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Un corazón que agrada a Dios

Hechos 13:22
22 Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón
conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.

Introducción

David es conocido como el varón conforme al corazón de Dios, no era perfecto, tenía defectos, cometió pecados, algunos muy graves.
Si vida está llena de drama, es ungido como rey siendo muy joven, sirvió en la corte del rey Saúl, fue fugitivo, se juntó con maleantes,
se hizo el loco, estuvo en el trono de Judá, luego en el de todo Israel, uno de sus hijos trató de derrocarlo, cuando envejeció ya ni se
podía calentar, se moría de frío, finalmente murió. De este hombre, que escribió una gran cantidad de salmos, que fue el hijo menor
de Isaí, pastor, militar, político, escritor, un gran estratega, Dios dice que es un varón conforme a su corazón.

¿Cómo es un corazón que agrada a Dios? ¿Qué es lo que ve Dios en las personas que las llama para salvarlas, para que le sirvan?
¿Qué vio Dios en David, en Pedro, en Juan, en Pablo? ¿Puede alguien llegar a ser conforme al corazón de Dios? ¿Qué se necesita?

1.- Dios no mira la apariencia de la persona, sino su corazón

1 S 16:1-13
1 Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de
aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey. 2 Y dijo Samuel: ¿Cómo iré? Si Saúl lo supiera, me
mataría. Jehová respondió: Toma contigo una becerra de la vacada, y di: A ofrecer sacrificio a Jehová he venido. 3 Y llama a Isaí al
sacrificio, y yo te enseñaré lo que has de hacer; y me ungirás al que yo te dijere. 4 Hizo, pues, Samuel como le dijo Jehová; y luego
que él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida? 5 El respondió: Sí,
vengo a ofrecer sacrificio a Jehová; santificaos, y venid conmigo al sacrificio. Y santificando él a Isaí y a sus hijos, los llamó al
sacrificio. 6 Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido. 7 Y Jehová
respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el
hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. 8 Entonces llamó Isaí a Abinadab, y lo
hizo pasar delante de Samuel, el cual dijo: Tampoco a éste ha escogido Jehová. 9 Hizo luego pasar Isaí a Sama. Y él dijo: Tampoco a
éste ha elegido Jehová. 10 E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha elegido a éstos.
11 Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo
Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí. 12 Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era
rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es. 13 Y Samuel tomó el cuerno del
aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego
Samuel, y se volvió a Ramá.

Puedes llegar a ser muy alto, muy rico, famoso, de hermoso parecer, rubio, delgado, o todo lo contrario, bajito, moreno, de belleza
rara, rollizo, hombre, mujer, mexicano, estadounidense, japonés, español, profesionista, comerciante, escritor, albañil, pero Dios no
ve eso, no le interesa si eres un pescador sin educación o un fariseo muy preparado, él ve tu corazón, le interesa tu interior, tu
personalidad, tus pensamientos, tus sentimientos, tu persona.

Encargo de David a Salomón


1 Cr 28:9 Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová
escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te
desechará para siempre.

Aunque a veces parece que nadie te ve, siempre Dios está a tu lado, él sabe tus luchas, tus anhelos, tus sueños, conoce tus
pensamientos y tus intenciones. ¿Cómo es un corazón que agrada a Dios?

2.- Ama a Dios y estar en su presencia

1 Samuel 16:18 Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es
valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él.

Un corazón que agrada a Dios, quiere estar cerca de Dios


Salmo 27:4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré;
Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
Salmo 84:1 ¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos!
2 Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová;
Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.
10 Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos.
Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios,
Que habitar en las moradas de maldad.

El amor a Dios tiene que ser lo que nos mueve, todo el tiempo, tienes que estar enamorado de Dios, él te ama mucho, dio a su Hijo
por ti. Un corazón que agrada a Dios, está lleno del amor de Dios. Salmo 18:1 Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.

1 P 1:7-9 para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego,
sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, 8 a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo,
aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; 9 obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras
almas. Pedro negó tres veces a Jesús, y una vez que resucitó, Jesús le preguntó tres veces: ¿me amas? ¿Qué le responderías a Dios si
en este momento te preguntara si le amas?

Si tu respuesta es sí, entonces es necesario ver en qué termina la conversación de Jesús con Pedro.
Juan 21-15-17 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí,
Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. 16 Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?
Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. 17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me
amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo.
Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

Si me amas, entonces has aquellas cosas para las cuales te llamé, haz mi voluntad.

3.- Ama la voluntad de Dios, Hechos 13:22

1 Reyes 14:8 y rompí el reino de la casa de David y te lo entregué a ti; y tú no has sido como David mi siervo, que guardó mis
mandamientos y anduvo en pos de mí con todo su corazón, haciendo solamente lo recto delante de mis ojos,

Hechos 13:22 Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí,
varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.

1 Reyes 14:8 y rompí el reino de la casa de David y te lo entregué a ti; y tú no has sido como David mi siervo, que guardó mis
mandamientos y anduvo en pos de mí con todo su corazón, haciendo solamente lo recto delante de mis ojos,

¿Cómo es un corazón que agrada a Dios? Hace lo que Dios quiere, porque ama su voluntad.
Acepta lo que la vida le presenta, porque sabe que es por la voluntad de Dios, y ama la voluntad de Dios.

La rebeldía y desobediencia es pecado, y todos los pecados son igual a los ojos de Dios.

1 Samuel 15:23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste
la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.

Lo que venga a mi vida, lo acepto Señor, porque te amo, si es bueno o doloroso, igual lo acepto y sigo amándote. Si son momentos de
inmensa alegría o de profunda tristeza, sigo amándote Señor. Nada me va a separar de tu amor, nada impedirá que te ame. Ni mi
familia, ni mis amigos, ni mi trabajo, ni mis estudios, ni mis enemigos, ni los defectos de los demás, ni mis defectos, nada me
impedirá amarte Señor.

Conclusión
¿Te gustaría tener ese corazón que agrada a Dios? Ama a Dios, ama su presencia, ama su voluntad. Quiero invitarte a amar más a
Dios, sobre todas las cosas, sobre todas las personas, sobre todos los compromisos. Demuéstrale a Dios que lo amas, que es le
número uno en tu vida y que fuera de él no quieres a nadie, que quieres estar en su presencia todos los días de tu vida. Que no pase
un día sin que le digas a Dios que lo amas, sin hacer su voluntad. Retoma tu primer amor si ya lo has perdido y vuelve a estar
emocionado por aprender más de Dios, por estar en su presencia, como el recién nacido ansía la leche materna, así debemos ansiar
la presencia y la voluntad de Dios en nuestras vidas.

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