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1
ABSTRACT.-
La propuesta del autor en su tesina se encuadra dentro del ámbito filosófico-
existencial y es el desarrollo del aspecto artístico de la Terapia Gestalt, entendible
desde muchos posibles ángulos, pero en este caso centrado en su vertiente espiritual
laica (no religiosa) como un proceso para buscadores (que tiene un sentido más
amplio que el de ‘pacientes’) y para artistas (más que ‘alumnos y terapeutas’),
rescatando y potenciando la expresividad de las técnicas gestálticas y el taoísmo de su
filosofía auto-reguladora tanto como su fuente nietzscheana en su polaridad
dionisiacao-apolinea.
El autor se refiere a una espiritualidad laica, en el sentido de exenta de credo
religioso explícito, donde importa más la búsqueda personal (“ser uno mismo” en
psicoterapia, “encontrar el propio estilo” en el arte) que la adscripción a valores
seguros e inmutables.
2
A mis padres Lucho y Lupe que me dieron la Vida y sembraron y
alentaron en mí la semilla de la búsqueda. A mi hermano Manuel por
estar siempre y compartir el camino.
A Marta, pareja y compañera de viaje en el amor y el crecimiento.
3
AGRADECIMIENTOS.-
Hacer esta tesina ha sido darle una nueva vuelta de tuerca a mi camino por la
gestalt y a todo lo que de relevante me trajo hasta aquí. Así que agradezco en primer
lugar a mis profes de la EMTG Águeda, Enrique, Annie, Paco lo mucho aprendido en
el tiempo de formación entonces, puerta de entrada a tantos sitios importantes dentro
y fuera. A Enrique de Diego que me acompañó como terapeuta en mi primera
andadura de terapia individual y con quién empecé a hacerme el hombre que soy hoy.
A Águeda Segado por los aprendizajes en el espacio de supervisión y por ayudarme a
confiar en mi. A Annie Chevreux por mostrarme la cualidad esencial del trabajo con
la intuición.
A Susana Ramos, mi terapeuta hoy, que tanto me ayudó a parir esta tesina y a seguir
dándome cuenta de quién soy y de quién no.
A Juanjo Albert y equipo de la Integrativa en Alicante que me llevaron a reconocer en
mis carnes el Impulso Unitario de Vida.
A Claudio Naranjo por enseñarme a mirarme con los ojos del corazón y a reconocer el
aspecto sagrado y divino de Dionisio, tanto como el de Apolo.
A Pedro Martín por su entrega generosa en el camino de Advaita Vedanta en la
Escuela de Filosofía Práctica y Meditación que me ha permitido profundizar en la
comprensión del ‘no dos’.
Muchas gracias a mis hermanos del camino: Gestalt, Creatividad, Integrativa, SATs,
Supervisiones… sois una referencia importante y hacéis del camino un lugar más
apetecible de recorrer, cálido y muchas veces de celebración: En especial a Jordi
Soliva, Yola Martínez, Isa Álvarez, Arantxa Martínez, Pedro Ureña, Eva Benítez, Ana
Ugarte, Noelia Millán, Juan de Dios, Juana Blánquer, Rosa López, Mayte Valbuena,
Juan Gutiérrez...
Al espacio de Gestalt Cervantes y sus habitantes, familia querida de artistas que hacen
de la relación de ayuda una oportunidad para el arte, el conocimiento, el amor y la
belleza.
Gracias también a mis pacientes que confían en mi y con los que aprendo a descubrir
cuál es el arte de ser uno mismo.
Gracias a todos los Artistas y Buscadores de todos los tiempos y lugares, que
queriendo transformar el mundo empezaron por lo primero y más difícil,
transformarse a sí mismos.
4
ÍNDICE
5
5.1.2.- Gestalt, arte y contracultura. Pag 103
5.1.3.- Arte Pag 106
5.2.- El cultivo de la atención y de la deliberación
gestálticas: la polaridad apolínea. Pag110
6
PRÓLOGO
Un saludo.
Paco Peñarrubia
7
2.- INTRODUCCIÓN.
Introduzco el trabajo de la tesina con esta cita de Nietzsche que, a pesar de su extensión,
refleja el aspecto liberador e integrador de su filosofía: lo apolíneo y lo dionisíaco, que fue
inspirador para Freud e iluminador para Perls (a través de Friedlaender) y ha sido la guía
intelectual de mi trabajo
8
‘Terapeuta’1 procede de therapeúein y encierra un doble significado, ‘curar’
y ‘servir’. Supe hace poco revisando la bibliografía para elaborar esta tesina que
también fue el nombre de una antigua comunidad cristiana que se hacían llamar así
‘Terapeutas’ cuyos miembros estaban entregados a la contemplación, tanto como a la
realización del doble significado de curar y servir, lo que les llevaba a entender la
vida como un lugar donde ‘sanar el cuerpo y el espíritu, pero sobre todo servir y
emplearse en Dios’. Al parecer este grupo de sabios judíos vivía una voluntaria vida
retirada, su doctrina se hallaba marcada por la concepción mistérica helenista, es
posible que también tuviera un influjo del ideario propugnado por una rama egipcia
del esenismo. Vivían en lugares fértiles y apartados, en contraposición al proceder de
los ascetas, que comúnmente se retiraban al desierto.
La comunidad, formada indistintamente por hombres y mujeres, se dedicaba al cultivo
de las tierras, la oración y la meditación. Su principal lectura eran las Sagradas
Escrituras, y en torno a su inspiración componían himnos y canciones, “en todo tipo
de metros y melodías” como señala el filósofo Filón de Alejandría. Tales canciones
iban generalmente acompañadas de danzas. En sus celebraciones constituían además
dos coros, uno de hombres y otro de mujeres; separados al principio, tras el oficio se
fundían. Los terapeutas cantaban hasta el amanecer después de una larga fiesta que
tenía lugar un sábado, cada cincuenta días.
Traigo este apunte a colación para iniciar esta introducción porque me parece muy
hermoso encontrar en aquel grupo de Terapeutas una concepción de la salud y de la
búsqueda espiritual que integra la contemplación apolínea de la meditación y el retiro,
con la entrega dionisiaca en esas danzas y coros que practicaban en aquellos lugares
fértiles. Me recuerda mucho ese fin de celebración que Filón describe con el final de
celebración que solemos hacer en las jornadas anuales de la AETG, o en las entregas
de diplomas bianuales de la EMTG. Aquellos terapeutas que curaban y servían
representan a su vez a la ‘viejísima gestalt’ actualizada en tantos lugares y periodos de
la historia por tantos hombres y mujeres. Aquella gestalt que Fritz Perls decía no
haber inventado, sino redescubierto.
1
Andrés,
Ramón.
Pag.
1557
‘Diccionario
de
música,
mitología,
magia
y
religión’
Ed
Acantilado
9
‘Gestalt, creatividad y arte’ fue el título de la conferencia que impartió Paco
Peñarrubia en Granada en Abril de 2012 previa al taller de ‘Las cuatro caras del
héroe’ que daría al día siguiente en la escuela de formación de Qualia. El título me
gustó mucho y el contenido de la conferencia, que pude ver en modalidad online2
desde el sillón de mi casa en Toledo y en directo, más. Tanto que dediqué parte de mi
tiempo a transcribirla con gusto pues sentía que así podía incorporar mejor lo mucho
que allí se había desmenuzado.
Así que tomo ese título para mi tesina (y lo acompaño con ‘Un camino de
espiritualidad laica’) abordando mi interés por cada uno de los elementos
mencionados en el título y mi convencimiento tal, y como lo viene transmitiendo Paco
Peñarrubia, de que la suma de ellos: terapia gestalt, creatividad y arte, conforman una
vía de conocimiento interior, profunda y espiritual.
Paco Peñarrubia es además mi Maestro y siento esta tesina como parte de mi
proceso de aprendizaje con él. Como una oportunidad para masticar, revisar e integrar
lo que de él voy recibiendo y hacerlo propio. Masticar bien, digerir bien y asimilar
mejor, para seguir nutriendo mi mente y mi corazón a través de la Vía del vacío fértil
de la que Paco Peñarrubia es uno de sus más fieles transmisores.
Mi interés en esta tesina no está puesto tanto en el aspecto terapéutico de la
gestalt (que también) sino en la famosa cita de los Polsters de que ‘la terapia Gestalt
es demasiado valiosa para dejársela sólo a los enfermos’3, que supondrá explorar qué
hay más allá del restablecimiento de la salud y el bienestar psico-emocional de la
persona.
Muchos son los posibles alcances de la ‘gestalt que no se deja sólo a los enfermos’, y
de ello viene dando cuenta la miriada de tesinas que la AETG presenta cada año y que
ponen el foco en ámbitos diferentes como son la educación, lo social, el trabajo
corporal, la conciencia...
El alcance que yo quiero darle a mi tesina tendría que ver con aquel ‘sé aquello que
eres’ que decía Píndaro entonces, y Fritz Perls ‘conviértete en lo que eres’ dos
milenios después, o aquel otro ‘conócete a ti mismo y conocerás el universo entero’
de Sócrates. Dice también el Rig veda que ‘La verdad es una y muchos los caminos
que conducen a ella’. La terapia gestalt como filosofía de vida conduce a aquella
2
Disponible
en
la
red
en
el
enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=urcasmYAuy4
10
verdad, una y misteriosa, de la que habla el conocimiento de los Vedas de la India. O
en expresión de Aldous Huxley, como actualización de la Filosofía Perenne.
Para ello propongo una revisión de la gestalt, la creatividad y el arte como tres
perlas que juntas conforman un collar que potencia no sólo el carácter terapéutico
puesto al servicio de la relación de ayuda de la primera, la perla gestáltica; sino que se
nutren recíprocamente hasta representar en su conjunto y en sí mismas una vía de
4
autoconocimiento y desvelamiento óntico que conforman un camino de
espiritualidad laica (no sujeta a credos religiosos) que puede conducir por tanto al
corazón del hombre y de la existencia.
Es también el terapeuta gestáltico uno donde conviven el buscador y el artista.
Tres lugares internos diferentes en apariencia: paciente-buscador, terapeuta y artista,
que iré revisando y daré cuenta de su importancia a lo largo de esta tesina.
En el terapeuta gestáltico conviven el terapeuta y el paciente en el sentido de que el
terapeuta es uno que antes fue paciente, es un enfermo que se curó o que se ha curado
más y que por eso puede acompañar mejor a otros en el sentido de la tradición
chamánica; el chamán es alguien que enfermó, y que atravesando el proceso que le
devuelve a la salud, incorpora un conocimiento profundo sobre el arte de sanar, a sí
mismo y a los otros. Claudio Naranjo ya en los años 80 empezó a hablar de la terapia
gestalt como un ‘neochamanismo’.
En terapia gestalt gran parte de la relación de ayuda es una transmisión por
contagio de actitudes que sólo puede darse en la relación y de manera ‘artesanal’
donde ‘la transmisión de ciertas actitudes por medio de los instrumentos
característicos de este enfoque es análoga al proceso por el cual un escultor crea
formas con las herramientas propias de su arte. En ambos casos, el contenido
trasciende los instrumentos, aún cuando estos fueron concebidos para expresarlo.’5
Como acaba de decir Claudio Naranjo es un enfoque terapéutico cuya filosofía es
implícita, la que se advierte cuando ponemos un particular estado de atención, así
como uno sabe que hay azúcar disuelta en un vaso de agua, no porque la pueda ver
con los ojos, pero sí saborear con los otros ojos de la lengua. Ya se lo decía el zorro al
principito de manera muy hermosa ‘sólo se ve correctamente con el corazón, lo
esencial es invisible a los ojos’. La esencia de la filosofía implícita que transmite la
4
‘Óntico,’
de
Ser.
Desvelamiento
del
ser
por
tanto,
tomando
el
‘oscurecimiento
óntico’
del
que
habla
Claudio
como
proceso
de
caída
y
degradación
de
la
conciencia,
de
convertirse
en
neurótico.
5
Naranjo,
C.
‘Teoría
y
técnica
de
la
psicoterapia
gestáltica’
Shepar
y
Fagan.
p.
54
11
gestalt, requiere de los ojos del corazón, que paradójicamente, tienen que ver con los
ojos de lo obvio, de la mirada limpia sin juicio, sin zona intermedia interfiriendo. La
filosofía implícita de la gestalt que invita a ‘mojarse’ la lengua, o a ‘mojarse el culo’
que diría Guillermo Borja6 para saber de ella.
Asunto por otro lado que no siempre me ha sido fácil de explicar a mis
pacientes y amigos por más que he leído, y que sólo las horas de vuelo como paciente
y terapeuta me han ido permitiendo la comprensión y conocimiento del asunto
implícito. Está aunque no se ve con los ojos, al menos con los ojos de la mente
discursiva.
Siguiendo con los Polsters y su famosa frase: estos ‘no enfermos’ son los que
se reconocen a sí mismos entonces y paradójicamente como enfermos, como
portadores de una enfermedad que podríamos llamar también ‘implícita’. Aunque en
apariencia pueden estar libres de síntoma que no de pecado7, y que son los buscadores
los que parten también del reconocimiento de un déficit interno, por defecto o por
exceso, que es el carácter, una motivación deficitaria que vendría a ser como una
brújula que no marca bien el norte y nos hace equivocar el camino.
Aquellos a los que aluden los Polsters como potenciales beneficiarios de la terapia
gestalt son aquellos pacientes que están queriendo ‘hacer proceso’ personal en las
consultas y como decíamos, no sólo curar el síntoma. Que quieren meterse en el
laberinto de su propia neurosis y como Teseo, perderse con cierta ayuda y enfrentar a
la bestia, al minotauro, al ego, y domarlo (integrarlo diríamos en gestalt) con la ayuda
de Ariadna que no es otra que el alma, el aspecto esencial del buscador con la que está
decidido a unirse.
El reconocimiento de un oscurecimiento óntico (del Ser) es el primer paso que
llevará a buscar el estado de Ser original, a través de un proceso de psicoterapia. Este
reconocimiento puede tomar las más variadas formas, crisis existenciales, de salud,
como consecuencia de pérdidas importantes, crisis de ciclo vital…la sensación de que
uno está mal, perdido, que sólo no puede y que necesita ayuda.
La psicoterapia es en este momento de la historia la actualización laica del viaje del
héroe de todos los tiempos, frente a las vías psico-espirituales más tradicionales que
serían otra manera de hacer el viaje.
6
BORJA
G.
‘La
locura
lo
cura’
Ed
La
Llave.
1995.
p.
139
7
Pecado
como
‘errar
el
tiro,
no
dar
en
el
blanco’
acepción
de
la
tradición
de
la
arquería
introducida
por
Claudio
Naranjo
y
relativa
a
la
enseñanza
sobre
el
eneagrama
que
ha
venido
transmitiendo
desde
los
últimos
40
años.
12
A nivel biográfico la terapia gestalt ha sido mi manera de profundizar en la
búsqueda espiritual y de hacer terapia. Una manera que voy aprendiendo desde hace
algunos años en la EMTG donde me formé, de la mano de su equipo de profesores
Águeda Segado, Annie Chevraux, Enrique de Diego y Paco Peñarrubia por quienes
siento respeto, agradecimiento y mucho cariño. También aprendí de Claudio Naranjo,
implícitamente presente en la escuela donde me formé, y más explícitamente presente
en mi camino de aprendizaje a través de sus libros y de su programa SAT.
La terapia gestalt la he ido aprendiendo también a través de mi terapia individual,
entonces con Enrique de Diego y ahora con Susana Ramos de quienes también me
siento ahijado agradecido en este arte de vivir la vida tratando de ser el que soy y no
otro, ser uno mismo.
La terapia gestalt es también mi camino profesional desde hace 12 años donde me he
venido comprometiendo más y más y de a poquito, siendo un paso definitivo cuando
en octubre de 2011 solté mi media jornada por cuenta ajena en el Observatorio de
Drogodependencias de Castilla-La Mancha para dedicarme intensivamente a la
consulta privada.
La terapia gestalt me reconcilió con la psicología que yo había estudiado en la
universidad y que me había dejado un tanto desilusionado con su oposición o
ignorancia de la tercera fuerza, la psicología humanista. El psicoanálisis sólo aparecía
como una asignatura y optativa.
La gestalt es también la filosofía de vida que sigo incorporando cada día a mi vida y
en mis relaciones, y que trato de transmitir a los pacientes con los que trabajo dentro
de la consulta. Una manera de vivir y estar en el mundo que tiene que ver mucho con
la creatividad y con el arte, con el arte de vivir la vida.
Antes de llegar a la gestalt mi camino de búsqueda venía a través de la Escuela
de Filosofía Práctica y Meditación, de donde me hice muy simpatizante de Apolo.
Una escuela heredera del cuarto camino que Ouspenski continuara en Londres tras
dejar su relación con Gurjdieff en Francia, y que se traduce en la estructura de las tres
Líneas de Trabajo (trabajo sobre sí, trabajo con los otros y para los otros, y trabajo por
el trabajo) donde se trabaja y profundiza en el cultivo de la atención en conexión con
los sentidos, el ejercicio de la pausa (stop), la atención en la acción desinteresada etc.
Es una escuela cuyo cuerpo de enseñanza desde el año 65 es la tradición Advaita
Vedanta, (de la lengua sánskrita que significa conocimiento de la no dualidad).
13
Una escuela de filosofía práctica que propone la vida del filósofo práctico, y
aquí la palabra clave es ‘práctica’, es para la vida y no para la teorización,
especulación mental. Desde la única, posible y propia experiencia la senda lleva a
descubrir qué significa ‘amar la sabiduría’ y qué significa llevar una ‘vida verdadera y
feliz’ que vendría a ser la consecuencia de este amor y el propósito de este sistema de
conocimiento. Se propone desde el principio no aceptar ni rechazar nada de lo que su
enseñanza propone, sino más bien comprobar en la propia experiencia qué es lo que
va sucediendo. Invitación muy cercana a la actitud gestáltica de no aceptar otros
deberías salvo el tuyo propio, en el proceso de convertir la información en
conocimiento a través del proceso de ‘masticación’.
Cuando llego a la Gestalt en el año 2000 era por tanto para mí un interés
importante investigar en la propia vida: cuándo me acercaba al aspecto esencial
también llamado ser interior. E investigar cuándo me alejaba de este a través del
carácter, con su conjunto de preferencias, atracciones y aversiones que suele conducir
la vida de uno de manera automática y rígida, como ego. Fue por tanto un momento
de mucho entusiasmo arribar a la querida terapia gestalt, una corriente dentro de la
psicología en la que me había formado académicamente, que me ofrecía a través de
los profesores que me la transmitían no sólo una profesión sino un camino interior de
respeto al trabajo con la atención, un reconocimiento a las ideas y prácticas del Cuarto
Camino por ser estas tan cercanas a lo que la terapia gestalt venía proponiendo, un
reconocimiento de la dimensión espiritual humana así como un reconocimiento de la
dimensión instintiva humana, donde ambas se retroalimentaban para ir más allá.
Algo más me deslumbró y me cautivó entonces, y fue el encuentro con
Dionisio, traerlo de vuelta a casa de donde yo lo había desterrado, o más bien de
donde yo me había desterrado. Dionisio como una parte importante de mi casa que
dejé sin habitar por miedo.
Si bien el camino que yo venía haciendo a través de la Escuela tenía un
aspecto de entrega al momento presente a través de la atención, era un camino que
estaba más cerca de Apolo en cuanto que trabajo con la disciplina, atención e
impecabilidad que proponía. Llegar a la Gestalt y descubrir el significado real del
Permiso y sus implicaciones fue empezar a sanarme, a curar la herida de niño bueno
hecho a base de hacer suyos los ‘noes’ del entorno familiar y de dejar fuera de la
conciencia la agresividad y algunas cosas más.
14
‘Permiso para ser’ y una buena retahíla de asuntos pendientes que el trabajo en
la Escuela de filosofía práctica no me habían permitido abordar empezaron a asomar
cuando me inicié en la gestalt, fundamentalmente meterle mano al mundo emocional
y empezar a iluminar tantos lugares ensombrecidos para sentir menos, que por tanto
interferían con mi capacidad de establecer una sana relación de contacto y de retirada
con mis necesidades y deseos genuinos en la vida.
Reconocer a Dionisio como dios, como aspecto divino y sagrado de la
experiencia y de la vida, como principio de salud intrapersonal e interpersonal, y
como fecundador del artista-creador que late en cada ser humano fueron para mí
suficientes motivos para querer hacerme discípulo suyo a través de la gestalt que me
abría sus cálidos y fieros brazos a través de la formación.
Desde entonces he seguido con la escuela de filosofía práctica y meditación, a
la vez que la gestalt se ha ido convirtiendo en un aspecto central de mi vida, como
trabajo profesional, y como filosofía de vida con la que me identifico. Integrar estos
caminos ha sido una fuente de inspiración, entusiasmo muchas veces y también de
conflicto e impotencia otras. Ha sido alimento en cualquier caso, a veces he pensado
que tenía muy clara su integración en la teoría y en la práctica, otras que era algo
imposible de hacer, que cada camino es diferente y está bien que así sea.
En esta tesina no aspiro a hacer esta labor de síntesis porque no es su tema,
pero si voy a nutrirme y a aprovechar este bagaje para ir describiendo lo que la terapia
gestalt propone como abordaje terapéutico y filosofía de vida, donde Apolo y
Dionisio comparten escena de modo singular y diferente. El primero observa quieto e
inmutable, plácido y desapegado. El segundo danza hasta el frenesí disfrutando y
padeciendo la vida y sus afanes.
8
Naranjo
C.
‘La
vieja
y
la
novísima
gesltalt’.
Ed
Cuatro
Vientos.
p.
24
15
necesidades y deseos genuinos, descartando los debería ajenos o poniéndolos al
menos en cuestión.
Sabemos de los vínculos de la terapia gestalt con el Arte en su germen, y cómo
esta fue fruto de una de las felices consecuencias de la eclosión del movimiento
contracultural y artístico en la Alemania de los años 20 y más tarde en los EEUU de
los 50. Del primer germen alemán hemos conocido mejor como ocurrió todo gracias a
la descripción pormenorizada y apasionante que Annie Chevreux9 nos hace en su libro
sobre ‘el espíritu vanguardista en la Terapia Gestalt’.
Un movimiento contracultural no es otra cosa que el instinto de vida abriéndose paso
de manera colectiva y a través del arte, generalmente minoritaria pero no por ello
menos fecunda. Como antítesis del dejarse morir en vida, de los seres humanos sobre-
adaptados y desconectados de sí que padecen la plaga emocional que Wilhelm Reich
describiera como universal.
No hay instinto de muerte, el instinto es connatural a la vida, a su creación, a su
preservación y a su finalización donde la muerte no es algo que uno busca o evita,
sino que sucede y a lo que uno se entrega.
Lo que si hay son maneras de desconectarnos del instinto y por tanto de dejarnos
morir, o morir en vida, de ser auténticos muertos vivientes aunque bien vestidos,
perfumados y con interesantes conversaciones incluso sobre mindfullness, es la
‘Filosofía zombie’10 que a través de su parafernalia actual de series y películas no es
más que otro espejo que refleja y describe nuestra situación terrorífica. La lucha entre
los vivos y los muertos vivientes no es algo que sólo ocurre fuera sino como tantas
veces, dentro. Son los ‘hombres máquina’ que decía Gurjdieff los que viven
dormidos. Son tantas maneras de llamar a la misma cosa neurótica, de nombrar la
neurosis que en definición de todo a cien11 sería un ‘pensar una cosa, sentir otra,
decir otra diferente y no actuarla, o hacer otra cosa diferente’.
La neurosis es entonces la manera de perpetuar nuestra ceguera, nuestra desconexión
y la terapia gestalt un camino para ir recuperando y restaurando niveles de mayor
autoapoyo y de mayor conciencia.
9
Annie
Chevraux
hace
un
estudio
minucioso
y
pormenorizado
de
aquel
tiempo
y
de
aquella
conexión
entre
gestalt
y
contracultura
en
su
libro
‘El
Berlín
de
Perls:
el
espíritu
vanguardista
en
el
arte
y
en
la
terapia
gestlalt’
Ed
Mandala.
2007.
10
‘Filosofía
zombi‘
Editorial
Anagrama.
Finalista
del
premio
de
ensayo
2011
Fernández
Gonzalo,
Jorge.
11
Enrique
de
Diego
nos
definió
la
neurosis
alguna
vez
en
la
formación
así
y
a
mi
me
gusto
mucho
su sencillez y rotundidad.
16
Cuando hablamos de la terapia gestalt como filosofía de vida nos referimos a
la consecuencia natural de ir integrando aquellas actitudes que uno como paciente
aprende por contagio y que aprende por ensayo, error y éxito ‘el proceso terapéutico
es la transmisión de una experiencia’12. Así empieza a incorporar estas actitudes a su
vida, a su día a día, transformando la vida y la existencia en un lugar de compromiso
con uno mismo, donde uno asume su responsabilidad, no como un deber sino como
un hecho, y atiende sus necesidades y deseos genuinos, descartando los debería
ajenos o poniéndolos en cuestión al menos. Llegar a aceptar ser como uno es, es la
meta, que es el camino de esta filosofía de vida tan cercana a la antigua filosofía
taoísta ‘no hay meta, la meta es el camino’.
Así que en esta tesina reviso qué fuentes de aquella ‘vieja Gestalt’ hacen y posibilitan
que esta sea siempre ‘novísima’. La terapia Gestalt es tan antigua como el mundo
decía Perls, veremos entonces por qué es un eco actualizado de la antigua sabiduría
taoísta, de la filosofía de Nietzsche o de la tradición advaita vedanta.
Nietzsche estuvo presente implícitamente en el nacimiento de la gestalt pues,
según Claudio Naranjo, Fritz Perls fue ‘un apóstol de Nietzsche’ y dicho por quién
mejor lo reconoció e hizo más evidente este aspecto, ya que Naranjo lo nombró, lo
escribió y como discípulo de Fritz lo recibió y también lo ejerció; aquel apostolado
Nietzscheano que conjura y conjuga al dios Dionisos y al dios Apolo, ‘esos dos
instintos tan diferentes marchan uno al lado del otro, casi siempre en abierta
discordancia entre sí y excitándose mutuamente a dar a luz frutos nuevos y cada vez
más vigoroso, para perpetuar en ellos la lucha de aquella antítesis, sobre la cual sólo
en apariencia tiende un puente común la palabra “arte” hasta que, finalmente, por
un milagroso acto metafísico de la “voluntad” helénica, se muestran apareados entre
sí, y en ese apareamiento acaban engendrando la obra de arte a la vez dionisíaca y
apolínea de la tragedia ática’ 13.
Claudio Naranjo, como ha comentado en algún lugar, ejerció de Platón con su
Sócrates alemán poniendo por escrito la filosofía implícita que Perls mostraba más
por lo que hacía y cómo lo hacía, que por lo que decía.
Paco Peñarrubia ha ido un paso más allá y ha hecho de la Creatividad un lugar de
experimentación al servicio de la salud psicoemocional y espiritual, una Factoría de
12
NARANJO
C.
‘La
vieja
y
la
novísima
gesltalt’.
Ed
Cuatro
Vientos.
p.
24
13
NIETZSCHE
F.
‘El
nacimiento
de
la
tragedia’.
Alianza
Ed.
1973
p.
50
17
Warhol gestáltica, donde explorar y ensayar con la paleta de todos los colores de la
neurosis por medio de distintas vías artísticas como un puente hacia la conciencia.
La vía del vacío fértil donde Paco Peñarrubia ha actualizado la eterna danza de
Dionisio que sucede mientras Apolo quieto observa, a través del grupo de Creatividad
bianual que viene haciendo desde hace ya dos décadas y del taller de las ‘Las cuatro
caras del héroe’ que de momento merece un capítulo aparte en esta tesina, si no un
libro.
La terapia gestalt es ‘una nueva piel para la vieja ceremonia’14 . La ceremonia
inmemorial que ha llevado a la humanidad de todos los tiempos a buscar el misterio
que trata de dar respuesta a las eternas preguntas de ¿quién soy?, ¿qué hago aquí?, ¿de
dónde vengo?, ¿cuál es mi relación con esta realidad?, ¿a dónde voy?, ¿qué sucede
tras la muerte?. Un camino espiritual laico que como tal no está sujeto al credo ni las
formas religiosas aunque se puede nutrir de ello para darle el único significado
posible, el propio que surge de dentro hacia fuera.
14
COHEN
L.
‘New
Skin
for
the
old
ceremony’.
Título
de
disco
en
1974.
18
3.- LA TERAPIA GESTALT.
19
terapeutas. En cualquier caso, al volver de aquel taller yo me había quedado con la
copla de la gestalt y estaba ávido tras la experiencia.
Llegaron a mis manos ‘Sueños y existencia’ y ‘Dentro y fuera del tarro de
basura’ que comencé a leer. Así fui conociendo a este ser controvertido, apoyado en
sus piernas y que posaba en pelotas para su autorretrato en dibujo. Al maestro de la
relación de ayuda y la salud, Fritz Perls, quien en aquellas páginas asomaba como un
faro luminoso y muy apetecible. Allí quería acercarme yo, respirar y tomarle gusto al
arte de ser uno mismo, que era lo que me transmitían aquellas páginas.
En febrero del 99 me licenciaría en psicología tras aprobar las dos últimas
asignaturas que me habían quedado en septiembre. Marcharía luego al extranjero para
un intenso y nutritivo año y medio de deambular entre Inglaterra y un poquito en
Canadá, y retorno a España con el tríptico de formación de la Escuela Madrileña de
Terapia Gestalt bajo el brazo que mi madre me había enviado en algún momento a
Inglaterra después de haber ella empezado a hacer terapia individual.
En noviembre del año 2000 empiezo mi andadura en la formación de terapia gestalt.
Lo aprendido y madurado desde aquel año hasta aquí, a base de masticar, también de
indigestarme por cierta tendencia a tragar; además de lo leído, reflexionado, integrado
a través de mi viaje como paciente, como aprendiz en formación, y también como
terapeuta individual y de grupos, da para que en este momento de mi vida donde
escribo esta tesina, dé mi versión que es a lo que creo puedo aspirar en el sentido más
honorable de la palabra, de lo que yo entiendo por Terapia Gestalt, en su nivel teórico
y en su nivel práctico.
20
Así la terapia gestalt que surgía ya como una rama disidente del tronco
psicoanalítico y casi en respuesta al portazo que Freud le dio en las narices a aquel
joven Perls que viajaba al congreso Internacional de Psicoanálisis en Checoslovaquia
en el año 1936 para mostrar su trabajo sobre “Resistencias orales” y de paso recibir la
bendición del padre psicoanalítico, quedó en feliz desencuentro para la gestalt y
nosotros.
Otros disidentes que generaron también sus propias escuelas y orientaciones
terapéuticas fueron Jung, Reich, Fromm…sin mencionar actualmente el panorama de
las escuelas psicoanalíticas y su pugna por ser la que mejor transmite la esencia de la
cosa.
Pero no sólo en la psicoterapia, la historia de las religiones y los caminos
espirituales tiene cierto parecido a esta diversificación más o menos respetuosa con su
anterior unas veces, y pugna y clara confrontación otras. Así en el budismo tenemos
los tres Yanas o vías y dentro de cada Yana a su vez se siguen generando caminos que
ponen el énfasis más aquí o allí; así en el Hinayana o vía estrecha del budismo
conocido más popularmente por Zen, tenemos las escuelas Soto y Rinzai como
maneras diferentes de recorrer el camino. En la tradición Vedanta de la India hay
propuestas tanto de la no dualidad (advaita) cómo de la dualidad (duaita) y así
podemos acercarnos a cada camino, cada tradición y observar cómo el acto creativo
del ser humano buscador lleva a diferenciarse de su anterior como respuesta genuina
adaptando el método a cada momento y lugar.
21
prima la actitud y la relación’15. Y habla de los Preceptos Básicos de la Terapia
Gestalt no como ‘una teoría psicológica sino más bien de una teoría de la práctica:
en terapia gestalt trabajamos con estos elementos: Explícitamente se traducen en
técnicas pero, sobre todo, implícitamente se apoyan en una determinada actitud’16.
Una serie de preceptos o imperativos como una ‘moralidad más allá del bien y del
mal’ que Claudio Naranjo ha listado a modo de canon o 9 mandamientos:
1. Vive ahora, es decir, preocúpate del presente más que del pasado o del futuro.
2. Vive aquí: relaciónate más con lo presente que con lo ausente.
3. Deja de imaginar: experimenta lo real.
4. Abandona los pensamientos innecesarios; más bien siente y observa.
5. Prefiere expresar antes que manipular, explicar, justificar o juzgar.
6. Entrégate al desagrado y al dolor tal como al placer; no restrinjas tu percatarte.
7. No aceptes ningún otro “debería o tendría” más que el tuyo propio: no adores
ningún ídolo.
8. Responsabilízate plenamente de tus acciones, sentimientos y pensamientos.
9. Acepta ser como eres.
Naranjo habla del legado de Perls como un concepto teórico nuevo: ‘que es
posible hacer terapia sin teoría’18 y señala cómo hace explícita aquel su posición de
existencialista ateórico en su autobiografía.
Claudio Naranjo distingue también entre “teoría de la Gestalt” y “una teoría de la
terapia gestáltica”. Sobre la primera señala su pecado de pretender constituirse en una
visión particularísima y sectaria a la vez que universalmente válida de la mente
15
PEÑARRUBIA
F.
pag.
21
‘Terapia
gestalt.
La
vía
del
vacío
fértil’.
2008
16
PEÑARRUBIA
F.
pag.92
‘Terapia
gestalt.
La
vía
del
vacío
fértil’.
2008
17
NARANJO
Claudio.
‘Por
una
gestalt
viva’
La
Llave.
2007
18
NARANJO
Clauido.
p.
147
‘Por
una
gestalt
viva’
La
Llave.
2007.
22
humana, señalando a la vez que si alguien hoy quiere ofrecer una teoría psicológica,
tendría que considerar seriamente una síntesis entre la psicología dinámica, el
conductismo, las filosofías de la persona y las tradiciones espirituales etc. sin limitarse
a la visión de la Psicología de la Forma.
Pero pretender una teoría de la terapia gestáltica señala que no sólo parece lícito sino
posible y útil, para lo cual nos podemos formular dos preguntas: ¿por qué funciona la
terapia gestáltica? y ¿cuáles son los factores curativos en este quehacer terapéutico
que conocemos como Gestalt?
Podemos responder a estas preguntas describiendo cuales son los tres pilares
actitudinales en que se apoya la gestalt.
1.- El Aquí y ahora. Es el pilar actitudinal que Naranjo describe también como “la
entrega a la autorregulación organísmica” o fe en lo organísmico. Caben aquí los
conceptos tanto de autenticidad y espontaneidad como el de entrega. En la terapia
gestalt aprendemos a confiar, a darle un lugar a todo lo que forma parte de nuestra
experiencia, aprendemos a decirnos ‘Si’ allí donde antes nos hemos dicho que ‘No’.
Seguro que porque alguien nos lo dijo antes (papá, mamá…) ‘No’, o mejor dicho, ‘No
seas’…triste, agresivo, no muestres tu deseo, no muestres tu necesidad de contacto
etc’. Cada uno lleva incorporado en sus células la retahíla de mensajes que recibió en
su proceso de maduración y que fueron cristalizando en forma de carácter y de
escisión entre aquellos Noes y Sies que recibimos y que devinieron en esta estructura
compleja y rígida que llamamos Carácter.
‘Entrega a la autorregulación organísmica’ sucede en el aquí (aspecto físico-
sensorial de la experiencia) y en el ahora (aspecto emocional de la experiencia). Y
pasa por darnos cuenta primero de cómo no nos entregamos y, cómo interferimos con
ella, donde el hecho de darnos cuenta ‘ya es terapéutico per se’ y, a partir de ahí,
practicar la generosidad con aquellas partes que quedaron más reprimidas o en la
sombra. Jung hablaría de ‘integrar la sombra’ como el aspecto nuclear en el proceso
de individuación de la persona. En terapia gestalt trabajamos con las polaridades, con
el propósito de que ambos extremos del continuo, alegría-tristeza, contacto-retirada,
masculino-femenino, ternura-agresividad por mencionar algunas clásicas, reciban la
misma cualidad de atención, de afirmación, de su derecho a ser, a exisitir.
Peñarrubia nos recuerda cómo Fritz Perls ‘arremetía contra el moralismo
impuesto desde fuera, no contra aquel que podríamos llamar organísmico o
23
intrínseco’19 que es el que la terapia gestalt recupera. Perls describe el camino de
pérdida de esa moralidad intrínseca o moralidad del organismo. ‘Bueno y malo son
respuestas del organismo. Pero por desgracia la “etiqueta bueno o malo” es luego
proyectada al estímulo; entonces, aisladas y fuera de contexto, estas etiquetas se
organizan en códigos de conducta, sistemas morales, a menudo legalizados y
conectados con creencias religiosas’20.
Así, según vamos reconociendo los ‘deberías’ que nos hemos tragado como
manzanas de un solo bocado, uno a uno los vamos cuestionando, masticando para
poder asimilar lo que al paciente le puede nutrir en este momento de su vida, si es que
hay algo que le sirva. En cualquier caso la tarea de masticar y cuestionar implica
cierto grado de sufrimiento, de ‘sufrimiento consciente’ lo llamaba Gurjdieff en su
escuela, que es más bien una no evitación del dolor emocional. Y señala Naranjo
‘Quien quiere trabajar en sí es uno que debe estar dispuesto a lanzarse al vacío,
dispuesto a desnudarse de convencionalismos y convenciones en tanto que atiende a
su verdad, compartiendo su verdad momento a momento…Mientras haya neurosis,
tender a la verdad y enfrentarse con ella, trae consigo un sufrimiento. Y dejarse ser el
que uno es no tan cómodo como guardar las apariencias.’21.
El aquí y ahora lo podemos identificar también con la polaridad dionisiaca y con el
ámbito de la creatividad de la que daremos cuenta en el capítulo correspondiente.
2.- La terapia gestalt trabaja con y desde la conciencia, entendida esta como la
capacidad de darnos cuenta o percatarnos (awareness) desde los más obvio que tiene
que ver con lo que percibimos a través de los sentidos, pasando a otra percepción más
sutil como la propiocepción (sensaciones internas del cuerpo) que sería una parte de la
zona Interna donde además se encuentra el aspecto emocional de la experiencia. Y
quizá más sutil y difícil de discriminar está la zona intermedia que tiene que ver
también con el aspecto cognitivo de la experiencia, la ‘zona desmilitarizada’ que
decía Perls, donde se hallan todos los mandatos introyectados que han quedado como
perro de arriba y muchas veces sin cuestionar a aquel otro perro de abajo. Y es más
sutil por esto: los mandatos, mensajes, asunciones existenciales, afirmaciones vitales
19
PEÑARRUBIA
F.
‘Terapia
gestalt.
La
vía
del
vacío
fértil’
p.
93.
2008
20
PERLS
F.,
“Moralidad,
límite
del
ego
y
aggression”
(1995),
en
Stevens,
Esto
es
Gestalt,op.
cit,
p.39
21
NARANJO
Claudio.
p.
142
‘Por
una
gestalt
viva’
La
Llave.
2007.
24
tragadas y no asimiladas llevan consigo un componente de punto ciego que hacen que
el neurótico no sólo no los detecte como dañino sino que lo tenga más que justificado.
Y como sigue Naranjo, cuando hablamos de conciencia, la Gestalt ‘va más
allá en la restauración de la conciencia, al reconocer que la salud depende no tanto
del reconocimiento de tal o cual cosa en particular, sino de la restauración de la
misma capacidad de percatarse, la capacidad de ser testigo de si’22.
La capacidad de darnos cuenta se ha ilustrado en tantas tradiciones espirituales con la
imagen de estar dormido versus estar despierto; siendo estados metafóricos de la
conciencia, parten de que vivimos en un estado de ‘estar dormidos’ con la
particularidad además de que no lo sabemos. Perls hablaba de Maya como la ilusión
que se produce cuando la ‘zona desmilitarizada’ toma el mando y la fantasía de la
zona Intermedia se convierte en real; entonces vemos una serpiente donde hay una
cuerda o como dice Naranjo23: ‘todo lo que afirma la terapia gestáltica es que la
aceptación de la verdad (que supone un ‘no deshacer’ antes que un hacer) nos coloca
en mejor situación: que la toma de conciencia cura. Nos cura, por supuesto, de
24
nuestras mentiras’ o dicho en palabras de Shakespeare ‘Antes que nada sé
verdadero contigo mismo. Y así, tan cierto que la noche sigue al día, hallarás que no
puedes mentir a nadie’.
Para ello la terapia gestalt propone abandonar la mente y volver a los sentidos,
cultivar y entrenar el ‘músculo’ de la atención, uno que a base de no usarlo está
flácido y entumecido. Podemos recordar la película Matrix donde se refleja muy bien
este proceso de despertar de un estado donde vivimos dormidos a otro estado donde
despertamos de aquel sueño. En la película vemos cómo Neo, (el protagonista que nos
muestra la enésima actualización del viaje del héroe en la historia de la humanidad
apoyándose en el séptimo arte para contar la historia) tras haber tomado la decisión de
querer despertar está tumbado en una camilla donde van estimulando los músculos de
su cuerpo y suena la voz de Morfeo, el que será su maestro, ‘nunca antes los utilizó,
necesitan mucha estimulación’. Así también podemos comparar lo que la terapia
gestalt implica, una recuperación de los sentidos y a través de ellos de lo obvio, un
despertar a lo que es real tanto fuera, como dentro (centro instintivo, emocional e
intelectual).
22
NARANJO
C.
p.
139
‘Por
una
gestalt
viva’
La
Llave.
2007.
23
NARANJO
C.
‘Teoría
y
técnica
de
la
psicoterapia
gestáltica’
Faghan&Shepherd.
Artículo.
p.
56
24
Shakespeare
W.
‘Hamlet’.
25
Gurdieff en ese sentido utilizaba otra imagen que también aparece en la más
antigua Katha Upanishad. Asemeja al hombre a una carroza tirada por caballos y
dirigida por un cochero. La carroza representaría el cuerpo, los caballos el centro
emocional y el cochero el centro intelectual. La carroza tiene que estar en buen
estado, los caballos necesitan estar bien alimentados y tienen que saber reconocer y
obedecer la voz del cochero para ir en la dirección y a la velocidad que le indique.
Dentro de la carroza va el amo y ¿quién es el amo? la atención, esa capacidad de ‘ser
testigo de sí’ que decía Naranjo, que apunta además a que la terapia gestalt
proporciona ‘una educación del sentido de la inmediatez de la experiencia además de
una restauración de una especie de órgano psíquico que podría llamarse el
observador interno…porque más allá de los muchos yoes que piensan tal o cual cosa,
sienten tal o cual cosa, hacen tal o cual cosa, hay un yo tan vacío como un espejo que
no hace nada más que mirar. El desarrollo de esa “presencia” interior que es algo
así como la facultad de estar en la cumbre de la montaña y ver íntegramente todo lo
que pasa en torno’.
En esa ‘presencia interior’, o ser interior o Atman, que es el que va sentado
dentro del carruaje cuya naturaleza es la atención, hay muchos grados de atención a lo
largo de un hilo que según Naranjo ‘tenemos para llegar a la Gran Conciencia que
intuimos como nuestro potencial’.
La conciencia o deliberación gestálticas se vincula con la polaridad apolínea y
con lo que en esta tesina llamo, siguiendo el modelo de Peñarrubia, el ámbito del arte.
26
‘Quiero darles a entender cuánto se gana al tomar responsabilidad de cada
emoción, cada sentimiento, cada pensamiento. Y deshacerse de la responsabilidad
por cualquier persona. El mundo no está ahí para llenar tus expectativas ni tampoco
debes tú llenar las expectativas del mundo. En su contexto usual la responsabilidad
da la idea de obligación. Si me hago responsable de otra persona me siento
omnipotente: tengo que interferir en su vida. Esto significa que tengo un deber…Pero
también puede entenderse la responsabilidad como capacidad de responder, tener
pensamientos, reacciones, emociones, en determinadas situaciones…Responsabilidad
significa simplemente el estar dispuesto a decir: “yo soy yo” y también “yo soy lo
que soy”’.25
25
PERLS
F.
‘Sueños
y
existencias’.
Ed
Cuatro
Vientos.
1974
27
3.2.- Fundamentación de la actitud y práctica del experiencialismo ateorico.
Actitud y práctica de un experiencialismo ateorico es la manera en que
Naranjo ha definido la terapia gestalt como subtítulo de su libro ‘La vieja y novísima
gestalt’. Ya hemos ido revisando cómo el concepto teórico que Perls nos legó fue el
de que es posible hacer una terapia sin teoría, y que más importante que la teoría, es la
actitud que el terapeuta gestáltico va a cultivar en el encuentro terapéutico de la que
dimanará como dice Naranjo ‘acción real’ o una ayuda al servicio de la necesidad del
paciente en dicha relación terapéutica.
‘El profesional con habilidad en psicoterapia es, por sobre todo, aquel que
puede producir acción real, más allá de las acciones superficiales, las cuales, si no
están respaldadas con la actitud apropiada, no son más que un ritual vacío. Es capaz
de detectar la actitud exacta, reforzarla, exigirla, enseñarla, pues la conoce en sí
mismo. Cualquier libro puede describir una técnica, pero una actitud debe ser
transmitida por una persona’.26
Como en cualquier arte, uno puede leerse todos los manuales al respecto pero
no llegará muy lejos si no pone en práctica la información que recibe. Podrá ir más
allá si cuenta con la compañía de alguien que ha hecho y experimentado ese camino
de conocimiento. El terapeuta gestáltico es como el artesano cuya materia prima de
trabajo es un ser humano que dejó de ser él mismo y a quién acompañará de vuelta
hacia ese lugar o estado de ser, original, congruente e inocente. El aprendizaje de las
actitudes que conducen a dicho estado de ser son las que el gestaltista cultivó y
aprendió en su formación y terapia inicialmente. Su trabajo consiste en la
actualización de dichas actitudes a través de la relación en curso.
La práctica del experiencialismo ateórico alude a la práctica de las actitudes que
vimos antes en la relación, y la relación puede ser de dos tipos: intra-personal e
interpersonal. Cuando se da en la relación terapéutica nos servimos de las técnicas
para que el paciente tome conciencia de qué actitudes cultiva en su relación consigo y
en su relación con el mundo, apoyando lo genuino y confrontando lo falso a través de
la relación que establecemos y que por eso, solemos decir, que ‘es la que cura’.
Como en el jardín epicúreo, el terapeuta gestáltico poda y quitas las malas hierbas
usando técnicas supresivas (en nomenclatura de Naranjo) al servicio de la
confrontación e inhibición de lo falso, lo no genuino. También abona, fertiliza y riega
26
NARANJO
C.
pag.
13
‘La
vieja
y
novísima
gestalt’.
Cuatro
Vientos.
1990.
28
a través de técnicas expresivas al servicio de lo genuino y auténtico de la persona. Y
por último cuenta con técnicas integrativas que supone una nueva configuración o
gestalt entre lo viejo (falso que hemos confrontado) y lo nuevo (genuino que estamos
apoyando) que es cuando surge la flor y su fruto.
‘El rol central de la actitud apropiada no sólo se encuentra en el campo de la
psicoterapia sino en cualquier ejercicio psicológico o disciplina espiritual. Si
buscamos la esencia de una técnica, invariablemente llegamos a instrucciones que
trascienden la descripción conductual, las que son difícil de comunicar, incluso a
través de la supervisión personal, y de las cuales frecuentemente se dice que, después
de todo, son inexpresables’.27
27
NARANJO
C.
Ibidem.
29
3.3.1.- Substrato filosófico alemán. Friedlander y Nietzsche.-
Friedlander a quién podemos considerar un místico laico que gustaba tanto de
los cabarets y las mujeres como de la búsqueda filosófica y espiritual, pudo salvar esta
tensión y disyuntiva aparente a través del ejercicio de lo que él llamó la Indiferencia
Creativa, su gran aportación filosófica en un lenguaje contemporáneo y ajustado a
nuestro tiempo. Una verdad universal expresada también anteriormente por sabios de
otro tiempo y lugar.
Hablaré aquí de la conexión que tiene esta aportación con el Taoísmo (ya
Naranjo se ha referido en más de una ocasión a la terapia gestalt como un cripto-
taoísmo) y con la filosofía de Nietzsche, más cercano en el tiempo a Friedlander.
Podemos decir que Friedlander es un filósofo que bien pudiera pertenecer a
esa historiografía de la filosofía que otro filósofo contemporáneo a nosotros, Micheal
Onfray, nos cuenta. A saber, que hay una historia oficial de la filosofía que deja fuera
una línea de pensamiento y práctica filosófica donde sospechamos al servicio de qué o
quién se produce este ocultamiento. Y vamos descubriendo cómo ‘el amor a la
sabiduría’ a la que quiere conducir la Filosofía no está libre de puntos ciegos y
ocultamientos derivados de las fases burocráticas posteriores a las carismáticas (en
terminología de Weber) donde la verdad o parte de la verdad, queda velada, ignorada
o falseada.
Onfray nos muestra cómo el pensamiento filosófico dominante en la cultura de
occidente proviene de Platón y se lleva por delante a todo autor cuya filosofía no
encaje con aquel idealismo platónico, además de todo aquel pensamiento filosófico
que le precedió aglutinado bajo el concepto de ‘presocráticos’, que siempre parecieron
pertenecer a un escalón inferior o de segunda división.
Y qué decir de ignorar del todo tradiciones filosóficas más allá de Grecia. Sigue
Onfray diciéndonos que la Filosofía en occidente parte ‘de un a priori platónico, en
virtud de lo cual lo que emana de lo sensible es una ficción. La única realidad es
invisible. La alegoría de la caverna funciona en la formación filosófica como un
manifiesto: verdad de las Ideas, excelencia del mundo Inteligible, belleza del
Concepto, y en contrapartida, fealdad del mundo sensible, rechazo de la materialidad
del mundo, descrédito de lo real tangible e inmanente.’28
28
ONFRAY
M.
‘La
fuerza
de
existir’
pag.
57.
Ed.
Anagrama
2008.
30
Digamos entonces que a parte de la enferma ideología nazi que conduce a
quemar la obra escrita de un hombre como Friedlander, diríamos teniendo en cuenta
la afirmación de Onfray, que habrá razones implícitas en nuestra cultura patriarcal
para dejar de lado e ignorar el pensamiento y práctica filosóficas de quién se
posiciona en la contracultura filosófica, la que difícilmente uno encuentra en los
textos de filosofía de COU (ahora 2º de bachillerato si es que perdura la asignatura).
Nietzsche estaba en mi libro de COU pero como estaba al final del texto que llevaba
un orden cronológico pasamos de puntillas y a la carrera.
La Filosofía tiene también un movimiento contracultural, aquellos que deciden
bregar e ir más allá adentrándose en ese territorio oscurecido y punto ciego cultural
del ámbito filosófico, y por tanto de la cultura. Una filosofía que en palabras de
Onfray sería ‘alternativa de la historiografía dominante idealista; de una razón
corporal y de la novela autobiográfica que la acompaña en una lógica puramente
inmanente, en este caso, materialista; de una filosofía entendida como una egodicea
que habrá que construir y decodificar; de una vida filosófica como epifanía de la
razón; de una perspectiva existencial con una meta utilitarista y pragmática. El
conjunto converge en un punto focal: el hedonismo’
Es por esto que voy entendiendo mejor la talla y valor de la aportación de
Friedlaender y el por qué de mi ignorancia manifiesta sobre este autor antes de llegar
a la Terapia Gestalt. No creo que sea sólo atribuible al buen trabajito pirotécnico que
hicieron los Nazis con su obra, también al componente patriarcal que emana de
nuestra cultura como nos ha descrito Naranjo, donde la Filosofía como ámbito de
conocimiento y cultura no iba a quedar inmune por más que su objeto sea la verdad y
por tanto cuidarse de aquello que oculta la verdad, la ignorancia como oscurecimiento
óntico.
La terapia gestalt nacida en el fuego de la contracultura, primero como
gestación intrauterina en la Alemania de los años 2029 , un final de embarazo en el
Nueva York de los años 50 y finalmente en su parto al mundo en la California de los
años 60, se nutre del pensamiento y vida de Friedlaender a quien el joven Perls
consideró su maestro cuando lo conoció y frecuentó en Berlín.
Friedlaender sigue dándole voz al sabio Zaratustra que rescatara varias
décadas antes Nietzsche quién según Naranjo es el abuelo del existencialismo y
29
CHEVREUX
A.
’El
Berlín
de
Perls.
El
espíritu
vanguardista
en
el
arte
y
la
terapia
Gestal’.
Mandala
Ediciones. 2007
31
supremo crítico de la mentalidad autoritaria y de la sociedad de su tiempo, de toda la
historia de la “sociedad cristiana occidental” y de los alemanes en particular.
En la identificación de Nietzsche con Zaratustra señala Naranjo que aquel adopta una
postura heroica, se identifica con la figura del anticristo y al mismo tiempo de un
profeta salvador. Y apunta sobre Zaratustra que fue el que en la historia de occidente,
o tal vez en la historia del mundo, introduce de forma más clara el dualismo, la
mitología del bien y el mal. Dice que el cosmos está creado por estos dos principios,
estos dos dioses, bueno y malo, su conflicto es inevitable y así será hasta el fin de los
tiempos. Nietzsche quiere hacer hablar a Zaratustra una vez más para que se desdiga;
para que ahora le dé voz a un mensaje de trascendencia del dualismo. La que a través
de la práctica de la Indiferencia Creativa de Friedlander cultivamos en la terapia
gestalt.
Fue una sorpresa para mí descubrir como la fuente de la que surge el concepto
del ‘niñ@ interior’ (igual hay otras que desconozco) tan extendido entre los grupos
terapéuticos humanistas y otras lindes terapéutico-espirituales, procede de Nietzsche.
Desenmascara en su Zaratustra la moral convencional del ‘niño bueno’ (domesticado,
que no interior) y la necesidad de atravesar tres fases en el desarrollo espiritual. El
espíritu primero se torna en camello, después en león, luego en niño.
En la fase del camello uno es prisionero del ‘yo debo’ siendo este ‘yo debo’ un gran
dragón al que hay que vencer, y sólo puede ser derrotado por el ‘yo quiero’, y para
eso uno tiene que transformarse en león. El león tiene poder para proporcionarnos
libertad para nuevas creaciones pero no puede crear nuevos valores según Nietzsche,
sí destruir los antiguos. ‘Crearse el derecho para nuevos valores es la más terrible
conquista para un espíritu sufrido y reverente’ (como el de un niño bueno).
El león no puede crear nuevos valores pero es necesario para abrir camino al
descubrimiento de estos, y eso es parte de la transformación en niño, que como dice
Naranjo es una vuelta al ser donde se hace buena la máxima de Chamfort que Onfray
usa como imperativo categórico de su filosofía hedonista ‘goza y haz gozar, sin hacer
daño a nadie ni a ti mismo: ésa es la moral’30 y que evoca también las mieles y vinos
del Sufí Rumi cuando acaba su poema ‘Estoy embriagado con la copa del Amor, los
dos mundos han desaparecido de mi vida; no tengo otra cosa que hacer más que el
jolgorio y la jarana.’
30
ONFRAY
M.
‘La
fuerza
de
existir’
pag.
81.
Ed.
Anagrama
2008.
32
Figura: Las tres transformaciones del espíritu31
31
“Von
den
drei
Verwandlungen”
(Las
tres
transformaciones),
óleo
del
artista
austriaco
Werner
Horvath.
33
el cual el empobrecimiento de la vida lleva a la creación de fantasmas. Describe una
búsqueda del más allá que es correlato de una pérdida del más acá.
32
PERLS
F.
‘Dentro
y
fuera
del
tarro
de
basura’.
Pag.
80.
Cuatro
Vientos.
1981.
33
PEÑARRUBIA
F.
‘Terapia
gestalt.
La
vía
del
vacío
fértil’
p.
34.
2008
34
Alan
Watts
es
una
de
las
figuras
más
asombrosas
del
pensamiento
llamado
contracultural.
Místico,
poeta,
filosofo
para
quién
la
existencia
y
el
humor
no
pueden
ni
deben
separarse.
Tenemos
constancia
además
que
vivió
una
temporada
junto
con
Dick
Price
(fundador
junto
con
Michael
Murphy
del
Instituto
Esalen)
en
San
Francisco
en
los
50.
35
Tesina
‘Gestalt
y
los
cinco
elementos’
realizada
por
Carlos
Zamora
Medina
y
presentada
en
las
34
conoce (si utilizamos la metáfora cibernética) el código que permite leer el lenguaje
cifrado y oculto.
Muchos son los elemento compartidos y aquí trataré de dar cuenta de ello.
Lao Tse ha sido considerado durante muchos años el padre del taoísmo. Se le ubica en
el siglo VI antes de nuestra era y llegó a ser divinizado pese a que nada se sabe con
certeza de su existencia. Es junto con Confucio uno de los personajes más célebres de
toda la historia de China.
Dice la biografía esbozada por Sima Qian que Lao Tse (conocido por Lao
Dan) desencantado de la vida en la decadente corte de los Zhou, se retiró del mundo
partiendo hacia el occidente a lomos de un búfalo negro. Antes de desaparecer
definitivamente, entregó sus enseñanzas escritas con unos cinco mil caracteres al
guardián del paso fronterizo, dividida en dos partes: una dedicada al curso (dao), otra
dedicada a la virtud (de).
El Taoísmo establece la existencia de tres fuerzas: una positiva, otra negativa
y una tercera conciliadora. Las dos primeras se oponen y complementan
simultáneamente entre sí, son interdependientes de manera absoluta y funcionan como
una unidad. Son el Yin (fuerza negativa / sutil, femenina, húmeda…) y el Yang
(fuerza positiva / concreta, masculina, seca…) La tercera fuerza es el Tao, o fuerza
superior que las contiene. ‘Yang’ literalmente significa la ladera luminosa (soleada)
de la montaña, y ‘Yin’ la ladera oscura (sombría) de la montaña. La idea de montaña
se entiende como símbolo de ‘unidad’. Así, aunque representan dos fuerzas
aparentemente opuestas, forman parte de una única naturaleza. El taoísta, como el
gestaltista podríamos añadir, no considera superior la vida sobre la muerte, no otorga
más valor a la construcción sobre la destrucción, ni al placer sobre el sufrimiento,
tampoco a lo positivo sobre lo negativo, ni a la afirmación sobre la negación.
Podemos reconocer aquí alguno de los preceptos gestálticos ‘entrégate a lo
doloroso tanto como a lo gozoso, no restrinjas tu percatarte’. El gestaltista trata de
mantener limpia su mirada, su percepción, de juicio, atento a la zona intermedia
origen y fuente de los velos que la cubren o distorsionan nuestro contacto con la
Realidad.
El taoísmo tiene un símbolo que es el Tao (camino o curso) compuesto por el
Yin y el Yang, figura circular en blanco y negro que expresa lo mismo que
Friedlaender afirmaba. Lo masculino y lo femenino, el Ying y el Yang, blanco y
negro son polaridades que forman parte de un continuo que es la realidad. Y en este
35
continuo hay blanco en lo negro y viceversa, y así lo expresa el símbolo taoísta con un
pequeño punto del color opuesto presente en cada una de las ‘laderas oscura y
luminosa de la montaña’ que forman este mandala.
El punto de indiferencia creativa para este símbolo pasa por aquella mirada
que permite la contemplación de la unidad a la vez que la diferencia, los dos opuestos
se vuelven uno en una nueva configuración, la mirada que integra y no juzga porque
la percepción se manifiesta sin preferencia, con indiferencia y un grado de atención
muy particular.
Según Lao Tse ‘el hombre erudito aprende algo nuevo cada día; el hombre
del tao desaprende algo cada día, hasta que acaba regresando a la no acción’. Habla
aquí del cultivo de una actitud por la que Peñarrubia se ha venido interesando mucho
en la Vía del vacío fértil, el cultivo de la Indiferencia Creativa como un ‘no hacer’.
‘Podemos identificar el punto 0 con ese vacío fértil donde nada ha florecido
todavía y donde se dan las potencialidades creativas. Surgirá entonces una figura (si
lo queremos nombrar como formación gestáltica) o se pondrá de manifiesto la
orientación organísmica (autorregulación) o simplemente nos encontraremos con
nosotros mismos en otro nivel de autenticidad’36
Alan Watts habla de la misma cosa desde el taoísmo nombrándolo ‘docta
ignorancia’ o ‘ignorancia primordial’ donde ‘no existe diferencia alguna entre lo
que hacemos y lo que nos ocurre. Todo forma parte del mismo proceso y nuestros
36
PEÑARRUBIA
P.
‘Terapia
Gestalt.
La
vía
del
vacío
fértil’.
Pag.
130.
Alianza
editorial.
2008.
36
pensamientos pasan del mismo modo en que lo hacen los automóviles, las nubes y las
estrellas’37 .
Y le pone énfasis Watts al profundo valor que tiene poder asentarnos en esta
actitud de la ‘ignorancia primordial’ donde ‘no existe un yo diferenciado de lo que
ocurre y, por tanto, las cosas no nos suceden a nosotros, sino que simplemente
suceden, eso es todo. Y lo mismo podemos decir con respecto al “yo”, a lo que
llamamos yo o a lo que llamaremos yo, porque ese supuesto “yo” también forma
parte de lo que está sucediendo, también forma parte del universo…aunque,
estrictamente hablando, el universo carece de partes’
En T.G. no nos interesamos tanto por las causas de los conflictos, por los ‘por
qués’ que muchas veces traen los pacientes como una dificultad para pararse en sus
pies y dejarse sentir y percibirse no sólo con la cabeza. Nos interesamos más bien en
el cómo y en la estructura funcional con la que se manejan nuestros pacientes por la
vida. Cómo hago, pienso, siento, reacciono…tiene primacía sobre el interés en
conocer la causa de esta conducta disfuncional o de tal o cuál reacción, de este
transtorno de ansiedad o de aquella depresión. Sabemos que hay asuntos pendientes
que corresponden a un lugar y tiempo concretos, y sabemos que basta con atender la
manifestación que se está dando ahora y aquí para ponernos en contacto con lo que
está pendiente en nuestro paciente. Es parte de lo que Perls llamó ‘Fe en la
autorregulación organísmica’
Y apunta Watts desde la mirada taoista ‘La otra ilusión que se evidencia
cuando nos experimentamos a nosotros mismos y al universo como algo que ocurre
simultáneamente, es que lo que ahora está sucediendo no es la consecuencia
necesaria de lo que sucedió en el pasado. En la ignorancia primordial no sabemos
nada de todo eso y no podemos hablar de causa y efecto. Porque, si somos realmente
ingenuos, veremos que el pasado es la consecuencia de lo que está ocurriendo ahora,
que el movimiento va hacia atrás, hacia el pasado, como la estela que deja un barco
a su paso’.
También en T.G. decimos mucho aquello de que ‘no hay que empujar el río’38
que el río fluye, y esa actitud de fluir con el curso y no oponernos a la corriente, es
37
WATTS
A.
‘Taoísmo’.
Pag
15.
Ed
Kairós.
1999.
38
La
fuente
de
esta
cita
o
máxima
la
podemos
rastrear
en
el
libro
del
mismo
título
de
Barry
Stevens
‘No
empujes
el
río
porque
fluye
sólo’
y
anterior
a
este,
por
la
manera
de
explicar
de
Perls
el
funcionamiento
sano
de
la
persona
semejante
al
del
río
que
no
se
mueve
por
‘decisión’
sino
por
‘inclinación’.
37
una actitud que valoramos y cuidamos. Sobre todo en algunas sesiones de terapia
donde podemos nombrar nuestra práctica como un judo emocional en el sentido de no
ir contra la resistencia sino a favor. La influencia de esta metáfora fluvial la podemos
rastrear en Barry Stevens que tituló su libro de esta manera ‘No empujes el río porque
fluye sólo’. Y en Perls que acudió a la metáfora del río para ilustrar el sano
funcionamiento de la persona que como el río no se mueve por decisión sino por
inclinación.
Nos lleva de nuevo al taoísmo profundamente inmerso en la naturaleza y sus
elementos donde a parte de tao (curso) encontramos li: las configuraciones creadas
por la corriente y el curso del agua. Que también pueden ser sólidas cuando
observamos las pautas fluyentes en las formas que asume la veta de la madera, en el
mármol, en los huesos, en los músculos etc. todo ello se configura siguiendo los
principios básicos del flujo. Y podemos estar de acuerdo cuando Watts dice:
‘En las pautas del flujo del agua podemos ver los motivos recurrentes del arte chino,
motivos que resultan patentes en la curva en forma sinusoidal del diagrama del yin y
del yang. Li, pues, sugiere el orden del flujo, las exquisitas formas creadas por la
danza del agua.’
Hace un par de años apareció un anuncio de publicidad donde la firma anunciante
rescataba treinta segundos de una interesante entrevista realizada en 197139 a Bruce
Lee, el famoso actor de pelis de artes marciales. Aparece hablando este como lo haría
un sabio, me inclino a pensar que sus palabras son propias, no fruto de un guión de su
mente discursiva y superficial, y concluía aquella escena con un ‘be water my friend’
(conviérte en agua mi amigo). Allí el sabio del kung fú se expresaba como uno de los
7 maestros taoístas cuando decía:
Vacía tu mente, sé amorfo, moldeable, como el agua
Si pones agua en una taza, se convierte en una taza.
Si pones agua en una botella, se convierte en la botella.
Si la pones en una tetera, se convierte en la tetera.
El agua puede fluir, o puede golpear.
Sé agua mi amigo.
En T.G. aprendemos primero el arte de convertirnos en agua, y después el arte
de transmitir esta enseñanza, a que nuestros pacientes aprendan a convertirse en agua,
39
La
entrevista
completa
sin
traducir:
http://www.youtube.com/watch?v=PFQ7UxUdIH8
38
que no es otra cosa que el que aprendan a flexibilizarse en su identificación neurótica.
Si por carácter me identifiqué con el niño bueno porque eso implicaba una economía
de esfuerzo, me lo ponía más fácil para presentarme al mundo con ese carnet de
identidad, en T.G. aprendemos y transmitimos que ‘yo soy el niño bueno’ y su
contrario, ‘el cabrón-egoísta’. Y reconocer ambos aspectos con una mirada de
afirmación y sin juicio implica una nueva configuración personal que me lo pone más
fácil para la vida. De un Yin y un Yang cúbicos, robustos, con aristas repeliéndose,
separados y en contra, al conocido mandala esférico taoísta donde mi niño bueno y mi
cabrón egoísta se reconocen y se encuentran en paz.
Peñarrubia desarrolla este aspecto del agua como metáfora y símbolo (también
los otros tres elemento tierra, fuego y aire) en su trabajo gestáltico creativo de ‘Las
cuatro caras del héroe’ donde se pone el énfasis en el permiso, la entrega y la
capacidad para ser, con el que uno se identificó toda su vida, y con su contrario; con
la emoción a la que le di la mano, y con la emoción que metí en el armario. Y si,
como veíamos en el taoísmo, li son las configuraciones del curso de la corriente del
río (o de la veta de la madera) en este taller las configuraciones del curso quedan
expresadas a través del arte, del ‘arte propio’. Como opuesto a ‘arte impropio’ según
lo concebía James Joyce en su libro ‘Retrato de un artista adolescente’ que ya
veremos en el capítulo dedicado al arte.
Volviendo de nuevo a nuestro taoísta alemán emigrado:
‘La filosofía básica de la terapia gestalt es la diferenciación e integración de
la naturaleza. La diferenciación conduce por sí misma a polaridades. Como
dualidades, estas polaridades se pelearán fácilmente y se paralizarán mutuamente. Al
integrar rasgos opuestos, completamos nuevamente a la persona. Por ejemplo:
debilidad y bravuconería se integran como una silenciosa firmeza’40
40
PERLS
F.
‘Terapia
gestalt
y
potencialidades
humanas’,
en
J.O.
Stevens,
Esto
es
gestalt,
p.19
39
forzarlas. Volvemos a encontrarnos con ecos de la ‘Indiferencia creativa’ expresada
dos docenas de siglos después en Alemania. ‘No forzamiento’, ‘no hacer,’ ese lugar y
último refugio del terapeuta (y la persona) que le permite estar a la vez disponible
para la acción cualquiera que sea la necesidad delante. La clave, por lo que observo en
mi experiencia, es la atención, el awerness gestáltico, el continuo de atención que
implica aquella ‘docta ignorancia’.
Watts nos sugiere una manera taoísta cuando queremos encontrar una
respuesta a algo; a veces en nuestros procesos, o en los que acompañamos, hay
situaciones de impasse, dícese de aquella experiencia que ni palante ni patrás, nos
damos cuenta de cómo tropezamos con la piedra que nos acompaña desde hace años
pero no sabemos hacerlo de otra manera. Es la conciencia de la prisión neurótica, del
esquema rígido que por primera vez seguramente queremos no repetir pero somos
incapaces de hacerlo distinto en ese momento. Eso podría ser una definición de
impasse.
En este caso Watts nos propone una manera (que bien podemos reconocer
desde la T.G.) de acercarnos a este difícil lugar del impasse desde el no hacer, donde
una vez que hemos contemplado el problema y visualizando la pregunta ‘¿qué
necesito aquí?’ (u otra que surja más del cuerpo que de la cabeza) tan claramente
como podamos, entonces simplemente, esperemos:
‘Si tratamos de encontrar la solución mediante el esfuerzo de nuestra mente,
quedaremos decepcionados, porque cualquier solución que aparezca de ese modo
será errónea. La solución correcta aparece por sí sola cuando esperamos lo
suficiente. Éste es el modo en que hay que utilizar el cerebro, porque el cerebro
funciona del mismo modo en que el estómago digiere la comida, sin necesidad de que
nosotros supervisemos el problema de forma consciente.’
Y, como Watts, desde la T.G. entendemos que son precisamente nuestros
intentos de control consciente (la zona intermedia gestáltica) los que tienen
consecuencias negativas para nuestros estómagos.
Cuando podemos esperar y dejar de pelearnos, tras la correspondiente y
necesaria batalla de las polaridades en cuestión puestas en conciencia y en su máxima
diferenciación, le vamos cogiendo el gusto y el aroma a la experiencia de Wu Wei que
como adivinará el lector es otra manera de llamar a la Indiferencia creativa. Entonces
como describe Naranjo ‘hay un yo tan vacío como un espejo que no hace nada más
que mirar. El desarrollo de esa “presencia” interior que es algo así como la facultad
40
de estar en la cumbre de la montaña y ver integradamente todo lo que pasa en
torno’41 donde regresamos a la integración de las dos laderas, soleada y sombría, que
implica el símbolo del Tao.
Y por último quiero hablar de un principio básico del que informa la filosofía
taoísta que es el te, no el inglés de las cinco con tilde, el te como el poder
aparentemente mágico que dimana del hecho de seguir el camino del curso del agua y
asumir la actitud que ofrece la menor resistencia. Como dice Watts 42 ‘el hecho de
seguir el curso del agua puede parecer indolencia pero, en realidad, es más
inteligente navegar a vela que remar’.
Aquí debo confesar en mis inicios de aprendizaje gestáltico mi admiración y
‘flipe’ diría, por aquello que ocurría en una sesión de terapia grupal (o individual)
donde a través del encuentro terapéutico, unas veces en forma de danza, otras en
forma de judo o aikido emocional, el paciente pasa por una serie de paisajes más
expresivos y de color o más grises, que muchas de las veces tienen una resolución
significativa y relevante. Y esa sensación de un grupo que acompaña, observa y la
comparte por resonancia personal, aunque no necesariamente hace falta para
compartirla. Llega como el ‘Ajá!!!’, el descubrimiento que implica ir quitando los
velos de la ignorancia, los velos de la neurosis. ‘Aprender es descubrir que algo es
posible’ decía Perls y en T.G. aprendemos a abrir aquellas puertas de la posibilidad.
Muchas veces el acto de descubrir nos pone en contacto con ese poder aparentemente
mágico que dimana del hecho de seguir el curso del agua. Uno entonces descubre que
hay una fuerza más grande a la que rendirse y por la que dejarse llevar que en la
metáfora taoísta es la corriente del agua.
Recuerdo trabajar un sueño con Águeda Segado en el Curso Básico donde yo
era perseguido por tres figuras en el pueblo de mi madre en Jaen, y al identificarme
con los perseguidores acababa por convertirme en un toro enorme, y como aquella
bestia con la que acababa identificado, terminaba arremetiendo y empitonando
furiosamente el cojín que Águeda y un compañero sostenían. Encontrarme con la
rabia, con mi fuerza y luego con un llanto profundo y desconsolado. Son experiencias
que atienden a un ritmo y orden que uno entonces no puede percibir ni comprender, y
no puede porque anda excesivamente polarizado hacia un lado (mi niño bueno) , que
da cómo resultado una experiencia con ese aroma del ‘poder mágico aparente’ que
41
NARANJO
C.
‘Por
una
gestalt
viva’.
Pag
140.
Ed.
La
Llave.
2007.
42
WATTS
A.
‘Taoísmo’.
Pag
31.
Ed
Kairós.
1999.
41
atribuimos al terapeuta (al menos yo que tengo tendencia a la mirada admirativa y
venerativa) y que corre el riesgo de idealizarlo en exceso a costa de no incorporar uno
su propio poder.
En este punto de mi vida y proceso siento que esto es así y entiendo como una
parte del camino, el hecho de idealizar a mis terapeutas y maestros para luego ir
encontrando una relación donde yo me doy el lugar, mi 50% donde lo discípulo no
quita lo maestro (ni lo cortés lo valiente) si hablamos de este tipo de relación.
Conté mi experiencia pero puedo hablar también de mí como observador de un
compañero trabajando donde me puede embargar esa emoción del ‘Ajá!!!’ cuando
alguien ha tocado con algo profundo y relevante a su vida.
También puedo hablar de esta experiencia en mi consulta como terapeuta,
donde la cosa se hace muchas veces a pesar de uno, aquello de que ‘el paciente se
cura a pesar de su terapeuta’. Pero que cuando uno se pone a favor de la corriente y se
da la integración de la polaridad en conflicto, la nueva gestalt resultante parece surgir
por aquel ‘poder mágico aparente’ que no es otro, según lo voy entendiendo, que la
disposición a cultivar la ‘docta ignorancia’, el ‘vacío fértil’, ‘el no hacer’ en la
relación terapéutica que confía y sabe, como con la respiración, que no hace falta
decidir ‘ahora inspiro, ahora expiro’; el organismo se ocupa de ello y muy bien.
Una vez más traigamos a Watts para expresarlo desde su mirada taoísta:
‘En ese maravilloso estado de ignorancia no existe nada llamado tiempo,
nada llamado espacio, nada llamado ‘yo’ y nada llamado ‘los demás’. Lo único que
existe es lo que está sucediendo y lo que está sucediendo no es nada en particular.
Sea cual fuere el estado en el que nos encontremos, lo que está ocurriendo es lo que
está ocurriendo y carecemos de criterios adecuados para calificarlo, tanto en sentido
positivo como en un sentido negativo. Eso es, sencillamente todo lo que hay y, en
ocasiones, resulta un verdadero gozo sentarse y permanecer ahí, algo que , dicho sea
de paso, recibe el nombre de meditación’.
42
3.4.- Gestalt, psicoterapia y filosofía de vida.
En el año 68 Fritz Perls emprende su última etapa dejando Esalen para
trasladarse a Canadá. Lo hace movido en parte por los celos surgidos con el éxito de
Satir, Schutz en Esalen, y en parte huyendo de la política represiva de Nixon43.
También porque albergaba un último proyecto que no había podido tomar en Esalen
la forma que él quería. Dar a luz lo que él llamó el ‘Kibutz gestáltico’ fruto de su
experiencia en el Kibutz de artistas en Israel años antes, cuando emprendiese un viaje
alrededor del mundo que le llevaría a una profunda transformación.
Perls quería en Canadá hacer de la gestalt un modo de vida más allá de la sala
de grupo. Si su inicio fue como terapeuta individual, en Esalen abandonó su interés
por la terapia individual y afianzó su convicción en el poder que tenía la terapia
gestalt grupal como factor de transformación. En Canadá daría una nueva vuelta de
tuerca haciendo de la gestalt una filosofía de vida a cultivar cuando comes, preparas la
comida, tienes una reunión de vecinos, te das un paseo, haces el amor o te masturbas.
Llevar la terapia gestalt al espacio de la convivencia, a la vida fuera de la sala de
grupo o de la consulta individual.
A mí me recuerda un poco a los retiros que se proponen en los caminos
espirituales, que suelen ser de fin de semana o de semanas, los hay de un mes y de
meses según la tradición y el momento del proceso. Para meditar, para practicar el
karma yoga, para hacer la línea de trabajo correspondiente.
Perls con esta decisión al final de su vida cumplía con su deseo de hacer de la
Gestalt un estilo de vida y ponía el marco de convivencia en comunidad para seguir
cultivando el darse cuenta, la responsabilidad y la despenalización del impulso.
Además del libro de Patricia Baumgardner ‘Terapia Gestalt’ escrito por una de sus
últimas colaboradoras en el Lago Cochiwan, Barry Stevens también acompañó a Perls
a Canadá y deja testimonio de aquella experiencia en su libro ‘No empujes el río’.
También encontramos un nutrido surtido de testimonios sobre aquella experiencia en
‘Fritz Perls, aquí y ahora’ de Jack Gaines.
Cuando Perls decía ‘ser terapeuta es ser uno mismo y viceversa’ aludía a esta
concepción de la gestalt no sólo como terapia sino como filosofía de vida. Una
invitación a cultivar aquellas actitudes que propone esta terapia fuera de la consulta.
No hace falta irse a un Kibutz gestáltico, yo al menos hoy no me iría. Claro que
43
PEÑARRUBIA
F.
‘Terapia
gestalt.
La
vía
del
vacío
fértil’
p.
33.
2008
43
sabemos que vivir en una comunidad con gente afín facilita, ayuda. Es por esto que en
los caminos espirituales se habla de la importancia de la ‘buena compañía’ de la
‘sangha’ o ‘satsangha’, o como decimos nosotros, de los hermanos y hermanas. No
hace falta tenerlos de vecinos en la comunidad donde vive uno, pero sí voy sabiendo
que el contacto y el tiempo que les dedicas a ellos alimenta el compromiso de mirarse,
de trabajarse, de no despistarse, a parte de nutrir el corazón y la mente, por el puro
gusto de compartir. Y añado en estos tiempos de redes sociales que no basta con
tenerlos agregados en el Facebook o en twitter, ese contacto cibernético no suple el
cara a cara.
Para mí el encuentro con los hermanos estimula la búsqueda cuando
compartimos un taller que alguien conoció y recomienda, o el trabajo de tal maestro,
tal libro o cual película. Y muchas veces reitero, por el gusto de estar y compartir,
como uno aprendió a hacerlo en su terapia individual o en su grupo de formación.
Practicando la ‘transparencia’ que propone la T.G.: ser uno el que es ante la mirada
de otro que anda en algo parecido y que comparte esta manera de andar gestáltica, o
no necesariamente gestáltica, pero con una mirada e interés afines.
Escribiendo esto me viene mucho la palabra Cuidado, el cuidado que requiere
esta profesión por su desgaste emocional, que según parece, repercute
estadísticamente en alrededor de unos cinco años menos de vida que la media.
Cuidado en el hecho de alimentar la mente y el corazón con la buena compañía de los
hermanos y hermanas, de los compañeros de viaje. No sólo en espacios de trabajo,
grupos de supervisión o de reciclaje, sino en la barra de un bar o en el salón de casa.
La filosofía de vida es responsabilidad de uno, y más acá del contacto con los
iguales al salir fuera y encontrarse en ese Kibutz gestáltico que retroalimenta el
compromiso con la Verdad propia, está el cómo cada uno alimenta este compromiso.
La gestalt como filosofía de vida en última instancia nos lleva por la senda de la
búsqueda donde como decía el taoísta ‘no hay meta, la meta es el camino’ o en
palabras de Ramesh Balshekar de la tradición Advaita ‘el buscador es lo buscado’.
Claudio Naranjo nos acaba de regalar su último libro (noviembre 2013) sobre
‘El viaje interior’, y es por ahí por donde sigue el camino de quien decide hacer de la
gestalt una filosofía de vida, la senda del buscador que es la ‘única búsqueda’
realizada de tantas maneras, tantas como buscadores hay.
Estamos hablando del viaje del héroe, tiene distintas etapas que podemos
distinguir a grandes rasgos en dos momentos. El viaje de ida comprende pruebas,
44
renuncias e incluye la Vía Purgativa, que se convierte en Iluminativa cuando uno
purgó lo necesario. Y el viaje de vuelta en un nivel diríamos, avanzado, tras ese
encuentro inicial ‘iluminativo’ con lo divino, que implicará aquella ‘noche oscura del
alma’ como un ir limpiando los últimos vestigios del ego, a la vez que ir poniéndonos
más cerca del que somos hasta alcanzar la Vía Unitiva que es, desde el mito de la
Odisea, la llegada a Ítaca y el reencuentro con Penélope, símbolo de la esencia o alma
del buscador con la que se reencuentra de una manera definitiva para vivir una vida de
sabiduría, amor y servicio.
Continuar con la única búsqueda en mi caso pasa en este momento por la
práctica de la meditación dos medias horas al día, y por practicar el servicio
desinteresado y el estudio de una manera más o menos sistematizada cada semana.
La gestalt como filosofía de vida me ha llevado a interesarme de una manera u
otra en el arte a través de alguno de sus caminos y en mi consulta trato de alentar
también esta vía en mis paciente. El reencuentro con las pinturas, con la escritura, con
la danza, el teatro, aprender a tocar un instrumento. Fuente de alimento y de
expresión, de encuentro con el ser. Me ha llevado en suma, a descubrir la
espiritualidad dionisiaca de la entrega, a honrarla y a cultivarla desde el espíritu del
artista. Y en la otra mano Apolo con la necesaria disciplina y encuadre.
Pienso que todo gestaltista lleva un artista dentro, que lo jugamos más
explícitamente a través del papel de terapeuta, pero que hay además una atracción
natural hacia el arte en alguna de sus vías. Aunque pienso también que quizás esto sea
extensible para el común de los mortales que tienen más o menos satisfechas las
necesidades básicas de la pirámide de Maslow.
Si me paro a pensar en mi recorrido puedo observar cómo la música, con la
guitarra, la voz y la armónica primero y después con el piano, ha estimulado el
proceso personal y terapéutico que iba llevando. Más adelante también le he ido
haciendo un sitio a la escritura (sin un fin literario, escritura expresiva y sin juicio) de
una manera más sistemática y también a la pintura un muy poquito.
Afirmo que la terapia gestalt despierta la sed de arte y una necesidad por la
expresión creativa a través de alguna de las vías artísticas. Si nos vamos haciendo
seres más completos capaces de habitarnos más en lo que somos, tiene sentido lo que
Gardner describe en su modelo de Inteligencias Múltiples que detallo con algo más de
amplitud en el capítulo sobre creatividad. Si por la educación académica recibida no
hemos cultivado más que un par de inteligencias de las ocho que su modelo propone,
45
la lógico-matemática y la lingüística, en la medida que vamos despertando el resto,
van a demandar más atención y alimento. Por ejemplo, con la formación en gestalt yo
reconocí que cuidar y alimentar mi inteligencia corporal-cinestésica me reportaba un
enorme placer, sobre todo cuando lo hacía a través del movimiento expresivo, bailar,
trabajo bioenergético. Hasta entonces yo sabía que salir a correr (o hacer deporte) me
sentaba bien, al cuerpo y al ánimo, pero la introducción del elemento creativo con
contacto emocional en el cuerpo supuso una profundización en esta toma de
conciencia que tuvo mucho de celebración.
Cuando pienso en mis hermanos y hermanas más cercanos de la gestalt
observo que esta tendencia hacia la búsqueda del arte como contemplación del
mismo, o como ejercicio de alguna de sus vías es un común denominador. Podríamos
afirmar entonces que el trabajo gestáltico en particular, quizá el trabajo consciente en
general, despierta la sed del artista, que no es otra que aquella que lleva al buscador a
expresarse como forma de encontrar aquello que busca. ¿Cómo? A través del acto
creativo, de su propia creatividad.
46
4.- CREATIVIDAD
‘Ese poder misterioso que todos sienten y ningún filósofo explica es, en suma, el
espíritu de la Tierra, el mismo duende que abrasó el corazón de Nietzsche, que lo
buscaba en sus formas exteriores, sobre el puente Rialto o en la música de Bizet, sin
encontrarlo y sin saber que el duende que él perseguía había saltado de los misterios
griegos a las bailarinas de Cádiz o al dionisíaco degollado de la siguiriya de
Silverio.’
Federico García Lorca44
pronunciada
el
20
de
octubre
de
1933
44
LORCA
F.G.
‘Teoría
y
juego
del
duende’.
Conferencia
47
experimentos... el objetivo que pretendemos es que el paciente ponga conciencia,
atención al aspecto genuino, auténtico de su experiencia, y a cómo hace para taparlo,
falsearlo, manipularlo. De esta manera se va poniendo en contacto con una manera de
funcionar y estar en la vida más sana desde lo que en T.G. llamamos autorregulación
organísmica.
Y esto lo hacemos usando nuestras dos manos, de apoyo y confrontación a
través de las técnicas gestálticas asentadas en nuestra capacidad de atención y de
darnos cuenta.
La inmersión de Fritz Perls en el teatro de Reinhard en su juventud influyó en
su manera de hacer terapia, y también el que Perls, un terapeuta que tuvo dudas sobre
si ser terapeuta o pintor y era además de una naturaleza más impulsiva, de acción, que
intelectual o emocional, pudo desarrollar una serie de técnicas y ‘experimentos’ como
recursos del terapeuta al servicio de la espontaneidad y toma de conciencia del
paciente.
Las técnicas gestálticas han sido clasificadas por Naranjo en tres tipos:
expresivas, supresivas e integrativas. Y son fruto de toda la experiencia vital y clínica
de Perls en la que destaca la influencia de su contacto con el teatro (a través de Max
Reinhardt cuando era joven) para las técnicas expresivas, y de su propia búsqueda
espiritual no santurrona a través de Friedlander y del budsimo zen más adelante para
las técnicas supresivas. Las técnicas integrativas supone la integración también de
estos dos aspectos.
Son las técnicas expresivas las que más estimulan y sirven a la creatividad de
nuestros pacientes (en el caso del terapeuta la creatividad también se extiende a los
otros dos tipos de técnicas cuando se usan desde la actitud adecuada, no mecanizando
su uso) en cuanto que son una invitación a la despenalización del impulso y a la
afirmación del instinto a través del acto creativo.
Las técnicas expresiva nos empujan a buscar nuevas maneras de decir, de hacer,
expresar y es por esto que estimulan el corazón creativo de quien se sumerge en ellas.
‘Si le pudieras dar voz al movimiento repetitivo de tu pie izquierdo ¿qué diría?’,
‘¿Podrías exagerar el enfado en tu gesto?’ ‘¿Puedes subir el tono de voz para decirlo
de nuevo?’ ‘¿Podrías probar a cambiar el idioma de lo que te está costando decir, de
castellano a jerigonza?, dímelo en jeringonza’. Son algunos ejemplos que recuerdo
ahora de mi experiencia reciente.
48
Ponemos al paciente ante una situación donde lo que está pendiente pulsa por
salir y donde el terapeuta tratará de percibir ese pulso más o menos sutil para
acompañarlo y exagerarlo todo lo más que pueda.
Dice Peñarrubia45 sobre las técnicas expresivas que ‘favorecen los contenidos de la
conciencia genuina a través de la expresión de los impulsos, sentimientos y acciones
auténticamente organísmicos (iniciar la acción, completar la expresión, ser directo,
repetir, exagerar, identificarse y actuar son las más explicitadas por Claudio
Naranjo)’ su puesta en escena nos llevan a la expresión del acto creativo.
En un contexto terapéutico en el que primamos el permiso y la
despenalización, donde el único límite es la agresión física, invitamos al paciente a
que sea lo que Es, y lo que es son sus luces y sus sombras. Cada cual según carácter y
neurosis habrá elegido identificarse con según qué luces y sombras y habrá elegido
rechazar otras. Las técnicas gestálticas sirven, usadas desde la actitud adecuada, para
que el paciente vaya haciendo el trabajo de integrar aquellos aspectos que rechazó de
sí, incorporando entonces nuevas energías, recursos, maneras de afrontar la vida que
antes no tenía a la vez que soltando o flexibilizando antiguas identificaciones,
actitudes y maneras de presentarse ante el mundo demasiado rígidas.
Si yo me identifiqué con el ‘niño bueno’ y metí en el armario al ‘agresivo’
pierdo un caudal muy importante de energía y recursos disponibles para estar en la
vida y tomar de ella lo que necesito. Voy a estar manco para vérmelas y satisfacer
parte de mis necesidades y deseos.
El impulso, el instinto, ‘la fierecilla interior a rescatar’ (Naranjo), el niño tras
el camello y el león (Nietzsche) yace oculto, asustado, avergonzado y disfrazado tras
la eterna discusión intra-psíquica entre los dos perros (de arriba y abajo). Y este juego
de tortura psicológica es la que impide no sólo la expresión de este impulso sino el
mero contacto con el mismo.
Los juegos psicológicos en los que se enzarzan nuestros ‘top y under dogs’
nos lleva a la continua evitación o postergación del contacto con nuestras necesidades
genuinas, de donde puede surgir ese impulso organísmico que sabe mejor que el
pequeño yo (nuestra pequeña mente parcelada) lo que necesitamos y lo que queremos.
45
PEÑARRUBIA
F.
‘Terapia
Gestalt.
La
vía
del
vacío
fértil’
pag.
177.
Ed.
Alianza.
2008.
49
4.1.1.- Polaridades y creatividad.
Perls nombra la configuración de esta batalla intrapsíquica como
Polaridades, que como veremos forman parte inherente de la vida y de cada
individuo. El conflicto interno en una polaridad es la consecuencia de la actitud de
rechazo hacia uno de los polos en detrimento de otro. Podemos decir que todo el
desarrollo que hace Perls de la T.G. se orienta a reconocer y a dar un buen lugar a
cada uno de los opuestos que tenemos. Y esto sólo es posible desde el otro aspecto,
que Perls tuvo el mérito de traducir y transmitir a nuestro tiempo como una enseñanza
que le reconoce a su maestro Friedlander. Integrar nuestras polaridades sólo es posible
a través del cultivo de la Indiferencia Creativa.
Como dice Peñarrubia 46 sobre las polaridades ‘en todo organismo, como en la
naturaleza en general, los fenómenos actúan dialécticamente: no se puede conocer el
sueño sin tener conciencia de la vigilia, es imposible la memoria sin la capacidad de
olvido, no podemos calibrar el amor sin reconocer en nostros las existencia del
odio..’
Las polaridades forma parte de lo que Perls reconoce haber redescubierto, no
inventado, pues es tan antiguo como el mundo. Como vimos en el capítulo anterior es
un eco de la filosofía Nietzscheana a la que luego volveremos donde se da un antiguo
reencuentro entre Dionisio (polaridades) y Apolo (Indiferencia Creativa).
Encontramos también las polaridades en la antigua tradición filosófico-espiritual del
taoísmo con su complementariedad del yin y el yang; y en la antigua tradición
hermética que también describe este aspecto de la realidad y del trabajo espiritual. En
Adavaita Vedanta (conocimiento de la no dualidad) que reconoce el mundo de los
opuestos y el de una consciencia que los integra y trasciende. También en el ámbito
de la psicoterapia fue Jung quien de alguna manera se acercó a esta concepción
usando la nomenclatura arquetípica de Sombra (lo rechazado, negado en nosotros)
Anima (el aspecto femenino en el hombre) Animus (aspecto masculino en la mujer).
Como dicen los Polster ‘la existencia de polaridades en el hombre no es
ninguna novedad, lo nuevo en la perspectiva gestáltica es la concepción del individuo
como una secuencia interminable de polaridades’.
Me causa asombro la creatividad inmersa en la vida que opera de manera consciente o
inconsciente orientándose a mantener el equilibrio entre las polaridades. Hacernos
46
PEÑARRUBIA
F.
‘Terapia
Gestalt.
La
vía
del
vacío
fértil’
pag.
123.
Alianza
Ed.
2008.
50
conscientes de ello nos lleva a saber navegar con la corriente a favor. No ser
conscientes, o rechazar o estar en conflicto con alguna polaridad nos hace navegar en
contra de la corriente organísmica, y a veces enfermar, siendo el acto de enfermar
también un estado que forma parte del ajuste a ese equilibrio al que tiende el
organismo. Es por esto que en T.G. trabajamos con la enfermedad desde una actitud
de respeto, escuchándola y dándole voz al síntoma.
Esta orientación a ese equilibrio, Perls lo llamó autorregulación organísmica que es
la capacidad que tiene nuestro organismo de orientarse hacia la satisfacción de sus
necesidades, una capacidad por otro lado, inmensamente creativa. La terapia gestalt
propone integrar las polaridades después de haberlas diferenciado bien.
Juanjo Albert la describe tomando la metáfora de los girasoles que se orientan de
manera natural hacia el sol, así ‘el ser humano cuando está sano y vive de manera
natural se orienta, igual que los girasoles al sol, hacia la relajación, el placer y la
creatividad’.
Perls desde la Gestalt describió las distintas maneras de no dejarle espacio a la
espontaneidad, de interferir con el curso profundo de la experiencia donde reside la
sabiduría organísmica y habló de los distintos inhibidores o interruptores de la
experiencia que tienden abortarla.
Peñarrubia considera los tres más importantes: el miedo, el control y la vergüenza. Y
los describe de la siguiente forma.
- El miedo paraliza ante el susto de ‘a ver qué pasa, o ¿qué me está
ocurriendo?, o ¿qué es esto que estoy viendo?’.
- El control pretende tener claro lo que aún no existe; algo que está en curso,
que todavía no tiene forma, el control se empeña en que tiene que ser así o asá,
con lo cual lo aborta.
- La vergüenza oculta o inhibe lo que está pasando, sea lo que sea, puede ser
un sentimiento, una acción, una reacción…
Perls señalaba, entre otros, estos tres inhibidores o interruptores de la experiencia y
proponía jugar con sus opuestos. Cuando aparece el miedo hay que echarle un poco
de coraje, un poco de atrevimiento; al control ponerle espontaneidad, dejarse llevar y
fluir ; y en el caso de la vergüenza, lo contrario es el exhibicionismo, o sea en vez de
ocultarse, enseñarse y mostrarse. Así que siempre, según Perls, ante las interrupciones
de la experiencia hay que jugar con el antídoto, con el contrario, con el complemento.
51
Así que vivir neuróticamente es vivir desvinculándonos de nuestra creatividad
en cuanto que vivimos de manera rígida y estereotipada, desconectados de nuestras
necesidades y deseos genuinos así como de los recursos para satisfacerlos.
52
que: ‘a la Vida’, donde ya nos decía Heráclito que ‘no te bañarás dos veces en el
mismo río’ y donde sabemos por la sabiduría popular que ‘es el hombre el único
animal que tropieza más de dos veces con la misma piedra’ lo que Freud llamara
Compulsión a la Repetición, y que la Gestalt describe como la actualización constante
de los asuntos pendientes, las gestalten inconclusas.
Habilidad para responder a cada momento de la vida que nunca es igual, lo
que implica una manera de mirar la realidad lo más limpia y libre de la neurosis y
programación que cada uno trae. Muy cercana, como veremos también, a la definición
de creatividad que da Erich Fromm como ‘habilidad para ver (darnos cuenta) y
responder’.
Si el carácter y su neurosis es lo que nos lleva a tropezar y a tropezar y a
tropezar con la misma piedra, el ir haciéndonos conscientes de esta, nos llevará en
cambio a poder elegir si tropiezo o cambio de camino o salto la piedra; a incorporar
nuevas y por tanto creativas maneras de vivir la vida, de enfrentar según qué asuntos,
según qué caballos de batallas que a cada cuál por carácter y biografía le atañen.
Vivir la vida creativamente es recuperar la habilidad para responder, y la
terapia gestalt lo hace a través de dos cosas y por orden de importancia. Primero a
través de poner el acento en la actitud (hablamos ahora de la responsabilidad y
recordamos también las otras dos actitudes de la triada principal, conciencia-atención
y aquí-ahora o apreciación-preferencia de lo actual y presente frente a lo no actual y
ausente). La actitud del terapeuta opera en parte por contagio en el paciente y en parte
por el trabajo de aprendizaje que lleva al paciente a responsabilizarse.
Y en segundo lugar la T.G. trabaja la recuperación de la propia ‘habilidad para
responder’ a través de sus técnicas, que son flechas de salud dirigidas al centro del
corazón creativo de la persona.
53
4.2.- El cultivo de la espontaneidad gestáltica. La polaridad dionisíaca en la
Terapia Gestalt a través de una litografía de Escher.
‘Hay sólo una manera de llegar a este estado de espontaneidad sana, de salvar lo
genuino del ser humano. Hablando en términos religiosos, hay sólo una manera de salvar
nuestra alma, o, en términos americanos, de hacer revivir el cadáver americano y volverlo a
la vida. La paradoja es que para lograr esta espontaneidad necesitamos, como en el Zen, de
una disciplina férrea.’
Fritz Perls49
49
PERLS F. ‘Sueños y existencia’. Pag. 57. Ed. Cuatro Vientos. 1974
54
Figura: Litografía de Escher ‘Cielo e Infierno’50.
50
En
esta
obra
Escher
combina
dos
técnicas:
por
un
lado,
la
partición
regular
del
plano
con
un
bello
patrón
combinado
de
ángeles
y
demonios,
blancos
y
negros,
que
rellenan
la
escena
sin
huecos;
por
otro,
el
límite
infinito
de
un
modelo
de
disco
de
Poincaré.
Este
disco
permite
abarcar
el
infinito
de
un
círculo
de
tamaño
limitado,
gracias
a
la
geometría
hiperbólica,
en
la
que
a
medida
que
un
punto
se
aleja
del
centro,
es
cada
vez
más
pequeño. Tomado
de
‘Las
mejores
obras
de
Escher’
en
la
web:
http://www.discusionez.com/arte-‐y-‐cultura/1313821-‐las-‐mejores-‐obras-‐de-‐
escher.html?langid=1#.Uui5pnc1h8c
51
Libro
de
los
veinticuatro
filósofos,
de
autor
desconocido,
creado,
al
parecer,
en
el
siglo
XII,
durante
la
Edad
Media,
cuyo
contenido
consiste
en
un
grupo
de
veinticuatro
sentencias,
cada
una
con
la
intención
de
definir
a
Dios,
enmarcadas
en
un
contexto
neoplatónico
y
hermético.
Esta
sentencia
serviría
de
inspiración
al
escritor
Jorge
Luis
Borges
para
la
creación
de
su
ensayo
titulado
‘La
esfera
de
Pascal’
55
A continuación imagen donde la esfera evoluciona del plano a la tercera dimensión:
En la tradición Advaita se afirma Tat tuam asi, ‘Eso eres tú’ que afirma el
aspecto sagrado de todo lo que nos rodea y de todo lo que somos. Dios, la consciencia
universal, brahma, lo interpentra e impregna todo ‘tanto lo gozoso como lo doloroso
no restrinjas tu percartarte’. Tat tuam asi es también la voz de Dionisio entregándose
y pintándose con todos los colores de la vida, no desprecia el marrón ni el negro, los
aprecia tanto como el verde y el rojo. Acepta el caos, afirma la vida y sus opuestos.
Dionisio tiene a su divinidad correspondiente en India bajo el avatar de Shiva con el
que comparte atributos y cualidades.52
Las técnicas expresivas como despenalización del impulso se podrían traducir
por un ‘sí’ organísmico, y dan cuenta de cuánta afirmación de la vida (religión
dionisiaca) hay en la T.G. donde cabe todo lo que la vida contiene, luces y sombras,
tristeza y alegría, agresión y ternura…
Cabe preguntarse en este punto cómo, cuando uno ve la litografía de Escher
‘cielo e infierno’ y contempla las figuras allí asisten, puede sentir el cierto peso de la
tradición judeocristiana impregnada de cultura patriarcal, que activa un juicio desde
52
DANIÉLOU
A.
‘Shiva
y
Dionisio’.
Ed.
Kier.
1987.
56
donde tomamos partido, nos polarizamos: generalmente el demonio quedó mal
parado, es el malo de la película y el ángel es el que nos guarda y cuida. Maldad y
bondad. Rechazamos la primera y nos identificamos con la segunda. Aunque es muy
probable que hagamos lo contrario desde una sana rebeldía a la cultura patriarcal. En
cualquier caso, el rechazo de alguno de nuestros aspectos nos deja en un lugar difícil.
En otro tiempo esto no era así. En tiempos en los que Dionisio tenía su culto y
su lugar en el panteón de los dioses, este aspecto de la psique (alma) de la persona no
estaba maldito, servía a la vida, como instinto, como sagrada animalidad. Se hablaba
del Daimón, como un mediador con los dioses. Sócrates afirmaba tener uno que le
hablaba como voz interior y le iba transmitiendo conocimiento. El dáimon podemos
decir que era, y es, esa sabiduría organísmica que podemos atender y escuchar. Es un
contacto con la profundidad de nuestra naturaleza animal. En el trabajo creativo el
artista le ha llamado también musa, duende, genio.
‘Rechaza al ángel, da un puntapié a la musa’ había dicho Lorca en una
conferencia53 en 1933 loando en cambio la intervención del ‘duende’, y sosteniendo
que el artista debe trabajar ‘desde las tripas’, con la convicción e intensidad que exude
la expresión, permitiendo que la fuerza vital fluya, torrencialmente, vívidamente,
dramáticamente, como ocurre en el flamenco donde le llaman duende y diferencian
del ángel y la musa según nos describe Alberto Manzano54 y podemos ver aquí una
correspondencia que aventuro con nuestros 3 cerebros y sus aspectos más
espiritualmente desarrollados nombrado de forma simbólica. El duende para el centro
instintivo, la musa para nuestro centro emocional y el ángel para nuestro centro
intelectual.
Nelson habla55 de un arrebato visionario que llevó al poeta Rilke a temer que,
si sus diablos le abandonaban, también lo harían sus ángeles. Y describe entonces
cómo cuando la musa creativa se despoja de su disfraz de entidad externa, estas
visiones pierden su naturaleza demoníaca y se tornan angelicales. Entonces tiene la
comprensión de que lo ángeles y los demonios son metáforas que se refieren a lo que
Nelson llama el Fundamento 56 , que tanto pueden guiar como entorpecer al yo.
53
LORCA
F.G.
Conferencia
sobre
teoría
y
juego
del
duende.
Buenos
Aires.
1933.
54
MANZANO
A.
‘Leonard
Cohen.
Lorca,
el
flamenco
y
el
judía
errante’.
Pag.
95.
Ediciones
Alfabia.
2012.
55
NELSON
J.E.
‘Más
allá
de
la
dualidad’.
Pag
429.
Ed
La
liebre
de
marzo.
2000.
56
Fundamento.
Nelson
hace
referencia
al
Fundamento
Espiritual
como
el
element
vital
que
impregna
el
universe
de
Su
presencia
y
existe
en
un
plano
de
ser
que
trasciende
al
de
la
realidad
material.
También
se
la
ha
llamado
Brahman,
Mente
de
Buda,
Tao,
Verbo…
57
Durante los últimos estadios del desarrollo de la consciencia del quinto chakra en el
modelo que él describe, tanto unos como otros se van reintegrando en un yo más
amplio que es consciente de su comunión vital con el Fundamento y tiene poca
necesidad de reprimir sus instintos o su sombra. Es entonces cuando no vemos los
ángeles o los demonios de Escher sino ambos, la figura completa; o cuando
percibimos el Tao en su mandala característico y no nos identificamos sólo con su
parte Yin, o Yang, en detrimento de la otra.
Harpur nos revela en ‘El fuego secreto de los filósofos’ que el desierto de los
dáimones empezó con el cristianismo, antes habían vivido en un jardín frondoso y
florido, y que la idea de los ángeles de la guarda procede del concepto griego del
daimon personal. En los escritos más tempranos del Nuevo Testamento, las epístolas
de san Pablo, se reprocha a los gentiles que inmolen ‘a los diablos, y no a Dios’. La
palabra que utilizó Pablo para diablos era daimonia, dáimones. El principal delito de
los dáimones era su labor de mediación. Todos los paganos reconocían una multitud
de dáimones que mediaban entre ellos y sus múltiples dioses. Pero para el
cristianismo sólo podía haber un mediador entre la humanidad y el único Dios:
Jesucristo. Y siguiendo a san Pablo, a lo largo de la Edad Media se hicieron intentos
periódicos para expulsar a los dáimones. Fueron demonizados y apodados ángeles
caídos expulsados del cielo junto a Satanás. Se utilizó también otro método más
amable, que fue asimilarlos al cristianismo dándoles un nuevo nombre, así la Virgen
María suplantó a muchas ninfas de arroyos y pozos sagrados.
La demonización y la cristianización de los dáimones implican una
polarización de su naturaleza esencialmente contradictoria. Como todas las religiones
monoteístas, el cristianismo es intolerante con la ambigüedad daimónica. Por ejemplo,
no se puede permitir que los dáimones sean a la vez benignos y malignos; deben
dividirse en diablos y ángeles. El hombre responsable de introducir a los ángeles en el
cristianismo fue Dionisio de Areopagita. Aunque era cristiano, sus obras debían
mucho a los neoplatónicos, y especialmente a Proclo por eso se apropió de los
dáimones neoplatónicos, pero suprimió su ambigüedad transformándolos en seres
puramente espirituales, angélicos.
Sigue guiándonos Harpur en este viaje de vuelta indicándonos cómo la
interpretación neoplatónica de la ambigüedad de los dáimones, y de su papel crucial
de mediadores, se remonta a Platón. En su diálogo El banquete, Sócrates subraya que
no tenemos ningún contacto con los dioses o con Dios, salvo a través de los dáimones
58
que ‘interpretan y transmiten los deseos de los hombres a los dioses y la voluntad de
los dioses a los hombres…sólo a través de los dáimones tiene lugar todo comercio y
todo diálogo entre los dioses y los hombres, tanto durante la vigilia como durante el
sueño. Y el hombre experto en dicho intercambio es un hombre daimónico’.
Podemos reconocer en T.G. el trabajo con los sueños como otra de las aportaciones
más genuinas de Perls en cuanto que nos pone en contacto con el mensaje existencial
que el sueño trae. Un sueño que fue creado por un ‘tejedor de sueños’ como dice
Yalom, que es uno mismo, un aspecto de sabiduría que vamos a ir incorporando a
través del trabajo de identificación con cada uno de los elementos del sueño, dándoles
voz, dejando que hablen, que no es otra cosa que recuperar nuestro dáimon que otrora
quedó encerrado en el sótano.
Nuestra naturaleza daimónica se manifiesta también a través de los sueños que
como sabemos en T.G., cada uno de los elementos que aparecen en el sueño son
aspectos del sí mismo proyectados. Nuestro dáimon nos habla, o como diría Perls ‘nos
transmite su mensaje existencial directo, como afrenta a nuestra no existencia’. Y así
en T.G. aprendemos a escuchar a nuestro dáimon, y a ir integrando lo proyectado
reapropiándonos de las proyecciones a través del trabajo de identificación con los
distintos elementos del sueño.
Y así como señala Rollo May,57 la tarea del terapeuta es la de conjurar los
demonios, no la de ponerlos a dormir, puesto que éstos están siempre presentes y
nuestra tecnología, nuestra amplia educación y nuestro cacareado racionalismo hacen
cambiar la forma de los demonios pero no su carácter esencial. En ellos no sólo
residen nuestros problemas sino nuestra fortaleza, nuestra animación, nuestro espíritu.
May enfatiza la importancia de aceptar lo daimónico, ya que de no hacerlo te
poseería. La forma de superar la posesión daimónica es poseerla, enfrentándose a ella
con franqueza, reconciliándose con ella e integrándola en el sistema propio.
Y sigue May diciendo que los dáimones están aquí, seguramente no como entidades
sino como símbolos de tendencias en nuestro interior y podemos reconocer en ese
sentido el gran símbolo de aparición nocturno que es el sueño.
Todos tenemos un daimon cuya tarea consiste no sólo en protegernos sino
también en despertar nuestra vocación, no obstante apunta Harpur, puede que estos
dáimones sólo se hagan inusualemente patentes para quienes sienten una llamada
57
MAY
R.
‘La
psicoterapia
y
lo
daimónico’
artículo
en
libro
‘Mitos,
sueños
y
religión’.
Pag.
188.
Kairón 1997.
59
excepcionalmente potente, la de una vocación fuera de lo común como en el caso de
chamanes, poetas, curanderos, médiums y hechiceros (terapeutas gestálticos añado
yo) a lo que Sócrates llamaba ‘expertos en el trato daimónico’.
La idea de que cada uno de nosotros cuenta con un daimon personal está
sorprendentemente difundida. Los romanos lo llamaban el genius, y le obsequiaban
con sacrificios en su cumpleaños. Es el nagual en Centroamérica y el nyaron de los
malayos. Es el ‘espíritu guardián’ o ‘dios personal’ de tantas tribus norteamericanas.
Así lo daimónico son nuestros ángeles y también son nuestros demonios, y
como el poeta alemán Rilke que abandonó su terapia después que el terapeuta le
hubiera explicado las metas a las que aspiraba la terapia, para escribir después ‘si mis
demonios han de dejarme, temo que mis ángeles también lo hagan’, nosotros desde la
T.G. aprendemos a reconocer y dar un buen lugar a cada polaridad, a cada ángel y a
cada demonio. La nuestra es una moral gestáltica donde bien-mal no son dicotómicos
sino polares y es el organismo quien, como el agua, no funciona por decisión sino por
inclinación.
58
NIETZSCHE
F.
‘Crepúsculo
de
los
ídolos’.
(II,
995)
60
El filósofo Onfray nos describía en el capítulo anterior cómo la narración
clásica de los avatares filosóficos está dominada por la sombra de Platón, cuya visión
idealista del mundo continúa vigente a través del cristianismo imperante y convertido
en ‘doctrina de estado’ como en Hegel y Kant. De modo que lo que se nos ofrece una
y otra vez como actitudes típicas de la filosofía son dogmas tales como el desprecio al
cuerpo (la célebre ‘cárcel del alma’), la demonización de los placeres sensuales y de
la vida material, inmanente y terrena. Y encumbra la virtud consistente en la
postergación del deseo en aras de la felicidad eterna tras la muerte.
Con Nietzsche la filosofía empieza a integrar su polaridad rechazada hasta
entonces, y lo hace convocando a Dionisio y a Apolo como ‘dioses, energías,
instintos’ que configuran la realidad y la existencia en sus distintos niveles y estratos,
algo que los griegos conocían profundamente a través de su mitología. Hasta
Nietzsche, la filosofía había cultivado el conocimiento de Apolo, en detrimento de
Dionisio.
En la mitología griega Apolo y Dionisio son hijos de Zeus y tienen un estatus
complementario. Apolo es el dios del Sol, la claridad, la juventud, la belleza, la poesía
y las artes. Para Nietzsche es el dios de la luz, de la claridad y la armonía. Simboliza
también la norma, la serenidad, el equilibrio, la moderación, la medida, la perfección,
lo coherente y lo proporcionado.
Dionisio es el dios del vino, de las fiestas, cosechas, de la alegría desbordante
y del éxtasis. A Dionisio se le ha representado mucho como un dios andrógino
(masculino y femenino a la vez). Para Nietzsche lo titánico y lo bárbaro es, en última
instancia una necesidad exactamente igual que lo apolíneo. Lo dionisíaco dice ‘acepto
el caos’ y emerge de los problemas del ser y no renuncia a nada que sea vida. La
voluntad de poder está ligada a lo que, al principio, Nietzsche llamó espíritu
dionisíaco, la fuerza de la vida.
Peñarrubia propone que la creatividad tiene que ver más con lo dionisíaco en
cuanto que festín e invitación a despenalizar el impulso, a aceptar el caos y a darle
expresión sin juzgarlo. Así mismo en el modelo que viene desarrollando durante los
último treinta años, el arte tiene que ver más con la polaridad apolínea de la que
daremos cuenta en el siguiente capítulo de esta tesina.
59
WHITEHEAD,
Alfred
North.
Cita
de.
(1861
–
1947)
matemático
y
filósofo
inglés
61
‘La tradición dionisíaca es ‘emborrachémonos, perdamos la conciencia para
que salga una animalidad que está en orden con la naturaleza’ y en la medida en que
eso sale se reordena de una manera no racional pero acorde con la naturaleza. Así
que la Gestalt tiene esa fe en que el impulso, lo loco, lo desordenado, tiene una
función en sí mismo por más que no siempre logremos identificarla ni ponerle
nombre’.60
Así que en este capítulo ilustro la polaridad dionisiaca describiendo su implicación
con la creatividad y cómo trabajamos en terapia gestalt.
60
PEÑARRUBIA.
F
‘Conferencia
gestalt,
creatividad
y
arte’
Granada.
Abril
2012.
61
Teléstica
según
Platón
en
el
Fedro
distingue
cuatro
clases
de
locura:
profética
(locura
temporal),
teléstica
o
ritual
(libertad
de
las
necesidades
instintivas),
poética
(posesión
por
las
musas
por
un
estado
de
inspiración
particular)
y
la
erótica
(asociada
con
el
amor
humano,
la
cultura
griega
incluía
las
relaciones
homosexuales
y
heterosexuales)
62
NARANJO
C.
‘Cosas que vengo diciendo’. Ed. Kier 2005
62
dioses, sino que es un dios que muere y renace. Y dice el mito de Dionisio que al final
de su vida, llega al Olimpo, y allí “se sienta a la diestra del padre”.
Si el Cristianismo tomó esta frase de la antigüedad, sigue Naranjo, es porque
entre los antiguos cristianos había una gran familiaridad con el parentesco entre el
antiguo dios sacrificado y devorado, y con el nuevo Hijo de Dios que ofrece
simbólicamente su carne y su sangre en el rito de comunión.
Dionisio no es solo un dios sacrificado, sino un dios marginal, un dios
perseguido. La locura, nos sigue diciendo Naranjo, es el castigo a que lo somete la
mujer de Zeus, Hera, porque tiene celos de Dionisio que lo enloquece. Y es a través
de su participación en los misterios de la Gran Madre, que este se cura. Se puede decir
que sana de la locura entrando en ella. Es Dionisio el más humano de los dioses, pues
aunque haya en la mitología griega otros dioses nacidos de mujer (como Apolo y
Hermes) él es un perseguido marginal, que conoce la locura, que es un dios de la
muerte. El dios de la muerte y del renacimiento. Que incluso es cocinado y partido en
pedazos y devorado, tanto en el mito como en el rito, en el que se come la carne de
Dionisio, simbólicamente, tras el despedazamiento de un animal.
Dionisio se simbolizaba en cuatro animales: la serpiente, el toro, el macho
cabrío y la pantera. Todos estos aluden a la animalidad misma y a su cualidad
sagrada. El que el macho cabrío, con sus cuernos, su barba y pata dividida se haya
transformado en emblema del demonio nos dice que se tomó la imagen de Dionisio
para definir lo demoniaco. Además de ser el dios de la naturaleza salvaje y de sus
animales, así como del falo, representa la transportación espiritual a través del
‘entusiasmo’ (término derivado del griego enthusiazein, que significa ‘estar inspirado
o poseído por dios’). Y nos apunta Campbell63 que la expresión del tantrismo nadevo
devam arcayet, ‘sólo por un dios puede un dios ser adorado’, se refiere a este mismo
estado de posesión o rapto espiritual.
El mito y el culto de Dionisio según Naranjo, reflejan el conocimiento de una
muerte interior que lleva a un nuevo nacimiento, de una “muerte en Dios”, como se la
ha llamado en el misticismo cristiano; pero difieren el espíritu dionisíaco y el espíritu
cristiano en su actitud ante el placer y ante la carne; es decir, la instintividad que
compartimos con los animales. Y en tanto que lo dionisíaco se asocia con el placer, la
historia de la Iglesia ha sido una historia muy marcada por la actitud opuesta; y
63
CAMPBELL
J.
‘Las
extensiones
interiores
del
espacio
exterior’
pag.
172.
Atalanta.
2013.
63
pareciera que la oposición al placer no sea esencial ni original en el Cristianismo, sino
algo que lo ha contaminado desde los primeros tiempos.
Otros autores como Rouget (1990) han indicado que Dionisio representa en sí
mismo un trance de posesión, una ebriedad divina que inspira a todo ser que es capaz
de sentir el mundo como trascendencia; con su danza y su música lo induce a la locura
para tras conocerla, abandonarla, sanar y aprender de ella.
‘Lo dionisiaco es el régimen organísmico en que todo está permitido. Es un
concepto muy grandioso este que tuvieron los griegos, al concebir un dios loco. Pues
Dionisio no es solamente el dios del placer. Se lo asocia con el vino y se lo considera
también dios de la embriaguez, que a su vez entraña un dejarse ir, dejando de lado el
control habitual sobre la propia mente para abandonarse a una entrega más
profunda que la simple espontaneidad cotidiana.’64
Naranjo sigue diciéndonos que el concepto de Dionisio va más allá de la idea
de una embriaguez religiosa o embriaguez santa, la “locura santa”, la “locura divina”
que entraña una invitación a cada uno de nosotros a santificar el loco que tenemos
dentro y a concebir que la locura, lejos de ser algo que deba ser siempre combatido o
suprimido, pueda merecer ser escuchado. Si hay un camino dionisíaco añade, es el
que pasa por la locura, no para combatirla, sino para sanar y hacerse más sabio. En
psicoterapia para dejar algo atrás tenemos que pasar por ello y esta parte del proceso
Naranjo la describe con dos dichos “el camino de salida es el mismo camino de
entrada”; o bien “si quieres dejar atrás tu sufrimiento, vamos entrando en él”.
64
del consumo, de la distracción neurótica en una sociedad sobre-estimulada, a través de
tantas zanahorias que apuntan a la experiencia de ‘serás sólo cuando llegues a ese allí
y entonces ideal’, ‘cuando tengas pareja, cuando tengas aquel coche, cuando
encuentres trabajo, cuando termines la formación en gestalt o los sats, cuando tengas
relaciones sexuales con menganita, y con zutanita y purita, cuando obtengas el
reconocimiento de toda la parroquia gestáltica…’.
No dejarnos ser, es la orientación al mercado de la que habla Fromm en ‘Ser o
tener’ y que más prosaicamente ilustra Naranjo en su Teoría de la Neurosis según
Nasrudín, esa figura del sabio idiota que aparece en tantas historias del sufismo, que
cuenta cómo habiendo perdido la llave en su casa, Nasrudín la busca denodadamente
y sin éxito en el sitio donde cree que podría encontrarla porque hay más luz, en la
plaza del pueblo. En vez de buscarla donde la perdió, en su casa. Buscamos la llave, o
la zanahoria en el sitio equivocado, y vamos dejando de ser lo que somos por el
camino.
Y si hablamos de la tradición nietzscheana europea tenemos la aportación
escrita que hace Peñarrubia en la revisión de su libro (Terapia Gestalt. La vía del
vacío fértil) donde incorpora un interesante capítulo sobre ‘Arte y creatividad en la
terapia’ y expone el modelo que ha desarrollado a lo largo de tres décadas.
Señala Peñarrubia que el terapeuta maduro, como el artista, trabaja desde el
vacío fértil desde el que antes o después surge la creación. Y toma la figura del
terapeuta como modelo creativo, a lo largo de un proceso que él transmitirá a su
paciente en la medida proporcional en que él mismo lo atraviese y desarrolle. Y
apunta que es este un proceso que va desde lo colectivo (‘todos somos creadores’) a lo
personal (‘el arte de ser uno mismo’). El terapeuta lo transmite con su actitud y su
hacer (o no hacer).
El permiso para crear lo que uno es y lo que uno no es, nos ayuda a convertirnos en lo
que somos. Aquella máxima misteriosa e insondable ‘se aquello que eres’ que sigue
sonando a lo largo de los tiempos de tantas maneras expresada, desde Nietzsche hasta
Perls, Naranjo y Peñarrubia. Desde China hasta California pasando por Grecia y la
India. Desde Toledo hasta Toledo. Aquí y ahora en cada uno.
‘Lo creativo del trabajo terapéutico es que uno puede recuperar el derecho y
el permiso de ser como es y quedarse en paz consigo. Seguramente no eres ni lo que
tu madre quiso, no lo que papá pensó, ni lo que tu ideal del yo ha soñado, ni
seguramente lo que gustaría a tu cónyuge o a tus hijos, pero eso es lo que eres, esa es
65
tu verdad y en la medida en que lo aceptas empiezas a estar en la vida con los pies en
el suelo, y con el eje claro. Es un trabajo que tiene que ver con la intensificación, con
arriesgarse y atreverse, con toda la parte más activa’.65
65
PEÑARRUBIA
F.
‘Conferencia
gestalt,
creatividad
y
arte’.
Granada
2012.
66
4.4.- Joseph Zinker. Procesos creativos en la terapia gestalt desde la costa este.
Dentro de la T.G. Joseph Zinker (‘El proceso creativo en la terapia gestáltica’
Ed Paidós) ha incorporado la mirada del terapeuta que se reconoce a si mismo como
artista que participa en un proceso creativo, describiendo su experiencia como
terapeuta en el terreno de la creatividad que hay en el proceso terapéutico.
Zinker desde la gestalt de la costa este se reconoce artista (pinta) antes que terapeuta y
dice que la pintura fue lo que le salvó en los campos de concentración en los que
estuvo siendo un niño66. Es por esto que también él habla del terapeuta como un
artista que usa su capacidad de invención para ayudar a la gente a modelar su vida.
El objetivo como terapeuta y como persona es aquel que considera la totalidad
de su vida (la manera en que se mueve, trabaja, ama y vive) como arte, como proceso
creativo. Y afirma 67 ‘cada acto de creación es como una unidad de inhalación y
exhalación, una expresión de la plenitud de mi vida, como también la sustentación
para vivir. Cada creación es el resultado expreso, conductual de multitud de
imágenes, fantasías, reflexiones y pensamientos. Es un proceso de desear una
experiencia y una expresión más completas y agudas.’
Su acercamiento a la creatividad pasa por considerar el acto de creación como
una necesidad tan básica como la de respirar o hacer el amor y apunta 68‘nos sentimos
impulsados a crear. Debemos arriesgarnos a proyectar la imagen más personal e
idiosincrásica sobre los objetos, las palabras y otros símbolos. El mismo tipo de
riesgo que aceptamos al amar a otro’.
Zinker señala además la importancia de la relación como factor de sanación y
afirma que toda relación entre dos personas se convierte en una creación cuando su
encuentro tiene el movimiento y el sentimiento de la transformación mutua. Así el
terapeuta presta una estructura, una fórmula, un proceso disciplinado a las
formulaciones generadas constantemente por la relación entre él y su cliente. Y aquí
es donde Zinker habla de la responsabilidad primaria del terapeuta hacia su paciente
que consiste en69 ‘la creación de un espacio, un laboratorio, un campo de prueba
para que el cliente se explore activamente a sí mismo como ser viviente’.
66
Entrevista
a
Joseph
Zinker
en:
http://www.escuelagestalt.com/pdfs/paul%20barber%20joseph%20zinker.pdf
67
ZINKER
J.
‘El
proceso
creative
en
la
terapia
gestáltica’.
Pag.
11.
Ed
Paidós
68
ZINKER
J.
‘El
proceso
creative
en
la
terapia
gestáltica’.
Pag.
15.
Ed
Paidós
69
ZINKER
J.
‘El
proceso
creative
en
la
terapia
gestáltica’.
Pag.
12.
Ed
Paidós
67
Define la terapia como el proceso de cambiar la toma de conciencia y la conducta. La
condición sine qua non del proceso creativo es el cambio: la transmutación de una
forma en otra, de un símbolo en un insight, de un gesto en un nuevo conjunto de
comportamientos, de un sueño en una representación dramática. Y concluye cómo de
ese modo la creatividad y la psicoterapia se interconectan en un nivel fundamental: la
transformación, la metamorfosis, el cambio.
Zinker señala cinco aspectos de la terapia creativa:
1.- El encuentro amoroso.- Como si de enamorarnos se tratara, así también ocurre en
el proceso creativo donde tomamos contacto con nuestra dulzura, nuestro deseo,
nuestra intención poderosa y nuestra profunda meditación. Zinker se apoya en la
figura del ‘amor de un abuelo’ más que el amor fraternal o el de un padre que guía a
su hijo con pasión y a veces en forma egoísta; un abuelo no pide nada, se complace en
aprender, observar y comprender la existencia vital de otro tal como es.
Y hace dos reflexiones sobre el acto de dar y recibir amor del terapeuta. Sobre
el primero nos recuerda que no es necesario amar a alguien para escucharlo
respetuosamente y cita a Martín Buber70: ‘No se puede ordenar a alguien que sienta
amor por una persona, pero sí que la trate con amor’, así el terapeuta debe actuar con
amor hacia su paciente. Sobre el hecho de recibir amor de nuestros paciente Zinker
nos recuerda que en la experiencia de permitir que el otro nos ame, aceptamos de
buen grado el riesgo de ser heridos.
2.- El proceso de crecimiento.- El proceso creativo es para Zinker terapéutico por si
mismo, porque nos permite expresarnos y examinar el contenido y las dimensiones de
nuestra vida interior. Vivimos una vida plena en la medida en que disponemos de una
serie completa de instrumentos que concreten, simbolicen y expresen de algún modo
nuestras experiencias.
Y hacer arte es para Zinker una forma de concretar nuestra necesidad de un
tipo de vida más amplia y más profunda. En el proceso de creación, extendemos
nuestra psiquis, tocando aspectos de nuestros orígenes, tanto personales como
arquetípicos.
3.- El aprendizaje Tao.- que es aquel que se produce cuando un individuo
experimenta su propia fuerza de movimiento y sus posibilidades exploratorias. A
diferencia del aprendizaje por déficit (en alusión al aprendizaje motivado por la
70
BUBER
M.
‘Ten
Rung:
hasidic
sayings’
Nueva
York,
Schoken
Books,
1962.
68
supervivencia, la seguridad y otras necesidades básicas, más que en necesidades de
nivel superior o autorrealización tomado del modelo de Maslow) que tiene lugar en un
nivel verbal-conceptual, el aprendizaje Tao es iniciado por el individuo, que luego se
mueve gradualmente paso a paso.
4.- Como proyección.- afirma que la proyección creativa implica un diálogo con el
propio sí-mismo que luego se concreta en un concepto, una pintura, una escultura o un
comportamiento. Creamos a Dios, Cristo, Buda, el cielo y el infierno desde nuestras
más profundas proyecciones. Nuestros lugares santos son manifestaciones del más
íntimo esfuerzo humano por una metamorfosis trascendente.
La proyección se vuelve creativa en tres pasos. Primero, el individuo aprende
a poseer aquello que teme en el mundo ‘estoy asustado de mi crueldad’. Segundo
comienza un diálogo entre aquello temido y el aspecto complementario (crueldad -
ternura) o alguna otra polaridad dentro de sí mismo. De este modo, la persona se
reconcilia con todas las fuerzas polarizadas dentro de sí y comienza a experimentar su
totalidad. Y finalmente el individuo transforma su dilema en un producto o acto
concreto.
El que proyecta creativamente pone la energía de su conflicto al servicio de
una comprensión más profunda de sí mismo y de una relación más activa con sus
semejantes.
5.- Como una experiencia trascendente religiosa.- donde el arte es plegaria, no el
difundido texto que encontramos en las escrituras, sino un descubrimiento fresco,
vital de la especial presencia de uno mismo en el mundo. Este aspecto de Zinker
tendría que ver más con lo que Peñarrubia denomina en su modelo ‘polaridad
Apolinea’, que está más cerca del Arte que de la Creatividad, un no hacer de
indiferencia creativa más que un hacer, y que es heredera de la línea nietzcheana
europea.
Zinker describe que en el proceso de hacer algo, una persona no sólo ilumina e
ilustra su vida interior, sino que se coloca más allá de la expresión personal para
realizar algo significativo por sí mismo. El trabajo adquiere su propia validez interna,
su propia integridad. En este proceso de hacer algo que se sostiene por su propia
estructura integral, el creador toma contacto con una realidad transcendente. Al tomar
y renunciar a su producto, el creador toca y renuncia a su identidad personal.
69
Sobre la creatividad en la terapia Zinker afirma que71 ‘la terapia creativa trata
a la persona como un medio artístico: a veces desalentador, adverso, empecinado,
aburrido o abrasivo, y a menudo humilde e inspirador. El terapeuta creativo ve al
cliente en su totalidad: su plasticidad y rigidez, brillantez y opacidad, fluidez y
estancamiento, puntualidad cognitiva y pasión. El terapeuta creativo es un
coreógrafo, un historiador, un fenomenólogo, un estudioso del cuerpo, un
dramaturgo, un pensador, un teólogo, un visionario’.
Zinker concibe la T.G. como un permiso para ser creativo. Y añade que
nuestro instrumento metodológico básico es el experimento, que define como una
aproximación conductista para desplazarse hacia un funcionamiento nuevo. El
experimento se dirige hacia el corazón de la resistencia, transformando la rigidez en
un sistema elástico de apoyo. No necesita ser grave, serio, ni aun exactamente
adecuado: puede ser teatral, hilarante, alocado, trascendente, metafísico, humorístico.
72
‘El experimento nos permite ser sacerdotes, prostitutas, homosexuales, santos,
brujas, magos: todas las cosas, los seres y las ideas que se esconden dentro de
nosotros’.
Lo vuelve a decir de otra manera pero poniendo el acento esta vez en el
aspecto dionisíaco cuando describe la T.G. como un permiso para ser exuberante, para
experimentar alegría, para jugar con nuestras más bellas posibilidades durante nuestra
breve vida. 73‘Para mí representa todo lo que está delante de mí, todo lo que promete
completud de experiencia, aquello por venir que es pavoroso, amenazante, lleno de
llanto, conmovedor, extraño, arquetípico, pleno de crecimiento. Para mí significa
abrazar la vida entera, saborear todos sus sutiles sabores’.
Quiero destacar la crítica que le hace Zinker a aquella T.G. entendida como
‘una multitud de terapeutas recitando como loros los trabajos de Fritz Perls’ (y de
Goodman podríamos añadir aquí) cosa que haría sentir a este muy decepcionado. Y
toma a Perls como modelo de capacidad de invención y nos exhorta al coraje de
aprender esta capacidad, esta actitud que le permitió una manera de crear aprendizaje
dramático en la situación humana.
71
ZINKER
J.
‘El
proceso
creativo
en
la
terapia
gestáltica’.
Pag.
22.
Ed
Paidós
72
ZINKER
J.
‘El
proceso
creativo
en
la
terapia
gestáltica’.
Pag.
22.
Ed
Paidós
73
Idem.
Pag
23
70
4.5.- Acercamientos a la creatividad. Integrando modelos.
Cuando nos acercamos a la creatividad vemos una diferencia importante entre
las definiciones 74 que propone la psicología humanista y otras escuelas de
pensamiento psicológico. Estos otros modelos definen la creatividad como un
fenómeno secundario más que como un aspecto innato al ser humano. Estas teorías
son denominadas ‘Teorías de la compensación deficitaria’ e incluyen al psicoanálisis
tradicional que postula que la creatividad resultaría de la sublimación de la libido, esto
es, la canalización de la energía sexual (libido) en una forma sustitutiva de
comportamiento social aceptado. Freud creía que los grandes logros de la civilización
surgieron de la sublimación de la libido. Así Leonardo da Vinci crearía sus pinturas
sublimes, Michelangelo su esculturas inmortales, Shakespeare sus obras y sonetos, y
Beethoven sus grandes sinfonías como consecuencia de alguna frustración sexual, lo
que parece insostenible dentro de la psicología humanista.
Existen otras teorías que modifican la posición freudiana como la teoría de
Kubie que sugiere que la creatividad requiere una regresión al servicio del ego. Adler
por otro lado teorizó que la creatividad se origina en la necesidad que tiene el hombre
de conseguir superioridad y perfección con el fin de superar sentimientos de
inferioridad básicos. Y Rank sugería que la creatividad es el resultado de la lucha del
hombre entre el miedo a la vida y el miedo a la muerte, lo que representa un intento
de superar el miedo a la muerte al ganar la inmortalidad a través del acto de crear algo
que sobrevivirá a su creador.
Desde la psicología humanista en la que se encuadra la T.G. se dibuja una
teoría de la creatividad holística y dinámica. Por un lado Jung asume la presencia de
un ‘inconsciente colectivo’ que acompaña las experiencias y recuerdos de la raza
humana a lo largo de la historia, incluidos periodos prehistóricos y pre-humanos. Este
inconsciente colectivo evoca arquetipos y símbolos que constituyen la reserva de
ideas creativas que son poseídas tanto por el artista como por cada persona. Jung
postula un innato conductor creativo común a todos los seres humanos.
Rolloy May del que hablo más extensamente más adelante establece que la
creatividad auténtica es el proceso de traer algo nuevo a la vida. Las personas
creativas, como los artistas, los poetas, científicos y compositores son aquellos que de
acuerdo a Platón expresan el ser. Son aquellos que amplían la consciencia humana. El
74
GARAY
J.
‘A
humanistic
approach
to
art
therapy’.
p.193
–
195.
Bruner
Mazel
Ed.
71
proceso creativo es un encuentro entre el creador y su entorno: el pintor encuentra el
paisaje. La intensidad del encuentro del creador en el acto creativo, y su
transformación del ambiente y de sí mismo, determinan la calidad del proceso
creativo. La creatividad genuina para May estaría caracterizada por una
intensificación de la capacidad de darse cuenta, una elevación del estado de
conciencia, y un regocijo en el momento de la ejecución. La creatividad involucra a la
persona completa, con el acto inconsciente en unidad con la consciencia. Es por tanto,
no irracional sino supra-racional. Es una experiencia mística en la que el individuo se
funde con el cosmos y en la cual la unidad total alterna con una vasta diversidad.
Moustakas ha desarrollado una teoría en la que la creatividad involucra
crecimiento personal, auto-renovación y auto-actualización. Muestra qué incrementos
significativos de conciencia y auto-conocimiento son encendidos desde adentro más
que desde fuentes externas. Moustakas afirma que cada ser humano tiene la habilidad
innata de ser creativo y de relacionarse de manera auténtica con otros seres humanos
mientras mantiene su auténtica individualidad. Enfatiza además la importancia del
silencio, el diálogo interno y la meditación en el descubrimiento creativo. Y que la
creatividad que es inherente en cada ser humano desde el nacimiento requiere de la
expresión de la singularidad, individualidad así como las particulares maneras de
expresar sus sentimientos auténticos como un asunto de vida y muerte. Cada
individuo tiene su estilo único de expresión creativa, lo que se asemeja a una huella
dactilar, característica sólo de esa persona.
Y si revisamos una parte de la literatura ingente que hay sobre el tema la
mayoría de los autores que tratan sobre creatividad la describen como aquella aptitud
o actividad por medio de la cual se posibilita la obtención de una actividad o un
producto que tenga las dos características de ser nuevo y valioso.
De esta definición me parece acertado el cuestionamiento que introduce
Rodríguez Pascual75 cuando afirma que no queda claro qué grado de novedad y de
valor se le exige a la actividad, o al producto, para ser considerados creativos.
Propone entonces una definición desligada de aquel criterio de novedad y valor y la
enmarca en el ámbito del individuo donde la creatividad es la capacidad para
realizar una actividad que sea lo suficientemente nueva y valiosa como para pulsar
75
RODRÍGUEZ
PASCUAL
G.
‘El
arco
creativo.
Aproximación
a
una
teoría
unificada
de
la
72
los límites de nuestras formas de conocimiento, que entre en contacto con ellas
para cuestionarlas y transformarlas.
Esta definición creo que describe muy bien el hecho terapéutico que ocurre a
lo largo de un proceso de terapia gestalt. A través de la relación terapéutica el paciente
va cuestionando los introyectos tragados, las proyecciones de las que no se hace cargo
etc. y a partir de ahí transforma su manera de relacionarse, consigo mismo y con el
mundo. Cuestionamos lo falso y apoyamos lo genuino de tal manera que aprendemos
a mirarnos con nuevos ojos, y mostramos a nuestros pacientes nuevas maneras de
mirarse, de ahí va surgiendo la transformación.
En el proceso de T.G. la creatividad del paciente es piedra angular, que vamos
a estimular como hemos visto antes, a través de las técnicas expresivas asentadas en
una adecuada actitud. La creatividad, por tanto, cuestiona y transforma las formas de
conocimiento del individuo, de sí mismo y de sus puntos ciegos, inconscientes.
Así que la T.G. estaría más cerca de otros autores como Fromm que hablan
más de ‘actitud creativa’, que de capacidad o aptitud. La actitud creativa, redefinimos
entonces, que posibilita el acto creativo como aquella actividad nueva o valiosa que
pulsa los límites de nuestras formas de conocimiento, y que al entrar en contacto
con ellas las cuestiona y transforma.
Winnicott consideraba que había tanta creatividad en el bebé que se ensucia en
sus propias heces como en la compleja realización de un arquitecto innovador. Ambos
están inmersos en una acción que cuestiona y transformas sus límites de
conocimiento.
Acerquémonos un poquito más a mirar cómo ocurre esto. Sabemos que hay
dos sistemas de procesamiento de la información que son característicos y específicos
de la forma de conocimiento de la especie humana, que interactúan, modifican y
definen múltiples aptitudes en cada espacio sensorial. Corresponden además a los dos
hemisferios en que está constituida nuestra corteza cerebral externa (neocórtex) que es
además nuestro cerebro más tardíamente evolucionado en el modelo de los tres
cerebros (Mc Lean, Naranjo y otros).
El hemisferio derecho corresponde a un procesamiento de la información
analógico, intuitivo y no verbal; el hemisferio izquierdo a un procesamiento lógico y
verbal. Partiendo de la información caótica que procede de lo real que en T.G.
llamamos zonas externa e interna, pasando por los sistemas analógicos no codificados
(hemisferio derecho), hasta llegar a los dominios del sentido lógico y codificado
73
(hemisferio izquierdo). Proceso vertical que se construye siempre con la
direccionalidad que marca la codificación del lenguaje.
Es por eso por lo que ‘los poetas piensan que su trabajo es volver a colocar la
lengua en estado de nacimiento’. La cita es de Fiorini, psicoanalista argentino quién
también sostiene que las terapias son grandes trabajos de activación de un sistema
creador en el psiquismo, el que se hará cargo de los puntos de detención que las
neurosis soportan como fijaciones. Esto es, decirle a Nasrudin que deje de buscar la
llave en la plaza y pruebe a hacer algo diferente, como preguntarse ¿dónde la perdió?,
para que busque entonces allí donde la perdió.
Sigamos con Rodríguez Pascual quien en una labor de integración propone
que el lugar de la creatividad es, precisamente, el del tránsito entre esos dos grandes
sistemas de procesamiento, un tránsito muy especial que, conservando en su esencia
esos dos sistemas, modifica no sólo sus contenidos, sino también sus estructuras y sus
programas. ‘Una persona creativa sería la que tiene la capacidad para recorrer esas
vías de comunicación verticales regresando de su viaje con objetos valiosos de
conocimiento’. Afirmación que describe muy bien el viaje del héroe como monomito
(Campbell) o metáfora de la única búsqueda o viaje interior (Naranjo) realizada por
hombres y mujeres de todos los tiempos y expresada a través de tantas narraciones
que dan cuenta del viaje universal que todos hacemos.
La creatividad es un mediador entre los sistemas analógicos no codificados de
la información y los sistemas lógicos codificados marcados por la linealidad que
genera el lenguaje. Como dice Rodríguez Pascual la creatividad es el ‘gozne entre dos
sistemas, el cabo de las tormentas, que está situado dinámicamente entre esas dos
posibilidades de tratamiento de la información, y la fuerza capaz de transformar lo
analógico, procedente de lo real, en lo codificado, el caos en un cosmos coherente.’
La denominación de Tránsitos Verticales alude a la comunicación que se da
entre las labores primitivas no codificadas, con los dominios de la codificación
simbólica. Esto es, desde más abajo: nuestro cerebro reptilineo primitivo y más
antiguo (médula espinal, cerebelo y bulbo raquídeo), pasando por nuestro cerebro
mamífero (sistema límbico y córtex además de asiento de las emociones) se
comunicarían con el cerebro evolucionado más tardíamente y por ello ubicado más
arriba.
Los dos primeros (cerebro instintivo y emocional) están más asociados a un
procesamiento de la información no verbal, analógico e intuitivo y por tanto, al
74
hemisferio derecho de nuestro cerebro intelectual. En T.G. damos cuenta de ellos a
través de la zona interna de la conciencia (sensaciones corporales, propiocepción así
como emociones y estados de ánimo).
El otro sistema de procesamiento de la información lógico, verbal, analítico,
está ubicado en el hemisferio izquierdo del cerebro intelectual y sería la más patriarcal
de nuestras ‘porciones’ cerebrales. La mente analítica a la que por otro lado hemos
ido cultivando y educando más en detrimento de los otros cerebros (emocional e
instintivo) e incluso del otro hemisferio (intuitivo analógico) en su mismo cerebro
intelectual.
Me detendré aquí por un momento pues llegamos en este punto de transición
vertical a un lugar fuente de algunos problemas con peso y gravedad que ocasionan
los ‘males del alma’ que como ha explicado Naranjo son la 76‘consecuencia del
dominio de nuestro cerebro intelectual que por razones culturales ha llegado a
funcionar en forma tan represiva respecto de nuestras partes más primitivas, que
funciona de forma insular, desconectado de los otros dos de tal manera que ello
acarrea consecuencias trágicas no sólo para la vida individual sino para nuestra
evolución colectiva.’
Perls lo llamó la zona desmilitarizada y tierra de nadie como metáfora de la
frontera entre lo propio y lo ajeno. Y utiliza también la palabra hindú maya para
referirse al mundo de la ilusoriedad.
Peñarrubia lo describe como el filtro fantasioso con que tamizamos las percepciones
internas y externas. Es la Zona Intermedia de la conciencia que pone en contacto
nuestra zona interna con la externa, todo aquello que percibimos a través de los
sentidos.
En la zona intermedia suelen aparecer ideas, pensamientos, juicios, prejuicios,
interpretaciones…todo aquello con lo que ‘tamizamos’ nuestras percepciones de la
realidad (externa e interna), que se contaminan de un contenido egoico que
distorsiona o sesga nuestra manera de ver la vida, de vernos, y por tanto de
relacionarnos.
La zona intermedia es donde nuestro mundo creativo se puede secar y volver yermo, a
la vez que es el territorio donde puede llegar a florecer frondoso. Allí están las
‘fijaciones’ que a través de una manera de ver la realidad distorsionada hace que
76
NARANJO
C.
‘Cosas
que
vengo
diciendo’
pag.
12.
Ed
Kier.
2005.
75
tropecemos una y otra vez con la misma piedra. Asociada a una ‘pasión dominante’
según nos ha explicado Naranjo se configura una pauta rígida de pensamiento,
emoción y acción. Vamos siempre por la misma calle tropezando siempre con el
agujero que hay en el suelo y en esa pauta rígida que es el carácter no permitimos que
nuestra creatividad salga a jugar, que será además la única manera de expresarla, sin
el juicio que prohibe jugar, probar, ensayar, explorar.
Muchos autores señalan que la creatividad es consecuencia de permitir la
comunicación de las labores primitivas no codificadas con los dominios de la
codificación simbólica.
El modelo de tránsitos verticales sigue diciendo Rodríguez Pascual, propone
una descripción de la creatividad como ‘una forma de pensar que juega con ideas muy
dispares conectándolas, que mira sus cuestiones con enfoques muy diversos, que elige
temas –a veces primitivos, de la infancia- para enfocarlos de formas insólitas,
insospechadas, totalmente novedosas; una forma de pensar, en fin, que se vale más
que ninguna otra de la metáfora y en ese ir y venir de lo nuevo a lo antiguo, de lo
conocido a lo desconocido, de lo obvio a lo insólito, de lo familiar a lo extraño, se
encuentra finalmente con un producto que es original y que, a la vez, es celebrado por
los demás’ o por uno mismo, añado yo, en cualquier caso.
Nelson (‘Más allá de la dualidad’ Ediciones Liebre de Marzo) en uno de los
intentos más audaces y brillantes de integrar espiritualidad, ciencia y psicopatología
describe el proceso de activación de los 7 chakras dando cuenta de la transformación
organísmica y profunda que se va operando en el individuo, o mejor dicho en su
consciencia. Describe los cambios a nivel psicoemocional y a nivel espiritual de
conexión con lo que él llama el Fundamento, el ser esencial como lugar de salud y
santidad no santurrona.
Nelson describe la consciencia del quinto chakra caracterizado por un delicado
equilibrio entre la razón y la intuición, la entrega y el autocontrol, la disciplina y la
libertad, la individualidad y la fusión ¿verdad que nos recuerda a dos viejos amigos,
dioses y griegos?. Y sigue Nelson describiendo cómo este centro de consciencia es el
manantial del que brotan los símbolos universales que dan vida al arte, la música y la
poesía.
El pensamiento propio del quinto chakra (en lengua sánskrita visuddha) trasciende e
incluye el holismo característico del cuarto chakra (anahata) emergiendo en forma de
sinergia , un término que se refiere a una situación en la que la totalidad es algo más
76
que la suma de las partes. Una vez que se activa el pensamiento sinérgico, dice
Nelson, las relaciones entre eventos o ideas dejan de ser proporcionales o
acumulativas y comienzan a ser consideradas como parte de un orden global
emergente. Entonces, el significado deja de estar supeditado a la definición y emerge
de la interacción, los sucesos se originan tanto en el empuje del pasado como en la
atracción del futuro y el mismo hecho de participar en este juego cambia
completamente las reglas. Se produce una visión panorámica de la realidad que nos
permite captar la verdad de un solo vistazo y ubica cada idea en el lugar que le
corresponde, permitiéndonos comprender cómo su verdad o falsedad influyen en la
verdad o falsedad del resto.
Nelson describe el procesamiento de la información en el cerebro en relación a
la creatividad de una manera semejante al modelo de procesos verticales de Pascual
Rodríguez. Describe cómo la consciencia del quinto chakra enriquece al yo (tras pasar
por los primeros cuatro chakras en su camino de ascenso), el centro neurológico se
expande de nuevo para llegar a incluir también al cerebro reptiliano. En este sentido,
el cerebro comienza a actuar como un holograma en el que cada una de las partes está
perfectamente integrada con la totalidad. A partir de este momento, el cerebro opera
como un instrumento de cuerda en el que cada una de sus distintas ‘cuerdas’ resuena
con todas las demás. Hay muy poca censura interna y, en consecuencia, también hay
muy poca represión. Es entonces cuando el instinto, los sentimientos, y la razón dejan
de luchar entre sí porque cada uno de ellos ocupa el lugar que le corresponde en la
consciencia, lo cual genera una armonía interna que permite el acceso a datos que
pueden ser abordados desde varias perspectivas simultáneamente. Digamos que,
según Nelson, cuando el individuo equilibra la consciencia del quinto chakra,
equilibra la razón que presta atención a sus sentimientos antes de que se conviertan en
meras abstracciones mentales, para luego consultar a sus raíces arquetípicas
primitivas, evocando un tiempo en el que el yo y el Fundamento se hallaban en
comunión íntima. Y destaca Nelson como lo más característico que pueda hacer todo
esto sin sacrificar sus facultades superiores en el empeño.
La creatividad en el cerebro, sigue Nelson, pasa por la atemperación de la
hiperexcitación de los niveles límbicos y reptilianos por una excitación proporcional
del neocórtex. Es entonces cuando aquellos mismos centros primitivos (límbico y
reptiliano) se transforman en el crisol mismo de la creatividad.
77
4.6.- Creatividad e imaginación.-
‘La fantasía puede ser creativa, pero lo será únicamente si está en el ahora.
Si en el ahora utilizan lo disponible, entonces van a ser creativos’.
Fritz Perls77
77
PERLS F. ‘Sueños y existencia’. Pag. 57. Ed. Cuatro Vientos. 1974
78
La otra es la imaginación que nutre y alimenta el contacto con la realidad en su
sentido más profundo y espiritual, el Fundamento (Nelson) Brahman, Paramatman, la
Gran Mente, el Absoluto, el Uno Primordial, el Tao... Si bien es cierto que Perls
describía la gestalt con aquel ‘abandona tu mente y vuelve a los sentidos’ para salir de
la imaginación neurótica, desarrolló y potenció todo un trabajo a través de las
fantasías y de los sueños como vías de reencuentro con la realidad. Y a esta otra
imaginación la llamaremos imaginación primigenia, más sana y más santa como
veremos ahora.
Tenemos entonces una imaginación puesta al servicio de la neurosis que es un
excelente abono del trabajo creativo-gestáltico en general y en el modelo que propone
Peñarrubia en particular. El trabajo creativo nos va a permitir mediante la explotación
y expresión de los contenidos de esta imaginación neurótica, acercarnos a la otra
primigenia.
Podemos hablar de una diferencia en términos estancos. La imaginación
neurótica puebla la zona intermedia de la consciencia, desconectada muchas veces del
cerebro mamífero y permanentemente de las profundidades del cerebro reptiliano. La
imaginación primigenia en cambio tiene el acceso a estas partes de la mente que son
la antena de sintonización con el Fundamento (Nelson), con la Gran Mente, de donde
se produce el arte y los descubrimientos científicos.
Los artistas más creativos, señala Nelson, afirman que el universo que nos
muestran los sentidos es ínfimo si lo comparamos con los descubrimientos que
aguardan en las profundidades del psiquismo. Al igual que la locura, el acto creativo
constituye una zambullida en lo prohibido, allí donde los encarnizados guardianes de
la represión original permanecen al acecho. Tanto la locura como la creatividad
desarticulan la estructura del mundo consensual y, con ello, la idea que el artista tiene
de lo estable o seguro según su propia consciencia. Por ello cultiva los estados
mentales que eliminan el barniz superficial de la realidad ordinaria y arrancan de
cuajo el corazón de lo ‘irreal’, por más significativo que parezca.
La imaginación creativa para Nelson trasciende el sentido literal y se mueve
entre símbolos transverbales, todo lo contrario a lo que ocurre en la regresión a las
fantasías preverbales. Existe una visión y una fantasía que no son modalidades
inferiores sino instrumentos de una modalidad superior del pensamiento en los que
interviene una sinergia mágica que va más allá de la paleológica y de la neológica. Es
por ello que los símbolos cargados de emoción del pintor abstracto son algo más que
79
conceptos, mientras que las imágenes cargadas de miedo del esquizofrénico son algo
menos que eso. En este sentido, las evocadoras metáforas del poeta constituyen para
Nelson verdades universales disfrazadas diestramente de imágenes particulares.
Sobre el valor de la imaginación primigenia, vienen dando cuenta de ello los
libros de la editorial Atalanta que hacen una apuesta por el valor de este tipo de
Imaginación puesta al servicio de la salud y más allá, del viaje del héroe.
Patrick Harpur en ‘El fuego secreto de los filósofos’ cuenta como el poeta
visionario Yeats se había sentido especialmente impresionado por William Blake,
cuyas obras estuvo editando durante años. Blake parecía haber conservado esa mirada
visionaria tradicional que le permitía ver ángeles en los árboles o huestes celestiales
en el sol; al mismo tiempo, albergaba una compleja y sofisticada noción de
imaginación como modo primigenio que tiene el hombre de entender el mundo. Esto
era algo que compartía con otros grandes poetas románticos (que también podríamos
llamar místicos laicos), Wordsworh, Keats, Shelley y, sobre todo Coleridge que
proclamaba:
‘Sostengo que la imaginación primigenia es el poder vivo y el primer agente
de toda percepción humana, y es una repetición en la mente finita del eterno acto de
creación en el infinito YO SOY…’78
Y enfatiza Harpur que la Imaginación, en la verdadera comprensión poética,
romántica, es en gran medida lo opuesto de lo que ha llegado a significar como
decíamos antes, algo irreal o inventado, a lo que Coleridge llamaba ‘fantasía’ o a lo
que nosotros llamamos ‘zona intermedia’.
‘La naturaleza de la Imaginación es muy poco conocida’, se lamentaba
Blake, ‘y la naturaleza y la permanencia eternas de sus imágenes siempre existentes
es considerada menos permanente que las cosas de naturaleza generativa y
vegetativa’. Y concluye Harpur que la Imaginación es independiente y autónoma;
precede y fundamenta la mera percepción; y espontáneamente produce esas imágenes
–dioses, dáimones 79 y héroes- que interactúan en las narraciones anónimas que
llamamos mitos.
En T.G. hablamos del trabajo que el terapeuta puede hacer con sus imágenes
internas, las poderosas imágenes que surgen a veces y acompañan determinados
78
COLERIDGE
S.T.
Biographia
Literaria.
Pag.
167.
1967
79
Daimón:
de
acuerdo
con
Platón,
no
confundir
con
demonios
en
que
los
transformó
el
80
momentos del proceso del paciente que tenemos delante. Nuestro sentir en la relación
con el paciente o grupo sirve y orienta también para saber qué me pasa con quien
tengo delante. Perls era un gran artista en el uso de estas imágenes que le surgían
cuando estaba delante de alguien trabajando: ‘trampero de osos’, ‘reina de la
tragedia’… solían devolverle al paciente una imagen de sí exagerada a la vez que
fidedigna que le llevaba a algún tipo de toma de conciencia profunda.
De igual modo las imágenes internas son una profunda guía por la que
dejarnos orientar. El trabajo con la misma, el uso que le demos, explicitando o no al
paciente la imagen que uno tuvo será una decisión que valoraremos según momento o
necesidad, o mejor dicho, será más que una decisión una ‘inclinación’ que como decía
Perls es la manera de funcionar del agua, y la manera organísmica de vivir. Al
respecto de las imágenes internas la tesina ‘Terapia gestalt y proceso simbólico’
escrita por Iñaqui Zapirain que aborda este asunto.
Shakespeare en el ‘Sueño de una noche de verano’ habla también de la
imaginación en sus distintas modalidades diciendo ‘El lunático, el amante y el poeta,
comparten una gran imaginación’.
La imaginación es un aspecto del ser humano de donde han partido todas las
creaciones de la humanidad. Como decíamos, podemos diferenciar entre una
imaginación neurótica que imagina y fantasea realidades conocidas, cercanas o ajenas.
Esta imaginación está ligada al miedo y al deseo, y surge de todo aquello que uno
aprendió a desear y a temer en su vida. Son contenidos que pueden quedar en el
propio espacio privado, en la zona intermedia, y ahí es donde pueden florecer como
auténticas malas hierbas capaces de ahogar la vida y la creatividad. El resultado de
imaginar es una fantasía (también le llamamos fantasear en T.G.) y las fantasías
pueden ser catastróficas (temidas) o anastróficas (deseadas).
También puede ser como ilustraba Harpur una imaginación primigenia, que es
la de los artistas y místicos de todos los tiempos. Abrir el mundo de la fantasía a un
espacio libre de juicio es el primer paso para ir reparando y reencontrándonos con una
imaginación libre y primigenia cuya naturaleza podemos considerar más receptiva que
activa en cuanto que implica un no hacer, un espacio de disponibilidad para que las
imágenes, palabras, versos, símbolos…de instancias más arcaicas y profundas
emerjan y se hagan conscientes. Y este sería ya el ámbito del arte y de la Indiferencia
Creativa en el que nos adentraremos en el capítulo siguiente.
81
Una de las definiciones de creatividad que más me han gustado es la
capacidad de hacer real lo posible y respecto a la imaginación, del tipo que sea,
significaría darle expresión desde el mundo privado (zona intermedia) a un lugar
externo y, si hay otra mirada libre de juicio con la que compartirlo como la de un
terapeuta gestáltico por ejemplo, mejor.
En ese sentido la creatividad entendida desde el modelo de Peñarrubia es una
invitación a despenalizar todo el mundo neurótico, a explotarlo además en su
expresión y a contemplarlo sin juicio, nutriéndonos de nuevo con los significados que
esta expresión libre de juicio nos trae. Un hacer sin juicio y, en este hacer ir como si
dijéramos, limpiando el canal, equilibrando la balanza donde las polaridades se van
integrando y podemos empezar a acercarnos a la experiencia de la indiferencia
creativa, del Arte.
82
4.7.- Creatividad. Otras aportaciones.-
2001.
83
Dichos criterios son los siguientes:
1. Las lesiones cerebrales tienen que poder aislar dicha inteligencia. En caso
contrario no estaría localizada en una parte determinada del cerebro.
2. Tienen que existir virtuosos, genios o individuos excepcionales en esa
disciplina: personas que sobresalen en esa inteligencia.
3. Tiene que haber un conjunto de operaciones identificables que resulten
identificables: por ejemplo, en la música existen la melodía, el ritmo, el
timbre, la estructura musical, la partitura…
4. Debe haber una historia de evolución y desarrollo en el dominio de una
disciplina verosímil: la grandeza de un bailarín, escritor o investigador, por
ejemplo, puede explicarse por su dedicación, disciplina, su entrenamiento etc.
5. Debemos contar con una historia de evolución verosímil: desde otras especies
(mamíferos, primates…) podemos hallar una evolución en lo espacial, en lo
musical etc.
6. Debe darse un apoyo experimental en las pruebas psicológicas donde se pueda
apreciar una serie de facultades que se desarrollan entre sí.
7. Apoyo de datos psicométricos que dan muestra de dicha inteligencia.
8. Ha de ser codificada en un lenguaje de símbolos ya sea aritmética, cartografía,
exprsión lógica etc.
Howard Gardner define Inteligencia como ‘potencial biopsicológico para
procesar información que se puede activar en un marco cultural para resolver
problemas o crear productos que tienen valor para una cultura’ 81 . Es el marco
cultural, el ‘campo’ con el que se relaciona el individuo el que valora aquello que es
inteligencia, de qué te sirve saber trigonometría en las llanuras de Siberia.
Gardner nos dice que las inteligencias no son algo que se pueda ver o contar, son
potenciales y según él supone, neurales, que se activan o no en función de los valores
de una cultura dada, o contracultura añado yo si recordamos los orígenes de la terapia
gestalt; y de las decisiones tomadas por cada persona y/o su familia, sus enseñantes y
otras personas. Gardner al argumentar que estas facultades eran relativamente
independientes entre sí, estaba desafiando la creencia muy extendida sostenida por
muchos psicólogos y consolidada en multitud de lenguajes de que la inteligencia es
una sola facultad y que una persona o bien es ‘lista’ o bien es ‘tonta’, sin más.
81
Gardner
Howard.
‘La
inteligencia
reformulada.
Las
inteligencias
múltiples
en
el
siglo
XXI’.
Ed.
Paidós.
2001
84
Propone Gardner siete inteligencias inicialmente que luego ampliará a ocho.
Las dos primeras inteligencias son las que he referido antes, la Inteligencia
Lingüística y la Inteligencia Lógico Matemática que son las que mayor énfasis pone
la educación en cultivar y transmitir, y que es lo que viene denunciando Claudio
Naranjo desde hace ya cerca de 30 años en esa dedicación y ‘lucha’ tan particular que
le ha tomado a ‘Cambiar la educación para cambiar el mundo’ como esperanza y
potencial de transformación salvífico. Gardner desde su perspectiva viene a hacer una
crítica semejante y pone el foco en aquellas otras 5 inteligencias a las que luego
sumará una y media más.
Así que identifica otras tres inteligencias que asocia especialmente con las
bellas artes aunque cada una de ellas se pueda emplear de muchas maneras cuales son:
3.-Inteligencia musical que supone la capacidad de interpretar, componer y apreciar
pautas musicales y que describe como prácticamente análoga estructuralmente
hablando a la inteligencia lingüística.
4.- Inteligencia corporal-cinestésica que supone emplear partes del propio cuerpo
como la mano o la boca o su totalidad para resolver problemas, crear productos o
expresar un lenguaje simbólico donde el cuerpo habla de paisajes internos,
emocionales y nos acerca al arte.
5.- Inteligencia espacial que supondría la capacidad de reconocer y manipular pautas
en espacios grandes como harían navegantes y pilotos, o en espacios más reducidos
como harían escultores, cirujanos, artistas gráficos o arquitectos.
Las últimas dos inteligencias de la relación original que presentó las denomina
inteligencias personales que son a mi entender fundamentales en el entrenamiento y
cultivo de todo terapeuta.
6.- Inteligencia interpersonal que denota la capacidad de una persona para entender la
intenciones, las motivaciones y los deseos ajenos, y en consecuencia para trabajar
eficazmente con otras personas.
7.- Inteligencia intrapersonal que supone la capacidad de comprenderse a uno mismo,
de tener un modelo útil y eficaz de uno mismo, que incluya los propios deseos,
miedos y capacidades, y de emplear esta información con eficacia en la regulación de
la propia vida.
Así que estas dos últimas inteligencias hablan del ciclo interminable de necesidades
que satisfacemos a través de la polaridad Contacto-Retirada ‘la polaridad fundacional
85
en terapia gestalt’82 donde inteligencia en términos de grado, mayor o menor, tiene
que ver con nuestra capacidad para contactar y nuestra capacidad de retirarnos en este
constante e interminable ciclo de necesidades (mayor grado de inteligencia) y en
nuestra capacidad para interferir con este contacto-retirada (menor grado de
inteligencia). Así que serían estas dos inteligencias nucleares en nuestro desarrollo,
que conforman además lo que luego Daniel Goleman popularizaría en 1995 como
Inteligencia Emocional que describiría en torno a estas dos inteligencias para las que
identificaría tres competencias para la última intrapersonal: conciencia de uno mismo,
autorregulación emocional y motivación, y dos competencias para la inteligencia
interpersonal: empatía y habilidades sociales.
Pero volvamos a Gardner, un psicólogo de la vía cognitivo-conductual, que
insatisfecho con el contraste que iba encontrando entre su modelo de siete
inteligencias y su mirada abierta de la realidad venía a decir, 83‘no están todas las que
son’ siguió investigando y vino a identificar otra en 1996, la Inteligencia naturalista, y
poner en remojo de momento (su media inteligencia del ocho y media) la inteligencia
existencial como una variedad de la inteligencia espiritual.
8.- Inteligencia naturalista como la capacidad de conocer la flora y la fauna, de
establecer relaciones con la naturaleza, de interactuar con ella adecuadamente; la
poseen los zoólogos, botánicos, granjeros, ecologistas etc.
Gardner ha dedicado gran parte de su tiempo al estudio de lo que llama ‘inteligencia
espiritual’. Sigue investigando a día de hoy ya que ‘se necesitan todavía más pruebas
para determinar si se trata o no de una forma especial de inteligencia’.
82
Peñarrubia
Francisco.
Conferencia
‘Gestalt,
creatividad
y
arte’.
Qualia.
Granada
Abril
2012
83
El
entrecomillado
es
mío.
86
b) Erich Fromm y la actitud creativa.-
Erich Fromm habla de la ‘actitud creativa’84 como la condición en un sentido
formal para la existencia de la creatividad con independencia de que en el mundo de
las cosas surja alguna creación. La creatividad es para él la habilidad para ver (o darse
cuenta) y responder, y cuestiona que sean estas, la habilidad de darse cuenta y la de
responder, habilidades de las que mucha gente carezca, revisando qué es lo que hace
diferente una actitud creativa de una que no lo es al examinar el proceso de ver y de
responder.
Respecto al acto de ver, distingue entre ‘acto mental’ y el significado real de la
palabra ‘ver’ y lo hace aludiendo al diferente comportamiento y actitud que pueden
tener un niño de dos años y un adulto hacia una pelota rodando. El niño puede arrojar
la pelota al suelo una y otra vez y otra vez, viendo cómo rueda cientos de veces y
nunca aburrirse. Y si nos preguntamos por qué, podemos responder explicando que si
ver un balón rodando es un acto mental confirmando el conocimiento de balones
rodando, una experiencia entonces sería suficiente. No habría nada nuevo en una
segunda, tercera o quincuagésima experiencia. En otras palabras, un adulto se
aburriría al verlo una y otra vez; pero para el niño primeramente no es una experiencia
mental, es más bien un delicioso entretenimiento el ver ‘realmente’ una pelota
rodando. Y no podemos dejar de acordarnos de la T.G. con su invitación a ver lo
obvio, a ‘abandonar la mente y volver a los sentidos’, a darnos cuenta como la ‘zona
desmilitarizada’ (intermedia) nos impide ver las cosas tal y cómo se muestran.
La premisa para pintar un árbol nos dice Fromm, requiere de la habilidad de
poder responder con nuestra persona completa en el acto de ver ese árbol a la
totalidad de ese árbol. Cuando hay un estado profundo de atención no hay
abstracción, el árbol retiene toda su concreción, lo que significa también su unicidad e
irrepetibilidad. Sólo hay ese árbol en el mundo, y con ese árbol yo me relaciono, lo
veo, respondo a él. El árbol se convierte en mi propia creación.
Llama la atención Fromm de nuestra particular distorsión en nuestra capacidad
para ver a otras personas, que no es muy diferente de nuestra distorsión con la
percepción del árbol pero va más allá y analiza sus causas. Por un lado habla de
nuestras proyecciones donde hacemos del otro la percha de los muchos trajes que no
nos gustan de nosotros mismos, sin darnos cuenta que son sólo ropas que nosotros le
84
FROMM
E.
‘Creativity
and
its
cultivation’.
Pag.
44.
Harper
&
Row.
1959
87
colgamos porque nuestras propias emociones nos hacen incapaces de ver a la otra
persona como es. Esto para Fromm está causado por lo que el Budismo expone como
los tres pecados básicos: deseo, ignorancia y aversión.
Ver a otra persona creativamente significa que podemos verla sin
proyecciones ni distorsiones, y esto significaría derrotar aquellos ‘vicios’ neuróticos
que necesariamente nos conducen fuera de la realidad, dentro y fuera de uno mismo.
Podríamos decir en otras palabras, que sólo uno que alcanza un grado de madurez
interior que reduce la proyección y la distorsión a un mínimo, puede entonces tener la
experiencia creativa.
Cuando Fromm habla de la habilidad para responder distingue y enfatiza que
esta no es responder con el cerebro, los ojos o los oídos. Es responder con la persona
completa que uno es.
‘yo pienso con mi barriga. Yo veo con mi corazón. Cuando respondo a un
objeto o persona con los poderes reales que hay en mi, los cuales están ajustados
para responder a ello, el objeto o persona cesa de ser un objeto o persona. Yo me
convierto uno con ello. Ceso de ser el observador. Ceso de ser el que juzga. Este tipo
de respuesta ocurre en una situación de completa relación, en la que observador y
observado se convierten en uno, aunque al mismo tiempo son dos’.
Erich Fromm establece cinco condiciones para la actitud creativa, de ver y
responder, de darse cuenta y ser sensible a lo que uno se está dando cuenta.
1.- La capacidad de asombro que está impresa en los niños y que hace que sus
reacciones sean creativas. Mantener la perplejidad y la sorpresa como la capacidad de
asombro es para Fromm la premisa para toda creación, en el arte o en la ciencia. Fritz
Perls hablaba de la experiencia de ‘Ajá’ en este sentido como el clásico ‘Eureka’,
ligándola además al proceso de aprendizaje como descubrimiento: ‘aprender es
descubrir’. El matemático francés Poincaré lo expresaba sucintamente ‘genio
científico es la capacidad para ser sorprendido’.
2.- La habilidad de concentración. Una habilidad no muy frecuente en nuestra
cultura occidental, decía Fromm, aludiendo a lo ocupados que vamos siempre por la
vida pero sin concentración. No podía imaginar cómo estarían las cosas en esta
primera quincena del siglo XXI donde las pantallas de todo tipo (ordenadores de
bolsillo antes llamados teléfono que ahora no dejan de ser entradas no sólo de
llamadas de teléfono, también sms, Whatsapps, emils, twits, Facebook..) nos distraen
88
cada cinco minutos reclamando nuestra atención, que se la damos sin rechistar
después de haberlas encumbrado al lugar de las necesidades primarias.
Sigue Fromm apuntando la obviedad, que no puede haber verdadero darse
cuenta ni verdadero responder salvo en el aquí y ahora, esto es, en la actitud de un
completo y profundo compromiso con aquello que hago, veo, siento en este preciso
momento.
3.- La experiencia de ‘Yo’, o la experiencia de ser es la tercera condición. Fromm
nos recuerda cómo la palabra ‘yo’ es una de las últimas palabras que un niño aprende
en el desarrollo de su capacidad para hablar, pero que una vez aprendida, la usará sin
reparo, elocuentemente, pero sin reflejar la realidad. Nos pone el ejemplo de la
expresión habitual de decir ‘yo pienso esto o aquello’. Y si nos paramos a analizar
esta opinión las más de las veces, uno podría descubrir que la persona sólo da voz a
aquello que ha oído de alguien, que leyó, que sus padres le enseñaron cuando era un
niño. Uno está bajo la ilusión entonces de ser el que piensa esto o aquello, cuando
sería más correcto decir ‘él o ella piensa en mí’. Es como si un reproductor de CDs
pudiera pensar ‘ahora estoy tocando una sinfonía de Mozart cuando sólo está
reproduciendo el cd que se le ha insertado.
Añade Fromm que lo que mantiene la verdad de pensamiento es la verdad de
sentimiento. El sentir de Yo o de sí mismo, significa que me experimento como el
verdadero centro de mi mundo, como el origen verdadero de mis actos. Esto es lo que
significa ‘ser original’, no, como se supone, descubrir algo nuevo, sino experimentar
que la experiencia se origina en mi.
4.- La cuarta condición que Fromm señala es una que resuena particularmente con la
terapia gestalt y la describe como la habilidad para aceptar el conflicto y la tensión
resultante de la polaridad, más que evitarlos. Los conflictos son la fuente del
asombro, del desarrollo de la fortaleza o lo que uno podría llamar ‘carácter’. Si uno
evita los conflictos, se convierte en una suave máquina de correr donde cada afecto es
inmediatamente nivelado, donde todos los deseos se hacen automáticos , donde todos
los sentimientos se aplanan. Y donde no sólo hay conflictos de naturaleza personal y
accidental, hay conflictos profundamente arraigados en la existencia humana.
Darnos cuenta de estos conflictos, experienciarlos profundamente y aceptarlos
no solo intelectualmente sino también emocionalmente es una de las condiciones de la
creatividad. Negarlo o experienciarlo sólo intelectualmente conduce a una experiencia
marginal y superficial, lo que excluye la creatividad. Fromm subraya que tratamos de
89
ignorar no sólo los conflictos sino también las polaridades, que existen en muchos
niveles, identificando una nuclear y socialmente establecida entre hombre y mujer,
masculino y femenino.
5.- La voluntad de nacer cada día. Fromm habla de los muchos pasos que conlleva
el nacimiento incluso en el sentido del desarrollo biológico y lo vincula al acto de
soltar: soltar el vientre de la madre, el pecho, su regazo, sus manos. Cada nueva
habilidad que aprendemos como hablar, caminar, comer, al mismo tiempo implica
soltar una forma de estado anterior. El ser humano está gobernado por una dicotomía
peculiar, siempre dividido entre el deseo de regresar al vientre de su madre y el deseo
de nacer completamente; todo acto de nacimiento requiere del coraje de soltar algo,
incluso soltar eventualmente todas las certezas y descansar sólo en una cosa: el poder
de darnos cuenta y de responder; esa es la propia creatividad. Ser creativo significa
considerar el proceso completo de la vida como un proceso de nacimiento, sin tomar
ningún estadio de la vida como un estadio final. La mayoría de la gente muere antes
de haber nacido completamente. Creatividad significa por tanto para Fromm haber
nacido antes de morir.
Y para soltar todas las ‘certezas’ e ilusiones requerimos de coraje y fé. Y
matiza Fromm el sentido de fe según la acepción dada en el Antiguo Testamento
donde fe (Emuna) significa certeza. Tener certeza de la realidad de la propia
experiencia en pensamiento y en sentimiento, ser capaz de confiar en ella, de
apoyarnos en ella.
90
c) Rollo May. El valor de crear.
‘Lo opuesto del amor no es el odio sino la apatía’
Rollo May.
Supe de Rollo May (1909-1994) inicialmente por las referencias que Irving
Yalom daba de él en sus libros, de quién había sido paciente y a quien sentía su
maestro en la psicoterapia existencial que luego Yalom siguió desarrollando. A
Yalom lo he seguido mucho a través de sus libros y desde hace dos años a través de
Facebook. Esta tesina ha sido una grata oportunidad para conocer un poco a Rollo
May centrando mi lectura en lo que él ha venido escribiendo sobre creatividad. En
concreto su libro ‘La valentía de crear’85 en su edición inglesa y algún artículo
encontrado por otros libros relacionados con el tema.
May habla del La Valentía de Crear señalando que expresamos nuestro ser
creando, siendo la creatividad una secuencia necesaria para llegar a ser. Y entiende
por valentía no el opuesto a miedo o desesperanza sino, como Kierkegaard y
Nietzsche han entendido, la capacidad de avanzar a pesar de la desesperanza.
Haciendo alusión a una actitud de no traición a uno mismo. Nos traicionamos cuando
no expresamos nuestras propias ideas, cuando no nos escuchamos. Esta valentía
requiere de un centramiento dentro de nuestro propio ser, sin el cual nos sentiríamos
vacíos manifestándose externamente como apatía; y la apatía a largo plazo, señala
May, se convierte en cobardía.
Este vacío interno del que habla May a mi entender tiene que ver con la
evitación de contactar con lo que llamamos vacío en T.G., que nos lleva a llenarlo con
todo tipo de distracciones. En T.G. diferenciamos el vacío estéril y el vacío fértil, el
contacto con el primero, semejante a la experiencia de muerte interna o implosión,
nos lleva al segundo, vacío fértil o lugar de centramiento dentro de nosotros al que
aludía antes Rollo May. Así que el vacío que describe May es lo en gestalt
describimos como evitación del vacío.
La valentía a la que se refiere el título del libro de Rollo May no es otro que la
valentía de atreverse a romper las reglas, convenciones y puntos de vista. Y lo llama
85
MAY
R.
‘The
courage
to
create’.
Bantam
books.
1975.
91
coraje porque en el proceso creativo hay mucho trabajo (a veces años de duro trabajo)
y un cierto estado de ansiedad o malestar que no todo el mundo está dispuesto a
soportar puesto que el momento en que la creación se aproxima el individuo se
enfrenta a una ruptura con las convenciones hasta entonces sostenidas sobre el tema
concreto.
El autor considera que la concepción freudiana pecaba de reduccionista al
explicar la creatividad a través de individuos a los que les cuesta adaptarse a la cultura
y resolver sus conflictos. Cita la teoría compensatoria de la creatividad de Alfred
Adler que postula que los seres humanos producen arte, ciencia y otros aspectos de la
cultura para compensar sus propias deficiencias. Afirma que esta postura presenta un
dilema, abre un interrogante: ¿si el individuo resuelve sus conflictos en el mundo real,
deja de crear? A juicio de May, el proceso creativo debe ser explorado no como el
producto de una enfermedad, sino como la representación del más alto nivel de salud
emocional, como la más alta expresión de la gente normal en el acto de realizarse.
Bajo esta perspectiva define creatividad como el proceso de traer algo a la vida, como
el encuentro de un ser humano intensamente consciente con su mundo propio. En este
encuentro el sujeto es absorbido por la idea, por la visión interna que luego será
representada.
En el acto creativo se da entonces un estado de éxtasis que envuelve e
involucra a la persona con el subconsciente y el inconsciente, actuando en perfecta
unidad con el consciente. No es por lo tanto un acto irracional e instintivo, es más
bien supra-racional, ya que envuelve todas las funciones intelectuales, volitivas y
emocionales en un todo.
Uno de los conceptos más importantes de esta concepción se refiere a la
intensidad del encuentro, definido como grado, nivel, cualidad de absorción, de
involucramiento que no está bajo el control de la voluntad consciente. Dándose una
experiencia de atrapamiento, estar envuelto, comprometido. Dicha cualidad sólo
puede ser vista cuando el individuo crea, en el acto mismo, que sí es consciente. Y por
tal razón la creatividad, a juicio de May, no la define el producto sino el acto, la
experiencia, la cualidad del encuentro.
En la propuesta de May encontramos86 una sustantiva diferenciación respecto
de las tesis para entender al artista elaboradas por Freud y el psicoanálisis ortodoxo. A
86
BARBIERI
P.
‘Psicología
y
creatividad:
una
revision
holística’.
Pag.
56.
Fondo
Editorial
de
92
su juicio, el hombre creativo no está determinado por el conflicto ni por el
inconsciente, y mucho menos por la sexualidad, por lo cual sus hipótesis se erigen
como una nueva visión que si bien se construyen en base a cierta nomenclatura
psicoanalítica, linda con las propuestas humanistas. May concibe la creatividad desde
la perspectiva de la salud y no desde el conflicto o la enfermedad mental como lo
hacen los psicoanalistas, o bien los modelos patologizantes de la creatividad.
May nos llama la atención señalando que Van Gogh fue psicótico, Gauguin parece
haber sido esquizoide, Poe era alcohólico, y Virginia Wolf estaba seriamente
deprimida. Obviamente hay creatividad y originalidad en personas que no encajan
bien con su cultura. Pero esto no significa que necesariamente la creatividad sea el
producto de la neurosis. Se pregunta que si curamos a la gente a través del
psicoanálisis estaremos también quitándoles su creatividad. Y critica May las teorías
analíticas sobre creatividad describiendo las dos características de estas teorías. Son
reduccionistas porque reducen la creatividad a algún otro proceso. Y segundo,
generalmente hacen de la teoría una expresión específica de los patrones neuróticos.
May llama la atención a la hora de definir la creatividad, y hace una distinción
entre sus pseudo-formas por un lado (como una estética superficial) y por otro, en su
forma auténtica (como el proceso de traer algo nuevo a la existencia).
Nos ilustra a través del Simposio de Platón lo que aquel describió como verdaderos
artistas, a saber, aquellos que dan nacimiento a una nueva realidad. Estos poetas y
otras personas creativas son las que llegan a expresar el ser en si mismo. May lo
traduce como aquellas personas que extienden la consciencia humana. Su creatividad
es la más básica manifestación de un hombre o una mujer satisfaciendo su propio ser
en el mundo.
Y May avisa sobre la desastrosa idea de que la creatividad sea algo que uno
hace sólo los fines de semana. El proceso creativo deber ser explorado no como el
producto de la enfermedad, sino como una representación del más alto grado de salud
emocional, como la expresión de la gente normal en el acto de actualizarse a ellos
mismos. Y cita a Joyce (como también veremos hace Campbell respecto del Arte el
próximo capítulo) para definir el sentido más profundo de creatividad como traer algo
nuevo a la vida, preguntándose si estará en lo cierto Joyce cuando dice que el artista
crea la no creada consciencia de la raza ‘Bienvenida, Oh vida! Voy al encuentro por
93
millonésima vez de la realidad de la experiencia y a crear en la forja de mi alma la
no creada consciencia de mi raza’.87
87
JOYCE
J.
‘Retrato
de
un
artista
adolescente’.
Alianza
Editorial.
2004
88
MASLOW
A.
‘Creativity
and
its
cultivation’.
Pag.
83.
Harper
&
Row.
1959
94
ser una epifenómeno de una mayor completud e integración que es lo que la
autoaceptación implica.
Maslow habla de las ‘experiencias cumbre’ una expresión que acuñará y
popularizará en la psicología humanista como aquellas experiencias más hermosas y
extásicas que una persona haya tenido en su vida, utilizando en su descripción las
mismas palabras usadas por Bucke (1923) para describir la ‘consciencia cósmica’,
por Huxley ‘experiencia mística’ en todas las culturas y eras, Ghiselin ‘proceso
creativo’, o Suzuky ‘el satori’ en el Zen.
Un aspecto esencial de la experiencia cumbre es la integración dentro de la
persona, y por tanto entre la persona y el mundo. En estos estados de ser, la persona se
unifica, los cortes, polaridades y disociaciones internas tienden a resolverse; la guerra
civil interna no es ganada ni perdida, es trascendida. En tal estado, la persona está más
abierta a la experiencia y más espontanea y funcional, características esenciales de la
creatividad. Añade que la personalidad creadora es difícil de definir porque a veces
tiende a ser sinónimo de salud.
Maslow en otro libro recientemente publicado por La Llave y muy
recomendable ‘Religiones, valores y experiencias cumbre’ (2013) , describe también
otro tipo de experiencia que él llama ‘experiencia meseta’. De ellas dice que siempre
van acompañadas de un componente noético y cognitivo, lo que no siempre sucede en
las experiencias cumbre, que pueden ser de naturaleza estrictamente emocional y
mucho menos deliberadas. Uno puede aprender a ver, desde esta perspectiva unitiva,
casi a voluntad y lo que ve es un testimonio, una apreciación, lo que podríamos
denominar una serena beatitud cognitiva, impregnada de despreocupación y sosiego.
Quiero llamar la atención en cómo Maslow está hablando del ámbito de las
polaridades (en este caso polaridad dionisíaca) cuando describe los tipos de
experiencia cumbre y experiencia meseta.
Maslow señala otra diferencia entre estas dos experiencias y es en relación a la
muerte. La experiencia cumbre puede ser calificada como una ‘pequeña muerte’
(Dionisio es el dos veces nacido, porque murió y resucitó). La experiencia meseta,
menos intensa, suele experimentarse como mero disfrute y goce, como la madre que,
serenamente sentada, contempla tan sorprendida como maravillada, durante una hora
entera, sin acabar de creérselo, el juego de su hijo. Esta, más que una explosión
puntual que no tarda en desvanecerse, es una experiencia contemplativa, continua y
placentera. Maslow está describiendo de nuevo la experiencia del demonio y del ángel
95
de nuestro diagrama de Escher. Ir reconociendo ambos tipos de experiencia será lo
que nos vaya acercando a lo que Naranjo llama ‘el refugio último del terapeuta’, y
que en gestalt llamamos Indiferencia creativa o Peñarrubia Vacío fértil.
Y termino con un apunte de Maslow que nos sirve de prólogo o enlace con el
siguiente capítulo sobre Arte. Informa de que casi todo el mundo puede experimentar
alguna vez, o vislumbrar provisionalmente la experiencias cumbre, pero que otra cosa
muy distinta es llegar a permanecer en la conciencia unitiva donde la experiencia
cumbre y la experiencia meseta formas extremos de una polaridad cuyo centro es
añado yo, indiferente y creativo. Y señala que suele ser eso el fruto de un trabajo de
toda una vida donde todas las disciplinas espirituales, tanto las antiguas como las que
en estos días siguen desarrollándose, requieren tiempo, trabajo, disciplina, estudio y
compromiso.
Diríamos que está hablando del camino del Arte que sólo puede emerger del camino
de la creatividad.
96
5.- ARTE Y TERAPIA GESTALT.
‘Aquello que está libre de diferenciación, cuya esencia jamás ha dejado de existir,
que carece de movimiento, igual que un océano sin olas. Aquello que ha sido siempre
libre, cuya Forma es indivisible; ese Brahman eres tú. Reflexiona sobre ello en tu
corazón’.
La joya suprema del discernimiento. (Viveka Chudamani).
97
5.1.- Terapia Gestalt y arte.
‘Aquí, en este punto de mayor peligro para la voluntad,
se acerca, como mago sanador y salvador, el arte: sólo él
es capaz de transmutar estos pensamientos lúgubres sobre
lo espantoso o lo absurdo de la existencia en representaciones
con las cuales uno puede convivir: tale son las de
lo Sublime, como doma artística de lo horrendo, y la de lo
Cómico, como descarga artística del asco que produce lo absurdo.’
Friedrich Nietzsche89.
5.1.1.- Terapia Gestalt como arte, ‘el arte de ser uno mismo’.
Empiezo poniendo el foco en la primera de las acepciones, sobre el profundo
desempeño gestáltico donde entiendo desempeño no sólo como el verbo que alude a
la acción terapéutica, sino a la capacidad de ser.
Un terapeuta gestáltico (o de cualquier orientación) hace arte con la terapia
cuando ha trabajado mucho sobre sí y cuando las horas de vuelo de su práctica
terapéutica empiezan a conformar un estilo, una manera de hacer terapia que es
personal y que tiene que ver con su carácter (límites y recursos) y con su idiosincrasia.
La terapia que se convierte en arte tiene que ver con la capacidad de ser y de
hacer (o no hacer) orientada a la relación de ayuda que emana de esa ‘médula
misteriosa de la realidad y de la mente que algunos llaman “yo” y otros “vacuidad”,
desde la cual la vida se hace más armoniosa a la vez que profunda y feliz’90.
Esa ‘médula misteriosa’ en metáfora de Naranjo, hace alusión al reino de la
Indiferencia Creativa y sus cercanías. Allí el terapeuta simplemente es, y su capacidad
de ayuda en la relación terapéutica es organísmica, está regida por un impulso que
surge de la sabiduría organísmica que sabe de una salud profunda y santa, más allá de
la moral del bien-mal y del juicio.
89
NIETZSCHE
F.
‘El nacimiento de la tragedia’. Pag. 48.
90
NARANJO
C.
‘Pequeña
antología
de
Solomo
Friedlaender’.
Pag.
11.
Ed.
La
Llave.
2007.
98
El terapeuta que hace arte de su oficio se ha puesto en contacto con esa
‘médula misteriosa’ que le permite ser como el agua y moverse por inclinación, no
por decisión, como enfatizaba Perls. Como el agua, se adapta al momento y persona
que tiene delante, y al momento y sentir vital internos que le acompañan.
Diez años o veinte mil horas de trabajo sostenido, constante, de desarrollo
profesional o artístico. Este es el plazo requerido que la neurociencia nos dice91, ha de
pasar para crear una obra maestra. Y para entendernos en nuestro ámbito, llamaremos
obra maestra al arte de ser uno mismo, que nos conducirá tanto a la vida como a
nuestra consulta en esa disposición de hacer de nuestro oficio un lugar para el arte.
Parece una perogrullada afirmar que han de pasar diez años hasta que un artista
empieza a poder hacer ‘Arte Propio’ (concepto que ampliaremos en el próximo
capítulo del terapeuta artista), lo encontramos en la famosa cita de Picasso ‘cuando
llegue la inspiración que me encuentre trabajando’, o ‘A dios rogando, con el mazo
dando’. Hablamos de la necesidad del esfuerzo y la disciplina asociados a toda vía de
conocimiento u oficio, disciplina espiritual o artística y que en el modelo que describo
de acuerdo a Peñarrubia tiene que ver con el camino de la creatividad que vimos en el
anterior capítulo, que podríamos denominar la disciplina de la creatividad.
Podemos decir entonces que el ámbito del arte es la consecuencia de haber medrado
en el ámbito de la creatividad donde uno ensayó, se equivocó, se dio permiso de
intentarlo una y otra vez. Y así cada artista va encontrando su manera, peculiar, única,
de hacer su arte.
El terapeuta gestáltico también ha de viajar y trabajar mucho consigo y sobre
sí. Yo no sabría decir aquí si diez años o veinte, si bien sabemos que el trabajo con
uno mismo puede durar toda la vida, también pareciera que hay un momento donde
uno empieza a quedarse más en paz consigo y con su manera de hacer terapia, no
pretendiendo ser el que no es. Y es ahí me parece cuando uno empieza a acercarse al
reino del arte, de una feliz disponibilidad que como el agua toma forma y se adapta
según la necesidad.
Así en este ámbito de la terapia como arte, las dos manos del terapeuta, apoyo
y confrontación, ocupan cada una su cincuenta por ciento de disponibilidad. También
toda experiencia personal y formativa queda incorporada como herramienta al
91
La
regla
de
los
diez
años
fue
enunciada
en
1989
por
el
psicólogo
John
Hayes
quien
estudió
la
obra
de
genios
musicales
como
Mozart,
Paganini,
Satie
para
llegar
a
esta
conclusion.
Estudios
posteriores
han
confirmado
que
diez
años
es
lo
mínimo
que
necesita
un
creador
para
parir
su
primera
obra
maestro.
99
servicio de la salud. Es notorio cómo en la familia gestáltica son muchos los que se
han acercado a conocer otro tipo de enfoques terapéuticos desde los más corporales,
(bioenergética, movimiento expresivo, auténtico) pasando por los sistémicos
(constelaciones familiares, terapia sistémica) o más relacionados con el arte: teatro
terapéutico, arteterapia, musicoterapia… etc.
Podemos reconocer la generosidad de la T.G. en su capacidad para asimilar
por un lado otros abordajes terapéuticos, y enriquecer a estos a través del
‘experiencialismo ateórico’ que propone y que vimos en el primer capítulo. Son estas
actitudes gestálticas las que favorecen me parece, este enriquecimiento del nuevo
abordaje terapéutico al que acude el gestaltista, y que permite a la vez integrarlo en su
haber y en su ‘saco de trucos’ disponible para cuando la situación así lo demande.
En mi caso al acabar la formación en terapia gestalt fui al encuentro de la
bioenergética y algunas cosas más en ‘la Integrativa’ que hace Juanjo Albert (IPETG)
en Alicante. También el movimiento expresivo con Graciela Figueroa en su
residencial de verano en dos ocasiones que han sido también experiencias de
conocimiento y abordaje corporal diferentes. Por poner dos ejemplos en los que puedo
reconocer cómo mi quehacer terapéutico se veía luego influido por aquella
experiencia, incorporando otra manera de percibir y escuchar según qué asuntos, una
disponibilidad diferente para trabajar con el cuerpo de mis pacientes…ha sido mi
manera de integrar en mi consulta de terapia gestalt otros abordajes que he ido
conociendo.
Y por otro lado es notorio que el paso por la formación en terapia gestalt suele
convertir a sus alumnos en buscadores que siguen su proceso posterior a la formación
a través de alguna vía más tradicionalmente espiritual como el budismo, sufismo,
advaita…o menos tradicionalmente espiritual y más artística que es otra manera de
hacer la búsqueda espiritual, y tesis además de esta tesina.
La terapia como arte le llevará a uno a la integración de las experiencias que
haya podido tener, que en la metáfora de Perls, pasa por una masticación de la
experiencia para asimilar y por tanto integrar, hacer propia, dicha experiencia. Que es
la única manera de convertir la información en conocimiento dicho sea de paso. Y así,
en contacto con la ‘médula misteriosa de la realidad y de la mente’, y a través de la
mano del apoyo y de la mano de la confrontación ponemos dicho conocimiento de
esta lectura, aquella formación o tal experiencia al servicio de la relación terapéutica.
100
Es también una cuestión de ser, de ser el que uno es. ‘Ser terapeuta es ser uno
mismo y viceversa’ decía Perls. E igual que puedo empeñarme en ser el que no soy,
también el terapeuta que pretende copiar un estilo, querer hacerlo como Peñarrubia
por poner un ejemplo propio, o Naranjo, querer hacerlo como mis terapeutas o
maestros puede movilizar mi creatividad en un principio, pero seguro interferirá con
el ‘Arte Propio’ finalmente si uno no aprende a relacionarse afablemente con el vacío
fértil que permite ir soltando los roles y asideros con los que uno aprendió a
manejarse.
Me parece que siendo esto cierto, a la vez considero inevitable que el
aprendizaje pase por ahí también. El alumno, discípulo que siente interés, respeto,
veneración o amor por su maestro, o por alguien de quién recibe algo valioso, tomará
a su modelo como referencia y criterio del buen hacer (gestáltico en este caso). Y
empezará imitando su estilo, voz, movimiento, gesticulación, intervenciones,
dichos…a veces dándose cuenta, a veces sin conciencia. Este al menos es mi caso. Si
persevera, con el tiempo irá haciendo suyas las actitudes que subyacen a ese estilo
(actitudes de responsabilidad, presencia y espontaneidad) que es el ‘oro sutil’ que la
T.G. transmite. Empezará entonces a expresar su propio estilo y repertorio asentado
en su carácter y manera propias. En mi caso, a día de hoy me siento en fase
perseverando y queriendo masticar a veces tanto que no me da la boca para la
cantidad que me gustaría ir asimilando. ‘De a poco’ me repito, ‘vamos despacio
porque vamos lejos’ recuerdo que gritábamos en aquellos tiempos del 15M, y me
acuerdo también ahora, vamos lejos, tan lejos como cerca, como ese punto cero que es
el centro de la circunferencia que está en todas partes y algunos lo llaman Dios.
Podemos decir entonces que descubrir, reconocer y expresar cuál es el talento,
estilo o manera individual es una responsabilidad de todo gestaltista. No hacerlo es
uno de los ‘pecados’ que Joan Garriga expresa en términos de ‘no darle al mundo lo
que uno tiene para darle92’, a veces por miedo y entonces como dice Jodorowsky
‘todo lo que no es dado es perdido’.
A veces el pecado es que nos falseamos y damos entonces algo que no
tenemos. Como cuando me empeño en querer hacerlo, decirlo o escribirlo como
Peñarrubia. Y a veces el pecado es que no nos tomamos el trabajo que nos lleva a
descubrir qué tenemos para darle al mundo, por acidia o pereza espiritual. Tres
92
GARRIGA
J.
‘Vivir
en
el
alma’.
Ed.
Ridgen.
101
pecados o maneras de errar el tiro que, de acuerdo a la enseñanza de Naranjo, tienen
que ver con el miedo, la falsedad y la pereza como motivaciones deficitarias de la
existencia neurótica.
Parte del compromiso del terapeuta consigo y con la profesión es ir haciendo
ese viaje que le lleva a profundizar en el conocimiento de sí mismo, a decantar su
estilo, depurando y refinando su manera de hacer a través de un no-hacer que le
permiten una feliz disponibilidad para dar aquello que tiene para dar.
En los grandes Mitos se nos habla de la importancia de esta responsabilidad
que es hacer el trabajo que le lleva a uno a descubrir su talento, su particularidad, a
dar con su arte. Homero al final de la Odisea nos recuerda la cualidad que tenía Ulises
y que le hacía único y diferente, que era pasar una flecha a través de diez arandelas
puestas a distancia; acción que desencadenará la matanza de los pretendientes (que
simbolizan aquellos aspectos egóicos que pueblan la mente) que le llevará al
reencuentro definitivo con Penélope (unión con su alma).
En el Mahabharata de la India se nos cuenta la misma historia cuando el héroe
Árjuna logra hacer la proeza de acertar con su flecha en una diana muy lejana en un
concurso de tiro, que le dará como ganador a Draupadi en esposa. Y volvamos a
enfatizar la importancia simbólica del papel y rol de Draupadi como alma, esencia,
psique.
También en otra epopeya conocida de la India ‘El Ramayana’ ocurre algo
parecido con Rama y un pesado arco que sólo él puede montar. Recordamos la espada
Excalibur que sólo el Rey Arturo puede sacar de la roca en la que está inserta.
El monomito de todos los tiempos nos llama a que atendamos a la búsqueda que es
universal y que se va decantando en algo muy particular a cada buscador, su don, su
cualidad, su manera de hacer la ‘cosa’ que en el arte, como dice Peñarrubia, alude ‘al
artista creador que ha ido afinando su propio estilo a través del despojamiento’ y en
la terapia ‘al terapeuta maduro cuyo hacer-no hacer, revela el grado de
autoconocimiento, simplificación y naturalidad del buen artesano, del profesional
que no aparenta serlo, de la persona que ha trascendido sus limitaciones y sus
recursos haciendo un arte de ellos’.93
93
PEÑARRUBIA
F.
‘Terapia
gestalt.
La
vía
del
vacío
fértil’.
Pag.
301.
Alianza
Editorial.
2008.
102
En la relación maestro-alumno en la que hay una transmisión que se da, entre
otras formas, por neuronas espejo,94 es donde también aprendemos a desarrollar e
integrar ciertas actitudes.
El terapeuta que toma su oficio como artista (como veremos en profundidad en
el siguiente capítulo) hace un recorrido inicial por el camino de la creatividad, que
como veíamos en el capítulo anterior, consiste en cultivar todo el permiso posible para
hacer, probar, errar, ensayar, volver a equivocarse, encontrarse con el logro-éxito,
creerse que ya llegó, volver a caerse del burro, seguir aprendiendo, etc. Así recuerdo,
se nos estimulaba e instaba en la formación en Gestalt de la EMTG, que en aquel
espacio seguro de formación nada mejor para aprender que ‘cagarla’. Y hacer así de la
equivocación, del encuentro con el punto ciego el mejor abono para la vida y la
profesión.
Y así como decíamos que la creatividad tiene que ver más con lo dionisíaco, el
arte, siguiendo el modelo de Peñarrubia que también revisaremos en este capítulo,
tiene que ver más con lo apolíneo, con las tradiciones psico-espirituales y con la
capacidad de retirarnos. ‘la Retirada, que en el fondo es un trabajo más hacia el
ayuno, hacia el vacío, por lo no que no se parece tanto a la salud sino más bien a lo
que vamos a llamar las Vías Psicoespirituales.’95
Para Peñarrubia, el arte, si lo vemos a un nivel profundo, es el complemento
de esa parte creativa (que tiene que ver con la intensificación según hemos ido viendo
en el anterior capítulo) y que ahora se manifiesta como vacío, algo que está también
en la esencia de la terapia Gestalt y que tiene que ver con lo que Perls llamaba el
proceso de morir y renacer.
Es la polaridad apolínea que nos lleva a indagar en el cultivo de la atención y
de la deliberación gestálticas cuyo rastro en la historia cronológica de la T.G. nos
lleva a la figura de Salomo Friedlander, a quién Fritz Perls reconoce como maestro de
la Indiferencia Creativa, consustancial no sólo a la terapia gestalt sino al camino del
artista y su expresión en Arte. Y más allá, o acá, a la vía psicoespiritual que propicia
94
Se
denominan
neuronas
espejo
a
una
cierta
clase
de
neuronas
que
se
activan
cuando
un
animal
o
persona
ejecuta
una
acción
y
cuando
observa
esa
misma
acción
al
ser
ejecutada
por
otro
individuo,
especialmente
un
congénere.
Las
neuronas
del
individuo
imitan
como
‘reflejando’
la
acción
de
otro:
así,
el
observador
está
el
mismo
realizando
la
acción
del
observado,
de
allí
su
nombre
de
‘espejo’.
Ubicadas
en
el
area
de
Broca
y
en
la
corteza
parietal.
Desempeñan
un
importante
rol
dentro
de
las
capacidades
cognitivas
ligadas
a
la
vida
social,
tales
como
la
empatía
y
la
imitación.
95
PEÑARRUBIA
P.
‘Conferencia
Gestalt,
Creatividad
y
Arte’.
Granada.
Abril
2012.
103
el encuentro con el vacío fértil, la propia Indiferencia Creativa, que como dice
Naranjo es aquel lugar de neutralidad más allá de los opuestos que conforma el
‘último refugio del terapeuta’.
Desde este último refugio de la persona es desde donde podemos dejar que ‘la
situación mande’ aquella controvertida afirmación de Perls sobre la gestalt como una
terapia situacionista, que no es más que otra manera de describir la exquisita sabiduría
organísmica danzando con la vida cambiante a cada momento.
‘Hay solamente una cosa que debe ser la que controla: la situación. Si
entendemos la situación en que nos encontramos y dejamos que sea ella la que
controle nuestros actos, entonces sí que hemos aprendido a encarar la vida. Por
ejemplo, no se conduce un coche de acuerdo a un programa “quiero conducir a
100km/h”. Se conduce de acuerdo a la situación’.96
Peñarrubia que ha investigado y profundizado a través del trabajo grupal subraya
también la importancia del cultivo y encuentro con ‘la nada-punto cero’.
‘La gestalt, quizá haya sido la primera en reafirmar la consideración de la
terapia como arte, lo cual no se refiere a la notoria creatividad de sus técnicas, sino a
la actitud del que la practica’ y sigue diciendo sobre el desarrollo artístico que ‘no se
basa en el acopio de ocurrencias, técnicas brillantes u originalidades, sino en un
proceso ascético de desnudamiento interior, de aniquilamiento egoíco, de
frecuentamiento de la nada-punto cero, de actitud de disponibilidad al vacío fértil’97
El camino de la creatividad es necesario e imprescindible por que nos va a
permitir reconocernos. Es la sangre creativa que corre por las venas del artista, y que a
través del permiso que lleva aparejado como actitud dionisiaca, va a permitir ir
limpiando aquellas obturaciones que impiden este flujo sanguíneo creativo. La
expresión de este permiso que consiste en la integración de las polaridades rechazadas
va a ir conformando el estilo genuino del terapeuta que late en su corazón de artista.
Entonces, cuando uno se convierte en lo que es, como persona y terapeuta, da su fruto
que es su estilo de hacer terapia, que es su manera de estar en el mundo pudiendo
descansar en esa médula misteriosa de la realidad y la mente. Y ese fruto lo podemos
llamar Arte.
96
PERLS
F.
‘Sueños
y
existencia’.
Pag.
28.
Cuatro
Vientos.
1974.
97
PEÑARRUBIA
P.
Terapia
Gestalt.
La
vía
del
vacío
fértil’
Alianza
Ed
2008.
p.
299
104
5.1.2.- Gestalt, arte y contracultura.
La terapia gestalt fue fruto de una de las felices consecuencias de la eclosión
del movimiento contracultural y artístico en la Alemania de los años 20 y más tarde
en los EEUU de los 50. Del primer germen alemán hemos conocido mejor cómo
ocurrió gracias a la descripción pormenorizada y apasionante que Annie Chevreux
nos hace en ‘El Berlín de Perls’98.
Un movimiento contracultural no es otra cosa que el instinto de vida
abriéndose paso de manera colectiva y a través del arte, generalmente de forma
minoritaria pero no por ello menos fecunda. Como antítesis del dejarse morir en vida,
de los seres humanos sobre-adaptados y desconectados de sí que padecen la plaga
emocional que Wilhelm Reich describiera como universal.
No hay instinto de muerte, el instinto es connatural a la vida, a su creación, a su
preservación y a su finalización donde la muerte no es algo que uno busca o evita,
sino que sucede y a lo que uno puede entregarse también.
Lo que si hay son maneras de desconectarnos del instinto y por tanto de dejarnos
morir, o morir en vida, de ser auténticos muertos vivientes aunque bien vestidos,
perfumados y con interesantes conversaciones incluso sobre mindfullness.
Es la ‘Filosofía zombie’99 que a través de su parafernalia actual de series y películas
no es más que otro espejo que refleja y describe nuestra terrorífica situación. La lucha
entre los vivos y los muertos vivientes no es algo que sólo ocurre fuera sino como
tantas veces, dentro.
Son los ‘hombres máquina’, que decía Gurjdieff, los que viven dormidos. Son tantas
maneras de llamar a la misma cosa neurótica, de nombrar la neurosis que en
definición de todo a cien100 sería un ‘pensar una cosa, sentir otra, decir otra diferente
y no actuarla, o hacer otra cosa diferente’.
La neurosis como la manera de perpetuar nuestra ceguera, nuestra desconexión; y la
terapia gestalt como un camino para ir recuperando y restaurando niveles de mayor
autoapoyo y de mayor conciencia.
98
CHEVREUX
A.
hace
un
estudio
minucioso
y
pormenorizado
de
aquel
tiempo
y
de
aquella
conexión
entre
gestalt
y
contracultura
en
su
libro
‘El
Berlín
de
Perls:
el
espíritu
vanguardista
en
el
arte
y
en
la
terapia
gestlalt’
Ed
Mandala.
2007.
99
FERNÁNDEZ
GONZALO
‘Filosofía
zombi‘
Editorial
Anagrama.
Finalista
del
premio
de
ensayo
2011
100
Enrique
de
Diego
nos
definió
la
neurosis
alguna
vez
en
la
formación
así
y
a
mi
me
gustó
mucho.
105
Así que recordando aquellos orígenes de contracultura artística, no es de
extrañar que la T.G. se vinculase en feliz maridaje con el arte pasando a recibir la
denominación de Arteterapia gestáltica, donde la vía artística es fuente y camino de
autoconocimiento, y fuente de expresión, fundiéndose en los brazos expresivos y
acogedores de la práctica terapéutica gestáltica.
En ese encuentro entre terapia y vía artística correspondiente se puede dar también el
proceso que he descrito antes, que le lleva a uno a hacer de su práctica terapéutica
(arteterapéutica en este caso) un arte.
Desde el mismo inicio de la T.G. se ha dado un interés mutuo entre artistas y
terapeutas gestálticos. Ya Perls quiso en su juventud dedicarse al teatro, y a punto
estuvo de dejar la terapia para dedicarse a la pintura cuando estaba ya en una edad
avanzada (época de Israel). También, Laura Perls desde 1929 se venía interesando
seriamente por la danza y la música.
Si la contracultura del Berlín de los años 20 nutrió el espíritu artístico y filosófico de
Perls, más tarde la contracultura de Nueva York de los años 50 acogió a los Perls con
los brazos abiertos después de que la familia psicoanalítica cuestionase la manera de
trabajar de Fritz Perls. De hecho, fueron los círculos de la contracultura quienes le
dieron la bienvenida en NY y con quienes empezó a realizar experiencias
terapéuticas. Así personas provenientes del mundo del teatro, la danza y la música se
acercaron a conocer la T.G. de la mano de Perls.
106
5.1.3.- Arte.-
El arte (del latín ars, artis) es entendido generalmente como cualquier
actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o
comunicativa, mediante la cual se expresan ideas, emociones o, en general, una visión
del mundo, mediante diversos recursos, como los plásticos, lingüísticos, sonoros o
mixtos. Se suele considerar que con la aparición del Homo sapiens el arte tuvo en
principio una función ritual, mágica o religiosa, pero esa función cambió con la
evolución del ser humano, adquiriendo un componente estético y una función social,
pedagógica, mercantil o simplemente ornamental.
Coincido con Paco Marcos101, artista plástico y gestaltista salmantino afincado
en Ciudad Real en que la definición de arte es tan abierta, subjetiva y discutible que
no existe un acuerdo unánime entre historiadores, filósofos o artistas. A lo largo del
tiempo se han dado numerosas definiciones de arte, entre ellas: ‘el arte es el recto
ordenamiento de la razón’ (Tomás de Aquino); ‘el arte es aquello que establece su
propia regla’ (Schiller); ‘el arte es el estilo’ (Max Dvorák); ‘el arte es expresión de la
sociedad’ (John Ruskin); ‘el arte es la libertad del genio’ (Adolf Loos); ‘El arte es la
disposición humana de la materia sensible e inteligible con una finalidad estética’
(James Joyce)…El último siglo ha supuesto una radical transformación del concepto
de arte: la superación de las ideas racionalistas de la ilustración y el paso a conceptos
más subjetivos e individuales, partiendo del movimiento romántico y cristalizando en
las obras de autores como Kierkegaard y Nietzsche, suponen una ruptura con la
tradición y un rechazo a la belleza clásica. El concepto de realidad, señala Marcos, fue
cuestionado por las nuevas teorías científicas: la subjetividad del tiempo de Bergson,
la Teoría de la relatividad de Einstein, la mecánica cuántica, la teoría del psicoanálisis
de Freud, etc. Por otro lado las nuevas tecnologías hacen que el arte cambie de
función, debido a que la fotografía y el cine ya se encargan de plasmar la realidad.
Todos estos factores producen la génesis de un arte nuevo en el que artista ya no
intenta reflejar la realidad, sino la de su mundo interior, representar su propia realidad.
Para Ramón Ballester gestaltista y director de la Escuela de Arterapia del
Mediterraneo ‘la palabra ARTE encierra en su esencia el misterioso encanto de una
honda sabiduría. El arte reclama, tanto cuando lo percibimos como cuando lo
101
MARCOS,
P.
‘Arte,
concepto
y
gestalt.
Un
siglo
de
vanguardias
en
busca
del
aquí
y
del
ahora’.
Trabajo
presentado
en
el
curso
de
supervision
de
formación
de
terapia
gestalt.
EMTG.
Agradezco
a
Paco
Marcos
la
disponibilidad
de
su
trabajo
y
agradezco
a
Reme
Montero
por
haberme
hablado
de
él
y
hacer
de
feliz
puente.
107
realizamos, una especie de atención no habitual. Una atención que nos pone en
contacto con nuestros niveles más profundos, con nuestro interlocutor interno’.102
Perls en la tercera charla de ‘Sueños y Existencia’ habla del gran arte como algo que
es real a la vez que una ilusión, que surge de la integración de maya y de la realidad.
Por lo que podemos estar divididos entre maya y la realidad, o podemos integrar maya
en la realidad.
‘Las extensiones interiores del espacio exterior’, además de ser una bella imagen
dirigida a pasar de largo por la mente discursiva como una flecha y ser aprehendida en
la diana de aquella otra instancia más silenciosa de la mente donde la realidad, como
decía Blake, se convierte en infinita (como el espacio exterior) es también la manera
en que Joseph Campbell tituló su último trabajo103 escrito antes de morir.
La íntima relación que tiene la terapia gestalt con el camino del artista se
parece mucho a lo que Campbell dice de la ‘Vía del arte’: ‘aprender a ver de una
manera no racionalmente crítica, que permite que las cosas aparezcan meramente
como son, ni como objetos deseables ni aborrecibles, sino como afirmaciones, cada
una en su propio modo, de la naturaleza de ser’ y cita Campbell a William Blake,
otro místico laico ‘Si las puertas de la percepción fueran purificadas, todo se
aparecería al hombre tal cual es: infinito’104.
La terapia gestalt y la vía del Arte recorren el mismo sendero que lleva a
purificar las puertas de la percepción, ‘volver a los sentidos y abandonar la mente’
que señalaba Perls, transcender la zona intermedia de la conciencia, ‘Maya’ o ilusión,
que impide que veamos la realidad de lo que somos, de quién somos, y de lo que es.
102
Tomado
del
blog
del
Taller
de
la
EAM
(Escuela
de
Arteterapia
del
Mediterraneo)
de
la
que
108
Cattiaux define al verdadero artista como el que bebe en la fuente del arte sagrado,
como aquel dotado de verdadera personalidad que permanece fiel a sí mismo; esto es,
que escucha y oye la voz que le habla en el secreto de su intimidad y es su verdadero
guía. Su corazón generoso está despierto, por ello es el viviente que se reconoce
fácilmente gracias a esta facultad que tiene de amar como a los veinte años. El arte
para Cattiaux, ‘consiste en hacer aparecer lo sobrenatural en lo natural’105.
Podemos reconocer aquí la figura del dáimon en esa ‘voz que le habla al
artista en el secreto de su intimidad’ y podemos reconocer también cuánto de
autorregulación organísmica hay en aquel ‘verdadero guía’ que nos conduce hacia
aquello que sabemos con nuestras células que es bueno o malo organismicamente para
mí. La ‘rectitud de nuestra naturaleza’ (Naranjo) manifestándose como guía.
Para entender esto Perls se encargó mucho de subrayar que el organismo no toma
decisiones, que las decisiones son instituciones creadas por los hombres.
‘El organismo siempre trabaja sobre la base de las preferencias. Lo primario
es nuestra relación con la necesidad, con el mundo, es igual que con la pintura.
Tenemos una figura blanca. Enseguida hacen algunas manchas en la tela y
súbitamente surge el momento de recentrar. Súbitamente la tela nos hace exigencias y
uno se convierte en el sirviente. Es como si uno dijera: “¿Qué es lo que esta cosa
quiere?”, “¿Dónde quiere un poco de rojo?”, “¿Dónde quiere un poco de
equilibrio?”. Excepto que uno no hace preguntas, sólo responde’.106
Sobre el arte Cattieux nos remite a las palabras de D’Hooghvorst ‘Dar cuerpo
y medida a la inmensidad, tal es el misterio del Arte puro’107. Quién también decía
que a veces, el poeta no sabe que está inspirado por Dios, pero eso no importa, porque
cuando lo está, siempre es Dios quien le inspira. La inspiración poética es, en cierto
modo, un conocimiento, porque se trata de un orden surgido del caos. La poesía es el
orden surgido del caos de las palabras que se ordenan en el sentido del arte.
Frithjo Schuon108 artista y buscador suizo, que a lo largo de su vida describió la
filosofía perenne presente en el arte, describiendo las diferencias y similitudes entre
105
CATTIOUX
L.
‘Física
y
metafísica
de
la
pintura’
pag.
139.
Arola
Editors
1998.
106
PERLS
F.
‘Sueños
y
existencia’.
Pag.
29.
Cuatro
Vientos.
1974
107
CATTIOUX
L.
‘Física
y
metafísica
de
la
pintura’
pag.
140.
Arola
Editors
1998
108
SCHUON
F.
‘Arte
sagrado
y
arte
profano
de
oriente
y
occidente’.
Shopia
Perennis
2001.
Schuon
(1907
–
1998)
nació
en
Basilea,
Suiza,
de
familia
alemana,
y
desde
la
adolescencia
vivió
largo
tiempo
en
Francia.
Desde
su
juventud
se
dedicó
a
pintar
además
de
escribir.
Emprendió
numerosos
viajes
al
Norte
de
África,
Oriente
Próximo,
y
más
tarde,
Oeste
noreamericano,
para
tomar
contacto
con
diversas
formas
de
espiritualidad
viviente
(sufismo,
hinduismo,
chamanismo…)
Durante
más
de
cuarenta
años
colaboró
regularmente
en
revistas
de
religiones
109
arte sagrado y arte profano a lo largo de oriente y occidente. Expone la triple
bendición que supone ser hombre: ‘Podemos pensar, hablar y producir obras de arte’,
y estas cualidades únicas nos permiten ‘contemplar y realizar el Infinito’.
Su punto de partida es el discernimiento entre el Absoluto y lo Relativo, o entre
Átman y Maya como dirían los vedantistas, entre Apolo y Dionisio diría Nieztsche, o
entre las polaridades y el punto de indiferencia creativa en palabras de Perls.
Schuon afirma que el conocimiento no deriva de un razonamiento basado en la
experiencia física o psicológica, sino que al contrario, tiene su origen en el intelecto
puro el cual contiene en su substancia todas las ideas metafísicas y ontológicas, algo
que se parece mucho a ese punto de indiferencia creativa, ese lugar de vacío fértil, que
está hecho de nada, que está quieto y por tanto, nos pone en contacto con el todo y
con el movimiento (ámbito de las polaridades y de la diferenciación). Afirma que en
principio el hombre tiene acceso a estas ideas metafísicas y ontológicas por medio del
‘recuerdo platónico’ aunque matiza, la mayoría de los hombres están separados de su
raíz espiritual, de modo que tienen que recibir la Verdad del exterior, a través de la
práctica espiritual y de la doctrina. O lo que es lo mismo, del viaje del héroe que
emprende todo buscador. Hay que salir fuera, ir lejos y perderse para llegar a darse
cuenta que lo que uno andaba buscando, como contaba la vieja historia sufí, estaba
enterrado en el patio trasero de su casa; o que el buscador es lo buscado.
Y por último las palabras de Ramón Gaya, pintor español, que conocí a través
del libro de Peñarrubia ‘Terapia Gestalt. La vía del vacío fértil’ que abre el capítulo
que le dedica al arte y la creatividad en la terapia, y que expresan y describen con
sencillez y belleza estas páginas de prolija prosa.
‘El arte viene de donde viene el impulso religioso, el don religioso, es decir, la
sed; el arte creador nos llega de muy lejos y de muy abajo, como de un abismo, pero
no un abismo de caer en él, sino un abismo de nacer de él’109
comparadas
de
Francia
y
el
Reino
Unido,
y
es
autor
de
más
de
veinte
libros
filosóficos
y
de
una
extensa
obra
poética.
109
PEÑARRUBIA
F.
‘Terapia
Gestalta.
La
vía
del
vacío
fértil’.
Pag.
287.
Alianza.
2010
110
5.2.- El cultivo de la atención y de la deliberación gestálticas: la polaridad
apolínea.
‘En el punto inmóvil del mundo que gira en torno. No es un
Ser encarnado ni descarnado;
No avanza ni retrocede; ahí está la danza, en el punto inmóvil,
Sin detención ni movimiento. Y no lo llames fijeza,
Donde se reúnen pasado y futuro. Ni movimiento de avance o retroceso,
Ni ascenso ni descenso. Salvo por ese punto, el punto inmóvil,
Tampoco habría danza, y ésta es todo lo que hay.
Sólo puedo decir que ahí estuvimos, más no sé decir dónde.
Y no puedo decir cuánto duró, porque eso sería situarlo en el tiempo.
La libertad interior liberada del deseo mundano,
La liberación de la acción y el sufrimiento, de los impulsos
Internos y externos, no obstante rodeados
Por un sentido de la gracia, una blanca luz inmóvil y sin embargo
En movimiento…’
110
T.S. Eliot
5.2.1- APOLO
Ramón Andrés en su magistral Diccionario de música, mitología, magia y
relición (2013 Ed. Acantilado) nos dice que Apolo es el dios de la música y de la
poesía, también de la profecía, ampara e impulsa la creación, el arte y el pensamiento.
Cultivador de la medicina (curación) y pastor divino, protege a los rebaños y los
empuja a multiplicarse; purificador y arquero infalible, fundador de ciudades, es una
figura primordial en la mitología griega, perteneciente a la generación olímpica.
Recibe también el nombre de Febo (Phoibos) un epíteto que viene a traducirse como
‘Puro’, ‘Luminoso’, se explica por su bien purificador, por la luminosidad que
comportó su nacimiento, por el resplandor de su imagen, por el destello que, en su
llegada al Olimpo, causó estupor incluso entre sus cercanos.
110
ELIOT
T.S.
pag.
15-‐16.
“Burn
Norton”
en
Cuatro
Cuartetos.
1943.
111
El epíteto de ‘Flechador’, ‘Arquero’ y ‘Certero’ lo recibe en razón de la
destreza en el manejo del arco, cuya flecha se dirige al centro de la verdad y desvela
la distancia para quien la arroja. En algunas culturas como por ejemplo la hindú, la
flecha (isu, isaku) se asimila a la voz, y así ‘disparar’ (is) significa también ‘hablar
claro’, de suerte que el arquero es denominado ‘Señor de la voz’. Apolo envía su voz
a través del arco para comunicar o imponer su voluntad divina. Apolo cuando da en la
diana con su flecha está expresando la Virtud inherente a cada carácter en la tradición
del eneagrama.
Asimismo, sabemos que los pitagóricos llamaban al Uno con el nombre de
Apolo, debido a que A significa ‘No’, y póllon ‘muchos’, por lo que ‘Apolo o Apóllon
en griego es ‘no muchos’, es decir, el Uno’, lo que equivaldría a decir ‘el único’.
Proclo (410 – 485) en un comentario a un pasaje de Platón donde utiliza ‘Apolo’ para
referirse a la armonía del mundo (en el libro de Crátilo) deja escrito que el nombre
‘Apolo’ significa ‘unidad’ ‘y el que reduce la multiplicidad al Uno, y este modo de
contemplar el nombre se adapta a todos los órdenes del dios’.
Por otra parte, una etimología explicativa de su nombre, acaso poco probable,
estaría ligada con la cualidad del arquero, partiendo de apollynai, ‘dar muerte’, ‘hacer
morir’.
P.Gorman indica la superlativa importancia del dios como origen y fin
cósmicos entre los pitagóricos, en tanto que fundamento y esencia final de la
conciencia. De esta forma comenta que Uno (que identificaban con Apolo) refería la
realidad suprema, ‘fuente de todos los números’, la refutación del dualismo. Él era el
absoluto bien y el que encarnaba el rechazo de lo dual: la díada expresaba la
negatividad, el mal; solamente Apolo era capaz de surgir de su propia y única fuente
cósmica, era el Uno místico por el que se establecía el principio y unicidad de las
cosas.
W.F. Otto se pregunta por el significado de la música apolínea, cree que no se
debe propiamente al canto de un alma extasiada sino que, como la flecha que le es
propia, ‘vuela en línea recta hacia su meta’. Es un conocimiento divino el que resuena
en su música: ‘En todo ve la Forma y acierta en ella’. Las notas, armónicamente
entrelazadas, someten el caos, todo lo reducen a medida y compás. Porque Apolo
guarda en el arte de la música el sentido del orden y lo justo, un lenguaje que sosiega
y que, tomando distancia, apunta fijamente al conocimiento. El fiel de la balanza está
en medio, equilibrado en los pesos. Si Dionisio es la cercanía, Apolo es lo que desde
112
la lejanía se mide y sopesa. ‘El ojo solar de Apolo rechaza lo muy cercano, dice Otto,
el muy confuso enredarse con las cosas, así como la embriaguez mística y su sueño
extático’.
Claudio Naranjo hace también una exquisita labor de exégesis sobre el mito de
111
Apolo y sus connotaciones psico-espirituales al viaje interior.
‘Apenas nace, Apolo, lo primero que hace es pedir su arco y sus flechas, y ello
presagia cosas que el resto de su mito confirma, que es un dios agresivo y también un
dios certero’.
Lo primero que hace Apolo tras nacer en su mítica vida es buscar a Pitón, la
serpiente del oráculo de la Diosa Madre en Delfos para matarla y arrebatárselo. A
pesar de la gratitud que le debemos a la época matrística, señala Naranjo que llegó el
momento en que el tradicionalismo de su dictadura tribal fue percibido como anti-
evolutivo, paralizante, como el rostro de la Gorgona rodeado de su cabellera
serpentina. Y agrega Naranjo que no son menos válidos los valores matrísticos que los
valores que trajo consigo el descubrimiento del Dios Padre (es decir, la sacralidad
trascendente).
Cuando Apolo derroca al monstruo podemos decir que se refleja la transición
de la época matrística al patriarcado, pero también el episodio mítico constituye una
buena expresión simbólica de algo que ocurre a través de nuestras vidas. Es un
aspecto de nuestro desarrollo espiritual, tanto como de nuestro ‘proceso
psicoterapeútico’ en el amplio sentido de la palabra: podríamos decir que ‘la terapia
es, desde cierto punto de vista, un arte de matar monstruos’.
Pero no es sólo un matador de monstruos, es también un dios de la medicina y
de la purificación, el dios del autoconocimiento transformador, el dios de ese
supremo desapego (des-apasionamiento) y el dios de la armonía que tal desapegada
purificación trae consigo a través de la visión clara.
Apolo es que el que mata el mal interior que todos albergamos en cuyo fondo
habita un tirano. La neurosis no es sólo una segunda naturaleza para nosotros sino
algo con lo que hemos terminado identificándonos. Vive en nosotros un personaje que
bien podríamos considerar un impostor, por cuanto hemos llegado a considerarlo
nuestro ser o nuestro ‘yo’, mientras que nuestro verdadero ser ha sido relegado a un
oscuro calabozo de nuestra psique, donde yace olvidado.
111
NARANJO
C.
‘Cosas
que
vengo
diciendo’
pag.
93-‐98.
Ed
KIER.
2005.
113
Y cómo mata Apolo a ese impostor? ¿de qué está hecha su saeta? pregunta
Naranjo. Y nos responde que: de conciencia. Es la conciencia misma la que desarma.
La luz, al darnos conciencia de ciertos procesos, los hace desvanecerse o los cambia.
Naranjo distingue dos aspectos en toda psicoterapia, uno de entrega, que es un
aprender a soltarse, a dejar salir lo que está prisionero en nuestro interior y así ser más
verdaderos (dionisios). Y otro aspecto que es ver con la claridad que permite la
trascendencia de las pasiones, para así llegar a ‘conocerle el nombre al demonio’;
conocer el mal en todo detalle, tener conciencia de cómo funciona nuestra mente
neurótica, esa mente parasitaria que se interpone entre nosotros y el deseo de nuestros
corazones.
Una gran parte de la psicoterapia, nos sigue diciendo Naranjo, es eso que
encontró Sócrates en su visita al Oráculo de Delfos: la introducción al conocimiento
de sí. Y señala, sin embargo, cómo a través de su historia, nuestra cultura no ha
sobresalido en autoconocimiento ni lo ha privilegiado. Porque este conocimiento de sí
era un proceso solitario, sobre todo en los artistas, no tan amparado ni tan ayudado
por la cultura religiosa tradicional.
Apolo es el dios de la lucidez y de la armonía representado con un cuerpo muy
bello, se lo considera también el dios de la música, y se pregunta Naranjo que ¿acaso
no consiste la música en la armonía de las partes con el todo? Y ¿dónde está el secreto
de esa armonía?. Y responde de nuevo: ‘el secreto de la conciencia’ por excelencia, es
la neutralidad.
La embriaguez es apasionamiento. Dionisio es el dios de la pasión y de la
expresión, de ahí el teatro. El camino dionisíaco es el de las pasiones para llegar a
conocerlas a través de su loca exageración y poder dejarlas atrás a través de su
expresión indulgente. El camino apolíneo es el contrario: el conocimiento en él se
obtiene desde la distancia y desde la oposición.
El mito nos dice que Apolo era un dios muy violento, que varias veces
compitió con su padre Zeus y que por ello fue castigado. Uno de estos castigos, fue
mandarlo a ofrecerse como sirviente de un rey en una tierra lejana. Es claro que,
siendo excesivamente arrogante, impetuoso y dominante, debía aprender a ser
humilde, servicial y controlado. Y el secreto de la disciplina, vuelve a recordarnos
Naranjo, es el mismo secreto de la conciencia: ‘Ve claro quien ve desde lejos’, como
dice Lao Tze. La claridad se asocia con la desidentificación.
114
Como reza el título de este apartado y acabamos de ver, Apolo representa el
punto cero entre las polaridades, la misteriosa médula de la realidad y la mente. La
capacidad de estar presente y darse cuenta del terapeuta.
Fritz Perls lo aprendió del único hombre según nos dice Naranjo112, a quién
había venerado y llamado ‘su maestro’, Salomo Friedlaender, filósofo y artista,
amante del cabaret y del silencio, ensayista de sátira mordaz bajo el seudónimo de
Mynona, y escritor de ensayos de filosofía y aforismos. Se le conocía como el
‘Voltaire alemán’ y él a sí mismo se denominaba como una síntesis entre Kant y
Charlot en referencia a Chaplin.
Emilio Blázquez haciéndole un guiño a la comunidad hispanoparlante lo
considera el ‘Cervantes alemán’ en su muy recomendable ensayo gráfico sobre ‘El
espíritu dionisiaco de Fritz Perls y de la Terapia Gestalt’113 .
Esta polarización de sus intereses entre las cosas del espíritu y las cosas del cuerpo le
llevaron a desarrollar y cultivar su modelo filosófico que transmitió a Perls y que este
llevó a la gestalt. Dice Peñarrubia114 sobre Friedlaender:
‘Friedlaender era un filósofo muy famoso en los medios de la bohemia, en los
cafés del Berlín de la época a los que concurrían los jóvenes estudiantes, y era un
hombre muy curioso: sus obras parecen las de un maestro espiritual, son una especie
de aforismos de sabiduría y a la vez era un hombre enormemente mundano que
escribía letras para los cabarets berlineses, que tuvo toda su vida una fijación con el
sexo de la que no pudo librarse nunca, por lo que estuvo siempre en lucha entre un
aspecto espiritual tan profundo en su vida y una especie de adicción al sexo
irresoluble. De la tensión entre estos dos opuestos se salvó a través de ese punto
medio donde no se identificaba ni con lo uno ni con lo otro, porque ¿cómo salvarse
de dos cosas que tiran tanto si no es desidentificándose de ambas?. Así que eso que le
112
NARANJO
C.
‘Pequeña
antología
de
Solomo
Friedlaender’.
Pag.
9
Mandala.
2007.
113
BLÁZQUEZ
E.
‘El
espíritu
dionisíaco
de
Fritz
Perls
y
de
la
T.G.’
pag.
87.
Mandala
Ed.
2010.
114
PEÑARRUBIA
F.
‘Gestalt,
creatividad
y
arte’.
Conferencia
en
Granada.
Abril
2008.
115
pasó en la vida y que trasluce en su obra, para Perls fue el descubrimiento de lo que
él llamó después Punto Cero.’
Escobedo describe115 en la hermosa y recomendable ‘Pequeña Antología de
Salomo Friedlaender’ cómo el pensamiento diferencial es para Perls ‘un instrumento
mental de precisión’, que nos permite encontrar el punto de la ‘prediferencia’ (como
también denomina a la indiferencia creativa) el punto cero, el centro a partir del cuál
es posible un equilibrio. Considera Perls la diferenciación en opuestos como ‘una
propiedad esencial de nuestra mente y de la vida misma’. Las polaridades básicas son
para él, en primer lugar: integración-desintegración, el deseo y la aversión, los
principios polares del intercambio energético del organismo y, posteriormente ya en
T.G., contacto y retirada, así como topdog y underdog. De acuerdo con su concepción
del tiempo, considera el presente y el futuro como polaridades y, el aquí y ahora,
como el centro del tiempo existencial, decisivo y creativo. Naranjo atribuye de
manera directa a Friedlaender el ‘centrarse en el presente’ tan característico de la
Terapia Gestalt.
Perls adoptará diferentes expresiones para referirse al concepto elemental del
pensamiento de Friedlaender, la Indiferencia y la Diferenciación Polar: centro, mitad,
punto cero, nada, vacío, pre-diferencia, equilibrio, balance, opuestos, polos y
polarizar.
Peñarrubia describe el Punto Cero como una instancia interna donde todavía
uno no ha apostado ni por aquello ni por esto, no ha tirado hacia la fuerza ni hacia la
debilidad, no ha apostado por la rabia ni por el perdón. Un lugar de calma que se
puede desarrollar como parte del proceso terapéutico porque es el resultado del juego
de las polaridades : a base de pasar de blanco a negro y de negro a blanco y de blanco
a negro…al final va quedando un lugar donde no hay nada, ni blanco ni negro,
precisamente como resultado del juego de intensificación de los extremos.
Sigue describiendo Peñarrubia el punto de Indiferencia Creativa como un
punto interior, un punto psicológicamente muy sutil que donde mejor se ha estudiado
y desarrollado es en el budismo, con esa atención puesta en la calma de la mente.
Señala que a pesar de la gran influencia que tuvo la Gestalt del Zen, sin embargo,
procede de Friedlaender la idea de que si enfocamos la realidad desde el medio, (el
punto de Indiferencia Creativa) vamos desarrollando dentro un lugar poco
115
ESCOBEDO
J.
‘Pequeña
antología
de
Salomo
Friedlaender’
Pag.
40.
Mandala.
2007
116
determinado, un lugar de máxima libertad, porque ahí no es uno ni blanco ni negro, ni
buena ni mala persona. Hay un lugar interno más allá de eso, y su desarrollo tiene que
ver con la retirada y con el aspecto apolíneo: un lugar de lucidez y de virtud donde
uno no apuesta por los extremos ni por la intensidad, un lugar de ayuno más que de
atracón. La polaridad es ‘soy esto y su contrario’; es una filosofía de la abundancia
digamos, mientras que la Indiferencia Creativa es una ascesis, un punto de menos, un
punto de nada, pero que la terapia gestáltica aprecia tanto como la intensidad de los
extremos.
Peñarrubia identifica116 el punto cero como ese vacío fértil (que da título
también a su libro sobre Terapia Gestalt) donde nada ha florecido todavía y donde se
dan las potencialidades creativas. Surgirá entonces una figura (si lo queremos llamar
como formación gestáltica) o se pondrá de manifiesto la orientación organísmica
(autorregulación) o simplemente nos encontraremos con nosotros mismos en otro
nivel de autenticidad. Y añade trayendo las palabras de Naranjo que la nada sólo es
nada mientras estemos en la compulsión de hacer de ella un algo. Una vez que
aceptamos la nada, todo se nos da por añadidura…una vez que dejamos de estar
preocupados por esto o por aquello…nos percatamos de que somos lo que somos.
Para Albert117 la experiencia de la indiferencia creativa sucede cuando el
Impulso Unitario de vida, conformado por el subimpulso tierno y el subimpulso
agresivo (semejantes al yin y al yang que conforman el tao) puede fluir con
espontaneidad y sin distorsiones según su propia naturaleza. Entonces los
subimpulsos no están disociados, ni tampoco distorsionados ni bloqueados, la persona
es consciente de sí misma, está arraigada en la realidad de sí mismo, y puede actuar
con espontaneidad y responsabilidad. El punto cero entonces autorregula y orienta
hacia la vida, esto es, hacia el bienestar, la creatividad y la espiritualidad.
La experiencia de darnos cuenta, de practicar la atención y el percatarnos tanto
‘de lo gozoso como de lo doloroso’ sin restringirlo es la cualidad imprescindible para
que el proceso de maduración se vaya dando. Perls dice que el objetivo de la terapia
es sencillamente ‘encontrar el punto medio’ y así también:
‘El darse cuenta per se – por y de sí mismo – puede ser curativo. Porque con
awareness pleno uno se da cuenta de esta autorregulación organísmica, uno puede
116
PEÑARRUBIA
F.
‘Terapia
Gestalt.
La
vía
del
vacío
fértil’.
Pag.
110.
1998.
117
ALBERT
J.
‘Ternura
y
agresividad.
Carácter:
gestalt,
bioenergética
y
eneagrama’.
Pag.
29.
Mandala. 2009.
117
permitir que el organismo se haga cargo sin interferir, sin interrumpir; podemos
fiarnos de la sabiduría del organismo. En contraste con todo esto, está la patología
de la automanipulación, control del ambiente y todo lo demás, que interfiere con todo
este sutil autocontrol organísmico. Y por otro lado, el “darse cuenta” de la
experiencia plena, el percatarse de cómo se está atascado, los hará recuperarse y
tomar conciencia de que todo el asunto no es más que una pesadilla, no es algo
verdadero, no es real. El loco dice “yo soy Abraham Lincoln”, el neurótico: “Ojalá
yo fuera Abraham Lincoln”, y la persona sana: “Yo soy yo, y tú eres tú”. 118
Perls hablará también del punto de indiferencia creativa como ‘centro’ de la
persona, y señala el descubrimiento peculiar que sucede cuando nos damos cuenta que
ninguno de nosotros es completo, que todos tenemos hoyos en nuestra personalidad.
Donde algo debiera estar no hay nada y así, nos dice que muchas personas no tienen
alma, otras no tienen genitales, otras no tienen corazón; toda su energía se va en
racionalizar (computar), pensar. Y añade que la parte más importante que puede faltar
es el centro. Sin centro, todo se va a la periferia y no hay ningún lugar desde donde
trabajar. Sin centro, no se está alerta. Este lograr el centro propio, el estar cimentado
en uno mismo, es tal vez el estado más alto al que puede aspirar un ser humano.
Para Perls, ayudar al paciente en T.G. es permitirle descubrir que lo que espera del
terapeuta, él mismo lo puede hacer tan bien como el terapeuta.
En este punto me parece importante llamar la atención sobre la importancia
que tienen las Técnicas supresivas en el trabajo hacia la búsqueda del punto cero. Si
por un lado las técnicas expresivas sirven a la expresión del impulso y a la
despenalización de cualquier juicio, el trabajo en sentido contrario se hace necesario
para generar ese aspecto de centramiento, de equilibrio a través de una
desidentificación con lo que antes nos hemos identificado. Una vez que hemos
permitido y favorecido la identificación y la exageración con las luces y sombras
caracteriales, propiciamos a través de las técnicas supresivas un trabajo de
decantamiento, de soltar y decir ‘esto no, esto no’ (neti neti de Advaita).
Las técnicas supresivas de acuerdo con Peñarrubia119 son aquellas técnicas
orientadas a detener la evitación del paciente de experimentar la nada, evitar el
‘acercadeísmo’, el ‘debeísmo’, las manipulaciones, las preguntas, expresar vivencias
en vez de hacer demandas o pedir permiso. Cuando Nietzsche se preguntaba y
118
PERLS
F.
‘Sueños
y
existencia’
pag.
26.
Ed.
Cuatro
Vientos.
1974.
119
PEÑARRUBIA
F.
‘Terapia
Gestalt.
La
vía
del
vacío
fértil’
Pag.
176.
Alianza
Ed.
2008.
118
respondia 120 ‘¿Por qué el hombre no ve las cosas? Porque él mismo está en medio: él
tapa las cosas’ está aludiendo a aquello que las técnicas supresivas quieren suprimir
para que el hombre pueda volver a ver las cosas, volver a los sentidos.
Las técnicas supresivas son los dedos de la mano de la confrontación del
terapeuta (complemento de la otra mano apoyadora), con la que vamos a frustrar lo
falso. De tal manera que vaya encontrándose frente al abismo que supone estar sin el
‘estrato falso’ de los roles y los juegos que es la situación de partida para Perls. A
través de las técnicas supresivas vamos frustrando estos roles y juegos que implican
una falta neurótica de libertad, que consisten principalmente en una fijación en
determinados aspectos de la identidad, que mantienen ocupado el primer plano de la
conciencia.
119
expectativas, de ahí que con frecuencia se le conceptúe como un estado, un acto (una
actitud), inconveniente, infructuoso.
Y es aquí donde Andrés nos da la pista sobre el silencio indiferente y creativo
cuando afirma que: el verdadero silencio no está necesariamente en la lejanía ni en la
neblina de una vaguada ni en una cámara anecoica, sino, con probabilidad, en la
intuición de un más allá del lenguaje, en esa ‘zona zaguera de la inteligencia’ de la
que habló Plotino y en los dominios donde el ego pierde su cimiento. Es entonces
cuando el silencio detiene, ordena, crea y disuelve.
Andrés nos ilustra cómo los antiguos latinos distinguían silere de tacere y
cómo esto tenía que ver con que el primer término significaba la expresión de
serenidad, de no movimiento, un silenciarse sin aparente objeto, impersonal. Tacere
indicaba, en cambio, un callar ‘activo’, una voluntad que pretendía antes bien la
disciplina del no hablar con el propósito de ajustar, o por así decir, de anular las
disonancias producidas por todo aquello que rodea al ser humano. Apelaban a dos
distintas dimensiones como el jamoosh (callar) y el sukood (silencio) persas, o el
shaqat y el sheqet hebreos. Mientras que en sánscrito ‘silencio’ se refiere como
mauná, cumplirlo con rigor se conoce con el término maunavratta. Tacere es el
siópan griego; silere, el sigân que señala algo más que la concentración para obtener
un fin, el reposo necesario para la lectura o atender más despiertamente la voz ajena.
Silere es el verbo que reconoce la inmovilidad, la parte detenida de lo que no cesa, un
abandono del deseo, el cauce del desapego. Por eso, en el lenguaje de la espiritualidad
se ha asociado a una actitud mística, mientras tacere se ha vinculado principalmente a
una voluntad ascética.
120
5.3.- Arteterapias, una revisión no exhaustiva: Josef E. Garai. (Arteterapia
humanista), Janie Rhyne (Gestalt art therapy) y arteterapia española.
Según Elvira Gutierrez122 puede considerarse a Jung precursor del Arteterapia
Humanista por diversas razones:
• Establece una analogía entre la obra de creación artística y el proceso de
individuación.
• Preconiza la imaginación activa como material salido del inconsciente, que es
factible expresar plásticamente, por escrito o mediante cualquier otra forma, y
que va a permitir durante el tratamiento un ir y venir entre lo no verbal y lo
verbal, el inconsciente y la conciencia.
• Entiende la imaginación creadora como personal y suprapersonal, dándole así
un carácter transcendente.
• Durante años llevó un diario personal de mandalas, que entendía que ayudaban
a dar unidad a la psiquis.
122
GUTIERREZ
E.
‘Arteterapia
humanista’.
Pag.
24.
Mandala
Ediciones.
2011.
123
Idem.
Pag.
26.
121
• Se centra en lo que fluye o se evita en lugar de en la transferencia o la
contratransferencia.
124
GARAY
J.
‘A
humanistic
approach
to
art
therapy’.
p.188
–
192.
Bruner
Mazel
Ed
122
Y esta aventura a las profundidades de la psique permite a ambos cristalizar
facetas bloqueadas o inexploradas de experiencias internas del paciente que traen un
incremento del darse cuenta de profundos sentimientos, ansiedades y esperanzas. Para
Garai la arteterapia humanista puede ser la carretera regia a la emergencia del hombre
creativo, quien no estará alienado del inagotable manantial de su energía vital interior
revelada a través de sus sueños, mitos, fantasías e imaginería intuitiva.
Garai atribuye gran parte de influencia a su teoría a la figura de Otto Rank y a
su libro ‘Art and Artist’ que lleva al lector a un viaje de descubrimiento a través de los
reinos de la creación y anima a la persona a convertirse en un ‘artista de su vida’ al
estilo de E.Polster ‘Cada vida merece ser una novela’ 125 moldeando su propia
existencia. Rank cree que las profundidades de las experiencias interiores son las que
necesitan ser golpeadas y apoyar al individuo a integrar sus significados dentro de su
completa historia de vida de tal manera que pueda convertirse en un verdadero ‘artista
de su vida’.
El objetivo de la arteterapia humanista es para Garai el desarrollo del
equilibrio rítmico de la personalidad que puede establecer un fluir rítmico entre las
polaridades de amor y rabia, debilidad y fortaleza, privacidad e intimidad,
cooperación y competición, dependencia e independencia, dominancia y sumisión,
esperanza y desesperación etc. La atmósfera de la arteterapia humanista trata de crear
reflejos de una total ausencia de actitudes de juicio moral que sugieran que el paciente
debe ser o bueno o malo, fuerte o débil, amar u odiar. Una vez que el paciente se da
cuenta de estas polaridades en conflicto puede soltar el perfeccionismo de su
comportamiento y actuación para proceder hacia una auto-actualización de elecciones
y compromisos.
En la aplicación de estos principios en la metodología y práctica de la
arteterapia Garai enfatiza la integración holística de la personalidad de Buhler que
reformula: 1.- La integración holística tiene como fin la cooperación armónica entre
cuerpo y mente, cuerpo y espíritu, y mente y espíritu. 2.- La persona holísticamente
integrada debe buscar alcanzar dicha integración no sólo dentro de sí misma, sino con
el entorno ecológico.
Para Garai el objetivo de la arteterapia no es deshacerse del miedo, la
infelicidad y la ansiedad. Es más bien transformar estos sentimientos en expresiones
125
POLSTER
E.
‘Cada
vida
merece
ser
una
novela’.
Ed
La
sociedad
de
cultura
de
Valle-‐Inclán.
2003.
123
honestas a través de alguna modalidad creativa, que lleve a la experiencia del júbilo y
la alegría que aporta el logro de tales expresiones.
El más importante paso hacia la individuación es lograr el desarrollo y
aprendizaje que supone ser una persona separada (especialmente de unos ‘otros’
significativos como son la madre y el padre) y a la vez capaz de hacerse cargo de la
propia vida. Lo que requiere, subraya Garai, completar el proceso de separación.
5.3.2.- Teoría de la terapia Gestalt y arte: Janie Rhyne (Gestalt art therapy).
Janie Rhyne fue una de las primeras autoras en publicar sobre arteterapia
gestáltica. Su primera publicación ‘The Gestalt Art Experience’ data del año 1973 y
está escrita a partir de la importante experiencia vivencial que ya acumulaba en ese
momento. Fue también profesora de arteterapia en la universidad de Norwich.
Rhyne fue una de las pioneras en este dominio en el que combinó su bagaje como
artista , antropóloga y psicóloga creando la ‘Gestalt art experience’ (experiencia de
gestalt arte). Termino acuñado por ella para describir su métodología de trabajo.
La orientación de Rhyne ofrece guías para el uso de materiales de arte para
encontrar y explorar las cualidades únicas e individuales propias (y del otro), para
estimular la expansión del ámbito de percepción a través de la creación de formas con
materiales de arte, y también nos ayuda a aprender la comprensión del mensaje visual
que estas formas contienen.
En contraposición con los primeros escritos de arteterapia gestáltica que
reflejan un enfoque orientado al producto, en la revisión del año 96 que hace Rhyne
de su libro mencionado antes, representa el desarrollo en este campo: el énfasis se
pone en el proceso señalando que los medios artísticos sirven como puentes entre los
mundos externo e interno, y las formas artísticas que emergen son mensajes que
apoyan las posibilidades expresivas, las funciones de contacto y las estrategias de
solución de problemas del ser humano,
Rhyne sostiene que aquellas teorías difíciles de explicar en abstracto pueden
ser inmediatamente comprendidas cuando se aplican referencias concretas en forma
de arte para que sean entendidas. En un proceso de arteterapia gestáltica los conceptos
son traspuestos en percepciones vívidas en la medida que se establece una experiencia
de expresión artística.
‘Pensar con los sentidos puede ser parte del proceso terapéutico, asumiendo
las imágenes creadas por el paciente como isomórficas con sus patrones de conducta
124
(isomórfico tiene que ver con que sus formas se estructuran de manera similar). Así
las dinámicas de estructuras percibidas en pinturas pueden ser transportadas al
reconocimiento de patrones de conducta, y así una expansión del darse cuenta del
cliente puede traer cambios a su existencia’126.
La comunicación en Arteterapia será verbal a la vez que representada a través
de un medio no verbal hecho por el paciente. Así que hay un artefacto concreto creado
por el paciente que queda entre este y el terapeuta, cuya presencia permite
experimentar y expresar percepciones y tomas de conciencia.
Rhyne señala que la representación a través del arte permite no tener que
hablar en términos de configuración, relación de figura-fondo, dinámica de
movimiento, frontera de contacto etc; permite en cambio hablar de estos fenómenos
en el mismo acto de percibir y darnos cuenta de lo que hay en su nivel más obvio.
Subraya además la importancia de no forzar las interpretaciones, la exploración de las
dimensiones del dibujo y la elaboración de su impacto a través de la experimentación
activa en presente. Los significados personales pueden o no aparecer mientras que el
proceso expresivo del cliente es dirigido hacia una conciencia expandida de lo que
tiene sentido para el paciente en su propia vida.
Rhyne enfatiza que en el proceso de arteterapia no hay necesidad de hacer
mención de teorías ni hablar en vocabulario gestáltico. Lo cual puede hacer parecer
que en una consulta de terapia gestalt donde no se usa la arteterapia, el ‘gestaltés’ sea
la lengua habitual del terapeuta para apoyar y confrontar a su paciente, punto que
entiendo entonces como una alusión a la otra gestalt de la costa este.
Muestra su acuerdo con Zinker cuando éste explica la razón por la que dibujar
o pintar puede ser terapéutico: es que cuando el proceso se experimenta, permite al
artista conocerse a sí mismo como una persona entera dentro de un periodo de tiempo
relativamente corto. No sólo se llega a dar cuenta del movimiento interno hacia la
experimentación de la completud, sino que también recibe confirmación visual de
tales movimientos desde los dibujos que produce.
Rhyne comparte con Zinker la importancia de empezar el trabajo
arteterapéutico con movimiento, sólo después de arraigar el cuerpo y localizar la
energía inicia el trabajo con el dibujo. ‘Toda actividad creativa comienza con el
movimiento’.
126
Rhyne
J.
‘Aproaches
to
art
therapy’.
Bruner
Mazel
Ed.
p.175
125
La arteterapia gestáltica trata con la configuración total a través de la
expresión personal en imágenes visuales, tono de voz, lenguaje corporal y contenidos
verbales. Su finalidad es animar a la comunicación honesta, responsable y directa
entre paciente y terapeuta.
Sobre la relación, Rhyne habla del contacto entre paciente y terapeuta como
una posibilidad de exploración mutua de percepciones y retratos visuales, que puede
incluir también la representación en movimiento, vocalización y otras manipulaciones
activas de personas y materiales en el espacio y en el tiempo. Esto se lleva a cabo de
tal manera que el terapeuta puede observar (y a veces participar) el drama artístico
creado por el paciente.
La arteterapia gestáltica trata con la configuración completa de la expresividad
personal en mensajes visuales, tono de voz, lenguaje corporal y contenidos verbales
también. A través de nuestros sentidos nos damos cuenta, percibimos en acción,
adquirimos conocimiento acerca de la naturaleza del mundo y de nuestro lugar en él,
contactando con lo que ‘está allí’ directamente con nuestro básico, innato y
organísmico sistema de percepción. De tal manera, los gestaltistas animan a la
experimentación y exploración a través de la activación sensorio motora, sabiendo
que esto facilita el reconocimiento y la clarificación de problemas.
Un arteterapeuta gestáltico también se concentra en el movimiento activo del
arte hecho por su paciente. Su interés por su paciente es sobre las formas y patrones
de sus mensajes visuales. Así, anima a sus pacientes a percibir activamente qué
sucede en las líneas, formas, texturas, colores y movimientos. Acompaña a que sus
clientes experiencien sus creaciones, y hace de esta experiencia una parte de su darse
cuenta organísmico. También tratará de evocar en sus pacientes una sensación de
cómo sus formas pueden expresar significados personales.
Y puntualiza Rhyne que ‘aquellos que practican las artes están pensando con
sus sentidos’ como la premisa que subyace bajo el trabajo de todos los arteterapeutas
gestálticos. Si las teorías de la psicología de la gestalt se basan en la habilidad que la
naturaleza humana tiene para reconocer las formas que la equilibran y satisfacen, la
arteterapia gestáltica trabaja hacia la activación del mejor potencial del paciente para
percibir en sus propios mensajes visuales de sus necesidades y recursos.
126
5.3.3.- Arteterapia en la gestalt española.-
Saltando a nuestro ámbito, Elvira Gutierrez define la Arteterapia127 como la
configuración resultante de Arte y Terapia, donde no se da una unión de dos
herramientas diferentes, ni es una alternancia entre ambos procesos. Ambos se apoyan
entre sí y juntos constituyen el encuadre arteterapéutico. El medio artístico y el medio
terapéutico pierden su hegemonía para configurar el espacio arteterapéutico.
Por otro lado existen tantas maneras de abordar arteterapia como corrientes
psicológicas: conductista, psicoanalista, sistémica, humanista…así como vías
específicas de arte, plástico, dramático, musical, visual, escrito…
En España la arteterapia gestáltica cuenta ya con publicaciones de interés
como son ‘Arteterapia humanista’ (Elvira Gutierrez), ‘Pinturaterapia gestáltica’
(Katharina Widmer), ‘El teatro como oportunidad’ (Mª Laura Fernández e Isabel
Montero), ‘Musicoterapia gestáltica’ (Marisa Manchado) y con escuelas dedicadas a
su transmisión y formación. La propia escuela de Elvira Gutierrez, la escuela de El
Caminante de Javier Almán en Málaga, o en Barcelona la EAM (Escuela de
Arterapia del Mediterraneo) de Ramón Ballester.
También y dentro del contexto de la AETG sigue creciendo el número de
tesinas presentadas cada año que abordan este tema. ‘Arte actual y T.G.’ de Carlos
Olavarría 2013, ‘Herramientas artísticas en el trabajo de polaridades’ de Carmen
Pardo, o tomando alguna de las vías artísticas para conformar una arteterapia
específica: a través de la escritura creativa ‘Una visión gestáltica de la escritura
expresiva’ (Marisé Barreiro); a través de la música ‘Musicoterapia Gestáltica’ de
Marisa Manchado, del ritmo y percusión ‘Tambores e improvisación sonora’ (Emilio
Blázquez); a través del teatro: ‘Teatro y Gestalt’ (Isabel Montero y María Laura
Fernández), ‘Clown y gestalt: se un payaso se tu mismo’ (Nestor Muzo), ‘Del espacio
vacío al vacío fértil’ (Catalina Lladó); a través de las artes visuales: ‘El autoconcepto
en videoterapia’ (Olga Rueda) entre otras propuestas disponibles para consulta y
descargar en la web de la AETG.
127
GUTIERREZ
E.
‘Arteterapia
humanista’.
Pag.
21.
Mandala
Ediciones.
2011.
127
6.- EL CAMINO DEL TERAPEUTA ARTISTA.
‘Ciencia, arte y filosofía crecen ahora juntos en mi interior hasta tal punto
que sin duda llegará el día en que daré a luz centauros’
Friedrich Nietzsche128
128
NIETZSCHE
F.
Carta
a
Erwin
Rohde.
Basilea,
15
de
febrero
de
1970.
(III,
1021)
129 CAMPBELL J. ‘Las extensiones interiores del espacio exterior’. Pag. 186. Atalanta. 2013.
128
través del acto creativo, a través de la percepción del arte y a través de la expresión
artística de si mismo.
La creación individual es un proceso donde uno se toma a sí mismo como
material de trabajo sobre el que moldear, dibujar, escribir, actuar, cantar, danzar,
cincelar la propia vida. Es también el trabajo que le lleva a uno, como vimos en el
anterior capítulo, a ese lugar íntimo, cálido, insospechado, de refugio, ‘el último
refugio del terapeuta’ que dice Claudio Naranjo, ese punto de indiferencia creativa,
budhi, centro intelectual superior de discernimiento donde uno se convierte en aquello
que Es.
En mayo de 2012 Peñarrubia lo expresaba así en Granada ‘Hay mucha gente
que tampoco está de acuerdo con que la terapia tenga nada que ver con la
espiritualidad pero yo creo, como decía antes, que es la nueva espiritualidad laica; lo
que durante muchos años enseñaron las religiones, que era el examen de conciencia,
el desarrollo de la virtud, el conocimiento de lo que le pasa a uno por dentro, hoy lo
está haciendo la psicoterapia, que ha heredado ese sentido psicoespiritual’130
Podemos llamarlo búsqueda de la verdad, aquella verdad que decían los vedas
que es una y con múltiples maneras de llegar, tantas como personas. Podemos
llamarlo aspiración de ‘ser uno mismo’ como sinónimo de autorrealización que la
gestalt comparte, o como Peñarrubia nos sigue diciendo, la vía de la estética que ‘los
artistas traducen por la búsqueda de su propio estilo, su propia voz’131.
El arte es alimento para el alma se suele decir, y cada uno va encontrando qué
arte le alimenta más y en según qué momento. Unos encuentran mayor facilidad para
entregarse al movimiento y la danza, otros son amantes de la literatura (escrita y/o
leída), hay quien se acerca a los lienzos con sus pinceles y espíritu aventurero, o quizá
en busca de la pintura y su contemplación. Música y teatro también son vías regias
hacia ese lugar ignoto que alimenta el alma (que no olvidemos es la psyké de la psico-
logía).
También el séptimo arte puede ser terapéutico: películas que pusieron al
paciente en contacto con sus asuntos pendientes y los llevaron a iniciar una terapia
como aquella paciente que ve ‘El jardinero fiel’ y decide sin consultar con su
psiquiatra de salud pública abandonar los anti-depresivos que lleva años tomando y,
tras entrar en crisis, buscar terapia. O aquel otro paciente con un duelo pendiente sólo
130
Peñarrubia
P.
‘Conferencia
Gestalt,
Creatividad
y
Arte’.
Granada.
Abril
2012.
131
Peñarrubia
P.
Terapia
Gestalt.
La
vía
del
vacío
fértil’
Alianza
Ed
2008.
p.
299
129
trabajado en la superficie pero que tras ver ‘Lo imposible’ vino a la sesión de terapia
aturdido y conectado al accidente de tráfico de hace 4 años donde murió su pareja.
Y como veíamos en el capítulo anterior con la arteterapia, va sucediendo que por
afinidad cada terapeuta va incorporando a su manera de hacer terapia aquel arte por el
que siente una inclinación natural como herramienta.
El terapeuta artista desarrolla su arte, el arte de ser uno mismo y transmitir esa
experiencia a sus pacientes. La transmisión en el gestaltista va ligada al estilo, que es
la manera peculiar de ser por carácter y biografía. Hay terapeutas que serán más
emocionales, o más de acción, o más intelectuales como es mi caso. El camino de la
creatividad que conduce a descubrir el ‘arte propio’ me ha llevado a ir integrando y
haciéndole más sitio al aspecto emocional de mi experiencia que me solía guardar
bastante (sobre todo la rabia y la tristeza, y a veces la alegría un poco contenida), y
por otro a hacerle más sitio a mi agresividad de la que andaba un poco temeroso y me
impedía salir más a la acción, a participar y a jugar; como terapeuta tiene que ver con
permitirme más la naturalidad, ser más confrontativo, usarme más desde la resonancia
emocional y entrar menos al juego de complacer al paciente.
Así y bajo esta marco de diferencias generales de carácter y estilo (intelectual,
emocional, activo), he ido haciendo mi particular integración, mi nueva gestalt en
base a un mayor equilibrio de las polaridades que me conforman. A veces mi ideal me
ha llevado a querer vivenciar la emoción o la acción a la manera en que lo vivencia un
carácter emocional o activo, y he ido descubriendo que eso no me ayuda tanto.
El terapeuta es un artista también en el sentido del chamán que usa el canto, la
danza, instrumentos de música en su trabajo de sanación e iluminación de la
conciencia.
Últimamente el trabajo de Julia Cameron132 ‘El camino del artista’ que me
descubrió mi hermano Manuel, ha sido una nueva manera de darle otra vuelta de
tuerca al asunto de encontrar en la escritura una vía donde seguir dándole un espacio a
cada uno de los perros gestálticos, de comprometerme con mi artista, y de no
sabotearme con la ligereza de los juicios. Cameron incorpora una mirada también
espiritual sobre el asunto proponiendo un trabajo de producción sin juicio que le
permita a uno ponerse en unas manos más grandes. ‘Gran creador-creadora, yo me
ocuparé de la cantidad, ocúpate tú de la calidad’, incorporando así una relación con lo
132
CAMERÓN
J.
‘El
camino
del
artista’.
Editorial
Aguilar.
130
que llamábamos en el capítulo de creatividad ‘el dáimon’, que según decíamos en el
capítulo de creatividad es un mediador con los dioses según nos daba alguna
definición, y que en otra definición más laica y gestáltica podríamos decir que es la
comunicación que sucede cuando estamos en el punto de indiferencia creativa donde
la ‘situación es la que manda’ y la respuesta organísmica se va ajustando a la
demanda y a la necesidad de cada momento.
Por otro lado Nelson describe133 la inspiración del artista (y del terapeuta) como una
especie de espera receptiva que se mantiene hasta que algo se agita en los estratos
colectivos más profundos del psiquismo y sólo irrumpe en la consciencia cuando se
halla completo. El artista entonces se ve arrastrado por una especie de corriente
subterránea (impulso organísmico), como un observador pasivo (indiferencia creativa)
de sucesos que se despliegan en la oscuridad. La chispa de inspiración brota en la
intersección entre el reino de los arquetipos y la consciencia personal que queda fuera
de la visión del ego, demasiado atrapado por los sentidos como para advertir cualquier
cosa que ocurra fuera de su estrecho horizonte. El ego sólo es importante, remarca
Nelson, para plasmar la visión de un modo que pueda ser compartido
significativamente con los demás.
El artista es alguien que nos recuerda las potencialidades invisibles a la que
todos podemos acceder. Lo hace entregándose a su vocación de agente provocador,
de agente subversivo del Fundamento que trata de socavar la represión original. No
teme servir de transmisor de los tesoros de esta Fuente universal porque sabe que esos
tesoros son algo que ya estamos compartiendo. Y esta transmisión la hace en el
lenguaje de la metáfora y el símbolo. Una buena metáfora revela una verdad concreta
que no puede ser expresada por otros medios, una verdad que, si bien nos sustrae de la
realidad ordinaria, añade profundidad a las relaciones y le confiere un valor estético.
Nelson describe al artista como alguien que está, simultáneamente, más loco y
más cuerdo que el común de los mortales. Y refiere la diferencia entre el poeta que se
esfuerza denodadamente por hallar metáforas dignas de su visión, y el esquizofrénico
que habla de una realidad extraña que posee un significado oculto al que no llegan la
lógica ni el lenguaje consensual. En ese caso, el esquizofrénico con un ego demasiado
frágil como para soportar la tensión creativa del artista y un psiquismo en franca
regresión a la consciencia pseudoinfantil, acaba siendo creativamente impotente.
133
NELSON
J.
‘Más
allá
de
la
dualida’.
Pag
442.
Liebre
de
Marzo.
131
Tanto el esquizofrénico como el artista se repliegan sobre sí mismos, confiando más
en sus propios sentimientos e intuiciones que en las normas sociales para orientarse en
la realidad. Tanto los artistas como los esquizofrénicos entran y salen de estados
similares al trance o al sueño en los que se revela lo que Nelson llama el Fundamento
(Tao, Consciencia Superior, Gran Mente, Paramatman…). El artista, sin embargo,
rescata los tesoros ocultos en los enmarañados laberintos de la inspiración y regresa
enriquecido al estado ordinario de consciencia, mientras que el esquizofrénico, por su
parte, pierde el mapa y se queda atrapado en la más completa oscuridad.
Por otra parte, el artista y el paranoico siempre descubren, en primer lugar, el
significado y las relaciones, y sólo después las similitudes y las diferencias. Frente a
lo contradictorio y lo impredecible profundizan en el lado oscuro de la consciencia en
busca de lo inesperado. El significado yace oculto en los hechos aparentemente menos
importantes y el misterio subyace a los tópicos. Si se les ofrecen dos alternativas
‘razonables’ siempre concebirán una tercera posibilidad. Pero aunque ninguno de los
dos ve el mundo como el común de los mortales, el artista es capaz, si lo desea, y es
este el matiz más importante que señala Nelson, de ver el mundo igual que los demás.
132
Y distingue Campbell otro nivel más profundo de la Belleza que el arte nos revela
como lo sublime definido como “lo que despierta los sentimientos de estremecimiento
y reverencia, así como un sentido de vastedad y poder más allá de la comprensión
humana”. Así tenemos la Vía del Arte cuya intención propia y normal es la Belleza
que tiene dos aspectos uno que se afirma en su sensual glorificación de la vida donde
podemos encontrar el culto y polaridad dionisíaca; y por otro lado un aspecto más
profundo que nos revela lo sublime, aquel misterio del que da cuenta el culto y la
polaridad apolínea. Seguimos viendo esta polaridad universal descrita de manera
preclara en la Vía del Arte por Joseph Campbell, lo que no es de extrañar por otro
lado ya que este autor nos ha ido traduciendo los mitos de allí y de entonces así como
los símbolos y el arte de tantas culturas y tiempos.
En su acercamiento a la Vía del Arte, Campbell comparte que la afirmación más
lúcida, concisa e iluminadora que haya encontrado sobre los fundamentos del arte es
la efectuada por James Joyce en el último capítulo de su libro ‘Retrato de un artista
adolescente’. Allí Stephen Dedalus alter ego de Joyce dice ‘El arte es la disposición
humana de la materia sensible e inteligible con una finalidad estética’.
Campbell (siguiendo la enseñanza que Joyce enhebra en aquel capítulo) distingue
entre dos tipos de arte. Arte propio y arte impropio que podemos ir traduciendo
también como Estilo propio y estilo impropio del terapeuta gestáltico:
El arte propio, tanto respecto a la materia como a lo inteligible, (siendo lo inteligible
‘un orden de belleza más allá de lo inmediatamente sensible’) reside en la percepción
estética desinteresada, en la aprehensión, en lo sentido, mientras que el arte
“impropio” es el que está al servicio de intereses distintos de la estética…, como
puede ser la ética, la economía, la sociología o la política.
Hay dos tipos de arte impropio: el que despierta el deseo del objeto representado y el
que suscita la aversión o el miedo al objeto. Al primero lo llama pornografía: todo el
arte publicitario es pornográfico porque está destinado a promover en el espectador la
posesión de alguna manera del objeto representado. Al segundo arte, que suscita
aversión o miedo, Joyce lo llama didáctico. Los dos tipos mueven al espectador (o al
menos se proponen moverlo) a la acción, ya sea con una actitud de deseo o de miedo
o de repugnancia hacia el objeto. Lo acerca o lo aleja de él, por lo que Joyce lo
califica de cinético (del griego kinetikos, de kinein, “mover”) y nosotros, dionisiaco o
ámbito de la creatividad.
133
Por el contrario, al arte “propio” es estático (en griego, staikos, “que genera
quietud”). Hablamos, por ejemplo, de un “arrebato” o una “parálisis estética”; una
situación que no induce a ningún tipo de movimiento, sino a una detención en la
contemplación y el goce (estético). En palabras de Joyce: “La mente se detiene y se
eleva por encima del deseo y la aversión”.
Es esta elevación de la mente y, con ella, del ojo que contempla, por encima del deseo
y la aversión, del deseo y el miedo, lo que asemeja a la vía del arte y al artista con el
místico.
La vía del arte, “propiamente” seguida (en el sentido de Joyce), conduce asimismo a
esa cima de la visión trascendental que está en todas partes, más allá de los opuestos.
El Arte propio, como el estilo propio del terapeuta, se asienta en un lugar estático,
inmóvil y de indiferencia creativa.
Quiero ver una correspondencia por tanto entre Dionisio – Apolo y entre arte
impropio – arte propio, que me parece interesante para la comprensión de la búsqueda
del estilo propio, y por tanto de su arte, de cada terapeuta.
Aporto de nuevo las palabras de Peñarrubia para cerrar este apartado y describir este
ciclo de ida y vuelta que hace el artista, una ida al festín creativo y una vuelta al
ayuno del arte.
‘Al final es como si la terapia, a través de lo creativo, pudiera llegar al Arte y
cerrar el ciclo, porque en principio era el Arte lo curativo, no la terapia (que no
existía). Para los primitivos las enfermedades venían de los espíritus invisibles así
que el Arte era la única forma de acceder a los espíritus invisibles e invocarlos para
que curaran. El Arte nació con un sentido curativo que hoy tiene la terapia. Haciendo
este camino de lo clínico a lo espontáneo y de lo creativo a lo artístico cerramos el
ciclo : del Arte a la salud / de la terapia al arte. Perls al final de su vida sintetizaba la
gestalt en recuperar la confianza en la sabiduría del organismo.’136
136
PEÑARRUBIA
P.
Conferencia
gestalt,
creatividad
y
arte.
Granada
2012.
134
6.3.- De lo psico-emocional a lo espiritual
Son pocos ya los que niegan la dimensión espiritual del ser humano, al menos
entre la ‘parroquia’ gestáltica. Cómo uno la nombra, experimenta, busca y encuentra
es ya otro cantar. Decía Jung sobre la psicoterapia que esta debía adaptarse a cada
paciente y así, habría tantas maneras de hacer terapia como pacientes; de igual modo
el encuentro con esta dimensión tan particular del ser humano que es la espiritualidad
tendrá un recorrido único e intransferible para cada buscador.
En el ámbito de la psicología no fue hasta la llegada de la Tercera Fuerza en los años
60 en que la psicología volvió a mirar y a recuperar el objeto de su estudio, su psiqué,
su alma, y a apellidarse ‘humanista’.
Empezó a mirar con respeto y simpatía los distintos caminos y tradiciones
espirituales. Hasta entonces las dos corrientes principales de la psicología,
Conductismo y Psicoanálisis, disputaban la hegemonía sobre la relación de ayuda con
sus maneras diferentes de entenderla, y en ambos casos, mirando con cierto despecho
y recelo la espiritualidad y las experiencias de aquellos que participaban de esa
búsqueda, hablando directamente de patología donde ‘estados de conciencia
transcendentes se han interpretado desde la psicología y la psiquiatría como
“regresiones patológicas del ego de proporciones casi psicóticas”; las experiencias
místicas se han tachado también de “regresiones neuróticas a la unión con el pecho”,
los estados extáticos como “neurosis narcisistas” y la iluminación como “regresión a
etapas intrauterinas”137.
La psicología por querer hacerse científica olvidó el objeto de su estudio, el alma y así
fue como tiramos el bebé por el desagüe al querer cambiar el agua.
Y así estuvimos hasta que llegaron los años 60 a la costa oeste de EEUU y en
concreto a California, que podemos tomar como ‘emergente comunitario’ de un
cambio y apertura de conciencia en la zona occidental del planeta.
Confluyeron en aquella California de los años 60 muchas cosas, la contracultura a
través de la generación beat que insatisfecha con el modelo americano de ‘consume,
trabaja más para seguir consumiendo más’ sembró los corazones de muchos con la
semilla de la insatisfacción y la búsqueda.
Allí se encontraron muchos que tenían sed y muchos que eran fuentes vivas de
enseñanza espiritual de tradiciones orientales menos conocidas o disponibles hasta la
137
PEÑARRUBIA
P.
Terapia
Gestalt.
La
vía
del
vacío
fértil’
Alianza
Ed
2008.
p.
274
135
fecha. También llegaron terapeutas con largo recorrido que habiendo buscado en
otras fuentes aparte de la psicología, habían ido integrando en su quehacer terapéutico
todos los aprendizajes cosechados en sus búsquedas. Y no sólo psicólogos,
buscadores de todo pelaje que procedían del mundo del arte, de la antropología, del
estudio de la mitología, de la física… ‘El veranito de San Miguel’ lo ha llamado
Claudio Naranjo en alguna ocasión haciendo alusión a una pequeña eclosión de la
conciencia como preámbulo a una mayor apertura que tendría que venir años después
(entre 1987 y 2012) con la esperada llegada de la canturreada ‘era de acuario’ que
pondría fin al anterior ciclo de piscis y que supondría una posibilidad de mayor
elevación del nivel general de consciencia en el planeta, o Gaia.
La psicología humanista como tercera fuerza alternativa al psicoanálisis y al
conductismo imperantes se empezó a hacer hueco. Una miríada de enfoques y modelo
terapéuticos fueron tomando forma y nombre. De un lado los disidentes del
psicoanálisis como Wilhelm Reich con el Análisis Estructural, Karen Horney, Fritz
Perls (alguien de práctica diaria de meditación según afirma Naranjo) y la terapia
Gestalt, Erich Fromm que enviaba a sus discípulos a retiros de meditación zen con el
maestro Ejo Takata a Méjico138, Carl G. Jung al otro lado del atlántico con el Análisis
Funcional o psicología profunda, y otros tantos que fueron dejando al padre freudiano
y siguiendo su propio camino desarrollaron nuevos modelos terapéuticos inspirados
por su propia búsqueda surgida del cuestionamiento al modelo psicoanalítico.
Antes de los años 60 hubo también psicólogos como William James que
quisieron ir más allá de la ortodoxia e investigar los estados no ordinarios de
consciencia y ponerlos en valor e importancia respecto de la salud. James en su obra
‘Las variedades de la experiencia religiosa’ de 1902, apunta como idea central que ‘la
“experiencia” es un fundamento más sólido y fructífero para la creencia religiosa
que los sistemas metafísicos o los argumentos teológicos, y que las experiencias de
visionarios y místicos, por irracionales que puedan parecer, han de incluirse en toda
explicación de la realidad que pretende ser total’139. James que ya anticipaba aquella
máxima gestáltica de ‘no aceptes otros deberías que los tuyos propios’ y sobre la
importancia de la propia ‘masticación’ a través de la experiencia, era además de
psicólogo, filósofo y científico. Y como tal, además de la mera observación quiso
investigar también por su cuenta los estados alterados de consciencia y resolvió
138
JODOROWSKY
A.
‘El
maestro
y
las
magas’.
Ed
Siruela.
139
LACHMAN
G.
‘Una
historia
secreta
de
la
consciencia’.
p.54
Ed.
Atalanta.
2013.
136
inhalar óxido nitroso convirtiéndose en unos de los primeros psiconautas de la
psicología. El relato de su experiencia es ahora un clásico de los textos místicos de los
tiempos modernos, y uno de los más divertidos. James en aquella experiencia bajo los
efectos del gas ‘experimentó la conciliación de los opuestos’ y escribió al respecto:
’Tengo hojas y hojas de frases dictadas o escritas durante la intoxicación que
al lector sobrio le parecen estupideces sin sentido, pero que en el momento de
transcribirlas se fusionaron en el fuego de la racionalidad infinita. Dios y el demonio,
el bien y el mal, la vida y la muerte, yo y tú, sobrio y ebrio, materia y forma, blanco y
negro, cualidad y cantidad, arrobamiento extático y estremecimiento de horror,
vomitar y tragar, inspiración y espiración, destino y razón, grande y pequeño, extenso
e intenso, en broma y en serio, trágico y cómico, y cincuenta contrastes más desfilan
por estas páginas con la misma monotonía’140.
Podemos apreciar cómo James se encontró con la experiencia de la
Indiferencia Creativa (vieja y novísima gestalt), el lugar de desapego interno donde
nacen y mueren todas las polaridades.
En Europa, con anterioridad a estos años sesenta californianos, también había
muestras de esta inquietud que trataba de devolver el estudio de la psicología a su
genuina raíz semántica, psiquè del griego: alma. Jung fue uno de ellos y quiso a través
del desarrollo de la Psicología Profunda incorporar sus intereses en mitología y
tradiciones orientales, convirtiéndose también en practicante de meditación.
‘Psicología de la posible evolución del hombre’ fue el título que dio Pietror
Ouspensky al libro que conformaría la serie de cuatro conferencias impartidas en
Londres por él y por su maestro entonces, Gurjdieff, durante los primeros años de la
década de 1930. Allí muestra la naturaleza del trabajo espiritual enmarcado en la
tradición del Cuarto Camino, y nótese en el título de aquel libro la cercanía a esa otra
acepción de la psicología humanista también llamada del Potencial Humano.
En EE.UU. hay que citar entre los santuarios del camino terapéutico-artístico,
al Instituto Esalen, una comunidad residencial y centro de retiros en Big Sur,
California. Fundada en 1962 por Michael Murphy y Dick Price, sus objetivos eran
explorar el ámbito de las humanidades y las ciencias en orden a completar lo que
Aldous Huxley llamó ‘las potencialidades humanas’. Esalen fue pronto conocida por
el encuentro que hizo de filosofías de oriente y occidente a través de los talleres
140
Idem.
p.
57
137
experienciales y didácticos. Hoy día está enfocada en la educación humanista
alternativa. Es una organización sin ánimo de lucro que realiza actividades de
crecimiento personal, meditación, masaje, Gestalt, yoga, psicología, ecología,
espiritualidad y comida orgánica.
141
NARANJO
C.
‘El
niño
divino
y
el
héroe’.
Editorial
Sirio.
142
NARANJO
C.
‘Cantos
del
despertar’.
Ediciones
La
Llave.
2002.
143
NARANJO
C.
‘El
viaje
interior’.
Ediciones
La
Lave.
2013.
138
sólo puede llegar a despertar si decide empezar su viaje de búsqueda. Si este hombre o
mujer inicia la búsqueda se convierte en número 4 quién avanza a través del bosque
que rodea la ‘Montaña Sagrada’. Este bosque que atraviesa el ‘Bosques de la
Búsqueda’, es una etapa de trabajo psicoemocional, de ponerse en contacto con los
asuntos pendientes, con su neurosis y puntos ciegos, darse cuenta de que no se da
cuenta. San Juan de la Cruz hablaba en este sentido desde la mística de la vía
purgativa porque purgamos la pus de la herida que nos acompaña desde tanto tiempo,
desde que éramos niños.
En el modelo de Peñarrubia que presento en esta tesina, el hombre número 4
transita por la vía de la creatividad en la que va recuperando sus ojos, sus oídos, su
olfato… su corazón. Alguien que estaba escindido a base de rechazar aspectos de sí
mismo, los va recuperando por medio del permiso, del reencuentro con la
espontaneidad y el impulso libre de juicio y penalización. En ese reencuentro va
surgiendo una nueva configuración. Y los demonios del mandala de Escher (capítulo
de creatividad) que uno veía feos y pecaminosos empieza a percibirlos de otra manera
porque los puede ir mirando con los ojos del corazón, de la aceptación, del amor.
Entonces los demonios se transforman, descubrimos también su belleza, y se
convierten en energía disponible al servicio de la vida tanto como los ángeles.
Podemos identificar de acuerdo a la descripción de J.J.Albert144, el subimpulso
agresivo con los demonios y el subimpulso tierno con los ángeles. Así el hombre
número 4 que ha hecho suficiente trabajo sobre sí, suficiente purga, puede haber
avanzado hasta llegar a la cima de la ‘Montaña Sagrada’ donde se convierte en el
hombre número 5.
En el hombre número 5 nos dice Naranjo, ha nacido un yo superior. Ha
llegado a lo que parecía la cima, pero que revela una altura que está más allá y que
antes no se veía, por lo tanto es necesario descender para acceder a la cima real a la
que aún no habíamos llegado (hombre número 7). Entre ambas cimas existe un
abismo, de modo que la etapa del viaje entre ellas (número 6) constituye a la vez un
progreso y una regresión en descenso.
Podemos decir que es en esta etapa del hombre nº5 donde empieza la vía
espiritual o del Arte, donde el trabajo psicoemocional continua a través de la vía de la
creatividad, pero donde uno empieza a contactar con aquella dimensión más sutil de la
144
ALBERT
J.J.
‘Ternura
y
agresividad.
Gestalt,
bioenergética
y
eneagrama’.
Mandala
Ediciones.
2009.
139
conciencia que le va acercando o poniendo en contacto con su punto cero, de
indiferencia creativa. Y de acuerdo a la mística de San Juan de la Cruz entre la fase
iluminativa del hombre nº5 y la fase unitiva final del hombre nº7 hay una noche
oscura del alma (nº6) que es la regresión que lleva aparejado el progreso de descender
la primera cima para poder llegar a subir la cima real. Esta fase alude al momento de
retracción del ego, a la vía de ayuno que en el modelo de Peñarrubia caracteriza la Vía
del Arte.
Este esquema que apunta, como tantas veces al hablar del proceso terapéutico, no es
lineal, más bien ocurre en espiral y a veces laberínticamente.
En terapia gestalt utilizamos las técnicas supresivas para que nuestros
pacientes dejen de manipular el ambiente y se enfrenten al abismo, al vacío que al
principio es desierto porque uno no sabe cómo hacerlo después de haberse apoyado en
roles y muletas varias, pero que si perseveramos, si como terapeutas acompañamos
ese lugar de encuentro con el abismo lo suficiente en nuestros pacientes (porque
sabemos de aquella experiencia al haberla mamado y padecido en nuestras carnes de
buscadores-pacientes-aprendices) el desierto empieza a florecer, el vacío estéril se
hace fértil. Y mientras más se va uno familiarizando con este vacío fértil, más
despojado de lo accesorio y superfluo se va quedando en su estilo, en su arte de hacer
terapia, de ser persona.
Y así llega uno al hombre o mujer nº 7, al superhombre de Nietzsche y
recordemos su secuencia camello, león, niño. El superhombre es alguien que recuperó
a su niño; o en palabras del cristianismo llega uno al hombre nuevo que murió para
volver a nacer ‘en verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y de espíritu
no puede entrar en el Reino de Dios’145. O en el antiguo culto a Dionisio, otro que fue
hijo de una mortal y un dios, que muere y renace (dio-nisio, el dos veces nacido).
El hombre número 7 es alguien que sabe de ese lugar de feliz disponibilidad a lo que
la situación demanda. Es el ser humano iluminado, que ha realizado al ser.
Uno puede estar apoyado en ese lugar de neutralidad, de nada, de vacío, quietud, con
el que se familiarizó, que antes angustiaba tanto y del que uno se amigó haciendo el
trabajo al que invita Naranjo ‘hay que amigarse del vacío’ decía en un SAT.
Juanjo Albert describe este proceso a través del modelo que propone donde
encontramos el Impulso Unitario de Vida formado por dos subimpulsos: un
145
SAN
JUAN
Evangelio
según.
Capítulo
3,
versículos
3-‐5.
140
subimpulso tierno que da cuenta de todo el organismo según van apareciendo las
necesidades como emergentes en cualquiera de sus niveles (sensitivo, intuitivo,
sensorial, emocional e intelectual) y un subimpulso agresivo como opuesto a
regresivo que es la capacidad del organismo de hacer la homeostasis que le permite
buscar el equilibrio con su medio externo. Es el movimiento hacia que permite
satisfacer las necesidades del organismo, de contacto y de retirada.
Albert146 describe al individuo saludable cuando las dos funciones del Impulso
Unitario están disponibles y no bloqueadas. Si este estado del organismo permanece
estable, el individuo es sano. Y si, además, también da cuenta del nivel espiritual y
puede actuar en consecuencia libremente, el individuo puede que sea santo.
El proceso del Viaje Interior, o la Única búsqueda (utilizando el título de dos
de los libros de Naranjo) ha sido descrito y expresado a través de la mitología, del
mito del viaje del héroe que como decíamos antes es un mapa de este viaje universal y
tiene según Joseph Campbell147 cuatro funciones que abordaremos en el capítulo
siguiente.
Antes de hacer el taller de las 4 Caras, tenía para mí la mitología ese barniz
superficial con el que lo ha recubierto el mundo patriarcal que la dejaba con un ropaje
poco atractivo e interesante. Y descubrí que la transmisión oral de los mitos tiene un
sentido profundo porque no sólo se transmite una historia, sino la enseñanza profunda
y oculta que esa historia lleva consigo y que Naranjo148 ha descrito en cuatro niveles
de significado de acuerdo a Santo Tomás, citado por Dante en su Divina comedia.
Así, tenemos un nivel literal, un nivel alegórico, otro nivel moral y otro más
profundo y anagógico, haciendo uso de un término náutico que se refiere a levantar
anclas. Este nivel anagógico es el de una mente que se ha hecho a la alta mar de la
consciencia mística, y por lo tanto solo puede ser comprendido cabalmente por
personas conocedoras de la propia experiencia contemplativa.
146
ALBERT
J.
‘Ternura
y
agresividad.
Carácter:
gestalt,
bioenergética
y
eneagrama’.
Pag.
29.
Mandala.
2009.
147
CAMPBELL
J.
‘El
poder
del
Mito’.
Emece
editors.
1988
148
NARANJO
C.
‘El
viaje
interior’.
Pag.
32.
Ediciones
La
Llave.
2013.
141
6.4.- Gestalt transpersonal: espiritualidad laica.
‘De lo que estoy seguro es que las formas futuras de la experiencia religiosa serán
completamente distintas de las que ya conocemos en el cristianismo, en el judaísmo,
en el islam, que ya están fosilizadas, desvirtuadas, vacías de sentido.
Estoy seguro de que habrá otras expresiones. ¿Cuáles? No puedo decirlo.
La gran sorpresa es siempre la libertad del espíritu, su creatividad’
Y llegamos a este punto que viene a ser el centro ígneo de esta tesina. Si todos
los camino conducen a Roma, la espiritualidad laica es una Roma no a la que hay que
llegar, es más bien una Roma que ya se halla presente en cada paso del camino y que
vamos descubriendo por un proceso de desvelamiento óntico. Así la creatividad y el
arte que la T.G. propone son aspectos de una espiritualidad profunda, laica y ‘no
santurrona’.
La espiritualidad laica emana de la T.G. mientras transcurre como terapia y
mientras pasa a convertirse en filosofía de vida. Aquellas actitudes que transmitimos
en nuestras consultas, y que antes hemos mamado en otros sillones como pacientes o
en grupos de entrenamiento, pasan a incorporarse a la vida. Entonces ‘la vida es vivir
más y más que vivir’ palabras atribuidas según Naranjo149 a su amigo filósofo y
polaco Bogumil Jasinowski, que describen como cuando la T.G. se va incorporando
como una filosofía de vida reconocemos por un lado un aspecto en la vida que es
horizontal, autoperpetuante o autopoyético150. Y cuando funciona bien este aspecto
horizontal de la vida que libremente se expande, se hace manifiesto también un nivel
vertical, que es ‘más que vivir’, que es cuando la conciencia despierta al misterio del
espíritu, a la gnosis, conciencia del vacío, conciencia de la conciencia o como quiera
que se le llame, ello no interfiere con el simple vivir, sino que lo inspira.
Y cuando aparece la sabiduría, aparece también una mayor libertad; la vida se pone en
orden y todo fluye como debe fluir. Y recíprocamente, cuando todo fluye como debe
fluir (cuando todo procede armoniosamente) la mente adquiere la suficiente sutileza
para entender el misterio de su centro vacío.
Para Peñarrubia la espiritualidad laica tiene que ver con esta confianza en la rectitud
de nuestra naturaleza (que es como lo traduce Claudio Naranjo) y eso es tanto una
149
NARANJO
C.
‘Cosas
que
vengo
diciendo’.
Pag.
101.
Kier
2005.
150
Autopoyético:
capacidad
de
la
vida
para
autoorganizarse
y
autorregularse
a
sí
misma.
142
concepción de la salud como un camino a través de lo creativo, de lo artístico, para
llegar a la esencia del alma, al arte.
En el modelo de Peñarrubia contacto y espontaneidad convergen con la creatividad
como proceso que se alimenta de lo colectivo, de forma que el buscador o aprendiz
trabaja en la órbita del maestro y remite a la figura del artesano, que siempre se
inscribe en un gremio, en un grupo de pertenencia. Por otro lado la retirada y la
conciencia gestálticas convergen en el arte, remiten a la figura solitaria del artista ya
que su búsqueda es individual y personal. Ambos caminos, el de la comunión y el de
la ascesis son complementarios desde la visión integradora de la gestalt, aunque la
aspiración del primero tenga que ver más con la salud y la del segundo con la
espiritualidad. Para una mente no dualista ambos son, si no sinónimos, al menos
inseparables.
En la Mundaka Upanishad 151 hay una imagen reveladora que expresa estos dos
aspectos de la existencia:
Dos pájaros, siempre amigos y con igual nombre, subidos en el mismo árbol.
Uno de los dos toma el fruto de diferentes sabores. El otro observa sin comer.
El árbol simboliza la individualidad de cada ser humano; los dos pájaros, los
dos tipos posibles de conciencia en nuestra especie: la implicada en las necesidades y
deseos, y la que permanece distanciada, silenciosa y es sólo testigo. Hay pues dos
momentos en la estructura de nuestra relación con la realidad: uno de ellos regido
desde la necesidad y el deseo, y otro desde la distancia de la necesidad y el deseo, eso
quiere decir, desde el silencio de estos.
Sobre estos dos aspectos de la conciencia Corbí152 señala que la capacidad de
distanciamiento de nuestras necesidades al volvernos a las realidades y, por tanto, la
facultad de silenciar nuestros deseos y temores, y nuestras interpretaciones y
valoraciones, resulta ser un momento intrínseco de nuestra estructura de vivientes
culturales. Si no existiera la distancia entre la significación de la realidad y la realidad
misma, como ocurre en los animales, no nos sería posible cambiar los modos de vida,
ni serían posibles las mutaciones culturales. Estaríamos tan fijados como los restantes
animales. Se requiere, pues, un grado u otro de experiencia de la distancia de la
151
Mundaka
Upanishad
III,
1
en:
La
ciencia
del
brahman.
Trotta,
Madrid.
2000.
152
CORBÍ
M.
‘Hacia
una
espiritualidad
laica.
Sin
creencias,
sin
religiones,
sin
dioses’.
Pag.
324.
143
inmediatez de las necesidades y los deseos, que es un silenciamiento de los mismos
para la supervivencia de los humanos como especie cultural.
Gracias a esa capacidad de silenciamiento, sigue Corbí, y gracias a la experiencia no
relativa de las realidades, son posibles los cambios culturales y pueden existir las
ciencias, la filosofía, el arte y la espiritualidad. Esta capacidad de silenciamiento de la
interpretación y de la valoración de la necesidad crea un ámbito de libertad y una
peculiar calidad en la relación con las realidades que es neta y exclusivamente
humana.
En la Upanishad el pájaro que come los frutos, es el pájaro que alentamos en
T.G. a salir de la jaula través del trabajo expresivo por medio de las polaridades y de
su expresión despenalizada. El pájaro que observa es el que vamos reconociendo
primero de lejos, que luego vamos conociendo más íntima y gradualmente a través del
trabajo de ayuno y retirada. Son también como alguien ya habrá intuido Dionisio y
Apolo compartiendo caos, armonía y espacio organísmico.
Y sobre una feliz convivencia de estos dos pájaros, nos dice Naranjo153 que el
misterio dionisíaco es el misterio de la inmersión, una disolución de la mente en el
todo. Se asocia a Dionisio con el ilimitado y fluido mar, con la embriaguez mística,
con la disolución del yo. El misterio apolíneo, en cambio, es el misterio del fuego que
lo quema todo, el misterio de la muerte interior de la desidentificación respecto de la
corriente de la vida.
En su entrega a la corriente de la vida, sin embargo, Dionisio acepta la muerte,
y Apolo, en su distancia desapasionada, sirve al triunfo de la vida y de sus formas.
Uno dice: ‘yo soy eso’ (tat tuam asi) y otro dice ‘yo no soy eso’ (neti neti). Decía Lao
Tze que es un misterio cómo se encuentran esos dos, pero en la psicoterapia se hace
obvio, y añade Naranjo que la entrega y el autoconocimiento constituyen vías
complementarias y compatibles.
Los antiguos, seguramente conocieron un nivel de experiencia profunda,
propia de la madurez espiritual, en que coinciden el ‘hacerse nada’ del desapego y la
entrega a la corriente de la vida una, pues así lo sugieren sus santuarios y ritos. Así,
Naranjo nos ilustra cómo la tumba de Dionisio se encuentra en la gruta de Delfos
donde la Pitia transmitía el oráculo de Apolo.
153
NARANJO
C.
‘Cosas
que
vengo
diciendo’.
Pag.
101.
Kier
2005.
144
Por otro lado los signos iconográficos y rituales sugieren que Apolo (quien
preside los misterios menores en Delfos) y Dionisio (que preside los misterios
mayores en Eleusis) se corresponden con dos fases de un mismo desarrollo. Naranjo
destaca como revelador el que los griegos reconocían a Dionisio en el Osiris de los
egipcios así como en el Shiva de los hindúes, y a Apolo en Orus o Vishnu de los
hindúes.
El proceso del viaje interior lleva a atravesar por un periodo romántico (extático de
embriaguez divina) y a llegar a la madurez, a un nuevo periodo de nueva sobriedad
que coincide con un nuevo nivel de autocontrol (un control espontáneo esta vez) ‘que
hace menos visibles a los sabios que a los aprendices’.
Así que no puede ser de otra manera que Naranjo también reitere esta
equivalencia en importancia de los dos aspectos dionisiaco y apolíneo en la figura de
Perls, quien quedó con una imagen un tanto distorsionada, en parte por el intento de
caricatura que le quisieron hacer desde la costa este poniendo el acento más en el
aspecto dionisiaco bajo serpentina circense, y en parte por la actitud antirreligiosa de
Perls que hacía aún más desapercibido todo lo que tenía que ver con su espiritualidad
no santurrona, más al estilo de un maestro zen o un chamán. Dice Naranjo154 que
‘aunque sea cierto que Fritz Perls haya sido un gran dionisíaco, sería aún más exacto
decir que fue un cincuenta por ciento dionisiaco y cincuenta por ciento apolíneo’.
Y nos describe el camino dionisíaco como uno completamente misterioso
(frente a las ciertas formas ya prefijadas de la virtud: ciertas normas, ciertos
mandamientos, reglas o recetas del camino apolíneo), como también lo es el camino
del chamán, parafraseado con la frase del célebre rabino de Polonia que dijo, unos tres
siglos atrás “Todo lo que aprendí, lo aprendí de mi padre; él no imitaba a nadie. Yo
tampoco”. Un chamán aprende principalmente de sí mismo, de su inspiración y de su
experiencia.
Lo apolíneo, en cambio, es una actitud mental que se orienta según ciertas
formas establecidas, ciertos principios. Y señala Naranjo que no sólo en la Gestalt
sino también en el chamanismo antiguo, ambas cosas estaban presentes. Un chamán
es un guerrero disciplinado y a la vez es un extático entregado. Cada cosa en su
momento. Y pareciera que también en la psicoterapia se está llegando a una
154
‘Cosas
que
vengo
diciendo’.
Pag.
92.
Kier
2005.
145
comprensión implícita de que los polos dionisíaco y apolíneo del espíritu constituyen
una complementariedad.
146
extensa obra escrita realizó múltiples estudios de interpretación y análisis de
productos culturales desarrollando su concepción de inconsciente colectivo e
imágenes arquetípicas. Su producción es vasta pero vale la pena citar dos ensayos
donde asienta sus reflexiones en torno al camino del artista que nos interesa donde
desvela sus intereses sobre la actividad creadora, el artista y la obra de arte, cuyos
títulos son Sobre las relaciones de la psicología analítica con la obra de arte poética
(1922) y Psicología y poesía (1930).
Llamo ‘Jung el alquimista’ a este apartado aludiendo al Arte que él desarrolló
como esa rama de conocimiento espiritual esotérico (oculto) por la que Jung se
interesó y recuperó para la psicología, junto con la Qabalah, la astrología y el tarot,
traduciendo estos conocimientos herméticos a un lenguaje psicológico, logrando
introducirlos en la cultura occidental moderna y revalorizándolos. Es un conocimiento
universal procedente de las culturas de los pueblos antiguos (babilonios, egipcios,
mayas y otros) que desarrollaron un complejo sistema de pensamiento
abstracto/sagrado que se expresa fundamentalmente a través de símbolos que los
iniciados toman como fuente de conocimiento y de conexión con el sendero sagrado y
la memoria de la naturaleza, camino inaccesible por otro lado al pensamiento lógico.
Jung habla del proceso de individuación como el proceso de llegar a ser un
individuo (no-dividido) y por individualidad entendemos nuestra peculiaridad más
interna, última e incomparable, llegar a ser uno Mismo. Es también el proceso de
convertirnos en persona (Roger), de autorrealizarnos (Maslow) o integrar y cerrar
nuestras gestalten inconclusas, de reencontrarnos con la fe organísmica cuando hemos
integrado los tres centros (intelectual, emocional e instintivo).
Los arquetipos se manifiestan a nivel personal (a través de complejos, sueños,
fantasías, sincronicidades) y a nivel colectivo (como características de todas las
culturas). Jung pensaba que la tarea de cada generación es comprender en forma
diferente su contenido y efectos.
El trabajo de Jung va encaminado a reconocer y darle expresión a estos
arquetípicos, lo que nos recuerda el camino de la creatividad que hemos descrito en el
capitulo 4, donde describíamos como en T.G. la fase inicial (que tiene que ver con la
tarea de la espontaneidad) pasa por darle un buen lugar a toda y cada una de las
polaridades, identidades, y aspectos que nos conforman como seres humanos,
complejos y sencillos.
147
Jung en su análisis de la estructura de la psique, ha distinguido cuatro funciones
psicológicas que nos vinculan con el mundo exterior. Éstas son la sensación, el
pensamiento, el sentimiento y la intuición. La sensación, afirma, es la función que nos
dice que algo existe; el pensamiento nos informa sobre lo que es; el sentimiento
evalúa lo que vale para nosotros y la intuición es la que nos permite valorar las
posibilidades inherentes en el objeto o su situación.155 Por tanto el sentimiento es la
guía interna para valorar; pero sus juicios suelen estar relacionados con el exterior,
con la circunstancia empírica. Sin embargo es preciso destacar que Jung también
reconoce cuatro funciones psicológicas que abren progresivamente las cámaras
profundas de nuestra naturaleza. Éstas son 1) la memoria, 2) los componentes
subjetivos de nuestras funciones conscientes, 3) los sentimientos y las emociones y 4)
las invasiones o las posesiones, donde los componentes de lo inconsciente irrumpe en
el campo de lo consciente y toman el mando156. ‘El área de lo inconsciente, escribe
Jung, es enorme y siempre es continua, mientras que la de la conciencia es un campo
restringido de la visión del momento’. No obstante, este campo restringido es el de la
vida histórica, y no ha de perderse.
Jung distingue dos órdenes o profundidades de lo inconsciente: lo personal y
lo colectivo. Según su pensamiento, lo inconsciente personal se compone en su mayor
parte de adquisiciones, potenciales y disposiciones personales, contenidos olvidados o
reprimidos procedentes de la experiencia personal, etc. Lo inconsciente colectivo, por
otra parte, es una función que corresponde más a la biología que a la biografía: sus
contenidos son los instintos, no los accidentes de la experiencia personal sino los
procesos de la naturaleza investida en la anatomía del homo sapiens y, por tanto,
comunes a la raza humana.
Como en el Arte o en la psicoterapia, en la alquimia157 se da un proceso de
búsqueda y transformación de la Prima Materia en Oro: simbólicamente se refiere al
ego y a la esencia. Es un proceso de autoconocimiento donde lo primero que se
necesita es la materia prima, negra, de aspecto y olor desagradable, que
aparentemente no tiene ninguna utilidad, pero que encierra el potencial de desarrollo y
155
JUNG
C.G.
‘Psicología
analítica,
teoría
y
práctica’.
Pag.
11-‐14.
Nueva
York.
Pantheon
Books.
1968.
156
JUNG
C.G.
‘Psicología
analítica,
teoría
y
práctica’.
Pag.
21-‐25.
Nueva
York.
Pantheon
Books.
1968.
157
La
alquimia
es
una
de
los
cuatro
caminos
espirituales
esotéricos
(junto
con
la
Cabala,
el
Tarot
y
la
Astrología)
atribuidos
a
la
figura
mítica
de
Hermes
Trimegisto
que
vivió
en
Egipto
en
tiempos
pretéritos
a
Cristo
148
evolución. Jung decía que ‘alquimista es toda persona que se propone cambiar
internamente’; todos tenemos la posibilidad de transmutar nuestra prima materia. Para
esto es necesario romper las estructuras autocreadas a través de las diversas
experiencias y volver al origen. A través de este proceso se elimina lo viejo, lo caduco
o aquello que ya no nos pertenece pero con lo que nos sentimos fuertemente
identificados. Hacer este primer trabajo de limpieza interior implica un gran
sufrimiento, que se intensifica si nos oponemos a él. Podríamos resumirlo en ‘quiero
cambiar aquello que no quiero cambiar’. El proceso del viaje interior desde la
Alquimia se compone de tres etapas diferenciadas, simbolizadas en la alquimia
medieval por un dragón de tres cabezas, la primera negra, la segunda blanca, y la
tercera roja. Estas etapas corresponden:
1ª etapa - Nigredo o etapa de Saturno, también simbolizada por un cuervo negro.
También llamada putrefactio, corresponde al color negro dentro de la labor alquímica,
al planeta Saturno, a la muerte de Osiris (o Dionisio). Es el encuentro con la Sombra y
el Mal en sus múltiples formas de dolor, duelo, separaciones, enfermedades, prisión y
pobreza. La integración de la sombra, de las polaridades rechazadas, hacer consciente
lo inconsciente.
2ª etapa – Albedo. Es la segunda cabeza del dragón de color blanco y simbolizada
también por una paloma blanca como producto de la purificación de la prima materia
a través del Nigredo. También es llamada la fase lunar de Isis. En esta fase la
conciencia es despertada, incluye la fusión del rey y la reina, lo masculino y lo
femenino, el Sol y la Luna, el Azufre como elemento activo masculino y el mercurio
acuático como elemento pasivo femenino. Es la llamada Coniunctio, por la cual se
logra la unión de los opuestos, transformando a la mujer en un ser autosuficiente y al
hombre racional, en sensible; Es la sal como elemento químico que permite fusionar
las polaridades, gracias a su cualidad neutral. La sal como símbolo del punto de
indiferencia creativa, llamada también en la alquimia como Soror Mystique que se
expresa en la anterior etapa a través de los sueños y lo inconsciente, y a partir de esta
etapa de una manera más activa y consciente.
3ª etapa – Rubedo. Corresponde al Sol, al color rojo y a Horus (Apolo). Una vez que
se ha integrado la Sombra se procesa la fusión del Yo con la Divinidad, el ego con el
cosmos. El retorno a la fuente original. Aquí la prima materia se ha transformado en
la Piedra Filosofal que otorgaba al alquimista la energía, el poder de transmutar el
plomo en oro, la inmortalidad y el elixir de la vida.
149
Jung el artista fue alguien que llevó un diario de Mandalas haciendo todo un
trabajo de investigación de su propio mundo interno con dicho material. A la vez era
alguien que se construyó su propia torre de piedra al lado del lago donde le gustaba
retirarse para ponerse en contacto con la naturaleza y con las profundidades de sí
mismo. En su autobiografía158 ‘Recuerdos, sueños y pensamientos’ Jung describe
como entra en contacto con los contenidos de sus sueños y visiones, la oscuridad y
riqueza de su psique y el enfrentamiento con sus dudas y temores. En concreto apunta
a que las imágenes que el inconsciente le proporcionó durante los años 1912-1920
fueron ‘la materia prima de un trabajo que duró toda la vida’, embarcándole en su
viaje del héroe a la búsqueda de las respuestas a las inquietudes que las teorías y los
dogmas no habían podido ofrecerle.
Jung era alguien que se interesó profundamente por la meditación y por las
tradiciones espirituales a través de las cuales pudo traer a la vida su aportación
artística como una manera de entender la relación de ayuda que iba más allá de la
curación de síntomas sino que se proponía como una posibilidad de ayudar al héroe a
hacer su viaje.
‘El secreto de la creación artística y de la efectividad del arte reside en el
retorno al estado de participación mística, ese nivel de experiencia que vive el
hombre y no el individuo, y donde la felicidad y el dolor de un solo ser humano no
cuenta, sino la existencia humana.’159
158
JUNG
C.G.
‘Recuerdos,
sueños
y
pensamientos’.
Seix
Barral.
2001.
159
JUNG
C.G.
‘El
hombre
modern
en
busca
de
su
alma’.
150
6.5.2.- Paul Goodman, el socioterapeuta de estado.
Nos dice la enciclopedia libre en internet que Paul Goodman (1911 – 1972)
fue sociólogo y escritor, un activista anarquista estadounidense, adscrito a la llamada
New Left norteamericana. Nacido en Nueva York, hecho que le marcó y le influenció
mucho en el desarrollo de su pensamiento, fue partidario de las estructuras
comunitarias y de la no violencia, siendo una referencia clave de la contracultura de
los años 1960s. Y que tuvo, asimismo, un papel destacado en el desarrollo, junto a
Fritz Perls y Laura Perls, de la Terapia Gestalt.
Ivan Illich le ha definido160 como el estudioso de los clásicos, el anarquista y el
maestro profesor subrepticio de una generación de americanos.
Aparte de sus obras de ficción y de poesía, Goodman escribió unos cuarenta
libros sobre la educación, la vida en la ciudad, el urbanismo, los derechos de los
menores, la política, la crítica literaria, entre otros. Se manifestó abiertamente
bisexual, declaración que le causó no pocos problemas, entre ellos laborales, y fue
uno de los pioneros del movimiento gay de principios de la década de 1970.
Tengo que reconocer que hasta esta tesina sólo conocía a Goodman como
alguien muy relevante para los gestaltistas de las costa este y que había participado de
una manera importante en la creación de una de las primeras publicaciones sobre
Terapia Gestalt junto con Hefferline y Perls a petición de este último. Más allá de la
polémica y rivalidad existentes entre la gestalt de la costa este y oeste, entre Goodman
y Perls, y quienes nos identificamos con uno u otro, quiero centrarme en lo que hace
de Goodman alguien semejante a Perls, a Jung o a Naranjo, como artista. Alguien que
también llegó a alumbrar su arte propio entregándolo al mundo como un bien o
servicio.
Paul Goodman se movía dentro de los círculos de la contracultura y era alguien muy
reconocido que ya poseía una escritura afilada y lúcida. Fue por esto por lo que Fritz
Perls acudió a él en los años 50 para pedirle su colaboración para poner por escrito las
tesis iniciales que Perls iba desarrollando sobre la terapia gestalt en aquel momento.
De aquella colaboración nace una nueva faceta en Goodman que será la de terapeuta
que ejercerá dentro del Instituto de Cleveland y que le llevará a unos diez años de
práctica profesional de la gestalt y que podemos decir sería el germen de lo que
160
Tomo
parte
de
la
cita
con
la
que
Ivan
Illich
escribe
en
la
contraportada
de
‘Aquí,
ahora
y
lo
que
viene’
de
Stoehr,
Taylor.
Sobre
la
vida
y
obra
de
Paul
Goodman.
‘gestaltista’
lo
añado
yo,
Illich
no
lo
refiere.
151
podemos considerar el arte de Goodman, lo que iba a traer al mundo como una de sus
creaciones más relevantes. Podemos hablar de dos historias dentro de Paul Goodman,
como en todo artista donde en una vida caben tantos lugares diferentes. Hay un
Goodman que participó en la reformulación de las ideas de la terapia gestáltica, y hay
otro que tiene que ver con la forma en que su propia práctica como terapeuta lo
161
cambió y condujo finalmente a una nueva vocación que Stoehr llama
socioterapeuta de Estado. Goodman tuvo un temprano interés en el psicoanálisis, e
hizo una defensa de las ideas de Wilhelm Reich por las que se sintió absorbido.
Además de la psicoterapia otros asuntos ocuparon tanto o más su atención: su
creciente compromiso con la política de la no violencia, su ambivalente romance con
el Living Theatre, su devoción a su arte y sus esfuerzos por ver su obra publicada, así
como su entrega a su familia y al círculo de amigos y discípulos que constituían su
comunidad.
Stoehr enfatiza la contribución que Goodman hizo a la teoría de la terapia gestáltica
titulando el libro que escribe sobre él ‘Aquí, ahora y lo que viene’. La insistencia de
Goodman en el darse cuenta, o la percatación sólo puede desarrollarse plenamente en
un presente en transcurso. De ahí su vivo compromiso con el imprevisible mundo de
lo que viene, a diferencia de la radicalidad del aquí-ahora de Fritz.
Fue también Goodman una persona de dimensión política y considera Stoehr la
terapia gestáltica la base necesaria para la posterior carrera de Goodman como crítico
social y filósofo político. Y podemos decir que aquí es donde el Goodman artista
aporta su arte más genuino, como ‘socioterapeuta de estado’ participando activamente
en el levantamiento de los años 60 (germen de tantas cosas) a través de la Nueva
Izquierda en la que enunció el punto de vista utópico y práctico de ese notable
movimiento político. Y aquí, las percepciones y experiencia terapéutica de la Gestalt
moldearon sus ideas al respecto que ofreció a la comunidad de su país a través de un
incansable compromiso político.
La dimensión compasiva de Goodman encontró su cauce como servicio a sus iguales
a través de la reivindicación desde su compromiso político, centrándose mucho en la
no violencia y en el ámbito educativo. Recordemos también el vivo interés que tuvo
Goodman en la experiencia educativa de Summerhill162 de A.S. Neill en Inglaterra.
161
STOEHR
T.
‘Aquí,
ahora
y
lo
que
viene’.
Pag.
31.
Cuatro
Vientos.
1997.
162
NEILL
Z.
‘Summerhill
hoy’.
Editorial
Litera.
2012.
Libro
escrito
por
la
hija
de
Neill.
152
Goodman también había trabajado con niños y adolescentes en comunidades aisladas
donde, entre otras cosas, dirigió obras teatrales como herramienta terapéutica para el
elenco y el público. También había dirigido talleres literarios y participado en
colectividades editoriales anarquistas.
Bernard Vincent163 lo describe como alguien explosivo aunque lleno de sensatez,
utopista pero incrustado en lo real, revolucionario pero conservador, marginal aunque
no extremista, Goodman es inclasificable y, por consiguiente, molesta. Y podemos
atisbar su mirada compasiva y reconocer la belleza de este artista en uno de sus
escritos del final de su vida:
‘Para que la hierba siga verde y los ríos estén limpios, para que los niños
tengan una mirada luminosa y buen color – cualquiera sea su color – y los hombres
no se vean maltratados y puedan ser ellos mismos, creo que con mucho gusto
prescindiría de todas las otras ventajas de orden político, económico y
tecnológico’164
163
BERNARD
V.
‘Paul
Goodman
o
la
recuperación
del
presente’.
Pag.
293.
Kairós.
1977.
164
Ibidem
153
6.5.3.- Claudio Naranjo. Maestro, héroe y niño divino.
La primera vez que supe de Claudio Naranjo fue por una foto suya que vi en la
Casa Grande (Burgos) en julio de 1998. No estaba haciendo un SAT, sino una semana
de retiro con mi Escuela de Cuarto Camino que entonces alquilaba el lugar una
semana o dos para poder hacer esta parte de trabajo en retiro. No había ninguna
conexión formal entre la escuela en la que yo estaba y Naranjo, y habíamos llegado
allí porque alguien había descubierto ese lugar, pero nadie de aquel grupo en el que
participaba conocía los SATs o el trabajo de Claudio. Vi su foto y alguno de sus libros
publicados, me quedé con la copla del eneagrama de la que yo conocía algo por la
enseñanza de Gurjdieff en la versión más general de sus libros.
Pasarían dos años para que yo llegara a la Terapia Gestalt y me volviese a encontrar
con referencias a Claudio Naranjo, a su programa SAT y a aquel lugar en Quintana de
Valdivieso que yo había conocido y donde de refilón, me había cruzado con Claudio
Naranjo, y con los sateros que habrían de llegar cuando mi grupo de la escuela
abandonara la Casa Grande y fuese sustituido por el programa SAT que allí se ha
venido haciendo y que entraría en la siguiente quincena.
Por otro lado Claudio Naranjo es artista en el sentido más formal de la palabra:
su faceta de músico pianista, le ha servido para penetrar también en la comprensión de
la música de los grandes compositores que él nombra como ‘los profetas
contemporáneos de occidente’ y hacernos saber cómo la música sirve para el
encuentro con lo sagrado y tantas cosas más.
Titulo también este apartado con ‘niño divino’ que es parte del título de uno de
sus primeros libros que leí y que tanto me conmovió por cómo nos presenta una
selección de cuentos para niños que esconden a la mirada del adulto ignorante una
enseñanza que nos va desvelando. ‘Sólo se ve correctamente con el corazón’ le dijo el
zorro al principito en el famoso cuento que allí Claudio ilumina. Podemos decir que
es alguien que a través de su vida y su guía nos va mostrando el camino que le lleva a
uno a ver con el corazón y a abrirlo.
Y no sólo el corazón, también a recuperar el instinto que la cultura patriarcal
nos ha enseñado a desterrar. Niño divino en el sentido de habitar también ‘la fierecilla
interna’ tan necesaria para una buena vida. Si Huxley enfatizaba la necesidad de ser
como anfibios que pueden pasar del medio líquido al terrestre de una manera adaptada
en relación al mundo de la emoción y del intelecto, o al mundo del cielo y de la tierra;
Naranjo nos enseña a actualizar nuestro anfibio para poder ir de aquí hasta allí y
154
volver según necesitemos, porque aquí y allí como dice la Upanishad, ‘Eso eres tú’, y
Naranjo es alguien que nos ayuda a recordarlo.
Conocer la enseñanza de Naranjo ha sido siempre una inspiración en mi
búsqueda, primero a través de la EMTG, la escuela donde me formé, donde su
enseñanza estaba implícita porque allí ningún profe hablaba del eneagrama. Sí que
mencionaban a Claudio de vez en cuando, para reconocer su autoridad en aquella
enseñanza, traer alguna de sus afirmaciones de sabiduría, o su mirada sobre algún
tema específico. Por lo demás yo sentía la importancia que aquel hombre tenía para
mis profes de formación. Luego me fui enterando que los profes no hablaban de
aquella enseñanza, más bien la practicaban silenciosamente.
Luego fue mi madre quién me ha ido descubriendo tantas puertas de interés
para la búsqueda fruto de la suya propia (la escuela, la gestalt en la EMTG, Claudio y
los sats). Mi madre hizo primero los sats y me transmitió algo de lo que allí se cocía.
Las ganas ya las tenía una vez que yo andaba ya haciendo la formación en gestalt pero
su experiencia y entusiasmo también iluminó el reconocimiento que yo iba haciendo
de aquella fuente viva.
Por otro lado estaban sus libros que yo iba leyendo con fruición quedando
cada vez más asombrado, flipado, maravillado por la profundidad y diversidad de los
conocimientos de aquel hombre. Creo que es en la tapa trasera de ‘Carácter y
neurosis’ donde un autor en una reseña le describe como ‘el más erudito de los
chamanes y el más chamán de los eruditos’.
Así que lo que pueda decir de Naranjo quedará corto y será no exhaustivo porque
Claudio Naranjo es, podríamos decir, como un diamante con su miríada de lados que
brillan y reflejan la luz.
Claudio Naranjo es un Artista y es un maestro de Artistas en el sentido que propone
esta tesina. En varias ocasiones ha sido presentado como pontífice que quiere decir
‘constructor de puentes’ y yo suscribo esa definición para este apartado. Pues ha sido
alguien cuyo arte ha servido para unir, religar, tantas cosas, ámbitos en apariencia
lejanos o sin mucha relación.
Así por ejemplo ha unido e integrado la vía de la psicoterapia y los caminos
tradicionales espirituales siendo su programa SAT una muestra de esta creación que
como él ha dicho puede definirse como ‘una práctica de la meditación en un contexto
dionisíaco’. Esta aportación ha sido crucial para que se haya ido dando una re-
espiritualización de la psicoterapia que había perdido la psique (alma en griego) como
155
objeto de su estudio. Así que hablar de espiritualidad dentro de la Gestalt o del
contexto SAT es natural y habitual.
Y en este sentido ha sido un puente de transmisión de enseñanzas de ambos
mundos, espiritualidad y psicoterapia. Claudio ha sido un viajero incansable de los
mundos de fuera y de los de dentro, y su enorme capacidad intelectual para abrazar
desde una comprensión profunda los caminos del budismo (en sus tres yanas), del
sufismo, chamanismo, taoísmo, judaismo, mística cristiana, mitología etc no sólo
como ávido lector de escrituras sagradas y enseñanza espiritual, sino por haber
recorrido estos caminos en tradiciones vivas bajo la guía de un maestro. Nos ha
abierto la puerta al camino de la integración y de la heterodoxia enriquecedora frente
a la ortodoxia de algunos representantes del camino espiritual que sólo reconocen el
propio, mirando los ajenos con displicencia.
Y si la capacidad intelectual de Claudio le ha valido para incorporar tantas y
variadas enseñanzas a ese nivel de profundidad podemos hablar también de su mirada
compasiva y de su corazón que son lo que le han ido llevando a dar, a compartir sus
muchos aprendizajes, a ofrecer una guía en el camino a modo de bodhisattua, que
trata de ayudar a sus hermanos menores que desean despertar pero no saben cómo.
Aunque lo he mencionado en varias ocasiones en esta tesina, vuelvo a destacar
en relación a la Terapia Gestalt la labor de reconocimiento profundo de sus elementos
constitutivos que ha ido haciendo desde que fuese discípulo de Perls hasta nuestros
días a través de sus escritos. Si tomamos la Gestalt como un árbol, Naranjo nos ha
acercado un microscopio que nos permite entender cómo es la savia que lo recorre,
cuáles son sus raíces, y el tipo de fruto artístico espiritual que este árbol puede dar. Y
así reconocemos que su savia inmemorial es la misma que recorre el árbol del
taoísmo, que sus raíces penetran en Nietzsche a través de Salomo Friedlaender y nos
pone en contacto con el antiguo culto de Dionisio y de Apolo. Y también que sus
raíces penetran en la tierra del arte donde el artista como el chamán velan y cuidan de
la salud a base de recuperar el contacto organísmico.
Y para finalizar, como ya hemos ido comentando en algún apartado, Claudio ha sido
un puente hacia la comprensión del Viaje del Héroe expresado en los mitos de todos
los tiempos y nos ha enseñado a leer más allá de la lectura literal, la alegórica y la
anagógica que es un mapa del camino que nos lleva al origen.
156
6.6.- La nueva Orden de Toledo.-
Cierro este capítulo con mi propia experiencia de iniciación artística, narrando
la iniciativa que pusimos en marcha en Toledo en los años 90 de resucitar la “Orden
de Toledo” fundada el día de San José en 1923 por los iluminados alumnos de la
Residencia de Estudiantes republicana (Lorca y su hermano Paquito, Dalí, Alberti,
Buñuel, Teresa León y una exaltada discípula de Unamuno, Ernestina González)
como una actualización del espíritu dionisiaco.
Un acto creativo que supuso empezar a invocar el espíritu de Dionisio sin yo saberlo
fue resucitar con los amigos de mi ciudad aquella Orden de Toledo. Tenía 19 años y
andaba estudiando psicología en Madrid cuando cayó en mis manos la autobiografía
de Luís Buñuel ‘Mi último suspiro’165 y al saber de la Orden de Toledo que fundara
quedé fascinado y resuelto a resucitarla con ese ánimo surrealista y como homenaje a
aquellos jóvenes artistas.
Cuenta Buñuel que para acceder al rango de caballero había que amar Toledo sin
reserva, emborracharse por lo menos durante toda una noche y vagar por las calles.
Los que preferían acostarse temprano no podían optar más que al título de escudero.
Quedé prendado con la lectura de esta experiencia como para querer resucitar esta
orden que de alguna manera me reconciliaba con mi ciudad en un momento donde
andaba yo alejado y peleado por su dureza de piedra, fruto de la tradición eclesiástica
más rancia (recordemos que en Toledo vive el cardenal primado de España) y del
rancio abolengo más militroncho, que entonces hacían de mi juventud universitaria
una necesidad airosa de poner tierra de por medio. La orden de Toledo me vino a
reconciliar con esta ciudad, saber que cabían otras maneras de relacionarme con un
lugar, a la manera del artista que puede convertir la piedra, el horizonte y la jarra de
cerveza en símbolos de un viaje hacia dentro.
A Buñuel la idea de fundar la Orden de Toledo le vino de una visión. En ella se
encuentran por casualidad dos grupos de amigos que se van a beber por las tabernas
de Toledo. Buñuel forma parte de uno de los grupos. Se pasea por el claustro gótico
de la catedral, completamente borracho, cuando, de pronto, oye cantar a miles de
pájaros y algo le dice que debe entrar inmediatamente en los carmelitas, no para
hacerse fraile puntualiza, sino para robar la caja del convento. Así que se va al
convento, el portero le abre la puerta y viene un fraile. Le habla de su súbito y
165
BUÑUEL
L.
‘Mi
ultimo
suspiro’
pag.
89-‐97.
Ed.
Mondadori
1982.
157
ferviente deseo de hacerse carmelita. El portero, que sin duda ha notado el olor a vino,
le acompaña a la puerta. Al día siguiente de esa visión Buñuel funda la Orden de
Toledo.
Su regla era muy simple: ‘cada uno debía aportar diez pesetas a la caja común por
alojamiento y comida. Luego había que ir a Toledo con la mayor frecuencia posible y
ponerse en disposición de vivir las más inolvidables experiencias’.
Preferían hospedarse lejos de los hoteles convencionales, casi siempre en la Posada de
la Sangre donde Cervantes situó La ilustre fregona.
‘A menudo, en un estado rayando en el delirio, fomentado por el alcohol, besábamos
el suelo, subíamos al campanario de la catedral, íbamos a despertar a la hija de un
coronel cuya dirección conocíamos y escuchábamos en plena noche los cantos de las
monjas y los frailes a través de los muros del convento de Santo Domingo. Nos
paseábamos por las calles, leyendo en alta voz poesías que resonaban en las paredes
de la antigua capital de España, ciudad ibérica, romana, visigótica, judía y
cristiana’166
Quisimos invocar al duende que poblaba los corazones de aquellos artistas e hicimos
en Toledo la versión más cercana y libre que quisimos. Se trataba de compartir un
espacio de espontaneidad con lo que cada uno quisiera traer, y hacerlo en el lugar
público, como años atrás hacían ellos, que solían quedar en la Venta del Aire de
Toledo, lugar cerca de la muralla de Toledo pero del lado de fuera, justo por donde
pasa el aún más antiguo circo romano. Y mantener el vestuario que ellos proponían
que se resumía en ir en bolas y cubrirse con una sábana blanca y beber vino blanco de
Yepes.
El recuerdo de aquel momento siempre me ha inspirado a ir más allá, a darme permiso
para encontrar nuevas maneras de relacionarme con la realidad, a descubrir cuál es la
mirada del artista, una mirada que se descubre cada día, a cada momento, porque
siempre es nueva, clara y limpia.
‘Los caballeros de la orden no iban a la ciudad en busca de detalles que embobaban
a los turistas, sino de experiencias personales. En vez de alojarse en los hoteles
señalados por las Guías, se acomodaban en las Posadas de la Hermandad, de a
Sangre, entre arrieros, burros y telarañas, que seguían siendo los mismos que en
tiempos de los Reyes Católicos o de Cervantes. Cenaban y bebían sin continencia y se
166
BUÑUEL
L.
‘Mi
ultimo
suspiro’
pag.
91.
Ed.
Mondadori
1982
158
lanzaban luego al laberinto de las callejuelas que, desde luego, estaban menos
alumbradas que ellos. Hacían mofa de los monumentos consagrados, pero besaban
las piedras porque las habían pisado generaciones y razas y mucha gente como ellos,
los Grecos, Lopes de Vega, Cervantes, Herreras, Quevedos, Calderones, alucinados e
inquietos. Buscaban sitios de miedo; caminaban esperando sorpresa’167.
167
VILA J.M. El Nacional, artículo publicado en México, 12-10-1947
159
7.- Las Cuatro Caras del Héroe: el abordaje gestáltico
simbólico según Paco Peñarrubia.
‘En la actualidad es el artista el transmisor del mito, quien interpreta para nosotros
la divinidad inherente a la naturaleza, las cosas no visibles. Es función del artista
como chamán. Pero tiene que ser un artista que comprenda la mitología y la
humanidad’.
Joseph Campbell169
168
PEÑARRUBIA
P.
Citado
en
‘Terapia
Gesetalt.
La
vía
del
vacío
fértil’.
Pag.
293.
Alianza.
1998
169
CAMPBELL
J.
‘El
poder
del
mito’.
Pag.
148.
Emecé
Editores.
1991.
160
Las Cuatro Caras del Héroe es el taller creado por Paco Peñarrubia en el que
aborda su modelo de trabajo gestáltico simbólico. Un taller que como describe170,
empezó siendo un enfoque gestáltico de la creatividad, enfatizando lo que tienen de
artístico y creativo las técnicas gestálticas, así como una concepción de la creatividad
que no tuviera que ver con el ‘Arte’ en mayúsculas ni con el estereotipo de la
originalidad a toda costa, sino con la esencia gestáltica de ser uno mismo.
El germen de este taller según ha apuntado en alguna ocasión, data de los
primeros años 80 en una escuela de salud en verano que tenía lugar en Formentera. En
este taller Peñarrubia fue incorporando aportaciones de su propia cosecha así como de
otros a los que da reconocimiento por ello en el capítulo donde expone este trabajo
(‘Terapia Gestalt. La Vía del Vacío Fértil’, en la edición publicada en 1998): de
Michel Katzeff , Antonio Asín, Albert Rams y Claudio Naranjo están más o menos
presentes en lo que ha sido la creación de este abordaje gestáltico simbólico.
El esquema del taller es circular, configurado por varios cuartetos que se
distribuyen en cada punto cardinal como veremos en el siguiente esquema.
Organizado todo ello dentro de una experiencia vivencial, en grupo intensivo,
haciendo un recorrido de autodescubrimiento por estas cuatro caras del héroe o
aspectos individuales a la vez que universales.
La circularidad alude a la noción de ciclo, a través de los cuales, el héroe va
haciendo su viaje. El círculo es el símbolo por antonomasia de un ciclo, a la vez es
una imagen en la que no hay principio ni final. El circulo de la vida donde transcurren
las estaciones del año hasta la eternidad. Es alfa y omega, la fuente y el destino,
muerte y renacimiento.
El círculo, dice Jung, expresa la totalidad de la psique en todos sus aspectos,
incluida la relación entre el hombre y la naturaleza. Podemos decir que cada ciclo en
este abordaje representa una oportunidad de aprendizaje que nos lleva del ámbito de
la circunferencia del círculo (creatividad: ser esto y su contrario), al centro (arte: ser
uno mismo).
La serie de cuartetos a partir de los que Paco propone este trabajo son:
• Los cuatro elemento: tierra, agua, fuego y aire, con que los primeros filósofos
trataron de explicar el universo.
170
Ibidem.
246.
161
• La visión holística de la gestalt concibe al ser humano como la interrelación
del cuerpo (sensación), emoción, intelecto y espiritualidad.
• Los cuatro oficios mitológicos: agricultor, navegante, guerrero y guía como
figuras arquetípicas para explorar cuatro aspectos del individuo a la manera de
polaridades gestálticas con las que jugar creativamente.
• Los cuatro primeros chakras según los describe Antonio Asín.
• Los mecanismos neuróticos y su reconversión creativa en términos de
tradición, conocimiento, disciplina y trascendencia.
162
Las Cuatro Caras del Héroe es un taller vivencial en el que también hay un
componente de transmisión oral de toda una enseñanza que Paco Peñarrubia encarna
porque la ha hecho suya. Esta enseñanza presenta muchas facetas y niveles de lectura
y está dirigida a nutrir los cuatros aspectos que conforman al ser humano (cuerpo,
emoción, intelecto y espiritualidad); la exposición a esta enseñanza supone la
vibración de alguna, varias o todas las cuatro cuerdas. Con independencia de que cada
día se enfoca un aspecto por separado atendiendo el énfasis particular de cada uno.
Así también esta enseñanza nos lleva a entender la noción de autorregulación
organísmica, que va de la mano del aspecto situacionista de la terapia gestalt.
La fe organísmica implica que uno puede echar mano de según que instancia
interna para responder a la situación. Si la situación requiere de mi agresividad,
respondo con ella; si lo que necesita es de mi humor o de mi ternura podré conectarme
a aquellos lugares también y darles cauce. Esto será así en la medida en que confío en
esta sabiduría organísmica.
En Las Cuatro Caras del Héroe vamos comprendiendo que aquella confianza
organísmica no es sólo cognitiva, no basta con pensarlo ‘voy a tenerle fe a mi
organismo’, también hay que sentirlo emocionalmente y sensarlo corporalmente. Es
por tanto una confianza en la manera de relacionarnos con nuestro mundo emocional,
sensorial e intelectual.
La comprensión que suscita el taller es que la fe organísmica es la suma de estas tres
partes puestas al servicio de nuestra confianza más profunda o autorregulación
organísmica, que es más que la suma de sus partes.
Y en ese sentido aprendemos a reconocer dentro de nosotros los cuatro oficios
mitológicos que allí son presentados como arquetipos que hablan de maneras de
ocupar el lugar propio en un mundo compartido, y que hablan también de una manera
de hacer el camino de la búsqueda. Cuatro maneras de estar en la tierra que son a la
vez cuatro maneras de unirnos con el cielo.
La transmisión oral que hace Paco de los grandes mitos es un emocionante viaje en el
que nos va llevando de la mano desde el nivel literal (circunferencia del círculo) de la
historia que nos está contando, hasta desembocar en el nivel anagógico171 (centro del
171
Anagógico,
uno
de
los
cuatro
niveles
de
comprensión
mística
(además
de
literal,
moral
y
alegórico)
que
explica
Claudio
Naranjo
en
‘El
viaje
interior’
(La
Llave
2013)
es
un
término
náutico
que
se
refiere
a
levantar
anclas.
Este
nivel
anagógico
es
como
el
de
una
mente
que
se
ha
hecho
a
la
alta
mar
de
la
consciencia
mística,
y
por
lo
tanto
solo
puede
ser
comprendido
cabalmente
por
personas
conocedoras
de
la
propia
experiencia
contemplativa.
163
círculo) donde podemos vislumbrar una comprensión oceánica resultante de ver la
vida y entenderla a través de un sentido profundo. En estos cuatro niveles de lectura
(literal, moral, alegórico y anagógico), como dice Naranjo, encontramos y recibimos
enseñanzas y comprensiones diferentes. Podemos reconocer el aspecto esotérico
(oculto) en el significado del mito, como un mensaje que hay que decodificar.
El proceso del Viaje Interior, o la Única búsqueda (utilizando el título de dos
de los libros de Naranjo) ha sido descrito y expresado a través del mito del viaje del
héroe que como decíamos antes es un mapa de este viaje universal, una de cuyas
versiones contemporáneas es la psicoterapia. Sobre el Mito, Joseph Campbell172
describe cuatro funciones.
- La primera es la función mística: la que nos hacer advertir cuán maravilloso es el
universo, y qué maravilla eres tú, y te hace experimentar un pavor reverencial ante
este misterio. El mito abre el mundo a la dimensión del misterio, a la comprensión del
misterio que subyace en todas las formas. Si pierdes eso, ya no tienes mitología. Si el
misterio se manifiesta en todas las cosas, el universo se transforma, como lo era antes,
en una imagen sagrada. Siempre estás frente al misterio trascendental a partir de las
condiciones de tu mundo real.
- La segunda es una dimensión cosmológica: nos muestra cuál es la forma del
universo, pero la muestra de tal modo que el misterio se hace patente. Hoy, tendemos
a pensar que los científicos tienen todas las respuestas. Pero los grandes científicos
nos dicen: ‘no, no tenemos todas las respuestas. Les estamos diciendo cómo
funciona…pero no sabemos qué es’.
- La tercera función es sociológica: fundamentar y validar un cierto orden social. Y
aquí es donde los mitos varían enormemente de un lugar a otro. Podemos tener toda
una mitología para la poligamia, toda una mitología para la monogamia. Cualquiera
de las dos puede estar bien. Depende de dónde estés tú. Es esta función sociológica
del mito la que se ha impuesto en nuestro mundo.
- Y hay una cuarta función del mito, y es la que Campbell nos exhorta más a
interesarnos: la función pedagógica, la enseñanza de cómo vivir una vida humana
bajo cualquier circunstancia. Los mitos pueden enseñártelo, nos dice.
Parafraseando a Huxley173, el mito permite el ayuntamiento en una sola unidad
expresiva de todo un conjunto de partes diversas, incluso en apariencia
172
CAMPBELL
J.
‘El
poder
del
Mito’.
Emece
editors.
1988
173
HUXLEY
A.
‘Sobre
la
divinidad’
pag.
253.
Ed.
Kairós.
1999.
164
inconmensurables e incompatibles, de nuestra existencia. Las aglutina y las expone
unitariamente como un todo indisoluble, exactamente tal y como las experimentamos.
165
Hice el taller de Las Cuatro Caras del Héroe en julio de 2002 dentro del marco
de la formación en terapia gestalt de la EMTG. Fue una experiencia seminal, profunda
y reparadora en muchos sentidos. Es además un rito de paso que implica ese punto
intermedio de cuatro días entre el antes y el después, consecuencia del profundo
trabajo que se hace en el eje horizontal (aspecto psico-emocional-corporal) y en el eje
vertical (aspecto espiritual).
De mi experiencia hace ahora 12 años recuerdo que:
- Me permitió sacar del armario algunas de mis polaridades más rechazadas hasta
entonces, mi deseo de notoriedad y exhibicionismo por un lado, y mi agresividad
escondida, fundamentalmente.
- Me permitió reencontrarme con el profundo placer que subyace a todo trabajo
artístico que uno desarrolla sin el juicio ni la exigencia. El placer de la espontaneidad
como vía sagrada y dionisíaca. Así, a través de las herramientas de la arte-terapia
recuperé algo de mi león y de mi niño, y de mi capacidad para jugar y crear.
- Me encontré y me enamoré de la mitología, aprendí a mirar con los ojos del mito y
aplicar esta mirada a cada historia, película, canción, paciente... que se me ponía por
delante. Y suele ser esto un común denominador en la mayoría de quienes han hecho
este trabajo. Queda uno hechizado por la sabiduría que encierran las grandes
narraciones de la humanidad, y sigue haciendo su búsqueda también a través de ellas.
- En este taller creo que fue la primera vez que pude entender de manera cabal la
polaridad dionisíaco-apolínea de la gestalt y de la búsqueda espiritual. Hasta entonces
había leído y me había acercado a través de la formación en gestalt, pero fue aquí
donde la comprensión no sólo fue de cabeza, también de cuerpo y emoción. Y en ese
sentido entender el aspecto espiritual en esta polaridad me permitió entender cómo
había sido mi camino de búsqueda hasta el momento, que había bebido más en las
fuentes del Guerrero y el Guía, y no tanto en las del Navegante y el Agricultor.
Reconocer con rotundidad la importancia de cada uno de los cuatro aspectos en la
búsqueda fue otra de las joyitas que me llevé como cosecha.
Luego he vuelto a hacer el taller como tutor de grupo de formación (2009) y
desde hace dos años como colaborador de Paco en este trabajo que suele impartir
cuatro o cinco veces al año. Y me sigue sorprendiendo la capacidad que tiene este
trabajo (aunque lo haga uno desde el lugar de colaborador) para seguir iluminando
aspectos de la dificultad en mi camino, o para profundizar en la comprensión del
proceso terapéutico y de mi búsqueda espiritual.
166
Las Cuatro Caras del Héroe es como el espejo mágico que te devuelve una
imagen actualizada de cada una de tus caras arquetípicas (agricultor, comerciante,
guerrero y guía) en cuatro niveles de profundidad (literal, moral, alegórico y
anagógico).
Y si esto ocurre, tiene que ver con la maestría del transmisor, Paco Peñarrubia,
maestro y artista de la vía del vacío fértil, que acompaña con una mirada limpia donde
caben el negro, el blanco y la gama de los colores. Y de quien aprendo a mirar con los
ojos del corazón los procesos y avatares del héroe. De quien aprendo también la fe
organísmica que se manifiesta de manera sencilla y profunda, y que se expresa como
una sabiduría compasiva que ilumina los pasos de aquellos que están cruzando el
puente hacia sí mismos.
167
8.- CONCLUSIONES. (19 conclusiones y una reflexión).
168
6.- Abrir el mundo de la fantasía a un espacio libre de juicio es el primer paso para ir
reparando y reencontrándonos con una imaginación libre y primigenia cuya naturaleza
podemos considerar más receptiva que activa en cuanto que implica un no hacer, un
espacio de disponibilidad para que las imágenes, palabras, versos, símbolos…de
instancias más arcaicas y profundas emerjan y se hagan conscientes.
7.- La terapia gestalt como arte la describo como el profundo desempeño gestáltico
del terapeuta donde entiendo desempeño no sólo como el verbo que alude a la acción
terapéutica, sino a la capacidad de Ser, equivalente al ‘arte de ser uno mismo’ en su
estilo terapéutico. Si ‘ser terapeuta es ser uno mismo y viceversa’ también cuando el
terapeuta hace arte de su oficio corresponde al arte de ser uno mismo.
8.- La terapia como arte está vinculada a la polaridad apolínea que representa el otro
50% de la gestalt.
9.- La terapia como arte requiere de ayuno y vaciamiento de uno mismo, ligado al
cultivo y práctica del punto de Indiferencia Creativa. Es la consecuencia de haber
transitado a menudo y con conciencia por el ámbito de la creatividad y sus
polaridades.
10.- La terapia como arte requiere de paciencia, revisión constante y de horas de vuelo
(regla de oro de los 10 años). Se manifiesta a través de una experiencia de no-hacer
interior para adaptarse a la necesidad que la relación con el paciente o grupo está
demandando.
11.- La terapia como arte es la huella digital artística de un terapeuta, la única,
irrepetible, inimitable (claro que se puede imitar pero será otra cosa, una imitación)
manera de hacer terapia de un terapeuta gestáltico de acuerdo al estilo por carácter, y
a la integración del haber vital como persona, en toda la inmensa amplitud del
concepto ‘haber vital’.
12.- La terapia como arte respecto a su naturaleza comparte el mismo principio que el
camino del artista o del místico (cultivo del vacío fértil, silencio interior, budhi, gran
mente) lo que hace de ella un camino profundamente espiritual y compasivo puesto
que se recorre a través de la relación de ayuda.
13.- El terapeuta artista desarrolla su arte, el arte de ser uno mismo y transmitir esa
experiencia a sus pacientes. La transmisión en el gestaltista va ligada al estilo, que es
la manera peculiar de ser por carácter y biografía. Llegar a aceptar ser como uno es, es
la meta, que a su vez es el camino de esta filosofía de vida tan cercana a la antigua
filosofía taoísta ‘no hay meta, la meta es el camino’.
169
14.- La espiritualidad laica que la T.G. propone se puede describir también con las
palabras del filósofo polaco Bogumil Jasinowski ‘la vida es vivir más y más que vivir’
aludiendo al momento en la vida en que aparece la sabiduría como consecuencia de
un cuidado organísmico de la salud, y al aparecer la sabiduría aparece también una
mayor libertad; la vida entonces se pone en orden y todo fluye como debe fluir. Y
recíprocamente, cuando todo fluye como debe fluir (cuando todo procede
armoniosamente) la mente adquiere la suficiente sutileza para entender el misterio de
su centro vacío.
15.- El contacto y la espontaneidad convergen con la creatividad como proceso que se
alimenta de lo colectivo, de forma que el buscador o aprendiz trabaja en la órbita del
maestro y remite a la figura del artesano, que siempre se inscribe en un gremio, en un
grupo de pertenencia. Por otro lado la retirada y la conciencia gestálticas convergen
en el arte, remiten a la figura solitaria del artista ya que su búsqueda es individual y
personal. Ambos caminos, el de la comunión y el de la ascesis son complementarios
desde la visión integradora de la gestalt, aunque la aspiración del primero tenga que
ver más con la salud y la del segundo con la espiritualidad. Para una mente no dualista
ambos son, si no sinónimos, al menos inseparables.
16.- Por tanto la Terapia Gestalt además de servir para curar síntomas o cuidar la
salud en un sentido más profundo, sirve también a la búsqueda de la verdad, aquella
verdad que decían los vedas que es una y con múltiples maneras de llegar, tantas
como personas. Podemos llamarlo aspiración de ‘ser uno mismo’ como sinónimo de
autorrealización, o como Peñarrubia nos sigue diciendo, la vía de la estética que ‘los
artistas traducen por la búsqueda de su propio estilo, su propia voz’174.
17.- La Terapia Gestalt como polaridad apolíneo-dionisiaca alude al misterio; según
Naranjo: el misterio dionisíaco es el misterio de la inmersión, una disolución de la
mente en el todo. Se asocia a Dionisio con el ilimitado y fluido mar, con la
embriaguez mística, con la disolución del yo. El misterio apolíneo, en cambio, es el
misterio del fuego que lo quema todo, el misterio de la muerte interior de la
desidentificación respecto de la corriente de la vida.
18.- El proceso de búsqueda y encuentro del arte (gestáltico en este caso) se hace a
través de una relación, terapeuta-paciente, maestro-artesano, maestro-discípulo donde
174
Peñarrubia
P.
Terapia
Gestalt.
La
vía
del
vacío
fértil’
Alianza
Ed
2008.
p.
299
170
se actualizan las palabras del célebre rabino ‘todo lo que sé, lo aprendí de mi padre, él
no imitaba a nadie, yo tampoco’. En Terapia Gestalt tenemos también la presencia
(generalmente son varias) de alguien con quién fuimos aprendiendo el arte de ser uno
mismo, donde se fue haciendo la transmisión por contagio de las actitudes que
cuidamos y cultivamos. El florecimiento de estas actitudes no será por la vía de la
imitación.
19.- El abordaje gestáltico simbólico de Paco Peñarrubia de Las Cuatro Caras del
Héroe es un trabajo circular que permite la exploración y la expresión del participante
dentro de sí a través de un viaje grupal, donde cabe encontrarse con su creatividad y
con su arte.
Reflexión: La Terapia Gestalt nació en el seno de la contracultura y del arte en dos
momentos y lugares diferentes, primero en el Berlín de los años 20 quedó inseminada,
tuvo su posterior parto en el Nueva York de los años 50, y su primer encuentro con la
vida en la California de los años 60. Nació por tanto de un movimiento artístico con
un profundo carácter contestatario hacia lo que podemos hoy denominar ‘cultura
patriarcal’, causa de tantos males entonces y ahora.
La Terapia Gestalt sigue sirviendo como espoleador y despertador de conciencias de
quienes a ella se acercan. Y a quien no sólo se acerca, sino que se compromete a
través de la filosofía de vida que propone, le acaba llevando por la senda de un
proceso que tiende a desembocar en una mirada compasiva que se ocupa no sólo del
propio bienestar, sino del ajeno y en última instancia, del bienestar para el mayor
número posible de seres.
La Terapia Gestalt como cualquier otro movimiento, por muy contracultural que sea,
no está exenta de pasar (en descripción de Weber) de una fase carismática a otra
burocrática caracterizada por la prepoderancia de las formas en detrimento del fondo,
del núcleo, o la esencia. La Terapia Gestalt seguirá siendo novísima como la definía
Naranjo en el título de su libro, si estamos atentos a saber percibir cuándo ciertas
formas de organización pueden conllevar riesgos de burocratización. Y aunque la
competencia (de Fritz Perls con Freud, y de Fritz Perls con Laura Perls) es un factor
que ha estado presente desde el mismo origen de la gestalt, y creo además que dicha
competencia ha posibilitado su ulterior desarrollo como la gestalt que conocemos hoy
para bien, considero también que no todos los tipos de competencia hayan de ser igual
de beneficiosos para la calidad de la gestalt a transmitir.
171
9.- BIBLIOGRAFÍA.-
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