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El 16 de julio de 1838 Duarte fundó una sociedad secreta a la cual llamó La Trinitaria, que ayudó
a socavar la ocupación haitiana. Algunos de sus primeros miembros incluyeron: Juan Isidro
Pérez, Pedro Alejandro Pina, Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, José María Serra de
Castro, Benito González, Felipe Alfáu y Juan Nepomuceno Ravelo (más adelante se
unirían Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella, adquiriendo un rol protagónico
junto a Duarte).
Los trinitarios hacían su trabajo político a partir de una estructura celular clandestina. Los
iniciados hacían el juramento de luchar por la independencia de la República Dominicana bajo
el lema "Dios, Patria y Libertad".
En 1840 para sus actividades públicas constituyeron otra sociedad llamada La Filantrópica, que
llevaba por lema "Paz, unión y amistad", y tenía una presencia más pública, tratando de
difundir las ideas veladas de liberación a través de escenarios teatrales.
En diciembre de 1843, los rebeldes le pidieron a Duarte que regresara, ya que tenían que actuar
con rapidez ante el temor de que los haitianos se dieran cuenta de sus planes de insurrección.
En febrero de 1844, como Duarte no había regresado por encontrarse enfermo, los rebeldes
decidieron actuar bajo el liderazgo de Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella,
y Pedro Santana, un rico ganadero que comandaba un ejército privado de sus peones agrícolas.
El 27 de febrero de 1844, los rebeldes liderados por Sánchez ante la ausencia de Duarte,
tomaron la Fortaleza Ozama en la capital Santo Domingo. La guarnición haitiana, fue tomada
por sorpresa, aparentemente traicionada por uno de sus centinelas. Otro grupo de insurgentes,
liderados por Matías Ramón Mella llegó hasta la Puerta de la Misericordia donde Mella disparó
el legendario Trabucazo de la Independencia y Sánchez izó inmediatamente la nueva bandera
dominicana al grito de ¡Dios, Patria y Libertad!
Liberales y conservadores
A medida que se construían los gobiernos centrales, se iniciaba la lucha interna entre dos
grupos claramente diferenciados, liberales y conservadores, que comenzaron a disputarse los
espacios de poder nacional con ideas similares a las que se enfrentaban en Europa.
El grupo político liberal, planteaba la construcción de estados laicos, con separación de la iglesia
católica y el estado, disminución de los privilegios del clero, libertad de expresión, libertad de
cultos, libertad de comercio, voto universal, educación laica y otras medidas inspiradas en el
iluminismo, en boga en el viejo continente.
Mientras los conservadores querían un estado unido a los intereses de la iglesia, educación
impartida y regulada por la iglesia católica, respeto y continuidad de las tradiciones, mantener
todos los privilegios del clero y defender la fe y las creencias.
Situación De La Isla
Para el año 1861 la población dominicana total alcanzaba la cifra de 250 mil personas. Las
actividades productivas más importantes continuaban siendo el corte de madera preciosa y la
agricultura. La producción de tabaco se había elevado ese año a 80 mil quintales y la
exportación del producto dejó un saldo de 700 mil pesos fuertes. La miel de abeja y la cera
habían logrado un sitial muy importante, ya que para ese año se exportaron alrededor de 30
mil libras por un valor de 25 mil pesos fuertes.
La producción de otros rubros como el azúcar, el café y el cacao comenzaron a repuntar, pero
se obtenían cantidades intrascendentes que sólo servían para abastecer el mercado interno. La
crianza de ganado vacuno había sufrido enormemente, en virtud de los conflictos civiles y la
guerra con Haití, que era el principal comprador de las carnes que producía el país. Los cueros sí
tenían una gran demanda en el mercado europeo. Aunque existían minas muy ricas en oro,
plata, sal y otros minerales con importantes mercados en el exterior, los yacimientos mineros
estaban abandonados.
Los ingresos del Estado antes de la anexión, es decir en el 1860, provenían mayormente de los
impuestos a las importaciones y en menor medida a las exportaciones, alcanzando para ese año
la cifra de 303 mil pesos fuertes, mientras que los gastos superaban los 500 mil pesos fuertes.
Al ser entregada República Dominicana a los españoles, éstos impusieron medidas opuestas
radicalmente a los intereses y a las expectativas de los sectores productivos del país, de la
pequeña burguesía y de los sectores populares dominicanos.
Los peninsulares establecieron altas tasas impositivas a los artículos de consumo masivo y tasas
mayores para todas aquellas mercancías que no eran importadas desde España o no eran
transportadas en embarcaciones españolas. Por ejemplo, las tasas que pagaban las mercancías
provenientes de España eran de un 9 por ciento, mientras que las mercancías provenientes del
resto de Europa y de otros países debían pagar un 30 por ciento de aranceles.
Los restauradores fueron derrotados, el 23 de enero de 1864, en el combate de la Sabana de San Pedro,
que tuvo lugar cerca de Guanuma, al tratar de penetrar por donde pasaba la línea de defensa con que
los anexionistas protegían a Santo Domingo.
En medio de los combates los anexionistas criollos y españoles voceaban ¡Viva España!, ¡Viva la Reina!, y
los restauradores ¡Viva la República Domingo!, pero a partir de la muerte de Santana, los vivas
anexionistas se oyeron con menos fuerza, porque él era el principal baluarte político y militar de la
anexión.
La Batalla de Santiago
Cuando se supo que Pedro Santana pretendía invadir el Cibao, se designa a Gregorio Luperón,
quien fue entrenado por Polanco en el arte de la guerra y la estrategia, como Jefe Superior de
Operaciones en las provincias del sur y del este. Debido al mal estado administrativo y
tecnológico del ejército español, existía una gran ausencia de mandos terrestres, y muy poca
inexperiencia en el resto. José Luis Ceacero Inguanzo, oficial naval, recibió la orden de dirigir a
una sección de tropas desde La Romana e Higüey, sin ninguna estrategia sino la de eliminar
toda resistencia en dicho camino. Estas tropas fueron igualmente derrotadas, y Ceacero dio la
orden de retirarse, en contra de varios mandos.
En Santo Domingo, se bate de frente al ejército español, que era comandado por Pedro
Santana, por entonces Marqués de Las Carreras. Pese a ser poderoso y disciplinado, el ejército
español fue derrotado por Luperón en una estrategia de guerra de guerrillas, debido esto a la
inferioridad en número y en calidad de medios por parte de los rebeldes.
Luperón luego reforzó las operaciones de Baní y San Cristóbal donde expulsó a los anexionistas.
Gobiernos Restauradores
José Antonio 'Pepillo' Salcedo, quien se había autoproclamado presidente de la República sin la
aprobación de la mayoría de los restauradores, inmediatamente calificó a Santana, que ahora
era líder de las fuerzas españolas, como traidor. Salcedo intentó pedir ayuda a los Estados
Unidos, pero fue rechazada.
Santana, quien había sido venerado como un excelente estratega militar, se vio incapaz de
romper la resistencia dominicana. En marzo de 1864, desobedeció deliberadamente las
órdenes de concentrar sus fuerzas en torno a Santo Domingo y fue reprendido y relevado de su
cargo por el Gobernador General José de la Gándara quien mandó a Santana a Cuba para hacer
frente a una corte marcial. Sin embargo, Santana murió repentinamente antes de que esto
ocurriera.
De la Gándara trató de negociar un alto el fuego con los rebeldes. Él y Salcedo aceptaron
discutir los términos de paz, pero en medio de las negociaciones, Salcedo fue derrocado y
asesinado por órdenes de Gaspar Polanco y con la aprobación de la mayoría de los
restauradores.
A pesar de haber tomado medidas positivas en el área económica y educativa, Polanco fue
acusado de establecer un monopolio del tabaco en nombre de sus amigos y relacionados. Por
esta acción arbitraria fue derrocado de la presidencia por un movimiento que su hermano Juan
Antonio apoyó encabezado por Pimentel, Monción y García, quienes no aprobaron algunas de
sus decisiones. Fue sustituido por Benigno Filomeno de Rojas y Gregorio Luperón, en enero de
1865. Dándole tregua a la lucha, la junta provisional organizó una nueva constitución, y cuando
se aprobó, el general Pedro Antonio Pimentel se convirtió en el nuevo presidente el 25 de
marzo de 1865.