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FILOSOFIA
11°
2019
INTRODUCCION
Esta es la tesis concreta sobre este tema: El hombre tiene una gran diferencia
sobre los animales y es claramente por su capacidad lingüística, es decir, por su
capacidad simbólica (pues al fin y al cabo el lenguaje no es más que un sistema
de símbolos). La capacidad simbólica del hombre se sintetiza en que es el único
animal capaz de referirse mediante substitutivos a algo que está ausente. Los
animales pueden utilizar señales, pero no símbolos es una gran diferencia
bastante notoria; una señal indica un suceso futuro y desencadena la subsiguiente
conducta, por ejemplo, cuando un león reconoce el olor de una gacela, eso es
señal para él de comida y desencadena la conducta adecuada. Pero los animales
no son capaces de crear sus propios substitutivos para referirse a algo que está
alejado de momentos o espacialmente, esto sólo le está dado a los seres
humanos, y es lo que se ha nombrado “capacidad simbólica”. Lo seres humanos
crean toda clase de símbolos que sirven para cambiar a los elementos naturales, a
experiencias, a emociones a pensamientos o momentos... todo esto conforma un
universo metafísico un universo simbólico.
Eso con que el ser humano se refiere a algo otro, es decir, los substitutivos, los
símbolos pueden ser de muchas maneras, pueden ser retratos o imágenes,
esquemas, gestos, conductas completas... pero, sin duda, la capacidad simbólica
del hombre, tiene su expresión más característica y auténtica en el lenguaje. El
lenguaje está formado por todo un conjunto de símbolos que le permiten al
hombre referirse al mundo físico o inventar cuantos mundos se le antojen.
Cualquier acción del hombre, cualquier tipo de experiencia que este pueda sufrir,
se da dentro de este universo: cualquier experiencia es una experiencia religiosa,
estética, lingüística, o de cualquier otro tipo, pero simbólica. Todas nuestras
conductas y experiencias son simbólicas, es decir, tienen un significado, expresan
algo que va más allá de la mera conducta o experiencia. Nuestra vida no se limita
a un mero actuar para conseguir lo necesario para sobrevivir, como es el caso de
los animales, todas nuestras conductas tratan de expresar algo, tratan de dar a lo
que hacemos y a lo que nos rodea un significado una trascendencia. Esto queda
patente en que ya desde el principio de nuestra existencia una de las primeras
cosas que hicimos fue pintar las paredes de nuestras con símbolos tratando de
dotar a nuestra conducta de una trascendencia mayor que el mero sobrevivir.
CONCLUSION
Se logra llegar al acuerdo ya que a partir del texto es entendido que al símbolo
como una necesidad para enfrentar la creciente complejidad de la existencia en
sociedad, una realidad creada por el hombre mismo, de la cual ya no puede
escapar dado el tramado cerrado en el que se ha articulado en función de lo
mismo. El lenguaje, reflejo de nuestra acción reflexiva, es la experiencia que nos
ha llevado a evolucionar hacia lo conceptual y abstracto. Y también podemos
llegar a la conclusión claramente de que el lenguaje humano no está formado por
señales, sino por símbolos lo que nos diferencia de los animales dicho
anteriormente . Los símbolos son un tipo especial de signos en los que no existe
ninguna relación entre el significante y el significado; son absolutamente
convencionales. esto permite que los seres humanos, creadores de símbolos,
sean capaces de construir representaciones completamente abstractas y
absolutamente nuevas. La capacidad de inventar símbolos es lo que precisamente
le permite al ser humano imaginar mundos distintos, crear realidades imaginarias
(y después llevarlas a cabo).
BIBLIOGRAFIA
Orígenes y significado
Tradicionalmente desde Aristóteles al hombre se le ha caracterizado por su uso de
la razón (animal racional) o por su sociabilidad natural (animal político). Sin
embargo, para Cassirer la especifidad del ser humano, lo que diferencia del resto
de animales, no está en su naturaleza física o metafísica, sino en su obra.
Cassirer defiende que el hombre no puede ser considerado un sujeto de estudio,
sino que para comprenderlo hay que llevar a cabo un análisis del
universo simbólico que ha creado históricamente.
Así pues el hombre debe ser definido como animal simbólico. Sobre este
argumento, Cassirer procuró entender la naturaleza humana explorando cada uno
de sus símbolos en todos los aspectos de la experiencia humana. La religión, la
ciencia, el lenguaje, los mitos, la ética, la política y el arte conforman nuestro
universo simbólico.
Su trabajo es recogido en la obra de tres volúmenes Philosophie der
Symbolischen Formen(1923–9, traducido como Filosofía de las formas simbólicas)
y su conclusión en su obra Un Ensayo sobre el Hombre.