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ASPECTOS GENERALES

. La Constitución ha incorporado un conjunto de garantías genéricas y una extensa relación de garantías específicas. Se
trata, en ambos casos, de una vasta relación de cláusulas de relevancia constitucional que definen los aspectos orgánicos
de la jurisdicción penal, la formación del objeto procesal y régimen de actuación de las partes (proceso), así como de la
actuación formal de la pretensión punitiva y de su resistencia hasta la sentencia definitiva (procedimiento). Estas garantías,
en cuanto tales, se proyectan en bloque en todo el ámbito procesal penal; son expansivas y polivalentes, pues una misma
garantía tanto se la encuentra en una fase del proceso como en otra.

LAS GARANTÍAS PROCESALES

Son garantías genéricas aquellas normas generales que guían el desenvolvimiento de la actividad procesal. En ocasiones
sirven para reforzar el contenido de las garantías específicas. Su valor se acrecienta, expresa MONTERO AROCA, cuando
pueden ampararse en ellas garantías concretas que, por la circunstancia que fuere, no quedaron incluidas de modo
expreso en la Constitución. Son las siguientes:

 El debido proceso (art. l39°.3 Const.).


 El derecho a la tutela jurisdiccional (art. 139°.3 Const.).
 El derecho a la presunción de inocencia (art. 2°.24. e’ Const.)
 El derecho de defensa (art. 139°.14 Const.)

Las garantías específicas, se refieren a aspectos puntuales y concretos del procedimiento y a la estructura y actuación de
los órganos penales. Son, entre otras, las siguientes:

 Derecho de igualdad procesal (art. 2°. 2. Const.).


 Intervención necesaria del fuero común para el conocimiento de los delitos cometidos por medio del libro, la
prensa y demás medios de comunicación social (art. 2°.4. Const.).
 Derecho al secreto bancario y la reserva tributaria, salvo su levantamiento ordenado por el Juez, el Fiscal de la
Nación o una comisión investigadora del Congreso (art. 2°.5. Const.).
 Derecho a la inviolabilidad del domicilio, salvo ingreso y registro por mandato judicial o en flagrante delito o muy
grave peligro de su perpetración (art. 2°.9. Const.).
 Derecho al secreto v a la inviolabilidad de sus comunicaciones y documentos privados, salvo incautación,
interceptación o intervención por mandamiento motivado del juez (art. 2°.10. Const.).
 Derecho a la libertad de tránsito, salvo mandato judicial (art. 2°.11. Const.).
 Derecho al secreto profesional (art. 2°.18. Const.).
 Derecho a la libertad individual (art. 2°.24. f Consta)
 Derecho a no ser incomunicado, salvo con fines penales. La autoridad debe indicar el lugar de detención de la
persona detenida (art. 2°.24. g’ Const.).

GARANTÍAS PROCESALES GENÉRICAS

EL DEBIDO PROCESO

En líneas generales, el citado derecho es utilizado para amparar derechos no expresamente reconocidos en otros
apartados de la Ley Fundamental.

El debido proceso comprende numerosas instituciones relacionadas tanto con las partes como con la jurisdicción que han
de preservar la certeza en el proceso. Busca, en suma, rodear al proceso de las garantías mínimas de equidad y justicia
que respaldan en legitimidad la certeza en derecho de su resultado. A través del debido proceso se precipitan todas las
garantías, derechos fundamentales y libertades públicas de las que es titular la persona en el Estado Social y Democrático
de Derecho.

sí, por ejemplo, tendrían nivel constitucional, a mérito de lo estipulado por la Cuarta Disposición Final de la Ley
Fundamental, las siguientes:
 La garantía de la no incriminación (art. 8°.2.’g’ CADH). Reconocida legislativamente por el art. 284° CPP 1991 a
nivel del juicio oral. Limitación corregida por el art. 68°.4 del Proyecto de 1995.
 El derecho a un juez imparcial (art. 8°.1 CADH). Reconocido, parcialmente, a través de la institución de la
abstención y la recusación (arts. 50°-54° CPP 1991).
 El derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas (art. 14°.2.’c’ PIDCP). Reconocido en el art. II del Título Preliminar
del CPP de 1991: "la justicia penal se imparte sin retardo".
 El derecho de interrogar a testigos y de obtener la comparecencia, como testigos o peritos, o de otras personas
que puedan arrojar luz sobre los hechos: derecho a utilizar los medios de prueba pertinentes para la defensa

La garantía de no incriminación

La imparcialidad judicial garantiza una limpia e igualitaria contienda procesal, permite al juez desempeñar un papel super
partes. Su fin último es proteger la efectividad del derecho aun proceso con todas las garantías. Ello es así, explica DE LA
OLIVA SANTOS, por la convicción de que sólo se administra justicia penal con garantías de acierto si el Juez o los
Magistrados que han de dictar sentencia tras la vista oral no han intervenido en la fase de instrucción o preliminar y
carecen, por tanto, de las prevenciones o prejuicios que se suponen prácticamente inevitables como consecuencia de una
labor de instrucción o investigación.

El derecho a un juez imparcial

El derecho de todo ciudadano -a todos los que sean parte en el proceso penal- a un proceso sin dilaciones indebidas o a
que su causa sea oída dentro de un plazo razonable o sin retraso, es un derecho fundamental de naturaleza reaccional
que se dirige a los órganos judiciales, creando en ellos la obligación de actuar en un plazo razonable el ius puniendi o de
reconocer y, en su caso, restablecer inmediatamente el derecho a la libertad. La lenta reacción judicial, sin justificación,
origina y propicia una causa o motivo en cierto sentido de despenalización porque el reproche judicial viene ya viciado por
extemporáneo.

La primera condición para ejercer este derecho de este derecho es que se incumplan los plazos previstos en la ley;
corresponde a la autoridad judicial, por imperio del principio de impulso de oficio, vigilar y subsanar, en su caso, el
cumplimiento de los plazos procesales. La segunda condición -y decisiva- es que esta dilación o retraso sea indebido;

Este derecho vulnerado exige de parte de la autoridad judicial su inmediato restablecimiento, vale decir, la emisión de la
resolución cuya tardanza se ha puesto de manifiesto, sin perjuicio -en su caso- de declarar el derecho indemnizatorio que
asiste al perjudicado; por el Estado, si la dilación se debe a un funcionamiento anormal de la administración de justicia, o
por el particular culpable, si a él se debe la dilación indebida. Sin embargo, la opción que va teniendo cada vez mayor
consistencia, es aquella que postula declarar, junto a la vulneración del derecho al plazo razonable, la reducción de la pena
que -como mínimo- requeriría su reparación.

El derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas

Este derecho está muy vinculado al derecho de defensa. Queda limitado cuando habiéndose intentado la realización de
un medio de prueba en tiempo y en forma, y siendo pertinente e influyente para la decisión del litigio, el juez lo rechaza,
sin disponer al mismo tiempo la realización de otras actividades probatorias.

En cuanto se trata de un derecho fundamental, destinado a la protección de todos aquellos que acuden al órgano
jurisdiccional en defensa de sus derechos e intereses legítimos, la ley ordinaria no puede impedir la actuación de medios
de pruebas sustanciales para la defensa, ni priorizar otros intereses o bienes jurídicos, que no tengan expresa relevancia
constitucional o igual nivel.

El derecho de utilizar los medios de prueba pertinentes

Ne bis in idem procesal


La primera exigencia consiste en que no es posible aplicar una doble sanción, siempre que se presente la triple identidad
de sujeto, hecho y fundamento, esto es, cuando existe una misma ilicitud, de suerte que en el campo administrativo -
donde se presentan los mayores problemas en su relación con la jurisdicción penal- estará vedada imponer al funcionario
o servidor una sanción adicional a la penal cuando el interés jurídicamente protegido sea el mismo que el protegido por
el tipo penal, no siendo suficiente al respecto la sola invocación de las relaciones de especial sujeción con la
Administración.

Desde la perspectiva procesal, el ne bis in idem es un derecho constitucional a no ser enjuiciado dos veces por el mismo
delito y su fundamento se halla en las exigencias particulares de libertad y seguridad del individuo.

EL DERECHO A LA TUTELA JURISDICCIONAL

El art. 2°.24. e) de la Constitución configura a la presunción o, mejor dicho, estado de inocencia, como un derecho
fundamental. Dice la Lev Superior: "Toda persona tiene derecho a la libertad y seguridad personales. En consecuencia,
toda persona es considerada inocente mientras no se haya declarado judicialmente su responsabilidad". Esta norma crea
en favor de las personas un verdadero derecho subjetivo a ser consideradas inocentes de cualquier delito que se les
atribuya, mientras no se presente prueba bastante para destruir dicha presunción, aunque sea mínima.

EL DERECHO A LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA

El art. 139°.14 de la Constitución reconoce "El principio de no ser privado del derecho de defensa en ningún estado del
proceso. Toda persona será informada inmediatamente y por escrito de la causa o razones de su detención -cláusula
repetida en el inc. 15-. Tiene derecho a comunicarse personalmente con un defensor de su elección y a ser asesorada por
éste desde que es citada o detenida por cualquier autoridad"

III. GARANTÍAS PROCESALES ESPECÍFICAS

Como se ha dejado establecido, la Constitución ha reconocido un conjunto muy numeroso de garantías procesales
específicas. Su variedad v extensión impiden que se aborden pormenorizadamente en este capítulo. Por tanto, es del caso
tratar algunos de ellos, tales como las garantías de igualdad, de investigación oficial y de publicidad. A su alrededor es
posible incorporar principios que les dan fuerza argumental, tales como los de oralidad, inmediación y concentración, sin
perjuicio de que a lo largo del presente libro se estudien puntualmente las restantes garantías.

LA GARANTÍA DE LA IGUALDAD

La investigación oficial consiste en que la persecución penal es promovida por órganos del Estado, es decir, no queda
librada a la discreción del lesionado o incluso al compromiso, existente o no, de cualquier ciudadano. Importa, en tanto
garantía, que las investigaciones se llevarán en forma debida y correcta, con la necesaria firmeza, pero, al mismo tiempo,
con la mayor moderación posible.

El proceso debe asegurar a las partes, a tono con los principios de contradicción e igualdad, la posibilidad de que puedan
presentar sus alegatos e intervenir ampliamente en él. Empero, más allá de insistir en los poderes de intervención de las
partes, es de enfatizar que el proceso penal, además de la persecución pública, se guía bajo el llamado impulso oficial, que
prevé que se realice de oficio todo el procedimiento, no siendo necesaria una especial colaboración del imputado

LA GARANTÍA DE LA PUBLICIDAD

La publicidad constituyó una de las pretensiones políticas más importantes de la Revolución Francesa. Esta garantía,
prevista en el art. 139°.4 de la Constitución, concierne al control de la justicia penal por la colectividad. Los asuntos penales
son demasiado importantes como para que se los pueda tratar secretamente. La potestad jurisdiccional emana del pueblo,
reza el art. 138° de la Constitución, por lo que resulta indispensable que el público controle el procedimiento. El público
puede asistir personal o físicamente a las actuaciones judiciales (publicidad inmediata) o puede acceder a ellas mediante
la interposición de algún medio de comunicación social (publicidad mediata).}

LA GARANTÍA DE INVESTIGACIÓN OFICIAL.


Garantiza una sola investigación. Esta función debe ser asumida a plenitud por el Ministerio Público.

La conducción de la investigación desde su inicio, además del control “jurídico” de los actos de investigación que realiza
la Policía Nacional.

El nuevo modelo requiere que el Ministerio Público sea capaz de dinamizar el proceso de investigación
del delito, dotándolo de mayor flexibilidad, desarrollando trabajo en equipos multidisciplinarios,
coordinando más eficientemente el trabajo policial.

Otro aspecto importante es que recibe la autorización para disponer de la acción penal, lo que provoca un mejor
proceso de selección de casos penales.

El principio de oralidad

El principio de inmediación, referente a la relación entre el juez y el objeto procesal, significa que la actividad probatoria
ha de transcurrir ante la presencia o intervención del juez encargado de pronunciar la sentencia. Si la sentencia se forma
exclusivamente sobre el material probatorio formado bajo su directa intervención en el juicio oral.

El principio de concentración

El principio de concentración, al igual que la inmediación está relacionado con la oralidad del procedimiento penal y
concretamente con el juicio oral. Tiende a reunir en un solo acto determinadas cuestiones. El material de hecho se
concentra en el juicio oral, a fin de que la actividad probatoria se desarrolle en una audiencia única y en el menor número
de sesiones. Esta concentración, además, es posible porque el juicio oral está precedido de la instrucción, regido por el
principio de eventualidad, y porque la fase intermedia tiende a purgar el procedimiento de obstáculos procesales.

El principio de inmediación y mediación

Como lógica consecuencia de la vigencia del principio de oralidad (no sin razón se le ha denominado al principio de
inmediación ´´compañero de viaje de la oralidad``), surge también en la fase probatoria el principio de inmediación. Según
este principio, la actividad probatoria ha de transcurrir ante la presencia o intervención del órgano jurisdiccional
encargado de pronunciar la sentencia. Un procedimiento está presidido por el principio de inmediación cuando el juez o
tribunal están obligados a formar su íntima convicción y a fundamentar su sentencia exclusivamente con el resultado
probatorio que ha podido formarse bajo su directa intervención en Las garantías mínimas del proceso penal en el contexto
del derecho internacional.

Sin duda que el proceso penal tiene una alto contenido constitucional, pues regula en esencia, el conflicto entre el poder
estatal sancionador (o ius puniendi) y los derechos fundamentales de las personas (la libertad personal, principalmente),
lo que a su vez puede generar un conflicto que trasciende a veces la naturalidad de los jueces competentes en su
competencia ordinaria (doble instancia), e incluso, la competencia de sus territorios nacionales, generando la competencia
del Tribunal Constitucional, en el primer caso, o la competencia de la Corte internacional de Derechos Humanos. En
nuestro país han existido varios casos famosos el juicio oral.

Principios referidos a la marcha de los actos procesales (celeridad)

El denominado principio de ´´aceleración`` o de celeridad del procedimiento es otro de los principios procedimentales
que conforman la sucesión temporal de los actos procesales. Desde una perspectiva constitucional el principio de
celeridad se manifiesta también como un auténtico derecho fundamental, que a todo ciudadano asiste, aun proceso ´´sin
dilaciones indebidas`` o a que su causa ´´sea dentro de un plazo razonable
ALCANCES PROCESALES

“Los Derechos humanos”, son derechos fundamentales reconocidos y protegidos a nivel internacional.

“Los Principios Procesales” son aquellas características esenciales de un proceso, pudiendo o no coincidir con un
“derecho fundamental procesal”; por ej. El principio de imparcialidad de los jueces, o de igualdad
procesal.

Es preciso un deslinde terminológico:

- Derechos, son las facultades que nos asisten para exigir el respeto o cumplimiento de todo cuanto se establece y
reconoce en nuestro favor por el orden jurídico vigente.

- LasLibertadesabarcan un espacio más amplio y son esencialmente políticas.

- LasGarantías, son el amparo que establece la

Constitución y que debe prestar el Estado para el efectivo reconocimiento y respeto de las libertades y derechos.

La razón es que el Estado debe proteger los derchos fundamentales de la persona, de conformidad con el art.1 de

la Constitución. Por ello el término de garantías constitucionales del proceso penal” comprende

el cúmulo de principios, derechos y libertades fundamentales reconocidos por la Constitución.

La necesidad de que el Estado Democrático vele por el respeto y protección de los derechos fundamentales,
obliga a que se defina en la Constitución, los límites del ejercicio del poder estatal.

De allí la tendencia a fijar en la Constitución las reglas mínimas de un debido proceso penal.

III. GARANTIAS CONSTITUCIONALES DEL PROCESO PENAL

1. PRINCIPIO DE SUPREMACÍA NORMATIVA

El respeto a la Constitución no sólo es al momento de crear las normas penales, sino también, en el proceso de
realización de las leyes sustantivas. Su naturaleza vinculante presenta dos aspectos:

1.- Su valor directamente normativo es el resultado de la tendencia al desdarrollo y perfeccionamiento de la


protección de los derechos individuales. Por tanto, se reconoce su eficacia directa e inmediata Los preceptos
procesales constitucionales deben aplicarse en la práctica judicial, así las normas de carácter ordinario nada digan al
respecto. Por ej. La exclusión de prueba obtenida con el uso de la violencia.

2.- El contenido que se le atribuye a la norma legal –vía interpretación- no debe contravenir el espíritu de la
norma fundamental, ni el sentido de sus prescripciones específicas.

IV. GARANTIAS QUE REGULAN EL MODELO PROCESAL

1. DEFINICIÓN DEL MODELO .- “La Justicia Penal...se imparte con imparcialidad por los órganos jurisdiccionales
competentes...”, concuerda con el art.IV, “el Ministerio Público es titular del ejercicio público de la
acción penal en los delitos y tiene el deber de la carga de la prueba. Asume la conducción de la
investigación desde su inicio.
2. DERECHO A UN JUICIO ORAL PÚBLICO Y CONTRADICTORIO

El Código establece con claridad que lo más importante del modelo, es la garantía de que nadie puede ser penado sin
juicio, lo que convierte al juicio oral en un derecho de todas las personas, de tal modo que se puede afirmar desde
la vertiente de los derechos humanos, que existe un derecho a un juicio oral.
3. DIRECCION FISCAL DE LA INVESTIGACION PENAL

Garantiza una sola investigación. Esta función debe ser asumida a plenitud por el Ministerio Público.

La conducción de la investigación desde su inicio, además del control “jurídico” de los actos de investigación que realiza
la Policía Nacional.

El nuevo modelo requiere que el Ministerio Público sea capaz de dinamizar el proceso de
investigación del delito, dotándolo de mayor flexibilidad, desarrollando trabajo en equipos
multidisciplinarios, coordinando más eficientemente el trabajo policial.

Otro aspecto importante es que recibe la autorización para disponer de la acción penal, lo que provoca un mejor
proceso de selección de casos penales.

4. DERECHO DE DEFENSA

El art.IX del TP supera todas las restricciones generadas por el actual proceso inquisitivo, en donde aún se
aprecian rezagos como el de ocultar la imputación al procesado hasta que preste declaración.

También se reconoce el derecho a un tiempo razonable para preparar la defensa, lo que podría traducirse en el derecho
a la reserva de la declaración.

Esta garantía se extiende también al uso en plena igualdad de todos los medios de prueba, a ejercer la defensa por sí
o a través de su Abogado defensor.

El ejercicio de la defensa en plena igualdad, obliga a fortalecer la Defensa de Oficio, a fin de que pueda competir en
igualdad de condiciones con la Fiscalía.

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