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Preparados para fructificar

San Juan 15:1-8

El término fertilidad, hace referencia a la capacidad de producir o


fructificar en las diferentes áreas de nuestra vida, por lo contrario,
la esterilidad nos refiere a la falta de frutos en la vida, ambos
términos son muy utilizados en diferentes ámbitos, sean
empresariales, institucionales, médicos, eclesiásticos, etc. Si bien es
cierto, toda persona trabaja en pro de la fertilidad, es decir, espera
el fruto o el beneficio de su esfuerzo, cualquiera que éste sea. La
Palabra del Señor nos ilustra diferentes niveles de fertilidad en los
que deberíamos caminar.

I. Nivel 1. Llevar fruto

- La palabra enseña que toda persona debe llevar fruto

- El que no lleva fruto es removido, las empresas e instituciones


remueven no a los fructíferos, sino a los que no ofrecen frutos de su
trabajo

- La limpieza es indispensable para los que quieren fructificar,


debemos pasar el proceso de la limpieza y la purificación de Dios
con frecuencia, y reconocer que el objetivo de la limpieza es que
llevemos más fruto y pasar así al siguiente nivel

II. Nivel 2. Llevar más fruto

- Éste segundo nivel es cuestión de permanencia

- La permanencia nos habla de: fidelidad, relación y dependencia

- Las personas que no permanecen en el proceso hasta alcanzar sus


objetivos, nunca llegan a disfrutar sus frutos, la falta de fidelidad en
lo que hacemos o queremos, nos hace personas estériles

III. Nivel 3. Llevar mucho fruto


- Para caminar en éste tercer nivel es indispensable estar en El
(Dios), ya que la palabra enseña que la separación de Dios, produce
esterilidad, “separados de mí, nada podéis hacer”

- Nuestros sueños, objetivos, metas y propósitos se mueren cuando


estamos fuera de El

- Es hasta ahora que la palabra de Dios habla sobre el beneficio de


pedir y recibir, esto enfatiza en el principio de la siembra y la
cosecha, es decir, primero se da y luego se recibe (v.7)

- Al Padre se le glorifica a través de la abundancia de nuestros frutos


(v.8)

- Toda persona que se convierte en un discípulo, lo hace a través de


la abundancia de sus frutos y no por simples deseos de hacerlo

IV. Nivel 4. El fruto permanece

- El fruto debe permanecer aún cuando tú ya no estés

- Debemos dejar una huella en nuestra generación y a beneficio de


las próximas generaciones

- Nuestro fruto, ni Satanás mismo podrá borrarlo

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