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Contaré hasta diez.

El camino mojado que destila tu invierno de fríos pasos como perlas. Sueño con
danzantes figuras que viven en tus prendas, una lágrima, una piedra o un delfín enamorado.
Vivo pensando en las cortinas de tus secretos o en la cabecera de letras rotas, o la historia
enmascarada de dos amantes sigilosos, sí, vivo de piel y besos perdidos que cabalgan por las
sendas de extraños caminos, blancos, puros, pero separados siendo un unísono y somos, sí,
seremos… un cuentos de almas y princesas dormidas, y el triste final amargo y fraudulento.
Pero quizá no fue un final sino un despertar de crispadas esperanzas, quizá la miel y la rosa se
reencontrarán mañana tan libres como estrellas y la canela recuperará su gusto estrepitoso y
el tacto enardecido, las tardes serán tan coloridas como los reales misterios de tu piel, sí, sé
algo de belleza, algo de ti quedó para siempre en el exquisito sentir del poeta y en la
delicadeza de tocar las rosas sin llevar alas ni lancetas, puedo ser entonces como siempre lo
quisiste, un beso atardecido de sabor escarlata, un corazón dispuesto a sembrar tu nombre en
la distancia y una letra que va por las orillas de tu alma, rozando el viento; y sus ondas de luz se
esparcen por mis huellas como si el cielo y el mar así lo quisieran. El amor llega a mi boca
mujer y trae consigo las prendas rojas y el sabor de tu piel blanca y dormida, con tu sonrisa de
invierno, pálida y desnuda; y toda tú te vas quedando y quedando en la costanera de un sur
precioso.
Que canten mañana los que tienen un nombre que pronunciar al caer la madrugada y
se llenen de gozo, si, que sueñen con paraísos y fronteras perdidas, pues de sus amores
nacerán los colores que cubrirán los prados de violetas y todo será entonces como planetas de
espuma y fresa, al cantar despertarán las esperanzas dormidas al final de las gavetas, volarán
los sueños como palomas por el mundo y el amor vestirá de gala para la ocasión. Vendrá el
beso, la caricia y la oración a sembrar la vida de arcoíris diminutos, en ellos verán sus nombres
y momentos deliciosos. Yo les digo “¡Sí, disfruten del amor, porque aquel que ama encontrará
siempre un corazón!” y se les bendecirá con los ojos penetrantes del idilio. La felicidad
caminará erguida por sus veredas y aunque llueva y aunque tiemble, el amor destruirá los
vendavales.
Heme aquí, hermanos de letras, con tanto amor desbordando los papeles, de tinta
eterna, de plumas sacras, todo parece tener un gusto a primavera de flores blancas en manos
de una princesa y si cierro los ojos y cuento hasta diez quizá… quizá ella también me quiera.
Uno, dos, tres… el amor se va esparciendo en los rincones y te siento mujer y jamás
nunca dejaré que esto se pierda.
Cuatro…
Cinco…
Seis… te amo mujer, te amo.
Siete…
Ocho…
Nueve… y todo el mundo se detiene.

Diez… y no escucho tu respuesta.

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