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El contenido del
derecho de daños,
los sistemas y
presupuestos de la
responsabilidad
civil
1. Definición y principios
generales del derecho de
daños
1.1. Derecho de daños
Nociones introductorias
Queremos aprovechar esta primera lectura para darles una calurosa
bienvenida e introducirlos en la materia. Tal como se expone en los
fundamentos del programa, la comprensión analítica de la asignatura
Derecho privado VIII (derecho de daños) constituye un aspecto de suma
relevancia en la actualidad del derecho privado.
Más allá de las múltiples razones que sostienen esta afirmación, existen dos
cuestiones que no pueden soslayarse en esta introducción. La primera tiene
que ver con el material de estudio que aquí se presenta. El alumno deberá
considerar que estas lecturas son básicas y limitadas para la compresión de
la norma; toman como base las lecturas elaboradas con anterioridad y no
suplen la bibliografía obligatoria.
1De allí que la remisión a la bibliografía obligatoria sea necesaria aun cuando esté referida al
Código Civil derogado, pues la nueva norma no se aparta de los parámetros que venía
señalando la doctrina, salvo en cuestiones puntuales. Dicho en otras palabras, podrá el
alumno, sin ningún inconveniente, estudiar la matera en base a la bibliografía obligatoria,
consultando estas lecturas para la actualización y adecuación normativa.
1
reformadora presidida por el prof. Ricardo Luis Lorenzetti e integrada por
las juristas Elena Highton de Nolasco y Aída Kemelmajer de Carlucci. Esta
comisión presentó2 ante el Ejecutivo el anteproyecto de Código Civil y
Comercial, que cuenta con el articulado y sus fundamentos. El Ejecutivo,
luego de efectuarle algunas modificaciones3, lo presentó ante el Congreso
de la Nación. Allí se conformó la Comisión Bicameral del Congreso de la
Nación4 que efectuó algunas reformas al proyecto5, finalizando con la
sanción de la ley 26.994/2014 que introduce el nuevo Código Civil y
Comercial que rige a partir del 1 de agosto de 2015.
Su Título V regula otras fuentes de las obligaciones que no son los contratos.
2 El texto del anteproyecto presentado por la Comisión reformadora al Poder Ejecutivo puede verse
en: http://goo.gl/1kFuxG
3 Las modificaciones pueden verse en: http://goo.gl/8h2371
4 La Comisión Bicameral para la Reforma, Actualización y Unificación de los Códigos Civil y
Comercial de la Nación, creada por resolución conjunta de ambas Cámaras con fecha 04 de julio de
2012 (OD 636/12 y 531/12).
5 Las reformas efectuadas por la Comisión. Bicameral del Congreso puede verse en el siguiente link:
http://goo.gl/EDK0qk
6 El listado de profesores y especialistas puede verse en: http://goo.gl/IounoJ.
2
seguridad; el art. 134, que trata la responsabilidad del tutor frente al
tutelado.
Para tratar estos tópicos, la materia está dividida en dos grandes partes:
una general, que nos introduce al concepto de derecho de daños, su
evolución histórica, principios y funciones, los presupuestos o elementos de
la responsabilidad civil; una especial, que está orientada al estudio de las
responsabilidades en particular. Por último, se estudiarán las cuestiones
procesales vinculadas a la pretensión resarcitoria considerada en si mismo y
en su relación con la pretensión penal. Estos tópicos están divididos en
cuatro lecturas.
1.1.1. Caracterización
En este primer punto trabajaremos qué aspectos comprende la asignatura y un
elemento novedoso introducido por el Código Civil y Comercial que tiene que ver
con la prelación normativa establecida para la responsabilidad civil.
El propio texto del nuevo código, en el Capítulo 1 del Título V del Libro III, se
refiere a la responsabilidad civil y no al derecho de daños. Por caso, el art. 1708 se
titula "Funciones de la responsabilidad"; debemos entender que el sentido
utilizado por el legislador es el expuesto en el párrafo que antecede. Sin perjuicio
del nomen juris (el hecho de que la ley adopte una cierta denominación), se
3
prefiere el uso en el sentido antes expuesto, entendiendo que el derecho de daños
no es sólo el deber de resarcir.
4
d) las normas supletorias de este Código.7
Esta prelación normativa aporta pautas generales que facilitan y aclaran la tarea
interpretativa de jueces y abogados, despejando posibles colisiones, incoherencias
o inconsistencias normativas entre el Código Civil y Comercial y las leyes
especiales. Se trata una incorporación provechosa para el sistema normativo
nacional, teniendo en cuenta que nuestro sistema genera una frecuente
superposición de normas de diversa jerarquía y especialización. De allí que sea útil
esta norma aclaratoria respecto a la prelación normativa para solucionar los casos.
En este sentido, el art. 1709 del CCC –que cierra la Sección 1era- reproduce casi
textualmente el texto del art. 1583 del proyecto de 1998, que establecía también
un grado de prevalencia en la aplicación de las normas. Como se ha dicho, el
artículo es importante en casos de colisión entre los preceptos del Código con los
de la ley especial y podría presentarse, por ejemplo, si debe determinarse cuál es
el régimen aplicable en ciertos supuestos, si el general de la responsabilidad
objetiva prevista en el Código para la intervención de cosas y de ciertas
actividades (arts. 1719, 1720, 1721, 1722, 1723, 1726, 1730, 1731, 1733, 1757,
1758) o el especial de la responsabilidad agravada en materia ambiental (art. 29,
ley 25675) o de residuos industriales (art. 40, ley 25612) o residuos peligrosos (art.
45, ley 24051), entre otros (Galdós, 2012).
La doctrina (Pizarro & Vallespinos, 2014; Picasso 2014; Matilde Zabala de González
2015) distingue –al menos- tres funciones del derecho de daños: la prevención, la
reparación y la punición, las que veremos en detenimiento en las unidades 9 y 10.
Sin embargo, corresponde trabajar en este primer módulo una innovación
legislativa, en torno a la expresa inclusión normativa de las funciones del derecho
de daños, en el texto del nuevo Código Civil y Comercial. Comprender las
funciones del derecho de daños nos permitirá interpretar adecuadamente el resto
de las normas que componen el sistema.
7 Art. 1709 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
5
daños indicando que el sistema tiene tres claras funciones: la resarcitoria, la
preventiva y al punitiva. En efecto, en sus fundamentos mencionaba que –tanto
en nuestro país como en el derecho comparado- existen discusiones acerca de si la
prevención y la punición integran o no la noción de responsabilidad, y se afirmaba
que es necesario que la ley resuelva la controversia. Por esta razón, quienes
elaboraron el anteproyecto de Código Civil y Comercial señalaban que la función
resarcitoria es relevante en el sistema, pero que la preventiva es propia de esta
materia y que los daños punitivos se encuentran ya incorporados en el derecho
argentino y resultan aplicables a una gran cantidad de supuestos de
responsabilidad por daños en el ámbito de las relaciones de consumo. Por lo
tanto, el anteproyecto de Código Civil incluía una norma que establecía
expresamente las tres funciones, una resarcitoria, una preventiva y otra punitiva.
Esta última estaba titulada en el proyecto como “sanción pecuniaria disuasiva”. En
el proyecto elaborado por la comisión de reformas se preveía la función tripartita:
prevención, resarcimiento y punición (art. 1708), las que fueron mantenidas en el
proyecto del Poder Ejecutivo.
Por lo cual, la punición ha sido expresamente descartada como posible función del
sistema por el Código Civil y Comercial, pues el articulo 1708 expresamente
establece que las funciones de la responsabilidad son la prevención del daño y su
reparación; queda eliminada con ello toda referencia a la sanción pecuniaria
disuasiva representativa de la función punitiva del derecho de daños.
6
el fin de que la autoridad de aplicación mantenga sus potestades, inhibiendo a la
autoridad jurisdiccional de resolver estas cuestiones" (Comisión Bicameral para la
Reforma, Actualización y Unificación de los Códigos Civil y Comercial de la Nación,
2012, goo.gl/0F7wB2).
Más allá de lo discutible y las críticas de las que puede ser objeto esta eliminación,
lo cierto es que, en el actual Código, las funciones del derecho de daño son sólo
dos: la preventiva y la resarcitoria; la función punitiva queda reservada para el
derecho de consumo y los daños ambientales. Veamos esta primera función
preventiva.
Enseña Vázquez Ferreyra (2015) que no toda la doctrina está de acuerdo con la
función de prevención de la responsabilidad civil y que hay quienes prefieren
hablar de esta función dentro del más amplio derecho de daños, que, como su
propia denominación lo indica, va mucho más allá de la mera función resarcitoria.
De idéntica manera, la sociedad no está dispuesta a evitar absolutamente todo
daño a cualquier costo. Así, por ejemplo, la mejor manera de evitar accidentes
viales sería prohibiendo la circulación de vehículos, lo que resulta tan absurdo que
hacer perder toda razonabilidad a tal ejemplo falaz. Por lo cual, como primera
medida debemos decir que la prevención es deseada, pero en su justa y razonable
medida (Vazquez Ferreyra, 2015)
Por otro lado, si bien es cierto que se puede “reparar” el perjuicio en términos
jurídicos (vgr., por el pago de una suma de dinero a la víctima de un siniestro que
le causó la pérdida de una de sus piernas), lo cierto es que en el mundo real o
material, ese bien (la integridad física de la víctima), ha perecido y no hay
verdadera posibilidad de recomposición, más que la reparación pecuniaria,
imaginemos que el mejor jugador de futbol del mundo en un accidente pierde una
pierna, la indemnización aunque millonaria nunca podría volver las cosas al estado
anterior. Por tal razón, la prevención es fundamental en ciertos y determinados
supuestos.
Hay que tener en cuenta que si en este tipo de daños la prevención es esencial,
mayor aún parece serlo en cuestiones como son los daños ambientales, dada su
complejidad y la magnitud de afectados que pueden verse involucrados.
7
2. La segunda forma es más específica y se justifica en cuestiones que
manifiesten una peligrosidad inusitada, una dañosidad potencial alta, o
la presencia de determinados bienes jurídicos (vgr., bienes
personalísimos). De este modo, se imponen a ciertos sujetos deberes
especiales de control, aminoramiento (reducción) de riesgos de la
actividad por ellos producida. Un ejemplo de ello sería los deberes
especiales que debe cumplir el agente que opere una caldera, o un
productor de desechos tóxicos, etc.
8
luego de haber resarcido el daño. En estos casos, toma protagonismo la función
sancionatoria o punitiva, que puede implicar una pena civil de carácter pecuniario
de una magnitud tal que desmantele el efecto del ilícito, anulando remanente de
enriquecimiento, o, por su fuerza sancionatoria, disuada el comportamiento
reprochable.
10Sentenciando que el principio del alterum non laedere tiene raíz constitucional (art. 19, Ley
Fundamental). CSJN, Isacio Aquino c/ Cargo Servicios Industriales SA, sentencia del 21 de
septiembre de 2014, Fallos 308:1167, disponible en www.csjn.gov.ar
9
lo considera de carácter constitucional. En este sentido, dijo la Corte que "el
principio del alterum non laedere, entrañablemente vinculado a la idea de
reparación, tiene raíz constitucional, y la reglamentación que hace el Código Civil
en cuanto a las personas y las responsabilidades consecuentes no las arraiga con
carácter exclusivo y excluyente en el derecho privado"11.
Los factores subjetivos son la culpa y el dolo, mientras que como ejemplo de
factor objetivo podemos nombrar al riesgo creado. El factor objetivo y el factor
subjetivo poseen igual jerarquía en el derecho argentino.
11 CSJN, Fernando Raúl Gunther c/ Estado Nacional, sentencia del 5 de agosto de 1986, Fallos
308:1139, id Infojus: FA86000415.
12 El texto del autor puede verse en: http://goo.gl/4MtRAL. Recuperado el 01.04.15
13 Art. 1716 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
10
1.2.3. El Código Civil y Comercial y la protección de la
“persona”
Íntimamente conectado con lo expuesto en los principios anteriores, el
reconocimiento que el nuevo Código Civil y Comercial hace respecto del deber de
no dañar a otro, como también la idea de reparación plena e integral hacen que la
responsabilidad civil tenga como eje o como centro a la persona. En este sentido,
la doctrina enseña que “El acento jurídico, antes colocado en la propiedad privada,
hoy apunta a la persona. El personalismo ha sustituido al patrimonialismo, que
cosificaba las personas y personalizaba las cosas” (Zabala de González, 2015,
p.40). Tendiente a la protección de la persona, en el artículo 1740, el Código Civil y
Comercial de la Nación tiende a garantizar la restitución de la situación del
damnificado al estado anterior al hecho dañoso, en todas sus facetas, implicando
un cambio de paradigma de la tesis de la inviolabilidad del patrimonio a la
inviolabilidad de la persona (Tanzi, 2015). La inviolabilidad de la persona humana
constituye de este modo un fin en sí mismo; supone su primacía jurídica como
valor absoluto, que debe ser protegido no sólo por lo que tiene y pueda obtener,
sino por lo que es y en la integridad de su proyección, configurando un ámbito
lesivo de honda significación y trascendencia en el que pueden generarse
perjuicios morales y patrimoniales. En los párrafos que antecede decíamos que
autores como Fernando A. Sagarna afirman –con razón- que el nuevo Código tiene
como fin la protección de la “persona”, a diferencia del Código Civil de Vélez, más
focalizado en los “bienes”. En los fundamentos del anteproyecto elaborado por la
comisión redactora, se anticipa que el régimen de la responsabilidad civil parte de
la clasificación de los derechos según el objeto de la protección: la persona, el
patrimonio y los derechos individuales o de incidencia colectiva. Utiliza el vocablo
"persona humana" porque es una terminología que vincula a la persona con el
estatus normativo de los tratados de derechos humanos, que en nuestro
ordenamiento tienen rango constitucional. Asimismo, la noción es comprensiva
tanto de los aspectos físicos como de los que no lo son, lo cual tiene importantes
efectos, como por ejemplo en el daño a la persona.
11
tiene jerarquía constitucional. En otras palabras, la mera causación de un daño a
otro ya de por sí constituye una conducta antijurídica. El art. 1717 expresa:
"Cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es antijurídica si no está
justificada"14.
En efecto, en forma específica se refieren al mentado deber los arts. 1710 a 1715
del CCC. En ellos se dispone de manera genérica que toda persona tiene el deber
de prevenir un daño.
Conforme al art. 1711 del nuevo Código, esta función preventiva procede siempre
que exista la posibilidad de que se ocasione un daño por medio de una acción u
omisión antijurídica, no siendo necesaria la presencia de ningún factor de
atribución que califique esa conducta activa u omisiva.
Cabe agregar que el art. 1710 refiere que el principio es de aplicación para la
persona “en cuanto de ella dependa”15. Esta afirmación implica la exigibilidad de
acciones preventivas que se encuentren al alcance o dentro de la esfera de control
de la persona, excluyéndose aquellos comportamientos que resulten de
cumplimiento imposible o que impliquen conductas irrazonables, según las
circunstancias del caso.
14 Art. 1717 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
15 Art. 1710 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
12
cierta equivalencia con el daño padecido por la víctima. La equivalencia jurídica
deber ser razonable y está sujeta a cuatro reglas:
a) El daño debe ser fijado al momento de la decisión (ya que en ciertas situaciones al
momento de sentenciar el daño es mayor o menor); b) la indemnización no debe ser
inferior al perjuicio; c) la valoración debe realizarse en concreto, y d) la reparación no
puede ser superior al daño sufrido por la víctima (Pizarro & Vallespinos, 2014).
16 CSJN, Isacio Aquino c/ Cargo Servicios Industriales SA, sentencia del 21 de septiembre de 2014,
Fallos 308:1167, disponible en www.csjn.gov.ar
17 Art. 1738 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
13
espirituales legítimas y las que resultan de la interferencia en
su proyecto de vida.18
Si bien se trata una adecuada sistematización sobre los aspectos nodales del
derecho de daños, existen diversas normas específicas relativas a la
responsabilidad civil dispersas en el ordenamiento, tal como se expuso en los
ejemplos al inicio de la presente lectura.
Por otro lado, existen diversos cuerpos normativos, que regulan aspectos también
esenciales del derecho de daños, que se mantienen en pleno vigor aun con la
entrada en vigencia del nuevo Código, como por ejemplo el estatuto consumeril,
la ley general de ambiente, etc., sin perjuicio de la lógica aplicación de las normas
de carácter constitucional (arts. 17, 41, 75 inc. 22 de la Constitución Nacional).
18 Art. 1738 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
19 Art. 1740 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
14
Esto lleva a preguntarnos:
Luego, el art. 1717 expresamente establece que cualquier acción u omisión que
causa un daño a otro es antijurídica si no está justificada. Se advierte en este
punto que se avanza desde un esquema de antijuridicidad típica o restringida a
uno más amplio, que ya venía siendo receptado por la jurisprudencia de nuestro
país. Ya no resulta relevante si la conducta que causa el daño se encuentra
expresamente reñida con el ordenamiento jurídico considerado en su conjunto o
no, sino que basta con que la conducta que causa el perjuicio no esté justificada
por el ordenamiento jurídico. A partir de allí se configura el primer presupuesto de
la responsabilidad civil.
El art. 1749 determina que “Es responsable directo quien incumple una obligación
u ocasiona un daño injustificado por acción u omisión”20. Nótese cómo también en
esta norma se pone el acento en el "daño injustificado" acentuando la idea de
antijuridicidad material.
Esta norma no es más que un reflejo de lo que venían señalando nuestro Máximo
Tribunal Nacional cuando entendió que
20Art. 1749 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
21CSJN, Fallos: 308: 1160; Fallos: 308: 1118 entre tantos precedentes dictados en este mismo
sentido.
15
En cuanto al factor de atribución, el art. 1721 determina que la atribución de un
daño al responsable puede basarse en factores objetivos o subjetivos. Con lo cual
se advierte que en este punto se recoge la tendencia doctrinaria y jurisprudencial
que exige la presencia necesaria de un factor de atribución y formulaba esta
misma distinción entre factores objetivos y subjetivos. A su vez, la misma norma
determina que, en ausencia de normativa, el factor de atribución es la culpa, por
lo que ésta opera como un factor de cierre del sistema.
El art. 1722 preceptúa que “El factor de atribución es objetivo cuando la culpa del
agente es irrelevante a los efectos de atribuir responsabilidad. En tales casos, el
responsable se liberará de responsabilidad demostrando la causa ajena, excepto
disposición legal en contrario” 22.
El art. 1724 establece que los factores subjetivos de atribución son la culpa y el
dolo. “La culpa consiste en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza
de la obligación y las circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar”23. Como
se advierte, se sigue, en términos generales, la definición del art. 512 del Código
Civil de Vélez, con la salvedad de la referencia a la palabra "diligencia" en lugar de
"diligencias"; en acuerdo con lo reiterado por la doctrina, se mejora la definición
de culpa. Dicha norma también establece que la culpa “Comprende la
imprudencia, la negligencia y la impericia en el arte o profesión”24. Se trata de los
distintos rostros de la culpa. A su vez, el dolo se configura, según la misma norma,
“por la producción de un daño de manera intencional o con manifiesta
indiferencia por los intereses ajenos”25.
22 Art. 1722 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
23 Art. 1724 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
24 Art. 1724 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
25 Art. 1724 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
26 Art. 1725 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
27 Art. 1725 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
16
el grado de responsabilidad por la condición especial del
agente.28
En términos generales, esta disposición reproduce el art. 909 del Código de Vélez.
El art. 1727 señala cuáles son los distintos tipos de consecuencias, estableciendo
que son consecuencias inmediatas las que acostumbran a suceder según el curso
natural y ordinario de las cosas. Las consecuencias mediatas son las que resultan
solamente de la conexión de un hecho con un acontecimiento distinto. Las
consecuencias casuales son las consecuencias mediatas que no pueden preverse.
En este aspecto, el CCC ha seguido la regulación del Código de Vélez, conforme a
la reforma de la ley 17711. En los fundamentos del Código se destaca que el
distingo ha sido ampliamente aplicado por la doctrina y la jurisprudencia, dando
lugar a una consolidada interpretación que mantiene su utilidad, aun en el sistema
unificado de responsabilidad. También se señala que “es prudente mantener la
terminología a la que están acostumbrados los operadores jurídicos, y no parece
necesario cambiar las palabras (…) porque ello daría lugar a nuevos problemas
hermenéuticos” (Lorenzetti, Highton de Nolasco & Kemelmajer de Carlucci, 2012,
http://goo.gl/K8bpzE ).
28 Art. 1725 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
29 Art. 1726 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
30 Art. 1726 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
31 Art. 1735 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
17
El art. 1736 determina que
18
responsabilidad civil en función de la
acción
El ser humano, desde tiempos inmemoriales, ha mostrado preocupación acerca de
la causación de daños y de la postura que debía tomar al respecto. Incluso en las
comunidades más primitivas, la generación de un daño generaba diversas
respuestas. En un principio, un daño sufrido en la persona o en los bienes
implicaba que la víctima hiciera uso de la venganza, causando daños en la
persona o los bienes del victimario. Quizás, el primer antecedente jurídico en
respuesta a esta cuestión sea la ley del talión (ojo por ojo y diente por diente), la
cual, pese a su carácter rudimentario y alejado a los cánones de derecho que hoy
manejamos, implicaba limitar la contraofensiva de la víctima al victimario,
permitiéndole causar un daño similar al que ella hubiera recibido, pero no mayor.
Sin embargo, esta forma de represión de la injusticia no dejaba de ser injusta,
constituyendo una actuación del derecho por demás primitiva e inadecuada
(Pizarro & Vallespinos 2009).
Los romanos proclamaron diversos principios que de algún modo sintetizaron las
máximas del derecho: honeste vivere (vivir honestamente), suum cuique tribuere
(dar a cada uno lo suyo), alterum non laedere (no dañar al otro). El principio del
alterum non laedere es una noción inherente a la de alteridad, es decir, a la de la
presencia de un “otro” sin el cual difícilmente podamos hablar de sociedad. La
consagración de este principio posee gran trascendencia, ya que implica una veda
19
a la posibilidad jurídica de dañar a otro, y la obligación de resarcir en cabeza del
sindicado como responsable, en caso de su incumplimiento33.
33 Para
profundizar sobre estos puntos, ver Pizarro & Vallespinos (2014), Compendio Derecho de
Daños, Bs. As., Hammurabi, pág. 45 y ss.Pizarro & Vallespinos (2009) Instituciones del Derecho de
Daños Hammurabi, Tomo II, pags. 447 y ss
20
1.7. Evolución histórica y actualidad
de la responsabilidad por daños
A los fines de un estudio completo y acorde a las exigencias de la universidad, en
este punto se remite a la bibliografía obligatoria34.
A modo informativo, se pude decir que la evolución histórica del derecho de daños
involucra diferentes períodos:
a) Derecho romano.
b) Edad Media: derecho español antiguo y derecho francés.
c) Revolución Francesa y Código de Napoleón (la responsabilidad
basada en la culpa).
d) La crisis de la responsabilidad basada en la sola idea de culpa. El
advenimiento de la responsabilidad objetiva.
e) La responsabilidad en la era tecnológica.
Es por eso que la responsabilidad civil, desde la óptica actual, no pone el acento
en el autor, a fin de castigarlo, sino en la víctima, a fin de reparar el daño causado.
Por esta misma razón, se repiensan instrumentos que tienden a socializar, de
algún modo, la responsabilidad civil.
34 Pizarro & Vallespinos (2014), Compendio Derecho de Daños, Bs. As., Hammurabi, pág. 52 y ss.
21
Por otro lado, la preocupación del derecho no sólo se centra en la reparación del
daño mediante la sanción resarcitoria, intentando regresar el estado de las cosas a
como se hallaban antes del hecho dañoso, sino también a la prevención y punición
del daño (Bustamante Alsina, 1993).
Tal como nos enseñan Pizarro y Vallespinos (2014), la víctima ha pasado a primer
plano. Muchos autores consideran que la socialización de riesgos ha estimulado
el desarrollo y la transformación del derecho de daños de una responsabilidad
más individualista a otra más socializada.
En el actual CCC vemos reflejadas esas ideas. Así por ejemplo, además de
plasmarse en preceptos normativos los principios más relevantes del derecho de
daños, se recepta la responsabilidad colectiva y anónima y por el accionar de
grupos; es una responsabilidad objetiva basada en el riesgo creado e importa una
forma de socialización del daño en base a principios solidaristas asociados con la
equidad. Actualmente se afirma que debe prevalecer la víctima sobre el victimario
y que el propósito de la ley no es castigar sino reparar, entre el daño cierto
causado a la víctima y la posibilidad de imponer el resarcimiento a quien no fue
causante directo, pero ciertamente produjo hechos que lo desencadenaron, la
22
opción por la víctima es clara en la norma tal como manifiesta la doctrina (Tanzi &
Carazza, 2015)
23
cuanto hay reglas generales en el Código –sobre contratos o responsabilidad civil-
que complementan la legislación especial, proveyendo un lenguaje normativo
común. Algunas de las innovaciones que CCC introduce en el régimen general de
responsabilidad civil, aplicables y ventajosas (progresivas) en orden a los daños a
consumidores y usuarios, tienen que ver con la función preventiva de la
responsabilidad civil, los avances en torno a nuevos daños resarcibles y
legitimados activos (damnificados indirectos, convivientes, etc.), pautas
adicionales en el régimen de responsabilidad objetiva, entre otras cuestiones.
Cabe señalar una ventaja –si se quiere, pragmática (Stiglitz, G. 2014)- en esta
nueva legislación, para el estudiante: la inclusión de la alusión de la protección del
consumidor en el Código Civil y Comercial obliga a su lectura y por lo tanto
asegura un completo conocimiento del estudiante, pues se advierte en los
exámenes que, lamentablemente, el régimen de la ley especial (ley 24.240) aún no
ha sido íntegramente reconocido, e incluso, a veces, es ignorado, a pesar de
contar con casi 20 años de vigencia.
35 Art. 40. Ley 24240 – Defensa del Consumidor. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
24
sólo puede ser ejercida por organismos de la administración
que reúnan los siguientes requisitos:
a) La norma de creación les haya concedido facultades para
resolver conflictos entre particulares y la razonabilidad del
objetivo económico tenido en cuenta para otorgarles esa
facultad es manifiesta;
b) Estén dotados de especialización técnica, independencia e
imparcialidad indubitadas;
c) Sus decisiones estén sujetas a control judicial amplio y
suficiente.
Este artículo no se aplica a las consecuencias de la violación
de los derechos personalísimos del consumidor, su integridad
personal, su salud psicofísica, sus afecciones espirituales
legítimas, las que resultan de la interferencia en su proyecto
de vida ni, en general, a las consecuencias no
patrimoniales.36
36Art. 40 bis. Ley 24240 – Defensa del Consumidor. Sustituido por art. 59 de la ley 26993. Honorable
Congreso de la Nación Argentina.
25
lugar al daño colectivo y lo que la moderna doctrina llama “daños de incidencia
colectiva”. Hoy se admite en la doctrina la categoría de los "daños colectivos o
difusos”, consagrando una apertura legitimatoria en favor de grupos o sujetos
representativos para el ejercicio de la acción indemnizatoria con proyección hacia
la totalidad del perjuicio producido a la sociedad representada. Ello, sin
menoscabo de la opción que cabe a cada miembro del grupo para reclamar
individualmente el daño proporcional a la propia fracción del interés lesionado.
Cabe también mencionar los intereses individuales homogéneos, reconocidos por
la Corte Suprema de Justicia: el daño que "un individuo causa al ambiente se lo
está causando a sí mismo" y "la mejora o degradación del ambiente beneficia o
perjudica a toda la población”37 .
Al quedar eliminada esta sección, podemos decir que si bien el CCC reconoce la
diferencia entre los derechos individuales y colectivos, como también los daños
derivados de la afectación de un derecho individual de otro de incidencia
colectiva, no hay efectos para la categoría de "daño de incidencia colectiva", al
menos en el texto de la norma. Esto no quiere decir que los daños colectivos
queden impunes. Por vía jurisprudencial y doctrinaria, con una interpretación
integral del sistema normativo estos daños pueden ser objeto de prevención,
sanción o resarcimiento.
37 CSJN “Mendoza Beatriz Silvia y otros c/ Estado Nacional y otros s/daños y perjuicios”. Fallos
329:2317.
38 CSJN , “Halabi, Ernesto c/ P.E.N. ley 25873 dto. 1563/04”, sentencia del 24 de febrero de 2009,
26
Como hemos mencionado precedentemente, el art. 1737 del Código Civil y
Comercial fija el daño como toda lesión "a un derecho o un interés no reprobado
por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un
derecho de incidencia colectiva"39, un cuando el Poder ejecutivo haya eliminado
del texto legal la regulación dedicada al daños a los derechos de incidencia
colectiva.
39 Art. 1737 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
40 CSJN, Fallos: 327:3753.
41 CSJN, “Santa Coloma, L. F. y otros c/ Ferrocarriles Argentinos”, sentencia del 5 de agosto de
27
Asimismo, expresó que “no figura entre las potestades de un estado
constitucional imponer a los habitantes cargas que superen a las requeridas
por la solidaridad social”42.
Por medio de este proceso, y con fundamento en dicho artículo, la Corte Suprema
de Justicia establece las bases jurídicas del principio alterum non laedere y de la
reparación plena e integral.
28
en la causa "Aquino" sostiene nuevamente una posición coherente con el
principio de reparación plena e integral.
En un caso más reciente49, pero anterior a la vigencia del Código Civil y Comercial,
la Suprema Corte de Justicia de la Nación tuvo oportunidad de expedirse sobre la
extensión de un reclamo indemnizatorio, para lo cual no sólo apeló a las normas
constitucionales, sino también a los tratados internacionales, a tenor de lo
dispuesto por el art. 75 inc. 22, como así también al control de convencionalidad;
esto es, el deber de la Judicatura de tener en cuenta que las normas internas no le
resten eficacia a las normas convencionales (v.g., tratado o convención
internacional), y que en dicha tarea los jueces y órganos vinculados con la
administración de justicia contemplen no solamente el tratado, sino también la
interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana. En el precedente,
el alto tribunal aborda las temática del daño recordando que el principio general
que establece el artículo 19 de la Constitución, según el cual se prohíbe a los
hombres perjudicar los derechos de un tercero, se encuentra "entrañablemente
vinculado a la idea de reparación" que establece el Código Civil, y que dicha
reglamentación no tiene carácter exclusivo y excluyente en el derecho privado,
sino que expresa un principio general que regula cualquier disciplina jurídica, y
que la integridad física tiene en sí misma un valor indemnizable; la adecuada
protección del derecho a la vida y la integridad psicofísica de las personas exige
que se confiera al principio alterum non laedere toda la amplitud que éste
amerita, así como que se evite la fijación de limitaciones en la medida en que
impliquen "alterar" los derechos reconocidos por la Constitución Nacional (art.
28).
49CSJN, "Rodríguez Pereyra, Jorge Luis y otra c/ Ejército Argentino s/ daños y perjuicios”, sentencia
del 27 de noviembre de 2012, disponible en www.csjn.gov.ar , enlace directo: http://goo.gl/Mydp1w
29
1.12.2. ¿Qué debemos entender por reparación plena o
integral? Reconocimiento legislativo de la reparación
plena efectuado por el Código Civil y Comercial
Al trabajar eta idea en el tomo tercero de “Instituciones” Pizarro y Vallespinos
(2013) se preguntan: ¿qué debemos entender por reparación plena o integral y
cuál es su utilidad y alcance? Y afirman que el tema suele ser conectado con dos
cuestiones de relevancia en materia de indemnización: "la determinación del
contenido del daño y la medida de ese contenido" (2013, p. 181).
Respecto de la medida del contenido del daño, ella se debe vincular con la idea de
equivalencia, que genera dificultades porque se puede transitar desde una
económica y rigurosa a otra más flexible. Determinan cuatro reglas
fundamentales: "el daño debe ser fijado al momento de la decisión, la
indemnización no debe ser inferior al perjuicio, la apreciación debe formularse en
concreto y la reparación no debe ser superior al daño sufrido" (p. 181).
En efecto, esta posición asumida por la Corte, en los últimos años, ha tenido
efectos relevantes en el derecho de daños legislado en el nuevo cuerpo
normativo.
30
La plena eficacia de un derecho de jerarquía constitucional es inherente a la
racionalidad de su reglamentación y a la respuesta que ensaye el sistema frente a
normas que sean manifiestamente lesivas de la esencia del derecho consagrado.
Tal como pudimos afirmar supra, la nueva norma hace suyas las enseñanzas de la
Corte a lo largo de todo su articulado, plasmándolas de manera directa en los arts.
1738 y 1740. En efecto, la lectura de estas normas permite colegir la expresa
recepción legislativa del principio de reparación plena e integral. Estas normas
imponen al agente del daño recomponer económicamente al damnificado,
dejándolo indemne por las pérdidas patrimoniales y extrapatrimoniales sufridas a
raíz del hecho antijurídico que lo ha afectado.
51 Art. 1738 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
52 Art. 1740 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
31
consecuente incorporación a nuestra legislación de diversos tratados de derechos
humanos, así como la interpretación que la jurisprudencia ha efectuado con
relación a tan significativos cambios normativos.
Esto implica tomar muy en cuenta los tratados, en particular los de derechos
humanos, y los derechos reconocidos en todo el bloque de constitucionalidad.
Esta decisión se ve claramente reflejada en casi todos los campos, en especial, en
la protección de la persona humana a través de los derechos fundamentales.
Así, podemos decir que existe una reconstrucción de la coherencia del sistema de
derechos humanos con el derecho privado.
53 Art. 1740 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
54 Art. 1716 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
32
2. Sistemas de
responsabilidad civil
2.1. Responsabilidad contractual
(obligacional) y extracontractual
(aquiliana). Unificación en el Código
Civil y Comercial
33
acuerdo a dicha tesitura, todos los demás supuestos (vgr., el incumplimiento
de una obligación legal, etc.) quedarían atrapados dentro de la categoría de
responsabilidad extracontractual o aquiliana.
34
2.1.3. Caracterización del régimen de Vélez Sarsfield
Tal como mencionamos más arriba, en el código derogado se reglamentaba un
doble régimen de responsabilidad. Estudiemos cómo estaba regulado.
La responsabilidad obligacional
Por ejemplo, imaginemos que María y Juan se están por casar, contratan un
servicio de catering y la empresa no cumple con la obligación de servir la bebida y
la comida el día del casamiento. En este caso, se configurará un incumplimiento
definitivo y podrán solicitar el resarcimiento correspondiente al daño y perjuicio
sufrido. De ese modo, el objeto de la prestación originaria (el servicio de catering)
será sustituido por la suma de dinero que la empresa de catering deberá pagar a
los damnificados. Sin embargo, también podría suceder que el incumplimiento
no sea definitivo y que pueda ser realizado tardíamente con interés del
acreedor. En tal caso, al objeto de la prestación se le puede adherir una suma
dineraria correspondiente al resarcimiento por los daños causados por el
incumplimiento defectuoso. Profundizaremos todos estos conceptos más
adelante.
La responsabilidad extracontractual
35
y como veremos seguidamente, queda la posibilidad de opción si el hecho
dañoso degenerara en delito criminal.
Conforme la norma citada, cualquiera sea la fuente del deber de reparar el daño,
sea la violación del deber general de no dañar como fuente de la responsabilidad
"contractual" o el incumplimiento de una obligación como fuente de la
responsabilidad “extracontractual”, se tornan de aplicación las mismas reglas. La
unificación que opera el nuevo código se basa en la identidad de finalidad y de
presupuestos entre ambas esferas de responsabilidad y tiende a lograr también,
en principio, una unidad de efectos. “Con algunas excepciones la responsabilidad
surgida de la violación del deber general de no dañar a otro o la surgida del
incumplimiento obligacional se rige por idénticas reglas” (Picasso 2015, pag.345).
Las normas que integran el Capítulo I del Título V del Libro Tercero del CCC,
consagradas a la responsabilidad civil (arts. 1708 a 1780), se aplican
indistintamente a la responsabilidad contractual y la extracontractual, salvo las
excepciones que se expondrán más abajo.
55 Art. 1716 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
36
El nuevo art. 2561 in fine establece un plazo común de tres años para la
prescripción del "reclamo de la indemnización de daños derivados de la
responsabilidad civil"56.
Si bien existen otros plazos, estos son supuestos especiales o de excepción y cuya
fijación no pasa por el carácter contractual o extracontractual de la
responsabilidad en cuestión, sino con la especialidad del caso regulado. Así, por
ejemplo, el plazo de diez años para la acción por daños derivados de agresiones
sexuales a personas incapaces y dos años para la acción de derecho común
derivada de accidentes o enfermedades del trabajo, o para el reclamo de los
daños derivados del contrato de transporte (art. 2562 incs. "b" y "d” del CCC) son
especiales y nada tienen que ver con el carácter contractual o extracontractual
(Picasso, 2015, pag.350).
Dice la norma: “Relación causal. Son reparables las consecuencias dañosas que
tienen nexo adecuado de causalidad con el hecho productor del daño. Excepto
disposición legal en contrario, se indemnizan las consecuencias inmediatas y las
mediatas previsibles”57.
Establece que "El curso de los intereses comienza desde que se produce cada
perjuicio"58, con lo cual, en la responsabilidad contractual y en la aquiliana, el
curso de intereses se unifica.
56 Art. 2561 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
57 Art. 1726 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
58 Art. 1748 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
37
2.2.3. Diferencias subsistentes a pesar de la
unificación
Aun cuando se legista por la unificación, la distinción entre la responsabilidad
contractual y la extracontractual se mantiene en relación a la distinta estructura
del hecho generador del deber de reparar. En los fundamentos de la comisión de
reformas se expresa que "la tesis que se adopta es la unidad del fenómeno de la
ilicitud, lo cual no implica la homogeneidad, ya que hay diferencias que subsisten"
(Lorenzetti, Highton de Nolasco & Kemelmajer de Carlucci, 2012,
http://goo.gl/K8bpzE ). Sobre esto, comenta Picasso:
Como en el punto que antecede, las pautas son tomadas del trabajo elaborado por
Sebastián Picasso (2015).
Al respecto el autor trabaja varios supuestos entre los que podemos destacar la
antijuridicidad, la configuración del factor de atribución, el caso fortuito, la
previsibilidad de las consecuencias en materia contractual, la ejecución de la
obligación por un tercero, la edad a la que se adquiere el discernimiento y los
casos con elemento internacional. Vemos cada uno de estos aspectos:
38
o si el perjuicio fue ocasionado por una persona no identificada dentro
de un grupo determinado (art. 1761), por un grupo de riesgo (art.
1762), etc. Mientras que en la responsabilidad contractual la obligación
asumida –esa prestación especifica- es un vínculo que constriñe a uno
sujetos determinado a cumplir cierta conducta en relación a otro u
otros, en todos los casos determinados o determinables. En este último
tipo de deberes calificados, la responsabilidad no deriva entonces de la
calidad de dañador, sino de la de deudor de la obligación (Picasso 2014)
39
dependientes. Esta última norma sí rige, en cambio, los supuestos de
responsabilidad extracontractual por daños causados por el ejecutor
material de la obligación: daños a terceros no contratantes, o bien
daños sufridos por el acreedor como consecuencia de la lesión de
bienes distintos de los que conforman el objeto del contrato (v.g.,
daños a la persona del acreedor). Es en este sentido que debe
entenderse la referencia que se hace en ese último artículo a la
responsabilidad del principal por el hecho de "las personas de las
cuales se sirve para el cumplimiento de sus obligaciones (Picasso,
2015, p. 9)
59
Artículo 2657.- Derecho aplicable. Excepto disposición en contrario, para casos no
previstos en los artículos anteriores, el derecho aplicable a una obligación emergente de la
responsabilidad civil es el del país donde se produce el daño, independientemente del país
donde se haya producido el hecho generador del daño y cualesquiera que sean el país o
los países en que se producen las consecuencias indirectas del hecho en cuestión.
No obstante, cuando la persona cuya responsabilidad se alega y la persona perjudicada
tengan su domicilio en el mismo país en el momento en que se produzca el daño, se
aplica el derecho de dicho país.
40
embargo, esa obligación, así concebida, tenía sentido –dice Picasso- en
un sistema que, como el de Vélez, sentaba normas distintas para
regular la responsabilidad contractual y la extracontractual, donde, por
expresa previsión del art. 1107 de ese código, no era posible aplicar la
responsabilidad por riesgo creado (art. 1113, Código derogado) al
ámbito del contrato. Luego se introdujo la obligación de seguridad en el
derecho del consumo (arts. 42, Constitución Nacional, y 5, ley 24240).
Por lo cual, al unificarse el sistema, el mantenimiento de la obligación
de seguridad en el derecho común carece de sentido, dice el autor. Por
un lado, porque la mayoría de los supuestos en los que se justificaba
echar mano de esa obligación están ahora regidos por la legislación
especial tuitiva de los consumidores y usuarios; por el otro, porque la
unificación de la responsabilidad civil torna aplicables al ámbito del
contrato las disposiciones referidas a la responsabilidad objetiva por
riesgo (arts. 1757 y 1758), con lo que no es necesario seguir
recurriendo a la obligación de seguridad de resultado para objetivar la
responsabilidad del deudor. Por ese motivo no se ha incorporado en el
flamante código ninguna alusión a la obligación tácita de seguridad.
También por eso se dice en los fundamentos del anteproyecto que se
unifican los supuestos que habían generado dificultades serias, como
ocurre con los daños a la persona en el ámbito de la responsabilidad
contractual. En tales situaciones, la reparación del daño se regirá,
según los casos, por los arts. 1749 (responsabilidad por culpa o dolo) o
1757 y 1758 (riesgo), según se hayan empleado o no cosas viciosas o
riesgosas para ejecutar la obligación, o bien que la actividad desplegada
por el deudor pueda o no calificarse en sí misma como peligrosa en los
términos del art. 1757. Si los daños a la persona fueron ocasionados
por un dependiente del deudor, se aplicará el art. 1753. Sobre el
mantenimiento o la eliminación de la obligación de seguridad,
volveremos en la lectura 3.
41
complementarse con la sanción del nuevo código a través de pautas adicionales
incorporadas por el art. 1757 del CC.
42
2.3.1. Definición
El CCC ha incorporado normas que el Código de Vélez no había previsto. Ha
receptado, por caso, la idea de responsabilidad precontractual, mejorando la
situación de los contratantes en las etapas previas, reguladas en los arts. 990, 991
y 992 del mencionado cuerpo legal. 60
Pero antes examinar esta incorporación normativa corresponde analizar qué venía
diciendo la doctrina al respecto, previamente al dictado del código unificado.
2.3.2. Fundamento
Existen diversas doctrinas que intentan encontrar una justificación a la
responsabilidad civil en un período anterior a la formación del consentimiento.
En el siguiente cuadro –tal como constaba en el anterior SAM- se expresan las
mismas.
43
anteriores no generan responsabilidad o en razón de motivar la celebración de
alguna. La responsabilidad es de tipo un contrato con causas de nulidad. Por
contractual. La extensión del tal razón, debe resarcir el daño de la
resarcimiento es del “interés negativo”. contraparte.
El “interés positivo” o de
“incumplimiento” es el que tiene un -Se excluyen de estos principios los
acreedor ante el incumplimiento de un casos que se rigen expresamente por ley
contrato válido. En cambio, en el debido al ius revocandi en materia de
caso señalado, el “interés negativo” ofertas contractuales (arts. 1150 y 1156
o “de confianza” consiste en el daño del CC). El artículo 1056 del derogado
sufrido por haber confiado en la Código Civil dispone: "Los actos anulados,
validez el negocio. En consecuencia, se aunque no produzcan los efectos de actos
deberá el daño sufrido, restableciendo jurídicos, producen sin embargo, los
las condiciones e n que se hallaría el efectos de los actos ilícitos, o de los
damnificado si no se hubieran realizado hechos en general, cuyas consecuencias
las tratativas que llevaron al contrato deben ser reparadas"61. Ello permite
nulo. considerar que en estos casos son
aplicables las normas que rigen la
Responsabilidad precontractual responsabilidad extracontractual en
(Gabrielle Fagella) cuanto a la extensión del resarcimiento.
Por tales razones, la reparación alcanzaría
El jurista italiano Gabrielle Fagella a aquellos daños que sean consecuencias
estudió asimismo esta cuestión y inmediatas y mediatas del
rechazó las ideas de Ihering. En su comportamiento culposo del contratante
trabajo, divide el período anterior a la (arts. 901 a 904 del CC). En cuanto al
celebración contractual en dos etapas. lucro cesante, también deberá ser motivo
La primera sucede antes de que se del resarcimiento siempre que constituya
produzca la oferta y está subdividida en un daño cierto. De tal modo, habrá que
dos etapas más: las negociaciones determinar la mayor probabilidad de
preliminares y la negociación que tiene ganancia, lo cual implicará el
por objeto concretar la oferta definitiva. resarcimiento por “pérdida de chance”.
La segunda etapa es entre la oferta y
la celebración del contrato. En
cualquiera de estos momentos puede
existir responsabilidad si la ruptura de
las negociaciones es intempestiva. La
justificación de esta solución no reside
en la culpa, sino en la lesión de un
acuerdo expreso o tácito de las partes
de entablar negociaciones. No
requiere culpa ni dolo; la mera
separación arbitraria e injustificada
61Art. 1056 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26993. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
44
alcanza. La extensión del resarcimiento
incluye el daño emergente, pero no el
lucro cesante.
45
pueda llevarlo a incurrir en gastos o a desestimar otras propuestas
negociales en pos de la que se está tramitando.
65 Art. 992 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
46
por la pérdida de probabilidades concretas para celebrar otro negocio similar; la
prueba de éstas debe ser apreciada con criterio estricto66.
47
Tabla 2: Teorías sobre la responsabilidad postcontractual
48
3. El daño resarcible
Comenzamos esta tercera unidad con el estudio del primer presupuesto o
elemento de la responsabilidad civil.
3.1. El daño
En este sentido, la doctrina señala que uno de los grandes vacíos que presentaba
el Código Civil de Vélez era una definición de daño resarcible. Dice Calvo Costa
(2015) que, si bien el Código de Vélez marcaba la necesidad de que se causara un
daño para que existiera un acto ilícito punible (art. 1067), no se lo definía,
limitándose el codificador a señalar cuándo habría un perjuicio reparable y qué
comprendería la indemnización (arts. 1068 y 1069).
El Código Civil y Comercial de la Nación suple tal omisión y brinda, en el art. 1737,
el concepto de daño resarcible, estableciendo que "Hay daño cuando se lesiona un
49
derecho o un interés no reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por
objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de incidencia colectiva"69.
“La claridad del concepto hace que el mismo se transforme en un norte a seguir o
piedra angular del sistema, en el eje en derredor del cual gira todo el sistema
resarcitorio” (Calvo Costa, 2015, p. 83).
Esta definición es propia del contexto actual del derecho de daños, ya que en él
encontraremos las razones de la misma. En efecto, tal como veníamos trabajando
en las unidades anteriores, la responsabilidad civil busca repartir justa y
equitativamente los daños mediante el reconocimiento del alterum non laedere
como norma primaria y cláusula general del sistema con jerarquía constitucional.
Este es el camino que fue emprendido por la Corte, plasmado en el nuevo Código
Civil y Comercial y que se puede advertir en la consagración de un concepto
material y objetivo de la antijuridicidad (Calvo Costa, 2015), como el que se
observa en el art. 1717: "Cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es
antijurídica si no está justificada.
Todos estos conceptos son los que otorgan el contexto actual de la definición de
daño resarcible receptado por el nuevo Código Civil y Comercial.
69 Art. 1737 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
50
presupuestos de admisibilidad y a los alcances de la sentencia pasada en autoridad
de cosa juzgada en tales casos. Remitimos en este punto a lo expuesto en la
Unidad 1 (1.3.6) y en la unidad 10.
70 Art. 1737 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
71 Art. 1738 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
51
protección de los mencionados derechos, siendo una de sus funciones la
reposición al estado anterior al hecho generador o la indemnización. Por lo tanto,
la indemnización es una consecuencia de la lesión. En síntesis, hay daño cuando se
causa una lesión a un derecho o a un interés que no sea contrario al
ordenamiento, que comprende: a) el interés individual del legitimado sobre su
persona o su patrimonio; b) el interés respecto de los derechos de incidencia
colectiva. La indemnización comprende la pérdida o disminución del patrimonio
de la víctima, el lucro cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la
probabilidad objetiva de su obtención y la pérdida de chances. Incluye
especialmente las consecuencias de la violación de los derechos personalísimos de
la víctima, de su integridad personal, su salud psicofísica, sus afecciones
espirituales legítimas, y las que resulten de la interferencia en su proyecto de vida.
72 Art. 1739 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
52
ser razonablemente previsible. La certidumbre, pues, estará dada por las
consecuencias ulteriores del acto ilícito –que pueden ser apreciadas ab initio- o
por la inevitable prolongación en el tiempo del daño actual. En tal sentido, pueden
mencionarse las hipótesis de lucro cesante, y, en menor medida, las de pérdidas
de chances, siempre que éstas últimas sean contingencias razonables y guarden
relación de causalidad con el hecho generador. Es decir, en determinados
supuestos, el juez posee la certidumbre de que una lesión ha de suceder en el
porvenir como producto del mismo ilícito.
Este requisito exige que la lesión recaiga sobre un interés propio (ya sea
patrimonial o moral); es decir, solamente podrá reclamar la reparación la persona
que ha sufrido el perjuicio. Ello, sin embargo, no es óbice para destacar que el
daño –aun siendo personal- puede ser a su vez directo o indirecto, tal como vimos
en el párrafo anterior, donde definimos que es el daño directo. Por otro lado es
indirecto cuando el perjuicio propio invocado por el demandante deriva de una
lesión a bienes patrimoniales o extrapatrimoniales de un tercero; aquí, el daño se
produce de manera refleja o "de rebote", tal como sucede, por ejemplo, en el
supuesto de homicidio en el cual la viuda y los hijos del muerto –damnificados
indirectos- pueden reclamar iure proprio la reparación del perjuicio material y
moral derivado de la muerte de un tercero (víctima)
Es de hacer notar que, en sus requisitos de reparabilidad del daño, el CCC refiere
que "para la procedencia de la indemnización debe existir un perjuicio directo o
indirecto, actual o futuro, cierto y subsistente"73, aunque omite hacer referencia al
recaudo de la personalidad.
La omisión no se justifica, dado que, para que exista legitimación, es necesario que
se haya lesionado un interés propio del reclamante, y dicha exigencia no sólo se
encuentra presente en los casos de daño directo (concepto receptado también por
la norma), esto es, cuando el titular del interés lesionado es la víctima del acto
ilícito, sino también cuando se trata de un daño indirecto (mismo art. 1739), o sea,
73 Art. 1739 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
53
cuando el interés lesionado se aposenta en bienes jurídicos ajenos (v. g., supuesto
de homicidio). Lo mismo cuando se reclama indemnización por afectación de
bienes de goce colectivo, pues ello supone necesariamente la lesión a un interés
personal.
Para que el daño sea resarcible, éste deberá provenir de la afectación a un interés
no ilegítimo del damnificado. Antes de la vigencia del CCC y a la luz del Código de
Vélez, este tópico ha generado diversas posturas, como se ve en el siguiente
cuadro, que fuera extraído del anterior SAM. Al referirse a cuestiones dogmaticas
es útil trabajarlo.
54
concepto jurídico de daño, abarca la protección de todo interés no
reprobado por el ordenamiento jurídico” (Picasso 2015, pag. 475). Según
esta tesis basta un interés simple sin necesidad de que se trate de un
derechos subjetivo; basta con que el interés sea licito. El actual CCC protege
el interés en tanto sea afectado. Según Picasso, es precisamente este
argumento el que permite al conviviente para reclamar daño moral; pues si
bien no tiene un interés legitimo (como el de los herederos) tiene un interés
licito afectado por el fallecimiento de su compañero (Picasso 2015, pag.
477)
Este requisito exige que el daño debe subsistir al tiempo del resarcimiento; es
decir, cuando se menciona la subsistencia del daño, se hace referencia a que el
mismo no debe haber sido aún resarcido, por lo cual –si bien se trata de un
perjuicio pasado en los hechos- aún permanece jurídicamente en la víctima del
perjuicio. Sin embargo, para algunos autores, la subsistencia como requisito del
daño resarcible se presta a confusiones, puesto que ella no es otra cosa que el
efecto jurídico del daño y no un presupuesto de éste último. No debemos soslayar
que el requisito de la subsistencia del daño exige que el perjuicio no haya sido
reparado por el obligado a resarcir, y que ella está referida al momento de la
reclamación.
3.1.4. Prueba
La prueba del daño patrimonial y de su cuantía pesa sobre quien alega su
existencia. Rige al respecto la amplitud en los medios probatorios. Se debe
probar la cuantía y la calidad del mismo. Respeto de la prueba del daño moral,
remitimos a lo que analizaremos más abajo.
55
idea preventiva engloba tanto la evitación de daños no justificados como la de su
agravamiento. Asimismo, implica la toma de medidas necesarias, conforme a un
criterio de razonabilidad y en consonancia con el principio de buena fe, para evitar
que el mismo ocurra o para disminuir su magnitud y consecuencias.
Esto implica que, cualquiera sea el origen de la infracción, se debe reparar, con lo
cual se unifican las responsabilidades aquiliana y obligacional en sus presupuestos
y efectos generales. En este sentido, la obligación de resarcir surge por violación
de la palabra empeñada o al violar el deber genérico de no dañar. Sólo debemos
tener cuidado en distinguir lo siguiente: al incumplirse una obligación, ello no
siempre da lugar a la reparación, sino sólo cuando existe daño para el acreedor. En
este caso existen dos obligaciones: la preexistente y la indemnización nacida por el
incumplimiento. Este distingo se mantiene aun cuando el régimen se haya
unificado.
Cuando existe una confianza especial, se debe tener en cuenta la naturaleza del
acto y las condiciones particulares de las partes.
74 Art. 1725 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
56
Es evidente que la norma refiere expresamente a la idea de un antecedente
contractual.
Otra norma que permite distinguir los ámbitos es el art. 1728 del CCC, en cuanto
establece que en los contratos se responde por las consecuencias que las partes
previeron o pudieron haber previsto al momento de su celebración. Esta primera
norma es clara, pues limita su aplicación al ámbito contractual.
Tal como expresábamos supra, en un mismo hecho dañoso –como puede ser la
mutilación de ambas piernas en un joven con motivo de un accidente laboral- va
a generar daño patrimonial consistente en el daño emergente (gastos
hospitalarios, prótesis, atención médica, etc.), lucro cesante (el salario que
deje de percibir), y el daño moral, consistente en la minoración subjetiva
sufrida, el detrimento en su forma de sentir y pensar.
57
derechos personalísimos de la víctima, de su integridad
personal, su salud psicofísica, sus afecciones espirituales
legítimas y las que resultan de la interferencia en su proyecto
de vida.76
En cambio, cuando la norma citada se refiere a los daños que tengan por objeto a
la persona, es decir, a las consecuencias de la violación de los derechos
personalísimos de la víctima, de su integridad personal, su salud psicofísica, sus
afecciones espirituales legítimas y las que resultan de la interferencia en su
proyecto de vida, estimamos que puede derivarse de la lesión a ellas, tanto daño
el patrimonial como el extrapatrimonial (Calvo Costa, 2015). No podemos olvidar
que la integridad psicofísica, la salud, el proyecto de vida, etc., son simplemente
bienes jurídicos. Nuestro derecho ya no acepta un concepto de daño que consista
en la lesión a bienes jurídicos, puesto que –como vimos- dicha acepción ha sido
ampliamente superada. Y la salud, al igual que la estética, el proyecto de vida, la
vida de relación, etc., representan bienes de carácter personalísimo que resultan
ser asientos de derechos subjetivos, pero que no pueden ni deben ser resarcidos
autónomamente y per se. Un daño será tal en sentido jurídico, en la medida que,
sin estar justificado, afecte algún interés y, además, provoque consecuencias; caso
contrario, nos encontraremos ante menoscabos, pero no frente a un verdadero
76 Art. 1738 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
77 Art. 1741 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
58
daño en sentido jurídico (Calvo Costa, 2015). En tal sentido, un daño será
patrimonial o no patrimonial (moral), según sea la índole del interés lesionado. Por
ello, cuando nos referimos al daño a la salud, debemos determinar si el mismo
sólo afecta un interés extrapatrimonial de quien lo padece o si, por el contrario,
también afecta un interés de carácter patrimonial de éste (v. g., gastos de
medicamentos, atención médica, tratamientos de rehabilitación, lucro cesante).
Tal catalogación del daño a la salud no implica, en absoluto, dejar fuera de la
órbita de reparación a los perjuicios que se ocasionen contra ella, y mucho menos
a todas aquellas nuevas manifestaciones del daño a la persona, como ser el daño
sexual, el daño al proyecto de vida, el daño a la intimidad, el daño a la vida de
relación, el daño estético, etc.
59
En cuanto al lucro cesante se configura con la pérdida del enriquecimiento
patrimonial razonablemente esperado, entendido como una frustración de
ventajas, utilidades o ganancias. Por ejemplo en relación al daño a las personas, el
Código entiende que corresponde su indemnización cuando se trate de un
disminución en la “aptitud laborativa o productiva”, o bien en casos en que haya
“incapacidad vital”. La incapacidad “laborativa” es entendida como aquella en la
que se computan “las potencialidades productivas del sujeto, es decir la dimensión
económica o material de su existencia” (Zavala de González, 1999, p. 295), o sea
cuando el sujeto deje de percibir efectivamente una ganancia o la posibilidad de
un beneficio económico. Pero, además de esta incapacidad laborativa, el Código
entiende que corresponde resarcimiento aunque el damnificado continúe
ejerciendo una tarea remunerada. Esto quiere decir que se admite la llamada
incapacidad “vital o amplia”, que se proyecta a las restantes actividades o facetas
de la existencia de la persona. Es decir, la incapacidad apreciable
patrimonialmente no es sólo la directamente productiva, sino que también debe
apreciarse –aunque se lo aprecie de manera mediata- el valor material de la vida
humana y de su plenitud.
Actual y futuro
60
En síntesis, para esta categoría corresponde analizar los requisitos del daño
resarcible que vimos con anterioridad: el requisito de ser “ciertos” para atribuir al
daño la calidad de indemnizable, aun cuando este daño ya hayan ocurrido al
momento de dictase la sentencia o no. Lo importante es que no se trata de daños
hipotéticos.
Dicho de otro modo, el daño inmediato resulta del curso natural y ordinario de las
cosas; el daño mediato resulta de la conexión de un hecho con un acontecimiento
distinto.
Previsible e imprevisible
61
causa de haber confiado en la vigencia de un contrato que no se concretó, que se
extinguió o que resultó inválido.
Otra postura sostiene que tanto la primera acción, que reclama cumplimiento por
equivalente, como la segunda, que reclama los otros daños derivados, obedecen a
una ilicitud única, pero la ejecución de los daños obedece a una nueva obligación
que no surge de la modificación del objeto, sino de la conducta del deudor.
Dice la norma:
78 Art. 1082 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
62
3.2.6 Acumulabilidad del daño moratorio. Artículo
1747 del Código Civil y Comercial.
Al respecto, dice la norma:
El daño directo e indirecto puede ser visto desde dos aserciones. La primera tiene
que ver con los daños patrimoniales padecidos directamente en el patrimonio de
la víctima y el indirecto es aquel que afecta bienes jurídicos extra patrimoniales
vinculados con el derecho a la personalidad (art. 1740). Ambos daños (directo e
indirecto) pueden generar daños patrimoniales o extra patrimoniales. En su
segunda aserción, los daños directos son los que sufre la víctima del ilícito, y los
indirectos, los que reclama una persona distinta de la víctima por derecho propio
derivado de aquel (por ejemplo, la viuda que reclama el daño moral causado por la
muerte del esposo o conviviente). El art. 1739 del CCC reconoce la existencia del
daño directo y del indirecto. Dice la norma:
79 Art. 1747 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
63
medida en que su contingencia sea razonable y guarde una
adecuada relación de causalidad con el hecho generador.80
3.3.1. Definición
El daño moral es la minoración en la subjetividad de la persona, que la afecta
dañosamente en el espíritu, en su desarrollo y en su capacidad de entender, querer o
sentir, con motivo de una lesión a un interés no patrimonial. En consecuencia, podemos
decir que la persona padece un modo de estar diferente y “anímicamente perjudicial”
(Pizarro & Vallespinos, 2014). Distintas doctrinas han interpretado el sentido y alcance del
daño moral81.
80 Art. 1739 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
81 Al respecto, véase Pizarro & Vallespinos, 2014, p. 105 y ss.
64
Tabla 4: Doctrina que niega que el daño moral sea reparable
Niega el resarcimiento del daño moral Esta tesis parte de la cosmovisión de países
porque considera que ello sería comunistas.
violatorio de principios jurídicos y éticos. La mayoría de los ordenamientos jurídicos
Tuvo cierto predicamento en el siglo XIX en aquellos países regularon de modo
y principios del siglo XX. mínimo el daño moral. La concepción
Desde el punto de vista jurídico, se dominante en aquella cultura era
considera que la reparación del daño considerar el resarcimiento del daño moral
moral implicaría indemnizar un perjuicio como otra manifestación del capitalismo,
inexistente. Sumado a ello, los que a todo le pone precio y lo cuantifica.
parámetros para determinarlo serían Luego del derrumbe del comunismo,
arbitrarios. algunos códigos comenzaron a admitir en
En este sentido, produciría un forma moderada la posibilidad de reclamar
enriquecimiento indebido de la víctima. el daño moral.
Desde un punto de vista ético, se ha
dicho que “es inmoral y escandaloso”
ponerle precio al dolor.
Desde un punto de vista, religioso
implicaría negar el orden sobrenatural y
considerar la felicidad del hombre
solamente respecto de los valores
terrenales.
Críticas
65
El argumento de la dificultad de
cuantificar el daño moral es irrelevante.
No es el único daño difícil de cuantificar,
ni este escollo es razón para denegar el
resarcimiento correspondiente. Será
necesaria la discrecionalidad de juez,
con base en su prudencia y sensibilidad.
Respecto del juicio de moralidad
realizado por esta teoría, denota una
idea equivocada; se puede hablar de
moralidad en el caso concreto, pero no
de leyes inmorales que autoricen el
resarcimiento.
No corresponde realizar juicios
religiosos en el plano jurídico ni
imponer, por medio del derecho y desde
un sentido religioso, formas de llevar el
dolor por parte de la víctima.
Fuente: Anterior SAM.
Tesis de la pena o sanción ejemplar Tesis del “resarcimiento” del daño moral
Postulado Postulado
Admite el resarcimiento del daño moral. Postura dominante del derecho moderno,
Sin embargo, encuentra fundamento en considera el daño moral resarcible y con
una pena civil que, en última instancia, carácter netamente resarcitorio.
asume una finalidad preventiva Es una solución justa y equitativa, ya que
abstracta, dirigida a la comunidad y al atiende a la situación de la víctima en
ofensor para que se abstengan de razón de su daño. El daño debe medirse de
comportamientos similares en el futuro. modo objetivo en razón de su entidad
cualitativa y cuantitativa y no en razón de
los móviles del dañador.
Crítica
Supera las insuficiencias de las demás
Lo que se le critica es que la mirada está teorías:
puesta sobre el ofensor y la gravedad de -Distingue correctamente la función que
su conducta y no sobre la víctima y el cumple el dinero, que es lograr un rol de
daño sufrido. Esta doctrina fue equivalencia o satisfacción para la víctima
descalificada por la CSJN en “Santa (imperfecta, pero la única posible).
Coloma”. -Considera injusto que las dificultades de
orden material, en cuanto a la
cuantificación, puedan ser una excusa
66
válida para negar el resarcimiento.
-Afirma que, de ser la reparación de
carácter punitorio, no se justificaría que la
beneficiaria sea la víctima.
-Si fuese la reparación una pena, se
encontraría presente el principio de
personalidad de la pena, con imposibilidad
de hacer extensiva la misma a los
herederos. En ese caso, tampoco se debería
configurar el daño moral causado por el
hecho del dependiente. Esto no sucede en
el resarcimiento por daño moral.
Fuente: Anterior SAM
82 Art. 522 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26993. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
83 Art. 1078 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26993. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
67
en los que la obligación nueva de indemnizar era proveniente de hechos donde el
dolo o la culpa fuera su factor esencial.
68
también una destacada casuística que ha impugnado el art. 1078 del Código Civil,
reconociéndose legitimación para reclamar el daño moral a damnificados tales
como el caso de los concubinos, padres, hermanos, etc. En algunos casos, la
jurisprudencia declaró inconstitucional esta norma, al limitar el abanico de
legitimados activos.
En este sentido, en el art. 1741 del CCC queda claramente establecida una
ampliación en la legitimación para reclamar la reparación de las consecuencias no
patrimoniales, lo que marca una clara diferencia con el sistema anterior. Señala,
en primer lugar, al damnificado directo (víctima del daño) como regla en cuanto
hace a la legitimación, pero incluye, en caso de muerte o padecimiento de una
grave discapacidad, según las circunstancias y a título personal, a los ascendientes,
descendientes, cónyuge y quienes convivían recibiendo trato familiar ostensible.
de certeza), pero entre ambas esferas se mantendrá también una zona de penumbra donde es
dudoso si resulta o no predicable. Todas las expresiones lingüísticas, al menos las del lenguaje
natural, presentan algún grado de indeterminación. A esto es a lo que se hace referencia cuando se
habla de la “textura abierta” del lenguaje.
69
valoración del caso concreto, pudiendo concluirse que, básicamente, lo
que deberá ser materia de juicio es la mayor o menor dependencia que la
víctima tendrá respecto de los sujetos indemnizables.
En efecto, el art. 1078 del Código Civil derogado, en materia de legitimación activa
del daño no patrimonial, conducía a soluciones inequitativas que el ordenamiento
jurídico no debe convalidar. Así por ejemplo, en el Código derogado, los
convivientes no tenían legitimación para reclamar daño moral en caso de
fallecimiento, lo que conduce a situaciones injustas.
El CCC, en su art. 1741, pone punto final a las diferentes interpretaciones que se
formulan en el ámbito doctrinario y jurisprudencial, no sólo en cuanto al término
"herederos forzosos", sino también respecto de la posibilidad de aplicar el art.
1079 del actual código en determinados casos particulares. Se ha sostenido, y con
adecuada razón, que no es justo excluir el resarcimiento del daño no patrimonial a
quienes no revisten la calidad de herederos forzosos.
70
Daño moral colectivo
71
ánimo en función de la belleza del paisaje, la calma del entorno y el equilibrio
natural de la convivencia social, todo cuanto está reconocido en el art. 43 de la
CN.
Esto no podría ser de otra manera, pues la etiología del daño no debería tener
incidencia en la cuestión probatoria. En ambas órbitas, el daño moral actúa de
igual manera y debe ser valorado y tratado de igual manera.
En todos los casos, por la aplicación de los principios de prueba, el daño moral
debe probarse, en principio, por quien lo alega, sin más consideraciones respecto
de su origen.
72
En cuanto a la carga de la prueba del daño moral, en el nuevo Código, conforme el
art. 1744, se impone que todo daño deba ser acreditado por quien lo invoca,
excepto imputación o presunción legal o notoriedad (son ejemplo de esta
presunción los gastos médicos del art. 1746 del CCC).
Con base en ello, la carga probatoria del daño moral recae invariablemente sobre
el actor, quien deberá acreditarlo mediante demostración activa cuando se afecte
un bien de naturaleza patrimonial. Opuestamente, cuando la afectación recaiga en
un bien de entidad extrapatrimonial (art. 1740, segundo supuesto del CCC), estará
asistido por una presunción hominis, que deberá ser desvirtuada por el accionado
si pretende contrarrestar la pretensión ejercida.
73
4. La antijuridicidad
4.1. La antijuridicidad. Nociones
generales.
La acción a la cual nos referimos es una conducta, ya sea comisiva u omisiva, que
provoca un resultado. Para ello no se requiere la voluntariedad de la persona.
Dentro de este concepto quedan incluidos los actos habituales e instintivos, y
excluidos los actos reflejos o que provengan de estados de inconsciencia o fuerza
irresistible.
88 Para ampliar sobre el tema, véase Vázquez Ferreyra, 2015, p. 38. También Picasso, 2013, 666.
74
El CCC regular el tema en el art. 1717, donde se refiere expresamente a la
antijuridicidad expresando: "Cualquier acción u omisión que causa un daño a otro
es antijurídica si no está justificada"89.
A diferencia de su antecesor art. 1066 del Código de Vélez, el nuevo art. 1717 se
inclina de manera manifiesta por la llamada antijuridicidad material, según la cual
la simple violación del neminen laedere implica ilicitud, salvo que la conducta o el
perjuicio se encuentren justificados. La nueva norma se inscribe en los postulados
que viene sosteniendo la CSJN en diversos pronunciamientos, según los cuales el
alterum non laedere tiene jerarquía constitucional.
En este sentido, el CCC se aparta de lo dispuesto por el art. 1066 del Código de
Vélez, pues se inclina de manera manifiesta por la llamada antijuridicidad material,
según la cual la simple violación del neminen laedere implica ilicitud, salvo que la
conducta o el perjuicio se encuentren justificados.
Esta posición del Código Civil y Comercial implica receptar los postulados que
viene sosteniendo la CSJN en diversos pronunciamientos, según los cuales el
alterum non laedere tiene jerarquía constitucional. Remitimos a lo expuesto en la
unidad 1 respecto de la importancia y vigencia del reconocimiento legislativo que
hace el nuevo Código sobre la materia.
89 Art. 1717 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
75
Esta posición respecto del daño injusto es reconocida por el CCC en toda su
regulación, lo que le otorga coherencia al sistema. Al respecto, Picasso (2013) nos
dice que en el código actual "el deber general de no dañar aparece expresamente
previsto en el art. 1710 inc. a) y es mencionado, asimismo, en el art. 1716”.
También el art. 1749 establece la responsabilidad de quien causa un daño no
justificado por acción u omisión. Es de señalar que, si bien se ha unificado la
responsabilidad contractual con la extracontractual, el Código distingue la
antijuridicidad en uno u otro campo. Es así que los arts. 1716 y 1749 mencionan
separadamente la violación del deber general de no dañar a otro y el
incumplimiento de una obligación. Remitimos a lo expuesto sobre la unificación
del sistema de responsabilidad civil en la unidad 2.
En este sentido, el CCC se diferencia de su antecesor art. 1066 del Código de Vélez,
pues se inclina de manera manifiesta por la llamada antijuridicidad material,
según la cual la simple violación del “neminen laedere” implica ilicitud, salvo que
la conducta o el perjuicio se encuentren justificados.
Esta posición del Código implica receptar los postulados que viene sosteniendo la
CSJN en diversos pronunciamientos, según los cuales el alterum non laedere tiene
jerarquía constitucional. Remitimos a lo expuesto en la Unidad 1, respecto a la
importancia y vigencia del reconocimiento legislativo que hace el nuevo Código.
76
requiriera la voluntad del sujeto, los actos ilícitos no debieran ser incluidos en la
categoría de actos voluntarios en el Código Civil90.
Esto no es así (Pizarro & Vallespinos 2014). Tanto en la norma de Velez como en el
actual art. 1717 del CCC, se hace alusión a la responsabilidad civil desde su
función resarcitoria de un daño injusto. Esto no quiere decir que el acto
involuntario no pueda ser ilícito. En el nuevo Código, se dispone en el art. 1750:
4.2.1. Caracterización
El acto ilícito implica una violación a la ley que causa daño a otro y que
obliga a la reparación a quien resulte responsable en virtud de imputación o
atribución legal del perjuicio. En el ordenamiento jurídico argentino, la ilicitud
constituye un elemento del acto ilícito independiente de la culpa.
77
Ningún acto voluntario tendrá el carácter de ilícito, si no
fuere expresamente prohibido por las leyes ordinarias,
municipales o reglamentos de policía; y a ningún acto ilícito
se le podrá aplicar pena o sanción de este Código, si no
hubiere una disposición de la ley que la hubiese impuesto.93
Zavala de González, citada por Pizarro y Vallespinos (2013), explica claramente que
el carácter expreso de la prohibición sólo implica que debe estar consignada por
la ley a través de términos claros, indubitables, inequívocos, ciertos o
inconfundibles, no necesariamente sacramentales ni ceñidos a lo casuístico. La
cuestión es clara; a diferencia de la ley penal, la ley civil no requiere tipicidad, sino
que, por el contrario, el ilícito civil es atípico, es decir genérico y flexible, ya que
prohíbe causar daños a otro en su persona o en sus cosas. Esta reflexión es acorde
al texto del art. 1716 del CCC.
93Art. 1066 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26993. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
78
de una actividad lícita (como puede ser conducir un automóvil) no sería suficiente
para convertirla en ilícita.
79
4.3.1. La denominada crisis de la antijuridicidad en la
responsabilidad por daños. Valoración crítica y el régimen
adoptado por el nuevo Código Civil y Comercial
Tal como dijimos más arriba, la falta de antijuridicidad no siempre obsta a la
posibilidad de resarcimiento. En muchas ocasiones, el ordenamiento jurídico
protege a la víctima descargando consecuencias dañosas en un tercero, pese a que
no exista posibilidad de formular un juicio de antijuridicidad respecto de su
conducta. En la opinión de Pizarro y Vallespinos (2013), los casos de
responsabilidad por actos lícitos también tienen gran importancia en cuanto a los
factores de atribución objetiva (v. g., solidaridad social, equidad, etc.)95.
4.4.1. Remisión
95 Ibídem.
80
Nos remitimos al módulo 2, unidad 8.
81
Referencias
Bustamante Alsina, J. (1993). Teoría general de la responsabilidad civil. Buenos Aires:
Abeledo Perrot.
Calvo Costa, C. (2015). Daño resarcible. Su concepción a la luz del Código Civil y
Comercial. RCyS. 2015-IV, 81.
Kemelmajer de Carlucci, A., Mariani de Vidal, M., Shina, F., Zunino, J. O., Zannoni, E.
(2015). Código Civil y Comercial. Concordado con el régimen derogado y referenciado con
legislación vigente. Exégesis de los fundamentos de la Comisión Redactores y las
modificaciones del PEN. Buenos Aires: Astrea.
82
Pizarro, R. D. (2004). Daño Moral. Buenos Aires: Hammurabi.
Pizarro, R. D. (2006). Responsabilidad Civil por Riesgo Creado y de Empresa. Buenos Aires:
La Ley.
83
Módulo 2
Los presupuestos de
la responsabilidad
(continuación) y sus
eximentes
5. Antijuricidad en el
cumplimiento
obligacional
5.1. El incumplimiento obligacional
5.1.1. Definición
El incumplimiento obligacional está relacionado íntimamente con lo enseñado
en la materia obligaciones. Por ello, conviene repasar algunos aspectos y
conceptos de esa materia.
Vale aquí recordar que, una vez nacida la obligación, el deudor tendrá la
necesidad de cumplir espontánea y voluntariamente con la prestación que
haya comprometido, satisfaciendo el interés del acreedor. Sin embargo, puede
suceder que el deudor incumpla con la obligación comprometida, debiendo en
consecuencia soportar las consecuencias económicas negativas que ello
implicará.
1
El incumplimiento lesiona la defensa de la seguridad jurídica y la celeridad del
tráfico jurídico. Es más, a mayor objetivación de las bases de la
responsabilidad civil por incumplimiento obligacional, mayor es la protección
que le otorgamos a los valores señalados.
Conforme los arts. 724 y 730 del CCC, la obligación impone al deudor el deber
jurídico de cumplir con la prestación a su cargo, satisfaciendo el interés del
acreedor; de lo contrario, ante incumplimiento, éste tendrá todas las
herramientas que le brinda el ordenamiento jurídico. El cumplimiento supone
la ejecución de la prestación fiel, exacta y puntual por parte del deudor, el
desinterés del acreedor y la extinción de la obligación; de lo contrario,
ingresamos a la esfera del incumplimiento obligacional.
2
cosa (obligación de dar) imputable al deudor; la imposibilidad jurídica por la
exclusión del comercio de la cosa; la desaparición del interés del acreedor
podría darse en casos obvios, como ante el incumplimiento de la obligación de
un remisero de llevar al acreedor al aeropuerto para tomar un vuelo. En este
último ejemplo, está claro que, pasada esa oportunidad sin haberse
registrado el cumplimiento del deudor, el acreedor pierde todo interés en el
cumplimiento tardío de dicha obligación.
3
5.1.4. El cumplimiento defectuoso
Se trata de otro supuesto del incumplimiento relativo. En este caso, la
prestación no reúne los requisitos de acuerdo al plan de conducta futura en
relación al sujeto, el objeto o el lugar. Se configura cuando el deudor no ajusta
su comportamiento solutorio al plan prestacional adeudado. Es decir, la
prestación cumplida no reúne los requisitos de carácter objetivo o subjetivo de
acuerdo a los presupuestos o condiciones comprometidos por el deudor para
satisfacer el interés del acreedor. Por ejemplo, cumple con la prestación
principal –dinero-, pero no con la accesoria –intereses-; cumple parcialmente
con la prestación; la entrega en un lugar distinto; entrega una cosa distinta.
Esta inadecuación entre lo ejecutado y lo comprometido puede estar
relacionada con los sujetos, el objeto, el lugar o el tiempo de cumplimiento de
la prestación. Tal como en los ejemplos, esta situación puede darse cuando el
deudor omite ejecutar de manera adecuada la prestación principal, omite
cumplimentar la prestación accesoria, cuando debe cumplir una serie de
prestaciones singulares y sólo satisface algunas de ellas, o cuando el deudor
ejecuta la prestación conforme a lo pactado pero causa un daño al acreedor.
4
b) Aceptar otro producto o prestación de servicio equivalente;
c) Rescindir el contrato con derecho a la restitución de lo
pagado, sin perjuicio de los efectos producidos, considerando la
integridad del contrato.
Todo ello sin perjuicio de las acciones de daños y perjuicios que
correspondan.2
2 Art. 10 bis. Ley 24240 – Defensa del consumidor. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
3 Art. 17. Ley 24240 – Defensa del consumidor. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
5
5.1.7. Incumplimiento temporal. La mora del deudor.
Remisión
Sin perjuicio de remitir a lo estudiado en Derecho Privado II (Obligaciones),
brevemente, podemos decir que la mora está regulada en el Código en los arts.
886 a 888, en el Libro Tercero, Título I, dentro del Capítulo 4: “Pago”.
6
Como se explicaba en el régimen del Código derogado, había supuestos, como
por ejemplo en el contrato de depósito o comodato, en los cuales la obligación
de conservar una cosa implicaba una obligación de seguridad que coincidía
con la obligación principal; ante su incumplimiento, se aplicaban las normas
que regulaban el incumplimiento contractual específico. En este caso no
será necesario acudir a la noción de obligación de seguridad en el sentido y
alcance ahora señalado.
Orígenes y fundamento
Los primeros precedentes de esta figura tienen conexión con el derecho francés
de comienzos del siglo XX, en el cual imperaba la existencia de un doble
régimen de responsabilidad (obligacional y aquiliano), tal como en nuestro
ordenamiento jurídico.
7
Como explicamos antes, la obligación tácita de seguridad cumplió una
importante función, en el Código Civil derogado, como instrumento para
objetivar la responsabilidad del deudor por los daños causados al acreedor con
motivo de la ejecución del contrato. Sin embargo, como dice Sebastián Picasso,
8
casinos, bingos, locales bailables, jardines de infantes, centros
comerciales, etc.). Quedan fuera, casi exclusivamente, los
contratos celebrados con profesionales liberales, en la medida
en que se encuentran excluidos del régimen de la ley 24240 (art.
2 de la ley citada). (2014,152).
9
siguientes, es decir, a la responsabilidad por riesgo o vicio de las
cosas. De todos modos, en la medida en que el transporte
configure un contrato de consumo —lo que ocurrirá en la gran
mayoría de los supuestos- regirá la obligación de seguridad
prevista por los arts. 5 y concs. de la ley 24240. (2014,152).
10
Definición
11
6. La relación de
causalidad
6.1. Relación de causalidad
4 Llambias, JJ. (s.f.), "El derecho no es una física de las acciones humanas", LL 107-1018.
12
para producir ese resultado, se la eleva a categoría de causa jurídica
generadora del daño. De ese modo, podemos decir que una causa es una
condición, pero calificada como idónea para generar el detrimento.
13
6.1.3. Causalidad y culpabilidad
Tabla 1: Culpabilidad y Causalidad
Causalidad Culpabilidad
- Se orienta a determinar si las - Tiende a dilucidar si se puede formular un
consecuencias dañosas de un hecho reproche subjetivo en el comportamiento
pueden ser atribuidas materialmente a antijurídico del autor material del hecho.
la conducta de un sujeto, lo cual
determina la autoría del daño.
-Se asienta en la noción de previsibilidad,
valorada en concreto desde el punto de
-Se determina previamente al juicio de vista interior del sujeto y atendiendo al
culpabilidad. comportamiento exteriorizado frente al
hecho producido.
-Se asienta en la noción de
previsibilidad, valorada en abstracto, -La previsibilidad agravada es extraña a la
con prescindencia de lo sucedido en el culpabilidad.
caso concreto, ex post facto, y de
acuerdo a lo que sucede conforme el
curso normal y ordinario de las cosas.
5 Art. 1725 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
14
provocar el resultado dañoso. En concreto, podemos referirnos a cuatro teorías
que han sido receptadas en el derecho privado.
15
El CCC sigue los criterios más consolidados sobre el principio de la causalidad
adecuada y la extensión y simplificación de la responsabilidad a las
consecuencias inmediatas y mediatas.
Reza el art. 1726: "Relación causal. Son reparables las consecuencias dañosas
que tienen nexo adecuado de causalidad con el hecho productor del daño.
Excepto disposición legal en contrario, se indemnizan las consecuencias
inmediatas y las mediatas previsibles"6.
Y el art. 17277:
6 Art. 1726 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
7 Dicen los fundamentos del anteproyecto elaborado por la comisión redactora: “En cuanto a la
relación causal se ha seguido el Art. 1557 del Proyecto de 1992, que ha mantenido la
clasificación de las consecuencias que existía en el Código Civil según la reforma de la ley
17711. Tanto en el ámbito contractual como extracontractual es necesario hacer precisiones
sobre la causalidad a nivel de autoría, así como en la extensión del daño resarcible, para lo cual
este sistema ha demostrado su eficacia en el derecho argentino” (Lorenzetti, Highton de Nolasco
& Kemelmajer de Carlucci, 2012, http://goo.gl/K8bpzE ).
8 Art. 1727 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
16
paciente muere en un hospital y se intenta determinar la causa de su
muerte. Una de ellas podría ser que el médico anestesista realizó una mala
praxis (por ejemplo, que suministró una dosis excesiva de anestesia), y otra,
que en el nosocomio adquirió una infección intrahospitalaria. Si bien ambas
causas concurren, quizás una sola es la causante de la muerte del paciente,
excluyendo la relevancia causal de la otra.
17
perjuicio de ello, habrá situaciones en las cuales el ordenamiento jurídico no
sólo espera la no causación del daño, sino que pone en cabeza de ciertas
personas físicas o jurídicas la obligación de evitar el daño, pudiendo
generarse responsabilidad en caso de que el agente no evitase el daño.
Por ejemplo, en cuestiones ambientales, reviste gran importancia la
prevención del mismo, y es un ámbito en el cual pueden prosperar normas
que obliguen a determinadas personas a tomar medidas para evitar la
causación del daño, y la responsabilidad civil subsidiaria en caso de no
cumplimiento.
9Art. 1710 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
10Art. 1711 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
18
prudencia y pleno conocimiento de las cosas, mayor es la diligencia exigible al
agente y la valoración de la previsibilidad de las consecuencias"11, en
congruencia con la directiva de ejercer los derechos de buena fe (arts. 9, 10 y
11 del Título Preliminar, Cap. 3). En definitiva, el deber general de acción u
omisión se centra en evitar o impedir el daño futuro, hacer cesar el daño actual,
disminuir la magnitud y disminuir la extensión de las consecuencias del daño
que comenzó a producirse. La magnitud del daño se relaciona con el aspecto
cualitativo (la entidad o medida del perjuicio) y la extensión al tiempo o a su
prolongación, por lo que se advierte que la tutela comprende todas las etapas y
supuestos posibles de evitación de la dañosidad (Galdós, 2012).
Así lo dispone el art. 1726. "Relación causal. Son reparables las consecuencias
dañosas que tienen nexo adecuado de causalidad con el hecho productor del
daño. Excepto disposición legal en contrario, se indemnizan las consecuencias
inmediatas y las mediatas previsibles"12.
Argentina.
19
b) Responsabilidades reflejas. La responsabilidad por el hecho de terceros
es el caso establecido en la Sección 6ª "Responsabilidad por el hecho de
terceros" (arts. 1753 a 1756 del CCC). Se engloban las hipótesis de
responsabilidad civil por el hecho de otros: por el actuar de
subordinados, hijos, delegados en el ejercicio de la responsabilidad
parental, tutelados, curados y personas internadas. Para la
responsabilidad refleja, se utiliza de ejemplo la responsabilidad de los
padres por los daños causados por sus hijos menores de edad (art.
1754 del CCC); se considera que ellos son los autores mediatos del daño
causado por los últimos. En consecuencia, se considera que la causa
inmediata es la acción del menor, mientras que la causa mediata es la
negligencia en la vigilancia por parte de los progenitores. El juicio de
relación de causalidad opera del siguiente modo: en primer lugar, se
debe determinar si efectivamente fue el menor quien causó el daño;
una vez determinado este extremo, la relación de causalidad adecuada
entre la acción u omisión culpable de los padres y el acto ilícito
cometido por el menor es presumida, salvo que se pruebe lo contrario.
20
son los ocupantes y que los dueños deben responder de manera
solidaria con aquéllos. Esa presunción se extingue si el determinado
autor prueba que no participó en la producción del daño” (Tanzi, Silvia y
Casazza, 2015).
21
6.2.1. Clasificación de las consecuencias
Nuestro Código Civil y Comercial –en forma similar al Código derogado-
clasifica las consecuencias de los hechos en inmediatas, mediatas y
causales.
Consecuencias inmediatas
Consecuencias mediatas
22
HIV del paciente y la consecuencia mediata el contagio –a s u vez- de la esposa
del paciente por vía sexual (suponiendo contacto sexual entre ambos esposos).
Se trata de dos consecuencias diferentes que tienen adecuada relación de
causalidad entre el hecho (transfusión de sangre) y el daño a las víctimas, con
una diferencia causal en las consecuencias: el HIV del esposo es una
consecuencia inmediata de la transfusión, el HIV de la esposa es una
consecuencia mediata. Estas consecuencias son imputables al autor del
hecho cuando las hubiere podido prever o cuando, empleando debida
atención, hubiera podido evitarlas. Dicha previsibilidad debe ser apreciada
en abstracto.
Consecuencias casuales
Consecuencias remotas
23
tanto a la responsabilidad extracontractual como a la derivada del
incumplimiento de obligaciones.
24
son los contratos, a diferencia de la redacción original del Código
Civil, que la establecía “para los daños e intereses de las
obligaciones que no tienen por objeto sumas de dinero” (Título
III, artículo 520). Ello generó litigios sobre el grado de extensión
de esta limitación, que ahora es restringido sólo a los contratos.
b) Esta es una regla que se aplica cuando las partes negocian el
precio y, para fijarlo, necesitan conocer los riesgos que asumen;
cuanto mayor información y seguridad exista en ese momento,
menor será el precio, con claro beneficio para el conjunto de la
sociedad. c) Se hace excepción al caso en que exista dolo, como
es tradición. d) No se aplica a los contratos de consumo.
(Lorenzetti, Highton de Nolasco & Kemelmajer de Carlucci, 2012,
http://goo.gl/K8bpzE ).
Podemos decir que el art. 1726 del CCC declara resarcibles las consecuencias
inmediatas y las mediatas previsibles, lo cual es aplicable tanto a la
responsabilidad extracontractual como a la derivada del incumplimiento de
obligaciones.
25
6.2.4. Distinción entre el valor de la prestación y los
mayores daños
Conforme venimos viendo, el incumplimiento de una obligación no sólo da
lugar a la reparación del daño causado, sino que también genera el derecho del
acreedor a exigir la ejecución forzada de lo debido, conforme el art. 730 del CC.
Son dos supuestos diferenciables con presupuestos distintos. Para lograr la
ejecución forzada, basta al acreedor con alegar el incumplimiento, sin que nada
tengan que ver los elementos o presupuestos de la responsabilidad civil
(existencia de un daño, relación de causalidad, factor de atribución y
antijuridicidad). Conforme el art. 894 del CCC, la prueba del pago está a cargo
de quien lo invoca, que generalmente y por regla es el deudor, salvo en el
supuesto de las obligaciones de no hacer, cuestiones ya analizadas en la
materia obligaciones.
26
embargo, la doctrina se encuentra dividida acerca de la
naturaleza jurídica de esos conceptos; mientras que algunos
entienden que en ese caso tanto el valor de la prestación
como los mayores daños forman una única suma que tiene el
carácter de indemnización (tesis de la unidad), otros
entienden que el valor de la prestación no es un daño, sino
un sucedáneo de la obligación original, que subsiste pero con
una modificación en su objeto (que se traslada entonces a la
aestimatio rei), con lo cual el pago del mencionado valor se
regiría por las reglas del cumplimiento forzado, y no de la
responsabilidad (tesis de la autonomía). En cambio —siempre
de acuerdo a esta última postura-, la obligación de resarcir
los mayores daños nace a partir del incumplimiento, y
requiere para su configuración de la reunión de todos los
elementos de la responsabilidad civil, entre los que se
encuentra, naturalmente, la prueba del daño (23).
27
títulos al momento en que debe hacerse la devolución"; el
art. 1653 faculta al donatario a liberarse del cumplimiento de
los cargos "restituyendo la cosa donada, o su valor si ello es
imposible", y, finalmente, el art. 1747 dispone que "el
resarcimiento del daño moratorio es acumulable al del daño
compensatorio, o al valor de la prestación...", con lo que
diferencia expresamente ambos conceptos.
28
régimen diferenciado para el reclamo del valor de la prestación, que se rige por
las normas del cumplimiento forzado y el de los mayores daños sufridos. No es
necesario probar haber sufrido un perjuicio para pedir el valor de la prestación,
pero sí cuando el reclamo recae sobre daños adicionales, como el lucro
cesante, el daño emergente o el daño extrapatrimonial, conforme el texto del
art. 1744 del CCC.
Sin perjuicio de lo expuesto, el art. 1736 debe ser interpretado a la luz del art.
1735, que establece una atribución a favor de los jueces, quienes pueden
efectuar una modificación en las reglas de la carga de la prueba.
29
litigantes ofrecer y producir los elementos de convicción que
hagan a su defensa.15
30
aplicarse, prioritariamente, a la prueba sobre la relación causal,
en tanto asunto previo a la indagación de cualquier factor de
atribución, subjetivo u objetivo. El art. 1735 se inserta a
continuación del 1734, que regula la prueba sobre factores de
atribución y las eximentes, y pretende correlacionarse
únicamente con esta disposición (“No obstante…”). No obstante,
insistimos, también la demostración causal (art. 1736) puede, y
con frecuencia debe, subordinarse a cargas dinámicas, pues
constituye inexorable antecedente de la culpa u otros factores
para atribuir responsabilidad. En su virtud, no compartimos el
criterio interpretativo de que el Código acota la aplicación de
cargas dinámicas sólo a la prueba del factor de atribución.
Aunque esa haya sido la intención legislativa, la causalidad no
queda fuera del dinamismo probatorio; máxime en tantas
hipótesis donde es idéntica la prueba tendiente a evidenciar que
alguien fue autor de un daño y culpable y, por eso, la
acreditación de culpabilidad con frecuencia absorbe una
conclusión afirmativa sobre causalidad. (Zavala de González &
González Zavala, 2015, p. 341).
6.3.1. Remisión
Conforme venimos analizando, el daño cuya reparación se pretende debe estar
en relación causal adecuada con el hecho de la persona o de la cosa a las cuales
se atribuye su producción. Es necesaria la existencia de ese nexo de causalidad,
pues de otro modo se estaría atribuyendo a una persona el daño causado por
otro o por la cosa de otro; la "conexión causal" apunta al enlace material entre
un hecho antecedente y un hecho consecuente, la falta de ese nexo puede
provenir de la conducta de la propia víctima, de terceros, o bien del caso
fortuito. En este entendimiento aparecen las llamadas eximentes de
responsabilidad civil, que pueden identificarse como aquellas circunstancias
que operan enervando la relación de causalidad y que pueden aminorar o
eximir la responsabilidad por daño al sindicado como responsable.
31
El hecho del damnificado es regulado en el art. 1729, que establece que
Argentina.
18 Art. 1731 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
32
7. Factor de atribución
7. 1. El factor de atribución
7.1.2. Clasificación
Los factores de atribución pueden ser clasificados en subjetivos u objetivos.
Entre los primeros están la culpa y el dolo, mientras que los más relevantes de
la segunda categoría son el riesgo creado, la garantía, el deber calificado de
seguridad y la equidad.
33
Lo expresado nos llevaría a limitar los alcances de la responsabilidad
objetiva, reduciendo la extensión y los límites del resarcimiento.
En el CCC, los factores de atribución son dos: subjetivos y objetivos (art. 1721),
tal como establecía la norma derogada.
En relación a los subjetivos, los enumera diciendo que son la culpa y el dolo
(art. 1724), y luego explica:
Argentina.
34
contrario”21; “Responsabilidad objetiva. Cuando de las circunstancias de la
obligación, o de lo convenido por las partes, surge que el deudor debe obtener
un resultado determinado, su responsabilidad es objetiva”22.
Argentina.
23 Art. 1721 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
35
7.1.5. La cuestión procesal. i) Prueba del factor de
atribución. ii) Facultades judiciales
Respecto de la prueba del factor de atribución, dice el art. 1734: “Prueba de los
factores de atribución y de las eximentes. Excepto disposición legal, la carga de
la prueba de los factores de atribución y de las circunstancias eximentes
corresponde a quien los alega”24.
Sin perjuicio de lo expuesto, el art. 1734 debe ser interpretado a la luz del art.
1735, que, como ya se ha dicho, establece una atribución a favor de los jueces,
quienes pueden efectuar una modificación en las reglas de la carga de la
prueba (ver punto 6.2.5).
Derecho comparado
7.2.1. Definición
En el Código Civil derogado, los factores de atribución subjetivos son el dolo
(art. 521, 1067, 1072 y concs.) y la culpa (art. 512, 1067, 1109 y concs.).
Ambos suponen que el agente sea autor material del ilícito
extracontractual (aquiliano) o del incumplimiento obligacional, y la causa
inteligente y libre de ese comportamiento.
36
La culpa consiste en la omisión de la diligencia debida según la
naturaleza de la obligación y las circunstancias de las personas,
el tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia, la negligencia y
la impericia en el arte o profesión. El dolo se configura por la
producción de un daño de manera intencional o con manifiesta
indiferencia por los intereses ajenos.25
37
en la responsabilidad de los integrantes del consejo de
administración de las fundaciones (art. 211);
para el autor del dolo esencial o incidental en la celebración de
actos jurídicos (arts. 271, 272, 273, 274, 275);
para el autor de los daños en los actos de fuerza o intimidación
en los actos jurídicos (art. 278);
en caso de simulación (art. 337);
para la responsabilidad de los directivos de las asociaciones
civiles (art. 177);
en el mandato, en caso de responsabilidad por inexistencia o
exceso en la representación (art. 376) y en la elección del
sustituto (art. 377);
en la indemnización de daños del codeudor solidario, salvo dolo
(art. 838);
el tutor por los daños causado al tutelado (art. 118);
el tutor frente al tutelado por culpa o dolo en la administración
(art. 129) o por la falta de rendición de cuentas (art. 134);
38
1) el acto de quien, al momento de realizarlo, está privado de razón;
Por otra parte, el error o ignorancia de hecho que recae sobre el hecho
principal que constituye el acto ilícito (art. 265 y subsiguientes) y el error
provocado (dolo) no permiten la configuración de la intención del agente, con
lo cual también obstaculizan la imputabilidad de primer grado (art.271 y ss.). La
intención supone la aptitud para comprender el acto concreto que se realiza.
39
(extracontractual). Sin embargo, existen algunas diferencias. Ello ocurre en el
factor de atribución (Picasso, 2014). Dice el autor citado
40
objetiva"26. Por lo demás, dicha clasificación se encuentra
implícita en el art. 774, que en materia de obligaciones de hacer
distingue los casos en los cuales se ha prometido realizar cierta
actividad con la diligencia apropiada, independientemente de su
éxito, de aquellos otros en los que se debe procurar al acreedor
un resultado concreto (que puede variar en su extensión).
También para distinguir la locación de obra de la de servicios se
vuelve sobre esa idea, cuando se establece que, en la duda, debe
entenderse que hay un contrato de servicios cuando la
obligación de hacer consiste en realizar cierta actividad
independiente de su eficacia, y de obra cuando se promete un
resultado eficaz (art. 1252). Finalmente, el mismo distingo
reaparece en el art. 1768, que dispone que la responsabilidad
del profesional liberal es subjetiva, salvo que se haya
comprometido un resultado concreto.
En otras palabras, cuando lo debido sea un resultado se
aplica el art. 1723, razón por la cual el incumplimiento —y la
consiguiente responsabilidad del deudor- se configuran por su
sola falta de obtención. Cuando, en cambio, el plan prestacional
consista en una conducta diligente jugará el art. 1724 y la
configuración del incumplimiento —y de la responsabilidad del
obligado- requerirá de la presencia de culpa del solvens.
(Picasso, 2014, p. 154).
41
un golpe de puño a otro, podrá ser subjetivo27; pero si el daño es efectuado
mediante la utilización de una cosa riesgosa, como por ejemplo un automóvil,
el factor de atribución será objetivo (arts. 1769 y 1757)28.
7.3. La culpa
27 El art. 1749 establece la responsabilidad del agente dañoso que incumple una obligación u
ocasiona un daño injustificado por acción u omisión antijurídica.
En esta norma se engloban a los arts. 1109 y 1074 del Código Civil derogado, que establecían la
responsabilidad civil extracontractual por culpa o negligencia en la acción y omisión,
respectivamente, y a los arts. 519 y siguientes, que enmarcan la responsabilidad civil contractual,
siguiendo la línea del nuevo CCC, que unifica casi todas las consecuencias de ambos regímenes
de responsabilidad civil. Veremos el estudio de esta figura en la unidad XI,
28 En este caso, la responsabilidad extracontractual será objetiva. Veremos la responsabilidad
Nación Argentina.
30 Art. 1724 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
42
En ese sentido, corresponde definir a la culpa como la omisión de la diligencia
que exija la naturaleza de la obligación y que corresponda a las circunstancias
de las personas, del tiempo y del lugar.
43
7.3.2. Unidad y pluralidad de culpa: a) culpa civil y
penal; b) culpa contractual y extracontractual
Durante décadas se ha discutido acerca de la culpa, si la misma constituye un
concepto unitario o si, por el contrario, se puede hablar de una culpa penal y
una culpa civil, y dentro de esta última, de una culpa contractual y de otra
extracontractual.
La culpa es un concepto unitario que es idéntico en el derecho civil y en el Derecho
Penal (Pizarro & Vallespinos, 2014). Respecto de la culpa contractual o
extracontractual, actualmente no es discutible que la ella constituye una noción
idéntica. Si durante la vigencia del Código Civil derogado esta afirmación se sostenía
en la única definición de culpa, en el art. 512, la actual unificación de los sistemas de
responsabilidad civil desecha cualquier tipo de discusión al respecto, concluyendo que
no existe diferencia entre ambas31.
31 Para ampliar sobre este aspecto, ver Pizarro & Vallespinos, 2014, p. 167-168.
44
c) La culpa levísima tomaba en consideración la conducta que hubiera
seguido, en el caso concreto, un diligentísimo padre de familia.
Lo mismo ocurre con nuestra actual norma, pues el art. 1724 no recepta tal
teoría.
Cabe agregar que el nuevo Código sigue el concepto de culpa del Código de
Vélez, prescindiendo de la división de las culpas. No obstante ello, se mantiene
la referencia a la culpa grave respecto de la acusación calumniosa, art. 1771, y
en los arts. 1819 y 1867 sobre títulos valores.
45
conforme a la naturaleza de la obligación y a las circunstancias concretas de
persona, tiempo y lugar.
32 Art. 902 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26994. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
33 Art. 1725 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
46
conducta no se toma en cuenta la condición especial, o la
facultad intelectual de una persona determinada, a no ser en los
contratos que suponen una confianza especial entre las partes.
En estos casos se estimará el grado de responsabilidad por la
condición especial del agente. (Lorenzetti, Highton de Nolasco &
Kemelmajer de Carlucci, 2012, http://goo.gl/K8bpzE ).
34 Art. 732 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
47
de la misma debemos distinguir según se trate del ámbito contractual
(obligacional) o extracontractual (aquiliana).
48
deberá demostrar, para liberarse, la ruptura del nexo causal. Ello es así,
ya que esta responsabilidad es objetiva y no subjetiva.
49
7.4. El dolo
Se exponía que –conforme el Código de Vélez- las aserciones del dolo eran:
35Art. 931 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26994. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
50
incumplimiento doloso, sino que la misma es la idéntica inejecución
deliberada que configura el dolo en el incumplimiento obligacional.
a) La influencia derivada del art. 9º respecto del principio de buena fe, que
es elevado a principio general del derecho. El citado principio se
introduce metodológicamente en la parte introductoria del Código,
dentro del ejercicio de los derechos, con lo cual cobra relevancia, dado
que constituye una cláusula general aplicable al ejercicio de cualquier
derecho o situación jurídica. La norma expresa que "Los derechos deben
ser ejercidos de buena fe"36; cuando ello se conculca o ignora, el
ejercicio es de mala fe. El dolo es contrario a la buena fe. Reiterando,
ello alcanza a todo derecho o situación jurídica, a los deberes jurídicos
que impongan una actuación determinada u omisión. Acorde a ello es la
norma del art. 729 del CCC (Puig, 2015).
f) La acción preventiva del daño puede aplicarse al dolo, arts. 1710 y 1711.
51
g) Se clarifica la actuación de los auxiliares en la ejecución de la obligación,
art. 732.
Reza el artículo 9°: “Principio de buena fe. Los derechos deben ser ejercidos de
buena fe”37. Y el artículo 729: “Buena fe. Deudor y acreedor deben obrar con
cuidado, previsión y según las exigencias de la buena fe”38. Con lo cual ambas
normas vienen a completar la idea de “buena fe” e implican una pauta
integradora para la interpretación del dolo en la responsabilidad civil.
52
La parte final del art. 1724 dice: "El dolo se configura por la producción de un
daño de manera intencional o con manifiesta indiferencia por los intereses
ajenos"39.40
Para indemnizar el daño, se deberá demostrar que se conculque, por medio del
dolo, el derecho, acto o situación jurídica, por acción u omisión, y acreditar el
resultado dañoso.
Para ambas acepciones, las consecuencias son las mismas, ya que responderán
por las inmediatas y mediatas previsibles.
Como explica Mazzinghi: “Es que, cuando una persona exhibe un descuido
gravísimo y evidente, que revela un desinterés absoluto por la situación del
otro, es razonable que se califique su conducta como dolosa” (2012,
goo.gl/5eGBbE ).
39Art. 1724 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
40 Como se explicara supra, el nuevo Código prescinde del capítulo "De los delitos" contenido en
el sistema de Vélez, eliminado la norma del art. 1072 del Código derogado. Ello se refleja en una
simplificación de las normas referidas tanto al factor de atribución subjetivo y al daño, que llevará
a la doctrina a un detenido análisis.
41 Art. 1724 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
42 Art. 1724 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
53
El dolo es definido como “la intención de causar el daño” con “manifiesta
indiferencia por los intereses ajenos”. De allí que sostenga Vázquez Ferreyra,
(2015), que en el Código de Vélez, el dolo eventual era asimilable a la culpa,
mientras que en el nuevo ordenamiento, el dolo eventual es equiparable lisa y
llanamente al dolo.
7.4.4. Efectos
Existen supuestos en los cuales el daño sólo resulta jurídicamente resarcible en
tanto y en cuanto el autor del evento haya actuado con dolo. En estos casos, el
dolo funciona como criterio de expansión del área resarcible, como sucede en
arts. 521 y 905 del Código de Vélez, o cuando, lisa y llanamente, el dolo se
convierte en un verdadero criterio de selección del daño, abriendo la puerta a
la tutela en casos en que, de no haber mediado dolo, no hubiera sido viable tal
protección (art. 1728).
54
fundamento de equidad y en función del patrimonio del deudor, la
situación personal de la víctima y las circunstancias de hecho del art.
1742. En este caso, la indemnización es plena (art. 1740).
El art. 1726 del nuevo Código establece que “son reparables las consecuencias
dañosas que tienen nexo adecuado de causalidad con el hecho productor del
daño. Excepto disposición legal en contrario, se indemnizan las consecuencias
inmediatas y las mediatas previsibles”43. Se introduce así el factor previsibilidad
para éstas últimas, que no estaba en el texto del art. 901 del Código de Vélez,
respecto de las consecuencias mediatas.44
natural y ordinario de las cosas, y mediatas las consecuencias que resultan solamente de la
conexión de un hecho con un acontecimiento distinto. “Las consecuencias mediatas que no
pueden preverse se llaman «consecuencia casuales»" (art. 1727 – Código Civil y Comercial de la
Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina).
55
celebración o nacimiento del contrato; en tanto, cuando existe dolo del deudor,
se extiende la reparación hasta las consecuencias previsibles al tiempo del
incumplimiento.
Si bien la norma refiere al dolo del deudor, resulta aplicable al dolo del
acreedor, de acuerdo a lo convenido contractualmente, con respaldo en el art.
1716.
7.4.5. Prueba
El dolo no se presume; por el contrario, el mismo debe ser alegado y
probado. Dicha tarea corresponde a quien invoca su existencia. Se aplican en
esta temática los principios generales, admitiéndose inclusive la prueba
indiciaria o de presunciones, lo cual es cosa distinta a decir que el dolo se
presume.
56
7.4.8. Dispensa del dolo. Remisión
Son nulas las cláusulas que anticipadamente dispensen al deudor de la
responsabilidad por el incumplimiento de la obligación (art. 1743 CCC), ya que
esto atenta contra la naturaleza misma del concepto de obligación. Asimismo,
ello estaría reñido con el principio de buena fe, con la moral y las buenas
costumbres.
Sin embargo, nada obstaría a que, una vez producido el incumplimiento doloso,
el acreedor pueda renunciar a los derechos resarcitorios que derivan del
mismo. Nos remitimos a la bibliografía obligatoria46 y a lo analizado en el
apartado 8.4.
57
7.5.2. Clasificación
El CCC, en el Capítulo I –dedicado a la responsabilidad civil- contempla la
responsabilidad objetiva, con la doctrina (Galdos, 2012) podemos efectuar la
siguiente distinción de supuestos:
58
en el transporte de cosas, el transportista se exime probando la causa
ajena en caso de pérdida o deterioro de las cosas transportadas y del
equipaje del pasajero, salvo los objetos de valor extraordinarios y los
efectos que el pasajero lleva consigo (arts. 1286 y 1293);
59
atribución que rige es objetivo y es una contrapartida del riesgo
creado.
60
7.5.4. La seguridad y la garantía. Proyecto de 1998 y
Código Civil y Comercial
Cierta doctrina considera que la garantía constituye un factor de atribución
objetivo autónomo. Dentro de este esquema, se suelen mencionar, en el
ámbito extracontractual, la responsabilidad del principal por el hecho del
dependiente (art. 1753 del CCC) y la obligación de seguridad, incluida con
carácter general y accesorio, de manera tácita, en ciertos contratos, para
preservar a las personas y a su propiedad contra los daños que puedan
ocasionarse al momento de ejecutarlo (v. g., contrato de espectáculos
deportivos, contratos médicos, etc.). Esta obligación de garantía se encuentra
presente en todos los contratos de consumo, sin importar aquí la idea del
contrato en sí misma. Lo que importa para la norma es la protección del
consumidor. Conforme lo cual, la responsabilidad será de tipo objetiva, sea que
el daño tenga o no origen en un contrato.
48Art. 907 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26994. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
61
de equidad, teniendo en cuenta la importancia del patrimonio del autor
del hecho y la situación personal de la víctima”49.
Según en el art. 1750 del CCC, se determina que el agente dañoso responde por
"equidad" si el daño fue causado por un "acto involuntario" (conf. art. 260 del
CCC) y se reenvía al art. 1742, que establece las características a tener en
cuenta por el juzgador para fijar la indemnización.
El art. 1750 del CCC, por reenvío al art. 1742, prevé en forma similar a lo
preceptuado en el art. 907 del Código Civil derogado para los daños causados
por actos involuntarios, en el que se faculta al juez a disponer un resarcimiento
a favor del damnificado, fundado en razones de equidad; la indemnización
debe tener como base, para su fijación, el patrimonio del autor del hecho, la
situación personal de la víctima y las circunstancias del hecho, es decir que el
juzgador deberá balancear ambos patrimonios, el del agente dañoso y el del
damnificado, y, al sopesar ambos, si el del deudor del daño causado
involuntariamente lo amerita, podrá trasladar a la víctima una parte para cubrir
al menos parcialmente el perjuicio sufrido, cumpliendo así con la meta
equitativa de la norma en los arts. 1742 y 1750 del CCC.
49Art. 907 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26994. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
62
años) y la situación personal del damnificado. Esta reparación puede o no ser
plena e integral.
Argentina.
52 Art. 10 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
63
En relación al punto, Pizarro y Vallespinos sostienen que el abuso del
derecho no es un factor autónomo de atribución, sino una modalidad de
antijuridicidad. En consecuencia, y según sea el tipo de trasgresión el factor
de atribución podrá ser objetivo o subjetivo, dependiendo las circunstancias
del caso (Pizarro & Vallespinos, 2014)
64
7.5.8. Otros posibles factores objetivos de atribución
(igualdad ante las cargas públicas, seguridad social, el
riesgo de empresa, el crédito especial a la seguridad,
etc.)
Conforme el código derogado, algunos autores admiten la presencia de otros
factores de atribución subjetivos:
65
7.5.9. Eximentes en materia de responsabilidad
objetiva. Remisión
Conforme venimos analizando, el daño cuya reparación se pretende debe estar
fundado en un factor de atribución, sea objetivo o subjetivo. Sin embargo,
pueden existir obstáculos a la configuración de este presupuesto. Aquí
aparecen las llamadas eximentes de responsabilidad civil, que pueden
identificarse como aquellas circunstancias que operan enervando el factor de
atribución y que pueden aminorar o eximir la responsabilidad por daño al
sindicado como responsable. En la unidad 8 analizaremos con detenimiento
cada uno de los supuestos de las eximentes en el caso de la responsabilidad
fundada en un factor objetivo de atribución.
66
La respuesta la otorga el art. 1723: “Responsabilidad objetiva. Cuando de las
circunstancias de la obligación, o de lo convenido por las partes, surge que el
deudor debe obtener un resultado determinado, su responsabilidad es
objetiva”56.
67
se encuentra Osti) advirtieron la relevancia del distingo. Sin embargo, fue
Demogue quien hizo evidente la necesidad de distinguir entre las obligaciones
de medio y de resultados. En efecto, fue el primero en emplear con sentido
definido estas expresiones.
68
corresponderá al deudor la acreditación de la no culpa, es decir de su actuación
diligente.
69
8. Eximentes
8.1. De las eximentes en general
8.1.2. Clasificación
Según el efecto que producen, encontramos eximentes vinculadas con la
antijuridicidad, con el factor de atribución y con la relación de causalidad.
Pasemos a analizar quién carga con la prueba de cada categoría y sus
particularidades.
Así como existe una regla, debemos decir que el legislador estableció las
facultades judiciales como excepción. En efecto, establece el art. 1735 del CCC
que, no obstante la regla expuesta, el juez puede distribuir la carga de la
prueba de la culpa o de haber actuado con la diligencia debida, ponderando
70
cuál de las partes se halla en mejor situación para aportarla. Si el juez lo
considera pertinente, durante el proceso debe comunicar a las partes que
aplicará este criterio, de modo de permitir a los litigantes ofrecer y producir los
elementos de convicción que hagan a su defensa.
Esta regla puede resultar rígida en algunos casos en los que existen dificultades
para el acceso a los medios de prueba o para la presentación de la misma, y es
por eso que se habilita una corrección para mitigar estos efectos. En particular,
con relación a la prueba de la culpa o de haber actuado con la diligencia debida,
el juez puede ponderar cuál de las partes se halla en mejor situación para
aportarla. Existe entonces una regla general legal que adjudica la carga
probatoria a quien invoca el factor de atribución o la eximente.
8.2.1. Definición
Las causas de justificación enervan la antijuridicidad 61 de la conducta
y, bajo ciertas circunstancias, pueden actuar como eximentes de la
responsabilidad (v. g., legítima defensa) o justificar una reparación de
equidad no plena o integral (v. g., estado de necesidad). Entre ellas
encontramos el ejercicio regular de un derecho, el cumplimiento de una
obligación legal, el estado de necesidad, la legítima defensa y el consentimiento
del damnificado.
71
merecido mayor atención –y regulación- por parte del derecho penal. En el art.
34 del Código Penal se encuentra una enumeración de estas causales.
72
Quien voluntariamente se expone a una situación de peligro
para salvar la persona o los bienes de otro tiene derecho, en
caso de resultar dañado, a ser indemnizado por quien creó la
situación de peligro, o por el beneficiado por el acto de
abnegación. En este último caso, la reparación procede
únicamente en la medida del enriquecimiento por él obtenido.64
a) legítima defensa;
b) estado de necesidad;
8.2.2. Clasificación
Ejercicio regular de un derecho
El primer párrafo del artículo 10 del CCC establece que “El ejercicio regular de
un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal no puede
constituir como ilícito ningún acto”66. Idéntico es el texto del art. 1071 del
Código derogado.
Argentina.
66 Art. 10 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
73
consecuencia, en principio, la causación de un daño a un tercero, en esas
circunstancias, no sería indemnizable.
Estado de necesidad
En el inc. “c” del art. 1718 se hace referencia al estado de necesidad que se
configura cuando se causa un mal menor para evitar un mal mayor, según la
clásica definición. El inciso contempla la posibilidad de que el juez conceda una
indemnización de equidad.
74
Respecto de la resarcibilidad del daño causado en estas circunstancias, la
doctrina también se encuentra dividida. La mayoría de los autores consideran
que, si el autor del hecho no generó el peligro, no le corresponde
responsabilidad civil, salvo disposición legal en contrario. Pizarro y Vallespinos,
por el contrario, consideran que la responsabilidad no queda excluida y
propician una interpretación amplia del art. 907 del derogado CC. De tal modo,
los jueces tendrían facultad de otorgar un resarcimiento de equidad teniendo
en cuenta la importancia del patrimonio del autor del hecho, el
enriquecimiento experimentado y la situación del damnificado.
Legítima defensa
Como ya dijimos, la actual norma del CCC la regula expresamente como causa
de justificación y exime de responsabilidad a quien causa un daño:
Argentina.
75
d) El medio utilizado para impedir o rechazar la acción debe ser razonable.
Hay que advertir que, en ciertos casos, la ley autoriza a las personas mayores
de edad a dar el consentimiento en determinadas situaciones. En el sentido
expuesto por ejemplo, tenemos la ley 26529 de derechos del paciente. Esta ley
reguló de manera detallada cuestiones de suma importancia, como el
consentimiento informado del paciente y las relativas a las historias clínicas,
temas cruciales para el análisis de la responsabilidad civil de los profesionales
de la medicina. Conforme lo cual, será de aplicación dicha norma en lo atinente
a la responsabilidad profesional de los médicos.
76
caracterizada por la diferencia estructural de información (generalmente esto
ocurre en los contratos médicos. Por otro lado, este consentimiento no debe
ser fruto de una cláusula abusiva. En el mismo sentido que el apartado anterior,
se trata de una norma protectoria. En los casos de contratación con disparidad
sustancial entre las partes; cuanto mayor sea la desigualdad de facto entre los
sujetos de la relación, menor será la restricción tolerable del derecho
fundamental de la parte "débil" Este requisito deberá interpretarse en
concordancia con los arts. 988, 1117, 1118, 1119, 1120, 1121 y 1122 del nuevo
código, referidos a cláusulas abusivas.
Asunción de riesgo
77
caso, ella pueda calificarse como un hecho del damnificado que
interrumpe total o parcialmente el nexo causal.70
8.2.3. Efectos
Las causas de justificación enervan la antijuridicidad de la conducta
y, bajo ciertas circunstancias, pueden actuar como eximentes de la
responsabilidad (v. g., legítima defensa) o justificar una reparación de equidad
no plena o integral (v. g., estado de necesidad). Las causas de justificación
obstan a la antijuridicidad de la conducta.
78
que obstan el discernimiento (arts. 260 y 261 del CCC), salvo lo dispuesto por el
art. 1750 del CCC.
79
o parcial, del daño sufrido por dolo del deudor o de las personas
por las cuales debe responder.71
80
Un ejemplo son las cláusulas abusivas que menciona la LDC. En
otros casos el abuso del derecho, deberá ser juzgado por las
reglas de este código. El código tiene algunos ejemplos de
cláusulas prohibidas o abusivas que se tienen por no escritas, a
saber: daños por muerte o daños corporales en el transporte de
personas, art. 1292; en el contrato de caja de seguridad, es
inválida la cláusula que exime de responsabilidad al prestador,
pero es válida la de limitación hasta un monto máximo sólo si el
usuario es debidamente informado y el límite no importa una
desnaturalización de las obligaciones del prestador; en el
contrato de hotelería, es inválida la cláusula que limita o excluye
la responsabilidad del hotelero, con excepción de los arts. 1372 y
1373; las cláusulas que limitan la obligación de saneamiento, se
tiene por no convenidas si el enajenante conoció, o debió
conocer el peligro de evicción, o la existencia de vicios o si el
enajenante actúa profesionalmente en la actividad a la que
corresponde la enajenación, a menos que el adquirente también
se desempeñe profesionalmente en esa actividad.
3. Dispensa del dolo y de la culpa de los dependientes La
dispensa anticipada del dolo no es ninguna novedad. Si se
pudiera dispensar el dolo, la obligación se convertiría en
potestativa.
La novedad es que se prohíbe expresamente la dispensa del
dolo del dependiente. La razón no es difícil de entender. Si se
permitiera la dispensa del dependiente, sería muy fácil evadir la
prohibición legal. El patrón contrataría dependientes insolventes
a quienes ordenaría no cumplir. También a contrario sensu debe
interpretarse que la dispensa de la culpa, sea propia o del
dependiente, está permitida, siempre que se cumplan los demás
requisitos.72
81
La necesaria relación causal que debe existir entre la conducta y el daño puede
verse suprimida o aminorada en sus efectos por la presencia de factores
externos. En el primer caso hablamos de interrupción del nexo causal, mientras
que en el segundo nos encontramos frente a una concausa. En el caso de
interrupción del nexo de causalidad, el sindicado como responsable se verá
eximido de responsabilidad civil, ya que él no habrá sido el autor del mismo. En
el supuesto de la concausalidad, ésta aminorará la responsabilidad civil del
sindicado como responsable, ya que el daño no será causado solamente por el
actuar del mismo, sino por la concurrencia de su actuar con otro factor
(concausa). En efecto, la ausencia total o parcial de relación de causalidad
generará la ausencia total o parcial de responsabilidad civil.
Argentina.
75 Art. 1731 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
82
8.4.2. El hecho o culpa de la víctima: régimen del Código
Civil de Vélez Sarsfield
La conducta de la víctima puede afectar la responsabilidad del sindicado
como responsable excluyéndola o aminorándola. Esto es así ya que no es
razonable que responda este último cuando el damnificado es autor material
del daño o de parte del mismo.
Los requisitos para que opere esta eximente son los siguientes: a) incidencia
causal; b) el hecho y no la culpa de la victima; c) hecho no imputable al agente.
83
c) Prescindir del requisito de la adecuada, el hecho de la víctima actúa
culpabilidad de la conducta del como nexo causal, desvirtuando el
damnificado es contrario a la evolución presupuesto de autoría total o
del derecho de la responsabilidad civil, parcialmente, según el caso.
que se orienta a proteger a la víctima.
c) El centro de la cuestión debe ser
d) Hay quienes, apegados a la emplazado en la relación de causalidad. Si
interpretación gramatical de la norma, el hecho es de la víctima (sea con culpa o
consideran que, si no hay culpa de la no), no puede atribuírsele a otra persona.
víctima, sí hay responsabilidad civil del
responsable de sus actos (v. g., padre, d) Es buena la intención de proteger a la
tutor o curador). víctima, pero ello no debe implicar atribuir
las consecuencias del daño a quien no es su
e) En estos casos, quienes participan autor.
de esta teoría consideran que hay
liberación del sindicado como
responsable, pero no por culpa por
hecho de la víctima, sino por caso
fortuito
84
hecho no sea imputable al agente. Pero con la actual redacción del art. 1729 se
descarta toda discusión al respecto, pues se alude al hecho del damnificado y
no de su culpa, salvo que la ley o la voluntad de las partes dispongan lo
contrario.
85
interpretada restrictivamente y en todos los casos sería imprescindible
el consentimiento informado y documentado.
86
b) Concurrencia del hecho de la víctima con la culpa probada o
presumida del lesionante. Puede haber supuestos en los cuales el
daño derive de dos causas que actúan concurrentemente: la culpa del
demandado y el hecho propio de la víctima. En estos supuestos se
distribuirán entre ambos las consecuencias dañosas, soportando cada
uno de ellos una carga en función a la incidencia causal que hubieran
aportado a la producción del daño (v. g., cincuenta por ciento cada uno,
treinta por ciento y setenta por ciento, etc.).
87
8.4.4. Hecho de un tercero según el Código Civil y
Comercial
El nexo causal se interrumpe en forma total o parcial cuando se demuestra que
el daño obedece al hecho de un tercero extraño por el cual el agente no
debe responder. En dicho caso, la atribución material del menoscabo se
realiza respecto del tercero.
Conforme la norma, el hecho de tercero constituye una causa ajena por la cual
el agente no debe responder.
El tercero por quien no se debe responder debe ser una persona distinta
del responsable presunto (demandado) y de la víctima. Puede ser una persona
física o jurídica, de carácter público o privado. Sin embargo, no cualquier hecho
de un tercero es apto para eximir al sindicado como responsable. El tercero
debe ser un tercero por el cual no se deba responder. Esto es importante
aclararlo, ya que la ley, en diversos supuestos, impone a una persona responder
por el hecho de un tercero (v. g., responsabilidad por el hecho del
dependiente).
b) Los daños producidor por ciertas personas que, sin llegar a ser
dependientes, tienen contacto con la cosa por voluntad expresa o
presunta del dueño o guardián.
88
e) Aquellas personas por las que legalmente se debe responder (v. g., los
menores de edad respecto de los padres).
89
1. Doctrina que niega toda relevancia frente a la víctima al hecho
concausal de un tercero en la responsabilidad por riesgo creado. La
doctrina mayoritaria considera que el dueño, guardián y el tercero
deberían responder solidariamente frente al damnificado y luego
ejercitar las acciones de regreso. Esta solución surgiría por aplicación
analógica del art. 1109 del CC.
Nación Argentina.
90
sobre la obligación; por consiguiente, la definición del art. 1730 del Código Civil
y Comercial se aplica también a la fuerza mayor.
a) Imprevisible.
b) Inevitable.
c) Actual.
e) Sobrevenido.
91
8.4.6. La imposibilidad de cumplimiento
Los contratos, al igual que las obligaciones que emergen de ellos, nacen para
ser cumplidos. Sin embargo, puede ocurrir que la obligación sea imposible.
92
de cumplimiento, el deudor es responsable en los siguientes
casos:
a) si ha asumido el cumplimiento aunque ocurra un caso
fortuito o una imposibilidad;
b) si de una disposición legal resulta que no se libera por caso
fortuito o por imposibilidad de cumplimiento;
c) si está en mora, a no ser que ésta sea indiferente para la
producción del caso fortuito o de la imposibilidad de
cumplimiento;
d) si el caso fortuito o la imposibilidad de cumplimiento
sobrevienen por su culpa;
e) si el caso fortuito y, en su caso, la imposibilidad de
cumplimiento que de él resulta, constituyen una contingencia
propia del riesgo de la cosa o la actividad;
f) si está obligado a restituir como consecuencia de un hecho
ilícito.83
93
Referencias
Calvo Costa, C. (2015). Daño resarcible. Su concepción a la luz del Código Civil y
Comercial. RCyS. 2015-IV, 81.
Kemelmajer de Carlucci, A., Mariani de Vidal, M., Shina, F., Zunino, J. O., Zannoni, E.
(2015). Código Civil y Comercial. Concordado con el régimen derogado y referenciado
con legislación vigente. Exégesis de los fundamentos de la Comisión Redactores y las
modificaciones del PEN. Buenos Aires: Astrea.
Niel Puig, L. (2015). El dolo y el nuevo Código Civil y Comercial. Dolo obligacional.
Fecha: 2015-04-22. Publicado: SJA 2015/04/22-3; JA 2015-II.
94
Picasso, S. (2014). La unificación de la responsabilidad contractual y extracontractual
en el Código Civil y Comercial de la Nación. Especial Nuevo Código Civil y Comercial
2014. Noviembre, 151.
Zavala de González, M. & González Zavala, R. (2015). Las cargas dinámicas en el nuevo
Código Civil. Semanario Jurídico. 2015, no. 1995, p. 341-348.
95
Módulo 3
Las funciones del
derecho de daños.
La responsabilidad
directa por el hecho
ajeno y de las cosas.
Responsabilidades
especiales.
9. Función resarcitoria
del derecho de daños
Nociones introductorias sobre las funciones del derecho
de daños
Esta nueva lectura comienza con las funciones del derecho de daños. Al
respecto, debe el alumno recordar los conceptos trabajados en la unidad 1,
particularmente aquellos comprendidos en el punto 1.1.2. Allí adelantamos que
la doctrina1 que aquí seguimos distingue –al menos- tres funciones del derecho
de daños: la prevención, la reparación y la punición2.
1
La primera situación, referida a los objetivos generales del ordenamiento
jurídico considerado en su conjunto, se da con la llamada función de
"demarcación", pues la delimitación entre el ámbito de lo lícito y lo ilícito es
connatural al concepto mismo de derecho y a la estructura de las normas
jurídicas, dicho de otro modo gran parte del derecho implica separar lo licito de
lo ilícito, con lo cual no es exclusiva del derecho de daños. En cuanto a la
supuesta "función admonitoria", que López Herrera (Picasso 2015), citando
algunos autores anglosajones, considera autónomamente —y como algo
distinto de las "funciones" punitiva y preventiva— sólo cabe decir que —tal
como el mencionado autor la expone— ella parecería identificarse con el efecto
psicológico que para el responsable tiene la imposición de la obligación de
reparar. Sin embargo, desde esa óptica la cuestión quedaría subsumida en la
función preventiva. Si, en cambio, se pretende relacionar a la pretendida
función "admonitoria" con los "daños punitivos”, es claro que entonces
ingresamos en el terreno de la supuesta "función punitiva". En uno u otro caso,
no parece posible sostener la existencia de una "función admonitoria" distinta
de aquellas otras. Tampoco el derecho de daños cumple objetivos tendientes a
maximizar la eficiencia económica, pues dice Picasso “La distribución (o
redistribución) de la riqueza tampoco puede ser una "función" del derecho de
daños. Por el contrario, el principio según el cual la reparación del daño debe
ser integral, pero no puede constituir una fuente de lucro para la víctima,
otorga a la responsabilidad civil un cariz conservador —"dar al rico su riqueza y
al pobre su pobreza"— y la torna en una vía ineficaz para lograr aquellos
objetivos” (Picasso, 2015, pag.7). Considera el autor que otras ramas del
derecho, tales como el tributario y —en particular— el de la seguridad social
pueden —y deben— tomar a su cargo esos cometidos con mucha mayor
eficacia y pertinencia (2015).
2
Esta contemplación de la norma es positiva, pues implica ampliar el horizonte
del derecho de daños que, conforme el texto derogado, sólo regulaba la
función resarcitoria, asignándole la doctrina las restantes dos funciones. Por lo
cual es relevante y estimable este reconocimiento legislativo.
3
(art. 1708), las que fueron mantenidas en el Proyecto del Poder Ejecutivo. Sin
embargo, el Congreso de la Nación suprimió la función punitiva. En tal sentido,
el dictamen de la Comisión Bicameral del Congreso de la Nación dice que: "Se
elimina el instituto de la sanción pecuniaria disuasiva del Proyecto, con el fin de
que la autoridad de aplicación mantenga sus potestades, inhibiendo a la
autoridad jurisdiccional de resolver estas cuestiones"5.
Más allá de lo discutible y de las críticas de las que puede ser objeto esta
eliminación, lo cierto es que, en el actual Código, las funciones del derecho de
la responsabilidad civil son sólo dos: la preventiva y la resarcitoria, habiéndose
eliminado la función punitiva.
Sin perjuicio de ello, podemos decir que el derecho de daños no se limita sólo a
la prevención y reparación, sino que además implica punición. Si bien el CCC
sólo contempla dos funciones, la función punitiva del derecho de daño tiene
reconocimiento legislativo en la Ley de Defensa del Consumidor 24240 (texto
conforme ley 26361) y en la ley general de ambiente6.
Dice Jorge Galdós, al comentar las funciones del derecho de daños a la luz del
nuevo Código:
4
misma se intenta colocar al damnificado en la misma situación en la que se
encontraba antes del hecho dañoso, en cuanto esto sea posible,
desmantelando los efectos del ilícito, sea por el pago en dinero o en especie.
En cuanto a los daños indemnizables, el primer párrafo del art. 1738 del CCC
refiere a los daños patrimoniales que comprenden el daño emergente, el lucro
cesante y la pérdida de chance. Debemos aclarar que la introducción legislativa
de la indemnización por la frustración de chances reviste el carácter de
novedad en el ordenamiento jurídico nacional, ya que, si bien era admitida por
la doctrina y la jurisprudencia, no había sido objeto de ninguna norma en el
Código Civil derogado.
7 Art. 1740 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
8 Art. 1738 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
5
Por su parte, el art. 1741 se refiere a la indemnización de las consecuencias no
patrimoniales, expresando que:
Como novedad se advierte que el legislador no alude al daño moral, sino que
prefiere la expresión “consecuencias no patrimoniales”; de todos modos, en
términos de resarcimiento no existe diferencia conceptual entre ellos. Los
aspectos del daño moral en el nuevo CCC serán tratados más adelante.
9 Art. 1741 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
6
que no se genere un lucro para la víctima. Alguna doctrina entiende que la
finalidad del resarcimiento es también sancionatoria para el responsable, quien
tiene el deber de reparar el daño causado, lo cual trasluce la desaprobación de
la comunidad frente a la conducta de esta naturaleza. Nosotros pensamos que
la finalidad del resarcimiento es resarcitoria10.
9.1.4. Caracteres
En relación a los caracteres, la doctrina distingue si el perjuicio es patrimonial o
extrapatrimonial. En el primer caso, cuando la indemnización intente reparar el
daño derivado de la ejecución de un acto ilícito en sentido estricto, la
reparación tiene carácter de obligación autónoma y reconoce su fuente en el
acto ilícito. La reparación se orienta a restablecer el patrimonio al estado
anterior en que se hallaba antes del perjuicio. Cuando la indemnización está
referida a los perjuicios derivados del incumplimiento contractual, hay que
distinguir entre el daño compensatorio y el moratorio. El primero se refiere a la
indemnización que debe ser abonada en virtud del incumplimiento de una
obligación en forma definitiva, total e imputable al deudor. La obligación
originaria se convierte en la de pagar daños e intereses. En el segundo caso, la
indemnización se debe a raíz del incumplimiento relativo de la prestación y es
acumulable a ésta, cuyo cumplimiento aún es posible y útil para el acreedor.
El cumplimiento tardío produce daños en el patrimonio del acreedor. Conforme
el art. 1747 del CCC, se puede reclamar el cumplimiento de la obligación más el
daño moratorio. Debido a que se trata de dos cosas distintas, la prestación se
debe por la obligación asumida por el contrato y vale lo mismo si se paga tarde
o a tiempo. En cambio, el daño moratorio es el daño que se debe por el
cumplimiento tardío (art. 1747 del CCC).
7
Patrimonialidad
8
mayores daños nace a partir del incumplimiento, y requiere para
su configuración de la reunión de todos los elementos de la
responsabilidad civil, entre los que se encuentra, naturalmente,
la prueba del daño.
En los fundamentos del anteproyecto que dio lugar al nuevo
código se mencionan estas posturas y se señala que se ha
tratado de dar una solución práctica al problema, mediante la
distinción de la problemática del incumplimiento y su ejecución,
regulada en el campo de las obligaciones y los contratos, y los
aspectos que atañen a la responsabilidad por daños. También se
lee en los fundamentos que es preciso diferenciar al valor de la
prestación originalmente pactada de los otros perjuicios que
sufre el acreedor.
En consonancia con estos postulados —y pese a la
subsistencia de algunas normas con una redacción confusa
(como los arts. 730 inc. "c" y 955)-, la distinción entre el valor de
la prestación y los mayores daños sufridos por el acreedor
aparece expresamente en el texto del flamante código. Así, el
art. 781, para el caso de imposibilidad de cumplimiento de la
obligación alternativa regular, prevé que el deudor debe
entregar el valor de la prestación; el art. 838 establece que si el
cumplimiento de la obligación solidaria se hace imposible por
causas atribuibles a un codeudor "los demás responden por el
equivalente de la prestación debida y por los daños y perjuicios";
el art. 1114, que regula la imposibilidad de restituir en los casos
de resolución o rescisión del contrato, establece que si ella es
imputable al deudor este debe el valor de mercado de la
prestación; el art. 1420 dice que si la restitución de los títulos
valores por el banco resulta de cumplimiento imposible, aquel
"debe cancelar la obligación con el pago de una suma de dinero
equivalente al valor de los títulos al momento en que debe
hacerse la devolución"; el art. 1653 faculta al donatario a
liberarse del cumplimiento de los cargos "restituyendo la cosa
donada, o su valor si ello es imposible", y, finalmente, el art.
1747 dispone que "el resarcimiento del daño moratorio es
acumulable al del daño compensatorio, o al valor de la
prestación...", con lo que diferencia expresamente ambos
conceptos.
En el Código Civil y Comercial existe, entonces, un régimen
diferenciado para el reclamo del valor de la prestación, o
aestimatio rei (que se rige por las normas del cumplimiento
forzado), y el de los mayores daños sufridos al margen de aquel
(id quod interest). Por consiguiente, la acción para reclamar el
valor de la prestación prescribe —al igual que la pretensión de
cumplimiento forzado específico- en el plazo genérico de cinco
9
años del art. 2560, mientras que la dirigida a la indemnización de
los mayores daños se rige por el art. 2561, y prescribe, por ende,
a los tres años. Por otra parte, no es necesario probar haber
sufrido un perjuicio para pedir el valor de la prestación, pero sí
cuando el reclamo recae sobre daños adicionales, como el lucro
cesante, el daño emergente o el daño extrapatrimonial (art.
1744). Asimismo, la facultad para morigerar la indemnización
que el art. 1742 otorga a los jueces únicamente puede ejercerse
respecto de los mayores daños, mas no del valor de la prestación
(pues ello importaría alterar la economía del contrato). También
es importante señalar que, mientras que la obligación de resarcir
los daños derivados del incumplimiento es solidaria —o
concurrente, según los casos- (art. 1751), la de pagar la
aestimatio rei es simplemente mancomunada, salvo que se haya
pactado la solidaridad (art. 828). Finalmente, en caso de
resolución contractual por incumplimiento el deudor
incumplidor debe reparar los daños sufridos por el acreedor (art.
1082), pero no debe el valor de la prestación, dado que la
obligación de cumplirla se ha extinguido por efecto de la
resolución (arts. 1079 y 1080). (Picasso, 2014, p. 151).
Resarcitoria
Del mismo modo que no hay plena identificación entre el concepto jurídico de
daño y el daño efectivamente sufrido por el individuo, el resarcimiento jurídico
es diferente al quantum verdaderamente sufrido. El contenido jurídico se
10
determina por medio de la relación de causalidad adecuada existente entre el
hecho generador y el perjuicio, que tiene entre sus funciones la de determinar
hasta dónde llega la obligación resarcitoria, de acuerdo a un régimen
predeterminado de imputación de consecuencias.
En ese sentido, según nuestra ley, el daño imputable al autor de un ilícito es por
regla el que se halla en conexión causal adecuada con ese acto, o sea las
consecuencias normales y previsibles de su acto (art. 1727 del CCC). Como se
puede observar, existe una fuerte vinculación entre el principio de reparación
plena y el régimen predeterminado de imputación de consecuencias
consagrado por el Código Civil y Comercial.
11
Tabla 1: Ventajas y desventajas del principio de reparación
Ventajas Desventajas
a) Permite la evaluación en concreto a) Se le atribuye la generación de
del perjuicio. rigor e incertidumbre, ya que se
b) Toma en cuenta al damnificado en centra en la víctima. Sumado a ello,
concreto y no a uno hipotético. depende de factores subjetivos como
en el caso del daño moral. La
c) Rige el principio de libertad del
ausencia de criterios objetivos
juzgador para la valoración y
dificulta la posibilidad de acuerdos
cuantificación del daño.
transaccionales.
d) Favorece una dinámica
b) Su aplicación indiferenciada a todo
permanente de los métodos de
tipo de daños generaría
evaluación del daño.
consecuencias inconvenientes.
e) Ha tenido importancia en los países
c) Alentaría a las víctimas y a las
afectados por inflación, a fin de
personas a su cargo a no retomar sus
corregir las severas secuelas de este
actividades, aun cuando ello fuese
fenómeno económico.
posible y deseable.
d) Resultaría incompatible con los
actuales imperativos económicos.
e) En ciertos casos es difícilmente
compatible con el seguro.
Fuente: Anterior SAM.
12
fundamentos del proyecto referido a 1) la posible limitación en otras leyes
especiales y 2) la limitación derivada de la previsibilidad contractual.
13
Esta regla, con distintas variantes, es la que se admite
mayoritariamente. Ha comenzado con un texto de Paulo
(19.I.21,3) que limitaba el resarcimiento obligacional, siguiendo
por un enorme caudal de reglas casuísticas del Medioevo, hasta
llegar a la obra de Molineo que estableció una fórmula única
para decir que hay un límite en la responsabilidad obligacional
derivado justamente de la obligación preexistente. El Código
Civil francés (artículo 1150), dispone que "el deudor responde
por los daños que ha previsto o podido prever al celebrarse el
contrato”. En el derecho anglosajón, la regla surge con el
precedente “Hadley vs. Baxendale” que toma en cuenta lo que
ha sido previsible al momento de contratar. Una regla similar es
receptada en diversos textos internacionales como la
Convención sobre Compraventa Internacional de Mercaderías.
En la doctrina internacional, puede señalarse que los Principios
de Unidroit disponen: “Artículo 4.4.- (Previsibilidad del daño): La
parte incumplidora es responsable solamente del daño previsto
o que razonablemente podría haber previsto al momento de la
celebración del contrato como consecuencia probable de su
incumplimiento”. En la legislación argentina, la norma de
resarcibilidad de las consecuencias inmediatas y necesarias está
emparentada con esta antigua regla, ya que Vélez la fundaba en
Pothier citado en la nota al artículo 521.
El texto proyectado tiene las siguientes características: a) su
ámbito de aplicación son los contratos, a diferencia de la
redacción original del Código Civil, que la establecía “para los
daños e intereses de las obligaciones que no tienen por objeto
sumas de dinero” (Título III, artículo 520). Ello generó litigios
sobre el grado de extensión de esta limitación, que ahora es
restringido sólo a los contratos. b) Esta es una regla que se aplica
cuando las partes negocian el precio y, para fijarlo, necesitan
conocer los riesgos que asumen; cuanto mayor información y
seguridad exista en ese momento, menor será el precio, con
claro beneficio para el conjunto de la sociedad. c) Se hace
excepción al caso en que exista dolo, como es tradición. d) No se
aplica a los contratos de consumo. (Lorenzetti, Highton de
Nolasco & Kemelmajer de Carlucci, 2012, http://goo.gl/K8bpzE ).
14
9.2. Modos de reparar el daño.
Reparación en especie
Tal como enseñan Pizarro y Vallespinos (2014, p. 232 y ss.), el Código Civil, en la
versión redactada por Vélez Sarsfield, se inclinó por el sistema de reparación
del perjuicio mediante el pago de una “indemnización pecuniaria que fijará el
juez, salvo el caso en que hubiere lugar a la restitución del objeto que hubiese
hecho materia del delito”14.
14Art. 1083. Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26994. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
15
El criterio seguido en el artículo señalado tenía raíces en el derecho romano y
en el derecho francés. El principio era muy claro. En primer lugar, procedía la
reparación pecuniaria, salvo que la propia ley determinara otro tipo de
reparación. Esta norma funcionó por décadas sin dificultades, de suerte que,
aun luego de la reforma de 1968, la cultura jurídica argentina mantiene
arraigado dicho régimen.
La formulación de Vélez fue modificada por la ley 17711, inspirada en los arts.
249 del código alemán, el art. 2058 del código italiano y las recomendaciones
propiciadas por el III Congreso Nacional de Derecho Civil de 1961. Esta ley
modificó el art. 1083 disponiendo: “El resarcimiento de daños consistirá en la
reposición de las cosas a su estado anterior, excepto si fuera imposible, en cuya
caso la indemnización se fijará en dinero. También podrá el damnificado optar
por la indemnización en dinero”15.
16
Ambos sistemas tienen igual jerarquía cualitativa, por lo cual la reparación
pecuniaria no tiene calidad de subsidiaria. Aun más, la práctica judicial
demostraba que, cuantitativamente, se sigue solicitando más la reparación
pecuniaria por su carácter dinámico y sencillo. Sentado lo que antecede,
veremos el régimen vigente en la actualidad.
La actual redacción del art. 1740 establece que la reparación plena consiste en
la restitución de la situación del damnificado al estado anterior al hecho
dañoso, sea por “el pago en dinero o en especie”. Pareciera ser que el
legislador se limita a describir que recepta ambas formas de resarcimiento: por
equivalente o in natura.
Sin embargo, luego, la norma otorga facultad a la víctima para que pueda optar
por el reintegro específico. Esto podría conducir a la idea que el legislador
dispuso como regla la reparación por equivalente, salvo que la víctima opte por
la reparación en especie. Creemos que –del mismo modo que el sistema
anterior- la reparación en dinero no constituye la regla, ni la especifica la
excepción. Ambas están en el mismo plano, dentro del abanico de posibilidades
que tiene el damnificado en cuanto hace a la forma de reparación.
En este sentido, una innovación introducida por la norma tiene que ver con la
opción ejercida por la víctima (en especie), de la que venimos hablando. La
norma dice que la reparación en especie es procedente “excepto que sea
parcial o totalmente imposible, excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso
se debe fijar en dinero”17. Acoge aquí la norma lo que sostenían Pizarro y
Vallespinos (2014), quienes señalan que, en algunos supuestos, no procede la
reparación en especie, ante la excesiva onerosidad de la misma que importe un
ejercicio abusivo del derecho por parte del acreedor a la reparación, con
facultades para que sea procedente con la reducción de equidad.
17
reparación en dinero. Lo problemático es a cargo de quién está la publicación;
la norma soluciona el problema imponiendo la misma a cargo del responsable.
18
equivalente de similar calidad. Si bien es opinable, la reparación del
bien deteriorado por el dañador es una modalidad de dicha especie.
20 El daño directo e indirecto puede ser visto desde dos aserciones. La primera tiene que ver con
los daños patrimoniales padecidos directamente en el patrimonio de la víctima; el indirecto es
aquel que afecta bienes jurídicos extra patrimoniales vinculados con el derecho a la personalidad
(art. 1740). Ambos daños (directo e indirecto) pueden generar daños patrimoniales o
extrapatrimoniales. En su segunda aserción, los daños directos son los que sufre la víctima del
ilícito, y los indirectos, los que reclama una persona distinta de la víctima por derecho propio
derivado de aquel (por ejemplo, la viuda que reclama el daño moral causado por la muerte del
esposo o conviviente). El art. 1739 del CCC reconoce la existencia del daño directo e indirecto.
19
iv. Reparación en especie y daño ambiental: esta forma de reparación
tiene gran relevancia en materia de daño ambiental, ya que permite
intentar restablecer la situación anterior, conculcada por el ilícito, lo
cual es compatible con los principios que determinan el
desmantelamiento de sus efectos y los principios ambientales (art.
41 de la CN, ley 25675). Ejemplo de este modo de reparación del
daño ambiental son el saneamiento de un río contaminado, la
recolección de residuos en baldíos, la reforestación en zonas
incendiadas, etc.21
20
Los métodos de reparación por equivalente no pecuniario son variados. Uno de
ellos es la retractación, que se configura cuando el ofensor se desdice
públicamente, admitiendo lo injustificado de su ataque; otro es la rectificación
de errores o falsedades difundidas en los medios de comunicación; la tercera
posibilidad es la publicación de la sentencia condenatoria al ofensor. Esta forma
de reparación se encuentra avalada por la mayoría de los Tribunales
Internacionales22, llegándose incluso –en algunos casos- a la condena de
publicar la sentencia de desagravio en internet23.
Al respecto, dice el CCC: “En el caso de daños derivados de la lesión del honor,
la intimidad o la identidad personal, el juez puede, a pedido de parte, ordenar
la publicación de la sentencia, o de sus partes pertinentes, a costa del
responsable”26.
22 Corte IDH, Atala Riffo y Ninas c. Chile, sentencia de fondo, reparaciones y costas, 24/02/2012.
23 Corte IDH, Caso de las Hermanas Serrano Cruz c. El Salvador, sentencia de 1 de marzo de
2005, parágrafo 194. A igual solución se arribó en el Caso Masacre Plan de Sanchez, sentencia
de 19 de noviembre de 2004. Parágrafo 100, y en Caso Myrna Mack Chang, sentencia de 25 de
noviembre de 2003, parágrafo. 278.
24 Corte IDH, Caso Apitz Barbera y otros c. Venezuela, sentencia de 5 de agosto de 2008,
parágrafo 249. Caso Molina Theissen, op. cit., parágrafo 86; entre otros.
25 Debe tenerse en cuenta que la satisfacción del ofendido en supuestos de ataques a los
Argentina.
21
9.3. Modos de reparar el daño. La
indemnización dineraria del daño
patrimonial
La naturaleza jurídica de la misma es de obligación de valor (art. 772 del CCC) 27.
Cuando se trata de daño patrimonial, el patrimonio del afectado debe ser
restablecido cuantitativamente al estado en que se encontraba antes del hecho
generador del daño. Esto se realiza mediante la entrega de una suma de dinero
idónea para restablecer (con razonabilidad económica y jurídica) el equilibrio
entre el estado en que se hallaba la víctima antes del menoscabo y
posteriormente. En caso que se trate de daño moral, la función que esta
indemnización tendrá será netamente satisfactiva.
27Reza el art. 772: “Cuantificación de un valor. Si la deuda consiste en cierto valor, el monto
resultante debe referirse al valor real al momento que corresponda tomar en cuenta para la
evaluación de la deuda. Puede ser expresada en una moneda sin curso legal que sea usada
habitualmente en el tráfico. Una vez que el valor es cuantificado en dinero se aplican las
disposiciones de esta Sección”. Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
22
coincide con el valor del bien en plaza o mercado, en el caso
concreto podría aumentarse el mismo en función del valor
subjetivo. Excepcionalmente, la ley sólo toma en cuenta el valor
objetivo, como ocurre en la expropiación.
23
humana. Determinación del perjuicio. Liquidación del
lucro cesante futuro en ambos casos. Distintos criterios
doctrinarios y jurisprudenciales (utilización de fórmulas
matemáticas, los baremos, factores de corrección y
otras pautas valorativas). Criterios del Tribunal Superior
de Justicia de la Provincia de Córdoba y de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación
En este punto analizaremos la función resarcitoria en relación a los daños a las
personas. Antes habíamos dicho que la primera parte del artículo 1738 del CCC
regula la indemnización, estableciendo que, en los daños patrimoniales,
comprende: i) la pérdida o disminución del patrimonio de la víctima, es decir, el
daño emergente, ii) regula el lucro cesante, entendido como una merma en el
beneficio económico esperado, de acuerdo a la probabilidad objetiva de su
obtención y iii) también regula la pérdida de chances, con ampliación en el art.
1739 (segunda parte), donde se establece que la pérdida de chance es
indemnizable en la medida en que su contingencia sea razonable y guarde una
adecuada relación de causalidad con el hecho generador.
Finalmente, establecimos que el art. 1738 del CCC contiene una especial
mención a las consecuencias de la violación de los derechos personalísimos de
la víctima, de su integridad personal, su salud psicofísica, sus afecciones
espirituales legítimas y las que resultan de la interferencia en su proyecto de
vida. Estos daños a la persona no constituyen una tercera categoría, sino que,
ante la lesión de un derecho personalísimo (como el honor) puede derivar en
daño patrimonial o no patrimonial, según sea el caso.
24
En ambos casos, el Código otorga pautas que permiten apreciar su existencia
(valoración), para luego establecer su monto (cuantificación). Recordemos aquí
que la valoración y cuantificación del daño son dos operaciones diferentes que
deben hacer jueces y abogados. La valoración del daño implica constatar su
existencia y entidad cualitativa (aestimatio). Se constata la existencia en el
mundo de los hechos. Determinada la existencia, el segundo paso es la
cuantificación del daño (taxatio) que implica traducir y liquidar dicho perjuicio
en una indemnización.
25
a. los gastos necesarios para asistencia y posterior funeral de la
víctima. El derecho a repetirlos incumbe a quien los paga,
aunque sea en razón de una obligación legal;
26
indemnización procede aun cuando otra persona deba prestar alimentos al
damnificado.
27
económicas). Consecuentemente, el daño derivado de tal incapacidad gira
alrededor de los beneficios materiales que la persona –afectada en su plenitud
y capacidad- hubiera podido lograr de no haber padecido la lesión
incapacitante. Lo que se computa al indemnizarse la disminución sufrida por la
víctima es: a) el disvalioso desequilibrio espiritual que la invalidez supone (daño
moral); b) las erogaciones que demanda la incapacitación (daño emergente) y
c) las ganancias dejadas de percibir o afectación de las aptitudes productivas de
la persona (lucro cesante y pérdida de chance).
28
por el mismo capital que va así disminuyendo hasta agotarse (Curuchet, 2015,
pag. 10). En la provincia de Córdoba, el Tribunal Superior de Justicia –con la
ascendencia a los tribunales inferiores- utiliza la llamada fórmula “Marshall” en
alusión al fallo dictado en tal causa por la Sala Penal del TSJ de Cba., con fecha
22/03/8434. En otras provincias se utiliza la fórmula Vuoto35, en referencia a los
autos “Vuoto, Dalmero c/Telefunken Argentina SA” - CNTrab. - Sala III -
16/6/1978.
Éstas son dos praxis judiciales que en modo alguno implican agotar el abanico
de posibilidades para la cuantificación del daño a las personas. En rigor, la
prudencia y operatividad son las pautas que el Juez debe tener en cuenta para
brindar la debida tutela y protección de todos los aspectos del ser humano, no
sólo físicos o psíquicos, sino individuales, familiares, sociales y su capacidad
para gozar y proyectar.
daño material (lucro cesante) debe consistir, en principio, en una suma tal que, puesta a un
interés anual del 6%, permita un retiro periódico y se amortice en el lapso de tiempo estimado
como de vida útil de la víctima, que se fija en los 65 años, coincidente con la edad jubilatoria.
36 Definido por Pizarro y Vallesponinos como “toda modificación disvaliosa del espíritu, en el
como equivalente al usualmente denominado daño moral, por oposición al patrimonial. En lo que
sigue la norma sólo alude a la legitimación y no menciona los aspectos conceptuales del daño
moral, cuestión que queda librada al aporte doctrinario y jurisprudencial
29
Dice Galdós (2015) que las satisfacciones sustitutivas y compensatorias a las
que se refiere la norma aluden al denominado “precio del consuelo” que
procura "la mitigación del dolor de la víctima a través de bienes deleitables que
conjugan la tristeza, la desazón o las penurias" (2015A, goo.gl/KzJmQ8 ); se
trata "de proporcionarle a la víctima recursos aptos para menguar el
detrimento causado" (ibídem), o permitirle "acceder a gratificaciones viables"
(ibídem), confortando el padecimiento con bienes idóneos para consolarlo, o
sea para proporcionarle alegría, gozo, alivio, descanso de la pena. En un
conocido precedente dijo la Corte Suprema:
Prosigue la Corte:
38 CSJN, -04-12 2011- “Baeza, Silvia Ofelia c. Provincia de Buenos Aires y otros” RCyS2011-VIII,
176.
39 CSJN, -04-12 2011- “Baeza, Silvia Ofelia c. Provincia de Buenos Aires y otros” RCyS2011-VIII,
176.
30
para restaurar las repercusiones que minoran la esfera no
patrimonial de la persona (comprar electrodomésticos, viajar,
pasear, distraerse, escuchar música, etc). Este criterio había
tenido amplia aceptación en la jurisprudencia. (2015A,
goo.gl/KzJmQ8 ).
El Código Civil derogado definía a la cláusula penal como “aquella en que una
persona, para asegurar el cumplimiento de una obligación, se sujete a una pena
o multa en caso de retardar o de no ejecutar la obligación”41.
El concepto de la cláusula penal está en el art. 790 del CCC. Dice la norma:
“Concepto. La cláusula penal es aquella por la cual una persona, para asegurar
40 TSJ de Cba. Ad-Hoc Sentencia N°41, 28/04/99, autos: "Gavier Tagle Carlos c/ Roberto
Loustau Bidaut y otros -Ordinario"
41 Art. 652 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26994. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
31
el cumplimiento de una obligación, se sujeta a una pena o multa en caso de
retardar o de no ejecutar la obligación”42.
Esta norma es casi una reproducción del art. 652 del Código Civil derogado, en
la que siguen receptándose las dos especies de cláusula penal: moratoria y
compensatoria. No obstante esa similitud, sólo se advierte un modificación de
tipo gramatical al reemplazar “aquella en que una persona” (ver art. 652
derogado) por “aquella por la cual una persona”.
a. Voluntaria.
b. Accesoria.
c. Condicional.
d. Preventiva.
e. Subsidiaria.
f. Definitiva.
g. Relativamente inmutable.
h. De interpretación restrictiva.
42 Art. 790 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
43 Ver Pizarro & Vallespinos, 2014, p. 245 y ss.
32
10. Función resarcitoria
del derecho de daños.
Función preventiva y
sancionatoria del
derecho de daños
10.1. Limitaciones al principio de la
reparación plena del daño
33
mismo tiene que ser solvente y realizar un pago con perspectivas temporales
razonables. De allí que a veces se intente incentivar el seguro, sobre todo
respecto del uso de cosas cuya dañosidad sea alta, actividades peligrosas, etc.
Los fondos de garantía son otra forma de colectivización de riesgo que puede
ser válidamente utilizado.
Esto no quiere decir que siempre sea favorable utilizar estas técnicas. El exceso
de reparto del daño puede desalentar políticas preventivas, ya que el
eventual daño lo repararía toda la sociedad o un grupo de ésta.
34
patrimonial como moral, que derive de incapacidad o muerte del
trabajador producida durante su prestación de servicio laboral.
Esta norma, en cuanto limita el resarcimiento, fue declarada
inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en
el precedente Aquino.
35
limitaciones establecidas en materia de costas (art. 730, último párrafo,
del CCC)45.
45 Dice el último párrafo de la norma citada: “Si el incumplimiento de la obligación, cualquiera sea
su fuente, deriva en litigio judicial o arbitral, la responsabilidad por el pago de las costas, incluidos
los honorarios profesionales, de todo tipo, allí devengados y correspondientes a la primera o
única instancia, no debe exceder del veinticinco por ciento del monto de la sentencia, laudo,
transacción o instrumento que ponga fin al diferendo. Si las regulaciones de honorarios
practicadas conforme a las leyes arancelarias o usos locales, correspondientes a todas las
profesiones y especialidades, superan dicho porcentaje, el juez debe proceder a prorratear los
montos entre los beneficiarios. Para el cómputo del porcentaje indicado, no se debe tener en
cuenta el monto de los honorarios de los profesionales que han representado, patrocinado o
asistido a la parte condenada en costas”. Art. 730 – Código Civil y Comercial de la Nación.
Honorable Congreso de la Nación Argentina.
36
desempeñe profesionalmente (art. 1038). También se prevén supuestos en los
que el gestor es responsable frente al dueño del negocio aun cuando el daño
resulte por caso fortuito (art. 1787).
Derecho comparado
37
cuando se condene su reparación –económica- el daño causado es inestimable
y difícilmente puedan volverse las cosas al estado anterior.
Antes del dictado del nuevo Código Civil y Comercial, es decir, mientras se
encontraba en vigencia el Código Civil, se sostenía la existencia de diversas
formas de prevención: una de forma general que opera de modo indirecto, por
disuasión, y que se plasma como una amenaza efectiva ante la consecuencia
jurídica que la norma establece frente a un resultado dañoso, y otra, más
específica, que funciona en un marco acotado de actividades peligrosas o
riesgosas. En concreto, la ley debe imponer ciertos deberes especiales a
quienes pueden controlar los riesgos por ellos desplegados, utilización de
medidas de seguridad, etc.
Pero así como valoramos la idea de prevenir, la cuestión debe ser analizada con
mucho cuidado, ya que una excesiva tutela preventiva puede avanzar sobre los
derechos del potencial dañador (a trabajar, etc.) o inclusive paralizar la
economía. Por otro lado, se debe realizar un análisis económico del derecho 46:
en qué casos conviene y hasta qué limite prevenir. Por último, debemos prestar
especial atención en qué supuestos la prevención del daño debe ser más fuerte
que en otros, o si debería ser igual en todos los casos. Muchos son los factores
que se deben tener en cuenta para resolver adecuadamente esta cuestión.
46 El análisis económico del derecho se ha desarrollado en dos áreas: i) el estudio del derecho
aplicando el instrumental metodológico de la teoría económica, y ii) el estudio de la relación entre
los fenómenos económicos y el sistema jurídico. En relación al derecho de daños, Acciarri
sostiene: “los daños que se producen en una sociedad no abarcan sólo un problema distributivo
privado (que el dañador deba transferir o no una cantidad de dinero, en concepto de
compensación, a la víctima), sino que también inciden en la riqueza total de la comunidad” (2015,
25). Sobre la evolución de esta teoría, ver Posner, 1992; Acciarri, 2009; Acciari, 2015.
38
a) El art. 43 de la CN, que reconoce la acción expedita y rápida de amparo.
b) El art. 1071 del CC, que veda el ejercicio abusivo del derecho.
c) El art. 1071 bis del CC, que otorga tutela jurídica a la intimidad.
f) El art. 1628 del CC, que dispone las condiciones para el cese de
molestias ocasionadas por humo, calor, olores, luminosidad, ruido,
vibraciones o daños similares.
g) Los arts. 3157 y 3158 del CC, que le reconocen al acreedor hipotecario
su derecho a asegurar el crédito por medio de medidas cautelares.
39
Como habíamos puesto de manifiesto en el encabezamiento de esta lectura, en
la doctrina nacional y extranjera se debate cuáles son las funciones de la
responsabilidad civil. Decíamos que una importante corriente de opinión –ya
superada- entiende que la única admisible es la reparación; que, actualmente,
con distintos fundamentos, según sea el autor que consultemos, se acepta la
función preventiva y también se acepta doctrinariamente –aunque tal vez sea
la más resistida- la función punitiva.
Por ello, en la apertura del Libro Tercero, Título V "Otras fuentes de las
obligaciones", Capítulo I "Responsabilidad civil", se inicia la Sección 1º
"Disposiciones generales" con el art. 1708, que establece: "Funciones de la
responsabilidad. Las disposiciones de este Título son aplicables a la prevención
del daño, a su reparación"47.
40
b) adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias, las
medidas razonables para evitar que se produzca un daño, o
disminuir su magnitud; si tales medidas evitan o disminuyen la
magnitud de un daño del cual un tercero sería responsable, tiene
derecho a que éste le reembolse el valor de los gastos en que
incurrió, conforme a las reglas del enriquecimiento sin causa;
c) no agravar el daño, si ya se produjo.48
Argentina.
50 Art. 1712 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
51 Art. 1714 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
41
valoración de la previsibilidad de las consecuencias"52), en sentido congruente
con la directiva de ejercer los derechos de buena fe establecido en los arts. 9,
10 y 11 del CCC (Galdos, 2012).
La doctrina (Galdos, 2012) nos hace notar que esta idea de prevención también
se encuentra en otros supuestos, así por ejemplo los consumidores pueden
pedir el cese de la publicidad ilícita, la publicación de anuncios rectificatorios y
de la sentencia condenatoria (art. 1102)54. Igualmente, en la protección de la
persona humana (art. 51)55 y en la protección por las afectaciones a la dignidad
(art. 52)56, se acentúa la tutela de prevención (que se suma a la de reparación),
legitimados pueden solicitar al juez: la cesación de la publicidad ilícita, la publicación, a cargo del
demandado, de anuncios rectificatorios y, en su caso, de la sentencia condenatoria”. Código Civil
y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
55 Reza el art. 51: “Inviolabilidad de la persona humana. La persona humana es inviolable y en
personal o familiar, honra o reputación, imagen o identidad, o que de cualquier modo resulte
menoscabada en su dignidad personal, puede reclamar la prevención y reparación de los daños
sufridos, conforme a lo dispuesto en el Libro Tercero, Título V, Capítulo 1”. Código Civil y
Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
42
porque, si se afecta la intimidad personal o familiar, la honra o reputación,
imagen o identidad, o resultare menoscabo de la dignidad personal (arts. 52 y
1770), se aplican las disposiciones de los arts. 1708, 1710, 1711, 1172, 1173 y
concs.
Se incorpora una norma que establece la legitimación a quien tiene "un interés
razonable"57 (art. 1712); no abarca a todos los damnificados indirectos, sólo a
los directos (sea que sufrieron o pueden sufrir un daño), respecto de los cuales
se presume el interés para deducir la pretensión de prevención. Para los
damnificados indirectos, únicamente si demuestran, aun sumariamente, su
interés.
43
nuestro juicio admisible una acción preventiva contra una
conducta lícita por la mera posibilidad de que pueda ser
generadora de un daño. (2015, p. 1).
Ello, aun cuando ese eventual daño puede configurar una violación al deber
general de no dañar (neminem lædere). Reflexiona el autor que es la conducta
potencialmente dañosa y considerada en sí misma la que debe ser contraria a
una norma del ordenamiento jurídico. Una conducta potencialmente dañosa,
pero lícita no viabilizaría la acción preventiva. Conducir un automotor, por más
que pueda ser causa potencial de algún perjuicio, no justifica una acción
preventiva (Vázquez Ferreyra, 2015). Se advierte en ese punto lo problemático
que podría resultar la admisión de la pretensión ante un acto lícito. La teoría
del análisis económico del derecho y el principio de razonabilidad (juicio de
proporcionalidad) podrían resultar herramientas útiles para solucionar los
posibles conflictos.
58Recordemos que esta regla técnica de sentenciar implica la exacta correspondencia que debe
existir entre lo pretendido por el actor, lo resistido por el demandado y lo fallado por el juez.
44
La medida y razonabilidad de la extensión del mandato debe resultar de un
juicio de ponderación y la fórmula de peso (Alexi 2010), atendiendo a la menor
restricción posible del derecho limitado y a la idoneidad de la restricción con
relación a la obtención de la eficacia del resultado. Galdós (2012) la explica
aludiendo al juicio de comparación entre la entidad y atendibilidad de los
derechos en pugna, debiendo prevalecer los extrapatrimoniales por sobre los
patrimoniales, los derechos de incidencia colectiva sobre los derechos
individuales, según la naturaleza de los intereses en conflicto, y predominar la
tutela de la persona por sobre el patrimonio.
45
de hacer o no hacer para evitar daños irreversibles. Para garantizar el pago de
posibles daños que la medida puede generar, se exige contracautela.
individuales, los individuales homogéneos y los colectivos, pero –como dijimos en las unidades
precedentes al tratar este punto- el Poder Ejecutivo eliminó los derechos de incidencia colectiva
que recaen sobre bienes individuales homogéneos, y la regulación de los derechos colectivos, la
del proceso colectivo y las acciones de clase (Sección 5º del Título V, Capítulo 1, del Libro
Tercero).
61 “Límites al ejercicio de los derechos individuales sobre los bienes. El ejercicio de los derechos
individuales sobre los bienes mencionados en las Secciones 1ª y 2ª debe ser compatible con los
derechos de incidencia colectiva. Debe conformarse a las normas del derecho administrativo
nacional y local dictadas en el interés público y no debe afectar el funcionamiento ni la
sustentabilidad de los ecosistemas de la flora, la fauna, la biodiversidad, el agua, los valores
culturales, el paisaje, entre otros, según los criterios previstos en la ley especial”. Art. 240 –
Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
62 “Concepto de daño. Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no reprobado por el
ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de incidencia
colectiva”. Art. 1737 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
46
En efecto, la redacción original del Anteproyecto incluye una sección sobre los
daños a los derechos de incidencia colectiva que ha sido suprimida por el Poder
Ejecutivo Nacional y que se halla redactada en los siguientes términos:
Sección 5ª
Daños a los derechos de incidencia colectiva
ARTÍCULO 1745.- Daño a los derechos de incidencia colectiva.
Cuando existe lesión a un derecho de incidencia colectiva y la
pretensión recae sobre el aspecto colectivo, corresponde
prioritariamente la reposición al estado anterior al hecho
generador. Si ello es total o parcialmente imposible, o resulta
insuficiente, procede una indemnización. Si ella se fija en dinero,
tiene el destino que le asigna el juez por resolución fundada.
Están legitimados para accionar:
a) el afectado individual o agrupado que demuestra un interés
relevante;
b) el Defensor del Pueblo de la Nación, de las provincias y de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, según corresponda;
c) las organizaciones no gubernamentales de defensa de
intereses colectivos, en los términos del artículo 43 de la
Constitución Nacional;
d) el Estado nacional, los Estados provinciales, la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, y los Estados municipales;
e) el Ministerio Público Fiscal y de la Defensa.
47
a) la experiencia, antecedentes y solvencia económica del
legitimado para la protección de este tipo de intereses;
b) la coincidencia entre los intereses de los miembros del
grupo, categoría o clase y el objeto de la demanda.
Para la admisibilidad de los procesos en los que se reclama la
reparación de daños a derechos individuales homogéneos es
requisito necesario que el enjuiciamiento concentrado del
conflicto constituya una vía más eficiente y funcional que el
trámite individual, para lo cual el juez debe tener en
consideración aspectos tales como el predominio de las
cuestiones comunes sobre las particulares o la imposibilidad o
grave dificultad de constituir un litisconsorcio entre los
afectados.
Lo expuesto impone que nos preguntemos: ¿qué solución aporta el CCC ante
un daño colectivo?
…la presente causa tendrá por objeto exclusivo la tutela del bien
colectivo. En tal sentido, tiene una prioridad absoluta la
prevención del daño futuro, ya que —según se alega—en el
presente se trata de actos continuados que seguirán
produciendo contaminación. En segundo lugar, debe perseguirse
la recomposición de la polución ambiental ya causada conforme
48
a los mecanismos que la ley prevé, y finalmente, para el
supuesto de daños irreversibles, se tratará del resarcimiento.63
Por otro lado, en los fundamentos del nuevo Código se dice que:
49
difusión de información lesiva para los derechos personalísimos de un grupo o
sujeto individual.
Se advierte entonces una posible tensión con el art. 1711 del CCC, en la medida
que –en un análisis primario- permitiría la censura previa como consecuencia
del ejercicio de las acciones preventivas.
64 Caso "Fontevecchia y D'Amico" resuelto con motivo de la sentencia dictada por nuestra Corte
Suprema en el caso "Menem c/ Editorial Perfil" (Fallos C.S. 324:2895 del 25 de septiembre de
2001). La Corte Interamericana se remitió a los fundamentos que expuso en la Opinión
Consultiva 5/85 y en las sentencias dictadas en los casos "Herrera Ulloa c/ Costa Rica" y "Tristán
Donoso c/ Panamá".
65 CSJN en autos Rodríguez, María Belén c/ Google Inc. s/ daños y perjuicios 28.10.14.
66 Fallos: 324:975.
50
los medios de comunicación masiva del nombre de un menor que, en un juicio
civil en trámite, reclamaba el reconocimiento de la filiación de su presunto
padre. Dicha medida se fundó en la protección judicial del interés superior del
menor, en tanto la difusión masiva de su nombre podía causar, por su
vulnerabilidad y conforme al curso ordinario de los hechos, un daño en su
desenvolvimiento psicológico y social. Es decir, se tuvo en cuenta, para
justificar la medida de tutela preventiva, que se trataba de un juicio filiatorio –
de derecho de familia y de carácter reservado- en el que estaban en juego los
derechos personalísimos de un menor y que éste contaba con menos
herramientas que el adulto para sobreponerse a la afectación que a su
intimidad se causara, lo que obligaba a reflexionar con especial cuidado acerca
de la eficacia de reparaciones ulteriores. A su vez, la medida se ciñó
estrictamente a lo que resultaba indispensable (prohibición de divulgar el
nombre del menor) para evitar así una injustificada restricción de la libertad de
prensa. Lo mismo ocurre con la prevención y la libertad de expresión que
comprende el derecho a transmitir ideas, hechos y opiniones difundidos a
través de internet cuando resulte violatorio de la intimidad, el honor67. Pero la
censura admitida judicialmente no se limitó a impedir la difusión del nombre de
ciertas personas involucradas en hechos de interés institucional o de relevante
interés público. Así, la Corte confirmó la validez de una norma que prohibía la
publicación de ideas expuestas en apoyo de una agrupación política68.
Nociones introductorias
67CSJN en autos Rodríguez, María Belén c/ Google Inc. s/ daños y perjuicios 28.10.14.
68 Fallos CS 240:223.
51
propio damnificado. La pena privada tiene existencia cuando, por disposición
expresa de una ley o por voluntad de las partes, se sancionan ciertos
comportamientos graves mediante la imposición al responsable de un monto
pecuniario a favor del afectado o al estado u otro tercero. Estas penas privadas
no acuden a los principios, normas y garantías del derecho penal.
La pena privada tiene gran vinculación con la idea de prevención, pero también
con la idea de punición y pleno desmantelamiento de los efectos de los ilícitos.
Dada la gravedad de estos últimos, requiere más que la indemnización de los
perjuicios causados. Esto se demuestra con claridad en diversos supuestos de
daños individuales o colectivos con evidente menosprecio a los intereses ajenos
o en los cuales se intenta conseguir un lucro remanente, incluso luego de pagar
las indemnizaciones civiles correspondientes.
52
Sintetizando, un sistema adecuado de penas privadas tiene las siguientes
funciones:
Las tres funciones del derecho de daños fueron limitadas a dos, tal como
pudimos ver en la Unidad 9. Allí decíamos que la nueva norma describe
claramente que las funciones de la responsabilidad civil son la prevención y el
resarcimiento. Esto nos lleva a preguntarnos qué sucedió con la función
punitiva.
53
En efecto, el Congreso de la Nación eliminó del Proyecto la figura de la sanción
pecuniaria disuasiva al modificar el texto del art. 170869, suprimir el anterior art.
1714 y proceder a mantener en lo esencial el texto del art. 1715 originario
(referido a la punición excesiva), transformándolo en los actuales arts. 1714 y
1715.
69 La redacción original del Proyecto de Código Civil y Comercial 2012 en el artículo 1708
funciones de la responsabilidad civil establecía: “Las disposiciones de este título son aplicables a
la prevención del daño, a su reparación, y a los supuestos en que sea admisible la sanción
pecuniaria disuasiva”. Proyecto de Código Civil y Comercial. Poder Ejecutivo Nacional.
70 “Sanciones conminatorias. Los jueces pueden imponer en beneficio del titular del derecho,
54
10.3.3. Aspectos que regulan los arts. 1714 y 1715 del
Código Civil y Comercial
Conforme la supresión de la sanción pecuniaria disuasiva, el articulado del
Código Civil y Comercial quedó de la siguiente manera:
72 Art. 1714 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
73 Art. 1715 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
74 Comisión bicameral para la reforma, actualización y unificación de los códigos Civil y
55
existe una confusión entre las atribuciones de los jueces para aplicar las
sanciones punitivas y las atribuciones de la autoridad administrativa.
También para explicar los motivos por los cuales se mantuvieron los arts. 1714
y 1715, referidos a la punición excesiva, dice la Comisión Bicameral
56
10.3.4. Los daños punitivos de la Ley de Defensa del
Consumidor
Los denominados daños punitivos. Nociones
En nuestro país tenemos una sola experiencia respecto de los daños punitivos
y está contemplada en el art. 52 bis de ley 24240 (ley 26361 B.O. 07.04.2008),
que reza:
57
damnificado, el juez podrá aplicar una multa civil a favor
del consumidor, la que se graduará en función de la gravedad del
hecho y demás circunstancias del caso, independientemente
de otras indemnizaciones que correspondan. Cuando más de
un proveedor sea responsable del incumplimiento
responderán todos solidariamente ante el consumidor, sin
perjuicio de las acciones de regreso que les correspondan. La
multa civil que se imponga no podrá superar el máximo de la
sanción de multa prevista en el art. 47, inc. b de esta ley.77
Por otro lado, se sostiene que debe existir un daño para la aplicación de los
daños punitivos. Esta interpretación surge de la palabra “damnificado”
empleada por la norma, que supone la existencia de un “daño” para que se
erija el “acto ilícito punible”.
Respecto del monto de la multa, encontramos el art. 47, inc. “b” de la ley
26361, que pareciera querer subsanar la situación al dejar establecido un
77 Art. 52 bis. Ley 24240 – Defensa del Consumidor. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
78 Art. 52 bis. Ley 24240 – Defensa del Consumidor. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
58
parámetro dentro del cual deben estar fijados los daños punitivos. Se predica la
inconstitucionalidad de la norma.
a) Cláusula penal. Tal como referimos antes, la cláusula penal tiene una
función punitoria que puede situar la pena en un valor superior al
perjuicio real. Ese plus tiene carácter sancionador.
59
La observancia de los mandatos judiciales impartidos a las
autoridades públicas se rige por las normas propias del derecho
administrativo.79
79 Art. 804 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
60
11. Hechos ilícitos.
Responsabilidad directa
y por el hecho de
terceros (por el hecho
propio y por el hecho
ajeno)
En esta tercera parte del programa abordaremos las novedades introducidas en
materia de daños y perjuicios en relación con las responsabilidades especiales.
Dentro de la unidad 11 encontramos la responsabilidad directa y la
responsabilidad civil por el hecho de terceros. En la unidad 12, la
responsabilidad por el hecho de las cosas y de ciertas actividades, que
constituyen el modulo básico de esta tercera parte del programa.
1. responsabilidad directa;
4. responsabilidades especiales.
Así, tenemos:
61
(art. 1753), la responsabilidad paterna por el hecho de los hijos (arts.
1754 a 1756) y la de otras personas encargadas –tutores, curadores y
establecimientos que tienen a su cargo personas internadas- (art. 1756).
En sustancia y más allá del nomen iuris, regula la hipótesis idéntica: cuando el
daño es producido por la acción directa del responsable. Es decir, quien
ejecuta la conducta dañosa coincide con quien debe responder. Con lo cual
las explicaciones aportadas por Pizarro y Vallespinos (2014) son plenamente
aplicables, con las modificaciones propias introducidas por las nuevas normas
que señalaremos a medida que avancemos.
80En esta unidad trabajaremos en base a lo expuesto por uno de los integrantes de la comisión
de responsabilidad civil del Anteproyecto: Sagarna, 2014.
62
11.1.1. Caracterización. La cuestión en materia
contractual y extracontractual. Efectos de la unificación
de regímenes conforme el Código Civil y Comercial
Continuando con lo expuesto, podemos decir que, a partir de esta noción de
responsabilidad directa se ha creado el paradigma sobre el cual se fue
construyendo a lo largo de los años el derecho de daños. Tal es así que el
axioma que predominó, hoy ya superado, era que no hay responsabilidad civil
sin culpa, y surgió en base a este tipo de responsabilidad por el hecho propio y
con basamento en la idea de culpa. Actualmente, como hemos visto a lo largo
de la materia, esto no es más así, ya que hemos contemplado diversos
supuestos en los cuales el sindicado como responsable está obligado a
responder aun sin culpa. Es más, como hemos visto, ante la responsabilidad
con factor objetivo de atribución, no es sólo una “responsabilidad sin culpa”,
sino que existe un fundamento axiológico de carácter objetivo que justifica su
responder abstraído de la culpa. En estos casos, no nos interesa siquiera
indagar sobre la existencia de la culpa, en virtud del factor objetivo de
atribución que entra en acción.
En esta norma transcripta se engloba a los derogados arts. 1109 y 1074 del
Código Civil, que prevén la responsabilidad civil extracontractual por culpa o
negligencia en la acción y omisión, respectivamente, y a los arts. 519 y
siguientes, que enmarcan la responsabilidad civil contractual (Sagarna, 2014).
Siguiendo la línea establecida, el nuevo CCC unifica –tal como pudimos ver en
las unidades anteriores- casi todas las consecuencias de ambos regímenes de
responsabilidad civil. En este sentido, se puede ver en los fundamentos del
Anteproyecto: "En este tema [refiriéndose a la responsabilidad directa] se
comienza con una norma que precisa los conceptos en un sistema de
responsabilidad civil que comprende tanto el ámbito contractual como
extracontractual" (Lorenzetti, Highton de Nolasco & Kemelmajer de Carlucci,
2012, http://goo.gl/K8bpzE ). Esto es propio del fenómeno de la unidad de
sistema o unificación de sistemas de responsabilidad civil (unidad 2).
81 Art. 804 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
63
El art. 1749 del CCC se basa en el principio general de la "teoría del responder",
por el que se establece que toda persona es responsable de sus actos, sea por
actividad positiva o negativa.
Nos enseña Sagarna que el art. 1749 del CCC encierra el “deber de responder”,
así surja de un vínculo jurídico preexistente entre las partes o de la inexistencia
de una relación anterior entre los intervinientes –dañoso y dañado-, fundado
en el principio rector alterum non laedere contenido ahora expresamente en el
art. 1716, el que prevé que la violación de dicho deber de no dañar a otro y el
incumplimiento obligacional provocan el deber de reparar el perjuicio causado.
(2014).
82 Art. 1717 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
83 “Capacidad de derecho. Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de derechos
y deberes jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples
actos, o actos jurídicos determinados”. Art. 22 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina.
84 Art. 1719 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
64
Es decir que quien incumple una obligación preestablecida (responsabilidad
contractual) u ocasiona un daño sin que exista prestación o vínculo anterior
(responsabilidad extracontractual) es responsable directo del perjuicio
ocasionado, sin perjuicio –claro está- que la víctima pueda encontrar como
legitimado pasivo a un responsable por el hecho de otro, supuesto que podrá
convivir plenamente con la responsabilidad directa (Sagarna, 2014). Esto nos
lleva a tratar el supuesto de la pluralidad de responsables.
85 Art. 1751 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
65
En este sentido, el art. 1773 del CCC prevé, como el derogado art. 1122 del CC,
que el legitimado tiene derecho a interponer su acción, conjunta o
separadamente, contra el responsable directo y el indirecto; en fin, el actor
podrá optar por demandar a uno o a otro o a ambos, aunque deberá probar la
responsabilidad del agente dañoso responsable directo para que se desprenda
la responsabilidad del indirecto.
En el actual Código, si el daño fue causado por varios sujetos, se aplicarán las
normas de las obligaciones solidarias (arts. 827 a 843 del CCC) o concurrentes
(arts. 850 a 852 del CCC –se les asigna subsidiariamente la aplicación a éstas de
las normas de las obligaciones solidarias por reenvío del art. 852 citado-), según
sea el caso. Las acciones de repetición o recurso están previstas en los arts. 840
y 851, inc. “h”. Es de suma importancia la incorporación de la clasificación de
obligaciones concurrentes en las obligaciones de sujeto plural, siendo
"obligaciones concurrentes" aquellas en las que "varios deudores deben el
mismo objeto en razón de causas diferentes"86, constituyendo "obligaciones
solidarias"87 las que están fundadas en una causa única. (Sagarna, 2014).
66
intervención conjunta. En esta hipótesis, se sabe quiénes fueron los autores y
todos produjeron el daño (Sagarna 2014).
Esta figura es novedosa por cuanto en el 1081 del CC derogado se aludía a los
autores, consejeros o cómplices, pero no al encubridor como figura autónoma.
Aquí, el Código, siguiendo el modelo de los Proyectos de reforma de 1993 y
1998, responsabiliza al encubridor en tanto su cooperación en el hecho causó el
daño, siendo responsable en esa medida (art. 1752 del CCC).
Parece ser que la norma toma los conceptos del derecho penal, para el cual el
cómplice se diferencia del encubridor en que el primero actúa por una promesa
anterior al delito89. De esa manera, conoce el hecho que se está por realizar y, si
bien su cooperación pude ser menor, debe equiparárselo al autor.
El encubridor también coopera, pero lo hace sin promesa anterior al hecho, por
lo que no responde como autor –como sí lo hace el cómplice- sino que
responde en cuanto su cooperación ha causado daño.
88Art. 1752 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
89“Los que cooperen de cualquier otro modo a la ejecución del hecho y los que presten una
ayuda posterior cumpliendo promesas anteriores al mismo”. Art. 46 – Código Penal de la Nación.
Honorable Congreso de la Nación Argentina.
67
El art. 260 del CCC determina que el acto voluntario es aquel ejecutado con
discernimiento, intención y libertad, aunque, según el art. 261 del CCC, es
involuntario: 1) el acto de quien, al momento de realizarlo, se encontraba
privado de razón por falta de discernimiento (arts. 921 y 1076 del CC); 2) el acto
ilícito de la persona menor de edad que no ha cumplido 10 años (arts. 921 y
1076 del CC); y 3) el acto lícito de la persona menor de edad que no ha
cumplido 13 años (bajándose así un año la edad para la comprensión de los
actos lícitos, siendo la anterior de 14 años, según el art. 921 del CC –menores
impúberes del art. 127-).
En el art. 1750 del CCC se determina que el agente dañoso responda por
equidad si el daño fue causado por un acto involuntario (conf. art. 260 del CCC)
y reenvía al art. 1742, que establece las características a tener en cuenta por el
juzgador para fijar la indemnización.
El art. 1750 del CCC, remite al art. 1742, que establece una fórmula similar a lo
preceptuado en el art. 907 del Código Civil derogado para los daños causados
por actos involuntarios, en el que se faculta al juez a disponer un resarcimiento
a favor del damnificado fundado en razones equidad, cuya indemnización debe
tener como base para su fijación el patrimonio del autor del hecho, la situación
personal de la víctima y las circunstancias del hecho, es decir que el juzgador
deberá balancear ambos patrimonios, el del agente dañoso y el del
damnificado, y, al sopesar ambos, si el del deudor del daño causado
involuntariamente lo amerita, podrá trasladar a la víctima una parte para cubrir
al menos parcialmente el perjuicio sufrido, cumpliendo así con la meta
equitativa de la norma de los arts. 1742 y 1750 del CCC.
90 Art. 1750 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
91 Art. 1742 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
68
cuenta la importancia del patrimonio del autor del hecho y la situación personal
del damnificado. Esta reparación puede o no ser plena e integral.
Debemos también señalar que el art. 1753, segundo párrafo del CCC, establece
que la falta de discernimiento del dependiente no excusa al principal. Esto es
relativamente novedoso, pues, por lo general, se exigía que debía existir
responsabilidad por parte del dependiente para que ésta se transmita al
principal.
Los aspectos relacionados con las fuentes de las obligaciones fueron tratados
en derecho privado de las obligaciones; sin embargo, queremos rescatar el
punto del enriquecimiento sin causa y el pago de lo indebido como fuente legal
y autónoma de las obligaciones, que, de manera diferenciada de la
responsabilidad civil, hace nacer una reparación patrimonial con los límites
impuestos por la norma (arts. 1794 a 1799). El enriquecimiento sin causa se
relación directamente con el deber de prevención del daño (art. 1710 del CCC)
y la asunción de riesgos (art. 1719 del CCC).
11.2.1. Caracterización
69
En la Sección 6ª "Responsabilidad por el hecho de terceros" (arts. 1753 a 1756
del CCC), se engloban las hipótesis de responsabilidad civil por el hecho de
otros por el actuar de subordinados, hijos, delegados en el ejercicio de la
responsabilidad parental, tutelados, curados y personas internadas.
subordinados;
hijos;
70
Ante la unificación de ambos regímenes de responsabilidad civil, el régimen
establecido se aplicará tanto a los supuestos de –por ejemplo- subordinados
que causen daños en el ámbito del cumplimiento de una obligación –los
terceros introducidos en la ejecución de la prestación obligacional- como a las
hipótesis de perjuicios originados fuera de todo vínculo jurídico preexistente
con el damnificado. Es decir, aun cuando en la práctica la responsabilidad del
dependiente puede derivar de una obligación preexistente o de un ilícito, el
régimen está unificado.
93 Art. 1753 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
71
Fundamento de la responsabilidad del principal
La norma trae una aclaración que estaba contenida en el derogado art. 43 del
CC, en cuanto el principal responderá ante el damnificado si el hecho dañoso
fue realizado "en ejercicio o con ocasión de las funciones encomendadas al
94 Art. 1753 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
72
subordinado"95. Este requisito no estaba incluido en el art. 1113, aunque la
mayoría de la doctrina y jurisprudencia lo entiende como englobado en la
misma. Es así que el principal responderá por los hechos dañosos de sus
subordinados en el ejercicio de sus funciones, como por aquellos perjuicios
provocados por ellos en ocasión de las mismas, es decir que si la función dio la
ocasión para la comisión del daño, el principal igualmente deberá responder.
Todo conforme a relación de causalidad adecuada prevista en el art. 1726 del
CCC.
95Art. 43 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26994. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
73
puede hacerlo sólo contra el principal, pero deberá demostrar la
responsabilidad civil del responsable directo para hacer responsable al
indirecto (Sagarna 2014).
Rol del art. 1753 con otras normas del Código Civil y Comercial de la Nación
74
Con el titulo “Actuación de Auxiliares. Principio de Equiparación”, el nuevo
Código incorpora en forma expresa el principio general de la responsabilidad
obligacional por el hecho ajeno, cuestión no tratada en el texto de Vélez e
incluida en todos los proyectos de reforma elaborados en el último cuarto de
siglo. El deber de responder aparece, por un lado, como consecuencia de la
inejecución –o ejecución defectuosa- de las obligaciones asumidas, o bien por
el perjuicio originado a otro durante el desarrollo de las prestaciones.
96 Art. 732 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
97 Art. 1754 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
75
por el incumplimiento de obligaciones contractuales
válidamente contraídas por sus hijos.98
Introducción. Denominación
La lectura de las normas permite colegir que el art. 1754 alude al “hecho de los
hijos”; en el art. 1755 se la denomina “responsabilidad paterna”. La
denominación es importante, nos dice Sagarna (2014), pues no debe
confundirse la expresión "responsabilidad parental" (que hasta el propio art.
1754 menciona en su texto y que abarca al conjunto de deberes y derechos de
los progenitores hacia sus hijos y es regulada especialmente en los arts. 638 y
siguientes del Título VII, del Libro Segundo "Relaciones de familia") con la
"responsabilidad paterna" por el hecho de sus hijos, es decir, por los hechos
dañosos que estos causen en sus actividades.
98 Art. 1755 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
99 Art. 1755 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
76
amplíe hasta sus 25 años de edad si la prosecución de estudios o preparación
profesional de un arte u oficio le impide proveerse de medios necesarios para
sostenerse independientemente, conf. art. 663 del CCC-; 3) que el menor se
encuentre bajo la "responsabilidad parental"; 4) que el menor habite con el
padre responsable, requiriéndose "convivencia" con los hijos (salvo el segundo
párrafo del art. 1755 (“Los padres no se liberan, aunque el hijo menor de edad
no conviva con ellos, si esta circunstancia deriva de una causa que les es
atribuible”100); 5) que entre el hecho del hijo y el daño a un tercero exista
relación de causalidad.
Pero la responsabilidad conjunta de los padres y del hijo causante del daño
resulta concurrente frente al damnificado (conf. art. 850 del CCC), ya que
aquéllos responden como progenitores por el hecho de su hijo –
responsabilidad indirecta, art. 1754- y el descendiente responde como tal –
responsabilidad directa, art. 1749-, es decir, la causa fuente del responder varía
en uno y otro caso (Sagarna, 2014).
77
11.2.7. Cesación de la responsabilidad paterna
Cesación de la responsabilidad paterna. La responsabilidad de
los padres es objetiva, y cesa si el hijo menor de edad es puesto
bajo la vigilancia de otra persona, transitoria o
permanentemente. No cesa en el supuesto previsto en el
artículo 643.101
Los padres no se liberan, aunque el hijo menor de edad no conviva con ellos, si
esta circunstancia deriva de una causa que les es atribuible.
Los padres no responden por los daños causados por sus hijos en tareas
inherentes al ejercicio de su profesión o de funciones subordinadas
encomendadas por terceros. Tampoco responden por el incumplimiento de
obligaciones contractuales válidamente contraídas por sus hijos.
78
delegaron la responsabilidad parental-, pero, en este supuesto, la
responsabilidad sí sería mixta, objetiva y subjetiva a la vez, pues el "delegado"
en la responsabilidad parental se podrá liberar demostrando cualquiera de las
eximentes de la responsabilidad objetiva –causas ajenas al evento- y también
con la acreditación de que le ha sido imposible evitar el daño, imposibilidad que
no resultará de la mera circunstancia de haber sucedido el hecho fuera de su
presencia (conf. art. 1756, 2º párr., CC). Debe señalarse que el art. 643 del CCC
prevé el supuesto de delegación del ejercicio de la responsabilidad parental en
el interés del hijo y por razones suficientemente justificadas (Sagarna, 2014).
Debemos recordar que existe una nueva figura normativa titulada "progenitor
afín" (art. 672102), quien responde como "delegado en el ejercicio de la
responsabilidad parental" y para ello deberán darse las condiciones prescriptas
en el art. 674103 del CCC. De tal modo, el "progenitor afín" responderá sólo en
caso de delegación en virtud del art. 674 del CCC y no podrá responder como
"progenitor" en función del art. 1754 del CCC, toda vez que esta norma regula
una responsabilidad específica por el hecho del hijo y hace a cargo de los daños
producidos por el descendiente a los padres, no a terceros que no lo son,
aunque a veces cumplan ese rol (Sagarna, 2014). El "progenitor afín" podrá
igualarse al progenitor si el ejercicio de la responsabilidad parental es conjunto,
conforme al art. 675104, pero siempre que se den los requisitos exigidos por esta
norma.
Cuando el art. 1754 del CCC exige habitación de los padres con los hijos para
que se mecanice la responsabilidad civil, no requiere –dice Sagarna (2012) - la
“convivencia puntual en el mismo hogar”. Por ejemplo, suceden en nuestra
sociedad, con menores que viven en otras ciudades u otros países por razones
de estudio o por trabajo, supuestos en los que continúan siendo responsables
los progenitores por los hechos dañosos de sus hijos, porque si no, bastaría con
102 “Progenitor afín. Se denomina progenitor afín al cónyuge o conviviente que vive con quien
tiene a su cargo el cuidado personal del niño o adolescente”. Art. 672 – Código Civil y Comercial
de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
103 “Delegación en el progenitor afín. El progenitor a cargo del hijo puede delegar a su cónyuge o
progenitor, el otro progenitor puede asumir dicho ejercicio conjuntamente con su cónyuge o
conviviente.
Este acuerdo entre el progenitor en ejercicio de la responsabilidad parental y su cónyuge o
conviviente debe ser homologado judicialmente. En caso de conflicto prima la opinión del
progenitor.
Este ejercicio se extingue con la ruptura del matrimonio o de la unión convivencial. También se
extingue con la recuperación de la capacidad plena del progenitor que no estaba en ejercicio de
la responsabilidad parental”. Art. 675 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina.
79
que el hijo menor de edad viviera en otro lugar, aunque no se trate de otra
ciudad, para que aquéllos no respondan.
La responsabilidad paterna desaparece por los daños causados por los hijos en
tareas inherentes al ejercicio de su profesión (si la ejercen antes de cumplir la
mayoría de edad a los 18 años, porque posteriormente a esa edad se extingue
esa responsabilidad) o de funciones subordinadas encomendadas por otros
(conf. art. 1755, 3er párrafo, 1ª parte, del CCC), siendo responsables, en este
último supuesto, estos terceros, en función de lo previsto en el art. 1753 del
CCC.
Acción de la victima
80
Rol del art. 1754 con otras normas del Código Civil y Comercial de la Nación
Las eximentes respecto al quiebre del ligamen causal son iguales, pero difieren
las otras excusas liberatorias en uno y otro supuesto.
81
acreditando la intervención total o parcial en el hecho de una causa ajena (arts.
1729, 1730 y 1731 del CCC).
El art. 1756, 3er párrafo, del CCC trae como novedad la responsabilidad civil de
los establecimientos que tienen personas internadas transitoria o
permanentemente, los que responden por la negligencia en el cuidado de las
mismas que ocasionaron daños por ese descuido. Entre esos establecimientos
se encuentran los centros de rehabilitación para cuidado de personas con
problemas de causación de daños a sí mismos o a terceros, etc. En todos estos
casos, en concordancia con el art. 1723, si de las circunstancias de la obligación
surge que el deudor se obligó a obtener un resultado, la responsabilidad de
aquel establecimiento con personas internadas a cargo será objetiva,
constituyendo liberación total o parcial de su responsabilidad la demostración
de una causa ajena al evento fáctico (arts. 1729, 1730 y 1731 del CCC).
82
12. Responsabilidad civil
derivada de la
intervención de cosas y
ciertas actividades
12.1. Responsabilidad por el hecho de
las cosas
Dos son los artículos que nos interesan en ese punto:
107 Art. 1757 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
108 Art. 1758 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
83
La primera norma establece dos supuestos de responsabilidad objetiva por la
intervención de cosas: las derivadas de su riesgo (la eventualidad de que llegue
a causar daño) y el vicio (defecto originario o derivado de la cosa).
12.1.1. Caracterización
Se han realizado diferentes formulaciones respecto de qué debe entenderse
por el hecho de la cosa. En opinión de Pizarro y Vallespinos (2008), para la
configuración del hecho de la cosa, es necesario que la misma haya intervenido
activamente en la producción del daño, escapando del control del guardián.
84
Veamos en detalle la distinción entre el hecho del hombre y el hecho de la
cosa.
Nos encontramos frente al hecho del hombre cuando un agente es autor del
hecho dañoso y no deja de ser tal aunque haya utilizado instrumentos
exteriores para el logro de sus fines, o cuando ha utilizado una cosa para causar
el daño, pero la misma fue un mero instrumento que obedeció pasivamente a
su voluntad. Normalmente, esta responsabilidad cae en el factor subjetivo de
atribución por culpa, regulado en el art. 1724 del CCC. Sin embargo, en algunos
casos se ha cuestionado esta última conclusión, admitiendo supuestos en los
cuales el hecho del hombre pasa a tener un factor objetivo de atribución,
como es en el caso de las actividades riesgosas que analizaremos más
adelante.
110 Para ampliar, consultar Pizarro & Vallespinos 2014; Galdos 2015.
85
En los supuestos de daños causados con las cosas, el dueño o
guardián, para eximirse de responsabilidad, deberá demostrar
que de su parte no hubo culpa; pero si el daño hubiere sido
causado por el riesgo o vicio de la cosa, sólo se eximirá total o
parcialmente de responsabilidad acreditando la culpa de la
víctima o de un tercero por quien no debe responder. Si la cosa
hubiese sido usada en contra de la voluntad expresa o presunta
del dueño o guardián, no será responsable.111
1. Daños causados por el hecho del hombre, sea que se cause con el
empleo de una cosa que actúa dócilmente en sus manos o sin ella (art.
1109 del CC).
2. Daños causados con las cosas (art. 1113, párr. 2, parte 1era del CC). Es el
supuesto de daño por el hecho de la cosa que actúa activamente
escapando del control del guardián. Sin embargo, estas cosas son
normalmente inofensivas. Ejemplos de esto encontramos en el
supuesto de la caída de un árbol por causas ordinarias, la humareda
excesiva del horno sobre casas vecinas, humedades en paredes por
causas evitables, etc.112
3. Daños causados por el riesgo o vicio de la cosa (art. 1113 del CC, párrafo
2do., parte 2da.). Esta categoría abarca los supuestos de daños
causados por hechos de la cosa que interviene activamente, pero que,
por su naturaleza, estado o modo de utilización, encierra riesgos a
terceros.
111 Art. 1113 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26994. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
112 Requiere: cosa no riesgosa ni potencialmente dañosa; intervención activa de una cosa al
causar el daño; que el daño no provenga del riesgo o vicio de la cosa o actividad desplegada;
relación de causalidad adecuada entre el hecho de la cosa y el daño; culpa en la conducta de los
responsables.
86
b) por su utilización o empleo, por su funcionamiento, por el estado en
que se encuentra, por la posición en que se localiza (por ejemplo, un
automóvil)113
a) Defecto de fabricación.
b) Defecto de diseño.
c) Defecto de información.
4. Daños causados por actividades riesgosas con o sin cosas (art. 1113 del
CC). De acuerdo con estos juristas, el artículo referido, rectamente
interpretado, permite incluir a las actividades riesgosas en la norma
citada. Consideran que una interpretación flexible de este artículo es
armónica al espíritu de la ley, que asienta su seno en la idea de riesgo
creado, más que en la cosa, el dueño y el guardián.
87
cambio, hay muchas discrepancias. La inclusión de la actividad riesgosa sin
ninguna precisión hace que cualquier actividad humana pueda ser considerada
tal, generalizando la responsabilidad de modo excesivo y sin precedentes en el
derecho comparado. Por estas razones, el texto contempla dos los supuestos
claramente señalados y limitados: i) el daño causado por el riesgo o vicio de las
cosas y ii) las actividades que sean riesgosas o peligrosas por su naturaleza, por
los medios empleados o por las circunstancias de su realización.
En efecto, el texto del art. 1757 del CCC reemplaza la segunda y tercera parte
del art. 1113 del Código de Vélez. Establece el riesgo creado y el vicio de las
cosas y actividades riesgosas o peligrosas que constituyen un factor objetivo de
atribución.
Se distingue entre riesgo y vicio. Pero se suprime –según enseña Galdós (2015)-
la responsabilidad por los daños causados con las cosas, fundada en la
presunción de culpa. Examinemos la cuestión.
La norma que regula el riesgo creado (por riesgo o vicio de la cosa) ratifica la
idea de prescindencia de culpa, pues el factor de atribución es objetivo.
Recuerde el alumno lo que analizamos en la unidad 7 respecto del factor
objetivo de atribución.
88
12.1.5. Daños causados con las cosas: a) legitimación
pasiva; b) fundamento; c) eximentes; d) prueba
Conforme pudimos apreciar más arriba y de acuerdo con la opinión de la
doctrina, este supuesto se encuentra suprimido de la norma.
89
naturaleza, por los medios empleados o por las circunstancias de
su realización.115
En relación al daño causado por las cosas, como puede advertirse en el texto de
la norma, el nuevo Código no define lo que se entiende por riesgo o vicio.
Por lo cual se aplica el art. 1722 del CCC, por lo que son eximentes:
a) El hecho del damnificado (art. 1729), que puede ser total o parcial.
c) El hecho del tercero por quien no se debe responder (art. 1731), que
reúne los caracteres de un caso fortuito.
115 Art. 1757 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
116 Pizarro & Vallespinos, 2013, p. 595 y ss.; Pizarro & Vallespinos, 2014, p. 385 y ss.
90
Debemos tener presente que la diligencia no es suficiente para romper la
cadena causal. Por eso, ni la autorización administrativa (carnet de conductor)
ni las técnicas de prevención sirven para eximir de responsabilidad cuando el
factor es objetivo (maniobra de esquive en la conducción de un automotor).
12.2.2. Presupuestos
Señala el Código Civil y Comercial: “Daño causado por animales. El daño
causado por animales, cualquiera sea su especie, queda comprendido en el
artículo 1757”117.
91
La norma es bastante sencilla, pues remite a la responsabilidad por riesgo o
vicio de la cosa, resultando aplicables los principios antes expuestos.
Debemos aclarar que, con la vigencia del anterior régimen, se decía que se
“debe tratar de un animal doméstico o feroz”118. Hoy basta que el daño sea
causado por un animal, cualquiera sea su especie.
El daño debe haber sido causado por el hecho del animal, lo cual supone que el
mismo intervenga activamente en la producción del resultado dañoso.
118 Art. 1124 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26994. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
119 Recordemos que se considera guardián a quien ejerce, por sí o por terceros, el uso, la
92
En todos los casos, el fundamento de la responsabilidad radica en el riesgo
creado y por lo tanto es objetiva.
Más allá de coincidir o no con los autores –respecto del alcance de la norma
derogada- lo cierto es que el actual Código Civil y Comercial recepta
93
expresamente las actividades riesgosas como factor objetivo de atribución
conforme el texto del art. 1757. De allí lo acertado de la opinión de estos
autores, quienes sostenían la necesidad de esta regulación legal.
12.3.2. Fundamento
El fundamento de la responsabilidad por daños causados por actividades
riesgosas radica en el riesgo creado o de empresa.
121 Art. 1759 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
122 “Reparación del daño. La reparación del daño, cuando procede, queda sujeta a estas
disposiciones: a) el daño debe ser reparado en los casos y con los alcances establecidos en este
Capítulo, en el Título V de este Libro, y en las disposiciones especiales para cada contrato; b) la
reparación incluye el reembolso total o parcial, según corresponda, de los gastos generados por
la celebración del contrato y de los tributos que lo hayan gravado; c) de haberse pactado la
cláusula penal, se aplica con los alcances establecidos en los artículos 790 y siguientes”. Art.
1082 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
94
de la responsabilidad extracontractual en caso de incumplimiento de un
contrato, salvo que fuera delito criminal. El citado art. 1082 fija un orden de
prelación en la aplicación de las normas: primero, las propias de cada tipo
contractual (por ejemplo, para la reparación de daños derivados del transporte
de personas o cosas, se acude en primer lugar a las específicas del contrato de
transporte; arts. 1286, 1291, 1293, 1310, 1311 y concs.), luego, las normas
generales que regulan la extinción, modificación y adecuación del contrato
(Capítulo 13 del Título II del Libro Tercero, arts. 1076 a 1091) y, finalmente, las
normas generales de la responsabilidad (Libro Tercero, Título V, Capítulo 1º,
arts. 1708 a 1781). Se advierte que esta prelación resulta de una interpretación
lógica del citado art. 1082, inc. “a” y prescinde de la literalidad del texto que
asigna otro orden (primero, las generales de los contratos, luego, las generales
de la responsabilidad civil y, luego, las especiales de los contratos.
95
debe realizarse en abstracto y que constituye una noción jurídica abierta y
flexible.
12.3.4. Eximentes
Las eximentes que rigen esta responsabilidad son las del sistema de
responsabilidad objetiva; remitimos a la unidad 8.
b) Acreditado que el daño fue causado por una actividad riesgosa y con
relación causal adecuada, la causa desconocida no exime.
96
causados por el hecho propio. Quien utiliza un dependiente amplía su
esfera de acción, respondiendo por sus actos en forma objetiva.
97
12.4.2. La cosa suspendida o arrojada
El art. 1760 establece:
Así, esa norma comprende dos supuestos en los que la relación causal es
alternativa125, ya que, si la cosa ha caído o ha sido arrojada desde uno de los
departamentos, los demás dueños y ocupantes no han participado en la
producción del daño.
124 Art. 1760 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
125 La participación denominada disyuntiva o alternativa se da cuando dos o más personas son
responsables del hecho ilícito. Se conoce que una de ellas lo causó de manera excluyente pero
se desconoce al responsable directo. No es posible acreditar el nexo causal entre cada uno de
los sujetos actuantes y el daño. Frente a esta hipótesis, todos los integrantes del grupo son
responsables del daño, salvo que prueben la existencia de un eximente de su responsabilidad.
Este es un supuesto de responsabilidad colectiva (Tanzi & Casazza, 2015).
98
responder de manera solidaria con aquéllos. Esa presunción se extingue si el
determinado autor prueba que no participó en la producción del daño.
La identificación del sujeto causante del daño determina que deje de ser un
supuesto de responsabilidad colectiva. Se exime el sindicado como responsable
acreditando que su inmueble no se encuentra en la parte de la cual provino la
cosa que ocasionó el daño.
El grupo se establece por medio del examen del nexo causal desde el daño
hacia los autores probables, que debe ser acreditado por el damnificado; no es
necesario que el grupo esté formalmente constituido de antemano por la
decisión consciente de asociarse, ligarse o vincularse de sus integrantes. Se
trata de una responsabilidad instituida a favor de la víctima sobre la base de
una relación causal que sólo permite llegar al grupo de autores probables, pero
no admite llegar al autor concreto. La responsabilidad es objetiva y se exime de
responder quien demuestre que no contribuyó en la producción del daño. Si el
autor es identificable, sólo éste responderá, en tanto ya no hay anonimato que
justifique responsabilizar al grupo al que pertenecía.
99
integrante que causó el daño, pues cada uno de los integrantes no es respecto
del resto un tercero extraño por el cual no se deba responder, sino todo lo
contrario: es alguien asociado al factor de riesgo desatado por la comunidad.
100
El factor de atribución es objetivo, pues se le atribuye la responsabilidad a la
actuación grupal por ser creadora de riesgo para terceros.
Son legitimados pasivos todos los integrantes del grupo, quienes responden
solidariamente ante la víctima.
101
agregan una cuarta categoría que correspondería a la dañosidad del producto
por sí mismo, con independencia y abstracción de cualquier modalidad de uso o
vicios de los señalados.
Defectos de fabricación
Aparecen de modo aislado en una o varias unidades de una serie, son regulares
y pueden producirse por falla de alguna máquina o por error humano durante
la producción. Normalmente, el producto se desvía del diseño previsto en
virtud de estas deficiencias que no son detectadas y que lo tornan inapto para
su destino. Estas fallas son habitualmente previsibles estadísticamente dentro
de los índices de falibilidad de un proceso de producción. En tal sentido,
también son difícilmente evitables, en tanto están incluidas en el porcentual
de riesgo no susceptible de ser eliminado en términos de eficiencia económica.
Ejemplos de estos tipos de daños son los que se producen durante las etapas
de fabricación, montaje, manipulación o acondicionamiento de productos.
Defectos de diseño
102
utilización seguro y adecuado, causando un daño al usuario o consumidor, el
proveedor profesional podrá ver comprometida su responsabilidad.
Como podemos observar, la ley 24240 (modif. por ley 26361), a diferencia de la
normativa europea sobre responsabilidad por productos o las leyes específicas
de países como Brasil y Chile, no hace referencia a los daños causados por
productos defectuosos. Más aun, ni siquiera define el concepto “producto
128
Para un mejor análisis puede verse: Stiglitz, Gabriel A La defensa del consumidor en el
Código Civil y Comercial de la Nación Publicado en: Sup. Especial Nuevo Código Civil y
Comercial 2014 (Noviembre) , 137
129 Art. 40. Ley 24240 – Defensa del Consumidor. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
103
defectuoso”. Por el contrario, utiliza una terminología no del todo depurada,
cercana a la del art. 1113 del CC.
130Art. 1. Ley 24240 – Defensa del Consumidor. Modificado por ley 26361. Honorable Congreso
de la Nación Argentina.
104
consecuencia o en ocasión de ella adquiere o utiliza bienes o
servicios como destinatario final, en beneficio propio o de su
grupo familiar o social, y a quien de cualquier manera está
expuesto a una relación de consumo.131
131 Art. 1. Ley 24240 – Defensa del Consumidor. Modificado por ley 26361. Honorable Congreso
de la Nación Argentina.
132 Art. 2. Ley 24240 – Defensa del Consumidor. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
105
Respecto de la publicidad que realicen de sus servicios, sin embargo, es
comprendida por esta ley.
106
12.5.5. Prueba
Respecto de la prueba, como regla, quien tiene una pretensión debe
demostrar la existencia del daño, el defecto del producto y la relación de
causalidad entre el daño y la conducta del sindicado como responsable. Ya que
se trata de supuestos de responsabilidad objetiva, no corresponde probar la
culpa de los legitimados pasivos.
Riesgo de desarrollo
Según enseña Pizarro, (2006) se entiende por riesgo de desarrollo aquél que
surge del defecto de un producto que al tiempo de su introducción al mercado
era considerado inocuo, de acuerdo al estado de los conocimientos técnicos y
científicos existentes en ese momento, resultando su peligrosidad indetectable,
pero cuya nocividad es puesta de manifiesto posteriormente.
Este tema es por demás complejo y opinable y ha dado lugar a una seria
controversia aún no terminada en Estados Unidos y Europa.
107
En efecto, esta circunstancia ha sido introducida como eximente de la
responsabilidad por daños causados por productos elaborados en la Unión
Europea a través de la directiva del 25 de Julio de 1985 y mantenida en la
directiva sobre seguridad general de los productos de 1992.
Este estado actual de las cosas nos obliga a reflexionar sobre los
fundamentos de la eximente y a analizar las bondades de su aceptación o
rechazo. Debemos considerar que el derecho de daños, visto desde su faz
resarcitoria, está encaminado a determinar la justa distribución de las cargas
económicas del daño ya causado, mas no puede suprimir los efectos nocivos de
éste en la sociedad.
108
posición que sostiene el Pizarro y que compartimos ampliamente.
Existen diversas razones que justifican esta postura. En primer lugar,
ya que la misma es incompatible con el carácter objetivo que posee
la responsabilidad del productor. El desconocimiento del defecto no
es importante, ya que el consumidor tiene derecho a esperar un
producto inocuo sin vicios ni defectos y que, utilizado adecuadamente,
no le cause daños. Respecto de la pretensión de asimilación al caso
fortuito, la misma es inaceptable en tanto el caso fortuito constituye
una causa externa a la cosa que produce un daño. El vicio del producto,
aun siendo desconocido por el productor, es interno a la cosa, y en
consecuencia, entra dentro del riesgo empresario. La inclusión de esta
eximente importaría una seria claudicación ideológica y, a la vez,
una gran contradicción entre los fundamentos de la responsabilidad y
las eximentes, causando una verdadera regresión en el derecho de
daños. Si existen costos derivados de los riesgos de un producto al
momento de introducirlo al mercado, es lógico que los mismos
sean soportados por quien lucra con tal actividad, que a la vez
está en mejores condiciones de minorarlos o evitarlos, pudiendo
internalizar los mismos en el proceso de producción. Asimismo, el
derecho al resarcimiento, con base constitucional, así como el
principio precautorio, de igual jerarquía, constituyen un marco jurídico
que se debe respetar al analizar esta eximente. En consecuencia, si el
productor está obligado a utilizar las técnicas que certeramente sean
inocuas y a tomar todas las medidas encaminadas a evitar o reducir al
mínimo cualquier amenaza de daño, parece ilógico tolerar la eximente
referida, en la cual el productor se desentiende de los resultados de los
riesgos de su actividad. Sumado a ello, en nuestra opinión, el desarrollo
actual de la tutela del consumidor no pareciera admitir una eximente
que implique desguarnecer la protección alcanzada en este ámbito.
En lo relativo a la relación de causalidad, podemos decir que, de
demostrarse que el daño es resultado del defecto del producto, sólo
podrá eximirse de responsabilidad el productor que ostente una
eximente objetiva, esto es, la ruptura del nexo causal. En lo referente a
la prueba de los extremos de estos supuestos, creemos que es el
damnificado quien debe acreditar el daño invocado y la relación de
causalidad. Pesa sobre el fabricante demandado la prueba de la
defensa, es decir, que el daño se debió a una causa extraña.
109
consecuencia, es nuestra opinión que no se debe admitir la eximente de
riesgo de desarrollo. Probados el daño y la relación de causalidad, es
indiferente la prueba de la diligencia debida, así como el momento, el carácter,
grado de consenso, posibilidad de acceso y demás circunstancias que rodean al
"estado de conocimientos" disponibles al tiempo de la puesta en circulación
del producto, si en un momento posterior se acredita científicamente su
dañosidad.
El art. 5 del mismo cuerpo normativo, por su parte establece que: “Las cosas y
servicios deben ser suministrados o prestados en forma tal que, utilizados en
condiciones previsibles o normales de uso, no presenten peligro alguno
para la salud o integridad física de los consumidores o usuarios”135.
110
Las cosas y servicios, incluidos los servicios públicos
domiciliarios, cuya utilización pueda suponer un riesgo para la
salud o la integridad física de los consumidores o usuarios,
deben comercializarse observando los mecanismos,
instrucciones y normas establecidas o razonables para
garantizar la seguridad de los mismos. En tales casos debe
entregarse un manual en idioma nacional sobre el uso, la
instalación y mantenimiento de la cosa o servicio de que se trate
y brindarle adecuado asesoramiento. Igual obligación regirá en
todos los casos en que se trate de artículos importados,
siendo los sujetos anunciados en el artículo 4 responsables del
contenido de la traducción.136
136 Art. 6. Ley 24240 – Defensa del Consumidor. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
137 Art. 7. Ley 24240 – Defensa del Consumidor. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
111
Asimismo, se prevé la publicación de la resolución condenatoria o una
síntesis de los hechos, fracción cometida y sanción aplicada.
El art. 8 bis regula respecto del trato digno, vedando las prácticas
abusivas:
138 Art. 8. Ley 24240 – Defensa del Consumidor. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
139 Art. 8 bis. Ley 24240 – Defensa del Consumidor. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
112
Como podemos observar, el art. 8 bis establece que, ante el incumplimiento del
trato digno o ante la comisión de conductas que consistan prácticas abusivas en
contra de los consumidores o usuarios, no sólo se aplicarán las sanciones
previstas por la ley, sino que incluso podrían aplicarse daños punitivos (art. 52
bis). Nos remitimos a lo estudiado en la unidad 10.
113
Doctrina de la relación contractual de derecho privado entre el
concesionario y el usuario
La opinión de Pizarro
Sin perjuicio de ello, señala que las distintas posiciones no son tan drásticas
como parecen, salvo que se lleven las posturas a soluciones extremas,
colocando la cuestión en un plano de irrealidad.
114
Dada la complejidad del tema y sus diferentes aristas, sugerimos la lectura de
la bibliografía recomendada.
115
importancia al momento de determinar la responsabilidad por daños, ya que
normalmente determinan la conducta que deben seguir los conductores y las
infracciones pasibles de ser impuestas a los infractores, revelando una
conducta antijurídica que puede ser indicadora de presunciones de
culpabilidad iuris tantum. Aun más, para aquellos autores que encuadran la
responsabilidad del conductor en base a factores objetivos de atribución, por la
peligrosidad de la actividad desplegada, la incidencia de la conducta tiene gran
importancia en caso de las eximentes (hecho de la víctima o de un tercero
extraño), para interrumpir la causalidad (art. 1757 del CCC).
141
En los términos del art. 1758 que establece: Sujetos responsables. El dueño y el guardián son
responsables concurrentes del daño causado por las cosas. Se considera guardián a quien
ejerce, por sí o por terceros, el uso, la dirección y el control de la cosa, o a quien obtiene un
116
Sin embargo, para evitar estas operaciones que implicaran la existencia de una
transmisión de la posesión del automóvil sin la correspondiente inscripción se
dictó el art. 6 de la ley 22977. Esta norma reafirma de manera categórica el
principio contenido en el texto originario del decreto ley 6582/58, respecto
de la obligatoriedad de la inscripción registral. En consecuencia, quien omite
cumplir con este deber particularizado obra antijurídicamente, debiendo
soportar las consecuencias que de ello deriven. La ley dispone, como regla, que
la inscripción podrá ser peticionada por cualquiera de las partes (art. 15).
Sin perjuicio de ello, impone al adquirente realizarla en el término de diez
días de celebrado el acto. Si el adquirente no cumple con esta obligación, la ley
faculta al transmitente a revocar la autorización para circular con el automotor,
a cuyos efectos deberá cursar notificación al registro (art. 27). El
propietario del automotor también tendrá dicho derecho cuando por
cualquier título hubiere entregado su posesión o tenencia, si el poseedor o
tenedor no inscribe su título en el registro en el plazo referido.
Por otro lado, la responsabilidad civil y la ley 22977 muestran también otras
aristas que debemos analizar. El art. 1 mantuvo el principio que ya existía en el
decreto ley 6582/58 (art. 27), al disponer que: “Hasta tanto se inscriba la
transferencia el transmitente será civilmente responsable por los daños y
perjuicios que se produzcan con el automotor, en su carácter de dueño de la
cosa”142. Esta norma guarda coherencia con el art. 1757 del CCC, que
responsabiliza concurrentemente al dueño y al guardián del automotor por los
daños causados y sin perjuicio de las acciones de regreso correspondientes.
Sin embargo, esta normativa AGREGA una causal de liberación:
provecho de ella. El dueño y el guardián no responden si prueban que la cosa fue usada en
contra de su voluntad expresa o presunta
142 Art. 1. Ley 22977 – Registro de la Propiedad del Automotor. Poder Ejecutivo Nacional.
143 Art. 1. Ley 22977 – Registro de la Propiedad del Automotor. Poder Ejecutivo Nacional.
117
La implementación de la llamada “denuncia de venta” se trata de una
modificación lamentable, apta para distorsionar el sistema, y que deja
extremadamente desprotegida a la víctima. En tal sentido, Pizarro y Vallespinos
(opinión citada) recomiendan una interpretación restrictiva de la misma, a fin
de tutelar adecuadamente a la víctima.
118
12.6.4. Accidentes en que son víctimas los peatones
El peatón es la persona media que circula por las calles y que, por lo general,
sufre las peores consecuencias del riesgo creado por los automotores que
circulan en nuestras ciudades. El ordenamiento jurídico ha intentado otorgar
una razonable protección al peatón en un marco de seguridad y celeridad del
tránsito. Sin embargo, esto no siempre se logra. Diversas situaciones atentan
en contra de esto, desde la falta de infraestructura hasta la omisión por parte
de los transeúntes de circular por las sendas peatonales. Nos cuestionamos
qué sucede en el caso de un peatón que es embestido por un automotor al
momento de cruzar la calzada.
Otro supuesto diferente es cuando el peatón cruza fuera del área de seguridad
(senda peatonal). Aquí, la doctrina se abre, por lo cual encontramos dos
diferentes opiniones. La primera considera que en ese caso el peatón incurre
en grave negligencia, que es apta para eximir de responsabilidad total o
parcialmente al sindicado como responsable.
Noemi c/ Ledesma Ramón Alberto y otros s/ daños y perjuicios” Sentencia del 13-08-14
119
totalmente el nexo de causalidad entre el riesgo de la cosa y el perjuicio (art.
1113 CC).145
De todo esto surge que el dueño o guardián de cada uno de los vehículos debe
responder por los daños causados al otro, salvo que acredite una eximente
idónea para desvirtuar la presunción en su contra.
120
12.6.7. El seguro de responsabilidad civil. Nociones
generales
En Argentina se ha establecido el sistema del seguro obligatorio de
responsabilidad civil a terceros por los daños causados por un automotor. Tal
como hemos estudiado en el módulo 1, el seguro es un modo de socializar el
daño.
146 Art. 27. Ley 25675 – Política Ambiental Nacional. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
121
personales. Frecuentemente se observan efectos acumulativos y sinérgicos que
hacen su prueba extremadamente dificultosa, compleja y revestida de enorme
cientificidad. Es un daño prevalentemente social e impreciso (Librizzi-Pasini).
122
fenómenos cautelares, la aparición de nuevos mecanismos probatorios, el
trastoque de la teoría de los indicios judiciales, un mayor protagonismo del
juez. Dentro de la primera categoría de cambios que señalamos, encontramos
también una profunda transformación de los presupuestos de la
responsabilidad por daños.
147 Art. 1. Ley 25612 – Gestión Integral de Residuos Industriales y de Actividades de Servicios.
Honorable Congreso de la Nación Argentina.
148 Art. 1. Ley 25612 – Gestión Integral de Residuos Industriales y de Actividades de Servicios.
123
Esta ley, al igual que la ley anterior 24051 de residuos peligrosos, establece una
responsabilidad objetiva con basamento en el riesgo de empresa. Este principio
surge claramente del art. 40, que expresa que se “presume, salvo prueba en
contrario, que todo residuo definido según los alcances del art. 2 es cosa
riesgosa en los términos del segundo párrafo del art. 1113 del Código Civil,
modificado por la Ley 17711”149.
La ley presume iuris tantum que los residuos definidos supra son cosa
riesgosa. Sin embargo, esta presunción no es absoluta y puede ser desvirtuada
demostrando el “no riesgo” o su inocuidad conforme el curso normal y
ordinario de las cosas y de acuerdo a las circunstancias de persona, tiempo y
lugar.
Las eximentes que pueden ser opuestas son las propias del sistema de
responsabilidad objetiva.
149 Art. 40. Ley 25612 – Gestión Integral de Residuos Industriales y de Actividades de Servicios.
Honorable Congreso de la Nación Argentina.
150 Art. 9. Ley 25612 – Gestión Integral de Residuos Industriales y de Actividades de Servicios.
124
13. Responsabilidades
especiales.
Responsabilidad de las
personas jurídicas y de
sus órganos
13.1 Responsabilidad de las personas
jurídicas
En el art. 1763, el CCC, siguiendo la línea trazada por el art. 43 del Código Civil
derogado, endilga responsabilidad patrimonial a la persona jurídica por los
daños que causen quienes las dirigen o administren en ejercicio o con ocasión
de sus funciones, expresiones estas últimas que también se repiten en el art.
1753 in fine del CCC, al establecer el alcance de la responsabilidad del principal
por el hecho del subordinado. La responsabilidad civil de la persona jurídica no
excluye la responsabilidad directa del subordinado.
13.1.1. Definición
La responsabilidad de las personas jurídicas es aquella que comprende a todas
las personas de existencia ideal o personas jurídicas definidas en el art. 141 del
CCC: “Definición. Son personas jurídicas todos los entes a los cuales el
ordenamiento jurídico les confiere aptitud para adquirir derechos y contraer
obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación”151.
151 Art. 141 – Código Civil y Comercia de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
125
13.1.2. Régimen del Código Civil y Comercial
Conforme el anterior régimen y en lo que atañe a la actuación de la persona
jurídica, se decía que, en la esfera contractual, la responsabilidad de las
personas jurídicas no ha generado mayores problemas. El artículo 42 del CC
derogado establecía el principio general: "Las personas jurídicas pueden ser
demandadas por acciones civiles, y puede hacerse ejecución en sus bienes" 152.
En consecuencia, las personas jurídicas son responsables contractualmente,
pudiéndose ejecutar sus bienes del mismo modo que si fueran una persona
física, sometiéndose a las mismas consecuencias en caso de incumplimiento de
las obligaciones contraídas por sus representantes legales. El dolo o la culpa de
sus órganos en el cumplimiento de los contratos se proyectan sobre la persona
jurídica. En tal sentido, la Corte Suprema de Justicia de la Nación sostuvo que el
dolo o la culpa contractual son inherentes al contrato mismo (obligación
principal), de suerte que la persona jurídica responde por él, ya que su
voluntad es tan indiferente como la de una persona natural cuyo apoderado
hubiese incurrido en falta al ejecutar un contrato.
Las doctrinas que han indagado sobre la naturaleza de las personas jurídicas
han postulado distintas soluciones a la pregunta acerca de la responsabilidad
extracontractual de la persona jurídica, cuya entidad ideal presenta
perspectivas que no son comunes con las personas naturales o de existencia
visible. Analicemos las diferentes teorías gráficamente.
Art. 42 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26994. Honorable Congreso de la
152
Nación Argentina.
126
Tabla 2: Diferencias doctrinarias sobre la responsabilidad de las personas
jurídicas
127
La el texto del art. 43 del CC (hoy derogado), conforme la ley 17711, disponía:
Asimismo, el artículo 1720 del CC disponía: "En el caso de los daños causados
por los administradores son aplicables a las sociedades las disposiciones del
título «De las personas jurídicas»”.154
153 Art. 43 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26994. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
154 Art. 1720 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26994. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
155 Recordemos que el nuevo Código Civil y Comercial se ocupa de la persona jurídica en el
Título II. Remitimos al estudio de su primer capítulo a los fines de la completa compresión del
tema.
156 Art. 1763 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
128
El citado artículo 1763 del CCC –siguiendo la línea trazada por el art. 43 del CC
derogado- atribuye responsabilidad a la persona jurídica por los daños que
causen quienes las dirigen o administran en ejercicio o con ocasión de sus
funciones, expresiones estas últimas que también se repiten en el art. 1753 in
fine del CCC, al establecer el alcance de la responsabilidad del principal por el
hecho del subordinado. La responsabilidad civil de la persona jurídica no
excluye la responsabilidad directa del subordinado.
Como podemos apreciar, el art. 1763 es casi una copia literal del art. 43,
primera parte, reformado por la ley 17711. Y decimos casi, porque la segunda
parte del 43 –en cuanto establecía que las personas jurídicas son responsables
por los hechos de los dependientes- no fue incluido por encontrarse ya previsto
en el art. 1753 del CCC.
En este sentido, la conducta debe ser “en” ejercicio de sus funciones, es decir,
para que sea atribuible a la persona jurídica, los actos deberán realizarse dentro
de su función como directores o administradores; esta función puede ser
regular, un mal ejercicio o un abuso o ejercicio aparente.
Puede ser también “con motivo” de las funciones; es decir, existe aquí una
relación de medio-fin.
129
Finalmente, puede ser “con ocasión” de las funciones, donde debe existir una
razonable relación entre las funciones y el daño, pero, además, debe
configurarse relación de causalidad entre la ocasión que brinda la función y el
daño.157
130
desarrollo del sistema normativo158-, sino que determina la inaplicabilidad de
las normas contenidas en el Capítulo 1 del libro V (arts. 1708 a 1781),
remitiendo a las normas del derecho administrativo nacional o local. Completa
el cuadro normativo la ley 26944 de Responsabilidad Estatal.
13.2.1. Definición
Más que definir la responsabilidad del estado, corresponde describir la
situación normativa actual.160
158 Sobre el tema, ver la explicación de “la dificultosa superación del dogma de la
irresponsabilidad estatal” Pizarro & Vallespinos, 2012, V, p. 216 y ss. Actualmente, el estado
responde en virtud de los principios constitucionales del estado de derecho. Tal vez en otro
sistema político (v. g., dictadura totalitaria), el estado estaría exento de responsabilidad
patrimonial. En el actual desarrollo del sistema jurídico argentino, este predicamento es
insostenible.
159 Sobre la integración de la Comisión Redactora remitimos a la unidad 1.
160 Sobre la clasificación de la responsabilidad patrimonial del estado, remitimos a Pizarro &
131
manera directa ni subsidiaria”161; “Responsabilidad del Estado. La
responsabilidad del Estado se rige por las normas y principios del derecho
administrativo nacional o local según corresponda”162.
Resulta útil transcribir los fundamentos del Poder Ejecutivo para establecer
este bloque normativo vigente. Al respecto, se dijo que:
161 Art. 1764 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
162 Art. 1765 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
163 Autos “Barreto Alberto Damián y otro c/ Buenos Aires, Provincia de y otros/daños y perjuicios”,
CSJN 21/3/06, Fallos: 329: 759. Puede citarse como antecede la causa “Resoagli, Luis c/
Provincia de Corrientes” de 1869, Fallos 7:373 a 389. Estos criterios han sido reiterados en
“Malma Trading SRL c/ Estado Nacional” del 15.15.14. Estos fallos son los que sostendrían la
inaplicabilidad del régimen civil a la responsabilidad patrimonial del estado.
132
jurisprudencial de la responsabilidad del Estado vigente en
nuestro país exhibe dos notas particulares: la autonomía y el
carácter esencialmente local. En consecuencia con ello es que los
artículos sobre responsabilidades del Estado respetan, en primer
lugar, el federalismo y, en segundo lugar, la historia
jurisprudencial de nuestro más alto tribunal federal. (Alak, 2012,
goo.gl/fQssSm ).
Como complemento de los artículos del Código Civil que remiten a las normas
de derecho administrativo, se dictó una ley marco que rige la responsabilidad
estatal. Si bien dicha norma refiere al ámbito administrativo (art. 8 de la ley
26944), nosotros prensamos que corresponde trabajarla aquí, pues la
responsabilidad patrimonial del estado no es cuestión privativa del derecho
público o privado. La norma queda comprendida dentro del bloque normativo
que rige la responsabilidad patrimonial del Estado y ello justifica su análisis.
Bueno es que el alumno conozca su contenido. Esta decisión puede ser
opinable.
La ley sobre responsabilidad del estado tiene sólo 12 artículos, que prevén las
siguientes cuestiones:
Esta ley rige la responsabilidad del Estado por los daños que su
actividad o inactividad les produzca a los bienes o derechos de
las personas.
La responsabilidad del Estado es objetiva y directa.
Las disposiciones del Código Civil no son aplicables a la
responsabilidad del Estado de manera directa ni subsidiaria.
La sanción pecuniaria disuasiva es improcedente contra el
Estado, sus agentes y funcionarios.165
164 Sobre esta polémica ver Pizarro & Vallespino, 2012, V, p. 217 y ss.
165 Art. 1. Ley 2944 – Responsabilidad Estatal. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
133
En este artículo, la ley expresamente dice que la responsabilidad del estado es
amplia y se refiere a todos los daños que sean consecuencia de su actividad o
inactividad166. En otras palabras: comprende los daños ocasionados por los
hechos y actos, así también por las omisiones, y esta parte se la puede vincular
con lo que la doctrina denominó los daños provocados, ya sea por una no
prestación del servicio o por una prestación irregular, y, por ello, el afectado
puede accionar: solicitando la prestación omitida o deficientemente prestada o
reclamar la reparación de los perjuicios derivados de la conducta no realizada o
realizada deficientemente.
En estos casos, la responsabilidad del estado es objetiva y directa por los daños
causados por su actividad o inactividad ilícita. Es decir, prescinde de toda
valoración subjetiva al momento de establecer la responsabilidad, sin importar
que el hecho dañoso se haya producido como resultado de un hecho culposo o
doloso. La responsabilidad directa del estado surge en virtud de que un órgano
comete un daño en ejercicio aparente de sus funciones. De esa forma, no es
necesario distinguir si el daño ha sido cometido por funcionarios o por
empleados, ya que una parte de la doctrina sostiene que sólo los funcionarios
representan la voluntad del estado por ser órganos suyos, en cambio, los
empleados son dependientes y realizan sólo actividades materiales de
ejecución, con lo cual se trataría de una responsabilidad indirecta del estado. La
norma supera este debate.
166 Sobre la responsabilidad patrimonial del estado por omisión, ver Pizarro & Vallespinos, 2012,
V, p. 272 y ss.
167 Fallos: 306: 2030.
168 “Mosca, Hugo A. v. Provincia de Buenos Aires y otros”, C.S.J.N., 06 de marzo de 2007,
134
reparar al afectado si se cumplen los requisitos establecidos en la ley, conforme
veremos más adelante; los recaudos son diferenciados en cada caso.
Dice la norma que las disposiciones del Código Civil no son aplicables a la
responsabilidad del estado de manera directa ni subsidiaria, en consonancia
con los establecido en los arts. 1764 y 1765 del CCC. Nuevamente, el legislador
pretende resolver la polémica entre civilistas y administrativistas respecto de la
responsabilidad patrimonial del Estado. En este sentido, existen autores que
entienden adecuada la exclusión porque
135
responsabilidad. El Poder Ejecutivo decidió eliminar esos artículos y envió un
proyecto que hoy es la ley 26944, que da un régimen específico a la
responsabilidad del estado y de los funcionarios públicos, y que, reconociendo
que ésta es materia no delegada por las provincias, las autorizaría a tener su
propio régimen, aunque invita a adherirse al texto de esa ley169.
Una posición que podríamos llamar intermedia –que es la sostenida por Pizarro
antes la reforma- explica que limitar la responsabilidad del estado para que sea
tratada por el derecho civil o por el derecho administrativo, considerando
ambas ramas como excluyentes, es una postura reduccionista, puesto que la
responsabilidad estatal se nutre tanto de principios del derecho civil como del
derecho administrativo. Sin dudas que limitar la aplicación de normas del
derecho administrativo –tal como dice el texto del nuevo Código- es
reduccionista e implica dejar de lado toda una construcción teórica
desarrollada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.170
Conforme pudimos analizar en la unidad 10, se eliminó del texto del Código
Civil y Comercial la figura de la “sanción pecuniaria disuasiva”, conforme actual
texto de los arts. 1708 y ss. Con lo cual, la norma analizada sólo se limitaría a los
daños punitivos previstos por el art. 52 bis de la ley 24240 y su imposibilidad de
imponerle daños punitivos al estado cuando esté implicada una relación de
consumo. En torno a la posibilidad de aplicar “sanciones conminatorias” o
“astreintes” previstas en el art. 804 del CCC al estado, remitimos a lo expuesto
en la unidad 10 sobre la figura.
169 Para ampliar, remitimos a Pizarro & Vallespinos, 2012, V, p. 217 y ss.
170 Para ampliar, consultar Pizarro, 2012.
171 Art. 2. Ley 2944 – Responsabilidad Estatal. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
136
La norma refiere a las eximentes, que tuvimos oportunidad de analizar en la
unidad 8.
El artículo 4 dice:
172 Art. 3. Ley 2944 – Responsabilidad Estatal. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
173 Para ampliar sobre la responsabilidad patrimonial del estado por su actuación ilícita, ver
Pizarro & Vallespinos, 2012, V, p. 265 y ss.
174 Fallos: 330: 2748; Fallos: 307:169.
175 Para ampliar sobre la responsabilidad patrimonial del estado por su actuación ilícita, ver
137
Son requisitos de la responsabilidad estatal por actividad
legítima:
a) Daño cierto y actual, debidamente acreditado por quien lo
invoca y mensurable en dinero;
b) Imputabilidad material de la actividad a un órgano estatal;
c) Relación de causalidad directa, inmediata y exclusiva entre
la actividad estatal y el daño;
d) Ausencia de deber jurídico de soportar el daño;
e) Sacrificio especial en la persona dañada, diferenciado del
que sufre el resto de la comunidad, configurado por la afectación
de un derecho adquirido.177
Con relación al inciso “a”, en cuanto requiere que el daño sea cierto, al igual
que la norma anterior, es discutible la posibilidad de reclamar el daño moral.
Pareciera ser que la norma lo impide.
177 Art. 4. Ley 2944 – Responsabilidad Estatal. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
178 Para ampliar sobre la responsabilidad patrimonial del estado por su actuación ilícita, ver
Pizarro & Vallespinos, 2012, V, p. 278 y ss.
179 Altamira Gigena enseña que en el año 1989, la Corte Suprema, en el caso “Ledesma” (Fallos
312: 2022), rechazó la demanda de daños y perjuicios por entender que, si bien habría tenido
incidencia una resolución del Ministerio de Economía, existieron otros factores, como fueron el
auge de los sustitutos del azúcar, la falta de financiación de la zafra y el derrumbe de los precios
internacionales, por lo que no existía exclusividad. En consecuencia en este fallo se agrega
como requisito la exclusividad y es por esa razón que seguramente se lo ha incluido en el inciso
que estamos analizando.
138
Es importante señalar que hay diferencia entre el nexo de causalidad en el
supuesto de responsabilidad del estado por actividad lícita y en el caso de la
actividad ilícita.
Los dos últimos incisos, “d” y “e”, han sido establecidos por la Corte Suprema
de Justicia de la Nación a partir del caso Columbia181, por lo que, desde
entonces, el actor, para tener posibilidades de éxito, debe reunir 3 requisitos
con relación al daño y 2 en lo que respecta a su persona como afectado.
Dice el art. 5:
180 La teoría del sacrificio especial implica que la actividad estatal podría producir perjuicios que
los ciudadanos debían soportar, ya que ello hacia a la existencia misma del estado. Pero si ese
perjuicio afectaba a un individuo de manera desigual y desproporcionada, produciéndole un daño
material, se configuraba un sacrificio especial que debía indemnizarse por razones de equidad.
Remitimos a lo expuesto más adelante.
181 Fallos:315:1026.
139
circunstancias de carácter personal, valores afectivos ni
ganancias hipotéticas.
Los daños causados por la actividad judicial legítima del
Estado no generan derecho a indemnización.182
La exclusión del lucro cesante y del daño moral es cuestionable porque atenta
contra el principio de reparación integral del daño (art. 1740 del CC) y es
contrario a la doctrina judicial sentada por la Corte Nacional184.
182 Art. 4. Ley 2944 – Responsabilidad Estatal. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
183 Según Bianchi: “todos estamos obligados a soportar las cargas que las leyes nos imponen en
forma general en la medida que no sean inconstitucionales. Pero, aún siendo válidas, pueden
generar derecho a la indemnización respecto de quienes se ven afectados en sus derechos en
forma más gravosa que el resto de la comunidad” (1998, p. 40).
184 Sobre la extensión del resarcimiento: Pizarro & Vallespinos, 2012, V, p. 289 y ss.
185 Fallos: 293:617; Fallos: 301:403; Fallos: 312:659.
186 Fallos: 306:1409; Fallos: 312:2266.
187 Art. 6. Ley 2944 – Responsabilidad Estatal. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
140
Los concesionarios o contratistas de servicios públicos son particulares que se
organizan como sociedades comerciales y que suscriben un contrato de
concesión con el estado nacional, provincial o municipal; no son órganos del
estado y, por lo tanto, el daño que ellos hayan cometido con motivo de su
actividad, en principio, no se podría imputar a aquél, salvo insolvencia del
concesionario, donde el estado debe responder ante la victima del daño. Esto
es así pues el estado garantiza el control y funcionamiento de estos terceros.
Artículo octavo:
141
Conforme el texto de la norma, el tribunal competente también nos introduce a
una cuestión problemática. En principio y conforme el texto de la norma, es
competencia en lo contencioso administrativo al requerir la anulación del acto
administrativo, lo que –en principio- lo abstrae de la competencia civil. Sin
embargo, debe estarse a las legislaciones locales, pues las cuestiones relativas a
la competencia son cuestiones no delegadas y, por lo tanto, una norma
nacional no podría modificar el régimen interno de cada provincia. Salvo –claro
está- que la provincia adhiera a la norma nacional.
De la lectura del artículo en análisis surge que, para liberar al estado, debe
existir la certeza de que el funcionario obró de manera irregular, incurriendo en
dolo.
Artículo décimo:
193 Art. 9. Ley 2944 – Responsabilidad Estatal. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
194 Art. 10. Ley 2944 – Responsabilidad Estatal. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
142
las normas que regulan cada uno de los contratos en particular (por ejemplo, el
de obra pública, el de suministro, etc.),
La norma establece que cada provincia podrá adherir en todos sus términos a
esta ley. La pregunta que se impone es si la adhesión puede ser en forma
parcial, o bien introduciendo las modificaciones que estime convenientes cada
provincia. Si consideramos que son atribuciones que los gobiernos provinciales
conservan por no haberlos delegado en el gobierno federal, en virtud de lo
establecido en los artículos 121, concordantes y correlativos y, en especial, en
el artículo 126 de la Constitución Nacional, la respuesta debería ser afirmativa.
Es plausible que ocurra que i) las provincias –mediante una ley local- adhieran a
la norma sin reservas; ii) no se dicte ninguna ley local y que los jueces deban
llenar nuevamente el vacío; iii) se dicten normas provinciales que tomen de
base la ley 26944, mejorando la regulación de esta materia, pues –como hemos
visto- la ley 26944 tiene algunas normas sin dudas cuestionables y de dudosa
constitucionalidad.
195 Art. 11. Ley 2944 – Responsabilidad Estatal. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
143
empleado público, contemplándose también la responsabilidad estatal por acto
lícito, siguiendo la doctrina sentada por la Corte en torno a los arts. 43, 1074,
1109, 1112, 1113, entre otros, del Código Civil ahora derogado.
144
responsabilidades del funcionario o empleado público y del
Estado son concurrentes. (Lorenzetti, Highton de Nolasco &
Kemelmajer de Carlucci, 2012, goo.gl/Uh94mH ).
La norma proyectada era –si se quiere- una versión mejorada del artículo 1112
del Código Civil derogado197. Este artículo –a falta de norma específica- sirvió
como fuente normativa a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para
estructurar no sólo la responsabilidad por daños generados por acción u
omisión de los funcionarios y/o empleados públicos en el ejercicio de sus
funciones, sino también para proyectar el concepto actual de la falta de
servicio.
En tercer lugar, establecía que la obligación de responder por los daños en este
supuesto específico del estado y del empleado/funcionario es concurrente, por
cuanto que cada uno debe responder por la diferente naturaleza de su
responsabilidad: el estado, por la falta de servicio o por garantía; el funcionario
o empleado, por la falta personal.
Esto es así, pues el ejercicio de los poderes del estado –siempre dentro de la
legalidad- no puede fundar responsabilidad sin traer como consecuencia
negativa la paralización de la actividad pública.
145
desigual reparto de las cargas públicas. La responsabilidad sólo
comprende el resarcimiento del daño emergente; pero, si es
afectada la continuación de una actividad, incluye la
compensación del valor de las inversiones no amortizadas, en
cuanto hayan sido razonables para su giro. (Lorenzetti, Highton
de Nolasco & Kemelmajer de Carlucci, 2012, goo.gl/Uh94mH ).
146
razonables para su giro. Esta norma sigue criterios de varios
fallos de la Corte Suprema. (Lorenzetti, Highton de Nolasco &
Kemelmajer de Carlucci, 2012, http://goo.gl/K8bpzE ).
Nociones
147
En ese sentido, el art. 31 de la CN permitiría conducir al resarcimiento de un
afectado que demuestre un daño causado, relación de causalidad,
antijuridicidad y el factor de atribución.
201
Para ampliar puede verse Marienhoff, M “Tratado de Derecho Administrativo” (1972), Buenos
Aires Abeledo Perrot, t. IV.
202
Pposición adoptada por la Corte en el año 1938 y resolviendo los autos "Establecimientos
Americanos Gratry S.A. c. la Nación", rechazando toda responsabilidad del Estado cuando se
trataba de daños producido por su obrar lícito, con el de que si bien en otras oportunidades había
"fundado la procedencia de la responsabilidad estadual, entre otras razones, sobre la base de
postulados de equidad y justicia, no es menos cierto que tales precedentes no autorizarían la
generalización del principio, para comprender situaciones distintas a la que en ellos contempla"
(CSJN, 18/3/38, "Establecimientos Americanos Gratry S.A. c. Nación", Fallos 180:107)
148
Para que exista responsabilidad del estado por daños ocasionados en
ejercicio de la actividad normativa, se requiere la constatación de la relación
causal entre el acto y el daño, la imputación al estado, y la existencia del
particular perjudicado.
149
pública "bajo su responsabilidad" que la pertinente indemnización
traduce. 203
203Fallos: 199:448; 201:432;204:496; 211:1421; “Demolombe, Cours de Code Civil” t.9. nº 564.
150
a) La desigualdad resulte del texto mismo de la ley aplicada.
Una vez demostrados los extremos señalados, deberá proceder la condena del
estado a la indemnización pertinente, sin que sea necesaria norma expresa que
autorice dicha reparación.
151
Responsabilidad del estado por actos del poder judicial
El Poder Judicial, al igual que los demás poderes del estado, se integra por
funcionarios por intermedio de los cuales se desarrollan las actividades que la
Constitución ha asignado. En el Poder Judicial, esos funcionarios están
investidos de la autoridad de los magistrados para administrar la justicia.
152
de comisión u omisión imputados a sus órganos (art. 43 del CC), con basamento
en el deber de garantía de buena administración de justicia.
La responsabilidad del estado por acto ilícito del funcionario es concurrente con
la responsabilidad personal del funcionario.
153
o con el derecho y la equidad, desviando la solución del resultado justo al que
naturalmente debió llegar (Pizarro y Vallespinos 2012). En consecuencia, este
extremo es considerado un verdadero acto ilícito cometido por el magistrado,
ya sea por acción u omisión durante un proceso sometido a su jurisdicción.
Para que el estado deba responder, es necesario que concurran las siguientes
circunstancias:
154
13.3 Responsabilidad civil de los
funcionarios públicos
Plan de trabajo: presentaremos una breve introducción sobre los aspectos
salientes de esta responsabilidad y luego analizaremos el régimen de
responsabilidad del funcionario público conforme la legislación derogada, el
texto proyectado por la comisión redactora y la actual legislación.
Nociones introductorias
13.3.1. Definición
El funcionario público puede ser sometido a diferentes tipos de
responsabilidades, destacándose en esta materia la responsabilidad civil. La
definición no difiere de la responsabilidad en general.
Decía el art. 1112 del Código de Vélez que “Los hechos y las omisiones de los
funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones, por no cumplir sino de
155
una manera irregular las obligaciones legales que les están impuestas”204
generan responsabilidad civil.
De ello se desprende que el funcionario público debe responder por los daños
causados a los particulares por el ejercicio irregular de sus obligaciones legales,
sea por acción u omisión.
d) Debe existir culpa del funcionario. El hecho del funcionario debe haber
sido cometido con culpa. De de otro modo, no existiría un cuasidelito, y
aquél no sería responsable.
Art. 1112 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26994. Honorable Congreso de la
204
Nación Argentina.
156
que contiene el artículo 1109, parecería poco claro que Vélez Sarsfield hubiera
incluido este artículo.
La norma proyectada era –si se quiere- una versión mejorada del artículo 1112
del Código Civil derogado205. Este artículo, importante recordarlo, sirvió como
fuente normativa a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para estructurar
no sólo la responsabilidad por daños generados por acción u omisión de la
funcionarios y/o empleados públicos en el ejercicio de sus funciones, sino
también para proyectar el concepto actual de la falta de servicio.
En tercer lugar, establecía que la obligación de responder por los daños en este
supuesto específico del estado y del empleado/funcionario es concurrente, por
cuanto que cada uno debe responde por la diferente naturaleza de su
205 Decía la norma del Código Civil derogado: “Los hechos y las omisiones de los funcionarios
públicos en el ejercicio de sus funciones, por no cumplir sino de una manera irregular las
obligaciones legales que les están impuestas, son comprendidos en las disposiciones de este
título”. Art. 1112 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26994. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
157
responsabilidad: el estado por la falta de servicio o por garantía; el funcionario
o empleado por la falta personal.
La solución propiciada por la Comisión era una aplicación concreta del principio
de responsabilidad por el hecho propio, por daños causados culpablemente.
158
c) Debe producirse un cumplimiento irregular de las obligaciones legales.
La función estatal de que se trata debe estar reglada o reglamentada;
de lo contrario, no podría hablarse de incumplimiento irregular de
las obligaciones que le están impuestas. Sin perjuicio de ello,
todas las funciones públicas se hallan reguladas por disposiciones
administrativas que señalan los deberes a cargo de los respectivos
funcionarios o empleados. Este requisito es fundamental en cuanto,
si el funcionario cumple de una manera regular sus funciones, no
existe responsabilidad alguna para él, aunque cause daño a otro.
d) Debe existir culpa o dolo del funcionario. El hecho del funcionario debe
haber sido cometido con culpa. De de otro modo, no existiría un
cuasidelito, y aquél no sería responsable.
159
Referencias
Acciarri, H. A. (2015) Elementos del análisis económico del derecho, Buenos Aires: La
Ley.
Curutchet, E. (2015). Evaluación del lucro cesante en el nuevo código civil y comercial.
Colección compendio jurídico temas de Derecho laboral. Marzo, 2015, p. 7-23.
Galdós, J. M. (2015). El art. 1757 del Código Civil y Comercial (el anterior art. 1113
Código Civil). RCyS. 2015-IV, 176.
160
Gesualdi, D. M. (2015). Responsabilidad subjetiva y objetiva en el Código Civil y
Comercial. RCyS. 2015-IV, 76.
Lens, R. (2008). Responsabilidad civil: presente, futuro y distorsiones del sistema. RCyS.
Julio de 2008, p. 17.
Niel Puig, L. (2015). El dolo y el nuevo Código Civil y Comercial. Dolo obligacional.
Fecha: 2015-04-22. Publicado: SJA 2015/04/22-3; JA 2015-II.
Picasso, S. (2015). Las funciones del derecho de daños en el Código Civil y Comercial de
la Nación. RCyS. 2015-IV, 5.
161
Posner, R. A. (1992). Economic Analysis of Law. Boston: Little Brown.
Zavala de González, M. & González Zavala, R. (2015). Las cargas dinámicas en el nuevo
Código Civil. Semanario Jurídico. 2015, no. 1995, p. 341-348.
162
Módulo 4
Responsabilidades
14. Responsabilidades.
Responsabilidad de los
profesionales liberales
14.1. Responsabilidad de los
profesionales liberales
Las características serían: título otorgado por una universidad que habilite para
el ejercicio profesional y que certifica un bagaje de conocimientos especiales; la
matriculación en un colegio profesional; la autonomía científica como también
1
técnica; la sujeción a normas éticas y reglamentarias que rigen su actividad
específica1
2
Entendemos que no es necesario un tipo especial para regular el
contrato de servicios profesionales como fue propuesta de
regulación en el proyecto de 1993 (PEN). En primer lugar porque
la diversidad de actividades profesionales hace difícil
encuadrarlas en un solo tipo especial, y existe adaptabilidad con
las normas ya propuestas en el resto de los textos. En segundo
lugar, porque las reglas específicas contempladas en el Proyecto
de 1993 (PEN) para dicho contrato, se encuentran en el
Anteproyecto que presentamos. La discrecionalidad técnica, la
diferenciación con el contrato dependiente, los efectos de la
utilización de terceros, el modo de determinar la obligación del
profesional, están contempladas en las disposiciones generales
de los contratos de obra y servicios. En la parte especial de los
servicios se remite a las obligaciones de hacer, donde
claramente se distinguen los casos de mera actividad de los
otros en los que se promete la eficacia. También en obligaciones
existen previsiones sobre la utilización de terceros, la imputación
basada en la estructura del vínculo obligatorio, la confianza
especial, y los deberes secundarios de conducta. Los aspectos
vinculados a la prueba están contemplados en obligaciones y los
de la responsabilidad en la parte general de este tema. También
en la parte general de contratos hay numerosas disposiciones
propias de los servicios profesionales. El profesional tiene
discrecionalidad técnica, por ello puede elegir los medios a
utilizar conforme con la ciencia y conocimientos que pone en
juego en cada prestación. El Anteproyecto propone en el artículo
1253 que el contratista o prestador elige libremente los medios
de ejecución del contrato. La obligación puede ser contratada
intuitu personae, atendiendo a las condiciones personales
insustituibles del profesional. En el caso en que no sea así, el
profesional puede requerir la cooperación de terceros. El
Anteproyecto dispone (art. 1254) que el contratista o prestador
de servicios puede valerse de terceros para ejecutar el servicio,
salvo que de los estipulado o de la índole de la obligación resulte
que fue elegido por sus cualidades para realizarlo personalmente
en todo o en parte. En cualquier caso conserva la dirección y la
responsabilidad de la ejecución. (Lorenzetti, Highton de Nolasco
& Kemelmajer de Carlucci, 2012, http://goo.gl/K8bpzE ).
Y más adelante:
3
cosas, no es objetiva, excepto que causen un daño derivado de
su vicio. La actividad del profesional liberal no está comprendida
en la responsabilidad por actividades riesgosas. Estos criterios
son los que ha aplicado mayoritariamente la jurisprudencia y han
sido defendidos por la doctrina. El profesional promete un hacer
que consiste en una diligencia conforme a las reglas de la
profesión, sin que pueda asegurar un resultado; de allí que la
imputación sea subjetiva y pueda liberarse probando su falta de
culpa. En cambio, si promete un resultado, la imputación es
objetiva. El profesional actúa con cosas, pero su imputación sólo
es objetiva cuando éstas exorbitan el obrar humano por un vicio.
No puede considerarse que exista una actividad riesgosa en
general calificada ex ante. (Lorenzetti, Highton de Nolasco &
Kemelmajer de Carlucci, 2012, http://goo.gl/K8bpzE ).
Recordemos que con el Código Civil y Comercial no cabe hacer el distingo ente
respuesta contractual o extracontractual de los profesionales, es decir, ya no
interesará la naturaleza de la responsabilidad del profesional, lo que ha traído
más de un problema a la jurisprudencia a la hora de discernir el ámbito de
aplicación. En el actual régimen se sostiene que la responsabilidad profesional
tiene carácter obligacional o contractual, aunque frente a terceros se enrola en
el régimen de la responsabilidad extracontractual. Recordamos que la tesis que
adopta el Código Civil y Comercial es la de la unidad del fenómeno de la ilicitud.
4
Véase Pizarro & Vallespinos, 2012, V, p. 337 y ss.
4
En principio, la responsabilidad de los profesionales es subjetiva (art. 1768 del
CCC), por ende, para atribuir responsabilidad civil, el damnificado deberá
probar la "culpa" o el "dolo" del profesional interviniente en el hecho (conf.
arts. 1724 y 1749 del CCC). Por regla general, entonces, la responsabilidad será
subjetiva y la victima deberá probar la culpa o el dolo del profesional.
5
Art. 1768 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
6
Art. 1723 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
7
Art. 1768 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
5
Remitimos a la unidad 7 para repasar el concepto de culpa contenido en el CCC.
Sin perjuicio de que la culpa sea única, es cierto que los profesionales, en razón
de su conocimiento, tienen un deber mayor de previsión y prudencia, tal como
regula el art. 1725:
En forma general, existen algunos deberes profesionales que inciden sobre los
estándares que fijan su conducta.
8
Art. 1725 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
9
Para ampliar véase: Pizarro, Ramón D.; Vallespinos, Carlos G. (2013). Compendio de derecho
de daños. Buenos Aires: Hammurabi pags. 479 y ss.
6
Estos estándares y pautas de conducta deben valorarse conforme el caso
concreto y de conformidad al art. 1725 del CCC.
7
Puede decirse que es común la asunción de obligaciones de medios para los
médicos, los abogados, mientras que es más frecuente la asunción de
obligaciones de resultado para los contadores, los arquitectos e ingenieros,
incluso los escribanos. Como las situaciones pueden variar según cada caso y,
en ciertos supuestos, el profesional podrá tener a su cargo una obligación de
resultado, será tarea del juez analizar las premisas fácticas a la luz de la nueva
norma.
Todo esto, desde ya, sin perjuicio de la responsabilidad civil que le cabe al
propio dueño o guardián de la cosa interviniente en el hecho dañoso (siguiendo
con el ejemplo del médico, a éste no podrá considerárselo guardián del bisturí
10
Para ampliar puede verse: Sagarna, Fernando Alfredo Responsabilidad civil directa y por el
hecho de terceros. En el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación La Ley Sup. Especial
Nuevo Código Civil y Comercial 2014 (Noviembre), 17/11/2014, 143
11
Art. 1768 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
8
en los términos del art. 1757, pero sí podrá aplicarse esta norma al
establecimiento de salud si resultaba ser su dueño; tampoco podrá
mecanizarse el art. 1757 contra el médico que sí era dueño de la cosa
generadora de riesgo y que originó el perjuicio –v. g., odontólogo que, con el
torno de su propiedad, produce un daño a su paciente-, salvo, en ambos
supuestos, que haya sido provocado el vicio de la cosa).
El punto es opinable.
9
sana crítica racional, todo de conformidad a los arts. 1734, 1735 y 1736 del CCC,
que ya hemos analizado en las unidades 6 y 7.
Una de las ramas de la ciencia que ha tenido mayor evolución en los últimos
siglos es la medicina. Las investigaciones han logrado desarrollar fuertemente
esta disciplina por medio del descubrimiento de nuevas enfermedades, la
precisa determinación de su etiología, diagnósticos más certeros, terapias
adecuadas y tratamientos clínicos y quirúrgicos más avanzados. Lo señalado
ha implicado un acrecentamiento de la actividad médica, ampliando el espectro
de situaciones en las que puede eventualmente surgir la responsabilidad
profesional.
10
error de diagnóstico, inapropiado tratamiento clínico o quirúrgico, o ante una
negligente, imprudente o imperita intervención que cause daño a otro.
Conforme hemos visto en el punto 14.1.1, la norma aplicable para todas las
responsabilidades profesionales es el art. 1768, que, lógicamente, aplica para
los médicos, pero debe ser analizada en todo el contexto del nuevo Código Civil
y Comercial.
12
Véase Vázquez Ferreyra, 2015.
11
Art. 57, sobre prácticas prohibidas.
a) Cuando los servicios del médico son requeridos por otra persona
distinta del paciente. En relación a éste, la responsabilidad no nace de
un contrato.
12
La responsabilidad del médico debe ser valorada con criterio casuístico,
en el caso concreto, teniendo en cuenta las circunstancias particulares. Sin
perjuicio de ello, corresponde analizar diferentes supuestos en la medicina
curativa y la cirugía reparadora, por un lado, y en la cirugía estética, por otro.
En consecuencia, analizaremos los deberes generales del médico para luego
centrarnos en la violación de los mismos.
Deber de información
En efecto, existe una relación íntima entre la obligación de informar que recae
sobre el médico y el consentimiento válido del paciente.
13
extensa que la destinada a obtener el consentimiento informado del paciente
respecto de una práctica o tratamiento médico determinado.
14
En efecto, el consentimiento de la víctima se regula en el art. 1720 del CCC, que
dispone que, sin perjuicio de las regulaciones especiales, el consentimiento
libre e informado del damnificado, en la medida en que no constituya una
cláusula abusiva, libera de la responsabilidad por los daños derivados de la
lesión de bienes disponibles.
13
Véase para ampliar: Tolosa, Pamela González Rodríguez, Lorena Asunción de riesgos y
consentimiento del damnificado en el nuevo Código Civil y Comercial RCyS2015-IV, 46
15
Si la urgencia del cuadro médico no permitiere obtener el consentimiento
necesario, el médico debe prestar la asistencia que corresponda, aun sin esa
conformidad.
16
responde, sin embargo, en cuanto al método de curación, siempre que sea
aceptable. En consecuencia, el médico elige el método más adecuado para
obtener el éxito de su tarea, con diligencia, prudencia y pericia.
Intervención quirúrgica
La cirugía estética
Lo que hemos analizado más arriba respecto de los deberes de los médicos
para con el paciente es de aplicación en estas cirugías o tratamientos estéticos.
17
La circunstancia señalada no es menor y es suficiente como para juzgar el
fracaso de la cirugía con un criterio riguroso, tanto en el caso en que no se
obtenga el mejoramiento estético buscado como en el que se cause un daño a
la salud del paciente. Según las circunstancias y en supuestos como son las
correcciones simples (v. g., operación de la nariz), la obligación del médico es
de resultado, es decir que sólo puede exonerarse con la prueba de la relación
de causalidad.
Breves nociones sobre ley 26529 de Derechos del paciente, historia clínica y
consentimiento informado
18
o bien tenga acceso al contenido de la misma, guarde la debida reserva,
salvo expresa disposición en contrario emanada de autoridad judicial
competente o autorización del propio paciente.
14
Art. 3. Ley 26529 – Salud Pública. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
19
e) La especificación de los procedimientos alternativos y sus
riesgos, beneficios y perjuicios en relación con el procedimiento
propuesto;
f) Las consecuencias previsibles de la no realización del
procedimiento propuesto o de los alternativos especificados;
g) El derecho que le asiste en caso de padecer una
enfermedad irreversible, incurable, o cuando se encuentre en
estado terminal, o haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual
situación, en cuanto al rechazo de procedimientos quirúrgicos,
de hidratación, alimentación, de reanimación artificial o al retiro
de medidas de soporte vital, cuando sean extraordinarios o
desproporcionados en relación con las perspectivas de mejoría,
o que produzcan sufrimiento desmesurado, también del derecho
de rechazar procedimientos de hidratación y alimentación
cuando los mismos produzcan como único efecto la
prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible e
incurable;
h) El derecho a recibir cuidados paliativos integrales en el
proceso de atención de su enfermedad o padecimiento.15
15
Art. 5. Ley 26529 – Salud Pública. Sustituido por art. 2 de la ley 26742. Honorable Congreso
de la Nación Argentina.
16
Art. 16. Ley 26529 – Salud Pública. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
20
al paciente por medio de una "clave uniforme", la que deberá
ser comunicada al mismo.17
El tema de los daños causados con las cosas dio lugar a abundante literatura en
materia de responsabilidad civil médica, dadas las particularidades de dicha
profesión. En líneas generales, en los casos de actos médicos realizados con
cosas, no rigen los artículos 1757 y 1758 del CCC, ya sea que el daño haya sido
17
Art. 17. Ley 26529 – Salud Pública. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
18
Art. 18. Ley 26529 – Salud Pública. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
19
Art. 1768 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
21
causado con la cosa o por el riesgo o vicio de la cosa, y en caso de estar frente a
un supuesto de responsabilidad contractual, tampoco podría hablarse de una
obligación de seguridad de resultado que comprometería una responsabilidad
objetiva. Ello, siempre que el daño ocasionado con o por la cosa tenga relación
con el acto médico puro.
La decisión del legislador pude ser opinable. Deberá estarse al caso concreto
para evitar situaciones injustas.
Sin embargo, recordamos que, cuando el daño provenga del vicio de la cosa, la
responsabilidad será objetiva.
22
14.2.5. Responsabilidad civil de los psiquiatras.
Nociones generales
Lo que acabamos de exponer respecto de la responsabilidad médica es
aplicable a la responsabilidad de los psiquiatras. El deber de informar, de
confidencialidad y de obtener el consentimiento del paciente son principios
fundamentales que el profesional debe seguir en todo momento. Asimismo, se
espera que el diagnóstico sea adecuado, al igual que el tratamiento o terapia
elegida para el paciente. Todo ello debe constar en la historia clínica, que
debe estar completa y detallada.
Prestaciones en equipo
23
Equipo médico y la responsabilidad colectiva y anónima
20
Art. 1761 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
21
Art. 1761 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
24
14.2.7. Responsabilidad de las clínicas. Sistemas de
Medicina prepaga y obras sociales
Cuando un paciente es atendido en establecimientos asistenciales públicos o
privados se produce una coexistencia de actos de carácter hospitalario o
paramedicales y de actos galénicos. Los primeros incluirán alojamiento,
alimentación, transporte en el interior de la clínica, etc. Por otro lado, se
producirán actos medicales propiamente dichos. La relación que existe entre el
profesional que integra el cuerpo médico de la clínica y ésta última constituye
una estipulación en favor de tercero, o sea del paciente que requiere asistencia
o internación en el establecimiento sanatorial.
22
Cámara Nacional Civil y Comercial Federal en autos “Rodriguez, Enrique Carlos c/YPF s/
daños y perjuicios”, Sentencia del 27.07.10 Boletín de jurisprudencia del Poder Judicial de la
Nación (2009-2012)
23
Cámara Nacional Civil y Comercial Federal, sala 1ª, “G., J. y otra v. Hospital Militar Central y
otros”, sent. Del 27/09/90, www.lexisnexis.com.ar.
.
25
14.2.8. Otros profesionales del arte de curar
Lo estudiado respecto de la responsabilidad médica es aplicable a otros
profesionales del arte de curar (v. g., dentistas, parteras, pedicuros,
enfermeros, masajistas, veterinarios, etc.).
26
tercero. La responsabilidad del profesional quedará comprometida siempre
que haya obrado con culpa o dolo.
27
Tabla 1: Responsabilidad del abogado en función de su actuación
28
existiese impericia, falta de precauciones que la prudencia ordinaria prescribe,
de las reglas admitidas por todos como ciertas, etc.
Deber de lealtad
Secreto profesional
29
responsabilidad patrimonial se regirá por el art. 1766 del CCC y podrá
eventualmente comprometer la responsabilidad del estado.
El notario posee un libro de protocolo (art. 300 del CCC), que es un instrumento
público y goza de la fe que a éste le atribuye la ley, en cuanto a su autenticidad
y a la fuerza probatoria de su contenido, de suerte que prueba todo cuanto
dice haber cumplido o presenciado25 (arts. 296 y 312 del CCC). Los
instrumentos públicos hacen plena fe.
24
Art. 10. Ley 12990 – Ejercicio Profesional de Escribanos. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
25
“Eficacia probatoria. El instrumento público hace plena fe: a) en cuanto a que se ha realizado
el acto, la fecha, el lugar y los hechos que el oficial público enuncia como cumplidos por él o ante
él hasta que sea declarado falso en juicio civil o criminal; b) en cuanto al contenido de las
declaraciones sobre convenciones, disposiciones, pagos, reconocimientos y enunciaciones de
hechos directamente relacionados con el objeto principal del acto instrumentado, hasta que se
30
La función pública con la cual se encuentra investido el notario en cuanto a la
autenticidad y conservación de los actos está establecida no sólo en interés de
los particulares, sino que es de carácter general. Su actuación garantiza la
seriedad y seguridad de las relaciones jurídicas, manteniendo el orden jurídico.
produzca prueba en contrario”. Art. 296 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina.
“Valor probatorio. El valor probatorio de las actas se circunscribe a los hechos que el notario
tiene a la vista, a la verificación de su existencia y su estado. En cuanto a las personas, se
circunscribe a su identificación si existe, y debe dejarse constancia de las declaraciones y juicios
que emiten. Las declaraciones deben referirse como mero hecho y no como contenido negocial”.
Art. 312 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
31
14.4.4. Deberes notariales. La tarea documentadora.
La fe de conocimiento. Estudio de títulos
La actuación del escribano de registro se cumple mediante los diversos actos
que está legalmente autorizado a ejecutar. Podemos sintetizar dichas
actividades de la siguiente manera:
Desde que el escribano es un profesional, ejerce una actividad que puede ser
requerida por los particulares en su propio interés. En este sentido, y dado el
carácter de función pública que reviste su actuación, en principio, el escribano
no podría negar su intervención. En efecto, el artículo 11 de la ley 12990
determina:
26
“Escritura pública. Definición. La escritura pública es el instrumento matriz extendido en el
protocolo de un escribano público o de otro funcionario autorizado para ejercer las mismas
funciones, que contienen uno o más actos jurídicos. La copia o testimonio de las escrituras
públicas que expiden los escribanos es instrumento público y hace plena fe como la escritura
matriz. Si hay alguna variación entre ésta y la copia o testimonio, se debe estar al contenido de la
escritura matriz”. Art. 299 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
27
“Protocolo. El protocolo se forma con los folios habilitados para el uso de cada registro,
numerados correlativamente en cada año calendario, y con los documentos que se incorporan
por exigencia legal o a requerimiento de las partes del acto. Corresponde a la ley local
reglamentar lo relativo a las características de los folios, su expedición, así como los demás
recaudos relativos al protocolo, forma y modo de su colección en volúmenes o legajos, su
conservación y archivo”. Art. 300 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina.
28
“Requisitos. El escribano debe recibir por sí mismo las declaraciones de los comparecientes,
sean las partes, sus representantes, testigos, cónyuges u otros intervinientes. Debe calificar los
presupuestos y elementos del acto, y configurarlo técnicamente. Las escrituras públicas, que
deben extenderse en un único acto, pueden ser manuscritas o mecanografiadas, pudiendo
utilizarse mecanismos electrónicos de procesamiento de textos, siempre que en definitiva la
redacción resulte estampada en el soporte exigido por las reglamentaciones, con caracteres
fácilmente legibles. En los casos de pluralidad de otorgantes en los que no haya entrega de
dinero, valores o cosas en presencia del notario, los interesados pueden suscribir la escritura en
distintas horas del mismo día de su otorgamiento. Este procedimiento puede utilizarse siempre
que no se modifique el texto definitivo al tiempo de la primera firma”. Art. 301 – Código Civil y
Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
32
d) Intervenir profesionalmente en los casos en que fuera
requerido, cuando su intervención está autorizada por las leyes
o no se encuentra impedido por otras obligaciones profesionales
de igual o mayor urgencia.29
Diversas son las situaciones en las cuales el notario podría ver comprometida su
responsabilidad, como vemos a continuación.
El notario debe cumplir con todas las formalidades exigidas por la ley para la
validez de los instrumentos por él otorgados. Son instrumentos públicos los
instrumentos que extienden los escribanos o los funcionarios públicos con los
requisitos que establecen las leyes (art. 289, inc. “b”). Asimismo, debe actuar
dentro de su competencia territorial y de sus atribuciones respecto de la
naturaleza del acto (art. 290 del CCC30), respetando los principios de
compatibilidad en relación a los intervinientes en el mismo (art. 291 del CCC 31)
y cumpliendo todas las formalidades prescriptas por la ley (art. 292 del CCC 32).
29
Art. 11. Ley 12990 – Ejercicio Profesional de Escribanos. Honorable Congreso de la Nación.
30
“Requisitos del instrumento público. Son requisitos de validez del instrumento público: a) la
actuación del oficial público en los límites de sus atribuciones y de su competencia territorial,
excepto que el lugar sea generalmente tenido como comprendido en ella; b) las firmas del oficial
público, de las partes, y en su caso, de sus representantes; si alguno de ellos no firma por sí
mismo o a ruego, el instrumento carece de validez para todos”. Art. 290 – Código Civil y
Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
31
“Prohibiciones. Es de ningún valor el instrumento autorizado por un funcionario público en
asunto en que él, su cónyuge, su conviviente, o un pariente suyo dentro del cuarto grado o
33
La nulidad del acto (art. 30933, en concordancia con el Capítulo 9 del Título IV,
Libro Primero) por causa de estas omisiones o violaciones en que incurriese el
escribano compromete su responsabilidad por los daños que se ocasionaren
a las partes otorgantes del acto o a terceros.
segundo de afinidad, sean personalmente interesados”. Art. 291 – Código Civil y Comercial de la
Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
32
“Presupuestos. Es presupuesto para la validez del instrumento que el oficial público se
encuentre efectivamente en funciones. Sin embargo, son válidos los actos instrumentados y
autorizados por él antes de la notificación de la suspensión o cesación de sus funciones hechos
conforme a la ley o reglamento que regula la función de que se trata.
Dentro de los límites de la buena fe, la falta de los requisitos necesarios para su nombramiento e
investidura no afecta al acto ni al instrumento si la persona interviniente ejerce efectivamente un
cargo existente y actúa bajo la apariencia de legitimidad del título.” Art. 292 – Código Civil y
Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
33
“Nulidad. Son nulas las escrituras que no tengan la designación del tiempo y lugar en que sean
hechas, el nombre de los otorgantes, la firma del escribano y de las partes, la firma a ruego de
ellas cuando no saben o no pueden escribir y la firma de los dos testigos del acto cuando su
presencia sea requerida. La inobservancia de las otras formalidades no anula las escrituras, pero
los escribanos o funcionarios públicos pueden ser sancionados”. Art. 309 – Código Civil y
Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
34
Art. 23. Ley 12990 – Ejercicio Profesional de Escribanos. Honorable Congreso de la Nación.
34
no requirió el pertinente certificado y que existían obligaciones pendientes con
el consorcio.
Secreto profesional
Este tema también fue tratado por las Jornadas Sanjuaninas de Derecho Civil
desarrolladas en 1982. Buena parte de la doctrina entiende que, si bien el
escribano es un profesional de derecho con una función pública, no es un
funcionario público y, en consecuencia, no le resulta aplicable el art. 1112 del
CC (hoy derogado). Parece lógico que si el escribano no es un dependiente del
35
estado al realizar su función, tampoco lo sea al momento de causar un daño a
terceros.
35
“Obra en ruina o impropia para su destino. El constructor de una obra realizada en inmueble
destinada por su naturaleza a tener larga duración responde al comitente y al adquirente de la
obra por los daños que comprometen su solidez y por los que la hacen impropia para su destino.
El constructor sólo se libera si prueba la incidencia de una causa ajena. No es causa ajena el
36
En caso de intervención múltiple de profesionales en la ejecución de una obra y
de que cada uno de ellos cumpla diferentes tareas, será de aplicación, según el
carácter de la intervención, la responsabilidad directa (art. 1749 del CCC) o el
daño colectivo regulado por el art. 1760 del CCC.
En la economía actual, las entidades dependen más unas de otras, de modo tal
que la información sobre la situación financiera puede generar
responsabilidad. La auditoría independiente, efectuada por contadores
públicos, de los estados contables de una entidad es un servicio vital para los
inversionistas, acreedores y otros participantes en los intercambios
económicos.
vicio del suelo, aunque el terreno pertenezca al comitente o a un tercero, ni el vicio de los
materiales, aunque no sean provistos por el contratista”. Art. 1273 – Código Civil y Comercial de
la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
“Extensión de la responsabilidad por obra en ruina o impropia para su destino. La
responsabilidad prevista en el artículo 1273 se extiende concurrentemente: a) a toda persona
que vende una obra que ella ha construido o ha hecho construir si hace de esa actividad su
profesión habitual; b) a toda persona que, aunque actuando en calidad de mandatario del dueño
de la obra, cumple una misión semejante a la de un contratista; c) según la causa del daño, al
subcontratista, al proyectista, al director de la obra y a cualquier otro profesional ligado al
comitente por un contrato de obra de construcción referido a la obra dañada o a cualquiera de
sus partes”. Art. 1274 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
36
Venturini & Szafir e n Kemelmajer de Carlucci & Bueres, 1997.
37
capital, fusiones, adquisiciones e inversiones, etc., depende de la información
que la gerencia suministra en los estados contables y del grado de seguridad de
los mismos. El contador deberá evaluar:
38
procedimientos para verificar, corroborar o revisar la información
suministrada por el personal de la entidad. El profesional no proporciona
seguridad alguna sobre la conformidad de los estados contables con normas
contables adecuadas.
39
15. Responsabilidades
especiales
15.1. Responsabilidad derivada del
transporte de personas y cosas
Fundamento
b) Que el traslado se realice por el medio acordado, que puede ser naviero,
terrestre o aéreo.
40
ampliando las proyecciones jurídicas correspondientes a la defensa del
consumidor.
37
Art. 1280 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
38
Art. 1286 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
39
Art. 1291 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
41
responsabilidad del transportista de personas por muerte o daños corporales se
tienen por no escritas”40.
40
Art. 1292 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
41
Art. 1309 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
42
Art. 1310 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
43
Art. 1311 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
42
disminución no ha ocurrido por la naturaleza de las cosas o que,
por las circunstancias del caso, no pudo alcanzar la magnitud
comprobada.44
44
Art. 1312 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
43
extracontractual. En atención a la unidad de sistema, dicha discusión es
abstracta.
44
dice víctima del acto ilícito… El derecho, en su conjunto, debe
inspirarse en concepciones éticas, y si a ellas responde el que
quien hace un servicio gratuito debe estar menos obligado de
sus consecuencias que el que lo proporciona a título oneroso, su
significado debe ser amplio y comprender tanto a los
contratantes como a los obligados extracontractualmente, y
verse en ello una regla legal de alcance general, antes que a una
voluntad presumida de las partes. Aplicando este concepto al
transporte benévolo, es de justicia que la responsabilidad del
transportador, en casos de accidente, se juzgue con menos
severidad que la puesta ordinariamente para apreciar la
conducta en general del autor de un acto ilícito, por cuanto, si
así no se hiciera, el altruismo elementario llegará a ser un acto
raro y meritorio de parte de aquellos que se arriesgan a
cumplirlo. De más está decir que la gratuidad del servicio no
supone liberación absoluta del transportador; su efecto es sólo
moderar su responsabilidad, apreciando adecuadamente los
hechos constitutivos de culpa o imprudencia de acuerdo a las
circunstancias ocurrentes en cada caso.45
Eximentes
45 TSJ Córdoba in re: “RODRÍGUEZ NORA ETEL C/ SUCESIÓN Y/O SUCESORES DE OLIVA
JUAN CARLOS - ORDINARIO - DAÑOS Y PERJUICIOS - RECURSO DE CASACIÓN (EXPTE.
R 22/09)”, Sentencia 38, 29.02.12 El texto completo puede verse en:
goo.gl/0CRTrG
46
CSJN in re: “Melnik de Quintana Mirna Elena y otro c/ Carafi, Juan Manuel y otros” de fecha 23
de octubre de 2001 (RCYS 2002-763).
45
Legitimación activa
Legitimación pasiva
Plazos de prescripción
46
no se pueda recurrir a la analogía, es aplicable el derecho común en forma
supletoria.
47
Art. 330. Ley 20094 – Navegación. Poder Ejecutivo Nacional.
47
La empresa responde también por el daño material o moral causado al
pasajero por demoras imputables a ella. En este caso, la responsabilidad es
integral.
48
lugar, el obrero intentaba lograr una indemnización basada en la
responsabilidad objetiva del patrono; por otro lado, soportaba una limitación
cuantitativa en el monto indemnizado que estaba tarifado.
49
ARTICULO 39. — Responsabilidad civil.
1. Las prestaciones de esta ley eximen a los empleadores de toda responsabilidad civil, frente a
sus trabajadores y. a los derechohabientes de éstos, con la sola excepción de la derivada del
artículo 1072 del Código Civil.
2. En este caso, el damnificado o sus derechohabientes podrá reclamar la reparación de los
daños y perjuicios, de acuerdo a las normas del Código Civil.
3. Sin perjuicio de la acción civil del párralo anterior el damnificado tendrá derecho a las
prestaciones de esta ley a cargo de las ART o de los autoasegurados.
4. Si alguna de las contingencias previstas en el artículo 6. de esta ley hubieran sido causadas
por un tercero, el damnificado o sus derechohabientes podrán reclamar del responsable la
reparación de los daños y perjuicios que pudieren corresponderle de acuerdo con las normas del
Código Civil. de las que se deducirá el valor de las prestaciones que haya percibido o deba
recibir de la ART o del empleador autoasegurado.
5. En los supuestos de los apartados anteriores, la ART o el empleador autoasegurado, según
corresponda, están obligados a otorgar al damnificado o a sus derechohabientes la totalidad de
las prestaciones prescriptas en esta ley, pero podrán repetir del responsable del daño causado el
valor de las que hubieran abonado, otorgado o contratado.
49
15.3. Responsabilidad por accidentes
deportivos 50
50
Véase Pizarro & Vallespinos, 2012, V; Pizarro & Vallespinos, 2013.
51
Camara Civil y Comercial de Lomas de Zamora, sala 1, 2-11-2004, en autos “Angelakis, Nicolás
G. c/ Tamagno, Sergio C. s/ Daños y perjuicios”; RCyS 2005-V, 37, con nota de Pablo Barbieri -
LLBA 2005 (febrero), 83
50
puede afirmar que el deporte se caracteriza por los siguientes elementos:
a) limitación o reglamentación de la práctica física o intelectual; b)
competencia por el triunfo; c) intensidad en el esfuerzo; d) búsqueda de un
mejoramiento personal o de un fin saludable.
Los espectadores, por otro lado, pueden experimentar daños provocados por el
desarrollo de la actividad deportiva, así como también daños originados por el
hecho de la reunión deportiva, pero con causa ajena a la competencia misma.
51
15.3.3. Naturaleza de la responsabilidad
El deporte como juego, como profesión, como espectáculo forma parte
importante de la vida del hombre, y los propios sistemas jurídicos incentivan tal
actividad. Pero tal como vimos más arriba, esta actividad puede ser riesgosa.
Imaginemos algo tan simple como un partido de fútbol y las lesiones que
pueden derivar de un choque entre jugadores, pero también el ajedrez es un
deporte y tal actividad, en principio, no implica riesgo físico para los jugadores.
Por eso debemos siempre estar caso por caso y utilizar la racionalidad para el
análisis.
Por lo cual, por regla, si se produce alguna lesión derivada de ese riesgo propio
de la actividad, no hay obligación de reparar, la que sí existiría cuando el mismo
hecho se produce fuera del juego. Si el juego es lícito –dijimos que muchas
veces lleva un componente de riesgo para la integridad física de los jugadores-,
la actualización de esa potencialidad en un daño concreto es algo aceptado por
ellos de antemano como posible y entra, de algún modo, en la categoría de
quien se ocasiona su propio daño. Por ejemplo, los daños causados entre dos
luchadores de yudo no son indemnizables, pero, si en un partido fútbol en la
playa, es lesionada una persona ajena al juego que se encontraba tomando sol,
quien patea la pelota y el dueño de ésta son responsables por el daño
ocasionado. Nos remitimos al apartado 15.3.1 y 2 para completar la idea.
15.3.4. Eximentes
Puede expresarse, en un enfoque que puede ser considerado como una
armonización de todas las diversas teorías absolutorias, que la
irresponsabilidad en los accidentes deportivos resulta de la concurrencia de
diversos elementos: la ilicitud del juego o deporte mismo; el consentimiento de
la víctima para exponerse y someterse a los riesgos inherentes al deporte que
practica; la ausencia de dolo, culpa u otra circunstancia que comporte la
responsabilidad del autor del daño; y, finalmente, la observancia de las reglas,
pragmáticas o cánones del juego o deporte de que se trate.
Recordemos aquí que el art. 1719 del CCC regula la asunción de riesgos.
52
Art. 1719 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
52
¿Cuál sería el rol causal de la asunción de riesgos en hipótesis cuando un
deportista acepta practicar un deporte que entraña riesgos y sufre un daño? La
doctrina (Tolosa- Gonzalez Rodriguez 2015) entiende que la decisión voluntaria
y libre de la víctima de participar de una actividad deportiva implica un hecho
propio con relevancia causal en los riesgos llamados normales, genéricos,
típicos u ordinarios. Si además, hubo riesgos considerados extraordinarios,
atípicos o anormales, y estos fueron causa del daño, habrá que analizar quién
generó tales riesgos. Si fueron generados voluntaria y libremente por la víctima
–por ejemplo, el caso del automovilista o el motociclista que participa de una
competencia sin la protección personal adecuada-, se configurará un hecho del
damnificado que interrumpa total o parcialmente el nexo causal53
Adicionalmente, el segundo párrafo del art. 1719 brinda una solución clara,
equitativa y razonable para el caso de quien voluntariamente se expone a un
riesgo o peligro para salvar los bienes de otra persona: los llamados casos de
abnegación o altruismo. Se reconoce el derecho a ser indemnizado de quien
realizó el acto de abnegación o altruismo, por parte de quien creó la situación
de peligro o por el beneficiado por dicho acto. Pero en el segundo caso, a
diferencia del primero, la reparación sólo procede en la medida del
enriquecimiento obtenido por el beneficiario (Tolosa-González Rodríguez).54
15.4.1. Caracterización
Los espectáculos públicos son aquellos que se brindan para diversión o
distracción de quienes concurren a ellos, posibilitando normalmente el acceso
a una considerable cantidad de espectadores. Los espectáculos públicos
constituyen un gran atractivo o tienen importante significación para el espíritu
de los hombres, pero, asimismo, pueden ser fuente de riesgo para los
mismos. Respecto de los espectáculos públicos deportivos, estas conclusiones
se agravan cuando vemos la proliferación de sucesos violentos en lugares que
deberían ser de esparcimiento.
53
Para ampliar véase: Tolosa, Pamela González Rodríguez, Lorena Asunción de riesgos y
consentimiento del damnificado en el nuevo Código Civil y Comercial RCyS2015-IV, 46
54
Tolosa, Pamela González Rodríguez, Lorena Asunción de riesgos y consentimiento del
damnificado en el nuevo Código Civil y Comercial RCyS2015-IV, 46
53
15.4.2. Naturaleza
El contrato de espectáculo público se celebra entre el organizador del
mismo y el espectador. El primero se obliga a hacer ejecutar una obra
intelectual, en las condiciones ofrecidas y publicitadas a la otra parte,
generalmente a cambio de una contraprestación en dinero. Es un contrato
innominado, bilateral, generalmente oneroso y conmutativo, de consumo y
por adhesión a condiciones generales.
54
a) Percibir el precio de la entrada o ticket.
55
La responsabilidad es sin perjuicio de la que pueda pesar sobre estado por el
incumplimiento u omisión de los deberes de poder de policía. Lo mismo para el
caso de que otros posibles legitimados sean considerados responsables de los
daños (v. g., asociaciones o federaciones que agrupan clubes de fútbol, etc.).
En efecto, la AFA fue condenada por daños causados en el fallo “Mosca, Hugo
Arnaldo c/ Buenos Aires, Provincia de (Policía Bonaerense) y otros s/ daños y
perjuicios” (CSJN – 6/03/2007). Aconsejamos su lectura y nos remitimos a dicho
fallo, que se encuentra en las lecturas complementarias.
15.4.5. Eximentes
En materia de daños causados por concurrentes, organizadores o protagonistas
del espectáculo deportivo, la responsabilidad se basa en la obligación de
seguridad de tipo objetiva con fundamento en el riesgo de empresa. En
consecuencia, las eximentes que serán idóneas para eximir total o parcialmente
serán las eximentes vinculadas con la relación de causalidad y los factores
objetivos de atribución estudiados en la unidad 8, a los cuales nos remitimos.
15.5.1. Noción
La temática que analizaremos ahora se encuentra incluida en otra más amplia y
genérica que es la de los daños causados y sufridos por menores. Es frecuente
y alarmante la proliferación de hechos ilícitos que tienen por damnificados a
56
menores de edad. En consecuencia, en este acápite, centraremos nuestro
enfoque en la responsabilidad de los propietarios de establecimientos
educativos por los daños causados y sufridos por los estudiantes menores que
se encuentren bajo el control de la autoridad educativa.
c) Quedan comprendidos tanto los daños causados como los sufridos por
menores que se hallen bajo el control de la autoridad educativa. Lo
expuesto implica un espectro amplio de circunstancias que se condice
con la realidad actual.
55
Art. 1117 – Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26994. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
57
f) La responsabilidad del propietario del establecimiento educativo puede
concurrir con la de otros legitimados pasivos, sin que ello implique su
eximición.
El Código Civil y Comercial, siguiendo el citado art. 1117 del Código Civil,
establece en su art. 1767 la responsabilidad civil de los titulares
establecimientos educativos por los daños causados o sufridos por los alumnos
menores de edad que se hallen o deban hallarse bajo su control.
56
En este punto seguiremos a Sagarna, 2014.
57
Art. 1767 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
58
A diferencia del art. 1117 citado, modifica el vocablo “propietarios” de
establecimientos educativos como legitimados pasivos por el término
"titulares" de un establecimiento educativo, entendiéndose a éste como aquel
que organiza el sistema de educación y emprende el servicio educativo. No
basta con que trate del propietario del inmueble donde se desarrolla la
actividad (Lorenzetti 2015). Se prefirió continuar con esta expresión,
"establecimientos educativos", del art. 1117. Consideramos que deberá
entenderse por tales a los comprendidos en la ley de educación jurisdiccional
(preescolar, escuelas primarias, secundarias, colegios para alumnos con
capacidades distintas, educación bilingüe, entre otros, por ejemplo, y no
estarían así incluidos las guarderías, las colonias de vacaciones, los institutos de
enseñanza especializada que no impartan educación pública obligatoria –como
idiomas, música, danza, arte-, los clubes, los gimnasios, etc.), aunque una
tendencia minoritaria de algunos fallos aislados está aplicando dicha norma a
otros institutos que de alguna forma imparten educación tales como los centros
de día, boy scouts, etc. (Sagarna, 2014)58.
15.5.4. Fundamento
La responsabilidad del titular del establecimiento educativo es objetiva y se
basa en el factor de atribución "garantía", es decir que aquél garantiza que, si el
alumno sufre o provoca un daño, responderá por este perjuicio (Sagarna 2014)
15.5.5. Requisitos
Entre los requisitos imprescindibles para la responsabilidad del titular del
establecimiento educativo se hallan: 1) el hecho ilícito del alumno; 2) que se
trate de un alumno de un establecimiento educativo donde se imparta
educación pública según cada ley educativa jurisdiccional; 3) que el alumno sea
menor de edad; 3) que el daño sea sufrido o provocado por el estudiante; 4)
que el daño se haya producido estando o debiendo estar el menor bajo la
autoridad escolar.
58
Para ampliar debe verse: Sagarna, Fernando Alfredo Responsabilidad civil directa y por el
hecho de terceros. En el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación La Ley Sup. Especial
Nuevo Código Civil y Comercial 2014 (Noviembre), 17/11/2014, 143.
59
15.5.6. Eximentes
La responsabilidad del titular del establecimiento educativo y del alumno es
concurrente (conf. art. 850 del CCC), respondiendo aquél en su calidad de
organizador de la educación y éste como estudiante por el hecho propio por
responsabilidad directa (conf. art. 1749 del CCC).
Siguiendo al art. 1117 del Código Civil derogado, sólo se exime el titular del
establecimiento educativo con la demostración del caso fortuito (art. 1767 del
CCC), eximente de interpretación restrictiva.
El art. 1767, 3er párrafo, del CCC, excluye a los establecimientos de educación
superior y a las universidades –públicas y privadas- de su ámbito de aplicación,
pues, como bien se lee en los Fundamentos del Anteproyecto, en estos centros
de estudio "no puede predicarse que exista un deber de cuidado similar al de
los otros establecimientos" (Lorenzetti, Highton de Nolasco & Kemelmajer de
Carlucci, 2012, http://goo.gl/K8bpzE ). Mismo sentido, pero menor claridad
terminológica se observa en el art. 1117 del Código de Vélez, ya que esta norma
excluye con terminología imprecisa a los "establecimientos de nivel terciario o
universitario". También se entiende excluido el nivel de postgrado, por estar
comprendido dentro del universitario en sentido genérico (Sagarna 2014).
Valoración de la conducta
Amén de ello, conforme al segundo párrafo del art. 1725 del CCC, continuando
con la línea trazada por el art. 909 del Código Civil derogado, cuando exista una
confianza especial entre las partes y esta confianza haya sido uno de los
motivos de la contratación, el juez deberá tener en cuenta la "condición
especial del agente" al evaluar la responsabilidad civil del deudor.
60
Compatibilidad del art. 1767 con otras normas del Código Civil y Comercial
El titular del establecimiento educativo es sujeto pasivo en los términos del art.
1767 del CCC por ser el organizador que estaba o debía estar a cargo de la
vigilancia del alumno, por ser el principal del dependiente que causó el daño al
estudiante en función del art. 1753 del CCC o por ser el dueño o guardián de la
cosa que le causó perjuicios a la víctima en función de los arts. 1757, 1758,
1759 y 1769 del CCC. En todos los ámbitos juegan distintos requisitos de la
responsabilidad civil. En el art. 1767, nos dice la doctrina, la eximente se
restringe al caso fortuito, a diferencia de las otras normas donde las causales
liberatorias de hecho del damnificado y hecho del tercero juegan también un
papel preponderante a la hora de la exención (Sagarna 2014)
61
15.6. Responsabilidad por lesión al
derecho de crédito
62
sobre la situación jurídica subjetiva de otro, causando al respectivo titular un
perjuicio inmediato y directo59.
Esta norma rige respecto de la relación de los bancos con el Banco Central de la
República Argentina, quien ejerce el poder de policía financiero; y respecto
de relación de los bancos y demás entidades financieras con sus clientes.
59
Para ampliar puede verse Bustamante Alsina, J (1993), Teoría general de la responsabilidad
civil, 9ª ed., Buenos Aires: Abeledo-Perrot, pag. 634 y ss
60
Art. 1. Ley 21526 – Entidades Financieras. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
63
Gran parte de los contratos bancarios tendrán como cliente a una persona que
califique como consumidor o usuario, lo que de inmediato implica la remisión a
las disposiciones generales para los contratos de consumo (arts. 1092 y ss. del
CCC), tal como lo establece el art. 1384 del CCC.
61
Art. 1413 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
64
En primer lugar, del texto de la norma pareciera desprenderse que el factor de
atribución es subjetivo, pues la referencia a la idoneidad de la custodia alude a
un deber de diligencia, fuera del ámbito de la responsabilidad objetiva.
La pauta que viene mostrando el nuevo Código en sus artículos indica que, en
casos de cláusulas limitativas de responsabilidad, se tienen por no escritas,
como en la responsabilidad en el transporte de personas por los daños
corporales o muerte (art. 1292 del CCC). Pero aquí, en el contrato de caja de
seguridad, autoriza este tipo de cláusulas de limitación de responsabilidad
referidas al monto por el cual responderá el banco.
Parece ser que el legislador toma como válida la idea de distribución de riesgos
entre el banco y el usuario. Este aspecto no responde a la idea de reparación
integral (art. 1740 del CCC), pero sí a la previsibilidad a la que alude el art. 1728
del CCC. De todos modos, si, conforme el art. 1120 del CCC, en el caso concreto
se entiende que la cláusula es abusiva, opinamos que no podría ser aplicable.
65
a) La ley 22262 penaliza conductas sobre la base de tres actos:
i. Distorsión de la competencia.
66
cuando no puedan acreditar los verdaderos responsables de la fabricación,
fraccionamiento, importación o comercialización de los productos o frutos.
d) Contenido neto.
Los productos fabricados en el país, al igual que los frutos nacionales, deben
consignar la indicación de “Industria Argentina” o “Producción Argentina”
cuando se proveen en el mercado interno. Son considerados productos
argentinos aquellos que se elaboran en nuestro país, aunque utilicen materias
primas extranjeras en cualquier proporción.
67
15.7.3. Responsabilidad derivada de la publicidad
comercial
La publicidad comercial irregular, engañosa o abusiva es idónea para afectar el
derecho a la información adecuada y veraz, a la salud y seguridad, a la
protección de los intereses económicos, a la libertad de elección, al trato digno
y no discriminatorio garantizados por los art. 42 y 43 de la Constitución
Nacional. Estas garantías constitucionales se hacen efectivas por las siguientes
leyes, a cuyo texto nos remitimos:
68
16. Responsabilidades
especiales
16.1. Responsabilidad por daño
informático
69
de las actividades relacionadas con el tratamiento electrónico de la
información. Si bien se puede discutir la existencia de una rama autónoma
del derecho, lo cierto es que el tratamiento legislativo específico de este
nuevo fenómeno es necesario.
70
f) Si existe contrato entre el operador del sistema y el damnificado,
la responsabilidad es contractual por violación del deber de seguridad
fundado en la buena fe de las partes. Si no existe relación jurídica
anterior, la responsabilidad es extracontractual.
La información inexacta es aquella que no concuerda con la verdad por ser falsa
o errónea (Pizarro y Vallespinos, 2012) y la información es falsa cuando es
engañosa, fingida o simulada para dar al hecho una apariencia distinta de la
realidad. La información es errónea cuando ella es el resultado de un concepto
equivocado que en la mente del informante difiere de la realidad (Pizarro y
Vallespinos 2012). En ambos casos, la información no es verdadera, pero, en el
segundo caso, el informador obra con dolo o de mala fe. Mientras que cuando
la información se da por error, ello implica un acto no consciente y de buena fe.
63
Para ampliar, ver Pizarro & Vallespinos, 2012, V, pag. 721 y ss.
71
La doctrina coincide en que la víctima tiene el derecho de solicitar la retracción
o derecho de réplica ante injurias o calumnias inferidas mediante medios
periodísticos o de comunicación social. En efecto, se podría solicitar tal
publicación en el mismo u otros medios de prensa a fin de lograr desagraviar al
damnificado del hecho ilícito.
64
CSJN, in re "Campillay c/La Razón", 15-V-1986, L.L., t. 1986-C, pág. 406. Conforme citan los
autores referidos en la nota que antecede.
65
CSJN, in re "Campillay c/La Razón", 15-V-1986, L.L., t. 1986-C, pág. 406.
72
editor del periódico que da a conocer las falsas imputaciones no
puede quedar exento de la responsabilidad civil emergente de
tales actos. 66
66
CSJN, in re "Campillay c/La Razón", 15-V-1986, L.L., t. 1986-C, pág. 406.
67
CSJN, in re "Campillay c/La Razón", 15-V-1986, L.L., t. 1986-C, pág. 406.
68
CSJN, in re "Campillay c/La Razón", 15-V-1986, L.L., t. 1986-C, pág. 406.
73
En 1986, la Corte elaboró la llamada “doctrina Campillay”, según la cual la
atribución directa de la noticia a una fuente y su fiel reproducción, el
mantenimiento en reserva de la identidad de las personas involucradas en el
hecho ilícito, o bien la formulación de la información en términos potenciales y
no asertivos resultan suficientes para eximir de responsabilidad a los medios
de prensa. Nos remitimos al texto del fallo Campillay ubicado en la carpeta de
lecturas complementarias69.
69
Para una interpretación adecuada del texto del fallo, el alumno debe consultar: Pizarro &
Vallespinos, 2012, V; Pizarro & Vallespinos, 2013.
74
dependientes (art. 1753 del CCC). La responsabilidad de los periodistas, en
cambio, tendría base subjetiva, es decir que debería ser antijurídica y culpable.
Doctrina que consagra como principio la culpa, pero que admite con
mayor amplitud supuestos de responsabilidad objetiva
a) Ante el abuso del derecho; actual art. 10 del CCC (derogado art.
1071 del CC).
Esta doctrina, sostenida por Pizarro, se inclina, junto con otro sector
minoritario, a considerar que la responsabilidad de los medios masivos de
comunicación, al igual que la de los periodistas, derivada de informaciones
que versan sobre hechos inexactos o agraviantes, es objetiva, sustentada en
la idea de riesgo creado por la actividad desarrollada y de empresa (conforme
opinión basada en el texto del derogado art. 1113 del CC70). El riesgo es
regulado expresamente el art. 1757 del CCC y se adecua a la hipótesis
planteada por el autor.
La doctrina de la real malicia surge del caso “New York Times vs.
Sullivan” (1964), resuelto por la Corte Suprema de los Estados Unidos, en el
70
Véase Pizarro & Vallespinos, 2012, V; Pizarro & Vallespinos, 2013.
75
cual se establecen parámetros para proteger a la prensa de las demandas
judiciales de tipo civil o penal, promovidas por funcionarios públicos afectados
en su honra por informaciones sobre su desempeño oficial que no se ajustaban
a la verdad objetiva de lo sucedido.
En tal sentido, dicha corte sostuvo que el funcionario público no podrá ser
indemnizado en el caso de que se realicen manifestaciones inexactas y
difamatorias respecto del ejercicio de su cargo, a menos que se pruebe que
dichas manifestaciones fueron realizadas con “real malicia”, es decir, a
sabiendas de su falsedad o con temeraria despreocupación sobre su verdad o
falsedad. El funcionario, asimismo, deberá probar el carácter difamatorio de la
noticia y la real malicia del medio informante. En ese sentido, la garantía de
libertad de prensa se extiende no sólo respecto de las informaciones exactas,
sino también de aquellas que, pese a ser falsas o inexactas, no han sido
realizadas con mala fe.
71
CSJN, “Héctor Rubén Costa c. Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y otros”,
12/05/1987 ED, 123-128.
76
Tal como hemos señalado más arriba, el tema que nos ocupa es complejo, ya
que linda con la garantía constitucional de la libertad de expresión y de prensa
sin censura previa (arts. 14 y 32 de la CN) y el derecho a la información, y, a la
vez, con el derecho a la intimidad, privacidad y honor (arts. 19 y 33 de la CN)
de las personas que pueden verse involucradas en noticias inexactas o
agraviantes. Cabe recordar que ambos derechos son relativos (no absolutos);
sin perjuicio de ello, la prevención de los daños a las personas por las
manifestaciones erróneas o inexactas se vuelve ilusoria, en virtud de la
prohibición de la censura previa prescripta en la Constitución Nacional. De tal
modo, lo que sucede normalmente es que se causa el daño y luego procede la
reparación en aquellos casos en los cuales corresponde.
72
Art. 14. Pacto de San José de Costa Rica. Convención Americana sobre Derechos Humanos.
77
…remedio legal inmediato a la situación de indefensión en
que se encuentra el común de los hombres frente a las
agresiones a su dignidad, honor e intimidad cuando son llevados
a cabo a través de los medios de comunicación social.73
73
Corte Sup., 7/7/1992, “Ekmekdjian, Miguel Angel c/ Sofovich, Gerardo y otros”, Fallos
315:1492.
74
LL 2010-C-570
75
Fallos: 331:1530
76
LL 2010-C-570
77
LL 2010-C-570
78
Por otra parte, los jueces Fayt y Petracchi, pese a que coincidieron con la
mayoría en el rechazo a lo decidido por la Cámara, se remitieron al fallo Costa 78
y agregaron que
78
Fallos: 310:508
79
CSJN Di Salvo, Miguel Ángel c/ Diario La Mañana s/ daños y perjuicios. D. 281. XLIII. Del voto
de los jueces Fayt y Petracchi
79
ley también serán aplicables, en cuanto resulte pertinente, a
los datos relativos a personas de existencia ideal. En ningún
caso se podrán afectar la base de datos ni las fuentes de
información periodísticas.80
80
religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición
económica, condición social o caracteres físicos”82.
El art. 2 de la ley referida eleva las penas de todo delito reprimido por el Código
Penal o leyes complementarias cuando los mismos sean cometidos “por
persecución u odio a una raza, religión o nacionalidad, o con el objeto de
destruir en todo o en parte a un grupo nacional, étnico, racial o religioso”83.
Por último, el art. 3 sanciona con pena de prisión de un mes a tres años a
quienes
82
Art. 1. Ley 23592 – Actos Discriminatorios. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
83
Art. 2. Ley 23592 – Actos Discriminatorios. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
84
Art. 3. Ley 23592 – Actos Discriminatorios. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
81
aspecto externo, que tiene relación con los terceros y la posición de una víctima
o de un autor de un hecho ilícito en una relación de familia (Medina 2015)85.
En el aspecto interno, los temas que vamos a abordar con relación al Código
Civil y Comercial son:
85
Para ampliar puede verse Medina, Graciela Daños en el derecho de familia en el Código Civil
y Comercial Publicado en: RCyS 2015-IV , 287
82
y suprime el deber de fidelidad como deber jurídico, limitándolo a un deber
moral.
La respuesta derivada de las normas nos inclina por una respuesta negativa.
Reafirma esta conclusión la posibilidad del cónyuge de peticionar una
compensación económica (art. 441 del CCC).
Sin embargo, Graciela Medina (2015) entiende que, aun en el actual sistema,
ello es posible. La cuestión dogmatica que aquí se plantea es opinable.
86
Art. 401 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
87
Art. 587 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
83
consagración del interés superior del niño, tanto en las cuestiones
administrativas, legislativas y judiciales. Asimismo, la Convención establece
que el niño tiene derecho a conocer a sus padres; se impone a los estados
partes el compromiso de preservar su intimidad, la nacionalidad, el nombre,
las relaciones familiares, de conformidad con la ley (arts. 7 y 8).
Por otra parte, la sanción de la ley 23264 implicó situar a la mujer y a la madre
en una posición diferente, ahora a la par del padre respecto a la patria
potestad, y, asimismo, se equipararon los hijos matrimoniales y
extramatrimoniales, adecuándose a lo prescripto por la Convención Americana
de Derechos Humanos, Pacto de San José de Costa Rica del año 1969 (ley
23054), que prescribe que la ley debe reconocer iguales derechos tanto a los
hijos nacidos fuera de matrimonio como a los nacidos dentro del mismo.
a) Realidad biológica.
c) No discriminación.
84
c) La antijuridicidad, es decir, la existencia de un actuar contrario a
derecho que en este supuesto aparece a través de una omisión –el
no reconocimiento-. La filiación extramatrimonial no reconocida
espontáneamente es reprochable jurídicamente. Este principio se
inserta en uno más amplio, el de la responsabilidad en el derecho de
familia, el cual fue receptado mayoritariamente por la jurisprudencia y
la doctrina argentina. El quebrantamiento del deber jurídico supone
por sí mismo la violación de principios éticos y morales que hacen a la
supervivencia de la familia y, hasta podríamos decir, de la sociedad
misma.
Esta norma se complementa con el artículo 557, que prevé: "El juez puede
imponer al responsable del incumplimiento reiterado del régimen de
comunicación establecido por sentencia o convenio homologado medidas
razonables para asegurar su eficacia”89. El Código Civil y Comercial facilita,
alienta y protege las relaciones de los ascendientes, descendientes, hermanos
bilaterales o unilaterales y parientes por afinidad, con los menores y las
personas con capacidad restringida y, en especial, las relaciones de los nietos
con los abuelos, y sanciona, desalienta y pena a quienes las impiden o a quienes
las ejercen de manera abusiva.
88
Art. 555 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
89
Art. 557 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
85
La responsabilidad civil por transmisión de enfermedades tiene una elaboración
bastante reciente, tanto en la doctrina como en la jurisprudencia. Ambas
estudian con creciente interés supuestos de daños genéticamente transmitidos
(por fecundación natural o asistida, al igual que contagio de enfermedades
graves o de creciente difusión, v. g., HIV, cólera, sífilis, hepatitis, etc.).
Los casos que analizaremos se refieren al supuesto de que los padres accionan
en razón de desconocer el vicio (originario o adquirido) del gameto empleado.
El otro polo de legitimación de tipo pasivo lo constituirá el personal o equipo
médico actuante. En el supuesto en que el donante conociera el vicio, el mismo
podría ser demandado igualmente.
86
que la responsabilidad es objetiva, en virtud de la obligación de
seguridad en la utilización de cosas.
La doctrina argentina está dividida al respecto. Hay quienes opinan que debe
admitirse la responsabilidad de los progenitores en tales supuestos. Los
argumentos principales para verter dicha opinión es el enfoque del derecho de
daños que mira a la víctima, considerando que la procreación requiere un
actuar responsable. En posición contraria, entienden que, aunque las relaciones
familiares también se rigen por los principios generales la responsabilidad por
daños, asimismo se rigen por la solidaridad familiar o la piedad filial, no
debiendo admitirse la responsabilidad por los supuestos señalados.
Siguiendo al art. 1071 bis del Código Civil derogado, el actual art. 1770 del CCC,
destinado a la "protección de la vida privada", impone una medida preventiva,
siguiendo así a una de las funciones esenciales de la responsabilidad civil, como
lo es la “función preventiva" (arts. 1708 y 1710 del CCC), a pedido de parte y a
favor del damnificado, por intromisión en su vida, ya sea porque el legitimado
pasivo se entrometió en la vida ajena y publicó retratos, difundió
correspondencia, mortificó al damnificado en sus costumbres o sentimientos o
perturbó su intimidad de cualquier modo. Asimismo, el damnificado goza de
una indemnización plena por la perturbación de su vida privada (conf. art. 1740
87
del CCC). Conforme a lo normado en el mencionado art. 1740, por el que, en
supuestos de daños derivados de la lesión al honor, la intimidad o identidad
personal, el juez puede, a pedido de parte, publicar la sentencia condenatoria o
sus partes pertinentes, en el art. 1770 in fine se faculta al juzgador, a pedido del
agraviado, a publicar la resolución en un diario del lugar, si la misma coadyuva a
una adecuada reparación, entendiéndosela a dicha publicación como
resarcitoria siempre que, insistimos, cumpla con esos fines, constituyendo
muchas veces una parte ínfima de la indemnización debida.
La acusación calumniosa
90
Para ampliar la idea debe verse: Sagarna, Fernando Alfredo Responsabilidad civil directa y por
el hecho de terceros. En el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación La Ley Sup. Especial
Nuevo Código Civil y Comercial 2014 (Noviembre), 17/11/2014, 143
88
17. Ejercicio de las
acciones de
responsabilidad civil
17.1. Generalidades
91
Por ejemplo puede ocurrir que un sujeto sea demandado por un accidente de tránsito que se
produce en agosto de 2015. Pero el demandado adquiere el vehículo en noviembre de dicho año,
con lo cual no era el titular registral al momento del accidente. En este caso, ¿tiene legitimación
pasiva? ¿Qué ocurre si, por ejemplo, era guardián? ¿Debería demandarse al conductor y al
actual dueño? Todas estas cuestiones son las que tienen que ver con la legitimación. También el
ejemplo permite distinguir entre acción procesal y pretensión procesal. La primera es el derecho
de acudir a la jurisdicción buscando tutela jurídica, independientemente de la razón o sinrazón
del accionante, y puede da lugar al inicio de un proceso o procedimiento. La pretensión –
caracterizada como el contenido de la acción- tiene que ver con la posibilidad de obtener una
sentencia favorable en ese proceso. Cosa distinta es la demanda, que es un documento donde
se plasma la pretensión.
89
El problema de la legitimación activa y pasiva versa sobre la determinación del
sujeto legitimado para reclamar y el sujeto legitimado para recibir ese reclamo.
La legitimación activa y pasiva constituye un presupuesto de la pretensión para
la sentencia de fondo, ya que determina quiénes deben o pueden demandar o
ser demandados.
Como principio general, todo aquel que haya sufrido un perjuicio material
como consecuencia de un hecho o evento dañoso tiene derecho a la
reparación, salvo algunos supuestos donde la legitimación es limitada.
El Código Civil y Comercial dejo sin efecto el Capítulo IV del Título VIII de la
Sección II del Libro II del Código Civil derogado, que contenía los artículos 1096
a 1106. Estas normas regulan diferentes cuestiones, tales como:
e) La extinción de la acción.
90
expresa: “Para la procedencia de la indemnización debe existir un perjuicio
directo o indirecto”92, lo que otorga legitimación en ambos sentidos.
En relación al daño moral, los arts. 1741 y ss. del CCC reconocen derecho a
obtener reparación, cualquiera sea la fuente generadora del detrimento o el
hecho de atribución aplicable.
92
Art. 1739 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
91
Respecto de la reforma del CCC y la legitimación para reclamar daño moral, en
primer lugar podemos decir que ésta es sólo directa (únicamente la víctima) y
excepcionalmente será indirecta (art. 1741 del CCC).
93
Una palabra es vaga en la medida en que hay casos (reales) en los que su aplicabilidad es
dudosa. En términos lógicos, no es decidible sobre la base de los datos preexistentes y sólo
puede resolverse a partir de una decisión lingüística adicional
94
Ocurre cuando podemos delimitar los casos claramente incluidos y excluidos en un caso
(núcleo de certeza), pero entre ambas esferas se mantendrá también una zona de penumbra,
donde es dudoso si resulta o no predicable. Todas las expresiones lingüísticas, al menos las del
lenguaje natural, presentan algún grado de indeterminación. A esto es a lo que se hace
referencia cuando se habla de la textura abierta del lenguaje.
92
sus efectos obligan a éste95. Lamentablemente, el Código vigente no contempla
estas situaciones, por cuanto el texto elaborado por la comisión redactora fue
modificado, eliminándose los proyectados arts. 1745, 1746 y 1747 del
Anteproyecto.
Dice el CCC:
El texto del art. 1772 debe ser concordado con los arts. 15 y 16 del CCC, pues
determina quiénes están legitimados para reclamar daños a una cosa o un bien.
Estas normas deben ser relacionadas con el Libro Primero, Parte General,
Titulo III, Capítulo 1 (art. 225 y ss.), que trata sobre los bienes con relación a las
personas y los derechos de incidencia colectiva. Esta sección es un parte
general que regula todo el Libro Cuarto, dedicado a los derechos reales (art.
1882 y ss.).
95
Para profundizar sobre acciones de clase, intereses difusos, intereses individuales
homogéneos, ver Pizarro & Vallespinos, 2012, V, p. 843 y ss.
96
Art. 1772 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
97
Art. 1773 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
93
El artículo se ocupa de quienes pueden pedir la reparación de los daños que
afectan las cosas o los bienes y hace el distingo entre la vinculación real del
sujeto con la cosa o el bien, otorgando legitimación a:
Esas normas vienen a reemplazar el texto del art. 1110 del CC, que establecía
que puede pedir esta reparación no sólo el que es dueño o poseedor de la cosa
que ha sufrido el daño o sus herederos, sino también el usufructuario, o el
usuario, si el daño irrogase perjuicio a su derecho. Puede también pedirlo el
que tiene la cosa con la obligación de responder de ella, pero sólo en ausencia
del dueño. Como vemos, la redacción es similar, adecuándose la nueva norma
(arts. 1772 y 1773 del CCC) a la nueva regulación en materia de bienes y cosas.
98
Art. 1918 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
99
Art. 1921 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
94
17.2. Distintos legitimación pasivos.
Legitimados directos e indirectos.
El art. 1773 del CCC dispone: “Acción contra el responsable directo e indirecto.
El legitimado tiene derecho a interponer su acción, conjunta o separadamente,
contra el responsable directo y el indirecto”100.
Es por ello que la legitimación pasiva puede estar compuesta por este elenco de
sujetos, sean responsables directos o indirectos:
a) Autor del hecho (art. 1749 del CCC). Es responsable directo quien
incumple una obligación u ocasiona un daño injustificado por acción u
omisión. El autor del hecho que haya actuado con dolo o culpa (art.
1724 del CCC), o bien a quien le sea aplicable un factor objetivo de
atribución (art. 1722 del CCC).
b) Consejeros o cómplices del autor del delito (art. 1752 del CCC). El
encubridor responde en cuanto su cooperación ha causado daño.
c) Persona que lucró con los efectos de un delito. Este sujeto puede ser
demandado por indemnización de daños y perjuicios hasta la
concurrencia de lo que hubiera recibido (art. 32 del CP).
e) Personas que responden por los hechos de otro. Entre ellas, los padres,
tutores, curadores, el principal, etc. (Sección sexta, arts. 1753 y ss. del
CCC).
100
Art. 1773 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
95
17.2.1. Sujeto que se beneficia con los efectos de un
delito
Este sujeto puede ser demandado por indemnización de daños y perjuicios
hasta la concurrencia de lo que hubiera recibido (art. 32 del CP).
101
Art. 118. Ley 17418 – Seguros. Poder Ejecutivo Nacional.
96
17.2.3. Pluralidad de responsables. Remisión
Pudimos ver que el art. 1751 del CCC determina que, si varias personas
participan en la producción del daño que tiene una causa única, se aplican las
reglas de las obligaciones solidarias. Si la pluralidad deriva de causas distintas,
se aplican las reglas de las obligaciones concurrentes. Remitimos a lo expuesto
en la unidad 11.
97
los tres años. El transcurso del plazo de prescripción comienza el día en
que la prestación es exigible (art. 2554). Salvo el reclamo del
resarcimiento de daños por agresiones sexuales infligidas a personas
incapaces, que prescribe a los diez años. El cómputo del plazo de
prescripción comienza a partir del cese de la incapacidad. Toda otra
cuestión no recae en el plazo genérico del art 2560 de cinco años.
Ahora bien, como todo actor procesal, debe ajustarse a los requisitos que cada
ley foral establezca según sea la jurisdicción que corresponda. Por esta razón,
remitimos a los códigos procesales vigentes en cada provincia, sin perjuicio de
referirnos de modo genérico al Código Procesal Civil y Comercial de la Nación
como norma genérica, dejando a salvo –reiteramos- los recaudos específicos de
cada legislación procesal. Deberá el alumno consultar su sistema procesal
vigente.
98
pretensión sea identificado claramente, para factibilizar el ejercicio de defensa
del demandado. Es decir, que el demando sepa exactamente qué se le reclama.
En este punto, las normas procesales requieren que, si lo reclamado es una
suma de dinero, la misma sea estimada (art. 330102 del CPCCN).
102
Dice el último párrafo de la norma: “La demanda deberá precisar el monto reclamado, salvo
cuando al actor no le fuere posible determinarlo al promoverla, por las circunstancias del caso, o
porque la estimación dependiera de elementos aún no definitivamente fijados y la promoción de
la demanda fuese imprescindible para evitar la prescripción de la acción. En estos supuestos, no
procederá la excepción de defecto legal”. Art. 330 – Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
99
17.4.3. La sentencia de daños. Diversas clases de
sentencias en el juicio de daños. Fundamentación.
Principio de congruencia
Por imperio del principio de congruencia, que implica la exacta
correspondencia entre lo pretendido, lo resistido y lo fallado (arts. 34 inc. 4 y
163 inc. 6 del CPCCN), el juzgador queda sujeto a los reclamos planteados en la
demanda (y su contestación). El actor sujeta su petición a dichos rubros, ya que
lo contrario implicaría lesionar derechos de raigambre constitucional, como el
derecho de defensa en juicio (art. 18 de la CN). Si se trata de daños a la persona
que no hayan ocasionado la muerte, se deberá establecer detalladamente cada
una de las lesiones. Se deberá establecer si existe incapacidad sobreviniente
física y psíquica, qué medicamentos, estudios realizados, prótesis, asistencia
médica o de enfermería se requiere, etc. Del mismo modo, se deberá
especificar si existe daño moral y establecer los rubros perfectamente
detallados. Esto le permite al juez, al momento de sentenciar, expedirse acerca
de los mismos.
o Sentencias constitutivas.
103
Art. 165 – Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
100
Es decir, la sentencia siempre fijará el importe del crédito o de los perjuicios
reclamados (citado art. 165).
Ahora bien, puede ocurrir que las partes no hayan efectuado estimación o que
el monto no pueda computarse en esa instancia. En tales casos, el juez hará
lugar a la demanda, siempre que su existencia esté legalmente comprobada,
aunque no resultare justificado su monto.
Dice el principio general establecido por el art. 68 del Código Procesal Civil y
Comercial:
104
Art. 68 – Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
101
17.4.6. El recurso extraordinario y la responsabilidad
por daños
El recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación está
previsto en el art. 14 de la ley 48, que establece que
105
Art. 14. Ley 48 – Jurisdicción y Competencia de los Tribunales Nacionales. Honorable
Congreso de la Nación Argentina.
106
Art. 15. Ley 48 – Jurisdicción y Competencia de los Tribunales Nacionales. Honorable
Congreso de la Nación Argentina.
102
En los recursos de que tratan los dos artículos anteriores,
cuando la Corte Suprema revoque, hará una declaratoria sobre
el punto disputado, y devolverá la causa para que sea
nuevamente juzgada; o bien resolverá sobre el fondo, y aun
podrá ordenar la ejecución especialmente si la causa hubiese
sido una vez devuelta por idéntica razón.107
La ley fundamental, en su art. 31, dispone que: "Esta Constitución, las leyes de
la Nación que en su consecuencia se dicten por el Congreso y los tratados con
las potencias extranjeras son la ley suprema de la Nación"108. El recurso
extraordinario justamente tiene por misión lograr dicha supremacía de la
Constitución, las leyes dictadas por el Congreso y los tratados.
El proceso de daños puede ser campo fértil para que se constaten las
circunstancias que habilitan la interposición de este recurso. Para ello, se debe
realizar reserva de interposición del recurso extraordinario en la primera
oportunidad procesal. Entre las cuestiones que podrían dar apertura a este
recurso, pueden mencionarse la violación del derecho de defensa, igualdad
ante la ley, debido proceso, sentencia arbitraria, violación al derecho a la
reparación integral de jerarquía constitucional (art. 16, 18, 19 y 33 de la CN), al
igual que el derecho a la tutela a la integridad física y moral consagrada en el
107
Art. 16. Ley 48 – Jurisdicción y Competencia de los Tribunales Nacionales. Honorable
Congreso de la Nación Argentina.
108
Art. 31 – Constitución Nacional. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
103
Pacto de San José de Costa Rica. Respecto del derecho a la reparación y su
fundamento constitucional, nos remitimos a lo estudiado en el módulo 1. Sin
duda, la posibilidad de interponer el recurso extraordinario en virtud de la
violación de dicho principio de jerarquía constitucional es uno de los efectos
que tiene darle la mentada jerarquía al mismo.
104
18. Relaciones entre la
acción civil y la acción
penal
18.1. Acción civil y acción penal
La acción penal surge del delito criminal y tiene por objeto la punición del
dañador, mientras que la acción civil tiene como fundamento el daño
ocasionado a la víctima y busca la reparación del mismo. La acción penal tiene
en miras al presunto culpable, mientras que la acción civil mira a la víctima, su
indemnización y gira en torno a ella109.
109
Para un análisis completo de esta cuestión, deberá el alumno consultar: Pizarro &
Vallespinos, 2013, p. 661 y ss.; Pizarro & Vallespinos, 2012, V.
105
El Código Civil y Comercial de la Nación, al regular la cuestión, plasma en el
ordenamiento jurídico las ideas mayoritarias de la doctrina y jurisprudencia de
nuestro país.
Si bien el Código Civil de Vélez Sarsfield regulaba, en sus arts. 1096 a 1106, el
vínculo que existe entre la acción penal y civil promovidas en razón del mismo
hecho ilícito, el Código Civil y Comercial consagra, partiendo de las premisas ya
establecidas en nuestro sistema, diversas modificaciones al régimen anterior,
con el objeto de aclarar y facilitar el sistema, y estableciendo nuevas reglas al
respecto, arduamente reclamadas por la doctrina y jurisprudencia mayoritarias.
Entendemos que logra mejorar el sistema.
110
Art. 1773 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
106
vinculada con el proceso aplicable y la competencia. Ello es así a fin de evitar
que el régimen sustantivo afecte atribuciones que son exclusivas de los poderes
provinciales (arts. 5, 75 inc. 12 y 121 de la CN)111.
111
El federalismo argentino adoptado en el art. 1 de la Constitución Nacional supone la
coexistencia de distintos órdenes de gobierno con potestades institucionales, políticas,
administrativas, tributarias propias y concurrentes, que se rigen por el principio sentado en el art.
121, en virtud del cual las provincias conservan todo el poder no delegado a la Nación por medio
de la CN. El dictado de los códigos de procedimientos es una facultad no delegada. La
Constitución Nacional (art. 75, inc. 12) establece que la facultad de dictar las normas de fondo
corresponde a la Nación (Código Civil, Código de Comercio, Código Penal, etc.), reservándose a
las provincias la facultad de dictar los códigos de procedimientos a través de sus legislaturas.
112
Art. 29 – Código Penal de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
107
o Si el presunto culpable es absuelto en el proceso penal, el juez de
la causa penal no puede pronunciarse sobre los daños y perjuicios
pedidos por la víctima, porque la facultad de fijarlos es accesoria
de la sentencia de condena (art. 29 del CP). Igual solución
corresponderá si no se ha llegado a la sentencia por extinción
de la causa penal, ya sea por muerte, amnistía, prescripción
o renuncia del agraviado (art. 59 del CP). En estos casos, la
víctima podrá ejercer la acción resarcitoria de los daños y
perjuicios en sede civil.
113
Art. 170. Ley 2372 – Código Procesal Penal. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
108
acción criminal por haber intentado la acción civil o por haber
desistido de ella.114
Principio
114
Art. 1097. Código Civil de la Nación. Derogado por ley 26994. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
109
Suspensión del dictado de la sentencia civil. Si la acción penal
precede a la acción civil, o es intentada durante su curso, el
dictado de la sentencia definitiva debe suspenderse en el
proceso civil hasta la conclusión del proceso penal, con
excepción de los siguientes casos:
a) si median causas de extinción de la acción penal;
b) si la dilación del procedimiento penal provoca, en los
hechos, una frustración efectiva del derecho a ser indemnizado;
c) si la acción civil por reparación del daño está fundada en un
factor objetivo de responsabilidad.115
Para que proceda la suspensión prevista en el art. 1775 del Código Civil y
Comercial de la Nación, es preciso que se encuentren reunidos algunos
presupuestos. El primero de ellos es que exista un proceso penal en curso; sea
investigación penal preparatoria o el juicio propiamente dicho, el titular debe
haber ejercido la pretensión punitiva. Pero no basta la mera amenaza de que se
realizará una denuncia penal para que se suspenda el dictado de la sentencia
en sede civil. La suspensión culmina, salvo las excepciones previstas en el art.
1775, cuando se dicte la sentencia definitiva en la sede penal. Asimismo,
también finaliza en el caso de que recaiga en la acción penal el sobreseimiento
provisional, pues dicha decisión será suficiente para que se levante la
suspensión del reclamo por daños (Sáenz 2015)116.
Es preciso tener en cuenta que, aun cuando la acción no se dirija contra aquel a
quien se imputa el delito en sede penal, puede proceder la suspensión del
proceso civil resarcitorio. En efecto, nos enseña la doctrina, la acción de daños y
perjuicios puede dirigirse contra el responsable directo o indirecto: de tal modo
115
Art. 1775 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
116
Sáenz, Luis R. J. La relación entre la acción civil y penal en el Código Civil y Comercial
Publicado en: RCyS 2015-IV , 278
110
si lo que se pretende es imputar el accionar de un dependiente a su principal
(en los términos del art. 1753 del Código), aun cuando el primero no se
encuentre demandado es preciso que la jurisdicción penal se expida con
anterioridad al dictado de la sentencia en sede civil (Sáenz 2015). Esto es así
pues el hecho es uno solo, independientemente que los sujetos pasivos de la
pretensión penal o civil no coincidan. Lo mismo ocurre por ejemplo en un
accidente de tránsito cuando la pretensión penal se dirige contra el conductor y
la pretensión civil solo tiene como sujeto pasivo al titular registral.
Excepciones
111
irrazonablemente prolongada del juicio penal y se genere una verdadera
denegación de justicia, procederá el dictado de la sentencia en la acción
resarcitoria. La cuestión problemática radica en establecer cuándo nos
encontramos ante una demora injustificada. Evidentemente, es una
cuestión que debe ser completada por la jurisprudencia, analizando las
plataformas fácticas de cada caso.
112
respecto de la existencia del hecho principal que constituye el delito y de la
culpa del condenado"121.
121
Art. 1776 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
122
Para completar el análisis de la norma y el comentario debe verse: Japaze, María Belén
“Ejercicio de las acciones de responsabilidad: relaciones entre la acción civil y la acción penal en
el Código Civil y Comercial de la Nación” Publicado en: Sup. Especial Nuevo Código Civil y
Comercial 2014 (Noviembre) , 181
113
La sentencia penal absolutoria respecto del posterior pronunciamiento en
sede civil
Respecto de la primera, una vez establecido –en el proceso penal- que el hecho
ilícito generador de la acción penal no existió, no podrá decirse lo contrario en
sede civil. En relación a la segunda, la sentencia penal que absuelve al imputado
declarando que no fue autor material del hecho investigado impide al juez civil
volver sobre la cuestión.
Japaze nos indica que diferente es el caso si la sentencia penal decide que un
hecho no constituye delito penal o que no compromete la responsabilidad
penal del agente (2014). Esta circunstancia habilita que en el proceso civil
pueda discutirse el mismo hecho –que existió- en cuanto generador de
responsabilidad civil. Esto quiere decir que la sentencia absolutoria –dictada en
esos términos- sólo tiene efectos dentro del proceso penal, sin proyección al
juicio civil, pues los criterios de apreciación de la culpa son sensiblemente
diferentes en el proceso penal y en el civil además, claro está, de la
responsabilidad objetiva si fuera el caso. En síntesis: el juez penal puede
absolver por no configurar el hecho un delito, o bien porque, configurado el
hecho como delito, no es posible atribuirle responsabilidad penal al imputado.
En ambos casos, esta sentencia no limita la juez civil, quien puede
perfectamente condenar el resarcimiento (Japaze 2014).
123
Art. 1777 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
114
Las excusas absolutorias penales
124
Art. 1778 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
125
Art. 1779 – Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.
115
a) si la sentencia civil asigna alcances de cosa juzgada a
cuestiones resueltas por la sentencia penal y ésta es revisada
respecto de esas cuestiones, excepto que derive de un cambio
en la legislación;
b) en el caso previsto en el artículo 1775 inciso c) si quien fue
juzgado responsable en la acción civil es absuelto en el juicio
criminal por inexistencia del hecho que funda la condena civil, o
por no ser su autor;
c) otros casos previstos por la ley.126
El art. 1106 del Código Civil derogado contenía también esta regla, al establecer
que la cosa juzgada civil conserva sus efectos a pesar de la decisión penal
posterior. La principal reforma en la materia reside en las excepciones a dicho
principio general. Examinamos los incisos:
116
c) Finalmente, el artículo deja abierta la posibilidad de que la ley especial
prevea otros supuestos en que sea procedente la revisión de la
sentencia civil ante la existencia de una decisión penal posterior
(Lorenzetti, 2015).
117
Referencias
Bustamante Alsina, J (1993), Teoría general de la responsabilidad civil, 9ª ed.,
Buenos Aires: Abeledo-Perrot.
Kemelmajer de Carlucci, A., Mariani de Vidal, M., Shina, F., Zunino, J. O., Zannoni, E.
(2015). Código Civil y Comercial. Concordado con el régimen derogado y referenciado
con legislación vigente. Exégesis de los fundamentos de la Comisión Redactores y las
modificaciones del PEN. Buenos Aires: Astrea.
Lorenzetti, R. (1997). Responsabilidad civil del médico. Santa Fe: Editorial Rubinzal-
Culzoni.
118
Messina de Estrella Gutiérrez, G. N. (2015). Relación de causalidad y factores
interruptivos en el Código Civil y Comercial. RCyS. 2015-IV, 66.
119