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EL ALMA DE LA TOGA
BARRANQUILLLA
JULIO, 2019
mundo casi que desconocido en el ámbito del Derecho, pues estamos acostumbrados a
hablar de Abogados y del Derecho desde la óptica del idealismo, lo cual ha llevado a
Es decir, se podría pensar lo mejor o lo peor de los profesionales del Derecho, pero casi
La lectura de este texto nos invita casi que a entablar una conversación con su
Abogado.
líneas podemos advertir una crítica sin apasionamientos sobre esta bella y muchas
el Autor en tan noble obra; es necesario decir que es muy ajustada la afirmación de
Ossorio en cuanto a que ser Abogado es mucho más que tener un título universitario, y
realidad social, económica, cultural y jurídica, hay que reconocer su acierto, pues las
exigencias del ejercicio del Derecho, efectivamente demandan del Abogado una visión
amplia que le permita conocer su entorno en diferentes ámbitos, máxime cuando del
litigio se trata; es decir, el conocimiento plural hace del Abogado un profesional versátil,
Ossorio, podría para muchos, hilvanar con mucha intrusión y quizá de manera
podría incomodarse al leer el texto, pero realmente el lector se topa con una obra de
esas que no se repiten, de esas que siendo un texto de Derecho, extrae al lector del
mundo de los códigos, y lo ubica en la realidad que muchas veces es ininteligible para
muchos; leer este texto es casi que conversar con un Autor de vasta experiencia en el
ejercicio del Derecho, es entender que ser Abogado es más que un título y además
comprender que para merecer tan digno epíteto, se debe tener unos mínimos que van
mucho más allá de un título académico, a saber, se debe vivir en torno al mundo
jurídico y ser vocero de la justicia, colocando al servicio de los demás todo ese torrente
fuerza interior, procedente desde la Divinidad, que plantea Ossorio, de tal suerte que
esta debe acompañar al Abogado en cada minuto de su existencia so pena de cambiar
de oficio si no cuenta con esta fuerza interior, quiere decir esto que la Fuerza Interior,
sobre la evolución de la realidad del derecho, y ciertamente, podemos ver como existe
hoy la posibilidad de que el Trabajador de hoy, desde el ámbito de las masas obreras,
esto, hay que decir que el Derecho escrito, las Normas de carácter nacional, y el
costa de su lucha, pero, es innegable, por lo menos en nuestro país que a pesar de
fueran oficialmente la bandera del ejercicio del Derecho, por tanto, es un gran acierto,
por parte del Autor, determinar como piedra angular del Ejercicio del Derecho, la
puede estar obligado, más no a mentir y en circunstancias que invadan el ámbito del
conciencia, teniendo en cuenta lo expresado por Osorio quien prescribe que “(…) Los
abogados no sólo son hombres independientes, sino los más independientes de los
hombres.”
cuestión, deberían estar sujetas a la evaluación del Juez, después de escuchar los
verdadera con la intención de proteger o tutelar los Derechos de su petente. Entra aquí
pódium a los dos últimos, sin restar importancia a la Inteligencia, la cual se hace
anterior sin olvidarse del apasionamiento que se debe tener por cualquier ocupación,
que es el punto de partida para ser exitoso en el trabajo, el Trabajador debe ser
habíamos mencionado antes, la rectitud de conciencia viene a ser la piedra angular del
Derecho, que enuncia Ossorio, y es la Brevedad, la cual nomina de excelsa dentro del
proceso oratorio, cosa que quizá para muchos juristas es difícil de aceptar, pues
darle mayor peso de valor a lo que él llama las realidades mundanas; de tal suerte que
muchas veces el fallo del Juez, es guiado por una presión social, a veces imperceptible,
que dista del Derecho positivo. Lo cierto es que le asiste la razón a Ossorio, en gran
parte, sobre este tema, pues es casi que imposible, abstraerse de la percepción de lo
concepto muy personal, y que encierra mucho apasionamiento, lanzando juicios tales
como que “lo menos malo que el especialismo puede producir es una polarización del
aplicación del conocimiento; por tanto lo que bien podría ser absurdo es no enfocar el
conocimiento en detalles.
Poco a poco se ha ido hilvanando una crítica sobre un texto maravilloso, reverencial,
pero no solemne, lo cual es base para concluir que el Texto “El Alma de la Toga” de
Ángel Ossorio, muestra una visión particular, pero muy centrada y en gran parte
merecedora de elogios, pues nos ubica en una órbita fuera del contexto del Derecho
Positivo, nos extrae del contenido de las Leyes y los Códigos a los que estamos
humana del Profesional del Derecho, recordando que como humano no solo tiene
cerebro, sino también corazón. Solo nace una nueva inquietud: ¿seremos los nuevos
del Derecho.