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Chañuntuku. Museo de Arte Popular Americano.

Dentro del conjunto de piezas textiles manufacturados por el pueblo mapuche, enorme
relevancia ha tenido la elaboración de los chañuntuku. Tanto por el colorido que tienen estas
piezas, como por el tratamiento y conocimiento específico que caracterizan a las düwefe
(tejedoras) que lo realizan, estas piezas fueron predilectas al momento de describir las artes
del pueblo mapuche.

Bibliografía

Gualtero Looser.
Las variantes de la greca en los tejidos araucanos.
La representación defiguras humanas y de animales por los araucanos.

Coña, Pascal (227-228)

“Algunas mujeres fueron dibujantes de admirable perfección, realizaban en sus labores los
más variados motivos como cruces, cuadrados, triángulos, flores, diversos animalitos y
pájaros, hasta figuras humanas, pendientes y muchos otros modelos más.
Sus artefactos más ricamente decorados eran los cinturones de mujeres, las mantas, las
alfombras llamadas lama y choapino, son obras de las tejedoras más hábiles”.

Los mapuches sufren mucho a causa de brujerías. Substraen (las brujas) de una persona unos
pelos, una prenda de vestir, su huella, su esputo, cualquier cosa. También tiran unos hilos de
su manta, le roban su choapino o una debajera de su montura. Esas cosas las entierran en el
cementerio y piden su muerte: “Por acá tiene que venir; que perezca”, exige la hechicera.
Profiere muchas otras imprecaciones más, que no conozco porque ellas proceden con mucha
precaución” (369).

Joseph, Claude.

Alvarado, Margarita. Hijos del viento. Arte de los pueblos del sur siglo XIX. Fundación
PROA.

LOS CHANUNTUKU, EL ADORN0 PARA EL APERO (53-54)

“Loschiliai de 10s chanuntuku tienen que sei muy tupidos, torcido y largos, tan tupidos y
largos que cuando uno 10s mira, tienen que parecer como la lluvia en la noche”. (Testimonio
de una maestra tejedora. Enero, 1993)
La tradicion ecuestre de 10s habitantes de la pampa y de La Araucania significo que el caballo
se transformara en un referente de poder y riqueza. Asi, las maestras tejedoras se vieron
enfrentadas a1 de- safio de crear y producir aquellos artefactos textiles que no solo resaltaran
la condicion de un hombre montado, sino que tambien lo ataviaran de acuerdo a su prestigio
y linaje. De esta manera, aparecen una serie de prendas relacionadas a1 caballo y que
constituyen lo que genkricamente se denominan 10s aperos
o en ocasiones, el recado. Pellones, matras, y chaiiiintuku son asi producidos por las
tejedoras, fundamen- talmente, como adorno ecuestre mas que para cumplir una funcion
especifica.
De 10s artefactos tejidos para montar destacan especialmente 10s chaiiiintuku. En ocasiones
considerados casi como verdaderos cobertores ecuestres por sus grandes dimensiones, estas
prendas tejidas constituyen una muestra mas del oficio y la habilidad de una maestra tejedora.
Se destacan dos aspectos esteticos y estructurales de 10s chaiiiintuku. Por una parte, son pie-
zas donde ambas caras juegan un papel fundamental, ya que si observamos rev& y derecho,
pode- mos apreciar como se relacionan en la diferencia de su construccion y su aspecto. Por
otra parte, la existencia de trozos de hilos -1lamados chiiiai en mapudungun- anudados en
toda su superficie, u ocasionalmente solo en 10s bordes, constituye unos de sus rasgos
principales que 10s define como un tipo de pellon. La calidad, largo, terminacion y aspecto
que presenten 10s flecos tambien definen la calidad e importancia de estas piezas. Un tip0
muy frecuente son 10s pellones blancos o del color na- tural de la lana, en donde 10s chiiiai
presentan casi un aspecto de pelaje animal, ya que sobre la es- tructura que sirve de base -
que tambikn es del mismo color- se han anudado hebras de lana sin tor- cer y sin recortar.
Otro tipo muy caracteristico son 10s kuru chaiiiintuku, que presentan caracteristi- cas
similares al anterior pero despues de tejidos, han sido tefiidos de color negro o azul oscuro.
En otros casos 10s colores han pasado a jugar un rol expresivo, presentando variaciones cro-
maticas y composiciones plasticas realmente notables. Efectos cromaticos basados en
contrastes y degradaciones, asi como combinaciones y composiciones con figuras, listas y
manchas le confieren a cada pieza brillos y luminosidades que la destacan como adorno.

Pero detengimonos en un efecto estetico y plastico que resulta particularmente interesante. Hay ocasiones en
que el eje central de la pieza tambien pasa a jugar un papel expresivo, segmentando el es- pacio tejido en dos
partes por medio de una zona sin flecos. En ocasiones esta lista aparece conformada

por una serie de colores que contrastan fuertemente con 10s colores de las zonas que tienen “flecos”

Este efecto permite que la faz posterior del chanuntuku -el rev&- se “asome” hacia si1 faz principal. De este
modo, se reafirma la diferencia de construceion y aspecto de anibas caras, pero al misnio tiempo se las relaciona
y conecta haciendo visible, para la exhibicibn y el adorno la faz interna, que siempre permaiiece oculta. Otra
modalidad de hacer visible esta faz de uti chaviiintu- ku es por medio de la limitacion de la zona con flecos.
Asi podemos observar que el borde del teji- do que sirve de base y soporte a 10s hilos anudados, se asoma por
cl contorno de algunas piezas, mostrando las orillas, transforinindose en un elemento estructural y plistico que
reafirma y con- solida el espacio tejido del chaiiiintuku.

Estos efectos estkticos y expresivos tienen una importancia trascendental que queda en eviden- cia en un
testimonio de Else Maria Waag (1982:72),que relata cGmo 10s indigenas del Neuqukn, a1 encontrarse en
algiin camino con 10s malos espiritus -tvekufii-, para espantarlos y protegerse les tiran 10s cl~liiintukticon la
faz interior hacia arriba, y asi lo derriban en el suelo. El poder de la preiida textil se proyecta asi mis alli de
si1condicion de adorno, adquiriendo cualidades migicas especiales.

De esta manera podemos apreciar las connotaciones sociales, estkticas y simbolicas, que es- ta especial prenda
tejida presentaba en el mundo mapuche como adorno del hombre montado.
La tradiciih textil mapuche y el arte del tejido permanecen vigentes, tanto en Argentina co- mo en Chile, porque
expresan tradiciones y valores fundamentales para 10s mapuche, habitantes originarios de 10s territorios de
las pampas y La Araucania. El reconocimiento y valorizacibn de es- te patrimonio textil como parte de una rica
y variada expresion cultural, cuyas raices se pierden en nuestro pasado prehispinico, constituye un deber para
nuestra sociedad actual

Arte textil mapuche. Pedro Mege. Serie Patrimonio cultural de Chile. Ministerio de
educación. Departamento de Extensión cultural y Museo chileno de arte precolombino.,
1990.

Si uno introduce 10s dedos suaveinente en- tre 10s largos flecos de un pelero, chniiu, siente una
suavidad tibia y reconfortante.

Es un textil diseliado para el placer del contacto inti- 1110.La tkcnica de clzniiu busca producir un
volumen denso en el textil. Debe ftincionalmente aininorar el roce de la montura en contacto con el
lomo del caballo. Mediatiza utensilio y bestia. El chnfiu queda así cubierto bajo la montura, s61o se
le asoman sus largos flecos -chifiai-. Son, por lo general, negros y sin figuras.

Se podria decir que el chafiuntuku es una complica- ci6n del pelero, que nace al ser puesto sobre la
mon- tura. Se llena de colores y de figuras y, lo que es aun inas importante, se inunda de flecos. Estos
flecos ya no son 10s chiiiini, flecos producidos por la urdimbre,
sino10smawell,gruesosywavesflecosquesetuer- cen a1 frotar las fibras con la mano sobre la rodilla.
Claude Joseph, a1 buscar una etiinologia de mawell, que llama mahull, 10s relaciona con la lluvia.
Su eti- mologia real nos dirige mAs bien a maw -soga de fiocha-. Es probable que la tejedora le haya
estable- cido a Joseph la relaci6n entre 10s flecos y la lluvia, pero 61 tal vez pens6 que se trataba de
un ejercicio de filologiacomparadamuy de moda en su circulo, y no de asociaciones simb6licas. Entre
una tupida llu- via de la regi6n mapuche y lo espeso de 10sflecos del chaiiuntuku no deja de haber
una sugerente rela- ci6n. La similitud fonktica (de sonido) de mawell y m m n -1luvia-, pudo haber
confundido a Joseph. Donde habia una analogia simb6lica crey6 descubrir una filiaci6n fonktica. Esta
“lluvia”de flecos combi- naa10schiiiai-flecos delaurdimbre-, ya10smawell -flecos agregados- y
produce dos estratos de flecos: 10s de la urdimbre y 10s que se le agregan en 10s bordes, sin flecos
de urdimbre. Por bltimo, algunos chaiiuntuku cubren todo su cuerpo de mawell.

Ls chariuntuku son mhquinas de tibieza y suavi- dad, atributos que le vienen de su densidad textil. Si
son usados como choapinos, es por simple tentacih, pues a1 sacarlos de las monturas y ponerlos sobre
el suelo, producen el inismo efecto mullido. Una su- perficie tan porosa como la de estos textiles no
es amiga del polvo; si lo son las matra , rigidas, duras y lisas. Cuando un chariuntuku deja la limpieza
del cuero de su montura es para acceder a1 vicio de la tibieza suave de su duefio

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