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Chillán, diecisiete de julio de dos mil diecisiete.

VISTO:

En estos autos R.U.C. 1600615240-K, R.I.T. O-81-2017, del Tribunal

de Juicio Oral en lo Penal de Chillán, por sentencia de treinta de mayo último,

se condenó, sin costas, a Juan Luis Cartes Quezada, a la pena de doce años de

presidio mayor en su grado medio y a las accesorias legales correspondientes,

como autor del delito consumado de parricidio de su conviviente Miguel Ángel

Melgarejo Riquelme, en grado consumado, perpetrado a fines de junio de 2016 en

el sector Quilmo de esta ciudad

Contra dicha sentencia el abogado y Defensor Público de esta ciudad,

don Antonio José Guerra Sepúlveda, en representación del sentenciado

mencionado, interpuso recurso de nulidad fundado en la causal establecida en el

artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal, esto es “Cuando, en el

pronunciamiento de la sentencia, se hubiere hecho una errónea aplicación del

derecho que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo”.

Concedido el recurso por el Tribunal a-quo, se elevaron copias del

registro de audio y de la carpeta que consigna la sentencia del juicio de

que se trata.

Que con fecha veintitrés de junio pasado, esta Corte lo declaró admisible,

procediendo a conocerlo en la audiencia del veintisiete del mismo mes, donde se

escucharon los argumentos del Ministerio Público y de la Defensora Penal,

señalándose para la lectura del fallo el día de hoy, a las 10,00 horas.-

CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO:

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PRIMERO: Que, el recurrente invoca la causal de nulidad prevista en el

artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal, esto es “Cuando, en el

pronunciamiento de la sentencia, se hubiere hecho una errónea aplicación

del derecho que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo”,

lo que aconteció al haberse condenado a su representado como autor del delito de

parricidio, en circunstancia que se trataba de un delito de homicidio simple¸ por lo

que invocando el artículo 385 del Código Procesal Penal, solicita que el Tribunal

de Alzada invalide la sentencia, y dicte, sin nueva audiencia pero separadamente,

la sentencia de reemplazo conforme a la ley.

SEGUNDO: Que, asimismo el recurrente refiere y como fundamento de su

arbitrio, que los sentenciadores en el considerando décimo de la sentencia que se

revisa, dieron por acreditado que el acusado Juan Luis Cartes Quezada propinó

una herida con un arma cortante a la víctima Miguel Ángel Melgarejo Riquelme,

causándole la muerte.

Enseguida, se encarga de señalar que la defensa ha discutido únicamente

la calificación jurídica otorgada al ilícito, sosteniendo que en la especie se trata de

un homicidio simple y no de un parricidio, negando que el hechor y la víctima

fueren convivientes por cuanto no se reunirían los requisitos para así entender la

relación habida entre ellos. Agrega también que, aun en el caso de determinarse

que efectivamente lo fueron, dicha convivencia entre personas del mismo sexo,

cuyo es el caso de autos, no se encuentra comprendida dentro del tipo penal

contenido en el artículo 390 del Código del ramo, toda vez que el legislador habría

entendido que la expresión conviviente allí señalada se refiere a relaciones

heterosexuales y no homosexuales.

TERCERO: Que, desde la perspectiva anterior, aduce el recurrente que

nuestra legislación no ha definido la expresión “conviviente”, de modo que para

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estimar la concurrencia de la misma deben verificarse ciertos requisitos y

condiciones que han sido elaboradas por la Doctrina y la Jurisprudencia de

nuestros Tribunales, a saber: a) Que se esté en presencia de una situación de

hecho que haya implicado, hasta el momento de la comisión del delito, la vida en

común del autor y la víctima; b) Que el autor y la víctima, sin estar casados, hayan

mantenido, hasta el momento de la comisión del hecho punible, una situación de

“convivencia” jurídicamente asimilable a la de una familia; c) Que esa familia, a

la cual resulte asimilable la situación de convivencia, sea la fundada en un

matrimonio y d) Que el autor y la víctima, en el momento de la comisión del hecho

punible, puedan ser asimilados, jurídicamente, a la categoría de cónyuges.

CUARTO: Que, el recurrente expuso en relación a lo señalado en el

motivo anterior, que efectivamente se requiere que el autor y la víctima, sin estar

casados, hayan mantenido, hasta el momento de la comisión del hecho punible,

una situación de “convivencia” jurídicamente asimilable a una familia, requisito

éste que debe concurrir en el autor y víctima del delito de parricidio, y que se

desprende, en el actual sistema jurídico chileno, de: a) La historia fidedigna de la

ley que reformó el artículo 390 del Código Penal; b) Del espíritu de la ley,

claramente manifestado en ella misma; c) Del contexto de la ley, en este caso, del

Código Penal y de la ley N° 20.066; d) Del recurso a otras leyes que versan sobre

la misma materia y; e) del espíritu general de la legislación.

A continuación, señala el recurrente que la reforma al artículo 390 del

Código Penal, tuvo su origen en el proyecto destinado a modificar la ley 19.325

sobre violencia intrafamiliar, que terminó con la aprobación de la ley 20.066 de 7

de octubre de 2005, siendo una de sus líneas matrices “el reconocimiento de una

noción amplia de familia”, que incorpora a las uniones de hecho. Luego agrega

que para determinar qué situaciones constituyen o no una familia el criterio rector

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lo fija la Constitución Política de la República cuando caracteriza, en su ya citado

artículo 1°, a la familia como “núcleo fundamental de la sociedad”, disposición

ésta que constituye una de las bases de la institucionalidad, cuya fuente directa

más inmediata es el artículo 2° inciso 3° del Acta Constitucional N°2 de 1976, que

establecía: “La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. El Estado la

protegerá y propenderá a su fortalecimiento”. La citada concepción hallaba su

fuente mediata en la parte inicial del artículo 16.3 de la declaración universal de

los derechos humanos de 1948, que señala que: “La familia es el elemento

natural y fundamental de la sociedad”, lo que significa que ella es el principio y

cimiento en que estriba y sobre el que descansa la sociedad, de manera que se

constituye en su “raíz, principio y origen”, sin el cual no puede subsistir, de

acuerdo con las definiciones que a tal palabra atribuye la academia y como fue

entendida por los constituyentes. Establecido lo anterior, la familia no sólo es el

principio de la sociedad, sino también es el núcleo que le garantiza su sostén y

mantenimiento, de modo que en ella se ve a un cuerpo que, por sí mismo está

destinado a la conservación de la sociedad, y es por ello que la esencial

vinculación existente entre la familia y la posibilidad, actual o potencial, de su

ampliación mediante la generación o procreación y la educación de esa eventual

prole se torna imprescindible, ya que sin ésta es, ontológicamente, imposible que

la sociedad pueda tener un cimiento sobre el cual descanse su conservación y

permanencia.

Así, sobre la base de las consideraciones anteriores, una situación de

convivencia entre un hombre y una mujer, no fundada en el matrimonio, debe

reunir ciertos caracteres que permitan calificarla, en su concreta realidad, como

“núcleo fundamental de la sociedad”, y sólo si es dable tal caracterización, es

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posible considerarla jurídicamente como una familia, y por ende, atribuir a sus

miembros la calidad legal de convivientes.

Conforme a lo señalado, necesario es concluir que la voz “conviviente”

utilizada en el artículo 390 del Código Penal deriva de una convivencia entre un

hombre y una mujer, estimando la citada familia como núcleo, sustento y

proyección en el tiempo de la sociedad misma, por lo que en el caso de marras

entre el sentenciado y la víctima no existía una relación de convivencia en los

términos requeridos por la norma que fue erróneamente aplicada.

QUINTO: Que, en este mismo orden de ideas, sostiene el recurrente que

conforme a lo expresado con antelación, no cabe sino considerar que a la época

de ocurrencia de los hechos y aún en la actualidad el matrimonio es entre un

hombre y una mujer, de modo tal que personas del mismo sexo no pueden

contraer matrimonio, y así las cosas no cabe sino considerar que a la época de

ocurrencia de los hechos y aún en la actualidad el matrimonio es entre un hombre

y una mujer, de modo tal que personas del mismo sexo no pueden contraer

matrimonio, y así las cosas no es posible asimilar la vida en común del condenado

y víctima a un matrimonio, lo cual constituye una errada aplicación del derecho al

considerar a la víctima como conviviente del condenado.

La utilización de la expresión alternativa “cónyuge o conviviente” se

explica porque en la inspiración de todas las leyes que se han citado, la razón de

la inclusión del “conviviente” se basa en la finalidad de reconocer ciertos efectos

a las uniones estables no fundadas en el matrimonio y de allí derivan una serie de

caracteres que precisan el significado de la voz “conviviente” utilizada en el

artículo 390 del Código Penal.

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En razón de lo dicho, de la actual legislación chilena se deriva que para

que dos personas puedan ser calificadas, recíprocamente como “convivientes,

para los efectos del artículo 390 del Código Penal, deben reunir las siguientes

condiciones: 1) Ser persona de distinto sexo: Sólo pueden ser, jurídicamente,

considerados “convivientes”, aquellas personas de distinto sexo que mantenían

entre sí, al tiempo de la comisión del delito, una vida en común, de naturaleza

familiar, porque la noción de “cónyuge” es relacional e implica, legalmente, la

diversidad de sexo, de esta manera no toda unión de hecho, entre víctima y su

agresor puede incorporarse a la figura descrita en el artículo 390 del Código

Penal.

SEXTO: Que, finalmente y luego de citar jurisprudencia, concluye el

recurrente que en la actual legislación chilena los convivientes para que se

encuentren comprendidos en el artículo 390 del Código Penal, necesariamente

han de ser personas de distinto sexo, excluyéndose de esta manera a aquellas

personas que mantengan una unión no heterosexual, razón por la cual refiere que

en la sentencia dictada en la causa se ha efectuado una errónea aplicación del

derecho, lo que ha tenido influencia substancial en lo dispositivo del fallo, ya que al

haberse calificado los hechos como parricidio la pena parte en presidio mayor en

su grado máximo, en tanto que si el derecho se hubiere aplicado en forma correcta

calificándosele los hechos como homicidio simple, la pena se ubicaría en presidio

mayor en su grado medio, y por aplicación del artículo 67 del Código Penal en

relación al artículo 11 N°9, la pena se habría rebajado en un grado al mínimo.

SÉPTIMO: Que, atendida la causal de nulidad invocada, y en forma previa

para una mejor comprensión, cabe reproducir los hechos que los sentenciadores

dieron por establecido en el considerando décimo del fallo, y que se traduce en lo

siguiente “Que en noviembre del año 2015, la víctima, Miguel Ángel Melgarejo

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Riquelme, y el acusado, Juan Luis Cartes Quezada, iniciaron una relación de

convivencia que duró por lo menos hasta abril de 2016. Luego, a fines de

junio de 2016, Juan Luis Cartes Quezada agredió a la víctima, Miguel Ángel

Melgarejo Riquelme, con un arma cortante provocándole, entre otras, una

herida cortopunzante a nivel del cuello, que provocó necesaria y

directamente la muerte de la víctima por anemia aguda y traumatismo

vascular. Luego, ocultó el cuerpo, envolviéndolo en una frazada y

enterrándolo a 50 centímetros de profundidad aproximadamente, esto en el

sector Quilmo de Chillán, distante a unos 9 kilómetros aproximadamente de

la cuidad”.

OCTAVO: Que, en síntesis, el recurrente hace consistir la infracción de ley

en la errada interpretación que se ha hecho por parte de los sentenciadores del

artículo 390 inciso 1°del Código Penal, dado que si bien la figura típica del

parricidio, contempla como sujetos materia de él a los convivientes, nuestra

legislación nunca ha comprendido dentro de ese concepto aquellas relaciones, si

bien estables en el tiempo, y con un fin común, que no sean heterosexuales,

situación ésta que es precisamente lo que ha acontecido en este juicio, donde la

víctima era hombre, al igual que el acusado.

NOVENO: Que la actual redacción de artículo 390 del Código Penal en su

inciso 1°establece: “El que, conociendo las relaciones que los ligan, mate a su

padre, madre o hijo, a cualquier otro de sus ascendientes o descendientes o

a quien es o ha sido su cónyuge o su conviviente, será castigado como

parricida, con la pena de presidio mayor en su grado máximo a presidio

perpetuo calificado”, siendo necesario precisar que la inclusión en este tipo

penal de la persona “conviviente”, es obra de la ley 20.066 que, modificó la ley

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19.325, esto es, la primitiva ley de violencia intrafamiliar, que además, dentro de

su texto, introdujo varias modificaciones al Código Penal.

DÉCIMO: Que a fin de resolver el presente recurso, necesario es dilucidar

cuál es el alcance que al término “conviviente” que emplea el tipo penal

contenido en el artículo 390 del Código del ramo debe dársele, atendido que el

legislador no lo ha definido, motivo por el cual ha de recurrirse a la norma de

interpretación de la ley, contenida en los artículos 19 y siguientes del Código Civil.

Sin lugar a dudas que en este caso no resulta aplicable el inciso 1°del

artículo 19 del Código Civil, toda vez que el tenor literal de la disposición legal en

análisis no da la respuesta, siendo necesario recurrir al inciso 2°que prescribe

“Pero bien se puede, para interpretar una expresión oscura de la ley, recurrir a su

intención o espíritu, claramente manifestados en ella misma, o en la historia de su

establecimiento”

UNDÉCIMO: Que, de conformidad a lo consignado en los fundamentos

cuarto y quinto de este fallo, no cabe duda que de la historia de la ley 20.066, fluye

con claridad que el legislador quiso incorporar como sujetos del delito de

parricidio, a los convivientes, partiendo de la base que esa relación que, a su vez

debe reunir determinados requisitos para existir, debía necesariamente verificarse

entre personas de distinto sexo.

Que, por otra parte siendo la ley 20.066 una modificación de la antigua ley

de violencia intrafamiliar (19.325), que incorporó al conviviente como sujeto de

acto de violencia intrafamiliar, no cabe duda que en la especie resulta aplicable la

regla del artículo 22 inciso 2°del Código Civil, regla de interpretación que permite

que los pasajes oscuros de la ley puedan ser ilustrados por medio de otras leyes,

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situación que clarifica necesariamente la interpretación de la ley, puesto que la ley

20.066 en nada modificó el sentido que debía dársele a la palabra conviviente.

Que en relación a lo anterior, cabe advertir que la ley 20.480 publicada el

18 de diciembre de 2010 al incorporar dentro de las personas que pueden ser

autores de un parricidio a quienes han sido cónyuges o convivientes, tan sólo

amplió el tipo penal a esos terceros, que antes de la modificación del tipo penal,

en el evento de encontrarse en esa situación, sólo podían ser sancionados por el

delito de homicidio simple, tipificando además el legislador también la figura del

femicidio.

DUODÉCIMO: Que, acorde con lo señalado en los motivos anteriores,

necesario es advertir que a la fecha de ocurrencia del delito materia de este juicio,

el legislador no había tipificado como delito de parricidio, cuando un hombre diere

muerte a su conviviente también hombre, como ocurrió en el caso de autos,

motivo por el cual deberá acogerse la causal de nulidad deducida, toda vez que al

condenar al sentenciado como autor de ese delito, los sentenciadores han

incurrido en una errónea aplicación de la ley, específicamente del artículo 390

inciso 1°del Código Penal.

Por estas consideraciones y de conformidad además con lo dispuesto en

los artículos 372, 384 y 385 del Código Procesal Penal, se ACOGE el recurso de

nulidad deducido por el abogado y Defensor Público de esta ciudad, don Antonio

José Guerra Sepúlveda, en representación de JUAN LUIS CARTES QUEZADA,

en contra de la sentencia de fecha 30 de mayo del 2017, la cual es nula,

procediéndose a dictar de inmediato y sin nueva vista la correspondiente

sentencia de reemplazo.

Regístrese, notifíquese y dese a conocer a los intervinientes.

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Redactada por el abogado integrante don Juan Antonio De La Hoz

Fonseca.

Causa RIT 189-2017.- Reforma Procesal Penal.

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SENTENCIA DE REEMPLAZO

Chillan, diecisiete de julio del dos mil diecisiete.

VISTOS:

Se reproduce la sentencia anulada de fecha treinta de mayo del dos mil

dieciséis con las siguientes modificaciones:

1°.- Se elimina el fundamento décimo, décimo cuarto y décimo quinto.

2°.- En el fundamento undécimo, se suprime del párrafo sexto,

primeramente, la oración que comienza con los vocablos “sí existe una relación en

que dos personas del mismo o distinto sexo”... hasta la expresión “sexuales”.

Asimismo, se elimina el resto de este considerando a partir de la expresión “debe

considerarse que la disposición de que se trata”... y hasta el vocablo “constatado”.

3°.- En el fundamento decimocuarto, se suprime la expresión “muy

calificada”.

Y teniendo en su lugar y además presente:

PRIMERO: Que atendida las consideraciones esgrimidas en los motivos

noveno a duodécimo del fallo anulatorio, los cuales se tienen por reproducidos, ha

debido concluirse en esta causa que el hecho materia del juicio no constituye el

delito de parricidio, toda vez que la tipicidad de la figura penal contenida en el

artículo 390 del Código Penal, requería a la época del delito, no solo la

concurrencia de una unión de hecho que revistiera ciertas características, como un

lapso de tiempo, la existencia de un fin común y afecto, sino que además era

necesario e imprescindible que se verificara entre un hombre y una mujer, pues

de lo contrario implicaría interpretar la norma en forma extensiva, debiendo

tenerse presente a este respecto que la interpretación de la ley tiene por objeto

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determinar la verdadera voluntad de ella, y su resultados no pueden ser

declarativos. La interpretación de la ley solo se traduce en interpretarla, no en

extenderla o restringirla.

SEGUNDO: Que los hechos acreditados en el fundamento décimo del

fallo anulado que se tienen por reproducidos, son constitutivos del delito de

homicidio simple, ilícito éste previsto y sancionado en el número 2°del artículo 391

del Código Penal, toda vez que el acusado dio muerte a una persona, con el cual,

si bien vivía y mantenía una relación afectiva, para los efectos penales

contemplados en el delito de parricidio, no tenía la calidad de conviviente, no

pudiendo por ende encuadrarse su conducta en dicho tipo penal.

TERCERO: Que el delito de homicidio simple se encuentra sancionado

con la pena corporal de presidio mayor en su grado medio, esto es, diez años y un

día a quince años de privación de libertad, por lo que habiéndosele reconocido al

sentenciado una circunstancia atenuante, esto es, la contenida en el Nº9 del

artículo 11 del Código Penal, y conforme al artículo 67 de ese cuerpo legal,

corresponde aplicar la pena en el mínimum del grado, desestimándose considerar

que la referida atenuante es muy calificada en razón de no existir elementos

suficientes para ello en concepto de estos sentenciadores.

Por estas consideraciones, y de conformidad con lo preceptuado en los

artículos 29 y 391 Nº2 del Código Penal, se declara:

1º.- Que se condena a JUAN LUIS CARTES QUEZADA, en su calidad de

autor del delito de homicidio simple, previsto y sancionado en el artículo 391 Nº2

del Código Penal, en grado consumado, cometido a fines de junio de 2016 en

perjuicio de Miguel Ángel Melgarejo Riquelme, a sufrir la pena de diez años y un

día de presidio mayor en su grado medio, y accesorias legales de inhabilitación

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absoluta perpetua para derechos políticos, y la inhabilitación absoluta para cargos

y oficios públicos durante el tiempo de la condena, sirviéndole de abono el periodo

durante el cual ha permanecido privado de libertad, esto es, desde el 6 de agosto

de 2016 en adelante, tiempo en que ha permanecido ininterrumpidamente privado

de libertad con motivo de esta causa, según consta del motivo sexto del auto de

apertura del juicio oral.

2º.- Que no se condena en costas al acusado por presumírsele pobre de

conformidad con lo dispuesto en el artículo 593 del Código Orgánico de

Tribunales.

3.- Que a fin de dar cumplimiento a lo dispuesto en la ley Nº19.970 y su

reglamento, ejecutoriado que sea el presente fallo, elimínese al sentenciado del

registro de imputados debiendo ser incluido en el registro de condenados, y para

el caso que no se hubiera determinado su huella genética con anterioridad, deberá

efectuarse por parte de Gendarmería de Chile las coordinaciones pertinentes con

el Servicio Médico Legal a fin de obtener el respectivo registro de ADN.

En su oportunidad, remítanse los antecedentes necesarios al Juzgado de

Garantía de esta ciudad a fin de dar cabal cumplimiento a lo dispuesto en el

artículo 468 del Código Procesal Penal, y la ejecución de la pena.

Regístrese y notifíquese.

Redacción a cargo del abogado integrante, señor Juan Antonio De La Hoz

Fonseca.

R.I.C.: 189-2017- Reforma Procesal Penal.-

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Guillermo Alamiro Arcos Salinas Claudio Patricio Arias Cordova
MINISTRO MINISTRO
Fecha: 17/07/2017 13:01:27 Fecha: 17/07/2017 12:13:02

Juan Antonio de la Hoz Fonseca


Abogado
Fecha: 17/07/2017 13:40:45

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Pronunciado por la Primera Sala Sala de la C.A. de Chillan integrada por los Ministros (as) Guillermo Alamiro
Arcos S., Claudio Patricio Arias C. y Abogado Integrante Juan De La Hoz F. Chillan, diecisiete de julio de dos
mil diecisiete.

En Chillan, a diecisiete de julio de dos mil diecisiete, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución
precedente.

Este documento tiene firma electrónica y su original


puede ser validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la
tramitación de la causa.
Durante el período del 14 de mayo de 2017 al 13 de
agosto de 2017, la hora visualizada corresponde al
horario de invierno establecido en Chile Continental. Para
la Región de Magallanes y Antártica Chilena sumar 1
hora. Para Chile Insular Occidental, Isla de Pascua e Isla
Salas y Gómez restar 2 horas.
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