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BOLILLA 8:

“Revolución Libertadora”.
La Revolución Libertadora es el nombre con el que se autodenominó la dictadura cívico-
militar que gobernó la República Argentina tras haber derrocado al presidente
constitucional Juan Domingo Perón, clausurado el Congreso Nacional, depuesto a los
miembros de la Corte Suprema y todas las autoridades provinciales, municipales y
universitarias y puesto en comisión a todo el Poder Judicial mediante un golpe de Estado
iniciado el 16 de septiembre de 1955 y que, tras más de dos años de gobierno, hizo entrega
del mismo al presidente electo Arturo Frondizi, el 1 de mayo de 1958, quién también sería
derrocado en 1962.
Esta dictadura suele ser conocida de forma despectiva, sobre todo entre sectores
peronistas, como Revolución Fusiladora, debido a los militares y civiles fusilados por
orden del dictador Pedro Eugenio Aramburu en 1956 con motivo del intento de
levantamiento encabezado por el general Juan José Valle. En menos de 48 horas, civiles
y militares son fusilados en Lanús, La Plata, José León Suárez, Campo de Mayo, la
Escuela de Mecánica del Ejercito y la Penitenciaria Nacional. Para la noche del 11 de
junio de 1956, la lista de ejecutados asciende a 16 militares y 13 civiles.7
El general de división Eduardo Lonardi, líder del golpe asumió el poder el 23 de
septiembre de 1955 y fue sustituido el 13 de noviembre de ese año por el teniente general
Pedro Eugenio Aramburu, mediante un golpe palaciego. Ambos gobernaron como
autoridades supremas del país, atribuyéndose el título de Presidente de la Nación.
Aramburu derogó mediante una proclama la Constitución Nacional vigente y repuso el
texto constitucional de 1853, con las reformas de 1860, 1866 y 1898. Poco después, el
régimen organizó bajo su control y mediante elecciones condicionadas, una Convención
Constituyente que aceptó la decisión anterior y realizó dos agregados a la Constitución,
entre los que se destaca el artículo 14 bis.
El 16 de septiembre de 1955 se inició el golpe de Estado que derrocaría al Presidente
constitucional Juan D. Perón, al Congreso de la Nación y a los gobernadores provinciales.
La sublevación se inició en Córdoba, fue liderada por el general Eduardo Lonardi y se
extendió hasta el 23 de septiembre. El 16 de septiembre de 1955, después de ingresar a la
Escuela de Artillería en Córdoba, Lonardi se dirige al dormitorio del jefe de la unidad, y
ante un amago de resistencia de éste le descerrajó un balazo. La consigna era: hay que ser
brutales y proceder con la máxima energía. El golpe de estado estaba en marcha.
Los mayores enfrentamientos se produjeron en Córdoba, donde hubo al menos 112
muertos. Allí, Lonardi, atacó a la de Infantería, cuyos mandos no quisieron plegarse al
golpe y habían decidido defender el gobierno constitucional. El mismo Eduardo Lonardi
cometería el primer asesinato de la Revolución Libertadora al darle un tiro en la cabeza
al jefe de la Escuela de Artillería en Córdoba, por no sumarse a la sublevación. Días
después es el responsable de la represión el 17 de octubre de 1955 –y cuya ejecución
estuvo a cargo del general Raúl Justo Bengoa- donde tres tanques Sherman ametrallan a
una manifestación de alrededor de 5000 personas en Pavón y Centenario Uruguayo,
dejando muertos y heridos. El apoyo de la jerarquía católica fue decisivo, en el colegio
católico San José de Córdoba se había convertido en un depósito de armas llegando a
almacenarse armas molotov en los dormitorios de los sacerdotes, en los sótanos del
seminario mayor se hacían ejercicios de tiro con fusiles.
El golpe contó con el apoyo activo de Comandos civiles, de un sector de la Iglesia
Católica que hizo de nexo entre Lonardi y los comandos civiles, y el Reino Unido que
mostró una fuerte hostilidad al gobierno de Juan D. Perón y financió el golpe de
septiembre, proveyendo dinero, armamento y combustible a las fuerzas golpistas.
También apoyaron el golpe algunos partidos políticos, como la Unión Cívica Radical. El
santo y seña de los conspiradores fue "Dios es justo”.

Reforma constitucional de 1957.


Producido el golpe militar conocido como Revolución Libertadora en 1955, el presidente
provisional general Eduardo Lonardi mantuvo la Constitución sin cambios. Poco después
se produce un golpe palaciego, y asume el general Pedro Eugenio Aramburu que, el 27
de abril de 1956 dictó una proclama dejando sin efecto la constitución vigente e
imponiendo el texto de la Constitución de 1853 con las reformas de 1860, 1863 y 1898.
El Gobierno Provisional de la Nación ajustará su acción a la Constitución que se declara
vigente por el art. 1° en tanto y en cuanto no se oponga a los fines de la Revolución
enunciados en las Directivas Básicas del 7 de diciembre de 1955, y a las necesidades de
la organización y conservación del Gobierno Provisional. Previamente todos los
integrantes de la Corte Suprema de Justicia habían sido removidos por decreto Nº 318 del
4 de octubre de 1955. La decisión de derogar por proclama la Constitución fue
cuestionada por diversos sectores, debido a la imposibilidad jurídica de que se pudiera
aceptar que un presidente de facto derogara una constitución e impusiera otra. La
derogación de la Constitución por medio de una proclama militar, generó una crisis en la
Corte Suprema que llevó a la renuncia de uno de los cinco miembros de la Corte
nombrados por la dictadura, Jorge Vera Vallejo quien presentó su renuncia afirmando que
si había jurado defender la Constitución de 1853 con sus modificaciones hasta la de 1949,
la derogación de esta última le producía un conflicto de conciencia por lo que,
anteponiendo su condición de juez a sus convicciones políticas, debía abandonar el
cargo.1 La proclama militar de Aramburu derogó también las constituciones provinciales.
Sectores de juristas y políticos han cuestionado la derogación de la Constitución de 1949
sosteniendo que aun aceptando que pudiera existir un debate jurídico sobre la mayoría
necesaria para dictar la ley que declara la necesidad de una reforma (ver debate), en
ningún caso podía admitirse que la validez de la Constitución pudiera ser establecida por
un poder de facto.
La derogación de la Constitución de 1949 dejó sin efecto una gran cantidad de derechos
y garantías, relacionados con el progreso social y económico. Entre ellos:
 el derecho de reunión (art. 26)
 la prohibición de discriminar por raza (art. 28)
 los derechos del trabajador (art. 37, I)
 la igualdad jurídica de hombre y mujer en el matrimonio (art. 37, II)
 el bien de familia (art. 37, II)
 la patria potestad compartida (art. 37, II)
 los derechos de la ancianidad (art. 37, III)
 la educación primaria obligatoria y gratuita (art. 37, IV)
 la autonomía universitaria (art. 37, IV)
 la función social de la propiedad (art. 38)
 la estatización del comercio exterior (art. 40)
 la nacionalización de los recursos mineros y energéticos (art. 40)
 la estatización de los servicios públicos (art. 40)
 el voto directo (arts. 42, 47 y 82)

LA DEMOCRACIA CONDICIONADA:
FRONDIZI: Arturo Frondizi fue un abogado, periodista, docente y político argentino,
que fue elegido presidente de Argentina y gobernó entre el 1 de mayo de 1958 y el 29
de marzo de 1962, cuando fue derrocado por un golpe de Estado militar.
Afiliado a la Unión Cívica Radical en los años 1930, Frondizi fue uno de los líderes que
renovaron esa fuerza en la década de 1940 al dar origen al Movimiento de Intransigencia
y Renovación. En 1946, debutó en un cargo político como diputado nacional por la ciudad
de Buenos Aires. En las elecciones de 1951 integró la fórmula presidencial de la UCR
como candidato a vicepresidente, junto a Ricardo Balbín, que fue derrotada por la fórmula
peronista.
La campaña para las elecciones presidenciales de 1958 contó con un alto activismo de los
militantes, quienes además de hacer su habitual tarea de pegatinas, comenzaron a pintar
masivamente los muros de edificios con los nombres de la fórmula presidencial. Tales
actos no tardaron en despertar críticas por parte de los medios de prensa. Fue la campaña
más costosa que se hizo hasta ese momento en la historia argentina. El partido mandó
grabar un tango titulado «Frondizi, ¡primero vos!», con lírica y música de Daniel Quiroga.
La dictadura militar dispuso prohibir en las elecciones de 1958 a los partidos Peronista y
Comunista. Asimismo, dispuso que sólo podrían participar en la misma aquellas
provincias que tuviesen constitución vigente al 1 de diciembre de 1957 (las constituciones
provinciales habían sido abolidas por la dictadura por medio de la proclama militar de
1956); debido a ello no se les permitió participar en la elección a los ciudadanos de las
provincias de La Pampa y Misiones.
La mayoría de los historiadores aceptan que hubo algún tipo de entendimiento secreto
entre Perón y Frondizi para que el voto peronista proscripto se volcara a favor del
candidato de la UCRI. Se presume que el pacto se realizó debido a una gestión personal
reservada de Rogelio Frigerio, quien tomó contacto con John William Cooke o con el
propio Perón durante su exilio en Venezuela, acordando las condiciones en varias
reuniones mantenidas, primero en Caracas en enero de 1958 y luego en Ciudad Trujillo
(República Dominicana) en marzo de 1958. El pacto habría consistido en que Perón
ordenaría a sus seguidores a votar por Frondizi, y si este ganara las elecciones, tendría
que cumplir catorce puntos que integraban el acuerdo, entre ellos normalizar los
sindicatos y la CGT, derogar los decretos de prohibición del peronismo y disponer la
devolución a Perón de los bienes personales que había dejado en el país y la dictadura
había confiscado.
No obstante, Enrique Escobar Cello en su libro Arturo Frondizi: el mito del pacto con
Perón desmiente dicho pacto, argumentando que no se conoce la existencia de copias ni
constancias verídicas en donde aparezca la firma de Frondizi. Este siempre había negado
el pacto.
El historiador Félix Luna también ha puesto en duda el pacto por las mismas razones
esgrimidas por Cello. A su vez Albino Gómez en su libro Arturo Frondizi, el último
estadista, también cuestiona la existencia del pacto. Además, sugiere que el apoyo
peronista hacia Frondizi pudo ser producto de la coincidencia de ideas entre Perón y
Frondizi sobre las medidas que había que adoptar en el país.
En 2015 apareció el libro Puerta de Hierro de Juan Bautista Yofre, en donde dice que
Perón recibió medio millón de dólares por el pacto, pese a que sus seguidores negaron
que haya aceptado dinero por el mismo.
El gobierno de Frondizi estuvo sumamente restringido por el poder militar, sufriendo
veintiséis asonadas militares y seis intentos de golpe de Estado.
Con la renuncia de Alsogaray en 1961, con los paros de empleados públicos, obreros y
sindicatos en la oposición, ante elecciones cada vez más próximas, Frondizi decidió a dar
un vuelco y admitir una relativa participación del peronismo, a través de partidos
alternativos o neoperonistas (Unión Popular, Partido Laborista, Tres Banderas, etc.).
Dispuso entonces que las elecciones nacionales legislativas se realizaran el 18 de marzo
de 1962, coincidiendo con algunas elecciones provinciales para gobernador, entre ellas el
de la crucial provincia de Buenos Aires. El peronismo anunció inicialmente que
presentaba la fórmula Framini-Perón. Aunque finalmente el segundo término fue ocupado
por Marcos Anglada, la consigna «Framini-Anglada, Perón a la Rosada», revelaba la
decisión del peronismo de no tolerar ninguna proscripción antidemocrática.
Los militares querían que el presidente anulara las elecciones para que el peronismo no
tuviera así ningún diputado ni senador en el Congreso; para evitar esto, Frondizi intentó
realizar una maniobra e intervino en cinco provincias (todas las ganadas por el peronismo
menos Neuquén), con la idea de quitar los gobernadores peronistas electos, pero no anular
las elecciones, como le exigían los militares. De este modo, no pudo evitar el golpe militar
que lo derrocó pocos días después. El 29 de marzo fue detenido por miembros de las
fuerzas armadas. Sería trasladado primero al sur para luego quedar recluido en la Isla
Martín García. En julio envió una carta de adhesión al voto en blanco.
Cuando Frondizi atendió el teléfono aproximadamente a las dos y media de la mañana,
del otro lado estaba Gastón Clement, su secretario de Marina, quien le informó: «Señor
presidente, quiero comunicarle que se ha resuelto su destitución y vamos a detenerlo. Lo
siento mucho, pero yo no puedo hacer nada y dentro de un rato lo va a visitar el jefe de la
casa militar. Se lo anticipo por si tiene que hacer algún preparativo». Frondizi respondió:
«No, muchas gracias».
Frondizi, sin embargo, detenido por los militares, se negó a renunciar diciendo una frase
que se ha vuelto célebre en la historia argentina: “No renunciaré, no me suicidaré, no me
iré del país.”
Al día siguiente, se produjo una situación con ribetes tragicómicos, cuando los militares
golpistas, luego de dormir para recuperarse de la larga jornada del día anterior,
concurrieron a la Casa Rosada para asumir el mando, siendo informados por los
periodistas allí asignados que el país ya tenía otro presidente que había jurado esa mañana.
Incrédulos, los conspiradores volvieron a debatir cómo concretar el golpe y decidieron
finalmente tomarle un «examen» al nuevo «presidente», quien se comprometió a
obedecer a los militares. Dicha entrevista entre los militares golpistas y el «presidente»
Guido, fue registrada en un acta.
Al día siguiente, más de 24 horas después de la detención de Frondizi por los militares
golpistas, Guido asumió el poder declarando que el Poder Ejecutivo estaba vacante «por
destitución de hecho del anterior presidente», sin mencionar a Frondizi por su nombre, y
que asumía la presidencia «en forma definitiva». El acta notarial mencionaba también que
la firma se realizaba «en presencia de los señores comandantes en jefe de las Fuerzas
Armadas», los mismos que habían detenido y que aún mantenían en cautiverio al
presidente constitucional en la base naval de la isla Martín García. Debido a la detención
de Frondizi, el bastón y la banda presidencial que simbolizaban el mando le fueron
entregados por el escribano Jorge Garrido, interviniente en el acto.
En esta gestión fue puesta en marcha el Desarrollismo, Frondizi, Frigerio, Ramón Prieto,
entre otros, elaboraron el Programa Nacional de Desarrollo, que incluyó el
autoabastecimiento de Petroleo, carbón y acero, creó las industrias petroquímicas y
automotriz, y logró niveles de capitalización interna que nunca se volvieron a repetir en
Argentina. Brasil imitó esto y siguió un camino parecido.
ILLIA: Arturo Umberto Illia fue un médico y político argentino que fue elegido
presidente de la Nación Argentina, cargo en el que se desempeñó entre el 12 de octubre
de 1963 y el 28 de junio de 1966, cuando fue derrocado por un golpe de estado cívico-
militar. Se desempeñó también como senador provincial, diputado nacional y
vicegobernador de Córdoba. En 1962 fue elegido gobernador de la provincia de Córdoba,
cargo que la dictadura instalada el 29 de marzo de 1962 le impidió asumir. Fue dirigente
de la Unión Cívica Radical y de la Unión Cívica Radical del Pueblo.
Illia llegó a la presidencia de la Nación en elecciones controladas por las Fuerzas Armadas
en las que se proscribió al peronismo y mientras estaba detenido el anterior presidente
constitucional Arturo Frondizi.
Durante su gobierno intentó anular los contratos petroleros firmados por el expresidente
Frondizi con compañías extranjeras, pero terminó por anular unos pocos acuerdos,
renegociar algunos y la mayoría de las empresas siguieron produciendo;
 se fomentó la industria nacional,
 se destinó el 23% del presupuesto nacional a la educación,
 aumentó el PBI,
 bajó la desocupación,
 disminuyó la deuda externa,
 se llevó adelante un plan de alfabetización
 y se sancionaron las leyes de Salario Mínimo, Vital y Móvil y la llamada Ley
Oñativia (también llamada de Medicamentos).
Sus seguidores destacan su honestidad y honradez, siendo ejemplo de esto el hecho de
que Illia vivió casi toda su vida en su humilde casa de Cruz del Eje, donde se dedicaba a
la medicina, y que nunca utilizó su influencia a su favor, a punto tal de tener que vender
su auto estando en el ejercicio del mando y de negarse a utilizar fondos públicos para
financiar sus tratamientos médicos. Luego de su gobierno, mantuvo su activa militancia
política, rechazó la jubilación y se ganó la vida trabajando en la panadería de un amigo.
Sus críticos, como el historiador radical Félix Luna, consideraron que "estaba totalmente
ajeno a la temática contemporánea y disimulaba esta carencia con una constante apelación
a un visceral optimismo y una cierta testarudez", o lo juzgan duramente debido a su
política represiva y antidemocrática contra el movimiento obrero y el peronismo,
especialmente los asesinatos y el mantenimiento de normas proscriptivas.
Su personalidad austera y tranquila fue también utilizada por importantes medios de
comunicación y sectores de poder afectados por sus medidas, para instalar la imagen de
un presidente «lento». En una encuesta realizada en el año 2013, que buscaba desarrollar
un listado de las personas de mayor honestidad, Illia es el primer político en aparecer y la
tercera figura en una lista de más de 100 personas.
El 28 de junio de 1966, en una fría mañana de invierno se produjo el golpe militar en
medio de la indiferencia de la ciudadanía. Los militares forzaron a Arturo Illia a
abandonar la presidencia y hacerse ellos nuevamente con el poder.
El general Julio Rodolfo Alsogaray, el brigadier Rodolfo Pío Otero jefe de la Casa Militar
de la Casa Rosada, el coronel Luis Perlinger y un grupo de oficiales se presentaron en el
despacho presidencial para solicitarle que se retire de la Casa de Gobierno, asegurándole
en todo momento su integridad física. Este se negó rotundamente y luego de una fuerte
discusión les manifestó: «El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas soy yo»,
provocando que los militares abandonasen el despacho. Ante la fuerte negativa los
efectivos policiales ingresaron con pistolas lanzagases, mientras que las tropas rodearon
por completo la Casa Rosada. Perlinger volvió a solicitar al presidente que se retirase,
asegurándole que en caso contrario «no podría garantizar la seguridad de las personas que
lo acompañaban». Finalmente, Illia optó por abandonar el lugar.
Rodeado por sus colaboradores bajó por la escalera hasta la planta baja, cruzó por la
entrada y se dirigió a la calle, y como no disponía de un vehículo propio, puesto que lo
vendió durante el ejercicio presidencial, abandonó el lugar y se retiró en un taxi que lo
llevó a la casa de su hermano en la localidad bonaerense de Martínez. Al día siguiente
asumió el general Juan Carlos Onganía, autodenominando al golpe Revolución
Argentina.
“Revolución Argentina”.
Revolución argentina es el nombre con el que se autodenominó la dictadura cívico-militar
que derrocó al presidente constitucional Arturo Illia mediante un golpe de Estado el 28
de junio de 1966. La «revolución Argentina» no se presentó a sí misma «provisional»
como en todos los golpes anteriores, sino que pretendió establecerse como un nuevo
sistema dictatorial de tipo permanente luego asociado al concepto de Estado burocrático
autoritario (EBA).
La alta conflictividad política y social generada por esta dictadura incluyó una famosa
fuga de cerebros, puebladas insurreccionales, la aparición de organizaciones guerrilleras
y luchas internas que produjeron dos golpes palaciegos por los que se sucedieron en el
poder tres dictadores militares: Juan Carlos Onganía (1966-1970), Roberto Marcelo
Levingston (1970-1971) y Alejandro Agustín Lanusse (1971-1973).
ONGANÍA: Tres gestiones se repartieron en este período. La primera fue conocida como
el Onganiato, presidida por el general Juan Carlos Onganía, cabeza del golpe y
representante de la vieja facción azul del Ejército. Onganía gobernó desde junio de 1966
a junio de 1970, cuando tuvo que entregar el poder debilitado por el Cordobazo, el
secuestro y asesinato del exdictador general Pedro Eugenio Aramburu por parte de
Montoneros y el deterioro de la situación económica.
Su gobierno se caracterizó por un inicial período de estabilidad y crecimiento económico
del 5% acompañado por una baja inflación, que fue alcanzado gracias al plan económico
impulsado por Adalbert Krieger Vasena. Este plan se valía de una gran cantidad de
medidas económicas tendientes a liberar los mercados y facilitar el camino para la llegada
de importantes inversiones extranjeras. Sin embargo, fueron suprimidos los derechos
gremiales y reprimidas las huelgas y actividades obreras. Del mismo modo el gobierno
de Onganía fue caracterizado por una marcada intolerancia hacia las universidades
argentinas, consideradas desde el gobierno como cunas de la subversión y el comunismo,
llegándose a censurar las actividades de los centros de estudiantes. Una de las acciones
más famosas de su presidencia se conoció como la Noche de los bastones largos, ocurrida
el 29 de julio de 1966, operativo en el cual fuerzas policiales irrumpieron en las
universidades desalojando tanto a profesores como alumnos; lo que provocó que
numerosos docentes, intelectuales e investigadores de las universidades nacionales se
exiliaran del país. En junio de 1970 el presidente militar Onganía fue reemplazado por la
Junta de Comandantes en Jefe de las tres fuerzas armadas, designando en su lugar al
general Roberto Marcelo Levingston, un desconocido militar de inteligencia que por
entonces desempeñaba ignotas funciones en los Estados Unidos, y quien gobernó hasta
marzo de 1971.
LEVINGSTON: El general Levingston expresaba a un sector nacionalista-desarrollista
de las Fuerzas Armadas apoyado por los radicales intransigentes, que designó al
economista radical Aldo Ferrer como Ministro de Economía. Presionado a convocar a
elecciones por los partidos políticos que comenzaban a reorganizarse en La Hora del
Pueblo se produjo un golpe interno mediante el cual Levingston fue derrocado por el
propio Comandante en Jefe del Ejército y hombre fuerte de la Revolución argentina, el
general Alejandro Agustín Lanusse.
LANUSSE: Este nuevo presidente de facto gobernó desde marzo de 1971 a mayo de
1973, y al igual que sus predecesores, su período de gobierno fue visto asimismo con gran
antipatía y rechazo de parte de la población. Pese a ello su gestión se caracterizó por una
gran inversión en importantes obras de infraestructura nacional (rutas, puentes, represas,
etc.).
En un clima de creciente inestabilidad política se cometieron actos de terrorismo de
Estado, como la Masacre de Trelew, se profundizó el accionar de organizaciones armadas
clandestinas tales como el Ejército Revolucionario del Pueblo, Montoneros, Fuerzas
Armadas Revolucionarias, y ante la creciente presión tanto de los simpatizantes
peronistas como del propio Perón desde su exilio en Madrid.
Lanusse preparó el terreno para la vuelta de un gobierno civil, e intentó formar una suerte
de peronismo sin Perón en su frustrado proyecto político, al cual denominó el Gran
Acuerdo Nacional (GAN). Para ello designó como Ministro del Interior a Arturo Mor
Roig, un destacado miembro de la Unión Cívica Radical que contó con el apoyo de los
partidos políticos a través de La Hora del Pueblo.
Entre los militares y economistas había temor por las amenazas de que el orden
económico y social podría verse afectado. Se temió la convergencia entre las
insurrecciones urbanas y el accionar de la guerrilla. Frente a este escenario Perón parecía
el único político capaz de encauzar la rebelión y pacificar los ánimos. Pasó a ser la
salvación de Argentina ante la conmoción social.
LA SALIDA ELECTORAL Y SU FIN:
En 1972 el gobierno militar convocó a elecciones generales ante las exigencias de los
ilegalizados partidos políticos, ya durante el gobierno de Levingston, habían
confeccionado y consensuado por su parte el documento La Hora del Pueblo donde se
proponía la salida electoral sin proscripciones.
Lanusse, ante las peligrosas tensiones emergidas a partir de 1969, debió optar entre una
dictadura de imprevisibles consecuencias y una salida electoral. Levantó la proscripción
al Partido Justicialista, desafío al líder a regresar al país para no ser proscripto en 1973,
pero la mantuvo sobre Juan Domingo Perón, al elevar la cantidad de años de residencia
necesarios para ser electo Presidente, requisito que Perón no cumplía por haber estado
exiliado 18 años en España. En un agónico intento por causar la derrota de Perón reformó
el sistema de balotaje. Según los cálculos militares el peronismo no iba alcanzar la
mayoría en la 1º vuelta y sería derrotado en la 2º por una alianza de fuerzas políticas.
En las elecciones resultó electo con el 49,6% Héctor José Cámpora, candidato del Frente
Justicialista de Liberación Nacional (FREJULI), coalición encabezada por el Partido
Justicialista bajo la tutela del propio Perón, junto a otros partidos menores y ocasionales
aliados políticos. El eslogan de campaña que lo hizo triunfar era: «Cámpora al Gobierno,
Perón al poder».

Reforma constitucional de 1972.


El 24 de agosto de 1972 la Junta de Comandantes que gobernaba la dictadura
autodenominada Revolución Argentina dictó un “Estatuto Fundamental” de cinco
artículos, manifestando explícitamente que se hacía en “ejercicio del poder
constituyente”, que incluía una serie de considerandos y reformó quince artículos de la
Constitución (texto de acuerdo a la reforma de 1957), al mismo tiempo que declaró
inaplicables otros cuatro artículos.
Entre otras reformas constitucionales se estableció:
 reducción del mandato del presidente, vicepresidente, diputados y senadores a
cuatro años.
 reelección del presidente por una vez.
 reelección indefinida de diputados y senadores.
 elección directa de presidente, vicepresidente, diputados y senadores.
 obligatoriedad de que el presidente resulte elegido por la "mayoría absoluta de
los votos válidos emitidos".
 la creación del cargo de tercer senador por la minoría.
 la simultaneidad de las elecciones para cargos nacionales.
 la reducción del quórum para sesionar.
 un mecanismo de aprobación automática de proyectos de ley presentados por el
Poder Ejecutivo si no es tratado en un plazo determinado.
 un mecanismo de aprobación de leyes directamente por las comisiones internas
de las Cámaras.
 un organismo especial para realizar el juicio político a los jueces integrado por
miembros del Poder Judicial, del Poder Legislativo y de los abogados.
Las elecciones de 1973 y las autoridades democráticas surgidas de ellas se regularon por
esta reforma. El Estatuto establecía que el mismo regiría hasta el 24 de mayo de 1981,
fecha en que automáticamente quedó sin vigencia. Notoriamente, casi la totalidad de los
cambios vigentes entonces fueron incorporados a la Constitución en la reforma de 1994.
El artículo 4 del Estatuto establecía:
Artículo 4.- Este Estatuto regirá hasta el 24 de mayo de 1977. Si una Convención
Constituyente no decidiere acerca de la incorporación definitiva al texto constitucional,
o su derogación total o parcial, antes del 25 de agosto de 1976, su vigencia quedará
prorrogada hasta el 24 de mayo de 1981.
Según la letra de este artículo, el Estatuto debía regir hasta el 24 de mayo de 1981, salvo
que una convención constituyente resolviera acerca del mismo antes del 25 de agosto de
1976, cosa que no sucedió. El Estatuto rigió las elecciones de marzo y septiembre de
1973. De hecho, en la Capital Federal la elección del senador se realizó en segunda vuelta,
por aplicación del balotaje establecido por el Estatuto. La institucionalidad política entre
1973 y 1976 se rigió por el marco constitucional establecido por el Estatuto: unificación
de todos los mandatos en cuatro años sin renovación bienal de los diputados y tres
senadores por provincia. En la doctrina y la historia constitucional argentina se discute
cuál fue la vigencia exacta del Estatuto Fundamental de 1972, sin que haya dudas de que
el mismo no pudo regir más allá del 24 de mayo de 1981. La mayor parte de sus normas
fueron incorporadas a la Constitución por la reforma constitucional de 1994.
El retorno democrático:
Héctor Cámpora asumió como presidente el 25 de mayo de 1973, con el apoyo popular
que le garantizaba su lealtad a Perón, a quién la dictadura le prohibió participar en las
elecciones. Su gobierno duraría 49 días y es conocido como "la primavera camporista".
El gobierno de Cámpora duró apenas 49 días, del 25 de mayo al 13 de julio de 1973. Su
breve gobierno se caracterizó por la búsqueda de acuerdos políticos y sociales, tanto
dentro como fuera del peronismo. El Pacto Social entre el gobierno, los sindicatos y los
empresarios, fue una de sus medidas más destacadas. Internacionalmente adoptó una
política de no alineamiento en la Guerra Fría y fortalecimiento de las relaciones
latinoamericanas. Durante su gobierno se producirá por una fuerte puja, tanto dentro del
peronismo, como fuera del peronismo, con la intención de redefinir la relación de fuerzas
al inicio del período, en el que la Tendencia Revolucionaria había adquirido una
considerable adhesión popular, especialmente entre los jóvenes.
Durante este período Montoneros decidió suspender la lucha armada y emprendió una
política de relaciones con las Fuerzas Armadas que se expresó, a su propuesta, en la
designación del general Jorge Carcagno, como comandante en jefe del Ejército,
abandonando la Doctrina de la Seguridad Nacional -que identificaba como enemigo al
marxismo-. Hasta diciembre de 1973 Montoneros y las Fuerzas Armadas mantendrían
un diálogo fluido a través de los coroneles Jaime Cesio y Carlos Dalla Tea, que se vería
interrumpido cuando Perón, ya presidente, removió a Carcagno.
Cuando el peronismo ganó las elecciones el 11 de marzo de 1973, la situación política y
económica general en el mundo favorecía el desarrollo de experiencias políticas
populares y sindicales, impulsadas por las ideas económicas del keynesianismo y el
desarrollismo. A comienzos de ese año Estados Unidos reconoció su fracaso en la Guerra
de Vietnam firmando los acuerdos de paz con Vietnam del Norte, que establecieron su
retiro de Vietnam del Sur. El poder de Estados Unidos también aparecía debilitado por el
caso Watergate que llevaría al presidente Richard Nixon a renunciar en enero de 1974.
Simultáneamente, ante la Guerra Fría entre la OTAN y el bloque comunista, se fortalecía
el Tercer Mundo -término que se generaliza en esos años-, con los movimientos de
liberación nacional y el Movimiento de Países No Alineados.
Pero a partir de agosto de 1973, cuando se inició la Crisis del petróleo, la situación
económica y política se deterioraría rápidamente en todo el mundo, y particularmente en
el Cono Sur de América Latina. El 27 de junio se produjo un golpe de Estado en Uruguay
y el 11 de septiembre otro golpe de estado derrocó a Salvador Allende en Chile,
imponiendo los primeros regímenes de terrorismo de Estado, que en los años siguientes
se extenderían a todo el Cono Sur y a gran parte de los países latinoamericanos,
coordinados desde Estados Unidos por el Plan Cóndor, bajo la Doctrina de la Seguridad
Nacional. Simultáneamente, en la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago,
dirigida por Milton Friedman comenzó a tomar cuerpo el neoliberalismo, un modelo
económico basado en el monetarismo que sustituiría al patrón oro. La primera aplicación
del neoliberalismo en América Latina se realizaría en 1975, bajo el amparo de la dictadura
chilena de Pinochet.
Frejuli: El Frente Justicialista de Liberación (Frejuli) fue una alianza electoral argentina
formada en 1972, integrada por el Partido Justicialista con otros partidos menores como
el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), liderado por el expresidente Arturo
Frondizi, el Partido Conservador Popular, liderado por Vicente Solano Lima y el Partido
Popular Cristiano (PPC) de José Antonio Allende -una de las dos facciones del Partido
Demócrata Cristiano-. Se presentó a las elecciones presidenciales de marzo de 1973 y
septiembre de 1973, triunfando en ambas ocasiones con las candidaturas de Cámpora-
Solano Lima y Perón-Perón, respectivamente.
Las elecciones se realizaron el 11 de marzo de 1973. La fórmula Cámpora-Solano Lima
obtuvo el 49,56% de los votos, superando a la fórmula de la UCR, integrada por Ricardo
Balbín y Eduardo Gamond, que obtuvo un 21,29%. Según las reglas electorales impuestas
por la dictadura, debía realizarse un balotaje, porque la fórmula ganadora no obtuvo la
mitad más uno de los votos válidos. Pero la diferencia entre ambas fórmulas llevó a que
la UCR renunciara al balotaje.
Cámpora y Solano Lima asumieron el 25 de mayo y renunciaron a sus cargos el 13 julio
de ese mismo año, luego de 49 días de gobierno. Interinamente asumió la presidencia el
justicialista Raúl Lastiri, en tanto que el Congreso de la Nación dispuso realizar nuevas
elecciones el 23 de septiembre de 1973, esta vez sin proscripciones.
LASTIRI: Raúl Alberto Lastiri fue un político argentino, que desempeñó interinamente
las funciones de presidente de la Nación tras la renuncia a su cargo de Héctor José
Cámpora y del vicepresidente Vicente Solano Lima en 1973, durante lo que ha dado en
llamarse el tercer peronismo. Perteneció al Partido Justicialista, que a su vez formaba
parte de Frente Justicialista de Liberación (Frejuli).
En ese momento, por influencia de José López Rega –ministro de Bienestar Social–, se
consideró conveniente interferir el dispositivo constitucional de sucesión presidencial,
para lo cual, al vicepresidente provisional del Senado, Díaz Bialet (2º en la línea
sucesoria), precipitadamente se lo embarcó en el primer avión para Argelia a cargo de
una misión inexistente. De este modo, Lastiri (el tercero en la línea constitucional por ser
presidente de la Cámara de Diputados) pudo asumir provisionalmente la presidencia y
convocar a nuevas elecciones donde entregó el mando a Juan Domingo Perón, electo para
su tercer mandato.
PERÓN (1973-1974): En las elecciones del 23 de septiembre Perón ganó con el 62% de
los votos contra el candidato de la Unión Cívica Radical, Ricardo Balbín. Se convirtió en
presidente por tercera vez el 12 de octubre de 1973 con su esposa María Estela Martínez
de Perón como vicepresidente.
Perón asumió su tercera presidencia en una situación internacional muy complicada. Poco
antes, el 23 de agosto de 1973, había comenzado a nivel mundial la Crisis del petróleo,
que cambió completamente las condiciones en las que el capitalismo y el Estado de
Bienestar se venían desarrollando desde la década de 1930. Casi simultáneamente, el 11
de septiembre, un golpe de estado militar con el apoyo de la CIA estadounidense había
derrocado en Chile al presidente socialista Salvador Allende, agravando las posibilidades
de establecer gobiernos democráticos en América Latina. En ese momento, sólo
Argentina y Uruguay tenían gobiernos elegidos democráticamente en el Cono Sur,
mientras que Bolivia, Brasil, Chile y Paraguay estaban bajo dictaduras militares apoyadas
por Estados Unidos, dentro del marco más amplio de la Guerra Fría.
En octubre de 1973 comienza a operar un grupo parapolicial conocido como Triple A
(Alianza Anticomunista Argentina) asesinando a militantes de izquierda, peronistas y no
peronistas. El grupo estaba financiado por el gobierno y dirigido por el Ministro de
Bienestar Social José López Rega. En los dos años siguientes asesinaría a 683 personas.
El conocimiento de Perón sobre las actividades de la Triple A es materia de debate entre
los investigadores.
El 19 de enero de 1974 la organización guerrillera ERP atacó la guarnición militar de
Azul, la unidad militar mejor armada del país. El intento de asalto, dirigido por Enrique
Gorriarán Merlo, fracasó y durante el mismo el ERP mató al conscripto Daniel González,
al coronel Camilo Gay y a su esposa, y tomó prisionero al teniente coronel Jorge
Ibarzábal, que sería asesinado diez meses después. Por su parte, el ERP tuvo tres bajas
mientras que desaparecieron dos guerrilleros capturados por los militares.
Perón respondió condenando enérgicamente al "terrorismo" por cadena nacional y culpó
sin mencionarlo al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Oscar Bidegain, uno de
los cinco gobernadores aliados al peronismo revolucionario. Ordenó también apurar en el
Congreso Nacional una reforma al Código Penal para endurecer los delitos cometidos por
grupos guerrilleros, agravando las normas de la dictadura depuesta. Los trece diputados
con que contaba el peronismo revolucionario se oponían a la reforma: Armando Croatto,
Santiago Díaz Ortiz, Nilda Garré, Nicolás Giménez, Jorge Glellel, Aníbal Iturrieta, Carlos
Kunkel, Diego Muñiz Barreto, Juan Manual Ramírez, Juana Romero, Enrique Svrsek,
Roberto Vidaña y Rodolfo Vittar, todos ellos ligados a Montoneros y la JP.
El 22 de enero Bidegain renunció, siendo reemplazado por Victorio Calabró, un
sindicalista de la UOM, perteneciente al sector ortodoxo. El 25 de enero Perón convocó
a los diputados disidentes a una reunión que hizo transmitir en forma directa por
televisión. La tensión fue máxima y Perón sostuvo que si no estaban de acuerdo tenían
que irse del peronismo.
Ese mismo día 25 de enero, se aprobó la reforma penal y renunciaron a sus bancas ocho
diputados del peronismo revolucionario. Cuatro días después Perón designó como subjefe
de la Policía Federal al comisario Alberto Villar, una de las cabezas de la Triple A.
El 28 de febrero un golpe de estado policial conocido como el Navarrazo, derrocaría al
gobernador de la provincia de Córdoba Ricardo Obregón Cano, segundo de los cinco
gobernadores cercanos al peronismo revolucionario en ser desplazado. Perón intervendría
la provincia sin reponer en sus cargos a las autoridades constitucionales.
El 1 de mayo de 1974 se realizó en Plaza de Mayo una gran manifestación con motivo
del día internacional de los trabajadores, durante la cual hablaría Perón. Los sectores del
peronismo revolucionario asistieron en gran cantidad, cuestionando al gobierno con la
consigna "¿Qué pasa General, que está lleno de gorilas el gobierno popular?” Perón
respondió llamándolos "imberbes" "estúpidos" e "infiltrados", e inmediatamente después,
en medio del discurso un enorme sector de manifestantes se retiró de la plaza en abierta
ruptura.
El 6 de junio sería depuesto por un juicio político el gobernador de Mendoza, Alberto
Martínez Baca, tercero de los cinco gobernadores cercanos al peronismo revolucionario
depuesto en ese año. En los seis meses posteriores a la muerte de Perón serían depuestos
los dos restantes, Miguel Ragone de Salta y Jorge Cepernic de Santa Cruz.
El 12 de junio se realizó un nuevo acto en la Plaza de Mayo convocado por la CGT. Fue
la última vez que Perón habló en un acto masivo. Para entonces su salud se encontraba
seriamente amenazada y sus médicos le habían recomendado renunciar para poder ser
tratado adecuadamente. Él se había negado diciendo: "prefiero morir con las botas
puestas”. Consciente de su estado, Perón aprovechó ese día para despedirse en público.
Pidió a los manifestantes que cuiden las conquistas laborales porque se avecinaban
tiempos difíciles y terminó con las siguientes palabras:
“Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que es para mí la palabra del pueblo
argentino.”
Cuatro días después, el 16 de junio, Perón enfermó afectado por una broncopatía
infecciosa que complicó su enfermedad circulatoria crónica de fondo.
Falleció el 1 de julio de 1974 y fue sucedido por su esposa, en su condición de
Vicepresidenta. El entonces Secretario Técnico de la Presidencia de la Nación, Gustavo
Caraballo, afirma que Perón le había solicitado que modificara la Ley de Acefalía, para
permitirle al dirigente radical Ricardo Balbín asumir como su sucesor pero el trámite legal
para realizar esa reforma nunca se inició.
ISABELITA DE PERÓN (1974-1976): María Estela Martínez de Perón, conocida
popularmente como Isabelita o Isabel Perón, es una política argentina. Fue electa
vicepresidenta del país en 1973 y asumió la presidencia ante la muerte del presidente Juan
Domingo Perón, el 1 de julio de 1974. Fue depuesta en 1976 por un golpe de Estado
cívico-militar. Su mandato correspondió al ciclo histórico que ha dado en llamarse tercer
peronismo. Fue la primera mujer en el mundo en ser jefa de Estado con el título de
presidenta del país. A la muerte de Perón al año siguiente, Isabel asumió la presidencia.
Aunque hábil para representar a su marido en gestiones diplomáticas y políticas, como
presidenta fue incapaz de afrontar el complejo escenario de conflictividad política y crisis
económica que atravesaba la Argentina. Fue derrocada el 24 de marzo de 1976 por un
levantamiento militar que, mediante un golpe de Estado, dio origen a la dictadura cívico-
militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional y que la mantuvo detenida
cinco años en distintos lugares del país.
El “rodrigazo”:
En junio de 1975, el nuevo ministro de Economía, Celestino Rodrigo, auspiciado por
López Rega, aplicó una nueva y más fuerte devaluación de la moneda, acompañado de
un aumento de las tarifas de los servicios (electricidad, etc.) y de los precios de los
combustibles; fue popularizado como el Rodrigazo. Con estas medidas se buscaba dar
impulso a las exportaciones tradicionales del país, lo que implicaba una violenta
"derechización" de la política económica.
Políticamente el plan de López Rega era debilitar las presiones sindicales a través del
desprestigio de sus principales operadores. Esto provocó la primera huelga general contra
un gobierno peronista. En julio de 1975, ante una huelga general de 36 horas y la presión
callejera de la CGT -en especial de la Unión Obrera Metalúrgica de Lorenzo Miguel-, el
ministro López Rega se vio obligado a renunciar a su cargo en el gobierno y abandonar
el país. En el Congreso comenzaba una investigación sobre las actividades de la Triple
A.
“Proceso de Reorganización Nacional”.
La última dictadura cívico-militar, autodenominada como Proceso de Reorganización
Nacional, o El Proceso gobernó la Argentina desde el golpe de Estado del 24 de marzo
de 1976, derrocando al gobierno constitucional de la presidenta María Estela Martínez de
Perón (justicialista), hasta el 10 de diciembre de 1983.
A las 3 y diez de la madrugada del 24 de marzo de 1976, el general José Rogelio Villarreal
inició el golpe de estado diciéndole a la presidenta Isabel Martínez de Perón:
“Señora, las Fuerzas Armadas han decidido tomar el control político del país y usted
queda arrestada.”
El poder fue ocupado por una junta militar integrada por los comandantes de las tres
Fuerzas Armadas, sucediéndose cuatro juntas militares en el período. Es considerada «la
dictadura más sangrienta de la historia argentina.
El Proceso se caracterizó por el terrorismo de Estado, la constante violación de los
derechos humanos, la desaparición y muerte de miles de personas, la apropiación
sistemática de recién nacidos y otros crímenes de lesa humanidad. Un largo derrotero
judicial y político ha permitido condenar a parte de los responsables en juicios que aún
continúan su curso. Así como otros gobiernos de facto de la región, la dictadura cívico
militar fue parte del Plan Cóndor.
La Junta Militar llevó a cabo una acción represiva en la línea del TERRORISMO DE
ESTADO conocida como la «guerra sucia», coordinada con otras dictaduras instaladas
en los países sudamericanos mediante el Plan Cóndor, que contó con el apoyo de los
principales medios de comunicación privados e influyentes grupos de poder civil, la
protección inicial del gobierno de los Estados Unidos y la pasividad de la comunidad
internacional.
El gobierno de facto secuestró, torturó y ejecutó clandestinamente a miles de personas,
que luego serían denominadas «los desaparecidos» —unas sospechosas de ser guerrilleros
y otras simples activistas civiles sin relación con las organizaciones armadas— en centros
clandestinos de detención establecidos al efecto. Gran cantidad de ellos fueron asesinados
y enterrados en fosas comunes o arrojados al mar desde aviones militares.
Doctrina de seguridad nacional: Según esta Doctrina el comunismo acabaría con las
libertades y los derechos individuales en el país donde se instaurara, y las violaciones a
los DD. HH. necesarias para evitar la acción o la instauración del comunismo, eran vistas
como un daño colateral o un sacrificio menor. Los defensores de la Doctrina también
argumentan que no es correcto llamarla "doctrina" ya que nunca fue redactada
oficialmente, y por lo tanto sostienen que sólo se la entiende como una doctrina desde
una postura adversa a la política internacional de EE. UU. Así mismo según la Escuela
de las Américas su objetivo fundacional era enfatizar en la democracia y los derechos
humanos.

El retorno de la democracia: Alfonsín.


Raúl Ricardo Alfonsín fue un abogado, político, estadista y promotor de los derechos
humanos argentino. Fue concejal, diputado provincial, diputado nacional, senador
nacional y presidente de la Nación Argentina. Se destacó como dirigente de la Unión
Cívica Radical y de la Unión Cívica Radical del Pueblo. También se desempeñó como
vicepresidente de la Internacional Socialista. Algunos sectores lo reconocen como «el
padre de la democracia moderna en Argentina. En 1983, tras las elecciones presidenciales,
asumió el cargo de presidente de la nación, con lo cual finalizó el gobierno de facto de la
dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional. Fue también el
fin de los golpes de Estado en Argentina, ya que no hubo nuevas interrupciones al orden
constitucional desde entonces hasta la actualidad. La gestión de Alfonsín es conocida
principalmente por la realización del Juicio a las Juntas, así como también por el Tratado
de paz y amistad entre Argentina y Chile

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