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Asignatura

Psicología evolutiva
Participante:
Clara Isabel tapia
Facilitador:
Carmelita Pérez
Actividad
#4
Trastornos del inicio de la infancia,
niñez o adolescencia
Introducción

Los primeros años de vida son el molde de lo que será


nuestro futuro, la educación, contexto y características
personales son los elementos que lo delimitan.
Desde el perspectiva psicológica existe trastornos
característicos de estas edades, conocidos como “Trastornos
del inicio de la infancia, niñez o adolescencia”, estos se
presentan en un porcentaje de la población, aunque no es
alto, sigue siendo significativo para las personas que los
padecen y los familiares.
De acuerdo con el DSM IV estos trastornos casi siempre se
diagnostican antes de los 18 años, aunque algunas personas
hasta la edad adulta reciben un diagnóstico; es importante
la identificación de alguno de estos trastornos debido a que
causan dificultades para las personas que los tienen y tener
información sobre los mismos o un tratamiento, puede
mejorar bastante la vida actual y futura de las familias, y
una mejor adaptación al medio social.
Retraso mental

A. Definición.

La Asociación Americana sobre Retraso Mental, define el


retraso mental como una discapacidad caracterizada por
limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual
(razonamiento, aprendizaje, resolución de problemas) y en
la conducta adaptativa, que abarca muchas habilidades
sociales y prácticas cotidianas. (AAMR, 2012)

B. Características.

El retraso mental se manifiesta en los niños en la edad


escolar, momento a partir del cual se puede determinar y
calcular el CI; por lo que se origina antes de los18 años de
edad. Su prevalencia es de un 3%. (Hanquinet, Ferey &
Kalifa, 2009)

Se considera que los individuos que tienen un CI de


aproximadamente 70 o menos tienen retraso mental. A
pesar de esta consideración, puramente psicométrica, de
acuerdo con los criterios diagnósticos de RM aceptados por
la OMS y por el DSM IV, se necesita, para considerar a un
individuo como retrasado mental, que, además de la cifra de
CI, concurra la condición de desadaptación por lo menos en
dos de las siguientes áreas:
Comunicación, autocuidado, vida en casa, habilidades
sociales e interpersonales, uso de los recursos comunitarios,
autonomía, habilidades académicas, trabajo, ocio, salud y
seguridad. (Revista de Neurología, 2003).

C. Clasificación.

El retraso mental se puede clasificar en cuatro grados de


acuerdo al CI.
 Retraso mental leve: corresponde a un CI entre 70 y 50-
55.
 Retraso mental moderado: corresponde a un CI entre 50-
55 y 35-40.
 Retraso mental severo: corresponde a un CI entre 35-40 y
20-25.
 Retraso mental profundo: por debajo de un CI 20-25.

D. Causas del retraso mental.

¿A qué se debe el retraso? En 30 o 40% de los casos, no es


posible identificar ningún problema biológico conocido.
El retraso hereditario: Muchas veces el nivel de retraso es
leve con CI de 50 a 70. A menudo miembros de la familia
también lo sufren. El retraso hereditario ocurre
principalmente en familias de bajos recursos, donde la
nutrición, la estimulación intelectual, la atención médica y
el apoyo emocional no son adecuados. Esto indica que el
retraso mental hereditario proviene principalmente de un
entorno empobrecido. Muchos casos de retraso podrían
prevenirse con una mejor nutrición, educación y los
programas de enriquecimiento en la niñez temprana. (Coon,
2005)
Causas orgánicas: cerca de la mitad de los casos de retraso
tienen origen orgánico, es decir, se relacionan con
trastornos físicos: lesiones al momento de nacer (falta de
oxígeno durante el parto, por ejemplo) y daño fetal (daño
prenatal por enfermedad, infecciones o consumo de drogas
por parte de la madre.
Otra causa se debe a los trastornos metabólicos, que alteran
la producción de energía y su aprovechamiento en el
organismo.
Algunos tipos de retraso provienen de anomalías genéticas
como genes faltantes, adicionales o defectuosos. La
desnutrición, la exposición al plomo y otras sustancias
tóxicas que pueden causar retraso orgánico durante la niñez
temprana. (Coon, 2005)

Trastornos del aprendizaje


A. Definición.

Es un fallo no esperado, específico y persistente para la


adquisición de destrezas académicas eficientes a pesar de
una enseñanza convencional, de una inteligencia adecuada
y de una oportunidad sociocultural. (Lagae, 2008)

B. Características.

Aproximadamente el 5% de los niños en edad escolar tienen


dificultades con la lectura, la escritura o las matemáticas. Lo
más probable es que los problemas de aprendizaje se
presenten inesperadamente durante la escuela primaria,
pero cada vez existen más datos que indican que se pueden
identificar en edades preescolares. (Ardilla, Rosselli &
Matute, 2005)

La capacidad del niño de progresar en el área académica


específica está por debajo de lo que se espera para un niño
de su edad, nivel educativo y nivel de inteligencia. La
dificultad experimentada por el niño es lo suficientemente
grave para interferir con el progreso académico o las
actividades normales apropiadas de su edad en la vida
cotidiana. Los trastornos del aprendizaje algunas veces se
denominan discapacidades del aprendizaje, o discapacidad
específica para el aprendizaje. La mayoría de los niños que
tienen trastornos del aprendizaje tienen una inteligencia
normal.

¿Con qué frecuencia se presentan los problemas de


aprendizaje?
El 80% de todos los niños con problemas de aprendizaje se
presentan dentro del espectro de la dislexia.

La prevalencia de la discalculia se estima alrededor del 5% y


el 10% de todos los niños en edad escolar presentan un
problema fundamental de aprendizaje. (Lagae, 2008)

C. Clasificación.

De acuerdo al DSM IV se distinguen cuatro grandes grupos


de desórdenes específicos en el desarrollo y uno no
especificado: (Ardilla, Rosselli & Matute, 2005)

 Trastorno de lectura. (En ocasiones llamado dislexia)


 Trastorno de cálculo. (Ejemplo dificultad para realizar
cálculos.
 Trastorno de expresión escrita. (Ejemplo, dificultad
para realizar tareas escritas)
 Trastorno del aprendizaje no especificado.

¿Qué causa los trastornos del aprendizaje?

Se cree que los trastornos del aprendizaje se producen a


causa de una anomalía en el sistema nervioso, ya sea en la
estructura del cerebro o en el funcionamiento de las
sustancias químicas del cerebro. La diferencia en el sistema
nervioso provoca que el niño que tiene un trastorno del
aprendizaje reciba, procese o comunique la información de
una forma diferente. (Oregón Health & Science University,
s.f.)
¿A quiénes afectan los trastornos del aprendizaje?

Del 10 al 30 % de los niños tienen trastornos del


aprendizaje. Se calcula que los trastornos para las
matemáticas afectan al 1 % de los niños en edad escolar. Los
trastornos de lectura son más comunes en hijos de padres
que experimentaron un trastorno del aprendizaje. Hay más
probabilidades de que se les diagnostique un trastorno de
lectura a los niños que a las niñas.

La predisposición genética, los problemas durante el


embarazo, el nacimiento o la infancia temprana, así como
otras condiciones médicas pueden estar asociados con la
causa de los trastornos del aprendizaje. (Oregón Health &
Science University, s.f.)

Trastorno de la lectura.

Es el compromiso marcado y significativo de la habilidad


para el reconocimiento de las palabras y la comprensión de
la lectura, no atribuible únicamente a la edad mental,
retardo mental, déficit auditivo, visual o neurológico, o una
enseñanza inadecuada.
Este trastorno va a interferir con el logro académico del
niño o con las actividades cotidianas que demandan
habilidad para leer.

Si existe un déficit sensorial, las dificultades de lectura van a


sobrepasar, a aquellas usualmente asociadas con él. (Vélez,
Rojas, Borrero & Restrepo, 2004).

Principios terapéuticos

Como los problemas de aprendizaje son permanentes, no


existe una curación definitiva. El tratamiento debe
centrarse en la mejoría y en la adquisición de mecanismos
de compensación. Dado que el fenotipo cambia con la edad,
el tratamiento debe ajustarse a la edad del niño. Durante los
primeros años debe hacerce énfasis en la mejoría, y
posteriormente en las adaptaciones y compensaciones
acorde al estilo de vida. (Lagae, 2008).

Trastornos de habilidades motoras


A. Definición.

Es un trastorno en el que el rendimiento en las actividades


cotidianas que requieren coordinación motora es
sustancialmente inferior del esperado para la edad del niño
y con inteligencia normal.

B. Características.

La característica esencial del trastorno del desarrollo de la


coordinación es una alteración significativa en el desarrollo
de la coordinación motora.

El diagnóstico sólo se establece si interfiere


significativamente con el rendimiento académico o las
actividades de la vida cotidiana, y además no se deben a
enfermedad médica (parálisis cerebral, hemiplejía o
distrofia muscular) y no se cumplen los criterios del
trastorno generalizado del desarrollo. También se ven
afectadas la memoria de tareas motoras y la integración de
funciones motoras. Ninguna de estas funciones motoras
puede ser explicada por anormalidades neurológicas
permanentes o localizables o por interferencia mecánica.

Puede manifestarse por retrasos significativos en la


adquisición de hitos motores como: caminar, gatear,
sentarse, caérsele los objetos de la mano, torpeza. Estas
alteraciones infieren en las actividades cotidianas del niño.

Dicha alteración no se debe a una enfermedad médica como


parálisis cerebral, hemiplejia o distrofia muscular, y
tampoco entra dentro de los trastornos generalizados del
desarrollo. (Mondragón, Et. al., 2006)
C. Clasificación.

El trastorno de las habilidades motoras incluye el trastorno


del desarrollo de la coordinación, caracterizado por bajo
rendimiento en las actividades que requieren actividad
motora. El rendimiento está por debajo de la media,
teniendo en cuenta la edad e inteligencia del sujeto.
(American Psychiatric Press. 1996).

D. Trastorno del desarrollo de la coordinación.

Es un síndrome caracterizado por unas habilidades motoras


groseras, imprecisas y torpes, aunque las destrezas motoras
no estén gravemente alteradas.

En la actualidad es el único trastorno incluido en la DSM-


IV-TR, en la categoría de los trastornos de las habilidades
motoras.

Las manifestaciones de este trastorno varían en función de


la edad y el estadio evolutivo del desarrollo. Aunque este
trastorno es con muy poca frecuencia un motivo principal
de consulta psiquiátrica, se suele hallar comúnmente en
asociación con muchos trastornos psiquiátricos,
especialmente trastornos del aprendizaje, trastornos de la
comunicación, conductas desorganizadas y trastornos por
déficit de atención.

Aproximadamente el 5% de los niños presenta deterioros


importantes de las funciones motoras finas o gruesas, que
se ponen de manifiesto al correr, al tirar una pelota, al
abrocharse los botones, al aguantar un lápiz, o por la falta
de habilidad y torpeza general.
Se caracteriza el trastorno por una ejecución de las
actividades que requieren coordinación motora, muy
inferior a la esperada. Se hace evidente muy pronto en la
infancia, cuando el niño afectado comienza a intentar tareas
que requieren. Se han definido tres áreas principales de
déficits motores: la torpeza, los movimientos adventicios y
dispraxia. (Biopsicología.net, 2011).

E. Causas.

Se desconocen las causas, pero las hipótesis se centran en


orgánicas y del desarrollo. Se ha sugerido que los factores
de riesgo para este trastorno serían la prematuridad,
hipoxia, malnutrición perinatal y bajo peso al nacer.

Las anomalías neuroquímicas y las lesionas del lóbulo


parietal también se han sugerido como factores que
contribuirían a los déficits de la coordinación. Pero dado las
importantes asociaciones que tiene con el trastorno de la
comunicación, y aunque se desconocen los agentes causales
específicos para ambos, se propone que posiblemente
tengan un origen multicausal.

F. Diagnóstico diferencial.

El trastorno del desarrollo de la coordinación debe


distinguirse de afectaciones motoras debidas a una
enfermedad médica. Los problemas de la coordinación
pueden estar asociados a enfermedades neurológicas
específicas (parálisis cerebral, lesiones de cerebelo…), pero
en estos casos existe una lesión neurológica. Si hay un
retraso mental, el trastorno del desarrollo de la
coordinación sólo puede diagnosticarse si las deficiencias
motoras exceden a las que habitualmente se presentan
asociadas con el RM.

Cuando se cumplen los criterios para un trastorno


generalizado del desarrollo, no se establece el trastorno del
desarrollo de la coordinación.

Los sujetos afectos de un trastorno por déficit de atención


con hiperactividad, pueden caerse, chocar con los objetos o
golpearlos, pero todo ello suele deberse a su distraibilidad e
impulsividad, más que a una afectación motora; si cumplen
los criterios para ambos diagnósticos, según la DSM-IV-TR,
deben formularse los dos.

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