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ARQUIDIÓCESIS DE BOGOTÁ

ASAMBLEAS VICARIALES DEL CLERO


Girardot, 28 a 30 de abril de 2014

ILUMINACIONES BÍBLICAS

Lunes, 28 de abril – 17h30 (30 minutos)

“SALIR” en Jesús…
Texto bíblico: Lucas 15,11-32: De hijos amados a formar en nosotros las entrañas
del Padre
¡Jesús, muéstranos al Padre! (Juan 14,8-10)
El Padre SALE en el despojo de sí mismo – les da la herencia vv.12-20
11 Después Jesús les dijo: «Un hombre tenía dos hijos. 12 El más joven de ellos le
dijo a su padre: “Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde”.
Entonces el padre repartió la fortuna entre los hijos. 13 Poco tiempo después, el hijo
menor reunió todo lo que tenía y se fue a un país lejano donde derrochó todos sus
bienes viviendo de manera desordenada. 14 Cuando ya había gastado todo, se
produjo un hambre terrible en esa región y comenzó a padecer necesidad. 15
Entonces fue y consiguió trabajo en casa de uno de los habitantes de ese país, que
lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. 16 Él deseaba saciar su hambre con el
alimento que comían los cerdos, pero nadie se lo daba. 17 Al darse cuenta de su
situación se puso a pensar: “¡Cuántos obreros de mi padre tienen comida en
abundancia, mientras yo estoy aquí muriéndome de hambre!18 Me levantaré,
volveré a la casa de mi padre y le diré: Padre, he pecado contra Dios y contra ti. 19
Ya no merezco tener el nombre de hijo tuyo. Trátame como a uno de tus obreros”.
20 Entonces se levantó y volvió a la casa de su padre».

TESTIMONIO

Ritual de ordenación presbiteral…

(Postración) (Letanías) (Imposición de las manos) (Oración consecratoria / Plegaria


de ordenación) (Unción)
Y al entregar la patena y el cáliz al nuevo sacerdote, el Obispo dice:
“Recibe la ofrenda del pueblo santo para presentarla a Dios. Considera lo que
realizas e imita lo que conmemoras y conforma tu vida con el misterio de la cruz del
Señor”.
El Padre SALE al encuentro del hijo que retorna – misericordia vv.20-24

«Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y, conmovido profundamente, salió


corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó con ternura. 21 Su hijo le dijo: “Padre,
he pecado contra Dios y contra ti. Ya no merezco tener el nombre de hijo tuyo”. 22
Pero su padre ordenó a los servidores: “¡Rápido! ¡Traigan la mejor ropa y vístanlo!
¡Pónganle el anillo en su mano y sandalias en sus pies!23 ¡Traigan el ternero más
gordo, mátenlo y festejemos!24 Porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida,
estaba perdido y ha sido encontrado”. Y empezaron a festejar».

TESTIMONIO
Ciudad del Vaticano, 06 de marzo de 2014 (Zenit.org) Redacción | 2569 hits
El papa Francisco se ha reunido hoy por la mañana en el Vaticano, con el clero de
la diócesis de Roma para el tradicional encuentro del inicio de la cuaresma. Unos 3
mil sacerdotes se han encontrado con el obispo de Roma, el papa Francisco en el
Aula Pablo VI.
(...)
¿Qué significa misericordia para los sacerdotes?
Me vienen a la mente algunos de vosotros que me han llamado o hablado por
teléfonos, o escrito una carta, pero Papa, ¿por qué usted la tiene con los
sacerdotes? (ríe) decían que yo regaño a los sacerdotes... No quiero regañar aquí.
¿Qué significa misericordia para los sacerdotes? Preguntémonos qué significa
misericordia para un sacerdote, permitidme decir para nosotros sacerdotes. Los
sacerdotes se conmueven delante de las ovejas, como Jesús, que veía a la gente
cansada y agotada como ovejas sin pastor. Jesús tiene las "vísceras" de Dios.
Isaías lo dice mucho, está lleno de ternura hacia la gente, especialmente hacia las
personas excluidas, hacia los pecadores, hacia los enfermos que nadie cuida... Así
a imagen del Buen Pastor, el sacerdote es un hombre de misericordia y de
compasión, cerca de su gente y servidor de todos.
Este es un criterio pastoral que quisiera subrayar mucho, la cercanía, la proximidad.
Es el servicio, pero la proximidad, la cercanía. Quien se encuentre herido en la
propia vida, en cualquier modo, puede encontrar en él atención y escucha... En
particular el sacerdote demuestra entrañas de misericordia en el administrar el
sacramento de la reconciliación; lo demuestra en toda su actitud, en la forma de
acoger, de escuchar, de aconsejar, de absolver... Pero esto deriva de como él
mismo vive el sacramento en primera persona, de cómo se deja abrazar por Dios
Padre en la confesión, y permanecer dentro de este abrazo... Si uno vive esto sobre
él en el propio corazón, puede también donarlo a los otros en el ministerio.
Yo os dejo una pregunta: ¿cómo me confieso, me dejo abrazar? Me viene a la
mente un gran sacerdote de Buenos Aires, tiene algunos años menos que yo, un
gran confesor, tenía siempre cola. Los sacerdotes, la mayoría van confesarse con
él, un gran confesor. Una vez vino donde mí, "'tengo un poco' de escrúpulo porque
perdono, yo sé que perdono mucho", y hemos hablado de la misericordia, y a un
cierto punto me ha dicho: "tú sabes que cuando siento fuerte este escrúpulo
después voy a la capilla delante del tabernáculo y digo, tú tienes la culpa porque me
has dado un mal ejemplo, y me voy tranquilo". Es una bella oración, es la
misericordia. Y si uno en la confesión vive esto sobre él en el propio corazón lo
puede dar a los otros.
El sacerdote está llamado a aprender esto, a tener un corazón que se conmueve.
Los sacerdotes, me permito la palabra, "asépticos" no ayudan a la Iglesia, los
sacerdotes "de laboratorio". La Iglesia hoy podemos pensarla como un "hospital de
campo", perdonadme si lo repito pero lo veo así, lo siento así, es necesario curar las
heridas. Hay mucha gente herida, por los problemas materiales, por los escándalos,
también en la Iglesia... Gente herida de las ilusiones del mundo... Nosotros
sacerdotes debemos estar allí, cerca a esta gente. Misericordia significa antes que
nada curar las heridas. Cuando uno está herido, necesita en seguida esto, no los
análisis; como el nivel de colesterol, el azúcar en sangre, primero la herida, después
se harán las curas especializadas, pero primero se deben curar las heridas abiertas.
Para mí en este momento es muy importante, también las heridas escondidas ¿eh?
porque hay gente que se aleja por no dejar ver las heridas escondidas. Y me viene a
la mente la costumbre por la ley mosaica, los leprosos en la época de Jesús que
eran siempre alejados. Sientes que se alejan por vergüenza, y se alejan quizá un
poco con la cara torcida contra la Iglesia. Pero en fondo, dentro está la herida,
quieren una caricia y vosotros queridos hermanos, os pregunto, ¿conocéis las
heridas de vuestros parroquianos? ¿Las intuís, estáis cerca de ellos? Es la única
pregunta. Misericordia significa: ni manga ancha ni rigidez. Volvemos al sacramento
de la reconciliación. Nos sucede a menudo a nosotros sacerdotes, escuchar
experiencias de nuestros fieles que nos cuentan que han encontrado en la confesión
a un sacerdote muy "estrecho", o muy "largo", laxista o rigorista. Esto no va bien.
Que entre los confesores haya diferencias de estilos es normal, pero estas
diferencias no pueden afectar a la sustancia, es decir, la sana doctrina moral y la
misericordia. Ni el laxista ni el rigorista da testimonio de Jesucristo, porque ni el uno
ni el otro se hace cargo de la persona que encuentra. El rigorista se lava las
manos... De hecho la ata a la ley entendida de forma fría y rígida; el laxista se lava
las manos, solo aparentemente es misericordioso, pero en realidad no se toma en
serio el problema de esa conciencia, minimizando el pecado. La verdadera
misericordia se hace cargo de la persona, la escucha atentamente, lo enfoca con
respeto y con verdad a la situación, y la acompaña en el camino de la reconciliación.
Y esto es cansando sí, realmente. El sacerdote realmente misericordioso se
comporta como el Buen Samaritano... pero ¿por qué lo hace? Porque su corazón es
capaz de compasión, ¡es el corazón de Cristo!
Sabemos bien que ni el laxismo ni el rigorismo hacen crecer la santidad. Quizá
algunos rigoristas parecen santos, santos, pero pensad en Pelagio, después lo
hablamos.
No santifican al sacerdote y no santifican al fiel. Ni el laxismo ni el rigorismo. La
misericordia sin embargo acompaña al camino de la santidad, la hace crecer... Es
demasiado trabajo para un párroco, es verdad, es demasiado trabajo. ¿De qué
forma? A través del sufrimiento pastoral, que es una forma de la misericordia. ¿Qué
significa sufrimiento pastoral? Quiere decir sufrir para y con las personas, y esto no
es fácil, sufrir como un padre y una madre sufren por los hijos. Y me permito decir,
también con ansiedad.
Para explicarme os hago también algunas preguntas que me ayudan cuando un
sacerdote viene donde mí, y que me ayudan cuando estoy solo delante del
Santísimo. Dime, ¿tú lloras? ¿O hemos perdido las lágrimas?
Recuerdo en los misales antiguos, esos de los otros tiempos, había una oración
bellísima para pedir el don de las lágrimas, iniciaba así: 'Señor tú que has dado a
Moisés el mandato de golpear la piedra para que llegara el agua, golpea la piedra
de mi corazón para que vengan las lágrimas' era algo así.
Pero ¿cuántos de nosotros lloramos delante del sufrimiento de un niño, delante de
la destrucción de una familia, delante de tanta gente que no encuentra el camino?
Y el llanto de un sacerdote. ¿Tú lloras? ¿O en este presbiterio hemos perdido las
lágrimas? ¿Lloras por tu pueblo? ¿Haces la oración de intercesión delante del
tabernáculo? ¿Tú luchas con el Señor por tu pueblo, como Abraham ha luchado: Y
si fueran menos, si fueran 25, 20. Una oración valiente de intercesión. Nosotros
hablamos de parresía de valentía apostólica, pensamos en los planes pastorales,
pero la misma parresía es necesaria en la oración. ¿Luchas con el Señor?
¿Discutes con el Señor como hizo Moisés? Cuando el Señor estaba cansado,
agotado de su pueblo y decía: 'a estos les destruiré a todos y te haré jefe de otro
pueblo' ¿no? 'Si tú destruyes el pueblo destrúyeme también a mí'. Pero estos tenían
pantalones y yo hago la pregunta: ¿tenemos los pantalones para luchar con Dios
por nuestro pueblo? Y hago otra pregunta: la noche, ¿cómo concluye tu jornada?
¿Con el Señor? ¿O con la televisión? Y veo muchas sonrisas aquí, también yo
sonrío. ¿Cómo es tu relación con los que ayudan a ser más misericordiosos? Es
decir, ¿cómo es tu relación con los niños, con los ancianos, con los enfermos?
¿Sabes acariciarles o te avergüenzas de acariciar un anciano? No tener vergüenza
de la carne de tu hermano. Al final, seremos juzgados sobre cómo hemos sabido
acercarnos a "cada carne". Isaías... no os avergoncéis de la carne de vuestro
hermano. "Hacerse prójimo", la proximidad, cercanía. Hacerse prójimo a la carne del
hermano. El sacerdote y el levita que pasaron antes que el buen samaritano no
supieron acercarse a esa persona abatida por los bandidos. Su corazón estaba
cerrado, y tenían sus justificaciones. Sin embargo aquel samaritano abre su
corazón, quizá el sacerdote ha mirado el reloj y ha dicho 'no puedo llegar tarde a
misa...' Muchas veces tomamos las justificaciones para dar la vuelta al problema, a
la persona. El otro levita, el doctor de la ley ha dicho 'no puedo hacer esto porque si
hago esto mañana tendré que ir con un testigo, perderé tiempo'. Las excusas...
Tendrán un corazón cerrado, pero el corazón cerrado se justifica siempre de lo que
no hace... Sin embargo el samaritano se deja conmover en las entrañas y este
movimiento interior se traduce en acción práctica, en una intervención concreta y
eficaz para ayudar a esa persona. Al final de los tiempos, será admitido a
contemplar la carne glorificada de Cristo solo quien no haya tenido vergüenza de la
carne de su hermano herido y excluido.
A mí me hace bien algunas veces leer la lista sobre la cuál seré juzgado, que es
Mateo 25. Estas son las cosas que me han venido a la mente para compartir con
vosotros. Un poco 'a la buena' como me han venido.
En Buenos Aires, hablo de otro sacerdote que era un confesor famoso, este era
sacramentino, casi todo el clero se confesaba con él. Una de las dos veces que fue
Juan Pablo II pidió un confesor y fue él. Era anciano, muy anciano, fue el provincial
de su orden, profesor, pero siempre confesor. Tenía siempre cola en la Iglesia del
Santísimo Sacramento. En aquel tiempo yo era vicario general y vivía en la curia.
Cada mañana pronto bajaba al fax para ver si había algo. Era una mañana de
Pascua cuando leí el fax del superior de la comunidad: ayer, antes de la vigilia de
Pascua falleció el padre Aristi, el funeral será tal día.
Y la mañana de Pascua tenía que ir a comer a la casa de ancianos con los
sacerdotes, y después de la comida fui a la Iglesia. Es una iglesia muy grande, con
una cripta muy bonita, había solamente dos ancianas y ninguna flor y pensaba: este
hombre que ha perdonado tantos pecados al clero de Buenos Aires, incluido yo.
Subí y fui a una floristería porque en Buenos Aires hay cruces con floristerías por la
calle y compré flores, rosas y volví y comencé a preparar el ataúd con las flores. Y
miré el rosario que tenía en la mano, y ese ladrón que tenemos dentro, mientras
preparaba las flores tomé la cruz del rosario, una cruz así y con un poco de fuerza la
he arrancado, y en ese momento le he mirado y le he dicho: 'dame la mitad de tu
misericordia'.
Sentí una cosa fuerte, que me ha dado la valentía de hacer esto y esto. Oración. Y
después esa cruz me la metí aquí en el bolsillo. Pero las camisas del Papa no tienen
bolsillo, y yo siempre llevo conmigo una bolsa de tela pequeña, y desde ese día y
hasta hoy esa cruz está conmigo. Y cuando me viene un mal pensamiento contra
alguna persona, la mano se viene aquí siempre, y siento la gracia, y me hace bien.
Pero cuánto bien hace el ejemplo de un sacerdote misericordioso, de un sacerdote
que se acerca a las heridas.
Si pensáis en vosotros, seguramente habéis conocido muchos sacerdotes, porque
los sacerdotes de Italia son buenos, y pienso que si Italia es todavía tan fuerte, no
es tanto por nosotros los obispos, sino por los párrocos, los sacerdotes. Y no es un
poco de incienso para vosotros sino porque lo siento así. Y la misericordia.
Pensad en tantos sacerdotes que están en el cielo y pedid esta gracia, que os den
esa misericordia que han tenido con sus fieles. Y os agradezco mucho por la
escucha y por haber venido aquí, y ahora me despido. Debemos rezar el ángelus.
Y después de la oración ha añadido:
Y rezad por mí, por favor, no lo olvidéis.

El Padre SALE al encuentro del hijo mayor que no quiere participar de la fiesta –
diálogo vv.25-32
25 «Su hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya próximo a la casa, oyó la
música y los bailes. 26 Entonces llamó a uno de los servidores y le preguntó qué
ocurría. 27 Él le dijo: “Tu hermano ha vuelto y tu padre mandó matar el ternero más
gordo, porque lo ha recuperado sano y salvo”. 28 Y tanto se enojó el hermano
mayor que no quería entrar. Su padre tuvo que salir a rogarle que entrara, 29 pero él
le respondió: “Hace tantos años que te sirvo y nunca desobedecí ni una sola de tus
órdenes. Sin embargo, nunca me diste un corderito para que haga una fiesta con
mis amigos. 30 Ahora ha venido ese hijo tuyo que despilfarró tus bienes con
prostitutas y mandas matar en su honor el ternero más gordo”. 31 El padre le
contestó: “¡Hijo, tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo!32 Pero era
necesario festejar y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto
a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado”».

TESTIMONIO:
Alec Reid (pronunciación: /'ælɪk riːd/) (Nenagh, 1931 − Dublín, 22 de
1
noviembre de 2013) fue un sacerdote redentorista irlandés conocido por su papel
como mediador en el proceso de paz en Irlanda del Norte y más recientemete por
similares esfuerzos en el País Vasco.2 Reid nació y creció en Nenagh, condado
de Tipperary, Irlanda. Tomó los votos de la orden redencionista en 1950,
ordenándose sacerdote siete años más tarde. Durante los cuatro años siguientes
participó en misiones parroquiales en Limerick, Dundalk y Galway, trasladándose
posteriormente al monasterio de Clonard en Belfast, donde pasaría casi cuarenta
años. El monasterio redencionista de Clonard se halla entre la zona nacionalista
católica y la protestante Shankill Road.
En 1988 administró la extremaunción a dos soldados británicos asesinados por
el IRA Provisional por conducir en medio de un cortejo fúnebre de tintes
republicanos. Una foto de su papel en este incidente se ha convertido en una de las
imágenes más notorias del conflicto de Irlanda del Norte. A finales de los años 80,
Reid organizó varias reuniones entre el presidente del Sinn Féin Gerry Adams y el
líder del Partido Socialdemócrata y Laborista John Hume, en un intento de
establecer un 'frente pannacionalista' para hacer posible el cese de la violencia en
favor del diálogo. Después actuó como contacto entre ambos políticos y el Gobierno
de Irlanda en Dublín desde un encuentro en 1987 con el Taoiseach (Presidente del
Gobierno/Primer Ministro) Charles Haughey hasta la firma del Acuerdo de Viernes
Santo en 1998. En este rol, por entonces no sometido al escrutinio público, se
reunió con varios Taoisigh4 y en particular con Martin Mansergh, consejero de varios
líderes de Fianna Fáil.
Los últimos años de vida estuvo viviendo en Dublín y participó en iniciativas para la
paz en el País Vasco. En enero de 2003 recibió el premio "Espejo en el mundo"
2002 de la Fundación Sabino Arana 2002, en reconocimiento a sus esfuerzos por
promover la paz y reconciliación. En septiembre de 2005, Reid y
un pastor metodista Harold Good anunciaron en rueda de prensa que el IRA había
entregado las armas.5
Aparece en el documental de 2003 La pelota vasca, la piel contra la piedra.

REID, Alec. Siempre se puede hacer algo, Testimonio del proceso de paz en
Irlanda, Instituto Manu Robles-Angariz, Bilbao, 2001.

Espero que basándose en nuestra experiencia, aunque se trata de un conflicto de


un tipo diferente al que existe en el País Vasco, les pueda dar una serie de ideas.

1. Comprender el conflicto
Bueno, en primer lugar, yo diría que debemos asegurarnos de que comprendemos
el conflicto como tal. Si queremos implicarnos en la resolución de un conflicto
deberemos saber de primera mano, es decir, de corazón, de qué trata el conflicto.
Lo que se lee en los periódicos puede verse tintado por la propaganda.
Sólo si estamos en el centro del conflicto podremos hacernos con sus claves. Si yo
estuviera hablando con personas de la Iglesia diría que hay que mantener el
Principio de Encarnación: "la Palabra se hizo carne entre nosotros". Si no nos
convertimos en carne del conflicto no podremos comprenderlo. Si nos separamos de
la dinámica del conflicto no podremos realmente trabajar. Debemos conocerlo desde
el interior. Ese es un primer aspecto muy importante.

2. El diálogo como dinámica de la pacificación


Una segunda idea: el diálogo es la gran dinámica de la pacificación, un tipo de
comunicación específica, especial, y yo creo que la Iglesia es muy buena en ello. El
diálogo trata más de escuchar y menos de hablar. El diálogo establece que
entremos en una situación para escuchar. Estamos en conflicto con las personas
pero lo que vamos a hacer es escucharles para intentar descubrir dónde están, qué
problema tienen, porqué están en conflicto con nosotros, cual es el tema real... para
poder de esa manera ver o intentar descubrir dónde se encuentran los campos
comunes.
3. Un principio fundamental: la dignidad de la persona
Y esto se relaciona con lo que yo considero que es el principio fundamental de todos
estos procesos de la pacificación: la dignidad de la persona humana y el respeto
que se debe a la persona humana, los derechos y libertades que pertenecen, según
Dios, al ser humano. Ese es el principio fundamental: la dignidad del ser humano.
No debemos hacer algo que carezca de respeto, que sea un insulto contra el
respeto. Es decir, nosotros vamos a escuchar a las personas como seres humanos,
no vamos allí a escucharles como unionistas o laboristas sino que vamos a
escucharles como personas que tienen un problema, intentando garantizar que les
comprendamos.
En un conflicto como este nadie tiene toda la verdad, todo el mundo tiene parte de la
verdad. Algunos más que otros, quizá, pero incluso las personas más violentas
tienen parte de la verdad. ¿Y qué hay que hacer? Hay que escucharles para
descubrir qué es cierto de lo que están diciendo, y, sea lo que sea cierto en lo que
están diciendo, podremos estar de acuerdo porque todos debemos estar de
acuerdo en lo que es cierto. Y la solución para un conflicto como este surge de
aunar todos los trocitos de verdad. Y eso es lo que nosotros hemos descubierto: se
encuentra una solución escuchando a las personas que nos presentan sus
perspectivas sobre el conflicto. Las claves para la resolución surgen a través de
escuchar a los demás. El diálogo, por lo tanto, es la gran dinámica, el consenso.

4. El consenso del pueblo


La auténtica alternativa es el consenso del pueblo. La clave para todo el proceso de
paz en Irlanda, el factor que puso en marcha el proceso, fue un consenso, el
consenso entre los partidos nacionalistas.
Los líderes, Jhon Hume, Gerry Adams y el Gobierno irlandés, (ellos eran los líderes
del pueblo nacionalista de Irlanda) llegaron a un acuerdo sobre una posición, y
entonces se lo dijeron al pueblo y el pueblo les apoyó. Y yo creo que eso es
fundamental. "Nosotros amamos al pueblo y la disposición del pueblo será el poder,
la dinámica final de una sociedad democrática".
En el liderazgo nacionalista crearon una estrategia, y los nacionalistas de forma
instintiva sabían que era el camino que deberían seguir y lo apoyaron. El 94% de los
nacionalistas votó a favor del consenso del Acuerdo de Viernes Santo. Yo creo que
esta es la dinámica alternativa: el consenso del pueblo, el consenso de la gente.
Pero esto requiere un buen liderazgo. El gran argumento que utilizamos con el IRA
era: "miren, lo que ustedes están haciendo aquí es dividir a los nacionalistas, porque
están siguiendo un camino de violencia, en el que la mayoría de ellos no les van a
seguir. Y la mayor parte del tiempo están luchando contra ellos, por lo tanto contra
ustedes mismos. Deben organizar su energía, deben dedicar la mayor parte de la
energía a resolver el problema, no a luchar entre sí." La estrategia (un tanto
imperial) de un país como Inglaterra, en el pasado, era la de dividir y ganar para
conquistar. Y entonces nosotros les decíamos a los irlandeses: "el mejor
instrumento que tuvo el imperialismo británico era utilizar su idioma". Por ejemplo,
en Irlanda los ingleses debían utilizar al IRA porque estaban dividiendo a los
irlandeses y estaban haciendo que fuera imposible que los irlandeses se
organizaran creando una estrategia que pudiese funcionar.
Estoy intentando transmitir la idea de que el consenso es algo crucial, y dependerá
del liderazgo crear o establecer ese consenso en el pueblo. No solamente es
necesario el consenso entre los líderes sino también el del pueblo. Si tenemos el
apoyo del pueblo entonces no nos podrán detener. El Acuerdo del Viernes Santos
no podía fracasar, independientemente de lo que le hicieran, debido a la fuerza
popular, al apoyo nacionalista que tenía.
Resumiendo las anteriores digo que deben mantener el diálogo, deben conocer el
conflicto desde el interior, deben crear un consenso, y no se va a poder resolver
ningún tipo de conflicto si existe división interna.

5. La dinámica “masculino-femenino”
Hay otra idea, que yo he aprendido y que se aplica no solo en este tipo de conflictos
sino en muchos casos. Es lo que yo llamaría "la dinámica masculina/femenina". No
lo he descrito yo personalmente. Creo firmemente que siempre que la sociedad esté
organizada por hombres, o principalmente por hombres, vamos a tener problemas.
Es como si la sociedad estuviera organizada solamente por mujeres o
principalmente por mujeres. También tendríamos problemas.
Yo creo que el secreto consiste en que los hombres y las mujeres lleguen a una
dinámica mixta, que los recursos masculinos y femeninos se mezclen y trabajen en
conjunto, y es la mejor dinámica para crear una sociedad libre, democrática y justa.
Quizá no lo he definido demasiado bien, pero nosotros sabemos, en Irlanda, por
nuestra práctica, que esto funciona.
Por ejemplo, en el trabajo de la iglesia, nosotros nunca vamos a reuniones sin
contar con un equilibrio de mujeres –no cualquier mujer, claro, sino una mujer que
entienda lo que estamos haciendo-. De esa manera tenemos una especie de
asesoría que tiene una connotación masculina y otra femenina. Y esto nos da una
imagen más clara de lo que estamos intentando hacer y llegamos a compromisos de
lo que estamos intentando crear.
Ha habido cientos de guerras en el mundo durante la historia; ha habido un montón
de años de conflicto en Irlanda del Norte... Yo creo que si las mujeres se hubiesen
ubicado en el centro de las tomas de decisiones en todas esas luchas, incluidas las
guerras mundiales, no habríamos tenido ni la mitad de problemas que hemos tenido.
A no ser que consigamos ese equilibrio masculino/femenino tampoco vamos a
conseguir avanzar en muchas cosas.
Solemos decir que si las mujeres tomaban parte del centro de la toma de decisiones
entonces tendríamos un acuerdo de mejor calidad la mayoría de las veces.
Nosotros no queríamos una solución a medias. Creo que esto se aplica en la Iglesia
a todo. Esta es una de las lecciones del proceso de Irlanda: si queremos una
sociedad justa, las mujeres tendrán que tener la misma voz que los hombres en su
organización.

6. En la dinámica del espíritu


Y, finalmente, hay otro último punto que quiero mencionar, que es importante desde
el punto de vista creyente. Nosotros siempre nos hemos apoyado en el Espíritu
Santo. La gente me solía decir: ¿Cómo van las cosas?" Y yo solía responder:
"Bueno, depende del Espíritu Santo". Uno de nuestros sacerdotes, que era
historiador, me solía decir: "¿Cómo van las cosas? ¡Y no me digas nada sobre el
Espíritu Santo!".
Nosotros utilizamos esa frase, incluso con Gerry Adams. Les cuento una anécdota,
para terminar la conferencia con un poco de humor… Si yo quería saber de alguien
del Sinn Fein, y en particular de Gerry Adams, qué estaba ocurriendo, le llamaba por
teléfono y le decía "¿dónde y qué tal está jugando el Espíritu Santo en este
momento?" y a veces él me respondía: "En este momento está con el enemigo".
Entonces sabíamos que había problemas. Mientras que si el Espíritu Santo estaba
en nuestro lado, o estaba en mitad del campo, entonces sabíamos que las cosas
iban bien.
Les estoy contando esto como anécdota, pero les debo decir que nosotros sí que
creemos que funciona. Cuando se establece un diálogo con las personas, cuando
creemos que la gente debe trabajar por lo que realmente merece la pena y lo que es
bueno, yo creo que el poder de Dios se encuentra en el diálogo.
Que la gente crea o no crea en Dios no importa cuando están en un diálogo, cuando
están intentando hacer lo correcto: el Espíritu de Dios está en ellos y, si el Espíritu
de Dios está con ellos, deben seguir avanzando.

7. No aceptar un no por respuesta


No aceptemos un no por respuesta, siempre hay otra solución, siempre hay una
solución para un problema, y eso es parte de nuestro destino. Yo creo en la
salvación. Si somos cristianos debemos creer que Dios nos va a salvar, Dios
resolverá todos los problemas, lo único que tenemos que hacer es buscar la
solución, que ya está ahí. Así que, en otras palabras, no pierdan la esperanza,
siempre hay una solución. Siempre la hay, lo que tienen que hacer es seguir
avanzando, ¿vale? Quizá haya hablado demasiado, pero espero que hayan
comprendido lo que les he querido transmitir, o al menos la mitad de lo que les he
dicho. Gracias.

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