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CONDUCTAS DISRUPTIVAS EN SUJETOS CON DAÑO NEUROLÓGICO Y

DISCAPACIDAD INTELECTUAL

Javiera Ferrari Mühlenpfordt, Valeria Vallejos Jiménez

Profesor tutor: Flgo. Patricio Romero

Junio, 2019.
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN................................................................................. 3
CONDUCTAS DISRUPTIVAS ............................................................. 4
TRASTORNOS DE CONDUCTA EN DEMENCIAS .......................... 4
TRASTORNOS DE CONDUCTA EN USUARIOS CON
DISCAPACIDAD INTELECTUAL ...................................................... 7
CONCLUSIÓN .................................................................................... 9
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................10

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INTRODUCCIÓN
Las conductas disruptivas son un patrón de descontrol de la conducta, observable, capaz
de desorganizar tanto las actividades interpersonales como las de grupo. Es importante
distinguir entre “niños activos con una conducta apropiada a la edad de su desarrollo” de
los que muestran un patrón persistente de descontrol conductual que provoca alteraciones
sociales y/o académicas, estas conductas se pueden presentar en usuarios con
discapacidad intelectual (Capone, p. 100, 2007).

Los adultos con daño neurológico, desde adulto joven a adulto mayor, no quedan exentos
de estas conductas, pudiendo presentar actuaciones o comportamientos que difieren con
las pautas de conductas socialmente aceptadas y consideradas como correctas,
amenazando la armonía del lugar donde son producidas.

Se puede decir que las conductas disruptivas afectan de manera primordial el área social,
interfiriendo en la comunicación de la persona, ya que se suelen manifestar como actos de
hostilidad y provocación, lo cual conlleva al desorden, interrumpiendo rutinas y actividades
tanto a nivel individual como grupal.

Por ende, se hace primordial abordar esta temática con la familia y/o cuidadores de los
usuarios que puedan presentar conductas disruptivas.

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CONDUCTAS DISRUPTIVAS
Las conductas disruptivas son aquellas actuaciones o comportamientos que difieren con
las pautas de conductas socialmente aceptadas y consideradas como correctas,
amenazando la armonía del lugar donde son producidas (Toledo, Bermejo & Vega, 2004).

Suelen manifestarse como actos de hostilidad y provocación - debido a problemas en el


autocontrol del comportamiento y las emociones - que conllevan al desorden,
interrumpiendo rutinas y actividades tanto a nivel individual como grupal.

TRASTORNOS DE CONDUCTA EN DEMENCIAS


La demencia es definida como un síndrome clínico donde se deterioran las funciones
intelectuales superiores de forma progresiva y persistente interfiriendo significativamente
en las actividades diarias - laborales, familiares, entre otras - del individuo que la padece
(López, Vilalta, Garre, Pons & Cucurella, 2007).

Existen diferentes tipos y formas de clasificación de la demencia, sin embargo, todas siguen
el mismo patrón definido anteriormente y son atribuidas a la población de adultos, siendo la
más frecuente en el adulto mayor el Alzheimer y, en la población presenil, la Demencia
Frontotemporal, vascular y de origen tóxico (alcohol, neopren, entre otros).

Los síntomas psicológicos y conductuales no se encuentran ajenos a la demencia y


aparecen, como mínimo, en el 90% de los casos, constituyendo un problema severo que
afecta la funcionalidad y calidad de vida del paciente y sus cuidadores (López & Cols, 2007).
Su causa no aún no se encuentra definida con claridad, sin embargo, se acepta que
interfieren factores neurobiológicos, físicos y ambientales en su desarrollo.

La velocidad de aparición de estos síntomas va a depender del tipo de demencia, sin


embargo, la mayoría de los pacientes los desarrollan en un periodo de dos años. A
excepción de la Demencia Frontotemporal o la Demencia por Cuerpos de Lewy, donde son
los primeros signos de alarma.

Dentro de los principales síntomas se encuentran la agitación, agresividad, ansiedad,


desinhibición e irritabilidad.

 Ansiedad: La ansiedad se construye sobre tres componentes, uno somático


(síntomas vegetativos), uno cognitivo (sensaciones negativas como aceleración,
nervios, malestar, etc.) y uno motor (temblores).

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En presencia de demencia, se comienza a perder el componente cognitivo de la
ansiedad, además, a nivel neurobiológico, se ven afectados el sistema límbico, los
circuitos subcorticales frontales y diferentes núcleos cerebrales, afectando la
capacidad de neurotransmisión de la vía gabaenérgica, serotoninergicos y
noradrenérgicos (Agüera & Cervilla, 2006).

Al quedar sólo el componente somático y motor, se hace difusa la detección de la


ansiedad e incrementan las alteraciones conductuales, ya que, la sensación de
malestar es incomprendida por el mismo sujeto.

 Agitación: La agitación psicomotriz se manifiesta por un inadecuado aumento de la


actividad motora o verbal que en la mayoría de los casos es generada por
malestares subjetivos como fiebre, dolor, etc.

Su manifestación se aleja de las normas convencionales de convivencia social,


pudiendo presentar chillidos, maldiciones, improperios, movimientos extraños o
actitudes agresivas (Twelfree & Qazy, 2006). Estas conductas disruptivas ocasionan
una gran fuente de estrés en sus cuidadores y seres queridos, llegando, muchas
veces, a sentirse inseguros sobre cómo responder a ellas.

Existen síndromes de agitación agresivos/no agresivos y físicos/verbales (Twelfree


& Qazy, 2006):
- Físicas no-agresivas: Tendencia a desvestirse, conducta alimentaria
inapropiada, conductas de huida, manipulación de objetos, esconder objetos
y paseos compulsivos.
- Físicas agresivas: Morder o dañarse a sí mismo o a otros, apropiaciones
indebidas de objetos, caídas intencionales, patadas, empujones, arañazos,
lanzar objetos, desgarrar objetos, escupir y provocaciones sexuales.
- Verbales no-agresivas: Negativismo, repetición de frases o preguntas y
quejas.
- Verbales agresivas: Emitir ruidos extraños, maldiciones, improperios y
provocaciones sexuales de tipo verbal.

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 Desinhibición o impulsividad: La desinhibición se define como la actuación de
acuerdo a los impulsos o sentimientos internos, sin las limitaciones impuestas por
las exigencias reales o convencionales (sociedad) y que, en el caso de la demencia,
suele ir acompañada de agresividad.

Frecuentemente, se presenta en las fases moderadas/intermedias de la


enfermedad; excepcionalmente se presenta al inicio en las Demencias
Frontotemporales, en las que los trastornos de conducta y la motricidad son
relativamente precoces y están muy relacionados con los síndromes frontales que
suelen presentarse en estos pacientes (Artaso, Goñi & Gomez, 2004).

Por otro lado, la forma e intensidad de presentación de inhibición o impulsividad está


relacionada con la localización de las lesiones cerebrales, siendo las principales, las
que afectan a la región orbitofrontal.

Dentro de las conductas principales se encuentran: pérdida de las inhibiciones


sociales, pérdida de tacto y empatía, irritabilidad, irresponsabilidad, intranquilidad,
agresividad e hipersexualidad. Esta última, es más frecuente en lesiones del lóbulo
frontal y se destacan el exhibicionismo, la manipulación de los genitales, las
proposiciones sexuales inadecuadas, tocamientos, lenguaje obsceno y
masturbación en zonas públicas.

 Irritabilidad: La irritabilidad se define como un estado emocional caracterizado por


un menor control sobre el temperamento que generalmente se traduce en arrebatos
verbales o de comportamiento. Algunos estudios la han relacionado con una mala
adherencia al tratamiento, intentos suicidas y actitudes violentas (Burns, Folstein S.,
Brandt, & Folstein M., 1990).

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TRASTORNOS DE CONDUCTA EN USUARIOS CON DISCAPACIDAD
INTELECTUAL
La discapacidad intelectual se define como la adquisición lenta e incompleta de las
habilidades cognitivas durante el desarrollo humano, que implica que la persona pueda
tener dificultades para comprender, aprender y recordar cosas nuevas, que se manifiestan
durante el desarrollo, y que contribuyen al nivel de inteligencia general, por ejemplo,
habilidades cognitivas, motoras, sociales y de lenguaje (Organización Mundial de la Salud,
1992).

Algunos cuadros clínicos asociados a discapacidad intelectual son el síndrome de Down, la


fenilcetonuria, síndrome de X frágil, hipotiroidismo congénito, síndrome de Prader – Willi,
síndrome de Angelman, galactosemia o síndrome de alcoholismo fetal (Ke & Liu, 2017).

Estos cuadros clínicos se asocian a algunos síntomas clínicos como el retraso en la


aparición del lenguaje, dificultades para hablar y expresarse, esto depende de la severidad
del diagnóstico, inclusive puede que nunca desarrolle el lenguaje. También presentan
dificultades en la percepción y cognición, se les suele dificultar razonar, calcular, analizar y
comprender (Ke & Liu, 2017).

Dentro de los trastornos que se asocian a usuarios con discapacidad intelectual se incluyen
los problemas conductuales como la necesidad de estar moviéndose permanentemente,
niveles bajos de concentración, llantos y rabietas. También se pueden observar conductas
disruptivas como la agresividad, conductas autolesivas (como golpearse la cabeza o ingerir
elementos extraños), destrucción de objetos, desobediencia y conducta social inadecuada.
Por lo general, la familia y/o cuidadores buscan ayuda médica, para afrontar estas
problemáticas (Ke & Liu, 2017).

Las causas de conductas difíciles incluyen (Ke & Liu, 2017):

 Médicas
- Dolor o incomodidad no identificados
- Efectos secundarios de medicamentos
- Consumo de sustancia
- Enfermedades físicas como la epilepsia
- Fenotipos específicos a un trastorno
 Diagnóstico Dual:

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Alrededor de la mitad de los usuarios con discapacidad intelectual coexisten
con algún trastorno psiquiátrico como lo puede ser los trastornos por déficit
atencional con hiperactividad, trastornos depresivos, trastorno del espectro
autista, problemas de conducta, esquizofrenia y trastorno bipolar. Los
trastornos psiquiátricos son difíciles de diagnosticar sobre todo en usuarios
con discapacidad intelectual moderada y grave, ya que presentan síntomas
más desorganizados e impredecibles.

 Ambientales:
Los factores ambientales como separación de los padres, cambio de
escuela, etapas del desarrollo y la incapacidad de comunicar sus
necesidades, conllevan a conductas disruptivas en estos usuarios.

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CONCLUSIÓN
Es importante que las conductas disruptivas sean diagnosticadas e intervenidas de forma
oportuna, ya que pueden causar problemas sociales en usuarios adultos mayores y adultos
con daño neurológico, y puede conllevar problemáticas en la educación en usuarios
escolarizados con discapacidad intelectual.

Se debe educar a la familia y a la sociedad, de cómo abordar y enfrentar estas situaciones,


ya que muchas veces suelen ser confundidos como personas poco educadas o muy
descorteces, por lo que se hace indispensable la intervención del psicólogo, en conjunto
con el psiquiatra, para que regulen este tipo de conductas (Ke & Liu, 2017).

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BIBLIOGRAFÍA
López-Pousa S, Vilalta-Franch J, Garre-Olmo J, Pons S, Cucurella MG. (2007)
Characterisation and prevalence of the psychological and behavioural symptoms in
patients with dementia Rev Neurol. 1-15; 45(11):683-8.

Scarmeas N, Brandt J, Blacker D, Albert M, Hadjigeorgiou G, et al. (2007)Disruptive


behaviour as a predictor in Alzheimer disease. Arch Neurol.; 64(12):1755-61.

Agüera Ortiz L, Cervilla Ballesteros J (2006). “Trastornos de ansiedad” Cap 24, pp 551- 574.
En Agüera Ortiz L., Cervilla Ballesteros J. Martín Carrasco M. Psiquiatría Geriátrica.
2º Ed. Masson, Madrid.

Twelfree H, Qazy A. (2006) Relationship between anxiety and agitation in dementia.

De Toledo M, Bermejo-Pareja F, Vega-Quiroga S, D M-G. 2004. Trastornos conductuales


en la enfermedad de Alzheimer. Rev Neurol.;38(10):901-5

Artaso Irigoyen B, Goñi Sarries A, Gomez Martinez A. 2004. Síntomas neuropsiquiátricos


en el síndrome demencial. Rev Neurol. 38(6):506-10.

Burns, A., Folstein, S., Brandt, J., & Folstein, M. (1990a). Clinical assessment of irritability,
aggression, and apathy in Huntington and Alzheimer disease. J.Nerv.Ment.Dis., 178,
(1) 20-26

Ke, X., & Liu, J. (2017). Discapacidad intelectual. Manual de Salud Mental Infantil y
Adolescente de la IACAPAP OMS, 1-28.

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