Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
1.1 Definiciones1
El hombre en su afán de explicar su origen, desechando la enseñanza bíblica, inició lo que
conocemos como antropología. Esta palabra deriva de los vocablos griegos: antropos, que
significa hombre, y logos, que quiere decir estudio. Por tanto, la antropología es sencillamente
el estudio del hombre. Y es sobre la base de los requerimientos de esa ciencia que los
estudiosos bíblicos dieron respuestas a las numerosas preguntas de la arqueología,
implementando así la antropología bíblica: ¿Qué es el hombre? ¿Cómo se originó?, Etc., todo
ello basado en la Biblia.
1.2 Importancia de la Antropología: ¿Qué es el hombre?2
Hace tres mil años el salmista le preguntaba asombrado a Dios: “¿Qué es el hombre, para que
tengas de él memoria?” (Salmo 8:4). Después de todo este tiempo transcurrido, el ser humano
continúa planteándose la misma cuestión. La extensa gama de respuestas que se han dado a
lo largo de la historia no parecen, ni mucho menos, haber agotado el tema.
Tal ha sido siempre el reto de la antropología, en sentido general, llegar a conocer la esencia
fundamental del ser humano. Sin embargo, lo cierto es que no existe consenso. Hay todavía
numerosas concepciones de lo que es el hombre. Las diversas soluciones antropológicas
configuran un amplio abanico que va desde la más pura animalidad hasta las nociones míticas
del superhombre, el hombre-semidiós, pasando por las ideas del hombre objeto y hombre
máquina. ¿Es el ser humano una cosa más en el mundo de los objetos o, por el contrario,
estamos frente a una realidad subjetiva, ante un ser personal? ¿Somos una especie zoológica
como las otras del pretendido árbol evolutivo, o existen realmente diferencias cualitativas que
nos distinguen de los demás seres vivos? ¿Puede equipararse la mente humana al órgano del
cerebro o lo mental supera con creces lo cerebral? Las respuestas que se dan a todas estas
cuestiones configurarán modelos bioéticos distintos y contrapuestos. De ahí la necesidad de
transparencia en las ideas previas que debe exigírsele a todo planteamiento ético de la vida.
No es este el lugar para realizar una historia general de la antropología, sin embargo, sí que
nos parece pertinente revisar las últimas manifestaciones que se han venido sucediendo,
sobre todo en el último siglo, desde la aparición de la filosofía existencialista hasta el momento
presente.
Páá giná 1
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
realidad, una teoría sobre la muerte, una tanatología. Si el Dios de la fe cristiana fue el Creador
del ser a partir de la nada, el filósofo existencial sería el creador de la nada a partir del ser.
Páá giná 2
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
Afirmar, como lo hizo Monod, que el azar es “una noción central de la biología moderna... la
única compatible con los hechos de observación y de experiencia”, es una posible
interpretación de los hechos, no la única y, desde luego, no es el hecho en sí.
Por su parte, el antropólogo Morín se propone también en su obra romper con el “mito
humanista” para quien el ser humano sería el único sujeto en un mundo de objetos. Su idea
es acabar con la “fábula” inventada por la religión cristiana, en colaboración con las ideologías
humanistas, que concibe al hombre como un ser sobrenatural o como creación directa de la
divinidad. Para conseguir su propósito procura evidenciar la gran cercanía que existiría entre
hombres y animales.
Para Morín no hay frontera alguna entre sujeto y objeto, antropología y biología, cultura y
naturaleza o, en fin, entre el hombre y los animales. La vida humana equivaldría, en definitiva,
a pura física y química. Seríamos máquinas perfeccionadas, hijos todos de la gran familia
Mecano. Robots de carne y hueso con conciencia cibernética.
Por último, nos queda la sociobiología como postrer baluarte del reduccionismo biologista
contemporáneos. Wilson la define como “el estudio sistemático de las bases biológicas de
todo comportamiento social” (Wilson, 1980:4) 4. En realidad, se trata de una disciplina que
mediante la utilización de conocimientos ecológicos, etológicos, genéticos y sociológicos,
pretende elaborar principios generales acerca de las características biológicas de las
sociedades animales y humanas. Sería un intento de unificación, una “nueva síntesis” entre la
biología y la sociología.
La misión fundamental en la vida sería producir y transmitir los propios genes para que éstos
pudieran perpetuarse convenientemente. Animales y humanos, por igual, son concebidos así
como máquinas creadas por el egoísmo impersonal de los genes. La humanidad y su
comportamiento social estarían determinados genéticamente.
Lo cierto es que siempre que se pretende construir una moral o una ética basada en la
genética se llega a consecuencias indeseables para el propio ser humano. Detrás de
cualquier racismo hay generalmente un darwinismo social o una sociobiología solapada. La
ética es algo exclusivo del hombre que no puede heredarse de forma biológica sino que ha de
adquirirse a través de la cultura. Echarle la culpa de nuestras maldades a los genes y tirar la
libertad humana por la ventana equivale a reconocer, una vez más, que somos máquinas
pensantes incapaces de autocontrol.
La sociobiología no puede explicar de manera satisfactoria las palabras bíblicas: “amarás a tu
prójimo como a ti mismo” porque los genes no entienden ese amor al prójimo que no reporta
ningún beneficio. El hombre es el único ser que posee conciencia de su propia muerte y esa
capacidad es la que le predispone hacia sus creencias religiosas. Precisamente esta
autoconciencia, junto al desarrollo de la ética y de la religiosidad, son características notables
que abren una brecha fundamental entre el ser humano y el resto de los animales.
¿A qué clase de bioética conducen los silogismos? Si el mono es igual que el hombre, ¿por
qué no se va a poder tratar absolutamente igual a ambos? De hecho, en el mundo occidental
hay animales de compañía que viven mejor cuidados que millones de niños del Tercer Mundo.
Páá giná 3
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
Páá giná 4
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
Páá giná 5
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
1.3.2. ¡Lo que la gente piensa sobre sí misma y este mundo afectará profundamente la
forma en que vive!
Si el comportamiento de las personas refleja lo que ellos creen que es real y verdadero, ¿cuál
es el punto de vista que está dominando nuestra cultura?
La evolución de Darwin no es primordialmente importante como una teoría científica, sino como
un dominante entendimiento cultural de la historia de la creación. Toda cultura debe tener su
historia sobre su creación como base para su filosófica, su educación y sus leyes.7
Si queremos saber cómo dirigir nuestras vidas y relacionarnos con nuestro prójimo, el
lugar donde comenzar es conociendo cómo y por qué fuimos creados. Cuando existe un
desacuerdo radical en una comunidad sobre la historia de la creación, el escenario está abierto
para toda clase de conflictos. Este tipo de conflicto es conocido como "cultura de guerra".
Según la historia de la creación más aceptada hoy día, todos evolucionamos por un proceso
material desconocido y sin propósito, con cambios genéticos al azar, y por medio de una
selección natural que nadie controla. Esto implica que el conocimiento de la mente de un
Creador y de su propósito es ilusorio; y que el verdadero creador –la evolución – no tiene
mente ni propósito.
¿Quién o qué define moralmente un comportamiento aceptable?
La respuesta a esa pregunta no es automática ni es fácil. La respuesta que debe ser estudiada,
pensada y aceptada será la que establecerá los linderos y parámetros de la vida.
Nuestra batalla es contra todos aquellos que nos quieren quitar confianza en Dios y en Su
Palabra. Con toda su fuerza buscan minar nuestra fe. Como explica Phillip Johnson: “ Desde el
punto de vista naturalista creen que el Dios Creador de la Biblia es tan irreal como los dioses
del Olimpo, y que los Diez Mandamientos fueron dados por una deidad tan irreal que no son
más que unos mandamientos de un viejo clérigo".
Encima de todas esas negaciones, nos han venido con otro problema: la llamada
“reconstrucción postmoderna” de la historia. En realidad no es “reconstrucción” es literalmente
la “destrucción” de la historia.
Bajo este concepto se reescribe la historia para ajustarla al punto de vista buscado. A propósito
distorsionan los verdaderos hechos para que nadie pueda reclamar autoridad sobre ella. Saben
que si no existe una fuente de autoridad que indique lo bueno y lo malo, entonces ¡todo está
permitido!
En nuestras vidas, ¿qué lugar juegan las verdades históricas en cuanto a Dios, la creación, los
propósitos de Dios en habernos creado? ¿Será que nos hemos dejado engañar por aquellos
6 ROBERTS, Linleigh J., Let Us Make Man, Carlisle, PA: Banner of Truth, 1988, p.
7. 7 JOHNSON, Phillip E. Reason in the Balance, páginas 12-13.
Páá giná 6
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
que por encima de la verdad buscan una religión que les convenga, que no pida mucho, que
permita hacer lo que a la gente le gusta? Tal tipo de religiosos toman la Biblia y dicen, “Esto me
gusta”, y lo colocan en la sección religiosa aceptable. Pero igualmente toman la Biblia y dicen,
“Esto no me gusta”, y lo botan en el basurero. El problema es que cuando miramos a la Biblia
que queda, ¡casi toda ha sido botada!
¿Cómo y por qué fuimos creados? Esa es la pregunta clave. La iglesia, el pastor, el cristiano
que no tiene respuesta a esa pregunta básica, vaga por este mundo tal como lo describe el
apóstol Judas: “nubes sin agua, llevadas de acá para allá por lo vientos, árboles otoñales sin
fruto, dos veces muertos y desarraigados” (Judas 1:12). Recuerde: Lo que la gente piensa
sobre ellos mismos y este mundo afectará profundamente la forma en que viven.
Páá giná 7
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
2.2 Somos creados a Imagen de Dios “Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los
hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el
orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios,
si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está
lejos de cada uno de nosotros” (Hch. 17:26-27).
La unidad del género humano está claramente establecida, porque a través de Adán
y Eva (Gn. 3:20), y después, a través de los hijos de Noé (Gn. 9:19), fue que
surgieron todas las razas y nacionalidades humanas. Todos procedemos de una
sangre, tanto figurativa como literalmente, puesto que los mismos tipos de sangre se
encuentran en todos los grupos étnicos.
2.2.1. Fuimos hechos seres naturales “Entonces Jehová Dios formó al hombre del
polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser
viviente” (Gn. 2:7). En la versión BAD, dice: “Cuando llegó el momento
oportuno…”. Dice la Biblia que fuimos creados “del polvo de la tierra”. La
palabra hebrea ‘adam, en su sentido general, no tiene nada que ver con la
masculinidad, sino más bien con humanidad. ‘Adam probablemente se relaciona
con el verbo ‘adom, el ser rojo, que se refiere a la hermosura del ser humano.
‘Adamah, “tierra” o “terreno” también podría derivarse de este verbo. De ahí que
Gn. 2:7 diga: “Entonces Jehová Dios formó ‘adam del polvo de ‘adamah”.
Páá giná 8
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
Fuimos creados del polvo de la tierra (Gen 2). El polvo de la tierra es un material cerámico, se caracteriza por ser muy
estable en el ambiente, debido a su configuración interna, el posicionamiento de los átomos y sus enlaces. Dios no
se equivocó al escoger ese respectivo material, ya que nosotros debemos ser lo más estable con su creación en si. Si
Dios hubiera tomado otro material este por naturaleza se oxidaría con el ambiente, ya que buscaría su mayor
estabilidad.
Hasta el oro se oxida, solo que a una velocidad muy baja. Un óxido es un material cerámico, o sea el metal se vuelve
un cerámico para ganar estabilidad. Dios sopló aliento de vida (Génesis 2). Cuando alguien sopla, expulsa un gas.
Características físicas de los gases, es el menos denso de los estados esto le permite disiparse fácilmente, además
es el que mayor volumen ocupa debido a falta de enlaces primarios. Dios tampoco se equivocó en esto. Al soplarnos
lo hizo para que se llenará todo nuestro cuerpo y alma y tuviera una distribución correcta en todo nuestra vida, para
que no faltara ninguna partecita sin que hubiera ese soplo de vida. En el pasaje dice que sopló en la nariz, es el sitio
donde normalmente entran los gases a nuestro cuerpo y además influyen para bien o para mal dentro de nosotros.
Dios sopló Hálito de vida (“suave y apacible soplo de aire”– Diccionario Enciclopédico Salvat), para que en todo
nuestro ser, tanto interno como externo tuviéramos vida.
De una costilla sacó a la mujer (Génesis 2). Características de una costilla: la costilla es un hueso, el cual se
caracteriza por ser la estructura mecánica más estable para el diseño del cuerpo humano. Los huesos son porosos,
esto le permite ser muy liviano, pero debido a que es un cerámico es muy resistente mecánicamente a la tracción,
pero es muy frágil y puede romperse al impacto con mucha facilidad. Dios tampoco se equivocó en sacar a la mujer
de un hueso. Ellas son las que proporcionan estabilidad al hombre, es el complemento perfecto, pero son frágiles y
livianas, o sea, con mucho cuidado uno debe tratarlas. (Apuntes a la materia hechos por Gabriel Neira para la clase
de Antropología Bíblica – Cencam Cali / 2007)
7 Biblia de Referencia Thompson – VRV 1960. Editorial Vida. Novena impresión, 1993. Pg. 1429
Páá giná 9
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
El hombre es un ser religioso porque tiene un origen divino. Esto se traduce en dos grandes
necesidades: Primero, una necesidad innata en el hombre de saber lo que es bueno y lo que
es malo. Segundo, una gran necesidad de adorar. Cuando estas dos necesidades son
ignoradas, los seres humanos se agrupan para conformar sociedades que proclaman sus
propios códigos de conducta, y adorar los ídolos que reflejan los estilos de vida deseados. No
es que el hombre inventó la religión para explicar lo inexplicable, sino que al ser creado por
Dios intuitivamente necesita comunicarse con su Creador. Como decía Agustín de Hipona:
“Oh Dios, tú nos has creado para ti mismo y no descansaremos hasta haya reposo en ti”.
Cuando Dios crea al hombre y a la mujer, no los crea con su voz. Los crea con sus manos.
Eso es lo que nos dice Génesis 2: 7, 21-22 “Entonces Jehová Dios formé al hombre del
polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida. Y fue el hombre un ser viviente…
entonces Jehová hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras este dormía tomó
una de sus costillas y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó
del hombre hizo una mujer, y la trajo al hombre”. Los formó entonces con sus manos. Una
vez están creados, Dios habla. Adán y Eva fueron creados de forma diferente. No con su voz y
estaban acabados. Fueron creados con sus manos para depender de su voz para siempre.
Páá giná 10
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
Páá giná 11
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
Cuando Dios dice: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda
idónea”, no está hablando de la inferioridad de la mujer sino de la insuficiencia del
hombre. Esto indica que requiere ayuda y compañía. Para satisfacer esas dos
necesidades básicas, Dios establece el matrimonio.
A su vez hay quienes enseñan que el celibato agrada más a Dios. Veamos lo que la
Biblia enseña:
• Lev.21:13: En los tiempos del Antiguo Testamento el individuo más santo era el sumo
sacerdote; y siempre era casado.
• Jue. 14:2-3: Al nazareo, persona separada especialmente para servir a Dios, se le permitía
casarse.
• 1 Cor. 7:7: En los tiempos de San Pablo, se cree que por razones de las intensas
persecuciones, a algunos les fue dado el don del celibato, pero esto no era normativo.
• En toda la Biblia jamás se le ordena al hombre no casarse (1 Tim. 4:3).
Continuando el comentario, es interesante el dato que se nos da acerca de la manera
novedosa en que la mujer fue creada. Este detalla su importancia. El hombre viene del polvo;
la mujer de Adán: “fue tomada del hombre”. Ese acto creativo tiene que ver,
- En primer lugar, de la relación que la esposa ha de tener con su marido. Como indicó Adán,
ella es “hueso de mis huesos y carne de mi carne”. Eso habla de una unidad indispensable.
Ver: Efesios 5:25,28-29.
- En segundo lugar, el hecho de que “fue tomada del hombre” señala el rango que ocupa.
Indicar que la mujer procede del hombre (algo así como un segundo rango), no es asignarle
un grado de inferioridad a ella, sino el lugar correcto que Dios le ha dado al lado del hombre.
La mujer fue hecha para el hombre (1 Cor. 11:9), por tanto ha de estar sujeta a su autoridad (1
Cor. 11:3), y eso para gloria de él (1 Cor 11:7 - Por eso Pr 12:4, dice: “La mujer virtuosa es
corona de su marido, mas la que lo avergüenza es como podredumbre en sus huesos”). Esta
es la enseñanza bíblica que sale de este pasaje. Rebelarse contra esta intensión de Dios
equivaldría a que el Hijo de Dios se rebelara en contra de su Padre, o que el Espíritu Santo se
rebelara en contra de su rango divino. Desaprobar los propósitos de Dios sólo trae miseria y
descontento.
La última frase del capítulo añade otro aspecto del matrimonio: “estaban ambos desnudos,
el hombre y su mujer, y no se avergonzaban”. Vivían en tan hermosa armonía que no
tenían nada que esconder el uno del otro.
Resumen
El ser humano existe en una relación de varón y mujer (Gn. 1:27). Dios creó todas las cosas dando una orden, menos
al ser humano. Somos una unión entre polvo y aliento divino (Gn. 2:7).
Todo lo que Dios hizo fue bueno (Gen. 1:4, 10, 12, 18, 21, 25,31). Solamente una cosa no era buena: que el
hombre estuviese sólo. Por lo tanto creó a la mujer. La imagen de Dios se refleja en ambos, varón y mujer (Gn. 1:27)
Dios no creó a Eva desligada del hombre, sino que utilizó la costilla de Adán para subrayar su interdependencia: “Esto
es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne” (Gn. 2:18-25). En el propósito de Dios ninguno es inferior o
superior al otro (Gn.1:28).
Páá giná 12
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
8 Esta referencia a haber sido hecho "un poco menor que los ángeles” se aplica en una primer instancia a la persona del Mesías
venidero, el Señor Jesucristo. Pero es solamente con referencia a su Encarnación que es empleada. Por lo tanto, la expresión y,
en realidad, todo el salmo pueden ser entendidos como haciendo referencia a los hombres y las mujeres en general. Los
versículos siguientes se refieren al papel del dominio otorgado a Adán y Eva en el Génesis: “Le hiciste señorear sobre las obras
de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies” (Sal. 8:6)
Páá giná 14
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
mismo orden que el cuerpo resucitado de nuestro Señor Jesucristo. Hoy hemos sido salvados
como cristianos, pero también estamos en proceso de salvación, lo que implica que el presente
también es importante. Y, además, mantenemos nuestra mirada hacia el futuro, porque sólo en
la resurrección futura se completará la redención comenzada en esta vida y podremos
erguirnos perfeccionados delante de la presencia de nuestro gran Dios y Salvador, y de
Jesucristo.
3.3. Cuatro teorías que explican cómo opera la imagen de Dios en el hombre después de
la caída.
Resumen: La consecuencia de tal creencia es que el hombre, por ser moralmente neutro –ni
bueno, ni malo-, puede escoger ser malo o bueno. El pecar no es innato, ni inevitable, ya que
el hombre escoge lo que quiere hacer. Las buenas obras, junto con esa gracia dispensada por
la IGLESIA contribuyen a la salvación. Pero aún más significativo, la muerte de Cristo figura
solamente como la base para el perdón, y nada más. Esa muerte no es en esencia sustitutiva,
ni la única provisión de Dios para salvación de los pecados. La Iglesia, junto con el esfuerzo
humano, es igualmente importante para la salvación.
Páá giná 16
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
Páá giná 17
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
Páá giná 18
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
De esta explicación general el Dr. Ryle (1816-1900), quien fue obispo y distinguido predicador,
pasa a mostrar la manera en que esa enfermedad del alma se evidencia. Él lo llama “el
pecado particular”. Es importante aclarar que El hombre no es pecador porque peca, sino que
peca porque en esencia es pecador. Cuando hablamos del pecado en su sentido general, nos
referimos a la condición universal del hombre. Vemos que no fue un pequeño resbalón que
diera Adán y Eva en el huerto: fue una severa caída con consecuencias espantosas que nos
afectan a todos (Rom. 5:12-19). Todo hombre, toda mujer, están contaminados y manchados
con este mal. Es una herencia que pasa de generación a generación.
¿Qué es el pecado entonces? Es “el hacer, decir, pensar, imaginar cualquier cosa que no esté
en perfecta armonía con la mente y la ley de Dios". Esta es simplemente una ampliación de lo
que el apóstol Juan dijo: “El pecado es la infracción de la ley” (1 Juan 3:4). ¿Cuál ley? La ley
de Dios, esa ley que explica la mente o el pensar de Dios. Esa ley que encontramos en la
Biblia. El pecado es cualquier infracción de lo que Dios ha prohibido. Lo describimos así:
Puede ser un acto de desobediencia a lo que Dios nos ha mandado.
haciendo una comparación entre Adán y Cristo. Nos está diciendo que por medio del pecado
de Adán la muerte se extendió a todos los hombres pues todos pecaron.
Pablo está diciendo aquí explícitamente que por medio de la transgresión de un solo hombre
“muchos fueron constituidos pecadores”. Cuando Adán pecó, Dios consideró pecadores a
todos los descendientes de Adán. Aunque nosotros todavía no existíamos, Dios, mirando al
futuro y sabiendo que existiríamos, empezó a considerarnos culpables como Adán. Esto es
también coherente con la declaración de Pablo de que “cuando todavía éramos pecadores,
Cristo murió por nosotros” (Rom.5:8). Por supuesto, ninguno de nosotros ni siquiera
existíamos cuando Cristo murió; pero, no obstante, Dios nos consideró pecadores que
necesitábamos salvación.
La conclusión que podemos sacar de estos versículos es que todos los miembros de la raza
humana estaban representados por Adán en el momento de su prueba en el huerto del Edén.
Como nuestro representante, Adán pecó y Dios nos consideró a nosotros culpables, como
también a Adán.
A veces la doctrina del pecado que heredamos de Adán se le llama doctrina del “pecado
original”.
Sin embargo, el pecado del que habla no se refiere al primer pecado de Adán sino a la culpa y
tendencia a pecar con las que nacemos. Es “original” en el sentido de que procede de Adán y
es también original en que lo tenemos desde el comienzo de nuestra existencia como
personas.
Cuando nos enfrentamos por primera vez a la idea de que se nos considera culpables por
causa del pecado de Adán, nuestra tendencia es a protestar porque nos parece injusto. En
realidad, no decidimos pecar, ¿no es cierto? ¿Cómo entonces se nos puede considerar
culpables? ¿Es justo que Dios actúe así? Podemos decir tres cosas para responder a esto:
• Todo el que protesta diciendo que esto es injusto olvida que él también ha cometido
voluntariamente muchos auténticos pecados por los cuales Dios también lo considera
culpable. Estos constituirían la base primaria sobre la que se nos juzgará en el día final,
porque Dios “pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras” (Ro. 2:6), y el que hace
el mal pagará por su propia maldad” (Col. 3:25).
• Si pensamos que es injusto estar representados por Adán, debiéramos también pensar que
es injusto estar representados por Cristo y que Dios anote a nuestro favor Su justicia.
Porque el procedimiento que Dios usó fue el mismo, y eso es exactamente lo que Pablo
está diciendo en Rom. 5:12–21
4.2.1.2. Corrupción Heredada:
Nuestra naturaleza incluye una disposición al pecado por lo que Pablo puede afirmar que antes
que fuéramos cristianos, “como los demás, éramos por naturaleza objeto de la ira de Dios” (Ef.
2: 3). Todos los que han criado hijos pueden dar testimonio experimental de que todos
nacemos con esa tendencia a pecar. A los niños no hay que enseñarles a hacer lo malo; lo
descubren por sí mismos. Lo que nosotros tenemos que hacer como padres es enseñarles a
hacer lo bueno, criarlos “según la disciplina e instrucción del Señor” (Ef. 6: 4).
Esta tendencia al pecado heredada no quiere decir que los seres humanos son todo lo
malvados que podían ser. Las sujeciones de la ley civil, las expectativas de la familia y de la
sociedad, y la convicción de la conciencia humana (Ro. 2: 14–15), evitan el desenfreno
Páá giná 20
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
particular y social. Sin embargo cuando somos confrontados por la realidad de nuestro pecado,
nuestra tendencia es:
1. Evitar los textos bíblicos que tratan el tema del pecado y no estudiarlos.
2. Apuntar a pecados más horribles que los nuestros y que vemos en otros.
3. Ver cómo arreglamos la comunidad y el mundo con programas sociales, en lugar de buscar
remedio y cura para nuestro propio mal.
Páá giná 21
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
La idea de que solo somos responsables ante Dios de la capacidad que tenemos de hacer el
bien, es contraria al testimonio de las Escrituras, que afirman que estábamos muertos en las
transgresiones y pecados en que andábamos (Ef.2,1) y en consecuencia no podemos hacer
ningún bien espiritual y todos somos culpables ante Dios. Además si nuestra responsabilidad
ante Dios estuviera limitada a nuestra capacidad, los pecadores extremadamente endurecidos,
que están muy esclavizados en el pecado, podrían ser menos culpables ante Dios que los
cristianos maduros que se esfuerzan a diario por obedecerle. Y Satanás mismo que
eternamente solo puede hacer el mal, no tendría culpa en lo absoluto, lo que es sin duda una
conclusión incorrecta.
La verdadera medida de nuestra responsabilidad y culpa no es nuestra capacidad de obedecer
a Dios, sino más bien la absoluta perfección de la ley moral y la santidad de Dios (que se
refleja en esa ley). “Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto.” (Mt
5:48).
4.2.2.3. ¿Son los infantes culpables antes de haber cometido pecados auténticos?
Algunos sostienen que las Escrituras enseñan una “edad de responsabilidad” antes de la cual los niños
pequeños no son considerados responsables del pecado y no son tenidos como culpables ante Dios.
Sin embargo, los pasajes mostrados arriba en la sección acerca “del pecado heredado” indican que aún
antes del nacimiento los niños tienen culpa delante de Dios y una naturaleza pecaminosa que no solo
les da una tendencia al pecado, sino que también hace que Dios los vea como “pecadores”. El salmo
51,5; Rom.2:6-11 no dice nada acerca de las bases del juicio cuando no ha habido acciones individuales
buenas o malas, cuando los niños mueren siendo bebés. En tales casos, debemos aceptar las
Escrituras que dicen que tenemos una naturaleza pecaminosa desde antes del nacimiento. Además,
tenemos que reconocer que la naturaleza pecaminosa del niño se manifiesta muy temprano,
ciertamente dentro de los dos primeros años de la vida del niño, como puede afirmarlo todo el que ha
tenido hijos. Salmo 58:3.
Entonces ¿qué decimos acerca de los infantes que mueren antes de que alcance a entender y creer en
el evangelio? ¿Pueden ellos ser salvos? Aquí tenemos que decir que si tales infantes son salvos, no
pueden serlo sobre la base de sus propios méritos ni sobre la base de su propia justicia o inocencia,
sino que debe ser por completo sobre la base de la obra redentora de Cristo y la obra de regeneración
del Espíritu Santo dentro de ellos 1 Timoteo 2:5 y Juan 3:3
En Mateo 18:1-14 el amor divino hacia los niños se manifiesta de diversas maneras.9
Jesucristo se identifica con los niños: Cuando los recibimos en su nombre, es como si le
recibiéramos a él. «Y el que recibe en mi nombre a un niño como éste, me recibe a mí» (vs 5).
Al Señor Jesús le indigna que se haga tropezar a un pequeño. «Pero si alguien hace pecar a
uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una gran piedra de
molino y lo hundieran en lo profundo del mar» (vs 6).
El Señor Jesús nos dice que no menospreciemos a los pequeños. «Miren que no
menosprecien a uno de estos pequeños. Porque les digo que en el cielo los ángeles de ellos
contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial» (vs 10).
Dios Padre no desea que siquiera uno de estos pequeños se pierda. «Así también, el Padre de
ustedes que está en el cielo no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños» (vs 14).
El Señor Jesucristo está buscando a los pequeños que están perdidos. «El Hijo del Hombre
vino a salvar lo que se había perdido. ¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le extravía
una de ellas, ¿no dejará las noventa y nueve en las colinas para ir en busca de la extraviada? Y si llega
a encontrarla, les aseguro que se pondrá más feliz por esa sola oveja que por las noventa y nueve que
no se extraviaron. (vs. 11,12,13).
9 Tomado y adaptado del libro ¿Por qué evangelizar a los niños?, Sam Doherty, Desarrollo Cristiano Internacional, 2002, pp. 7981
Páá giná 22
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
En Mateo 19:13-15, Marcos 10:13-16, y Lucas 18:15-17 podemos ver la reacción del Señor Jesús
cuando sus discípulos reprendían y despedían a los que traían niños al Salvador para que él los tocara
y bendijera.
Se indignó por lo que hacían. «Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les dijo: "Dejen que los
niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos".» (Marcos
10:14).
Advirtió a los discípulos que no volvieran a hacer lo mismo. Les dijo que no impidieran a los
niños venir a él (Mateo 19:14; Marcos 10:14; Lucas 18:16).
Dio a los discípulos un mandato concerniente a los niños. «Dejen que los niños vengan a mí»
(Mateo 19:14; Marcos 10:14; Lucas 18:16).
Hizo una afirmación a los discípulos en cuanto a los niños. «El reino de Dios es de quienes son
como ellos» (Mateo 19:14; Marcos 10:14,15; Lucas 18:16,17).
Demostró a los niños su amor. «Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos
sobre ellos» (Marcos 10:16). «Después de poner las manos sobre ellos, se fue de allí» (Mateo 19:15).
Páá giná 23
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
comparezcamos ante el Tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda,
según lo bueno o lo malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo” (2 Co 5:10). Pablo
implica que hay grados de recompensas en el cielo, y que el pecado tiene consecuencias
negativas en términos de pérdida de recompensa celestial.
4.3.1. ¿Puede ser un pecado de omisión dejar de hacer lo que sabemos que Dios nos
pide?
La severidad con que Cristo trata el pecado de omisión debe hacernos pensar. Dijo: “Apartaos
de mí, malditos, al fuego eterno... porque tuve hambre, y no me diste de comer, tuve sed, y no
me diste de beber, anduve como forastero, y no me diste alojamiento. Me faltó ropa y no me
disteis de vestir; estuve enfermo, y en la cárcel y no me vinisteis a visitar. Preguntaron ellos,
¿Señor, cuándo te vimos con hambre o con sed, como forastero, o falta de ropa, o enfermo, o
en la cárcel y no te ayudamos? Él les contestará: Os aseguro que todo lo que no hicisteis por
una de estas personas más humildes, tampoco por mí la hicisteis. Esos irán al castigo eterno”
(Mt. 25:41-46).
4.3.2. ¿Puede cometerse un pecado en ignorancia?
Dios, al dar su ley, le reveló a Moisés el peligro en que estaba el pueblo de cometer pecados
inocentemente: “Di a los israelitas que, en aquellos casos en que alguien peque involuntariamente
contra alguno de los mandamientos del Señor y haga algo que no está permitido, se hará lo
siguiente. . .” (Lv. 4:1-35 y Núm. 15:24-29). En estos pasajes se delinea la confesión y el sacrificio
debidos para lograr perdón por los pecados cometidos en ignorancia.
En su tema del siervo fiel e infiel, Cristo también habla de pecados involuntarios (Lc. 12:41-47). Entre
otras cosas nos dice: “El siervo que sabe lo que quiere su amo, pero no está preparado ni le obedece,
será castigado con muchos golpes. Pero el siervo que sin saberlo hace cosas que merecen castigo,
será castigado con menos golpes. A quien mucho se le da, también se le pedirá mucho; a quien mucho
se le confió, se le exigirá mucho más.”
4.3.3. La ignorancia nos lleva a falsas conclusiones
Se cuenta de un joven, que quería ser ordenado como pastor, a pesar de que no tenía preparación
bíblica, insistía en que se le examinara porque estaba seguro de su llamado al ministerio. Así fue que
un grupo de pastores se reunió y procedieron a evaluar los conocimientos bíblicos del presunto
candidato al pastorado.
La primera pregunta que se le hizo fue: “¿Cuál es tu libro preferido de la Biblia?” Contestó: ---
El evangelio según el Buen Samaritano.
Los pastores se miraron entre sí, y uno le preguntó:
--- ¿Nos podrías contar algo de lo que dice ese evangelio?
--- Por supuesto --- dijo el joven, y con gran entusiasmo prosiguió: --- Hubo pues un samaritano que
salió de camino a Jericó. Pasando por la ciudad se dirigió a Jerusalén. A su paso cayó entre
ladrones. Estos le golpearon cuarenta días y cuarenta noches y lo dejaron por muerto. Cuando pudo
levantarse, parecía estar lleno de mosto y tuvo hambre. Entonces los cuervos vinieron y le dieron de
comer. Le traían pan por la mañana y carne por la noche. Se levantó luego el Samaritano de aquel
lugar y regresó a Jericó. Aconteció que entrando a Jericó, levantó sus ojos y vio a Jezabel sentada
sobre la muralla. Entonces dijo a los que estaban con él: “Échenla de la muralla.” Y la echaron una
vez. Y repitió: “Tírenla otra vez.” Y la tiraron hasta setenta veces siete. De los restos recogieron
Páá giná 24
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
doce cestas y fue grande su ruina. Decidme, en el día de la resurrección, ¿de quién será ella
esposa?
Nos reímos al escuchar tan obvia tergiversación de la Biblia. La triste verdad es que tal tipo de cosa
sucede continuamente de labios de “maestros” que no conocen la Palabra de Dios, y pretenden
interpretarla. Toman pasajes y los citan, cambiando por completo su sentido y su enseñanza. Los que
escuchan conociendo aún menos, lo aceptan como verdad. Así entra el error.
Páá giná 25
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
denunciado, alguien nos acusa de haber hecho esto o aquello, ¡qué agonía sufrimos! Ese
pecado se levanta como un monstruo que no nos deja quietos. También cuando el Espíritu
Santo denuncia un pecado, hace que nos moleste hasta que nos arrepintamos y lo dejemos.
4.3.5.5. El pecado es una realidad en nuestras vidas, aunque lo veamos desde la
óptica de los prejuicios que crean nuestras creencias y valores.
Nuestra tendencia es decidir personalmente lo que es bueno y lo que es pecado por lo que
oímos o por lo que categorizamos en nuestras propias mentes. Por ejemplo, la Biblia señala
que la “ira”, “malicia”, “maledicencia”, “envidia”, “mentira”, “palabras deshonestas”, son
pecados. Normalmente no los clasificamos así. Más bien llamamos a estas cosas “fallas en
nuestra personalidad”, “cosas que heredamos del carácter de nuestros padres”, etc. Sólo
clasificamos como pecado el homicidio, el robo, el adulterio, y cosas que la sociedad en
general califica de malas.
¿Quién determina qué es pecado? ¿Tú?, ¿yo?, ¿Dios? Es por esto que no podemos confiar
en nuestro propio criterio, ni en el del vecino, ni el del periódico, ni el de una revista o libro.
Tenemos que depender de lo que Dios declara como pecado.
Páá giná 26
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
el corazón, la persona sin Cristo está en sus pecados, se deleita en el pecado, y se entrega al pecado.
No se preocupa por el pecado ni le aflige sobre manera.
Este pasaje explica un período de carnalidad en la vida del apóstol. Improbable. No hay indicio
bíblico ni secular para respaldar tal creencia.
En este pasaje el apóstol presenta un caso hipotético. Inconsistente. Pablo en todo el libro
habla en primera persona, y se usa a sí mismo como ejemplo. Sería inconsistente en este capítulo
introducir de repente un elemento simbólico.
Este pasaje explica una simple realidad en todo creyente. Consistente. Esta es la postura que la
gran mayoría de expositores asumen al comentar estos textos, y es una postura consistente con la
experiencia de cada creyente si analiza su corazón con honestidad.
Páá giná 27
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
Páá giná 28
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él
comas, ciertamente morirás” (Gen 2: 16-17).
¿Está todavía en vigor el pacto de obras? El pacto de obras todavía está en vigor para todo ser
humano aparte de Cristo, aunque ningún ser humano puede cumplir con sus estipulaciones y
conseguir sus bendiciones. Cristo obedeció perfectamente el pacto de obras por nosotros
porque él no cometió ningún pecado (1 P 2:22), sino que obedeció a Dios en todo a nuestro
favor (Rom 5:18–19). En realidad, para los cristianos hoy pensar que estamos obligados a
tratar de ganar el favor de Dios mediante la obediencia sería apartarse de la esperanza de la
salvación. “todos los que viven por las obras que demanda la ley, están bajo maldición…es
evidente que por la ley nadie es justificado delante de Dios” (Ga 3: 10-11). Los cristianos han
quedado liberados del pacto de las obras por razón de la obra de Cristo y han sido incluidos en
el nuevo pacto, el pacto de la gracia (vea abajo).
Páá giná 29
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
Las partes en este pacto de gracia son Dios y el pueblo que él redimiría. Pero en este caso Cristo
cumple con un papel especial como “mediador” (He 8:6; 9: 15; 12:24) en el cual cumple por nosotros las
condiciones del pacto y de ese modo, nos reconcilia con Dios. La condición (o requerimiento) de la
participación en el pacto es tener fe en la obra de redención de Cristo (Ro 1: 17; et al.). Este
requerimiento de fe en la obra redentora del Mesías era también la condición para obtener las
bendiciones del pacto del Antiguo Testamento, como Pablo lo demuestra claramente por medio de los
ejemplos de Abraham y David (Ro 4: 1-15). Ellos, como otros creyentes del Antiguo Testamento,
alcanzaron la salvación mirando hacia el futuro a la obra del Mesías que iba a venir y depositando su fe
en Él.
5.3.2. Varias formas del pacto
¿Qué es entonces el “antiguo pacto” en contraste con el “nuevo pacto” en Cristo? Se refiere al
pacto que se hizo en el Monte Sinaí (Ex 19-24), y se le llama el “antiguo pacto” (2 Co 3:14; cf.
He 8:6, 13), porque iba a ser sustituido por el “nuevo pacto” en Cristo (Lc 22:20; 1 Co 11:25; 2
Co 3:6; He 8:8, 13;9: 15; 12: 24). El pacto mosaico era la aplicación de detalladas leyes
escritas puestas en vigor con el propósito de señalar los pecados de las personas y ser una
guía que nos llevara a Cristo. Pablo dice: “Entonces, ¿cuál era el propósito de la ley? Fue
añadida por causa de las transgresiones hasta que viniera la descendencia a la cual se hizo la
promesa” (Ga 3:19), “así que la ley vino a ser nuestro guía encargado de conducirnos a Cristo”
(Ga 3:24).
El sistema de sacrificios del pacto mosaico no quitaba en realidad el pecado (He 10:1-4), pero
si prefiguraba que Cristo, el perfecto sumo sacerdote que era también el sacrificio perfecto,
cargaría con nuestros pecados (He 9:11–28). Pablo se da cuenta de que el Espíritu Santo que
actúa dentro de nosotros es el único que puede capacitarnos para obedecer a Dios en una
manera que la ley mosaica nunca podría, porque él dice que “Dios nos ha capacitado para ser
servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el
Espíritu da vida” (2 Co 3:6).
El nuevo pacto en Cristo es, entonces, mucho mejor porque cumple las promesas hechas en
Jeremías 31:31-34, como aparece citado en He 8:6-12:
7
Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar
para el segundo.
8
Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor,
En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;
9
No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé de la mano para sacarlos de la
tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo me desentendí de ellos,
dice el Señor.
10
Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice
el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos,
Y sobre su corazón las escribiré;
Y seré a ellos por Dios,
Y ellos me serán a mí por pueblo;
11
Y ninguno enseñará a su prójimo,
Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor;
Porque todos me conocerán,
Páá giná 30
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
300
La respuesta a esta pregunta, como habremos de ver, es que Jesús se hizo hombre para poder
morir por los que habrían de creer en Él. En las obras de Anselmo de Canterbury (que murió en
1109) encontramos una afirmación clásica con respecto a la pregunta sobre por qué Jesucristo
se hizo hombre. Anselmo respondía que Dios se hizo hombre en Cristo porque sólo una
persona que fuera Dios y hombre al mismo tiempo podía lograr nuestra salvación.
La Encarnación además hace dos cosas adicionales. Primero, nos muestra que Dios es capaz
de entendernos y simpatizar con nosotros, lo que sirve de impulso para acercarnos a él en
oración. Segundo, la Encarnación, también, constituye un ejemplo sobre cómo debería vivir
una persona en este mundo. Pedro habla incluso de la crucifixión en estos términos: "Cristo
padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas" (1 P.2:21).
Pero la expiación es la causa real de la Encarnación. El autor de la epístola a los Hebreos
afirma esto con claridad. "Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede
quitar los pecados. Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; más
me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces
dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito
de mí" (He. 10:4-7). Y el autor luego agrega a continuación que cuando Jesús dice que ha
venido a cumplir con la voluntad de Dios, esa voluntad debe ser entendida como
proporcionando un mejor sacrificio. "En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda
del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre" (10:10).
Encontramos este mismo énfasis en otros lugares. En sus denotaciones el nombre Jesús
("Jehová salva") está apuntando hacia la expiación. “Llamarás su nombre JESÚS, porque él
salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt. 1:21). Jesús mismo hizo referencia a su próximo
sufrimiento (Mr. 8:31, 9:31), ligando el éxito de su misión a la crucifixión: "Y yo, si fuere
levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo” (Jn. 12:32). En varios otros lugares en el
12 Los Fundamentos de la Fe Cristiana – Una teología exhaustiva y comprensible - James Montgomery Boice Editorial Unilit - Pág. 293 -
Páá giná 31
ANTROPOLOGÍÍA BÍÍBLÍCA
LÍDERAZGO ÍNTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE Í
evangelio de Juan se habla de la crucifixión como la "hora" para la cual Cristo vino (Jn. 2:4;
7:30; 8:20; 12:23,27; 13:1; 17:1).
deberíamos seguir, ni siquiera que la muerte, ha sido conquistada. Las buenas noticias son que
se ha conquistado al pecado (la resurrección es prueba de ello); que Jesús ha sufrido Su
castigo como nuestro representante, para que nosotros nunca tengamos que sufrirlo; y que por
lo tanto todos los que creen en Él pueden esperar el cielo.
La resurrección no es simplemente la victoria sobre la muerte (si bien se trata de esto también)
sino la prueba que la expiación fue una expiación satisfactoria a la vista del Padre (Ro. 4:25), y
que la muerte, el resultado del pecado, ha sido abolida sobre esa base. Cualquier evangelio
que sólo hable del acontecimiento de Cristo, entendiendo por esto la Encarnación sin la
expiación, es un evangelio falso.
Por último, del mismo modo que no puede haber un evangelio sin la expiación como razón de
la Encarnación, tampoco puede darse una vida cristiana sin ella. Sin la expiación el tema de la
Encarnación se torna fácilmente en una especie de deificación de lo humano y conduce a la
arrogancia y al provecho propio. Con la expiación, el verdadero mensaje de la vida de Cristo, y
por ende también el significado de la vida de los hombres y mujeres cristianos, es la humildad y
el sacrificarse para suplir las necesidades de otros.
La vida cristiana no consiste en la indiferencia frente a aquellos que padecen hambre, o están
enfermos, o están sufriendo alguna limitación. No es el contentamiento con la propia
abundancia, ni la abundancia de una clase media con casas y automóviles y ropa y
vacaciones, ni la abundancia de una buena educación, ni siquiera la abundancia de buenas
iglesias, Biblias, enseñanza bíblica o amigos y conocidos cristianos. Se trata de tomar
conciencia de que no todos tienen estas cosas y que por lo tanto nosotros debemos sacrificar
muchos de nuestros propios intereses para poder identificarnos con estas personas y así
traerlas paulatinamente a la misma abundancia que disfrutamos.
Páá giná 33