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IMPRENTA DE ECHEVERRÍA H. 1
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CULTIVO DE TABACO
EN AMB.ALEMA.
IV
lle aquí la protesta:
Instrumento número ciento diezisiete. En la cabezera del
Circúito de Notaría de Ambalema, a cuatro de mayo de
mil ochocientos sesenta i tres, ante mí el N otario público,
i por ante los tes6gos señores Meliton Salazar i Oárlos Rasch,
se presentó el señor Manricio Rizo, vecino de Bogotá, mayor
de veintiun años, a quien doi fe que conozco, i dijo que
hace la siguiente protesta: "Tengo una casa mercantil esta-
blecida en Bogotá, con ramificaciones en el Canea i Antio-
quia, i otra en Lóndres: tengo una casa en esta ciudad con el
principal objeto de la produccion de tabaco para su remision
a Europa, que ha sido el fuerte de mi negocios. Para este
efecto i para contar con plena seguridad con este artículo, que
dehia servirme para atender a mis fuertes compromisos en
aquel continente, celebré desde tiempo anterior contratos con
nn crecido número de individuos denominados cosecheros,
constituidos bajo las siguientes bases, segun el documento. Yo
estaba comprometido a dar a cada uno de estos co echeros i
sin re m nneracion alguna, terrenos para sembrar el número de
matas de tabaco que quisieran, por el cual recibirian de mí tres
pesos de ocho décimo:s por cada arroba de las que me entrega-
sen ..A darles una anticipacion en diuero, para el fomento de
sus s1em bras? de dos pesos por cada mil matas de la que sem-
brasen en n11s terrenos. Aunque esta suma e~taba fijada como
bas.e de anticipacion, sit:mpre escedió en mas del triple con
cas~ todos lo~ culti~adores, pues ade1nas de las sumas ele que
ten~a~ necesidad, 1 se les daban en el acto que las pedian,
rec1b1an carne, mercancías i las herramientas necesarias para
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sus trabajos, debiéndome en consecuencia muchos de los cose.
cheros snmas que no alcanzan a cubrir ~1 valor de sus planta-
ciones. Para su mayor desahogo les permitía i tienen todos
plataneras i varias otras siembras. Los cultivadores por su
parte estaban comprometidos a lo siguiente: A sembrar el
mayor número de matas de tabaco po ible i a entregar su pro-
ducto única i esclnsivamente a mí o n1is ajentes, verificando
esta entrega con todas las condiciones de tabaco de recibo. A
permitir que por mí o rnis ajentes se vijilasen libremente sus
plantaciones, con el objeto de activarlas, i sus cuneyes o depÓ·
sitos del tabaco para cerciorarme por medio de empleados al
efecto, del número de hilos que tenían co,iidos i colgados, o sea
la cantidad de tabaco que tenían disponible para entregarme.
A no consentir en las posesiones, caneyes, &,a tabaco ajeno para
guardarlo ni depositarlo, ni consentir en ellos peones ni depen-
dientes q ne no fuesen del gusto de mi casa. A no negociar en
compras, ventas, ni cam bíos de tabaco, ni especular sobre este
artículo; pues todo el que sembrasen, cultivasen i cojiesen,
debía ser para mí esclusivamente, estando en la obligacion de
llevarlo a su costa a las casas de recibo que yo o mis ajentes les
indicásetnos. A pagar de contado a mí o mis ajentes ocho pesos
por cada arroba de tabaco que faltase en la cueRta llevada por
el respectivo comisionado o visitador, con mas, los daños i
perjuicios que, por haber dispuesto del tabaco, me pudiesen
sobrevenir. A perder a favor de mi casa los tabacos que se
encontrasen fuera de los caneyes, i que iendo de su cargo,
apareciesen en otros caneyes, casas, plantaciones o montes, sin
pei:i uicio de pagar la In ulta de ocho 1 esos, es ti pula da por cada
arroba de tabaco comprendida en e ta cláusula. A conceder,
en virtud de las estipulaciones anteriores, i en caso de faltar a
alguna de ellas, pleno derecho a mí o mis ajentes para espul-
sarlo de los terrenos, sin tener por esto motivo alguno de queja
i en cuyo caso les seria abonado por mí, previo avalúo, el valor
de los edificios, perdiendo ellos el derecho al tabaco 1 demas
sementera . Finalmente, a no vender la posesion ni poner otro
a mm ejarla in permiso 1nio o de mis ajentes. Por mi parte,
no olo he llenado todos los compromiso que me impuse por
este contrato, sino que espontáneamente, i como un nuevo
apoyo, les permití establecer sementeras de tnaiz, el beneficiar
algunos árboles frutales i el sostenimiento de animales en so~a
para su servicio i la movilizacion de sus productos. Todav1a
hice mas: contraté i he mantenido al ervicio de los cosecheros
i de n1is emplcad05 al doctor Cayctano Lombana, en su calidad
de. ~ ',dico, con un sueldo fijo pagado de tni propio pec.ulio para
aststtrlos en sus enfermedades, habiendo llegado varias vezes
el caso de traer a tni propia casa a algunos de los cosecheros i
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ser asistidos i curados en ella sin exijirles la mas pequeña
remnneracion; en fin, siempre he prestado mano fuerte, con-
forme a las necesidades de cada uno de los cosecheros, para
activarles i ayudarles en el progreso de sus empresas en jeneral
i de sn biene tar domé tico en particular. Con el fin de fomen-
tar i dar impulso al tabaco de mi hacienda de Pajonales, me
trasladé a esta ciudad que dista dos millas de dicha hacienda,
en agosto de mil ochociento sesenta i dos. La corta distancia
me pennitió vijilar con frecuencia por mas de ocho meses las
siembras del tabaco i dar a los cultiYadores toda clase de ansi-
líos, haciéndoles oportunas indicaciones que tenian por objeto
aumentar la produccion, mejorar la calidad del artículo e
impedir hasta cierto tiempo la estraccion clandestina del tabaco.
Debido a estos medios i a la vijilancia de un tren numeroso de
empleados escojidos, me prometía i contaba ya con los mas
halagüeños resultados. Las siembras habia.n sido hechas en una
época de completa paz: había crecido considerablemente el
número de cultivadores, i los que estaban establecidos de tiempo
a tras habían aumentado sns plantaciones. La estacion no podia
ser mas favorable; las instituciones me dab,an completa garan-
tía, de manera que no solamente yo sino todos los empleados
de mi establecimiento, cmnparando el brillante estado de la
cosecha con el de los años anteriores, en los cuales no había
concurrido un cúmulo de circunstancias tan favorable a la
produccion, calculábamos i tenímnos por cierto que Pajonales
daría en la presente cosecha mas de diezi eis mil arrobas de
tabaco. Pero un acontecimiento inesperado vino a destruir de
un golpe todas mis e perauzas, arrebatándome el producto de
la hacienda cuando apénas principiaba la cosecha. La Asam-
blea del Estado Soberano del Tolima espidió una lei facnltando
a los arrendatarios o colonos para disponer libremente del fruto
de las cosechas, Por el documento citado se ve claramente que
en mis terrenos no tenia yo ni los uno ni los otros, pues con
cada uno de ellos había celebrado un contrato especial para la
prodnc?ion del tabaco que. los co.lo.caba en la línea de sitnples
contratistas. Pero esta le1, 1nahc10samente interpretada por
algunas personas interesadas en obtener ventajas de los cose-
cheros, les hicieron creer estaban autorizados para vender el
tabaco, como si fuesen arrendatarios 7:- i como si en caso de que
lo hubieran sido, la lei pudiera tener aplicacion en los contratos
c~I~br~dos ántes de que ella se sancionara. La necesidad de
VIJllar 1 fomentar las plantaciones de tabaco que tengo en mi
establec~mie~lto de Jirardot, me ?bligó a ausentarme por unos
P.ocos d1as 1 me encontraba alh, cuando de mi casa de esta
Ciudad se me avisó por posta la publicacion de la lei, su torcida
* Léase el documento número 3.
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interprctacion i el completo saqueo que tenia lugar en Pajonn·
les. Regresé inmediatamente a e, ta i al llegar me dirijí in me·
diatamente al Prefecto, señor Uladi lao Po ada * i le hice
presentes lo hecho qne tenia conocimiento sucedían en Pajo-
nales, oca, ionados por la f,ll a interpretacion de la Jei i la mala
fe tle lo compradore , pidiéndole a la VfZ proteji se mi }Jropie-
dad e hicie e ejecutar la lei en sn verdade ro sentid . El señ >r
Pref•cto, annque conveneido de lo ,in to de mis razonamientos,
de la justicia qne n1e asi ' tia i concediéndome el derecho para
obrar en defen a de mis intet·e e , ningnna pro idencia dictó
que me pn iese a cubierto. Resolví entónces mandar a Pajo-
nales uno tle mi emJJleados a cerciorarse de la situacion i
tratar de impedit·, por cuanto medios estuvieran a su alcanze,
que los cosecheros vendieran el tabaco e impidiese la interna-
cion de lo compradores a los caminos priYad< s de la hacienda
que conducen a los caneyes, previniéndole respeta e los dere-
chos de los tran eunte por la vía pública que atnivie a la
hacienda, por se1· un camino nacional: le ordené a la vez
aO'ota e t~_ dos los medios 1 gales q ne fneran compati bies con las
circun tancjas para impedir la traccion del tabaco, debiendo
en último caso protejer mi propiec.lau de la manera que j nzgase
n1as oportuna. Mi permanencia en esta ciudad era de la mayor
importancia para recabar de la autoridaJes una proteccion
eficaz j poner en claro mis derechos. Por varias cartas que
desde Pajonales me clirijió mi ajente principal, señor Daniel
Díaz Granados, me manife. tó la completa de moralizacion de
los cosecheros i el de caro de los compradores, por lo cual
comprendí, egun él me indicaba, el'a imposibl hacer frente a
la sitnacion e impedir a los co ecberos Yendie en el tabaco,
pue to q ne en sn concepto era un hecho cierto que algnnas de
Jas autoridades hal ian tomado una parte activa en la desvir-
tuacion de la lei. Se fundaba para decirlo así, en que varios
compradores i 111nchos de los c() echeros le habían a egurado
que el Prefect , . eñor Uladi lao Po ada, i el Alcalde, doctor
Zoilo Correa, a quienes habian consultado la manera de
entenderse la lei, les habian dicho estaban en plena libertad
para conq rar lo nno i para vender los otros, pudiendo los
compradores internarse en las ias privadas de la hacienda para
verificarlo. Recibí de ·mi dicho ajente una solicitud que a mi
notnbre elevaba al Prefecto, qne lo era ya el eñor Mariano
Molan , en la cnal le d nnnciaha lo hc<.:hos que tenian lugar
en mi hacienda ele Pajouale , i en con ecuencia le pedía. pro-
teccion para. impe<.lir la violacion le mi propiedad i el robo de
tnis jntereses. Para dnr mayor fuerza a sta olicitud la acom-
pañé con otra en iguales términos, poco ruas o ménos, i ámbas
• Véase documento número 4.
•
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ft1eron resueltas negativan1ente. * Como mis en1pleados habían
tratado de evitar, segun n1is órdenes, el saq neo de ]a hacienda,
poniendo a los compl'adore". todas !as trabas. p~sibles, l~s inte-
resados hicieron creer a las antondades ex1st1a en Pa.Jonales
una gnerrill~ o de tacamcnto qne impedía el pa o, i ~~n que
había comettdo algnnos e~ce o , pues como tales se cahficaron
los e fnerzo qne para impedir la compra del tabaco pusieron
en práctica. *-K· Ya el señor Uladi lao Posada me babia dirijido
una carta, en la cual me prevenía rliese órden a mi ajente, señor
Dí,tz Granados, di::;ol vi e e nn de tacamento que dicho señor
sostenía en mi hacienda. E ta carta la remití a nli ajente
haciéndole presente las q nejas del señor Posada, i éln1e con-
testó negando la existencia de tal destacamento i diciéndome
que únicamente impedía a los ajentes de las ca as de esta
ciudad vel'ificasen la compra del tabaco. El mismo dia que mi
solicitud i la de mi ajent~ fneron elevadas al Prefecto, e te dió
órden al 1\.!calde para qne a la cabeza de un piquete armado
pasase a Pajonales i di 11lvie e nn de tacarnento o gnerrilla qne
se decía existía allí. -K·** El Alcalde en virtud ue e ta órden, i
acompañado de un piquete de la poltcía, de algunos ciudadanos
i de algunos compradores ele tabaco, completamente armados
i apoyados por los mismos cosecheros, se presentó en mi hacien-
da i notificó a mis empleados se presentasen en esta ciudad, lo
cual verificaron viniénJo'"'e en su compañía, quedando así
completarnente de amparado mi establecimiento. A conse-
cuencia de los medios que misajentes pn ieron en práctica para
impedir se tne est.r::~j ese el tabacn, e les siguen hoi ante los Tri-
bnnales juicios civile i ann se han intentado criminales,*·*-**
ocasionados estos últimos porq ne se vieron en el ca o de emplear
algunas vezes la fllerza para impedir el saqueo. Los perjnicios
que me ha oca iouado este acontecimiento son incalculables.
Contaba con este tabaco, el cual e taba comprometido a entre-
gar en Europa pat·a hacer frente a mis mas graves compromisos
habiendo recibido a cuenta fnertes auticipaciones. El no cum:
plim iento, aunq ne in voluntario, de la re m isi on del tabaco
comprometido a entregar en Europa, para hacer frente a 1ni
pasi v?, haciéudom~ carecer. ?e la base. principal de rn is espe-
culaciOnes, rne hara dar un J1ro n nevo 1 enterarnente contrario
a mis negocios, cnyas consecuencias no pnedo calcular. Ea
cuanto a la pérdida material del número de arrobas de tabaco
que he dejado de recibir, teniendo en cuenta el producto que
e~ta cosecha ha dado en los años anteriore , i el estado sin
eJemplo de la presente, no la calculo en ménos de dieziocho a
* Véase documento número 6.
** Véase documento número 6.
*** Documento número 6.
*** Véa8e documento número 6.
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veinte mil arrobas. En fue·rza de los hechos qne dejo relacio-
nad0s, protesto de la manera mas solemne por los perjuicios
que se me han ocasionado. Hago de antemano respon ables a
las autoridades i a los individuos que han contribuido a la
torcida interpretacion de la leí, de los perjuicios q ne he snfrido:
a los compradores que han negociado con nn artículo qne me
pertenecía, haciéndo e así cóm plíces de un hurto, i a los cose-
cheros que han dispuesto del tabaco, violando así el contrato
que existia con ellos. Si la interpretacion que ha ta ahora le han
dado a la leilas autoridades indicadas llega a ser e1 jonuino sen-
tido de ella, entónces protesto contra la lei, porque conculcaria
los principios j en erales de lejislacion, con el hecho de darle un
efecto retroactivo, e interpretada así atacaría los mas sagrados
derechos de propiedad. Todavía protesto mas, para los efectos
morales i legales. Y o comprendo la lei de seis de rnarzo del
presente año; i del contesto de los artículos trece i catorce, se
ve claramente que la facultad de vender libremente los pro-
d netos se refiere a los col nos i arrendatarios; es decir, a los
ciudadanos que han tomado alguna cosa en arrendamiento,
pero no siendo, como no son ni han sido jamas, anendatarios ni
colonos los individuos que han sembrado, cultivado i cosechado
tabaco en mis posesiones de Pajnnales, sino unos contratistas
comunes que, con mis tierras, mi dinero, mis ausilios de manu.-
tencion 'i mi ayuda personal i la de mis ajente , han estado
produciendo el tabaco qne me tenían vendido do de tiempo
anterior a precios convenidos, atendidos los apoyos qne yo les
he dado, segun el contrato. Siendo esto a 1, como lo es sin dnda,
se ha violado la lei, la Oonstitucion i todos los derechos natu-
rales que tengo en mis propiedades, por todos los que, en calidad
de autoridades, de comprado¡·es de tabaco, o de cualquiera otra
manera, han incitado a mis cultivadores a vender el tabaco
producido que me pertenecía segun contratos anteriores. Mas,
suponiendo que esa lei abrazase, contra la razon, la j u ticia i
la filosofía, a los qne tenían e os contratos, si por con iguiente
concnl~se mis sagrados derechos i los de los de mas que se
encuentran en el mismo caso, entónces esa lei seria atentatoria
por inju ta e incon titucional. I en tal caso, yo protesto, para
hacer valer mis derechos, ante )as autoridades ejecutivas, judi-
ciales i lejislativas en el Estndo, o ante la Suprema O rte de la
N acion o el Oongre o de los Estado U nidos de Oolotnbia, hasta
donde me lo permitan las instituciones del pais. I en último
caso, yo protesto solemnemeute para ante el gntn tribunal de
la opinion pública, por el atentado inmoral con que e,e me ha
arrebatado el fruto de mi trabajo, poniéndome en impo ibilidad
de cumplir por ahora con los comprometimientos (1ue tengo en
Europa de entregar fuertes sumas de arrobas de tabaco, com-
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prometimientos de honor comercial i privado qne contraje con
bnena fe, contando con el producido que en la presente cosecha
debieron entregarme con escrupulosidad i honradez mis culti·
vadores de Pajonales, a quienes tengo anticipada nna gran
suma en virtud de nuestro contrato, de que he hecho referencia."
N o se pagan derechos ue rejistro por estar suprimidos en este
Estado. I habiendo leido e te in trumento el interesado, señor
Mauricio Rizo, dijo q ne ]o aprobaba i aprobó por estar a su
satisfaccion; i firma, todo en pre encia de los testigos instru-
mentales al principio citados, mayores de veintinn años i veci-
nos de este Circúito de N otal'Ía, quienes igualmente firman
conmigo de qne doi fe. Queda advertido de que la copia de
este instrumento debe rejistrarse en la oficina de Rejistro del
Oircúito.-MAuRrcro RIZo.-Testigo, Oárlos Rascl¿.-Testigo,
.Meliton Salazar.-El N otario público, NicanOT García.
Es fiel i segunda copia de sn orijinal, a que me remito en
caso necesario; i en fe de lo cual doi la presente, en nueve
fojas útiles, para el señor Mauricio Rizo, en Ambalema, a
nueve de mayo de mil ochocientos sesenta i tres.
El N otario público, Nicanor García.
Queda rejistrada en la Oficina de Reji tro del Oircúito
de Ambalema, a los folios veintiuno, veintidos, veintitres,
veinticuatro, veinticinco i veintiseis, partida número treinta i
nueve, del respectivo libro número segundo, hoi once de mayo
de mil ochocientos sesenta i tres.-Francisco Anga1·ita.
V
Snpongo que la anterior protesta i los documentos que llevo
citados se habrán leido con atencion. Oreo haber probado qne
este contrato no se ve afectado por la 1ei de 6 de marzo de
1863: lnego al quererlo incluir en ella se ha obrado con mala fe.
Pero ademas de esto, los documentos comprueban cla-
ramente:
Lo Que el Prefecto del Departamento, señor Uladislao Po·
sada, el Alcalde doctor Zoilo A. Correa i otros varios zánganos
aconseja~·on a I?is cosecheros que ;endiesen el tabaco que m;
perteneCia. (V ean~e documentos numeros 1, 2 i 6).
2. 0 Qne esta conspiracion se mantenía tramada, porque de
antemano se ~abia. hecho que los cosecheros guardasen el
tabaco que ten1an listo para entregar, hasta tanto que la leí se
publicara. (Documentos números 1 i 2).
3.o Que el señor Uladislao Po~ada dejó el puesto de Pre-
fecto, al mom~nto en q ne yo empeze a poner en claro los hechos
como se ve por la circunstancia de que ea 13 de abril er~
Prefecto, i que en 24: del 1nismo mes ejercía el señor doctor
Mariano Molauo.
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4. 0 Qne ajentes de él i de otros zánganos entraron a com-
prar tabaco a mis tierras que son propiedades privadas rnias.
(Do en mentos números 3 i 6).
5. 0 Que no se publicó la lei hasta tanto que yo estuve
ausente, como se ve de mi pr·otesta.
6. 0 Qne gran part'e del tabaco entró a los almacenes de los
señores Toro IIermanos, de quienes es ajente el mismo señor
Posada. (Documento número 3).
7. 0 Que se urdió la trama de que había guerrilla en mi
hacienda de Pajonales, se hicieron retirar de allí a mis ajentes
i se mandó a debelar la querrilla a los 1nis1nos ajentes de loa
conpradores de tabaco! 1 ....
8. 0 Que los cosecheros han convenido i confesado, tanto
los que han permanecido en 1nis tierras como los que han salido
de ellas, que han sido engañados; que jamas han sido arrendata-
rios o colonos, i que han vendido tabaco in derecho para hacerlo
causándome graves pe1j uicio e incurriendo en la multa i de-
mas penas establecidas en nuestro contrato. (V' an e los docu-
mentos 1 i 2: iguales ate"'tacione han hecho todos lo co echeros
por medio de documentos que so con ervan en mi archivo.)
9. 0 Que qui e n ar de los medios legales i se me negó la
justicia, se me ohicctneó el derecho que tenia a e ·ijirla i, e pro-
tejieron a los qne me saqueaban. (Véase documento número 5),
* I ¿quién es el señor Uladislao Posada~ El s ilor Po ada
era el hombre de mi mayor confianza en Ambalema; lo creí
mi mejor amigo pers na! ; teníamos relaciones constantes,
cordiales i casi íntima~, las cuales cnl ti vaba yo de buena fe
ann en los n1ismos momentos en qne se me quitaba el fruto
de mi trabajo.
El señor Po aJa es ajente de una Casa compradora de
tabaco, la cual no tiene tierras que cultivar al efecto. Él se ha
manchado con una ttama infame! Quédele el remordimiento:
quéuele el fallo de la opinion que he querido ilustrar.
¡Cuán diferente la condncta de los señores U ribe Hermanos
que, en ese desborde de los malos instintos, ellos sin tener
terrenos que cultivar i haciendo fuertes negocios, prefirieron
suspender sns compras por algunos días para no esponerse a
hacerlas de tabaco robado, i dejaron a sns ajen tes en inaccion
durante la tormenta!
He concluido. He referido sencillamente la verdad: he
sido víctima de nna trama inicua. Fácil me será entablar
procedimientos judiciales cvntra los auto• s de e te escándalo.
Entretanto, lo úoico que deseo es qne el dinero qne han adqni·
rido a mi costa, no les venga a ser dema iado amargo.
Bogotá, julio 23 de 1863. M. RIZO.
,. Suplieo m1s lectores }a atenta Jedur.l \; todo el doeument námer •
DOCUMENTO •
A
'Maui'Ício Rizo ha convenido n admitir a N. N. como cultka<lor de
tabaco en ei terreno de Paj nale , en 1 ual qu eda obligado N. N. a sem -
brar, cultivar i pr parar con e mero tab:w , úni ca i csclu ivarn ent para
la Ca a del señol' ~Lwricio Rizo, que es el du eño 1 jítimo ue cuanto t· baco
produzca i co·eche, i a conducirlo a lo almac ne de d ~ pó::-ito que e le
designen por dicha Ca a, su apoderados q ~j e ntes, a co ta de N. N,
quien no tiene derecho a otra remu~ e racion que la que se e pre a en este
contrato. En con ecuencia, reconociendo como reconozco yo N. N. a Mau-
ricio R1zo, corno Jueño de todo el tabaco que siembre, cultive i pt·epare en
los meqcionados terreno. , quedo obEgauo:
1.0 A sembrar tabaco i entregarlo todo como qneLla dicho, en los alma-
cenes de depó ito que se me de ignen p r uicha Ca ~, su apodemdos o
ajen tes, entregándolo eco i bien preparc1clo; i a recomponer los tabacos
que por algun defecto se me de echen al h· cer la entr ga, para volver a
entregarlos con las condiciones de recibo :
2.0 A permitil' e vijil en librem ente por la C<1Sa de 1Ianricio Rizo, sus
apoderados o ajentes, todas la plantacione , lluerta , sementera , caneyes,
dep6 ito~ de tabaco, ca a 1 po esion que haya puesto eu dieho terrenos,
i a que ejerzan sobre dicha plant&cione ~ , caueyes i po csione~ todos los
dernas actos de verdaderos dueños i pt'opietarios:
3. 0 A no consentir en las pose, ione , ca as i c, neyes como peones,
dependiente , ni con ningun otro títull), persona a1 0 una que no c0nvenga
a la Ca a, sus apoderados o ajentes, o que cualquiera de ellos ordene sean
despedidos o no admitido~ :
0
4. A no admitir en las po e iones, caneyes, huertas, ni en ninguna
otra parte, tabaco ajeno para guardarlo, depo. itarlo, ni c..:on ningun otro fin:
0
5. A no negoeiar en compr·as, vent;'ls, ni cambio de tabaco, ni entrar
en ninguna otr·a cla:ie de especulaciones sobre e te artículo; entenJiénJo~e
que est-~ prohibicion se refiere no solamente al talHH·o cultivado i co echado
por ~í,_ pue~ que? como q~teda dicho, es todo de la propiedad del señor
Maurtcto Rtzo, smo tatn bten a toda claslj de negocios sobre tab:wos, con
la sola escepcion Jel que siembre i cultive de dicha Casa, i e clusivamente
para ella:
6. 0 A no poner tabaco en canei ajeno, ni sacar por mí, ni por medio
d.e otra pet'Sona, tabaco del canei i establecimiento que e. tá a mi cuidado,
•mo para llevarlo directamente a los almacenes de recibo de dicha Casa,
cuando se me dé órden para d]o:
2
-18-
7. 0 Me comprometo igualmente a pagar de contado a la Casa de
1\.fauric:io Rizo, sus apoderados o ajentes, una multa do oeho pesos por cada
arroba de tabaco que falte ~n la cuenta que lleve el empleado visitador,
sin perjuicio de las penas en que inc.:ul'l'a pot· hal>er di puesto dP una pt·o~
piedad ajena, si e probase haber dispuesto yo o permitido o tolet·ado que
se <.lisponga en mauera alguna del tabaco que se siemb1·e, cultive i prepare,
con mas los daños o perjuicios que por esto cobre <.li~ha Casa o sus
apodera<.los :
8. 0 Quedo igualmente comprometido a perder a favor de la Casa ]os
tabacos que los emple, dos de e ta, u otra per ona, encuentren fuera do ]os
caneyes que e tán a mi c:lrgo, ya sean en ott·a casas, plantaeione. , montes
u otros lugares, i a pag~r ademas ocho pesos po1· cada arroba que así se
encuentre, sin petjuicio de las penas en que por esto incuna:
9.0 En virtud Je las estipulaciones anteriores, la Casa, su apoderados
o ajentes, tienen pleno derecho para espulsanne de los terr nos a que me
ha destinado, si en su concepto llega. e yo a faltat· a alguna de las e. tipu-
laciones aquí pre crita , sin que por esto tenga yo motivo alguno de queja.
En este caso la Ca a me abonará el valor d los edificios que me pertenez-
can en lo terreno~, segun el preeio en qne convengamos, o pot· avalúo de
un perito nombrado pot· cada uno, i en caso de discordia entrará un tercet·o
nombmdo po1· ámbos; perdiendo yo la propiedad del tabaco sembrado
por mí 1 demas sementeras:
10. 0 A no vender mi posesion ni poner otro a manejarla, sin permiso
de dicha Casa, de sus apoderaclos o aj ntes :
11. 0 La casa de Mauricio Rizo queda compl'ometida:
1. 0 A abonar a N. N. por su trabajo, cultivo i conduccion del tabaco
que coseehe $ 3 de 1 80 pot· cada arroba del p ·o de veintioeho librn g1·ana~
dinas que, con las condicione de recibo, entregue en los respectivos alma-
cenes, cuyo pago se hará en Ambalema:
2. 0 A dal'le a N. N. p:na fomento de las siembras de tabaco, de su cul-
tivo i aliño, un avanze o nnticipacion de 5 de lo por cada mil mata pt·o~
ducidas que in, peccione el re~p ctivo empleado visitador, lo cuaJe 5 del0
se le entrega•·án, veinte reales cuando la 1 lnntaeion e té fu ~ra de primera
ye1·ba, i el re to cuando la misma plnntacion e té en soca i bien cultivada.
Bien entendido que di ho avnnze o antif·ipacion se d contará en propor-
cion de la. entrega que N. N. ht-~ga en los almacenes, i de las sumas que
por e tas haya de pagarle, i qne es incli~peusable haber cuLierto en tabaco
los avanzes anteriot·es para tener dered.1o a otro..
Los contrntautes nos ohligamoR con nue:-.tl'HS pel' ona i bienes en
j neral a enmplir fielmente las condil·iones que qu •dan e:tipula laR, suje-
tándonos a la vía t•jPcuth·a i !'enunciando toda la~ lt·ye i e ·<.:o¡ dones que
pnetlan f<tvorecernos ~ en fe de lo cual firmamos el pre..:ente, con testigos
en Pajonale", a de de 180
1
I TRUMENTO NÚMERO CIE TO DIEZIO Jl •
~n la C,lbClzeradel Cirm1itode Notaríad mLal( mn, acincodemayo
de mil ochocientos sesenta i tre!:!, ante mí el Notario públic.:o, i de lo tes-
-19-
tigos insti'Umentales que despues se espresat·án~ pareció pt·esente el señor
José María Galinuo, vecino de este distrito, mayor de veintiun años, a
quien doi f~ que conozco, i dijo: que desde el año de mil ochocientos
sesenta celebró con el señot· Mauricio Rizo un contrato para sembrar i
producit· tabaco en su hacienda de Pajonales, el cual tiene vendido desde
aquella época con lAs condiciones que se espresan en el respectivo docu-
mento de contrato. Que por este contrato se obligó a entregat· al señor
Rizo en su casa de recibo todo el tabaco que cosecha e, i a pagarle una
multa de ocho pesos de ocho décimos por cada arroba de que dispusiese.
Que dicho contrato lo estuvo t.:umpliendo en todas su partes, hasta que
algunos compradores de tabaco le hicieron creer que él podia vender
libremente el que hubiera pl'Oducido, i que en efecto vendió una parte de
su cosecha faltando a sus compromisos i causando daño al señot· Mauricio
Rizo, pues que no habiendo siJo jamas anendatario ni colono de dicho
señor ha sido pltramente un contratista comun en los términos que e p1·esa
el documenio citaJo de m1l ochocientos sesenta. Que ha incurrido en la
multa de ocho pe os de ocho décimos por cada arroba de tabaco del que
ha dispuesto, i en las demas penas que se impuso segun el contrato. Mas
como dicho señor Mallricio Riz~ le ha pet·donado todas sus faltas i desis-
tirá del juicio civil que por ella le ha iniciado ante el juez competente;
deseando el otorgante la continuacion de su referido contrato de mil ocho-
cientos sesenta, lo ratifica en forma i en todas sus parte , declarán lose
cultivadot· contratista segun el mencionado documento. Que si acaso vuelve
a faltat· al cumplimiento de alguna o algunas de las condiciones que Jo
constituyen, se obliga a perder no solamente sus semente1·as, como está
espresado en la cláu ula nona de dicho documento, sino a ceder a favor
del mencionado señor Rizo los caneyes o edificios que tenga, i a salit· de
sus terrenos en el acto que él o sus :1jentes se lo ordenen. N o se pagan
derechos de rejistro por estar suprimidos en este Estado. I habiendo leido
este instrumento al interesado señor José María Galio lo, dijo que lo apro-
baba i aprobó por estar a su sati fact.:ion: no firma porque dijo no saber,
pero a su ruego lo hace un testigo veeino de este distrito i mayor de edad,
todo en presencia de lo testigos instrumentales que lo fueron los señores
Clemente Nieto i Segundo Guzman, mayores de veintiun años i vecinos
de este distrito, quieues igu almente firman conmigo, de que doi fe. QL1eda
advertlLlo de que la t.:opia de e te in trumento debe reji trnrse en la Oficina
de Rejistro del cÍJ't.:úito. Por ruego ele Jo é María Galindo, Domingo Es·
guerra O, .J.Ianricio Rizo.-Testigo, Clemente Nieto.-Testigo, Segundo
Guzman.-El N otario público, Nicanor Garcia.
. Es fiel i segunda copia de su orijinal, a que me remito en caso necesario:
1 ~n fe de lo cual doi Ja pre ente en dos fójas útiles para el señor Mauricio
Rtzo, eu Ambalema, a trece de mayo de mil ochocientos sesenta i tres.
El N otario publico, Nicano1· Ga1·cia.
Queda rejistrada en la Oficina de rejistl'O del circúito de Amba1ema
a los f?lios. veintisiete i veintiocho, partida número cuarenta i tres, del
respe<.:tt~o hbro número segundo, hoi trece de mayo de mil ochocientos
sesenta 1 tres.
Francisco Anga'rita.
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11
1NSTRUUENTO NÚMERO CIENTO VEINT SIETE,
1 1
SEÑOR JUEZ DEL DISTRITO.
Mauricio Rizo, del comercio de A m balerna, :m te U. mm 1·espeto (lspongo:
Teniendo nece idad de comprobar ciertos hechos, pido que U. inteno-
gue con juramento i demas formalidades lE>gales, a los señores Daniel Díaz
Granados, J oLé MHría Roch~, Teodocio Lueena, Enrique Echeverri, J ulian
Barriga i Eu ebio Garcés, sobre los puntos siguientes:
1.0 Digan cuál es su edad, vecindad, i si les tocan conmigo Jas jene-
rales de la lei.
2. 0 Declaren lo que sepan sobre las ventas que han hecho los cosecheros
de P¡.¡jonales, de tabaco, del presente año; esto es, si saben que en ningun
tiempo h:=m producido aquellos terrenos una cosecha tan abundante. Si el
buen estado de las siembras en este tiE>mpo se debe casi esclusivarnente al
muchí·iruo cuidado que be tenido en fomentarlas, in peceiona1·las constan-
t.;mente por mí mismo de de agosto del año pasado, en que con ese solo
objeto me tra, ladé aquí hasta el pre ente mes, i dando a los cosecheros
todos los ausilios de que pudieran ter,er necesidad para este objeto, tant
en dinero corno en esr ecie, i sosteniendo un tren numel'oso de empleados
con el mismo fin; si el tabaco de allí me pertenece esclusivamente, sin que
pue lan ni hayan podido los cultivadores venderlo a otras personéis, por
prohibírselo el contrato que conmigo tienen cel~brado i las leyes vijentes;
si e taba gui~do, para entregarse en mi casa de recibo de Pajonales, un
número cons1derable de arrobas~ si todo este tabaco fué veiJdido indebi-
damente por los co echeros a distintas personas, causándome con ello la
pé1 di da consiguiente a la su tracciun o pérdida de un efecto valioso con
el cual yo contaba para mis e. peculacione~, e introduciendo en mi estable-
cimiento la desmoralizacion de los cultivadores; si las compras dichas se
han h~cbo con apoyo de la autoridad a quien han consultado los compra-
dores 1 algunos de mis ~jentes; si se hfln tomado providencias por los
empleados públicos para impedir que yo vijilara a las personas que bacian
el contrabando en mi hacienda; si las autori~..1ades a quienes he pedido
proteccion i denunciado los ataques a mi propiedad, han rehusado dármela
-22--
i ántes por el contrario han iniciado procesos judiciales contra mis emplea-
dos de Pajonales; si saben cuánto vale el tabaco que ha d jado de entre-
gárseme i en qué cantidad e timan el perjuicio que he sufriLlo por no
recibido ni poder esportarlo a Europa.
Digan los testigos todo lo demas que sepan.
Practicadas que ean estas dilijencias, piuo se me entreguen orijinales.
Ambalema, abril 24 de 1863.
M URICIO Rrzo.
Presentado i puesto al despacho del señor J ucz en esta fecha.
Ospina, Sem·elario.
IV
SEÑOR ALCALDE DEL DISTRITO.
Maul'icio Rizo, vecino de Bogotá i actualmente re iJente en esta, a U.
con el debido resp~to espongo: . . . . .
Que el dia 16 dfl abt·il próxtmo pasado elevamo m1 ::tJente prmc1pal
señor Daniel Díaz Graná1los i yo, cada uno una solícit 1d al s ñor Prefecto
de este Departamento, a las cuales recayó e e mi -rno dia u na re olucion de
la Prefectura.
Pido a U. so sirva e ten 1er, a mi co . . ta, copia certificada por U. de
ámbas solicitude i de las resoluciones a que ellas dieron lugar.
Ambalema, mayo 15 de 1863.
MAURICIO Rrzo.
Pa·e entado hoi quince de mayo, a las doce, i pue to al despacho del
señor AlcaiJe.
Ca1·doso, Secretario.
Alcaldía del distrito.-Ambalema, 15 de mayo de 1863.
E pídase la copia que se solicita.
Co-rrea.
SEÑOR PREFECTO DEL DEPARTAMENTO.
Mauricio Rizo, respetno 11.monte digo: que la publicacion que se hizo
el dia 5 de los corrientes de la lei adicional al Código civil, en la pa1·te
relativa al contrato de arrendamiento desencadenado de un modo atenta-
torio a los compradores de tabaco, llevando sus arranques hasta el inespe-
rado estremo de armarse, penetrando en los campos i a estilo de cruzada,
predican entre los cultivadores de tabaco, bajo oti'O sistema no comprendido
en la lei, que no están obligados a entr gal'me mis tabacos exi tentes.
E te pensamiento inusitado i en estremo at ntatorio, continúa desarro-
Jiándo e en pt·esencia de las autorid(Hle del di trito, de las cuales e peraba
espontánea proteccion; mas como el mal crece, i el e píritu de los empre-
sarios se ha lanza lo contra la propiedad rural que tengo en el distrito, me
veo en la indispensable necesidad de llamar la atencion del Señot· Pa·efecto
sobre e te acontecimiento.
La necesidad de proteccion de la propiedad es premio a, i caso de que
se me declare sin derecho a pl'Otecci n, e me obliga a rechazar a mano
armada cualquiera agresion. La Constitucion del Estado del Tolima,
garantiza la propiedad i la seguridad ele lo Tolimenses, i ámbas garantías
se violan descaradamente po1· la agre ion que se está haciendo a mi
establecimiento de Pajonales, bajo el supuesto amparo de la lei que vul-
gar~ente se llama el libre cultivo, lei que entendida en el sentido consti-
tuclOnal no puede tener efecto retroactivo sin vulnera1· la carta constitucional
del Estado, que es la lei de las leyes en todo pueblo civilizado.
El .Código de policía vijente ordena a las autoridades impartir la
pl'oteccwn que imploro. Se está invadiendo mi casa de campo, penetrando
hasta por sen<leros que no son vías públicas de comunicacion, a comprar
-.:>2-
el t~\baco cosechado en mi hacienJa, comprometido tle :mtema11o coruo
propi!::'dad mia a ·e¡· entregado a mi ajentes. Yo reclamo solo el amparo
leg··d en lo · [!taques de hecho i a mano ar·rnada de que '.:iOl el blanco, i si el
Séñor Pr·efecto con ideta que está en el cld>et· de pt·otejerme, espem lo
hag~ ántes de un conflido que sohrev~ntlrá si se me abantlotta i entrega
a. di ·crecion de los que e táu invndiéndome i eoml))'ando mis tabacoscoutra
las prohibici_one do la moral, de la Con tituciou i de la misma lei en que
se apoyan m 1 a~ re ore .
E-,ta e la pctiL'ion que hago l't, petuo, ttment.e al señor Pl'efecto al
ar·ompañarle el memoJial qu e r or mi conducto hace mi ajente el señor
Daniel Día:-~ Gl';tnádos, que apruebo en todas sus parte- por •star eompe-
tenteHH'nte autorizado por wí para la administraeiou i réjimen intel'Íor
tlel ésta b k· c·i miento.
Ambalcma, abeil 16 de 1863.
M. Rrzo.
Prefectnra del D epal't nmeuto.-Ambalema, abl'il 16 de 1863.
Compruebe el peticionario Jos he<.:hos en que funda su solicitud i se
proveerá lo qne convenga.
][olanu.- Vélcz, ecretario.
V
SEÑOR PREFECTO DEL DEPARTAMENTO.
Mauricio Rizo, del comercio de Ambalema, ante U. con t·espeto espongo:
Teniendo necesidad de comprobar ciertos hechos, pido a U. se sirva
certificar lo siguiente :
1.0 Si el 16 del corriente tanto el infrascrito como mi Ajente jeneral,
señor Daniel Díaz Granádos, ocurrimos a U. solicitando dictase alguna
providencia que protejiese o amparase el goze de mi propiedad i el de sus
frutos, i denunciando ámbos los hechos escandalosos que tenían lugar en
Pajonales.
2.o Si ámbas solicitudes fueron contestadas por U. negativamente en
la misma fecha; i
3. 0 Si dió U. órden al Alcalde del distrito ese mismo dia para trasla-
dar~e inm.ediatame~te .a Paj~n~le~ a in~estigar ..ciertos hechos de que U.
habta temdo conoc1m1ento, 1 s1 diCha orden dw pm· resultado la venida
de todos mis empleados a esta en compañía del señor Alcalde i en virtud
de una notificacion que este les hizo.
Espero que el señor Prefecto se sirva espedir a continuacion el certifi-
cado que solicito i disponer se me entregue el Ol'ijinal.
Ambalema, abril 24 de 1863. MAuiucro R1zo.
VI
SEÑOR JuEz DEL DISTRITO.
Mauricio Rizo, del comercio de Ambalema, ante U. con respeto
espongo:
Teniendo necesidad de comprobar ciertos hechos, pido a U. se sirva
certificar lo siguiente :
1.0 Si en su Despacho se siguen juicios civiles i criminales contra Jos
ajentes de Pajonales con motivo de haber tratado de impedir la venta de
tabaco en la presente cosecha; i
2. 0 Si en los procesos que cursan en su Despacho consta que los em-
pleados de Pajonales han tenido necesidad de empleat· la fuerza para tomar
el tabaco de la hacienda que indebidamente estraian algunos comprado-
res estraños. •
Espero que el señor Juez se sirva es pedir a continuacion el certificado
que solicito i disponer se me entJ·egue el orijinal.
Ambalema, abril 24 de 1863.
MAURICIO RIZO.
-
Presentado hoi 24 de abril i puesto al despacho del señor Juez.
Ospina, Secretario.
-
Juzgado del distrito.-Ambalema, 24 de abril de 1863.
Es~ídase ~1 certificado que se exije.-Rod1·íguez.
Elmfrascnto Juez del distrito, en vista del anterior pedimento, certifica:
-36-
1.0 Que es verdad se siguen varios juicios civiles ordinarios en este
Juzgado contra el señor Daniel D. Gran: dos, como ajonte principal de la
casa del señor Mauricio Rizo, por haber impedido la venta del tabaco en
la preaen te cosecha ; i
2.o Que igualmente es verdad que en una de las demandas que se han
entablado contra el señor Daniel Díaz Granádos como ajente de la casa del
señor Rizo, en las pruebas pedidas por el demandante aparece que
los ajentes subalternos de la esprcsada casa i el principal señor Díaz
Granádos, han hecho uso de la fuerza, armándose para lograr impedir que
los compradores estraños no saquen de 1<>s tenenos de Pajonales el tabaco,
que ellos negocian con los cosecheros. Que es cuanto puede certificar en
obsequio de lo qne existe por autos en el despacho, el que se da al intere-
sado en Ambalema, a 24 de abril de 1863.
Zenon Rodríguez.
El Secretario en propiedad, Julian Ospina.
Ambo.lema, abril 13 de 1863.
Sefior Mauricio Rizo.-Presente.
Estimado señor mio i amigo: lle tenido varias quejas porque dicen
que U. ha puesto un destacamento en el paso de Rio-recio, el que no deja
pasar a nadie con tabaco sin guia; yo suplico a U. como mi amigo, que
haga evitar molestias a los pasajeros por el puente.
Me han dicho que el señor Daniel Granádos asegura que yo como
Prefecto lo autorizé para dar un tiro a la persona que fuera a comprar
tabaco a Pajonales, i espero que U. indicará a dicho señor que no debe
hacer esto, pues puede tenor trascendencia i proporcionar molestias.
Su afectísimo awigo, Ularlislao Posa,da.
Varios cosecheros me han asegurado que el eñor ladi lao Posada los
babia autorizarlo para vender tabaco i que él mismo vendria bien aquí o
a otra parle a comprar. Puedo probarlo con di(jz o doce declaraciones.
D. D.G.
Confirmamos la, nota.-J. M. R.-E. J. G.