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UNIVERSIDAD CATÓLICA NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN
FACULTAD ECLESIÁSTICA DE SAGRADA TEOLOGÍA
RESUMEN [I: EVALUACIÓN FINAL]
FILOSOFÍA MORAL I

FECHA: 25/JUN/2018

RESUMEN PARA EL EXAMEN FINAL |


FILOSOFÍA MORAL | VII SEMESTRE V
I. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA FILOSOFÍA MORAL

1. DEFINICIÓN ETIMOLÓGICA Y REAL DE LA ÉTICA


La palabra ética procede del griego ετηοζ, que significa el carácter, el modo de ser que
una persona va adquiriendo a lo largo de la vida.

X. Zubiri ha precisado esta afirmación de carácter con las siguientes palabras: […] Lo ético
comprende, […] las disposiciones del hombre ante la vida, su carácter, sus costumbres, también
lo moral. En realidad se podría traducir por modo o forma de vida.

Ética significa el carácter entendido en el modo de ser o forma de vida que se va


adquiriendo a lo largo de la vida. La vida humana – decía Ortega – es quehacer y el quehacer
ético es quehaceres, hacerse a sí mismo.

Nos recuerdan Zubiri y Aranguren que los seres humanos contamos con dos tipos de
propiedades: aquellas que no elegimos y otras que vamos adquiriendo poco a poco por
apropiación.

La vida humana es entonces un proceso de apropiación de posibilidades.

¿Cómo acontece esa apropiación? Es la etimología quien nos lo dice: ética deriva del
ετηοζ, que es adquirido por hábito (vocio/virtud). De ahí una segunda naturaleza que hemos hecho
libre y éticamente.

De todo lo dicho podemos dar alguna definición de Ética:

a) La ética es la rama de la filosofía que estudia, analiza y evalúa el


comportamiento moral del hombre.
b) Es la ciencia normativa de la actividad humana en orden al bien.
c) Es la ciencia de los valores que dirige, orienta e ilumina nuestra libertad para
vivir de acuerdo a la dignidad de la persona y al misterio que encierra la misma.

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Egidio Martín Arce Aranda
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2. ÉTICA Y MORAL
En la vida cotidiana suele hablarse indistintamente de ética y moral. ¿Existe alguna
diferencia entre estos dos vocablos?

La verdad es que las palabras ética y moral significan prácticamente lo mismo: carácter,
costumbre. Ambas expresiones se refieren a un tipo de saber que nos orienta para forjarnos un
buen carácter.

En el lenguaje filosófico distinguimos entre estas dos expresiones – moral y ética – porque
necesitamos dos términos diferentes para designar a la vez dos tipos de saber: uno que forma
parte de la vida cotidiana (la moral), y otro que reflexiona filosóficamente y nació al tiempo de la
filosofía (la ética o filosofía moral).

José Luís Aranguren las caracterizara muy adecuadamente con dos expresiones: la moral
sería la moral vivida, y la ética, moral pensada.

La moral es un tipo de saber que ha formado y forma parte de la vida cotidiana de las
personas y de los pueblos. La ética sería filosofía moral que utiliza para ello la jerga propia de la
filosofía.

3. MÉTODO DE LA ÉTICA
La Ética formula y fundamenta filosóficamente juicios de valor y normas de
comportamiento con la intensión de orientar el ejercicio de la libertad personal hacia el bien de la
vida humana considerada como un todo. La Ética es un saber moral.

El método de la ética es analítico-inductivo. Después de haber conocido la realidad (las


cosas como son), trata de poner los hechos en relación con los principios (del deber ser o del
valor). Objeto material y objeto formal de la ética.

La ética debe empezar por reconocer los datos de la conciencia moral para tratar de
interpretarlos, y al descubrir su significación última, llegar a los principios que hacen posible la
deducción.

4. OBJETIVOS DE LA ÉTICA
La ética es la ciencia que nos indica cómo formar nuestro carácter, como modo de ser,
como forja del carácter, como paulatina apropiación de una segunda naturaleza, que tenemos que
ir haciendo inteligentemente si queremos vivir mejor.

A nivel social ayuda a construir una sociedad que pueda albergar sujetos con dignidad
humana. Dirá María Zambrano una sociedad que sea adecuada a la persona humana; su espacio
adecuado y no su lugar de tortura. Si se hubiera de definir la democracia podría hacerse diciendo
que es la sociedad.

5. FUNCIONES DE LA ÉTICA
a) Aclarar, averiguar en qué consiste la moral
b) Fundamentar la moralidad
c) Procurar aplicar a los distintos ámbitos de la vida social los resultados
obtenidos en las dos primeras funciones
d) Función Crítica y Utópica: dar razones para decir qué es ético o no y
proyectar un ideal normativo.

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6. CONTRASTE ENTRE EL ÁMBITO MORAL Y OTROS ÁMBITOS

6.1. MORAL Y DERECHO


ÁMBITOS SEMEJANZAS DIFERENCIAS
Moral - El aspecto prescriptivo: - Las normas morales se
se trata de enunciados presentan ante la propia persona
que indican ciertos como instancia última de
actos como obligación.
obligatorios para las - Las prescripciones morales
personas exhiben un carácter de
universalidad que no poseen las
jurídicas.
Derecho - El derecho positivo que emana
de las autoridades políticas y que
cuenta con el respaldo coactivo
de la fuerza física del estado
para hacerlas cumplir.

6.2. MORAL Y RELIGIÓN


Una religión es un determinado modo de entender la vida desde un horizonte de
trascendencia y la realización de la misma. Algunas de las prescripciones que pertenecen al
código moral religioso poseen un carácter estrictamente religioso.

Los preceptos de una moral religiosa sólo son vinculantes para los creyentes. Una moral
común exigible a todos tiene que ser simplemente laica, independiente de las creencias religiosas
pero no contrapuestas a ellas.

6.3. MORAL Y NORMAS DE CONTRATO SOCIAL


ÁMBITOS SEMEJANZAS DIFERENCIAS
Moral - Ambas cumplen la - Nos obligan a
función de orientar conciencia y funcionan
nuestras acciones para como instancia última
alcanzar determinados de juicio para la propia
fines. conducta.
Normas de contrato - Presentan una
social orientación externa.

6.4. MORAL Y NORMAS DE TIPO TÉCNICO


ÁMBITOS SEMEJANZAS DIFERENCIAS
Moral - Ambas orientan - El fin es la acción buena en sí
nuestras acciones para misma.
alcanzar determinados - Según Kant las prescripciones
fines se expresan por medio de
imperativos categóricos.
Normas de tipo técnico - El fin es la producción de
bienes útiles o bellos.
- Según Kant las prescripciones
se expresan a través de
imperativos hipotéticos.

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7. ¿EN QUÉ CONSISTE LO MORAL?


Concepción moral es cualquier sistema más o menos coherente de valores, principios,
normas, preceptos, actitudes, etc., que sirve para la vida de una persona o grupo.

7.1. La moralidad es el ámbito de la realización de la vida buena, la vida feliz,


entendida como placer o autorrealización.
a) Felicidad como autorrealización: Aristóteles, Tomás de Aquino, Zubiri,
Personalismo.
b) Felicidad como placer: Epicuro, Utilitarismo
7.2. La moralidad es el ajustamiento a normas específicamente humanas.
a) La ética como formación del carácter individual; capacidad de enfrentar los
desafíos de la vida con autorrealización y alta autoestima: Ortega y Gasset,
Aranguren, Rawls.
7.3. La moralidad como cumplimiento de deberes hacia lo que es fin en sí mismo.
a) El ámbito moral como realización de la autonomía humana; ser capaz de
vida moral, capacidad de conducirse cumpliendo lo que le es propio en mira de
la conservación y promoción de la vida de todas las personas: deber, justicia:
Estoicismo, Kant.
7.4. La moralidad es la aptitud para la solución pacífica de conflictos, tanto a nivel
micro como a nivel macro.
a) La ética como necesidad de reconocimiento recíproco, como una categoría
central para la comprensión del fenómeno moral: Kant, Mead, Éticas dialógicas:
Apel, Habermas, J. Rawls.
7.5. La moralidad es la asunción de virtudes comunitarias, y la aptitud de ser
solidario con los miembros del grupo.
a) El hombre llega a madurar solo cuando se identifica y pertenece a una
comunidad concreta, en la cual desarrolla virtudes que la comunidad le exige
de acuerdo a su visión particular.
b) Virtud, comunidad, tradición: ética comunitarista: MacIntyre, Taylor, Sandel.
7.6. La moralidad es la asunción de principios universales que permiten evaluar
de forma crítica las concepciones morales personales y comunitarias.
a) Desarrollo moral, justicia, procedimientos: Kohlberg, Ralws, Habermas,
Apel.

8. ÉTICA DE MÍNIMOS Y ÉTICA DE MÁXIMOS

8.1. CONTENIDO DE LA ÉTICA DE MÍNIMOS


a) Respeto a los derechos humanos: (civiles y políticos; sociales, educativos, de
vivienda; paz, medio/ambiente);
b) Valores guía que fortalecen estos derechos: la igualdad, la libertad, la
solidaridad.
c) Una actitud dialógica, que hace referencia a la búsqueda del bien común, y no a
un negocio.

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8.2. LA FÓRMULA MÁGICA DEL PLURALISMO: EXIGENCIAS DE JUSTICIA – INVITACIÓN A LA


FELICIDAD
En el amplio conjunto del fenómeno moral cabría distinguir entre lo justo y lo bueno o
entre las exigencias de justicia y las invitaciones a la felicidad.

Las diferencias entre felicidad y justicia: que mientras en una sociedad pluralista los ideales
de felicidad pueden ser distintos. Cuando tenemos algo por justo, nos sentimos impedidos a
intersubjetivarlo.

La fórmula del pluralismo es en lo que respecta a proyectos de felicidad, que cada quien
puede perseguir los suyos e invitar a otros a seguirlos, con tal de que respete unos mínimos de
justicia; en lo que se refiere a los mínimos de justicia, debe respetarlos la sociedad en su conjunto
y no cabe decir que aquí vale cualquier opinión.

El fenómeno moral tiene facetas que son:

a) La justicia: tiene sentido pleno exigir a alguien que se atenga a los mínimos que ella
pide. Éste es el ámbito de las normas; es el campo de la razón práctica que exige
intersubjetivamente atenerse a esas normas.
b) La felicidad: tiene sentido dar consejos, asesorar, sugerir a otra persona cómo podría
alcanzarla. Decíamos que son éticas de máximos las que aconsejan qué caminos
seguir para alcanzar la felicidad. Aquí no tiene sentido exigir lo que se debe hacer.

8.2.1. COMPARACIÓN ENTRE LA ÉTICA DE MÍNIMOS Y MÁXIMOS


ÉTICA DE MÍNIMOS ÉTICA DE MÁXIMOS
- Ética de la justicia - Ética de la felicidad
- Lo justo - Lo bueno
- Razón práctica - Prudencia
- Normas - Consejo
- Exigencia - Invitación

La ética de la sociedad civil es fundamentalmente una ética de la justicia, una ética de


mínimos; mientras que las éticas ligadas a religiones son éticas de máximos.

9. MORAL CÍVICA Y CREYENTE

9.1. TRES TIPOS DE ÉTICA: RELIGIOSA, LAICISTA, LAICA


a) La ética religiosa: es una ética que apela a Dios expresamente para orientar
nuestro hacer personal y comunitario.
b) La ética laicista: considera imprescindible para la realización de los hombres
eliminar de su vida el referente religioso.
c) La ética laica: sería aquella que no hace ninguna referencia explícita a Dios ni para
tomar su palabra como orientación ni para rechazarla.

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9.2. PLURALISMO FRENTE A DOGMATISMOS, RESPETO FRENTE A INTRANSIGENCIA


a) La ética laicista: mal puede admitir un pluralismo en el que quepan las éticas
religiosas.
b) La ética creyente: busca orientarse en la revelación a la hora de proponer caminos
de realización. El cristianismo es una religión, que orienta el actuar humano hacia la
realización invitándolo y aconsejando. ¿Está autorizado el cristianismo a
imponerse a todos los hombres, ya que cree que su mensaje es plenificante para
todos ellos? Al amor puede invitarse, pero no puede imponerse: una ética
impuesta no puede tener por contenido el amor
c) La ética laica: es aquella que para orientar el hacer personal y colectivo no remite
expresamente a Dios, pero tampoco expresamente lo niega. La ética cívica es una
ética laica, hecho por el cual es perfectamente articulable con éticas religiosas en
sociedades pluralistas. Reconoce esta ética laica que en la realización de las
personas hay unos mínimos que compartimos y unos máximos de felicidad que ella
no puede ofrecer.

II. FUNDAMENTOS ÉTICOS

1. LA ESTRUCTURA MORAL DEL SER HUMANO


La realidad humana moral se trata de una necesidad exigida por la propia naturaleza. Todo
ser humano está vinculado a una moral.

Se define al hombre como: animal que sigue reglas.

1.1. LA ESTRUCTURA INCONCLUSA DE LA PERSONA


1.1.1. Determinación natural: Zubiri: Nacemos sin estar hechos ni programados por
la propia naturaleza. Esta carencia radical con relación a los animales se
compensa por la existencia de la libertad. El ser humano, para vivir con
dignidad, requiere un ajuste posterior para que su conducta sea integrada y
razonada. Esta necesidad humana e irrenunciable de modelar nuestro
comportamiento brota de nuestras propias estructuras antropológicas.
1.1.2. Estímulos: En la persona los estímulos y las situaciones no son determinadas.
Tiene que habérselas con, hacerse cargo.
Ortega: Vivir no es tener más remedio que razonar ante la inexorable
circunstancia. En la persona la conexión entre estímulo/reacción se produce
mediante un proceso de formalización, que consiste:
a) En que las situaciones que se le presentan al ser humano son algo más que
simples reacciones físicas.
b) El ser humano tiene que considerar la realidad antes de ejecutar un acto, ya
que es razón sentiente.
c) Porque el estímulo tiene para el sujeto humano una significación polivalente,
la respuesta puede ser múltiple. Y ahí entra una segunda dimensión de la
libertad: capacidad para actuar según posibilidades diferentes (libertad para
elegir).

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1.2. ESTRUCTURA MORAL COMO JUSTIFICACIÓN


El ser humano se encuentra con distintas posibilidades de respuesta y por ello tiene que
dar razón de lo que elige. El concepto justificación adquiere dos sentidos:

a) Dar explicación de la posibilidad que se ha elegido.


b) Se requiere una motivación suficiente, que daría cuenta de por qué ha elegido un
camino y se han dejado otros.

1.3. ESTRUCTURA MORAL COMO APROPIACIÓN


La posibilidad elegida queda justificada, realizada:

a) En la realidad exterior a mí
b) El resultado en mí mismo es que la posibilidad que yo tenía de ser homicida la he
convertido en realidad. Me he “apropiado”. Este ajustamiento y la apropiación ocurre
constantemente a lo largo de la vida.

1.4. MORAL COMO ESTRUCTURA Y MORAL COMO CONTENIDO


De las dos dimensiones de la moral, la moral como contenido se monta necesariamente
sobre la moral como estructura y no puede darse sin ella. La distinción entre la moral como
estructura y la moral como contenido es homóloga a la distinción entre el ser moral común y su
especificación en bueno y malo.

a) La moral como estructura: lo que el hombre ha de hacer.


b) La moral como contenido: lo que el hombre debe hacer.

2. LA LIBERTAD Y LOS HÁBITOS MORALES


La moral es el gobierno de la propia conducta, la cual es verdaderamente libre
precisamente porque es la persona la que la proyecta y regula.

2.1. La libertad es una cualidad específica de la vida humana: Es condición


necesaria para lograr los bienes que el hombre desea.
2.2. Libertad es una realidad compleja, profunda y misteriosa: La libertad exige una
educación a propósito. Ser libre no es fácil, hay que aprender a serlo. Es importante
distinguir el para qué de la libertad, el hasta dónde de la libertad y el sentido de la
libertad
2.3. Libertad psicológica-moral: el libre “conducirse a sí mismo” puede caracterizarse
mediante la autodeterminación y la voluntariedad.
a) La libertad junto a la experiencia de los valores forman los constitutivos de la
moralidad.
b) Capacidad de elección de los medios. La libertad tiene total relación con la
consecución de la felicidad.
c) Capacidad racional.
d) Capacidad ético-moral.
e) Capacidad de ser social.
2.4. La libertad y la verdad son inseparables.
2.5. La Responsabilidad: Solamente un comportamiento responsable es un
comportamiento moral.
2.6. Libertad: Los “actos humanos” son los que proceden de la voluntad deliberada de
la persona. La libertad humana está constituida por elementos tensiónales:
a) Se tiene libertad y se es libre. El ser libre postula el tener espacios de libertad.
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b) La libertad es un don y una tarea. La libertad es un modo de actuar, más que


una actuación concreta.
c) Hay libertad de, que pondera un camino de ir liberándose de impedimentos, y
libertad para, que está en orden a realizarnos como personas.
2.7. La libertad expresada negativamente: es la liberación de la ignorancia y de los
impulsos desordenados, del pecado y de la miseria moral.
2.8. La libertad expresada positivamente: constituye el perfeccionamiento ético de la
libertad, su consolidación en el bien, que es el fin de la Ética y de la educación
moral. Este perfeccionamiento es realizado mediante la adquisición de hábitos
morales.
2.9. La libertad como medio: no es el bien que sacia completamente el deseo
humano, sino condición necesaria para lograr los bienes que el hombre desea.
2.10. La libertad de la conducta: del “conducirse a sí mismo” lo cual plantea la pregunta
acerca del bien humano que se ha de afirmar y del mal que se ha de negar. El bien
humano es el “para qué” de la libertad, y el bien humano completo es su “para qué”
último.
2.11. La libre afirmación del bien debe ser vivida como amor: El estudio de la libertad
nos lleva al estudio del amor.
2.12. La libertad como constitutivo de la persona: la libertad del ser humano radica en
su condición de ser personal.
2.13. La persona tiene autoconciencia: que le hace posible “volverse a sí misma”. En
esta dimensión radica la libertad humana. Puede definirse la libertad por la
“apertura existencial”.
2.14. La libertad en cuanto a algo esencial a la condición humana: significa que por
la conciencia, el sujeto se refiere a sí mismo: no hace algo, sino que se hace a sí
mismo.
2.15. La fuente de autenticidad de mi vida reside en la libertad: la libertad
autodeterminada exige que quiebre el dominio de “esas” imposiciones externas, y
decida yo solo por mí mismo.
2.16. La libertad y sus condicionamientos: La libertad no es absoluta porque el ser
humano tampoco lo es.
a) Su limitación es triple: física, psicológica y moral. Vivimos en un mundo que
impone condiciones.
b) Nacemos entre leyes, cosas y personas. “Yo y mi circunstancia”, decía
Ortega y Gasset. Estamos condicionados por las circunstancias de nuestro
nacimiento, por las personas que nos rodean.
c) Estos condicionamientos son parte de la condición humana, y definen
nuestra personalidad. Sin ellos, seríamos personas amorfas.
2.17. La libertad como instancia definitiva de la responsabilidad humana: no puede
ser entendida como supresión de factores deterministas, sino que es una libertad
en tensión, ya que existe una tendencia progresiva y regresiva al mismo tiempo.
2.18. Es la capacidad que tiene la persona de disponer de sí misma y de decidir su
destino a través de sus acciones: Este es el núcleo de la libertad.
a) Ella significa que debo llegar a ser lo que soy.
b) Ella siempre implicará un compromiso.
c) La libertad, para que sea humana, siempre implica limitaciones que me abren a
nuevas libertades.

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d) La existencia de condicionamientos demuestra que la libertad no es absoluta,


pero no que no exista un margen para la decisión libre.
2.19. Elementos integrantes y expresivos de la responsabilidad humana:
a) Opción fundamental: orientación de toda la vida hacia un fin último.
Posibilidad de ser actor y no espectador de la vida. Mediante la opción
fundamental la persona expresa su ετοζ.
b) Actitudes: del latín “actitudo” (lo que hace hacer). Psicológicamente, sería “la
predisposición permanente de un de un individuo a reaccionar en un sentido,
sea cual sea la situación”. Moralmente, sería “el conjunto de disposiciones
adquiridas que nos llevan a reaccionar positiva o negativamente ante los
valores éticos. Las actitudes constituyen la forma estable como se concreta en
el comportamiento la opción fundamental de la persona. La virtud es la
apropiación y realización de un valor.
c) Los compromisos: opción con carácter estable por determinada actitud frente
a una situación o realidad dada. El compromiso hace que una actitud de
carácter general se aplique a una realidad particular. Sartre dice: “Nadie puede
decir que no tenemos culpa, todos tenemos las manos manchadas”. El
compromiso auténtico pasa por la solidaridad sentiente, por un “vivir
solidariamente sentiente” (María Zambrano).
d) Los actos: El acto moral perfectamente humano es aquel cuyo verdadero
dueño es la persona. El acto humano es la expresión del choque de un ser
personal complejo con una realidad determinada. El acto moral es la expresión
concreta y parcial de la actitud y mediante esta de la opción fundamental.
e) El lugar del compromiso en una ética de la justicia: el compromiso es ahora
el resultado de la sensibilidad. Adela Cortina nos recuerda que no puede valer
cualquier ética de la responsabilidad, solo aquella donde la responsabilidad es
solidaria.
f) A las éticas de la justicia se les plantean unos desafíos:
a. No pueden quedarse solo en la declaración de unos principios de justicia
(Jhon Rawls)
b. No pueden limitarse a que se cumplan los derechos (Ronald Dworkin)
c. Tampoco pueden limitarse a la descripción de una pluralidad de esferas de
justicia (Michael Walter)
d. Tampoco se pueden limitar a un análisis de la validez de las normas (Jürgen
Habermas).
g) Como ética de la acción: su lenguaje es el del testimonio mediante un
determinado estilo de vida.

3. FIN ÚLTIMO Y FELICIDAD


Surgen diversos sistemas éticos:

3.1. Unos buscan la felicidad en algo material: bien sea a nivel de placer sensible
(hedonista: Aristipo), bien a nivel de placer espiritual (hedonistas: Epicúreos)
3.2. Otros la buscaron en el conocimiento (ciencia): dando lugar al intelectualismo
moral.
3.3. Siguiendo la línea estoica: identificaron la felicidad con la sabiduría del buen vivir
dignamente.
3.4. Kant habla de una “felicidad de trascendencia”
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3.5. Los que fijaron la felicidad en proyectos de justicia social: (marxismo)


3.6. otros cayeron en el absurdo y la angustia de la existencia: (Nietzsche, Sartre,
etc.)
3.7. Muchos la centramos en el seguimiento de Jesús y en la visio Dei.
3.8. Aristóteles:
a) Felicidad como virtud perfecta: consiste en el acto u operación conforme a la
virtud más perfecta: Lo bueno por sí mismo es la vida conforme a la razón o vida
virtuosa.
Dos dimensiones en la razón: la teorética y la práctica, a las que corresponde las
virtudes intelectuales (dianoéticas) y las virtudes éticas.
b) Felicidad como virtud imperfecta: la vida de quien regula su conducta según las
virtudes éticas. Las virtudes éticas son hábitos adquiridos. Las doctrinas éticas son
criterios racionales para la adquisición, posesión y uso de los bienes humanos y
para la jerarquización de nuestras actividades.
3.9. Ortega y Gasset: Hay una limitación constitutiva, un horizonte, la muerte. Ortega
distingue entre nuestra felicidad proyectada y nuestra vida efectiva y real. La
coincidencia entre ambas produce el “prestigioso fenómeno de la felicidad”. “La vida
es constitutivamente un drama, porque es siempre la lucha frenética por conseguir
ser de hecho lo que somos en proyecto”. La ética se abre a la religión, como dice
Aranguren.
3.10. Santo Tomás De Aquino (Fin último y felicidad):
a) Felicidad perfecta (contemplación de Dios): solo el bien infinito, Dios, podrá
saciar la voluntad humana. La felicidad perfecta solo puede consistir en la visión de
la esencia divina. En la contemplación. La felicidad tiene que consistir en una
contemplación con amor en plenitud, una contemplación personal que solo puede
encontrarse en Dios. Esta felicidad no es posible en la vida presente.
b) Felicidad imperfecta (virtudes): la vida ordenada según las virtudes. Entre el
contenido de la felicidad imperfecta y el de la felicidad perfecta existe una conexión
esencial, la vida moral es participación y preparación de la felicidad perfecta. La
esencia de la rectitud moral es el amor (la caridad) y las virtudes se pueden ver
como formas o aplicaciones del amor. Presupone la intervención de Dios; La
felicidad debe ser: a) un bien superior al hombre, capaz de llenarlo plenamente; b)
tiene que ser eterno; c) tiene que saciarle plenamente. Pero el camino para
lograrlo: a) no es obvio (exige búsqueda constante); b) no es espontáneo (implica
decisión); c) y no es fácil (implica superar dificultades)

III. CRITERIOS ÉTICOS

1. EL SER HUMANO COMO VALOR ABSOLUTO

1.1. LA PERSONA COMO VALOR ÓNTICO FUNDAMENTAL


La persona reclama un respeto incondicional, que significa una disposición a considerar y
defender todo ser humano como una realidad de la cual no puedo disponer. Para que la persona
se constituya en el valor óntico fundamental se tiene que partir de dos presupuestos:

a) Admitir que la persona es algo original en el orden de la creación.


b) Admitir que la persona es un valor óntico en su doble vertiente de realidad privada y de
realidad pública.
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1.2. LA DIGNIDAD HUMANA COMO “LUGAR” DE APELACIÓN ÉTICA


Para objetivar la dimensión ética de la persona se utiliza la categoría de dignidad humana,
la cual constituye el lugar de apelación ética. Se apela:

a) A la dignidad humana para proponer el ideal ético.


b) Para construir una instancia moral crítica.

La dignidad humana nos sitúa en el “lugar” de donde brota la normatividad ética.

1.3. IGUALDAD Y PARTICIPACIÓN


Igualdad y participación constituyen los cauces adecuados de los valores sociales básicos
de la justicia y la libertad. Vienen a ser los dos rasgos decisivos con los que se configura el ideal
ético de la vida social, conforme a la dignidad humana, que es aquella que nace, se realiza y
culmina dentro de los cauces de la igualdad y de la participación.

1.3.1. Igualdad:
a) El clamor de la igualdad:
a. Comprensión religiosa del humanismo cristiano.
b. Brota un clamor de los pobres reclamando igualdad.
c. El malestar de la desigualdad, causa y efecto de los desequilibrios y de
las violencias sociales.
d. La ética no puede estar sorda a ese clamor por la igualdad.
b) Clases de desigualdades:
a. Física o natural: porque se halla establecida por la naturaleza y consiste
en la diferencia de edades, salud, cualidades, etc.
b. Moral o política: porque depende de una especie de convención, y que
se halla establecida por el consenso entre los hombres, y que es injusta.
c) Clases de igualdad:
a. Óntica: que se identifica con la uniformidad y que equivaldría a
igualación y que se inhumana.
b. Ética: que supone un proyecto enriquecedor para todos.
d) La igualdad como rasgo definidor de la justicia social:
a. La igualdad ética encuentra su concreción en el ideal ético de la justicia.
b. Que surge de la opción preferencial por el pobre.
c. Que pasa por la igualdad de oportunidades es la forma concreta de la
justicia.
e) La igualdad ética en la vida económica:
a. El criterio ético de igualdad se concreta en el mundo de la economía a
través de axioma moral del destino universal de los bienes de la tierra.
b. La actividad económica debe estar orientada hacia la realización del
principio señalado.
c. Los intereses productivos han de repartirse equitativamente.
1.3.2. Participación:
a) El clamor de la participación: la socialidad es la capacidad de convivencia,
pero también de participar en la construcción de una sociedad justa. Negar
el derecho de participación es negar el derecho a “ser persona”.

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b) Participar en la vida social: libertad en ejercicio: la libertad consiste en


ejercer ese doble derecho, tomando parte activa en las asambleas y
ejerciendo cargos públicos cuando así lo exija el bien común. Un medio
indispensable para ello es la educación, porque ser ciudadano se aprende.

1.4. LA ALTERIDAD COMO CONCRECIÓN POR LA OPCIÓN POR LA PERSONA. LA PREFERENCIA


DEL POBRE
El empobrecido se constituye en el “lugar privilegiado” en el que se manifiesta la
sensibilidad ética y en la que surge la praxis moral.

Concepto de pobre: aproximaciones:

a) Pobreza no elegida sino impuesta.


b) Pobreza en el sentido material.
c) Pobreza en su significado amplio: la pobreza ética, cultural, ecológica, religiosa, etc.
d) Pobreza como carencia y necesidad: núcleo significativo del concepto de pobreza. El
pobre carece de lo que necesita.

¿Quiénes son los pobres?

a) Puebla señala: rostros de niños, vagabundos y explotados; de jóvenes frustrados; de


indígenas y afroamericanos marginados; de campesinos marginados y explotados; de
obreros mal retribuidos y privados de sus derechos; de subempleados y desempleados
despedidos; de marginados y hacinados urbanos; de ancianos, olvidados y
abandonados.
b) Aparecida señala: personas que viven en la calle de las grandes urbes; migrantes;
enfermos; adictos dependientes; detenidos en las cárceles.

Esta pobreza se nos presenta con un nuevo talante:

a) Los pobres han irrumpido en la sociedad humana y en la conciencia cristiana. La praxis


eclesial ha respondido a este reto mediante la “opción preferencial por los pobres”, tal
como fue formulado por Puebla (1134-1165) y es ratificado en el Magisterio eclesiástico
actual.
b) En la actualidad los pobres han salido a la superficie de la conciencia histórica.
c) Hay un deseo grande de justicia y con una actitud y comportamiento firmes de
reivindicar algo que les pertenece. La reivindicación supone, para la ética, un desafío
ineludible.

Las relevancias éticas desde la opción por el pobre:

a) Relevancias metodológicas: se presenta una especial atención a las mediaciones


socio-históricas del empeño ético. Se utilizan las ciencias sociales y un filosofar desde
la periferia del pobre. Es importante el “lugar ético” y tener en cuenta el tema del
interlocutor válido.
b) La Iglesia y las relevancias éticas desde la opción por los pobres:
a. Juan XXIII proclamaba: La Iglesia es y quiere ser la Iglesia de todos, pero
principalmente la Iglesia de los pobres.
b. Pablo VI: Los pobres son el sacramento de Cristo.
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c. Hoy en día se habla más de compromiso con los pobres. De una razón sentiente,
que nos lleva a un vivir solidariamente sentiente.
d. Juan Pablo II habla de que la solidaridad es la determinación firme y perseverante
de empeñarse por el bien de todos.
e. La “opción por los pobres” es una opción participativa: Se habla hoy de trabajar con
los pobres, que “son nuestros hermanos, compañeros, amigos…y buscando, desde
ellos, la transformación de su situación” (Aparecida).
f. La opción por los pobres es una opción política: Pío XI en 1927 hablaba de caridad
política. A través del compromiso desde esas áreas podemos llegar a incidir muy
significativamente en la vida y el destino de las personas implicadas en las mismas.
La dignidad humana implica el reconocimiento de la igualdad entre las personas
(justicia) y la participación en las “cosas” públicas (libertad).

1.5. LA ALTERIDAD COMO CONCRECIÓN DE LA OPCIÓN POR LA PERSONA


Obrar bien tiene un significado: permitir la vida del “otro”. El sí-al-otro.
Es necesario tomar unas actitudes:
a) La alteridad como ruptura con la mismidad.
b) Como búsqueda de “lo otro”.
c) Como apertura a “el otro”.
d) Como conciencia de “nuestro ser otro”.

Definición de alteridad:

a) La alteridad es ruptura con la mismidad. Supone aceptar la existencia del otro. Supone que
existen diversos mundos como totalizantes de sentido. Es la opción por la vida del “otro”
distinto a mí.
b) La alteridad significa también negación de “lo mismo” como horizonte de proyección.
Podemos concebir la historia como horizonte abierto o cerrado.
c) La alteridad como opción significa decidirnos a buscar “lo otro”, lo nuevo, lo diferente, e
imaginar nuevas posibilidades.
a. Amar es la búsqueda desinteresada del otro. El amor es la clave segura para entrar en
la alteridad. Es una opción por nuestra propia alteridad.

1.6. NUEVAS FORMAS DE RELACIÓN INTERPERSONAL


Características:

a) Alteridad económica: parece que el otro no cuenta en nuestra sociedad, tan solo en la
medida que deja de ser otro y se ajusta al sistema económico vigente.
b) Alteridad política
c) Alteridad erótica
d) Alteridad pedagógica
e) Alteridad religiosa: la forma más perfecta de alteridad.
f) Alteridad científico-técnica: la actitud de la alteridad transforma la orientación de la
conducta y cambia las formas tradicionales de relacionarnos con los demás.

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1.7. CÓMO TOMARSE EN SERIO LA CONSTRUCCIÓN DE UN MUNDO MÁS HUMANO Y LA ÉTICA


DEL CIUDADANO (MARTÍN HEIDEGGER)
La construcción de un mundo más humano exige la convicción racional de que haya
valores y opciones que merecen la pena.

a) En países con democracia existe un proyecto en común, que es el de construir una


convivencia fecunda
b) En adelante es preciso abjurar de una moral de la adultez.
c) Y alejarse de una moral de la frivolidad y la superficie.
d) Urge optar por una moral de la responsabilidad, que nos impele a tomar en serio la
construcción de nuestra realidad social.
e) Han de asumir su responsabilidad aquellos que puedan dar respuestas a las preguntas
que se plantean.
f) No se puede emprender en serio ninguna tarea si no estamos convencidos de que esa
empresa vale la pena.
g) Ha de ser una convicción racional. Podemos estar racionalmente convencidos que:
a. Respetar la autonomía propia y la ajena es mejor que avasallar a otros y rebajarse a sí
mismo.
b. Los derechos humanos son algo respetable y defendible.
c. Cada persona es absolutamente valiosa, un fin en sí misma, y no puede tratársele
como un simple medio.
d. Cada persona es una interlocutora válida, que debe tenerse en cuenta en las
decisiones que le afectan.

IV. LA DIVERSIDAD DE LAS TEORÍAS ÉTICAS

1. ÉTICA DE SÓCRATES Y PLATÓN

1.1. LOS SOFISTAS Y SÓCRATES: LAS PRIMERAS PREGUNTAS


Sócrates sustituye la preocupación del cosmos por la naturaleza moral del hombre: lo que
más le interesa al hombre es saber qué tiene que conocer para ser feliz; en esto consiste la
verdadera sabiduría.

La aspiración intelectual de Sócrates apunta a las leyes de la conducta humana. Apuesta


por la búsqueda continua de la verdad a través del diálogo y la reflexión.

Las diferencias entre Sócrates y los sofistas son:

a) Sócrates no cobraba por sus enseñanzas mientras que los sofistas eran
remunerados por sus conocimientos.
b) Los sofistas ofrecen un saber en tanto que Sócrates sigue en busca del saber.
c) Sócrates postula el diálogo como una búsqueda común para encontrar la verdad,
anticipando la idea del interlocutor válido y la de participación.

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d) Sócrates discute todos los conceptos heredados o forjados de acuerdo con una
opinión críticamente aceptada. Rechaza el plano de la δοχα (opinión) para buscar la
αλετεια (descubrimiento de la verdad), mediante una crítica dialéctica incesante (ironía,
mayéutica, definición).
e) El objetivo de Sócrates es indagar qué son las virtudes y los vicios y cuál es el
mejor camino para la felicidad real.
f) Sócrates acepta como válido solo aquello de lo que podemos dar razón.

Aportaciones éticas de Sócrates:

a) La excelencia humana se muestra en la actitud de búsqueda del verdadero bien:


El primer paso para alcanzar la perfección moral es el abandono de actitudes
dogmáticas y escépticas, y la adopción de una actitud crítica que solo se deja
convencer por el mejor argumento.
b) La verdad se encuentra en el fondo de nosotros mismos: y podemos llegar a ella
mediante la introspección y el diálogo.
c) Toda verdad encontrada mediante el método mayéutico: constituye un hallazgo
cuya validez sobrepasa las fronteras de la propia comunidad.
d) El objetivo último de la búsqueda de la verdad es la asimilación de los
conocimientos necesarios para obrar bien: y de este modo poder alcanzar la
excelencia humana (sabiduría, la felicidad o vida buena)

La doctrina del intelectualismo moral: identifica la virtud con el saber, en donde el que sabe es
virtuoso; mientras el que obra mal es un ignorante, por lo que el que obra mal debe ser instruido (en
escuelas) y no castigado (en cárceles)

La virtud y la felicidad: la única forma de ser felices es a través de la virtud, la cual está por
encima de todos los bienes, los cuales son buenos cuando hay virtud en ellos.

Sócrates inició el Formalismo dialógico procedimental cuyo método es:

a) La ironía: en donde lleva al interlocutor a convencerse de que no sabe nada.


b) Mayéutica: en donde el diálogo hace alumbrar la verdad.
c) Definición: en donde formula con palabras la verdad que se ha descubierto.

1.2. PLATÓN

1.2.1. LA CIUDAD JUSTA


Heredó de Sócrates la búsqueda conceptual y la exigencia ética.

Según Platón todas las cosas particulares se pueden entender en virtud de la participación
en las ideas universales, las cuales son el objetivo de la filosofía, inaugurando el pensamiento
metafísico occidental.

Los Diálogos de Platón:

a) Tempranos: planteaban un problema sin dar una respuesta convincente.


b) Medios o de madurez: exponen la Teoría de las Ideas, las cuales son objetivas,
eternas y universales.
c) Tardíos o de vejez: expresan una reformulación de su filosofía. Las ideas no son
estáticas y autosuficientes sino que se atraviesan entre sí y remiten unas a otras.

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Platón llama idea a lo común entre las cosas de un mismo género, rango. Las ideas, que
pertenecen a otro orden, son los arquetipos a partir de los cuales se diseñan toda la diversidad de
un grupo de cosas. Considera que es necesario buscar los que no se ve (las ideas) dentro de las
cosas que vemos (la diversidad de las cosas diferentes).

La forma de librarse es entregarse al pensamiento. Una vida sin examen no merece la pena de ser
vivida.

En la organización de la polis debe haber justicia, consistente en que cada cual tenga lo que
corresponde. Platón afirma que hay una justicia que no se agota en ningún acto particular. Considera a la
organización colectiva como la dimensión más importante del ser humano.

La oratoria, en sí misma, no es justa o injusta; para que sea justa es preciso que el orador también
lo sea y no busque el interés particular sino el de todos.

El filósofo es el sabio que precisa la ciudad justa, porque es el que más puede acercarse al
verdadero gobernador y educar en ese conocimiento.

El objetivo del político es tener δικαιοσυνε, ese sentido de la justicia que hay que inculcar a todos.

Las ideas son la realidad misma, la esencia de las cosas.

La virtud es el conocimiento y conocer la virtud es practicarla. Por lo que el sabio es el mejor porque
conoce la virtud.

La teorización sobre la vida moral y política que desarrolla Platón, es asistemática, que sigue siendo
en parte la de Sócrates, así como la de los distintos personajes, transitan por los Diálogos.

Uno de los diálogos de referencia es el Gorgias que centrará el discurrir ético de Platón: la justicia.
Así define su objetivo Olimpiodoro: Discurrir sobre los principios morales que nos conducen al bienestar
político. El diálogo empieza con una disertación de Gorgias sobre el arte de la retórica. La elocuencia, el
dominio del lenguaje y la capacidad de persuadir, o directamente manipular al otro, no es más que un
instrumento que se puede utilizar para bien o para mal, para ponerse al servicio de unos objetivos que
pueden ser justos o injustos.

La oratoria no es justa ni injusta; para que sea justa es preciso que el orador también lo sea y no
busque su interés particular, sino el de todos. Otro sofista, Polo, concluye que el mayor mal no es cometer
una injusticia, el mayor mal es sufrirla. Es así como viven los déspotas, al margen de la ley y sin buscar otra
cosa que su propio interés.

El ideal moral ateniense era el bueno y era visto como tal, equivalía a ser reconocido y elogiado.
Pero en esta equivalencia hay una trampa consistente en anteponer a lo que uno es el cómo aparece o es
visto por los demás. En la moral utilitaria, pragmática de Polo no cabe ninguna de las razones idealistas de
Sócrates.

Aparece Calicles. Uno de los temas sobre la moralidad: ¿actuar conforme a la ley, ser justo, es
natural o va contra la naturaleza? Calicles lo tiene claro: el filósofo se resiste a ver la contradicción entre la
naturaleza y la ley porque no se atreve a decir lo que piensa; en realidad, todo filósofo es un impostor.

Ahora va directamente contra Sócrates al que recomienda que abandone sus afanes y se dedique a
algo más provechoso que la filosofía. Sócrates no se da por vencido, tiene que probar que lo bueno es la
justicia, y lo malo, la injusticia; que no hay que ceder a la realidad que premia a los aduladores y a los
impostores.

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Sócrates habla del "deber ser", en tanto que Calicles se queda en la pura realidad del
"ser": la justicia hace infeliz a quien pretende practicarla sencillamente porque es un hecho que el
tirano, siendo injusto, es feliz. ¿Tiene buenas razones Sócrates para persuadir de que la justicia
es mejor que la injusticia? Utiliza tres argumentos: la felicidad no puede confundirse con la
satisfacción de todos los deseos ni con la búsqueda de cualquier tipo de placer. "busca el mayor
bien y no el mayor placer"; el miedo atenaza al injusto y no le deja vivir tranquilo, pues teme que
sus injusticias sean castigadas. Por el contrario, el justo vive en paz consigo mismo y nada teme;
la referencia a un mito sobre el juicio de los muertos y el destino de las almas. Todo quedará claro
y vencerá la justicia: los tiranos serán castigados y los justos, redimidos.

1.2.2. LA "REPÚBLICA": ¿QUÉ ES LA JUSTICIA?


Platón pone en boca de Sócrates lo que desarrollará luego en la República, la teoría de
que el filósofo es el sabio que precisa la ciudad justa. El objetivo del político no es ser sofista,
buen orador, sino tener dikaiosýne, ese sentido de la justicia.

Según la teoría platónica, la realidad de la justicia o de cualquier otro valor no está en lo


que crean los humanos, que sólo perciben sombras de un mundo en sí mismo más real y que
aspira a conocer el sabio. Ese es el extremo al que ha llegado la tesis socrático - platónica de que
la virtud es conocimiento, y conocer la virtud es practicarla. El sabio es el mejor porque conoce la
virtud.

Platón piensa que la estructura de la ciudad debe reflejar las tres partes de que se
compone el alma humana:

a) La inteligencia
b) El carácter
c) Los deseos

La ciudad y a semejanza del alma estará dividida en tres estamentos:

a) Los filósofos: cultivarán la virtud de la sabiduría.


b) Los guardianes: cultivarán la virtud del valor.
c) Los obreros: cultivarán la virtud de la templanza.

Nadie está excluido de ocupar uno y otro estrato, ni siquiera las mujeres, si demuestran
que están preparadas para ello.

1.2.3. LAS LEYES: LA DESILUSIÓN POLÍTICA


Platón sigue pensando que el político debe ser un experto, un sabio capaz de ir más allá
de las prescripciones legislativas para valorarlas y juzgarlas en nombre del ideal de la justicia y del
bien. Lo que no le impide, sin embargo, afirmar que finalmente solo es posible confiar en las leyes
para asegurar la convivencia entre los humanos. Las leyes son "un segundo bien", no el bien
superior pero quizá el único bien al alcance de una condición humana llena de imperfecciones.

Una de las preguntas que ha planteado la República es qué hacer para que el Estado justo
se mantenga, qué hacer para que cada estamento se conserve donde está y cumpla la función
que le corresponde. La respuesta es: educación. Platón, como se ha visto, diseña un Estado
cuya estructura es la del alma humana porque entiende que la corrupción del alma y la corrupción
del Estado son una misma cosa. Es decir, el justo solo podrá existir en la ciudad justa, y la ciudad
justa solo se mantendrá si sus ciudadanos son justos.

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"La educación consiste en cultivar la virtud desde la infancia e incentivar el deseo


apasionado de llegar a ser un ciudadano consumado, sabiendo mandar y obedecer según la
justicia.". Los hombres educados serán buenos y sabrán dominarse.

2. ÉTICA DE ARISTÓTELES

2.1. DE LA ÉTICA A LA POLÍTICA


La clave de la investigación ética es: ¿cuál es el fin de todas las actividades
humanas?

El bien supremo que el hombre puede obtener en esta vida: es la ευδαιμονία, la vida
buena, la vida feliz.

La plenitud humana tiene que ser:

a) Es un bien perfecto
b) Tendría que ser autosuficiente
c) Deberá consistir en algún tipo de actividad que le sea propia: cumplir
adecuadamente su función propia.

La función del hombre como tal: la felicidad más perfecta reside para el ser humano en
el ejercicio de la inteligencia teorética, en la contemplación o comprensión de los
conocimientos.

También se puede acceder a la felicidad mediante el ejercicio del entendimiento


práctico, que consiste en dominar las pasiones, y conseguir una relación amable y satisfactoria
con el mundo natural y social.

La dimensión ética del hombre consiste en realizar la forma y el estilo de vida


necesarios para conseguir la felicidad.

Vivir bien: sentir la vida y percibir el mundo:

Vivir: actuar, modificar, realizar. La existencia humana se determina por esa capacidad de
tensión, de energía que aparece en las líneas de la E.N.

Conecta el tema de la felicidad con el de la virtud.

Define la virtud como: una disposición a elegir, que consiste en un medio determinado
por una regla a tenor de la cual se determinaría un hombre sabio en las cuestiones prácticas.

a) La felicidad es fruto de la virtud.


b) La virtud es el hábito conseguido con esfuerzo y constancia.
c) La virtud es un acto voluntario.
d) La virtud es un medio entre dos extremos.
e) No reflexionamos teoréticamente para conocer la virtud sino para ser virtuosos.

El individuo no nace virtuoso, se hace virtuoso.

Su ética sigue siendo aristocrática, solo unos cuantos podrán aspirar a ser éticamente
virtuosos y llevar una vida buena, pero la aristocracia está en la sangre y también en el espíritu, en
eso que los griegos llaman ετοζ y que traducimos por carácter.
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La persona virtuosa será una persona feliz, pero necesita para ello vivir en una sociedad
regida por buenas leyes. La ética no puede desvincularse de la vida política.

Vivir humanamente es compartir la vida ciudadana. A partir de esta dimensión política


cobra sentido en el ετοζ de la persona las actitudes convivencia.

Hay moral porque los seres humanos buscan la felicidad para lo cual necesitan
orientaciones morales. Entendió la moral como un modo de autorrealización. Su ética pertenece
al grupo de las éticas eudaimonistas. El placer se suele entender como una satisfacción de
carácter sensible, mientras que la autorrealización puede comprender acciones que no siempre
son placenteras.

3. LA ÉTICA HELENÍSTICA

3.1. LOS ESTOICOS

3.1.1. LA COSMOLOGÍA
Intenta indagar en qué consiste el orden del universo para determinar cuál debería ser el
comportamiento correcto de los seres humanos.

Para Heráclito de Éfeso: todo ser y todo acontecer ha de tener su fundamento en alguna
Razón primera, común, que será la Ley que rige el Universo.

Los estoicos sostienen: que dado que la Razón Cósmica es la Ley Universal, todo está
sometido a ella: es el destino, el hado una racionalidad misteriosa que se impone sobre la
voluntad de los dioses y de los hombres haciendo que todo suceda tal como debía
suceder.

Esta Razón Cósmica es providente. Para los estoicos que el hombre crea en el destino es
la consecuencia obligada de la investigación científica.

3.1.2. LA ÉTICA
Es la parte central de la filosofía, cuyo objetivo es mostrar al hombre el camino para lograr
la felicidad. Para lograr la felicidad el hombre debe aceptar su destino con imperturbabilidad y
resignación.

3.1.2.1. Destino:
El destino de cada hombre puede ser muy diferente, pero siempre podrá ser feliz en la
medida en que acepte ese destino que se le impuso.

Epicteto diferencia dos órdenes de cosas:

a) Aquellas que no dependen de nosotros (regidas por el destino): son débiles, sujetos a la
esclavitud y a la dificultad, expuestos al capricho de otro 1) nuestro cuerpo; 2) nuestra riqueza;
3) nuestra reputación y dignidad.
b) Aquellas que dependen de nosotros (regidas por nosotros): son libres por su naturaleza 1)
nuestras opiniones; 2) nuestros deseos; 3) nuestras adversiones.

3.1.2.2. Virtudes:
La virtud es el único bien verdadero. Consiste en vivir de acuerdo a la naturaleza o vivir
conforme a la razón.

La virtud es una sola: o se tiene o no se tiene.


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La virtud es sabiduría o prudencia (frónesis) que se llama:

a) Justicia: cuando se inclina a juzgar rectamente.


b) Templanza: cuando se dispone a controlar las pasiones.
c) Fortaleza: cuando ayuda a soportar los males.

3.1.2.3. Pasiones:
Las pasiones son movimientos sensibles contrarios a la naturaleza y a la razón. Las
principales son:

a) La concupiscencia: que es un deseo desordenado respecto a un bien futuro.


b) El temor: respecto a un mal futuro.
c) La tristeza: respecto a un mal presente.
d) El placer: que se refiere a un bien actual

Las pasiones son malas y hay que destruirlas para llegar a la imperturbabilidad.

3.1.2.4. Perfección moral:


La perfección moral es la απατεια, es decir, la ausencia de pasiones. Es la virtud de los
fuertes. Es el estado del alma que ha llegado a tal dominio de sí misma que no sufre la fuerza de
las pasiones

¿Cómo conseguir la απατεια? Mediante la ataraxia que consiste

a) En no dejarse turbar por nada: ni en los destinos que tenemos ni por los
acontecimientos que nos sobrevienen.
b) Mediante una altísima conciencia de la dignidad humana: existe una igualdad
profunda entre todos los seres humanos.

3.1.2.5. Enseñanza:
Es importante el concepto de cosmopolitismo en donde se da un paso de la polis a la
cosmópolis; el hombre es ciudadano de una comunidad extendida a toda la humanidad entera.

3.1.2.6. Propuesta ética estoica:


La propuesta ética estoica consiste en la imperturbabilidad como único camino que
conduce a la felicidad. Con ella se empieza a distinguir dos ámbitos:

a) El de la libertad interior: que depende de nosotros.


b) El del mundo exterior: que queda fuera de nuestras posibilidades de acción y
modificación.

3.1.2.7. Consideraciones:
El estoico es un racionalista. Los sentimientos y las sensaciones no caben en su ética.

La moral estoica es una moral en la que se busca el bien por el bien; es una moral libre de todo
sistema metafísico.

Puntos negativos de la ética estoica:

a) Apenas tiene relieve la dimensión social del compromiso ético: en la descripción de la


imagen normativa del hombre.
b) La eliminación de la vida afectiva: que presenta a un hombre replegado sobre sí mismo.
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3.2. EPICURO
Posee una ética hedonista: que se basa en la búsqueda de la felicidad entendida como
placer.

Dos condiciones que hacen posible la verdadera sabiduría y la auténtica felicidad:

a) El placer
b) El entendimiento calculador.

3.2.1. FELICIDAD Y SABIDURÍA


Su filosofía es una ética que pretende enseñar el secreto de la felicidad.

Epicuro se opone a Platón y Aristóteles porque concibe la felicidad como placer que se da
en el individuo desligado de la ciudad. El ser humano ha de poner su fin supremo en una felicidad
que necesariamente debe consistir en el placer sensible. Advirtió de los peligros del puro
hedonismo, y reconoció que los placeres sin control nos pasan una enojosa factura.

Cuando decimos que el placer es el soberano bien hablamos de la ausencia del


sufrimiento para el cuerpo y de la ausencia de inquietud para el alma. Una vida feliz más bien es
la razón.

Epicuro distingue tres grandes de familias de placeres:

a) Placeres naturales necesarios: se encuentran los íntimamente ligados con la


conservación de la vida.
b) Placeres naturales innecesarios: menciona todos los que constituyen variaciones
superfluas de los placeres naturales.
c) Placeres no naturales y no necesarios: nacen de la vanidad humana.

La mejor relación con los placeres consiste en satisfacer los primeros, limitar los segundos
y esquivar los terceros.

El sabio debe preferir los placeres del espíritu (intelectuales) a los corporales.

El ideal de felicidad: es el goce moderado y sosegado de los placeres naturales,


vinculados a las verdaderas necesidades del cuerpo y del alma.

3.2.2. VIRTUDES
Valoran la prudencia. Virtuosa es la persona que sabe cómo conducirse en la búsqueda
del placer.

El sabio reducirá al mínimo lo que necesita.

La virtud es la condición necesaria para lograr la ataraxia o tranquilidad de ánimo en


cuanto que puede producir placer.

3.2.3. FELICIDAD Y LIBERTAD


Entiende la libertad como un ejercicio de autogobierno o autarquía que presenta dos caras:

a) La ausencia de dolor corporal (aponía)


b) La eliminación de la intranquilidad del espíritu (ataraxia)

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La tranquilidad del alma concebida como carencia de sufrimiento y perturbación es el


máximo bien que el ser humano puede alcanzar. Suprimiendo el deseo a la inmortalidad. No
aumentando las riquezas sino disminuyendo los deseos.

El epicureísmo enseña a contentarse con lo puesto y a practicar cuatro remedios:

a) No temer a los dioses


b) No temer a la muerte
c) Entender que el placer está al alcance de todos.
d) Saber que el dolor es siempre pasajero

Con estos remedios el hombre podrá ser feliz.

4. LA ÉTICA MEDIEVAL

4.1. SAN AGUSTÍN


Para san Agustín, los griegos estaban en lo cierto respecto a que la moral es un conjunto
de orientaciones cuya función es ayudar a los seres humanos a lograr la vida feliz., pero no
supieron encontrar la clave de la felicidad humana.

Cristo es el verdadero camino hacia la verdad y el bien que proporciona la vida feliz. Lejos
de Dios el hombre es desdichado.

Esta felicidad sólo puede encontrarse en el encuentro amoroso con Dios Padre que
Jesucristo anunció en el Evangelio.

La felicidad es una cuestión de amar, de gozar la relación amorosa con la Persona que nos
ha creado libres y que nos invita a aceptar su amistad desde el respeto exquisito a que libremente
podemos rechazar su ofrecimiento.

Hay moral porque necesitamos encontrar el camino de regreso a nuestra casa original, la
ciudad de Dios, de la que nos hemos extraviado momentáneamente por ceder a ciertas
tentaciones egoístas.

Dirá que los verdaderos contenidos de la moral no pueden ser otros que los que se
contienen en las enseñanzas que de palabras y obras nos legó Jesucristo, enseñanzas que
podían condensarse en un único mandamiento: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo
como a uno mismo. El seguimiento de esa moral es el único camino de la felicidad verdadera, un
camino abierto a todos.

San Agustín concibe al hombre esencialmente religioso, así la filosofía verdadera coincide
con la verdadera religión. De hecho el último criterio ético coincide con el último criterio religioso:
el amor a Dios y al prójimo. En la ética agustiniana la primacía del amor se enfatiza en la célebre
fórmula: ama y haz lo que quieras.

El amor a Dios y al prójimo se hace operante por medio de las virtudes. Y la virtud consiste
en amar lo que debe ser amado y poner orden en los diversos amores.

La conducta ética es un proceso de conversión y acercamiento a Dios por el ejercicio de


las virtudes cardinales y teologales. La ética cristiana propone un modelo de conducta tejido con
las cuatro grandes virtudes clásicas.

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Blás G. S. Silguero Tercer curso, 2018
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UNIVERSIDAD CATÓLICA NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN
FACULTAD ECLESIÁSTICA DE SAGRADA TEOLOGÍA
RESUMEN [I: EVALUACIÓN FINAL]
FILOSOFÍA MORAL I

La mejor educación de la razón consiste en capacitarla para descubrir el bien y ponerla en


práctica. El paso de la teoría a la práctica se realiza por medio de la prudencia. La justicia
prescribe los derechos de los demás y hace posible la misma existencia de la sociedad, su
existencia se concreta en leyes, reglas de juego, que nos permiten salir de la selva y vivir en los
dominios de la dignidad humana. La realización del bien requiere fortaleza, esfuerzo por
conquistar y defender lo que merece la pena. Nuestra constitutiva animalidad aporta a la conducta
humana un resorte fundamental: el placer. Su gestión racional exige el autocontrol y el dominio de
sí que denominamos templanza.

Las virtudes teologales ordenan la vida a Dios. El último paso de la razón es darse cuenta
de que hay muchas cosas que la sobrepasan, y por eso mismo es razonable creer. La esperanza
en Dios es la cualidad necesaria para el equilibrio psicológico del único animal que sabe que
muere. Su meta es llegar a participar, por medio de la Resurrección, en el Reino de Dios. Y esa
radicalidad hace que cualquier otra esperanza parezca insuficiente. La caridad es la forma más
adecuada a la dignidad humana; es ver a los demás como los ve el mismo Dios.

La moral de san Agustín es una moral de máximos. Pero en una ética de máximos es
posible coincidir con otras éticas en ciertos contenidos (unos mínimos comunes) que permitirían
una convivencia armoniosa de personas adscritas a tales éticas diferentes.

Hay mucha gente que sin ser cristiana y al ver la actuación coherente de otros cristianos
dicen: no me importaría creer en ese Dios.

Josep Pieper afirma que muy bien pudiera ocurrir que la raíz de todas las cosas y el
significado último de la existencia sólo pudiera ser contemplado y pensado por los que creen.

Porque el cristianismo es un humanismo que es superado tremendamente desde el


horizonte de trascendencia. Un humanismo exclusivamente humano, sería inhumano.

4.2. SANTO TOMÁS DE AQUINO

4.2.1. SUMA TEOLÓGICA


La felicidad es el fin último de la actividad humana: hay moral porque queremos ser
felices. Solo en Dios puede hallarse la verdadera meta que andamos buscando.

Los postulados fundamentales de la moral tomista: están basadas en la noción de fin


último del hombre y en el deseo de la felicidad innata en toda persona.

Estos son los postulados formulados por Tomás

a) La búsqueda de la felicidad constituye el motor principal del comportamiento


humano: consiste en la visión de Dios la cual es el fin último del hombre, que tiene el
un deseo natural de conocer a Dios, para lo cual es necesario la Gracia.
b) Las acciones son buenas y malas según conduzcan o no a este fin: Debemos
obrar bien siempre, adquiriendo las virtudes que son refuerzos, estas se dividen en:
a. Virtudes intelectuales: que perfeccionan el intelecto (prudencia)
b. Virtudes morales: que constituyen un término medio entre exceso y defecto
(justicia, fortaleza y templanza)

La virtud intelectual principal es la prudencia, que nos permite determinar dónde está el
término medio. Ella rige a las otras.
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c) Corresponde a la razón dirigir la actividad humana hacia su fin: Al obrar guiados


por la razón estaremos obrando también conforme a la ley natural, que orienta nuestros
actos hacia el fin último, es decir, a Dios, puesto que la ley natural participa de la ley
eterna de la Providencia divina, que rige toda la creación.

Es a la razón a quien corresponde dirigir la actividad del hombre hacia su fin. La


inteligencia descubre que hay comportamientos naturalmente buenos y malos. La obligación de
tales principios es impuesta por la razón, pero está fundada en la naturaleza misma. La ley moral
es racional y natural.

d) La ley natural promulgada por la razón tiene su origen en la ley eterna: Esta ley
natural contiene un primer principio imperativo que deriva de la noción misma de bien:
Ha de hacerse el bien y evitarse el mal. La ley natural o sindéresis nos ordena cosas
tales como:
a. Conservar la propia vida.
b. Satisfacer las necesidades corporales.
c. Atender a las inclinaciones sociales e intelectuales.

La aplicación de tales preceptos a las circunstancias concretas de acción es lo que


constituye la conciencia, clave de la vida moral cotidiana; nuestra semejanza con Dios se
manifiesta en la creatividad.

La insistencia de Tomas en el respeto a una ley natural es una de sus mayores


aportaciones al pensamiento ético y moral. Influyó en la renacentista escuela de Salamanca,
pionera en la defensa de los derechos naturales de los indios. También influyó en los
personalistas cristianos del s. XX impulsores de la declaración de los DD.HH. de 1948.

La religión es la virtud por la cual las personas tributan a Dios el culto y reverencia que le
deben como principio de la creación y del gobierno de las cosas. Es superior a otras virtudes
morales y tiene que ver con la justicia.

La felicidad debe ser:

a. Un bien superior al ser humano: capaz de llenarlo plenamente.


b. Eterno
c. Tiene que saciar plenamente al ser humano: en todas las dimensiones de su ser.

5. LA ÉTICA MODERNA

5.1. INMANUEL KANT

5.1.1. LEGADOS
a) De Hume: le despierta del sueño dogmático en el que le habían sumido las metafísicas
racionalistas de Leibniz y Wolff. Hume y los moralistas ingleses le enseñan que hay un
sentido moral innato, no exclusivo de los sabios, y que el ser humano es capaz de
encontrar la medida del bien en sí mismo.

Crítica: este sentido moral, para Kant, le parece insuficiente para proporcionar una base
sólida a la universalidad de la ley moral, que es lo que un racionalista como él quiere justificar.

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b) De Rousseau: descubre de éste el encanto y sabiduría de la vida sencilla y del hombre


corriente, cuyo escaso saber no le impide llegar a ser buena persona, ya que “podemos
ser hombres sin ser sabios”. Kant hace suyo el propósito de Rousseau de hacer
compatible la autonomía de la persona con una voluntad general de la que debería
brotar la normatividad que agrega las voluntades privadas.
c) De su madre: del pietismo que le inculcó su madre mantuvo la convicción de que una
voluntad recta e integra es uno de los valores morales más preciados. Fue un hombre
autoexigente y disciplinado hasta la exageración, que no quería depender de nadie ni
de nada salvo de su propia voluntad, facultad que convirtió en el elemento fundamental
de la moral. Vio que en la autonomía de la voluntad radicaba el fundamento para
unificar la libertad y de la ley al evitar que una actuara sobre otra como fuerzas
contrapuestas.

5.1.2. DE LA FILOSOFÍA TEÓRICA A LA FILOSOFÍA PRÁCTICA


En la Crítica a la razón pura se propone establecer las bases y los límites del conocimiento
humano. La cuestión es dar respuesta a la pregunta epistemológica por excelencia: ¿Qué puedo
saber? La teoría que propone se encuentra resumida en la afirmación de que si bien todo
conocimiento comienza de la experiencia, no todo procede de la experiencia.

El sujeto, al conocer, aporta a las impresiones sensibles una forma y una estructura que
condicionan la especial manera de conocer del ser racional. Son elementos a priori las formas de
sensibilidad (espacio y tiempo) y las categorías del entendimiento (entre las cuales se encuentra
la casualidad); ellas nos ayudan a entender lo que ocurre.

Hume sostiene que el principio de casualidad solo daba cuenta de las posibilidades y
límites del método inductivo por el que deducimos leyes generales a partir de casos particulares.
La inducción va de lo particular a lo general y lo particular es siempre contingente. Para Kant, la
explicación de Hume es insatisfactoria porque conduce al escepticismo, en la medida que no
demuestra la necesidad ni universalidad de los principios matemáticos y de las leyes físicas.

Kant propone una revolución copernicana:

a) Énfasis: no le da énfasis en la realidad sino en el sujeto cognoscente, porque es en


él donde está el fundamento de la universalidad y necesidad que luego reflejan los
hechos. El sujeto que piensa y conoce es capaz de emitir dos tipos de juicios,
analíticos y sintéticos, e incluso juicios sintéticos a priori, es decir, juicios que no
derivan en absoluto del conocimiento empírico.
b) Juicios sintéticos a priori: son juicios necesarios, que se cumplen siempre. Son
intrínsecos a la específica capacidad de conocer del ser racional. Son la condición
de posibilidad del conocimiento de objetos, ya que determinan inevitablemente las
representaciones que nos hacemos de la realidad.

Con el cambio de paradigma se llega a la conclusión siguiente: las leyes son


necesarias porque están en la mente de quien conoce, y no fuera de ella; a su vez, hacen que
nuestros juicios sobre el mundo exterior sean objetivos. El sujeto a quien se refiere Kant es el
sujeto trascendental, el sujeto que todos somos por lo que tenemos en común.

El método que aporta Kant a la filosofía es el método trascendental.


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Objetivos del interés de la razón por otro tipo de conocimientos: libertad de la


voluntad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios.

El interés de la razón no es especulativo sino práctico:

a) ¿Qué debemos hacer si la voluntad es libre, si existe Dios y si hay un futuro?

El comportamiento humano esta movido por la voluntad que se le aparece a la razón como
una fuerza indeterminada y libre.

b) ¿Qué es lo que mueve la libertad?

No es la causa natural, sino el querer, la voluntad, una de cuyas determinaciones es el


deber moral.

c) ¿Qué puedo conocer? Pasa a ésta: ¿Qué debo hacer?

Las leyes morales obligan a la voluntad, pero con la particularidad de que ésta puede
obedecerlas o no.

Primera pregunta de la ética kantiana: ¿en qué consiste el deber o la ley moral?

Para responder, Kant debe desprenderse del soporte teológico. Para explicar la moralidad
se debe partir del supuesto de que es la razón quien guía al hombre, y no un ser superior; y la
condición que hace posible es la libertad. Es preciso presuponer la libertad porque sin ella no es
posible la moral. Fe en la libertad es un juicio sintético a priori, paralelo a los que establecen el
conocimiento y fundamento del deber moral.

5.1.3. LA UNIVERSALIDAD DEL DEBER MORAL


Kant se propone construir un sistema de moralidad que explique de dónde sale el deber
moral y cuál es su especificidad, que lo hace distinto de cualquier otro tipo de obligación.

La concentración por la forma de moralidad y no en la materia se da por el empeño de


descubrir un principio moral que se imponga con necesidad absoluta, válido para todo ser racional
que sea el que guíe la búsqueda de los principios de conocimiento.

La ley moral ha de ser a priori, como los juicios sintéticos, un faktum de la razón, no la
generalización de una serie de costumbres dadas. La ley moral no refleja lo que hacemos, sino lo
que debemos hacer; no se refiere al ser, sino al deber ser.

Los pasos para establecer la metafísica de las costumbres son los de un análisis
conceptual rigurosamente lógico o racional, donde del significado de cada concepto se sigue otro
hasta llegar a lo que está buscando, que es la fórmula definitoria de toda ley moral.

El punto de partida: existe un saber moral vulgar, que todo ser racional posee. Sobre este
punto de partida se podrá descubrir la filosofía de ese saber, el principio que se basa y aportar las
razones o el fundamento de la moralidad.

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Los pasos que se dan allí son:

a) La voluntad buena como punto de partida

Lo bueno no radica en el resultado de la acción, sino en la intención, en la voluntad de


hacer algo bueno, ya que, evidentemente, esa voluntad como tal, si lo que busca es el bien, no
puede ser sino buena.

La ética no ha de ser teleológica, el deber moral no se nos impone en función de unos


fines o de unas consecuencias, sino porque es moral, es cuestión de principio. El objetivo del
deber moral no es la felicidad, sino producir una voluntad buena, una voluntad que quiera hacer el
bien.

b) Una voluntad es buena si actúa por el deber

La voluntad es buena no porque se proponga un fin o se sienta inclinada a ser leal a una
causa, sino porque existe un imperativo moral que le impone el deber de la lealtad, la sinceridad.

Kant recalca la diferencia ente actuar por el deber o actuar sencillamente conforme al
deber. (No son lo mismo). Por ejemplo: la responsabilidad que asume la madre para con sus hijos
no puede calificarse como deber moral, porque es el amor maternal, un sentimiento, y no el deber
moral, una obligación, lo que la motiva. La madre con sus hijos actúa conforme al deber, pero no
por el deber.

Actuar por el deber no es actuar motivado por el sentimiento, la inclinación o los resultados
de la acción, sino actuar por respeto a la ley.

c) El deber moral es la representación de la ley

La representación de la ley se encuentra solamente en el ser racional, es lo que constituye


el núcleo del deber moral.

Todo ser racional posee la idea de lo que es una ley, porque la mente humana con sus
características intrínsecas, es legisladora, que impone leyes a la realidad, entre las cuales están
las leyes morales.

d) Toda ley es universal y necesaria

Una ley física determina el devenir de la naturaleza necesariamente, y una ley moral obliga
a todos los seres racionales en las mismas circunstancias. La universalidad de la ley se encuentra
en el conocimiento moral vulgar que sabe distinguir entre lo que debe y no deber hacerse aunque
ignore el porqué; aunque la razón a menudo se ve ofuscada por las inclinaciones, los deseos y las
necesidades; por ello es necesario la filosofía para establecer criterios que ayuden al hombre a
discernir y a establecer el deber moral.

Ya que la voluntad esta escindida entre impulso sensible y mandato racional, éste tiene
que imponérsele al sujeto bajo la forma de un imperativo, que será categórico y no hipotético

e) La ley moral tiene la forma de un imperativo categórico

Kant sostiene una moral que no sea teleológica u orientada hacia fines.

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El imperativo hipotético es el mandato de algo con vistas a un fin que se quiere obtener.
Por ej. Llévate el paraguas si no quieres mojarte.

El imperativo categórico es un mandato absoluto no condicionado por ningún propósito.

El imperativo de la moralidad es categórico y no hipotético.

Este imperativo existe, es inherente a la razón y ratifica que lo específico de la ley moral es
su exigencia de universalidad.

Formulas del imperativo categórico:

a. Universalidad:

Kant llama máximas a los principios prácticos de valor subjetivo, válidos para la voluntad
del interesado, aquello que de entrada impulsa al individuo a actuar.

Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne una ley
universal. (Norma subjetiva)

b. Dignidad de la persona:

La materia de la ley, es decir, algo que le dé contenido a la ley universal es el ser humano
mismo. El principio que mueve a la voluntad buena por encima de cualquier otra cosa es la
humanidad.

Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de
cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como medio. (Norma
objetiva)

El respeto a uno mismo como persona, el respeto al otro y a la humanidad en general es el


deber moral supremo que ha de servir de criterio para todos los demás deberes.

c. Autonomía de la voluntad:

Para que el imperativo moral sea posible y el hombre pueda querer realizarlo, la voluntad
tiene que ser libre.

Según esta fórmula la ley moral no puede ser de ningún modo heterónoma o derivada de
otras leyes sino que es una ley autónoma, procedente del agente moral.

La ley moral tiene que ser universal. Además de ser libre y autónoma, debe ser querida por
todos y coincidir en ella todos los seres racionales. Para que esto sea posible, Kant, presenta el
reino de los fines, con la cual dice que pese a las diferencias individuales, todos los seres
racionales se encuentran unidos o enlazados por una ley común, que es la que los obliga a verse
a sí mismos como fines. Somos autónomos para el cumplimiento de la ley (νομος) cuyo requisito
es que sea la misma para todos.

El reino de los fines se concibe como la voluntad unificada de todos los hombres que no se
autodeterminan por capricho, sino que se guían por el imperativo de una ley universal y racional.

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5.1.4. RAZON PURA Y RAZÓN PRÁCTICA


Ante una aparente contradicción entre la ética kantiana y la aplicación a la realidad.

Para resolver la cuestión diferenciando nuevamente entre el fenómeno y el noúmeno. Así,


reconoce que el orden moral del reino de los fines, en el que las leyes valen para todo ser racional
y este ve reconocida su dignidad fundamental, pertenece al ámbito del noúmeno, la esencia o
cosa en sí de la moralidad, no del fenómeno, en donde se cometen las atrocidades.

¿Acaso la teoría ética kantiana, por ser perfecta, es inaplicable a la realidad? Por
definición, toda teoría moral tiene un componente utópico, en el sentido de que se refiere a lo que
debe ser, no a lo que es.

Desde un principio Kant se propuso elaborar una teoría a priori de la experiencia, que
establezca las condiciones de posibilidad de todo precepto o acción moral idealmente entendido,
condiciones que, por lo tanto, hay que deducir de la razón pura, no mezcla de sensibilidad y razón
en qué consisten los humanos. Eso hace que su método sea el de una filosofía trascendental
tanto cuando establece los límites del conocimiento como cuando sienta el fundamento y los
criterios de la moral.

Las condiciones de conocer y el juicio moral son trascendentales, no empíricos, pero esa
trascedentalidad la reviste de un idealismo que pone en cuestión su posible operatividad práctica.

¿Cómo es posible que la razón pura sea práctica? ¿Cómo es posible que el imperativo
categórico funcione? ¿Cómo es posible que el deber moral obligue?

a) Primera respuesta: la libertad

En el fondo, lo que se cuestiona es la existencia de la libertad.

a. Gracias a la libertad somos causas eficientes de lo que hacemos y no estamos


totalmente determinados por causas naturales.
b. Somos libres porque sin el presupuesto de la libertad no tiene sentido la moralidad.
c. La libertad es nouménica, no un fenómeno del mundo sensible.

El hombre sabe que, por un lado, pertenece al mundo sensible que se determina por sus
causas, y que pertenece a un mundo inteligible que lo hace independiente de las determinaciones
sensibles donde imperan la razón y la libertad. En otros términos, el hombre necesita del deber
porque no es razón pura, la sensibilidad lo arrastra, la voluntad no siempre es conforme a la ley
moral, aunque debe serlo. Necesita de la ley moral porque no es santo ni siempre racional.

La ley moral, por lo tanto, no necesita demostración, ella está en la conciencia, ante un yo
que no es fenómeno, sino noúmeno, una ley que condiciona al hombre, pero no con el
determinismo de las leyes físicas.

b) Segunda respuesta: inmortalidad del alma y la existencia de Dios o Bien


Supremo

Ambos postulados son objetos de fe, no de ciencia. La inmortalidad del alma, la existencia
de Dios y la libertad son de nuevo los trascendentales en los que sustenta la posibilidad de la
moral.

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a. La inmortalidad del alma: es la condición necesaria de que pueda realizarse la ley moral;
b. La existencia de Dios: es condición necesaria de la coincidencia de dignidad y felicidad;
c. La libertad: es condición necesaria de la independencia con respecto al mundo de los
sentidos y de la facultad de autodeterminarse según las leyes de un mundo inteligible.

La fe en los tres postulados permite esperar que, en un más allá, se realice el Bien
Supremo, pues la idea de Dios es la idea a priori de la perfección moral. Éstos postulados
pertenecen a la crítica de la Razón Práctica, se deben distinguir entre:

a. Axiomas: son proposiciones evidentes por sí mismas que no necesitan demostración;


b. Teoremas: proposiciones que no son evidentes por sí mismas, pero pueden ser
demostradas;
c. Postulados: proposiciones que no son evidentes ni pueden ser demostradas, pero hay que
admitirlas porque si no sería imposible algo.

Según Kant, las realidades metafísicas no son evidentes, no pueden demostrarse, pero
hay que admitirlas para que sea posible la moral.

5.1.4.1. Prueba moral


La razón práctica, por el imperativo categórico, manda al hombre a tender en continuo e incansable
progreso a procurar el sumo bien. Este sumo bien consta de un doble elemento: la virtud, que es la
principal, y la felicidad proporcionada por la virtud. Sin embargo, la virtud, es el cumplimiento de la ley moral,
aquí no garantiza la felicidad. ¿Cómo llegar a una armonía entre ambos?

Esta armonía solo puede darse por medio de un legislador supremo que sea al mismo tiempo
artífice de la naturaleza en su totalidad, el cual esté dotado de entendimiento y voluntad, y que sea capaz de
valorar la virtud del hombre y tributarle la debida felicidad.

5.1.4.2. Crítica a la ética material y la propuesta de una ética formal


La ética material es aquella en la que la bondad o maldad de la conducta humana
depende de algo que se considera bien supremo para el hombre. La crítica a ella es que:

a) Es empírica: los preceptos y contenidos se basan en la experiencia;


b) Es hipotética: en ocasiones se contradicen por lo que pierde validez;
c) Es heterónoma: recibe los preceptos desde fuera de la propia razón.

Según Kant, el hombre no debe dirigirse por el placer o el interés, sino por la razón, el
hombre actúa por el deber: esto es la ética formal.

La ética formal es:

a) A priori: es universal y necesaria para todos los hombres;


b) Es categórica: los juicios son absolutos, sin condición alguna;
c) Es autónoma: el propio sujeto es quien se determina a obrar de una u otra manera, sin que le
sea impuesto desde el exterior a su razón.

Por lo tanto, frente a la ética material, se propone la ética formal, es decir, vacía de contenido: no
establece ningún fin; no establece ningún medio.

La ética formal se basa en el deber, en la buena voluntad. La ética formal no dice lo que se debe
hacer, sino cómo se debe obrar. La intención, es elemento esencial de la moralidad, es su forma.

El formalismo kantiano se basa en el deber por el deber, ley universal, válida para todas las
personas y en todas las circunstancias, se le impone al hombre como un imperativo de la razón práctica, del
que depende la vida moral.
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