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¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una manifestación


esencialmente afectiva. Se trata de
una vivencia, de un estado subjetivo
o de una experiencia interior, que
podemos calificar de emoción. La
ansiedad es un mecanismo humano
de adaptación al medio y ayuda (si
su intensidad no es excesiva) a
superar ciertas exigencias de la vida.
En este sentido podemos considerar a la ansiedad como una defensa organizada
frente a estímulos que rompen el equilibrio fisiológico y psicológico. La ansiedad
necesariamente positiva se entronca con lo cotidiano y entra de lleno en el campo
de la motivación que nos hace alcanzar metas. La ansiedad normal y
proporcionada, así como sus manifestaciones, no puede ni deben eliminarse, dado
que se trata de un mecanismo funcional y adaptativo. Se trata de saber convivir
con la ansiedad, sin perder la operatividad. Ahora bien, la ansiedad neurótica es
ya otra cosa y tiene otro significado que hay que situar en la órbita de las
enfermedades psíquicas que provoca respuestas de evitación e inhibición, que
mantiene un estado de alerta prolongado sin justificación alguna. Es entonces
cuando lo malo se ve peor. La ansiedad negativa se caracteriza pos sentimientos
de malestar, preocupación, hipervigilancia, tensión, temor, inseguridad, sensación
de pérdida de control, percepción de fuertes cambios fisiológicos.

Estos cambios fisiológicos son consecuencia de la activación del sistema nervioso,


del sistema endocrino y del sistema inmunológico. Por lo general sólo percibimos
algunos de los desórdenes persistentes que provoca esta activación
desadaptativa. La persistencia de estos cambios puede acarrear una serie de
desórdenes psicofisiológicos transitorios, como dolores de cabeza, insomnio,
disfunción eréctil, anorgasmia femenina, contracturas musculares, disfunciones
gástricas, etc. A nivel de nuestro sistema motor la ansiedad se manifiesta con
inquietud motora, hiperactividad, movimientos repetitivos, dificultades de
comunicación (a veces tartamudez), consumo de sustancias (comida, bebida,
tabaco u otras drogas), llanto, tensión en la expresión facial, etc.
¿Qué es la Depresión?
Este trastorno afectivo es una forma de
expresión de dolor que se manifiesta con
síntomas psíquicos y somáticos, por lo
que para el diagnóstico y tratamiento de
la depresión es muy importante valorar
el entorno del paciente.

La depresión es un trastorno del estado


de ánimo, que se traduce en un estado
de decaimiento y claudicación
psicológica y biológica del paciente
importante y continuado, y se manifiesta a través de síntomas psíquicos (pudiendo
aparecer desinterés, tristeza, desmoralización, disminución de la autoestima...) y
somáticos (pudiéndose presentar en forma de pérdida del apetito, disminución del
peso corporal, astenia, alteraciones del sueño con periodos de insomnio y de
somnolencia, etcétera).

A la hora de realizar un diagnóstico correctamente se ha descartar los episodios


de tristeza pasajera o frustración, que se consideran como una reacción natural de
la persona ante acontecimientos negativos como las situaciones de duelo por la
pérdida de un ser querido u otras como divorcios o separaciones; aunque si se
prolonga más allá de los seis meses o es tan importante que sea incapacitante
puede desembocar en lo que clínicamente se conoce como una depresión mayor

Tipos de depresión
Los diferentes tipos de depresión se clasifican en función a los síntomas que
muestra el paciente.

Grupo A
• Duración no inferior a 2 semanas.

• No atribuible al consumo de sustancias psicoactivas o a trastornos mentales


orgánicos.
Grupo B
• Humor depresivo no habitual en el paciente, constante durante todo el día y
mantenido en el tiempo de forma casi constante. No varía con las circunstancias
ambientales del sujeto, y persiste al menos durante 2 semanas.

• Pérdida o ausencia de interés por actividades anteriormente placenteras.

• Aumento de la capacidad de fatiga, o pérdida de la vitalidad habitual.

Grupo C
• Pérdida de la autoestima y de la confianza en uno mismo. Sentimiento de
inferioridad no justificado prolongado en el tiempo.

• Auto-reproches constantes y desproporcionados con sentimiento de culpa


excesiva e inadecuada.

• Pensamientos de muerte o suicidio recurrentes, incluyendo tentativas.

• Disminución de la capacidad de concentración y pensamiento. Suele


acompañarse de falta de decisión.

• Aparición de lentitud de las funciones motoras, o agitación.

• Alteraciones del sueño.

• Variaciones del peso corporal por descontrol alimentario (aumento o


descenso marcado del apetito).

Grupo D
• Presencia de síndrome somático, compuesto por alucinaciones, delirios,
retardo psicomotor o estupor grave, concordantes o no con el estado anímico del
paciente.

De acuerdo a estos criterios se puede clasificar el cuadro depresivo en:

Episodio depresivo leve


Presenta dos o tres síntomas del grupo B. Estos pacientes, por lo general, son
capaces de continuar con sus actividades habituales con total normalidad.
Episodio depresivo moderado
El paciente presenta al menos dos síntomas del grupo B y un cierto número del
grupo C, hasta conformar un mínimo de seis síntomas. Estos pacientes presentan
dificultades manifiestas para el desarrollo de las actividades habituales.

Episodio depresivo grave

Presentan todos los síntomas del grupo B, unidos a varios del grupo C, hasta
conformar un mínimo de ocho síntomas. Estos pacientes presentan una situación
emocional marcadamente ligada a la angustia, especialmente con pérdida de
autoestima y sentimientos intensos de culpa e inutilidad.

En estos episodios cobran relevancia los intentos de suicidio, asociados a la carga


somática, principalmente en los pacientes de sexo masculino, por lo que estos
pacientes deben ser controlados de forma constante e incluso, en determinados
casos, se debe valorar la hospitalización del paciente. En esta fase pueden
aparecer asociados a los síntomas del grupo D.
¿Qué es el Suicidio?
El suicidio es el acto de
quitarse deliberadamente
la propia vida. El
comportamiento suicida es
cualquier acción que
pudiera llevar a una
persona a morir, como
tomar una sobredosis de
fármacos o estrellar un
automóvil de forma
deliberada.

Causas
El suicidio y los comportamientos suicidas generalmente ocurren en personas con
uno o más de los siguientes factores:

Trastorno bipolar

Trastorno límite de la personalidad

Depresión

Consumo de alcohol o drogas

Trastorno de estrés postraumático (TEPT)

Esquizofrenia

Cuestiones de vida estresantes, como problemas serios a nivel financiero o en las


relaciones interpersonales

Las personas que intentan suicidarse con frecuencia están tratando de alejarse de
una situación de la vida que parece imposible de manejar. Muchos de los que
cometen intento de suicidio están buscando alivio a:

Sentirse avergonzado, culpable o como una carga para los demás.

Sentirse como víctima.

Sentimientos de rechazo, pérdida o soledad.


Los comportamientos suicidas pueden ocurrir por una situación o hecho que la
persona ve como agobiante, tales como:

El envejecimiento (los ancianos tienen la tasa más alta de suicidio).

La muerte de un ser querido.

El consumo de drogas o alcohol.

Un trauma emocional.

Enfermedad física grave.

El desempleo o los problemas financieros.

Los factores de riesgo del suicidio en adolescentes incluyen:

Acceso a armas de fuego.

Miembro de la familia que cometió suicidio.

Antecedentes de autoagresión deliberada.

Antecedentes de abandono o maltrato.

Vivir en comunidades en donde ha habido brotes recientes de suicidio en


personas jóvenes.

Ruptura sentimental.

La mayoría de los intentos de suicidio no terminan en muerte. Muchos de estos


intentos se llevan a cabo en una forma en que el rescate sea posible. Estos
intentos a menudo representan un grito en busca de ayuda.

Algunas personas intentan suicidarse de una manera que sea menos probable de
llevar a la fatalidad, como envenenamiento o sobredosis. Los hombres tienen
mayor probabilidad de escoger métodos violentos, como dispararse. Como
resultado de esto, los intentos de suicidio en ellos tienen mayor probabilidad de
terminar en muerte.

Los parientes de personas que intentan o cometen suicidio a menudo se culpan o


se enojan mucho y pueden ver el intento de suicidio como egoísta. Sin embargo,
las personas que intentan cometer suicidio con frecuencia creen erróneamente
que les están haciendo un favor a sus amigos y parientes al irse de este mundo.
Síntomas
A menudo, pero no siempre, una persona puede mostrar ciertos síntomas o
comportamientos antes de un intento de suicidio, entre ellos:

Tener dificultad para concentrarse o pensar claramente.

Regalar las pertenencias.

Hablar acerca de marcharse o la necesidad de "dejar todos mis asuntos en orden".

Cambio repentino en el comportamiento, sobre todo calma después de un período


de ansiedad.

Pérdida de interés en actividades que solía disfrutar.

Tener comportamientos autodestructivos, como tomar alcohol en exceso,


consumir drogas ilícitas o hacerse cortaduras en el cuerpo.

Alejarse de los amigos o no querer salir.

Tener dificultad repentina en el colegio o el trabajo.

Hablar acerca de la muerte o el suicidio o incluso declarar el deseo de hacerse


daño.

Hablar acerca de sentirse desesperanzado o culpable.

Cambiar los hábitos alimentarios o de sueño.

Preparar maneras de quitarse su propia vida (como comprar un arma o muchas


pastillas).

Tratamiento
Es posible que las personas que están en riesgo de comportamiento suicida no
busquen tratamiento por muchas razones:

Creen que nada va a ayudar.

No desean contarle a nadie que tienen problemas.

Piensan que buscar ayuda es un signo de debilidad.

No saben adónde acudir por ayuda.


Una persona puede necesitar tratamiento de emergencia después de un intento de
suicidio. Se pueden necesitar primeros auxilios, reanimación cardiopulmonar o
tratamientos más intensivos.

Las personas que intentan cometer suicidio pueden necesitar hospitalización para
tratarlos y reducir el riesgo de futuros intentos. La terapia es una de las partes más
importantes del tratamiento.

Se debe evaluar y tratar cualquier trastorno de salud mental que pueda haber
llevado al intento de suicido. Esto abarca:

Trastorno bipolar

Trastorno límite de la personalidad

Dependencia del alcohol o las drogas

Depresión mayor

Esquizofrenia
INTRODUCCIÓN
Existen muchos estereotipos sociales que inducen a las personas a cometer
errores o a estar inconformes consigo mismo, la misma sociedad mediática ha
hecho que algunas personas sufran de baja autoestima y esto hace que la
mentalidad única de cada persona sufra de ciertos trastornos o ciertas debilidades,
entre las cuales se pueden mencionar la Ansiedad, la Depresión y el Suicidio.
Estos “problemas” son muy comunes hoy en día debido a la forma de vida, al
estrés al que se está expuesto, a los cambios climáticos, a la economía de
Latinoamérica y muchas otras cosas. La Ansiedad, la Depresión y el Suicidio, son
temas que van de la mano, pues por problemas de depresión una persona puede
llegar a cometer suicidio, al igual que por la ansiedad, aunque las estadísticas
demuestren que ha habido más suicidios por depresión que por ansiedad, no deja
tener un papel importante la ansiedad en el tema del suicidio.
OBJETIVOS
Analizar cada tema tratado en la investigación y así poder tener el conocimiento
de algunos problemas que afectan a la sociedad.

Comprender la forma, tipo y gravedad de los problemas que sufren las personas
hoy en día, relacionados a la ansiedad, depresión y suicidio.

Enlazar cada problema para tener la capacidad de afrontarlos con medida y


conocer el diagnóstico conforme a los patrones encontrados.
CONCLUSIÓN
Los trastornos de ansiedad, depresión y suicidio han sido tratados también en niños y
adolescentes. Tienen tratamiento, que resulta muy efectivo. Cuanto antes se traten, el
niño sufrirá menos complicaciones y recuperará su estilo de vida habitual, cuando se
trata de personas mayores el tratamiento será distinto y quizá un poco más tardado,
pero con las herramientas y tratamientos adecuados todo será resuelto. Todos estos
trastornos o problemas en las personas se deben a todos los paradigmas creados por
la sociedad, una sociedad libre es una sociedad limpia.
UNI VERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
CENTRO UNIVERSITARIO DEL NORTE “CUNOR”

Estudiante: María de Lourdes Hún Galicia

Carné: 2012-436-61

Grado: 5to Año

Carrera: Licenciatura en Psicología

INVESTIGACIÓN

La Ansiedad, La Depresión y El Suicidio.

Curso: Técnicas de Evaluación y Psicodiagnóstico III

Docente: Licda. MA. Gabriela Cú

Fecha de entrega: viernes 15 de julio de 2016

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