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N(?,3 - REVISTA TRIMESTRAL ­ No. 11 - MARZO, 1981 - LIMA, PER

'rector Aníbal Quijano LA POLITICA DE LA GUERRA Y LA


GUERRA DE LA POLITICA
idaccion Roberto Arroyo César Germaná
Mirko Lauer José I. López Soria Aníbal Quijff1tO
Rodrigo Montoya Peri Paredes
Felipi:'. Portocarrero Gladys Roques

A
porque es correcto, que la guerra es la continua­
Abraham Zevallos ­ g.ó11­..de Ja _política por otros medios, lleva a indagar, an­
seño gráfico Jesús Ruiz Durand te una· situación­concreta,/�l E_Ol�tica es la que requie­
re o es empujado a continuar de ese modo/ y, en conse­
INDICE cuencia, /cuáles son los intereses en juego, q]diénes son
sus portadores y conductores y bajo cuáles circu"ñst:iiícias
DMITIR,
La f!ºlf �ica de la guerra y la guerra de la
decidieron la guerra en esta oportunidad y no en otra./ ­
politica / Aníbal Quijano 1 Tales son las cuestiones acerca de las cuales reflexiona y necesi­
La polític� educacional: del reformismo
ta reflexionar el movimiento de los trabajadores penianos y que tam­
oelasquista al inmovilismo belaundista poco puede eludir la izquierda si asume con seriedad su reclamo de
I César Germaná 14 identificación con los intereses de los explotados, frente a los inciden­
La teoría en el movimiento revolucionario tes bélicos en la frontera con el Ecuador y que, probablemente, con­
P,e":'ano / José Ignacio López Soria tinuarán y podrán aún desarrollarse.
27
Politica revolucionaria y educación popular Lo que sigue, como contribución a este debate, continúa una lí­
nea de estudios ya iniciada antes en Sociedad y Política (SP­Quince­
I Ernesto Aliaga 41 nal, febrero 1978), que asume el problema desde la perspectiva de los
Estrategia gramsciana y democracia burguesa ..intereses de la clase obrera peruana y de su frente de trabajadores ex­
/ Carl Boggs 54 plotados.
Polonia: el movimiento intelectual de
oposición / Alberto Rocha La reorganización de· las bases del dominio del capital monopolista in­
66 ternacional en América Latina
Reagan Y la inflación ineludible ¡ Harry
Magdoff y Paul Sweezy 77
Desde la década pasada y en el marco de la crisis capitalista in­
América Latina: nuevas guerras made in USA ternacional, se ha hecho notorio que estamos en pleno proceso de re­
86 organización de los patrones de acumulación capitalista en toda Amé­
Nota sobre la oposición burguesa 90 rica Latina.
En el Perú en particular, este proceso fue iniciado en la pol ítica
Para suscripciones y correspondencia dirigirse a:' del gobierno Morales Bermúdez­Silva Ruete y se desarrollo y protun­
Apar�ad?, ll 1H, Santa Beatriz, Lima, Perú diza hoy bajo Belaúnde­Ulloa y sus efectos son sentidos por la gran
Suscnpc1on anual en el extranjero: $ 20.00 masa de explotados y, secundariamente, también por los grupos más
Impreso en INDUSTRIALgráfica S.A. débiles de la burguesía dependiente.
Distribución. Mosca Azul Editores': 1
.. Conquistadores 113 () ­
San Isidro. Tlf. 415 988
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¡, ) .�l �o:11�tim�ento de la. �11asa mayor de trabajadores, al /desempleo\
a �'. acwn¡. la ¡conce11Lrac1011 de ingresos en la burguesía] y las capa¡
Sabían bien lo que decían los autores del informe publicado por
Brookings Institution en 1977, anunciando a los años 80 como una dé-

mu�
1u_e ras asociadas; la reducción del lugar que ocupan en el ca · t • cada de guerras en América Latina.
su. expulsión de� reino, de los grupos más débiles de la b:�\�sí�
c1_e1::end1e11Le, expandirlos a la sombra de la burguesía imperialisfa du- Estado y nación: clos procesos no siempre convergentes
1aiit� el crecrnuento industrial y su respectivo mercad . t -
precisamente las condiciones que permiten la brutal o 111 ern?, son El hecho de que la política del Estado burgués en América Lati- - 1
· ·t l · . ·u concentrac10n del na, bajo el control cada vez mayor y más claro de los grupos burgue-
capi a que viene ocurriendo bajo el control d l . .
� os grupos 111ternac10-
1:
nales más poderosos ele la 'b _ , ses dependientes más profundamente asociados a la burguesía inter-
del mercado interno para el s�;r::::: �:0 0��!��t:;¡ó1�eq�: ��u1pación nacional en el control del capital monopolista, aparezca cada vez más
pos controlan D I es gru- expresando los intereses ele esa asociación y no los de la nación bur-
- - ta;as de gan;nci:s e�:l:n:1�i se m�nlienen y/o se aumentan las altas guesa en su conjunto (que incluye a los explotados y a los grupos bur-
',. e s reqmeren para sus operaciones.
gueses débiles), indica varias cosas:
Paralelamente, es indispensable la redistribución
pos, del control ele los recurso d d ., entre esos gru- l. Que a medida en que el capital monopólico asienta su dominio
base . - . s e pro ucc1011 que puedan servir de en estos países, el carácter de clase del Estado se hace más patente
E<, par a esas tasas ele ganancia Y para la concentración ele. it l
l" ll es�ecial, los recursos energéticos (petróleo pues) . - capi a . para todos. Esto es, su carácter burguésj/ Y eso desmiente la ya ana-
os parses en que puede ser osibl ' . , mineros, y en crónica cháchara de cierta izquierda que aún se esfuerza ruidosamen-
ag,·opecuarios Y forestales E pd i _ - e eln esa. escala, ele los recursos te en "demostrar" la "semifeudalidad" ele tal Estado.
t ica y e , : el . s ecrr, e cambio con la geografía polí-
conomrca e América Lati 2. Que la consolidación del carácter burgués del Estado, incluye
disputa ror e ma, ya que eso abre un período ele la profunda reorganización del control del capital y en la misma medi-
J l control ele recursos territorios y zonas de . fl .
N . ' 111 ucncra.

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da la reorganización política ele la burguesía, colocando en el lugar
a�la dedeso puede hacerse, sin articular a esta política a los gru hegemónico a los grupos_ monopólicos y, de ese modo, � el control
Pos' mas po erosos de la bu -
- ·-
, d · -
Hado corno socios menores d1 gtes�a . epe1�cl1ente que se han desarro- ��s_t-ª.dn.
tal monopolista, para lo cual r13
a 1:�ern_ac1?�ª1 en el control del capi- 3. En el caso peruano este proceso está en pleno desenvolvimien-
ele los respectivos Estados. y q propiciar y fortalecer su control to; pero aunque sus tendencias han avanzado rápidamente después de

-
Velasco, la resistencia de los otros gD!I)os_burg_ueses no está aún to-
De otro lado, en la medida en ue . . .· talmente - desÚ;_lida o neutralizada.
poder internacional entre el blo q . s�. mte:1s1frc� la pugna por el
ele los países del " . 1· que capita ista rmpenalista Y el bloque 4. Final y decisivamente, la articulación entre la política de este
. , . . socia ismo realmente existente" - _. Estado y los intereses del capital internacional, en contra de los inte-
l.ravés ele Ja ullhzación ele 1 . , en gran parte a
· · · · as 1 uc 1rns nacionales ele cla el 1 reses del resto de la nación burguesa, destaca el avance ele una ten-
jas nvalidaclcs nacionales derivadas ele . . -· . ,ses y e as vie-
del Imperio Colonial espa 11 - º,1 la dístríbucíon del territorio dencia ya señalada años antes en la investigación social latinoameri:�
para el bloque cap 1} it 1' t · . 'cana,-de-clesarroilo divergente entre el Estado y a Nación. El Estaao
en especial para su, aunque debilitado .. c. 1� a 1n_1penalista y
f.ados Unidos, resulta ahora . . ' t�davrn prmcrpal Iíder, los Es- ourg�e� América �na, baj°. contrQLcle__:_10�- g1:�os_ �.!!?J?.<2.licos,
litico Y militar del área po rmp�ra�1vo res�au:·ar el pleno control po- ya no�, principahñénte, �t1:.g_cie......w.cler y_ de pretenso arbitraje

---
ción del control del Es�ad/ cua quier medio, mclusive la remilitariza- entre las clases nacionales, s1110 entre la burguesía internacional más
sus "asociados dependientes v�rsus la masa ele explotad s :y___ante_todo_
La combinación de tocios estos fact - el proletariado nacional.
rica no actual y los problen U ores �n el escenario latinoarne.
da país l - ., tas qu� e os contnbuyen a configurar en ca- 5. Las guerras, bajo esta luz, aparecen también como un instru-
recurso �e e1: g\�;;:ºnas�ntera, dl1fícilme1�te podrían canalizarse sin el mento de ocultamiento de esta tendencia real frente a las masas mo-
' 1 como as crecientes tensi
internacional global nos a roxí . . . rnnes en 1 a escena vilizadas, y de recuperación de su lealtad -vía "interés nacional"- a
flagración, si no se clesar:Ollanman �rr:m1s1blemente a una gran con- la política de un Estado cada vez menos nacional. Y el recurso suele
más importantes. revo uciones en los países capitalistas ser, como los peruanos acabamos de verlo; eficaz en muchos sectores
ele la izquierda.
2
3
nopolistas, dada la magnitud e intensidad ele las medidas. arancelarias,
Los problemas del régimen belauridista
monetarias y fiscales que no pueden ser asimiladas a _ese r�tmo,_ha i:iroi
Este proceso de reorganización profunda de las bases y de los pa- elucido una situación que arriesga llevar a un. relativo aislamiento a
trones de acumulación capitalista, en beneficio de los grupos burgue- de Ulloa en el gobierno y a 'conflictos y fisuras dentro de las ba-
ses monopolíticos internacionales y sus socios dependientes, en el grup Oolíticas de Acción Popular y en· su a litarrza con e 1 PPC , que_ pue-
.
Perú está en pleno curso de ampliación y de profundización bajo el �:� �enerar una etapa de crisis política del régimen recién constituido.
gobierno de Belaúnde-Ulloa, y fue ya comenzado bajo el de Morales-
De otro lado, la intensificación de las contradicciones . de_ las b�-
Silva Ruete.
ses sociales del Apra tras la muerte ele Haya y el agotamiento_ del CI·
En Sociedad y Política (Nos. 8 y 10) ya hemos tenido ocasión de l d las "revolu;iones antioligárquico-nacionalis tas", contribuye �
señalarlo y de mostrar sus líneas concretas de desenvolvimiento. Por �a�es �endencias de dispersión del frente del capital e1;1 el país, pre_c1-
lo cual no es aquí necesario detenerse en esto. samente en un período ele fortalecimiento ele los rnovimientos cl_e ma-
Lo que importa destacar de nuevo, en esta oportunidad, es que sas explotadas, cuyo desarrollo en esta7 condiciones podría �bnr las
para poder llegar a la plena materialización (de esa política) y conso- uertas a una rápida polarización política entre las clases sooa�e�, l:a·
lidación se requiere dos cosas muy difíciles de lograr en condiciones ciendo que la crisis política del régimen desemboque en una crisis so-
democráticas, aún si éstas son limitadas como aquí. Se trata, en pri- cial y política del orden social como tal.
mer término, efe aplastar o de impedir del todo la resistencia de los Para la fracción burguesa que controla el Estado, cuyo portavoz
trabajadores. Y, en segundo lugar, de pacer lo mismo con los grupos el Sr Ulloa se presenta así una cuestión vital: ¿cóm� lograr las
burgueses débiles y competitivos, que son, además, la masa 'mayor de ��ndicio;1es ql.;e permitan bloquear estas tendencias de d1spers1_�n ele�
la burguesía. . frente del capital y las de resistencia �e las masa,s. Y ele p�lanzacwn ;��1
Como la situación chilena bajo Pinochet demuestra claramente, el lítica, para poder sostener y continuar e�t� pnht1c� �e r�orgamzac
sometimiento y destrucción de los grupos burgueses débiles, no pue- de los patrones ele acumulación y ele dom11110 un penalista·
de lograrse sino después del aplastamiento del movimiento de los tra- ·Crear los elementos que aparentaran las condiciones ele una gue-
bajadores, en condiciones de guerra interna que permitan, primero, la l , A ovechanclo de las aceto-
rra interna? La tentativa esta en curso .. pr . 1iz uierda
solidaridad de toda la burguesía contra los trabajadores, y, después, nes reales y supuestas de reducidos y _aislados. grnpos ele_ q . '.
la liquidación de los burgueses más débiles en favor de los más pode- 1
que tratan por medio del terrorismo de mstalar un esc_enano apto pa
rosos, que son, justamente, los socios inmediatos de la burguesía in- ra arrastrar a las masas y al resto de la izquierda a la mmecl1a:,ª. lucl�a
ternacional imperialista. '
armada contra
· ·
este Estado, el gobierno ha desatado una po tuca e
· 1 " · l · s" ele a te-
En las condiciones peruanas de hoy, esa política se ve forzada a ocupación militar ele zonas rur:ales, empleando a os sine 11 , ,
realizarse de manera modulada y gradual, a caballo entre las recetas rrorizamiento de sectores campesinos, que se despliega cada �ez_ ,mas
de Friedman y las de Samuelson, aunque la masiva votación obteni- como cacería de brujas y de legitimación ele med1�a.s d�, restn���º�r:-
da por Acción Popular desató en este gobierno el impulso de ir rápi- las libertades ele prensa de· organización y de mov1hzac10n ele .
· ' podría,
baj adores · Esta política · l men t e llev ar agua al molino
, · eventua .
damente en esta dirección; bajo el manto legitimador de la democra-
· ' d ampesinos a solida-
cia con respaldo electoral (Véase acerca de esto, en Sociedad y Polí­ de los terroristas, forzando a algunos gn1fos � .�
tica N� 10: "Los Usos de la Democracia Burguesa"). rizarse con ellos frente a los abusos de los sinchis ·
El rápido e intenso ritmo impuesto a este proceso de reajuste, en Sin embargo la desvinculación de prácticamente t_oclo �l resto ele
condiciones democráticas, no obstante sus limitaciones, no tardó en la izquierda fre�te al terrorismo como política revoluc1onanr �a cai�a-
desatar la resistencia organizada de las masas, como acaba de verse 1' ·, ele los movimientos de masas por otras formas de uc a Y e
en el reciente Paro "Nacional y las numerosas huelgas-parciales, y en izac1�n . , distantes del terrorismo han impedido hasta hoy que esa
or gamzacion 1 ' · · de una gue
el desplazamiento dé la votación hacia la izquierda en las elecciones re resión -ella misma terrorista- adq�era 1 a apanencia ' .
municipales. · rr� interna capaz ele justificar la solidandad de toda la 0burguesia co�
la totalidad de la política del gobierno, aunque clar� _esta, toda la bur
Paralelamente, el descontento entre la propia burguesía y las ca-
guesía es solidaria con la parte represiva ele esa política.
pas medias asociadas, que alcanza inclusive a los propios grupos mo-
5
4
1

La política de Ta guerra Ahora, quiere decir, al mismo tiempo, la intensificación de las lu-
chas revolucionarias en Centro América, la creciente intervención de
Es, precisamente, en este contexto y en este momento, que salta los Estados Unidos por medio de envíos de armas y asesores militares
ele repente el problema de la frontera con el Ecuador, y se realizan los al Salvador, Guatemala, Honduras y amenazas de intervención direc-
primeros enfrentamientos armados. ta; a través de eso, intensificación de la confrontación entre los blo-
Algunos hechos han ido apareciendo a la luz pública, permitien- ques internacionales en esa zona. Ahora, quiere decir el recalenta-
do ubicar las bases ele este conflicto: miento del conflicto entre Chile y Argentina en el Beagle y la sornbrá
del enfrentamiento internacional en la parte sur de América del Sur;
1. Al borde del término de su dictadura, el gobierno ele Morales la imposición de la dictadura de García Mesa y la resistencia de los
Jlermúdez decreta la Ley de Movilización Nacional, que es, por su Ior- trabajadores bolivianos; la ampliación de la resistencia de los trabaja-
ma y contenido, para una situación ele guerra y para legalizar un en- dores chilenos contra Pinochet.
cundrarníento de corte fascista sobre la .población del país.
Ahora, quiere decir que dentro del país están abriéndose las puer-
2. Entre gallos y media noche, al iniciarse el mandato de Belaún- tas al desarrollo de una crisis social y política inmensamente más ma-
de, se constituye el Consejo Nacional de Defensa, presidido por el je- dura y peligrosa que la que permitió el golpe ele Velasco contra Be-
íe del Comando Conjunto ele las Fuerzas Armadas, como asesor del laúnde en 1968. Y que fuera del país, los conflictos sociales naciona-
gobierno civil para esos fines. les e internacionales se encrespan y no pueden dejar al Perú fuera de
3. Se sabe ahora que los militares peruanos y los respectivos su órbita, precisamente cuando aquí se ingresa en esta peligrosa curva.
gobiernos, en consecuencia, habían abandonado desde hace años la Los incidentes armados en la frontera con el Ecuador, y su posi-
ocupación militar y la vigilancia respectiva en el tramo de frontera no ble y evitable desarrollo como guerra real, no agotan pues, su expli-
dema rcado según el Protocolo de Río de J aneiro. cación solamente en las necesidades de expulsar a los militares ecua-
' 4. Se sabe ahora que los militares peruanos conocían desde ha- torianos de esa zona, ni ­El Diario de Marka dixit -solamente en Ia
ce varios meses, que guarniciones militares ecuatorianas estaban sien- disputa por el control del petróleo presuntamente abundante allí, al
do establecidas en varios lugares ele esa zona. Presumiblemente, se servicio de las transnacionales de este sector del capital, sin que -co-
sabía eso desde el régimen de Morales Berrnúdez. ¿Lo sabía el gobier- mb fuera señalado ya hace tres años en nuestra revista- la redistri-
no Lle Belaúnde, desde su ascenso en julio del año pasado? bución de los recursos y territorios deje de formar parte del enredo;
:ni únicamente en las urgencias del gobierno de Roldós, de sostener
Algunas preguntas son pertinentes: Primera, ¿Entre esos hechos su 'melancólica política de corte socialdernocratizante en medio de las
existen conexiones puramente casuales? Segunda, ¿Porqué si los mi- tormentas desatadas por los viejos grupos de burguesía oligárquica y
litares peruanos sabían desde hace varios meses la presencia de guar- las luchas de los trabajadores.
niciones ecuatorianas en territorio peruano, solamente ahora decidie-
,: r Ahora es, en definitiva, un río revuelto donde varios pescadores
ron expulsarlas por la fuerza? ¿Porqué ahora, precisamente?
'concurren, aunque no todos logren las consabidas ganancias. De un
Ahora, quiere decir todo lo que Iiernos venido señalando: tenden- lado, la fracción burguesa dominante en el Estado, que trata de usar
cias de dispersión en el frente cleJ capital, por los efectos de la políti­ esta guerra, como usa su democracia, para hacer pasar los principa-
ca de Belaúnde-Ulloa, y porque la lucha de clases atraviesa el Apra; les bultos de su contrabando político, ya que esta guerra podría ser
resurgimiento del movimiento de resistencia de las masas, expresado un sustituto excelente de una guerra interna inviable bajo las actuales
en numerosas huelgas, y en el último paro nacional; en la votación circunstancias. De otro lado, los sectores de las fuerzas armadas que
ele la izquierda en las elecciones municipales y, aunque contradicto- desconfían no tanto ele las líneas de la política económica del belau-
riamente, hasta en la precaria afirmación de Izquierda Unida. Y, por lloísmo, sino de la capacidad del régimen para controlar, y todavía de-
si no bastara, perspectivas de mayores dificultades económicas por el mocráticamente, los riesgos de una crisis política capaz de activar las
aumento de la inflación, por las fluctuaciones de los precios interna- bases de una crisis social más profunda. Y que, en tales circunstan-
' .
cionales de las materias primas y la precariedad de las posibilidades cias, empujan la política de la guerra para lograr una capacidad ma-
de expansión y hasta de mantenimiento de la exportación no-tradicional. yor de control sobre el régimen civil o justificar el desplazamiento de

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éste si es necesario; obtener mayores recursos financieros para el ar- Luchas sociales nacionales y conflictos ínter­nacionales
mamentismo, detrás del cual nadie deja de entrever las líneas de una
pugna internacional mayor. En el universo capitalista, un Estado-Nación es un contexto par-
ticular de luchas de clases, en cuyas determinaciones históricas actúan.
Así, pues, la ocasión no es accidental ni neutra. Y la política de las peculiaridades de sus propios procesos sociales y culturales, Y a
guerra es, sin lugar a dudas, resultado preciso de la guerra de la po- través de las cuales se materializan, especificándose, las leyes genera-
lítica, en uno y otro lado. les de movimiento del capital y las resultantes de las luchas sociales
inten1acionales.
Justificar el control sobre la población trabajadora eón el pretex-
to de la guerra, declarando como "traición a la patria" los movimien- En el caso peruano en particular, las determinaciones del capital
tos de resistencia de las masas; cercenar la libertad de organización implican el dominio imperialista. En consecu�ncia, los intere_ses an:1-
sindical y política; cercar de nuevo a las masas en una malla policial, capitalistas de los explotados asumen necesariamente una or ientacion
legal y administrativa, declarando ilegales las · huelgas "políticas" y antimperialista, por razones de clase y no solamente nacionales.
bloqueando las otras con numerosas cortapisas legalistas; limitar la li- Desde ese punto de vista, en tanto que la política del actu�l Es-
bertad de prensa y de expresión en general, son objetivos comunes al tado burgués expresa la asociación de intereses entre la burguesía im-
gobierno y a las fuerzas armadas. Y, sobre todo, ahogar en el chovi- perialista internacional y sus socios dependientes más directos'. este
nismo "nacionalista" la conciencia de clase en proceso de desarrollo Estado, y en especial bajo el actual régimen, no representa los íntere-
entre los explotados. ses del conjunto de la nación burguesa y menos aún el de sus clases
explotadas. Los intereses de éstas no pueden ser convergentes, hoy
Los trabajadores son los inevitables perdedores de esta política menos que nunca, con los que el régimen que controla el Estado de-
de guerra, si no defienden y afirman su conciencia de clase y desde fiende, a menos que alguien pueda demostrar que es interés de los ex-
esa perspectiva encuentran los canales más aptos para sostener sus lu- plotados ser víctimas de la desocupación, de la infl�ció�: del progre-
chas y bloquear el avance de este nuevo cerco represivo que se ave- sivo recorte de sus derechos democráticos de organización, de huel-
cina. ga, de reivindicación de mejores condiciones materiales y cultura les
Lo que aún parece estar en cuestión en la definición de esta po- de existencia, a todo lo cual los condena de modo tan inexorable co-
lítica de guerra, dentro del gobierno y dentro de las fuerzas armadas, mo deliberado la política estatal.
son los límites del conflicto y su control. Sin duda, para el régimen Aunque tenga peculiaridades peruanas, la política que desarrolla
belaundista es importante mantener abierto el conflicto, para alcanzar el gobierno de Belaúnde-Ulloa no es una peculiaridad del Perú. Es un
el control de una situación que amenaza gravitar hacia la crisis políti- patrón hoy día común a todos los principales países de �mérica Lati-
ca; para continuar desarrollando su política económica logrando la mo- na. Por ello, no puede tampoco sostenerse que los trabajadores _ecua-
deración de la oposición de sectores burgueses y la contensión repre- torianos tengan intereses comunes con los que el Estado burgués , de
siva de la resistencia de los trabajadores. Pero la extensión y agudi- ese país y el régimen de Roldós, réplica aproximada del anterior regí-
zación del conflicto, aparejan también el aumento de la presencia mi- men belaundista, defienden e imponen.
litar en el cogobierno civil-militar establecido y la· eventual vuelta de Desde la perspectiva de las clases explotadas del Ecuador Y del
las fuerzas armadas al gobierno. Y estos son sin duda, los propósi- Perú, en esta guerra están actuando los factores que P?_ne en ma::ch�
tos a los que sirve la presión para agudizar la situación y declarar la la reorganización de las bases y patrones �e a�umulac�on y ele di:t_n
guerra al Ecuador, que proviene desde los sectores , ultrarrepresivos bución de recursos, bajo el control del capital mternac10nal Y en dSO-
de las fuerzas armadas, de los restos del postvelasquismo que aspiran .ciación con los Estados de estos países. En ese sentido, es_tam?s cier-
a reconstruir su poder, así como de sectores · de la derecha represiva, tamente ante la disputa entre ambas burguesías Y sus socios · mterna-
todos los cuales comienzan a acusar al gobierno de debilidad, buscan- cionales, por el control de recursos y territorios de gran. v�lor poten_-
do crear las condiciones para la cancelación de la limitada democra- cial para el capital. Pero, al mismo tiempo y no como objetivo _menor,
cia burguesa precariamente restablecida. Y la política de Roldós, él en esta guerra se trata de doblegar la resistencia de l_os trabajadores
mismo amenazado internamente por la reacción oligárquica y la resis- de cada país a la imposición de los intereses d�l capital monopoli�o
tencia popular, puede contribuir a facilitar tales propósitos. bajo la crisis; no solamente forzándolos a la unidad nacional con su

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burguesía Y de ese modo ahondando las divisiones internacionales en sas ele ambos países y en especial para sus sectores más conscientes,
el seno ele la clase, impuestas antes por la balkanización oligárquico- 'ft\.�·· la esencial soliclariclacl ele clase por encima ele las fronteras.
Imperialista, sino también empujándolos a matarse entre sí como una ,. El que estas elementales realidades no hayan pasado por la cabe-
fo1111a ele extender a nivel internacional la represión, santificándola en za ele ciertos sectores de la izquierda peruana -particularmente ele la

¡
nombre del interés nacional.
que se aglutina en la Izquierda Unida y se expresa en El Diario de Mar­
La ocasión elegida para estos enfrentamientos por ambos gobier- ka­­ al enjuiciar los enfrentamientos en la frontera con el Ecuador, y
nos Y en particular por el peruano, revela a las claras que ese último que por el contrario se hayan dedicado esos grupos a competir con la
objetivo es el que primordialmente se persigue. Pues es precisamen- burguesía en una frenética demostración del más crudo chovinismo,
te cuando arrecia la resistencia ele las masas en ambos países contra sólo da cuenta de la precariedad ele las bases de la conciencia política
Ja política ele la burguesía y surgen riesgos ele dispersión en el propio. de tales grupos y periódicos, del grado de anegamiento oportunista de
frente burgués, que la cuestión ele la frontera sale como una liebre de su reflexión y de su práctica políticas, al mismo tiempo en que se re-
la manga mágica ele los gobiernos y ele su fuerza armada, claman de identificación con los intereses de clase ele los explotados.
Como la simultaneidad ele la resistencia ele las masas y el deseen- Los trabajadores y revolucionarios conscientes han podido, así,
lento ele importantes grupos burgueses dificulta la aplicación ele las tener una medida cabal de la profundidad de esa identificación. Pero
medidas próximas del régimen, el recurso ele los problemas de fron- eso no exime a aquellas agrupaciones de la obligación de reaccionar
ter� se reitera como antes bajo la dictadura militar ele Morales, que lo- con honradez y reexaminar su conducta, de defender sus propios avan-
gro ele ese modo detener el paro nacional ele enero ele 1978 y neutra- ces en el camino hecho al lado ele las masas, de liberarse del oportu-
lizar en gran parte la resistencia ele las masas por la división en el se- nismo chovinista.
no de Ja CGTP y el oportunismo conciliador de sus dirigentes. De nada vale apelar a una pretensa falta ele experiencia, o a las
Nada demuestra mejor todo eso que la calificación inmediata de dificultades inherentes al estudio y al manejo concreto ele las relacio-
"traición a la patria" en boca del gobierno y de los empresarios fren- nes entre interés nacional e interés ele clase. La experiencia interna-
te al acuerdo de un nuevo paro nacional resultante del último congre- cional es abrumacloramente vasta, y son célebres los ejemplos de trai-
so d_e la CGTP, así como la activa preparación de medidas legislativas ción chovinista al proletariado revolucionario por la mayoría ele la so-
clestmaclas a impedir ílegalizándolas todas las huelgas y a castrar ad- cialdemocracia alemana en la Primera Guerra Mundial, como lo son
111 inist�ati.vamente la organización sindical, mientras crece la presión igualmente los de la posición consecuente y clara de los revoluciona-
represiva para recortar nuestros derechos ele prensa y de organización. rios espartaquistas alemanes y de los rusos, en ese mismo momento.
¿No fue Lenin, él mismo, quien se embarcó en el tren del Kaiser con-
Y en el otro lado de la frontera, los recientes enfrentamientos en-
tra el Estado Zarista, en plena guerra?
tre las '.11asas y el gobierno ele Roldós, que continúan otros igualmen-
te amplios expresados en huelgas y represiones, ponen también al des-
cubierto que la política ele guerra en ese país nace igualmente menos Hacia una política de clase
del "interés nacional" en la frontera y mucho más ele las necesidades Debe quedar enteramente clara que para los trabajadores y los re-
del régirneh fcuatoriano en el cuadro de su política interna. · volucionarios socialistas, los problemas nacionales no pueden ser en-
De todo · eso se· desprenden dos conclusiones necesarias. Una, focadas sino desde la perspectiva de los intereses de clase y en mo-
que por debajo de la· rivalidad fronteriza actúa un común interés a arn- do alguno a la inversa. Sólo desde esa posición puede tratarse los
bas burguesías Y sus socios dominantes, ele encerrar a las masas en el problemas nacionales despojándolos de su envoltura mistificada por la
cuell_� de botella ele una guerra latente o abierta para legitimar la re- ideología burguesa.
presión ·y ahogar en chovinismo su conciencia de clase. Otra, que en- En la cuestión específica ele las fronteras, no puede pedirse cier-
tr� lo� exp,lotados de ambos lados de la frontera hay igualmente un co- tamente a los trabajadores que admitan pasivamente la invasión del te-
rnun interés ele clase: la lucha contra el capitalismo, contra el dominio rritorio de su país por ejércitos al servicio de burguesías .extranjeras.
i,mpc�-i�lista, contra la ,rolítica de sus respectivos Estados. y ningún En tal sentido, la política ele la clase no consiste en un pacifismo abs-
chovinismo puede servir para escamotear ele la percepción ele las ma- tracto, de simple rechazo a la guerra o a la necesidad ele ella.

10 11
l insistir en sus gue-
De lo que se trata es de definir una política propia de los traba- ta y dependiente, a respetar esos derec nos y a n 0 d . 1 .·1 r 1
1

jadores frente a la de su respectiva burguesía, acerca de los proble- rras frente al riesgo real de la revolución a la que ellas pue en a Ji
mas de frontera. Puesto que los explotados no pueden tener ningún las puertas.
interés especial en sostener las guerras que desatan sus dominadores,
disputándose recursos y ganancias, tampoco tiene sentido para ellos La federación socialista de América Latina
participar en una guerra de defensa del territorio de su país invadido, . d • . dina en particular,
Las fronteras latinoamencanas y 1 as e 1 area an . .
sino a condición de no ceder un ápice en sus propias luchas contra la 1rn_P\
son resultado de los intereses balcanizadores de l�s burgu�siasf
política de la burguesía. Por el contrario, la historia contiene signifi- rialistas y de sus aliados oligárquicos. y han servido para justi icar e_
cativos ejemplos de que, bajo ciertas condiciones, las guerras impli- militarismo represivo en estos países Y el drenaje de nuestros recur-
can la profundización de la crisis político-social que permite a los ex-
plotados avanzar en la destrucción del· Estado de la clase enemiga. sos en su servicio.
· no puede desarrollar-
La lucha de los explotados de estos paises . d d t dos
Por eso es, precisamente, que todo intento de manipulación cho- se triunfar sino a través de la acción común Y orgamza ª. e .º
vinista de la conciencia de clase de las masas, debe ser enérgicamen- ell:S por encima de las fronteras. Esto es, la lucha por _e� m�eres de
te combatido. De parte de la izquierda, el chovinismo es una crimi- clase de los explotados implica la lucha por la unidad política e mies-
nalidad política contra los intereses de los explotados.
tros países.
En segundo lugar, la clase obrera y las demás capas y clases do- y en esa perspectiva, los trabajadores y revolucionarios lucharn�s
minadas por el capital, no pueden olvidar que sus intereses más pro-
fundos son idénticos a los de los trabajadores del otro país, en este
caso del Ecuador, Su primordial obligación de clase consiste, en con-
contra las divisiones de fronteras y las guerras a que dan luga\tº �o-
larnente luchando contra las burguesías de cada país, sino tamu:�1
vantando la bandera de la unificación de nuestros pueblos en
F:�.
secuencia, en buscar todas las formas de establecer con ellos todo ti- cleración Socialista de América La tina.
po de relaciones aptas para desarrollar esa esencial solidaridad contra .• · t . la democracia dirc:cla
su enemigo común: la burguesía de esos países, y sus socios imperia- La lucha por la revolución socia 1-is a,. por . d · la·
de los trabajadores, es el único camino viable para _es� u�1d; 'rrecble
listas. Ese es, en todas partes, el modo preciso ele impedir las guerras
mo de una larga historia ele luchas nacionales y objetivo in ec 111 ª
burguesas o de usarlas para los fines de la revolución de los trabaja-
dores. de nuestra propia lucha de clase.
En tercer lugar, la defensa cerrada de la independencia política de
la clase obrera y de los demás explotados, implica el fortalecimiento
de sus organizaciones de base, de los impulsos a la unificación demo-
cráticos, de desarrollo de su programa ele lucha por el poder, por la
destrucción del Estado burgués y la constilución de la democracia di-
recta de los trabajadores. Puesto que es, ante todo, por temor a ese
desarrollo que las burguesías buscan ahora entramparnos en sus gue-
rras, no podemos dejar de redoblar nuestra lucha en esa dirección.
Como la burguesía busca y buscará con sus guerras el encuadra-
miento de los trabajadores bajo el control de las fuerzas armadas, co-
mo está ya previsto en la perversa Ley de Movilización Nacional que
el régimen belaundista ha hecho suya, solamente la lucha por impedir
su materialización, por defender la vigencia de los derechos democrá-
ticos a través de su ejercicio constante y de su ampliación y profundi-
zación, puede realmente permitir a los trabajadores sostener su inde-
pendencia de clase y utilizar con toda fuerza todas las condiciones, in-
clusive las guerras, para forzar a la burguesía explotadora, imperialis-

12
guesía para afianzar su dominación de clase. Sin embargo, para que
este combate haga parte de la revolución socialista, será necesario cri-
ticar de raíz los principios básicos que rigen el sistema escolar, situan-
do el debate en términos distintos a los de la burguesía. En este 'sen-
tido, no se trata de buscarle salidas al actual sistema educativo sino
LA POLITICA EDUCACIONAL: DEL REFORMISMO de cuestionarlo radicalmente; desmistificando la ideología burguesa y
VELASQUIST A AL INMOVILISMO BELAUNDIST A poniendo en evidencia los privilegios y desigualdades de la escuela
que en ella se inspira. Tocamos así el núcleo central del problema de
la educación: la escuela como instrumento concebido para reproducir
César Germaná
/os roles sociales y los modelos valorativos de una sociedad organi-
zada sobre relaciones sociales ele explotación. Por esta razón, está es-
cuela no puede ser "usada" revolucionariamente; su utilización -en
"Sólo el socialismo puede resolver el problema. ele una educación las. diversas formas que se presenta la reforma ele la escuela capitalis-
· efectivamente democrática e igualita.ría, en virtud de la cual cada ta- necesariamente lleva a afianzar la dominación ele la burguesía: re-
mie111bro de la. sociedad reciba tocia la instrucción a que su capa­
producción de la división clasista de la sociedad.
cidad 1.e dé derecho. El ?'égimen educacional socialista es el único
que puede aplicar plena y sistemáticamente los principios de la es­ Desde esta perspectiva, el diseño ele un proyecto educativo alter-
cuela única, ele la escuela del trabaio, de las comunidades escolar s, nativo al de la burguesía no pasa por la construcción dé un "rnodel-o"
¡ y en general todos los ideales de la pedagogía revolucionaria con-
1 1 1

temporánea, incompatible con los privilegios de la escuela capita­ de escuela realizable hoy y en esta sociedad, sino por el desarrollo de

-.
lista, que condena a las clases pobres a la inferioridad cultural y una línea de lucha que, desde hoy y desde esta sociedad, comience a
, , .. hace de la instrucción superior monopolio ele la riqueza". poner en discusión la escuela capitalista, como institución separada
(J:C. Mariátegui, "Principios programáticos del partido Socialista", de la vida cotidiana, y que haga de esta crítica w1 instrumento de lu-
Ideología y Política. Lima, 1979). cha para combatir el sistema social actual. Solamente así sera posible
que el movimiento obrero y popular descubra que también la escuela

L
A 'decisión del gobierno de Belaúnde ele modificar el. sis- es un importante y específico terreno de lucha anticapitalista. Además,
' tema educativo del país aparece como una tentativa de en esta línea política, se encuentran los elementos que posibilitarían
salida a la profunda y generalizada crisis ele la escuela la convergencia de los intereses más profundos de importantes secto-
capitalista, que la "reforma" del régimen de Velasco no res de las capas medias (profesores, profesionales y técnicos, estu-
sólo no pudo resolver sino que en ocho años de aplica- diantes) con los de la revolución socialista, desviando de esta mane-
ción ha agudizado. Sin embargo, esta vía de salida -al ra la tendencia hacia el predominio de sus inmediatos intereses eco-
igual que la seguida por el regimen militar -se presenta doblemente nómico-corporativos.
impracticable: tanto por el lado de la escuela, que se empobrece ma-
terial y culturalmente; como por el lado de la sociedad, que se mues- La "reforma de la educación" del régimen velasquista
tra incapaz ele utilizar plenamente las capacidades científicas y cultu-
rales que la escuela podría ofrecer. Más aÚl1: las propias necesida- Para analizar las bases y las perspectivas ele la política educativa
des del actual modeló ele acumulación capitalista señalan los límites de la fracción burguesa actual en el poder del Estado, necesariamen-
de las posibilidades del Estado de satisfacer realmente las crecientes te se tiene que partir del examen de las características del sistema edu-
demandas ele educación de capas cada vez más amplias ele la pobla- cativo vigente de las contradicciones que lo atraviesan. Solamente así
ción. encontraremos la explicación de las causas que llevan a los represen-
tantes del capital a plantearse su impostergable modificación.
Se pone hoy, por lo tanto, en el centro del debate el problema
de la educación. Los ideólogos de la burguesía buscan legitimar su Las líneas fundamentales ele este sistema educativo fueron esta-
sistema educativo, presentándolo como expresión de las aspiraciones blecidas por el Decreto Ley 19326, promulgado por el gobierno mili-
populares. Frente a ellos, le toca a la crítica socialista desmontar es- tar en marzo de 1972. Su diseño y puesta en-marcha fue realizado por
ta política educativa y mostrarla como instrumento que utiliza la bur- los sectores más radicales de las capas medias tecnoburocráticas, que

14 15
formaban parte del regrmen velasquista, en combate con las fuerzas · ma de la escuela puso en evidencia las características específicas in-
políticas e ideológicas que representaban los intereses de la vieja so- herentes a la educación regida por los intereses del capital. Y lo hizo
ciedad oligárquica, de un lado; y del emergente movimiento obrero y de diferentes maneras.
popular, de otro.
Primero, acentuando el carácter discriminatorio y selectivo del
El marcado radicalismo antioligárquico de estos grupos que im- sistema escolar y, en este sentido, garantizando la reproducción de la
pulsaron la "reforma de la educación" le dieron a ésta, en su funda- estratificación clasista de la sociedad. Lo consigue al tratar de mane-
mentación ideológica y en su diseño organizativo, características que ra desigual a las diferentes capas y clases sociales: básicamente, re-
-no obstante responder a las necesidades abstractas del capital- no fuerza la situación privilegiada de los minoritarios grupos dominantes,
se ajustaban a las condiciones específicas de funcionamiento del dé- marginando a la población mayoritaria del país. De un lado, se han
bil y subdesarrollado capitalismo peruano. En este desajuste entre las
mantenido los mecanismos tradicionales de discriminación tanto en lo
finalidades y objetivos asignados al sistema educativo por la tecnocra-
que se refiere al acceso a los servicios educativos -mantenimiento de
cia, de un lado, y la realidad social y educativa, de otro, se encuen-
una importante masa de población analfabeta (en la fecha se calcula
tra el núcleo principal de la oposición burguesa a la política educati- en 1 millón 860 mil personas; en el periodo 1973-1980 se alfabetizó
va del velasquismo. La brecha entre proyecto y realidad se iría hacien- sólo a 323,815 personas) y la no incorporación a la escuela de un im-
do más profunda en el proceso de implementación de la "reforma", so- portante sector de la población escolar (aproximadamente un millón
bre todo desde 1975, cuando la política de austeridad del capital limi- de niños)-; como en lo relativo a los niños que abandonan la escue-
tara fuertemente los gastos en los servicios sociales atendidos por el la antes de terminar (el índice de deserción en el primer grado de bá-
Estado. Por ello la crítica burguesa a la educación, que el belaundis- ;ica regular fue de 13.5 por ciento en 1968; para el mismo grado en
mo resume, se va a centrar en el señalamiento del carácter "utópico" 1980 alcanzó el 19.7 por ciento). De otro lado, se ha ido desarrollan-
de la reforma educativa, con lo que se quiere significar la inadecua- do un nuevo mecanismo de discriminación social ligado al fenómeno
ción de la escuela "a las necesidades y a la realidad socioeconómica de la devaluación de los títulos y al creciente desempleo de los profe-
del Perú" y el reclamo consiguiente de una política educativa "realista". sionales: con el masivo crecimiento de la población universitaria (100
En lo fundamental la "reforma de la educación" se proponía ha- mil en 1970; 250 mil en 1980) y el creciente proceso de estratificación
cer funcional el sistema educativo respecto a las necesidades ele cali- entre las universidades, y al interior de cada una de ellas de las pro-
ficación de los diversos niveles de roles sociales que demanda la es- fesiones que ofrecen, se asegura a la mayoría de estudiantes títulos
tructura productiva del capitalismo dependiente en proceso de moder- poco útiles para desempeñarse en el mercado de trabajo. Estos proce-
nización. Esta perspectiva implicaba la modernización y racionaliza- sos de selección afectan preporiderantemente a los niños y jóvenes de
ción del sistema educativo apuntando a darle eficacia y credibilidad las clases populares a quienes o bien se les margina de la escuela o
necesarias para lograr una imbricación estrecha con la producción. Pa- bien se les "echa fuera" de ella, pues son los más débiles para parti-
ra ello se reformularon los fines, los métodos y los contenidos del sis- cipar de los servicios educativos. Pero, aún más, los que logran man-
tema �ducativo reorientándolos hacia el trabajo y el desarrollo nacio- tenerse en el sistema escolar son sometidos a una nueva selección, la
nal entendido éste en el sentido de la modernización capitalista de la que está implicada en la naturaleza del rol profesional: son los jóve-
sociedad peruana, tal como lo planteaba el proyecto diseñado por el nes con menos recursos económicos los que son llevados a las profe-
gobierno militar. También se buscó que la organización del siste�1a siones que desembocan en el subempleo o en el desempleo.
escolar plasmara esa .propuesta en términos de una, estructura de car�c- En segundo lugar, acelerando el proceso de estratificación del
ter profesionalizante, cuyo eje principal serían las. Escuelas Superio- sistema escolar; haciéndose más evidente la existencia de dos tipos
res de Educación Profesional (ESEP), en donde se formarían los Téc- de escuela: una, para los hijos de la burguesía y de las capas medias
nicos de mando medio. · ricas; otra, para los hijos de los trabajadores y de las capas medias
pobres. En la base de este fenómeno se encuentra el explosivo cre�i-
Esta funcionalidad de la educación constituyó el rasgo central de miento ele la matrícula y la creciente reducción de los gastos del Es­
la depuración capitalista de la escuela llevada adelante por la "refor- tado en la educación. Como el sector público asume la mayor propor-
ma de la educación" en correspondencia con el modelo de desarrollo ción de la matrícula (83.8 por ciento en 1980) y como los gastos des-
que proponía el régimen militar. Pero, el mismo proceso de la retor- tinados a satisfacer esa demanda han disminuido fuertemente (del 18.4

16 17
por ciento de los gastos del gobierno central en 1975, al 10.l por cien- tario, aunque sin lograr resultados significativos. En segundo lugar
to en 1980), se ha producido un paulatino empobrecimiento de la ca- -,-y este es el problema más importante al que se enfrentó la "reforma
lidad de la educación pública (reducción ele maestros calificados, au- de la educación"- se encuentran las limitaciones que impone las ca-
mento del número de alumnos por profesor, deterioro de la infraestruc- racterísticas propias del sistema económico capitalista del país, subde-
tura educativa: centros educativos, aulas, mobiliario, material didác- sa-rro-llado y dependiente, rasgos que se acentuarán con la política
tico, etc.). Frente a ella, la educación privada, organizada como ver- reformista del gobierno militar: sólo en la perspectiva de un desarro-
dadera empresa capitalista con un número reducido de alumnos y con llo autónomo, centrado en la industria, hubiera siclo posible un desem-
abundantes recursos económicos puede ofrecer una educación ele su- boque adecuado a la creciente masa ele bachilleres profesionales y li-
perior calidad, colocándose bien por encima de las 'escuelas del Esta- cenciados universitarios que eran los objetivos ele la Ley de Educación.
do. Así, la estratificación del sistema escolar no sólo pone en eviden- Eh tercer lugar, al mismo tiempo que se busca hacer funcional a la
cia la estructura ele clases del sistema social sino que la reproduce y educación, la política reformista se orientaba a convertir la escuela en
garantiza. ún · mecanismo de integración y homogenización ideológica, mediante
la_ -renovación de los modelos ele valor y ele pensamiento, finalidades
Tercero, ampliando la separación entre la . escuela y la sociedad. que se presentan incompatibles con el carácter discriminador y selec-
La escuela como institución ha ido perdiendo contacto con la realidad tivb de; una escuela modernizada.
social que la rodea, lo que puede ser visto por lo menos en un doble
sentido. De un lado, en relación con los contenidos de la enseñanza: De esta manera, la escuela diseñada por la "reforma" no logra sa-
Jo que la escuela enseña, lo que transmiten como conocimientos y co- tisfacer ni las demandas sociales de una educación más amplia y ele
mo cultura los profesores, está vaciado de contenidos vinculados con mayor calidad, ni alcanzar su adecuación a las exigencias de la produc-
la realidad circundante (fábrica, sindicatos, comunidades, política, etc.), ción. Lo que está en la base ele esas contradicciones no es la "inade-
convirtiéndose el proceso ele aprendizaje en una experiencia aburrida, cuada implementación de la reforma", como señalan los ideólogos ele
por su carácter arbitrario y repetitivo; haciendo abstracción de la di- la burguesía, sino la contradicción fundamental del propio capitalismo
versa realidad económica y social, la escuela busca unificar así formal- -agravada por la situación de dependencia y subdesarrollo- y que se
mente aquello que la propia realidad separa, pero a cambio de ello presenta como la oposición entre el tipo de organización social basa-
pierde su carácter vivo y creador. De otro lado, en el sentido del ca- da en la lógica del desarrollo capitalista (la maximización ele la ganan-
rácter autoritario y burocrático que asume la gestión de la tarea edu- cia) y las necesidades colectivas que escapan a la ley del mercado y a
cativa: divorciada de la realidad social en la que se desenvuelve; la todo criterio de rentabilidad. Es en este sentido que podemos encon-
escuela excluye a alumnos, padres y profesores de toda decisión sig- trar la explicación ele cómo el capitalismo tiende a descuidar los ser-
vicios educativos, a subutilizar los productos de la escuela, lo que se
nificativa en relación a la escuela; pues estas decisiones se centralizan
en la burocracia que autoproclamándose técnica y políticamente neu- refleja como la crisis ele los contenidos y métodos ele enseñanza y co-
mo la desorganización del sistema escolar.
tra dirige Y controla el sistema educativo en beneficio de los intereses
de la burguesía; Los estudiantes y los profesores son cada vez más conscientes ele
esta situación. Los primeros descubren en el carácter repetitivo y arbi-
La "reforma ele la educación" no sólo sirvió como revelador de trario de los contenidos y métodos ele la enseñanza que les es impartí·
esta escuela sino que puso ele manifiesto sus contradicciones. En su da, la perspectiva no sólo ele no "encontrar trabajo sino que de encon-
eje básico -la funcionalidad de la escuela en relación a la produc- trarlo, tener que desempeñarlo de manera insatisfactoria; percibiendo
ción- se encuentran implicados por lo menos tres principales proble- la educación que se les imparte como una estafa, incapaz ele garanti-
mas. Uno primero, en relación a la acelerada demanda ele servicios zar sus aspiraciones ele ascenso social e inclusive de satisfacer sus de-
educativos por parte de la población: para adecuar la oferta. del siste- mandas ele enriquecimiento científico y cultural. Para los segundos,
ma educativo a las reales necesidades del sistema productivo se hubie- su trabajo se les presenta frustrante: no son sólo los bajos sueldos en
ra necesitado una violenta selección, relegando a las masas populares relación a otros profesionales, ni las duras condiciones en las que tie-
únicamente a los niveles educativos inferiores; política ésta que inicial- nen que trabajar, sino la conciencia cada vez más generalizada del ca-
n'.enle intentó seguir el gobierno militar (en el periodo 1969-1970) me- rácter insatisfactorio de la tarea educativa, ele la ausencia ele sentido
diante una profunda racionalización tecnocrática del sistema uníversi- ele la ciencia y la cultura que transmiten, pues las consideran cada vez

19
18
más pobres e inútiles. Es allí en última instancia en donde podemos
de las nuevas capas de trabajadores sobre el mercado de .trabajo. �sí,
encontrar el profundo sentido anticapitalista del movimiento estudian-
'· l� .inmensa mayoría de los jóvenes no sólo estudiará poco Y mal, smo
til y magisterial: bajo el capitalismo es imposible ser plenamente edu-
cador y estudiante. sin ninguna garantía de que lo que estudien les sirva para ubicarse· en
el .mercado de trabajo.
En conclusión, después de ocho años de "reforma de la educa-
El nuevo papel que se le va a asignar a la educación tiene_ que
ción" se encuentra un sistema escolar cada vez más discriminador y
selectivo, separado de la vida cotidiana, gestionado de manera buro- ver -por lo tanto- con las tendencias actua.les de co1;1portamienlo
del capital en el país y que la política del régimen Belaunde-Ulloa,.�e-
crática y autoritaria y cuya credibilidad, tanto para los trabajadores
presenta y ejecuta. En lo fundamental, este mod_elo de acumulación
como para la burguesía, está en crisis. En estas condiciones, los prin-
cipios y la organización del sistema escolar necesitan ser modificados; se basa en una más profunda articulación del capital que opera en el
aunque el sentido de esta transformación tenga signos diferentes: mien- país con la estructura internacional de .�roducción, lo qu�, internarnen-
tras que la burguesía busca hacer de la educación un mecanismo más te significará: una creciente concentración de la producción :n las ac-
eficaz de dominación de clase, limitando o atenuando sus contradic- tividades de exportación y una mayor apertura a la penetración del ca-
ciones; para los trabajadores no existe ninguna salida que no signifi- pital monopólico internacional en el control de esos s:cto��s produc-
que la abolición de la escuela como reproductora de la división clasis- tivos. Las consecuencias de la relación entre la re�rga:1izac10n del mo-
ta de la sociedad. delo de acumulación y el modelo de educación sera evidente: �a reduc-
ción del mercado de trabajo, la limitación de los gastos �estma�os a
La política educativa del belaundismo atender los servicios colectivos, la acentuación de t�na ideología . ele
orientación tecnocrática serán los problemas que el sistema ed�1cauvo
En lo fundamental, la política educativa del régimen actual se debe resolver. Es a partir de allí que la nueva política edu�atlva 1111-
orienta a sistematizar -dándole una justificación ideológica- algu- pulsará una educación "no funcional", pues el sistema n? tiene �:�e-
nas tendencias del desarrollo de la educación peruana, presentes en sidad sino ele un contingente muy limitado de roles soc_iale� califica-
los últimos años. En efecto, como consecuencia del explosivo creci- dos. Por ello, la escuela capitalista tenderá ª. ,ºp�rar m�s bien corno
miento de la matrícula (en particular, la que corresponde a los niveles instrumento destinado a garantizar la dominación ideológica de la bur-
medio y superior) y de una limitada demanda de cuadros profesionales guesía y a actuar de manera muy desiquilibrada respecto � la produc-
por el sistema productivo, la separación entre la educación y la pro- ción. Para satisfacer las limitadas necesidades del cap1�altsmo depen-
ducción se ha hecho más profunda, lo que ha generado una creciente diente los cuadros profesionales y técnicos serán seleccionados en los
"devaluación" de los productos del sistema educativo. Si bien la fun- colegios y universidades particulares; pero al mismo tiempo, manten-
cionalidad de la escuela como reproductora de roles sociales utiliza- drá en el sistema educativo una enorme masa d� estudiantes que n?
bles por el sistema económico era una concepción coherente con el obtendrán títulos o que si los obtuvieran les serian de muy poca uu-
proyecto de desarrollo que impulsó el régimen velasquista -aunque lidad,
en la realidad, como hemos buscado mostrar, esa imbricación escue- En el anteproyecto de la "Ley general de educación y cultura" que
la-sociedad no se cristalizó por ninguno de los lados de la ecuación, el belaundismo ha propuesto para su aprobación :n el Parl�mento, se
haciéndose visible sus contradicciones en el periodo 1975-19'80-; en encuentra' ejemplificada la nueva política educativa sost�mcla. por el
la actualidad, cuando la política económica del belaundismo impulsa régimen actual. Dos son sus preocupaciones básicas: el. �nf�s1s �n. el
una acelerada reorganización de los patrones de acumulación del ca- carácter de la educación como instrumento �e dominación 1d:olog1ca
pital, la funcionalidad de la educación ya no tiene justificación. Por el diseño de una estructura del sistema escolar que lo convierte �n
el contrario, la política educativa se centra en la renuncia explícita a :11 fin en sí, desvinculado de las exigencias del mercad� d�, trab�JO.
la funcionalidad de la escuela, impulsando la in.Elación de los roles so- L¿· primero es presentado como el objetivo. de �na educación orien-
ciales que ésta produce. De esta manera, en . esta nueva perspectiva, tada a "configurar la identidad y el ser nac10né\1 .. Lo seg:mdo corn�
sin limitar el acceso al sistema educativo, e inclusive contribuyendo una estructura que se autoalimenta, buscando ampliar la vida escolar·
a su ampliación, desvinculando la escuela del sistema económico me-
diante la devaluación de los roles sociales, se busca desviar la presión El núcleo principal de la ideología que se encuentra en. la base l��
la propuesta belaundista de unificación cultural de la nación, estana
20
21
dado por los pr incipios del liberalismo burgués, con algunas efusio- En este sentido, nada más demagógico que afirmar --corno lo
nes terminológicas de vago nacionalismo cuyo punto de partida está hacen los ideólogos belaunclistas- que esta política educativa pueda
en la ambigua fórmula de "el Perú como doctrina": la valoración abs- caracterizarse como "democrática", "nacionalista" y "científica". No
tracta del ser humano, sin considerar sus condiciones históricas y so- es democrática, porque sólo ele manera formal puede asegurar a todos
ciales de existencia; la exaltación de la libertad e igualdad. formales, los peruanos "igualdad ele oportunidades a educarse": no puede· ga-
corno capaces ele permitir el pleno desarrollo de los hombres; el sos- rantizar realmente que todos los niños y jóvenes puedan acceder al
tenimiento de la democracia liberal como única forma de convivencia sistema escolar, ni tampoco eliminar el carácter discriminatorio que
política; el reclamo de la unidad nacional, como vía de integración de tiene éste, pues reproduce la estructura de clases existente en la so-
individuos desiguales social y económicamente. Bajo el manto de es; ciedad. Tampoco se trata de una política educativa nacionalista, por-
te trasnochado liberalismo burgués, que se convierte en la base de la que no expresa los intereses ele población mayoritaria del país, sino
reelaboración de los fines del proceso educativo, se apunta al sojuz- que por el contrario busca socializar a los niños y jóvenes en mode-
gamíento y rechazo de los intereses, valores e ideales de las clases ex- los de pensamiento y de valores que reproducen los impuestos por la
plotadas del país, e inclusive a la renuncia ele una escuela más direc- burguesía internacional. Finalmente, esta política educativa es incapaz
tamente vinculada a la producción. ele desarrollar la ciencia y la tecnología: un sistema ele ciencia y tec-
nología que exprese las necesidades de las mayorías populares sólo
Pero la no funcionalidad de la escuela, que hemos venido seña- puede desarrollarse en el contexto de una forma ele organización ele
lando como elemento central de la política educativa del belaundismo, la producción y ele la sociedad radicalmente diferente, en donde el cri-
no sólo está dada por la orientación ideológica que se busca dar a la terio básico sea satisfacer las necesidades humanas y no la rentabili-
educación, también por el diseño de una estructura del sistema edu- dad del capital.
cativo que lo institucionalice como cuerpo "separado", como fin en
sí, sin vinculación orgánica con el cuerpo social. Así, por ejemplo, Para garantizar la eficacia del funcionamiento ele este proyecto, el
los dos primeros niveles en los que se propone dividir el "sistema de régimen belaundista necesita mantener e inclusive - vigorizar el carác-
la educación nacional" (primaria y secundaria) ya no son vistos como ter burocrático del control del sistema educativo, reforzando la centra-
el apas terminales que lleven al mercado de trabajo, tal como lo pre- lización de la tarea escolar en el Estado a través del Ministerio de
veía la ley de 1972, en cuanto a la educación básica laboral y al pri- Educación y poniéndola en manos ele los técnicos, marginando ele es-
mer ciclo de la educación superior (ESEP), sino que tienen como ob- ta manera a los que están verdaderamente afectados por este proce-
jetivo ser un medio para alcanzar la educación superior (universitaria so: maestros, alumnos, padres. Además, la centralización burocráti-
o tecnológica). Este papel tendría también la nueva educación labo- ca ele la administración ele la educación tiene otro objetivo: imponer
ral y la secundaria diversificada (agropecuaria, industrial, comercial, un conjunto ele principios que le den homogeneidad y coherencia, de
administrativa): en última instancia, todo el sistema educativo estaría tal manera que se consiga una igualación formal de un sistema educa-
dirigido al nivel superior ele la educación, buscando alargar la vida es- tivo que es por naturaleza estratificado y jerarquizado; e involucrar a
colar ele los jóvenes, sin que por ello se les asegure títulos útiles en profesores y alumnos en una ideología común tendente a legitimar el
la vida práctica. orden social existente.
El contenido ele clase ele la política educativa del belaundismo no Por esta razón, la presencia decisiva del Estado en la gestión edu-
puede ser más evidente: se presenta como expresión de las necesida- cativa no se opone al papel preponderante que se le asigna a la edu-
des del capital monopólico interesado en reducir los servicios colecti- cación privada. Por el contrario, ésta se constituye en el eje sobre el
vos, pero sin que ello lleve -por lo menos en los momentos actua- cual se busca la homogenización del sistema escolar, al cual le sirve
les- a reprimir brutalmente las demandas sociales. Ausente la preo- como modelo ideológico y organizativo. En este sentido, la escuela
cupación por la eficacia y credibilidad del sistema educativo, funda- privada se presenta como la trinchera última para la defensa del siste-
mentalmente se orienta a administrar los escasos recursos -que la ma escolar basado en los intereses _del capital.
política de austeridad del capital impone--. para satisfacer las crecien-
tes demandas ele la población por servicios educativos. Por ello, es- De otro lado, para que esta política educativa pueda ser llevada
ta política ele "liberalización" y "devaluación" del sistema escolar tende- adelante y pueda funcionar, tiene que contar con el apoyo, o por lo
rá a hacer más clasista la escuela y a agudizar la crisis que la atraviesa. menos con la neutralidad, del magisterio. Sin embargo, a pesar ele las

22 23
declaraciones de voceros del gobierno belaundista reconociendo la im- incapaz de superar su falta de credibilidad. Pero al movimiento de los
portancia del maestro, no existen condiciones para que pueda estable- trabajadores tampoco le toca restablecerla.
cerse una alianza estable entre el régimen y el magisterio. Dos serían
los obstáculos a los que tendría que enfrentarse esta propuesta. De Conclusiones
un lado, la política de austeridad del capital, que se traduce en la dis-
minución de los gastos en educación del gobierno (para 1981 corres- Si la burguesía es incapaz de encontrar una vía de salida al pro-
ponde al 8.5 por ciento de los gastos del gobierno central, proporcio- blema de la educación, los trabajadores no tienen ninguna que 'no sea
nalmente inferior al presupuestado para 1980), con lo que se tiene una , poner en cuestión el principio mismo que rige la escuela capitalista.
reducción de los ingresos reales de los maestros y deficientes condi- Desarrollar una línea política socialista frente a la educación no signi-
ciones de trabajo. Pero no sólo se trata de estos intereses económi- ficará, en primer lugar, proponer un "modelo" de educación alterna-
cos corporativos, pues, de otro lado, el empobrecimiento de la cali- tivo al existente. Ello no sólo sería ilusorio sino irrealizable por utó-
dad de la educación (fines, contenidos, métodos) no sólo llevará a los pico y abstracto: no es posible modificar el rol de la escuela si no se
maestros a oponerse, al gobierno sino también -y esa conciencia tien- transforma la estructura social y económica en la cual ésta se inserta.
de a generalizarse- al propio sistema capitalista, pues son las rela- La escuela en el capitalismo es un aparato ideológico del Estado bur-
ciones sociales que éste supone lo que les impide desarrollar plena- gués y, por lo tanto, constituye un instrumento de los capitalistas pa-
mente su tarea educadora. Por estas razones la alianza del movimien- ra afianzar su dominación de clase. En este sentido, la lucha por una
to magisterial con la burguesía es improbable: ésta lo rechaza y opri- nueva educación no pasa por la reforma de la escuela (democratiza-
me. Más bien, existen las condiciones reales para el cuestionamiento ción de la enseñanza, mejores condiciones de estudio, etc.) pues es
un instrumento que sirve precisamente para reproducir los privilegios
de la política educativa de la burguesía y para el rechazo a convertir-
se en instrumentos de sostenimiento del orden social vigente. Sin con- sociales, sino por su abolición como tal, por su desmantelamiento co-
tar con el magisterio para un activo reforzamiento del papel integra- mo institución del Estado capitalista, Una línea de enfrentamiento a
esta escuela debe comenzar por poner en discusión los principios que
dor y homogenizador de la escuela, la política educativa burguesa lle-
vará necesariamente a una inestabilidad acentuada de la educación; rigen el sistema escolar, criticarlo como mecanismo reproductor de
las jerarquías sociales y roles sociales, de rechazarlo como instrumen-
así como al desarrollo de una perspectiva de lucha que permita impul-
to de preservación de privilegios, conocimientos y modelos valorati-
sar un movimiento de impugnación de esta escuela. '
vos de la clase dominante. Sin embargo, para que ese cuestionamien-
Pero, evidentemente, no será ésta la única contradicción que de- to sea eficaz necesita formar parte de un .proyecto de crítica global al
termine los límites de la política liberal del belaundismo frente a la edu- capitalismo (fábrica, estado, cultura), cuyo punto de referencia básico
cación. La expansión de la matrícula que es posible prever, así corno está dado por un amplio frente de clases explotadas dirigido por la cla-
el consiguiente aumento de las necesidades de su financiamiento cho- se obrera.
can con las crecientes limitaciones que el capital, en una época de cri- Esta perspectiva implicará una revolución en la concepción, fines,
sis, pone a los gastos que no le permitan aumentar sus ganancias. Y métodos y condiciones de enseñanza. El rechazo de la escuela corno
es que -como ya lo hemos señalado- lo que está en crisis no son só- institución separada, que tiende a reforzar la dominación ideológica
lo las diversas modalidades de organización del sistema escolar sino burguesa, aislando a niños y jóvenes de sus condiciones cotidianas de
el propio sistema capitalista sobre el cual se basa y que determina su vida, se traducirá en la socialización de la educación, núcleo principal
desarrollo. Por ello, para la fracción burguesa en el poder del Estado de esta línea política alternativa. En esta propuesta está planteado un
la salida liberal que propone como solución al problema de la educa- doble conjuntó de problemas. De un lado, la lucha por la administra-
ción se presenta sumamente difícil, en la medida en que son las pro- ción colectiva de la escuela: rechazando el carácter burocrático y au-
pías contradicciones del capitalismo dependiente las que alimentan las toritario de la escuela capitalista y reemplazándolo por el control de
crisis de la educación. El capitalismo-no puede prescindir de la es- las organizaciones de padres, alumnos y maestros de tal manera que
cuela, tanto como reproductora de los roles sociales y como mecanis- la escuela responda a los intereses de los grupos mayoritarios del país.
mo de dominación ideológica, pero al mismo tiempo, por sus propias De otro lado, el ingreso a la escuela, como contenido de la enseñan-
contradicciones internas tiende a agravar su crisis. La educación bur- za, de la realidad circundante (productiva, gremial, política) y, por lo
guesa se mostrará incapaz de cumplir con sus propios fines y, por ello, tanto, su integración en la comunidad. En este sentido, la reformula-

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ción ele los métodos y contenidos educativos en cada uno ele los cam-f
pos del saber científico permitirá vincularlos estrechamente a las ex-
periencias ele los alumnos y posibilitará que la escuela se constituya en
un centro vivo ele trasmisión ele una nueva cultura y de un saber cien-
I ífico más avanzado.

Esta socialización ele la educación no es un proyecto utópico. LA TEORJA EN EL MOVIMIENTO


) .as condiciones para su planteamiento ya están maduras: los métodos REVOLUCIONARIO PERUANO
v contenidos de la instrucción transmitida ele una generación a otra y
por mediación ele! docente han entrado en crisis junto con la visión José Ignacio López Soria
del mundo que le servía de fundamento y con la clase burguesa que las
usaba. Lo absurdo de los contenidos y métodos educativos parecen

L
ahora más evidentes que antes: la separación entre escuela y experien-
cia diaria es tan grande que gran parle ele la enseñanza resulta exte- A i_ndiferenc'.a que el movimiento. revolucionario en el
Peru ha vemclo mostrando con respecto a la teoría ha
rior, arbitraria y que fácilmente se olvida.
sido paralela a su despreocupación por el problema del
En la lucha por una nueva educación, papel importante le corres- Estado y de la actualidad ele la revolución. Parece, sin
ponde cumplir al movimiento magisterial. Hemos señalado que bajo embargo, que ele lo que menos ha carecido la izquierda
el sistema capitalista es imposible ser plenamente educador; funda- en el Perú ha sido precisamente ele teorías. Y hasta pue-
mentalmente porque la racionalidad del capital limita el desarrollo de de decirse que el problema del Estado y la cuestión de la revolución
la ciencia y la cultura, empobreciéndolas por su subordinación a los como tarea del día han sido puntos básicos de la agenda política de
criterios de rentabilidad: el maestro es llevado a realizar una tarea edu- no pocas agrupaciones ele izquierda.
cativa de carácter repetitivo y alienado, impidiéndosele un verdadero Hay que aclarar desde el comienzo que por teoría revolucionaria
enriquecimeinto personal y social. Por ello, en la base de las luchas no entendemos aquí la especulación ele gabinete ele intelectuales ra-
clel movimiento magisterial -cada vez ele manera más generalizada y dicalizados ni la copia mimética de recelas, sino la elaboración teó­
consciente- se encuentra el rechazo a la opresión ejercida por el sis- rica de las condiciones objetivas de existencia. Es cierto que el pro-
tema capitalista. En el fondo, el cueslionamienlo de la escuela capi- blema del Estado y el de la actualidad de la revolución han estado
t alista no significa sino el cuestionarnienlo de una sociedad organiza- presentes en no pocas organizaciones e ideólogos ele izquierda, pero
da en función ele las necesidades del capital y la exigencia ele un nue- es no menos cierto que estuvieron como postulado ético o estético o
vo modo de vida social, de un trabajo no alienado y de una nueva je- como categoría epistemológica, es decir, como una especie de deber­
rarquía ele valores. ser que ha terminado orientándose hacia la región ele la utopía por-
que no nacía de las condiciones objetivas de existencia ele las clases
potencialmente revolucionarias. Se trataba, en última instancia, ele la
urgencia ética, estética o epistemológica ele negar sin superar o de su-
perar sin negar esas condiciones.
Y hay que aclarar también que la teoría, cuando es realmente ela-
boración teórica de las condiciones objetivas de existencia social, es-
tá íntimamente ligada a la praxis revolucionaria porque ella misma es
componente de una totalidad que las abarca a ambas: el movimiento
revolucionario. El movimiento revolucionario como totalidad consta,
pues, de dos momentos -la teoría y la praxis- que se interinfluen-
cian y condicionan mutuamente. El lugar que ocupa la teoría en el
movimiento y la relación entre teoría y praxis no son cuestiones que
se resuelven en el vacío sino en el seno del proceso histórico. Por-

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