Confianza y temores

Introducción: a veces cuando apenas conocemos de Dios y tratamos de seguir su voluntad o ser
obedientes con respecto a las tareas que nos ordena, el enemigo nos confunde y nos llena de
temores innecesarios, que nos alejan poco a poco de Él, hasta llegar al punto de perder esa
relación que iniciábamos con Dios, todo esto porque aún estamos naciendo con Dios y no somos
tan fuertes espiritualmente. Llega a ser tanto ese temor que perdemos la total confianza con Dios
pensando que Él no va a querer ni vernos, ni escucharnos por haberle fallado y preferimos
ocultar esa culpa y vergüenza con cosas del mundo, confiamos mas en la gente del mundo o
solamente en nosotros mismos.

 Sal. 55:22-23.

 Jer. 17:5.

 Hb. 11:6.

 Sal. 56:3.

1. Las personas tendemos a dañar a los demás Sal. 41:9.

Como seres humanos tenemos la tendencia a hacer el mal ha los demás, ya sea si
queremos tentar contra su integridad física o hiriendo con palabras, les hacemos daño a
los demás cuando no les damos consejos sabios y les ayudamos a hundirse más en el
mundo.

Cuando apenas conocemos de Dios necesitamos de algunas personas para que nos ayuden
a seguir ese camino correcto, pero debemos escogerlas bien, mas si estamos confundidos
y llenos de temores e inseguridades. Esta mal dejar nuestra plena confianza en otra
persona, pero también está mal creer que podemos confiar solo en nuestro pensamiento.

2. La oración es el primer signo de confianza hacía Dios

Esta bien que cuando cometamos errores vayamos primero delante de Dios a reconocerlo
y arrepentirnos, ese es el primer signo de confianza hacía Dios. Es como cuando uno dice
una mentira a la mamá o al papá, si confiamos realmente en ellos lo primero que hacemos
es ir delante de ellos y reconocer el error. ¿Y Cómo no vamos a confiar en Dios? ¿Por qué
nos da miedo ir delante de Él y reconocer nuestro error? Porque el enemigo nos llena de
cosas la cabeza con culpa y vergüenza, nos hace creer que Dios no nos va a perdonar,
pero es lo contrario, Dios lo que mas ama y adora es que confiemos en Él y seamos
capaces de confesarle todo, por ejemplo: cuando David mando a Urías a la guerra para
que lo mataran, prácticamente lo asesinó, pero David no se encerró a pensar “Dios no me
va a perdonar, ya no va querer ni verme la cara, soy lo peor” el no hizo eso, lo primero
que dijo fue “he pecado contra el Señor” confesó su pecado, claramente Dios lo castigó
pero lo perdonó.
 Es mayor el miedo que nos mete el enemigo cuando cometemos errores que ir a decirle a
Dios lo que hicimos.

3. Mi confianza debe estar en Dios

Dios debe ser nuestro más querido mejor amigo y a quien depositemos nuestra plena
confianza, cuando tenemos un mejor amigo siempre le contamos todo sin vergüenza
alguna y sabiendo que no nos va a juzgar, así debe ser siempre sin importare en que
situación nos encontremos, sin importar si cometimos el error más pequeño o más
grande, no nos debe dar miedo ir delante de Él, pero todo esto se logra con la oración, es
como cuando hablas con tus amigos, salen a tomar algo y se piden consejos, pues estar en
una comunicación constante fortalece la relación volviéndola más fuerte y profunda, pero
si el contacto es mínimo si solo se saludan pues se va ir perdiendo toda es confianza, no
podemos pretender querer confiar en Dios pero solo orar 1 vez al mes. Por eso es tan
importante orar, nos ayuda a fortalecer todos los días nuestra confianza con Dios y nos da
paz y gozo.