La Inercia: Primera ley de Newton.

La búsqueda de la razón por la cual se origina el movimiento de los cuerpos ha sido motivo de interés y
polémica desde tiempos remotos, se ha tratado de dar respuesta a distintas incógnitas que surgen del
mismo interrogante, hipotesis y razones científicas que con el paso del tiempo han tenido una gran
trascendencia, partiendo de la observación, especulación, investigación y la experimentación; y es que,
quien no se ha preguntado alguna vez ¿Qué pasaría si no existiera la gravedad? o ¿Por qué se mueven los
cuerpos? No fue sino hasta la época de Galileo y Newton cuando se efectuaron dramáticos progresos en
la resolución de esta búsqueda.
El primer estudio sistemático del movimiento corresponde a Aristóteles, cuyas ideas al respecto
dominaron en su propia época y hasta los primeros siglos de nuestra era, para después ser recuperadas y
remodeladas por Occidente, vía la tradición árabe, en los finales del siglo XI. Fue la crítica a las teorías
aristotélicas del movimiento, hecha primero por los escolásticos de la Edad Media y después por los
pensadores del Renacimiento, lo que constituye el telón de fondo de donde parte Galileo para echar las
bases de la nueva ciencia del movimiento, junto con los trabajos de Kepler, Gassendi, Descartes y
Huyghens para llegar así a la gran síntesis newtoniana. Álvarez García, José Luis. (2002).
Newton, sostiene en su primera ley que, la inercia es la propiedad que tienen los cuerpos de permanecer
en su estado de reposo o movimiento rectilíneo uniforme, mientras no se aplique sobre ellos alguna fuerza
externa neta y la resistencia que opone la materia al modificar dichos estados. Como consecuencia el
cuerpo dejará su estado original y tomará uno nuevo. En física se dice que un sistema tiene más inercia
cuando resulta más difícil lograr un cambio en estado físico del mismo o por la cantidad de masa que esta
posea, lo que ocasionara que se tenga que aplicar mas o menos fuerza, a mayor masa, mayor resistencia.
Por ejemplo, vamos en un vehículo a cierta velocidad y se detiene de manera espontánea, los cuerpos
tienden a ir hacia adelante conservando su estado original.
Según Hecht (1987) ningún cuerpo se opone o resiste al movimiento, ni tiende al reposo como se
afirma frecuentemente. Para que un cuerpo deje el reposo la fuerza neta que actúe sobre él debe ser
distinta de cero. Sobre un objeto que se mueve con velocidad constante también hay que interactuar si
se lo quiere detener; si, existe rozamiento, esta fuerza terminará deteniéndolo; si no, debemos interactuar
con él de alguna manera para que se detenga. La fuerza es un agente de cambio, no la causa del
movimiento. Los conceptos de reposo y de movimiento uniforme son relativos y equivalentes; para alterar
cualquiera de ellos es preciso aplicar una fuerza.
La inercia no se puede ver, pero está presente en la materia, sin importar el espacio o gravedad. Una
fuerza puede hacer que un objeto en movimiento se detenga o se mueva más rápido, y la dirección de
este puede cambiar siendo aplicada otra fuerza. Así mismo actúa la carga gravitatoria en conjunto con la
cantidad de masa que tenga el objeto en el espacio, teniendo en cuenta diferentes factores externos como
terreno, aceleración, resistencia al aire, gravedad y fuerza aplicada. La inercia es parte de todo lo que
ocupa un lugar en el espacio.
Referencias bibliográficas:

Álvarez García, José Luis. (2002). El principio de la inercia. Ciencias 67, julio-septiembre, 4-15.
Tomado de: https://www.revistaciencias.unam.mx/es/86-revistas/revista-ciencias-67/751-el-principio-
de-la-inercia.html

NEWTON, l., 1982. Principios Matemáticos de la Filosofía Natural y su Sistema del Mundo. Editora
Nacional. Madrid.

(A. . 10 Ejemplos de Inercia. Revista Enciclopedia 10ejemplos.com. Obtenido 06, 2019, de

https://10ejemplos.com/10-ejemplos-de-inercia/ )

HECHT, E., 1987. Física en Perspectiva. Addison-Wesley Iberoamericana. Mexico D.F.