Jurídica. Lima
2004. Pág. 326
6
PÉREZ LUÑO, Antonio. Derechos Humanos, Estado de Derecho y Constitución. Madrid.
1984. Págs. 317-318
C.1 Libertad o seguridad frente a cualquier tipo de intromisión indebida en la
esfera privada
C.2 Garantía del respecto a las opciones personales en materia de asociación
o creencias.
C.3 Tutela de la libertad de elección sin interferencias
C.4 Posibilidad de los individuos y grupos de acceder y controlar las
informaciones que les atañen.

CONTENIDO DEL DERECHO A LA INTIMIDAD

Al tratar de afinar el concepto de “privacy” los autores han distinguido desde


antaño tres aspectos fundamentales: la autonomía, la tranquilidad y el control
de la información7.

A. Tranquilidad

Este aspecto parecía claramente delineado en una de las definiciones


más antiguas del derecho a la intimidad, la del juez Cooley, quien en 1873
sostuvo que se trata del derecho a ser dejado “solo y tranquilo” o ”a ser dejado
en paz”8.
La definición que hizo huella en la doctrina y en la jurisprudencia
norteamericanas aparecen ratificadas por el juez Brandeis, en la década del
veinte en el caso “Omstead vs. United States”, en su voto señaló que: “los
padres de nuestra constitución… nos confieren… el derecho a ser dejados en
paz, el más comprensivo de los derecho y el más valorado por los hombres
civilizados”9.
Como se aprecia tiene un sentido negativo de protección contra la
intromisión en resguardo a la soledad10.

B. Autonomía

La autonomía es el segundo de los aspectos que conforman la “privacy”.


La autonomía es la “libertad de tomar decisiones relacionadas a las áreas
fundamentales de nuestras vidas”.
Se trata de la libertad que compete a cada individuo para elegir entre las
múltiples acciones que se plantean al hombre en todas las instancias de su
existencia, elegir por si y para si sin intromisiones indeseadas que dirijan la
elección en forma directa o encubierta. La resolución número 428 de la
Asamblea Consultiva del Consejo de Europa contiene la consagración de la
autonomía en los siguientes términos: “el derecho respeto a la vida privada
consiste esencialmente en poder conducir su vida como uno pretenda, con un
mínimo de injerencias”11.

7
FERREIRA RUBIO, Delia. El derecho a la intimidad. Editorial Universidad. Buenos Aires.
1982. Pág. 41
8
FERREIRA RUBIO, Delia. El derecho a la intimidad. Editorial Universidad. Buenos Aires.
1982. Pág. 41
9
MORALES GODO, Juan. Derecho a la intimidad. Palestra Editores. Lima. 2002. Pág. 111
10
MORALES GODO, Juan. Derecho a la intimidad. Palestra Editores. Lima. 2002. Pág. 111
11
FERREIRA RUBIO, Delia. El derecho a la intimidad. Editorial Universidad. Buenos Aires.
1982. Pág. 43
La autonomía está referida, pues a la libertad del ser humano para la
toma de decisiones respecto de su vida es la fase del desarrollo humano donde
se debe optar libremente por las distintas posibilidades que le ofrece sus
circunstancias, y ello implica que debe existir la posibilidad de tomar decisiones
propias, sin interferencias directas o indirectas y tampoco sublimadas como
ocurre con la propaganda de los medios de comunicación masiva 12.

C. Control de información

Para algunos autores es la fase más importante del derecho a la vida


privada, por lo que su protección se torna indispensable 13.
La intimidad con respecto a la información se manifiesta en dos
direcciones; por un lado, la posibilidad de mantener ocultos o reservados
ciertos aspectos de la vida de una persona, y por el otro, la posibilidad que
corresponde a cada individuo de controlar el manejo y circulación de la
información que, sobre su persona ha sido confiada a un tercero 14.
“La intimidad no es simplemente una ausencia de información a cerca de
nosotros en la mente de los demás; con mayor precisión es el control que
nosotros tenemos sobre la información que nos atañe. La libertad sobre el
derecho de control sobre la información genera intrincados problemas, entre los
cuales cabe mencionar, el derecho del sujeto para revisar periódicamente la
información que contienen los respectivos registros, la posibilidad de exigir que
esos datos sean rectificados y actualizados, la limitación de su utilización para
los fines previstos, etc.”15.
En consecuencia el concepto del derecho a la vida privada deberá
comprender estos tres elementos desarrollados, de tal manera que podríamos
definirlo como aquél derecho que le permita al ser humano tener un espacio de
su existencia para el recogimiento, la soledad, la quietud, evitando las
interferencias de las autoridades o terceras personas, así como la divulgación
de hechos reservados para si, permitiendo un desarrollo libre y autónomo de su
personalidad.16

TITULARES DEL DERECHO A LA INTIMIDAD

A. PERSONAS FISICAS

A.1 Personas vivas:


El reconocimiento del derecho de todo ser humano a conservar fuera del
acceso general ciertos hechos concernientes a su esfera de la intimidad, tiene
por fundamento la necesidad esencial de la soledad y recogimiento para el
desarrollo pleno de la personalidad.
Si bien en materia de titularidad es irrelevante la capacidad jurídica de la
persona. Cuando se trate de autorizar ciertos actos de intromisión en la esfera
de la intimidad habrá que aplicar reglas diversas ya se trate de personas
capaces o incapaces.

12
MORALES GODO, Juan. Derecho a la intimidad. Palestra Editores. Lima. 2002. Pág. 113
13
MORALES GODO, Juan. Derecho a la intimidad. Palestra Editores. Lima. 2002. Pág. 113
14
MORALES GODO, Juan. Derecho a la intimidad. Palestra Editores. Lima. 2002. Pág. 44
15
MORALES GODO, Juan. Derecho a la intimidad. Palestra Editores. Lima. 2002. Pág. 44
16
MORALES GODO, Juan. Derecho a la intimidad. Palestra Editores. Lima. 2002. Pág. 114
Personas capaces: para pretender disponer de su derecho dentro de
los márgenes legales, bastará su sólo consentimiento expreso o tácito.
Personas incapaces: se distingue entre incapaz con o sin
discernimiento. Si no tiene discernimiento bastará el consentimiento otorgado
por su representante legal. Cuando el incapaz tuviera discernimiento será
menester obtener el consentimiento y aprobación del representante y del
incapaz representado. La regla no hace más que reflejar algo naturalmente
justo. Por ejemplo, el caso de un sordomudo o menores que tienen
discernimiento. La jurisprudencia francesa también adopta esta formula.
En cuanto a los casos de incapaces sin discernimiento y siempre en aras
de lograr una mayor y mejor protección a la intimidad, se dispone que al
consentimiento del representante legal deberá agregarse la autorización
judicial.

A.2 Personas fallecidas:


La protección de la intimidad de la personas después de su muerte ha
dado lugar a soluciones contradictorias.
La jurisprudencia norteamericana niega el tutelaje de la intimidad a las
personas fallecidas puesto que el derecho desaparece con la muerte del sujeto.
En cambio la tendencia en Europa se inclina por lo contrario en que la
vida privada de las personas muertas es protegida al igual que aquellas de las
personas vivas, con la reserva de que los derechos de la historia son mayores
y aumentan a medida que transcurre el tiempo.
Las normas en materia de protección del secreto de la correspondencia
y de tutela del derecho a la imagen recogen también la salvaguarda de la
persona fallecida. Así por ejemplo, la ley 11.723 en sus artículos 31 y 32 del
código argentino dispone que los límites para difundir la imagen o la
correspondencia de una persona no desaparezcan con su muerte.

B. PERSONAS JURÍDICAS

En el tema de si los entes ideales pueden convertirse en titulares del


derecho a la intimidad, no existen criterios uniformes, es así que un sector de la
doctrina mayoritaria en tanto en el orden nacional como en el derecho
comparado afirma que la personas jurídicas no tienen derecho a al intimidad,
sustentando que estos entes no pueden sufrir daños morales que son los que
surgen de la violación de la vida privada. La naturaleza intrínseca del derecho a
al intimidad descalifica a las personas ideales para ser titulares del mismo.
Un sector minoritario de juristas, entre los cuales se encuentra Ferreira
Rubio 17sostiene que las personas jurídicas están tuteladas en cu vida privada
entendiéndose ésta de una manera distinta a la del ser humano. Sostiene que
si las personas jurídicas tienen derecho a un nombre, domicilio, honor, por las
mismas razones pueden tener derecho a la vida privada.
La tesis contraria sostiene que las personas jurídicas son centros de
imputación de derechos y deberes, son centros de referencia normativa, son
creación de la ley y los derechos de la personalidad sólo corresponden a los
seres humanos. MORALES GODO 18 sostiene que una persona jurídica no

17
FERREIRA RUBIO, Delia. El derecho a la intimidad. Editorial Universidad. Buenos Aires.
1982. Págs. 156 - 157
18
MORALES GODO, Juan. Derecho a la intimidad. Palestra Editores. Lima. 2002. Pág. 214
puede convertirse en titular del derecho a la vida privada, por ser un derecho
únicamente del ser humano y que, por tanto, la trasgresión de este derecho es
un atentado contra la moral de la persona, lo que no ocurre con la persona
jurídica. Ello no quiere decir que se niegue las garantías a las personas
jurídicas, pero ello corresponde a otros criterios y a diferente normatividad.

C. EL CASO PARTICULAR DE LOS PERSONAJES

En el caso de los personajes se produce una disminución del umbral de


intimidad protegido. Hay intereses superiores que autorizan penetrar en el
ámbito de intimidad. Esos márgenes serán los que determine el interés general
por la información.
Se debe distinguir dos tipos de personajes 19 aquellas que alcanzan
notoriedad cuyo pensamiento y acción tiene trascendencia decisiva en la vida
de la comunidad general. Por otro lado se tiene a aquellos sujetos que tiene
popularidad pero cuya conducta no produce efectos significativos en el destino
común de la colectividad.
En la primera clasificación, el personaje tendrá en sus manos el destino
de la comunidad, tal es el caso de los hombres de estado, a los políticos. Por
ejemplo, la salud de una persona integra su vida privada y por lo tanto, está
protegida por el derecho de reserva; si se trata de una persona que tiene en
sus manos la conducción de un país o bien de alguien que aspira a asumir
esas responsabilidades se está justificada la intromisión general en los
aspectos que atañen a la salud del personaje. El fundamento que mistifica la
toma de conocimiento y difusión de ciertos aspectos de la intimidad del
personaje, es el interés general, la trascendencia en el destino común.
En cuanto al interés que media en la segunda clasificación está basado
en la mera curiosidad o en el afecto que el personaje inspira, como es el caso
de los deportistas artistas, científicos, etc.
La intromisión en ciertos aspectos de la intimidad de los personajes
como los deportistas, artistas, encuentra su fundamento ya en la exposición
voluntaria del personaje de dichos requerimientos ya en la búsqueda de
popularidad.

VIOLACIÓN DEL DERECHO A LA INTIMIDAD

Son clásicos los cuatro supuestos que se contemplan como atentatorios


del derecho a la intimidad, y que son resumidos por O´Callaghan 20 del siguiente
modo:

1. La intrusión o intromisión en la soledad física que cada persona se ha


reservado, supuesto que tiene un aspecto material, físico, no ya en el resultado
que se obtiene, sino en la forma con que se obtiene. Significa la intromisión en
el hogar del sujeto o en sus pertenencias y, por extensión la instalación de
micrófonos para la grabación de conversaciones privadas, la intervención de
conversaciones telefónicas, fotografía o filiación de interioridades del hogar. La

19
FERREIRA RUBIO, Delia. El derecho a la intimidad. Editorial Universidad. Buenos Aires.
1982. Pág.158
20
O´CALLAGHAN. Libertad de Expresión y sus limites: honor, intimidad e imagen. Madrid 1991.
Pág. 88
intrusión consiste en definitiva en la conducta ofensiva y molesta para una
persona razonable, el acoso irrazonable en el círculo intimo de una persona.

2. La divulgación publica de hechos privados, que es la más típica expresión de


la violación, ataque o intromisión en el derecho a la intimidad. Se explican al
público – es decir, se divulgan- hechos que pertenecen al círculo íntimo de la
persona. Aquí se incluye lo que se ha venido a llamar el “derecho al olvido”:
Unos hechos, verdaderos, que por el paso del tiempo o el cambio de
residencia, ya habían dejado de ser conocidos; su divulgación atenta al
derecho a la intimidad.

3. La presentación al público de circunstancias personales bajo una falsa luz o


apariencia, conocido en el Derecho norteamericano con la expresión “false ligth
in public eye”. Es el caso de divulgar hechos relativos a una persona con una
apariencia deformada totalmente falsa.

4. Apropiación, en beneficio propio, del nombre o imagen de otra persona. En


algunos ordenamientos esto seria una intromisión en el Derecho a la propia
imagen y no a la Intimidad.

CONSECUENCIAS DEL ATAQUE A LA INTIMIDAD.

1. Daño Moral

El ataque a la intimidad generara daños morales, entendiéndose por


tales a la consecuencia del ataque de los derechos extrapatrimoniales. Se
caracteriza por los sufrimientos espirituales que provoca un determinado hecho
en la persona el mismo por la naturaleza del perjuicio ocasionado.
Cabe señalar que los daños que se provocan al atacar el derecho a la
intimidad en su mayoría son morales. Y decimos que no se trata de la totalidad
ya que no podemos hablar de daño moral con respecto a la persona jurídica.
Lo que no significa como ciertos doctrinarios han mencionado que los entes
ideales carezcan de derecho a la vida privada y no tengan derecho a su debida
protección.
Es más preciso señalar el daño moral como los sufrimientos espirituales
que provoca un determinado hecho en la persona. La existencia del daño moral
se mide en este caso por la naturaleza de los perjuicios sufridos; si los
perjuicios alteran el patrimonio de la persona, estaremos frente a un daño
patrimonial; si, en cambio, los perjuicios no afectan la situación económica sino
que atañen a la inquietud espiritual del sujeto, el daño será de tipo moral. De
esta manera dejamos esclarecido que es lo que entenderemos por daño moral.

2. Daño patrimonial.

A diferencia que con el daño moral, con respecto al daño patrimonial no


hay uniformidad en admitir la posibilidad de la generación de daños
patrimoniales, resultantes de un ataque a la intimidad, por cuanto el daño tiene
carácter extrapatrimonial. Ante esta discusión Ferreira Rubio menciona lo
siguiente21: el daño tiene carácter extramatrimonial…son lesiones que
naturalmente producen agravio moral, el cual encuentra aquí la verdadera
expansión y fuente. Cuesta imaginar la consecuencia patrimonial a un ataque a
la vida íntima.
Pero no es tan cierto, porque no resulta tan difícil imaginar una posible
repercusión económicamente perjudicial que tenga como antecedente un
atentado a la intimidad. Supongamos esta hipótesis: una persona cometió un
delito hace ya mucho tiempo; luego de purgar su condena, se traslada a otra
provincia o bien a otro país para iniciar una nueva vida. Entra a trabajar en una
empresa; luego de un tiempo alguien informa a la empresa, de las
circunstancias del pasado del sujeto, lo que determina el despido del
empleado. En este caso podemos apreciar que además del sufrimiento
espiritual que genera el atentado a la intimidad, se producen también
consecuencias de orden patrimonial.

LIMITES ENTRE LA VIDA PRIVADA Y EL DERECHO A LA INTIMIDAD

Se reconoce que toda persona tiene asuntos o negocios, designios o


afecciones de él o su familia, que prefiere mantener como una esfera secreta, o
al menos reservada de su vida, de la que tenga poder de alegar a los demás.
Se mencionan en éste ámbito aquellos datos, hechos o situaciones
desconocidas para la comunidad, que son verídicos y que están reservados al
conocimiento del sujeto mismo, o de un grupo reducido de personas, cuya
divulgación o conocimiento por otros trae aparejado algún daño.
Hoy podemos decir que el derecho a la intimidad es la respuesta jurídica
al interés de cada persona de lograr un ámbito en el cual pueda desarrollar, sin
intrusión, curiosidad, fisgoneo ni ingerencia de los demás, aquello que
constituye su vida privada, es decir la exigencia existencial de vivir libre de un
debido control, vigilancia o espionaje.
La vida privada es una parte esencial de la persona, que sin resultar
secreta ni de carácter íntimo merece el mayor de los respetos para garantizar
el normal desarrollo de las libertades.
La doctrina suele distinguir entre vida privada, haciendo referencia a una
esfera de aislamiento y retiro donde los demás dejan en paz al sujeto, en
intimidad; e intimidad, por lo cual el sujeto tiene un mundo propio, fuera de los
ojos de los demás.22 Mientras el Derecho a la Intimidad tutela zona espiritual,
reservada de la persona que permanece en su interior, referida a la conciencia
en si mismo como ser humano libre en su ámbito estrictamente personal , de
amistad o familiar en que el sujeto decide desarrollar su existir, preservando
esa esfera de su existencia del conocimiento general.
El limite entre Intimidad y Privacidad es difuso y no se podrá hallar un
derecho preciso que alimente la fuente de protección respectiva; en definitiva
todo conduce a sostener que la limitación que se persigue pretende como
mínimo, que nadie se entrometa en la vida de otro sin tener consentimiento
para ello, y que el individuo mantenga la libertad de resolver, en todo tiempo y
espacio.

21
FERREIRA RUBIO, Delia. El derecho a la Intimidad: Análisis del art. 1071 del Código Civil a
la luz de la doctrina, la legislación comparada y la jurisprudencia. Buenos Aires. 1982. Pág.
165.
22
GOZAINI, Osvaldo Alfredo. Habeas Data. Buenos Aires. Pág. 59
La distinción entre privacidad e intimidad es mas aparente que real, para
ellos se vale de algunos ejemplos: una reunión es intima o privada cuando
asisten a ellas algunas pocas personas elegidas. La correspondencia que
intercambian dos individuos es intimo y privado entre ellos y no debe ser
conocida y no divulgada por otros. La relación carnal entre dos personas es
intima y privada entre ellos y no puede ser objeto de interferencia alguna. En
todo caso, y con ánimo de formular alguna diferencia, podría decirse que íntimo
es más privado aun que lo privado. El fuero íntimo de una persona es lo que
solo le pertenece a ella y esta exento de cualquier objetivación forzosa.
Desde este punto de vista afirma el prestigioso publicista argentino
Bianchi23, el pensamiento es intimo mientras no sea objeto de exteriorización y
se trasforma en privado cuando es divulgado en un pequeño o limitado circulo.

24
EL HÁBEAS DATA

Es la garantía constitucional que protege la libertad de las personas,


cuando ésta se vea amenazada o vulnerada, como consecuencia de los datos
recogidos, almacenados, sistematizados o trasmitidos por medios automáticos
o no, públicos o privados.
Así como el Hábeas Corpus protege la libertad física de la persona, el
Habeas Data protege la libertad de la persona cuando existan datos que lo
perjudiquen, en algún banco de datos o archivo.
La concepción del hábeas data radica en el reconocimiento de que es la
persona la que debe gobernar los datos que se recolecten respecto de ella, ya
que los mismos constituyen una proyección de su personalidad. Es la garantía
procesal constitucional que tiene todo sujeto de derecho para conocer los datos
o registros respecto de él que obren en bancos de datos, computarizados o no,
públicos o privados y con posibilidades de difusión. Este es el primer objetivo
histórico del hábeas data.
Un segundo objetivo es la posibilidad de que la persona pueda actualizar
los datos que figuran en los bancos o registros. Por ejemplo, si figura como
procesado por algún delito o comprendido en un proceso de carácter
administrativo, cuando ya fue absuelto penalmente o administrativamente, en
estos casos la persona tiene derecho a actualizar los datos a fin de que se
tenga una información completa y no parcial que lo perjudica.
Un tercer objetivo es la rectificación de datos incorrectos, falsos o
inexactos, que obren en un banco registro de datos, público o privado. Sería el
caso de la persona que figura como que ha sido condenada a una pena
determinada por un delito del cual fue acusado, sin embargo, es un dato falso
por que había sido absuelto por sentencia ejecutoriada.

23
BIANCHI, Alberto. Habeas Data y Derecho a la Privacidad. Buenos Aires. Pág. 161
24
MORALES GODO, Juan. Derecho a la Vida Privada y el Conflicto con el Desarrollo de la
Informática. 1º Edición. Editorial Grijley. Lima. 1995. Pág. 241
ANÁLISIS DE LA LEGISLACIÓN NACIONAL E INTERNACIONAL

I. EL DERECHO A LA INTIMIDAD EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO


PERUANO

El derecho a la intimidad reconocido constitucionalmente por el Perú ha


establecido la proyección de suministrar información que afecte la intimidad
personal y familiar por parte de los servicios informáticos, es decir plasma la
inquietud del legislador respecto a los avances tecnológicos de los sistemas
informáticos y su potencial mal uso, contrario al derecho a la intimidad.
Nuestra constitución política del Perú de 1993 en su articulo 2 inciso 6
establece: -“que toda persona atiene derecho: a que los servicios informáticos,
computarizados o no, públicos o privados, no suministren información que
afecte la intimidad personal y familiar”.
El código civil peruano consagra el derecho a la intimidad personal y
familiar en su numero 14 y art. 16 “considera como objeto de protección jurídica
tanto un aspecto especifico vinculado al derecho a la intimidad, como aquel
otro al cual la persona otorga carácter secreto o confidencial”. 25 Presentándose
lo siguientes situaciones:
1º Si la persona esta viva, basta su asentimiento para que se ponga de
manifiesto su intimidad personal y familiar.
2° Si la persona esta muerta, dicho asentimiento corresponderá a su cónyuge,
descendientes, ascendientes o hermanos, se excluyen del más próximo al más
lejano y en su orden.
En el caso de la correspondencia personal, entendida en su mas amplia
concepción, vale decir, correspondencia epistolar y comunicaciones de
cualquier genero; además de las grabaciones de voz; cuando tengan carácter
confidencial o interno se sujetar a lo siguiente:
1º Si el autor, y en su caso el destinatario están vivos, basta su asentimiento
para que estos puedan ser interceptados o divulgados.
2º En caso de muerte, dichos derechos corresponde a sus familiares y a falta
de estos, al juez.
3º La publicación de las memorias requiere del asentamiento de su autor.
a) Si éste ha muerto y no ha prohibido su publicación, el asentimiento
corresponde a sus familiares, y a falta de ella se recurre al juez.
b) Si éste ha muerto y ha prohibido su publicación, esta prohibición sólo tendrá
efecto durante 50 años a partir de la muerte del autor.
Vemos, pues que en el número 16 del código civil; se bien se presentan
los casos en los cuales el sujeto de derecho debe manifestar del asentimiento
para la divulgación de documentos que inciden en su derecho a la intimidad,
no se han contemplado los casos en los cuales no es necesario tal
asentimiento. Pienso, junto a Fernández Sessarego que se debe agregar el
articulo siguiente párrafo.
“No será preciso el asentimiento a que se hace referencia en estos casos,
cuando la divulgación de documentos o comunicaciones obedezca afines
judiciales o en defensa de la honra persona o familiar siempre que medie

25
ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Derecho de los Personas. 4º Edición. Gaceta Jurídica. Lima
2004. Págs. 346 - 347
mandato motivado del juez y se adopten las medidas que garanticen el secreto
de los asuntos ajenos al hecho que originan la exhibición”.

II. EL DERECHO A LA INTIMIDAD EN LOS TRATADOS


INTERNACIONALES

DUDH (1948). DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS


HUMANOS
Articulo12.- Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida
privada, su domicilio o su correspondencia, que dañe su honra o su reputación.
Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o
ataques.

PIDCP (1966) PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y


POLÍITICOS
ARTICULO17.- Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida
privada, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o
su reputación.

CADH (1969) CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS


ARTICULO11.-
Toda persona tiene derecho al respeto de su honor y al reconocimiento
de su dignidad.
Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su
domicilio o su correspondencia, que dañe su honra o su reputación.
EL DERECHO AL HONOR

I. CONCEPTO

El honor se presenta como la cristalización personalísima de la


dignidad26, sin necesidad de aplicarse a un ámbito determinado de actividades.
Se compone tanto de la autoestima de la persona, como del derecho que ésta
tiene a que los demás la consideren igual y merecedora de la misma estima
que cada uno tiene para sí.

II. CLASES

Sabemos que se acostumbra distinguir dos clases de honor: El subjetivo y el


objetivo.
 El honor subjetivo consiste en el aprecio o estimación que el ser humano
tiene por sí y de sí mismo.
 El honor objetivo es el interés que toda persona tiene por su prestigio y
buen concepto ante los demás.

III. RELACIÓN CON EL DERECHO A LA INTIMIDAD

Ambos derechos, honor e intimidad, son próximos, pero no coincidentes.


Como dice Berdugo, el honor está en contacto directo con la participación del
individuo en la comunidad, al paso que en la intimidad lo que se pretende, por
el contrario es garantizar un ámbito de no intervención activa en la vida social,
bien a través de asegurar la falta de información, bien mediante el control sobre
dicha información.
Sin embargo, sabemos que entre el honor y la intimidad pueden
producirse frecuentes cruces y conexiones. Novoa Monreal 27 hace una
caracterización precisa de las diferencias que se pueden observar entre el
honor y la intimidad y la hace partiendo de los atentados que a ambos
derechos pueden producirse. Así, el atentado en contra de la vida privada no
exige ni supone que quien lo ejecuta formule un juicio adverso o se proponga
un rebajamiento moral de su víctima, ya que es suficiente con que, en virtud de
injerencia indebida, tome conocimiento de aspectos reservados de la vida de
una persona, pudiendo omitir todo gesto o expresión de agravio, porque hasta
podría darse el caso de que el atacante de la intimidad aprobara las
manifestaciones de la vida privada que ha llegado a conocer, sin que con ello
quedará excluida la violación de la misma que ha cometido.
Por el contrario, el atentado en contra del honor no exige ni supone que
la expresión, gesto o imputación que se formulan y que lesionan el honor
subjetivo o el objetivo, correspondan a una información reservada que el sujeto
activo haya logrado sobre su víctima mediante injerencia en su intimidad,
porque, perfectamente, pueden concebirse atentados en contra del honor en
los que se emplean datos que el sujeto activo conoció legítimamente o en los

26
ROMERO COLOMA, Aurelia. Los derechos al honor y a la intimidad frente a la libertad de
expresión e información problemática procesal. SERLIPOST. Barcelona. 1991. Pág. 63.
27
NOVOA MONREAL, Eduardo. Derecho a la Vida Privada y Libertad de Información; un
Conflicto de Derechos. Siglo XXI. México. 1979. Págs. 15 y sgtes.
que se formulan imputaciones que son conocidas desde antes por algunas o
por muchas personas. Para esta clase de atentados, basta el agravio
intencionado a la estimación propia o ajena de la víctima, sin que sea necesario
que el hecho que se emplea para agraviar pertenezca a la vida privada. Se
puede expresar la diferencia sintéticamente, diciendo que lo esencial en la
intimidad es lo que no incumbe a otras personas, a los terceros, mientras que
en el honor lo fundamental es el no verse menospreciado o rebajado ante la
opinión pública y ante uno mismo.
Ambos atentados tienen en común, desde luego, el producir una
inquietud moral, una perturbación, un desasosiego interior, una pérdida del
equilibrio psíquico, que sería reconducible incluso a poder hablar de un
perjuicio en la integridad moral del sujeto lesionado.

IV. NATURALEZA

Los autores que se inclinan por la concepción objetiva 28 del honor tenían
que negar la protección jurídica cuando el sujeto carecía de reputación social
por no haber estimación pública de los valores de la persona o, cuando
habiéndola, el ataque al honor se hacía en privado. Estos resultados son
inconstitucionales porque atentan contra la dignidad de la persona como
fundamento del orden político y de la paz social.
El honor subjetivo29 se concretaría en protegerse de la deshonra. Esta
postura intermedia, que esboza un intento conciliador de ambos tipos de honor,
parece que no satisface totalmente, ya que, en ocasiones, el honor objetivo y el
subjetivo no coinciden. Con un ejemplo puede fácilmente advertirse esto: Una
prostituta, desacreditada ante la sociedad, o un ladrón pueden, sin embargo,
tener una alta representación de su valía personal y hasta de su prestigio,
mientras que un sujeto públicamente estimado puede sentirse lleno de
autodesprecio personal.
De ahí que se imponga la consideración del honor como el derecho a ser
respetado, a exigir de los demás ese respeto, por ser el mismo inherente a la
misma naturaleza humana, al margen de todo tipo de consideraciones que
pudieran despojar a la persona de ese respeto.
El fundamento del honor, así visto, no reside ya en los méritos o deméritos que
la persona, con su actitud, con su vida, haya contraído ante la sociedad
eventualmente llamada a juzgarla. Ahora el fundamento va a ser la propia
naturaleza humana que reclama para si un respeto, una consideración, frutos
de la divinidad intrínseca del ser humano.

28
LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo. Temas de derecho civil. Universidad de Lima. Lima.
1991. Págs. 25 y sgtes.
29
LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo. Temas de derecho civil. Universidad de Lima. Lima.
1991. Págs. 25 y sgtes.
EL DERECHO A LA IMAGEN Y A LA VOZ

EL DERECHO A LA IMAGEN

I. CONCEPTO

La reproducción, generalmente fotográfica de una persona, se ha ido


expandiendo cada vez más. Esto es un hecho indiscutible. La verdadera
configuración jurídica sobre el poder estrictamente individual para disponer de
la reproducción plástica de la propia fisonomía puede afirmarse, como hace
Gitrama, que no surge hasta que en 1839 es inventada la fotografía. Si de
manera incontestable es admisible un derecho individual y autónomo de
disposición sobre el propio cuerpo, del mismo deriva el derecho a disponer del
reflejo del cuerpo.
Hoy día, el empleo de la fotografía instantánea lleva a que cualquier
persona que se muestre en público pueda ver registrada su imagen en
fotografías y filmes cinematográficos y que esa imagen pueda ser captada sin
dificultades apreciables incluso cuando ella se encuentre en su hogar u otro
recinto cerrado o en un lugar aparentemente aislado.
Por eso, existe la posibilidad de obtener y fijar la imagen de las
personas, tanto en lugares públicos como privados, sin necesidad de que ellas
acepten ser retratadas. Igualmente, pueden obtenerse imágenes de personas
sorprendidas en actitudes que éstas no hubieran deseado que quedaran
registradas. En este caso, es claro que hay dos bienes lesionados: La imagen,
en cuanto reproducción física de una persona, de su fisonomía, de sus rasgos
somáticos, de su individualidad, y, de otro lado, su intimidad, en cuanto dicha
captación fotográfica haya sido realizada dentro de su ámbito privado, al
resguardo, teóricamente, de intromisiones ajenas.

II. NATURALEZA

La mayor parte de las legislaciones se inclina a proteger este derecho


como perteneciente al honor 30. Casi siempre, la caricatura es la parodia o la
sátira de la imagen, del retrato de una persona. En la medida en que tal
persona sea reconocible bajo los trazos bufonescos del dibujante caricaturista,
puede haber lugar a que dicha persona invoque en su apoyo a la Justicia.
Cuando la persona representada ha posado ante un artista o ante las
cámaras, habiendo otorgado su consentimiento, bien expreso o implícito, por
no demostrar o declarar lo contrario, no puede más tarde protestar porque esto
se realice.
De Cupis decía que puede darse el caso de que la persona consienta en
la reproducción de su imagen, pero no en su exhibición, o bien que consienta
ambas cosas, pero que se lleven a cabo en un lugar distinto al autorizado por el
interesado. Así, la persona que por amistad y sentido estético consiste en posar
desnuda para un artista, pero no autoriza a éste para la exhibición de salones
de arte, o bien si autoriza la exposición en éstos, pero se hace en locales de
mala reputación, en cuyo caso se agrava la ofensa con la del derecho al honor.

30
MORALES GODO, Juan. Derecho a la intimidad: estudio comparado con el Right of Privacy
del Derecho Norteamericano.1º Edición. Palestra Editores. Lima. 2002. Págs. 25 y sgtes.
Es necesario el consentimiento del representado para la exhibición,
aunque será lícita la toma de la imagen cuando se haga con ocasión de un acto
público. En la doctrina italiana, Pugliese 31se declara en contra de la teoría del
derecho a la imagen como derivado de la protección de la intimidad. En
España, Iglesias Cubria32 se ha pronunciado en igual sentido.
Para el sector que piensa que el derecho a la imagen es una
manifestación concreta del derecho a la intimidad, hemos de decir que en
ciertos casos la propia imagen puede tener un valor patrimonial distinto de la
intimidad. Tomemos, por ejemplo, el caso de las personas célebres, como los
escritores, artistas o cantantes.
Entendemos que se trata de un derecho derivado de la esfera de la
intimidad, aunque diferente, por lo cual la difusión de la imagen sin
consentimiento de la persona retratada (o filmada) es violación de un derecho
de la personalidad, aunque, por sí misma, no constituya violación del honor o
de la intimidad.
No existe un derecho a la imagen fuera de la esfera de los derechos de
la personalidad, por lo que se ha negado la posibilidad de un derecho a la
imagen de las propias cosas. Para que la imagen quede lesionada no basta
con hacer un retrato, porque es necesario usarlo como instrumento de público
conocimiento.
En razón a los derechos al honor y a la intimidad personal, cualquier
persona está protegida contra la obtención o uso de su imagen de forma que
resulte ofensivo o implique publicidad de aspectos íntimos de su vida y tiene
derecho a impedirlo.
Según María Vicente Oliveros Lapuerta33, la imagen de una persona
constituye una realidad autónoma y susceptible, por sí misma, de protección
jurídica, guardando estrechas relaciones con los derechos al honor y a la
intimidad.
Así, el honor puede ser violado mediante la imagen personal del
ofendido y, de igual forma, su intimidad, se produce sin el consentimiento de la
víctima. Un sector de la doctrina se decanta por considerar la imagen como una
manifestación del derecho a la intimidad privada.
En este sentido, por medio de la imagen, reproducción de su aspecto
físico, la persona se hace presente de una manera más evidente ante los
demás, ya que por el conjunto de sus cualidades somáticas exterioriza su
personalidad. Por este motivo, el Derecho también protege la imagen de una
persona, trasunto de su configuración, no permitiendo una arbitraria
reproducción o exposición de la misma por parte de terceros, ya que de
permitirse, supondría ello no solo posibles lesiones de la identidad sino la
concesión indiscriminada a otros de la facultad de contrariar a la persona en su
deseo de recato ante la sociedad.
Pensamos que hay que distribuir dos facetas perfectamente delimitadas:
Una de ellas es la relativa a que la exteriorización somática de una persona
halla sido captada en momentos de su vida íntima, los cuales no deben salir a
la luz publica sin el consentimiento del titular. Este aspecto delimita el derecho
de la imagen como una manifestación concreta del derecho de la intimidad.
31
ROMERO COLOMA, Aurelia. Los derechos al honor y a la intimidad frente a la libertad de
epresion e información problemática procesal. SERLIPOST. Barcelona. 1991. Págs. 50 y sgtes.
32
IGLESIAS CUBRIA, Miguel. El Derecho a la Intimidad. Universidad de Oviedo. Oviedo. 1970
Pág. 31
33
PIERINI; Alicia. Habeas Data. Editorial Universidad. Buenos Aires. 2002. Págs. 45 y sgtes.
Pero, aparte de esto, puede darse la otra faceta, consiste en que dicha
reproducción no daña en ningún sentido el pudor, el recato, o, más
ampliamente, la reserva de la vida privada de la víctima, por constituir una
manifestación externa no entroncada o conectada con ningún aspecto de la
intimidad del individuo.
En este último aspecto cuando podemos hablar de un derecho a la
imagen autónomo, no ligado ni a la intimidad ni al honor, no confundido con
estos o con uno de ellos, si no independientemente ligados solo al deseo de
que la reproducción de una persona no sea objeto de público conocimiento. Se
podría objetar que este supuesto es indispensable. Pendiente solo del capricho
de los individuos cuya imagen se haya captado. A ello hay que responder que
el derecho a la propia imagen se da ante la posibilidad de una inconsentida
publicidad o difusión de la fotografía de una persona, titular de aquel derecho,
por los miembros de la sociedad, aunque, naturalmente, la tutela del derecho a
la imagen no puede depender de capricho de su titular, sino que debería
quedarse sometida a la existencia de una lesión que afecte a un legítimo
interés moral o patrimonial, ya del titular, ya de sus parientes o allegados.

EL DERECHO A LA VOZ

I. CONCEPTO

El derecho a la voz personal puede ser asimilado, con las lógicas diferencias, a
lo expuesto acerca del derecho a la imagen. Los actuales medios de grabación
de la palabra hablada permite, fácilmente, que esta pueda quedar registrada,
ser reproducida a voluntad y ser difundida.
La voz humana esta dirigida normalmente a uno o pocos interlocutores, Razón
por la cual podría reclamar derecho sobre ella, aun cuando se exteriorice en
lugares públicos, no solo en forma negativa sino también positiva. Este tema
adquiere mayor importancia en la actualidad en que el desarrollo técnico de
aparatos de captación de sonidos permite gravar, con fidelidad y desde
distancias apreciables. No se esta aludiendo aquí a las conversaciones que
tienen lugar en lugares privados, en razón de que ellas deben ser tenidas
como manifestaciones de la intimidad de quienes participan de las mismas y al
recogerlas por medios clandestinos, se incurre, indudablemente, en un
atentado contra la vida privada, que absorberá jurídicamente una violación del
derecho a la voz.
RESPONSABILIDAD DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN RELACIÓN
AL DERECHO A LA INTIMIDAD, HONOR, IMAGEN Y VOZ

I. RESPONSABILIDAD

Los medios de comunicación, tanto radial, escrito o televisivo, ejercen


una gran influencia en la población pudiendo producir daños psíquicos,
excitaciones masivas, pánico colectivo, etc.; por las informaciones o los
mensajes que emite. Pero es evidente que aquí la prensa juega un papel
fundamental debido a que ésta causa un mayor impacto en la opinión pública
que cualquier imagen o audio.
Pero como dice Romero Coloma, “la misma actividad informativa implica
la existencia de controles que reducen la libertad de prensa, pues esta no
puede ser considerada una libertad incondicionada.” 34
Por eso al producir daños psíquicos u otros tipos de daño en el receptor
de los medios de comunicación se convierten en responsables, dado que su
conducta esta tipificada, por más que se pondere la libertad de transmitir dichos
mensajes, pues la libertad de expresión e información no son un derechos
absolutos sino derechos relativos, como la mayoría de los derechos.
Por lo establecido en la ley general de telecomunicaciones en su artículo
27 Los medios de comunicación son defensores de los valores humanos y
sociales, así tienen que preponderar a la educación y cultura de los
destinatarios de los mensajes.

II. RESPONSABILIDAD CIVIL

La responsabilidad en que podría incurrir un comunicador social puede


ser tanto civil como penal.
Por ejemplo cuando un periodista publica en un medio de comunicación
una información sobre la vida intima de un comerciante desmereciendo su
honor y reputación, lo que a su vez ocasiona que su clientela disminuya; o en el
caso de un artista, cancelándose sus contratos. Esto produce en el
comunicador social una responsabilidad civil por el daño causado.
Acá cabe hacer una breve explicación de la responsabilidad civil, para
comprender donde se encuentra la responsabilidad del comunicador social.
La responsabilidad civil puede ser contractual o extracontractual, la
primera se refiere a la responsabilidad surgida por la trasgresión de un deber
de conducta producido por un contrato, existiendo aquí ya una relación previa
entre el que resulta dañado y el causante del daño mientras que la segunda se
refiere a la responsabilidad producida por ocasionar daño a una persona sin
que exista una relación previa entre el que causa el daño y el que resulta
dañado, naciendo del incumplimiento de obligaciones y deberes necesarios
para una convivencia pacifica. Siendo distintas las consecuencias producidas
en ambos casos
La responsabilidad extracontractual se clasifica en:
 Responsabilidad por el propio hecho
 Responsabilidad por el hecho de las cosas
34
ROMERO COLOMA, Aurelia. Los derechos al honor y a la intimidad frente a la libertad de
epresion e información problemática procesal. SERLIPOST. Barcelona. 1991. Pág. 28
 Responsabilidad por el hecho de un tercero

Este daño ocasionado por el comunicador social mayormente es un


daño extrapatrimonial, es decir lesionan bienes extrapatrimoniales o sus
derechos personalísimos (honor, intimidad, imagen, buena reputación),
generalmente la vida privada. Como este tipo de daño moral como aflicción, el
sufrimiento, el dolor no se puede resarcir se trata de reparar con una suma de
dinero para que se atenúe en algo ese dolor producido. Pero también se
produce un daño patrimonial o de orden material, pero este es producido
indirectamente.
El monto de la indemnización sigue un carácter subjetivo, es decir según
el caso, debido a que este daño no se puede cuantificar, pero siempre
obedeciendo al criterio de no dejar en indigencia al agresor ni enriquecer ala
victima.

III. RESPONSABILIDAD PENAL

Se debe considerar como autores principales del hecho delictuoso al


autor del escrito, luego al escritor, impresor, editor, distribuidores y
colaboradores según su participación en el acto ilícito.

Normalmente se distinguen tres sistemas de responsabilidad:

 Responsabilidad solidaria: nace en Francia. Y establece que son


culpables los que participan a sabiendas en la publicación de un escrito
delictuosa como autores o cómplices. Pero este sistema resulta muy engorroso
pues se tendría que investigar la intención de todos los involucrados. Luego es
sustituido por la responsabilidad de los directores pero esto también resulta
problemático pues hay directores que no tienen la capacidad de poder vigilar
todo escrito publicado en su medio de comunicación.

 Responsabilidad sucesiva: nace en Bélgica, y se da en forma


escalonada estableciendo que primero se le debe imputar la responsabilidad
únicamente al que ocupa el primer lugar en la culpabilidad , de no encontrarse
a este será el segundo, luego el tercero y así sucesivamente . Pero este
sistema también resulta poco apropiado pues se podría castigar al inocente por
no haber encontrado al culpable. Este sistema sigue generalmente la jerarquía
de la responsabilidad siguiente: autor-redactor-editor-impresor-etc.

 Sistema de penas por negligencia: se da en Alemania, y establece que


el primer responsable es el autor de no encontrase este entonces serán el
editor y el impresor, aunque estos no hayan participado en la comisión del
delito, se les responsabiliza por negligencia pues estos debieron de haber
verificado la información.

Existen algunas teorías que hacen responsables a los directores porque


supuestamente ellos evalúan, revisan y coordinan las informaciones, algunos
consideran que deben tener responsabilidad permanente y otros solo si
participan en la comisión del delito.
A nuestra opinión los distribuidores y vendedores realizan únicamente
una acción mecánica sin conocer el contenido del texto por lo que estos no
deben ser considerados responsables en ninguna circunstancia.
Pero en el caso de aquellas personas que publican informaciones que
atentan contra la intimidad de una persona, y dichas informaciones son
introducidas en la red, estas personas no podrían ser perseguidas no porque
esta conducta no sea delictiva sino porque es muy poco, es mas casi imposible
encontrar al escritor de dicha información. Ante estos casos, que se han vuelto
cada vez más frecuentes, se responsabiliza, a veces, al proveedor del acceso a
Internet (este es el que hace posible la conexión de los usuarios con las
informaciones publicadas en la red).

IV. CONFLICTO JURÍDICO DE DERECHOS: INTIMIDAD VS.


INFORMACIÓN

Antes de detallar sobre este conflicto hay que diferenciar un conflicto de


derechos de un abuso de derecho. Cuando hablamos de conflicto de derechos
hablamos de una colisión de derechos, esto es cuando dos derechos se
enfrentan ante un mismo bien, entendiendo bien como todo aquello que
satisface una necesidad.
Así Morales Godo manifiesta que una colisión de derechos se presenta
cuando concurren dos o más derechos de tal manera que el ejercicio de uno de
ellos trata de excluir al otro o lo perjudica 35. Por el contrario en el Abuso de
Derecho solo una de las partes tiene el derecho (derecho subjetivo) y este no
sigue la ratio leguis de una norma.
El Derecho a la Información al momento de ser ejercido tiende muchas
veces a transgredir el derecho a la intimidad, siendo estos derechos contrarios
por naturaleza, pues siempre quien va a transgredir el derecho a la intimidad lo
hará en nombre del derecho ala información y viceversa.
Así en el siglo XVIII donde reinaba el Liberalismo se establece una serie
de libertades individuales entre ellas la Libertad de Expresión, siendo este
derecho una manifestación de la libertad, expresando opiniones y
pensamientos; pero en el siglo XIX con el desarrollo de tecnologías nace el
Derecho a la Información y precisamente con este derecho se da una
acumulación masiva de información en cada sujeto, sin embargo este derecho
no tenia ningún tipo de control inmiscuyéndose en la vida privada de los sujetos
y ante esto es reconocido el Derecho a la Intimidad en el ordenamiento jurídico.
Además estos son reconocidos como derechos fundamentales en todos
los sistemas democráticos de derecho, perteneciendo el Derecho a la Intimidad
a los derechos de la personalidad, reconocidos constitucionalmente por todos
los países.
Así mismo cabe remarcar que el Derecho a la Intimidad, según Romero
Coloma36, pertenece al campo del Derecho Privado y el Derecho a la
Información pertenece más que todo al Derecho Público.
Este conflicto se presenta cuando uno de ellos se transgrede so pretexto
del otro, con esto nos referimos a que la intimidad es invadida con el pretexto

35
MORALES GODO, Juan. Derecho a la intimidad: estudio comparado con el Right of Privacy
del Derecho Norteamericano.1º Edición. Palestra Editores. Lima. 2002. Pág. 149
36
ROMERO COLOMA, Aurelia. Los derechos al honor y a la intimidad frente a la libertad de
expresión e información problemática procesal. SERLIPOST. Barcelona. 1991. Pág. 46
del ejercicio del Derecho a la Información, este trasgresión se da no sólo con la
divulgación de los datos sensibles de la persona sin su consentimiento sino
también con la sola intromisión a su intimidad, es decir la violación del Derecho
a la Intimidad se da tanto por conocimiento como por difusión.
Según Barroso Asenjo, la amenaza a la intimidad se da
fundamentalmente en dos aspectos, tanto por medio de la información como
también por medio de los sofisticados y potentes medios de infiltración
(micrófonos, cámaras digitales, etc.)37, es decir, el avance de la tecnología
permite que se incremente el número de atentados contra la intimidad.
Sin embargo, no hay que dudar de la importancia del Derecho a la
Información porque este sirve de sustento al Sistema Democrático en la
protección de la libertad de expresión, como supervisión al correcto
funcionamiento del órgano estatal.
Algunos autores consideran que el Derecho a la Información prevalece
sobre otros derechos, excepto cuando se enfrenta con los derechos de la
personalidad, considerados también fundamentales. Eguiguren expresa que
“se entiende que la prevalencia de la libertad de expresión se justifica en tanto
contribuye a garantizar la existencia de una opinión libre, el control de lo
político, la vigencia de la democracia, y el debate de las ideas y de los temas
de interés general”.38
Cabe resaltar que la posición de la libertad de información sobre los
derechos fundamentales de la personalidad se manifiesta cuando se refiere a
asuntos de índole político o de interés publico, más no necesariamente cuando
tiene relación con temas propios de la intimidad personal y la privacidad.
Por lo que para atacar el Derecho a la Intimidad es necesario invocar el
interés social, claro esta que acompañado de la imparcialidad y de la
moderación, por eso no se trata de ventilar ciertos aspectos íntimos por
curiosidad morbosa de los ciudadanos, si se tratara de esto el Derecho a la
Intimidad ser protegido absolutamente.

Algunos casos presentes en este conflicto:

Uno de los casos más comunes es el de la prensa que asedia a los


personajes públicos tratando de inmiscuirse o de descubrir ciertos aspectos de
su vida privada, otro caso es de el de la prensa cuando se inmiscuye en la
intimidad del delincuente para hacer la noticia mas sensacional o mas
morbosa. También hallamos el caso de los libros sobre ciertos personajes,
entre otros casos que detallaremos mas adelante.
Cuando hablamos de los políticos, para Romero Coloma, aunque este
se encuentre en un espacio y tiempo extraparlamentario pero vinculado
siempre a su cargo entonces será admitido que la intervención a su vida
privada se dé.
Eguiguren39 reafirma esto manifestando que solo se afectará la intimidad
cuando la información se relaciona con la gestión pública, pues si afecta la

37
BARROSO ASENJO, Porfirio. Limites constitucionales al Derecho a la Información. Editorial
Mitre. Barcelona. 1984. Pág. 61-62
38
EGUIGUREN PRAELI, Francisco José. Libertades de expresión e información y otros
derechos fundamentales. Editorial Palestra. Lima. 2006. Pág. 228
39
EGUIGUREN PRAELI, Francisco José. Libertades de expresión e información y otros
derechos fundamentales. Editorial Palestra. Lima. 2006. Págs. 243 y siguientes.
intimidad de la persona sin legítimo interés social o sin veracidad informativa,
entonces no se podría afectar el Derecho a la Intimidad.
A nuestra opinión esta información nos servirá para formarnos un
concepto del parlamentario, político, dirigente o líder social, lo que a su vez nos
permitirá saber por que clase de persona estamos conducidos. Por ejemplo
cuando la prensa nacional publica imágenes o cierta información sobre la
comentada asistencia del anterior presidente a ciertos clubes nocturnos se
atento en cierta medida contra su intimidad, pero esta era justificada porque
nos ayudo a formarnos un concepto o una imagen de este personaje, cuestión
de relevancia e interés público porque su personalidad influye en las decisiones
del Estado y estas decisiones a su vez afectan a la sociedad en general.
Por otro lado también nos habla (Romero Coloma) del caso de una
publicación de una obra de arte y así so pretexto de que la publicación tiene un
fin artístico o literario se inmiscuye en el Derecho a la Intimidad 40.
En dicho caso nosotros consideramos que será admitido siempre en cuando no
se revele explícitamente la identidad del personaje claro que con un fin artístico
o literario.
Coloma nos dice que también se debe admitir si es que el artista conoció
estos aspectos porque se lo dijo el sujeto o quizás lo obtuvo de otro modo,
claro que seguir el fin literario y sin expresar la identidad del sujeto.
En cuanto a los delincuentes, si se puede revelar su identidad pues esto
va a servir para denunciarlos o capturarlos además permite a los ciudadanos
defenderse de los ataque de estos delincuentes.
Pero no se deben revelar aspectos que vallan mas allá de la información
sobre el acto delictuoso, la noticia debe narrar sobre los aspectos del hecho
delictivo, más no aspectos íntimos que nada tienen que ver en el hecho ilícito.
Así la narración debe ser objetiva y verídica, evitándose atentar contra el honor
de sujeto, pues como ya lo mencionamos en el capitulo anterior, el delincuente
también posee honor, aunque en menor grado que el común de los
ciudadanos. Además se debe tener en cuenta que el delincuente debe ser
reinsertado a la sociedad. En conclusión así como el delincuente posee un
Derecho al Honor, posee también un Derecho a la Intimidad.
A opinión de Novoa Monreal cuando se atenta contra el Derecho a la
Intimidad se afecta el bien jurídico del decoro de la víctima, en cambio cuándo
se vulnera el secreto profesional se atenta contra el bien jurídico de fidelidad de
ciertos profesionales respecto de los secretos que sus clientes les confían. Y
precisamente siguiendo esta lógica se vulneraría indirectamente el Derecho a
la Intimidad como bien lo menciona Espinoza 41, mas no pertenecería esta
situación propiamente al Derecho a la Intimidad pues al vulnerar, estos
profesionales, el Derecho al Secreto de su cliente estaría vulnerando
indirectamente el Derecho a la Intimidad.
Ante esto, hay diversas leyes y códigos de ética profesionales; así
tenemos el caso de los médicos par quienes existen muchas excepciones
reduciendo así el ámbito del Derecho al Secreto de su paciente cuando, por
ejemplo, para fines de investigaciones científicas, consentimiento por escrito,

40
ROMERO COLOMA, Aurelia. Los derechos al honor y a la intimidad frente a la libertad de
expresión e información problemática procesal. SERLIPOST. Barcelona. 1991. Pág. 51.
41
ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Derecho de las Personas. 4º Edición. Gaceta Jurídica. Lima
2004. Pág. 328
para seguir recibiendo atención, entre otros, se ve en la situación de revelar
dichos secretos.
Como someramente ha sido tratado en los párrafos anteriores, el interés
general no hace referencia a una información que simplemente desea ser
conocida por la Mayorga o un número considerable de la población, pues este
interés podría darse por simple curiosidad o chisme, en cambio que además de
querer ser conocida dicha información por la mayoría, esta debe de ser
significativa, esto es, que altere de alguna manera a la ciudadanía o al
desarrollo de la vida social.
Otros casos en los cuales el Derecho a la Intimidad es menoscabado
ante otros intereses considerados superiores, son los de seguridad nacional,
seguridad publica, situaciones de emergencia en tiempo de paz, de guerra; y
en caso de catástrofes naturales, el bien económico del país, la lucha contra el
desorden y el crimen, la protección de la salud, la administración de justicia, la
libertad de expresión, información y deliberación 42.
Muchas veces se cree que la vida privada solo abarca la esfera íntima,
pero en realidad este abarca también algunos aspectos que sin ser
necesariamente secretos el sujeto quiere mantenerlos en reserva por lo que
deben ser respetados.
Debido a la cantidad de sujetos (especialmente personajes artísticos y
futbolistas) que consienten la intromisión de los periodistas en sus vidas
íntimas por fuertes cantidades de dinero, se cree que el Derecho a la Intimidad
podrías formar parte de los derechos patrimoniales, llegándose incluso a decir
que se vende la privacidad.
Sin embargo para nosotros, compartiendo la posición de Espinoza
Espinoza43 este derecho no debe ser patrimonializado porque la intimidad y por
ende el Derecho a la Intimidad pertenecen al campo del ser, dañando la
personalidad del sujeto, en cambio lo patrimonial pertenece al campo del tener,
donde se dañan de manera directa aspectos materiales del sujeto afectado. Se
trata únicamente de ceder o de reducir el ámbito de nuestra intimidad a cambio
de una retribución económica pudiendo ser entendido mejor esto cuando
hablamos del daño al Derecho de la Intimidad, pues este para ser resarcido
requiere de una indemnización patrimonial, pero sabemos que con el dinero no
se recupera el estado original, ni calma la angustia, por lo que no es posible
fácticamente hablando.
De a acuerdo a lo expuesto son las personas los que determinan que
información va a circular sobre ellas. Según Torres y Torres Lara en la
constitución peruana solo se hace referencia a la no comunicación de
información que afecte la intimidad personal y familiar, olvidándose de dar
mención al acceso, rectificación y a la oposición a la recaudación de
“información sensible en bancos de datos (artículo 2 inciso 6 de la constitución
peruana)44.
Esto lo mencionamos debido a que existen los centros privados de
información y riesgos (CEPRIRS) debido a que estos bancos de datos manejan
gran cantidad de información de determinados sujetos accediendo a tales
archivos. En algunos casos conocer el perfil de la persona es favorable y
42
COLEGIO DE ABOGADOS DE LIMA. Revista Foro. Mes Julio. Volumen año 90. Año 2004.
Lima. Pág. 237.
43
ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Derecho de las Personas. 4º Edición. Gaceta Jurídica. Lima
2004. Pág. 349
44
VEGA MERE, Yuri. Derecho privado. Tomo I. Editorial Grijley. Lima. 1996. Pág. 191.
legítimo para la consecución de fines que necesariamente debe tener este tipo
de información (bancos, contratos de préstamos, financieras, etc.) pero existe
el lado negativo en el cual el crear un perfil de la personalidad del sujeto es
desfavorable debido a los malos usos que se pueden dar de él, aquellos que
pueden conllevar a efectos discriminatorios en determinados ámbitos (como el
laboral), tales como la raza, capacidad física, condición de madre soltera, la
pertenencia a una organización sindical, etc.45.
El poder informático que surge de esa información puede
comprometerse seriamente con la libertad de la persona, al límite de ser
instrumentalizado bajo la amenaza de la difusión de los hechos o
circunstancias que respectan a su vida privada. El poder de la máquina del
dato sensible condiciona las decisiones del individuo, lo mediatiza y lo
transforma en un autómata ejecutor del capricho ajeno 46.
En la constitución solo se limitan a proteger a la persona evitando que
los servicios informáticos suministren datos o informaciones que afecten a la
intimidad, personal, desatendiendo las otras posibilidades de cobertura de este
derecho. Incluso podría pretenderse dejar fuera de la prohibición la difusión de
datos que sin vulnerar la intimidad personal o familiar, se refieren a aspectos
reservados o privados de la personalidad o cuya divulgación puede conllevar
formas de discriminación o contribución a estos47.

V. CRITERIOS DE JERARQUIZACIÓN ANTE UNA COLISIÓN DE DOS


DERECHOS

Para determinar la jerarquización de 2 derechos se deben seguir ciertos


criterios (los cuales podrían darnos diferentes resultados dependiendo del
criterio usado), entre los cuales identificamos 5 para identificar la jerarquización
de Derechos cuando se da un conflicto entre ellos, así tenemos los siguientes,
mencionados por Barroso Asenjo48:

A. Criterio de derecho natural

Se basa en la teoría de los derechos naturales, es decir, derechos


inherentes al hombre desde su nacimiento, dados por Dios. Sin embargo,
vemos que este criterio no contempla conflicto de derechos, ya que considera
que Dios creo un orden natural en el que no pueden existir conflictos.

B. Criterio de la primacía de Bien común

Establecido por Santo Tomás de Aquino, este criterio se basa en la


supremacía del bien común por sobre el bien personal. Es decir, por sobre el
interés de una persona se encuentra el bien de la sociedad. Así tenemos que el
Derecho a la Información esta referido a un bien común, mientras que el
Derecho a la Intimidad se refiere al interés o al bien de una persona en
45
EGUIGUREN PRAELI, Francisco José. “Libertades de expresión e información y otros
derechos fundamentales”. Pág. 180.
46
VEGA MERE, Yuri.. “Derecho privado”. Tomo I. Editorial Grijley. Lima. 1996. Pág. 186-187.
47
EGUIGUREN PRAELI, Francisco José. “Libertades de expresión e información y otros
derechos fundamentales”. Pág. 177.
48
BARROSO ASENJO, Porfirio. “Limites constitucionales al Derecho a la Información”. Pág.
66-70
concreto. Siguiendo este criterio vemos que el Derecho a la Información tiene
supremacía por sobre el Derecho a la Intimidad.

C. Criterio de derechos humanos

Nos referimos aquí a los derechos reconocidos en la Declaración


Universal de Derechos Humanos. Sin embargo ambos derechos se encuentran
reconocidos en tal declaración. Existen diversas teorías que intentan darle
supremacía al Derecho a la Intimidad por sobre el Derecho a la Información,
basados en un orden cualitativo (el Derecho a la Intimidad se encuentra
reconocido en el art. 12 y el Derecho a la Información en el art. 19), lo cual no
logra ser muy convincente, por lo que continua en polémica.

D. Criterio de Derechos Absolutos y Relativos

Se refiere a la clasificación de los derechos fundamentales en absolutos


y relativos. Sin embargo, tal criterio tampoco logra resolver la problemática del
todo, al ser ambos derechos de carácter relativo (prueba de ello es que pueden
ser limitados en situaciones de anormalidad), siendo en tal condición de igual
intensidad, no lográndose diferenciar aspectos cualitativos ni cuantitativos.

E. Criterio de individualidad y sociabilidad

Guarda relación con el criterio de primacía de bien común. Considera


que la sociedad debe velar por lo que es bueno para cada uno de sus
integrantes, por lo cual reconoce derechos individuales, pero los cuales no
pueden estar por encima de los derechos sociales (que guardan dentro de si el
interés social), por lo cual tendrán que ceder ante estos. Se concluye así, que
el Derecho a la Información se encuentra por encima que el Derecho a la
Intimidad.

Concluimos entonces que la supremacía de un derecho sobre otro debe


establecerse dependiendo del caso concreto, debiendo determinarse, en caso
de primacía del Derecho a la Información, el legítimo interés público sobre los
referidos datos, rechazando la sola intención de alimentar el chisme en la
sociedad.

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