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SATANAS ANTES DE LA CAIDA

Satanás es sinónimo de Lucifer. El nombre Lucifer, sería lo que en una época habría sido el nombre que recibió de Dios.
Antaño a la rebelión, Lucifer estaba por encima de todas las categorías de los ángeles ya que era el más hermoso de todos
estos. El término "Lucifer" significa "Portador de la luz", asociándolo con el "Lucero de la Mañana" o "Estrella del
Amanecer".

Lucifer (del hebreo "HEYLEL" en latín "Portador de luz") era el ángel más hermoso de todos, antes de caer era el
querubín protector, músico, se cree que era el director de la alabanza a Dios. Su posición era la más encumbrada de todos
los seres angelicales que Dios creó.

La caída de Lucifer
"Isaías 14: 12-14"

Al ver su poder, belleza e intelecto, deseó ser superior a Dios. Así que formó un ejército de ángeles rebeldes que se
enfrentaron a otros ángeles y a Dios. Hubo una batalla sangrienta en la que Dios salió victorioso y terminó por
castigarlos.
Satanás cayó en las sombras del infierno y allí hizo su reino el cual compartiría con los ángeles caídos, ""demonios"" los
cuales también fueron expulsados del Cielo.

Satanás se llamaba Lucifer, el ángel más hermoso creado por Dios para servir en las mismas Cortes del cielo. Sin
embargo, buscó exaltación para sí en vez de glorificar a Dios (Isaías 14:12-15). Lucifer, era un querubín que se rebeló. El
hecho de haber sido creado indica la limitación de su poder. Él no es todopoderoso, ni esta al mismo nivel del Trino Dios.

El querubín creado por Dios era sello mismo de la perfección. Lleno de sabiduría y hermosura.

A raíz de la rebelión y juicio de lucero, se produce en él un proceso degenerativo, cuya duración desconocemos.
Seguramente se habrá tratado de un periodo muy largo de tinieblas y oscuridad, para permitir que aquel ser que era el sello
de la perfección se corrompiera hasta convertirse en hoy día Satanás, cuyos símbolos son el dragón, y la serpiente antigua.
También, cabe mencionar, que cuando hablamos de demonios o espíritus malignos, nos referimos a ángeles caídos, seres
que Dios creó con una naturaleza finita y alguna vez sirvieron en las mismas cortes del cielo. Pero, debido a su rebeldía
fueron expulsados del cielo, juntos con el diablo.

SATANAS Y LA CAIDA DEL HOMBRE

Génesis 1:27: Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra.

Dios puso a Adán y Eva en el Jardín del Edén (Génesis 2:15), el paraíso, y para probar su fidelidad y obediencia les dio el
mandato de comer de todos los árboles del huerto, excepto uno, llamado árbol de la ciencia del bien y del mal
El hombre fue creado para dominar y/o gobernar la tierra y todo el producto de la creación Divina. Además, recibieron el
mandamiento de fructificar y multiplicarse.
Porque escrito esta: “Y creo Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó. Y los
bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las
aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”, (Génesis 1:27-28).
La superioridad humana sobre los animales y el resto de lo creado es demostrable (Salmo 8:6-8). El hombre, tal como lo
indica la Biblia y se demuestra en la historia, es un ser destinado a ejercer dominio. Sin embargo, “ser a imagen” de Dios
no se limita a la obligación de ejercer autoridad sobre lo creado. Sino también, debe manifestarse en el fruto del Espíritu
Santo, amalgamado en nuestro carácter y forma de vida.

Por “imagen y semejanza” con Dios entendemos que nuestros padres, Adán y Eva, fueron creados perfectos en su ser, en
su naturaleza, en sus conocimientos (Colosenses 3:10), y en justicia y santidad (Efesios 4:24)

Al ver al primer hombre en Edén en su perfección, y ver al hombre de hoy en cualquier parte del mundo, tenemos que
reconocer que algo trágico paso. Hay un abismo entre esto y el ideal y el potencial que debería ser cada individu o actual.
Hoy somos una caricatura de esa imagen que poseyó Adán. Nos damos cuenta que retenemos virtudes que a veces nos
hacen parecer dioses. A la vez, una ligera mirada a un periódico nos revela que, en más maneras de las que quisiéramos
admitir, actuamos mas como diablos que como Dios.

La pregunta consecuente es: ¿Qué nos paso?

Somos creados a la misma imagen del Creador, con todo el potencial que esto representa. Sin embargo, no lo hemos
sabido aprovechar. Es así que el mensaje de la Biblia nos llega como cura a un enfermo. Primero, nos explica quiénes
somos y como llegamos a ser. Segundo, nos contesta esa gran interrogante acerca de que nos pasó. Mas importante aun,
no nos deja en un callejo sin salida, más bien Dios nos presenta el maravilloso remedio para nuestra dolencia.

Adán y Eva tenían la capacidad de poder comunicarse inteligente y directamente con el omnisciente Dios (Génesis 2:16,
17; 3:8-10). La mujer, también es mostrada con la capacidad de hablar y razonar (Génesis 3:1-6). Por esa razón, Dios
pudo culparlos plenamente por desobedecerlo, al comer de la fruta prohibida, puesto, que eran conscientes y sabían lo que
hacían. Este primer “pecado” se llama “la caída” y resulto en muerte, y separación de Dios.

La rebeldía que manifestaron Adán y Eva contra el Señor en el Edén, permitió que Satanás tuviera acceso a nosotros. Dios
le ha permitido temporalmente ejercer una influencia parcial y tener cierto control aquí, en la tierra por el hecho, de que el
mismo hombre le entrego el derecho legítimo que tenían de gobernarla. Porque escrito esta: “Y creo Dios al hombre a su
imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos;
llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se
mueven sobre la tierra”; (Gen 1:27-28).

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