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ENTREVISTA A LUIS CAMNITZER

“Global Conceptualism
fue algo intestinal e
incontrolable, al mismo
tiempo que presuntuoso
y utópico”

El incisivo artista uruguayo radicado en Nueva York Luis Camnitzer1


reflexiona –en exclusiva para este número de ramona– acerca de
la recuperación del conceptualismo latinoamericano que ha tenido
lugar en la última década, y en la que ha estado fuertemente
implicado a partir del hito Global Conceptualism. Points of Origin,
1950s-1980s (exposición en el Queens Museum of Arts de Nueva
York, 1999) y de su reciente libro Conceptualism in Latin American
Art: Didactics of Liberation.

1> Luis Camnitzer (1937): artista y actualmente el curador pedagógico de Art: Didactics of Liberation (2007), ambas
uruguayo radicado en Nueva York desde la Fundación Iberé Camargo en Porto publicadas por University of Texas Press
1964. Es Profesor Emérito de la State Alegre. Como artista representó al (esta última se publicará en español bajo
University of New York at Old Westbury. Uruguay en la Bienal de Venecia en 1988 el título de Didáctica de la liberación: Arte
Fue curador de artistas emergentes en el y participó en la Whitney Biennial de 2000 conceptual en América Latina, por HUM,
Drawing Center de Nueva York, curador y la Documenta XI. Es autor de New Art of Montevideo y CENDEAC, Murcia).
pedagógico de la 6ta Bienal de Mercosur Cuba y Conceptualism in Latin American

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Fernando Davis2 Luis Camnitzer: Creo que hay varios facto-


res que confluyeron en esto. Uno es el pro-
Fernando Davis: En la década del noventa ceso de cambio que sufrió la crítica del arte
el arte latinoamericano asiste a un proceso en América Latina de los cincuenta en ade-
de visibilidad incipiente en los grandes cen- lante. De una tradición que seguía el modelo
tros de arte. Este proceso no constituye, in- poético, con Jorge Romero Brest, se pasó a
dudablemente, un desarrollo unitario, sino una teoría más formalista y en línea con la
atravesado por conflictos donde se dirimen crítica teórica de los centros hegemónicos.
discursos, posicionamientos y proyectos po- Luego vino la conciencia más política y so-
líticos no sólo diferentes entre sí, sino inclu- ciologizante al estilo de Marta Traba y pro-
so antagónicos. En este contexto se inscri- bablemente también de mi generación, con
ben un conjunto de intervenciones críticas intentos de una crítica de historia intelectual;
que toman cuerpo en publicaciones y pro- y después, la generación de Ticio Escobar,
yectos curatoriales, coincidentes en la Gerardo Mosquera, Gustavo Buntinx y
apuesta por poner en cuestión y desmontar otros, que con todo lo anterior también in-
las representaciones de “lo latinoamericano” tervinieron activamente con grupos de artis-
dirigidas (y administradas) desde los centros. tas y dieron una estructura teórica a la pra-
Una característica común de estas iniciativas xis dentro de la cual funcionaban. Hoy se ha
es la discusión del arte latinoamericano fuera logrado ver todo eso en conjunto y con una
de parámetros de corte esencialista. ¿Cuál perspectiva histórica que nos vacunó contra
es tu interpretación de este proceso? las manifestaciones del exotismo original-
mente exigido por los centros hegemónicos.
2> Fernando Davis: investigador, curador Nacional de La Plata y de la Facultad de doctoral en elaboración se centra en el
independiente y profesor de la Facultad Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la conceptualismo argentino de los sesenta
de Bellas Artes de la Universidad Universidad de Buenos Aires. Su tesis y setenta.

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La Bienal de la Habana, especialmente en implícita de que la producción artística es


sus primeras cinco versiones durante las un bien internacional con ambiciones glo-
décadas del ochenta y noventa, cementó el balistas. No importa aquí si las obras de los
proceso al crear un foro internacional alter- sesenta están siendo mitificadas más allá
nativo, no contaminado por el mercado in- de la importancia que pudieran tener en su
ternacional y permitiendo y estimulando la momento. Importa que sean metáforas y
producción local. Se produjeron además ejemplos para una ideología y una tarea a
dos muestras fundamentales en la década seguir en el día de hoy.
del noventa que también ayudaron al proce-
so. La primera fue Ante América organizada FD: Dentro de esta dirección “sociologizan-
por Gerardo Mosquera, Carolina Ponce y te” que señalás me parece pertinente incluir
Rachel Weiss, que comenzó en Bogotá y otros dos nombres, el del crítico mexicano-
luego viajó a Estados Unidos y tuvo el pro- peruano Juan Acha y el del filósofo argenti-
pósito manifiesto de dar una imagen latino- no Néstor García Canclini (en este caso,
americana generada desde América Latina pienso en algunos escritos tempranos su-
mediante una muestra que invirtiera el pro- yos, como “Vanguardias artísticas y cultura
ceso de importación-exportación tradicio- popular”, publicado en 1973 por el Centro
nal. La segunda fue Global Conceptualism, Editor de América Latina). Ambos propusie-
Points of Origin, organizada por Jane Far- ron una temprana lectura de las prácticas
ver, Rachel Weiss y yo, que tuvo el propósi- latinoamericanas desde un enfoque vincula-
to de descentralizar la historia del concep- do a la sociología del arte o la historia so-
tualismo y sacarla del reloj hegemónico pa- cial del arte, claramente ajeno a los plante-
ra permitir la aparición de las historias loca- os de corte formalista. En cuanto a las ex-
les. Nuestro punto de vista fue entender el posiciones, Encounters/ Displacements.
conceptualismo como un fenómeno que se Luis Camnitzer, Alfredo Jaar, Cildo Meireles,
produjo en una federación de provincias, en curada por Mari Carmen Ramírez y Beverly
donde el tradicional centro hegemónico es Adams en la Archer M. Huntington Art Ga-
una provincia más entre muchas. Eso ayudó llery en 1992, aunque posiblemente con una
a revelar que muchas manifestaciones den- visibilidad y un impacto mucho menores
tro de una estrategia conceptualista se pro- que Ante América, también apostó a poner
dujeron antes en lugares considerados peri- en cuestión esta “otredad” latinoamericana
féricos que en los autodefinidos como cen- configurada desde los centros.
tros, y que otros movimientos locales “pos-
teriores” (China y Corea, entre otros) fueron LC: Estoy de acuerdo con Juan Acha, lo
igualmente válidos y no derivativos. omití porque en realidad nunca lo leí en pro-
Personalmente, creo que todavía falta dar fundidad (un poco hermético para mí) y por
un paso importante que es asumir la res- eso no lo tengo en la punta de la lengua. A
ponsabilidad de lo local. No lo digo en el Néstor no lo cité porque me parece que su
sentido chauvinista y esencialista de lo na- importancia es más general, es en términos
cional, sino en el sentido de la comunica- de un análisis cultural y menos en el campo
ción con la comunidad circundante. La revi- más específico del arte.
sión de los sesenta argentinos me parece Encounters/ Displacements fue el producto
una tarea excelente para este propósito. Tu- de una idea de Alfredo Jaar. Alfredo es muy
cumán arde es un ejemplo claro para esta amigo mío y muy amigo de Cildo [Meireles],
actividad porque se separó de la necesidad y yo no conocía a Cildo personalmente en

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esa época. Alfredo quería que nos conocié- mente para ingresarlo al canon. Pero por
ramos y así reunir tres generaciones de con- otro, está el evento como una ruptura de la
ceptualismo latinoamericano (1966, 1969, actividad artística. En mi libro sobre con-
1979). La muestra funcionó muy bien (Cildo ceptualismo uso a Tucumán arde y a los Tu-
y yo somos muy amigos y las otras amista- pamaros para estudiar la frontera entre arte
des continúan), pero creo que el catálogo y política. Tucumán arde sale del arte y cru-
que diseñó Alfredo, con los textos de Mari za la frontera para convertirse en un instru-
Carmen y de Beverly tuvo más repercusión mento político. La guerrilla tupamara sale
que la muestra misma. Como muestra, tuvo de la política y (sin proponérselo manifiesta-
más importancia y repercusión teórica Hete- mente) ingresa en el campo del arte dando
rotopías, la muestra que Mari Carmen hizo una dimensión estética a la actividad del
con su marido Héctor Olea en el Reina Sofía combate removedor. Esta frontera y sus
y que luego se armó aún mejor en el Museo transgresiones son una referencia mucho
de Houston3. Y también está el ensayo que más reveladora para el arte latinoamericano
Mari Carmen escribió para la muestra latino- que las discusiones formalistas hegemóni-
americana del MoMA en 19934. cas de la misma época. Es por ahí que Tu-
cumán arde no se congela a pesar de los
Tucumán arde y Tupamaros, esfuerzos de meterlo en el canon.
entre el arte y la política
FD: Me gustaría que amplíes la lectura que
FD: En tu respuesta anterior, mencionaste la hacés de la guerrilla tupamara. Si en el caso
“mitificación” de las obras de los sesenta. de Tucumán arde este desbordamiento ra-
Me pregunto en qué medida tal mitificación dical de la esfera del arte y el pasaje a la
no está clausurando la potencialidad crítica acción política constituye, sin lugar a du-
de estas prácticas al congelarlas en una das, una apuesta consciente dentro del pro-
suerte de afuera-de-la-historia, ¿en qué for- grama del grupo, explicitada (por otro lado)
mas este devenir “mito” de gran parte de es- en un cuerpo nada desdeñable de textos y
tas obras (sin lugar a dudas paradigmáticas) manifiestos, en el caso de Tupamaros este
no está cancelando sus efectos críticos en el “ingreso en el campo del arte” que parece
presente? El caso de Tucumán arde es clave invertir el gesto de Tucumán arde no consti-
al respecto, en tanto su mitificación parecie- tuye, como señalás, una búsqueda explici-
ra ser inseparable de su ingreso al canon. tada en el programa de la guerrilla, sino una
atribución de sentido que parte de tu misma
LC: En cuanto al problema de la mitificación interpretación de esa experiencia.
de Tucumán arde, éste tiene dos partes. Por En “Arte colonial contemporáneo”, publica-
un lado está la mitificación artística, la ubi- do en la revista Marcha en 1970, ya plante-
cación del evento como “obra”. Esta ubica- ás ciertos problemas comunes entre la ac-
ción va en beneficio de una historia del arte ción de la guerrilla urbana y el trabajo del
consumista y es allí que a lo mejor Tucumán artista. Ese mismo año, según mencionás
arde es inflado más allá de lo que fue, justa- en la entrevista de Blake Stimson (publica-

3> Heterotopías. Medio siglo sin lugar: Fine Arts, 2004). Twentieth Century (Nueva York, Museum
1918-1968 (Madrid, Museo Nacional 4> Se refiere a “Blueprint Circuits: of Modern Art), editado por Waldo
Centro de Arte Reina Sofía, 2000) e Conceptual Art and Politics in Latin Rasmussen.
Inverted Utopias. Avant-Garde Art in America”, publicado en el catálogo de la
Latin America (Houston, The Museum of exposición Latin American Artists of the

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da en la antología que este autor preparó món Rodríguez, el maestro de Simón Bolí-
con Alexander Alberro5), proponés una suer- var. Dado a los aforismos social y educacio-
te de “linaje” o “genealogía”: “Dadá - Situa- nalmente críticos, Rodríguez creó una for-
cionismo/ Tupamaros - Conceptualismo”, ma caligramática de escritura que precede
que retomás en tu libro reciente Conceptua- a Mallarmé en tres cuartos de siglo y que
lism in Latin American Art: Didactics of Li- tiene como único fin el evitar la erosión de
beration. ¿Podrías explayarte al respecto? la información en el camino que se recorre
de su mente a la mente del lector. Entender
LC: Los Tupamaros no pensaban solamente a Rodríguez, entonces, te abre una ruta en
en términos de eficiencia militar sino en có- la que también caminan Huidobro, Nicanor
mo maximizar la comunicación para con- Parra, de Andrade, Alejandro Jodorowsky,
cientizar a la gente. Como no era un movi- Paulo Freire, la teología de la liberación, los
miento que tuviera como meta la toma del Tupamaros, León Ferrari, Tucumán arde,
poder sino actuar de catalizador para que la Cildo Mereiles, el grupo CADA, etc. O sea,
gente lo tomara, se preocupaban por la de- por lo menos para este fenómeno, no cabe
nuncia del abuso de poder, la ridiculización un análisis estilístico y disciplinario. El análi-
de un gobierno corrupto y crecientemente sis limitado nos pondría una vez más dentro
autócrata, y la imagen que las operaciones de una historia del arte hegemónica, con lo
creaban en el público. Con todas esas co- que se desvirtúa el significado local de una
ordenadas funcionado, las operaciones te- historia nuestra.
nían un plus estético que trascendía la ope-
ración militar estricta del tipo que por ejem- Global Conceptualism como estrategia
plo profesaba Marighela en Brasil por la
misma época. La Operación Pando, un cor- FD: Entiendo que proponés una discusión
tejo fúnebre que ocupó la ciudad de Pando del conceptualismo en América Latina fuera
por unas horas y quizás el mejor ejemplo de de los parámetros hegemónicos, de las
esto, fue diseñada por Mauricio Rosencof, asignaciones de sentido diagramadas por
quien antes de ingresar a la guerrilla era un los grandes centros de arte. Ahora me pre-
conocido director de teatro. gunto, en primer lugar, qué problemas po-
El linaje que me citás viene de la idea de dría acarrear la utilización de la misma cate-
que el conceptualismo en América Latina goría “conceptualismo” en la consideración
no se origina por influencias estilísticas he- de las prácticas de la escena latinoamerica-
gemónicas sino que es todo un sistema de na, teniendo en cuenta que se trata de una
estrategias artísticas y no artísticas que sur- categoría construida desde el “centro”,
gen como respuesta a crisis e interrogantes desconocida o desestimada (cuando no en-
locales. Por lo tanto no es algo que se en- fáticamente impugnada) por los artistas de
tiende analizando la forma de las obras, si- la región en los sesenta. Cabe incluso pre-
no las ideas e ideologías que están atrás. guntarnos por toda una serie de nociones
Hay que integrar entonces el pensamiento que estos artistas propusieron en el período
político, la pedagogía y la poesía y mirar el al reflexionar sobre sus obras, mucho antes
fenómeno con ojos interdisciplinarios. En el de que éstas fueran leídas como concep-
libro en realidad comienzo el linaje con Si- tuales. Entonces, ¿qué riesgos involucra la

5> Stimson, Blake. “‘Dada – situationism/ with Luis Camnitzer”, en: Alexander Conceptual Art: A Critical Anthology,
tupamaros – conceptualism’: an interview Alberro y Blake Stimson (eds.). Cambridge, The MIT Press, 1999.

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opción por la categoría conceptualismo al dentro de la historia del arte universal, el


definir las prácticas latinoamericanas y qué conceptualismo como estrategia creó un
cuestiones posibilita activar? quiebre en la apreciación de todo arte y en
En segundo lugar, me preocupa la reduc- el comportamiento del artista no importa en
ción de la complejidad de estas prácticas qué geografía se encuentre. Significa que
(en tanto que potencial efecto “no deseado” hoy toda obra de arte tiene que ser vista
de investigaciones como la tuya) a una como la respuesta a una pregunta y no co-
suerte de reverso del conceptualismo del mo un objeto hedónico, no importa cuándo
centro, su cosificación al interior de un rela- o dónde fue hecha. Y significa también que
to “otro”, configurado como una suerte de todo artista (al menos en las culturas grosso
mera alteridad disidente. modo occidentales y no fundamentalistas)
tiene que tomar responsabilidad personal
LC: Creo que el problema que planteás se de la obra que hace, ubicado dentro de un
soluciona con la diferenciación entre “arte discurso más amplio que el objeto mismo.
conceptual” y “conceptualismo”. “Arte con- Creo que este esquema ayuda a mantener y
ceptual” se refiere al estilo formal que ca- generar complejidades en lugar de simplifi-
racteriza a los movimientos euro-norteame- car y empobrecer las cosas. Claro que siem-
ricanos. “Conceptualismo” se refiere a una pre que uno resiste, por definición, está res-
estrategia de creación donde lo que importa pondiendo a una situación y por lo tanto
es la proposición y solución de problemas y permitiendo que lo resistido influencie tus
en donde la forma no es un recurso estilísti- actividades. En ese sentido, sí, está el peli-
co sino el envoltorio visualizable (o no) de gro de que se construya una nueva estruc-
una solución. Esta separación fue muy im- tura que en cierto modo depende de la he-
portante cuando organizamos la muestra gemonía aun si se la está combatiendo. Es
Global Conceptualism. No me acuerdo una de las consecuencias del colonialismo y
quién fue el más insistente en acentuar esta el pos-colonialismo. Sin embargo, no veo
diferencia, posiblemente fuera Peter Wollen, otra solución (salvo totalmente ignorar las
quien era el curador para EEUU y Canadá. dinámicas colonizadoras) para crear una ba-
Entonces, estoy completamente de acuerdo se que sanamente conduzca a la indepen-
en impugnar el término “arte conceptual” dencia. Cuando escribí el libro, claro que caí
como aplicable a nuestros países. “Arte en la alteridad disidente que mencionás.
conceptual” es un fenómeno mayormente Creo que fue inevitable. Pero la intención, en
pos-minimalista que prosigue el reduccio- última instancia, fue la de articular lo que
nismo formal de la abstracción precedente. creo son parámetros propios y no depen-
En cambio, en los países no hegemónicos dientes para ayudar la generación de una
en la misma época (y antes y después) el identidad cultural que nos sirva a nosotros y
arte se producía respondiendo a crisis parti- no al mercado hegemónico. O sea, ayudar a
culares (muchas veces políticas) con estra- sacar el énfasis que se pone en la produc-
tegias particulares (muchas veces subversi- ción de objetos para ponerlo en la formación
vas e ilegales) que formalmente se superpo- de una cultura de utilidad comunitaria local.
nían al ejercicio formal hegemónico. Por lo Todo esto puede sonar un poco a una forma
tanto, “conceptualismo” no es un término de utopía sesentista, pero qué le vas a ha-
estético sino uno que se refiere a un orde- cer, después de todo soy y seguiré siendo
namiento de prioridades. Mientras que el ar- un izquierdista de la década del cincuenta.
te conceptual es una marquita anecdótica

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FD: Quisiera detenerme en Global Concep- escribir un ensayo (que finalmente terminó
tualism. Points of Origin, 1950s-1980s, ex- siendo mi libro). En algún momento com-
posición cuya curaduría estuvo a tu cargo, partí ese texto con Rachel Weiss y Jane
junto con Jane Farver y Rachel Weiss. Pre- Farver, ambas muy amigas mías. Jane en
cisamente esa diferencia que señalás entre esos momentos era curadora en el Queens
arte conceptual y conceptualismo forma Museum y sugirió que hiciéramos una
parte de los puntos de partida teóricos que muestra basada en el texto. La idea inicial
ustedes tres discuten en la introducción al era explorar la frontera entre arte y política y
catálogo de la muestra. GC es una exposi- hacer una muestra en donde se mezclaran
ción sin lugar a dudas emblemática en la reportajes con guerrilleros y obras que tra-
comprensión del conceptualismo como pro- taban de trascender el arte o la política.
yecto político y en tanto que fenómeno cu- Luego entró la realidad museística. Nadie
ya complejidad desborda los relatos hege- nos financiaría ese tipo de proyecto, que
mónicos del arte conceptual, centrados en fue evolucionando más pragmáticamente.
las prácticas anglo-norteamericanas y en el Era más fácil quedarnos del lado artístico
modelo lingüístico-tautológico. En primer del problema e internacionalizar la partici-
lugar, ¿podrías contarme en qué consistió el pación. Fue entonces que decidimos hacer-
proyecto curatorial de la muestra y de qué la “global”. Armamos entonces un equipo
manera trabajaron en las distintas seccio- de once curadores especialistas en cada re-
nes que articularon su recorrido? Luego, gión. Mari Carmen Ramírez fue la encarga-
¿por qué optaron por hablar de “concep- da para América Latina, Okwui Ewensor pa-
tualismo global” en un proyecto cuya ra África, Peter Wollen para EEUU y Cana-
apuesta crítica fue problematizar los relatos dá, etc. Para Europa occidental elegimos a
consensuados del arte conceptual, para ac- Claude Gintz para darle la oportunidad de
tivar las diferencias de cada contexto? La “corregir los errores” que había hecho en
idea de “puntos de origen” me parece su- L‘art conceptuel: une perspective, la mues-
mamente productiva, porque posibilita pen- tra que organizara en 1989. Esa muestra,
sar los conceptualismos no hegemónicos justamente enfocando en el “estilo”, había
fuera de un esquema binario en el que las ignorado las periferias artísticas. Cuando lo
periferias parecieran adoptar o adaptar las llamé literalmente le ofrecí esa oportunidad,
poéticas del centro. Por último, ¿qué balan- un poco como examen. Si aceptaba, pasa-
ce hacés hoy de GC, a cerca de diez años ba, y efectivamente se rió y dijo que sí. Nos
de su presentación en el Queens? interesaba porque sabíamos que Gintz
aceptaba al Situacionismo y conocía bien el
LC: La historia de la muestra fue curiosa movimiento, y nos interesaba mucho incluir
porque todo empezó con la exposición Bri- ese pensamiento en la exposición.
de of the Sun que organizara Catherine de Mi balance sobre la muestra es muy subjeti-
Zeguer en el Museo Real de Bellas Artes de vo. Por un lado, sigo pensando que hubiera
Amberes en 1992. Nos conocimos en 1991 sido interesante seguir la primera idea de
y discutimos mucho la organización de su explorar más enfocadamente la frontera bo-
muestra. Ella me sugirió que anotara todas rrosa entre arte y política, no importa si en
mis críticas e ideas ya que podrían servir América Latina o en el mundo entero. Por
para otra exposición. Fue una manera fina otro lado, creo que hicimos un poco de me-
de rechazar mis objeciones, pero me llevó lla en el esquema imperante que era impe-
a, primero, hacer listas de cosas y, luego, a rialista y nocivo. En su momento comentá-

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bamos entre los tres que la exposición sola- explicás este surgimiento más o menos si-
mente serviría si se lograba que todas las multáneo de los conceptualismos en puntos
exposiciones posteriores organizadas en el del globo tan apartados?
mundo aceptaran la visión descentralizada
que estábamos proponiendo. Bueno, obvia- LC: Encontrar un título sexy para la muestra
mente no lo logramos. Pero pienso que por fue una de las cosas más difíciles y fue una
ejemplo Beyond Geometry, una muestra ex- tarea que no terminó demasiado exitosa-
celente que se hizo en 2004 en Los Angeles mente. El título lo pusimos después de pla-
Museum of Contemporary Art y fue organi- neada la muestra, ya a punto de hacer el
zada por Lynn Zelevanky, no hubiera sido catálogo. La idea de puntos de origen fue
posible sin el precedente de la nuestra. Fue para subrayar la descentralización de la ac-
una exposición más enfocada en lo global, tividad conceptualista. Habíamos usado co-
pero igualmente descentralizada. La nuestra mo paradigma el 68 francés y nos pusimos
mantenía las identidades regionales en una a buscar en qué año se produjo una ruptura
actitud federativa. En estos últimos dos equivalente en los distintos lugares. Así fue
años se organizaron cantidad de simposios a fines de los 1950 en América Latina cuan-
alrededor de nuestra exposición, o sea que do se dio una corrección de la Reforma Uni-
parece que dejó alguna marca entre las versitaria de Córdoba, 1981 en Corea, 1989
nuevas generaciones de curadores, y eso en China, etc. Dentro de eso se dieron va-
nos hace sentir muy bien. GC nos llevó cin- riaciones debido a distintas dictaduras y cir-
co años de trabajo y frustraciones, y yo fui cunstancias. Lo que importaba era que de-
el que sufrió menos porque como era el que terminadas crisis generaron respuestas que
tenía menos experiencia curatorial me libré para evitar la represión adoptaron formas
de toda la parte burocrática. En total y en desmaterializadas que ayudaban a la comu-
última instancia fue un proyecto entre tres nicación rápida y directa con un mínimo de
amigos con alma de misioneros. Creo que erosión de la información transmitida. En-
si no hubiera existido la amistad entre nos- tonces ya no importaba si había coinciden-
otros la muestra nunca se habría llevado a cias estilísticas o reciclaje de formatos aje-
cabo. Y que nuestra amistad sobrevivió y nos. Lo que importaba era que los concep-
en todo caso se hizo más fuerte, fue otra tos hegemónicos “derivativo” y “epigonal”
prueba que el proyecto valió la pena. dejaban de tener vigencia y que se obligaba
a estudiar las manifestaciones dentro de un
FD: Insisto en mi inquietud por la noción de contexto local, siguiendo los relojes locales,
“puntos de origen”, presente en el mismo en lugar de medir todo dentro del esquema
nombre de la exposición. Entiendo que esta 1965-1975 al que obligaba el arte concep-
idea hace referencia a la emergencia coinci- tual anglo-norteamericano. Los orígenes de
dente de las prácticas conceptuales en di- golpe pasaban a ocupar más de cuatro dé-
ferentes contextos y escenarios no necesa- cadas en lugar de una década canónica.
riamente conectados entre sí, una lectura Mucho coincidió en esa década, pero no
que se desmarca y pone en cuestión el tra- necesariamente por razones estilísticas o
dicional esquema centro-periferia y obliga a lecturas de revistas. Cuando tenés muchos
explicar el surgimiento y desarrollo de los relojes andando muchas veces la hora coin-
conceptualismos desde una dinámica muy cide aunque los relojes tengan distintas
diferente a la implícita en la idea de una cir- edades. Y muchas veces la hora se ajusta
culación unidireccional Norte-Sur. ¿Cómo porque alguien te dice que el tuyo está ade-

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lantado o atrasado, ahí es donde la informa- esa conferencia anoté: “Nos convertimos -
ción tiene efecto. Pero en la muestra todo indirectamente, irónicamente y quizás inmo-
se justificaba por las necesidades, no por destamente- en los historiadores de nues-
las uniformidades formales. tros propios impulsos radicales”.
¿A qué se debe el interés actual por estos
FD: ¿Qué repercusiones tuvo GC en el esta- legados críticos? ¿Cuál es el trabajo del in-
blishment estadounidense? vestigador o del curador en la reactivación
de su conflictividad?
LC: En los EEUU la crítica fue bastante ne-
gativa. Nos acusaron de revisionistas, de LC: Es muy difícil contestar eso porque jus-
darle poco espacio a los EEUU en relación tamente asume que realmente podemos su-
a los demás, y en general se discutió la perponer una perspectiva histórica sobre
muestra como si fuera sobre arte concep- nuestras acciones y creencias, y en realidad
tual (el estilo) y no conceptualismo. La re- solamente podemos apostar sin saber si ga-
vista The New Yorker incluso dijo algo como naremos. GC fue un acto de resistencia y
que todo el mundo sabe que el arte con- una apuesta a que el cambio era posible. En
ceptual es obra de artistas norteamericanos ese sentido fue algo intestinal e incontrola-
(Kosuth, Weiner, Haacke) y de algunos “sa- ble, al mismo tiempo que presuntuoso y
télites europeos”. A pesar de eso, en Artfo- utópico. De ahí el certero uso de la palabra
rum Dan Cameron la declaró una de las “inmodestamente” por parte de Rachel.
muestras más importantes de la década del Pienso que en el presente, en que lo único
noventa. Creo que entre los curadores más que parece quedar disponible como acción
jóvenes tuvo influencia. subversiva es la resistencia ética, una mues-
tra del tipo GC sigue despertando curiosi-
FD: Nos encontramos hoy en una particular dad. El interés supongo que más que en la
coyuntura en la que legados radicales como muestra misma está en que puede ser to-
aquellos que formaron parte de GC asisten mada como un ejemplo de presentación de
a un destacado interés por parte de los conflictividad que puede ser aplicado a
grandes centros de arte. Está claro que otras posibles conexiones entre arte e insti-
el escenario se ha transformado de manera tucionalidad o abuso de poder. El trabajo del
contundente respecto de 1999, cuando GC curador está en identificar esas nuevas co-
apostaba a intervenir en el campo desde un nexiones y darle forma inteligible a través de
proyecto político cuyo signo crítico interpre- exposiciones, sin respetar el fetichismo que
to en una clave muy distinta a la que parece generalmente informa la muestra del arte.
orientar el actual interés, en clave de merca-
do, en estas experiencias radicales de los “Didácticas de la Liberación”
sesenta y setenta. El año pasado tuve opor-
tunidad de conocer a Rachel Weiss en Bar- FD: Quisiera volver sobre algunas problemá-
celona, en el contexto del Workshop “Vivid ticas que planteás en tu último libro al expo-
[Radical] Memory. Radical Conceptual Art ner las diferencias entre el conceptualismo
revisited: A social and political perspective latinoamericano y el modelo hegemónico del
from the East and the South”, con sede en conceptual (particularmente el estadouni-
el Museu d’Art Contemporani de Barcelona. dense). En el capítulo “Conceptual Art and
Rachel dio una lúcida conferencia, un inteli- Conceptualism in Latin American” planteás
gente balance de GC. Entre los apuntes de cuatro grandes áreas de problemas, entre

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ellas la “función de la desmaterialización” un entrecruce con la pedagogía de Paulo


(un término caro a los relatos canónicos del Freire y con la Teología de la Liberación, los
arte conceptual) y el “rol de la pedagogía”. cuales junto con el conceptualismo latinoa-
Respecto a la primera, señalás que la des- mericano forman un panorama intelectual
materialización en las prácticas latinoameri- coherente. Ver a los tres como parte de un
canas no aparece como resultado de una mismo discurso permite entender mucho
especulación formalista, en tanto que con- mejor a las tres manifestaciones, que anali-
secuencia o derivación de los planteos mini- zando los fenómenos independientemente
malistas. El “rol de la pedagogía”, otra de como lo haría una historia del arte formalista.
estas áreas de problemas, constituye una En cuanto a “compota” y “salpicón”, me
de las principales apuestas del programa parecen metáforas mucho más adecuadas
crítico del conceptualismo latinoamericano y que las lineales (narrativa histórica cronoló-
aparece anunciada en el mismo título de tu gica) o constelación (generalmente discipli-
libro “Didactics of Liberation”. naria y fragmentada). En el libro sostengo
Por otro lado, me interesa el tipo de aproxi- que salpicón explica mejor la generación
mación metodológica que hacés de estas dispersa de eventos, sin aparente relación
prácticas en tu libro. Hablás allí de dos “me- causal (sin embargo conectada) y compota
táforas metodológicas”, intraducibles al in- se refiere a la densidad y coherencia que se
glés y provenientes de las prácticas culina- va creando con el hervor común.
rias latinoamericana, “compota” y “salpicón”,
como alternativas a otras más utilizadas (“ge- FD: Comenzamos esta entrevista con la
nealogía” o “constelación”, por ejemplo). problemática de cómo se viene dando visi-
bilidad al arte latinoamericano en las últi-
LC: Bueno, mi opinión es que el arte con- mas décadas, en qué formas diferentes ini-
ceptual (hablando un poco esquemática- ciativas críticas y curatoriales vienen soste-
mente y generalizando) es producto de un niendo una lectura de estas prácticas sus-
reduccionismo casi místico, en el cual la ceptible de problematizar las narrativas
desmaterialización del objeto es un proceso esencialistas de “lo latinoamericano”. Me
consecuencia de la búsqueda de una esen- interesa preguntarte cómo interpretás el
cia del arte. En ese sentido es, efectivamen- proyecto de la Bienal del MERCOSUR en
te, pos-minimalista. En cambio la trayectoria este proceso del que venimos hablando.
de la conceptualización en América Latina la En su sexta edición, cuyo tema fue “A Ter-
conecto más con una búsqueda de trasmi- ceira Margem do Rio” (2007), esta bienal
sión eficiente y de minimización de la erosión modificó su modelo curatorial (hasta enton-
de la información que normalmente se pro- ces basado en representaciones naciona-
duce en cuanto a que una obra de arte se les) por un modelo en el que un grupo de
convierte en el resultado material de una tra- curadores trabajó bajo la coordinación de
ducción de intenciones e ideas. Es por eso un curador general. Dentro de este nuevo
que voy hasta Simón Rodríguez para buscar proyecto curatorial fue fundamental su pro-
un origen del proceso. Ese intento de una yecto pedagógico, del que fuiste el curador
limpieza en la comunicación es ya en sí un responsable, ¿podrías contarme en qué
proceso pedagógico. Pero la necesidad polí- consistió este proyecto pedagógico?
tica que genera las obras en nuestro conti-
nente nos lleva a elaborar esa pedagogía LC: La Bienal de MERCOSUR comenzó en
con más fuerza. Y en los sesenta se produce 1997 como una actividad de relaciones pú-

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blicas para darle una cara cultural a un sis- significó que los artistas tuvieron que for-
tema corporativo-económico. El propósito mular su investigación artística en un par de
fue trascendido gracias a la curaduría ex- párrafos definiendo el problema que esta-
cepcional de la primera edición hecha por ban resolviendo. El público podía comparar
Frederico Morais y por el liderazgo de Justo los resultados con esos textos y decidir si la
Werlang, quien fuera el presidente de la pri- solución era correcta o mejorable, y dejar
mera Bienal (y quien también presidió la notas con sus comentarios para que los ar-
sexta). Eso explica en parte que la Bienal tistas tuvieran retroalimentación y para edu-
haya podido sobrevivir a la sombra de la car al público siguiente. Además, preparé
Bienal de San Pablo y durante una década ejercicios para las escuelas de todo el esta-
de proliferación de bienales, a pesar de se- do de Río Grande do Sul con problemas re-
guir un modelo anticuado. Para la sexta ver- lacionados a los planteados en las obras.
sión Gabriel Pérez-Barreiro reconoció que la Los estudiantes resolvían esos problemas
Bienal estaba algo exhausta y propuso dos con obras paralelas, no influidas por las
cambios: 1) que en lugar de concentrarse obras de los artistas. En la comparación,
en la producción de los países de MERCO- luego podían decidir si las soluciones de los
SUR la Bienal enfocara en la visión desde artistas eran mejores o peores que las pro-
esos países. Es decir, ayudar a entender la pias. Con ello, entraban en el proceso crea-
visión periférica por encima de la produc- tivo artístico en lugar de quedarse afuera li-
ción periférica. 2) el incorporar el programa mitados a la apreciación de la obra. En to-
pedagógico a la Bienal en lugar de agregar- das las ciudades del estado organizamos
lo como un apéndice. Una vez que estable- talleres de un día para los maestros, y les
ció esos puntos me invitó a ser el curador mandamos paquetes con los ejercicios pre-
pedagógico. Mi primera reacción fue decir parándolos para la Bienal. También tenía-
que no porque estaba muy ocupado. Insis- mos un servicio de autobuses que dentro
tió y entonces acepté bajo la condición de de un radio de cien kilómetros recogía y de-
que en lugar de ser una bienal de arte con volvía a los estudiantes. Con todo eso,
un programa educativo que se cumplía des- agregado al público normal, tuvimos más
pués de armada, fuera un instituto pedagó- de medio millón de personas visitando la
gico dedicado al arte que organiza una Bienal. En los edificios mismos dedicamos
muestra cada dos años en conjunción con un diez por ciento del espacio a la educa-
la investigación pedagógica. El directorio de ción, con talleres, aulas y biblioteca para
la Bienal aceptó y así trabajamos en el pro- hacer trabajar a la gente en la Bienal misma
yecto. De hecho, todas las ideas que traía con ejercicios especialmente preparados.
ya habían sido pensadas por el equipo pe- También organizamos dos simposios, uno
dagógico de la Bienal, solamente que no nacional y otro internacional, con la misión
habían tenido oportunidad de implementar- de borrar la separación que existe entre ar-
las en las bienales anteriores. Decidimos tistas y educadores. Pienso que el artista
que la Bienal tenía que enfocar en la comu- que no se preocupa por el efecto de su arte
nicación con el público y tratar al especta- en el público se limita a hacer auto-terapia,
dor como un colega y no como un consumi- y que el educador que no es creativo no de-
dor. Como plan piloto comprometimos a un biera enseñar. El buen artista y el buen edu-
tercio de los participantes (unos veinte) a cador en realidad están en la misma profe-
trabajar en el proyecto pedagógico, lo cual sión, solamente utilizando medios distintos.

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