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JNFORMACIO-
PS/ C0 10 G/ CA

DOSSIER

ApORTACIONES FREUDIANAS SOBRE

, LOS
TRASTORNOS ESQUIZOFRENICOS
Concha Lechón Castillejo'

RESUMEN El presente trabajo es una aproximación a los trastornos esquizofrénicos desde el marco de la teoría del psícoanálisis.
El estudio de las psicosis desde esta óptica implica atravesar la teoría de la libido, el concepto de narcisismo y el del mismo
inconsciente. La articulación de. estos tres ejes vertebrales permite formular lateoría de las psicosis en Sigmund Freud.
PALABRAS CLAVE Esquizofrenia. Libido. Narcisismo. Delirio de grandeza. Inconsciente. Pérdida de realidad.
ABSTRACT The present study intends to come to a greater understand ing of schizophrenic disorders using the theory of
psychoanalysis as a basis.Thestudy of psychosis from this viewpoint involves employing in cross reference the theory of libido,
the concept of narcissism and the concept of the unconscious self. The combination of these three concepts acts as the main
backbone to Sigmund Freud 's theory of psychosis.
KEY WORDS Schizophrenia. Libido. Narcissism. Megalomania. Unconscious. Loss of real ity.

P lantear un abordaje de los trastornos esquizofré-
nicos des de el marco del psicoanálisis y en co ncreto
des de la teoría desarrollada por Sigmund Fre ud es to-
mar una orien tació n cuyo norte es la elaboración de
una teoría de las psiconeur osis basada en la noción de
la libido. En un prim er momento Freud co nsiderará
psiconeurótico a aque llos que sufren de histeri a, de
neurosis obses iva, de dem enci a precoz y para noia .
Aunque Freud se mostró reticente a la ap licac ión del
método psicoanalítico para los casos de psicosis por
su incapacidad para víncu los transferencia les, no des -
cuidó este tipo de manifestaciones para elabora r su
teoría; digamos que fue un interés teórico.
En primer lugar, su teoría sob re la libido ten ía que
ser válida para todas las categorías clínicas. En seg un-
do lugar, el estudio de las psicosis, espec ialmente de
la demencia precoz, le permitió la elaboración del con-
cepto de narcisismo y la ampli ación de la noción de l
yo, co nce bido primero como una instancia represora
pasa a ser un reservorio libidinaI. En tercer lugar, las
alterac iones lingüísticas, el modo de expresión de es-
tos pacientes le aportaron pistas para el estudio del
«enigmático» inconsciente.
Acercarnos al estud io de las psicosis desde esta ópti-
ca implica atravesar la teoría de la libido, el conce pto
de narc isismo y el mismo inco nsciente. Lo que me
parece una tarea imposible para una ex pos ición por lo
que só lo esbozaré unas pinceladas so bre estos tres ejes
vertebrales para poder artic ular la teoría de las psico-
sis en Fre ud.
Primero qui siera hacer una acotación sobre la termi-
nología pues Fre ud va a utilizar diferentes térm inos.
En mi opinión no estuvo dem asiado co nvencido de
ningun o. Utilizará la designación de dementia praecox,
esquizofre nia, parafreni a, neurosis narcisista para re-
feri rse a este tipo de trastornos.
La libido, es un co ncepto propio de l psicoanálisis,
que ocupa un lugar privilegiado pues es lo que Freud
va a relacionar por un lado con la ca usa, co n el origen
de las psiconeur osis pero además es lo que puede ex-
plicar las diferencias diag nósticas, es decir, por qué se
enfer ma de histeria o por qué se enfer ma de paranoia,
cues tión a la que intenta responder des de el inicio de
su obra.
Es defi nida por Fre ud co mo la energ ía de las pulsio-
nes sex uales , que origi nariamente se satisfacen en el
pro pio cuerpo, que es lo que va a llamar autoerotismo,
la fase que la sustituye, aunque no de l todo, el narci-
sismo que se caracteriza por investir libidinalm ente al
yo, momento constitutivo del yo en el que pasa a ser
un desti natario de la libido.
¿Por qué se sale del narcisism o?, se pregunta Fre ud .
Porque si no, se enferma, es su res pues ta.

I Psic áloga Psicoana lista . Miembro de la Escue la Laca niana de Psicoanálisis del Campo Freudiano

10 • Número 79 · 10-13 • Agosto 2002

 DOSSIER
ApORT ACIONES FREUDIANAS SOBRE LOS TRASTORNOS ESQUIZOFRÉNI CO S
CO N C H A U C HON CAST I I.U JO
El yo só lo puede tolerar una cierta ca ntidad de libid o,
la libido es un co nce pto e nergé tico, pen sado en ca nti-
dades que pueden despl azarse del yo a los objetos de l
mundo exterior y viceve rsa .
Es por es to por lo qu e se llega a la investidura de
obje to, fase que llam ará de elecc ión de objeto, en la
qu e la libid o inviste los obje tos del mundo.
Tenem os as í plantead a la hip ótesis de la ca usa de las
psiconeurosis por un es tanca miento libidinal. Sos ten-
drá co mo fac tor primario de la ca usa de la enfe rme -
dad , la es tasis libidinal , co nside rada co mo un fac tor
cua ntitativo. No se trata de una ca ntidad abso luta, sino
de la prop orción entre una cant idad de libid o y aqu ell a
ca ntida d de libid o que el yo sing ular puede dominar,
manten er e n tensión , sublima r o aplica r direc tame nte.
La afirmac ión de que la ca usac ión de la enferme da d
de pen de de la ca ntidad libidinal armo niza co n dos teo -
rías sostenidas por Fre ud: la prime ra, co nce bir la neu -
ros is co mo un co ntl icto entre yo y libid o. La seg unda
es que no ex iste ningun a diversidad cualitativa e ntre
las co ndiciones de la sa lud y de la neurosis, los "sa-
nos" llevan la mism a lucha para dominar la libido, pero
les va mejor.
La situación se volve rá patógen a a co nsec uencia de
un factor cua ntitativo; co n lo cua l qued a totalm en te
desesti mada una "causa patol ógica" , pues la ca usac ión
de la enfermedad se hall a por regl a ge neral e n una si-
tuación psíqu ica que puede produ cir se por diver sos
ca nu nos.
Tod as las fases del desarroll o libidinal, tant o lo qu e
va vía de las puls iones sex ua les , co mo lo qu e va vía
del yo, pueden co nver tirse en lugares de fij ació n.
Tenem os pues dos vías de desarrollo de la libido: Una
libido de objeto, destin ada a investir los objetos del
mundo exter ior y una libid o yoica.
Co n es tas bases, co n es tos supues tos la explicación
que encuentra para la paranoia, es qu e el paranoico ha
reti rado la libid o de los obje tos y que esta libid o ha
vuelto al yo. Y en co ncre to, para el caso de la dem en-
cia precoz ha vuelto a la fase de autoerotismo . Pode-
mos obse rvar co mo en mom ent os de crisis en pac ien-
tes esquizofrénicos se mani fiesta lo qu e pod em os lla-
mar depersonalizaci ón, no sa be n quienes so n o no sa-
ben el nombre de su pueblo, por eje mplo. Es éste un
mom ent o en el qu e hay una alteración que repercut e
al mom ent o de la co nstituc ión del yo .
Esta hip ótesis le permite explicar dos fenó me nos ca-
rac terísticos de las psicosis: el delirio de gra ndeza y
la alucinac ión, co mo también la perdid a de interés por
el mundo, por las person as.
La idea de un avasallamiento del yo la introduce al
prin cipi o de su obra y va a habl ar de «psicosis de ava-
sa llamiento». Es te avasa llamiento del yo, Freud lo si-
túa en la últim a fase de la trayectoria de la e nfer me-
dad . La enfermedad psíquica en Freud tiene que ver
co n una luch a, co n una opos ición entre lo pul sional y
de es ta luch a es de la qu e surge n los sí ntomas nuevos,
los de la enfer medad prop iam ent e dich a.
Las prim eras aportaciones teóricas respecto a las psi-
co sis Freud las hará en el es tudio de la paranoia , qu e a
diferen cia de lo qu e ocurre en la neur osis obses iva, en
la paran oia no se forma ningún rep roch e reprimido,
sino que el displacer es atribuido al prójimo -proyec-
ci ón- es el propi o pen sami ent o e n boca de otros , lo
qu e aparece co mo el fenó me no de las aluc inaciones
auditivas , y es a partir de esta expe rienc ia de la aluc i-
nación qu e co mie nza n los intent os de explicac ión, lo
qu e Freud va a llamar el delirio de asimilación y co n
ello co mienza una alteració n del yo. Eje mplifica ré es ta
idea co n el dicho de una pacient e que decía ser esqui-
zofrénica por esa man ía suya de oír voces. Proceso
que c ulmina en la formac ión de lirante del del irio de
grandeza. Frecuenteme nte se encuentra tambi én en la
esquizofrenia sino un deliri o, sí una ideación deli ran -
te. Aquí puede ilustrarnos el ejemplo de un pacient e
que afir ma ba que no hacía la digestión , porque al me-
nos uno no tenía qu e hacerl a y le hab ía tocado a él,
par a que las cosas siguiera n en orde n.
Estos caso s los va a explicar diciend o qu e una parte
de la libid o va haci a lo autoer ótico, so breca rga ndo una
part e del cuerpo, el es tómago en el caso qu e aca bo de
hacer referencia; pero por otra busca de nuevo un ob-
j eto, y es ta parte es la qu e formaría la idea delirant e.
En es te se ntido el deliri o es ya un intent o de c urac ión.
En cua nto al diagn óstico di feren cial e ntre las neuro-
sis y psicosis. Para las neur osis -histe ria y neurosis
obsesiva - argume ntará un estanca miento de la libido
de objeto y para las psicosis -pa ranoi a y esquizo fre-
nia- un es tanca miento de la libid o yo ica, por eso las
llam a tambi én neu rosis narcisistas.
El inter és de Fre ud en el es tudio de las psicosis es tá
en pode r aplicar su teoría de la libid o a las diferent es
Agosto 2002 • Núm ero 79 • I I
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Pi / COLOG/ C,J

DOSSIER
ApORTACIONES FREUDIANAS SOBRE LOS TRASTORNOS ESQUIZOFR ÉNICOS
CONC H /\ LECH Ó N C AST I LLEJO

afecciones psicon eu r óticas, y también en co ncreto en Pod ríam os pen sar qu e lo que perman ece bloquead o
el es tud io de la es quizofrenia enc uen tra una forma de es e l tlu ir libidin al entre huell as mn ém icas y represen -
acceso a l enig mático inco nsc iente. En prime r lugar taciones sig nifica ntes, e ntre marcas de ause ncia y pa-
enc ue ntra un a simi litud grande e ntre e l len gu aje ex - lab ras, pues es so bre un fond o de ause ncia qu e la libido
presad o por los pacient es esquizofrénicos y las im á- pued e despl azarse.
ge nes creadas e n e l sue ño, so breto do en mom entos de Fin alm ente Freud de fin irá las psicosis co mo e l des-
irrupci ón de la e nfe rme dad; es decir un len gu aje dis- enlace de una pertur baci ón en los vínc ulos entre e l yo
paratad o qu e mu ch as veces tien e por cont enido una y el mundo ex te rior, lo que le lleva a afirm ar qu e de
referen ci a a órga nos o partes del cue rpo . Una paci ent e e ntrada en e l inici o de la relación del sujeto al mundo
afirma ba que tenía un timbre en la rod illa. algo nun ca había qu ed ad o co ncl uido.
La ex plicación es qu e una so la palab ra tom a so bre sí La rel aci ón del yo co n el mundo ex te rior es trat ad a
la ca rga de una ca de na de pen sami en tos. Co mo en e l por Fre ud en e l inici o de su obra al plant ear e l probl e-
sue ño las palab ras so n co nde nsa das y por desplaza- ma del exame n de la realid ad, es decir, el procedimiento
mient o se tran sfieren unas a otras las po r el cua l se decid e si un a cosa
inves tid uras . Pero lo que da el ca rác- pert enece a la realidad o bje tiva o
ter ex tra ño del d ich o es quizo frénico J!fl- situaei én. J e no ; es pues es una de las funciones
es que la sustituc ión se da entre pala- de l yo diferen ci ar entre percep ción
bras parecid as y no por e l parecid o LUJlM,1t pafÓljI'Ilfl- o.
y representación. A ños más tarde
de la cosa designada. Hay pues un eauseeueneia. de fin afirma rá qu e el fin primero e in-
pred ominio de la referen ci a a la pala- medi ato del exame n de realidad es
bra so bre la refe rencia a la cosa. Por
/aefM eua ntita tino; eon.
ree nco ntrar un obje to q ue co rres-
eje mplo, una muj er decía se r la vir- lo- eual. queda. ponda a lo represe ntado . La co n-
ge n porqu e llevab a medi as blan cas y di ci ón es qu e tien e qu e hab erse
la virge n era blan ca.
totalmente desestim a da.
<t
perdido objetos que procu raron una
y es aqu í donde Fre ud introdu ce una una. eausa. satisfacc ión objetiva. El j uicio so -
mod ificación a su hip ótesis primera: bre la ex iste nc ia es e l último desa-
pnlo/6l}ietl.", pues. Ia.
que en la es quizofre nia le es retirada rroll o de la inclu sió n dentro del yo
la libido al objeto. Aq uí hace una d is- eausaeion. de la. o la ex pulsió n de él de lo qu e ori-
tinci ón e ntre la represent ación del ob - ginar iame nte se rigió por el prin-
m/uIllMful. se halla.
jet o y la rep resentación de la palabra, c ipio del placer, pues e l yo se e n-
entonces, dice le es retira da la lib ido ao« reqJ.lI. QPJlUld en c ue ntra a l com ie nzo de la vida
de los lugares qu e represent an al ob- IlJUI. siiuaeion. pslquiea. aními ca inve stido por pul si on e s
jet o pero la re presentac ión de la pala- qu e en parte es ca paz de sa tisfacer
bra va a ser la de stinatari a de la inves- q.1J1l.. puede. P'odu.eiJr-Jl'. en sí mi sm o. Tiempo e n el qu e e l
tidu ra pul sion al, sie ndo és te el prim er pN dioersos. eruuluos.. yo -s ujeto coin cid e co n lo placen-
intent o de c uración. tero y el mundo ex terior co n lo in-
Acaba mos de referirnos a la simili- d iferent e.
tud entre sue ño y esq uizofrenia, la di- Los pr ocesos psíqui cos incon s-
ferencia es qu e en el sue ño es tá libre la tran sacci ón c ientes, qu e Freud co ns ide ra los más antiguos y pri-
entre investidura de palabra e investidu ra de cosa, mien- mitivos o bedecen al principi o del placer, es decir, as -
tra s qu e lo ca rac ter ístico de la esq uizo frenia es que piran a ga na r placer y de aque llos ac tos qu e pued en
es te paso perm an ece bloqu ead o. susc itar displ acer la ac tiv ida d psíqui ca se ret ira. E n
Es así co mo podem os ente nde r la afi rmac ió n qu e es te tiempo mítico qu e el yo co inc ide co n e l placer lo
Jacqu es Lacan , al deci r la insistencia que pone el es- desead o se alucina, co mo oc urre en e l sue ño . Pero la
quizofrénico en reiterar ese fU/ S O. En vano, puesto que ause nc ia de la satisfacció n es pe rada , es deci r, e l des-
para él todo lo simbó lico es real. enga ño , trae co mo co nsec ue ncia que se aba ndo nase e l

12 • Núme ro 79 • Agosto 2002


- - INFORMACIO -
P51CO LOGICA
DOSSIER
ApORTACIONES FREUDIANAS SOBRE LOS TRASTORNOS ESQUIZOFRÉNICOS
CONCI-IA LECI-IÓN CASTI LUJO
intento de satisfacción por vía alucinatoria. El aparato
psíquico tuvo que representarse el mundo exterior. Se
introduce entonces un nuevo principio en la actividad
psíquica, ya no se representó sólo lo que era agrada-
ble, sino lo que era real aunque fuese desagradable. A
esta nueva actividad psíquica es a lo que Freud ha lla-
mado principio de realidad.
La tendencia general de nuestro aparato psíquico es
aferrarse a las fuentes de placer que dispone y en la
dificultad con que se renuncia a ellas. Al establecer el
principio de realidad una clase de actividad del pensar
se escindió, se mantuvo apartada del examen de reali-
dad y permaneció sometida únicamente al principio
de placer. Como ocurre en el fantasear en el que se
abandonan el apuntalamiento en objetos reales.
El relevo del principio del placer por el principio de
realidad no se cumple de una sola vez ni simultánea-
mente, más bien estos dos principios interactúan en la
vida psíquica.
Freud establecerá una diferencia entre las pulsiones
yoicas y las pulsiones sexuales respecto del principio
de realidad. Mientras que las pulsiones yoicas cursan
un desarrollo concordante con el principio de reali-
dad, las pulsiones sexuales que se comportan primero
en forma autoerótica, de ahí que haya una parte que
no llegue a la situación de frustración. Estableciendo
un vínculo entre pulsiones sexuales y fantasía y pul-
siones yoicas y actividad de la conciencia.
Tanto las neurosis como las psicosis tienen como
consecuencia una enajenación de la realidad, o una
pérdida de la realidad objetiva. En la neurosis el yo al
servicio de la realidad va a reprimir aquellas mocio-
nes pulsionales que entran en conflicto, es decir que
son displacenteras o intolerables para el yo. La forma
que el yo tiene de ejercer la represión sobre una mo-
ción pulsional es separando la representación de su
afecto, cuyo resultado serán los síntomas que como
solución de compromiso siguen llevando a cabo la sa-
tisfacción pulsional. Es aquí también donde el refugio
en el mundo de la fantasía evita un fragmento de reali-
dad, pues las fantasías se apuntalan en un fragmento
de realidad distinto del que se defienden. Cobrando
así un significado particular, un sentido secreto, sim-
bólico.
Freud encontró en la represión una doble polaridad
pues algo está reprimido, expulsado de la conciencia
I
-
pero es también atraído por lo que ya fue reprimido
anteriormente. Es decir, un elemento que cae bajo la
represión entrará en relación con los otros elementos
reprimidos. Lo que ha sido reprimido se expresa de
todos modos, por ejemplo en el síntoma. El sujeto en
la represión tiene la posibilidad de arreglárselas con
lo que vuelve. En cambio en las psicosis la defensa
frente a lo pulsional es una defensa mucho más enér-
gica pues el yo del psicótico desestima la representa-
ción dolorosa junto con su afecto, dirá« el yo se arran-
ca de la representación insoportable», desasiéndose
también de esta manera de una parte de la realidad
objetiva.
En el primer tiempo se reprime o se desestima, esta
primera reacción es lo que diferencia las neurosis de
las psicosis.
En el segundo tiempo, en el tiempo de la reparación,
el psicótico quiere compensar la pérdida de realidad
creando una realidad nueva, siendo el modo más ra-
dical la alucinación, en el que el yo se ha procurado
percepciones nuevas que corresponden a la nueva rea-
lidad.
El delirio se presenta en el lugar donde originaria-
mente se produjo una desgarradura en el vínculo del
yo con el mundo exterior. Podemos entender esta des-
garradura a nivel de la función psíquica que tiene por
misión convertir las percepciones del mundo exterior
en huellas mnémicas. Es decir, una desgarradura en lo
que ordena el mundo simbólico.
Referencias bibliográficas
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Amorrortu editores, Buenos Aires 1986. Vol. XlV.
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res, Buenos Aires 1986. Vol. XlV.
Freud, S. (1924). La pérdida de la realidad en la neu-
rosis y la psicosis. Amorrortu editores, Buenos Aires
1986. Vol. XIX.
Freud, S. (1925). La negación. Amorrortu editores,
Buenos Aires 1986. Amorrortu editores, Buenos Aires
1986. Vol. XIX.
Lacan. J. (1971). Respuesta al comentario de lean
Hypopolite sobre la Verneinung de Freud. Escritos.
Siglo Veintiuno editores.
Agosto 2002 • Número 79 • 13