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momento de elegir se acerca, reproduciendo así el problema de inconsistencia temporal

que motivó el agrupamiento en primer lugar.


212
Señaladamente, v;:asei\.in;lie (19'92), cap. 6.4.
m linberg (1 984), pág. 80.
214
Quattrone y Tversky (1986); Elster (1989c), págs. 195-200. Hurley (1989), págs. 150-
!51, sin embargo, sostien·~ que la cooperación en el juego dei Dilema del Prisionero de
'lila sola tirada es racional. Sen (1987), págs. 81-88, hace una sugerencia parecida, aunque
más débil. Confieso ser in.::apaz de comprender sus argumentos.
215
Véase Elster (1989c), pág>. 201-202, y Bratman (1995) para las afirmaciones de que la
creencia en la eficacia camal del antecedente es una forma de pensamiento mágico. En
II
nna respuesta a sus crítico3, Ainslie (1994) mantiene q ~e la creencia es claramente racio-
nal. .
Ulises desata(fo:
216
Permítanme que lo aclare. Pa:·a cada hora diaria de ejercicio, mi esperanza de vida au- las constituciones como restricciones
menta (hagamos el supue ;to) en cincuenta minutos. Muchos días, el ejercicio supone
quince minutos de dolur eguidos de cuarenta y cinco de placer, dejando un efecto de
placer neto. Algunos días, el ejercicio supone padecer un dolor ininterrumpido. Todos
los días, la demora de los .)eneficios a largo plazo induce a procurar ganar tiempo me-
diante el descuento hiperb·5lico. Incluso en los días buenos, la demora de los beneficios a II.l. Introducción
corto plazo induce a proc~rar ganar tiempo mediante el mismo mecanismo. Si yo pudie-
ra confiar en mí mismo pa ·a identificar los días malos de una forma que no cayera en el
:}Vluchos autores h:m sostenido que las constintciones políticas son meca-
autoengaño, podría abste 1erme en esas ocasiones, tomar lo~; beneficios netos a corto
plazo de los otros días, y d sminuir ligeramente los beneficios a largo plazo. Si no puedo nismos de precompromiso o autorrestricciór,, elaboradas por el cuerpo
confiar en mí mismo, de rr anera que debo elegir entre hacer siempre ejercicio o no ha- P·Jlítico con el fin J;p;;t~ger~·a.·;rrms.mo-~;:r;xa su previsible tend, ·ncia a
cerlo nunca, podría decid:r que el dolor de practicar ejercicio durante los días malos _!Qmar decisi..~UJp.r:ud.e.me.s..;":'En una discusi,)n anterior del asunto, Spi-
compensa la suma de los br·neficios a largo plazo y los beneficios a corto plazo.
noza trazó una an;: logía entre el precompromis.J individual y el polúico:
217
Dixit y Nalebuff (1991), p~g. 162.
218
Ibíd., pág. 165.
219
Ibíd., pág. 176.217 Dixit y 'Jalebuff (1991), pág. 162. En modo alguno' es contrario a la práctica de l~s l~c:_~~ que estén tan sólid amen-
te establecidas, qne ni el propio rey pueda derog::..rlas. L~s p~rsas, por ej,-:mplo,
tenÍan por COStumbre adorara SUS reyés~0mo"a-~lOSe;,·;J'll~ cii~ndo SU!. reyes
no tuvieran ningün poderpara-a~~l~-;.:.~1~~-Ieyes"ql:e;Ig:una yez habían sid) esta-
blecidas, como claramente se ve en eTcapft~T;~-6 de Daniel, y en ningún lugar,
por lo que yo sé, se nombra a un rey incondici;~~~'In ninguna condi-
ción explícita. Esto, en realidad, no es contrario ni a la razó;,~r;;:-¡;soluta
obediencia debida al rey; las leyes fundamentales .:!el Estado deben ser observa-
, -------~-~~~-·~~-=~·-=··-~'"'·''''' ,,
das como decretos oerman~-4 de modo que sus ministros les rindan
obediencia absoluta, y rechacen llevar a cabo cua:quier orden real que la5 con-
travenga;~r;~aclarar este punto remitiéndonos a cuyos acompa-
ñantes ~a pesardt sl1s órdenes y amenazas~ ejecu>:aron su mandato de rechazar
desatarlo d·~r~á~::-iTk.~.Jili:3do~c:~!!l9.~.s!J::J~~.k~E:~~: y da
· J~a. medida de~~.-~Jenjuicio el que después les diera las gracias a todos P')r ha-
ber lf~~aJ;--;: cab<' ta~ obed~~ntemente su propóE-ito inicial:\También los reyes
han seguido el ej( mplo de Ulises. Usualmente, can instrucciones a
-de que-ño..te·;;:g;~-~-;;s:pet:;;·P-?"~Ta:s personas a la hura de administrarjusti,:ia, ni
sig~~~~~~.~!...r.i2Q!Q..r~y,_ si r'or algún-fato extrtvío ordenara algo que saben

110
111

AAOA
i
que contraviene las leyes vigentes. Esto es así porque los reyes no son dioses, querimiento de que sólo se pueda enmendar la Constitución mediante una
sino hombres, que a menudo ~iz~4~C2S p~g~eJ~~"~~:~~!~· De mayoría calificada nunca ha s1do cread.o con elpro-p-ó-stttr<lelrñpoolf J:l'Ía-
con esto,i~i todo deEendiera de la voJ:::ntad inc?!l~~~te de un hombre,
estable. 2~;: ~,~-~~":-~--~~i''::ct::c:~=,_,, ---:~---~~ ~- _, _____ ~,~----L- --~~---~-=-, yorías cíclicas, puede que sí tenga ese efecto (II. 9). Aunque el requerimien-
to de que las enmiendas constitucionales deban ser aprobadas por~
asambleas legis~sido ace tado con el propósito de
De acuerdo conJohn Potter Stockton, «las con,~~~c;,~oriesson cadenas con
salvar la Íncomfsteñ"cla temporal debida a descuento hiper O ICO, puede
las cuales los hombres se atan a sí mismos en-sus ;;_~~~entos de cordura pa-
que sí tenga ese e ecto (II.7). --~-
ra evitarperecer por sui~idio el díaquedesYar:íen~> (M_as, véase la sección
Es fácil confundir estos dos enfoques, y permitirse una explicación fun-
II.9para un-uso--d~!f;!ü de-la ~etáfora del s~icidio.) D'e un modo pareci-
cional sin base alguna. En Ulysses and the Sirens -que, entre otras cosas,
do,1friedrich Ha:y..e..k,.se refiere a ra-ld.ea-ae que uúa· constitución es una ata-
fue una cruzada contra este tipo de explicaciones-, cometí precisamente
dur~ que el P~rio impone al Peter bebido1:! En una aseveración más
este error cuando sostuve que el sistem iones eriódicas « uede
reciente, Cass Sunstein escribe: «Las estrategias de precompromiso consti-
ser interpretado(... ) como el método del electorado para autorrestringirse
tucional podrían servir para_ salvar la miopía o la debilidad de la voluntad
y_protegerse a SI mismo contra su propia if!Wu SlVl~.nObviamente,
por parte de la colectividad>>.5 En el presente capítulo, e1amino el significa-
ningún electorado hizo nunca nada así. Si los votantes carecen de los me-
do y utilidad de esta idea. ; :
~ para destituir a sus representantes a voluntad, seguramente l~plica­
:~Como se apuntó en la s~cción 1.1, distinguiré entre ponstituciones co-
,ción tiene más que ver con los motivos d~~co~Jl,!:!._~ con !os _ci~ los
mo restricciones esenciale~ de la conducta y constituci(mes como restric-
~ 1 ¡1 .1 ~s. Pero la confusión no es del todo insalvable. En algunas ocasio-
ciones accidenta es de la mi}sma:~Por un lado, podemos preguntarnos s1 as nes, los efectos de las restricciones accidentales explican el mantenimiento
disposiciones existentes fuáon establecidas con el propÓ(>Íto de restringir la de instituciones qÚe originariamente fueron creadas por razones comple-
libertad de acción de los individuos que las votaron y del mismo modo la tamente distintas. Las cambiantes justificaciones del bicameralismo son un
de los individuos en el futuro. Cuando el Parl_'ª-_mento Constituyente hún- ejemplo de ello. Aunque a menudÜintroduciClo por elites minoritarfas con
garo, en los años 19 8 9-1990, votó a favor de la creac10n de ~ibunal el fin de controlar a mayorías populares, este mecan~o puede~isto
Constitucional con atribuc'iones muy amplias, que le conferían la capaci- como una forma e a control democrático por sus propiedades retarda-
dad de revocar la legislació:n emanada del Parlament?, eso constituyó un doras y apaciguador~
acto explícito de ~tolimit,:~r;. 6 (El contraste con lo oc~rrido en otros En el análisis de estas ideas, utilizaré la misma metodología del capítulo
países es instructivo. En Rumanía, la Asamblea de 1991 voto a favor de do- I, tomando en consideración tanto las razones para el precompromiso co-
t~rse a sí misma de la capacidad para anular las sentencias del Tribunal mo los mecanismos de precompromiso. U na comparación entre la tabla
Constitucional; y en Polonia, la Sejm Constituyente rechazó, en 1992,XG:- II.l y la tabla I.l. permitemostrar tant~ diferencias formales como simili-
~pacidad para enmendar las decisiones d.elC_.OI::_l,$.til:;Q_Q_onal.) tudes con el precompromiso constitucional. Algunos mecanismos que es-
:Las decisiones de la mayoría en un par amento constituyente para restrin- tán disponib1es para la auti~i~l, no lo están para la co-
gir al Ejecutivo pueden, si el Ejecutivo brota de esa misma mayoría, ser lectiva, y a la inversa. Algunas de las razones por las que los individuos
~
también ejemplos de autorrestricción. Un ejemplo ilustrativo es el caso del podrían desear precomprometerse a sí mismos no tienen parangón en el
Parlamento Constituyente checo que votó en 1992 una Ij-Orma que .1:?~ caso constitucion;:-1, y vicev--er5a. ,
al Gobierno dar instrucciones al Banco Central. A partir de aquí procederé como sigue. En la sección II.2 examino si la
~ado, podemos;preguntar si las disposiciones constitucionales idea de una sociedad «atándose o estrin iéndose a sí mis » tiene un sig-
existentes tienden, en ;realidad, a tener efectos restrictivos saludables sobre nificado pleno, y conc uyo que, en cierto sentido o bajo ciertas condicio-
un subconjunto de actores políticos, indepenCfientement~ de por qué y por nes, podemos responder afirmativamente. En la sección 11.3, realizo un
quién se aprobaron las rest~iccf;ñes en el momento inidal. Aunque el re- breve estudio de las características principales de las constituciones que

112 113

\
1
1¡ 1}
AAOA
~ 1
Razones para el precompromiso den a poner en cuestión la idea de las constituciones como me~smos de
Vencerlas
pasiones y los
inteteses
Vencer el
descuento
hipetbólico
Vencer la
inconsistencia
temporal
estratégica
Asegurarla
eficiencia
------
precomprom!SO. 8 o - - - -

II.2. Disimilituqes con el precompromiso individual


Impona (IIJ) (IIJ)
costes
Eh Ulysses and the Sirens apunté qu~ metáfor;de Ulises para la activi-
Eliminar
opciones
1!.6 dad constituyente es válida sólo parcialmente y, en partieula~;:dij e que la
idea. de una sociedad atándose o restringiéndose «.t sí misma» es controver-
Mecanismos Crear
deprecom- demoras
11.5 II.7
II.6 II.8
II.S -tida}~ ero no pienso que comprendi~l alcance de la disi~ilitud entr;fa
promiso autorrestricción indi·:ridual la colectiva. Como en muchos otros casos, el

----
análisis del compo~miento de las co ectividades ~~partir de conceptos uti-
Requerir 11.5 11.10
mayorías II.7
calificadas lizados p~ estudiar a los individuos :.....como si~ouéllas no fueran smo m-
'
divi.:uos agr~ga~os- puede llevar a conclusiones erróneas. 10f.f:n pQ_mer lu-
.

Separación II.7 II.9


de poderes II.9 gar, las constitucwne:;: más ue ser actos de autorrestricción, pueden atar o
~
restrin~ir a los demásfii.Por otro lado, p.ue e - ue de entrada as constltucio--
.
Tabla II.l
\ -
hes no tengan poder para restringir.

Las constitucione.1 pueden atar a los dem.is


son relevantes para mis propósitos. Además de mi tema principal-las cons-
En h.s fases más tiernas de elaboración de la primen Coostitw;ión fraw;e-
tituciones escritas-, también examino las convenciones constitucionales
hubo una encarni:t;ada, aunque mayormente tá.:ita l]E~ entre el Re y,l"
;~~~critas.- En 1; seccióL II.4., :examino algunos aspectos de los procesos
~'en julio de 1789, ~?azó imEl:~i-
constituyentes que tiene11Una esp~~:ial importancia para el presente análi-
>-J"LJ..UIJJ.~--.L concentrando
en los alrededores de Versa!les
sis, señaladamente si los autores de la Constitución tienen la autonomía
~ d~~Le.qllerida para narse a sí mismos 0t}álos demás). Como en la sec-
Lj ción 11.7, se lleva a cabo el. análisis a través del estudio de casos de la As~1~-
~ blea americana de 1787 y de la Asamblea francesa de 1789. En la seccwn
7 fr.s, examino la relación que hay entre Liactividad co~smuyente y partes
de la organización ordinaria del Estado, como dos medios para obtener
esencialmente los mismos resultados. En la sección 11.6, considero la de-
mocracia ateniense como un sistema de restricciones sobre el roceso de
_________,. .
toma de decisiones mayoritarias. e a sección 11.7 a la 11.10, exammo cua-
tro razones para el preccmpromiso constitucional, que se corresponden
con las columnas de la tabla 11.1. En la sección 11.11, estudio por qué este \
tipo de precompromiso, ~o deseable, podría no ser viable; y cuand~ 11
viable, ~ese1ble. En la seccwn II.12, finalmente, trato de reu-
nir las diversas reflexiones -conceptuales, causales y normativas- que tien-

114 115

------------------------------------,----=-4["'-------- -.~--- .. -
AAOA
------------------------------¡¡--------~--------------------------------

Supongamos después que, como un caso putativo de~ J


~ni en la a~~inistración de ju~tici~. _De 1~ ~
~ti!!!I~flQJ mayor~<:-~~ le ~~) que 1~ legislación e_s:á }eg1sla en lo r~vo a la poseswn de armas y los eJe~Icws grmnásticos: los po-
restringida por ciertos derechos de propiedad, y (u) que (I) puede modifi-
bres p~de~poseer arma~ ero los ricos son castigados con una multa si no
carse sólo mediante una~ de dos tercios en un~ le?~slatu-
ra subsiguiente~ Este no necesariamente es un acto de ~~n
)as ti~en0no acuden a los ejercicios gimnásticos, a los pobres no se les i~ V
ne multa alguna, pero los ricos están sujetos a ella(... ). (1297Y"
Á~~~-~~~~~;:::_~
-defendida, señaladamente, ------ ~
;'Las dis?osicion~s d~s~ritas en este fragmento explotan el hecho de que, si
un conJunto de Individuos pueden reforzar su poder mediante la limita-
~;~a~1:1a, y eso es que J:La;[_ajll!;~~>Jjf-·n S(:guma.o . ~i~I?:--~2!:U?_roeia libertad, puede!J;? tam ién, reducir el poder de otros me-
ciones a la Asamblea Constituyente se bajo sufragio limitado, la
-~~~1-f_ S~f ~sas constituC!Oñes griegas fo~
mayoría actual entre los c?nstituyentes puede J~se1;tir u3a I!E~de los neos a partlCIJ2a~ e~tos públicos haciendo que para ellos fuera
Ja.P!l!;lli~~ Anticipando extensiones futuras el derec o a voto, pueden
má~ al tie~ que hacían menos probable que los
entonces tratar de futuras mayorías. De pobres participaran mediante una reducción de los costes de su abstención.
acuerdo con en la Convención Federal, «los Padres Ientras que las ~o~ituciones mo ernas ustra ia, Bélgica) que hacen
Fundadores, (... ) en su defensa de la propiedad respect•) a mayorías anti~~­ que veea obhgatorwpara ÜJ!!:.:!s puedeñ. ser vistas propiamente como
"'"pad;-; con;tituidas por no propietarios, impusieron a sus sucesores un sis- ~~ecam_smo~ de autorrestncció~-- ara sa~~ión colecti:-
tema con una capacidad de adaptación insuficientemente flexible». 13 -~que ImE 1ca votar, los mecamsmos de obhgacwn selectiva sirven más pa-
incluso la mayoría puede actuar estra- ra controlar a los demás ue a uno nn'Siño:-------------
-~;;.;;;,_;---

pero temen que


pr,otE!ger~llli:D~~p.a,a,
Las constituciones pueden no atar
su idea podría convertirse rápidamente en una opinión minoritaria en el Las constituciones tampoco son actos de autorrestricción en sentido es-
conjunto de la población. En este caso, pueden salvag1lardar su propósito ~o aunque véanse seccw~es postenores para sentidos más axos).
usando su mayoría d~ para estipular que se requie~~ ~uando Ulises s~tó ~¿i_mismo al mástil e hizo que sus remeros se ta o-
67% para revocar la diseión. En casos de este tipo,' hablar de autorres- 12
naran los oídos con cera, era para hacerse a sí mismo imposible sucumbir a
~J;'ª-mandule1J.'.ii . ; ~ . los cantos de las sirenas.(Usualmente, as constituciones se iseñan para -
Puede tomarse de la Política de e;emplo mas sunl:
ha~er~e sea difícil mocfificar _sus di~ osiciones -en comparación con la_/ ~}\]
--·
Los artificios con que se engaña al pueblo e~úblicas son en número de
cinco (... ).'~o a l,a asamblea consiste en que la participación en ella ~sté
-!_:gislacwn ordmana:::-, n:-as no Imposible. Aunque a gunas constituciones ~\)
contienen disposiciones inmunes a la enmienda, ni siquiera éstas atan en
un sentido estricto, puesto que siempre queda la posibilidad de una acción
~rta a todos, pero en-caso Te no asistir, sólo se imponga multa a los ricos, o
mucho ~r a ellos!:E:l relativo a las magistr:a,turas consiste en que los que tie- ~racon~cwnalf,El in~ividuo que desea atarse a sí mismo puede con-
nen propiedades no uedan dimiti;de su car o y los pobres puedan dimitir; y fiar su voluntad a instituciones o fuerzas externas a su control, que le im- &
~ el refer~e a la a~ministración de justicia co~siste en que los ricos estén sujetok pidan cambiar de opinión. Pero nada hay externo a a socze ad, excepto el ~
a ~1mlta s1 no la ~cen y los gobres queden Impunes (... ).En algunas partes to- e~ in · uciones internaciOnales con po-

J~
dos losjnscrito.s. co~udada~s tiene~ derech~ ato~ar parte en la asamqlea
y en la aqministración de just~cia, pero s1 una vez mscnto:> no ocupan su puesto
en la asamblea ni en los tribunales, se les imponen~on el fin de ::-Traducción castellana de Julián Marías y María Arau jo, Madrid, Centro de Estudios Cons-

-~--- - ------
que p'or ev~tar la multa rehuyan el inscribirse y por no inscribirse no tengan
._____
titucionales, 1997. (N. del T.)

116
117

AAOA 1
1
'(r
deres ejecutivos del tipo del Fondo Monetario lnternaci~nal o _del Banco
~ Pero ni siquiera esta circunstancia puede hacer 1mpos1ble actuar
_cós casos, odemos hablar de autorrestriccióiL en un sentido literd; por
contra~ precompro~ólo puede hacer que sea más costoso llevarlo a . '\~" ._:J emp o, si un par ;. ~ constituyente eCI e: . or unani~idad ceder _al-
cabo. 14 gunos ele sus poderes a otra rama del Estado. Lci. Idea tambien se pue e en-
En realidad, los intentos de.~tar fu . ente a la sociedad odrían tener ~der en un sentido lit~ral si la mgoría de la as~l~~yente e~ e-
, ra Lam5ien serta mo-.yona en la nmera le 1slatura. En la seccwn II.l se han
el efecto contrario, por d~s razones. !:-a prim~~ :iene que ver co_n q_ue 1~~
ciudadanos podrían reaccwna ontra cual me ea de ser _- citado casos de este t1po sacados de los recient~s procesos constitu; entes
Una razón para desear escapar de una fortaleza podría ser qu~ uno no qme- de la Europa del Es':e. Crear una constitución que ate o restrinja a las gene-
racioñes futuras pu.~de también -en un sentido amplio- ~o como ün
re vivir bajo la autoridad de un tirano -definido como algu:en que cons-
truiría una forta eza para 1m e i sujetos hu eran. Bapndo el pue~­
-~de autorrestricción, a saber, si se espera que los.agentes 12.2.liticos del
te levadizo y brindándoles la oportunida de irse, el gobernante podna ~alberguen las mismas...razones para desear estar restringidos g u.e al-
l?._ergaba la generación fundacional, Y, aunque estos actos no constituyen
mitigar su deseo de usarlo. Así, es sabido que en los últ_imos días ~e~
una restricción en un sentido absoluto, debemos recordar que tampcco es
pública Democrática Alemana, los miembros del Gobierno consideraron
nec·esario que el precompromiso individual sea c:.bsoluto.
~o d ~s ciudad;:¡,D:Q..§_ a Berlín Oeste con la esperanza
de que eso podría apaciguar su frust~aci~n y les ha~ía más propens~s/a que- /

darse. Reflexionando sobre su expenenc1a como nnembro del com1te cons- ft/ 11

titucional del Parlamento francés d.e..1848, ~escribió, en una lí- ~1.3. Naturaleza y estructura de las constituciones
~ .

nea parecida: «He pensado mucho que, en vez de int~~tar hacer eternas
nuestras formas ~de gobierno, deberíamos prestar atencwn a h~cer del cam Exé:epto en el caso c~e la discusión sobre l~olíóca ateniense de la sección
10 metódico una cuestión mas senc1 a. a as as Circunstancias, me pare- 11.6, mi interés principal en este capítulo se refiere a las constituciones es-
.ce que~ menos peligrosa que la alternativa contraria. Pens_aba ue Cl.e-
-bía tratars~ aLpueblo francé.5_CQmo a esos unát1cos que uno q~ne mucho
~de no atar para c.lue la restricción ~
,
¡ !;1¡
~··
critas, desde la Co vención Federal hasta ho . 17 En todas la~s
~

occidentales -con laEcepción e ran Bretaña, (y más ambiguamenr e, de


_Isrc.el)-, la v~política está regulada por constit.u. ciones escritas. En Gran '. ~ .
. e,.,...__;_ . ~ 1 e ~d · E\\__,/
!,

\ A
nreTciTia, a onsntucwn esta enteramente com?uesta e «convenciOnes "'Jf
? /

--t;segun a razón se re 1ere a que los ciudadano~ podrían enco~trar ~ue ¡ / \

unas d_i~ _Q_S_~s de muy difícil enmienda constituyen u~ ~bstaculo !~­ (" constitucional~s» n<¿!scritas. 18 En otros países, les convenciones de es te ti-/'
tolerable al cambio. Una constitucwn que impusiera e reqms1to d~ i po pueden comel~mentar a y, a veces2 modificar la constitución escrita.1 9
~icf~J para cualquier en :nienda probable~~~te no re istiría ~uc . 1e / ~ / Pero antes de proceder al examen de las constituóones escritas, se me per-
i.:::La Constituc~ón Jton:ega e 1/814 proh1b:o la entra~a al Re1~0 de JUdws
i mitirá decir unas palabras sobre las convenciones no escritas, desde una
perspectiva de preco.::npromiso.
~(La pnmera d1sposic10n f~e ab?hda en el ano-~ a segunda
en 1956.) Si esta prohibición no hub1era s1do enmend_able, eve~tualmente
~ haSría sido o desatendida (es decir, hab~í~ qu_:dado~por ~na Constituciones e5critas y no escritas
...1" ,, .
\:QJ}vención COQStitucional táci~ o mod1f1cada ·p.or medws extraconsntu-
cionales. De modo similar, las restricciones impuestas sobre el derecho a
.
~¡ u n2 diferencia entre l_a onstituc· ones escritas v las no escritas radica en
vpto podrían no haber sobrevi.;Ido al progreso irresistible de la igualda ~e las pr~merfs están hechas. mientra~.a~rgeno se rr-
-en-ras sociedades occidentales modernas. Ulises habría encontrado la fuer- .~tra'Zlonsiste en que, mientras que la violación de la constitu-
ción escrita puede desencadenar g_nciones legale.~: -por ejemplo, medimte
za necesaria para romper las cuerdas que lo ataban al mástil. .
una:rev~ial de la legislación o de los d~retos ejecutivos-, quienes
A pesar. de. estas d~similitu~es ~ntre los casos ind~vid~al y colectivo, 1~¿,;.;;:
idea delpre_comp_ronnso constltucwnal no carece de senttdo.E~ '() \l violan las convencior_tes no escritas se arriesgan apadecer sanciones pclíti-
~ que van desde una ckrrota electoral hasta la revolución. Si bien, ha-
. ~

118
119

AAOA
~--~~~~------------------------~-----~--~-----------~-r~--~-
blando con más precisión~ esta afirmación no es universalmente cierta. En
hasta el final de la J~ra República, sesenta años después. En 1999, los
Gran Bretaña y otros países de la Commonwealth, los tribunales se re-
constitucionalistas estadounidenses debatieron si la condena de Clinton en
fieren al~nas veces a convenciones constitucionales. Un interesante ejem-
el jui~io por incapacitación Rresidencial igvalmente debilitarla el poder de
_./plo de es~proporciona la decislon del Tribunal Supremo de Canadá de la Presigencia.
~ en la que decidió -por seis~ que existía una conven-
En Otros casos, surge una convención constitucional cuando ~a~
ción constitucional gue en;n~lazaba ~Gobierno a buscar el consenso de)as
p~ió_!l__qrdinarj_a3.d-q.ui.er-&un e¿tatus quasi-constitucion<!:l, en el senti(;de
Profucias antes de la modificación de la Constitución, si bien decidieJ.?.do
'-que cu~lquiera que tratara de revocarla correría un serio riesgo polítifo.
~por siete,~~alegalmente obli- H~y, en Est~d~~U~existe una convención constitucw que supon-
gado a hacerlo. 20 ; .
dna costes_e_ohticos graves para cualquiera que intentara lo que amenazó
En algunos casos, J.?.s convenciones e.:::.er~n cuando hay precedentes
con hat~r el presidente Roosevelt en 1937: «ma~ al Tribunal Supre-
que cristalizan (más o mer~os) en forma de normas restrictivas. Así, -
~ ~o mediante el nombramiento de nuevos jueces más favorables a las polí-
ticas del New Deal. Un caso más complejo tiene que ver con la Norma 32
cada ministro canadiense que no tenía escaño en el Legislativo en el mo:::ento
(2) de las Standing Rules del Senado americano: «Las normas del S"'enado
de nombrársele para formar parte del Gabinete, ha tratado de conseguir uno a
la may'oÍ hrev.:~osible. Los precedentes negativos implican a actores que se tendrán continuidad de un Congreso al siguient~, a no ser que sean modifi-
. .abstienen
. de emprender a6ciones visibles aduciendo un m puesto respeto a una cadas como está establecido en esas normas». Aunque la norma es discuti-
norma; ciesde lZOZ,ning{¡n ~arca británico ha rechazado p~ ~lemente inconstitucional·(supone un intento de que una legislatura pueda
una pro12uesta de le¡. Los prec~dentes son muy útiles sólo cuando aparece un atar o restringir,¿_las siguieñtes}/4 hoy existe como convención constitu-
;at~~Ü;tente de preFedentes, ya sean poJ_jrjyas o ne.gativo0sí, es común- cional, con el efecto -entre otras cosas- de crear la obligación de una ma-
mente aceptado que la Reina no puede vetar ~royec;o de le-z_ y que todos los yoría _d_el6~% mediante la práctica del filibusterismo. También supone que
ministros deben disponer de un escaño en el Le~e los Republicanos fracasen en sus vigentes esfuerzos para introducir una
/¿ uno. 21 ~ enmie~ en pro del equilibrio presupuestario, y que una enmienda a fa-
~¡r -- . vor del aumento sk los imp~os requiera una mayoría de dos tercios dcl
', · A veces, basta con un solo precedente. Un ejemplo famoso es Ja decisión _Con~. Ellos podrían aún seguir adelante y crear legislación ordinaria
-~ de De Gaulle en 1962 par4- conseguir una enmienda de la Constitución que a! mism? ef~cto, con la esperanza de que esas leyes ~n un aura qua-
rer~itió la ~-~~ci_óE directa del Preside e~én­ SI-constituciOnal que impediría que más adelante Congresos con mayoría
_du.m.. Aunque la Co~StituCIOn ae 1958 dejaba lugar para los re erén ums, Demóc~~
éstos no estaban incluidos formalmente en el proceso de enmienda. Todos En la _práctica, los intentos deliberados y fructíferos de crear una con-
'los constitucionalistas del momento estuvieron de acuerdo en que enmen- vención constitucional tácita son probablemente excepcionales. (La
dar la Constitución mediante un referéndum era inc.onstitucional.Z2 Pero ~de 1985, examinada más adelante, fue un intento fa-
con la ayudá del domesti~ado presidente del Consejo ConstituciOnal, De llido.) Un ejemplo puede ser el estatuto·regulador del Banco Central no-
~do hacer caso omiso de estas objeciones. · _rue~ Aunque al Gobierno~~ permitido dar Instrucciones al 5ancó,
Veinte años después, la posibilidad de enmienda constitucional_por re- cada vez que lo hace debe informar al Parlamento. Esta provisión fue pro-
ferén~asó a formar parte de la jurisp~encia constituciOnal francesa. puesta para dotar de= {acto de alguna independencia al Banco, haciendo al
<.)t;; ejemplo tomado de la historÍar:COnStitUCIOnal francesa Se refiere la a Gobierno me,nos propenso a interferir. 25 El Gobierno lo puede hacer, pero
«pérdida de la Presidenc~~e MacMahon en el año 187Z. Después de abs- asumiendo algunos costes políticos o riesgos. Casos de este tipo ejemplifi-
tenerse de resolver una crisis utilizando su poder como Presid.ente.Rara di- can el prec~mpromiso constitucional que funciona, añadiendo costes extra
solver el Parlamento, este poder dejó de ser parte efectiva de las prerrogati- a la elección de una OP-fÍÓn particugr. (Sm embargo, más que ilustrar 1~
~ creado una convención constitucional que duró torrestricción, podrían más bien ejemplificar cómo una rama del Estado

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restringe a otra.) En la tabla II.1, los usos de este mecanismo han sido pues-
tos entre paréntesis, no porque sean excepcionales, sino porque se sitúan
fuera de la línea principal del argumento que e~toydefendi~11do. La trans-
modificar la Constitución en vez de cambiar las leTI:s· Ütfand<Fel:Tribll!l<l:l 'i-
ConsritUcíorial ·ae·rn:Hia:cha:revocado"leyes:'poY rnéóhstíttrcíonalrdad;jgbj~ . ~)
- tua1n::t~11t_e:el:Parlament6ha::respo1idiao;erifuérid~ñdo'la'Coiistírucíórr¡·27 El
formación de legislación e~tatutaria en conveil'~ió;; constitucional depende ~ Parlamento austrÍé.co ha tratado la Constitución de una manera aún más
también en gran medida de las coyunturas políticas concretas para encajar \ desdeñosa.
con mi principal propósito aquí, el cual tiene que ver con los mecanismos ,- _..-, . Mientras este~tip_0:de-prácticas-se:cnmpadd.:-err~perfectamente-_conla
de precompromiso que operan con algt!na~laridad y pr-e.vis.i~. C,onstitución;~puede,querquebrantenrel:ccOhstittíCiónalismo:'El-constitü­
Desde un punto de vista normativo, podría sostenerse que las enmien- cionalismocgaranti>.;a que.l~s-modificacion~S:f:O!lStÍtucionales:seránJent~
das constitucionales deben dejarse en manos ~de los proce- ~paración-coJTla·rapiJ~;:-coRqueseprocedeenla pólíhcaparlameg:'"" rfo!"· ...1) .·
d!miemos ~xp1ICítaiñente establecidos en la Constitución. Así, Julian Eule ~~La Constitución debe constitmr un marco ara la acción_ SJ-·Ó/
sostieneque Iapnncipal ob;ecwn a la Gramm RudmanAct de 1985 -que
-9J -~'no un instrun;ento_ ~e acción. En a ma-yoría de países, el ~eq~e;i- ·
estipulaba recortes automáticos sobre los gastos para cada uno los seis años / L miento de una mayona calificada para poder enmendar la Constitucwn,
fiscales siguientes en caso de que el déficit presupuestario sobrepasara la 1
unído a la excepcionalidad de las mayorías parlamentarias amplias, asegu-
cantidad fijada- no era la única aducida por el Tribunal Supremo cuando rará que las constir:1ciones cambien, de hecho, lentamente. En países con
paralizó la ley; el Tribunal también arguyó que ésta violaba la separación una larga tradición ·::onstitucional, las poderosa; convenciones no es~ritas
de poderes. Más aun, la ley era objetable porque representaba un intento pueden disuadir a i.Os políticos de jugar c o n s 1 a n t =
del Congreso de atar o restringir a los congresos futuros. «La Gramm- Constitución al ob;eto de perseguir fines a corto plazo o p~distas. En
Rudman se basa eh el jmclOJ?_<~lf~~.co de gue será mucho más difícil para fu- contraste con las convenciones constitucionales que pueden sustituir o
turos Congresos revocar 'la Gramm-Rudman de lo que será para éstos ~ ----
E_ornple~ntar las.-CJ."lnstituciones escrit~,.JJno puede tratar a estas últimas
apropiarse de fondos más allá del objetivo de gasto. (... )Este es, supongo, c;orno convenciones metaconsti~ Come en el caso de las violacio-
precisamente, el tipo de mfluencia intemporal que nuestros agentes tem- nes de las convenciones constitucionales, la violación de convencione:; me-
porales no deben disfrutar.» 2c, taconstitucionales desencadenará sanciones de n'aturaleza más polític,l que, ·
\ ~al; es decir, derroc:a electoral o revoluc~swn Judicial ad- ·~ ~/~
/versa. . -> ~·
La estructura de las constituciones escritas - - < __.-.

Las constituciones regulan ta · ¡:2_Qlf-i<;;a como a sí mismas. La


A partir de ahora, tendré en cuenta principalmente las constituciones es- primera tarea a evan a cabo mediante dos gran ::les grupos de disposicio-
critas, aunque ocasionalmente examinaré cómo las constituciones no escri- nes:..E.Lm:imero de eJlos c~te en un conjunto de derechos fundam,~nta­
tas pueden tener efectos similares. Básicamente, una constitución escrita ~on los que se pr~etende pr~eger a los ciudadanos de una interfer~ncia
~ula los rasgos más fundamentales de la vida polfnca. Desde un punto de ~jtraria por parte del Estado y garantizar la ~s
vista procedimental, es más difícil modificar la Constitución que promul- -~~edimentales y substantivos. El s~ está constituido por
' gar legislación ordinaria. :_egalmente, en caso de conflicto, la Constitución ,aquellas dis osicioncs ue regulan 1 ue amar la organización
o/tiene precedencia sobre la legislación ordinaria. La idea ~el ~onstit~ciona­
lismo, entendido como p:·opensión general a atar o restnngir mediante la
j del Estado: los sistemas de elección y re resentac~ón, las funciones del Go-
.~I:.I)O, la se~istema de centrales y rendimiento de
Constitución y la revisión judicial, no puede reducirse a !amera presencia cuentas, y demás. La ea autorre ulatoria de la Constitución también es
·de una constitución con esas características. A-loTa~god~ceso- consti- 'llevada a cabo or dos randes ru os
t~nte húngaro, en 1989-1990, algunas veces ocurrió que, cuando el Par-
illlll!l5""'" ~ ten n.orma~que .esta h.] los roces o
lamento anunciaba que una determinada disposición constitucional acaba- tu~ Por otro ladc, muchas constituciones cor:~tienen normas que regu-
da de aprobar entraba en conflicto con legislación existente, se optó por lan su propia suspensión te_!!lpor~--que el :ema de este capítulo gira

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123
%'.ill:lll11?"~;;;;.r:~~:n~'··
~~IDlkt~}~!'~J; :~~ . ~ ' .

AAOA
-~Igunas constituciones hacen una salvaguarda absoluta de los dere-
entorno a precompromisq y constitucionalismo, me ocupo principalmen-
~~ El artículo 79 (3) de la Cons itucwn a ana Ice que los ere eh os
te de aquellos rasgos de la propia Constitución que la hacen más resistente
al cambio; esto es, de las normas formales que regulán el proceso de en- básicos son ~nes a revisió~. De un modo parecido, el artículo 57 de la
Constitución de B~dispone que los derechos fundament~
"' mienda constitucional. También examinaré las normas de suspensión de la
( 'Í Constitución en mo en ue Dlises podría querer desatar las atadu- !rrevocables.33 AlgÚnas constituciones también contienen la misma protec-
~ /ras u e e tienen a o al m" · . a re acion entre autorrestricción ción de la forma básica de Estado, por ejemplo, la organización federal de
un país (~le~ania) o ~a forma republicana de Estado (Rumanía). Aunque
v(!J .constitucional y organización del Estado es el tema de .la sección 11.5. En la la Constitucwn amencana no está dispuesta a cambiarJa igualdad de los
11.8 repasaré brevemente el papel de los derechos como mecanismos de
votos de los Estados en el Senado si no es or enmienda, aborda la cu~
precompromiso.
~gipulando que «ningún"Estado, sin su consentimiento, será priva o e su
Igual voto en el Senado»'¿,'
Procedimientos de enmienda ~van desde las que requieren unanimidad (elli-
berum veto en Polonia anteJ_...de 1791 ~, 34 pasando por las que hacen necesa-
ria una mayor.ía de tres cuartas partes (Bulgaria), dos tercios (muchos paí-
se~hasta las tres guintas partes (Francia y las repúblicas chec~ eslovaca).
Cuando estas cifras se refieren a la mayoría de votos -y no a la de diputa-
dos-, a menudo se combinan con quórums elevados, siendo una combina-
ción común la de dos tercios de quórum y mayoría de dos tercios. En Ca-
nadá -un país en el que la batalla en torno a los procesos de enmienda ha
formado parte del corazón de la pohtica por decacias-, la mayona de las
• salvaguardas absolutas disposiciones ..::suieren_ el ~onsenso del Parlamento federal y dQ~ tercios
• aprobación por mayoría.salificada ;n el Parlamento de los Parlamentos provmciales, representando el 50% de la po5Iación. Sin
• requisito de un mayor quórum que para la legislación corriente
embargo, el propio procedimiento de enmienda, puede ser enmendado so-
e demoras lamente por decisión unánime de todas las Provine·
• ratificación de los Estados (en los sistemas federales) Existen formas muy diversas de imponer demoras. En N o ruega, deben
•r~um proponerse las enmiendas d~nte la VIgencia de un Parlame~aprobar­
~
~ se ~n el Parlamento de otra le islatu n Suecia, debe transitar po~ dos
Muchas constituciones también establecen que ~llStjtución no puede_ /\parlamentos sucesivos. En Bulgaria, se describe una senda hacia la ~nmien­
ser enmendada durante un estado de emer encía. En Alemania, una en-
da constitucional como sigue:- ~ .
·'mien a, incluso si ha seguido los procedimientos marcados por la Consti-
tución,~e ser ~vacada por inconstitucional por el Tribunal Fedeyal
-~'si se cons1dera ~ue es.co~traria a los p~incipios cons: ~~
! ? Una propuesta ~e enmienda será debatida por la Asamblea Nacional no antes de

cionales fundamentales. 30 La misma JUnspru encia nge hoy en India.


! c('V un mes y no mas tarde de tres meses desde la fecha de su presentación. Una en-
.tcienda a la Constitución requiere de una~ de tres cuartas part~s de los

~
~ás, se observan con\.mciones, disyunciones com ensaciones entre votos de todos los miembros de la Asamblea Nacional en tres votaciones reah-
estos principios. Por añadidura, a onstituciÓn estadounidense abre la zadas en tres días distmtos. Una propuesta que haya recibido menos de tres
p~dad, nunca utilizada,_Q,e_ en~en~ar la Consti~ediante la cuartas partes pero más de dos tercios de los votos de todos los miembros estará
~abilitada para volver a ser presentad~spués de no menos de dos mes~s y ;o
·)---
_¡:;onvocat~onvenciQ.nes constituciOnales especiales. La propuesta,
11 más de cinco. Para prosperar en esta nueva lectura, la p;qJuesta requerirá de un¡
reiterada con frecuencia, de constitucionalizar las convenciones periódicas
2 . mayoría de dos tercios de los votos de todos los miembros. LArtículo 154-155)
para revisar la Constitución nunca ha sido, por lo que ·y. o sé, aplicada.3

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124

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Una vez una enmienda ha sido aprobada en el Parlamento, puede ser tras- entre ~sta.d~E}:!ka, emer encia y~' pr;rmite suspender la mayor
ladada a otra instancia para su ratificación. En países organizados federal- parte de hbertades CIVIles en los os últimos estados. El artículo 16 de la
mente, es habitual que se requiera la aprobación de alguna proporción de Q2p.Ei.~~~i.§E:f~~~~~~-si~J258 otorga al Presid~nte ~Jl!~i1~~i~-;~du­
Parlamentos de los Estados. La ratificación mediante referéndum popular :~~te3~n-~s~_<t~~EÜ~--~m~~-;,_t:>¡ra~wbi~L1§..~9X.~.tltY-
_--es ó cional en algunos países.yobligat~a en otros. De nuevo, puede ocu- --~;~~· Algunos derechos pu~den ser salvaguardados respecto a la suspen-
rrir que se requiera un cierto porcentaje de os votantes registrados p<~:ra swn durante una emergencia. Así, el anfc::gl() 48_ delaConstitución de
que la enmienda se apruebe, o puede impü'nerse una comomacio~e­ ~~~~ar permitía al Presidente abrogar e~-¡;; ·I-;_}i};~;t;dd~;;;~:
querimientos de participación y de mayoría. Puesto que estos procedi- blea Y la líber~de' asociación, la libertad d~-' y la prohi-
mientos requieren tiempo, tienden a hacer las veces de freno. bición de elaborar le es con 81 de la
Estos obstáculos pueden combinarse de muchas maneras. La primera, Consti~uci~n ~~ }2o~e.stip~--a sue ura~te una emergencia no ,euede aero-
por conjunció~nstitución puede -como en Noruega- establecer ~ un t1 · Islacwn gue enmiende o :ous enda la stitución.Js
tanto una ~ra como una mayoría g.lificad~. En si;terr;:a;-f-;derales, pue- · ~Muchas • onstituciones prohib~~!~ enmienq_as ~l§:__ ~on,s:titJJc~g:_
de que sea necesario, a la vez, el voto~e de una mayoría de ciudada- rante ~algunas también prohiben cambios en la ley ·
nos y de una mayoría de los Estados federales de la República. La Consti- elector~l. ~a- suspens~ón ~e la Constitución en s; misma puede estar sujeta·--~-----·
---,_,
tución suiza de 1848 contenía una disposición de este ti o; Canadá tiene
-,, ~
un sistema parecido, aunquemuc o más complica o. La segunda, por dis-
,____ a lo~ ~E~C:1J2!Q§.~Ql!2!mJ~Q()~<::_de~~acL<Jll di: ~()d~s, y ~OlEroles y
eq~1!~!?.~10s. En la Const.itución de ~~im~r,~d~~~dí~~br~.[~
yunción: en Fj:ancia, por ejemplo, se pueden ~roba,: las~~~~~~' ya sea las med,:~~~~e ~1a. En Francia~n~nstitucional debe ser
por mayo,r:i§.~§imcl~.J~n_~L~<!Iht:JJl~ll!.O y luego som~~as a referéndum, ya c~__nsu~~l. En la sección IL11, reg~;;;T~fica-
por una mayoría de - - sín remum. cwn de las cláusulas de emergencia.
Un caso típico es la compensación disyuntiva, en las demoras pue-
den reducirse a cambio de una mayoría más amplia. Países con esta clase de
compensaciones son Fr~cncia, Bulgaria, Noruega (aunque solamente en lo 11.4. Restricciones sobre el proceso constituyente
que se refiere a la delegación de soberanía nacional) y Finlandia.
_;:En conjunto, por tanto, los mecanismos más importantes de precomp- d~ ~~~~ién constitucionares un fenómeno relaáva-/
El proceso formal
~~- ~os primer:os~4em~lQLW~i~;~~;l~~ ~~i~ci~;~~~(
39
romiso constitucional son las mayorías calificadas y las demoras!: Como
veremos desde la secciór.~. II.7 hasta la Il.l O, los fundamentos racionales pa- ~!ic~~después de.177§. Algo más tarde, Estados UnidosYraru;;y]?-;r;~~rti-;_
ra usar uno u otro son completamente diferentes. Además, como tendre- aprob~ron sendas constituciones escritas. Mucho:_: procesos constituyentes
oportuJ:ucLact de ver en la sección II.S, algunos de los motivos para el postenores se han producido en oleadas: en la estda de las revolucioo¡;;s de
ser satisfechos están rela- 1848; después de las .Primera y Segunda Guerras Mundiales· alrededor de
nr.,..,rr>o::" de
on-rn1Pr'lr1
1960, si~iendo lo~ procesos de ~d~pende~ ~~t~as co~~tias;
J;_
y despu_es de 1989, a 1~-~~-S~Ú:!~~~~n la Europa del Este
y la antigua Unión Soviética. 40 Hay, claro está, muchos otros de
Suspender la Constitución
no forman pa~,te de n,~,rn''"'"
Concluyo esta sección con un breve comentario sobre las ~~~~~~~~:_;_;::,
gulan En una situación de
_:4-utoridades primigenias
ml tema central del presente capítulo es si estos pY-ocesos deben ser vistos
como actos de restricción de los demás o como ac:tos de autorrestricciónt"'

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Un prolegómeno necesario a esta cuestión es si las asambleas constituyen- -~'pna asamblea constituyente, en otras palabras, tiene d()S autoridades
tes podrían ellas mismas es-tar sujetas q restricciones que limitaran sus pode- primigenias, o creadoras: quien convoca y quien seleccionalAmbos, natu-
res de restricción o de autorrestricción. La cuestión aparece por la simple ralmente, tratarán de influir en el documento final que debe producir la
razón de que las asambleas constituyentes prácticamente nunca se crea;n a asamblea y/ o en los procedimientos que ésta deba aprobar para conducir
sí mismas. La decisión.de convocar una asamblea constituyente debe ser sus deliberaciones. En concreto, querrán imponer ser ellos mismos las au-
tomada por alguna autoridad externa. En Estados Unidos, fue tomada por toridades últimas que deban ratificar la Constitución antes de que pueda
el Congreso Continental; en Francia, en 1789, por el·Rey; en Franciaj en tener efecto. De forma igualmente natural, los constituyentes tratarán de
1848 y 1946, por el Gobierno provisional; en Japón y Alemania Occidental resistir a los intentos de influir en el proceso y en su resultado. En Francia,
después de la Segunda G\1erra Mundial, por las fuerzas de ocupación; en en 1958, Pierre Cot advirtió a De Gaulle que sería prisionero de los gene-
Polonia, Hungría y Bulgaria, después de 1989, por la Mesa Redonda de rales que le habían llevado al poder: «Qui t'a fait roi?». 42 Como sabemos,
Conversaciones, entre el viejo régimen y la oposición. Aunque una asam- Cot resultó estar equivocado. De Gaulle fue muy capaz de ignorar a aque-
blea autoconvocada pudiera parecer una imposibilidad lógica, el Parla- llos a los que debía su poder. 43 Por razones que deben ser examinadas bre-
mento de Francfort de 1848 se ajusta hasta cierto punto a esta descripción. vemente, esto es lo que de hecho parece ocurrir generalmente. Las asam-
El S de marzo de 1848, cincuenta y un líderes autoproclamados dirigentes bleas constituyentes tienden a verse a sí mismas poseyendo lo que los
se reunieron en Heidelberg para discutir sobre el futu:r:o de Alemania, «sin alemanes llaman «Kompetenz-Kompetenz», el derecho a definir sus po-
la legitimación de un Estado, sin la autorización explícita de nadie, sin ate- deres.
nerse a un proceso de selección regular, con el único p~der que les otorga- Como se observó anteriormente, el convocante primigenio o aguas arri-
ba su propia voluntad política». 41 Convocaron un Vorparlament que se ba puede que sea un poder ocupante victorioso, como ocurrió en Alema-
reunió en Francfort el día.31 de marzo. Esta instancia, a su vez, votó a fa- nia y Japón después de 1945. En Japón, los estadounidenses llegaron a te-
vor de convocar eleccion~s para una asamblea constituyente y nombr-ó a ner la capacidad de imponer su Constitución.44 En Alemania, las fuerzas de
un comité para que les ayudara a organizarla. La Asamblea se reunió el-día ocupación se encontraron con mayor resistencia. Los alemanes fueron ca-
18 de mayo. La elaboració-n de la Constitución francesa de 1958 es otro ta- paces de desviar la insistencia estadounidense en pro de una Constitución
so límite. Formalmente, el Parlamento de la Cuarta República otorgó a Pe fuertemente descentralizada aprovechándose tanto de las divisiones inter-
Gaulle el poder para redastar una nueva Constitución: En realidad, él f?r- nas entre las fuerzas occidentales como de la amenaza creciente del comu-
zó a los diputados a hacerlo así. nismo.45 Sin embargo, más que explotar los intentos de este tipo de impo-
Una vez se ha tomado la decisión de convocar la Asamblea Constitu- ner constituciones desde el exterior, examinaré el más interesante supuesto
yente, los delegados deberi ser elegidos o seleccionados. En este caso, ta·m- de un régimen antiguo que trata de restringir a un régimen nuevo al que,
bién, se hace necesaria una autoridad externa. Los delegados no pueden aun resistiéndose, está dando vida. Como en la sección II.7, mis ejemplos
elegirse a sí mismos. De nuevo, hay un abanico muy diverso de procedi- son la Convención Federal de Filadelfia (1787) y la Asamblea Constitu-
mientos de selección. En Estados Unidos, fueron seleccionados por los yente de París (1789-1791). Probabkmente sean estos los casos más desta-
Legislativos estatales, excepto en Carolina del Sur, donde el Legislativo cados de actividad constituyente en toda la historia, y extremadamente in-
autorizó al Gobernador a elegir a los delegados. En Francia, en 1789, fúe- teresantes en un gran número de aspectos. 46
ron seleccionados por los tres Estados. En Francia y en Alemania en 1848, Como se observó, la decisión de convocar la asamblea debe ser tomada
fueron elegidos directamente por sufragio universal. Ésta también fue la a partir de una autoridad preexistente, la cual, en nuestros dos casos, fue-
norma seguida en la elabo~ación de la mayoría de las constituciones del-si- ron el Congreso Continental y el Rey de Francia. Como también se dijo,
glo XX, con la excepción de las asambleas elegidas indirectamente que re- los mecanismos por los que fueron elegidos y seleccionados los delegados
dactaron la Constitución de India de 1948 y la Constitución alemana de 1 debían igualmente existir con anterioridad a la propia asamblea. En los ca-
" ~
1949. sos que aquí me ocupan, y en la mayor parte de otros que tienen interés,

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)i
! 1
estas dos autoridades externas no coincidenY Aunque Luis XVI decidió parte del problt:ma que una asamblea constituyente debe resolver. Mas, si
convocar los Estados Generales, no pudo escoger a los delegados. Cuando · el régimen es defectuoso, ¿por qué debe la Asamblea respetar sus instruccio-
trató de obtener el poder de verificación de sus credenciales, fue desairado. nes?
Mientras que el Congreso Continental tomó la decisión de convocar la
Convención Federal, los legislativos estatales eligieron a los delegados. 48 Mandatos re)tringidos
Aunque la Asamblea no tiene capacidad para decidir la convocatoria y
delegación iniciales, sí puede arrogarse el poder de regir sobre todas las de- Siguiendo una distinción hecha por Talley:tand en la Assembléc Consti-
más decisiones. Con matices distintos, esto es lo que ocurrió en las dos tuante (8, pág. 201), podemos distinguir entre tres clases de mandatos res-
Asambleas del siglo XVIII. Ellas verificaron sus propias credenciales, esta- - tringidos: instrucciones sobre cómo votar ~~suntos concretos; instruccio-
blecieron muchas. de sus propias normas, algunas veces anulando sus ins- nes para rech<::~zar debatir asuntos espe¿íficos; e instrucciones para
trucciones, otras complementándolas. La tensión entre las asambleas y los abandonar la Asamblea en caso de haberse tomado determinadas decisio-
que las convocaron -entre la criatura y su creador- estuvo siempre presen- . nes. Todos estos eran intentos de atar a los' delegados individuales. Ade-
te en los dos procesos. En Filadelfia, los Legislativos estatales, los cuales más, tanto en París como en Filadelfia, se St)Stuvo que la propia asamblea
eran la fuente de la autoridad de los delegados, fueron vistos por muchos tenía un mandatO limitado, por cuanto ciert~,s instituciones o asuntos están
como un obstáculo .importante para sus propósitos. En París, ocurrió algo libres de atadur.1s o restricciones en lo que respecta a las discusiones.
parecido en la relación entre el Rey y la Asamblea. En la Asamblea francesa, se invocaron lvs mandatos individuales prin-
;%~La forma general del problema es sencilla. Por un lado, parece haber un cipalmente en lo relacionado con tres asuEtos: en las instrucci()nes para
e que las VOtaciOiteS fueran agrupadas por órdenes Ofueran individuales; pa-
pr~pcipio general, según el cual si X da lugar a Y, entonces X tiene una au-
tori-dad superior a la de Y. 49 Por otro lado, si Y ha sido creado para -entre ra rechazar el Ó)nsenso sobre un empréstito antes de que la Constitución
otras cosas- regular las Ktividades de X, Y parecería ser la instancia supe- fuera aprobada~ y para apoyar un veto real en o a la Constitución. En los
rior. La paradoja puede sintetizarse en dos consignas opuestas: «Cuídese el tres casos, la mayoría de los delegados finalmente decidió ignorar sus man-
Rey del hacedor de reyes» contra «Cuídese del Rey el hacedor de reyes». datos. La principal cuestión relacionada c:.)n el mandato colecsivo de la
Estas relaciones se dan tanto entre la Asamblea y quien la ha convocado, Asamblea surgió en el debate sobre el veto r~al en y a la Constitución. Para
como entre los delegados y aquellos que los nombraron~tColectivamente, muchos, era obviamente verdadero que la Asamblea no tenía ningún man-
los delegados deben su existencia a una institución; individualmente, a dato para destnlÍr o limitar a su creador. Para otros, era igualmen(e eviden-
otra. Estos hechos son cruciales para entender los debates en ambas Asam- te que la Asamblea podía hacer lo que qui5iera, puesto que encarnaba la
bleas. voluntad de la nación.
En ambos casos, las Asambleas empezaron a dominar a sus creadores. En la Conv~nción Federal, la delegación de Delaware llegó con instruc-
Los delegados en la Convención Federal tuvieron éxito en sustituir como ciones de no aceptar otra cosa que la igualdad de voto para todos los Estados
órganos de ratificación a los Legislativos estatales por convenciones espe- de la nueva Unión. Aunque las ins.truccion'es en sí mismas (III, págs. 173,
ciales. Además, implícitamente desautorizaron al Congreso cuando solici- 574) no son más que mandatos restringidos de la primera clase, la amenaza
taron la ratificación de nueve de los trece Estados, en vez de aceptar la regla de retirarse se lanzó, no obstante, al principio de la Convención (I, pág. 37).
de unanimidad que rigió en los cambios en los Artículos de la Confedera- Los delegados ele los Estados esclavistas tamaién amenazaron con retirarse a
ción. 50 Los delegados franceses hicieron que el veto del Rey en la Constitu- no ser que se salieran con la suya en lo relaci. :mado
. con el tráfico de esclavos
ción se convirtiera en UEa mera capacidad suspensoria, y su veto a la Cons- (II, pág. 364), p~ro nunca se refirieron a mandato alguno de la primera o ter-
titución en una formalidad vacía. Además, ignoraron las instrucciones de cera clases. 51 Aunque las amenazas son más creíbles si están respaldadas por
los que les nombraron en un buen número de asuntos cruciales. Este resul- consignas de uil órgano superior (véase la sección 1.4.), los fuertes intereses
tado no debería sorprendernos. Casi por definición, el viejo régimen es de los estados esclavistas hicieron creíble que abandonarían si no se salían

130 131

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con la suya. Para ellos, una_Unión con fuertes restricciones sobre la tenencia do, que cuando la nobleza vio que no se saldría con la suya aprobó una
y el comercio de esclavos sería peor que permanecer aislados fuera de la propuesta consistente en que el Rey actuara de árbitro en los casos dispu-
Unión. En términos de negociación, por tanto, podían rechazar creíblernen- tados. Ésta también fue inaceptable para el tercer estado.
te una opcwn . / que era peor_que
, su punto d e d esacuerd o.-
S? El primer asunto fue claramente un ardid. Detrás de él estaba la cuestión
Las instrucciones de Delaware fueron el único caso de mandatos indi- de veras importante de si la Asamblea debía votar en función de los esta-
viduales en la Convención Federal. Mucho más irnpor:ante fue la cuestión mentos o individualmente. La nobleza pensó que un procedimiento de ve-
de si la Convención en sí ,misma tení~ el mandato de proponer cambios rificación conjunta crearía un prejuicio a favor de la votación individual (P,
profundos en la Constitución. Algunos delegados de h Convención Fede- pág.8). Aunque el tercer estado negó categóricamente este extremo (P, págs.
ral (por ejemplo, véase 1, págs. 34, 249, 250) adujeron que las instrucciones 9, 95), e incluso defendió (de forma poco plausible) que votar por estamen-
que habían recibido no eran lo suficientemente amplias corno para abarcar tos aún haría más necesaria la verificación común (P, pág. 117), cabe una pe-
el tipo de reforma de gran alcance que estaba teniendo lugar. Sin embargo, queña duda sobre si usó esta cuestión para meter una cuña a favor de la de-
no amenazaron con abandonar por este motivo. Los que abogaban por un manda esencial de votar individualmente. En realidad, la solución final de la
cambio radical obtenían dbs respuestas. James Wilson dijo, sin convicción, crisis llegó cuando el tercer estado se transformó unilateralmente en Asam-
que «él no se sentía autorizado para concluir nada, pero sí con la libertad blea Nacional e invitó a los delegados de los demás estamentos a unírsele.
para proponer cualquier cqsa» (1, pág. 253 ). Georg e Mason sostuvo más vi- Sin embargo, antes de que eso ocurriera, el comité había examinado la
gorosamente que «en tierppos de riesgo público es recomendable ir más propuesta de acuerdo de trasladar los casos disputados al Rey. Los comi-
allá de los poderes recibidos» (1, pág. 346). De un modo parecido, Ran- sionados del Rey sostuvieron (P, pág. 160) que, habiendo convocado la
dolph «no tenía escrúpulos en lo que atañe al poder» (I, pág. 255). Torn~r la Asamblea, el Rey también tenía el derecho de verificar las credenciales de
inici?.tiva a la hora de votár puede justificarse por circunstancias externas. los delegados en casos de desacuerdo entre los estamentos. (En realidad,
Afirmaciones de este tipo: también fueron frecuentes en la Asamblea fran- presentaron esto corno si de una concesión se tratara, puesto que en los Es-
cesa. Las condiciones exc~pcionales que creó la convofatoria de una as~rn­ tados Generales precedentes de 1614 el Rey había tenido incluso el dere-
blea constituyente tarnbié~ justifican la arrogación de poderes, que par~ce­ cho a decidir en casos de discrepancias dentro de los estamentos). El porta-
ría ilegal en circunstancias normales. En el proce.w constituyen!~ el voz del tercer estado reconoció la gravedad del dilema (P, págs. 75, 86-87).
hacedor de reyes debe gu~.rdarse del Rey. Por un lado, era i~aceptable que las credenciales de la Asamblea debieran
ser juzgadas por un poder externo. En el límite, esta práctica podría signifi-
car que era el Rey quien elegía a los delegados. Por otro lado, la autoverifi-
Verificar las credenciales cación llevaba a un círculo vicioso: ¿Cómo puede la Asamblea verificar las
Una vez los delegados asi~ten a la reunión, deben verificarse sus credencia- credenciales sin estar constituida, y cómo podría estar constituida sin una
les para que la Asamblea pueda empezar a trabajar. En Filadelfia, este paso verificación previa de las credenciales? Su respuesta al dilema fue pura-
potencialmente complicado no causó ningún problerr:a. Los delegados·lle- mente pragmática: «es imposible qeer que la mayoría de aquellos que se
garon, leyeron sus credenciales y siguieron adelante con su cometido .. En presentan a sí mismos corno delegados no tengan credenciales válidas». 55
París los debates de verificación se convirtieron en un paso crucial en la Al final, el tercer estado cortó el nudo gordiano simplemente declarándose
auto:ransforrnación de l~s Estados Generales en A:-;arnblea NacioniL
53
a sí mismo constituido.
Dos asuntos estaban en cuestión. El primero era que la nobleza quería'que
cada estamento verificar~ los poderes de sus propios delegados, mientras
Normas de deliberación
que el tercer estado quería que la verificación se hiciera en una sesión con-
junta de los tres estarnenws. 54 (El clero dijo desde el principio que sec'un- Otro aspecto de la constitución de la asamblea constituyente tiene que ver
daría cualquier acuerdo alcanzado por los otros dos es'tarnentos.) El segun- con las normas o reglas procedirnentales internas. Ambas Asambleas -la

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americana y la francesa- tuvieron que vérselas con el hecho de que había ·to». Es tentador ver una conexión causal eit este hecho. La Convención
una partición preexistente de la nación en grupos de dimensiones desigua- adoptó el princ.~.pio para sus propios procedimientos porque era el que
les (Estados y estamentos, respectivamente). En ambas, surgió la cuestión utilizaba la insdtución que la convocó. Y propuso que el principio fuera
de si la Asamblea debía proceder de acuerdo con el principio «un hombre, utilizado en el futuro porque los Estados más pequeños en la COJ 1vención
un voto» o el de «un grupo, un voto». En los dos casos, las autoridades ·se aprovecharor_ de la fuerza desproporcionada que les confirió ::!luso de
convocantes trataron de imponer el segundo principio. Lo consiguieron ese principio en esta fase. Aunque el princ~pio no puede explicar por sí
en la Asamblea americana, pero no en la francesa. _mismo la decisión final de tener igual repre~entación en el Senado, puede
En París, N ecker no salió airoso de su intento de imponer la idea de que que sí haya sido un factor que contribuyó a dlo, quizá de una forma deci-
el método de deliberación y votación tradicional por estamentos no podía siva.57
cambiarse, a no ser que se llegara por acuerdo de cada una de las tres órde- Hay dos mecanismos que podrían estar operando aquí. Por un lado, es-
nes, y con la aprobación del Rey. En vez de eso, el tercer estado impuso . tá la contundencia de la precedencia y la consistencia. Como preguntó Wi-
unilateralmente la deliberación y votación individuales. Este resultado, lliam Paterson en la Convención: «Si una re-presentación proporcional es
claro está, era precisamente el que Necker deseaba provocar. La multipli- ·correcta, ¿por qué no votamos de este modo aquí?» (I, pág. 250). Por otra
cación por dos de los votos del tercer estado daría lugar a una pequeña di- parte, la igualdad de votos en la Convención aumentó el poder de los Esta-
ferencia respecto as~ la votación fuera por estamentos. Sin embargo, él hu- dos pequeños. Puesto que los Estados pequeños estaban en minoría, eso
biera deseado que esto se consiguiera mediante el compromiso y la por sí mismo no)es podía garantizar que ganaran. El procedimiento de vo-
negociación. Para este fin, luchó, sin éxito, contra las asambleas electorales tación en la Cor,._vención aumentó su poder de negociación para proponer
que dieron la consigna a sus delegados de votar a favor o en contra de la concesiones mutuas a los demás. Cualquier~- que fuera el mecanismo, ob-
votación individual. 56 servamos una profunda continuidad en lm procedimientos del proceso
Las votaciones en la Convención Federal eran por mayoría, disponien- constituyente americano. Los Artículos de L. Confederación dieron forma
do cada Estado de un voto. Aunque los delegados de Pennsylvania querían a la Convención. A través de la Convencién, dieron también t1Jrma a la
denegar a los Estados p~queños un voto igual, nunca llegaron a poner su . Constitución q ~e finalmente se aprobó. L<. Asamblea francesa hizo una
propuesta encima de 1~ mesa (I, pág. 10 n.). Cuando se formó un comité ruptura más nÍt;_da con el pasado. Una vez el tercer estado obtuvo el voto
para fraguar un acuerdo sobre la Cámara Alta, James Wilson «protestó an- individual, nada podía detenerles.
te el comité porque éste decidiría de acuerdo con una norma de votación
que iba en contra de una de las partes» (I, pág. 515); mas fue en vano. Pero
Autoridades últimas
la igualdad de votos en la Convención no podía asegurar por sí misma que
el resultado sería el de una igual representación en el Senado, puesto que Finalmente, examinemos la ratificación de La Constitución. Este acto pre-
las decisiones se tomaban por mayoría entre los Estados, y los Estados pe- tende conferir legitimidad última o aguas abajo a la Constitución, que debe
queños formaban una minoría. Los Estados grandes fracasaron en su in- ser distinguida de la legitimidad primigenia ,o aguas arriba, derivada de las
tento de imponer una representación proporcional; mas lo que hizo de la autoridades qu·~ convocan la Asamblea. Mientras las leyes ordinarias no
representación paritaria un resultado inevitable no fueron las normas de necesitan de otr..a legitimación que la de la Asamblea legalmente electa que
voto en la Convención. las aprueba, la Constitución parece requerir de un segundo escrutinio.
El proceso americar:o tuvo tres etapas. En la primera, tenemos la con- Puesto que la Constitución regula los aspectos más básicos de la vida polí-
vocatoria de la Asamblea por el C~ngreso. En la segunda, tenemos la elec- tica, y es deliberadamente construida de modo que sea difícil modificarla,
ción del procedimiento de voto que habrá de ser usado en la Convención. uno puede sostc:ner que debe de haber una oportunidad para examinar y, si
En la tercera, tenemos la adopción de un procedimiento de voto para el fuera necesario, rechazar la decisión de la asamblea constituyente. Por otra
futuro Senado. En las tres etapas se siguió el principio «un Estado, un vo- parte, saber que esta posibilidad existe ma~tendrá restringidos a sus pro-

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motores. N o queriendo SE;r rechazados, anticiparán y se sentirán restringi- Gobiernos] de los Estados, ellos recelarán también de nosotros» (I, pág.
dos por la posible censura. · 374). La Constitución no recibiría su aprobación «si cuando vuelva a casa
Parecería axiomático ctue las autoridades convocantes de la Asamblea cuento a los míos que hemos otorgado [al Gobierno General] esos poderes
quisieran, además, tener el derecho de veto sobre el documento final. Sin porque no podíamos confiar en ustedes». Otros dieron la vuelta al argu-
embargo, los propios constituyentes podrían no aceptar la autoridad de su mento: si los órganos legislativos de los Estados tenían un interés institu-
creador, especialmente si ya han ido más allá del mandato que éste les dio. cional en el resultado, no podían ser juez y parte en su propia causa. Rufus
En vez de eso, podrían de-finirse a sí mismos como la :lutoridad final y :so- ~ing, por ejemplo, defendió la ratificación mediante convenciones espe-
berana, eliminando cualquier necesidad de ratificacién ulterior. Otra op- Ciales, arguyendo que, como «los Legislativos también están perdiendo
ción sería la de apelar dir~ctamente a la gente o a convenciones especiales. poder, tenderán más a aumentar el número de objeciones» (I, pág. 123). Al
Estos son los resultados que se han observado en los casos francés y ameri- fin, la concepción aprobada fue la última. La Convención decidió que la
cano, respectivamente. Constitución debía aprobarse por convenciones de nueve de los trece Es-
En Francia, el derecho del Rey a vetar la Constituc1.ón fue un asunto es- tados. Este procedimiento supuso una doble ruptura con los Artículos de
pinoso, especialmente con ocasión del Decreto del4 de agosto de 1789, la Confederación, los cuales establecían la necesidad de ratificación unáni-
que abolió todos los dere::hos feudales. Cuando el Rey vaciló al sancionar n:e por parte de los órganos legislativos estatales para todas las modifica-
el decreto, surgió la cuestión de si su aprobación en realidad era necesaria. CIOnes.
Tanto el Rey como la Asamblea tendían a ver al otro como su criatura, in- ~'tLas asambleas constituyentes, así, encarnan lo que en otro sitio deno-
vestidos con poderes sól9 a través de sus acciones. J\lounier sostuvo que miné «la paradoja de la democracia»: cada generación quiere ser libre para
puesto que el Rey creó la Asamblea, debía tener tamhi_én el derecho a vetar atar a sus sucesoras, mientras rechaza estar atada por sus predecesoras.s,9-
su decisión (8, pág. 587). Í\.espondiéndole, Target sostiJVO que el veto real a Por un lado, la asamblea quiere estar libre de mandatos y restricciones que
la Constitución sería de todo punto absurdo, como si «el poder constitu- las autoridades primigenias tratan de imponerle. Por otro lado, desea esta-
yente tuyiera que pedir permiso al poder constituido>.' (8, pág. 603 ). Cuan- blecer la ley para las generaciones futuras y dificultarles que se puedan de-
do el asunto volvió a apaÚcer en las postrimerías de la Asamblea (39, págs satar a sí mismas (y dificultarles atar a sus sucesoras). Según una interpreta-
127 y ss.), se había dejado. al Rey la libertad formal de rechazar la Cons~itu­ ción, los constituyentes se ven a sí mismos superiores tanto respecto al
ción. Aunque algunos de sus consejeros le presionaron para que forzara un régimen corrupto o ineficiente que vienen a sustituir, como a los regímenes
pacto, él optó por la aceptación incondicional. 58 Es justo decir que, en ese guiados por los intereses y las pasiones que les sustituirán a ellos. Sin em-
momento -después de la-huida a Varennes que socavó su autoridad_:, no bargo, como tendremos oportunidad de ver, también son posibles inter-
tenía otra opción. Leyendo los debates, nada indica que tuvieran luga~ a la pretaciones más benignas.
sombra de una futura ratíficación.
Esa sombra, en cambio, estaba mucho más presente en la Conven~ión
Federal. Aunque el proc~dimiento de no ratificacióE quedó bien sentado II.S. Dos niveles de precoffi:promiso constitucional
en la convocatoria de la Convención, muchos asumieron que la Constitu-
ción finalmente tendría que ser ratificada por los órganos legislativos ~sta­ En la sección II.3, sostuve que la imposición de demoras y mayorías califi-
tales. Razonando a parti~ de esta premisa, sostuviera~ que la Constitución cadas constituye el núcleo del precompromiso constitucional. Sin embar-
debería ser redactada de un modo aceptable para todo; esos órganos. Cpar- go, las demoras y mayorías calificadas también son utilizadas en el discu-
les Pinckney afirmó, por.ejemplo, que «los Legislativos estarían menos in- rrir político ordinario. Un argumento estándar en pro del bicameralismo,
clinados a promover la aprobación del nuevo Gobierno, si se les exc,:luía como veremos, consiste en que moderando la marcha del proceso legislati-
completamente de form~r parte en él» (I, pág. 132). Ellsworth sostuvo, en vo se hace posible que la pasión se enfríe y que la razón (o el interés) vuel-
términos similares, que '«si nosotros estamos recelosos [respecto de los va a recuperar su preeminencia. Del mismo modo, la necesidad de dispo-

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ner de una mayoría calif1cada para invalidar el veto ejecutivo nos remite a Un ejemplo 1Ún, si cabe, más llamativo d:e este tipo de autorrestricción
aspectos que son similares a los que subyacen al requerimiento de mayorí- ficticia pudo ob.servarse durante la elaboración de la «Pequeña Constitu-
as calificadas en el procedimiento de enmienda constitucional. Pero esos ción» de 1992. 62 En la Constitución surgida de la Mesa Redonda de Con-
controles sobre el Legislativo no tendrán una verdadera función restrictiva versaciones de 1989, la Sejm (Cámara Baja) necesitaba una mayoría de dos
si no están salvaguardados en la Constitución. Son restricciones que fun- tercios para poder salvar el veto del Senado. Siguiendo los procedimientos
cionan solamente porque ellas mismas están también enmarcadas en res- . contemplados en su propio reglamento, la Scjm también aprobó el princi-
tricciones. Si la cláusula constitucional que establece la necesidad de una pio por el se requería una mayoría simple fiara aceptar las enmi-=ndas del
mayoría de dos tercios del Congreso para anular el veto ejecutivo pudiera Senado para la legislación ordinaria, y una mayoría de dos tercios para las
ser abolida por mayoría simple del Congreso, no tendría mucho que hacer. leyes que se preopusieran enmendar la Constitución. Esto implicó que un
Tampoco serían útiles los mecanismos de demora si pudieran ser abolidos proyecto de ley de enmienda que recibió menos del 50% (un 67% para las
instantáneamente en cualquier momento. 60 leyes constitucionales), pero más de un 33%, de los votos en la Sejm fuera
En la sección II. 9, sostengo que la separación de poderes puede servir derribado -ni la versión enmendada ni la no enmendada fueron aprobadas.
de mecanismo de precompromiso. Por ejemplo, confiando la política mo- Para salvar este problema, se intentaron doE soluciones distintas~ En julio
netaria al Banco Central y prohibiendo que el Gobierno pueda darle ins- de 1992, la Sejm cambió su reglamento de manera que un proyecto de ley
trucciones, la Constitución resuelve un problema de inconsistencia tem- de enmienda fuera aprobado automáticamente, a menos que hubiera una
poral que de otro modo aparecería. Pero este esquema podría tener una mayoría de dos tercios contraria a las enmiendas en la Sejm. Esta solución
eficacia escasa si se pudiera modificar. la Constitución con una mayoría eliminó el carácter indeterminado inherente al sistema interior, pero lo hi-
simple. Un Gobierno que se sintiera intolerablemente estorbado por el zo con el coste :le dar un poder legislativo decisivo al Senado. A partir de
Banco podría utilizar su mayoría parlamentaria para abolir la independen- ese momento, L mitad del Senado más un teccio de la Sejm podrían decidir
cia de éste. Sin embargo, evitaría hacerlo si los costes políticos fueran prohi- el destino de cu~1lquier ley, incluyendo los cc..mbios constitucionales. La se-
bitivos, esto es, si la independencia del Banco se apoyara en una conven- gunda soluciónJue la adoptada en la Pequeña Constitución, en l.a cual las
ción constitucional. enmiendas senatoriales eran aceptadas, a menos que tuvieran el·roto con-
. trario de una rr~.ayoría de diputados de la s·ejm. Para aprobar la Pequeña
Constitución -[ncluyendo esta disposición-, la Sejm tuvo que enmendar
Dos casos polacos de nuevo su reglamento interno. Entonces, los diputados reintrodujeron el
La Constitución polaca que estuvo en vigor entre 1989 y 1992 ilustra có- procedimiento original para estatutos ordinarios, pero decidieron que en
mo el requisito de mayoría calificada que no esté respaldado por la Cons- el caso de las enmiendas constitucionales d{bería producirse una votación
titución puede ser vacuo. Como una reliquia de la anterior Constitución solamente sobre si se aprobaba la enmienda. del Senado. Si la enmienda no
comunista, ese documento permitía al Parlamento hacer caso omiso de las conseguía los dos tercios de los votos, era rechazada -mientras que, ante-
decisiones del Tribunal Constitucional que abolían leyes aprobadas por el riormente, para su rechazo eran ne<;esarios <los tercios en contra. Después,
propio Parlamento. Este rasgo encarnaba la típica ficción comunista de la Sejm siguió adelante y votó contra las enmiendas del Senado a la Peque-
una completa supremacía parlamentaria. Aunque la Constitución no de- ña Constitución.
cía nada de la mayoría parlamentaria requerida, la ley del Tribunal Cons-
titucional establecía que esa mayoría debía ser de dos tercios. Sin embar-
go, como la ley podía ser modificada por mayoría simple, la mayoría
Dos niveles de precompromiso
calificada no era más que una ficción:.~Ningún parlamento puede atar o 'El precompromiso constitucional, por tanto, funciona a dos n,ivdes. En el
restringir de forma efectiva a futuros parlamentos mediante la legislación primer nivel, la Constitución puede diseñar la organización del Estado or-
ordinaria.~~- dinaria para co J.trarrestar las pasiones, salvar la inconsistencia temporal y

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fomentar la eficiencia. A un nivel más elevado, el siste~11a de enmienda de la Los procedimientos en cuestión fueron en sí mismos relativamente in-
propia Constitución puede ser diseñado para ser lento y engorroso. ~stas munes a las pasiones, puesto que debían de estar orientados a ofrecer una
restricciones de más alto nivel tienen dos efectos. Por un lado, actúan di- efectiva protección contra el comportamiento impulsivo. Parece que, du-
rectamente sobre los pro:blemas d~ las pasiones, inconsistencia temporal y rante todo el período, una convención metaconstitucional impidió que la
eficiencia. Por otro lado, refuerzan y estabilizan los mecanismos de primer Asamblea cambiara las reglas en mitad del juego. En el calor del momento,
nivel que, a su vez, actúan sobre los mismos problemisA los atenienses -como tendremos oportunidad de ver- podían violar las
Se da un caso especial cuando la Constitución determina si se permiti- normas, mas no cambiarlas. En el siglo IV a.C., había, además, una garantía
rá o se obligará a los agentes políticos a precomprometerse a sí mismos. formal contra los cambios apresurados. Para entonces, la Asamblea sola-
Jean-Jacques Laffont y Jean Tirole'examinan este problema en el cont~xto mente podía aprobar decretos. Las leyes eran aprobadas por un cuerpo
de la negociación entre un Gobierno y una empresa sobre los ingresos de más pequeño de ciudadanos que tuvieran una edad superior a los treinta
la explotación de un monopolio natural, como lo es el del petróleo. 63 La años, y mediante un procedimiento más complicado.
decisión para unos constituyentes benevolentes está entre elegir una
Constitución que obligue al Gobierno a hacer contra.tos restrictivos a lar-
Los~peligY:os,deJa:_pasiónpopular
go plazo (dos períodos) con la empresa, y elegir una que prohiba la con-
tratación a largo plazo. (No consideran la opción de'dejar esta elección al Las'-fuerifé~indican ~que.los:::atenienses estabafi-muypreóciipados~por,hallar
primer gobierno).;En su; modelo, el precompromisc: es óptimo si la pro- formas decontrarrestárlaspa5íánés'l11ayoritariás. Por la propia naturaleza
babilidad de que los Gobiernos sean deshonestos es o muy baja, o muy al- de la democracia directa, había una menor necesidad de contener el inte-
ta; en los casos intermed~os, la prohibición del preco!inpromiso puede ser rés de las facciones. Los atenienses pueden haber tenido agrupaciones políti-
deseable. 64 Otra vez, para que el precompromiso sea efectivo para o con- cas en sentido amplio, pero no partidos que pudieran movilizar a los vo-
tra el precompromiso, n~cesita ser pro~egido de la interferencia de lama- tantes sobre la base del interés. 66 En relación a la importancia de las pasiones
yoría actual.J mayoritarias, debe uno andarse con cautela en lo que se refiere a las fuen-
tes, puesto que a menudo tienen un sesgo aristocrático (como en el caso de
Tucídides), o datan de siglos posteriores a los acontecimientos que descri-
II.6. La autorrestri<;ción en la política de Atenas ben (como en el caso de Plutarco). J ennifer Tolbert Roberts sostiene, por
ejemplo, que la concepción -defendida por muchos-, según la cual la de-
En los siglos V y IV a.C.;el sistema político ateniense no era un régimen mocracia ateniense fue la norma de una multitud movida por las emocio-
constitucional, si por constitucional entendemos un régimen que satisface nes es profundamente errónea. 67 En su razonamiento, los procesos abier-
los criterios sustanciales, ~procedimentales o legales e1~umerados en la sec- tos contra oficiales atenienses se basaban, en la mayoría de los casos, en
ción II.3. Por tanto, no existía un subconjunto de leyes que fueran jerár- cargos justificados de comportamiento criminal o incompetente, o bien
quicamente superiores a las demás, o que fueran más difíciles de cambiar. 65 surgían de diferencias políticas sustanciales. N o me siento capaz de sacar
En realidad, hasta aproximadamente el400 a.C. no fue preceptivo que los conclusiones generales de esta afirmación. En cambio, sí citaré dos casos
casos juzgados por leyes escritas fueran distintos de los juzgados de ac~er­ conocidos de emociones de masas, y después seguiré para sugerir que algu-
do con leyes no escritas. Pero durante todo el período nos encontramos nas partes del elaborado sistema político de los atenienses podían haber
con procedimientos, cuyo efecto -y, posiblemente7 cuyo propósito- era le- servido para protegerles contra esta inclinación. 68
vantar obstáculos contramayoritarios a las pasiones de la mayoría. A causa El primer caso (probablemente, cerca de 440 a. C.) afectó a los H ellenota-
de la falta de evidencias documentales, me ceñiré a la cuestión de si se tr,ata- miai, un consejo de diez oficiales que administraban los ingresos fiscales
ba de mecanismos de precompromiso individual o simplemente de restric- provenientes de la Liga de Delos. Todo lo que sabemos acerca de ese episo-
ciones accidentales en la elaboración de la política a seguir. dio está sacado de un discurso de Antífona (5.69-70): «[Los] Hellenotamiai

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1!
1!
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Jenofonte (Hel!enica, 1.7.14-16) prosigue lahistoria:
una vez fueron acusados de malversación de fondos, tan erróneamente co-
mo lo soy yo hoy. La ira arrastró la razón a un lado, y todos fueron ajusti- Cuando algünos de los prítanos [un comité ejecutivo del Consejo de los Qui-
ciados, excepto uno. Más tarde, se conocieron los verdaderos hechos. El que nientos, que ;ra rotativo entre las diez tribu~ de Atenas] rechazaron someter a
sobrevivió, que según decían respondía al nombre de Sosias, aunque conde- voto la cuestión sobre la violación de la ley, cie nuevo Calixeno subió al estrado
nado a muerte, aún no había sido ejecutado. Entretanto, se había demostra- y urgió a que se les aplicara el mismo cargo a ellos; y la multitud gritó a favor de
do cómo había desaparecido el dinero. El pueblo ateniense lo rescató de las llamar a juicio a cualquiera que lo rechazara Entonces, los prítanos, presas del
manos del Cielo [los oficiales responsables que habían ejecutado las senten- miedo, aceptlron someterlo a votación -todos, excepto Sócrates.
cias]; mientras, el resto habían perecido siendo completamente inocentes».
N o es necesario subrayar la condena implícita de esa acción impulsiva. Euriptolemo p:ionunció entonces otro discurso, en el que insistió en que se
El segundo caso (de 406 a.C.) apareció después de la victoria de Atenas diera tiempo a tos generales a que preparen su defensa y en que s.~an juzga-
en la batalla naval de las islas Arginusas. Siguiendo a J enofonte (Hellenica, dos individualmente y no como colectivo. J enofonte concluye su relato
1.6-7), una tormenta impidió que los generales victoriosos pudieran resca- como s1gue:
tar a los marineros de los barcos dañados de la flota. Más tarde, ocho de los
Cuando Eur~ptolemo habló, ofreció resolvér que los hombres serían juzgados
diez generales fuero? acusados colectivamente de traición, y sentenciados
(... )por sepa;ado; aunque la propuesta del Consejo consistía en juzgarlos ato-
a morir; y seis de ellos, a.\ encontrarse en Atenas, fueron ejecutados. Traza- dos con un único voto. Consistiendo en ese 'nomento el voto en elegir entre las
ré un perfil de los pasos principales del proceso que llevaron a ese resulta- dos propues::as, decidieron primero a favor de la resolución de Euriptolemo;
do. 69 Haciéndolo, me nferiré al procedimiento de la graphe paranomon mas, cuando Menecles interpuso un recursc bajo juramento [hiporYlosía; véase
-juicio por haber realizado una propuesta ilegal en la Asamblea-, que se más adelante], y tuvo lugar una segunda votación, decidieron a favor del Con-
explica detalladamente más adelante. sejo. Después de esto, condenaron a los gem·rales que tomaron part~ en la bata-
Después de una reunión preliminar en la Asamblea, que debatió sobre lla, ocho en total; y los seis que se encontral:an en Atenas fueron ej :cutados. Y
la responsabilidad de los generales sin llegar a tomar ninguna decisión, la poco tiempc después los atenienses se arrer_,intieron, y votaron a fwor de que
cuestión fue mandada (de vuelta) al Consejo de los Quinientos, el cual pre- estas denuncias fprobolai; véase más abajo] 3e dirigieran contra toGos aquellos
que hubieran engañado al pueblo(... ), y que .Calixeno fuera incluido entre ellos.
paraba los casos para la Asamblea. Un miembro del Consejo, Calixeno,
(Hellenica, I'.7.34-35)
convenció a los demás para que aprobaran, y antepusieran a la Asamblea,
una propuesta para juzgar a los generales inmediatamente, afirmando que, Para contrarre:,tar este tipo de arranques de las emociones masiYas, los ate-
puesto que la Asamblea ya había debatido el asunto, holgaba atender a más
nienses contaban con cuatro tipos de mecGnismos: el-hasta donde yo sé-
alegaciones. Entonces, Euriptolemo y otros declararon su intención de raramente usado mecanismo de la anapsepf.,isis (volver a considecar una de-
proponer una graphe paranomon contra Calixeno por haber realizado esa cisión anterior); la separación de poderes;)os procedimientos ·~n dos eta-
propuesta, presuntamente fundada en que la propuesta trató «como un pas; y los complejos mecanismos por los que se pediría cuentas a aquellos
proceso judicial algo que sólo había consistido en una reunión deliberativa que encendieran las emociones de ·la gente.
de la Asamblea.» 70 En palabras de Douglas MacDowell, la

consecuencia de esto sería que la propuesta no podría tener efectos, a menos Anapsephis;:s
que Calixeno primero hubiera sido juzgado y absuelto de ese cargo. A lo cual
El ejemplo m~~s conocido de este procedimiento está tomado de la narra-
siguió un escándalo. Hubo gritos sobre lo intolerable que era que no se permi-
ción de Tucídides del debate mitileno (3.36 y ss.)-72 El año 428 á.C., la ciu-
tiera a la gente hacer lo que deseaba. Un orador sugirió que Euriptolemo y sus
dad de Mitiline, en Lesbos, un miembro d.e la Liga Delia, se rebeló contra
secuaces deberían ser juzgados por los mismos votos que los [generales], y se
Atenas. Habiendo sido aplastada la revuelta, los atenienses, «en la cólera
sintieron impelidos a retirar su amenaza de una graphe paranomon. 71

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del momento, determinaron condenar a muerte( ... ) a todos los varones proteger a la democracia de sí misma, también podría socavar su eficacia en
adultos de Mitilene». Tucí?ides sigue diciendo: relación a los enemigos externos. Regresaré a esta tensión general en la sec-
ción IL11.
Para ello, mandaron un t;·irremo para comunicar lo dec;etado aPaches [el ge-
neral ateniense encargado de Mitilene], conminándolo a no perder tiempq en.
ejecutar a los mitilenos. El día siguiente trajo consigo el arrepentimiento y la Separación de poderes
reflexión sobre la horrible:! crueldad de un decreto que ccndenaba a una ciu4ad En el siglo V a.C., la Asamblea podía arr.ogarse todos los poderes, si así lo
entera a un destino que merecería solamente si hubiera sido culpable. N o bien
decidía. 74 Como en el caso de los generales de las Arginusas, algunos jui-
esto fue advertido por los embajadores mitilenos en Atenas y sus seguidores
cios políticos fueron llevados a la Asamblea. Además, la Asamblea aprobó
atenienses, impelieron a las autoridades a someter de n~evo el asunto a vota-
ción; lo cual consintieron: en hacer sin oponer obstáculo; puesto que ellas mis- tanto leyes como decretos. Después del400 a.C., la Asamblea retuvo el de-
mas habían visto con claridad que la mayor parte de los. ciudadanos deseaban recho de aprobar sólo decretos, mientras la aprobación de leyes se confió a
que se les diera la oportm;idad de reconsiderar la cuestión. un cuerpo especial de legisladores (nomothetai), elegidos al azar (para cada
sesión) de una lista de 6.000 ciudadanos. Después de esa reforma, «el de-
En el debate subsiguiente, las concepciones opuestas fueron defendidas mos no podía por más tiempo considerar todo lo que le apeteciera como
por Cleón y Diódoto. 73 Cleón empezó su discurso diciendo: «A menudo vigente y restrictivo». 75 Los jurados (dikastai) también eran elegidos aza-
he tenido el convencimie~to de que una democracia n'o es capaz de soSte- rosamente (para cada juicio) de la misma lista, la cual se confeccionaba una
ner un imperio; pero nunca he estado más convencido de ello como desde vez al año mediante el procedimiento de echarlo a suertes entre todos los
vuestro cambio de opinión en lo que se refiere a Mitile:1e». Entonces, con- ciudadanos que se habían presentado. Cada uno de esos cuerpos estaba
tinúa' diciendo: «El rasgo más alarmante de esta situación es el constante compuesto por 500 miembros; a veces por más. Después de cerca del año
cambio de criterios con q~e aparentemente estamos amenazados, y nues- 355 a.C., los tribunales tenían jurisdicción exclusiva sobre los juicios polí-
tra ignorancia sobre el he;cho de que las malas leyes que nunca han sido ticos, completando así la separación de poderes.
cambiadas son mejores para una ciudad que aquellas buenas leyes que no El efecto general de esos cambios fue el de reducir el riesgo de que la
tienen ninguna autoridad'». Diódoto comienza afirm:ando: «No culpo a Asamblea aprobara leyes de forma precipitada. Los dikastai y nomothetai
las personas que han reabihto el caso de los mitilenos,· ni apruebo las pro- debían tener una edad mínima de treinta años, aunque todos los ciudada-
testas que hemos oído contra importantes asuntos que con frecuencia han nos varones mayores de veinte años podían tomar asiento en la Asamblea.
sido debatidos. Pienso qu¿ las dos cosas más opuestas al buen juicio son la Como escribe Mogens Herman Hans en, «la razón de que la edad límite
precipitación y la pasión; la precipitación normalmente va de la mano de fuera más elevada para jurados y magistrados no consta en ningún sitio,
la locura, y la pasión va asociada a la falta de madu~ ez y a la estrechez pero no es difícil de conjeturar. A lo largo de toda la literatura griega nos
de miras». encontramos con la idea de que la sabiduría y la experiencia aumentan con
Análisis más detallados: de los dos discursos muestran que lo que estaba la edad». 76 También se ha sugerido que los jurados y -por implicación-los
en juego no era una cuesti6n básicamente procedimental, sino si el hecho legisladores pertenecían a las clase~ media y alta de la población atenien-
de que masacrar a los mitilenos daría como resultado una efectiva capaci- se.77 Si eso fue así, nos proporcionaría un argumento adicional para creer
dad de disuasión futura. E1 parlamento de Cleón sugiere, no obstante, que que los jurados «actuaban de freno conservador sobre la Constitución»/8
procedimiento y disuasión estaban vinculados. Desde el punto de vista ·de En muchas otras sociedades, tanto la edad como la riqueza eran vistas co-
la disuasión, lo mejor seríi masacrar a los mitilenos; la segunda mejor op- mo garantías de la toma de decisiones políticas prudentes y conservado-
ción sería decidir no hacedo; y la peor decidir hacerlo, pero reconsiderarlo ras.79 Sin embargo, Hansen sostiene que los jurados y -por implicación-
más tarde, lo cual constitJye una acción que podría s~r interpretada por los legisladores pertenecían a los segmentos más pobres de la población. 80
otros Estados como un sig!no de debilidad. Aunque la anapsephisis podría Si eran prudentes, era solamente en virtud de su edad.
1:

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:l1 1
Mecanismos de demora ceso de destitución. En la Asamblea, podían pedirse responsabilidades a
El uso de procedimientos con dos etapas como mecanismo de enfriamiento los oradores por sus propuestas, sobre todo mediante la graphe parano-
es algo muy común en las construcciones constitucionales modernas. Tam- mon, pero tamb~ién -como en el caso de los generales de las islas Arginu-
bién los atenienses aplicaron esta técnica en muchas de sus instituciones. No sas- mediante i,robole. Todos estos procedimientos eran legales, y estaban
era posible proponer un asunto a la Asamblea, para forzar la toma de una sujetos a los principios básico de la ley de Atenas, según la cual todos los
decisión en el acto, sin que hubiera una preparación previa. Todos los casos · procesamientos debían ser iniciados por un óudadano privado. Había dos
debían ser discutidos en el Consejo de los Quinientos antes de ser llevados a clases principales de procedimientos. Una dike era un proceso sobre un
la Asamblea. De acuerdo con Hans en, «algunos decretos, como los tratado~ asunto privado, como un daño o una agresión. Aquí, el acusador normal-
mente obtenía una ganancia económica si ganaba, y no sufría pérdida fi-
y las firmas de paz, parecen haber requerido un debate en dos sesiones suce-
. nanciera alguna si perdía. Una graphe era ún proceso -hablando sin más
sivas de la Asamblea; otros debían ser ratificados en una segunda reunión de
precisiones- sobre asuntos públicos, como los procesos por impiedad o
la Asamblea, ocasión en la cual debía de haber quórum». 81 La institución del
· por deserción militar. Con algunas excepciones, los acusadores no obte-
ostracismo estaba sujeta al mismo principio. Una vez al año, la gente se reu-
nían provecho económico si ganaban el caso. Podían estar motivados por
nía para decidir si mantener o no un ostracismo, es decir, enviar a un ciu-
el interés público, por el deseo de venganza~ o por envidia, pero no por el
dadano al exilio por diez años sin que perdiera sus propiedades u otros dere-
interés material. Muchos procesos sobre a$untos de Estado, en realidad,
chos ciudadanos. Si el voto era positivo, tenía lugar otra reunión dos meses
- eran más disputas privadas que intervenciones animadas por un espíritu
más tarde, en la cual cada ciudadano escribía sobre una tablilla de cerámica
público. 84 En cambio, un acusador que no consiguiera una quinta parte de
(ostragon) el nombre de la persona que querían que fuera expulsada. No
· los votos era multado y perdía el derecho a ·hacer acusaciones similares en
eran permitidos los debates en ninguna de esas reuniones. Con la condición
el futuro.
de que al menos se emitieran 6.000 votos, la persona cuyo nombre aparecía
La probole, 'una acusación preliminar que podía lanzarse antes de la
en un mayor número de tablillas era condenada al ostracismo.
Asamblea contra líderes políticos que hubieran engañado al público con
Estas formas de demora institucionalizada podían tener efectos indesea-
· afirmaciones falsas, no viene al caso aquí. Constituía un mecanismo más
bles. Por una parte, «el proceso podía llegar a complicarse e ir tan lento· co-
para proteger a los ciudadanos de sus líderes que un mecanismo para pro-
mo para dificultar, por ejemplo, el establecimiento de una política exterior
' tegerles de sí mismos. La graphe paranomon, en cambio, tenía exactamente
efectiva». 82 Por otra parte, el intervalo entre las dos reuniones no necesaria-
· este último propósito. Por medio de este procedimiento, un orador podía
mente tenía que comportar una solución mejorada. En el caso del ostracis-
ser castigado por haber realizado una propuesta inconstitucional, incluso
mo, por ejemplo, «el requerimiento procedimental de dos reuniones signifi-
en el caso de que la propuesta hubiera sido aprobada por la Asamblea. Este
có que la decisión no fuera precipitada. Pero el interludio entre las dos
procedimiento es una de los rasgos más llamativos de la política ateniense.
también brindaba la oportunidad de organizar el voto». 83 En el último caso
Para una analogía contemporánea, deberíamos imaginar a un representan-
registrado, los dos candidatos principales al ostracismo, Nicias y Alcibíades,
te o senador estadounidense al que· se le impone una severa multa por ha-
invirtieron los papeles respecto a quien les propuso (Hipérboles), sirviéndo-
ber propuesto una ley aprobada por el Congreso y más tarde hallada in-
se del interludio para conseguir una mayoría favorable a condenarle al exi-
constitucional por el Tribunal Supremo. En el siglo IV a.C., la graphe
lio; un abuso que podía haber conllevado la liquidación del procedimiento.
paranomon era Una pieza clave de la democracia de Atenas. Hansen obser-
va que
Procedimientos de rendición de cuentas
la significanci'l de la graphe paranomon pued;: ser puesta de relieve l:.aciendo la
Los ateniense tenían un elaborado sistema para que sus oficiales rindieran
comparación con la situación, en el Estado ráoderno, en la cual el derecho de
cuentas. Los generales podían estar sujetos -y a menudo así era- a un pro- los tribunales_a tutelar la legislación sea más fuerte. El Tribunal Supremo de Es-

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tados Unidos ha tenido el poder para examinar y revocar las actas del Congre- Trasíbulo había propuesto que todos aquellos que hubieran abandonado
so desde 1803. En el período 1803-1896, esta capacidad fue utilizada en J35 Atenas por el Pireo, durante su reinado fueran hechos ciudadanos atenien-
ocasiones; nuestras fuen:tes nos muestran que en Atenas esta cifra casi fue al- ses cuando regresaran, incluidos extranjeros y esclavos. «Aunque bien in-
canzada en dos décadas. 85 tencionada, la propuesta hubiera alarmado a la gente de la ciudad: la entra-
da de un número indeterminado de esclavos y de cientos de extranjeros
Aunque a menudo descrita como «acusación sumari~~ pOr hacer una pro- hubiera inclinado la balanza electoral en contra de la gente, y la aprobación
puesta ilegal», la instituci,ón de la graphe paranomon en realidad tuvo un de la moción por la Asamblea les hubiera dado motivos para tener miedo.
alcance más amplio. Un decreto propuesto en la Asamblea podía ser anula- Con el propósito de aquietar esos recelos y de no poner en peligro la re-
do, y su promotor castigado, si (i) violaba una ley exístente, (ii) contenía conciliación, Arquino consiguió anular el decreto mediante una graphe pa-
defectos de procedimient?, o (iii) se consideraba perjudicial para los inte- ranomon», no sobre la base de sus contenidos, sino gracias a tecnicismos
reses del pueblo. 86 En algunos de los casos más famosos, el acusado fue en- legales. 88
causado por haber propuesto que la Asamblea otorgara honores y privile- Ambos casos tuvieron lugar en el siglo V a.C. Durante el siglo IV a.C.,
gios a una persona que no los merecía. Aunque normalmente los cargos la graphe paranomon pasó a ser, cada vez más, «un arma muy importante
eran expresados en términos legales, los asuntos efectivos a menudo eran en el combate político». 89 «Céfalos, un político de comienzos del siglo IV
políticos, o incluso personales. a.C., se jactó de que, a pesar de haber propuesto muchos decretos, nunca
Un rasgo específico del procedimiento también sugiere que las acusa- había tenido que afrontar una graphe paranomon presentada en su contra;
ciones, las más veces, eran más sustanciales que formales. Se presentaba pero el alarde de Aristofón, que murió en los años 30 del siglo IV a.C., fue
una graphe paranomon mediante una hipomosía, una. alegación bajo jura- que había sido exculpado setenta y cinco veces en sendas graphai parano-
mento de que un decreto-determinado era ilegal. Estb podía hacerse bien mon.»90 El más conocido de estos casos políticos es un proceso iniciado
antes de que el decreto fuera sometido a votación, o bien después de que por Esquino contra Ctesipón por haber propuesto un decreto, según el
fuera votado y aprobado~ Si la hipomosía tenía lugar antes de la votación, cual la gente de Atenas debía imponer una corona de oro al viejo rival de
ésta se posponía hasta después de que el tribunal hubiera emitido su vere- Esquino, Demóstenes. Entre las tres razones aducidas por Esquino para
dicto. Podía esperarse qu~, después de una decisión judicial afirmando que mostrar la ilegalidad de esa propuesta, dos estaban basadas en tecnicismos.
la propuesta era conform~ a la ley, sería aprobada en la votación de la Asam- Sin embargo, la tercera objeción es meramente pseudo-legal. Ctesipón ha-
blea. Sin embargo, esto podía no ser así. Hansen sosti~ne que si el tribunal bía propuesto que el que hacía el anuncio debía declarar que Demóstenes
decidía que el decreto era legal, automáticamente contaba como aprobado; era recompensado con la corona «puesto que siempre decía y hacía lo me-·
una práctica que solame~te tiene sentido si se hubiera basado en razones jor para el pueblo» (Esquino, 3.49). Mas, dice Esquino, dado que «todas las
más sustanciales que formales. 87 leyes prohiben incluir falsedades en los decretos del pueblo» (Esquino,
No está claro hasta qué punto la graphe paranomon sirvió a su preten- 3.50), él solamente debía mostrar que el elogio a Demóstenes es falso, con
dida función, la cual consistía más en mantener la actividad política dentro
1
el propósito de probar que la prop.uesta era ilegal. La mayor parte de su
de los límites de la ley que en procesar o perseguir a individuos concretos. discurso, por tanto, está dedicado a mostrar que Demóstenes actuó cons-
Para servir a la primera ftinción, la acusación debería haber sido hecha por tantemente contra los intereses de la gente.
un ciudadano genuinamente motivado por la razón, y no por el interés o Puesto que la graphe paranomon podía ser utilizada irresponsable-
las pasiones. La amenaza ~e Euriptolemo de presentar una graphe parano- mente, el ciudadano que la presentara -pero no obtuviera al menos una
mon contra Calixeno parece haber sido motivada por una preocupación quinta parte de los votos- sería multado y perdería algunos de sus dere-
genuina por el interés público. Un ejemplo de una -más o menos- desinte- chos civiles. Si la graphe paranomon en sí misma es vista como una pro-
resada graphe paranomorl, que llegó a buen puerto, fue la acusación hecha tección del pueblo respecto de su propia tendencia a dejarse influir por
contra Trasíbulo en el403 a.C., después de la caída de los Treinta tiranos. demagogos, esa cláusula de penalización constituía una protección contra

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el abuso del mecanismo de protección. En los últimos años de la democra- taban inventando, o reinventando. Aunque los moderados de la Asamblea
cia, la misma cláusula ib;l unida a eisangelia, procesos contra oficiales so- francesa, citados más adelante, compartieron los sentimientos antidemo-
bre la base de una mala conducta religiosa o política. Este mecanismo de cráticos de los constituyentes americanos, eran una minoría.
rendición de cuentas en dos fases -haciendo que rindan cuentas aquellos
que hacen rendir cuentas a los oficiales- era un rasgo único de la democra-
Pasiones e intereses
cia atemense.
En el examen de esos mecanismos contramayoritarios, hemos observa- Según'Maüisón~. ;:<~~ért~t5étos~los{casosrerr:queig:P:a_,rn~YIQ!!a.,,e~.t~J?a,unida;por
do que, aunque no necesariamente los remedios sean peores que la enfer- -el interés·comun"o:la:pasi9.I:l;:~~s,4~I~fh9~~c.l~ lfr:lJ:l!nQriaéestaban"eh p~l1g~~»
medad, podían ser en sí mismos fuente de problemas. La anapsephisis y los -(1, pág. 135). Si los pobres o aquellos c~y¡s· propiedades son relativamente
procedimientos en dos fases podían restar eficacia a la resolución de asun- -escasas forman una mayoría, su interés podrfa inducirles a promulgar leyes
tos urgentes de la política exterior. La graphe paranomon podía ser explo- contrarias a los derechos de propiedad. Las contramedidas apropiadas po-
tada con fines privados. Para una discusión más general de por qué la auto- drían incluir res.:ricciones al derecho a voto o al derecho a ser elegidos, así
rrestricción política podría ser indeseable, remito al lector a la sección II.ll. ~como también limitaciones constitucionales fuertemente protegidas, que
Aquí solamente deseo subrayar que, a pesar de esos problemas, el sistema van desde una prohibición del papel moneda hasta el derecho a una com-
ateniense de controles y equilibrios de poder fue, en conjunto, notable- pleta compensación por confiscación de propiedades. Además, Madison
mente exitoso. Los atenienses lograron combinar una participación demo- pensó que un cuerpo electoral amplio reduciría el alcance de las facciones
crática amplia con un grado razonable de eficiencia y protección contra las basadas en intereses. Como veremos, si la mityoría se deja llevar más por la
pasiones mayoritarias. Aunque el sistema albergó algunos rasgos patológi- pasión momentánea que por un interés duradero, las medidas idóneas di-
cos, no está claro que esos fueran más graves que las patologías de las de- . fieren por completo. 92
mocracias modernas. Examinando lo dicho en las dos Asambleas, puede deducirse que las
mayorías apasionadas eran consideradas como algo más grave que las ma-
yorías interesadas. 93 Pero los intereses del elEctorado representan solamen-
11.7. Interés y pasión en Filadelfia y París . te una parte del problema. Otro problema frecuentemente discutido sobre
la regla mayoritaria fue el riesgo de emergencia de una elite legislativa con
En las dos Asambleas de finales del siglo XVIII -particularmente en la ame- intereses propios. Como dijo Mirabeau, los representantes elegidos son
ricana-, los constituyentes se mostraban preocupados por los peligros de «una clase de aristocracia de Jacto» (8, pág. 538) que, si estuviera sin con-
la regla mayoritaria. El temor de los americanos era más agudo, puesto que trol, se arrogarü todo al poder. Como un ejemplo de qué podría ocurrir,
se enfrentaban a un problema diferente. En ambos países, podemos ver cita «la exclusió~'1 del público de la Cámara Í'\facional por la mera petición
una secuencia en tres etapas. En la primera etapa, existe una fuerte monar- de un miembro ::le la Asamblea, y la prohibición de documentos públicos
quía que es vista como arbitraria y tiránica. En la segunda, ésta es reempla- que dieran cuem:a de sus deliberaciopes». En la Convención Federal, Sher-
zada por un régimen parlamentario libre de restricciones. En la tercera, man (I, 365) expresó el temor de que los rep:esentantes pudieran desarro-
cuando se descubre que el Parlamento puede ser tan arbitrario y tiránico llar un esprit de corps que podía hacerles olvidar a aquellos a quienes repre-
como lo era el Rey, se introducen mecanismos de control y equilibrio. 91 En sentaban.
1787, los americanos pasaron de la segunda a la tercera etapa. En 1789, Estos, son, pues, los dos peligros que examinaré en lo que sigue: las ma-
los franceses pasaron de la primera a la segunda. Más tarde vinieron las pa- yorías populares apasionadas y los representantes autointeresados. Los
tologías de la segunda etapa, y la transición a la tercera. Esta es la razón ·mecanismos para contrarrestarlo, discutido.; en ambas Asambleas, inclu-
principal del distinto tenor de los dos debates. Los americanos estaban yeron el bicameplismo y el veto ejecutivo. Esos son los asuntos principa-
preocupados en protegerse a sí mismos de la solución que los franceses es- --les de la discusió,n que sigue: Además, ambas Asambleas discutieron sobre

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la inclusión de derechos individuales en la Constitución con el fin de con-
Problema de Problema de legisladores
trarrestar los múltiples peligros de la regla mayoritaria.l14 En el primer ni:vel mayorías apasionadas autointeresados
de precompromiso constitucional (sección II.S), una declaración de dere-
chos fundamentales ofrece una protección absoluta respecto al abuso po- La Cámara Alta U na asamblea dividida
tencial de una minoría, excluyendo ciertos tipos de leyes. Sin embargo, la ralentizará el proceso, está menos inclinada a
protección no es tan fuert~ como el conjunto de derechos en sí mismos. En La solución es el y además opondrá convertirse en una
bicameralismo resistencia a una aristocracia
el nivel más elevado, por t'anto, la protección absoluta requiere una salva-
mayoría apasionada
guarda de los derechos, es decir, una total inmunidad contra la posibilidad mediante la riqueza
de enmienda. Como se observó en la sección II.3, muchas constituciones o la sabiduría
modernas ofrecen, de hecho, protección de este tipo.
Tradicionalmente, cada uno de los dos mecanismo.s que tomo en con- El veto puede servir de El Ejecutivo podrá
La solución es el control adicional de los resistir cualquier
sideración aquí ha estado correlacionado con uno de bs dos peligros. Por
veto ejecutivo impulsos peligrosos autoampliación del
un lado, la existencia de una segunda Cámara contrarrestaría -mediante poder del Legislativo
un buen número de instrumentos-los impulsos apasionados de la mayo-
ría. Las demoras intrínsecas a los sistemas bicamerales, en particular, fue-
Tabla II.2
ron vistas como la principal protección contra las mayorías impulsivas.
Por otro lado, el veto ejecutivo bloquearía la tendencia hacia la tiranía le-
gislativa. Incluso en el caso de que el veto pueda ser anulado, la necesidad
Esta clasificación cuádruple de motivos se corresponde con una clasifica-
de una mayoría calificada hace más difícil al poder legislativo salirse con la
ción cuádruple de tareas de la actividad constituyente. Desde el punto de
suya. Pero estas afirmaciones tan estrictas necesitan ser matizadas y califi-
vista de los constituyentes del siglo XVIII, la Constitución debía confeccio-
cadas. En realidad, como se indica en la tabla II.2, ambos mecanismos fue-
narse teniendo en mente dos objetivos. El primero, que las destructivas e
ron propuestos como soh~ciones a los dos problemas.Antes de empezar a irracionales fuerzas de la pasión debían de ser eliminadas hasta donde fue-
examinar las cuatro variantes, permítaseme aclarar algunos extremos. ra posible. En el mejor de los casos, la pasión debía ser reemplazada o con-
Ninguna de las dos sociedades en cuestión era una democracia directa. trolada por la razón -una preocupación imparcial por el bien común. Pero
Las mayorías sólo podían actuar a través de sus representantes. Cuando los constituyentes -por lo menos en Filadelfia- no partieron del mejor es-
me refiero a las pasiones o al interés como motivaciones de la mayoría po- cenario posible. Por el contrario, partieron del supuesto de que los votan-
pular, doy por supuesto que éstas son transmitidas de forma plena al Le- tes y políticos futuros, cuando no estuvieran movidos por las pasiones lo
gislativo, y que en él están representadas, especialmente en la Cámara Ba- estarían por el interés propio. El segundo objetivo, por tanto, consistía en
ja, por ser elegida de forma directa. Cuando me refiero a los intereses o a diseñar instituciones que proporcionaran incentivos privados a los agentes
las pasiones de los propios legisladores, estoy pensando en algo más. El políticos para que actuaran de modo que, al mismo tiempo, promovieran
interés del órgano legislativo consiste en adueñarse de un espacio lo más el bien público. Esta línea de razonamiento se aplica tanto a los votantes
amplio posible en el conjunto de la organización estatal. (Para algunos como a los representantes. Aunque me ceñiré, principalmente, al asunto de
ejemplos del proceso constituyente en Europa del Este, véase la sección las pasiones mayoritarias y de los legisladores autointeresados, el diseño
11.11). Además, los legisladores pueden actuar bajo el imperio de las pa- institucional puede también tratar de lidiar con los problemas de los vo-
siones que nacen en la pr~pia Asamblea, completamente independientes tantes interesados y de los legisladores apasionados. 95
de las de sus representados. La vanidad, por ejemplo, puede impedir a un Un último comentario preliminar tiene que ver con la distinción entre
orador retractarse de una propuesta política una vez ésta ha sido afirm-ada interés y pasión. Cuando los constituyentes americanos oponían el interés
en público. privado al «interés permanente y agregado de la comunidad», querían decir

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dos cosas distintas. 96 Por un lado, el interés privado a menudo se aproxima en su favor un-l. dictadura que podría tornarse perpetua. En cambio, dos cáma-
a los intereses a corto plazo de un modo distinto a como atiende a los bene- ras que deliberen separadamente garantizarán: la sensatez de sus respectivas re-
soluciones, y proporcionarán al cuerpo legislativo esa lenta y majestuosa paz
ficios a largo plazo. Por otro lado, fija la atención sobre los beneficios indi-
de la que nunca deben desviarse. (8, pág. 555)
viduales o de un grupo de modo distinto a como lo hace respecto a los be-
neficios de la comunidad como un todo. Cuando Madison y otros se
Este argumento no reposa sobre ninguna vittud especial de los Sénadores,
referían a los peligros de _;_as luchas faccionales, antes que nada estaban pen-
.en comparación con la de los miembros de la Cámara Baja, sino que sim-
sando en el último aspecto del interés privado. Pueden ser ejemplos de esto
.plemente apela a las virtudes de ir despacio. 98 Esto se suma, por tanto, a
los intereses de los deudores respecto a los acreedores, los intereses mone-
cualquier otro mecanismo de demora o enfri-amiento, como el requisito de
tarios respecto a los rendimientos de la tierra y de la industria, y demás. A
e que los cambios.constitucionales sean aprobados por dos Legislativos su-
pesar de que los riesgos faccionales pueden ser agravados por la miopía, las
. cesivos o el veto suspensivo del Rey. 99 Además, el argumento no requiere
dos cosas son conceptualmente distintas. La miopía, por sí misma, de algún
que el Senado tepga el poder de veto -o cualquier otro poder formal- so-
modo está más cerca de la pasión que del interés, entendiendo esto en lo
. bre la decisión. :En París, La Rochefoucauld propuso un Senado puramen-
atinente a la evaluación sosegada y deliberada de la ventaja personal. En el
:te consultivo o <<Consejo»:
número 6 de The Federalist, Hamilton, por ejemplo, se refiere, al mismo
tiempo, a «pasiones momentáneas e intereses inmediatos». Aunque una pa- Podría establecerse un Consejo que examinara los proyectos de ley enviados
sión brevemente vivida no es la misma cosa que un interés estrecho de mi- para tal fin desde la Cámara de Representanti~s. El Consejo de hombres elegi-
ras, Hamilton los asimila en el número 15, cuando opone «consideraciones dos para esta honorable función debería ser consultado dos o tres veces antes
generales de paz y justicia al impulso de cualquier pasión o interés inmedia- de que la Cárn'ara de Representantes tomara 1ma decisión definitiva. Esta con-
tos». Puesto que los constituyentes desdibujaron en G!-lguna medida la dis- sulta repetida -junto con el hecho de que, a través de la publicidad dada a los
tinción -y puesto que, en realidad, se trata de una distinción algo borroso-, proyectos mediante la imprenta y la libertad de prensa, todos los ciudadanos
me permitiré hacer algo parecido cuando examine sus declaraciones. estarían implicados-, garantizaría una demora suficiente para que los legislado-
res mitigaran su ardor. (8, págs. 548-549)

El bicameralismo es la solución al problema Sin embargo, la mayoría de los sistemas bicaínerales estaban también justi-
de las mayorías apasionadas ficados por alguüas diferencias cualitativas existentes entre senadores y re-
Esta afirmación tiene diversos aspectos. Un argumento estándar (véase, presentantes, por las cuales la Cámara Alta s,~ría más prudente y conserva-
también, la sección II.5) consiste en que el bicameralismo propicia un pro- dora, y actuaría así de freno a la más impetuosa Cámara Baja. Estaban
ceso más lento y engorroso, dando tiempo a los espíritus impetuosos a en- previstos un buen número de mecanismos de criba. Podía elevarse la edad
friarse. 97 Cuando Thomas J efferson preguntó a George Washington por mínima requerida para ser senador. 100 Los senadores podían ser elegidos
qué la Convención había establecido un Senado, Washington respondió ·mediante elecciónes indirectas (la solución
. americana). Podían' también '
preguntando: «¿Por qué vierte usted su café en su platillo?». «Para enfriar- estar sujetos a una ocupación del cargo dur~nte períodos más largos, con
lo», respondió Jefferson. «Pues eso», dijo Washington. «Vertemos las leyes renovaciones pC;r etapas (también una parte.de la solución americana). De
en el platillo senatorial para enfriarlas». En Francia, Mounier hizo notar forma más controvertida, podían estar sujetc.s a unos requisitos de elegibi-
que la mayoría podría incluso necesitar protección contra su propia tenta- lidad severos, en relación a la propiedad o a los ingresos. Desde un deter-
ción a abdicar del poder: . minado punto de vista, los últimos criterio" pueden ser utilizados como
aproximacionessubóptimas a la sabiduría. 101 Desde otra perspectiva, claro
Una Asamblea unicameral (... )podría, en un momento de entusiasmo, decidir está, el criterio basado en la propiedad sirv1Ó solamente para proteger la
aumentar el poder de un rey victorioso o, en circunstancias difíciles, establecer · propiedad.

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El bicameralismo es~la solución al problemCt: de los pn)p<)rCIOilaclo por la segunda cámara no significa un control sobre
legisladores autointéresados la usurpación del poder del Legislativo, sino sobre el abuso de los poderes
legislativos, sobre la propensión de la primera a legislar demasiado en pro-
El mecanismo subyacente al argumento es una forma de «divide y vence- yectos de papel moneda y otros asuntos por el estilo. No es un control sobre
rás»: una Asamblea homogénea está más inclinada a formar un frente uni- la Tiranía Legislativa. Por el contrario, podría favorecerla, y, si la primera cá-
do contra el Ejecutivo d~ lo que lo está una Asamblea con divisiones i~ter­ mara llegara a ser seducida, hallar los medios para salir airosa» (II, pág. 52).
nas. En la Convención, «el señor Dickinson no 'recelaba de qu; un La idea de que una división interna en el Legislativo podría no reducir, sino,
Legislativo, compuesto por diferentes sectores cons.:cituidos sobre distin- en realidad, aumentar, la inclinación hacia la tiranía legislativa no la he en-
tos principios de este tipo, se uniera de forma impropia con el propósito de contrado en ningún otro sitio de los debates. Tampoco es particularmente
desplazar a un juez» (II,,pág. 429). Mason dijo que un Legislativo ú~ico, plausible. Es más atractiva la idea de que la división interna del Legislativo
como se propuso en el plan de Nueva Jersey, conte:·J.Ía las semillas d-e un podría no constituir una disuasión suficiente de la tiranía legislativa. Quizá
«Legislativo despótico» (l, pág. 254). En la Assemblée Constituante, Lally- se requiera del veto ejecutivo -como se examina en la próxima subsección.
Tolendal expuso la cuestión en términos más generales del modo siguiente:

Un poder único !lecesariamente acabará devorándolo todo. Dos poderes lu- El veto ejecutivo es la solución al problema
charán hasta que uno de los dos haya aplastado al otro. Pero tres se manten- de las mayorías apasionadas
drán en un perfecto equilibrio, si se combinan de modo que, cuando dos estén
En la Asamblea americana no se examinó seriamente un veto absoluto para
batallando el uno contra el otro, el tercero, al estar interesado en que los dós si-
gan existiendo, se unirá al oprimido contra el opresor, restaurando así la paz el Ejecutivo. En la Asamblea francesa, fue defendido con fuerza por algu-
entre ellos. (8, pág. 515) .: nos «monarquiens», pero al fin arrolladoramente aplastada. Ahora hay dos
formas principales de mantener una forma de veto ejecutivo, incluso en ca-
En ambas Asambleas se tenía aprensión a que una <:::ámara Alta pudiera so de abandonar un veto absoluto. Por un lado, puede permitirse a la Asam-
convertirse en una aristocracia. En Filadelfia, Gerry d:jo que «[el nuevo sis- blea rechazar el veto, pero con el requisito de una mayoría calificada. Ésta
tema], tal como está ahora, es una aristocracia tan completa como siempre fue la solución aprobada en Filadelfia. Por otro lado, puede permitirse que
lo fue. Si deben atribuirse grandes poderes al Senado, en realidad estaremos la Asamblea rechace al Ejecutivo mediante una mayoría ordinaria, mas
gobernados por unaJun~a como temíamos» (II, pág. 286). Wilson dijo, en siendo necesario que la decisión se difiera a una legislatura posterior. Esa
términos parecidos, que «estaba obligado a considerarlo globalmente co- fue la solución aprobada en París, permitiendo que el Rey vetara una pro-
mo algo que mostraba ur{a tendencia peligrosa a la aristocracia; como arro- puesta en dos legislaturas sucesivas, antes de que en una tercera pudiera
jando un peligroso poder' en manos del Senado» (II, pág. 522). Este razona- anularla. En ambos casos, se defendió la solución, entre otras razones, por
miento tuvo un atractivo aún mayor en París, donde la mera idea de una su beneficioso impacto sobre las mayorías apasionadas.
Cámara Alta poderosa le~ recordaba a los estamentos del antiguo régimen. Este razonamiento se repitió en. diversas ocasiones en los debates ame-
Sin embargo, puede darse la vuelta al argumento. Es precisamente para im- ricanos. De acuerdo con Madison, «una negativa del Ejecutivo: no sólo es
pedir la formación de un, Legislativo como aristocracia que debe aceptarse necesaria por su propia seguridad, sino por la seguridad de una minoría en
una aristocracia en el Legislativo. 102 Aunque el detentar el cargo en el Sena- Peligro de ser oprimida por una Mayoría injusta e interesada» (I, pág.
do durante un largo período podría convertir a sus miembros en una aris- 108). 103 El Gobernador Morris fue más concreto. El19 de julio, sostuvo
tocracia, esa larga tenencia también es necesaria si se·quiere que ejerza un que la Cámara Alta era necesaria como control «sobre la propensión de la
control efectivo sobre la Cámara Baja (Madison: I, págs. 218-219). otra cámara a legislar demasiado para embarcarse en proyectos de papel
El papel que juega el bicameralismo en el control cie la tiranía legislativa moneda y otros asuntos por el estilo» (II, pág. 52). Dos días más tarde, se
no estuvo exento de controversia. El Gobernador Morris sostuvo que:_ «El refirió a los mismos fenómenos -«emisiones de papel moneda, liberalidad

156 157

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para con la gente, una reemisión de deudas, y medidas similares» (II, pág. habían usurpz.do, y de los que ahora ellos m.smos se despojaban, había el del
76)- como razones a favor de un fuerte control del Ejecutivo. 104 Mason poder absoluto para legislado todo por sí so~os. La ley prohibía, bajo pena de
sostuvo de un modo parecido que: «Sin embargo, las precauciones que se premunición, confirmar que otra de las Cámaras, o las dos al mismo tiempo,
tomaron en la constitución del legislativo serían tan parecidas a las de los tuvieran pode: legislativo sin la participación del Rey. (8, págs. 517-518).
Estados individuales que debería esperarse que, con frecuencia, se aproba- Muchos otros oradores en la Assemblée Constituante defendieron la nece-
ran leyes injustas y perniciosas» (II, pág. 78). En otras palabras, el sistema sidad de un veto real para controlar la tendencia a la dominación el. el Legis-
tripartito proporcionó un doble control sobre la regla de mayoría. 105 lativo. Haciéndolo, se permitieron grandes dosis de hipocresía, bien esti-
En la Assemblée Constituante, el argumento tomó formas distintas. pulando una perfecta harmonía de intereses entre el Rey y el pueblo que le
Para muchos diputados, el veto ejecutivo no era más que un mecanismo de permitiría a éste controlar las tendencias aristocráticas del Legislativo (Mi-
demora y enfriamiento; un freno a las pasiones mayoritarias. Para los . rabeau: 8, pág. S39), bien estableciendo una perfecta coincidencia entre la
miembros radicales de la Asamblea, se trató más bien de un mecanismo voluntad del Rey y la felicidad general (Malouet: 8, págs. 535-536). A fina-
que permitía a la nación actuar ejerciendo un control sobre sus represen- les de 1789, nad1.e dijo abiertamente que incluso un Rey débil o depravado
tantes. Como dijo La Salle: «El veto suspensivo es un tipo de llamamiento fuera útil para c::mtrolar la tiranía del Legislativo. Después de la huida del
a la nación, el cual permite que ésta intervenga haciendo las veces de juez Rey a Varennes, se hizo más difícil mantener en pie la ilusión de su benevo-
entre el Rey y los representantes» (8, pág. 529). lencia y sabiduría. En los debates sobre la inmunidad real, Duport y Bar-
El argumento acabó teniendo dos versiones. Algunos delegados que- nave sostuvieron que el Rey no podía servir a su función constitucional de
rían dejar la decisión al Legislativo siguiendo el veto final (Lameth: 8, pág. control del Leg~slativo a no ser que su perstma fuera inviolable (28, págs.
572; Grégoire: 8, pág. 567). Otros querían que las asambleas primarias vo- 263 y ss.; págs. 326 y ss.): «Si el monarca deFendiera del cuerpo legislativo,
taran directamente la moción a la que se había opuesto el veto real (LaSa- de esto se segui~·ía que este último podría d-~struir su propio freno» (Du-
lle: 8, pág. 534; Pétion: 8, pág. 581). port: 28, pág. 26-5). Regreso a este asunto brevemente.
Los americaJ.lOS también se refirieron aL experiencia británica: «Don-
. de el Ejecutivo fue de veras el paladión de la ]_ibertad, Rey y Tirano estuvie-
El veto ejecutivo es la solución al problema
, ron, en las mentes de la gente, naturalmente asociados; no Legislctivo y ti-
de los legisladores autointeresados ranía. Pero allí donde el Ejecutivo no era_importante, los dos últimos
El papel del veto ejecutivo como control de la tendencia hacia la tiranía le- términos eran lc)s más adecuadamente asociados. Después de la destruc-
gislativa fue un tema permanente en las dos Asambleas. En París, Lally- ción del Rey en Gran Bretaña, hizo su aparición en el Parlamento una tira-
Tolendal-citando a Inglaterra como precedente-, dijo que en 1688las dos nía más pura que la que había ejercido el monarca» (Wilson: II, pág. 301).
cámaras del Parlamento abdicaron de algunos de sus poderes en favor del Otros preceder:tes históricos fueron citados por el Gobernador Morris.
Ejecutivo con el fin de impedir la tiranía legislativa: Habiendo, en primer lugar, reiterado su moción a favor de un veto absolu-
to -que había re:hazado la semana anterior_; vino a decir:
Fue en aras de la defensa de la libertad que las dos cámaras hicieron que el Rey La mayoría de ciudadanos virtuosos, como miembros del cuerpo legislativo, a
sancionara el habeas corpus, y fue también para defender la libertad que reunie- menudo convt!ndrán en aprobar medidas que más tarde, en su fuero ~nterno, se
ron todos los poderes ejecutivos en la mano del Rey. Eliminando todos los me- avergonzarán de haber apoyado. Deben prevenirse los avances del sector po-
dios tiránicos al alcance del Rey, nada querían reservarse para sí mismos. En el pular del Estado. Los Éfori de Esparta se tornaron absolutos( ... ) Si el Ejecutivo
pasado reciente, la gente ha sufrido la opresión del Parlamento, del mismo mo- es revocado por el sector popular, como ocurrió en Inglaterra, seguirá la tiranía
do que el Parlamento ha sufrido la opresión del Ejército. Las Cámaras querían de un hombre -en Roma, donde la aristocracia derrocó al trono, la consecuen-
defender a la gente de sí mismas; impedirían cualquier tipo de opresión y limi- cia fue otra. Se extendió sobre la tendencia de la Autoridad del Legislativo a
tarían la libertad de [enchaí'ner] todos los opresores. Entre los privilegios que usurpar al Ejecutivo y deseó que la división se pospusiera, con el fin de consi-

158 159

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Y el interés. Enla Convención Federal, los constituyentes decidieron man-·
derar algún control más efectivo que el de requerir sólo;dos tercios para anular
tener
" sus d act1v1dades
· a puerta cerrada y en secreto · La r azon,
" como d.·lJO
la negativa del Ejecutivo (II, págs. 299-300). mas :ar. e Madiso~, fue que «si los miembros se hubiesen comprometido
Para establecer los contrdes enumerados en la tabla IL2, uno debe resolver en pub~Ico en e~ pnmer momento, más tarde habrían supuesto que por co-
dos problemas estrechamente relacionados, inherentes a cualquier sistema ~e--renCia deb~na~ mantener su postura, mientras que mediante la discu-
de controles y equilibrio:~. En primer lugar, está la cuestión de quién con- SI_on secr:ta m~gun ho~bre se consideraba obligado a aferrarse a sus opi-
trolará a los controladores. Los controles tienen que ser puestos bajo con- m~nes mas alla del sentido de la decencia y verdad que le conferían, y estaba
trol; de otro modo, no habría un sistema de controles y equilibrios. En Pa- abierto a escuchar otros. . argumentos» (1II ' pa"g · 379) · L os constituyentes,
·
rís, los defensores del vew absoluto en manos del Rey sostuvieron que la en otras palabras, el~giero~ el secretismo para precomprometerse a sí mis-
Asamblea siempre podría rechazarle negándose a pagar impuestos (d'An- mos con:ra su propia vamdad. En cambio, comparados con los franceses
traigues: 8, pág. 544; Min.beau: 8, pág. 539; Mounier: 8, pág. 561). En Fila- los constituyentes americanos no insistieron en el aro-umento de la vanid d
delfia, los controles sobre el Ejecutivo incluyeron la capacidad de anula- ~e agente~
los políticos futuros, cuyo comportarnie~to sería reguladop~r
ción de su veto mediante una mayoría de dos tercios; el proceso de a Constitucwn que ellos estaban redactando.
incétpacitación presidencial; y los incentivos proporcionados por la reele- b ·" Afdiferencia
· .- de la Convención. Federal' la Assemble"e C onstituante
· tam-
gibilidad. .I~n uncwno ~omo un Legislativo ordinario. Sin embargo, esta disposi-
En segundo lugar, está la cuestión de quién elegirá a los controladores y, c~on puede ser -~ndeseable. Una tarea principal de una Asamblea constitu-
si es necesario, hará que abandonen su cargo. Los ccmtroles deben ser ge- ~IOnal ~s la ~e fipr el equilibrio de poder adecuado entre el Legislativo y las
nuinamente independie~tes de las instituciones que ~e supone que co~tra­ areas eJecutivas del Estado. Asignar esta tarea a una Asamblea que tamb·--
pesan. Ya cité la observación de Duport en la Assemblée Constituante desarrolle las funciones de un órgano legislativo sería como pedirle que~~~
de que el Rey no puede servir de freno al Legislativo si la Asamblea lo puede tuar_a de JUez en su propia causa. Podría esperarse que una Constitución
descituir a voluntad. En la Convención Federal, la cuestión surgió en rela- es~nta por una Asamblea legislativa confiriera excesivos poderes al Legis-
ción tanto con el Ejecutivo como con la Cámara Alta. En lo que se refiere a latlV~ (11.11). En.a_bstracto, podría resolverse este problema por medios
esta última, Sherman sostuvo, contra la propuesta de Randolph, que «la pri- par~c.Id~s a los ut1hzados en los cuerpos legislativos: mediante controles y
mera cámara del Legislativo federal debe tener la capacidad de nombrar a eqmhbnos. Un vet_o real a la _Cor:stitución podría, por ejemplo, haber con-

~
los senadores», sobre la base razonable de que «SÍ el Senado debe ser nom- servado la tendencia del Leg1slat1vo a atribuirse a sí mismo mayores pode-
brado por la primera cárpara y fuera de este órgano( ...) esto les haría dema- res de control. 10_6 La Assemblée Constituante aprobó otra solución, votan-
siado independientes, y de ese modo destruiría el fin por el que el Senado do _que_ sus miembro_s fueran ine!egibles para el primer Legislativo
debe ser nombrado» (I, pág. 60). En lo que se refiere a la primera, el Gober- ordmano. Fue Robespierre, en su pnmer gran discurso, quien obtuvo de la
nador Morris aseveró que si el Ejecutivo es elegido p9r el Congreso, «no se- ~samblea una «decr~to a~todenegatorio» -el precompromiso de los cons-
rá más que la criatura del Legislativo: nombrada y d~~stituible por ese órga- 1 tituyentes contra su mteres propio.(26, pág. 124).
no» (I, pág. 29). Razonahdo también contra la selecci.ón del Ejecutivo por el
Legislativo, Madisón afirmó: «El candidato intrigaría con el Legislativo, de-
rivaría su nombramiento de la facción predominante, y haría que su admi- II.8. Inconsistencia temporal, descuento y demoras
nistración se rindiera servilmente a sus concepciones» (II, pág. 109).
En la secci?n 11.3, vimos que muchas constituciones imponen una demora
entre la pnmera propuesta de una enmienda y su aprobación final. En 1.3,
Autorrestricción eri la Asamblea
sostuve que las_ dem~r~s pueden servir para salvar los problemas asociados
Concluyo observando que los constituyentes amer~canos y franceses tam- al descuento hiperbohco. N o podemos inferir, claro está, que la cláusulas
bién se precomprometieron a sí mismos contra las tentaciones de la pasión

-·,c:z·_c.:1·'"':c=;:·-coc='=" 'C' '~ ,.,. . . . .- - -tlf"'~ - - . . ,. ._,._.,_. . . . . ,_


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de demora existan para impedir las inversiones terr. .porales originadas por que garantice .un equilibrio presupuestario. (Doy por supuesto, por mor
el descuento hiperbólico. Incluso después de que Snotz, en 1955, identifi- del argumento, que una enmienda a favor de un presupuesto {·quiÜb~ado
cara y caracterizara este fenómeno, este último mecanismo -hasta donde ataría realmente al Congreso.) 109 Un argumento importante a favor de la
yo sé- nunca ha sido citado como una razón para el precompromiso cons- enmienda se basa en que, si no se constituconaliza ese objetivo, el Congre-
titucional. Las demoras han sido introducidas para contener a las pasiones, so será incapa:~ de resistir las presiones de muchos grupos para que presu-
mas no para contrarrestar al descuento hiperbólico. Pero, aunque la i~ea pueste gastos t~n tal o cual actividad. Los n'presentantes necesitan ser capa-
no puede servir como un ejemplo de precompromiso intencional, sí sugie- ces de explicar a sus representados que su: manos están atadas. 110 Pero, es
re que algunos procedimientos de demora pueden hacer las veces d~ res- al menos concebible que el Congreso -o l'os representantes individuales-
tricciones accidentales que impiden el desarrollo de un comportamiento también está sujeto a la tendencia a la irresplución que es inherl::nte al des-
temporalmente inconsístente. cuento hiperbólico. A causa de la prevalencia de las fechas presentes res-
pecto a las futuras, el Congreso, como San Agustín, se dirá a sí mismo que
equilibrar el pi·esupuesto es una buena idea -para aplicarla en el futuro. Pe-
Precompromiso para los derechos ro cuando ese !:Uturo llega, siempre lo hace con la faz de un nuevo presente,
Consideremos, en primer lugar, las disposiciones constitucionales de los al que se aplica de nuevo el mismo razonarniento. La enmienda a favor del
mal llamados «derechos positivos», como el derecho a una asistencia sani- equilibrio presupuestario podría salvar est;:i falta de resolución.
taria o a una educación gratuitas. A veces, se supone que esas son formas Sin embargo, para aprobar la enmienda~ podría haberse establecido que
de cons~mo social, las cuales deben tener lugar a costa de la inversión so- ésta solamente empezará a tener efecto en d siguiente Congreso, o incluso
cial y de la eficiencia. Los países en vías de d~sarrollo -incluidos aquellos en un futuro nás lejano. 111 La idea de demora, de hecho, sirve aquí a dos
que están acometiendo la transición hacia un sistema de mercado- no pue- funciones. Un,a. vez se ha aprobado la enm.enda, una demora e1ltre la pro-
den «permitírselas». Esto puede no ser del todo cierro, puesto qD:e la edu- puesta y su apnbación la protegerá de ser abolida. Para ser aprobada, debe-
cación y la asistencia sanitaria también constituyen inversiones en fue.rza ría imponerse una demora artificial entre !a aprobación y la ej,?cución. El
de trabajo productiva.: 07 Si no son provistos, puede ser porque el Gobier- caso american1) es una buena ilustraCión de esto, a causa de la dHración va-
no está sujeto a un descuento hiperbólico. El Gobierno puede reco~oc.er riable e incierta del proceso de enmienda. )upongamos, por tanto, que en
plenamente el valor de las inversiones en educación y asistencia samtana, el Parlamento; de Suecia se hubiera propl.esto una enmienda ·1 favor del
pero decidir posponerlas a una fecha más tardía. Pero cuando esa fecha lle- equilibrio presupuestario. Para ser aceptad.,a., la enmienda debería ser apro-
ga, de nuevo se acordará una prioridad ligada a un proyecto que propor- bada tanto en ::a legislatura actual como en el inicio de la siguiellte. El des-
cione beneficios inmediatos. Para encontrar el modo de resolver este pro- cuento (hiperbólico) de los legisladores e~-; tal, que en un morr.ento dado
blema, puede ser útil constitucionalizar los derechos a la educación y a la prefieren tene~· un déficit presupuestario e o. la actuallegislatur~ y en la si-
asistencia sanitaria, iEcluso quizá salvaguardándolos como derechos no guiente, pero nunca más a partir de enton::es. Sobre este supu.:sto, la en-
enmendables. «Las personas que tienen el poder casi siempre quieren dis- mienda no se ,,probará, a no ser que sea pc,sible especificar que solamente
crecionalidad, al menos a corto plazo, y los programas vinculados a dere- empezará a ter,~.er efecto en la cuarta legislatura.
chos adquiridos atan sus manos. La Carta de Derechos Fundamentales
(Bill of Rights) también tiene que ver con atar las manos del Gobierno.» 108
Aplicación deraorada
Los constituyentes podrían, además, desea~· que en la ConstituCIÓn consta-
Precompromiso para un equilibrio presupuestario ra un período de demora entre la elección de un nuevo Gobierno y su toma
En Estados Unidos, actualmente, hay un movimiento a favor, no sólo de de posesión. En iberoamérica (Perú, Arge~:1tina) y Europa del Este (Polo-
un presupuesto equilibrado, sino también de una enmienda constitucional nia, Hungría), se han podido ver recientemente contiendas electorales en-
11
í
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tre un partido liberal más orientado a la eficiencia, que está compron:tetido
tip~, qu: no t~ndría menos c~nsideración por los derechos y ventura de los que
con una política de austeridad inicial seguida de cre'cimiento, y un partido
estan mas aba; o que por los cmdadanos de más alta alcurnia. (I, pág. 49)
populista más orientad1j a la seguridad, que promete niveles altos de provi-
siones bienestaristas y ayudas al desempleo. En algunos casos, el partido li- El Gobernador Morris sostuvo, en una línea parecida, que
beral tiene un amplio apoyo inicial en las encuestas, pero a medida ,que la
elección se acerca es superado por el partido populista, que acaba ganando Las ataduras estatales y la importancia de los Estados han sido el azote de este
las elecciones. Estos hechos simplificados se corresponden con exactitud País. No podemos liquidarlos; pero quizá podemos arrancarle los dientes a las
con lo que esperaríamos si los votantes descontaran el futuro hiperbólica- serpientes. Deseo que nuestras ideas se extiendan en pro del verdadero interés
mente.112 Además, podría salvarse el problema estableciendo una demora del hombre, en vez de quedar circunscritas al estrecho espacio de un lugar con-
de, por decir algo, seis meses antes de que el nuevo Gobierno tomara. pose- creto. Y después de todo, qué pequeño puede ser el motivo originado por el
sión. Naturalmente, puede que seis meses no sean suficientes. Seis meses egoísmo de una política de este tipo. Quién puede decir si él mismo, mucho
podría ser demasiado tí.empo, en el sentido de que un país podría no poder menos aún sus hijos, el próximo año será un habitante de este o de aquel Esta-
do. (I, pág. 530)
permitirse un Gobiern'o en fase de declive durante tanto tiempo. Hechas
estas precisiones, vemos que el problema es serio; y:una solución de este ti-
Este arg~mento s_e _refiere a los trece estados que existían por entonces, pe-
po es al menos c~ncebible en términos abstractos. , .
ro tambien fue ut1hzado para referirse a la entrada de nuevos estados. Con-
La idea de una demora entre la aprobación y la; ejecución también po-
t~a la propuesta ~e- Gerry de «limitar el número de nuevos estados que pu-
dría defenderse basándola en razones completamente diferentes. Un pro-
dieran ser admitidos en la Unión, de manera que nunca pudieran
blema que ha importu~Lado a la mayor parte del proceso legislativo consti-
sobrepasar al número de estados atlánticos» (II, pág. 3), Sherman contestó:
tucional-sea en la etapa fundacional, sea en el proceso de enmienda- es el
«Estamos procurando por nuestro futuro,' por nuestros hijos y nuestros
d\ que los constituyentes, invariablemente, se han encontrado a sí mismos abuelos, quienes es tan probable que sean ~iudadanos de los nuevos esta-
S1Jmidos en un conflicto. Por un lado, la naturale:;;;a de una Constitución dos del oeste como de los viejos estados» (ibíd.).
requiere de ellos que l~gislen en interés de todos pa:ca un futuro indefinido. El argumento que sugerí anteriormente reforzaría éste mediante el au-
Por otro lado, también; cargan con razones de corto plazo y partidistas que mento de la incertidumbre. Si la Constitución entrara en vigor mañana,
les vienen de su electorado. Estas últimas serían co~siderablemente menos puedo ser capaz de predecir con certeza que mis hijos mañana estarían me-
importantes si el proce_so legislativo tuviera lugar bajo un velo de ignoran- j?r bajo la disposición A que bajo la disposición B. El hecho de que la uti-
cia artificial creado por la necesidad de que las decis'iones no tendrán efecto hdad esperada de mis nietos y de mis tataranietos pueda ser mayor bajo B,
hasta, por decir algo, d~ez o veinte años más tarde. 1 1 podría no compensar esa preferencia. Pero si la entrada en vigor de la Cons-
Esta clase de razon'amiento basado en un velo de ignorancia fue desa- 1 ¡ titución se pospone veinte años, el destino de mis nietos y mis tataranietos
¡¡
rrollado en distintas ocasiones en la Convención Federal, muy notable- 11 puede lleg~r a ser d~ la mayor importancia, por dos razones. Por una parte,
mente en una interven,:::ión de George Mason:
L ¡¡
1
el velo de Ignorancia ahora cubre una parte mayor del período relevante.
1
1 ¡;
1

Por otra, si los constituyentes están sujetos a descuento hiperbólico, el


Debemos atender a l~s derechos de toda clase de personas. Él a menudo se ha 11·
1 ¡ aplazamiento menguará lo que bauticé como «preferencia fuerte por el pre-
i i
maravillado de la indiferencia de las clases superiores de la sociedad hacia este ll sente, comparada con todas las fechas futuras» (I.3 ).
dictado de humanidad y política, considerando que por mucho que vivan en la No hace falta decir que la idea es utópica, y probablemente indeseable
opulencia, o a pesar de sus elevadas posiciones, podría ser que, en el curso de 11
desde otros puntos de vista. Las demandas de procesos constituyentes o de
¡i l
unos pocos años, no 'sólo podría, sino que seguro acaecería, que distribuyeran revisiones constitucionales tienden a aparecer en momentos de crisis en los
su posteridad a través de las clases más bajas de la Sociedad. Todo motivo ego- 1
que permitirse esperar es un lujo imposible. Pero creo que éste uso de las
ísta, por tanto, todo ;~pego a la familia, debería recomendar una polític~ de este 1
demoras podría ser digno de consideración en otros contextos de toma de

164 1

1
165

1
¡·

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los do~ asunws están íntimamente relacionados en la concepción inglesa
decisiones. Un argumento estándar a favor de las demoras es que, dando
trad1cwnal d_,e separación de poderes, en las sociedades modernas están
tiempo para que se produzca un enfriamiento, contrarrestan los pernicio-
completamente disociados.
sos efectos de las pasiones. He sostenido que, aumentando la incertidum-
bre, las demoras también crean un velo de ignorancia que fuerza a un agen-
te a ponerse a sí mismo en el lugar de los demás, y reduce así la importancia La paradoja de la omnipotencia
del interés. ~1 ni~el n:ás gen~ral, un se~ omnipotente es una contradicción en sus pro-
pws termm~s. «S1 un ente t1ene el poder de hacer cualquier ley o de llevar a
cabo cualqmer a~to, ¿puede entonces limitar su propio poder para actuar 0
II.9. Omnipotencia, comportamiento estratégico elab~:ar leye~? S1_ puede, e~t?nces no puede; y si no puede, entonces pue-
y separación de poderes de.» La paradop, que ongmalmente se puso de manifiesto en relación a
la omnipotencia divina, también se aplica a la soberanía política. Según
En esta sección examino la idea de que el poder, para que sea efectivo, debe Hobbes, ·, .
ser dividido; y que la omnipotencia, lejos de ser una ventaja, puede ser una
calamidad. 113 Examinaré principalmente la idea en términos de inconsis- El Soberano de ~~a república, sea una Asar.nblea, sea un Hombre, no está suje-
tencia temporal y credibilidad, aunque en realidad es más general. Una si- to a las Leyes C1v1~es. Por tener el poder d;:! hacer y de rechazar Leyes, puede,
tuación difícil que se da por tener demasiado poder se resume en un dictum cuando le plazca, hbre de esta sujeción, reJeler esas Leyes que le causan pro-
que Napoleón escuchó de uno de sus consejeros: «Ün ne s'appuie que sur ~lemas Y hacer una nuevas; y, por consiguie-nte, él era libre antes de eso. Por·ser
ce qui résiste», una frase que podría haber utilizado Tocqueville como un hbre, puede ser libre cuando quiera: no es pJsible que una persona se encuentre
epitafio para su Ancien Régime. El fragmento siguiente transmite la idea ata~~ a_sí misma; puesto que puede atar, puede liberar; y, por tanto, aquel que
esta umcamente atado a sí mismo, no está a :ado.l17
del argumento principal de ese trabajo:

Entre las cuestiones dirigidas a los intendentes se encontró ésta: a los nobles de Co~o propm~sta abstracta, la última afirn.tación puede parecer impecable.
vuestra provincia, ¿les gusta quedarse en casa? Tenemos la carta de un inten- Aphc~do a la vi~a ?olíti~a ~e~l, no lo es -como se mostró en el fragmento
dente dando respuesta a este asunto; se queja de que a los nobles de su Provin- de Spmoza que c1te al pnnc1p10 de este cafítulo. Aunque el rey en cuestión
cia les gusta más estar con sus c~mpesinos que cumplir con las obligaciones pa- (Darío, el Medo) era omnipotente con resP;ecto a las leyes que podía emitir,
ra con su Rey. Pero observe bien esto: la Provincia de la que él así habló era no tema el poder para retirar el decreto co J. que sus sátrapas, mediante en-
Anjou; después llamada la Vendée. Esos nobles, que eran criticados por prefe- gaño, le había..J. hecho aprobar con el propósito de entrampar a Daniel. En
rir vivir con los campesinos y rechazaban -según se decía- cumplir con su obli- el texto bíblico, no queda clara la explicación de esta irreversibiJidad. Tam-
gación para con el Rey, fueron los únicos que defendieron con armas enlama- poco podemos acudir a otras fue-?tes, pue:sto que la existencia de Darío el
114
no la monarquía en Francia, y estaban dispuestos a morir en combate por ello.
Medo está llena de incertidumbres. Come una pura conjetura, podría ha-
ber estado operando algo así como una eonvención metaconstitucional
El libro de TocqueviHe es un estudio de cómo morir de éxito, por utilizar la
(II.3). Si hubi ~se anulado su propio decn·to, Darío podría haber sufrido
frase que acuñó Stephen Holmes para resumir los acontecimientos de 1848
una pé~dida dr~_le~itimidad religiosa. Pero ~~sta idea presupondría que el sa-
a partir de la descripción que de ellos hizo Tocqueville en sus Recollec-
cerdocw co~s :Itma una fuente de poder ah ernativa y que el Rey, de hecho,
tions.115 Habiendo reducido la nobleza y la burguesía a un estado de impo-
no era ommpotente.
La razón por ~a que ~l.argumen.to de H,obbes no puede ser aplicado di-
tencia, la monarquía no tenía aliados a los que acudir cuando se vio ataca-
da. En la discusión que sigue, sin embargo, se pondrá más el acento en la
rectamente a la vida pohnca real viene del carácter irreversible de las pro-
división del poder entre las ramas del Estado que entre las clases. Aunque
167
166

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mesas. N o es cierto eso de que «quien puede atar, fUede liberar», si esta
Credibilidad
afirmación implica que es igualmente fácil atar que liberar. En política, co-
mo en muchas otras cosas, hacer una promesa y rriás tarde romperla es L?s co:npromisos pueden ser creíbles cuando el poder se divide entre el
peor que no haberla hec:~o (véase el discurso de Cleón en el debate mitile- EJecutivo, .una Judicatura independiente y un Legislativo democrática-
no, citado en la sección II.6 ). En la primera Asamblea Constituyente fran- mente elegido. Est~ es la parte central de la historia contada por Douglass
cesa, el anuncio de la toma de medidas radicales dunnte la noche de(4 de North Y ~arry Wemgast en su reconstrucción de la política económica in-
agosto de 1789 hizo impbsible echarse atrás. En una maravillosa frase con- gles~ ~el siglo XVII. Después de la Revolución Gloriosa, la «amenaza de su-
temporánea, se dijo: «El pueblo está penetrado por. los beneficios que le preswn que fue [h~cha creíble por la revolución de 1648] limitó la capaci-
han sido prometidos; ellos mismo no permitirán ser de-penetrados». 118 dad de ~r~wn de Ignorar el Parlamento». Al mismo tiempo, «la creación
Tocqueville viene a decir algo parecido en su análisis del proceso constitu- de una JUdicatura políticamente independiente, amplió mucho la capaci-
yente de 1848. Inicialmente, antes de la insurrección de 1848, inquieto por d:d ?el Estad.o de prometer hacer honor a sus acuerdos, es decir, a atarse a
que acaeciera, sintió que «lo que se necesitaba no era tanto una buena SI mismo>:. Fmalmente, <~cr~ando un equilibrio entre el Parlamento y la
Constitución como algtina Constitución». 119 Actuando presionado por el Monarqu~a :-en ve~ de ehmmar esta última, como ocurrió después de la
tiempo, estaba «~ucho' más preocupado en poner rápidamente un líder Guerra Civil-, los mtereses parlamentarios se aseguraron limitaciones a
poderoso al frente de la ;República que en redactar uha Constitución ~epu­ sus propias inclinaciones hacia la acción arbitraria».123
blicana perfecta». 120 Después de los días de junio, mantuvo su propuesta, Uno puede imaginarse un test -sobre el que me declaro incompetente
pero en esa ocasión co.d la justificación de que «hal(iendo anunciado a la para llevar a cabo- para verificar la conexión existente entre la democracia
nación que se concedería este derecho ardientemente deseado, ya no era Y el precompromiso efectivo. En estudios de la relación -examinada más
posible denegárselo por,más tiempo». 121 Las promesas hechas en público a adelante- entre la independencia del Banco Central y el crecimiento eco-
menudo son irreversibles. nómico, la primera variable normalmente ha sido medida mediante crite-
Sin embargo, supongamos que estamos tratando'con un soberano -co- ri~s f~rmales (como el de la independencia legal que posee el banco) y por
mo un monarca absoluto, un déspota oriental, un politburó, o una junta- cntenos de comportamiento (como la tasa de circulación de los goberna-
que no tiene miedo a la' decepción que producen las expectativas frustra- dores del banco). Se ha encontrado que esos dos aspectos relativos a la
das. Supongamos, ade:rr;tás, que quiere precomprometerse a sí mismo con indep. .end.encia d.el ~anco Central están muy correlacionados en el grupo
una política determinada a largo plazo que creará un entorno que favore- de paises mdustnahzados, pero no en el grupo de países en vías de desarro-
cerá el crecimiento eco;;_ómico sostenido. Un ejemplo de esto es la China llo.124 De mi argumento se seguiría que también deberían estar más corre-
de los años ochenta del siglo XX. Cuando se liberalizó la economía china y lacionados dentro del grupo de países democráticos que en el grupo de los
se permitió el desarrollo de la propiedad privada, los agentes económicos no democráticos.
no podían saber si esa situación sería duradera y si se les permitiría quedar- Sin embargo, eso es algo más complicado debido a que algunos regíme-
se con los beneficios de:su actividad. Como consecüencia de esto, su'hori- nes autoritarios pueden, de hechp, estar en disposición de adquirir com-
zonte temporal se acor:tó, y a menudo prefirieron 'utilizar sus beneficios promisos creíbles. Más concretamente, José Campos y Hilton Root sostie-
para gastos de la casa o :para el consumo suntuario, 'en vez de reinvertirlos nen que los regímenes más o menos autoritarios en las economías asiáticas
en el negocio. Los líderes chinos podían muy bien haber deseado pn~com­ más dinámicas se ganaron la credibilidad necesaria mediante una «Consti-
prometerse a sí mismos· con una política de no intervención, pero no había tución implícita» en la que la institución peculiarmente asiática de los con-
forma de que pudieran hacerlo creíblemente. Puestc~ que tenían todo .el po- sejos deliberativos hace las veces de «mecanismos de precompromiso».125
der, eran incapaces de irtcapacitarse a sí mismos para.interferir. 122 Esos consejos son cuerpos no democráticos, compuestos por miembros
tanto del sector público como del privado. Tienen autoridad quasi-legisla-
tiva para regular asuntos en sectores industriales determinados, o incluso

168

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función objetiva deriva más de la concepción que tiene del interés público.
para niveles más agregados. Entre sus diversas funciones, quizá la más im-
que de motives partidistas o electorales. El Gobierno puede actuar directa-
portante es la de reducir la libertad de acción del Gobierno:
mente sobre la primera variable utilizando, su poder para fijar la tasa de ex-
Un dictador, por su propia naturaleza, generalmente no toma en consideración pansión monetaria y, a partir de ahí, de inflación. Aumentando la inflación
controles ni equilibrios contra su autoridad. Pero esta carencia socava la credi- para in_cre~entar el empleo (véase la discHsión posterior), también puede
bilidad a largo plazo: ¿cómo hacen las empresas para cerciorarse que las políti- actuar md1rectamente sobre la segunda variable. El sindicato solamente se
cas no van a cambiar de la noche a la mañana? Si los dictadores quieren infor- preocupa del ~alario real de sus afiliados, el cual es una función del salario
mación para determinar la elección de las políticas correctas, deben garantizar ~o~inal y de (.a tasa de inflación. El prot~colo es tal que, en primer lugar,
que revelar información no desembocará en confiscación de capital directa (a s~n~1cato y err!presarios negocian sobre saíarios nominales, dadas sus pre-
través de la expropiación) o indirecta (a través de cambios perjudiciales de polí- viswnes sobre la tasa de inflación esperada. Después, los gobiernos fijan la
ticas). Para resolver este problema de compromiso(... ), los líderes del Este asiá- tasa de expansión monetaria y, a partir de ahí, la tasa real de inflación.
tico intercambiaron autoridad por información, atando en la práctica sus pro-
~ . Supo~gam~~~' además~. qu_e (i~ el Gobie~no anuncia que seguirá una po-
pias manos mediante el establecimiento de instituciones que restringieron su
~~~Ica de mfla_cwn cero, (n) smd1catos y en1presarios se creen eJ. anuncio y
margen de maniobra para la acción arbitraria. 126
f:J~n un sala~w real acorde con él, y (iii) el Gobierno sigue fielmente lapo-
htica anunciada. La tasa de desempleo entonces producida se denomina
Aunque el sistema se apoye más en una convención constitucional que en
«tasa natural de desempleo». Por diversas razones, el Gobierno puede
una Constitución escrjta, el argumento central es parecido al que expresé
creer que esta tasa es demasiado alta. 128 Suponiendo (i) y (ii), entonces el
anteriormente. El poder, para ser efectivo, debe dividirse. En lo que resta
Gobierno puede decidir crear empleo expandiendo la oferta monetaria, la
de esta sección, me sirvo de la cuestión de la independencia del Banco Cen-
cual llevará a que disminuyan los salarios reales y a que suba el empleo. Sin
tral para ilustrar esta idea.
embargo, si sindicato y empresarios conocen el objetivo del Gobierno, esa
P?lítica no funcionará. Anticipando que el Gobierno hará uso de su capa-
Bancos centrales independientes cidad de control discrecional sobre la política monetaria par:-t crear más
empleos, ambjs ajustaran al alza el salario nominal para equilibrar la infla-
En los últimos años, ha aparecido una especie de consenso sobre la necesi-
ción. Concretamente, fijarán el salario nominal en base a la exr·ectativa de
dad de unos bancos centrales independientes. Al menos un país (la Repú-
que, a su vez, el Gobierno fijará la tasa de inflación óptima de acuerdo con
blica checa) eligió hacer constar en la Constitución la independencia del
ese salario nominaL Las inflaciones efectivas y esperadas serán iguales, y la
Banco CentraL En otros países, la independencia o bien la proporciona
acc~ó~ ~el Banco Central no tiene efecto sobre el empleo. Sin embargo, en
una ley y la sanciona una convención constitucional, o bien se basa sola-
perJUIClO de todos, la tasa de inflación es p:Jsitiva.
mente en una convención constitucionaL En lo que sigue, desatenderé es-
Para el Gobierno, el mejor resultado s,-~ría hacer un anuncio creíble de
tas diferencias, y sencillamente supondré que, por una razón u otra, el ban-
inf~ación cerc, y luego provocar .un auménto de la inflación; ] o siguiente
co goza del acuerdo para una independencia de Jacto.
meJor que podría hacer sería un anuncio creíble de inflación cero, y luego
El argumento estándar consiste en que un Banco Central independien-
no provocar i~1.flación; y el peor resultado -puesto que se autocumple- es
te constituye un mecanismo de precompromiso para salvar la inconsisten-
un anuncio dé una tasa de inflación positiva. Puesto que el anU.ilcio de una
cia temporal causada por la interacción estratégica. 127 Hay diversas formas
inflación cero nunca es creíble, el Gobiern:) se compromete con el peor re-
mediante las que puede darse esta inconsistencia. Me centraré en la versión
sultado. Se lle,ga a la misma conclusión examinando otras raz0nes por las
del argumento en el que los actores principales son el Gobierno y el públi-
que el Gobierp.o podría querer expandir la" oferta monetaria, co . .no el deseo
co, incluidos empresarios y centrales sindicales. Doy por supuesto que la
de obtener superávit o el de reducir el déficit de la balanza de pagos. Pues-
función objetiva del Gobierno depende negativamente de la inflación, y
to que todos .~sos casos dan lugar a una versión dinámica del Dilema del
positivamente del nivel de empleo. Doy por supuesto, además, que esta

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1
Prisionero -parecida al paso de la «Promesa» en la figura 1.3-, todos están del hecho de que no sería eficiente confiar a un cuerpo legislativo el mane-
sujetos a inconsistencia ~inámica. ' jo de la guerra. Además, la separación de poderes puede reducir la corrup-
Si los constituyentes o legisladores se aperciben de esta situación difícil, ción e impedir que una rama del Estado ejerza una interferencia indebida
pueden responder con una política de precompromiso, que podría tomar en las tareas de las demás. Un ejemplo de esta última idea es la asignación
una de las dos siguientes formas. Por un lado, podrían optar más por las azarosa de jueces a casos, para impedir que el ministro de Justicia seleccio-
normas que por la discrecionalidad, y redactar directamente en la Consti- ne a los jueces «fiables» para los casos «delicados». En realidad, puede uti-
tución una política mon:etaria concreta. Esta opción, bien pensada, es o in- lizarse un argumento similar para justificar la existencia de un Banco Cen-
deseable o inviable. Una norma mecánica simple como el crecimiento cero tral independiente. Si el Gobierno tiene el control directo sobre la política
de la oferta monetaria, aunque quizá sea viable, proporcionaría una flexibi-
monetaria, puede utilizar este instrumento para fortalecer sus posibilida-
lidad demasiado escasa para poder ajustarse a acontecimientos imprevis-
des de ser reelegido, más que para servir al interés público. En este caso, la
tos. A la inversa, una norma que trata de especificar respuestas óptimas a
separación de poderes sirve para contrarrestar el interés partidista. Sin em-
todas las posibles contihgencias·sería de una complejidad tal que la haría
bargo, el argumento anterior demuestra que puede ser necesario un Banco
imposible. 129 ' ;
Central independiente, incluso si el Gobierno se mueve estrictamente por
Por otro lado, podrí;¡l transferir la discrecionalidad a un Banco Central razones de interés público. 133
independiente en vez de· que estuviera en manos del Gobierno. Para garan-
tizar la independencia r~al del gobernador del Banco, se han adoptado un
buen número de medidas. 13°Cuando se creó el Banco Central de N o ruega
II.10. Eficiencia
en 1816, se estableció en; Trondheim, una millas lejos de la capital, para ga-
rantizar su independencia del Gobierno. Más recientemente, se adujo una
De la sección II.7 a la II.9 he examinado las razones para el precompromi-
razón similar para emplazar el Banco Central alemán en Francfort en vez
so constitucional-las pasiones y las dos formas de inconsistencia tempo-
de hacerlo en Colonia.U 1 En países con un Ejecutivo dual, el Gobernador
ral- que muestran analogías con los casos de precompromiso individual
puede ser nombrado po~ el Presidente -y no por el Gobierno-, dando por
examinados en el Capítulo l. Lo que puede sostenerse de la razón más im-
supuesto que él o ella estará entonces más inclinado a ser conservador que
portante de autorrestricción constitucional, sin embrago, no tiene paralelo
activista; es decir, que se dará más valor a la estabilidad de precios que al
en el caso individual. Se trata de la idea de utilizar las disposiciones consti-
desempleo. La Constitución también puede prohibir explícitamente al
tucionales para eliminar o reducir ciertas formas de despilfarro e ineficien-
Gobierno dar instrucciones al Banco o -como en el caso noruego- exigir
cia que prevalecerían si toda la legislación tomara la forma de simples leyes
que, de hacerlo, deba h~cerlo públicamente. Adem is, se puede constitu-
1 que pudieran ser modificadas por una mayoría ordinaria. Distinguiré entre
cionalizar que la estabilidad de precios sea un objetivo del Banco Central.
tres tipos de ineficiencia que pueden ser remediados de esta forma: acortar
Inspirándose en Schelling, uno podría tratar de fortalecer al Banco quitán-
el horizonte temporal, buscar rentas e inconsistencia por agregación. En
dole algunos de sus poderes. Así, para proteger al Banco de la presión in-
formal ejercida por el Gobierno, uno podría -como' en Argentina- prohi- los tres casos, el principal remedió pasa por requerir una mayoría calificada
birle explícitamente incurrir en déficit financiero. 132 .
para enmendar la Constitución. Aunque las demoras y la necesidad de so-
La creación de bancos centrales independientes ilustra la idea de la se- meter las enmiendas a referéndum podrían tener algunos de esos mismos
paración de poderes co~10 mecanismo de precompromiso para salvarla in- efectos, tienen una propensión menor a servir para tal fin. U na continua,
consistencia temporal. Naturalmente, la separación de poderes puede ser- aunque leve, mayoría podría capear una demora, y un referéndum podría
vir también para otro:s propósitos. Para asegurar la especialización no ser un obstáculo si el conjunto de la población compartiera las ideas de
funcional, la separación de poderes puede aumentar; la eficacia. La necesi- la Asamblea.
dad de que haya una ra~a ejecutiva del Estado proviene, entre otras c;osas,

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Ampliar el horizonte temporal católico con recias salvaguardas; ·pero bs defensores del bicameralismo
podrían preferir un sistema unicameral con muchas salvaguardas a un sis-
La estabilidad es un instrumento general para promover muchos fines im-
tema bicameral desamparado. El argumellto está relacionado ron la idea de
portantes. Dentro de unos límites, es más importante tener alguna Consti-
que incluso tos más débiles prefieren un régimen muy reglamentado que
tución que no esté a merced de mayorías fluctuantes que tener una Cons-
esté muy sesgado hacia intereses de la parte más fuerte, a una sociedad sin.
titución en concreto. Como dijo Leibniz, no importa si las abejas que
ningún tipo de leyes; con la diferencia de que aquí lo que les redime a ojos
escaparon de mi propiedad me pertenecen a mí o al vecino que las atrapa~
de aquellos que habrían preferido un conjunto de leyes distintas es la esta-
puesto que, en la medida en que las leyes están fijadas, puedo regular m1
bilidad de la:~ leyes, no su mera existencii.
comportamiento de acuerdo con ellas. 134 La planificación y la inversión de
los individuos tendrán un horizonte temporal más amplio y darán más fru-
tos si pueden estar razonablemente seguros de que los derechos de propie- Reducir los costes de transacción :
dad, incluido el derecho a ser compensado por expropiación, tendrán con-
Richard Pos~er ha observado que las mayorías calificadas también son úti-
tinuidad. Los partidos políticos también pueden operar de forma más les para reducir los costes de transacción; Las votaciones por mayoría sim-
eficiente si pueden tomar el marco electoral e institucional como algo da- ple tienden ~t fomentar la búsqueda de r=ntas. «Si el voto de una mayoría
do. Como observa Stephen Holmes: <<Las normas constitucionales son ca- simple pudiera cambiar la forma básica de gobierno o expropjar la riqueza
pacitadoras, no incapacitadoras; y además es insatisfactorio identifi~ar al de una minoría, deberían dedicarse cantidades ingentes de recursos para
constitucionalismo exclusivamente con las limitaciones del poder» .13 ' N a- procurar y mantener una legislación de ese tipo.» 137 Obsérvese que esta
ruralmente, uno podría rechazar que lo que es bueno para los partido~ po- afirmación sugiere o presupone que hay una diferencia sistemática y sus-
líticos existentes también es bueno para la sociedad. En Estados Umdos, tancial en la búsqueda de rentas potencial entre las cuestiones constitucio-
por ejemplo, una sacudida general del sistema político podrí~ permitir ~~e nales y las que están sujetas a legislación ·xdinaria. Hasta donde yo sé, esta
emergieran nuevas fuerzas políticas que pudieran elevar elmvel de p~rtlCl­ afirmación no ha sido probada. En cualquier caso, parece claro que la afir-
pación más allá del malísimo nivel actual. Aunque esto pue~a ser c1erto, mación, de ser cierta, apela a las constitur':iones más como restricciones ac-
no hay razón para creer que un sistema en constante camb10 tenga es~s cidentales que como restricciones esenoales. Esto es aún más cierto en el
efectos beneficiosos. Sería más probable, pienso, que provocara cansanc10 caso del tercer argumento sobre la eficiencia.
y anarquía. 136 . •
Se puede sostener que el efecto estabilizador de requenr mayor~as cah-
ficadas para enmendar la Constitución constituye ~1 aspecto_ má: :mp?/r- Eliminar ciclos
tante del precompromiso constitucional. Proporcwna una ;ust1Ílcac10n Gracias a la ·paradoja de Condorcet y al teorema de Arrow, sabemos que
para el procedimiento aparentemente arbitrario de permitir que pueda ser con votaciones por mayoría simple pueJen surgir mayorías cíclicas. Esta
cambiada sólo mediante una mayoría sustancialmente amplia. N o estoy inconsistencia por agregación -ap.nque distinta de la inconsistencia tempo-
diciendo que este procedimiento sea justificado en todos los casos. En la ral- no es, por sus efectos perversos, menos indeseable. Se ha mostrado
sección II.11, por ejemplo, examino los peligros de que una mayoría im- que si impoilemos restricciones relativanente débiles sobre combinacio-
ponga su voluntad sobre una minoría en asuntos étnicos y de religión. Pe- nes admisibles de preferencias individual, es, el requisito de una mayoría del
ro creo que el procedimiento es justificado cuando la minoría preferiría vi- 64%, o superior, asegura que las prefer:~ncias sociales nunca serán cícli-
vir bajo un régimen preferido por la mayoría, y protegido por un requisito cas. m Sin embargo, podrían ser incompletos en muchos casos, si ninguna
de mayoría calificada, a vivir bajo un régimen propio que no estuviera propuesta pudiera satisfacer el requisitq mayoritario. 139 En la legislación
igualmente protegido. Los protestantes seguramente preferirían vivir bajo ordinaria, si;;1 un status quo como ocurre en el voto del presupuesto anual,
un sistema protestante débilmente salvaguardado a hacerlo bajo un sistema este problema sería muy serio. En el con·¡:exto constitucional, con un status

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quo muy bien definidor el que sean incompletos constituye un problema N o se trata de una preocupación puramente abstracta. Dados los fuer-
menos importante.
tes sentimientos antiturcos en Bulgaria, por ejemplo, de hecho sería desea-
ble redactar en la Constitución el establecimiento de una fuerte protección
para las minorías étnicas. Mas, puesto que la mayoría de los miembros de
II.11. Obstáculos y objeciones la Asamblea Constituyente también albergaba esos sentimientos la Cons-
titución búlgara de 1991 contiene la más débil protección de los, derechos
Como en el caso de la autorrestricción individual (I.8), el precompromiso de las minorías d~ entre todas_ las Constituciones de nuevo cuño de Europa
constitucional, cuando deseable, puede no ser viable o efectivo; cuando del Este. Se prohiben los partidos de base étnica, y sólo se da a las minorías
viable y efectivo, puede no ser deseable. el derecho. a que se les enseñe su propia lengua, más que a ser educados (to-
dos los ~UJet~s) _en su propia lengua. Otro ejemplo ilustrativo es el de que
El precompromiso puede no ser viable una razon pnncipal del fracaso de la Constitución española de 1931 estribó
en las s.everas cláusulas anticlericales que contenía. 141 Si la pequeña mayoría
En relación con la primera posibilidad, es relevante la distinción entre res-
republicana en la Asamblea Constituyente (la Constitución fue aprobada
tricciones esenciales y restricciones accidentales. Hay casos en los que una
por una mayoría del 55%) no hubiera empleado toda su fuerza, los desa-
forma de gobierno pod~ía beneficiarse de la existencia de restriccion~s, pe-
rrollos posteriores podrían haber tomado un cariz distinto.
ro no es probable que se imponga estas restricciones a sí mismo. Puede que
El escepticismo de Tocqueville hacia el precompromiso debe ser enten-
la autorrestricción normativamente deseable, de hecho, no tenga lugar, a
dido desde esta perspectiva. En Democracy in America, escribe:
menos que las restricci~nes sean impuestas desde fuera o por un subsector
de~ Estado. Examinaré ;este problema en relación~ tres conjuntos de pro-
Basta con un solo hecho para mostrar que el asunto no es muy popular en Amé-
blemas, para salvar los .cuales podrían estar diseñadas las constituciones: rica. Los americanos, cuyas leyes permiten la mayor libertad e incluso licencia
pa ~iones duraderas, pasiones impulsivas e interés. en el lenguaje, no obstante, en otros aspectos están sujetos al drama de una
Las pasiones duraderas incluyen las animosidad.es nacionales, étnicas y suerte de censura. Las obras sólo pueden representarse con el permiso de las
religiosas; compromis<is fuertes con la igualdad o la jerarquía; y otras dis- autoridades municipales. Esto ilustra cuán iguales son las comunidades para
posiciones emocional~s que son ampliamente compartidas y que están los individuos: sin pensarlo, dan rienda suelta a sus más enconadas pasiones, y
profundamente arraigadas en la población. Puesto que esas pasiones pue- luego tienen mucho cuidado de no dejarse llevar por gustos que no poseen. 142
den inducir a la opresión de minorías y causar conflictos sociales severos,
sería deseable tener algún tipo de protección constitucional respecto a Entiendo la primera parte de la última frase como expresión de la idea
ellas, en forma de salvaguardas de derechos para las minorías o de reparto que defendí anteriormente: las personas no se precomprometen a sí mis-
del poder entre grupos. Estoy de acuerdo, por tanto, con Cass Suhstein mas contra sus pasiones fuertes y duraderas. La segunda parte puede ser
cuando es~ribe: «Las disposiciones constitucionales deberían estar dise- ilustrada por la idea de una comunidad étnica homogénea que aprueba le-
ñadas para actuar precisamente contra aquellos aspectos de la cultura y yes para garantizar los derechos de las minorías étnicas. Es obvio que ser
tradición de un país más inclinados a producir daños a través de los proce- libre para hacer cosas que uno no desea hacer es menos valioso que ser li-
sos políticos del propio país». 140 Pero esas previsiones son también las que bre para hacer lo que uno desea. 143 De un modo parecido, es menos útil
tienen menor probabilidad de ser aprobadas, precisamente porque la cul- estar impedido de hacer cosas malas que uno no querría hacer de ningún
tura y la tradición actúan en su contra. En sociedad,~s democráticas, al me- modo que estar impedido de hacer cosas malas que uno en realidad po-
nos, no hay razón alg1.:1na para esperar que los constituyentes no se vean dría estar tentado de hacer. El problema está en que cuando éstas son ten-
afectados por el influjo de los prejuicios que animan al conjunto de lapo- taciones permanentes hay un incentivo menor para levantar barreras con-
blación. . tra ellas.

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:- Puede darse una excepción si la mayoría percibe que incurrirá en costes Los constituyentes franceses de 1791, por ejemplo, no fueron famosos por
si actúa basándose en prejuicios contra la minoría; por ejemplo, incitando la su sensatez.l4& En !a/ Assemblée Constituante, inicialmente se previó que la
conflictividad social, que tendrá efectos sobre la capacidad productiva del Asamblea se reumna dos días a la semana, y trabajaría en subcomités (bu-
país o sobre su. posición en la escena internacional.I 44 Sin embargo, dos fac- reaux) el res:c. _de los díaS. 149 Sin embargo, los moderados y los patriotas al-
tores más podrían actuar en la dirección opuesta. En primer lugar, está en la bergaba~ opi~_nones muy distintas sobre estos dos modos de proceder. Pa-
naturaleza de las pasiones el poder inducir a la gente a actuar contra su pro- ra Moumer, hder de los moderados, los cocnités favorecieron «la fría razón
pio interés. En segundo lugar, si existe un pasado de opresión, el grupo do- Y_la expe:ienc:a», desv~nculando a los mieJ;Ilbros de cualquier cosa que pu-
minante podría tener miedo a relajar su acoso sobre la minoría. Claus Offe, diera
d" estimular .su. vamdad y temor.
150 Para el radical Bouche los · /
_ _ , comnes
te~ 1eron a d~b1htar el fervor revolucionar"io. Él prefirió las asambleas am-
Á

por ejemplo, se refiere a «la lógica que aplican los búlgaros contra su mino-
ría turca, y lo que Hitler proclamó el día antes de la invasión germana de la phas, donde «Jas almas se ~~rnan fuertes y electrizadas, y donde para nada
Unión Soviética en 1941: "Después de todo lo que les hemos hecho, sufrire- cuentan los nc1mbr:s,_ ~OSlcwnes y distinciones» (8, pág. 307). A partir de
mos un castigo devastador a menos que continuemos haciéndolo"». 145 su propuesta se dec1d10 que la Asamblea se reuniría en pleno cada mañana
Las pasiones impulsivas son activadas por acontecimientos súbitos y y en comités c1da tarde.
amenazadores, como -una crisis económica, revolución, guerra o riesgo in- La importancia de este paso, que constituyó el principio del fin para
minente de conflicto bélico, y otros parecidos. 146 La idea de que las consti- los m~deradm, fue c!ar~. 151 Eso se reforzó al pasar a votar según el orden
tuciones deben proteger a los ciudadanos contra la posibilidad de sucum- ~e la !I~ta, un procedimiento que permitió a los miembros o espectadores
bir a impulsos de esta clase fue expresada, como vimos (Il.1 ), diciendo que 1dent1Ílcar a a~u~llos que se oponían a las medidas radicales, y ;_hacer cir-
son ataduras impuestas por Peter cuando está sobrio a Peter cuando está cular por Pans hstas con sus nombres. 152 1\sí, en los cruciales ciebates so-
bebido. Mas la premis::1 de un Peter sobrio puede no cumplirse en la reali- bre bi~amerali~mo y el veto real-mecan~smos parcialmente dedicados a
e!
dad. Es una realidad empírica incontestable que las constituciones tienden re~tnng1~ las paswnes mayoritarias (11.7)-- muchos delegados ·~stuvieron
a ser redactadas en tiempos de turbulencias y convulsiones, en los que las mas mov1dos por las pasiones que por la razón (o interés). La retórica ma-
pasiones tienden a estcr desatadas. 147 Las oportunidades de actividad cons- yoritaria de la Asamblea no se compadecía bien con la idea de e¡ue una re-
titucional incluyen las crisis económicas y sociales, como en la elaboración gla mayoritaria ilimitada podría ser peligrosa. Como vimos aÍ final de la
de la Constitución americana de 1787 o la Constitución francesa de 1791; sección II.7, los constituyentes franceses e~taban en condiciones de prote-
las revoluciones, como en la elaboración de las constituciones francesa y gerse a sí misrr.os de sus propios intereses; pero, a diferencia de los consti-
alemana de 1848; la caída de regímenes, como en la elaboración de lama- tuy~ntes ameri.canos, no tomaron medidas. para protegerse de sus propias
yoría de las constituciones recientes del sur y este de Europa; el miedo a la paswnes.
caída de un régimen, como en la elaboración de la Constitución francesa de Las pasionc:s impulsivas. suponen una ai:nenaza más general y omnipre-
1958 que fue impuesta por De Gaulle ante la amenaza de una rebelión mi- sente para el proceso constituyente que el problema de las pasiones dura-
litar; la derrota en la guerra, como en Alemania después de la Primera y Se- deras. Mientra; no hay una razón general para esperar que una nación sea
gunda Guerras Mundiales, o en Italia y Japón después de la Segunda; la re- especialmente ··rulnerable a estas últimas cuando está en una etapa constitu-
construcción después de una guerra, como en Francia en 1946; la creación yente, sí hay, como se indicó, una tendencia sistemática en las constitucio-
de un Estado nuevo, como en Polonia y Checoslovaquia después de la Pri- nes que hace que se redacten o elaboren ~n circunstancias turbulentas,
mera Guerra Mundial; y la liberación del dominio colonial, como en los cuando el juicio está nublado por las pasiones del momento. Las condicio-
Estados americanos d::spués de 1776 y en muchos países del Tercer Mundo nes bajo las cuales surge la necesidad de un proceso constituyente tienden a
después de 1945. dificultar la tarea de la actividad constituyr~nte. En otros lugares he soste-
Puesto que las constituciones son normalmente escritas en tiempos de nido que: «Las emociones nos proporcion~n un sentido del significado y
crisis, no es seguro que los constituyentes serán particularmente sensatos. dirección de la 1vida, pero también nos impiden avanzar de modo estable en

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dad (II. 9). Efectivamente, las intervenciones discrecionales -como los
esa dirección».153 Aunqt.~e al hacer esta afirmación nc estaba pensando. en la
sub~~dios a las empresas en crisis- a menudo son el resultado de presiones
actividad constituyente, este proceso la ilustra a la perfección. '
poht1cas, el deseo de reelección, y demás. Pero no es necesaria esta situa-
Finalmente, los intereses de los constituyentes pueden seguir la vía del
ción para que se produzca un resultado sub óptimo. La carencia de una
precompromiso con el propósito de restringir los intereses de los age~tes
tecnología que haga creíble el compromiso restrictivo puede que dé el
políticos futuros. Para 1;omar un ejemplo obvio, una Asamblea Co~ti:U­
mismo resultado.
yente que también desarrolle la función de prom~lgar. . leyes or~ma~Ias
Incluso cuando un Gobierno no desea atarse o restringirse a sí mismo,
puede no tener interés en crear controles sobre el mteres del LegislatiVO
otros pueden tratar de atarle o restringirle. Su razón puede fundarse en
(II.7). Los procesos cohstituyentes recientes en Europa del Este ilustr~n
promocionar su propio interés, proteger al Gobierno de sí mismo, 0 am-
este extremo.1s4 Con al1~unas excepciones, los constituyentes en Bulgana,
bas. En la elabora~i~n de ~a Constitución alemana de 1949, por ejemplo, las
Checoslovaquia, y en los dos estados que les sucedieron, Poloni~ y ~urna­
fuerzas de ocupacwn occidentales trataron de forzar el establecimiento en
nía se evitó cuidadosamente la aprobación de algJ.nos mecamsmos que
el país ~e u~a estructura descentralizada que impidiera el resurgimiento
podrían limitar los poderes del Legislativo. Ninguno de esos países aprobó
del nacwnahsmo alemán. 157 Incluso de un modo más drástico la Constitu-
el voto de moción de censura constructiva, que fortalece el poder del Go-
ció~ Japone~a de 1946 fue redactada completamente por la f~erza de ocu-
bierno vis-a-vis con la Asamblea. Excepto en Checoslovaquia, ninguno de
pacwn amencana. De un modo parecido, una minoría constituyente puede
ellos creó un Tribuna(Constitucional que pudiera rechazar las le-y:es in-
tratar de protege~ a la mayoría de los intereses duraderos, o de las pasiones
constitucionales. Excepto los países que tenían una Asamblea Constitu-
duraderas que amman a estos. Esta fue una autointerpretación dominante
yente bicameral, ningüno de ellos creó una Cámat.a Alta que pudiera ac-
entre .los constituyentes de 1787. En casos de constituciones impuestas de
tuar de contrapeso de la Cámara Baja. (También la República Checa
este t1po, estamos tratando con restricciones accidentales al menos si las
r:s.tricciones actúan en beneficio del que es restringido, y ~o sólo en bene-
constituye aquí una excepción parcial.) Con la excepción parcial de Ruma-
nía, ninguno de ellos hí.zo del refer~ndum una parte important~ del proce-
ficlO del que restringe.
so. de enmienda de la Constitución. La única Asamblea Consntuyente de
la región que renunció'a importantes poderes fue la húngar~, la cual apr~­
bó el voto de la moción de censura constructiva y cteÓ un Tnbunal.Consti- El precompromiso puede no ser deseable
tucional del que se ha dicho que es el más fuerte del mundo. . In~luso cuando es viabl.e y efectivo, el precompromiso constitucional po-
En términos generales, estoy de acuerdo con Adam Przeworski Y F ~r­
dna n.o ser deseab_le. EXIsten dos problemas principales: uno creado por un
nando Limongi cuan4o observan que «los defensores del compromis.o
confhct~ potencial_ entre el precompromiso y la eficiencia; el otro, por
( ... )no tienen en cuenta el proceso político por el que se establecen este t1-
un conflicto potencial entre el precompromiso y la democracia.
po de compromisos».l55 Pero no puedo estar de acuerdo cuando blanden
El primer problema puede ser planteado dándole la vuelta a la metáfora
este argumento contrk la posibilidad del precompromiso en general, Y
del suicidio. En la sección II.1 cité la frase: «las constituciones son cadenas
contra el precomprorriiso antidiscrecional, más específicame~te. Afi.rman
con las cuales los hombres se atan a sí mismos en sus momentos de cordu-
que «las mismas fuerzas que empujan al Estado a interv~ncwne. s. d:scre-
ra para evitar perecer por suicidio el día que desvaríen». Contra esta aseve-
cionales subóptimas también le empujan a un compromiso subopnmo».
156 ración podemos citar un famoso dictum del juez Robert Jackson, que dice
Pero esto puede no ser cierto como argumento general. Por un lado, las
que la Constitución no es un pacto suicida. 158 Una autorrestricción consti-
fuerzas que empujan ~-una intervención sub óptima pueden ser activadas
tucional muy rigurosa pude ser incompatible con el amplio margen de ac-
más por una crisis urg~nte que constituir rasgos permanentes de la escena
ción necesario en un momento de crisis. En la Convención Federal de Fila-
política. Por otro, un Estado puede ser «empujado» a intervenciones dis-
delfia, por ejemplo, George Mason observó que: «Aunque él tenía un odio
crecionales subóptimas, incluso cuando no hay crisis y aquellos que ela-
mortal al papel moneda, en la medida en que no podría prever todas las
boran las políticas se l?reocupan exclusivamente del bienestar de la. socie-
181
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~9.~ú~.!i~J:f:::~,- ~n~:tl~~_;:~ ·- ·
·.:':'~-~·~?i~-~~·· ,. ~~\ ;:r.:~-:-:--:< ·,·~··,

-c·•·oc,·•·C"c='"'""'"="'·-··--·..,-,~~.....,.-:-~.,..,...,...-=...,..,...---+l.----------_.,......_,.,...._ _ _~_-.:.;,....:..:._,:,~.::..:..,_~_.,.,;~....,;,...,...~--_;
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emergencias, no queria atar las manos del Legislativ~. ?bservó que _la_ú!~i­ declarar un estado de emergencia a otro órgano distinto del que ejercerá el
ma guerra podría no haber continuado de haber ex1st1do una proh:b1~10n poder durant.:: la emergencia.
de este tipo».159 De un modo similar, cuando en 1946 ~1 Parlamento 1t~ha~o En el caso de la política monetaria, uno puede imaginar s~cudidas re-
decidió no constitucionalizar la estabilidad monetana, una de la~ obJecw- pentinos de h. economía -como el de la IT.ultiplicación por cuatro del pre-
nes se refirieron a la necesidad del Gobierno de tener las manos hbres para cio del petróko en 1973-, las cuales no co:.1stituyen emergencias en ningún
. de guerra. 160 sentido constitucional, pero sí son lo suficientemente fuertes como para
actuar en tiempos .. . . .
Comentando las disposiciones sobre el eqmhbno presupuestano, Gm- que un adhesión rígida a la norma monet<i.ria tenga un impacto desastroso
do Tabellini y Alberto Alesina observan: sobre el empL:o. Como se observó anteriormente, puede que una sociedad
esté mejor si transfiere la política monetaria a la discrecionalidad del go-
Ninguna mayoría actual quiere estar atada por la norma, aunque se d~see la bernador de 1~n Banco Central quien, aunque mostrando una preocupa-
norma para todas hs mayorías. Sin embargo, ~na norma pres~puestana que ción prioritar:ia por la estabilidad de preó os, también permite algún mar-
tenaa efecto en una fecha futura prefijada sería Irrelevante( ...) s1la norma pu- gen para el empleo. La Constitución podría restringirle especificando el
die;a ser abrogada por una mayoría simple (... ). ~odría salvarse este problema objetivo de estabilidad de precios, pero no hasta el punto de convertirlo en
mediante el requeámiento de una mayoría calif1~a~~ para abrogar la ~orma, un mero ejecutor de una política prefijada. Pero, de nuevo, corremos un
pero este requisito reduciría enormemente la flexibilidad que se nec~sita pa~a riesgo: puede darse el caso de que el gobernador tenga unos principios
responder a acontecimientos inesperados. Un~ regla presup.uestan_a ~odna inesperada y fatalmente rígidos. Un ejemplo es el gobernador del Banco
contener cláusulas de excepción, como las refendas a fluctuacw~~s c1chcas .de
Central de Nl)ruega en el período de entreguerras, Nicolas Rygg. El re-
los ingresos fiscales 0 a las guerras. Sin embarg?, por la notable d1f:cultad~ o m-
cluso imposibilidad, de hacer una lista exhaustiva de todas las contmgen~1as re- cuerdo de sus .:alamitosas políticas explica por qué N o ruega no ha seguido
levantes puede ser contraproducente requerir una mayoría muy ampha_ para a otros países, y estableció un Banco Central completamente independien-
161
poder abandonar- mnque sea temporalmente- el equilibrio presupuestan0. te. Mientras el Bundesbank alemán adqui:·ió su independencia como una
respuesta al trauma inflacionista de los años veinte del siglo XX, ' 63 la ley de
En tiempo de guerra, puede bastar con apelar ~ los p~deres de emergencia 1985 que regula el Banco Central de Noruega «se diseñó corro una res-
enumerados en muchas constituciones para Impedlr que llegue a buen puesta social a~ trauma deflacionista». 164 En vez de prohibir que el Gobier-
puerto un pacto monetario suicida. ~á~ general~ente, las disposiciones de no diera instrucciones al Banco, Noruega eligió la estrategia indirecta de
emergencia están puestas con el proposito espec1hco de ~c.tuar como meca- asegurar la independencia del Banco aumc:ntando los costes políticos que
nismos que impidan el suicidio. Pero, aunque e.s~s prov1s10ne~ p~~den ha- tendría para el Gobierno darle instrucciom~s (Il.3 ). 165
cer las veces de válvula de seguridad y así estabil1zar la Constltucwn, tam- La tensión ·entre precompromiso y democracia surge cuando los agen-
bién pueden ponerla en peligro. Haciendo un seguimiento d~ las tes que ejercer'. funciones de precomprom.so viven al margen del control
provisiones de emergencia desde la República ~e R~m~ hasta la de Weimar, democrático. 1·' 6 Incluso cuando las decisi.Jnes tomadas por un Tribunal
Bernard Manin sostiene que, a no ser que esten d1senadas de forma muy ConstitucionaJ o un Banco Central no son ineficientes en ning-uno de los
cuidadosa, pueden agravar los problemas que supuesta~ente deben resol- sentidos técni~os del término -no optimalidad paretiana o no maximiza-
ver.162 De este modo, si las pasiones y los intereses consntuyen proble~~s ción de la utilidad-, sí pueden ser radicalmente discordantes con las pre-
de primer orden, las constituciones una solución de primer or~en, la ngi- ferencias estables de una amplia mayoría o.e los ciudadanos. Un Tribunal
dez un problema de segundo orden, los poderes de emergenCla una solu- Constitucional puede prohibir o permitir e'- aborto en contra de los deseos
ción de segundo orden, y el golpe de Estado un problema d~ terc~r orden, estables de una gran mayoría de la poblaciÓ;.J.. Un Banco Central puede ele-
para éste serán necesarias soluciones de tercer orden. Mamn ~ug1e:~' por gir, para sus de,;isiones, una tasa de descue;,to temporal que difiere de la de
ejemplo, que el riesgo de una explotación aventurera ~e las d1spo~1~:ones la mayoría de l!::>S ciudadanos. Dado que los ciudadanos tienen preferencias
de emergencia puede reducirse transfiriendo la capacidad de decislOn de temporales hiFerbólicas y el Banco simplemente se guía por sus preferen-

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ll
cias temporales a largo plazo mientras ignora el inttnso intercambio a cor-
to plazo, esta divergen(~ia no presenta un problema normativo. En este ca-
J:· Mason urgió, en vez de eso, a la inclusión de una enmienda que permi-
tiera al Congreso anular las decisiones del Tribunal Supremo por una ma-
so, el Banco básicamente está ayudando a los ciudadanos a ejercer el auto- ~ d d
yor~a. e os terc~os.
e
· 169 o m~ o bservamos antenormente,
. este tipo de dis-
control (véase, también, la sección L3 ). Dado que el Banco trata de corregir posiciOnes efectivamente existen en algunas constituciones de países de
(lo que percibe como) :una excesiva miopía de las propias preferencias de Europa del Este. Además, el Artículo III de la Constitución americana
los ciudadanos a largo plazo, está abierto a recibir críticas democrática- asi~na jurisd_icción al Tribunal Supremo solamente «con excepciones de es-
mente fundadas. :e trpo, Y b~!o e_ste tipo de regulaciones, como hará el Congreso». En una
mterpretacw~ hteral, esta cláusula permitiría al Congreso castrar comple-
Escotillas de salva1nento tamente al Tnbunal. Que el Tribunal modificara su interpretación, no fue
una sorpresa; pero puede que la cláusula, por el simple hecho de saberse
Si la separación de poderes crea un riesgo de que haya gobernadores de que existía, tuviera alguna influencia en esa decisión.
bancos centrales infle1<_ibles, dogmáticos o democráticamente irresponsa- Podría parecer que en casos de este tipo el necesario control sobre los
bles, puede que tenga;:l que aumentarse los contn>les y equilibrios. Uno ~ue ~~ntrolan y~ existe, pu~sto que uno siempre puede enmendar la Cons-
puede, por ejemplo, te:ner una disposición constitc:.cional que permita qu~ trtucwn o cambr~r 1~ !ey. Sm embargo, como hemos visto, puede que en-
una mayoría calificada; en el Legislativo destituya al Gobernador. J\lo sé sr men~ar la Constrtucwn constituya un proceso muy engorroso. En una si-
hay países que permiten que esto sea así, pero existen otros mecanismos tuacrón.dada, p~dría simplemente ocurrir que no se dispusiera del tiempo
que pueden servir al m:ismo propósito. Alan Blinder sostiene que en el sis- n~ces~no. El Tnbunal Constitucional, además -como en India y Alema-
tema de la Reserva Federal americana, el riesgo de «banqueros centrales ma-, tiene la opción de declarar inconstitucionales las enmiendas a la Cons-
que actúan con excesi~o celo» es contenido, a la vez, por «sistemas inter- titución. Cuando, por alguna razón, este control sobre el Tribunal es insu-
nos de controles y equilibrios», que proceden del becho de que las decisio- fic_iente, s~ hace necesario algún procedimiento especial para hacer que el
.O:es clave son tomadas más por un comité que por un único individuo, y Tnbunal nnda cuentas. De un modo parecido, uno no puede desembara-
p.:>r controles externo:' que resultan del hecho de que el Congreso puede zarse _de un gobernador del Banco Central mediante el procedimiento de
invalidar las decisiones de la Oficina de la Reserva Federal. 167 Aunque el ca~biar las leyes que regulan su permanencia, a menos que esté dispuesto a
Congreso nunca ha utilizado este poder, el simple conocimiento de su exis- deJar que los cambios se apliquen retroactivamente.
tencia puede, por mor de la «ley de reacciones anticipadas», haber tenido Esas formas de tratar de mitigar los problemas del precompromiso de-
efectos restrictivos. sembocan en una dificultad que mencioné al final del capítulo I, es decir, el
Se puede ampliar el argumento a los jueces del Tribunal Supremo o, en problema de cómo distinguir las excepciones genuinas de las espurias.17o En
el caso de Europa, a los jueces del Tribunal Constitucional. Es conocido u? cont~xt_o en el que el desempleo es visto como uno de los problemas so-
que los jueces -como 1os gobernadores del Banco Central- han mantenido c:ales mas Importantes, podría haber una amplia -aunque pasajera- mayo-
principios dogmáticos y sectarios, con aplicacione:s e implicaciones poten- na en el Parlamento a favor de destituir a un gobernador del Banco Central
cialmente desastrosas .. Así, en un discurso pronunciado el día 9 de mayo de que hubiera rechazado aumentar la masa monetaria necesaria para crear
1937, un mes después de que anunciara sus planes de ampliar el Tribunal más empleos. N o hay ninguna forma fiable de hacer la distinción entre la
Supremo, el Presidente Roosevelt dijo: «La mayoría del Tribunal ha veni- situación en la que un Tribunal Constitucional debe ser sancionado por-
do asumiendo el poder de aprobar la idoneidad de( ... ) los actos del Con- que actúa contra las preferencias estables de la mayoría y la situación en
greso. [Nosotros] debemos tomar la decisión de proteger la Constitución la que simplemente está haciendo su trabajo, actuando contra sus preferen-
del Tribunal». 168 Su a~enaza dio los frutos esperados, de modo que no tu- cias pasajeras. Incluso las preferencias temporales pueden ser estado-de-
vo que llevarla a cabo; el Tribunal, en vez de aceptar que se nombraran seis pendientes.171 Y si cualquier solución al problema secundario creado por
jueces más, cambió lalorma de ver las cosas. En u¿a respuesta a Roosevelt, los mecanismos de precompromiso simplemente recreara el problema que

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supuestamente deberfan resolver antes que ninguna otra cosa, uno muy
neo. Por lo mismo, los individuos deben ~.er sensibles a su propia debili-
bien puede decidir contra la toma de tal decisión.
dad, y pueden ,desear los consejos y controles de los amigos para guardarse
de la turbulencia y violencia de las pasiones sin norte» (I, pág. 43O; la cursi-
va es mía). En sociedades contemporánea~, esta analogía con la autorres-
II.12. Ulises desatado tricción individual ha perdido cualquier at...-activo que pudiera haber teni-
do. Una vez se ven las líneas divisorias de las sociedades de un modo
En Ulysses and the Si?ens, de algún modo defendí tanto que las constitu-
horizontal, y no vertical, la idea del precompromiso constitucional aparece
ciones son mecanismos de precompromiso (en el sentido intencional), co-
bajo una luz n~}eva. Ningún grupo posee vna pretensión inherente de re-
mo que las sociedades deben restringirse a sí mismas mediante mecanis- presentar el int~rés general. La sociedad no tiene ni un ego ni un id.
mos de precompromiso constitucional. Como he venido di~iend_o
Incluso con'siderada como un ensamblaje horizontal de individuos o de
anteriormente en diversas ocasiones, esas afirmaciones son muy discuti-
grupos, la socie·dad puede tener alguna capacidad para atarse a sí misma, en
bles desde los puntos de vista conceptual, causal y normativo.
un sentido que en parte es literal y en parte metafórico. Si la decisión de
precomprometerse es unánime, hay razon~~s más fundadas para defender
Las sociedades.no son simples agregados de individuos que esto constituye un acto de autorrestricción que si estuviéramos ante el
caso en el que sólo hubiera una mayoría imponiendo sus concepciones
Se me permitirá hacer notar que la ampliación de la teoría del precomp~o­
constitucionales a una minoría. En el seguudo caso, podría ocurrir que la
miso desde la elección individual al proceso constituyente es algo pecuhar.
minoría prefiriera la Constitución de la mc;yoría en el establecimiento de
Otras ampliaciones desde la toma de decisiones individuales a colectivas
un sistema leg2;l. Si se espera que los probkmas para los que se considera
-como la aplicación de la teoría de juegos a relaciones entre Estados en el
que la Constiteción es una solución persis6rán indefinidamente; los cons-
sistema internacional--, se apoyan en el supuesto de actores unitarios. Se
tituyentes pueden decir con algo de razón que están actuando en nombre
supone que los Estados, al igual que los individuos, tienen preferencias
de un «yo» terr~poral ampliado que tambiér_t incluye a las generaciones fu-
consistentes y estables, y creencias que dan cuenta por completo de su turas. Pero esa~ condiciones están lejos de c'arse siempre. Frecuentemente,
comportamiento. 172 En el caso que nos ocupa, las bases para la ampliación
las constituciones se imponen a las minoría~ y a las generaciones futuras en
radican en el supuesto de que tanto el individuo como la colectividad no
el interés de la generación fundacional. Además, muchos actos aparente-
son unitarios, sino que están divididos. Como tuvimos oportunidad de ver
mente autorreürictivos resultan estar mot .vados, cuando se los examina
en el capítulo I, muchos actos individuales de precompromiso son acome- con detalle, por razones partidistas.
tidos porque el indivjduo está, en algún sentido, dividido, de modo que
una parte del yo quiere protegerse de la otra. Aunque el individuo no sea
unitario, hay una parte que se ocupa de -y que está comprometida con-la El problema' de las minorías
planificación a largo plazo para restringir las tendencias miopes o impulsi-
La cuestión se ve con mucha más c-laridad C-uando a una parte de la pobla-
vas a la acción de las demás partes. Muy distinta es la razón por la que las
ción se la priva: de derechos civiles, pero también en un proceso constitu-
sociedades no son unitarias. Están hechas de muchos individuos, ninguno
yente plenamente democrático. Puede qu:~ una minoría de la Asamblea
de los cuales -o ningún grupo de los cuales- es «el responsable».
Constituyente .~10 tenga la fuerza necesaria para conseguir que se protejan
En siglos pasados, seguramente, la elite educada tendía a pensar que ella constitucionalmente sus derechos e interúes. A la inversa, como escribe
era la responsable, con el cometido de refrenar y restringir las pasiones de
Richard Posner, «una minoría lo suficienterJ.ente poderosa como para ob-
la mayoría. En Filadelfia, por ejemplo, James Madison sostuvo que era ne-
tener protecciÓn constitucional necesita temer fuertemente -podría uno
cesaria una Cámara Alta o Senado porque «las comunidades democráticas pensar- una lef,islación desfavorable». 173 Stn embargo, continúa citando
pueden ser inestables, y ser llevadas a la acción por un impulso momentá-
diversas razones en pro de la concepción opuesta, siendo la más jmportan-
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te la de que una minoría puede obtener protección si se compromete con tos sobre la renta o un derecho a llevar armas; un derecho ilimitado a reali-
un intercambio de favores políticos. Pero esta es una cuestión contingente. ~ar contr~tos o un derecho a un ingreso justo. N o hay una forma que esté
La minoría puede o no estar en disposición de llegá.r a acuerdos. Además, hbre de hipocresía en la que estos procedimientos puedan ser denomina-
si ]a mayoría tiene un fuerte deseo de mantener d;e hinojos a la minoría dos como autorrestrictivos. El hecho de que una generación posterior
-como en los casos búlgaro y español que antes cité-, puede que no quiera aprue?e estar atada o restringida es harina de otro costal, puesto que las ge-
participar en un intercambio de ese tipo. 174 Ésta no :es necesariamente una neraciOnes fundadoras raramente estarán en condiciones de anticipar esa
cuestión de pasiones y prejuicios. Si mañana el Parl~mento británico deci- preferencia.
de aprobar una Constitución escrita, el Partido Co:r;-servador y el Laboris- Groucho Marx observó que las generaciones futuras no tienen ningún
ta pueden ir de consuno para incluir en ella un sistema de voto mayoritario poder de negociación («¿Qué ha hecho nunca por mí la posteridad?»). N 0
en distritos unipersonales, perpetuando así el papel marginal del Partido pueden participar en el intercambio de votos con las generaciones actuales.
Liberal. · La única esperanza, de haberla, radica en que los constituyentes pudieran
. En cualquier caso, para poder participar en el intercambio de votos en estar motivados por una preocupación por sus propios descendientes para
una Asamblea Constituyente, se necesita estar presente y disponer de un así poder tener en cuenta sus intereses. Como se mencionó en la sección
voto para negociar con él. A menos que los delegados de la Asamblea 11.8, diversos delegados de la Convención Federal sostuvieron que los in-
Constituyente sean elegidos mediante alguna forma de representació?.- pro- tereses privados a largo plazo de las familias podrían ser un remedo de im-
porcional, las minorías.pueden sufrir una pérdida de Jacto de derechos ci- parcialidad intertemporal. Pero esta motivación solamente puede ser un
viles. Antes del surgimiento de los partidos políticos y la invención de la sustituto -imperfecto- si va acompañada -como uno esperaría- de una ta-
representación propor0ional, no había garantía alguna de que una Asam- sa positiva de descuento temporal.
blea fuera representatiya de su electorado. La Asafllblea de Francfort de
1848, por ejemplo, aunque elegida -en principio- por sufragio universal
masculino, no incluía a los campesinos, sí contaba ·con una pequeña parte El problema de las motivaciones partidistas
de los tenderos, prácti~amente ningún trabajador manual y tampoco in- La cuestión puede ilustrarse con ejemplos recientes de Noruega, Francia y
cluía a ningún trabajador industrial. En tiempos m.ás recientes, ha habido Hungría. En Noruega, los enormemente cuantiosos ingresos del petróleo
una variación consider'able en las formas de elección de los miembros de conllevaron una tentación irresistible para el Estado de aumentar los nive-
las asambleas constituyentes, y no hay ninguna garantía de que todas las les de gasto. Con el declarado motivo de garantizar el bienestar de las gene-
minorías importantes tengan representación. raciones futuras, el «Partido del Progreso», de derechas, propuso entonces
una enmienda constitucional que estipulara que los ingresos del petróleo
El problema de las generaciones futuras que sobrepasaran cierta cota serían destinados al pago de las pensiones fu-
turas. Sin embargo, pesó más el hacer una propuesta que atrajera los votos
La cuestión es menos grave cuando el precompromiso toma la forma de de las personas de más edad. La argumentación en pro del interés público
mecanismos de demora y estabilización. La necesidad de contener las pa- habría sido más creíble si el uso de los fondos hubiera estado restringido a
siones compulsivas, salvar la inconsistencia temporal e impedir el sobrante un período que diera comienzo de aquí a veinte o cincuenta años.
superfluo que se generaría si las reglas del juego carnbiaran constantemen- El intento noruego fracasó. Un intento visiblemente exitoso de presen-
te, constituyen preocupaciones perennes. Es más preocupante cuarido las tar objetivos partidistas con el disfraz de la autorrestricción lo proporciona
constituciones imponen derechos y obligaciones substantivos combinados el fortalecimiento del Consejo Constitucional francés por el Presidente
con requerimientos de :enmienda con severas mayo Has calificadas. Es arbi- Valéry Giscard d'Estaing en 1974. Hasta ese momento, el Consejo había
trario dejar que una generación imponga a sus sucesores una prohibición sido principalmente un instrumento en manos del Gobierno de turno en
práctica del aborto o un derecho a abortar; una prohibición de los i~pues- sus tratos con los Parlamentos díscolos. La oposición no tenía ningún po-

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der para solicitar al Consejo que examinara la posible inconstitucionalidad titucionales y políticos rutinarios que se ~~cupan del día a día.u~o Es un su-
de las leyes. Como presidente, Giscard d'Estaing ofreció en bandeja este puesto comúnmente aceptado que constituyentes y políticos no sólo difie-
arma a la oposición, permitiendo que cualquier grupo de sesenta diputados ren en relació;1 a sus tareas respectivas, sirco también en sus motivaciones.
o senadores pudiera someter una ley a la consideración del Consejo. Su Se su?one qu~ los constituyentes no están atrapados por los vicios de los
motivación, sin embargo, no radicaba en restringir su propia libertad de políticos -pas.iones impulsivas, pasiones c.uraderas e intereses privados-,
acción. Previó, acertadamente, que la próxima mayoría parlamentaría sería lo cual está en los fundamentos racionale3 de la actividad constituyente.
socialista; también, de nuevo acertadamente, anticipó que una de sus prio- Pero esto, u~a vez má~, es pura hipocresía. La idea de que los constituyen-
ridades sería la de nacionalizar importantes empresas; y, finalmente, una tes son ~emzdzoses legzslando para bestias es una ficción. El siguiente co-
vez más con acierto, que el Consejo revocaría por inconstitucional una le- mentano de h .. O. Lovejoy sobre la CoJ1vención Federal de Filadelfia
gislación de ese tipo. 175 Deliberó mucho sobre el asunto y buscó, con éxito, abunda en este aspecto:
cómo restringir la libertad de acción de sus sucesores. N o conozco una
ilustración mejor del dictum de Seip que cité en el prefacio. 176 Est~ supuesto del_des~nterés de los hacedores de la Constitución -el estar por
l. Puede tomarse un ejemplo similar de la elaboración de la actual Consti- encima d~ la:> motivaciOnes que guían el comportamiento político del resto de
1
1 tución de Hungría. Como ha mostrado John Schiemann, algunos comu- la humamdad- fue psicológicamente indiEpensable durante la Convención·
nistas húngaros estaban a favor de un Tribunal Constitucional fuerte pues- ciertamente, _unos pocos estaban inclinados a admitir sin tapujos que sus argu~
mentas no eran más que simples expresiones del «espíritu de facción». Pero
to que pronosticaron, correctamente, que, si el Parlamento aprobaba leyes
q_ue esto mur:has veces era así, es una realidad reconocida por todos los histo-
con capacidad retroactiva o ampliaba las leyes que establecían limitaciones,
nadores competentes; en efecto, hay algunos ejemplos mejores de la tesis de
con el propósito de llevarles ante la justicia, esas medidas serían revocadas Madison -la co~figuración de las opiniones políticas por intereses privados,
por el Tribunal. 177 Un delegado comunista en la Mesa Redonda de Conver- de clase o sectonales- que deben buscarse er.los debates de la Convención.1s1
saciones dijo: «Pensábamos que ésta era una de las instituciones que más
adelante estaría en condiciones de impedir que se actuara contra la Consti- N o est~y rech22ando la idea de que los con:stituyentes pudieran ser perso-
tución, que se desechara la institución como si de un lastre se tratara, para nas desmteresadas y desapasionadas; en realidad, pienso que muchos en la
crear todo tipo de ley=s buscando venganza». 178 Sin embargo, debe añadir- Con~ención Federal tenían motivaciones de este tipo. Tampoco estoy de-
se que, a diferencia de Giscard d'Estaing, acertaron por razones equivoca- f~ndiendo ~ue estas motivaciones sean indispensables para una buena acti-
das. Los comunistas húngaros pensaron que estarían en condiciones de vidad con~tin:rente. El ~rgumento de la efi::iencia, por ejemplo, no presu-
nombrar a jueces «fiables» en la primera etapa del Tribunal, a modo de me- pone motivaciOnes particularmente elevadas. Sólo estoy diciendo que una
canismo de protección en caso de que pasaran a ser una minoría en el nue- gran parte de la política constitucional es similar a la política rutinaria, más
vo Parlamento. El Tribunal que en realidad se nombró tuvo una composi- allá de los motivaciones que preocupen a una y otra, y que, en general, no
ción completamente distinta. El principio que invocaron los jueces cuando podemos espenr que constituyentes imperfectos creen constituciones per-
echaron abajo la legis:ación que recortaba derechos -esto es, que violaba el fectas que lleguen a controlar las imperfecciones de los políticos futuros.
principio de seguridad jurídica- nada tuvo que ver con la fachada de auto- En realidad, en la sección 11.11 sostuve qu.~ los constituyentes están más
protección de los comunistas. 179 inclinados a se.: vulnerables a las pasiones .impulsivas que aquellos cuyo
comportamienf.o están tratando de regular. Al mismo tiempo, también hay
momentos en lüs que los intereses partidistas pueden autoafirmarse fuerte-
Las motivaciones de los constituyentes mente~ Los partidos o grupos políticos representados en la Asamblea sa-
Muchos de los trabajos sobre precompromiso constitucional-incluyendo brán que su futuro depende en gran medid~. de las disposiciones constitu-
mis propios escritos <>.nteriores- parten del supuesto de la existencia de una cionales concretas que estén incluidas en la. Constitución. Puesto que será
dicotomía entre constituyentes y políticos, o políticos de altos vuelos cons- difícil modificar esas decisiones, tienen un fuerte incentivo para tratar de

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asegurar que sus intereses son contemplados. N o es en modo alguno un Notas
accidente que en Filadelfia los estados pequeños se c~onvirtieran en los más
recios adalides de la representación paritaria de los ~Stados en el Senado. 182 En _este capít~lo, lo: números romanos se refieren a las actas de la Convención Consti-
Las motivaciones de los constituyentes sí importan porque nos ayuda- tucion-al de Frla~e~fia, publi~adas en los volúmenes I, II y III de Farrand (comp.), 1966.
rán a entender cuán indinados estarán a precompro~eterse a sí mismos. Si L~s numeros ara~1gos se refleren a las actas de la Asamblea Constituyente francesa, pu-
blicados enArchzves Parlementaires. Série I: 1789-1799 París 1875-1888 p '
son autointeresados, ¿por qué deberían precomprometerse a sí mismos b ¡d .+.- ' , . roces-ver-
a es con; eren ces sur la vénfication des pouvoirs, París, 1789, se cita como «P».
contra su tendencia a cómportarse de un modo autointeresado? Est;;t es la Tr~ctatus Theologico-Politicus, VII. l. Estoy en deuda con Etienne Balibar por haberme
cuestión abordada por Przeworski y Limongi. Si están sujetos a pasiones senalado este fragmento.
duraderas, ¿por qué deberían precomprometerse a st mismos contra la ten- En un debate sobre la Ku Klux Klan Act de 1871, citado en Finn (1991), páo- 5
Hayek (1960), pág. 180. o· ·
dencia a actuar por este motivo? Este es el asunto en el que sostengo una
Sunstein (1991 b ), pág. 641.
posición contraria a la de Sunstein. Si están atrapados en un desvarío emo-
Como es común en estos casos, los motivos que andaban por detrás de la decisión real-
cio_nal, ¿cómo pueden hacer que Peter cuando está sobrio actúe para res- mente eran algo más complejos. (véase II.12).
tringir a Peter cuando está bebido? Si los constituyc~ntes son imparciales y O p. cit., p~g. 90; las cursi~as irrelevantes han sido eliminadas. N o fui el primero en dar-
saben que la imparciali·Jad puede perderse en situaciones futuras, tendrán me a este npo de razonamientos. Más adelante cito las intervenciones de Lally-Tolendal
en la Asamblea Constituyente francesa de 1789 (8 páo-s 517-518) y d M d. 1
un incentivo para precomprometerse a sí mismos. Aunque no se pueda ex- C ·' ' o · e a lSOn en a
onvencwn Federal (I, págs. 430-431), que se apoyan, creo, en el mismo error.
cluir esta situación, he~ sostenido que no hay ninguna razón para pensar Una vez ter~ninado _e! manus~rito de este libro, me alegró ver que Jeremy Waldron
que esto es común o frecuente. (1999) ofrecia una cntica de la Idea de las constituciones como mecanismos d
. ( . 1' . . . e precom-
promiso e, In:p ICitamente, de mis p~op:os escritos defendiendo esa idea), que vienen a
ser muy parecidas a ~lgunas de las obJeCIOnes ofrecidas después. Obsérvese, sin embar-
¿Prevención del suicidio o pacto suicida? g_o, que entre los monvos pan el precompromiso él toma en consideración sólo la nece-
1
sida~ ~e adela~tarse a las pasiones, descuidando así tanto el deseo de superar el interés
Ptrmítanme volver a k analogía freudiana. Una Constitución se parece al partidista Yla mco~siste~cia temporal, como el deseo de fomentar la eficiencia. Imagino
superego, en el sentid) que consiste en normas r~gidas,inflexibles, que que Wal~ro~, _al mismo n:mpo, sería co~prensivo con las propuestas de que los gobier-
pueden impedir el desempeño de un comportamiento sensible, óptimo, en nos en eJerciciO no debenan estar capacrtados para cambiar a su favor con facilidad 1
situaciones particulares. Como hemos tenido oportunidad de ver, los pro- reglas _del juego político, y que la estabilidad del marco político es deseable para ampli:;
el honzonte temporal de los agentes económicos y políticos. ·
blemas originados por .una norma privada pueden :)er peores que aquellos Elster (1984 ), pág. 93.
10
que pretendía resolver (I.8), y los peligros que entrañan un Banco Central Véase Elster (1989a), págs. 176 y ss.; véase, además, Holmes (1988), págs. 237-238.
11
sectario o un Tribunal, Constitucional dogmático pueden ser más graves Castaldo (1989), págs. 277-281.
12
que el comportamiento oportunista que esas instituciones tienen como Sobre es_te punto, véase Manin (1995), págs. 237-242, en particular la pág. 241, nota 36.
En la ~nn:era Asamblea Constituyente francesa (1789-1791), la identificación del voto
misión impedir. En la ~ección II.11 examiné cómo' la Constitución. puede
ma~ontano con la voluntad general tuvo la implicación práctica de no haber registrado
establecer escotillas de salvamento para hacer fre!jlte a esos problemas de el numero de votos a favor y en contra de una propuesta (Castaldo 1989 pág 351 t
l9l). · ' , . , no a
segundo orden, permitiendo la suspensión de las ~onstituciones, o parte
13
Anderson (1993), pág. 15.
de ellas, durante una emergencia, y estableciendo distintos tipos de contro- 14
Vreeland (1999) sostiene, sin embargo, que en realidad los gobiernos nacionales no bus-
les sobre los responsables del Banco Central y los .jueces del Tribunal Su-
can la asiste~cia de_l FMI para atar sus propias manos, sino más bien para atar las manos
premo. Pero, como he .'sostenido aquí, esas cláusulas que hacen las veces de de sus o?os1tores r~te~nos. De forma obvia, el argumento converge primorosamente
válvula de seguridad p~eden interferir en el impact<) que tenga la Constitu- con el dzctu"! de Seip Citado en el prefacio de este libro y con el propósito principal del
ción sobre los problemas de primer orden. Si los constituyentes tratan de presente capitulo.
15
evitar que la Constituáón se convierta en un pacto suicida, puede que ésta Así,_Brehm (1966) muestra que si !a opción preferida por la gente les es impuesta y no
eleg1da, desarrollan una preferencia por una opción que previamente tenía una menor
pierda su eficacia como mecanismo para evitar el suicidio. prelación.

192
193

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16 Tocqueville (1990), pág. 181. · Para un estudio histórico de los estados de excepción desde los dictadores romanos has-
17 Para un estudio de los procesos constituyentes en Europa y América del Norte, véase ta hoy, véase el cap. 2 de Loveman (1993). El gr 1eso de este trabajo es un estudio de re-
Elster (1995a). gímenes de este tipo en la historia hispanoamericana. Finn (1991) hace una comparación
18 Marshall (1984). entre la emergencia de regímenes en Irlanda del Norte y bajo las constituciones de Wei-
19 Véase, por ejemplo, Heard (1991), sobre la relación existente entre la Constitución es- maryBonn.
36
crita y no escrita en Canadá. Burdeau, Hamon y Troper (1991), pág. 696.
37
20 La decisión se puede consultar convenientemente en Bayefsky, comp., (1989), el cual EventualmeJ.lte, el artículo 48, junto con el artí;;ulo 25, el cual autoriza al Presidente a
aporta también abundante documentación ilustrativa. Para una contextualización polí- disolver el Reichstag, se convierte en «el instrumento mediante el cual la democracia
tica y legal, véase Russell (1993) y Heard (1991). parlamentari1 de Weimar se transformó en un gobierno presidencial» (Finn, 1991, págs.
21 Heard (1991), pág. 144. 141--:143).
38
22 Burdeau, Hamon y Troper (1991), págs. 480 y ss.; también Lacouture (1990), vol. III, Un borrador anterior de lá Constitución de Bonn permitía al Gobierno, con la aquies-
págs. 572 y SS. cencia del Presidente de las dos Cámaras, suspender algunos derechos básicos en una si-
23 Derfler (1983), cap. 2; señaladamente, pág. 37. tuación de emergencia. El artículo fue borrado de la Ley Fundamental en su lectura fi-
24 Eule (1987), pág. 408. nal, puesto qúe se pensó que -con tal que los p;Jderes de ocupación cont~nuaran con el
25 Smith (1994), págs. 96-97; véase, también, Willoch (1994). fin de reservarse a sí mismos la responsabilidad de la defensa de la República Federal y
26 Eule (1987), pág. 426, nota 215. del mantenimiento de su orden constitucional-, el ejercicio de los poderes de emergen-
27 Rudolph y Rudolph (1987), cap. 3. . cia por parte del Gobierno federal podía llevar a confusión.
39
28 Incluso en Nueva Zelanda, el solo hecho de denominar a algunas cláusulas «constitu- Para un estudio, véase Elster (1995a).
cionales» , y no estatutarias, puede conferirles cierto tipo de inmunidad contra una fácil 40
Para explicaciones de la tendencia a que los pr0cesos constituyentes se produzcan en
enmienda (Eule, 1987, pág. 394 ), en virtud de una convención metaconstitucional. oleadas, véase Elster (1995a).
29 Para detalles sobre el caso sudafricano, véase Shapiro (1996), pág. 216, nota 85. En la 41 Huber (1960), pág. 593.
42
Assemblée Constimante, los delegados de la derecha intentaron imponer, sin éxito, ma- Comité National (1987-1991), vol. I, pág. 125.
43
yorías calificadas en la votación de la nueva Constitución (Castaldo, 1989, pág. 129). Aunque los generales estaban en el origen del pt der de Jacto de De Gaulle, de iure debía
30 Finn (1991 ), pág. 190. su poder al P.arlamento de la Cuarta República. Desde un punto de vista técnico, sus po-
31 Rudolph y Rudolph (1987), págs. 110-111; Davis, Chaskalson y De Waal (1995), pág. 37. deres constituyentes de hecho fueron restringidos por el Parlamento. Aunque esta fue
32 En Estados Unido~, ThomasJefferson defendió esta idea, y fue criticado por James Ma- «la primera ,_:ez en la historia constitucional [francesa] en que el órgano constituyente
dison con un efecto devastador (Holmes, 1988, págs. 215-221). En Francia, se discutió en no estaba im estido de una autoridad incondici~nal» (Burdeau, Hamon y Troper, 1991,
la Assemblée Con>tituante de 1789-1791 (30, págs. 36 y ss.). Hay una aproximación pág. 449), las restricciones no fueron ataduras. La única solución excluida de las instruc-
en la Constitución de Pennsylvania de 1776, la cual preveía la elección cada siete años de ciones parlarnentarias -concretamente por la cláusula «le Gouvernemen· doit etre res-
un Consejo de Censores destinado a revisar la Constitución y proponer las enmiendas ponsable devant le Parlement» (Comité Natio;1.al1987-1991, vol. I, pág. 125)- fue un
pertinentes en una Convención convocada a tales efectos. La Constitución polaca de régimen pre~idencial al estilo estadounidense, que De Gaulle nunca había deseado.
1791, la cual prevé una «Dieta constitucional extraordinaria» cada veinticinco años, es- 44
Para un análisis más matizado, véase Koseki (1 <;97).
tuvo en vigor solamente durante dos años. Una disposición parecida estuvo presente en 45 Golay (1958), págs. 17, 8, 110. Para el caso co.'1creto del Banco Central, véase Marsh
la Constitución de Polonia de 1921, cuya vida también terminó antes de que estuviera lo (1992), cap. t., especialmente págs. 149-150.
suficientemente madura como para ser aplicada. 46
Para análisis comparativos de estas dos asambleas, véase también Elster (1993b, 1994,
33 Sin embargo, el artículo 158 supone que el artículo 57 en sí mismo sea enmendable. De 1995b, 1995c). -
modo parecido, el artículo 148 de la Constitución de Rumanía y el artículo 79 de la 47
Una coincid(:ncia de este tipo indicarja que esta':nos tratando con una asamblea de poli-
Constitución alemana -los cuales hacen una lista de las cláusulas con salvaguarda en la chinela, sin ninguna voluntad intrínseca. Un e;emplo sería el cuerpo de sesenta y seis
Constitución- no se incluyen a sí mismos. Para un examen de este problema, véase Su- hombres coLvocados en China por Yuan Shika~ en 1914 para dar a su norma apariencia
ber (1990), pág. 101 y passim. de legalidad t través de un «pacto constitucional».
34 Wagner (1997), pág. 62, afirma que la cláusula de la Constitución americana que salva- 48 No estoy ne'jando los estrechos lazos entre los Legislativos estatales y el Congreso. Sin
guarda la igualdad de la representación de los Estados en el Senado es muy similar alli- embargo, nc debe confundirse a los Legislativys actuando colectivamer..te a través del
berum veto. En teoría, sin embargo, un Estado podría perder su igual voto en el Senado Congreso pna convocar una convención con S;l poder individual para seleccionar a los
si (i) este cambio fuera aprobado mediante un proceso de enmienda normal y (ii) el Es- delegados.
tado en cuestión v•:>tara a favor, incluso si (iii) otros Estados votaran en contra. 49
Este princip=o, sin embargo, conduce a una par-adoja si la cláusula que permite enmen-
35 Estoy en deuda con Bernand Manin por haberme hecho ver la importancia de las dispo- dar una cons-titución es utilizada para enmendarse a sí misma (Suber, 1990).
siciones constitucionales relacionadas con los poderes para situaciones de emergencia. 50
Para un examen completo de estos y otros asun:os, véase Ackerman y Katyal (1995).

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--~----------.----~~~~~----.~~-++---~~--~------------------------------~-------------------------
51 Dos delegados del Estad~ de Nueva York (Lansing y Yates) de hecho abandonaron la 68
Los atenienses trazaron una línea -que puede ser de difícil comprensión para nosotros-
Convención. Sin embargo, esto no contó como abandono de la delegación de Nueva entre las emociones masivas justificadas y las injustificadas: Heródoto (IX.S) cuenta una
~~ ¡ . historia sobre Lícidas, un miembro del Consejo de los Quinientos, quien recomendó al
52 Para una interpretación de otros debates en la Convenciór¡ Federal en términos de la Consejo que accediera a la petición de los persas. Cuando los atenienses tuvieron noti-
teoría de la negociación , véase, también, Elster (199Sf). . cia de esto, «estaban llenos de ira, y en el acto rodearon a Lícidas, y lo apedrearon hasta
53 Después de las sesiones plenarias iniciales, estos debates tuvieron lugar en un pequeño la muerte». Además, las mujeres atenienses apedrearon a su mujer y a sus hijos hasta
comité con delegados de los tres estamentos. Las transcripciones de los debates :on re- matarles. «El orador se vio a sí mismo castigado por el simple hecho de realizar una pro-
lativamente completas, perro no nos permiten identificar a los que hablaron, excepto en puesta que no fue aprobada; más que para promover el horror o el remordimiento a las
lo que se refiere a su pertdnencia a uno de los tres estamentO$. ge~eracion~s posteriores, el caso sirvió como un ejemplo que era invocado para conse-
54 En esta sesión conjunta cada delegado tendría un voto. Un.1 propuesta sugerida por la gmr el castigo de los que están deseosos de llegar a acuerdos con el enemigo>> (Ruzé,
clerecía (P, pág. 39) -el de tener las credenciales verificadas con un voto por cada esta- 1997, pág. 439).
mento, de manera que dos estados podían bloquear las credenciales de un deleg~do del 69
Para una explicación completa, véase Ostwald (1986), págs. 431-445.
70
estado restante- no fue discutida seriamente. Ostwald (1986), pág. 439.
71
55 Incluso admitiendo esta premisa, el dilema persiste. Supongamos que la Asamblea tiene MacDowell (1978), pág. 188.
100 delegados, que tres de las credenciales no están claras, y que los delegados q~e sí h~n 72
Otro pá:rafo aparentemente inconsistente se encuentra en Tucídides 6.14, sugiriendo
sido aceptados se reparten 49-48 en su posición sobre la validez de las credenCia~es dis- que .era Ilegal la reconsideración de un decreto previamente aprobado. Dover (1955)
putadas. Si en el voto sol:lre un caso disputado, los otros dos casos sin aclarar votan con sostiene que los fragmentos en realidad pueden ser consistentes entre ellos; véase, tam-
la minoría, las credencialés impugnadas serán aceptadas. bién, Ruzé (1997), págs. 440-443.
73
56 Egret (1975), cap. S, especialmente págs. 248, 266; también, Castaldo (1989), págs. 143- Para un análisis de ese debate, véase Kagan (1974 ), págs. 155-163.
74
144. ' . La necesidad de tener que preparar las decisiones en el Consejo de los Quinientos antes
57 Para una discusión de otros mecanismos que pueden haber: contribuido a configurar la de que pasaran a la Asamblea, o nomothetai, podría parecer una excepción en este caso
decisión, véase Elster (19,95f). (Hansen, 1991, págs. 138, 307). Pero, por lo que yo puedo juzgar, el argumento de Ruzé
58 Hampson (1988), pág. 1S2. En realidad, anteriormente había tenido lugar un pacto. (1997, cap. XXII) de que el Consejo tenía funciones más limitadas parece convincente.
Elster (1984), pág. 93; vé~se, además, Holmes (1988).
75
59 , . Ostwald (1986 ), pág. 552.
76
60 Aquí hago abstracción r1e los posibles efectos restrictivos' de las convenciones meta- Hansen (1991), págs. 89-90.
77
constitucionales. · Jorres (1957), págs. 36-37.
78
61 Este es el tema principal de Eule (1987). Ibíd., pág. 124.
79
62 Para una explicación cor¡1pleta, véase Elster (1993a). En sistemas bicamerales, los delegados de la Cámara Alta han estado sujetos a requisitos
63 Laffont y Tiro le (1994 ), fa p. 16. ' de edad más elevada. En la actual Constitución checa, por ejemplo, los senadores deben
64 En su modelo, la Asamblea Constituyente y el Gobierno descuentan el futuro a una tener más de cuarenta años, mientras que los miembros de la Cámara Baja deben tener
misma tasa. Ignoro cuán' buenos serían los resultados si un~' supusiera que los fundado- más de veintiuno. En sistemas unicamerales, los diputados pueden estar sujetos a reque-
res tienen una tasa de de:;cuento más baja. rimientos de edades más elevadas que las de los votantes. En la actual Constitución de
65 . «A diferencia de las ley~s originales de Salón, el corpus revisado de leyes [después del Estonia, por ejemplo, la edad mínima para votar es de dieciocho años, pero de veintiuno
año 403 a.C.] pasó a incluir un gran número de leyes cons~:itucionales (esto es, normas para ser diputado. En las Constituciones de los siglos XVIII y XIX, eran comunes los re-
que definen la estructura y los poderes de los órganos del Estado). N o formaron parte querimientos de un cierto nivel de propiedad y renta, justificados ya por ser un indicati-
de un código legal separado y especial; los atenienses no tenía una Constitución en el vo del nivel de instrucción, ya como cosas deseables por derecho propio.
80 Hansen (1991), pág. 185.
sentido formal y, aunqu7 a veces utilizaron cláusulas de salvaguarda para hacer más difí-
cilla revocación de una ~ey o de un decreto, este tipo de cláusulas no se correspondían a 81 Ibíd., pág. 307.
lo que nosotros llaman}os leyes constitucionales>> (Hansen, 1991, pág. 165). Como 82 Ibíd., pág. 308.
83 Sinclair (1988), pág. 170.
ejemplo de imposición de cláusulas de salvaguarda, Hansen cita una norma (ofrecida en
84 Todd (1993), cap. 9; Cohen (1995).
Demóstenes, 23.62), según la cual «quienquiera que, magistrado o ciudadano privado,
85 Hansen (1991), pág. 209.
cause el incumplimientq de esta ordenanza, o la altere, será privado de sus derechos so-
86
bre sus hijos y propiedad>>. No estoy seguro de cómo esto se compadece con la. afirma- Ibíd., pág. 206.
87
ción de que «todas las decisiones políticas en Atenas se tomaban por mayoría _simple>> Hansen (1991), pág. 210. Hansen (en comunicación personal) me informa de que su in-
(Hansen, 1991, pág. 304). terpretación de este punto es controvertida.
88 Ostwald (1986), p.504.
66
Hans en (1991 ), pág. 28 7.
89
67 Roberts (1982). Sinclair (1988), pág. 153.

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::
11
ción y lo que querían era sólo pasar a la acción; ad:::más, ellos podrían desea1 no ser vis-
90 MacDowell (1978), pág. 51.
91 De acuerdo con Vile (1967), pág. 43, «el uso del poder del Parlamento por un grupo de tos (por ellos mismos o por los demás) cambiando de opinión.
seguidores para amenazar a otros grupos, ha mostrado a aquellos hombres que sólo veían
10
° Clermont-Tonnerre: 8, pág. 574; Malouet: 8, pág. i91.
. 101
como un peligro al poder real, que un Parlamento podría ser tan tiránico como un Rey». «La «integridad», dijo Jefferson, no era, según su experiencia, «lo característico de la ri-
La afirmación que he puesto en cursiva, aunque refiriéndose a Inglaterra después queza». Mas, taato Madison como Jefferson estaban desconcertados por la incapacidad
de 1648, también es válida pará Estados Unidos después de 1776 y Francia después de aparente de la g::nte para detectar a los verdaderarr ente talentosos, y así se veían obliga-
1791, del mismo modo que lo es para Noruega después de 1814 (Sejersted, 1988, págs. dos a aceptar a regañadientes el valor de la propiedc:.d como la mejor fuente de distinción
en las nuevas repúblicas»'(Wood, 1969, pág. 218).
136-137). 102
92 Esta afirmación también se basa en una simplificación, puesto que pasa por alto el fenó- «Cuando, segú;J.los razonamientos de los Repub':icanos, la Cámara Alta se convierte
meno de las «pasiones duraderas», como el fanatismo religioso o étnico. Regresaré a es- solamente en uú mecanismo de control de un pod ~r legislativo -que, de otro modo, no
tendría restricción alguna-, en el mismo instante pierde su capacidad de encarnar cual-
te asunto en la sección 11.11.
93 En Filadelfia, encontramos referencias a «la turbulencia y locuras de la democracia» quier tipo de aristocracia en la sociedad. De hecho, como insistió Arthur St. Clair, un lí-
(Randolph: 1, pág. 51), «la furia de la democracia» (Randolph: I, pág. 59), «las pasiones der Republicano, en 1784: «Es porque abomino cualquier tipo de aristocracia que estoy
populares [queJ se extienden como el fuego salvaje, y se tornan irresistibles» (Hamilton: en contra de una sola cámara en el Legislativo»» (\}lood, 1969, pág. 250).
103
I, pág. 289), la «volubilidad y pasión» (Madison; 1, pág. 430), y a la «precipitación, ca- Tant_o aquí comr) más adelante, trataré la distinción entre interés y pasión com.o algo im-
rácter tornadizo y excesos de la primera cámara del Legislativo» (Gobernador Morris: preciso.
1, pág. 512). En París, Lally-Tolendal (8, pág. 516) se refiere a la Asamblea como «entrai-
104
S~ refiere aquí~ este tipo de medidas como «usurpaciones del Legislativo», contradi-
née par 1' éloquerice, séduite par des sophismes, égarée par des intrigues, enflammée par Ciendo de este modo la afirmación anterior (II, pág. 52) al efecto de que no 1"epresenta-
des passions qu'on lit:. fait partager, emportée par des mouvements soudains qu'on lui ban usurpación del poder, sino más bien abusos de poder legítimo.
105
communique, arrete par des terreurs qu'on lui inspire». Otros hablan sobre «les presti- En contraste con este argumento conjuntivo, podemos citar el razonamiento disyunti-
ges de l'éloquence, l'effervescense de l'enthousiasme» (Grégoire: 8, pág. 567), «les cau- vo de Duport er:.la Asamblea francesa: «Si el freno del Cuerpo Legislativo no es un mo-
ses d'erreur, de précipitation ou de séduction oratoire» (Sieyes: 8, pág. 597), o sobre narca, una persona individual, debe haber un cueóo de individuos como un Senado 0
un Consejo ejecutivo» (28, pág. 264). .
«l'erreur, la précipitatíon, l'ambition» (Robespierre: 9, pág. 81).
94 Para un examen del tema, véase Elster (1993c). Como sostuve en Elster (1995b ), las dos
- 106
Sin embargo, és':a difícilmente sería una solución p~rfecta. En general, no hay razón pa-
Asambleas no prestaron mucha atención a la revisión judicial como mecanismo neutra- ra e~per~r el fortalecimiento relativo de los poderes de negociación del Ejecutivo y del
Legislativo en d cuerpo constituyente que se corresponda con la división normativa-
lizador.
95 Como indiqué más arriba, Madison estaba muy preocupado con el primero de estos úl- mente deseable que uno podría querer trazar en la Constitución.
timos problemas. Re>pecto al segundo, Benjamín Constant estaba muy preocupado
107
Si la educación ;r la asistencia sanitaria fueran vista.s exclusivamente desde esta perspec-
con «el problema del amour-propre, que consideraba un defecto peculiarmente fran- tiva, esos bienes no se proveerían del mismo modo como lo están actualmente en las so-
cés», y sostuvo que eran necesarios «mecanismos institucionales» para contrarrestarlo. ciedades occideatales. Se daría más importancia al tratamiento a los miembros que cons-
Abogó, por ejemplo, a favor del sistema británico, el cual prohibió los discursos escritos tituyen la fuerza· de trabajo actual y futura. Podría darse el caso de que se animara más a
en el Parlamento (Holmes, 1984, págs. 139-140). Véanse, también, al final de esta sec- fumar que a no; hacerlo (los fumadores, al morir Inás temprano, ahorran a la sociedad
ción, los comentarios sobre la autorrestricción de los constituyentes americanos. una gran cantidad de dinero). Los fondos destina.-:los a las humanidades y -probable-
En este párrafo, sigo fielmente las discusiones de White (1987), señaladamente las pági- mente- a las cie..:1cias sociales también se verían perjudicados. Mientras que los sistemas
existentes de provisión de asistencia sanitaria pue:l.en explicarse por una combinación
nas 1~.1-122 y 254-255.
97 Para algunas dudas sobre la validez del argumento, véase Mueller (1996), págs. 192-193. de consideraciones de seguridad y eficiencia, los s·stemas de educación exiscentes pue-
98 «En 1784, un panfletario de Carolina del Sur sostenía que los senadores solamente eran den explicarse ror una combinación de ,consideraciones de consumo e inversión. Sobre
(... )otro cuerpo representativo, el cual, como la Cámara Baja, estaba atado para que estos asuntos, véase Elster (1995d).
1°8 O'Flaherty (19%), pág. 285.
obedeciera las instrucciones de los constituyentes. En realidad, la posición de los sena-
dores en el Legislativo no tenía significación social y sería "completamente inútil", si no
109
En relación a la~ dudas sobre la fuerza con la que sr: pueden hacer cumplir los precomp-
fuera que "la división en el poder legislativo parece necesaria para proporcionar un con- romisos presupüestarios, véase Keech (1995), págs¡ 172-174.
110
trol apropiado a nuestros también precipitados procedimientos"» (Wood, 1969, pág. En relación a esto, Russel Baker dice: «Entonces, hay una enmienda a favor del equili-
239) brio presupuestario en la Constitución. Si se aprm ha, forzará a todos los miembros del
99
Uno podría preguntarse si no podría alcanzarse el mismo fin mediante una disposición Congreso a deténerse antes de volver a gastar. Eso!" pobres diablos están tan sumidos en
constitucional que requiriera algunas lecturas sucesivas, en intervalos apropiados, de el vicio que ahora buscan consuelo mutilando la Constitución. Proponen poner al Go-
cualquier pieza legislativa. Sin embargo, cualquier sistema de este tipo crearía una gran- bierno detrás de-l propio Gobierno para que su incZ:pacidad para controlarse .l sí mismos
dísima frustración entre los legisladores que confiaban en haber tomado una determina- esté restringida:> (International Herald Tribune, 3.) de noviembre de 1994). De un mo-

198 199

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127
do parecido, explica el proyecto de ley por el «auto-odio que aflige al Congreso. Los Véase C~kierman (19~2), en el que me apoyaré extensamente en lo que sigue. Quienes
miembros del Congreso últimamente se han quejado mucho de su debilidad. Simple- pr~porcwnaron en pnmer lugar el argumento clave fueron Kydland y Prescott (1977).
mente, son demasiado f;usilánimes, dicen, para resistir el reparto de la ganga federal. Se Bhnder (1998) hace un ataque frontal a esta línea de razonamiento. Sostendré más ade-
aprobó una enmienda constitucional. Los señores Gingrich y Dole lo vendieron por ahí lante que algunas de las críticas son interesadas.
como si del evangelio se tratara. Seguramente, seguramente, esos pobres malandrines 128 Cukierman (1992), cap. 3.
derrochadores que querían -que querían sinceramente- remediar su situación, segura- 129 Ibíd., pág. 17.
mente, sólo podrían controlar su dañino hábito si fueran proscritos por esre documento 130
La _razón por la que los políticos podrían querer aislar al Banco de su presión, no nece-
sagrado: la ConstituciÓJ.» (Ibíd., 31 de marzo de 1995 ). sanamente debe fundarse en el grave propósito de promover el bienestar del país. Sim-
111 Tabellini y Alesina (19S4), pág. 171. En su modelo, sin embargo, la fuente de la inconsis- plemente, también podría ser que se inhibieran para poder echar la culpa a otro cuando
tencia temporal radica 1hás en la incertidumbre sobre las preferencias futuras del electo- algo vaya mal (Cukierman, 1992, pág. 213 ).
rado que en el descuento hiperbólico. 131
«A finales de septiembre de 1956, el Canciller [Adenauer] causó alarma en Francfort
112 De una forma más conjetural (de hecho, muy conjetural), un descuento hiperbplico po- cuando sugirió que el Bundesbank debía emplazarse en Colonia para que así estuviera
dría estar relacionado con otro hecho formalizado, descubierto y analizado por Stokes más cerca de Bonn. Al final continuó radicado en Francfort, alejado del Gobierno»
(1997, 1999); consiste en que, después de la elección, muchos de los Gobiernos que fue- (Marsch, 1992, pág. 167). Varios países también han emplazado sus tribunales constitu-
ron elegidos sirviéndose de una plataforma populista, empiezan a aplicar el programa li- cionales fuera de la capital. El Tribunal alemán se encuentra en Karlsruhe el checo en
beral de sus rivales. Antes de la elección, se produce un cambio de preferencia en el elec- Brno, el estonio en Tartu y el eslovaco en Kosice. N o sé muy bien si en todo~ los casos la
torado; después de la elección, un cambio de política por parte del Gobierno. Los dos razón estriba en el deseo de aislar al Tribunal de la presión de las otras ramas del Estado.
132
fenómenos podrían estar relacionados, si el Gobierno creyera que ejecutar el programa G. Miller (1993).
liberal es hacer lo que los votantes, en algún sentido, «realmente» quieren, y no hay ra- 133
La versión del análisis de Kydland-Prescott criticada por Blinder (1998) se acerca a con-
zón, por tanto, para temer perder la próxima elección. vertirse en una caricatura. Ridiculiza el argumento de ellos diciendo: «La idea de unos
113 Aunque aquí nos centr;amos en los factores institucionales, la posesión de un poder ab- po~íticos extraordinariamente disciplinados y con una visión amplia ocupándose volun-
soluto también tiene Ui1 aspecto psicológico. El tirano no confía ni cree en nadie; así, Ti- tanosamente de manirrotos y miopes responsables de bancos centrales, parece una ex-
berio «odió la adulación tanto como temió la franqueza:> (Veyne, 1976, pág. 720). Del traña inversión de papeles» (pág. 46 ). Parece apropiado hacer tres comentarios sobre es-
mismo modo, dijo Heródoto (3.80): el tirano «es la más iil.consecuente de todas las cria- te ~~nto. (i) El argumento de Kydland-Prescott se apoya en el supuesto de que los
turas; si le ofreces admiración en cantidades moderadas, t'!stá enojado por no prestársele polm.cos y los respon~ables de los bancos albergan los mismos valores, pero puede que
una plena atención; y..si alguien les presta mucha atenci:ón, se enoja con él por ser un sean mcapa~es de aphcarlos a causa del problema de la inconsistencia temporal. Uno
adulador». p~ede cues.twnar este supuesto mediante razonamientos empíricamente fundados. Qui-
11 4 Tocqueville(1998),pág.181. _ za la ne~es.Idad de t.ener un Banco Central independiente para neutralizar a los gobier-
115 Holmes (1992). En las Recollections, el patrón que observó Holmes consiste en que, si A nos partidistas o mwpes en la práctica tiene más importancia que la necesidad de inde-
se alía con B para combatir a su común enemigo C, A debe preocuparse de destruir por pendencia fundada en la pretensión de neutralizar la inconsistencia temporal de un
completo a C, para que luego B no se gire en su contra. En el Antiguo Régimen, el pa- Gob.i.erno no p~rtid~sta y no miope. Pero uno no debe tergiversar el supuesto de parti-
trón que se sigue consiste en que, si A socava el poder de B y C mediante una táctica de da. (11) El propio Bhnder reconoce la posibilidad de que los políticos puedan actuar de
«divide y vencerás», luego no puede pedir su ayuda cuando es atacado por D.' un modo no partidista cuando escribe: «Quizá la razón principal de por qué los bancos
116 Suber(1990),pág.12.; centrales obtienen la independencia de manos de políticos electos radica en que el pro-
117 Leviathan, parte II, cap. 26. Holmes (1988), que también cita este fragmento, traza la ceso político también está preparado para ser miope. Sabiéndolo, los políticos ceden de
idea más acá de Séneca y más allá de Rousseau y otros. buena gana e inteligentemente la autoridad del día a día sobre la política monetaria a un
118 Citado más tarde en Mathiez (1898), pág. 265, nota 4. grupo de responsables de bancos cent:ales independientes» (pág. 61). (iii) Pero, ¿cómo
1
119 Tocqueville (1986), p ág. 826. La frase se omite en la tr;ducción inglesa (Tocqueville, p~eden unos políticos miopes tener la amplitud de miras suficiente para protegerse ellos
1990). m1smos de su propia miopía? He hablado de esto en la sección I.3 y ampliaré la discu-
120 Tocqueville (1990), p8.g. 178. sión en la II.11.
121 134 Véase la discusión en Elster (1975), pág. 142.
Ibíd.
122 Elster (1989), pág. 199. 135 Holmes (1988), pág. 227.
136
123 North y Weingast (1 ~89), págs. 817, 819, 829. No aclaran si esto constituyó un precom- Holmes (1993), cap. 6 (criticando a Roberto Unger).
137
promiso intencional ~) si simplemente fue una restricción accidental. Posner (1987), pág. 9.
124 138 Caplin y Nalebuff (1988).
Cukíerman (1992), pág. 421, págs. 453-454.-
139 Debo esta observación a Aanund Hylland.
125 Campos y Root (199!)), pág. 103.
126 Ibíd. págs. 77-78. 140 Sunstein (1991a), pág. 385.

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159
I, pág. 309.
141 Bonime-Blanc (1987), págs. 102-103. 160
Spinelli y Masciandaro (1993), pág. 217.
142 Tocqueville (1969), pág. 430.
143 Esto no quiere decir que tener la libertad de hacer lo que uno no desea no tenga ningún
161
Tabellini y Alesina (1994), pág. 171.
162
Comunicación personal. ,
valor.
144 Estoy en deuda con James Fearon por ponerme de relieve que una tentación permanente
163
Ésta al menos es la historia que tradicionalmente ~e cuenta (véase, por ejemplo, Marsh,
de oprimir a la minoría podría resultar mucho más costosa que un impulso momentáneo. 1992, pág. 146) Déhay (1998) sostiene que esto pr:esupone una memoria muy selectiva.
145 Offe (1992), pág. 23. · Primero, el Banco Central alemán en realidad era completamente independiente duran-
146 Esas pasiones, seguramente, deben estar arraigadas en disposiciones emocionales sub- te el período hiperinflacionario. Segundo, la experiencia deflacionaria de los años trein-
yacentes, las cuales son, sin embargo, mucho más generales que lo que yo denominé pa- ta fue al menos tan traumática como la del período inflacionario anterior. Tercero, la le-
siones duraderas. La disposición para odiar a miembros de otra religión o grupo étnico gislación de 1957 que estableció la independenc;ia del Bundesbank se explica mejor
es mucha más concreta que la disposición para estar asustado por un enemigo. como un compromiso entre el Gobierno federal y los gobiernos de los Linder (que ase-
147 Russell (1993), pág. 106. Holmes y Sunstein (1995), pág. 284, sostienen que «ningún guró a cada una de las partes que el Banco sería independiente de la otra) que como una
grupo de constituyentes, dada la universalmente reconocida predisposición de todos los renuncia de los políti~os, los cuales habían aprendido a no confiar en sí mismos como
actores a cometer meteduras de pata colosales en circunstancias turbulentas, puede cancerberos de. la política monetaria. Sin embargo, incluso si Déhay está en lo cierto, la
plausiblemente monopolizar la autoridad sobre el esquema constitucional». Sin embar- historia que tradicionalmente se cuenta se ha convertido en un mito con fuerza causal
go, en sus otros escritos sobre precompromiso constitucional, tanto Holmes (1988) co- para dar cuent<t del mantenimiento -si no del origen- de la independencia del Bundes-
mo Sunstein (1991a, b) ignoran o tácitamente rechazan este punto. bank. . .
164
148 Un examen sistemático del papel de las pasiones en la Revolución francesa puede en- Sejersted (1994 ).
contrarse en Tulard (1996). Sin embargo, no menciona el miedo ni la vanidad, aunque
165
Smith (1994), p'ág. 98.
166
estos tienen una considerable capacidad explicativa para dar cuenta de cómo se emitie- Estoy en deuda con Bernard Manin y Pasquale Pasquino por las muchas discusiones
ron los votos en las diversas asambleas constituyentes. mantenidas sobre esta cuestión.
167
149 Se tuvo mucho cuidado en formar los subcomités de modo que se impidiera el surgi- Blinder (1998), págs. 21-22, 48, 68. ¡

miento de facciones (Castaldo, 1989, pág. 120, nota 65). Básicamente, se formaban me-
168
Citado después. por Currie (1990), pág. 237, nota l 58.
169
diante procedimientos azarosos (utilizando un orden alfabético) y se renovaban cada Ibíd., nota 159.
170
mes para que los mismos diputados no permanecieran juntos. Examinando si Alemania debería haber devaluado el marco en 1931, Temin (1991), págs.
1so Mounier (1989), pág. 926. 72-73, escribe que «el Gobierno alemán estaba atado para preservar el valor del marco
151 Egret (1950), pág. 120. Más tarde, Mounier (1989, pág. 927) se reprochó duramente a sí en sus leyes y en los planes Dawes y Young. ¿Debería verse la abrogación de esa norma
mismo su inactividad en esta ocasión. Castaldo (1989), pág. 202, nota 102, muestra que como la respuesta adecuada a una emergencia, o como un ejemplo más del fastidio ale-
tanto Egret como Mounier sobrestimaron los aspectos políticos del ocaso dé los bure- mán por aceptar el juicio de la guerra?».
171
aux. La Asamblea no sólo se pasó a las sesiones plenarias, sino que sustituyó los bu- Orphanides y Zervos (1998).
reaux, elegidos azarosamente y continuamente modificados; por comités duraderos or-
172
Para un exame~ de este supuesto y de su debilidad, véase el capítulo IV de Elster (1989b ).
173
ganizados para una determinada cuestión. Posner (1987), pág. 10.
174
152 Para estratagemas similares en la Asamblea Constituyente de Francfort de 1848, véase Para comentarios sobre el caso español, véase Colomer (1995), pág. 79.
Eyck (1968), especialmente págs. 115-116, 120, 153 y ss.
175
Stone (1992), págs. 70-71. N o elle Len oir (en comunicación personal) me ~ugiere que,
153 Elster (1989a), pág. 70. puesto que Gis:ard d'Estaing estaba personalmente comprometido con un sistema plu-
154 Para conocer los detalles, véase Elster (1993a, 1995e). ralista y con una mayor autonomía para las instituciones estatales, su filosofía política y
155 Przeworski y Limongi (1993), pág. 66. sus intereses es::ratégicos podían haber coincido.
156 Sin embargo, puede haber una respuesta apropiada en Blinder (1998).
176
En su examen de «por qué un conserv'ador inquebrantable incurriría en un déficit»,
157 Golay (1958), pág. 5. Persson y Svensson (1989) proporcionan otro ejerp.plo de cómo un Gobierr_o puede te-
158 Paráfrasis del disenti~niento del juez Rober Jackson en Terminello v. City of Chicago, ner motivos para actuar contra sus propias preferencias con el fin de restringir a futuros
337 U.S. 1, 37 (1949). En un comentario de Robert Reishauer, director de la Oficina gobiernos de la oposición para que actúen de acuetdo con ellos.
Presupuestaria del Congreso, se encuentra un uso relacionado con la metáfora del suici-
177 Holmes y Suns·cein (1995), pág. 290, sostienen que. una motivación similar estuvo detrás
dio: «La lección de los últimos cinco años consiste en que el proceso de reforma no pue- de la elaboración de las recientes constituciones rumana y búlgara. «La "redoblada sal-
de garantizar por sí mismo que tenga lugar una reducción significativa del déficit. Nin- vaguarda" de b.s disposiciones constitucionales,( ... ) resulta de la dominación ejercida
gún proceso presupuestario puede forzar a aquellos que están implicados en él a por los comunistas, ansiosos por "blindar" sus privilegios, sobre el proce~o constitu-
comprometerse con algo que ellos vean como un suicidio político» (la cita es de Keech, yente en curso». Sin embargo, ellos no aclararon las disposiciones concretas que preten-
1995, pág. 173 ). dían que tuvierm este efecto de blindaje ni qué privilegios pretendían blindar.

202 203

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AAOA
178
Citado después por Schiemann (1998).
179
Véase Schwartz (en prensa), cap. 4. Podría añadir que, en la elaboración de la Constitu-
ción italiana de 1947, el líder comunista Togliatti se opuso a la creación de un Tribunal
Constitucional porque pensaba que estaría destinado a ser un arma contra una futura
mayoría de izquierdas (Pasquino, 1999). Estuviera o no en lo cierto al enjuiciar las in-
tenciones de sus adversarios, es indudable que erró en sus previsiones electorales.
180
Véase, por ejemplo, Elster (1984), pág. 93, y Ackerman (1991).
181
Lovejoy (1961), pág. 52, nota 16.
182
Como señaló Madison (I, págs. 447-448), los Estados pequeños en realidad no tenían 1
1
III .
razón alguna para temer una asociación de los grandes Estados en su contra; véase, tam-
bién, Barry (1989), págs. 292-296. Pero eso no es óbice para que el miedo de los Estados Menos es más: creatividad
pequeños a combinaciones de ese tipo parezca haber sido suficientemente genuino.
y restricciones en-las artes

III.l. Introducción

El novelista francés Georges Perec escribió ~rla novela, La Disparition, en


la que no se utilizaba la letra «e», y otra, Les Revenentc._s, en la que no utili-
zaba otra vocal que la «e». 1 Ernest Hemingway presumió de que podía es-
cribir una narración corta usando únicamente seis palabras: «En venta. Za-
patos infantiles. Sin estrenar». 2 Asimismo, en una historia de ciencia ficción
que una vez leí, el protagonista -un escritor de ficción- se encuentra a un
alien que le entrega un «imán de adjetivos» que puede utilizar para limpiar
sus narraciones. Si lo sostiene a cierta distancia del texto, sólo se despegan
los adjetivos más largos. Si se sostiene muy cerca, atrae incluso los adjeti-
vos monosílabos. En la distancia intermedia, s~ supone que se produciría la
prosa de dispersión óptima. '
Las novelas que carecen de e y las que sólo utilizan la e, y las narracio-
nes cortas de seis palab~as, constituyen ejemplos extremos de la idea más
general, según la cual los artistas pueden autoimponerse restricciones para
crear obras de arte mejores. En el ca~o de Perec, las restricciones eran ente-
ramente idiosincráticas. En otros casos, m::ís frecuentes, las restricciones
toman la forma de convenciones que definen un género particular. Aunque
elegidas libremente -en el sentido que está en manos del artista someterse o
no a las leyes del género-, no son inventadas por el artista. Aún en otros
casos, las restricciones vienen impuestas desde fuera, corno cuando a un di-
rector cinematográfico se le fija un presupuesto y una fecha en la que debe
estar terminada la, filmación. Frecuentemente, coexisten las restricciones
impuestas y las elegidas. A causa de las duras restricciones técnicas, las gra-

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