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Este documento resume las principales etapas del realismo español desde la década de 1850 hasta la década de 1890. Incluye el realismo idealista de la década de 1850 caracterizado por elementos costumbristas y una división entre buenos y malos; el realismo propiamente dicho de la década de 1870 que intentó describir la realidad de manera más objetiva; el realismo naturalista de la década de 1880 influenciado por Zola pero que rechazó el determinismo; y el realismo espiritual y simbolista de la década de 1890 que per
Este documento resume las principales etapas del realismo español desde la década de 1850 hasta la década de 1890. Incluye el realismo idealista de la década de 1850 caracterizado por elementos costumbristas y una división entre buenos y malos; el realismo propiamente dicho de la década de 1870 que intentó describir la realidad de manera más objetiva; el realismo naturalista de la década de 1880 influenciado por Zola pero que rechazó el determinismo; y el realismo espiritual y simbolista de la década de 1890 que per
Este documento resume las principales etapas del realismo español desde la década de 1850 hasta la década de 1890. Incluye el realismo idealista de la década de 1850 caracterizado por elementos costumbristas y una división entre buenos y malos; el realismo propiamente dicho de la década de 1870 que intentó describir la realidad de manera más objetiva; el realismo naturalista de la década de 1880 influenciado por Zola pero que rechazó el determinismo; y el realismo espiritual y simbolista de la década de 1890 que per
La etapa denominada como realismo idealista empieza en 1849 con la
publicación de La gaviota, de Fernán Caballero, y se caracteriza por una abundante presencia de elementos costumbristas, un estilo claro y sencillo, así como diálogos realistas. Los relatos de este realismo suelen ser escritos con un propósito moral y presentan un mundo dividido entre buenos y malos, por lo que la objetividad es muy limitada, hecho que los aleja de la clasificación dentro del campo propiamente realista. Los escritores más importantes son: Cecilia Böhl de Faber, conocida como Fernán Caballero, o Pedro Antonio de Alarcón con El sombrero de tres picos.
Realismo propiamente dicho (años 70)
El realismo propiamente dicho empieza en 1868 con La fontana de oro de
Benito Pérez Galdós. Los autores que se inscriben dentro de este movimiento pretenden describir la realidad de manera más objetiva que los anteriores, por lo que no se alejan del dualismo anterior (y por eso sus obras son “novelas de tesis”), y se centran en descripciones más ricas y precisas, que, en cuanto a los personajes, se caracterizan por el minucioso análisis psicológico que supone en muchos casos el hecho de “dejarlos” actuar con libertad, de modo que su comportamiento dependa de las circunstancias en que viven y su propia psicología.
Los escritores realistas son: Juan Valera, con novelas como Pepita Jiménez o Juanita la larga; José Mª Pereda (Peñas arriba y Sutileza) o Benito Pérez Galdós.
Realismo naturalista (años 80)
Aunque se adoptan algunos de los rasgos del Naturalismo de Zola
(experimentación, crítica social, personajes sórdidos y desagradables, observación detallada de la realidad...), el verdadero Naturalismo no tuvo arraigo en España por el rechazo del rasgo fundamental de esta corriente literaria: el determinismo, tanto biológico como social. El realismo naturalista en España comienza con la publicación de una serie de artículos bajo el título La cuestión palpitante, de Pardo Bazán. Algunas novelas naturalistas de interés son La desheredada de B. Pérez Galdós, Los pazos de Ulloa y La madre naturaleza, de Emilia Pardo Bazán, o La Regenta, de Leopoldo Alas, “Clarín”.
Realismo espiritual y simbolista (años 90).
Por desencanto del materialismo, se acentúa el idealismo de los personajes y
pierde importancia la descripción de la realidad, como en Nazarín, de Galdós, o Su único hijo, de “Clarín”