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CULTIVO DE TABACO EN AMBALEMA. .

IMPRENTA DE ECHEVERRÍA H. 1

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CULTIVO DE TABACO
EN AMB.ALEMA.

Graves acontecitnientos acaecidos en Atnbalema en el mes


de abril último, 1ne hacen ocurrir a la prensa para ponerlos en
conocimiento de la N acion.
Al dirijirme al público en jeneral en esta ocasion, lo hago
especialmente a los negociantes de Ambalema, a las personas
interesadas en el progreso jndustrial del país, i a todos los que,
de cualquiera manera, se hallen relacionados con el comercio
colombiano en el e traujero. Creo servir n.sí, no solo mis inte-
eses i mi repntacion comercial e indnstrial, sino tambien la
p '1blica tnoralidad, e ilustrar a los novicios en algunos de los
tristes misterios de lo que forma en este país la arteria princi-
pal de riq neza i de movimiento industrial: la especulacion de
tabaco en Ambaletna.
Toco intereses de tanta magnitud que con facilidad se me
perdonará el que me ocupe de mí mismo, cosa que repugno i
a que no habría llegado si, al verme saqueado i robado, no
hubiera comprendido que este saq'neo era un principio de
descomposicion total en la parte moral de una especulacion
lejítima i honorable, que hoi día da vida a la República entera.
I
El cultivo de tabaco, promovido i alentado por mi difnnto
amigo el señor Francisco Montoya que con tanto brío e inteli-
jencia abrió, el primero, el campo para millares de fortunas,
había sido practicado hasta hace dos años por contratos espe-
ciales entre el dueño de las tierras i los cultivadores directos
de la mata. El dueño de las tierras ponía el suelo í el cnlti vador
el tabaco, obligándose el primero a comprar i el segundo a •
en erle todo el tabaco que produjese, a un precio estipulado
de antemano. Un poco mas tarde los señores Samper i C. a
"ntrodujeron en sus terrenos el siste1na de arrendamientos sin
obligacion, de parte del cultivador, sino de pagar al dueño de
tierr eierto arrend~miento anna , i quedando en libertad
-2-
de vender su tabaco a qnien quisiera. Ha sido cnestion mui
debatida, por qué los dueños de tierras qne jeneralmente dis-
ponen de un gran capital, no han entablado el sistema de
cultivo directo por medio de jornaleros, pudiendo hacer uso
del arado, desconocido para ese cultivo, i de otra mnltitnd de
instrumentos i medios económicos i fecundo para aumentar la
produccion. Largo seria entrar en este debate q ne es, ademas,
ajeno del asunto; pero debo indicar que en una oca ·ion ensayé
el arado en la preparacion de la tierra para la siembra del
tabaco i no mo produjo buenos resultados; sin qne por esto
yo tenga profllndo convencitniento de que es perjudicial, pues
que se aplica para igual objeto i con completo buen éxito en
Alemania i en Francia.
Los dos sistemas, de arrendamientos i de contratos, conti-
núan dividiéndose el campo sin que yo me atreva a indicar
cuál vendrá a ser el jeneralmente adoptado. Por mi parte he
acostumbrado siempre el see;undo, · hasta el tnes de abril del
corriente aüo estuvimos perfectamente satisfecho los contra-
tistas, pues que entre los cultivad res i yo existía la mas grande
armonía i afecto, prestánd le de mi parte los servicios que mi
capital i mi posicion me permitían, animado, como siem¡ re he·
estado, por un benévolo i vivo interes por las cla~ s pobre ele
cuyo seno he salido; i correspondiéndome ellos con trabajo
asiduo, afecto i celo.
Para intelijencia de lo que signe, debo esplicar detallada-
mente el tnecanismo de e~tos contratos, tal como se practican
en mis tierras.
Entre el cultivador i yo, o alguno de mis ajen tes, se e tiende
un contrato en que él se compromete a no vender a otro que
a mí el tabaco que produzca, a un precio con enido, i a per-
mitir que se ejerza cierta vijilancia obre sus em :1 nteras por
parte de los empleados de mi ca a. (Ma abajo lir~ por que se
ha hecho necesaria esta cláusula.) Por mi parte yo doi a este
cultivador, que se llama cosechero, el terreno que quiere, para
hace· una habitacion cuando no e la loi fnb1·icada, ~ ndos
para edificarla, tierra para sembrar cuanto tabaco tenga a
bien i para plantar semeutcras de lo necesario para su familia
i sus peones i para vender en los tnercados 1 úbli os, i le avanzo,
adema·, cierta urna en dinero · gnn el núrn ro de matas de
tabaco qne siembre; i amHtne n es obliO'<tcion mia darle
ntas avanze , siempre le hago anticipacione: n carne i mer-
cancía q ne necesita para el so te u ir 1 icnt de su familia. Estas
anticipaci nos se lUe pagan en tabaco.
Mis propiedades se h, llan diYiuidas en funde. cione"', tenien-
do cada fundacíou cierto número de co e ~her i nno o dos
vijilante o c01ni ionados c1ne ejercen una e pccie do 1 olicía,
-3-
para impedir que se venda a estraños el tabaco. c?sechado en
mis tierras i vendido a mí por fondos recibidos ant1c1padamente.
El cosechero con su familia i sus peones, i con mi ausilio,
n1uchas vezes personal, cultiva la sementera, i periódicamente
recoje las hojas de tabaco que pone en hilos al aire en grandes
ramadas que se llaman oaneyes: seco ya el tabaco, lo conduce
a la respectiva casa de recibo, donde se pesa i se anota en un
libretín que posee cada cosechero. I..~os domingos reciben todos
los cosecheros en An1balema el precio de lo que han entregado
en la semana, segun las estipulaciones del contrato.
La situacion de los cosecheros es i ha sido mui ventajosa;
i si no fuera por la neglijencia i abandono de aquellas jentes,
todos, es seguro, habrían hecho ya alguna fortuna pnesto que
no hai uno solo que se haya distinguido por su frugalidad i
economía, que no haya logrado al cabo de corto tiempo reunir
un haber suficiente para salvarlo de la destitucion i proporcio-
narle comodidades que en el pueblo de Cnndinamarca i todo
el centro son totalmente desconocidas. I esto es natural: el
cosechero dispone, al rededor de su casa, de lo necesario para
alimentar su familia i sus trabajadores, quedándole siempre un
fuerte sobrante en frutos que espende con prontitud i ventajas
en el mercado de Ambalema. El trabajo de mantener en buen
estado su sementera i de recojer, colgar i secar el tabaco es, si
bien asiduo, cómodo i sencillo: tiene, ademas, su venta asegura-
da, i el precio que se :fija de tres pesos por arroba es mas que sufi-
ciente para remnnerarle i le deja libre un principio de ahorros.
Este contrato especial, sui generis, participa en m ui poco
de la cualidad de arrendamiento, pues que en el arriendo la
cantidad es índispensablementejija, miéntras que en aquella
utilidad que reporta el dueño de las tierras es altamente in-
cierta i variable porque depende de dos circunstancias: l.a de
la cantidad de tabaco qne entregue el cosechero; i 2.a del
mayor o menor precio que dicho tabaco tenga en el n1ercado.
N o solo esto: cuando, como en 1860 i 1861, el precio en el
mercado es inferior al que pa9a el dueño de tierras, este obtiene
i tiene que sujetarse a una perdida neta, no solo en el valor a.
qt~e lo compra sino en cuanto al producto de su propiedad
ra1z, que viene a ser totalmente nulo, perdiendo tambien los
gastos de su tren de empleados i su trabajo personal que tam ..
bien pone en el cultivo i cosecha del artícnlo.
Contrato por arrendamiento seria aquel que se lleva a cabo
en los terrenos de los señores Samper i O, a en que el arrenda-
tari~ paga una omntidad fija por el uso del terreno, q nedando
en libertad de vender el tabaco que produzca. No así en mis
terrenos .donde para el cultivo i producto del tabaco, no solo
pongo d1chos terrenos i ausilio con dinero, carne, mercancías i
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. herramientas a los cosecheros, sino qne personalmente i con
un número reqnP-table de empleados intelijentes, invijilo las
operaciones de siembra, de limpieza, de cojida, de secar i hasta
de verificar la entn~ga.
Ni tampoco pnede decil' e (]ne este contrato con~titnyera a
los co, eche1·o en colono . Vé(l'G i no. lo q ne die¡"\ el diccionario
ca~tt> 11 ano <le Sal vá: art1cnl o '' 0Jlonn." " El lal>Ntdor que
cnltiva i lctbl'lz algnna Ael'edctrl por ct,•rendarnirmto i vi ve en
ella." E..; d >cir, <]lle an n'lttari'1 i cnlnnn e · nnn. mi.::ma co~a.
Q H~ e arJ'01Hl:,tario? Veamo~ el mi..;mo dicciona.ri~~, artí-
culo ' • AI'J'enrlatrt/r·io." ''El que ·recibe en arriendo alguna he-
redad o posesion."
Qné co a e arriendo? Arriendo, segun el mi m o diccionn.·
rio, i anenrlnmiento e ' contrctto pm· el cuctl ~tno goza, por
pr·ecio convenido, la finca o heJ•edad de que otTo es pl'<}pietario."
Es decir, que el precio debe. er convenido, circunstancia esen·
cial para que el contrato sea de arrendamiento.
Segun la cornun interpretacíon i las leyes vulgares de
ju ticia, los cosecheros de mis terrenos de Pajonales no son,
ni han sido, arrendatarios ni colonos.
Ya he demostrado ántes que este contrato eA mútunn1ente
ventajoso; que de todo n1énos de leonino 1 tuticipa, i que los
provechos q ne reporta a árn bas parte~, i e ·pecialmente a los
cosecheros, son injente , notables, palpable·, i con ellos en vez
de desfalcarse la riqueza pública i de favorecertie, sea el desen-
freno, sea la indolencia, ámba se atacan formal mente fomen-
tándose el progre o i la Inoralidad, egnn las mas comune leyes
económicas. En efecto, todo contrato en qne se recibe en
pro¡ orcion a lo qne se produce, es esencialmente justo i venta-
JOSO; i todo contrato en q ne el que da solamente 1< indu ·tria
tiene asegurada. la subsi tencia, e altamentP. rn ralizador. En
Pajonales el cosechero tiene terreno en que 'eml>rar lo nece-
sario 1 ara sí i los suyos, i para vender: el día en qne quiere
abandonar las tierra~, yo e toi com¡ rometido a remnnerarle,
a juicio de perit R, el valor de sn caneyes i dcmas en éres
inamovibles que haya costeado, lo mismo que sus sementeras:
ademas, para trabajar i cnltivar tiene an ilio i adelantos en
dinero i en especies qne 1e hago yo segun el Húmero de matas
de tabaco que siembra, i e toi obligado a e wprarle cuanto
tabaco prodnzca, aunque el1 recio en el mercad ea inferior al
estipulado, abonándole en dinero i por pago de anticipaciones
el valor de sn }Jl'odnccion. El contrato es pue , fácil, cómodo,
ventajoso i moralizadoe. (V éa e letra A, model del contrato.)
E to para probar q ne delante de la jn ticia, una conspira-
cion inicua que se ha urdido contra mis propiedades, es atenta-
toria, dolos~ i culpable. 1\Ias abajo xmninaré el pnnto l~gal.
-5-
II

.Ademas de los d neños de tierras hai en A m balema otros


negociantes qne especulan en tabaco, los cuales lo obtienen
bien sea de algunos cosecheros libres de contratos, dueños de
terrenos en pequeña e cala; de los arrendatarios que están en
libertad de vender el tabaco, o de los mismos cosecheros com-
prometidos, obligándolos con el aliciente de nn n1ayor precio
a faltar a sus compromisos. Fácil mente se concibe que estos
negociantes paguen a mayor precio el tabaco, cuando ellos no
ponen terrenos, ni dinero, ni ansilios, ni trabajo personal, ni
cuidado de empleados; ni tienen tampoco que corre¡ riesgos
de rdnguna clase.
Estos negociantes sin tierras han realizado injentes utilida-
des i llegado a ponerse en primera línea entre las casas de A m ha-
lema. Mnchos de ellos, muchos, digo, porqne hai tarnbien un
gran número de negociantes honrados que han sabido n1ante-
ner a raya sn deseo de ganancia por las nociones de n1oral, se
han entregado a esplotar los co echeros comprometidos, esta-
bleciendo una especie de cruzada secreta para obtener lo que
pertenece a otros.
I ha sido tal el escándalo, i tan grande el empeño de estos
zánganos en robarnos a los dueños de tierras, que nos hemos
visto predsados a estipular infinitas condiciones con los cose-
cheros para ponernos a cubierto de un de pojo i un saqueo en
que ellos llevan la ventaja, pues qne ofrecen ajen tes ignorantes,
desprovistas de nociones ciertas de In oral, el incentivo de nna
ganancia inmediata i segnra. Es por esto que desde la estipu-
lacion 2.a del contrato, casi todas JaR siguientes tienden a impe,
dir el que se venda por fuera el tabaco; teniendo el dueño de
tierras que mantener una verdadera policía en ella", teniendo
que coutar los hilos de taLaco i hacer patrullas o visitas domi-
ciliarias en altas horas de la noche. E to aparece a primera
vista di gnstante para todo hombre digno, i lo es en efecto;
pero debe atenderse, por una parte, a que los cosecheros son
ignorantes i con frecuencia aventureros de lejanas tierras que
van a aquellos climas llevados solo por el deseo de ganar plata
a toda costa j i por otra, a que los negociantes zánganos, como
~os lla~aré en adelante, les oÍl'ecen con fervor uua ganancia
1nmed1ata, los engañan, los indi 1 onen contra el dueño de tie-
r.~as, l_os .e cit~n al robo i, en suma, apoyados en su mayor inte-
bJencla 1 cap1tal, los esplotan.
/ Yo no e u Jpo a los iufelizes, i por eso los he perdonado rele-
van dolos de los fuertes cargos qne pudiera hacerles i de las
multas en que han incurrido. Culpo a los que, colocados por la
fortuna en un lugar mas elevado, emplean sus conocimientos i
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sus riquezas en corromperlos. Sabido i público es en A m balema
que en cierto dia del mes de mayo, un escalente amigo mio
escitaba a uno de esos caballeros a que trab~jascn por fundar
escuelas i hospitales en aquella ciudad, a dar algnn alimento
moral a esa poblacion fuerte, valerosa i robn ta, que por des-
gracia suele desviarse a la crápula i al de enfreno: pues bien,
este caballero que debe su fortuna a ese pueblo de infelize ,
respondía: "qué nos importa que e tos hombres inmorales
"vivan i 1nueran como brutos? nosotros no venimos a este clima
"a enseñarlos sino a ganar plata, i cuando la hayamos ganado,
"nos vamos a otros lugares a gozar de ella i qne se queden estos
"diabl~ como puedan." I tan cierto es que a í piensan estos
caballeros, que hace algunos años ofrecí un edificio para un
hospital i $ 200 anuales para su sostenimiento, porque en Am-
balema, en esa mina de oro, se mueren los febricitantes en las
calles como perros; i de tantos nabab como han acumulado
allí millares de pesos, solo unos pocos señores caritativos se
asociaron a mi idea que, por falta de fondos, no pudo llevarse
a efecto!!
Los negociantes zánganos han llevado adelante una guerra
cruda contra los dueños de tierras, i en esa gueira hemos tenido
que armarnos de condiciones minuciosas, i con frecuencia de
revolvers, para defender lo que nos pertenece.
III
Ya he dicho que hasta abril del corriente año babia existido
entre mis cosecl eros i yo la mas perfecta armonía: pero en 6
de marzo de este año e sancionó en la amblea lejislativa
del Estado del Tolima la lei reformatoria del Código civil, cuyo
artlcn lo 13 dice así:
" En el arrendamiento de tierras o prédios rú ticos es prohi-
" bida toda estipulacion que tenga por objet prohibir al colono
"o arrendatario el di '"' p ner libl'emente de lo frut de la cosa
"arrendada, vendiéndolos o enajenándolos a quien a bien tenga.
"TodG-acto, e tipnlacion, contrato o simn1acjon en contra de
"lo qne di pone etSte artículo, o que tenga por objeto o resul-
" tado eludirlo, es nulo i hace que el arrendador pjerda t do
"derecho pr veniente del contrato. Los nJi mo efectos produ-
" eirá todo acto, estipn1acion o contrato que en dichos arrenda-
" mientas tenga por objeto o resultado el estnbl cer una depen-
" dencia del arrendatario respecto del arrendador, u obligacio-
" nes gravosas n aquel, que no . ., an de la esencia o naturaleza
"de1 contrato couforme al título 26, libro 4. 0 del ódigo Civil."
I el artículo 14 que dice así:
"El período para el desahucio de los contratos de qne habla
'· el artículo anterior, se entend rá si mpre ser el de un año.
-7-
"En caso de desahucio el arrendatario no está obligado a des..
"ocupar la finca sin que préviamente no le hayan pagado las
'' mejoras necesarias i útiles q,ne haya pue~to en e1las." .
Apoyados en estos dos art10nlos demasiado ~laros d~ dicha
lei, hicierou los negociantes zánganos que m1s pro~Ied~des
fuesen invadidas i mi tabaco vendido a ellos, segun abaJO histo-
riaré. Es preciso, pues, examinar si legalmente, ya que !lo en
lo moral, puede apHcarse dicha lei al caso en que estan los
cosecheros en mis tierras de Pajonales.
Si lograre probar qne no se trata en ella de los contratos
preexistentes en mi hacienda dicha de Pajo nales, habré demos-
trado que al quererlos incluir se ha obrado de ma~a fe; qne .al
comprar el tabaco que segun el contrato. s.olo a m1 perte~eCia,
se ha comprado lo robado, lo mal adqUind ; qne al esmtar a
la venta, se ha entrado en complicidad con los ladrones, s~ ha
incitado al robo: i si lograre den1ostrar que los ladrones du·ec-
tos han confesado su crímen, espantados de lo que han hecho,
i declarado haber sido engañados e instigados; entónces, el
autor o autores de tales instjgaciones o engaños, serán autores
principales, fautores hipócritas de uu robo en grande escala.
Dice el artículo 13: "En el a'rrendamiento de tierras o
prédios rústicos &.a &.a" iEn qué es que se prohibe algo~ En
el arrendamiento de tierras. i Doi yo mis tierras en arrenda-
tniento ~ Veámoslo.
Dice el artículo 1979 del Código Civil de Cundinamarca,
título 26, libro 4. 0 : "El arrendarniento es nn contrato en que
dos partes se obligan recíprocatnente, la una a conceder el goze
de una cosa, o a ejecutar una obra, o a prestar un servicio, i la
otra a pagar por este goze, obra o servicio un preoio deter~
minado.''
Yo doi el goze de una cosa, es evidente. Por q né lo doi, en
cambio de qué~ En ca1nbio de un preoio dete?'?ninado? N o.
Un cosechero puede entregarme hoi, segun nuestro con~
t:at~, mil arrobas de tabaco; en el arro pró .. ·imo doscientas; al
s1gu1ente puede perderse la cosecha i yo no recibiré un centavo
de pr~ducto. Si hoi recibo mil arrobas de tabc co <1ne co1npro
a $ 3 1 vendo a $ 4, habré obtenido $ 1,000 por arriendo i por
:emuneracion ?el trabajo de mis ajentes i 1nio, así como por
mteres del capt~al avanzado al cosechero i del que se emplea
en la compra: s1 mañana vendo esas n1il arrobas de tabaco a
$ 5, entónces habré recibido por los mismos motivos $ 2 000 ·
..
1 Sl mas tarde las vendo a 20 reales, habré hecho una pérdida
' '
neta de $ 500, mas el interes de mi capital, rnas el producto
que naturalmente deben darme mis tierra~, tuas loB suoldos
paga~os a un n?meros? tren de empleados i, en fin, mi propio
trabaJo formal1 mater1al empleado siempre en la direccion de
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los trabajos. Si mis cosecheros entl·egasen veinte mil arrobas
de tabaco a $ 3 a qne estoi obligado a tomarlo, a tiempo que
en el mercado el precio del artículo fuese ~Solamente de $ 2,
qué resultaría para n1Í? Que perdería$ 20,000 inmediatamente,
tnas el trabajo &.a &.a qne dejo enunciado. Mayor incerti-
dn mbre en el precio no puede existir jamas: el precio que yo
recibo es precisamente 1o contrario de lo que exije la lei; yo
recibo indeterminc¿darnente, cuando Tecibo, i es condicion del
contrato de arrendamiento, es esencial en él, que el precio sea
detm·mina do.
El artículo 1981 de1Inismo Código i libro dice: "El precio
puede consistir ya en dinero, ya en frntos naturales de la cosa
arrendada; i en este segnndo caso pnede iij ar e una cantidad
determinada, o nna cnota de los frntos de cada cosecha."
Y o doi el goze de un prédio rústico, i recibo en pago de este
goze mil arrobas de tabaco: he aquí el arriendo. Doi el goze de
un prédio rústico i recibo en pago Ja tercera parte de la cosecha
en frutos: he aquí el arriendo.
Pero lo que sucede en mis tierras de Pajonales, no es que
yo reciba en pago una suma en dinero, ni una cantidad deter-
minada en frutos, ni una cuota parte de la cosecha, que es lo
que la lei llama arrendamiento, sino que recibo i tengo que
recibir toda la cosecha; PERO el contrato no concluye ahl. Para
completarse, es necesario que yo pague ademas al cosechero
a mi turno, una suma convenida por arroba de tabaco, sean
cuales fueren las continjencias de precio del artículo. Si yo
rehusare recibir el tabaco o entregar el precio convenido, el
cosechero puede no solo no pagarme, sino obligarme al recibo
del a especie i entrega de su valor. Es e encial en este con trato el
que yo compre lo que el co echero me paga, si puede decirse así.
Si, pues, el cosechero puede exijirme precio por ]os frutos
que me entrega, este contrato no es cu'l'endam~ento: i si es
arrendamiento, yo puedo tomar su cosecha en pago, segun la
letra de la lei, sin que aquel tenga derecho alguno contra mí.
rero ninguna de las dos cosa sucede de por sí: ámbas son
inseparables; luego este contrato no es ni ha sido de ar·renda·
miento, i así 1o han testificado unánimemente mis cosecheros.
Qué contrato es, i si tiene nombre en derecho, decídanlo
los qne en esta materia sean doctores.
Pero demos por sentado un disparate: que la lei se hu bjera
sancionado esclusivan~ente con el objeto de afectar estos con-
tratos: i seria justo, seria legal el hecho de poner dicha lei en
ejecucion en el aeto de su publicacion ostento a en A m ba1emn,
cuando, en tal caso, ella afectaba contratos anteriores i concul~
caba perfectos i sagrados derechos adquiddos ~ Las autoridades
encargadas de hacerla cumplir, han debido comprender bien
-9-
esto i la enorme injusticia que en dicho caso se encerraría, a
no ser qne las mismas a.u toridades hubiesen tenido interes
personal en verme saquear.
Vengamos ahora a la hjstoria de lo acontecido, que fiel-
mentes~ esplica en la sigu~ente protesta que tras~ribo íntegra-
lnente, i que hice levantar 1 e tender en uso de m1 derecho.
Es aquí el punto de declarar, como declaro, .ql~e ~al ~r?testa
no se ha ·erificado sino como un documento h1stonco, 1 Jamas
como apoyo para ju ti:ficarme por la dilacion en el cumpli-
mjento de aJgnnos de mis compromiso , o para cebarme c:t;llos
qne han sido iu trumentos para cansarme tan graves pérd1das.
(Véanse los documentos números 1. 0 i 2. 0 ) A Dio gracias~
poseo aún bastante para pagar tres vezes lo que debo; esto1
acostumbrado a rudos golpes de fortuna, i he l erdonado públi-
camente a los que me han dt3sfalcado por ignorancia. Respecto
de los instigadores, este será asunto para mas tarde.

IV
lle aquí la protesta:
Instrumento número ciento diezisiete. En la cabezera del
Circúito de Notaría de Ambalema, a cuatro de mayo de
mil ochocientos sesenta i tres, ante mí el N otario público,
i por ante los tes6gos señores Meliton Salazar i Oárlos Rasch,
se presentó el señor Manricio Rizo, vecino de Bogotá, mayor
de veintiun años, a quien doi fe que conozco, i dijo que
hace la siguiente protesta: "Tengo una casa mercantil esta-
blecida en Bogotá, con ramificaciones en el Canea i Antio-
quia, i otra en Lóndres: tengo una casa en esta ciudad con el
principal objeto de la produccion de tabaco para su remision
a Europa, que ha sido el fuerte de mi negocios. Para este
efecto i para contar con plena seguridad con este artículo, que
dehia servirme para atender a mis fuertes compromisos en
aquel continente, celebré desde tiempo anterior contratos con
nn crecido número de individuos denominados cosecheros,
constituidos bajo las siguientes bases, segun el documento. Yo
estaba comprometido a dar a cada uno de estos co echeros i
sin re m nneracion alguna, terrenos para sembrar el número de
matas de tabaco que quisieran, por el cual recibirian de mí tres
pesos de ocho décimo:s por cada arroba de las que me entrega-
sen ..A darles una anticipacion en diuero, para el fomento de
sus s1em bras? de dos pesos por cada mil matas de la que sem-
brasen en n11s terrenos. Aunque esta suma e~taba fijada como
bas.e de anticipacion, sit:mpre escedió en mas del triple con
cas~ todos lo~ culti~adores, pues ade1nas de las sumas ele que
ten~a~ necesidad, 1 se les daban en el acto que las pedian,
rec1b1an carne, mercancías i las herramientas necesarias para
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sus trabajos, debiéndome en consecuencia muchos de los cose.
cheros snmas que no alcanzan a cubrir ~1 valor de sus planta-
ciones. Para su mayor desahogo les permitía i tienen todos
plataneras i varias otras siembras. Los cultivadores por su
parte estaban comprometidos a lo siguiente: A sembrar el
mayor número de matas de tabaco po ible i a entregar su pro-
ducto única i esclnsivamente a mí o n1is ajentes, verificando
esta entrega con todas las condiciones de tabaco de recibo. A
permitir que por mí o rnis ajentes se vijilasen libremente sus
plantaciones, con el objeto de activarlas, i sus cuneyes o depÓ·
sitos del tabaco para cerciorarme por medio de empleados al
efecto, del número de hilos que tenían co,iidos i colgados, o sea
la cantidad de tabaco que tenían disponible para entregarme.
A no consentir en las posesiones, caneyes, &,a tabaco ajeno para
guardarlo ni depositarlo, ni consentir en ellos peones ni depen-
dientes q ne no fuesen del gusto de mi casa. A no negociar en
compras, ventas, ni cam bíos de tabaco, ni especular sobre este
artículo; pues todo el que sembrasen, cultivasen i cojiesen,
debía ser para mí esclusivamente, estando en la obligacion de
llevarlo a su costa a las casas de recibo que yo o mis ajentes les
indicásetnos. A pagar de contado a mí o mis ajentes ocho pesos
por cada arroba de tabaco que faltase en la cueRta llevada por
el respectivo comisionado o visitador, con mas, los daños i
perjuicios que, por haber dispuesto del tabaco, me pudiesen
sobrevenir. A perder a favor de mi casa los tabacos que se
encontrasen fuera de los caneyes, i que iendo de su cargo,
apareciesen en otros caneyes, casas, plantaciones o montes, sin
pei:i uicio de pagar la In ulta de ocho 1 esos, es ti pula da por cada
arroba de tabaco comprendida en e ta cláusula. A conceder,
en virtud de las estipulaciones anteriores, i en caso de faltar a
alguna de ellas, pleno derecho a mí o mis ajentes para espul-
sarlo de los terrenos, sin tener por esto motivo alguno de queja
i en cuyo caso les seria abonado por mí, previo avalúo, el valor
de los edificios, perdiendo ellos el derecho al tabaco 1 demas
sementera . Finalmente, a no vender la posesion ni poner otro
a mm ejarla in permiso 1nio o de mis ajentes. Por mi parte,
no olo he llenado todos los compromiso que me impuse por
este contrato, sino que espontáneamente, i como un nuevo
apoyo, les permití establecer sementeras de tnaiz, el beneficiar
algunos árboles frutales i el sostenimiento de animales en so~a
para su servicio i la movilizacion de sus productos. Todav1a
hice mas: contraté i he mantenido al ervicio de los cosecheros
i de n1is emplcad05 al doctor Cayctano Lombana, en su calidad
de. ~ ',dico, con un sueldo fijo pagado de tni propio pec.ulio para
aststtrlos en sus enfermedades, habiendo llegado varias vezes
el caso de traer a tni propia casa a algunos de los cosecheros i
-11-
ser asistidos i curados en ella sin exijirles la mas pequeña
remnneracion; en fin, siempre he prestado mano fuerte, con-
forme a las necesidades de cada uno de los cosecheros, para
activarles i ayudarles en el progreso de sus empresas en jeneral
i de sn biene tar domé tico en particular. Con el fin de fomen-
tar i dar impulso al tabaco de mi hacienda de Pajonales, me
trasladé a esta ciudad que dista dos millas de dicha hacienda,
en agosto de mil ochociento sesenta i dos. La corta distancia
me pennitió vijilar con frecuencia por mas de ocho meses las
siembras del tabaco i dar a los cultiYadores toda clase de ansi-
líos, haciéndoles oportunas indicaciones que tenian por objeto
aumentar la produccion, mejorar la calidad del artículo e
impedir hasta cierto tiempo la estraccion clandestina del tabaco.
Debido a estos medios i a la vijilancia de un tren numeroso de
empleados escojidos, me prometía i contaba ya con los mas
halagüeños resultados. Las siembras habia.n sido hechas en una
época de completa paz: había crecido considerablemente el
número de cultivadores, i los que estaban establecidos de tiempo
a tras habían aumentado sns plantaciones. La estacion no podia
ser mas favorable; las instituciones me dab,an completa garan-
tía, de manera que no solamente yo sino todos los empleados
de mi establecimiento, cmnparando el brillante estado de la
cosecha con el de los años anteriores, en los cuales no había
concurrido un cúmulo de circunstancias tan favorable a la
produccion, calculábamos i tenímnos por cierto que Pajonales
daría en la presente cosecha mas de diezi eis mil arrobas de
tabaco. Pero un acontecimiento inesperado vino a destruir de
un golpe todas mis e perauzas, arrebatándome el producto de
la hacienda cuando apénas principiaba la cosecha. La Asam-
blea del Estado Soberano del Tolima espidió una lei facnltando
a los arrendatarios o colonos para disponer libremente del fruto
de las cosechas, Por el documento citado se ve claramente que
en mis terrenos no tenia yo ni los uno ni los otros, pues con
cada uno de ellos había celebrado un contrato especial para la
prodnc?ion del tabaco que. los co.lo.caba en la línea de sitnples
contratistas. Pero esta le1, 1nahc10samente interpretada por
algunas personas interesadas en obtener ventajas de los cose-
cheros, les hicieron creer estaban autorizados para vender el
tabaco, como si fuesen arrendatarios 7:- i como si en caso de que
lo hubieran sido, la lei pudiera tener aplicacion en los contratos
c~I~br~dos ántes de que ella se sancionara. La necesidad de
VIJllar 1 fomentar las plantaciones de tabaco que tengo en mi
establec~mie~lto de Jirardot, me ?bligó a ausentarme por unos
P.ocos d1as 1 me encontraba alh, cuando de mi casa de esta
Ciudad se me avisó por posta la publicacion de la lei, su torcida
* Léase el documento número 3.
-12-
interprctacion i el completo saqueo que tenia lugar en Pajonn·
les. Regresé inmediatamente a e, ta i al llegar me dirijí in me·
diatamente al Prefecto, señor Uladi lao Po ada * i le hice
presentes lo hecho qne tenia conocimiento sucedían en Pajo-
nales, oca, ionados por la f,ll a interpretacion de la Jei i la mala
fe tle lo compradore , pidiéndole a la VfZ proteji se mi }Jropie-
dad e hicie e ejecutar la lei en sn verdade ro sentid . El señ >r
Pref•cto, annque conveneido de lo ,in to de mis razonamientos,
de la justicia qne n1e asi ' tia i concediéndome el derecho para
obrar en defen a de mis intet·e e , ningnna pro idencia dictó
que me pn iese a cubierto. Resolví entónces mandar a Pajo-
nales uno tle mi emJJleados a cerciorarse de la situacion i
tratar de impedit·, por cuanto medios estuvieran a su alcanze,
que los cosecheros vendieran el tabaco e impidiese la interna-
cion de lo compradores a los caminos priYad< s de la hacienda
que conducen a los caneyes, previniéndole respeta e los dere-
chos de los tran eunte por la vía pública que atnivie a la
hacienda, por se1· un camino nacional: le ordené a la vez
aO'ota e t~_ dos los medios 1 gales q ne fneran compati bies con las
circun tancjas para impedir la traccion del tabaco, debiendo
en último caso protejer mi propiec.lau de la manera que j nzgase
n1as oportuna. Mi permanencia en esta ciudad era de la mayor
importancia para recabar de la autoridaJes una proteccion
eficaz j poner en claro mis derechos. Por varias cartas que
desde Pajonales me clirijió mi ajente principal, señor Daniel
Díaz Granados, me manife. tó la completa de moralizacion de
los cosecheros i el de caro de los compradores, por lo cual
comprendí, egun él me indicaba, el'a imposibl hacer frente a
la sitnacion e impedir a los co ecberos Yendie en el tabaco,
pue to q ne en sn concepto era un hecho cierto que algnnas de
Jas autoridades hal ian tomado una parte activa en la desvir-
tuacion de la lei. Se fundaba para decirlo así, en que varios
compradores i 111nchos de los c() echeros le habían a egurado
que el Prefect , . eñor Uladi lao Po ada, i el Alcalde, doctor
Zoilo Correa, a quienes habian consultado la manera de
entenderse la lei, les habian dicho estaban en plena libertad
para conq rar lo nno i para vender los otros, pudiendo los
compradores internarse en las ias privadas de la hacienda para
verificarlo. Recibí de ·mi dicho ajente una solicitud que a mi
notnbre elevaba al Prefecto, qne lo era ya el eñor Mariano
Molan , en la cnal le d nnnciaha lo hc<.:hos que tenian lugar
en mi hacienda ele Pajouale , i en con ecuencia le pedía. pro-
teccion para. impe<.lir la violacion le mi propiedad i el robo de
tnis jntereses. Para dnr mayor fuerza a sta olicitud la acom-
pañé con otra en iguales términos, poco ruas o ménos, i ámbas
• Véase documento número 4.

-13-
ft1eron resueltas negativan1ente. * Como mis en1pleados habían
tratado de evitar, segun n1is órdenes, el saq neo de ]a hacienda,
poniendo a los compl'adore". todas !as trabas. p~sibles, l~s inte-
resados hicieron creer a las antondades ex1st1a en Pa.Jonales
una gnerrill~ o de tacamcnto qne impedía el pa o, i ~~n que
había comettdo algnnos e~ce o , pues como tales se cahficaron
los e fnerzo qne para impedir la compra del tabaco pusieron
en práctica. *-K· Ya el señor Uladi lao Posada me babia dirijido
una carta, en la cual me prevenía rliese órden a mi ajente, señor
Dí,tz Granados, di::;ol vi e e nn de tacamento que dicho señor
sostenía en mi hacienda. E ta carta la remití a nli ajente
haciéndole presente las q nejas del señor Posada, i éln1e con-
testó negando la existencia de tal destacamento i diciéndome
que únicamente impedía a los ajentes de las ca as de esta
ciudad vel'ificasen la compra del tabaco. El mismo dia que mi
solicitud i la de mi ajent~ fneron elevadas al Prefecto, e te dió
órden al 1\.!calde para qne a la cabeza de un piquete armado
pasase a Pajonales i di 11lvie e nn de tacarnento o gnerrilla qne
se decía existía allí. -K·** El Alcalde en virtud ue e ta órden, i
acompañado de un piquete de la poltcía, de algunos ciudadanos
i de algunos compradores ele tabaco, completamente armados
i apoyados por los mismos cosecheros, se presentó en mi hacien-
da i notificó a mis empleados se presentasen en esta ciudad, lo
cual verificaron viniénJo'"'e en su compañía, quedando así
completarnente de amparado mi establecimiento. A conse-
cuencia de los medios que misajentes pn ieron en práctica para
impedir se tne est.r::~j ese el tabacn, e les siguen hoi ante los Tri-
bnnales juicios civile i ann se han intentado criminales,*·*-**
ocasionados estos últimos porq ne se vieron en el ca o de emplear
algunas vezes la fllerza para impedir el saqueo. Los perjnicios
que me ha oca iouado este acontecimiento son incalculables.
Contaba con este tabaco, el cual e taba comprometido a entre-
gar en Europa pat·a hacer frente a mis mas graves compromisos
habiendo recibido a cuenta fnertes auticipaciones. El no cum:
plim iento, aunq ne in voluntario, de la re m isi on del tabaco
comprometido a entregar en Europa, para hacer frente a 1ni
pasi v?, haciéudom~ carecer. ?e la base. principal de rn is espe-
culaciOnes, rne hara dar un J1ro n nevo 1 enterarnente contrario
a mis negocios, cnyas consecuencias no pnedo calcular. Ea
cuanto a la pérdida material del número de arrobas de tabaco
que he dejado de recibir, teniendo en cuenta el producto que
e~ta cosecha ha dado en los años anteriore , i el estado sin
eJemplo de la presente, no la calculo en ménos de dieziocho a
* Véase documento número 6.
** Véase documento número 6.
*** Documento número 6.
*** Véa8e documento número 6.
-14-
veinte mil arrobas. En fue·rza de los hechos qne dejo relacio-
nad0s, protesto de la manera mas solemne por los perjuicios
que se me han ocasionado. Hago de antemano respon ables a
las autoridades i a los individuos que han contribuido a la
torcida interpretacion de la leí, de los perjuicios q ne he snfrido:
a los compradores que han negociado con nn artículo qne me
pertenecía, haciéndo e así cóm plíces de un hurto, i a los cose-
cheros que han dispuesto del tabaco, violando así el contrato
que existia con ellos. Si la interpretacion que ha ta ahora le han
dado a la leilas autoridades indicadas llega a ser e1 jonuino sen-
tido de ella, entónces protesto contra la lei, porque conculcaria
los principios j en erales de lejislacion, con el hecho de darle un
efecto retroactivo, e interpretada así atacaría los mas sagrados
derechos de propiedad. Todavía protesto mas, para los efectos
morales i legales. Y o comprendo la lei de seis de rnarzo del
presente año; i del contesto de los artículos trece i catorce, se
ve claramente que la facultad de vender libremente los pro-
d netos se refiere a los col nos i arrendatarios; es decir, a los
ciudadanos que han tomado alguna cosa en arrendamiento,
pero no siendo, como no son ni han sido jamas, anendatarios ni
colonos los individuos que han sembrado, cultivado i cosechado
tabaco en mis posesiones de Pajnnales, sino unos contratistas
comunes que, con mis tierras, mi dinero, mis ausilios de manu.-
tencion 'i mi ayuda personal i la de mis ajente , han estado
produciendo el tabaco qne me tenían vendido do de tiempo
anterior a precios convenidos, atendidos los apoyos qne yo les
he dado, segun el contrato. Siendo esto a 1, como lo es sin dnda,
se ha violado la lei, la Oonstitucion i todos los derechos natu-
rales que tengo en mis propiedades, por todos los que, en calidad
de autoridades, de comprado¡·es de tabaco, o de cualquiera otra
manera, han incitado a mis cultivadores a vender el tabaco
producido que me pertenecía segun contratos anteriores. Mas,
suponiendo que esa lei abrazase, contra la razon, la j u ticia i
la filosofía, a los qne tenían e os contratos, si por con iguiente
concnl~se mis sagrados derechos i los de los de mas que se
encuentran en el mismo caso, entónces esa lei seria atentatoria
por inju ta e incon titucional. I en tal caso, yo protesto, para
hacer valer mis derechos, ante )as autoridades ejecutivas, judi-
ciales i lejislativas en el Estndo, o ante la Suprema O rte de la
N acion o el Oongre o de los Estado U nidos de Oolotnbia, hasta
donde me lo permitan las instituciones del pais. I en último
caso, yo protesto solemnemeute para ante el gntn tribunal de
la opinion pública, por el atentado inmoral con que e,e me ha
arrebatado el fruto de mi trabajo, poniéndome en impo ibilidad
de cumplir por ahora con los comprometimientos (1ue tengo en
Europa de entregar fuertes sumas de arrobas de tabaco, com-
-15-
prometimientos de honor comercial i privado qne contraje con
bnena fe, contando con el producido que en la presente cosecha
debieron entregarme con escrupulosidad i honradez mis culti·
vadores de Pajonales, a quienes tengo anticipada nna gran
suma en virtud de nuestro contrato, de que he hecho referencia."
N o se pagan derechos ue rejistro por estar suprimidos en este
Estado. I habiendo leido e te in trumento el interesado, señor
Mauricio Rizo, dijo q ne ]o aprobaba i aprobó por estar a su
satisfaccion; i firma, todo en pre encia de los testigos instru-
mentales al principio citados, mayores de veintinn años i veci-
nos de este Circúito de N otal'Ía, quienes igualmente firman
conmigo de qne doi fe. Queda advertido de que la copia de
este instrumento debe rejistrarse en la oficina de Rejistro del
Oircúito.-MAuRrcro RIZo.-Testigo, Oárlos Rascl¿.-Testigo,
.Meliton Salazar.-El N otario público, NicanOT García.
Es fiel i segunda copia de sn orijinal, a que me remito en
caso necesario; i en fe de lo cual doi la presente, en nueve
fojas útiles, para el señor Mauricio Rizo, en Ambalema, a
nueve de mayo de mil ochocientos sesenta i tres.
El N otario público, Nicanor García.
Queda rejistrada en la Oficina de Reji tro del Oircúito
de Ambalema, a los folios veintiuno, veintidos, veintitres,
veinticuatro, veinticinco i veintiseis, partida número treinta i
nueve, del respectivo libro número segundo, hoi once de mayo
de mil ochocientos sesenta i tres.-Francisco Anga1·ita.
V
Snpongo que la anterior protesta i los documentos que llevo
citados se habrán leido con atencion. Oreo haber probado qne
este contrato no se ve afectado por la 1ei de 6 de marzo de
1863: lnego al quererlo incluir en ella se ha obrado con mala fe.
Pero ademas de esto, los documentos comprueban cla-
ramente:
Lo Que el Prefecto del Departamento, señor Uladislao Po·
sada, el Alcalde doctor Zoilo A. Correa i otros varios zánganos
aconseja~·on a I?is cosecheros que ;endiesen el tabaco que m;
perteneCia. (V ean~e documentos numeros 1, 2 i 6).
2. 0 Qne esta conspiracion se mantenía tramada, porque de
antemano se ~abia. hecho que los cosecheros guardasen el
tabaco que ten1an listo para entregar, hasta tanto que la leí se
publicara. (Documentos números 1 i 2).
3.o Que el señor Uladislao Po~ada dejó el puesto de Pre-
fecto, al mom~nto en q ne yo empeze a poner en claro los hechos
como se ve por la circunstancia de que ea 13 de abril er~
Prefecto, i que en 24: del 1nismo mes ejercía el señor doctor
Mariano Molauo.
-16-
4. 0 Qne ajentes de él i de otros zánganos entraron a com-
prar tabaco a mis tierras que son propiedades privadas rnias.
(Do en mentos números 3 i 6).
5. 0 Que no se publicó la lei hasta tanto que yo estuve
ausente, como se ve de mi pr·otesta.
6. 0 Qne gran part'e del tabaco entró a los almacenes de los
señores Toro IIermanos, de quienes es ajente el mismo señor
Posada. (Documento número 3).
7. 0 Que se urdió la trama de que había guerrilla en mi
hacienda de Pajonales, se hicieron retirar de allí a mis ajentes
i se mandó a debelar la querrilla a los 1nis1nos ajentes de loa
conpradores de tabaco! 1 ....
8. 0 Que los cosecheros han convenido i confesado, tanto
los que han permanecido en 1nis tierras como los que han salido
de ellas, que han sido engañados; que jamas han sido arrendata-
rios o colonos, i que han vendido tabaco in derecho para hacerlo
causándome graves pe1j uicio e incurriendo en la multa i de-
mas penas establecidas en nuestro contrato. (V' an e los docu-
mentos 1 i 2: iguales ate"'tacione han hecho todos lo co echeros
por medio de documentos que so con ervan en mi archivo.)
9. 0 Que qui e n ar de los medios legales i se me negó la
justicia, se me ohicctneó el derecho que tenia a e ·ijirla i, e pro-
tejieron a los qne me saqueaban. (Véase documento número 5),
* I ¿quién es el señor Uladislao Posada~ El s ilor Po ada
era el hombre de mi mayor confianza en Ambalema; lo creí
mi mejor amigo pers na! ; teníamos relaciones constantes,
cordiales i casi íntima~, las cuales cnl ti vaba yo de buena fe
ann en los n1ismos momentos en qne se me quitaba el fruto
de mi trabajo.
El señor Po aJa es ajente de una Casa compradora de
tabaco, la cual no tiene tierras que cultivar al efecto. Él se ha
manchado con una ttama infame! Quédele el remordimiento:
quéuele el fallo de la opinion que he querido ilustrar.
¡Cuán diferente la condncta de los señores U ribe Hermanos
que, en ese desborde de los malos instintos, ellos sin tener
terrenos que cultivar i haciendo fuertes negocios, prefirieron
suspender sns compras por algunos días para no esponerse a
hacerlas de tabaco robado, i dejaron a sns ajen tes en inaccion
durante la tormenta!
He concluido. He referido sencillamente la verdad: he
sido víctima de nna trama inicua. Fácil me será entablar
procedimientos judiciales cvntra los auto• s de e te escándalo.
Entretanto, lo úoico que deseo es qne el dinero qne han adqni·
rido a mi costa, no les venga a ser dema iado amargo.
Bogotá, julio 23 de 1863. M. RIZO.
,. Suplieo m1s lectores }a atenta Jedur.l \; todo el doeument námer •
DOCUMENTO •

A
'Maui'Ício Rizo ha convenido n admitir a N. N. como cultka<lor de
tabaco en ei terreno de Paj nale , en 1 ual qu eda obligado N. N. a sem -
brar, cultivar i pr parar con e mero tab:w , úni ca i csclu ivarn ent para
la Ca a del señol' ~Lwricio Rizo, que es el du eño 1 jítimo ue cuanto t· baco
produzca i co·eche, i a conducirlo a lo almac ne de d ~ pó::-ito que e le
designen por dicha Ca a, su apoderados q ~j e ntes, a co ta de N. N,
quien no tiene derecho a otra remu~ e racion que la que se e pre a en este
contrato. En con ecuencia, reconociendo como reconozco yo N. N. a Mau-
ricio R1zo, corno Jueño de todo el tabaco que siembre, cultive i pt·epare en
los meqcionados terreno. , quedo obEgauo:
1.0 A sembrar tabaco i entregarlo todo como qneLla dicho, en los alma-
cenes de depó ito que se me de ignen p r uicha Ca ~, su apodemdos o
ajen tes, entregándolo eco i bien preparc1clo; i a recomponer los tabacos
que por algun defecto se me de echen al h· cer la entr ga, para volver a
entregarlos con las condiciones de recibo :
2.0 A permitil' e vijil en librem ente por la C<1Sa de 1Ianricio Rizo, sus
apoderados o ajentes, todas la plantacione , lluerta , sementera , caneyes,
dep6 ito~ de tabaco, ca a 1 po esion que haya puesto eu dieho terrenos,
i a que ejerzan sobre dicha plant&cione ~ , caueyes i po csione~ todos los
dernas actos de verdaderos dueños i pt'opietarios:
3. 0 A no consentir en las pose, ione , ca as i c, neyes como peones,
dependiente , ni con ningun otro títull), persona a1 0 una que no c0nvenga
a la Ca a, sus apoderados o ajentes, o que cualquiera de ellos ordene sean
despedidos o no admitido~ :
0
4. A no admitir en las po e iones, caneyes, huertas, ni en ninguna
otra parte, tabaco ajeno para guardarlo, depo. itarlo, ni c..:on ningun otro fin:
0
5. A no negoeiar en compr·as, vent;'ls, ni cambio de tabaco, ni entrar
en ninguna otr·a cla:ie de especulaciones sobre e te artículo; entenJiénJo~e
que est-~ prohibicion se refiere no solamente al talHH·o cultivado i co echado
por ~í,_ pue~ que? como q~teda dicho, es todo de la propiedad del señor
Maurtcto Rtzo, smo tatn bten a toda claslj de negocios sobre tab:wos, con
la sola escepcion Jel que siembre i cultive de dicha Casa, i e clusivamente
para ella:
6. 0 A no poner tabaco en canei ajeno, ni sacar por mí, ni por medio
d.e otra pet'Sona, tabaco del canei i establecimiento que e. tá a mi cuidado,
•mo para llevarlo directamente a los almacenes de recibo de dicha Casa,
cuando se me dé órden para d]o:
2
-18-
7. 0 Me comprometo igualmente a pagar de contado a la Casa de
1\.fauric:io Rizo, sus apoderados o ajentes, una multa do oeho pesos por cada
arroba de tabaco que falte ~n la cuenta que lleve el empleado visitador,
sin perjuicio de las penas en que inc.:ul'l'a pot· hal>er di puesto dP una pt·o~
piedad ajena, si e probase haber dispuesto yo o permitido o tolet·ado que
se <.lisponga en mauera alguna del tabaco que se siemb1·e, cultive i prepare,
con mas los daños o perjuicios que por esto cobre <.li~ha Casa o sus
apodera<.los :
8. 0 Quedo igualmente comprometido a perder a favor de la Casa ]os
tabacos que los emple, dos de e ta, u otra per ona, encuentren fuera do ]os
caneyes que e tán a mi c:lrgo, ya sean en ott·a casas, plantaeione. , montes
u otros lugares, i a pag~r ademas ocho pesos po1· cada arroba que así se
encuentre, sin petjuicio de las penas en que por esto incuna:
9.0 En virtud Je las estipulaciones anteriores, la Casa, su apoderados
o ajentes, tienen pleno derecho para espulsanne de los terr nos a que me
ha destinado, si en su concepto llega. e yo a faltat· a alguna de las e. tipu-
laciones aquí pre crita , sin que por esto tenga yo motivo alguno de queja.
En este caso la Ca a me abonará el valor d los edificios que me pertenez-
can en lo terreno~, segun el preeio en qne convengamos, o pot· avalúo de
un perito nombrado pot· cada uno, i en caso de discordia entrará un tercet·o
nombmdo po1· ámbos; perdiendo yo la propiedad del tabaco sembrado
por mí 1 demas sementeras:
10. 0 A no vender mi posesion ni poner otro a manejarla, sin permiso
de dicha Casa, de sus apoderaclos o aj ntes :
11. 0 La casa de Mauricio Rizo queda compl'ometida:
1. 0 A abonar a N. N. por su trabajo, cultivo i conduccion del tabaco
que coseehe $ 3 de 1 80 pot· cada arroba del p ·o de veintioeho librn g1·ana~
dinas que, con las condicione de recibo, entregue en los respectivos alma-
cenes, cuyo pago se hará en Ambalema:
2. 0 A dal'le a N. N. p:na fomento de las siembras de tabaco, de su cul-
tivo i aliño, un avanze o nnticipacion de 5 de lo por cada mil mata pt·o~
ducidas que in, peccione el re~p ctivo empleado visitador, lo cuaJe 5 del0
se le entrega•·án, veinte reales cuando la 1 lnntaeion e té fu ~ra de primera
ye1·ba, i el re to cuando la misma plnntacion e té en soca i bien cultivada.
Bien entendido que di ho avnnze o antif·ipacion se d contará en propor-
cion de la. entrega que N. N. ht-~ga en los almacenes, i de las sumas que
por e tas haya de pagarle, i qne es incli~peusable haber cuLierto en tabaco
los avanzes anteriot·es para tener dered.1o a otro..
Los contrntautes nos ohligamoR con nue:-.tl'HS pel' ona i bienes en
j neral a enmplir fielmente las condil·iones que qu •dan e:tipula laR, suje-
tándonos a la vía t•jPcuth·a i !'enunciando toda la~ lt·ye i e ·<.:o¡ dones que
pnetlan f<tvorecernos ~ en fe de lo cual firmamos el pre..:ente, con testigos
en Pajonale", a de de 180

1
I TRUMENTO NÚMERO CIE TO DIEZIO Jl •
~n la C,lbClzeradel Cirm1itode Notaríad mLal( mn, acincodemayo
de mil ochocientos sesenta i tre!:!, ante mí el Notario públic.:o, i de lo tes-
-19-
tigos insti'Umentales que despues se espresat·án~ pareció pt·esente el señor
José María Galinuo, vecino de este distrito, mayor de veintiun años, a
quien doi f~ que conozco, i dijo: que desde el año de mil ochocientos
sesenta celebró con el señot· Mauricio Rizo un contrato para sembrar i
producit· tabaco en su hacienda de Pajonales, el cual tiene vendido desde
aquella época con lAs condiciones que se espresan en el respectivo docu-
mento de contrato. Que por este contrato se obligó a entregat· al señor
Rizo en su casa de recibo todo el tabaco que cosecha e, i a pagarle una
multa de ocho pesos de ocho décimos por cada arroba de que dispusiese.
Que dicho contrato lo estuvo t.:umpliendo en todas su partes, hasta que
algunos compradores de tabaco le hicieron creer que él podia vender
libremente el que hubiera pl'Oducido, i que en efecto vendió una parte de
su cosecha faltando a sus compromisos i causando daño al señot· Mauricio
Rizo, pues que no habiendo siJo jamas anendatario ni colono de dicho
señor ha sido pltramente un contratista comun en los términos que e p1·esa
el documenio citaJo de m1l ochocientos sesenta. Que ha incurrido en la
multa de ocho pe os de ocho décimos por cada arroba de tabaco del que
ha dispuesto, i en las demas penas que se impuso segun el contrato. Mas
como dicho señor Mallricio Riz~ le ha pet·donado todas sus faltas i desis-
tirá del juicio civil que por ella le ha iniciado ante el juez competente;
deseando el otorgante la continuacion de su referido contrato de mil ocho-
cientos sesenta, lo ratifica en forma i en todas sus parte , declarán lose
cultivadot· contratista segun el mencionado documento. Que si acaso vuelve
a faltat· al cumplimiento de alguna o algunas de las condiciones que Jo
constituyen, se obliga a perder no solamente sus semente1·as, como está
espresado en la cláu ula nona de dicho documento, sino a ceder a favor
del mencionado señor Rizo los caneyes o edificios que tenga, i a salit· de
sus terrenos en el acto que él o sus :1jentes se lo ordenen. N o se pagan
derechos de rejistro por estar suprimidos en este Estado. I habiendo leido
este instrumento al interesado señor José María Galio lo, dijo que lo apro-
baba i aprobó por estar a su sati fact.:ion: no firma porque dijo no saber,
pero a su ruego lo hace un testigo veeino de este distrito i mayor de edad,
todo en presencia de lo testigos instrumentales que lo fueron los señores
Clemente Nieto i Segundo Guzman, mayores de veintiun años i vecinos
de este distrito, quieues igu almente firman conmigo, de que doi fe. QL1eda
advertlLlo de que la t.:opia de e te in trumento debe reji trnrse en la Oficina
de Rejistro del cÍJ't.:úito. Por ruego ele Jo é María Galindo, Domingo Es·
guerra O, .J.Ianricio Rizo.-Testigo, Clemente Nieto.-Testigo, Segundo
Guzman.-El N otario público, Nicanor Garcia.
. Es fiel i segunda copia de su orijinal, a que me remito en caso necesario:
1 ~n fe de lo cual doi Ja pre ente en dos fójas útiles para el señor Mauricio
Rtzo, eu Ambalema, a trece de mayo de mil ochocientos sesenta i tres.
El N otario publico, Nicano1· Ga1·cia.
Queda rejistrada en la Oficina de rejistl'O del circúito de Amba1ema
a los f?lios. veintisiete i veintiocho, partida número cuarenta i tres, del
respe<.:tt~o hbro número segundo, hoi trece de mayo de mil ochocientos
sesenta 1 tres.
Francisco Anga'rita.
-20-
11
1NSTRUUENTO NÚMERO CIENTO VEINT SIETE,

En el rli trito de Ambalem;.1, a nueve clo m::~yo <lo mil o('hocientos


eesenta i tres, ante mí el Notario público de este Cireúito dv tltaría, i de
lo te tirro in trumentales qne dügptl - ~ espre a1á.n, ¡ al't•t·ierCJn prvscntes
los señores Maximiliano Arévalo i M:t.urieio P izo, IIJayorL· dl.:l Vt ·Íntiun
años, vecinos el primero de . te di trito i 1 . cg-un.lo ele Bognlá, a r¡uienes
conozco, i dijeron: qne habiendo ~xisti lo c•ntro los d,>s un <;ontrato do
prodnccion i vunta ele tnbaeo en Pajot~ale'l, de c:uyo <·umplimicuto se han
orijina lo diferencias que han illtP.ITlll1lpido el curso dd negovio, han
form, lo un arr glo funwd i definitivo p "a dar fin a diclws diferencias,
cuyo arreglo e tá con tituiclo a í: ~faximilianu Arévnlo decbm: r¡ue
desde el año de mil ochocientos se \· uta, tlmia celeGrado un contrato pat'a
producir tabaco en los terr no. de I>njonalc:-, de pr 1piedad del . t-'ñor
Ma.uricio Rizo, únicamente para cgte Pñor, n qui •n t<'nia \'endido cuanto
produjese: que este contrato j ;HnH le ptho en calidntl do armndata 1·io o
colono del mbmo Rizo, sino qu .. fué efl· ·ttlado como un ('Ot1trato cornnn
de procluecion dul artículo i u v~nt.t al mi 111o Hizo: qne s<'o·un el
contmto muncionatlo ól no podía disponer de cantidad nitJgnna de tabaco,
i que en ca o de ha ·erlo pagada do eonta lo n Tiizu una multa de od10
pesos de ocho c.lécirno por c.~da n.rrobn, los daño ~ i p ·rjui<..:ius qu oensio-
nnm i ademas perdería . us sementera : qnc habiendo sido r•llg-afaclo por
nlgunos compradores ele tabnco qnc le hicieron erecr podia Y ·ndet· libre-
I lente el que t\jtlia, apt->sar de haberlo curnprulllctido, Yt udió una parte de
su co echa, faltnntlo a , n compromisos, c:wsnndo clañns al ~eiiur Iauricio
Rizo e incunien,lo en las multa i derna p0nas <:'t'ltableeidas en 1 contr·ato:
que en dieho esbdo ha v ·nido a arreglo cou el señor Malii'Ício 1\"zo, i por
mntno convenio han rcseindido el e ntrato primitÍ\'O, v 'ndiendo At·ént!( a
Rizo en dinero de conta<.lo, de cuya eutr ga doi fe, In. nwjora qno había
hecho en lapo e ion r¡ne tenia en Pajnnale., por la suma dú cieuto oehtnla
i tre pesos reinte centavo , i que con:-.i5tcn en lo siguif:llte: un almud de
platanera, un tabacal en oca, una siemGra de mit·\Cil, tal~n.co culga.Jo en
hilos, e! canei i una ca ita contigua; cuyo montrl.llte de eiontu ocbeuta i
tres pesos veinte cenUW•J , deulara set· el justo precio de las dicha nwjoras
por haber he ·ho la venta a su entera , n.ti t~wcion. El SC'ñor da u ricio Rizo
por su parte Jeclarn: que concluido el contl'é\to c1ue tenia uon ¡·évnlo
en los términos que este ha indicado, h:l comprado i tiene recibida.' las
mejora Pnnncialh ; i declara a 1 róvalo tiGre de tocla otra r 'SI on. abiliJau
por el no cumplimiento del contrato citarlo. 111bos declamn que no
tienen ningnna. especie de reclamo qne bacot· auto ninrruna cla e de
autoridad, pues todo motivo de c.lurla, tliforen ia o dtH' 'Cho. que tuvieran
con motivo de us negocios en PHjonnles, qu dan anul. dos por el pre ente
convenio, r¡uedan1lo completamento a paz i alvo. o ·e p; rr, n derechos
de r ji l 1'0 por estar suprirnith. en e te E t atlo. habiendo leido e te
in trumento a los intere atlos oiíures Manricio h1zo i Ma.·imiliano Al'évalo,
dijeron que lo apt·obaban i aprobaron por estar ~ su sati f~t ciou; i finnan,
todo en pt·esencia. ele los testigos in trumcntales que lo fueron los señores
M. nuel Cn.stclbondo i cguu,lo Gu:wwn, mayor, tle rointinn año, i
-21-
,recinos de este di trito, quienes igualmente firman conmigo, de que doi fe.
Quedan advertidos de que la copia de este instrumento debe reji t1·arse en la
Oficina de RPji t1•o del circúito.-Mau'l·icio Rizo.-Maximiliano .Arévalo.
Te t.io-o, Manu,el Antonio Galtelboruio.-Testigo, Segundo Guzman.-
El Notario público, Nicanor Gw·cía.
Es fiel i segunda copia de su orijinal, a que me remito en caso nece-
sario· i en fe de lo cual doi la pre ente, en tres fójas útiles, para el señor
Maur'icio Rizo, en Ambalema, a quince de mayo de mil ochocientos
seseo ta i tres.
El N otario públieo, Nicanor García.
Queda rejistrada en la Oficina de Rt'ji tro del circúito de Ambafema, a
los folios cuarenta i seis i cuarenta i siete, partida número setenta i cinco,
del respectivo libro número primero, hoi quince de mayo de mil ocho-
cientos sesenta i tres.-F1·ancisco .Anga1·ita.
N OTA..-lguales a este han e tendido documentos Eduardo Díaz, José
María Góngora, Clemente Baquejo i otros cosecheros.

1 1
SEÑOR JUEZ DEL DISTRITO.
Mauricio Rizo, del comercio de A m balerna, :m te U. mm 1·espeto (lspongo:
Teniendo nece idad de comprobar ciertos hechos, pido que U. inteno-
gue con juramento i demas formalidades lE>gales, a los señores Daniel Díaz
Granados, J oLé MHría Roch~, Teodocio Lueena, Enrique Echeverri, J ulian
Barriga i Eu ebio Garcés, sobre los puntos siguientes:
1.0 Digan cuál es su edad, vecindad, i si les tocan conmigo Jas jene-
rales de la lei.
2. 0 Declaren lo que sepan sobre las ventas que han hecho los cosecheros
de P¡.¡jonales, de tabaco, del presente año; esto es, si saben que en ningun
tiempo h:=m producido aquellos terrenos una cosecha tan abundante. Si el
buen estado de las siembras en este tiE>mpo se debe casi esclusivarnente al
muchí·iruo cuidado que be tenido en fomentarlas, in peceiona1·las constan-
t.;mente por mí mismo de de agosto del año pasado, en que con ese solo
objeto me tra, ladé aquí hasta el pre ente mes, i dando a los cosecheros
todos los ausilios de que pudieran ter,er necesidad para este objeto, tant
en dinero corno en esr ecie, i sosteniendo un tren numel'oso de empleados
con el mismo fin; si el tabaco de allí me pertenece esclusivamente, sin que
pue lan ni hayan podido los cultivadores venderlo a otras personéis, por
prohibírselo el contrato que conmigo tienen cel~brado i las leyes vijentes;
si e taba gui~do, para entregarse en mi casa de recibo de Pajonales, un
número cons1derable de arrobas~ si todo este tabaco fué veiJdido indebi-
damente por los co echeros a distintas personas, causándome con ello la
pé1 di da consiguiente a la su tracciun o pérdida de un efecto valioso con
el cual yo contaba para mis e. peculacione~, e introduciendo en mi estable-
cimiento la desmoralizacion de los cultivadores; si las compras dichas se
han h~cbo con apoyo de la autoridad a quien han consultado los compra-
dores 1 algunos de mis ~jentes; si se hfln tomado providencias por los
empleados públicos para impedir que yo vijilara a las personas que bacian
el contrabando en mi hacienda; si las autori~..1ades a quienes he pedido
proteccion i denunciado los ataques a mi propiedad, han rehusado dármela
-22--
i ántes por el contrario han iniciado procesos judiciales contra mis emplea-
dos de Pajonales; si saben cuánto vale el tabaco que ha d jado de entre-
gárseme i en qué cantidad e timan el perjuicio que he sufriLlo por no
recibido ni poder esportarlo a Europa.
Digan los testigos todo lo demas que sepan.
Practicadas que ean estas dilijencias, piuo se me entreguen orijinales.
Ambalema, abril 24 de 1863.
M URICIO Rrzo.
Presentado i puesto al despacho del señor J ucz en esta fecha.
Ospina, Sem·elario.

Juzgado del distrito.-Ambalemn, 24 de abril de 1863.


Practiquense las declaraciones que solicita el peticionario i devuélvanse.
Rod1·íguez.- Ospina, Recretario.

En veinticinco del mismo compareció el señor Daniel Díaz Granados,


i previa imposicion del artículo respectivo del Cóuigo pen:d, se le recibió
juramento que hizo en debida forma, prometiendo decir verdad en lo que
supiere i fuere preguntado, i siéndolo de acuerdo con el intenogatorio
pre entado por el ·eñor Mauricio Rizo, d1jo:
A la primera, . er mayor de veintiun año , vecino de Ambalerna i sin
jenerales.
A la segunda, que en ninguna época, segun el dicho de los antiguos
empleados en Pajonales, 1 aun de 1os mismo cosecheros, se babia vi&to en
Pajonales una cosecha tan abundante i que prometie e mas. El señor Rizo
que, desde el me de ago to próximo pa mlo, se trasladó a e ta con el
esclusivo objeto de fomentarla, no omitió medio alguno para obtene1· un
buen resultado. Al declarante le con tn que el señor Rizo, con preferencia
a cualquier otro gasto, anticipaba a los co. cch I'O las sumas de que tenian
necesidad para aumentar o mejorar &us si m uras, dándo~ela en el acto que
las solicitaban por medio de los comis1onadus i aun mucha Y zcs in
este requisito; adema de e~ to aubilio eu Llincro .e dal>au por u órden
carne o mercflndas al cosechero que las pidiese, lo mism que la herra-
mientas que pudiera nece. itat· para sus trnl>ajo . ul:itenia a la vez en
Pajonales un tren valioso de empleado:;, sin ma ol>jeto que ,1 de activar i
vijilar la siembras, sin perjuieio Je hacerlo él personahn 'lite e u bastante
frecuencia.
El tabnco cultivado por los co. ed1eros, bajo su inmediata vijllancia i
con sus propios fontlos, es indudable qne era e clu~ivamente de la perte-
nencia d(;ll señor Rizo, aun }Wl! cindi 'IHl, d l co11trato ·xistente entre él i
Jos cosecheros, por el cual no podian ui pueden di~JWil ·r del tabaco,
estando tn la obligacion de ntrrgal'lo en la Cas~ de reeibo gue para el
efecto ha designado la Ca. a, eomo iem¡;re lo lwbian Yt>rifir.ado.
Auemas del gran número ele arroba. que habi· gllindn para ser en-
tregada , los caneyes estaban llenos de tauaco, pu C)s '< n mtH:ha anticipacion
habian sido advet ti u s los cosecheros, por ajen tes de las Cn n compradoras
que no tienen terren0s propio., p?~.rn. que no entre n n el tabaco a la
Casa, en virtud Je una lei que iban publicar e, la cual lo· dej ria en plena
libertad pnl'a obtener por el tabaco mayor precio qtH~ el que l(l pagaba ]a
Ca~a. Publicada la leí, a tiempo que el eñor Rizo 1 ~1 declarante se
-23-
hallaban en Jiranlot, e interpretada maliciosamente por las autoridades i
los compradores, dándole un efecto retroactivo .que no tenia ni ~odia tener,
i haciéndo elo creer a í a los cosecheros, les obhgaron a vender, 1 la l rno-
ralizacion mas completa cunuió en el E -tablecimiento, venuiendo los
cosecheros el tabaco indiferentemente a todos los comprado re q ne en
masa inundaron la hacien la, no h<1biendo valido la opo icion de los
empleados para impedit· el s~qneo. Al Pgreso del declrn:ante ue Jirard t,
disp~so el ~eñor Rizo sigui . ~ a .P<tjona.le a ~1'<\tar de ev1t~r por todos los
medtos posibles la desmoral:zamon e 1mp~ lit' de cualqu1 r man ,ralas
ventas. El declarante se tra ladó allí efectivamente i notó que era impo-
sible contener el mal, pues Jos compradores e11traban a los ten ·no , 1
recorrían en todas direcciones, entrando a lo. e~meye i compnmdo el
tabaco a vi. ta de los empleados del E ~ tabl cimiento, quienes e taban en
la imposibilidad de impedirlo por ser inferiore en c1úrn "r e ir lo com¡ ra-
dol·es siempre ~1.1·mados. El declarante re olvió Jirijir e a algunos de los
compradores que lo el'<·tn Aníbal Rodnguez, Juan Murcia, El a lío Bueno,
José P. Betancourt, Julio Oórdova, Belisario Reina, Raruon Hernández,
Juan Argüelles i oti'O .
Tanto el declarante como !os demns empleado , les manife taron no
tenían derecho para internarse e u los terreno,, ni podian ni debían comprar
un tabaco comprometido ya 1or un contrato anterior; que la lei no podia
comprender ino el tab11co que se embra e ele de el dia de su publieacion,
pero que no teniendo efecto retroactivo, no podia r ~ rir e a e te tabnco
sembrado i co echado mucho tiempo ánte ; que lo co~ ech ~ ro., al venderlo,
faltaban a un contrato vijente, i que ello , al comprarlo, e ha ·ian cómpli-
ces de uu hurto. De nada sirviei'On eftas manife, tacione , pue los compra-
dores se afirmaban en que la lei daba libre no olo la \'enta del t~baco
sino los teneoos, i que las au.toridades a quienes habian con ultaclo, les
habian dicho estaban en plena libertad para comprar e internarse en los
tenenos para verificarlo. Alguno , com el s ñor Juan Murcia, Jo é P.
Betancourt, Luis de la Barrera i R. H.iz , dijer n al declarante que al
Prefecto, señor Uladislao Posada, 1 s babia autorizado para eomprar i aun
les a eguró que él iria personalmente a hacerlo. A nlgunos de los co e-
cheros, que fueron a consultar al s ñ01· Posada, les lijo lo mi mo; i en
consecuencia, apoyados por el dicho de la autori lad i de algunos abogados,
se creyeron plenamente autorizados los unos para comprar i para venuer
1~s otros. Le co~sta al declar~nte que algunos J . los ~ompradort>s, por el
dtcho de ello m1smos, eran aJeut~s del eñor Po a la; 1 e. un h eh cierto
que to o el tabaco que snlió de Pajonales, fllé llevado a u casa o e table ..
cimiento en €'Sta ciudHcl i comprado por él. En , ta cir ·unstanciHs, el
?eclarante .dió p:u:t~ al eñor Rizo de lo que sueedia, i dispuso armarse él
1 que lo m1smo h1~10 en todos los e?'l pleado , a fin de rec:haz:-tr ·ualquier
ataque. de que pudieran se~· blanco 1 e t?rbar en cuanto fu ra posible la
e traccwn del tabaco, hab1eodo consegUido por e te medio salvar una
pequeña cantidad. Pe~·o como para impedir el saqueo era necesario quitar
a los c?mpradores la hbertad de comprarlo, e, tos se yuejaron a las nutori-
dacles 1 el señor Pt·efecto previno al señor Rizo diese órd n al declarante
pat·a di:solver un d~ ~~~amento o gt!errilla que se decía exi tia en P¿.¡jouales,
para cuyo efecto dt~t~l,o al señor Rt.zo una carta, que existe orijinal en u
poder, la cua.l remttJO el señor R1zo al declataute, haciéndol presentes
-.di-:-
Jas quejas del señor Prefecto. El declarante conte tó al señor Rizo, mani·
fe tándole no exi tia tal destnc< mento, sino qne únic~m nte tratabt'L de
evitar po1· todos lo ' m dio~ la e~traccion del ti1baco, prohibiendo a los
compradore , entre ellos ~ 1 . mi-.mos ajente~ del señ~)l' Uladislao PosadR,
la internacion a 1 t~..1 11..1JO. . . i vi ~<u¡neo e canela lo ) que se verifir::tba. El
declar::Jnte E>l·\ ó enlÚth . al s... ílor Pr~ft'eto, que lo era ya el S<-·ñor Mariano
Mo18no, una solicit 1d ¡;i.liér.rlolc proteeeion para que Iris ti~Jl'H del s~ñor
Rizo no fue ·en violada. i cl,·ntJtl(.~iándole los hechos qur, en virttHl de la
mala interpretacion de la lt i, e cometían por los comprador s. El Pr~feclo
conte tó l1flO'ativarncnte e ta solic·itucl. 1(.) mL m o qne una que en los mi. mos
términos 1 fué elev, <.la por el señor Mamicio Rizo, exijiendo a e te último
comproba e lo heeho c¡oe denunciaba, los que eran públicamente notorios.
U ni ca mente dió órd n al A lcald pc:~ra que a la cc:~u za de un piquete e
tra~laclasc a Pnjona]e!'; a cli olver una guerrilln que allí, ~egun se decia,
exi ·t ic:~. El Al ·alele, efedivament , a la c:-~beza ele tod11 lo comprador s,
&rrnado8, i de ;:t]guno. polida , se p1·esentó en PHjonall:'s i notifieó al decla-
l'ante i demas empl ad0~ se presentn (:'D en Amhall"ma, lo ual verificaron
viniéndo. e en u compnuírl, quedando así Pe~jouHI •s de~ampnrado i los
compraclorPs sin traba alguna. Antet·iorm nte el derlarante i el señor Rizo
habian demmcindo lo ' hecho. referí Jos al señor U lndislao Posad u, entónces
Prefecto, i e~te aunque convino en que el señor Rizo tenia pleno derecho
para e t<wbar 1saqueo, nmguna providencia tomó para '\'ÍlHrlo ni prot ~jer
los derechos i la propiedad dol !;eñor Rizo, i para hacer comprendt:r i f'jecutar
la leí en su ve1·dadero sentido.
Tanto contra el de larante como contra los empleados se sign n actual-
mente juirios civiles i aun e h1-in intentado criminal~~, por la oposicion que
hicieron al ~aqueo i pot·la pequeña cantidad de taba ·o que pudieron salvar.
Teniendo en euenta el tm torno que e te nconte ·imi nto CHU a i causará
a los plan del sE.>ñor Ri7o, no puJiendo 1·~mitir a Europa tnbaco con que
oontaba i qlle t~nia comprometido, son invaluaul ~s los pe~jui ·ios que ha
sufrido por~~ total des(•()ncíerto n } su negocio .
En cuanto R la canti<iHn 1"" tabaco que ha dejndo de r ·ibir, considet·ado
el magmfico est:H1o (i}e ]<\ co echa i 1fton·ci ~nte est~do d la plantaciones,
no la c:-~lcula en méno de di zi éÍS a veinte mil an·obn , pue to que en los
liltimog años que fueron de guenA, de poc<\ vijilnncia i d caj ninguna
proteccion a Jos cosecheros, no produjo ~ ta co8eehn m nos de doce
mil arrobas.
Que. lo e~puesto es la v-erdad en fuerza d 1 jnramento prestado, i leida
su declara<'Íoo se afirma i ratifica, i firma con el señor Juez por ante mí
el Secret río.
Zenon Rod rfguez.
Daniel D. Granádos.-El ~ecretar1o en propiedad, Julian Ospina.

En primero ele may de mil oc·hocientos ses nta i tr ~, compar~ció a


mi de~pacho el señor Tcod0cio I. Lucen a, el se-ñor Juez por ante el lnft·as-
crito Seeretario, le impuso en la ledura de los artículos penales i le recibió
juramento que hizo en la d •biela forma, i dijo:
1.0 Que es mayor <.le veinticinco años, ve~.;ino do Ambalema i sin
jenerales.
2. 0 Que al de larante le con tn como comision rlo del t-stnblecim·ento
-25-
de Pnjonales, que por el número de m::~tas que c?ntó en el mes <.1~ enero,
así como por la iembr~, la propiedad de la estac10n para tal cul~1vo .(el
del tabaco,) era la pre ente ·o e ·ha de Hño, la m a .:~ ?un~ante 1 ~~nda
que ha vi. to desde que como empleado del e::ñor Maun ·1o R1zo ha v1 1tad~
las siembras de tres tiño. Que e cierto que el buen e t d de la co echa 1
el brill::mte porvenir <]ll ella t rindaba se el ue úni ·a i esc:lu ivamente al
seño1· Rizo, tanto per onalmente pues ele de ago~to de~ año.p~~ado se tras-
ladó a e~ta con el e. p cial objdo de con agrar~e a la dl!'ec wn del e. . table-
cimiento indicado, como por Jos f' fuerzas i activid:-H.1 in an able de los
empleado que dí. putaban b11jo us inmediata 'rdenes el cumplimiento
cle sus deberes: Que para fomento de di ·ha siembra llenó p1 ódigamente
los vacíos que la nect-,jdad de lo e ~c;heros en jeneral demanda con tan-
t~mente, dándoles au ilio oportunísimo, ya n dinero, ya en carne, herra-
mientas, sartas &,a: Que el tren rle m¡leado que el señor Rizo en dicho
establecimiento tiene, i no e exhorLitante, sí es innumerable por di tintas
ca u a , el gasto qu ello el mandan; i e, to con el fin de vijilar i vi itar las
siembras i lo aneye gne en ·i "rran el taba ·o que t>gun un contrato que
los co~e ·heros tienen celebrado i firm<:H.lo con el eñor Mauricio Rizo, per-
tenece única i esclusivamente a él, el cual tabaco no han podido 1 jítima-
mente vender los cultivadores a ninguna otra per ona qne al eñor Rizo
en los términos que dieho contrato, el cual e ha exhibido ya en e te
Juzgado: Q.ue, como á.ntes dijo, iendo como era empleado de ese
e tableeimiento, en ce liJad de comi. ionado de la tercera fundacion, guió
para entt·egar en la casa le recibo de Paj nale una cantidad considerable
de arrobas de tabaco, la un le~, junto con la que aun no e habian guiado,
fueron vendidas ittdebicla. e ilegalmente a varios compradores:, causando a
los intere es rlel señor Rizo pérdidas tan incalculaules con esta su traccion,
como las gue produce la e traccion de un artículo tan valio o como el
tabaco u otro semejaote, uando se han avanzado sumas enormes i un
caudal de trabajo matet·ial e ÜJ telectual para obtenerlo, introduciendo
en los cultivadores la de moralizacion completa: Que observando a los
cultiva lores la dife1·encia o falta que notaba al hacer la visita, entre la
existencia que figuraba en el lib1·etin i la que ~cababa de contar, o que
faltaba en su totalidad, le contestaban al declarante ser esacta la cuenta i
cierta la falta por hab rlo vendido al señor Prefecto del Departamento,
que lo era entónces el eñor Uladi lao Posada, quien les babia dicho
poderlo vender libremente a quien quisieran, ofreciéndoselo pagar a siete
p~sos la arroba: Que en varias vezes que encontró internados en las funda#
cwnes a los compradores, requiriéndolos por el desvío del camino real,
respondieron ''que la lei lo permitin," i que ya este punto estando ya
consultado i re uelto, los autorizaba para entrar i salir cuándo i por dónde
Jes co.nviúiese: Que IF~s m elida o provid ncias que se tomaron por las
autondades no fueron a la verdad las de salvar de la mala interpretacion
de ~na lei los intereses i la propiedad del señor Rizo, i ántes sí las de iru-
pedu: qu~ se vijilara a Jos ultivadores i compradores en la hacienda del
prop1etano señor Rizo: Que le consta al infra crito que habiendo elevado
el :eño1· do~t~r Daniel D. Granádos, en su calidad de ajen te apoderado del
se~or Maurww Rizo, una represcntacion firmada en Pajonales i dirijida al
seno¡· Prefecto. del Departamento, en la que solicitaba proteccion para
favorecer los mtere es ue su representado, fué tan mal acojida, que tuvo
-26-
po1· lójica deduccion mandar un piquete armado al c:ngo del señor Alcalde,
el que .e componía de los ajentes de policía de Ambalema, algunos veci-
no ma., lo compmclore i alguno co echeros con los ajentc!:i de policía
de Pajonales, con el objeto, ~wgun ::;e dijo, de de:tl'uir o disper ar un uesta-
camento que eneabezaba. el seño1· doctor aniel D. Granádos, el que no
habiéndole hallado, el señor Alcalde onlenó tanto al dicho señor Granádo ,
como a todos los empleados, eguit· a Ambalema, lo que hicieron así lo
d0mas i el que su cribe en calidau de tal, dejando a í con la marcha el
campo m a e, p ditivo al t1áfico i a la desmoralizacion de los cultiva-
dore que acababan de vm· en ese acto el apoyo i autorizacion prestada
a su deseos.
Que la cantidad de tabaco que han dejado de entregat· lo cultivadore
i de recibir el ñor Rizo, el d clarante, como contad r de la siembra, como
comi iona lo visitador i como 'mpleado distintRs épocnA en Pajonal' ,
donde no babia vi to una co echa tan abundante i tan fiu: ida, no la calcula
en ménos de quince a di "Z i ei mil arroba ; i en ton:- cu(•TI('ÍH lo grande
pcrjuici s que la falta <.le e. e taba ·o le a ·arreat·án al eñ r Pizo, i c. tá
sufri ndo ahora por haber destruido el jiro o comuin<~cion que a la jene-
l'aliJad tlc us ucgoeio!' tenia dado cont;.ndo con dicho artículo para la
esport<wion, E\ou incalculable lmj tolo punto de vi tl'l, i cada uno de éllo
tiene su oríjeu de la fnL a int<c>rpreta ·ion de una leí auus:1ndo de la igno-
•·an~ia de la jente p1·ol taria pam llenar sus fine .
Que lo espue. toes la \'erdad 11 fllerza del jnt·amer~to que ha pt·estado,
i leida u dccl< t·aeion u afirma i ratifica, i firma <;o u el ·eñur Juez por ante
mí el ecretario.
Zcnon Rodríguez.
Teodocio I. Lucena-El Secretario eu propiedad, Jalian Ospina.

El diez¡ cho de mayo de mil othoci ntos s . nta i tt·es compare<·ÍÓ


en mi despacho el ~eñor Jo é M. Ro('ha, e impu sto de los artíeulos
respectivo- del ódigu p>nal, s• le 1~cibió junan 'llto que hizo 11 d ·bida
fot·rna, prometiendo de ·ir verdad en lo que upiE>re i le fn re pr guntndo, i
siéndolo d~ aeu rdo con 1 itlt ~nogatorio preseutado por el señ r Ma u ricio
Rizo, dijo: a la primera pregunta.
1.a el' mayor de veintiun año~, ecino de Ambal·ma i in j nerale.
2.a Que como empleado que es d la ca a del s for 1\laUI'i ·io Rizo,
desde hace cuatro año', La t<~niuo ocasion de ver 1 . ia 1 de la cosechas
ante1·iores, i en u concepto no ha habido una ma. abund<mte i que pt·o-
metie e mas que la pr ente. esd el me de ag to último ~1 eñur TI izo
ha pcrrmmcciuo en e·ta con el objeto de fomentar la. iembraf;, ,i11 omitir
medio alguuo pam v ~rifi<'t-trlo. \1100 ajente principal en P;1jon 1 • le
const:t al declcnaute que ,¡ eñot· Rizo antieipaba a lo co~e<'h ro" todo
aquello de que podían necc:-.itaJ· para 1 ..:o,teuimi •nt i aumento de us
siembras, tanto en dinero, carne i mercancía , cot 1 d, la' h )rramientas
r.eee arias. Ha contado eon un tr •n uficien te de emplea 1 para activar
i vijilat· l~s iembra , sin que e. tu impilli ~ e que el fH_..Ü t· Rizo vijiiH e
frecuentem nte la plantHcionN;: tanto por ~1 doeunH!nto que exi.te entre
el t::ñot· Rizo i lo ·o~e ·het·us de J>ajunalt!., el cualningnna leí ha podido
ni puede Jerogar, cuanto porque~ e tal.Jaco fué S mbrado con Jos ~usilios
en metálico i en especie que el señor Rizo anticipaba a los cosecheros a
-27-
buena cuenta del valor de ese tabaco, es indudable que le pertenece esclu-
sivamente a dieho señor Rizo, i que los cosecheros, de acuerdo con el con-
trato, no podían ni pueden disponer de él, ino entl'~garlo en las casas ~e
recibo señaladas por el señor Rizo o sus ajeotes; habiendo en con ecuenCJa
faltado los cosecheros a las condiciones del contrato al vender el todo o
alguna parte del tabaco. . . . .
Desde unos 15 días ántes de la pubhcamon de la le1 de seis de marzo
del presente año, sobre libre venta de los productos de los anendatarios o
colonos, algunos ajentes de las ca as de esta ciudad que especulan sobre
este artículo, habian preveoiuo a los cosecheros no entregasen el tabaco a
la casa, en virtud de que mui pronto se publicada una leí que les permi-
tiría venderlo libremente. En con ecuencüt, apesar del gran número de
anobas que habian sido guiadas para ser entregadas, i que no lo fueron,
los caneyes estaban llenos de tabaco, i despues de la publicacion de la leí,
el recibo de tabaco que debió haber pasado de (700 @)setecientas arrobas,
no alcanzó a cien.
Al día siguiente, de pues de publicada la leí, los compt·adores de
tabaco invadieron los terrenos con el objeto de comprar el tabaco, i fueron
inutile todos los e,Juerzo para hacer comprender a los compradores i a
los cosecheros el verdadero entido de la lei que se había publicado,
haciéndoles presente que dicha leí no se entendia con ninguno de los
cosecheros de Pajvnale~, que no eran ni arrendatarios ni colono , únicos a
quienes ~omprendia esa lei, i que en caso de hallarse comprendidos en esta
califi.cacion, la lei no podia abrazar contratos celebrados ántes de su
publicacion. Algunos de los compradores manife taron al declarante, que
tanto el Prefecto señot· Uladi. lao Posa la, como el Alcalde doctor Zoilo
Correa, a quienes habian consultado sobre el verdadero sentido de la lei,
les hxbian dicho pocliau comprar el tRbaco: algunos cosecheros que con-
s~lltaron igualmente a dic.hos eñ >tes hau asegurado lo mismo; i en tal
vutud los eosc:cheros venui ron todo el tabaco que tenian en sus caneyes a
los compradores que llegxb;m a ellos con tal fin, cau ando de con iguiente
una pét·dida con i le.rable xl señor Rizo por la no entrega de e e tabaco,
con el cual contaba él para hacer frente a sus compromisos que tiene en
Europa. Las Rutoridades ningur1a providencia tomaron para poner a
cubierto los intereses del tñor Rizo, i a do representaciones que se eleva-
ron al eñor· Prefecto por el Sl'ñor Mamicio Rizo i por el eñor Daniel Díaz
?-ranádos, su ajt"nte, en la que solicitaban proteccion i garautías para los
m te re e de dicho señor Rizo, á m ba fueron resueltas negativamente : que
el Alcalde del distrito, señor doctor Zoilo Antonio Correa se presentó en
Pajon.nl;s a la cabeza ele un piquete armaJo, compuesto 'de una parte de
la pohma, de los compt:adore de tabnco i de algunos de los co echeros:
que ~ste señor previno al declarante i <lemas empleado , iba con el objeto
d?, dtsol ret· una guerrilla, o de tacarneuto que se clecia exi tia allí, previ-
1 me?donos a .lo. empleados nos presentásemos en Ambalema, lo cual
venfi.camos Vlllléndouos en su compañía; quedando :-:~sí PHjonales en
poder de un solo empleado que se vió en la iucapazidad de impedir conti-
nuase el saqueo con m~yo1· vigor que ántes: }'11 declarante le con ta que
al ~eñor Daniel Díaz Granádo' se le hau seguido juicios civiles i aun se
1e mtentó uno crimioalmente, por haberse visto en la necesidad de emplear
la fuerza para evital' la estraccion del tabaco. En cuflnto al número de
-2~-

El dia diezinutwe de mayo compnreció el eñor Eu~el>io Gmcés, i


previa impo icion de lo. a1 tíc·ulo •. re!'¡ e ·tivo. del ódigo penal, e le recibió
juramento r¡tll~ pt·e:-tó en l bida forma, prometil!ll<lo t.lecir vet·dad en lo
que supier i fuere prefYtllltado; i , iéndolo de acuerdo on el inttll'l oo-:üorio
presentado por e: ._eñor 1\Jauric.:io !tizo, dijo: a ]a pl'llllera, Sl:'l' ma ror de
\'cintiun años, ,. eino de Aml>alema i jnjenerale.; a la segunda, que en
su calidad de ernpl 'ado-comi~ionado del ~eñor Mauricio l IZO, en su ha·
ci 'nda di.! Pajonal·s donde tie11e a su car ·o, de de ha(·e alguno añoR, la
vijilanc.:ia de la tert'era funclacion, no haLl< vi to en ninguna )tra época
t.llla co. echa le tab~co ma abundnnte q e la del prt>sente :~ño, ni que
pr m .. tiPse u u mayor producto d(>l artH·ulo: que el eñor Mauricio Rizo,
d1: ue el mes de ago to del año pa aJo en que vino a e~ta, fom ntaba el
cultivo i la produ '('ion por todo los medius po<>ible,', vijil:tnt).p por sí
mi m o la plnllblciones. Com comí ion, do daba en . u fun<.hwion al
co ech >ro que lo necPsibt ba, n el acto mi:mo que este lo olí itaba, una
óru~n e ntra el señ r Rizo por di IJero, herramientas o mercanciH~, egun
Ja nece idadl·S del co. echero cuyas anticipaciones "e uab11n con el
e cln~ivo bj(•to de ayuJar ni c ecbeJ'O en el aumento i buen e lado de la
siembra: i aclemas J ~e to aur.;ilio el señor Rizo sostenía un tren uficiente
de empl ~ados. in mas obj -to que a<.:tiv~r los cosecheros para que aum n·
Ülsen la , i ·mbm. i <'nielar de u i.HH·n e~tado. En su ·onee¡1to uo e puede
revc><·:tr a duda que el Utb·wo cosel'hado en P»j n,dPs l' de propiedad del
eñor Rizo, puPsto que a mns de haber sido sembrado i cosec.:bado en sus
p1 o pías ti ·ITa i · )tl su. propio ff)ndos, exi te entre el señor Rizo i cada
uno 9 lo.' cns ('h~rns un coutrato r.;,pecial por el cual e com ¡¡J'ometen a
sernbrnr í ·ul i\'HI' 1 tabaco 'S ·lusivamc:nte para !a casa del seño1· Mauricio
Rizo, sujetánd() e a varia p na en ca o de que llega. en a di. poner a favor
ele tro_indi'. iJuo ele la mns pe1ueña antidad d tabaco. Antes de la
publi ·a ·ion d) la ll'i de G de metrzo, sübre libre venta de los productos,
tenia guiadas otJ su fundac:iou para se1· elltregad~s poi' los cosc:wheros en
la casa, u u lllÍtn ·t·o mui con. idcrable de arrol>a., i noté que lo co e heros
acopi:~ban mu('lto tabaco er1 sus ant·yl's, lo cual era debido n que algunos
ajente de ]; 'easa ·ompradora de e ta ciudad, l<s habi:m au,•ertido con
anti ·ipnc.:i(,U a los c.:oset.:b 'ro no ent1· O"a. en el taLaco a la ca a, pues iba
a puL!i ·:IJ' e un:\ ki 1111e ]Ps p rmitiria Yenderlo a quien qm. ie en i a
m<joJ' prrt'io. Qne desde el día siguiente al e u qne se pu blíró la leí, fué
invadido PHj lila les por muthos (·ompra.dor si fué impo ible evitar que les
cosech 'I'OS le' V<~IHliesen todo el tal1aco, a pesar de lo grandes esfuerzos que
el declarante i <lemas em¡ lendos hicieron para imp dirlo, pues tanto los
compmdol' 'S como lo co e<. heros dccion que la lei los autorizaba para ello,
-29-
j así se lo habían imlícaJo tanto 1Prefecto, eñor U la li lao 1 o. xJa, corno
el Alcalde doctor Zoilo Correa, a qu1eue algnnos de ello habían con ul-
tado sobr; la manera de entend r e la lei. Que en virtud le ... te apoyo
que les pr · tan"l la autoridad.' l.a d~. morali;Mwion_:u.nclió entre lo co eeheros
i el seño1· Rizo no pudo recJ bn· 1no u na peq uems11na par~e de la co. ~<.:ha.
No tiene conocimiento el de ·le:nante de que la autunclade bub1e en
pre tado proteC'.cion alguna a lo inte~·e. e del eñor lVIaurit:io Riz<~, ioo
que al contrario, le con ta que dos olJCiltul1es levad~s co? este. obJeto al
PrE:fecto doctor Mariano Molano, una por el señor Rtzo m¡ ·mo 1 otm por
el eñl)r 'Daniel Díaz Gnwáclo, como u ;:¡jt·ut , fueron ámba r ueltas
negativ~mente~ i que el señor Alc,dde, po.r órden de la Pref,,ctun1, se
presentó n P<tJonale a la cabeza de un p1quete arm ~Hlo com.puesto de
alguno ajente de la policí· , de los e mpraclore. de algunos cwdarlanos
i de vari cosecheros e intit;nó a lo empleado ' .e pre. entas n en e ta
ciudad lo cual verificar n e t :s vit1iénclo e en u compañía. Que con Í·
derado' el pt·oducto de e ta mi ' n1a e echa eu lo .. ño anteri re ·, no
caJcnJa en méno de quince O uiezÍ..;eÍS mi} el UÚtnero de <U'l'OU;I de tabACO
que ha dl·jado de recibir ei ·eñ r Rizo, i no pudiendo calm,d ar los perjui-
cios que por no haber remitidu a E,uro1 a el tauG~.c , egun taba compro-
metí lo, pueuan sobt· enir al señor Rizo, peru que í los cree le mu ha
con idet·acion 1or el trastorno que e te acontecituiellt ha causado en sus
ne ·ocios. Que lo pne ·t es la verd<:l.ll en fuera\ del juraml·nto que ha
pre tado, i leida que le fué la anterior deúlaraci,Jn e afinna i ratifiea en
ella i firma con el señor Juez por ante mi el Secretario.
Julian Ospina.
Eusebio I. Garces.-EI Secretari interino, Jooé ...lniceto Ortiz.

En veinte Je los mismo~ compar"ció el señ r J ulinn Barriga i previa


impo'ici n de los artículo re ·pe ·tiv del Código p ·nal, se le ¡·ecibió
juramento, el que prestó en debida forma, prometienJ.o Ut"Cir verdad en lo
que supiere i fuere preguntado; i siéndolo Je acuerdo e no! interrogatorio
presentado por el señor Mauricio Rizo, espu o: a la primera, que es mayor
de veintiun año, vecino de Ambalema 1 ·in jen t·ale. ; a la seg11nda, que
hace algun r.iempo desempeña en la hacienda de P<~jouale , de propiedad
del señor Mauricio Rizo, el Je tino de e m pleado-comi-.ionaclo, con el e: el u·
sivo objeto de activt-u· a los co echeros p¡ l'a que aumenten su siemura i
vijilar el btten e tado de !la , i que en ninguno de l0s años antPriore , en
los cu_ale lHtbia desempeñado el rni~?Jo Je~tino., había visto en Pajontdes
una sJemut·a ma abundante, en meJOr est,ldo 1 que mayores e, peranz~ts
diese d_e Dn pingüe pr.oducto.. Como encargado que er de la s.Pgnnda.
funclamon en la susodwha h<lCJencla, le con5ta que el señor M;\uricio R!zo
vijilaba frecuenterne~te hts phntaciones i ('Xhortaba a lus cosechero para
que las .aumenta en 1 las co.n. ervasen en bu.en € ~ taJo, para cuyo efecto les
pt·opowwnaba todos lo austlws de que pud1eran nece itar tanto en dinero
como en henarnientas i carne, lo cuales se daban a lo coseehero in me·
diatamente que los solicitaban i en vit'tnd de una órden cont1·a la Ca$a
dada pol' el¡•espectivo comisionado. Debiuo a estos au~ilios i a la coutinna
v~jilancia del señor Rizo, quien desde agoto último se trasladó a esta
ca~dad con ~ste objeto, i a la de u~1 treu re petaule de empleados que
e:x1 te en PaJonales, 1~ co ·echa dt~biGl. dar un considerable ntirnero de
-<)0-
al'l'oba Je tabaco. Pe1·o con fecha 6 del mes de marzo pt·óximo pa. ado
e. pi(lió la Ac;;amblea lejislativa del E t·Hlo u a lei, "faeultando a Jo arren·
dat;uio o colono para di ·poner liut·emellte rlt 1 pt·oclncto ele . u co ·ceba," i
quG v;uio ajen tes de la Ca ·a · le esta ci ud ·ul q n<, c. peeu 1an t>n taba•·o
habian, de de muclw tiempo ánte de ser publicada b dic:ha leí, adv ~rtido
a los co~ echero no entrerra,-,en el tabaco a la ca a, pne, "· taba al publi·
carse una lei que 1•: permitiría vemlerlo a quien q11i ie en i a tntj}>l' p1·ecío
que el qne pr1gab :~ la Ca'la, p ,. lo cual los co el'ht>ro e nb·tuvieron de
hacer la entt·ega. como ánte lo habían aco tumbmdo, i aglomet•aron en
los caneye. la mayor C<lntidad de tabaco que les fué po ible, con el objeto
de venderlo. Efectivamente, desde el dia siguiente al en que e publicó la
Jei, afluyeron lo compradore a la hacienda en gmn número, i fué del
todo impo ible evitat· el saqueo e te día i los iguienteR, pue a í los com-
l)l'adore corno mucho cosecheros a eguraban e, tar en ·u derecho para
venuer el tabaco, pue alguno de ello que habían con ultado 1 entido
de la lei con el Prefecto, eñ t' UladHa Po acla, i (JO ~1 Alcalde doctor
Zoilo Corren, habian ido autorizados por e tos señ r • JMI'a vender el
tabaco. En vit'tud de e te apoyo de la autoridad la d' moralizncion ma
completa cundió en el e tablecim1ento, hauiend iJo iufruetno os lo
esfuerzos de lo empleado pal'a cviLar el aqueo. Qno en su concepto es
indudable el det·echo pleno del señor Rizo sobre el tnba<.:o, puesto que
adema de h· ber sido scmbrclclo, cultivn<.lo i cojido con su au,ilios de toda
especie i cosechado en sus tierra , e)..i ten eutre él i cada uno de lo co e-
cheros contt·atos e peciales pot· lo cuales e tán obliO'ados a entrega•· el
tabaco única i e;;clusivam nte a la casa del señor :Mauricio Rizo. Que
ántes de la publicacion de la lei babia guiad para et· ntr gadas un
número con, iLlerable de nnoba , pue~ que tanto e te tabaco eomo el que
habia en los caneye , en fin, en i toda le co cha fué per lida para el señor
Rizo, quien no pudo cojer sino un número mlli redtwido d aiTobas. El
declarante ct·ee que de parte de las autoridades no e prestó prot ccion
alguna a los intere. es del . eñor Rizo, pue ántes sabe que lo solicitudes
elevadns olieitando el amparo de :.}las, una pot· el ·ñor Riw \ otra por
su jente principal eñor Daniel Díaz raná,lo , fu ron !''sueltas negati-
vamente, i que el lcalde se pre entó en Pajonale a la cnbeza de un
piquete de ajontes de policía, oe vario compradore '<.le alguno ·iuuadanos
• i de alguno eo::-ecbero a de truir un de tacamento que lo b< bia dicho
había en la hacienda, e intimó a lo empl 'Hcl s no pre entá. mo n e ta
ciudad a UL nde vinimos en efecto en su compañía, quedando la baciendn a
merced de los oompradores. Le con taque al.eñor aniel Dutz Gmnádos
se le h n eO"uido varios jniuio ciriles i aun criminal pot· la m elida
que él i Je~nas empleados tomaron para evitar· la alida !el tabaco.
'reniendo pre, utes la circuu~tancia que deja r 'ferida relat.int ni buen
estado de la co echa, no calcula en ménos d quince a diezi. i mil el
ntimero de al'l'obas ele tabaco que el eñ t' Rizo hn lt•jado l r lcibir, i en
cuanto a los J ~mas petjuicio quo Gl tm torno con irrni nte en. u ·úlculos
pued· n sobr·e 'en ir al eñot· Rizo, uo pu •(le valomrlol', p r·o . 1 lo, cree de
mucha con idemcion. Qne lo espu to es la vet·dnd en fuerza l 1juramento
prestado, i leioa que le fué la ;mtei'Íor d ciar, cion se <firma i ratifica en
ella, i firma con el señor Juez p r a ote mí el eer tario.-Ju.lian Ospina.
Julian Barriga.-El Sucretario interino, JotJé .Aniccto Ortiz.
-31-
Juzgauo d 1 distrito-Ambaler;n~, 23_ de mnyo de 1863. •
Habiendo renuneia lo el señor Manncto R1zo, por· ahora, la dcwlaracwo
de Enrique E ;hcverri, devuélvan¡.; , e, ta dilijt ncia . . . .
Ospina.- Ortiz, Sect· tan o m termo.

IV
SEÑOR ALCALDE DEL DISTRITO.
Maul'icio Rizo, vecino de Bogotá i actualmente re iJente en esta, a U.
con el debido resp~to espongo: . . . . .
Que el dia 16 dfl abt·il próxtmo pasado elevamo m1 ::tJente prmc1pal
señor Daniel Díaz Graná1los i yo, cada uno una solícit 1d al s ñor Prefecto
de este Departamento, a las cuales recayó e e mi -rno dia u na re olucion de
la Prefectura.
Pido a U. so sirva e ten 1er, a mi co . . ta, copia certificada por U. de
ámbas solicitude i de las resoluciones a que ellas dieron lugar.
Ambalema, mayo 15 de 1863.
MAURICIO Rrzo.
Pa·e entado hoi quince de mayo, a las doce, i pue to al despacho del
señor AlcaiJe.
Ca1·doso, Secretario.
Alcaldía del distrito.-Ambalema, 15 de mayo de 1863.
E pídase la copia que se solicita.
Co-rrea.
SEÑOR PREFECTO DEL DEPARTAMENTO.
Mauricio Rizo, respetno 11.monte digo: que la publicacion que se hizo
el dia 5 de los corrientes de la lei adicional al Código civil, en la pa1·te
relativa al contrato de arrendamiento desencadenado de un modo atenta-
torio a los compradores de tabaco, llevando sus arranques hasta el inespe-
rado estremo de armarse, penetrando en los campos i a estilo de cruzada,
predican entre los cultivadores de tabaco, bajo oti'O sistema no comprendido
en la lei, que no están obligados a entr gal'me mis tabacos exi tentes.
E te pensamiento inusitado i en estremo at ntatorio, continúa desarro-
Jiándo e en pt·esencia de las autorid(Hle del di trito, de las cuales e peraba
espontánea proteccion; mas como el mal crece, i el e píritu de los empre-
sarios se ha lanza lo contra la propiedad rural que tengo en el distrito, me
veo en la indispensable necesidad de llamar la atencion del Señot· Pa·efecto
sobre e te acontecimiento.
La necesidad de proteccion de la propiedad es premio a, i caso de que
se me declare sin derecho a pl'Otecci n, e me obliga a rechazar a mano
armada cualquiera agresion. La Constitucion del Estado del Tolima,
garantiza la propiedad i la seguridad ele lo Tolimenses, i ámbas garantías
se violan descaradamente po1· la agre ion que se está haciendo a mi
establecimiento de Pajonales, bajo el supuesto amparo de la lei que vul-
gar~ente se llama el libre cultivo, lei que entendida en el sentido consti-
tuclOnal no puede tener efecto retroactivo sin vulnera1· la carta constitucional
del Estado, que es la lei de las leyes en todo pueblo civilizado.
El .Código de policía vijente ordena a las autoridades impartir la
pl'oteccwn que imploro. Se está invadiendo mi casa de campo, penetrando
hasta por sen<leros que no son vías públicas de comunicacion, a comprar
-.:>2-
el t~\baco cosechado en mi hacienJa, comprometido tle :mtema11o coruo
propi!::'dad mia a ·e¡· entregado a mi ajentes. Yo reclamo solo el amparo
leg··d en lo · [!taques de hecho i a mano ar·rnada de que '.:iOl el blanco, i si el
Séñor Pr·efecto con ideta que está en el cld>et· de pt·otejerme, espem lo
hag~ ántes de un conflido que sohrev~ntlrá si se me abantlotta i entrega
a. di ·crecion de los que e táu invndiéndome i eoml))'ando mis tabacoscoutra
las prohibici_one do la moral, de la Con tituciou i de la misma lei en que
se apoyan m 1 a~ re ore .
E-,ta e la pctiL'ion que hago l't, petuo, ttment.e al señor Pl'efecto al
ar·ompañarle el memoJial qu e r or mi conducto hace mi ajente el señor
Daniel Día:-~ Gl';tnádos, que apruebo en todas sus parte- por •star eompe-
tenteHH'nte autorizado por wí para la administraeiou i réjimen intel'Íor
tlel ésta b k· c·i miento.
Ambalcma, abeil 16 de 1863.
M. Rrzo.
Prefectnra del D epal't nmeuto.-Ambalema, abl'il 16 de 1863.
Compruebe el peticionario Jos he<.:hos en que funda su solicitud i se
proveerá lo qne convenga.
][olanu.- Vélcz, ecretario.

SEÑOR PREFECTO DEL DEPARTAME .T10.


Daniel Díaz Gmnádo , <wturtlm ~> nte encarga.~lo del e tablecimiento de
Pajon les, perteneciente al señ r Mauricio Rizo, i plenamente autorizado
por él, ~ U. re petno a m nte e p01rg-o:
Que A níbal Rodngue7:, Jo, é l'rax.edes Betnncourt, Elaclio Bueno,
Beli ario R·~ina, J unn 1\Inrcia, Manud N a va, H.amon Hernánrlez, Julio
Cót'dova, Luí Laba.rrera i tAros individuo~ mas, atropollar1do los derechos
mas sagrados de la propie nd, se han internado i se internan dentro de los
terrenos para com¡ rar tabaeo. .
Como Ja lei de libt·e eultivo, en qne se apoyan, no puede, en virtud de
no tenet· efecto retroadivo, comprendet· en uingnn caso el t, baeo sem-
brado i cosechado, ni el cxi ten te <:n los caneyes ánte. de e a lei, ni com-
prende un ataque contra lo derecho.' ele lo propietario , sll plico al señor
Prefecto se sirva notificar a los individuos intliuado., se ahst ngan en
adelante de penetrar en lw ter·pno::; del señor Mauricio Rizo, n lo cuales
no es su voluntad admitirlos, i de comprar tabaco afectado por un con-
trato anterior.
Henotificado e. . to mismo c0n la mAyor moderncion a c:>tos s ño1·es, i
como no he con eguido eorta1· lü invn::.iun, he re~uelto poner n conoci-
miento de U. lo acontecido, pidiéndole a la vez e sirv< di<.:tar órdenes
tficaze que ponrran a cubi ·t'to los iut r·~es qua te11cro a mi cargo; bien
entendido que en caso contl'aJ·io no '\eré yo el re ponsable Ju la medidas
que adopte i que llevaré a abo c~n eumplimientu dl3 mi del>\31'.
Pajonales, 15 de abril de 1863.
Daniel .Diaz Granádos.

P1·efectura. Departa.tneutul.-Ambnlema, ab1il lo de 1863.


La Constitucion del E~tado gar·antiza a su:; habitantes la libet·tad de
industria, i L, jo e to punto de i t.t la aut ridad no puede impedir a los
-33-
habitantes del Departamento que ejerzan su derecho, pues si el reclamante
tiene algunos derechos que hacer valer, debe ocurrir a las autoridades
competentes. El Código de. policía no prohi.be a nadie el entra~ a los pré.dios
1·ústicos que tengan la servidumbre de cammo, en cuyo caso m la autoridad
ni el dueño del prédio tienen facultad para impedir su entrada. Estas
consideraciones hacen que la Prefectura no acceda a la solicitud, deján-
dole al peticionario su derecho a salvo, para que lo..haga efectivo ante
las autoridades del Poder J udicia].
En cuanto a la manifestacion con que termina la solicitud, si ella
tiene por objeto dar a entender que no es el ejercicio de un derecho sino
un delito el que se adopte para impedir el libre tránsito por el terreno,
la Prefectura sabrá cumplir su deber llegado al caso.
Molano.- Vélez, Secretario.
El infrascrito Alcalde del distrito, certifica: que las dos solicitudes
anteriores i sus correspondientes resoluciones de la Prefectura son autén-
ticas i fielmente tomadas del orijinal que existe en el archivo de la estin·
guida Prefectur~ del Departamento, que está a mi cargo i al cual me refiero
en caso necesano.
Ambalema, mayo 15 de 1863.
El Alcalde, ZoiZo A. Oo?''rea.
El Secretario, Ante'ro Oa1·doso.

V
SEÑOR PREFECTO DEL DEPARTAMENTO.
Mauricio Rizo, del comercio de Ambalema, ante U. con t·espeto espongo:
Teniendo necesidad de comprobar ciertos hechos, pido a U. se sirva
certificar lo siguiente :
1.0 Si el 16 del corriente tanto el infrascrito como mi Ajente jeneral,
señor Daniel Díaz Granádos, ocurrimos a U. solicitando dictase alguna
providencia que protejiese o amparase el goze de mi propiedad i el de sus
frutos, i denunciando ámbos los hechos escandalosos que tenían lugar en
Pajonales.
2.o Si ámbas solicitudes fueron contestadas por U. negativamente en
la misma fecha; i
3. 0 Si dió U. órden al Alcalde del distrito ese mismo dia para trasla-
dar~e inm.ediatame~te .a Paj~n~le~ a in~estigar ..ciertos hechos de que U.
habta temdo conoc1m1ento, 1 s1 diCha orden dw pm· resultado la venida
de todos mis empleados a esta en compañía del señor Alcalde i en virtud
de una notificacion que este les hizo.
Espero que el señor Prefecto se sirva espedir a continuacion el certifi-
cado que solicito i disponer se me entregue el Ol'ijinal.
Ambalema, abril 24 de 1863. MAuiucro R1zo.

El infrascrito Prefecto del Depal'tamento certifica, de acuerdo con la


anterior solicitud :
0
1. Que es verdad que los señores Mauricio Rizo i Daniel D. Graná-
dos elevaron solicitudes a este despacho, el primero con fecha dieziseis i
el segundo con fecha c¡uin e de los conien s.
3
-34-
2. 0 A dichas solicitudes se resolvió con fecha diezi ei~ de los mismos,
de acuerdo con las leyes vijentes i en consonancia con las disposiciones
que para tales casos deben tenerse en consideracion; i
3.o Que a virtud de las quejas repetidas de los cosecheros de tabacos
ele Pajonales contra los tratamientos duros i abusivos de lo empleados de
la casa del señor Rizo, i habiéndose tenido noticia que dicho señor tole-
raba estos escándalos i aun consentía un destacamento en un punto del
camino público para estorbar el paso en cierto modo, la Prefectura
teniendo en cuenta que estos son hechos de la competencia de la policía,
con fecha catorce de los conientes ordenó al Alcalde de esta ciudad que
pasara a Pajonales a averiguar esos hecho , sus autores o promovedores,
para correjir tales abusos i castigar semejantes delitos. ara que el peticio-
nario se satifaga de tal procedimiento, se copia la nota que con tal objeto
se dirijió al espresado Alcalde.
"Número 30.-Señor Alcalde del distrito.
"Son inauditas las quejas que jeneralmente se oyen en este lugar por
consecuencia de algunos atentados que se dice están cometiendo los em-
pleados de la haci@nda denominada "Pajonales," en términos de llegar a
poner destacamento en algunos puntos de la hacienda i aun en el camino
real, o sea via del Estado, i esto con solo el fin de impedir el prop6 it.o de
una lei, que miéntras exista hai que acatarla haciéndola cumplil-. Con el
objeto, pues, de que tales atentados no continúen, para vergüenza de los fun-
cionarios que los toleran, lo escito mui particularmente a U. para que
inmediatamente se traslade con fuerza armada a ]a mencionada hacienda
de Pajonales i sin consideracion de ninguna clase proceda a la averigua-
cien de esos hechos i sus autores.-M. M."
Para el uso que al interesado convenga espido la presente en Amba-
Iema, a 28 de abril de 1863.
Mariano Molano.
El Secretario, Francisco .A. Vélez.

SEÑOR ALCALDE DEL DISTRITO.


Mauricio Rizo, del comercio de Ambalema, ante U. con respeto espongo:
Teniendo necesidad de comprobar ciertos hechos, pido a U. se sirva
certificar los puntos siguentes :
1.0 Si por órden del señor Prefecto del Departamento fué U. a Pajona-
les el dia 16 de los conieutes con una partida de veinticinco hombres
armados, los cuales se presentaron en actitud hostil en dicha haciendat
dirjjiendo amenazas i aun insultos a los empleados de Pajonales.
2.0 Si U. logró, por medio de la persuasion i empleando la autoridad,
impedir que las personas de su comitiva cometieran varios escesos en la
t·eferida hacienda.
3.0 Si U. notificó a los señores Daniel Díaz Granádos, José María
Rocha i Enrique Echeveni, empleados principales de Pajonales, se presen-
tasen en Ambalema i si en efecto dichos señores lo verificaron inmediata-
mente trasladándose en su compañía.
Espero que el señor Alcalde se sirva espedir a continuacion el certifi-
cado que solicito i disponer se me entregue el orijinal.
Ambalema, abril 24 de 1863.
:M.l RICIO RIZO.
-35-
Alca.ldín del disírito.-Ambalema, abril 25 de 1863.
Certifíque e sobre los puntos a que se 1·efiere la prE-cedente solicitud.
Gorrea.- Oardoso, Secretario interino.

El Alcalde del distrito de Ambalema en cumplimiento de lo ordenado


por el auto anterior, certifica:
1. 0 Que es cierto que el infrascrito recibió órden del señor Prefecto
del Departamento para trasladarse a Pajonales, a donde efectivamente me
trasladé, con el objeto de contener algunos abusos que se decia estaban
ejecutando los empleados de aquella hacienda, cuyo viaje hice el 16 del
corriente asociado de veinticinco hombres, entre ellos algunos armados,
i constituidos en dicho punto, algunos principiaron a proferir palabras
ofensivas; pero reconvenidos por el infrascrito se abstuvieron.
2.0 Que no comprendió si algunos de dichos individuos estarían dis-
puestos a cometer escesos.
3.o Que tambien es cierto que el infrascrito citó a los empleados que
se mencionan en la peticion, para que se presentaran en su despacho, para
que respondieran a las quejas que podían ocurrir contra ellos, de los cose-
cheros de Pajona~es, por los hechos que contra sus personas i derechos, se
decia ejecutaban, lo que asi verificaron, sin que despues de esta intimacion
se hubiese presentado persona alguna dando queja. En fe de lo cual i a
virtud de la precedente peticion, e pido la presente en Ambalema, a veinti-
siete de abril de mil ochocientos sesenta i tres.
Zoilo A. Om·'r ea.-El Secretario intel'ino, .Ante1·o Oa?·doso.

VI
SEÑOR JuEz DEL DISTRITO.
Mauricio Rizo, del comercio de Ambalema, ante U. con respeto
espongo:
Teniendo necesidad de comprobar ciertos hechos, pido a U. se sirva
certificar lo siguiente :
1.0 Si en su Despacho se siguen juicios civiles i criminales contra Jos
ajentes de Pajonales con motivo de haber tratado de impedir la venta de
tabaco en la presente cosecha; i
2. 0 Si en los procesos que cursan en su Despacho consta que los em-
pleados de Pajonales han tenido necesidad de empleat· la fuerza para tomar
el tabaco de la hacienda que indebidamente estraian algunos comprado-
res estraños. •
Espero que el señor Juez se sirva es pedir a continuacion el certificado
que solicito i disponer se me entJ·egue el orijinal.
Ambalema, abril 24 de 1863.
MAURICIO RIZO.
-
Presentado hoi 24 de abril i puesto al despacho del señor Juez.
Ospina, Secretario.
-
Juzgado del distrito.-Ambalema, 24 de abril de 1863.
Es~ídase ~1 certificado que se exije.-Rod1·íguez.
Elmfrascnto Juez del distrito, en vista del anterior pedimento, certifica:
-36-
1.0 Que es verdad se siguen varios juicios civiles ordinarios en este
Juzgado contra el señor Daniel D. Gran: dos, como ajonte principal de la
casa del señor Mauricio Rizo, por haber impedido la venta del tabaco en
la preaen te cosecha ; i
2.o Que igualmente es verdad que en una de las demandas que se han
entablado contra el señor Daniel Díaz Granádos como ajente de la casa del
señor Rizo, en las pruebas pedidas por el demandante aparece que
los ajentes subalternos de la esprcsada casa i el principal señor Díaz
Granádos, han hecho uso de la fuerza, armándose para lograr impedir que
los compradores estraños no saquen de 1<>s tenenos de Pajonales el tabaco,
que ellos negocian con los cosecheros. Que es cuanto puede certificar en
obsequio de lo qne existe por autos en el despacho, el que se da al intere-
sado en Ambalema, a 24 de abril de 1863.
Zenon Rodríguez.
El Secretario en propiedad, Julian Ospina.
Ambo.lema, abril 13 de 1863.
Sefior Mauricio Rizo.-Presente.
Estimado señor mio i amigo: lle tenido varias quejas porque dicen
que U. ha puesto un destacamento en el paso de Rio-recio, el que no deja
pasar a nadie con tabaco sin guia; yo suplico a U. como mi amigo, que
haga evitar molestias a los pasajeros por el puente.
Me han dicho que el señor Daniel Granádos asegura que yo como
Prefecto lo autorizé para dar un tiro a la persona que fuera a comprar
tabaco a Pajonales, i espero que U. indicará a dicho señor que no debe
hacer esto, pues puede tenor trascendencia i proporcionar molestias.
Su afectísimo awigo, Ularlislao Posa,da.
Varios cosecheros me han asegurado que el eñor ladi lao Posada los
babia autorizarlo para vender tabaco i que él mismo vendria bien aquí o
a otra parle a comprar. Puedo probarlo con di(jz o doce declaraciones.
D. D.G.
Confirmamos la, nota.-J. M. R.-E. J. G.

Pa.jona.les, abril13 de 1863.


Señor Rizo :-Ac, bode recibir la apreciable de U. acompañándome
la carta del señor Prefecto.
El señor Posada ha sido mal informado al decir a U, en su carta, que
yo había sido autorizado por él para dar un tiro a quien viniese a comprar
tabaco; no neeesito la autorizacion del rrefecto para tratar a los compra·
dotes como debo tratarlos, RÍ no se avienen a la razon; hágame el favor
de poner en conocimiento del soñor Prefecto que los compradores que
vengan aquí a comprar tabaco por su cueut~, serán tratados corno los
uema.. Pareee, segun se dice, que ól ha ofrecido venir a comprar perso-
nalmonLe: bien puede hacerlo.
Los compradol'cs no han venido: 1 óugora &.a hacen una oposicion
violen la.
~ i hai novedad lrá posta.
uyo fectísimo, JJ. D. Granádos.
Ad.-A naJio se le evita el pa o, siem1l'e qne no lle\'C tabaco comprado
en P::~JOD 1'~, i nc; de::,vt ' ndoso del c.uniuu real entre a algun canei.

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