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TÍTULO: El rol asignado al entrevistador y sus consecuencias en la obtención de

información

AUTORA: Silvia Balzano, Ph.D.

INSTITUCION: Caea - Conicet

RESUMEN:
El establecimiento de un buen rapport ha sido siempre uno de los temas de
preocupación del los antropólogos. En todo escrito dedicado a cómo conducir una buena
entrevista hay siempre referencias sobre la importancia de desarrollar un sentimiento de
confianza en los sujetos con los que se trabaja. Más aún, el establecimiento de un buen
rapport ha sido considerado una de las herramientas principales de un trabajo de campo
exitoso.
Un tema virtualmente ausente en estos trabajos tiene que ver con cómo el rol que
el informante atribuye al entrevistador puede mediatizar la confiabilidad de los datos
brindados por el informante. En este artículo se analizan una serie de casos en los que se
advierte cómo la asignación de un rol inapropiado por parte del informante puede, tanto
generar distorciones en la información, como acrecentar la cantidad y calidad de los datos
proporcionados por el mismo.
El trabajo muestra también cómo el verdadero nexo de confianza, entendida como
una construcción cultural, comienza como una forma de reciprocidad balanceada, en
donde los elementos del intercambio lo contituyen: información por garantía de reserva
sobre lo relatado. Esta fórmula de transacción parecería expresarse en todo su
potencialidad cuando el tipo de población estudiada se halla en circunstancias de suma
vulnerabilidad, tal como es el caso de los latinos en California.
El rol asignado al entrevistador...

EL ROL ASIGNADO AL ENTREVISTADOR Y SUS CONSECUENCIAS EN LA


OBTENCIÓN DE INFORMACIÓN1
Silvia Balzano

I. INTRODUCCION

El establecimiento de un buen rapport ha sido siempre uno de los temas de preocupación


del los antropólogos. En todo escrito dedicado a cómo conducir una buena entrevista hay
siempre referencias sobre la importancia de desarrollar un sentimiento de confianza en los
sujetos con los que se trabaja (Spradley,1979). Más aún, el establecimiento de un buen
rapport ha sido considerado una de las herramientas principales de un trabajo de campo
exitoso (Langness & Frank,1985).
Pero las consideraciones acerca del establecimiento de un buen rapport, sobre la
base de una relación interpersonal de confianza, no han sido sólo privativas del ámbito
etnográfico, más allá de él, el tema ha sido -y sigue siendo- objeto de investigación en las
disciplinas que tienen que ver con el desarrollo de relaciones interpersonales, tales como
entre una compañía y sus clientes (LaBahn, 1996; Gattuso, 1994), un psicólogo y su
paciente (Giordano,1997), la sociedad civil y el mercado (Fukuyama, 1995).
Sin embargo, un tema virtualmente ausente en estos trabajos tiene que ver con
cómo el rol que el informante atribuye al entrevistador puede mediatizar la confiabilidad
de los datos brindados por el informante. En este artículo mostraremos una serie de casos
en los que se advierte cómo la asignación de un rol inapropiado por parte del informante
puede, tanto generar distorciones en la información, como acrecentar la cantidad y
calidad de los datos proporcionados por el mismo.

II. SITUACION DE LA INVESTIGACION


Las fases tempranas de la investigación comenzaron en septiembre de 1989, cuando pasé
1 El presente trabajo es una reformulación de una sección del capítulo 2 de la Tesis Doctoral titulada "Educación
and estudios: Mexican values fostering education", presentada y aprobada en 1993 por la Universidad de California, con sede
en Los Angeles.

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a integrar el Grupo de Comportamiento Social de la Universidad de California, en calidad


de etnógrafa, para trabajar en un proyecto de cuatro años de duración, dedicado a estudiar
el contexto social del alfabetismo entre los niños latinos de los distritos de Lawson y de
Sandy Beach, en los Angeles.
El proyecto de estudio longitudinal -al que nos referiremos como proyecto
Lawson- estuvo dirigido por Ronald Gallimore y consistía en una muestra de 121 niños,
seleccionados al azar, de los cuales se tomó una submuestra probabilística de 30 para
realizar estudios en profundidad. Los 121 niños concurrían a tres escuelas bilingües del
distrito de Lawson y a una del área de Sandy Beach. Mi trabajo consistió en entrevistar a
16 de las 30 familias, a las maestras de los niños y en realizar observaciones en clase
durante las horas de lectura.
La comunidad de Lawson2 se encuentra al este del aeropuerto Internacional de Los
Angeles. Se trata de una zona residencial de departamentos económicos y casas
pequeñas. La población total del área de Lawson es de 22.757 habitantes, según el
Censo de 1990. De la población total, el 60% son extranjeros, lo que muestra que el
distrito de Lawson es aún un puerto de entrada para los inmigrantes recientes. Ochenta y
cinco por ciento de la población total es de origen latino y, de entre ellos, el 63% es de
origen mexicano. La proporción de Afro-americanos es de sólo 6,2%.
Se trata, como hemos dicho, de inmigrantes recientes de origen mexicano que han
permanecido un promedio de entre 10 y 11 años en los EEUU, con una cifra promedio de
7 años de instrucción. En relación a lo laboral, la mayoría de los padres de la muestra
trabajaba en el área de servicios (30,4%), reparaciones (23,2%) y fábricas (34,4%). Sólo
el 3,2% de los padres declararon estar desempleados. En la categoría de servicios
podemos encontrar cocineros, meseros, mucamas, porteros, expendedores de bebidas
alcohólicas, trabajadoras en guarderías de niño, y también trabajadores especializados

2 A fin de mantener la identidad de mis informantes a salvo, todos los nombres utilizados en esta presentación son
ficticios.

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como mecánicos, electricistas, carpinteros, obreros de la construcción y costureras (Cfr.


Gallimore, Reese, Balzano, Benson & Goldenberg, 1991).
Si bien la investigación comenzó antes de la fuerte ola anti-inmigrante, que
empieza a manifestarse claramente luego de los disturbios de Los
Angeles en 1992 y culmina con la Proposición 1873, no debe creerse por ello
que nos hallábamos ante una población poco vulnerable. Como se verá en la secciones
siguientes, muchas de las adscripciones de rol tienen como fundamento el
desconocimiento de los derechos que los asistían, a pesar de su situación de eventual
ilegalidad en el país.

III. DESARROLLO
1. La confianza como tema de estudio
Comencé mis trabajo de campo con grandes expectativas, no previendo ningún obstáculo
en la posibilidad de establecer un buen rapport. Esta presunción estaba basada en
nuestro origen común: tanto mis informantes como yo misma éramos extranjeros,
proveníamos de países latinoamericanos y compartíamos el mismo lenguaje. Pese a
considerarme a mí misma partícipe de virtualmente la misma cultura, muchos aspectos
me separaban de la gente con la que iba a tratar. Aunque extranjera como ellos, mi ida a
los EEUU con la intención de estudiar, me colocaban en condiciones de privilegio. No
sólo me sentía ayudada por el sistema, sino también acogida por él. Muy pronto me di
cuenta que no todos los extranjeros viven bajo condiciones tan privilegiadas.
Mi presunción sobre la inmediatez en el desarrollo de lazos de confianza se vio
muy rápidamente desvanecida. Por el hecho de provenir de un país latinoamericano, mis
informantes se dirigían a mí, algunas veces, con un "nosotros" inclusivo. Pero la mayoría
de las veces, en especial cuando se hablaba de creencias o costumbres, utilizaban un
3 Esta Proposición, presentada y aceptada en California en noviembre de 1994, niega la posibilidad de enrolamiento
en las escuelas públicas a niños cuyos padres no puedan presentar documentación que los acredite como inmigrantes
documentados o residentes legales en los EEUU.

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"nosotros" excluyente, tal como por ejemplo, "nosotros, los mexicanos..." Rápidamente
me hicieron dar cuenta de que yo no era parte integrante de esa comunidad.
A través de los cuatro años de trabajo de campo, aprendí no sólo que la confianza
es un proceso que tarda en generarse, sino también que éste está mediatizado y, en ciertos
casos, determinado por las historias personales de cada informante y por el del rol que el
informante mismo adscribe al que lo entrevista.
El tema de la confianza ha capturado la atención de varios investigadores
(Lomnitz, 1977; Velez-Ibañez, 1983; García Parra, 1985; Gambetta,1988). Lomnitz,
quien estudió las redes de intercambio recíproco en los barrios pobres de México,
establece que "una persona siente confianza hacia otra cuando cree que el otro tiene la
habilidad, el deseo y la buena disposición de iniciar una relación de intercambio
recíproco, o cuando su propia familiaridad con el otro lo anima a hacer el primer
acercamiento. Este primer acercamiento usualmente consiste en hacer un favor sin
arriesgarse a ser malinterpretado. Otra forma de expresar confianza es el de ofrecer un
dato de información personal y de carácter íntimo..." (Lomnitz, 1977: 196-197). Dado
que Lomnitz estaba interesada en la supervivencia de las poblaciones marginales de las
ciudades modernas a través de las redes de intercambio recíproco, ella se ocupó en
especial de los intercambios de bienes y servicios, más que del intercambio de
información.
Más recientemente, Velez-Ibañez (1983) se ocupó del mismo tema en el estudio de
las asociaciones de créditos rotativas4 tanto en México como en los EEUU. A diferencia
de Lomnitz, Velez-Ibañez sostiene que la confianza y el intercambio recíproco
trascienden el sector de las clases marginales y aparecen en situaciones de
indeterminación e incertidumbre. Otro dato valioso que aporta Velez-Ibañez es la
conceptualización de la confianza como una construcción cultural. En este sentido, el
4 Las asociaciones de crédito rotativas pueden constituirse con grupos estructuralmente informales, pasando por
organizaciones intermedias hasta corporaciones sumamente sofisticadas. Todas ellas están basadas en lo que Velez-Ibañez
(1983) llamó "lazos de confianza mutua".

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establecimiento de confianza es fruto de una decisión personal, consciente o inconsciente


del individuo, con el fin de ayudar a reducir los efectos de la incertidumbre y a asistir a
las personas en la ubicación de otras con relación a su status y a sus relaciones fijas y
determinadas. Según Velez-Ibañez (1983:12) el término confianza "es una construcción
psicocultural que organiza las expectativas para eventuales relaciones personales y
proporciona un modelo para las redes de intercambio sociales y políticas, tanto entre los
mexicanos que viven en EEUU como entre los que viven en México".
Desde mi perspectiva, la riqueza del trabajo de Lomnitz radica en haber entendido
el tema de la confianza en términos de la noción de Sahlins de reciprocidad. Como se
recordará Sahlins distingue entre "reciprocidad generalizada" y "reciprocidad
balanceada". La primera noción se refiere a un intercambio de items materiales, favores o
trabajo, sin esperar nada a cambio en ese momento o en el futuro inmediato.
"Reciprocidad balanceada", en cambio, es un intercambio en el que tanto los objetos, los
favores o el trabajo tienen un precio y lo que se da a cambio es equivalente al item
recibido y se efectúa sin tardanza (Cfr. Velez-Ibañez, 1983: 11). Hay aspectos, sin
embargo, en los que ambos autores están de acuerdo. Tanto Velez-Ibañez como Lomnitz
concuerdan en que, en el caso de la confianza, ésta se inicia como una construcción de
intercambio generalizado, es decir, sin esperar una retribución inmediata del item a
intercambiar.
Lomnitz y Velez-Ibañez aciertan también cuando afirman que la confianza es un
ingrediente cultural presente en cualquier tipo de forma de intercambio recíproco, sin
embargo, mis hallazagos respecto del tema son un tanto diferentes de lo que ambos
autores señalan, probablemente debido a que mis informantes y yo no intercambiábamos
ni objetos, ni servicios, ni bienes, sino información.
A pesar de que en todos los casos intenté hacer que los miembros de las familias
con las que trabajaba se sintieran cómodos y pudieran hacerme cualquier tipo de
pregunta, los pasos iniciales del trabajo de campo -así como pareciera ser común en todo

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El rol asignado al entrevistador...

trabajo etnográfico- originaron una falta total de equilibrio en lo que se refiere a


reciprocidad: yo era la que preguntaba, ellas respondían. Esto parecería demostrar la
hipótesis de Velez-Ibañez y de Lomnitz. Sin embargo, es interesante destacar además
que, fue justamente en los pasos iniciales de este largo trabajo de campo en donde pude
encontrar más contradicciones en la información e incoherencias en el reporte de los
datos, es decir en el tipo de elementos que se estaban intercambiando. Nadie puede negar
que sí se obtenía información, a pesar de que ésta era, como se verá, incoherente en
algunos casos o inexacta en otros.
No fue sino hasta que mis informantes comenzaron a darse cuenta de que el tipo
de bien valioso a intercambiar no era tanto la información sobre mis ideas o sobre mis
experiencias de vida, sino mi absoluto silencio sobre su propia situación personal que se
estableció un nexo de confianza. En este sentido, y en contraposición a Lomnitz y a
Velez-Ibañez, mi experiencia indica que el verdadero establecimiento de confianza, al
menos en lo que se refiere a intercambio de información, comienza como una forma de
reciprocidad balanceada, en donde los elementos de la transacción son información en
contraprestación por la garantía de reserva sobre lo relatado en la ocasión del encuentro.

2. La asignación de roles:
A. El rol de oyente pasivo
En la mayoría de los casos de las familias entrevistadas, el rol que se me asignó fue el de
un oyente pasivo, o al menos el de un oyente no peligroso. Es así como pude llegar a
conocer detalles íntimos de la vida personal de mis informantes, sin que estos nunca les
hubieran sido requeridos. Sin embargo, no siempre fue éste el caso. Veremos, en las
próximas secciones, cómo la exactitud en la información se ve alterada por la asignación
de un rol inapropiado, que sólo en algunos casos pudo llegar a ser "renegociado".

B. El rol de agente de Abuso Infantil

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Fue durante mi primera visita a la casa de Juana cuando empecé a entender que establecer
cierto grado de confianza no iba a ser tan fácil con todas las familias. Mi primera
entrevista en septiembre de 1989 fue llevada a cabo ante la presencia de Hortensia, la
dueña de la casa en donde Juana supuestamente vivía. Como parte del proyecto Lawson,
necesitaba saber cuál era la composición de la familia y el número de personas que vivían
en la misma residencia. Según Juana, había 12 personas viviendo en un departamento de
dos dormitorios. Esta respuesta trajo como consecuencia un pequeña querella entre las
dos mujeres. Hortensia insistía en que no debía anotar los nombres de los integrantes de
su propia familia, ya que las familias de ella y la de Juana no estaban relacionadas
biológicamente. Era obvio que algo estaba pasando, pero yo no llegaba a darme cuenta
de qué se trataba.
La segunda entrevista fue realizada en la misma casa. Esta vez, Hortensia daba
vueltas enderedor, tratando de averiguar qué tipo de preguntas estaba haciéndole a Juana.
En el transcurso de la tercera entrevista, Juana me dijo que la casa estaba llena de gente y
que sería más confortable si nos sentábamos en el porche de la casa. Mientras
charlábamos, Juana susurró una serie de comentarios que me dieron la pauta de que ella
no sentía mucha simpatía por la familia de Hortensia. Ella y sus hijos eran percibidos por
Juana como una mala compañía para Mario, el hijo de Juana.
Fue en la cuarta entrevista, unos meses después, en la que Juana finalmente me
recibió en su propia casa -una construcción precaria justo detrás de la de Hortensia-
diciendo que hacía muy poco que se habían mudado. Muy inocentemente felicité a Juana
por la nueva casa. Luego, una vez dentro de la casa me dijo, casi a modo de confesión,
que ella detestaba mentir y que la verdad era que siempre había vivido allí. Esta fue su
explicación:

"Es que con Hortensia decíamos que no sabíamos a qué venía y como en los Estados Unidos son muy
estrictos... Yo tenía miedo de que usted viniera para comprobar si nosotros le pegábamos a Mario o no.
Hortensia me decía que era mejor que la recibiéramos en la otra casa así ella podía saber a qué venía en

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El rol asignado al entrevistador...

realidad". (Familia Darrién).

La revelación de Juana fue la consecuencia de una renegociación de roles. La


evaluación inicial de mi rol como agente encubierta de Abuso Infantil fue gradualmente
cambiando al de una "maestra" y luego al de una "confidente". Es interesante destacar
que Hortensia tenía un caso en la Corte de Abuso Infantil por el maltrato a uno de sus
hijos. Por esta razón, Hortensia sospechaba que mis visitas a Juana eran sólo un excusa
para observar su comportamiento. Es probable que la adscripción de mi rol como agente
de Abuso Infantil haya sido de Hortensia y no de Juana. Debido a su inexperiencia con el
sistema americano y sus leyes, Juana prefirió seguir el consejo de Hortensia antes de
establecer confianza5.
La posterior "revelación de la verdad" y la abierta manifestación de confianza de
Juana son excepcionales, ya que resultaron casi en una suerte de confesión que me tomó
por sorpresa. Pese a que en las entrevistas iniciales eran obvias algunas contradicciones
en sus respuestas, nunca llegué a darme cuenta de cuál era el problema. En otros casos,
como veremos, mis informantes fueron dándome claves a través de su interaccionar, que
permitieron que yo misma pudiera poner en evidencia "la verdad"6.

C. El rol de agente de Bienestar Social


Fue luego de un largo proceso que Remedios Ramallo me permitió hablar abiertamente de
la irregularidad de su situación: ella recibía ayuda estatal para el mantenimiento de sus
cuatro hijos y al mismo tiempo convivía con su compañero. En nuestra entrevista inicial,
ella reportó que sólo vivía con sus cuatro hijos. Cuando en esa misma entrevista le

5 Luego pude saber que la casa en la que Juana vivía, detrás de lo de Hortensia, había sido construida por la familia
de Hortensia en forma ilegal a fin de cobrar alquiler. Hortensia insistía, además, en que yo la visitara en la casa principal por
miedo a que se reportara la ilegalidad de la construcción.

6 No es la intención de esta presentación abordar el tema de la "verdad" de la información etnográfica. Sin


embargo, vale la pena aclarar que cuando hablamos de "verdad" nos referimos a la correlación entre la realidad, tal cual es
percibida por el informante, y los enunciados impartidos por el mismo.

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preguntara acerca del padre de Natalia, ella respondió que nunca había tenido noticias
acerca de él. También negó conocer todo tipo de información acerca del grado de
educación formal del padre de la niña y de su ingreso a los EEUU. Esto era difícil de
creer. Natalia, la niña a la que observaría en los siguientes cuatro años, no era
obviamente el resultado de una relación circunstancial, ya que Remedios tenía, además,
otra hija del mismo hombre.

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En una de las siguientes entrevistas, me crucé con un hombre joven quien no me
fue presentado y quien inmediatamente abandonó la casa. La segunda vez que me crucé
con él, me fue presentado como el primo de Remedios. No pude dejar de sorprenderme
por el asombroso parecido con Natalia, pero no tenía razones para sospechar que él
podría ser su padre.
No fue sino hasta el final del segundo año que Remedios espontáneamente
comentó acerca del padre de Natalia. Una vez, mientras manejaba por el barrio de
Lawson, pude divisar a Remedios regando las plantas del frente de su casa. Me bajé para
saludarla. Estando en la entrada de la casa, le comenté cuánto me gustaban las plantas y
admiré los enormes geranios en flor que tenía plantados en macetas. Remedios respondió
que esas plantas las había traído el padre de Natalia del vivero donde trabajaba. Evité
hacer ningún tipo de comentario. Sabía que había entendido perfectamente lo que me
había dicho. Sin embargo, no sabía si su comentario había sido accidental o el resultado
del proceso de construcción de confianza.
En los siguientes encuentros, Remedios hizo otro tipo de insinuaciones que me
dieron la clave de que ya tenía "permiso" para hablar. Meses después, le pregunté
directamente si no temía tener a su compañero en la casa, a lo que contestó:

"Dios me ha ayudado. Tengo suerte. El siente que le van a querer hacer pagar lo que nos dieron. No lo
creas tan menso. El cuando ve gente rara...Al principio te miraba él a tí, creía que eras del Welfare
[agencia de Bienestar Social] y se iba a otro lado. Porque también él sabe que lo van a hacer pagar.
Pero no quiere aceptar, se las da de macho". (Familia Ramallo).

A pesar del paso del tiempo, Remedios se sentía aún bastante incómoda cuando
hablábamos del tema. Esta incomodidad se percibía claramente puesto que dirigía sus
ojos hacia el grabador con lo que podía fácilmente "leerse" el mensasje de que debía ser
apagado. Como en el caso de Juana, no era de mí de quien se había sospechado
inicialmente, sino de la persona a la que se le había asignado el rol de presunto agente de
la Agencia de Bienestar Social. Su desconfianza se proyectaba también hacia cualquier

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otra persona que pudiera tener acceso a la grabación de las entrevistas.

D. El rol de trabajadora social


La adscripción errónea de mi rol no fue siempre contraproductiva. En el caso de los
Escalada, Guadalupe entendía que yo era una trabajadora social. Las notas de campo de
mi primer entrevista están llenas de detalles personales acerca del alcoholismo del marido
y de sus experiencias pasadas en un refugio para mujeres golpeadas. Estos entretelones
de la vida de Guadalupe y de su marido me permitieron entender cómo la inestabilidad
emocional de la familia Escalada incidía en el bajo rendimiento escolar de Horacio.
Era muy difícil que Guadalupe pudiera concentrarse en las preguntas que debía
hacerle, ya que recurrentemente volvía al tema de la bebida. Su actitud amistosa
contrastaba con la de su marido, quien siempre se negaba a participar de las entrevistas.
Era obvio que las experiencias positivas de Guadalupe con trabajadoras sociales
anteriores me ponían en una posición de privilegio en cuanto a recabar información.
Creo que esta misma razón era la que hacía que su marido fuera tan reticente a unirse a
nuestras conversaciones.
A través de los primeros años, era interesante observar a Guadalupe mientras
espiaba a través de la ventana para ver dónde estaba su marido, que constantmente
entraba y salía de la casa. Durante las breves ausencias de su marido, Guadalupe me
contaba sobre su infelicidad y hablaba sobre sus remotos planes de separarse y partir para
México. Su habilidad para cambiar de tema justo antes de que su marido apareciera me
confundió por muchísimo tiempo. Como supe más tarde, estas apariciones repentinas del
marido estaban destinadas a controlar el contenido de nuestras conversaciones.
Pude comprobar mi suposición de que el señor Estrada también me asignaba el rol
de trabajadora social cuando, en una oportunidad, luego de intercambiar los saludos de
rigor, él decidió tomar la palabra y comentarme acerca de la reciente muerte de su madre.
Cuando hubo concluido su relato, me preguntó, casi como pidiéndome permiso: "Puedo
irme ahora?" Le recordé que él estaba en su propia casa y que no necesitaba de mi

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permiso para hacer lo que quisiese. Pese a que nuestra relación mejoró muchísimo a
partir de su relato y de mi paciente atención, hasta el final de sus días siguió percibiendo
mi fuerte alianza con su mujer.
En una de mis últimas entrevistas, hablábamos con Guadalupe acerca de la
confianza y del rol que ella me había atribuido al principio. Con respecto a los
trabajadores sociales comentó: "Son buenos para lavar el coco" 7. Este fue el único caso
en que la adscripción de un rol equivocado redundó en una superabundancia de
información, que contribuyó a un mejor esclarecimiento de la situación de Horacio en su
entorno familiar.

E. El rol de la maestra controladora


Sin embargo, no siempre puede establecer lazos de confianza con mis informantes.
Gracia, madre de tres chicos a quienes, según las autoridades escolares les iba bastante
mal en la escuela, siempre me asignó el rol de maestra. Durante nuestras conversaciones,
me daba detalles interminables de su experiencias con sus hijos, de cómo le demandaban
tiempo y de cómo ella debía sacrificarse para que sus hijos "salieran adelante".
Mientras César cursaba Jardín de Infantes, Gracia recibió muchas notas de la
escuela indicando que su hijo necesitaba muchísima ayuda para aprender los números,
colores y letras. Gracia empezó a trabajar con César y su rendimiento mejoró un poco. A
mediados de año, Gracia viajó a México por un mes con su familia y, pese a que la
maestra de César le aconsejó practicar con él durante las vacaciones, Gracia argumentó
que estaba muy cansada para dedicarse a sus hijos. Cuando César volvió a la escuela, las
notas insistiendo en que la madre debía ayudar a su hijo comenzaron de nuevo.
Como parte del proyecto en el que estaba trabajando, debía formularle a mis

7 Los comentarios de Guadalupe deben ser entendidos en el contexto de una mujer que ha mantenido por mucho
tiempo en secreto los maltratos de su marido. Su estadía de seis meses en el refugio para mujeres golpeadas y sus
conversaciones con varias trabajadoras sociales la hicieron mucho más consciente de sus propios derechos, tanto para
defenderse ella como para defender a sus hijos. En este contexto, "lavar el coco" implica modificar ideas preexistentes.

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informantes un conjunto preestablecido de preguntas acerca de cómo les estaba yendo a
los niños en la escuela, y también qué tipo de ayuda recibían en casa. La contradicción
entre lo que Gracia decía en cuanto a las horas de dedicación que ponía para colaborar
con César y las notas de reclamo de la escuela por la falta de ayuda materna/paterna eran
notorias. Gracia empezó a sentir la presión no sólo por parte de la escuela, sino también
por parte de esta "maestra" -yo- que le preguntaba acerca de cuánto ayudaba a su hijo con
los deberes. Hacia finales del primer año, Gracia abandonó el proyecto, diciendo que no
tenía el tiempo necesario para recibir mis visitas. Pese a mi esfuerzo en explicarle que yo
no estaba en posición de juzgar la manera en la que ella se ocupaba de su hijo, no pude
convencerla de que negociáramos otro rol que el de una 'maestra controladora".

III. DISCUSION

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En aquellas familias en las que el rol que se me asignó no implicaba ningún tipo de
amenaza, el nexo de confianza fue desarrollándose en forma gradual. Al tratarse de un
barrio constituido en su mayoría por familias de inmigrantes, muchas de ellas
relacionadas por lazos biológicos o por haber migrado desde las mismas regiones de
México8, la garantía de discreción sobre lo que se relataba fue un ingrediente fundamental
en el desarrollo de dicho nexo. En estos casos, la confrontación y verificación de los
datos recogidos a lo largo del tiempo no mostró contradicciones substantivas.
En contraposición, la información inicialmente recabada entre aquellas familias
con las que, por algún motivo, no pudo establecerse un nexo de confianza en un breve
lapso adoleció de incoherencias y contradicciones que sólo pudieron subsanarse con el
pasar del tiempo. Si analizamos ahora las características comunes de lo que hemos
llamado la asignación de roles inapropiados -agente de Abuso Infantil, de Bienestar
Social, de trabajadora social o de maestra supervisora- vemos que en todas ellas hay un
factor común que las agrupa: la percepción de una actividad encubierta de contralor
estatal. Esta desconfianza inicial no debe sorprender si se tiene en cuenta, por ejemplo,
que muchas de estas familias no tenían aún en regla su documentación y aunque jamás se
indagó sobre su condición de legalidad o ilegalidad, se podía advertir cierta intranquilidad
cuando se tocaban temas indirectamente vinculados, tales como el tiempo de permanencia
en los EEUU o el momento en el que habían ingresado al país del norte.
El calidad de experiencias previas, positivas y/o negativas, propias y/o de
allegados, con representates de la autoridad estatal prefiguró el tipo de relación que
habrían de establecer conmigo. Así como Guadalupe Escalada sintió cierto alivio al saber
que contaba con la ayuda de una presunta asistente social, Remedios temía que se pusiera
al descubierto su situación ante Bienestar Social, mientras que Juana y Gracia estimaron
que mi función consistía en evaluar el comportamiento paterno/materno en relación a sus
hijos. En todos estos casos, a excepción de Gracia, el nexo de confianza pudo
establecerce sólo a partir de una renegociación de roles que llevó un tiempo considerable.
En el caso de Gracia, la imposibilidad de renegociación trajo como consecuencia la

8 La mayoría de los integrantes mexicanos de la muestra provenían de los estados de Jalisco, Michoacán, Guanajuato
y Zacatecas.
destrucción del vínculo.

IV. CONCLUSIONES
El presente trabajo intenta mostrar cómo la confiabilidad de los datos brindados por un
informante puede verse alterada por una asignación inapropiada de roles, asociada
muchas veces a experiencias previamente vividas por el mismo informante. Se han
presentado cuatro casos, todos ellos caracterizados por la asignación del rol de agente de
supervisión estatal. Sólo en uno de ellos, la asignación del rol inapropiado -pero sin
connotaciones peligrosas- dio como resultado el desarrollo casi inmediato de un muy
buen rapport y, en consecuencia, una gran facilidad en la obtención de datos. En los tres
restantes, trajo como consecuencia contradicciones e incoherencias en el reporte de datos.
La rectificación de la información pudo lograrse a partir de la renegociación de
roles. Demás está decir que esta verificación y posterior rectificación de la información
pudo llevarse a cabo gracias a los beneficios de la extensa y costosa labor que implica el
empleo de metodologías cualitativas.
Finalmente, cabe agregar que, a diferencia de los planteado por autores tales como
Lomnitz y Vélez-Ibañez, cuando se trata de información, el verdadero de nexo de
confianza, entendida como una construcción cultural, comienza como una forma de
reciprocidad balanceada, en donde los elementos del intercambio lo contituyen:
información por garantía de reserva sobre lo relatado. Esta fórmula de transacción
parecería expresarse en todo su potencialidad cuando el tipo de población estudiada se
halla en circunstancias de suma vulnerabilidad, tal como es el caso de los latinos en
California.
BIBLIOGRAFÍA

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