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Las Leyendas venezolanas son de mis favoritas, ya que tratan muy diversos

temas. Lo que trato de decir es que los mitos y leyendas venezolanas, poseen una
narrativa especial que hace que cualquiera que comience a leer este tipo de
historias quiera conocer más y más.

Para los que aún no lo saben, las leyendas son relatos que mezclan
elementos verdaderos y cosas de la ficción que se van contando de generación en
generación. Por ese motivo, es que a veces tenemos distintas versiones de una
misma crónica.

Leyendas Venezolanas Cortas para Niños

En esta sección colocaremos cinco relatos tradicionales de Venezuela


especialmente versionados para los niños. Y es que a veces, aunque la gente crea
que cualquier leyenda puede ser escuchada por el público en general, lo cierto es
que en primer lugar se debe cuidar el lenguaje que se utiliza y en segundo, no
todos los términos que se utilizan en una narración de esta clase, son
comprendidos fácilmente por el público infantil.

El Silbón

De acuerdo con nuestras fuentes consultadas, los primeros moradores que


comenzaron a relatar que habían visto al Silbónse ubicaban en las llanuras
de Guanarito, un poblado que pertenece al municipio del estado de la Portuguesa
en tierras venezolanas.

La ubicación temporal de estos primeros relatos data de mediados del siglo XIX.
Poco a poco estas historias se fueron difundiendo a otros sitios, hasta que llegaron
a las poblaciones localizadas cerca de la capital.

Una primera versión asegura que cierta mañana, un muchacho vio que su padre
estaba golpeando a su madre. En el momento en el que éste se dio cuenta que
estaba siendo observado por su propio hijo, quiso justificar su conducta diciendo:

– Le pegué porque se lo merece, nunca hace las cosas bien.


Eso provocó que el muchacho se enojara muchísimo y comenzara a pelear con su
padre. En su desesperación por defender a su madre, el chico cogió un palo del
suelo y con este asfixió a su progenitor.

Mientras tanto el abuelo del adolescente, quien había escuchado todo pues se
encontraba descansando recostado en la cama del cuarto contiguo, se levantó
rápidamente y al ver lo ocurrido, maldijo a su propio nieto diciéndole que ningún
hijo le puede arrebatar la vida a su padre.

Luego el anciano se puso en contacto con las autoridades locales, quienes


apresaron al muchacho y le impusieron un fuerte castigo por los actos que había
cometido. Fue amarrado a un poste y posteriormente azotado varias veces hasta
que uno de los gendarmes decidió soltarlo.

Sin embargo, el abuelo que estaba viendo todo lo que acontecía acompañado de
su can, le soltó la cadena al perro y le ordenó que lo persiguiera hasta matarlo.

Se dice entonces que el alma del joven se transformó en el Silbón y que el alma
de aquel can lo continúa persiguiendo hasta que un día logre atraparlo.

A continuación, te ofrecemos otra de las leyendas venezolanas cortas que


hablan sobre este mismo tema.

El Silbón fue un niño caprichoso al que sus padres cumplían cualquier deseo. Por
ejemplo, un día sin motivo aparente, el chiquillo le dijo a su papá que tenía ganas
de comer estofado de venado. De inmediato, el hombre salió de su casa con una
escopeta y se fue al bosque a cazar a un ciervo.

El sujeto demoró mucho más de lo debido, dado que ese día no había venados en
el bosque. Cuando por fin arribó de nuevo a su hogar, fue recibido por su
primogénito quien le reprochó severamente el no haber cumplido con su capricho.

El padre trató de disculparse de mil maneras, pero el muchachito no quería


escuchar razones. El niño aguardó hasta que su padre se fue a recostar a su
recámara y una vez que se dio cuenta de que había entrado a la habitación, tomó
la escopeta (que, dicho sea de paso, aún estaba cargada) y le disparó por la
espalda.
Los disparos fueron escuchados por el abuelo del niño quien de inmediato le
ordenó a su perro Tureco que persiguiera a su nieto hasta traerlo a su presencia.
De alguna manera, el chico logró escapar hasta que murió y se transformó en un
fantasma errante.

La Leyenda de la Ciudad del Dorado

La leyenda del Dorado quizá sea una de las leyendas venezolanas para niños,
más conocidas en el mundo, ya que se originó poco después de que los
conquistadores españoles llegaron a territorio sudamericano y comenzaran a
buscar la mítica «Ciudad de Oro».

Se dice que la codicia de los ibéricos inició cuando un indígena que se hallaba
cerca de lo que hoy es el país de Venezuela, les enseñó un antiguo ritual en el
que se utilizaba el oro como parte fundamental para llevar a cabo un sacrificio
humano.

Los cuerpos de todos los participantes, eran bañados primeramente por una
sustancia extraña y luego por polvo de oro. Además, en las ofrendas había
diferentes tipos de piedras preciosas.

Según algunos historiadores, La Leyenda del Dorado fue extendiéndose por toda
Sudamérica hasta llegar a regiones como Perú o Argentina. Lo malo fue que, en
cada una de las adaptaciones posteriores, se le fueron añadiendo un sin número
de elementos fantásticos que a la postre acabaron con convertirla en una mera
leyenda urbana.

La gente que ha escuchado esta historia, se imagina una ciudad cubierta


completamente de oro en la que además existen varias esculturas hechas con
piedras preciosas, como las esmeraldas, los zafiros, los rubíes y desde luego los
diamantes.

Lo cierto es que este tipo de historias llegaron a surgir debido a que América
Latina es un territorio geográfico plagado de minas. El más famoso de todos los
exploradores (algunos aseveran que inclusive llegó a Venezuela), fue Sir Walter
Raleigh.

Leyenda de la Bolefuego o Candileja


Esta leyenda procede de los llanos venezolanos. Según cuentan los adultos
mayores, hace muchísimos años existía una mujer sumamente bella, de estilizada
figura y larga cabellera color ébano.

Su piel era morena y sus ojos de un tono azulado, muy parecido al que tiene el
cielo. Con el tiempo esa dama contrajo matrimonio con un hombre recio, de
nombre Esteban.

Ella (quien por cierto se llamaba Candelaria) soportó que su marido fuera
parrandero y jugador, hasta que un día él le mencionó que debía hacer un viaje
sólo a un sitio apartado del país.

La mujer le rogó en varias ocasiones que la dejara acompañarlo. Sin embargo, al


darse cuenta de que la negativa de su marido sería definitiva, tomó la decisión de
no dejarlo partir a aquel poblado.

Le preparó la cena y puso en el té un brebaje que lo haría dormir para siempre.


Luego les pidió a sus hijos que le ayudaran a enterrar el cuerpo de su difunto
esposo.

Candelaria entonces se convirtió en viuda y de inmediato los pretendientes


comenzaron a tocar a su puerta. No obstante, ella les comentaba que su corazón
estaba al lado de su marido.

Su situación fue muy difícil hasta que su hijo Sigifredo se convirtió en un


adolescente y comenzó a trabajar. Mientras tanto, doña Candelaria se había
vuelto sumamente celosa y posesiva, a tal punto de evitar que su primogénito se
relacionara con alguna muchacha del pueblo, pues decía que de ser así lo
perdería para siempre.

Lo mismo pasó con Esteban (su segundo hijo) al llegar a la pubertad. Luego de
varios años, la dama finalmente murió y en el momento en el que tuvo que
entregarle cuentas a Dios, fue cuando recibió un severo castigo por impedir que
sus hijos encontraran el amor.
La convirtió en una «bola de fuego», cuya misión principal es la de espantar a
aquellos hombres que anden afuera de sus casas a altas horas de la noche.

Como en otra clase de leyendas, existe una manera de librarse de los ataques de
la Bolefuego. Lo más simple es lanzar maldiciones al aire cuando te encuentras
frente a ella, ya que eso la ahuyenta.

Por el contrario, si empiezas a rezar para tratar que, por medio de la intervención
divina, esta se aleje de ti, lo único que conseguirás es que sus llamas se aviven.

Leyenda de Florentino y el Diablo

Florentino era un hombre que no le temía a absolutamente a nada. De hecho, una


de sus grandes aficiones era siempre buscar situaciones de peligro, pues de esa
manera era la única forma de liberar su adrenalina.

Por si fuera poco, aquel sujeto se jactaba de conocer todas y cada una de las
veredas del Llano. Eso lo convertía en un sujeto muy escurridizo, ya que podía
guiar a su caballo a sitios que sus perseguidores no conocían.

Otra de las cualidades de Florentino, es que sabía bailar como el mejor. No había
nadie en el pueblo que bailara también como él. De hecho, hay quienes dicen que
ni el mismo diablo se animó a «desafiarlo» en la pista de baile.

Sin embargo, Satanás se animó finalmente a retarlo. Estaleyenda es una de las


más extrañas que encontrado enVenezuela ya que se divide en varias partes.

La primera de ellas corresponde a lo que los antiguos definirían como el Duelo. O


sea, la vez en la que el diablo se encontró cara a cara con Florentino y lo desafió a
un contrapunteo.

La segunda parte nos señala que el hombre se quedó aguardando a que Belcebú
eligiera el instrumento musical que utilizaría para «la contienda». En total había
cuatro de estos: Un par de maracas, un cuatro, una bandola y un arpa.

Al final del reto, Florentino resulta vencedor justo en el momento en el que el sol
comenzaba a salir por el horizonte. Algunas personas creen que resultó triunfador
gracias a esto, ya que los rayos solares le afectan al Diablo. Sin embargo, hay
otras personas que piensan que dicho sujeto pudo ganar, gracias a que conocía
varios conjuros de magia negra.

Cualquiera que sea el caso, lo que es una realidad es que Florentino no volvió a
cantar ninguna otra vez en su vida, ni mucho menos a coger un instrumento.

Ahora analizando esta leyenda desde un punto de vista histórico, para ningún
venezolano es un misterio que su autor, estoy hablando de Alberto Arvelo Torre
Alba haya elegido a estos personajes representativos de la región de Santa Inés,
puesto que fue en esa zona en donde el general Zamora obtuvo la victoria en
contra del ejército centralista, quienes tenían como misión principal mantener el
sistema oligárquico en aquel país.

La leyenda de la Sayona

Esta es una de las leyendas venezolanas de miedo que comúnmente aparece


en cualquier libro de mitos antiguos sudamericanos. La gente de los pueblos
decía que cada vez que se aparecía aquella misteriosa dama fantasmal ataviada
con una bata de color blanco y cabellos negros, la energía eléctrica comienza a
fallar invariablemente.

Al batón o la batola en Venezuela se le conoce como Saya, es por eso que a esta
aparición se le dio el nombre de la Sayona. Se cree que este ente aprovecha las
noches oscuras, para aparecerse frente a hombres solos que caminan por la calle.

De inmediato los sujetos quedan cautivados por la belleza de la mujer. No


obstante, al aproximarse a ella se dan cuenta de que es un espíritu. Por si esto
fuera poco, la dama al tenerlos a poca distancia abre la boca y les deja ver su
blanca y afilada dentadura, que está lista para darles un mordisco.

Durante su vida, ella fue una mujer extremadamente celosa a tal grado que
terminó matando a su marido, pues pensó que le era infiel con una de sus vecinas.

Es por esta razón, que ahora la Sayona merodea por las noches en busca de
esposos infieles o cualquier otro hombre que éste lejos de su familia. En caso de
que se te aparezca, lo que debes de hacer es correr lo más pronto posible, si no
quieres acabar tres metros bajo tierra.
Te lo dice alguien que ha dedicado gran parte de su vida a investigar leyendas y
mitos no sólo del continente americano, sino de todo el mundo. Pues creo que, al
conocer historias procedentes de distintas regiones del globo terráqueo, nuestra
cultura universal crece de manera exponencial.

Leyendas Venezolanas de Miedo

Me ha pasado más de una ocasión que la gente confunde leyendas de miedo con
el concepto de leyendas urbanasvenezolanas, cuando lo cierto es que son
conceptos completamente distintos y enseguida explico el porqué.

Una leyenda de miedo es aquella que ha pasado de generación en generación y


que en cada una de sus versiones ha adoptado nuevas características, sin perder
su sentido original.

Dicho de otra manera, se trata de un relato de terror originado en otro tiempo, que
tiene como peculiaridad principal el contarle al público algún fenómeno extraño
que no tiene explicación.

Por su parte, las leyendas urbanas de Venezuela son mucho más modernas al
igual que la manera en la que son difundidas.

La leyenda de la llorona

Se le dio el apodo de la «Llorona» a una chiquilla venezolana que quedó


perdidamente enamorada de un soldado. De ese romance nació una lindísima
niña.

Sin embargo, al enterarse de lo sucedido, el militar se negó a hacerse cargo de


ambas y la muchacha quedó sola a cargo de la criatura. Se dice que el llanto de la
infanta era tan fuerte que su madre llegó a tener los nervios de punta. Por tal
razón, un día la mujer acabó matándola con sus propias manos.

Minutos después la muchacha recobró la conciencia y se dio cuenta de lo que


había hecho. Fue entonces cuando comenzó a llorar desesperadamente. Sus
alaridos atrajeron a sus familiares, quienes al notar lo que había sucedido, le
lanzaron una maldición.
Posteriormente ella dejó su casa y se fue con dirección al llano en donde se perdió
para siempre, hasta que se convirtió en un espíritu. Se sabe que ella se dedica a
robar a los niños que están lejos de su casa o que se encuentran solos en el
campo.

De acuerdo a lo que me contaron una vez, la época del año en donde más se
aparece la llorona es en primavera (concretamente, comenzando la Semana
Santa).

Su representación clásica es la de una jovencita de tez morena, con cabello largo


y negro. Se encuentra vestida con una bata blanca y encima una capucha de color
negro.

En algunas ocasiones se le puede ver sosteniendo lo que pareciera ser un recién


nacido, aunque sólo se trata de una ilusión. También una de las frases que repite
con mayor frecuencia es la de: ¡Mi Hija, mi hija!

Las madres venezolanas de épocas anteriores asustaban a sus hijos que se


portaban mal, diciéndoles que si no obedecían las reglas del hogar le llamarían a
la Llorona para que se los llevara para siempre.

Finalmente hay algunos que encuentran ciertas similitudes entre esta leyenda y la
de la Sayona (de la cual ya hablamos anteriormente). Sin embargo, cabe recordar
que, en el caso de la segunda, su objetivo es espantar a hombres infieles en tanto
que la Llorona, sólo desea encontrar a su hija

Leyenda del Ánima Sola

Este es un relato espeluznante que trata acerca de una aparición que se dedica
hacerles daño a inocentes, utilizando diferentes tipos de efectos psíquicos. A esta
se le conoce comúnmente como el Ánima Sola.

Su función en la Tierra es la de encontrar a aquellas almas buenas. Cabe señalar


que, en los pueblos latinoamericanos, la gente acostumbra pedir milagros o
«favores» a los espíritus buenos, para que les ayuden a resolver una determinada
situación.

Es en este instante en el que el Ánima Sola aparece. Se dice que este ente, se
apodera del alma de quien pide el favor, si este no cumple con lo prometido en el
tiempo establecido.

Supongamos que tú le pides un milagro a un alma buena y le dices que cuando te


lo conceda le encenderás una veladora diaria durante todo un año. En el caso de
que tu petición sea cumplida y no realices el «pago» que conveniste, tu alma se irá
al infierno.

En la región de Guatire, se decía que había una señora muy devota, que por
azares del destino se olvidó de encender la vela que había prometido. Esa misma
noche, llamaron a su puerta.

Se trataba de una amiga muy querida a quien ella tenía mucho tiempo de no ver.
En cuanto la visita ingresó al domicilio, se transformó en un espíritu oscuro que
sujeto a la otra mujer del cabello y la azotó en repetidas ocasiones contra el suelo.

La pobre señora con el rostro sangrando, se arrastró como pudo hasta que llegó al
altar y sacando un fósforo del bolsillo de su delantal encendió la vela de las
ánimas.

En ese preciso instante, el espíritu abandonó el hogar y la mujer jamás volvió a ser
molestada por otra criatura del más allá, ya que hasta el día de su muerte mantuvo
una vela encendida en su altar.

El perro de la Pastora

Tal y como su nombre lo indica esta leyenda tiene como protagonista a un can. Se
trata ni más ni menos del fantasma de un perro que se aparece de vez en cuando
en el barrio de la Pastora.

Algunas personas que afirman haberlo visto, aseguran que el galgo se sube en el
autobús que va en dirección a la parada de Torrero y que se baja de la unidad
hasta que llega a la estación de Puerta de Caracas.

Como la gran mayoría de gente que aborda ese transporte es nativa del lugar, no
se espanta al sentir cerca la presencia del perro de la Pastora, ya que dicen que
es un fantasma que no le hace daño a nadie.
No obstante, gente que va de otros lugares de Venezuela o bien son originarios de
otro país, quedan aterrorizados al ver cómo un espectro canino se les queda
viendo durante todo el trayecto.

Hay quienes aseveran que lo que ocurrió con este animalito fue que murió
atropellado en una carretera cercana al paradero de autobuses y por eso,
acostumbra subirse a esta clase de transporte.

Sin embargo, hay una variación a esta leyenda en la que se dice que
originalmente el perro era de una casa cercana, pero un día su dueño salió de su
domicilio y el animal al notar que jamás regresó, fue a buscarlo por todas partes.

Luego el no comer alimento ni beber agua, lo fue debilitando hasta que finalmente
murió. A pesar de eso, el can continúa buscando a su dueño aún después de la
muerte. Historias como esta nos recuerdan la nobleza de algunos animales,
quienes siempre anhelan estar a nuestro lado.

En la Pastora hay otra historia que nos habla acerca de una muchacha hija de una
señora sumamente católica. Se dice que la chica se dio cuenta que su novio lo
engañaba y de inmediato fue a buscar a un brujo para que éste le diera una
pócima para llamar al diablo y así vengarse de su pareja.

La joven bebió el brebaje y enseguida entró en contacto con Satanás a quien le


ofreció darle su alma, a cambio de que le diera el poder de castigar a su ex
prometido.

«El señor de las Tinieblas» aceptó de inmediato el pacto. A partir de ese


momento, a la jovencita le salieron un par de cuernos en la frente. De igual forma
perdió el habla, por lo que el único sonido que salía de su boca eran gemidos y
aullidos muy parecidos a los que hace un jabalí.

La muchacha cumplió su cometido y el Diablo al notar que el hombre había muerto


de una forma aterradora, le permitió a ella seguir en este mundo, para asustar a
los infieles.

La Loca Luz Caraballo


Siguiendo con las leyendas de Venezuela, ahora le toca el turno a la historia de
Luz Caraballo. Ella fue una mujer conocida por casi todos los moradores de ese
país, porque vivió en la época en la que se llevó a cabo la lucha por la
independencia.

Por si esto fuera poco, Andrés Blanco se encargó de convertirla en un personaje


emblemático de la literatura venezolana. La vida de esta dama se convirtió en
tragedia precisamente cuando sus hijos se fueron a los campos de batalla.

Pasaban y pasaban los años y la mujer no perdía la esperanza de volver a verlos.


Sin embargo, nunca más tuvo noticias de ellos. Esto desencadenó una serie de
problemas mentales y de salud, los que paulatinamente la condujeron a que
perdiera por completo la razón.

Un día sin avisarle a nadie salió de su casa y nadie jamás volvió a verla en ningún
lado. No se sabe si murió de causas naturales o si fue asesinada por alguien.

En algunos relatos se dice que su espíritu vaga por aquellos lugares en los se
realizaron los combates, pues al menos quiere encontrar los restos de sus hijos.

Los lugareños además me dijeron que los lugares en donde espanta a los
caminantes con mayor frecuencia es en los caminos que van desde Chachopo y
que concluyen en Apartaderos.

Es sumamente triste saber que este tipo de leyendas, sólo son un reflejo de la
angustia que sufrieron muchísimas madres, no sólo en el tiempo en el que muchas
regiones de Sudamérica lograron su independencia, sino también de aquellas que
continúan sufriendo aún hoy en día con el desarrollo de las guerras modernas en
las que cada día que pasa mueren un sin número de inocentes al rededor del
mundo.

El Doctor Knoche

Con este relato concluimos las 10 leyendas venezolanas más representativas de


este bello territorio. Tal y como te podrás dar cuenta, la mayoría de estas historias
tiene relación con fenómenos paranormales.

La narración que te vamos a contar a continuación tiene que ver con la vida del Dr.
Gottfried Knoche, un inmigrante de origen alemán que arribó a Venezuela a
principios del siglo XIX (concretamente en el año de 1800).

Luego de recorrer varias poblaciones, decidió establecerse en Galipán, sitio en


donde encontró una lindísima hacienda, a la que todos conocían como la
«Hacienda Buena Vista».

Poco a poco se fue ganando el respeto y la admiración de la gente, debido al


extraño trabajo que desempeñaba. Él era un taxidermista, que después se
transformó en un magnífico embalsamador.

En caso de que aún no lo sepas, un embalsamador es la persona que «arregla» a


los difuntos para que sus cuerpos no se deterioren.

Esta labor la llevaba a cabo con aquellas personas que eran extranjeras y que no
pertenecían a la fe católica. Vale la pena resaltar que, en el siglo XIX, aquellos que
no eran cristianos, no eran dignos de ser enterrados en un camposanto, pues esto
iba en contra de la religión.

Tampoco las leyes civiles estaban de acuerdo en el hecho de que se enterrara en


los panteones a personas que habían acudido de otros lugares y que no habían
adoptado las doctrinas del cristianismo.

Hoy en día es casi imposible imaginar cómo era la morada de aquel célebre
galeno, ya que lo que queda literalmente son sólo escombros. Hay que considerar
que además del paso de las décadas, también algunas personas han hurtado
cosas de ese lugar.

Tampoco es posible ver ninguna de las momias del doctor Knoche. Sin embargo,
si te tomas el tiempo de entrevistar a varios de los moradores de ese sitio,
seguramente escucharás toda clase de leyendas acerca de las apariciones de las
momias o del doctor durante las noches de luna llena.

Sin duda alguna, una crónica que te deja con los cabellos de punta, sobre todo si
te encuentras sólo en una región apartada del bosque.

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