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C.A.

de Santiago

Santiago, uno de julio de dos mil diecinueve.


Al escrito folio 22, téngase presente.
Visto:
Se reproduce la sentencia apelada, de fecha veintinueve de
diciembre de dos mil diecisiete.
Y se tiene, adem ás, pres ente:
Primero: Comparece el abogado don ROBERTO SEPÚLVEDA
NÚÑEZ en representación de la parte demandada, HIPERMERCADOS
TOTTUS S.A., interponiendo recurso de apelación en contra de la
sentencia definitiva de escrita a fojas 99 y siguientes de autos, dictada
por el Juzgado de Policía Local de Quilicura, de fecha 29 de diciembre
de 2017, en causa sobre derecho del consumidor, Rol 70.096-5,
caratulada “Mendoza con Hipermercados Tottus S.A..”, la que acogió
la querella y condenó a la demandada a una multa de 50 Unidades
Tributarias Mensuales, así como la demanda civil, conden ándose a
HIPERMERCADOS TOTTUS S.A. A LA SUMA DE $4.000.000., se rechaza
la tacha en contra del testigo Jorge Eduardo Herrera Zapata, y se
acoge la objeción del documento formulada a fs. 89.
Contra dicha sentencia se alza la denunciada y demandada,
pidiendo que se revoque la sentencia apelada y que se la rechace, o en
subsidio, se confirme la sentencia con declaración de que se rebaja
proporcionalmente el monto del daño moral decretado, a los montos
que determine la Corte según el mérito del proceso.
Sostiene que la sentencia apelada es agraviante para su parte,
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resumiendo su presentación en que la sentencia no cumplir ía con los


requisitos legales que permiten su fundamentación de acuerdo con los
artículos 170 N° 4 y 5 del Código de Procedimiento Civil, ya que no
se hace cargo de las consideraciones de hecho y de derecho que la ley
le exige para fundamentar, en particular en el deber de analizar
conforme a la sana crítica; se incurrió, además, en una err ónea
aplicación de la sana crítica como sistema de valoraci ón de la prueba,
argumenta contradicciones de los testigos, como Tapia S ánchez, y el
informe psicológico; agrega que el daño moral es injustificado y
desproporcionado, porque no habría daño moral, no hay formas que
puede adoptar el daño moral, agrega que en ning ún momento se le
trató de manera denigrante.
S E GUNDO : Que, examinada la causa se puede observar que si
bien es cierto que la demandada negó la existencia de los hechos que
fundan la demanda en general, reconoció que Tottus S.A. contempla
“un procedimiento de detención” (contestación fojas 72, pág. 2),
cuando un individuo es “sorprendido en delito flagrante ” (contestaci ón
fojas 72, pág. 2). Niega que al demandante y querellante se le haya
detenido, el día 25 de junio de 2017, y que se realizara un registro de
las pertenencias (contestación fojas 74, pág. 4). Concuerda en que hay
un estándar de respetar la dignidad y derechos, y que el único objeto
es ponerlo a disposición de las policías. Niega que le hayan revisado la
mochila al actor.
T E RCERO : Que, en tal evento la discusión se centra, respecto a
los hechos, en si hubo detención por la imputación de un delito de
apropiación indebida y si ello fue un acto injustificado y err óneo, si
hubo trato denigrante al actor y su familia de parte de los guardias, y
si se le revisaron sus ropas y pertenencias.
C UART O : Respecto de la falta de consideraciones de hecho y de
derecho, la apelación reduce el asunto a un cuestionamiento acerca de
la prueba, señalando: que hay una breve enunciaci ón de las diligencias
realizadas en el comparendo de estilo, que s ólo se refiere a las
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declaraciones de testigos sin analizarlas; por otro lado, cuestiona que no


se haya acogido la objeción al informe psicológico, en virtud de no
haberse acompañado de acuerdo con el artículo 346 N° 3 del C ódigo
de Procedimiento Civil, señalando que en tal caso, no puede servir de
base al dictado de la sentencia.
Q UINT O : Que, los agravios que indica el demandado al tener
relación con el artículo 170 N os 4 y 5 del Código de Procedimiento
Civil, se tratan más bien denuncias relativas a la falta u omisi ón de
motivación, mas no al mérito o defecto en la motivación misma.
Dado que la falta de motivación es un problema de expresi ón,
ésta no señala nada respecto al mérito de lo que se denuncia infringido,
a diferencia de los cuestionamientos de fondo de la sentencia. Es por
ello, que en cada vez que se señala esta falta formal, al no ser un
motivo absoluto para alterar la sentencia, requiere que se se ñalen las
influencias en lo dispositivo del fallo. Dado que en ning ún caso lo hace
en relación con este punto no puede prosperar la consideraci ón de los
vicios. Es más, el sólo hecho de hacer una breve enunciación de lo que
ocurrió en la audiencia no constituye una falta de motivación. Respecto
de los testigos, si hay un análisis respecto a la tacha, y lo fundamento
aquello mediante le artículo 14 de la ley 18.287, por lo que es falso
que no se haya razonado sobre la tacha. Respecto a la coherencia de
las declaraciones se trata de un problema de fondo, que se analizará
más adelante. Finalmente, respecto del informe psicológico, la
apelación equivoca con que se trata de un documento emanado de la
propia parte, sino que emana de un tercero. Por otra parte, no se
entiende bien el cuestionamiento al informe psicológico, dado que se le
dio lugar a lo pedido, y, luego, la sentencia tampoco usa dicho informe
para justificar la sentencia. Por dichas razones no se acoger án los
agravios indicados.
S E XT O : Respecto de la prueba testimonial, se alegó que la tacha
del artículo 357 N° 6 del Código de Procedimiento Civil, por falta de
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imparcialidad, se habría rechazado por razón de que el art ículo 14 de


la Ley del Consumidor, el que establece que la prueba se evaluar á con
relación a la sana crítica.
S ÉPT IMO : Que, si bien es cierto que, no obstante la vigencia del
régimen de la sana crítica en la ley del consumidor, ella prev é la
opción de las tachas, en los artículos 50-C y 51.
Asentado aquello es menester considerar que la tacha invocada
por el demandado, según da cuenta el acta levantada y firmada por las
partes de fojas 89 de autos, fue la del art ículo 357 N ° 6 del C ódigo de
Procedimiento Civil, esto es, de los cohechados o que hayan intentado
cohechar, en relación con la falta de imparcialidad necesaria. En tal
caso, aparece como mal invocada la tacha, ya que no hay dato de que
se haya intentado cohechar o se haya cohechado, por lo que la tacha
debe ser rechazada.
O CTAVO : El recurso de apelación arguye que los testigos
incurren en contradicción manifiesta, dando como ejemplo, el que la
testigo Nicole Daniela Tapia Sánchez, al referirse a los daños
psicológicos del actor como consecuencia de los hechos de autos, y que
fueron tratados con ayuda de psicólogo, olvida el nombre del psic ólogo.
N OVE NO : Que, el agravio que señala la apelaci ón es sin
embargo, irrelevante al caso, ya que la sentencia de la causa no
consideró la extensión de las consecuencias, sino el hecho de que el
servicio de guardias con que cuenta la empresa querellada afect ó sin
duda la honra de la familia afectada, por dichos actos, al emplearse
expresiones coercitivas, según queda constancia en el considerando
quinto y sexto de la sentencia de primer grado, de manera que no
existe agravio respecto a tales consideraciones.
Respecto del resto de la declaración de la testigo no queda
comunicado en cuanto al contenido de lo declarado con lo
anteriormente expuesto, esto es, la extensión de las consecuencias, y el
hecho mismo sufrido por el actor y su familia el d ía 25 de junio de
2017. Por lo demás, su declaración guarda concordancia con lo
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declarado por el testigo Jorge Herrera Zapata, sobre los hechos, en


cuanto a la dinámica de los hechos, a las imputaciones que se le hizo,
en presencia del hijo del actor, y los registros de que sufrieron y la
detención. Descripciones que además, guardan concordancia por la
constancia del parte policial de fojas 1 y 2 de autos, acerca de la
dinámica de los hechos y a imputación.
Pero, además, la testigo del demandado señora Silva Bañados,
hace caer la tesis del caso de su parte. Recordemos que ella sostiene
negó que al demandante y querellante se le haya detenido, el d ía 25 de
junio de 2017, y niega que se realizara un registro de las pertenencias
(contestación fojas 74, pág. 4). Porque efectivamente deciden hacer el
procedimiento luego de que pasan las cajas, y le dicen expresamente
que estaba cargado “y le comentamos que nos hab ía avisado que él se
había cargado en el pasillo de perfumer ías ”, con lo que efectivamente
le hace una imputación, dispone el “ingreso a la sala de espera ”, donde
es detenido, en tal sentido debe recordarse que la contestaci ón
reconoce expresamente la existencia de “un procedimiento de
detención” (contestación fojas 72, pág. 2), cuando un individuo es
“sorprendido en delito flagrante” (contestación fojas 72, p ág. 2). Lo que
es más concordante con las expresiones de los otros dos testigos de que
efectivamente se le hizo la imputación del delito de estar cargado (que
técnicamente es de robar), y, además, le registran sus pertenencias “se
le pidió que abriese el bolso para ver si estaba cargado ” se ñala la
testigo Silva, (lo cual también fue negado en la contestaci ón que se
realizaran un registro de las pertenencias (contestaci ón fojas 74, p ág.
4)).
Además, la teoría del caso del demandado arguye como una
justa causa de error, el hecho de que se monitoreó a la persona
guardando cosas, y, sin embargo, no se acompa ñaron los videos de las
cámaras de seguridad al efecto, por lo que el riesgo de la falta de tal
prueba debe cargarlo el demandado.
De esta manera, los hechos relatados por la demanda encuentran
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corroboración en los medios de prueba, y hace más razonable la teor ía


del caso del demandado que la teoría del caso de la demandada.
D ÉCIM O : Respecto al daño moral señala que no está reconocido
en el ordenamiento de la ley del consumidor. Agrega que no se ha
determinado la culpa en la responsabilidad del demandado.
Nuevamente alega por la extensión del daño, respecto del informe
psicológico que fue rechazado por el tribunal. Agrega que éste es
desproporcionado. Finalmente, señala que sólo siguieron los pasos de
que establece la ley N° 19.496.
U ND ÉCIM O : Que, es sabido que de acuerdo al Derecho civil todo
aquel que cause menoscabo a alguien debe reparar todo da ño causado,
por negligencia o dolo, de acuerdo con el art ículo 2329 del C ódigo
Civil. Sin perjuicio de lo cual, la propia ley del consumidor presupone
dentro de su normativa la procedencia del daño moral, como parte del
espíritu de su legislación, y que lo manifiesta en normas espec íficas,
como son el artículo 3 letra e) en cuanto dispone que son derechos
básicos del consumidor: “El derecho a la reparación e indemnización
adecuada y oportuna de todos los daños materiales y morales en caso
de incumplimiento de cualquiera de las obligaciones contraídas por el
proveedor”, extendiéndolo desde la responsabilidad extracontractual a
la responsabilidad contractual, e incluso en materia de inter és colectivo
el artículo 51 de la misma ley contempla dicha disposici ón, y
artículo 54 C, de la misma ley.
Sobre la base de dichas consideraciones es que no se ve raz ón
jurídica para restringir la procedencia del daño moral, en la
responsabilidad del consumidor, por razones extracontractuales, que es
su cede principal de procedencia. Invertir el orden de procedencia, va
en contra del espíritu general de nuestra legislación, expresada en la
abundante jurisprudencia extracontractual y la doctrina concordante.
D UOD ÉCIM O : Respecto a la culpa o negligencia si bien ya se ha
señalado en esta sentencia, se ha de remarcar que el art ículo 15 de la
ley del consumidor establece: “Los sistemas de seguridad y vigilancia
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que, en conformidad a las leyes que los regulan, mantengan los


establecimientos comerciales están especialmente obligados a respetar
la dignidad y derechos de las personas.
En caso que se sorprenda a un consumidor en la comisi ón
flagrante de un delito los gerentes, funcionarios o empleados del
establecimiento se limitarán, bajo su responsabilidad, a poner sin
demora al presunto infractor a disposición de las autoridades
competentes.
Cuando la contravención a lo dispuesto en los incisos anteriores
no fuere constitutiva de delito, ella será sancionada en conformidad al
artículo 24”.
Como se ve la ley, ha puesto especial responsabilidad en el
establecimiento comercial, ya que la actividad del particular, pone en
juego derechos fundamentales del ciudadano, como son la honra y la
libertad del ciudadano.
En el caso, en cuestión se le imputó un robo, y
consecuentemente fue detenido.
Pues bien, en primer término, de acuerdo a la contestaci ón, en
su página 3 fojas 73 de autos, no se habr ía sospechado la comisi ón de
un delito. Con lo que la aplicación del procedimiento de detenci ón
habría sido completamente arbitraria, ya que la ley exige que sea
sorprendido en delito flagrante, lo que vuelve de extrema gravedad su
acción y su trato al Francisco Javier Mendoza Torres y su familia.
Recuérdese que la propia testigo M. Silva reconoce que se decidi ó
aplicar el “procedimiento”, lo que es concordante con el trato que
indican los testigos del demandado. Asimismo, debe considerarse que el
protocolo de “Procedimientos operacionales Hipermercados Tottus ”,
acompañado por el demandado, señala a fojas 65 que “el fin último es
proceder a la detención de un individuo ante la comisión de un il ícito ”,
y a fojas 66 que “Nunca podrá dejar en libertad a un detenido, una
vez que haya ingresado a la sala de espera”.
Pero, además, respecto de dicha actividad intencionalmente
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realizada, la teoría del caso del empleador fue que se debi ó a que
habrían avisado de la sustracción o carga de productos por las
cámaras, pero al no acompañarse cámara alguna, la justa causa de
error que pretende el recurrente no fue acreditada, y la conducta
aparece como desprovista de la justificación necesaria en el proceder.
Por lo demás, el mal trato que recibió el actor y su c ónyuge y su hijo,
según los relatos de los testigos Herrera y Tapia, en ning ún caso se
enmarcan en un actuar diligente y respetuoso de la dignidad de éstos.
Con lo que se configura la culpa en su actuar fuera del marco de
racionalidad que la ley le exige.
Por último, los testigos del demandante, Herrera y Tapia,
señalan expresamente que fueron registrados tanto el actor como su
señora e hijos. Sin embargo, el propio protocolo de Procedimientos
señala a fojas 64 de autos, que “El personal de seguridad NO DEBE
registrar a sospechosos ni detenidos”, cuestión que s í ocurri ó, y que el
demandando si quiso desvirtuar no acompañó los videos de seguridad
para ello. Por lo que el personal del demandado tampoco se ci ñó a su
propio protocolo.
D E CIM OTE RCERO : En cuanto al daño mismo y su extensión, el
actor y su familia se vieron expuestos a un hecho dañino de su
dignidad, se le imputó estar cargados a él y su familia, seg ún relatan los
testigos Herrera y Tapia, donde se les imputa la sustracci ón, se les trata
de ladrones y que entreguen las cosas, y son sometidos a revisi ón
incluyendo al menor de edad, hijo del demandante, cuestión de suma
gravedad. Dicha declaración no fue desmentida por los videos de
seguridad del propio supermercado demandado que estaba a
disposición de aquél, por lo que la prueba del demando carece de
gravedad suficiente para acreditar la teoría del caso de éste, y s ólo
cuenta con el testimonio de M. Silva, la cual reconoce que s í se les
imputó que estaban “cargados”, jerga que implica robo.
Que en cuanto al trato denigrante no s ólo implic ó la revisi ón de
sus prendas, como señalaron los testigos del actor, sino que la revisi ón
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de la prenda del actor mientras estaba encerrado, seg ún se ñala la


testigo M. Silva que señala que le expresó que abriera su bolso al
demandante, lo que como se señaló contradice la versi ón de la
contestación de que el demandante abrió sus cosas motu proprio, lo
que en la situación de detención en que se encontraba y ya habi éndose
sido registrada su cónyuge e hijo, hac ía presumir que se trat ó m ás bien
de una orden en búsqueda los supuestos objetos del delito.
Además, en el trato denigrante debe considerarse que fue
privado de su libertad el actor al aplic ársele el procedimiento que
implica detención, el cual, en este caso, no se justific ó una justa causa
de error.
En suma, se le afectó la honra con la imputación de un delito, se
le dio un trato denigrante, en cuanto se le registr ó sus pertenencias,
violando su intimidad, y además, fue sometido a la privaci ón de
libertad de forma injustificada y arbitraria.
D E CIM OCUART O : Que, en tales consideraciones la dinámica de
los hechos acreditados por el demandante y no probados por el
demando, en relación con la cantidad de bienes jur ídicos afectados, su
entidad, así como la gravedad en que se afectaron, es que aparece que
el monto de la indemnización de los perjuicios morales fijados
prudencialmente en la sentencia de primer grado, como proporcional a
dichos criterio previamente razonados.
Por estas consideraciones, y visto lo dispuesto en los art ículos 186
y siguientes del Código de Procedimiento Civil, art ículo 15 y 24 de la
ley N° 19.496.
Se confirma , en lo apelado, la sentencia de veintinueve de
diciembre de dos mil diecisiete, dictada por el Juzgado de Polic ía Local
de Quilicura, en causa rol 70.096-2017, con costas.
Regístrese y comuníquese.
Redactó el abogado integrante E. Gandulfo.
N°287-2018
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Pronunciada por la S éptima Sala de la Iltma. Corte de Apelaciones


de Santiago, presidida por la Ministro señora Elsa Barrientos Guerrero
e integrada por el Ministro (S) señor Pedro Advis Mondaca y por el
Abogado Integrante señor Eduardo Gandulfo Ramírez. No firman la
Ministro señora Barrientos por encontrarse ausente y el Abogado se ñor
Gandulfo por haber cesado sus funciones.

Pedro Pablo Advis Moncada MARITZA VERONICA DONOSO ORTIZ


MINISTRO(S) MINISTRO DE FE
Fecha: 01/07/2019 12:54:48 Fecha: 01/07/2019 13:05:37

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Proveído por el Señor Presidente de la Séptima Sala de la C.A. de Santiago.

En Santiago, a uno de julio de dos mil diecinueve, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución
precedente.

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Este documento tiene firma electrónica y su original


puede ser validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la
tramitación de la causa.
A contar del 07 de abril de 2019, la hora visualizada
corresponde al horario de invierno establecido en Chile
Continental. Para la Región de Magallanes y la Antartica
Chilena sumar una hora, mientras que para Chile Insular
Occidental, Isla de Pascua e Isla Salas y Gómez restar
dos horas. Para más información consulte
http://www.horaoficial.cl.

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