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de la humanidad europea
[Compilación realizada por Walter Biemal, en 1953, de diversos textos sobre la crisis que
fueron escritos por Husserl entre 1934-1937]
A principios del siglo XX, Husserl sostuvo que la ciencia se encontraba en crisis, esto es, que los
objetivos y la metodología con los que se identifica la cientificidad de una disciplina se habían
vuelto problemáticos. Para Husserl, propiamente, la crisis de la ciencia significaba la crisis de la
cientificidad. Desde finales del siglo XIX, era evidente que la filosofía había sido afectada por
una crisis que había conducido a su descrédito (“en el presente tiende amenazadoramente a
sucumbir al escepticismo, al irracionalismo, al misticismo”, p. 3); sin embargo, Husserl era
consciente de que la afirmación de que algo similar estaba ocurriendo con la ciencia suscitaría
oposición. Según Husserl, la crisis afectaba no sólo a las recién creadas “ciencias del espíritu”
(Geisteswissenschaften), sino también a las ciencias formales -la matemática pura o la física
teórica- y a las ciencias empíricas -la biología o la física experimental. ¿Cómo era posible
afirmar que esa gran empresa moderna que había permitido realizar tantos descubrimientos
teóricos e invenciones técnicas durante más de tres siglos, la ciencia, se encontraba en una
situación crítica tan complicada que, en el peor de los casos, podría llevar a su descrédito?
¿Cuál es el sentido de esta afirmación husserliana?
Por supuesto, en la medida en que se abstraen de la subjetividad, es evidente que las ciencias
de la naturaleza (Naturwissenschaften) no pueden decir nada acerca del sentido de la vida
humana. Lo sorprendente es que tampoco lo hicieran las ciencias del espíritu, cuyo objeto es
precisamente la vida espiritual del hombre. La razón por la que estas ciencias eran ajenas a la
cuestión del sentido de la existencia humana radica en el principio metodológico de la
neutralidad valorativa.
En el diagnóstico husserliano sobre la crisis de las ciencias, la crisis de la psicología tiene una
“importancia central”. El “enigma de la subjetividad”, objeto de la psicología, es fundamental
para arrojar luz sobre las “zonas de ininteligibilidad” de las ciencias y sobre algunos enigmas
del mundo.
Se ha vuelvo problemático el modo como se plantea sus objetivos y sus tareas y elabora una
metodología.