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UNIVERSIDAD UTE

FACULTAD DE HOSPITALIDAD Y SERVICIOS

ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS TURÍSTICAS Y CONSERVACIÓN


AMBIENTAL

LESGISLACIÓN AMBIENTAL Y TURÍSTICA

DOCENTE: DR. MARCOW RODRIGUEZ

TÍTULO: DERECHO ADMINISTRATIVO Y LA


RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DEL
ESTADO.
8vo “A”
Lilia Aguinda
Katherine Erazo
Marco Escobar
Patrick Gaibor
Estefanía Jaramillo
Jimmy Manitio
Emily Mosquera
Edwin Reyes
Erick Ruiz

PERIODO: Abril 2019 - Agosto 2019


INTRODUCCIÓN
Dentro del Derecho Administrativo, la Responsabilidad Extracontractual del Estado es
una parte importante del mismo, si se lo comtempla desde una de sus aristas El Estado
tiene un límite para poder actuar con sujeción al derecho; desde otra arista se debe
garantizar que los derechos de los ciudadanos no sean vulnerados o perjudicados, si no
es así, esto conlleva a indemnizaciones (Moreno, 2016).
En los Estados democráticos, la responsabilidad extracontractual del Estado, lo
han venido regulando en principio a través de pronunciamientos judiciales y con el pasar
de los tiempos a través de cuerpos normativos legales, inclusive se los positiviza en las
Constituciones.
Se han abordado varios temas para el reconocimiento de la Responsabilidad del
Estado Ecuatoriano, los cuales son cuerpos normativos, resoluciones judiciales
nacionales e internacionales, sin embargo, el presente trabajo se enfocará en el Código
Orgánico Administrativo, en donde se cita el artículo 15, “Principios de responsabilidad.-
El Estado responderá por los daños como consecuencia de la falta o deficiencia en la
prestación de los servicios públicos o las acciones u omisiones de sus servidores públicos
o los sujetos de derecho privado que actúan en ejercicio de una potestad pública por
delegación del Estado y sus dependientes, controlados o contratistas.El Estado hará
efectiva la responsabilidad de la o el servidor público por actos u omisiones dolosos
oculposos. No hay servidor público exento de responsabilidad” (Asamblea Nacional de
la República del Ecuador, 2017).
De igual manera en la Constitucion de la República del Ecuador del 2008,
menciona en su artículo 11, “EI ejercicio de los derechos se regirá por los siguientes
principios:” y en especial en el literal 9, “El más alto deber del Estado consiste en respetar
y hacer respetar los derechos garantizados en la Constitución”
 “El Estado, sus delegatarios, concesionarios y toda persona que actúe en ejercicio
de una potestad pública, estarán obligados a reparar las violaciones a los derechos
de los particulares por la falta o deficiencia en la prestación de los servicios
públicos, o por las acciones u omisiones de sus funcionarias y funcionarios, y
empleadas y empleados públicos en el desempeño de sus cargos”
 “El Estado ejercerá de forma inmediata el derecho de repetición en contra de las
personas responsables del daño producido, sin perjuicio de las responsabilidades
civiles, penales y administrativas. El Estado será responsable por detención
arbitraria, error judicial, retardo injustificado o inadecuada administración de
justicia, violación del derecho a la tutela judicial efectiva, y por las violaciones de
los principios y reglas del debido proceso”
 “Cuando una sentencia condenatoria sea reformada o revocada, el Estado reparará
a la persona que haya sufrido pena como resultado de tal sentencia y, declarada la
responsabilidad por tales actos de servidoras o servidores públicos,
administrativos o judiciales, se repetirá en contra de ellos”
Se realiza un resumen sobre el origen de la responsabilidad extracontractual del
Estado a efectos de demostrar jurídicamente por qué el servidor público como persona no
está llamado a responder directamente por perjuicios económicos que el Estado cause a
los particulares. Asimismo, la falta de una legislación completa sobre el tema en el
Ecuador, nos lleva hacer un análisis parcial para formular una incompleta clasificación
respecto a la responsabilidad extracontractual del Estado.

LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL EN EL ECUADOR


El Estado tiene varias tareas y actividades, las que se distribuyen a diversas Instituciones
cada uno con su estato y todas estas regidas por la Constitución de la República. En donde
se encuentra las actividades administrativas de carácter administrativa o jurisdiccionales
y legislativa En cualquiera de las tareas asignadas al Estado, existen objetivos y fines
destinados a satisfacer de manera mediata e inmediata necesidades y requerimientos del
pueblo, para ejemplificar (Moreno, 2016).
El ordenamiento jurídico del Ecuador se hace presente en todas las funciones del
Estado, con mayor fuerza en el Ejecutivo, lo que se busca es satisfacer de manera
inmediata las necesidades colectivas, para citar: vías públicas, salud, educación, energía
eléctrica, agua potable; para entregar estos servicios, se requieren de servidores públicos,
adquisición de bienes, ejecución de obras. Excluyendo las tres últimas necesidades son
tareas de cada uno de los GADs.
La inobservancia, la omisión, los actos materiales, la falta o mal funcionamiento
del servicio público, conlleva vulneración de derechos de los ciudadanos y si esta
vulneración trae aparejado un daño o perjuicio al particular que no está obligado a
soportarlo, tendrá como efecto, la reparación, esto es, la indemnización por parte del
Estado al ciudadano perjudicado, a lo expuesto se le denomina como la “responsabilidad
extracontractual del Estado”, que el Ecuador lo reconoce (Moreno, 2016).
A continuación se menciona una breve clasificación de la responsabilidad
extracontractual del Estado:
RESPONSABILIDAD POR ACTUACIÓN NEGLIGENTE O CULPABLE DE LA
ADMINISTRACIÓN
 Responsabilidad por actos administrativos ilegales.-

Se entiende que la administración pública tiene la finalidad de responder por aquellos


daños provocados tanto por actos presuntos o expresos como por hechos administrativos
ilegítimos (Moreno, 2016)
Sin embargo, suele ocurrir que no existe un derecho a la indemnización cuando el
demandado es el Estado. Lo oportuno sería que el actor del juicio demuestre en el proceso:
que el “acto viciado de legalidad vulnera sus derechos constitucionales, que ha producido
un daño o perjuicio que es efectivo, evaluable económicamente e individualizado con
relación a la persona o grupo de personas y finalmente que el daño sea jurídicamente
imputable al Estado” (Oelckers, s/f). Si ello se demuestra consideramos que la
indemnización debe concederse.
De esta manera se puede colocar un ejemplo que, según Moreno (2006), el despido
de un servidor público, siendo ilegítimo el acto administrativo de la destitución, al ser
dicho acto, ejecutivo y ejecutorio significará que el servidor público queda fuera de la
institución pública donde presta sus servicios, en este caso probablemente el Tribunal
Contencioso Administrativo no suspenderá la ejecución del acto administrativo. Pero, si
dicho acto administrativo en la vía judicial es declarado nulo, procederá además la
indemnización o pago de todo lo que el servidor no percibió durante el tiempo que estuvo
fuera del cargo, más los aportes a la seguridad social y otros beneficios de ley. Obsérvese
en este ejemplo que se ha vulnerado el derecho al trabajo, ya que se ha producido un daño
grave al administrado, siendo el causante de este el Estado (administración pública), razón
por la cual este daño es evaluable económicamente e individualizable respecto del
perjudicado.
 Responsabilidad por funcionamiento anormal del servicio público.-

La responsabilidad por el funcionamiento anormal del servicio público para nuestro


modelo jurídico ecuatoriano tiene sustento parcial en la legislación española. Ahora bien,
conocemos que el funcionamiento anormal del servicio público se encuadra en la
responsabilidad objetiva, en tanto en cuanto la actuación de las administraciones públicas
sea ilegítima o antijurídica (Oelckers, s/f).
En el primer caso, se produce la falta del servicio público, en definitiva, se trata
de un funcionamiento defectuoso o irregular del servicio. En el segundo caso, el servicio
público se provee por razones distintas a la falta, contraviniendo los principios de
generalidad, obligatoriedad, eficiencia, uniformidad, responsabilidad, universalidad,
regularidad, accesibilidad, continuidad y calidad, o cuando organizado e implementado
el servicio por la administración, no se consagran los estándares de referencia para evaluar
su prestación acorde a los indicados principios. (Moreno, 2016)
Por lo que se puede mencionar dos casos donde se puede evidenciar la
responsabilidad por funcionamiento anormal por parte del servicio público: el primero,
el peticionario funda su reclamo, en la muerte de su esposa al caer en una bóveda abierta
del cementerio municipal, aparentemente cerrada, no señalizada ni protegida, en segundo
caso, el mal funcionamiento de un ascensor que utiliza una empleada que realiza labores
de limpieza en el Hospital público, al abrirse la puerta de acceso al ascensor
indebidamente provoca la caída de la persona al sótano.

RESPONSABILIDAD POR ACTOS ADMINISTRATIVOS ILEGALES-


INOBSERVANCIA DE LOS MANDATOS LEGALES POR LOS SERVICIOS
PÚBLICOS QUE TIENEN PODER DE DECISIÓN.
Las tareas y actividades del Estado son diversas, las podríamos englobar en:
administrativas, judiciales, legislativas y, electorales (Moreno, 2016). La actividad
administrativa es propia de la administración pública se genera en un órgano o entidad
que cuenta con facultades o atribuciones de carácter público previstas en la Constitución
o la ley, dirigiendo sus tareas administrativas a satisfacer necesidades de carácter
colectivo de manera inmediata.
En esta actividad, se decide y se ejecuta. Su actuación viene dada a través de actos
administrativos, hechos administrativos, contratos administrativos y normas
reglamentarias. De sus actuaciones puede desprenderse responsabilidad contractual o
extracontractual del Estado. Pero la actividad administrativa como lo expresamos siendo
propia de la Función ejecutiva y entidades autónomas, también lo encontramos
limitadamente en las demás funciones del Estado, en tareas tales como: ingreso y salida
del personal, adquisición de bienes, ejecución de obras, prestación de servicios, de cuyas
decisiones u omisiones puede desprenderse responsabilidad contractual o
extracontractual. Respecto a la actividad administrativa. Como menciona Parada (2012)
en el Moreno (2016), en donde sostiene que el término servicio público debe entenderse
como sinónimo de actividad administrativa toda vez que comprende la actividad de
servicio público.
RESPONSABILIDAD POR FUNCIONAMIENTO ANORMAL DEL SERVICIO
PÚBLICO
La responsabilidad por el funcionamiento anormal del servicio público para nuestro
modelo jurídico ecuatoriano tiene sustento parcial en la legislación española. Ahora bien,
conocemos que el funcionamiento anormal del servicio público se encuadra en la
responsabilidad objetiva, en tanto en cuanto la actuación de las administraciones públicas
sea ilegítima o antijurídica. Para que proceda la indemnización es necesario se demuestre
la falta del servicio público o la deficiencia en la prestación del mismo (Moreno, 2016).
Para citar, el peticionario funda su reclamo, en la muerte de su esposa al caer en
una bóveda abierta del cementerio municipal, aparentemente cerrada, no señalizada ni
protegida (debe el Juez sustentar la reparación bajo estándares idóneos). En otro caso,
mal funcionamiento de un ascensor que utiliza una empleada que realiza labores de
limpieza en el Hospital público, al abrirse la puerta de acceso al ascensor indebidamente
provoca la caída de la persona al sótano (Cobreros, 2008).
La reflexión que podríamos realizar para aplicación de los jueces en el Ecuador,
es que a más de sustentar la decisión en los elementos determinantes de la responsabilidad
como son: el derecho constitucional vulnerado del particular, la producción del daño que
además es cuestión de grado, que se le impute jurídicamente el daño a la administración
pública, el nexo causal o relación de causalidad, debe necesariamente el Juez sustentar su
decisión en factores de atribución, constituyen la pieza maestra de la teoría de la
responsabilidad, siendo dichos factores: falta de servicio, funcionamiento anormal del
servicio, cumplimiento irregular de las obligaciones y deberes de los servidores públicos.
Todo esto sustentado en estándares perfectamente argumentados, pues cada caso tendrá
su particularidad (Cobreros, 2008).
RESPONSABILIDAD POR CREACIÓN DE SITUACIONES DE RIESGO
OBJETIVO
En efecto, es el Estado quien genera el riesgo, obviamente el funcionamiento de un
servicio puede contar con todas las garantías técnicas y jurídicas, sin embargo en un
momento determinado de la vida puede acontecer un perjuicio o daño que vulnere
derechos de las personas. Se citan algunos ejemplos: explosión de un polvorín del
ejército, caída de un avión de las fuerzas armadas en zona habitada, destrucción de una
represa e inundación en zonas productivas o pobladas. Se trata de riesgos objetivos que
dan lugar a indemnización en favor de los perjudicados por vulneración de sus derechos
fundamentales, tales como, vivienda, vida, etc (Moreno, 2016).
Se pueden incluir también los daños ambientales, que deben ser reparados desde
otra óptica, es decir, no visto desde lo económico, sino desde la “restauración integral”
(Moreno, 2016).
TEORÍA DE LA RESPONSABILIDAD POR RIESGO
Su representante más sobresaliente es León Duguit, cuyo planteamiento reside en
considerar que la responsabilidad estatal no es posible identificarla más allá de un seguro
social, en donde existe un beneficio colectivo y un provecho de aquellos que sufren un
perjuicio que deviene del funcionamiento de los servicios públicos (Ochoa, 2012).
Es interesante la propuesta de la responsabilidad por riesgo y muchos Estados
modernos la acogen. En suma se plantea que la actividad del Estado se ejerce en interés
de la colectividad, por lo mismo, las cargas que sobre ella recaen deben ser iguales para
todos. Finalmente, los estudiosos que la siguen consideran que la responsabilidad de la
Administración Pública se presenta por el solo hecho de ser culpable del mal
funcionamiento un servicio público, ocasionando un perjuicio, es por ello que consideran
que existe una responsabilidad por riesgo (Ochoa, 2012).

RESPONSABILIDAD JUDICIAL
¿Qué es?
Es la satisfacción de los intereses, que busca los mecanismos legales y judiciales, para
prestar un servicio con las calidades debidas, ajustadas al respeto de los derechos
inalienables de las personas y su manera de colectivizar con las demás personas. De esta
manera es una relación entre ciudadanos en términos de las libertades humanas, que
conlleva la responsabilidad de administrar justicia, en busca de principios como la
equidad y la justicia (Vanegas Bernal, 2010).
Es una responsabilidad que recae en el estado y obliga a los operadores jurídicos
a resolver los conflictos, acorde a un sistema judicial preexistente y a los fundamentos
que en derecho preexisten para los mismos; conllevando las interpretaciones subjetivas
de un sistema, a un ámbito de aplicabilidad particular y concreto de cada caso; que en
teoría debe ir ajustado a todo el ordenamiento (Vanegas Bernal, 2010).
RESPONSABILIDAD POR LAS ACTUACIONES DEL PODER JUDICIAL.
SERVICIO PÚBLICO
Según el Art. 11.9 CR., que el Estado será responsable por error judicial, retardo
injustificado o inadecuada administración de justicia, violación al derecho de la tutela
judicial efectiva, violación de principios y reglas del debido proceso. El efecto de la
sentencia condenatoria que sea revocada o reformada conlleva a que el Estado repare el
daño al perjudicado y declarada la responsabilidad por dichos actos se repetirá el pago en
contra de ellos. Hablamos en todos estos casos de la responsabilidad del Estado por la
prestación de un servicio público en la esfera judicial (Moreno, 2016)
Por tanto, del contenido de la norma constitucional citada y normas del Código
Orgánico de la Función Judicial existen los siguientes casos: error judicial, inadecuada
administración de justicia y error inexcusable.
Error Judicial.
En todos los casos enunciados a más de la existencia del error judicial en el
pronunciamiento judicial debe demostrarse la existencia de una vulneración de un
derecho en relación directa al daño físico o moral, evaluable económicamente y una
relación de causalidad entre el error y el daño indemnizable. Lo que significa y para todos
los casos, que la reparación del daño debe ser integral, es decir, incluye tanto el daño
emergente como el lucro cesante e inclusive el daño moral (Castillo Iglesias, s/f).
Inadecuada administración de justicia o funcionamiento anormal del servicio.
Cabe señalar que la regla general es que la administración de justicia debe ser
completamente normal en cuanto a su funcionamiento, caso contrario se causa daño,
debiendo el Estado reparar el mismo.
Es así que si el servicio público de la administración de justicia no funciona
eficientemente, puede ser anormal, entonces estarían ante un funcionamiento ilícito y por
ello precisamente los errores; entran en el concepto del funcionamiento anormal del
servicio incluido en esa esfera: la falta oportuna de actuación por carencia de personal, el
funcionamiento tardío del servicio, marcha inadecuada, irregular, lenta de los
procedimientos judiciales; reiteramos, a más de la negligencia o inadecuada lentitud del
juzgador, también aborda las intencionadas dilaciones de la marcha del procedimiento
atribuible a los órganos auxiliares de la administración de justicia: la falta de personal,
exceso de trabajo y pérdida de las causas (Moreno, 2016).
Error inexcusable.
El error inexcusable por parte de quien lo cometió requiere que dicho error haya generado
perjuicio, daño o lesión a una de las partes dentro del juicio, pero además que exista
relación de causa-efecto entre el error inexcusable de la persona física –Juez– y el daño
sufrido por el particular litigante; por tanto, el perjudicado deberá demostrar que el error
fue determinante en la decisión, en el sentido que generó el perjuicio. En el Ecuador el
“error inexcusable”, es causal de destitución del servidor judicial –juez– a través de un
procedimiento administrativo sancionador (Moreno, 2016).

RESPONSABILIDAD LEGISLATIVA
La regla general es que la responsabilidad venga generada por actuaciones, hechos u
omisiones realizadas por la Administración Pública (en adelante, “la Administración”).
Sin embargo, debe entenderse que en un Estado social de derecho todas las ramas del
poder público son susceptibles de imputación por los daños antijurídicos que ocasionen
a los asociados. Por ende, se puede señalar que también existe responsabilidad derivada
de las actuaciones u omisiones que realice el órgano que representa la rama legislativa
del poder público (García, A & Leiva, M, 2012).
La irresponsabilidad del Estado por los daños causados por la legislación ha sido
admitida durante mucho tiempo como un dogma. En efecto, desde la Revolución
Francesa, la ley adquirió la connotación de ser la mayor representación de la voluntad
popular y, por ende, la manifestación más alta de la soberanía del Estado, razón por la
cual resultaba inadmisible responsabilizar al Estado por los eventuales daños que se
ocasionasen como consecuencia del ejercicio de la función legislativa (García, A & Leiva,
M, 2012).
La obligación de reparar daños causados por la actividad estatal en principio se
predicaba exclusivamente de las lesiones patrimoniales causadas por la Administración,
entendida esta como poder ejecutivo. Sin embargo, a partir del siglo XX comienza a
admitirse la posibilidad de que el Estado esté obligado a reparar los daños ocasionados
por actuaciones u omisiones imputables a las ramas legislativa y judicial. La negativa a
admitir que la función legislativa produjera daños es común a la mayoría de los
ordenamientos jurídicos, y a este respecto no hay diferencias notables entre la ley civil y
la ley común, toda vez que estos sistemas jurídico políticos se fundamentan en el principio
de la soberanía parlamentaria, apasionadamente defendido por las revoluciones burguesas
de los siglos XVII y XVIII, el cual terminaría por convertirse en uno de los pilares del
Estado clásico liberal (García, A & Leiva, M, 2012).
Adicionalmente, la generalidad y abstracción de las disposiciones legislativas
dificultaba la caracterización de los perjuicios de ella derivados como especiales o
particulares, únicos daños que en los albores de la teoría de la responsabilidad
extracontractual administrativa podían ser objeto de reparación. En concordancia con lo
anterior, existía el planteamiento según el cual, cuando en ejercicio de su poder soberano
el legislador expide una ley que reemplaza o modifica otra, no viola la ley existente ya
que esta situación únicamente implica el ejercicio normal de las prerrogativas del poder
público; así, si el legislador es el autor de las normas es incomprensible sostener que la
ley pueda transgredir el derecho; solo puede violar el derecho aquel funcionamiento u
organismo que tiene a su cargo la función de ejecutar la ley, pero no quien tiene la función
de crearla. Se creía que el legislador se encuentra en la cúspide de la pirámide jurídica y
que, por ende, la actividad normativa del mismo se erige como la base del ordenamiento
jurídico razón por la cual era inconcebible que el Estado se viera obligado a reparar un
daño causado debido al ejercicio de esta autoridad. Prueba de ello es el principio del
derecho público anglosajón según el cual el rey no puede cometer error, principio
expresado en el axioma “the king can do not wrong” (García, A & Leiva, M, 2012) .
A pesar de la consistencia teórica y la razonabilidad de los argumentos esgrimidos
como fundamento de la irresponsabilidad, existen en la actualidad razones de valor
indiscutible que permiten sostener la existencia de un régimen de responsabilidad del
Estado-legislador. En efecto, con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, la
generalización del control de constitucionalidad de las leyes en la mayoría de los
ordenamientos jurídicos, por una parte, y por otra la creciente expedición de leyes
singulares que afectaban a un número concreto e individualizado de ciudadanos significó
la quiebra de los presupuestos sobre los cuales descansaba la inmunidad del legislador.
Pero la ruptura de tales supuestos no se produjo de manera simultánea, ni significó
necesariamente la admisibilidad generalizada de la responsabilidad del Estado-legislador.
Cabe destacar que el primer reconocimiento jurisprudencial de la responsabilidad del
Estado-legislador se produjo en Francia en 1938, cuando aún esta nación no había
admitido el control de constitucionalidad de las leyes (García, A & Leiva, M, 2012).
El hecho perjudicial fue producto de la expedición de una ley singular la cual
causaba perjuicios exclusivamente a un particular, entonces, el control de
constitucionalidad no es un requisito sine qua non para el reconocimiento de la
responsabilidad por el ejercicio de la función legislativa, y como bien señala la
doctrina13, “la conexión entre las teorías del control de constitucionalidad y de la
responsabilidad del legislador es, cuando menos, problemática pues no toda declaratoria
de inconstitucionalidad implica responsabilidad estatal, ni todo reconocimiento de la
responsabilidad del legislador tiene como requisito la previa declaratoria de
inconstitucionalidad de una norma”. La responsabilidad del Estado-legislador se
configura cuando con una actuación u omisión del órgano legislativo se crea un daño
antijurídico a los asociados, es decir, se impone una carga superior a la que el sujeto debe
soportar. En el caso particular de las normas jurídicas, no importa si estas son
inconstitucionales o acordes con la Carta Política, o si no existe norma (omisión
legislativa absoluta), o si existe, pero esta se encuentra incompleta (omisión legislativa
relativa): lo único relevante es que la actuación u omisión del legislador cree un daño
antijurídico a los asociados. Lo anterior permite afirmar que el daño antijurídico nacido
de las actuaciones u omisiones del legislador se presenta cuando la norma jurídica sea
constitucional o no por el Tribunal Constitucional o se presente una omisión en el
desarrollo de una función atribuida por la Constitución o mandato de autoridad con
competencia para hacerlo (García, A & Leiva, M, 2012).
En todo caso, para que se dé el título de imputación en referencia se requiere que
dicho daño sea antijurídico. En los casos donde se hable de norma inconstitucional, para
que proceda la condena al Estado-legislador se requiere que dicha norma sea declarada
inconstitucional por el Tribunal Constitucional competente, salvo que el juez contencioso
administrativo aplique la excepción de inconstitucionalidad y ello le permita imputar
dicho daño antijurídico al Estado. No es la inconstitucionalidad de la norma jurídica, sino
el daño que esto genere, lo que se le imputa al Estado por su función legislativa. En
aquellos casos donde el órgano legislativo ejerce control político, solo responderá
patrimonialmente en la medida en que dicha actuación sea permisiva ante una eventual
acción u omisión dañosa contra los asociados. En este caso, el órgano legislativo responde
solidariamente junto con la autoridad con la que fue permisivo en el ejercicio del control
político (García, A & Leiva, M, 2012).
La Constitución Ecuatoriana promulgada el 20 de octubre de 2008 prescribe en el
art. 11.9 que la responsabilidad estatal consiste en la reparación de las violaciones a los
derechos por la falta o deficiente prestación de servicios públicos o por acciones u
omisiones en el ejercicio de potestades públicas, reparación que es integral conforme el
principio garantista de protección los derechos previsto en el art. 86 inciso 3 (Mogrovejo,
2009).
Según lo expuesto en los artículos antes mencionados cabe recalcar que el
compromiso del Estado ecuatoriano para con sus ciudadanos posee una gran valorización
y en el tema de una naturaleza jurídica abarca una evolución de responsabilidad amplia
que se encamina desde la concepción civil de indemnización a la concepción reparadora
integral y desde los denominados títulos jurídicos de imputación objetiva; es decir, falla
o negligencia en el servicio al desequilibrio de las cargas públicas.
Tratándose de la irresponsabilidad pública en el antiguo régimen el autor español
Luis Ortega Álvarez siguiendo al profesor Leguina, refiere que:
Una primera etapa se constituye el período en el cual rige el principio de
irresponsabilidad de los poderes públicos. Esta irresponsabilidad es el producto del
arrastre histórico de un principio consagrado en la etapa medieval y acuñado en la fórmula
inglesa the king can do not wrong, que se refuerza en el período del absolutismo, bajo la
regla del princeps legibus solutus (Mogrovejo, 2009).
Actualmente la responsabilidad civil indemnizatoria subjetiva y objetiva dentro
del Derecho civil se ha conceptualizado a la responsabilidad como el deber de indemnizar
económicamente por el incumplimiento de obligaciones, cuya fuente puede ser un
contrato –responsabilidad contractual– o un ilícito que causa un daño –responsabilidad
extracontractual–, que puede ser subjetiva cuando se basa en la culpabilidad del agente u
objetiva cuando, por las connotaciones del daño, no se considera la culpabilidad.

RESPONSABILIDAD OBJETIVA SIN FALTA.


RESPONSABILIDAD POR ACTOS ADMINISTRATIVOS VÁLIDOS.
La Expropiación.
Teniendo el fundamento institucional basado en el COOTAD. Art 446 al 459. Da
derecho a las instituciones del Gobierno a expropiar bienes con su debida indemnización
y pago.
Si bien genera un prejuicio al propietario y una vulneración de sus derechos de
propiedad el pago debe ser justo y de acorde a su precio.
En la actualidad existe la “expropiación forzosa” estos son con finalidades
ambientales y sociales, para buscar satisfacer los intereses y necesidades de una sociedad,
podemos ejemplificar; construir un parque, abrir calles, carreteras, entre otras, si bien el
Estado ejerce poder para hacer suyo un bien particular siempre y cuando exista un fin
lícito, no es menos cierto que el afectado debe ser compensado por la pérdida sufrida a
través del pago del justo precio de la propiedad.
Según la COOTAD: Art. 446.- Expropiación.- Con el objeto de ejecutar planes de
desarrollo social, propiciar programas de urbanización y de vivienda de interés social,
manejo sustentable del ambiente y de bienestar colectivo, los gobiernos regionales,
provinciales, metropolitanos y municipales, por razones de utilidad pública o interés
social, podrán declarar la expropiación de bienes, previa justa valoración, indemnización
y el pago de conformidad con la ley. Se prohíbe todo tipo de confiscación.(.126)
Anexos
1. Constitución de la República del Ecuador
2. Código Orgánico Administrativo
3. La responsabilidad extracontractual del Estado en el Ecuador: las limitaciones
en el marco jurídico. – Jorge Moreno
4. Actos administrativos ilícitos y responsabilidad extracontractual del Estado
5. Funcionamiento anormal de la administración de justicio e indemnización
6. Responsabilidad extracontractual del Estado
7. Responsabilidad del Estado
8. Responsabilidad del Estado por error judicial
9. Derecho del Estado
10. Responsabilidad estatal
Conclusiones:

 No contamos en el Ecuador con un cuerpo normativo que consagre principios y


reglas claras como precisas sobre la responsabilidad extracontractual del Estado,
a pesar que está constitucionalizada la institución.
 Al no contar con un cuerpo normativo que regule la institución citada, el poder
público se vuelve discrecional, actividad discrecional que al no motivar
correctamente sus decisiones, puede generar arbitrariedad, por tanto, vulneración
de derechos de las personas, perjuicios y daños a los ciudadanos, porque existen
vacíos normativos.
 Consideramos importante que en la academia, más concretamente en las carreras
de Derecho, -área administrativa-, se reflexione y analice sobre la importancia
de contar con un Código de Derecho Administrativo, en el que se consagren
principios y reglas claras en las distintas esferas de actuación de la
administración pública pero de manera especial respecto de la institución que
hemos comentado muy por encima. Nos parecería trascendental que se realicen
aportes a ese proyecto de cuerpo normativo desde la academia, probablemente
sirva en algo el presente trabajo.
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