El populismo latinoamericano: un enfoque estructural (vincula al
populismo con el desarrollo del capitalismo latinoamericano que surge
de la crisis del modelo agroexportador y Estado Oligarquico) Introducción La expresión populismo hace referencia a un movimiento, a un dirigente político, a un gobierno, a una ideología. Ha sido tomado de dos situaciones históricamente determinadas: la Rusia zarista de fines del siglo XIX y el sur y medio oeste norteamericano. En estos casos los actores se denominaros a sí mismo como populistas pero presentar diferencias con América Latina. La imprecisión del concepto permite se debe a los análisis de la región, los cuales se han centrado en los aspectos institucionales e ideológicos, de prácticas políticas y aparatos de estado, soslayando el encuadramiento estructural (el nivel y modalidad de desarrollo de la economía, su articulación al mercado internacional, la estructura de clases y grupos sociales). Lo máximo que se ha escarbado sobre sus bases son: del proceso de migración rural- urbano, desarrollo de urbanización, surgimiento de la industrialización sustitutiva de importaciones. Estos factores apuran la crisis del orden oligárquico. En sí el populismo latinoamericano sería la respuesta de ciertas fracciones de la burguesía industrial y de nuevas fracciones intermedias y amplios sectores de las masas populares. Carlos Vilas sostiene que el nivel de desarrollo alcanzado por la economía en una sociedad y el tipo de relaciones de producción ofrece la matriz de lo que es el populismo. Y el populismo sería una estrategia de acumulación de capital que hace de la ampliación del consumo personal un componente esencial. Por lo tanto es la estrategia de acumulación de una cierta fracción de la burguesía en una etapa determinada del proceso de acumulación capitalista. El populismo como una práctica político-ideológico se inscribe en la estructura económica de una sociedad y desde allí se puede proyectar en las superestructuras. Durante el populismo la distribución de los ingresos hacia las clases subalternas es interpretada como un momento del proceso de acumulación: no es justicia social, tampoco instrumentos para disminuir los conflictos sociales, tampoco es demagogia populista. Todo esto es una expresión de una modalidad de acumulación, para una ampliación del consumo. El populismo en América Latina a- Las condiciones estructurales Hay que tener en cuenta las peculiaridades de América Latina, durante las formaciones económico-sociales de la región, cuando el capitalismo penetró en las sociedades locales, como se desenvolvió la articulación con las formas de producción preexistentes y las que subordinó, y a las articulaciones de estas formaciones periféricas con las formaciones capitalistas desarrolladas. 1- Tipo de relaciones entre la acumulación originaria y la producción capitalista: la acumulación originaria es el punto de partida del régimen capitalista de producción, este no se desarrolla simultáneamente en todos los sectores y regiones. Se trata de un proceso largo y contradictorio. La superación de la economía primitiva fue un proceso lento, el cual no fue conducido por el capital industrial local, fue por la era colonial, el capital comercial, inversiones extranjeras y se fue erosionando la economía mercantil simple. La división internacional del trabajo frenó las tentativas de industrialización periférica. Cuando la industria local empezó a desarrollarse lo hizo en los marcos de sistema exportador, la cual se estableció en las capitales. Que esta articulación se haya traducido en ganancias para el polo capitalista de la economía periférica no es incompatible con su efecto limitador de la expansión social y espacial de las relaciones capitalistas de producción y del mercado capitalista. 2- Separación entre producción de medios de producción y producción de medios de consumo: la industria latinoamericana se desarrolló por la producción de artículos de consumo y los medios de producción quedaron monopolizados hasta 1960 por países avanzados. El intercambio de mercancías entre los medios de producción y la producción de medios se trató de un intercambio desigual. La industria de América Latina apareció ligada al consumo personal, tras la crisis de 1929 la producción local tuvo como posibilidad abastecer las mercancías importadas. La salida a mercados externos presentaba obstáculos pero con la Segunda Guerra Mundial fue posible, pero al término de la guerra la posibilidad desapareció y el mercado interno de consumo era la meta de la producción industrial. Producir para el consumo significaba para una gran facción del capital, producir para la acumulación. 3- Cuestión de la pequeña empresa: en el capitalismo tardío la producción industrial evolucionó hacia el establecimiento fabril. En América Latina hubo un peso mayor de los pequeños establecimientos, pero esto no quiere decir que no haya existido un desarrollo temprano de grandes plantas industriales de los cuales hubo como azúcar, carnes, aceites, etc. Las altas tasas de ganancias atrajeron a capitales de otros sectores del comercio e incluso agropecuario y financiero. La posibilidad de explotar mercados fue aprovechada por el capital extranjero. De esta forma que en América Latina la expansión del capitalismo industrial combinó la pequeña propiedad rural, con el desarrollo de la pequeña propiedad industrial urbana, capitalista, explotadora de fuerzas de trabajo asalariada y grandes concentraciones fabriles de capital y fuerza de trabajo. Esto es de manera resumida la dimensión estructural del populismo en América Latina, la gravitación de la pequeña propiedad. Pero que la industria tuviera como mercado el consumo interno no es sinónimo, de incorporación de las clases populares a ese mercado. El crecimiento del capital industrial fue orientado hacia una demanda preexistente que no era la de las clases populares, ya que la producción industrial buscó captar la demanda de los grupos de ingresos medios. Este tipo de crecimiento industrial, a través del aumento del empleo de fuerza de trabajo asalariada se favoreció por el excedente de mano de obra creado por la economía exportadora e incrementada por la crisis internacional. Pero no se tradujo en un aumento de salarios. Al constituir el valor de la fuerza de trabajo una componente muy alta de precio de producción de las mercancías industriales, la sobreoferta de fuerza de trabajo creo las condiciones para que el capital industrial pudiera presionar sobre ese excedente y forzara los salarios a la baja. Esta es la principal explicación de la elevación de las tasa de ganancia industrial de los países de la región. b- La dimensión político-ideológica Lo anterior permite conceptualizar al populismo como una modalidad de acumulación de capital que emana de una configuración determinada de la estructura productiva de la sociedad. El paso de una situación de acumulación a una estrategia de acumulación y a un sistema de alianzas, ocurre como un proceso político-ideológico. Una estrategia de acumulación es análisis, un proyecto político de conducción de la sociedad a través del Estado. Su efectiva implementación se determina en el campo de la lucha política y en su articulación con el Estado. El impulso a la estrategia populista de acumulación exigía una reorientación del funcionamiento de la estructura productiva, es decir alteraciones del bloque de fuerzas dominantes. La industria se había desarrollado en el espacio del sector exportador y para superar esto era imprescindible eliminar esa dependencia. Por otra parte, la capacidad de importar maquinaria y equipo para la industria seguía dependiendo de las exportaciones generadas por el capital oligárquico, mientras el capital extranjero proveía la infraestructura y era impedimentos para la integración y la expansión del mercado nacional. El obrero aparecía en la perspectiva del empresario industrial menos como un consumidos potencial actualizable a través del aumento del salario, que como uno de los componentes principales de la estructura de costos y como uno de los factores más estratégicos en la tasa de ganancia. Es decir, un aumento de salario equivalía a un aumento de costos. En cuanto a las alianzas, la posición del empresariado industrial, el obrero era un elemento díscolo, indisciplinado y perturbador. Para terminar con su subordinación al sistema exportador, la burguesía industrial debía encontrar la expresión política en el Estado, pero era difícil que la hallara mientras mantuviera su subordinación al sistema exportador. El paso de la situación populista a la estrategia fue desde afuera de la burguesía industrial, provino de la instancia política y básicamente de los aparatos del Estado y se apoyaron en la movilización de las masas urbanas. La estrategia populista de acumulación convertida ahora en política económica e impulsada desde el Estado, fue una forma de alimentar a la movilización de las masas y de consolidar al capital industrial. Parece excesivo hablar de una alianza de clases entre esta facción del capital y las masas populares urbanas como sustento de los regímenes populistas. Una alianza de clases supone una equiparación entre las fuerzas confluyentes y su autonomía organizativa recíproca, supone un programa conjunto. Parece más bien un conjunto de coincidencias y acuerdos coyunturales entre diferentes sectores, desde donde la burguesía industrial trató de impulsar la expansión de su capital. Se trata de un sistema de equilibrio inestable de compromiso, impuestos desde afuera de las clases y fracciones involucradas por el Estado. El estado es el encargado de garantizar la vigencia de estas relaciones y de asegurar su reproducción. El estado fue la conciencia de la burguesa populista, con la fijación de precios, reglamentación de trabajo, distribución de excedentes, a través del gasto público tuvo como objetivo la creación de bases sólidas para que la acumulación capitalista industrial pudiera reproducirse. Los ejemplos en países son, el Estado Novo de Vargas, el Peronismo de Perón y el Cardenismo de Cárdenas. Con las nacionalizaciones, expropiaciones, inversiones en infraestructura, energía y combustible, acero, cemento y similares. El estado creo las condiciones para la formación de capital en el sector privado. Con la extensión y el mejoramiento de los sistemas de salud, seguridad social, educación se hizo cargo total o parcialmente de la reproducción de la fuerza de trabajo. El aumento de salarios, la nueva legislación laboral, la política social fueron otros mecanismos que recogían demandas de las masas, permitieron fortalecer la bases de la acumulación de la fracción industrial, de la burguesía e integrar a las masas al sistema de dominación política, al igual que la institucionalización de las organizaciones sindicales como aparatos del Estado. El populismo combina movilización y manipulación, organización y represión. El elemento corporativo que se reconoce en el Estado populista tiene como finalidad la reducción o el acallamiento de las diferencias y contradicciones en el seno de una y otra clase. Era la ideología de la armonía y la conciliación social, y eso se consigue con la ampliación de la participación política y social de las masas populares. La distribución de ingresos hacia las masas no es una constante del populismo. El discurso político populista expresa la presencia y articulación de los distintos componentes del proyecto populista y sus ingredientes ideológicos: la subordinación aparente de la producción al consumo, la exaltación de la pequeña propiedad, la acumulación por la expansión del consumo, la explotación capitalista como deformación y abuso, ampliación del consumo popular, fortalecimiento de las organizaciones sindicales para garantizar la armonía social.