PENSAMIENTO POLÍTICO INDEPENDENTISTA

Entre 1780 y 1820, se produce un proceso de formación de la nacionalidad peruana, la cual

fue el resultado de aportes ideológicos y políticos, de peruanos ilustrados, cuyas ideas
permitieron evolucionar el pensamiento político desde una postura reformista, hacia una
postura que propugnaba la independencia absoluta de España.

En ese proceso, vale resaltar los aportes ideológicos y políticos de ilustres peruanos que en
una u otra forma condujeron al país hacia la libertad política, que confiaban en el poder de la
razón y en la posibilidad de reorganizar a fondo la sociedad colonial a base de principios
racionales.

Estos peruanos basados en su conocimiento de la naturaleza y dominio diversos campos del

conocimiento filosófico y antropológico, desarrollaron una actitud crítica de la estructura
colonial en la educación, política, derecho, religión, situación socio-económica y comercio.
De la crítica, pasaron a las propuestas de planes de reforma, que pretendían casi siempre
reformas liberales, las cuales una vez fracasadas y en vista que no se obtenían las reformas
planteadas, fue tomando cuerpo, una posición separatista revolucionario, a través del cual se
hacen efectivas y reales las evidencias racionales.

Esta evolución política, se vio influenciada por acontecimientos ocurridos en España, tales
como el regreso de Fernando VII al trono, la abolición de la Constitución liberal de 1812 y la
restauración de la Monarquía absoluta.

El reformismo y separatismo fueron posiciones antagónicas que se mantuvieron durante la

independencia, promovido por varios sectores de la sociedad y que creó las condiciones para
la ruptura con el Imperio español.

Cada una con sus diferencias va a contribuir a la gesta de emancipación del Perú. En ellas,
existen características económicas y sociales que marcan la diferencia en sus planteamientos

POSICIÓN REFORMISTA

Los reformistas basaban sus acciones y pensamiento en la idea de que debía mantenerse el
apego a la corona española y que las leyes eran buenas y proveían el marco legal para la
convivencia en sociedad. Eran partidarios, de efectuar cambios que debían darse en los
sectores menos privilegiados de Perú, mediante la aplicación de reformas por parte de la
corona. No promovían la independencia o ruptura alguna con el orden establecido.

Quienes formaban parte mayoritaria de la posición reformista eran principalmente criollos

ricos o personas de acomodada situación económica.
Los reformistas estaban principalmente en Lima, donde la alta élite proponía ajustes para el
mantenimiento del aparato político y administrativo. Aunque plantearon críticas contra el
sistema colonial, creían que no había necesidad de romper lazos con España para el progreso
y bienestar de la gente.

Los principales exponentes del reformismo peruano fueron:

Hipólito Unanue: Fue un colonialista fidelista, dada su estirpe y posición social. Entre sus obras
tenemos: la fundación del Anfiteatro Anatómico y el Colegio de Medicina de San Fernando.
Fue miembro de la Sociedad Amantes del País y colaborador del Mercurio Peruano. En la
época de las corrientes libertadoras llegó a ser Ministro de Hacienda de San Martín y Bolívar.

Toribio Rodríguez De Mendoza: Sacerdote chachapoyano, fue rector del Real Convictorio de
San Carlos. Ahí realizó importantes reformas académicas, administrativas y disciplinarias.
Estableció por primera vez la enseñanza de la Matemática, Física y Astronomía.

José Baquijano Y Carrillo: limeño aristócrata, Conde de Vista Florida, representante de la

intelectualidad peruana de esa época, pronunció el célebre “Elogio a Jáuregui” el 27 de agosto
de 1781 en ocasión del recibimiento del Virrey Agustín de Jáuregui en San Marcos; discurso
que más que un elogio al Virrey fue una crítica frontal al régimen opresivo virreinal.

Los reformistas, para divulgar sus ideas, crearon formas y mecanismos de difusión
apareciendo así la llamada Sociedad Amantes del País y el Mercurio Peruano

La Sociedad Amantes del País

Fue conformada siguiendo los patrones de la época y según el modelo europeo. Esta
asociación reunió a un conjunto de intelectuales peruanos que tenían una misma ideología,
que fue plasmada en un periódico llamado Mercurio Peruano. Entre los miembros de esta
Sociedad estuvo Hipólito Unanue, cuyas publicaciones despertaron el interés por la ciencia.

Los Amantes del País heredaron y reunieron las inquietudes reformistas y los pensamientos
de la Ilustración.

Esta Sociedad compartió la idea de que los avances en el conocimiento llevarían al gobierno
a hacer los cambios necesarios; por ello no promovieron el separatismo.

El Mercurio Peruano

Fue un periódico que se publicó durante cinco años, plasmó en sus artículos desde el amor
patrio, los deseos de reforma y el pensamiento ilustrado hasta estudios científicos
relacionados con el clima y la medicina, así como innumerables ensayos que iban dirigidos al
conjunto de la sociedad peruana.

Su función fue, como la de muchas otras publicaciones, vincular a los intelectuales con el
pueblo, al que debían guiar en la búsqueda del conocimiento a través del uso de la razón. En
sus páginas se fue desarrollando la conciencia nacional, la conciencia de ser peruano -y no
español-. El amor por la tierra donde se había nacido tenía su origen en conocerla
profundamente, en conocer la riqueza de su población mestiza y de sus recursos.

SEPARATISMO EN PERÚ

La posición separatista es considerada por historiadores y analistas como la posición radical,

planteaba que el momento de conquistar la independencia había llegado y por tanto, debían
romperse los lazos con España. Fundamentalmente, el separatismo era un movimiento
político que promovía la autonomía. Aunque tenía una estructura ideológica, la toma de las
armas era uno de sus principales métodos propuestos, bien fuese a través de conspiraciones
o revoluciones.

La gesta revolucionaria era para los separatistas, la meta que los llevaría a la independencia.
Sus ideas fueron propagadas por todo el territorio peruano, muchas veces bajo la premisa de
que los procesos pacíficos y los trámites ante las autoridades no llevaban a ningún lado.

Según los separatistas, el sistema colonial español estaba basado en la explotación y el

dominio. La única forma de terminar con años de opresión era a través de la gesta
independentista.

Se manifestaba de manera ideológica y también por acción de armas (conspiraciones,

rebeliones, revoluciones) y era básicamente la expresión política de las clases no privilegiadas
del Perú, conformada por artesanos, profesionales, comerciantes y personas que no tenían
acceso a puestos relevantes en la burocracia de la colonia.

Los principales ideólogos separatistas fueron:

Juan Pablo Vizcardo. Jesuita arquipeño nacido en Pampacolca, fue una importante figura
revolucionaria. Se le expulsó del Perú cuando realizaba estudios en el Qosqo en 1767. En 1791,
con motivo del tercer centenario del descubrimiento de América, escribió su famosa Carta a
los Españoles Americanos. En ese documento plantea y fundamenta la independencia de las
colonias sojuzgadas a España. El precursor don Francisco Miranda reconociendo su
importancia, ordenó su publicación.
José de la Riva Agüero. Es un criollo emparentado a familias ennoblecidas y el primero en
fomentar la inquietud revolucionaria entre los limeños.

José Faustino Sánchez Carrión, criollo nacido en Huamachuco en 1787. Estudió Leyes en el
Real Convictorio de San Carlos, donde tuvo como maestro a don Toribio Rodríguez de
Mendoza. Siendo profesor carolino aprovechó sus dotes oratorias para lanzar duras críticas
contra el sistema colonial y defender los ideales republicanos. Durante el Protectorado de San
Martín (1821-1822), encabezó la oposición a sus planes monarquistas, argumentando a favor
del sistema democrático en el periódico “La Abeja Republicana”. Colaboró con Simón Bolívar
convirtiéndose en su Ministro General en 1824.

Ambas posiciones, reformista y separatista, estuvieron exponiendo sus ideas durante siglos,
contribuyendo con discursos, proclamas y escritos al beneficio de la causa libertadora. La
Independencia del Perú termina obteniéndose en el año de 1821, luego de las guerras de
emancipación.