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Una píldora (probablemente del latín pílula que significa «pelotilla»), es una forma farmacéutica sólida,

redonda de administración oral, poco usada desde la aparición de las comprimidos y cápsulas. Las
píldoras son de preparación artesanal en la que se mezclan los ingredientes activos con excipientes como
jarabes de glucosa en un morteroresultando en una pasta a la que se le da la forma de cilindro delgado.
Luego se secciona o divide en porciones individuales de igual tamaño en forma de pequeñas esferas y se
cubren con un barniz azucarado para hacerlos más agradables a la ingestión.
Su equivalente en inglés (pill) suele utilizarse, aunque de forma incorrecta, como sinónimo
de tablet (tableta), que a su vez en castellano es prácticamente sinónimo de pastilla. Dada la importancia
del inglés como lengua de intercambio en el campo de la medicina, las confusiones a la hora de la
traducción se suman a las confusiones en ambos idiomas.La consecuencia es que se ha creado
un maremagnum en el que píldora, pastilla, comprimido, tableta y ya por extensión incluso el concepto de
cápsula, vienen a ser sinónimos, cuando en realidad son entidades claramente diferenciadas entre sí.
Para terminar de complicar el asunto, el término «la píldora» es usado de manera generalizada para
referirse a los anticonceptivos orales, sea cual sea la forma galénica de presentación de los mismos. En
este sentido puede ser muy interesante la lectura del artículo de Rafael Rivera, médico, traductor e
intérprete médico, en la revista Intercambios.1
´

Lo primero que se hace necesario hacer es determinar el origen etimológico del


término píldora. Y en este caso podemos decir que es una palabra que deriva del latín,
concretamente de “pilula”, que puede traducirse como “bola de medicamento”. Se trata
de una palabra esta que se encuentra conformada por dos partes diferenciadas: “pila”,
que es sinónimo de “pelota”, y el sufijo “-ula”, que se utiliza para indicar un
diminutivo.

La píldora se trata de un medicamento diseñado para la


ingesta oral, que se elabora a partir de la combinación de un
excipiente con ciertos principios activos.
Es habitual que el concepto se emplee como equivalente
a cápsula, pastilla, tableta o comprimido, siempre
vinculado al ámbito de la salud. Hay que destacar, de todas formas, que existen
diferencias entre todos estos medicamentos en cuanto a su preparación y su
presentación.
Por ejemplo: “¿Qué hora es? A las cuatro tengo que tomar la píldora para la
presión”, “Es una enfermedad muy molesta: debo tomar cinco píldoras por día hasta
que me recupere”, “Ya terminé el segundo paquete de las píldoras”.
Por extensión a estas acepciones, se suele nombrar simplemente como píldora a
los anticonceptivos orales (las píldoras anticonceptivas). Estas píldoras son
ingeridas por las mujeres que no desean quedar embarazadas, ya que sus
componentes (progestágenos y estrógenos) logran inhabilitar la capacidad
reproductiva durante el periodo de ingesta.
Lo que hacen estas píldoras es interrumpir la ovulación. Al tener relaciones
sexuales, por lo tanto, la mujer no puede embarazarse, ya que no podrá ser fecundada
por los espermatozoides del hombre: “Dejé de tomar la píldora hace unos meses, ya
que con mi marido queremos tener un hijo”, “Ayer olvidé la píldora”.
La píldora del día después, por otra parte, es aquella que se suministra a modo
de emergencia para prevenir un embarazo no deseado. Estos comprimidos
tienen efecto hasta cinco días después de haberse concretado la relación sexual en
cuestión.
No obstante, no podemos pasar por alto la existencia de una serie de expresiones que
recurren al uso del término que nos ocupa. Así, coloquialmente, se emplea la locución
verbal “dorar la píldora”. La misma se utiliza para indicar que alguien se encuentra
halagando a otro individuo para obtener algún tipo de beneficio personal.

De la misma manera, esa misma locución también se usa para dejar constancia de que
una persona está intentando suavizar lo máximo posible una mala noticia para que el
receptor de la misma no se vea tan afectado.

Y, por supuesto, está también la expresión “tragarse la píldora”. Esta otra, por su parte,
se utiliza para dejar constancia de que alguien se ha creído por completo la mentira
que se le ha contado.

No hay que olvidarse tampoco que en algunos países, de manera coloquial, se usa
píldora como sinónimo de moco. Un claro ejemplo de esto es la frase: “El niño de
María Luisa no paraba de meterse el dedo en la nariz para sacarse píldoras”.
Una inyección en medicina es la introducción de medicamento o productos biológicos al sitio de acción
mediante la punción a presión en diferentes tejidos corporales mediante una jeringa y una aguja
hipodérmica o de inyección.

6Enlaces externos

Jeringas y agujas[editar]
Las jeringas son en la actualidad de plástico, vienen envasadas en una bolsa de silicona hermética, son
estériles y se utilizan una sola vez, a fin de evitar riesgos de infecciones entre varios pacientes. Existen
varios tamaños de jeringas. Desde las más pequeñas, con capacidad de un mililitro o centímetro cúbico,
que se emplean sobre todo para la administración de insulina a pacientes diabéticos, hasta las mayores,
con capacidad de 60 mililitros. Las más usuales son las de 3 y de 5 mililitros.
Las agujas tienen un tubo de metal y un adaptador de plástico. Mediante este adaptador se fija la aguja al
extremo inferior de la jeringa. Al igual que las jeringas, las agujas también se suministran envasadas
individualmente y estériles, y se utilizan una sola vez para evitar infecciones. Las agujas se fabrican en
diversos tamaños, los cuales se utilizan según la forma de inyección.
Las inyecciones son siempre hipodérmicas, es decir, que el líquido se introduce debajo de la piel. Sin
embargo, recientemente se ha propuesto el desarrollo de «nanoparches» como alternativa a las
inyecciones tradicionales. Los nanoparches introducirían en la piel (y no debajo de ella) la sustancia activa
de una manera indolora, segura y, en el caso de las vacunas, más eficiente.1

Tipos de inyección[editar]
Hay cuatro formas de inyecciones: intravenosa, intramuscular, subcutánea e intradérmica

Inyección intravenosa[editar]
En la inyección intravenosa se introduce la aguja a través de lapiel en una vena. En un ángulo de 20º el
líquido entra por lo tanto en el sistema circulatorio.

Inyección intramuscular[editar]
En la inyección intramuscular la aguja penetra en un tejido muscular, en un ángulo de 90°,depositando el
líquido en ese lugar. Desde allí el cuerpo lo va absorbiendo lentamente a través de los vasos sanguíneos
capilares. En el cuerpo humano se suelen inyectar en los brazos, los glúteos o los muslos.

Inyección subcutánea[editar]

Bomba de insulina con su inyección subcutánea.

Administración de inyección subcutánea


En la inyección subcutánea la aguja penetra muy poco espacio por debajo de la piel, el ángulo de
inyección con respecto a la piel debe ser de 45º, el líquido se deposita en esa zona, desde donde es
igualmente absorbida de forma lenta por todo el organismo.
La absorción en el tejido subcutáneo se realiza por simple difusión entre el tejido subcutáneo y la sangre,
la velocidad de absorción es mantenida y lenta, lo que permite asegurar un efecto sostenido.
La mayoría de los fármacos subcutáneos son líquidos e hidrosolubles y no irritantes en los tejido, debido a
que el tejido subcutáneo contiene receptores del dolor, las sustancias irritantes pueden producir dolor y
necrosis en el tejido.
Las zonas más habituales para la punción subcutánea son: los brazos, los muslos, la región periumbilical.
Todas ellas se caracterizan por tener una baja vascularización.
Inyección intradérmica[editar]
En la inyección intradérmica la aguja penetra solo en la piel (dermis) en un ángulo de 15º paralelo al eje
longitudinal del antebrazo. La inyección ha de ser lenta y, si es correcta, aparecerá una pequeña pápula
en el punto de inyección que desaparece espontáneamente en 10 - 30 minutos. El producto biológico será
absorbido de forma lenta y local. se la utiliza para prueba de alergia de medicamentos

Aguja hipodérmica[editar]
Fue inventada en 1853 por Alexander Wood, médico de Edimburgo, cuya esposa padecía
un cáncer incurable, precisamente para inyectarle morfina. Fue la primera persona en recibir
esta droga por esa vía y la primera en adquirir el hábito de la aguja.
El invento fue posible gracias a que el irlandés Francis Rynd (1811-1861) había inventado la «aguja
hueca» en 1844.
Pero quien verdaderamente popularizó el método fue el médico francés Charles Gabriel Pravaz (1791-
1855), que diseñó una jeringa, precursora de las actuales, pero con pistón el mismo año que Wood.
Más tarde, Williams Fergusson (1808-1873) la simplificó y luego el fabricante Luer la industrializó con una
forma similar a las usadas en la actualidad.
El concepto era conocido desde la antigüedad, ya Galeno usó y describió métodos de inyección; sin
embargo las inyecciones aprovechaban incisiones o se practicaban, la invención de la aguja hipodérmica
fue, por tanto, un gran avance.

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